revista entre líneas. septiembre 2012
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Entre Líneas Revista literaria―septiembre―2012
Miami― Florida― Estados Unidos.
Veintiuno
Sumario:
Peña cultural Antes que anochezca/ 3
Poemas de Ailen Betania/ 5
Palabras calladas (Sobre el libro del doctor José Álvarez)
por Pedro Pablo Pérez S. / 9
Tres poemas de José Cardín/ 13
¿Pero las vacas no ponen huevos?
nuevo libro de Publicaciones Entre Líneas/ 15
La casa de Mamá Paula, un cuento de Enrique A. Meitín/ 18
Yo alucino, por Sara Suejen (Profesión)/ 25
Sobre Vulom, nuevo poemario de la Editorial Voces de Hoy
Por Mercedes Eleine González/ 28
2
Entre Líneas
Pintura de Diego Rivera
Entre líneas es una revista literaria, que lleva como única finalidad
promover a todos los autores de habla hispana, que deseen colaborar con
sus trabajos, los cuales tendrán una evaluación previa. Su colaboración
puede ser enviada a: revistaentrelineas@live.com
3
Un nuevo encuentro para escritores, poetas, cantantes y artistas en
general es la Peña cultura, Antes que anochezca, auspiciada por
Publicaciones Entre Líneas y la Editorial Voces de Hoy. La cita es a las 3
y 30 de la tarde, en Planet Linux Caffe, ubicado en el 1430 Ponce de León,
ciudad de Coral Gables.
4
Recuérdalo: último domingo de cada mes a las 3 30 PM, tu cita es en
la Peña cultural Antes que anochezca, la entrada es libre y podrás
disfrutar también de un buen servicio gastronómico que oferta Planet
Linux Caffe…
¡Te esperamos!
Disfruta de este maravilloso video en:
http://www.youtube.com/watch?v=wKrNpzwAd7o
5
Poemas de Ailen Betania
La noche bajó sobre los techos
Esto que ya no es…
una trascripción de algo dicho tiempo atrás
[no importa cuánto tiempo: La noche bajó sobre los techos,
como una balacera de ametralladora
cayó sobre las casas y edificios de la ciudad
sobre los cráneos de cada transeúnte cercano a mí
cerca o lejos lo mismo me rodean sin importar nada
nada más]
Te amo.
Espero lo recuerdes como un obsequio en la noche de Epifanía
Te amo
Oílo cuando el cielo oscurezca cada día
Entre las voces del viento está mi ofrenda susurrada
-entonces seré el oro, el incienso, la mirra...
Yo siempre seré ofrenda
persiguiendoté en las muecas de la estrella de Belén.-
Se esperan lluvias para el fin de semana
un café cortado rapidito en un bar sobre avenida Pellegrini
la reproducción de «Noche estrellada» de Vincent Van Gogh
cuelga en una de las paredes como en tantos otros bares que posiblemente
también lo crean muy oportuno y decorativo
Imagino el museo de Ámsterdam y los preciosos originales del artista
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Pienso en Vinc, y su generosidad sin límites para con toda la humanidad
sin dudas, amo toda su obra, la cual no he acabado de ver entre las cientos
de reproducciones que se hayan tanto en libros,
Internet,
marquerías
galerías, negocios, oficinas
y más bares anónimos,
de ciudades anónimas,
de diversos países y diversos idiomas.
Muchas veces me ocurren cosas como estas: Nada por pensar
pero, mucho por sentir.
no tengo que explicar algo si una imagen vale más que mil palabras
―«Se esperan lluvias para el fin de semana. Son exactamente las doce y tres
minutos
del mediodía en Rosario»― informa la locutora de la radio,
para que la muchacha que trabaja como moza pueda protestar con ganas
y a mí me da lo mismo al acabar estas pobres líneas y apuro el cortadito
sabiendo que las estrellas me iluminan en pleno mediodía
si pudiera hablar holandés para agradecer a los cielos nocturnos que Vincent
pintó...
aun así, en algún lugar del que no soy parte, él lo sabe
por eso le dije gracias en español antes de partir.
