análisis del lenguaje espontáneo

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RESUMEN El artículo expone los principios básicos del análisis del corpus del lenguaje espontáneo: segmentación en enunciados, informatización, técnicas de análisis y de control de fiabilidad de los índices, indicaciones normativas. En concreto, se nos presentan diversas medidas puntuales como los índices de diversidad léxica (IDL) y los de longitud media de producción verbal (LMPV) o de enunciado (LME). Se discuten su validez y su valor predictivo, así como la cantidad del lenguaje necesaria para obtener indicaciones fiables. Aparte de los índices puntuales, se contemplan una serie de herramientas analíticas que permiten superar ciertas limitaciones de los índices puntuales. Se trata de la integración longitud-complejidad, del dispositivo del análisis lingüístico, del análisis del desarrollo de la frase (DSA-Developmental Sentence Analysis), de la valoración del lenguaje y procedimiento de selección de soluciones (LARSP-Language Assessment and Remediation Screening Procedure), de la etapa de asignación estructural (ASS-Assigning Structural Stage), del índice de sintaxis productiva (IPS), y del dispositivo de análisis funcional del lingüista Halliday. Por último, se discute el problema de la interpretación clínica de los datos facilitados por los análisis del corpus y se afirma la complementariedad de estas técnicas con los tests formales de lenguaje. Palabras clave: Lenguaje espontáneo. Evaluación cualitativa y cuantitativa. Análisis léxicos y morfo-sintácticos. SUMMARY The article explains the basic principals of the analysis of the corpus of spontaneous language: segmentation in enunciations, computerisation, techniques for analysis and control of the reliability of the indexes, guideline standards. In particular, different specific measures are explained, such as the lexical diversity indexes (IDL) and the average length of the verbal production index (LMPV) or of the enunciation (LME). Their validity and their predictive value are discussed as well as the amount of language necessary to obtain reliable guidelines. In addition to the specific indexes, a series of analytical tools are considered, that allow certain limitations of the specific indexes to be overcome. These are the length - complexity integration of the linguistic analysis device, of the Developmental Sentence Analysis (DSA), of the Language Assessment and Remediation Screening Procedure (LARSP), of the Assigning Structural Stage (ASS), of the Productive Syntax Index (IPS), and the functional analysis device developed by the linguist called Halliday. Finally, the problem concerning the clinical interpretation of the data provided by the analysis of the corpus is discussed and the complementarity of these techniques with the formal language test is confirmed. Key words: Spontaneous language. Qualitative and quantitative evaluation. Lexical and morphosyntactic analyses. Rev Logop Fon Audiol 2000;XX(4):169-184 169 ANÁLISIS DEL LENGUAJE ESPONTÁNEO 1 Por J. A. Rondal y D. R. Ling Cátedra de Psicolingüística de la Universidad de Lieja. ORIGINALES 1 Conferencia invitada en el XXI Congreso Internacional de la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología el 29 de junio de 2000 en La Coruña.

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Page 1: Análisis del lenguaje espontáneo

RESUMEN

El artículo expone los principios básicos del análisis del corpusdel lenguaje espontáneo: segmentación en enunciados,

informatización, técnicas de análisis y de control de fiabilidadde los índices, indicaciones normativas. En concreto, se nos

presentan diversas medidas puntuales como los índices dediversidad léxica (IDL) y los de longitud media de producción

verbal (LMPV) o de enunciado (LME). Se discuten su validez ysu valor predictivo, así como la cantidad del lenguaje necesaria

para obtener indicaciones fiables. Aparte de los índicespuntuales, se contemplan una serie de herramientas analíticas

que permiten superar ciertas limitaciones de los índicespuntuales. Se trata de la integración longitud-complejidad, del

dispositivo del análisis lingüístico, del análisis del desarrollo dela frase (DSA-Developmental Sentence Analysis), de lavaloración del lenguaje y procedimiento de selección de

soluciones (LARSP-Language Assessment and RemediationScreening Procedure), de la etapa de asignación estructural

(ASS-Assigning Structural Stage), del índice de sintaxisproductiva (IPS), y del dispositivo de análisis funcional dellingüista Halliday. Por último, se discute el problema de la

interpretación clínica de los datos facilitados por los análisis delcorpus y se afirma la complementariedad de estas técnicas con

los tests formales de lenguaje.

Palabras clave:Lenguaje espontáneo. Evaluación cualitativa ycuantitativa. Análisis léxicos y morfo-sintácticos.

SUMMARY

The article explains the basic principals of the analysis of thecorpus of spontaneous language: segmentation in enunciations,computerisation, techniques for analysis and control of thereliability of the indexes, guideline standards. In particular,different specific measures are explained, such as the lexicaldiversity indexes (IDL) and the average length of the verbalproduction index (LMPV) or of the enunciation (LME). Theirvalidity and their predictive value are discussed as well as theamount of language necessary to obtain reliable guidelines. Inaddition to the specific indexes, a series of analytical tools areconsidered, that allow certain limitations of the specific indexesto be overcome. These are the length - complexity integrationof the linguistic analysis device, of the Developmental SentenceAnalysis (DSA), of the Language Assessment and RemediationScreening Procedure (LARSP), of the Assigning StructuralStage (ASS), of the Productive Syntax Index (IPS), and thefunctional analysis device developed by the linguist calledHalliday. Finally, the problem concerning the clinicalinterpretation of the data provided by the analysis of the corpusis discussed and the complementarity of these techniques withthe formal language test is confirmed.

Key words: Spontaneous language. Qualitative andquantitative evaluation. Lexical and morphosyntactic analyses.

Rev Logop Fon Audiol 2000;XX(4):169-184 169

ANÁLISIS DEL LENGUAJE ESPONTÁNEO1

Por J. A. Rondal y D. R. LingCátedra de Psicolingüística de la Universidad de Lieja.

ORIGINALES

1 Conferencia invitada en el XXI Congreso Internacional de laAsociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología el 29de junio de 2000 en La Coruña.

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1. En ocasiones se sitúa el análisis del lenguaje espontá-neo (ALS) entre los procedimientos de evaluación cualita-tiva. Esta terminología no es adecuada. En términos gene-rales, la oposición cualitativo-cuantitativo resulta dudosa,especialmente en el campo de la ciencia, dado que locuantitativo es siempre la cuantificación de una cualidad.Con respecto a la evaluación del lenguaje, la oposicióncuantitativo-cualitativo induce a error. Como muestran lostextos atribuidos al ALS en psicolingüística y en logope-dia (cf. Rondal, 1998; Puyuelo, Rondal y Wiig, 2000), esteanálisis, al tiempo que proporciona una impresión de «na-turalidad», mayor, es también cuantificable. Es posiblerealizar múltiples medidas sobre los corpus recogidos y ta-les medidas pueden ponerse en relación con criterios esta-dísticos, de modo que pueda realizarse un diagnóstico pre-ciso del funcionamiento del lenguaje. Personalmente, merefiero más bien a la evaluación del lenguaje provocado(los tests de lenguaje) y del lenguaje espontáneo (los aná-lisis de corpus). Creo que esta descripción, correcta desdeel punto de vista descriptivo, es suficiente.

2. El ALS está, necesariamente, restringido a la evalua-ción de la producción. No es riguroso tratar de evaluar lacomprensión del lenguaje a través del lenguaje espontá-neo o de las respuestas verbales dadas por un sujeto a pre-guntas formuladas verbalmente. De ese modo, se confun-den producción y comprensión sin poder, en caso de quesurjan problemas, establecer si la dificultad existente en elsujeto procede del funcionamiento productivo o receptivo(o ambos, aunque medidos por separado).

3. Los tests de lenguaje y el ALS, lejos de estar en opo-sición, son complementarios. Es conveniente insistir sobreeste punto ya que, con frecuencia, no se comprende ade-cuadamente. Mediante una hábil combinación de ALS yevaluación de lenguaje provocado, el clínico dispondrá deun perfil más completo y más representativo de las capa-cidades de los sujetos. La complementariedad en cuestiónha sido subrayada desde hace tiempo (por ejemplo, John-son, Darley y Spriesterbach, 1963; Emerick y Hatten,1974; Leonard, Prutting, Perozzi, y Berkley, 1978), perola puesta en práctica de tal complementariedad sigue es-tando muy limitada.

