Ángeles y mariposas

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  • ngeles y MariposasMatas Zitterkopf www.matiaszitterkopf.com.ar

  • Diseo de Cubierta:Sonia Nievas y Carolina Varela

    Depsito legal:Biblioteca Nacional de Canad

    ISBN: 978-1-926828-05-3

    Derechos exclusivos de edicin en castellano reservados para todo elmundo: 2010, Ediciones MUZA Inc. Canad

    www.tulibreriavirtual.net

    Ninguna parte de esta publicacin, includo el diseo de la cartula, puede ser transmitida de manera alguna ni por ningn medio, ya seaelectrnico, qumico, mecnico, ptico, de grabacin o de fotocopia, sin permiso previo del editor. Tampoco podr ser reproducida o almacenada

    con fines comerciales.

  • Agradecimientos

    Antes que nada quiero dar gracias a Dios poriluminar mi camino y hacerme sentir su presencia cada dade mi vida.

    A mis padres, por darme la vida y apoyarme en mieducacin junto a mis maestros, pues nunca hubieseaprendido a leer y escribir.

    A mis hermanos y amigos, por ser muchas veces miscrticos literarios y soportarme cuando hablo de mis sueose ideas.

    A los lectores, por seguir creyendo en la magia delos libros y ser tan pacientes.

    A mis dos amigas y colegas, Sonia Nievas yCarolina Varela, por haberme brindado su ayuda. Nosiempre se conoce a personas geniales y yo lo he hecho.

    A los blogueros que han prestado su gigante ayudadesinteresada para lo que fue una campaa de promocinmuy buena.

    En fin, gracias a los que siempre me apoyan porhacerme sentir bien con lo que hago y a los que nocreyeron en m, por hacerme ms fuerte.

  • Ms all de la ventana abierta, el aire de la maanaest henchido de ngeles.

    Richard Wilbur

  • NDICE

    Prlogo ....................................................................5Captulo Uno: Despertares ......................................6Captulo Dos: Amigos...........................................23Captulo Tres: Bastian...........................................39Captulo Cuatro: Noticias......................................57Captulo Cinco: Preguntas y Respuestas ..............84Captulo Seis: Salvada.........................................102Captulo Siete: Baile ...........................................120Captulo Ocho: Prdida Irreparable ....................134Captulo Nueve: Alas ..........................................146Captulo Diez: El Junco ......................................169Captulo Once: Tiempo .......................................184Captulo Doce: Palacio de Tul ............................193Captulo Catorce: Confrontacin ........................227Captulo Quince: La Propuesta ...........................235Eplogo: Decisin Final.......................................242Acerca de.............................................................249

  • NGELES YMARIPOSAS

    5MATASZITTERKOPF 2010, Ediciones MUZA Incwww.tulibreriavirtual.net

    Prlogo

    Viv casi diecisiete aos libre de problemas, sinprestar atencin a los dems, porque estaba encerrada enuna burbuja.

    Me senta aislada del mundo exterior, sin inters niganas de cambiar ese estado. Tena una coraza alrededorque no me permita ver que haba algo ms fuera delmundo que me haba creado en mi habitacin.

    Sin duda, haber venido a Puerto Azul cambi todocompletamente, ya que hizo que mi antigua vida cambiarapor completo.

    Al poner un pie fuera de mi mundo inventado,encontr a aquellos que estudiaban conmigo, la vida socialque se comenzaba a tejer, y con sta, los dramas, laspeleas, la alegra y el amor.

    Cuando en el camino pierdes lo que ms apreciascon el alma, cuando pareces quedarte sin respiracin por el

    dolor cortante, all estn ellos brillando: tus amigos y amorprohibido. Ellos llenan ese vaco.

    Saba que estaba pecando mortalmente alenamorarme. Aunque senta que a l le pasaba lo mismo.Me amaba, pero estaba rompiendo las reglas al hacerlo.Entonces, sufra igual que yo: en silencio.

    Tal vez cuando uno siente que es verdad en cadaclula del cuerpo, ese amor no es tan prohibido. Porque alfinal de todo, es el amor el que nos lleva a tomar lasdecisiones ms difciles.

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    Captulo Uno: Despertares

    ngel de la guarda, dulce compaa, no medesampares ni de noche ni de da, no me dejes sola sinome perdera

    Anoche despus de dar mil vueltas en la cama, enuna bsqueda interminable del sueo y cuando estuvecerca de dormirme, repet cinco veces esa oracin que mimadre me ense cuando era pequea.

    A pesar de que tena diecisis aos, por algunaextraa razn que no comprenda, la segua diciendo.Rezaba esa plegaria cada vez que me iba a dormir, con misdedos entrecruzados sobre el pecho, porque me hacasentir tranquila y protegida cuando las sombras de laoscuridad se movan en la penumbra de mi habitacin.

    El hecho de saber que en algn momento de lanoche l estaba ah, de pie a mi lado y cuidndome de todo

    mal, haca que olvidara los pequeos problemas deadolescente solitaria que haba tenido durante el da.

    No tena una imagen definida de mi ngel guardin,porque l jugaba a las escondidas y no se dejaba ver. Talvez me estaba volviendo loca, pero las cosas se habantornado demasiado reales para m. Al menos yo s crea enl.

    El sueo de la noche de anterior fue igual de intensoque los dems. Siempre pasaba lo mismo; era casi unarutina que estaba obligada a vivir todas las noches, cuandoel silencio se apoderaba del mundo.

    Me vea parada cerca de la ruta, nerviosa y con unafuerte idea en la cabeza. Los autos que pasaban a granvelocidad eran borrosos frente a mis ojos. El vestidoblanco y liviano que llevaba puesto comenzaba a flotarcuando la brisa proveniente de un bosque cercano llegabahasta m, acarreando hojas secas. Nadie pareca querer

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    ayudarme o preguntarme si estaba bien, lo que me llevabaa la conclusin de que era invisible para ellos.

    En lo ms profundo de mi ser estaba el sentimiento,las ganas de querer dar un paso adelante, cerrar los ojos yesperar al primer automvil que quisiera quitarme la vida.Lo que no entenda era el motivo que me llevaba a tomaresa decisin. Yo saba que nunca pensaba en esas cosashorribles. Era como sentirme tentada a cometer el error.

    Pero siempre en el instante en que estaba por tomarla drstica decisin, alguien me tocaba el hombroizquierdo. Me dejaba completamente paralizada, comocongelada. Por un lado pareca esttica, pero mis sentidosestaban ms alerta que nunca. Poda oler los perfumes queel viento llevaba. Los ruidos que llegaban hasta mis odoseran fuertes. Poda ver las cosas con mucha nitidez, a pesarde que estaba oscuro.

    Siempre giraba sobre mis pies lentamente, asustada,para ver quin era el que estaba parado detrs de m y allestaba l, pero un tanto ms lejos. Aunque no podadistinguir su cara ni sus ojos, saba, porque lo senta entodo mi cuerpo que ya estaba acostumbrado a su presencia,que era el mismo ser que me cuidaba por las noches.Entonces entenda que mis sentidos eran mejores, pero elde la vista me jugaba en contra cuando lo quera ver.

    En el preciso momento en que me acercaba aacariciar y mirar su rostro, alguien de la vida real meimpeda hacerlo y me devolva a la vida. Tena lasensacin de que era l quien no deseaba mostrarse, perocada vez estaba ms segura de que era mi protector.

    Me despert dando un salto al escuchar los gritos depap, provenientes del piso de abajo.

    Amelie, Amelie es hora de levantarse. Lo habadicho o gritado? Me puse la almohada en la cara, llena de

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    rabia, porque otra vez alguien haba interrumpido misueo, en el momento ms importante. No tenadespertador sobre la mesa de luz, porque con los gritos demi familia tratando de despertarme todas las maanas noera necesario.

    Ya voy. Slo un segundo ms, trat de decir y medi cuenta de que mi voz se escuchaba spera, seca ycansada, debido a que no haba podido pegar un ojo lanoche anterior. Esos sueos eran tan reales que mecansaban demasiado. Tomaban toda la energa que tena.Luego no poda hacer ms que levantarme, con finas lneasrojas en mis ojos. Pareca salida de una pelcula de terror,una zombi, o algn monstruo de esa clase. Pero por suerte,pap siempre se acordaba de comprarme unas gotas, quehacan que la irritacin se fuera en minutos, porque ni locasaldra a la calle con esos ojos.

    Salir a la calle era un decir, ya que no era una de misactividades preferidas, porque yo no era como las demschicas, no me interesaban las mismas cosas, porque lasconsideraba banales.

    Mis padres trataban de obligarme a que saliera a lavida, pero a m no me importaba demasiado. Tal vez sereprochaban el hecho de que mi forma de ser tena que vercon el trabajo de pap. Una vez escuch a mi madreculpndolo por mi personalidad. Hasta mi pequeahermana tena ms amigos que yo. El slo hecho de teneruno, era ms de lo que yo tena. Llegu a plantearme si eraas cmo quera vivir y supuse que la respuesta era: no.

    Martina, mi hermana menor, entr corriendo y abrilas ventanas, porque saba que era la nica forma en quepoda despertarme. Los rayos de sol que ingresaban,quemaban mis ojos, que an no haban sido expuestos a lasgotas. Entonces, no tena otra solucin que levantarme

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    para empezar con mi rutinaria aburrida y antisocial vida, ala cual estaba demasiado acostumbrada.

    Arriba remolona, es hora de levantarse!, grit mihermana, con la voz ms aguda que haya podido escucharen una nena de seis aos. A veces tema por los vidrios ylas cosas hechas de cristal que se encontraban en la casa.Saba que era de tonta, pero crea que los vidrios podanestallar, como pasaba en las pelculas. Todos tenan quegritar en mi familia?

    Luego de esa manera obligada de despertar,dbamos paso a una cacera, en la que la persegua hasta elpiso de abajo. Las cosquillas eran su punto dbil. Entoncescuando la tena entre mis manos, la haca rer por unminuto completo y quedaba realmente agotada, dolorida detantas carcajadas que dejaba salir de su pequeo cuerpo.

    Tal vez si alguien lo vea de afuera, yo pareca untanto infantil para mi edad, aunque diecisis aos no

    significaba ser adulta. Saba que haba otras chicas que nojugaban con sus hermanos, porque sus mentes estabanocupadas con otras cosas que no tenan que ver con nios.A m era lo que ms me gustaba, pues los momentos quecomparta con Martina eran de lo mejor y tambin escasos,ya que me la pasaba casi todo el da en el colegio de dobleturno.

    Amelie! Deja de hacerle cosquillas a tu hermana,sabes que le hace mal, era lo primero que deca mamcuando nos escuchaba corretear por el living. Tena la ideade que rer era perjudicial para la salud, pero yo pensabatodo lo contrario. Cuando estaba triste, que pasaba muy amenudo, me acordaba de cosas graciosas y me alegraba alinstante. Toda la mala energa se iba.

