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J)
S E R M O NQ U E E N L A F U N C IO N Y C U L T O S SO LE M N E S
T R I B U T A D O S
P O R L O S C O N G R E G A N T E S C A T A L A N E S
k N U E S T R A S E Ñ O R A
D E M O N T S E R R A T ,
EN SU CAPILLA
D E L R E A L HOSPITAL D E L A CORONA D E ARAGON
EXISTENTE EN ESTA CORTE,
DIXO EN EL DIA 10 DE SETIEMBRE BEL CORRIENTE AÍTO
HALLÁNDOSE PRESENTE
m u , K E Y N U E S T R O S E N O R ^
QUE DIOS GUARDE,
E l R . P . F r » S a l v a d o r D r S t a . M a r í a M AOj^ALzsAy Carmelita D escalzo E x ‘ L ecto r, Prior y ‘D ijinidor de su Provincia de Cataluña, Socio de la R ea l Academ ia de Buenas
Letras de Barcelona , y actual Procurador general de su Orden j)or España é Indias*
CON LICEN CIA E N M ADRID
EN LA IMPRENTA DE D . FRANCISCO DE LA PARTE.
1815,
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Salus nostra in manu tua est : respcé nos tantum , et lati serviemus Regi ( L ) ,
N uestra salud está eti vuestra m an o; com o nos m iréis con p ie d a d , contentos servirem os al R e y ..,.
LIB. DEL GENES. CAP. 4 7 , V . Sg,
» ^ X X X X X A X X X X J íJ i J íX X X X A J u X X X X á J u A J t J u X X A X X X X X X J ^
S E Ñ O R .
¡Que sé y o si al modo que J o sef, aquel valido íntimo de F a raó n , de quien formó Dios como un Padre de su R e y (a), y á quien la divina mano elev ó á la mas alta dignidad , y al mas distinguido é importante empleo de una vasta m o n arq u ía , precisamente para que fuese el depositario de la confianza , y el dispensador de la salud de todos sus pueblos (b )! ¡que sé y o , rep ito . Señor , si al modo que aquel digno Ministro del M onarca de E gipto mereció que los vasallos de su Soberano le dirigiesen las lisongeras, bien que verídicas y sinceras palabras de mi te m a , así quizá también alguno de los validos ó Ministros de V . M . se lisonjeará de haber merecido que algunos ó todos vuestros vasallovs, por el órgano de mi lengua , le dirijan h o y dia la misma expresión: N uestra salud está en vuestra mano; como nos miréis con piedad , contento^ serviremos a l Rey\
( 4) , . . .¡A h ! íO x a lá , Señ o r, que como los Egipcios, por lo relativo al gran Privado de su M onarca , así los Españoles por lo tocante á vuestros validos ó M inistros, podamos siempre contar con la canonización y con el testimonio de la eterna verdad, para respetar en ellos unas hechuras de sola su m ano, c u y a obra h aya exclusivamente sido su elevación y su valimiento ( a ) , cu yo recto conducto lo sea de todos sus paSos y caminos ( b ) , y cuyos resplandores y puras luces los circunden siempre y los penetren (c)! ¡O xalá que semejantes al dé Faraón todos vuestros M inistros, por su exáctitud en la execucion de vuestras soberanas y benéficas disposiciones ; por su fidelidad en la dispensación de vuestras gracias ; por su escrupulosidad en la indagación y ponderación del verdadero mérito; por su sinceridad en la exposición de los males y de sus remedios ; en fin , por la accesibilidad , dulzura y, bondad de su c a rá c te r , tengan siempre á vuestros vasallos satisfactoriamente convencidos de que cada uno de ellos en el ramo y ministerio respect ivo , es un Dispensador de su salud , y un garante de su fidelidad y lealtad en vuestro servicio.
¡G ran Dios! L a experiencia de vuestras antiguas y recientes misericordias á favor de vuestro Ungido ( I I .) , al paso que nos muestra en é l un D a v id de vuestra elección , y un M onarca el mas relig io so , el mas p ió ,e l mas benéfico, y el mas amante de sus vasallos; promete también á estos en esta parte el cumplimiento de sus ardientes votos y de tan satisfactoria convicción. ¡Que d igo! ¿Por ventura no la están y a logrando? ¡E h ! Si ñ o la lograsen, ¿á que fin fundaría y o mi discurso en unas palabras que la expresan ? S í , Señor : la lo g r a n : la
( s )logran á lo ménos por un ministerio de superior orden : la logran , si no es por el conducto de los M inistros ó validos de V . M . , á lo ménos por el de la Valida mas favorita de la Magostad eterna. E n general , todos vuestros vasallos disfrutamos la satisfactoria convicción de que M aría , la gran M a dre de nuestro D io s , es la común dispensadora de nuestra sa lu d ; pero á los Catalanes se nos agrega la satisfacción particular de que el precioso gage de protección que se ha dignado dexarnos en su Imágen y,advocación de es juntamente y en especial el fiel garante de nuestra fidelidad y lealtad en vuestro servicio. A ella es pues á quien to d o s , penetrados de esta íntima convicción , dirigimos esta protestación ingenua , sincera y agradecida ; Salus nestra in mam tud est : respice nos tantu et Iceti serviemus R e g ii Nuestra salud está en vuestra m ano; y como nos miréis con piedad, contentos serviremos al R ey.