Entiendo por lenguaje espontáneo «el lenguaje produci-do por un locutor en situación natural (o cuasi natural)».Este corpus puede ser recopilado, transcrito y analizado deacuerdo con diversos dispositivos y medidas de los quetrataremos a continuación. No obstante, cualquier recopi-

lación de lenguaje espontáneo no reúne condiciones paraproporcionar las informaciones pertinentes. El estudio dellenguaje espontáneo debe realizarse según ciertas reglas yatendiendo al contexto. Desde un punto de vista ideal,siempre deberían utilizarse varias muestras de lenguajeobtenidas en situaciones pragmáticamente diversas. Porúltimo, el ALS no puede tratar más que sobre aquello queel sujeto produce en el momento de recoger el corpus. Noes posible, evidentemente, deducir nada de aquello que elsujeto no produce. Por ello (y es otro punto de comple-mentariedad con los tests), si se desea prolongar el análi-sis relativo a las estructuras que no aparece en el corpus,es conveniente utilizar después del ALS pruebas comple-mentarias. Está indicado que tales pruebas sean comple-mentarias, y no al contrario, porque procediendo con ante-rioridad al ALS, se dispone de un marco interpretativo quebastará completar o afinar, si llegara el caso. Por ejemplo,si no se encuentran frases pasivas reversibles –son raras enla práctica de las lenguas– podrá procederse a una investi-gación complementaria mediante pruebas provocadas(imitación, completar enunciados, producción provocada–por ejemplo, «Dime qué le pasa al coche blanco»: «Estásiendo adelantado por el coche rojo»).

4. El doble problema que se plantea inicialmente enALS es el de transcribir nuevamente el discurso producidoy fraccionarlo posteriormente en unidades de análisis.Ciertamente, es conveniente transcribir literalmente ellenguaje escuchado. Desde hace algunos decenios, esta ta-rea, temible antiguamente, viene facilitada por sofistica-dos dispositivos de registros auditivos o audiovisuales.Sin embargo, la tarea de transcripción sigue siendo, no esposible negarlo, fastidiosa y difícil. Es preciso esforzarseen ceñirse lo más exactamente posible al lenguaje produ-cido por el o los sujetos objeto de estudio. Sólo con estacondición podemos disponer de un material lingüísticofiable y de calidad.

Existen diversas técnicas para limitar en todo lo posiblela influencia personal del observador. Entre estas, ha lle-gado a ser una operación estándar el cálculo de un coefi-ciente en base a transcriptores. Hay diversas formas deproceder. Es posible organizarse para que algunos extrac-tos del corpus se transcriban de forma independiente porvarios transcriptores. Se comparan las transcripciones yse mide el grado de acuerdo entre los transcriptores (utili-zando, por ejemplo, el índice Kappa de Fliess). Si el índi-ce de acuerdo es demasiado bajo, se hace imperativo tra-

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bajar nuevamente sobre las transcripciones hasta que seobtenga un acuerdo suficiente. El procedimiento de medi-da del acuerdo existente entre examinadores es igualmen-te aplicable a la fragmentación del discurso en unidadesde análisis.

5. Segmentación en enunciados.Una vez realizada latranscripción de la grabación, puede procederse a la seg-mentación en enunciados. Dicha fragmentación no es ab-solutamente indispensable (depende de los análisis que sepretenden realizar). Pero con frecuencia es deseable por-que el cálculo de numerosos índices analíticos descansasobre la noción de enunciado. Esta fragmentación no esuna tarea fácil. Existen diversos criterios de funciona-miento que no merece la pena detallar aquí (ver Rondal,1998 y Puyuelo et al, 2000).

6. Informatización de los cuerpos de lenguaje.MacWhinney et al han puesto a punto, con el nombre deCHILDES Project (Tools for Analysing Talk), un proce-dimiento informatizado de transcripción, codificación ysegmentación de los corpus de lenguaje, así como un ins-

trumento que permite cierto número de análisis informa-tizados, en la Universidad Carnegie-Mellon y a través deuna importante red de colaboradores internacionales.CHILDES (Mac Whinney, 1991; Sokolov y Snow, 1994)dispone además de un banco de datos de desarrollo (unaserie de cuerpos de lenguaje que se refieren a una trein-tena de idiomas, entre ellos el francés y el castellano–cuerpo longitudinal de José Linaza relativo a un niño deentre 2 y 4 años de edad cronológica en este último caso)que es objeto de adiciones regulares. El significado deCHILDES es Child Language Data Exchange System.Dentro de este sistema se distinguen los sub-sistemas(Chat y Clan). Chat proporciona un medio para produciruna transcripción informatizada de una interacción con-versacional. Clan permite efectuar ciertos análisis decuerpos asistidos por ordenador o incluso totalmente in-formatizados. Estos dispositivos están llamados a tenerun gran desarrollo, especialmente en lo que se refiere alos aspectos formales del lenguaje (fonología y morfo-sintaxis) para los cuales puede imaginarse, en última ins-

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Tabla 1. Índices puntuales y referencias temporales utilizables en la detección precoz de los retrasos del lenguaje

Tabla de edades (normales) Adquisiciones Sugerencias

Sexto mes y siguientes

A partir del noveno mes

18 meses

2 años y 3 meses

2 años y 6 meses

3 años

3 años y 6 meses

Balbuceo vocálico, silábico, saturándose progresivamentede sonidos de la lengua materna; balbuceo duplicado(«mamama, papapa, tatata, etc.»).

Primeras palabras (asociaciones significado/significante).

Primeras combinaciones verbales, con o sin términos gra-maticales («pati papa»).

Producción de las preposiciones que denotan posesión(a, de para).

– Producción de los pronombres personales de la primeray segunda persona del singular.

– Producción de los artículos (marcación del género).

– Producción correcta de las preposiciones espaciales.– Producción correcta de los pronombres personales de

tercera persona (singular).

Utilización de los auxiliares sery tener.

Ausencia o pobreza a finales del primer año:primera sospecha de posible retraso en el de-sarrollo.

Ninguna palabra a los 24 meses: sospecha deretraso en el desarrollo (especialmente si vaacompañado de una marcada debilidad en lacomprensión del vocabulario habitual).

No empleadas a los 30 meses: denota un re-traso de estructuración de la expresión verbal.

No dominadas a los 30 meses.

No dominadas a los 36 meses.

No dominadas a los 42 meses.

No utilizados a los 48 meses.

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tancia, una considerable automatización de los datos y delos análisis.

7. Técnicas de análisis del lenguaje espontáneo.Laoperación más importante consiste en utilizar el corpustranscrito para obtener informaciones precisas sobre el ni-vel de desarrollo productivo alcanzado por el sujeto exa-minado. En nuestra opinión, es posible, incluso, utilizarlas producciones espontáneas del niño muy joven para de-tectar precozmente (cosa que los tests tradicionales de len-guaje son incapaces de hacer) un (importante) retraso dedesarrollo del lenguaje o, al menos, objetivar una sospe-cha seria de retraso en el lenguaje incipiente en el áreaproductiva; sospecha que, llegado el caso, deberá ser con-firmada o invalidada posteriormente, incluso mediante elrecurso a tests de lenguaje. En la tabla 1 se describen lasindicaciones cronológicas que pueden utilizarse a esteefecto (al menos en cuanto al francés se refiere, si se tratade idioma; para otros idiomas, es aplicable el mismo pro-cedimiento pero se trata de encontrar los indicadores fia-bles correspondientes).

A continuación expondré las técnicas de análisis quetienen mayor relación con los aspectos léxicos y morfo-sintácticos. Hay otros análisis posibles que se refieren alos componentes fonológicos, pragmáticos y discursivosdel lenguaje, pero no los contemplaré aquí (cf. Rondal,1998).

