revista de la universidad de méxico - 'conjunciÓnde teorÍa … · 2014-02-22 · ráneos,...
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UNIVERSIDAD DE MEXICO 31
ARTURO CANTÚ
circunstanciales, porque pertenecena lo "sobrehistórico", a la lógica intemporal de la obra imperecedera.
Si bien el libro no comulga plenamente con el arrebato creador delpoeta, con su entusiasmo y su creencia en las fuerzas liberadoras dela poesía, esto precisameilte hizoposible que el autor pudiera darcima a una tarea que ahora puedeser Í1til pata todos. Puede decirseque de su debilidad brota su fuerza; de la calma y el desapasionamiento surgieron la gran visión deconjunto y los grandes esquemasgeneralizadores. Desde luego se trata de un libro que toda personainteresada en la literatura debeconocer.
diversos de los creadores contemporáneos, sería el de "la relación delarte con la vida".
Al escribir de Klee, Picasso oTamayo; de Strindberg, Henry Miller u Octavio Paz, Carda Poncebusca, antes que nada, cómo, enqué sentido, con qué fines, con quéintensidad, se produce esta relación.El problema se le impone con tantamás fuerza por cuanto el ensayistaes a su vez creador, y uno de losnarradores más destacados actualmente en México. De hecho, lo quebusca a través de estos ensayos esquizá lo mismo que persigue en suscuentos y novelas, y en este puntodeja bien claro que siempre haconsiderado el ensayo como "unaforma de creación tan personal como la ficción o la poesía". Deacuerdo a esta posición, los textosde este li bro se nos en tregan comolúcidos intentos de hallar en uncierto número de creadores, ejemplares para el autor, la concienciao la in tU,Íción que esos creadorestenían del acto; la necesidad y larazón de escribir o pintar.
Dividido el libro en tres partes,la primera reúne ensayos sobre artistas plásticos y la última sobrenarradores, dramaturgos o poetas; laparte central recoge cuatro ensayos dedicados a algunos temas generales y esenciales de la literaturay el arte. Esta segunda parte, colo·cada en el centro del libro -aunque·quizá, desde un punto de vistaformal, debiera hallarse al final deéste-, es la que logra darnos un,asíntesis de los temas y problemasque Carda Ponce encuentra en 1;1actividad artística. El título de uI1P
to en lo referente a su esquemageneral del desarrollo de la litera·tura, como en sus precísiones entorno, a la relación en tre teoriaspoéticas y épocas históricas. Algunospodrían discutir todavía la validezde su concepción de la historia,pero aceptada así sólo sea a títuloprovisional, el lector no se pierdeni se enreda entre el fabuloso ácopio de hechos, obras y reflexiones.No está de más decir que en estaobra no se entiende por historiala ascencional o progresiva, sino lacíclica, fundamentalmente monótona, de Nietzsche o Shopenhauer, enel seno de la cual emergen, aquí yallá, las grandes obras poéticas, lasestructuras del espíritu que apenassi se rigen por sus inmediacíones
JUAN CARcÍA PONCE, CTuce de cam.inos, Cuadernos de la Facultad deFilosofía, Letras y Ciencias de la Universidad Veracruzana, n. 29,1965, 350 pp.
EL ARTISTA COMO HÉROE
Quizá nunca como en nuestra épo·ca el artista y el escritor se hansentido tan necesitados de forjaruna conciencia del arte; es decir,no sólo una conciencia del actocreador, artístico o li terario, sinoademás una conciencia de la posición y la función del creador mismoen el mundo en que vive. El problema va mucho más allá de laformulación de una estética y deuna ética, personales o generales.Se trata de elucidar la naturaleza, ola condición, si se quiere, del artista. En la "introducción" de suconjunto de ensayos, que fueronescritos, como él mismo nos avisa,"bajo diferentes estímulos y presiones", de modo que '''cualquierintento de buscar en ellos una unidad preconcebida sería imposible",Carda Ponce piensa que "dentrode su diversidad, tocios tratan dostemas capitales: el sen tido de la pintura y la literatura tal como loshan pI'acticado algunos de los creadores contemporáneos m,ís significativos pan mí". Este punto dondese encuentran y se definen, pues,estos ensayos sobre los caminos tan
RAFAEL SEGOVIA
distas, presidentes de la República,secretarios de Estados o simplesparticulares como el coronel House,el que domina la obra, que parauna mayor claridad no suele desviarse más que en contadas oca·siones del orden cronológico, apareciendo al correr de las páginaslos grandes problemas; intervencionismo, aislacionismo -frente a Eu·ropa nada más, se entiende-, imperialismo, diplomacia del dólar.