    Mam tena un cerebro impresionante, al menos esoes lo que yo crea. Mucha gente deca que las mujerespodan hacer varias cosas a la vez. Yo era la excepcin,

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    porque era distrada y torpe con mis movimientos,entonces era mejor hacer slo una cosa bien (cuandopoda). Mam era diferente y pensaba que al crecer, talvez, obtendra sus habilidades. A pesar de que estabahaciendo miles de cosas al mismo tiempo, estabapendiente de cada sonido, se daba cuenta de todo lo quepasaba a su alrededor y siempre tena una respuesta paratodo.

    Despus de atacar a mi hermana y recibir el reto,enseguida corra a la cocina donde estaba mam, bajo lamirada cmplice de mi padre. Esperaba cautelosamentehasta que tuviera mil cosas ms que hacer, as laencontraba desprevenida y le haca cosquillas por detrs.Como ella estaba preparando nuestro desayuno, lo queamaba hacer, utilizaba en su defensa los elementos a sualcance como armas para el contraataque. Generalmenteeran tostadas, pero saba que el da que me arrojara un

    frasco de mermelada o una manzana grande por la cabeza,me iba a arrepentir de atacarla. Y as eran y haban sidomis despertares hasta ese da y pensaba, que as seguiransiendo.

    Luego frente al espejo del bao, mientras mecepillaba los dientes con una pasta dental que pap nosobligaba a usar y que a m no me gustaba, recordaba losucedido minutos atrs y no poda evitar rer de lastonteras que haca una chica, que ese ao cumpliradiecisiete.

    Mi habitacin pareca brillar con la luz solar queentraba por la ventana, abierta de par en par. Me quedmirando todo, inmvil, como si fuera la primera vez que lohaca.

    Mi cuarto no haba cambiado en nada, por variosmeses. El color durazno, que todos confundan con rosado,

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    an estaba en las paredes, contrastando con las blancas ylargas cortinas que llegaban hasta el suelo.

    Mi amor o devocin por las mariposas se notaba.Tena unos cuantos mviles de ellas en varios lugares.Algunas eran metlicas, otras de vidrio pintado, peromariposas en fin.

    Al lado de la puerta estaba mi amada biblioteca, contodos los libros que haba ledo y los que me faltaba leer,definitivamente mi posesin ms preciada, junto con lasmariposas mviles. La habitacin era mi refugio cuando elaburrimiento constante de mi vida se haca presente.

    Me puse unos jeans gastados, una camisa blanca demangas cortas con pequeos botones y entallada. At mipelo ondulado en una cola, con una cinta azul y lo dejcaer sobre mi hombro izquierdo. Tal vez la forma depeinarme era anticuada, pattica o muy de princesa, perome gustaba. Me haca recordar a Kate Winslet en Titanic,

    ya que mi pelo era colorado tambin. Odiaba que medijeran: ah va la colorada, aunque tan poca gente seacordaba de m, o me prestaba atencin, que no debapreocuparme por eso.

    Fue en ese momento, al sentir mi cabello reposarsobre el hombro, que me acord de la mano tibia en elsueo, y como siempre que eso me pasaba, movlentamente los ojos hacia la ventana. Desde ella se podaver la parte superior de la catedral, las dos altas torres quequeran tocar las nubes. No saba por qu, pero el escucharlas campanas sonar a cada hora me daba escalofros.

    Amelie! Qu te dicen las palabras DESAYUNOy COLEGIO?, me grit mam desde el pie de lasescaleras, seguramente con mi taza de t ya en la mano,enfatizando las dos primeras obligaciones de mi da.

    Adems de que odio escucharlas, me tengo queapurar, le respond en tono de burla, tomando el bolso con

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    mis libros. Antes de salir, me asegur de no olvidar nada,porque eso me ocurra con frecuencia.

    Mientras bajaba, al ver a mi madre esperndome, mesent como Rose en Titanic, bajando la gran escalera demadera. S, por segunda vez y en los pocos minutos deestar despierta, pens en Titanic. Qu tan pattico podaser eso? No ms pattico que haberla visto cientos deveces y conocer los dilogos de memoria, pero amaba esapelcula.

    En la mesa de desayuno de la cocina, todo pareciser normal, la misma imagen de siempre. Pap estabaabsorto en las noticias del diario y con la cara casiescondida tras l. Mam y mi hermana estaban hablandode tarea escolar. Mam tambin le daba respuestas a pap,sobre las noticias que l le comentaba. Otra vez, la vihaciendo varias cosas al mismo tiempo. La mir y sonre,ella tambin lo hizo.

    Mientras coma una tostada con manteca ymermelada de frutilla, me acord de la historia de minombre: Amelie. No era por ser arrogante, pero meencantaba mi nombre.

    Al parecer, a mam le gustaba mucho una bailarinaque se llamaba as. Era bastante famosa, segn deca.Lamentablemente y en un mal salto, se rompi un tobillo ynunca ms pudo volver a bailar. Mi madre pens que talvez podra hacer un poco de justicia ponindome a m esenombre. Como era de esperar, tambin me oblig aestudiar danza clsica, aunque no le result. El traje y laszapatillas especiales an estaban guardados, ya que niMartina quiso usarlos. Las dos preferamos jugar a lapelota con pap, para decepcin de ella y alegra de l, queno tena un hijo varn.

    El colectivo rojo hizo sonar su bocina fuertementefrente a la puerta de mi casa. Todos nos levantamos de un

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    salto. Nos despedimos apresuradamente sin cruzar muchaspalabras. Martina y yo nos subimos de inmediato, porquesabamos que al conductor no le gustaba esperar.

    Haca casi un ao nos habamos mudado a PuertoAzul, porque pap era poltico y consigui ganar laselecciones como intendente en esta ciudad, la que parecaser la ms conveniente en todos los aspectos. Tuvimos quedejar Santa Mara, en donde mi padre ejerca su cargoporque empezaron a llegar, y volverse cada vez msgraves, amenazas y ataques por parte de sus opositores. Elda en que una nota en papel azul atado a una roca atravesla ventana de nuestro living rompiendo el vidrio en milpedazos, pap se puso paranoico con nuestra seguridad. Lanota deca: cuida mucho a tu familia. Llegu a odiar a lostontos que hicieron eso, porque pap se obsesion ycontrat dos guardaespaldas que custodiaban la casa casitodo el da y me seguan a todos lados. Y fue as que me

    convert en una adolescente cerrada, protegida y queconfiaba ms en los personajes y hroes de libros que enlas personas. Pero luego pap cambi, dej de preocuparsetanto y despidi a los guardaespaldas, por lo que di graciasa Dios y nos mudamos de inmediato a la nueva ciudad.

    Esta era ms chica, tranquila. Los colegios eran muybuenos, y mis padres crean que nos llevaramos bien conlas personas porque estas eran amigables. Al menos eso,ellos le demostraban a pap, lo apreciaban mucho, pero yocrea que amaran a cualquier intendente nuevo que nofuera un tirano como el anterior. Tuvimos que volver aempezar. Otra vez me tuve que acostumbrar a las pocascosas que me alejaban de mi casa y mi habitacin. Una delas ms terribles era el colegio y en su direccin iba eseda.

    Todava no lograba llevarme bien con nadie ni tenermejores amigos, a pesar de que faltaban dos meses para

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    que terminaran las clases. Tampoco buscaba que los demsse interesaran en m. Estaba tan acostumbrada a sersolitaria que slo necesitaba hablar conmigo misma. Perotena el presentimiento de que todo iba a cambiar pronto yesa era una buena habilidad que tena, porque estossiempre resultaban ser verdad.

    Todos los das me sentaba sola en el colectivo, cercade la ventana. Martina ya tena sus amigas, as que meabandonaba. Pero bueno, no poda arrastrarla a mi mundode bicho raro. Ella se bajaba unos minutos antes en suescuela y vena corriendo a darme un beso, para desgraciadel conductor, que quera que se apresurara a bajar.

    Despus de recorrer la misma calle, el colectivo sedetuvo en el lugar que se detena todos los das. Los demschicos de aos inferiores, bajaron corriendo. As que losque an estbamos arriba, oliendo el perfume de naranja

    con el que el colectivero perfumaba el transporte, nosquedamos atascados esperando a que ellos bajaran.

    Sent la mano de Leo en mi espalda. l iba a micurso, se sentaba cerca y se notaba que le interesaba, peronunca nos decamos ms que: hola o perdn, enmomentos como esos en los que por un descuido suyome tocaba. Le sonre, escondiendo mi rabia, baj delcolectivo, cerr los ojos dos segundos, respir hondo ymir la puerta vidriada de entrada, como si fuese unaguillotina en la que estaba a punto de perder mi cabeza.

    A la selva otra vez Amelie, s fuerte me dije a mimisma, resignada y empec a avanzar sin ganas, esperandoque ya llegara el final del largo da.

    El colegio pareca un tpico centro educativonorteamericano, sacado de una pelcula, serie televisiva olibro, porque no haba visto en la ciudad otro igual.

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    Las clases de chicos estaban bien marcadas,visibles, todas estereotpicas, pero reales, lo que era difcilde creer. Si uno no crea en estereotipos, con slo vernos,se hara creyente al instante.

    Estaban las chicas populares, bellas, maquilladascomo para una fiesta, con ropa de marcas conocidas ycaras, usando celulares que ni siquiera estaban a la ventaen los negocios de la ciudad. Siempre caminaban rodeadaspor un squito de otras chicas, que no les llegaban ni a lostalones, pero que de todos modos, trataban de alimentarsede esa magia, que la realeza juvenil-estudiantil, parecatener. No saba cmo muchas aprobaban las materias consus reducidos intelectos, pero haba que darles el mritopor ello.

    Luego estaban los deportistas, tal cual y como sevean representados en algunas pelculas o seriestelevisivas. Preocupados por que la masa muscular de sus

    cuerpos incrementara y por ganar el torneo de ftbol anual,contra el Colegio Saint Marys, el enemigo eterno delnuestro, el Highland. Quin habr pensado en losnombres?

    Las populares y deportistas siempre se llevabanbien, era la naturaleza. Terminaban convirtindose ennovios antes de graduarse y se iban a estudiar juntos a launiversidad. Tal vez compartan la nica neurona quetenan, por eso se llevaban tan bien y soportaban suarrogancia compartida.

    Despus existan los estudiosos, hambrientos dedesafos, como de olimpiadas matemticas para demostrarcunto saban. No faltaban a ninguna clase, por ms que elmundo se estuviera destruyendo. AMABAN ser amigos desus profesores, trataban de conseguir sus telfonos odirecciones de correo electrnico, para sentirse un pasoms cerca de ellos, de la inteligencia superior. Dios Mo!

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    En el ltimo lugar de todos, se encontraban lossolitarios, o sea yo, Nadia y Alexis (mis dos nicosespecie de amigos), la clase ms rara e inferior de todoel colegio. No saba si estaba bien arrastrar a esos doschicos a mi clase, de la que era la lder, pero como nuncalos vea hablar con nadie ms que ellos mismos, pensabaque esa era su clasificacin.

    Los de mi clase eran los que amaban las novelas, adiferencia de los otros que preferan los manuales, semovan en grupos extremadamente reducidos, no tenanvida social, pero s disponan de tiempo de observacinpara ponerse a hacer un profundo anlisis de las clasesexistentes en la escuela secundaria: Highland.