Despues de esta palabra ¿será menester que yo me fatigue en discurrir ó buscar otra idea mas análoga al objeto de la presente solemnidad , ó que llene mejor la expectación de quien para ella ha querido que el mas ineloqüente Catalan sea h o y dia el O rador ? No. Españoles p u e s , todos en general , pero en especial vo s o tro s , Paisanos mios, protestad altamente vuestra convicción. L a dispensación de vuestra común salud está en excelentes m a n o s : el particular garante de vuestras glorias, de vuestros servicios y de vuestra lealtad al Soberano es el mas poderoso y el mas fiel. La gran M adre de Jesucristo es para todos en general la dispensadora de nuestra salud ; su Imágen y advocación de M o n t s e r r a t es en particular para los Catalanes un gage de especial p ro te cció n , y un fiel garante de nuestras g lo r ia s , servicios y lealtad al .M onarca. ¿Para unos y otros es poco satis-
B
( Ofactoría esta idea? N o : con su exposición y o no haré mas que expresar los agradecidos y leales sentimientos de vuestros corazones. Mientras lo hago no olvidéis que el que os habla es un Catalan habituado á su provincial lenguage , de quien por consiguiente no debeis prometeros ni la rigorosa propiedad del idiom a, ni la delicada finura del acento castellano. Baxo esta preven ció n , y para el acierto en lo sustancial de mi em peño, imploremos ju n tos los auxilios de la divina gracia por medio é intercesión de esa nuestra Soberana M adre con la acostumbrada salutación del
A v e M a r í a ,
N o h a y que recelar : la protestación de que la gran Madre de Jesucristo es la universal dispensadora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde con ellas las de una pura , por mas que excelsa c r ia tura. De otra suerte ¿la E scritura , l o s Concilios y los Padres de nuestra fe autorizarían semejante expresión? ¿La Iglesia pondria de continuo en los labios de esta Señora aquella palabra de los Proverbios : E l que me hallare hallará la vida y obtendrá la salud del Señor (a)? Los Gerónim os, los Agus* linos , los Damascenos , los D am ianos, los Anselmos , los Bernardos , los Padres y Doctores de todos los siglos ¿usarian un lenguage en esta parte tan sostenido siempre y tan uniforme? ¿Tributarían á esta augusta Virgen los títulos de M adre de gracia , fuente de misericordia , asilo de seguridad, lugar de re fu gio , causa de nuestra salud?
N o admite duda. La fe nos obliga á confesar que Jesucristo es el Dios-Hombre solo poderoso para obrar nuestra salud de por sí ( b ) , por via de
condigno mérito y de justicia ? Sin e m b a rg o , ¿pueden ser mas legítimas las ilaciones nacidas inmediatamente de principios de la misma fe , que nos autorizan para reconocer en María la mas poderosa obrera de nuestra salud por via de congruidad, de impetración y de gracia ? Su dignidad inefable y su augusto título de M adre ¿no la hacen coope- ra tr iz del H i jo , y partícipe de su autoridad y poder en la causa de nuestra salud? L a caridad que en la tierra y en el cielo ha unido á esta M adre del bello amor (a)con Jesucristo nuestra c a b e z a , ¿quanto la estrecha con sus miembros para interesarla en el negocio de su común salud?
Por un crédito p u e s , y por un valimiento el mas poderoso para obtenerla, y por una caridad y una ternura la mas interesada en conseguirla , resulta. V irgen Santa, que sois para todos en general la universal dispensadora de nuestra salud ; y por ese gage de protección especial que á los Catalanes os dignasteis dexar en vuestra Imágen y a d vo cación de M o n t s e r r a t , ¿no sois para nosotros en particular el garante de nuestras g lo r ia s , de nuestros servicios y de nuestra lealtad al M onarca ? \ Eh! respondan sobre esto la historia y la experiencia de los nueve siglos (III.) discurridos desde el prodigioso descubrimiento de esta celestial prenda. Con que pues , por las mas legítimas ilaciones de una sana y sólida teología, y por los datos de una historia y experiencia las mas incontestables, es por donde y o he de hacer la exposición de mi argumento. En hora buena.
L a maternidad divina y la plenitud de gracia, prerogativas tan decidida y expresamente atribuidas á esa Señora en el E vangelio ( b ) , son las premisas de donde la teología cristiana infiere bien su
c r é d ito , su valim ien to, su caridad y su ternura para interesarse por nuestra salud y conseguirla. M adre del H o m b re-D io s, á quien fué dado todo poder en el cielo y en la tierra (a), rodeada de íntimas relaciones con el Hijo de las complacencias del. Padre (b ) , y favorita del soberano y eterno Dios (c) con preferencia á toda otra c r ia tu r a : la medida de su crédito y valimiento en la presencia del Señor ha de ser precisamente su eminente santidad , su elevación incom parable, y su dignidad quasi infitiita (IV.),
Santidad : despues de la de Jesucristo ¿ha podido darse alguna com parable á la de M aría? E l amor al Criador , la fidelidad á sus órdenes , la gratitud á sus dones, la incesante aplicación á los intereses de su gloria , y el colmo de todas las g racias , han heciio la vida de esta excelsa Virgen una jam as interrumpida serie de méritos y aumentos de santidad. Según pues que en esta ha llevado la ventaja á todos los Santos ( V .) , ¿no la ha de llev a r también en el consiguiente crédito y va limiento ?
E levación : la de Bethsabé colocada sobre el solio y á la derecha de Salomon ha sido solamente un inexácto bosquejo de la de esa Soberana R eyna del cielo.. Con su M onarca é Hijo ¿que valimiento no logra aquella M adre en su e levación? E l pa- sage de la Escritura que lo dibuxa , no es para omitirse. Bethsabé no hace mas que presentarse á Salomon : este atento hijo la ve venir : desciende luego del trono : le sale al en cu en tro : le besa la m ano: la sienta á su derecha , y le dirige esta 1¡- songera p a la b ra : ** Pedid , M adre mia , y no temáis de vuestro hijo el sonroxo de una n e g a t iv a : ’*
(a) Matth. cap. 28, v . 18. (b) Id. cap. 1 7 , v . 5.\c) Luc. cap. I f V. 30.