Desde el mensaje de adiós deWashington hasta la enmienda Vandenberg, los Estados Unidos hanrecorrido el camino reservado atoda gran potencia,
mago, el viden te (profeta) y elcantor, resulta muchas veces tanesclarecedora como ocultante; en especial, tratándose del mago y elprofeta, no se define (ni se in ten tahacerlo) dónde termina la actividad chamánica o vidente y dóndeempieza la tarea de creación poética, como si Muschg pensara queno hay ninguna diferencia. Desdeluego los materiales manejadosabundan más en lo alemán que encualquier otro legado literario, perodejando fuera esto, lo espatiol eslo menos represen tado en este granesquema del desarrollo le la literatura universal. Pero donde el libropuede ser más objetado es en la"teoria poética" subyacente dela qüe el autor se sirve para establecer valoraciones. En diversoslugares se nos dice, por ejemplo,que las "ideas" de' los escritoresse pueden vertir ora en prosa, oraen poesía; o bien, que tal o cualescritor tiene más habilidad formalque pensamientos profundos. Éstey otros enfoques tradicionales, finalmente, conducen a Muschg amalentender el papel de Holderlin,a minimizar a Rilke, y aun a atribuirle a Heidegger juicios que noaparecen en su famoso ensayo "Holderlin o la esencia de 'la poesía"(p. 165) . En fin, el autor no parece
creer que la poesía sea uno de losgrandes medios de investigación sobre lo humano y por momentoshasta parece sospechar que pron todesaparecerá del todo (p. 184) .
En cambio, la obra de Muschgdesarrolla admirablemente sus contenidos y enfoques históricos. Tan-
meandros del pensamiento de Roosevelt no siempre coinciden con la,opinión pública norteamericana, esmás, la fal ta de coincidencia es gi·gantesca. ¿Llevó Roosevelt a losEstados Unidos a: la guerra, éomopretenden los "revisionistas"? ¿Erala guerra inevitable, como piensanLanger y Gleason, Feis y .tantosotros? Si Duroselle contesta de manera afirmativa, no menoscaba laconducta de Roosevelt ni se olvidade las encuestas de opinión, tanabundantes ya en ese momento, yque muestran la inclinación definitiva de los Estados Unidos en favorde los Aliados.
y es este debate perpetuo entrt:las "fuerzas profundas" y los esta-
'CONJUNCIÓN DE TEORÍA POÉTICAE HISTÓRICAW,l.LTER MUSORG, Historia trágica de la literatura, traducción de Joaquín
Gutiérrez Heras, colección "Sección de Lengua y Estudios Literarios",Fondo de Cultura Econó!"ica, México, 1965, 717 pp.
Se trata de un libro complejo yvasto. El autor se h'a propuesto depositar: en él una riquísima experiencia en lecturas y múltiples reflexiones sobre el sentido y lanaturaleza del quehacer li terario.Por ello mismo su contenido rebasacon mucho lo que la mera lecturadel índice podría revelar. ,En realidad requeriría de índices transov,ersales, que ilUSIJ:asen con evi-'dencia todas las materias quecomprende. Mus~hg empieza porafirmar que su' obra' tiene que vercon "iluminar las leyes vitales' dela poesía" (p. 8). Para conseguiresto no se evitárá el ~nfoque histórico, o' el sociológico, o el filosóficoa veces, y se tratará, además, deentender la poesía "como expresióndel sentimiento vital personal"(p•. 9). Pero el libro es tambiénuna tipología de los modos fundamentales de hacer poesía, quiereser una historia de la literaturaalemana~ envuelve en sus análisisuna teoría poética (en la que lotrágico sería la esencia del fenómeno literario), representa un intento de maridar teoría poética ehistoria, y, en fin, es una· historiaesquemática, de 1<i'literatura universaL "No quedará ;defraudado, tampoco, quien busque en esta obra uncatálog? ,de las desgracias personales dejos creadores de literatura, desus luchas, tri'un'fos y derrotas, frente a un. m«;dio casi siempre hostiLCon todo, ei autor aún nos advierte,y ~i lector 'lo corrobora~á, que enéierto' modo sU"libro es un librosob~e Coethe.
Entre todas e~tasmaterias, ·algu.nas se cumplen más total y feliz·mente que otras. (Como era deesperarse en una obra de apenas1,500 cuartillas). En realidad noes un libro sobre Goethe, aunquehay suficiente material sobre estepoeta, y con frecuencia demasiadoencomiástico y parcial, como paradesesperar al lector atento a lasestructuras que rigen el desarrollode la obra, desbalanceada en estesolo' respecto. La- tipología de losmodos fundamentales de hacer poesía, presidida por las figuras del
EXPRESIÓN ARTÍSTICA ENALFONSO REYESJAMES VVILLlS ROIlIl, El estilo de A lfonso Reyes. Imagen y estructum,
Sección de Lengua y Estudios Literarios, Fondo' de Cultura Económica,México, 1965, ~268 pp.