    Al final, entre miradas de envidia, celos y rabia nosmovamos todas las clases juntos, como una masauniforme por el pasillo, para ingresar a nuestras aulas asoportar la cantidad de horas de estudio que nos esperaban.

    El llegar a mi clase era siempre satisfactorio, porqueel pequeo detalle de ver el cartel blanco que decaCUARTO AO, y saber que el aula del lado era el ltimonivel, me pona ms que contenta. Saba que era buenaalumna y aprobara todas las materias.

    Slo un ao ms en esta selva superficial y serslibre, Amelie, me dije con una sonrisa gigante imposiblede ocultar, mientras la seora Herrero con sus ojos fijos enm, prometi borrrmela con alguna pregunta complicadaque me hara durante la clase.

    Buen da, le dije solamente, acomod la cinta demi cabello, dej el bolso bajo el escritorio, que era todomo en el fondo del aula y me dispuse a disfrutar de unda ms, de mi cuarto ao de escuela secundaria.

    Como siempre, Leo estaba en el escritorio de la filasiguiente, slo un delgado pasillo separndonos, pero lsiempre estaba mirndome fijo, lo cual era MUY irritante.

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    Hasta que la profesora le llam la atencin por estardistrado. Me pregunt si no se animaba a decirme algo. Osea, no era una tonta, porque poda darme cuenta de laforma obsesiva en que me miraba. Tal vez no se animaba adecirme algo, porque saba que con slo verme la cara larespuesta sera: NO!

    Mis dos amigos se sentaban en el escritoriodelante del mo, pero no parecan verme ya que estabanmuy concentrados en su charla, bromas y risas cmplices.No era que quera que me prestaran atencin, pero tal vezdecirme de lo que se rean hubiera sido gracioso.Igualmente no los culpaba, porque era yo la que no leshablaba demasiado, a pesar de que nos sentbamos juntosen el comedor.

    No haba que ser muy sensitivo para darse cuenta deque adems de esa amistad indestructible que los dostenan, iban a llegar al altar. Ella, en un hermoso vestido

    blanco, moderno, con el que podra lucir su hermosa figuray l, en un perfecto traje negro, que hara resaltar lahermosa blancura de su rostro.

    Luego de varias materias, mini recreos que tedejaban con ganas de tener ms tiempo libre, el timbrelargo se hizo escuchar, para decirnos que era hora dealmorzar. Qu sucede?, pregunt intrigada ante la fijamirada de Nadia. No entenda por qu ella y Alexis(empujado por ella) me miraban directo a los ojos, cuandoya estbamos ubicados en el comedor, con comida ennuestra mesa.

    Tus ojos, me dijo ella, mientras l segua muyentretenido en su sndwich de jamn y queso.

    Olvid ponerme las gotas, fue lo primero que seme ocurri, lo ms inmediato que apareci en mi mente.Pero volv a la velocidad de la luz a ver las imgenes de mida y S las haba usado, as que no me qued otra opcin

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    que indagar. Estbamos hablando ms que de costumbre,eso se poda ver.

    Qu pasa con mis ojos?, pregunt dudosa,creyendo que tal vez no haba lavado bien mi cara en lamaana, o que me haba rayado con un marcador comosola ocurrirme en mis descuidos.

    No exageres, Amelie. Es que con Alexis, dijoella, hundiendo su codo en el costado izquierdo de sucuerpo, para que dejara su sndwich y asintiera.

    Recin nos damos cuenta de que son muy lindos,un color marrn o miel mejor dicho, un tanto ms belloque el color normal, termin acabando con todas mistontas ideas. Qu ms poda hacer que decir gracias?

    Muchas gracias, fueron las dos nicas palabrasque pude lograr emitir, ya que nunca me sorprenda con uncomentario as. Superficial s, pero nadie ms que mispadres se fijaba en lo bella que poda ser. A pesar de que

    no era un buen tema para romper el hielo, me alegr que lohiciera. Las cosas estaban cambiando y yo estabaempezando a sentirme bien al hablar con ellos.

    Quedan perfectos en tu cara. Nunca nadie, ademsde tus padres, te dijo que eras linda?, dijo Nadiabromeando, como si supiera lo que yo estaba pensando.Ella crea que yo era linda. Justo ella, que pareca lamueca barbie ms hermosa que tena guardada en unbal. Tena un cuerpo estupendo, sin necesidad de visitarel gimnasio, como otras hacan todos los das. Su pelo erarubio, lacio y caa perfecto sobre sus hombros, ojos azulesy alta como una modelo de pasarela.

    Sexy, coment Alexis lamiendo su dedo, en el quehaba quedado un poco de mayonesa. Nadia aclar sugarganta y a m me pareci que el cometario, el adjetivosexy, de l hacia m o al resto de mayonesa en su dedo(no estaba segura), no le agrad a ella para nada.

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    Mir a mi alrededor, al gran comedor del colegio.Hasta en eso pareca extranjero. Haba una gran barra decomidas, donde podamos elegir con qu deleitarnos da ada. Y vi a todos los grupos, las clases que unas horas atrspude distinguir con tanta claridad. Todos formando partede mi vida. Era extrao lo que estaba sintiendo, pero no sesenta para nada mal pertenecer a algo, por ms malo queme pareciera.

    Observ a Nadia y Alexis, que hace unos pocosmeses, y a pesar de conocernos ya casi un ao, me seguana todos lados. Soportaron mi ignorancia e indiferencia todoese tiempo. Que mala haba sido!

    Los mir jugar y bromear del otro lado de nuestrapequea mesa, cerca del gran ventanal con vista al bosque.

    Por qu soy tan cerrada y egosta? Les tengo quedar la oportunidad. Es hora de salir de la crislida,Amelie. Hay que experimentar la metamorfosis, me

    alent a m misma, con metforas referentes a mis amadasmariposas.

    Gracias, dije usando un tono de voz ms alto queel que debera haber usado. Los que estaban sentados en lamesa cercana se dieron vuelta, miraron e hicieron una risade burla, lo que no me import, porque tena que decirlo.

    De nada. Pero, a que viene eso?, preguntAlexis, mientras otra vez, los dos me miraban como unobjeto de estudio, como una rareza. Pero tuve que darles larazn, porque ellos no estaban pensando lo mismo que yoen ese momento y no tenan ni una mnima idea del porqude mi agradecimiento.

    Expresarme abiertamente, no va mucho conmigo,pero les agradezco el haberme aceptado, soportado estosmeses y ser mis amigos, finalmente pude decirlo, MISAMIGOS, que ms que eso podan ser. Siempre habanestado conmigo, apoyndome y golpeando al que se

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    atreva a jugarme bromas por ser la nuevita del lugar yyo no reaccionaba.

    La barbie inteligente y amante de los libros, que situviera slo una neurona, les quitara el trono a laspopulares, y el chico sin inters por los deportes pero conhermoso cuerpo, que poda quitarle el puesto a losmusculosos deportistas, ERAN mis amigos, no haba otrapalabra que lo describiera mejor.

    Sabes que siempre estaremos para lo que nosnecesites. Slo debes hablar un poco ms, dijo Nadia,tomando mi mano izquierda y apretndola fuertemente.Eso fue mucho ms de lo que esperaba.

    Sino, para qu son los amigos?, coment Alexisy tom mi mano derecha. Bueno, eso s que fue ms quedemasiado, pero lo tena que soportar.

    Pattico, dijo Gina, la chica ms popular delcolegio, al pasar con su squito uni-neuronal, con el brazo

    de Augusto, el lder del equipo de ftbol, enroscado en sucuello. Iban a nuestro curso pero no los registraba, a menosque respondieran una tontera cuando algn profesorpreguntaba algo serio.

    Igual que t, dije para nosotros tres ycomenzamos a rer a carcajadas, mientras las fieras de laselva superficial se alejaron de sus presas.

    La hora del almuerzo haba terminado ms rpidoque de costumbre, pero fue el almuerzo ms diferente quehaba tenido.

    Las materias de la tarde transcurrieron igual quesiempre, nada que ya no supiera, pero para quedar bienante los ojos de cada profesor pretenda tomar notas,mientras sin sentido, escriba mi nombre miles de veces enuna hoja. Tambin dibujaba mariposas de alas complicadasy me tomaba todo el tiempo de pintarlas.

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    La mirada de Leo, an irritante sobre m, me hizorespirar hondo para calmarme y no levantarme a darle unabofetada, as que baj la vista a mis dibujos.

    Luego mis deseos fueron escuchados. Haba estadopidiendo fuertemente y con todas mis energas, que latarde escolar terminara, cuando el sonido del timbre finalme dej ms que satisfecha, con una sensacin de poder.Como que si mis deseos se cumplan, si realmente as loquera.

    Cuando estaba a punto de subir al colectivo, alguientom fuertemente mi brazo. Era Nadia y no saba qu eralo que me vena a decir.

    Hey, pensbamos con Al, y seal a Alexis enel estacionamiento, as que supuse que ese era su apodo odiminutivo, que tal vez queras venir a casa, a hacer eltrabajo de Historia y comer algo despus. Qu dices?,agreg ansiosa. Record que me haba dicho que tena que

    dar oportunidades, poco a poco estaba saliendo a la vida.Iba a responder positivamente.

    Claro. Por qu no? Adems necesito ayuda con laprimera guerra mundial, coment, sacando el celular delbolsillo de mi bolso negro, que llevaba cruzado en mihombro. Le mand un mensaje a mam.

    Me voy a hacer un trabajo de Historia con Nadia yAlexis. Despus vamos a comer algo en su casa. Vuelvoms tarde. Enviar.

    No te preocupes por la vuelta. Al tiene auto,nosotros te llevamos, coment ella abrazndome, como sihace tiempo quera hacerlo. Y me sent egosta otra vez,porque siempre les haba mezquinado afecto, as que tratde apretarla un poco para que el abrazo fuera caluroso.Ella se ri de mi torpeza.

    Gracias, pero no quiero molestar. Puedo volver entaxi, no hay problema, le dije sonriendo un poco, tratando

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    de no decepcionarla, mientras lea el mensaje de respuestade mam.

    BUENISIMO. Deca con letras maysculas quedenotaban sorpresa. Seguro estaba ms que feliz, porquesu hija estaba empezando a tener vida social. Empec arer por lo que estaba pensando y le mand el siguientemensaje: los chicos me llevan en su auto despus, nosvemos, besos.

    Cundo vas a entender que no eres una molestiapara nosotros?, dijo ella con un tono de enojo en su voz,pero tena toda la razn. Hace unos minutos habaentendido que nada que viniera de m, era molestia paraellos, porque realmente yo les agradaba. Tena que dejarde pensar en que yo no poda caerle bien a nadie, ya queellos eran la prueba viviente.

    Bueno, ir y volver a mi casa con ustedes. Ya selos inform a mis padres, as que no hay vuelta atrs, dijeamenazante mostrndole mi celular.

    Nos acercamos a Alexis, quien abri el bal para m,indicndome que ese sera el lugar del auto que ocupara.Saqu la lengua en su direccin y se apresur a abrirme lapuerta trasera. Nadia le dedic una mirada cmplice y sesent en el asiento del acompaante. Era un Fiat Uno,negro que brillaba, tuneado, con llantas plateadas, suinterior negro tambin y con un hermoso sistema demsica. Era ms de lo que poda analizar tcnicamente.

