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GRAIN' BIBLIOTÈCA.

HISTORIC A-ASTURIANA BAJO LABIIWCCIOX .

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!>.'' 1>. M a t í a s S a n g r a d o s ' f ' V i t o r c s ,

DEDICABA

A LA KXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL BEL PRINCIPADO DE ASTURIAS.

SECCIÓN CIVIL.—TOMO IT.

C A R V A L L O . - T O M O I I .

O V I E D O : 1 8 « 1 .

IMI ' . Y "LIT. DE BED),. EEC ADERA Y OOMPA&LA,-' " • 'calle Canóniga, numero IS.

BIBLIOTECA HISÏOBICA-ASTIJRIANA.

PARTE CIVIL.

TOMO II.

GRAN BIBLIOTECA

HISTORIO A-ASTURIANA 13AJO LA D I t t E C C I O \

riel

D . M a t í a s S a n g r a d o r y V í t o r e s ,

HISTORIADOR

Y CRONISTA DE LA CIUDAD DE VALLADOI.il>,

ACADÉMICO CORRESPONDIENTE

DE LA DE LA HISTORIA. Y DE LA DE BELLAS LETRAS DE CÓRDOBA,

DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE OVIEDO Y TENIENTE FISCAL

DE SU REAL AUDIENCIA.

.sM-

TOMO II .

O V I E D O : 1 8 6 4 .

mv. Y Lia'. DE BBID, REGADERA Y COMPAÑÍA, callo Canóniga, número IB.

ANTIGÜEDADES Y COSAS MEMORABLES

DEL

PRINCIPADO DE ASTURIAS. j

EL P. LUIS ALFONSO DE CARVALLO, DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

OBRA POSTUMA

DEDICADA AL ILMCÍ. SEÑOR

Arzobispo de los Charcas, del Consejo de S. M., &e.

TERCERA PARTE DE LAS

A N T I G Ü E D A D E S Y COSAS MEMORABLES DE ASTURIAS,

EN QUE SE TRATA DESDE QUE LOS RETES MUDARON SU CORTE DE OVIEDO ,

HASTA EL TIEMPO DE FELIPE SEGUNDO, Y CONTIENE

VEINTE Y OCHO TÍTULOS.

§ L

E l e s t a d o e n q u e A s t u r i a s h a q u e d a d o , p a s á n d o s e l a c o r t e á L e ó n , y e l e s t i l o q u e e s t a h i s t o r i a p a r a e n

a d e l a n t e h a d e t e n e r .

MUCHAS cosas memorables cuentan las historias del valeroso rey D. Ordoño I I ; pero como que se pasó á vivir á León , des­avecindándose de nuestras Asturias , ya no toca á nuestra his­toria , ni las podemos referir por nuestras, y lo mismo será de los hechos de los reyes que le siguieron, por lo cual solamente pondremos en suma su suces ión, como reyes y príncipes de nuestra tierra, las mujeres é hijos que tuvieron, el tiempo de los principios y fines de su reinado; y de sus victorias y famo­sos hechos , solamente referiremos los que tocaren á nuestra provincia, y personas señaladas de ella: porque aunque es ver­dad que los reyes se fueron á vivir á León, con todo eso (como afirma Yepes) venian cada año á Asturias á visitar la Cámara

4 ANTIGÜEDADES DE ASTÜBIAS. San ta de Oviedo, y á pasar a lgunas cuarentenas en píos y san­tos ejercicios, de donde volvían alentados y esforzados, con ímevos y doblados ánimos, y bríos espiri tuales y temporales , y después aumentando y estendiendo su potencia con los muchos reinos que' conquis taron , se fueron olvidando poco á poco de este ant iguo y principio de todos : que es propio de la prospe­r idad el olvido ó menosprecio de los humildes principios; y asi q u e d á r o n l o s g randes s an tua r io s , y devotos templos de As­tur ias desamparados ele sus pr imeros h o n r a d o r e s , en aquella forma que ellos los dejaron : que aunque entonces , según las necesidades de l as guer ras y apre tu ras de los reyes , eran sus abonos y edificios decentes y b a s t a n t e s , y aun muy ricos, s e ­g ú n los encarecen las h i s t o r i a s , conforme al adorno que estos santos lugares debieran t e n e r en nues t ros tiempos-, están p o -br ís imos , y las venerables reliquias echadas como en u n r i n ­cón , y los minis t ros que sirven las ig les ias , con mucha po­breza , sin poderlas servir con la grandeza que merecían ; y la ciudad de Oviedo y Pr inc ipado de As tu r ias t a n poco favore­cido , que aun siquiera no t iene voto en c o r t e s , que t ienen o t ras ciudades que jamás dieron t í tulo al rey crist iano. E l P . Mar iana a t r ibuye esto al descuido de los as tur ianos , que no solamente por lo que hemos dicho se les debía el voto en cor­t e s , como á reino , sino que como á mas ant iguo parece se le 'debía la an t igüedad en todo. Y no se ent ienda por e s o , que luego que la corte se pasó á L e ó n , perd ieron es te voto én cor­tes , porque muchos años después enviaron á ellas sus procu­radores , como consta de muchas car tas reales y otros papeles, que se hal laron en los archivos de la ciudad de Oviedo y en ot ras p a r t e s , como tocaremos en t iempo del rey D . F e r n a n d o y reina Doña Isabel . Refiere asimismo el P . Yepes t r a t a n d o del monaster io de Samos , que vio u n privilegio de este rey en aquella ca sa , por el cual cons ta como Oviedo era ciudad real

CARVALLO. O y cabeza del r e i n o , y conservaba todos los privilegios origina­les , las mercedes y donaciones que los. reyes hacían á las igle­sias y monas te r ios ; y que el monaster io de Sainos envió'á los archivos de Oviedo á buscar las que le tocaban; y que con man­damiento del rey, y favor del obispo sacaron cincuenta y nueve escri turas de donaciones de los reyes pasados , que los monjes habían pedido.

§ 1 1 . ,

C o m o n u n c a f a l t a r o n p e r s o n a s n o b l e s e n A s t u r i a s , d e l a s c u a l e s s e h a d e t r a t a r «le a q u i a d e l a n t e .

A u n q u e los reyes poco á poco , como se iban apa r t ando , y se iban olvidando de la t ier ra donde nues t ro Señor t an t a s mer­cedes les habia h e c h o , , proveyó Dios (como advierte Yepes en la Centuria, 8, ano de 761 de su gran Grónioa) que no faltasen jamás en As tur ias caballeros y personas principales m u y vale­rosos, na tura les de la t i e r r a , que en ella, y fuera de ella la au­torizasen y ennobleciesen con sus hazañas y fomosos hechos en a rmas y le t ras , y con g ran prudencia y gobierno, y de o t ra s muchas maneras la i l u s t r a sen , de los cuales pr incipalmente ha de t r a t a r nues t r a historia de aqui en adelante , poniéndolos en los t iempos de los reyes que reinaban, á quien servían. To­caremos asimismo de p a s ó l a sucesión de los prelados de la santa catedral de Oviedo , y los gobernodores de que pudiere-remos tener noticia. Fue ron desde el rey D . Alfonso el Sexto, has ta por estos a ñ o s , arzobispos de Oviedo D. S u e r o , D. Ser­rano , D . Gómelo , D . Hermenegi ldo , que fué el pr imero que por autor idad apostólica se llamó a rzob ispo , al cual sucedió. D . Placino , y á este D . Obeco.

6 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

T I T U L O V E I N T E Y T R E S .

DE D. FRUELA II.

§ 1 -

E n t r a á r e i n a r D . . F V u e l a , y l e v á n t a s e p o r r e y e n A s t u r i a s s u h e r m a n o O . R a m i r o .

Quedaron los hijos del rey D . Ordoño al t iempo que murió su p a d r e , al p a r e c e r , con pocos a ñ o s , y por el cont rar io sus tios D . F rue la y D . Rami ro con mucha m a n o , y potencia en las cosas del gob i e rno ; y a s i , D . Frue la se int i tuló rey de León en mur iendo el rey D . Ordoño su he rmano , y D . Rami­ro , que tenia el pr incipado , se hizo l lamar rey de Oviedo, co­mo parece manifiestamente po r u n privilegio que otorgó, á la san ta Ig les ia de Ov iedo , que esta en el t u m b o de la misma ig les ia , que l laman la Regla colorada, y lo refiere Morales , cap. 15 , lib. 16. Yepes Cent. 5 , su fecha el año de 9 2 6 , donde se nombra rey R a m i r o , hijo del rey D. Al fonso , y de la r e ina D o ñ a Ximena , y por él confirma á la santa Iglesia de Oviedo lo que los reyes sus pasados le habian d a d o , y de nuevo le dá muchos lugares y t ie r ras en el reino de L e ó n , cerca de la villa de C o y a n c a , que es V a l e n c i a : por donde parece que no.se conten taba solo con As tu r i a s , sino que todo el reino pre tendía per tenecer le . F i r m a en este privilegio ta re ina D oña Ur raca y Eneibo , Aznares , V i g i l , G-arcia , Gómez , Diaz , Fe rnán Diaz, Gudesteo Menendez , J e remías Menendez , Ablanelo Gudaster , Gómez F e r n a n d e z , Sar rac ino S i l i s , donde son los Solises; Froy la Ximenez y o t ros a lgunos, con el obispo D. Obeco : los cuales todos eran as tu r ianos nobles , pues no tenia otros vasa-

CARVALLO. 7 líos en tierra de Asturias este r e y ; y los nombres y apellidos, son troncos y principios de donde procedieron otros grandes varones de los mismos apellidos, que con grande gloria , y en los tiempos adelante se fueron estendiendo. por toda España con la potencia de estos caballeros. Y á lo que se puede enten­der de la santa' Iglesia de Oviedo , y de D. Gonzalo , hermano de D. Ramiro , que fué arcediano de el la, sustentó su opinión y título de rey en Astur ias , contra la voluntad de su hermano D. Fruela, y del rey D . Alfonso el Cuarto, que le sucedió; y murió finalmente con el mismo título el año de 929, como cons­ta del .epitafio de su sepultura, que está en Oviedo en la ca­pilla de Rey Cas to , y dice as i :

Hic colligit túmulos Begalis sanguino cretwm Begem Ramirum Adephonsi filium, Obijt pridie Kalend. April. Era DGGGG.LXVIL

Por estar quebrantada la piedra, no se puede leer todo este epitafio; pero en los traslados antiguos de los epitafios se halla as i .

§ I I .

L e v a n t a m i e n t o d e l o s c a s t e l l a n o s ; h i j o s y m u j e r d e e s t e r e y .

Era D. Fruela cuando comenzó á reinar, casado con Doña Urraca, y lo habia sido primero con Doña Nunilo Ximena. Tu­vo tres hijos leg í t imos , D . Ordoño , D . Alfonso y D . Ramiro, y un hijo bastardo, llamado Adenar , de quien vienen los Ar-naraces , linage antiquísimo de Astur ias , . aunque pienso que en nuestros tiempos ya no hay quien se llame a s i , por haberse acabado muchas y muy nobles familias con los vai'ios sucesos de los tiempos. Fué notado el rey D . Fruela de cruel; por lo

8 ANTIGÜEDADES DE ASTUKIAS. cual los castellanos eximiéndose de su obedienc ia , nombra ron dos jueces que los gobernasen en paz y en g u e r r a , l lamados La in Calvo y Ñ u ñ o Easu ra . Dan la culpa ele este levantamiento los autores a la mucha servidumbre con que los reyes t r a t a b a n á los castellanos , y los muchos agravios que padecian. N o se hal lando después bien con el gobierno de los dos j u e c e s , vol­vieron á gobernarse por c o n d e s , como Gonzalo Nuñez y Fe r ­n á n González su h i jo ; no como pr imero solian , es tando los tales condes sujetos á los r e y e s , sino con absoluta potes tad, como dicen todos nues t ros buenos h i s to r i adores ; y ponen este levantamiento de jueces en t iempo de D. Frue la I I . E s t o s le­van tamien tos fueron causa de muchas disensiones , y diferen­cias en t re castellanos y l eoneses , y esto pudo ser t ambién cau­sa que D . Ramiro en As tur ias se l lamase rey. N o reinó Frue la nías que un año , y murió miserablemente , cubier to de lepra, el de 9 2 5 , y se piensa que por jus tos juicios de Dios se logró t an p o c o , por haber desterrado de León al obispo Fi rmio . Te ­nia en t iempo de este rey la silla de Oviedo D . Plac ino, s egún cons ta de la confirmación de u n privilegio.

T I T U L O V E I N T E Y C U A T R O .

DE D. ALFONSO EL CUARTO.

§ 1 .

$ i i c e s i o n d e l s'eiaio, y e o m o 1© a«eaí98SBci«'í y s e e a a i r © m o n j e .

Como el rey D. F rue la se habia en t rado por fuerza al pa­recer en el reino , por tocar legí t imamente á D . Alfonso , hijo pr imogéni to del rey D . O r d o ñ o , no le sucedió en el señorío

CARVALLO. 9 ninguno de sus hi jos , aunque eran h o m b r e s ; an tes fué reci­

bido por rey. el mismo D. Alfonso I V de este nombre el año de 9 2 5 , según D. Lucas lo colige de Sampiro . Fué casado este rey con Doña X i m e n a , en quien tuvo u n hijo l lamado D. Ordoño. Eut róse después monje en S a h a g u n , renunc iando el reino en su hermano D. R a m i r o , el año de 927 de nues t ro Redentor , según la mas acer tada cuenta .

§ и. D e l niaao ! § a i i l * c l a y o y s u m a r t i r i o .

E n el t iempo de este rey D . Alfonso I V fué mart i r iza­

do en Córdoba el santísimo niño Pelayo , uno de los mas pe ­

queños , y mayores márt i res que t iene el c ie lo ; y si bien se consideran las circunstancias de su mart i r io , el mas ins igne que nues t r a España h a dado á la ig les ia ; y por h a b e r sido ser­

vido nues t ro Señor de honra r á Astur ias con su sant ís imo cuer­

po , es forzoso dar cuenta de su glorioso t r i u n f o , y lo haré con grandís imo gusto , por la par t icular devoción que desde n iño tengo á este santo niño. Cuenta S a m p i r o , obispo de Salaman­

ca , como el año de nues t ro Reden to r de 9 2 1 , u n grandís imo ejército del rey moro de Córdoba entró' por la t i e r ra del rey D. Garcia Sánchez ele N a v a r r a , destruyéndola miserablemente á fuego y sangre . E l rey que sobre sus t i e r ras vio t a n innume­

rable m o r i s m a , aunque no le faltaba el ánimo , no t en ia fuer­

zas bas tan tes para resist i r le , y asi envió á pedir ayuda al rey de León D. Ordoño , quien le fué á socorrer con g r a n número de gen te , y en t re otros prelados que en su compañía l levaba, fué uno D. H e r m e g i o , obispo de Tuy . Dióse la batal la en el Valle de J u n q u e r a , que es en N a v a r r a , cerca de u n lugar que l laman Salinas , donde fueron los nues t ros d e s v a r a t a d o s , con

10 ANTIGÜEDADES DE ASTÜEIAS. grandís ima pérdida j m a t a n z a , y l levaron los moros tan tos cautivos crist ianos á Córdoba , que igualaban al número de los m o r o s , en t re los cuales fueron asimismo, presos los obispos D . Hermegio de T u y y el de Sa l amanca : fatigado el ele T u y con la prisión y servidumbre , t r a tó con los moros que le die­sen l ibertad, para venir á su t ier ra , que él les enviaría rescate por sí y por otros c r i s t i anos , cuyo rescate liabia de ser en-viándoles los moros que en t re los cristianos habia cautivos, computando el precio de unos con el de los otros , de mane ra que habia de ser t rueque igualmente de moros y de cr is t ianos . Aceptando los moros el p a r t i d o , salió de Córdoba el obispo, dejando por rehenes un sobrino suyo , l lamado Pelayo, de diez años, de ra ra he rmosura y es t remada belleza, cargados sus t ier­nos y delicados miembros con el pesado hierro y pr is iones del anciano tio , que despidiéndose como prelado hecho la b e n d i -dicion á aquella sacra víct ima que dejó, p a r a ser sacrificada á nues t ro Señor.

§ I I I .

P r i s i ó n j v i r t u d e s t i c ! n i ñ o s a n t o .

Como Pelayo habia de hacer profesión de la fé católica, ru ­bricándola con su sangre , quiso la Divina Providencia , que tu ­viese en la cárcel su novic iado , ejercitándose pr imero en las demás v i r tudes , para hacerse digno del mart i r io; y asi cuentan los autores de su h i s t o r i a , como en la aspereza y hor ro r de aquella cárcel se mos t raba es t r emadamente h o n e s t o , t emplado y p ruden te , velaba en oración , y leia muchas cosas san tas , y s iempre movia pláticas v i r tuosas , y escusaba las que no érala tales con mesura y .gravedad apacible , muy ageno de risa; con este concierto conservaba , p r egun taba y r e s p o n d í a : y cuanto mas el demonio procuraba destruir le estas v i r tudes con m u -

CARVALLO. 11 chas t en t ac iones , t an to mas firmemente él las fundaba en la resistencia. Asi pasó el santo n iño t r e s años en la cárcel, acre­centando siempre sus v i r tudes , y mereciendo mas de veras que Dios le honrase con la corona del mar t i r io . N o debió de poder el obispo su t io acud i r á cumplir con los moros lo que habia p a c t a d o , en todo este t i empo, por las g randes guer ras que habia en t re moros y crist ianos , y otros inconvenientes que de­bió de haber muy grandes ; ó acaso por haberse muer to an tes de poder volver á desempeñar su r ica prenda ; ó permitiéndolo asi nues t ro Señor , para mayor bien del san to N i ñ o , y gloria de su Mages tad Divina.

§ I V .

O c a s i ó n d e l m u r i h ' i o d e l n i ñ o s a n i o .

Viendo los moros la la rga prisión de Pelayo , compadecién­dose algunos de su niñez y delicadeza , no mirando ot ra cosa, ni el bien que alli se a l canzaba , como infieles , al fin dieron cuenta al rey de Córdoba Abder ramen I I I , de como aquel be­llo muchacho estaba en la cá rce l , encareciéndole m u c h o su h e r m o s u r a ; y esto fué es tando el rey comiendo , el cual v iendo el encarecimiento , se le encendió g r a n deseo de v e r l e , y as i mandó que luego se lo t ragesen delante . Fue ron con p res teza sus criados á la mazmorra donde es taba el san to n iño , y di-cióndole que el rey le enviaba á l l a m a r , y encareciéndole la fortuna que tenia de que el r ey por su mucha he rmosu ra se queria servir de é l , luego le qu i t a ron la cadena y sus andra­jos , y le adornaron con u n rico vestido á la m o r i s m a , y le lle­varon delante del r e y ; y todo con t a n t a brevedad , qué llega­ron á su presencia cuando se levantaba de comer: el cual admi­rado de la e s t r aña belleza de P e l a y o , y aficionado á ella des­ordenadamente , le dijo estas palabras : He rmoso n iño , si dejas

12 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. las leyes de los crist ianos, y quieres seguir la de Malioma , yo te recibiré por paje m i ó , y te liaré u n g ran señor, con g randes honras y r iquezas ; bien hechas de ver mi g rande poderío , y pues de todo tendrás lo que quieres, y de estos mas pr inc ipa­les- de mi palacio tomarás los que t u quisieres pa ra t u servicio; y por dar te mas contento mandaré sacar de las mazmorras los crist ianos que quis ie res , y les daré l i be r t ad ; y si quieres t r a e r acá á tus padres , yo los honraré con grandes cargos y digni­dades. E l bendi to niño con varonil esfuerzo de crist iano le res­pondió : Poderoso rey, todo eso que p rometes t engo yo por vanidad, y todo es nada cuanto ofreces , y viene á consumirse con él t iempo , y el bien que me pre tendes qu i t a r , que es J e ­sucristo , mi Dios y Señor , á quien yo adoro , no puede t ene r fin , porque tampoco t iene principio ; y habiendo criado todas las cosas de n a d a , es el ser de e l las , y las t iene debajo de su poderío y mando ; yo soy crist iano y lo seré , como lo he sido, sin negar jamás á Jesucr is to mi bien. Rayéndose el rey, p a r e -ciéndole que todo aquello no era mas de u n amor ficto, indus­t r iado por algunos cris t ianos, con mucho halago y b landura se llegó al santo n iño , queriendo tocarle en el ro s t ro con al­g u n a mues t r a de deshones t idad ; y entonces el valeroso Pela- -y o , no como n i ñ o , sino como varón esforzado , poniendo la mano delante, y echando de si al r e y , haciéndose hacia a t r á s , le dijo con grande esfuerzo : A p a r t a p e r r o , piensas por ven­t u r a que soy alguno de tus infames y afeminados mozuelos que te sirven? Y diciendo estas palabras con u n a s an t a cólera, r a s ­gó el rico vest ido, y echando de si, se puso como mas desemba­razado , y apercibido pa ra cualquiera lucha en que fuese me­nes ter e n t r a r , y mor i r por Cristo. E r a t an to el amor que en el pecho del malvado Ab der ramen se habia emprendido , que no bastó á entiviarle este d e s d e n , y las pa labras ásperas de P e l a y o ; y asi mandó á los suyos que procurasen con b landura

CARVALLO. 13 y caricias moverle á dejar la fé de los cris t ianos : lo cual ellos procuraron con muchas veras , conociendo lo mucho que el rey lo est imaba ; mas el s a n t o , perseverando siempre firme y cons­t an t e en la fé catól ica, solamente les daba por respuesta , que era crist iano , y que mien t ras le durase la v i d a , persevera r ía en conservar la ley de su Dios y S e ñ o r , y obedecería sus san­tos mandamien tos .

§ V.

M a r t i r i o d e l s a u t o n i ñ o .

Conociendo que el n iño no habia podido ser apa r t ado de la fé católica, encendido en infernal coraje Abde r r amen , y convir­t iendo su nefario amor en una rabiosa fur ia , le mandó dar u n fiero t o r m e n t o , que l lamaban de ga r ro te ó g a r r o c h a , levan­tándole muchas veces en a l t o , y dejándole caer de golpe en el suelo , has ta t an to que negase la fé de Cristo ó perdiese la vida. Púsose luego en ejecución, y padeció Pelayo es te to r ­men to con t a n t a severidad de ánimo , que mos t raba m u y bien Cuan aparejado estaba pa ra sufrirle. Viendo el furioso rey la constancia invencible del n iño , le mandó despedazar , y que después de t ronchados sus miembros los hechasen en el rio Grua-dalquivir ; y para que esta muer t e fuese de mayor dolor y sen­t imiento , ordenó que le fuesen cor tando los miembros m u y despacio uno á uno. Asieron con despiadada furia al m a n s o corderito aquellos lobos ca rn ice ros , y minis t ros con infernal c rue ldad , y le despojaron sus r o p a s , dejándole solamente la camisa , y le tendieron en el suelo encima de u n tajo, como de carnicero , y amarrándole con unos cordeles por el cuerpo, des-embainaron sus alfanges y machetes . Levantó el bendi to n iño al cielo los ojos , donde ten ia el pensamien to , y mien t r a s que se afilaban los cuchillos pa ra el sacrificio, hizo á Dios su ora-

14 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. c ion , invocando su divino nombre , y diciendo : l íbrame Señor , de mis enemigos , levantando al cielo las manos pa ra decir e s t o , uno de los verdugos le .cortó u n brazo : paréceme que volvió el glorioso márt i r los ojos al otro l a d o , pa ra que el otro sayón le igualase la sangre, como lo hizo, deteniéndose u n ra to pa ra que mas penase. Padecia el bendito Pelayo toda esta fie­reza con t a n divino esfuerzo y con t a n t a firmeza , como si es­tuviera en una regalada cama; tenia su ánimo sosegado , y no se le oyó voz n i n g u n a , sino las con que invocaba á Jesucr i s to , yéndole cor tando los b r a z o s , y después los pies y las p ie rnas en muchas p iezas , los inhumanos verdugos se en t re tuv ie ron en esta anotomía desde la una has ta las seis de la t a rde , que le qui taron la cabeza y la vida. F u e r o n hechados sus santos miembros en el r i o ; mas los cris t ianos que en Córdoba resi­dían , los buscaron Con diligencia, y ayudando la Divina Prov i ­dencia , los hal laron y recogieron con la mayor solemnidad que pudieron , y los sepul taron en la iglesia de San Ginés, y la ca­beza en San Cipriano. Tenia Pelayo t rece años y medio cuan­do fué mart i r izado, u n domingo á veinte y seis de Jun io de 925 . Escribió su vida y mart ir io el presbítero R a q u e l , que se halló p r e s e n t e , y de él la tomaron los Santorales antiquísimos y Breviarios, y otros muchos a u t o r e s , y es como lo he referido. Fué t an señalada cosa este mar t i r io , que luego la fama de él se estendió por toda la c r i s t i andad , ha s t a l legar á Alemania , donde vivia en aquel t iempo una monja l lamada Rosiunda, de g ran l inage y singular i ngen io , que en verso heroico escribió y celebró con mucha diligencia este m a r t i r i o , afirmando haberlo sabido de hombre que se habia hallado presente : y con mucha razón se debia toda esta celebridad á un niño , que podemos decir fué már t i r t an tas veces, cuantos fueron los miembros que le cor taron; y á su t iempo diremos la manera con que fué t ra ido su santo cuerpo á Oviedo , donde está al presente.

CARVALLO. 15

.. § V I .

JLos h i j o s j m u j e r d e 3>. F r u e l a s e a c o g e n á A s t u r i a s .

Como el rey D . Alfonso el Cuar to entró en el reino en odio de los hijos del rey D . Frue la su predecesor, ellos y su m a d r e Doña Urraca se acogieron á As tur ias para que los amparase y defendiese D . R a m i r o , hijo de D . Alfonso el Magno (que como hemos visto se l lamaba rey) él les recibió bien , dándoles las tenencias de a lgunas villas y cas t i l los ; y la re ina Doña U r r a c a se halla que confirma el privilegio de es te rey pa ra la san ta Iglesia de Oviedo , que arr iba queda referido. Lo demás se vé manifiestamente por lo que abajó se dirá.

T I T U L O V E I N T E Y C I N C O .

DE D. RAMIRO II.

§ 1 -

P r i n c i p i o d e s u r e i n a d o .

E l rey D . Ramiro I I , luego al principio de su re inado entró por las t ier ras de los moros haciéndoles guer ra . Mient ras t a n ­to su he rmano D . Alfonso el Monje, dejando él hábi to, a r re ­pentido de haber renunciado el r e i n o , se apoderó de la ciudad de León. Volvió cont ra él con su gen te su h e r m a n o D. Ramiro , y teniéndole cercado dos a ñ o s , al fin de ellos le rindió y echó en p r i s iones , como dice el arzobispo D . L u c a s , y fué el año de 929 . Fué casado la p r imera vez con la re ina Doña Ur raca ,

16 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. en la cual tuvo á D. Orcloño ; y la segunda vez con Doña San­cha F l o r e n t i n a , hija del rey D . Sancho Abarca, y h e r m a n a del rey D . García Sánchez de N a v a r r a e n la cual tuvo á D . San­cho, y á Doña Elvi ra .

§ 1 1 .

R e b e l a s e e n A s t u r i a s Ì ) . A l f o n s o , h i j o d e 9?rue la .

E n este mismo año de 929 , murió en As tur ias D. R a m i r o , hijo de D . Alfonso el M a g n o ; y como había dado en As tu r ias donde reinaba t a n t a mano á D . Alfonso , D . Ordoño y D. Ra­miro , hijos legítimos del rey D. Frue la I I , y t en ían las fuer­zas mas principales de esta t i e r r a , m u ñ é n d o s e D. R a m i r o , se comenzó á l lamar rey de Oviedo , y las As tu r i a s D . Alfonso, hijo mayor de D. Frue la I I , aprovechándose de la ocasión en que andaba ocupando el rey de L e ó n , y en el favor de sus he rmanos , como refiere Morales lib. 16, cap. 1 0 , y aun dice el mismo a u t o r , que halló pa ra esto las, voluntades de algunos as tur ianos apare jadas , por en tender que le per tenecía de dere­cho el r e i n o , y por t ene r compasión de ver des te r rados y es-clusos d e l re ino á estos hijos de D . F r u e l a ; ó porque (como dice D . Alfonso de Car tagena) no l levaban bien los as tur ianos que el rey de León no pusiese pr imero el t í tulo de rey de Ovie­do, que de ot ro a lgún reino , pues era el pr imero de t o d o s , y por esta causa no repugnaban muchos que D . Alfonso se lla­mase rey de Oviedo ; antes se apercibían pat-a ayudarle y man­tenerle en su opinión. L a General del rey D . Alfonso dice, que los astur ianos consintieron la t i ranía de estos hermanos , por no haberles dado pa r t e de la renunciación del reino.

CARVALLO. § 1 1 1 .

17

A n t i g ü e d a d d e l o s F u e r t e s ; j e l r e y v i e n e á a l l a n a r

á A s t u r i a s .

Con todo eso los m a s , y de mejor condición sus ten taban la opinión del rey D . Ramiro , aunque no ten ian fuerzas bas tan tes pa ra ello , por tener D . Alfonso y sus he rmanos las p r i n c i p a ­les. Hab ia en está sazón u n caballero l lamado F u e r t e s l u s t ez en As tur ias , que sin duda era de los principales del reino, por­que le hallo que confirma en las car tas reales de aquellos t i e m p o s , como son en un privilegio del mismo rey D . Rami ro , que Yepes pone al fin del tomo 3 de la Crónica del orden de San Benito; y confirma asimismo en ot ro privilegio que es del rey D . Ordoño el Tercero , que el mismo au to r pone al fin del tomol. E s t e caballero Fue r t e s en nombre d é l o s As tur ianos lea­les , habiendo tenido sobre ello su consejo y a c u e r d o , fué á dar aviso de lo que pasaba al r e y , al cual enviaron á decir po r este caballero viniese en persona á As tur ias , que ellos le obedece­r ían y recibirían por su ve rdadero rey y señor n a t u r a l ; po rque de o t ra suer te no podían , por es tar D . Alfonso muy apodera­do de la t ierra . Pensó el rey D . R a m i r o , que en esto habia al­g u n a t ra ic ión encub ie r t a , y qué le querían coger en As tu r ias desaperc ibido, pa ra darle muer t e , y asi vino con el mayor nú­mero de gen te que pudo j u n t a r ; pero en t r ando en As tur ias , s in que fuese necesario echar mano á la e s p a d a , le recibieron po r rey como leales vasa l los , pidiéndole s o l a m e n t e , que no menospreciase el t í tulo de rey de Oviedo y de las As tur ias , pues era el que habían tenido sus predecesores : y parece que el rey lo hace asi porque (como dice Morales) se . t i tu laba pr i ­mero rey de Oviedo , que de León ; y consta de u n a Biblia an ­t igua en un muy g rande p e r g a m i n o , que se halla en el monas -

18 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. ter io de O ñ a , mas an t igua que el mismo m o n a s t e r i o , pues di­ce que se acabó de escribir el año de 943 , y prosigue diciendo, que tenia la sublime cumbre del reino de Oviedo y de León el glorioso y serenísimo príncipe D . Ramiro , según mas c o ­piosamente lo refiere Morales . Del apellido de los F u e r t e s ha­llamos después de este F u e r t e s I u s t e z , o t ro magna te l lamado Fuer t e s Diaz , que confirma u n privilegio de la Igles ia de Ovie­do , o torgada por el rey D . B e r m u d o Segundo en la E r a de 1034 y otro privilegio del mismo a ñ o , en que el mismo rey ha­ce donación de mucha hacienda al monas ter io de San Pelayo. También Suero F u e r t e s confirma en t re los R icos -homes de ot ro privilegio que pone Morales al principio del lib. 17 . D e Gonzalo Fue r t e s de Cangas hay mucha mención en el l ibro del becerro de la san ta Iglesia de Oviedo. Y otros muchos notables hombres hubo de este apellidó en A s t u r i a s , pr inc ipa lmente en t i e r ra de Cangas de Tineo.

§ I V .

C a s t i g o «le l o s r e b e l a d o s y f u n d a c i ó n d e l m o n a s t e r i o d e R i o f o r e o .

Habiendo los As tur ianos acudido á la obediencia del rey D . R a m i r o , luego D.' Alfonso y sus h e r m a n o s , siendo des­amparados de los que les s e g u í a n , fueron presos por el rey su tio , y les llevó á la misma pr is ión donde es taba D . Alfonso el Monge su h e r m a n o , y á todos cuat ro en u n mismo dia hizo sacar los ojos. Fué este hecho no tado de c rue ldad , y el mismo rey formando después conciencia 'de ello, fundó y dotó el mo­naster io de San Ju l iano de Rioforeo á dos leguas de León , y en él tuvo á los cua t ro ciegos presos , y les mandó hacer m u y buen t r a t amien to . Con estas diferencias civiles que sucedieron por los años de 929 y 930 los castel lanos iban mejorando cada

C AB VALLO. 19 dia en su par t ido , y es tend iendo sus términos , y asentaban con mayores fundamentos su esencion y l ibertad.

§ V.

H i j o s y m u j e r d e D . R a m i r o .

Después de haber a lcanzado este rey muchas victor ias de los moros , y haberles g a n a do la villa de Talavera el año de 949 volviendo á Leon victorioso , pasó á Oviedo á vis i tar sus gran­des s a n t u a r i o s , y á dar las gracias á N ues t r o Señor"; en la en la cual ciudad le dio u n a grave enfermedad , y haciéndose, volver á L e o n , murió de e l l a , habiendo recibido los santos s a c r a m e n t o s , y fué e n t e r r a d o en la iglesia de San Salvador de L e o n , como dice S a m p i r o . Y fué este rey casado con la rei­na Doña U r r a c a , en la cual hubo á D . S a n c h o , que mur ió m a n c e b o , y á D . Ordoño que casó con hija del conde de Cas­tilla F e r n á n Gonzalez , l l a m a d a también Doña Ur raca . Casó D . Ramiro segunda vez con la infanta D oña Teresa F loren t ina , hija del rey D . Sancho A b a r c a , y h e r m a n a del rey D . García Sánchez de N a v a r r a , y en ella tuvo al rey D . S a n c h o , y á Doña Elvira .

§ V I . • • ,

A r z o b i s p o s d e O v i e d o ; d o s á u n t i e m p o .

Tuvie ron 'en t iempo de este rey la silla d é l a san ta Igles ia de Oviedo , D. Obeco como propio arzobispo , y D . Diego como coadjutor suyo , como parece por u n a donación del mismo rey , donde en t rambos á dos conf i rman; y asimismo están sus r e t r a ­tos en u n l ibro Gótico de la misma ig l e s i a , D . Obeco con bá­cu lo , y D . Diego sin él. F u é D . Diego as tur iano , n a t u r a l de

20 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. H é v i a , como consta de la donación que hace á la san ta I g l e ­sia de Oviedo de la hac ienda que heredó de sus padres en di­cho lugar .

§vn. A s t u r i a n o s n o b l e s é i l u s t r e s .

H a y noticias en escr i turas de aquellos t iempos de a lgunos as tur ianos , que como magna t e s confirmaban en las car tas rea­les , como son Eneco A d n a r e s , F e r n a n d o Diaz , Sarracino Si-liz , Vigil G a r c í a , V imarano Méndez , Froi la Ximenez, Gómez D i a z , Gómez F e r n a n d e z , Usorices M u n u y a , Asu r Fernandez , Froi la Pinioliz , y o t ros a lgunos .

T I T U L O V E I N T E Y' S E I S .

BE D. 0RB0Ñ0 TERCERO.

§ 1 .

S u m a d e s u r e i n a d o .

E l mismo dia que murió' el rey D . Ramiro Segundo entró á re inar su hijo D . Ordoño Tercero de este n o m b r e , cont ra el cual se levantó su he rmano D , Sancho , confiado en la ayuda del rey de N a v a r r a D . García Sánchez su t i o , y en el favor que le promet ía el conde F e r n á n González , con t ra el rey de León , con ser su yerno . Sentido de esta mala correspondencia de su suegro el rey D . O r d o ñ o , repudió á su mujer D o ñ a Ur raca , hija del. mismo conde , y se casó con D o ñ a Elv i ra ó Geloyra (que todo es uno) dama muy h e r m o s a , y pr incipal de As tur ias , s egún afirma P e r A n t ó n Beu te r Ub. Icap. 32 . E n es ta as tu r iana

CARVALLO. 21 tuvo el rey u n hijo l lamado Be rmudo , que fué el (rotoso. Mu­rió este rey en Z a m o r a año de 955 y fué sepultado en San Sal­vador de L e ó n , j u n t o á su padre .

§ 1 1 .

C r o m a c i o B e l i n e z y T o r i l d a F e l i z d e T i n e o .

Fué valeroso caballero en estos t iempos Cromacio Belinez de por aquellas pa r t e s que confinan con Tineo , el cual sirvió al rey D . Ordoño Tercero t an va l e rosamen te , como se puede co­legir de la merced que le hizo , pues le dio g r a n cant idad de hacienda en t i e r ra de Tineo , y en t re otros h e r e d a m i e n t o s , le dio el lugar de Villaberulsi en el dis tr i to de Allande , que habia sido del conde Verulfo , que se habia ido á vivir á t i e r ra de León en el valle de A r d o n , donde edificó el monaster io de San J u s t o j y P a s t o r en este lugar de Vi l laberu ls i , l lamado asi por haber sido del conde Verulfo , y ahora se l lama Villabrufe. F u n ­dó después en el valle de Al lande ot ro monas ter io á San J o r g e el mismo Cromacio y su mujer Tori lda Feliz , con quien casó en T i n e o , siendo de los mas nobles y principales de aquella t ier ra j como por espresas palabras dice u n a escr i tura de dona­ción que hacen el mismo Cromacio , y su mujer á la san ta Ig le ­sia de Oviedo, del mismo monas ter io el año de 975 donde cons­t a todo lo que hemos dicho, y asimismo los hijos que tuvieron, l lamados Félix , M u ñ o , Sarrac ino y F e r n a n d o .

T I T U C O V E I N T E Y S I E T E .

D. SANCHO EL GORDO Y D. ORDOÑO EL MALO

. ' § I-

R e b e l i ó n c o n t r a e l r e y .

A D. Ordoño Tercero sucedió en el re ino D . Sancho su t io ,

22 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. hermano de su p a d r e , po rque el infante D . B e r m u d o era n iño , y no era t en ido por legí t imo , po rque juzgaban por injusto el repudio de Doña U r r a c a , y el casamiento con D o ñ a Elv i ra por invalido. L lamaron á este rey D . Sancho el Gordo , por es tar m u y hinchado de una penosa h id ropes ía , t an to , que juzgándole el conde F e r n á n Gonzá lez , y sus secuaces por imposibili tado p a r a r e i n a r , le escluyeron del re ino ; y luego el año s iguiente de 956 levantando po r rey á D . O r d o ñ o , hijo del rey D. Alfon­so el M o n g e , D . Sancho se acogió á su tio el rey D . García Sánchez de N a v a r r a , y desde allí se fué á curar á Córdoba con los médicos de los moros , que á la sazón eran m u y famosos, y le recibió bien A b d e r r a m e n , y habiéndose curado , le dio u n valiente ejérci to, con que volviese á recobrar su reino.

§ I L

L e a l t a d d e l o s A s t u r i a n o s , y c a s a m i e n t o d e O . S a n c h o .

D . Ordoño , que na tu ra lmen te era cobarde , y por sus mu­chos vicios l lamado el Malo , y aborrecido de todos , no se a t re ­vió á esperar en León á D . Sancho , y asi salió de la ciudad es­condido , y se vino á las A s t u r i a s , pareciéndole que con la aco­gida de los as tur ianos estar ía seguro. Los de Astur ias , que s iempre habían estado por el rey D . S a n c h o , no solamente no le quisieron a m p a r a r , pero ni aun le quisieron consent i r en la t i e r r a , y D. Ordoño se fué á B u r g o s , y no hal lando allí t am­poco buena acogida , se pasó á los m o r o s , y D. Sancho fué r e ­cibido por rey , y se casó con Doña T e r e s a , hija del conde ele M o n z ó n , según dice Mora l e s , y tuvo en ella á D Ramiro su hijo.

CARVALLO. 23 § 1 1 1 .

E l r e y e n v í a á b u s c a r e l c u e r p o d e ¡San P e l a y o , y m u e r e a n t e s q u e v e n g a .

Hallándose en Córdoba el rey D . S a n c h o , tuvo mucha noti* cia del reciente mar t i r io del valeroso n iño San P e l a y o , de lo cual dio después larga relación á su mujer D oña Teresa , y á la infanta Doña Elvi ra su h e r m a n a , que era monja en León. E s ­tas señoras con una t ierna devoción qué ten ían al santo n iño , hicieron muchas instancias p a r a que el rey enviase á Córdoba por su santo cuerpo. E l rey lo hizo a s i , enviando una solemne embajada á su amigo el rey Abder ramen por D . Ve l a sco , obis­po de L e ó n , y otros a lgunos caballeros de su - re ino, pidién» dolé con mucho encarecimiento las preciosas reliquias del san­t ísimo n i ñ o ; mas an tes que, volviesen con la r e s p u e s t a , el rey fué muer to con ponzoña que le dio D . Gonzalo , u n t i rano que en Galicia se habia rebelado. Fué su m u e r t e el año de 967, se­g ú n la cuenta que lleva Ambrosio de Morales .

T I T U L O V E I N T E Y O C H O .

D. RAMIRO TERCERO.

§ 1 .

S u m a d e s u r e i n a d o .

Sucedió en el reino á D . Sancho el Gordo , su único hijo D . Ramiro Tercero de este nombre , el año de 967 y por quedar niño de cinco años , padeció el re ino graves miserias y ' calami­dades , y tuvo muy t r i s tes sucesos , que en las generales his to-

24 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. rías se podrán ver. Casó este rey el año de 980 con la re ina Doña U r r a c a , de la cual no dejó hijo a l g u n o ; murió de su en­fermedad el año dé 985 , según lo p rueba Morales . '

§ H .

E l c u e r p o d e $ a n P e l a y o e s ( r a i d o a L e ó n .

E n el p r imer año de D . Ramiro el obispo de León D. Ve-lasco , y los demás embajadores que habian ido á Córdoba por el cuerpo de nues t ro n iño Pelayo , habiéndole alcanzado de A l i a t a r , que habia sucedido á A b d e r r á r n é h , lo trajeron á la ciudad de León , donde fué solemnemente recibido por muchos ob i spos , a b a d e s , y concurso m u y g rande de c lé r igos , y fué encerrado su santo cuerpo en u n a arca de p l a t a , como dice la his tor ia compos te l ána , y pues to eu u n monaster io , qué solo pa ra esto habia mandado edificar el rey D . Sancho , y estas s e ñ o r a s , cuyo t í tulo diremos abajo , cuando contemos la ma­nera que este santo cuerpo fué t ra ído á Oviedo. L a re ina D oña T e r e s a , como estaba v i u d a , se ent ró monja , por la g ran devo­ción que tenia á este santo m á r t i r , como consta por un privi­legio que abajo referiremos.

§ ni. L e a l t a d d e l o s A s t u r i a n o s ,

Fue ron t an miserables los t iempos de este r e y , que vino á t a n t a estrecheza, que no tenia o t ra cosa de todo el r e i n o , sino á León y A s t u r i a s ; porque los Castellanos se habian eximido de todo pun to de la sujeción del rey de León , y obedecieron ;

por absoluto señor al conde D. García Fernandez , sucesor de Fe rnán González , y Galicia es taba toda ocupada por D. Ber-

CARVALLO. 25 m u d o , hijo del rey D . . O r d o ñ o , que se habia criado s iempre en t re los gallegos. Con estas divisiones los moros se habían acercado t a n t o , que tomando á S i m a n c a s , en t raban ta lando y corriendo la t i e r ra h a s t a los muros de la ciudad de L e ó n , sin que hubiese nada s e g u r o ; solo ten ia el afligido rey es tando en aquella ciudad , seguras las espaldas con la fidelidad y leal tad de los As tur ianos , es tando oprimido por todas las o t ras pa r t e s . De estos se valia y a y u d a b a , y estos sus ten taban la gue r ra con sus g randes ánimos , acudiendo á León al servicio del r e y , y resist iendo por el costado occidental los ga l l egos , siendo cau­dillo u n notable as tur iano, l lamado F r u e l a Vela, del cual abajo ha remos mención. '

§ I V .

. R o d r i g o A l v a r e z d e A s t u r i a s .

P r o c u r a b a n también los castellanos en t ra r en Astur ias por el o t ro costado del Oriente , pareciéndoles que diver t iendo por estas pa r t e s á los as tur ianos , no podian acudir á León á la defensa de su rey ; pero hal laron g ran resis tencia (según Cus­todio) en Eodr igo Alvarez de A s t u r i a s , notable y valerosísimo caballero ; y perdidas las esperanzas de poder en t r a r en esta provincia á fuerza de a r m a s , de te rmina ron aprovecharse de sus m a ñ a s , y pa ra e s t q , dejando la g u e r r a , t r a t a r o n que Diego La inez , descendiente de D . Diego P o re ello , que (como hemos dicho) babia ido á poblar á Bui-gos , se casase con Doña Teresa N u ñ e z , h i j a de Rodr igo Alvarez de As tu r i a s , pa ra ganar le con esto la voluntad , y desaficionarle del servicio del rey . N o i n ­currió e s te caballero en lo segundo , antes per severo s iempre en su leal tad , aunque concedió lo pr imero po r es tar le bien , y asi se casó Doña Teresa su hija con Diego Lainez , padre que fué del C i d , según cuenta el arzobispo D . Rodr igo . Y en el

26 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. t umbo negro de Sant iago de Galicia se ba i la u n a memor ia an­t igua , con estas p a l a b r a s : Dia Lainez Friso muller filia de Ruiz Alvarez de Asturias, tuvo en ella a, Rodrigo Diaz. E s t e fué el que l lamaron el Cid. También afirma esto Morales lib. 17, cap. 37 j y Sandoval en la fundación del monaster io de San P e ­dro de C á r d e n a , y en el l inage de los Cast ros . P o r manera , que este notable y prodigioso varón, nunca bas tan temente ala­bado , es por su madre a s t u r i a n o , y por su padre descendiente de as tur iano. Ot ras i lustres familias y l inages proceden de este Rodrigo Alvarez de Astur ias , como se verá en ot ro lugar .

§ V .

M i l a g r o d e l a s r e l i q u i a s d e l a C á m a r a S a n i a ,

Cerca del año de 966 que era en t iempo de este r e y , t en ia la silla de la santa Iglesia de Oviedo D . Ponce , el cual con al­gunas personas principales , movidas por cu r ios idad , que por devoción, p rocura ron abrir la g rande arca de re l iqu ias , y lle­gando á tocar la santa a r c a , que podemos l lamar del Viejo y Nuevo Tes t amen to , pues encierra en sí t an tos tesoros de uno y de ot ro , pareció salir de ella t a n t o r e s p l a n d o r , que todos quedaron d e s l u m h r a d o s , con g rande asombro y t e m o r , y el obispo, y muchos de los que con él es taban, quedaron ciegos de todo p u n t o , de los cua les , andando el t i e m p o , sanaron algu­nos , y otros quedaron pe rpe tuamen te sin vista. E s au to r de este milagro el rey D. Alfonso el S e x t o , que lo refiere muy á la larga en u n a donación que hace á la san ta Iglesia de Oviedo del concejo de L a g u e y o , que es L a n g r e o ; y nombrando á D . P o n c e , le l lama varón de g ran v i r t u d , y que por secreto juicio de Dios sucedió aquel milagro. E l P . Mar iana le l lama arzobis­po , y asi le l lama también la re ina D o ñ a Ve la squ i t a , mujer del

CARVALLO. 27 rey D. Bermudo el Segundo , espresamente en u n a donación que le hace. Otros piensan que este milagro sucedió al obispo D. Ponce j que vivió en t iempo de D. Be rmudo Tercero .

§ V I .

C o m o l o s P o n c e s s o n a s t u r i a n o s .

Algunos au tores hacen á los Ponces na tura les de Franc ia , fundados solamente en que se l laman de M i n e r v a , y que des­cienden de un castillo que se l lama asi en t re Tolosa y N a r b o n a , conjeturando que vinieron á E s p a ñ a en compañia de D. R a m ó n de To losa , en t iempo del emperador D. Al fonso ; y p i ensan que en E s p a ñ a no habia an tes de esto personas de cuenta de este apel l ido; mas ya vemos que en esto segundo se e n g a ñ a n , porque mas de doscientos años an tes de aquellos t i empos habia en Oviedo este prelado ; y luego veremos como hubo otros del mismo nombre antes de los t iempos de este e m p e r a d o r ; y sin duda eran muy pr inc ipa les , pues el obispado de Oviedo no se daba sino á los tales, y un hijo de un rey se conten taba con u n arcedianato de esta san ta Igles ia , como refiere n u e s t r a h is to­r i a ; sin esto veremos el úl t imo D. P o n c e , como era tio del rey D. Sancho el M a y o r , y as tur iano de nac ión ; y asimismo cons­t a por donaciones que hace de la hacienda de sus padres , que tenia en la misma prov inc ia ; de lo cual se ve por m u y cierto, que fué en As tu r ias muy principal es ta familia de los Ponces , antes que viniesen lbs de To lo sa , y que este nombre quedó en esta provincia de la an t igua familia de los Ponc ios Romanos , como ot ras muchas que arr iba hemos tocado ; y después que vinieron los Poncios de Minerva de T o l o s a , se diferenciaban en que los nues t ros se l lamaban solamente Poncios , y los otros se l lamaban Poncios de M i n e r v a , pa ra dis t inguirse de los na­t u r a l e s , como consta manifiestamente de u n a donación que el

28 ANTIGÜEDADES DE ASTDBIAS. rey Fe rnando de Leon, hizo á la iglesia de As to rga del lugar de Somoza en veinte y siete de Jul io de la E r a de 1197 , donde confirman de es ta mane ra : Gomes Pontius, Maiordomus Begis, y luego Pontius de Minerva; y en u n a donación que hizo la re ina D o ñ a U r r a c a , hija del emperador D . Alfonso, al monas­ter io de San Vicente de Oviedo de unos lugares en Llanera , el dia veinte de Febre ro de la E r a de 1199 confirman los mis­mos de es ta n i a n e r a : Gomes Pontius, y luego ot ro Gomes Pon­tius de Minerva. Y es de n o t a r , que en estas escr i turas , y en o t ras que refiere Sandoval en la descendencia de los Ponces de Leon , duques de A r c o s , confirman s iempre pr imero nues­t ro n a t u r a l , que el de Minerva. Y yo he vis to a lgunas ot ras de esta m a n e r a , como fué en los archivos de Corias u n a del emperador D . Alfonso en la E r a de 1188 : y confirman Pontius Maiordomus Imperatoris, y mas abajo Pontius de Minerva. Y en el monaster io de Carrizo vi u n privilegio del rey D . Alfonso y Doña B e r e n g u e l a , de la E r a de 1236 en que dan al monas ­ter io la mi tad de Carrizo , y confirman Comité Fr. Pontii, va" sallo Begis, que por ser estranjero fué m e n e s t e r nombrar lo asi, y luego Pondo Vela, Teniente Virgidium , que es U r g e l ; y en el mismo monas ter io hay ot ro privilegio del rey D . Alfonso, digo D . F e r n a n d o , donde confirman Comes Pontius ,-Maiordo­mus Begis, y Pontius de Minerva: y en es ta pa t r i a quedó t am­bién este apellido conservado siempre en los Fe rnandez de Mi­r a n d a , y asimismo en los Díaz y Vigile s , como tocaremos en sus l u g a r e s , que todos eran u n o s , y m u y par ien tes , como de ordinario son las casas nobles de A s t u r i a s .

- § VIL E l m o n j e V i g i l , X i m e u o V i g i l , V i g i l a A l v a r e s e -

y V e l a s e o V i g i l .

P o r estos t iempos hubo un h o m b r e en A s t u r i a s m u y señala-

CARVALLO. 29 do en le t ras , l lamado el monge V i g i l , el cual escribió u n l ibro de concilios por su m a n o , de le t ra gó t i ca , p in tando al pr inci­pio la Cruz de los Angeles , insignia de los as tur ianos , como él lo e r a , según por esto , y por el nombre de Vigi l se colige: y en t re a lgunas cosas notables que contiene este este l i b r o , lo son mucho unos versos asc l ip iadeos , y en las le t ras pr imeras de ellos se pone el nombre Vig i la , y en las finales E r a mille-sima sivé cuar ta d e c i m a ; artificio no menos cur ioso , que difi­cultoso , y que en nues t ros t iempos , que t a n t o florecen las ar­tes , seria muy est imado otro t a l , cuanto m a s entonces , que aun lat in no se s a b i a , ni enseñaba. E s t á este l ibro con los de-mas que en San Lorenzo del Escor ia l hizo j u n t a r la majestad del católico Phil ipo su fundador , y lo refiere Morales . Ot ros muchos personajes hal lamos del apellido de V i g i l , que acudian al servicio de los reyes por estos t iempos , como Ximeno Vigil el año de 922, y á Vigila Alvarez el de 9 4 7 , y á Velasco Vigil el de 9 7 8 , todos ellos Bicos-homes , y que como tales cofirma-b a n las car tas Reales .

§ V I I I .

E l c o n d e F r o i l a n o V e l a , y o í r o s n o b l e s a s t u r i a n o s .

F u é m u y noble y poderoso en t iempo de este rey en A s t u ­r ias el conde Froi lano V e l a , casado con la condesa Guis labora , na tu ra les de en t re Navia y F u r c i a , y señores del castillo de A g u i l a r , que de sus padres y abuelos hab ian heredado ; e r a m u y valeroso por las a rmas , pues ten ia muchos e sc lavos , ga­nados en la g u e r r a , como todo consta de una donación que el mismo conde , y su mujer hacen á la san ta Ig les ia de Oviedo, del monaster io de Cartabio , que es en la m i s m a t ier ra , y de o t ra hac i enda , y a lgunos esclavos. E s t á es ta donación en el l ibro an t iguo Gótico de la misma ig les i a , su fecha en la E r a de

30 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. 1013 , y confirman es ta escr i tura muchas personas graves , y en t re ellas estos as tur ianos : Didacus Alvarez; Ocuco Piriolez; Froi la Vimarez , de los Vimaranes ; Ceceno Pueceliz , de los Porcellos; Ruder icus Ruderici ; Pelagius Ruderici i ; Didacus Al-fonsi; Assur Sarracinez; Nun ius Sarracinez; Ovecus Sarracinez, que después l lamaron S a r r a c i n e s , que era i lustr ís imo apellido por estos t iempos . Confirman asimismo Garsea Armenta l iz , Ifort is Didaz, Ifort is D e c a n u s , prole R e g i s , que sin duda era deán de Oviedo, hijo 6 descendiente de rey. Confirman t ambién el obispo de Oviedo B i r m u n d u s , y el mismo rey Rami ro . A este monaster io de San ta Maria de Cartabio dio el mismo rey Ramiro toda la mandacion en t re Navia y P u r c i a , que es la ju-risdicion'; y o torgan este privilegio j u n t a m e n t e con é l , su mu­je r la reina Doña Ur raca , y la re ina D o ñ a Ximena su madre . Y confirman con otros g randes , D idacus Si l iz , O r r u ñ o Sarra­cinez , Ossorius Ferd inandiz , F r o i l a Virgilaniz. Todos apelli­dos m u y frecuentes en A s t u r i a s , como consta por muchas es­c r i tu ras .

§ L X .

T r u c t i n o B e r m u d e z y o t r o s .

Fué asimismo m u y poderoso en As tur ias Truc t ino B e r m u ­dez , na tu r a l de T e b e r g a , cuya m a d r e y abuela es taban sepul­t adas en el monaster io de San J u a n de T e b e r g a , j u n t o al rio A r o n a , en el lugar de L o c e n i a , como consta de u n a donación que está en el libro Gótico de la san ta Iglesia de Ov iedo , por la cual este cabal le ro , y Doñ a Falcilo su mujer le hacen dona­ción de muchas iglesias y m o n a s t e r i o s , lugares y g rande h a ­cienda en T i n e o , B o u r r e s , G r a n d a s , D u e r o , M i ñ o , Montañas de León y Vierzo. E s la fecha en la E r a de 1010. Confirman en t re otros Fe rnandus D i d a z , Garsea Du lqu idez , Rude r i cus

CARVALLO. 31 Fa lcon iz , Alvarus Fa lcon iz , apellidos muy frecuentes en las escr i turas ant iguas de As tur ias .

§ X .

E l c o n d e F a f i l a E s p a s a n d i z .

. Fué también por estos t iempos muy valeroso el conde Fafila Bspassandiz, como parece por una, donación que el mismo con­de , y su mujer Doña Ur raca hacen á la Iglesia de Oviedo del monaster io de T a u l e , en t re los rios de P rub ia y O v a , y otros lugares , como parece por el mismo libro Gótico. Confirman en en esta donación en t re ot ras p e r s o n s s , Sonnia Pinnioliz , Gun-demarus Pinnioliz, Ioannes Estebaniz . E s t e apellido Es tevanez hallamos en personas de mucha calidad en escr i turas an t iguas . De este conde Fafila se halla o t ra donación del lugar de Villa-nueva , con sus pa lac ios , y o t ra mucha hacienda en Siero.

T I T U L O V E I N T E Y N U E V E .

DE D. BERMUDO SEGUNDO.

§ 1 .

P r i n c i p i o d e s u r e i n a d o , m u j e r é h i j o s d e e s t e rey»

_ E n el año de 985 de Nues t ro Señor sucedió en el re ino D . Bermudo Segundo, l lamado el G o t o s o , hijo de D". Ordoño Ter ­cero , que ya es taba de an tes apoderado de Gal ic ia , y era u n Pr íncipe de g ran valor, porque de su antecesor D . R a m i r o no habia quedado hijo a l g u n o , n i de los reyes pasados lo hab ia . F u é casado D . Be rmudo con la re ina D o ñ a V e l a s q u i t a , en la

32 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. cual no tuvo hijos , y después fué casado leg í t imamente con Doña E l v i r a , de quien tuvo al infante D . Alfonso, que después le sucedió en el reino , y á las infantas Doña Teresa y Dona S a n c h a , que fueron monjas. Escr ibe D . P e l a y o , obispo de Oviedo , á quien sigue M o r a l e s , lib. 10 , cap. 21 , que se ena­moró este rey de u n a labradora de As tur ias , l lamada Velasqui-t a , como su pr imera mu je r , hija de Mantel lo y de l i la i la su mu je r , vecinos del lugar de Mieres , bien conocido en esta pro­vincia ; y dice que tuvo en ella á la infanta D o ñ a Crist ina, que casó con el infante Ordoño , l lamado el Ciego ; y añade Mora­les , que era el hijo de D . F r u e l a S e g u n d o , á quien sacó los ojos D . Ramiro Segundo; y el obispo D . Rodr igo dice, que este Ordoño l lamado el Ciego , era hijo del rey Ramiro : á mi me parece que Ordoño hijo de F r u e l a , no podía vivir t a n t o , que casase con esta s eñora , a tendiendo á la r azón del t i e m p o ; ni tampoco he leido que D . Ramiro tuviese ta l hijo : con ten témo­nos con saber que era hijo ó nieto de r e y , pues todos le l laman infante. Y tengo pa ra c o n m i g o , que la re ina Velasqui ta y la amiga de As tur ias , todo fué, u n a misma c o s a , y m a d r e de Do­ñ a Crist ina j y fundadora de Cornel lana , p o r q u e se halla que confirma después de la fundadora , y el ob i spo , Velasquita Re­gina , en la dotación p r imera del dicho monas ter io .

§ 1 1 .

E l r e y h a c e c o r t e s e n A s t u r i a s .

Halló D. Be rmudo el r e i n o , cuando entró en é l , m u y apre ­tado , y la reputación de los esfuerzos y valentía de los cristia­nos m u y p e r d i d a , los moros m u y atrevidos , por sus muchas victorias , y poca conformidad de castellanos y montañeses de León. Tenían á la sazón los moros el caudillo mas animoso , y

OA. RVALLO. 33

3

mas fuerte y valeroso cap i t án , y el mas bravo soldado , y el que mas afligió la cr is t iandad de E s p a ñ a , que j amas hab ían tenido , que era el rey Almanzor. P a r a t r a t a r D . Be rmudo de las cosas de la g u e r r a , y como se habían de haber en t iempos t a n pe l ig rosos , le pareció á D . Be rmudo venirse á A s t u r i a s , y tener cor tes en la ciudad de Oviedo , por ser sola esta p r o v i n ­cia la que permanecía entera en la fidelidad de su r e y , como ya hemos v i s t o , y en ella habia g randes hombres , que en t re si t en ían repar t ido su gobierno, l lamándose c o n d e s , y en ella ha­bia g randes soldados y personas m u y pr inc ipa les , como eran Gut ier re Osorio D u q u e , Sarracino Silis, que ahora dicen Solis, Suero For t i s , Suero Gundemar i z , F e r n á n D í a z , García Po rce -11o, que todos se halla que confirmaron como Ricos-homes del reino , como refiere Morales , cap. 17 , lib. 1, y en o t ras ocasio­nes se nombran en esta historia. Hab ia asimismo D. Rodr igo Alvarez de A s t u r i a s , D . Rodr igo Alfonso de C a n g a s , el conde D . P i ñ o l o , Ximenez A lo r io , Munion Bodr iguez y Alvaro O r -doñez , de los cuales asimismo hay mucha noticia en his tor ias y escr i turas ant iguas . Hab ia asimismo Garcia Fernandez , Ñ u ­ño Fernandez , Assur Sarraciniz , Gundemaro Pinioliz , Oveco Pinioliz , Vigi la E n o q u i z , Rodr igo D i a z , y Froy la Vimaray , Alférez del Reino y otros algunos , que como Grandes confir­m a n u n a donación que este rey hizo á la santa Iglesia de Ovie­do en la E r a de 1030, del Castillo de Miranda , que habia teni ­do en encomienda Cota Sarracinez , y o t ra mucha hacienda , y Encomiendas , cuya escr i tura está en el libro Gótico. Con estos cabal le ros , y con los demás as tur ianos y leoneses que consigo t ra ia (aunque los mas de ellos quedarían para defensa de aque-r

Ha ciudad) tuvo el rey cortes en Oviedo , donde es tuvo toda la cuaresma , por la devoción del santuar io de la Cámara San ta , y por holgarse con sus deudos , que como hemos visto , era na ­tu ra l de esta t ie r ra .

34 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. § I I I .

E l p r í n c i p e s e c r i a e n A s t u r i a s e n l a f a m i l i a d e l o s O r d o ñ e s .

Encargó el rey D . Be rmudo la crianza de su hijo D. Alfonso á Alvaro Ordoñez , hombre de mucho valor , y principal en As­tur ias , el cual lo crió en su c a s a , dándole el pecho su mujer; y asi se nombró Alvaro Ordoñez del P ino Amo del Rey , en u n privilegio del mismo D. Alfonso , que t iene la iglesia de San­t iago , del año de 1019 y lo refiere M o r a l e s , ¡ib. 1 7 , cap. 34.

§ I V .

M i l a g r o s o c a s o d e l o b i s p o A t a ú l f o .

Cuentan los.obispos D . P e l a y o , D . Lucas y D . R o d r i g o , y comunmente todos los h i s to r i adores , que es tando en la ciudad de Oviedo el rey D . B e r m u d o S e g u n d o , vinieron t r es esclavos de la iglesia de Sant iago de Gal ic ia , l lamados Z a d o r , Chadon, y A n s i l o n , los cuales por odio y enemistad que habian conce­bido cont ra su señor el obispo de aquella iglesia Ataúlfo, varón de san ta vida y cos tumbres , y de mucha piedad y religión, aun­que (según dice P e r A n t ó n Beu te r ) , era hijo del rebelde D . Gonzalo , que arr iba hemos referido , le acusaron an te el rey, que habia cometido un abominable p e c a d o , y que ademas de esto tenia a lgunos t r a to s con los moros , en perjuicio de la cris­t iandad . Creyólo el rey por ser hijo de D . Gonzalo , y porque presumía que nadie se habia de a t rever á darle acusación que no fuera cier ta (condición perniciosísima de muchos jueces) y asi dio crédito á estos esclavos , con t ra la opinión de la sant idad que de Ataúlfo se pub l i caba , y le envió luego á l lamar á San-

CARVALLO. 35 t iago , donde estaba sirviendo su iglesia. Vino Ataúlfo á Ovie­do , y l legando jueves de la C e n a , se entró en la santa iglesia á decir misa an tes de parecer delante del rey ; el cual mient ras t a n t o , sin considerar cosa alguna, mandó t r ae r un toro ferocí­simo , y que en t rando el obispo Ataúlfo por el pat io lo soltasen, pa ra que embist iendo con é l , le matase . Púsose en ejecución el atroz y desaforado h e c h o , sol tando el fiero animal picado y aguijoneado al t iempo que el santo prelado en t raba por el pa­tio ; mas la Divina P rov idenc i a , que enfrenó la ferocidad de los leones que estaban con Daniel en la cueva , ordenó (para gloria suya y test imonio de la inocencia del santo obispo) que el feroz toro con mas b landura y mansedumbre que los mismos hombres , se llegase al siervo de Dios , humillándole su robus ­t a cerviz , y poniéndole sus astas en la mano , como que le r en ­día sus a r m a s ; y asiendo de ellas el inocente obispo leve­mente , y sin hacer fuerza a lguna , le quedaron en las manos , pa ra mayor tes t imonio del milagro; y el to ro , aunque desarma­do de sus na tura les a rmas , arremetió con t a n t a ferocidad con­t r a los hombres que alli le habían metido , que mató a lgunos , y dejando otros m a l t r a t a d o s , se salió del coso y se volvió al cam­po . Ataúlfo se fué á la iglesia de San Salvador á dar gracias , en cuyo sagrado templo ofreció los cuernos del to ro , dejándo­los colgados en él, aunque ahora no se hallan, y piensan algu­nos que se llevaron á Sant iago. Volviéndose Ataúlfo pa ra G-a-licia , l legando al valle de P r a m a r a , cuat ro leguas de la ciudad de Oviedo , fué Nues t ro Señor servido de sacarle de es ta vida, y sus clérigos le sepul taron en el mismo lugar en la iglesia de San ta E u l a l i a , donde vemos al presente su sepul tura , y es t e ­nido y venerado como santo , y á la misma iglesia y lugar lla­m a n desde entonces Santo Dolfo, corrompido el nombre de Ataúlfo. E n la his tor ia compostelana se pone este santo en t iempo de D . Ordoño el P r i m e r o ; yo he seguido á los t r e s p r e -

36 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. lados c i t ados , y á Morales , y á ot ros , que también les s iguen afirmando que sucedió en t iempo de D . Be rmudo Segundo .

§ V .

I F a l s a aesasaeioBi d e l o b i s p o 4* 11 d i s e c o , y c o m o f u é IIS>s*e Basilagrosaanenite.

Al arzobispo D. Pon.ce , que ar r iba liemos dicho , le sucedió en la silla catedral de Oviedo Gudisteo , que algunos l laman Gudest ino. A este santo prelado acusaron falsamente a lgunos enemigos suyos , an te el mismo rey D . B e r m u d o , de algunos falsos tes t imonios . Olvidado el rey de la facilidad con que h a ­bla dado crédito á las falsas acusaciones de A taú l fo , con la mis­ma l iviandad admitió las que contra Gudisteo p o n i a n ; por lo cual, y porque (como dice el arcediano de Tineo) le reprendía sus vic ios , le hizo p r e n d e r y cargar de hierro en el castillo de P r i m a de R e i n a , que es en Galicia , donde estuvo preso t r e s años. Quiso Nues t ro Señor mos t ra r cuanto le desagradaba esta prisión de su minis t ro , negando á la t ie r ra las l luvias del cie­lo , enviando u n a sequedad t an g r a n d e , que endurecida la t ier­r a , no se podia labrar ni s e m b r a r , ni producir sus frutos , de lo cual se siguieron en el reino m u y terr ibles h a m b r e s , p e s t i ­lencias y o t ras calamidades. Algunas personas graves, y t eme­rosas de Dios, dieron not icia al r e y , como ent re personas reli­giosas y contemplat ivas se decía, y tenia por cierto, que Nues ­t ro Señor cast igaba al reino con aquella esteril idad por la in­j u s t a prisión de G u d i s t e o , y que no cesaría esta calamidad, has ta que l ibremente fuese res t i tu ido á su iglesia. Temeroso de esto el rey , envió á decir al obispo de As to rga Ximeno , que hiciese soltar á Gudisteo; y en abriéndose las puer t a s de la cár­cel , se abr ieron los cielos lloviendo lo que fué menes te r pa ra

CARVALLO. 37 sazonar la t ierra , y cesó la calamidad que paclecia lia t r e s años , como todo lo cuentan los t res prelados alegados, sin señalar en que año sucedió.

§ V I .

A i m a n z o i » v i e n e s o b r e f j e o n .

Muy g rande esperiencia t iene ya E s p a ñ a , con graves daños , y calamidades que lia padecido muchas v e c e s , de los castigos que Dios envia s iempre que los reyes se dejan llevar de sus vi­cios , y no procuran tener la religión y piedad que d e b e n : asi por estos t iempos era la cr is t iandad f a t i gada , y opr imida con las disensiones de castellanos y leoneses , y con las cont inuas corridas del rey de Córdoba Almanzor , que quiere decir defen­sor de su ley ; y con este apellido jun tó t a n g randes ejércitos, que fué asombro de la cr is t iandad de E s p a ñ a , el cual el año de 995 virio con g ran potencia sobré la ciudad de León , como cabeza y único presidio de aquel reino , donde se hallaba ü la sazón el rey D . B e r m u d o , no teniendo ya fuera de As tur ias otro lugar s egu ro , n i el moro halló resistencia has ta l legar á la ciudad de L e ó n , y asentando sus Reales á la r ibera d e ! r i o E s l a , B e r m u d o salió con su gente bien ordenada á darle la ba­talla ; y aunque al principio se hubieron los nues t ros t a n v a l e ­rosamente , que hicieron volver las espaldas á los m o r o s , supo animar también con sus razones Almanzor á los s u y o s , que volviendo sobre los crist ianos, les hicieron re t i ra rse á la ciudad de L e ó n , y Almanzor se volvió á t omar el invierno á Córdoba, pa ra volver al año siguiente con toda su potencia á concluir de u n a vez con los cris t ianos.

38 ANTIGÜEDADES DE ASTÜBIAS. § V I L

Lvos c u e r n o s «le l o s s a n i o s m á r t i r e s P e l a y o y V i c e n t e soat t r a i d t s á O v i e d o .

E r a terr ible el es t ruendo de las a rmas y apara tos de guer ra con que amenazaba á la ciudad de León el soberbio Almanzor, que la devota reina Doña Teresa , mujer que liabia sido de D . Sancho el Gordo , y abadesa que á la sazón era de las monjas de San Pelayo de León , se temió que viniendo el m o r o , y to ­mando aquella c iudad , el cuerpo del bendi to már t i r seria t ra ­tado con menosprecio , y se vendría á perder t an preciosa joya, ordenó con el rey, que fuese llevado á Ov iedo , y por no le nai­de n a d i e , ella y sus monjas se vinieron con é l , según consta c laramente de u n privilegio , que abajo refer i remos; y es t ra ­dición que le trajeron por Gangas , y que pasando por u n a sier­r a , se le edificó u n a e rmi ta , que hoy d u r a , y es muy frecuen­t ada de personas devotas de aquella c o m a r c a , que l laman la ermi ta de San Loado . Llegando á Oviedo fué recibido con mu­cha solemnidad , y las monjas que habían venido con el santo cuerpo , lo fueron en el monaster io de la misma orden, que en­tonces l lamaban San J u a n de las Dueñas , y ahora San Pelayo y la re ina D o ñ a Teresa fué admit ida por abadesa del mismo monaster io . Consta manifiestamente esta verdad de una dona­ción que hizo el rey Bermudo al mismo monaster io , que yo he visto en él, y lo refierere Yepes , y Morales por estas pa labras : BeremunchíS Bex Ordonis Magni proles , pervenit in provinciam Asturiensem ad Dóminos gloriosos Sanctum Ioannem Baptistam et Sanctum Pelagium, quorum Basílica sita est in Sede Metro­politana Oveto , in Cimenterio puellarum , sub regimine electa) Theresios Begince, Christi ancilla, cum consorte earum, tam que ibidem iwzn permanent, quam quoe ad illic advenerant. Quiere de-

CARVALLO. 39 c i r , que el rey Bermudo , hijo del g ran Ordoño , vino á la p ro ­vincia de Astur ias á visi tar los gloriosos San J u a n Bau t i s t a y San P e l a y o , el templo de los cuales está en el sitio de la igle­sia metropol i tana de Oviedo , en el cimenterio de las doncellas, debajo del gobierno de la re ina T e r e s a , escogida y devota sier-va de Cristo , con su compañera de aquellas que ya de an tes es taban a l l i , como de las que liabian venido. Con esta ocasión (como refiere Morales) t ra jeron también de León á la c iudad de Oviedo el santo cuerpo del már t i r San Vicente , abad que fué de San Claudio , y lo pusieron en la cámara S a n t a , donde al presente está , en u n a arca de p la ta m u y rica y g rande con u n letrero que d i ce : Hoc opus fecitfieri Magister Garsius huius ai-mee Ecclesice Archidiáconos, acl honorem Sancti Vincentii marty-ris , quonclam Abbatis Monasterii Sancti Glaudi, Legionensis Gi-vitatis, cuius corpiís reconditur in hac Arca, Era M.GGG.VL

§ V I I I .

Craan i n s i g n e e s e l m o n a s t e r i o «le §¡an P e l a y o «le O v i e d o .

Fué siempre el monaster io de San Pe l ayo de Oviedo m u y i n s i g n e , por su mucha an t igüedad , y glorioso fundador , pues (como arr iba liemos visto) fué sin duda el rey Casto ; y por las muchas calidades que tuvo de jurisdiciones y p resen tac iones , y t an ta hac ienda , que el maes t ro Yepes afirma haber sido t an r i c o , como cuantos habia en E s p a ñ a , y á mi me parece lo mis­mo , según los t í tulos y escr i turas an t iguas que en él he visto; y aunque por las mudanzas de los t iempos , y descuidos en su administración , la hacienda se h a ido adelgazando , con todo eso, es de los mas ricos de As tu r i as . Con eso sus ten taba a n t i ­guamente g ran número de mon ja s , y en él se cr iaban las don-

40 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. celias mas nobles y principales del reino , como se colige de muchas escr i turas ; y la infanta Doña Sancha en una donación que hace á este monaster io en la E r a de 1196 lo significa con estas pa labras : In quo multen sanctimoniedes, et virgines nobi les, et castos Deo puris mentibus assielue servientes. Sfc. E s t e era el monaster io rea l ele aquellos t i e m p o s , l lamado asi h a s t a los nues t ros , por ser fundado , y amparado y dotado de los reyes, como he visto por muchas e s c r i t u r a s , y porque las re inas y las infantas que se en t raban mon jas , era en este m o ­nas ter io , donde lo fueron Doña X i m e n a , h e r m a n a del Rey Casto y la re ina de León Doña Teresa , y D oña T e r e s a , re ina de Toledo , y la infanta Doña S a n c h a , hija del rey D . Ber mu­do Segundo , y la abadesa D o ñ a Aldonza , hija del conde Don Fe rnando , y o t ras g randes y muy nobles señoras , como en al­gunos lugares de esta his tor ia se t o c a ; y consta de escr i turas y epitafios a n t i g u o s , que se hallan en este monaster io : y esta es la razón porque le l lamaron San J u a n de las D u e ñ a s , que quiere decir Señoras , en lengua as tur iana , y en las escr i turas antiguas, se l lama Gonventus Dominarum ; y por su mucha no­bleza eran capellanes suyos los a b a d e s , como parece por una donación que t iene el mismo m o n a s t e r i o , y refiere Yepes de la E r a de 1 1 9 8 , en la cual confirma el abad J u a n , capellán de San Pelayo. Fué ademas ele esto g rande siempre la observan­cia , y religión de este convento , porque todas las señoras que hemos dicho arr iba , y. o t ras m u c h a s , fueron siempre reveren­ciadas como santas . F ina lmente este monaster io es muy insig­ne , por la inest imable joya, y divina p renda que t iene del cuer­po del valerosísimo már t i r Pelayo , con que es frecuentado de los fieles con grandís ima devoción, y el obispo y cabildo van á su iglesia á cantar las vísperas con su música la víspera del santo ; y solían an t iguamente ofrecer el dia de Todos San tos las monjas en la iglesia mayor un castillo de manteca , lo cual

CARVALLO. 41 se redujo á cierta cant idad de m o n e d a , eomo parece por la es­

cr i tura de concordia que sobre ello hay en el libro de la m i s m a ig les ia , que l laman la Regla blanca.

§ I X .

E l r e y s e r e t i r a á O v i e d o с о ю l o s h u e s o s «le s u s p r e d e c e s o r e s .

Habiendo puesto los cuerpos santos de la ciudad de León en c o b r a , por el peligro que se esperaba , el rey D. B e r m u d o , por estar muy impedido de la g o t a , sin que p a r a la guer ra que se esperaba pudiese ser de algún provecho, y viendo el manifiesto peligro de poder ser muer to ó preso, proveyó lo mejor que pu­

do la ciudad de todas las cosas necesarias para su defensa , y dejando por gobernador y capi tán general en ella al valeroso Guillen González, él se ret i ró á A s t u r i a s , firme y seguro alcá­

zar de los Reyes de E s p a ñ a en semejantes a p r i e t o s , y olvida­

dísimo r incón en t iempo de sus prosper idades . Llegó el rey á Oviedo , y trajo consigo los huesos de los reyes s u s predeceso­

res , que por allá se habían enter rado , que fueron los del rey D . Alfonso el M a g n o , y de la reina Doña X i m e n a , del rey D. Ordoño , hijo del Magno y de D. Ramiro su hijo , y de su mujer la reina Doña E l v i r a , y del rey D. Fruela. , y de otros infantes y infantas , como espresamente dejó escri to D . Pelayo , obispo de Oviedo , en un l ibro que se halla en la misma iglesia, de mucha a u t o r i d a d , sin otros muchos t e s t imon ios que de ello hay . Los cuales cuerpos quieren algunos que hayan sido res t i ­

tu idos á L e ó n ; pero mas verosímil es que estén en Oviedo, co­

mo es t r ad ic ión ; porque es m u y cierto que fueron t ra ídos á Oviedo en esta ocas ión , y no hay tes t imonio b a s t a n t e , ni aun indicios que se hayan vuel to . Fué luego el rey á visi tar el san­

42 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. t o cuerpo de Pelayo , y á la reiría Doña Teresa y sus monjas, como parece por el privilegio que les d io , su fecha á catorce de Marzo del año ele 996 , en el cual aun la iglesia de Oviedo era me t ropo l i t ana , como se colige del mismo privilegio, el cual yo he visto en el mismo monaster io .

§ X .

I J C O H e s d e s t r u i d a p o r A l r a i a n z o r .

E n ret i rándose el rey á Oviedo , vino el mismo a ñ o , que fué el de 996 sobre León la terr ible t empes tad de a rmas de aquel rayo de la gue r ra Almanzor , y fatigándola con perpetuas y con­t inuas bater ías , la tuvo cercada u n año , haciendo g ran resis­tencia el valeroso Guillen González , h a s t a que fatigado y mo­lido del insoportable t r a b a j o , vino á en fe rmar ; y habiendo-oido de la cama donde e s t a b a , que los moros habian rompido un portillo de los muros , con invencible corazón se hizo a rmar de sus a rmas , y que en hombros le llevasen j u n t o al porti l lo en u n lecho , y animando y esforzando á los suyos, por t r e s dias continuos, resistió el ímpe tu del acometimiento de la ent rada; pero como los moros se iban remudando , unos cansados , en­t r aban otros de ref resco , y unos muer tos , venian otros en su l u g a r ; y ni por muer tos , ni por cansados , j amas dejaban de pe l ea r , has ta que con heroico y valeroso coraje se metió el ani­moso caudillo de los nues t ros á pelear con los suyos desde su lecho , dónele le l levaban ; con que se esforzó t an to la resis ten­cia , que los moros perdida la esperanza de poder en t ra r la ciu­dad por aquella p a r t e , la aport i l laron por otra , y en t rando de t r o p e l , vinieron con g ran furia donde el famoso Guillen Gon­zález estaba peleando y le qui taron la vida , pero no la gloria p e r p e t u a , porque debe de ser tenido y es t imado por uno de los

CARVALLO. 43 valerosos guerreros que el mundo lia tenido. Dicen que era gallego de nación este cabal le ro , y en As tu r ias hay o t ros que son señores de Sanguñedo , y se precian de ser sus descendien­tes , y es muy frecuente en su familia el nombre de Gui l len , y perpetuo el renombre de González.

§ X I .

A l m a n z o r d e s t r u y e á A s í o r g a , y t o d a l a p r o v i n c i a d e G a l i c i a .

Fué la ciudad de León finalmente des t ru ida por la bárbara potencia de Almanzor , a r ru inadas sus to r res , y derrocadas las cua t ro puer t a s fuertes y s u m p t u o s a s , que desde el t iempo de sus pr imeros fundadores se habian conse rvado , y los ciudada­nos que en ella habia , y hab i an escapado de los pasados t r a n ­ces , pasados á cuchillo , y solamente por milagro del cielo fué reservado el monas ter io de San Claudio de esta furia. Dejando p u e s , a r ru inada esta ciudad , volvió Almanzor sobre la de As-torga y Valencia de D . J u a n , y todos los lugares circunvecinos, y los tomó : y ensoberbecido en sus victorias , in tentó pasa r á A s t u r i a s ; mas los as tur ianos previniendo este peligro } habian fortalecido y abastecido los castillos de L u n a , Gordon , Arbo-lio y los d e m á s , que habia en las m o n t a ñ a s por donde habian de pasar los m o r o s , de los cuales castillos les hicieron resis­t e n c i a ; de modo que el moro dio la vue l ta hacia Cas t i l l a , de­jándolo todo abat ido y robado , como los prelados que escriben esta his tor ia cuentan con g r a n a m a r g u r a ele sus almas. Quedó t a n encarnecido, y cebado el b r a v o Almanzor , que volvió el año siguiente con toda su potencia c o n t r a Gal ic ia , y la destruyó y robó , has ta l legar á la san ta ciudad del apóstol , y derrocó par ­t e de su t e m p l o , y robó su tesoro ; mas no se atrevió á l legar

4 4 ANTIGUEDADESDE ASTURIAS. al sepulcro de nues t ro p a t r ó n , espantado y atemorizado de unos milagrosos t ruenos y re lámpagos del cielo , y de u n res ­plandor inaccesible que salia del sepulcro ; y dejando finalmen­t e toda aquella provincia d e s t r u i d a , cargado de despojos dio la vuel ta o t ra vez á Castilla.

§ XII.

L o s a s i l a r í a m o s a s a l t a n l o s e j é r c i t o s «le A i m a n z o r y l o s d e s v a r a t a n .

E l rey D . Be rmudo , que m u y mal t ra tado de su go ta estaba re t i rado en Astur ias , l loraba con g rande sent imiento t a n g r an ­des m a l e s , sintiendo el no poder remediar t a n grandes pérdi­das , ni resis t i r la desenfrenada furia de los b á r b a r o s , y a t r ibu­yendo á sus culpas t oda esta calamidad , se volvió á Dios , en­comendándole su causa. Su Divina Majes t ad , que no despre­cia el corazón contr i to , puso en los de algunos soldados as tu­r ianos , animosos y va l i en tes , u n g ran deseo de volver por la h o n r a ele Nues t ro Señor , y asi se juntaron, un buen número de ellos , y a rmados á la l i ge r a , de solo ballestas , lanzas y escu­dos , y á pié, a t ravesaron las montañas hacia Galicia, y fueron á atajar á los moros , que iban saliendo de aquella provincia, asaltándoles y cogiéndoles descuidados , por las angos tu ras de los valles , y por las asperezas de los montes , y les fat igaron y afligieron con continuos a sa l t o s , degollando en ellos sin res i s ­tencia , como si fueran ovejas , por ir m u y cargados de a r m a s y despojos , y por las a n g o s t u r a s , donde les cogian, y por una penosa enfermedad con que iban muy desmayados como l a s his torias arábigas c u e n t a n , y refiere Morales y otros g raves au to re s .

CARVALLO.

§ XIII.

E l i»ey e s l l e v a d o cíe Isoanlss'os d e s d e O v i e d o á O s u n a , d o n d e v e n c e á A l a n a n z o r ; y t r a i c i ó n d e A n a l s o G a r v i j ó

Creció con este buen suceso el ánimo del enfermo rey Ber-m u d o , y comenzaron los crist ianos á t ener esperanza de res ­t a u r a r su op in ión : pa ra lo cual hubo t r a to s de paz en t re leo­neses y castellanos , y as imismo con los n a v a r r o s , y confede­rándose D. Be rmudo con el rey de N a v a r r a D . Garcia el Tem­bloso , y con el conde de Castilla D . Garcia salió de As tur ias á buscar los enemigos el siguiente año de 998 y aunque por sus g randes achaques , y por no poderse t ene r á cabal lo , a lgunos eran de parecer que se quedase en Astur ias , los as tur ianos viendo de cuanta impor tanc ia era el hal larse los reyes en las g u e r r a s , se ofrecieron á llevarle en hombros muy á su salvo, con u n a compañía de los mas a n i m o s o s , que asistiesen á su g u a r d a ; con lo cual se determinó el ir en persona á esta em­presa, y le l levaron en h o m b r o s desde Oviedo has t a Osma, que hay mas de se tenta l eguas . Ha l la ron al soberbio Almanzor en los campos de Ca la t añazo r , cuatro leguas de O s m a , con u n ejército de mas ele se tenta mil h o m b r e s de á caballo, y mas de cien mil de á pié , y m u y apercibidos pa ra pelear. Con ser los nues t ros muchos menos sin comparación, les acometieron, y se dio la ba t a l l a , que fué de las mas terr ibles y sangr ientas que jamás hubo en E s p a ñ a , y fueron por la misericordia de Dios vencidos los moros , con m u e r t e de mas de se ten ta mil de á pié, y cuaren ta mil de á caballo ; y Almanzor se fué huyendo á Bor­dea-Corneja , donde murió de p u r a melancolía y t r i s t e za ; los nues t ros se volvieron victoriosos, y ricos de despojos , dejando la t i e r ra a s e g u r a d a , y los moros ameelrentados y sin brio. P a -

46 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. rece que cuando el rey se volvió á León dejó por señor de As­tur ias á su hijo D . Alfonso ,. que se estaba cr iando en casa de Alvaro Ordoñez , el cual tenia el gobierno , por ser el infante muy pequeño ; y u n rico y poderoso hombre , l lamado Analso Garvi jo , comenzó á solicitar o t ras personas para que no reco­nociesen por señor al infante D . Alfonso , antes se eximiesen de la sujeción y vasallaje que le debian : y aver iguada esta t ra i ­ción , mandó cargar de hierro al t ra idor A n a l s o , y á su mujer Guligena , según se colige manif iestamente de un privilegio, que adelante p o n d r e m o s , donde todo esto se refiere : y por asegurar al in fan te , lo mandó el rey llevar consigo, yendo por ayo suyo u n caballero de Gal ic ia , l lamado el conde D. Mendo González , que confirma en muchas e sc r i t u r a s , l lamado ayo del rey .

§ X I V .

M u e r t e d e D . B e r u i u d o , y h i j o s b a s t a r d o s s u y o s .

E l año de 999 habiendo hecho peni tencia de sus culpas, m u ­rió este rey en Vil labuena, lugar del V ie r zo , de donde fué des­pués t ras ladado su cuerpo á la ciudad de León. Fué no tado este rey de muy desordenado en el vicio de la sensualidad (aunque á la pos t re mudó de vida, y fué m u y compuesto , y hizo mucha penitencia) y asi escribe el obispo de Oviedo D. Pe layo , y le sigue Morales , que tuvo conversación ilícita con dos damas , en t rambas he rmanas , de noble l i n a g e ; de la u n a tuvo al infan­te D. Ordoño , y de la o t ra á la infanta Doña E l v i r a : el infante D . Ordoño casó con la infanta F r o n i l d a , y tuvieron es tos hijos: Alfonso Ordoñez, Pelayo Ordoñez , Be rmudo Ordoñez, Sancho Ordoñez y Ximena Ordoñez. Los Ordoñez de P ino en As tur ias , y los de Z a m o r a , y ot ras par tes , se precian descender de u n infante , y asi lo dicen en a lgunos l ibros de a r m e r í a , y bien

CARVALLO. 47 puede ser que desciendan de estos infanzones. Doña X i m e n a Ordoñez casó con Munion Rodr íguez , y tuvieron al conde D. Rodr igo M u n i o n , á quien mata ron los moros .

