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 TEMA 3. CRISIS DEL ANTIGUO 

RÉGIMEN (1808-1833). 3.1 LA CRISIS DE 1808 y LA 

GUERRA DE LA INDEpENDENCIA. 3.2 LA REvOLUCIóN 

LIbERAL, LAS CORTES DE CáDIz y LA CONSTITUCIóN 

DE 1812. 3.3 EL REINADO DE FERNANDO vII.

El periodo que transcurre entre 1808 y 1833 se caracterizó en España por una profunda crisis del entramado político del Antiguo Régimen. El reinado de Carlos IV marcó el fin del modelo del despotismo ilustrado. El año de 1808 con el comienzo de la Guerra de Independencia significó el inicio de la Historia Contemporánea en España y supuso la irrupción de las clases medias y populares en la escena de la historia política española.

RETRATO DE CARLOS IV. GOYA

Con las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 quedó fijado el programa del liberalismo español durante décadas, con el que se inició la lucha por el desmantelamiento del Antiguo Régimen (la sociedad estamental, existencia de privilegios, monarquía absoluta...). Durante el reinado de Fernando VII, la ideología liberal sufrió avances y retrocesos a raíz de los enfrentamientos entre los partidarios de la monarquía absoluta y los de un sistema liberal.

LUIS XIV. EL REY SOL

3.1 LA CRISIS DE 1808 Y LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.

La crisis de la monarquía de Carlos IV.En los primeros años del siglo XIX la monarquía de Carlos IV (1788-1808) se encontraba muy desprestigiada. Las razones de esa pérdida de apoyos residían en una crisis del sistema de gobierno cuyas figuras más destacadas eran el rey, su esposa María Luisa de Parma y, sobre todo, el valido Manuel Godoy, quien desde 1802 había acumulado un gran poder.

MARÍA LUISA DE PARMA POR MENGS. LA ÚLTIMA REINA DEL ANTIGUO RÉGIMEN.

MANUEL GODOY. PRÍNCIPE DE LA PAZ. RETRATADO COMO VENCEDOR DE LA GUERRA DE LAS NARANJAS

CARLOS IV

MARÍA LUISA

DE PARMA

INFANTE FERNANDO

(FERNANDO VII)

INFANTE CARLOS MARÍA ISIDRO

Esto levantó una fuerte oposición que se materializó en un anhelo de cambio en el estilo de gobernar. La desamortización ordenada por Godoy en 1798 para hacer frente a la crisis financiera, generada por las continuas guerras con Francia y el Reino Unido, había enemistado a la Iglesia con el valido. A pesar de todo, el déficit de la hacienda real se agravó por las guerras y un sistema fiscal poco eficaz.

Otro motivo de descontento era la subordinación de la política exterior española a las potencias extranjeras. La Revolución Francesa, iniciada en 1789, tuvo un fuerte impacto en la política española.

EJECUCIÓN DE LUIS XVI. 21 ENERO 1793

Algunos ilustrados moderaron sus ideas antes las noticias procedentes de Francia y España cerró sus fronteras a la influencia francesa (“pánico de Floridablanca”). Otros, por el contrario, se radicalizaron y vieron en Francia un ejemplo que debía imitarse. Además, los revolucionarios franceses declararon la guerra a España (1793-1795).

EL CONDE DE FLORIDABLANCA POR GOYA.

Pero, coincidiendo con la moderación del régimen republicano francés, la monarquía española retornó a la tradicional alianza con Francia frente al Reino Unido. Este acercamiento fue promovido por Godoy y provocó el aislamiento de España en Europa (Tratado de San Ildefonso, 1796). Una de las consecuencias más graves de la sumisión a los intereses de Francia fue la derrota de Trafalgar frente a los ingleses (1805).

BATALLA DE TRAFALGAR POR AUGUSTE MAYER.

Posteriormente, un nuevo acuerdo con Francia, el Tratado de Fontainebleau (1807), permitió la entrada de tropas francesas para ocupar el reino de Portugal y repartirlo entre las coronas francesa y española.

Esta política errática levantó la oposición creciente de un llamado “partido antigodoyista”, aristocrático o fernandino. Estaba integrado por nobles y clérigos favorables al príncipe Fernando, hijo de Carlos IV. El partido fernandino preparó una conspiración contra el rey, en la que estaba implicado su hijo. El llamado proceso de El Escorial (1807) mostró las miserias de la monarquía española, pues el mismo Fernando pidió perdón por haber conspirado contra su padre.