. ^9 )m a ter m ea , ñeque etiwì f a s e s t , ut avertam faciem tuam (a). ¡A h ! Jesucristo, en todo superior á Salom o n , ¿no realizará con mas exáctitud esta figura respectoá su M adre (VI.)? Esta M ad re, tanto mejor que aquella , ¿tendrá ménos valimiento con tal Hijo que Bethsabé con el su y o ? Sentada en el cielo á la derecha de este H ijo , ¿habrá perdido algo de la autoridad que tuvo sobre él en la tierra? No. V e te , M a ter mea : pedid , M adre mia , le dice el mas a te n to , respetuoso y munífico Salomon. Una negativa seria un so n ro xo , que no debeis temer del Hijo que os ha coronado por R eyn a de cielo y tierra : Ñeque enim fa s e s t , ut avertam faciem tuam. E l ademan de suplicante con que apareceis ante mi trono en nada debilita vuestro crédito y valimiento : subsiste , y eternamente subsistirá el derecho que sobre mi humanidad os ha adquirido vuestra dignidad incomparable.
Dignidad : ¡ oh que excelsa la de esta Soberana M adre! La nada establece una distancia infinita entre la criatura y el Criador : pero la dignidad de M aría enlaza estos dos e x trem o s, y hace á esta augusta Virgen partícipe de todos los derechos que solo el Eterno Padre'tiene sobre su único y querido Hijo. Con este Autor de todas las gracias ¿puede darse crédito ó valimiento igual al de una M a dre en quien tiene puesto su am or? No. E l de Moisés , aunque suspenda los rayos del cielo y a asestados contra el rebelde Israel (b) : el de A bigail, por mas que á favor de N abal consiga la mitigación de la cólera y la indulgencia de D avid (c) : el de Ester , si bien poderoso para rasgar el fatal decreto fulminado contra su pueblo, para calm ar la indignación de Asuero ( d ) , y para hacer la sa
fa) Lib. III Reg. cap. 2, v. 19 et 20. (b) Exod. cap 32. Numer.cap. 14. (c) Lib.i.Reg.cap. aj. (d) Esih.cap.iy*
c
( l o )lud de una multitud de infelices; todo es nada com parado con el crédito y valimiento de nuestra divina M adre para obtenernos de su Hijo Dios la salud.
¡A h ! Y el Ínteres que su caridad y ternura se toman para conseguirla, ¿seré y o capaz de expresarlo? M adre de un D io s , centro y origen de toda caridad , .también es de M adre su tierno ínteres por la salud de unos miserables que la caridad de Jesucristo hizo sus hermanos. S í , cariñosa M a d r e : vuestros sentimientos á nuestro favor no pueden ser otros que los de vuestro divino Hijo. Para dexar de interesaros por nuestra salud seria preciso o lvidar que solamente para restaurarla, quiso formarse un cuerpo de vuestra sangre , ser vuestro Hijo , y venir á la tierra el M édico del cielo. Aun mas ; para o lvidaros de nuestra salud seria menester olvidaros primero de Vos misma. ¿ T u v iera el hombre necesidad de un Salvador , si la pérdida de su salud no hubiese exigido para repararla el descenso de aquel , que propter nos-‘ tram salutem descendit de coelis ? Y si este no hubiese venido , ^seriáis Vos su M a d r e , ó fuera tan augusta vuestra dignidad , y tan excelsa vuestra elevación ?
¡ A y ! Y o lo sé : la elevación de ordinario deslumbra á los mortales; y en los que han salido de la infelicidad , ó que jamas la han probado , es m u y común la indiferencia por los que quedan en ella. ¿Quantos Coperos de Faraón repuestos en la cumbre de su prosperidad no se acuerdan mas de lo que deben á los Josefos intérpretes de sus sueños ( a ) , y compañeros de sus infortunios ? Pero lé- jos de V o s , Señora, semejante indiferencia y egoísmo. Sobre el trono de vuestra g lo r ia , inundada
(a) G enes.cap. 4 , V. 23.