    El celular son otra vez, un mensaje, esa vez depap.

    BUENISIMO, SON DOS AMIGOS.FELICITACIONES. No pude hacer ms que tirarme en elrespaldo del suave asiento, riendo y ms relajada quenunca.

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    Haba despertado a otra vida. A una nueva vida conamigos que eran geniales y divertidos, en la que porprimera vez, me senta parte de algo ms que unahabitacin.

    Escuch a los chicos rer, unindose a m ycompartiendo mi felicidad. Cerr los ojos y le ped a mingel que me brindara siempre esos bellos despertares.

    Captulo Dos: Amigos

    Llegamos a la casa de Nadia con el volumen de lamsica en el auto lo ms fuerte posible, as que tem queen algn momento me llegaran a sangrar los odos o lanariz. Los dems no crean en esa teora alocada y a mnunca me haba pasado, pero s tena conocimiento decasos de chicos a quienes le haba sucedido.

    Amelie, es hora de bajar del auto. Quieresquedarte all toda la tarde?, dijo Alexis un tantoimpaciente, mientras Nadia me observaba fijamente. A esos que no me poda acostumbrar, a sus miradas penetrantesante cualquier cosa que haca o dejaba de hacer. Hiciera ono hiciera algo, nunca pasara desapercibida ante sus ojosamistosos pero analizadores.

    Es hora de bajar de la nube en la que estoyviviendo tambin, pens inmediatamente, porque siquera mantenerlos en mi lista de seres queridos, era

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    importante que viviera en el mundo real y no pareciera unaloca pensativa frente a sus ojos atnitos.

    Ya s que es hora de bajar, pero es que el asiento estan cmodo, dije y en ese segundo pens que no podahaber dicho algo mas pattico que eso. A quin ms que ala loca solitaria se le poda ocurrir una respuesta tan mala?Aunque a pesar de mis juicios mentales, a Alexis leencant que hablara bien de su auto. Saba que haba cosasms importantes que apreciar como el motor, el sistema demsica y otras maravillas de la ingeniera, pero al fin y alcabo eso fue lo nico que pude decir. Todava no conocala tcnica de volver al pasado para revertir situacionesembarazosas.

    Tambin pens que si tal vez podamos reunirnosms seguido, mi vida sera ms fcil y menos aburrida. Porprimera vez estaba contenta de haber empezado a vivir enel mundo real. Me llevara tiempo acostumbrarme a las

    bromas de Alexis, a los abrazos de oso de Nadia, pero nopoda ser tan terrible. Estaba acostumbrada a cosas malasde verdad. Cules eran esas cosas? No saba, pues nuncame pasaba nada raro en mi habitacin, as que otra vezme haba mentido a m misma pensando que saba sobreexperiencias de la vida.

    Ah, eres Amelie Roger no? Buen nombre yapellido, me gusta, coment una mujer mientrasingresbamos a la casa de color arena en su exterior.Cuando la mir con detenimiento, sorprendida porquesaba mi nombre completo, me di cuenta de que era larplica de Nadia. Entonces ella deba ser su madre. Tenanla misma altura, color de pelo y la cara idntica. Mi nuevaamiga era su copia, aunque mejor an y eso ya era muchodecir, porque su madre era hermosa.

    Soy Clara, la mam de Nadia. Cmo estas?, mesalud con un beso en la mejilla sin temor a mi reaccin.

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    Entonces record los abrazos despreocupados de su hija yconfirm que se comportaban de la misma manera.

    Clara me cay bien desde el principio y encimasaba mi nombre. Supuse que la ciudad no era lodemasiado grande, que todos deban haber estadocomentando sobre mi familia, los nuevos residentes ygobernantes de Puerto Azul.

    Bien, mi nombre es Amelie, aunque ya lo sabe.Estoy bastante bien, dije fingiendo una risa tonta,mientras Nadia tiraba de mi mano para que subiramos lasescaleras, como si no quisiera que me quedara a hablar consu mam.

    Me alegro de que mi hija tenga una amiga. Desdeque es chica pasa todo el da con Alexis. Ya les dije quevan a terminar siendo novios, coment Clara mientraspreparaba masa en la mesada de la cocina. Le dio unamirada tierna a Alexis, tal vez la idea le gustaba, pero yo

    cre que era para que no se sintiera mal despus de haberdicho que su hija slo lo tena a l como amigo. Eso mellam la atencin, pero era verdad. Nadia nuncafrecuentaba a ms personas. En eso ramos iguales, las dospensbamos que los varones eran ms comprensivos yprotectores como amigos, tenan menos problemas, nocomo las envidiosas mujeres que te sacaran los ojos sivestas ropa mejor que ellas. Al menos, as eran las queiban al colegio.

    Deja de decir esas cosas mam. Llmanos cuandolas pizzas estn listas, exclam su hija un tanto sonrojaday mordindose el labio inferior con los dientes superiores,como si estuviera llena de rabia pasajera. Su madre siguicocinando sin prestarle demasiada atencin.

    No te preocupes, mis paps dicen lo mismo cuandoella va a casa, dijo Al. S, haba comenzado a pensar en l

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    con su apodo. Mir a Nadia y sacudi su cabeza indicandoque era hora de seguir camino hacia el primer piso.

    Atravesamos un pasillo para llegar a la habitacin.La casa era un tanto ms chica que la ma, pero estababellamente decorada. Me preguntaba de quin sera elbuen gusto, la eleccin de los bellos colores pastel de lasparedes, las cermicas de los pisos, cortinas y adornos.

    Me qued parada en medio del corredor, mirando ungran cuadro en blanco y negro que llam mi atencin porcompleto. En l haba un hombre joven, arrodillado en laplaya, con su cabeza hacia arriba y sus ojos cerrados. Elfurioso ocano de fondo en forma de olas y un gran par dealas que salan de su espalda, as se completaba la imagen.Cuando mir la base del mismo vi la firma del pintor. Erauna pintora mejor dicho:Clara Herman. Esa era su firma.

    Mam lo hizo, es pintora desde hace muchotiempo. Tiene un negocio donde expone y vende sus

    cuadros en el centro. Aunque este no es uno de los mejoresque ha pintado, en mi opinin. No s, me parece tansombro, coment Nadia como crtica de arte, tomndomede la mano con fuerza para llevarme al cuarto donde yaestaba Alexis. Al parecer no le gustaba decir que su mamhaca esos cuadros sorprendentes.

    Ests loca? Me parece que es muy bueno y no hevisto los otros. Es simplemente her-mo-so, dije, aunquesin querer que se notaran las slabas tan separadas. Eraslo para poner nfasis, pues me pareca que la creacin desu madre era maravillosa.

    Un cuadro digno de estar en museos de arte,acot. Adems de apreciarlo artsticamente, me recordabael sentimiento de proteccin al rezar mi plegaria al ngelde la guarda. Es ms, eso era lo ms importante que laimagen despertaba en m, el recuerdo del ser en missueos.

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    Apuesto a que si le digo que te gusta mucho, te loenvuelve y regala. Es tan buena mi mam, dijo Nadiamientras ingresbamos a su cuarto.

    No podra aceptarlo si as fuera. Sabes cuntopuede llegar a costar un cuadro as? Mucho dinero, le dijepero pareci no escucharme. Al menos yo crea que esapintura era costosa.

    Nadia se haba quedado mirando a Alexis que estabareposando en la cama en una manera rara. Tena mitad delcuerpo sobre la cama y la otra mitad en el suelo, lo que nome pareci nada cmodo, pero a l no le importaba ycantaba mientras tanto.

    Apenas entr, hice una inspeccin del lugar queacababa de conocer, nunca haba estado en habitaciones deamigos, porque antes no tena, as que quera ver lasdiferencias.

    La habitacin de Nadia no era en nada parecida a lama. Las paredes estaban pintadas de color blanco y sinadornos, excepto un gran espejo en una de las paredes.Pareca el cuarto de una chica de universidad, madura.Totalmente opuesto a mi aniado espacio personal conmariposas mviles.

    En lo que coincidamos era en el amor por los libros.Ella tambin tena una buena biblioteca que llegaba desdeel suelo al techo, de dura madera marrn, repleta yalimentada por numerosos ttulos. All habitaban clsicosmundiales como tambin las ltimas apariciones en laliteratura juvenil. Lentamente recorr con mis ojos estantepor estante, observ los lomos de diferentes colores y sabaque en algn momento tendra que pedirle algunosprestados, porque haba muchos que no haba ledo.

    Si quieres alguno de mis libros, te lo envuelvo pararegalo, brome retomando el tpico regalos, las dos nos

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    remos de forma cmplice. Mi amigo no entendi elporqu.

    Luego Alexis comenz a sacar los libros ycuadernos de su mochila, mientras Nadia encenda lacomputadora que estaba en el gran escritorio, alrededor delcual haba dispuesto tres sillas, para comenzar con eltrabajo de investigacin sobre la primera guerra mundial.

    Tienen que lucirse con este trabajo, haba dichoel profesor de Historia. Al menos, haramos lo posible.

    Entend que tendramos la preciada ayuda deInternet, ya que a pesar de tener tantos libros, ella no tenani uno de historia, ms que el que Alexis haba tomado dela biblioteca del colegio y este no pareca tener muchainformacin sobre el tema.

    Las horas pasaron entre msica, charla sobrepelculas, libros, discos y autos. Tuvimos que dejar queAlexis hablara sobre algo que tambin le gustaba.

    Charlamos sobre todos los temas existentes en nuestrarealidad, menos de las temibles armas usadas por lospases en la horrible guerra, no lemos una sola palabra quetuviera que ver con historia mundial.

    En un momento tuve que controlar mentalmente ami estmago para que no me avergonzara ante ellos.Supuse que mucho tiempo haba pasado desde el almuerzoen el comedor escolar y lo que com en el recreo de las tresde la tarde. La manzana ya no me satisfaca ms, su poderhaba terminado y tena hambre.

    Chicos! Las pizzas estn listas, son la estridentey oportuna voz de Clara Herman, llamndonos desde elpiso de abajo. Mir rpido un reloj negro que estaba sobrela mesa de luz. Not que eran las ocho y treinta de lanoche, lo que significaba que haba pasado ms de treshoras y media fuera de casa. Alexis corri como un rayo,desapareciendo al instante ante el llamado.

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    Estoy muerto de hambre, nos dijo, mientras meinterpuse entre la puerta y Nadia.

    No saba si con el poco tiempo de considerarnosamigas, ya tena el derecho de preguntar lo siguiente, perome anim y lo hice. Ms que un golpe de ella no recibira yestaba dispuesta a arriesgarme. Despus de todo, haca casiun ao nos conocamos, no importaba que no hubiramossido tan ntimas antes.

    Nadia. Disculpa que te pregunte esto, pero, Alexisy tu son novios?, pregunt, mirando rpidamente alpasillo para asegurarme que l no estuviera detrs de m.No estaba, ya haba desaparecido. Ella se qued vindomecon un aire de sospecha en la cara.