T I T U L O T R E I N T A .

DE DON ALFONSO EL ÜUINTO.

§ 1 -

!§>unia d e l o d o s u r e i n a d o .

E l rey D . Alfonso el Quinto sucedió en el reino á su padre el mismo año de 999 no teniendo mas de cinco años de edad, y asi gobernaron el reino como sus tu to res , y curadores su m a d r e la re ina D o ñ a Elvira , y su ayo el conde D. Mendo Gon­zález , y se casó con una hija de este mismo c o n d e , l lamada D o ñ a E l v i r a , el año de 1015 , de la cual tuvo á D . Be rmudo , que le sucedió en el reino , á la infanta D o ñ a Sancha ; y tuvo o t ra hija , l lamada Doña Ximena Alfonso , como parece por al­gunas escr i turas que refiere Sandova l , el cual duda si era le­gít ima , ó si de ganancia. E l año de 1020 reparó y pobló la ciudad de León , que Almanzor había dejado des t ru ida , y le dio nuevos fueros , y el año 1025 puso en ella su corte ; y t e ­niendo cercada la ciudad de V i s e o , que estaba ocupada de los m o r o s , andándose paseando d e s a r m a d o , le enderezaron u n a saeta de los m u r o s , que pasándole las espaldas , le dejó m u e r t o , siendo el p r imer rey de España que murió en la gue r r a de los moros .

§ I I .

D o ñ a T e r e s a , r e i n a d e T o l e d o , y D o ñ a ¡ S a n c h a s u h e r m a n a , s o n m o n j a s e n S a n P e l a y o .

Mient ras el rey era n i ñ o , sus curadores y gobernadores del

48 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. r e i n o , por el bien de la paz casaron á su he rmana Doña Teresa con A b d a l l a , rey de T o l e d o ; de la cual se habia aficionado t an to , que pa ra casarse con ella dio indicios de querer hacerse crist iano. L a infanta , que era vir tuosa, y se habia casado con­t r a su voluntad, en l legando á Toledo, amenazó al rey, que pues era moro no la t o c a s e , ni l l egase , á e l la , siendo c r i s t i a ­n a , porque le cast igaría J e s u c r i s t o , á quien ella adoraba y servia. N o hizo caso el infiel de es ta amenaza , y l legando á to ­m a r posesión de la que ten ia por mujer y re ina de T o l e d o , al pun to se sintió m o r t a l , con unos inmensos do lo res ; y pensan ­do remediar el d a ñ o , luego hizo volver á su t ie r ra á la infanta con mucho a c o m p a ñ a m i e n t o , y muchos camellos cargados de j o y a s ; la cual se fué á Oviedo , y se metió monja en San Pela-y o , por la devoción de aquel glorioso m á r t i r , en donde fué después a b a d e s a , teniendo en su compañía á su h e r m a n a la in­fanta D o ñ a S a n c h a ; como dice el P a d r e Maes t ro Y e p e s : por lo c u a l , y por sus fundadores y d o t a d o r e s , con mucha razón se l lama este monaster io el real de San Pelayo. Cuenta esto mismo D. Lucas , obispo de T u y ; y no deja lugar á dudar lo el epitafio de la s epu l tu r a de esta s e ñ o r a ; que se ve en el mis-monaster io , en el c l a u s t r o , en una g ran losa de m á r m o l , que dice a s i :

Hen quem cemis caua saxa tegit Compago sacra Me dilecta Deo recubans. Theresia Ghristo dicata, proles Beremundi Regís, et Geloriee Regince genere orta Clara, et mérito vitam vixit prwclaram, TJt continet norma, ha.nc imitan bellis Si bonus esse cupis, obijt sub die 17. Kalend. Martij. Feria 4 hora medies noctis , Era M.XXVII.

CARVALLO. 49

§ H I .

l í l s u c e s o d e Ea r e b e l i ó n d e A n a l s o , o b i s p o s y p e r s o ­

n a s g r a v e s d e A s t u r i a s .

Luego que D . Alfonso tomó la posesión del reino , vino con la re ina su madre á las A s t u r i a s , y tuvieron cortes con los Grandes del Reino en la ciudad de Oviedo, y en t re o t ras eosas que en ellas se o rdena ron , fué nombra r dos jueces pa ra sen­tenciar al t ra idor Analso Garvijo, que es taba preso con su mujer, por haberse querido levantar cont ra el rey , como hemos visto; los cuales le condenaron á muer t e . Analso pidió con mucha hu­mildad merced de la vida al rey, ofreciéndole todos sus bienes, r en t a s , heredades y vasallos , poniendo por in tercesores á t o ­dos los magna te s de palacio , á cuya ins tancia el rey le perdonó la m u e r t e , y de los bienes hizo donación á la santa Igles ia de Oviedo. Todo lo cual refiere el mismo rey D . Alfonso en la do­nación , que está en el libro Gótico de t e s t amentos de la misma iglesia. E n t r e los que confirman este privilegio , como Ricos-homes , se encuent ran los nombres de Muñio F e r n a n d e z , Mu-ñio R o d r i g u e z , Muñio G a r c i a , Froi la Mart inez , Oubiz Solis, Gudisteo Muñiz , Oveco Sesicas , Vis t ra r io Vimaraz . L a fecha de este privilegio está confusa, y parece que fué el año de 1000, pero aun este año no tenia el rey mas que s i e t e , y allí se refie­re que ten ia ya el gobierno del re ino . E l arzobispo que á la s a ­zón era de Ov iedo , es Gudisteo , el que arr iba hemos referido, al cual se siguió D . Algas , y á este D . Adeguno , que todos están p in tados como arzobispos en dicho l ibro.

Lo que quiere decir bien se echa de v e r , aunque el la t in es conforme al que se usaba entonces.

4

50 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. §iv.

B l o d r i g u e z d e C a n g a s .

Muñion R o d r í g u e z , que como Grande confirma el privilegio refer ido, tenia el gob i e rno , y era na tu ra l de Cangas de Tineo, de una familia a n t i g u a , que l lamaban los C a n e s , y asi se nom­braban en el Becerro ant iguo ele San J u a n de Cnrias ; t ambién tuvo el renombre de Alorio. Es tuvo casado Muñion Rodr íguez (como arr iba hemos tocado) con D oña Ximena Ordoñez , her­mana del padre de D . Alfonso el Q u i n t o , en la cual tuvo al conde D . Rodr igo Muñion , y en o t ra mujer l lamada Anderqui-n a tuvo al conde Muñion N u ñ e z , y á D oña Aldonza Muñion , que casó con el conde D. P iñolo , y al conde D. Rodr igo Rodr í ­guez , que lo fué de t ie r ra de Cangas , de donde era na tu ra l y y señor del valle Pesico , que es lo que ahora l laman Corias, como luego veremos, y consta todo del Becerro ant iguo de San J u a n de Corias. Tuvo asimismo por hijas las condesas Doña E l o , que casó con D. Gonzalo , de quien fueron hijos Assu r González , P e d r o González , Muñio González , Ximena Gonzá­lez , Esloncia González: i tem las condesas Doña Mayor , mujer del conde Muñio Fernandez , y la condesa D o ñ a Geloira, mujer del conde Fe rnando Muñiz , como todo consta de u n pleito que tuvieron sobre el monaster io de Cartabio , que está en el l ibro Gótico de la san ta Iglesia de esta ciudad. E l conde D. Gonzalo es de adver t i r , que era de los Assures , y de Assur González su hijo lo fueron Gonzalo A s s u r e s , Fe rnando Assures y P e d r o A s s u r e s , de que abajo se t r a t a . D e este conde D. Rodr igo Ro­dríguez descienden asimismo u n a señora m u y principal y po­derosa en t i e r ra de Cangas , l lamada Onega Rodr íguez de A m a ­go , y Rodr igo Rodr íguez de P u n t a r á s , señor de los Cotos de B r a ñ a s , como todo consta del mismo Becer ro .

CARVALLO. 51

§ v. P e l a y o F r o i l e z , t r o n c o «le i o s F l o r e * .

D . Frue la Gundemar i z , t ronco de los Gnzmanes , como lue­go v e r e m o s , era hermano de Pelayo Froilez, como lo prueba Custodio con bas tan tes fundamen tos , pr incipalmente con u n a suma y sentencia de un pleito , que dice vio, donde Mai"tin P e -laez de Sumiedo pre tende el lugar del P á r a m o , por haber sido de su abuelo Pelayo F ro i l ez , y de su he rmano Frue la Gunde­mariz. E s t e Pelayo F r o i l e z , señor del P á r a m o , de la Focella, y de otros lugares en A s t u r i a s , fué muy rico y valeroso , y se­gún se colige del privilegio que l laman del Pá ramo , parece que tuvo cargos y oficios honrosos de este r e y , y que su caballeri­zo mayor , l lamado Assemen ide , con u n falso tes t imonio , hizo que el rey mandase p render á Pelayo Froilez ; y no pudiendo just i f icar lo , le mandó soltar , dando al rey a lgunos vasallos su­yos , como en r e h e n e s , en t re los cuales le dio u n vasallo hon­rado , que l lama el privi legio Manulfo Bellico Aurioles , el cual hizo conocer de pe rsona á persona á Assemenide , que habia sido falso tes t imonio lo que con t ra su señor habia dicho al rey; con lo cual volvió Pelayo Froilez á la gracia an t igua , y se le res t i tuyeron sus honras , y fué asimismo después de este rey, muy pr ivado del rey D. Be rmudo su hijo , y alcanzó de él la gracia del privilegio de h ida lgu í a , y l iber tad de toda servidum­bre pa ra su leal vasallo , y todos sus descendientes , que has t a nues t ros dias se guarda . Pelayo F rue la , el conde P e d r o Fruela , y el conde Frue la Nuñez , todos parecen de la p a r e n t e l a ; y de Pelayo Froilez fué hija Doña Maria Florez , mujer de P e d r o Al fonso ; y de Froi la Pelaez lo fué ot ro Pelayo F ro i l ez , que floreció en t iempo del emperador D . Alfonso , como cons ta del epitafio que dice Custodio es taba en la iglesia de Teverga , que

52 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. decia : Aquí fué soterrado Froilan Pelaez , fiillo de Payo Paez, é de si el so filio Payo Froilez, lióme del emperador, del cual di­remos á su t iempo, y se verá como es t ronco de los Florez ; y pienso que era su he rmano ó pr imo Mar t in Pelaez , el valiente compañero del C id , pues el proceso que alega Cus tod io , dice que pretenecia como nieto de Pelayo Froilez.

§ V I .

E l c o n d e D , P s í i o l o , y d e s c e n d e n c i a d e l o s G use i n a n e s .

El conde D. Pifiólo Ximenez fué hijo del conde D. Ximeno X i m e n e z , y de la condesa A r o g o n t i , hija de Ximena V e l a z , y esta señora hija del conde I ) . Vela y de Doña Tori lda su mujer, fundadores del monaster io de San Miguel de B á r z a n a , como arr iba hemos tocado, y consta del Becerro que hemos referido. E r a D . Ximeno , Grande de por aquellos t iempos , pues como ta l hallamos que cofirma las car tas reales , con t í tu lo de Al­férez mayor -, que era la dignidad y cargo mas honrado del rey . Residía y tenia su principal asiento en Riva de S e l l a , y de su mujer D o ñ a Aldonza Muñion tuvo dos hijos , Oveco y Ped ro , que mur ie ron an tes de t omar estado; y asimismo u n a hija, que casó con el conde D. Frue la Gundemariz , de los cuales (como afirma S a n d o v a l ) vienen los G u z m a n e s , a s t u r i a n o s , como ya hemos v i s t o ; y consta por haber sido Muñía Doña , y su mar i ­do Gúndemaro Pin io l iz , fundadores de un monaster io de mon­jas que estuvo en Oviedo , donde ahora es N u e s t r a Señora de la Corte , como parece por u n a escr i tura que refiere Yepes , y y o l a vi en los archivos de Oviedo, su fecha E r a de 1050. O t r a s muchas iglesias y monas ter ios tenia es ta s e ñ o r a , como consta de u n a donación que la misma Muñía Doña hace á su hijo Fer ­nando Gundemariz , en la E r a de 1075, cuyo privilegio he vis to

CARVALLO. 53 en el libro Gótico de Oviedo , y lo refiere Sandoval en la fun­dación del monas ter io de C á r d e n a , el cual p rueba con buenos fundamentos, que del nombre Frue la Gundemariz vienen los Florez y Guzmanes ; y del nombre Muñia ó N u ñ a , vienen los Nuñez , unos y otros as tur ianos .

§ V I L

IT t i t u l a c i ó n d e l i n s i g n e m o n a s t e r i o d e S a n J u a n d e C o r i a s .

Habiendo casado el conde D . Piñolo á su hija, y dado á su yer­no Frue la Gundemariz la dignidad de alférez m a y o r , con o t ra mucha h a c i e n d a , y deseando mucho , ya que no tenia otros hi­jos , dejarlos espiri tuales , que sucediesen en lo r e s t an t e de sus bienes , se determinó á fundar u n monas ter io , y comunicando en secreto con su mujer este p ropós i t o , comenzó á cuidar del sitio y lugar donde le edificaría, y no hal lando en toda su t ier­r a n inguno que le c o n t e n t a s e , suspendió por a lgunos dias su buen intento , has ta que u n mayordomo suyo , l lamado Suero, le d i jo , como por dos veces le habia sido revelado por Nues t ro Señor el propósito que t r a í a , y cuidado con que a n d a b a , y lo que su voluntad era, que este monaster io se fundase en la tier­r a de Pesgos , que es donde ahora l laman t i e r ra dé Cangas , y que fuese dedicado al P recurso r del Señor ; dijole mas , que no se atreviendo á descubrir esta reve lac ión , t e rcera vez lo habia sido amonestado lo mismo , y que el Señor le habia enseñado una iglesia que bajaba del cielo á la t ie r ra , sus ten tada con unas fuertes c a d e n a s , y cercada de ángeles , que venían cantando sa lmos , y se asentaba la iglesia en un valle muy lleno de zar­zas y ma leza ; y para que fuese creído le habia dado una bofe­t a d a , dejando la mano señalada en el carrillo. Viendo los con­des que el mayordomo , ni o t ro alguno , no podia t e r noticia de

54 ANTIGUEDADESDE ASTURIAS. sus in ten tos , por haber sido comunicados en secreto, y la ma­no seña lada en el ros t ro de su criado , se persuadieron que la vo lun tad de Dios era , que fundasen en aquella pa r t e su mo­nas ter io ; Todo lo cual refiere muy en par t icular el monje F r a y Gregorio Ioannes en el an t iguo B e c e r r o , que escribió por su propia mano , E r a de 1245 , y se t iene asi por t radición en el mismo c o n v e n t o , y se colige de a lgunas escr i turas , donde los condes refiriendo esta fundación , dicen , que la hicieron ins¡ñ-rati á Deo. L lamábase por aquel t iempo este valle, el valle Pes i -co. N o tenia el conde D. Piñolo por aquellas par tes hacienda a lguna ; pero el conde D. Rodr igo Rodríguez de C a n g a s , her­mano de la condesa su mu je r , le dio el sitio de C a u r i a s , que ahora l laman Cor ias , j u n t o al r io N a r c e a , media legua peque­ña de Cangas , en t r ueque de o t ra hacienda, y por u n sabueso y u n halcón ; y asi comenzaron luego los condes á desmonta r y l impiar aquel sitio , donde es taba u n a an t igua e rmi ta de San A d r i a n o , y alli hicieron u n templo , que es el que ahora l laman Nues t r a Señora de R e g l a , y unas pequeñas habitaciones para algunos c lér igos , que celebrasen los divinos oficios , y esto fué el año de 1013. Después fué adquir iendo el conde mucha ha­cienda por aquellas par tes , y dándole el rey Bermudo el valle de P e r a , que después se llamó el Soto de C o r i a s , por otra ha­cienda en Riva de Se l l a , fundó mas en forma su monaster io , poniendo en él doce monjes con su a b a d , y dedicándole al glo­rioso San J u a n B a u t i s t a , y dotándole de muchas posesiones y g ran hac i enda , el año de 1022, según consta de la misma fun­dación.

§ V I I I .

P r i m e r a b a d d e C o r i a s , y l a p r o f e s i ó n que s o l i a n h a c e r

Fué el p r imer abad de Corias D . Ar ias C r o m a c i o , elegido por el mismo fundador y sus monjes, y confirmado por el obis-

OABVALLO. 55 po de Oviedo Froilano , en presencia del cual hizo el abad la profesión en la forma siguiente : Ego Arianus primus Goriensis Abbas, obecUentiam, et reverentiam a Sanctis Patribus constitu­

tam, quam iuxta Regulam Sancti Benedicti Abbatis: et sic veré sancitum Ubi Froilano , Ovetensi Episcopo , Ecclesice tuce, et su­

cesoribus tuis exhibiturum promito, et propria тать super Sa­

crum Altare confirmo subiectionem, vero mdlatenus Ubi promitto vel fació. E s t o está asi en el Becerro de este monas ter io , donde se ref iere , que los siguientes abades eran bendecidos y confir­

mados por el obispo. E n este monaster io de Corias dio D . Fro i ­

lano tales mues t ras de c r i s t i andad , que se ha tenido , y t iene en reputación de santo, y como ta l se halla en el l ibro Gótico de Oviedo pin tado con dos lámparas á los lados. Fué este p r e ­

lado na tu ra l de Cangas , y fundador de la iglesia de Sant iago de Cibea , como se colige de u n le t rero que luego pondremos . Los Florez que residen en Vil lamañan t ienen en su mayorazgo por principales joyas la espada , y la cota del már t i r San Mar­

celo , y dicen habérselas dado este obispo Froi lano , por ser su par iente . Sucedióle á este prelado en la silla de Oviedo D. Pon­

ce, y á este D. Arias , pr imer abad de Cor i a s , y na tu ra l de A s ­

tur ias , que fué un gran prelado, y consagró la iglesia de Cibea, que habia fundado D. Froi lano , como parece por una piedra que está encajada en la pared del por ta l de la misma iglesia, que pr imero estuvo en ot ra par te , y t iene escrito esto : In No­

mine Domini, sacratum est Templum Divi Iacobi Apostoli, a fá­

mulo Dei Ariano, tenente Sedis. Era 1121 hoc concliclit Froila­

ms, Rege Adephonso regnante in Legione. Después de haber gobernado la santa Iglesia de Oviedo D. Arias veinte y t r e s años san ta y l oab lemen te , se volvió á recoger á su monaste­

rio de Corias , donde vivió y murió con mues t ras de t a n t a san­

t idad, que piadosamente le t ienen por santo los monjes de este c o n v e n t o , donde está en te r rado .

56 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. § I X

B i e n l i e c m o r e s d e l c o n v e n i o d e C o r i a s .

F u é muy g rande el fruto espir i tual que hizo el monaster io de San J u a n ele Corias por aquellas pa r tes , y g rande la devoción que los na tura les ele aquella t i e r ra ten ían con aquel santuar io , como parece por las muchas y g randes dotaciones que le hacían, y hoy vemos de hombres , y mujeres principales de aquella tier­r a de estos apellidos : Zed i za , B o q u e z , Analsos , E taces , Cro-macios , Sa r r ac inos , Assures , Pi t i l las , Picos , Arbas , Leras , Calvos , Marcos , Parte'mios , Soles , Farfanes, Colleres y otros apellidos , que casi en nues t ro s t iempos no se conpeen; y pr in­cipalmente hay grandes dotaciones de Canes y Rodríguez , de los cuales había también a lgunos sepulcros en su capi l la , que estaba antes de N u e s t r a Señora de la V e g a , á mano derecha de la p u e r t a , muy hermosa y de muchas ant igüedades . Refiere Custodio en t re otros estos dos : Oneca Boderici , treplis nostra Gomitisa tegitur hoc lapide , requiescat placide, óbiit Era 1116, que quiere dec i r : Onega R o d r í g u e z , sobrina de la condesa nues t ra fundadora , está cubier ta con esta piedra . E s t a señora dio al convento el valle de Amago , en t iempo del abad Mu-ñion , que fué el segundo de aquel monaster io . E l otro epitafio dice : Aquí yace Pedro Rodríguez , filio de Doña A lexania, é finb a dos por andar de Agosto, Era de 1153. De es ta D o ñ a Álexania y de Muñ ion Rodríguez su mar ido , hay una donación que ha­cen del L u g a r del Valle. E s t o s Rodr íguez , como par ientes y bienhechores , se en te r raban en este convento , como defenso­res de é l , pues no ha muchos años que había en el mismo con­vento muchos paveses ant iguos con las a rmas de los Rodríguez, que son t r es bandas a t r avesadas , y por ser defensores de esta c a s a , y preciarse del parentesco ele sus fundadores, t en ían por

CARVALLO. 57 orla unas p inas , aludiendo al nombre de P i ñ o l o , y encima de las b a n d a s , la iglesia que Suero el mayordomo habia visto ba­j a r del cielo, rodeada de ánge les ; las cuales a rmas se hal laron también en a lgunas sepul turas , y eran ve rdaderamente de los Rodr íguez , de quien las tomaron después los Llanos . También fundaron estos Rodr íguez el monas te r io de San Tirso de jun to á C a n g a s , y le dotaron en doce l u g a r e s , q u e después se aplico al de C o r i a s , como todo consta del Becer ro á fojas 114.

§ X .

R o d r i g o A l f o n s o d e C a n g a s .

D. Rodr igo Alfonso de C a n g a s , era por estos t i empos u n g ran caballero , que tenia su principal asiento en aquellas par ­tes de Cangas y Cerredo, y era de g rande hacienda, según todo parece por a lgunas escr i turas de t rueque y c a m b i o , que en t re él y el conde D. Piñolo se celebraron. Fundó algunos monas te ­rios é ig les ias , y en el Becerro de Corias, á folio 1 1 4 , se dice: Rodericus Alfonsi construxit monasterium Sancti Ioannis de Veiga. Y Sandoval en la fundación de San Pedro de C á r d e n a , dice, que este D. Rodrigo Alfonso de Cangas era de t an alto l inage, y de sangre t a n i l u s t r e , que su hijo D . Diego Rodríguez casó con D o ñ a Ximena Alfonso , hija del rey D. Alfonso el Quinto , y fué capi tán y gobernador genera l de todo A s t u r i a s , como consta de muchas car tas r e a l e s , donde confirma con este t í tu­lo; y en la car ta de a r ras del C i d , se l lama Didaco de térra As-turiensis Dux.

§ X I .

F u n d a c i ó n d e l m o n a s t e r i o d e C o r n e l i a n a .

Vivia por los t iempos de este rey en As tu r ias la infanta Cris-

58 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. t i n a , luja de D . Be rmudo el S e g u n d o , como y dijimos; y aun­que de su marido el infante D . Ordoño le quedaron h i jos , que fueron Alfonso Ordoñez, Sancho Ordoñez y Doña Aldonza Or-doñez , á quienes algunos por h ier ro l laman D oña Alfonsa, con todo eso era t a u rica y t an g r ande crist iana, que no le faltaron ren tas , n i ánimo pa ra fundar el insigne monaster io de San Sal­vador de Corneliana , en u n lugar del mismo n o m b r e , sitio de los mas amenos y apacibles ele toda la provincia , debajo de la Regla de San Beni to , y le dio la misma villa de Corneliana, y otra mucha y muy buena hacienda , como consta de la car ta de dotación otorgada por ella á dos de las kalendas de Jun io . Y aunque este monaster io vino á casi á ser despojado de la mas y mejor hacienda que t e n i a , por u n descendiente de la misma fundadora , volvió á ser r es taurado , como luego d i r e m o s , con lo cual ha florecido s i empre , y florece con mucha religión y observancia.

§ X I I .

L í o s i n f a n t e s d e C a r r i o n y s u s o l a r e s d e A s t u r i a s .

No solamente i lustró la infanta Doña Cris t ina su t i e r ra con la sucesión de los hijos espiri tuales de este convento; pero t am­bién honró estos reinos con la sucesión de sus hijos legít imos, y de su mar ido el infante D. Ordoño , l lamado el Ciego , que fueron los siguientes : Alfonso Ordoñez , Sancho Ordoñez y la condesa Doña Aldonza Ordoñez, que casó con el infante D. P e -layo Froilaz , l lamado comunmente el Diácono , nieto del rey D. Prue la el Segundo , de donde llevaba el apellido Froi laz , que asi le nombra el arzobispo D . Rodr igo . De la condesa D o ­ñ a Aldonza y del infante D. Pelayo Froilaz , fueron hijos P e ­dro Pelaiz , Ordoño Pe l a i z , Pelayo Pelaiz y D o ñ a Teresa , que fué condesa de Carrion , y fundadora del monas ter io de San

CARVALLO. 59 Zoil, y la madre del conde D. Suero, y de seis he rmanos . E s t a filiación refiere el obispo de Oviedo D. Pelayo y D . Rodr igo, á qu ienes , siguen Morales , Mar i ana y o t r o s , los cuales dicen, que estos seis hermanos son los que comunmente l lama el vul­go los infantes de Oar r ion , que asi sé l lamaban en España los hijos ó nietos de los r e y e s ; y de C a r r i o n , porque tenia su p a ­dre elgobierno de aquella t i e r r a : y de estos infantes dice P e ­dro Barahona , que era una de las cinco casas mas nobles de E s p a ñ a ; y yo hallo ot ra D o ñ a Cr i s t ina , he redera del monas te ­rio de Corne l iana , que sin duda era de esta familia. E s t o s in­fantes vivieron en Soto , que l lamaron de los in fan tes , como se verá en ot ra p a r t e .

§ X I I I .

D o ñ a G u d i g e m a , D o ñ a A l e x a n i a , D o ñ a D r n n ü d a y D o ñ a l M a f a r r a .

Doña G u d i g e m a , Doña Alexania , Doña Bruni lda y Doña M a f a r r a , e ran por estos t iempos señoras m u y principales y r i c a s , las cuales no se puede negar que descienden del infante Adelgas t ro S i l i s , porque consta manif ies tamente de u n a escri­t u r a de donación que todas j u n t a s o torgaron en favor del m o ­naster io de O b o n a , en qué le dan el lugar de P ine ro , y dicen que se lo clan s e g ú n , y como la heredaron de su abuelo D . Adelgas t ro , que era el fundador del mismo monaster io ; y abue­lo l lamaban á cualquiera de los a n t e p a s a d o s , como advier te Yepes en la centuria é , el cual refiere esta escr i tura , y está en los archivos de aquel convento , su fecha E r a de 1 0 6 4 , que es el año de 1026.

60 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. § X I V .

P e r s o n a s s e ñ a l a d a s , q u e c o n f i r m a n p o r e s t o s t i e m p o s

Purcel lus , Oidi Alvari , Cid Cides, Adeguno , obispo de Ovie­do , confirman la fundación de Oorneliana. Muñio Fernandez , Muñio Garc ia , Muñio Eodr iguez , Froi la Menendez , Cid Silis, Redesteo Muñiz , Oveco Ses icas , Bi t rar io Vimaraz , confirman el privilegio del lugar de T o r o , y la mas hacienda de Analso Garvijo , que el rey dio á San Sa lvador , como consta del libro Gótico de la Iglesia de Oviedo.

T I T U L O T R E I N T A Y U N O .

D. BERMUDO EL TERCERO.

§ L

§ > u c e s e s i o n d e l r e i n o d e ILeon , y c o n d a d o d e C a s t i l l a .

Al rey D . Alfonso el Quinto sucedió su hijo D . Be rmudo Ter­cero, quedando n iño , el año de 1027 que murió su padre . Casó con Doña Urraca de As tu r ias , ' que otros l laman Doña Teresa, hija de D . S a n c h o , conde de Castilla , con que se hizo cuñado del conde D. Garcia , y del rey de N a v a r r a D . S a n c h o , que estaba casado con ot ra he rmana de la misma r e i n a , y del con­de D . Garc ia , l lamada Doña Mayor . Fué muer to D . Garcia, conde de Cas t i l l a , en L e ó n , por los hijos del conde D. Vela, sus ant iguos enemigos , y por su muer te vino el condado de Castilla al rey de Nava r r a D . Sancho su cuñado , el cual j un ­t amen te con el condado, heredó la enemistad que siempre tu­vieron estos condes cont ra los reyes de Oviedo y de León; que

CARVALLO. 61

aunque no se les puede negar su mucho va lo r , fueron m u y grandes los daños que padeció la c r i s t iandad con sus m u c h a s

disensiones , enderezadas t odas á no es ta r sujetos á los reyes de A s t u r i a s , que liabian ganado aquellas t ie r ras , y dádoselas pa ra gobernar las . Siguien do , pues , es tas enemietades el rey de Navar ra D. S a n d i o , e n t r ó haciendo brava guer ra por t ie r ra de León á su cuñado el rey D . Be rmudo , y le tomó la ciudad de As to rga , y otros muchos luga re s , yendo est rechando cuanto podia los términos de León.

§ 1 1 .

P a c e s y c a s a m i e n t o e n t r e i o s r e y e s « l e ILeon y rVavar» r a , y c o m o C a s t i l l a v i n o á s e r r e i n a d o .

E r a por estos t iempos obispo de Oviedo D . P o n c e , sucesor de Froi lano , de quien ya t r a t a m o s , hijo ó deudo m u y cercano de D. Gonzalo Ponce , as tu r iano , cuya hija D o ñ a Constanza habia casado con el rey de N a v a r r a D . García el Tembloso, en la cual tuvo á D . Sancho, que es el que h e m o s dicho en el pár­rafo antecedente , como ya queda probado tit. 22. Residía allá en Nava r r a es te prelado con é l , como consta de algunos privile­gios de este rey, donde confirma D . Ponce , obispo de Oviedo, el cual asimismo se halla en u n concilio de obispos , que por mandado del rey ü . Sancho se j un tó en N a v a r r a pa ra t r a t a r de la t raslación de la catedral de aquel re ino , de Leyre á Pamplo ­n a , donde confirma D. P o n c e , metropol i tano de Oviedo, q u e á no ser muy deudo , ó pr ivado del r e y , no tenia que hacer por aquellas p a r t e s , sino es que (como piensa G a r i b a y , que refiere este concilio) se hallase y presidiese en el D . Ponce como m e ­tropol i tano de toda E s p a ñ a , que uno y ot ro pudo ser. E s t e g ran prelado , y otros m u y principales cris t ianos , temiéndose

62 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. que los moros en t ra r ían des t ruyendo la c r i s t i andad , viendo los príncipes de ella t a n encont rados , t r a t a r o n paces en t re los r e ­yes D. Be rmudo de L e ó n , y D . Sancho (que l lamaron el m a ­yor) de N a v a r r a , y que para m a y o r firmeza se casase D . Fer ­nando , hijo segundo del rey D . Sancho , con la infanta Doña S a n c h a , he rmana de D. Bermudo , y que el señorío de Castilla se diese al mismo D. Fe rnando con t í tu lo de rey de Castilla, dejando el de condado. Efectuóse este casamiento (según la cuenta de Morales) el año de 1032, habiéndolo t r a t a d o este g ran prelado a s tu r i ano , pa r ien te del rey D . Sancho el M a y o r , de quien vienen los de Cast i l la ; y el ser su par iente D . Ponce consta manifiestamente de u n fragmento de Mosen Narcis Vi-nolis , por estas palabras : Casó el rey D. Sancho á su hijo B. Fernando con la fija del rey D. Alfonso , por el consejo, é auto­ridad de su tio D. Ponce, obispo de Oviedo, y yendole a ver á As­turias , fué herido mortalmente de una saeta en Gampomanes, por haber muerto un Peón asaeteado ferozmente en Pallares, é Gampomanes fué arrasada por los homes del rey, é su fijo.

§ I I L

D . S a n c h o e l M a y o r e s m u e r t o e n A s t u r i a s *

Según esto parece que viniendo el rey D . Sancho el Mayor á las Astur ias á ver á su tio el obispo D. P o n c e , ó á visi tar l a s santas reliquias , como dice M a r i a n a , que uno y otro pudo ser, en l legando á Pajares , p r imer l u g a r por donde se en t ra en A s t u r i a s , hizo asaetear un P e ó n as tur iano , que debia de ser gua rda de las que entonces se ponian pa ra gua rda r la t ierra; al fin el rey le hizo dar muer t e f e rozmente , y algún par iente de este P e ó n , pasando el rey por Campomanes , que es mas ade­lante , le t iró u n a s a e t a , de que murió : y la General del Bey

CARVALLO. 63 D. Alfonso dice , que le mató u n P e ó n en As tur ias , sin decir o t ra cosa ; y D . Rodrigo y D. Lucas escriben , que fué s epu l ­tado en Oviedo por su hijo D. F e r n a n d o . Pa rece por u n car te l de desafio, que abajo pondremos , que la muer t e de este rey fué impu tada á alguno de la familia de los Valdeses. Campo-manes fué des t ruida por es ta m u e r t e , lugar que entonces era m u y g rande y popu loso , en el camino que viene de León pa ra Oviedo ; y aun ahora se descubren en sus campos y h u e r t a s r a s t ros de ant iguos y g randes edificios. Y no ayuda poco á la verdad de la muer te de este rey el r e f r á n , que de alli debió de de tener principio : Si la hiciste en Pajares, pagastela en Gaon-pomanes , el cual t r ae el comendador Fe rnán Nuchez en t re los demás proverbios.

§ I V .

D . F e r n a n d o , r e y d e C a s t i l l a , v o l v i ó á O v i e d o c o n s u m u j e r á l a e l e v a c i ó n d e l c u e r p o d e S a n P e l a y o .

Parece haber sido m u y devoto el rey de Castilla D . Fe rnan ­do del glorioso már t i r San Pelayo , pues vino o t ra vez á la ciu­dad de Oviedo , con su mujer D o ñ a S a n c h a , con u n fervoroso celo de devoción , acompañado de obispos y de sus hijos, y con todos los g randes de su t i e r r a , pa ra poner en mejor t r aza el templo donde reposaba el cuerpo del santo már t i r Pelayo, y le elevaron á mas alto luga r , haciendo u n a maravil losa traslación, que por las mismas palabras , y ot ras m u y devotas lo refiere el mismo rey en u n privilegio suyo , que t iene este convento, y t r a e el P . Yepes t r a t ando de su fundac ión , por el cual hace donación el mismo rey á dicho convento del monaster io de Oviodonio , que estaba en As tur ias , r ibera del mar , y dice ha­ber sido del conde D. Sancho su abue lo , y le da ot ra mucha hacienda pa ra sus ten to de las monjas y monjes , de los h u é s -

64 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. . pedes y peregrinos que viniesen á aquel santo l u g a r , y con car­go de que las monjas le hagan un aniversario por su ánima , y de su muje r , el mismo dia que se celebró la t ras lación del cuerpo s a n t o , y confirma en t re otros prelados F r o i l a n o , obis­po de Oviedo.

§ v. M u e r t e d e l r e y D . B e r m u d o .

N o llevaban los nobles de León y As tu r i a s , que D . F e r n a n d o se t i tulase rey de Castilla, ni que el reino de León se le j u n t a ­se después de la muer t e de D . B e r m u d o , sobre lo cual se r e ­novaron las viejas pendencias en una s a n g r i e n t a b a t a l l a , que se dio en el valle de T á m a r a , j u n t o á F r o m e s t a , y fué muer to el rey D . Be rmudo por su cuñado D. Fe rnando el año de 1037, según consta del epitafio de su s e p u l t u r a , que está en San Is i ­dro de León.

§ V I .

A n t i g u a l l a d e t i e r r a d e C a n g a s .

De la E r a de 1071 , que es el año de 1033 , se halla en el mo­naster io de San ta Mar ia de Obona u n t rueque , y cambio de ciertas h e r e d a d e s , celebrado en t re F e r n a n d o Al fonso , y Cara-dona, abad y abadesa de San Salvador de B e r g u ñ o , en t ie r ra de Cangas, con D. Silo y Doña Oniga, abad y abadesa de San­ta Mar ia de O b o n a : por lo cual parece que en estos t iempos habia en dichos monas ter ios monjes y monjas. E s t a escr i tura t r ae Yepes en la centuria 4 .

§ V I I

F r u e l a O s o r i o y O s o r i o F r o i l a z .

Fruela Osorio fué por estos t iempos g r a n caballero en As tu -

CARVALLO. 65 rías , y fue de los marqueses de A s t o r g a : presúmese que los Osorios tomaron de aquí el n o m b r e , y algunos se l laman de Osor io , como se colige de una donación que hicieron sus hijos Osorio F ro i l az , Pelayo Froilaz y Geloyra Froilaz á la san ta Iglesia de Ov iedo , de los monaster ios de San Miguel de T r e ­bles , y de San ta Eulalia en Dor iga , su fecha el año de 1086, que vino á ser en t iempo de D . Alfonso el Sexto. D e los m i s ­mos t iempos hay o t ra donación de la condesa Mayor Froylaz. De esta misma familia fueron Diego Oez y su hijo Diego Oso-rez , y Faquilo Osorez , de donde colegimos , que los Osorios y Florez eran muy parientes , y na tura les de Astur ias ; como cons­t a de muchas dotaciones que hay en el Becerro ant iguó de San J u a n de Corias.

§ V I I I .

P e r s o n a s n o b l e s d e A s t u r i a s .

Anaya Refonquiz , conde , y Pelayo Porce l lo , mayordomos, confirman la renunciación que hizo M u ñ a Doña, y su hijo F rue -la Gundemar i z , la cual es tá en el l ibro Gótico.

T I T U L O T R E I N T A Y D O S .

DE D. FERNANDO EL MAGNO. e

§ 1 .

S u m a d e s u r e i n a d o .

Murió sin dejar hijos el rey D . Be rmudo , y le sucedió en el reino de Leon su cuñado D. Fe rnando Pr imero de este nom­bre , hijo del rey D. Sancho de Navar ra . Fué D . F e r n a n d o lia-

66 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. mado el Magno , por haber sido un grande p r ínc ipe , y como ya se in t i tu laba rey de Cast i l la , se inti tuló de Lecrn, después de Castilla. Alcanzó grandes victorias de los m o r o s ; luciéronse sus vasallos los reyes de Toledo y de Sevi l la ; fundó el insigne monaster io de clérigos regulares de San I s id ro de León, pa ra poner en é l , el cuerpo de este glorioso doctor , que hizo t r ae r de Sevilla. Tuvo en la re ina Doña S a n c h a , h e r m a n a de D . Ber-m u d o , t r e s hijos y dos hijas , en t re los cuales repar t ió el seño­río que tenia, en esta f o r m a : Al m a y o r , que era D . Sancho, dejó á Castilla y Navar ra . A D. Alfonso , que era el segundo, dejó á León y Astur ias ; y á D . García le dejó á Galicia; á D oña U r r a c a á Z a m o r a ; y á D o ñ a Elv i ra , pa r t e del infantado. Fué enter rado en San Is idro de León , en la capilla que pa ra en­t ie r ro de los reyes habia hecho labrar , ha r to humilde , como hoy vemos.

§ 1 1 .

C o n c i l i o e n C a s t r o c o y a n E a , q u e a h o r a l l a m a n V a l e n c i a .

' E s t e glorioso r e y , con celo de reformar la cr is t iandad de sus reinos, hizo j u n t a r concilio de obispos, y cortes de sus Grandes en el obispado de Oviedo , en el lugar que entonces l l amaban Cas t rocoyanza , y ahora l laman Va lenc i a , presidiendo eñ él Froi lano , obispo de Oviedo , que con residir este rey en Cas­tilla y León , quiso gua rda r este decoro á la san ta Iglesia de Oviedo , como todo consta del mismo concilio , que está en el l ibro Gótico de la misma san ta Ig l e s i a , y es su principio como se sigue : In Nomine Patris , et Filii, et Spiritus Sancti. Ego Ferdinandus, et Sandia Regina, ad restaurationem nostrce chris-tianitatis , fecimus concilium in Castrocoyanza, in Dioecesi sci-licét ovetensi, cum Episcopis, et Abbatibus, et totius nostri Regni

CARVALLO. 67 optimatibus , in quo concilio presentes stitere. Froilanus, Episco-pus Ovetensis. Giprianus, Legionensis. Didacus, Astoricensis. Mirus, Palentinus. Gometius, Galagnrritanensis. Ioannes, Pam-pilonensis. Petrus, Lucensis. Ordenaron en este concil io, que los obispos cumplan dere recbamente con sus minis ter ios . Que los monjes y monjas guarden la Regla de San B e n i t o , y que estén sujetos á los obispos , en es tas palabras : Et ipse Abbates, et Abbatisce, cum suis cougregationibus, et Goenobis sird obedien­tes , et per omnia subcliti suis Episcopis, S¡c. Que n ingún lego t enga potes tad sobre las iglesias y n i clérigos. O r d e n a , que las iglesias estén enteras , y no d iv id idas ; y vedase que se diga misa con cáliz de madera ni de bai 'ro. Señalanse las ves t imen­tas del sacerdote y del d iácono; y que el a ra sea de piedra; y cual h a de ser la hos t i a , y el v i n o , y el adorno, y l impieza de los al tares . Vedase que los sacerdotes y demás personas que asist ieren á los a l t a r e s , t r a igan a rmas de guer ra . Que t r a i g a n abier tas las coronas , y ra ida la barba . Que no t engan mujeres en c a s a , sino madre , h e r m a n a s , t ias ó madras ta . Que el ves­t ido sea de u n color decente. Que los casados no h a b i t e n , n i posean los diestros de las iglesias , que e ran t r e in t a pasos al­rededor . Que los curas enseñen á los niños el credo y la o r a ­ción del Pater noster. Que los arcedianos y presbí te ros l lamen á peni tencia á los pecadores graves y escandalosos , que lo n e ­cesitan. Que los que hubieren de o r d e n a r s e , sepan perfecta­men te todo el psa l t e r io , h i m n o s , cán t i cos , epístolas , evange­lios y oraciones. Que los presbí teros no fuesen á comer á las bodas . Que á las comidas de los ent ierros , se l lamase solamen­t e á los sacerdotes y p o b r e s , pa ra encomendarles á Dios. Que todos los cris t ianos los sábados fuesen á la iglesia á oir víspe­ras , y los domingos asist iesen á todas las horas canónicas. Que se guarden con mucho r igor las fiestas. Que n ingún crist iano viva en una c a s a , n i coma á la mesa con judio . Que todos los

68 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. crist ianos ayunen los viernes. Que los delincuentes que se aco­gieren á las iglesias, no sean presos , ni her idos dent ro de ellas, ni de sus diestros, y declara que los diestros de la iglesia son t re in ta pasos alrededor de ella. Ordenanse o t ras a lgunas cosas m u y s a n t a s , y conformes á los sagrados cánones ; y as imismo como eran c o r t e s , se disponen algunas cosas pa ra el gobierno del reino. F ina lmente se manda que se guarde fé y lealtad al rey en As tur ias , León y Galicia , como se habia gua rdado en t iempo del rey D . Al fonso , padre de la reina Doña Sancha su mujer ; y en Cas t i l la , conforme se guardó en t iempo del conde D . Sancho su abuelo. Y acaba con dec i r , que cualquiera que fuere contra lo an tes cons t i t u ido , lego ó elesiástico, sit excom-mnnicatus, et a, consortio Sanctorum, segregatus, et perpetua damnatione cum diabolo , et Angelis eius damnatus , a dignitale sua temporali sit privatus. E s la fecha en la E r a de 1 0 8 8 , que que viene á ser el año de 1050 de nues t ro Reden to r .

§ I I I .

M a n i o n rWuñez t r a j o cíe S e v i l l a á iLeoi i e l c u e r p o d e ¡§así I s i d o r o .

Munio Munion C a n , que asi se l lama en el libro del Becer ­ro ant iguo de S a n - J u a n de Corias , hijo de Munion Rodríguez C a n , he rmano de Doña Aldonza M u n i o n , mujer del conde D. P i ñ o l o , fué casado con Munia D o n a , h e r m a n a del mismo con­de D . P i ñ o l o , según todo consta del mismo B e c e r r o , fol. 73 y 137. Fundó este caballero el monaster io de Caravia en As tu ­rias , de donde era n a t u r a l , y por ser de g rande ánimo y es­fuerzo , siguió la cor te del rey D. F e r n a n d o el Magno , y fué capitán suyo; y Sandoval en la fundación de Sahagun , par. 37 , d i c e , que fué el mayor s e ñ o r , y mas est imado del reino de

CARVALLO. 69 León en su t iempo. P o r lo menos fué de los mas valerosos y esforzados soldados que sirvieron á este rey ; porque habiendo l legado con sus banderas victoriosas has t a la ciudad de Valen­cia , y a t ravesado con sus ejércitos á P o r t u g a l , l legando á la ciudad de Mér ida , y fatigando desde allí á los moros de la An­dalucía , t an to , que el rey de Silla se le hizo vasallo, y fué con­cierto de las paces , que el rey de Sevilla moro habia de con­sent i r t r ae r de aquella ciudad á la de León , los cuerpos de los santos már t i r e s J u s t a y Ruf ina ; y pa ra esta san ta empresa en­vió el rey D. Fe rnando á nues t ro as tur iano Munio Munion Can, pr incipal embajador , y con él á los dos santos obispos Alvi to de León , y Ordoño de A s t o r g a , con otros caballeros que los acompañasen . N o pucliendo tener Munio Munion not icia de los santos cuerpos , aunque él r e y , que se l lamaba Almuncamuz A b e n a m e z , les dejaba hacer todas las diligencias convenientes fué revelado al santo obispo A l v i t o , que la voluntad de N u e s ­t r o señor era , que aquellos santos cuerpos no se llevasen de aquella c iudad ; pero que en su lugar llevasen á León el cuerpo del glorioso doctor San Is idoro , arzobispo que habia sido de aquel la c iudad , y asimismo le fué revelado el lugar donde esta­ba. Hab iendo hallado esta celestial p renda el obispo Alvito, adoleció y murió dent ro de siete dias después de la revelación, como también le habia sido revelado. E l obispo D. Ordoño y Munio Munion par t ieron con el santo cuerpo de San Is idoro , y con el cuerpo que también puede l lamarse santo de Alvito pa ra León , donde l legaron el año de nues t ro Reden to r de 1063 , y siendo recibidos con g ran solemnidad por el rey D. F e r n a n d o y t oda su c o r t e , el cuerpo de San Alvi to fué pues to en la san­t a Ig les ia ca t ed ra l , donde al p resen te está elevado en un r ico s e p u l c r o ; y el de San Is idoro deposi taron en el monaster io de San J u a n B a u t i s t a , que es el muy insigne que al p resen te lla­

m a n de I s id ro . E l rey D . Fe rnando dio á Munio Munion el mis-

70 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS, m o dia que entró en León con el cuer/po s a n t o , el lugar de Campo de Salinas , haciéndole c o t o , por haber t ra ido el santo cuerpo, y le hizo o t ras mercedes en t i e r ra de León, con lo cual se quedó avecindado en aquella c iudad ; y hay razón de todo esto en el an t iguo Becerro de Corias, que alega Sandoval en la fundación de Sahagun , y yo lo vi por mis ojos; y en San I s i ­dro de León hay u n libro de mano de D . Lucas , obispo de Tuy , que fué canónigo de aquella c a s a , que asimismo v i , y t r a t a de es ta traslación. P o r esto , y por innumerables privilegios que h a y en aquella santa casa, y por todas nues t ras his torias , cons­t a el engaño de Carlos Higonio , que dice que el cuerpo de San I s ido ro , arzobispo de Sevilla, está en Bolonia. Y el mismo San­doval d ice , que el conde D. M u n i o , que asi l lama á nues t ro Munion , diciendo que todo es uno , era de la sangre real de León , y descendiente de los condes fundadores del monaster io de Corias ; el deudo que con ellos tenia ya lo dije, y consta del mismo Becerro . .Dice mas , que los Guzmanes , y Osorios des­cienden de él. Lo que hallo en esto e s , que los Guzmanes descienden de este t r o n c o ; mas no se si de la misma persona de Munio Munion y Ñ u ñ o ; diferentes nombres s o n , pero sué­lense confundir. Consta de los patronímicos diferentes Muñiz , y Nuñez , y en u n a docion que hizo D. Gonzalo Ruiz Girón al hospi ta l de la Er rada , E r a de 1260 que refiere Gud ie l , se hace mención de Munio González y de Ñ u ñ o González , que eran diferentes.

§ I V .

rVuño G o n z á l e z , c o n d e y g o b e r n a d o r d e A s t u r i a s ,

Gobernábase Astur ias en estos t iempos por condes, como las mas provincias del reino , y en los úl t imos años de este rey , y muchos mas adelante, era conde de Astur ias Ñ u ñ o , ó Munion

CARVALLO. 71 González , hijo del conde Munion Rodríguez de Cangas , por­que se halla confirmando las car tas reales l lamándose conde de As tur ias . Toca algunos ele estos privilegios Sandoval en la des­cendencia de los Manr iques . Y es de adve r t i r , que tener con­des los reinos que los siguiesen en estos t i e m p o s , no por eso dejaban de ser r e i n o s ; que los condes de por entonces , eran como gobernadores y vireyes , á quienes encomendaban los re ­yes el gobierno , y asi se l lamaban Comités , como compañeros de los reyes , y del verbo comitor, como ya hemos tocado.

§ v. M u ñ o A l v a r e z y D i e g o A l v a r e z , p a r i e n t e s d e l C i d .

Fue ron también por estos t iempos en As tur ias m u y nobles y principales caballeros Ñuño Alvarez y Diego Alvarez, los cua­les se halla que como Ricos-homes del reino confirman un p r i ­vilegio de este r e y , de la E r a de 1100 que el maes t ro Yepes t r ae en la p r imera p a r t e , y es la escr i tura 3 1 , y como firman jun tos , podemos conje turar , según la usanza de aquellos t i em­pos , que eran hermanos , ó padre é hijo , á lo menos eran des­cendientes de Rodr igo Alvarez de Astur ias , que como h e m o s visto , fué abuelo del Cid Ruy Diaz, que vivia por este t iempo, y era g ran servidor , y pr ivado del rey D . Fe rnando : por ma­nera , que era pr imo ó sobrino de estos caballeros : de Ñ u ñ o Alvarez ó de Diego Alvarez, fué hijo de D. Rodr igo Alvarez de As tu r ias , señor de Noreña .

§ V I .

G e b o n d o f u n d ó e l m o n a s t e r i o d e S a l t o e n C a s a r e s .

F u é muy j i c o también por estos t iempos Gebondo, présbi te-

72 ANTIGUEDADESDE ASTURIAS. ro , que edificó y dotó en Casares el monaster io de Salto, cerca del rio Nalon, dedicado á San Salvador, y ' á San Ped ro , y á San Pablo , con reliquias de los mismos santos , y de San J u a n Bau­t i s ta , Sant iago y San Vicente , y fué este monaster io de mon­jes y monjas , como todo consta por su dotación, que pone Ye-pes en la centuria 3 . E s t e monaster io se aplicó después á San Vicente de Oviedo.

§ V I L

D o ñ a P a y a y f>. ü e r m a s d o Aa'íiaemí.as'iíE.

Fué por estos t iempos en Astur ias persona muy poderosa Bermudo Armentar iz , casado con Doña P a y a , que en lengua gallega y astui-iana a n t i g u a , es lo mismo que Doña Pelaya; los cuales hicieron donación á la santa Iglesia de Oviedo , y á su obispo Froi lano , del monasterio de San Bartolomé de L o -don, y de los lugares ele Lauro , y Fe lgueras , Vil lamondriz, Vi-Uapaluiz y Agüer ia , j un to al rio Cubia , y o t ra mucha hacien­da en A s t u r i a s ; y se hace mención en esta escr i tura de Mar­t in Bermudez su hijo y refiérese que fué otorgada en presencia del rey D. Fe rnando y de la reina , y ele muchos obispos , que conf i rman; y ent re las demás personas principales . confirman Ordoño Pe la i z , E c t a Pe la i z , P e d r o Pe l a í z , Pelayo Pe l a i z , que sin duda eran muy par ientes de Doña Pelaya ó Paya , y todos de la familia del conde Pelayo Froilaz, que arr iba hemos dicho. Vivia esta señora en el lugar que ahora l laman los Palacios de Do ña P a y a , sobre el rio de P r a v i a ; y está dicha escr i tura en el libro Grótico de la Iglesia de Oviedo, donde se halla asimis­mo o t ra e sc r i tu ra , en que Mar t in Bermudez confirma la dona­ción de . sus padres , arr iba referida , y da á la misma iglesia otros lugares en t ierra de P r a v i a , y refiere como se pa r te con

ALONSO \ ] . СЕУ LA С Л И Л П Л í л XT л

CARVALLO. 73 el r ey pa ra la g u e r r a , y confirman en t re otros el conde P e d r o Pelaiz , Pelayo Pelaiz , E c t a Pelaiz , Diego Pelaiz , &c.

§ VIH.

A e l g a s P e í a l a y o í r o s iraoMes.

Aelgas ó E d g a s P e l a e z , fué por estos t iempos un g ran sol­dado as tur iano , y como á t a l , por sus buenos servicios el r e y D . Fe rnando le dio los lugares de Nora , Castiello y oti*os al­gunos , como todo se refiere en la donación que de ellos hizo á la santa Iglesia de Oviedo el mismo Aelgas Pelaez, con su mu­je r G u i ñ a , y después se volvió á ellos estando casado con Gu-t rodo Osorez. Hacese mención en estas escr i turas de Cidez Al­varez y Analso Na i s , personas nobles. E r a asimismo as tur iano Porcello , mayordomo del rey , como consta de la donación de Munia D o n a , mujer del conde Gundemaro Pinioliz, que ya he­mos referido , y está en el libro Gótico de Oviedo.

T I T U L O T R E I N T A Y T R E S .

DE D. ALFONSO EL SEXTO, Y SU HERMANO D. SANCHO.

§ 1 .

§ i a m a d e ssa r e i n a d o .

Sucedió en el reino de Leon y As tur ias D . Alfonso el Sexto; pero su he rmano D. Sancho, á quien habia dejado su padre los reinos de Castilla y N a v a r r a , habiendo tomado á Galicia á su tercer h e r m a n o , volvió las armas cont ra D . Alfonso , y le ven­ció , y compelió á que tomase el hábito dé monge en Sahagun ,

74 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. y asi quedó D . Sancho también con el reino de L e ó n , y puso cerco sobre Z a m o r a , procurando despojar de ella á su h e r m a ­na Doña Urraca . D. Alfonso , que solo por defender la vida ha ­bía tomado la santa cogul la , se salió del monaster io , y se acó -gió al rey moro de Toledo , l lamado Hal i Maymon , l l evando consigo ent re otros criados , t r e s he rmanos , m u y principales caballeros , l lamados P e d r o Asures , Fe rnando Asures y Gon­zalo Asures , á los cuales su he rmana D o ñ a U r r a c a habia en­cargado el cuidado de mirar por é l , como dice D . Rodr igo , lib. 6 , cap. 26. Murió el rey D . Sancho sobre Z a m o r a , á m a ­nos de Bellido Dolfos , y volviendo de Toledo D. Alfonso , fué co ronado , y recibido por rey de Castilla, León y Galicia, y fué u n magnánimo príncipe en p a z , y en guerra . Consiguió innu­merables victorias ele los moros que residían en E s p a ñ a , y de los que en su t iempo vinieron á ella, l lamados los Almorávides , cuyo caudillo era el rey I u e p h Habentefin, y les echó de Espa ­ñ a , y ganó á Toledo. P a r a servirle en estas guer ras y san tas e m p r e s a s , muchos príncipes y caballeros es t ran je ros , vinieron a c á , y ent re ellos t res par ientes de la casa de Francia , - y de I n g l a t e r r a , y ele los mayores señores de la c r i s t i andad , y estos eran D. Ramón de B o r g o ñ a , hijo de Guillermo, conde de Bor-g o ñ a , y he rmano de G u i d o , arzobispo de V i e n a , que después fué papa, y se llamó Calixto S e g u n d o ; y el otro fué D. R a m ó n , conde de To losa , y el tercero D. Enr ique de Lorena . Con es­tos caballeros casó el rey t res hijas , con D. R a m ó n de Borgo ­ña á su legít ima hija Doña U r r a c a , y les dio la provincia de Galicia con t í tulo de condado. Con D. R a m ó n de Tolosa casó á Doña Elvi ra , su hija na tura l . Y con D. Enr ique de Lorena ca­só á Doña T e r e s a , su hija na tura l . Y tuvo otras hijas este r ey , y ent re ellas á Doña Sancha en su cuar ta m u j e r , hija del r ey de Franc ia Luis el S e x t o , l lamada Doña I s a b e l , y á es ta hija dio el rey la t ier ra de Gozon en As tur ias y la de Prav ia , y ha-

CARVALLO. 75 l lamos que era señora de ella por la E r a de 1195, como consta por una escr i tura del archivo de San Vicente de Oviedo , que en el catálogo de los abades de este convento refiere Yepes , y las palabras de la escr i tura son estas : Begnante Adephonso Im-peratore, Domina Sandia regnante in Gozone, et Bravia; porque el padre le debió de dejar aquel señorío , sin que reconociese sujeción al r e y , porque asi se firmaban los condes de Castilla, aunque se l lamaban reyes cuando se eximieron ele la obediencia de los reyes de León. Tuvo también D. Alfonso el Sexto un hijo , que no llegó á heredar , y murió el mismo D. Alfonso sin dejar varón que le sucediese , el año de 1109 en la ciudad de T o l e d o , y está enter rado en Sahagun .

§ H .

Pi'suraefl» «as© cíe pÜBstas3 ai'raias esa E s p a ñ a .

Desde estos t iempos se hal lan algunos escudos de a rmas en As tur ias y en ot ras par tes , y en la en t rada ele la capilla m a y o r de Sahagun está colgado el escudo que t ra ía en las gue r ra s este r e y , cuar teado de castillos y leones , de donde vienen á colegir los cronistas de nues t ros t iempos , que estos pr íncipes y caballeros estranjeros, que vinieron á servir al rey D . Alfon­so , t r age ron á España el uso de p in ta r a rmas , que h a s t a estos t iempos no se usaron, como ya queda probado; y ahora viendo los españoles el mucho adorno que era pa ra los escudos, y co­mo en estas insignias se conservaba en los descendientes la memoria de los hechos memorables de los pasados , y que en todas las naciones se usaba, d i e ron , á ejemplo de estos es t ran­jeros , en p in ta r a rmas en sus escudos , t omadas de los hechos de sus ascend ien tes , ó de los que ellos h a c í a n , y o t ras empre ­sas , divisas ó blasones por casos var ios , conforme se lo conce-

76 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. dian los r e y e s , ó ellos por su voluntad escogían. De lo m a s tocante á esta m a t e r i a , ya hemos t r a t ado en el t í tulo del rey D . Pelayo.

§ I I L

¡ L a s - r e l i q u i a s «le Sa s a n t a a r c a s e m a n i f i e s t a n .

El año de 1075 ó de 1065 , (que en esto hay duda) vino r o ­mero á los grandes santuar ios de Oviedo el rey D . Alfonso, con su he rmana Doña U r r a c a , señora de Z a m o r a , como espresa-mente dice el Breviario an t iguo de Oviedo , en las lecciones de la fiesta de las reliquias , y se refiere en el privilegio que abajo se toca ; porque el nuevo por yer ro dice que era su mujer. V i ­no asimismo acompañado de los obispos Bernaldo, de Palencia , y Simeón de O c a , y con otros prelados y grandes de su re ino , y tomando en esta ciudad de Oviedo la cuaresma en san tos y espiri tuales ejercicios , como solían hacer los reyes de aquellos t i e m p o s , y o t ras personas i lustres , y teniendo u n a fervorosa devoción , y santo celo de que las reliquias has t a alli ocultas y encerradas en la santa arca, se manifestasen y conociesen pa ra que con mayor devoción , y especial afecto fuesen reverencia­das de los fieles, y pa ra que conocida su santidad y grandeza , conforme á ella s e l e s tuviese el respeto debido, todo p a r a ma­yor gloria de Nues t ro S e ñ o r , p ropuso de abr i r la san ta arca, y apar tando de su intención toda vana cu r ios idad , porque no sucediese lo que habia sucedido al obispo D . Ponce , como que­da referido , hizo que se hiciesen devotas procesiones , y des­pués de muchos ayunos, y l imosnas públicas y par t iculares , un dia viernes á t rece de M a r z o , los ob i spos , abades y demás ele-recia vinieron con el rey , y su he rmana Doña U r r a c a , y los magna t e s de su corte en una devota procesión al lugar donde estaba la santa arca, y tocándola con mucha reverencia delica-

CARVALLO. 77 da y sut i lmente con los ins t rumentos que pa ra abr i r la habían llevado, se manifestó el celestial tesoro abriéndose el arca, don­d e hal laron muchas ca jas , arqueci tas y otros relicarios, y todo lleno de innumerables reliquias, con rótulos de lo que era cada u n a , y a lgunas de ellas se quedaron fuera del arca, ciando el rey relicarios pa ra ellas; las demás se volvieron á encerrar , por no haber aparejo pa ra tener las fuera , con la decencia conve­n ien te , como ya hemos tocado. E s t a manifestación de reliquias se c u e n t a , allende de algunos autores , en el Breviario que di­remos , y mas copiosamente en el an t iguo del obispo D. Gu­t ie r re , y asimismo en el privilegio que el mismo rey, agrade­cido de t a n t a g ran m e r c e d , otorgó en favor de la santa Ig les ia de Oviedo , donándola el concejo de L a n g r e o , de los mas ricos y fértiles de todo As tur ias , donde asimismo refiere el lamenta­ble suceso del obispo D. P o n c e ; por lo c u a l , y otros semejan­t e s ejemplos que se cuentan , se tuvo después t an to y t a n re­verenciado t emor á es ta san ta a r c a , que nadie se atrevió á in­t e n t a r abrirla. Y en este privilegio se in t i tu la el rey D. Alfon­so Bex Asturiarum, y asimismo en otros privilegios de por aquellos t iempos .

§ I V .

I n f a n z o n e s «le L a n g r e o .

Cuando el rey D . Alfonso dio el concejo de Langreo á la san­t a Iglesia de Oviedo, unos fidalgos infanzones de P i a n o , y San Mechoso es taban apoderados de aquella t i e r r a , por ser de g ran valor , y t ene r mucha potencia , e ran sus apellidos Liden , P e -l aez , Sánchez , Monices , Adnai-is , Froilez , Amorinez , Yeta -ees , Lainez , R o d r í g u e z , D i a z , y Pérez , los cuales rec lamaron

78 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. de esta donación , d ic iendo, que era suyo este concejo : el rey decia pertenecerle por haber sido del conde de Castilla D. San­cho , l lamado el M a y o r , rey de N a v a r r a , hijo de D , Garcia el Tembloso , y de Doña Constanza as tur iana , que como afirma Baseo, habia sido del mismo concejo; mas á la usanza de aquellos t iempos , les mandó el rey , que defendiesen como era suya aquel la t ier ra por las a rmas , señalándoles t iempo y campo , y n o m b r a n d o por su pa r te al famoso Rui D i a z , l lamado el Cid. No rehusa ron los infanzones el salir al campo con el C i d ; pero Doña Urraca , que con su h e r m a n o habia venido á visitar las san tas r e l iqu ias , t ra tó de que se concluyese éste pleito por razones , y probanzas , como se hizo , p robando el rey haber sido el concejo de Langreo de su p a d r e , y abue lo , y asi quedó por de la santa Iglesia de O v i e d o , has ta nues t ros t iempos , que con las mas jurisdiciones eclesiásticas se vendió. E s t a di­ferencia toca el arcediano de Tineo , y Sandoval en la funda­ción de San Pedro de C á r d e n a , y consta del mismo plei to , que yo vi en el l ibro Gótico , y de la sentencia que sobre ello die ron Munio Rodríguez , y J u a n Ordoñez , la cual confirma en t re o t ras personas nobles Boclericus Didaz, Gastellarms, que era el C i d , y se l lama Cas te l l ano , á diferencia de Rodr igo Diaz el Astur iano , su cuñado. También hubo en t re el rey , y su he rmana Doña Ur raca un pleito en t re el obispo D. A r i a s , y el Conde D. V e l a , y su he rmano B e r m u d o , personas m u y po­derosas en Astur ias , sobre el monaster io de L a u l e , que ha ­bia fundado el conde G u n d e m a r i z , que decian per tenecer les por su abuela Soloirá Pin io l iz ; y puso el rey pa ra que lo de­clarasen á Bernardo , obispo de Pa l ene i a , y á Sesinando , de Co imbra , á Rodr igo Diaz el Cas te l lano , y el g ran maes t ro D . T u x m a r o , que entonces no habia otros declaradores , n i intér­pretes de las l eyes , sino los g r a m á t i c o s ; y este es el pleito que está en el l ibro Gótico de la santa Iglesia de Oviedo.

CARVALLO. 79 § V.

X i m e n a rVuneas t i e n e «los h i j a s e n e l r e y , y l a d e s c e n ­d e n c i a q u e t u v i e r o n , y p r i n c i p i o d e l r e i n o

d e P o r t u g a l .

De esta jo rnada que hizo el rey D . Alfonso á As tur ias , se aficionó (como dice D . Rodr igo , D. Lucas , la General y otros au tores) de u n a señora muy noble y p r inc ipa l , l lamada X i ­mena Nuñez , ó Munion , la cual hallo que era as tur iana , y señora de Tineo , como luego veremos ; en esta tuvo el rey dos hijas , l lamadas Doña E l v i r a , Doña Teresa . Doña Elvi ra casó con D. Ramón de Tolosa, habiéndole dado el señorío de Tever -g a , con t í tulo de condado ; la cual después dio esta t ier ra con la Iglesia de San P e d r o de Teverga á D . Alfonso su sobrino, hijo de Doña U r r a c a su h e r m a n a , que se llamó E m p e r a d o r a , según consta por la escr i tura de dotación que el mismo E m p e ­rador hizo de todo ello á la santa Iglesia de Oviedo el año de 1 2 0 1 , que es tá en el l ibro que l laman la Regla colorada. Pasó después D . R a m ó n á la conquista de Jerusa len con la gente de F r a n c i a , siendo uno de los doce caudillos de aquella jo rnada , en la cual parió Doña Elvi ra u n hijo, que por ser baut izado en el rio ó fuente del J o r d á n , se llamó D. Alfonso J o r d á n . D o ñ a Teresa casó con D . Enr ique de Lorená , al cual dio su suegro el señor ío , ó condado de Tineo , y su t i e r r a , que ya debia de tener dado antes á su suegra Ximena Nuñez. E s t o parece ser asi por muchas firmas suyas , que se hallan en las car tas reales de aquel t iempo , donde se n o m b r a señor de T i ­neo , que como dice el arcediano de Tineo , fué esto lo pr ime­ro que este g rau príncipe tuvo en E s p a ñ a ; y en una donación que hace Doña Guiña á la Iglesia de Ov iedo , dice de es ta s u e r t e : Donatum n&stro Monasterio, tenente Tinegium Donno

SO ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. Enreque cumsocra sua, que quiere deci r : Teniendo el gobierno de Tineo D. Enr ique con su suegra. De donde es l l a n o , q u e esta señora era as tur iana. Es t aba por estos t iempos P o r t u g a l muy ocupada de los m o r o s , y aunque los crist ianos habian conquistado a lguna cosa , no lo pose ian , ni gozaban en p az, y asi él rey dio g e n t e , y aparejo , pa ra que su yerno D. E n r i ­que fuese á conquistar y r e s tauara r aquella g ran provincia, como lo hizo , echando de ella los moros , y poblando las ciu­dades de crist ianos , r es taurando las sillas episcopales , y go­bernándolo todo con tí tulo de conde , reconociendo s iempre por señor de todo á su s u e g r o , como advier te D . Rodr igo; mas después el rey le dio todo lo que en equella t ie r ra .había r e s t a u r a d o , y según dice S a n d o v a l , se lo dejó por su tes ta­mento . Tuvo D . E n r i q u e en nues t ra as tur iana D o ñ a Teresa Nuñez u n hijo , l lamado D. Alfonso , el cual heredó el señorío de P o r t u g a l con t í tulo de d u q u e , ó capitán gene ra l ; pero andando el t iempo , se coronó po r rey de P o r t u g a l , que fué el p r ime ro de aquel r e i n o , como todas las his tor ias dicen.

§ vi. A r i a s j Hf a r í i a i © , o b i s p o s d e O v i e d o .

E r a en esta ocasión obispo de Oviedo Arias , que en latin lla­man Ariano (que habia sido abad de Corias) y o t ros corrom­piendo el vocablo , le l laman T i r i a n o , y asi se nombra en e l . Breviario de Ov iedo , y le sucedió M a r t i n o , en cuyo t iempo tuvo la san ta Iglesia de Oviedo g ran pleito con la de Burgos , que poco antes se habia t ras ladado de O c a , y pre tendía per-tenecerle las Astur ias ; y aver iguada la v e r d a d , vino D. Ber­nardo , p r imer arzobispo de Toledo , con comisión del papa á Astur ias , el cual aplicó aquella provincia al obispo de Oviedo.

CARVALLO. 81 Tenia por estos t iempos la mer indad de Astur ias J u a n Ordo-ñ e z , como parece por una escr i tura del libro Gótico , y en ot ra se l lama mayordomo , que es lo mismo que mayor r e g n o .

§ V I L

R u y X i m e n e z , y a p e l l i d o d e l o s X i m e n e z ,

Ruy Ximenez fue por estos t iempos un buen caballero a s t u ­riano , que asi le llama la General del rey D . Alfonso, y c a ­p i tán general del rey D . Garcia de Galicia en la guer ra que su hermano D. S a n c h o , rey de Castilla. P u d o ser par iente de Ximena Nuñez , y de Ximena D i a z , y padre de Bernardo Xi­menez de C a s o , de todos los cuales t ra ta remos á su t iempo: por donde los nobles del apellido Ximenez parece descendien de estos, y de otros nobles v a r o n e s , que en As tur ias se l lama­ban a s i , y se hallan nombrados en los privilegios de los reyes , confirmándolos como ricos-homes ; y hay grandes indicios que Bernaldo Ximenez viene de X i m e n a , y de D . San D i a z , y de su hijo Berna rdo del C a r p i ó , como abajo veremos. También hay en los archivos de la ciudad de Oviedo una merced que este Rey D. Alfonso hace del lugar de Vil lanueva á Cristoval Pérez , y á Ximena Diaz su mujer , en la E r a de 1141 . que sin duda debia de ser g ran caballero , y ella de la familia de los Ximenez.

§ V I I I .

D . D i e g o R o d r i g u e » , y s u y e r n o e l C i d .

Tenia por estos t iempos el gobierno de As tur ias el conde T>. Diego Rodríguez a s t u r i a n o , con t i tu lo de capi tán generaL hijo de Rodrigo Alfonso de C a n g a s , casado (como arr iba diji-

82 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. mos) con la infanta Doña Ximena , hija del rey D . Alfonso el Q u i n t o , y tuvieron por hijos á Rodrigo Diaz l lamado el As tu ­riano , y á Fernán D i a z , y á Pedro Diaz , de quien abajo t r a -ta remos ; tuvieron asimismo á Ximena Diaz , que casó con Ro­drigo Diaz de Vivar , l lamado el Cid (tan celebrado en todas las historias) y esto es t an v e r d a d , que no puede (según dice Sandoval) haber duda en ello , por haberse hallado en los ar­chivos de Burgos con la buena diligencia del licenciado Gil Ramírez de Arellano la car ta original de a r r a s , celebrada en­t r e el mismo Cid Ruy Diaz , y Ximena Diaz , escrita en perga­mino de le t ra gótica, su fecha en el mes de Agos to de la E r a de 1112. donde dice el Cid :Ego vero denique Rodericus Didaz accepi usorem , nomine Scemenam , filiam Didaco Ducis de térra Asturiensi, fyc. y ella dice: Ego quoque Scem-ena Didaz similiter

faciam Ubi vir meus Rodrigo Didaz; y el lugar ele V i v a r , y de otros que refiere en la e sc r i tu ra , dan á en tender manifiesta­mente , que era el C id ; nombra también á Alvaro Lainez , y á Alvaro Alvarez sus sobrinos , y sin duda que eran por pa r te de Rodrigo Alvarez de Astur ias su abuelo : son fiadores del Cid en esta escri tura los condes Pedro A s u r e z , y García Or-doñez. También consta esta verdad por un memorial d é l a des­cendencia del mismo C id , que dice Sandoval está en el t u m b o negro "de la san ta Iglesia de Sant iago de Gal ic ia , por estas palabras : E meo Cid obo moller Ximena, nieta del rey D. Al­fonso , hija del conde D . Diego de A s t u r i a s ; del cual hay ade­más de esto mucha mención en las Car tas reales de por aque­llos t iempos. Asimismo consta de una donación que la m i s m a Ximena Diaz hizo á favor de la iglesia de Valencia , que dice Sandoval está en el t umbo negro de la de Sant iago , que el Cid R u y Diaz tuvo en nues t ra as tur iana un h i jo , que m a t a r o n los moros en Consuegra , y dos hijas , D o ñ a Crist ina , y Doña M a r i a , que las historias l laman Doña E l v i r a , y D oña Sol:

CARVALLO. 83 puede ser que una se llamase Doña Elvira Cr i s t ina , y la o t ra Doña Maria So l ; si no que en esto estén erradas las his torias , como en dec i r , que el Cid casó con Doña Ximena Gómez, hija del conde Lozano ; mas quien quisiere ver estas verdades ave­r iguadas , lea á Sandoval en la fundación de San Pedro de Cárdena .

§ I X .

L o s c u ñ a d o s d e l C i d .

De Rodrigo Diaz , y Fe rnán D i a z , cuñados del C id , hay u n pleito original en la santa Iglesia de Oviedo, donde se n o m ­bran hermanos de Doña Ximena D i a z ; y era ent re estos her ­manos , y D. A r i a s , obispo de Oviedo , sobre el monaster io de Taule , el cual pleito sentenció el rey D . Alfonso volviendo á Oviedo el año de 1085, para visi tar los santuarios de A s t u ­r ias . E s t e Rodrigo Diaz se llamó el Astur iano, y Rodr igo Diaz su cuñado el Cas te l lano, para diferenciarse ; y asi se hal la que confirman algunos privi legios, como advierte S a n d o v a l ; y Rodr igo Diaz el asturiano firma con Don en algunos otros, t i tu ­lándose Comes Asturiensis, et Ovetensis, como afirma el mismo autor; y tuvo un hijo llamado Pelayo Rodríguez, que heredó la porción de C a n g a s , como consta de la donación que de ella hicieron sus hijas Ximena Pelaez , y Velasqui ta Pelaez al con­vento de Corias, E r a de 1150, que está en el becerro ant iguo á fojas 53. También Fe rnán Diaz fué heredero en Cangas , como parece por el mismo becerro en la donación que hace del lugar de Vallino en S ie r r a , por los males que habia hecho á dicho m o n a s t e r i o , y Ur raca Fernandez su hija dio las aldeas de Nando , y Rob ledo ; y Diego Fernandez su hijo dio la aldea de Noron en T i n e o , por los males que habia hecho e l , y su padre al mismo monas te r io , como todo consta c laramente del mismo

8é ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. becerro. Del otro hermano de Rodrigo D iaz , y F e r n á n Diaz, llamado Pedro D i a z , diremos lo que se ofreciere en t iempo del emperador D . Alfonso. Todos estos caballeros fueron señala­dísimos en las a r m a s ; y de esta i lustre prosapia dice Sandoval , que descienden los Vélaseos , los Quiñones , los Girones , y Rodríguez de Cineros.

§ X .

D e l s u c e s o d e l a s h i j a s d e l C i d c o n l o s c o n d e s «le C a r r i o n , y D . S u e r o d e C a s o .

Volviendo á las hijas del Cid, cuentan nuest ras his tor ias , que su padre las casó con los condes de Car r ion , que Mar iana lla­ma D i e g o , y F e r n a n d o , según dice Garibay lib. 3 1 , cap. 18, de su compendio , eran dos h e r m a n o s , que el mayor se l lamaba Diego González , y el segundo Fe rnán González , de i lustr ís ima s a n g r e , por ser hijos de Doña T e r e s a , condesa de Carrion, fundadora de San Zo i l , n ie ta de la infanta Doña Cr i s t i na ; y el padre de estos condes era D. Diego Fro i laz , nieto del rey D. Fruela Segundo, muy emparentados en Astur ias , según cons­t a de lo que arr iba hemos dicho. Yendo estos infantes , ó con­des á Valencia para casa r se , y t raer consigo á las hijas del Cid, que allá e s t aban , sucedió que estando en una sa l a , se soltó un l eón que al Cid habían presentado; de lo cual tomaron g ran te­mor , y espanto los dos condes , y t an to se a lboro ta ron , que lo hubo de oír el C id , y venir á prender el león. Ellos entendien­do que el Cid de industr ia lo habia mandado soltar, por t en ta r ­les , y af rentar les , concibieron contra el g rande odio, propo­niendo en sus corazones de v e n g a r s e ; y así t rayendo á sus mu­jeres pa ra Castilla, cometieron aquella atroz crueldad, y torpeza infame de azotar á sus mujeres , dejándolas desamparadas en u n monte . P o r lo c u a l , haciendo el rey D. Alfonso cortes en

CARVALLO. 85 Toledo, y estando jun tos en ellas los grandes del re ino , el Cid pidió just icia contra los condes sus yernos; y era negocio t a n grave, y entre personas t an poderosas , que estuvo el reino en peligro de una gran alteración, y nombró por jueces el rey para este negocio t an arduo seis personas de las mas graves que en Toledo se bailaban, y de todo el reino , que fueron (según la General del rey D. Alfonso) D. Ramón de Borgoña , yerno del rey ; el conde D. Vela, descendiente de los Vigilas de Astur ias ; D . Suero de Caso, de quien descienden los de este apellido, y so la r ; D. Suero de C a m p o s , de quien dice la misma historia vienen los Villalobos; D. R o d r i g o , que pobló en Val ladol id , y D . Ped ro de L a r a ; y fueron condenados los condes de Oarrion á perpe tua infamia, y dados por malos caballeros, y el Cid res­t i tuido en las joyas, y piezas que les liabia dado, y sus hijas en su honra , y merecieron t an to por ser hijas del C i d , y de nues t ra as tur iana Ximena Diaz, y por su v i r tud , que Doña Cristina, á quien comunmente l laman Doña E l v i r a , casó con D. Ramón, del cual huvo al rey D. García Ramírez de Navarra , cuya sangre vino con el reino á ent rarse en la c a s a , y corona de los reyes de Castilla, como es notorio. Y la segunda hija, l lamada D oña Mar ía , que comunmente l laman D oña Sol, casó con, D . Pedro , eonde de Barcelona, hijo del rey D . Pedro de A r a g ó n ; porque se entienda, que de las cepas secas de esta provincia, han salido r amas , que i lustren todo el reino. Afrentados los condes con -el sentimiento de su infamia, se metieron por estas mon tañas de Astur ias , donde tenían muchos parientes , y en t re ellos uno muy principal, que era el conde D. Suero, hijo de Doña Cristi­na Alfonso , he rmana de la madre de los condes , como todo consta de escri turas ant iguas. Vivía este caballero lo mas del t iempo en el palacio de Senra, j un to al monasterio de Cornelia-na, y compadeciéndose de sus pr imos, les edificó una to r re , pe­gada al mismo monaster io, que has ta hoy dura, donde t ienen

86 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. su aposento los abades; en esta to r re dio orden el conde D. Sue­ro , que viviesen y pasasen su vida , en compañía de los reli­giosos de aquella santa casa , que él iba reedificando, y les pro­veyó de todo lo necesario mient ras vivieron, y en mur iendo los enterró en la misma iglesia en un sepulcro de piedra ha r to g rande y a n c h o , para caber dos cuerpos p a r e a d o s , según hoy le v e m o s , sobre leones de p i ed ra , al lado del evangelio , j un to á las pr imeras gradas que suben al altar mayor. Es to se t iene asi por tradición en aquel convento , y por cosa muy sin duda enseñan su sepulcro. Y es de advert ir , que este D . Suero no es el que dicen algunos autores que aconsejó á los condes á aque­l la venganza ignominiosa contra el Cid, porque era tio y viejo, según dice Mariana, y este que los recogió era primo y mance­bo, pues como v e r e m o s , vivió después muchos a i los , y fué un señalado y valeroso guerrero, y muy rico por aquello de Salas, y otras par tes , como se verá en el siguiente t í tulo.

§ X I .

M a r t i n P e l a e z e l A s t u r i a n o .

N o es digno de que se pase en silencio el valiente as tur iano Mar t in P e l a e z , el cual era par iente del C id , y era de los de su consejo , j un tamente con Alvar Fañez, Mar t in Antolinez , Ñuño Gustios , y Pedro Bermudez ; á los principios fué Mar t in Pelaez algo medroso en las ba ta l l a s , mas era muy h ida lgo , y de va­liente p e r s o n a , como mas despacio se cuenta en la General del rey D . Alfonso: en cierta escaramuza que el Cid, y los suyos tuvieron sobre Valencia con los moros , y habiendo el Cid ven­cido , volvieron á c o m e r , y se sentó con el Cid á la mesa Mar­t in Pelaez, como lo tenia de costumbre, y Alvar Fañez , y P e d r o Bermudez en otra mesa con los mas caballeros señalados ; y los

OAEVÁLLü. 87

otros mas comunes en o t ra m e s a , has ta que por sus hechos merecían comer con los demás: habiéndose, pues , sentado Mar­tin Pelaez á comer, el Cid que le habia visto hui r la escaramuza, le tomó por la mano , diciéndole : Mar t in Pelaez , los caballeros que han de comer en esta t a b l a , pr imero lo han de m e r e c e r , y señalarse en las batal las. Sintió Mar t in Pelaez esto g randemen­t e , y asi en o t ra ocasión acometió con grandísimo á n i m o , y dio muer t e á u n moro de g ran f ama , y va len t ía , con lo cual perdió todo el t e m o r , y se desembolvió de alli adelante de ta l suerte , que fué un espanto , y asombro de los moros , y el Cid le hizo de su consejo ; y la misma Crónica afirma, que después de la persona del C id , no se halló en toda la gente de su guer­ra de E s p a ñ a mas valiente y animoso soldado.

§ X I I .

F e r n á n S á n c h e z d e E s t r a d a , y M i l l a n d e I l l a n e s .

Sirvió también valerosamente á este rey F e r n á n Sánchez de E&brada, caballero de ant iguo solar de A s t u r i a s , que a s i l e nombra una historia que la ciudad de Avila t iene en su archi­vo , con dos sellos pendientes . A este caballero casó el rey con U r r a c a Florez , y les hizo merced de heredar les en la ciudad de Avila , que estaba poblando D. R a m ó n , y su mujer la in­fanta D o ñ a U r r a c a ; fué con estos nuevos moradores de Avila, y recien casados, el obispo de Oviedo D. P e l a y o ; y encarece mucho aquella his tor ia las fiestas que se hicieron con su llega­da , y cuenta como D. Ramón armó caballeros á dos sobrinos del obispo , l lamados Mingo Pe l aez , y Y a n g u e Pelaez , y se hace mención en t re la celebridad de las ce remonias , que Millan I l lanes a s tu r i ano , llevó las a rmas al templo , donde habían de ser bendecidas.

88 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. § X I I I .

F i n q u e t u v o e l a r z o b i s p o «le O v i e d o D . P e i a y o .

Don Pelayo , obispo de Oviedo , fué por estos t iempos g r a n le t rado y famoso p red icador , y el que escribió con ha r t a ele­gancia las cosas de E s p a ñ a , prosiguiendo la his tor ia de Sam-piro , obispo de A s t o r g a , y fué el que hizo el libro que l laman de Tes tamentos , que está en la santa Iglesia de Oviedo, escrito con le t ra gótica, y con g ran autor idad , donde hizo poner mu­chos privilegios y escri turas tocantes á su ig les ia , las cuales alegamos muy frecuentemente. Sus predecesores están pinta­dos de i luminación en este l i b ro , y se titulan- a rzobispos , aun­que por este t iempo parece que ya Oviedo no tenia sufragáneos; porque asi como los reyes iban res taurando las sillas de poder de los m o r o s , ella como fiel depositaría y curadora que habia sido de todas , las iba dando á los que an t iguamente las habían poseído ; y porque á vuel tas de esto no la hiciesen sujeta , y la pr ivasen de su ant igua inmunidad, este mismo obispo D. Pela­yo , con el maduro acuerdo de su cabildo, obtuvo una solemne confirmación de esta l i be r t ad , del papa Pascual Segundo, que es como se sigue.

§ X I V .

B u l a d e l a e x e n c i ó n d e l a s a n t a I g l e s i a «le O v i e d o .

Paschalis Episcopios, Servus servorum Dei, ¿¡-c., después del preámbulo dice : Tuas igitur ecclesice tuce preces, charisime fra-ter Pelagii Episcopo Ooetensis, debita benignitate suscepimus, ut libertatis ius , antiquorum iam temporwm dkdurnitate posesum, eid&m Ovetensis Ecclesice conservemus ipsa quipe, cum inter ccete-ras Hispanice Givitatis clara, locuplexquepolluerit, nullinnquam

CARVALLO. 89 legitur subiacuise metrópoli, hanc itaque ipsius integritatem, iux-ta petitiones vestros latam, et integram, et ita stabilem permane-re, prcesentis decreti asertione volumus; ut si quam forte huie li-bertati contrariam institutionem, apud Apostólico?, Sedis occnpa-tiones , quilibet potuerit ex subreptione impetrare, nullis pateat accusationibus pesundanda,. Oonstituimus igitur ut iuxta prcede-cesorum tuorum, et tui ipsius instituía, tni quoque deinde suces-sores nulli unquam, prceter Bomanum, Metropolitano subiecti sint. Et omnes qui Ubi in eadem Sede succesuri sunt, per manum Bo-mani Pontíficis , tamquam speciales Bomance Sedis sufraganei, consecrentur, &fc. T ras de esto le confirma todas las donaciones, y pone gravísimas penas-á los que violaren esta confirmación. L a fecha es apud Givitatem Oastellanam 2. Kalen. Octob. Incar-nationis Domini anno 1106. Pontificatus autem anno 7. Lo que quiere decir, pa ra los que no saben lat in, es, que confirma este pontífice al obispo de Oviedo Pelayo, y á su iglesia y sucesores en e l l a , no estén j amas sujetos á metropol i tano alguno, sacan­do al Samo Pont í f ice , como lo habían sido sus antecesores : y esto bas ta pa ra el propósito que vamos siguiendo.

§ X V .

S a n t i a g o d e G a l i c i a s e h a c e a r z o b i s p a d o .

El arzobispado que por aquellos t iempos estaba en Mérida, se dio á Sant iago de Galicia, por el P a p a Calisto I I despojando á la ciudad de Mérida de la ant igua s i l la , y dignidad de me­trópoli pasándola á San t i ago , con las iglesias sufragáneas , á instancia de D . R a m ó n , que era hermano del P a p a y padre del emperador D . Alfonso , que como habia sido conde de Galicia, por la mucha devoción del apóstol, alcanzó esta dignidad pa ra su iglesia, como consta de una epístola clel mismo P a p a pa ra el

90 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. obispo de Salamanca , que en las an t igüedades de es ta ciudad refiere Gil Remi rez , cuyo tenor es como se sigue : Galixtus Episcopus, servus servorum Dei. Venerabili fratri Martino, Epis­copo Salmanticensi, Sfa. Quoniam in Hispaniarum partibus Gom-postellana Ecclesia, ob venerandum Beati lacobi corpus, gloriosa, et insignis habetur, Nos eam, et. Apostólicos Sedis gratia, confa-bere, et melioris status prerrogativa decreuimus ad augere; ideó-que Emeritanam Metropoliti eidem Gompostellana Ecclesioe per-petuis temporibus possidendam contulimus. De esta bula cons ta manifiestamente , que no se le dio á la iglesia de Sant iago la silla arzobispal de Oviedo , como algunos piensan , sino la de Mérida.

§ X V I .

S o l M a r t í n e z «le S o l i s .

Refiere el maest ro Custodio un epitafio de estos t iempos, que dice estaba en el claustro viejo de San Vicente , que con es ta r arruinado , aun ahora se alcanza á ver la t apa del monumen to , con muchos escudos de armas de los Solises, aunque por es tar lo mas del sepulcro debajo de la t ie r ra y maleza de las ru inas , no se pueden ver las le t ras ; pero según las t rasladó, y da fé de ello este maest ro , decian asi : Agid yace Sol Martínez , filio de Gutierre Bodriguez, y de Doña Mafarra Siliz, é finó d 2 de Agosto, Era de 1136. Es t e era hijo de Doña Mafarra Siliz, hija de Sar­racino Siliz descendientes de D . Adelgas t ro , como en sus lu­gares digimos ; porque del nombre S i lo , vino el pa t ronimico Silis , y corrompiéndose poco á poco Sol iz , y después Solís, como vemos por este le trero, y consta de algunas escr i turas de por aquellos t iempos.

