Aprender A Interpretar Al Mundo

Interpretación de las enseñanzas de Max Heindel y de otros.Favor activar el sonido, ratón y teclado de su computadora para utilizar los vínculos e hipervínculos subrayados y avanzar con la presentación, gracias.

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Todos vivimos en el mismo mundo; y cada quien lo ve de una manera distinta, porque no todos lo interpretamos igual. Y eso; sin saberlo hace, que vivamos en el mundo que interpretamos.

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El mundo está ahí y todos estamos en él. Sólo debemos abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor, escuchar los pájaros, sentir la caricia de los rayos del Sol, oler las flores, degustar las sabrosas frutas, acariciar los hermosos animales; amarnos y amar, a los demás.

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Si cerramos los ojos e imaginamos que ‘no’ tenemos vista, oído, olfato, gusto ni tacto, no tendríamos ninguna noticia del mundo. Eso quiere decir; que todo lo que sabemos del mundo, es por los cinco sentidos.

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Memoria

Cuando vemos un paisaje por el nervio óptico, percibimos Vibraciones (Luces, sombras, colores y formas) que son transmitidas al cerebro, para que la mente las capte y las descodifique (Con los arquetipos de las formas) y sea retrasmitido lo interpretado, a la memoria.

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El Ego, emplea al cerebro como un puente para recibir por los sentidos y transmitir (Por el sistema de habla y laringe) información que debe ser canalizada, por la mente.

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Ego

Mente

Por lo que si vemos por primera vez un paisaje, no sabríamos lo que es. Sólo apreciaríamos que son vibraciones que no podemos traducir; porque carecemos de arquetipos mentales (De las formas), que se reflejen en la memoria.

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Por tanto, es lógico inferir que todas las traducciones que percibimos por los sentidos las hace la mente (Con los arquetipos); basándose en Imágenes memorizadas en todo el cuerpo físico, desde el nacimiento.

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Imágenes

Porque desde niños; cuando lo absorbíamos todo como esponjas, nos enseñaron mientras aprendíamos a hablar, a caminar y a leer: Que determinadas imágenes en los libros, las películas y en los dibujos, eran un paisaje.

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Paisaje que nuestro cerebro lo aceptó, haciéndolo propio. Y desde entonces, cuando captamos vibraciones iguales en nuestra pizarra visual (Arquetipos mentales), sabemos y creemos que es un paisaje.

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Y lo mismo que creamos con el paisaje, lo hacemos con los demás formas, colores, luces, sonidos, sabores, texturas, temperaturas, perfumes, distancias y restantes vibraciones captadas por los nervios de nuestros cinco sentidos.

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Porque siempre se trata de vibraciones; que a pesar de su mayor o menor frecuencia o longitud de onda, la mente; por el cerebro, las traduce mediante lo memorizado.

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Pero como la memoria de cada quien es distinta, la traducción que hace la mente; por el cerebro, de una misma vibración, también es diferente a la de los demás. Pues no hay dos personas iguales, ni memorias, ni experiencias similares(1).

13(1)Por favor, fijar por 40 segundos la vista en los cuatro puntos

verticales de la imagen de la derecha; y luego, mire hacia otro lado.

Si por ejemplo, a un grupo de personas se les enuncian las palabras “silla”, “madre” y “perro”. No todos percibirán en su pizarra mental lo mismo, porque cada quien verá unas silla determinada, a su propia madre; y a un perro, en especial.

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Por tanto, cada quien vive en “su propio mundo”, Creado de manera permanente y diferente, a los mundos creados y habitados por los demás. Por ende, no hay un mundo físico único para todos; sino un mundo físico, para cada uno.

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Pero todos creemos que el mundo físico único existe; y es, el que percibimos. Y que; efectivamente todos viven, en el mismo mundo nuestro.

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Si en un cine vemos una película con escenas de odio, egoísmo, altruismo y de amor. No todos sentiremos lo mismo, pues la experiencia de cada uno también intervine en la interpretación de cada escena. Y lo que uno siente; será distinto a lo que sientan los demás, aunque la escena haya sido igual para todos.

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O sea, cada persona en la película forjará su propio mundo emocional o astral, con su respectivo arquetipo metal de los sentimientos; sin embargo, todos creerán que los demás viven en el mismo plano emocional que ellos crearon.

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Entonces, las vibraciones de los actos, percepciones, emociones y de los pensamientos; tanto propias como ajenas, aunque sean las mismas vibraciones, nos hacen reaccionar a todos de manera diferente.

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Por lo que si todo es una interpretación en base a la propia experiencia, no cabe duda de que tales interpretaciones del mundo; las coloreamos por lo que alcanzamos a memorizar con actos, percepciones, emociones y pensamientos.

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Por ejemplo: Si tenemos la tendencia a robar, todas nuestras interpretaciones de la conducta ajena las percibiríamos, con ésa misma tendencia. Y veríamos ladrones por doquier, haciendo bueno el refrán de que “cada ladrón juzga por su propia condición”.

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Quien padezca de perversión sexual, verá en otros lo que tiene como arquetipos de los sentimientos: Sexo, sumisión, obsesión, depravación, etc. Y le atribuirá a los demás; lo que en realidad, sólo le pertenece. Porque en todo momento cree, lo que está viendo e interpretando.