    No s. Por qu?, si lo quieres para ti, me apartodel camino, me dijo seriamente. El mundo pareci venirseabajo. Haba arruinado el mejor momento de mi vida!

    Siempre con mis estpidas preguntas. Entend que nohaba tenido derecho a preguntarle eso.

    No, para nada. Disculpa, yo, trat de decir enun tono de voz alto, nerviosa, pero la voz sala de m enforma de susurro, mientras el fuego en mi cara hizo queme diera cuenta de que estaba sonrojada. COLORADA,mejor dicho.

    Es broma, nena. Mira cmo te pusiste. Perdn poresta broma, dijo en un tono de voz alto y riendo sin parar.

    La verdad es que hay algo ms, mucho ms queamistad entre nosotros, pero no queremos hacerdeclaraciones formales. Nos encanta la situacin queestamos viviendo. Sin rtulos ni etiquetas, me dijoabrazndome para que se me fuera la cara de espanto. Yoan no poda emitir sonido.

    Piensas que te lo regalara tan fcilmente? Creoque lo amo ms que a nada en el mundo, dijo mirndome

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    a los ojos y supe que lo que deca era verdad. Lo que lleva que mis palabras trataran de ser disculpas y salieranrpido de mi boca, de una vez por todas.

    Me gusta la pareja que hacen. Hoy DECLAROFORMAL Y OFICIALMENTE que siempre, a pesar deque nos conocemos hace un ao, pens en l como elhermano varn que no tengo, dije bromeando, usandoalgunas de las palabras que ella haba utilizado unossegundos atrs. Me mir desconcertada, seguro pensandoen las tonteras que estaba diciendo.

    Lo s, Amy. Adems yo s que te gusta Leo, queno haces ms que mirarlo en el aula. Deseas que eseangosto pasillo no existiera y que sus manos estuviesenjuntas, coment ella burlndose, con la voz de una actrizsacada de una pelcula de los aos cincuenta. Unsegundo Cmo me haba llamado? Amy, eso haba

    dicho, con su innata habilidad de dar apodos a laspersonas.

    Ests loca, el que me mira como obsesivo yaprovecha cada movimiento cercano para tocarme es l.Debera denunciarlo. Ah, por cierto Amy va a ser miapodo?, le dije bromeando, mientras comenzbamos aandar por el pasillo iluminado por pequeos focosamarillos en las paredes.

    Definitivamente, as te voy a llamar todos los das,dijo caminando detrs de m con sus manos en mishombros, como si me manejara.

    Cuando llegamos a la mitad del pasillo, hasta elcuadro que su mam haba pintado, me qued paralizadaotra vez, porque bajo la tenue luz pude ver cosas que antesno haba visto en el ngel.

    Observ su perfecto rostro relajado y su hermosocuerpo. Las olas hechas de espuma blanca detrs de l,

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    parecan querer atraparlo. Seguramente as deba lucir elde mi sueo, que no me mostraba la cara.

    Hablando en serio, tienes a alguien en vista?. Lapregunta de Nadia me trajo a la realidad al instante. S,tena en ese preciso momento el ngel en mis ojos, envista, como ella haba dicho. Repentinamente y sabiendoque estaba en pecado mortal por lo que estaba pensando,reprim la idea que haba abarcado todo el espacio de mipecadora cabeza. Tal vez que mi abuela me haya obligadoa ir a misa todos los domingos cuando era pequea yescuchar al sacerdote diciendo en sus sermones que todoera pecado, me haban afectado el pensamiento.

    No, slo amigos, dije continuando mi camino yescuch a Nadia agradecerme. Cuando en realidad merefera a que poda ser slo amiga del ser que estaba en missueos, con las mismas alas que el de la pintura. Supe queno poda tener otro sentimiento ms que ese: AMISTAD,

    nada ms. No estaba bien pensar lo que haba pensadounos momentos atrs. Elimin esa idea de mi mente lo mspronto posible. Como en una computadora, apretrpidamente y sin dudar la tecla suprimir y luego lo borrtambin de la papelera de reciclaje, para que ni un rastroquedara.

    Antes de que pudieran vernos bajar, escuch la vozgrave de un hombre diciendo: Chicas, aprense porque Alse va a comer todo, supuse que era el padre de Nadia. Nodejara que Alexis se comiera todo, pues estaba muerta dehambre. Tendramos que pelear como dos perros por elltimo hueso, lo que no se vera muy bien frente a esaspersonas que acababa de conocer.

    Ella es Amy, pap. En realidad se llama Amelie,pero yo le puse ese sobrenombre, dijo riendo, siguiendocon las presentaciones. Luego se sent en una altabanqueta cerca de la mesada, que estaba en el medio de la

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    cocina. Siempre me haban gustado esas barras paradesayunar, almorzar o cenar, porque no haba necesidad desentarse a una gran mesa en el comedor. Eran slo ideasque tena.

    Hola, es un gusto conocerte. Eres hija de DaroRoger? El nuevo intendente de Puerto Azul?, expressin prembulos sus dos preguntas, mientras yo observabaque ahora el cuadro estaba completo.

    Los tres eran igual de lindos. Hctor, como luegosupe que se llamaba, Clara y Nadia, quien tena un Kenpor novio. La familia de Barbie estaba completa, slofaltaba el auto ltimo modelo en la entrada. Los padres deNadia eran muy jvenes y eso se notaba en sus pieles, notenan ni una arruga.

    S, soy la hija del nuevo intendente, dije bajandomis ojos al suelo. Amaba a mi padre, pero no me gustabaque me identificaran por su profesin o que me dieran

    privilegios por ella. Adems, la suya era una carrera nomuy bien vista por muchas personas. Por eso quera tenerla menor relacin posible con la poltica. La experienciaque tena ya haba sido bastante mala y casi me habatransformado a una loca solitaria.

    Se ve que es bueno tu pap. La gente habla muybien de su mandato en Santa Mara. Seguro lo van aextraar, pero por suerte nosotros lo tenemos en nuestraciudad, dijo l alegremente tocando mi hombro, mientrasdejaba un plato en la pileta de la cocina. Me di cuenta deque l y su mujer ya haban cenado. Seguro por estrictasmedidas establecidas por Nadia, para que no nosmolestaran.

    S, seguro que s, dije completamente convencidade que esos que lo extraaran eran unos pocos y me sentjunto a Alexis, pensando en la antigua ciudad en la quehabamos vivido.

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    Santa Mara era el triple de grande que Puerto Azul,pero no saba si era debido a la felicidad que senta en esemomento por pertenecer a algo, que la nueva ciudad mepareci ms bella.

    En Santa Mara dejamos a mi abuela Luca, con suscosas y sus perros. Tena una vida de la que no queradesprenderse, amigos, lugares conocidos y perteneca a esaciudad.

    Definitivamente le debemos una visita, pensmirando a mi alrededor, los muebles que decoraban lacasa. En realidad senta que debamos rescatarla, por sialgo llegaba a pasarle por ser madre de mi pap, pero nohaba caso, ella no quera irse.

    Decamos con Clara antes que bajaran, comentAlexis terminando de comer el hilo de queso que se habaestirado desde la porcin de pizza hasta su boca.

    que te pareces a Rose, acot. Me quedmirndolos fijamente, tragando apresuradamente el trozode pizza y tratando de digerirlo con un sorbo de agua fra.Me haban dejado completamente perdida. No saba a loque se referan y tena que responder algo que no sonaradel todo tonto, lo que era difcil siendo yo.

    Como Rose de Titanic, dice Nadia que te gusta esapelcula, coment Clara con su brazo sobre los hombrosde Hctor.

    Ah. S, Rose Dawson, Kate Winslet... pelirroja.Somos parecidas, fueron las palabras que logr hacer salirde mi boca, mientras todos sonrean ante mi desconcierto.

    Es hermoso como te atas el pelo con esa cinta y lodejas caer sobre tu hombro izquierdo. Te ves hermosa,como ella. No, ms linda an. Te da presencia y elegancia.Podra usarte como modelo en uno de mis cuadros, dijoella mirando a su marido, mientras este asenta con la

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    cabeza. Qu hice yo? Me sonroj como cuando meconverta en el centro de atencin, entonces recordporque no me gustaba serlo.

    Por cierto, le cont a Amy que eras pintora, porquese qued como hipnotizada mirando el cuadro del pasillo.La pintura del ngel, dijo Nadia, otra vez dejndome sinpoder hablar, aunque la vergenza haba pasado un poco.

    Es her-mo-so, digno de estar en un museo de arte.Esa fue su declaracin oficial y formal, dijo Nadiabromeando, haciendo que me sonrojara otra vez ms ylogr propiciarle un codazo en su lado derecho.

    No lo puedo creer. Esta nena tendra que ser mihija. Que no se hable ms. Hctor, aydame a envolverlopara que se lo lleve, propuso Clara feliz por las palabrasque su hija le haba dicho, que YO haba dicho. Se acercy me bes en la frente.

    No es necesario que, fui interrumpida, mientrasAlexis y Nadia se rean de m.

    Tengo otra copia en el negocio, dijo con un gritoapresurndose al piso de arriba. No saba si era verdad quetena una rplica o solo trataba de convencerme, pero sabaque me ira con un hermoso regalo. Ya hasta habapensado en esos segundos, en ponerlo en el espacio vacosobre la cabecera de mi cama. Lugar que nunca haba sidoocupado, ya que nunca haba encontrado un cuadro que megustara. Bueno, la bsqueda haba terminado slo conconocer a una persona.

    Te dije que te lo iba a regalar. Nunca la vi tanfeliz, coment Nadia comiendo otra porcin de pizza aligual que yo. Alexis jugaba con el control remoto,haciendo un gran zapping de canales.

    Yo haba hecho feliz a alguien ms segn laspalabras de mi amiga. Aunque lo pude comprobar en la

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    alegre cara de su madre. Era un da de logros para m. Msde lo que me esperaba cuando me levant enojada por elsueo interrumpido.

    La pas genial. Gracias otra vez y perdn por nohaberles prestado tanta atencin durante todo el ao. Justocuando falta poco para que las clases terminen, dijemientras juntaba mis cosas, realmente arrepentida por todoel tiempo perdido que ya quera recuperar.

    No importa, Amy. Este es el mejor momento paraser amigos, justo cuando van a empezar las vacaciones.Nos divertiremos a lo grande, HERMANA, dijo Alexisapretndome la cabeza con su gran mano. Me di cuenta enel instante de que Nadia le haba hablado de nuestra charlaen algn momento, cuando sub a buscar mis cosas a suhabitacin. Rogu que no le hubiera dicho ms que eso,nada sobre mi interrogatorio acerca de su noviazgo. Ella

    me gui un ojo y supuse que no lo haba hecho, lo que medej mas tranquila.

    Cuando estbamos dentro del auto, Clara sali por lapuerta principal corriendo con el gran cuadro que me habaolvidado en el sof del living y tem que se le fuera a volarde sus manos delicadas. Me lo dio lentamente, estabaenvuelto en un fino y suave papel rosado e hice lo posiblepara colocarlo a mi lado en el asiento sin estropearlo.