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Te destrozaré las sienes (parte I)
te destrozaré las sienes con la ventisca de un helado
silencio
y una mirada rencorosa
y tal vez dolida
Te destrozaré las sienes II
De la nada mis manos echan al fuego sus garabatos de magia
No tengas miedo de la extraña manía estrafalaria
Antes de esto me hallaba completamente desarmada y desamparada
Así pues, mientras la cerveza de tú vaso se calienta por la densidad del aire
del verano
Te destrozaré las sienes en una sola mirada que tan débil, como frágil
olvidarás quién sos por un instante
martillándote al suspiro de la sinceridad más brutal
en el alumbramiento nocturno que nos rodea.
Ailén Betania, seudónimo de Ailén Betania Rodríguez, nacida en Rosario de
Santa Fe, en Argentina (octubre de 1985).
Desde niña la actividad literaria formó parte de su vida, marcando y
acompañando sus diversas experiencias de vida, no sólo como herramienta
de expresión, sino también como un lugar de culto para la reconstrucción y
el reencuentro para con los otros, y el propio ser.
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Publicó sus primeros poemas en forma independiente, colaboró en revistas
y diarios literarios de su país, como “El ángel azul” (Rosario, Argentina) y
“Diario de poesía” (Bs. As. Argentina).
En 2010 participó del certamen internacional de poesía organizado por
Latin Heritage Fundation, EEUU, a través del cual consigue su primer
publicación en el extranjero. Se trata de su poema "Dibujarte" que fue
incluido en la antología poética "Con otra voz", febrero 2011.
Poemarios:
"Oro demencia y escoria" (2010)
"Lilium" (2011)
“Papeles de Amasijo” (2012)
PUBLICA TU LIBRO… REALIZA TU SUEÑO
786-307-4839
www.vocesdehoy.net
www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com
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Palabras calladas
Sobre el libro del doctor José Álvarez, próximamente disponible
por el sitio web de la Editorial Voces de Hoy
Por Pedro Pablo Pérez Santiesteban
Cuántas palabras podrán escribirse sobre un libro que lleva como título
Palabras calladas. Será justamente eso lo que habrá que hacer, entregarnos
a un mutismo total o deambular por los pasillos internos del alma, para llegar
a comprender la esencia pura de la fe, del amor, de la devoción, de la
complicidad, de la valentía, de la tristeza y de la
alegría, cuando un día la vida le regala a un joven
matrimonio la dicha divina de ser padres, y
deposita en sus brazos a una niña de condiciones
especiales. ¿Cómo podrá enfrentarse una
situación semejante? ¿Qué motiva a continuar
por el camino de espinas para llegar a la rosa?
¿Qué piensa esa niña, ya hoy mujer, en su
lenguaje interno de palabras calladas, sobre esos
padres y sobre el mundo que le rodea?
Las respuestas a esas interrogantes y mucho
más, las brinda Mercita, a través de la magistral
escritura de su padre, quien ha puesto oído
atento al murmullo casi silente de su hija, para
que ella pueda contar su historia al universo
entero y, aquello que en su momento fuera una historia de familia, hoy
rompa las fronteras del silencio, del tiempo y la distancia, y se convierta en
un libro que inspira, que de tan calladas que lleva las palabras, se escuchan
tan altas como vuelo de palomas.
José Álvarez, cariñosamente conocido como Pepín, hace una vez más gala
de su oficio de escritor para atraparnos en la lectura de este libro, que desde
el primer renglón hasta el último, lleva la savia que nutre y profundiza, tal
raíz de frondoso árbol que nos regala la sombra. Pepín nos cuenta en boca de
su hija toda su historia, y en ella va narrando también la historia de su
familia, los pormenores de la discapacidad que presenta Mercita, algo que
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nos ilustra y también nos conmueve… nos habla de la historia de su patria de
origen, de su interpretación a los postulados de la fe que se reflejan en la
Biblia, y de su llegada y andar por los suelos americanos. El éxodo a los
Estados Unidos representó para esa familia un momento de desarraigo y
dolor, que el lector podrá sentir en el momento en que despega el avión
desde el aeropuerto de la playa de Varadero.
En términos literarios, la técnica usada por su autor es fantástica, porque
lleva un hilo conductor donde la cadencia y el ritmo se diluyen en una sola
frecuencia. De total acierto ha sido incluir las palabras de terceras personas,
que cuentan sus experiencias con Mercita, cada una de ellas ha estado en los
lares de su vida, respirando muy cerca de ese mundo sigiloso, pero inquieto.
