aproximación a los trabajos de investigación en los castro de peñas de la cerca y del castillón...

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JIA 2008 ISBN: 978-84-92539-25-3 Pp.: 271-278 APROXIMACIÓN A LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN EN LOS CASTROS DE PEÑAS DE LA CERCA Y DE EL CASTILLÓN (ZAMORA) Oscar Rodríguez Monterrubio Universidad Autónoma de Madrid; [email protected] Jose Carlos Sastre Blanco Universidad de Granada; [email protected] RESUMEN En este trabajo se presentan los resultados obtenidos durante la campaña 2007 en los yacimientos de Peñas de la Cerca (Rionegrito de Sanabria) y El Castillón ( Santa Eulalia de Tábara) ambos en de Zamora. El primero de ellos es un poblado fortificado con tres líneas de muralla y un complejo sistema de “terraza y muro” datado gracias a los restos cerámicos durante la Edad del Hierro. El segundo es un asentamiento de- fensivo con una gran muralla perimetral y diversas estructuras interiores con restos fechados desde la Edad del Bronce Final hasta la Alta Edad Media. Ambos yacimientos cuentan con representaciones de arte esque- matico, grabado en la roca en Peñas de la cerca y pintado sobre cuarcita en El Castillón. ABSTRACT In this work we introduce the main results obtained during 2007 in the sites of Peñas de la Cerca (Rionegrito de Sanabria) and El Castillón ( Santa Eulalia de Tábara), both in Zamora. The first of them is a hillfort with three lines of wall and a complex syistem of “tell and wall” dated thanks to its pottery in the Iron Age, the second is a defensive settlement with a large perimeter wall and several structures within with rests dated from Late Bronze age to Early Middle Age. Both settlements have schematic art samples, engraving on slate rock in Peñas de la Cerca and painted on quartzite shelter in El Castillón. Palabras Clave: Peñas de la Cerca. El Castillón. Zamora. Protohistoria. Arte esquemático. Keywords: Peñas de la Cerca. El Castillñon. Zamora. Protohistory. Schematic art. 1. Intervenciones en el castro de Peñas de la Cerca. 1.1. Subapartado. Los trabajos de excavación se llevaron a cabo entre el 1 y el 15 de julio de 2007, se realizaron dos sondeos. El primero de ellos al interior del poblado ofreciendo información relacionada con la ocupa- ción del castro gracias al hallazgo de material cerá- mico y lítico que asegura dos fases claras de ocupa- ción durante la Edad del Hierro y de seis hoyos de poste in situ pertenecientes a una estructura auxi- liar de la muralla o bien a una unidad de habitación independiente. El segundo de los sondeos se realizo en una de las líneas de muralla constatándose la tec- nología, función y forma de dicha estructura cuyas características la definen como una muestra arcaica de amurallamiento de la cultura castreña. Los trabajos de prospección determinaron las características de un asentamiento defensivo com- plejo y elaborado en cuanto a su morfología pero arcaico en cuanto a su técnica que permite estable- cer unas funciones simbólicas y estratégicas en rela- ción con el medio y los recursos próximos. El asentamiento principal comprende una super- ficie amesetada de planta circular con un radio de 250m al que hemos llamado acrópolis o parte alta y un recinto con dos líneas de muralla (una interior y otra exterior) que aprovecha el escollo natural de pizarra para completar un perímetro defendido. El espacio fortificado se completa con un complejo sistema de seis terrazas y seis muros. La superficie total es de 3,25 hectáreas, correspondiendo 1,2 al recinto amurallado (el realmente habitado) y 2,05 al sistema de “terraza y muro”. 1.2. Las murallas y el sistema de “terraza y muro”. Las murallas son las estructuras más importan- tes que encontramos en Peñas de la Cerca y confor- man el recinto amurallado del asentamiento y su acrópolis. Se trata de tres líneas perimetrales que se conectan por sus dos extremos con el farallón roco- so, por lo tanto cierran o mejor dicho delimitan el área de asentamiento principal del poblado. El acrópolis: o área amesetada y delimitada por la pri- mera línea de muralla que hemos llamado como muralla del acrópolis, es el mejor y mas claro ejem- plo, en Peñas de la Cerca, de muro delimitador un área de habitación. La muralla interior, es la se- I Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica: Dialogando con la Cultura Material. UCM, 3-5 de septiembre de 2008.

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Aproximación a los trabajos de investigación en los castro de peñas de la cerca y del castillón (Zamora). Rodriguez Monterrubio, O. y Sastre Blanco, J.C.

