anna-carola kraube
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A n n a - C a r o l a K r a u B e
H I S T O R I A D E L A P I N T U R A D E L R E N A C I M I E N T O A N U E S T R O S D Í A S
K Ó N E M A N N
Los pintores descubren la realidad
EL RENACIMIENTO Y EL MANIERISMO 1420-1600
LOS PRECURSORES DEL RENACIMIENTO 1 3 0 0 - 1 4 2 0
Los precursores del siglo XIV
Desde la antigüedad se había considerado siem
pre la pintura, como el resto de las bellas artes,
un oficio. Instituciones y personas distinguidas
encargaban a los maestros pintores la elabora
ción de temas concretos, para un fin determi
nado, que debían realizar dentro de un plazo de
tiempo. No fue hasta hace unos 700 años que
los pintores comenzaron a ganarse lentamente
la libertad creadora de dar a los cuadros una fi
nalidad absoluta, o sea, un contenido que iba
más allá del tema en sí.
En aquel tiempo, en las postrimerías del si
glo XIII, los pintores superaron el concepto artís
tico de la Edad Media y desarrollaron una forma
de representación en perspectiva que caracteriza
hasta hoy nuestras costumbres visuales a la hora
de contemplar un cuadro. La tradicional esfera
de acción del arte, hasta entonces limitada a la
representación de motivos sacros, se amplió con
la evolución del interés general por otros aspec
tos; el arte abrió sus puertas a temas nuevos.
Lenta pero progresivamente los pintores comen
zaron a liberarse de su condición de artesanos
para expresar sus ideas como artistas libres.
El fundamento de esta nueva concepción
que se estaba perfilando fue la gran cantidad de
cambios en todos los ámbitos humanos que, en
el último período del medievo, contribuyeron a
la formación de una nueva ideología y visión del
mundo. Las relaciones comerciales con países
lejanos y el vasto intercambio de mercancías de
paró a las ciudades, sobre todo en el norte de
Italia, riquezas, bienestar y crecimiento. El auge
económico despertó la conciencia de sí misma
de una burguesía creciente. Orgullosos artesa
nos y comerciantes reconocieron el valor de sus
esfuerzos y las ganancias que podían obtener de
los mismos. El hombre ya no se veía como parte
de una gran masa, sino que se centraba la aten
ción en el individuo. Las relaciones con ciudades
lejanas, así como el intercambio de noticias y
mercancías desconocidas, ampliaron el horizon
te. La Tierra, de la que todavía se afirmaba que
era un disco, se convirtió, al igual que esta afir-
niación, en un desafío.
El hombre ya no confiaba sólo en la religión
y en los conocimientos controlados por el clero;
hacía preguntas y deseaba investigarlo todo. Ma
rineros intrépidos se hacían a la mar para descu
brir los puntos blancos de los mapas y encontrar
tesoros en países desconocidos que multiplica
ran la prosperidad y riqueza en sus países de
origen. Para ello requerían una ciencia y tecnolo
gía terrenales. Muchos inventos de aquella épo
ca, como relojes, mapas y muchos aparatos me
cánicos, revelan esta necesidad.
A medida que crecía el interés del hombre
por el mundo que lo rodeaba, también en la pin
tura puede observarse una tendencia que apun
ta a un realismo hasta entonces inusitado. Esta
concepción nueva se documenta por primera
vez en las obras de Giotto di Bondone.
Durante el Renacimiento el hombre investiga y define el mundo: Instrucción en la perspectiva. Grabado en madera de Alberto Durero, hacia 1 5 2 7
1302; El papa Bonifacio VIII expide la bula "Unam sanctam" según la cual todasjas "criaturas humanas" están subordinadas al papado para salvar su alma y los príncipes terrenales tienen la obligación de poner sus espadas al servicio de la Iglesia.
1309: La lucha entre el poder terrenal y el eclesiástico llega a su
punto culminante El papado se desplaza a Aviñón (hasta 1 376).
1318: Se desarrolla un nuevo sistema de pago: en Venecia se promulga una ley de letras de cambio (banco de giros).
1321 Dante Alighieri termina su obra principal: La Divina Comedia.
1400: Primeras excavaciones
arqueológicas de la Roma antigua llevadas a cabo por Filippo Brunelleschi.
1421 Giovanni de Médici es elegido gonfalonero de Florencia y se convierte en el fundador de la dinastía de los Médicis.
1434: Cosimo de Médici funda la
Academia Platónica de Florencia.
1452: León Battista Alberti publica
su tratado fundamental de arte De re aedificatoria.
I
1492: Cristóbal Colón descubre
América. 4 1546: Comienza la construcción
del Louvre en París. Se fundan las
primeras bolsas públicas en
Francia.
1550: Giorgio Vasari comienza
con la edición de su Vida de los más eminentes pintores, escultores y arquitectos italianos, la primen
historia del arte
ores 1
1588: La flota inglesa vence a la
Armada Invencible. Acaba la
supremacía española en el mar
1590: Se termina la cúpula de la
basílica de San Pedro en Roma
según los planos de Miguel Ángel.
William Shakespeare escribe sus
primeras obras.
6 R E N A C I M I E N T O Y M A N I E R I S M O ( 1 4 2 0 - 1 6 0 0 )
Giotto di Bondone, Lamento por Cristo muerto (Fragmento ce. c c c Escenas de la vida de Cristo), hacia 1 3 0 4 - 0 6 . Fresco. Capella Scrovegni, Padua
Los cuadros de Giotto eran muy realistas en su tiempo. El pintor disponía a sus personajes de pie en el suelo y sustituyó el tradicional fondo de oro por un paisaje. El Lamento por Cristo muerto contiene un sentimiento muy profundo de dolor San Juan levanta las manos desesperadamente mientras la Virgen María abraza por última vez a su difunto hijo. También la postura de las dos mujeres con la cara cubierta revela dolor Incluso el grupo de ángeles, aunque todavía forma parte de la iconografía medieval, se ha "humanizado"- retuercen las manos de forma suplicante, lloran y mueven las alas sin control llenando el cielo con su lamento.
Con su pintura Giotto introdujo una nueva forma de representación en el arte superó la tradición de la Edad Media por la que los personajes se disponían siguiendo una perspectiva jerárquica. El principio de perspectiva que contenían sus creaciones, la corporeidad de sus personajes y su individualidad fueron los fundamentos sobre los que se desarrolló la pintura del Renacimiento.
Escenas de la vida real
Cuando en en el año 1 304 Giotto pintó el fres
co Lamento por Cristo muerto, los pintores toda
vía eran considerados simples artesanos. El con
cepto de "artista" tal y como lo entendemos ac
tualmente, no existía. Los trabajos más nobles
que realizaban eran la confección de pinturas
murales en la iglesia, mediante las cuales se
transmitía la historia de las Sagradas Escrituras a
una población mayohtariamente analfabeta, o
bien se dedicaban a la decoración de altares. De
vez en cuando, sin embargo, nobles y burgueses
encargaban la realización de retablos. Aunque
claro está, los encargos no siempre eran de tan
ta importancia como el que recibió Giotto de
parte de Enrice Scrovegni para decorar la capilla
que la familia tenía en la Arena, en Padua. Con
frecuencia sólo se trataba de pintar pequeños
cromos de devoción, que los señores transporta
ban en el equipaje. No obstante, esta forma artís
tica "móvil" no llegó a imponerse del todo hasta
el siglo XV
De acuerdo con su posición social de artesa
no, no solía ser usual que el pintor del Trecento
(denominación italiana del siglo XIV) diera la for
ma que él estimara conveniente a las obras que
se le encargaban. Es más, existía un canon de
reglas que prescribía cómo debían representarse
y reconocerse los personajes del Nuevo y Anti
guo Testamento. La disposición de los elemen
tos del del cuadro debía seguir una perspectiva
jerárquica en la que lo importante se pintaba de
gran tamaño y lo secundario, más pequeño. No
era nada corriente encontrar representaciones
naturalistas que se correspondieran con la im
presión visual. El mundo divino, tema principal
de la pintura, se entendía como una esfera del
más allá, cuya magnificencia y excelsitud se sim
bolizaba preferentemente mediante un fondo de
oro.