7.1. Diversidad del vocabulario de producción.La eva-luación de la amplitud del vocabulario de producción tro-pieza con una limitación drástica. Se trata de la imposibi-lidad práctica con la que nos encontramos para realizar uninventario exhaustivo del vocabulario expresivo de un su-jeto. No es posible contemplar situaciones de evaluaciónen las cuales se pediría al sujeto que nombrase el conjuntode objetos materiales, sus cualidades, relaciones, etc. Unamedida paliativa que puede conseguirse a partir del len-guaje espontáneo es el índice de diversidad relativa al lé-xico (IDL). Este se abstiene por la relación del número depalabras diferentes con el número de palabras producidassobre un número concreto de enunciados. El criterio paraestablecer que una palabra es diferente de otra hallada enla muestra de lenguaje es puramente léxico. Las inflexio-nes nominales (género, número) y las inflexiones verbales(tiempo, aspecto, persona) no se toman en cuenta. Otrasentradas como comer, comerá, comerán,etc., se conside-rarán como un mismo y único elemento léxico. Igualmen-te para pastor, pastora, pastores, pastoras, etc. No obstan-

te, se considerará que las producciones derivadas constitu-yen palabras distintas. Por ejemplo, caballo, caballero,caballar, caballista, caballeresco,etc. Pueden utilizarselos diccionarios habituales para crear la dicotomía men-cionada. Sus entradas generalmente se corresponden conlo que pueden considerarse palabras distintas en el índiceIDL. Es preciso recordar que el IDL está estrechamente li-gado a los contextos pragmáticos en donde se recogen lasmuestras de lenguaje. Un sujeto puede proporcionar variasdecenas de enunciados sin variar apenas el tema de la con-versación. En ese caso, el IDL será poco elevado. Asípues, también es deseable en este aspecto una diversifica-ción de los contextos pragmáticos de toma de muestras delenguaje.

Se ha elaborado un índice de diversidad de léxico seme-jante al IDL estándar, el IDL corregido, para corregir unadesviación en el IDL estándar. Este último pone en rela-ción el número de palabras diferentes con el número totalde palabras de la muestra analizada. Ahora bien, en térmi-nos de léxico, hay un pequeño grupo de lexemas que apa-recen con una gran frecuencia; se trata de los pronombres,los auxiliares, las cópulas, los artículos, las conjunciones ylas preposiciones. El hecho de incluir estas palabras den-tro del cómputo del IDL hace que éste sea menos sensiblea la diversidad léxica real de la muestra de lenguaje. ElIDL corregido, al poner en relación únicamente el númerode sustantivos, verbos y adverbios diferentes con el núme-ro total de palabras de los enunciados, pone remedio a ladesviación indicada.

Es deseable poder disponer de indicaciones normativaspara los índices analíticos del lenguaje espontáneo. Gene-ralmente, los psicolingüistas conceden poca importancia aeste tipo de consideraciones y ello es lamentable desde laperspectiva de la evaluación del lenguaje. Sería conve-niente favorecer la difusión de las indicaciones normati-vas que se hallan en poder de los investigadores, en bene-ficio de los clínicos del lenguaje. En cuanto al IDL corre-gido, se han proporcionado datos normativos relativos aniños francófonos por parte de Rondal, Bachelet y Pérée(1985). Se relacionan en la tabla 2.

Aunque no se trate de IDL propiamente dicho, Le Nor-mand (1996) ha proporcionado interesantes indicacionesen lengua francesa sobre el número de palabras diferentesproducidas en las muestras de lenguaje espontáneo de 360niños de entre dos y cuatro años (estudio transversal). Es-tos datos demuestran una ligera superioridad de las niñas

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sobre los varones, que desaparece por encima de los tresaños, y una superioridad más marcada de los niños de me-dios favorecidos en relación con los niños de medios des-favorecidos, que tiende, por el contrario, a aumentar con laedad.

¿Cuál es la cantidad de lenguaje que debe analizarsepara obtener un IDL o un IDL corregido fiables? El pro-blema de la fiabilidad de la medida se plantea para cual-quier análisis. Detengámonos en ello por un instante. Ge-neralmente, todos están de acuerdo en que un índice cal-culado sobre una muestra importante es fiable. ¿Pero quéhay que entender por tal? No hay una respuesta única aesta cuestión. El tamaño de la muestra de lenguaje necesa-ria para obtener una medida fiable variará según la fre-cuencia de aparición de la estructura estudiada en la prác-tica de la lengua. Para apreciar la calidad de la articulaciónbastarán algunos enunciados, ya que los distintos fonemasde la lengua son susceptibles de aparecer en ellos variasveces cada uno como mínimo y en contextos de articula-ción variados. No sucede lo mismo con el léxico. Una eva-luación del léxico en lenguaje espontáneo sólo puede serilustrativa, ya que los términos léxicos susceptibles de in-tervenir en un corpus de lenguaje, aunque sea amplio, norepresentan más que una pequeña parte del repertorio léxi-co de los locutores (salvo para los niños muy pequeños).En lo que se refiere a los índices morfo-sintácticos, la si-tuación es variable. Algunas estructuras aparecen con re-lativa frecuencia, mientras que otras son más escasas.

En cuanto al IDL estándar, se aconseja utilizar unamuestra de 50 palabras consecutivas como mínimo, perono se ha publicado ningún estudio de fiabilidad segúnnuestros datos. Para el IDL corregido, Rondal et al (1985)han informado sobre un índice de fiabilidad (correspon-diente a la correlación de Pearson entre el IDL corregidocalculado sobre la porción de léxico en cuestión y la mues-tra de léxico completa, compuesta por 100 palabras conse-

cutivas) de 0,56, 0,79 y 0,87 para porciones de 25, 50 y 75palabras consecutivas respectivamente.

7.2. Longitud media de producción verbal o de enun-ciado.Una medida utilizable en la evaluación de los as-pectos morfo-sintácticos del lenguaje, es la longitud me-dia de producción verbal (LMPV) o de enunciado (LME).El LMPV es la relación del número de palabras más mor-femas de inflexión con el número total de enunciadosanalizados. Los morfemas de inflexión son los que sirvenpara designar el género y el número en los nombres, pro-nombres, artículos y adjetivos y para designar la persona,el modo, el tiempo y/o el aspecto en los verbos. Se cuen-ta una unidad por cada palabra. Se cuenta una unidad adi-cional por cada morfema de inflexión realizado correcta-mente.

Una variante del LMPV, la longitud sintáctica media(LSM), propuesta por Klee y Fitzgerald (1985), no tomaen consideración más que los enunciados de dos o más pa-labras. Se trata, de algún modo, de depurar el LMPV reti-rando de él la parte procedente de los enunciados de unasola palabra, que, por definición, no están estructuradassintácticamente. Algunos investigadores o clínicos calcu-lan el LMPV solamente en número de palabras (por ejem-plo, Le Normand, 1991). Este procedimiento, que tambiénera el de los «pioneros» del estudio del lenguaje espontá-neo, no es aconsejable, especialmente en los niños de másde treinta meses. En efecto, no tiene en cuenta las marca-ciones morfológicas de inflexiones. El niño produce demanera gradual no sólo secuencias organizadas de pala-bras, sino también marcas de inflexión que es deseablesean integradas en el cálculo del LMPV. En caso contra-rio, este último adolecerá de sensibilidad hacia el desarro-llo.

Miller y Chapman (1981) se refieren una correlaciónelevada (r= 0,88; significativo de p≤ 0,001) entre la edadcronológica (EC) y el LMPV, con una muestra de 123 ni-ños de entre 18 meses y 5 años. La EC es responsable del

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Tabla 2. Indicaciones normativas relativas al Índice Corregido de Diversidad Léxica

Edad cronológica (años; meses) 2-2;05 2;06-2;11 3-3;05 3;06-3;11 4-4;05 4;06-4;11Media 0,45 0,44 0,49 0,57 0,57 0,54Desviación estándar 0,09 0,07 0,10 0,05 0,07 0,08

Nota.Los niños fueron grabados en situación de juego y de conversación libre en su domicilio con sus respectivas madres. Las familias pertenecían auna clase media alta. El número de enunciados analizados por cada muestra individual de lenguaje es de 100.