El segundo acto de esta crisis sucedió entre el 17-19 marzo de 1808, cuando el motín de Aranjuez obligó a Godoy a huir y renunciar a su cargo, y Carlos IV abdicó en su hijo Fernando.

Aunque el motín de Aranjuez tuvo apariencia de protesta popular, parte de la alta nobleza del partido fernandino estuvo implicada en su estallido. Todo sucedió cuando Godoy, receloso de las intenciones de Napoleón, planeó trasladar a los reyes a Andalucía. Cuando este proyecto se difundió entre la población, estalló un motín en Aranjuez, localidad en la que residían el monarca y el valido.

La caída de Godoy y de Carlos IV agravó la crisis de la monarquía española. Las tropas napoleónicas, ya en España gracias al Tratado de Fontainebleau, eran mal vistas por el pueblo español, que percibía que el ataque a Portugal era solo una excusa para ocupar la Península. Además, Napoleón convocó a la familia real española a Bayona.

El levantamiento contra los franceses y el estatuto de Bayona.

El 2 de mayo de 1808, ante la salida de los últimos representantes de la familia real rumbo a Bayona, el pueblo de Madrid se alzó contra las tropas francesas. El ejército francés, al mando del General del Murat, reprimió duramente el levantamiento popular.

SALIDA DEL PALACIO

DEL INFANTE

FRANCISCO DE PAULA

“De los barrios más broncos, a los que van llegando noticias de balcón en balcón y de boca en boca, convergen hacia las calles céntricas grupos de chisperos, manolos y gentuza encolerizada, con el aliento de numerosas mujeres que los acompañan y jalean, para atacar a todo francés con que se topan. No hay soldado imperial a pie o montado que no reciba palos, navajazos, pedradas, golpes de tejas, ladrillos o macetas. Una de éstas, arrojada desde un balcón de la calle del Barquillo, mata al hijo del general Legrand -que ha sido paje personal del Emperador-, derribándolo del caballo ante la consternación de sus compañeros.”

“Todos llevan sus navajas, a las que han añadido grandes cuchillos de cocina, el hacha de partir leña, un chuzo oxidado, un espetón de asar y una escopeta de caza que el hostelero descuelga de la pared. En la calle de la Huertas, donde se les unen el aprendiz de sastre de un taller cercano y un platero de la calle de la Gorguera, hay un enorme charco de sangre en el suelo, pero no ven a nadie muerto o herido, ni español ni francés. Alguien dice desde una ventana que un mosiú se ha defendido: la del suelo es sangre madrileña. Algunas mujeres gritan o se lamentan en los balcones; otras, al ver al hostelero y sus mozos, aplauden y piden venganza. De camino, mientras la partida engrosa con nuevas incorporaciones -un mancebo de botica, un yesero, un mozo de cuerda y un mendigo que suele pedir en Antón Martín-, algunos comerciantes cierran las puertas y ponen tablones en los escaparates. Unos pocos animan al grupo armado, y los chicuelos de la calle dejan trompos y tabas para correr detrás.”

“De ese modo empiezan a formarse por toda la ciudad partidas espontáneas, que tendrán papel relevante al poco rato, cuando los disturbios se conviertan en insurrección masiva y la sangre corra a ríos por las calles. La Historia registrará la existencia de al menos quince de estas partidas organizadas, sólo cinco de ellas dirigidas por individuos con preparación militar. Como la capitaneada desde la plazuela de Matute por el hostelero Fernández Villamil, donde figuran los mozos José Muñiz y su hermano Miguel, casi todas las cuadrillas se forman con gente del pueblo bajo, obreros, artesanos, humildes funcionarios y pequeños comerciantes, con poca presencia de clases acomodadas y sólo en un caso conducidas por alguien que pertenece a la nobleza. “