CARVALLO. 91 § X V I I .

F e r n a n d o A l v a r e s ; d e C a r v a l l o .

Fernando Alvarez de Carvallo fué caballero muy noble por estos t iempos, el cual se fué á Po r tuga l con D. Enr ique de Lo-r e n a ; y en el libro de armas de la compañ ia , se hace mención de este caballero á fojas 266, y se l lama Orne de D . Enr ique de Lorena; y de este tengo por cierto vienen los Carvallos de Po r ­tugal , de los cuales fué notable caballero el maes t re de Sant ia­go Gil Fernandez de Carvallo , al cual escogió por su compa­ñero D . J u a n Alfonso de Alburquerque pa ra defender por las a rmas en part icular pelea su l ibertad , delante del rey de Por ­t u g a l , el año de 1354. Vino asimismo este Gil Fernandez de Carvallo con trescientos caballeros á servir al rey D . P e d r o en la guer ra contra A r a g ó n ; y de é l , y de Alvar Gil de Carvallo, hay honradas memorias en la Crónica del rey D . P e d r o , y del rey D . J u a n .

§ X V I I I .

A s s u r e s y ¡ S a r r a c i n e s , y o t r o s m o b l e s .

E l conde Diego A s s u r e s , hijo de la condesa Doña J u s t a , y viznieto del conde Assur Sarracinez, fué notable varón por es­tos t iempos en A s t u r i a s , vivia en el valle de Aller y era señor del lugar de Vega, y sin duda t ronco de los Assures y Sarrac i ­nes , como se colige de una donación que hace á la santa Ig le ­sia de Oviedo del mismo lugar de Vega; y asi tuvo razón el ca­nónigo Tirso de Aviles en decir, que los Assures ó Anzures , tenian su solar en Aller. Hubo por estos t iempos en Astur ias ot ras personas muy pode rosas , como parece por las grandes donaciones que hacen á la santa Iglesia de Oviedo, y se hal lan

92 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. en sus archivos , y tocaré algunos: Mar t in Rodríguez de Ib ias , y Sancha Vimaraz su muje r , dan su monaster io de San An to -lin. Ordoño Alvarez da muchos lugares en Gozon. Alvaro Diaz y Maria Ordoñez, eran padres de Ordoño Alvarez. J u a n Pinio-l i z , da el monaster io de San ta Maria de Villacibran , j un to al al rio Luynia , que asi l laman las escri turas ant iguas al r io de Naviego y Limes, y al monasterio de Lybayo, j u n t o al rio Nar -cea , que ahora l laman de Rengos . Bermudo Gutiérrez da la pa r te que t iene en los monasterios de t ie r ra de Aliando y Tineo, y ent re ellos el de San Tirso, que era de mon jas , como consta del becerro de Oorias. Oveco Rodríguez da la pa r t e que t iene en los monaster ios de t ier ra de Tineo y Pesgos , que es de Can­gas . Rodrigo Moñiz y su mujer Doña Lexavia, dan la pa r te del monaster io de Celon. Ped ro El taz da los monaster ios de San Miguel de P r e m o ñ o , San ta Maria de Balsera y San Mar t in de Escamplero. Fuer tes Sánchez da el lugar de Pern ies con sus esclavos. Yelasquita Gonzalo, cognomento Doña Mayor Osso-riz , da los monaster ios en el valle de Linares : y nótese como las mujeres principales tenían nombre y c o g n o m b r e ; y por nombrarse en las escr i turas unas veces con el nombre y otras con el c o g n o m b r e , ha procedido alguna duda en t re los h i s to­riadores. Elo Gutiérrez , mujer de Vella Alfonso ,. da mucha hacienda jun to á Pionia. Cristina Diaz da la duodécima pa r t e del monasterio de Corneliana, que t an divididos como esto es­taban los monaster ios , que l lamaban de herederos . También eran poderosas personas en el valle de M i r a n d a , Alfonso Fe r ­nandez , Bermudo Fernandez y Eldonia Fernandez, hermanos , y su sobrino Fernando Lidez ó Cidez , los cuales dan sus luga­res en el valle de Leigorda , E r a de 1114. Pe ro Alvarez y su mujer Guiña Rodr íguez , con sus hijos Rodrigo, Alvaro, J u a n , Eldoncia, Guntedoro, Munia, Faquilo, dan el lugar de Vil la-Pa-t r in , y confirman Henricus Comes, cum uxore Tharesia, fyc.

CARVALLO. 93

T I T U L O T R E I N T A Y C U A T R O .

D. ALFONSO, LLAMADO EL EMPERADOR.

§ 1 .

S u m a d e s u r e i n a d o .

P o r no haber dejado hijo varón D . Alfonso el Sexto , hubo después de su muer te muy grandes revuel tas sobre la sucesión del r e i n o ; porque Doña Urraca , su legít ima hija y heredera, habiendo estado casada con el conde D. Ramón, y teniendo un hijo l lamado D. Alfonso, que se criaba en Galicia , donde su padre habia tenido el señorío , es taba casada segunda vez con D . Alfonso, rey de Aragón, el cual luego que murió su suegro, como casado con legítima hija y heredera del reino , fué admi­tido por rey de Castilla y León, y se llamó D. Alfonso el Séti­mo. Los curadores de D . Alfonso, hijo de la re ina y de D . Ra­món , y otros muchos señores, hicieron coronarle por rey, lla­mándole también D. Alfonso el Sétimo, aunqne algunos le l l a ­maron el Octavo ; no tenia buena fama la reina Doña Urraca , que era causa de estas disensiones, y aun de que el rey su ma­rido la aborreciese. D u r a r o n estas revuel tas t rece ó catorce a ñ o s , de los cuales hay escri turas y memorias , en que parece que unas veces reinaba D . Alfonso de Aragón con la re ina Doña U r r a c a , y otras veces esta sola con su hijo D . Alfonso, el cual finalmente vino á quedar por rey, y lo fué muy excelente. Do­mó muchas veces la potencia de los moros , y refrenó las fuer­zas de los reyes de Aragón , Navar ra y P o r t u g a l ; reprimió la insolencia de muchos señores , que se le in ten ta ron rebelar ; y ú l t imamente le vinieron á reconocer por superior todos los

94 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. príncipes de E s p a ñ a , por lo cual se llamó y coronó por empe­rador en la ciudad de León el año de 1135. Fué casado con Doña Berenguela, he rmana del conde D. Ramón de Barce lona , y segunda vez con Doña R i c a , hija de Uladislao , duque de Po lon ia , y tuvo por hijos á D. Sancho y D . Fe rnando : á D> Sancho dio á Cast i l la , y á D. Fe rnando á L e ó n , con tí tulo de reyes , quedándose él con el de emperador. Tuvo a lgún as hijas legít imas y bas tardas : á Doña Constancia, que algunos l l aman Doña I s abe l , que casó con el rey de F r a n c i a ; á Doña Sancha, que casó con el de Navarra ; y á Doña Ur raca 1 a Astur iana , que casó con el r e y de Aragón; y murió el año de 1157 de Nues t ro Señor.

§ I L

I J O S r e y e s v i e n e n á A s t u r i a s , y h a c e n d o n a c i ó n á l a s a n t a I g l e s i a d e O v i e d o d e a q u e l l a c i u d a d .

Siguieron los astur ianos la voz y parcialidad de la re ina Do­ñ a Urraca , como la mayor pa r t e del reino hizo á los pr incipios , porque era la verdadera sucesora, y la que debia gobe rna r , qui­tados algunos inconvenientes , á que no se daba crédito ; y asi el año de 1112 , vino con su hijo á Astur ias , y confirmó todas las donaciones que los reyes sus predecesores habían hecho á la santa Iglesia de Oviedo , y de nuevo le dio aquella misma c iudad , con su castillo y jurisdicion, y los concejos de Llanera y las Regueras , y otros muchos lugares , con sus familias, que l lamaban creaciones, que era una manera de vasallos obligados á vivir y trabajar las mismas haciendas , cuya costumbre había quedado de t iempos mas ant iguos. Asimismo dio D oña Urraca á la misma santa Iglesia el monaster io de San Salvador de Per lora en t ie r ra de Cozon , y o t ra hac ienda ; y dice, que es por cierta cantidad de oro acendradísimo y fina plata, que re-

CARVALLO. 95 cibió del tesorero de la misma santa Ig les ia , para defender el re ino. Y al obispo, que entonces era D. Pelayo , le dio el lugar de Yillaquilambre , que habia confiscado á Diego Alvarez, por haber la cercado, y t i radole piedras y saetas . Todo lo cual cons­t a de las escr i turas que de esto t iene la santa Ig l e s i a , en las cuales confirman como ricos-homes muchos a s t u r i a n o s , como tocaremos en sus lugares . Llamase en esta escr i tura hija del emperador D . Alfonso, y re ina de toda España . Hizo también algunas mercedes á algunos as tur ianos , pr incipalmente á D. Suero y Doña Anderquina su mujer, les dio la villa de Salas, y la mayor pa r te de aquel concejo , y dice les hace dicha merced, por el fiel servicio que le habían hecho. E s t a villa, con o t ra h a ­cienda, dio después el mismo D. Suero al monaster io de Cor-neliana el año de 1120 donde está sepultado.

§ 1 1 1 .

C o n c i l i o y c o p i e s q u e s e h i c i e r o n e n O v i e d o .

Con la demasiada licencia que suelen consigo t rae r los bulli­cios de las a r m a s , mient ras los hubo ent re D. Alfonso y su madre , se iban los soldados y personas poderosas desmandan­do, no solo á robar y oprimir á los que podían menos; pero se a t revían á robar y violar los templos. P a r a remediar estos ma­les y otros que padecia la república , hizo j u n t a r la reina Doña U r r a c a concilio ele los prelados y ricos-homes del reino , en la ciudad de Oviedo , el año de 1 1 1 5 , en el cual se hallaron p r e ­sentes Pelayo , obispo de Oviedo ; D . Bermudo , pr imer arzo­bispo de T o l e d o , y legado de la silla apostólica, y asi se firma, y como ta l se halló presente , y no como pr imado , pues aun no lo era : firman asimismo D. Diego , pr imer arzobispo de San­t iago; y Pelayo, arzobispo de Braga ; Ñ u ñ o , obispo de Monda-

96 ANTIGUEDADESDE ASTURIAS. ñ e d o ; .Diego, obispo de O r e n s e ; A l o n s o , de T u y ; H u g o , de P o r t u g a l ; Pelayo , ele A s t o r g a ; Gonzalo, de Coirnbra; P e d r o , de Segobia ; B e r n a r d o , de S igüenza ; P a s c u a l , de Burgos ; Sancho , ele Avila ; Ñ u ñ o , de Salamanca ; Bernardo , de Za­mora. E l cual concilio se halla en la santa Iglesia de Toledo, y ent re algunos santos y bien acordados dec re to s , t iene uno tocante á la inmunidad ele la Iglesia , en el cual se establece, que n inguna persona se a t reva á sacar de la iglesia, ni se tenta pasos a l r ededor , por fuerza á los que se acogieren á sagrado; salvo si fuere esclavo , ó público l a d r ó n , ó manifiestamente es­comulgado, ó'monje ó monja fugitivos, y violadores d é l a Igle­sia; ni se a t revan á tomar , n i sacar o t ra cosa alguna de la Ig le­sia , so pena que si a lguno engañado del d iablo , fuere cont ra este decreto , vuelva el cuatro t an to , y haga pen i t enc ia , con­forme lo ordenan los Sacros Cánones , ó se ent re en religión, debajo de la Regla de San Benito, ó sea ermitaño ó siervo de la iglesia que ofendiese, ó ande peregr inando toda su vida. Con­firma este concilio la re ina Doña Ur raca , y lo hizo confirmar y j u r a r á todas las personas graves de su reino, asi eclesiásticas como seculares. Confirman sus hermanas la infanta D oña El ­vira , con todos sus hijos é hijas, y subditos, y la infanta D o ñ a Teresa del mismo m o d o , y los prelados qué abajo pondremos . Confirman también los personajes graves del reino, los de cada provincia á p a r t e , y en pr imer lugar los as tur ianos siguientes: E l conde D. Suero, Gonzalo Pelaez, Alonso Bermudez , P e d r o Alfonso, Diego Fernandez , Gonzalo Assurez , Pe ro Gavilán, Gavilán Pérez , Pelayo Froyla, de los cuales t r a ta remos en par­ticular; luego: dice Zamorce Campi Tauri. El conde Gómez Pe­laez , el conde F e r n á n Fernandez , y luego se pone ex territorio Galitio3. E l conde Pelayo , el conde Munio Pe l aez , el conde Alonso Nuñez , el conde Gutierre Bermudez , y luego dice : Ex territorio Gastellce. E l conde Pedro González , conde Eodr igo

CARVALLO. 97

Vino el rey y emperador D . Alfonso á hacer también cor tes

G ó m e z , conde B e r t r a n d o , conde O r m e n g a d o , conde Lope Diaz. Confirman asimismo los de Santi l lana, y aquellas p a r t e s , diciendo : Ex territorio Bandee lulíance , Gamargo , Tramniera, Egumne, cum coeteris terris , conde Rodr igo González. N o se señala n inguno de L e ó n , porque debían de es tar con los de Campos , ó se debían de hal lar con el rey que no se halló en dicho concil io; pero viniendo después á Oviedo el año de 1126 no solo lo aprobó y confirmó , pero también le loó mueho , s e ­gún dice Sandoval .

§ I V .

I g l e s i a s ele V a l e s s c i a .

Muy de asiento me parece que es taba la re ina D o ñ a U r r a c a en la ciudad de Oviedo , pues parece estaba también en ella el año de 1118, según una donación que hizo, j u n t a m e n t e con su hijo, á la misma santa Iglesia, dándola seis iglesias de su pa­t ronazgo , que tenia en la villa de Coyanza , que asi l lamaban entonces á Valencia de Don J u a n que es del mismo obispado de Oviedo, como todo consta de un privilegio que t iene la mis­ma san ta Iglesia. N o se conten taban las iglesias y obispos que ya hemos refer ido, con ser res t i tu idos á sus s i l l as , sino que pre tend ían que la san ta Iglesia de Oviedo les dejase o t ros m u ­chos lugares ; y en razón de esto tuvo muchos plei tos y m u y recios con los obispos circunvecinos, y met ian la mano los r e ­yes de por m e d i o , pa ra ponerlos en paz, como consta de mu­chas escr i turas an t iguas .

§ v. F u e r o s y p r i v i l e g i o s d e O v i e d o .

98 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. á la ciudad de Oviedo, E r a 1183, y pa ra que es ta ciudad fuese bien regida , y tuviese pa ra ello leyes par t iculares , le ordenó leyes y fueros , y porque se hiciese mas populosa , le concedió muchos privilegios , como consta de la escr i tura de fuero que hizo, y está en pergamino , gua rdada en los archivos de dicha c iudad , y comienza a s i : In Nomine Patris , et Filii, Sfc. Ego Aclephonsus sub Ghristi gratia Hispanice Imperator, tina cum coniuge nostra Berengaria Regina , ei filiis meis Sandio , Fer­nando , et García, Urbe habitantibus de Oviedo , tam prcesenti-bus , quamfuturís fació cartam stabilítatis TJrbis , et Villce ves-trce de illos foros , per quos nostri JJomini Alfonsi, Sfc. Concede asimismo, á los vecinos de Oviedo en t re o t ras muchas franque­zas , que no paguen t r ibu tos , y que no sean forzados á dar po­sada á nadie , n i á salir á la gue r r a donde no fuere el rey en persona ; ni puedan ser vasallos , sino del rey ; é que non de­ban dar á yantar, sino al corpo del rey , trescientos sóidos en suma-, cuando vinier; y d i c e , que si a lguno denos tare á vecino de Oviedo con a lguna pa labra de las graves que alli seña la , y el ofendido le diere con lo que tuviere en las manos , que se lo l o g r e ; esto es , que t enga por ello el que lo llevare , y no pue­da pedi r n a d a ; y si no , que le satisfaga diciendo : Lo que dije cont ra él con mal ta lan te , non por ta l que verdad sea, é ment í por esta b o c a , y que saque el dedo por los dientes . Ot ra cláu­sula ordena, que quien negare algo en juicio , que lo pruebe el demandan te , y sino hubiere información , que lo j u r e el reo , respondiendo amen á todas las j u r a s , y maldiciones que le pu­siere el actor; y si con esto no se aver iguare la verdad , lo p rue ­ben por las a rmas ; y pone las leyes que sobre esto se habian de g u a r d a r , y ot ras muchas cláusulas en que concede á dicha ciudad de Oviedo muchos fueros y exenc iones , cuyo privilegio firman la infanta Doña S a n c h a , Comes Malricus , T r u n n i u s P e t r i , Impera to r i s Ármige r , Gu te i r eus P e r n a n d i , Rode r i cus ,

CARVALLO. 99 Sebas t i an i , Comes Roder icus G ó m e z , Sanct ius R e x , Comes Rami rus P o n t i u s , Comes Alvarus Guter r i , Suero Ordonii , Di-dacus , Obregon, Gonzalo Bermudez , teniente de As tur ias D i -dacus Cidi y o t ros .

§ V I .

A l b o r o t o «le G o n z a l o P e l a e z .

Habia en Astur ias un caballero muy poderoso y principal por estos t iempos , l lamado Gonzalo Pelaez de A s t u r i a s , que como rico-home del reino, se halla que confirma las car tas rea­les de por aquellos t iempos; y después de haber hecho algunos servicios al emperador D. Alfonso , siendo pres idente de su corte y gobernador de A s t o r g a , Vierzo, Laciana, Babia, L u n a , y Gordon , y capitán general de las As tur ias , desavenido de con el r e y , intentó levantarse y eximirse de su jurisdicion, pa ra lo cual convocó algunos p a r i e n t e s , y otros caballeros po ­derosos , como todo lo cuenta la Crónica del mismo empera­dor. Sabida por el rey esta conspiración, hizo p render á D . R o ­drigo Gómez y á otros muchos caballeros , y Gonzalo Pelaez se acogió á A s t u r i a s , donde tenia g ran p a r e n t e l a , y mucha po­tencia , y a lgunos castillos m u y fuer tes , en los cuales ten ia gente y b a s t i m e n t o s , y asi salia de ellos á robar la t i e r ra y hacer g randes molest ias á los as tur ianos que no quisieron seguir su parc ia l idad; pr inc ipalmente en el castillo de T u -d e l a , que era i n e s p u g n a b l e , en donde hacia notables d a ­ños , por es tar j un to al camino ordinario que va de Ovie­do á Cas t i l la ; de m o d o , que tuvo necesidad el rey de en­t r a r gente en As tur ias pa ra remediar estos males, y hal laron á Gonzalo Pelaez en el castillo de G o z o n , en donde le cercaron, y"apretaron e s t r echamen te : por lo cual , y porque las personas en quien mas confiaba las habían p r e s o , se rindió á par t ido de t r e g u a s ; y fué el concierto , que el rey en dos años no hiciese

100 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. guer ra al conde Gonzalo Pe l aez , en los cuales estuviese quieto y no alborotase la provincia , n i robase la t i e r r a , y entregase desde luego al rey el castillo de Tudela . Es to Mzo el r e y , por la necesidad que tenia de acudir á la gue r ra con los m o r o s ; y Gonzalo Pelaez, porque tenia la misma necesidad de reforzarse de gente y bas t imentos , para proseguir su dañada intención.

§ VIL

V i e n e é l r e y á A s t u r i a s , y s e v u e l v e , d e j a n d o es» c a r ­g a d a l a g u e r r a á © . S u e r o , y I*cdr© A l f o n s o ,

a s t u r i a n o s »

Residió Gonzalo Pelaez estos dos años en el castillo de Alva de Qu i rós , y en el de Precaza , y en el de Buango , que todos los m a n d a b a , y eran muy fuertes : tenia con su persona g r a n r e c a t o , y de callada , como d icen , se iba p repa rando pa ra re ­novar su guerra . Al cabo de los dos años envió el rey á As tu­r ias á saber sus in ten tos , rogándole se redujese a l a razón, p ro ­met iendo hacerle muchos beneficios: y como supuiese de él que es taba per t inaz en su rebelde propósito, sin querer al lanarse, y que hacia mas daño en la provincia , que si fuera u n enemigo del reino , determinó de venir en persona á As tur ias , y halló á Gonzalo Pelaez encastillado con mucha gente , y g randes bas ­t imentos en P r e c a z a , y t a n a t r ev ido , y con t a n t a insolencia, que l legando el rey al muro , le t i ra ron muchas saetas , y le m a ­t a ron el caballo en que iba, é hir ieron algunos ele los que acom­pañaban a l . r ey , á quien servian por estos t iempos dos caballe­ros as tur ianos , l lamados el uno D. Suero , y un sobrino suyo l lamado P e d r o Alfonso , los cuales se hal laron en esta ocasión, y viendo el ánimo pro te rbo del rebelde , y su mucho aparejo pa ra poder sus ten tarse en su opinión por mucho t i empo, y que podia suceder al rey algún notable d e s a s t r e , le rogaron se vol-

CARVALLO. 101 viese á L e ó n , y que de alli prosiguiese la gue r ra con t ra los moros , dejándoles á ellos por su cuenta este alboroto, que ellos se ofrecían á rendir y allanar á Gonzalo Pelaez. Hizose asi, que­dándose la gente de guer ra de Astur ias en la misma provincia, y á cargo de los dichos tio y sobrino. P u s o luego D. Suero cerco sobre el castillo de Buango , y P e d r o Alfonso cercó al mismo rebelado en Precaza, y cogiendo algunos de la opinión de Gon­zalo P e l a e z , hacían en ellos r igurosas j u s t i c i a s , cortándoles manos y p i e s , y afeándoles con otras muchas h e r i d a s , que asi convenia pa ra repr imir t an obst inada rebelión , y sobre todo procuraban haber á las manos al principal caudillo. Vinie­ron finalmente al cabo de dos años á obligarle á que se alla­nase con a lgún razonable p a r t i d o , in terponiendo pa ra con el rey al obispo de León D. A r i a s , que tenia mucha mano con el r e y , de quien alcanzó perdón á Gonzalo Pelaez , y que le reci­biese con mues t ras de mucho amor en su servic io , y le diese 1

el h o n o r , y castillo de L u n a , que tenia el mismo D. Suero, solo con condición que no volviese á As tur ias , y dejase los cas­tillos de A l v a , Quirós , Precaza y Buango á D . Suero , como luego veremos. Volvió á Astur ias D. Gonzalo Pelaez á in ten ta r cosas nuevas , cont ra lo que habia concertado con el empera­dor ; mas viniendo á noticia de Pedro Alfonso, sobrino de Don Suero , le cogió el cuerpo , y cargado de hierros , le presentó delante del e m p e r a d o r , quien le tuvo algunos dias en el casti­llo de Agui lar , y después le desterró , y él se fué á Por tuga l , donde m u r i ó , y de alli le t rajeron á sepultar á Oviedo con sus pasados , como todo lo refiere la Crónica del mismo emperador en el cap. 26.

' § V I I I .

C o m o l o s G i r o n e s d e s c i e n d e n d e G o n z a l o P e l a e z .

Fué descendiente este poderoso as tur iano Gonzalo Pelaez,

102 ANTIGUEDADESDE ASTURIAS. según Custodio , del famoso Mar t in Pelaez el As tu r iano , ca­ballero de los del consejo , y mesnada del invicto Cid Rui Diaz, y par ien te s u y o , y de Gonzalo Pelaez fué hijo D . Rodr igo Gonzá lez , como se refiere en el cap. 33 de la Crónica del em­perador D . Al fonso , el cual D . Rodr igo González estuvo por a lgún t iempo desavenido de con el rey, y se acogió con su her­mano D . Ped ro González de La ra á las As tur ias de Sant i l lana, huyendo de la indignación del r e y ; mas siendo reducidos á su servicio, fueron lealísimos y notables caballeros, y á D. Rodr igo González le encomendó el rey la ciudad ele T o l e d o , que era la plaza mas honrada del reino , en la cual mostró es t remado va­lor , y singular esfuei-zo ; porque fué uno de los mas señalados caballeros de por aquellos t iempos , y el pr imero en quien se halla el apellido ó r enombre de Girón , que t an i lustre ha sido s i e m p r e ; y la causa de haberle tomado es muy sabida , y c o n ­t ada de t o d o s ; y en la Crónica del mismo emperador se prueba con u n privilegio haber estado casado D. Rodr igo González Girón con Doña Estefania de A r m e n g o l , hija de Gonzalo Ber-mudez Astur iano , conde de U r g e l , y nie ta del conde D . P e ­dro Ansures .

§ I X .

M o n a s t e r i o d e C o r n e l i a n a .

D. Suero , como hemos visto , fué valeroso caballero en la rebelión de Gonzalo Pe laez , y asimismo por mandado del rey batió las tor res fuertes de León , has ta ent rar las por fuerza, y rendir á la reina , que en ellas se habían encastillado , p re ten­diendo el reino , cont ra la opinión del rey su hijo. También le envió el rey con u n a embajada , y desafió al rey de Aragón , porque le inquietaba sus t i e r r a s ; y se halló en todas las oca­siones honrosas del t iempo de este emperador , como todo cons­t a de su Crónica , y de los privilegios y car tas reales de por

CARVALLO. 103 aquellos t iempos , en donde confirma el conde D . S u e r o , y lo fué de L u n a , con t í tulo de encomienda , para defender lo , y no como aliora lo son los demás condes , como todo consta de un privilegio que t iene la iglesia de Sa l amanca , y refiere Sando-v a l , de la E r a de 116é , y lo mismo consta de ot ro privilegio que luego pondremos; y en recompensa de este castillo de Lu ­n a , le dieron el de Qui rós , que l laman de A l v a , y otros en Astur ias . También tenia o t ra mucha hacienda por aquel con­torno de Salas y Oornel lana , y en t re ella el coto de Soto de los I n f a n t e s , la V e g a de Arango , el monaster io de San J u a n de G o d a n , y los lugares y feligresías de San Vicente de Salas. San Miguel de Linares , Avellaneda, Viescas y Car ies , y otros , que Sancha Velaz le habia dado en t rueque de o t ra hacienda en Galicia , que aunque era na tu ra l de A s t u r i a s , tenia muchas posesiones en Castilla y Galicia. Y no solo era fuerte y vale­roso , sino también devoto y fiel c r i s t i ano , y de mucha piedad; y asi viendo que el monaster io de San Salvador de Corneliana, por la poca just ic ia que entonces se gua rdaba en estas monta ­ñ a s , es taba despojado de la mas y mejor hacienda que le habia dado su pr imera fundadora la infanta D oña Cr i s t ina , y la igle­sia y casa desierta, y a r ru inada casi del todo, volvió á levantar la ig les ia , y la reedificó en la forma que hoy la vemos, dotán­dola de mucha hacienda, y la defendió y amparó, y alcanzó para ella y sus caseros y vasallos ' , muchos privilegios : por manera que siempre ha sido tenido por pr incipal fundador de este con­vento , como parece por a lgunas escr i turas an t iguas , y en este monaster io se mandó e n t e r r a r , con su mujer Anderqu ina , y sus sepul turas es taban muy autorizadas en el medio del cruce­ro , en dos arcos g randes de p i e d r a , con este epitafio:

Iiio iacet Egregias, novis per témpora flendm , Suerus fortis bellator, et inclitus armis,

104 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. Hidus quippé domáis constructor, semper amenus Vixit: moriens multa Lona reliquit, Bequiescat in pace , amen. OUit 2 Iclibus Angustí, Era M.G.LXXVL

Que viene á ser el año de 1138 , de Nues t ro Señor . Alli se dice también , que está su mujer A n d e r q u i n a , que era na tu ra l de Can t ab r i a , m u y rica y p r inc ipa l , según consta de una clo­nación que hizo á la santa Iglesia de Burgos , que está en sus archivos , y la refiere Sandoval en el cap. 7 de la Crónica de este e m p e r a d o r , y el año de 1604 se muda ron estas sepul turas á la capilla m a y o r , á los lados a r r imadas á la pared. Sobre un arco de la puer ta de este monas ter io , que fué del palacio viejo de D. Suero , está u n a osa ó loba de piedra , ma l fo rmada , y \in n iño que parece le abr iga , y llega á si con sus m a n o s ; y estas mismas a rmas t iene el sello abadial.

§ x.

líesceMíleiscia «le H, Ssaero "VIstraHo.

E s t e D . Suero se l lamaba Vistrar io de renombre , que en Astur ias ha quedado de los Gonzalos ; y pa ra mi tengo , que D . Suero Vis t rar io era pr imo ó sobrino de D. Suero de Caso, juez en las diferencias del C i d , y sus y e r n o s , y que era nieto de Ruiz Ginez , capi tán del rey D. García , como todo queda dicho: por lo menos era D . Suero Vis t rar io hijo de Berna ldo X i m e n e z , descendiente del conde D. San Díaz. De este D . Sue­ro descienden los Bernaldos d e Qu i rós , has ta nues t ros t iem­pos , como todo consta de u n a car ta de ins t rucción que los se­ño res de la casa de Quirós tenían, y la refiere C u s t o d i o , quien ja t rasladó de su m a n o , y la pondré en su lugar . D e este Don

CARVALLO. 105 Suero pudieron ser hijos Bernaldo y P e r o B e r n a l d o , que fué cancelario del mismo emperador , como parece por un p r iv i l e ­gio que el dicho emperador hace á la santa Iglesia de As to rga , con su mujer Doña Berenguela , en veinte y t res de Marzo, E r a de M . O . L X I X , y este Pero Bernaldo fué uno de los señalados y famosos caballeros que sirvieron á este emperador en las guer­r a s cont ra los m o r o s , y como ta l se nombra en t re los mas no­bles en el cap, 23 de su Crónica. E s t e dicen que ganó m u c h a s banderas á los moros , cuyas lunas tomaron por a rmas sus des­cendientes . Del conde Bernaldo Ximenez de C a s o , padre ele D. Suero Vis t rar io , hallamos asimismo noticia que era ele los r icos-homes del reino, pues como tal confirma u n privilegio que t iene el monaster io de Náxera del rey D. Alfonso de Aragón , en t iempo que r inaba acá por su mujer la reina Doña Urraca , del año ele 1117 , y es el que solamente otorgó el r e y , porque hay otro de él mismo , en que dice , que otorga él y su re ina j u n t a m e n t e , como advierte Sandoval en la misma Crónica.

§ X I .

( G t B Í i e p r e I 5 e s i a s a l « l ® .

Fué D. Gut ier re otro g ran caballero a s t u r i a n o , he rmano del mismo D. Suero , el cual se nombra en el cap. 9, de la misma Crónica en t re otros « T á ñ e l e s del reino (me fueron á d a r audien-

o x

cia a l rey D. Alfonso el Sétimo , cuando fué recibido por rey; y sino se nombra B e r n a l d o , es porque de ordinario los que nombramos Don , les callamos el sobrenombre; mas el nombre de G u t i e r r e , fué s iempre muy frecuentado en esta familia ele los Bernaldos de Quirós.

§ X I I . P e r o A l f o n s o d e C a n g a s .

D e este mismo tronco era también Pero Alfonso de Cangas ,

106 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. pues la Crónica le nombra en muchas par tes sobrino del conde D. Suero , y fué el que le ayudó con g ran esfuerzo y valentía á rendi r y allanar al conde Gonzalo P e l a e z , y el que le prendió y llevó aprisionado al rey, con que dejó toda la t ier ra quieta y sosegada ; y se halló en todas las ocasiones de gue r ra con el emperador , como t an valeroso so ldado , y par t icu larmente en la toma de Castro-Xeriz , siendo alférez r e a l , g r an dignidad por aquellos t i e m p o s , y asi se nombra con este t í tulo en t re los notables varones que se hal laron en esta ocasión; y se n o m b r a alférez del rey en u n privilegio que el mismo e m p e r a d o r , y su mujer Doña Berenguela hacen á la iglesia de A s t o r g a , dándo­le á Poco loy Ripa de Terra , á siete de Jun io , E r a de 1163. F u é muy devo to , y pió este cabal le ro , y asi fundó u n monas te r io de monjes Beni tos en el ter r i tor io de Salcedo, j u n t o al corrien­te del rio P i o n i a , debajo del monaster io que l lamaban Alpe C e r b a r i a , en el sitio l lamado L a p e d o , que habia sido de Pe la -yo Froilaz su suegro , porque estaba casado con una hija suya, l lamada Mar ía Froi laz. E s t e monaster io es el de Belmonte , co­mo he visto por muchas escri turas ant iguas de aquel monas te ­rio , en todas las cuales se l lama de Lapedo, ha s t a los años de 1 2 5 4 , que se comenzó á l lamar B e l m o n t e ; en cuyas escr i turas se nombra D. Petrics Adeplionsv.s Gomes de Vadabia, &. Tine-gio; y en n inguna he visto que se l lame Analso; verdad es que en ot ras escr i turas modernas se halla este apellido en personas valerosas , y comenderos del castillo de Miranda . H a y en este monaster io a lgunas re l iqu ias , y en t re ellas el p u ñ o del cuchi­llo de San Pedro ; y hay u n a imagen de N u e s t r a S e ñ o r a , que l laman la Vieja , con que se t iene g ran devoción .para las mu­jeres enfermas de los pechos. Hallóse también P e d r o Alfonso en la conquista de A l m e r í a , que por ser en aquel t iempo u n a c u e v a , y refugio donde se acogían y amparaban todos los co­sarios que por el mar andaban haciendo notables daños , y por

CARVALLO. 107 se r lugar muy fuerte, y que los moros defendían con g ran cui­dado , jun tó para es ta conquista el emperador D. Alfonso to ­das sus fuerzas , con las cuales , y con buena a y u d a del rey de Navar ra , y del conde de Barce lona , la ganó echando de ella á los moros . Fué P e d r o Alfonso capi tán de t oda la gente de A s ­tur ias , como se refiere en la his tor ia de To ledo , que refiere S a n d o v a l , y al fin de ella se hallan unos versos compuestos de por aquellos t i e m p o s , donde se hace mención de esta guer ra ; y porque de ellos consta la mucha estimación en que eran t e ­nidos los soldados de Astur ias , y cuan valeroso y principal era P e r o Alfonso, referiré algunos que á esto per tenecen, que aun­que son bárbaros conforme á la poca policía de aquel t iempo, merecen ser muy est imados por su venerable an t igüedad . H a ­biéndose , p u e s , referido la gen te de León que á esta g u e r r a i b a , con su capi tán Ramiro Florez , valerosísimo caballero en aquel t iempo , pone luego la gen te de A s t u r i a s , y á su capi tán P e r o Al fonso , de esta m a n e r a :

Irruit in tetra non ultimáis impiger Astur, Hosc gens exosa, nulli inanet, aut tediosa, Telus , atque mare , numquam valet líos superare, Viribus est fortis, trepidans non póculo, mortis, Aspectu pulchra, spernit suprema sepulcra; Venandi facilis , venando nec nninus apta, Bimatur montes , agnoscit, et ordine fontes ; Viciare glebas , ac ponti dispicit undas, Vincitur a, nullo , quidquid cernit superando, IIoc Salvatoris, deponens ómnibus horis, Et socius , aliis expansis, iungitur a.liis : Dux fuit illustris istis Petrus Alfonsi, Nondum Gonsul erat, meritis tamen ómnibus par, Et nulli mestus , in cunctis extat honestns ,

108 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. Fulget honéstate, superatque pares provitaie: Pulcher ut Absalon , virtute potens sicut Sansón, Constructisque bonis , documenta tenet Salomonis: M redclitu factns Cónsul, sic Gonsulis actus Obtinuit meritis, -magno illustratus honore, ínter consortes veneratur ab Imperatore, Beg aligue pia , fulgens tuore María, Natafuit Gomitis , et mérito fiet Comitisa , Gemina suca gentis, sic erit per scecula Fcenix.

No pueden tener estos versos en romance , si se t r aducen palabra por p a l a b r a , el sentido conforme al lenguaje común, y asi dándoles el sentido 'que t ienen , quieren decir: N o son los diligentes as tur ianos los postreros que van á esta g u e r r a ; gen­te apacible, á todos invencible por mar , y por t i e r r a , de g ran ­eles fuerzas , y que nunca se atemoriza con la m u e r t e ; de ga­l larda y hermosa p resenc ia , ágil pa ra cazas y monter ías , y que corre los montes , y reconoce las fuen tes ; no hace caso de apar ta rse de la t i e r r a , y menosprecia los peligros del m a r , y venciendo cuanto se le ofrece, de nadie es venc ida , invocando el socorro ele San Sa lvador , dejando las r iberas del proceloso m a r , vienen sus caballos y banderas desplegadas á j u n t a r s e con la mas gente : era capitán ele esta el i lustre P e r o Alfonso, eme aunque todavía no era del Consejo R e a l , á todos igualaba en méritos : para n inguno fué mo les to , y para todos honrado; era muy h o n e s t o , y á sus iguales sobrepujaba en verdad : era her­moso como Absa lon , fuerte como Sansón, y tenia documentos de Sa lomón: á la vuel ta de esta jo rnada fué hecho cónsul ó conde, y le dio el emperador un g ran cargo muy honrado ; sien­do muy i lustre por es tar casado con M a r í a , que por ser hija de c o n d e , fué hecha condesa ; y como es u n a piedra preciosa de su familia, asi será única como el Fénix para s iempre. Cuan-

CARVALLO. 109 do se hubo de par t i r pa ra esta guerra , hizo donación de la mi­t a d de toda su hacienda al monaster io de B e l m o n t e , y m a n d a que si se mur iere de Toledo á esta p a r t e , le t ra igan á en te r ra r á e l , y dice : Petro O veto prcesolante Gomes Asturias dominante, y confirman Bermudo Caneza , Soberio Mos t abe l , cuya escri­t u r a está en B e l m o n t e , cajón 16 , núm. 3 .

§ X I I I .

P e r o A l f o n s o d e C a n g a s , c a s a d o cosa I > o ñ a M a r í a F l o r e a .

I lus t re elogio por cierto de la nación A s t u r i a n a , y blasón honroso de este noble varón. E l condado que tuvo fué de t ier ­ra de Babia y T i n e o , y se halla firmar el p r imero en una car ta real que t iene el monaster io de San P e d r o de E s l o n z a , por la cual el emperador hace merced á Mar t in Diaz de P r a d o de la iglesia de Yi larda en Astur ias , su fecha E r a de 1180, l lamán­dose P e r o Alfonso de Astur ias , y lo mismo en o t ras a lgunas . Después de esta j o rnada se halla con el t í tulo de conde , como consta de u n privilegio que t iene el monaster io de la Vega en el a r raba l de Ov iedo , E r a de 1162 , donde dice : Gomes Petrus in Asturiis ; era sin duda en Cangas , porque antes de esto t e ­nia aquel s eñor ío , como en la Crónica de este emperador se dice manif iestamente , cap. 60, en una car ta real de la E r a de 1 1 8 1 , en que el emperador da por libre de toda sujeción secu­l a r al monaster io de San J u a n de Corias , y se hace mención d e ! conde D. P e d r o de C a n g a s , como consta del becerro an t i ­guo del mismo monaster io . L a señora con quien fué casado, dicen los versos que se l lamaba Doña Maria , y que era de san­gre r e a l , hija de c o n d e , y que con razón fué hecha condesa. E n la dotación del monaster io de Belmonte , que este caballero

110 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. fundó y d o t ó , y después lo dio al r e y , como todo consta de es-crituraSj se l lamaba esta señora Doña Maria Frolez , que es lo mismo que F l o r e z , y sin duda que era hija del conde Pelayo Froylaz , y de la condesa Doña Aldonza Ordoñez, señores que fueron de aquella t ie r ra de Salcedo, donde está Belmonte . Hizo donación después Pe ro Alfonso con su mujer al emperador del monaster io de Lapedo , y dicen : Quem cedificavimus in térra riostra in loco qui vocatur Lapedo, iuxta flumen Pionia , ad ser-viendum Deo, sub norma Sancti Benedicti ; es la fecha á 14 de las kalendas de A b r i l , de la E r a de 1199. E l cual D . Alfonso lo enriqueció con grandes donaciones, y su he rmana D oña San­cha. E r a demás de esto Pe ro Alfonso mayordomo del empera­dor , y asi se nombra en un privilegio que t iene San Pelayo de Oviedo , de la E r a de 1183 donde j u n t a m e n t e confirma Ramiro Florez , y Diego Obregon. De este P e r o Alfonso era he rmano Gonzalo Alfonso , como parece por a lgunas escr i turas de Bel­m o n t e .

§ X I V .

D e l v a l e r o s o l \ u ü o A l f o n s o M o r a n © .

Fué Ñ u ñ o ó Munio Alfonso de Mora ó Morano, l lamado asi, por haber tenido á su cargo el castillo de Mora en el reino de Toledo , y por haber perdido la vida sobre é l , como luego ve ­remos , he rmano de P e r o Alfonso de C a n g a s , y sobrino de D . Suero , como ya hemos tocado , na tu ra l de As tur ias , y de i lustre g e n t e , y es t remado valor , como espresamente se dice en la misma Crónica, cap. 47 , y la his tor ia de Toledo le l lama belicosísimo, en la cual se refieren sus hazañas muy á la larga, de donde las sacó S a n d o v a l , y yo las referiré casi por las mis­mas palabras , por hu i r todo género de pasiones. Tenia pues (dice la Crónica) Ñuño Alfonso á su cuenta el castillo de Mora

CARVALLO. 111 en el reino de Toledo , y sucedió que los moros de la Andalu­cía hicieron una g ran cavalgada , en t rando por t i e r ra de Tole­do , robando y matando por los campos de Escalona y Al far -n i n , y tomaron el castillo de Mora , porque Ñ u ñ o Alfonso se descuidó en tener la guarda que convenia. Quedó t a n afrentado y corrido de esta p é r d i d a , que no se atrevió á parecer delante del e m p e r a d o r , sin r e s t au ra r pr imero su op in ión , y pa ra ello puso su vida en notables peligros , y con la gente que le habia quedado, y algunos amigos, no cesaba de hacer cont inua guer­ra á los m o r o s , en que tuvo tan venturosas suer tes , que solo su nombre les ponia pavor. Volvióle á recibir en su gracia el e m p e r a d o r , y le hizo segundo alcaide en Toledo , habiéndolo sido pr imero Gut ie r re Fernandez de Castro , y mandó á todos los caballeros y capitanes de los puer tos á fue ra , y á toda la gen te de gue r ra de E s t r e m a d u r a le obedeciesen , y siguiesen sus banderas , con lo cual hacia g randes es t ragos en los moros , corriéndoles sus campos , has ta poner sus reales á vis ta de la c iudad de Córdoba , ganándoles cada dia increíbles despojos. Saliendo u n a vez en el mes. de Marzo , E r a de 1183 , con no­vecientos hombres de á caballo, y mil peones , el rey Acuel de Córdoba , y Avence ta de Sevilla , j u n t a r o n innumerable gen te de á pié y á caballo de toda la Anda luc í a , muy prevenida , y aparejada pa ra pe l ea r , y salieron en busca de los crist ianos ; y habiendo reconocido desde lejos Ñuño Alfonso el campo de los enemigos , viéndole t a n escesivo y poderoso , de los pendones y es tandar tes , conoció venir en él los dos reyes de Córdoba y Sevilla , con todas sus fuerzas y poderes , y asi hizo re t i ra r se á los suyos á la mon tañue la de Móntelo , que le pareció era sitio á propósito pa ra defenderse mejor de t a n t a mul t i tud de moros : aquí asentó sus reales con la mejor orden que pudo , y se en­comendó con toda su gente m u y de veras á Nues t ro Señor, p i ­diéndole su favor cont ra los enemigos de su santo nombre , ha -

112 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. ciendo voto de ofrecer á la santa Iglesia ele Toledo la décima ¡Darte de todo lo que en esta j o m a d a ganasen , y recibieron la mayor pa r te de ellos el Santísimo Sacramento; y Ñuño Alfon­so los esforzaba , t rayéndoles á la memoria ot ras ocasiones t an peligrosas en que se habían visto , y salido victoriosos, y p a r ­t icularmente ele cuando con solos se tenta hombres se había e n c o n t r a d o , y peleado con el rey de Córdoba , y toda su ca­ballería en los campos de A lmodova r , y le habían vencido, h u ­yendo afrentosamente el rey , no mur iendo ele los cris t ianos sino solo un so ldado; con e s t o , y ot ras eficaces razones ani­mando los nues t ros , á quienes acometieron los enemigos con grandes alaridos, y el rey Abence ta de Sevilla , como vio poca g e n t e , y que en todo el campo de los católicos no habia otro pendón mas que el de Ñ u ñ o Alfonso, con pa labras dema­s iadamente soberbias denostaba á los c r i s t i anos ; mas pres to hizo la esperiencia de lo mucho que sobrepujaban en valor aque­llos pocos en número , porque t ravada la pelea , dos valientes so ldados , l l amados 'Pedro Albacilez y Rodr igo Ber tomongo-m a r i t , se encont ra ron con é l , y le qui taron la cabeza, y le le­van ta ron en una pica, donde los suyos le pudiesen ver; lo cual fué causa ele que el rey de Córdoba d e s m a y a s e , y comenzasen todos á pe rde r el orden y á n i m o , y á desamparar el campo , y los cris t ianos l e s ' d i e r o n tal a p r e t ó n , q u e d e todo pun to les hicieron h u i r , y les fueron siguiendo con encendido coraje, caut ivando y ma tando en e l los , has ta que Ñ u ñ o Alfonso vino á toparse con el rey de Córdoba, y ar remet iendo el uno cont ra el otro , el rey vino á t ierra del encuentro , donde fué degolla­do, siendo terr ible la ma tanza y es t rago de los moros , y los que escaparon se metieron por los montes y selvas ; quedaron los nues t ros señores del c a m p o , y de m u y grandes y r icos despojos de banderas , a r m a s , caballos , o r o , p la ta y vestidos, en t an g ran cant idad , que dice la Crónica , que cada soldado

CARVALLO. 113

volvió cargado de despojos , y dejando en el campo los cuerpos de los dos reyes envuel tos en paños de seda, se volvieron á T o ­ledo los nues t ros , en t rando en l a c iudad t r iunfando , á la ma­nera que los romanos acos tumbraban : I b a n pr imero los es tan­dar tes ele los dos reyes vencidos, y en las p u n t a s las cabezas de los mismos r e y e s , y luego o t ras cabezas de caudillos valerosos en las pun ta s de las lanzas , siguiéndose después de caballeros moros que iban cau t i vos , y la demás gen te común cargada de prisiones ; iba en seguimiento de es tos la infantería cr is t iana, y los caballos de los moros de diestro con m u y ricas sillas y frenos de eliversos l a b o r e s ; t r a s de esto iban las cargas de los despojos de muell ís imas r iquezas ; y ú l t imamente venia el vale­roso as tur iano Ñ u ñ o Alfonso con todos sus caballeros a rmados en forma de guer ra . Recibióles el pueblo con increible regocijo, y la re ina D o ñ a Berenguela vest ida r i c a m e n t e , con todas las damas , y el obispo vest ido de pontifical en la Igles ia mayor , á donde fué élerecho Ñ u ñ o Alfonso con este tr iunfo á dar las gracias á Nues t ro Señor y á la Virgen Mar ia , por la milagrosa victoria ; la clerecía le recibió can t ando el Te Deum lauclamus; y enviaron luego á da r cuen ta al e m p e r a d o r , que se bai laba entonces en Segovia , y vinendo á T o l e d o , bonró mucho á Ñ u ­ño Alfonso , y la re ina envió las cabezas de los reyes moros á sus mujeres envuel tas en r icos cendales.

§ X V .

M u e r t e «le M u ñ o A l f o n s o .

Pocos dias después ele es ta v i c to r i a , mandó el emperador que Ñuño Alfonso , y Mar t in Fe rnandez , alcalde de H i t a (es te era as tur iano del valle de M i r a n d a , según parece por u n a do­nación que liace al monaster io de Be lmonte del lugar de B a r -ceda , j u n t o á ambas M e s t a s , concejo deMüranda , E r a de 1191

114 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

y está en los archivos de este monas ter io , cajón 7 , núm 1,) es­tuviesen de presidio en P e n a n e g r a , que otros l laman P e n a -Cris t iana , pa ra que desde alli fortaleciesen y per t rechasen el castillo de M o r a , an tes que los moros se apoderasen ele él, Res id i endo , pues , en es ta fuerza los dos caballeros, salió Ñ u ñ o Alfonso con cuaren ta caballeros an tes de amanecer , del castillo de P e n a n e g r a , dejando en su gua rda á Mar t in Fe rnandez , y subiendo á la m o n t a ñ a cont ra Calat rava , cogieron un espía de los m o r o s , del cual supieron como F a r a x , Adal ix de Cala­t r a v a , y todos los alcaldes y caballeros de las fronteras y lugares h a s t a el rio Guadalquivir , j un to s , venian con d e t e r m i ­nación de fortalecer el castillo de Mora , y en a lguna celada co­ger á Ñ u ñ o Alfonso, p a r a vengarse de la der ro ta pasada, y que venian ya m u y cerca con cua t ro mil hombres de p e l e a , todos escogidos ; y es tándose informando de esto Ñuño Alfonso , se comenzaron á descubr i r a lgunas banderas de los enemigos, con­t r a los cuales arremet ió con los suyos y les d e s v á r a t e , é hizo volver las e spa ldas , y luego se recogió al castillo, de donde sa­lió con M a r t i n Fe rnandez y t oda la demás g e n t e , y puestos en buen orden , se toparon con los moros en los campos de Algo-d o r , y a r remet iendo los dos campos , se empezaron á combat i r con rabiosa fu r i a , cayendo muchos de u n a y o t ra pa r t e en el p r imer encuent ro , y fué her ido Mar t in Fernandez de Hi ta , y se fué embraveciendo mucho mas la pelea , ha s t a que de puro can­sados se apa r t a ron los unos de los o t ros u n g r a n t recho . E n ­tendiendo Ñ u ñ o Alfonso que la for tuna por ahora no estaba de su p a r t e , dijo á Mar t i n Fernandez de H i t a : " M a r t i n Fe rnan -" d e z , en g ran aprieto nos vemos, pareceme que con vues t ros " so ldados os vais luego al castillo de P e n a n e g r a , pa ra defen­d e r l e de los m o r o s , que yo les haré ros t ro mien t ras t an to con " m i s c o m p a ñ e r o s . " Hizolo asi Mar t in F e r n a n d e z , y Ñ u ñ o Alfonso volviéndose á un sobrino que consigo t r a i a , hijo de

CARVALLO. 115

u n a h e r m a n a , á quien el mismo año habia a rmado caballero, y le dijo a s i : "Volvedos sobrino á Toledo , para queseá i s ampa-" r o de vues t ra madre y mis h i jos , no quiera Dios que en u n "d i a p ierda vues t r a madre he rmano é hi jo ." E l sobrino respon­dió : " N o haré yo tal cosa , ni quiera mi tió que yo caiga en ta l " d e s h o n r a , yo quiero mori r en es ta b a t a l l a á su l ado . " Volvié­ronse luego á j u n t a r con los moros , que eran mas de diez pa ra cada c r i s t i a n o , y con todo eso los nues t ros con g ran valentía sus ten ta ron la batal la por u n g r a n p e d a z o ; y viendo los moros que toda la fuerza de la resis tencia consistía en Ñ u ñ o Alfonfo, y que nadie se lo osaba l l ega r , despidieron cont ra él t a n t a s saetas , que cubierto de ellas , vino á t ie r ra el valeroso caudillo, her ido mor ta lmente , y todos sus compañeros quedaron asimis­mo tendidos en el c a m p o , sin que solo uno le desamparase , n i se diese á p r i s i ó n , habiendo vendido bien sus v i d a s , dando muer t e , é hir iendo á muchos , y m u y principales moros . Mandó el alcaide F a r a x , que á Ñuño Alfonso le qui tasen las a r m a s , y que la cabeza, brazo, mano , pié y p ie rna derechos se le cor ta­sen , y el cuerpo se dejase en el campo cubier to de paños de oro y s e d a , de donde fué llevado á en te r r a r á Toledo con so­lemnís ima p o m p a , y mucho sent imiento del emperador y de toda la cr is t iandad ; la cabeza de Ñ u ñ o Alfonso envió F a r a x ' á las re inas viudas de Córdoba y Sevi l la , pa ra venganza de las muer t e s de sus mar idos , y después la p resen ta ron en África al rey Texaf ino; y el brazo y p ierna , con o t ras cabezas de crist ia­nos , pus ieron en palos en la mas a l ta t o r r e de Ca la t r ava , á vis ta de todos .

§ X V I .

F a m i l i a y a r m a s d e l o s J M o r a i i e s y M o ñ o e c s d e A s t u r i a s .

D e es te caballero quedaron h i jos , como de su his tor ia cons ta

116 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

de los cuales se precian descender a lgunos nobles de estos rei­nos , y en un l ibro de a rmas l e í , que Moñoces descendían de Munio Alfonso As tu r iano , y que ele alli les quedó el sobrenombre de Muñoz. Lo que yo t engo por muy cierto es , que Alfonso Morano ó Moran , fué hijo de Ñ u ñ o Alfonso , y que vivió en A s t u r i a s , y se enterró en el monaster io ele San Vicente , en el c laust ro a n t i g u o , como cons ta del notable epitafio de su se­pu l tu r a , que refiere custodio , y dice a s i :

Alphonsi Morani proles Nunis Toletani, Titmulus est iste : palis dispersus fuit Ule, Mora dedit ei nomen Cdstellum, et malum omern ; Triumphus Imperialis quid profuit? aut Regia ales? Spicula quid pro sunt? si tándem fuit confiants ; Sed honore in ter-ris, gloria gaudebit in Gcelis , Et prolis insigniis tegitur lúe cinis, Era dabat mille viseentum vtsque viginti.

Quieren decir : E s t e es el sepulcro de Alfonso M o r a n , des­cendiente de Ñuño el Toledano , que fué dividido en palos : el castillo de Mora le dio el n o m b r e , y le dio su mal agüero; que le aprovechó el t r iunfo imperial ó el águila real ? Qué le apro­vecharon las p u n t a s de las l a n z a s , si finalmente fué t raspasa­do ? P e r o gozará de la h o n r a en la t i e r r a , y de la gloria en el

. cielo , y la ceniza de sus descendientes está aqui cubier ta con las i n s ign ia s , E r a de 1240. Bien c la ramente se eha de ver que es te era hijo de Ñ u ñ o Al fonso , y como se llamó M o r a n del Castillo que t e n i a , la usanza de aquel t i e m p o ; y se colige asi­mismo porque los Moraues p in t an por a rmas la águila neg ra sobre un yelmo en campo sangr ien to , y cinco hierros de lanza de p la ta ensangren tados por las p u n t a s , en memoria ele aquel imperia l t r iunfo con que entró en Toledo Ñuño Alfonso, como y a dijimos.

CARVALLO. 117

§ X V I I .

A l v a r o R o d r i g u e n .

También fué señalado caballero por estos t i empos A l v a r o Rodr íguez , hijo de D . Rodr igo , que tuvo á Toledo, y n ie to de Alvar P a ñ e z , sob r ino , compañero y t e s t amen ta r io del Cid R u i Diaz. Tenia Alvaro Rodi-iguez su solar, y habi tación en Nav ia , y g ran hacienda, y señorío en t i e r r a de L u g o de Ga l i c i a , fué capi tán de la gente de por aquellas pa r t e s en la t oma de A lme­ría, como se refiere todo en los versos lat iuos que de es ta guer ­r a se hallan en la his tor ia de T o l e d o , como he referido , y los que tocan á este caballero son estos :

Alvarus ecce venit Iloderici films alti, Intulit Me lietum multis, tenuitque Toletum, F¡t pater in nata, landatur, gnatus et ipso Fo-rtis illefuit, nec nati gloria cosdit, Paterpdtre.magnus, natu sedpollet amplius , Gognitus est ómnibus, est avíos Alvarus Aix probitatis, Neo minus hostibus extitit impius, urbis bonitatis, Audio sic dici Alvarus est Ule Fanizi , Talibus, et tantis tractus patribus generosis, Alcarus ecce ferit Mauros , quos probus odit, Navio, dat vires , Mons niger dat quoque pluris, Terra.que Lucensis munimina proestüit ensis, Nec dehmtjequites , tribuit qnia plurima dives, Ómnibus instructis , et cunctibus ante ptwatis , Mulos cons'cendieiit, et equiie vacis quoque pergient, Quos pluri ducunt, Me multaque scuta reponunt, Sfc.

E l romance de es tos versos e s ; advier tan que va también á

118 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

la conquis ta A l v a r o , hijo del escelente R o d r i g o , que habia dado muer te á m u c h o s , y tenido el gobierno de T o l e d o ; que el pad re es honrado por el h i jo , y el hijo por el pad re : fué esce­lente por su p a d r e , que era Alvar F a ñ e z , que fué valiente , y animoso el padre ; mas no lo .es menos el hijo ; y que el hijo Alvaro era escelente por el abuelo Alvaro , que era conocido de t o d o s , y de g ran b o n d a d , y no menos ter r ib le pa ra los enemi­gos , que tuvo bondad pai^a con su c i u d a d ; y como le n o m b r a Alvaro Aix, debiendo l lamarle Fañez, se escusa con decir, que le oyó l lamar vu lga rmen te a s i ; luego d i c e , que Alvaro Rodr í ­guez , descendiente de ta les p a d r e s , her ia á los m o r o s , que aborrecía como bueno , y que Navia le daba las fue rzas , Mon­tenegro m a s , que era la ayuda , Lugo la in fan te r ía , y que no le faltaba gen te de á caba l lo , porque como era rico , pagaba l a r g a m e n t e , y que iban caballeros en mulos , y los caballos los l levaban de diestro con muchos escudos , &c.

§ X V I I I .

131 r e v ge e n a m o r a e n A s t u r i a s d e D o í a a G o n i r o d a P é r e z , y t u v o e n e l l a á f > o ü a U r r a c a l a A s t u r i a n a .

Cuando el emperador D . Alfonso vino á As tur ias pa ra alla­na r la rebelión de Gonzalo P e l a e z , al pasa r .por el valle de A l l e r , se aposentó en casa de u n caballero p r inc ipa l , l lamado P e d r o D í a z , el cual en t r e otros hijos que tenia de su mujer Doña Mar ía Ordoñez , tenia una hija muy h e r m o s a , l lamada D o ñ a Gont roda P é r e z ; y Garibay la l lama Obregon. De es ta he rmosa y noble doncella (dicen los autores) se aficionó t ier­namen te el emperador D . Alfonso , y la hubo en su p o d e r , y tuvo en ella u n a h i ja , que l lamaron Doña U r r a c a la As tu r i ana , á quien encomendó el r e y , pa ra que la criase y enseñase, ¡i-su

CARVALLO. 119

h e r m a n a la infanta Doña Sancha que fué u n a señora de e s t r e -mada v i r tud , y de t a n t a p r u d e n c i a , que el emperador c o m u ­nicaba con ella todos los negocios de impor tancia . Salió D o ñ a Ur raca la As tu r i ana t an bien enseñada , y t an aventajada en todo genero de v i r tud , que el rey D . García Ramírez de N a ­var ra , es tando viudo de Doña Marga r i t a , la pidió por mujer á su padre el emperador ; lo cual se e fec tuó , in terviniendo á ello el conde de Tolosa D . Alfonso G o r d a n , p r imo del empe­rador , y se celebraron las bodas en León con g ran solemnidad, y muchas fiestas , que encarece la his tor ia de Toledo, y la cró­nica del mismo e m p e r a d o r , no tando que en t re los g randes y personas principales que se hal laron en es ta celebridad , se señalaron mucho los de As tur ias , que por ser la novia de su t i e r r a , vinieron lucidís imamente á estas fiestas , y por ser los mas de ellos sus par ientes , porque e ran los Diaces cuñados , y par ientes del Cid , y los Pérez , Fe rnandez y Vigiles , po rque hallamos de es tos t iempos car tas reales , nombrándose u n Vi -gil Gant io Diaz , y después en el mismo valle á Diego F e r n a n -nandez V i g i l , de quien vienen los Q u i ñ o n e s , en cuya familia se han conservado has t a nues t ros dias los pat ronímicos de Diaz y Pérez . También era es ta infanta de los Obregones , porque Garibay dice en el cap. 3 , lib. 6 2 4 , y lo refiere Sandoval en la descendencia de los M a n r i q u e s , que D o ñ a Gon t roda de Óbre-gon , m a d r e de la in fan ta D o ñ a U r r a c a la A s t u r i a n a , era her­mana de D . Diego O b r e g o n , el cual se halla que confirma a l ­gunas car tas reales de por estos t i empos , y le habia dado el rey la tenencia de t ie r ra ele Siero, j u n t o á Oviedo, según consta de una donación de la misma D o ñ a U r r a c a su s o b r i n a , que hi­zo á la san ta Iglesia de Oviedo de sus pa lac ios , y del alfoz do Langreo , y está en la Regla colorada, donde confirma Didaco O b r e g o n , Tenente Opidi Siero. También parece que era es ta señora D o ñ a Gont roda de los Ordoñez , cuyo apellido se con-

120 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

serva aun en unos h idalgos del mismo valle de Aller. A todos estos par ientes hizo el emperador s iempre mucha merced , por lo mucho que quería á D o ñ a Gont roda , y llevó muchos consi­g o , y los heredó en diversas pa r t e s de Cas t i l la , y en t re ellos un fulano C o r r a l , de quien dicen que vienen los Corrales , cu­yo apellido se conserva también en unos hidalgos del mismo concejo de Aller.

§XIX.

S i m u l a c i ó n «leí m o n a s t e r i o «le S a n t a M a r i a «le l a V e g a

Después que Doña Gont roda de Obregon vio lo que P U es ta v ida podia d e s e a r , que era ver á su hija D o ñ a U r r a c a casada con el rey de Navar ra , y cumplidos los deseos de esta vida, como refiere la his tor ia de T o l e d o , puso su cuidado desde allí ade lante en los del c ie lo , y para en t regarse á Dios de todo p u n t o , fundó el monaster io de monjas de San ta Mar ia de la V e g a fuera de la ciudad de Oviedo , debajo de la Regla de San Benito , que hoy es muy principal , y recibiendo asimismo D o ñ a Gon t roda el hábito de re l ig iosa , se encarceló en este santo mo­nas ter io , obligándose á los votos de esta sagrada religión, per­severando has t a la muer te en este santo propósito, y en la ob­servancia de su regla. Encarece mucho la historia ele Toledo la sant idad ele es ta señora, su continuación y pe rpe tuas lágrimas, sus ásperas pen i t enc ia s , y la devoción que tenia á la Vi rgen N u e s t r a S e ñ o r a , con que vino á alcanzar en dicho convento, y ciudad opinión de san ta . E s t á en te r rada en un honrado se­pulcro , con este epitafio :

Heu- mors himis, neo cuiquam parcere docta, Si minus cequa fores, poteras magis cequa videri, Gontrodinem reliquis mentís distantíbus aguas ,

CARVALLO. 121

Et minus cequa noces, perimis cui parcere debes , Nec tamen ipsa periii, sed te mediante reuivit Spes , decus , speculum generis patrios mulierum , Non Gontrodo cadit, fugit lioc, cadit hoc, latet illud, Excessit meritis limninem nondumque reliquit, Mundo passamori, vitam sibi morte paravit, Sex quater et mille dant Era egenmas.

N o se pueden volver estos versos con la gracia que en sí t ienen , mas lo que quieren decir es : O muer t e demas iadamen te i g u a l , que á nadie sabes perdonar : si fueras menos j u s t a , en esta ocasión acaso lo parecieras ; mas igualas con las demás' mujeres á G o n t r o d a , excediendo á t o d a s en merecimientos ; y siendo demasiadamente j u s t a , l levará lo que es j u s t o ; mas no por eso se baila m u e r t a , an tes por t u medio vive , habiendo sido e spe ranza , honra y espejo de su nación; y no muere Gon­t r o d a , mas huye esto , cáese esto y escondese aque l lo ; hizo ventaja en merecimiento á un v a r ó n , y queriendo mori r al m u n d o con la muer te , alcanzó la v i d a , E r a de 1224.

§ X X .

M a n r i q u e s d e ILara , t i u q u e s «le b a j e r a , d e s c e n d i e n ­t e s d e I > o ñ a U r r a c a i a A s t u r i a n a , y c o n t ó f u é r e i n a

e n A s t u r i a s .

Tuvo el rey D . Garcia de N a v a r r a en la re ina Doña U r r a c a la As tu r i ana u n a h i j a , l lamada D oña Sancha , que casó p r ime­r a vez con D . G a s t ó n , vizconde ele V e a r n e , que murió sin ge­neración , y casó segunda vez con D. P e d r o , señor de Molina, y de ellos nació el conde D . A l m a r i d o , vizconde de Narbona , de quien vienen los Manr iques ele L a r a , duques de Najera,

122 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

como todo lo escribe Sandoval en la descendencia de es ta casa. Murió el rey D . Garcia de N a v a r r a , y la re ina D oña U r r a c a la As tu r i ana se volvió pa ra su padre el e m p e r a d o r , el cual la dio el r e i n o , y señorío de A s t u r i a s , y ella se vino á vivir á Oviedo pa ra vivir consolada con su m a d r e , que vivió después muchos años , y vino el emperador á Oviedo con su hija á celebrar cor­tes en esta c i udad , para darle con mayor solemnidad el re ino de A s t u r i a s , como es muy creíble , porque en la E r a de 1191 , á diez de Set iembre se halló el emperador en Oviedo con la emperatr iz , y su h e r m a n a D o ñ a Sancha , y con sus hijos Don Sancho y D . Fe rnando , y con la misma D o ñ a U r r a c a , que ya era viuda , y los condes D . P e d r o Alfonso de C a n g a s , Rami ro Florez , Sancho V e l a , Diego de Obregon , y otros r icos-ho-m e s , como consta de una escr i tura que se refiere en el cap. 60 de la Crónica de este e m p e r a d o r , y yo la vi en la foja 136, del Becerro de Corias , por la cual pa rece que el rey y los g randes hacían cortes en Oviedo, pues es tando j u n t o s en el capítulo de aquella santa Iglesia (donde se hacían las ta les cor tes , y ahora se hacen las j u n t a s generales de t oda la provincia , y asimismo los sínodos) pareció an te el rey , y su corte D. J u a n , abad del monaster io de San J u a n de Corias , acompañado de a lgunos monjes de su convento , y D . P e d r o , abad de San V i c e n t e de Ov iedo , y se agraviaron y querel laron de Rodr igo Fa r f an , ca­ballero poderoso y r i c o , y que tenia el mando de aquella t ier­ra . E l rey hizo averiguación de t o d o , y hal lando que habia he ­cho muchos agravios á los monjes , le mandó prender , y decla­ró , que el abad de Corias era señor de sus vasallos, sin que él, n i sus just ic ias tuviesen que ver con e l los ; y en el convento se halló una donación que hace Mar i Pérez Farfan del lugar de Colinas en M i r a y o , y desde entonces hal lamos que la re ina Doña U r r a c a lo era de As tu r i a s , porque en la dotación del mo­naster io de la V e g a , que luego p o n d r e m o s , y se otorgó el mis-

CARVALLO. 1 2 3

fflo a ñ o , se dice : Donna Regina Urraca Dominante Asturias, y en ot ro privilegio de la era de 1194, que se refiere en el cap, 3 , de la Crónica de este e m p e r a d o r , dice : Donna Regina Urraca dominante in Asturiis; y o t ra escr i tura se refiere en la misma Cró­nica, que dice : Reinando Ñuño Alfonso en Toledo, y D. Fernan­do su, tío en Leon, y la reina Doña Urraca en Oviedo, de la E r a de 1196. H a y en la san ta Igles ia de Oviedo un privilegio de la misma r e i n a , en que da á la san ta Igles ia el Alfoz ele L a n g r e o , y dice es tas palabras : Ego Regina Urraca nobilissimi Alplionsi Imperatoris filia , liane cartam, quam, fieri iusi, propriis manibus confirmo, atque roboro , regnante Domino Santio eo tempore in Castella, ét 'Foleto, et Rege Ferdinando in Legione, et Galecia, Regina Urraca illorum Regum germana regnante in Asturiis. Lo mismo consta de un privilegio que t ienen las monjas de la V e g a de Ov iedo , de la E r a 1190. Del rey de Leon D. F e r n a n d o , y la re ina Doña U r r a c a su h e r m a n a , en que hacen donación de la hacienda que t en ían en la villa de Gijon , al mismo monas te ­rio , y es su fundadora Doña G o n t r o d a , y dice en la fecha: Im­perante in Legione , et Galeda Rege Ferdinando Secundo , in Oveto, et Asturias dominante Regina Urraca, Prcp.sulante in O veto Donne Retro. T iene este privilegio u n signo redondo con la figura de un león, y unas le t ras alrededor, que dicen : Signum Ferdinandi Regis Tjegionensis ; y ot ro signo con una flor de lis asida con una mano , y unas le t ras que dicen : Signum Regince Urracce. P o r la devoción que es ta señora tuvo con la Vi rgen S a n t í s i m a , podemos conjeturar que tomó por su insignia el li­r io , ó flor de Lis que pone por a rmas en es te , y en otros pr i -vi l igios , y por concesión y favor de es ta re ina , muchos l inages de estas m o n t a ñ a s han tomado flores de lis por a r m a s , y no por t r ae r su or igen de F r a n c i a , como algunos piensan. Con la ayuda de la re ina D o ñ a Ur raca , pudo D o ñ a Gont roda su madre fundar mas en forma el m o n a s t e r i o de N u e s t r a Se-

124 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

ñora de la V e g a , y dejarle mucha hacienda de fue ros , esclavos, y aplicación de ot ro monas t e r io , como parece por u n a esc r i tu ra de dotación que he visto original en el mismo monas ter io , la cual después de u n devoto exordio dice : Ego igitnv Gontrodo Tetri, una cum Domina mea, et filia Regina Urraca his , et tali-bus monitis infiituta, pro salute ammarini nostrarum, pro salu­te , et pace Domini mei Imperatorie Aelephonsi, et Sanctus Regi­ne? generis sponsorum, pro benefactoribus etiam meis, do , et con­cedo Monasterium Sanctce Maria; , quòd ego à fundamentis prce-cepi cedificare, iuxta Seclem Ouetensem positum , Goenobio San-ctsd Mctriss, qu?e vulgo Fons. Eboraceli vicitatnr, eo siguidem peído, ut á Cutrilibus loci ipsius, cum Gonventu Reliejiosarum mulierum domus, epimm damus perpetuò teneatur ad obsequium autem Monasteriilmins, damus Imreditates, quasparUm ah Im­peratore Domino Adeplionso accepimus', cinih nntn, et concessi!, testamentum hoc factum est ; partili à progenitoribus nostris, sic nominatas Soto de Torenes, Barredo , Sandnm Andrssam de He-biam in Tudela, Ameues in Maleayo , Ambas in Ripa, Seli in Triago, cum Decaniis suis, Cobas, Stora, Yobio, Pelcera , Santa Maria de Melorda, Camargo, cum alijs fuis omnibus hsòreelita-tibus , et cum servis, et ancillijs suis , nominatis Ioannes , Leda, Retro, Fuste . Gunsalvo , Spila, filios -, et filias , et domina Bizca, etc. N o m b r a otros muchos , y después dice : líos omnes homines cum vxoribus suis, etfilijs, etfiliabus, cum omnibus etiam suis hxreditatibus, id id obsequium cultoribus huius elicti loci exolbant, quód Fisco Regis persohant Mauros, et Mauras Draqui Ma-homet et Mahomet Ali, Mariem Axa Fatima, et Fatima- Memo' nahet. Contiene ot ras muchas c o s a s , y al fin dice : Facta carta 3. Idus Octob. Era 1 1 9 1 . eodemImperatore imperante enmuxore sua Imperatrice Donna Urraca.. Confirman Sandia Infanta. Ioan­nes Legionensis Episcopus. Petrus Asturiensis Episcopus. Gomes Ferelinandus Galdido. Gomes Pontius. Gomes Ramirus Florez.

CARVALLO. 1 2 5

Gomes Petras Alfonsi de Asturias. Gomes Pontius de Minerva. Didacus Obregon. Rodrigo García Sanctius Ordinij. Petrus San-ctij. Pelagius Queml. Domina Regina Urraca dominante in As­turias. Lo que liemos diclio de la fundación del monas te r io de la Vega , y del reino de Doña U r r a c a , queda probado bien cla­ramente ' por es ta e sc r i t u ra ; o t ras cosas que en ella v i , dejo de n o t a r , por no ser de mi propósito , y p a r a prosegui r la h is tor ia .

§ X X I .

D . R o d r i g o A l v a r e z d e A s t u r i a s , s e ñ o r d e r l í o r e ú a .

Tuvo el gobierno de As tur ias por a l g ú n t i e m p o , en vida de este r e y , D. Rodr igo Alvarez de A s t u r i a s , señor de Nore -ñ a , y se hal la nombrado Rodericus Alvarez, Gomes in Asturiis* en un privilegio del e m p e r a d o r , y D o ñ a Berengüela su mujer, en que dan á la iglesia de B u r g o s la iglesia de San A m o n , y se refiere en el cap. 1 1 , de la misma Crónica. E r a este caba­llero sin duda nie to , ó viznieto de D . Rodr igo Alvarez de A s ­tu r i a s , abuelo del Cid Rui D i a z , y pudo ser hijo de Ñuño Al­varez , 6 Diego Alvarez. D e los descendientes de este caballero di remos adelante . Con est e dice la Crónica del mismo empera­dor j y otros autores , que fue casada la infanta Doña Sancha, hija del rey D . Alfonso el S e x t o , de su c u a r t a mujer Doña I s a b e l , hija del rey D . Luis de .Francia el Sex to . E l doctor Gudiel en la descendencia de los Gi rones d i c e , que es ta seño­r a estuvo casada con el conde D . Rodr igo Gonzá lez , t ronco del l inage de los G i r o n e s ; y fúndalo en que el arzobispo D . Rodr igo Ub. 6 , cap. 2 1 , d ice solamente , que fue mujer del conde D . Rodr igo , sin añadi r o t ra cosa , y porfía que h a de ser Girón, d i c i e n d o , que no h a visto pr iv i legio d o n d e confirme el conde D . Rodr igo A l v a r e z de A s t u r i a s ; pero ya vemos

126 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

como hay el que habernos referido, siga cada uno lo que le pa­reciere , que ambos eran a s t u r i a n o s , y principalísimos , y de en t rambos hay esclarecidísimas descendencias.

§ X X I I .

G o n z a l o A s u r e s y P e l a y o P é r e z , a s t u r i a n o s .

Fue también por estos t iempos persona muy g rande en A s ­tur ias Gonzalo A s u r e s , que confirma en t re los as tur ianos el concil io, 6 cortes que la reina Doña U r r a c a , m a d r e del emperador D. Alfonso , hizo j u n t a r en Oviedo , y era á lo que podemos conjeturar p r i m o , ó sobrino d e l conde D. P e d r o Asures , que pobló á Val ladol id , g ran servidor del padre de esta s eño ra , y de ella m i s m a , y acaso con el favor de esta parente la de los A s u r e s , que era m u y poderosa en As tu r i a s , tuvo D o ñ a Ur raca mano con los a s t u r i a n o s . Hija de Gonzalo Asures parece que era Mar ia Asures , mujer de Pe layo Pérez , na tu r a l ele t i e r ra de Gi jon , según parece por u n a donación que les hizo Endr iqu ina Pérez de una hac ienda en V e g a , t e r ­mino de Gijon, que se refiere en la Crónica de este e m p e r a d o r cap. 62. E r a este Pelayo Pé rez de los r icos-homes del re ino, y como ta l confirma u n a donación que hace la re ina D o ñ a Ur raca , con el rey D . Afonso su h i j o , á la san ta Ig les ia de Oviedo de siete iglesias de Valencia. E r a este caballero señor de L a s t r e s .

§ X X I I I .

D i e g o F e r n a n d e z .

F u e por estos t iempos ot ro valeroso caballero as tur iano Diego F e r n a n d e z , hijo del conde F e r n á n D i a z , cuñado del C i d , s egún

CARVALLO. 127

consta de la donación que hizo al monaster io de Oorias del lu­ga r de O r o r o n , por los males que habia hecho al conven to , y como na tu ra l de es ta t i e r r a , confirma en t re los mas na tura les de ella en el concilio que la reina D oña U r r a c a , madre del em­perador D . Alfonso , hizo j u n t a r en Oviedo : y como uno de los que seguían su voz en las diferencias de con su h i j o , se halla que confirma en algunas escr i turas que otorgó es ta r e i n a , sin hacer mención de su hijo , como refiere la crónica de este empe­rador , de quien vino á ser mayordomo Diego F e r n a n d e z , se­gún parece por algunos privilegios de este emperador de la E r a 1185, y se nombra asi en la misma crónica cap. 52, y lo fue asi-mismo del rey D. Sancho su h i jo , como parece por u n a car ta r e a l , en que dá el mismo rey á la Igles ia de As to rga el monas­terio de San Miñan de L a r a l , que refiere la crónica del empe­rador su p a d r e , cap. 63 . F u e asimismo g r a n soldado P e d r o García de A l l e r , como parece por la merced que este empera­dor le h i z o , y á su mujer Aldonza Pelaez del lugar de Fol-g u e r a s , E r a de 1169 .

§ X X I V .

A l o n s o I B c r n m d e z y G o n z a l o D e r m u d e z , a s t u r i a n o s .

Pelayo F r o y l a , de la familia Florez , era asimismo as tur iano , y persona m u y pode rosa , y de g r a n c u e n t a , porque confirma el concilio que arr iba hemos re fe r ido , y es hijo de Froy la Pelaez, como ar r iba tocamos. Tenia este caballero mucha hacienda por t ie r ra de Va lenc ia , y V i l l a m a ñ a n , y sucedió que u n par ien te s u y o , l lamado P e d r o D i a z , hijo (como dice Sandoval) del conde D . Diego de As tur ias , y he rmano ele la mujer del C i d , se des­gració con el r e y , en razón de que el rey favorecía á D . Rodr i ­go Mart ínez Osorio , cabeza de los Oso r io s , y contrar io suyo; y por que el rey le quería p r e n d e r , se acogió al castillo de Va-

128 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

l enc ia , donde con el favor de Pelayo F r o y l a z , el rey muy eno­jado mandó á su mismo enemigo Rodr igo Mart inez , y á su her­mano Osorio M a r t í n e z , que cercasen con gente de a rmas el castillo , y prendiesen á Ped ro Diaz , y á Pelayo Froylaz , y los demás cabal le ros , y gente que con ellos estuviesen y en caso de . resis tencía, les pudiesen dar muer te . E r a n muy poderosos D . Rodr igo M a r t i n e z , y su h e r m a n o , enemigos capitales de P e d r o D i a z , y así fueron con mucho poder sobre el castillo. Los cereados se defendían va le rosamente , por no venir a l a s ma­nos de quien les deseaba beber la s a n g r e , y los contrar ios les apre taban con toda la p u j a n z a , y máquinas que p o d í a n ; mas conociendo la g r a n res i s t enc ia , dieron cuenta al rey de ello , el cual vino con toda su gen te de guer ra en persona á ba t i r el cas­tillo ; mas luego en l legando el r e y , P e d r o Diaz , y Pelayo F r o y ­laz le enviaron mensageros , pidiéndole perdón del enojo que le habían dado , suplicándole les p e r d o n a s e , y no les ent regase á manos de sus enemigos, que por no venir á sus manos se hab ían resist ido , y que asi se ofrecían en las del r e y , quien lo hizo así, y les p e r d o n ó ; pero les confiscó la hacienda. Viéndose P e d r o Diaz , sin honra , y sin h a c i e n d a , y sin esperanza de ver mejo­rado su e s t a d o , por la mucha pr ivanza en que es taba su con t ra ­rio con el r e y , se salió del r e i n o , y acabó fuera de él miserable­men te ; y Pelayo Froylaz volvió á la gracia del r e y , y se le dio su hac i enda , y casó con D o ñ a Mar ia Mar t inez , hija del mismo D . Rodr igo Mar t inez Osorio , de los cuales vienen los Florez, como ar r iba he mos t o c a d o , y debieron de ser hijos de Pe layo F r o y l a z , Froyla P e l a e z , P e d r o F l o r e z , Suero Florez , Diego F l o r e z , alférez del e m p e r a d o r , F rue l a Diaz , Rodr igo Pelaez, P e d r o Gómez Pelaez , Munio P e l a e z , todos g randes caballeros, como consta de la crónica de este e m p e r a d o r , y lo mismo Alon­so B e r m u d e z , y Gonzalo Bermudez su h e r m a n o , de quienes hace mucha mención la misma crónica.

CARVALLO. 129

§ X X V .

F e r n á n G u t i é r r e z y M a r i a O h e q u c z , s e ñ o r e s d e R e -n o n , y c a s t i l l o d e S a n M a r t i n .

F u e un g ran soldado por estos t iempos en As tu r ias F e r n á n G u t i é r r e z , casado con Maria O b e q u e z , á los cuales hizo el emperador merced del lugar de Renon , y de los vasa l los , ha­cienda , fueros , y derechos , y todo lo demás realengo pe r t e ­neciente al castillo de S a n : Mar t i n , que está sobre el r io de P r a v i a , como todo consta del mismo pr iv i leg io , que t ienen las monjas de San Pe layo de Oviedo , y después el rey hizo m e r ­ced á Gonzalo Mart ínez de Valdés , en la cual en t r a el lugar de R e n o n , como se verá á su t iempo. Asimismo fue ot ro g r a n caballero Gut ie r re Sebas t i anez , y como á t a l le hizo merced el emperador del lugar de A n t r a g o en t i e r ra de Cangas de Tineo , E r a de 1 1 9 1 . Y dice el privilegio que t ienen las monjas de la V e g a : Propter bonum servitium qiiool fecisti mihi, et facis , Sfc.

§ X X V I .

P e d r o P é r e z d e V i l l a m a r .

P e d r o Pérez de Vi l lamar fue u n capi tán a s t u r i a n o , que llevó consigo el emperador en la conquista de Córdoba , que fue E r a de 1183 , y habiendo rendido y avasallado al r ey moro de Cór­doba B e n g a m í a , dejó gen te de presidio el emperador en el al­cázar de aquella ciudad , dejando po r alcaide de ella al mismo P e d r o Pérez de Vil lamar , que fue el p r imer magis t rado que los Reyes Católicos pusieron en aquella ciudad después de res tau­r a d a : cayó enfermo P e d r o P é r e z , y como advier te Morales , le curó el famosísimo A b e n r o i t ; y habiendo m u e r t o , fué sepul ta ­do por los cris t ianos en la iglesia de San Andrés , y en la mis ­m a pared por de fuera, j u n t o á la e n t r a d a , está u n a p iedra en-

9

130 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

cajada , que entonces le p u s i e r o n , con es te le t rero en lengua as tur iana , según le trasladó Morales lib. 16 , cap. 8. Fino Don Pedro Pérez Villamar, alcaide del rey en Córdoba, en diez y sie­te dias de Febrero , Era de M.CG. y dos , feria sexta. Maestre Daniel mefecit, Deus lo bendiga , amen. D e este capi tán se pre­cian descender los que en As tu r i a s t ienen el mismo apellido de V i l l a m a r , y los hidalgos de San Olodio.

§ X X V I I .

P e l a y o C u e r v o , a s tu i ' i aaao .

Pelayo Cuervo fue u n val iente soldado , y como ta l le p r e ­mió el emperador , y se halla confirmar (como dice Sandoval) en las ca r tas reales de su t i e m p o , y el mismo au to r refiere t r e s de ellas de la E r a de 1183, y de la de 1174 y de 1203 , y los de es te apellido Cuervo , s iempre h a n sido y son as tur ianos , na­tu ra le s de la villa d e P r a v i a , y p in tan cinco cuervos por a rmas ; Sandoval dice se hal laron pape les por donde constaba como es ta familia venia de los godos : yo ent iendo que este renom­bre es el de la -familia de l o s C o r b i n o s , ele lá cual era el e m p e ­rador H e r o n , como dice Suetonio : Ex genere Domitioe duce fa-•mil'm clanterunt, Gorbinorum, Enobaruorum, y aun de es ta úl­t ima pienso h a quedado en As tu r ias Ba rbones . De los Cuervos de P rav i a es m u y cierto desc ienden las casas de P rendes , A r a n g o , y o t ras a lgunas que p in t an las mismas a rmas .

§ X X V I I I .

F u n d a c i ó n d e ¡San « l u á n d e F a n o .

"También debia de ser g r a n persona Alvar G u t i é r r e z , el cual =con su mujer D o ñ a Aldonza fundó en t i e r ra de Gijon el monas-

CARVALLO. 131

terio de San J u a n de P a ñ o , que después se aplicó al de San Vicente de Oviedo , cuyo pr iora to es a h o r a ; Yepes lo cuen ta a s i , que vio la escr i tura . Vigil F roy la fue t ambién persona po­derosa en t i e r ra de Cangas , y dio al monas ter io de Corias el lugar de Trascas t ro , como consta del B e c e r r o , E r a de 1176, en cuyo t iempo Mayor O s o r i o , que tenia el monas ter io de Ce-l o n , y debia de ser abadesa , dio los lugares de Robledo, y Mer-celles al monje J u a n Alvarez por u n misal y u n breviario , y dice la escr i tura que eran ópt imos, E r a de 1180.

§ X X I X .

G o n z a l o ftfcncndez «le V a l í l é s .

E s muy honrada la memoria que se hal la de Gonzalo Menen-dez de V a l d é s , vasallo y fidelísimo servidor de este emperador , como consta de la merced que por sus servicios le hizo , E r a de 1176 , que está en el .Becerro de Corias ,fol. 136 , cuyas pa­labras son estas : Ego Ádephonsus Hispanice Imperator , clono Ubi fidelísimo vasallo nostro Gonzalvo Mendi in territorio de Val­dés , illum nostrum Bealengum, quód habeo in Burto Vrdeliz, et Mam medietatem, quam habeo ibi, cum totiis sui's pertinentis, et in illa Villa dé Banone, solore de Fernando, cum- tota sua hcereditate, et progenie, et alium mortorium quod habeo in Quin­tana , Sfc. Y poniendo o t ra hac ienda , dice a l a pos t re . Pro bono servitio qUód mihi feciste - contra hostes meos : P o r el buen servi­cio (dice) que me hiciste cont ra mis enemigos; y seis años ade­lan te lé dio e l 'mismo emperador e l realengo de Bour res , como parece- por el mismo B e c e r r o , fol. 166.

132 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

T I T U L O T R E I N T A Y C I N C O .

D. SANCHO, D. FERNANDO EL SEGUNDO Y DOÑA URRACA.

§ 1 .

S u m a d e s u r e i n a d o .

Cuando murió el emperador D . Alfonso , ya tenia (como lie­mos visto) repar t idos sus reinos en t re sus hijos, y asi quedó D. Sancho el pr imogéni to en Cast i l la , D. F e r n a n d o en León y D o ñ a U r r a c a la As tu r i ana en As tu r i a s , l lamándose reina, como todo queda dicho, y solo r e s t a decir los as tu r ianos que por pr i ­vilegios suyos parece eran de su consejo , y g randes de su cor­t e , que e ran el conde D . Alfonso de Cangas P o r c e l l o , el conde P o n c i o , Diego de O b r e g o n , que tenia el señorío de Siero, Ro -dr igo Porcel lo , el conde Cebellin, de este nombre de Sebolinis, que eran personas muy ricas y principales , como parece que lo dan á en tender en muchas dotaciones que están en San V i ­cente de Oviedo en el cajón de Llanera , de donde e ran n a t u r a ­les ; y de estos pienso vienen los Gebelines Sancho , y Rodr igo G a r c í a , y Gonzalo Giujal y otros r icos- l iomes , que se halla confirmar las escr i turas de esta re ina , p r inc ipa lmente en u n a g r a n donación que hace de toda su hacienda en As tu r ias á la san­t a Iglesia de Ov iedo , y sus palacios los deja p a r a un hospi ta l donde se recogiesen los peregr inos que viniesen á v is i tar los santuar ios de Ov iedo , que es el que ahora l laman de San J u a n , F u é en te r rada es ta re ina D o ñ a U r r a c a en el monas te r io de la V e g a , y después de su muer t e se volvió el señorío de As tu r i a s á D . F e r n a n d o , rey de León , y se t i tuló rey de As tu r i a s , como consta de un privilegio que se halla en la santa Iglesia de Ovie-

CARVALLO. 133

do en la E r a de 1214 en que hace donación á la misma Igles ia del monas ter io de Cartabio, y se in t i tu la Bex Legionis, Galetice, et Asturice, y n o m b r a á Galicia an te s que As tu r i a s , po rque y a era rey de Galicia an tes que muriese su h e r m a n a ; y en o t ro privilegio del mismo rey en que da á la misma san ta Iglesia el castillo de Al va de Quirós , dice : Begnante eoclem Ferdinando in Legione, Asturiis, Galelice, et Extremad-urce ; y de otros al­gunos privilegios consta lo mismo. F u é casado este rey con Doña U r r a c a , hija de D . F e r n a n d o , p r imer rey de P o r t u g a l , en quien tuvo á D . Alfonso , y fué casado o t ras dos veces , y la te rcera vez fué con D o ñ a Ur raca , hija de D . Lope , conde de Najer-a, en quien tuvo un hijo l lamado D . Sancho Alvarez . Murió este rey en Benaven te año de 1209 , y le l levaron á sepul tar á Sant iago de Galicia , donde es taba su abuelo D . R a m ó n . Y este rey hizo donación al monas ter io de Belmon­t e del castillo de Miranda con sus m o n t e s , E r a de 1197. C o n ­firman en t r e o t ros Gundisalbus O vez , Pelagio C u e r v o ; está la escr i tura cajón 19 , núm. 9.

