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TIEMPO, TRABAJO Y DOMINACION SOCIALUna reinterpretacin de la teora crtica de Marx
Moishe PostoneUniversidad de Chicago
Cambridge University Press, 1993
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PROLOGO A LA EDICIN ESPAOLA. Moishe Postone
En Tiempo, trabajo y dominacin social, trato fundamentalmente de repensar las categoras
centrales de la crtica de economa poltica de Marx como base para una reconceptualizacin
crtica de la naturaleza de la sociedad capitalista hoy en da. La teora crtica que presento del
capitalismo difiere, de manera bsica e importante, del marxismo tradicional: esto es, de la
crtica de los modos de distribucin (por ejemplo, el mercado, la propiedad privada de los
medios de produccin) desde el punto de vista del trabajo y la produccin. La historia del
siglo pasado sugiere firmemente que esta ltima no es adecuada como crtica del capitalismo
y que, para ser adecuada, una crtica ha de hacer algo ms fundamental que centrarse
simplemente en los modos de explotacin de la sociedad moderna. El anlisis de Marx, segn
mi interpretacin, ofrece la base para tal crtica fundamental, para un anlisis crtico riguroso
y no romntico de la propia sociedad moderna. En el marco de esta lectura, el capitalismo es
aprehendido como un modo de vida social caracterizado por formas cuasi-objetivas de
dominacin (la mercanca, el capital) que subyacen tras una dinmica histrica intrnseca que
origina, al tiempo que limita, la posibilidad de un nuevo y emancipado modo de vida social.
Este intento de repensar la naturaleza fundamental del capitalismo fue impulsado en
parte por los cambios histricos del capitalismo en el ltimo tercio del siglo XX. Este perodo
estuvo caracterizado, en Occidente, por desenmaraar la sntesis fordista centrada en el
Estado, tras la II Guerra Mundial; por la cada o metamorfosis crucial, en el Este, de los
Estados-partido y sus economas planificadas; y por la aparicin de un orden global capitalista
neoliberal. Dado que estos cambios incluyeron la dramtica desaparicin de la Unin
Sovitica y del comunismo europeo, han sido interpretados como una seal del fin del
marxismo y de la relevancia terica de la teora social de Marx. En cualquier caso, estas
recientes transformaciones histricas tambin reafirmaron la importancia central de las
dinmicas histricas y los cambios estructurales a gran escala. Y, precisamente, esta
problemtica se encuentra en el ncleo del anlisis crtico de Marx. Es significativo que sea
precisamente esta dinmica la que tampoco captan las teoras crticas ms importantes de la
era inmediatamente postfordista las de Habermas, Foucault, Derrida lo que revela que,
implcitamente, continuaban ligadas al universo fordista como objeto de sus crticas.
Estas recientes transformaciones histricas cuestionan radicalmente las lecturas
postestructuralistas de la historia como completamente contingentes (y, en ltima instancia,
polticas). Ms an, indican que hemos de repensar nuestra lectura de las condiciones de la
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autodeterminacin democrtica, como promulgaban las teoras de la sociedad civil y la esfera
pblica. Irnicamente, pues, los mismos procesos que subyacen a la cada de los regmenes de
acumulacin, que haban sido declarados marxistas, han reafirmado la importancia central de
la problemtica de las dinmicas histricas y los cambios estructurales a gran escala: por
ende, la importancia de una renovada preocupacin terica por el capitalismo. No obstante,
tambin sugieren que, para ser adecuada para el mundo contemporneo, una teora crtica del
capitalismo ha de diferir de manera importante y bsica de las crticas marxistas tradicionales
del capitalismo. Y yo sostengo que la teora social de madurez de Marx ofrece el punto de
partida para, precisamente, tal teora crtica reconceptualizada del capitalismo, una teora que
pueda ayudar a dilucidar los elementos estructurales esenciales y a superar la dinmica
histrica del mundo contemporneo, al tiempo que ofrezca una crtica bsica del marxismo
tradicional y replantee la relacin entre la teora marxiana y otras corrientes importantes de la
teora social. As pues, la desaparicin del fordismo y la aparicin de un capitalismo global
neoliberal sugieren la importancia de un renovado encuentro con la teora crtica de Marx, la
teora ms poderosa sobre las transformaciones histricas del mundo moderno.
Resulta evidente, considerada retrospectivamente desde el principio del siglo XXI, que
la configuracin sociopoltica, econmica y cultural de la hegemona del capital ha variado
histricamente: desde el mercantilismo, pasando por el capitalismo liberal del siglo XIX y el
capitalismo fordista estatalizado del siglo XX, hasta el capitalismo global neoliberal
contemporneo. Cada configuracin ha provocado una serie de penetrantes crticas: de la
explotacin y del crecimiento desigual e injusto, por ejemplo, o de los modos burocrticos y
tecnocrticos de dominacin. Cada una de estas crticas, sin embargo, es incompleta. Tal y
como vemos ahora, el capitalismo no puede identificarse completamente con ninguna de sus
configuraciones histricas.
La crtica marxista tradicional del capitalismo, desde el punto de vista del trabajo, es
ms plausible cuando su objeto es el capitalismo liberal del siglo XIX. Sin embargo, es
profundamente inadecuada como teora crtica de la configuracin fordista del capitalismo,
centrada en el Estado, que caracteriz gran parte del siglo XX y que inclua a la organizacin
sovitica de la sociedad. De hecho, diversas variantes del marxismo tradicional sirvieron
como ideologas de legitimacin precisamente para esta configuracin histrica del
capitalismo. Del mismo modo, las crticas del siglo XX que respondieron crticamente al
rgimen fordista, como las del Estado disciplinario-burocrtico, frecuentemente lo hicieron
hipostasiando y deshistorizando dicha configuracin del capitalismo. Con su visin crtica
focalizada en lo que result ser otra configuracin pasajera del capitalismo, los enfoques
postestructuralistas, al no estar preparados para enfrentarse a ella, retrocedieron ante una
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configuracin an ms novedosa, un universo social neoliberal.
Las aproximaciones marxistas tradicionales y postestructuralistas tienen en comn el
que toman una configuracin histricamente especfica del capitalismo como esencia de la
formacin social (mercado libre, Estado disciplinario-burocrtico).
Su definitiva inadecuacin como teoras del capitalismo moderno, de la dominacin en
el mundo moderno, ha quedado histricamente de manifiesto por la aparicin de la sntesis
estatalizada del siglo XX, su posterior fracaso y la emergencia del capitalismo global
neoliberal. Esta trayectoria del capitalismo estatalizado desde sus comienzos, que pueden
localizarse en la I Guerra Mundial y la Revolucin Rusa, pasando por su apogeo en las
dcadas posteriores a la II Guerra Mundial y su declive en las dcadas de 1970 y 1980
abarca tanto a los pases capitalistas occidentales como a la Unin Sovitica, y sugiere muy
claramente que habra que considerar el socialismo sovitico como una variante (fracasada)
del rgimen de acumulacin del capital ms que como una organizacin de la sociedad que
representara la superacin del capitalismo, por muy imperfecta que dicha organizacin
pudiera haber sido. Se puede decir que esto es as no slo porque, como algunos han sealado,
la Unin Sovitica tambin se apoyara en la explotacin de la clase trabajadora1, sino tambin
debido a que, retrospectivamente, se puede contemplar la ascensin y cada de la Unin
Sovitica como una parte de la estructuracin y reestructuracin temporal del capitalismo en
el siglo XX.
Considerado desde esta perspectiva, el hundimiento del comunismo sovitico entre
1989 y 1991 no debera entenderse como si sealara el final del proyecto socialista, sino ms
bien como si subrayara los lmites finales del fordismo, la culminacin de un proceso de
declive que comenz a principios de la dcada de 1970. Ms que sealar el final de las crticas
fundamentales al capitalismo, el final del fordismo tanto en el Este como en Occidente
dramatiza la necesidad de tal crtica en profundidad.
La reconceptualizacin emprendida en esta obra se comprende a s misma como una
contribucin a la formulacin de tal crtica. Con este objetivo, trata de ofrecer la base para una
lectura del capitalismo que no se limite a ninguna de las pocas de dicha formacin social.
En esta obra sostengo que en el ncleo del capitalismo se encuentra un proceso
histricamente dinmico asociado a mltiples configuraciones histricas. Este proceso
dinmico, que Marx trat de aprehender con la categora de capital, es un rasgo central del
mundo moderno, que debe ser captado para que una teora crtica del capitalismo sea
adecuada a su objeto. Tal lectura del capitalismo slo puede lograrse en un nivel de
1 Vase, por ejemplo, Tony Cliff, State Capitalism in Russia (Londres: Pluto Press, 1974); Paul Mattick, Marx and Keynes: The Limits of the Mixed Economy (Boston: F. Porter Sargent 1969); Raya Dunayevskaya, The Marxist-Humanist Theory of State Capitalism: Selected Writings (Chicago: News and Letters, 1992).
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abstraccin muy elevado. Podra entonces servir como punto de partida para un anlisis de los
cambios histricos en el capitalismo, as como para el de las subjetividades histricamente
cambiantes expresadas en movimientos sociales histricamente determinados.
Este libro, no obstante, se centra en descifrar el ncleo del capitalismo, en tanto
formacin social con una dinmica especial, repensando el anlisis de Marx de las relaciones
centrales del capitalismo y, por ende, de la naturaleza de su negacin determinada, de maneras
muy diferentes a las interpretaciones marxistas tradicionales. Lo hace basndose en una
lectura detallada de las categoras bsicas de la crtica de la economa poltica de Marx. Ms
que contar con afirmaciones hechas por Marx, sin relacin con su locus en el despliegue de su
modo de presentacin, trato de reconstruir el carcter sistemtico del anlisis categorial de
Marx. Concretamente, mi anlisis investiga en profundidad el punto de partida de Marx la
categora de mercanca como forma fundamental de las relaciones sociales en el
capitalismo, y como base para su anlisis de la categora de capital.