“Continúan llegando mamelucos a brida suelta. Tropiezan los caballos con los cuerpos caídos y siguen adelante a saltos y trompicones, dando corvetas con hombres agarrados a ellos en racimos testarudos y feroces que intentan derribar a los jinetes sin precaverse de los sablazos, mientras de todos los rincones de la plaza acuden corriendo paisanos enloquecidos con navajas en las manos, con escopetas de caza y trabucos que descargan a bocajarro en la cara de los caballos y en el pecho de sus jinetes. No hay mameluco que caiga o ruede por tierra sin ocho o diez puñaladas, y a medida que acuden más jinetes, y los uniformes verdes y cascos relucientes de los dragones franceses se mezclan con la ropa multicolor de los mercenarios egipcios, la matanza se extiende al centro de la plaza, con la gente disparando carabinas y escopetas desde los balcones, tirando tejas,botellas, ladrillos y hasta muebles. Algunas mujeres arremeten desde los portales con tijeras de coser o cuchillos de cocina, muchos vecinos arrojan armas a quienes pelean abajo,

y los más osados, desorbitados los ojos por el ansia de matar, aullando de furia, saltan a la grupa de los caballos y, agarrados a sus jinetes, los acuchillan y degüellan, matan, mueren, se desploman abiertos a sablazos, caen de rodillas bajo los caballos o se revuelcan por el suelo con los enemigos agonizantes, envueltos en sangre de todos, clavando navajas entre los gritos de unos y otros, los relinchos de las bestias desventradas, las coces de sus patas en el aire. Perecen así, deshechos a puñaladas, veintinueve de los ochenta y seis mamelucos que integran el escuadrón; entre ellos el legendario Mustafá, héroe de Austerlitz, a quien sujetan los asturianos Francisco Fernández, criado del conde de la Puebla, y Juan González, criado del marqués de Villaseca, mientras el albañil Antonio Meléndez Álvarez, leonés de treinta años, le rebana el cuello con su cachicuerna. Y al coronel Daumesnil, jefe de la vanguardia francesa, le matan dos caballos a navajazos, librándose de ser…”

LA CARGA DE LOS MAMELUCOS. GOYA.

LEVANTAMIENTO DEL PARQUE DE ARTILLEROS DE MONTELEÓN, PROTAGONIZADO POR DAOÍZ Y VELARDE.

PLAZA DEL DOS DE MAYO. MONUMENTO A DAOÍZ Y VELARDE.

LOS FUSILAMIENTOS DEL TRES DE MAYO O LOS FUSILAMIENTOS EN LA MONTAÑA DEL PRÍNCIPE PÍO. GOYA

Mientras tanto, en Bayona, Napoleón obligó a Carlos IV y a Fernando VII a renunciar al trono y cederlo a su propio hermano José Bonaparte, que reinaría como José I de España, (abdicaciones de Bayona, 5 de mayo).

FRAGMENTO DE LAS ABDICACIONES DE BAYONA

A José Bonaparte, rey muy preparado gracias a sus viajes y estudios, se le colocó el sambenito de borracho e incluso tuerto, y apelativos como José I, José postrero, José ninguno, Pepe plazuelas, Pepe Botella, rey pepe, pepino, pepillo y pipote. Por muy buenas intenciones que tuviese, difícil lo iba a tener con un pueblo que no lo quería y un hermano que no le daba margen de maniobra alguna. Dicha visión alimentó la lucha contra el invasor, aunque también tópicos, hasta el punto de vista de distorsionar la Historia. Hoy sabemos que José Bonaparte ni mucho menos era borracho, ya que incluso se piensa era abstemio, ni tampoco un incapaz, todo lo contrario.

La insurrección se contagio a muchos pueblos y ciudades (Sevilla, Valencia, Oviedo…). En las localidades rebeldes se crearon juntas para organizar el gobierno y la defensa. Aunque se ha insistido en el origen popular de todos estos movimientos, también una parte notable de cargos del Antiguo Régimen integraron juntas o dirigieron la defensa frente al ejército invasor.

El levantamiento, popular y espontáneo, sorprendió al ejército francés, que no pudo ocupar ciudades como Gerona o Zaragoza, cuyos sitios fueron ejemplos de heroísmo y resistencia frente al invasor.

EL GRAN DÍA DE GIRONA. CÉSAR ÁLVAREZ DUMONT

GENERAL ÁLVAREZ DE CASTRO. HÉROE DEL SITIO DE GERONA

PALAFOX POR GOYA. HÉROE DEL SITIO DE ZARAGOZA

SITIO DE ZARAGOZA. AGUSTINA DE ARAGÓN.

Por otra parte, el fenómeno de la guerrilla fue el instrumento que canalizó la aparición del pueblo llano en la lucha contra el invasor. La base social de estas guerrillas era sobre todo campesina y algunas partidas cayeron en el bandolerismo.