( ' Ocon el torrente de las delicias de D io s : estas no os ocupan tanto que no percibáis nuestros clamores y no os enternezcan nuestras lágrimas. Los peligros que nos rodean ; los enemigos qUe nos atacan ; los precipicios que se abren baxo de nuestros p ies; sobre to d o , nuestra debilidad y nuestra flaqueza arrancan de vuestros ojos miradas co m p a siva s; empeñan vuestro va lim ien to, vuestra caridad y vuestra ternura á interesarse por nuestra s a lu d ; y sus faustos resultados son los que nos constituyen en la satisfactoria convicción de que para todos en general la teneis en vuestra benéfica m a n o : Sa¿us nostra in manu tuá est*
¿ Y en particular para vo so tro s , Paisanos mios? jO h qué satisfacción sobre esa general la de tener en la historia y experiencia de nueve siglos incontestables datos para ap o yar vuestra íntima persuasión de que la santa Imágen y advocación de M o n t s e r r a t , radicada en vuestro Principado por la preferente dignación de vuestra adorada M adre, es á un tiempo el gage de su especial protección ¿ vuestro f a v o r , y el garante de vuestras glorias, de vuestros servicios y de vuestra lealtad al Soberano! L ealtad , servicios y glorias de mis Paisanos baxo la protección de la gran M adre de M o n t s e r r a t » ¡E h ! Vuestra carrera empieza con los cánticos y resplandores celestiales que señalan el lugar , y conducen al descubrimiento de la Santa Imágen (VII.): sigue con la serie de nuestros gloriosísimos C o n d e s : continúa con la de la Dinastía A ra gonesa; y no ha de tener fin hasta que con el mundo llegue también al suyo la Monarquía de todas las Españas. Vuestros fundamentos han sido y han de ser siempre só lid os, como lo que son los del Santo M o n t s e r r a t sitio de la Sion y Santuario de .María y cu yo s atrios prefiere á todos los tabernáculos
de Jacob (a). ¡Monte santo! ¡M onte de las com placencias del S e ñ o r, donde ha resuelto morar hasta el fin de los siglos (b)! Sí, ¿eres tá el que baticinó Isaías? "M o n te preparado para los postreros dias: »M on te de la casa del Señor: Monte colocado en >#la cum bre de los m o n tes; que te elevas sobre to- wdos los co llad os; que eres el punto de reunión « d e todas las gentes , y á cu yo ascenso se co n - wvidan é incitan mutuamente las diferentes nacio- «nes de la tierra con la palabra : V'enid : subamos 99 d i monte del Señor y á la casa del D ios de J a - ^icob donde nos enseñará sus caminos^ y aprende^ »remos á andar por sus sendas (c)/*
Pero ¿adonde me lleva mi entusiasmo conducido por unas palabras de la E scritura , que no parecen dictadas sino para el elogio de Montserrat y de sus habitadores , y para expresar los preciosos frutos de protección que de las manos de su adorada R eyna perciben inmediatamente los C atalanes , y para gloria suya expenden en servicio de la hum anidad, de la Religión y del Soberano? E fe c tivam ente , C a ta la n e s , vuestras proezas y vuestros servicios, así antiguos como m o d ern os, al paso que constantemente vinculados á la protección de la gran M adre de M o n t s e r r a t gloriosos para su n o m b re , y también para el v u e stro , han sido siempre de la m ayor importancia , y de ordinario han reunido los tres objetos: hum anidad, Religión y Soberano.
Sí, Por las luminarias y armonías del cielo lográis felizmente descubrir el tesoro de la divina Imágen : proyectáis erigirle un Santuario fuera de M o n ts e rra t ; el cielo mismo os hace conocer que
(a) Psalm. 86 , V. i. (b) Ibid. 67,v. 17.(c) isai. cap. 2 ,v . 2 et 3.
, , . ( * 3 )no ha de ser sino en este monte ! se lo consagráisqual las ocurrentes circunstancias lo permiten (VÍII.). |Ah! ¿Y vuestro z e lo l L u e g o , luego , para la seguridad de tan preciosa jo y a , para refugio de la humanidad , y para baluartes de la patria : luego, d ig o , vuestro zelo semejante al de los Israelitas constructores de los muros de la santa C iu d a d , con el escoplo en una mano y la lanza en la otra (a), levanta al rededor'del santo monte tos castillos de O tg e r , de C ollbató , de la G uardia , del M arro y de M ontserrat (IX.). D e estos fuertes y de los demas que vuestros esfuerzos van sucesivamente ganando y construyendo por todo el P rin cip ad o , me parece que y o os veo salir conducidos por los cristianos Barachs vuestros gloriosísimos C o n d es, asociados de la Debbora de M o n t s e r r a t é invictos siempre baxo su protección (X.). Perojadonde? ¿á quan- tas expediciones , regiones , batallas , victorias, conquistas?
¡A h ! Yo os fatigaría demasiado si os las quisiese hacer repasar aun con la sola imaginación. Por toda la Cataluña , Aragón , Valencia , M u rcia , Islas B aleares, C ó r c e g a , Cerdeña , Sicilia, Francia , I ta l ia , N á p o le s , y hasta por la Asia , Siria y A fr ica apénas daríais paso que no lo vieseis m arcado con proezas y victorias de vuestros mayores baxo la protección de esta Madre de Israel (b). ¿Hallaríais guarismos suficientes para numerar los innumerables enemigos de la humanidad , del estado y de la Religión , principalmente Mahom etan o s , en todas partes víctim as de las religiosas y patrióticas lanzas de vuestros abuelos? ¿No ha sido á estas siempre alistadas baxo el estandarte de M ontserrat á quien Cataluña entre todas las Provincias de la Península infestadas por la inunda-
cion de los incircuncisos Sarracenos, ha debido la dicha y la gloria de ser la primera que quedó enteramente limpia de las inmundicias del M ahom etismo?
Es co n sta n te , Paisanos mios. E l ámbito de la soberanía condal c a ta la n a , y aun todo el c írculo de la Corona de Aragón enramada con a q u e l la , y posteriormente ensanchada con la de todas las E s- pañas, hubiera sido un cam po y un teatro sobradamente reducido para las proezas y glorias de vuestros ascendientes. ¡Inmortal Creixell (XI.)! T ú las llevas felizmente desde Cataluña á las N a v as de T o lo s a : con la chinita desprendida de M ontserrat derribas y reduces á pavesas al soberbio coloso del N abuco y orgullo mahometano ( a ) : disipas, como el viento al hum o, la infinita chusma de los Agarenos empeñados en sostenerle : ganas la batalla : consigues la mas importante victoria: consuelas á la humanidad: glorificas á la Religión: salvas á la España , y aun á la Europa entera; y tú mismo quedas gloriosa v íctim a de tu triunfo, c u y o esplendor hasta el sepulcro sigue á tu c a dáver conducido en triunfo á la tumba sobre los hombros de tres Monarcas.