Sostengo que, en sus obras de madurez, Marx trata rigurosamente las categoras de la
sociedad capitalista como histricamente especficas. Al descifrar el carcter histricamente
especfico, no ontolgico, de las relaciones centrales aprehendidas por las categoras bsicas
de Marx, tambin llamo la atencin sobre sus modos de aparicin, reificados y transhistricos.
Tal concepcin, no reificada, de las relaciones centrales del capitalismo permite la sistemtica
diferenciacin, entre dicho centro y las diversas configuraciones histricas del capitalismo,
diferenciacin imprescindible para una adecuada teora crtica del presente.
Estoy contento y agradecido de que haya ahora una edicin en castellano de Tiempo,
Trabajo y Dominacin Social y me gustara agradecer especialmente a los encargados de la
edicin, Jorge Garca Lpez y Alberto Riesco Sanz, al director de la coleccin Politopas, Jos
Mara Ordoez, as como a Mara Serrano por el mimo y conciencia con que se ha traducido y
publicado este libro.
Moishe Postone
Chicago
Febrero 2004
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Agradecimientos
Este libro tuvo sus orgenes hace unos aos, cuando, ya graduado, me encontr por primera
vez con los Grundrisse de Marx. En ese momento, me impresion el vasto alcance de sus
implicaciones, que me sugeran una reinterpretacin fundamental de la teora crtica social
madura de Marx que rompiera con algunos de los supuestos centrales del marxismo
tradicional. Pensaba tambin que tal reinterpretacin podra proporcionar un punto de partida
para un anlisis poderoso y sofisticado de la sociedad moderna.
En mi intento de reapropiarme de la teora de Marx he tenido la inmensa fortuna de
recibir el considerable respaldo intelectual y moral de mucha gente. Me animaron
encarecidamente a empezar este proyecto dos de mis profesores en la Universidad de
Chicago, Gerhard Meyer y Leonard Krieger. Desarroll ms a fondo mis ideas durante una
prolongada estancia en Frankfurt am Main, donde me benefici en gran medida del ambiente
terico general, as como de muchos e intensos debates con amigos. Debo un especial
agradecimiento a Barbara Brick, Dan Diner y Wolfram Wolfer-Melior, que me ofrecieron un
importante apoyo personal e intelectual, y me ayudaron a refinar mi acercamiento a muchas
de las cuestiones planteadas en este libro. Tambin quisiera dar las gracias a Klaus Bergmann,
Helmut Reinicke y Peter Schmitt-Egner por muchas reveladoras conversaciones. Realic una
primera versin de esta obra en forma de tesis para Fachbereich Gesellschaftswissenschaften
en la J.W. Goethe-Universitt de Frankfurt, tras recibir los valiosos consejos y apoyo de Iring
Fetscher, los comentarios crticos muy tiles y extensos de Heinz Steinert, Albert Wellmer y
Jeremy Gaines, as como de Gerhard Brandt y Jrgen Ritsert. A travs del Consulado del
Canad recib una generosa ayuda econmica del Deutsche Akademischer Austauschdienst
durante mi estancia en Frankfurt.
Posteriormente, el Centro de Estudios Psicosociales de Chicago me proporcion una
beca de post-doctorado, al igual que un entorno intelectual inquieto y colaborador, que me
permiti empezar a rescribir mi tesis para convertirla en este volumen. Se me otorg la
infrecuente oportunidad de presentar mi obra, en una serie de seminarios, a un grupo de
colegas de distintos mbitos intelectuales y acadmicos; sus reacciones fueron muy
estimulantes. Les estoy agradecido a Ed LiPuma, John Lucy, Beth Mertz, Lee Schlesinger,
Barney Weissbourd y Jim Wertsch, cuyos comentarios y crticas me ayudaron a aclarar ms
mis ideas. Le estoy especialmente agradecido a Craig Calhoun y Ben Lee, que sacaron tiempo
para leer cuidadosamente tanto el manuscrito original como la versin revisada, y cuyas
sugerencias crticas han sido de gran ayuda.
Complet este manuscrito en la Universidad de Chicago y sigo beneficindome del
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clima apasionante, abierto e intelectualmente riguroso, creado por mis colegas y estudiantes.
Le debo mucho a los siguientes amigos por su compromiso con mi obra y, ms en
general, por su apoyo intelectual y moral: Andrew Arato, Leora Auslander, Ike Balbus, Seyla
Benhabib, Fernando Coronil, Norma Field, Harry Harootunian, Martin Jay, Bob Jessop, Tom
McCarthy, Gyrgy Mrkus, Rafael Snchez, George Steinmetz, Sharon Stephens, as como a
John Boyer, Jean Cohen, Bert Cohler, Jean Comaroff, John Comaroff, Michael Geyer, Gail
Kligman, Terry Shtob y Betsy Traube. Tambin estoy agradecido a Fred Block, Cornelius
Castoriadis, Geoff Eley, Don Levine, Bertell Ollman y Terry Turner por sus tiles
comentarios.
Le debo un especial agradecimiento a mi hermano, Norman Postone, que acompa y
respald este proyecto desde sus comienzos. Le estoy particularmente agradecido a Patrick
Murray, que ley ms versiones del manuscrito de las que yo puedo recordar y cuyos
comentarios han sido tan tiles como generosos. He aprendido mucho de nuestras
conversaciones.
Emily Loose, que en su da trabaj en Cambridge University Press, respondi muy
positivamente a esta obra y ha sido extremadamente til a la hora de prepararla para su
publicacin. Sus muchos y astutos comentarios y recomendaciones contribuyeron en gran
medida al manuscrito final. Doy las gracias a Elvia Alvarez, Diane New y Kathy Pucci por
mecanografiar las distintas fases del manuscrito, as como por su ayuda en general, y a Ted
Byfield por editar este volumen. Y tambin me gustara agradecer a Anjali Fedson, Bronwyn
McFarland y Mike Reay su ayuda en la correccin de las pruebas y en la preparacin del
ndice.
Por ltimo, deseo expresar mi muy profunda gratitud a mi esposa, Margret Nickels. Ha
sido, durante muchos aos y de muchas maneras, intelectual y emocionalmente central para
este proyecto.
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PRIMERA PARTE
Una crtica del marxismo tradicional
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1. REPENSAR LA CRTICA DE MARX AL CAPITALISMO
Introduccin
En esta obra acometer una reinterpretacin fundamental de la teora crtica madura de Marx
con vistas a reconceptualizar la naturaleza de la sociedad capitalista. El anlisis que Marx
hace de las relaciones sociales y modos de dominacin que caracterizan a la sociedad
capitalista puede reinterpretarse ms fructferamente repensando las categoras centrales de su
crtica de la economa poltica2. Con tal fin, tratar de desarrollar conceptos que cumplan con
dos criterios: primero, deberan comprender el carcter esencial y el desarrollo histrico de la
sociedad moderna; y, segundo, deberan superar las familiares dicotomas tericas de
estructura y accin, sentido y vida material. Como base de este enfoque, tratar de reformular
la relacin entre la teora marxiana y los discursos actuales de la teora social y poltica de tal
manera que aquella tenga una significacin terica para el presente y ofrezca una crtica
bsica de las teoras marxistas tradicionales y de lo que se ha venido en llamar el socialismo
realmente existente. Con ello, espero sentar las bases para un anlisis crtico ms poderoso
de la formacin social capitalista, adecuado a las postrimeras del siglo veinte.
Tratar de desarrollar tal comprensin del capitalismo separando conceptualmente,
sobre la base del anlisis de Marx, el ncleo fundamental del capitalismo de sus formas
decimonnicas. Al hacerlo, sin embargo, se cuestionarn muchas presunciones bsicas de las
interpretaciones marxistas tradicionales: por ejemplo, no analizo principalmente el
capitalismo en trminos de propiedad privada de los medios de produccin o en trminos de
mercado. Ms bien, como podr evidenciarse, conceptualizo el capitalismo en trminos de
una interdependencia social de carcter impersonal y aparentemente objetivo, histricamente
especfica. Este tipo de interdependencia es fruto de las formas histricamente singulares de
unas relaciones sociales constituidas por determinadas prcticas sociales y que, sin embargo,
devienen cuasi-independientes de la gente implicada en dichas prcticas. El resultado es un
nuevo modo, crecientemente abstracto, de dominacin social, que sujeta a la gente a
imperativos y fuerzas estructurales e impersonales que no puede ser adecuadamente
comprendido en trminos de dominacin concreta (por ejemplo, de dominacin personal o
grupal), y que genera una dinmica histrica permanente. Al reconceptualizar las relaciones
sociales y modos de dominacin que caracterizan al capitalismo, tratar de proporcionar las
bases para una teora de la prctica capaz de analizar tanto las caractersticas sistmicas de la
sociedad moderna, como su carcter histricamente dinmico, sus procesos de
2 Recientemente, Patrick Murray y Derek Sayer, han escrito interpretaciones de la teora de Marx que, en muchos aspectos, son anlogas a las mas tal y como las presento aqu. Vase Patrick Murray, Marxs Theory of Scientific Knowledge (Atlantic Highlands, N.J., 1988), y Derek Sayer, Marxs Method (Atlantic Highlands, N.J., 1979), y The Violence of Abstraction (Oxford, 1987).
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racionalizacin, su tipo especfico de crecimiento econmico, as como su modo de
produccin particular.