o la ignorancia; mOeJaJidades de lareacción contra Reyes, los años posteriores a su muerte; llamados enel patois de las letras el "purga.torio" de un autor destinado a serclásico). Se niega a lleya verda.dera dimensión de ac:ritor con elingenuo reproche de que nunca es.cribió una novela; como si la novela fuera el único' medio artfsticode la literatura. Norman Podhoretz alegaba en un libro reciente(Doings and Undoings) que el aro
ticulo, el simple enaayo perlodls..lico, también puede ser un arte.\' Robb encuentra algunas de lasestructuras artfsticas más intere·santeS en los breves, informales "esbozOs" como los que Reyes juntóen A lápiz. Es lástima que su trabajo no haya abarcado los dos"cientos" de Las burlas veras(1957 y 1959), donde acaso estén
las mejores páginas que Reyes ins·cribió dentro del ensayo breve, enapariencia simple nota o hasta re·view.
Pero toda fácil objeción sevanece ante la magnitud de larea cumplida por James WRobb. Su libro inicia una seguépoca en los estudios sobre AUReyes, y constituye el mejortímulo para entenderlo en viobra.
bién es dirimida con la supelidad consecuente a la manipude la jerga e'¿istenci~lista en .ma de quienes sólo son capacesapresar los slogans evidentes.embargo la lectura de esta obra,se hace abstracción del infameguaje de la traducción en "produce un deseo intenso de vrepresentada. Y esto es algo de l4tmejor -que se puede decir de unobra de teatro.
-juzgo por la traducción- unde espar-cimiento de~asiadodemasiado moralizante, demaséptico, en que -la figura dese ve malhadadamente disminpor los requerimientos deltáculo.. ,Peca Weiss, ante todo,cierta ingenuidad molesta noen su concepción de Sade qu~ aq
.siguiendo los caprichos de unada totalmente infundada, apacomo un anciano benévolo "hondamente preocupado por la idea dela' Libertad." Esta idea misma, quesubyace a lo largo de toda la ac"ción propiamente dramática tam-
totalmcnte, llevando a nuevas al·turas de desarrollo y superaciónlas variadas potencialidades de laflexible forma del ensayo".
Un examen de esas caracterÍSticas era, naturalmente, indispensable: el prestigio de Reyes se encuentra en buena parte sustentadopor la categoría de. su estilo. Perono sabíamos a ciencia cierta definir en qué radicaba el mérito desu prosa. Palabra demasiado vagao demasiado explícita, el estilo resiste las definiciones: acaso no seael hombre mismo porque, en términos generales, resulta voluntario, y el auténtico. escritor sueleelegirse varios estilos. La continuidad o la unidad, el elemento unificador entre las diversidades, seríaen última instancia el estilo -comosagazmente lo demuestra· Robb .através de razonamientos y ejemplostan minuciosos que engendran laaridez connatural a este género leestudios. Aridez que sería torpe pretender defecto, pero que limita laproyección del libro a los especia.lizados en disciplinas literarias.
Mérito de Robb' es la indirectarefutación de una calumnia contraReyes (la cual corre parejas conel reproche de evasión hacia el helenismo, y otras formas de desdén:fruto no del examen ni del gusto,sino de la malevolencia, la envidia
PETER WElSS, Persecución y asesinato de Jean.Paui Marat {Dramaactos), Editorial Grijalbo, México, 1965, 132 pp.
TEATRO DENTRO DEL'TEATRO
El título de la edición alemanade esta obra es La persecución y1IIltel'/e de Jean Paul Marat tal yeOll/o fue escenificada en el asilode alienados de Charentoll bajola dirección del Seiior de Sade yeste título es ya bastante reveladorpor lo que respecta a la estructurade la obra. Se trata, en resumidascuentas, de una reiteración del viejo invento de Shakespeare de "elteatro dentro del teatro", revividomagistralmente antes de la SegundaGuerra Mundial por Pirandello.Esta obra que actualmente estásiendo representada con un granéxito en Londres y en Nueva York,nos llega a México con una premura digna de mejores traducciones. Y seguramente será debido a laprisa con que fue hecha la ediciónque la pieza ha sido tan infamemente traducida que sólo podemosjuzgar en ella las posibilidades deljuego escénico sin que el lenguajenos revele para nada, muchas veces, el sentido de lo que los personajes dicen. Como quiera que sea,es fácil darse cuenta de que setrata de una obra de gran alientoescénico en la que se describe elambiente un poco brechtiano y unpoco pirandelliano en que es llevada a la escena de un manicomio,bajo la dirección del Divino Marqués, una obra banal y patriotera.Frisando la mayor parte del tiempo las efusiones trasnochadas de lacomedia musical y también las deun teatro del absurdo bastante espectacular, Weiss pretende hacernos sentir un escalofrío de terrorsin consegui)-, a los postres, 11I;\s que
JosÉ DE LA COLINA
Ponce encuentra que, más o menosconscientemente -o quizá siempreconscientemente, aunque no de manera explícita-, el ártista se sabedestinado a la busca de verdadesesenciales, del sen tido de la vida,de la muerte, del amor, y a la con·creción o expresión de esas verdadesen mitos. Ese esfuerzo tentativo,esa actividad aparte y rebelde, decrear mitos, imágenes, palabras únicas y totales, luchalldo con tra ladispersión, la confusión, la falta deconciencia del medio humano en elque vive el artista, hace de éste -asu pesar incluso- un héroe. Lamisión del artista es "revelar,. hacernos ver más allá, pero desde dentrode la realidad". El combate en elque el artista gana su calidad dehéroe es entonces este conflicto entre el imperativo de vivir su situación y el de conocerla al mismotiempo; entre una visión del mundo .colectiva, generalizada, degrada·da, impuesta por la estructura social, y una visiól1 del mundoindividual, pero que aspira a convertirse en la de todos, por su necesidad interna de llegar a la con·creción (a la carnalidad, podríadecirse) del mito.