Otra condición que lleva el protagonismo en esta historia, es sin lugar a
dudas el gran sentido del humor, que en varios momentos es capaz de
arrancarnos una sonrisa, después de que una lágrima humedeciera nuestros
ojos. Momentos cruciales que se cuentan entre anécdotas de familia, van en
un ir y venir, desplegando una lucha irrevocable por aquello que amamos,
mostrando al mundo la valentía que se procrea en los corazones de este
matrimonio, cuando toman la firme decisión de: «Todos para uno y uno para
todos». Tal y como nos cuenta Mercedes en su ejercicio de madre a la hora
de decidir:
He tenido muchas opiniones de diferentes personas con relación a nuestra
decisión de no haberla internado. Familiares y amigos alegaban que
tenerla con nosotros representaba una tremenda carga, que repercutía en
nuestros futuros hijos. Casi todos reconocían que ellos no hubieran podido
soportar algo parecido y por eso nos admiran. Yo creo que nosotros no
somos diferentes, ni nos sentimos héroes ni mucho menos. La explicación
reside en que nos hemos ido preparando poco a poco para esto. Y lo
hemos hecho los dos juntos, con alegría, y nos sentimos humildes llevando
la carga que vino aparejada con nuestra decisión.
Palabras calladas es algo más que un libro, es un canto de amor a personas
con discapacidades, en este caso con un diagnóstico irreversible de
toxoplasmosis, pero no importa cual sea el dictamen de un médico, para
poner un nombre a una condición especial en un ser humano, lo que importa
es el cariño y la valentía que debemos entregarles los que supuestamente
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somos «normales», y es justo eso lo que Mercita nos cuenta que ha recibido
de Mercedes y Pepín, y de toda esa gran familia, donde sangre y amistad
dejan de tener un lugar de preferencia, para convertirse en un solo
sentimiento: AMOR.
A Pepín y a Mercedes mi gratitud eterna por haberme pedido que
escribiera estas palabras para un libro que ha marcado profundo mi camino,
y por haber escogido a nuestra casa editorial Voces de Hoy, para salir a volar
con alas propias. Y si resulta aprobado por Mercita, Mercedes y Pepín, me
gustaría dejar de colofón a este prólogo, unos versos que me brotaron al
cerrar la última página de este prodigioso libro.
A Mercita
Hay silencio dentro de mí,
palabras que se callan unas sobre otras.
Te miro a distancia y conozco tu secreto,
aunque no pueda decirte que te amo.
PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN
Editorial Voces de Hoy
Pedro Pablo Pérez Santiesteban. Holguín, Cuba,
1957. [Escritor y Periodista]. Estudió Licenciatura
en Contabilidad y Técnica Periodística, en las
Universidades de Holguín y de La Habana. Ha
publicado varios libros de poesía, cuentos y novela,
entre los que se encuentran: Detrás de la ventana y
Lenguaje interno, (Poesía). En primera persona,
(Cuentos). Frente al espejo y Amparo la hija de
Jacinta y Recaredo (Novelas). Es Promotor Cultural
y colabora con varias Revistas digitales e impresas
de diferentes países como: Argentina, Venezuela,
España, y Estados Unidos. Es Merecedor de varios reconocimientos; entre
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ellos el Premio de Poesía AG 2007 y AG 2012 Literatura Internacional.
Actualmente dirige la Editorial Voces de Hoy y la Revista literaria digital,
Entre Líneas.
Ya está a la venta en www.vocesdehoy.net
A Tale of Two Villages
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Tres poemas de José Cardín
XIII
Te busco irremediablemente
en todas mis horas…
pero me quedo con el deseo
de saturarme con tus mentiras
y tus pecados.
Te imagino en posiciones deseadas
y eyaculaciones secas me revuelven.
XIV
Recuerdo cuando me invitabas
a compartir las miradas de la Luna…
Juntábamos las manos
y vivíamos toda clase de fantasías
para que los perros nos hablaran en las calles
de las alegrías nacidas en noches de invierno.