Esta reinterpretacin trata la teora del capitalismo de Marx no tanto como una teora de
los modos de explotacin y dominacin dentro de la sociedad moderna, sino como una teora
social crtica de la naturaleza misma de la modernidad. La modernidad no es una fase
evolutiva hacia la cual evolucionan todas las sociedades, sino un modo especfico de vida
social que se origin en la Europa occidental y que se ha transformado en un sistema global
complejo3. Aunque la modernidad ha adoptado diferentes formas en los distintos pases y
reas, lo que me interesa no es examinar dichas diferencias, sino explorar tericamente la
naturaleza de la modernidad per se. Dentro del marco de un enfoque no evolutivo, tal
exploracin debe explicar los rasgos caractersticos de la modernidad en referencia a formas
sociales histricamente especficas. Por mi parte, sostengo que el anlisis que hace Marx de
las supuestas formas sociales fundamentales que estructuran el capitalismo la mercanca y
el capital ofrece un excelente punto de partida para tratar de fundamentar socialmente las
caractersticas sistmicas de la modernidad y sealar que la sociedad moderna puede ser
transformada en sus fundamentos. Ms an, tal aproximacin es capaz de esclarecer
sistemticamente aquellos rasgos de la sociedad moderna que, dentro del marco de las teoras
del progreso lineal o del desarrollo histrico evolutivo, pueden parecer anmalos: resulta
notable la permanente produccin de pobreza en medio de la abundancia, as como el grado
en que importantes aspectos de la vida moderna han sido modelados por, y han pasado a estar
sujetos a, los imperativos de fuerzas abstractas impersonales, incluso a pesar de que la
posibilidad del control colectivo sobre las circunstancias de la vida social en gran medida
haya aumentado.
Mi lectura de la teora crtica de Marx se centra en su concepcin de la centralidad del
trabajo para la vida social, la cual generalmente se ubica en el ncleo central de su teora.
Sostengo que el significado de la categora de trabajo en sus obras de madurez es diferente al
que se ha asumido tradicionalmente, tratndose de una categora histricamente especfica
antes que transhistrica. En la crtica madura de Marx, la nocin de que el trabajo constituye
el mundo social y es la fuente de toda riqueza no se refiere a la sociedad en general, sino
nicamente a la sociedad capitalista o moderna. Ms an, y esto resulta crucial, el anlisis de
Marx no se refiere al trabajo como general y transhistricamente se ha venido concibiendo
una actividad social dirigida a fines, que media entre el hombre y la naturaleza, creando
3 S. N. Eisenstadt tambin ha formulado una visin no evolutiva de la modernidad. Su inters primordial son las diferencias entre los distintos tipos de sociedades modernas, mientras que el mo es la modernidad en s como modo de vida social. Vase, por ejemplo, S. N. Eisenstadt, The Structuring of Social Protest in Modern Societ-ies: The Limits and Direction of Convergence, en Yearbook of the World Society Foundation, vol. 2 (Londres, 1992).
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productos especficos para satisfacer determinadas necesidades humanas sino a un papel
peculiar que el trabajo desempea nicamente en la sociedad capitalista. Como
posteriormente desarrollar, el carcter histricamente especfico de este trabajo se encuentra
intrnsecamente relacionado con la interdependencia social caracterstica de la sociedad
capitalista. Constituye una modalidad histricamente especfica, cuasi-objetiva, de mediacin
social que, en el marco del anlisis de Marx, sirve como fundamento social definitivo de los
rasgos bsicos de la modernidad.
Esta reconsideracin de la trascendencia del concepto de trabajo de Marx es la que
proporciona la base de mi reinterpretacin de su anlisis del capitalismo. Sita en el centro del
anlisis de Marx la temtica de la temporalidad, as como una crtica a la produccin, y pone
los cimientos para un anlisis de la sociedad capitalista moderna como una sociedad con una
dinmica direccional, estructurada por una clase de mediacin social histricamente indita
que, aunque socialmente constituida, presenta un carcter abstracto, impersonal y cuasi-
objetivo. Esta clase de mediacin (el trabajo en el capitalismo) est estructurada por una
prctica social histricamente determinada, al tiempo que estructura las acciones, visiones del
mundo y disposiciones de la gente. Tal aproximacin replantea la cuestin de la relacin entre
cultura y vida material, como una relacin entre una clase histricamente especfica de
mediacin social y determinadas clases de objetividad y subjetividad social. En tanto que
teora de la mediacin social, se trata de un esfuerzo por superar la dicotoma terica clsica
entre sujeto y objeto, a la vez que explica histricamente esta dicotoma.
En general, por tanto, lo que sugiero es que se debera entender la teora marxiana no
como una teora de aplicacin universal, sino como una teora crtica especfica de la sociedad
capitalista. Analiza la especificidad histrica del capitalismo y la posibilidad de su superacin
mediante categoras que comprendan sus especficas formas de trabajo, riqueza y tiempo4.
Ms an, la teora marxiana, segn este enfoque, es autorreflexiva y, por lo tanto, es, ella
misma, histricamente especfica: su anlisis de la relacin entre teora y sociedad puede, de
una manera epistemolgicamente consistente, ubicarse histricamente a s mismo por medio
de las mismas categoras con las que analiza su contexto social.
Esta aproximacin a la teora crtica madura de Marx presenta importantes
implicaciones que tratar de desplegar a lo largo de este trabajo. Para ello empezar
distinguiendo entre dos tipos de anlisis crticos radicalmente diferentes: una crtica al
4 Anthony Giddens ha llamado la atencin sobre la nocin de la especificidad de la sociedad capitalista que est implcita en el tratamiento que da Marx en los Grundrisse a las sociedades no capitalistas: vase Anthony Giddens, A Contemporary Critique of Historical Materialism (London and Basingtoke, 1981), pgs. 76-89. Por mi parte, intento basar esa nocin en el anlisis categorial de Marx, por lo tanto, en su concepcin de la especificidad del trabajo en el capitalismo, con vistas a reinterpretar su comprensin del capitalismo y reformular la naturaleza misma de su teora crtica.
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capitalismo desde el punto de vista del trabajo, por un lado, y una crtica del trabajo en el
capitalismo, por el otro. El primero, que est fundado en una interpretacin transhistrica del
trabajo, presupone que existe una tensin estructural entre los aspectos de la vida social que
caracterizan al capitalismo (por ejemplo, el mercado y la propiedad privada) y el mbito
social constituido por el trabajo. El trabajo, por lo tanto, constituye la base de la crtica al
capitalismo, el punto de vista desde el cual se acomete dicha crtica. De acuerdo con el
segundo tipo de anlisis, el trabajo en el capitalismo es histricamente especfico y constituye
la estructura esencial de aquella sociedad. En razn de ello, el trabajo es el objeto de la crtica
de la sociedad capitalista. Desde el punto de vista del segundo tipo de anlisis, parece claro
que distintas interpretaciones de Marx comparten varias presuposiciones bsicas con el primer
tipo de anlisis sealado. Caracterizar, por consiguiente, dichas interpretaciones como
tradicionales e investigar sus presuposiciones desde el punto de vista de mi interpretacin
de la teora de Marx como una crtica del trabajo en el capitalismo para esclarecer las
limitaciones del anlisis tradicional hacindolo de una manera que suponga otra teora
crtica, ms adecuada, de la sociedad capitalista.
Interpretar el anlisis de Marx como una crtica histricamente especfica del trabajo en
el capitalismo conduce a una comprensin de la sociedad capitalista muy diferente de las
interpretaciones del marxismo tradicional. Sugiere, por ejemplo, que las relaciones sociales y
los modos de dominacin que caracterizan al capitalismo, en el anlisis de Marx, no pueden
ser suficientemente entendidos en trminos de relaciones de clase, enraizadas en las relaciones
de propiedad y mediadas por el mercado. Ms bien, su anlisis de la mercanca y el capital
esto es, de las formas cuasi-objetivas de mediacin social constituidas por el trabajo en el
capitalismo, debera ser comprendido como un anlisis de las relaciones sociales
fundamentales de esta sociedad. Estas formas sociales impersonales y abstractas no se limitan
a velar las relaciones sociales que tradicionalmente han sido consideradas como las reales
del capitalismo, esto es, las relaciones de clase; son las relaciones sociales reales de la
sociedad capitalista, las que estructuran su trayectoria dinmica y su modo de produccin.
Lejos de considerar el trabajo como el principio de la constitucin social y la fuente de
la riqueza en todas las sociedades, la teora de Marx propone que lo que nicamente
caracteriza al capitalismo es, precisamente, que sus relaciones sociales bsicas estn
constituidas por el trabajo y, por tanto, en definitiva, que son de un tipo radicalmente diferente
de aquellas que caracterizan a las sociedades no capitalistas. Aunque su anlisis crtico del
capitalismo s incluye una crtica de la explotacin, la desigualdad social y la dominacin de
clase, va ms all: busca esclarecer el tejido mismo de las relaciones sociales en la sociedad
moderna y el modo abstracto de dominacin social intrnseco a ellas mediante una teora que
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basa su constitucin social en prcticas definidas y estructuradas.
Esta reinterpretacin de la teora crtica madura de Marx aleja el centro principal de su
crtica de las temticas de la propiedad y el mercado. A diferencia de los enfoques marxistas
tradicionales, proporciona la base para una crtica de la naturaleza de la produccin, el trabajo
y el crecimiento en la sociedad capitalista, sosteniendo que estn constituidos socialmente,
ms que tcnicamente. Al haber as desplazado el ncleo de la crtica del capitalismo al
mbito del trabajo, la interpretacin aqu presentada conduce a una crtica del proceso
industrial de produccin por lo tanto, a una reconceptualizacin de las determinaciones
bsicas del socialismo y a una reevaluacin del papel poltico y social tradicionalmente
asignado al proletariado en la posible superacin histrica del capitalismo.
Esta reinterpretacin, al implicar una crtica del capitalismo que no est ligada a las
condiciones del capitalismo liberal decimonnico y al suponer una crtica de la produccin
industrial en tanto que capitalista, puede ofrecer la base para una teora crtica capaz de
iluminar la naturaleza y dinmica de la sociedad capitalista contempornea. Tal teora crtica
podra servir, adems, como punto de partida para un anlisis del socialismo realmente
existente en tanto que modo alternativo (y fracasado) de acumulacin de capital ms que
como una clase de sociedad que representase, si bien con imperfecciones, la negacin
histrica del capitalismo.