JUAN MARTÍNEZ DÍEZ, “EL EMPECINADO”. GOYA

ESPOZ Y MINA. GOYA

FRANCISO ABAD MORENO, “FRANCISCO CHALECO” FUE UN GUERRILLERO DE VALDEPEÑAS (CIUDAD REAL).

TUMBA DE JUAN SÁNCHEZ “EL CHARRO” EN CIUDAD RODRIGO (SALAMANCA).

PROTAGONISTAS DE BANDOLERA. SERIE DE ANTENA 3 QUE TRATA EL TEMA.

Los franceses intentaron instaurar por la fuerza en España un sistema político basado en los principios del liberalismo político, aunque con un marcado carácter autoritario y respetando ciertas tradiciones específicas del país. Este sistema quedó plasmado en el estatuto de Bayona (redactado por ilustrados españoles siguiendo las directrices de Napoleón). Se trataba de una carta otorgada en la línea de la tradición española. Declaraba a España como país católico. Todos los poderes estaban concentrados en el rey, aunque existían tres órganos consultivos: el Senado, el Consejo de Estado y las Cortes. Además incluía algo parecido a una declaración de derechos y una serie de reformas de carácter liberal (libertad de imprenta, de comercio y habeas corpus).

El desarrollo de la guerra.• Mayo-diciembre de 1808. La ocupación de España no fue tan

rápida como creía Napoleón. La victoria española en la batalla de Bailén (19 de julio 1808), obligó a José I a abandonar Madrid y las tropas francesas se retiraron al norte de la Península. Napoleón tuvo que replantearse el conflicto y en diciembre de 1808 llegó a Madrid al mando de 150 mil hombres. Hasta enero de 1809 el emperador francés llevó a cabo reformas de corte revolucionario por las que se suprimía la Inquisición, el régimen señorial y los conventos. Mientras tanto, un ejército inglés al mando del duque de Wellington desembarcó en la Península para ayudar a los portugueses (agosto 1808), lo que hizo que el escenario de la guerra se centrase en el noroeste de la Península. El ejército español colaboró con Wellington.

RENDICIÓN DE BAILÉN. JOSÉ CASADO DEL ALISAL. MUSEO DEL PRADO.

• 1809-julio 1812. La victoria francesa en Ocaña (octubre de 1809) y el avance hacia el sur permitieron a Napoleón ocupar casi toda España, quedando libres solo Cádiz y Alicante entre 1810 y 1812. No obstante, en 1812 la campaña de Rusia obligó a Napoleón a retirar gran parte de su ejército de España. Tras las batallas de Ciudad Rodrigo y los Arapiles (Salamanca, julio 1812), en las que Wellington derrotó a los franceses, las Cortes españolas nombraron al inglés comandante en jefe de los ejércitos españoles. El avance de las tropas angloespañolas obligó a los franceses a abandonar Madrid y dirigirse a Valencia.

• Julio 1812- 1814. La guerra se inclinó entonces del lado angloespañol. Las victorias de Vitoria y San Marcial (agosto 1813) obligaron a los franceses a cruzar la frontera. Napoleón, al borde de la derrota en Europa, firmó con Fernando VII el Tratado de Valençay en diciembre, por el que finalizaban las hostilidades en España y Fernando VII era repuesto en el trono.

TRATADO DE VALENÇAY.

3.2 LA REVOLUCIÓN LIBERAL, LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812.La evolución política de la España ocupada generó un proceso revolucionario y una confrontación entre afrancesados y patriotas, y dentro de estos entre liberales y absolutistas (valedores del viejo orden). Los afrancesados fueron aquellos que colaboraron con los franceses ya fuese en el ámbito cultural (Meléndez Valdés) o político (Llorente, Azanza).

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

Durante la guerra, ante el vacío de poder producido por la invasión, se formaron en muchas localidades unas juntas que asumieron el gobierno. Las juntas estaban compuestas por ilustrados, militares, clérigos y otras personalidades políticas elegidas por los ciudadanos. Estas juntas locales dieron lugar a las provinciales y estas a la Junta Central (septiembre de 1808), que llegó a ser presidida por antiguos ministros de la monarquía como Jovellanos o el conde de Floridablanca.