§ I I .

O b i s p o s y c a b i l d o d e O v i e d o s i r v e n á l o s r e y e s t

Tuvo la silla de Oviedo por estos t i empos el obispo D . Mar­t in , á quien sucedió D . P e d r o , y á este D . Gonza lo , en cuyo t iempo , y con su autor idad la santa Igles ia de Oviedo , y su cabildo sirvió va lerosamente con gen te de a rmas , y dinero al rey D . F e r n a n d o en muchas guer ras que tuvo con los moros , ensanchando los l ímites de su reino, y asimismo con los caste­llanos sobre la curadoría de D . Alfonso su sob r ino , hijo de su he rmano el rey D . S a n c h o ; y asimismo cont ra su cuñado el rey de P o r t u g a l , y en otros muchos alborotos y al teraciones

13é ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

que hubo en As tu r i a s : por los cuales servicios hizo el mismo rey merced al obispo D. Gonzalo del concejo de las Regueras , y el castillo de Alva de Quirós , y el castillo de Bur on , como consta ele los privilegios que de ello t iene la misma san ta ' Igle­sia , donde se refieren los g randes servicios y ayudas que en ella habia- tenido. A este D . Gonzalo sucedió D . Ped ro Pelaez Cabeza ; y en Be lmon te he visto del apellido de Cabeza, hom­bres m u y nobles por muchos papeles : asi se nombra en u n le­t r e ro que está en la campana que l laman B a m b a , que se hizo en su t iempo. De este mismo apellido hallo en As tur ias o t ras muchas personas m u y ricas , que p in taban por a rmas-unas ca­bezas de moros cor tadas , y un brazo a rmado con una bandera , y se l lamaron Bande ras los que de esta familia quedaron en As tu r ias y León , y los que se es tendieron por las demás p r o ­vincias , se quedaron con el -nombre an t iguo de Cabezas , y to ­dos p in tan unas mismas a r m a s , con a lgunas añad iduras de diferencia.

§ 1 1 1 .

L a s a n i a I g l e s i a «le U v I e « l o a y u d a a l r e y , y é l l e h a c e g r a n d e s r e c o m p e n s a s .

A D. Pedro Pelaez Cabeza sucedieron D . Menendo y D. R o ­drigo , uno t r a s de ot ro , y por estos t iempos se concer ta ron los obispos de Oviedo y B u r g o s , sobre las As tu r i a s de Sant i -l l a n a , y al' de Oviedo se le dio en t re o t ras recompensas , por­que cediese su d e r e c h o , una g ran suma de d i n e r o , con que sirvió al rey D. F e r n a n d o , con cuyo socorro venció la batal la de Cáceres con los moros , y en recompensa de esto le dio el rey los castillos de P roaza y Pajares , como todo consta del privilegio que de ellos t i e n e la san ta Iglesia de Oviedo , donde el castillo de P roaza se n o m b r a Mon te G a u d i , que quiere de-

CARVALLO. 135

cir M o n t e de Gozo. Confirman este privilegio Gonzalo Pelaez de Tineo : Ulano dominante in Asturiis , que es lo mismo que Ju l iano tenia el gobierno de As tur ias ; y P e d r o Rodr íguez en L u n a , y Pelayo Q u i x a l , que es lo mismo que Quixada. E s t e mismo rey dio á la misma iglesia el castillo de M o n t e - R e a l , con' toda la t i e r ra de T e b e r g a , y su realengo , que se n o m b r a C o n d a d o ; y asimismo el castillo de M i r a n d a , en cuyos privile­gios confirman en t re otros , estos as tur ianos , Alfonsus domi-nans in Asturiis, Fernandas Bodjerici in Legione, Petrus Bode-rici in Tineo, Petrus Pelaez signifer Begis ; y en-otro privilegio de este rey el mismo F e r n á n Rodríguez se nombra Ten-ente Asturias j por donde se conoce que el gobierno de es ta provin­cia se iba dando de unos en ot ros . También dio este rey á la san ta Iglesia de Oviedo el castillo de Alva de Quirós con sus aldeas y derechos : confirman Domingo A r i a s , alférez del r e y , que era de los Arias de As tu r i a s ; Pe layo Tabladiello, que era de los Florez de Somieclo, y tenia su solar en Sierra en el mismo lugar de Tabladiel lo.

§ I V .

C o m o • el r ey I X IFeMBaiad© ffiaé blesalaeclsoE" «leí aig©== BBíísterso «le €tf«aa°

Fue el rey D. F e r n a n d o g ran bienhechor del monaster io de Gua en S o m i e d o , que habían fundado los Frue las y Pelaeces, y le dotó de muchas r en t a s , dando g randes l iber tades á sus vasallos , y familias y caseros , cuyos privilegios se .quemaron con el m o n a s t e r i o ; y en t iempo del rey D. Sancho su viznieto se hizo información de todos ellos, y se confirmaron por el rey, como todo consta de una real car ta que t ienen las misma mon­jas de Aviles. E r a n es tas monjas de la orden de San Be rna rdo ,

136 ANTIGÜEDADES • DE ASTÜBIAS.

y por la descomodidad con que es taban en aquellas m o n t a ñ a s , habrá c incuenta años que se pasa ron á la villa de Av i l e s , don­de al p resen te está este convento .

5 v. I>. L í o p e «le H e v i a .

F u e memorable varón por estos t iempos el conde D. Lope de Hevia , el cual por tener en As tu r ias muchos vasallos, fue cou su gente á dar socorro al rey de Castilla D. Alfonso , sobrino del rey D . F e r n a n d o de L e o n , y sirvió va le rosamente en el cer­co de Zor i ta , que era u n fuerte con que se habia levantado Lope de A r e n a s , y al acabar es ta gue r ra le hizo el rey muchas mer­cedes , y le envió muy acariciado , como consta de la crónica del rey D . Alfonso el S a b i o , dándole p e n d ó n , y ca lde ra , h o n r a es t imadís ima por aquellos t i e m p o s ; la cual caldera p in t an has­t a hoy sus descendientes por a rmas . E l conde D . Lope de Hevia tuvo , en t re otros descend ien tes , por h i j a , ó n ie ta á Constancia Fernandez de H e v i a , que casó con F e r n a n d o Diaz V i g i l , padre , y m a d r e de Diego Fernandez V i g i l , de cuya sucesión t r a t a r e ­mos en su lugar .

§ V I .

G o b e r n a d o r e s «le A s í s i r i a s .

Fue ron m u y r icos-homes p o r es tos t iempos F e r n a n d o Vigila, ó V e l a , que todo es uno , y Poncio V e l a , hermanos , que asi se n o m b r a n en u n pr iv i leg io , en q u e el rey D . F e r n a n d o da á la san ta Iglesia de Oviedo el lugar de Sena , donde confirman como g r a n d e s , t i tu lándose F e r n a n d o V i g i l a , Tenente Asturias, que era gobernador de toda la p rov inc ia , y en o t ros privilegios se

CARVALLO. 137

l lama gobernador de Tineo. Poncio Vigila tuvo el gobierno de U r g e l , como parece por u n privilegio en que el rey D . Alfonso, y la re ina D o ñ a Be rengue l a , dan al monas ter io de Carrizo la mi t ad de aquel l u g a r , E r a 1236, el cual privilegio he visto en el mismo convento, y en él confirma Pontio vasallo Regis, que sin duda era este de los Poncios es t rangeros que se habian avecin­dado acá. De este Poncio Vigila fue hijo Vigila P o n c i , l lamado de M i r a n d a , por t ener la encomienda de aquel val le , como cons­t a de ot ro privilegio que he vis to en el mismo convento de Car­rizo de la E r a de 1248 , donde confirma Vigila Ponc i Tenente Mirandam; y en la familia de los Mi randas de As tu r ias se con­servé s iempre el r enombre de Ponce , con el de Fe rnandez , que t ambién es patronímico de este t ronco ; por que F e r n a n d o Vigi­la , he rmano de Poncio V i g i l a , fue abuelo de F e r n á n Diaz Vi -gil , pad re de Diego Fernandez Vigil de Ai l e r , de, quien vienen las sucesiones que diremos á su t i empo. H a y noticia de estos caballeros en los privilegios de sus t iempos , que están en los archivos de Ov iedo , en donde cons ta como por estos t i empos fueron gobernadores de As tu r ias F e r n a n d o Rodr íguez , Gonza­lo Rodr íguez , Sancho P é r e z , Suero Gallego y Alvaro Diaz.

§ vn. I>. í l o d s ' i g o AIvñs 'eK d e A s t u r i a s .

Consta asimismo por varias e sc r i c tu r a s , que tuvo el gobierno de Astur ias por estos t iempos D . Rodr igo Alvarez de As tu r i a s , señor de N o r e ñ a , y se l lama conde de As tur ias en una escr i tura real que otorgó el emperador D . Alfonso , y D o ñ a Berengue la su m u j e r , en favor de la Iglesia de Burgos , dándole a lgunas I g l e s i a s , como refiere Sandoval en el cap. 11 de su crónica; y este caballero sin duda a lguna que era nieto de Rodr igo Alva-

138 ANTIGÜEDADES DE ASTUEIAS.

rez de A s t u r i a s , señor también de N o r e ñ a , y por el consiguien­t e pr imero del C i d , Ru i Diaz , n ie to del mismo Rodr igo Ah v a r e z , como liemos dicho. De este D . Rodr igo Alvarez fue hijo Rodr igo Alvarez, tercero de este nombre , y Alvar Pérez de Qui­ñones , de los cuales hablaremos á su t iempo.

§ V I I I .

U f a n o P é r e z d e O m i s i o n e s .

D e este mismo t r o n c o , he rmano de los o t r o s , parece haber sido Ñ u ñ o Pérez de Q u i ñ o n e s , según la opinión de Sandoval , el cual fue maes t r e de C a l a t r a v a , y na tu r a l de Aviles. Sirvió este caballero (según la opinión de muchos autores) al rey D o n Alfonso de Castilla, hijo de D . Sancho el Deseado. H a c e Sando­val á este caballero he rmano de Gut ie r re P é r e z , al cual pone Gerónimo de A p o n t e por el p r imero del apellido de Quiñones; y yo pienso que estos caballeros eran hijos del mismo D. Rodr i ­go Alvarez , y he rmanos de Alvar Pé rez de Quiñones , de quien descienden los que al p resen te hay de este apellido, y he rmanos asimismo de D . Rodr igo Alvarez, te rcero de este n o m b r e , que sirvió al rey D. Fe rnando en la t oma de Sevi l la , como entonces d i r e m o s , y veremos como era h e r m a n o de Alvar Pérez de Qui­ñones , de quien hablaremos á su t i empo.

§ I X .

G a r c í a S á n c h e z d e V a l d é s .

García Sánchez de V a l d é s , y su mujer Doña G o n t r o d o , e ran de m u c h a calidad por este t i e m p o , y señores de la Bandera , lugar en t ie r ra de Gijon , como consta del "Becerro de Corias,

CARVALLO. 139

folio 138. García González ele Valdés fue también persona m u y p o d e r o s a , y é l , y su mujer Doña Mar ia Pérez hacen donación al monaster io de San Vicen te ele Oviedo de mucha hacienda en L u g o y P o z a ñ a , E r a de 1210, cuya esc r i tu ra está en el mismo m o n a s t e r i o , y la confirma Rodr igo Gut ié r rez d e S o l i s , cuyo epitafio dice Custodio fol. 45 , cap. 3 , que es taba en la capilla vieja de Garcia González , y lo t r a e en el mismo lugar .

§ X. .

P e t l r o d e i í seoPBiioo

F u e también hombre valeroso P e d r o de E s c o m i ó , que por mandado del emperador hizo en As tur ias c ier tas pesquisas con t a n t a diligencia , que le dio u n privilegio pa ra é l , y sus"suceso­res de g r a n d e s l iber tades , y exenciones , como consta del mis­mo pr iv i legio , que he visto en poder de sus sucesores y des­cendientes , en el concejo de Llanera .

§ X I .

M o r a m o s .

De la E r a de 1242 hallé una escr i tura de v e n t a , escri ta en p e r g a m i n o , en el monaster io ele San Pelayo , o torgada por D. Es tébano Bayno en favor ele P e d r o M a r t í n e z , y de D o ñ a R a y a su m u j e r , de unas casas , y dice después de la fecha: R e g n a n t e el rey D. Alfonso , con la re ina Doña Violante , &c. D . Gonzalo Moran , merino mayor del rey en A s t u r i a s , Alfon­so Pérez Port ie l la en Somer ion , y uno de los tes t igos se llama-P e d r o Careno , y en el convento de la V e g a se hallan escri tu­ras, de lo mismo. De la E r a de 1362 , hal lamos un epitafio que

140 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. refiere C u s t o d i o , y yo lie vis to , t r as ladado de mano de Ti rso de Avi les , quien dice es taba escri to con le t ras de o r o , y co­mienza asi: Magnificas Bives, tranquilus futiere raptns , Gundi-salus Moran, felicüer actus, fyc., y pros igue con otros versos refiriendo sus v i r tudes . De la E r a de 1355, vi o t ra escr i tura en el archivo de San Vicente de Ov iedo , o torgada por Gonzalo M o r a n , hijo de Luiso Alfonso de Solcastillo , que era u n bar ­rio en esta c iudad de Oviedo muy nombrado .

T I T U L O T R E I N T A Y S E I S .

B. ALFONSO DE LEÓN.

§ 1 -

§ u m a d e s u r e i n a d o .

Sucedió en e l r e i n o de León y As tu r i a s á D . F e r n a n d o el Segundo , su hijo D . Alfonso , que l lamaron de León , por no haber sido rey de Castilla. Casó con D o ñ a T e r e s a , hija del rey de P o r t u g a l , y apar tándose de e l l a , por ser p a r i e n t a , se casó con Doña B e r e n g u e l a , hija del rey de Castilla D . Alfonso su pr imo , en la cual tuvo á D . Fe rnando , que después l l amaron el Santo . Murió D . Alfonso de León el año de 1 2 3 4 , y mur i en ­do asimismo D. Alfonso rey de Cas t i l la , y -su hijo D . Enr ique , sucedió en el reino de Castilla Doña Berengue la su h i j a , que estuvo casada con D . Alfonso de León , y después de ella en D . F e r n a n d o su hijo , en quien se volvieron á j u n t a r los re inos de Castilla y León .

§ I I . D i v o r c i o d e l r e y , y d e s t i e r r o d e l o b i s p o d e O v i e d o .

E r a por estos t iempos obispo de Oviedo D. J u a n , persona de g ran valor y fervoroso celo de la cr is t iandad , y t an to , que no se habiendo atrevido el arzobispo de Sant iago , n i o t ro alguno

CARVALLO. 141

del reino a notificar las le t ras apostólicas del papa Inocenc io al rey D . Alfonso , pa ra que se divorciase de con su pa r i en ta Doña T e r e s a , el Sumo Pontífice las remit ió al obispo de Ovie­do D. J u a n , quien se las i n t i m ó ; y aunque el rey como cató­lico las obedeció , no dejó de sent i r de que solo en su reino el obispo de Oviedo se atreviese á notificárselas , y asi con g r an ­de enojo le desterró de su obispado , y quitó sus r en ta s ; pe ro al fin fué divorciado de con D o ñ a T e r e s a , como cuenta la G~e-neral , y se colige del cap. et sinecese, de donatione inter virum, et uxorem. Viéndose el obispo D. J u a n des te r rado de As tu r i a s , y despojado de sus r e n t a s , se fué á Z a m o r a , donde tenia al­gunos lugares é iglesias , y aun den t ro de la misma ciudad t e ­nia- r e n t a s , como parece por u n a donación de D . Alfonso el M a g n o , como en su lugar fiemos dicho , y lo refiere el arcedia­no de Tineo . Hab ia pocos años que se habia r e s t au rado y res ­t i tuido la silla de Z a m o r a , por au tor idad del papa Oalisto , y como el obispo de Oviedo pre tendía recogerse á vivir con la hacienda é iglesias que en Z a m o r a t e n i a , lo contradijo el obis­po de Z a m o r a con la buena ocasión de verle en desgracia con el r e y ; y asi no solamente le despojó de aquellas iglesias, pero le condenó á res t i tuc ión de frutos , aunque respondió , que no los p o d i a , n i debia r e s t i t u i r , por es ta r despojado de su obis­pado ; y es te es el caso del cap. cum olim, de restitutione spo-liatorrum , el cual pone Abad muy diferente , y sin tes t imonio ; y mucho lo ye r ra Ost iense poniéndole de oidas , y con ta les c i rcunstancias , que lo hace increíble ; pero la verdad es lo r e ­ferido , como consta de muchas escr i turas a n t i g u a s , que t iene la san ta Igles ia de Oviedo.

§ 1 1 1 .

R e s t a u r a c i ó n «leí M o n a s t e r i o d e V a l - d e - D i o s .

Del monas ter io que D . Alfonso el Magno hábia fundado, que

I é 2 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

l laman V a l - d e - D i o s , como en su lugar hemos visto , solo por estos t iempos habia quedado la iglesia, que has ta nues t ros dias permanece en p i e , en cuyo sitio determinó el rey D. Alfonso de León fundar el monaster io que hoy vemos de monjes del Oister, dedicado á la V i r g e n , como son todos los de es ta s a n t a reli­gión , haciéndole g randes donac iones , j u n t a m e n t e con la re ina Doña B e r e n g u e l a , como consta de los privilegios que t iene esta real casa en su archivo. E s el mas ant iguo o to rgado por el mis­mo rey , y su mujer Doña Berenguela en Sant iago á veinte y siete de N o v i e m b r e , E r a de 1238, que cont iene estas pa labras : Damus Domino, ei Beatce Mañee, ómnibus que Sanctis , hwredi-tatem de Bocias, tdm Realengo, quám de Infantatico ad Abbatiam ibidepi Gisterciensis Ordiivis eonstruendam. Y por ser aquel valle, y sitio t a n apacible, y ameno, que parece habe r echado Nues t ro Señor en él su bendición, pa ra que en él le a labasen, como hacen aquellos santos religiosos , le qui taron el nombre de Bocias, y le l lamaron Valle de Dios ó Val-de-Dios, que todo es u n o , c o m o parece por otro privilegio de estos mismos r e y e s , o torgado en Toro , E r a de 1239, en cuyo t iempo tenia ya fundado su monas ­ter io , como se colige de es tas p a l a b r a s : Damus, et iure hcere-ditaño concedimus Domino, et Monasterio de Valle Dei, quód de nouo construximu,6 in Astuñjs, in. loco nominato Bocios, et Ubi Donno Nuno , eiusdem loci Abbati , ac vestñs succesoribus inper-ipetaum, illuel Begalengum nostrum de Melgar, inter Valentiam, ei Mansilam, fyc. Tiene este monaster io g randes dotaciones de estos reyes , y de su hijo D . F e r n a n d o .

§ I V . .

P l e i t o e n t r e l o s O b i s p o s t le L e ó n y O r e n s e .

Otro pleito semejante al de ar r iba tuvo el mismo obispo de Oviedo (y nó de' L e ó n , como dice la inscripción de esté' §.)T)on

CARVALLO. 143

J u a n con el obispo de Orense, que habiéndose res taurado aquella s i l la , p re tendía a lgunas iglesias que el obispo de Oviedo pre­tendía , digo poseía , habia muchos a ñ o s , cuyo pleito trajo los reinos muy inquietos , por la gran potencia del obispo de Ovie­do , que llevaba muy mal que le fuesen cercando poco á poco su obispado , lo cual era forzoso pa ra criar los que de nuevo se iban erigiendo : po r mane ra que pa ra vo ta r este pleito fue me­nes te r que el rey p a r a con ten ta r al obispo de Oviedo le diese el monaster io de San P e d r o de Te v e r g a , y el de Yaldecarzana, y o t ras muchas feligresías , para que el obispo se apar tase del derecho que tenia al monas t e r io de Celanova en Galicia , de que se t r a t a en el cap. cwmmyer , do sénient. et re iudicata. Y consta de las escr i turas que t iene la san ta Iglesia de Ov iedo , y en especial de una que se hizo en unas cor tes que se tuvieron en Salamanca el año de 1220, donde dice el rey per tenecer á la s a n t a Igles ia de Oviedo el monaster io de Teverga .

§ V.

H e r m a n d a d d e l a s i g l e s i a s d e O v i e d o y T o l e d o .

Ál obispo de Oviedo D . J u a n le sucedió D . R o d r i g o , en c u ­yo t iempo se compuso la h e r m a n d a d que la san ta Iglesia de Oviedo t iene con la de Toledo , que era , que los santos pa r t i ­culares de u n a , se celebrasen en la Ot ra ; y pa ra que los p re ­bendados que por en fe rmedades ó enemistades en sus iglesias estuviesen ausentes , gozasen sus p rebendas , residiendo en las iglesias como he rmanos ; y p a r a que cuando muriese un capi­tu la r de una de las iglesias , s e hiciesen los oficios t ambién en la o t ra . U n año después de es ta h e r m a n d a d , que fué el de 1235 , la iglesia de Toledo, y su arzobispo D . Rodr igo Ximenez de N a v a r r a , se comenzó á l lamar P r i m a d o de las B s p a ñ a s ; y ha -

144 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

biéndole el P a p a confirmado la P r i m a c í a , reclamó de esto el obispo D. R o d r i g o , y su venerable cabildo de Ov iedo , hac ien­do las p ro tes tas necesar ias en defensa de la ant iquís ima exen­ción , reconociendo solamente por su cabeza á la san ta Ig les ia de R o m a , y al Sumo Pontífice por su pr imado : y asi quedó s iempre exenta la san ta Iglesia de Ov iedo , como afirma el obispo Gerundense en dos pa r tes , en el lib. 61 de su Para l ipo-menon, y lo declaran los papas Adr iano y Pascua l en sus bu las , que t iene la misma san ta Iglesia en sus archivos , y se refiere en la Regla blanca á fojas 18 .

§ V I .

N o t a b l e d e s a f i o e n t r e G ó m e z P é r e z tle V a l d é s , y G u ­

t i e r r e F e r n a n d e z d e M i r a n d a .

Parece que el rey D . Alfonso de León vino en persona á As­tu r ias á despachar la gen te de es ta provincia p a r a la gue r r a de las Navas de To lo sa , y hal lándose en Oviedo , sucedió u n n o t a ­ble desafio en t re G-omez Pérez de Valdés , y Gut ie r re F e r n a n d e z de M i r a n d a , los cuales sobre ciertos castillos y tenencias , t u ­vieron palabras delante del r e y , y Gómez Pérez de Valdés t u v o respecto al rey por e n t o n c e s ; pero después envió u n car te l de desafio á Gut ier re Fe rnandez de M i r a n d a , que por cosa no tab le se halló en t re los papeles del arzobispo de Sevilla D . F e r n a n d o de Valdés , y dice a s í : Gómez Pérez de Valdés. Por quanto vos Gutierre Fernandez chufastes ende mas de lo bono por estar delan­te el Rey, é yo por la sua mesura non vos respuse de lióme de pro, agora vos digo ca abrastes en todo al vueso sabor, como refet, á mezclador, non tullendo la bondad del vueso gentío veniente del bon Alvar Femandi, que acorrió a, las cinco Doncellas. Fn la ca­loña que meposistes fo mentira, ca él Castillo de Curiel, é lo al

CARVALLO. 145

que yo lleuo fo del heredamiento del conde Porcello, é lo donó su hienro Beldades a su sobrin Falarando , que casó con Frola Val-dés , filia que había a Loarca , por ser ella muy en-derezada, veniente de los Baltos, ca fueron homes de alto linage. Acabado el linage de este Señor, ouíeron el castillo, é lo al sus descendientes de Valdés, é García González , 6 Pedro García, é de si yo como so filio , sin que lo tullesen los tos pasados , por la muerte de D. Sandio, ca foron muy alcune de tal fecho. E si vos esto no me confesades, yo vos pondré Icos manos sobre la requesta, é vos lo saldré d lidiar ante el rey, ca si vos abónelo en fidalguia, muytu mas en la bondad del mío cuerpn. Mantenga os Dios. N o dice mas este cartel ; pero de él se colige la descendencia de los V a l d e s e s , y la hazaña de los de Miranda . Diego Fernandez de Mendoza toca en su libro de a rmas este desafio, y d i c e } que lo venció el señor de la casa de M i r a n d a ; mas Custodio, que t a m ­bién lo ref iere , d i c e , que el rey no les dio luga r á que se com­bat iesen ; an tes componiéndoles , les envió á las guer ras de las Navas . Los Bal tos que refiere el c a r t e l , era una noble familia ,de los Vest rógodos , cuya nobleza encarece J u a n Magno por es­tas p a l a b r a s : Duce illustrisimce familice semper continúatefue-runt., videlicet Amalorum, apud Astrogotos, et Baltorum apud-Vestrogotos. Y no es mucho se conservase en nombre de Bal tos en es ta famil ia , cuando otros muchos se c o n s e r v a n , pues de la noble familia de los l i b a r n o s , quedó el nombre de Suarna ; y de la de los Ranos hay o t ro valle en Astui- ias , que l laman Ra -non. También Be lch ides , que refiere el c a r t e l , yerno de Diego Porcel lo , y su sobrino Fa la rando , por el consiguiente vienen de los príncipes de Angleiñco, como se colige de Saudoval en la descendencia de los Sandovales . De los descendientes de Gó­mez P é r e z , del desafio , por su mucha an t igüedad , no hallo mas que á su abuelo , García González , y D o ñ a Mar ía Pérez su mu­je r , como consta de u n a g r a n donación que hace al monas t e -

10

146 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

rio de San Vicente de Oviedo de mucha hacienda en el valle de Lago , y se nombra García González de Valdés , que tenia á Gozon, Llanera , y Corvera. Gut ie r re Fernandez el desafiado, ya Vemos como era g ran p e r s o n a , y es el que confirma como r ico-h o m e u n p r iv i leg io , en-que el emperador D. Alfonso dá á la Igles ia de Oviedo el castillo de S i e r o , y de este fue hijo Fe r ­nando G u t i é r r e z , que como r ico-home confirma otro privilegio del rey D . Fe rnando , que está en la Regla colorada de la misma san t a Iglesia.

§ V I L

M i l a g r o s a b a t a l l a «le l a s rVavas <le T o l o s a .

E n t iempo de este rey pasó ele África á E s p a ñ a u n podero­sísimo ejército de moros , y por genera l de ellos el g ran Mira-m a m o l i n , cont ra los cuales fué el rey ele Castilla D . Alfonso, con los reyes D . P e d r o de Aragón y D . Sancho de Nava r r a , y o t ros muchos príncipes y caballeros de Franc ia , y o t ras pa r t e s de la c r i s t i andad ; y aunque nues t ro rey D. Alfonso no fué en persona, por andar á malas con el p r imo , envió mucha y m u y lucida g e n t e , y fueron á es ta santa empresa muchos caballeros a s t u r i a n o s , y en t r e ellos uno llamado- Gómez Pérez el as tu r ia ­n o , nombrado asi, y no tado en la crónica genera l de D . Alfon­so por varón m e m o r a b l e , y era de Valdés , como queda dicho, al cual cupo un -honrado pues to , como dice la m i sma crónica: y n o hay duda que fueron todos los mas que en aquellos "tiem­pos florecieron en estas m o n t a ñ a s que fueron muchos y m u y .grandes-homes , como D. Lope de Hévia , el maes t re de Cala-t r a v a Ñ u ñ o Pérez de Quiñones de Aviles, D . Gut ie r re F e r n a n ­d e z y P e d r o García de O r l e y , al cual hizo merced este r e y de t o d a la hacienda , derechos, y per tenenc ias que t e n i a e n e l m i s -

CARVALLO. 147:

mo lugar de Orley, como consta de la misma donación , y mer­ced , que he visto en t re las demás escr i turas en el monas t e ­rio de San Vicente de Ov iedo , su fecha E r a de 1226 . T a m ­bién fue á esta batalla Alvar Diaz de C a s o , que casó con Doña Teresa Pérez G i r ó n , hija de D . P e d r o Ruiz G i r ó n , he rmano de Gonzalo Ruiz G i r ó n , que se hal laron en lo de las N a v a s , y de Doña Sancha . Pérez , hija de D . P e d r o de Val ladares , y de Doña U r r a c a Alfonso , hija de • gananc ia del rey D . Alfonso I de P o r t u g a l . De este Alvar D i a z , y D oña Teresa Pérez vienen los que después l lamándose de A s t u r i a s , se j u n t a r o n con los de C a s t a ñ e d a , y V é l a s e o s , como lo afir­m a el conde D. Ped ro de P o r t u g a l en el cap. 6 , de la des­cendencia de los Girones , nombrándole Alvar Diaz de As tur ias , por ser apellido mas g e n e r a l , como también D. Rodr igo Alva-rez de As tu r ias , debiendo l lamarse de N o r e ñ a . E s t e Alvar Diaz de Caso confirma en la merced de Orley como g r a n d e , y como á tal le dio el rey la encomienda de Caso y Siero , como se halla nombrado en otro privilegio ele la E r a d 1226, en el cual con­firma también Rodr igo P é r e z , que tenia el gobierno de Gijon. También floreció por estos t iempos Rodr igo Alvarez el segundo de este nombre , Alvar Pérez , y los demás de este t ronco , y otros muchos , que no hay duda que todos acudir ían á esta san­t a y necesaria empresa cont ra el común e n e m i g o , que habia j u n t a d o ochenta mil caba l los , y cuat rocientos mil infantes, cosa terr ible y espantosa ; y con j u n t a r s e los cr is t ianos que fue po­sible , no l legaron á la décima pa r t e de este n ú m e r o ; mas con la ayuda de Dios los moros fueron venc idos , y desbara tados por los nues t ros un lunes á diez y seis de Ju l io del año de 1212 de Nues t ro R e d e n t o r , siendo muer tos mas de doscientos mil m o r o s , y de los cris t ianos no fal taron mas que veinte y cinco. Es t a es la memorable y milagrosa bata l la que l laman de las Navas de To lo sa , por haberse dado en aquellos campos .

148 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ V I I I .

E l c o n d e F e r n á n G o n z á l e z y e l C i d s e a p a r e c e n d e s p u é s d e m u c r i o s .

Cuentan algunas personas graves , y está admit ido por t r ad i ­ción en la san ta Ig les ia de Ov iedo , que u n a noche an tes de esta milagrosa bata l la se dieron g randes golpes en las pue r t a s de la misma san ta I g l e s i a , y que p r egun t ando los sacr i s tanes quien l l a m a b a , r e spond ie ron , que fuesen á decir al rey , que el conde F e r n á n González , y el Cid Ru i Diaz iban á ayudar al r ey D. Alfonso su pr imo , que ot ro dia habia de dar la ba ta l la á los moros ; y la noche s iguiente volvieron á dar los mismos golpes , y dijeron á los s ac r i s t anes , que eran los mismos , y que dijesen al r e y , que su pr imo habia vencido la batal la . Y lo mismo cuen­t a n otros que sucedió en León en la Igles ia de San I s id ro . E r a n el conde F e r n á n González,, y el Cid muer tos habia muchos años , y asi fue esto un mi lagro con que Dios quiso an imar á los cris­t ianos , y esforzarles cont ra el común e n e m i g o ; y aunque los mi lagros pa ra ser c i l ic ios , neces i tan de mejores fundamentos , con todo eso, ayudan mucho á la piedad cris t iana, que c reamos es tas maravil las , y o t ras semejantes , de que tenernos semejan­t e p robab i l idad , y refiere a lgunas el pad re maes t ro Yepes cen­turia 2.

§ I X .

C e r c a s e Ja c i u d a d d e O v i e d o .

Hal lándose en la c iudad de Oviedo el rey D. Alfonso , dio principio á la cerca y mural las de esta ciudad-, que hoy vemos; po rque has ta alli no las tenia , ó eran muy delgadas y ba j a s ; y

CARVALLO. 149

no es de poca gloria pa ra esta ciudad haberse conservado t a n ­tos años j y en t r e t an t a s a rmas , y enemigos sin cercas , solo con el esfuerzo de sus na tura les : prosigió después es ta obra el rey D . Alfonso el Sabio, nieto del que vamos t r a t ando , y aun no es taban acabadas en t iempo del rey D . Alfonso el Onceno, porque este rey dio á la ciudad de Oviedo en la E r a de 1312 , la r e n t a que l lamaban de las Cuchares del pan, pa ra que se acabasen las cercas. Todo lo cual cons ta de escr i turas que t ie­ne la misma c iudad , y yo he visto en sus archivos.

§ x.

G a r c í a G a r c i e z d e T i n c o p r e t e n d e e l p a t r o n a z g o d e O b o n a .

H a b i a por este t iempo en la villa de Tineo u n caballero m u y poderoso , l lamado García Garciez , el cual p re tend ía ser pa­t rono del monas ter io de S a n t a Mar ía de Obona, y yo t engo por fin duela que fundaba su derecho en ser descendiente de a l g u ­n a de aquellas señoras que en t iempo del rey D . Alfonso el Quinto hicieron una g ran donación á" este m o n a s t e r i o , como hemos dicho en el tit. 30 , y e n la escr i tura se l laman descen­dientes del fundador. Fué este pleito t a n r e ñ i d o , que fué m e ­nes te r la au tor idad del r e y , y de toda su cor te pa ra sosegar á García Garc iez , dando el monas te r io po r l ibre de su sujeción, cuya Sentencia ó ejecutoria está en los archivos del mismo mo­nas ter io , firmada del rey , y como por espresas pa labras dice: Tota Curia Regís et Episcopi, que quiere decir: Toda la cor te del rey y los obispos. Y el P . Yepes afirma que era t an g rande el poder de este caballero , que tuvo necesidad el rey de venir en persona á Obona , y t o m a r aquel convento , y todas sus cosas debajo de su pat rocinio y real a m p a r o , y cons ta de la misma

150 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

ejecutoria , que dice : Accepit monasterium , et res eiu& in co-mendam; la cual car ta firma el rey, el obispo de Oviedo y o t ros caballeros de su corte . Otro par t icu la r y es t raordinar io favor hizo el rey á este convento , y fué, que mandó que todos los peregr inos que v in iesená v i s i t a r l a s san tas reliquias de Oviedo, hubiesen de ir á visi tar el cuerpo del apóstol San t i ago , y se fuesen de camino por la villa de Tineo y Sau ta Maria de Obo-n a , aunque se rodeaban a lgunas leguas , y :le muy áspero ca­mino ; y son estas las pa labras : Concedo Deo, et Monasterio de Obona, quod caminíes qui vadit de Sacio Saloatore ad Sanctum Iacobum, vadat per populationem meam de Tineo , deinde per prcedictum Monasterium de Obona, et mando quod nullus sit ausus desviare, Peregrinos per álbum caminum. E l lat in es d é l o bá rba­ro que entonces se usaba. Fundó asimimo por aquellas p a r t e s de Allande el monaster io de Ledevias , que después se anexó al de San Vicente de Oviedo , con cargo de un aniversar io , co­mo parece por escr i turas del archivo del mismo monas ter io ele San Vicente .

' § X I .

l U a r t i u o M a r c o s .

Parece haber sido persona muy principal en As tu r i a s por es tos t iempos Mar t ino M a r c o s , aunque t i r a n o , y perseguidor de los monjes de V a l - d e - D i o s , como parece por un privilegio que el mismo convento t iene del rey D . Alfonso de León su fundador, donde dice : Wt defendo Martino Marcos, quód si meum amorem, et pacem vult habere ; nonfaciat malum, nec pesare ad Val-de-Deus in totis causis, et quietet se: inde si non sapiat quod cruda­mente demandabo , et vipscabo illi magis etiam q-uam si mihifa-ceret. E n el archivo de Be lmonte hay una escr i tura del año de 1226, en que c o n s t a , que este rey vino á As tur ias á deshacer

CARVALLO. 151

a g r a v i o s , y t i ranias , y á res t i tu i r las haciendas usurpadas al monaster io de V a l - d e - D i o s , haciendo cortes sobre ello en la ciudad de Oviedo.

§ X I I .

F u n d a c i ó n d e S a n F r a n c i s c o d e O v i e d o .

El monaster io de San Francisco de Oviedo , que es uno de los insignes y mayores estudios que es ta orden t i ene en la p r o ­vincia de San t i ago , fue fundado por estos t iempos por F r . P e ­dro C o m p a d r o , compañero del mismo San F r a n c i s c o , según cons ta de la bula del papa Benedic to dec imoterc io , concedida el año veinte de su pont i f icado, en que confirma cierto e s t a t u t o de los frailes de este c o n v e n t o , como refiere Gonzaga. Murió F r . Ped ro Compadre en el mismo c o n v e n t o , es tando a u n S a n Franc isco en E s p a ñ a , como dice el mismo a u t o r ; y no hay du­da e s t a ñ a en Oviedo an tes ó d e s p u é s , siendo ciudad t a n p r i n ­cipal , y habiéndose fundado en ella t a n ins igne c o n v e n t o , y asi es t radición. E n t e r r ó s e F r . P e d r o en el mismo c o n v e n t o , y en su sepul tu ra se puso este epitafio :

Frater Petrus ego cognomine Gompater ante Cernís, Me osa tego me Salvatore vocante, Annis millenis centumvis clecem sex octo, s'ex plenis S anchis obijt Frater de Ponte Mínorum, Cum Pater imo P'ater appellaius miserorum Films, atque Dei voce/avente rei.

F u e tenido por santo este glorioso fundador en toda es ta t ier­r a , y asi fue elevado su cuerpo á mas digno lugar á la en t r ada de la Iglesia a m a n o d e r e c h a , donde se vé aun el t ras lado de es ta p iedra en o t r a , de le t ra mas fo rmada ; y ú l t imamente el año de 159é . Lu i s Carrillo de M e n d o z a , siendo gobernador de

152 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

es te p r inc ipado , hizo sacar de allí los huesos de este bend i t o f r a i l e , y ponerlos en una arca d o r a d a , y su cabeza en un rel i ­car io enc ima de la misma a r c a , y se puso en un bien labrado r e p o s i t o r i o , en un lienzo del crucero hacia la sacrist ía , don­de as imismo es tá al p resente . H a y en este convento u n cru­cifijo de g ran a n t i g ü e d a d , y mucha devoc ión , que se enseña con mucha r eve renc ia , y u n a espina de la corona de N u e s t r o Señor .

§ X I I I .

I> . S a n d i o A l v a r e z , gobernad©*» «le A s t u r i a s .

D . Sancho Alvarez , hijo del rey D . Fe rnando el Segundo , y de la re ina Doña U r r a c a , tuvo por estos t iempos el gob ie rno , y señorío de As tu r i a s , como parece por escr i turas an t iguas ; pa r t i cu la rmente vi una en San Pelayo de Oviedo, en donde u n a abadesa l lamada Annes , hace clonación al convento de t o d a su hacienda en la E r a de 1234, y dice : Dominante in Asturijs San-ctius Alvarez , films Regina', TJrracce; esto es , que tenia el go­bierno de As tu r ias Sancho Alvarez , hijo de la re ina D oña U r r a ­ca. E s t e infante tuvo una h i j a , l lamada Doña Sancha Alvarez , la cual casó con Arias González de O m a ñ a , caballero de las m o n t a ñ a s de L e ó n ; y debia de ser descendiente del t ronco del Z a m o r a n o , ó de otro m u y alto l i n a g e , pues el In fan te le dio á su-hija. Cons ta este casamiento por una escr i tura que vi en Car­rizo , por la cual la misma D o ñ a Sancha dá al mismo monas t e ­rio cier ta dehesa de Montel lo , y las p res tamer ias en Omaña , y dice estas palabras : Pro redemtione anima? mea}, et de paire meo Infante Donno Sandio, et de manto meo Arias Gonzalvi de Omaña, Sfc. E s t e caballero tenia su casa de asiento en Omaña , y de él vienen los caballeros de este apellido, en el se ha conser­vado s iempre el nombre de Arias . E s la fecha de esta escr i tu ra

CARVALLO. 153

E r a de 1248, regnante Ferdinanclo, 8fc. D e este A r i a s Gonzalo fue hijo Gonzalo Garcia de O m a ñ a , de quien se hal la mención en el becer ro de San J u a n de Corias , y era señor de Campo de Salinas.

§ X 1 Y .

G o b e r n a d o r e s d e A s t u r i a s .

Tuvo también por los t i empos de este rey el gobierno de A s ­tu r ias , As to rga y Benaven te D . Rodr igo F e r n a n d e z , alférez del r e y , como parece por un privilegio que refiere Yepes . E l gobierno de As tu r i a s se hal la t ambién en Gonzalo Valdés , Gon­zalo Ramirez , P e d r o F e r n a n d e z , Garcia Rodr íguez C a m o t a , con t í tu lo de adelantado mayor de As tu r i a s , y lo mismo D o n Garcia Gil y D . Gonzalo G i l , y ten ían merinos mayores , y fue-lo Alfonso Port ie l la . Fue ron asimismo gobernadores F e r n a n d o Rodr íguez , Sancho Pérez , Suero Gallego , Gonzalo Rodr íguez y Rodr igo Alvarez de As tur ias , que t ambién lo habia sido en t iempo del rey pasado .

§ X V .

A l v a r P é r e z , t r o n c o d e l o s Q u i ñ o n e s .

Alvar P é r e z , que l laman de Quiñones , que fué hijo de Don Rodr igo Alvarez de As tu r ias el segundo , de quien hemos y a hecho mención, y h e r m a n o de D . Rodr igo Alvarez de As tu r i a s el te rcero de este nombre , como luego veremos , floreció en t iempo de este r e y , y fué uno de los mayores señores de su r e i n o : tuvo la g ran dignidad de alférez, y el gobierno de León y A s t u r i a s , que por aquellos t i empos no podían dar los r eyes o t r a cosa de mas e s t i m a ; y era asimismo su he rmano F e r n á n F e r n a n d e z , mayor del r e y , dignidad de las mayores del r e ino .

154 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Con estas dignidades se hal lan firmados estos dos caballeros en u n a car ta real , que está en el becerro de la Iglesia de Astorga , íxfol. 3 , que refiere Sandoval en la descendencia d é l o s Quiño­nes, la cual pros igue desde este notable ceballero Alvar Pérez , has ta nues t ros t iempos , aunque le quedaron algunos r amos , porque fuera necesario un g ran proceso pa ra cont inuar los t o ­dos. P a r a mi in ten to bás tame probar , que era as tur iano este notable v a r ó n , de quien descienden t a n t a s casas nobles , como es notorio , y seria nunca acabar s i hubiésemos de referir los que par t ic ipan de es ta sangre de los Quiñones. Tuvo Alvar Pérez u n hijo l lamado P e d r o Alvarez de Quiñonez , el cual tuvo dos hijos, á Suer Pérez de Qiñones , adelantado, que casó con D o ñ a Mar ia Fernandez de M e n d o z a ; y á Ares Pérez de Quiñones : el adelantado Suer Pérez de Quiñones murió sin h i jos ; y Ares Pérez de Q u i ñ o n e s , que casó con D o ñ a Teresa de O m a ñ a , de quien descienden los s e ñ o r e s , y descendientes de la casa de Sena por linea rec ta de varón ; y tuvo asimismo el adelantado Suer Pérez de Quiñones u n a h e r m a n a , que casó con Diego Fernandez de Vigil de A l l e r , señor de L i l lo , de quien fué hijo Diego Fernandez Vigil de Q u i ñ o n e s , de cuya descendencia se dirá en ot ro lugar . Y volviendo á Ares Pérez de Quiñones , fue pad re de Suero Pérez de Quiñones y de Lope Diaz de Quiño­nes , y de Gonzalo Garcia de Quiñones . D e este Suero Pérez de Quiñones vienen los señores y descendientes de la casa de Al­cedo , y los de la casa de Oe r r edo , y D e g a ñ a , y de la casa de Villa P e r i , y los Quiñones de Ru i de Lago , señores de Cola­dilla ,. y R i a z o , y señores del lugar de Vi l la fañe , y o t ros mu­chos caballeros de León ," y sus mon tañas , y del V i e r z o , que llevan el apellido de Quiñones . E l o t ro he rmano Lope Diaz de Quiñones , señor de Rio-escui'o en Lac iana , casó con Sancha Alvarez de O m a ñ a , hija de Ares de O m a ñ a , y señora d é l a misma casa en las m o n t a ñ a s de L e ó n , de quien vienen los des-

CARVALLO. 155

cendientes de este solar. E l otro he rmano Gonzalo García de Quiñones, fué padre de Alvar González de Q u i ñ o n e s , que casó en Cangas con Mar ia Rodr iguez ele C a n g a s , hija de García Fernandez de Amago , del hábito de S a n t i a g o , ele quien vienen los Q u i ñ o n e s , que se apellidan de C a n g a s , en Toro y o t ras pa r t e s . H e dicho esto por m a y o r ; pero lo que toca á mi h i s to­ria, mos t ra ré en sus lugares cuan cierto sea con bas t an te s fun- • damentos ; y esto lo he sacado por r amos , escr i turas y pr iv i ­legios , &c.

§ X V I .

ü e r n a l t l o s .

D e Bernalclo, ú Pei*o Berna ldo (que en el tit. 34, §. 10. t r a ­tamos) pudo ser hijo de uno de ellos Francisco B e r n a l d o , que fue en te r rado en el c laustro an t iguo de San Vicen te de Oviedo, cuyo epitafio refiere Cus tod io , con todos los demás de aquel c o n v e n t o , y dice que finó E r a de M. CC. X X X V I I I , que viene á. ser el año de 1200 de N u e s t r o Reden to r . D e la E r a de 1252, que es el año 1224, se halla mención de P e r o Berna ldo de Qui-rós en u n epitafio que refiere el mismo a u t o r , y asimismo Tirso de Aviles, que dicen es taba en el c laustro de San Pelayo de Oviedo ; y Yepes dice , que estaba en la Iglesia del mismo con­vento ; finalmente dice a s i : Aqui yaze Doña Toda, filia de Don Pedro Diaz de Naca, é de Doña María Fernandez, é muger de D. Pedro Bernaldo de Quirós, é madre de D. Pedro Bernaldo, finó Era de M. GG. TAL Y en el archivo del monas te r io de la V e g a vi u n a ven ta que hace D. B e r n a l d o , nombrándose de Qui­rós hijo de P e r o Berna ldo de Quirós y de Doña T e r e s a , en favor del mismo c o n v e n t o , de la hacienda que tenia en Santo Mede-ro dé V i m a u e s , su fecha E r a de 1366, y yo pienso que el lla­mar se de Quirós fue por residir en aquel concejo, p a r a diferen-

156 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

ciarse de otros B e r n a l d o s , que se fueron e s t end i endo , y h a ­ciendo as ien to por ot ras p a r t e s , como son los de Solmonte de la R i b e r a , y o t ros .

T I T U L O T R E I N T A Y S I E T E .

DE D. FERNANDO EL SANTO.

§ 1 .

S u m a <le s u r e i n a d o .

D . F e r n a n d o el San to , l lamado asi por sus muchas v i r tudes , sucedió en el reino de León en mur iendo su padre D . Alfonso, y por su m a d r e D o ñ a Berengue la sucedió t ambién en el de Cas t i l l a , j u n t a n d o estos dos reinos con el favor del obispo d e Oviedo y de o t ros prelados , según dice el a rzob i spo D . Rodr i ­go , porque habia g r a n contradicion de los g randes ; y asi que­dó con g ran pode r ío , y todo lo empleó en aumen to de la cris­t i andad , pues no cesó de hacer g u e r r a con t i nua á los moros que en España habia. Fué casado con D o ñ a B e a t r i z , hija del emperador de A l e m a n i a , en la cual t u v o á D . Al fonso , que le sucedió en el r e i n o , y á los infantes D . F a d r i q u e , D . Fel ipe , D . E n r i q u e , D . Manuel y D oña Berenguela . F u é casado se­g u n d a vez con Doña J u a n a , de la casa rea l de F r a n c i a , de cuyo mat r imonio fueron D . F e r n a n d o , D . Lu i s y Doña Leonor . Hab iendo ganado á Sevilla el año de 1 2 4 8 , in t en taba pasa r á la África cont ra los m o r o s , y pa ra esto mandó aparejar en A s ­tu r i a s y Vizcaya u n a g r a n a r m a d a ; mas atajóle la muer t e , con que fue á gozar del e te rno descanso el año de 1252, de N u e s t r o R e d e n t o r , habiendo sido uno de los mas excelentes pr inc ipes que h a tenido n u e s t r a E s p a ñ a en todo género de v i r tudes .

CARVALLO. ' 157

§ I L

O b i s p o s d e O v i e d o s i r v e n á l o s r e y e s , y s o n s u s g o b e r n a d o r e s .

Siguiendo este rey la devoción de sus pasados , hizo donación á la san ta Igles ia de Oviedo , y á su obispo del cellero de Olio-niego , y el castillo de T u d e l a , como parece por el privilegio, que está en la Regla colorarla, de la dicha san ta Iglesia, á fol. 110 . Y asimismo el obispo D. Eodr igo , sucesor del obispo D. J u a n , s iguiendo las cos tumbres de sus predecesores , acudió al servi­cio del r ey D . F e r n a n d o con los vasallos de su Ig les ia en todas sus c o n q u i s t a s , y murió en su servicio en el cerco de Sevilla, como dice el rey D . Alfonso su hijo del que vamos t r a t a n d o , en u n a e s c r i t u r a , que está en la ú l t ima hoja del Libro gótico, por la cual m a n d a , que se dé la posesión del cellero de Olloniego á la san ta Igles ia de Ov iedo , porque se la ten ian usurpada . A este prelado se siguieron suces ivamente D . P e d r o , D . Fe rnán* do Al fonso , que fue a s t u r i a n o , y D . Fredolo .

§ ni. T o m a d e S e v i l l a , y h e c h o d e O . R a m ó n B o n i f a z ,

y d e R u i z P é r e z d e A v i l e s .

Grandes y notables cosas se cuen tan que sucedieron en diez y siete meses que este glorioso rey tuvo cercada la ciudad de Sevi l la , y el m a y o r , y de mas impor tanc ia con que se acabó de g a n a r aquella ciudad, fue el que sigue , sacado de la General del r ey D . Alfonso , y de una común y muy recibida t radición , y se refiere en el l ibro de a rmas de la c o m p a ñ í a , áfol, 3 6 , donde se

158 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

d i c e , que el rey dio las a rmas á la v i l la , y al mismo Ruiz Pérez , que de pa r t e de la villa había ido á servir cou aquella , y o t r a n a v e , en aquella ocasión. Ten ían los moros u n a puen te lieclia de barcos en T r i a n a , amar rados con fuertes c a d e n a s , y defen­dida con o t ra gruesa cadena , que a t ravesaba el rio desde la Tor ­re del O r o , ba s t a el castillo de T r i a n a , porque no pudiesen l legar a lgunas naves de los nues t ros á la puen te á impedirles el pasaje de la gen te que por alli acudía á la c i u d a d , con que era imposible , ó á lo menos muy dificultoso ganar la . Dos capi tanes, grandes hombres de m a r , el uno l lamado D. R a m ó n Bonifaz, n a t u r a l de San tande r en el reino de B u r g o s , y el o t ro Ruiz Pérez de Aviles , sobrino de Ñ u ñ o Pérez de Aviles , maes t r e de Oalatrava , na tu ra l de la v i l la , y puer to de Aviles , t r a t a ron en­t re sí que orden tendr ían pa ra impedir á los moros aquel pasa­je rompiéndoles la puen te , y al fin de muchas t razas , a rmaron dos naves de las mas fuertes de toda la a r m a d a , he r radas las p roas con unas aceradas cres tas , a mane ra de s i e r r a , y prece­diendo ayuno y oración de t r e s d i a s , por edicto del santo rey, haciendo poner en todas las p u n t a s de los ga l l a rde t e s , y ban­derolas unas cruces , se pusieron las dos naves apres tadas para m o v e r s e , y acometer con el mayor ímpetu que pudiesen con t ra la cadena que a t ravesaba el rio , p a r a romper la en el encuent ro de las ferradas proas , y qui tado este es torvo , pasar á impedir el paso. Los moros que entendieron es ta t r a z a , desdé la r ibera, y desde el castillo del Oro fa t igaban con muchas sae tas , dardos , hondas y otros t i ros á los dos valerosos capi tanes que iban en las dos naves ; los cua l e s , a lumbrándoles Dios con un viento favorable , se movieron con t a n g r ande ímpetu , y apechugaron con t a n t a fuerza cont ra la cadena que a t ravesaba el rio , que no solo la rompieron , mas también desbara ta ron la puen t e de bar ­c o s , que mas adelante e s t a b a , con lo cual fue fuerza que los moros se r indiesen y en t regasen la ciudad : y por eso los des-

CARVALLO. 159

cendientes de estos dos valerosos capi tanes p in tan por a rmas es tas n a v e s , pues tas á la v e l a , con la cruz en el árbol mayor , asi los de la villa de S a n t a n d e r , como los que llevan el apellido de Aviles , y aun las mismas villas se preciaron de es ta h a z a ñ a de sus n a t u r a l e s , p in tando estas a rmas . De este Rui Pérez fue hijo R u i González ele Aviles , que fue el p r imer alcaide de Za ­mora , y padre de Gonzalo Rodr íguez de Av i l e s , camarero del rey D . Alfonso el Onceno ; y de este Gonzalo Rodr íguez de Avi­les vienen los del Cas t i l lo , que vivían en S a l a m a n c a , Zamora , B u r g o s , &c. y los de Or ihue la , y Hermosi l las de Salamanca, Tamayos de Burgos , marqueses ele Villena, de Moya, de Cañe­t e , condes de Ch inchón , de O s o r n o , y o t ros . E s t o úl t imo he vis to razón de ello en u n in s t rumen to ant iguo en poder de fray Bar to lomé de Tovar , fraile Agus t ino , por donde cons taba lo qixe hemos dicho.

§-IV.

R o d r i g o A l v a r e z , t e r c e r o <le e s t e n o m b r e .

Al t iempo que estos dos capi tanes iban por el r io , con sus dos n a v e s , los moros ele la r ibera acudían á procurar les impe­dir su in ten to , con t ra los cuales (dice la misma Crónica) que salió con su gen te por t ie r ra el valeroso Rodr igo A l v a r e z , el te rcero ele este n o m b r e , de As tur ias , y los desvárate , m a t a n d o muchos moros , que sin duda debia de ser par ien te de Ruiz P é ­rez de Avi les , por ser he rmano de Muño Pérez de Av i l e s , maes­t r e de Ca la t r ava , como hemos dicho ; y lo era asimismo de Al­var Pérez de Qu iñones , t ronco de los de es te l i n a g e , hijo de D . Rodr igo Alvarez el s e g u n d o , que en t iempo del rey D o n F e r n a n d o el segundo era conde de A s t u r i a s , como entonces p r o b a m o s , y la sucesión que dejó este Rodr igo Alvarez t e rce ro de este n o m b r e ; y como era hijo de Alvar Pérez de Quiñones ,

160 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

se colige de algunos papeles muy ant iguos que lie visto , y en . par t icu lar de u n a memoria que está al fin de la e s c r i t u r a , y do­nación de Doña S a n c h a , que hemos refer ido , y se hal la en el monas ter io de Car r i zo , que dice asi : Los hermanos que obo Arias Pérez, é los heredamientos que le cupieron de so padre Rodrigo Alvarez , é de Sancha de Estrada su muller: á Pero Alvarez copo lo en Noreña: a Ordoño Alvarez la 'Penda de Gijon: Arias Pé­rez obo á las Omañas , é Juan Diaz á Nava, A Ivar Diaz el Castillo de Ron, épor ende: á Alfonso Alvarez lo de Carvallo, é Cibea, é toda tierra de Cangas: a Doña Aniña fincó lo de Navia: é Doña Inés finco Alzada: é lo de Orbigo partieron Quiñones, todos por igual, maguer que so lio Alvar Pérez se los tulló. E s t e Rodr igo Alvarez era el te rcero de este n o m b r e , he rmano de Alvar Pérez el cual parece que se levantó con todo lo que á los sobrinos ha­bía tocado en el Orbigo.

§ v. A l v a r P e r c a , t r o n c o d e l o s Q u i ñ o n e s .

Muchas cosas has t a aqui no bien s ab idas , se nos descubren en esta e s c r i t u r a , y lo pr imero es , que Alvar P é r e z , de quien descienden (como ar r iba dijimos) todos los Q u i ñ o n e s , es ve rda ­d e r a m e n t e del t ronco de Rodr igo Alvarez de A s t u r i a s , como has t a aqui conjeturaba S a n d o v a l , y a lgunos otros a u t o r e s , por p in ta r los descendientes de uno , y o t ro unas mismas a r m a s ; y no era menos que hijo de Rodr igó Alvarez el segundo de es te n o m b r e , y viznieto de Rodr igo Alva rez , abuelo del Cid , y her­mano de Rodr igo Alvarez el tercero. , abuelo del g ran Rodr igo Alvarez. , que floreció en t iempo D. Alfonso el Onceno. También podemos l l a m a r , ó conjeturar el l lamarse Quiñones , por haber qui tado á sus sobrinos lo que les habían quedado de sus padres en la r ibera de Orbigo , como dice aquel libro , que Quiñones

CARVALLO. 161

11

se llaman las partes de la herencia, igualmente entre herede­ros , y por habérselos quitado, ó con valentía, ó t iranía, ó por derecho, le llamaron Alvar Pérez de los Quiñones , y se quedó con aquel alcuña y sus descendientes, pues desde entonces comienza á sonar este apellido ; y acaso por vivir en un lugar de la misma ribera, se llamó el mismo lugar Quiñones , que es­tá junto á Milla, y podemos conjeturar que este lugar es solar de esta ínclita familia. De los hijos de Rodrigo Alvarez el ter­cero diremos de cada uno en particular, con noticia que he po­dido tener de ello.

§ VI .

P e d r o A l v a r e z d e N o r e ñ a .

Pedro Alvarez de Noreña, hijo primero de D . Rodrigo Alva­rez, fue señor de Noreña, que era su solar, y aun lo vino á ser de Nava. Fue notable caballero en tiempo del rey D . Sancho el Bravo. Estuvo casado con Doña Teresa , en la cual tuvo á D . Rodrigo Alvarez de Noreña, gran servidor del rey D . Al­fonso el Onceno, como diremos á su t i empo, y á Pedro Alva­rez de N a v a , de quien vienen los señores de la misma casa, como consta del testamento de Rodrigo Alvarez de Asturias; y una hija llamada Doña Teresa , que casó con D . Alfonso Tellez de Meneses , hermano de Doña Mayor Alfonso, suegra del rey D . Sancho el Bravo. De Doña Teresa de Astur ias , y su marido, D. Alfonso Tellez fue hijo D. Tello Alfonso de Me­neses , que casó con Doña María, hija del infante D . Alfonso de Portugal , del cual matrimonio procedió Doña Isabel de Meneses , que casó con D . Juan Alfonso de Alburquerque, a y o , y gran privado del rey D. P e d r o , como consta del árbol primero , que el doctor Gudiel pone en las descendencias de los Girones.

162 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ vu. O r d o ñ o A l v a r e z , y l o s C a s t a ñ e d a s y V é l a s e o s .

Ordoño Alva rez , que la escr i tura n o m b r a en segundo lu­ga r en t re los mas h e r m a n o s , tuvo el condado de Gijon , y aun de N o r e ñ a , por causa que no a l canzamos , como algunas escri­t u r a s rezan de por e n t o n c e s , y tuvo una hija , l lamada D o ñ a Mayor de As tu r ias , que casó con D. Diego Gómez ele Castañe­da , que en t iempo de este santo rey era de los r icos-homes del re ino. De este matr imonio proceden todos los Cas tañedas , y de esta señora as tur iana fue viznieta D oña Mayor de Casta­ñ e d a , que casó con F e r n á n Sánchez de V e l a s c o , como cuenta el Conde D. P e d r o , y refiere Sandoval en la descendencia de los Vélaseos .

§ V I I I .

A r i a s P é r e z d e A s t u r i a s .

Arias Pérez de A s t u r i a s , á quien la memoria pone en t e rce r l u g a r , y da la herencia de las O m a ñ a s , que es en las mon ta -

• ñas de León , fue pad re de Mar ia Alvarez de Astur ias , que ca­só con Gonzalo Garcia de O m a ñ a , señor de aquella t ierra ' , co­mo parece por escr i turas que he visto. E s t e Gonzalo Garcia de Omaña era hijo de Ar ias Gonzalo , y de Doña Sancha Al­varez , hija del Infante D . Sancho Alvarez , hijo del rey D o n F e r n a n d o el Segundo, como queda dicho ; y de estos p roceden los de la casa de Omaña . De Gonzalo Garcia de O m a ñ a , y Doña Mar ia Alvarez "de A s t u r i a s , fue hijo Garcia Pérez de Omaña.

CARVALLO. 16B

§ix. J u a n D i a z cíe H í a v a .

J u a n Diaz de N a v a , por haber le cabido alli su herencia , aunque la debió de vender ó t r o c a r , pues sucedió en P e r o Alvarez su sobrino, é hijo de P e d r o Alvarez s u h e r m a n o . D e este caballero he visto el t e s t amen to en S a n Vicen te de Oviedo , y deja dos hijos , l lamados Diego Fernandez y F e r n a n d o Alva­rez , y una hija l lamada Mar ia D i a z , y á los hijos deja a rmas , l o r i g a s , cap e l imos , caballos y muías , y á la hija las vacas , y sor t i jas , y una rel iquia de Ligno Domini ; y m a n d a que se c o ­bre una deuda de Rodr igo Alvarez su s o b r i n o , y deja sus hijos encargados al obispo de Oviedo D . F e r n a n d o A l v a r e z , po­niéndole por delante el parentesco , nombra por t e s t a m e n t a ­rios á Boyso Suarez de Aller, é á Garcia Suarez , é á P e d r o Me-nendez del Castillo , y es su fecha el año de 138á .

§ X .

A l v a r D i a z .

Alvar Diaz , quinto hijo de Rodr igo Alvarez , según el m e ­morial , quedó con el castillo de R o n , y era h e r m a n o del obis­po de Oviedo D . F e r n a n d o A l v a r e z , según el becerro de la san ta Iglesia de Oviedo , á folio 216 , en donde se l lama R o ­drigo Alvarez de A g u i l a r , que fue u n castillo que tuvo en t re los rios Navia y Pu rc i a , y Agui lar se l lama la t i e r ra de-San-t a n t o l i n , y de allí e ran estos Agui lares , como parece por el t e s t amen to de D . Rodr igo Alvarez-, y por ser señor de este castillo (solar ant iquís imo de los Agui lares de estas mon tañas )

164 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

y que pin taba por a rmas una águ i l a , se llamó de Agui lar , co­

mo parece por muchos escudos que están en la sepu l tu ra de D o ñ a Sancha Alvarez de A g u i l a r , su hi ja , en el monas te r io de la V e g a en Oviedq, donde fue m o n j a , con otros muchos es­

cudos de los Alvarez de Astur i a s , y casa de N o r e ñ a : está el sepulcro labrado en la pared , á mano derecha como en t r amos , con unos versos relevados en u n a p i e d r a , que dicen asi:

Laudari digna, satis generosa benigna Sandia Hera colens cum virginitatis honore, Qu precata foret meruit cum pacis honore, Нас inde Dei pius almse Bartholomei, Hic iacet cum vicinis mortalibus áspera finis, TJt preesens sit ei Gloria Summi Dei. Era dabat undécima tercentnm mille viginti.

N o pudo ser esta señora la m a d r e de Alvar D i a z , hijo de Rodr igo Alvarez el cuar to , porque esta señora consta h a b e r sido cas ta y donce l la , del mismo epitafio. Hal lamos t ambién noticia en u n a donación que D . E n r i q u e , hijo de D . Alfonso el Onceno , y heredero de D. R o d r i g o Alvarez , el últ imo señor de N o r e ñ a , le hizo , por ser su tio del mismo Rodr igo Alvarez, y por su a l m a , y la de Alvar Diaz su h i j o , fecha en la E r a de 1390. L a cual donación vi en el monaster io de la V e g a ; por la memor ia re fe r ida , y ot ras escr i turas a n t i g u a s , consta q u e Alvar Diaz de Agui la r era señor del castillo de Ron , y asimis­

m o tenia el castillo de Orbaneza. La razón por donde vino Alvar Diaz á ser señor de Agui la r , ó de aquel castillo , fue por habérselo dado en dote con u n a hija suya D. P e d r o Rodr íguez de Aguilar , padre de D . Rodr igo Sánchez de Agui lar ; de los cuales hay mención en u n a donación que vi en el monaster io de la V e g a de la E r a de 1291 , por la cual el mismo D . Rodr igo Sán­

chez de Agui lar hace donación á aquel monaster io de sus here ­

CARVALLO- 165

dades de M e r c a d o , y o t ra mucha hacienda. Confirman en es ta escr i tu ra D . F e r n a n d o Sirgo , abad de C o v a d o n g a , D. P e d r o Alvarez canón igo , D . Gonzalo O r d o ñ e z , D . F e r n a n d o Alvarez de Lodeña , Sancho S u a r e z , y todos estos se n o m b r a n caba l le ­ros , t i tu lo que por entonces no ten ian sino aquellos que h a ­bían sido a rmados caballeros. E s t e Rodr igo Sánchez parece que después su fue á vivir á Vil laviciosa, y fue m u y poderoso po r aquellas p a r t e s ; y fueron presen te ros D oña Aldonza de A g u i l a r , y sus de scenden te s de la Ig les ia de S a n J o r g e , y llevaba todos los frutos de aquel beneficio, com s todo parece por el becerro de la san ta Iglesia de Oviedo.

i X I .

D . A l f o n s o A I várese .

Alfonso Alvarez de A s t u r i a s , sexto hijo de D . R o d r i g o A l ­varez , casó con Doña M a r í a , fue su hija D o ñ a Teresa Alfonso que casó con R u y Gil de Villalobos , el cual dejó por su tes ta ­m e n t o por he redero á D . Rodr igo su t i o , sino tuviere hijos. Del cual t e s t amen to consta todo e s t o , aunque después lo dis­puso de o t ra manera .

§ X I I .

D e D o ñ a E v a A l v a r e z v i e n e n l o s O s o r i o s .

D o ñ a E v a Alva rez , que por quedar m u y n iña la n o m b r a dicha escr i tu ra E v i n a , fue casada con D. Gonzalo Rodr íguez O s o r i o , hijo de D . Rodr igo González Osorio , y de D o ñ a Dul­c e , hija del rey D . Alfonso de L e ó n , y de D o ñ a Teresa su p r imera mu je r , como en la descendencia de los Osorios afirma Sahdoval . F u é D . Gonzalo Rodríguez valeroso caballero en

166 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

t iempo de D . Alfonso el Sabio s u p r i m o - h e r m a n o , como parece por las his tor ias de los reyes D . Alfonso , JD. S a n c h o , D . F e r ­nando el Cua r to . Tuvo en su mujer D oña E v a Alvarez á R o ­drigo Osorio , que llevó el nombre de su abuelo ma te rno , y á D o ñ a U r r a c a Alvarez Os.orio, que casó con D. J u a n Alonso de G u z m a n , de quien vienen los duques de Medina-Sidonia . D . Rodr igo Alvarez Oso r io , que fue conde de T r a s t a r n a r a , t u v o por hijo á Rodr igo Alvarez Oso r io , y le llevó á criar á la villa de N a v i a , que como hemos visto , e ra la herencia de su m a d r e y asi le l lamaron s iempre el as tur iano . D e estos varones , ; que fueron notables , v ienen los Osorios , preciándose t an to del pa­ren tesco de los Alvarez de As tu r ias , que se hallan pocos des­de entonces acá , que no t engan este pat ronímico Alvarez , an­tes del ínclito apellido de los Osorios , que es ant iquís imo , y si es lícito dar mi alcaldada en t r e t an t a s como se h a n dado so­b re la etimología de este apellido de los O s o r i o s , yo t engo pa­r a conmigo que su ant iquís ima natura leza es de u n lugar que está en los confines de As tu r i a s ,y Gal ic ia , que l laman el Osoño, y se hallan muchos an t iguos de este n o m b r e , p o r q u e aquellas pa r t e s en t an tos t i empos , no es mucho que se haya corrompi­do u n a le t ra en este n o m b r e , pues en o t ros se han corrompido; t a n t a s , que apenas .pueden conocer. De este t ronco es cosa muy cier ta y ave r iguada , que descienden los marqueses de As tor -g a , los condes de A l t a m i r a , los señores de Villalobos , los de de Cabrera y. los Riberas ; y los de .Ba ldonqui l ló , yiotigas mu­chas casas nobles que hay en esta provincia del mismo apellido Osorio. : . - ' • • , •

D o ñ a I n é s d e r V o r e ñ a ,

.Doña Inés fincó alzada (dice el memorial) y e s , que es taba

CARVALLO. s 167

ya ca sada , y se contentó con el dote que había r ec ib ido , y sus padres le habian dado en vida : fue casada esta Doña Inés , lla­mada de N o r e ñ a , con D. J u a n Sánchez de Ve la sco , de quien tuvo un hijo , l lamado D. Sancho de VelasCó', del cual hace men­ción el conde D. P e d r o en el tit. 30. De esto infiere Sandoval en la descendencia de los Vé la seos , íncli ta familia de los Con­destables de Cas t i l la , ha tomado las a rmas y divisa D . R o d r i ­go Alvarez de As tur ias , que son las mismas que de los Quiñones .

§ X I V .

E l j » r i m e v a s ' z o M s p o d e S e v i l l a f u e a s t u r i a n o .

E n ganando á Sevilla el rey D . F e r n a n d o , r es tauró la Ig l e ­sia Catedra l , y la dotó de g randes r en ta s , y envió á suplicar al papa la proveyese de prelado (que desde el malvado obispo Opas habia estado hué r fana , y sin pas tor) que los obispos en t i empos muy ant iguos los proveían los cabi ldos , y después el p a p a , á ins tanc ia y súplica de los reyes , has ta que el papa Adr i ano , por contemplación del rey D . Carlos su discípulo , le concedió á é l , y á sus sucesores facultad pa ra proveer los obispados de E s p a ñ a . Hallábase á la sazón en R o m a u n varón notable en v i r tud y l e t r a s , de g ran fama y reputac ión , na tu ra l de A s t u ­r ias , como dice D . Diego de M e n d o z a , l lamado D. R a m ó n de L o z a n a , al cual eligió'el sumo 'Pontmee-por p r imer arzobispo de Sevi l la , después de su res taurac ión . E r a hijo (como dice el mismo au to r ) del señor de la casa de L o z a n a , en el concejo de P i l o n a , y siendo niño , r iñó con ot ro he rmano s u y o , l lamado I b a n Pérez , y habiéndole t r a t a d o m a l , se ausentó de casa' , ,con t emor de su p a d r e , y no paró has t a que su-buena suer te dio con él en R o m a \ donde estudió y se dio? t an to á las le t ras , que me­reció que el papa le honrase con el arzobispo de Sevilla,.

168 ANTIGÜEDADES DE . ASTURIAS.

§ xv. G o b i e r n o «1c A s t u r i a s .

E n su vida dio el santo rey D. Fernando á su hijo D. Alfon­so el señorío de Asturias , para que lo rigiese y gozase , como parece por una cédula suya de la Era de 1287, en la cual llamán­dose Infante , recibe en su comienda, y guarda el monasterio de San Pelayo de Oviedo , en cuyo archivo está este alvalá ; y asimismo se hallan otras escrituras muy ant iguas , donde se dice , que los merinos mayores de Asturias eran puestos por el infante D . Alfonso, y uno de ellos fue García Ruiz Camota, y otro Gonzalo Alvarez de Barreda; y desde este tiempo se l l a ­ma este monasterio San Pelayo el Real en algunas escrituras, y debió de ser por haberle tomado debajo de su protección el Infante D. Alfonso , como queda dicho.

T I T U L O T R E I N T A Y OCHO.

D. ALFONSO EL SABIO.

§ 1 .

S u m a d e s u r e i n a « I o .

Murió el santo rey D . Fernando el año de 1251, y le suce­dió en el reino su primer hijo D. Alfonso , llamado el Sabio, porque después de Salomón, ninguno lo ha sido mas de todos los reyes del mundo. Este rey ordenó y compuso las leyes de las Partidas, y las Tablas alfonsinas, que leen los astrólogos pú­blicamente ; mandó recopilar la crónica general de España, y

CARVALLO. 169

compuso o t ras muchas o b r a s ; y. aunque t an s a b i o , fue t an afi­cionado á su l e n g u a , que él fue el p r imero que en los privi le­gios y car tas reales usó de la l engua españo la , como dice el doctor Gudiel cap. 1 1 . Siendo en lat in todos los de sus antece­sores. P o r sus g randes le t ras , l iberalidad y magnif icencia , fue electo emperador de R o m a por m u e r t e de Guillielmo , y par­t iéndose á R o m a á recibir la corona , dejó por gobernador de E s p a ñ a á su pr imer hijo el Infante D . F e r n a n d o de la Cerda , que ya estaba casado con D o ñ a B l a n c a , hija del san to rey Lu i s de Francia , y tenia dos hijos , D . Alfonso y D . F e r n a n d o . Ten ia D . Alfonso el Sabio en la re ina Doña Violante , hija de D . J a ime , rey de Aragón , o t ros h i jos , que eran D . Sancho, D . P e d r o , D . J u a n y Doña Berenguela ; murió el In fan te D . F e r n a n d o de la C e r d a , y su he rmano D. Sancho se apoderó del re ino de m a n e r a , que cuando su padre volvió de I ta l ia , no fue admit ido en n inguna pa r t e , sino en la c iudad de Sevilla, donde murió despojado de su reino el año de 1284 , que no hay estado t a n firme en esta v i d a , que le t ras , ciencia , a rmas , n i esfuerzo de hombres le puedan c o n s e r v a r , si falta el favor del cielo. E s t e rey vino á As tur ias , é hizo muchas cosas , y mudó los cuerpos del rey Pelayo y su mujer , que es taban en la iglesia de San ta Mar ía de Belamio , á la de N u e s t r a Señora de Covadónga.

§ I L

G o b e r n a d o r e s d e A s t u r i a s , y c o m o l o s a s t u r i a n o s m a n t u v i e r o n l a v o z d e l r e y .

H e visto escr i turas en el monaster io de la V e g a j u n t o á Oviedo de por estos t iempos , en que parece que Gonzalo Gil era adelantado de t i e r ra de León y A s t u r i a s , y dicen en la fecha: D. Alfonso filio del Bey, Tenente Argollo de mano del

170 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Bey, é D. Peille Martínez de Argollo de suamano. E s t e D . Al­fonso sin duda era bastardo. , pues los cronistas no le nombran en t re los l eg í t imos , y el rey le habia dado el señorío- de Arguello, que está en las montañas en t re León y As tur ias , que añora l laman A r g ü e l l o s , y el Infante habia dado el gobierno á D . Peilo de A r g u e l l o , que ahora l laman en As tur ias Arguelles; y sin duda que era valerosísimo h o m b r e , y acaso deudo del I n ­f a n t e , pues se halla con el r enombre de D o n , que entonces no tenían, sino muy grandes señores . Los de Arguel les-se precian descender de u n I n f a n t e , b a s t a r d o , podría ser de este D. Alfon­s o , ó de sus par ien tes por pa r t e de m a d r e , que no he hallado o t ra cer t idumbre . Después revolviéndose los humores, en t re los hijos legít imos del rey e n sus diferencias y d i sens iones , halla­mos que eran gobernadores de As tur ias , con t í tulo de mer inos , por el rey D. Sancho a lgunas personas estranjeras de esta p r o ­v inc ia ; y por el mismo t i e m p o , en los últimos años de D. Al­fonso , hal lamos t ambién á Suero Alfonso de Llano por mer ino m a y o r , por .e l mismo rey D . Alfonso : este tenia el castillo de S e g u r a , que está encima del lugar de L l a n o , y el de Pa l anque ­ro , que está j un to á : Sestoraso , y todo en t i e r ra de Cangas . Ha l lamos t ambién á Gonzalo M o r a n merino mayor de As tu r ias por el r e y ; y eran estos dos caballeros a s t u r i a n o s , y así parece que los as tur ianos ten ían la voz del rey D. Alfonso el Sabio, aunque D . Sancho les enviaba mer inos ele su m a n o , el cual pre tendió con mucha instancia , que los as tur ianos siguiesen su parc ia l idad , y así hal lamos en los archivos de la ciudad de Ovie­do una cédula fecha en B u r g o s , E r a de. 1320, por la cual lla­mándose I n f a n t e , hace solemne j u r amen to á D i o s , y á San ta Mar ía ,de gua rda r á la ciudad ele Oviedo sus fueros^ y "privile­gios,-"é s i su padre se los quebran ta re , que irá c o n t r a él, é con­t r a todos los homes de l .mundo , en a y u d a , y favor de la dicha c iudad;" y es ta cédula es del infante D . Fe rnando , hijo de Don

CARVALLO. 171

S a n d i o , que debían de andar las cosas muy revueltas; Halla­mos por merino mayor de Asturias á Rodrigo Rodríguez Oso-rez , con título de merino mayor de tierra de León y Asturias, y á D. Manrique Gil. Con autoridad de este rey se volvió, á po­blar , y hacer cabeza de concejo la villa de Grado , como consta de muchas escrituras ant iguas , que he visto en los archivos de Oviedo.

§ I I I .

1$. ff^redolo, y ©ís'os o b i s p o s .

Sirvió al rey D. Alfonso en la pretensión del imperio Roma­no un gran caballero de Gascuña, llamado D. Fredolo , prior de U n i l , y viniendo sobre ello á España de parte del papa, fue electo el obispo de Oviedo, en remuneración de sus trabajos, y sucedió á D. Fernando Alfonso ,. y á D. Fredolo sucedió Don Miguel , y en los últimos años de este rey hallamos un obispo llamado D. Juan , con cuya autoridad la tierra de Langreo fue reducida á forma de concejo , y entre los canónigos se nombra Juan González de la l i n a , según todo consta de las escrituras que están en" el Libro de la Regla colorada; y tuvieron los canó­nigos gran diferencia sobre.levantar las cercas desde el postigo de San,Is idro, hasta la puerta de la Noceda., y el rey envió á ajustar estas diferencias á D . Pireador, que llaman las escritu­ras home del rey D. Alfonso. • ..

§ IV- : • • • • •:

• ¡ S o l a r e s ^ s o l d a d o . . ' .

Huvo por estos tiempos un,, valiente soldado , llamado-Fula­no Solares , según se colige de lo que pudo leer el maestro .Cus¿

ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. 172 todio de un epitafio que estaba en una sepultura del claustro de San Vicente de Oviedo , que no se pudo leer todo , por estar gastadas las le tras , y del mismo epitafio se colige ser de los Solises. Dice así:

Híc iacet Solaris, qui Solis explendius radijs, Fortis miles Era M. GGXG. VI.

§ V .

P o b l a c i ó n «le l a P o b l á «le C a n g a s .

Moraban por este tiempo las personas principales de Astu­rias derramadas por sus lugares y solares, con que estaban las cabezas de concejo y v i l las , que entonces llamaban Poblas, yermas , y sin g e n t e , por lo cual este rey hizo muchas merce­des , y otorgó algunos privilegios á los pobladores de las tales vi l las , como parece por sus cartas reales; y la villa de Cangas tiene una , confirmada por el rey D. Enrique el Tercero, por la cual el rey D. Alfonso e l Sabio hace merced á los pobladores de la su villa de Cangas de Sierra (que así l a r llama) de todas las heredades que en aquel concejo tenia de su realango, con que le han de pagar por todas ellas cada año mil maravedís de Leo­neses , ú ocho sóidos , y un ayantar cuando fuere cada a ñ o , ó quince maravedís por ayantar, é al su rico-home que por el tu­viere la t ierra, é al su merino mayor, cuando, y fueren, y con esto les dá una copiosa carta de amparo, para que sean pobla­dores : es su fecha en Burgos ;í veinte de Febrero, Era de 1293. Y ea de notar , que siempre que nombra á Cangas , dice de Sier­ra , y la nombra m u c h a 3 v e c e s , y en ninguna la nombra de Tj-neo, como en nuestros tiempos se dice, á diferencia de Cangas de Onis.

CARVALLO. 173

§ V I .

R a m i r F l o r e a s «le C i f u e n t e s .

Ramir Florez de Cifuentes /natural de Gijon , hijo de Ramir Diaz de Cifuentes, se halla entre los comenderos de la santa Iglesia" de Oviedo , y defensores de e l la , una hermana de este caballero , hija del mismo Ramir Diaz , fue casada con D . Juan Pérez de Guzman, llamábase Doña Maria Ramírez Florez , y con ella huvo en dote D. Juan Pérez de Guzman el casti l lo, y casa de Toral , por lo cual entró la casa de Toral en la de los Guzmanes, y segunda vez el apellido de los Florez, como cuenta el conde D. Pedro de Portugal , y lo refiere Morales en la des­cendencia de Santo Domingo , y Sandqval en la de los Guzma­nes ; y dice Morales , que estos Ramírez de Cifuentes y Florez, que todos eran unos.

§ V I I .

M o n a s t e r i o d e V a l - d e - D i o s .

Ya hemos dicho como el monasterio de Val-de-Dio3 fue ree­dificado por el rey D. Alfonso de L e ó n , el cual le hizo grandes donaciones, y su hijo D . Fernando el Santo; pues D . Alfonso el Sabio su nieto le hizo otra e n la Era de 1292, la cual confir­man D . Aboabdille Abouza , rey de Granada, vasallo del rey. D . Mahomath Abeininth, rey de Murcia, vasallo del rey. Don Abonmahfoth, rey de Micola.

1 7 4 A N T I G Ü E D A D E S DE A S T U R I A S .

T I T U L O T R E I N T A Y N U E V E .

D. SANCHO E L B R A Y O .

§ ! •

¡Sssnaa «le Sis E ' e i a ia s l» .

D. Sandio , llamado el Bravo por su natural ferocidad, entró en el reino contra la voluntad de su padre , y salió con ello des­pués de sus d ias , en contradicion de D. Alonso , y D. Fernan­do , hijos de D. Fernando de la Cerda r-.u primer hermano. Fue casado con Doña Maria, hija del infante D. Alfonso de Molina, y de Doña Mayor Alfonso , su tercera mujer , y tuvieron estos hijos : D. Fernando, D. Pedro,' D. Enrique, D . Felipe y Doña Isabel, y murió en Toledo el año de 1295 , de nuestro Redentor.

§ II .

I>. I®Cita»© A l v a r e s «le A g i t a r í a s .

Fue gran privado de este r e y , y fidelísimo servidor, y con­sejero D. Pedro Alvarez de Asturias , señor de Noreña , el cual tenia una hija casada con D. Alfonso Tellez de Meneses , tío de la reina, como hemos dicho ; y su gran privanza, y valor cuen­tan Julián del Castillo lib. 4, discurso 7. de la historia de los Codos , y Mosen Diego de V alera cap. 15, parte 4, de su cróni­ca abreviada, y otros autores , los cuales refieren , que el rey moro Abeniazaf pasó de África á España con un gran ejército, para hacer guerra al rey D . Sancho , el cual acudió á la resis­tencia , y hallándose en Jerez de la Frontera, tuvo noticia que

CARVALLO. 175 el infante D. J u a n , y D. Lope de L a r a , y otros muchos g r an ­des , de su reino , que con él a n d a b a n , se habian conjurado con­t r a é l , é i n t en t aban darle m u e r t e , con la ocas ión de la presen­te g u e r r a ; por lo cual le pareció al rey a ta ja r la con ofrecer al moro las paces que desde África le habia enviado á p e d i r ; y pa ra este consejo t an alto y de t a n t a i m p o r t a n c i a , no halló en todo su ejército (que se componia de mas de veinte mil dé á ca­ballo , sin la infantería) caballero , n i persona de quién se ña r , ni con quien comunica r lo , sino con D. Ped ro Alvarez de Astu­r ias , que dice Yale ra era m u y buen cabal le ro , é non cuidaba mas que de servir á Dios y á su rey. Con este caballero , y o t ras mil pe r sonas de á caballo de la misma m e s n a d a , que sin duda serian los mas de As tu r ias , sin descubr i r á nadie su in ten to , sino á D . Ped ro A l v a r e z , se part ió el rey pa ra el P a l m a r : e ra D . P e d r o Alvarez m u y p ruden te , y advirtió al r e y , que era g r a n peligro ir con tan poca gente á verse con enemigo tan poderoso; el rey le respondió : mejor es ir con poca gente á hacer del ene­migo amigo , que con mucha perder el a m i g o , y vida. Ha l la ron al rey moro en Al v a r a , y se encont ra ron en su t ienda los dos r e y e s , y dos hijos del m o r o , y D . P e d r o Alvarez de As tur ias , donde t r a t a r o n y efectuaron su a m i s t a d , y el moro descubrió al rey crist iano la conspiración de los s u y o s , en presencia de D . P e d r o Alvarez. Disimuló por entonces el r e y , y después vi­no á t o m a r por sus manos la venganza. Su epitafio está en Cus­todio fol. 46 . D e este P e d r o Alvarez de As tu r ias fueron hijos (como ar r iba hemos dicho) Ped ro Alvarez de N a v a , Rodr igo Alvarez de A s t u r i a s , de quien t r a t a remos , y Es t eban Peréz , como c laramente se nombra en u n a escr i tura que/vi en San Pelayo ele Oviedo de la E r a de 1327, en la cual se d i c e , que era mer ino majror de As tur ias Es t eban Pérez , hijo de D. P e d r o Alvarez ele As tu r ias , que tenia la villa de Oviedo , y en o t r a s escr i turas se halla lo mismo. Y en los años adelante hal lamos

176 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ I I L

O v i e d o s i h a s i d o v i l l a ?

E n las escr i turas que acabo de referir se d i c e , que D . P e d r o Alvarez tenia la villa de Ov iedo , y lo mismo se halla en o t ras muchas escr i turas de por aquellos t i e m p o s ; pero no por eso se h a de en tender que Oviedo j amás haya sido villa, an tes desde su principio fue fundada con nombre de ciudad , cabeza y t í tulo de r e i n o ; pero residiendo los reyes en Ov iedo , habia corte , donde se l ibraban los negocios de todo el re ino que era j u n t o á San V i c e n t e , donde aun ahora se conserva el nombre de la Cor te en una Ig l e s i a , y barr io que allí e s t á ; y hab ia asimismo audiencia y juzgado par t icular de la c iudad, y concejo de Ovie­do , y á es te juzgado l lamaron villa. E s t e se hacia donde ahora l laman Cima de Villa. Después los reyes fueron dando su realen­go á la santa Igles ia , quedando el juzgado de la ciudad siempre con nombre de v i l la , y esto es ser juez de la v i l l a , á diferencia del juzgado de la Ig l e s i a , y del gobierno de todo el pr incipado.

o t ro m e r i n o , l lamado P e d r o Estébanez , que sin duda era hijo de E s t e b a n Pérez . E s t e apellido E s t é b a n e z , hal lamos de aquí adelante en personas principales de Oviedo y su c o m a r c a , her­mano , ó par ien te m u y cercano de D . Ped ro Alvarez ; parece fue Osorio A l v a r e z , al cual l lama caballero as tur iano Andrade en la his tor ia de las ó r d e n e s , del cual fue hijo D . J u a n Osorez, que por su v a l o r , y el de sus pasados fue maes t re de la caballería de Sant iago , según afirma el mismo Auto r .

CARVALLO. 177

§ I V .

P M i g u e l y §> F e r n a n d o A l v a r e s .

