peot 1 subsistema natural
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GOBIERNO DEL ESTADO DE BAJA
CALIFORNIA SUR
PROGRAMA ESTATAL DE ORDENAMIENTO
TERRITORIAL
(Fases I y II: Caracterización y Diagnóstico)
SUBSISTEMA NATURAL
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR
La Paz, septiembre 2002
2
ÍNDICE Página
I. SUBSISTEMA NATURAL 1
I.1. Fase I. Caracterización y análisis del subsistema natural 1
I.1.1. Unidades del paisaje 3
I.1.2. Proceso de erosión (laminar hídrica y eólica, erosión severa) 18
I.1.3. Potencialidades y limitantes de los suelos para la ocupación y
aprovechamiento de los seres humanos 20
I.2. Fase II. Diagnostico del subsistema natural 25
I.2.1. Fragilidad natural 28
I.2.2. Calidad ecológica de los recursos naturales 34
I.2.3. Cambios de uso del suelo y vegetación 38
I.2.4. Peligros y amenazas naturales 44
I.3. Anexo. Descripción de temas básicos 51
I.3.1. Topografía y relieve 51
I.3.2. Fisiografía y Geomorfología 52
I.3.3 Geología 60
I.3.4. Climatología y elementos climáticos específicos 75
I.3.5. Aire 85
I.3.6. Suelo 85
I.3.7. Agua 92
I.3.8. Biota 136
INDICE DE CUADROS SUBSISTEMA NATURAL
Cuadro I.1: Índices diagnósticos de las unidades de la regionalización
ecológica
11
Cuadro I.2. Evaluación para el diagnóstico de los paisajes 29
Cuadro I.3. Cambio de Uso del suelo y vegetación (1980-1996) 39
3
Cuadro I.4. Cambio de Uso del suelo y vegetación por paisaje (1980-1996).
En kilómetros cuadrados.
41
Cuadro I.5. Uso del suelo por municipios. Año 1993 (en hectáreas) 43
Cuadro I.6. Uso del suelo por municipios. Año 1993 (en %) 44
Cuadro I. 7. Estructura del Uso del Suelo de Baja California Sur. Año 1993
(en %)
44
Cuadro I.8. Regiones Hidrológicas. 94
Cuadro I.9. Aguas superficiales, manantiales y galerías 118
Cuadro 1.10. Principales regiones acuíferas 119
Cuadro I.11. Usos del Agua 121
Cuadro I.12. Calidad del agua en pozos agrícolas 121
Cuadro I.13. Calidad del Agua 123
Cuadro I.14. Resumen de la situación de las aguas en el Estado 135
4
INDICE DE MAPAS SUBSISTEMA NATURAL
Mapa I.1. Zonificación ecológica, Baja California Sur. México
Mapa I.2. Zonificación morfopedológica, Baja California Sur. México
Mapa I.3. Paisajes, Baja California Sur, México
Mapa I.4. Áreas de erosión severa, Baja California Sur, México
Mapa I.5. Capacidad agrológica de los suelos, Baja California Sur, México
Mapa I.6. Capacidad pecuaria de los suelos, Baja California Sur, México
Mapa I.7. Capacidad de los suelos para el desarrollo de asentamientos
humanos, Baja California Sur, México
Mapa I.8. Fragilidad natural de los paisajes, Baja California Sur, México
Mapa I.9. Calidad ecológica de los paisajes, Baja California Sur, México
Mapa I.10. Cambio de uso del suelo y la vegetación, Baja California Sur,
México
Mapa I.11. Peligros y amenazas naturales, Baja California Sur, México
Mapa I.11a. Grado de peligrosidad natural de los paisajes (comparativo),
Baja California Sur, México
Mapa I.12. Modelo digital de terreno, Baja California Sur, México
Mapa I.13. Hipsometría, Baja California Sur, México
Mapa I.14. Inclinación de las pendientes, Baja California Sur, México
Mapa I.15. Litología, Baja California Sur, México
Mapa I.16. Climas, Baja California Sur, México
Mapa I.17. Edafología. Baja California Sur, México
Mapa I.18. Regiones hidrológicas, Baja California Sur, México
Mapa I.19. Uso de suelo y vegetación, Baja California Sur, México
Mapa I.20. Áreas de protección, Baja California Sur, México
5
6
I. SUBSISTEMA NATURAL
Situación del Estado de Baja California Sur
El Estado de Baja California Sur se localiza en el noroeste del país entre los
2800´00´´y los 2252´17´´ de latitud norte y los 10924´47´´ y 11504´53´´ de longitud
oeste, ocupando poco más de la mitad de la península de Baja California, con una
extensión territorial de 73 475 km2 (incluyendo las islas) lo que representa el 3,7% de
la superficie total del país. Políticamente está dividido en cinco municipios: Mulegé,
Loreto, Comondú, La Paz y Los Cabos. El Estado tiene forma alargada con una
longitud de 750 km y un ancho promedio de 100 km.
La altura máxima es de 2 080m en la Sierra de la Laguna y más del 40% del territorio
estatal esta representado por áreas bajo diverso régimen de protección.
Sus limites son: por el norte el estado de Baja California, al este el Golfo de California
y al sur y oeste el Océano Pacífico.
Baja California Sur, es la entidad federativa que cuenta con mayor longitud de costas,
200 km., pero también es uno de los estados con menor densidad demográfica. Su
población total en el año 2000 ascendía a 423 516 habitantes. Alrededor del 88% del
total de la población, está concentrada en las principales ciudades: La Paz, San José
del Cabo, Cabo San Lucas, Ciudad Constitución, Loreto, Santa Rosalía y Guerrero
Negro; y el 22% restante, esta diseminada en pequeñas localidades del medio rural.
I.1. Fase I Caracterización y análisis del subsistema natural
En el presente capítulo se realiza la caracterización y el diagnóstico de la naturaleza del
Estado a partir del estudio de los componentes fisico-geográficos (geología, relieve,
clima, agua, suelos, vegetación y población animal) y su integración en el análisis de los
paisajes, como unidad compleja y dinámica de la interacción naturaleza-sociedad.
7
De esta caracterización y diagnóstico del medio natural se desprenderá un conjunto de
lineamientos enfocados a mejorar las condiciones actuales de este, así como a prevenir
que el desarrollo de las actividades económicas explote irracionalmente los recursos
naturales y contribuyan a su degradación y agotamiento.
Se analizarán los elementos del medio físico-geográfico como geosistemas naturales y
soporte para los asentamientos humanos y el desarrollo de las actividades económicas.
Prestando especial atención a la determinación del tipo, cantidad y ubicación de los
recursos, así como sus características y condiciones; en el marco de la integridad que
debe orientar el aprovechamiento sustentable de los mismos. Proponiéndose además,
el tipo de actividades que pueden ser realizadas en el territorio y la intensidad deseable
de las mismas, como punto de evaluación integral, subrayándose las potencialidades,
las fortalezas y debilidades.
Se presenta la regulación ecológica para el Estado partiendo de los criterios propuestos
por la SEMARNAT y utilizados en estudios similares en otros estados y regiones del
territorio nacional. Para ello se delimitan las unidades de paisaje, definidas por los
rasgos homogéneos más significativos de cada zona, que representan la interacción e
interdependencia entre los elementos más estables del paisaje: geología-relieve y
clima; y los más dinámicos: agua, suelos y cobertura vegetal.
Finalmente se establecen los potenciales naturales, distinguiéndose:
Potencial agrícola
Potencial ganadero
Potencial silvícola
Potencial para asentamientos humanos e infraestructura
Es importante señalar que el subsistema natural constituye la base sobre la que se
desarrollan los subsistemas económico y social.
8
I.1.1. Unidades de paisajes La Zonificación Ecológica
En México parece apropiado considerar el concepto de V. M. Toledo y sus
colaboradores con relación a este tema cuando plantean que: “Hacer una división
ecológica del territorio nacional implica el reconocimiento de unidades con
determinadas condiciones medioambientales que las hacen distintas de las demás...
Se definen para el país, zonas, tomando como base las áreas de distribución de los
diferentes conjuntos de vegetación debido a que ésta es siempre el resultado del
conjunto de las condiciones medioambientales (clima, orografía, litología, etc.) y por ello
su expresión concreta. Así, la vegetación constituye la expresión sintética de esos
factores y los límites de su distribución marcan discontinuidades ecológicas objetivas.
Las zonas se constituyeron agrupando un tipo de vegetación o un conjunto de ellos, de
acuerdo con sus afinidades climáticas y edáficas. Un solo tipo de vegetación puede
corresponder a una zona única o, por el contrario, una zona ecológica puede incluir
varios conjuntos de vegetación”.