Las Cortes de Cádiz.La Junta Suprema Central tuvo que establecerse en Cádiz. En su seno nació la idea de reunir unas Cortes que reformasen las instituciones del reino sin intervención extranjera. La primera sesión se celebró en Cádiz en septiembre de 1810. A diferencia de las Cortes medievales, divididas en estamentos, las de Cádiz reunían a todos los diputados o representantes llegados desde distintos lugares de España en una misma asamblea

LAS CORTES DE CÁDIZ. SALVADOR VINIEGRA

Las Cortes funcionaron hasta 1813 y en ellas se impusieron las ideas del liberalismo. Los diputados en su mayoría fueron clérigos, abogados, funcionarios o militares; aunque también participaron algunos nobles y unos cuantos comerciantes y propietarios. Por lo tanto, puede decirse que la clase media urbana fue la protagonista de las Cortes de Cádiz. Pero, a pesar de lo que se dice, ni la burguesía llevó a cabo la revolución liberal, ni el clero y la nobleza estaban en su totalidad del lado absolutista: un industrial catalán, Salvador Vinyals, apoyó la reacción, mientras un aristócrata como el conde de Toreno optó por el liberalismo. Además, una parte destacada de las reformas fueron inspiradas por clérigos de adscripción liberal.

MONUMENTO A LAS CORTES DE CÁDIZ

EL CLÉRIGO EXTREMEÑO DIEGO MUÑOZ TORRERO FUE UN DESTACADO LIBERAL, FIRME DEFENSOR DE LA LIBERTAD DE IMPRENTA

Entre los diputados existían, como en el resto de la sociedad, varias sensibilidades:

• Un grupo pretendía que no se modificase nada el sistema político absolutista (facción servil o absolutista).

• Otro grupo, entre los que destacaba el ilustrado Jovellanos, pretendía un régimen intermedio entre el viejo absolutismo y el modelo constitucional basado en la soberanía de la nación.

• Los liberales proponían una cámara única que asumiera la soberanía nacional y elaborara una constitución que debía recoger las novedades aportadas por la revolución francesa (facción liberal).

GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS. GOYA

Esta última posición triunfó y la obra legislativa de las Cortes de Cádiz representó una ruptura radical con los principios hasta entonces vigentes. Destacan las siguientes normas:

• Se establece que la soberanía reside en la nación (el rey dejaba de ser soberano) y que las Cortes asumían esta representación.

• Se proclamó la igualdad ante la ley, lo que suponía el fin de la sociedad estamental, basada en la desigualdad jurídica. También se estableció la igualdad entre españoles y americanos.

• Se aprobaron un conjunto de reformas: libertad de imprenta y la abolición de la tortura; se suprimieron la Inquisición y los señoríos jurisdiccionales (fin del régimen señorial y de los derechos feudales); y se implantó la desamortización de los bienes del clero, una nueva división provincial, la creación de las diputaciones provinciales y la libertad de comercio e industria.

EL AQUELARRE. GOYA

LA INQUISICIÓN. GOYA

Sin embargo, la obra más importante de las Cortes de Cádiz fue la elaboración de la Constitución de 1812, que fue promulgada el 19 de marzo, por lo que se la conoce popularmente como “La Pepa”. Los principios de esta Constitución son los siguientes:

ALEGORÍA DE LA ADOPCIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1812. LA VERDAD, LA HISTORIA Y EL TIEMPO. GOYA

EL TIEMPO. PORTA EN LA MANO UN RELOJ DE ARENA

LA HISTORIA. TOMA NOTA DE LOS HECHOS

LA VERDAD. TIENE UN CETRO DE PODER Y

UN LIBRO QUE PORTA LA VERDAD.

El poder residía en la nación (soberanía nacional).

Reconocimiento de los derechos y libertades individuales y de la igualdad ante la ley.

División de poderes: el poder legislativo correspondía a las Cortes, de cámara única; el poder ejecutivo quedaba en manos del rey y del gobierno por él designado, y el poder judicial era independiente.

La religión católica era la única de la nación española. Elección de los representantes en las Cortes mediante

sufragio universal. Pero para ser candidato a diputado era necesario disponer de rentas propias.

Creación de la Milicia Nacional, cuerpo de civiles armados para la defensa del sistema constitucional.

MILICIA NACIONAL

Monarquía moderada, en la que el rey promulgaba las leyes y tenía derecho de veto transitorio.