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JIA 2008 ISBN: 978-84-92539-25-3 Pp.: 271-278

APROXIMACIÓN A LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN EN LOS CASTROS DE PEÑAS DE LA CERCA Y DE EL CASTILLÓN (ZAMORA)

Oscar Rodríguez MonterrubioUniversidad Autónoma de Madrid; [email protected] Carlos Sastre BlancoUniversidad de Granada; [email protected]

RESUMEN

En este trabajo se presentan los resultados obtenidos durante la campaña 2007 en los yacimientos de Peñas de la Cerca (Rionegrito de Sanabria) y El Castillón ( Santa Eulalia de Tábara) ambos en de Zamora. El primero de ellos es un poblado fortificado con tres líneas de muralla y un complejo sistema de “terraza y muro” datado gracias a los restos cerámicos durante la Edad del Hierro. El segundo es un asentamiento de-fensivo con una gran muralla perimetral y diversas estructuras interiores con restos fechados desde la Edad del Bronce Final hasta la Alta Edad Media. Ambos yacimientos cuentan con representaciones de arte esque-matico, grabado en la roca en Peñas de la cerca y pintado sobre cuarcita en El Castillón.

ABSTRACT

In this work we introduce the main results obtained during 2007 in the sites of Peñas de la Cerca (Rionegrito de Sanabria) and El Castillón ( Santa Eulalia de Tábara), both in Zamora. The first of them is a hillfort with three lines of wall and a complex syistem of “tell and wall” dated thanks to its pottery in the Iron Age, the second is a defensive settlement with a large perimeter wall and several structures within with rests dated from Late Bronze age to Early Middle Age. Both settlements have schematic art samples, engraving on slate rock in Peñas de la Cerca and painted on quartzite shelter in El Castillón.

Palabras Clave: Peñas de la Cerca. El Castillón. Zamora. Protohistoria. Arte esquemático.

Keywords: Peñas de la Cerca. El Castillñon. Zamora. Protohistory. Schematic art.

1. Intervenciones en el castro de Peñas de la Cerca. 1.1. Subapartado.

Los trabajos de excavación se llevaron a cabo entre el 1 y el 15 de julio de 2007, se realizaron dos sondeos. El primero de ellos al interior del poblado ofreciendo información relacionada con la ocupa-ción del castro gracias al hallazgo de material cerá-mico y lítico que asegura dos fases claras de ocupa-ción durante la Edad del Hierro y de seis hoyos de poste in situ pertenecientes a una estructura auxi-liar de la muralla o bien a una unidad de habitación independiente. El segundo de los sondeos se realizo en una de las líneas de muralla constatándose la tec-nología, función y forma de dicha estructura cuyas características la definen como una muestra arcaica de amurallamiento de la cultura castreña.

Los trabajos de prospección determinaron las características de un asentamiento defensivo com-plejo y elaborado en cuanto a su morfología pero arcaico en cuanto a su técnica que permite estable-cer unas funciones simbólicas y estratégicas en rela-ción con el medio y los recursos próximos.

El asentamiento principal comprende una super-ficie amesetada de planta circular con un radio de 250m al que hemos llamado acrópolis o parte alta y un recinto con dos líneas de muralla (una interior y otra exterior) que aprovecha el escollo natural de pizarra para completar un perímetro defendido. El espacio fortificado se completa con un complejo sistema de seis terrazas y seis muros. La superficie total es de 3,25 hectáreas, correspondiendo 1,2 al recinto amurallado (el realmente habitado) y 2,05 al sistema de “terraza y muro”.

1.2. Las murallas y el sistema de “terraza y muro”.

Las murallas son las estructuras más importan-tes que encontramos en Peñas de la Cerca y confor-man el recinto amurallado del asentamiento y su acrópolis. Se trata de tres líneas perimetrales que se conectan por sus dos extremos con el farallón roco-so, por lo tanto cierran o mejor dicho delimitan el área de asentamiento principal del poblado. El acrópolis: o área amesetada y delimitada por la pri-mera línea de muralla que hemos llamado como muralla del acrópolis, es el mejor y mas claro ejem-plo, en Peñas de la Cerca, de muro delimitador un área de habitación. La muralla interior, es la se-

I Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica: Dialogando con la Cultura Material. UCM, 3-5 de septiembre de 2008.

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gunda línea defensiva, que discurre concéntrica al acrópolis, existe una tercera y ultima línea de mu-ralla, perimetral que se conecta a ambos extremos con el farallón rocoso. Asociado a estas murallas encontrábamos una serie de muros adosados que venían a completar el espacio del recinto amuralla-do, asi encontrábamos dos muros transversales uno al norte y otro al sur, viéndose este último comple-tado por una serie de antemuros que corrían parcial-mente concéntricos a la muralla exterior. Asi este conjunto de muros transversales y antemuros cubrí-an un área que se disponía por delante de la muralla exterior, reforzando esta zona que cubre una vagua-da entre dos terrazas naturales y otorgando al asen-tamiento de un recinto amurallado. Por otro lado encontramos también un complejo de accesos por el Suroeste formado por una brecha en cada muralla, entre estas y el farallón rocoso, y con una serie de posibles estructuras circulares que vienen a auxiliar como torres o atalayas este acceso que es directo desde el exterior hacia el interior del recinto y es el único que encontramos de estas características en el asentamiento.