Todo esto sin em bargo no es bastante. C on la misma chinita (por esta palabra todos seguramente entendeis la Imágen y advocación de M o n t s e r r a t )
■con la misma c h in i ta , d ig o , otros Catalanes han debido l le v a r las glorias de su p a tr ia , vinculadas siempre con las de esa Señora y su protección , y siempre igualmente ventajosas para la humanidad, para la Religión y para la Monarquía , á los países extrangeros aun los mas re m o to s: á Cerdeña, á Sicilia , á F r a n c ia , á Italia , á N á p o le s , á Bohemia , á la Austria (X II.) , y hasta al nuevo Mundo.
(a) Dan. cap. 31 V. 34*
( i s )En la Isla Isabela , h o y de Santo D om ingo, ¿quien ha erigido y consagrado á su adorada M o n t s e r r a t
el primer templo de las A m éricas? Los Catalanes. ¿Quienes han sido los primeros Propagandistas del E vangelio y Predicadores de la obediencia á nuestros Soberanos en aquella Colonia? Los Catalanes, los Boíles y otros doce hijos de la casa y M adre de M ontserrat (XIII.). A estos gloriosos nombres ¿juntaré y o ahora los N o la sco s , los de Mata y los L o - yo las ? Pero las proezas de estos tres S a n to s , como las de otros innum erables, por una p a rte , es verdad , se concibieron ú organizaron en M ontserrat; mas ellos no han sido Catalanes ; y por otra parte seguramente y a se espera de mí que co rte la relación de esos serv ic io s , glorias y proezas anejas , y produzca otras mas recientes de mis Paisanos, de igual importancia para los mismos obje to s , y también vinculadas con la misma especial protección de la gran M adre de M o n t s e r r a t ,
j-Que satisfacción seria para mí la de poder contentaros en esta parte! Pero es preciso que so* bre el particular se mortifiquen vuestros deseos y los mios. ¡E h ! L a sangre y los hechos son recient e s , y todavía humean. Aun se co n serva ; no se ha borrado su recuerdo ; por la prensa se trasmitirá una porcion á la posteridad. Es notorio: nuestra gloriosa última lucha motivada de una perfidia igualmente atroz que la que en el siglo o c ta v o quitó el cetro al último de nuestros Monarcas Godos, h a repetido las escenas , tragedias y horrores de los dias del islamismo y de la invasión de los A fr icanos. Basta poner su quadro á la v i s t a , y traerlos á la memoria. ¡Que alternativas de retiradas y a ta q u e s , de derrotas y v ic to r ia s , de sucesos adversos y prósperos! T ú las has visto constante y leal siempre , patria mia. ¡Que rivalidad de la arrogancia por un la d o , y por otro la noble firme-
za : el orgullo de una p a r t e , y de otra el valor y el heroísmo! C a ta lu ñ a , tú lo has mostrado. ¡Q ue contraste entre la tíranía y el patriotismo ; entre la impiedad armada y la inerme Religión! ¡B arcelona ! ¿Podrá darse mas chocante y hermoso lienzo que el que ofrezca á la vista de la generación presente y de las venideras la patriótica imágen y religiosa pintura de tus M ártires (XIV.) y de su* verdugos? ¡N uevos Vándalos de la Francia batidos y abatidos por los modernos Catalanes ! sí : vuestra multitud , ferocidad , barbarie , so b erb ia , perfidia é irreligión ha sido igual ó m ayor que la de los antiguos Vándalos de la A frica , batidos y abatidos por nuestros predecesores. Hijos de su f e , de su valor y de su lealtad los Catalanes del dia , hasta á los mismos satélites del usurpador y tirano de la Europa han obligado á hacerles justicia , y á reconocerles por naturales y legítimos herederos de sus abuelos en la antipatía contra el nombre y el orgullo fra n cés, y contra los enemigos del trono , de la patria y de la Religión (XV.).
iQ u e importa'^ ( ¡a h ! este interrogante nadie ignora quan repetid^ y usado ha sido de los C a ta lanes en esos años de lu c h a ) ¿que importa que los re v e se s , las pérdidas , las retiradas y la absoluta carestía de los recursos y arbitrios de primera necesidad dexen varias veces á Cataluña sin tropas y sin exércitos? Sus montañas al instante se transforman en caballos troyanos que vomitan guerreros y reproducen legiones (XVI.). Los nombres de los E ró le s , de los Roviras , de los Milans, de los M ansos , y aun mas que estos, los de F e rn a n d o , de Religión y de Montserrat son chispas eléctricas que todo lo agitan , lo inflaman , lo reaniman. ¡Inmorta l Gerona! tú lo v iste : hasta las mugeres y los F r a y le s , esas personas de un sexo y de una profesión tan heterogenea con la de las arm as, ¿que
(l?)prodigios de valor , de intrepidez y de heroísmo no hicieron ver en tu defensa? ¡Batallas y v ictorias de la B isb a i, de M o yá , de Roda ,-de Ordal !..; Pero ¿para que nombrar otras q ú e 'la s del Bruch? En estas ¿quienes han sido los combatientes?, ¿q'ua-’ les sus armas? ¿quien el G en era l? ¿ y quales los resultados? Los primeros un puñado de tropa que capitanea el intrépido B a je t , y sostiene á los inermes paisanos ó criados de Montserrat. Las segundas , piedras , palos , unas escopetas 6 fusiles casi inútiles, y qué se yo que otros instrumentos (XVIL). E l tercero , la Gedeona de Montserrat. ¿ Y los últim os? Los mismos qué los de la batalla ganada contra Madian por el hijo menor de la ínfima familia de Manasé (a)
¡Abominables satélites del Tirano! vosotros fuisteis al Bruch por la n a , y dos veces regresasteis trasquilados. N o : ni en la te r c e r a , ni en la quar- ta llevarais mejor recaudo , ó consiguierais trepar al santo M o n te , si la licencia de la g u e rra , sobrado propensa al abuso de sus fu ero s, no hubiese de antemano transformado en un quartel profano y militar la pacífica Sion de Montserrat. En- tónces lo conseguisteis ; pero jamas apoderaros de su preciosa Joya. El cielo la ha preservado de vues-» tras manos inmundas , y ha querido dexarla en las de sus predilectos Catalanes , para que á mas de la general dispensación de salud en el valimiento, crédito , caridad y ternura de esa soberana M a dre , hasta el fin de los siglos hallemos en su advocación é Imágen de M o n t s e r r a t el gage de su especial protección á nuestro favor , y el garante de nuestras glorias, de nuestros servicios y de nuestra lealtad al M o n a rc a : R tsp k e nos tantum^ et Iceti serviemus Regi,
(a) Judie, cap. 7 et 8.