Según esta división realizada a escala 1:4 000 000 en colaboración de SEMARNAP y el
Instituto de Geografía de la UNAM, el Estado comprende 6 zonas ecológicas de las 10
que existen en el país (ver mapa I.1)
Los criterios de diferenciación de las mismas se basan en los grandes tipos de clima,
las principales formaciones de vegetación, y los tipos de vegetación, como sigue:
Zonas determinadas por el clima
1. - Zona templada subhúmeda
Bosques de pino y encino
2. - Zona semiárida
Selvas espinosas, mezquital, matorrales semiáridos, chaparrales y pastizales.
Selva baja espinosa
3. - Zona árida
9
Matorrales áridos:
Matorral crasicaule
Matorral sarcocaule
Matorral sarco-crasicaule
Matorral sarco-crasicaule de neblina
4. - Zona desértica
Matorrales desérticos
Matorral desértico micrófilo
Vegetación de desiertos arenosos
Zonas no determinadas por el clima
5. - Zonas de suelos halo-gipsófilos
Vegetación halo-gipsófila
Vegetación de dunas costeras
Pastizal halófilo
Vegetación halófila
6-Zona de humedales
Manglar
Áreas de exclusión
Áreas sin vegetación aparente
Como se puede apreciar esta clasificación es eminentemente tipológica y se basa en la
determinación de unos criterios de diferenciación o índices diagnósticos que establecen
entonces la repetitividad de las unidades cuando las condiciones ambientales sean
semejantes, es decir que podemos encontrar una misma unidad en dos regiones o
estados diferentes. La tipología como forma de clasificación es de mucha utilidad para
10
los estudios regionales y se usa a escales cartográficas pequeñas y medianas, desde
más de 1: 000 000 hasta 1:250 000, siendo esta última la escala base para los
ordenamientos territoriales a escala estatal en México.
Zonificación Morfopedológica
De manera general para la zonificación morfopedológica o de morfogénesis de los
suelos, se consideran las formaciones fisiográficas y las pedológicas y puede ser visto
como un método de interpretación de imágenes de la superficie terrestre basado en la
relación fisiografía-suelo. El suelo es un componente muy importante y sus
características morfológicas, físico - químicas y mineralógicas resultan de la interacción
de los restantes componentes del paisaje.
Las diversas formas del terreno, juegan un papel importante en la actividad económica
y social del Estado, ya que influyen en la conformación del clima, en el tipo de suelo y
en la vegetación, y estos a su vez sobre la actividad agrícola ganadera, forestal,
industrial y sobre los asentamientos humanos.
La región oriental de Baja California Sur presenta sistemas orográficos con pendientes
muy pronunciadas que limitan el libre establecimiento de los asentamientos humanos y
dificultan la construcción de vías de comunicación. En contraste, la región occidental
(Desierto de Vizcaíno y Llanos de la Magdalena) presentan pendientes suaves que se
extienden hasta las costas del Océano Pacífico, las cuales son más apropiadas para el
establecimiento de asentamientos humanos, como son Ciudad Constitución y Ciudad
Insurgentes, cuya economía se basa en la agricultura además de la actividad pesquera
localizada en puertos como San Carlos y Chale. Esta región se comunica por la
carretera transpeninsular con sus diferentes ramales en terracerías y brechas hacia el
Mar de Cortes y el Océano Pacífico. Los problemas principales de esta región para las
actividades agricolas y pecuarias son la escasa humedad durante todo el año por lo
cual se requiere del establecimineto de sistemas de riego con drenaje para evitar la
salinización secundaria o residual como el ya establecido en el valle de Santo Domingo.
11
La subprovincia de las Sierras Volcánicas y Mesetas del norte y centro (Sierra de la
Giganta) así como la subprovincia de Los Cabos presentan restricciones severas para
el establecimiento de sistemas de producción agropecuaria y forestal, debido al terreno
tan accidentado que presenta y a su escasa cobertura vegetal.
En los suelos fértiles y profundos originados por el acarreo de materiales finos de
aluvión de las tierras altas, que actualmente son utilizados con fines agropecuarios, se
localizan los principales centros de población como son La Paz, Cd. Constitución, Cd.
Insurgentes, San José del Cabo, Todos Santos etc.
Siguiendo los lineamientos establecidos en los términos de referencia y la metodología
del Instituto de Geografía de la UNAM se elaboró el mapa de Zonificación
Morfopedológica del Estado de Baja California Sur (ver mapa I.2) que incluye una
provincia fisiografica (Peninsula de Baja California), 4 subprovincias: Discontinuidad
Desierto de Sebastian Vizcaino, Sierra de La Giganta, Discontinuidad Llanos de la
Magdalena y Discontinuidad del Cabo y por último 28 clases de sistemas de topoformas
que son:
Planicies y Colinas
1-Planicie acumulativa muy baja a baja sobre depósitos aluviales y rocas sedimentarias
con regosoles y yermosoles.
2-Planicie muy baja a media de rocas vulcano-sedimentarias con regosoles, litosoles y
fluvisoles.
3- Planicie baja de depósitos cuaternarios con regosoles, yermosoles y solonchak.
4- Planicie baja a media de rocas sedimentarias con regosoles.
5- Planicie media a alta sobre depósitos aluviales, con yermosoles y regosoles.
6- Planicie baja a media de granitos y depósitos cuaternarios, con regosoles y litosoles.
7-Planicie media a alta sobre rocas sedimentarias y vulcano- sedimentarias con
yermosoles y regosoles.
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8-Planicie media a alta sobre rocas sedimentarias y depósitos cuaternarios con
yermosoles, regosoles y xerosoles.
9-Planicie alta de piedemonte de rocas sedimentarias y vulcano sedimentarias con
regosoles, yermosoles y fluvisoles.
10-Planicie alta sobre depósitos cuaternarios, rocas vulcano- sedimentarias y
sedimentarias con yermosoles y regosoles.
11-Planicie alta de piedemonte de rocas vulcano- sedimentarias y depósitos
cuaternarios con yermosoles, vertisoles y regosoles.
12-Valle volcánico- erosivo alto sobre rocas vulcano- sedimentarias y basaltos, con
yermosoles y fluvisoles.
13-Valle erosivo- acumulativo sobre rocas sedimentarias y depósitos cuaternarios con
regosoles y yermosoles.
14-Valle tectónico- erosivo de rocas sedimentarias y granitos con regosoles.
15-Valle erosivo- acumulativo sobre depósitos cuaternarios y granitos con regosoles.
16-Valle tectónico- erosivo sobre depósitos cuaternarios y rocas vulcano- sedimentarias
con yermosoles, regosoles y xerosoles.
17-Valle tectónico- erosivo sobre rocas vulcano- sedimentarias y depósitos
cuaternarios, con regosoles, fluvisoles y yermosoles.
18-Valle erosivo de rocas vulcano - sedimentarias con fluvisoles y regosoles.
19-Colinas erosivo-denudativas altas de serpentinitas con regosoles.
20-Colinas erosivo-denudativas de rocas volcánicas y vulcano- sedimentarias con
regosoles.
21-Colinas erosivas de rocas vulcano-sedimentarias con xerosoles.
22-Piedemonte sudoriental de rocas vulcano-sedimentarias con regosoles y litosoles.
Lomeríos y Sierras
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23-Lomeríos y sierras bajas erosivo- denudativas de esquistos y rocas sedimentarias
con regosoles.
24-Lomeríos y sierras bajas erosivo- denudativas de rocas volcánicas y vulcano-
sedimentarias con regosoles y yermosoles.
25-Lomeríos, sierras bajas y medias estructuro- denudativas de rocas volcanicas y
vulcano- sedimentarias con vertisoles, regosoles, yermosoles y litosoles.
26-Lomeríos y sierras bajas estructuro- denudativas sobre granitos, rocas
sedimentarias y metamorficas con regosoles y litosoles.
27-Lomeríos, sierras bajas y medias estructuro-denudativas de rocas vulcano-
sedimentarias con regosoles y yermosoles.
28-Sierras bajas y medias estructuro- denudativas sobre granitos con regosoles .
Estas unidades identificadas en el mapa de Zonificación Morfopedológica sirvieron de
base para la identificación y cartografía posterior de las unidades de paisaje, ya que
representan el resultado de los factores y procesos endogénos o internos del planeta y
la acción formadora de los suelos a lo que algunos investigadores identifican como la
base morfolitogénica de los paisajes.
Unidades de Paisaje
Hasta el momento y en la mayoría de los países la planificación del espacio ha sido
vista y estudiada usando límites políticos, cuencas hidrológicas o algunas otras
unidades, lo que ha demostrado un desconocimiento del desarrollo teórico
metodológico y práctico alcanzado por la Geoecología o Ecología del paisaje, ciencia
que tiene sus antecedentes en los trabajos de Humboldt y Dokuchaev en el siglo XIX,
quienes establecieron las bases para los estudios integrados de los territorios y que
proporciona una base sólida para el análisis holístico y sistemico del territorio,
permitiendo clasificar y delimitar unidades homogéneas por sus características que
pueden ser estudiadas, evaluadas y gestionadas en el propio proceso de planificación
del espacio (Sochava; V.B. 1978, González Bernaldez, 1981, Naveh y Liebermann
1984, Forman R.T.T.and M. Godron, 1986, Rougerie, G. and Beroutchachvili, 1991,
14
Mateo, J. 1991, 2000, Bolos, M. y otros, 1992, Zonneveld, I.S. 1995, Salinas, Ed. 1985,
1991,1994, 1997, 2001, Burel y Baudry, 2002).