Fig.: 1. La muralla interior (sondeo2)

En cuanto a la técnica usada para la construc-ción de estas murallas, tenemos que destacar que es plenamente rudimentaria. Se ha usado el mampues-to de tamaño medio principalmente de granito, pi-zarra y gneis colocados a hueso. Son muros de un único paramento que se ha apoyado en terrazas na-turales alteradas por el hombre de manera que sir-ven también como muros de contención. La altura de su ruina era llamativa en el caso de la Muralla Interior en algunos casos en los que alcanzaba los 8 metros de altura, pero es necesario señalar que la ruina en la mayor parte de los casos no superaba los dos metros de altura, viniendo a coincidir con la al-tura de la terraza que contenía.

Destacamos varios elementos que dotan a la es-tructura de las murallas de cierta evolución técnica,

en primer lugar la construcción de muros auxilia-res, y por otro lado la existencia de dos ensancha-mientos (entre 4m y 6m) de la ruina del muro, que podrían entenderse como contrafuertes. En ambos casos estas construcciones se sitúan o bien sobre el muro del acrópolis o sobre la muralla interior y pa-recen reforzar esquinas de los muros, en los que el cambio de dirección del tramo de muralla vendría a comprometer la estabilidad de un muro tan preca-rio. En el caso del acrópolis el contrafuerte está asociado al muro auxiliar. Por lo tanto podemos de-cir que suplen la precariedad técnica de la construc-ción (mampuestos a hueso) con una serie de recur-sos auxiliares. Lo que desconocemos es si responde a una planificación o más bien a una solución toma-da en un momento determinado una vez en pie la muralla. En el caso de la muralla interior nos parece mas bien el segundo caso, es decir una solución que se tomo ante un problema de estabilidad en los mu-ros, mientras que en el caso del acrópolis parece ha-ber una planificación previa ya que muro y contra-fuerte se encuentran asociados.

La planta del poblado tiene una forma que re-cuerda a un ocho, cuyo círculo superior ( el del acrópolis y recinto amurallado) es mucho mas gran-de que el inferior y ligeramente curvado hacia el Oeste, dejando hacia el Este una zona de vaguada entre dos terrazas naturales. En esta parte es donde encontramos una serie de terrazas no naturales, cre-adas por el hombre y reforzadas con muros de con-tención. Son muros parciales, localizados entre las dos vaguadas, algunos de ellos se encuentran for-mados por varios tramos, aunque la mayoría de ellos están compuestos únicamente por un único tramo lineal que se adapta a las curvas del terreno, siguiendo en muchos caso trazados sinusoidales muy marcados. Cada uno de ellos se encuentra aso-ciado a una terraza construida sobre esta vaguada, que otorga al asentamiento de un perfil escalonado en “tells”. La interrupción que encontramos en los muros de la séptima y la novena terraza pueden ser consideradas como accesos, o como la conexión en-tre la terraza antrópica y la natural donde no sería necesaria la construcción de muro de contención, dependiendo de la función que le otorguemos a es-tos muros.

En cuanto a su técnica observamos que es muy parecida a la de las murallas, sin embargo el mam-puesto es de tamaño o mas pequeño o mas grande (ortostáticos) como es el caso del muro de la octava terraza, aunque en este caso es de manera localiza-da y no generalizada. Por otro lado podemos seña-lar la presencia de una serie de piedras hincadas (de 70x80cm) rematando el extremo sur de los mu-ros de contención 1 y 3, alineadas con una tercera laja que encontramos en el extremo del muro trans-versal Sur del recinto amurallado. En cualquier

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caso estas tres lajas vendrían a marcar el inicio (o final) de cada muro, marcando simbólicamente un paso o un acceso dirigido. Por otro lado cabe desta-car que cada muro contiene una terraza que en algu-nos casos supera los treinta metros de longitud como en la octava, novena y décima terraza.

La función de estos muros de contención es con-trovertida, a pesar de su desconexión física con el recinto amurallado, tendría como finalidad conducir el acceso desde el este hacia el punto que hemos marcado como acceso principal en el suroeste, de manera que impedía un acceso directo desde la sua-ve falda oriental hacia el poblado. Esto no quita que el muro tenga además una función contenedora de terrazas.

1.3. Los hoyos de poste del Sondeo 1.Los seis hoyos de poste encontrados en el son-

deo 1, se encuentran dispuestos sin aparentemente una alineación clara. Son hoyos excavados en el te-rreno, reforzados con piedras planas (pizarras) para hacer más estable la sujeción de un poste de made-ra.