Tuvo la silla episcopal de Oviedo por estos t i empos D o n Miguel , na tu ra l de la misma pat r ia , según dice el arcediano de Tineo: fue este prelado de aprobadís ima vida y san tas cos tum­b r e s , calificadas p s r u n a car ta que en favor suyo escribe el papa Bonifacio Tercero al rey D . Sancho , diciendo , que era u n va-ron de loable v i d a , de hones ta conversación , señalado en ma­durez ele discreción , p ruden t e en las cosas t e m p o r a l e s , y remi­rado en las esp i r i tua les ; las cuales le t ras apostólicas se hal lan en los archivos de la san ta Iglesia de Oviedo , en cuya silla su­cedió D . Fe rnando Alvarez de As tu r i as .

§ V .

S a n i a C l a r a de O v i e d o .

Ya por estos t iempos es taba muy formado el convento de monjas de San ta Clara de Ov iedo , porque este rey las recibió debajo de su a m p a r o , y les dio privilegios de i n m u n i d a d , pa ra que no fuesen presos por la jus t ic ia los que á él se acog iesen , y pa ra en te r ra r difuntos en su I g l e s i a , y las monjas salían por e l los , y los t ra ían , según todo consta del mismo privilegio de la E r a de 1325. P o r m a n e r a que podemos m u y bien conjeturar , que es t an an t iguo como el de San Francisco de aquella ciudad, ó muy poco menos . E s al p resen te S a n t a Clara de Oviedo uno de los conventos mas ins ignes de la p rovinc ia , de mas de se-t e u t a monjas , de g ran religión y obse rvanc ia , y en él h a habi ­do a lgunas monjas que se t ienen por s a n t a s , y de quienes se

12

178 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

cuen tan algunas cosas mi lagrosas , que no refiero , por no t e n e r suficiente probabil idad. E l P . Gonzaga en su crónica refiere la g ran observancia, re l ig ión , v igi l ias , ayunos , oración y san­t idad de Clara R o d r í g u e z , monja de este c o n v e n t o , que murió el año de 1533, y es t en ida de las monjas por s a n t a , aunque h a sido poca adver tencia haber en te r rado después o t ra s monjas en su Sepultura.

§ V I .

An'cs Cswtzalez «le V a l d é s .

F u e r a muy digno de memor ia , por ser caballero de mucho valor por estos t i e m p o s , Ares González de Váleles , si no h u ­biera procurado con su potencia ocupar muchas t ie r ras y po­sesiones , y haciendas del obispo , y san ta Ig les ia de Oviedo, y en t re ellas e l O o t o de L a v i o , sobre que fue muer to el maes t ro B o n e i t o , canónigo de la misma" I g i e s i a , y se le impu taba la m u e r t e al mismo Arias González. Hab ia asimismo tomado o t r a hacienda al obispo de L e ó n , y á los monas ter ios de Corias, O b o n a , Cornellana y B e l m o n t e , según todo consta de la car­t a de sat isfacción, que por estos m a l e s , y daños hizo después de sus dias su mujer Aldara González , con su hijo Gonzalo B e r n a r d o , saliendo por fiador Garcia González , canónigo de Oviedo , h e r m a n o de Aldara González , es la fecha E r a de 1341 , que está en el l ibro gótico de la san ta Iglesia de Oviedo , ha­ciendo dejación de las posesiones usurpadas , p romet iendo de .no se volver á ellas á furto , n in á paladino , so pena de c ier ta cant idad de m o n e d a , y se hace mención de una que l laman Corneses .

§ V I L

11 aui¡ i* fiFi'oilaz «le C i f s i c n t e s .

R a m i r Froilaz de Oifuentes , hijo de Rami r Diaz de Oifuentes

CARVALLO. 1 7 9

T I T U L O C U A R E N T A .

D. FERNANDO EL CUARTO.

§ 1 -

§ u m a d e s u r e i n a d o .

D. Sancho el Bravo sucedió en el re ino D . F e r n a n d o el Cuar­to de este n o m b r e , su p r i m o g é n i t o , aunque con grandís ima contradicion de D. Alfonso ele la C e r d a , que se l lamaba rey de Cast i l la , y L e o n , por ser pr imogéni to de D . F e r n a n d o de la C e r d a , y fue compro misado en este caso por el rey D . J a i m e de Aragón , y D . D o n i s , rey de P o r t u g a l , los cuales apl icaron a D . Alonso de la Cerda g randes r en t a s , y muchos lugares , po r que dejase el t í tulo , y derecho del re ino. De es te pr incipe des­cienden los duques de Medina-Cel i . Tuvo el rey D . Fe rnando el Cuar to en la re ina D o ñ a Constancia á D. Alfonso , y á la infan­t a Doña L e o n o r , que fue reina de A r a g ó n , y habiendo alcanza­do muchas victorias de los moros , murió en J a é n el año de 1309, habiendo sido emplazado por dos caba l le ros , que l lamaban los Caravaja les , á quien habia mandado m a t a r sin bas t an t e causa-

en Astur ias , en t i e r ra de Gijon , tuvo la encomienda del casti­llo do Sueron. E s t e Rami r D í a z , dice Morales en la descenden­cia de Santo D o m i n g o , y Sandoval en la de los Guzmanes , si­guiendo á D. P e d r o de P o r t u g a l , que era del re ino de L e o n , y que se l lamaba también F l o r e z , y que basó una hija suya con D. J u a n Pérez de G u z m a n , que se halla en las confirmaciones de las car tas reales del t iempo de D. Alfonso.

180 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ 1 1 .

M i l a g r o «te l o s s a n t o s c u e r p o s d e ISsalogi© y I j u e r e c i a .

P o r estos t iempos D . Rodr igo Gu t i é r r ez , a rcediano de la san ta Iglesia de Ov iedo , perdió el habla con una súbita per le­s í a , y-se le torció el gesto con mucha fealdad, y viéndose afli­gido acudió á encomendarse á los gloriosos már t i res San E u ­logio , y San ta L u c r e c i a , cuyos santos cuerpos (como ya diji­mos) es taban en la misma san ta I g l e s i a , debajo de la Cámara san ta en la capilla de San ta L e o c a d i a , y por sus ruegos súbi ta­m e n t e quedó sano de la perlesía. D. Fe rnando A l v a r e z , que á la sazón era obispo , movido á devoción con el pa t en te mi lagro , mandó hacer u n a arca de p l a t a , y encer rando en ella los san­tos huesos de estos már t i res , los llevó á la Cámara s a n t a , pa ra que allí estuviesen con mas decenc ia , donde los veneramos a -p r e s e n t e , y el arca t iene este le t rero : Anno Domini M.GGG. quinto Nonas lanuarii, Dominus Fernandus Alvarez , Ovetensis Ejpiscopus, transtulü corpórea Sanctormn Martyr-um Eulogii, et Lucretiai in hanc Archam argenteam. F u e á nueve de E n e r o es ta t ras lación , y este dia se celebra su has ta en esta santa Igles ia , habiendo padecido el mar t i r io á quince de Marzo. Muchos a ñ o s después abriéndose es ta a r c a , pa ra vis i tar sus santas rel iquias, hal laron los huesos sobre unos damascos b l a n c o s , con las a r ­mas del mismo obispo D . Fe rnando , y eran las mismas de D o n Rodr igo Alvarez , de los N a v a s , Quiñones , y Vélaseos .

" § I I I .

D i f e r e n c i a s e n i r e l a S a n t a I g l e s i a d e O v i e d o y l a c i u d a d .

Vino en estos t i empos á Astur ias con gen te de a rmas Don

CARVALLO. 181

Alonso , p r imo-hermano del rey D. F e r n a n d o , hijo del infante D . J u a n , pa ra der r ibar la fortaleza de Pr ior io , y ot ras a lgunas de As tu r ias , donde se acogian malhechores , que robaban la t i e r r a , y ampa ra r la ciudad de Oviedo de a lgunos daños que la Iglesia de Ov iedo , y convento de San P e l a y o , y San Vicen te le h a c i a n , ocupándola a lgunas jur isdiciones , como parece p o r la comisión que trajo , fecha en la E r a de 1344, que es tá en los archivos de la misma c iudad ; pero todo lo concertó , y compuso en paz este p r inc ipe , y lo dejó todo so segado , sin daño a lgu­no . Obras muchas disensiones tuvieron después los obispos con la c i udad , por los muchos vasallos y jur isdiciones que tenían , como parece por escr i turas que he visto en los archivos de la, misma ciudad.

§ I V .

CSoaszalo- üLopes de Csialia.

H a b i a por estos t iempos en As tu r ias un poderoso caballero, l lamado Gonzalo López de Guella, por t ene r alli su so la r ; este p re tendía ser señor de la villa de Grado, y por la resis tencia de los vecinos puso fuego al lugar y lo quemó, y hacia mucho da­ño con sus deudos y criados en toda aquella t ie r ra , por lo cual fué necesario levantar gen te pa ra p r e n d e r l e ; él se acogió al castillo de Agui lar con los s u y o s , de donde se resist ió por al­g ú n t iempo , y después se escapó, por lo cual fue pronunciado por público malhechor , y mandado a r rasa r por el suelo el cas­tillo de Agui lar , en la E r a de 1346, según consta de la senten­cia , que he visto en un g ran pergamino en el archivo de la ciudad de Oviedo , y de o t ra escr i tura del mismo archivo, sig­nada de J u a n F e r n a n d e z , escribano, de la E r a de 1354, se co­lige como estos malhechores se habían encasti l lado en el cas­tillo cíe Tíldela con sus deudos y a m i g o s , haciéndose fuerte

182 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. en él contra la justicia , y saliendo de alli á robar los caminan­tes y á los moradores de aquella comarca, por lo cual D . Ro­drigo Alvarez de Asturias, por mandado del rey, les fué á cer­car con su gente , y les compelió á huir, y á salirse de la pro­vincia.

§ V.

Casdrogto l r e e d i f i c a d o , y a l g u n o s n o b l e s d e a q u e l c o n c e j o .

La tierra que en los fines de Asturias hacia Galicia ahora llaman Castropol, se llamaba por entonces de Rivadeo , y alli se situó el arcedianato de Rivadeo , y por ser buena comarca y tierra de la Iglesia, mandó el obispo D. Fernando Alvarez, que se reedificase la villa de Castropol, y fuese pobla y cabeza de todo aquel partido. Salió á contradecir esto Suer Menendez de Rivadeo , señor de la casa de Villar , caballero de mucho va­lor y de muchos vasallos ; y un deudo suyo , llamado Arias Aries, y Gonzalo Janes, y Martin Pelaez el Longo , y Pedro Melendez , y Rui Suarez , y Alfonso Martínez , pretendiendo que se hiciese esta pobla en el lugar de Robledo, sobre lo cual hubo grandes alborotos y muertes ; todos los cuales sosegó el valeroso obispo D. Fernando Alvarez, reduciendo á su gracia á estos caballeros , como todo consta de las concordias y perdo­nes , que están en los archivos de la santa Iglesia ele Oviedo. De Suer Melendez de Rivadeo-fué hijo Menen Suarez, á quien dio el obispo la encomienda del Castillo de Fiel en aquella tier­ra , como parece por un pleito homenaje que hizo en mano de otro caballero , llamado Juan Alfonso de Morzo Navia , como consta de la escritura, que está con los antecedentes. Al obis­po D. Fernando sucedieron en la silla D. Ordoño, D. Juan, D. Pedro y D. Juan Sánchez , todos graneles prelados.

CARVALLO, 183

§ vi.

P e s c a d e l r i o d e P r a v i a .

También por estos t iempos se levantó g ran pleito en t r e la santa Iglesia de Oviedo, y la villa, y concejo de P rav i a , sobre la pesca de aquel r i o ; que es de g r a n provecho y regalo . D e ­fendían la pa r te de la villa Diego M a r t í n e z , hijo de J u a n .Por­cinas; y Rodr igo Alfonso de P o n t e , y Mar t i n Pérez de Soto, á los cuales nombra caballeros la escr i tura de compos ic ión , que hicieron con el cabildo, y D . P e d r o P o n t e , en nombre del obis­po , el año de 1305. Los que parece t r a t a r o n de es ta composi­ción, fueron dos caballeros de mucha autor idad , l lamados Suer Pérez de Vil lar igan, y Suer Pelaez de Inclan , como parece po r la misma composición, que está en la Regla colorada áfol. 170, hac iendo mención en la escr i tura de la pesca de aquel r io, nom­brando salmones, sol los , lou t ras , ragios , reos , l ampreas , &c.

§ V I L

F u n d a c i ó n d e !§an L á z a r o d e V i l l a f r i a .

F u n d a r o n y dotaron por estos t iempos la iglesia y hospi ta l de San Lázaro de Villafria dos he rmanos , caballeros honrados , l lamados Suer Pérez de Selgas y Alvar García de Vil lar igan, par ien tes de Suer Pérez de Vi l l a r igan , que ar r iba hemos dicho, señores de u n a casa fuerte, que es taba en un collado de Selgas, cuyos r a s t ros y fosos se ven aun hoy : y es ta fundación consta por u n a e s c r i t u r a , que está en el mismo hospi tal .

184 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ V I H -

C v o l i e r n a d o r e s de A s A n r i a s .

F u é mer ino mayor de As tu r ias por estos t iempos P e d r o Gon­zález de S a n d o v a l , al c u a l , ademas de la mer índad , po r sus muclios servicios hizo merced el rey de todas las escribanías de t odas las ciudades, villas, l u g a r e s , concejos y jur isdiciones de es te pr incipado , como se refiere en u n nombramien to que hace el mismo P e d r o González , y está en los archivos de la ciudad de Ov iedo ; mas no consta de él si la mer indad fué de por vida ó perpe tua . D . E s t e b a n Pérez fué t ambién gobernador de A s ­tur ias por estos t iempos, y después hal lamos que lo fué D . Al­fonso Mar t ínez de P o n t e , que sin duda era hijo de Rodr igo Alfonso de P o n t e , que hemos referido.

§ I X .

A r m a s v e r d a d e r a s de l o s Valdcses.

H u b o por estos t iempos u n g ran pleito sobre el Coto ele La­bio en t re el obispo de Oviedo I). F e r n a n d o , y los vecinos del concejo de V a l d é s ; y el que hacia las p a r t e s del concejo como persona principal y p o d e r o s a , era García Méndez de V a l d é s , como consta de la concordia que sobre ello se h i ­zo , y está en el libro Gótico de la san ta Iglesia de Oviedo, en la cual escr i tura se hace mención de o t ra escr i tura sellada con las a r m a s ele Valdés , que era una cabeza de león en sello de cera colorada, con le t ras a l rededor que decían armas de Valdés: y asi el arzobispo de Sevilla D . F e r n a n d o de Váleles p in taba esta cabeza de león encima de un castillo , eme son las a rmas

CARVALLO. 185

de Salas , por ser su padre de ambas familias , y las banderas que p in t an los Valdeses de Sancucado , por ser su m a d r e des­cendiente de aquella casa.

§ X .

© . . R o d r i g o A . l v a r e z «le A s t u r i a s .

F u e por estos t iempos un valeroso caballero D . Rodr igo Alvarez , al cual por sus g randes méri tos hizo merced el rey D . F e r n a n d o del concejo de Siero , que los reyes pasados hab ian por Alfoz , como parece por u n a escr i tura que el mismo r e y hace de recompensa , dando á la .c iudad de Oviedo , de quien parece era este concejo , las feligresías de Pr ior io y P u e r t o , la cual vi en los archivos de es ta c i u d a d , y se l lama D . Rodr i ­go A l v a r e z , fiijo de Cristóbal A l v a r e z , á diferencia de o t ro D . Rodr igo A l v a r e z , señor de N o r e ñ a , que era hijo de D. P e d r o Alvarez de A s t u r i a s , como luego diremos. F u e padre es te D . Rodr igo Alvarez , señor de S i e r o , ele J u a n A l v a r e z , de Siero, de quien t r a t a r emos en el s iguiente t i tu lo ,

T I T U L O C U A R E N T A Y U N O .

D. ALFONSO EL ONCENO,

§ 1 -

S u u i a «1c s u r e i n a d o .

U n año y veinte y seis dias ten ia de edad D . Alfonso el On­ceno cuando murió su p a d r e , y sobre su curador ía hubo g r a n ­des diferencias y divisiones en los r e i n o s , con que fueron cre­ciendo las fuerzas de los señores de m a n e r a , que por t o d a su

186 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

vida tuvo este rey ha r to que hacer en sosegar sus t i e r r a s , y las al teraciones de los g randes . F u e casado con D oña Mar ia , hija del rey de P o r t u g a l , de quien tuvo á D . Ped ro , que le su­cedió en el re ino. Es tuvo m u y rendido D. Alfonso á los amores de una dama sevi l lana, l lamada D oña Leonor de G u z m a n , hi­j a de P e d r o Mart inez de G u z m a n , y v iuda de D . J u a n de V e -lasco , y tuvo en es ta señora á D . P e d r o , D . S a n c h o , D . E n ­r ique , D. Fadr ique , D . Fe rnando y D. Tello. Tuvo p e r p e t u a gue r ra con sus vasallos mal su je tos , y con el rey de P o r t u g a l , y de Granada , que se in tentó eximir de su vasal la je , y con los de Áf r ica ; y de todas estas pendencias tuvo prósperos su­cesos , ha s t a que sobre Gibra l tar murió de pesti lencia el año de 1350, y cinco años antes vino este rey en romeria á la santa Ig les ia ele Oviedo á dar las gracias por las g randes victorias que de los moros hab ia alcanzado , visitó las reliquias , y ofreció muchos y muy ricos o r n a m e n t o s , y otros dones pa ra el cul to d iv ino , y dio veinte y cuat ro mil maravedís de aquel t iempo, que t res maravedís hac ían u n r e a l , pa ra acabar el c laust ro , que se iba haciendo , y asi como actor principal de es ta o b r a , pu­sieron su es ta tua de piedra en el lienzo de mano derecha como se en t r a en el mismo c l a u s t r o , y cada año se le hace un solem­ne aniversario en la misma san ta Iglesia.

§ 1 1 .

D o n R o d r i g o A l v a r e s a «le A s t u r i a s , c u a r t o d e e s t e n o m b r e .

D. Bodr igo Alvarez de A s t u r i a s , hijo de D. P e d r o Alvarez de Astur ias , y de D o ñ a Sancha (según consta por su t e s t amen­to , que está en San Vicente de Oviedo , donde se mandó enter­r a r , y hoy vemos su sepul tu ra j u n t o al a l tar mayor) habia ser-

CARVALLO. 187

vicio al rey D . F e r n a n d o , y le liabia dado á Riva de Se l l a , y N a v a , y le liabia hecho o t ras m e r c e d e s ; y era t ambién señor de C o l a n g a , que le habia comprado á D . Alonso B e l t r a n , á quien se la habia dado el rey D. F e r n a n d o , como consta de su t e s t amen to . F ina lmente fue por estos t iempos D . Rodr igo Al­varez , cuar to de este nombre , uno de los mas notables va rones , y ele las mas graves y poderosas p e r s o n a s , y de mas cuen ta , que habia en el r e i n o , de cuya noble descendencia ya hemos t r a t ado . E r a D. Rodr igo conde de N o r e ñ a , que es u n a villa dos leguas de Oviedo , donde tenia el castillo, y casa fuerte que hoy v e m o s , y era mayordomo mayor del r e y , y adelantado mayor de t ie r ra de León y A s t u r i a s , como afirma el P . Yepes , y cons ta de muchas escr i turas . E n las divisiones que hubo en el re ino sobre la cu rador í a , la ciudad de Ov iedo , y aquella S a n t a Ig les ia tuvieron a lgunas diferencias , y jun tándose en la Ig les ia de San Tirso á t r a t a r del caso , hicieron en razón de ello algu­nos acuerdos , y al fin remi t ie ron la aprobación del curador que aceptasen pa ra cuando J). Rodrigo Alvarez v in ie se , acordando que no se le permit iese en t ra r con a r m a s , n i gen te de gue r r a en la c i udad , y se juró el secreto de todo , como parece por las escr i turas que de ello se ce leb ra ron , y están en el l ibro de la Regla colorada, á fol. 135, siguió D . Rodr igo A l v a r e z , y los as tur ianos la voz de la re ina D o ñ a M a r í a , abuela del mismo r e y , y del infante D . P e d r o , hijo de la misma re ina , que era lo que mas convenia al reyno. Hacíase t an to caso de D . Rodr i ­go A l v a r e z , que nombrando la crónica del rey D . Alfonso el Onceno los graneles que seguían la voz del infante D . P e d r o , le nombra después de los infantes D . A lonso , , y D. T e l l o , y ele D. J u a n Alonso de H a r o , y dice asi: es tando la c iudad de León por la parcial idad del infante D. J u a n , entró en ella D. Ro­drigo Alvarez ele As tu r ias con gen te de g u e r r a , y se apoderó de sus to r res , y las dio en tenencia á P e d r o Menendez de Guz-

188 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

man , con pleito homenaje que le hizo h a c e r , de que no las en­t regar ía á n a d i e , sino al mismo r e y , en teniendo edad pa ra ello. Mur ie ron es tos c u r a d o r e s , y sucedieron el infante D . Fel ipe, y D . J u a n M a n u e l , y al tomar les la j u r a , dice la crónica del mismo r e y , que estuvieron presen tes la re ina D o ñ a Sancha , el obispo de Av i l a , D . F e r n a n d o Ruiz de S a l d a ñ a , Ruiz Gómez su h i jo , D . Rodr igo Alvarez de Astur ias , señor de Noreña , Al­var Nuñez Osorio , Garcilaso de la V e g a , Alonso Fe rnandez de D a z a , y F e r n a n d o Garcia Duque , y otros muchos r icos-homes, y caballeros. Tuvo necesidad D, Fel ipe de en t r a r en la c iudad de León á fuerza de a rmas , y pa ra esto llevó consigo á D . R o ­drigo Alvarez , con cuyo favor se apoderó de ella , y la ent regó al mismo D. Rodr igo Alvarez , pa ra que la defendiese , y tuvie­se pa ra el r e y , de quien fue después g r a n servidor en paz , y en guer ra . Y cuando salió este rey de B u r g o s con su he rmana , que la llevó á casar con el rey de A r agón , n o m b r a su crónica los señores que la a c o m p a ñ a r o n , por este orden : D . P e d r o Fe r ­nandez de Cast ro , D . J u a n Alfonso de Siero , D . Rodr igo Alva­rez de A s t u r i a s , señor de N o r e ñ a ; D . Vasco Rodr igo , maes t r e de S a n t i a g o ; D. J u a n Mart ínez , maes t r e de C a l a t r a v a ; Don Suer Pérez , maes t re de A l c á n t a r a ; D. F e r n a n d o Rodr íguez , señor de Vi l la lobos , y D. J u a n Garcia Manr ique . De donde se conoce el al to lugar que tenia en t re los graneles este valeroso a s t u r i a n o , que venció á O z m i n , caudillo denlos m o r o s , en el cerco de T e c c a , en u n asalto m u y pel igroso. Tuvo también de mano del obispo de Oviedo las encomiendas de L l a n e r a , y las Regueras .

§ I I L

C a s a n a i e u t o . é h i j o s d e 1>. Hods' ig'© A l v a r e a .

F u e casado D. Rodr igo Alvarez de As tu r ias con D o ñ a Isabe l

CARVALLO. 189

de la C e r d a , nieta del infante D . F e r n a n d o de la C e r d a , que p re tend ia el reino , de quien vienen los duques de Medicina-Celi . E n u n a señora l lamada Doña S a n c h a , tuvo un hijo l lamado Al­va r Diaz,- que murió en dias de su p a d r e , y está en te r rado en el convento de la V e g a ; á este monas ter io se recogió D o ñ a San­cha su madre , como consta manif iestamente del t e s t amen to de D . Rodr igo Alvarez , y de una donación que hizo al mismo m o ­nas ter io , donde d ice , que es por el alma de Alvar Diaz su hijo: nómbrase en esta escr i tura mayordomo del rey , y confirman en ella Alvar Diaz de L o d e ñ a , Ped ro Fe rnandez de Vi l l a l a r , Gu­t ier re Alvarez de L e i r a , y se nombran caballeros. Dejó este Al ­var Diaz u n hijo , l lamado P e d r o Alvarez de As tu r i a s , yaleroso y esforzado c a p i t á n , que murió en la guer ra de Algec i r a , como consta de la misma crónica cap. 305 , por estas pa labras : Pedro Alvarez , nieto de D. Rodrigo Alvarez de Asturias, herido de una saetee en la, cabeza por encima de una capellina, que habiéndole curado D. Fernando Rodríguez de Villalobos, se murió al cabo de tres dias. Tuvo o t ra mujer D . Rodr igo A l v a r e z , l lamada Doña Mar ia Fe rnandez , como también consta de su t e s t amen­t o , y le deja á L i l l o , y d i c e , que le habia mandado en a r r a s cua ren ta mil maravedís .

§ I V .

D o n B£.oda»igo A l v a r e z a d o p t a p o r tarjo á D . aEnaúquc, y d a a m i c h a h a c i e a a d a á §San l á c e n l e d e O v i e d o .

Parece que mur ie ron p r imero que D . Rodr igo Alvarez de Astur ias su hijo , y nieto , como consta de su t e s t amen to , pues en él deja por heredero de su solar de N o r e ñ a , con su apellido., y a r m a s , y de la hacienda de Siero á F e r n á n Rodinguez de Vi ­llalobos , hijo de Ru i Vigil de Vi l la lobos , y de D o ñ a Teresa Al fonso , hija de Alfonso Alvarez , y de D oña M a r i a , sus t ios

190 A N T I G Ü E D A D E S DE A S T U R I A S .

del mismo D. R o d r i g o ; pero después inst i tuyó por su heredero al infante D. E n r i q u e , hijo del rey D . Alfonso el O n c e n o , y de Doña Leonor de G u z m a n , que era conde de T r a s t a m a r a , y Lemos , y S a u a b r i a , adoptándole por su hijo , y asi quedó por conde de N o r e ñ a , donde después se amparó de la persecución del rey D . Ped ro su he rmano , medio único por donde vino á alcanzar la corona de estos reinos. Deja asimismo g r a n d e s l i ­mosnas á casi todos cuantos m o n a s t e r i o s , y malater ias habia de Valladolid á esta par te . Muchas res t i tuciones de daños que con su ejército en varias ocasiones habia hecho. Dotó t r es misas cantadas cada dia en Val-c le-Dios , donde an tes tenia propósi to de e n t e r r a r s e ; y siete m i s a s , una cantada y seis rezadas , cada dia en San Vicente de Ov iedo , donde se mandó e n t e r r a r , y dejó t a n t a riqueza á aquel monaster io , que se t iene por el princi­pal bienhechor de él. M a n d a que se derr iben los castillos de Malpica y Oastielverde. M a n d a en t rega r el castillo de Gozon al monaster io de Aviles y el de Sobreescobio , diciendo que eran s u y o s ; y m a n d a , que el hospi ta l de San J u a n , en t i e r ra de S i e r o , lo dejen libre á la orden de San J u a n . Deja por t es ­tamenta r ios á su sobrino F e r n á n Rodríguez de Vi l la lobos , y á Bueso Suarez ele Aller , y á Lope González de Quirós , su alfé­rez , y á Tomás Fernandez de Ov iedo , que tenia una h i j a , lla­m a d a Doña Sancha Rodríguez , casada con P e d r o Menenclez de Guzman. F u e hecho su t e s t amen to en L i l l o , E r a de 1369 }.,á seis de Agos to . Dio asimismo en v i d a , y en m u e r t e g r a n hacien­da al monasterio de San V i c e n t e , dejándole engrandecido con mucha r i queza , como todo consta de su s e p u l t u r a , epitafio , y a r m a s , y de muchas escr i turas , y del mismo te s t amento ; que es admiración los muchos castillos que t e n i a , y g r a n cant idad de h a c i e n d a , y las muchas mandas que hace. Mostróse muy agradecido el infante D. E n r i q u e , como parece por una dona­ción de mucha hacienda que hace al monaster io de la Vega ,

CARVALLO. 191

A l v a r I > i a z d e L o d e ñ a , y o t r o s .

Alvar Diaz de L o d e ñ a , que es u n lugar en As tu r i a s , era pa­r ien te m u y cercano de D. Rodr igo Alvarez de A s t u r i a s , como se colige de que se halla confirmar en la donación que el mismo Rodr igo Alva rez , hizo al monas ter io de la V e g a , y o t ras es­cr i turas , y de que p in taba las mismas a r m a s , y tenia su entier­ro en San V i c e n t e , como consta de su t e s t a m e n t o , que está en los archivos del mismo c o n v e n t o , donde dice : V vieren mios testamentarios qua me pertenece en la capilla v jazen mios debe­rlos , é mió padre, é que me fagan tumba levantada en forma de caballero , fyc. Gut ie r re Alvarez de Le ida , que es un lugar j u n t ó á Aviles , no hay duda que t ambién era del mismo t ronco , pues t iene el mismo apellido de A l v a r e z , y confirma en las e sc r i t u ­ra s de D . Rodr igo Alva rez , nombrándose caballero.

, § V I .

1) . G o n z a l o M a r t í n e z d e O v i e d o .

D . Gonzalo Mart ínez de Ü A n e d o fue hijo de Nicolás Mart ínez

por hacer bien á Doña Sancha Alvarez , y por el alma de Al­var Diaz. E s t a Sancha Alvarez era la mon ja , y no la m a d r e de Alvar D i a z ; y refiere que ha heredado la hacienda de D . R o ­dr igo Alvarez , como su hijo adop t ivo , y se nombra D . En r ique señor de N o r e ñ a , y de C a b r e r a , y de Ribera . Murió D . Rodr i ­go Alvarez , según el epitafio de su s e p u l t u r a , año de 1370, sin dejar suces ión ; pero del t ronco de su linaje vienen los muchos que hemos re fe r ido , y de su he rmano P e d r o Alvarez vienen los señores de la casa de Naya en As tu r i as .

192 ANTIGÜEDADES DE-ASTURIAS.

de Oviedo , y sobrino de Gonzalo Rodr íguez del Po r t a l . F u e D . Gonzalo Mart ínez uno de los nobles caballeros del re ino, aun­que muy desgraciado en su muer te . Sirvió (como parece por su crónica) al rey D . Alfonso .el Onceno , y por sus h e c h o s , y bue­nos servicios le hizo el rey g randes mercedes , y finalmente le hizo maes t re de la caballería de Alcántara , ent regándole los cas­t i l los, l uga res , y fortalezas de aquella orden. E r a de t a n t a cuen­t a D . Gonzalo Mart ínez de Ov iedo , que de mucha y muy luci­da g e n t e , y graneles señores que fueron con el rey en la a rma­da contra Aragón , no hacen par t icu la r mención las h i s tor ias mas que del a lmirante D . Gil B o c a n e g r a , y del maes t re de Al-cán t a i ' aD . Gonzalo Mar t ínez de Oviedo. Asis t iendo el rey D o n Alfonso en Sevilla con su casa y c o r t e , y con todo su ejérci­to , haciendo desde alli gue r ra á los moros de las fronteras de Andalucía , y G r a n a d a , y defendiendo por mar el pasaje de los moros de África , tuvo necesidad de recogerse á Cas t i l l a , por falta de ¿Uñeros , y asi dejó á cargo de este noble as tu r iano toda la gue r ra y gen te , y caballería de su ejército , m a n d a n d o que todos le obedeciesen como á su real p e r s o n a , dejándole sus rea­les provisiones pa ra que todos los alcaides de la F r o n t e r a , ca­balleros , concejos , y vasallos le obedeciesen en todo lo que él o r d e n a s e , como todo lo refiere Vil lasan en el cap. 19, de su crónica. Y luego en part iéndose el r e y , j un tó D . Gonzalo Mar* t inez en Córdoba un g r a n ejérci to , y entró con g r a n í m p e t u corr iendo la t i e r ra de los moros , t a l ándo la , y tomándoles fuer­tes y castillos , y m u y grandes presas , y se volvió á recoger con g ran victoria. F u e capi tán general de la cr is t iandad en la terr ible batal la donde fue muer to Abomel ique , rey moro de Algec i ra , hijo del rey Abohacem , que fatigaba g randemen te los cr is t ianos, en la cual bata l la fueron muer tos , y cautivos mas de diez mil moros . Hallóse en o t ras muchas ocas iones , y cor­rer ías , con t a n t a opinión de su persona , que era tenido por el

CARVALLO. 193

mejor y mas valeroso soldado que en aquel t iempo habia en E s ­p a ñ a , y de t a n t a au tor idad pa ra con el rey , que dice.su crónica en el cap. 204, que todos los negocios del reino se gu iaban por solo el parecer de D . Gonzalo Mart ínez de Oviedo , y todas las r en ta s reales pasaban por su m a n o , y proveía los oficios de la casa real .

§ V I L

C«i«Ia «le ISosaazalea HbfiaWinesB.

Dio eu aborrecer á Gonzalo Mart ínez de Oviedo D oña Leo­nor de Guzman , en quien el rey liabia tenido los hijos que he ­mos referido , pensando que la mucha autor idad , y mano que tenia con el rey le serviría de es torbo para a lgunas pre tens iones , p r inc ipa lmente se enojó mucho de que hubiese hecho a lguna contradicion cuando el rev dio el maes t razgo de Sant iago á Don Alonso Méndez de Guzman su h e r m a n o ; con esto p rocuraba por todas las vias que podía hacerle caer de la pr ivanza, heéhan-do o t ras personas de secreto que le malquis tasen , en t re las cua­les era el principal D . Alonso Fe rnandez Corone l , señor de A g u i l a r : dijeron al r e y , que D . Gonzalo Mart ínez m u r m u r a b a de que el rey quisiese t an to á Doña Leonor , y que habia dicho a lgunas cosas en que la habia ofendido. Most ró el rey mucho sent imiento de e s t o , y asi envió á l lamar á D . Gonzalo Mar t í ­nez , con orden de que si no viniese luego , le prendiesen los capi tanes que para esto enviaba. E s t a n d o D. Gonzalo en Je rez con toda la gente del rey , l legaron las car tas , y recados en que le enviaba á l lamar , y á p r e n d e r ; conociendo D. Gonzalo el enojo del r e y , no le pareció cosa segura ponerse por entonces delante de él, y asi con toda aquella gente se fue á Monron , lu­ga r de su orden. E r a n los maes t res de las órdenes entonces esen-tos de la jur isdicion r e a l , como afirma Mar iana lih. 26, cap. 5,

13

194 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

has ta que el papa Inocencio Octavo concedió la adminis t ración de sus maest razgos al rey D . F e r n a n d o el Católico ; y asi desde Monron envió á escribir al rey sus disculpas ; pero como se ha­llaba i n o c e n t e , escribió con mas l ibertad de la que deb ie ra , y mos t r ando a lgún denuedo de soldado , y par t iéndose desde allí, se fue á los castillos que la orden tenia en las fronteras de Po r ­tuga l . Enojóse mucho el r e y , viendo que no habia venido á su l l amamien to ; pero como la potencia del maes t re era t an g rande , tuvo por bien repr imir su co le ra , y asi dis imulando el enojo, le volvió á mandar con suaves p a l a b r a s , que se viese con él en M a d r i d , y cuando no lo hiciese a s i , que los capi tanes y gente de guer ra que le habia de jado , se volviesen á Je rez á defender las fronteras. N o tuvo por cosa segui-a el maes t re ponerse en las manos del r e y , y asi la gen te de gue r r a le desamparó , que­dando con él algunos caballeros de su t i e r r a , y de su orden, con los cuales se fue al castillo de Va lenc i a , lugar de la misma o r d e n , y en la misma f ron te ra , y de alli t ra tó pasarse á P o r t u ­gal , pa ra que el rey D . Alfonso le amparase en su t ie r ra , ha s t a que el de Castilla estuviese mejor informado de su lealtad. Sus enemigos tomaron mas a t revimiento , viéndole ya caido de su p r ivanza , diciendo al r e y , que se habia in ten tado pasa r al rey moro de G r a n a d a , y en t regar le los castillos y fuertes de la F r o n t e r a , y que el rey de Po r tuga l con la ayuda del mismo Gonzalo Mar t inez , se apercibia pa ra e n t r a r por t ie r ra de Casti­l l a , añadiendo o t ras cosas pa ra encender mas el enojo del rey. También a lgunos caballeros de la orden , que es taban mal con él, le desampararon , y se apoderaron de la villa de Alcántara , y por orden del r e y , con o t ros muchos que alli se j u n t a r o n , des-honeraron á Gonzalo Mart inez de Oviedo del m a e s t r a z g o , y nombra ron por maes t re á D. Ñ u ñ o Chamizo; y luego el rey con g ran p r i s a , y á m u y largas j o rnadas , caminando de dia y de n o c h e , vino con m u c h a gen te de g u e r r a , y con el nuevo maes-

CARVALLO. 195

tvtí , y sus freilcs sobre la fortaleza de Va lenc ia , y convocando toda la gente de aquella comarca , cercó á Gonzalo Mar t inez de Oviedo , el cual sabiendo que el rey venia , hizo coronar la tor­re mayor do aquella fortaleza con muchas banderas , y despojos que habia ganado á los moros , pensando mover con esto al rey á que se acordase de sus servicios. Asomóse Gonzalo Mar t inez en lo alto de una t o r r e á ver lo que el rey le m a n d a b a ; y vien­do que con gran enojo le mandaba abrir las p u e r t a s , y en t r e ­gar le la fortaleza , Gonzalo Mart inez se escusaba , diciendo, que su alteza estaba mal informado cont ra é l , y que se temia le man­dase m a t a r sin o i r le , que permit iese pr imero ser informado de la verdad. Porfiando el r e y , que ante todas cosas le habia de en t rega r la fortaleza , y ponerse D . Gonzalo en sus manos , le r e spond ió , que ten ia consigo una compañia de a s t u r i a n o s , y leoneses , con quienes se quería aconse jar ; y habiéndose reco­gido , después de un buen r a to , desde u n a t o r r e un a s tu r i ano dijo al r e y , que se fuese en .buena h o r a , que D. Gonzalo Mar­t inez de Oviedo no hal laba por conveniente abrir le el castillo; y no faltaron algunos a t rev idos que desde las a lmenas arroja­ron a lgunos dardos con t r a la gen te del r e y , de lo cual todo se hizo cargo á D. Gonzalo Mart ínez , y sin o i r le , ni admit i r le dis­culpa , el rey le condenó por t r a i d o r , y mandó combat i r la for­taleza. P rocuró D. Gonzalo Mar t inez defenderse , repar t i endo las t o r r e s en t re los caballeros que con él e s t a b a n , y la mía dio á P e d r o Alvarez Escarpizo , o t ra á Alvaro Rodr íguez Osorio, o t ra á Rui Fe rnandez de X o d a r , o t ra á Diego Suarez , y á Fe r ­n á n González de Almazan , y o t ra á Diego Pérez de Grijalba, y la mas g rande por las cercas del cas t i l lo , repar t ió en t re ot ros ; mas viendo estos caballeros que la resis tencia no podia du ra r m u c h o , y que D. Gonzalo Mart inez con t emor de su vida que­ría poner la de todos en peligro , dieron en t r ada á la gen te del rey por la to r re que l laman del T e s o r o , que es taba á cargo de

196 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

F e r n á n Gomez de A l m a z a n , y de Diego Sanchez. Viendo D o n Gonzalo Mart ínez en t rado el cas t i l lo , se metió en la to r re mas fue r t e ; mas los que con él - es taban le d i je ron , que se diese á m e r c e d , pues ni ellos le podian a y u d a r , n i él defenderse. E n t r e ­góse finalmente D . Gonzalo M a r t í n e z , pos t rándose an te el rey, y suplicándole le oyese sus descargos : el rey le entregó á su coronel Alonso Fe rnandez á que hiciese j u s t i c i a , y como habia sido su principal e n e m i g o , ú l t imamente lo hizo degollar p o r t ra idor , aplicando sus bienes á la cámara r e a l , aunque después fue res t i tu ido lo que se pudo res t i tu i r . Asi la for tuna atropello á este noble a s t u r i a n o , que sus hechos , y v i r tudes habían hecho t a n famoso , p rocurando borrar los todos con la infamia de la m u e r t e , que después le fue res t i tu ida la opinion de su leal tad en t iempo del rey D . P e d r o , como entonces d i r e m o s , por j u s ­tos juicios de Dios , que todo lo vé , y vuelve por la razón. Ed i ­ficó este famoso capi tán la casa del convento de San Francisco de la ciudad de Ov iedo , y comenzó á fabricar la I g l e s i a , y dejó acabada la capilla mayor y el crucero. Dejó D . Gonzalo Mar­tínez de Oviedo u n valeroso hijo , l lamado Rodr igo Gonzalez de Oviedo , el cual fue legít imo , habido an tes de ser maes t re . Y es de a d v e r t i r , que los comendadores , y maes t res de las órde­nes mil i tares no e ran c a s a d o s , ha s t a que el rey D . P e d r o hizo maes t re á D . Diego Garcia de Villagera , he rmano de Doña Ma­ría de Pad i l l a , siendo ca sado , como todo lo afirma el doctor Gudiel en la descendencia de los Girones.

§vni. CabaSlcB' ia «le l a I S a n d a .

Ins t i tuyó el rey D . Alfonso el Onceno en la ciudad de Vic to­r ia una nueva orden de caba l le ros , que l lamaron de la Banda ,

CARVALLO. 1 9 7

porque t ra ían los que la profesaban por insignia una banda roja, de cua t ro dedos de a n c h o , por encima del hombro derecho, y por debajo del brazo izquierdo, rodeando todo el cuerpo , y no se admit ían á ella s ino nobles hijos-dalgo , y que por lo menos hu­biesen servido en la guer ra diez a ñ o s , y el mismo rey fue admi­t ido por maes t r e de e l la : y no hay duda que se ins t i tuyó en V i z c a y a , porque muchos caballeros de aquella p rov inc ia , y de la de As tu r i a s su vec ina , rec ibieron es ta cabal ler ía , aunque solo t enemos noticia de algunos que la recibieron en B u r g o s , en donde se dio con grandís ima so lemnidad , por la coronación del mismo r e y , como i'eñere su crónica; y uno de ellos fue García Pérez de O m a ñ a , hijo (como hemos dicho) de Gonzalo García de Omafia , y nieto por pa r t e de m a d r e de D . Rodr igo Alvarez de As tu r ias , t e rcero de es te nombre . E r a este caballero capi tán en las f ronteras de los moros , y asi le l lama la crónica Alcaide: fue en te r rado en San I s id ro de León en una capilla que pa ra su ent ier ro fundó su hijo Ares Pérez de Omaña . Del cual Ares Pérez de O m a ñ a fue hijo Ares Alvarez de Omaña , de quien tomó nombre una calle de León, que has t a hoy l laman las To r r e s de A r e s de O m a ñ a , y de es te caballero quedó solo u n a h i j a , lla­m a d a Sancha Alvarez de O m a ñ a , que casó con Lope Díaz de Q u i ñ o n e s , he rmano de Suero Pérez de Qu iñones , hijos de Al­va r Pérez de Q u i ñ o n e s , y pr imos del adelantado P e d r o Suarez de Q u i ñ o n e s , como todo cons ta por u n a cédula que t ienen los sucesores de la casa -de O m a ñ a , que dice a s i : Yo María Rodrí­guez de Omaña, muller de Lope Díaz de Ribadeo, do consentimien­to que • Suer Pérez de Quiñones, mió tío pueda facer enterrar á quen el quijer, é le pluguiev en la mío capiella de la Calostra del señor San Isidro de León, que fundó Ares Pérez de Omaña para entierro de Garci Pérez , caballero de la Banda, so padre; é des­pués dotóla mió señora madre Sancha, Aleares de Omaña su hija, por cuanto el dicho Suer es mió tío, hermano de mi padre Lope

19 8 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Diaz, e por cuanto me fizo muy buenas obras , é me defendió del adelantado su primo, é con tal casel, que sea por sos dias, é no mais , por ser de los descendientes de la mió casa de Omaña, fyc. L a pendencia que este caballero tuvo con esta c a s a , se tocará á su t iempo. -

§ IX.

O t r o s a s i i i B ' i a n o s «psc s 9ceibSeB°OBS l a c a b a l l e a b a «le l a l l a n d a . .

Alfonso Fe rnandez de Solis fue caballero valeroso por estos t iempos j pues mereció por sus hechos recibir la caballería de la B a n d a en B u r g o s , según refiere la misma crónica , donde también se ref iere , que fueron admit idos á ella Melen Garcia de S o m i e d o , E s t e b a n Fernandez de Somiedo , y R e u s F e r n a n ­dez de O n i s , todos caballeros as tur ianos de g ran valor. Consta asimismo del cap. 109, de la misma crónica , que fue recibido á esta caballería Gut ie r re Fe rnandez , el cual según parece por e s c r i t u r a s , fue pad re de Gonzalo Bernaldo de Qu i rós , del cual hace honrosa mención la crónica del rey D. P e d r o , como en su lugar veremos. F e r n á n Diaz D u q u e , y F e r n á n Garcia Duque , descendientes de Sancho D u q u e , y Gut ie r re Osorio Duque , ar r iba nombrados , fueron también de es ta caballería, como infie­re la misma his tor ia cap. 105.

• § X.

"Val í l e scs v a l e B ' o s o s .

Fue ron por estos t iempos muy poderosos en A s t u r i a s Gar­f i a González de Valdés , y Fe rnando Alvarez de Valdés , herma­nos , hijos de Menen Suarez de V a l d é s , y nietos de Gómez P e -

CARVALLO. 199

rez ele Va ldós , de quien liemos hecho mención en el tit. 36. C o n s t a esta filiación por escr i turas y t e s t a m e n t o s , p r inc ipa l ­men te por el t e s t amen to de este F e r n a n d o Alvarez de Valdés , que está en un g ran pergamino en los archivos de San Vicen te de Ov iedo , donde se nombra hijo de Menen Suarez de Va ldés , y de Doña U r r a c a su m u j e r , feligreses de San Cucado , en el concejo de L l a n e r a , y se manda en te r ra r con sus an tepasados en San Vicente de Ov iedo , y deja mucha hacienda al mismo c o n v e n t o , y asimismo muchas haciendas en t ie r ra de León y Valencia á su hijo Mar t in Fernandez . N o m b r a una hija l lamada U r r a c a Fernandez de V a l d é s , de quien abajo t r a t a r emos . Del o t ro he rmano l lamado García González , se halla en el mismo convento una donac ión , por la cual con Dona Teresa López su m u j e r , da al mismo convento unas casas en L l a n e r a , con o t ra hacienda, E r a de 1387. Y este caballero trajo con la c iudad de Oviedo g randes diferencias, y se compusieron en la E r a de 1377, según consta de la escr i tura de composic ión , que se halla en el archivo de la misma ciudad. E s t e pienso que fue u n g r a n s o l d a d o , según Custodio y Ti r so 'de Avi les , que refieren su epitafio , que está en la capilla de los V a l d e s e s , y decía : Aquí yace García González ele Váleles, é finó Era ele 1400, en el real ale Gibraltar, é su muller Doña Teresa López, que murió el mes-mo año.

§ X I .

D . «fasaaa A a ' i a s «le jfbsáaarias.

E r a asimismo de los g randes señores de As tur ias por estos t iempos D . J u a n A l v a r e z , digo A r i a s , na tu ra l de Somiedo, el cual confirma un privilegio de este rey para las monjas de Gua, que era en S o m i e d o , y ahora está en Avi les , como ya dijimos; el cual privilegio firma asimismo J u a n Alvarez Osor io , adelau-

200 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

fcado mayor de Leon y As tur ias . También bai lamos que por estos t iempos era gobernador de As tur ias D. F e r n a n d o Rodr i ­guez de Villalobos.

§ X I I .

«¡jhsaEs A l v a r e z d e ©aero»

J u a n Alvarez de Siero , hijo de Rodr igo Alvarez , señor de Siero , fue persona de mucbo valor por estos t iempos , pues con­firma una car ta real en favor de las monjas de G u a , que t ienen las de xivilés, E r a de 1360, en la cual se nombra J u a n Alvarez de Siero , mer ino mayor de As tu r i a s ; y en otro privilegio de este rey pa ra las monjas de Carrizo , de la E r a de 1364, se nom­bra mer ino mayor de t ie r ra de Leon y As tu r i a s . E s t e J u a n Alvarez fue padre de J u a n A l v a r e z , que l lamaron el Chico, monte ro mayor del rey D . En r ique el Segundo , de quien se precian descender los hidalgos de la Pola de S ie ro , que sin duda vienen del t ronco de Rodr igo Alvarez , señor de Siero , como del sobrenombre se col ige , y de que p in t an las mismas a rmas .

§ X I I I .

¡ S u e r o Alíoras© «le A r c e s .

Suero Alfonso de Arces , hijo de Suero Al fonso , y de Teresa Alvarez , fue por estos t i empos un caballero m u y poderoso, na­t u r a l del concejo de las R e g u e r a s , cerca de O v i e d o , como todo parece po r su t e s t a m e n t o , que está en el archivo de S a n Vi ­cente , E r a de 1386, era de los Arces , y su mujer de los Alva­rez de As tu r i as .

CARVALLO. 201

§ X I V .

O b i s p o «le Ovie«l© p o r e s t o s t i e m p o s .

F u e Obispo de Oviedo en t iempo de este rey D . J u a n Sán­chez , en cuyo t iempo vino el mismo rey D . Alfonso á visi tar los santuar ios de A s t u r i a s , que no habia por entonces rey que en poniéndose la corona no viniese á hacer esta visi ta muy luego, y siguiendo en todo á sus an t eceso re s , dio muchas joyas y r iquezas á la san ta Iglesia ele Oviedo. Sucedieron en el obispa­do á D. J u a n Sánchez, D . Alonso Pelaez , D. J u a n , D . Sancho , y ot ro D. Alonso. Solían por entonces los obispos de Oviedo encomendar las t ie r ras y lugares que t e n í a n , y los reyes les habían d a d o , á los caballeros va le rosos , pa ra que las ampa ra ­sen y defendiesen de los enemigos y malhechores , y m a n t u ­viesen en jus t ic ia los vasa l los , po rque aun no es taban reduci­dos en forma de concejo , ni habia jus t ic ias pues tas por los obis­p o s , mas que estos señores y personas poderosas , que l lama­ban comenderos , y vivían en los castillos y casas fue r t e s , que pa ra la elefensa de la t ie r ra habia en cada encomienda , y se las daban con estas condiciones : Con tal condición, ca sejades bono a Ros, é d nosa Iglesia en lo que acaesciere, é que guardedes , é ampáreles la encomienda en cuanto en vos fuere; y ele esto hac ian los tales caballeros pleito homenaje en manos de a lgún hijo-dal-go, y p romet ían de asi lo c u m p l i r , y acudir con su p e r s o n a , y algunos hombres de á caballo acompañar al obispo cuando s a ­liese con gente á servir al r e y ; y asi se daban es tas encomien­das á las personas mas graves y poderosas de la t i e r r a , h a s t a que se comenzó á m o r m u r a r , que era mete r el ga to en el palo­mar , y que estos señores se iban quedando con a lgunos dere­chos y haciendas de las ig les ias , y sobre esto habia m u c h a s

202 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

diferencias , muer t e s y escándalos , en t re los vasallos de es tos tales cabal leros , y los de la Iglesia , por lo cual dieron los obis­pos en hacer pueblos y concejos , poniendo just ic ias en ellos, según todo consta por las escr i turas de aquellos t i e m p o s ; y por estas mismas t i ranías se hizo u n a ley en unas cortes en Soria, en que se m a n d ó , que n ingún caballero tomase en encomienda vasallos de los monaster ios que los reyes hubiesen fundado.

§ X V .

C o m e n d e r o s d e l o b i s p o .

D. Rodr igo Alvarez de Astur ias ya hemos dicho como tuvo las encomiendas de Llanera y las Regueras , que le habia da­do el obispo de Oviedo : y Ñ u ñ o González , hijo de Gonzalo L ó ­pez d e C e r r e d o , y de Doña Sancha su m u j e r , tuvo la enco­mienda del castillo de Oancio ; y Suero González su he rmano el Castillon de Bu r o n ; y Reus Peróz Ponce tuvo la encomien­da de Valdecarzana en Teberga , que se l lamaba condado, como todo consta de escr i turas , que he visto en la misma san t a Ig l e ­sia de Oviedo.

§ X V I .

A n t i g ü e d a d e s d e !§au F r a n c i s c o d e T i n c o .

E n los últ imos años de este rey ya es taba fundado el conven­to de San Francisco de T i n e o , pues se hallan en él sepu l tu ras del año de 1.348, sin que haya memoria de su principio. F u e es ­t e monaster io de grandís imo servicio á nues t ro señor en aque ­lla t i e r ra , por la docti ' ina , y ejemplo de los religiosos que allí vivían , que a lgunas veces habia en esta casa mas de doce m a e s -

CARVALLO. 203

t ro s y p red icadores , que emplecándose en este santo ejercicio, hacían admirable fruto.

§ X V I I .

J u a n Feí 'MíiBsdeK de P e ó n .

J u a n Fernandez de Peón era persona poderosa en As tur ias , y mer ino mayor de toda la t i e r ra por pa r t e de D . Rodr igo Al­v a r e z , ade l an t ado , como parece-por u n a escr i tura que otorgó el mismo Rodr igo Alvarez en favor del monaster io de San Vi­cente de Oviedo.

§ X V I I I .

E l r e y í o n s a delí í í j© d e § u gíB'oteeeiosí e i moiraas ier io d e 'WaS-de^Dios . .

Recibió el rey D. Alfonso el Onceno debajo de se amparo al monaster io de Val-de-Dios , dándole una car ta de amparo con­t r a las personas poderosas que le hacian malas obras , y l lama al A b a d , capellán suyo. Tiene este convento una quijada del glorioso Mar t in San B l a s , con que se t iene par t icular devoción, y se refieren algunos milagros que por su intercesión h a hecho Nues t ro S e ñ o r , de que hay m emoria y test imonios en aquella casa.

§ X I X .

l i e s ! e s a A n a l s o ,

Menen Analso , hijo de A l v a r Diaz de Loción (que no se "si es lo mismo que de Lodeña) y de Doña I n é s su muje r , fue muy poderoso por estos t iempos , y como á tal le dio D . fray D o m i n g o , abad de Be lmonte , el castillo de Mi randa en enco-

20á ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

mienda, pa ra que lo tuviese debajo de su amparo , como cons ta de la misma e s c r i t u r a , fecha el año de 1322 que está en el mismo convento.

T I T U L O - C U A R E N T A Y D O S .

DEL REY D. PEDRO.

. § L

S u m a «le s u r e i n a d o .

Comenzó á re inar D . Pedro en mur iendo el rey D . Alfonzo su padre . Tuvo este rey en D o ñ a Mar ia de Padi l la u n hijo lla­mado D. Alfonso , y t res hijas , Doña Bearr iz , D oña Constan­cia y Doña Isabel . F u e casado con Doña Blanca , de la casa real de F r a n c i a , y aborreciéndola sin c a u s a , después de haber ­la t r a t ado con mucha aspe reza , la r e p u d i o , y se casó con o t ra señora. F ina lmente en unas cortes que hizo en Sevi l la , a lgu­nos prelados á su ins tancia dec l a r a rou , que habia habido verdadero y legítimo mat r imonio en t re el rey D . P e d r o , y D o ­ñ a Mar ía de Pad i l l a , que era la segunda mujer , é hizo á los g randes que ju ra sen á su-hijo D . Alfonso por legit imo sucesor en el r e i n o , y habiendo muer to este pr imero que su p a d r e , hizo j u r a r á las infantas que hemos dicho. F u e r o n miserables los t iempos de este rey en E s p a ñ a , llenos de e r ror y confu­sión , y los reinos casi desvara tados , y des t ruidos con g u e r r a s civiles , por la división de los pr íncipes , y división y rebeldia de los g r a n d e s , causado todo de los desórdenes del r e y , y su inhumanidad , por donde se le dio el r enombre de C r u e l : llegó á t a n t a opresión el t r i s te r e i n o , que fue necesario pa ra no pe­recer de todo p u n t o , levantar por rey á D. E n r i q u e , hijo del

CARVALLO. 205

rey D . Alfonso , y D o ñ a Leonor de Guzman , á los diez y seis años que D . P e d r o r e i n a b a , sobre lo cual tuvieron los dos her­manos grandes g u e r r a s ; tuvo D. P e d r o muchas ayudas de I n ­g la te r ra , y D . En r ique de F r a n c i a , y finalmente D. P e d r o fue m u e r t o á manos de D. En r ique el año de 1369, por j u s tos ju i ­cios de nues t ro señor .

§II . :

S>. E n r i q u e s e a c o g e á A s t u r i a s c o n s u m u j e r D o ñ a s funssa .

E s t a n d o presa D o ñ a Leonor de G u z m a n , por mandado del rey D . P e d r o , en la cárcel real de Sevilla, y teniendo en su com­pañ ía á la esposa de D. Enr ique su h i jo , que se l lamaba D oña J u a n a , hija de D. J u a n M a n u e l , y n ie ta del infante D . Manuel , y de D o ñ a B l a n c a , hija de J u a n Nuñez de L a r a , tuvo noticia como D . F e r n a n d o , señor de Villena , he rmano de es ta señora , la t r a t aba de casar con el rey D . Ped ro . Dio aviso de esto D o ­ñ a Leonor á su hijo D . En r ique , y por su orden tuvo m a ñ a como tomar posesión de su esposa consumando el mat r imonio , y con t emor del r e y , la sacó de Sevi l la , y acompañado de P e ­dro Carrillo , y de Menen Rodr íguez de S a n a b r i a , caminando de n o c h e , disfrazados con máscaras , por caminos no usados , dio consigo en A s t u r i a s , no se teniendo por seguros en otra p a r t e , que asi lo ordenó la Divina Providencia , pa ra remedio de la opr imida E s p a ñ a , dest ruida ya casi del todo , por los desconciertos del rey D. P e d r o .

§ III.

¡En A s t u r i a s u n o s r e c i b i e r o n b i e n á I> . E n r i q u e , y o í r o s n o l e q u i s i e r o n a d m i t i r .

Tenemos u n memoria l de cosas par t iculares que pasaron en

206 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS. Astur ias por este t iempo , de un abad l lamado D. Diego , y lle­ga has t a el rey D . Enr ique el Cuar to , y t engo por sin duda que fue el abad de San Vicente de Ov iedo , que l laman D. Die­go González de Oviedo , que vivió por aquel t iempo , como consta por escr i turas de aquel convento , que esta ayuda tene­mos par t i cu la r , y muy cierta pa ra estos años siguientes. Dice a s i : tenia D . E n r i q u e en Astur ias el condado de Gijon y N o -r e ñ a , y muchas posesiones que le habia dejado el famoso D. R o d r i g o Alvarez de As tu r i a s , y muchos deudos del mismo, que le eran aficionados , y asi fue muy buen consejo en esta ocasión acojerse á estas m o n t a ñ a s . Refiere el mismo memoria l como pasando D . Enr ique con su esposa por la puen te de Or-bigo , las guardas que alli es taban les pidieron que se descu­briesen los r o s t r o s , qui tando las máscaras , y como no lo que­r iendo h a c e r , habiendo D. E n r i q u e , y los suyos ar r imado las espuelas á los caballos , y dadose á c o r r e r , los gua rdas les echaron unos per ros , y como la esposa de D . En r ique por ser mujer no podia correr t an to como los d e m á s , los per ros la iban dando alcance , y as ieran de e l la , si no fuera por M a r t i n de N o r a , el cual apeándose de su cabal lo , acudió á socorrer á la s e ñ o r a , y ma tando uno de los per ros con un venablo, quer iendo m a t a r el otro , l legaron las gua rdas , con las cuales peleó va l i en t emen te , dando muer te á uno , é hir iendo otros dos , y les acabara de m a t a r , si u n peón desde lejos no le h i ­r iera con una saeta de muer te . Escapóse mient ras t an to D . E n ­r ique con su m u j e r , y Ped ro Carrillo , y Menen Rodr íguez , habiendo escapado de este peligro por el g ran esfuerzo y l e a l ­t ad de aquel noble as tur iano , que allí quedó m u e r t o , y por e l lo , dice el mi smo-abad , que hizo D. E n r i q u e muchas merce­des á sus hijos. De este apellido de Nora hay personas nobles en As tur ias , y tomaron el r enombre del rio Nora , que pasa por j u n t o á Noreña , donde residian. Vino D. Enr ique por S o -

CARVALLO" 207

m i e d o , y de allí trajo consigo ¡i. Gonzalo P e l a e z , y á Pelayo Florez su he rmano , para guiarle y defenderle , si hallase en Astur ias mal acog imien to ; vinieron derechos al valle de M i ­r a n d a , en donde no hallaron acog ida , según dice el memoria l ; y viene bien con los papeles que t ienen los sucesores de la ca­sa de M i r a n d a , por donde parece que Diego Fernandez de Miranda siguió la parcial idad clel rey D. P e d r o , cont ra sus h e r m a n o s , y que sucediendo después en el reino D . E n r i q u e , le fue forzoso á Diego Fernandez ausentarse de él.

§ I V .

I J O S eseuíIeB»os «le Bits I&egnet'as iíosgteuait á O. f í ¡ i í a 4 i í í | B i e .

Par t ió D. En r ique mal despedido de M i r a n d a , y e r rando el c a m i n o , con la noche que le sobrev ino , llegó al concejo de R e ­gueras á casa de u n escudero , l lamado Rodr igo Alfonso de E s c a m p l e r o , el cual por su devoción tenia cos tumbre de da r posada á todos los peregr inos que l legaban á su c a s a , y asi se l lamaba su casa el h o s p i t a l , no solamente este escudero hos ­pedó , y regaló esta noche á D . E n r i q u e , sino que t ambién le fue sirviendo y a c o m p a ñ a n d o , con otros siete deudos suyos, á p i e , con lanzas y e scudos , que en aquel t i empo e ran las a rmas de mas i m p o r t a n c i a , y á los que las usaban l lamaban escuderos , que es lo mismo que caballeros en hidalguía . E r a n t ambién escudei'os los soldados que los reyes y personas gra ­ves ten ían pai:a su defensa , y gua rda de sus personas , y les l lamaban e scude ros , porque como escudo defendían los t a l es señores . Con este t í t u l o , y p a r a este fin se fueron con D. E n ­r ique estos ocho h i d a l g o s , y estos son los que l laman escude­ros de las Regueras . E l mismo memorial nombra siete de ellos

208 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

por es ta orden : Bas t ían Alonso de T a m a r g o , Mar ino Pérez , P e d r o M a r i n e s , Diego de Andal lon , J u a n Rodríguez de Bal ­s e r a , y R o d r i g o su he rmano ; y aunque Rodr igo Alfonso de Escamplero no se nombra en el m e m o r i a l , consta de un privi­leg io que el rey D . J u a n el Segundo le dio de ciertas l iberta­des , y ciertos maravedís de j u r o , donde se refiere todo lo que hemos d i c h o , y como sirvió al rey D. Enr ique con mucha leal­tad , y al rey D . J u a n su hijo , y á D . En r ique su n i e t o , cuyo privilegio he visto en la misma casa donde fue hospedado.

§ V

O . E n r i q u e n o e s a d m i t i d o eaa O v i e d o pos* D i e g o G o n z á l e z «fe O v i e d o , y s e g>rgaelí« la l e a l tas! d e G o a a -

zal© ¡MaB'áiaaez d e O v i e d o .

Quiso D . Enr ique mete r se en la ciudad de O v i e d o , cuyo gobierno tenia Diego González de Oviedo , según refiere el abad , y consta por una real car ta de amparo que t ienen las monjas de San Pelayo , en la cual Diego González de Oviedo ofreció á D. En r ique las tor res de la ciudad para posar en ellas; mas D . En r ique tuvo aviso como Diego González le quer ía co­ger den t ro con su gen te , y echarles en prisiones , has ta dar cuenta al R e y , y asi se fue á la casa fuerte de N o r e ñ a , y des­de alli se pasó á Gijon. E r a es te Diego González hijo de Gon­zalo Mart inez de Ov iedo , maes t r e de Alcántara , que como he­mos v i s t o , fue degollado por gus to de Doña Leonor de Guz­man , y de otros deudos s u y o s , que le habían malquis tado con el Rey , por lo cual la Divina Providencia ^permitió que la mis­m a D o ñ a Lenor , y los mismos caballeros que falsamente le habían acusado , fuesen degollados , por mandado del rey D, P e d r o , y que con siete muer t e s (como dice la crónica) fuese

CARVALLO. 209

vengada, la de Gonzalo Mart ínez de Oviedo y lo conoció así el mismo D. Alonso Fe rnandez Coronel, que había sido el que mas le había perseguido , confesando públ icamente , cuando le l leva­ban á dego l l a r , que merecía aquel cast igo por j u s to juicio de D i o s , por Kaber tenido la culpa de que el rey D . Alfonso hu ­biese condenado á muer t e al maes t re Gonzalo Mart ínez de Ovie­do ; y como advir t ieron a l g u n o s , fue este caballero degollado el mismo d i a , y el mismo mes que lo habia sido D . Gonzalo M a r t í n e z , cuyos descendientes quedaron con esto pu rgados de la no t a ele t r a i c ión , que falsamente se le habia i m p u t a d o , y se res t i tuyó la hacienda á su hijo Diego González de Ov iedo , que fue u n valeroso caba l le ro , y se n o m b r a en muchas pa r tes de la crónica del rey D . Ped ro en t re los caballeros que se hal laron en su servicio : finalmente fue uno de los t r e s , ó cua t ro que salie­ron de Mont ie l acompañando al rey D . P e d r o , cuando por t ra ­to doble de u n caballero francés , l lamado Mosen Be l t r an , fue muer to por D. Enricjue su h e r m a n o , y el maes t re D. Gonzalo, y D . Fe rnando de Cast ro , y Menen Rodr íguez de Sanabr ia . Vino después á acabar sus dias Diego González de Oviedo á la misma c iudad , y fue en te r rado en San Franc isco en la capilla m a y o r , que su padre habia fundado , como hemos ya referido, y consta de escr i turas .

§ " V L

S u e r M a r t í n e z d e O v i e d o .

. P r i m o de Diego González de Oviedo fue Suer Mart ínez de Oviedo as tur iano (que asi le n o m b r a la crónica del rey D . P e ­dro) caballero de la orden de A l c á n t a r a , y por sus g randes ser­vicios, qui tando el rey D . P e d r o el maes t razgo de la misma órelen á Diego Gut iérrez de Cevallos , lo dio á Suer Mar t ínez . F u e t a n e s t i m a d o , que de siete mil hombres de á caballo que el rey j un tó

14

2 1 0 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

en T a r r a g o n a año de 1357, solamente n o m b r a la crónica al maes t re de Calatrava D . García de Padil la , y al maes t re de Al-cántara Suer Mart inez de Oviedo as tu r iano , y á D. A r i a s , P r i o r de San J u a n ; un descendiente de este caballero se fue á vivir á Il lescas, y de ello son los González, y Mart inez de Oviedo que viven en I l l e scas , y otros que se de r ramaron por ot ras p a r t e s , de los cuales lia habido hombres muy valerosos por la milicia, y en nues t ros dias lo fueron los capi tanes F r a n c i s c o , y Diego de Oviedo , y P e d r o de Ov iedo , sa rgento mayor que al presen­te es de este pr incipado. También en nues t ros dias fue no tab le varón en s a n t i d a d , y v i r tud el P . Andrés de Oviedo , pa t r i a rca de E t iop ia , de la Compañía de J e s ú s , cuyos maravil losos hechos no refiero , n i los de sus par ientes , por haberse ya na tura l izado en I l l e scas , y mi in ten to no prosigue cosas que salgan de es ta provincia, ó no sean m u y conexas á ella.

§ V I L

1>. IEaiB'i<fue a m p a r a e n G i j o n á C i a r e ! l a s o «le l a V e g a , y o t r o s .

E n viéndose en Astur ias D . E n r i q u e , pa ra mejor a segura r su persona , comenzó á fortificar las villas de Gijon , y N o r e ñ a , y otros castillos , y casas .fuertes , que con la l a rga paz e s t aban yermos , abasteciéndolas de a rmas , y manten imien tos p a r a lo que se le ofreciese, y cada día se le iban j u n t a n d o caballeros, y gente de va lo r , que aborreciendo al rey D . P e d r o , y huyendo ele su r i g o r , se acogiau é estas m o n t a ñ a s ; y asi habiendo dado el rey atroz m u e r t e al es t remado y valiente Garcia Laso de la v e g a , hijo de Garcia Laso de la V e g a , g r a n servidor de D o n Alfonso el O n c e n o , su muger Doña Leonor de C o r n a g o , t e ­miéndose que el rey querr ía t ambién dar muer t e á su hijo llama-

CARVALLO. 211

do t ambién Garcia L a s o , se vino de B u r g o s con el muchacho á las As tu r ias de San t i l l ana , al l u g a r de la V e g a , su an t iguo so la r , y u n a de las mas nobles casas de la m o n t a ñ a , de quien vienen los M e n d o z a s , como afirma Sandoval en l a descenden­cia de este l inage. N o teniendo esta señora á su hijo por segu­ro en su c a s a , lo envió con u n deudo s u y o , l lamado Gonzalo Ruiz de la V e g a , á Gijon, p a r a que D . E n r i q u e lo amparase , y defendiese , como refiere la crónica del rey D . P e d r o . Recibióle D. Eirr ique m u y b i e n , y por que mejor pudiesen pasar en es ta-t i e r r a , casó con u n a señora pr incipal del valle de Jove , á Gon­zalo Ruiz de la Vega , que yo pienso era el he rmano de Garcila-so , que j u n t a m e n t e con él en la g r a n batal la de Salado el año de 1340, pasaron el rio con g rande esfuerzo , á pesa r de los moros . De este mat r imonio proceden los que l levan el apellido de J o v e , que es u n lugar l lamado asi desde el t iempo de los R o m a n o s , y el nombre es Romano , porque así l lamaban á su Dios Júp i t e r .

§ V I I I .

D . E n r i q u e s e e n a m o r a d e D o ñ a E l v i r a Y a ñ i z d e l a V e g a .

Con es ta correspondencia de D . E n r i q u e , y los de la Vega , se vino á enamorar de una señora m u y he rmosa de la misma familia, l lamada D o ñ a Elv i ra Yañiz de la V e g a , que comun­m e n t e decían la C o r i t a , como dice el obispo de B u r g o s D . Al-lonso de C a r t a g e n a , y lo toca nues t ro memoria l del abad. De esta señora tuvo D. E n r i q u e á D . Alonso, que fue después conde de Gi jon , de quien t r a t a r emos a d e l a n t e ; y asimismo á D o ñ a J u a n a , que casó con D . P e d r o , hijo de D . A l o n s o , conde de D e n i a , hijo del infante D . P e d r o , y nie to del rey D . J a i m e Se­gundo , de A r a g ó n ; y de es ta D o ñ a J u a n a , y D . P e d r o , fue

212 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

liijo D. Enr ique de Villena el as t ró logo , como refiere el doctor Gudiel en la descendencia de los Girones.

§ I X .

L o s a s t u r i a n o s q u e s i g ­ u i e r o n l a т о г «le & . E n r i « | u e .

Procu raba asimismo D . E n r i q u e el favor , y amis tad de los caballeros as tur ianos , y asi l levaron su opin ión , y siguieron su voz F e r n a n d o Alvarez de N a v a } que l lama su pr imo la relación del A b a d , por ser sobrino de su padre adoptivo D . Rodr igo Alvarez de A s t u r i a s ; y asimismo Gonzalo Berna rdo de .Quirós, Alvaro Careno , J u a n "Martínez de H u e r g o , de los cuales hace mención la crónica del rey D . P e d r o , y asimismo de u n gran caballero l lamado F e r n á n Pérez ele G r a d o , Rodr igo Alvarez de N a v a , M a r t i n Gonzalez de Cienfuegos, J u a n Fernandez Vigil , Boiso Gonzalez de Sol i s , P e d r o D í a z , Suero Gutiérrez ele N e ­

vares , Boiso Suarez del C o r r a l , que había sido Alférez de Don Rodr igo Alvarez de Astur ias ; todos estos eran m u y pr inc ipa­

les : otros n o m b r a el memoria l del a b a d , de cuyos apell idos no hay persona de consideración en nues t ros t i e m p o s , como son P e d r o Garcia de B o a l , Rodr igo Ruiz del P e d r e g a l , Menen Pé­

rez de V a l d i e n o , &c. § X.

L o s a s t u r i a n o s «fue t u v i e r o n l a v o z d e l r e y .

También había otros caballeros astur ianos que seguían la par­

cialidad del rey ü . Pedro , como son F e r n á n Garcia Duque , J u a n D u q u e , Alvaro Gonzalez M o r a n , Diego Gonzalez de Oviedo, Suer Mart ínez ele Oviedo , Diego Fernandez de M i r a n d a , J u a n Fernandez de Grado , Alvar Pelaez de Coalla , J u a n Fernandez

CARVALLO. 213

de V a l d é s , García González de Oarol le ras , é F e r n a n d o de Val ­dés de San V i c e n t e , Ru i Diaz de P r e l o , Alvaro Pérez de Cua-ñ a , Diego Menenclez de V i l l a r , y Alonso Alvarez del Val ledor , todos los cuales refiere la crónica del rey D . P e d r o ; y el A b a d liace par t icu lar mención , que habiendo ido D . E n r i q u e al lugar de Sancucado á p rocura r la amis tad de Diego Melendez de Vál­eles , no solamente no le quiso a d m i t i r , pero también envió á avisar al rey D. Ped ro de los apercibimientos que As tu r ias iba haciendo D . Enr ique . E s t a b a el rey á la sazón m u y apre tado con muchas guer ras civiles, porque D . Alonso Fe rnandez Co­ronel , y los mas poderosos caballeros de Anda luc í a , t en ían en­t r e si g randes disensiones , cont ra l a au to r idad r e a l ; y D . Tello su h e r m a n o , desde Monteaguelo hacia muchos robos por la r aya de A r a g ó n ; mas pareciénclole al rey que eran mas peligrosos los movimientos de A s t u r i a s , vino con su gen te de guer ra á esta t ie r ra el año de 1352, ele nues t ro reden to r .

§ X I .

S u e r o A l f o n s o de M a l l e a a .

Pasando , pues, el rey con su gen te por el castillo de Capilla, que era de D . Alfonso Fe rnandez Corone l , suegro de J u a n de la C e r d a , que estaba en desgracia del r e y , el alcaide Suero Alfonso de Mallez.a, hijo de Gonzalo de Mal leza , de envíen he hallado mucha mención en escr i turas par t icu lares de San Pela-yo , recibió , y hospedó en el castillo al r e y , el cual viéndose dent ro con su g e n t e , hizo eme Suero Alfonso de Malleza le en t r égase l a s l l aves , y las ent regó á uu vasallo suyo , y á Suero Alfonso le hizo caudillo de t rescientos escuderos , y le trajo con­sigo , pa ra que le g u i a s e , y desviase de los pasos donde podía pel igrar .

214 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ X I I .

I J O t jue p a s ó e n G i j o n c u a n d o l l e g ó e l r e y .

Sabiendo la venida del rey el conde D. Embique, dejando en Gijon á su esposa Dona J u a n á m u y acompañada de caballeros que se le hab ían j un t ado , y dejando por capi tán genera l á P e ­dro Carrillo , como p ruden t e se acogió á u n a m o n t a ñ a muy ás­pe ra , que l lamaban Montel lo . P u s o cerco el rey D . P e d r o , y asentó sus reales j u n t o á las mural las de Gi jon, m u y despacio, p rocurando que se le en t regase sin b a t i r l a , por no i r r i ta r á la gen te que~ dent ro e s t a b a , y o t ra mucha de la p rov inc ia , que es taba aficionada á D . E n r i q u e , que como no ten ia intención dé defender mas que la persona de D . E n r i q u e , y alcanzar del r e y , que no le qui tase la v i d a , n i á n inguno de los que seguian su v o z ; otorgándoles el rey esto , y que n ingún otro daño les h a r í a , D. En r ique hizo pleito homena je , que de sus v i l las , y castillos no har ía gue r r a al r e y , n i molestar ía á sus vasallos: lo cual concluido , el rey se volvió á Cas t i l la , haciendo pr imero muchas mercedes á los caballeros que seguian su parc ia l idad , y al a b a d , y monas ter io de Corne l i ana , como consta de u n a do­nación que t iene aquel convento , en que se la hace el rey de los cotos de L u e r c e s , Repo l l e s , R a n o n , y puer to de la Arena , por que rogasen á Dios po r él los mon je s ; y se es tuvo recreando alli a lgunos d i a s , y después en Valladolid le volvió á confirmar las donaciones que él, y sus predecesoi-es le habían hecho, mos­t r ando la mucha afición que tenia á aquella san ta c a s a ; y Don Enr ique se quedó en su villa de Gi jon , como todo lo refiere la memor ia del abad.

CARVALLO. 215

§ X I I I .

D . E n r i q u e v á c o n m u c h a g c n á e d e A s t u r i a s á l a s b o d a s d e l r e y .

E l año de 1353, part ió de As tu r i a s D . En r ique por hal larse en Valladolid á la solemnidad de las bodas del rey su h e r m a n o con la re ina D o ñ a Blanca de B o r b o n ; mas temiéndose de Don J u a n Alfonso, señor de A l b u r q u e r q u e , g ran enemigo suyo, y grandís imo pr ivado del rey . y par iente , que andaba s iempre á su lado , llevó consigo de As tur ias D. En r ique seiscientos hom­bres de á cabal lo , y quinientos de á pie , bien apercibidos , y todos hijos-dealgo. Sabido esto por D. J u a n Alfonso, dio no t i ­cia al rey como D . E n r i q u e venia con t a n t a gen te y que por o t r a pa r te venia su he rmano D. Tello. E n o : a d o el r e y , sa­lió de Valladolid con toda su g e n t e , pai-a p render los dos he rmanos D . E n r i q u e , y D. T e l l o , que ya es taban en Ói­gales , dos leguas de Valladolid. Teniendo aviso D. E n r i q u e del súbito enojo con que el rey v e n i a , despachó luego á Alva­ro C a r e n o , as tur iano va l i en te , y esforzado , a rmado de todas a rmas en un caballo cas taño , como no ta la misma crónica, p a r a dar cuen ta al rey de su in ten to . Halló Alvaro Careno al rey en el camino con toda su g e n t e , y hab ida licencia de h a b l a r , le dijo : Poderoso señor. El conde D . Enrique besa vuestras reales manos, y os hace saber, que viene a, vuestras bodas, con su her­mano D. Tello , acompañados de su gente, no para intentar cosa que no sea de vuestro servicio , antes por mayor celebridad de vues­tras reales bodas; y por que se recelan que D. Juan Alfonso, señor de Alburquerque, confiado en la gran privanza, y mucha mano que con vos tiene, les podría hacer alguna afrenta , cogiéndolos descuidados, por ser su mortal enemigo ; mas (que asegurándoles

216 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

ele esto vuestra alteza, debajo de su fe, y palabra , están apareja­dos para cumplir todo lo que se les mandare, sin mengua de su honor : y si algún caballero dijere , que D. Enrique mi señor viene con intención de hacer alguna cosa contra vuestro servicio , yo digo de mi parte, que desde luego me presento aparejado para defen­der cuerpo a cuerpo lo contrario , y ponerle las memos sobre el cue­llo. Oyendo el rey e s t o , se volvió para D . J u a n Alfonso , que venia á su l a d o , á consul tar la r e s p u e s t a , y fue , que Alvaro Careno dijese á D. E n r i q u e , que luego al punto despidiese aque­lla g e n t e , y se viniese á poner en sus manos . Viendo el conde la seca respues ta del r e y , y que se le iba cercando , y la poca segur idad que de su clemencia se podia t ene r si le cogia, hizo que su gente se pusiese en a r m a s , y formó un escuadrón bien compuesto , y asi esperó al r e y ; el cual viendo la determinación de su h e r m a n o , le dio su f é , y real p a l a b r a , que no recibiría n ingún daño , n i se le har ía agravio , con que despidiese pa r t e de aquella g e n t e , y quedase de en t regar le los cas t i l los , y for­talezas que tenia en As tur ias , y que mien t ras t an to le en t rega­se en rehenes a lgunos caballeros de los suyos ; y asi se hizo, y fueron estos caballeros P e d r o Alvarez Oso r io , P e d r o Carrillo, P e d r o Ru i de Villegas , F e r n a n d o Alvarez de N a v a , y el joven Garcilaso de la V e g a , según la misma crónica ref iere , que el memoria l no nombra mas que dos as tur ianos , Fe rnando Alva­rez de N a v a , y Gonzalo Bernaldo de Q u i r ó s , Lijo de Gut ie r re Fe rnandez de Qu i rós , descendientes de Suero V i t r a r i o , que está en te r rado en Corne l i ana , y consta de una car ta de ins t ruc­ción que t ienen los señores de la casa de Qui rós , y dá tes t imo­nio de ella el maes t ro Custodio , y dice a s í : Vidal Fernandez, nuestro escudero , diredes a nuestro señor el rey , que Dios man­tenga , en como los sus vasallos Gutierre González , y Lope Rodrí­guez ele Qwirbs nos quejamos del obispo ele Oviedo D. Gutierre , por cuanto teniendo nuestros antepasados, desde el conde- Bernaldo

CARVALLO. . 217

Ximenez, y su hijo D. Suero , y Pero Bernaldo , y los vías de sus descendientes, fasta nuestro padre Gonzalo Bernaldo de Quirbs, los castillos de Alva, Bitango , Pruaza , é Teberga, que el empe­rador ficiera -dar á D. Suero, por averie él tomado el de Luna,, do habia jacido San Diaz, de do él venia; é después aunque estos cas­tillos vinieron á la Santa Iglesia, de San Salvador de Oviedo, siem­pre los dichos nostros antepasados tuvieron dellos las Gomiendas, y pojieron en ellos , para los conservar, é reparar, é volver por ellos, é sus vasallos , é Cotos, con mucho cuidado siempre , fasta agora, que el obispo se los ha quitado , sin se los querer volver á dar; é por ende, que suplicamos á la.su Alteza m/inde escribir sus letras, para que se nos viielban las dichas Gomiendas, ca No* estamos presos para le facer por ellas pleito omenage acostumbrado, é otro si cuando fuere menester de nuestras personas , ó de nosas gentes , para el servicio del Bey , é defensa de la tierra, acudire­mos , como siempre hemos fecho. E n consecuencia de esta pet i ­ción j dio el rey D . En r ique u n a car ta , que está en el becerro de san ta Ig les ia de Oviedo , para el obispo D. Gut ie r re , que dice a s i ; Nos el Bey. -Embiamos mucho a saludar á vos el Obispo de Oviedo , como aquel de quien mucho caso facemos : é sabed, que Gonzalo Bernaldo de Quirós tuvo siempre de la Iglesia de Ovie­do algunos Concejos, é Cotos, 6 Gomiendas, é Gavallerias, entre los cuales tuvo á Qairós, Teverga, ó Pruaza, é lo< tuvieron siem­pre aquellos de quien él viene , por cierto servicio que habia de facer al Obispo de Oviedo cuando fuese''por su cuerpo en nostro servicio; é estos dichos Concejos , é los otros que obo el dicho Gon­zalo Bernaldo de Quirós, pertenecían á G-utiere, y Lope Gonzá­lez sus hijos ; por que vos rogamos, si nostro servicio avedes de

facer, que dedes a los dichos Gutierre González , é Lope Gonzá­lez todos los Concejos, Cotos, Encomiendas, é Gavallerias que el dicho Gonzalo Bernaldo tenia de la Iglesia de Oviedo, ca ellos

facervos han por ende el servicio que los de qué ellos vienen ficie-

218 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

ron por ellos a los Obispos vostros antecesores. Fecha en la muíi notable Ciudad de Burgos á trece dias del mes de Octubre, Era de 1415 . Y en el mismo becerro se hal lan obras caí-tas que di­cen lo m i s m o , y el pleito homenaje que hicieron al obispo : y este es el fundamento que dice Morales , t ienen los Bernaldos de Quirós pa ra preciarse descender de Be rna rdo del Ca rp ió , y el que tuvo el mismo au to r pa ra decir , que su antiquísimo so­lar es taba en el puer to que l laman Campo de Caso, al bajar de la mon taña de T a r a n a , pues este D . Suero era hijo del conde Berna rdo Ximenez de Caso , como queda dicho.

§ X I V .

S u e r G u t i e r r e z «le M e v a r e s .

Suer Gutierrez de Nevares , apellido , y solar au t iguo en A s ­tur ias , fue gent i l -home de la Boca de la re ina D o ñ a Blanca, según consta de la his tor ia del rey D . P e d r o , donde se l lama escudero ; mas después la misma crónica le n o m b r a caballero, y refiere como se halló con D . F a d r i q u e , maes t r e de Sant iago , en el alcázar de Sevil la , adonde le habia enviado á l lamar su he r ­mano el rey D . P e d r o pa ra darle m u e r t e ; y entendido esto por Suer Gut ierrez de Nevares ; y viendo que habia cerrado las puer ­tas del cas t i l lo , procuró l ibrar al m a e s t r e ; sacándole por un post igo , y es tando el maes t r e .dudando si seria bueno , ó n o escaparse , fue l lamado por el rey, y muer to alevosa y c rue lmente .

§ X V .

ELos a s t u r i a n o s a s o n s l í r a d o s p a r a t r a t a r «le l a « |u ie tu«l «leí r e i n o .

P o r los amores que el rey D . P e d r o tenia con D o ñ a Mar ía de

CARVALLO. 219

Pad i l l a , dio en aborrecer á su mujer D o ñ a B l a n c a , t ra tándola con grandís ima i n h u m a n i d a d , por lo cual muchos grandes de su r e i n o , y a lgunos p u e b l o s , se vinieron á a lborotar , y después de muchas cosas , vinieron á t r a t a r de paces , y conciertos ; y pa ra esto se n o m b r a r o n c incuenta caballeros-por pa r t e del rey, o t ros t an to s por la de D. E n r i q u e , y de los g r a n d e s , que del fendian las pa r tes de la r e i n a ; y en t r e estos c incuenta caballe­ros que defendían la p a r t e de la r e i n a , nombran las crónicas á Gonzalo Berna ldo de Quirós , y á F e r n a n d o Alvarez de Nava , y á F e r n á n García Duque , J u a n Mart ínez de H u e r g o , y Alvar Pérez Moran . J u n t á r o n s e estos caballeros en Tejadillo á t r a t a r de aquie tar los r e inos ; pero la terr ibi l idad del rey fue de ta l suer­t e , que no pudieron atajarse los g randes males del re ino , ha s t a que el rey D. P e d r o fue muer to á manos de su he rmano Don Enr ique .

§ X V I .

A l v a r G o n z á l e z A f o r a n .

F u e también valeroso caballero por estos t iempos Alvar Gon­zález M o r a n , al cual nombra la crónica en t re los muchos caba­lleros que siguieron á D. J u a n Alfonso de A l b u r q u e r q u e ; e-cual Alvar González , y Alvar Pérez de Castro t r a t a r o n de com­poner al r e y , y á D . J u a n Alfonso , yendo pa ra es te efecto á verse con el rey á Olmedo : la re ina Doña María de Padi l la les envió á avisar s e c r e t a m e n t e , que no en t rasen en Olmedo , que el r ey tenia dado orden les m a t a s e n ; y así se volvieron del ca­mino . Sabido esto por el r e y , despachó t r a s de ellos á D. J u a n Alfonso de B e n a v i d e s , y vinieron huyendo has t a Medina del C a m p o , donde Doña M a r i a , m a d r e del r e y , y D o ñ a Blanca su mujer j les dieron caballos pa ra ponerse en c o b r o , porque t ra ían los suyos m u y cansados ; y Alvar González Moran se acogió á

220 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Salamanca; y á este caballero t ambién le n o m b r a la crónica en t re los c incuenta que se j u n t a r o n sobre las paces del re ino.

§ X V I I .

e f i s a s i 9>M<fue<

H u b o otro caballero en t iempo de este r e y , l lamado J u a n D u q u e , al cual dejó el rey por frontero en M o n v i e d r o , como refiere la c rónica , y nombrándole en t re los demás a lca ides , le llama muy g ran cabal le ro ; y en la gue r ra que después el rey tuvo con los p o r t u g u e s e s , se hace de él mucha mención.

§ X V I I I .

iMeg© © a E s c l i e z T e r r a z o .

Diego Sánchez Terrazo fue otro caballero muy est imado de t ie r ra de Cangas de Tineo , que siguió la parcial idad del rey D o n E n r i q u e , y ten iendo de su mano el l u g a r , y fortaleza de P á -lenzuela , é l , y otro su he rmano la defendieron del rey con mu­cho á n i m o ; mas faltándoles el socorro de D . E n r i q u e , y d á n ­doles pa labra el rey de no molestar les , se lo en t regaron , aunque después les hizo degollar. También se hace mención en la mis­ma crónica de F e r n á n Carbón , escudero , de cuyo apellido hay gente en t i e r ra de C a n g a s , y parece que h a quedado este nom­bre de los r o m a n o s ; los l ibros de a rmas de la Compañ ia dan á los de este apellido las mismas a rmas que á los de Montenegro .