Giotto abandonó esta forma de representa
ción tradicional e introdujo un nuevo realismo
que captaba al hombre, el espacio y el paisaje
de igual forma. En su Lamento por Cristo muerto
ya no se estereotipan las figuras según un mo
delo tradicional, sino que se representan como
seres con rasgos personales que tienen senti
mientos y sufren, y el fondo de oro se sustituye
por un paisaje. Gracias a un primer y segundo
plano claramente reconocibles el fresco adquie
re profundidad; la superficie se convierte en es
pacio. Ahora el tema se reconoce al momento y
quien contempla la obra ya no necesita recom
poner una a una todas las piezas tal como suce
día cuando el pintor se valía de la perspectiva je
rárquica. Esta nueva concepción convirtió al ar-
R E N A C I M I E N T O Y M A N I E R I S M O ( 1 4 2 0 - 1 6 0 0 ) 7
Ambrogio Lorenzetti, Alegorías y efectos del buen y del mal gobierno en la ciudad y en el campo (fragmento), 1 3 3 7 - 4 0 , fresco del Palazzo Pubblico, Siena
En un fresco de más de 1 2 metros de longitud pintado en el Palazzo Pubblico por encargo del gobierno de la ciudad, Lorenzetti alaba Las alegorías y efectos del buen y del mal gobierno en la ciudad y en el campo. Con un gran amor por el detalle representó a Siena como una ciudad grande, laboriosa, con plazas distinguidas, edificios nobles (con crocheles en los palacios de las familias nobles, muy usuales entonces) y hombres y mujeres satisfechos. En esta ciudad se trabaja, se estudia y se celebran fiestas: a la izquierda del cuadro se puede contemplar un grupo de comerciantes regateando bajo las arcadas, en la plaza central las jóvenes bailan vestidas con ropas distinguidas y cintas en el pelo al son del tamboril. Ellas representan el bienestar y la prosperidad de la ciudad. Más allá, a la izquierda, el pintor retrata la escuela.
Si bien Lorenzetti concedió un enorme valor a los detalles, intentó unir armónicamente todos los elementos en una composición global. El contorno de los edificios se alinea en un punto de fuga y la reducción proporcional de los personajes del fondo transmite profundidad al plano (aunque todavía muy apiñado e intrincado).
tista en un personaje famoso aún en vida. Dante
Alighieri, un contemporáneo suyo, dedicó unos
versos de alabanza al alumno del gran Cimabue
en la Divina Comedia, una obra escrita, en con
sonancia con el regreso colectivo hacia lo terre
nal, en italiano vulgar y no en el latín eclesiástico
usual hasta entonces: "Credette Cimabue nella
pintura, /tener lo campo, e ora ha Giotto il grido
/si che la fama di colui é scura"
Junto a Giotto, otro de los pintores preocu
pados por captar el realismo en sus obras fue
Ambrogio Lorenzetti, contemporáneo suyo. Con
una gran pasión por el detalle creó una repre
sentación de su próspera ciudad natal para el
Palazzo Pubblico de Siena. Aunque el estilo li
neal y gráfico de Lorenzetti se diferencia notable
mente de las composiciones monumentales de
Giotto, dispuestas en bloque, se cree que Loren
zetti conocía las reglas fundamentales de Giotto
sobre la representación del espacio. En este fres
co la plaza, que se encuentra en primer plano,
se convierte en el escenario, mientras que la ar
quitectura gradual y con un considerable nivel
de perspectiva otorga a todo el fresco una pro
fundidad espacial. No obstante, la epidemia de
peste que tuvo lugar en 1 3 4 8 y que también
acabó con el esplendor de Siena, se llevó consi
go todo el conocimiento de la perspectiva, que
por aquel entonces sólo se transmitía de forma
oral. No fue hasta cien años más tarde en que
fue redescubierta por Masaccio y a lo largo de
todo el siglo XV fue investigada matemática y
científicamente por los artistas, que la llevaron a
su máximo esplendor
Puesto que el realismo de Giotto ha influido
en todas las generaciones posteriores de pinto
res, el pintor y escritor Giorgo Vasari lo califkx
de "padre de la pintura" Vasari escribió en 1 5 5 0
la biografía de los artistas italianos más conoc-
dos y de esta forma redactó la primera histo^a
del arte de la humanidad. El hecho de G>.e
Giotto encabece la lista de pintores de la Edac
Moderna que se describen en la Vida de 'es
más eminentes pintores, escultores y arquitec:cs
italianos es del todo acertado, porque su c c - -
cepción no sólo introdujo la tridimensionalidao
en la pintura sino que también fue el primer ar
tista que firmó su obra. Con este signo de inoí/-
dualidad creadora puso en marcha un desan-o-
lio, cuya consecuencia fue que los pintores co
menzaran a valorarse a sí mismos como a c :
especial, distanciándose de la tradicional laea
del artesano.
EL RENACIMIENTO EN FLORENCIA 1 4 2 0 - 1 5 0 0
El renacimiento del espíritu
Vasari describió las innovaciones y los cambios que se habían llevado a cabo durante el Trecen
to como una "rinascitá" un renacimiento. Sin
embargo, no fue hasta el siglo XIX que se utilizó
la palabra "Renacimiento" como término que
describía el período de creación artística de los
siglos XV y XVI.
El impulso innovador del Renacimiento nc
sólo se limitaba al mundo artístico. Lo más fas
cinante para el hombre de entonces era la ideo
logía humanística de la antigüedad: el interés
por el hombre, la reflexión sobre Dios y el mun
do y el uso de la razón y encontró ese espírin.
justamente en los tesoros artísticos clásicos Rrv
8 R E N A C I M I E N T O Y M A N I E R I S M O ( 1 4 2 0 - 1 6 0 0 )
ma se convirtió para los artistas en una cantera
de fornnas e ideas. Allí estudiaban las proporcio
nes de la arquitectura de la antigüedad y admi
raban las esculturas, que les parecían mucho
más vivas y ágiles que todo lo que jamás había
producido el gótico, el arte de los godos del nor
te, un pueblo "bárbaro" según la ideología italia
na. A ello había que remitirse si se quería dejar
atrás la Edad Media, el período intermedio entre
las culturas florecientes.
El centro espiritual y cultural indiscutible del
Quattrocento (siglo XV) fue Florencia. Allí vivían y
trabajaban los artistas más famosos, que goza
ban del mecenazgo de ricas familias de patri
cios, que hacían de comitentes. Destacó sobre
todo la familia de banqueros de los Médicis, que
durante generaciones impulsó y marcó la vida
cultural e intelectual de la ciudad. Cosimo de
Médici fundó la Academia Platónica, donde un
círculo de eruditos estudiaba a los clásicos, y
construyó, como más tarde Lorenzo, una biblio
teca. La cultura y el interés por el arte eran de
buen tono; también los círculos burgueses po
nían una atención hasta entonces desconocida
en obtener una cultura general amplia. El clima
existente era del todo estimulante: se estudiaban
los textos de Vitruvio y Euclides y se discutía so
bre geometría, poesía y filosofía. Los secretos de
la composición artística ya no pasaban confiden
cialmente del maestro al alumno como en tiem
pos de Giotto, sino que se discutían abiertamen
te; también se publicaron las primeras teorías
del arte. El artista y escritor León Battista Alberti
presentó en 1435 su tratado Sobre la pintura.