La crisis del marxismo tradicional
Esta reconsideracin ha sido desarrollada con el trasfondo de la crisis del marxismo
tradicional y el surgimiento de lo que parece ser una nueva fase en el desarrollo del
capitalismo industrial avanzado. En esta obra, el trmino marxismo tradicional hace
referencia no a una tendencia histrica especfica en el marxismo, sino, en general, a todos los
enfoques tericos que analizan el capitalismo desde el punto de vista del trabajo y
caracterizan a esa sociedad fundamentalmente en trminos de relaciones de clase,
estructuradas por la propiedad privada de los medios de produccin y por una economa
regulada por el mercado. Las relaciones de dominacin son entendidas principalmente en
trminos de dominacin de clase y explotacin. Como es bien sabido, Marx sostena que
durante el desarrollo capitalista surge una tensin estructural, o contradiccin, entre las
relaciones sociales que caracterizan al capitalismo y las fuerzas productivas. Generalmente
se ha interpretado esta contradiccin en trminos de una oposicin entre, por un lado, la
propiedad privada y el mercado y, por otro, el modo industrial de produccin; oposicin en la
que la propiedad privada y el mercado son tratados como el sello del capitalismo y la
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produccin industrial es propuesta como la base de una sociedad futura socialista. El
socialismo es entendido principalmente en trminos de propiedad colectiva de los medios de
produccin y planificacin econmica en un contexto industrializado. Es decir, la negacin
histrica del capitalismo es vista en lo esencial como una sociedad en la que la dominacin y
la explotacin de una clase por otra quedan superadas.
Esta caracterizacin extensa y preliminar del marxismo tradicional es til en tanto que
define un marco interpretativo general compartido por una amplia gama de teoras que, en
otros niveles, pueden diferir considerablemente entre s. Mi intencin en esta obra es analizar
crticamente las presuposiciones bsicas de ese mismo marco terico general, ms que seguir
la historia de las distintas direcciones tericas y escuelas de pensamiento dentro de la
tradicin marxista.
En el ncleo de todas las variantes de marxismo tradicional se encuentra una
concepcin transhistrica del trabajo. La categora de trabajo de Marx es entendida en
trminos de una actividad social dirigida a fines, que media entre el hombre y la naturaleza,
creando productos especficos para satisfacer las necesidades humanas. Se considera que el
trabajo, as entendido, se encuentra en el corazn de toda vida social: constituye el mundo
social y es la fuente de toda riqueza social. Este enfoque atribuye al trabajo social
transhistricamente lo que Marx analizaba como rasgos histricamente especficos del trabajo
en el capitalismo. Tal concepcin transhistrica del trabajo est ligada a una comprensin
determinada de las categoras bsicas de la crtica de Marx de la economa poltica y, por
tanto, de su anlisis del capitalismo. La teora del valor de Marx, por ejemplo, ha sido
generalmente interpretada como un intento de mostrar que la riqueza social es creada, siempre
y en todo lugar, por el trabajo humano, y que, en el capitalismo, el trabajo sirve de base a un
modo de distribucin no consciente, automtico, mediado por el mercado5. Su teora del
plusvalor, segn tales perspectivas, busca demostrar que, pese a las apariencias, el excedente
en el capitalismo es creado nicamente por el trabajo, apropindose la clase capitalista de l.
Dentro de este marco general, pues, el anlisis crtico del capitalismo de Marx es
principalmente una crtica de la explotacin desde el punto de vista del trabajo: desmistifica
la sociedad capitalista, primero, al descubrir que el trabajo es la verdadera fuente de la riqueza
social, y, despus, al demostrar que esa sociedad se apoya sobre un sistema de explotacin.
La teora crtica de Marx, por supuesto, tambin define un desarrollo histrico que
apunta a la posibilidad emergente de una sociedad libre. Su anlisis de la trayectoria del
desarrollo capitalista, segn las interpretaciones tradicionales, se puede explicar de este modo:
5 Vase Paul Sweezy, The Theory of Capitalist Development (New York, 1969), pgs. 52-53; Maurice Dobb, Political Economy and Capitalism (Londres, 1940), pgs. 70-71; Ronald Meek, Studies in the Labour Theory of Value (ed, New York, 1956), pg. 155.
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la estructura del capitalismo de libre mercado dio origen a la produccin industrial,
incrementndose en gran medida la cantidad de riqueza social creada. En el capitalismo, sin
embargo, esa riqueza sigue siendo extrada mediante un proceso de explotacin y es
distribuida de manera tremendamente desigual. En cualquier caso, surgira una creciente
contradiccin entre la produccin industrial y las relaciones de produccin existentes. Como
resultado del permanente proceso de acumulacin de capital, caracterizado por la
competitividad y las crisis, el modo de distribucin social fundado en el mercado y la
propiedad privada se va adecuando cada vez menos a la produccin industrial desarrollada. La
dinmica histrica del capitalismo, sin embargo, no slo convierte en anacrnicas las antiguas
relaciones sociales de produccin, sino que tambin da origen a la posibilidad de un nuevo
conjunto de relaciones sociales. Genera las condiciones previas, tcnicas, sociales y
organizativas, para la abolicin de la propiedad privada y la planificacin centralizada por
ejemplo, la centralizacin y concentracin de los medios de produccin, la separacin de la
propiedad y la gestin, y la constitucin y concentracin de un proletariado industrial. Estos
desarrollos dieron lugar a la posibilidad histrica de que la explotacin y la dominacin de
clase pudieran ser abolidas, y de que se pudiera crear un nuevo modo de distribucin, justo y
regulado racionalmente. El objetivo de la crtica histrica de Marx, segn esta interpretacin,
es el modo de distribucin.
Esta proposicin puede resultar paradjica, ya que el marxismo es generalmente
considerado como una teora de la produccin. Por lo tanto, consideremos brevemente el
papel de la produccin en la interpretacin tradicional. Si las fuerzas productivas (que, segn
Marx, entran en contradiccin con las relaciones capitalistas de produccin) son identificadas
con el modo de produccin industrial, entonces ese modo es implcitamente comprendido
como un proceso puramente tcnico, intrnsecamente independiente del capitalismo. El
capitalismo es tratado como un conjunto de factores extrnsecos que traban el desarrollo del
proceso de produccin: la propiedad privada y las condiciones exgenas de la valorizacin del
capital en una economa de mercado. Por consiguiente, la dominacin social en el capitalismo
es comprendida bsicamente como una dominacin de clase que permanece externa al
proceso de produccin. Este anlisis implica que la produccin industrial, una vez constituida
histricamente, es independiente del capitalismo y no est intrnsecamente relacionada con l.
La contradiccin marxiana entre fuerzas y relaciones de produccin, cuando es comprendida
como una tensin estructural entre, por un lado, la produccin industrial y, por el otro, la
propiedad privada y el mercado, es aprehendida como una contradiccin entre el modo de
produccin y el modo de distribucin. Por ello, la transicin del capitalismo al socialismo es
vista como una transformacin del modo de distribucin (propiedad privada, mercado) pero
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no del de produccin. Por el contrario, el desarrollo de la produccin industrial a gran escala
es tratado como la mediacin histrica que vincula el modo capitalista de distribucin con la
posibilidad de otra organizacin social de distribucin. Sin embargo, el modo de produccin
industrial basado en el trabajo proletario, una vez desarrollado, se considera como
histricamente definitivo.
Esta interpretacin de la trayectoria del desarrollo capitalista expresa claramente una
actitud afirmativa con respecto a la produccin industrial como modo de produccin que
genera las condiciones para la abolicin del capitalismo y constituye los cimientos del
socialismo. El socialismo es visto como una nueva manera de administrar polticamente, y de
regular econmicamente, el mismo modo industrial de produccin al que el capitalismo dio
origen; se piensa que es un modo de distribucin social no slo ms justo, sino ms adecuado
a la produccin industrial. Esta adecuacin es, pues, considerada como una condicin previa,
histrica y central, para una sociedad ms justa. Tal crtica social es, esencialmente, una
crtica histrica del modo de distribucin. En tanto teora de la produccin, el marxismo
tradicional no supone una crtica de la produccin. Ms bien al contrario: el modo de
produccin ofrece el punto de vista de la crtica y el criterio frente al cual la adecuacin
histrica del modo de distribucin es juzgada.
Otra manera de conceptualizar el socialismo, sugerida por esa crtica del capitalismo, es
una sociedad en la que el trabajo, sin el estorbo de las relaciones capitalistas, estructure
abiertamente la vida social y la riqueza que cree sea distribuida de manera ms justa. En el
marco tradicional, la realizacin histrica del trabajo su desarrollo histrico completo y
su emergencia como base de la vida social y la riqueza es la condicin fundamental de la
emancipacin social general.
Esta visin del socialismo como realizacin histrica del trabajo es tambin evidente en
la nocin de que el proletariado la clase obrera intrnsecamente relacionada con la
produccin industrial encontrar su plena justificacin como clase universal en el
socialismo. Es decir, la contradiccin estructural del capitalismo es vista, en otro nivel, como
una oposicin de clase entre los capitalistas, que poseen y controlan la produccin, y los
proletarios que, si bien han de vender sus capacidades laborales para sobrevivir con su
trabajo, crean la riqueza de la sociedad (y la de los capitalistas). Esta oposicin de clase, al
afirmarse sobre la contradiccin estructural del capitalismo, posee una dimensin histrica:
mientras que la clase capitalista es la clase dominante en el orden actual, la clase obrera est
arraigada en la produccin industrial y, por ello, en las bases histricas de un nuevo orden
socialista. La oposicin entre estas dos clases es vista como una oposicin entre explotados y
explotadores y, al mismo tiempo, como una oposicin entre intereses universales y
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particulares. Bajo el capitalismo, la riqueza social general producida por los trabajadores no
beneficia a todos los miembros de la sociedad, sino que los capitalistas se apropian de ella
para sus fines particulares. La crtica del capitalismo desde el punto de vista del trabajo es una
crtica en la que las relaciones sociales dominantes (propiedad privada) son criticadas como
particularistas desde una posicin universalista: lo que es universal y autnticamente social
queda constituido por el trabajo, pero las relaciones capitalistas particularistas entorpecen su
completa realizacin. La visin de la emancipacin sugerida por esta comprensin del
capitalismo es, como veremos, totalizadora.