El paisaje geográfico, geosistema, landshaft, landscape, etc.; entonces puede ser
concebido como: "una categoría científica general de carácter transdisciplinario definida
como: un sistema espacio-temporal, complejo y abierto, que se origina y evoluciona
justamente en la interfase naturaleza-sociedad, en un constante estado de intercambio
de energía, materia e información, donde su estructura, funcionamiento, dinámica y
evolución reflejan lainteracción entre los componentes naturales (abióticos y bióticos),
técnico-económicos y socio-culturales". (NC-93-06-101; 1987, Mateo, J.; 1991, 2000 y
Salinas E. 1991, 1997 y 2001).
Los paisajes pueden ser considerados entonces como; fuente de recursos, soporte de
actividades (espacio), hábitat, fondo genético y laboratorio natural, fuente de
percepciones y emociones y receptor de residuos. En todos los casos se produce una
apropiación y ocupación que está íntimamente relacionada con el desarrollo de las
fuerzas productivas, los medios de producción, la cultura, la historia y las tradiciones.
De esta consideración se puede entonces destacar el carácter histórico del concepto.
Las ventajas de esta concepción para las táreas de la planificación ambiental y el
ordenamiento ecológico pueden resumirse en:
Refleja la interrelación de los fenómenos que ocurren en un territorio de forma
objetiva lo que se manifiesta en una serie de regularidades de diferenciación
espacial.
Puede considerarse al paisaje como una unidad de "común denominador"
mediante la cual se puede calcular, analizar, comparar y evaluar el potencial de
recursos naturales de un territorio, asociado espacialmente y subordinado a las
regularidades de su formación y diferenciación.
Es posible la obtención de resultados concretos al analizar a la sociedad y la
naturaleza como sistemas constituidos por la asociación de condiciones,
potenciales y recursos.
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Permite la jerarquización y taxonomía de las unidades delimitadas que se
manifiestan como unidades de diverso tamaño, complejidad y nivel de
organización que pueden ser espacialmente diferenciadas y cartografiadas.
Como sistemas naturales y antroponaturales están subordinados a una serie de leyes y
regularidades generales tanto naturales como sociales y económicas que tienen un
carácter objetivo y que pueden usarse como principios en el proceso propio de la
planificación y ordenamiento de los territorios.
En resumen el paisaje como noción básica de nuestra investigación puede ser
considerado como sujeto y objeto de la actividad humana.
Objeto en la medida en que el paisaje posee unas características (potencial de
recursos) que sirven de soporte básico al desarrollo socioeconómico del territorio y
sujeto en cuanto que la actividad humana transforma con su dinámica al territorio es
decir al paisaje que le sirve de base. Esta doble función del paisaje se constituye
entonces en el fundamento para comprender la dinámica natural y social, desde la
perspectiva de la ordenación del territorio.
La diferenciación, clasificación y cartografía de las unidades del paisaje constituyen la
base para el análisis y ordenamiento ecológico. El proceso de esclarecimiento de las
unidades debe responder entonces a las regularidades de formación, desarrollo y
diferenciación de los geosistemas.
Para la diferenciación, clasificación y cartografía de los paisajes pueden emplearse tres
enfoques que lejos de contraponerse como algunos afirman se complementan y
permiten estudiar las regularidades de formación de los paisajes a diferentes escalas y
en territorios muy variados, estos enfoques son: tipológico, regional y topológico o local.
Por la escala de trabajo (1:250 000), el área del estado, el tiempo e información
disponible se decidió utilizar el enfoque tipológico que se basa en la distinción de
geocomplejos, que se caracterizan por poseer rasgos comunes y propios no sólo de las
unidades cercanas, sino también de las alejadas y ser repetibles en el espacio y el
tiempo.
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Estas unidades tipológicas se distinguen de acuerdo con los principios de analogía,
homogeneidad relativa, pertenencia a un mismo tipo, repetibilidad y la existencia de
muchos contornos con desunión áreal de los mismos (Mateo, J. 1991 Salinas, E. y otros
1993 y García de Castro M; 1995). El enfoque tipológico utilizado en la investigación se
adapta a los objetivos perseguidos y esta acorde con el sistema de unidades propuesto
en México para la regionalización ecológica de los territorios a escala 1:250 000
(SEDUE, 1988 Y SEDESOL / UNAM, 2002).
El sistema de unidades empleado en la clasificación de las unidades geoecológicas
(paisajes) para el estado de Baja California Sur considera tres niveles taxonómicos
que son: clases, tipos y grupos (correspondientes en el Sistema mexicano con: zona,
región y sistema terrestre). Cada una de estas unidades se distingue según la
asociación regular de los componentes naturales mediante un grupo de índices
diagnósticos que pueden ser apreciados en el cuadro I.1.
Cuadro I.1: Índices diagnósticos de las unidades de paisaje.
Fuente : Confeccionada por los autores
Características de los Paisajes del Estado (ver mapa I.3).
Las características de los paisajes en Baja California Sur están condicionadas por su
posición geográfica tropical, por el carácter montañoso de gran parte del territorio, el
Unidades Índices diagnósticos Ejemplos
Clases 1. Morfoestructuras de orden superior
2. Carácter de la manifestación de la zonalidad
altitudinal y horizontal
I Planicies y colinas
Tipos
(provincia ecológica)
1. Predominio de un tipo determinado de clima.
2. Predominio de un tipo zonal correspondiente de
vegetación.
I.1 Planicies y colinas muy secas semicálidas.
Grupos
(sistemas terrestres)
1. Asociación de determinados tipos genéticos de relieve
2. Predominio de asociaciones especificas de tipos de suelos y formaciones vegetales.
3. Determinados complejos litológicos.
4. Formas de utilización de la tierra
I.1.2. Planicie media a alta sobre depósitos aluviales, poco diseccionada, plana a muy poco inclinada(0-4
0) sobre yermosoles
y regosoles conmatorrales y foco de agricultura de riego
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predominio de los climas secos y semisecos fuertemente influenciados por la
circulación atmosférica del Océano Pacifico y la influencia de la corriente fría de
California, así como su carácter peninsular.
La existencia de montañas condiciona el descenso de la presión atmosférica y la
temperatura e influye en otras variables físico-químicas lo que hace que en las
montañas se desarrollen paisajes diferentes a los de las llanuras próximas, con
asociaciones de suelos, flora y fauna especificas.
La disposición de las montañas en el territorio siguiendo el eje de la Península se
convierte en una limitante importante para la circulación regional de los vientos y la
relación entre el Mar de Cortés y el Océano Pacifico y condiciona la diferenciación de
los suelos, la vegetación natural (bastante alterada) y los patrones de uso del suelo.
En general se distinguen en los paisajes elementos relictos, conservativos y
progresivos, que dan muestras de su continuo desarrollo y dinámica. Este
autodesarrollo se produce de forma relativamente lenta, permitiendo los cambios y la
conversión de un paisaje en otro. En la época contemporánea este proceso se lleva a
cabo bajo la influencia de la acción humana.
Se puede decir entonces que en los paisajes del Estado de Baja California Sur
predomina una estructura en fajas asociada principalmente a los alineamientos
estructuro- tectónicos de las cadenas montañosas que la recorren de norte a sur,
alternando con regiones mas recientes con fuertes procesos acumulativos y
denudativos.
Aunque existen rocas más antiguas Mesozoicas en el territorio, podemos afirmar que la
mayor parte de los paisajes son jóvenes, asociados al predominio de un relieve
estructural joven, los cambios climáticos producidos en etapas posteriores al
levantamiento de las principales estructuras en la fase Laramida de la Orogenia Alpina,
con los periodos glaciales e interglaciales del hemisferio norte en el Pleistoceno y con el
incremento de la sequedad en los últimos miles de años.
18
Podemos señalar además que en general los paisajes han estado sometidos a una
fuerte y continua degradación y modificación asociada a la tala de los bosques y
matorrales para el desarrollo del pastoreo basada en condiciones de subsistencia que
aún persisten en extensas áreas, el desarrollo de la minería y la agricultura localmente,
que han contribuido de forma significativa al empobrecimiento de la biota del territorio,
la intensificación de los procesos erosivos y la desertificación de extensas áreas,
muchas de las cuales están hoy abandonadas y son irrecuperables.