Alberti consiguió representar matemáticamente
los principios de la perspectiva tal y como Giotto
la había desarrollado por primera vez en sus
obras.
El descubrimiento de la perspectiva
El escultor y constructor de la cúpula de la cate
dral de Florencia, Filippo Brunelleschi, se dio
cuenta algunos años antes que Alberti de que
todas las líneas paralelas de la naturaleza con
vergen ante nuestros ojos en un punto determi
nado del horizonte. Sobre la base de esta pers
pectiva lineal, Alberti desarrolló un concepto que
permitía la representación espacial de objetos
tridimensionales sobre una superficie bidimen-
sional y comparó esta superficie con una "venta
na abierta" por la que el pintor mira al mundo.
Esta ventana se interpone entre el ojo y el moti
vo y recoge los rayos que parten de la naturaleza
y apuntan como una flecha a los ojos del pintor.
Según esta teoría todos los elementos del cua
dro se dirigen al punto de fuga. Alberti calculó
las distancias entre las líneas horizontales pro-
porcionalmente a la reducción dé las líneas que
convergen en el fondo del cuadro y consiguió
una retícula en la que los objetos se hacen más
pequeños conforme aumenta su distancia. De
esta forma se crea un cuadro que se correspon
de con nuestra visión tridimensional. El método
perspectivo de distribución del cuadro fija la vis
ta en un punto y, por lo tanto, se diferencia con
siderablemente de la alineación superficial de la
perspectiva Jerárquica.
Este espacio en el cuadro, que se distribuía
mediante una perspectiva central, se correspon
de completamente con el espíritu de la época.
En un período en el que el interés se centraba
progresivamente en lo terrenal, éste complacía
la necesidad de una representación fiel de la
realidad y satisfacía estéticamente el ideal rena
centista de apropiarse del mundo mediante el
esfuerzo intelectual. El artista, que dominaba las
leyes de la perspectiva central, se presentaba a sí
mismo como el "encargado de ordenar el mun
do" En esos momentos la realidad se compren
día intelectualmente y se le otorgaba una nueva
configuración sobre la base de las leyes mate
máticas.
La ruptura con el pasado
Masaccio fue el primer pintor que se dio cuenta
de la importancia del descubrimiento de la pers
pectiva para la pintura. Hacia 1427 pintó un
fresco de la Trinidad en la iglesia Santa María
Novella de Florencia que escandalizó a los visi
tantes. El efecto espacial que poseía el cuadro se
oponía completamente a la costumbre visual de
la época: los espectadores llegaron a creer que
miraban una capilla colindante. Este sorprenden
te efecto del fresco La Trinidad no se produce
solamente gracias a la perspectiva que poseía la
arquitectura de la antigüedad clásica en la que
se resaltaban las columnas y el artesonado, sino
sobre todo por la proporcionalidad entre los
cuerpos y el espacio por lo que puede apreciar
se una representación tan real. El hombre y la ar
quitectura se someten a la misma medida, por
lo que están en armonía. Mientras que los per
sonajes en las representaciones de santos más
antiguas están rodeadas a menudo por un nicho
o un trono que define su volumen corporal, las
figuras de Masaccio no necesitan de esta arqui
tectura que sugiere plasticidad, puesto que se
encuentran libres e independientes dentro de un
Masaccio, La Trinidad, hacia 1427 Fresco, 6 8 0 x 475 cm. Santa Maria Novella, Florencia
La representación que hace Masaccio de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo, representado por una paloma) era tan inusual en aquel tiempo, que en un principio se llegó a creer que el pintor había abierto un boquete en la pared que mostraba el interior de una capilla colindante La marcada configuración en perspectiva del espacio y los cuerpos de los personajes, elaborados plásticamente desde "dentro" como estatuas, forman una unidad orgánica. Este fresco, que seguramente fue pintado por el joven pintor en el año de su muerte, acaecida a la temprana edad de 27 años, fue la primera pintura en la que se creó plasticidad mediante líneas de fuga, y espacio perspectivo a través de la distribución de la luminosidad. Por ello se considera a Masaccio el pionero y el fundador de la pintura del Renacimiento.
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espacio construido de forma compacta y conti
nua, de modo que se da la impresión de profun
didad. La plasticidad natural alcanzada gracias al
suave contraste de luz -otra novedad- otorga a
los personajes una presencia, independencia e
individualidad desconocidas hasta entonces.
En el fresco de Masaccio no sólo son impor
tantes los personajes representados sino que el
espectador también forma parte de la obra. La
composición perspectivolineal causa la impre
sión de que todo el suceso apunta únicamente
a la mirada del espectador puesto que el punto
de fuga se encuentra a la altura de los ojos, en
el primer saliente de la cornisa. Gracias al hecho
de que las figuras de los mecenas arrodillados
ante las pilastras y las de los santos dentro del
nicho tienen la misma proporción, la frontera en
tre lo terrenal y lo divino se concibe con más
fluidez. El sarcófago que emerge de la imagen
subraya este efecto. De esta forma el arte une el
mundo divino y el terrenal. Gracias al ingenio in
telectual de la composición, esta representación
de santos experimenta una secularización, sin
perder por ello el contenido sacro. Al contrario,
mediante el carácter inmediato de la representa
ción la pintura se vuelve más enfática. La com
posición del fresco concebida racionalmente
apoya el efecto emocional.
Igual que Masaccio se inspiró en el arte de
la antigüedad, también podemos reconocer con
facilidad este modelo en Paolo Ucello en su ta
bla Batalla de San Romano: la plasticidad y volu-
minosidad de los caballos recuerdan claramente
la escultura clásica. La representación de la es
cena de la batalla, tema muy inusual en aquel
tiempo porque no era sacro, surgió por encargo
de la familia Médici con motivo de la victoria de
los florentinos en el año 1432. Parece que el te
ma fue para el artista, del que se afirmó que era
un fanático admirador y seguidor de la perspec
tiva, una ocasión ideal para representar correcta
mente diferentes escenas desde el punto de vis
ta de la perspectiva. A pesar del embrollo de lan
zas, caballos y guerreros, la claridad y el orden
dominan el cuadro. Uccello muestra mediante
determinados elementos la retícula de alinea
ción, que por regla general únicamente estaba
presente en la imaginación, haciendo que las
lanzas caídas en el suelo apunten al punto de
fuga y proporcionando profundidad al primer
plano gracias a la disposición diagonal de las
mismas.
Mientras que los pintores Masaccio y Ucce
llo impresionaban sobre todo mediante el domi
nio de la perspectiva, el monje de la orden de
los dominicos, Fra Angélico, perseguía en sus
obras la expresión de los sentimientos humanos.