Fig.: 2. Los hoyos de Poste (sondeo 1)

De ellos podemos distinguir dos situados próxi-mos al perfil Norte del sondeo que poseen fosa de excavación, lo que nos indica que fueron construi-dos en el mismo momento. Los hoyos encontrados en la parte central del sondeo, se disponen de una manera muy similar a los dos anteriores pero sin fosa de excavación. Por otro lado existen dos hoyos mas que se encuentran aislados y son mucho más pequeños.

Según esta disposición podemos entender que los postes enfrentados y con fosa, son respectiva-mente el hoyo del poste interior y exterior de una estructura, sin embargo no sabemos cual es la parte interior y cual la exterior, debido a la reducida su-perficie del sondeo 1. Consideramos que la estruc-tura se dispone hacia el Oeste, y estaríamos ante una cabaña circular de la que contamos con cuatro de los postes que soportan la estructura, teniendo

algo menos de ¼ del recinto de la cabaña que ten-dría entonces unos cuatro metros de radio aproxi-madamente. Si consideramos que la estructura se dispone hacia el Este, esta parece mas bien una construcción auxiliar apoyada en la muralla, de la que dista algo menos de tres metros, pudiendo for-mar parte de una estructura de madera que se apo-yaría sobre un primer nivel de muralla construida en piedra, lo cual explicaría el poco derrumbe que encontramos y afianzaría el uso de madera para los sistemas defensivos.

1.4. Los materiales arqueológicos.La cerámica encontrada en Peñas de la Cerca

procede tanto de los trabajos de prospección como de excavación. La mayor parte que se ha recogido proviene del sondeo 1, de donde procede el 75,5%, de las piezas cerámicas. Por su parte en el Sondeo 2, solamente se encontraron dos fragmentos de cerámica muy rodada en la capa superficial.

En conjunto la cerámica que hemos encontrado se trata mayoritariamente de galbos, de pasta gruesa y desgrasante micáceo, de un espesor medio y de cocción en su mayor parte reductora, sin decoración (lisa), y de uso, presumimos, cocina o almacenaje. Atendiendo a las peculiaridades, masivamente nos encontramos con galbos que suponen 262 de los fragmentos (86’2%), 31 bordes (10,20%), 10 bases (3,3%) y 1 cuello (0,3%), la mayor parte de la ce-rámica presentaba pastas gruesas y toscas, en total 179 (59%), le siguen 118 de pasta fina (38,8%) y fi-nalmente de pastas medias unos 7 fragmentos (2,2%). El 98% de los fragmentos (288) presenta-ban visiblemente mica como desgrasante mientras que el 2% restante (6) no se pudo determinar el des-grasante por ser este inapreciable. Sin embargo constatamos la presencia de otros desgrasantes se-cundarios como el cuarzo presente en el 2,6% de los fragmentos (8) y la pizarra en el 0,6% de las piezas encontradas (2), siempre acompañando a la mica. Abundan mayoritariamente las piezas de coc-ción reductora ya que alcanzan el 56,5% de los fragmentos (172), el 31,5% ha sido cocido por me-dio de técnicas oxidantes (92) y tan solo encontra-mos cocciones mixtas en 36 casos (12%) de los fragmentos. Solamente el 4% de las piezas se en-contraban con algún tipo de decoración, destaca el esmaltado en las piezas de superficie, y las incisio-nes y ungulaciones en las piezas encontradas más profundamente. Por otro lado es necesario remarcar la gran cantidad de galbos que han sido cepillados y/o engobados. El 96% de las piezas son lisas. Sola-mente el 3% de los fragmentos presentaban huellas de haber sido fabricados a torno, el 97% restante presentan claras señas de haber sido hechos a mano. En cuanto al espesor el 75% de los fragmentos se encontraba entre 1-1,5 cm, es decir un espesor me-dio. De un espesor inferior perteneciente a piezas

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finas encontramos un 2%, mientras que es mucho mas minoritaria la presencia de gruesas que solo alcanzaban 0,4% del total. De los bordes y bases que hemos podido estudiar, destacamos que la ma-yor parte de ellos son pertenecientes a formas glo-bulares, es decir ollas de diámetros muy significati-vos (entre 20 y 30 cm) Encontramos también for-mas con cuello como jarras (de bocas algo mas es-trechas entre los 12 y los 18 cm) y por ultimo cuen-cos de grandes dimensiones entre 20 y 28 cm. Por tanto hablamos de usos principalmente de cocina y de mesa, aunque algunos de los fragmentos podrían pertenecer a piezas de almacenaje.

En cuanto a los materiales líticos, tenemos que mencionar que la mayor parte de los mismos pro-vienen de prospección (75%), salvo un fragmento de molino, una afiladera y una sección de pesa que se encontraron en los sondeos.