§ X I X .

A r i a s CnOissaHeB «le V a h l é s .

F u e t ambién persona de g ran va lo r , y señor de vasallos por

CARVALLO. 221

estos t iempos Arias González de Váleles ; fue g rande hombre de m a r , y uno de los pa t rones ele la famosa a rmada que el rey Don P e d r o jun tó en Sevilla el año de 1359, como consta de su cró­nica : y Diego Fernandez de Mendoza en su libro de a rmas dice, que de este caballero fue hija D o ñ a Maria de V a l d é s , que casó con D . Be l t r an de G u e v a r a , y que era tio suyo P e d r o Melen-dez de Valdés .

§ XX.

i B o l í e s ' n a í l o s ' e s d e Así«8s»ias.

Fueron gobernadores ele A s t u r i a s , con t í tulo de Merino ma­yor , allende de Diego González de Oviedo , D . P e d r o N u ñ e z de Guzman , como parece por una ejecutoria qué t iene de sus liber­tades la villa de Aviles ; y viniendo en desgracia del r e y , dio su mer indad á Ped ro Alvarez Oso r io , al cual mandó el rey ma ta r , y dio el adelantamiento de León , y mer indad de Astur ias á Suer Pérez de Quiñones , como tocio consta de la misma crónica, hijo de P e d r o Alvarez de Quiñones , y nieto de Alvar P é r e z , del t ron ­co de D . Rodr igo Alvarez de As tu r ias , h e r m a n o de Alvar Pérez de Q u i ñ o n e s , de cuya descendencia hemos ya t r a t ado . F u e pa­dre el adelantado Suer Pérez de Q u i ñ o n e s , de Ares Pérez de Quiñones , de quien descienden por linea rec ta de varón los se­ñores de la casa de S e n a , en las m o n t a ñ a s de León . Tuvo t am­b i é n u n a h i j a , l lamada Leonor Suarez de Q u i ñ o n e s , que casó con Diego Suarez V i g i l , as tur iano : que vivia en A l l e r , hijo de Fe rnando Diaz de Vig i l , y de Constancia de H e v i a , ele quien h e m o s y a hecho mención. De este mat r imonio procedió Diego Fe rnandez de Quiñones , de quien vienen los condes de L u n a , y o t r a s i lustr ís imas familias , como diremos en t iempo del rey D . J u a n el S e g u n d o ; y Otros dos h e r m a n o s , l lamado el uno J u a n Fernandez V i g i l , caballero de la B a n d a , de quien vienen

222 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

los Vigiles de León ; y el otro se llamó Rui Diaz Vig i l , que quedó en As tu r i a s , como dice el l ibro de a rmas de la C o m p a ñ í a , en el solar de V ig i l , que está en el concejo de Siero.

§ X X I .

P e d r o O e r n a l d o «le Q u i r o s .

P e d r o Berna ldo de Quirós , hijo de ot ro P e d r o Berna ldo , era en t iempo de este rey caballero t an p r inc ipa l , que en sus manos hizo pleito omenage á Alvar Pérez Osorio , señor de Villalobos, por la encomienda de Cas t ropo l , y Grandas , como consta del mismo i n s t r u m e n t o , que está en el l ibro blanco de D . Gut ie r re , celebrado en Valencia año de 1368, y dice es ta clausula así: E no lo faciendo ansí, que fuese perjuro , é vergonzoso en toda plana, como home hijodalgo, quefacia pleito omenage en otro hijodalgo, y no lo guarda, fyc.

T I T U L O C U A R E N T A Y T R E S .

D. ENRIQUE EL SEGUNDO.

§ 1 -

S u m a «le s u r e i n a d o .

Quedó por rey de E s p a ñ a D . En r ique luego que dio mue r t e á su he rmano D . P e d r o , y fue u n valiente y animoso príncipe, amigo de sosega r , y conservar sus r e i n o s , y aliviarles de las calamidades pasadas . Hizo luego echar en pris iones á D . Alon­s o , y á D . S a n c h o , hijos del rey D . P e d r o , y de D o ñ a Mar ía de Pad i l l a , y mur ie ron en la pr is ión. Tuvo gue r r a con el rey

CARVALLO. 223

de P o r t u g a l , y con el de Navar ra . Hizo g randes y escesivas mercedes de villas , castillos , y r en t a s á los caballeros que le habian servido en sus pre tensiones , aunque después reparó par­te del daño que de esto se seguía al pa t r imonio r e a l , dejando u n a cláusula en su t e s t amen to , en que dec la ra , que las tales m e r c e d e s , y heredamien tos no "pudiesen venir á deudos t r a n s ­versales , sino que faltando los legít imos descendientes de los que los pose ían , volviesen á la corona r e a l ; y estas son las mer­cedes que l laman Enr iqueñas . F u e casado (como ya s e dijo) con D o ñ a J u a n a de la C e r d a , hija del infante D. M a n u e l , y viznieta de D . F e r n a n d o , pr imogéni to del rey D. Alfonso el Décimo, en la cual se continuó la legí t ima sucesión de los reyes de E spaña , p o r q u e en ella tuvo D. Enr ique al pr incipe D. J u a n , que le su­cedió en el r e i n o , y á D o ñ a L e o n o r , que fue reina de Navar ra ; y tuvo en D o ñ a Elv i ra Yañiz de la Vega al infante D . Alfonso, al cual dio el condado de N o r e ñ a , y le t r a t a ron de casar con D o ñ a I s a b e l , hija na tu ra l del rey de P o r t u g a l , en las paces que se hicieron en t re los dos reyes el año de 1373. Murió D . E n r i ­que en Santo Domingo de la Calzada el año de 1379, de nues ­t ro reden to r .

§ I I .

A l b o r o t o et i A s t u r i a s s o b r e l a s u c e s i ó n d e l r e i n o .

T r a t a n d o luego D. En r ique de sosegar sus r e i n o s , despachó cap i t anes , y gente de gue r r a á todas aquellas pa r tes donde ha­bía caballeros que tenían la voz del rey D . P e d r o , é in ten taban defender el derecho de sus hi jos ; en la ciudad de Oviedo se ha­bían en t rado muhos caballeros de la p rov inc ia , de diversos pa­receres , s iguiendo unos la opinión ele los hijos del rey D . P e d r o , y o t ros la de D . E n r i q u e , sobre lo cual hubo muchos alborotos, y a lgunas m u e r t e s , y en t re ellos m a t a r o n á Rodr igo Fe rnandez

2 2 é ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Casaprin , que tenia la to r re de Gima de Villa por el rey Don P e d r o ; y pasara muy adelante si el obispo de Oviedo D. Sancho no se met iera de por m e d i o , t r a t ando que la c i u d a d , y sus t o r ­res se diesen en tenencia á Gonzalo Berna ldo de Quirós , hijo de Gut ie r re González , haciendo pleito omenage de no la en t r e ­ga r , ni dar" sus l l aves , sino al que quedase por rey universal de E s p a ñ a , y asi se hizo el pleito omenage en manos del hon­rado caballero D . Alvar D i a z , que debia de ser t io del obispo, y de D . Gonzalo 'de Fon t echa , Dean de Oviedo , y obispo de B u r g o s , como se colige de ciertos aniversarios que fundó en la san ta iglesia de Ov iedo , y lo refiere el memoria l ci tado.

§ I I I .

E S a d e l a n t a d o P e d r o S u a r e z d e Q u i ñ o n e s s e a p o d e ­r a d e A s t u r i a s .

Sabiendo el rey lo que en As tu r i a s p a s a b a , envió p a r a apo­derarse de la t i e r ra á P e d r o Suarez de Q u i ñ o n e s , con t í tulo de adelantado mayor de León , y merino mayor de A s t u r i a s , hijo (como ar r iba hemos dicho) del adelantado Suer Pérez de Qui­ñones , y muy emparen tado en As tur ias , por ser de los Vigi les , y Hévias , como hemos visto ; y en l legando á la ciudad de Ovie­do con p o d e r e s bas tan tes del rey D. E n r i q u e , admit ido por rey de t oda E s p a ñ a , le ent regó las llaves de aquella ciudad Gonzalo Berna ldo de Quirós , con tan ta so lemnidad , que desde entonces es t radic ión las p in t an sus descendientes en sus ar­mas . N o vinieron (según el memoria l del abad) á es ta posesión los M i r a n d a s , V a l d e s e s , Mar t ínez de Oviedo , Ovequez de Can­gas , familias m u y poderosas entonces , y causaban con esto a lgún bullicio en la t i e r r a , ha s t a que vino cont ra ellos P e r o Ruiz Sar­miento , ade lan tado del re ino de Gal ic ia , habiendo allanado

CARVALLO. 225

aquel reino , donde sus ten taba la op in ión del rey D . P e d r o Don Fe rnando de C a s t r o , y jun tándose con P e d r o Suarez de Qui­ñones , pers iguieron á los M i r a n d a s , V a l d e s e s , Mar t ínez de Oviedo , y Ovequez , con t an to r i g o r , que hicieron á las cabe­zas de estos bandos dejar la t i e r r a , siendo muer tos muchos de sus deudos ; y Diego Melendez de Valdés se metió en San Vi­cente de Ov iedo , y desde allí se fue disfrazado al monas ter io de L e m o s ; los Mirandas y Oviedos se esparcieron por dist in­tas pa r t e s de estos r e i n o s , aunque después les fue res t i tu ida mucha pa r t e de sus heredamientos , y r e s t au radas las casas que les habían derrocado ; de los Ovequez , que era una i lustr ís ima familia en t ie r ra de Cangas , no hal lamos desde entonces r a s t ro alguno. P a r a que del todo se aquietasen estos bul l ic ios , y pa ra t ener mas segura y pacífica la t i e r r a , dio el rey D . E n r i q u e á su hijo bas ta rdo D . Alfonso el condado de Gi jon, y Noreña , el cual habiendo tomado la posesión de e l lo , hizo su Merino ma­yor á Gonzalo Suarez de Arbue l lo s , que es lo mismo que Ar­guelles , persona muy poderosa por aquellos t iempos .

§ I V .

A l b o r o t o e n A s t u r i a s e n d e f e n s a d e s u s l i b e r t a d e s .

T r a t a n d o el rey D. En r ique g u e i r a con el rey de Nava r r a , dio el cargo principal de es ta espedicion á su hijo D . Alfonso, conde de Gi jon, y N o r e ñ a , o rdenándo le , que en su lugar fuese con toda la gente de E s p a ñ a cont ra el rey de Navar ra . Con este achaque de gue r r a el conde D. Alfonso , aprovechándose de las provisiones generales , hizo un g ran repar t imien to por la p ro ­vincia de Astur ias , asi por los vasallos del r e y , como por los del ob i spo , que á la sazón era D . A l o n s o , sucesor de D. San­cho , es te obispo D. Alonso puso debajo de la tu te la y a m p a r o

226 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

de Gonzalo Bernaldo de Quirós sus t ie r ras y s eño r ío s , dándo­selas en encomienda , pa ra qne las defendiese del conde de N o -r e ñ a , y de cualquier o t ra persona que in ten tase agraviar á sus vasa l los , como consta de los mismos t í t u l o s , que están en los archivos de la san ta Iglesia de Oviedo , en unas pesquisas que sobre la defensa se hicieron por la o t ra p a r t e ; y según el me­morial del Abad que hemos dicho , los concejos , y t ie r ras rea­lengas se a lborotaron en todo A s t u r i a s , no queriendo sujetarse á pagar el r e p a r t i m i e n t o , sobre lo cual hubo mucha turbac ión , y revuel ta con Gonzalo Suarez de Arbuellos , persona m u y po­d e r o s a , que hacia las par tes del conde de N o r e ñ a , y le hubie­r a n ele m a t a r , si no se acogiera á los castillos de N o r e ñ a , y no tuviera mucha gente , con que se defendió ; y luego dio aviso al conde , que es taba en Cast i l la , de la mala paga del r epar t i ­miento , el cual vino á Oviedo, á donde acudieron de todos los concejos de A s t u r i a s , de cada uno dos p e r s o n a s , ó capi tanes , acompañados de muchos escuderos y gente de a r m a s , á los cuales procuradores no les dejaron me te r en la c iudad la gen te que t ra ían consigo , y asi la dejaron á las puer tas , y a l rededor de las mural las pa ra lo que se ofreciese. J u n t á r o n s e en el capí­tulo de San Salvador estos procuradores , el O b i s p o , Gonzalo Bernaldo , sus comende ros , el conde D . Alfonso , y sus vasa­llos , y a m i g o s , y otros cabal le ros , á t r a t a r de conformidad , y después de varias cosas , salió acordado , que se diese cuenta de todo al r e y , y se cumpliese lo que su alteza m a n d a s e , después de oidas las p a r t e s , y asi se deshizo es ta general j u n t a ; y los as tur ianos dieron cuenta al r e y , el cual m a n d ó , que cesase el repar t imiento en todo lo que fuese realango , y ele la Obispalía, y que solamente lo pudiese hacer D. Alonso en las t i e r ras , y señoríos del condado de N o r e ñ a , y Gijon. E s t o refiere asi el A b a d , y t iene mucha conformidad con las provisiones, y au tos que sobre este caso se hicieron en Ov iedo , E r a de 1416, y es-

CARVALLO. 227

tan. en el becerro de la misma santa Ig l e s i a , y consta de las en­comiendas , pesquisas y ot ras escr i turas que se bai lan en sus archivos. E l obispo de Oviedo desde alli adelante procuró con mas cuidado encomendar sus s e ñ o r í o s , y lugares á pe r sonas mas principales , y valerosas de As tu r i a s , ha s t a que poco á po­co , por las causas que d i j imos , se qui taron.

§ V.

C a u d i l l o s d e l o s p u e b l o s q u e s e j u n 4 a s * o n e n O v i e d o .

Refiere el mismo Abad los caudillos ,de los pueblos que se hal laron, en la j u n t a general que hemos dicho , y por que casi todos ellos se nombran de casas , y solares conocidos de hidal­gos , los quiero referir por el orden que él los pone , añadiendo a lgunas advertencias .

Mar t in Alfonso del P o r t a l , y Berna ldo Rodr íguez de la Ri ­be ra : estos parece que eran por el concejo de Ov iedo , del p r i ­mero se hace mención en los au tos del becerro ele la misma Ig l e s i a , y hay una calle en Oviedo , que se l lama la calle del P o r t a l , donde tenia su casa.

Gonzalo ele la S a l a s , y Lope de V a n g o , estos parece vinie­ron por Aviles.

Diego Melendez de D o ñ a P a l l a , y Menen Suarez de Inc lan : estos fueron por P r a v i a , y de ambos hay mención en unas pes­quisas que se hicieron sobre los p res tamos de P r a v i a , que es­tán en la Regla colorada.

Diego Ibañez de Cos t a l e s , y P e d r o del B u s t o , por el conce­jo de Villa viciosa.

Diego de Arne ros , y P e d r o de Posada , por la villa de Llanes . Pedro Alvarez de B e r i a n , y J u a n I b a ñ e z , por la villa.de Gi-

j o n , q u e también resist ía el t r ibu to .

228 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Ñ u ñ o Pérez ele L o z a n a , y Menclo Fernandez de Lodeña , por el concejo de P i lona .

Gonzalo Alvarez de Oamporaanes , y Alonso Pollino : de este úl t imo apellido no hallo a lguno en A s t u r i a s , pero los hay en M e d i n a del Campo m u y nobles.

Suero Velazquez , y Alvar Fernandez de Grado. P e d r o Diaz de S a l a s , y Garcia Fernandez de Doriga. P e d r o de Paredes , y Lope Avello de Luarca . Lope Alfonso , y Diego Arias de Anleo : estos apellidos son.

de Navia. J u a n de S i e r r a , y P e d r o Col lar : es tos ' son de Cangas . Alvar P e r t i e r r a , y Garcia González del R i e g o , por la villa de

T ineo . Lope Nuñez ele Llanices , que asi se apell idaban los que ahora

se n o m b r a n del Valleclor, que e ran caballeros de pendón , y ca lde ra , parece vino por Allánele.

Silollogon de L e i g u a r d a , y Poncio Fernandez de Meneses: estos eran por el Yalle de Miranda .

J u a n P r i e t o , y Rodr igo de C a m a r g o , son apellidos de Ri­ba de Sella.

J u a n Fe rnandez de S i e r o , y Lope Fe rnandez de Vobe3 , p o r el concejo de Siero.

Diego Suarez de C a s o , y J u a n Bstébanez. • Gonzalo C a s t a ñ o n , y Boiso Suarez del Co r r a l , por el conce­

jo de Aller. ' J u a n Cordero de Nevares , y Ped ro Diaz de P a r r e s : este pr i ­

mero era de la an t igua casa de N e v a r e s , que t iene s iempre el apellido de Cordero.

Sancho Rodríguez de Te lena , por Cangas de Onis. J u a n Longo , y Lorenzo Mor ie l lo ; no he oido estos apellidos. J u a n A r i a s , y Meuen P e l a e z , por Somiedo. Alonso Alvarez , y J u a n Alvarez de L a n u c e s , de los cuales

CARVALLO. 229

hay mención en el becerro de Oviedo. Ped ro Diaz de P r a d o , y Rui Diaz de S o t o , no se por que

concejo. í t e m los comenderos de la san ta Iglesia de Ov iedo , Gonzalo

Berna ldo de Quñ'ós , J u a n Alvarez de Cienfue^gos , P e d r o P e -laez de Sanfrechoso, Ru i Fe rnandez de Solis, Berna ldo de Qui­rós , Rodr igo Alvarez de Bandujo , Diego Garcia de Viescas , D . Ruiz de Vi l laquivian; de todos los cuales se halla mención en las encomiendas que de sus castillos , y tenencias hizo des­pués el obispo D. G u t i e r r e , como abajo di remos. Y hal lamos asimismo ser hombres valerosos por estos t iempos Laba to de L a n u c e s , Gonzalo Fernandez de Sa lcedo , P e d r o Biello de Sal­cedo y Fe rnán , clérigo de Salcedo.

§ V I .

D i e g o M e n e n d c s d e V a l d é s v u e l v e á l a g r a c i a d e i r e y .

E s t a n d o el rey en Val ladol id , unos caballeros franceses hi­cieron un público y general desafio á todos los caballeros de E s -p a ñ a , que con ellos se quisiesen combat i r uno por uno ; acudie­r o n pa ra humil lar la ar rogancia de los f ranceses , de todas par ­tes muchos y m u y señalados caballeros , y por muchos dias no se halló n ingún español que los r i nd ie se , has ta que l lamado por el rey fue desde Galicia a Valladolid , D. P e d r o , pr imo del mis­mo r e y , conde de T r a s t á m a r a , Lemos y S a r r i a , con a lgunos caballeros de aquel r e i n o , y en t r e ellos llevó consigo á Diego Menendez de V a l d é s , mudado el h á b i t o , y el n o m b r e , el cual venció por su p e r s o n a , u n o por u n o , á todos los franceses, con g ran gloria de n u e s t r a nac ión , y sumo conten to del r e y , y no con poca envidia de todos los demás caballeros. E n premio de

230 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

este servicio pidió por merced al rey, Diego Menendez, sin ma­nifestar quien e r a , que le otorgase la vida de u n n o m b r e , que por haber sido leal á su señor , estaba condenado á m u e r t e . Otor-góselo el r e y , pensando que era a lgún escudero del mismo Die­go M e n e n d e z , el cual asegurado con la palabra r e a l , dijo : Yo soy, poderoso señor, el hombre que por mantener la fee , y lealtad del rey D. Pedro ¡ que era mi natural señor, estoy condenado a muerte, mis bienes confiscados : mis casas derrocadas , y sembra­das, de sal por vueso mandado. E l rey le p e r d o n ó , y mandó r e s ­t i tu i r su hac ienda , y se le dio l icencia pa ra reedificar sus casas de San Cucado, y le recibió en su gracia, y le honró mucho desde allí ade l an t e , y fue gua rda mayor de la persona del infante Don Juan , su hijo , a n t e s , y después de ser rey , y les hizo no tab les servicios, como parece por ciertos a lva laes , y cédulas de mer­cedes de estos r e y e s , que he v i s to en sucesores de la misma casa ; y asimismo he vis to en los archivos de la ciudad de Ovie­do u n a esc r i tu ra por donde consta que un .Diego de Valdés era merino mayor de A s t u r i a s , y lo renunció en Diego Fe rnandez de Quiñones , y t engo por sin duda que el rey habia dado este oficio á Diego Menendez de V a l d é s , con las demás mercedes que le hizo.

§ V I L

A l v a r o A l f o n s o , y o t r o s n o b l e s d e C a n g a s .

Andaba en servicio del rey D . Enr ique un valiente as tur iano , l lamado Alvaro Alfonso de C a n g a s , hijo de Lope Rodr íguez de Cangas , y es tando en Sevi l la , llegó á desafiaiie an te el rey Ares González de Somiedo , hijo de F e r n a n d o Alfonso de Mon tovo , por haber muer to el dicho Alvaro Alfonso á Ares Gouzalez, h i ­jo de Gonzalo Fue r t e s de Cangas , y pr imo del dicho Ares Gon­zález de Somiedo , todos hidalgos nobles as tur ianos . F u e el ne -

CARVALLO. - 231

T I T U L O C U A R E N T A Y C U A T R O .

D. JUAN EL PRIMERO.

>§uiua d e s u r e i n a d o .

A l rey D . En r ique Segundo sucedió en el reino D . J u a n e} P r imero , su hijo , y de' la re ina D oña J u a n a . F u e casado con D o ñ a L e o n o r , hija del rey D . P e d r o de Aragón , de la cual t u ­vo á D. E n r i q u e , que le sucedió en el r e i n o , y á D . F e r n a n d o , que fue rey de Aragón . Casó segunda vez con D o ñ a Beat r iz , hija del rey D. Fe rnando de P o r t u g a l , que no dejó ot ro hijo l eg í t imo , por lo cual pretendió el rey D . J u a n sucederle en el r e i n o , y tuvo grandes guer ras con los p o r t u g u e s e s , que p re ­tendían fuese rey D . J u a n , que era hijo bas t a rdo de D . F e r n a n ­do , monje profeso , como afirma I l lescas. F u e el rey D . J u a u valeroso y escelente p r i n c i p e , murió en la villa de Alca lá , c a ­yendo de u n caba l lo , en que iba co r r i endo , ano de 1390.

gocio m u y r e n o m b r a d o , y finalmente el rey por est imarles mu­cho , vino á conformai-les en que Alvaro Alfonso hiciese decir por el muer to t r e s mil m i s a s , in terviniendo también la autor i ­dad del conde D. J u a n Alfonso de G u z m a n , como todo consta de la escr i tura de concord ia , que está s ignada en los archivos de San J u a n de Corias , en donde se dijeron las t r e s mil misas , y es su fecha en Sevilla E r a de 1415.

232 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ I L

CahailcB'os «fue «leíendiea'on las íiea'ssas «le l a santa Ig les ia «le €Kie«lo, cosatra el eo iade D . Alfonso.

E r a muy poderoso señor en As tu r ias el conde de Gi jon , y N o r e ñ a D. Alfonso, he rmano bas ta rdo clel rey D. J u a n , y es­forzado en esto , y por ser muy soberbio y codicioso , dio en meterse en las t i e r r a s , y señoríos de la san ta Iglesia de Ovie­do , pidiendo á sus vasallos ciertos t r i bu tos , y poniendo jus t i ­cias de su mano . Acudió á dar cuenta de esto al rey el obispo D. G u t i e r r e , y dio sus reales privisiones el año de ,1381, p a r a que el conde no fuese obedecido por los vasallos del obispo en n inguna cosa , ni-sus merinos , como consta de las mismas car­tas r e a l e s , que están en el becerro de la san ta Iglesia de Ovie­do. N o bastó esto para que el conde se m o d e r a s e , y asi Rodr i ­go Alvarez de Bandujo , que tenia la encomienda de Quirós , y Diego García de V i e s c a s , que tenia la de Sant ianes , y Valle de Sau Pedro de Teberga , defendieron valerosamente los vasallos de sus encomiendas , como consta del misino becer ro ; y lo mis­mo hicieron los mas comenderos , como refiere el memoria l del A b a d , que eran por aquel t iempo Lope González de Qui rós , y Gonzalo Rodríguez de C a n g a s , Gut ie r re Fe rnandez de Quirós, hijo de Bernaldo de Quirós , que asi lo dice la escr i tura . Cons ta también del mismo bece r ro , que Gut ie r re González de Quirós llevaba por el obispo fonsaderas , infurciones, y mañe r i a s , que eran ciertos t r ibu tos , por ser comendero del castillo de Miranda , que an tes había tenido Diego García de V i e s c a s , según dice la e s c r i t u r a , y este era he rmano de Lope González , hijos de Gon­zalo Bernaldo , vasallo del rey ; y de Gut ier re González fue hijo otro Gonzalo Berna ldo , según consta de la misma escr i tura , y

CARVALLO. 233

de un real alvala del mismo becerro, que e s t á /oL 78. También era por este t iempo comendero de la t i e r ra de Lla­

ne ra , y de las Regueras Ped ro Melendez de Valdés , hijo de R u i Fernandez de So l í s , personas muy va l e ro sa s , como consta del pleito homena je , que está en el l i b r e de D . G u t i e r r e , E r a de 1418 .

L a casa fue r t e , y castillo ele Pr ior io tenia en encomienda Gar­cía Alvarez de P a l o m a r , de la Ribera de- S u s o , hizo el pleito homenaje en manos del Ade lan tado P e d r o Suarez de Quiñones , año de 1381 , según consta del mismo becerro.

L a encomienda del castillo de F i e l , en t ier ra ele Rivadeo, que ahora l laman Oas t ropo l , tenia Menen Suarez , hijo de Suer Me-nendez de Ribadeo , señor de la casa del Villar , y m u y podero­so en aquella t i e r r a , hizo el pleito homenaje en manos de J u a n Alfonso de N a v i a , caballero muy ant iguo , según dice la misma escr i tura del becerro.

L a villa y castillo de Oas t ropo l , tenia debajo de su amparo , defendiéndola de los caballeros de aquella t i e r r a , que t en ían g randes diferencias con el ob i spo , Alvaro Alfonso de Cangas , y Alonso González de Llano : hizo pleito homenaje Alvaro A l ­fonso en manos de Rodr igo Alvarez de la Ribera . E s t a enco­mienda había tenido pr imero u n caballero Z a m o r a n o , l l amado Ruiz de Villaquiran , como todo lo refiere el mismo becer ro .

También consta haber tenido la encomienda de Arbas Ares Alvarez de O m a ñ a , hijo de Arias Pérez de O m a ñ a , y nie to de García Pérez de O m a ñ a , caballero de la Banda .

Hal lamos ademas de e s t o s , mención de o t ras personas de v a l o r , como D . P e d r o P e n d u l e y , y sus h e r m a n o s , p resen te ro de la iglesia de San Francisco de P e n d u l é s ; D . I ñ i g o de Mira-y o , y sus hijos , pa t rones de San ta Mar ia de Mirayo . E s t o s , y otros caballeros ayudabau á defender las t i e r r a s , y l iber tades do la san ta Iglesia de Oviedo.

234 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ I I I .

E l c o n d e d e r V o r e ñ a c o n t r a e l r e y s e h a c e i n e r t e e n ísajoaa.

Siguiendo su mala inclinación el conde D . Al fonso , in ten tó levantarse cont ra el rey , apravehándose de los por tugueses , 6 ingleses , que se habian j un t ado cont ra el mismo rey , á quien propuso pa ra esto el conde D. Alfonso, que quería ir á P o r t u ­gal á t r a t a r de algunos medios convenientes á su servicio. Diole licencia el r e y , y el engañoso conde tuvo allá con los por tugue­ses ciertos t r a tos cont ra la corona de Cast i l la ; y viniendo á no­ticia de su he rmano el rey , le mandó p render : el conde se aco­gió á A s t u r i a s , y se hizo fuerte en la villa de Gi jon , año de 1381» vino el rey con p re s t eza , y mucha gente ele gue r ra á As tu r i a s , y cercándole en Gijon; el hecho de ver que no se podia escapar, y asi con muchas mues t r a s de humi ldad se puso en las manos del r e y , suplicándole le perdonase : el rey. lo hizo a s i , y se vol­vió á Z a m o r a , de donde hacia la gue r ra á los por tugueses ' asegurando con un grave j u r a m e n t o , y pleito homenaje que le hizo en la Cámara San ta encima del canon sagrado de ser á su r e y , y señor na tu ra l . Los t r a to s que el conde habia hecho con los por tugueses (según el memoi'ial del Abad) e r a n , que él ciaría P u e r t o en As tur ias á los ing leses , y les ayudar ía á to ­m a r la t i e r r a , mien t ras que los por tugueses hacían la gue r ra á los castellanos , en la cual anclaban todos los caballeros , y gen­te de gue r ra de A s t u r i a s ; y pud ie ra muy á su salvo hacerlo, se­gún la mucha confianza del rey que ten ia de su he rmano el con­de , si a lgunos as tur ianos de la costa no hubie ran alcanzado es­tos in ten tos en la mudanza de a lgunas c o s a s , y dado cuenta al r e y , y al obispo de Oviedo D. Gut ie r re su consejero. Pensó el

CARVALLO. • 235

rey que dejaba al conde muy obligado con p e r d o n a r l e ; mas el ingra to y rebelde volvió luego á p repa ra r se pa ra proseguir sus in tentos , abasteciendo los castillos y casas fue r t e s , que en A s ­tur ias t e n i a , con mucho cuidado ; y habiendo tenido aviso de todo el r e y , despachó luego á su consejero el obispo D. Gut ie r ­r e por capi tán g e n e r a l , pa ra defender la t i e r r a , mien t r a s él se apercibía pa ra venir en p e r s o n a ; y en t re otros d e s p a c h o s , y provisiones que le dio pa ra este efecto , se halla en el becerro de la san ta Iglesia ele Oviedo uno , del cual se colige lo que hemos dicho , y como confiscó los señoríos del conde. Dice as i :

D. Juan, por la Gracia ele Dios Bey ele Castilla, etc. A tóelos los Concejos, é Jueces, é otros cualesquier oficiales ele todas las Villas, Lugares, é Cotos de Arbuello, é de Babia de suso, é de yuso, que el conde D. Alfonso auia en Asturias, é a cualquiera, b gua-lesquiera ele vos á quien esta nuestra carta fuere mostrada, salud, e gracia : Facemosvos setter, que el dicho conde nos demando li­cencia para er a Portugal a tratar, é fazer algunas cousas, que cumplían al nuestro servicio; é nos fiando del, asi como de buena razón debíamos fiar por el ser nuestro hermano , otrosí nuestro vasallo , dimos la, dicha licencia : é él en lugar ele tratar lo que convenia á nuestro servicio , hizo el contrario , é se juntó con el rey de Portugal, é con los Ingleses nuestros enemigos , é fizo trato con ellos en nostro deservicio; é nos non parando mientes d los yerros que nos fazia, por debelo que hauia la nuestra merced, é por lo tirar de mal camino, é de malas obras en que andaba, enbia-mosle por muchas veces nuestros mensageros, en eque le embiaba-mos á dezir, que se viniese para nuestro servicio , é que lo perdo-•nariamos , é le femamos muchas mercedes , é outras muchas fegu-ranzas que le embiauamos « dezir, poreque él fuese en. uno conus-co á pelear con el dicho Bey de Portugal, é con los Ingleses nues­tros enemigos; é éZ non páremelo mientes á todo esto , ó como es nuestro vasallo, ni esso mesmo a la. naturaleza que ha en este Bey-

2 3 6 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

no, 6 otrosí a los juramentos , é pleitos omenages que nos fizo en San Salvador de Oviedo , en la Capilla de las Reliquias, sobre el Cuerpo de Dios, en manos del Obispo de Ouiedo; nifaziendo aque­llo que el buen vasallo debe fa,zer á su Rey , é á su Señor natural, nunca quiso venir al nuestro servicio ; épof que los tales como estos non deben fincar sin pena, como las buenos, é leales servidores de­ben auer galardón por los servicios quefazen. Nos por estos fechos acordamos de tomar esta tierra, para la nuestra Corona, é después •de nuestros dias ,para los Reyes que después vinieren, en tal ma­nera que siempre finque en el Señorío de la Corona Real, Sfc. Y luego se prosigue el poder que dá al obispo D . Gut ie r re pa ra t omar la posesión en su nombre de estos s eño r ío s , y poner de su mano alcaides y m e r i n o s , y recibir pleitos homena jes , y les p romete defender y amparar . F u e su da ta en Z a m o r a á vein­t e y t res de J u n i o , año de 1382.

§ IV.

l i « g u e r r a «le . A s t u r i a s s e e n c a r g a a l o b i s p o

«le O v i e d o .

Diole el rey además de esto á D . Gut ie r re una c a r t a , pa ra que todos los de As tur ias , y sus cuat ro sacadas , y asimismo los de Arbüel lo , y de las Babias , y de L u u a , O m a ñ a , y Laciana, que es en las montañas de L e ó n , c r e a n , obedezcan , y s igan en todo á lo que ordenare el obispo D. G u t i e r r e ; y le dá ot ro poder pa ra q u i t a r , y poner j u s t i c i a s , y jueces en Oviedo, y en todos los demás lugares de A s t u r i a s : todas las cuales escr i turas es tán en el libro del becerro alegado. También parece por o t ra cédula r e a l , que está en el l ibro mismo , y lo refiere el A b a d } que e rey m a n d ó , que a lgunas personas señaladas de la gen te de guer-

CARVALLO. 237 ra de As tur ias x que andaban eñ su real serv ic io , se fuese y estuviese con el mismo Obispo , para defender la t ierra . Dice la cédula de es ta s u e r t e : NOS EL REY. Facemos saber a vos Gu­tierre Osorio de Q.uirós , é Lope Osorio de Quirós, é Tel Fernan­dez de Toledo, é García Suarez de Arbuello, é García Osorio de Obregon, é Pedro Mencndez de Váidas , é Fernando Alvar'ez , 6 Gonzalo Bernaldo de la Ribera , é Menen Pérez de Valdés , ó Die­go Fernandez de Yada, é Alvar Pérez de Amieba, Pedro Fernan­dez de Bode, Pedro Sánchez del Busto, é Juan Méndez de Val-das , é Pedro Osorio de Somiedo, Diego Alfonso de Neuares, 6 Gonzalo Balbin, ó Diego Fernandez de Bios, 6 Suer Bodriguez de Arbuello, é Gutierre de Quirós , 6 Alvaro Vázquez su hermano, é García Bodriguez de Builla , ó Rodrigo Alvarez de Bandujo , é Alfonso de Ñaua, 6 Gutierre de Ileuia, ó Diego Fernandez Vi-gil, é García Osorio de Árbuello , Femando Alfonso de Lagtieyo, Juan Fernandez de Ouiedo, Diego Bodriguez de Ouiedo, Fernán Rodríguez su hermano, é Gerónimo Martínez de Ouiedo , é Ge­rónimo Bodriguez de Tabaza, é Domingo Díaz de Bdero, nues­tros vasallos, que es nuestra merced que quededes con D. Gutierre, Obispo de Ouiedo, en Asturias, efagades lo que él vos mandare, é dixere de nuestra parte, que entendieredes que cumple á nues­tro servicio , porque vos mandamos que lo fagades asi, é no faga-des endeal, so pena de la nuesa merced, ó sabed que asi cumple al nuestro servicio, §c. Diole asimismo o t ras cédu las , que se ba ­ilan en el mismo b e c e r r o , pa ra que J u a n Es tébanez de Oviedo le en t regue la t o r r e de Cima de Vi l l a ; y F e r n a n d o Alfonso de N o r e ñ a , alcaide del alcázar de O v i e d o , y Gonzalo Alfonso de N o r e ñ a , alcaide del alcázar de Aviles , obedezcan , y reciban al ob i spo , y á los que el q\iisiere , y no á o t r o s ; y para que todos los alcaides de casas fue r t e s , y castillos de As tu r ias , que ha­bían favorecido al c o n d e , los en t regasen al ob i spo , y el les pu­diese pe i ' donar , poniéndose en sus manos .

238 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ v. C e r c a n al c o n d e e n G i j o n .

Allende de lo referido , despachó el rey mucha gente de guer ­r a de Cast i l la , como refiere la c rón ica , y por caudillos de ella á P e d r o Suarez de Qu iñones , Adelantado mayor de León , y A s ­t u r i a s ; y á Ped ro Ruiz S a r m i e n t o , Adelan tado mayor del re ino de Galicia; y á Ped ro Fernandez de Velasco, su camarero mayor : los cuales , ademas de las car tas generales del r e y , trajeron o t ras par t iculares pa ra algunos caballeros sus vasa l los , y pa ra algu­nos concejos , que acudiesen á lo que fuese m e n e s t e r ; y l legan­do á Gi jon, donde el conde se habia hecho fuerte con muchos ing leses , que habian quedado por España de las guer ras pasa­das , ó acaso le habian venido por m a r , le hicieron sus reque­r imientos , y p i ' o tes tas , que se en t regase al r e y ; y no lo que­r iendo h a c e r , an tes t ra tando- de res i s t i r se , le cercaron.

§ VI.

R e f r i e g a s s o b r e l o s c a s t i l l o s d e T i n e o , y C a n g a s .

Tenia por este t iempo la for ta leza, y villa de Tineo F e r n á n Sánchez de P i e d r a b u e n a , y el castillo de sobre C a n g a s , que es­t aba donde ahora l laman el Vallado , Diego Sánchez de Reciella^ los cuales seguian la voz del conde D. Alfonso; y aunque el obis­po D . Gut ie r re en v i r tud de las reales car tas les envió á decir en t regasen dichos cas t i l los , no lo habian querido h a c e r ; an t e s t r a t a ron muy mal á los Embajadores , y salian á robar la t ie r ra , por lo cual el adelantado P e d r o Suarez de Quiñones envió á Die­go Garcia de T i n e o , caballero que andaba en su compañ ía , y

CARVALLO. 239

se halló é l , y Alvar García ele Tineo su hijo en el cerco ele Gi-b ra l t a r , según consta del t e s t amen to del mismo Adelan tado , y en esta ocasión le dio car tas de c reenc ia , pa ra que los hidalgos de aquella t ierra le siguiesen h a s t a p render , ó ma ta r á Diego Sánchez de Rec ie l l a , y F e r n á n Sánchez de P i e d r a b u e n a , como lo hizo , prendiendo á Fe rnán Sánchez , aunque con mucha sau-gre de ambas p a r t e s ; y cont ra Diego Sánchez de la Reciella despachó asimismo á Lope Rodr íguez de C a n g a s , y á Alonso González de Llano de la Plaza (por tener en la plaza de C a n ­gas sil casa fuerte , cuyos r a s t ros hoy duran , y los poseen los legít imos sucesores de ella) estos dos caudillos l levaron también comisión pa ra j u n t a r los hijosdalgo de aquella t i e r ra , has ta pren­der , ó m a t a r á Diego S á n c h e z , y poniendo fuego á la to r re , se arrojó por una v e n t a n a , y le t rajeron preso con F e r n á n Sánchez, que debía de ser su he rmano , al castillo de Gi jon , aunque des­pués les sa l taron por dineros que dieron á la g u a r d a , que se l lamaba Pa r rondo ; y t an perversos e ran en t rambos , que per­donando después el rey al conde D. Alfonso , y á todos los que le habían segu ido , solo fueron csceptuados estos d o s , como luego diremos. Todo esto refiere el memoria l a legado , y dice, que no ayudaron poco á esta comisión los Abades de Obona, y Corias con sus vasallos. •

§ V I I .

A r i a s A l v a r e z d e O m a ñ a a l l a n a Sos r e b e l d e s e n l a s m o n t a ñ a s d e ILeon .

E n vi r tud del poder del r e y , que hornos referido , pa ra que el obispo de Oviedo tomase la posesión pa ra la corona real de todas las v i l l a s , t i e r r a s , y castillos del conde D . Alfonso, envió el obispo orden pa ra que Ar ias Alvarez de O m a ñ a , que residía , y tenia las casas fuertes de su solar en el valle de Omaña , y era

240 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

señor de aquella t i e r r a , pa ra que en nombre del rey se apode­rase de los lugares , y cas t i l los , que el conde tenia en Babia de s u s o , y yuso , L u n a , y L a c i a n a , y ot ras par tes de aquellas, mon­tañas , el cual tuvo necesidad de j u n t a r sus deudos , y escude­ros , y muclia gente de su t ie r ra pa ra allanar aquellas mon ta -ñ a s , donde sus ten taban , y defendian la voz del conde unos hom­bres muy poderosos , l lamados Rodr igo de Ordás , J u a n Camun-dio, Fe rnando Vidal , Ru i González de Carrocedo, y otros, con­t r a los cuales se puso en a rmas Arias Alvarez de Omaña , y los r i nd ió , y venc ió , ma tando á Rodr igo de Ordás , que era m a n ­c e b o , muy va l i en te , y los demás se le acogieron á As tu r i a s , como refiere el Abad. E r a este Arias Alvarez hijo de Ar ias P é ­rez de O m a ñ a , y nieto de García Pérez de O m a ñ a , caballero de la B a n d a ; tuvo una h i ja , que casó con Lope Diaz de Quiñones, p r imo del Adelan tado P e d r o Suarez de Quiñones , l lamada San­cha Alvarez de O m a ñ a , de quien t r a t a r emos á su t iempo.

§ V I I I .

E l r e y v i e n e s o b r e G i j o n c o n §m c a b a l l e r í a .

Luego que tuvo lugar el rey D. J u a n vino con. t oda la flor de su caballería á As tur ias , y en l legando á Gijon , no le quer iendo recibir el c o n d e , hizo apre ta r el c e r c o , y ba t i r las mura l las con las m á q u i n a s , é ingenios de aquel t i e m p o , de las cuáles me en­señaron unas bolas redondas m u y grandes , de piedra t a n dura , que parecía p e d e r n a l , que levantaban unas poleas , pues tas en unas cigüeñas de madera m u y a l t a s , y volviéndolas sobre la ciu­dad , las dejaban caer de golpe sobre los tejados , con que h u n -dian las casas. Resis t ían los de aden t ro con g ran per t inancia , con ballestas , dardos y p i e d r a s , y según dice la crónica de este r e y , t i raban desde la mura l la t i ros con g rande e s t r u e n d o ; y el

CARVALLO. 241

Abad dice que t i raban muchos t i ros con fuego los ingleses que con el conde e s t a b a n , que sin duda eran de art i l lería, que t r e s años an tes , que fue el de 1380, había inventado u n alemán ; y como Gijon es taba llena de estranjeros , sin duda que usaban ya de pó lvora , y será este el p r imer uso de ella que hal lamos en E s p a ñ a , aunque en los t iempos de D . Alfonso el Onceno huvo a lgunas invenciones de fuego , como refiere P e d r o Mejia en su Silva.

§ I X .

E l conde se rinde á partido.

Viéndose apre tado el conde de N o r e ñ a , tuvo manera como el obispo D. Gut ie r re t r a t a se de a lgunos medios pa ra que el rey le p e r d o n a s e ; tenia el obispo t a n t a a u t o r i d a d , que lo acabó fácil­men te , cuya concordia se halla en el becerro de la san ta Ig l e ­sia de Ov iedo , o torgada en el real de Gijon en las t iendas del r e y , á diez y ocho de J u l i o , E r a de 1421 , po r la cual escr i tu ra parece que el rey o torga merced de las vidas , y perdón general al conde de N o r e ñ a su he rmano , y á todos los que le habian se­guido , y sido de su parc ia l idad , sacando á F e r n á n Sánchez de P i e d r a b u e n a , y á Diego Sánchez de la Recie l la , que les mandó salir del reino , y eran los que habian al terado la t i e r ra de Can­gas y Tineo , y á los demás m a n d a res t i tu i r su h a c i e n d a ; y al conde p romete darle t ie r ras , y heredamien tos en t i e r ra l lana de Cas t i l la , ó de o t ra pa r t e fuera de As tu r ias , con que pueda pa­sar h o n r a d a m e n t e ; y dá pa labra de no p r e n d e r , n i hacer inju­r ia á la condesa su m u j e r , sobrina del mismo rey ; y hace un solemne j u r a m e n t o , y pleito homenaje de lo cumplir a s i , y con él juraron t a m b i é n , y hicieron pleito homenaje de no contra­decir el cumplimiento de su real p a l a b r a , n i aconsejarle lo con­t ra r io a lgunos ca.ballei'os, como fueron D . C a r l o s , infante de

16

ASTItiUJ-JOAHvS № . AsTL'lUA* .

Navar ra , el obispo D. Gut ier re ; 13. P e d r o , conde do Tras to­

rnara, Leaios y S a r r i a ; D . P e d r o Nuñez de L a r a , conde de Mayorga ; D. Fernando Sánchez de Tovar , Almirante de la Mar; D. J u a n , hijo del conde D. Tello ; Pedro Fernandez de Velas­

co , camarero mayor del rey ; Pedro Ruiz Sarmiento , Adelanta­

do mayor de Galicia; Pedro Suarez de Q u i ñ o n e s , Adelantado de León ; Rainir Nuñez de Guzman ; Gonzalo Mart ínez de Guz­

m a n ; Ruiz Ponce de L e ó n ; Alfonso E n r i q u e , hijo del maes t re 13. F a d r i q u e ; Gut ier re González de Quirós ; Gutier re González Quijada; Rui B a r b a , Mosen Jufre ; Mosen A r n a o , señor de Vi­

lla! pan do. E l conde D. Alfonso se entregó por vasallo del rey, haciendo pleito homenaje en manos del conde D . P e d r o , de servir al rey bien y l e a lmen te , y de ent regar le la villa y alcá­

zar xle Gijon , y las mas fortalezas y castillos de Astur ias ; otrosí que cuando el vey tuviese alguna querella., ó le dijeren ha fal­

tado en alguna cosa á su servicio , acudirá en persona á lu cita­

ción y l lamamiento del r e y , á se p u r g a r , y salvar de ello den­

t ro de veinte d í a s , no habiendo forzoso i m p e d i m e n t o ; y de­

mas del j u r amen to , y pleito homena je , dio en rehenes á el rey á Doña Beatr iz su hi ja , y de la condesa D oña I sabe l su mujer: y j u n t a m e n t e con el Gonde j u ra ron J u a n Ramirez de Gijon , Al­

var Sánchez de Caste l lanos , J u a n de C a m u n d i o , F e r n á n Gon­

zález , Pedro Méndez , J u a n Sánchez Vizcaíno , Rui González Carabedo , Alvar de Ayas y P e d r o Bernaldo , que todos habian sido vasallos del c o n d e , y eran pe r sonas muy poderosas . Ade­

más de estos , y de los que arr iba hemos dicho , refieren las­ cró­

nicas al principe D . E n r i q u e , primogéni to del rey ; el infante D . Fernando su h e r m a n o ; D. F a d r i q u e , duque de Benaven te , hermano bas ta rdo del rey ; D. E n r i q u e su hermano ; el infante D . J u a n , hijo del rey de P o r t u g a l ; D . G a s t ó n , conde de Me­

dina­Cel i ; D. J u a n Rodríguez de C a s t a ñ e d a ; D . J u a n de Villa­

lobos ; D . J u a n Ramírez de Arellano , señor de los Camei­os;

CARVALLO. 243

i ) . Ped ro Xuarez , Alcalde mayor de Toledo ; D . P e d r o Muñiz , maes t re de Ca la t r ava ; D . P e d r o Diaz de I b i a s , maes t re de San J u a n ; D. Diego Gómez Manr ique , Adelantado mayor de Cas­tilla ; D . P e d r o Cabeza de V a c a , maes t re de Sant iago ; D . San­cho Fernandez de Tovar , guarda mayor del r e y ; D . Diego P é ­rez Pacheco , notar io mayor de Cas t i l la ; D . F e r n a n d o Alvarez de T o l e d o , señor de Valdecorne ja ; D . P e d r o Ponce de León , señor de M a q u e d a ; J u a n Mar t ínez Villazan , jus t ic ia mayor del rey; D . P e d r o Xuarez Guzman, notar io mayor de la Andalucia .

§ X .

C o m o c e s ó l a c u e n t a d e l o s a ñ o s p o r l a E r a d e l C é s a r .

E n t r a n d o el rey en Gi jon , le fueron enseñadas las an t igüe ­dades de los romanos , y las famosas Aras Sext ianas , que aun duraban , aunque desvara tadas , en las cuales vio muchos letre­ros , todos en memor ia de C é s a r ; y dice el A b a d , que se refiere en uno de ellos como César hab ia m a n d a d o que los años se con­tasen por la E r a de su m o n a r q u í a ; viendo esto el r e y , mandó, que desde alli adelante no se contasen mas los años por la E r a de C é s a r , sino de el nacimiento de nues t ro Señor Jesu-Cr is to ; lo c u a l , yéndose desde allí á Segov ia , m a n d ó , y estableció en las cortes que en aquella ciudad se celebraron año de 1385 , y desde este año no se usó mas en E s p a ñ a la cuen ta de la E r a de César.

§ X I .

E l c o n d a d o d e r V o r e u a s e d á a l o b i s p o d e O v i e d o .

Apoderado el rey de todos los cas t i l los , villas y lugares que en As tu r ias tenia el conde D . Alfonso , le dio t í tu lo de conde de

2i4¡ ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Valenc ia , con mucha hacienda en aquella t ierra ; y par t iéndose de Astur ias con toda esta cabal ler ía , fue á celebrar cortes á Se-gov ia , y agradecido á las mercedes que nues t ro señor le habia hecho , por intercesión de los santos , cuyas reliquias están en la Cámara San ta de Oviedo , corno espresamente lo, confiesa en el mismo privilegio , hizo donación á la santa Iglesia de Oviedo, y á su obispo y c a n ó n i g o s , de las c a s a s , y to r res fuertes de JSToreña , • con el señorío y jurisdicion de la misma v i l la , y la la mi tad del concejo de Tu déla , con muchos beneficios , p rés -t amos y j u g u e r í a s , y otros heredamien tos , que habían sido de D . Rodrigo Alvarez de Astur ias . Confirman es ta escr i tura mu­chos grandes , y en t re ellos el mismo D. Alfonso , l lamándose he rmano del r e y , y conde de Valencia. D. P e d r o , pr imo del re} r , conde de T r á s t a m a r a , L e m o s , y Sarria; I ) . Diego Mart ínez de Oviedo, maes t r e de Alcántara; D . P e d r o Díaz de I b i a s , P r io r de San J u a n ; P e d r o Suarez de Quiñones , Ade lan tado de León, &c. Y desde entonces quedó el rey con la villa de Gi jon , y los obispos de Oviedo con el t í tulo de condes de Noreña .

§ X I I .

ü i á i e n s e m u c h a s f o r t a l e z a s e n A s t u r i a s .

Porque el conde D. Alfonso, ú algún otro rebe lde no se vol­viese á encas t i l lar , y hacer fuerte en As tu r ias , y pa ra que algu­nos hombres poderosos no robasen la t i e r r a , acogiéndose á los lugares fue r tes , mandó el rey que los muros de Gijon se batie­sen , y qae su alcázar se desman te l a se , y el castillo de Tudela se ar ruinase , y otros algunos en t i e r ra de Tineo, Cangas y Sier­ra , esceptuando solo la fortaleza de Tineo pa ra prisión de los malhechores . Opusiéronse á es ta orden Gonzalo Menendez de Carva l lo , que tenia el castillo de T r e s m a t o , cuyas ru inas aun

CARVALLO. 2 45

duran en la cumbre de un monte , que está en t ier ra de Cangas , cu un lugar que l laman T r e m a d o ; y Diego Coque de Cimanes su cuñado , que tenia el castillo de A r b a s , y el de ISTaviego, di­ciendo , que ellos y sus pasados l iabian tenido siempre aque­llos castillos , y defendido de ellos la t i e r ra .fielmente , y que eran pa ra esto muy á proposito ; mas al fin los castillos fueron ar ru i ­nados , como todos los d e m á s , según refiere el memoria l del Abad.

§ XIII.

l i l c o n d e s e v u e l v e á i-cheiai*.

Todo esto fue muy conveniente por aquellos t iempos t an re­vueltos , y de táu poca seguridad ; mayormente "cuando el mis­mo conde volvió á mos t ra r su dañada intención con t ra el rey, aunque no volvió á tener mas en t r ada en A s t u r i a s ; y como eran t an t a s sus r eca ídas , aunque el rey en unas cor tes de Guadala-j a r a del año de 1390, otorgó perdón genera l á todos los que habían faltado á su servic io , solo quedó excep tuado el conde D. Alfonso, y le met ieron en"prisiones en el castillo de Almo-n a c í , á cargo del arzobispo de Toledo ; y aun le hubiera qui ta­do el rey la v i d a , si el ejemplo del rey D . Ped ro (que se perdió por muy severo) no es tuviera t an reciente .

§ XIV.

131 A d e l a n t a d o s e enís 'osaseíe e n l a s t i e s ' r a s d e l Ol í aspo .

• Coa la licencia que suelen dar las guer ras á los soldados , pa­rece que el A d e l a n t a d o , y Merino mayor P e d r o Snares de Qui­ñones se en t romet ía á quebran ta r la jurisdicion de las t ie r ras

2 4 6 A N T I G Ü E D A D E S DE A S T U R I A S .

del obispo ; lo cual le fue prohibido por una real c a r t a , que está en el becerro de la san ta Iglesia de Oviedo. Hab ia quedado As­tur ias muy fatigada de los a lborotos pasados , y todabia habia en ella muchos hombres facinorosos , y r o b a d o r e s , y acudieron al rey á pedir remedio de esto los c iudadanos de Oviedo F e r n á n Alfonso , alcalde del alcázar de Oviedo , y Diego Mart ínez, Fie­les , que eran como p r o c u r a d o r e s , ó regidores del concejo ; y F e r n á n Alfonso , y Gonzalo Al fonso , Rodr igo Alfonso, y Al­fonso González , J u a n F e r n a n d e z , 6 J u a n Garc ía ; y el rey dio sus provisiones pa ra que el obispo D. Gut ie r re hiciese pesquisa de los robos y daños , y lo remediase , como todo consta de la provis ión , que está en el mismo becerro .

. § XV.

M a n e r a d e g o b i e r n o q u e t e n i a l a c i u d a d d e O v i e d o .

Gobernábase la ciudad de Oviedo por estos t iempos por Me­r ino m a y o r , pues to por el Adelantado en nombre del rey , en cuyo lugar sucedió el corregidor andando el t iempo : asimismo habia t r e s jueces , como a h o r a , y el uno de ellos de la Iglesia; y las mas veces canónigo , los cuales no juzgaba cada uno pa ra s í , sino todos t res j u n t o s , sen tados en los poyos de la pa r ro ­quial de San Tirso , donde l l amaban la vi l la ; y por que algunos jueces faltaban á es ta audiencia , y pre tendían juzga r por si, sin los demás , les mandó el r e y , que no saliesen del estilo an­t iguo , que hemos dicho , como consta de las mismas provisio­nes , que están en el becerro . E r a esta forma de audiencia su­per ior al Merino , como lo es en la audiencia real el corregidoi'; y por que intentó eximirse de es ta super ior idad Diego Fe rnan ­dez de Quiñones , siendo Merino , fue convencido por ejecuto­r i a , como luego veremos.

CARVALLO. 2-17

§ X V I .

i l c f o r m a c i o í i d e l c l e r o , y COSBBO Sos c a n ó n i g o s v i v í a n en C 0 9 1 1 I I B l Í d » < l .

No se empachaba el valeroso D. G u t i e r r e , obispo de Oviedo, en estos negocios t an g r a v e s , de m a n e r a que se olvidase de los que tocaban á su Iglesia , como parece por las escr i turas de su t i e m p o , en el cual se dio principio al g rande y suntuoso tem­plo de San Salvador de Oviedo en la forma que hoy le vemos: hizo san tas y hones tas const i tuciones pa ra sus canónigos , los cua les , aunque en el principio de la res tauración habían sido clérigos seculares , anclando el t iempo se hicieron regulares , profesando la Regla de San Agus t ín , como los demás de Espa ­ña viviendo en c o m u n i d a d , como verdaderos re l ig iosos; y en t iempo de este p re l ado , ó poco después, comenzaron á vivir de por s í , por algunos inconven ien te s , como parece por u n a e s ­cr i tura del becerro, por la cual el obispo suprimí me t res racio­nes de t r e s oficios que h a b í a , mient ras que viviesen los canó­nigos en comunidad. Comían ¡i una mesa y dormían en u n dor­mitorio, los oficios eran de por te ro del dormi tor io , por te ro del c laustro, y escanciauo que era el que les daba la sidra en refi-. torio, que es una bebida que se hace en esta t i e r ra de manza­nas ; que entonces los clérigos , m u y pocos bebían vino, y en comunidad n inguno , como se colige de es ta escr i tura ; y es tos tres oficios aplicaron al globo de la demás hacienda capi tular .

§ XVII .

R e f o r m a c i ó n d e Sos m o n j e s , y c o m o e s t a b a n s u j e t o s n i O b i s p o .

También por estos t iempos los religiosos de los monaster ios estaban sujetos al obispo , y los abades de ellos le obedeciau en

248 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

cier ta manera , y venian á los sinodos y contr ibuían con los r e ­par t imientos que el obispo hacia, como parece por escr i turas de la san ta Iglesia de Oviedo , donde hal lamos espresados los mo­naster ios de San Vicente de O v i e d o S a n J u a n de Corias, Obona, Corneliana, Vil lanueva, Cangas , Celorio, San Anto l ino y V a l - d e - D i o s , de los cuales los religiosos se habian relajado t a n t o , que no solo vivian fuera de la regla , mas aun de toda razón ; los cuales desórdenes procuró corregir y enmenda r el obispo de Oviedo D . G u t i e r r e , visitándoles y cas t igándoles , y haciendo pa ra en adelante jus t a s y san tas ordenanzas , en c o n ­firmación de las de su re l ig ión , como fué mandar les que no habi tasen con muje res , y que t ragesen hábito conforme á la Regla; que comiesen en comunidad , que guardasen silencio, que no habi tasen solos en los pr iora tos , que no fuesen compa­dres en los b a u t i z o s , que hiciesen profesión dent ro de año y dia; que fuesen obedientes á sus a b a d e s ; que no t r a t a sen nego­cios secu la res ; que no saliesen á caza ; que no jugasen ; que no andubiesen sino de dos en d o s ; y que comulgasen cada pr imer dia de mes : que en todo esto y ot ras cosas habia-gran desorden.

§ X V I I I .

I t e f o s ' m a e i o i a «le l a s m o n j a s .

Asimismo le es taban sujetas las monjas de su obispado, y vi­s i tando algunos monaster ios , dejó mandado , que no hablasen en el c o r o ; que no recibiesen joya ni o t ra dád iva ; que no co­miesen ni bebiesen con persona de afuera de su monaster io ; que no saliesen á los porta les á hilar ; que no fuesen madr inas en los bau t i zos ; que nadie en t rase en sus monaster ios , ni ellas saliesen sin licencia del vicario ó del ob i spo , como consta do las mismas v i s i t a s : y á los monaster ios de Soto y Villamayor,

CARVALLO. 249

§ X I X .

gFtmdacioia «lei c o l e g i o de IPaia y Carfioas.

Hizo merced la re ina Doña J n a n a al obispo D . Gut ie r re por sus dias, de t r e s mil maravedís , que l lamaban del Rico-home, que le pagaban en Salamanca, los cuales gas taba el obispo con es tudiantes p o b r e s , que sus ten taba en aquella universidad , y viendo esto la r e i n a , se los perpetuó para este efecto por un privilegio dado en Medina del Campo á diez de Abril , E r a de 1419, y asi fundó con esta r en ta el colegio que l laman de P a n y C a r b ó n , que fué el pr imero de toda E s p a ñ a , y de t a n t a au­tor idad en sus principios, que sus rec tores y colegiales gober­naban la Univers idad , como escribe el arcediano de Tineo : y si como la dotación fue en dinero , hubiera sido en heredades ú o t ras r e n t a s , fuera en nues t ro s dias de los mas ricos de E s ­paña . Fué t an g rande el provecho que de es ta fundación se si­guió á estos reinos , que á su imitación o t ros prelados fueron después fundando t an tos y t an ricos colegios, como boy vemos por toda E s p a ñ a .

§ X X .

131 o b i s p o D . tfxiúlüeii.

Al obispo de Oviedo D. Gut ier re sucedió en la silla D . Gui­llen de Verdemonte , na tu ra l de F r a n c i a , maes t ro que había sido del P a p a Clemente Sétimo. Fué u n g ran prelado , y en su t iempo se acabó la capilla mayor ele esta san ta I g l e s i a , en donde está sepultado , debajo de u n a gran lámina de b ronce

los deshizo, por que se vivia en ellos con mucha l ibertad, apli­cándolos á otros conventos.

250 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

con estas l e t r a s : Ríe iacet boim memorice Dominas Qwillélmm de Verdemonte, Episcopios Ooeteusis, natione Gallus, alumnus et famiüus quondam Domino Papce Glementis Septimi, quipost mul­ta opera clwritatis obit in Givitate Ouetensis, alie Iobis, 17. men-sis Februarii , auno 1412.

§ X X I .

C a u s a d e l a s g u e r r a s e n t r e e l d u q u e d e A l e n e a s t r e y e l - r e y .

E s muy conforme á mi in tento dar aquí razón de las guer ­ras que los ingleses t r a t a ron con el rey D. J u a n , pues dieron ocasión á que la provincia de As tu r ias fuese Pr inc ipado, t í tulo y patr imonio de los príncipes de E s p a ñ a , lo cual pasó de e s t a m a n e r a : E l duque de Alencas t re , g rande y poderoso señor en Ing la te r ra , es taba casado con D o ñ a Constancia , hija del r e y D . Pedro , y de Doña Maria Pad i l l a , que como liemos dicho, fue declarada por legít ima mujer del rey D . P e d r o por c ie r tos ob i spos , y como los hijos del mismo rey habían muer to sin dejar herederos, p re tendía esta señora ser la re ina legít ima su-cesora en los reinos de Castilla y L e ó n , y que D . E n r i q u e los había poseído t i r án i camen te , y lo mismo su hijo D . J u a n : el cual fundaba su derecho en que D . Alfonso el Sabio , legí t imo rey de Castilla, habia tenido dos hijos, D . F e r n a n d o de la Cer­d a , primogénito , y D . Sancho el Bravo , y mur iendo D. F e r ­nando en vida de su padre , y dejando hijos legít imos , D. San­cho el Bravo so levantó in jus tamente con el r e i n o , y lo había gozado sin ot ro t í tu lo en sus dias, y después sus descendientes D . F e r n a n d o , D. Alfonso el Onceno y D . P e d r o , sin razón ni d e r e c h o , y que por esto no le podia t ene r su hija Doña C o n s ­tanza, aunque fuese legí t ima; y que por el contrar io el re ino

CARVALLO. 251

tocaba á D. J u a n , por ser legítimo descendiente del infante D . F e r n a n d o de la Cerda, quien tuvo por hijo á D. Manuel de la C e r d a , á quien per tenecia el re ino , y de-este fué hija Doña J u a n a , que casó con D. En r ique , á quien vino el reino como conjunto de su mujer , y por el consiguiente per tenecia á Don J u a n su hijo , eon quien era el pleito. Repl icaba el duque de Alencas t re , que D . Alonso de la C e r d a , hijo pr imogéni to de D . Fe rnando de la C e r d a , habia renunciado el derecho que tenia , ó podia t e n e r á los reinos , en el rey D. Fe rnando el Cuar to , y recibido eu recompensa muchas t i e r ras y señoríos. F ina lmen te el duque de Alencas t re , viendo que el rey D. J u a n andaba muy ocupado en la gue r ra de Po r tuga l , aprovechándose de la ocas ión , y con favor del rey de I n g l a t e r r a , comenzó á apercibir u n a g rande a r m a d a , pa ra pasar con ella á España .

§ X X I I .

L e a l t a d d e l o s a s t u r i a n o s , c a l i f i c a d a p o r e l r e y .

Parecióle al rey D . J u a n , que si los ingleses tomaban puer­to en A s t u r i a s , y se apodraban de la t ierra , seria muy dificul­toso echarlos de e l la , y asi envió á prevenir á los as tur ianos , que estuviesen apercibidos, dándoles cuenta de todo, y hacien­do g ran confianza de su l ea l t ad , como consta de una real cé­dula , que está en el becerro , y de una c láusula , que dice asi: Por esto quisímosvoslo todo facer saber, porque supiésedes nues­tra, voluntad, é todo nuestro acuerdo, é porque Nos tenemos jidu-cia en vos, como aquellos en quien siempre fallaron lealtad los reyes de Castilla nuestros antecesores, Sfc. M a n d a después de e s t o , que todas las viandas se alcen , é se lleven á los lugares defeudederos , que les señalare el obispo D. Gut ie r re , al cual

252 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

por ot ra cédula manda levantar y fortificar los muros de los lugares fuertes que le pareciere.

§ X X I I I .

El «iaiqssc ai Aleueasíre tonta á ia Coruña y Santiago.

Aportó el duque de Alencas t re con su a rmada de mucha y muy lucida geute , y con su mujer y una hija que tenia, l lamada Doña Catalina á la Coi 'uña, y tomando aquel p u e r t o , y des ­pués la ciudad de Sant iago , se le j u n t a r o n a lgunos caballeros ga l l egos , y pasó adelante , l lamándose él y su mujer reyes de Castilla y L e ó n , y de los mas reinos sujetos á es ta corona; finalmente se jun tó con el maes t ro de A v i s , que se l lamaba rey de P o i ' t u g a l , haciendo cruel guer ra al de Cas t i l l a , y j un ­t ando los dos p o d e r e s , fatigaron por muchos dias al rey Don J u a n , has ta que fué Dios servido qus se conformó con el du­que de A l e n c a s t r e , en la forma que se dirá.

§ X X I V

Conio Asturias í*ee«M© titulo de Principado y como los primogénitos de los reyes se titulan Pr ínc ipes

de Asturias.

Fueron las p a c e s , que el infante D. E n r i q u e , hijo y here­dero del rey D. J u a n , se casase con Doña Catal ina, hija y he ­redera del duque de Alencas t re , con que se atajaban todas las diferencias; y pa ra esto el duque y D oña Constanza su mujer, r enunc ia ron en D o ñ a Catal ina su hija el derecho que podían tener á los reinos de Castilla y L e ó n , y el rey D . J u a n dio á su hijo D. En r ique desdé luego las c iudades , v i l l as , lugares ,

CARVALLO. 253

castillos y r en ta s , y todo lo demás que tenia, y le pertenecía en las As tur ias de Ov iedo , con tí tulo de P r í n c i p e de Astur ias ; y desde entonces , que fué el año de 1388 como consta del cap. 3 , año 10 , de la crónica , se t i tu lan luego que nacen los primo­génitos de esta co rona , P r í n c i p e s de As tur ias . Notab le gloria po r cierto para esta provincia ! y con mucha razón se llama Pr inc ipado , pues fué de las p r imeras que se poblaron : de las p r imeras que "recibieron la doctr ina evangélica en E u r o p a : la p r imera que sacudió el yugo de la servidumbre en que estaba E s p a ñ a : la p r imera que dio t í tulo á los Reyes Católicos: la pr i ­mera donde hal laron acogida y amparo los prelados de la católica religion de E s p a ñ a : la pr imera fuente de su nobleza, después de perdida y abat ida por los moros : medio y fin de las mayore s controversias y dificultades que en t re sus príncipes habían sucedido : y finalmente la p r imera hac i enda , t í tulo y p r o p i e d a d , que t ienen e n la tierra, los mayores señores de ella, pr inc ip io de sus g randes y estendidos soñoríos , en cuya pose ­sión en t r au en naciendo, con es t raño regocijo de sus padres , y de todo el reino, cuando los demás estados los heredan con ge­neral t r i s t e z a , y lu to de todos sus r e i n o s , siendo forzoso el mor i r sus padres pa ra dejarles desocupada la silla.

§ XXV.

J \"otabIe e s f u e r z o d e G u t i e r r e G o n z a l e z d e C^sairós.

E n las guer ras en t re Castilla y Po r tuga l hubo una reñ ida y sangr ien ta batalla, que l lamaron la de Al juba r ro t a , por da r se en aquel l u g a r , donde los castellanos fueron desbaratados , y á Gut ier re Gonzalez de Q u i r ó s , hijo de Gonzalo Bernaldo de Quirós , de quien ya hemos t r a t ado , alférez r e a l en es ta ba ta­l l a , le cor ta ron las manos , pa ra ganar le el Real Pendón , que

254 ANTIGÜEDADES »13 ASTUBIAS.

valerosamente liabia defendido; y viéndose siu manos , lo apre tó con los brazos cont ra el p e c h o , asiendo qon t a n t a fuerza las p u n t a s del cendal con los dientes , que no se lo pudieron sacar, sino hecho pedazos , dejándole el pedazo do la asta que t en ia asido contra el p e c h o , y ot ro pedazo en los dientes , con que le hal laron muer to en un r i o , con muchas hei ' idas : hecho por cierto bien n o t a b l e , y m u y semejante al que se cuenta del al­férez , y Conde D. Gómez , que refiere el arzobispo D . R o d r i ­go lib. 7, cap. 2. Hizo el rey llevar muy honradamen te el cuer­po de Gut ierre González á en te r ra r á Toledo en la capilla de los Reyes Nuevos , haciendo colgar sobre la sepul tura sus ar­mas ; de todo lo cual hay papeles , y se colige de a lgunas se­pu l tu ras . Fué casado con Doña Sancha de Q u i x a d a , que está en te r rada en la capilla mayor de San Francisco de Oviedo.

§ X X V I

P e d r o B>iaz d e l u i a , y o t r o s n o b l e s a s t u r i a n o s .

E n servicio de este rey murió también P e d r o Diaz de Ania , caballero m u y valeroso , y prior ele San J u a n , como refiere su crónica cap. 35 , año 7, y aunque alli le nombra gallego, es por el común error de l lamar gallegos á los a s tu r i anos ; po rque en Galicia no hay ta l apellido , y en Astur ias hay lugar del mismo n o m b r e , desde sus pr imeros habi tadores , pues en gr iego Ania, quiere decir dolor y t r i s t eza ; y en t re los apellidos y familias de los romanos había una que l lamaban de los Anios, de la cual hubo una valerosa v i u d a , de quien se c u e n t a , que no quiso volver á ca sa r se , diciendo que si el mar ido era mejor que el muer to , habia de vivir con t emor de perder le ; y si peor , no le habia de poder sufrir. También del apellido romano de Balbin, hallé por estos t iempos á Gonzalo B a l b i n , nombrado con los

CAUVATXO. 255

densas que quedaron con el obispo D. Gut ie r re ; y á Diego Fer­nandez Balbin por presentero de S a n t a Mar ía de Lera , en Vi-llaviciosa. Fué también por estos t iempos notable caballero F e r n a n d o Arias de Pon toyro , y t an r ico, que en el año de 1400 hizo donación al monaster io de San Vicente del padronazgo de San ta Mar ia de Grado , villa y cabeza de concejo.

§ X X V I I .

/¿Ivai» D i a z d e M i r a n d a .

Los de la casa de Miranda también hicieron servicios á este r e y , dignos de renumeras ion , como lo significa en su tes ta ­mento el adelantado Pedro Suarez de Quiñones , dejando á Al­var Diaz de Miranda el concejo de Somiedo , pa ra que lo haya él, y sus herederos , y sucesores , y suplica al rey lo haya por b u e n o , por los buenos servicios que los par ien tes del mismo Alvar Diaz habian hecho al rey D . J u a n , y por haber le criado el adelantado P e d r o Suarez , que como el rey D . Enr ique ha -bia perseguido á los M i r a n d a s , le habia recogido , y criado el mismo Adelan tado , y le amparó has t a que se volvieron á r e ­conciliar con el rey.

§ X X V I I I

S a n F r a n c i s c o d e A v i l e s .

Y a por estos t i e m p o s , y de muy a t rás es taba muy formado el convento de San Francisco de Aviles , pues se halla mención de él en escr i turas de San Francisco de Oviedo del año de 1380. Díeese que en sus principios fué de t e m p l a r i o s , y que cesando esta re l ig ión , se aplicó á là de San Franc i sco . E l P . Gonzaga cuen ta por cosa n o t a b l e , que haciendo la fiesta de San A n t o -

256 ANTIGÜEDADES DE A S T U R I A S .

nio de P a d u a en este convento Nicolás Alfonso de Aviles por ins t rucción de su abuelo J u a n Alfonso de Oviedo, abr iendo u n pez , para dar de comer,;! los frailes , hal laron en su buche u n a sortija, que el mismo Nicolás Alfonso habia perdido en el mar , cayéndosele del dedo yendo navegando , de que habia recibido mucha t r i s t e za , por la mucha es t ima en que la t e n i a , por ha­ber sido de su padre y abue lo , y de precio ; lo cual fué a t r i ­buido á milagro del santo.

T I T U L O C U A R E N T A Y C I N C O .

D. ENRIQUE EL TERCERO.

§ I-

S u m a «le § u r e i n a d o .

E n muriendo el rey D . J u a n el P r imero , quedó por rey su hijo D . Enr ique , p r imer Pr ínc ipe de As tur ias , y por ser m e n o r de e d a d , en razón de su curadoría, y del gobierno dé los reinos hubo grandes disensiones. Salió finalmente muy buen príncipe; tuvo de la re ina Doña Ca ta l ina , hija del duque de Alencas t r e , á D. J u a n , Doña Mar ia y Do ña Catal ina : vivió m u y enfermo, y murió ele sus achaques en Toledo el año de 1 4 0 6 , ten iendo veinte y siete de edad.

§ I I .

F u n d a c i ó n d e l m a y o r a z g o d e l 3Pr ínc i |»e d e A s t u r i a s .

Como á D. Enr ique le habia dado en vida de su pad re la t ier­ra de As tur ias , con t í tulo de P r i n c i p a d o , en los concier tos que hemos dicho, quiso y o r d e n ó , que el dicho Pr inc ipado de A s -

CARVALLO. 257

tirrias fuese siempre de los primogénitos de los reyes que le su­cediesen , por via de mayorazgo , y asi lo estableció y fundó, llamando en él á P . Juan su primogénito, y sucesor en los rei­nos , para que luego en naciendo fuesen señores, y tuviesen tí­tulo de Príncipes de Asturias ; y después lo fundó mas en for­ma su hijo, corno en su lugar diremos , poniendo la misma es­critura, en lo cual quiso imitar á los reyes de Inglaterra, cuyos primogénitos tienen título de Príncipes de Gales , y asimismo los primogénitos de los emperadores de Alemania se titulan Archiduques, y los de Francia Delfines.

§ 1 1 1 .

E l c o n d e d e G i j o n v u e l v e á s u s e s t a d o s .

Quedó en prisión el conde D . Alfonso cuando murió el rey D . Juan, de Almonací lo llevaron al castillo de Monterrey, por orden del arzobispo de Santiago, que sobre la curadoría estaba encontrado con el de Toledo , y asi dio traza que el conde Don Alfonso fuese á besar la mano al r e y , el cual le mandó resti­tuir sus estados , como dice Mariana; y fué también admitido por gobernador del re ino , con los demás que lo eran , aunque por una muerte que sucedió, se volvió á gobernar el reino por los que el rey D . Juan habia mandado por su testamento , que no toca á mi intento el referirlo.

§ T v V

E l c o n d e d e G i j o n s e v u e l v e á l e v a n t a r e n A s t u r i a s .

Volvióse el conde D . Alfonso á meter en Asturias , y como no solamente habia vuelto á la gracia del r e y , sino que tara-

17

bien habia tenido par te de la curadoría , le recibieron en la ciu­dad de Oviedo , entendiendo (como él decia) que venia á cosas del servicio del r e y , y poniendo de su mano alcaides en sus to r res , y viniéndolo cada día gente de Castilla, fué cosa muy fácil apoderarse de e l l a , porque los caballeros de' la t ie r ra es­taban en el servicio del rey, ocupados en las disensiones de los g r a n d e s , los cuales con achaque unos de tener enemigos, y otros de servir al rey, iban j u n t a n d o gente por var ias par tes , y la verdad era para sus levantamientos , cogiendo cada cual lo que podía , y metiéndose en las t ie r ras del rey , y quedándose con ellas. Con mas prudenc ia de la que pedian los años fué el rey remediando estos daños , y el año de 1394, es tando informado como el conde D. Alfonso e s t aba met ido en la ciudad-de Ovie­do , y que habia fortalecido la villa de Gijon, y que la iba abas­teciendo de todo lo necesario á un levantamiento , y que se fa­vorecía del duque de Benavente , he rmano del mismo conde; y dejando el rey las cosas de Castilla con algún sosiego, vino con gran poder ú As tur ias .

§ v. <%iStoí*í>í© «lo l o s « ' ¡«« ládanos «le O v i e d o , y s a t i s f a c c i ó n

d e s u l e a l t a d .

En sabiendo los ciudadanos de Oviedo que el conde D. Al­fonso se habia en t rado en su ciudad con dañado in ten to , albo­rotados todos, acudieron de tropel á la fortaleza donde el conde estaba, a rmados pa ra matar le , sin que tuviese lugar de cer ra r las p u e r t a s , y asi le fué forzoso escaparse por un post igo con los suyos , huyendo sin orden por diversas p a r t e s ; salieron de la ciudad los mas de ellos descalabrados , que .ha s t a l a s mujeres y n iños les iban s igu iendo , t i rándoles p iedras , y fueron nníer-¿os a lgunos de e l los , y luego que el rey llegó á O v i e d o l e - 3 a -

CARVALLO. 2 5 9

Jieron á rec ib i r , abier tas todas las puer t a s , y los fieles de la ciudad le p resen ta ron t res cabezas de los que habían muer to , y tuvieron con el rey este razonamiento : Muy noble é poderoso señor : El concejo de O dedo cavia á besar vuestras manos, 6 facer saber á la vuesa, merced, en corno se tuvo por afrentado por haber acogido al mal conde D. Alfonso ; pero que fuera con engaño , é cautela ; é por ende en sabiendo que andaba fuera del vueso ser­vicio le habían echado de la ciudad, é que habían muerto los que pudieron coger de los suyos, é vos presentan estas tres cabezas, en testimonio de su lealtad. E si alguno dixere, que han incurri­do en crimen de traición, presenta ante vos estos caballeros fijos-dalgo , Rui Viaz , fijo de Fernán Díaz Vigil, é á Ulan de Vi~ llarroel, Fernán Pérez de la Vandera, é Rodrigo González de la Rúa, armados de todas armas, para lo defender cuerpo á cuerpo á cualesquier que lo contrallaren. Pareció muy bien al rey es ta sat isfacción, y no hubo quien no quedase m u y sat is­fecho de la lealtad de los a s t u r i a n o s , como lo refiere el memo­rial del a l iad ; el P . Mar iana , y todas las crónicas concuerdan diciendo , que el rey tomó á Ov iedo , que es taba ocupada por la parcial idad del conde D . Alfonso. Villarroel e ra u n a c a s a , y té rmino en San t i l l ana , de donde tengo por sin duda vienen los Vi l l a r roe les , aunque al p resen te n o los hay en As tur ias .

§ V I L

f£I r e y y e l c o n d e n o m b r a n p o r arbitro a l r e y d e F r a n c i a .

Apoderado el rey de la ciudad de Oviedo (según refiere el P . Mar iana) fue á poner cerco á la villa de Gi jon , donde el conde se habia hecho fue r t e ; y por sobrevenir el invierno y pi­car en el campo a lgunas en fe rmedades , h u b o de o to rgar el rey

las pacos que el conde le p e d i a ; con tal que el mismo conde den t ro do cierto término habia de parecer delante del rey de F r a n c i a , que nombraron por arbi tro , á purgarse de la aleve traición que se le imputaba , y alegar de su just icia, y asimismo el rey habia de enviar á decir de la suya, y que en t r ambas par­tes habían de pasar por lo que el rey de Franc ia sentenciase; y mient ras t a n t o , que el rey habia de poner gente de guarn i ­ción en todas las t ier ras del conde ; escepto en la villa de Gi­jon , donde había de residir mient ras t a n t o , como señora , y en su l iber tad, la condesa ; y el rey habia de tener en rehenes en su poder ¿i D. En r ique , lujo del mismo c o n d e ; con lo cual se levantó el s i t i o , y cesaron las a r m a s , como el mismo au tor es­cribe.

§ V I I

E l c o n d e e s c o n d e n a d o pos» a l e v e .

Despachó el rey sus embajadores ó procuradores , que delan­te del rey de Franc ia pusiesen sus demandas y querellas con t ra D . Alfonso, conde que se l lamaba de Gi jon , en la cor te de P a -?'is. No pareció el conde á dar su r e s p u e s t a , ni á compurgar se , como habia q u e d a d o ; ó por no se a t rever , que es lo mas cierto ó por no poder acudir den t ro del té rmino señalado , como a l ­gunos piensan : mas sabiendo los procuradores del rey, que el conde estaba en la Roche l a , le estuvieron esperando mas t iem­po de lo concertado;; pero no compareciendo., ;hicieron su-plei-to en forma ; y sus tanciado el p roceso , dio sentencia el rey de Franc ia en que el conde fué dado por aleve ; y mandó que se al lanase y pusiese en •manos de su rey, y que si lo hacia asi, podía tener esperanzas del -perdón , y de recobrar su e s t a d o ; y :quc para conseguir esto in te rpondr ía el rey ; de .Franc ia su; au­toridad-, y ruegos para con; el de Castilla; y que s i pe r seve raba

CARVALLO. 2oI

O H su rebeld ía , le avisaba que de Francia no esperase n ingún socorro , ni l uga r seguro en aquel reino : y luego se despacha­ron car tas para el duque de Bre t aña , y otros señores ' de aque­lla c o r o n a , en que les avisaban no ayudasen al conde para vol­verse á E s p a ñ a con alguna cosa. Sabida esta "sentencia por el rey de Cast i l la ; pidió que se le en t regase la villa de Gíjon, con­forme á las condiciones del asienta ; la condesa , que era mujer varonil , y tenia consigo algunos caballeros y gente de valor, de las mon tañas de León, y castel lanos, y en t re ellos uno muy va­leroso , l lamado Lope Cortés de Parre?; . :io quiso ent regar la , esperando que por mar vendría el conde con alguna a rmada , favorecido do algún principo extranjero. Acudió el rey con mu­cha presteza cu persona á allanar este inconveniente , an tes que con el t iempo se fuese aumen tando , y puso cerco sobre Gijon; mas la condesa y los sit iados, perdidas las esperanzas del so­corro , se vinieron á rendi r y poner en manos del rey ; el cual en t regando á la condesa á su hijo I>. E n r i q u e , que tenia en re­henes , le mandó que se saliese del reino , y so fuese, á buscar á su marido, que á la sazón se hal laba en t i e r ra de Saneíonge , como lo hizo ; y á los que con ella es taban dio l ibertad, que se fuesen de A s t u r i a s , y en esta ocasión se salió Lope Cortés de su patr ia , de quien hay mucha probabil idad viene Fernán Cor­tés , según papeles que he vis to , de que espero hacer relación en ot ro l u g a r ; y para que no se volviese á encasti l lar en aque­lla villa tan fue r t e , hizo el rey a r rasa r o t ra vez las mural las y t o r r e s , y los caballeros hijos-dalgo que tenían casas en . aquel lugar , y andaban en servicio del rey, por haber servido de alo­jamien to al c o n d e , y á los s u y o s , ellos mismos las derr ibaron dejándole del todo des t ruido y a r rasado por el sue lo , si no fué la. iglesia de San ta Catalina. Después se volvió á edificar á la. falda del eólladejo , y península donde an tes habia estado, y el conde desde alli adelante vivió s iempre des te r rado de estos reí-

262 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

nos; y Noreña , y lo mas que tenia en A s t u r i a s , se volvió á dar á la sau ta Iglesia de Ov iedo ; y Gijon quedó por el r e y , como todo lo refiere D. Alfonso de C a r t a g e n a , . obispo de Burgos , cap. 9 1 .

§ V I I I .

D e m a s í a s d e l>. F a d r i q u e , d u q u e d e B e n a v c n l e .

Concluidas estas cosas en Astur ias el año de 1 3 9 5 , y cami­nando el rey pa ra las mon tañas de León , bai lándose en B u -diermo , en las Tor res de los Arias en los Argüel los , que ten­go por solar an t iguo de los de este apellido , parecieron an te el rey muchas personas , agraviándose de D . Fadr ique , t io del mismo rey , é hijo de D . En r ique Segundo , que era duque de Benavente , y el p r imero que he hal lado en E s p a ñ a con t í tu lo de d u q u e , y se habia apoderado del concejo de Somiedo, piñn-cipalmente se agravió de él Te resa Pérez , hija de P e d r o Ber-naldo de Quií'ós , porque sin r a z ó n , y cont ra todo derecho, usando de fuei ' za , hacia que los vasallos de esta señora de los sus lugares de Clavillas y V a l c a r c e , pechasen y contr ibuyesen, como los demás del concejo de Somiedo , habiendo sido l ibres y exentos en el t iempo que los habia poseido el dicho P e d r o Berna ldo de Quirós , y sus p a s a d o s , de quien venia la misma Teresa Pérez ; las cuales l iber tades mandó el rey que se le guar ­dasen, por sus reales provis iones , que t ienen los señores de la casa de O m a ñ a , que sucedieron en aquel coto. P re tend ió el duque o t ras cosas en As tu r ias y fuei 'a de Astur ias , c o n t r a í a real corona , por lo cual perdió lo que t e n i a , y mur ió des te r ra ­do de estos reinos, como consta de la misma crónica de este rey.

CARVALLO. 2G3

T I T U L O C U A R E N T A Y S E I S .

P. JUAN EL SEGUNDO.

§ 1 -

IIIIIÍ) <!« s u r e i n a d o ,

El dia de Navidad del año de 1 4 0 7 , que murió el rey 1). Iv r ique I I I , le sucedió en el reino su hijo D . J u a n el Segundo, quedando de poca e d a d , fueron sus tu to res la reina Doña üt t a ima su m a d r e , y su tío el infante D . F e r n a n d o , que despuc fue rey de A r a g ó n , fidelísiuio curador y lealísimo gobernado y príncipe, y es t remado guer rero . Tuvo el rey D . J u a n un gra pr ivado, l lamado D. Alvaro de L u n a , al cual de humilde paj levantó á los mas altos t í tulos v es tados del, reino, covb gobio no pasaba todo por sus mauos. Descontentos de esto ios Crui des, y los reyes de Aragón y Navar ra , movieron g randes a b o r o t o s , con que es tuvo el reino con g randes desasosiego has ta que finalmente ü . Alvaro de Luna fuó degollado pe mandado del rey , y tan p o b r e , que le en te r ra ron de limosní que asi es el juego que hay en este mundo . Tuvo el rey en s mujer la re ina Doña María, hija de D . Fernando , . rey de An­gón , á D . Enr ique , pr íncipe de Astur ias , con el cual tuvo c padre algunos enfados , y desasosiegos asimismo -por la gra pr ivanza de D . Alvaro de Luna . F u é casado segunda vez-co D o ñ a I s a b e l , hija de D. Juan , infante de P o r t u g a l , cvi quíe tuvo á D . J u a n y ¡í D o ñ a Isabel . Murió este rey en Yalladoli por el mes de Jul io del año de 1 4 5 4 , y lo sucedí > en el reiii su hijo D . Enr ique .

264 AVHCIUEDADES DE ASTURIAS.

§ I I .

E l P r i n c i p a d o d e A s t u r i a s e s m a y o r a z g o , y p r i m e r t í t u l o d e l o s p r í n c i p e s d e E s p a ñ a .