Dentro de este marco bsico, que he denominado marxismo tradicional, han habido
diferencias tericas y polticas extremadamente importantes: por ejemplo, teoras
deterministas opuestas a los intentos de tratar la subjetividad social y la lucha de clases como
aspectos integrales de la historia del capitalismo; comunistas consejistas frente a comunistas
de partido; teoras cientficas frente a aquellas que buscaban de diversas maneras sintetizar
marxismo y psicoanlisis, o desarrollar una teora crtica de la cultura o de la vida cotidiana.
En cualquier caso, dado que todas ellas se han quedado en las suposiciones bsicas en
relacin con el trabajo y las caractersticas esenciales del capitalismo y del socialismo antes
citadas, permanecen ligadas al marco del marxismo tradicional. De modo que, por muy
incisivos que sean los distintos anlisis sociales, polticos, histricos, culturales y econmicos,
que este marco terico ha generado, sus limitaciones se han hecho cada vez ms evidentes a la
luz de diversos avances del siglo XX. Por ejemplo, la teora ha podido analizar la trayectoria
histrica del capitalismo liberal que llev a una fase caracterizada por la supresin, parcial o
total, del mercado como agente principal de la distribucin, relevado por el Estado
intervencionista. Pero, dado que el objetivo de la crtica tradicional es el modo de
distribucin, la ascensin de un capitalismo de intervencionismo estatal ha planteado graves
problemas para su enfoque terico. Si las categoras de la crtica de la economa poltica se
aplican slo a una economa mediada por el mercado, autorregulada, y a la apropiacin
privada del excedente, el crecimiento del Estado intervencionista implica que dichas
categoras ya no son tan adecuadas para una crtica social contempornea. Ya no aprehenden
la realidad social adecuadamente. Por consiguiente, la teora marxista tradicional se ha vuelto
cada vez ms incapaz de ofrecer una crtica histrica del capitalismo post-liberal, y slo le
quedan dos opciones. Puede agrupar las transformaciones cualitativas del capitalismo en el
siglo XX y concentrarse en aquellos aspectos mercantiles que sigan existiendo y, de ese
modo, conceder implcitamente que se ha convertido en una crtica parcial, o puede limitar
la aplicabilidad de las categoras marxianas al capitalismo decimonnico y tratar de
desarrollar una nueva crtica, presumiblemente ms adecuada a las condiciones
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contemporneas. A lo largo de esta obra, tratar las dificultades tericas comprendidas en
algunos intentos del ltimo tipo.
Las debilidades del marxismo tradicional a la hora de enfrentarse a la sociedad post-
liberal son particularmente visibles al analizar de modo sistemtico el socialismo realmente
existente. No todos los tipos de marxismo tradicional apoyaron la idea de sociedades
socialistas realmente existentes, como la Unin Sovitica. En cualquier caso, este enfoque
terico no permite un anlisis crtico adecuado de ese tipo de sociedad. Interpretadas de
manera tradicional, las categoras marxianas son de escasa utilidad para formular una crtica
social de una sociedad regulada y dominada por el Estado. As, la Unin Sovitica fue
considerada a menudo socialista porque la propiedad privada y el mercado haban sido
abolidos, siendo atribuida la continua falta de libertad a instituciones burocrticas represoras.
Esta postura sugiere, sin embargo, que no existe relacin entre la naturaleza del mbito
socioeconmico y el carcter del mbito poltico. Indica que las categoras de la crtica social
de Marx (como el valor), cuando son entendidas en trminos del mercado y de propiedad
privada, no pueden aprehender los fundamentos de una continuada o creciente falta de
libertad en el socialismo realmente existente, y, por tanto, no pueden ofrecer una base para
una crtica histrica de tales sociedades. Dentro de este marco, la relacin entre socialismo y
libertad se ha convertido en contingente; sin embargo, esto implica que una crtica histrica
del capitalismo emprendida desde el punto de vista del socialismo ya no puede ser
considerada como una crtica de las bases de la falta de libertad y de la alienacin desde el
punto de vista de la emancipacin general humana6. Estos problemas fundamentales sealan
los lmites de la interpretacin tradicional, muestran que un anlisis del capitalismo que se
centre exclusivamente en el mercado y la propiedad privada ya no puede servir como base
adecuada para una teora crtica emancipadora.
A medida que esta debilidad fundamental se ha ido haciendo ms evidente, el marxismo
tradicional ha sido cada vez ms cuestionado. Ms an, la base terica de su crtica social del
capitalismo la afirmacin de que el trabajo humano es la fuente social de toda riqueza ha
sido criticada a la luz de la creciente importancia que en el proceso de produccin tienen el
conocimiento cientfico y la tecnologa avanzada. El marxismo tradicional no slo es incapaz
de ofrecer la base para un adecuado anlisis histrico del socialismo realmente existente (o
de su colapso), sino que su anlisis crtico del capitalismo y sus ideales emancipadores se han
ido alejando cada vez ms de los temas y las fuentes de la actual insatisfaccin social en los
pases industrialmente avanzados. Esto es particularmente cierto en lo relativo a su
6 Se puede llegar a una observacin similar respecto a la relacin entre socialismo, cuando ste queda definido en trminos de planificacin econmica y propiedad pblica de los medios de produccin, y la superacin de una dominacin basada en el gnero.
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focalizacin, exclusiva y positiva, en la clase, y en su afirmacin del trabajo proletario
industrial y los tipos especficos de produccin y progreso tecnolgico que caracterizan al
capitalismo. En una poca de crecientes crticas a dichos progreso y crecimiento, una
mayor concienciacin sobre los problemas ecolgicos, un extenso descontento con las formas
existentes de trabajo, una creciente preocupacin por la libertad poltica y la cada vez mayor
importancia de las identidades sociales no fundadas en la clase (gnero o etnicidad, por
ejemplo), el marxismo tradicional parece cada vez ms anacrnico. Tanto en Oriente como en
Occidente, los avances del siglo XX lo han mostrado como histricamente inapropiado.
La crisis del marxismo tradicional, sin embargo, no obvia en modo alguno la necesidad
de una crtica social que sea adecuada al capitalismo contemporneo7. Por el contrario, llama
la atencin sobre la necesidad de tal crtica. Nuestra situacin histrica puede ser entendida en
trminos de una transformacin de la sociedad moderna y capitalista del mismo alcance
social, poltico, econmico y cultural que la anterior transformacin en la que el
capitalismo liberal pas a ser intervenido por el Estado. Parece que estemos entrando en otra
fase histrica ms del capitalismo desarrollado8. Los contornos de esta nueva fase an no
estn claros, pero en estas dos ltimas dcadas hemos presenciado un relativo declive en
importancia de las instituciones y centros de poder que se encontraban en el corazn del
capitalismo de intervencin estatal: un capitalismo caracterizado por la produccin
centralizada, grandes sindicatos industriales, una permanente intervencin gubernamental en
la economa y un Estado del bienestar ampliamente extendido. Dos tendencias histricas
aparentemente opuestas han contribuido a este debilitamiento de las instituciones centrales de
la fase de intervencin estatal del capitalismo: por un lado, una descentralizacin parcial de la
produccin y la poltica, con la aparicin de una pluralidad de agrupaciones, organizaciones,
movimientos sociales, partidos, subculturas, etc.; y, por otro lado, un proceso de globalizacin
y concentracin del capital que se ha producido en un nuevo y muy abstracto nivel, muy
alejado de la experiencia inmediata y, al parecer, por el momento, ajeno a un control eficaz
por parte del Estado.
Estas tendencias no deberan, sin embargo, ser entendidas en trminos de un proceso
histrico lineal. Incluyen avances que subrayan el carcter anacrnico e inapropiado de la
teora tradicional, por ejemplo, la ascensin de nuevos movimientos sociales como los
movimientos ecologistas de masas, los movimientos de mujeres, los movimientos de
7 Vase Stanley Aronowitz, The Crisis in Historical Materialism (New York, 1981).8 Para intentos de definir y teorizar esta nueva fase del capitalismo, vase: David Harvey, The Condition of Post-modernity (Oxford y Cambridge, Mass, 1989); Scott Lash y John Urry, The End of Organized Capitalism (Madison, Wisc., 1987); Claus Offe, Disorganized Capitalism, ed. John Keane (Cambridge, Mass., 1985); Mi-chael J. Piore y Charles F. Sabel, The Second Industrial Divide (New York, 1984); Ernest Mandel, Late Capital-ism, traduccin de Joris De Bres (Londres, 1975); Joachim Hirsch y Roland Roth, Das neue Gesicht des Kapital-ismus (Hamburgo, 1986).
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emancipacin de minoras, as como una creciente insatisfaccin con (y una polarizacin en
relacin a) las clases de trabajo existentes y los sistemas de valores e instituciones
tradicionales. Pero con todo, desde principios de la dcada de 1970, nuestra situacin histrica
tambin se ha caracterizado por la reaparicin de manifestaciones clsicas del capitalismo
industrial, como los trastornos econmicos mundiales y una intensificada rivalidad
intercapitalista a escala global. Considerados en conjunto, estos avances sugieren que un
anlisis crtico adecuado a la sociedad capitalista contempornea ha de poder aprehender sus
nuevas y significativas dimensiones, as como su continuidad subyacente como capitalismo.