    Esperamos verte pronto, eres muy buena y mealegra que seas amiga de Nadia, dijo Clara besando mifrente, me qued congelada. No esperaba tanto amor deuna familia a la que recin conoca.

    Conduce con cuidado, Al. Mira que llevas a la hijadel intendente, brome Hctor y por primera vez no meimport que mencionara el trabajo de mi pap. Me parecaque las bromas quedaban bien viniendo de l, as que nopoda reprochrselo.

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    Los mir a los ojos llena de sinceridad, porque era loque senta y lo que estaba corriendo por todo mi cuerpoesa noche.

    Pas la mejor noche de mi vida fuera de casa.Gracias por hacerme sentir parte de su familia. Nosvemos, salud ante sus miradas agradecidas.

    Siempre sers bienvenida aqu, dijo Clara. Luegolos dos se marcharon hacia el interior de la casa.

    Bueno, despus de tantos hasta luegos, es hora deirse. Maana tenemos que estar temprano en la escuela,dijo Alexis encendiendo el motor y apretando el aceleradorvarias veces.

    Ah, por cierto, mi hermana no tendr que soportarms a Leo en el colectivo. De ahora en adelante tebuscaremos con Nadia por tu casa, sigui diciendomientras ella se rea y lo besaba en la mejilla.

    Trato hecho, dije contenta por lo que evitara en eltransporte escolar. No me preocupaba Martina, porque ellaya tena sus amigos y se sentira igual de protegida que yo.Acept la propuesta sin remordimientos.

    Durante el trayecto a casa no hicimos ms quehablar de cosas que sucedan en la escuela. Alexis imit avarios profesores y compaeros demostrando que erarealmente bueno con las imitaciones. Me re como nuncaantes lo haba hecho, en grupo esta vez.

    El auto se detuvo frente a mi casa. Enseguidadistingu las figuras de mis padres y hermana, sus sombrastras la cortina de la ventana del living, expectantes. Bajcon mi cuadro y me acerqu a la ventana del lado deNadia.

    Declaro oficial y formalmente que somos a-mi-gos, dije con nfasis, separando la palabra en slabas. Losdos se rieron y Nadia me dio un beso, se me qued

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    mirando con los ojos llenos de algo que no me pudeexplicar. Pero entend que decan: Por fin te animaste ahablar, a vivir en la realidad y ser nuestra amiga

    Nos vemos maana en este mismo lugar, her-ma-na, dijo Alexis imitando mi voz y el auto se march derepente.

    Camin con una felicidad enorme llenndome elcorazn, por el pequeo sendero con flores a ambos lados,hasta llegar a la puerta. Sin duda el da haba sido largo,estaba cansada y casi no poda creer todo lo que habapasado.

    Apenas abr la puerta, mam, pap y Martinagritaron: Felicitaciones, ya tienes amigos, no pudehacer ms que resignarme y escuchar sus bromas.

    Los tres se quedaron sorprendidos con el regalo deClara. Mam pens en visitar su negocio para compraralgunos y decorar nuestra casa. Tendramos que llamarla

    algn da para que nos diera consejos con la nuestra.Porque desde que Nadia dijo que su mam era pintora,supe que era ella quien estaba detrs del buen gusto ymagnfica decoracin de su hogar.

    As que ahora eres amiga de la hija de HctorHerman. Mi amigo y segundo en mando en lamunicipalidad, pap dej fluir las palabras. Sali de migarganta un grito de sorpresa que ni yo me esperaba.

    Hctor no haba dicho nada. Con razn hablaba asde pap, eran amigos tambin. Nadia tampoco haba dichonada y en ese momento sent que era ms igual que yo delo que pensaba. Seguramente, tampoco quera que losdems se acercaran a ella porque alguien en su familia eraimportante. Definitivamente era alguien con principios,que siendo tan linda como era, con MUCHAS neuronas,un padre poltico y con dinero, poda ser la Queen Bamericana o la reina de las populares argentinas.

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    Despus de tanta charla sub las escaleras feliz.Coloqu el cuadro sobre la cabecera de la cama tal cual ycomo haba pensado en casa de Nadia. Lo mir por variosminutos con ojo crtico, lo recorr con mis dedos parapoder sentir la textura del leo.

    Luego me cubr la cabeza con la sbana y pens quedesde ese momento la palabra amigos, que tanto habaestado repitiendo en voz alta y en silencio en mi mente,tena sentido de verdad.

    Ellos eran mis amigos, los que me brindaron apoyodesde el primer da en que me vieron. Los que reanconmigo y se rean de mis torpezas. Los que con todahumildad me ofrecieron a su familia desinteresadamente.En ese instante, entend el real y her-mo-so significado dela palabra: AMIGOS. Cerr mis ojos, pens en el cuadro ydije:

    ngel de la guarda, dulce compaa, no medesampares ni de noche ni de da. No me dejes sola, sinome perdera

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    39MATASZITTERKOPF 2010, Ediciones MUZA Incwww.tulibreriavirtual.net

    Captulo Tres: Bastian

    El da me sorprendi con su claridad cuando anestaba en la cama. Las mariposas mviles que colgabancerca de la ventana producan una bella meloda metlicaal ser agitadas por la brisa fresca que ingresaba.

    Ventana abierta?, me pregunt desconcertada.No recordaba haberla abierto antes de irme a dormir.Record cada uno de los pasos que haba hecho antes decubrirme la cara con la sbana y no tena imgenes de mabriendo la ventana. Seguramente, haba quedado sintraba, entonces el viento la empuj por la noche. O lo queera ms probable, era que en sueo, sonmbula, me hayalevantado a dejar ingresar el aire. Tal vez la habitacinhaba estado ms caliente que de costumbre, ya queOctubre se haba tornado sumamente caluroso, comonunca antes se haba visto. Al menos eso decan los

    habitantes del lugar y como era mi primer verano all, notena cmo probarlo.

    Segu dando vueltas en la cama unas veces ms, lassbanas me producan una linda clase de escalofros alrozar mi piel. An estaba feliz por lo ocurrido ayer.

    En un momento trat de recordar mi sueo, entoncesabr los ojos para mirar hacia arriba. El cuadro que Clarame haba regalado me confirm que otra vez haba tenidoel mismo sueo. Haba soado con l una vez ms. Estavez le pude poner una cara, ese bello rostro que la madrede mi amiga haba pintado. Tena presente en la mente susojos cerrados y esas alas gigantes que tanto me habanllamado la atencin.

    De repente record que los chicos pasaran abuscarme. Mir el reloj, eran las siete y cinco de lamaana. Comenzbamos las clases a las ocho, as quetena tiempo de sobra para prepararme y desayunar algo.

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    Adems a Al, ya haba comenzado a usar su apodo (ascomo me acostumbraba a que el mo era Amy), no legustaba andar despacio en su auto tuneado, as que supeque nunca llegaramos tarde.

    Volv a esconderme bajo las sbanas, esa vez no fuepara refugiarme de los rayos del sol que inundaban elcuarto, sino para tenderle una trampa a la pequeaMartina. Me qued all, inmvil, pretendiendo estardormida y mirando hacia la puerta con ojos expectantes.Unos minutos despus pude ver su figura ingresando, listapara comenzar con el ataque de cosquillas.

    Se acercaba lentamente, con sus dos pequeas peromortales manos estiradas. Cuando estuvo a punto detocarme, salt dando un grito: BUUUU. No supe cmohizo para salir corriendo tan deprisa y desaparecer de lahabitacin, pero se esfum en un segundo. Tom velocidad

    para seguirla bajando las escaleras, donde la encontr ycomenz nuestro ritual de risas.

    Te atrap pequea asesina, le dije soltndola, yaque no paraba de rerse y mam volvi con su teora sobrelas cosquillas malignas. Ese da no quise atacarla, porqueestaba cortando finas rodajas de pan con un cuchillo.

    Ya vas a ver lo que le va a pasar a tu cuadronuevo, me dijo amenazante la pequea, como siemprehaca. Le saqu la lengua mientras ella se diriga adesayunar.

    Luego de terminar de vestirme, me volv a peinar enla forma que siempre haca, usando la cinta. Si a variosms que a m les haba gustado mi forma de peinarme, nodebera alejarme de lo seguro y hacerme cualquier otracosa ridcula en mi cabello. Me mir en el espejo, esa vezms segura que nunca, por lo que no me reconoca a m

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    misma y no me vi para nada desagradable, es ms, podallegar a decir que era linda.

    Volv a bajar las escaleras para sentarme adesayunar en la cocina. Pap ya no estaba, supuse quetena una reunin y mucho trabajo en la municipalidad,porque se haba marchado ms temprano que decostumbre. El diario que lea todos los das estaba dobladosobre la silla que siempre ocupaba.

    Las tres mujeres de la casa desayunamos solas esamaana. An eran las siete y media, as que haba tiempopara una conversacin sobre la noche anterior. Todava nome conoca. Yo queriendo contar lo que pasaba en mivida? Definitivamente estaba cambiando odefinitivamente, cosas estaban sucediendo, porque antesnunca haba tenido nada para contar.

    Cmo te fue con la vida social ayer?, preguntmam mirando a mi hermana y hacindole una mueca.

    Empez ella la charla antes de que yo pudiera decir algo.Seguro estaba ms que intrigada por el cambio de su hija.

    No s. Fue MUY raro, pero me sent MUY bien,como en casa, eso es lo extrao. No me preocup que mevieran comer, ni las tonteras que pude haber llegado adecir. Me aceptaron tal cual soy, respond tomando unpoco de t y con la vista todava puesta en Martina que selimpiaba la boca.

    Amelie, me alegro por ti, hija. No s por qupiensas que eres rara. Cmo no te van a aceptar? Eresigual que los dems, me dijo ella, untando una tostadacon mermelada de frutilla, luego me la alcanz. No supequ decir, porque lo que mam haba dicho me dej sinhabla. Era obvio que las madres siempre amaban a sushijos y para ellas eran los mejores, pero fue tan sincera yamorosa cuando lo dijo, que no cre que hablaba de m: latonta, antisocial y aburrida Amelie.

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    Adems, les habrs cado ms que bien. Clara teregal un cuadro. Eso es mucho para ser que apenas teconoce. No te parece?, acot, mordiendo una tostada.Pens en el bello rostro de Clara y supe que era igual debuena que mi madre.

    S. Bastante, eso me dej sorprendida. Y no sentque lo hicieran para quedar bien con la hija del intendente,ni nada de eso. El ambiente ayer fue muy genuino, como sisiempre nos hubisemos reunido a comer, comentrecordando la cantidad de besos y abrazos que habarecibido, a los que por cierto deba empezar aacostumbrarme. No dejaba de recordrmelo.

    Cmo se llama el chico que estaba con ustedes?El que manejaba el auto, pregunt Martina, parada al ladode la silla y ponindose el guardapolvo. Era tanobservadora esa nia.

    Se llama Alexis, pero le decimos Al. Es el hijo deldueo del taller, creo. Muy buena persona tambin.Sabes?..., dije llevando mi taza a la pileta de la mesada.

    Ahora somos hermanos. l dice que va a cuidarque ningn chico con malas intenciones se me acerque,dije entre risas y recordando cmo Alexis me habaempezado a decir: hermana.