Mient ras el rey fué meuor a lgunos señores que pre tendían serlo de a lgunos lugares de esta p rov inc ia , habían ocupado la ciudad de O v i e d o , y mucha pa r t e del Pr inc ipado , apoderándo­se de sus fortalezas y alcázares , pa ra cuyo remedio ordenó el rey j que Lope Berna ldo , caballero as tu r iano , t omase posesión de la ciudad de Oviedo y de todo el P r inc ipado de As tu r ias en nombre del rey, desencast i l lando y echando de las fortalezas y villas á los que las tenian t i ran izadas ; y porque estos t i ranos habian recogido el mayorazgo del príncipe , que había fundado D . E n r i q u e , de m a n e r a , que cuando se quiso r epa ra r este d a ­l lo , no se hallaba el t a l m a y o r a z g o , ele modo que tuvo el rey necesidad de hacer p robanza de e l lo , y establecerlo como de n u e v o , y asi dio en razón de esto el alvalá que se sigue: YO EL BEY. Por cuanto yo soy informado , y bien certificado que d rey D. Enrique mi padre , y señor (que Dios haya) ordenó y mandó, que todas las ciudades, é villas, é lugares de Asturias de Oviedo fuesen mayorazgo, para el Príncipe , é Príncipes de Cas­tilla é León, asi como agora lo es el delfinazgo en Francia; é que no se diesen, nin podiesen dar las dichas ciudades, villas é luga­res, ni parte de ellas a persona alguna , sobre lo cual hizo jura­mento solemne • de lo cumplir. Por ende por hacer bien, é merced á vos el principe D. Enrique nuestro muy caro y amado hijo, é porque pues las dichas Asturias, y stts tierras, é términos son de vuestro título , no es razón que vos non las ayacles , é tengades, fagovos merced de todas las ciudades, villas, é lugares de las di­chas Asturias, y sus tierras, é términos, é fortalezas, é jurisdieio-

C A R V A L L O . 265

•Saucha Alvares de Oinaña , que como he dicho , fue hija de

ms­am los pechos, é derechos pertenecientes al señorío de ellos, para que sean vuestros por toda vuestra, vida, 6 después de ella vues­

tro hijo, mayor legítimo , con'condición, que siempre sean las dir chas ciudades , villas, 6 lugares vuestras , é que no las poclad.es enagenar, 6 siempre sean del Principado. Dada en la villa de Tordesillas a tres de Marzo, ало de 1Ш. YO EL REY. Yo Francisco Ramírez de Toledo, Secretaria del rey, lo jico escribir por su­ mandado. Registrad­л en ci:mo de. Agobio del mismo año. Otorgó el rey mas eu forma esto mismo con grandes fuerzas y firmezas, interponiendo­su propio mofcu, y cierta ciencia, с po­

derío real absoluto en lo temporal , confirmando el mismo alva­

l á , inser to en la e s c r i t u r a , y confesando que asi cumplía ú su servic io , y al honor de la real corona, y á la autor idad, y acre­

centamiento del príncipe, y de los que le suced ie ren , y al bien de la república de sus r e i n o s , y al pacífico estado y t ranqui l i ­

dad de el los ; abrogó y abroga todas las leyes y fueros , d e r e ­

chos y ordenamientos que puedan impedir el efecto de la ta l e s c r i t u r a , especificando a l g u n a s , y quiere que t enga fuerza de ley ; cuya escr i tura está en los reales archivos de Simancas ; y en un t ras lado ant iguo autor izado que vino á mis manos , sin otros muchos que vi, décia debajo del signo como esta escri tu­

r a la habían ordenado el doctor P e d r o López de Miranda , gran piñvado del rey y de su consejo , y el doctor D. .Fe rnando Diaz de T o l e d o , oidor y secretario del r e y , y do los de su consejo.'

§ Ш .

P e n d e n c i a q u e eS a d e l a n t a d o P e d r o S u a r e z d e Q u i ­

ñ o n e s t u v o c o n A r e s d e C N n a ñ a , y c r u e l d a d n o t a b l e q u e e j e c u t ó c o n é l , y d e s c a i m i e n t o de l a c a s a

d e O m a ñ a .

266 AXTUIÜEDADES HE ASTOBIAS. Are> Alvarez do O m a ü a , y única sucesora en la misma casa, caso con Lope Diaz de Quiñones , he rmano de Huero Pérez de Quiñones , pr imos ent rambos del adelantado Pedro Suarez de Q u i ñ o n e s , y tuvo los hijos s iguientes : Ares de O m a ñ a , Mar ía Rodríguez de Omaña y S a n d i a Alvarez de O maña. Sucedió pues , que comenzó el Adelantado ¡i l levarse mal con Ares de O m a ñ a , y este con su tío el Adelantado, ya sobre qui ta rse los señoríos, ya sobre o t ras diferencias , añadiéndose á esto el haber impe­dido Área de Omaña y sus parciales , que el Adelantado fabri­case unas casas fuertes que tenia empezadas sobre los muros de la ciudad de León, que eran en perjuicio de la ciudad; y e s ­tas y ot ras muchas cosas dieron causa pa ra que el Adelantado cogiese rencor contra Ares de O m a ñ a v toda su c a s a , lo cua l disimuló el Adelantado has ta que murió Lope Díaz de Quiñones , y parecíandolo buena la ocasión para vengarse , fingiéndose amigo de Sancha Alvarez de O m a ñ a , para mas disimular fué á v i s i t a r la , y á su hijo Ares de O m a ñ a , á sus casas fuertes que tenían en el valle de Omaña . Viendo , pues , el Adelan tado que Ares de Omaña ta rdaba en ir á verle,, le envió uu, recado á él y a su m a d r e , convidándole para el castillo de O r d á s , env ián -dole á dec i r , que tenía grandes deseos de ve r l e , y muchas co­sas que comunicar con él. Aves de O m a ñ a , que s iempre había resist ido la visita , por presumir que la del Adelan tado habia sido cautelosa, viendo este recado, la resistió mucho mas; pero su madre juzgando presunción temerar ia la de su hijo, le obli­gó á ir, d iciéndole , que no temiese mal a lguno del Adelantado su tío : finalmente se par t ió á verle , y por lo que podía suce­der fue acompañado de doscientos h o m b r e s , pero antes de su p a r t i d a ; despidióse de su madre , y la dijo , que él sabia clara­mente que le habían de m a t a r , y que solo por obedecerla iba á m o r i r , y que por lo mucho que la quería, la rogaba, que cuan­do acabase sus d í a s , se en te r rase j u n t o á él; y luego se fué con

OA ¡¡VALLO. 267

bu gen te derecho al castillo de Ordás , y habiendo l l egado , sa­lió el Adelantado á recibirle , y con gran afabilidad le dijo, que parecía sospechaba de él a lguna c o s a , pues venia con t a n t a gen te a rmada . Ares de O m a ñ a viendo el cariño de su t ío, no le queriendo dar que sospechar, mandó á la gente que consigo t ra ía se quedase fuera, a lrededor del cas t i l lo , cumo lo hicieron , y Ares de Omaña se entro en é l , y luego el adelantado mandó cerrar las puer tas . Llegó el t iempo de comer, y habiéndolo he­cho, después llevó el Adelantado á Ares de O m a ñ a á un cuar to ¡1 reposar , el cual lo hizo de buena gana , no haciendo caso de la sospecha que tenia , viendo e l buen t r a t amien to que le ha­cían. Durmióse , p u e s , y conociéndolo asi el A d e l a n t a d o , entró, con o t ros , y le ahogaron en t re dos a lmohadas , y le cor taron la cabeza , la cual después de frita en aceite , arrojaron por una v e n t a n a , diciendo á la gen te que había venido con é l , la lleva­sen á su madre . Los hombres que es taban descuidados de tal caso , cuando vieron aquel espec táculo , quedaron atónitos , y viendo que no podían vengar la muer t e , por es tar el castillo c e r r a d o , se fueron con la cabeza, y el cuerpo, que también h a ­bían arrojado por o t ra v e n t a n a , á llevar las t r i s tes nuevas ú Sancha Alvarez ; y fueron tales pa ra e l l a , que el poco t iempo que después vivió , fué con g ran conflicto , y habiendo muer to de pesadumbre , no conten to el Adelan tado con esto , dio en perseguir á María Rodr íguez de O m a ñ a y á Sancha Alvarez de O m a ñ a , he rmanas del difunto Ares de O m a ñ a , a l a s cuales defendió de esta persecución Suero Pérez de Quiñones su t io , llevándolas á As tu r i a s , y el Adelantado y o t r o s , se apoderaron de casi todas las t i e r ras , señoríos y jur isdic iones que tenia la casa de O m a n a , que eran muchas , sin las cuales quedó para s iempre. Como todo consta de una cédula que hemos referido en el tít. 4¡], § 8 , y de los epitafios que están sobre las sepul­tu ra s que t ienen én la capilla de San I s id ro de León , donde

268 ANTIGÜEDADES DE A S T U R I A S .

están en ter rados en dos bul tos xie p iedra , en medio de la ca­pilla que poseen hoy los señores de la casa de O maña , que ten­drán como cinco cuar tas de a l t o , y están esculpidas en ellas, en diversas par tes , las a rmas de la misma c a s a , y en t re ellas los epitafios s iguientes :

Aquí yace el mal logrado Ares de 0 mafia, que murió en la torre de Ordas, en edad de treinta- años, en- gran contrición, 6 juicio '¿ue Dio--; le dio en su pasamiento en lo espiritual, é temporal que fué milagro segvíi la fortuna en que murió, que fué h treinta de-Agosto, Era de 1 4 4 6 , que es el año de 1 4 0 8 .

Aqui yace la triste Sancha Adrare:: de O maña, la que en su iridtifue en gran tribulación, por ella ver la-muerte de su hijo Ares , el cual era heredero de la casa de O ¡turna, y cabeza de su Una-ge , 6 fue obediente k la señora su madre, y al tiempo de la muerte la rogó" se sepultase cerca de él: é dejó d este monasterio ciertas heredades, porque le fuesen dichas para siempre dos mi­sas en cada- semana, é la ea-püla en que yacen fuese suya, 6 para su limge. E Jim año de 14

No se puede leer más , por es tar quebrada una piedra-.

Ademas de la cédula y epitafios referidos , hay pape les que manif iestamente lo dicen , v es común tradición en t i e r ra de Omaña y León. Hab iendo , pues , re t i rado á Astur ias Suero Pérez de Quiñones á Maria Rodr íguez de Omaña-, sucesora que quedó en la misma c a s a , y á Sancha Alvarez de O m a ñ a , las casó en t rambas en esta t i e r ra : á S a n d r a Alvarez de O m a ñ a la casó con Lope Berna ldo de Qu i rós , de quien fué hijo Sancho Pérez de Omaña y Quirós , que se fué á c a s a r á Andalucía . Y,á Mar ia Rodríguez de O m a ñ a la casó con Lope Diaz de R ivadeo , y tuvo por hijos á Ares de O m a ñ a el Gordo , que fue el pr imo-

C A T . ' Y A T . I / ) . 269

génito y sucesor en la caña de Omaña , y á Diego García de O m a ñ a , al cual dejó su padre la hacienda de hacia Castropol , y casa del Vi l l a r ; y su hermano mayor vino en esto de buena gana , con que no le pidiese part i ja en los bienes de su madre , aunque después hubo pleito con los señores de la casa de Oma­ñ a , y se vinieron á ajustar , dándole a lgunas presentaciones de beneficios, y la cuar ta pa r t e del lugar de V i v e r o , que después se volvió á pe rmu ta r por el lugar de Omañon; como consta de la misma p e r m u t a , y de otros papeles que he vis to en "poder de los señores de la misma casa de Omaña . De Diego García de O m a ñ a fué hijo Ares de O m a ñ a , que l lamaron el Rubio, de quien vienen los Omañas del Villar : y de Ares de O m a ñ a el Gordo fue hijo Ares de Omaña el Negro , l lamado asi pa ra dife­renciarse de su pr imo Ares de Omaña el Rubio. E s t e Are s de O m a ñ a el Negro fué el que en t iempo del emperador Carlos Quin to fundó los vínculos y mayorazgos de aquella c a s a , y fué su hijo pr imogéni to Diego García de O m a ñ a , y de este lo fue Are s de Omaña , que l lamaron el P r u d e n t e , el cual fundó o t ro mayorazgo , agregándolo al de su abuelo , cuyos sucesores hoy viven en Cangas de T i n e o , y poseen j u n t a m e n t e la an t igua casa de Codi l lero , que tuvo r a r a s y esquisi tas preeminencias j

que se h a n perdido por diversos modos , que dejo de contar por ser mater ia l a r g a , y por lo mismo dejo de referir los casa­mientos que tuvo es ta casa, y las a rmas que de ella han salido, reservándolo pa ra el l ibro que t engo ofrecido.

§ 1 1 1

D i e g o ' ¡ F e r n a n d e z «le Q u i ñ o n e s «fe ASSes-.

F u é de los mas notables caballeros del reino por este t i empo Diego Fernandez de Q u i ñ o n e s , hijo de Diego Fernandez Vigil

270 AXTIGUBIUDES PE ASTURIAS.

de A l l e r , y de su mujer Doña Leonor de Quiñones ; tenia sus casas Diego Fernandez en Aller , y era señor de la puebla de Lillo, y el adelantado Pedro Suarez de Quiñones su t ío, tenien­do hijos , y-viéndole de t an to valor , le dejó por heredero de grandes señoríos y r en ta s que t e n i a , con que llevase él y sus herederos el apellido de Quiñones, y pintasen sus a rmas , según consta de su tes tamento . Dejóle t an gran can t idad de hacien­da, t ierras , señoríos , r en ta s , castillos y posesiones , que pudo muy bien fundar mas en forma la casa y mayorazgo de L u n a , con los l lamamientos que t iene: fundó cuat ro mayorazgos , que todos es tán incorporados en la casa de los condes de Luna , sus legít imos descendientes . Fué asimismo me riño mayor de As tur ias , y uno de los del consejo de D. Enr ique Tercero . H a ­llóse también como uno de los Grandes presen te al j u r a m e n t o que la re ina Doña Catalina y el infante D . F e r n a n d o hicieron de la tu te la del rey D. J u a n el Segundo . A n d u v o t ambién en las gue r ra s de R o n d a , Senil y An teque ra cont ra los moros . P u s o cerco sobre la villa de Z a r a , y a u n q u e vino al socorro gran m o r i s m a , peleó t a n val ientemente , que los venció , y la villa se le entregó. In te rv ino en las paces de los reyes D . J u a n de Castilla, D. J u a n de Nava r r a y D. Alfonso de Aragón . F u é finalmente uno de los memorables caballeros que cuen tan l a s his tor ias y crónicas de su t iempo. Murió el año de 1444, y fué casado con Doña María de T o l e d a , hija del mariscal F e r n a n d o Alvarez de Toledo, y de Doña Leonor de Ayala su mujer . T u v o este notable as tur iano en su mujer cuat ro hijos y seis hijas, de los cuales vio an tes que muriese t re in ta nietos, sin ver la m u e r t e de n inguno, como refiere Guzman; y en todo fué t a n bien afor­tunado , que le l lamaron Diego Fernandez de Quiñones el de la' buena for tuna : y pues todos sus hijos se fueron á vivir fuera de A s t u r i a s , solo quiero referir los hijos que tuvo : P e d r o de Qu iñones , señor de L u n a , padre de Diego Fernandez de Qui-

ñones, pr imer conde de L u n a , de quien descienden los conde.? de L u n a , y los marqueses de As torga y de la Mota, Guzmanes de León, y o t ras casas principalísimas con quien han emparen­tado . Suero de Quiñones , señor de Navia en As tur ias , l lamado del Paso Honroso , por haber defendido un paso en la Puente de Orbigo á cuantos caballeros con él se quisiesen combat i r , de que hay un libro entero . H e r n a n d o de Quiñones , que caso en Toledo con Doña J u a n a Díaz , de quien vienen los Vigiles y Quiñones de aquel reino. D o ñ a Teresa de Quiñones, mujer del a lmirante D. Fadr ique , de quien fué hija D o n a J u a n a , que casó con D. J u a n el Segundo , rey de Aragón ; padre y madre del Católico rey D . Fe rnando . D o ñ a Maria , que casó con D. Alon­so P imente l , c .nde de B e n a v e n t e ; Doña Elv i ra que caso con D. Iñ igo López de Mendoza, de quien vienen los marqueses de Mondejar ; D o ñ a Mencía , que casó con D. P e d r o Bazan, viz­conde de la Va ldue rna ; D o ñ a L e o n o r , que casó con D. Pedro de A c u ñ a , conde de Valencia. Y o t ra hija, que casó con el se­ñor de la casa de Carrillo y Albornoz. Todas estas casas, y o t ras i lustr ís imas con quien han contraído p a r e n t e s c o , t i enen san­g re de este valerosísimo as tur iano Diego Fernandez de Quiño­nes de Aller.

§ iv. I J O S Q u i ñ o n e s s e i n t e n t a n a p o d e r a r d e A s t u r i a s .

Como Diego Fernandez de Quiñones de Aller tenia la m e -r indad de As tur ias , y t a n t o s deudos dent ro y fuera del princi­pado , se met ia a lgunas ATeces en mas de lo que tocaba á su oficio. E r a del consejo real este caballero , y asi no hacia el ofició de mer ino conforme á los usos y cos tumbres , por su per­sona , residiendo en la c iudad de Ov iedo , y por es ta razón no le quería pagar la mer indad . y sobre esto hizo algunos desafue­r o s , y al fin la ciudad alcanzó ejecutoría el año de 1428 con-

272 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

era el mismo Diego F e r n a n d e z , y le manda que ponga pe r sona llana y abonada , vecino de la c iudad , que cumpla con el of i ­cio j según era uso y cos tumbre , y ejecute lo que los alcaldes ordinarios m a n d a r e n ; como parece por la misma ejecutoria, que t iene la c iudad en sus archivos. P re t end ía asimismo este Diego Fernandez ser suyas propias a lgunas villas y lugares de A s t u r i a s ; y como D. Alvaro de L u n a , y su mane ra de gobier­no no fuese á satisfacion de los a s t u r i a n o s , disimulaba cualquier cosa , y asi iba cada dia ganando t i e r ra Diego Fernandez de Quiñones , y conservando algunos señoríos , que decia le liabia dejado el Adelantado su t io, y asi por su mandado su t en i en te Gonzalo Fe rnandez de Pajares se apoderó del alcázar y villa de Avi les , y no queriendo g u a r d a r sus fueros á los vecinos de e l la , se pusieron en a rmas , t omando por caudillos al capi tán Mar t i n de las Alas , y á P e d r o de Valdés , personas m u y pode­rosas , y de g ran v a l o r , y á fuerza de a rmas echaron del alcá­zar y su villa á Gonzalo Fernandez de Pa ja res , como parece por la ejecutoria que sobre esto t iene la misma villa. P r e t end i a as i ­mismo Diego Fernandez de Quiñones el condado de Cangas y Tineo, por haber lo poseído también el Ade lan tado P e d r o Sua-rez de Q u i ñ o n e s , diciendo que habia sido adquirido dicho con­dado en t rueque , y cambio por Gibraleon, y Yeas , y T r igue ­ros , que son en el Aljarafe de Sevilla; mas al fin el rey se que­dó con el dicho c o n d a d o , y el año de 1434, lo dio al conde de A r m i n a q u e , que es en F r a n c i a , por haber le servido en las guer ras cont ra A r a g ó n y N a v a r r a , y porque se habia hecho su vasa l lo ; y es tanco después el año de 1444 , preso en F ranc ia este conde de Cangas , Tineo y Rivadeo , el rey de F ranc i a le soltó á instancias del de E s p a ñ a , con tal condición , que: cuan­do faltase á la fidelidad debida, fuese despojado de los pueblos que tenia en As tu r ias , como todo consta de la crónica d e este rey , y de Mar iana cap.- 2, Ub. 22. . . ; . .. ,

CARVALLO. 273

§ v. P e d r o d e Q u i ñ o n e s s e a p o d e r a d e ILeon y A s t u r i a s .

Pedro de Quiñones , señor de L u n a , hijo (como hemos di­cho) de Diego Fernandez de Quiñones de A l l e r , fué notable caballero por estos t iempos , } r como ta l sirvió á este rey en la ta la de la Vega de G r a n a d a , en la f ron te ra de J a é n , y en las tomas de Venamur iz , Venallana, H u e s c a y en todas es tas pa r ­tes se señaló marav i l losamente , como refieren las crónicas. F i -na lmente descontento , como ot ros muchos Grandes-, de que el rey tuviese sujeta la voluntad á D . Alvaro de L u n a , siguió la parcial idad del a l m i r a n t e , y conde de Benaven te sus cuñados , y como era na tu r a l de As tu r i a s , tenia en es te Pr inc ipado y en las m o n t a ñ a s de León t an ta potencia, y deudos, y cuñados t a n pode rosos , que se apoderó de la ciudad de León , y del Pr inc i ­pado de As tur ias , por es tar toda la t i e r ra desconten ta del mo­do de gobierno que tenia D . Alvaro de L u n a .

§ vi. G u e r r a s c i v i l e s e n A s t u r i a s .

Resis t ían los as tur ianos es tas invas iones , y ocupaciones de sus t i e r r a s ; pero como el rey tenia t a n t a s cosas á que acudir , no les daba la m a n o , y como era la potencia de los Quiñones t a n g r a n d e , l levaban t r a s de sí a lgunos principales de la t i e r ­ra , obligándoles con darles los oficios y cargos públicos; á ot ros les era preciso d i s imula r , po r escusar las opresiones y fatigas con que los oprimían y p e r s e g u í a n , sobre lo cual había g ran ­des r o b o s , muer t e s y alborotos t e r r i b l e s , según la crónica

18

274 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

cap. 24, ailo 4 1 , y tenia por este t iempo la encomienda de la t ie r ra de San J u a n de Corias Rodr igo Fue r t e s de la P l a z a , y era escribano de cámara de este r e y , y seguía su voz.

§ Y I I .

E l r e y d e j a e l g o b i e r n o d e A s t u r i a s á e l P r í n c i p e .

Acudían al rey algunos desapasionados á pedi r remedio de t an to s males ; mas él t en ia t an to á que a c u d i r , que no pudo hacer mas que remit i r lo al pr íncipe D . E n r i q u e , siendo ya de edad pa ra gobernar . Mandaba el príncipe, que en su Pr inc ipado de As tu r ias no obedeciesen á P e d r o de Q u i ñ o n e s , n i á sus me­r inos , ni á ot ros de los señores que én esta t i e r ra pre tendían tener derecho; y en razón de cumplir este manda to habia g ran­des alborotos , y al fin los de As tu r ias l levaban la peor pa r t e ; po rque aunque habia hombres que no t emian esponerse á cual­quier peligro por la defensa de su patr ia , como lo hacian, sobre que habia a lgunas m u e r t e s , como ni el r e y , n i el pr íncipe les daban favor pa ra e l l o , iban amainando y haciéndose del bando de los demás , por lo cual se les daban los oficios y cargos del gobierno de la t ier ra ; y de ot ro modo , eran perseguidos ellos y sus caseros , sin poder es tar quietos , ni gozar sus haciendas en paz.

§ Y I I I .

E l P r í n c i p e d a o r d e n p a r a e c h a r d e A s t u r i a s á l o s Q u i ñ o n e s .

Fina lmente , queriendo poner el príncipe a lgún remedio en estas civiles disensiones de su Pr inc ipado , envió una real p ro ­visión, t i tu lándose Pr ínc ipe de las A s t u r i a s , á los concejos , al-

CAliVALLO. 275

caldes y regidores , cabal leros , escuderos , oficiales y hornes buenos de la ciudad de Oviedo , é de las villas de su Pr inc ipa­do, que nombra por este orden la escr i tura: Aviles, Llanes , Vi -llaviciosa , Gijon , P i l o n a , L e n a , G r a d o , Salas , P r a v i a , Lua r -ca , N a v i a , Cangas , Tineo , A l l a n d e , M i r a n d a , Riba de Sella, Siero , C a s o , A l l e r , L a v i a n a , Pa r r e s , Cangas de Onis , é to ­das las o t ras c iudades , villas y lugares de su P r i n c i p a d o , ha­ciéndoles saber como todas las dichas t ier ras , y sus r e n t a s eran de su m a y o r a z g o , con todo lo demás que al señorío de ellas per tenecía , sin que a lguna cosa de todo ello se pudiese dividir ni e n a g e n a r ; y que considerando esto , y la poca jus t i ­cia que en estas sus t ie r ras se habia adminis t rado en el t i empo de su menor e d a d , y las muchas y a t roces muer t e s , y feos y graves delitos que se habían c o m e t i d o , y que por eso daba orden pa ra que las dichas ciudades, villas y lugares es tuviesen en su obediencia , l ibres de la ocupación y opresión de P e d r o de Q u i ñ o n e s , y Suero de Q u i ñ o n e s , y de sus h e r m a n o s , c u ñ a d o s , hijos , sobrinos y escuderos , y sus gen tes , y de o t ras cualesquiera personas que tuviesen ocupada a lguna cosa del d i ­cho P r i n c i p a d o , por lo cual m a n d a á todos los vecinos de él, que no obedezcan , n i consientan obedecer á los dichos P e d r o de Quiñones y Suero de Q u i ñ o n e s , n i á sus h e r m a n o s , cuña­dos , s o b r i n o s , min is t ros y jus t ic ias por ellos pues tas , n i les acudan con las r en tas , n i derechos debidos á los señores de la t a l t i e r r a , aunque aleguen t ene r j u s to s y legít imos t í tu los de ello , ó de a lguna pa r t e ; n i conozcan á o t ro s e ñ o r , sino á él, como á P r ínc ipe que es de A s t u r i a s , y á los pr imogéni tos de los reyes que después de él viniesen , y hubiese de he redar el re ino. P a r a lo cual envió á As tu r ias los t r e s capi tanes F e r n a n ­do de Valdés, Gonzalo Rodr íguez de Arguel les y J u a n Par ien­t e de L lanes , que andaban en su servicio , á los cuales , y á cualquiera de ellos da el P r ínc ipe bas t an t e poder p a r a t o m a r

276 ANTIGÜEDADES DE ASTUIUAS.

en su nombre la posesión del dicho Pr inc ipado , y para qui ta r y poner minis t ros de j u s t i c i a , alcaldes, y guardas de los c a s t i ­llos, y casas fuertes, y que pa ra ello los concejos le den el favor y ayuda que fuere necesario , según todo consta de la misma ca r ta del Pr íncipe, que se sacó de los archivos de Simancas , y asimismo lo refiere el memoria l del abad, y lo tocan todas las crónicas de este rey.

§ I X .

• J u n t a g e n e r a l d e l P r i n c i p a d o s o b r e e c h a r á l o s Q u i ñ o n e s .

Venidos , pues , al Pr inc ipado de As tu r i a s los t r e s capi tanes con los recados referidos, Fe rnando de Valdés in tentó ejecutar lo que mandaba el Pr ínc ipe en t ie r ra de Cangas de Tineo, Val ­dés y N a v i a ; mas halló que todo es taba lleno de gen te de ar­m a s del conde de Armiñaque , y de Suero de Quiñones , y de sus d e u d o s , y que los caballeros y hjos-dealgo na tu ra l e s , unos t en ían los oficios y casas fuertes de estos s e ñ o r e s , y o t ros por varios respetos no salieron á lo que F e r n a n d o de Valdés p re ­tendía en nombre del Pr ínc ipe ; y lo mismo sucedía á Gonzalo Rodríguez de Arguel les en Oviedo , cuya m e r i n d a d , y de toda la t i e r ra ten ia ocupada P e d r o de Q u i ñ o n e s , y todos los conce­jos de la comarca, sino era Aviles; t ampoco pudo negociar nada J u a n Pa r i en te de Llanes en aquella t i e r r a , aunque era alcaide de e l la , po rque o t ros señores , que pi 'e tendian a lgunos lugares , es taban apoderados de ellos : pa ra lo cual se j u n t a r o n estos t r e s caudillos en la villa de Aviles, que es taba por el rey con el esfuerzo de Mar t in de las Alas y P e d r o de Valdés , que la ha­bían defendido , y met ídose en el a lcázar ; desde allí enviaron

á m a n d a r de pa r t e del Pr íncipe á todos los na tu ra les del P r i n ­c ipado , que t en ian la voz del rey , enviasen sus p rocuradores ,

CARVALLO. 277

para verse con ellos, y consul tar lo que mas conviniese al ser­vicio del Pr íncipe , y l ibertad de la pa t r i a , j un tándose en sus concejos sobre este l lamamiento : los na tu ra les de ellos tuvie­ron muchas diferencias sobre quienes habían de v e n i r ; lo cual remediaron los t res capi tanes con enviarles á decir, que eligie­sen por suer te á los que hubiesen de venir , no en t r ando en las tales suer tes n inguno que no fuese hidalgo, vasallo del Pr ínc ipe , y que siguiese su voz. Hizose asi, y refiere el memoi'ial a legado los que se j u n t a r o n en Aviles, por sus nombres , en esta manera :

Gonzalo Cuervo de A r a n g o , y J u a n Sánchez de Calienes, que tenían el castillo de San Mar t in , y lo, habían defendido con g ran valor y lea l tad .

Ñ u ñ o F e r n a n d e z de Gar r ió , que es u n solar de donde vienen los Manr iques , según dice Antonio de Sotomayor en su libro de linajes.

Lope de Canto de Vil laviciosa. Rodr igo Pérez C o r n a s . J u a n López de Cobian . J u a n de la Is la de Colunga. Lope Alfonso de E n t r i a g o . J u a n Grijo de F a y e s . Diego López de Fonfria. Alonso Rodríguez de Villa de Moros . Lope Menendez Valdepares . Rodr igo Alvarez Castri l lon. Lope Osorez de San Ju l ián , que es en Castropol . Alvai'O de O u r i a , que es en Ib ias . Diego López de Tormaleu . Diego Bar rey ro . Lope García de Pambley . Menendo Alvarez de Fe r r e ro . Andrés Pérez de la Granda .

278 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Ñ u ñ o Rodr íguez de Labra . Bas t ían de Lucones . Gaspar Fernandez Pere i ra . J u a n Berna ldo P ruaza . Ru i González de los Riveros . Rodr igo Mar t ínez de Bances . Todos los cuales lugares de donde se ape l l idan , pone por

casas solariegas en As tur ias el canónigo Ti rso de Aviles en sus escri tos.

L a resolución que tomó esta j u n t a , no se puede referir con mas a c i e r t o , que t ras ladar el acuerdo de diligencias que se hi­cieron, y es como se sigue : Direcles al Serenísimo Príncipe de las Asturias, que los sus fieles y humildes vasallos se le envían, é encomiendan, 6 ca besan sus manos, y obedecen sus cartas, como de su Príncipe, é natural señor; mas que las cosas van de gui­sa , ca ellos non pueden cumplir con lo que se les manda, é ca se temen mucho, ca después de haber fecho lo que se les manda, con mucha pérdida de sus fadeudas, é vidas, echando del Principa­do al conde de Armiñaque , é a, los Quiñones , é mas poderosos homes ca tenían ocupado el dicho Principado , é sus tierras, é ca el dicho Príncipe por mandamiento del Bey nuestro señor é reina, nuestra señora , é a ruego de algunos grandes Prelados de estos reinos, b fuera de ellos , ó en remuneración de algunos servicios, ó por su propio moho, é voluntad, mandaría volver dios susodi­chos , ó algún hermano , hijo , cuñado , ó pariente suyo algunas villas é lugares, 6 vasallos, ó fortalezas, merindades y alcal­días del dicho Principado, b que non querría proseguir en man­tener su Serenidad la posesión de dichas tierras, b de parte de ellas , por donde se nos seguirán grandes daños , é nos quitarán las haciendas, é tierras, é nos desterrarán , é mataran los tales que agora echaremos del dicho Principiado , ó otros deudos suyos; é ca con este miedo está toda la gente , é non se querrán por ende

CARVALLO. 279

ayuntar á dar el favor que es menester. E ca si el señor Príncipe nos asegura con su real palabra, 6 nos ficiere pleito homenaje de asegurarnos de esto , ca nosotros faremos el nuestro poder para le servir, é desocupar las tierras de los tiranos que las han ocu­pado. Con esta respues ta volvió á el Pr ínc ipe J u a n P a r i en t e de L l a n e s , quedando los otros pa ra presidio de la villa de Aviles, y de o t ras fortalezas : y habiendo visto el Pr ínc ipe la r e spues ta j u s t a de los as tur ianos , otorgó una solemne escr i tura de segu­ro y amparo , en que al principio hace una copiosa relación de las pr imeras c a r t a s , y de las respues tas ; y dice como es su vo­lun tad conservar el dicho mayorazgo , sin dividir n i enagenar pa r t e de é l , ni de la mer indad , ni o t ro oficio, cargo, ni tenen­cia de cas t i l lo , ni fortaleza á n inguno de los Quiñones : y final­m e n t e hace el pleito homenaje que se sigue, sacado á la le t ra de los archivos de Simancas .

§ x. P l e i t o h o m e n a j e d e l P r í n c i p e d e n o f a l t a r á l o s

a s t u r i a n o s .

D. Enrique, Sfc. Por ende que juro á Dios, é a Santa María, ó a esta señal de Gruí, que toco con mi mano corpóreamente, é por las palabras de los cuatro Evangelios, do quiera, que están, é 'Á la Hostia Consagrada del cuerpo precioso ele Nuestro Señor Jesu-Oristo, que verdaderamente adoro, é tengo con mi mano cor-poralmente , é veo delante de mi en la Iglesia de San Salvador de la ciudad de Avila, é hago pleito homenaje como hijo primo­génito , heredero del Bey mi señor, é Principe ele las Asturias, é teniendo como tengo mis manos en las ele Gonzalo Mexia Birbes, caballero é home jijodalgo , é hago voto solemne , sopeña de ir íi la Casa Santa de Jerusalen: De procibrar é trabajar- con todas mis fuerzas , ó hacer enteramente todo mi poder, sin ninguna

280 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

cautela,, simulación, ni disimulación , -por continuar Ico posesión del dicho mi Principado de Asturias , é de todas las ciudades, é villas , é lugares, é de los castillos y fortalezas , de que non he habido hasta- aqui Ico posesión, é que la tomaré, é haré tomar, y adquirir, é ganar de nuevo , é que non desistiré , ni me apartaré por alguna parte, ni razón que sea; é de procurar con todas mis fuerzas, hasta que entera, é realmentehaya la posesión de todo el dicho mi Principado, é de las ciudades, villas, é fortalezas d-él, puesto qioe la dicha, posesión esté cerca del tercero poseedor, el cual haya, ó non título, razonó causa para ello, por cuanto, como digo es en perjuicio mió, é de los otros primogénitos herederos , que desjmes de mi vernín no se pudo, ni debió hacer después que los sobredichos reyes D. Juan, é D. Enrique mi abuelo, é visabuelo hicieron, é ordenaron, que el dicho Principado de Asturias fuese para los primogénitos herederos en estos reinos. E que después de adquirida la dicha posesión no me desistiré de ella, ni dejaré en ningion ccoso, nin por ninguna vico, ni dcoré á los dichos Pedro de Qioiñones, é Suero de Quiñones, ni á sus herederos, hijos, cuñados, parientes, ni otra persona, alguna por ellos, ni en su nombre de ellos , ni peora si, ni en otra alguna manera, de alguna ciudad, villa, lugar, ni fortaleza del dicho mi Principado, é tierra ele Asturias, que lo eran en tiempo ele los sobredichos reyes D. Juan é D. Enrique mi visabuelo y abuelo, que establecieron dicho Prin­cipado, para que lo obiesen, é heredasen los hijos primogénitos, y herederos epoe después de ellos viniesen en estos reinos de Gas-tilla , é León; ni se los tornaré , ó restituiré, ó dcoré dé nuevo á los dichos Pedro de Quiñones y Sioero ele Quiñones, ni á parien­tes , ni otras gentes suyas, ni algiono de los dichos oficios de me-rindad, ni de juzgado, que se hayan , ni puedan haber en todos mis dias, ni fortalezas , ni castillos , ni otros algxonos oficios, ni beneficios, ni rénteos, pechos, ni derechos pertenecientes al dicho Principado, é á las dichas ciudades, villas, é hogares de Asturias;

CARVALLO. . 281

ni permitiré, ni daré lugar á que sean, feriaos, ni muertos los ve­cinos y moradores, mis vasallos subditos , é naturales del dicho Principado, ni que les sean hechas injurias, ni agravios, ni otros males, danos é desaguisados por los dichos Ped.ro de Quiñones, é Suero de Quiñones , sus hijos , ni parientes , ni por otra alguna persona; mas antes que los defenderé, é ampararé de ellos, é de otras personas que les quisieren hacer mal, é daño , é agravio, ó sinrazón, Sfc Luego se siguen muchas fuerzas , y j u r a de uo i r en mauera a lguna contra el j u r a m e n t o , aunque por a lguna via permit ido le fuese. E s la fecha en Avila á t r e in ta y uuo de Ma­yo , año de 1444. Hal láronse presentes J u a n Pacheco , D . F r a y Lope de B a r r i e n t e s , obispo de Avi la ; D . Alfonso de Fonseca , abad de Valladolid , capellán mayor del mismo Pr ínc ipe ; el li­cenciado Diego Nuñez Alfonso de Toledo, su mayordomo; J u a n Pa r i en t e de Llanes , el cual era hijo de Alonso Pérez de A b o n o y de Doña J u a n a de Q u e , y descendiente de Boyso Suarez de A l l e r , y es taba casado con D o ñ a Mayor de N a v a , como se ve y colige de sus sepulcros y epitafios.

§ X I .

I j o s d e A s t u r i a s e c h a n á l o s Q u i ñ o n e s d e l P r i n c i p a d o .

Con este favor, y seguro de su P r ínc ipe los de As tu r ias des­apoderaron y echaron de hecho de todo el Pr inc ipado á P e d r o y Suero de Quiñones , y á t odos los demás par ien tes y personas q u e les s egu í an , y t en ían ocupados los señoríos de la tieiTa y sus r en t a s ; y desde entonces no hal lamos que A s t u r i a s se go­bernase por Adelan tados , n i M e r i n o s , y los Q u i ñ o n e s queda­ron del todo desapoderados de As tu r i a s , aunque el t ronco de los Quiñones y V i g i l e s , de donde v e n í a n , se conserva en la pa t r i a en Rui Diaz V i g i l , que quedó en Siero, en el m i s m o lu-

282 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

gar de V i g i l , como consta por a lgunas escr i turas , de que ya hicimos mención. Ordenóse asimismo por el P r í n c i p e , que no se admitiese en el Pr incipado jus t ic ia que nombrase el r e y , n i se pagasen los s i tuados sobre las r en ta s del s eñor ío , sino q u e con todo se acudiese al P r í n c i p e ; ha s t a que después en la con­cordia que se hizo el año de 1446, fué capitulación, que el P r í n ­cipe consintiese se pagasen á las iglesias y monas ter ios los m a ­ravedís s i tuados sobre las villas y lugares ele A s t u r i a s , y cerca de la administración de just ic ia : y en lo de Cangas , T ineo y N a v i a , que volvieron á p re tender los Q u i ñ o n e s , q u e d a r o n que se nombrasen personas que de te rminasen el derecho de todas pa r tes , según consta del cap. 95 del año 46 , de la crónica del rey D. J u a n el Segundo .

§ X I I .

H i d a l g o s d e A s t u r i a s m u y e s t i m a d o s p o r e s t e r e y .

Fueron est imados por el rey D . J u a n el Seguudo los hidal­gos de A s t u r i a s , pues habiéndose hecho un l lamamiento gene­ral ele todos los del reino en S i g ü e n z a , acudieron t an to s , que el rey mandó que todos fuesen despedidos , sino los as tur ianos y vizcaínos, y con ellos t r a tó el rey los negocios que con todos los demás habia de t r a t a r , como consta de su ciánica.

§ X I I I .

P e r o ¡ M c l e n d e z d e V a l d é s .

P e r o Melendez de Valdés fué capi tán en lo de Granada , y lo refiere la crónica en t re los mas famosos capitanes que en t r a ron en la ba ta l l a , y tuvo á su cargo la gen te de I ñ i g o López de Mendoza , señor de H i t a y B u i t r a g o , porque habia quedado

CARVALLO. 283

mal dispuesto en Córdoba ; y es tando el rey en Madr id año de 1433 , se hizo una muy notable j u s t a de guerra , de que fueron mantenedores Iñigo López de M e n d o z a , y Diego H u r t a d o su hijo , y veinte caballeros , todos señalados, y salió por aventu­rero el condestable de Castilla D. Alvaro de L u n a , que es taba en la cumbre de su privanza, con sesenta caballeros ; y cuen ta la c rón ica , que la j u s t a fué cut ida de t an tos á t an to s , por ser muchos los aventureros , y que de la pa r t e de Iñ igo López que­daron principales Diego H u r t a d o su h i jo , y P e r o Melendez de Va ldés ; y de pa r t e del condestable, P e d r o de Acuña , y Gómez Carrillo su he rmano ; y no se nombra por su n o m b r e ot ro al­guno , que sin duda eran estos los mejores j u s t ado res del re ino.

§ X I V .

« l u a u R o d r i g ú e s e d e V a l d é s , y D i e g o d e V a l d é s .

Sirvió asimismo en la gue r ra de Granada por estos t i empos J u a n Rodr íguez de V a l d é s , en compañía del conde de Niebla, y le n o m b r a la crónica por valeroso soldado. Y Diego de V a l ­dés , que fué caballerizo mayor del rey D . E n r i q u e , mien t ras que fué Pr íncipe, sirviéndole de mayordomo el condestable Don Alvaro de L u n a .

§ X V .

« l u a u d e A p o n t e , J u a n d e Q u i r ó s , G a r c í a d e A l -b u e r n a , y « f u a n R o d r í g u e z d e C a n g a s .

A J u a n de Apon te le hal lamos nombrado alcaide en el castillo de M o n r e a l , y de estos mismos t i empos hay mención de J u a n Mar t ínez de Apon te , vasallo del rey en el concejo de P r a v i a ; J u a n de Quirós se halló en la t o m a de la villa de Huesca , que

284 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

D . Pedro Manr ique ganó á los m o r o s ; y asimismo Garcia de Albuerna, que procuró como valeroso soldado ser de los pr ime­ros de la esca la , y fué muer to : t ambién se bailó J u a n Rodr i ­guez ele C a n g a s , que era secretario de cámara de este rey.

§ X V I .

f l o d r i g o R o d r í g u e z de Avi les , y M a r t i n S ? c r n a u d c z PÍBicira.

Rodr igo Rodriguez de Aviles sirvió á este rey en muchas ocasiones , y cuenta la crónica como fué en defensa de la v i ­tualla, y bas t imentos que se llevaban al castillo de H u r t a l , con una compañía de á caballo; y habiendo concluido con su orden , salió con su gen te haciendo mucho es t rago en los moros de l a comarca , y descubriendo un g ran ejército de ellos , que veni a muy apercibido para recobrar el cas t i l lo , se volvió á p rocu ra r defender le , porque la gen te que es taba en él era m u y poca ; y . después de haber peleado valeresamente , los, moros , como eran t a n t o s , apre ta ron t an to el c o m b a t e , y mina ron con tal p r e s t e ­za el castillo, que lo elesmantelaron, y fueron muer tos los n u e s ­t ros , y en t r e ellos Rodr igo Rodr íguez de Avi les , al c u a l , y á Mar t in Fernandez P i ñ e i r a , y á P e d r o Malladas , y o t ros t r e s cabal le ros , l levaron los moros en sus caballos con mucho r e s ­peto , y asi los p resen ta ron an te el rey de G r a n a d a , como todo lo refiere la crónica año 7, cap. 22.

§ X V I I .

G a r c i a G o n z a l e z «le V a Id e s , y G u t i e r r e G o n z a l e z «le V a l « l é s .

García Gonzalez de Valdés y Peciro Díaz Quesada, defen­dieron como valerosos caballeros la c iudad de Baeza el año de

CARVALLO. 285

1-407 j con solo los ciudadanos de ella, al rey de Granada , -que con siete mil ginetes , y cien mil infantes la acometió y batió t r e s dias con t inuamente ; mas conociendo-el g ran esfuerzo de los nues t ros , levantó sus reales , y fue sobre B e d m a r , donde hizo notable es t rago. Hal lóse también Garcia González en la coronación de D. F e r n a n d o rey de Aragón, y le n ó m b r a l a cró­nica en t re los mas principales caballeros y señores que alli se hal laron. Gut ie r re González de Valdés fue también por estos t iempos muy rico y pode roso , y dio al monaster io de Belmon-t e mucha hacienda en Oezana, año de 1447, y está la escr i tura en el mismo monaster io cajón 16.

§ X V I I I .

S l u e r o A l f o n s o d e S o l i s .

Suero Alfonso de Solis sirvió en las cont inuas guer ras que el infante D . F e r n a n d o , siendo curador del rey , y fué capi tán de infantería , y uno de los veint icuat ro que eligió el infante p a r a ir en gua rda de los g randes per t rechos y aparejos que lle­vaba p a r a la t o m a de Senetil , Ronda y otros lugares ; cargo , que el mismo infante en un razonamiento que les hizo , dice, que s iempre los reyes los encomendaron á los hombres hidal­gos , leales y b u e n o s , tales como estos eran. Cupole á Suero Alfonso de Solis u n a notable máquina de b a t i r , que l lama la crónica la L o m b a r d a de Gijon , con su c u r e ñ a , y dice que era menes te r p a r a l levarla carr i tos y muchos b u e y e s , y ciento y c incuenta hombres . P e d r o de Solis , no sé si e ra hijo de este , fue maes t ro de Sala del rey D . J u a n el Segundo , como consta de la misma crónica.

286 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ X I X .

S i i c i ' » <Io ftava, y ¡ F e m a n d o d e i Musió.

Suero de Nava sirvió al mismo infante en las g u e r r a s con­t r a los m o r o s , y es el pr imero que nombra la crónica de otros señalados caballeros que fueron con D. E n r i q u e , he rmano del conde D. Fadr ique , al socorro de la F igue ra de H a r t o s , en t re los cuales se nombra también F e r n a n d o del Bus to , los cuales se señalaron valerosamente en esta ocasión.

§ XX.

M a s - i ¡ 1 1 F e r n a n d e z P i ñ e i r o , y i$ ieg 'o A f á n d e R i v e r a .

H a r t i n Fernandez Piñe i ro fué valeroso capi tán en estos t iem­pos , y el que ganó el castillo de H u r t a l ; y aunque la crónica dice que residia en L o r c a , habia ido de As tu r i a s , como dice el canónigo Tirso de Aviles ; y yo hallo mucha mención de per­sonas de este apellido en escr i turas an t iguas ; y en San Vicente de Oviedo vi u n a del año de 1172, que o torga Garcia González, que tenia á Llanera , y la confirma Alfonso González de P iñe i ro , de cuyo apellido es H a r t i n Fernandez de P i ñ e i r o , y sin duda del solar de P i ñ e i r a , en este concejo de L lanera en As tur ias ; y como los reyes s iempre que iban ganando los lugares á los m o r o s , p remiaban á los soldados con darles heredamientos , posesiones castillos y otros cargos y tenencias en las mismas p a r t e s , se iban alejando de su pa t r ia . También hallo mención en a lgunas escr i turas an t iguas de Diego Afán y Alvaro Afán de R i b e r a , á quienes llevó de As tu r ias el infante D. F e r n a n d o á las guer ras de la Andalucia; y F e r n á n Pérez de Guzman dice

CARVALLO. 287

que eran de la casa de R i b e r a , la cual a u n q u e D . Luis Zapata-pone en Galicia por el común error , es en As tu r i a s , como es cosa muy manif ies ta , y arr iba liemos t o c a d o m u y valerosos as tur ianos ele este apellido, y son del ant iguo t ronco de Rodr i ­go Alvarez de Astur ias , y emparen tados muchas veces con los Be rna ldos y Quiroses. Y también fué un valeroso caballero as­tu r i ano por estos t iempos P e d r o Afán de Ribera , y por tal le n o n b r a F e r n á n Pérez de Guzman en sus varones notables , y en las ' c rónicas hay g ran mención de él. F u é hecho Adelan tado y no ta r io mayor de la Anda luc ía , y asi hizo su asiento en Se­villa : y de esta familia de Ribera vienen los duques de Alcalá, como dice Sandoval fol. 87 , cap. 36.

§ X X I .

O b i s p o s y m i l a g r o s «le l a s a n i a I g l e s i a «le O v i e d o .

Tuvo la silla de la san ta Iglesia de Oviedo por estos t iempos D . Diego Remirez de Guzman , y sucedió , que viniendo unos vecinos de Aviles por el m a r , t r ayendo unos navios cargados de s a l , v inieron á poder de unos corsar ios , los cuales pasaron la sal á sus nav ios , y quer iendo t a m b i é n pa sa r c ier ta can t idad que t ra ian para la santa Ig les ia de Oviedo , j amas la pudieron mover , n i pasa r : espantados los corsarios de es te po r t en to , di-ciéndoles como era la sal de San Salvador de Oviedo, no la to ­caron de t emor , y an tes r e s t i t uye ron la que habían pasado á sus navios. También por el mismo t i e m p o vino romero á las reliquias de la Cámara San ta un peregr ino m u d o , que San Vicente F e r r e r habia enviado , y es tando en la Cámara Santa , habló en presencia de todos mi lagrosamente . De cuyos mila­gros hay tes t imonio en la misma santa Iglesia; con lo cual t r a ía N u e s t r o Señor de diversas pa r t e s muchos devotos , con cuyas

288 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

l imosnas se fué fabricando el suntuoso templo que boy vemos; y en t iempo de este mismo prelado se acabó el retablo , según parece por papeles , que t iene la misma iglesia. A D. Diego le sucedió en la silla D . García Bnr iquez Osorio , sobrino del a lmirante , que después fué arzobispo de Sevi l la , al cual s u c e ­dió otro D . D i e g o , cuyo apellido no se sabe , habiendo sido antes obispo de Orense , corno refiere Mariana.

T I T U L O C U A R E N T A Y S I E T E .

D. ENRIQUE EL CUARTO.

§ 1 -

S u m a d e s u r e i n a d o .

Muer to D . J u a n el Segundo, sucedió en el reino su hijo Don Enr ique el Cuar to , que ya es taba casado con hija de D. J u a n , rey de N a v a r r a , su p r i m a ; y por no tener hijos en ella en do­ce años que estuvieron j u n t o s , se apar tó de ella , y casó con Doña J u a n a , h e r m a n a del rey D . Alonso de Po r tuga l , la cual pa­rió u n a h i ja , l lamada D o ñ a J u a n a , que no fué ten ida por legí­t ima , porque el rey era frió , y no tenia potencia p a r a engen­drar , y se sospechaba ser hija de D . Be l t ran de la Cueva , y asi la l lamaban la Bel t raneja ; y sobre ser j u r a d a por sucesora en el r e i n o , hubo grandes alteraciones y guer ras en España , has ta que el rey tuvo por bien que se ju rase por sucesor á su her­mano D . Alonso, que murió pr imero que el mismo D. Enr ique ; de lo cual resul taron otros nuevos inconvenientes , y aun des­pués de su muer t e , que fué en Madr id , año de 1474.

CARVALLO. 289

C i j o » y P r a v i a s o n pre¿cn«l i« las p o r O . J u a n «le A c u ñ a .

D . J u a n de Acuña , coude de Valencia, vino con mucha gen te á Astur ias en los t iempos del re inado de D . Enr ique , y se in­tentó apoderar de Gijon y P r a v i a , diciendo, que D. En r ique el Viejo le habia hecho merced de es tas Aullas, y o t ras en este Pr inc ipado. E l rey envió á m a n d a r por sus car tas reales , no le obedeciesen; como consta de una que cerca de ello escribió á F e r n a u d o de V a l d é s , que he visto en poder de P e d r o de Val­dés Moran , y está o r ig ina l , que dice a s i : Fernando de Valdes, mi vasallo : Yo he sabido como I). Enrique mi antecesor, contra toda razón y justicia, por apocar y amenguar el patrimonio que a mi como á Bey y primogénito , heredero de estos mis reinos y señoríos, y á los Principes de Castilla mis sucesores, pertenece en ese mi- Principiado, y tierra de Asturias de Oviedo, ha fecho mer­ced de algunas villas, lugares y rentas de esa dicha tierra , y en especial de Gijon y Pravia , y sus jurisdiciones d D. Juan de Acu­ña , conde de Valencia, y á otras personas, que se entienden apo­derar de ello, en lo cual se me sigue muy gran daño y perjuicio, y á los caballeros y escuderos que en esa villa vivides, gran men­gua y daño , y quebrantamiento de vuestras libertades y franque­zas, que por razón de título de Principado les deben de ser guar­dadas ; lo cual yo escribo a, esa tierra, según por mi carta veréis. Por ende yo vos mando, que si servicio, y placer me deseáis facer, que con vuestra persona, parientes, y con todas vuestras fuerzas trabajéis como lo tal non tenga efecto , por manera que el dicho conde, ni otras personas no se apoderen de cosa alguna , de que el dicho D. Enrique les haya fecho merced en esa tierra,, é Prin-

290 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

cipado , en lo cual muy agradable placer, é gran servicio mofa­reis, que por la presente vos aseguro mi fe Real de vos facer por ello mercedes, y de vos mandar pagar cualquier daño, y perdida que en vuestra faciendo, por esta causa, se vos siga. De la villa de Aré-calo á cuatro de Noviembre de 65 . YO EL REY. P r e t end í a asimismo este conde el corregimiento de As tu r i a s , - y bacía sus par tes el bachiller Ped ro de -Valdés, como todo parece por una provisión y libro ant iguo , que está en los archivos de la ciu­dad de Oviedo, y lo refiere Sandoval en la descendencia de los de Acuña.

§ 1 1 1 .

O - a r e í a E e r u a n d c s e d e Á m a g o , y S i t iero d e C a u g - a s .

Fué por estos t iempos u n poderoso caballero en t ie r ra de Gangas, García Fernandez de A m a g o , hijo ele Lope Rodríguez de Cangas , y verdadero descendiente de el conde Rodr igo Ro­dríguez de Cangas , el cual defendió aquella t i e r ra del mismo conde de Valencia, y en premio le hizo el rey merced de hábito de Sant iago , según se refiere en la misma cédula de merced, de que da tes t imonio Custodio de haber la visto en t re los pape­les de Suero de Cangas , nieto del mismo García Fernandez ; y de este García Fernandez fué he rmano J u a n Rodríguez de Cangas , señor de Clavillas y Valcarce , y tan poderoso, que hay escr i turas que dicen, que las amas eme le cr iaban los hijos y a lgunos descen­dientes suyos no pagaban t r ibu to a lguno, aunque fuesen l a b r a d o ­res . Llamóse de Amago, por tener su asiento en aquel lugar , que está j u n t o á Cangas . Fueron sus hijos Lope Rodr íguez de Cangas , que tenia sus casas en Bergame; y Gonzalo Rodríguez de Cangas el Manco ; y María Rodríguez, que casó con Alvar González de Quiñones, hijo de García González de Quiñones , y nieto de Al­var Pérez de Q u i ñ o n e s , cíe quien fué hijo Suero de Cangas ,

CARVALLO. 291

contador de los Reyes Católicos, y muy favorecido de sus Ma­jes tades , por ser hombre de g ran v a l o r , como consta de un privilegio que vi de D. Suero de Quiñones su viznieto ; y este Suero de Cangas casó en Toro con Doña Isabe l Yañiz , de quie­nes descienden los caballeros que en aquella ciudad se l laman Quiñones, conservando siempre el apellido de Cangas; y se han estendido por ot ras par tes de estos reinos , emparen tando con otras muchas c a s a s , como son los Sámanos , P e ñ a s , Gavi lanes de Z a m o r a , Molinas , Mosqueras , Castillos y Guadalajaras .

§ I V .

« J u a n d e O v i e d o , y D . G ó m e z d e S o l i s .

Fué secretario del rey D . Enr ique J u a n de Oviedo , y el de mayor p r ivanza , y crédito de su c á m a r a , como afirma Anton io de Nebr i j a , cap. I , lib. 2 , de la his tor ia que compuso en la t in del rey D. F e r n a n d o ; y como ta l secretario dio fé de a lgunas cosas que este rey habia o r d e n a d o , y que habia dado poder al cardenal de E s p a ñ a , y marques de Vi l lena , pa ra que en su nombre hiciesen su t e s t amento , como dice Mar iana , cap. 4 , lib. 24. Y el mismo au tor en el cap. 7 del lib. 24, d i c e , que en estos t iempos era maes t re de Alcán ta ra D. Gómez de Solis, as tur iano .

§ V.

O b i s p o s d e O v i e d o .

Hace g ran memoria la crónica de este rey de D . Iñ igo M a n ­r ique de Lara , obispo de Oviedo , y él y su he rmano D . Ro ­drigo M a n r i q u e , conde de Pa redes , fueron g randes y m u y lea­les servidores ele los Reyes Católicos en las divisiones y revuel-

292 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

t a s sobre el reino: y ú l t imamente fué arzobispo de Sevilla, y en la silla de Oviedo le sucedió D . Rodr igo de A r é v a l o , y á este I ) . J u a n Diaz de Coca.

T I T U L O C U A R E N T A Y OCHO.-

REYES CATÓLICOS D. FERNANDO, Y DOÑA ISABEL. D. FELIPE Y DOÑA JUANA

§ I.

Sksissa «I» §11 r e m a d o .

Doña I s a b e l , he rmana del rey D . Enr ique el Cuar to , y su marido D. Fe rnando , rey de Sicilia , hijo del rey D . J u a n de Aragón , se vinieron á apoderar de los reinos de Castil la y León, en mur iendo D . Enr ique , diciendo , que pertenecía á la re ina Doña I s a b e l , como hija del rey D . J u a n el Segundo , por no haber dejado hijos legít imos el rey D . En r ique el Cuar to , por­que aunque tenia u n a hija , no era ten ida por l eg í t ima , como hemos d i cho ; y asi vinieron á re inar D . Fe rnando y D o ñ a Isa­bel , que comunmente l laman los Católicos (por antonomasia) por haberlo sido mucho , y de los mejores príncipes en paz y en gue r r a , que ha tenido la cr is t iandad. Tuvieron cont inuas gue r r a s con los reyes cristianos y moros . Tomaron á Granada. Echaron de E s p a ñ a los judíos obst inados. In t rodujeron el San­to Oficio de la Inquisición. In s t i t uye ron la santa he rmandad , cont ra los malhechores . Al lanaron la t ierra . Cast igaron tira-mas . Enfrenaron las sober l i as , y demasías de los g randes roba­d o r e s , homicidas-y sacrilegos. Reformaron las rel igiones. Res­t i tuyeron la just icia . A m p a r a r o n y amplificaron la Fé Católica, y fueron escelentes en todo género de vir tud; y t an conformes en las voluntades , que u n a sola era la de en t rambos . Fué hija

CARVALLO. 293

do estos católicos reyes Doña J u a n a , que casó con ü . Felipe, conde de Flandes , hijo mayor del emperador Maximiliano , y o t ras hijas. Murió la reina D oña Isabel año de 1 5 0 4 , y su ina­lado gobernó el reino has ta que el año de 1506 vino de F lan-des su hija Doña J u a n a , con su marido D. F e l i p e , á recibir la corona de Castilla y L e ó n ; y el católico D. Fe rnando se volvió á Sicilia. Tuvo Doña J u a n a an tes de venir á E s p a ñ a , de su marido D. F e l i p e , á D. Car los , el cual quedó de siete años , muriéndose su padre den t ro de cinco meses de como vino: por lo cual volvió á España el católico D. Fe rnando á gobernar el reino , por su hija y n i e t o , y murió año de 1516. Pidieron mu­chas veces ayuda a los as tur ianos , como consta por provisio­nes , que están en los archivos de la ciudad de Oviedo ; y u n a vez que sirvieron con mil peones , se escusaron de contr ibuir pa ra ellos Sancho Fernandez de l uc í an , y sus hijos , y Sancho de Amago , con sus h e r m a n o s , por decir que iban á la gue r ra muchos deudos suyos , y por an t igua exención que tenían, co­mo parece por una ejecutoria l ibrada en razón de ello.

§ I I .

ÍLa reina eseriise á Mcsíeirado «le Valulés.

E n muriendo el rey D. En r ique el C u a r t o , la re ina Doña I s a b e l , su hermana , despachó luego de Segovia personas á las ciudades del reino, haciéndoles saber de la muer te cte su he r ­mano, y á t ra ta r les cosas que conveuiau á su servic io , y como dice Mariana , Siculo y otros, proveyó de gobernadores , envián-dolos á las ciudades que has ta entonces no los habían tenido, para corregir las t i ranías de los merinos m a y o r e s ; y asi vino con estas car tas de la re ina Alfonso de G o r d o n , y por corre­gidor de este Pr inc ipado un caballero l lamado Sa laza r , que pienso fué el pr imero que tuvo As tur ias , pues no se halla men-

294 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Habiendo el rey D . F e r n a n d o ido á Fuen te -Rabia á resis t i r

cion de otro que lo hubiese sido autes . P a r a este nuevo m o d o de gobierno escribió la reina á la ciudad de Oviedo , y al deán y cabildo de la san ta Iglesia , y á las personas principales de esta t i e r r a , como parece por una de las car tas que vi original en poder de P e d r o de Valdés Moran , que dice a s i :

Meneado de Valdés: Yo escribo a la ciudad de Oviedo, y a las otras villas y lugares de ese Principado, y al deán y cabildo de la santa Iglesia mayor el fallecimiento del se/íor Rey mi herma­no, que santa gloria haya, según veréis por las cartas patentes que para ello escribo: Por ende afectuosamente os encargo y man­do , que por el servicio mió tengades manera que en todo se fága­lo que yo les envío (í mandar , sobre lo cual daz fé a Alonso de Gorclon mi criado, que allá envió a lo que de mi parte vos dirá. De Ico noble ciiodad de Segovico a veinte días de Diciembre de 74 años. YO LA REINA. H a r t o poderoso debia ele ser en As­tur ias Menendo de Valdés; y habia dos pr imos de este nombre , y no he podido saber pa ra cual de los dos era la car ta : el uno vivia en Gijon, y era hijo de F e r n a n d o de Valdés . E l otro fué el que por su mucho valor y hacienda res tauró -la casa de Man-zaneda en P e d r o de Valdés de Manzanéela su he rmano , que de los t iempos ant iguos habia sido muy noble , y par ien ta de los Valdeses , como parece por una donación que hacen de mu­cha hac ienda al monas ter io de San Vicente de Oviedo García González de V a l d é s , y su mujer D o ñ a Mar ía Pérez , en donde se halla mención de Rodr igo Diaz de M a n z a n e d a , y de Alonso Pérez de M a n z a n e d a : es la fecha E r a 1210 , y está en los ar­chivos del mismo monaster io de San Vicente .

§ I I L

L t o s r e y e s c a s t i g a n l o s m a l h e c h o r e s y b a n d o l e r o s .

CARVALLO. , 295

los f ranceses , fué informado de las g randes insolencias que en Vizcaya , As tur ias y Galicia liacian los caballeros poderosos, apremiando á los p o b r e s , y quitándoles sus haciendas , .y sus hijas á fuerza, y de los bandos que t ra ían en t re s i , de que se seguían muer tes y escándalos; y para cast igar estos delitos vino el rey a t ravesando á Vizcaya y Astur ias , haciendo graneles cas­t igos, como refiere Marineo S icu lo /bL 159. Y en As tu r ias ha­bía unos bandos muy encendidos en t re I iévias , y Arguel les , y Bernaldos , Omañas , y Florez de Vi l lamañan , de que habían procedido a lgunas muer tes . A Galicia envió con gen te de guer­ra á Fe rnando de A c u ñ a , hijo del conde de Buenclia, caballero muy esforzado , y amigo de just icia , y con él un g ran le t rado , l lamado García López de Chinchi l la , los cuales sacaron aquel reino ele la opresión y t i ranía ele los que lo ten ían fatigado, pr incipalmente de la severidad de D . P e d r o de M i r a n d a , y del mariscal D . Ped ro P a r d o , caballeros m u y poderosos en Galicia en las par tes que confinan con A s t u r i a s , los cuales Vueron ajus t ic iados , aunque ofrecían g ran cant idad ele oro y plata en resca te de sus vidas, según escribe Siculo en nues t ras crónicas.

§ I V .

¡Ferocidad de sí ¡si asístHaafio.

E n t r e los casos atroces que en Astur ias pretendió cas t igar el rey , fué muy notable el de Diego Vazcpiez de P rada , l lamado asi por t ener sus casas en el lugar de Prada , aúneme era hijo ele Alonso Vázquez de Qui rós , descenelientes de los Berna ldos de Quirós. Tenia Diego ele P r a d a ciertas diferencias con u n cu­ñado suyo, l lamado el Notar io de Tuñon , y queriendo mata r le , él se acogió con su mujer y nueve amigos á u n a c u e v a , que está en u n a peña en el concejo de San A d r i a n o , que desde en-

2 9 6 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

touces l laman la P e ñ a del Notar io . Alli se hizo fuerte el No ta ­rio , y se defendia con piedras y saetas ; mas Diego de P r a d a hizo j u n t a r mucha leña en la boca de la cueva, pa ra abrasar les d e n t r o , y habiendo salido su h e r m a n a á la puer ta , le pidió con muchas lágrimas no usase de ta l crueldad con e l l a , y su mar i ­do, y los demás. Diego ele P r a d a respondió, que se saliese ella, y dejase á su mar ido , que le habia de abrasar con los demás, y s i s e querían salir , les hab ia de recibir con las pun tas ele las l a n z a s ; la valerosa as tur iana di jo , que no quería v iv i r , pa ra ver á su marielo mor i r t an ferozmente. Lo cual fué causa pa ra embravecerse mucho mas Diego de P r a d a , y asi pegando fuego á la leña , y añadiendo o t ra , no cesó has t a que todos fueron ahogados y abrasados . Ayudáronle á esta ferocidad Alonso Váz­quez y Andrés Vázquez sus he rmanos , por lo cual todos t r e s se ausen ta ron de la t i e r r a , t emiendo la jus t ic ia del Bey C a t ó ­lico ; mas después Diego de P r a d a se volvió á mor i r á su casa el año de 1 4 9 1 , de quien vienen los P r a d a s y Vázquez. Alonso Vázquez se casó en Valladolicl, de quien hay descendien tes ; y Andrés Vázquez, se quedó por aquello de Valdeor ras , de quien descendió Andrés de P r a d a , del hábito de Sant iago, y secreta-río de e s t a d o , y gue r ra en nues t ros t i empos .

§ V .

E s t a l l o e n q u e s e h a l l a b a A s t u r i a s p o r e s t o s t i e m p o s .

Habia en As tur ias crecido m u c h o la insolencia de los c a b a ­lleros pa ra con la gen te l lana y pacífica de la t i e r r a ; porque como se cr iaban enr íe ferocidades de la guer ra , cuando volvían á sus lugares y concejos , todo lo querían ho l l a r , pa ra lo cual recibían y amparaban en sus casas á los homicidas , robadores y ma lhechores , defendiéndoles de las jus t ic ias , y asimismo á los que debían muchas d e u d a s , d i c i endo , que sus casas eran

C A R V A L L O . 297

Habíase salido de As tu r ias a lgunos años an tes huyendo de

libres de los tales t r ibutos por privilegios y cos tumbre inme­morial; pero los Reyes Católicos anularon y qui taron todas e s ­tas i n m u n i d a d e s , poniendo graves penas á los que amparasen los tales malhechores , como consta de la ca r t a real , sobre esto l ibrada en Barcelona año de 1-1<93 , que está en los archivos de la ciudad de Oviedo. Asimismo se en t romet ían las personas poderosas de los concejos en elegir jueces , y los mas oficios pú­blicos , y para las j u n t a s so nombraban á sí misinos , l levando pa ra esto mucha gen te faciaorosa en su a y u d a , y obl igaban á los concejos á que pagasen sueldo á los que les acompañaban, señalando por soldados á los que les pa r ec í a , en v i r tud de las conductas que t e n í a n , tomando las cobranzas de las alcavalas para ayudar con ellas á quien les daba gus to . E m p a d r o n a b a n á unos, y á otros a p a d r i n a b a n ; y si habia a lgunas v iudas r icas , las hacían casar con aquellos perdidos que les acompañaban. P o n í a n curas en los beneficios por fuerza de a rmas , y después les qu i t aban los frutos , y aun les hacian criarles los h i jos , y los curas pasaban por ello, p o r q u e no les hiciesen daño . D e lo cual procedían en t re los mismos hombres poderosos muchas p e n d e n c i a s , has ta poner gen t e en c a m p a ñ a ; y era t an to el fu­ror , que ya no se tenia por pe rsona principal el que no era ca­beza de bando. Todas las cuales insolencias refieren los reyes en t r e s car tas r e a l e s , que están en el l ibro del archivo de la ciudad de O v i e d o , que hemos r e fe r ido , fol. 1, 2, 3 y 9, d e s p a ­chadas en Barce lona el mismo a ñ o , po r las cuales ponen r e ­medio á todos estos desaciertos , de que has t a nues t ros t iem­pos han quedado algunos ras t ros , con que la gen te llana y c o ­m ú n es opr imida .

§ V I .

A l o n s o «le Q u i n t a u i l l a .

298 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

estos bandos Alonso de Quiutani l la , hijo de Luis Alvarcz de Quirós , y de su mujer O rosa Alvarez de Quiutanil la , señora de la casa de Quiutani l la , inedia legua de Oviedo , j un to á Ca­j i g a l , aunque por tener hacienda en Siero , vivían sus an tepa­sados en el lugar de Boves , en cuya iglesia aun duran unas sepul turas de estos señores. Sirvió Alonso de Quiutanil la al rey I ) . Enr ique el Cuar to , y después á los Reyes Cató l icos , de los cuáles fué muy privado , por su g ran prudenc ia , y g r a n inge­nio y valor , y por su nobleza , que todas estas pa r t e s afirma que tenia Antonio de Nebrija en la crónica de estos reyes . Fué caballero de hábito , y contador mayor de Castilla , y la bueua administración de las ren tas reales de pendía de su diligencia. Fué de grandís ima impor tancia para las victorias que consi­guieron los Reyes Católicos, porque tenia t a n t a autor idad con el r e i n o , y con los grandes , que él solo es taba á persuadir les que socorriesen las necesidades de los reyes , cosa tan dificultosa, que ellos mismos no podían conseguir a lgunas veces. E l fué por cuya t raza la re ina D o ñ a Isabel se apoderó de la villa de Tor -desillas el año de 1472 , como refiere Nebrija.

§ V I L

l u s t f i i u c i o n d e l a s a n i a h e r m a n d a d , p o r c o n s e j o d e A l o n s o d e Q u i n i a n i l l a .

E n unas cortes que celebraron los católicos en M a d r i g a l , se comenzó á . t ra ta r de los r o b o s , y muer tes que se cometían por los caminos y c a m p o s , .y de los que encasti l lándose en casas fuertes , no había cosa que de ellos estuviese segura , y como toda la t ie r ra estaba llena de ter ror , y de hombres facinerosos, de manera que n ingún hombre honrado podía estar, seguro, sin redimir su vida, y l ibertad con. mas de la mitad de.su hacienda;

(".'A R V A L X O . 299

y como todos deseaban hal lar remedio á tales male's , n i n g u n o habia que tuviese esperanza de poder hallarlo, has ta que (por estas palabras dice Nobrija) Alonso do Quintani l la , caballero noble, na tu ra l de Astur ias , honra y prez de su p a t r i a , fué el pr imero que levantó bandera para poner remid ió en la refor­mación de E s p a ñ a , inventando el, oficio , y magis t rado d é l a santa hermandad , que son unas compañías y cuadril las que h a ­cen los pueblos , pa ra repr imir los robos y t iranías del reino; y como dice M a r i a n a , el inventor de este consejo saludable fué nues t ro Alfonso de Quin tan i l la , y pa ra mas calificación del ne ­gocio tomó por compañero á D. J u a n de Or tega , y t r a t a n d o la ta l he rmandad con los Reyes Católicos , les animaron á prose­guir , y formar dicha he rmandad , promet iendo para ello todo su favor y autor idad ; pero proponiéndolo en las cor tes , hubo t a n t a contrar iedad por los procuradores del r e i n o , que desva-ra tado el negoc io , se quisieron volver para sus casas. Viendo Alonso de Quintanil la que sus buenos propósi tos se malogra­b a n , volviéndoles á j u n t a r , les hizo una plática , que el maes ­t ro Anton io pone po r muy elegante , por la cual les significa las grandes molest ias que padece la gente común del reino , y como aun los nobles no vivían seguros de los iusultos que cada día suced ían , que sus haciendas iban perdidas , y las r en t a s reales en diminución, de lo cual s e l e s seguía en el crédito mu­cha mengua y o t ras r azones , que espi*esa el maest ro Antonio de Nebri ja .

§ V I H .

Mi'eeiü q i a e diev© e s í c írassoBBíSBasieíaí© d e A l o u s © d e OjsÉEstfaasilll».

F u e r o n de t a n t a eficacia las palabras de este as tur iano , acom­pañadas de t an to celo, y adornadas de t a n t a elegancia, que to -

300 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

dos á una voz pidieron se ins t i tuyese la san ta he rmandad ; lo cual todo se puso por obra , haciendo otras j u n t a s generales , convocando pa ra ello los p rocuradores del Pr incipado de A s ­t u r i a s , como consta de una real car ta de la reina Doña Isabel , fecha en Valladolid el año de 1 4 7 6 , para que fuesen á la j u n t a que sobre esto se hacia en la villa de Dueñas . Con esta her ­mandad se allanó la t ierra, y se aseguraron los campos y cami­n o s , y eesai 'Oii los robos , i n s u l t o s , homicidios} ' ' sacr i legios , con que la t r i s te España era afligida de sus mismos hijos, t odo por el consejo, y diligencias de este g ran varón. D u r ó es te oficio has ta nues t ros t iempos , que no teniendo que hacer los alcaldes de la he rmandad , -por el mucho sosiego del reino , fue conveniente que cesase.

§ ix.

D e s c u b r i m i e n t o d é l a s I n d i a s \tor c o n s e j o d e A l o n s o d e Q c ú i a n i l l a .

A l consejo , y g ran juicio de Alonso de Quintani l la se debió también el descubrimiento de las I n d i a s , que es o t ro nuevo m u n d o de innumerables r i quezas , adquir ido por nues t ros re ­yes , y para gloria e te rna de nues t r a España , y aumen to de la religión c r i s t i ana ; porque habiendo acudido Cristóbal Colon á los reyes de Franc ia é I n g l a t e r r a , y otros g randes Prícipes á pedhles a rmadas y aparejos pa ra este descubr imiento , todos le tuvieron por vano , y por imposible esta e m p r e s a , y asi vino con la misma pretensión á los Reyes Católicos, con cuya orden examinó Alfonso de Quiutanil la con su g r a n d e ingenio los in­t en tos de Cristóbal Colon, y los medios por donde i u t e u t a b a descubrir estas t ier ras y regiones , has ta entonces encubie r tas ; y como la agudeza de su g ran entendimiento alcanzó que Cris­tóbal Colon iba bien fundado , y teniéndole consigo mien t r a s

CARVALLO. 301

duraba la gue r r a de Granada , y dándole todo lo necesario, aca­bó con el rey. que le diese la a rmada y gente , y aparejo que era menes te r pa ra este descubrimiento , de que t an to s bienes lian venido ; todo lo c u a l , ademas de nues t r a s crónicas, lo re ­fiere Marineo Siculo en la his tor ia de los Reyes Católicos. Fué casado Alonso de Quintanil la con D o ñ a A n a L o d e ñ a , as tur ia­n a , luja de Luis Fernandez de G r a d o , según consta de la se­pu l tu r a del mismo Luis Fernandez , que está en u n arco de la capilla mayor ele San ta Clara de Ov iedo , y en el medio las se­pu l tu ras , y bul tos de su padre , y m a d r e de Alfonso de Quin­t an i l l a , que fué el que edificó la mayor p a r t e ' d e este convento, como se ve por sus a rmas , y la santa Igles ia le va á hacer cada año un aniversario , de los graves que puede t ene r un caba­llero par t icu lar en todo el reino ; y sus descendientes residen en Medina del Campo.

§ X.

liOS c o n d e s d e f j t i n a p r e t e n d e n á C a n g a s y á T i n c o .

Habiendo siempre los abades de San J u a n de Corias sido obse rvan t e s , y elegidos por sus monjes desde su fundación, por estos t iempos D . Alonso Enr iquez , clérigo secular, hijo del a lmirante de Castilla , impet ró de su sant idad es ta abadía de Corias, y vino á t omar la posesión de ella el año de 1481 , t r a ­yendo consigo á D . Diego Fernandez de Quiñones, p r imero conde de L u n a , hijo de Pedro de Quiñones , de quien ya hemos t r a t ado , con mucha gen te de a rmas de á pié y á cabal lo, y con provisiones reales pa ra poner en la posesión de dicha abadía al dicho D. Alonso Enr iquez , como consta de las provisiones, fe­chas el año de 1 4 8 1 , lo cual hizo con a y u d a , y favor de Ar ias de Omaña su d e u d o , pe rsona muy poderosa , cont ra la opinión de J u a n de Tineo, que con gen te de a rmas lo procuró impedir ,

302 ANTIGÜEDADES DIO A S T ü ü I A S .

sobre que hubo muchas muer tes hasta, que el año de 1488, se tomó la posesión por D . Alonso , que fue el principio de los claustrales , ha s t a el año de 1 5 3 3 , que se redujeron á congre­gación de San Beni to . Viéndose Diego Fernandez de Quiñones en t ie r ra de Cangas , y Tinco con t a n t a potencia de gen te y a r m a s , in ten tó apoderarse de estas dos villas y sus concejos, poniendo just ic ias de su mano , y cobradores para las r en tas debidas á e s t e señorío , diciendo , que la per tenecia por merced que de dichas villas le habian hecho los B ^ e s Católicos por muchos servicios que les habia hecho. S a c i a n resis tencia los na tu ra les , diciendo, que las tales villas y sus concejos eran del príncipe y su mayorazgo , y no podían ser desmembradas del Pr inc ipado , por j u r a m e n t o s y pleitos homenajes que los reyes pasados habian hecho. De las razones vinieron á las a rmas , y sobre ello hubo muchas muer tes y alborotos, has ta que los Re ­yes Católicos enviaron sobre ello ¡í J u a n de la S o z , corregidor de As tur ias , y en nombre de los reyes puso alcaldes , é hizo poner los demás minis t ros de jus t ic ia ordinarios el año 'de 1482, ci tando á la pa r te de D . Diego Fernandez de Quiñones pa ra que mos t rase su derecho, el cual siguió el pleito con las dichas villas 3 sus procuradores , que lo eran de Cangas y su concejo, J u a n Alvarez de Carvallo , y por Tineo J u a n Marcos , según parece por unas car tas de seguro y amparo , que pa ra seguir dicho pleito les dieron los Reyes Católicos en Santo Domingo de la Calzada á veinte y nueve de Jul io de 1483. Defendieron estos hidalgos sus concejos, ha s t a que el año de 1490, los reyes y Diego Fernandez se conformaron sobre las dichas villas y sus concejos, y sobre las villas de Llanes y Riba ele Sella, y la me-r indad de Oviedo, que todo lo pre tendía el c o n d e ; y el asiento fué , que el conde renunció en la corona real el oficio de me-rindacl del Pr incipado de As tu r ias , y el derecho qué decia t e ­ner a l a s villas y concejos de Cangas , T i n e o , Llanes y Riba de

CARVALLO. 303

Sella, y se dio por pago de cualesquier mercedes que los reyes le debiesen de sue ldos , acostamientos , tenencias y ot ra cual­quier m a n e r a , y en recompensa de todo esto los reyes le man­daron pagar cinco cuentos de maravedis , y le dejaron tener li­b remente los lugares y vasallos de Babia de s u s o , y Babia de yuso , con lo cual cesaron estas diferencias ; bas ta que el año de 1553 , habiendo el conde D. Claudio Vigil de Quiñones r e ­suc i tado el mismo pleito con las mismas v i l l as , y con el fiscal de su Majestad , fué sustanciado por el pres idente y oidores de la cnancillería de Valladolid , que dieron y pronunc ia ron en veinte y dos de Diciembre del mismo año la sentencia del t e ­n o r siguiente.

\ § XI.

S e n t e n c i a s s o l u ' e ias vil las «le Cangas y T ineo .

Fallamos , que la parte del dicho D. "Claudio Fernandez de Quiñones , conde de Lima, que no -probó su intención, é manda­mos, c pronunciamos. su intención por no probada, é que la parte del dicho licenciado Alderete, fiscal de sus Majestades, é concejos de las dichas villas de Gangas , é Tineo probó sus escepciones, é defensiones, dárnoslas, é pronunciárnoslas por bien probadas: Por ende debemos de absolver, é absolvemos al dicho fiscal, é concejos de Gangas, é Tineo de la demanda contra ellos puesta por parte cid dicho conde, é los damos por libres, é quitos de lo en ella, con­tenido; é le ponemos perpetuo silenció, para que no se lo pueda mas pedir, ni demandar : é declaremos pertenecer las\ dichas vi­llas de pangas, y Tineo á'sús Majestades, eá su Corona Real, é como tal se las debernos' de adjudicar, é adjudicamosé" al dicho fiscal en su nombre, '¿f'c'i Y desde entonces poseyó él fey dichas

304 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

villas. Todo lo cual consta del p roceso , y escr i turas en él pre­sentadas , sacadas con autor idad de los archivos reales, las cua­les t iene dicha villa en sus archivos.

§ X I I .

E s t i m a n e n m u c h o l o s I t e r e s C a t ó l i c o s e l P r i n c i p a d o d e A s t u r i a s .

Hal lanse de la gloriosa reina D o ñ a Isabel , y del rey D. Fer­nando su marido muchas car tas y reales provisiones en un li­bro a n t i g u o , que está en los archivos de Ov iedo , por las c u a ­les consta la mucha est imación en que ten ian este Pr inc ipado , porque en todas las ocasiones que se ofrecían de guer ras en­viaban á pedir gente ele As tur ias , mandando fuesen aperc ib i ­dos de pabeses , lanzas , t e rc i ados , espadas y con casquetes, que l lamaban peones, y escuderos por ir á p i é , y con escudos. Algunas veces enviaba el Pr inc ipado es ta gen te pagada á su costa por algunos meses , de que hay car tas de mucho agra-clecimiento de estos reyes. Ot ras personas iban á su misma costa , porque la re ina les confirmase a lgunas l iber tades , y la hidalguía y caballería que el rey D . En r ique su he rmano les habia dado por haber le servido. Y asimismo hizo la re ina D oña Isabel a lgunos h ida lgos , vasallos de estos , que á sus espensas la iban á se rv i r , que comunmente l lamaban los hidalgos ele Si­mancas , aunque los mas de estos privilegios se revocaron des­pués por la r e i n a , como parece por las provisiones , car tas , cé­dulas y l lamamientos s u y o s , que están en dicho libro ; y á

fol. 1 0 1 , hay una car ta pa ra este Pr inc ipado , por la cual dan los reyes m u y par t icu la r cuen ta de la batal la , y victoria que habían alcanzado de los por tugueses en t re Z a m o r a y Toro . Y en la hoja siguiente o t r a de agradec imien to , que comienza asi:

CARVALLO. 305

Concejos, é jueces míos de la Junta, é caballeros, é escuderos de la noble ciudad de Oviedo, é de todo el nuestro Principado de As­turias, en gran servicio señalados vos tenemos la forma que tuvis-tes en enviarnos los caballeros, escuderos,'é otra gente que nos en­viajes a la ciudad de Zamora, porque vinieron en tiempo que mucho cumplió a nuestro servicio ; lo cual allende de los otros servicios que nos habedes fecho, recibimos gran cargo en vos facer mercedes, las cuales sed ciertos que vos faremos cada y cuando que el tiempo lo padezca,, Sf. Y va prosiguiendo con palabras muy regaladas . Es ta gente habia enviado á su costa el P r in ­c ipado , y por capitán de ella á Pedro Melendez , según consta de una cédula que est.í en el mismo libro, y en la misma b o a . En esta misma historia cuenta el Mt ro . An ton io , la Pontifi­cal y o t ros h is tor iadores , como Alonso de Vaklés, alcaide de la fortaleza de Z a m o r a , la entregó á'los Rej^es Católicos, que es­taba por el rey de P o r t u g a l , y en ella se hallaron muchas ri­quísimas joyas , que alli tenia g u a r d a d a s , las cuales se le en­viaron , sin que le faltase n i n g u n a , porque suplicó Alonso de Valdés al rey D. Fe rnando , que pues le en t regaba la fortaleza, como d e b i a , por ser suya , permit iese que las joyas y r iquezas que le habia fiado el rey de P o r t u g a l , se le env ia sen , pues se debia lo de Dios á Dios , y lo del César al César: lo cual fué tenido á gran magni tud y magnanimidad del rey D. F e r n a n d o . Acos tumbraban las mujeres de As tur ias t r ae r se cos tosamente en los atavios de sus personas , t a n t o , que fué necesario ha­cerse una j u n t a en la ciudad de O v i e d o , visto la disolución de los trajes , y vestido de las mu je re s , y hacer ciertas o rdenan­zas , reformando esta demasia , E r a de 1356 , como consta de la misma ordenanza, que he visto en los archivos de dicha ciu­dad. Y ahora haciendo los mismos Reyes Católicos o t ra refor­mación de trajes , las mujeres principales y nobles de este P r i n ­cipado enviaron á rec lamar de la P r a g m á t i c a á la re ina D oña

20

306 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

I s a b e l ; la cual concede á las dueñas nobles de A s t u r i a s , que puedan t rae r es tando en su t ier ra aljubas y pelotes, man tones y tapapieses y o t ras ropas de v e s t i r , con broches de p l a t a , y esmaltes de pla ta y oro , en planchas de plata , y guarniciones de pla ta de mar t i l l o , y botones , y c intas guarnec idas en plata y o r o ; como consta de una provisión que he visto en un l ibro de los archivos de la ciudad de Ovdedo , su fecha en Sevilla año de 1490.

§ X I I I .

O b i s p o s «le O v i c í i » .

Tuvo la santa Iglesia de Oviedo por estos t iempos muy g r an ­des prelados , como fué D. Alonso de H e r r e r a , que fué g r a n p red i cado r , y muy insigne confesor de los Reyes Católicos , y de t an t a autor idad, que pasó á Ing l a t e r r a á t r a t a r el casamiento de la infanta Doña C a t a l i n a , hija de los Católicos, con D . E n ­r ique rey de I n g l a t e r r a , que después sucedió t an desas t r ado , como todos saben. De alli trajo este obispo a lgunas joyas p a r a la santa Iglesia de Oviedo, y él y su sobrino D . Alonso de H e r ­re ra , dotaron la salve que los sábados se dice cantada en N u e s t r a Señora de t ras el coro. Sucedióle en la silla D. Gonzalo de Vil ladiego , varón t an doctísimo , que escribió un t r a t a d o con t ra los herejes , y o t ro ' de Irregidaritate, y o t ro de Eclesiás­tico interdicto, como afirma Gil González en las an t igüedades de Salamanca. A este le sucedió D . J u a n Arias del V i l l a r , que asi le nombra Garibay, y fué pres idente de los Reyes Católicos, en cuyo t iempo se hizo g ran pa r t e de la san ta Iglesia de Oviedo , como se ve en las a rmas pues tas por diversas pa r t e s , que es una flor de lis , en medio de cua t ro veneras . .Fué p ro ­movido á Segovia , y fundó en Valladolid el convento de S a n t a Clara , en donde está sepul tado , como, afirma Garibay, aunque

CARVALLO. 307

-en Oviedo habia labrado un sepulcro muy l indo, que está en la capilla mayor , con su bul to , y a rmas . Sucedióle en Oviedo Don J u a n Daza, cuyas a rmas son las que están en las rejas del coro de la san ta Ig l e s i a , y en la t o r r e comenzada, mues t r an haber sido muy principal . Fué pres idente de Granada , y de Oviedo le llevaron á Car tagena , y le sucedió D. Diego Ramirez , que fué el últ imo prior de los perpetuos de San Marcos de León . A este le sucedió D . Valeriano Ordoñez de Vil laquirán, á quien l lama Garibay D . Valerio , el cual fundó en Z a m o r a , de donde era n a t u r a l , el monaster io de monjas de San Bernabé , en donde está sepultado.

§ X I V .

I>. D i e g o «le M u i r o s , y h o s p i t a l R e a ! d e S a n t i a g o .

A D . Valerio sucedió en la silla de Oviedo D. Diego de Mu­ros , na tu ra l (según dice el arcediano de Tineo) de N o y a en Gal ic ia , nacido de pobres padres , aunque h ida lgos . Siendo de poca edad pasó á R o m a , en donde se hizo muy c u r i a l , y g r a n latino , y teólogo, y.volviendo á España , fué secretar io del car­denal D . Ped ro González de Mendoza , y asi tomó por a r m a s , D . Diego la Cruz de J e rusa l en , que el cardenal t ra ia por insig­nia. Todos los negocios graves que el cardenal t r a t a b a con los Reyes Catól icos , era por medio de D. Diego de Muros , por su gran ingenio , de donde vino también á ser muy acepto á los r e y e s , de manera , que en poco t iempo vino á ser c h a n t r e de U b e d a , deán de J a é n , canónigo de Sevilla y de Oviedo, y t e ­nia o t ras muchas r en ta s eclesiást icas , por los indul tos y reser­vas que entonces se usaban. Hal lóse en la gue r ra de Granada , y la escribió en lat in con h a r t a elegancia. Fué asimismo abad ó adminis t rador del ins igne monas ter io de San Mar t in de San­t iago , cuando se redujo á la obse rvanc ia , como dice Yepes . Y

308 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

residiendo en aquella ciudad, echó de ver la gran necesidad que habia de un hospi tal para los p e r e g r i n o s ; que como acudían t an tos de tan remotas provincias, perecían por esta falta innu­merables p o b r e s , y con la gran merced que le hacia el .Rey Católico , le propuso es ta necesidad, suplicándole mandase ha­cer en aquella ciudad un hosp i t a l ; y haciendo el Rey Católico donaire de e s t o , le respondió : Pues como deán , v iéndome en el hosp i t a l , me mandáis hacer hosp i t a l e s? E l deán respondió: Yo sacaré á V . A. del h o s p i t a l , y haré este hospi tal con una car ta que V. A. me firme ; y asi lo cumplió: porque escribiendo á su Sant idad los Reyes Católicos; alcanzaron una bula de gran­des indulgencias ; con un real de l imosna , con que se hizo el suntuoso y célebre hospital Real de Sant igo , y el rey fué socor­r ido , y D . Diego quedó por admin is t rador de é l , con doscien­tos mil maravedis de ren ta . Dieronle después el obispado de Mondoñedo , y de allí vino al de Oviedo, en cuya dignidad res ­plandeció mas su g ran valor.