Por último en años recientes se ha producido una expansión de las principales ciudades
del Estado, el crecimiento de las vías de comunicación y el desarrollo del turismo, lo
que aumenta y diversifica la forma y el carácter de las acciones humanas sobre los
paisajes.
UNIDADES DE PAISAJE (según mapa I.3)
I-Planicies y Colinas I.1-Planicies y colinas muy secas semicálidas
I.1.1 Planicie baja a media (0-60m) y colinas sobre lutitas, areniscas y conglomerados
en parte cubiertos por depósitos cuaternarios, diseccionada, muy poco inclinada
(2-5) sobre regosoles, con matorrales. (Llanura de Malarribo).
I.1.2 Planicie media a alta (40-120m) sobre depósitos cuaternarios aluviales, poco
diseccionada, plana a muy poco inclinada (0-4) sobre yermosoles y regosoles con
matorrales y focos de agricultura de riego. (Bajadas de San Francisco).
I.1.3 Valle volcánico - erosivo alto (90-200m) sobre rocas vulcano- sedimentarias y
basaltos, poco diseccionado, plano a muy poco inclinado(0-5) sobre regosoles
combinados con yermosoles y fluvisoles, con matorrales, palmares y focos de
agricultura. (Valle de San Ignacio).
I.1.4 Planicie media a alta (50-120m) con colinas, sobre areniscas, conglomerados,
calcarenitas y rocas efusivo-sedimentarias, diseccionada, poco inclinada (5-10) sobre
19
yermosoles y regosoles con matorral sarcocaule de neblina, matorrales y vegetación de
desierto. (Bajadas de San Ignacio).
I.1.5 Planicie acumulativa muy baja a baja (0-40m) con colinas y mesas aisladas sobre
depósitos cuaternarios(arenas de grano fino) y rocas sedimentarias, poco diseccionada,
plana a muy poco inclinada (0-4) con lagunas y saladares, sobre regosoles y
yermosoles, con vegetación de desierto y matorrales. (Llanos del Vizcaíno).
I.1.6 Planicie muy baja acumulativa (0-20m) sobre depósitos cuaternarios con dunas y
barras arenosas, poco diseccionada, plana a muy poco inclinada (0-4) sobre con
matorral sarcocaule de neblina, vegetación de desierto y dunas costeras. (Litoral
Pacífico).
I.1.7 Colinas erosivo - denudativas altas (150-250m) de serpentinitas y esquistos
(complejo ofiolítico) en forma de mesas, poco diseccionadas mediana a fuertemente
inclinada (10-30) con regosoles y matorral sarcocaule de neblina. (Islas de Margarita y
Magdalena).
I.1.8 Planicie baja (0-30m) con colinas aisladas sobre depósitos cuaternarios (arenas y
paleodunas) muy poco diseccionada, plana a muy poco inclinada (0-5) sobre
regosoles y localmente yermosoles y solonchak con matorral sarcocaule de neblina y
vegetación de desierto. (Planicie baja de Magdalena).
I.1.9 Planicie media a alta (40-120m) con colinas y mesas aisladas sobre lutitas,
areniscas, conglomerados y depósitos cuaternarios, poco diseccionada, plana a muy
poco inclinada (0-5) sobre yermosoles, regosoles y xerosoles con matorrales, matorral
sarcocaule de neblina y agricultura. (Planicie de Constitución).
I.2 - Planicies y colinas muy secas cálidas
I.2.1 Planicie alta de piedemonte (80- 180m) con colinas y conos proluviales, sobre
areniscas, calcarenitas y rocas vulcano - sedimentarias, muy diseccionada,
medianamente inclinada (10-15) con regosoles, yermosoles y fluvisoles, con
matorrales. (Llanura de piedemonte de San Ignacio).
20
I.2.2 Planicie alta (40-120m) con colinas y mesas aisladas con conos aluviales sobre
depósitos cuaternarios, rocas vulcano- sedimentarias y sedimentarias, diseccionada,
plana a muy poco inclinada (0-5) sobre yermosoles y regosoles con matorrales y
agricultura. (Bajadas de Magdalena).
I.2.3 Planicie alta de piedemonte (60-150m) con colinas y mesas sobre rocas vulcano-
sedimentarias y depósitos cuaternarios muy diseccionada, mediana a fuertemente
inclinada (10-30) sobre yermosoles, vertisoles y regosoles, con matorrales. (Bajadas
de la Giganta).
I.2.4 Colinas erosivo - denudativas (100-250m) en forma de mesas, sobre brechas
volcánicas, tobas y areniscas, diseccionadas mediana a muy fuertemente inclinadas(10-
50) sobre regosoles, con matorrales. (Península de Balandra).
I.2.5 Planicie baja a media (20-60m) con cerros litorales, sobre granitos y depósitos
cuaternarios, diseccionada, plana a muy poco inclinada (0-5) sobre regosoles y
litosoles, con matorrales. (Litoral de los Cabos).
I.2.6 Valle erosivo - acumulativo (0-200m) sobre lutitas, areniscas, conglomerados y
depósitos cuaternarios muy diseccionado, plano a muy poco inclinado (0-5) sobre
regosoles y yermosoles con matorrales, vegetación secundaria y agricultura. (Valle de
San Juan de los Planes).
I.2.7 Valle tectónico - erosivo 0-250m) sobre lutitas, areniscas, depósitos cuaternarios y
granitos, muy diseccionado, plano a muy poco inclinado ( 0-5) sobre regosoles con
matorrales y focos de agricultura. (Valle de Santiago).
I.2.8 Valle erosivo - acumulativo (0-250m) sobre depósitos cuaternarios y granitos
diseccionado, plano a muy poco inclinado (0-5) sobre regosoles, con matorrales,
vegetación secundaria y focos de agricultura. (Llanura de Todos Santos).
I.2.9 Valle tectónico - erosivo (0-250m) sobre depósitos cuaternarios y rocas vulcano-
sedimentarias, diseccionado, plano a muy poco inclinado (0-5) sobre yermosoles,
21
regosoles y xerosoles, con matorral, vegetación secundaria y focos de agricultura.
(Valle de La Paz).
I.2.10 Colinas erosivas (100-200m) con mesas de areniscas, tobas, conglomerados y
brechas volcánicas, diseccionadas, poco a medianamente inclinadas (5-15) sobre
erosoles con matorrales. (Llanura del Carrizal).
I.2.11 Piedemonte sudoriental de la Sierra La Giganta (0-250m) sobre tobas areniscas y
depósitos cuaternarios proluviales, diseccionado, poco a medianamente inclinado (5-
15) sobre regosoles y litosoles, con matorrales. (San Juan de la Costa e Isla de San
José).
I.2.12 Planicie muy baja a media (0-60m) con cerros litorales y dunas, sobre areniscas,
tobas y depósitos cuaternarios muy diseccionada (con abanicos aluviales), poco a
medianamente inclinada (5-15) sobre regosoles, litosoles y fluvisoles, con matorrales.
(Llanura costera del Golfo).
I.2.13 Valle tectónico - erosivo (0-250m) sobre rocas vulcano - sedimentarias y
depósitos cuaternarios, diseccionado, plano a muy poco inclinado (0-5) sobre
regosoles, fluvisoles y yermosoles, con matorrales. (Valle de San Juan Londó)
I.2.14 Valle erosivo (0-200m) con colinas, sobre tobas, areniscas y depósitos
cuaternarios, diseccionado, muy poco a poco inclinado (2-10) sobre fluvisoles y
regosoles con matorrales y focos de agricultura. (Valle de Mulegé).
II - Lomeríos y Sierras II.1- Lomeríos y Sierras muy secas semicálidas
II.1.1 Lomeríos y sierras bajas erosivo - denudativas (100-800m) sobre esquistos y
gneiss (complejo ofiolítico) y lutitas, areniscas y limolitas, diseccionadas, mediana a
muy fuertemente inclinadas (10-50) sobre regosoles con matorrales. (Sierra de San
José de Castro).
II.1.2 Lomeríos y sierras bajas erosivo - denudativas (100-600m) con conos y mesas
sobre basaltos, lutitas, areniscas, brechas y lavas con depósitos aluviales,
22
diseccionadas, mediana a muy fuertemente inclinadas (10-50) sobre regosoles y
yermosoles, con matorrales y matorral sarcocaule de neblina. (Sierra de Santa Clara).
II.2 Lomeríos y Sierras muy secas, cálidas y semicálidas
II.2.1 Lomeríos, sierras bajas y medias (200-1800m) estructuro - denudativas sobre
brechas volcánicas, basaltos, tobas y areniscas, diseccionadas, fuertemente a muy
fuertemente inclinadas (15-50) sobre vertisoles, regosoles, yermosoles y litosoles, con
matorrales. (Sierra de La Giganta e Islas del Golfo).