¡M onarca amabilísimo! ¡M onarca el mas religioso , el mas p i ó , y el mas amante de vuestros v a sallos! ¡ah ! ¡el nombre de V . M . en las Dípticas de esta renaciente Congregación (X V III .) , para gloria de esa Señora, para aumento de su c u l t o , y para consuelo de la doliente y desvalida humanidad, m ezclado con los de vuestros leales Catalanes! Esta soberana dignación ( ¡o h ! el cielo lo quiera , y o lo espero) esta soberana dignación ha de atraer sobre V . M . , sobre los Serenísimos Infantes vuestro Hermano y T i o , y sobre todos vuestros R e y - nos y vasallos las mas protectoras miradas de la gran M adre de M o n t s e r r a t , y tras de ellas el reynado de la paz , de la p rosp erid ad , de la Religion y de la gracia de Dios en vuestros dias, y en los de la eternidad el de la gloria. Amen.
NOTAS SEÑALADAS EN EL SERMON.
(I.) A lguna variación material de este texto respecto á como está en la B ib lia , no inmuta ni aun su literal sentido. L a Iglesia la practica en el oficio del Patrocinio de San J o - sef y en otros.
(11.) A favor de nuestro amado Soberano Fernando v i i se ha visto una continuada serie ó eslabonada cadena de misericordias de nuestro gran Dios. Sobrevive á las tramas , intrig a s , calum nias, prisión y demas tropelías del Escorial en 1807; un eslabón. Por las mas auténticas y legítimas pruebas de hecho y de derecho «e patentiza , contra viento y marea , su justificación y su inocencia : segundo eslabón. Entre las garras del Tirano , en un cautiverio de seis años , su salud y su vida se sostiene: tercer eslabón. Precisamente quando es mas temible que la ambiciosa F uria que nos habia arrebatado al augusto C a u tiv o , le haga víctima de su despecho, en vista de los descalabros é inminente ruina , que esa última y la mas pérfida de sus usurpaciones le acarrea 5 entonces es quando Fernando recobra su libertad , y quando (sin habérsenos todavía mostrado las manos que le han soltado y le conducen) le vemos venir seguro é ileso por el centro de la Francia , penetrar por una Provincia limítrofe , á la sazón la iinica de España que aun pisan los satélites del T iran o; pasar sin susto por entre las filas del sanguinario Suchet ; internarse en la Península , y imponerse en el goce de los derechos que le pertenecen : quarto eslabón.
Llega al F lu via: desfa la escolta francesa en la orilla oriental de este r io ; en la opuesta le espera un concurso inmenso y un exército españ ol, por muchos títulos merecedor de llamarse e l primero : este y aquel abrasan en Fernando mas bien á su P ad re, á su A n g e l , á su Idolo y á su Im án, que no á R ey y á su Soberano. ¡Q u e escena! Su vista arranca tiernas lágrimas de lodos los espectadores. Pero ¡a y ! la pe'rs-* pectiv* que desde este-punto de vista ofrece la España á su adorado Monarca no es satisfactoria. Opiniones opuestas y sobradamente ya exaltadas dividen á los Españoles , y hacea temible una explosion violenta, un cisma p o lítico , y aun el ilegitim o uso de la fuerza para disputarse, y conseguir cada
(a o )una el tciunfo y la supetiocidad contra su rival. 1.a situación es crítica y peligrosa. Pero Dios proveerá. ¡ Jóven M onarca! por el pronto os es indispensable el uso del agrado , disimulo, moderación y prudencia de que el cielo os ha dotado: adelante por Gerona , C a le lla , M ataré , V illafranca y Reus ; de aquí rodear por Valls , Montblanch , Lérida , Fraga y Zaragoza para V alencia: de paso sondear los espíritus ; ganar mas los ánimos: rendir con la amabilidad todos los corazones; estrechar mas los vínculos del amor de vuestros pueblos, y quanta sea posible calmar la efervescencia de esas rivalizantes opiniones. Por este medio corresponde el efecto á los deseos. L% rivalidad desaparece; las opiniones se sosiegan; todo se allana. Con tranquilidad, con el mejor orden , sin oposicion, sin fu erza , sin mas estrépito que el del simple arresto de un cortísimo número de personas, i las que ni se impone otra pena , ni se trata con el mas mínimo rigor , Fernando entra triunfante en Madrid ; ocupa su trono ; exerce los fueros de su soberanía,; y los Españoles, sumisos y satisfechos, reciben
ley del Monarca , cuyo es el derecho ( e imponérsela. Ksta ha sido. Dios mio, vuestra o b ra , y un prodigio de que nuestros ojos son los testigos : quinto eslabón. N o es el último: la serie y cadena de las divinas misericordias continúa con eslabones ulteriores : los expuestos bastan para que los buenos vasallos del mejor Monarca nps penetremos de ios bondadosos sentimientos de su coraron : con ellos conformemos los nuestros ; echemos un eterno velo sobre las diferencias pasadas , y todos nos hermanemos en el zelo por el decoro de la R eligion , por el servicio del R ey y por el bien de la Patria , seguros de que las misericordias del Señor continuadas nos traerán mas serenos dias que los presentes ;i disiparán los nubarrones de eso^ peligros que tanto se cacarean y abultan ; y sacando de apuros los erarios de un R ey tan pio, que (según su dicho) por lograrlo , quedarla gustoso con.sol^ media camisa, remediarán to.dos nuestros males.