Tal anlisis, en otras palabras, debe evitar la unilateralidad terica de las versiones ms
ortodoxas del marxismo tradicional. A menudo stas pueden indicar que las crisis y la
rivalidad intercapitalista son caractersticas permanentes del capitalismo (a pesar de la
aparicin del Estado intervencionista), pero no estudian los cambios histricos cualitativos en
la identidad y naturaleza de las agrupaciones sociales que expresan su descontento y
oposicin, o los cambios en el carcter de sus necesidades, insatisfacciones, aspiraciones y
modalidades de conciencia. Con todo, un anlisis adecuado debe evitar tambin la tendencia,
igualmente unilateral, a estudiar slo estos ltimos cambios, bien sea ignorando el mbito
econmico o sencillamente asumiendo que, con la ascensin del Estado intervencionista, las
consideraciones econmicas han ido perdiendo importancia. Por ltimo, no podremos
formular crtica adecuada alguna si nos limitamos a sumar aquellos anlisis que han seguido
centrndose en cuestiones econmicas con aquellos que han estudiado los cambios sociales y
culturales cualitativos al menos mientras las presuposiciones tericas bsicas de tal crtica
sigan siendo las de la teora marxista tradicional. El carcter cada vez ms anacrnico del
marxismo tradicional y sus graves debilidades como teora crtica emancipadora le son
intrnsecos; en definitiva, estn arraigados en su fracaso a la hora de aprehender
adecuadamente el capitalismo.
Ese fracaso se ha hecho ms evidente a la luz de la actual transformacin de la sociedad
capitalista moderna. Al igual que la Gran Depresin revel los lmites de la autorregulacin
de la economa mediada por el mercado y demostr las deficiencias de las concepciones que
igualaban al capitalismo con el capitalismo liberal, el perodo de crisis que acab con los aos
de posguerra, de prosperidad y expansin econmica, subray los lmites de la capacidad del
Estado intervencionista para regular la economa, lo cual puso en duda las concepciones
lineales del desarrollo del capitalismo de una fase liberal a una centrada en el Estado. La
expansin del Estado del bienestar tras la II Guerra Mundial fue posible, a largo plazo, por un
alza de la economa del mundo capitalista. Desde entonces, el Estado del bienestar ha
demostrado haber sido una fase del desarrollo capitalista y no el resultado de que los mbitos
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polticos hubieran obtenido, triunfal y permanentemente, el control del mbito econmico. De
hecho, el desarrollo del capitalismo en las dos ltimas dcadas ha invertido las tendencias
evidentes del perodo previo, debilitando e imponiendo lmites al intervencionismo estatal.
Este hecho se puso de manifiesto con la crisis del Estado del bienestar en Occidente crisis
que proclam el fin del Keynesianismo y reafirm manifiestamente la dinmica contradictoria
del capitalismo, as como con la crisis y cada de la mayora de los Estados y partidos
comunistas en el Este9.
Es digno de mencin el hecho de que las crisis y dislocaciones mundiales asociadas a
esta ltima transformacin del capitalismo, comparadas con la situacin tras la cada del
capitalismo liberal a finales de la dcada de 1920, hayan provocado escasos anlisis crticos
desde una postura que seale la posible superacin del capitalismo, lo cual puede interpretarse
como una expresin de inseguridad terica. La crisis del capitalismo de intervencin estatal
indica que el capitalismo sigue desarrollndose con una dinmica cuasi-autnoma. Este
desarrollo exige, por lo tanto, una reconsideracin crtica de aquellas teoras que haban
interpretado el desplazamiento del mercado a favor del Estado como una seal del final
efectivo de las crisis econmicas. Sin embargo, la naturaleza subyacente al capitalismo, al
proceso dinmico que, una vez ms, se ha afirmado manifiestamente, no est clara. Ya no
resulta convincente proclamar que el socialismo representa la respuesta a los problemas del
capitalismo, cuando lo que se quiere plantear es sencillamente la introduccin de una
planificacin central y la propiedad estatal (o incluso pblica).
La tan a menudo citada crisis del marxismo, as pues, no expresa nicamente el
desilusionado rechazo al socialismo realmente existente, la decepcin con el proletariado y
la inseguridad en cuanto a otros posibles agentes sociales para una transformacin social
fundamental. Bsicamente, dicha crisis es expresin de una profunda inseguridad en cuanto a
la naturaleza esencial del capitalismo y de lo que significara su superacin. Diversas posturas
tericas de las ltimas dcadas el dogmatismo de muchos grupos de la Nueva Izquierda a
finales de la dcada de 1960 y comienzos de la de 1970, las crticas puramente polticas que
reaparecieron posteriormente, y muchas posturas postmodernas contemporneas pueden
verse como expresiones de esta inseguridad sobre la naturaleza de la sociedad capitalista, e
incluso como un alejamiento del propio intento de aprehenderla. Tal inseguridad puede
concebirse, en parte, como expresin de un fracaso bsico del enfoque marxista tradicional.
9 La relacin histrica entre los dos indica, implcitamente, que el socialismo realmente existente, as como los sistemas de asistencia social en Occidente deberan ser concebidos no como formaciones sociales fundamentalmente diferentes, sino como variaciones, distintas en gran medida, del modo general de intervencionismo estatal del capitalismo mundial a lo largo del siglo XX. Lejos de demostrar la victoria del capitalismo sobre el socialismo, el reciente colapso del socialismo realmente existente podra entenderse como una seal del colapso de la ms rgida, vulnerable y opresiva modalidad de capitalismo de intervencin estatal.
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Sus debilidades no slo han quedado reveladas por sus dificultades ante el socialismo
realmente existente, sino tambin con respecto a las necesidades e insatisfacciones
expresadas por los nuevos movimientos sociales; ms concretamente, ha quedado patente que
ese paradigma terico no ofrece una concepcin satisfactoria de la naturaleza del propio
capitalismo que se asiente en un anlisis adecuado de las condiciones cambiantes del mismo,
y que aprehenda sus estructuras fundamentales de modo tal que seale la posibilidad de su
transformacin histrica. La transformacin sugerida por el marxismo tradicional ya no es
plausible como solucin a los males de la sociedad moderna.
Si la sociedad moderna ha de ser analizada como capitalista y, por ello, como
transformable en un nivel fundamental, entonces el ncleo esencial del capitalismo debe ser
reconceptualizado. A partir de esa base, se podra formular una teora crtica diferente de la
naturaleza y trayectoria de la sociedad moderna que intente aferrar social e histricamente las
bases de la falta de libertad y la alienacin en la sociedad moderna. Tal anlisis contribuira
adems a la teora poltica democrtica. La historia del marxismo tradicional ha demostrado
con demasiada claridad que la cuestin de la libertad poltica debe considerarse como central
en toda postura crtica. En cualquier caso, lo cierto es que una teora democrtica adecuada
requiere un anlisis histrico de las condiciones sociales de la libertad, y ste no puede ser
emprendido desde una postura normativa abstracta, o desde una hipstasis del mbito de la
poltica.
Reconstruir una teora crtica de la sociedad moderna
Mi reconceptualizacin de la naturaleza de la teora crtica de Marx es una respuesta a la
transformacin histrica del capitalismo y a las debilidades del marxismo tradicional arriba
citadas10. Mi lectura de los Grundrisse de Marx, versin preliminar de su ya totalmente
desarrollada crtica de la economa poltica, me llev a reevaluar la teora crtica que
desarroll en sus escritos de madurez, especialmente en El Capital. Esa teora, a mi juicio, es
diferente de, y ms poderosa que, el marxismo tradicional; tambin tiene una mayor
relevancia contempornea. La reinterpretacin de la concepcin de Marx acerca de las
relaciones bsicas que estructuran la sociedad capitalista presentada en esta obra podra, en mi
10 Iring Fetscher tambin ha criticado algunos principios centrales de las nociones de socialismo sugeridas por crticas ms tradicionales del capitalismo. Ha exigido una renovada crtica democrtica del capitalismo, as como del socialismo realmente existente, que sera crtica con el crecimiento desenfrenado y las tcnicas contemporneas de produccin. Se preocupara por las condiciones sociales y polticas para una genuina heterogeneidad individual y cultural, y sera sensible con la cuestin de una firme relacin ecolgica entre el hombre y la naturaleza. Vase Iring Fetscher, The Changing Goals of Socialism in the Twentieth Century, So-cial Research 47 (Primavera, 1980). Para una primera versin de esta postura, vase Fetscher, Karl Marx und der Marxismus (Munich, 1967).
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opinin, servir como punto de partida para una teora crtica del capitalismo que pudiera
superar muchas de las carencias de la interpretacin tradicional, as como estudiar ms
satisfactoriamente muchos problemas y procesos recientes.
Esta reinterpretacin, adems de estar pensada como una crtica hacia, ha sido influida
por, los enfoques de Georg Lukcs (especialmente en Historia y conciencia de clase) y de
miembros de la Escuela de la Teora Crtica de Frankfurt. Esos enfoques, basados en
sofisticadas comprensiones de la crtica de Marx, eran respuestas tericas a la transformacin
histrica del capitalismo: de una modalidad de capitalismo liberal, centrado en el mercado, a
una modalidad organizada, burocrtica, centrada en el Estado, mediante una
reconceptualizacin del capitalismo. Dentro de esta tradicin interpretativa, la teora de Marx
no se considera nicamente como una teora de la produccin material y la estructura de clase,
y mucho menos de la economa. En su lugar, es entendida como una teora de la constitucin
histrica de determinadas formas, reificadas, de objetividad y subjetividad social, tomndose
su crtica de la economa poltica como un intento de analizar crticamente las formas
culturales y las estructuras sociales de la civilizacin capitalista11. Adems, se parte del hecho
de que la teora de Marx aprehende la relacin entre teora y sociedad autorreflexivamente,
tratando de analizar su contexto la sociedad capitalista de tal manera que se site
histricamente y justifique la posibilidad de su propio punto de vista. (Este intento de asentar
socialmente la posibilidad de una crtica terica se ve como un aspecto necesario para
cualquier intento de fundamentar la posibilidad de una accin social antagonista y
transformadora.)