Aunque en la composición del fresco de la
Anunciación observa parcialmente las leyes de
la perspectiva, en un principio el pintor no se
interesaba por este problema artístico. Es más, la
intención que perseguía Fra Angélico en sus
obras era captar la dimensión sentimenta y
psicológica de la situación representada. Santa
María, que acaba de saber que va a dar a luz al
Salvador está sentada, muy terrenalmente, sobre
un taburete en un arcada abierta en medio de
un jardín con flores. Esta pintura ya no tiene na
da en común con las rígidas madonas pintadas
sobre fondos dorados de la Edad Media. A pesar
del fondo terrenal, Fra Angélico supo recrear con
su delicada forma de expresión un ambiente re
pleto de devoción y profundamente religioso. La
sencillez y la naturalidad del ambiente se corres-
Paolo Uccello, La batalla de San Romano, hacia 1450-60. Temple sobre tabla, 181 x 320 cm. Gallería degli Uffizi, Florencia
La tabla central de la serie de tres partes La Batalla de San Romano muestra la derrota del condotiero de los sieneses Bernadino della Ciarda. El pintor eligió el momento más dramático de la batalla, cuando aquél es derribado de su corcel.
Uccello aprovecha la representación de la acción bélica para demostrar sus observaciones científicas de la naturaleza: mueve y gira los caballos y los muestra en todas las posiciones posibles. Asimismo, deja en el centro del cuadro un espacio muy amplio para pintar el fondo, con lo que demuestra que fue uno de los primeros pintores que le concedió valor
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Fra Angélico, Anunciación, hacia 1430-45. Fresco. Convento de San Marcos, Florencia
El estilo pictórico de Fra Angélico está caracteñzaóo por la belleza y la gracia, la delicados contornos y el coloreado sencillo.
Aunque todavía presenta rasgos del gótico internacional, introduce las novedades del Quattrocento: renuncia al fondo dorado y observa las leyes de la perspectiva desarrolladas justo en su tiempo.
En su Anunciación, que decora una celda del convento de San Marcos, un ángel con magníficas alas se acerca cuidadosamente a la Virgen María. Con los brazos cruzados en señal de saludo, las cabezas de ambos se inclinan dialogando íntimamente. Igual que en otras pinturas referentes a la Anunciación, el artista no evita la humildad que muestra María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" El jardín vallado con flores representa la Inmaculada Concepción.
pondían con el ideal de pobreza ascética de los
dominicos de San Marco, por cuyo encargo Fra
Angélico pintó este fresco.
El hombre en el centro de atención: el retrato
El espíritu del humanismo, que sitúa al hombre
en el centro del universo, se manifiesta durante
el Renacimiento más allá de los tema sacros
con la aparición de un nuevo género: el retrato.
Al principio los pintores pusieron todo su empe
ño en buscar la forma de individualización más
importante, el rostro, que ofrecía la posibilidad
de representar los detalles con precisión y í\rme-
za. El Perfil de una joven, que se adjudica a An
tonio del Pollaiuolo, es un ejemplo típico de un
retrato pintado a principios del siglo XV El punto
de vista preferido era el del perfil, porque se cre
ía que era la parte que menos se podía embelle
cer y variar de forma que podían satisfacerse
completamente las exigencias de veracidad y
exactitud que regían en aquel tiempo. Aunque
los pintores se esforzaban en mostrar al retrata
do como una personalidad individual, el perfil
concede muy poco espacio para recrear una de
lincación viva o una figuración psicológica del
ser. Es más, son tan cerrados que recuerdan los
retratos de las monedas y medallas antiguas
que, como se ha podido comprobar posterior
mente, eran objeto de estudio para los artistas
del Renacimiento. No obstante, en la segunda
mitad del siglo se impuso cada vez más el retra
to de medio perfil, que permitía una caracteriza
ción mucho más sutil.
Los pintores miden el mundo
Si hasta el Renacimiento se había visto al artista
como un simple artesano, ahora se reivindicaba
que debía considerarse la pintura como un arte
liberal (ars liberalis) y no como una de las artes
mecánicas (ars mechanica). Esta exigencia no
sólo se basaba en el deseo de proporcionar a la
pintura una posición social y cultural elevada,
como de la que hacía tiempo disfrutaban la mú
sica, la retórica y la poesía, sino que también se
razonaba desde un punto de vista objetivo ase
gurando que el artista no se remitía únicamente
a métodos científicos anteriores, sino que ade
más contribuía de forma importante a su desa
rrollo. Realmente solían ser los mejores eruditos,
puesto que estudiaban la naturaleza por obser
vación propia y no como sus colegas más ins
truidos, que se basaban en libros arcaicos que
transmitían únicamente un conocimiento apro
bado por la Iglesia.
Piero della Francesca poseía uno de estos
espíritus investigadores. Lo representaba todo, ya
fuera un edificio, un jarrón o un cráneo humano
con ayuda de complicados dibujos. Publicó sus
descubrimientos en varios tratados, entre los que
se encuentra el tratado De la Pintura, pensado
como un verdadero libro de enseñanzas. La fuer
za motriz que impulsaba a Piero, como a mu
chos artistas del Renacimiento, era la convicción
de que la creación divina se basaba en una geo
metría perfecta. Él se había impuesto la tarea de
investigarla y representarla. No sólo calculaba las
construcciones de las imágenes hasta el más
Antonio del Pollaiuolo, Perfil de una joven, hacia 1460. Temple sobre tabla, 52,5 x 36,5 cm. Staatliche Museen, Berlín. Patrimonio Cultural Prusiano, Pinacoteca
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Piero della Francesca, La flagelación de Cristo, hacia 1 460. Temple sobre tabla, 81,5 x 59 cm. Gallería Nazionale, Urbino
Esta temática es muy inusual en la pintura y aún hoy en día no se ha aclarado por completo. El cuadro posiblemente fuera el regalo de un ciudadano con ambiciones políticas al duque de Urbino y transmitía un mensaje diplomático. Los hombres del primer plano podrían ser contemporáneos de Piero y puede verse una escena actual; una discusión política.
La izquierda del cuadro evoca otra realidad: la flagelación de Cristo debe entenderse como la representación del contenido de la conversación de la derecha. La flagelación simboliza el sufrimiento de los cristianos causado por los turcos que en 1 4 5 3 conquistaron Constantinopla y acabaron con el Imperio Bizantino. El orador de la derecha podría ser un descendiente del Imperio Romano de Oriente que aboga por una intervención militar de occidente.
mínimo detalle, sino que fue uno de los prime
ros pintores del Renacimiento que reconoció el
efecto de la luz y el significado del mismo en el
aspecto de materia y de color
La técnica de la veladura que Piero había
aprendido de los holandeses que trabajaban en
la corte de Urbino, proporcionó a sus cuadros
una claridad luminosa y, por primera vez, el efec
to de una luz natural y diurna. Mediante esta ilu
minación que capta de igual forma la totalidad
de los elementos del cuadro se funden todas las
partes en una composición única. También la
atrevida representación de la Flagelación de
Cristo, en la que el tema principal se encuentra
en un pórtico de columnas al fondo, mientras
que en el primer plano se observa a un grupo
de hombres que posiblemente pertenezcan al
círculo de conocidos del autor, se ve unificada
por la luz que fluye equitativamente por todo el
cuadro.
Piero della Francesca enriqueció la pintura
con una nueva dimensión: al espacio, color y
cuerpo añadió la luz como nuevo medio com
positivo. Y ya no pasará mucho tiempo hasta
que la pintura relativamente estática del Quattro
cento adquiera el movimiento insospechado del
torbellino revoltoso de los elfos bailarines de
Botticelli, con lo que los pintores dominan a la
perfección los cinco elementos más importantes
de la pintura: color espacio, plasticidad, luz y
movimiento.
También en la obra de Andrea Mantegna
puede verse con claridad el empuje que dieron
los artistas a este desarrollo tan rápido que sólo
dura un siglo y cómo se atrevieron constante
mente a realizar creaciones más osadas. Este
pintor estaba fascinado principalmente por la
fuerza sugestiva de la perspectiva, que es capaz
de hacer partícipe a quien contempla la obra.