(III.) Y a son mas que cumplidos los nueve siglos, aun en la poco fundada opinion de .los que pretenden haber sido este descubrimiento posterioj: al año,88p.
(IV.) Los Teólogos ^in dificultad reconocen esta dignidad por infinita , no sul^jectìvè {pues no cabe tal «n criatura), pero sí terminativi vel relativi.
(V .) A todos los Santos, no spio en particular ó disjunti- vamente , sino también colectivamente en globo y de por ju n - tp (según el paiecqr de excelentes Teólogos) excede la Virgen en santidad.
( 2 l ) ,(V i.) N o siendo menester que la figura y lo figurado se pa
rezcan en todo , pudo muy bien Bethsabé colocada á la derecha y en el solio de Salomon su hijo,figurar á María en el cielo elevada y sentada á la derecha de su Hijo Jesucristo. La expresión de Salomon á su Madre no fué una lisonja ó mera cortesía : fué un ofrecimiento filial , aterito é intentivamente ingenuo y sincero: de veras quetia otorgar á Bethsabé la gracia que le pidiese. Pero no preveia que empeñada de su hermano A d on ías, tuviese ella la ignorancia , é incurriese en la imprudencia de mediar á favor de este por una solicitud insolente é inconcebible, qual era la de que se le diese por esposa la Sunamitida A b isa g , (que según muchos Expositores) lo habia sido de su padre D a v id , aunque solamente coa m a-’ trimonio rato, incomodó sobremanera á Salomon semejante solicitud de su Hermano , y la tuvo por tari atrevida , insolente y fuera del ó rd en , que á pesar del filial y sincero ofrecimiento hecho á su M ad re, y de haber disimulado á su Hermano las tentativas para usurparle-el trono', á aquella sonroxó con la negativa de la pretensión V y por la misma impuso á este la pena de m uerte, que sufrió inmediatamente. Jesucristo no obra de esta suerte con su M adre: realiza la figura y los ofrecimientos con mas exáctitud : pero también es cierto que ni en este Señor cabe imprevisión para ofrecerse, ni en su M adre imprudencia para mediar por pretensiones insolentes ó atrevidas.
(V il.) Los Escritores que tratan de este descubrimiento es- tan contestes en afirmar, que unos resplandores y cánticos que en las noches de los Sábados se veian y oian , fuéron el público mostrador de la cueva , y la guia para en ella hallar (como se verificó) la Santa Imágen. N i nada crédulos, ni pocos en número son dichos Escritores.
(VIH.) También en todas estas circunstancias están contestes ios insinuados Escritores. En el dia posterior inmediato al del hallazgo de la Santa Im ágen, el Obispo , Clero y pueblo que habían visto y oido las luces y cánticos celestiales, fuéron en procesión á la cueva para llevar la Imágen á la Iglesia de un lugar vecino al monte. La llevaba el Obispo : mas no hubo fuerza ni medio de pasar adelante al llegar al parage donde inmediatamente se erigió su primera Capilla.
(IX.) N o afirmo que fuese simultanea la construcción de todos estos castillos, de que existen todavía algunas ruinas. H ay quien juzga la de alguno de ellos anterior al descubrimiento de la Santa Imágen. N o decido de la fuerza ó debilidad de las piuebas.
(X .) Habiendo sido innumerables las expediciones de los Condes de Barcelona son muchos en número y crédito los Autores en quienes se le e , que á todas llevaban consigo la Imágen de nuestra Señora de Montserrat,
(XI.) Don Balm acio C r e ix e ll , noble Catalan , ampurda- n e s , ei mas diestro y esforzado General de su siglo. Este Ca> ballerò , sin duda por asuntos del Real servicio , habia quedado en Cataluña quando el R e y D on Pedro 11 de Aragón con toda su escogida tropa catalana, y poca aragonesa (pues parte de esta se excusó) marchó á la expedición santa de 1 21 2 como aliado con los Reyes D on Sancho de N avarra y Don Alonso v i n . de Castilla , y como Monarca muy católico é interesado en la común causa de la N ación y de la R e lig io a contra el soberbio y formidable Mahomad Énnácer llam ada el Verde , supremo gefe de todos los R eyezuelos moros de España. Reunidos en parage oportuno los tres Monarcas españoles , confirieron sobre la disposición y órden de la acción y batalla decisiva en que iban á empeñarse , y acordaron» que para disponerlo todo bien convenia lla m a rá Balm aclo Creis;ell, y esperarle. L e mandan postas : viene con ellas: llega á tiempo : da las disposiciones y órdenes como G en e- la lis im o , los mismos Soberanos se someten á executarlas : mas de noventa Catalanes Señores de vasallos se hallan con sus gentes en la acción : es completa la victoria ; pero en la batalla muere el mismo C re ixe ll, y los tres R eyes llevan al sepulcro el cadáver sobre sus hombros. La relación de esta ba* talla y victoria baxo el mando de C reixell se lee en M ariana, Hist. de Esp. lib. 1 0 , cap. 20. E n B eu ter, Cronic. de Esp. lib. 2 , cap. 10. En MarciUo , Crisis de Cata!, part. i , cap. 4, § 2. En F eliú , Anal, de Catal. lib. 11 , cap. 5. En Postius, Histor. de Moniserr. part, i , cap. 28, § 9. Los tres últimos citan otros once Escritores , seis de ellos no catalanes. L a Imágen de Montserrat no dudo que estuvo en la acción ; pres* cindo si era ó no la que traian pintada los Reales estandartes.