' § X V

O . D i e g o i n t e n t a r e f o r m a r s u o b i s p a d o .

Procuró D. Diego de Muros en siendo obispo de Oviedo re­formar su ig les ia , y enmendar a lgunas cosas tocantes á las buenas cos tumbres , sobre lo c u a l , y sobre el cast igo , y cor­rección de sus capi tulares , tuvo g ran pleito con su cabildo , y viniendo á conformarse, pusieron todas sus diferencias en ma­no de Lope de Miranda , señor de Villanueva , como caballero t an principal, y de gran entendimiento y autor idad , el cual los c o m p u s o , y sentenció sus p l e i t o s , como arbi t ro , j u n t a m e n t e con J u a n de Polanzo , tesorero de la san ta I g l e s i a , el año de 1515 , como consta del mismo compromiso y sentencia , que

CARVALLO. 309

está en la Regla colorada. I n t en tó asimismo reformar muchos agravios y desafueros , que las personas poderosas de Astur ias hacían á los que menos podían , y á las personas eclesiásticas, con lo cual se hizo malquisto de e l los , y le pers iguieron en g rande m a n e r a , como veremos en el párrafo s iguiente.

§ X V I .

Ptós'sccsacioí i <ie i í . §>¡cg'o «ic M u s ' o s .

Habia D. Diego (corno hemos dicho) procurado reformar las cosas de su obispado , y repr imir la mucha inhumanidad con que los poderosos t r a t aban á los p o b r e s , y el poco respeto que tenían á los sacerdotes , y á los lugares s a g r a d o s , con lo cual le aborrecía la gen te poderosa. Sucedió , pues , que un delin­cuente se acogió á la Iglesia de San Vicente de Oviedo , y es­tando asido del a l t a r , en donde estaba el Sant ís imo Sacramen­to , D. Diego Manriquez de Lara , corregidor que era de As tu ­rias , é iba en su seguimiento , le echó un p e r r o , que asiéndole de las t r ipas , le sacó a r r a s t r ando de la iglesia, y luego le ajus­t iciaron. Procedió el obispo contra el corregidor, el cual indig­nado de esto , y porque el obispo le pedia cierta plata, que le habia p r e s t a d o , hizo con sus mismos enemigos g randes infor­maciones cont ra el buen p r e l a d o . todas falsas : y como por la m u e r t e del católico Fe rnando andaban las cosas del "'obierno con mucha turbación , el gobernador condeno al obispo á que luego se saliese de todo el Pr inc ipado de As tu r ias , y pa ra eje­cu ta r esta sentencia j un tó t res mil hombres de guer ra . El ca­bildo y los vasa l los , y comuneros de la santa I g l e s i a , querían levantar gente pa ra defender su prelado ; mas él no le consin­tió ni pe rmi t i ó , por no dar lugar á muer t e s y escándalos, y asi tuvo por mejor re t i ra rse al castillo de N o r e ñ a , y el corregidor

310 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

con. toda aquella gente le fué á cercar , y ba t i r el castillo. Tuvo m a n e r a el buen obispo con a lgunas personas honradas , y en t re ellas F e r n á n Cortés y P e d r o Cortes de Paces , como escaparse , y asi se acogió á León, t omando el co r reg idor las to r res por la re ina Doña J u a n a , y fué el año de 1516. E l obispo procedía s iempre desde León con censuras cont ra el corregidor y los su­yos ; pero sabida finalmente la verdad, fué res t i tu ido con g ran­de honor á su iglesia, y los perseguidores hicieron pública pe­nitencia, yendo acompañando al mismo obispo desde su iglesia, has ta la de San Francisco, descalzos y descubier tos , con velas encendidas en las manos ; y el co r reg idor , yendo en prosecu­ción de la causa, murió descomulgado en Pe rp iñan .

§ X V I I .

F u n d a c i ó n d e l c o l e g i o d e O v i e d o , y mises*¿e d e D o n D i e g o d e M u r o s s u f u n d a d o r .

Procuró fundar D. Diego de Muros en la capilla del rey Cas­to un colegio, donde se leyesen y estudiasen facultades; y como las buenas obras suelen ser malogradas , halló contradicion en a lgunas personas del cab i ldo ; y asi fundó en Salamanca el in­signe colegio , que int i tuló de San Salvador de Oviedo, á devo­ción de esta santa Iglesia, uno de los g randes de toda E spaña , del cual salieron señaladísimos varones en le t ras y gobierno. Hizo t ambién este insigne prelado •• aderezar los caminos á su cos ta , y hacer las calzadas, por donde se va de Oviedo á León, obra no menos cos tosa , que necesaria. Escribió D. Diego de Muros docta y e legantemente cont ra las heregías de L u t e r o , que por aquellos t iempos comenzaban por Alemania á de r ra ­marse con su malvada doctr ina; y honró y agradeció con g ran ­des encarecimientos esta diligencia de nues t ro obispo e l 'papa

CAEVALLO. 311

León Décimo , según parece por una ca r t a ele granelísimas ca­ricias elel mismo Pontífice para D . Diego ele Muros , que pone á la le t ra Gil González en las an t igüedades de Salamanca. M u ­rió este prelado el año de 1 5 2 4 , y está en te r rado en la capilla mayor de la Iglesia catedral de Ov iedo , al lado de la epístola.

§ X V I I I .

fl>. D i e g o ¡ l l c n c i i d c z d e W a l d é s , y c a p i l l a d e i o s b a l ­d o s e s cat B l o i i i u .

Fué muy insigne varón en vir tud , y le t ras D. Diego Menen-dez ele Váleles, el cual se fue á Roma , y v ino á ser criado del p a p a , y lo era el año ele 1480, y vacando el obispado ele Sala­manca por Olivero Carrafa , se le di 5, y j u n t a m e n t e el de Za ­mora , y los gozó ambos á un t iempo , que entonces e ra pe rmi ­t ido ; y como era persona de impor tanc ia para el servicio del sumo Pont í f ice , res id ió , y murió en R o m a ; y llevó de acá un sobrino , que casando en aquella ciudael, h a dejado descendien­tes , que aun conserban el apellido de Valdés . Fundó este p r e ­lado u u a capilla para su e n t i e r r o , y de todos los de su linagej que muriesen en R o m a , en el insigue hospi ta l de Sant iago de los españoles , que fundó D. Alonso de P a r a d i n a s , obispo de C iudad-Rodr igo , según refiere A n d r é s Flavio en sus an t igüe ­dades .

§ X I X .

«Füati d e l a s t r a d a .

Cuando los Reyes Católicos acabaron de sujetar á Granada el año de 1492, despacharon embajadores para todos los reyes, y pr íncipes de la c r i s t i andad , dándoles nuevas de t a n dichosa

312 ANTIGÜEDADES DE-ASTURIAS.

vic tor ia , y al sumo Pontifico enviaron con la misma embajada á J u a n de E s t r a d a , capi tán insigne de Astur ias , que como tes ­t igo de vista diese cuenta" al P a p a como la gue r ra con los moros ya por la misericordia de Dios era acabada en E s p a ñ a , y los enemigos de Cristo quebran tados y rendidos , y que Granada , soberbia an tes con los despojos de los c r i s t i anos , quedaba en s e rv idumbre ; con la cual nueva alegró J u a n de E s t r a d a toda la curia r o m a n a , donde se hicieron g randes procesiones en ha-cimiento de gracias , y se celebró con g ran solemnidad esta victo­r ia , según refiere el P . Mariana.

. § X X .

F e r n a u l ^ B i q u c <!e fH&árada.

F u e gravísimo varón, y de mucha autor idad para con los Re­yes Católicos F e r n á n Duque de E s t r a d a , con quien t ra taban los negocios de mas i m p o r t a n c i a , y asi en las gravís imas guer ras que t rajeron con los reyes de Franc ia sobre el reino de Ñapóles, t r a tándose de p a c e s , enviaron los Católicos á Franc ia á Fe rnán Duque de E s t r a d a pa ra hacer los asientos y conciertos ; y por que las paces no se pudieron concluir t an en b r e v e , se asenta­ron t r eguas desde el principio del año de 1498, y después el año s iguiente volvió F e r n á n Duque á Franc ia á t r a t a r , y acabar las paces ; y aunque todo lo hecho se desvarató , con la m u e r t e de Carlos Octavo, rey de Francia , como refiere Mariana el año de j 5 0 2 , fue el mismo Fe rnán Duque á visi tar al rey En r ique de I n g l a t e r r a de p a r t e de los Reyes Católicos, como afirma el mis­mo a u t o r , el cual dice , que siendo F e r n á n Duque maes t r e sala del Rey Catól ico, fue de su pa r t e á hacer los requer imientos al Duque de Na je ra , que es taba en la misma ciudad hecho fuerte cont ra el r e y , el año de 1507. Y hay de este .noble as tur iano o t ras honradas memorias en las crónicas de estos reyes.

CARVALLO. 313

§ X X I .

I>. C o a t í e s y I>. Alosas© «le S o l a s .

D. Gómez de Solis fue en la Calabria capi tán ins igne de es ­tos r e y e s , y el que á fuerza de a rmas despojó de su es tado al príncipe de Rosafio el año de 1504, d :mo cuen ta Mar iana . De esta misma familia fué por estos t iempos D . Alonso de Solis, obispo de Cádiz ; y nombrando Marineo Siculo las personas que por estos t iempos tuvo el reino de esceleute v i r t u d , y g r a n fidelidad para con sus p r ínc ipes , y varones dignos de e t e r n a f ama , nombra en t re ellos á este D. Alonso de S o l i s , obispo de Cádiz.

§ X X I I .

Peda*© d e O v i e « l o , d iaaaa d e C a r r é a l o y F V a a a c i s c o d e I 7 » i «les .

P e d r o de Oviedo vino por su valor á ser cubiculario del p a p a ü ulio , y su embajador ; y en una embajada fue muer to por Die­go de Quiñones , alcaide eu Cesaua , por t r a to doble del D u q u e V a l e n t í n , el año de 1504. Sintió mucho su muer t e el P a p a , y por ello desterró al D u q u e V a l e n t í a . Cuéntalo asi Mar iana cap. 8, lib. 28 . J u a n de Carreño fué un valeroso capi tán en las guer ­ras de G r a n a d a , y N a v a r r a , al cual nombra el M t r o . A n t o ­nio en t re los caballeros nobles de E s p a ñ a , que l lama Hispanice lamina. También hace mención el mismo au tor de Franc isco de Valdés , otro capi tau señalado , que dio en t rada en Z a m o r a á la re ina D o ñ a I s a b e l , y dice que fue m u y p r i v a d o , y honrado de los Reyes Católicos con amplísimos h o n o r e s y cargos . H a c e también mención de este caballero el P . M a r i a n a .

314 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ X X I I I .

H a z a ñ a d e ¡ F e r n a n d o d e V a ! d e s .

Fué un valeroso y esforzado capitán de la gua rda del rey Don Fe rnando el Católico Fe rnando de Valdés en la l iga del Papa , y el Católico cont ra los f ranceses , y haciéndose la gue r r a en I t a ­lia , el rey envió á decir al P a p a , y al general de la l iga por Fer ­nando de "Valdés, que no se diese u n a batalla , has ta que llega­se cierto socorro ; y aunque fué con toda diligencia F e r n a n d o de "Valdés, llegó á t iempo que ya no se podia escusar de da r la b a t a l l a , como se dio sobre R a b e n a , que fué muy sangr ienta , en el cual se halló este c a p i t á n , y peleó va le rosamente ; mas al fin los de la liga fueron vencidos por los franceses , y dando des­pués Fe rnando de Valdés cuenta de todo al Rey Católico, lasti­mándose de la perd ida de los suyos , le dijo el rey : Por lo me­nos vos Valdés, bien supisteis cuidar de vuestra persona, pues aueis salido libre de un lance tan peligroso. Quedó el buen capi­t án muy sentido de estas razones , y le punzaron g ravemente el co razón , donde (como dice la his tor ia de D. Francisco Xime-nez) j amas habia tenido lugar el t e m o r , y cobard ía , y disimu­lando su oprobio , después en la gue r ra que el Católico tuvo con los Navar ros , como otro Leónidas Lacedemouio , con solos cua­ren ta soldados se opuso en las angos tu ras del monte Roncal á todo el ejército francés , que venia á socorrer los Navar ros , cu­yo capitán Pe l l iza , por haber conocido an tes el valor de Fer ­nando de Valdés , y haber sido su amigo , le rogaba encareci­damen te se r indiese á la neces idad , y no provocase con t ra si, y los suyos toda la fuerza de los G e r m a n o s , y V a s c o n e s ; pero acordándose Valdés de las palabras que el rey le hab ia dicho, quiso mori r en defensa de su h o n r a ; y asi peleó valerosamente

CARVALLO. 315

con los contrar ios , y los entretuvo. , dándoles mucho en que en­tender , mien t ras que los nues t ros pudieron rend i r á Tafalla; pero siendo imposible poder resis t i r h a s t a el cabo á t a n t a mul­t i tud de e n e m i g o s , fué muer to el capi tán Valdés con todos los s u y o s , sin quedar uno con vida. E s t o cuen ta por notable haza­ñ a Gomecio en la historia que escribió en latin del cardenal Don F r . Francisco Ximenez , Nebr i j a , Mar iana y otros , y fué año de 1513. '

§ X X I V .

l&ieg-o . M c n e n d i ' z y S n e r o A l o n s o «íc U a n o , y A l f o n ­s o A r i a s T e r r a z o .

P o r escr i turas de estos t iempos hallo que el año de 1490, y algunos a d e l a n t e , tenia el j u z g a d o , y gobierno de t i e r ra de Cangas Diego Menenclez , y por los años de 1495, le tenia Sue­ro Alfonso de Llano , personas muy poderosas por aquella t ier­ra . Fuelo también por estos t iempos Alfonso Arias Terrazo , vecino de C a n g a s , según parece por una g ran clonación que hace el año de 1490, al monaster io de Belmonte , de muchos bie­nes , pa t ronazgos y presentac iones q u e tenia en Belmonte , M i r a n d a , Grado , Somiedo , Caugas , Tineo , Al iando; y hay o t ra g ran clonación de Aldera González Ter razo , vecina de Mu­rías en O maña, que está en dicho monas ter io , cajón 16, núm.6.

§ X X V .

S^o q u e t o c a a l o s p r o c u r a d o r e s d e c o r t e s d e l P r i n c i ­p a d o de A s t u r i a s .

También fueron personas de mucho va lor por estos t iempos J u a n de Caso y Fe rnando Alvarez de la R ibera , los cuales ha­llándose en unas cortes que se hicieron en O c a ñ a , como procu-

316 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

radores de este Pr inc ipado, alcanzaron de los Reyes Católicos, eme este Pr inc ipado fuese s iempre de la corona real, sin que se pudiese e n a g e n a r ; y que confirmasen todos sus fue ros , y p r i ­vilegios ; y que no se proveyese co r reg idor , sin que el Pr inci­pado lo pidiese; y que n inguno tuviese ju ros en el Pr inc ipado, sino los caballeros na tu ra les ele é l ; y que solo de quince uno se pagase alcavala en Oviedo. Confirmaron además de esto la j u n t a general que en la villa de Aviles se habia hecho , sobre las cosas del Pr inc ipado. R e v o c á r o n l a s car tas y privilegios d e los h ida lgos , que l lamaban de Simancas : y o r d e n a r o n , que va­yan procuradores de cortes de este Pr inc ipado , y que se les dé sa la r io , como parece por algunos capítulos de las mismas cor­tes , que he visto en los archivos de la ciudad de Oviedo , aun­que después de esto no hallo papeles por donde podamos afir­mar que el Pr inc ipado haya enviado sus procuradores á las cor­tes ; an tes pienso que por estos t i e m p o s , con la mudanza del gobierno de merinos á corregidores , y por la poca conformidad, y descuido de los as tur ianos , han perdido la cos tumbre de en­viar los tales procuradores , como has t a entonces hab ían envia­do , como consta de muchos papeles a u t i g u o s , que he visto en dichos a rch ivos , y referiré algunos. E n la confirmación que el rey D. Fe rnando de León, el Cuar to , hace dé los privilegios de Oviedo , su fecha en Valladolid á diez de A g o s t o , E r a de 1 3 3 3 , dice : Don Fernando , etc. Al Concejo de la Ciudad de Oniedo, salud, é gracia: Sepades, que Gonzalo Garcioj, y Benito Ioanes, vezinos , é personeros, que embiastes á mi d estas Cortes que ago­ra fize en Valladtolicl, me mostraron vuestro fuero , &c. E n o t r a confirmación del mismo r e y , fecha en Z a m o r a á doce de Agos ­to , E r a de 1336, d i ce : Don Fernando, etc. Seyendo en la Ciu­dad de Zamora en las Gortes que agora fize con Infantes, é con Bicoshomes, é Prelados, é Infanzones , é Gaualleros , é Bornes buenos , Personeros de las Villas de León, é de tierra de Asturias,

CARVALLO. 317

e Galicia, me mostraronpriuilegios , Sfc. O t r a car ta del mismo rey , fecha en Medina de Campo á t rece de Mayo ; E r a de 1343, d i c e : Porque el Concejo ole Ouiedo me embiaron agora d mostrar a estas Cortes que fize en Medina del Campo , con Fernando Nico­lás , é con Juan Pérez sus Personeros , que eran pobres, Sfc. E l rey D . Alfonso el Onceno en un privilegio fecho en Burgos á veinte de A g o s t o , E ra de 1355, dice : Gonzalo Fernandez, Per-sonero de la Ciudad de Ouiedo, que vino á mi a estas Cortes que jiz en esta Ciudad de Burgos, me pidió en nombre de su Concejo, que les otorgase sus fueros, Sfc. O t r a cédula en que el rey D o n Enr ique Tercero m a n d a á la ciudad de Oviedo , que envié p ro ­curadores á las cor tes de Toledo. Y en o t ras j u n t a s generales que hicieron los Reyes Católicos , convocaron pa ra ellas á los p rocuradores del P r inc ipado de A s t u r i a s , como consta de una real car ta de la re ina D o ñ a I s a b e l , fecha en Valladol id año de 1 4 7 6 , para que fuesen á la j u n t a que se hacia en la villa de D u e ñ a s ; y en es ta conformidad hay otros muchos papeles por donde c o n s t a , que los procuradores del Pr inc ipado iban á to ­das las cor tes que los reyes celebraban : por manera que t engo por muy cierto, que has t a los t iempos de los Reyes Católicos gozaron los as tur ianos de este privilegio , que tan j u s t a m e n t e tenian.

T I T U L O C U A R E N T A Y N U E V E .

D. CARLOS EMPERADOR,

§ 1 .

§íu n i a «le s u r e i n a d o .

Hal lábase D . Carlos en F landes al t i empo que murió su abue­lo D . F e r n a n d o , que como su curador gobernaba á España , y

318 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

sabiendo su muer te , se part ió luego para acá , y vino á desem­barcar á Villaviciosa , puer to de As tur ias , en diez y nueve de Set iembre de 1517. No se fué por Oviedo, aunque lo deseaba mucho, por visi tar las san tas reliquias, por haber mucha peste , y asi fué por San Vicente de la Barquera , y muy bien recibido por los caballeros de Astur ias , y m u y regalado , según dice S a n d o v a l , el cual dice asimismo, que es ta l legada á Villavicio­sa estaba profetizada mucho antes : que al Charco Vicioso ven­drían muchas gentes en caballos de madera acompañando al g i g a n t e ; y habiendo tomado con su real persona posesión de su P r inc ipado , se fué á Valladolid, donde fué ju rado por rey de E s p a ñ a , j u n t a m e n t e con su madre la re ina D o ñ a J u a n a , que de antes es taba ju rada . Volvióse luego á F landes , y por muer­te de su abuelo el emperador Maximiliano, fué electo emperador romano el año de 1520, siendo de veinte años de edad, en odio del rey Francisco de F r a n c i a , con quien tuvo después grandes g u e r r a s , y le venció y prendió en la batal la de Pavía . Quedó por ausencia de D . Carlos en E s p a ñ a por gobernador Monsieur de Cheures , flamenco , de cuyo gobierno es taba muy descon­t en to el reino, y sus na tura les se tenían por m u y agraviados de que tales plazas y oficios se proveyesen en flamencos , que después vendían á los españoles; y habia o t ros muchos desór­denes , de que estaban los na tura les r e sen t idos . Y en ot ra au­sencia que hizo el emperador de E spaña , dejando por goberna­dor al cardenal Adr iano, que después fué P a p a , se levantaron

"muchos señores y ciudades de E s p a ñ a apellidando l i b e r t a d , y á es ta conjuración l lamaban la santa comunidad . D e este t u ­mul to procedieron muchas muer-tes, divisiones y guer ras civi­les , y grandes trabajos eu estos reinos; mas volviendo el em­perador á E s p a ñ a , y reformando las cosas del gobierno, los co­muneros dejaron las a rmas , y unos fueron cast igados, y otro se d is imuló , pa ra mayor sosiego de los reinos. Los as tur ianos

C A R V A L L O . ,319

s iempre mantuv ie ron la voz del rey en estas comunidades , c o ­mo parece por unas car tas de su Majestad , que están en los archivos de la ciudad de Oviedo, por las cuales agradece mu­cho , con palabras de g rande amor y afición, á los as tur ia­nos su lealtad y fidelidad que guardaron , y les hacen en razón de ello merced del servicio del año de 1520. Casó el empera­dor con Doña I s a b e l , hija de D . M a n u e l , rey de P o r t u g a l , y tuvo en ella á D . Felipe Segundo, que le sucedió en el reino; y á Doña María , que casó con el emperador Maximi l i ano ; y á D o ñ a J u a n a , que casó con D. Juan , rey de P o r t u g a l ; y des­pués de muy prósperos sucesos, y gloriosísimas victorias , ha­llándose en Flandes enfermo y viejo , renunció el imperio en el rey de TJngria D. Fe rnando su h e r m a n o ; y viniendo á E s p a ñ a , se ret i ró á la Vera de Plasencia en el monaster io de San J u s t o , á t r a t a r de la conquista del cielo , donde murió d ichosamente el año de 1558.

§ 1 1 .

F u n d a c i ó n de . S a n t o Sdoining-o d e O v i e d o .

Viniendo en t iempo del emperador á visi tar los santuar ios de Oviedo el marqués d e V i H e n a D. J u a n Pacheco, y la marquesa su m u j e r , y t rayendo en su compañia al Mt ro . F r . Pablo de León , pr ior del convento de San Ildefonso de T o r o , de la or­den de Santo D o m i n g o , varón de grandes l e t r a s , les movió Dios á que fundasen un convento de la misma o r d e n , pa ra en­señar la doct r ina c r i s t i ana , y predicar el evangelio; po rque las mas religiones habían aflojado mucho en el r igor de sus ins t i ­tutos- , y de enseñar á las gen tes de es ta m o n t a ñ a . P a r a es ta san ta obr,a dio el marqués de Villena t r es mil ducados al maes­t r o F r . P a b l o , el cual acudió á pedir ayuda al obispo D . Diego de Muros , el cual se hal laba alcanzado con la obra del colegio

320 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

de San Salvador de Sa l amanca , que hemos dicho , y con una iglesia colegial que fundó en su pa t r ia , y con una cátedra de P r ima de cánones , que fundó con mil ducados de ren ta en la capilla de S a n t i a g o ; y asi no pudo dar á Fr . Pab lo para su monaster io mas de comprar el sitio al cabildo , para fundarle, y le dio algunos prés tamos , y le ayudó á la fábrica de la obra , y el cabildo de la santa Iglesia ofreció veinte mil maravedís cada año de una prebenda teóloga , según consta de escr i turas y de una del año de 1518 , y este fué el pr incipio del monas te ­rio de Santo Domingo de Oviedo, que hoy vemos . Contome un santo viejo del mismo convento, l lamado F r . Miguel de Maga­ña, que alcanzó aquellos t i e m p o s , como viniendo F r . Pablo á esta santa obra, se le habia hecho encontradizo el demonio en el camino , en figura de un venerable m o n t a ñ é s , y le habia puesto t an t a s dificultades en lo que i n t en t aba , que de terminado á volverse, habia vuelto las r iendas á la muía; mas ar repent ido luego , invocando el nombre de Je sús , habia desaparecido el fantástico montañés . Contábame asimismo , que F r . Pablo ha­bia sido a r ras t rado a lgunas veces de noche en su aposento por el mismo demonio, permitiéndolo asi Nues t ro Señor , como á ot ro San Antonio. Fué también singular varón el Mt ro . F r . Fe­lipe de Uria , hijo de hábito de esta c a s a , y del mismo F r . Pa ­blo, el cual después de haber pasado por todos los cargos hon­rosos de la re l ig ión , y presidido en Roma unas conclusiones con otro hijo del mismo convento, l lamado Fr . J u a n de Gran-da , en un capítulo general de su órclen , fué electo obispo de Balbas t ro , en donde camparon excelentemente sus v i r tudes . F u é asimismo hijo de esta casa el Mt ro . F r . Ped ro ele Prav ia , catedrát ico de P r ima en la ciudad de Méjico , de cuya g ran prudencia pendió el gobierno ele aquella república a lgunos años , y murió siendo electo obispo. Siendo morador de este conven­to F r . Gregorio del Águila por unos años muy necesi tados de

CARVALLO. 321

pau, viendo la gran necesidad que la c iudad de Oviedo ten ia de u n a alhóndiga de pan, para los tales años, discurrió por t o d a Castilla pidiendo l imosna pa ra es ta obra t a n p í a , y con lo que ganó, fundó este monte de piedad, y panera p a r a las necesida­des de la república as tu r i ana .

§ I I I .

I n c e n d i o d e l a c i u d a d d e O v i e d o .

El año de 1521 , la noche de Navidad hubo u n incendio en la ciudad de Oviedo , t a n t e r r i b l e , que t oda la ciudad se abrasó den t ro de los muros , si no fué la san ta Iglesia , que quedó l i ­bre en medio del incendio, aunque el maderaje y andamios de u n a to r re que se iba haciendo, se abrasaron también . Queda­ron a lgunas casas , aunque pocas , y porque se dijo , que este incendio había procedido de u n ho rno , se mandó , que de alli adelante no hubiese a lguno den t ro de la ciudad , como al p r e ­sente no las hay ; mas yo he pensado , que este fuego lo envió Dios pa ra ca s t i go , y t e r ro r de los que perseguían sus minis ­t ros , y al santo prelado D. Diego de Muros , como hemos vis to .

§ iv. O b i s p o d e O v i e d o .

A D. Diego de Muros le sucedió en la silla de Oviedo D o n Francisco de Mendoza, tio del duque de Sessa, el año de 1526 en cuyo t iempo se hizo el re tab lo d é l a misma san ta Iglesia; después fué obispo de Zamora , y de alli le l levaron á Palencia : fué pres idente del consejo de la Empera t r i z , y comisario gene­ra l de la San ta C r u z a d a ; y á es te le sucedió D . Diego de Acu­ñ a , canónigo de C u e n c a , y arcediano de M o y a , á quien suce­dió D: F e r n a n d o de Valdés, que tomó la posesión en diez y seis

21

• V¿'i ANTIGÜEDADES DE ASTl'lílAS.

de Octubre del año de 1582 del cual es necesario hacer par t icu­lar mención, aunque con un volumen entero no se podría sat is­facer á su grandeza.

§ v. I > c l i n s i g u e v a r ó n ! i . F e r n a n d o d e V a l d é s . y s u s

g r a n d e s c a r g o s .

Fué D. Fe rnando de Yaldés hijo de J u a n Fernandez de Va l -des hijo de J u a n Fe rnandez de Váidas , y de su mujer D o ñ a Mehcía de V a l d é s , señores de la casa de Salas. Fueron sus abuelos paternos F e r n á n González de Valdés , y Mar ía Mar t í ­nez de Doña P a l l a ; y los m a t e r n o s , J u a n de Llano d e C a n g a s , señor de la casa de Llano , y D oña Catal ina de Valdés, hija de F e r n a n d o Alvarez, señor de la casa de San C u c a d o ; y a u n q u e de tan nobles abue los , no fué rico J u a n Fe rnandez de Valdés . Enviáronle sus padres de poca edad á es tudiar á Sa lamanca , en donde alcanzó una veca en el colegio mayor de San B a r t o ­lomé, de donde salió á deán de la san ta Iglesia de Oviedo, y de allí fué electo obispo de Elna , y á penas tomó la posesión d e este ob i spado , cuando fué promovido al de Orense , y de es te al de Oviedo , ñor vacante de D. Diego de A c u ñ a : de Oviedo fué promovido á León, y de León ¡í Sigüenza, y de S igüenza á Sevilla. Fué muy singular varón en prudencia y gobierno, y de constant ís ima entereza y rec t i tud, y asi el emperador , y la em­pera t r iz , y el rey D . Fel ipe Segundo echaron mano de él p a r a los negocios m a s graves , y de mas importancia; y asi sirvió en Flartdes y Alemania. Visitó el reino de Navar ra , y las cnanci­llerías y consejos de Castilla. Fué p res iden te de Valladolid, 'in­quisidor 'general en todos los reinos de E s p a ñ a , pres idente del real 'Consejo, y gobernador del reino , mien t r a s el católico F e -Upe se fiíé á casar á Ing la t e r r a . Todos los cuales oficios i lustró

CARVALLO. 323

con santas y aprobadísimas ordenanzas , y los adminis t ró con g r a n provecho , y mucha aprobación de estos reinos.

Siendo pres idente del consejo , y del supremo de lar san ta inquisición , sucedió que a lgunas heregías de L u t e r o se hab lan pegado á a lgunas personas i lustres de. estos re inos , que hab ían andado en Alemania sirviendo al emperador . De estos fueron los principales D . Carlos de S e s a , el doctor Agus t í n de C a z a -lia, y el M t r o . P é r e z , y el doctor C o n s t a n t i n o , los cuales em­pezaron á sembrar su cizaña en Val ladol id , Toro , Palencia y Sevilla ; y esto con g ran secreto , y palabras blandas , con las cuales engañaron a lgunas monjas simples, y o t ras personas le­gas , y en t re ellos á Herrezuelo , Padil la , el bachiller Fe rnando de Toro , y Sotelo de Z a m o r a , y t an to s al fin , t a n r i c o s , y de t a n nobles familias , que se tuvo por m u y cierto cundiera es ta ponzoña por toda España , y vinieran los católicos á ser sobre­pujados en fuerzas corporales, y pudieran los herejes por fuer­za de a rmas defender sus e r r o r e s , si no fuera por el g ran cui­dado y vigilancia del insigne D . Fe rnando de Valdés, que sien­do inquisidor g e n e r a l , se dio t a n buena m a ñ a , que descubrió muchos er rores abominables en las ciudades re fe r idas , y en la de T o l e d o , y o t ras par tes se prendieron muchas personas de todos estados, par t icu la rmente en Valladolid en casa de A g u s ­tín de Cazal la , donde se hacian de noche las nefandas j u n t a s ; y examinada la causa por el santo oficio de la Inquis ic ión , se celebró au to público de fé en la plaza mayor de Valladolid á dos de Mayo de 1559 y salió en él Caza l l a , con o t ras t r e i n t a per­sonas , y en t re ellas el M t r o . Pé rez , y leidas sus causas , les en t regaron al brazo seglar , y condenaron á m u e r t e de fuego; y confesó Cazal la , que por ser en E s p a ñ a es t imado , y tenido^ por cabeza y au to r de nueva secta, como lo era L u t e r o en S a -jonia, habia p rocurado pe r tu rba r el loable sosiego de estos r e i ­nos ; y conociendo su pecado, se convirtió y confesó su pecado,,

nz-l- ANTKHJüDAl. 'KS UK ASTUIMAS.

y procuró conver t i r con eficacísimas razones á l le r rezuelo ; pe­ro el malaventurado estuvo pert inaz en su perf idia , has ta ser quemado vivo. Fué este auto m u y cé lebre , y se hallaron" pre­sen tes el príncipe D. Carlos, y la serenísima pr incesa Doña J u a n a su t i a , gobernadora de estos reinos. Fue ron en tonces echadas por t ier ra las casas de Cazai la , y pues to un le t rero en un pilar para perpe tua infamia. Favoreció el católico D . F e ­lipe es ta just icia, y en ot ro auto que de los mas del incuentes se hizo en Yalladolid á ocho de Octubre del mismo a ñ o , se hal ló p resen te S. M. y salieron en él has ta cuaren ta per­sonas , aunque no todas condenadas á fuego. Ot ros autos hubo los años siguientes , y en uno de Sevilla, se quemaron los huesos del doctor Constant ino , que había muer to en la pr is ión, y había sido casado con dos mujeres á un t iempo' , y es tandolo se había ordenado de sace rdo te ; y se quemaron también los huesos de Egidio , canónigo de Sevi l la : con cuyos cast igos se fueron es t i rpando estos errores , y mala semilla de es tos reinos. Prendió asimismo D . F e r n a n d o de Valdés , como inquisidor ge­neral , á D . F r . Bar to lemé Carranza, arzobispo de T o l e d o , p r i ­mado de las E s p a ñ a s , por ciertas proposiciones sospechosas . Con este valeroso ánimo amedren tados los he re j e s , si a lgunos habían quedado, desaparecieron, y no se atrevían á bomi ta r su mala secta. Y pa r a ma} ror pureza de nues t r a religión hizo exa­minar y espurgar todos los libros que corrían por E s p a ñ a , y prohibir que no viniesen de* ot ra pa r t e a lgunos que fuesen sos­pechosos cont ra la fé; é hizo admit i r el santo concilio de T r e n t o en España . In t rodujo el ausilio real de las fuerzas. P o r manera , que en común opinión de todos , este valeroso as tur iano h a sido ve rdaderamen te el defensor heroico de la religión católica de España .

De los salarios que tuvo de S S . M M . sin tocar en cosa Ae las r en t a s eclesiásticas , adquirió cosa de dos mil y quinien-

GAUVALLü. o'2¿

tos ducados de ren ta , que dejó al mayorazgo , y ¡heredero de la casa de sus padres , pudiendo dejarles u n grueso mayorazgo. Y de lo r e s t an te de su salario de sus p l a z a s , y de la r en ta ecle­siástica, se halla por casa muy cierta , que h a dado de l imosna en su vida mas de seis cuentos de maravedís . Y su t e s t amen to fué uno de los mas bien ordenados que tuvo el mundo . Deja cua t ro memorias en la santa Iglesia de O v i e d o ; dos en la de .Sevilla; una en la de Orense; o t ra en la de Sigi ienza , con muy buenas dotaciones: y suma lo que deja de l imosna á las mismas iglesias, y á las par roquias , y monas ter ios pobres de estos obis­p a d o s , diez y siete mil y cuatrocientos ducados . Fundó en la ciudad de Oviedo el colegio de San Gregorio, uno de los mejo­res es tudios de lat inidad que hay en E s p a ñ a (si no es que por es tar á mi cargo al p resen te haya descaído.) Dotó asimismo la universidad de es ta ciudad , donde hay al p resen te diez y ocho cátedras de ciencia. Y en la de Salamanca fuudó el colegio de San P e l a y o , que en ren tas puede compet i r con cualquiera de los mayores . Dejó m a n d a d o , que en Oviedo se hiciese un hos­pi ta l para es tudiantes en fe rmos , y uu colegio de doncellas r e ­cogidas , donde hubiese ma t ronas que las enseñasen lo que hu­biesen menester . Fundó en la villa de Salas, donde había naci­do, una .muy lucida iglesia , en la cual hay seis capellanes, c a ­pellán m a y o r , sacristán, o r g a n i s t a . mozos de coro y o t ros ofi­ciales. Dejó en la misma villa seiscientos mil maravedís de ren ta , pa ra casar doncellas pobres cada año . Cien mil maravedís de ren­ta para repar t i r cada año en t re pobres del mismo concejo. T re s ­cientos "y t re in ta y t res mil maravedís do r en ta para casar don­cellas de su l inage. Cincuenta mil maravedís de r en ta pa ra ade­rezar caminos en Astur ias . Cien mil maravedís de r en t a para casar doncellas pobres en el obispado de Sigiienza. Ciento y se ten ta y seis mil maravedís de r en t a al hospital del Amor de Dios en Sev i l l a , y o t ro t an to al hospi tal de los Desamparados .

326 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

Ciento y se tenta y siete mil maravedís de r en t a para casar doncellas pobres en aquel arzobispado. Y ot ras muchas obras pías, mandas liberales, y legados á sus criados y par ientes , po­bres y encarcelados.

P o r m a n e r a , que sumando l o q u e deja de r en t a cada a ñ o para obras pías, mon ta seis cuentos y t rescientos y cinco mil y quinientos maraved í s ; y lo que deja de mandas por una vez, monta ciento y siete mil y seiscientos ducados, sin plata, t a p i ­cería y r e c á m a r a ; y por p a t í o n de todas estas memorias deja al señor de la casa de Salas, y á quien sucediere en ella: y p a r a ejecución de e l l a s , t iene el Consejo real dos consejeros d iputa­dos, con su salario, que también les dejó.

Murió en M a d r i d este insigne varón á nueve de Diciembre, año de 1568 habiendo vivido ochenta y cinco prospera y feliz­men te . F u é t ra ído su cuerpo con mucha pompa á la iglesia de S a n t a Maria la Mayor de la villa de Salas, que el habia funda ­do y dotado , donde al p resen te está en una sun tuosa sepul tura de m á r m o l ; y sus obras vivirán pa ra s iempre. Todos los a u t o ­res y escri tores que hubo después, dicen muchos elogios en su alabanza; y concluyo diciendo, que las Cosas de este g ran pre­lado eran dignas de ot ro escri tor , que tuv ie ra mas espacio, p u e s e ran bas t an te s p a r a l lenar muchos l ibros, y asi muy bien me pudo escusar p a r a no proseguir cosas t an g randes .

§ V I .

D . P e d r o M e n e n d e a d e A v i l e s .

N o faltaron por estos t iempos personas en As tu r ias que pol­las a rmas persiguiesen los herejes, y procurasen amplificar la religión católica, estendiéndola h a s t a las úl t imas t i e r ras , en t re los cuales fué muv notable D. P e d r o Menendez de Aviles, na-tu ral de la misma vi l la , uno de los mas excelentes marineros

CARVALLO. 327

que tuvo E s p a ñ a , y animosísimo soldado, de g r a n valor y pru­dencia. Sirvió al emperador en muchas ocasiones, y á su hijo 1). Fel ipe Segundo , con t a n t a satisfacción , que fué premiado, y honrado por ellos de muchos c a r g o s , y con el hábito de San­t iago , y Adelan tado de la F l o r i d a , que es una muy cstendicla región de T ie r ra f i rme , cont inuada con la N u e v a - E s p a ñ a sobro m a n o derecha hacia el Nor t e , hab i t ada por indios bá rba ros . Con este t i tulo de Adelantado , y con o t ras comodidades, le dio cargo el rey D . Felipe Segundo , que fuese á poblar la misma tierra , y p lantar en ella la fé católica, desborrando la idola t r ía de aquellas par tes . Sucedí ) , pues , que un g ran pira ta , y pórfido l u t e r a n o , l lamado J u a n de R i b a o , francos, con otros muchos herejes de su nación , l legaron á desembarcar á la F lo r ida , con muchos aparejos para poblar aquella t i e r r a , y sembra r en los corazones de aquellos pobres indios la malvada semilla de las herejías de Franc ia de Lu t e ro . Hizo luego edificar un fuerte, que llamó ol fuerte de Francia , y se apoderó de la t ier ra , y co­menzó á t r a t a r de su población, y enseñar sus diabólicos e r ro­res , pub l i c ando , que todo esto hacia por orden del rey de F r a n c i a , siendo la verdad , que por no ser cast igado por sus herejías , se habia ausentado en disgusto de su rey. Par t ió el Adelantado D. P e d r o Menendez, de E s p a ñ a , dia de San P e d r o , año de 1565, con diez navios y mil y quinientos hombres , los mas de ellos caba l le ros , é hidalgos as tur ianos , sus par ien tes , como advier te I l l escas ; y con algunos baibenes de la for tuua llegó á la la F l o r i d a , donde tomó puer to á veinte y ocho de Agos to , dia de San Agus t in , y plantó luego un fuerte, que lla­mó de San A g u s t i n , y hal lando la t ier ra ocupada de los here­j e s que hemos dicho, con su destreza, y ánimo se dio t an buena m a ñ a , que sin perder hombre de los suyos, tuvo á las manos á J u a n Ribao con casi quinientos lu teranos , y les cortó á todos las cabezas, habiéndoles pr imero ganado con mucho trabajo el

328 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

fuerte de Francia , y le puso nombre de San Mateo , por haber lo ganado en su dia. Todo aquel año se es tuvo el Adelantado por aquella t ie r ra , poblándola y descubriéndola, y t r a t a n d o de con­ver t i r los indios, y asimismo fortificando las islas de Cuba y San to Domingo , y asegurando el viaje de las Ind ia s , para n u e s ­t r a s a rmadas , y dejando en la Flor ida otros dos fuertes con gen­te y m u n i c i ó n , y comenzada la conversión de aquella gen te bárbara , y dada buena orden pa ra la prosecución-de la san ta obi-a, volvió á E s p a ñ a ; y el rey le agradeció mucho sus t r aba ­jos y servicios , y le dio orden para volver á la cont inuación de la población de la Flor ida, con doscientos mil ducados de ayu­da de c o s t a ; y el Sumo Pontífice le escribió una car ta , dándole las gracias por el g ran celo que mos t raba de la amplificación de n u e s t r a católica r e l ig ión : y por eso el doctor D. Gonzalo de I l lescas en la segunda pa r t e de su Pontifical, lib. 6 , en la vida de P ió V refiere esta jo rnada , como cosa m u y memorable , l lamándole no menos n o b l e , que val iente. También pone es ta j o rnada H e r r e r a en su c rónica , lib. 1 3 , cap. 14 . O t ra s g randes cosas hay de este v a r ó n , que dejo de c o n t a r por no ser prolijo. F u é su Ivierno D. Diego de Valdés, del hábito de Sant iago , u n o de los mas notables y valientes capi tanes que tuvo el rey D o n Felipe S e g u n d o , ha r to mas valeroso que dichoso , que por ser sus servicios, y no pasa r mi his tor ia de los t iempos del e m p e ­rado r , quedarán sus hechos- pa ra ot ro escr i tor mas idóneo.

T I T U L O C I N C U E N T A .

BE D. FELIPE SEGUNDO.

§ I .

S u m a d e s u r e i n a d o .

Y a he dicho como mi in ten to es solo de escribir ha s t a los t iempos del emperador Carlos, y no pasa r de allij por parecer-

CARVALLO. 329

me b a s t a ; y no dejo de pasar adelante porque no haya habido cosas memorables de que t r a t a r en As tu r ias por los t iempos del rey Felipe Segundo, sino por parecerme son muy cercanas á los m i o s ; y asi solo pongo es ta breve suma del re inado de D. Felipe Segundo , por par t icular devoción que tengo á N u e s ­t r a Señora del Acebo , pa ra t r a t a r solamente de sus mi lagros , que fueron muchos y muy grandes por estos mismos t i empos .

E n vida del emperador casó D. Felipe s i rhi jo con D o ñ a Ma­ría , hija de D . J u a n el Tercero , rey de Por tuga l , en quien t u ­vo al príncipe D. Carlos , que murió antes de h e r e d a r ; y casó segunda vez D . Fel ipe con D oña M a r í a , reina de Ing l a t e r r a , n ie ta de los Reyes Catól icos , de quien no tuvo hijos ; y casó te rcera vez con madama I s a b e l , h e r m a n a del re}'' de F ranc ia , y t ampoco tuvo hijos en ella ; y m u e r t a esta s e ñ o r a , casó con Doña A n a , su sob r ina , hija de la empera t r iz Doña Mar ía su he rmana , y del emperador Maximiliano , en quien hubo á D o n Diego, que murió sin h e r e d a r ; y á D . Fel ipe el Tercero , que hoy vive y reina, dichosa y p rósperamente , que sea por di lata­dos siglos.

Fué D . Felipe Segundo uno de los mas catól icos , religiosos y p ruden te s príncipes que h a tenido el mundo , y el que mejor h a sabido las reglas de un buen rey . Comenzó el gobierno de sus reinos , por renunciación de su p a d r e , el a ñ a de 1556 , y reinó cuaren ta y siete años . Murió , y fué en te r rado en el mo­naster io de San Lorenzo del Escorial* que él mismo habia fun­dado , con increíble magnificencia y suntuos idad .

Y cuando fué j u r ado por pr íncipe de las As tu r i a s , habiéndole j u r ado todos los g randes y señores de t í tulo , le ju ró p r imero que todos los p rocuradores del re ino , D . ' F e r n a n d o de Valdés , señor de la casa de S a l a s , y caballero del hábito de San t iago , en n o m b r e del Pr inc ipado de A s t u r i a s , asi lo refiere H e r r e r a , part. 2, Ub. 15 , cap. 20 .

330 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

§ 1 1 .

H í u e s t r a S e ñ o r a «leí A c e b o , y s u s p r i m e r o s m i l a g r o s .

Parece que la Divina Majestad quiso por estos t iempos r e ­crear y esforzar la an t igua cr is t iandad de As tur ias , y confir­marles en la firmeza de la fé , porque no se les pegase a lgún contagio del t r a t o y comercio que con los herejes se pe rmi t e en estos p u e r t o s : y asi la Divina Providencia quiso preveni rnos pa ra este peligro con los milagros manifiestos de N u e s t r a Se ­ñora del Acebo , que podremos a f i rmar , como de v i s t a , pues me halló presente á a l g u n o s , y otros han sido t an pa ten tes , que no se pueden dudar ; y asi los tocaré como cosa , no sola­m e n t e n o t a b l e , sino milagrosa y d iv ina , aunque seré m a s b re ­ve de lo que pide caso t a n alto , por no salir del curso acos­tumbrado . '

E n t i e r ra de Cangas de T i n e o , u n a legua de la misma villa, hacia el Alfoz de S i e r r a , en la cumbre de un al to m o n t e , y el mas encumbrado de los muchos que hay en aquellas pa r t e s , que viene desgajado como u n ramo de los montes que l laman de E u r o p a , en un sitio que l laman el Acebo , habia una an t i ­quísima e rmi ta de N u e s t r a Señora , sin memor ia de su p r imera fundación , t an pequeña y baja , que era necesario bajar la ca­beza al en t r a r por la p u e r t a : es taba cubier ta de tablilla y cés­pedes , t a n pobre , que solo en el a l ta r habia la imagen de N u e s ­t r a S e ñ o r a , y una cruz de p a l o , sin ot ro adorno a l g u n o , t an olvidada y d e s a m p a r a d a , que aun no se sabia en que feligresía es taba , sobre lo cual hubo g randes pleitos en t r e los curas de Linares y Limes ; mas con todo eso habia una confusa t r ad i ­ción por aquella t i e r ra de que a lgunas personas a t ravesando de noche por la Sierra habían visto que en la e rmi ta se cele­b raban oficios d iv inos , asist iendo á ellos u n a señora de g r ande autor idad , y mucho acompañamien to , y que acabada la misa

Ü Alt VALLO. . 331

desaparecía todo ; y se contaban otras a lgunas cosas de es ta m a n e r a , que ponían par t icular respeto y devoción á la san ta e r m i t a ; aunque no se daba crédito á estas cosas , bas ta que el ano de 1575, dia de Nues t r a Señora de Set iembre fué á vis i tar aquel santo lugar Mar ia de Noceda , na tu r a l del mismo concejo de Cangas , que desde niña tenia u n a pierna seca, y pegada la pantorr i l la con el muslo, y asi andaba sobre dos mule tas , y con mucho trabajo, y oyó la misa que en dicha e rmi ta dijo Melchor de Carva l lo , que con Gonzalo Rodr íguez de Cangas , y o t ras personas devotas había ido á vis i tar á N u e s t r a Señora; y aca­bada la misa , comenzó á g r i t a r Mar ia de Noceda de un g r a n dolor que sentía en la p ierna coja , y acudiendo á ver lo que era , vieron que se le habia despegado, y puesto al igual de la o t ra Sana , y como estaba seca y d é b i l , no pudo luego tenerse sobre ella ; mas t rayéndola con u n a devota procesión a l r rede-dor de la e r m i t a , á pocas vuel tas quedó la p ierna buena, y t a n l l e n a , y sana como la o t r a , y acabó de dar las nueve vuel­tas de la procesión por sus pies , y de alli adelante quedó sin cojez alguna; y haciendo por entonces en aquel sitio u n a choza, y después una casi l la , residió alli a lgunos años , y la l lamaban Mar ia Santos . Es t e fué el p r imer milagro que sucedió en este santo l u g a r , en que no se puede poner duda, pues fué t an ma­nifiesto ; con cuya fama comenzó la san ta ermi ta á ser frecuen­t ada de mucha g e n t e , que venia á pedir socorro á N u e s t r a Se­ñ o r a : y de a lgunos que mi lagrosamente lo consiguieron haré "una breve re lac ión , dejando otros a lgunos , que no es tán ca­lificados.

§ 1 1 1 .

R e l a c i ó n d e o t r o s a l g u n o s m i l a g r o s «le M u e s t r a ¡Se­ñ o r a d e l A c e b o .

El año de 1 5 7 7 , día de la Anunciación de N u e s t r a Señora

332 ANTIGÜEDADES DE ASTURIAS.

t rajeron á es ta santa e rmi ta pa ra t o m a r novenas á Inés , hija de J u a n de Avella de Esp inareda , t a n coja, que no se podía t e n e r en pies sin mule tas , y á la te rcera noche es tando en la m i s m a e rmi t a ' fué súbi tamente sana, de que tomaron tes t imonio,y fué muy pa t en t e este mi lagro .

Es te mismo año á t res d e Mayo, J u a n Fe rnandez de Oarce-da , vecino del concejo de Val des , vino en un rocín á vis i tar esta santa e rmi ta , y siendo t a n c^jo, que no podia anda r po r sus pies, apeándole del rocin, y metiéndole en la iglesia, fué sa ­no de repen te , y se volvió en sus pies pa ra su casa; pub l icando el milagro.

E l licenciano Mendoza hizo averiguación de o t ra moza coja, que sanó la madre de Dios. Perd ié ronse , los p a p e l e s , y solo hallo este milagro en los memoriales de los demás , sin decir el n o m b r e , n i el t i empo cuando sucedió.

Alvaro Pérez de Cadavedo , es tando paralí t ico , vino en r o ­mer ía á este santo lugar en diez y seis de Mayo de 1 5 8 1 , y vol­vió sano pa ra su casa , siu haber aplicado ot ro a lgún remedio temporal .

E l mismo dia sauó mi l ag rosamen te u n a m o z a t u l l i d a y m u d a , no dice el nombre el memorial .

E n ocho de J u n i o de 1 5 8 6 , Mar ía S á n c h e z , hija de P e d r o Sánchez , coja, fué sana mi lagrosamente en es ta san ta e r m i t a .

H a n sido t an tos los cojos que por intercesión de es ta mila­grosa imagen han cobrado sanidad , y era t an ordinario ver es­tos m i l ag ros , que no se cuidaba de escribirlos, y solo pa ra t e s ­t imonio se dejaban colgadas las mule tas en la ig les ia , de que hay g r a n número .

Diego Alvarez , cura de Robledo de Vil ladainor en t i e r ra de Riello , es tando m u y enfermo de los tobillos , sin poder m e ­nearse en sus p i e s , vino á caballo á es ta san ta e rmi ta en quin­ce de Se t iembre de 1583, en donde i*epentinamente se halló sano.

CAl íVAU.O. 338

Un m a n c e b o , hijo de Alonso Rodr íguez de Mieldes , concejo. de Cangas , se tulló de un aire c o r r u p t o , sin poder menearse , y delante del a l tar de N u e s t r a Señora del Acebo quedó sano de r e p e n t e .

Tullóse de los brazos en cierta enfermedad Mateo de Ayones , y habiendo ido á curarse á varias pa r t e s , no halló remedio , sino en esta san ta ermi ta , donde mi lagrosamente fué sano en siete de J u n i o de 1578.

P o r mayo de 1588 , habló súb i tamente un mozo de Luarca , mudo , es tando á misa en es ta san ta e r m i t a ; el cual habia na ­cido m u d o , y conmigo aprendió después á leer en la escuela de Cangas , y en memor ia del milagro le l lamábamos J u a n de San ta María .

O t ro mozo mudo, también desde su nacimiento , criado de Mar ía de Carvallo de Sant ianes de T u n a , habiéndole t ra ído su a m a consigo á t omar novenas á esta san ta e rmi ta , habló y oyó mi lagrosamente ; y examinándole yo m i s m o , me dijo como la p r imera cosa que habia oido hab ían sido las campanas de N u e s ­t r a Señora del Acebo tocándose al a l v a ; y no t uve por m e n o r milagro el ver que con t a n t a brevedad supiese los n o m b r e s de las cosas que j amás habia oido nombra r .

Dejo otros muchos y muy maravil losos milagros por no ser l a rgo , de que t ienen tes t imonio en la misma e r m i t a , como de a lgunos enfermos de p i e d r a ; hijos que alcanzaron concebir al­gunas mujeres , que eran tenidas por es té r i les ; enfermedades ext raordinar ias , sin remedio h u m a n o ; innumerables endemo­niados , con quienes no hab ían bas tado con ju ros ; casos y pe l i ­g ros de m a r y t i e r r a ; pérdidas y o t ras muchas necesidades re ­mediadas por la Madre de Dios mi lagrosamente . Con lo cual creciendo la devoc ión , y las l imosnas , se edificó u n t emplo , ha r to b u e n o , con su t o r r e y colaterales , y m u y bien proveída , la sacris t ía de o r n a m e n t o s , y recados pa ra los oficios divinos ,

3 3 4 A N T Í t í ü l J H A D E S DE A S T U R I A S .

y siete lámparas de plata. Y es m u y frecuentado de sacerdotes que alli acuden á decir m i s a , y muchas personas , par t icular­men te el dia de N u e s t r a Señora de Set iembre , que suele jun ­tarse innumerable g e n t e , sin la que va y viene todos aquellos dias.

Y con e s t o , porque mi in ten to (como tengo dicho) no es de pasar mas a d e l a n t e , cesó; haciendo la adver tencia de que no solamente dejo de referir muchos milagros de es ta san ta ima­gen, sino tainbien otros muchos y-mi lagros ís imos santuar ios que hay en este Pr inc ipado , en donde hay e r m i t a , que el dia del santo de su advocación todos los años en t re hos t ia y cáliz, nacen pa ten temente muchas flores por toda la ermita , y es en San Luis del M o n t e , concejo de Cangas .

Y por o t ras pa r t e s de este Pr inc ipado hay otros muchos templos m u y devotos , que dejo de re la tar en este l i b r o ; pero se advierte , que este es el bor rón , por cuya causa es preciso, t ras ladar lo , adonde espero se remedie mucho , y de todo ello doy palabra , dándome Dios vida , y de añad i r á los t í tu los y párrafos muchas cosas que he p rocu rado , y p rocura ré inquir i r ; pero h a de ir en cuenta el lector , que por muchas que haga , no es fácil que todas las noticias de es ta nues t ra pa t r i a sepa yo , ni tampoco el ver todos los libros y archivos que t r a t a n de e l las , porque donde menos se piensa, se hal la lo que se busca; y aunque esto fuera fácil , las noticias y t radiciones que ahora puede h a b e r , serán muy pocas , po rque los mejores archivos se p e r d i e r o n , y asi no hay duda que habr ía muchas cosas de nues t r a s Astur ias , y personas de valor , ele que no se hal lan papeles , y en los l ibros no se hal la au to r a lguno que t r a t e en par t icular de es ta p rov inc ia ; y si acaso a lguno toca algo , es casi forzado , por conducir á su in ten to , y no por o t ra razón; y asi mas nos sirve para mete rnos en confusión, que pa ra sacar­nos de e l l a , y por esta causa hago la adver tencia de que las

C A R V A L L O . 335

cosas memorables de As tur ias , son muy pocas ó n i n g u n a , en comparación de las muchas que h a h a b i d o ; pe ro no obs tan te en todo aquello que se pudiere en a d e l a n t e , me vuelvo á ra t i ­ficar en la pa labra d a d a , con que por ahora acabo la t e rcera p a r t e , y doy á todo el libro fin.

ÍNDICE DEL TOMO SEGUNDO.

. —^jaoaaaooaaaiTn-— —

T E R C E R A P A R T E

DE LAS

ANTIGÜEDADES Y COSAS MEMORABLES D E ASTURIAS,

ION QUE SE TRATA

DESDE QUE LOS BEYES MUDARON SU CORTE DE OVIEDO,

II ASTA EL TIEMPO DE FELIPE SEGUNDO; Y CONTIENE VEINTIOCHO

TÍTULOS.

PAGINAS.

Párrafo T. El estado eu que Asturias ha quedado pasándose la corte íí Leo», y el estilo que esta historia para en adelante ha de tener. 3

Par. I I . Como nunca faltaron personas nobles en Asturias, de las cuales se ha de tratar de aqui adelante 3

TITULO X X I I I .

D e d o n F r u e l a S e g u n d o .

Par. I . Entra á reinar D. f ruela , y levantase por rey en Asturias su hermano D. Eamiro.. 6

Par. I I . Levantamiento de los castellanos; hijos y mujer de este rey. . 7

TITULO XXIV.

D e d o n A l f o n s o é l C u a r t o .

Par. I . Sucesión del reino, y como lo renunció, y se entró monje... 8 Par. I I . Del niño San Pelayo y su martirio 9 Par. I I I . Prisión y virtudes del niño santo 10 Par. IV . Ocasión del martirio del niño santo I I Par. V. Martirio del santo niño 13 Par. VI . Los hijos y mujer de D. Ernela se acogen á Asturias 15 22

TITULO XXV.

P e t!o» R a m i r o $c$' im<io. i'

Par. I. Principio de su reinado Par. IT. Rebelase en Asturias 1). Alfonso, hijo de Eruela. Par. I I I . AutigüedaddelosPuertcs; y el rey viene, ú allanar á Asturias Par. IV. Castigo de los rebelados, y fundación del monasterio de

llioforeo Par. V. Hijos y mujer de D. Ramiro Par. VI . Arzobispos de Oviedo, dos á un tiempo.. Par. VII . Asturianos nobles 6 ilustres

TITULO XXVI .

i>e d o n 4>rtl«ño T e r c e r o .

Par. I . Suma de su reinado

Par, I I . Cromacio Belinez y Torilda Feliz de Tinco

TITULO X X V I I .

Síe «ion S a n c h o e l G o r d o , y «Ion Or«lo i io e l $ l a ! o .

Par. I . Rebelión contra el rey Par. I I . Lealtad de los asturianos, y casamiento de D. Sancho Par. I I I . El rey envia ¡í buscar el cuerpo de San Pelayo, y muere

antes que venga

TITULO XXVIIT.

I ) . II a m i r o T e r c e r o .

Par. I. Suma de su reinado Par. I I . El cuerpo de San Pelayo es traído ¡i León Par. I I I . Lealtad de los asturianos Par. IV. Rodrigo Alvarcz de Asturias..., Par. V. Milagro de las reliquias de la Cámara Santa Par. VI . Como los Ponces son asturianos Par. V I L El monje Vieil, Ximcno Vigil, Vigila Alvarcz v Velasco

vigü ..; ' Par. V1L1. El conde Eroilano Vela, y otros nobles asturianos Par. IX . Tractinb Bermudez y otros Par. X. El conde Eafila Espassandiz

TITULO XXIX.

339

i>« d o n R e n n u d o S e g u n d o .

Par. I . Principio de su reinado, mujer é hijos de este rey 31 Par. I I . El rey hace cortes en Asturias 32 Par. I I I . El Príncipe se cria en Asturias en la familia de los Ordoñes. 84 Par. IV. Milagroso caso del obispo Ataúlfo .. ." id. Par. Y. Paisa acusación del obispo Gudisteo, y como fué ubre m i ­

lagrosamente 3b' Par. Vi . Almanzor viene sobre León 37 Par. V I I . Los cuerpos de los santos mártires Pelayo y Vicente, son

traídos á Oviedo 38 Par. V I H . Cuan insigne es el monasterio de San Pelayo de Oviedo. 39 Par. IX . El rey se retira á Oviedo con los huesos de sus predecesores. 41 Par. X. Lcon es destruida por Almanzor 42 Par. X I . Almanzor destruye á Astorga, y toda la provincia de Galicia. 43 Par X I I . Los asturianos asaltan los ejércitos de Almanzor, y les

desvaratan 41, Par. X I I I . El rey es llevado en hombros desde Oviedo á Osma,

donde vence á Almanzor; y traición de Analso Garvijo 45 Par. XIV. Muerte de D. Beruiudo, é hijos bastardos suyos 40

TITULO XXX.

!>e d o n A l f o n s o e l Q u i n t o .

Par. 1. Suma de todo su reinado Par. I I . Doña Teresa, reina de Toledo, y Doña Sancha su hermana,

son monjas en San Pelayo ^» Pnr. I I I . El suceso de la rebelión de Analso, obispos y personas

graves de Asturias • • • 49 Par. IV. Rodríguez de Cangas . Par. V. Pelayo Froilez, tronco de los Elorez 51 Par. VI . El conde D. Piñolo , y descendencia de los Guzmanes.... 52 Par. V I L Fundación del insigne monasterio de San Juan de Corias. 53 Par. V I I I . Primer abad de Corias, y la profesión que solian hacer. 54 Par. I X . Bienhechores del convento de Corias 56 Par. X. Rodrigo Alfonso de Cangas ^ Par. X I . Fundación del monasterio de Corneliana Par. X I I . Los infantes de Camón y su solar es de Asturias 58 Par. X I I I . Doña Gudigema, Doña Alexania, Doña Brunilda y Do­

ña Mafarra •. 5 9

Par. XIY. Personas señaladas, que confirman por estos tiempos.... 60

1>< Iteniimlo »»í ri'í»i»<-í'r<>.

P:i-\ i . Sucesión del reino de Lean, y condado de Castilla 00 Par. H . Paces y casamiento entre los reyes de León y "Navarra , y

eomo Castilla vino á ser reinado 01 Par. I I I . D . Sancho el Mayor es muerto en Asturias fia .Par.-TV. D. Femando, ícy de Castilla, volvió á Oviedo con su mu­

jer ¡í la elevación del cuerpo de San Pclayo 08 Par. Y. Muerte del rey D. Bermudo 01 Par. VI . Antigualla de tierra de Canga.- id. Par. V i l . Fruela Osorio, y Osorio Fróilaz id, Par. VT1 f. Personas nobles de Asturias <>">

TÍTULO X X X I I .

Me «Ion ^ c r n a i u l b eS i l íag-no.

Par. J. Saina do su reinado <•."> Par. I I . Concilio en Castrocoyanza, que ahora llaman Valencia... (¡6 Par. I I I . Munion Nuñez trajo de Sevilla á León el cuerpo de San

Isidoro <>S Par. T V. Ñuño González, conde y gobernador de Asturias 7 0 Par. V. Ñuño Alvarez y Diego Alvarez, parientes del Cid 71 Par. VI . Gebondo fundo el monasterio de Salto en Casares id. Par. V I I . Doña Paya y D. Bermndo Armentariz 72 "Par. V I I I . Aelgas Pelaiz., y otros nobles 73

TITULO X X X I I I .

I>e i l o n A l f o n s o e l Scstfo, y s u h e r m a n o <lou S u n e h o .

Par. t. Suma de su reinado • 7o Par. I I . Primer uso de pintar urinas en España 75 Par. 111. Las reliquias do la santa arca se manifiestan 70 Par. IV. Infanzones de Langreo 77 Par. V. Xknena Nuñez tiene dos hijas en el rey, y la descendencia,

que tuvieron, y principio del reino de Portugal 70 Par. VI . Arias y Martino, obispos de Oviedo 80 Par. V i l . Rui Xiuicncz, y apellido de los Ximenez 81 Par. YI. l l . D. Diego Rodrigues!, y su Memo el Cid id. Par. IX. Los cuñadoa del Cid 8tf Par. X. Del suceso do las hijas del Cid con los condes de Carrion;

y D. Suero de Caso 84

PAGINA-

3 4 1

Par. X I . Martin Pelaez el asturiano S(> Par. X I I . l e rna» Sánchez fie Estrada, y Millaii de Ulanes. 87 Par. X I I I . Pin que tuvo el arzobispo de" Oviedo D. Pela j o 88 Par. XIV. Bula de la exención de la santa Iglesia de Oviedo id, Par. XV. Santiago de Galicia se hace arzobispado , 80 Par. XVI . Sol Martiuez de Solis 90 Par. XVI I . Fernando Alvarez de Carvallo - 91 Par. X V I I I . Assurez y Sarracines, y otros nobles - id.

TITULO XXXIV.

,i>. A l f o n s o , l l a m a d o e l i í m i í e s - a d o r .

Par. 1. Suma de su reinado 9o Par. I I . Los rey»? vienen á Asturias y hacen ' donación á la santa

Iglesia de Oviedo de aquella ciudad 9 i Par. 111. Concilio y cortes que se hicieron en Oviedo 95 Par. IV. Iglesias de Valencia 97 Par. V. Fueros v privilegios de Oviedo id, Par. VI . Alboroto de Gonzalo Pelaez 99 Par. VIL Viene el rey á Asturias, y-se vuelve, dejando encargada

• la guerra ú D. Suero, y Pedro Alfonso, asturianos 100 Par. V I I I . Como los Girones descienden de Gonzalo Pelaez 101 Par. IX. Monasterio de Corneliauu 102 Par. X. Descendencia de 1). Suero Yistrario 104 Par. X I . Gutierre Ecrnaldo 105 Par. X I I . Pero Alfonso de Cangas id, Par. X I I I . Pero Alfonseado Cangas, casado con Doña María Florez. 109 Par. XIV. Del valeroso Xuño Alfonso Morano 110 Par. XV. Muerto de Ñuño Alfonso l i o Par . XVI . Familia v armas de los Morones, v Moñones de Asturias. J15 Par.XVIL Alvaro Rodríguez ". 117 Par. Y V I I I . El rey se enamora en Asturias de Doña Gonívoda Pé­

rez, y tuvo en ella á Doña Urraca la Asturiana 118 Par. ZLX. Fundación del mouasterio de Santa María de la Vega. 120 Par. XX. Manriques de Lara Duques de Naxara, descendiente de

Doña Urraca la Asturiana, y como fue reina en Asturias 121 Par. X \ L 1). Rodrigo Alvarez de Asturias, señor de Korcña 125 Par. X X I I . Gonzalo Assurez y Pelayo Pérez , asturianos 12(5 Par. X X I I I . Diego Fernandez id, Par. XXIV. Alonso Bermudez y Gonzalo Bermudez, asturianos. 127 Par. XXV. Fernán Gutiérrez y María Obequez, señores de Benon,

y castillo de San Martin 129 Par. X X V I . Pedro Pérez de Villarnar id, Par. IX VIL Pelayo Cuervo, asturiano. . . . . . . . . . 180 Par XXVII I . Fundación de San Juau de Fuño id. Par. X X I X . Gonzalo Menendez de Valde's 181

TITULO XXXV.

Par. I . Suma de su reinado 132 Par. I I . Obispos y cabildo de Oviedo sirven á los reyes 133 Par. I I I . La santa Iglesia de Oviedo ayuda al rey, y él hace gran­

des recompensas 134 Par. IV. Como el rey D. "Fernando fué bienhechor del monasterio

de Gua. . 135 Par. V. D. Lope de Hévia 130 Par. VI . Gobernadores de Asturias id, Par. V I I . D. Rodrigo Alvarez de Astuviaa 137 Par. V I I I . Ñuño Pérez de Quiñones 138 Par. IX . García Sánchez d? Valdés. . id, Par. X. Pedro de Escomió 139 Par. X I . Moraues id,

TITULO XXXVI .

D . A l f o n s o d e L e ó n .

Par. I . Suma de su reinado 1-10 Par. I I . Divorcio del rey , y destierro del obispo de Oviedo. . . id, Par. I I I . Restauración del monasterio de Val-de-Dios 141 Par . IV. Pleito entre los obispos de León y Orense. . . . . . 1-12 Par. V. Hermandad de las iglesias de Oviedo y Toledo 143 Par. VI . Notable desafio entre Gómez Pérez de Valdés y Gutierre

Fernandez de Miranda ' 144 Par. V I I . Milagrosa batalla de las Navas de Tolosa 146 Par. V i I I . El conde Fernán González y el Cid se aparecen después

de muertos 148 Par. IX. Cercase la ciudad de Oviedo id, Par. X . Garcia Garciez de Tineo pretende el patronazgo de Obona. 149 Par. XI Martino Marcos 150 Par. XI I . Fundación de San Francisco de Oviedo. 151 Par. XI I I . D. Sancho Alvarez , gobernador de Asturias. . . . 152 Par. XIV. Gobernadores de Asturias 153 Par. XV. Alvar Pérez , tronco de los Quiñones id, Par. XVI . Bernaldos. . . . . . - 155

TITULO XXXVII.

l>e d o n F e r n a n d o e l S a n t o .

Par. I . Suma de su reinado - . 156

I>. S a n c h o , d o n F e r n a n d o e l S e g u n d o y d o ñ a U r r a c a .

P A G I N A S ,

Par. I I . obispos de Oviedo sirven á los reyes/y son sus gobernadores. 157 Par. I I I . Toma de Sevilla, y hecho de í ) . Ramon Boni faz , y de

llniz Perez de Aviles id, Par . IV . Rodrigo Alvarez, tercero de este nombre 159 Par. V. Alvar Perez , tronco de los Quiñones 160 Par . V I . Pedro Alvarez de Xoreña 101 Par. V I L Ordoño Alvarez , y los Castañedas y Vélaseos. . . . 162 Par. V I I I . Arias 2Jerez de Asturias id, Par. IX. Juan Diaz de Nava 10o Par. X. Alvar Diaz id, Par. XI. D. Alfonso Alvarez 105 Par. XII . De Doña Eva Alvarez vinieron los Ossorios. . . . id, Par. S III. Doña Inés de Norcña 100 T'ai-. A'ÍV. El primor arzobispo de Sevilla fué astm-ùtitq. • • • 167 Par. XV. Gobierno de Asturias. . . , 168

TITULO XXX? I I í .

I>e (fon A l f o n s o «1 S a b i o .

Par. I. Suma de su reinado 168 Par . I L Gobernadores de Asturias , y como los asturianos mantu­

vieron la voz del rey 169 Par . I I I . D. Frédolo, y otros obispos . . 171 Par. IV. Solares, soldado id, Par . V. Población déla Pobla de Cangas. 17:2 Par. V I . Itnmir Florez de Cifuentes 173 Par. VIL Monasterio de Val-de-Dios id,

TITULO XXXlA".

H5. S a n c h o e l i l r a v o .

Par. I . Suma de su reinado. 171 Par. I I . D. Pedro Alvarez de Asturias id:-Par. I I I . Oviedo si ha sido villa? 176 Par. IV. D. Miguel y D. Fernando Alvarez 177 Par. V. Santa Clara de Oviedo. . . . , id. Par. VI. Ares Gonzalez de Valdés 178 Par. VIL Ilamir Froilaz de Cifuentes id,

TITULO XL.

19. F e r n a n d o e i C u a r t o .

Par. I . Suma de su reinado 179 Par. I I . Milagro de los santos cuerpos de Eulogio y Lucrecia. , . 180

344

PAGINAS,

Par. I I I . Diferencias entre la santa Iglesia de Oviedo y la ciudad, id, Par. IV. Gonzalo López de Cualla 181 Par. V. Castropol reedificado , y algunos nobles de aquel concejo. 182 Par VI . Pesca del rio de Pravia 188 Par. V I L Fundación de San Lázaro de Villafria id, Par. V I I I . Gobernadores de Asturias , 1 8 4 Par. IX. Armas verdaderas de los Valdeses ici, Par. X. D. Rodrigo Alvarez de Asturias. . 185

TITULO J L I .

I>. A i f o n s o c l O i s c e s î o .

Par. I . Suma de su reinado. - . 185 Par. I L D. Rodrigo Alvarez de Asturias, cuarto de este nombre. 180 Par. I I I . Casamiento 6 hijos de I). Rodrigo Alvarez 188 Par. IV. D. Rodrigó Alvarez adopta por hijo á D. Enrique, y da

mucha hacienda á San Vicente de Oviedo. . . . - . . . 189 Par. V. Alvar Diaz de Lodeña y otros. 191 Par. V I . D. Gonzalo Martínez de Oviedo. , , , , , , , , id, Par. V I L Caida de Gonzalo Martínez, , , , , , , , , , 193 Par. V I I I . Caballería de la Banda. , , , , , , , , , , 196 Par. I X Otros asturianos que recibieron la caballería de la Banda. 198 Par. X. Valdeses valerosos, id, Par. XI . D. Juan Arias de Asturias, , , , , , , , , , 199 Par. XI I . Juan Alvarez de Siero. , , , , , , , , , , 200 Par. X I I I . Suero Alfonso de Arces, , , , , , , , , , , id, Par. XIV. Obispo de Oviedo por estos tiempos, , , , , , , 201 Par. XV. Comenderos del obispo, , , , , , , , , , , 202 Par. XVI. Antigüedades de San Francisco de Tineo, , , , , id. Par . XVII. Juan Fernandez de Peón, , , , , , , , , , 203 Par. XFTII . El rey toma debajo de su protección el mouasterio

de Val-de-Dios, , , , , , , , , , , , , , , id, Par. XIX. Meuen Analso, id,

TITULO J L I I .

D e l r e y I>. P e d r o .

Bar. I . Suma da su reinado, 204 Par. II. D. Enrique se acoge á Asturias con su mujer Doña Juana. 205 Par. III. En Asturias unos recibieron bien á D. Enrique, y otros

no le quisieron admitir, , , , , , , , , , , , , id, Par. IV. Los escuderos de las Regueras hospedan á D. Enrique. 207

345

PM-. V. D, Enrique no es admitido en Oviedo por Diego Gonzalez de Oviedo, y se prueba la lealtad de Gonzalo Martínez de Oviedo, , , , , > > > > > > > > > > > '

Par. VI, Suer Martinez de Oviedo, , , , , , > > > > Par. VII, D, Enrique ampara en Gijon á Garcilaso de la Vega

t l t í O S , j > > ! > ) > I ) I

Par. VIII, D, Enrique se enamora de Doña Elvira Yañiz de la Vega: Par. IX, Los asturianos que siguieron la voz de D, Enrique.) > Par. X, Los asturianos que tuvieron la voz del rey, , , , , Par. XI, Suero Alfonso de Malleza, Par. XII, Lo que pasó en Gijon cuando llegó el rey , , , , Par. XIII, Dj Enrique va con mucha gente de Asturias á las boda

del rey, Par. XIV, Suer Gutierrez de Nevares, , , , , , , , , Par. XV, Los asturianos nombrados para tratar de la quietud de

íeino, , , , , , , , , , , , , , , , , , Par. XVI, Alvar Gonzalez Moran , , , , , , , , , , ZJar. XVII, Juan Duque, , , , , , , , , , , , , Par. XVIII, Diego Sanchez Terrazo, , , , , , , , , , Par, XIX Arias Gonzalez de Valdés, , , , , , , , , Par. XX, Gobernadores de A s t u r i a s , , , , , , , , , 7Jar. XXI, Pedro Berualdo de Quirós, , , , , , , , ,

TITULO J L I I I .

208 209

210 211 212 id, 213 214

215 i l 8

Kl, 219 220 id, id,

221 '?,2'}

I>. Eus'Iípae. el ^eg t iaado .

Par, / , Suma de su reinado, , , , , > , , , , , Par, II, Alborotos en Asturias sobre la sucesión del reino, , Par, III, El Adelantado Pedro Suarez de Quiñones se apoden

Asturias , , , , , , , , , , , , , , , Par, IV, Alboroto en Asturias en defensa de sus libertades, Par, V, Caudillos de los pueblos que se juntaron en Oviedo, Par, VI, Diego Menendez de Yaldés vuelve á la gracia del rey Par, VII, Alvaro Alfonso y otros nobles de Cangas, , , ,

TITULO ZLIV,

1>. « I u » u e l P r i i m e i ' o .

de 224 225 227 229

'230

Par, I, Suma de su reinado, , , , , , , , , , , , , Par, II, Caballeros que defendieron las tierras de la santa Iglesia

de Oviedo, contra el conde D, Alfonso , , , , , , , Par, III, El conde de Noreña contra el rey se hace fuerte en Gijon. Par, IV, La guerra de Asturias se encarga al obispo de Oviedo, . Par, V, Cercan al conde en Gijon, Par, VI, Refriegas sobre los castillos de Tineo y Cangas, , , ,

231 232 234 236 238. id,

3éü PAGINAS,

Pul; VII, Avias Alvarez de Omaña allana los rebeldes en las mon­tañas de León, , , , , , , , , , , , , , , , 239

Par, VIII, El rey viene sobre Gijon con su caballería, , , , , 240 Par, IX, El conde se. rinde á partido, , , , , , , , , , 241 Par, X, Como cesó la cuenta de los años por la Era del César, , , 243 Par, XI, El condado de Noreña se da al obispo de Oviedo, , , , id, Par, XII, Batense muchas fortalezas en A s t u r i a s , , , , , , 244 7Jar, XIII, El conde se vuelve k rebelar , , , , , , , , , 245 Par. XIV, El Adelantado se entromete en las tierras del obispo, , icTj Par, XV, Manera de gobierno que tenia la ciudad de Oviedo, , , 240 Par. XVI, Reformación del clero, y como los canónigos vivian en

comunidad, 247 Par, XVII, Reformación de los monjes, y como estaban sujetos al

obispo, , , , , , , , , , , , , , , , , , ni, Par, XVIII, Reformación de las monjas, 248 Par, XIX, Fundación del colegio de Pan y Carbón, , , , , , 249 Par, XX, El obispo D, Guillen, , , , , , , , , , , , id, Par, XXI, Causa de las guerras entre el duque de Atencastre y el rey. 250 Par, XXII, Lealtad de ios asturiauos calificada por el rey, , , , 251 Par, XXIII, El duque de Alencastre toma á la Coruña y Santiago. 252 Par, XXIV, Como Asturias recibió título de Principado, y como

los primogénitos de los reyes se titulan Principes de Asturias, id, Par, XXV, Notable esfuerzo de Gutierre González de Quirós, , , 25o Par, XXVI, Pedro Díaz de Ania y oíros nobles asturiauos, , , , 254 Par, XXVII, Alvar Diaz de Miranda, , , , , , , , , , 255 Par, XXVIII, San Francisco de Aviles , , , , , , , , , id,

TITULO XLY.

3>. EMB*B«|S8C e l T T e r e e r o .

Par, I, Suma de su reinado, , , , , , , , , , , , , 256 Par, 77, Fundación del mayorazgo del Principe de Asturias, , , id, Par, III El conde de Gijon vuelve á sus estados, , , , , , , 257 Par, IV, El conde de Gijon se vuelve ti levantar en Asturias, , , ic, Par, V, Alboroto de los ciudadanos de Oviedo, y satisfacción de su

lealtad, , , , , , , , , , , , , , , , , , 258 Par, VI, El rey y el conde nombran por arbitro al rey de Francia. 259 Par, VII, El conde es condenado por aleve, , , , , , , , 260 Par, VIII, Demasías de D, Fadrique, duque de Benavente, , , , 262

T I T U L O - íLVI,

l > . « I i i a u e l S e g u n d o .

Par, I , Suma de su reinado, , , , , , , , , , , , , 263

264 Par, II, El Principado de Asturias.es mayorazgo y primer título de

los príncipes de España, , , , , , > > > > > > > Par, / / / , Pendencia que el Adelantado Pedro Suarez de Quiñones

tuvo con Ares de Omaña, y crueldad notable que ejecuto con él, y descaimiento de la casa de Omaña, , , , > ; > > •

Par, III, Diego Fernandez de Quiñones de Aller, •,;;;> -~69 P a r , / 7 , Los Quiñones se intentan apoderar de Asturias, ; ¡ 271 Par, 7, Pedro de Quiñones sé apodera ele León y Asturias, , , , &7o Par, VI, Guerras civiles en Asturias, , , , , , , , , , id, Par, Vil, Él rey deja el gobierno de Asturias ni príncipe, , , 274 Par, VIII, El príncipe da orden para echar de Asturias los Quiñones, id, Par, IX, Junta general del Principado sobre echar á los Quiñones, 276 Par, X, Pleito homenaje del príncipe de no faltar á los asturianos, 279 Par, XI, Los de Asturias 'echan á los Quiñones del Principado, 281 Par, XII, Hidalgos de Asturias muy estimados por el rey, , , , 282 Par, XIII, Pero Melcndez de Yaldés, , , , , , , , , , id, Par, XIV, Juan Rodríguez ele Yalelés y Diego de Valdés, , ' , , 280 Par, XV, Juan de Aponte, Juan de Quitos, Garcia de Albucrna y

Juau Rodríguez de Cangas, , , , , , , , , , , , id, Par, XVI, Rodrigo Rodríguez de Aviles y Martin Fernandez Piñeira, 281 Par, XVII, Garcia González de Yaldés, y Gutierre González de

baldes, , , , , , , , , , , , , , , , , , iel, Par, XVIII, Suero Alfonso de Solis, , , , , , , , , , , 285 Par, XIX, Suero de Nava, y Fernando del Busto, , , , , , 286 Par, XX, Martin Fernandez Piñciro y Diego Afán de Ribera, , , id, Par, XXI, Obispos y milagros de la santa Iglesia de Oviedo, , , 287

TITULO XLVII, '

I>, ELCuriquc e l C u a r t o .

Par, I, Suma ele su reinado, , , , , , , , , , , , , 288 Par, II, Gijon y Pravia son pretendidas por D, Juan de Acuña, , 289 Par, III, Garcia Fernandez de Amago, y Suero de Cangas, , , , 290 Par, IV, Juan de Oviedo y D, Gómez de Solis, , , , , , , 291 Par, 7 , Obispos de Ovieclo, , , , , , , , , , , , , id,

TITULO XL VIII,

H o y e s c a t ó l i c o s d o n U'es'síaisdo y d o n a I s a b e l , d o n ¡ F e l i p e y d o ñ a « l u a n a ,

Par, / , Suma de su reinado, , , , , , , , , , , , , 292 Par, II, La reiua escribe á Metiendo de 7aldés, , , , , , 29o Par, III, Los reyes castigan los malhechores y bandoleros, , , } 294 Par, IV, Ferocidad de un asturiano, , , , , , , , , , , 295 Par, 7, Estado en que se hallaba Asturias por estos tiempos, . 296 Par, VI, Alfonso de Quintauilla, 297

348

Par, VII, Institución de la Santa Hermandad, por consejo de Alon­so de Quintanilla,

Par, VIII. Efecto que tuvo este razonamiento de Alonso de Qnin-

t a l i i l l a , ) ¡ ¡ , ¡ , , , , ' , ) , , , , > . Par, IX, Descubrímiento de las Indias por consejo de Alonso de

Quintanilla, , , , ) , - , > > > > . . . , > Par, X, Los condes de Luna pretenden á Cangas y á Tineo, , Par, XI, Sentencia sobre las villas de Cangas y Tineo, , , , Par, XII, Estiman en mucho los Beyes Católicos el Principado de

Asturias , > , , , , , , > > > > > > > > Par, XIII, Obispos de Oviedo, , . , , , , , , , , , Par, XIV, D, Diego de Muros, y hospital Real de Santiago, , Par, XV, D, Diego intenta reformar su obispado, , , . , , Par, XVI, Persecución de D. Diego de Muros, , 7Jar, XVII' Fundación del colegio de Oviedo, y muerte de D. Diego

de Muros su fundador, , , , , , , , , , > > Par, XVIII, D. Diego Meneadas de Faldés, y capilla de los Fal

de^es en Roma, , , , , , , , , , , , , > , Par, XIX, Juan de Estrada, , , , , , , , , , > > Par, XX, Fernán Duque de Estrada , , , , , , , , , Par. XXI, D. Gómez y D, Alonso de Solis, , , , , , , Par, XXII, Pedro de Oviedo, Juan de Carreño y Francisco de Faldas Par, XXIII, Hazaña de Fernando de Faldés, , , , , , , Par. A'AVF, Diego Menendez, y Suero Alfonso de Llano, y Alfonso

Arias Terrazo, , , , , , , , , , , , , , , Par, XXV, Lo que toca á los procuradores de cortes del Principa

do de Asturias, , , , , , , , , , , , , , , TITULO XL1X,

1>. C a r l o s Ü S m p e i ' a d o r . Par, / , Suma de su reinado, , , , , , , , , , , > > Par, II, Fundación de Santo Domingo de Oviedo, , , , , , Par, /77, Incendio de la ciudad de Oviedo, Par, IF, Obispo* de Oviedo, , , ' , , , , , , , , > > Par, V, Del insigne varón D, Fernando de Faldés, y sus grandes

c a r g o s , , , , , , , , , , , > > > ) > > ] Par, VI, D, Pedro Menendez de Aviles , , , , , , , , ,

TITULO L, I>e «Ion F e l i p e ¡ S e g u n d o .

Par, I, Suma de su reinado, , , , , , , , , , , , > Par. II, Nuestra Señora del Acebo, y sus primeros milagros, , , Par, III, Relación de otros algunos milagros de Nuestra Señora

del Acebo, , , , , , , > > > > > ¡ > ¡ • 3

I 'AGIXAS,

298

399

300 301 308

304 306 307 308 309

310

311 id,

312-313 id, 314

315

i<l,

317 319 321 id,

322 320

328 330

331

L a lamina tie D . Alfonso V I se colocará en la página 73 .

El coste de los dos lomos que comprenden las A N T I G Ü E D A D E S D E A S T U R I A S por el P. Alfonso da Can-alio será para los señores suscrito-res de Oviedo el de 54 rs„ y el de 64 para los de fuero, francos deporte.

Los que rio siéndolo, deseen, adquirir esta sola obra de la B I B L I O ­TECA A S T U R I A N A abonarán por ella 60 rs, recibiéndola eíx esta 'capital, y 70 fuera de ella franca de porte.

C O N D I C I O N E S D E L A S Ü S C R I C I O N . - —

L A BIBLIOTECA se publica por entregas semanales de 16 páginas , y de 8 cuando contengan alguna lámina, en cuarto prolongado, y buen papel. Su .precio, mi real para los señores suscritores de esta ciudad, veinticinco eéntipiop mas para los de fuera de ella, y dos reales en Ultramar,, que reci­birán francas,de porte,

Se admiten susci'iciones en esta ciudad en k s librerías de Martínez, Ga­lán y Lueso, y en todas las cabezas departido hay encargados de recibirlas.

E n Madrid librería de Cuesta, calle de Carretas. Las personas que deseca entenderse 'directamente con este estableci­

miento podrán remitir l ibrarlas el imporíe de las entregas publicadas.

E S T A D O D E L A P U B L I C A C I Ó N . .

S e c c i ó n c i v i l .

H ISTORIA D E LA. A DMINISTRACIÓN D E J USTICIA y DEL ANTIGUO «OBIEBÜÍO D E L PHINCIPADO D E A S T Ü K I A S Y COLECCIÓN B E SUS FÜEKOS, CARTAS—PCEBLA8 Y. ANTIGUAS ORDENANZAS , por el Dr. ü . Matías Sangradoi\y Vítores 7

S e e e i o n e c l e s i á s t i c a .

Oíros que hada ahora forman el l-omo priuero. >

V I A J E BASTO DE AMBROSIO- DE M ORALES , por las iglesias y mo­nasterios de Asturias (se terminó) ' . . . .

TEATRO ECLESIÁSTICO D E LA SANTA IGLESIA D E O V I E D O , VIDAS D E S Ú S OBISPOS Y COSAS 3IE3IO HABLES D E SU OBISPADO, por el

Miro. Gil González Dávila , cronista de la Majestad Católica del Rey D. Felipe TV,

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