Libertad económica con la supresión de los gremios, abolición de los señoríos, libertad de cercado de tierras para poner fin al predominio ganadero de la Mesta, libertad de industria, programa de desamortización de las propiedades colectivas o de manos muertas, etc.

La Constitución apenas pudo aplicarse, pues el contexto de la guerra hacía difícil su puesta en práctica, y la restauración absolutista de 1814 la abolió. Pero su espíritu y su programa fueron una referencia durante toda la Historia Contemporánea y se convirtió en un mito para el liberalismo universal.

3.3 EL REINADO DE FERNANDO VII.

El sexenio absolutista (1814-1820).Tras el Tratado de Valençay (diciembre de 1813), Fernando VII regresó a España y fue aclamado por el pueblo en varias localidades.

FERNANDO VII. CONOCIDO COMO “EL DESEADO”

El rey no aceptó el tratado ni las reformas legislativas llevadas a cabo en Cádiz. Su llegada coincidió con la publicación del Manifiesto de los Persas, firmado por 69 diputados absolutistas, que justificaba ideológicamente un verdadero golpe de Estado, que el propio rey dio con el decreto de Valencia (4 de mayo 1814). En él se restauró el poder absoluto del monarca y se abolió toda la legislación de las Cortes de Cádiz: se restauró la Inquisición, la Mesta, los gremios, el régimen señorial, las instituciones feudales, y se estableció la devolución de los bienes desamortizados, etc.

La etapa que se inició en 1814 se produjo en un contexto internacional favorable al absolutismo tras la derrota de Napoleón. La política de Fernando VII y sus ministros consistió en una vuelta al pasado. Se inició la persecución contra los liberales, que significó la represión, el destierro o la pena de muerte para numerosos intelectuales. Resultado de esta situación fue el primer exilio de la España contemporánea, que afectó tanto a afrancesados como a liberales.

España debía enfrentar en esos momentos una guerra abierta por la independencia en las colonias americanas.

La Hacienda real estaba en la ruina y el peso de España en la escena internacional era muy precario. Además, los continuos y caprichosos cambios de gobierno provocaron una gran inestabilidad. La política estuvo marcada por la camarilla que rodeaba a Fernando VII, hombre de carácter voluble, que se dejaba influir por este grupo, donde había verdaderos buscavidas.

Al mal gobierno se sumó la quiebra de la Hacienda. El retorno al pasado incluyó la vuelta al viejo sistema fiscal. La elevada deuda de la Hacienda pública se debía especialmente a los efectos de la lucha contra los franceses y a la guerra en América, que generaba un alto gasto militar y eliminó los beneficios del antes floreciente comercio colonial.

Martín de Garay intentó remediar esta situación mediante una reforma fiscal basada en un sistema de contribución única y proporcional a los ingresos, reforma a la que se opusieron los privilegiados: nobleza, clero y órdenes militares. El proyecto fracasó y Garay fue cesado en septiembre de 1818.

La represión iniciada en 1814 no detuvo la acción de los sectores liberales, que sabían que su debilidad era la falta de apoyo popular, por lo que recurrieron a los pronunciamientos militares que caracterizaron todo el siglo XIX español. La conexión de los grupos civiles, agrupados con frecuencia en logias masónicas, y los militares descontentos se tradujo en sucesivos pronunciamientos entre los que destaca el de Espoz y Mina en 1814.

DE IZQUIERDA A DERECHA: ESPOZ Y MINA, PORLIER Y TOORIJOS.

Sin embargo, en 1820 se sublevó el ejército acantonado en Las Cabezas de San Juan (Sevilla), dirigido por el teniente coronel Rafael de Riego. Pronto la revolución se extendió por Andalucía, por lo que Fernando VII tuvo que jurar la Constitución de 1812. Comenzó así el trienio liberal o constitucional.

RAFAEL DEL RIEGO

El trienio liberal (1820-1823).Tras el pronunciamiento de Riego, Fernando VII juró la Constitución de 1812, formó un gobierno integrado por destacados liberales que regresaban del exilio (Agustín Argüelles) y se inició una labor legislativa que recuperaba muchos decretos de las Cortes de Cádiz: libertad a los presos políticos; supresión definitiva de la Inquisición y abolición del régimen señorial; vuelta a sus cargos de las autoridades constitucionales en ayuntamientos y diputaciones provinciales; convocatoria de elecciones a Cortes; y creación de la Milicia Nacional, cuerpo de voluntarios para la defensa del sistema constitucional.