Si bien, solamente tres de las 36 piezas líticas de prospección han sido recogidas, mientras que las demás han sido solamente fotografiadas, estudiadas y devueltas al sitio arqueológico. En cuanto a la materia prima de estas piezas cabe destacar, el gra-nito (31,25%), el gneis (18,75%), la cuarcita (16,6%), la pizarra (12,5%) y otros materiales blan-dos como esquistos (6,25%) o la arenisca (2,08%)

Es importante destacar la especificidad de algu-nos materiales para determinados utensilios, asi por ejemplo las molenderas son exclusivamente de gra-nito, los molinos mayoritariamente de gneis, aunque también los hay de granito y cuarcita, y las afilade-ras y pesas de red de cuarcita, mientras que pizarra se usa para pesas de telar o de cubierta. Es muy in-teresante observar la presencia de la pizarra en la industria lítica, estando incluso presente en algún molino (o intento de molino) y como desgrasante en algunas piezas cerámicas. En relación a los usos destacamos los molinos ( 16, 33,3%), las molende-ras (12, 25%), afiladeras (2, 4,17%), pesas de telar (2, 4,17%), pesas de red (1, 2,08%) e indetermina-dos (15, 31,25%).

1.5. Los Grabados rupestres.Se encuentran en el punto más alto del asenta-

miento, sobre un crestón pizarroso que forma un panel de forma triangular como una quilla de barco y desde donde se domina todo el valle del rio Tera e incluso se tiene visibilidad de tres asentamientos castreños mas, es decir visualmente y estratégica-mente tiene ya una importante significación. Por otro lado en este punto exacto se encuentra el límite entre tres términos municipales. En cuanto a la técnica de grabado podemos definir que es la mis-ma para los cinco motivos, parecen haber sido pi-queteados y posteriormente grabados, la sección del grabado es en forma de “v” para los cruciformes y en forma de “u” para las herraduras y el bastón.

En cuanto al significado y sentido los crucifor-mes claramente tienen la significación cristiana, y en muchas ocasiones la de delimitar un territorio, además el cruciforme superior (el ya conocido) tie-ne tres brazos, uno vertical y dos horizontales, es decir no se trata de una cruz al uso cristiano. Las herraduras: o semicírculos son motivos muy comu-nes en la protohistoria pero más bien como motivos pictóricos en cuevas y en abrigos, acompañados de ancoriformes, y antropomorfos, los ejemplos como grabados son escasos. No podemos asegurar si se trata de un motivo pictórico de la prehistoria final que ha sido reinterpretado para ser grabado a falta de abrigos donde ser representado, o bien se trata de un motivo mas tardío. El bastón: Se trata de un grabado lineal, con un ensanchamiento e incurva-cion en su base, lo hemos denominado bastón y ocurre lo mismo que en el caso de las herraduras, encontramos diversos ejemplos de motivos simila-res como faliformes, digitaciones o simplemente lí-neas verticales, pero como representaciones pictóri-cas.

Fig.: 3. Los grabados rupestres .

Muy probablemente tanto las herraduras como el bastón sean de una época anterior a los crucifor-mes. La sección en “u” de estos grabados hace pen-sar en la utilización de un objeto mas ancho como un percutor de piedra, o cuñas de madera o de asta, por su parte, los cruciformes tienen una sección en “v” y han podido ser realizados con herramientas de metal que nos hace pensar en una cronología mas próxima a una ocupación medieval del asentamien-to.

1.6. Conclusiones generales, cronológicas y culturales.

Ante la carencia de pruebas de datación absolu-ta, tenemos que referirnos a la evolución técnica de los materiales, a las estructuras y a los datos recogi-dos en la bibliografía.

En cuanto a las estructuras, podemos defender

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que el sistema amurallado responde al patrón básico de la cultura castreña del Noroeste de la Península que se extiende desde finales del Bronce final hasta la Romanización. No encontramos una muralla compleja en técnica, ya que solo es de un paramen-to y de mampuestos a hueso, sin embargo hay cier-tas mejoras técnicas como muros auxiliares y re-fuerzos o incluso tácticas como retranqueos y con-trol de accesos que hace pensar en una leve pero presente evolución. Este tipo de murallas son mas típicas de los patrones del Bronce Atlántico final que de la propia Edad del Hierro, es decir de los pe-riodos formativos de la cultura castreña, sin embar-go podemos encontrar este mismo tipo de muros en algunos asentamientos tardíos muy bien fechados como es el caso del castro de Corporales (siglo I a.C) en León y murallas mucho mas complejas en otros asentamientos anteriores como el caso de Lu-bian (siglo IV y III a.C), es decir que la técnica ar-caica de su construcción no puede servirnos para defender una epoca mas antigua, si bien podemos suponerla y en todo caso podemos defender la per-vivencia de estilos arcaicos durante un largo perio-do de tiempo que en este caso supone toda la vida del yacimiento. Por otro lado, la estructura de ho-yos de poste que encontramos en el sondeo 1, no puede servirnos de momento para definir a grandes rasgos una cronología puesto que no sabemos si se trata de una cabaña (en cuyo caso sería muy similar a las cabañas que se construyen en toda Europa des-de finales del Neolítico, es decir estructuras circula-res con postes de madera) o de algún tipo de cons-trucción auxiliar de la muralla.