Las aceras se hacían infinitas
para reproducir nuestra despreocupación
en nombre de un amor incomparable;
las voces de los arboles
se volvían confidentes
de todas nuestras caricias
y los besos saturaban
el espacio desigual que nos pertenecía.
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XVI
Me siento diferente…
Me siento con ganas de verte
e imagino todo lleno de amor y dolor;
destrozo mi orgullo
para regresar como un palomo cansado
y como siempre,
todo termina con la palabra adiós…
José Cardín, nació en un pueblo del sur de la Habana, Güira de Melena.
Es médico de profesión, pero paralelamente le gustaba escribir. Ha puesto en
escena dos obras, y ha ganado premios en el género de cuento. También
escribe poesía.
En estos momentos está sacando su audio libro de cuento y poesía, titulado:
La noche nos lleva a los sueños, bajo el sello de NJV Records y
la Editorial Voces de Hoy
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¿Pero las vacas no ponen huevos?
Rodolfo Torres, el exitoso autor del libro Un cementerio que agoniza, nos
regala próximamente ¿Pero las vacas no ponen huevos?, bajo el sello de
Publicaciones Entre Líneas y estará disponible en la 29 Feria Internacional del
libro de Miami 2012, y por su página personal en nuestro sitio web:
www.vocesdehoy.net y www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com
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Ya está a la venta en: www.vocesdehoy.net
Un libro de Arelys Bazán García.
Evelyn juró separarse del mundo sobrenatural para siempre, enterrar sus
raíces de brujería y vivir desapercibida entre los humanos para escapar
del pasado que la atormenta. Sin embargo su destino la ha encontrado
una vez más, y lo hace nada menos que en la forma de un apuesto
príncipe lobo con una misión. Su hermoso rostro la tienta, el alma fiera
en sus ojos la compele, y su resolución y su inquebrantable honor
amenazan con envolverla en un manto de pasión sin límites que la
pondrá en una encrucijada.
Cuando el momento llegue… ¿Podrá Evy dejar el pasado atrás y darse
una oportunidad de ser feliz? o sucumbirá inevitablemente bajo el peso
de los recuerdos de miedo y desolación que la acechan?
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NUEVOS AUDIO LIBROS…
Usted puede ser el próximo en tener el suyo…
www.puntoyseguido.us o llame al 786-307-4839
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La casa de Mamá Paula
Por Enrique A. Meitín
Hoy hace algo más de diez años que abandoné mi querida
Habana Vieja, en la que pasé casi toda mi entera e ilegitima
existencia y hoy mientras el afiebrado sol tropical, implacable
juguetea por entre columnas y portales, a mí alrededor, me siento
como participe obligado de un sueño barroco. De nuevo, observo a
su gente, oigo sus conversaciones e indirectamente participo en su
quehacer diario, aunque no logro esta vez evitar que mi vista
recorra plenamente el litoral marítimo de la ciudad y casi
recreándome en la visión del panorama, me siento preso de una
nostalgia avasalladora que me sumerge en el recuerdo de una
época, que ahora al pisar nuevamente mi terruño, me parece muy
lejana en el tiempo.
Sin proponérmelo me detengo ante una especie de palacio,
era un edificio de principios del Siglo 19, convertido por el tiempo
en una sucia vecindad, donde hoy viven hacinadas decenas de
familias… parece ser el lugar que busco, a pesar de que existen
tantos iguales, por lo que el temor a confundir aquel con otros que
conozco o que he visitado, me preocupa. No obstante todo en este
me resulta familiar. Tal vez este ahora algo más sucio, manchado y
ajado por el tiempo debido al abandono a que ha sido sometido por
los nuevos y tumultuosos ocupantes, pero a pesar de todo, lo
siento mío.
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Noto en él que al parecer las ventanas las habían pintado de
blanco unos treinta años atrás y estaban salpicadas con manchas
oscuras. Lo cual sumado a la falta de pintura en general de las
paredes y las manchas que presentaba por la mugre acumulada
hacían de aquella mansión de la época de la colonia, una de las
tantas ciudadelas oscuras y sórdidas, que conforman los barrios de
la verdadera Habana Vieja.