LA INQUISICIÓN.

HIMNO DE RIEGO.

TRÁGALATú que no quiereslo que queremosla ley preciosado está el bien nuestro.¡Trágala, trágala,trágala perro!¡Trágala, trágala,trágala perro!

Tú de la panzamísero siervoque la ley odiasde tus abuelos.porque en acíbar y lloro ha vueltotus gollerías y regodeos

Tú que no quiereslo que queremosla ley preciosado está el bien nuestro.¡Trágala, trágala,trágala perro!¡Trágala, trágala,trágala perro!

Busca otros hombres,otro hemisferio,busca cuitadodéjanos quietos,donde no sabeque a voz en cuellomientras viviereste cantaremos:

Tú que no quiereslo que queremosla ley preciosado está el bien nuestro.¡Trágala, trágala,trágala perro!¡Trágala, trágala,trágala perro!

Dicen que el «¡Trágala!»es insultantepero no insultamás que al tunante.Y mientras dureesta canallano cesaremosde decir `¡Trágala!'

Tú que no quiereslo que queremosla ley preciosado está el bien nuestro.¡Trágala, trágala,trágala perro!¡Trágala, trágala,trágala perro!

¡Trágala, trágala,trágala perro!¡Trágala, trágala,trágala perro!

Las reformas políticas y económicas se promueven a través de la prensa y las sociedades patrióticas. El desarrollo de las ideas liberales se topó dos grandes enemigos: la situación internacional, ya que predominaban las monarquías absolutas, y la actitud beligerante de Fernando VII, que conspiró cuanto pudo para derribar el sistema constitucional. En este contexto el movimiento liberal se dividió en dos grandes tendencias que marcaron el devenir del liberalismo durante gran parte del siglo XIX:

Liberales moderados (“doceañistas”), como Martínez de la Rosa, que deseaban alcanzar un compromiso con las antiguas clases dominantes y el rey, para que fueran aceptadas las reformas. Eran partidario de un Senado aristocrático, de dar mayor poder al rey y controlar la prensa exaltada.

DIEGO MUÑOZ TORRERO.

CONDE DE TORENO

MARTÍNEZ DE LA ROSA

Liberales exaltados, como Romero Alpuente, que pretendía la vuelta a la Constitución de 1812 y planteaban reformas radicales (liberalismo más “popular”).

RIEGOMENDIZÁBAL

Los moderados mantuvieron el poder durante casi todo el periodo y llevaron a cabo importantes reformas como:

la supresión de las órdenes monacales; abolición de los gremios; desamortización de los bienes de la Iglesia; y supresión de vinculaciones y mayorazgos.

Algunas medidas, como la supresión de las sociedades patrióticas, generaron malestar entre los liberales exaltados que protagonizaron conspiraciones. A ellas se sumaron las intrigas del rey; la acción de la guerrilla realista, que se levantó contra el gobierno a comienzo de 1821; la guerra de independencia de las colonias; las maniobras internacionales de la Santa Alianza; y la permanente crisis económica, sumiendo a los gobiernos de esta etapa en una crisis constante.

LA FONTANA DE ORO AYER Y HOY

El intento de golpe de Estado protagonizado por la Guardia Real (julio de 1822) fue abortado por la Milicia Nacional y ante la tibieza del gobierno moderado de Francisco Martínez de la Rosa, se pasó a una etapa de formación de gobiernos liberales exaltados.

MARTÍNEZ DE LA ROSA

En este contexto, Luis XVIII de Francia decidió enviar un ejército, los Cien Mil Hijos de San Luis, que invadió España en abril de 1823 con el apoyo de las tropas realistas, restaurando el poder absoluto del monarca. A partir de entonces, Fernando VII inició una persecución implacable de los liberales, comenzando de esta forma la conocida como “década ominosa” (1823-1833).

DUQUE DE ANGULEMAPAÍSES FUNDADORES DE LA SANTA

ALIANZA: PRUSIA, RUSIA Y AUSTRIA.

RUTA DE LOS 100.000 MIL HIJOS DE SAN LUIS

La década ominosa (1823-1833).