Fue el medio que empleó para "conducir la vista
y el sentimiento del espectador"
En el Cristo Muerto de Mantegna, es admira
dísimo el escorzo del cuerpo sin vida de Cristo,
que sigue a quien lo contempla en cualquier po
sición en que éste se sitúe, produciéndole la im
presión de que se encuentra a los pies del hijo
de Dios que, con sus heridas abiertas, parece in
troducirse en la misma habitación donde se ha
lla el espectador
Imágenes en movimiento de dioses paganos
Lorenzo de Médici, que llevaba el sobrenombre
de "il Magnifico" convirtió la Florencia de los
años setenta del siglo XV en la potencia política
y cultural más importante de Italia. Había conse
guido consolidar su posición, manteniendo la
forma de gobierno de la república, de manera
que llegó a poseer una autoridad parecida a la
de un príncipe y, aunque no formaba parte del
gobierno, tenía es sus manos el control de la
ciudad. Era una persona de una cultura admira
ble y destacó como patrocinador y mecenas de
los artistas. Uno de sus protegidos más impor
tantes, junto a Miguel Ángel, fue el pintor Sandro
Botticelli.
Botticelli posiblemente consiguió atraer la
1 2 R E N A C I M I E N T O Y M A N I E R I S M O ( 1 4 2 0 - 1 6 0 0 )
atención de Lorenzo gracias a los temas de sus
cuadros, que dejaban entrever un gran conoci
miento de la mitología griega. Hasta aquel mo
mento los pintores se habían limitado principal
mente a la búsqueda e inspiración de la realidad
según el ejemplo de la filosofía antigua. La con
cepción de la realidad razonada de forma huma
nista era traspasada a los temas cristianos, que
todavía determinaban los temas artísticos. Sin
embargo, a partir de la mitad del siglo destacó
una nueva concepción de la antigüedad clásica.
Entonces se intentó comprender e imitar la anti
güedad desde sus propias condiciones. En la se
gunda mitad del siglo aparecieron progresiva
mente, junto a representaciones cristianas, esce
nas pertenecientes a las/sagas y al mundo de
los dioses griegos.
El Nacimiento de Venus de Botticelli también
surge de esta temática. La diosa griega Afrodita
(la adaptación romana la convirtió en Venus) sur
ge de una esfera divina, inalcanzable y es arras
trada por la corriente a tierra firme, al mundo
real. Este desnudo de tamaño real, con una Ve
nus sensual y ensimismada, es una antorcha en
cendida en contra del arte incorpóreo del gótico
y al mismo tiempo una imagen en la que la lle
gada a tierra de esta diosa nacida de la espuma
se convierte en una alegoría del renacimiento de
la humanidad a partir del espíritu de la antigüe
dad clásica, la gran esperanza del Renacimiento.
Sin embargo, este significado más profundo de
las pinturas únicamente se revelaba si se conce
bían como la plasmación de una idea. Esta for
ma de lectura presuponía una cierta cultura y
era justamente esto lo que convertía los temas
paganos en un poderoso atractivo para los prín
cipes terrenales. Con el conocimiento de la his
toria escondida detrás del cuadro, una represen
tación mitológica podía convertirse rápidamente
en una alegoría política o incluso en un paquete
ingeniosamente envuelto en alusiones eróticas.
Con la posesión de estas obras de arte para "ins
truidos" se podían demostrar conocimientos am
plios y una educación distinguida; virtudes que
fueron el instrumento de los ciudadanos erudi
tos del humanismo para liberarse de las atadu
ras de los poderes eclesiásticos.
El mundo de los dioses. Saturno y las ninfas
era sinónimo de libertad también para los artis
tas. Puesto que estos temas no estaban someti
dos a ningún canon, ni existía una iconografía
determinada que debía seguirse, como en el ca
so de las representaciones cristianas, el pintor
disfrutaba en estos lienzos de una gran libertad
que sólo estaba limitada por sus conocimientos
en el ámbito de las ciencias: matemáticas, filoso
fía y literatura. A consecuencia de ello, se otorgó
tanto a la pintura como a los pintores una auto
nomía desconocida hasta entonces: el funda
mento del arte ya no era la coherencia religiosa,
aunque los temas cristianos todavía dominarán
por mucho tiempo la pintura, sino que residía
básicamente en las ciencias. De esta forma el
pintor, que las dominaba, se acercaba a la posi
ción del científico. El pintor-artesano se había
convertido en un erudito.
Este cambio marca entre otras cosas la fron
tera entre el principio y el final del Renacimiento,
cuyo máximo exponente de "artista-erudito" fue
Leonardo da Vinci.
Andrea Mantegna, Cristo muerto. hacia 1480. Temple sobre lienzo, 68 x 81 cm. Pinacoteca di Brera, Milán
Sandro Botticelli, El nacimiento de Venus hacia 1485. Temple sobre lienzo, 1 72 X 2,85 m. Galleria degli Uffizi, Florencia
Con El nacimiento de Venus Botticelli retoma un tema mitológico. Los dioses del viento empujan sobre una concha (símbolo de la fertilidad) a Venus, la diosa de la belleza y del amor que nace de la espuma de las olas, a través de un mar revuelto hacia tierra firme, donde la diosa Flora la envuelve en un manto rosado. Los cabellos y mantos agitados por el viento otorgan al cuadro una agilidad volátil. Siguiendo el ejemplo de gran parte de las estatuas griegas, Botticelli ha representado a su diosa en una posición de contrapuesto entre la pierna libre y la de apoyo. La apariencia ensimismada y a su vez ágil del personaje central dan al cuadro una serena calma que Botticelli subraya usando tonos pastel claros, que a su vez remarcan la representación estilizada de las figuras.
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Maestro de todas las ciencias
L E O N A R D O DA V I N C I 1 4 5 2 - 1 5 1 9
Leonardo da Vinci es el protot ipo del hombre del Renaci-nniento, ¡Jomo universale, infinitannente creador No sólo fue un genia innovador en la pintura, sino que poseía grandes conocinnientos en todas las ramas de las c iencias naturales, la técnica y la arquitectura. Sus con temporáneos ya admiraban su talento universal y su nacabable afán de nvestigación y estudio. Combinaba genialmente las observaciones de la naturaleza más objetivas con una pasión por la penetración artística de la realidad invisible. Su pintura influyó en muchos artistas a lo largo de los siglos.
Leonardo nació en 1 4 5 2 en un pequeño pueblo del norte de Italia l lamado Vinci. Se poseen muy pocos datos sobre su juventud. Sin embargo, se sabe que vivió en Florencia a partir de 1469, donde en 1471 inició un aprendizaje que se prolongaría durante 5 años en el taller del pintor Verrocchio.
Entre sus primeras obras se encuentran vanas representaciones de la Virgen María, entre
las que destaca La Anunciación. En este óleo sobre tabla comenzado en 1471 ya se ponen de manifiesto los especiales dotes de expresión pictórica de Leonardo.