Encima de la fachada, descansaban dos balcones con
balaustrada de hierro forjado, apoyados en sendos y gruesos
listones de madera carcomida, que mostraban al intruso
observador alguna que otra rajadura. Me pregunté cómo portadas
como la de este edificio que se repiten en toda la añeja Habana
construidos siglos atrás, donde se acusa la influencia española se
habían depauperado tanto ¿Quién o de quien era la culpa?...
resultaba inútil indagar.
Con el concurso de un puntapié empuje la puerta... se abrió,
rechinando sobre unos goznes ligeramente dormidos y doblándose
en una reverencia me cedió el paso, para entrar en un frio y muy
poco espacioso vestíbulo... en el momento en que un perro
esquelético levantó la pata contra la tambaleante puerta de aquello
“que en vida fuese un antiguo palacio” para hacer sus necesidades.
De inmediato se lanzó tras una rata que había bajado por la
escalera de mármol que daba acceso al piso superior... al parecer
como un gesto de bienvenida al que llegaba.
Como era común en todas las ciudadelas de Mi Habana Vieja
allí en la pared de frente a la entrada se encontraba el desarreglado
y nunca actualizado mural, con amarillos recortes de periódicos y
propaganda revolucionaria, unido a viejos afiches de Camilo y del
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“Che”... los dos cuadros de siempre, el de Castro y el otro de Martí.
Me llamó la atención, y me sonreí irrespetuosamente, al ver como
la imagen del apóstol, apoyado en el marco del cuadro, parecía
inclinarse para no caer, mientras me sonreía desde su ebriedad de
hacía más de un siglo…
Una vez dentro observé que las paredes todas se hallaban
revocadas con yeso y pulcramente blanqueadas, restregado en las
escaleras y sobre las desvencijadas tablas que formaban el piso de
la galería. Debía subir por las escaleras, pues el apartamento de la
señora Paula, a quien buscaba, estaba en la segunda planta... pero
un tufo penetrante que procedía del interior del inmueble, mezcla
de olor trapo humedecido puesto a orearse, orines y excrementos,
que ya se había adueñado de todo el espacio, terminó por
bloquearme las fosas nasales, adherirse a mi cuerpo y a mis ropas y
detenerme por un instante.
Al llegar a la segunda planta, un anciano que podía rondar los
ochenta años, con el cabello blanco y un rostro endurecido y
bronceado por el sol, extremadamente delgado, aunque de
conflación fuerte y fibrosa musculatura, ligeramente punteado por
una barbacana de tres o cuatro días me observó sin reservas y
confiado me indicó, señalando con el dedo índice, que la persona a
quien yo buscaba vivía al final del pasillo... oscuro y silencioso.
Como todo el piso superior.
Al llegar a su puerta tenía yo la ropa pegada al cuerpo. Gotas
de sudor me cubrían la frente, los brazos y las piernas, y me
resbalaban por la curva de la espalda cuando al fin Paula... o mejor
dicho mamá Paula, como la nombran todos, debido a su
hospitalidad me permitió ingresar en su humilde hogar. Tuve que
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hacerlo a través de un improvisado puente de tablas, ubicado sobre
un enorme hoyo, al parecer provocado por una rotura de cañerías y
unas deficientes obras de reparación...
Precedido de aquella señora “de color” ---como suelen llamar
a los negros en Cuba---, de un gran número de años, limpiecita y
“entalcada”, toda vestida de blanco entré, donde lo primero que
noté fue un olor diferente al del vestíbulo, que aunque algo fuerte,
brindaba al ambiente una atmósfera mucho más agradable que la
existente en el exterior. La vivienda de unos siete metros cuadrados
aproximadamente, se hallaba dividida en dos por un tabique.
Donde mamá Paula, me invitó a sentarme en una especie de sala-
comedor-cocina improvisada... la otra predeciblemente era su
habitación.
Como buen observador, al ver lo reducido del espacio, los
deshilachados muebles de la sala y las desvencijadas sillas del
comedor, pensé con tristeza en lo infeliz tal vez que había sido allí
mi amigo... habanero como yo y residente en Miami... también
como yo, que me había dado la encomienda de visitar a su madre y
entregarle algún dinero.,
Pensé que vivir en semejante lugar ---como hube de vivir yo
también en mi querida Habana Vieja---, donde trascurre día a día la
terrible tragedia del hacinado habitante de la ciudadela habanera,
tiene su precio, pues no es tan sólo una locura necesaria, sino la
tendencia a la violencia. Aunque vale decir, no obstante que
también tienen lugar en ese ambiente increíbles atisbos de alegría y
felicidad, pues debido al bullicio constante no es posible sentirse
sólo... pero si realmente confuso en muchos sentidos.