II.2.2 Lomeríos y sierras bajas (200-800m) estructuro - denudativas sobre granitos,
rocas sedimentarias, esquistos y gneiss del complejo ofiolítico, diseccionadas,
fuertemente a muy fuertemente inclinadas (15-50) sobre regosoles con matorrales y
selva baja caducifolia en las zonas húmedas. (Sierras Bajas de los Cabos e Isla de
Cerralvo).
II.3 - Lomeríos y Sierras secas, cálidas y semicálidas
II.3.1 Lomeríos, sierras bajas y medias (200-1400m) estructuro - denudativas sobre
granitos, diseccionadas, fuertemente a muy fuertemente inclinadas (15-50) sobre
regosoles y litosoles con matorrales, selva baja caducifolia y vegetación secundaria.
(Sierras de La Laguna, San Lázaro y Trinidad).
II.4 - Lomeríos y Sierras secas templadas
II.4.1 Lomeríos, sierras bajas y medias (200-1800m) estructuro - denudativas sobre
vulcano - sedimentarias, diseccionadas, fuertemente a muy fuertemente inclinadas (15-
50) sobre regosoles y yermosoles con matorrales. (Picos de La Giganta).
II.5 - Sierras semisecas, semicálidas
II.5.1 Sierras bajas y medias (400-1800m) estructuro - denudativas sobre granitos y
localmente rocas del complejo ofiolítico, diseccionadas, muy fuertemente inclinadas (30-
50) sobre regosoles con matorrales y selva baja caducifolia. (Sierras bajas de La
Laguna, San Lázaro y Trinidad).
II.6 - Sierras subhúmedas templadas
23
II.6.1 Sierras medias (800-2000m) estructuro - denudativas sobre granitos,
diseccionadas, muy fuertemente inclinadas (30-50) sobre regosoles, con bosque de
pino - encino, encinares y selva baja caducifolia. (Sierras medias de La Laguna, San
Lázaro y Trinidad).
I. 1.2 Proceso de erosión (laminar, hídrica y eólica; erosión severa).
La aplicación de las recomendaciones metodológicas para este acápite, reportaron la
no procedencia del cálculo de la erosión hídrica y si de la erosión laminar; sin embargo
dada la calidad de la información disponible y las características del Estado (montañoso
y más seco de la federación), los resultados no fueron apropiados, por lo que se realiza
el análisis a partir de la información disponible de trabajos existentes en el Estado, en
particular de las áreas de erosón severa y las características naturales de los suelos.
La mayor parte de los suelos del Estado de Baja California Sur presentan de forma
natural una fuerte manifestación de los procesos erosivos, lo que está dado por las
fuertes pendientes presentes en gran parte del territorio, asociadas a las sierras,
lomeríos y bajadas del relieve; a la textura arenosa y suelta predominante en la mayoría
de los suelos existentes y la ocurrencia de fuertes precipitaciones, tormentas e intensos
vientos que se manifiestan ocasionalmente en el territorio.
Es característico en el Estado que los tipos de suelos: litosol, regosol, yermosol y
fluvisol, presenten marcados signos de erosión. En particular los litosoles que están
asociados a terrenos de fuertes pendientes y que son suelos en formación, de poco
desarrollo, en los que predominan los procesos erosivos; también en las llanuras se
presentan suelos jóvenes, conformados por materiales sueltos y arenosos
recientemente depositados, propensos a ser erosionados por las aguas y el viento,
como ocurre con los regosoles en el desierto del Vizcaíno y en los abundantes sectores
de dunas del Estado.
En Baja California Sur, como en toda región árida, los suelos son muy frágiles pues
generalmente sostienen comunidades vegetales muy abiertas y son muy susceptibles a
la erosión, que es causada tanto por el viento (eólica), como por el agua (hídrica). Esta
24
última aunque no lo pareciera por las condiciones áridas predominantes en la región, es
muy importante por las grandes volúmenes de tierra que son removidos durante las
lluvias torrenciales y de corta duración o las tormentas tropicales que son comunes en
esta área. Una gran cantidad de suelo es arrastrado de esta forma hacia los arroyos y
finalmente al mar en que se pierde. Esta pérdida se fomenta en gran parte por las
actividades humanas que generalmente están relacionadas con algún tipo de manejo o
alteración del suelo, ya que el simple establecimiento de cualquier tipo de asentamiento
humano lleva consigo la eliminación de la cubierta vegetal (Amaya, 1998). También es
común la apertura de campos de cultivos que posteriormente son abandonados ante la
imposibilidad de desarrollo de esta actividad por la escasez de agua, el agotamiento del
suelo, la erosión, la salinización, etc.
Las actividades desarrolladas por el hombre en este territorio, en sentido histórico como
son: la ganadería extensiva y la explotación forestal para actividades domésticas o de
autoconsumo; y en particular en las últimas décadas, con el incremento de las tierras de
uso agrícola, que en las desventajosas condiciones naturales existentes, precisan de
fuertes requerimientos e inversiones para mantener una productividad rentable; lo que
ha obligado a una explotación intensiva de los recursos naturales, especialmente el
agua, existiendo entonces muy poca preocupación por la preservación de la naturaleza
y por el impacto ambiental ocasionado.
Entre los resultados de este accionar degradante, se puede destacar la intensificación
de los procesos de erosión de los suelos, fenómeno que de forma creciente se
manifiesta en gran parte del territorio estatal, principalmente relacionado con las áreas
de uso agrícola y periurbanas, donde tanto la erosión hídrica, como la eólica, alcanzan
fuerte incidencia, dando lugar a la agudización de los procesos de desertificación. Es
significativo en este sentido la presencia de la erosión hídrica laminar, que ha
cercenado los horizontes superiores del suelo de amplios territorios, asociada a las
precipitaciones o al uso inadecuado del regadío, eliminando del suelo los horizontes de
mayor fertilidad. También y de forma más activa y extendida se presenta la erosión
eólica, principalmente sobre los campos desnudos, tanto de uso agrícola como los
25
terrenos periurbanos, deforestados y abandonados, dando lugar a la ocurrencia
frecuente de remolinos y nubes de polvo, que contaminan el ambiente y reducen las
capas superficiales del suelo.
De esta forma en la actualidad pueden detectarse en el Estado importantes áreas en
las que se manifiestan signos de erosión severa actual. Estas tienen su máxima
difusión el las áreas agrícolas del valle de Santo Domingo y los Llanos del Magdalena
( ver mapa I.4 ), pero también son localizables de forma significativa en los valles de:
La Paz, San José, Santiago, los Planes, Todos Santos, San Juan y en las áreas de
explotación agrícola en la región del Vizcaíno.
La desertificación del suelo debida a la sobreexplotación agrícola, pecuaria o forestal, la
erosión, la salinización, así como al abandono de las tierras por otras diversas causas,
entre ellas la escasez de agua y la falta de rentabilidad económica; tiende a ser aquí,
más severa y dinámica que en otras regiones a causa de la ampliamente reconocida
fragilidad ambiental propia de las zonas áridas. En el caso de las tierras agrícolas
abandonadas en sudcalifornia, el proceso de desertificación podría ser todavía más
grave, considerando que se trata de tierras desmontadas y agotadas por la práctica del
monocultivo (Amaya, 1998).
I.1.3. Potencialidades y limitantes de los suelos para la ocupación y aprovechamiento de los seres humanos.
En el Estado dominan los suelos de baja fertilidad, cerca del 72% de sus suelos
presentan limitantes físicas, ya sea a cierta profundidad (fases lítica y petrocálcica) o en
superficie (fases gravosa y pedregosa). Además un 8% tiene restricciones químicas por
elevados contenidos de sales solubles; y tan sólo el 20% son profundos y no tienen
limitantes físicas o químicas.
Los suelos de textura gruesa predominan en las regiones del Desierto de Vizcaíno, Los
Cabos y en menor proporción, en los Llanos de Magdalena; los de textura media se
extienden sobre la Sierra La Giganta y en parte de los Llanos de Magdalena y el
Desierto de Vizcaíno; y los de textura fina se localizan casi exclusivamente en la zona
occidental de la Sierra La Giganta.
26
Como resultado de los bajos índices de precipitación anual que se registran en el
Estado y la excesiva evaporación, los suelos están prácticamente secos todo el año,
excepto en pequeñas porciones de las sierras y mesetas de la Sierra La Giganta donde
permanecen húmedos en enero y septiembre; lo mismo que en la Sierra de San Lázaro,
en la región Del Cabo, en la cual permanecen húmedos cinco meses al año. Bajo esas
circunstancias, la profundidad de infiltración del agua en los suelos es poca, por tal
motivo los perfiles de los mismos no son lavados y los materiales solubles y las
partículas muy finas sólo son acarreadas hasta esa profundidad, en la cual se acumulan
las sales solubles y el carbonato de calcio, que gradualmente constituyen una capa de
caliche característica en gran parte de los suelos de las regiones: Desierto de Vizcaíno
y Llanos de Magdalena. Mientras que en otros casos, sólo se llega a enriquecer una
capa del suelo con carbonatos, como ocurre en los arenosoles y regosoles calcáricos. .