En cuanto a los materiales, podríamos decir que la cerámica que encontramos, de manera estándar, es decir de pasta gruesa, y cocción reductora con desgrasante micáceo y sin decoraciones es la típica que encontramos en la cultura castreña durante la Edad del Hierro sin que podamos haber encontrado algún tipo de cerámica reconocible como Soto de medinilla. Podemos decir que en el sondeo 1, hay varios niveles de ocupación. Uno mas antiguo, coe-táneo a los hoyos de poste en el que predominan piezas de pastas gruesas, espesores medios, y coc-ción reductora usadas para el almacenaje, y coci-na y un segundo nivel de ocupación mas tardío don-de encontramos pastas finas, de espesores medios y finos, y donde aunque predomina la cocción reduc-tora se van abriendo paso las cocciones mixta y oxi-dante, en este caso encontrábamos piezas mayorita-riamente de cocina. Entre medias podemos distin-guir un hogar donde las piezas de cocción reductora y espesor grueso se asemejan a las del primer nivel de ocupación, sin embargo las formas son mucho mas variadas: cuencos, jarras y ollas. Por último en-contramos un nivel de ocupación más tardío y alte-rado por su proximidad a la superficie, donde ya

aparecen piezas a torno, de cocción oxidante, mie-ladas, esmaltadas, etc…

En cuanto al material lítico, podemos decir que la presencia masiva de molinos barquiformes y la ausencia absoluta de molinos circulares hace pen-sar en una ocupación centrada en la primera Edad del Hierro, sin embargo como las murallas, este es un dato meramente circunstancial, puesto que el uso de molino de estas características ha sido prolonga-do durante mucho tiempo.

En conclusión podríamos decir que tenemos una posible cabaña de la Primera Edad del Hierro don-de encontramos cerámicas castreñas y un molino barquiforme, que en un momento dado es abando-nado y cubierto parcialmente. Una vez ocurrido esto hay un nivel de ocupación muy breve corres-pondiente a un hogar cuya cerámica asemeja mucho a la del nivel inferior, y a continuación tendríamos un cambio sustancial en las técnicas cerámicas, usos y formas. Ante la ausencia de molinos circulares, piezas a torno, o decoraciones típicas de la Segunda Edad del Hierro, las dos fases de ocupación serían dos momentos diferentes de la Primera Edad del Hierro. Por último y sin encontrarnos materiales ro-manos, una última fase de ocupación donde ya si encontramos cerámicas a torno y medievales en un nivel de muy poca potencia.

2. Intervenciones en el castro El Castillón.2.1. Introducción.

Los trabajos de excavación y prospección ar-queológica se realizaron entre el 16 y el 31 de agos-to de 2008. Fueron proyectados dos sondeos, el pri-mero de ellos en dos estructuras circulares próxi-mas a la muralla perimetral del poblado y el segun-do al interior del mismo sobre un derrumbe aparen-temente de una estructura de habitación circular.

Los resultados de los trabajos de prospección al interior del Castro de El Castillón dieron como re-sultado el estudio de un recinto amurallado, en cuyo interior se documentaron 11 posibles estructuras circulares, de entre 4m y 1,90m de diámetro; situa-das todas ellas en la zona este del castro. Por otra parte, también, se encontraron 3 posibles estructu-ras rectangulares, de entre 13,30m y 7,76m de lar-go, todas ellas ubicadas en la zona oeste. Se reco-gieron algunos fragmentos cerámicos y de escoria de metal. Igualmente, en el interior de algunas de estas estructuras se documentaron diversos materia-les de construcción, principalmente ladrillo y te-gulae.

La prospección de los sistemas defensivos del Castro de El Castillón se centró en la estructura de la muralla. Se trata de una única línea que rodea el asentamiento por todo su perímetro menos por la zona oeste, donde se encuentra el farallón rocoso y

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esta se hace innecesaria. Se aprecian tres zonas de acceso al castro, la primera se sitúa el la zona este y sería la actual entrada al castro. La segunda se sitúa muy próxima a la primera entrada, y descendería desde la zona noroeste del castro hacia el río Esla. Y por ultimo el tercer acceso parece situarse en la zona sur del castro, aunque en esta zona nos encon-tramos con un mayor deterioro en la muralla. Al no-roeste de la muralla se localizaron diversos muros que resultaron ser parte de un sistema de muros más complejos, los cuales parecen dirigir el acceso al castro por su entrada noroeste.

En relación al abrigo de El Castillón, se apre-cian con cierta claridad y un aceptable estado de conservación todos los motivos documentados por Fernández Rivera, antropomorfos, barras, ancori-formes, etc. No apreciándose claros síntomas de un grave deterioro, aunque se si observa la presencia de alguna hoguera realizada en el abrigo, que por suerte no ha dañado las pinturas.