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Tras de mi presentación, hablar de mi amigo... su hijo, de los
pormenores de su estadía en Estados Unidos, de cómo se
encontraba y de cuanto la extrañaba, como era de esperarse e
imposible de rechazar, mamá Paula me invitó a almorzar, y al
suponer que yo estaría acostumbrado a lavarme las manos antes de
comer me indicó donde se encontraba el cuarto de baño... al fondo
de la reducida habitación... sin puertas, pero con una cortina de
nylon que hacía esa función y daba acceso al mismo...
Entré, para de inmediato ---tal y como me lo esperaba---,
descubrir en su interior además del lavabo y el inodoro, la salida de
un enjambre de tuberías procedentes de un tanque de cincuenta y
tantos galones empotrado en la pared, que denotaba la consabida
falta de agua de mi Habana Vieja y la necesidad de acopiarla
cuando llegaba ---tal vez una vez al día cuando ponían el motor---,
donde estaba la ducha y en el centro del suelo, un agujero
destapado a modo de desagüe.
Durante el humilde almuerzo me habló sobre todas las
versiones en cuento a la salida ilegal de su hijo de Cuba, y por lo
que tuvo que “aguantar” de las autoridades castrista, y que en
cierto sentido aquella casa se había convertido en parte de su vida
tras la huida de su hijo. Aprecié como los recuerdos fluían de su
mente y se hacían palabras mientras sus ojos se humedecían.
Mientras hablaba algo de mamá Paula, me hacía recordar a
mi madre... cuando siendo yo muy niño, en las tardes de lluvia, me
sentaba a observarla mientras manejando magistralmente su
máquina de coser Singer, convertía las telas en ropa para todos
nosotros... Me sentí a su lado como si estuviera compartiendo con
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mi madre fallecida años atrás sin que yo pudiese despedirme de
ella... pues no podía entonces viajar a Cuba.
Una vez terminada la familiar conversación y habiendo
cumplido con el objetivo de mi visita, le tomé algunas fotos y como
no soy amante de las despedidas, hice un acucioso recorrido con la
vista... para llevarle a mi amigo todos los recuerdos de aquella
visita. Acto seguido deje caer mi mano izquierda sobre el hombro
de “mamá Paula”, aquella genuina habanera que bien podía haber
sido mi madre y que un amigo la visitara en mi nombre trayéndole
una encomienda... Recuerdo que le dije al retirarme, no adiós...
sino hasta luego, me incliné hacia ella... la besé y salí así sin más,
para encaminarme a la Iglesia más cercana a darle gracias a Dios
por aquel maravilloso encuentro.
Enrique A. Meitín
Según sus padres nació en La Habana Vieja, Cuba en 1943, y tuvo una niñez feliz de “mata perro” con la gente de su barrio. Después de mucho trabajo, más bien estudio, logró graduarse de Historia y de Periodismo, que casi es lo mismo pero no es igual, y contra viento y marea ha dedicado la vida a escribir. Tal vez por suerte, no por amiguismo, obtuvo a pesar de la crítica de algunos de sus colegas cinco premios nacionales en igual número de investigaciones históricas, destacándose en el género de ensayo, que se convertirían luego en sus primeros libros: El sindicalismo libre en América Latina: Un engendro de la CIA; Editorial de Letras Cubanas, La Habana, Cuba
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1984 Panamá 1989: Dependencia vs. Soberanía; Editorial Universitaria, Panamá 1998, De Reagan a Clinton: La Guerra contra las drogas España 2001. Ya en Estados Unidos escribiría de otros temas menos reales, incursionando en la novelística y en el cuento. Muestra de ello son sus novelas Pensando en Alta Voz (2010), Reencuentro... (2011), Sentimiento de Culpa (2012) y las recopilaciones de cuentos: Cuentos cortos en yo personal (2011); y Mujeres de Extremos (2011) y Experiencias (2012).