    Por qu hara eso?, interrog mam al lado mo,con algo ms escondido en el tono de su voz. Reformul supregunta en mi cabeza, transformndola en la siguienteoracin afirmativa: si quiere protegerte, es porque estceloso, te quiere solo para l, pens. Eso NO era as,para nada. Adems yo no estaba interesada en nadie.Ningn chico me llamaba la atencin. Bueno, al menosnadie real, sino uno que viva en la realidad de missueos. Enseguida vino a m ese malestar, as que alej laidea otra vez como ayer. Me senta tan mal por pensar esas

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    cosas y tena vergenza de que Dios supiera, porqueseguro poda leer mi mente.

    Primero: no me gusta l, ni NADIE. Segundo: meparece, aunque lo saba, pero por respeto a mi amiga nopoda decirlo, creo que entre l y Nadia hay algo msque amistad. Y por ltimo, pero no menos importante, ayernos declaramos oficial y formalmente hermanos, dijemirndola a los ojos, asintiendo con la cabeza. Diciendopalabras que slo tenan sentido y provocaban gracia entrenosotros tres solamente, porque era una clase de bromainterna. Record a Gina diciendo pattico un da atrs yesper a que mam lo dijera tambin, pero ella jamspensara que ramos patticos.

    Dejando de lado cualquier cosa que hayas pensado,me alegra saber que forman parte de tu vida, coment ellaacaricindome el hombro.

    Tocan bocina y no es el colectivo, grit Martinadesde la ventana del living. Entonces, apresuradamentetena que contarle a mam que ellos seran mi nuevotransporte escolar. Me daba lstima dejar que Martinaviajara sola, pero se acostumbrara. Adems, nunca meprestaba atencin en el colectivo cuando iba con susamiguitas.

    Ah, por cierto, ellos me pasarn a buscar para ir alcolegio de ahora en adelante, le dije en un tono que no erade peticin de permiso, sino de afirmacin.

    No hay problema. Martina tiene a sus amigas. Eneso te gan, coment ella sonriente.

    Las tres salimos de la casa. Sub al auto mientras mimadre y hermana miraban desde la puerta.

    Hola seora. Cmo est?, salud Nadia a mam,acomodando su cabellera rubia con la mano. Estaba msBarbie que nunca antes.

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    Muy bien. Dganle a su amigo que maneje concuidado, grit mam olvidando que l era hijo delmecnico. No haba duda que era uno de los chicos quemejor y con ms responsabilidad manejaba en PuertoAzul. Aunque le gustaba la velocidad y tal vez a eso serefera mam, l conoca tanto su auto que nada podapasarnos. Desde que tena un ao andaba sobre ruedas.

    Todo bajo control seora. Chiquita, no quers quete llevemos a la escuela?, ofreci Alexis, cosa que nuncase me hubiera ocurrido pensar. En mi visin y por ms queamaba a Martina, era suicidio social tenerla hablando porunos minutos frente a mis amigos. Cundo invent laregla? No saba.

    No, gracias, prefiero ir con mis amigas. Nosvemos, hermano, dijo ella saludando, mientras corrahacia el colectivo que se haba estacionado detrs del auto.Habl con tal madurez que los chicos se sorprendieron, eso

    le pasaba a todos los que la escuchaban hablar, su menteevolucionaba ms rpido que su cuerpo.

    Haba escuchado bien? Le haba dicho hermano?Me sonroj inmediatamente.

    Sorry, me disculp y aprend que tendra quecerrar la boca delante de ella, porque no haca ms querepetir todo lo que escuchaba a su alrededor y eso podracausar problemas. Y si se hubiera animado a preguntar sil y Nadia eran novios? Me puse ms roja. Al pudo vermepor el espejo retrovisor. Cundo dejara de sonrojarme?

    No te preocupes. Me cae bien la mocosa. As queahora tengo dos hermanas. Quin lo hubiera pensado?,dijo con una risa en sus labios como si la idea le gustara,ya que l era hijo nico.

    Nadia me estaba mirando, mientras sacuda sucabeza como diciendo: no puedes ser ms tonta yvergonzosa.

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    Amy, deja de pedir perdn por tonteras, me dijoconfirmando lo que cre que ella estaba pensando. Aunqueno lo dijo en tono agresivo. Esboz una sonrisa y volvi sucara hacia el frente.

    El auto comenz a alejarse. Las ventanas estabanabiertas, el aire golpeaba mi cara, pero no me importaba.Era una linda mezcla de felicidad y de sentirme viva lo queatravesaba mi corazn.

    La calle estaba ms visible que nunca, porque el solse haca ms fuerte a medida pasaban los minutos. Laspersonas, cada una de ellas, estaban haciendo lo quehacan da a da, as que pens que no era la nica conrutinas. Los negocios comenzaban a abrir sus puertas. Losnios caminaban hablando fuerte, algunos cantando,vestidos con guardapolvos blancos. Los pjaros planeabanen lo alto del cielo, como mirndonos a los que no

    podamos volar. Podra mi ngel volar tan alto? Seguroque s.

    A medida que avanzbamos, los rastros decivilizacin comenzaban a perderse. El colegio quedabaalejado de la ciudad, porque era tan grande que no habanencontrado un lugar en el centro para edificarlo. Por esoestaba retirado, cerca del bosque.

    Gracias a Dios las populares y deportistas eran tansuperficiales que no haban ejercido su poder para sacarnosde los ventanales del comedor. Almorzar all, pudiendoapreciar los pinos verdes y las aves sobrevolndolos, era loms mgico que haba visto en la ciudad. A lo lejostambin se vea un cerro que no era tan alto. Me dije quealgn da tena que ir a conocerlo de cerca y tomar unasfotos desde arriba.

    El Highland era un colegio privado y bastante caropor cierto. Acudamos all no por decisin propia, sino por

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    decisin de mis padres. Para nada estaba de acuerdo con laidea de ir a un lugar tan caro, habiendo colegios pblicosen el centro que no tenan doble turno. Pero en esemomento no me import, ya que estaba feliz de ir al lugaren el que haba conocido a mis dos mejores amigos.

    La maana pas lenta, montona y sin ningunasituacin fuera de lo comn. Sin duda, escuchar a Leoqueriendo pronunciar la palabra father con el acentobritnico que la profesora de Ingls tena, haba sido lomas gracioso de la clase. Todos se haban redo de eso,pero l no se avergonzaba y menos se sonrojaba. Yadeseaba yo tener esa habilidad.

    Qu mal!, exclam Nadia, dndose vuelta paramirarme y golpeando a Alexis por la espalda, para quedejara de rerse. No lo haba dicho con intenciones deofender o porque nosotros pronunciramos mejor, cosa quenunca podramos hacer, sino por el hecho de que segua

    intentando en voz alta, a pesar de que la profesora ya habacambiado de tema. Como tratando de mostrar unahabilidad con el idioma que no posea.

    Cuando son el timbre a las doce, todos noslevantamos apresurados de la misma manera, sabiendo queera hora de visitar el comedor. Una vez cada tanto seescuchaba el rugido de algn estmago vaco y yo dabagracias de que no era el mo. Por suerte ese da no sentatanta hambre.

    Cuando llegamos mas distrados que de costumbre,todos estaban ocupando sus lugares. Aunque algo mellam la atencin, un tumulto de chicas hablando en vozalta y tratando de parecer interesantes, me hizo ponerme aanalizar la situacin.

    La mayora de los que estaban ubicados eran losvarones que miraban con sus caras sorprendidas. Gir mivista hacia la barra de comidas y me di cuenta de que ah

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    estaban todas. Se vean indecisas, haciendo pedidosinnecesarios, como si tuvieran ganas de estar dos segundosms en el lugar, porque haba algo que queran seguirviendo.

    Gina y Augusto, pasaron con la bandeja plstica decomida y ni siquiera me miraron. Pareca que l, la habaobligado a salir de la barra, por lo que poda apreciarse ensu cara.

    Qu est pasando aqu?, pregunt Alexistotalmente desconcertado. Seguro crey que alguien sehaba desmayado, o algo trgico haba sucedido, comosola pensar en esa clase de situaciones.

    Mariana, una chica de quinto ao, vena con subandeja cargada de alimentos y escuch la pregunta de Al.

    Doris se jubil ayer. Juan pas a ser el dueo de labarra y hay un nuevo ayudante. Es HOMBRE, por eso elrevuelo de las mujeres. Dnde est nuestra dignidad

    chicas?, dijo indignada su pregunta retrica. Pero fue unareaccin muy de ella. Mariana era ABSOLUTAMENTEfeminista y no poda entender que las mujeres sedesesperaran de esa manera por un chico nuevo, le parecadegradante. En cambio a m me pareca reaccin femeninaadolescente.

    Con razn. Qu ms poda ser? Si esas no comennada, no se iban a desesperar as por un nuevo plato decomida, dijo Alexis sacudiendo su cabeza y sonriendo. Alparecer, era un comportamiento comn en las chicas de laciudad o de todas las chicas del mundo, como ya habapensado antes, aunque yo no me crea as.

    Nos acercamos a la multitud lentamente, tratando deatravesarlas como si fueran paredes de piedra, pero ellasoponan resistencia.

    Permiso chicas. Slo queremos pedir comida yretirarnos a nuestro lugar. As que por favor, den lugar y

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    no las molestamos ms. Despus, pueden seguir mirandocomo tontas al chico nuevo, dijo Nadia con la voz tanfuerte que todos se quedaron mirndola. Nunca cre quefuera capaz de eso, pero slo tenamos media hora paracomer y descansar, esperando el viernes que era el nicoda que no tenamos doble turno. Entonces entend susrazones. Las dems se sonrojaron como yo hubiera hecho,se retiraron protestando por lo bajo y matando a mi amigacon la mirada, pero a ella no le import. El chico nuevo nopoda hacer ms que rerse complicemente con Juan, slopoda escucharlo porque todava haba unas chicas altasfrente a l.

    Cuando el tumulto se dispers, algn magnetismoextrao hizo que mi cabeza se levantara, que una rarasensacin se apoderara de mi corazn por completo, que seagitara mi respiracin y me quedara vindolo.

    No se poda negar porque se haban quedadomirndolo, hasta yo, que un segundo atrs cre no ser latpica adolescente enamoradiza, me qued observndolodetenidamente.

    Era como si hubiera salido de una revista demodelos, pero era ms perfecto. Era alto, su pielextremadamente blanca, ms que la de Alexis y eso ya eramucho decir. Tena el cabello muy negro, lacio y fino. Uncorte de pelo actual y moderno: no tan corto, irregular, conun flequillo desmechado que caa sobre su ojo izquierdo.Eso lo diferenciaba de todos los chicos del lugar, ademsde otras cualidades.

    Sus ojos, eso era lo que me haba quedado viendo.Ellos eran demasiado verdes, nadie pareca notar unextrao brillo que tenan, pero yo s. Era como si hubierausado un delineador sumamente negro en sus estilizadas y

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    largas pestaas, porque los ojos resaltaban como dosesmeraldas.