La Anunciación transcurre delante de la casa de la Virgen María durante el crepúsculo vespertino. El jardín, cubierto de césped y flores, se presenta suave y está rodeado por un muro. En el centro superior del cuadro se abre el bosque, que dinge la vista hacia un profundo paisaje con árboles y colinas. El arcángel Gabriel, vestido con una capa roja, inclina la rodilla derecha para anunciar a María el mensaje de Dios. La Virgen María contesta al saludo del ángel con sinceridad y valentía. Su brazo derecho descansa sobre una labor
María, con su cabello largo y ondulado y su tierna fisonomía, representa el ideal de belleza de Leonardo. La exactitud en el dibujo y la mati-zación cromática de las fisionomías refinadas caracterizan la obra del pintor durante esta época y son la expresión del intento de representar plásticamente el alma interior
Leonardo desarrolla la técnica del d i fuminado
En 1 482 Leonardo se trasladó a la corte de Lu-dovico Sforza en Milán, al que en un principio sirvió como retratista, pero con el que, gracias a su gran talento, enseguida empezó a trabajar c o m o ingeniero de acueductos, inventor y constructor de maquinaria bélica y fortificaciones e incluso de organizador de opulentos
festejos y representaciones teatrales. Durante su estancia en M lán, Leonardo
recibió, además, una abundante cantidad de encargos para la creación plástica de temas religiosos y bíblicos. En este período llevó la técnica del difuminado (sfumato en italiano) a su más alta perfección. El difuminado se alcanza mediante una suave fusión de luces y sombras; los cuerpos pierden su ngidez y la realidad aparece desvanecida y esfumada. Todos estos elementos causan numerosos sentimientos al espectador
La recíproca debilitación de los contornos y la casi total ausencia de las delimitaciones crea una atmósfera de libre representación pictórica, en la que el color parece adaptarse a los lugares y objetos; el día y la noche, la claridad y la oscuridad se convierten en componentes significantes de la pintura. Leonardo se presenta como un maestro de la primera pintura florentina pero al mismo t iempo la supera, aunque recoge su herencia y sustituye la orientación del dibujo como forma de expresión estrictamente
Autorretrato (Atribución dudosa), hacia 1515. Sanguina, 33,2 x 21,2 cm. Biblioteca Reale, Turín
l ineal y geomét r i camente abstracta por el difuminado juego entre luces y sombras, que muestra la vitalidad de los cuerpos revelando así su espiritualidad e inmaterialidad.
El punto de partida de esta innovación es el concepto positivo que tiene Leonardo de las sombras , que ya no s ign i f ican so lamente ausencia de luz y co lor sino que poseen asimismo un valor cromático y un tono propios, que pueden y deben interpretarse y reflejarse
La realidad construida: La última cena
Sin embargo, Leonardo no sólo investigó los efectos de la uz y del color en la pintura incorporando éstos de forma innovadora en sus cuadros. Al igual que muchos de sus contemporáneos estudió la representación de la realidad espacial mediante imágenes perspectivas sobre el plano. De esta forma, obtenía una copia "rea ista" del m u n d o , que ordenaba mediante relaciones internas de contenido y de forma en una nueva realidad conceptual de la obra. Este deseo de "dominar la belleza de la naturaleza" es decir de percibirla, crearla de nuevo y superarla, se observa con toda clandad en su fresco La última cena.
Este mural pintado entre los años 1495 y 1 4 9 8 para el refectorio del convento Santa Maria delle Grazie de Milán por encargo de los frailes muestra un exuberante t ramado de relaciones contextúales. En la parte inferior del cuadro, frente a espectador se extiende la mesa, de fo rma que, qu ien c o n t e m p l a el cuadro, se encuentra justamente enfrente de Cristo y los apóstoles. Cristo ocupa el centro del cuadro y acaba de pronunciar las tan trascendentales palabras: "En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará" Los apóstoles niegan esta acusación mostrando un compor tamien to consternado y murmuran entre ellos. Como una onda se esparce el pavor y la sorpresa desde el centro del cuadro a los lados y desde allí vuelve otra vez al centro de la mesa. Por el contrario, la figura central. Cristo,
Estudio de las proporciones del cuerpo humano. 1 492. Gallería dellAccademia, Venecia
La Anunciación, hacia 1 472. Óleo sobre tabla, 98 x 21 7 cm. Galleria degli Uffizi, Florencia
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Proyecto para un aparato volador Bibliothéque de l'lnstitut de France, París
muestra tranquilidad y equilibrio y se caracteriza por una estática solemne y llena de dignidad. Por encima de la ventana central se ve un arco de medio punto que puede interpretarse como una aureola arquitectónica que cubre la cabeza de Jesús. Todas las íneas perspectivas del espacio fluyen hacia este punto, sobre todo las de los tapices y los artesonados.
La combinación moderada de observación exacta de la naturaleza y construcción artística que puede apreciarse en este cuadro se ha descrito y admirado con frecuencia.
Leonardo como científ ico y técnico
Leonardo siempre combinó el amor por la na tu ra leza con el deseo de nves t igar la científicamente, dominarla y plasmarla. Como arqui tecto e ngeniero desarrol ló planos e inventos futuristas, como la construcción de aparatos voladores propulsados por la fuerza
muscular Desde 1478 aproximadamente se consagró a la elaboración de un compendio sobre el conocimiento manual y técnico de su t iempo que da testimonio de la vastedad de sus intereses; asimismo, investigó las funciones de la mecánica y de la óptica con ayuda de las matemáticas y exploró las leyes locomotoras de la naturaleza. Junto a médicos de mucho renombre llevó a cabo estudios anatómicos (que en aquel tiempo estaban mal vistos), que elaboró por escrito y de los que realizó dibujos.
La obra tardía de Leonardo
Durante la invasión francesa de Italia en 1 4 9 9 Leonardo se vio involucrado en las convulsiones causadas por la caída del dominio de los Sforza en Milán. A lo largo de los años siguientes llevó una vida casi nómada viajando de un sitio para otro entre Mantua, Florencia, Roma, Milán y Parma.
Una obra perteneciente a esta época ha sobrevivido a los siglos y con toda segundad es su cuadro más famoso y posiblemente también el retrato más conocido de toda la histona del arte: La Mona Lisa, o Gioconda.
Todavía quedan muchas cuest iones por resolver referentes a este cuadro que Leonardo da Vinci pintó hacia 1 503. Por lo pronto no se sabe con toda seguridad quién es la mujer retratada. Vasari, que fue quien transmitió el nombre de Mona Lisa y afirmó que la pintura retrataba a la esposa de Francesco del Gio-condo, informó sobre la creación de la obra sin haberla visto nunca. Por ello, a lo largo de toda la histona del arte se han dado toda clase de interpretaciones. Leonardo no sólo persiguió en este cuadro una representación naturalista, sino que creó la imagen externa de una joven, cuya dulce sonnsa y tranquilos y afables ojos reflejan un alma interior Parece que la Mona Lisa no esté pintada desde fuera, sino que su composición parta de dentro, igual que sucede con el
Mona Lisa, hacia 1 503. Óleo sobre tabla, 77 x 53 cm. Musée du Louvre, París
paisaje del fondo. La magia del difuminado, de la luz mortecina sin ngidez ni sevendad, salen a relucir con especial bnllantez en este retrato. Es justamente en lo esfumado y desvanecido de la técnica del difuminado donde se puede apreciar la vitalidad del rostro: dependiendo de las expectativas que cada uno albergue al contemplar el rostro de la Gioconda, ésta le devuelve la mirada.
En 1 507 Leonardo se puso al servicio del rey de Francia y en 1 5 1 5 se trasladó a Francia aceptando la hospitalidad de Francisco I, que le regaló una finca en la que vivió con grandes honores.