Escritos con una prosa' clara yflexible, que si en ocasiones puedeofrecer dificultades de comprensiónno es por deficiencias verbales, sinopor la complejidad misma de lostemas traddos, Cruce de caminoses, junto a' los ensayos de Cuesta,Paz, Segovia, una de las muy rarasaportaciones de la inteligencia mexicana a la comprensión del problema del arte y del "caso" del artista.
rÍlano prosa y poesía. Un ensayistatiene un estilo -un modo peculiar de expresión artística -en elsentido que lo tiene un novelistau otro "creador". Con el ejemplode Albert Thibaudet, Leo Spitzerprobó que se puede estudiar a unensayista por su estilo artístico.Amado Alonso, por su parte, caracteriza el estilo como la totalidadde los medios expresivos de unautor.
A partir de esas y otras premisas, y con método ejemplar, Robbha establecido el "esqueleto estiIístico" de los ensayos alfonsinosen sus imágenes y estructuras, sin
. descuidar las interrelaciones con eltrabajo poético, narrativo y monográfico de Reyes. La trayectoriaque ha seguido Robb -imposiblede describir, siquiera, en esta limitada reselia- permiten llegar a laconclusión -hiperbólica para muchos, aunque difícilmente controvertible a la luz que proporciona este trabajo- de que es Reyes "el artista ensayístico más completo y másperfecto de Hispanoamérica desdeJosé Enrique Rodó; quedando fiela lo mejor del americanismo ariclista rodia'no, lo ha universalizado
de esos ensayos es muy significativo en este sentido: "El artistacomo héroe." Si bien el ensayistada aquí a la palabra héroe la interpretación de personaje de una obrade ficción, es lícito pensar que ha
aceptado conscientemente una ambivalencia de significados. El artistacomo héroe sería también el artista como figura distinta y ejemplarde su época y de su mundo, puesel solo hecho de que 'en nuestrostiempos el artista aparezca tan frecuentemente como personaje de innumerables obras no puede dejarde significar algo, yeso es precisamente lo que quiere saber el ensayista: lo que significa.
La importancia del libro de Garda Ponce proviene de esta investi¡;ación llevada por múltiples caminos. La preocupación sobre larelación del neador con la vida adquiere la forma de tina situación:el artista (o.. el escritor) y su'·época.,Qué vínculo o qué escisión hayen I re el creador y los hombres conlos que comparte el mundo histórico, y cómo y por qué se traduceeslo en la obra de arte? Garda
De ningún escritor (mexicano)contemporáneo poseemos una doc.umentación tan am.plia como laque existe en torno de Alfonso Reyes: tres volúmenes de homenajepublicados hará diez alias (El Libro Jubilar, el Homenaje del Colegio de México, los dos tomos dePáginas sobre AR), incontables números especiales de revistas y periódicos, infinidad de folletos oseparatas que selialan algún aspectoaislado de la obra. Con todo, aúnnos falta el estudio en amplitud yprofundidad 'que resuma y articulelas observaciones dispersas. Es significativo que nadie entre los críticos e investigadores nacionales sehaya arriesgado a emprenderlo.Fuera de .algunas tesis de circulación privada, las dos únicas monografías son: A lfonso Reyes, ensayista -vida y pensamienio(1956) del chileno Manuel Olguín,y ahora este análisis exhaustivo deJames Willis Robb -que tiene suorigen en la tesis doctoral del autor, presentada en 1958 a la Catholic University of America.
En Alfonso Reyes, consideraRobb, dialogan crítica y creación,po.esía y erud ición, y se dan la
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