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77% de la variación del LMPV (coeficiente de determina-ción). Se pone de manifiesto un crecimiento de 1,2 pala-bras y/o morfemas de inflexión por año y un aumento dela variabilidad individual entre niños con la elevación delLMPV. Rondal, Ghiotto, Brédart y Bachelet (1987) refie-ren igualmente sobre una correlación elevada entre EC yLMPV (r= 0,75; p≤0,001) con un grupo de 21 niños an-glófonos de edades entre 20 y 32 meses.

Basándose en sus datos de desarrollo, Miller y Chapman(1981) han establecido unas tablas de correspondencia(basada sobre una ecuación de regresión) entre la EC y elLMPV (tabla 3).

Los datos de LMPV son suficientemente sensibles paraponer en evidencia diferencias sutiles entre los niños se-gún su sexo (a favor de las niñas) y la clase social de per-tenencia (a favor de los niños procedentes de medios so-ciales favorecidos). Las figuras 1 y 2 ilustran estas indica-ciones por medio de datos cotejados por Le Normand(1991).

Siguiendo a Brown (1973), en ocasiones se ha utilizadoun dispositivo interpretativo presentado bajo la forma deestadios de desarrollo de LMPV (MLU: Mean Length of

Utterance, en las formulaciones de Brown). El abanico deestadios es el siguiente: estadio I: LMPV 1,75-2,24; esta-dio II: 2,25-2,74; estadio III 2,75-3,49; estadio IV: 3,50-3,99; estadio V: 4,00 en adelante. La justificación presen-tada por Brown es que ciertas adquisiciones se realizan en

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Tabla 3. Relación media entre la edad cronológica (AC) y lalongitud media de producción verbal (LMPV); e intervalos devariación sobre el LMPV (con ± 1 desviación estándar –DS– esdecir, un 68% de la distribución normal) entre 18 meses y 5 años(modificado de acuerdo con Miller y Chapman, 1981)

AC (meses) LMPV Intervalo de variación sobre LMPV (±1 DS)

18 1,31 0,99-1,6421 1,62 1,23-2,0124 1,92 1,47-2,3730 2,54 1,97-3,1133 2,85 2,22-3,4836 3,16 2,47-3,8539 3,47 2,71-4,2342 3,78 2,96-4,6045 4,09 3,21-4,9748 4,40 3,46-5,3451 4,71 3,71-5,7154 5,02 3,96-6,0857 5,32 4,20-6,4560 5,63 4,44-6,82

Figura 1. Longitud Media de los Enunciados (LME) en función dela edad y del sexo. De acuerdo con Le Normand, 1991; reprodu-cido con autorización.

2 añ

os

2 añ

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mes

es

2 añ

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mes

es

2 añ

os 9

mes

es

3 añ

os

3 añ

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mes

es

3 añ

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mes

es

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4 añ

os

11,5

22,5

33,5

44,5

55,5

6

Niños Niñas

LME

EDAD

Figura 2. Longitud Media del Enunciado (LME) en función de laedad y del medio. De acuerdo con Le Normand, 1991; reproduci-do con autorización.

2 añ

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mes

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os

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44,5

55,5

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Favorecidos Desfavorecidos

LME

EDAD

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ciertos estadios (por ejemplo, las relaciones semánticas ylas funciones gramaticales de base, en el estadio 1; losmorfemas gramaticales –de inflexión– en el estadio II;etc.) Se trata de una simplificación bastante burda. Las ad-quisiciones en cuestión están lejos de estar contenidas deforma exclusiva en un estadio de Brown determinado (porejemplo, la adquisición de los morfemas de inflexión co-mienza antes y sigue más allá del estadio 11). Pero la crí-tica más importante que puede hacerse a los estadios deBrown (así como a cualquier descripción de desarrollo delmismo tipo) es que los estadios introducen discontinuida-des artificiales en un desarrollo que es esencialmente con-tinuo. Es preferible utilizar el LMPV como variable conti-nua y considerar que el desarrollo del lenguaje en sus di-versos componentes, y dentro de cada componente, tieneuna continuidad (y, paralelamente, el niño «trabaja men-talmente» sobre varios aspectos del lenguaje simultánea-mente). Desde luego, siempre será posible utilizar grupostransversales de sujetos de edades diferentes y de nivelesde lenguaje diferentes y presentar los resultados de las me-didas de forma discontinua. Esta práctica corriente res-ponde a una experiencia de claridad en la presentación delos datos y no constituye, en absoluto, que se esté cuestio-nando la hipótesis continuista.

Una cuestión fundamental es la de la validez del LMPVcomo indicador del desarrollo morfo-sintáctico. Aunqueel problema ha sido planteado hace tiempo, hay pocos tra-bajos sistemáticos sobre este punto. Los dos estudios prin-cipales son el de Klee y Fitzgerald (1985) por una parte, yel de Rondal et al (1987) por otra. El intervalo de LMPVes ligeramente distinto en ambos estudios (LMPV 2,50-4,00, en el estudio de Klee y Fitzgerald; LMPV 1,00-3,00en el de Rondal et al). Ambos utilizaron el LARSP (Lan-guage Assesment, Remediation and Screening Procedure,Crystal, 1979; Crystal, Fletcher y Garman, 1976), instru-mento formalizado de análisis morfo-sintáctico del len-guaje espontáneo, del cual trataremos más adelante, paraconseguir indicaciones de desarrollo de referencia. Se es-tableció, para cada niño, la frecuencia de las diferentesconstrucciones morfo-sintácticas tenidas en cuenta por elLARSP. Además, se calculó un coeficiente de correlaciónde Pearson entre las distintas medidas del LARSP, por unaparte, y del LMPV por otra. Los resultados de Rondal et al(1987) revelan que las medidas de LMPV tienen una co-rrelación muy significativa (positivamente) con los nive-les de análisis del LARSP, salvo en lo que se refiere a los

niveles inferiores (enunciados de una palabra y estructuraspreposicionales elementales –de dos elementos, por ejem-plo), los cuales (con mucha frecuencia) no correlacionan ocorrelacionan negativamente con el aumento del LMPV.Flee y Fitzgerald (1985) sólo informan de un débil valorpredictivo del LMPV en relación con las referencias delLARSP, con excepción de las frases elaboradas formal-mente y el número medio de morfemas de inflexión pro-ducidos. El intervalo de desarrollo estudiado por Klee yFitzgerald iba de LMPV 2,50 a 4,00, mientras que el ex-plotado por Rondal et al (1987) iba de 1,00 a 3,00. Ellosignifica que la mayoría de los sujetos estudiados por Kleey Fitzgerald estaban más avanzados en su desarrollo delenguaje que los de Rondal et al (1987). Ello hace pensarque el LMPV podría ser peor predictor del desarrollo mor-fo-sintáctico más avanzado. Integrando los análisis deRondal et al (1987) y los de Klee y Fitzgerald (1985), sesugirió que el LMPV es un predictor válido del desarrollomorfo-sintáctico, al menos hasta un LMPV 3,00 o quizás3,50. Es muy posible, y de hecho probable, que por enci-ma del LMPV 3,00 o 3,50, la variabilidad del LMPV au-mente de tal forma que sea menos interesante estadística-mente y que la asociación estadística entre el LMPV y lasmedidas de mayor complejidad estructural de los enuncia-dos pueda debilitarse de forma notoria. Con los progresosen el lenguaje, el niño dispone de un repertorio de cons-trucciones gramaticales más diversificado. Algunas de es-tas construcciones acrecientan por naturaleza la compleji-dad estructural del enunciado sin que dicho crecimiento serefleje directamente, o en proporción, en el nivel del índi-ce de longitud media, ya que la mayor complejidad estruc-tural por encima de cierto nivel ya no determina necesa-riamente un alargamiento de los enunciados. Es el caso delas operaciones de relativización, inclusión, subordina-ción, que llevan a enunciados más cortos que si se produ-jeran las proposiciones coordinadas correspondientes am-pliamente, es decir, con las repeticiones léxicas que talesoperaciones sintácticas permiten, precisamente, evitar.