El relieve es otro factor que participa en los procesos formadores del suelo. En las
áreas de alturas y montañas de la Sierra de La Giganta, Del Cabo y de pequeñas áreas
del Desierto de Vizcaíno y los Llanos de Magdalena se produce la pérdida del suelo
por diferentes tipos de erosión, originando que los suelos residuales sean delgados y en
ocasiones además pedregosos. En las regiones llanas con piso rocoso, inundables o
salinas y campos de dunas, se presentan suelos de mayor profundidad debido a las
grandes aportaciones de sedimentos provenientes de las regiones anteriores como por
ejemplo el Desierto de Vizcaíno, en que hay acumulación de sales sódicas importantes
para la extracción de cloruro de sodio, y los Llanos de Magdalena, donde se ha
establecido la principal zona agrícola de la Estado.
La participación de la vegetación en la formación y retención del suelo es de escasa
importancia por su baja cobertura. La aportación de residuos orgánicos es poca, por lo
que se tiene en general, suelos pobres en materia orgánica, como los arenosoles con
menos del 1%.
Sobre la base de la aplicación de lo establecido en los términos de referencia, se
procedió a evaluar los niveles de potencialidad de los suelos para tres tipos de usos
específicos que son: agrícola, pecuario y asentamientos. Los niveles de potencialidad
27
se expresan en categorías desde la máxima (sin limitantes) hasta la mínima o nula, con
limitantes importantes para el desarrollo de la actividad estudiada.
Capacidad agrológica de los suelos.
Se determinan aquí las distintas clases de capacidad agrologica de los suelos de
acuerdo con las características de los mismos (tipos de suelo, régimen de humedad,
fases físicas y/o químicas) y las pendientes del terreno (CP, SARH y SPP, 1991).
En el Estado de Baja California Sur fueron identificadas y cartografiadas 3 clases
agrológicas de los suelos (ver mapa I.5) que son:
Clase 2. Suelos que presentan algunas limitaciones que hacen necesaria la aplicación
de técnicas para su uso agrícola. En el estado están relacionadas con las áreas de
vertisoles, feozem, fluvisoles y xerosoles con pendientes inferiores a los 14 grados, en
condiciones de escasa humedad (régimen arídico). Esta clase ocupa el 15.6% del área
total del Estado.
Clase 3 Constituida por suelos que presentan varias limitaciones simultaneas (baja
calidad de los suelos, aridez excesiva, pendientes moderadas, salinidad, etc.) y que es
posible aprovecharlos para la agricultura pero demandan fuertes insumos. En el Estado
están representados por los regosoles, solonchak y yermosoles con pendientes hasta
29 grados y los vertisoles, feozem y xerosoles entre 14 y 29 grados de pendiente. Esta
clase ocupa el 80.3% del área estatal.
Clase 4 son suelos de muy baja o nula capacidad agrológica, en general inadecuados
para esta actividad, en Baja California Sur están representados por litosoles que son
suelos muy someros y todas aquellas áreas con pendientes superiores a los “5 grados.
Ocupa esta clase el 5.1% del área del estado.
Capacidad pecuaria de los suelos.
Se determinan las potencialidades y limitantes que presentan los suelos del Estado
para el desarrollo de las actividades ganaderas (fundamentalmente de ganado bovino)
ya que el ganado ovino-caprino según muchos especialistas puede desarrollarse en
28
cualquier sitio, aunque puede causar también muchos daños al medio natural como
son: compactación y desgaste de los suelos y el ramoneo de la cobertura vegetal.
Para el análisis de esta capacidad se consideran las características de los suelos ( tipo
de suelo, régimen de humedad, fases física y/o químicas) y las pendientes del terreno.
Para el Estado fueron identificadas y cartografiadas 3 clases de capacidad pecuaria de
los suelos (ver mapa I.6) que son:
Clase 2. Incluye suelos que por sus características necesitan pocas técnicas y medidas
para llevar a cabo el pastoreo extensivo. Están representadas en nuestro caso por
vertisoles, feozem, xerosoles, fluvisoles y yermosoles con pendientes inferiores a los 25
grados. Ocupan el 41.8 % del área total del Estado.
Clase 3. Esta constituida por suelos que presentan fuertes limitantes para el pastoreo,
lo que obliga a establecer cargas muy bajas de ganado y otras técnicas que pueden
representar un alto costo económico y ecológico. Están representadas por los
regosoles y solonchak con pendientes entre 0-25 grados. Ocupan el 52,8% del área
estatal.
Clase 4 Esta clase agrupa suelos con características completamente desfavorables
para esta actividad y están representados por los litosoles y aquellas áreas con mas de
25 grados de pendiente, esta clase ocupa en el Estado solamente el 5,4% de su área.
Capacidad de los suelos para el desarrollo de los asentamientos humanos.
Se busca identificar las potencialidades y limitantes que poseen los suelos para el
desarrollo de los asentamientos humanos, estas ultimas están relacionadas con las
condiciones de expansión - contracción, suelos de granulometría gruesa y sueltos que
dan poca firmeza a la cimentación, áreas de inundabilidad o suelos muy orgánicos, etc.
Para Baja California Sur fueron identificadas y cartografiadas 4 clases de capacidad de
los suelos para el desarrollo de los asentamientos humanos (ver mapa I.7) que son:
Clase 1. Suelos que permiten el establecimiento de asentamientos humanos sin
limitaciones, estando representados en nuestro caso por los feozem, xerosoles y
29
litosoles, con pendientes entre 0 y 6 grados. Esta clase solamente ocupa el 5.9% del
área total del Estado.
Clase 2. Dentro de esta clase se incluyen suelos que por sus características presentan
algunas limitaciones para el establecimiento de los asentamientos humanos. Están
representados por los vertisoles y yermosoles con pendientes inferiores a los 25 grados
y los feozem, xerosoles y litosoles con pendientes entre 6 y 15 grados. Ocupan el
37.8% del área estatal.
Clase 3. Son suelos que presentan fuertes limitaciones para la construcción, es posible
realizar la urbanización pero con medidas estrictas, mayor costo y alto grado de riesgo.
Están representadas por los regosoles y fluvisoles con pendientes inferiores a 25
grados y los feozem, xerosoles y litosoles con pendientes entre 15 y 25 grados. Esta
clase ocupa el 53.05% del territorio.
Clase 4. Suelos con limitantes severas que sugieren no usarlos para el desarrollo de
asentamientos humanos, están constituidos por los solonchak y las áreas con
pendientes superiores a los 25 grados. Esta clase ocupa la menor extensión en el
Estado con solo 3.3 %.
En resumen se puede afirmar que en general en Baja California Sur la potencialidad de
los suelos para las actividades agrícola, pecuaria y los asentamientos es baja ya que
los valores obtenidos están en más del 50 % en las clases 3 y 4 en todos los casos y no
existen áreas con capacidad agrológica y pecuaria en la clase 1 y en relación con los
asentamientos esta clase solo ocupa el 5.9 % del área total del estado.
I. 2. Fase II Diagnóstico del Subsistema natural Se entiende como diagnóstico "a la evaluación de las propiedades del medio físico y
socioeconómico, así como su estado en relación a la utilización del territorio por las
actividades humanas" (Salinas, Eduardo. 1996).
En nuestro caso el diagnóstico se fundamentó en el análisis de los potenciales de las
unidades geoecológicas por un lado y los problemas geoecológicos que pueden
generarse o que ya existen en esas unidades, como consecuencia no solo de los
30
procesos naturales sino también de forma muy significativa por las actividades
humanas actuales o que se desean implantar. Tratamos además de reconocer los
principales problemas geoecológicos que tienen los paisajes, la eficiencia en su
utilización mediante el análisis de la compatibilidad de su uso y por último el estado
geoecológico de los mismos.
Diagnóstico general del subsistema natural.
El territorio del estado presenta grandes ventajas como son por un lado su extenso
litoral y grandes limitaciones al desarrollo de muchas actividades económicas por su
escasez de agua por otro lado.
El relieve del estado desarrollado sobre estructuras geológicas asociadas con la
formación de la península y su separación del continente a partir de un sistema de fallas
con dirección norte –sur, se caracteriza por una serie de sierras cercanas al Golfo de
California y extensos valles en la vertiente del Océano Pacífico. Las formaciones
montañosas de las sierras de San Francisco, La Giganta y La Laguna han originado
paisajes con gran potencial turístico sobre el litoral del Golfo de California.
Los valles en la vertiente del Océano Pacífico posibilitan el desarrollo agrícola, cuya
principal limitante es la disponibilidad de agua. En el litoral del Pacífico existen
condiciones favorables para la pesca, por la existencia de una corriente de aguas frías y
aunque esta actividad ya se realiza, puede ampliarse.