    Estaba vestido con jeans gastados, una remera negraque le quedaba ajustada. O realmente su cuerpo eramusculoso como para hacer que le quedara pegada alcuerpo. Bueno, si uno miraba sus brazos se daba cuentaque la remera no era ajustada, su cuerpo era grande.

    Sus labios eran rojos, perfectos y simtricos, al igualque sus dientes extraordinariamente blancos, y quecombinados hacan la sonrisa ms maravillosa que habavisto en mi vida.

    Pareca tener diecinueve aos ms o menos. Por esolas chicas haban estado tan interesadas, ya que siemprebuscaban chicos ms grandes y sus pobres compaeros sedesilusionaban al no tener oportunidad, cuando un nuevogaln como estos apareca. Pero era la regla general de lasmujeres, no haba nada que hacerle.

    Fue ah que record su risa y luego una miradacmplice hacia su compaero de trabajo y me di cuenta deque yo no le dara el gusto a ese nuevo, arrogante,ayudante del comedor, de que pensara que yo era como lasotras.

    Ya estamos listos, te esperamos en nuestra mesacerca del ventanal, dijo Nadia tocndome el hombro,volvindome a la realidad. Me di cuenta de que variosminutos haban pasado mientras haca mi observacin delrecin llegado, porque Alexis ya tena la bandeja llena. Losdos se alejaron bromeando. Pude escuchar a Al imitando aLeo.

    Father, father, deca, mientras ella le peda quesiguiera con la imitacin.

    Rogu no decir una tontera, ahora que me habandejado sola frente a l. Rogu que no se hubiera dadocuenta de mis ojos analizndolo unos segundos atrs,

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    mientras l les serva comida a mis amigos. Nunca pensque el slo hecho de mirar a alguien podra afectarmetanto.

    Qu quieres comer?, dijo humedeciendo susperfectos labios, trayndome nuevamente a la realidad,porque ya me haba perdido en su belleza otra vez. Esperno haber tenido mis ojos abiertos como lechuzasorprendida. Su voz era atrayente, tan dulce, pareja y sinninguna vibracin horrible o caracterstica particularmentemala que pudiera llegar a irritar. Era todo perfecto.

    Slo una manzana. Gracias, pude decirfinalmente, cuando recuper la respiracin. Trat de quitarmis ojos de su blanco rostro, pero era como un llamadorque haca que mis ojos miraran a una sola direccin, haciadonde estaba l.

    Nada ms que una manzana? Ya veo, estas a dietacomo ellas, dijo indicndome a las populares, que no le

    sacaban los ojos de encima. Qu mal! Me haba incluidoen el grupo superficial.

    No, Dios me libre de ese castigo. Es slo que notengo hambre hoy, dije ajustando la cinta en mi cabellocolorado. Sonri por lo que yo haba dicho.

    Luego tom un poco de pollo caliente y lo coloc enun plato. Puso un envase de jugo de naranja y la manzanaque era lo nico que le haba pedido.

    No, est bien, quise decir pero me interrumpi,dndome la bandeja. Tuve que tomarla porque era obvioque la iba a dejar caer. Ya se haba puesto arrogante o algopor el estilo. No me gustaba para nada la idea de que mediera rdenes silenciosas.

    Shhh, me dijo para que no terminara la oracinanterior, me qued esttica acatando su reto y esperandosaber lo que estaba por decir.

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    Me gustan los desafos y acaba de surgir uno. Mevoy a proponer que te alimentes bien, al menos de lunes ajueves, durante el almuerzo. El fin de semana no puedocontrolarte, es una lstima, pero espero que no comascomida chatarra, me dijo usando su sonrisa mgica, quepareca convencerme de hacer lo que NO quera hacer.Decid alejarme de una vez por todas.

    A medio camino di media vuelta para volver amirarlo. All estaba, con el fondo oscuro de la paredhacindolo resaltar como una figura brillante.

    Gracias, le dije, imprimiendo en mi tono de vozuna sensacin que deca: TE ODIO.

    Llegu a la mesa donde estaban mis amigos, contodas las miradas del colegio puestas en m. Seguroestaban tratando de matarme o deseando producir rayosaniquiladores con sus ojos, para castigarme por habertenido el privilegio de que el nuevo me hablara y

    sonriera. Sent las ganas de desaparecer bajo la tierra. Mesent rpidamente entre el vidrio y Alexis, ya que al menosquedaba menos expuesta que antes.

    Dnde esta nuestra dignidad chicas?, bromeNadia, repitiendo la pregunta retrica de Mariana. Alexisno pudo contener la risa y devolvi al vaso el jugo querecin haba bebido. Ya era tan amiga de ellos que,primero, no me iba a enojar por la broma de Nadia y,segundo, no sentira asco por los malos modales de Alexis.

    Shut up, dije y me concentr en tratar de comer laporcin de pollo que el chico sin nombre, me habaobligado a comer. Sera parte de su desafo, eso habadicho.

    Planeaba engordarme como la bruja en Hansel yGretel para luego comerme? Que tonteras estabapensando!

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    Le podras ensear a pronunciar a Leo. El ingls eslo tuyo amiga, me dijo ella. Muy en el fondo o no tanto,saba que Nadia estaba tratando de que me interesara enalgn chico. Ella seguramente se imaginaba salir en pareja:comidas y cine. Y por un momento, sent que el repentinointers que tena?, en el chico nuevo, no estaba del todomal. No era que quisiera darle el gusto a mi amiga ymenos al arrogante, pero al menos, l era alguien real queme alejara de esa rara sensacin de malestar. Ni quiseacordarme del ngel en mi habitacin, en el cuadro mejordicho. Eso sonaba mejor. Pero, qu haca pensando en esemisterioso chico como posible novio? Si l slo me habahablado. Me estaba volviendo loca, mucha vida social meestaba afectando. Adems l era tan arrogante.

    El nuevo se llama Bastian. Tiene un nombre raro.Es hurfano y vive en la casa al lado de la catedral. Ayudaal padre Toms con la limpieza de todo el lugar y es su

    ayudante en la misa los domingos, por eso le dan unahabitacin en la casa de los curas, coment Alexis,habiendo liquidado la completa y gigante hamburguesa desu plato, ms las papas fritas. Mi amigo nunca engordaba apesar de todo lo que ingera, as que poda comer feliz.

    Y despus las que hablamos de ms somos lasmujeres. Definitivamente el taller de tu pap es el mejorlugar para obtener informacin, dijo Nadia, recostndoseen el respaldar de la silla. Bebi su gaseosa y dirigi suvista al bosque.

    Bueno, no es rumor. l mismo estuvo hace unosdas all. Llev a reparar su auto viejo y le cont todo apap. No s, algunos se creen que pap es psiclogo y lostiene que escuchar. Seguramente ganara ms plataescuchando que arreglando, dijo Al, abollando mi caja dejugo de naranja vaca. Nadia lo mir sonriente. Por alguna

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    razn le festejaba todas sus bromas o descabelladas ideas.Eso era amor realmente.

    Tiene lindo nombre, se me escaparon las palabras.De ninguna manera haba querido hacerlas pblicas. Elcalor subi por mi cara y saba que estaba ROJA.

    Solo su nombre amiga?, pregunt Nadiamovindose como una vbora, sentada en su silla ytratando de molestarme.

    El timbre son de repente. El ruido de sillasarrastradas por el suelo fue estremecedor. Todosvolvamos a la normalidad, por suerte.

    Hora de volver a clases, dijo Alexis guindomeun ojo y sacndome del compromiso de dar una respuesta,a la no-retrica pregunta de Nadia. Es por eso que la llevunos pasos delante de m imitando a Leo en la clase deingls, para distraerla del tpico anterior. As secomportaban los hermanos mayores, eso logr entender.

    Antes de salir del comedor di una mirada hacia labarra de comidas y confirm mis sospechas. Saba que sumirada penetrante haba estado posada en m durante todoel almuerzo. No era que eso me alegrara, porque detestabaesa repentina insistencia suya, esa manera educada dehacerme comer cosas que no quera, que se creyera elmodelo perfecto que realmente era, pero me hacapreguntarme el porqu de esa mirada tan profunda sobrem.

    l sonri, levant su mano rpido y la dej caer. Mesalud, a m, solo a m. Ya no haba ms nadie en el lugar.Fing una sonrisa y apur el paso para alcanzar a misamigos. Por ms que tratara de callarla, mi cabeza nodejaba de repetir: Bastian, Bastian, Bastian

    Las horas de la tarde pasaron ms rpido que decostumbre, ni siquiera tuve que desear que el timbre sonara

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    porque este ya lo haba hecho y ni cuenta me haba dado.Tampoco parec entender que estaba en el estacionamientounos minutos despus. ltimamente estaba tan perdida,como si apareciera en diferentes lugares por arte de magia.

    Hey. Vienes a casa hoy o dejamos la excusa de laguerra mundial para maana?, pregunt Nadia haciendochasquear sus dedos fuertemente ante mis ojos. Alexis yaestaba al volante. La verdad era que decamos que bamosa hacer el trabajo de Historia, pero nos ponamos a charlary divertirnos. Algn da lo tendramos que hacer bajopresin y cerca del lmite de tiempo.

    S, dejmoslo para otro da. Hoy tengo que haceralgunas cosas: como ayudar a Martina un rato con latarea, fue mi excusa para decirle que no senta lanecesidad de ir a su casa. No poda creer que el recinllegado me hubiera dejado fuera de m. Definitivamenteme llamaba la atencin algo en l, o slo l. No haba

    podido dejar de pensar en su cara unas horas atrs en clase,despus del almuerzo. Por eso haba pasado rpido eltiempo, porque no dej de pensar en l. Y as de distradapara quien me viera desde afuera, pero completamentepensativa en mi interior, viaj todo el camino a casa.

    Quin era ese chico?. Ahora sera parte de sureto, yo formando parte de su vida. Adems, viva cerca dela catedral, a unas pocas cuadras de mi casa. Record lascampanas y los escalofros volvieron.

    Segura que no quieres venir?, pregunt Alexismirndome por el espejo, esperando la respuesta.

    Segura, nos vemos maana, como chofer de mitransporte escolar, dije bromeando, cuando logr recobrarmis sentidos. Bes a los dos rpidamente y baj del auto.

    A la misma hora y en el mismo lugar, grit Al yse alejaron a toda prisa. Le ped a Dios que mantuviera

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    intacta la habilidad de buen manejo de mi amigo, que nadales sucediera y que llegaran a salvo a sus hogares.

    Entr a la casa, donde todo estaba silencioso. Nohaba nadie ms que yo y mi respiracin. Slo el gran relojdel comedor se escuchaba andar. La atmsfera eratenebrosa, sin ruidos, ni voces.

    Sub las escaleras y tir el bolso sobre la cama.Seguro haba estado haciendo planes en mi cabeza, planesde investigacin por los cuales haba mentido por primeravez a mis amigos, porque me dirig a la laptop sobre miescritorio de vidrio. Impaciente le daba golpecitos para quese apurara. Cuando todo haba cargado, abr primero elprograma de correo y Chat. Agregu a Nadia y Alexis amis contactos, ya que me haban escrito sus mails en lacarpeta durante matemtica, marqu la cruz para cerrar elprograma.

    Luego hice lo que