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Por lo que a la postre, todos acabamos creyendo que estamos en lo cierto; cuando en realidad, sólo vivimos en “nuestra verdad”. Por eso, se hace evidente la enseñanza de Cristo: “Conoceréis la verdad; y la verdad, os hará libres”(1).

23(1)Juan 8:32

Porque si nos convencemos que “el mundo”; es en realidad sólo “nuestro mundo”, dejaremos de juzgar a los demás para empezar a auto-observar: Vicios, defectos o malas tendencias.

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Y si creemos que hay sólo un mundo; y es el que hemos creado, sería fácil comprender el por qué de las luchas, guerras, fanatismos, odios, desamor, intolerancia, venganza y demás actitudes no fraternales.

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Pero la mente, utiliza al cerebro como un instrumento para sólo pensar. Y si queremos o no pensar en un tema, lo hacemos. Pero como no podemos ser al mismo tiempo quien manda y obedece, es claro que no somos la mente, sino alguien superior que le da órdenes para que las cumpla.

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También es cierto que el pensamiento nos afecta; de modo que si es bueno nos alegra, beneficia y nos hace sentir bien. Pero si pensamos en algo malo nos duele, entristece y nos hace sentir infelices.

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Entonces, ¿por qué no usar todo éste conocimiento en beneficio propio y del prójimo? Cuando nos concientizamos de que al crear nuestro mundo los demás hacen lo propio; todo puede cambiar, si variamos algunas traducciones de los arquetipos mentales.

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Y si somos quienes creamos nuestro propio mundo y mandamos en él, podemos darle la contraorden a la mente de que traduzca lo malo en nosotros, en bien. Y eso, nos permitirá ser el dueño de nuestro propio destino.

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Lo cual no quiere decir que neguemos; por éste sistema, a todo lo que nos desagrada. Sino que seamos nosotros mismos quienes creemos nuestros propios parámetros, para interpretar los estímulos del exterior y no vivir creyendo y obedeciendo, las interpretaciones ajenas que heredamos o aprendimos.

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Si tenemos dificultades para aprender algo; y nos repetimos convencidos de que podemos: “¡que sencillo es aprender esto!” ¡Lo aprenderemos fácilmente!

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Y si alguien nos resulta repugnante, podemos reprogramar lo que tenemos gravado mentalmente como arquetipo: “¡qué bien me cae ésa persona!” Para terminar querido a dicha persona; e intercambiar, el bien.

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Porque todos los actos, sensaciones, sentimientos y pensamientos; como hemos visto, nos influyen y nos configuran a nosotros y a los demás. Lo mismo que construyen y forman, el mundo.

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Entonces, ¿por qué no vivir en un mundo feliz, en vez de uno desdichado y lleno de problemas? El mundo es lo que nosotros mismos creamos; tanto a nivel individual, como a nivel colectivo.

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Empecemos desde ahora a creernos eso, para comenzar a crear un mundo mejor. Porque es más fácil y barato; además de que disponemos del conocimiento y los medios, para hacerlo.

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Construyamos nuestro propio mundo lo más acogedor y feliz posible; para que también lo hagan parientes y amistades y el círculo se amplíe, pues siempre lo bueno es contagioso y creador. Pues a medida que la gente se concientice del arma de que dispone la utilizará en pro, de la felicidad global.

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Todos debemos comenzar cada día diciéndonos seguros de nuestra capacidad creadora: “Que bien estoy y está el mundo, que buena es la gente, que sanos estamos todos, como nos queremos unos a otros y que hermosa es la vida…”.

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Porque si cambiamos para bien, seremos dichosos al ver lo hermoso de la vida y del prójimo. Los medios transmitirán sólo buenas noticias. Las personas se levantará cada día con más ilusión y bienestar; preocupadas mayormente por los demás y menos, por sí mismas.

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Desaparecerán el miedo y el egoísmo que a todos nos oprime; y el mundo, no tardará en ser feliz. Es una ley natural; y las leyes de la Naturaleza, nunca fallan. Pero somos nosotros; los creadores de mundos, quienes debemos dar el primer paso.

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Dios hizo el mundo en seis días; y en el séptimo, descansó. Y Él descansó, porque el séptimo día es el de nuestro turno; dado a que somos nosotros quienes debemos de terminar, la Creación.

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Creación que requerimos culminar, con la participación de todos y con el mayor amor posible.

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42Fin08/11/2010

Ego: Incluye los vehículos del Espíritu Divino, del Espíritu de Vida y del Espíritu Humano.Espíritu: Circunscribe la acción de los vehículos del Ego.Vehículos: Abarca los instrumentos espirituales (Átmico, Búdico y Causal) del Ego.Cuerpos: Comprende los organismos de la Personalidad: Mental concreto, astral y físico (Etérico y denso).Actos: Función del cuerpo físico denso.Percepciones: Actos de los sentidos o del cuerpo físico etérico, polo negativo, éter luminoso.Emociones: Acción del cuerpo astral.Pensamientos: Actividad del cuerpo mental concreto.Memoria: Tarea del polo negativo, del cuerpo físico etérico, éter reflector.Sentidos: Labor de polo negativo, del cuerpo físico etérico, éter luminoso.