Fernando VII ordena la ejecución del general Riego y comienza un periodo de una dura represión política que provocó la salida del país de unos 20 mil liberales, la mayoría hacia Inglaterra. Entre ellos salieron lo más selecto de la clase media ilustrada y liberal: Alcalá Galiano, Torrijos, Martínez de la Rosa, Mendizábal, Duque de Rivas, etc.

EL DUQUE DE RIVAS, UNO DE LOS ESCRITORES MÁS

IMPORTANTES DEL SIGLO XIX

En esta década se produjeron varios intentos de insurrección; numerosos líderes liberales, como Riego, el Empecinado y José María Torrijos, fueron ejecutados. La joven granadina Mariana Pineda sufrió el mismo destino por bordar una bandera con el lema Ley, libertad, igualdad.

MARIANA PINEDA FUE EJECUTADA

CUANDO TENÍA 26 AÑOS, LO QUE LA

CONVIRTIÓ EN UNA

MÁRTIR DE LA CAUSA

LIBERAL FRENTE A LA

FALTA DE LIBERTADES

La vuelta al poder del monarca no supuso una simple restauración del Antiguo Régimen, hasta el propio monarca era consciente de que debía modernizarse, aunque a través de un despotismo anacrónico (reformismo moderado). La labor de los gobiernos se centró en la reforma de la Hacienda y la administración. La pérdida de las colonias agravó aún más la crisis crónica de la Hacienda.

Fernando VII acudió a nuevos empréstitos para cancelar la deuda anterior o hacer frente a los gastos militares y de la administración. Se hacía necesaria una reforma fiscal. Esta fue llevada a cabo por Luis López Ballesteros que aplicó reformas significativas como la reforma fiscal de 1824 dirigida a recuperar viejos impuestos;

el diseño de los primeros presupuestos del Estado; la creación del Tribunal de Cuentas; y la reducción de la deuda pública. Además se llevaron a cabo cambios en la administración del Estado de gran calado: creación del Consejo de Ministros, promulgación del código de comercio, creación del Banco de San Fernando, de la bolsa de comercio y del ministerio de Fomento.

Aunque Fernando VII era de todo menos moderado, la suavización del Antiguo Régimen (sobre todo la no restauración de la Inquisición) extendió la idea entre los absolutistas de que el rey estaba en manos de los liberales. Encabezados por el propio hermano del rey, Carlos María Isidro, se sublevaron en 1827 (guerra de los agraviados o malcontents).

ENTRE EL 11 DE MARZO Y MEDIADOS DE SEPTIEMBRE DE 1827 TUVO LUGAR UNA INSURRECCIÓN EN

CATALUÑA, PARCIALMENTE SECUNDADA EN VALENCIA, ARAGÓN,

EL PAÍS VASCO Y ANDALUCÍA,

El monarca quería asegurar la sucesión ya que no tenía descendencia. Casado por cuarta vez con María Cristina de Borbón (1829) se publicó la Pragmática Sanción de 1789 que derogaba la Ley Sálica, lo que permitía reinar a las mujeres. Unos meses después nacía su hija, la futura Isabel II. Este acontecimiento radicalizó a la facción carlista, que apoyaba como sucesor a Carlos María Isidro.

MARÍA CRISTINA DE BORBÓN DOS SICILIAS

1ªMARÍA ANTONIA DE NÁPOLES2ª MARÍA ISABEL DE BRAGANZA

3ª MARÍA JOSEFA DE SAJONIA

En el verano de 1832 tuvieron lugar los sucesos de la Granja, una confusa sucesión de acontecimientos. Aprovechando una transitoria crisis de salud, Fernando fue convencido por los absolutistas para firmar la derogación de la pragmática de 1789, lo que suponía que su hija no podía reinar.

LUISA CARLOTA DE BORBÓN TÍA Y SUEGRA DE ISABEL IIFRANCISCO TADEO

CALOMARDE

“MANOS BLANCAS…

…NO OFENDEN”

Pero, tras recuperarse, el rey, presionado por los anticarlistas, revocó dicho documento, cambió el gobierno por uno más moderado y dejó como heredera a su hija Isabel. Pero el carlismo crecía, los voluntarios realistas apoyaron su causa y en mayo de 1833 Carlos y su familia marchaban a Portugal en un exilio encubierto. El clima de guerra civil se anunciaba cuando Fernando VII falleció e Isabel II, con solo dos años, fue proclamada reina.

FIN

NO CONFUNDIR CON CALAMARDO.

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