(X ll.) A las 'Capitales y otros Pueblos de todos estos E stados han llevado los Catalanes la Imágen y e l culto de nuestra Señora de M ontserrat., junio con alguna gloria particular , especial hazaña , ó importante servicio , de que ha re- suhadtí la erección de las Capillas , Templos , Monasterios y Hospitales que en C a lle r , Palermo , Paris , Roma , N ápoles, Fraga , Viena y en otras Ciudades subalternas existen (s i en esos años de turbaciones no han perecido) baxo la protección, titulo y nombre de Montserrat. .
(XIII.) F r. Bernardo B oíl y otros doceM onges de Montserrat , en compañía del Almirante Cristóbal Colon , despues de implorar y tomar la bendición de nuestra Señora en. su Tem plo , se embarcaron con otros Catalanes en Barcelona para la América occidental. Llegados á la Isla Isabela , pok órden de Colon se levantó allí un fuerte , donde con cincuenta y seis hombres de guarnición quedó por primer Gobernador de la colonia el catalan Don Pedro M argarít. También con sus doce compañeros , quedó allí Boíl por Apóstol d aquellas g e n te s, autorizado con la dignidad y título de N uncio y Legado i L a tn e del Papa, V ic a r io A postólico, y primer Patriarca de las Indias. Los frutos de su Apostolado fué- ron la conversión de infinitos bárbaros , el destrozo de innumerables ídolos , la erección de muchísimas Diócesis é Iglesias , la construcción de varios Monasterios , y la sujeción de aquellos isleños á nuestros Monarcas.
(X IV .) Los Presbíteros G a llifa , Pou con sus com pañeros,y otros, lo han sido sin duda de la patria. A mas sagrado Juez pertenece decidir si también lo han sido de la Religión. Uno de los dos primeros con una sola mentira le v e , á que se le in stigab a, pudo librarse del suplicio: prefirió este á una falta de verdad. En'ám bos ¡que espectáculo vió Barcelona en la víspera é ida a l suplicio , y sobre el mismo cadahalso! E l de los mas animosos Mártires de los primeros siglos de la fe. En vez de flaqueza , desaliento ó desmayo , vió intrepidez , aleg r ía , heroísmo. El Te Deutn , la Magníficat , los himnos al Señor y á la Virgen fuéron la ocupacion de sus lenguas , la admiración de los espectadores, el asombro de los tiranos, y «1 terror de los verdugos hasta el golpe fatal.
(XV.) N o he sido yo so lo : otros muchos lo han oído de boca de los mas entusiasmados Oficiales franceses en la época de nuestra mayor opresion, prepotencia suya , y quando dueños de casi todas las plazas del Principado , habían levantado nuevos fuertes , y los ocupaban en Lugares que ántes no los tenían. Sin embargo , en las pocas ocasiones en que conversaban y hablaban de buena fe , á despecho suyo confesaban , que el corazon y patriotismo de los Catalanes eran para ellos inconquistables: que á diferencia de otras Provincias, poc la nuestra no podían sin riesgo de segura muerte viajar un quarto de legua sino en numerosas y bien unidas columnas: que Cataluña era una tierra que los arrojaba de s í , y donde jamas podrían contar por sometido mas terreno que el ocupado momentáneamente por sus pies , en el que no pocas veces se les abiia un precipicio y perecían.
(X VI.) Y o mismo-vi la dispersión y desaliento del corto residuo de nuestro exército despues de ia derrota de Cardedeu, y de la pérdida de Tarragona. Igual fué el resultado de los malogrados ataques de V a lls , M argalef y otros. R e d in g , Lascy, Eróles , Robira & c . en estos apuros explayaron toda su actividad y zelo por la reorganización del exército: pero en los mismos y siempre se excedió á sí mismo el patriotismo y la constancia de los Catalanes.
(XVII.) F ué patrafta la especie que tanto corrió de habeí los paisanos empleado en la acción ó acciones del Bruch unos cañones de madera fabricados en Manresa. En lo detnas fueron raras y casi milagrosas aquellas dos jornadas. L o he oido áM ilitares de carácter y probidad que intervinieron, bien que en muy corto número. N o se ha visto semejante humillación del orgullo francés en sus retiradas, que fueron á todo escape y désórdén.
(XVIII.) S..M . se ha dignado alistarse en la Congregación de ios Catalanes , reorganizadá en el Hospital é Iglesia de Montserrat de esta Corte. H ay en el Hospital seis camas pata pobres y enfermos Catalanes. Cada Congregante con una limosna mensual contribuye al culto de la Señora, adorno de su C a p illa , y socorro de los Catalanes enfermos.
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