Aunque su valor predictivo disminuya, ello no significaque el LMPV no tenga ya ninguna utilidad. Puede servirtodavía como variable de emparejamiento (no perfecta,sin duda, cuando se está en niveles de LMPV más altos,pero lo bastante precisa para ser útil) cuando se trata decomparar dos o más grupos de niños. El LMPV también esde gran utilidad en los estudios sobre las interaccionesverbales entre padres e hijos o entre niños de más edad y

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otros más jóvenes, cuando se trata de evaluar la diferenciade complejidad lingüística del lenguaje de unos y otros(cf. Rondal, 1985).

Otra cuestión es la de la cantidad de lenguaje sobre lacual debe basarse el cálculo del LMPV para ser fiable.Brown (1973) había sugerido intuitivamente 100 enun-ciados consecutivos. Antes que él, Nice (1925) utilizaba100 frases; Shriner (1967) y Barlow y Miner (1969), 50frases. McCarthy (1930) recomendaba 50 verbalizacio-nes (enunciados); siempre según apreciaciones intuitivas.He realizado junto con Defays (Rondal y Defays, 1978)una investigación sistemática sobre esta cuestión. Hemosanalizado las medidas de LMPV realizadas sobre mues-tras de lenguaje espontáneo obtenido con un grupo de 42niños anglófonos (muchachos y niñas de clase social me-dia a media alta), de edades comprendidas entre 20 y 32meses. La fiabilidad del LMPV supera el 0,80 para mues-tras de 50 enunciados y más. El incremento de fiabilidadpor encima de 50 enunciados y hasta 175 enunciados, essolamente moderado. La conclusión de este trabajo esque, en situación de conversación libre, muestras de 50enunciados consecutivos son suficientes para obtener unLMPV fiable.

Estudios más antiguos llevados a cabo a partir de otrosíndices de longitud media de los enunciados, proporcio-nan indicaciones de fiabilidad según la importancia de lamuestra de lenguaje analizada que son compatibles connuestras conclusiones. Darley y Moll (1960) analizaroncorpus de lenguaje procedentes de 150 niños americanosde cinco años de edad. Su cálculo de fiabilidad, realizadoen cuanto al índice LMR, es decir, un LMPV establecidoen función del número de palabras, sostiene igualmente laconclusión según la cual 50 enunciados consecutivosconstituyen una muestra de lenguaje suficiente para cual-quier fin práctico. Como hemos indicado, Shriner (1967),al igual que Barlow y Miner (1969) habían sugerido que50 frases bastaban para obtener un índice de longitud me-dia válido (longitud media de respuesta –LMR– en la ter-minología de esos autores). Es preciso insistir en la pala-bra «frase» en la anterior indicación. Una frase es distintade un enunciado, en la medida en que comporta obligato-riamente un sintagma verbal y un sintagma nominal enfunciones de sujeto gramatical (salvo en los casos de lasfrases imperativas). Además, en las definiciones más ha-bituales, un enunciado puede comprender varias frases,siempre que éstas se sigan sin interrupción notable en el

curso de la palabra. El LMR en frases es, pues, una medi-da potencialmente distinta del LMPV (en enunciados).Pero la sugerencia en cuanto al tamaño de la muestra delenguaje necesaria para obtener una medida de longitudmedia fiable está de acuerdo con las indicaciones más re-cientes.

Se plantean otras cuestiones técnicas con motivo de lautilización de los índices de longitud media de producciónde lenguaje, para las cuales disponemos, al menos, de in-dicaciones empíricas parciales. Una de estas cuestiones serefiere a la constancia de los índices (correspondencia«test-retest»). Minifie, Darley y Sherman (1963) han in-formado sobre coeficientes del orden de 0,80, satisfacto-rios, pues, para cualquier fin práctico, para medidas delongitud realizadas en muestras de lenguaje obtenidas conintervalo de un día.

También puede plantearse la cuestión de la correspon-dencia entre los valores calculados por diferentes exami-nadores. Diversos trabajos utilizan coeficientes de acuer-do entre examinadores, en relación con el establecimientodel LMR (en número de palabras), del orden de 0,90 (y aveces más), lo cual es una excelente indicación (ver Mini-fie, Darley y Sherman, 1963, para más detalles sobre estasinvestigaciones). Es evidente, en todo caso, que sólo po-drá obtenerse un coeficiente elevado de acuerdo entre exa-minadores si los criterios de transcripción y fracciona-miento y el cálculo de los índices están suficientementeclaros y los analistas dominan tales operaciones.

7.3. Análisis morfo-sintácticos.Las medidas de longitudmedia de frases o de enunciados son útiles. No obstante,se debe temer en cuenta que tales medidas no pueden porsí mismasinformar sobre el detalle de la estructuraciónmorfo-sintáctica, y que para ello es necesario recurrir amedidas más específicas. Hay toda una serie de índicesdisponibles para ello. Se contemplarán varios de ellos acontinuación, aunque no se trata de una lista limitativa, nitampoco de una clasificación cerrada de herramientas ana-líticas. Resulta de utilidad la distinción entre índices pun-tuales y esquemas (más completos) de análisis.

7.3.1. Índices morfo-sintácticos puntuales.Encontra-mos, principalmente, el ICS (Índice de Complejidad Sin-táctica), la Longitud Media Pre-verbal (LMP) y la PME(Proporción de Modificadores por Enunciado).

El ICS (Snow, 1972; Rondal, 1978) viene dado por larelación entre el número de verbos compuestos más el nú-mero de proposiciones subordinadas con el número total

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de enunciados. El LMP (Snow, 1972; Rondal, 1978) seobtiene poniendo en relación el número de palabras másmorfemas de inflexión situados antes que el verbo princi-pal con el número total de enunciados. Del cómputo se ex-cluyen los verbos imperativos. La pertinencia del LMPviene dada por el hecho de que cuanto más larga es la par-te pre-verbal de una proposición, más difícil resulta apre-hender y comprender dicha proposición, más complejadesde el punto de vista estructural, siendo iguales, por otraparte, todas las cosas. La PME (Philips, 1973; Rondal,1978) viene dada por la relación entre el número de modi-ficadores (adjetivos calificativos y/o adverbios) y el nú-mero total de enunciados. Es posible calcular un gran nú-mero de índices distintos a partir de una muestra represen-tativa de lenguaje espontáneo, según los interesesconcretos del investigador y/o del clínico. A título de

ejemplo, la tabla 4 proporciona los valores medios y lasdesviaciones estándar obtenidas en el análisis de frasesproducidas de forma espontánea por un grupo de 72 niñosfrancófonos de edades comprendidas entre los dos y loscinco años (según Rondal et al, 1985).

He aportado igualmente (Rondal, 1978) indicacionesnormativas procedentes del estudio del lenguaje espontá-neo de una veintena de niños anglófonos. La tabla 5 mues-tra las que se refieren al índice PME.

La tabla 6 proporciona indicaciones empíricas (tomadasde Rondal et al, 1985) que se refieren al tamaño de lamuestra de lenguaje necesaria para garantizar un nivel defiabilidad determinado a través de varios índices morfo-sintácticos puntuales.