Comparto su proyecto general de desarrollar una amplia y coherente crtica social,
poltica y cultural adecuada a la sociedad capitalista contempornea, mediante una teora
social autorreflexiva con un propsito emancipador. De todas modos, como elaborar ms
tarde, algunos de sus supuestos tericos bsicos impidieron, de diversas formas, que Lukcs,
al igual que los miembros de la Escuela de Frankfurt, alcanzaran totalmente sus objetivos
tericos. Por un lado, reconocieron las insuficiencias de una teora crtica de la modernidad
que defina el capitalismo nicamente en trminos decimonnicos, es decir, en trminos de
mercado y propiedad privada; por otro lado, sin embargo, siguieron ligados a ciertas
presuposiciones de ese mismo tipo de teora, en particular, a su concepcin transhistrica del
11 Otros desarrollos de esta postura se pueden encontrar, por ejemplo: en Georg Lukcs, History and Class Consciousness, traduccin de Rodney Livingstone (Londres, 1971); Max Horkheimer, Traditional and Critical Theory, en Max Horkheimer, Critical Theory, traduccin de Matthew J. OConnell y otros (New York, 1972) [la traduccin no es correcta]; Herbert Marcuse, Philosophy and Critical Theory, en Stephen Bronner y Douglas Kellner, eds., Critical Theory and Society (New York y Londres, 1989); Theodor Adorno, Negative Dialectics, traduccin de E. B. Ashton (New York, 1973); Alfred Schmidt, Zum Erkenntnisbegriff der Kritik der politischen konomie, en Walter Euchner y Alfred Schmidt, eds., Kritik der politischen konomie heute; 100 Jahre Kapital (Frankfurt, 1968).
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trabajo. Su objetivo programtico de desarrollar una concepcin del capitalismo adecuada al
siglo XX no podra ser alcanzado sobre la base de semejante comprensin del trabajo. Mi
propsito es apropiarme de la idea crtica de esta tradicin interpretativa reinterpretando el
anlisis de Marx de la naturaleza y la relevancia del trabajo en el capitalismo.
De acuerdo con mi interpretacin, el anlisis marxiano del capitalismo, pese a que
implica una crtica de la explotacin y del modo burgus de distribucin (el mercado, la
propiedad privada), no se lleva a cabo desde el punto de vista del trabajo, sino que se basa
ms bien en una crtica al trabajo en el capitalismo. La teora crtica de Marx intenta mostrar
que el trabajo en el capitalismo desempea un papel histricamente nico como mediador de
las relaciones sociales, pretendiendo asimismo esclarecer las consecuencias de esta clase de
mediacin. El hecho de que se centre en el trabajo en el capitalismo no implica que el proceso
material de produccin sea necesariamente ms importante que otros mbitos de la vida
social. Ms bien, su anlisis de la especificidad del trabajo en el capitalismo indica que la
produccin en el capitalismo no es un puro proceso tcnico; sino que se encuentra
inextricablemente relacionado a, y moldeado por, las relaciones sociales bsicas de aquella
sociedad. Dicha sociedad, por tanto, no puede ser comprendida nicamente en referencia al
mercado y a la propiedad privada. Esta interpretacin de la teora de Marx ofrece la base para
una crtica de la forma de la produccin y la forma de la riqueza (esto es, del valor) que
caracterizan al capitalismo, antes que para un simple cuestionamiento de su apropiacin
privada. Caracteriza al capitalismo en trminos de un modo social abstracto de dominacin
asociado a la peculiar naturaleza del trabajo en esta sociedad, y localiza en ese modo de
dominacin el fundamento esencial del crecimiento desenfrenado y del carcter
crecientemente fragmentado del trabajo, e incluso de la existencia individual, en esa sociedad.
Tambin sugiere que la clase obrera es intrnseca al capitalismo ms que la encarnacin de su
negacin. Como veremos, una aproximacin semejante reinterpreta la concepcin de Marx de
la alienacin a la luz de su crtica de madurez al trabajo en el capitalismo y sita esta
concepcin, reinterpretada, de la alienacin en el centro de su crtica de esa sociedad.
Claramente, tal crtica de la sociedad capitalista difiere totalmente de la crtica
productivista, caracterstica de muchas interpretaciones marxistas tradicionales, que
reafirman el trabajo proletario, la produccin y el crecimiento industriales sin trabas.
Realmente, desde el punto de vista de la reconsideracin aqu presentada, la postura
productivista no representa una crtica fundamental: no slo fracasa a la hora de sealar ms
all del capitalismo, hacia una posible sociedad futura, sino que reafirma algunos aspectos
centrales del capitalismo en s. Con respecto a esto, la reconstruccin de la teora crtica de
madurez de Marx emprendida en esta obra ofrece el punto de partida para una crtica del
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paradigma productivista en la tradicin marxista. Sealar que lo que generalmente la
tradicin marxista ha tratado afirmativamente es precisamente objeto de crtica en obras
posteriores de Marx. Me propongo sealar esta diferencia no slo para indicar que la teora de
Marx no era productivista y, por tanto, cuestionar una tradicin terica que supuestamente
se basa en los textos de Marx, sino para mostrar adems cmo la propia teora de Marx
ofrece una poderosa crtica del paradigma productivista que no se limita a rechazar ese
paradigma como falso, sino que trata de hacerlo comprensible en trminos sociales e
histricos. Lo hace fundamentando tericamente la posibilidad de tal pensamiento en las
formas sociales estructurantes de la sociedad capitalista. De este modo, el anlisis categorial
de Marx12 del capitalismo ofrece el fundamento para una crtica del paradigma de la
produccin en tanto postura que expresa un momento de la realidad histrica de la sociedad
capitalista pero que lo hace de una manera transhistrica y, por ende, no crtica sino
afirmativa.
Presentar una interpretacin similar de la teora de la historia de Marx. Su nocin de
una lgica inmanente del desarrollo histrico no es ni transhistrica, ni afirmativa en sus
obras de madurez, sino crtica, y se refiere especficamente a la sociedad capitalista. Marx
localiza el fundamento de un tipo particular de lgica histrica en la especfica forma social
de la sociedad capitalista. Su posicin ni afirma la existencia de una lgica transhistrica de la
historia, ni niega la existencia de algn tipo de lgica histrica. En su lugar, trata dicha lgica
como una caracterstica de la sociedad capitalista que puede ser, y ha sido, proyectada sobre
toda la historia de la humanidad.
La teora de Marx, al pretender de este modo que las modalidades de pensamiento sean
social e histricamente plausibles, intenta, reflexivamente, hacer plausibles tambin sus
propias categoras. La teora, pues, es tratada como parte de la realidad social en la que existe.
La aproximacin que propongo es un intento de formular una crtica del paradigma de la
produccin sobre la base de las categoras sociales de la crtica marxiana de la produccin, y
con ello ligar la crtica de la teora con una posible crtica social. Esta aproximacin posibilita
una teora crtica de la sociedad moderna que no implique una afirmacin de la modernidad
racionalista, universalista, abstracta, ni una crtica antirracionalista y antimoderna. Por el
contrario, busca superar ambas posiciones tratando su oposicin como definida y arraigada
histricamente en la naturaleza de las relaciones sociales capitalistas.
La reinterpretacin de la teora crtica de Marx aqu presentada se basa en la
reconsideracin de las categoras fundamentales de su crtica de la economa poltica, tales
12 Para evitar malos entendidos que pudieran surgir con el trmino categrico, empleo categorial para referirme al intento de Marx de aprehender las formas de la vida social moderna mediante las categoras de su crtica de madurez.
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como el valor, el trabajo abstracto, la mercanca y el capital. Estas categoras, segn Marx,
expresan por lo tanto formas del ser [Daseinformen], determinaciones de existencia
[Existenzbestimmungen] (...) de esta sociedad determinada13. Son, por as decirlo, categoras
de una etnografa crtica de la sociedad capitalista emprendida desde dentro categoras que
intencionadamente expresan las formas bsicas de objetividad y subjetividad social que
estructuran las dimensiones sociales, econmicas, histricas y culturales de la vida en esa
sociedad, y que se encuentran, ellas mismas, constituidas por determinadas clases de prcticas
sociales.
Sin embargo, las categoras de la crtica de Marx han sido muy a menudo consideradas
como categoras puramente econmicas. La teora del valor trabajo de Marx, por ejemplo,
ha sido entendida como un intento de explicar, en primer lugar, los precios relativos y la
proporcin de la ganancia en equilibrio; en segundo lugar, la condicin de posibilidad del
intercambio de valores y de la ganancia; y, por ltimo, la asignacin racional de bienes en una
economa planificada14. Una aproximacin tan restringida a tales categoras cuando se
enfrenta a las dimensiones sociales, histricas y cultural-epistemolgicas de la teora crtica de
Marx las entiende nicamente en relacin con los pasajes que abordan explcitamente dichas
dimensiones, sacndolas del contexto de su anlisis categorial. La amplitud y la naturaleza
sistemtica de la teora crtica de Marx, sin embargo, slo puede ser plenamente aprehendida
mediante un anlisis de sus categoras, entendidas como determinaciones del ser social en el
capitalismo. Slo se puede reconstruir adecuadamente la lgica interna de su crtica cuando
las afirmaciones explcitas de Marx son entendidas en relacin con el despliegue de sus
categoras. Por lo tanto, prestar una considerable atencin a reconsiderar las determinaciones
e implicaciones de las categoras bsicas de la teora crtica de Marx.
Al reinterpretar la crtica marxiana, tratar de reconstruir su naturaleza sistemtica y
recuperar su lgica interna. No examinar la posibilidad de tendencias divergentes o
contradictorias en las obras de madurez de Marx, ni rastrear el desarrollo de su pensamiento.
Metodolgicamente, mi intencin es interpretar las categoras fundamentales de la crtica de
la economa poltica de Marx de un modo tan lgicamente coherente y sistemticamente
poderoso como sea posible, para determinar la teora del ncleo del capitalismo la que
define al capitalismo como tal a travs de sus diversas fases sugerida por dichas categoras.