En mayo de 1 5 1 9 muñó en el castillo de Cloux, cerca de Amboise
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Genial creador de la levedad voluminosa
M I G U E L ÁNGEL B U O N A R R O T I 1 4 7 5 - 1 5 6 4
Muchos ven en Miguel Ángel al artista más completo del Renacimiento, en cuya
persona y obra se muestran la grandeza y ia tragedia de esta época. Sus creaciones en
los ámbitos de la pintura, escultura y arquitectura forman una obra unificada, en cuyo
centro se halla el ser humano creador con toda su fuerza y sufrimiento. Para Miguel
Ángel el trabajo artístico es el medio por que el hombre puede alcanzar la conciencia
individual y la comprensión del mundo y se convierte para él en una religión universal.
Miguel Ángel Buonarroti nació en 1 475 en una familia distinguida de burgueses en Caprese, cerca de Arezzo. En 1488 comenzó a trabajar en el taller de Ghirlandaio de Florencia. No obstante, al poco tiempo se fue a trabajar con Bertoldo di Giovanni, que lo introdujo en el círculo de los Médicis. En 1 4 9 0 conoció a través de Lorenzo il Magnifico a los más grandes de la Academia Neo-platónica, cuyas ideas humanísticas serían tan importantes para su obra.
Tras la caída de los Médic is en 1 4 9 4 Miguel Ángel huyó a Boloña. Sin embargo un año después volvió a Florencia y en 1496 viajó por pnmera vez a Roma. En 1501 de vuelta en Florencia, buscó la polémica con su antípoda Leonardo da Vinci. Los murales de ambos artistas en el Palazzo Vecchio ya no se conservan, sin embargo existe otra obra donde puede apreciarse el estilo artístico de Miguel Ángel en aquella época: La Sagrada Familia, también denominada Tondo Doni, obra que el artista pintó en 1 503-04. El personaje central, la Virgen María, está arrodillada sobre el jardín y se vuelve con un largo giro del torso [linea serpentinata) hacia un San José también arrodillado detrás de ella y coge entre sus brazos a un robusto niño Jesús. Detrás de un muro, a la derecha, se
encuentra San Juan Bautista n ño. El espac io entre ambos insinúa que el
camino de los dos niños se separará: San
Juan predicará por el mundo la le
gada del Señor,
^ Jesuc r i s to co-
^ menzará su cam i n o de so e-
dad in te rna y se preparará para la Pa
sión. Todos los personajes expresan
s o l e m n i d a d . La clara delimitación del grupo central
t
David, 1 501 - 0 4 . Mármol. Altura: 5 5 0 cm. Galleria dellAccademia, Florencia
La Sagrada Familia (Tondo Doni), hacia 1 503 Temple sobre tabla. Diámetro: 1 20 cm. Galleria degli Uffizi, Florencia
respecto de los personajes del segundo plano, el paisaje de colores vivos y la plasticidad de la escena pueden entenderse como un medio de composición opuesto a la sutil técnica del difuminado de Leonardo que Miguel Ángel ha utilizado deliberadamente
Miguel Ángel como escultor Miguel Ángel creyó que, sobre todo en la escultura, podía convertir en realidad su idea del hombre como centro'de la creación divina. El cuerpo desnudo y gigante del hombre representaba para el artista la íntegra transformación de este concepto. Como ideal pedagógico y como poder ético, éste todavía se encontraba en la tradición de la antigüedad: sin embargo, Migue l Ángel tenía otra concepc ión de la escultura. Para el artista, el cuerpo es masa y volumen que debe extraerse de la resistente piedra sometida a la gravedad de la tierra. Una concepción que también traspasó a la pintura.
Durante sus años florentinos, entre 1501 y 1 504, creó el famoso David. En un principio esta escultura estaba pensada para decorar un nicho de la catedral, aunque más tarde se colocó en el Palazzo Vecchio. David, en su pugna entre el detalle y el tamaño, despide una controlada pero heroica pasión.
Las extremidades inferiores soportan el imponente peso del vigoroso torso. Todo el peso recae sobre la pierna de la derecha (definida en
la antigüedad como pierna de apoyo en contraposición a la pierna libre), mientras que el resto del cuerpo se prepara para realizar un acto de fuerza. Las manos son grandes y pesadas y esta impresión refuerza todavía más la mano izquierda apoyada sobre el hombro. Toda la atención y energía se concentran en la cabeza y se juntan en las cejas, sobre la raíz de la nariz.
En su unidad de fuerza y furor los contemporáneos del artista ya vieron en David un excelso vigía de la l ibertad e independencia y una alegoría política de la república de Florencia así como de las virtudes de los ciudadanos.
La Capilla Sixtina En 1 505 el papa Julio II invita al artista a Roma-para confiarle la escultura de su propia tumba en la iglesia de San Pedro en Vincoli. El papa Julio era un guerrero, que, espada en mano a
la cabeza de su ejercito, sometió personalmente vanas ciudades y las incorporó al
estado del Vat icano. A su vez, era el patrón de las artes: reunió a su alrededor a los más prestigiosos artistas de su tiempo, a los que intentó imponer su voluntad. Su genio colérico incluso lo impulsó a golpear a Miguel Ángel para que fuera a trabajar En 1 508 el papa encargó al artista, que hubiera pretendo dedicarse exclu
sivamente a la escultura, la decoración de la Capilla Sixtina. Un año después
Miguel Ángel comenzó con esta labor que duró hasta 1 5 1 2 . El acabado de
todas las pinturas lo llevó a cabo el artista personalmente. Dividió la colosal bóveda en cañón en una
arquitectura ficticia pintada y eligió como tema pnncipal la creación del mundo hasta la caída del pnmer hombre. Reprodujo el ciclo del Génesis, nueve episodios que comienzan con la división entre la luz y la oscuridad hasta la ridi-culización de Noé, y añadió por otros motivos a personajes independientes: profetas, sibilas, antepasados de Jesús y amorcillos.
En este a m b i c oso p royec to , que constantemente estuvo enturb iado por los serios conflictos con el patrocinador Miguel
Virgen con el Niño, Sanguina Casa Buonarroti. Florencia
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La creación de Adán (Detalle del fresco del techo de la Capilla Sixtina), 1 5 0 8 - 1 2. Fresco de unos 2,8 x 5,7 m. Capilla Sixtina, Vaticano, Roma
Ángel p lasmó su concepc ión de la representación de la mitología cristiana a través de la fusión del contraste entre la atadura corporal y la l i be r tad de i n s p i r a c i ó n esp i r i t ua La decoración de la Capilla Sixtina está caracterizada básicamente por un inagotable acopio de formas y torsiones del cuerpo humano que sugieren una eterna movi l idad de todo el suceso (y con ello "actualidad" y referencia a este mundo).
En el centro de la histona del Génesis bíblico, tal y como la interpretaba Miguel Ángel, se encuentra el hombre liberado de la capacidad creadora divina con fuerza de voluntad propia: el ideal renacentista en su forma más completa. En la escena de la creación culmina el encuentro de dos energías muy potentes: Dios, como fuerza que actúa, y el hombre, que todavía descansa ensimismado. Sólo falta la chispa que salta de un dedo al otro y que otorga al hombre su fuerza de voluntad.
Dios se nos p resen ta c o m o un fuer te torbellino; con el brazo izquierdo rodea a Eva, todavía inacabada, y su mano descansa sobre el hombro del niño Jesús, que todavía no ha nacido.
Tras la muerte de Julio II, su sucesor, el papa León X, que provenía de la familia de los Médicis, envió al artista a Florencia para que diera forma a las tumbas de los príncipes Giuliano y Lorenzo de Médici en la Capella Medicea. En estos trabajos desaparece el carácter heroico que hasta entonces había predominado y se percibe una expresión más espiritual y melancólica de las figuras, que ilumina el equilibno humano entre el tiempo y la eternidad.