Fig.: 4. Arte esquemática de El Castillón.

2.2. La muralla perimetral.Definimos la muralla como la principal estructu-

ra construida y visible sin excavación del yacimien-to. Se trata de un muro grueso que alcanza aproxi-madamente los cuatro metros de anchura en algunos puntos. La ruina y el derrumbe del mismo llega a los diez metros de altura en los puntos de mayor desnivel. En cuanto a su morfología, se trata de una única línea defensiva que rodea el asentamiento por todos los lados menos por el Oeste, donde un fara-llón rocoso resguarda al asentamiento tiene por tan-to planta ovalada abierta hacia el Río Esla, se en-cuentra interrumpida en tres puntos diferentes que serían los tres accesos principales, destacando el del Este. En relación a la técnica del muro, es relativa-mente sencilla, no utilizan mortero, y se trata de la colocación uno sobre otro de sillares bastante regu-lares de cuarcita, roca de corte natural muy regular que otorga estabilidad a la construcción de la mura-lla. La complejidad de la construcción defensiva viene dada en la parte oriental del mismo, donde lo-calizamos el acceso principal, que estaría reforzado

por dos casamatas a la izquierda y una mas a la de-recha de la puerta, además de un pequeño bastión de entrada de planta triangular en el lado derecho del acceso oriental.

2.3. Las estructuras circulares del Sondeo 1.Las llamadas estructuras 01 y 02, excavadas en

el sondeo 1 son dos ruinas circulares, de las cuales fue excavada solamente la estructura 01. Según se fue excavando se pudo comprobar como las paredes convergían, y como había una interrupción de unos cuarenta centímetros jalonada por dos bloques de cuarcita de grandes dimensiones y perfectamente escuadrados al exterior de la estructura se docu-mentaron numerosas cuarcitas de diversos tamaños, de entre las cuales destacan algunas de similares ca-racterísticas a las que componen la estructura 01, por lo cual creemos que algunas de ellas procederí-an de ella. La estructura 02 se adosaba, en parte, a la estructura 01. Fue excavada solo parcialmente y parecen asemejarse bastante asi como los materiales arqueológicos encontrados en ambas estructuras son de características similares, tanto los elementos cerámicos, como las escorias.

Fig.: 5. Estructuras circulares ( sondeo 1).

En cuanto a la interpretación, con los datos que poseemos hasta el momento actual no nos es posi-ble asegurar con total fiabilidad su funcionalidad, ni su relación con la estructura 02 y con la muralla, pero si podemos intuir algunos de sus posible usos. A pesar de su forma circular, no podemos pensar en un tipo de vivienda pues la zona de acceso a la mis-ma es de reducidas dimensiones, lo cual dificultaría enormemente al acceso a la misma y no aparecen restos de uso de habitación. A merced de los restos de escoria recuperados en el interior de dicha es-tructura nos inclinaríamos más por la interpretación de un posible horno de reducción o lugar de trabajo y procesado del hierro.

2.4. La estructura del Sondeo 2.Una tercera estructura excavada en el sondeo 2

completa los trabajos de excavación en el Castillón. Se encuentra cubierta por un derrumbe que fue le-vantado con el objeto de poder definirla, una vez

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277APROXIMACIÓN A LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN EN LOS CASTROS DE PEÑAS DE LA CERCA Y DE EL...

desmontado se pudo comprobar como la estructura que en un principio se intuía como circular no pose-ía esa forma, sino que la se limitaba a unos bloques cuarcíticos de grandes dimensiones situados junto al perfil Norte del Sondeo 2, formando una especie de escalonamiento. En el resto del sondeo tan solo se documentaron piedras de gran tamaño sin cone-xión, procedentes del derrumbe. En la parte Noro-este del Sondeo 2, también se documento la presen-cia de un posible nivel de circulación, ya que nos encontramos ante una tierra rojiza, muy compacta y con numerosos fragmentos de ladrillos. Se interpre-ta en conjunto como los restos de un muro de di-mensiones considerables que formaría parte de un gran edificio construido en esta zona oriental del yacimiento. El suelo condicionado se corresponde-ría con la parte interior del mismo, mientras que la línea del muro parece correr en dirección norte fue-ra del sondeo.

Fig.: 6. Muro de estructura ( sondeo 2).

2.5. Los materiales arqueológicos.Entre los materiales recuperados en ambos son-

deos podemos destacar la presencia de numerosa cerámica, escorias, industria lítica, huesos, metales, vidrio, etc.

En cuanto a la cerámica, a excepción de dos fragmentos realizados a mano, de color negruzco, que con muchas dudas, podrían adscribirse a la Edad del Hierro, todo el resto de los materiales re-cuperados se encuentran realizados a torno, y se po-drían englobar dentro de una época tardoantigua, en torno al siglo V d.C. Entre estas cerámicas cabe destacar la presencia de varios fragmentos de Terra Sigillata (TSHT), uno de ellos perteneciente a un plato. Entre los motivos decorativos sobresalen las estampillas, que podemos ver en dos fragmentos de colores grisáceos, decorados con una serie de es-tampillas circulares y una cenefa de puntos.