En cuanto al clima el predominio de las condiciones secas y áridas, establecen serias
limitantes al desarrollo económico social y caracterizan situaciones ecológicas extremas
para el territorio y condiciona la existencia de paisajes agrestes. No obstante se
presentan condiciones favorables para el desarrollo del turismo, dado el alto grado de
asoleamiento (horas de sol/día), aunque las temperaturas elevadas durante el verano,
pueden afectar el nivel de bienestar o confort de los turistas.
Los climas templados solo están presentes en las partes altas de la Sierra de La
Laguna, donde los asentamientos humanos se dificultan por lo accidentado del relieve.
31
La hidrología superficial se limita a unos cuantos ríos cortos, con escaso escurrimiento
de forma estacional y una multitud de arroyos secos que solo conducen agua después
de las lluvias, pudiendo presentar inundaciones severas de forma ocasional con alto
poder destructivo.
Un 30% del área del Estado no presenta condiciones de aprovechamiento de los
recursos hidráulicos superficiales o subterráneos; otro 30% tiene una disponibilidad
limitada; y sólo el 4% presenta posibilidades de incrementar las extracciones.
Considerando la importancia del recurso agua para el estado, se requiere controlar la
sobreexplotación para evitar su agotamiento, la salinización de los suelos y la intrusión
salina.
La hidrología subterránea constituye la base para proveer de agua al estado, existiendo
39 acuíferos, de los cuales 7 están sobreexplotados, 25 están en equilibrio y 7 se
encuentran subexplotados.
La vegetación en el estado se caracteriza por el predominio de los matorrales
desérticos y semidesérticos, de alto valor floristico a nivel regional y local, con escasas
áreas de bosques de pino y encino en la Sierra de La Laguna. Los matorrales
desérticos y semidesérticos pueden tener una explotación moderada, ya que su
fragilidad es muy grande y los tiempos de reposición son muy largos, sin embargo
usados de manera adecuada pueden proveer especies medicinales, madera e incluso
soportar una ganadería extensiva de ganado menor.
La fauna terrestre ha sido poco estudiada aun, por lo que tiene un interés limitado,
aunque conviene proteger el berrendo y el borrego cimarrón, principalmente en la Sierra
de San Francisco.
La fauna marina es rica y abundante, constituyendo un recurso importante para el
desarrollo de la pesca deportiva, la pesca comercial en ambos litorales y la observación
de mamíferos marinos.
32
El patrimonio natural del Estado es muy extenso, la mayoría del territorio está en
condiciones favorables de conservación, lo que constituye una situación de excepción
en el país.
En cuanto a las Reservas de la Biosfera, estas deben ser protegidas, principalmente en
sus zonas núcleo.
El paisaje constituye un potencial importante en el estado, aprovechable para fines
turísticos. Este debe ser preservado, regulando las presiones de población que pueden
afectar el paisaje como es el caso del litoral de Los Cabos.
Derivado de la zonificación ecológica y de las unidades de paisaje se desprende la
importancia de proteger extensas zonas, como es el caso de la Sierra de La Laguna, la
Laguna de San Ignacio, la Laguna Ojo de Liebre, la Sierra de San Francisco, la Bahía
de Concepción, los territorios insulares y en general toda la franja costera, sobre todo
en el litoral del Golfo de California.
En cuanto a la potencialidad del medio, el principal a desarrollar es el potencial de
pesca y acuacultura. Los recursos naturales son muy extensos y las posibilidades de
comercialización muy atractivas.
En general se puede decir que la aptitud del territorio de sudcalifornia es para el
turismo, la pesca, la acuacultura y la conservacion. La actividad pecuaria puede
desarrollarse más ampliamente, ocupando inclusive zonas donde la agricultura ha
decrecido, por problemas de agua y suelos, como es el caso del Valle de Santo
Domingo.
1.2.1 Fragilidad natural (cuadro I.2)
Las condiciones naturales de los paisajes y sus componentes favorecen la existencia
una alta fragilidad natural general. La vegetación en general presenta una fragilidad que
fue valorada de alta, lo que responde al hecho de las características de la misma,
adaptada a condiciones extremas de sequedad, halomorfismo, etc., que limitan su
capacidad de autorregulación, desarrollo y resistencia a los impactos.
33
En el relieve, según las características del territorio, predominan condiciones de
fragilidad muy alta a media, donde se manifiestan limitaciones, por la energía de los
procesos geomorfológicos en las pendientes, los fluviales y/o marinos.
Los suelos, presentan condiciones de fragilidad predominantemente muy alta a alta, Lo
que responde al poco desarrollo de los suelos, origen acumulativo alóctono, su
erodabilidad y poca estabilidad natural general.
34
Cuadro I.2. Evaluación para el diagnóstico de los paisajes. Unidad de paisaje Fragilidad natural Calidad Ecológica Peligros
Grupos
Vegetación Relieve Pendiente Suelos
Fragilidad
general
Limitantes
Clase de calidad
Grado de
peligrosida
d natural
(relativa)
Leves Severas
I.1.1 Alta Media Baja Alta Media - Erosión eólica. - Muy Alta. - Muy Bajo
I.1.2 Alta Media Baja Alta Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Focos de agricultura de riego.
- Alta - Bajo
I.1.3 Alta - Baja Media Baja Alta Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Focos de agricultura de riego
- Contaminación de embalse
- Focos urbanos - Alta - Medio
I.1.4 Alta Media Media Alta Media - Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Focos de
erosión severa.
- Alta.
- Medio
I.1.5 Alta Media Baja Alta Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Focos de agricultura de riego.
- Acumulación de desechos.
- Sobre explotación dacuíferos.
- Focos de
erosión severa.
- Focos urbanos
- Alta.
-Parcial: Medio a
bajo por antropi-
zación.
-Bajo
I.1.6 Alta -
Media Media Baja Alta Media
- Erosión eólica.
- Corrosión costera.
- Salinidad ambiental.
- Alta.
- Medio
I.1.7 Alta Alta Alta Alta Alta - Erosión en las pendientes.
- Pastoreo extensivo.
- Alta.
- Medio
I.1.8 Alta Media Baja Alta Media
- Pastoreo extensivo.
- Erosión eólica e hídrica.
- Focos de
erosión severa.
- Asentamiento
humanos
- Alta.
- Bajo -
Medio
I.1.9 Alta Media Baja Alta –
Media Media
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de
acuíferos.
- Áreas de erosión
severa.
- Vegetación
tendiente a áreas
agropecuarias.
- Focos urbanos
- Media.
-Parcial: Alta. - Medio
35
Cuadro I.2. Evaluación para el diagnóstico de los paisajes. (continuación) Unidad
de
paisaje
FRAGILIDAD NATURAL CALIDAD ECOLÓGICA PELIGROS
Grupos de
paisaje
Vegetación Relieve Pendiente Suelos Fragilidad
general
Limitantes Clase de
calidad
Grado de
peligrosidad
natural
(relativa)
Leves Severas
I.2.1 Alta Alta Media Alta Alta
- Erosión en las pendientes.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos
- Alta (parcial-
mente muy
alta).
- Medio
I.2.2 Alta Alta Baja Alta Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos
- Alta (parcial-
mente muy
alta)
- Medio
I.2.3 Alta Alta a Alta Alta -
Media Media
- Erosión en las pendientes.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos
- Alta (parcial-
mente muy
alta)
- Alto
I.2.4 Alta Alta Alta Alta Alta
- Erosión de las pendientes.
- Pastoreo extensivo.
- Alta.
- Alto
I.2.5 Alta
Alta –
Media
(disecció
n y
arroyos)
Alta Alta -
Media
Alta –
Media
- Pastoreo extensivo.
- Contaminación de acuatoria.
- Sobre explotación de acuíferos
- Vegetación secundaria local.
- Focos de expansión
urbanos y turísticos.
- Erosión en las
pendientes y arroyos.
- Media
- Alto
I.2.6 Alta Media Baja Alta Media
- Erosión eólica e hídrica ocasional.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Focos de asentamientos humanos.
- Vegetación tendiente a
áreas agropecuarias.
- Agricultura de riego.
- Media
- Medio a
Alto
I.2.7 Alta Media Baja Alta Media
- Erosión eólica e hídrica ocasional.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Focos de asentamientos humanos.
- Vegetación tendiente a
áreas agropecuarias.
- Agricultura de riego. - Media
- Alto
I.2.8 Alta Media Baja Alta Media
- Erosión eólica e hídrica ocasional.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Focos de asentamientos humanos.
- Vegetación tendiente a
áreas agropecuarias.
- Agricultura de riego.