El Juicio Final Pablo III Farnese, nombrado papa en 1534 , libró a Miguel Ángel de todos los compromisos y lo nombró primer arquitecto, escultor y pintor del Vaticano. En consecuencia el artista se trasladó para siempre a Roma.
Al cabo de un año se le encargó la representación del Juicio Final en forma de mural sobre la pared frontal de la Capilla Sixtina, que acabó oficialmente el 31 de octubre de 1 541
Esta obra es una de la representaciones más impresionantes del tema en toda la historia del arte. Se descubre todo un cosmos en cuyo centro se encuentra un Cristo desnudo que derrocha juventud y fuerza divina. El Resucitado, en su majestuosidad celestial, todavía muestra las hendas de la Pasión. En la mitad supenor del fresco, a la izquierda, puede contemplarse a
los Patriarcas y a los salvados del limbo con Adán como pnmer hombre y prefiguración de Cristo; a la derecha los santos y los mártires con sus instrumentos de tormento. Sobre ellos, unos ángeles sin alas sostienen con tremendos esfuerzos los pertrechos de suplicio con los que se torturó a Cristo.
Debajo del Hijo de Dios, en diagonal, se sienta San Bartolomé, que sujeta su piel como símbolo de martino y en el que se presupone un autorretrato del artista.
En la parte infenor, debajo de Cnsto, los án
geles tocan las trompas del juicio final. A la izquierda los muertos se levantan de sus tumbas, sobre ellos los elegidos ascienden al cielo. Sin embargo, el ascenso no es fácil, deben sobreponerse a la gravedad con gran esfuerzo, agarrándose a otros cuerpos y ayudándose entre ellos. En el lado opuesto se halla, a la misma altura, la caída al infierno de los condenados. Ángeles vengadores, verdugos de la sentencia divina, rechazan a los reprobos empujándolos a la tierra donde los demonios toman y arrastran sus cuerpos hacia el infierno. Son obligados por la fuerza de Carente y Minos, con lo que Miguel Ángel adoptó el concepto de infierno de la antigüedad. El artista representa el acto final de la historia de la humanidad como una inhumana tragedia cósmica.
La desnudez de las figuras provocó la indignación de varios papas postenores y de la Contrarreforma. Se acordó que el alumno de Miguel Ángel Daniele da Volterra cubnera entre 1 559-60 toda parte obscena de la pintura para salvar así el fresco de la destrucción planeada por la Inquisición.
En los últimos años de su vida, el maestro se dedicó principalmente a realizar diseños de iglesias y a trabajar en la basílica de San Pedro de Roma, para la que diseñó una cúpula de madera que llevaría a cabo su alumno della Porta en 1 590, según los planos del maestro.
Miguel Ángel muñó en febrero de 1 5 6 4 en Roma.
El Juicio Final, 1 5 3 4 - 4 1 Fresco, 1 7 x 1 3,3 m. Capilla Sixtina, Vaticano, Roma
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Punto culminante del arte renacentista: La Escuela de Atenas 1 5 1 0 - 1 1 Fresco, base: 7 72 m. Stanza di Raffaello, Vaticano, Roma
R A F A E L
Rafael se trasladó a Roma en 1 508, donde comenzó a trabajar en la decoración de las Estancias en el Vaticano, lugares entonces de trabajo y pequeñas bibliotecas. Al poco tiempo se convirtió en uno de los artistas más importantes de la corte papal y recibió la ayuda de muchos colaboradores.
El carácter de todas las estancias está dominado por una concepción espiritual neoplatónica y humanística, que desea unificar la sabiduría y la belleza en figuras de noble humanidad. La Escuela de Atenas subraya, mediante la proyección central de sus arcos y la arquitectura interior, la reunión de las siete artes libres bajo un sólo techo con la discusión libre de los representantes por excelencia de estas disciplinas. El efecto dinámico del fresco viene dado sobre todo por la conjugación de los elementos arquitectónicos, severos, rígidos y ordenados, y la cálida humanidad de los eruditos griegos que discuten vivamente.
EL CINQUECENTO 1 5 0 0 - 1 5 3 0
Gran arte para la gloria de Roma
Las constantes intrigas, conspiraciones y luchas
por el poder condujeron a finales de siglo a que
Florencia perdiera su posición privilegiada. Bajo
el pontificado de Julio II, Roma fue durante un
corto espacio de tiempo (primera mitad del siglo
XVI) el centro cultural de Italia. En un tiempo en
el que era de buen tono destacar por la cultura,
también el Papa tenía interés en ofrecer trabajo
a los mejores artistas. En el intento de legitimar
el poder y la grandeza de la Iglesia mediante el
arte y la cultura, esperaba derrotar con sus pro-
A pesar de la aparente disputa informal de estos personajes tan famosos la composición de cada uno de los grupos sigue un orden establecido. As a la izquierda del cuadro contemplamos a los filósofos y poetas, unidcs alrededor de Anacreonte y Pitágoras, mientras que a la derecha se reúne los matemáticos y científicos alrededor de Euclides y Tolomeo (con globo terrestre). Ante el grupo de la izquierda podemos contemplar una figun perdida en sus pensamientos (presenta las facciones de Miguel Áng sentada junto a un bloque de piedra que le sirve de pupitre, cuya función la de introducir al espectador en el cuadro. La posición de este personaje, como la del hombre inclinado en la escalera, se inscribe en los puntos fuga de todas las líneas entre las cabezas de los personajes principales.
En el centro, enmarcados por el arco final, caminan discutiendo amistosa mente Platón, con el pelo blanco y los rasgos de Leonardo da Vinci y e enérgico Aristóteles, cuya mano se dirige hacia adelante
pios medios a los reyes y emperadores, en cons
tante lucha para acrecentar su poder Miguel Án
gel y Rafael fueron llamados a Roma, donde en
traron al servicio del papa.
Como los artistas ya dominaban a la perfec
ción la representación del espacio, color, cuerpc,
luz y movimiento, se concedió mucho más va
a la capacidad de invención que a la de la pui
representación de la realidad, por la que habíai
luchado tanto los artistas del siglo XV Ahora e
arte debía poetizar las bellezas de la naturaleza v
recrearlas artísticamente. Los pintores alcanzaror
esta nueva meta gracias a la síntesis entre la ex
periencia y la idealidad, entre la concepción de
la naturaleza junto a las leyes artísticas y la inter
4
1 8 R E N A C I M I E N T O Y M A N I E R I S M O ( 1 4 2 0 - 1 6 0 0 )
pretación individual. La representación de la rea
lidad y la creación artística se compenetraban de
tal forma que las pinturas, con toda su regulari
dad de composición, nunca daban la impresión
de ser rebuscadas, sino que parecía que tenían
que ser necesariamente configuradas tal y como
eran. Estas grandes creaciones de una sola pie
za, que unían la forma y el contenido, y cuyas
composiciones simétricas piramidales y circula
res representan contexturas armónicas y ensi
mismadas que durante siglos habían sido el ide
al clásico de belleza, caracterizan el arte del Cin-
quecento. Destacan sobre todo cuatro nombres:
Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael y Tizia-
no. Gracias a sus concepciones tan individuales
destacaron de la gran masa de pintores que to
davía se unían en gremios y fueron admirados
eufóricamente como genios y grandes artistas.
Mientras que los nombres de Miguel Ángel y
Rafael se relacionan con Roma, el de Tiziano re
presenta la pintura de Venecia.