También sobresale la presencia de diversos fragmentos de cerámicas más comunes decoradas con unas series de bandas incisas.

Hay un predominio de las cocciones oxidantes

sobre las reductoras, aunque la cantidad de estas ul-timas también es significativa. Predominan los des-grasantes micáceos y las pastas gruesas – finas. Aunque el porcentaje de pastas finas también es bastante alto.

Por otra parte, cabe destacar la numerosa pre-sencia de fragmentos de escoria, principalmente nu-merosos en el Sondeo 1, según el informe prelimi-nar redactado por Antonio J. Criado Portal y Anto-nio Javier Criado Martín (Departamento de Ciencia de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica. Facultad de Ciencias Químicas. Universidad Complutense de Madrid. Grupo de Investigación de Tecnología Me-cánica y Arqueometalurgía) se extrae que las esco-rias halladas en El Castillón corresponderían a es-corias fayalíticas (silicatos de hierro), muy contami-nadas por el suelo de enterramiento, algunas no procederían de hornos de reducción de mineral de hierro, sino de fraguas para la forja en caliente del acero, debido a la inclusión de sulfuros y otras sales típicas en estos casos. Del estudio de las piezas de acero que aún conservaban núcleo metálico, se ha podido deducir que se trata de aceros suaves, de bajo contenido en carbono, forjados en caliente y enfriados al aire. El contenido en impurezas era co-rrecto para una buena calidad de estos aceros. Esta composición química tan bien ajustada y la forja en caliente correctamente ejecutada, sugiere la presen-cia de herreros diestros en la fabricación de piezas de acero de buena calidad. Destacamos la presencia del mineral conocido como ringwoodita en los restos fayaliticos Este mineral se origina tras la co-lisión de un meteorito sobre la superficie de la Tie-rra a una velocidad de 600km/h, esta especificidad nos permite especular sobre la procedencia de la materia prima metálica, ya que el único lugar donde encontramos ringwoodita en la Península ibérica es al norte de la Provincia de Cáceres. Los restos metálicos con forma apreciable aparecidos son to-dos realizados en hierro, destacando especialmente la presencia de diversos clavos de sección cuadra-da, así como un posible punzón de hierro.

En cuanto a la industria lítica, esta no es muy numerosa, se reduce a un par de ejemplos, entre los que destacan en el Sondeo 2 la presencia de una pesa realizada sobre una roca blanda de color blan-co, con una perforación en su extremo central – su-perior. También sobresale la presencia de lo que se ha identificado como un posible mortero o percutor

Por último los fragmento de huesos hallados no son muy significativos al encontrarse en niveles muy superficiales y sin tener un contexto claro. De-bemos destacar la presencia de restos de ovicápri-dos, jabalís y roedores de pequeño tamaño, todos ellos animales que en la actualidad es fácil encon-trarse en la dehesa donde se halla el yacimiento.

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278OSCAR RODRÍGUEZ MONTERRUBIO – JOSE CARLOS SASTRE BLANCO

También cabe destacar la presencia de diversos fragmentos de vidrio, tanto en el Sondeo 1 como en el 2, todos ellos parte de alguna boca de copas o ungüentarios. Algunos de estos fragmentos se en-cuentran decorados.

2.6. Conclusiones generales, cronológicas y culturales.

Los trabajos de excavación y prospección lleva-dos a cabo nos indican que nos encontramos ante un yacimiento fortificado de grandes dimensiones, unas 4 Has aproximadamente.

La tecnología de la muralla parece bastante tra-dicional, mampuesto y sillarejo regular colocado sin mortero, también su trazado lineal y continuo solamente interrumpido por accesos y por defensas naturales es bastante típico de las líneas de muralla construidas en la Edad del Hierro para la cultura castreña del Noroeste. Por otra parte la monumenta-lidad de la construcción, su anchura y altura en al-gunas partes, la multiplicidad de accesos y sobre todo la complejidad de estructuras en el acceso principal de Oeste formado por tres casamatas y un pequeño bastión de entrada, hacen pensar en añadi-dos posteriores, o bien en la Edad del Hierro o ya en época de presencia romana en el asentamiento.

Considerando los restos cerámicos, los mas anti-guos se situaban colmatando una zanja anterior a las estructuras del sondeo 1, entre estas y la muralla perimetral. Se trata de piezas de la Edad de Hierro. El resto de la cerámica se enclava en un contexto cultural tardoantiguo marcado por las piezas de ce-rámica sigillata (TSHT) y altomedieval dominando las piezas de pastas grises y decoraciones estampi-lladas.

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