7.3.2. Esquemas de análisis morfo-sintáctico.Los índi-ces analíticos mencionados siguen siendo puntuales. Sir-

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Tabla 4. Análisis morfosintácticos puntuales y datos de baremaciones de desarrollo. Grupos de edad (en años y meses) (12 niños porgrupo; seis niños y seis niñas)

Índices: media; desviación estándar 2-2;05 2;06-2;11 3-3;05 3;06-3;11 4-4;05 4;06-4;11

1. Proporción de frases 0,28 0,41 0,54 0,55 0,60 0,590,14 0,10 0,07 0,11 0,12 0,11

2. Proporción de frases simples (que incluyen 0,98 0,98 0,94 0,92 0,91 0,88una sola proposición) entre las frases producidas 0,02 0,02 0,05 0,08 0,05 0,05

3. Proporción de frases simples declarativas 0,75 0,70 0,72 0,69 0,75 0,65afirmativas entre las frases producidas 0,12 0,09 0,12 0,11 0,08 0,11

4. Proporción de frases simples declarativas 0,11 0,11 0,11 0,11 0,16 0,14negativas entre las frases producidas 0,05 0,06 0,04 0,06 0,06

5. Proporción de frases simples imperativas 0,06 0,06 0,04 0,05 0,03 0,08afirmativas entre las frases producidas 0,07 0,02 0,03 0,04 0,03 0,05

6. Proporción de frases simples imperativas 0,00 0,02 0,02 0,01 0,01 0,03negativas entre las frases producidas 0,00 0,05 0,03 0,03 0,02 0,02

7. Proporción de frases simples interrogativas 0,08 0,12 0,12 0,14 0,06 0,11entre las frases producidas 0,06 0,08 0,09 0,09 0,03 0,06

8. Proporción de frases interrogativas-Q* 0,31 0,48 0,37 0,30 0,35 0,52entre las frases simples interrogativas 0,29 0,30 0,31 0,28 0,29 0,22

9. Proporción de frases interrogativas si-no** 0,69 0,53 0,63 0,70 0,65 0,49entre las frases interrogativas producidas 0,29 0,29 0,29 0,28 0,27 0,20

10. Proporción de frases compleja (que implican 0,02 0,02 0,06 0,08 0,09 0,12varias proposiciones) entre las frases producidas 0,01 0,02 0,04 0,05 0,05 0,05

Nota: El número de enunciados analizados por muestra de lenguaje es de 100. * Se trata de interrogativas que empiezan o incluyen un adjetivo, un pro-nombre, un adverbio (locución adverbial) interrogativos. ** Se trata de interrogativas a las cuales puede responderse mediante «sí» o «no», a diferenciade las interrogativas-Q.

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ven para clarificar algún aspecto del desarrollo morfo-sin-táctico, pero no pueden dar una imagen más completa dedicho desarrollo. Para ello es preciso contemplar esque-mas más sistemáticos. Hay cierto número de ellos entrelos que podemos citar (no de forma exhaustiva):

1. La integración longitud-complejidad (ILC)(Shriner,1967; Miner, 1969; Barlow y Miner, 1969)

2. El dispositivo de análisis lingüístico de muestras delenguaje espontáneo (DAL)puesto a punto por Engler,Hannah y Longhurst (1974) y semejante al ILC.

3. El DSA (Developmental Sentence Analysis) de Lee(1966, 1974; Lee y Canter, 1971).

4. El LARSP(Crystal, 1979; Crystal, Fletcher y Gar-man, 1976, 1989).

5. El ASS(Assigning Structural Stage) de Miller (1981).6. El IPS (Index of Productive Syntax) de Scarborough

(1990).7.3.2.1. Integración Longitud-Complejidad (ILC). Shri-

ner (1967), partiendo del hecho comprobado de que elLMR solamente puede proporcionar una indicación globalsobre el desarrollo morfo-sintáctico, propuso una medidaintegradora de la longitud y la composición estructural delas frases. Se trata, en el caso de los sintagmas nominales,de tomar en cuenta los artículos, los modificadores y lasinflexiones plurales y posesivas (el genitivo sajón en in-glés); y, en el caso de los sintagmas verbales, la utilizacióndel auxiliar, de los verbos y del participio presente. Miner(1969) sugirió que se añadieran puntos por la utilizaciónde conjunciones, negaciones y pronombres, adjetivos yadverbios interrogativos.

Se llegó a una cuantificación en una escala de 0 a 7 pun-tos, de menor a mayor grado de elaboración. Se analizancincuenta frases para obtener un ICL considerado válido.

Este procedimiento ha tenido escaso éxito. Ello se debe,sin duda, al hecho de que la integración longitud-comple-

jidad es artificial y conduce, como todas las sumas com-puestas, a una cuantificación difícil de interpretar.

7.3.2.2. El Dispositivo de Análisis Lingüístico (DAL).Engler, Hannah y Longhurst (1974) propusieron un instru-mento de análisis basado en la noción de tipo sintáctico defrases. Se identifican cinco tipos por orden creciente decomplejidad. El primer tipo corresponde a las llamadasfrases de ecuación (copulares). Las frases de tipo II con-templan los verbos intransitivos con adverbios opcionales.Las del tipo III asignan una categoría a los verbos que ad-miten un complemento. Las frases de tipo IV se constru-yen en tomo a verbos experimentales seguidos de unaconstrucción que se corresponde con los tipos de frases I aIII. Se trata de frases como Je le voyais être heureux(Veíaque era feliz) o Je l’observai en train de dormir(Le ob-servé a punto de dormir). Por último, las frases del tipo Vson las pasivas. El DAL procede, igualmente, a una clasi-ficación de los elementos que intervienen en las frases, enfunciones de sujeto gramatical (por ejemplo los nombres,pronombres, infinitivos, etc.), de verbo y de complementogramatical. También se tiene en cuenta la coordinación yla subordinación de proposiciones elementales dentro delas frases complejas.

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Tabla 5. Indicaciones normativas relativas a la PME (Propor-ción de Modificadores por Enunciado

Nivel de lenguaje (LMPV) PME

1,00-1,50 0,191,75-2,25 0,352,50-3,00 0,41

Tabla 6. Tamaño de la muestra de lenguaje e indicación de fia-bilidad (para niños de entre 2 y 5 años)*

Tamaño de la muestra de lenguaje**

Indices analíticos E25 E50 E75

1. LMP (Longitud media preverbal) 0,75 0,87 0,90

2. Porcentaje de frases 0,76 0,89 0,96

3. Porcentaje de frases simples 0,53 0,73 0,85interrogativas basadas en la entonación

4. Porcentaje de frases simples 0,40 0,70 0,76declarativas

5. Porcentaje de frases complejas 0,61 0,73 0,84(que comprenden varias proposiciones)

* Datos obtenidos en situación de juego y de conversación libre en el do-micilio (madre-hijo). ** E25 significa que la indicación de fiabilidad hasido calculada (análisis de variación y correlación de Pearson) sobre los25 primeros enunciados consecutivos, etc. La muestra de lenguaje anali-zado incluía un total de 100 enunciados.

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El dispositivo de Engler et al (1974) pone en juego unataxonomía relativamente sencilla que puede utilizarsepara identificar las principales estructuras de frase en uncuerpo de lenguaje.

7.3.2.3. El DSA (Developmental Sentence Analysis). Lee ysus colaboradores (Lee, 1966, 1974; Lee y Canter, 1971) pu-sieron a punto un esquema de análisis gramatical aplicable alos niños. Su objetivo es el de realizar una «selección» (scre-ening) entre niños con un desarrollo del lenguaje que puedeconsiderarse normal y niños con un potencial retraso de de-sarrollo. En el segundo caso, será importante confirmar (o re-chazar) el primer «diagnóstico» mediante tests o análisiscomplementarios.