PRÓXIMANTE PUBLICACIONES ENTRE LÍNEAS, PRESENTA UN LIBRO DE BLANCA CABALLERO.
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YO ALUCINO
PROFESIÓN NOBLE
Por Sara Suejen
Allá, en la historia de esta tierra, cuando el
hombre primitivo salía a cazar, en la cueva se
quedaban los hijos pequeños y su mujer
primitiva, para ella el tiempo de luz solar era
largo, no tenía que ir a trabajo alguno, lavar
ropas, limpiar casa, educar hijos, y menos
cocinar, para cuando regresaba su primitivo
esposo con la caza del día, él encendía el fuego
y asaba la carne y después FANTÁSTICO, ni un
tenedor que fregar, pero eso cambió bien
pronto y a través de las centurias, de repente ella estaba haciendo todo eso
junto y con un esposo casi aún primitivo exigiéndoselo, entonces se
convirtió en una cocinera mal humorada. Pero la historia siguió y para
cuando los romanos iniciaban su imperio comenzaron los hombres a ser
cocineros, cocineros imperiales, entonces las mujeres más felices fueron
sus esposas.
Las mujeres por naturaleza saben cocinar, darle el sazón al alimento y lo de-
licado del trabajo, pero no hay duda que un hombre cocinando es algo
único, tienen pasión y fijación por lo perfecto en lo que hacen, inventan y
les queda bien.
Desde hace años se reconoce a la gastronomía como profesión de respeto
y la guía Michelin así lo afirma y hay más, los tres mejores Master Chef son
hombres, los he visto trabajar, o sea cocinar y hasta he sentido el aroma de
su cocido desde mi butacón, muy aparte conozco cocineros no tan chef,
pero apasionados por su profesión, y estos al igual que los tres mejores
coinciden en la misma forma de reír, con gusto.
26
¿Conocen algún chef mal humorado?, yo no, son personas seguras, bona-
chonas y engreídas, con razón, sabe que lo que hace le gusta a todo el
mundo, ¿conocen de alguien que va a un restaurant a degustar algún
exquisito manjar con el alma llena de ira? no creo, cuando una persona
decide ingerir alimentos trata de ir al lugar que sabe cocinan bien.
Cocinar es una Profesión Noble y de meritos, personalmente me caen de
maravillas todos los chef, aunque me hagan recordar lo mal que cocino.
El triunfo que espera, esos son los aplausos de su labor, labor que realiza
con encanto y deseando oír el sonido universal de cuando algo nos gusta….
HUMMM... y cerrando los ojos.
Sé, Rey
Sé, Rey
de qué se me acusa,
si, de hombre bullanguero ,
amigo de parrandas,
majadero y bailador.
Sé, Rey
de qué se me acusa,
por doquiera que voy
dejo lágrimas de mujeres
y maridos en traición.
Ya sé, Rey
por qué se me acusa,
pues aparte de todo eso
soy el cocinero
de vos.
27
Sara Méndez Rojas, nacida en Cuba bajo el signo de Capricornio, escogió un
seudónimo literario: Sara Suejen. No para esconderse, sino todo lo contrario.
Con él ha deseado honrar su ascen-dencia libanesa.
Amante de la literatura, lectora insaciable y admiradora de Fedor Dostoievski,
Carlos Loveira y Gibrán Jalil Gibrán, entre otros, siempre se ha sentido atraída
por la escritura en prosa. Ha publicado el poemario Alcyon bajo el sello de
Entre Líneas y su obra poética ha sido publicada en Antologías de poesías.
Disponible en www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com
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SOBRE VULOM, UN NUEVO POEMARIO DE LA
EDITORIAL VOCES DE HOY
Por Mercedes Eleine González
El poeta español Antonio Machado dijo en
una ocasión que «hacer un poema es un
milagro», por lo que acometer el intento de
escribir un poema es una acción fallida para
muchos, un anhelo que a veces solo queda
en lo intangible, un pensamiento-sen-
timiento sin concretar, un propósito insatis-
fecho para otros y un milagro para los pocos
elegidos.