Mi crtica del marxismo tradicional es una parte de esta reconceptualizacin de la teora
marxiana en su mayor nivel de coherencia.
Esta aproximacin podra servir adems como punto de partida para un esfuerzo por 13 Karl Marx, Grundrisse: Foundations of the Critique of Political Economy, traduccin de Martin Nicolaus (Londres, 1973), [Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica (Grundrisse) 1857-1858, Siglo XXI, traduccin de Pedro Scaron (Mxico, 1989, Dcimosegunda Edicin)] pg. 106 [1: 27].14 Jon Elster, Making Sense of Marx (Cambridge, 1985), pg. 127.
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situar histricamente las propias obras de Marx. Tal intento reflexivo podra examinar, en esas
obras, los elementos tradicionales y las posibles tensiones internas sugeridas por sus
categoras fundamentales, esto es, desde el punto de vista de la teora de la naturaleza
subyacente al capitalismo y a su trayectoria. Algunas de esas tensiones internas podran
entenderse entonces en trminos de una tensin entre, por un lado, la lgica del anlisis
categorial de Marx del capitalismo como un todo y, por otro lado, su ms inmediata crtica del
capitalismo liberal es decir, en trminos de una tensin entre dos diferentes niveles de
ubicacin histrica. En esta obra, sin embargo, escribir como si la autocomprensin de Marx
fuera la sugerida por la lgica de su teora del ncleo de la formacin social capitalista. Dado
que aqu espero contribuir a la reconstitucin sistemtica de una teora social crtica del
capitalismo, la cuestin de si la verdadera autocomprensin de Marx era realmente adecuada a
esa lgica es, para nuestros intereses actuales, de menor importancia.
Esta obra est concebida como la fase inicial de mi reinterpretacin de la crtica
marxiana. Su propsito primordial es el de una clarificacin terica fundamental, ms que el
de una exposicin totalmente elaborada de dicha crtica y, mucho menos, el de una teora
desarrollada del capitalismo contemporneo. Por tanto, en esta obra no estudiar directamente
la fase ms reciente de la sociedad capitalista desarrollada. En su lugar, tratar de interpretar
la concepcin de Marx de las relaciones fundamentales de estructuracin de la sociedad
moderna, tal como la expresaban sus categoras de mercanca y capital, de modo que no
queden limitadas a cualquiera de las fases importantes del capitalismo desarrollado y que,
por tanto, permitan, tal vez, iluminar la naturaleza subyacente de esta formacin social como
totalidad. Con ello podra ofrecerse la base para un anlisis de la sociedad moderna del siglo
XX en trminos de una creciente separacin del capitalismo con respecto a su anterior forma
burguesa.
Comenzar con un esbozo general de mi reinterpretacin, basado en el anlisis de varias
secciones de los Grundrisse de Marx. A partir de esa base, en el Captulo 2 proceder a
examinar ms detalladamente los supuestos fundamentales del marxismo tradicional. Para
clarificar an ms mi aproximacin e indicar su relevancia para una teora crtica
contempornea, en el Captulo 3 examinar los intentos, por parte de miembros del crculo de
la Escuela de Frankfurt en particular, Friedrich Pollock y Max Horkheimer de desarrollar
una teora social crtica adecuada a los importantes cambios de la sociedad capitalista del
siglo XX. Examinar, en referencia a mis interpretaciones del marxismo tradicional y de
Marx, las debilidades y dilemas tericos comprendidos en sus intentos; debilidades y dilemas
que sostengo que remiten a los lmites de una teora que trata de enfrentarse al capitalismo
post-liberal mientras conserva ciertas presuposiciones fundamentales del marxismo
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tradicional.
Mi anlisis de dichos lmites est pensado como respuesta crtica a los dilemas tericos
de la Teora Crtica. Por supuesto, la obra de Jrgen Habermas puede entenderse como otra
respuesta similar, pero tambin l conserva lo que considero una comprensin tradicional del
trabajo. As pues, mi crtica de esa comprensin tambin busca sealar la posibilidad de una
teora social crtica reconstituida diferente a la de Habermas. Tal teora buscara prescindir de
las concepciones evolucionistas de la historia y de la nocin de que la vida social humana est
fundada en un principio ontolgico que encuentra su justificacin en el transcurso del
desarrollo histrico (por ejemplo, el trabajo en el marxismo tradicional, o la accin
comunicativa en la reciente obra de Habermas)15.
En la Segunda Parte de esta obra, comenzar con mi reconstruccin de la crtica
marxiana, la cual clarificar, si bien retrospectivamente, los fundamentos para mi crtica del
marxismo tradicional. En El Capital Marx trata de dilucidar la sociedad capitalista
identificando sus formas sociales fundamentales y, sobre esa base, desarrolla cuidadosamente
un conjunto de categoras interrelacionadas con las que explicar su funcionamiento
subyacente. Tras comenzar con categoras que l supone aprehenden las estructuras centrales
de la formacin social como la mercanca, el valor y el trabajo abstracto Marx las
despliega sistemticamente para abordar niveles an ms concretos y complejos de realidad
social. Mi intencin aqu es clarificar las categoras fundamentales con las que Marx
comienza su anlisis, esto es, el nivel ms abstracto y bsico de dicho anlisis. En mi opinin,
muchos intrpretes se han precipitado al proceder con el nivel analtico de la realidad social
concreta inmediata y, por consiguiente, han obviado aspectos cruciales de las propias
categoras estructurantes fundamentales.
Examino la categora de trabajo abstracto en el Captulo 4 y la del tiempo abstracto en
el Captulo 5. Sobre esa base, en el Captulo 6, examino crticamente la propia crtica que
Habermas hace de Marx y, luego, en los Captulos 7, 8 y 9, reconstruyo las determinaciones
iniciales del concepto de capital de Marx, as como sus nociones de contradiccin y dinmica
histrica. En estos captulos trato de clarificar las categoras ms bsicas de la teora marxiana
para fundamentar mi crtica del marxismo tradicional y para justificar mi aseveracin de que
la lgica del despliegue categorial en El Capital apunta en una direccin consonante con la
presentacin que en los Grundrisse hace de la contradiccin del capitalismo y de la naturaleza
del socialismo. Al establecer las bases para un ulterior desarrollo de mi reconstruccin, en
ocasiones tambin partir de mis propios argumentos para indicar sus implicaciones de cara a
15 Vase Jrgen Habermas, The Theory of Communicative Action, vol. 1: Reason and the Rationalization of So-ciety, traduccin de Thomas McCarthy (Boston, 1984), y vol. 2: Lifeworld and System: A Critique of Functional-ist Reason, traduccin de T. McCarthy (Boston, 1987).
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un anlisis de la sociedad contempornea. Tales extrapolaciones son determinaciones
abstractas e iniciales de aspectos del capitalismo moderno, fundadas en mi reconstruccin del
nivel ms fundamental de la teora crtica de Marx. No representan pues un intento de analizar
directamente, sin mediacin alguna, un nivel ms concreto de realidad social a partir de las
categoras ms abstractas.
Sobre la base de lo que aqu he desarrollado, me propongo proseguir mi proyecto de
reconstruccin en una obra futura. En mi opinin, esta obra demuestra la plausibilidad de mi
reinterpretacin de la crtica de la economa poltica de Marx y de la crtica del marxismo
tradicional asociada a ella. Indica el poder terico de la teora marxiana y su posible
relevancia para la reconstruccin de una teora crtica de la sociedad moderna. En cualquier
caso, el enfoque debe ser desarrollado totalmente antes de que se pueda tratar adecuadamente
la cuestin de la viabilidad de sus categoras para una teora crtica de la sociedad
contempornea.
Los Grundrisse: repensar la concepcin de Marx del capitalismo y su superacin
Mi reinterpretacin de la teora crtica de madurez de Marx procede de una consideracin de
los Grundrisse der Kritik der politischen konomie, manuscrito escrito por Marx entre 1857 y
185816. Los Grundrisse son ideales como punto de partida para tal reinterpretacin: son ms
fciles de descifrar que El Capital, que est abierto a la malinterpretacin dado que se
estructura de manera hermticamente lgica en tanto que crtica inmanente esto es,
emprendida desde un punto de vista que es inmanente, ms que externo, a su objeto de
investigacin. Dado que los Grundrisse no estn estructurados tan rigurosamente, el propsito
estratgico general del anlisis categorial de Marx se vuelve ms accesible, particularmente en
aquellas secciones en las que presenta su concepcin de la contradiccin primordial de la
sociedad capitalista. Su anlisis, all expuesto, del ncleo esencial del capitalismo y de la
naturaleza de su superacin histrica tiene relevancia contempornea, poniendo en duda las
interpretaciones de su teora que se centran en las temticas del mercado, la dominacin de
clase y la explotacin17.
Tratar de mostrar cmo estas secciones de los Grundrisse indican que las categoras de
la teora de Marx son histricamente especficas, que su crtica del capitalismo est dirigida
16 Algunos de los argumentos presentados en esta seccin fueron desarrollados primero en Necessity, Labor and Time, Moishe Postone, Social Research 45 (Invierno, 1978).17 La posible relevancia contempornea de los Grundrisse ha sido reconocida tambin por Herbert Marcuse en One-Dimensional Man (Boston, 1964) y, ms recientemente, por Andr Gorz en Paths to Paradise: On the Liberation from Work, traduccin de Malcolm Imrie (Boston, 1985). Para un anlisis rico y extenso de los Grundrisse y su relacin con El Capital, vase Roman Rosdolsky, The Making of Marxs Capital, traduccin de Pete Burgess (Londres, 1977).
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tanto a su modo de produccin como a su modo de distribucin, y que su nocin de la
contradiccin bsica del capitalismo no se puede concebir simplemente como una
contradiccin entre el mercado y la propiedad privada, por un lado, y la produccin industrial,
por otro. En otras palabras, mi discusin del tratamiento que Marx hace de la contra
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