Lee y sus colaboradores grabaron el lenguaje de 200 niñosde edades comprendidas entre 2 y 7 años, individualmente ensituación de conversación familiar con un examinador. Losniños estaban repartidos de forma regular en franjas de edadde tres en tres meses. Había el mismo número de niños que deniñas en cada franja de edad. Se trataba de niños monolin-gües, procedentes de una clase social media. Se respondió ala ordenación de desarrollo de una serie de estructuras, comolos verbos principales, los negativos, las conjunciones, la in-versión de orden sujeto primer elemento verbal en las pre-guntas de tipo sí/no, y las preguntas wh (en inglés). Lee plan-teó la hipótesis (razonable) de que las estructuras que prime-ro aparecen son las más sencillas. Ponderó las estructurasmorfosintácticas según su orden de aparición en el desarrollo,obteniendo un esquema de desarrollo de análisis. A título deejemplo, para las preguntas wh, el orden de desarrollo es el si-guiente:

– Who, what, what+ nombre, where, how much, etc.– When, how, how+ adjetivo.– Why, what if, how come, how about+ gerundio.– Whose, which, which+ nombre.Lee (1974) recomienda elegir al menos 50 frases contiguas

en una muestra de lenguaje para aplicar en ellas el DSA.7.3.2.4. El LARSP (Language Assessment Remediar Scre-

ening Procedure),puesto a punto por Crystal et al (Crystal,Fletcher y Garman, 1989) es también, como su nombre indi-ca, un procedimiento de selección. Sus constructores propo-nen una evaluación del lenguaje espontáneo en cinco etapas:1) obtener una muestra de lenguaje; 2) transcribir dichamuestra literalmente; 3) realizar su análisis gramatical; 4) re-alizar distintas relaciones estructurales; y 5) identificar el ni-vel de desarrollo.

Crystal et al recomiendan la toma de una muestra de len-guaje conversacional de unos treinta minutos. Los primerosquince minutos se desarrollan en situación de juego libre, entanto que la conversación es más estructurada por medio depreguntas relativas a diversos aspectos de la vida del niño (yno sobre la situación de juego inmediata) durante la segundaparte de la sesión de grabación. Crystal et al (1989) no acon-sejan la utilización de libros de imágenes y afirman que mu-chos niños responden peor a imágenes que a juguetes quepueden manipular de diversas formas expresándose verbal-mente en relación con dichas manipulaciones. Esta indica-ción es discutible. En realidad, ambos tipos de situación de-terminan variedades (pragmáticas) de lenguaje sensiblemen-te distintas y que puede ser útil documentar de formaindependiente.

El análisis se realiza de la siguiente forma: se identificanprimero las frases completas y no ambiguas desde un puntode vista semántico y se indica si fueron producidas por ini-ciativa del sujeto o en respuesta a preguntas o comentariosdel examinador. Entre las respuestas a preguntas planteadaspor el examinador, se distinguen aquéllas que son elípticas.También se observan las relaciones lógico-semánticas entrelas frases para evaluar el grado de cohesión de la expresión.Las etapas siguientes consisten en analizar cada frase encuanto a su estructura interna: la coordinación y subordina-ción en el caso de frases complejas, los sintagmas (nomina-les, verbales, preposicionales y adverbiales), y los constitu-yentes gramaticales (formales y funcionales: verbos, auxilia-res, nombres, sujetos, complementos, etc.). Por último, seidentifican las marcas morfológicas de inflexión. Se estable-ce la frecuencia de aparición de cada una de las formas y es-tructuras y ello sirve de base para la interpretación. Ésta se re-aliza clasificando los sujetos en una escala de siete estadiosque se considera corresponden a períodos cronológicos deldesarrollo del lenguaje definidos en relación con la literaturaexistente sobre el desarrollo (de nueve meses a cuatro años yseis meses y más).

El punto débil del LARSP, desde nuestro punto de vista, esla hipótesis axiomática según la cual, la evolución lingüísticadel niño seguiría una regla de linealidad. No es así en absolu-to y las tentativas de fijar el desarrollo en una secuencia de es-tadios tienen mucho de arbitrariedad. La asignación de unacorrespondencia entre cada estadio del LARSP y un períodoestrechamente definido (que varía de seis meses a un año se-gún los estadios) es, igualmente, artificial. La buena correla-ción mencionada anteriormente entre la elevación del AC y

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ciertas medidas del desarrollo morfo-sintáctico, no significaque exista una correspondencia precisa entre AC y la obten-ción de tal o cual nivel de desarrollo. Todos los datos sobre lavariabilidad individual en el desarrollo del lenguaje sugierenlo contrario.

7.3.2.5. El ASS (Assigning Structural Stage).Después deun trabajo de análisis de muestras de lenguaje procedentesde varios centenares de niños americanos con un desarrollonormal o con retraso de desarrollo, Miller (1981) ha apor-tado una serie de tablas normativas que se refieren a la evo-lución desde el parloteo a los enunciados más complejos dela AC de cuatro años y más. Se trata más bien de tenden-cias generales que corresponden a escalas de medida ordi-nales que indicaciones métricas precisas.

La tabla 7 proporciona un ejemplo de la evolución analí-tica del ASS para los sintagmas nominales.

7.3.2.6. El IPS (Index of Productive Syntax).El IPS fueconcebido, al principio, como una cuantificación del ASSde Miller (1981). Se compone de cuatro sub-escalas que serefieren, respectivamente a: 1) los sintagmas nominales,2) los sintagmas verbales, 3) las preguntas y las negacionesy 4) la estructuración de las frases. Se identifican sesentaestructuras léxico-gramaticales. Se trata de evaluar su pro-ducción en las muestras de lenguaje tomadas. La tabla 8proporciona una ilustración sobre el procedimiento relati-vo igualmente a los sintagmas nominales.

7.3.3. Añadiremos a los esquemas analíticos anterior-mente citados, el dispositivo de análisis funcional de Ha-

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Tabla 7. Elaboración relativa al desarrollo de los sintagmas nominales (adaptada de acuerdo con Miller, 1981)

Nivel LMPV Edad cronológica Formas Ejemplo (s)

1,00-1,99 19-26 meses SN1 –> (M2) + N3 Un abrigoLos SN elaborados son producidos aisladamente Mi mamá

Más lecheEsto tuyo

2,00-2,49 27-30 meses SN –> (M) + N Un bebéLos SN aparecen en posición de complemento En esta cajagramatical únicamente Eso un perro

Llave en la caja

2,50-2,99 31-34 meses SN –> (demostrativo o artículo) + (M) +N Eso una flor azul1. Los demostrativos incluyen: este, estos, eso, esos. Perro come la comida2. Los modificadores incluyen: Un caballo que llora

– Los cuantificadores: ciertos, Eso mi tazaalgunos, un poco, mucho, dos Caballo para

– Los posesivos: su, suyo, el míoN.B. Aparecen SN elaborados en posición de sujeto gramatical.

3,00-3,74 35-40 meses SN –> (demostrativo, artículo, Me gustan estos juguetesmodificador, posesivo) + (adjetivo) + N Pon este también1. Los modificadores incluyen: algo, otro Quiero otro camión2. Los SN sujetos gramaticales son obligatorios, Ha golpeado mi camión

bien en forma nominal, bien en forma pronominal.

3,75-4,50 41-46 meses SN–> (demostrativos; artículo, modificador, posesivo) Aquéllos mis lápices+ (adjetivo) + NLa concordancia en número entre el sujeto y el verbo sigue siendo problemática.

1. SN: Sintagma nominal; 2. M: modificador (adjetivo o adverbio); 3. N: nombre. Un constituyente formal facultativo en el sistema productivo del niñoviene indicado entre paréntesis.

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lliday. En él la unidad fundamental es la proposición. Éstaconstituye una misma unidad, ya funcione aisladamente(como frase simple), o forme parte de un complejo de pro-posiciones (en las frases complejas). Partiendo de los enun-ciados, se procede según el siguiente desglose: nivel de laproposición, nivel infraproposicional(grupos y sintag-mas), nivel supra-proposicional(complejos de proposicio-nes y frases), nivel para-proposicional(unidades de infor-mación) y nivel peri-proposicional(cohesión discursiva).

No insistiré aquí sobre los dos últimos niveles analíticos(cf. Rondal, 1995), para centrarme sobre los aspectos mor-fo-sintácticos.

Halliday definió la proposicióncomo un mensaje, un in-tercambio y una representaciónsimultáneamente. La for-ma de utilización que da al mensaje el estatuto de aconteci-miento comunicativo se denomina estructura temática.Esta estructura se corresponde con la siguiente organiza-ción: se señala un elemento dentro de la proposición queconstituye el tema. Se combina con el resto de la proposi-ción de tal forma que las dos partes juntas constituyen unmensaje. El tema es el elemento que sirve de punto de par-tida para el mensaje. La proposición se define en relacióncon él (por ejemplo, el duque, en la proposición El duquele regaló esta tetera a mi tía). El resto del mensaje se de-nomina «rema».