Por eso cuando tenemos delante un libro
«hecho y derecho» de poesía, no nos queda
otra opción que admirar ese sueño
convertido en realidad y asimilar con la sabia
lectura ese pensamiento-sentimiento ya
tangible y concreto de un universo pleno,
porque entonces el poema al cual se refería
el insigne poeta español ha devenido bello milagro.
Yo diría que un milagro ético-estético por cuanto toda obra poético-
literaria debe llevar intrínseca la feliz idea de lo bello y de lo bueno, sutil
mensaje de amor que anida en el alma y cubre, alimenta, siega y cultiva para
bien.
En Vulom tenemos esto y mucho más. Cuando la autora, la chilena Marina
Guermain, dice en uno de sus bellos versos que la acepción de la palabra que
da título al volumen es como un horizonte de besos, desde ya sabemos que
nos estamos enfrentando a una obra en la que el vigor, la espontaneidad, la
praxis de la aplicación del conocimiento llevado al término justo de la poesía,
se nos hace presentes.
«Te diré», uno de los más hermosos poemas que conforman este
cuaderno de más de cien «milagros» concebidos con la pasión de la experta
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en el difícil arte de la poesía, esboza con un poder de síntesis casi
inconcebible la definición de quien es esa que te escribe y que al final no es
nada, solo un Soplo de un viento /que desaparece /y en su desaparición /se
hace canción.
¿Hay una forma más clara, precisa y lirica de explicar que «del polvo
vinimos y al polvo regresamos»? Y en un envío de amor al alma del ser que
me besa /que busca encontrarme en su calma acude a la más exquisita
expresión para decir lo que son estigmas de Artes, en una sabia utilización del
símil.
Un erotismo subyacente y pleno permea la obra al sugerir, en ese lenguaje
depurado y sencillo, sin grandes rebuscamientos que podrían oscurecer la
dialéctica del mensaje, un avizoramiento de la imagen que nos presenta:
Del ancho deseo
que me trajo tu espalda
no me quiero mover,
del papel y la pluma
del ave rapaz
te cosiste una historia
que acaricia cinturas.
Para corroborar lo dicho, léase también el siguiente poema, nítido y perfecto:
He clavado una bandera en territorio destrabado
inventando una Nación.
La cremallera accidentada
de subida hacia esta cumbre
no atajó mi cometido.
Y con las vértebras erguidas
empalmé los territorios
de cabeza y corazón.
Cada poema está concebido con el lúcido y fino acabado de una obra de arte.
Cada pensamiento-sentimiento es un hecho concreto convertido en imagen
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que desborda el sabio oficio de expresar, sin convencionalismos que lastren
la comprensión y el mensaje de lo que se da más allá de «la línea del tiempo»
en la que la poeta simboliza el tramo de vida que ofrece.
Vulom, además de ser la palabra que define el campo de atracción
magnético, vocablo extraído del Libro del conocimiento, regalo de la Anatolia
Turca, pretende y logra ser un cuaderno de poemas que destilan un
conocimiento de causa preciso, un sentimiento de amor liberado de ataduras
convencionales y una obra en la que la autora expresa de manera directa y
sin tapujos toda una serie de acontecimientos vivenciales que convierten el
volumen en un libro de obligatoria lectura para enriquecer un poco más el
amplio mundo cognoscitivo del lector.
Lo invito pues a que viaje en este maravilloso campo magnético de
atracción que es Vulom.
Mercedes Eleine González Terrero (Santiago de Cuba, Cuba).- Licenciada en
Letras Hispánicas por la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La
Habana, Cuba, 1981.
Se ha desempeñado como Profesora de Literatura y Español, Profesora de
Literatura Infantil, Asesora Cultural, Especialista Literaria, Relacionista
Pública, periodista y editora en prensa plana (Prensa Latina) y radial (Radio
Reloj) en su país de origen, Cuba. Desarrolla toda
su vida profesional en La Habana hasta emigrar
por reunificación familiar a los Estados Unidos en
marzo del 2006.
A los doce años ganó el Primer Premio en un
Concurso Literario Infantil con un cuento de
ciencia-ficción: “La Visita de un Ser Extraño”; a los
veintiun obtuvoo un Segundo Premio con otro
cuento: “Dolores”. A los dieciocho –sin haber
iniciado aún la carrera de Letras- escribe críticas
de cine en una revista especializada, Arte 7.Tiene
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