Paralelamente a su organización como mensaje, las pro-posiciones se organizan como intercambios, es decir, comosucesos interactivos que implican (como mínimo) un locu-tor y un interlocutor. Halliday distingue cuatro funcionesprincipales de intercambio: las órdenes, las opiniones, laspreguntas y las ofertas.

Las proposiciones también existen como representaciónde una realidad compuesta por acciones, coincidencias,sentimientos, estados, etc. Estos fenómenos se representanen la semántica del lenguaje y se expresan gracias a la gra-mática de las proposiciones. El elemento central está cons-tituido por el sistema de la transitividad. Ésta especifica lostipos de procesos (materiales, mentales y de relación) reco-nocidos en el lenguaje y las estructuras que sirven para ex-presarles. Un proceso está compuesto por tres elementos:1) el proceso propiamente dicho, 2) los participantes en elproceso y 3) las circunstancias asociadas al proceso.

En el nivel infra-proposicionalvolvemos a encontrar lasestructuras sintagmáticas habituales (sintagma nominal,verbal, atributivo, conjuntivo y preposicional). Un sintag-ma representa la expansión de una palabra (constituye «uncomplejo de palabras», una palabra que sirve de soporte enrelación con otras palabras, que lo modifican).

Del mismo modo que un sintagma puede interpretarsecomo un complejo de palabras en el nivel infra-proposicio-nal, una frase elaborada puede interpretarse como «uncomplejo de proposiciones» en el nivel supra-proposicio-nal, es decir, un dispositivo en el cual figura una proposi-ción central con otras proposiciones que la modifican. Seconsideran dos dimensiones en las relaciones existentes

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Tabla 8. Análisis relativo al desarrollo de los sintagmas nomi-nales (adaptado de acuerdo con Scarborough, 1990)

Tipología de los Descripción Ejemplo (s)sintagmas

NI Nombres propios y Perro, leche, mamácomunes

N2 Pronombres, locativos Yo, aquí, que, mío

N3 Los modificadores Su, ese niño, caliente,incluyen los adjetivos cualquiera, taza epítetos, los de bebécuantificadoresbipolares, los adjetivosposesivos y losgenitivos sajones

N4 Sintagmas nominales Mi muñeca(SN) de dos palabras: Más lecheuna palabra precedida El caballode un artículo o unmodificador

N5 Utilización sistemática Mi muñeca, la sierra,de los artículos una manzana, unaprecediendo a los nombres naranja

N6 Sintagmas nominales de Conducir un cochedos palabras (como en Veo dos gatosel nivel 4) pero producido Es un bancodespués de un verbo Eso para mi papá(SV–> V+ SN)o una preposición (SP–> P+ SN)

N7 Sufijos denotando Caballospluralidad

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entre las proposiciones: 1) el tipo de dependencia o «ta-xis»; y 2) las relaciones lógico-semánticas (fundamental-mente la expansión y la proyección). Cuando dos (o más)proposiciones tienen un mismo estatuto gramatical, siendouna de las cláusulas la iniciadora y la otra(s) las continua-doras, se trata de parataxia. Hay hipotaxia cuando una o va-rias proposiciones modifica(n) a otra. La proposición mo-dificadora (o las proposiciones modificadoras) está(n) bajola dependencia de la proposición modificada (dominante).Por ejemplo, existe una relación paratáxica entre Je pou-rrais si je voulais(Podría si quisiera) y mais je ne peux pas(pero no puedo) y una relación hipotáxica entre Je vou-drais (querría) y si je pouvais(si pudiera).

La tabla 9 ilustra el análisis de un enunciado de lenguajeespontáneo según el procedimiento de Halliday (1985).

8. Interpretación clínica de los datos de ALS. Comotoda interpretación, la de los análisis de ALS no carece dedificultad. Sin embargo, sería un error creer que la utiliza-ción de los tests de lenguaje es necesariamente más fácil. Aprimera vista puede parecer así. Pero se trata de una ilu-

sión. La interpretación de los tests de lenguaje exige for-mación y experiencia y no simplemente la aplicación ciegade un procedimiento estereotipado consignado en un ma-nual de utilización. Volviendo al ALS, la clave para una in-terpretación adecuada de los datos reside en el conoci-miento del desarrollo y del funcionamiento del lenguaje,en general, si se trata de una evaluación relativa a indivi-duos con un desarrollo o funcionamiento normal, y del de-sarrollo o funcionamiento patológico si se trata de casospatológicos. La interpretación de un ALS, correctamentellevado a cabo, por otra parte, podrá realizarse de forma sa-tisfactoria en relación con este conocimiento (con un míni-mo de experiencia clínica, siempre necesaria), y gracias aél.

Es conveniente animar a los clínicos del lenguaje paraque se provean de los conocimientos necesarios a estosefectos. Y es, igualmente, responsabilidad de quienes con-ciben los programas de formación sobre logopedia y psico-lingüística aplicada, prever una información adecuada so-bre el ALS. Así provistos de los conocimientos indispensa-

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Tabla 9. Análisis de un enunciado de lenguaje espontáneo según el dispositivo de Halliday (1985) (recuperado en Rondal, 1995, yadaptado al francés)

J’ai une amie qui habite juste sur la place de Fraipont la place de l’eglise

1. Nivel proposicional.

Mensaje: encadenamiento hipotáxico: proposición declarati-vo independiente con tema tópico no marcado, integrado conel pronombre personal que funciona como sujeto gramatical(j’) y rema (ai une amie)seguido de una proposición relativacon pronombre relativo sujeto (qui) que actúa como tema tópi-co, y el rema (habite juste sur la place de Fraipont la place del’église.

Intercambio: Opinión. Primera declarativo con sujeto modal(j’ fini en ai) y residuo (predicador ai, complemento une amie).Segunda declarativo con modo (sujeto qui, terminación habite) yresiduo (predicador habite; agrega circunstanciales: adverbio jus-te, sintagma preposicional elaborado sur la place de Fraipont laplace de l’église).

Representación:Primera proposición: proceso de relación: po-sesivo avoir –[participantes: identificador (poseedor) j’ identifi-cado (poseído) une amie]. Segunda proposición: proceso materialintransitivo– habiter (participante: agente qui; circunstancia: es-pacio juste sur la place de Fraipont la place de l’église).

2. Nivel infra-proposicional

Primera proposición: pronombres j’ grupo verbal (terminación-acontecimiento ai), grupo nominal (nombre amie, déictique une).Segunda proposición: grupo nominal (pronombre qui), grupo ver-bal terminación-acontecimiento habite), grupo adverbial (adver-bio juste), sintagma proposicional [[[preposición sur, grupo no-minal [nombre place, premodificador: déictique la, post-modifi-cador: sintagma preposicional [preposición de), grupo nominal(nombre Fraipont)]], grupo nominal [[nombre place, pre-modifi-cador: déictique la, post-modificador: sintagma preposicional[preposición de, grupo nominal (nombre église, déictique l’)]]].

3. Nivel supra-proposicional (relaciones lógico-semánticas)

La proposición secundaria desarrolla el significado de la proposi-ción primaria añadiéndole nueva información.

4. Nivel para-proposicional

Primera proposición: información dada (j’ ) –información nueva(ai une amie). Segunda proposición: dado (qui)– nuevo (habitejuste sur la place de Fraipont la place de l’église).

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bles para una utilización y una interpretación correcta delos datos, estamos convencidos de que los clínicos del len-guaje hallarán que es de gran interés para ellos asignarle unlugar más importante al ALS dentro de su trabajo de eva-luación.

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Correspondencia:J. RondalUniversitè du LiègeLaboratoire PsycholinguistiqueBoulevard du Rectorat, 504000 Sart Tilman (Bélgica)

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