- Media
- Alto
36
Unidad
de
paisaje FRAGILIDAD NATURAL CALIDAD ECOLÓGICA PELIGROS
Grupos de
paisaje
Vegetación Relieve Pendiente Suelos Fragilidad
general
Limitantes
Clase de
calidad
Grado de
peligrosidad
natural
(relativa)
Leves Severas
I.2.9 Muy Alta a
Alta Media Baja
Alta –
Baja Media
- Erosión eólica e hídrica ocasional.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Focos de asentamientos humanos.
- Expansión urbana.
- Agricultura de riego.
- Desechos.
- Contaminación de
cuerpos de agua
costeros.
- Media a
Baja (parcial-
mente Alta).
- Alto
I.2.10 Alta Media Media Baja Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos
-
- Alta - Medio
I.2.11 Alta Alta Media Alta -
Media Alta
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Focos de agricultura de riego.
- Focos de explotación
minera. - Alta
(localmente
media y baja)
- Medio
I.2.12 Alta Alta Media Alta Alta
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Focos de agricultura de riego.
- Focos de expansión
urbanos, turisticos y
mineros.
- Alta
(localmente
media y baja)
- Medio
I.2.13 Alta Media Baja Alta –
Media Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Sobre explotación de acuíferos.
- Vegetación tendiente a
áreas agropecuarias. - Media - Bajo
Fuente: Elaborado por los autores.
37
Cuadro I.2. Evaluación para el diagnóstico de los paisajes. (Continuación)
Unidad de
paisaje Fragilidad natural
Calidad Ecológica Peligros
Grupo Vegetación Relieve Pendiente Suelos Fragilidad
general
Limitantes Clase de
calidad
Grado de
peligrosidad
natural
(relativa)
Leves Severas
I.2.14 Alta Media Media - Baja Alta Media
- Erosión eólica.
- Pastoreo extensivo.
- Focos de agricultura de riego
(palmares).
- Contaminación de embalse.
- Focos urbanos - Media - Medio
II.1.1 Alta Muy Alta Muy Alta Alta Muy Alta - Pastoreo extensivo. - Erosión en las
pendientes.
- Alta.
- Alto
I.1.2 Alta Muy Alta Muy Alta Alta Muy Alta - Pastoreo extensivo. - Erosión en las
pendientes. - Alta - Alto
II.2.1 Alta Muy Alta Muy Alta Alta -
Media Muy Alta
- Pastoreo extensivo. - Erosión en las
pendientes. - Alta - Muy Alto
II.2.2 Alta Muy Alta Muy Alta Alta Muy Alta - Pastoreo extensivo.
- Erosión en las
pendientes.
- Alta.
- Muy Alto
II.3.1 Alta Muy Alta Muy Alta Alta -
Media Muy Alta
- Pastoreo extensivo.
- Erosión en las
pendientes.
- Muy
Alta.
- Muy Alto
II.4.1 Alta Muy Alta Muy Alta Alta -
Media Muy Alta
- Pastoreo extensivo. - Erosión en las
pendientes.
- Muy
Alta.
- Muy Alto
II.5.1 Alta Muy Alta Muy Alta Alta Muy Alta
- Pastoreo extensivo.
- Incendios forestales.
- Actividad forestal
- Erosión en las
pendientes.
- Muy
Alta.
- Muy Alto
II.6.1 Alta Muy Alta Muy Alta Alta Muy Alta
- Pastoreo extensivo.
- Incendios forestales.
- Actividad forestal
- Erosión en las
pendientes.
- Muy
Alta.
- Muy Alto
Fuente: Elaborado por los autores.
38
La fragilidad natural de los paisajes según el mapa I. 8, se clasificó siguiendo la metodología
establecida en:
Muy alta
Esta se presenta de forma localizada en los Lomerios y Sierras del Estado, correspondiente
a los paisajes de las unidades: II.1.1 (Sierra de San José de Castro); II.1.2 (Sierra de Santa
Clara); II.2.1 (Sierra de La Giganta e Islas del Golfo); II.2.2 (Sierras Bajas de loa Cabos e Isla
de Cerralvo); II.3.1, II.5.1 y II.6.1 (Sierras de La Laguna San Lázaro y Trinidad e Isla
Cerralvo); y II.4.1 ( Picos de La Giganta y las Tres Vírgenes), en las cuales las fuertes
pendientes, lo abrupto del relieve y la alta fragilidad y poco desarrollo de los suelos,
determinan una alta inestabilidad natural del paisaje y en consecuencia muy alta fragilidad
de los mismos.
Alta
Esta categoría abarca algunas unidades de los tipos de paisajes de las “Planicies y colinas muy secas y calidas” (I.2) del estado, como: I.2.1 (Llanura de piedemonte de San Ignacio); I.2.3 (Bajadas de la Giganta); I.2.4 (Península de Balandra); I.2.11 (San Juan de la Costa e Isla de San José) y I.2.12 (Llanura costera del Golfo) y solamente la unidad I.1.7 (Islas de Margarita y Magdalenas), entre los tipos de paisajes de las ”Planicies y colinas muy secas semicálidas” (I.1), donde los cuatro factores evaluados (vegetación, relieve, pendiente y suelos) presentan una alta fragilidad, destacando en especial la existencia del matorral seco y semiseco, de por sí sumamente frágil, ya que las condiciones de aridez hacen que la reposición de la vegetación sea extremadamente lenta, lo que condiciona la alta fragilidad natural de estos paisajes.
Media
Se localizan de forma predominante en el Estado y abarcan la mayor parte de los tipos de
paisajes de las “Planicies y colinas muy secas y semicálidas” (I.1) y las “Planicies y colinas
muy secas cálidas” (I.2), como las unidades: I.1.1 (Llanura de Malarribo); I.1.2 (Bajadas de
San Francisco); I.1.3 (Valle de San Ignacio); I.14 (Bajadas de San Ignacio); I.1.5 (Llanos del
Vizcaíno); I.1.6 (Litoral Pacífico); I.1.8 (Planicie baja de Magdalena); I.1.9 (Planicie de
Constitución); I.2.2 (Bajadas de Magdalena); I.2.5 (Litoral de los Cabos); I.2.6 (Valle de San
Juan de los Planes); I.2.7 (Valle de Santiago); 1.2.8 (Llanura de Todos Santos); I.2.9 (Valle
de La Paz); I.2.10 (Llanura del Carrizal); I.2.13 (Valle de San Juan Londó) y I.2.14 (Valle de
39
Mulegé), en los cuales son factores de estabilidad las condiciones llanas del relieve y las
suaves pendientes predominantes, por lo que se establecen patrones de fragilidad media, a
pesar de lo frágil de la naturaleza de su vegetación y de los suelos.
En el territorio no se detectaron unidades con baja fragilidad, como resultado de los altos
valorares parciales de fragilidad que presentan los componentes evaluados, dando lugar a
paisajes al menos medianamente frágiles y de forma significativa con altos índices de
fragilidad natural.
1.2.2 Calidad ecológica de los recursos naturales (cuadro I.2). La Calidad Ecológica de los paisajes del Estado, en general se manifiesta de alta a muy alta, con variaciones focales principalmente por la actividad
antrópica, que rompe el equilibrio geosistémico, causando la pérdida de calidad de los paisajes al desencadenar procesos degradantes intensos.
Las principales limitantes presentes en los paisajes del Estado, tienen un carácter
predominantemente leve, con una manifestación espacial diferenciable. Entre ellos destacan
los problemas relacionados con la influencia marina (abrasión, corrosión, salinización,
penetraciones del mar, etc.); con los fenómenos fluviales ocasionales intensos
(inundaciones, erosión, migración de cauces y arroyos, arroyadas, etc.); las pendientes
(movimientos de masas, mal drenaje, inestabilidad de las pendientes etc.); con el viento
(deflación) y de carácter antrópico (contaminación, vertimiento de desechos,
sobreexplotación de acuíferos, construcciones, extracción de materiales, desbroces, etc.).
Las limitantes severas se asocian a procesos fuertemente degradantes del medio como: la
expansión urbana, la agricultura de riego, el vertimiento de desechos, los focos de erosión
severa, la contaminación de cuerpos de agua y la sustitución de la vegetación natural por
áreas agropecuarias; que en este territorio tienen un carácter generalmente puntual.
El resultado del análisis de la Calidad Ecológica de los paisajes (mapa I.9), permite el
siguiente comentario:
Muy Alta
Se localiza asociada a las altas sierras de Baja California Sur, en particular en las unidades:
II.3.1, II.5.1 y II.6.1 (Sierras de La Laguna, San Lázaro y Trinidad); y II.4.1 (Picos de La
Giganta y las Tres Vírgenes), donde las condiciones naturales se han conservado de forma
significativa; y en las unidades I.11 (Llanura de Malarribo) y I.2.3 (Bajadas de la Giganta),
aisladas por su ubicación y condiciones naturales extremas.
40
Alta
La clase de Calidad Ecológica Alta, predomina ampliamente en el Estado, lo que refiere una
baja perturbación de los paisajes en general, se agrupan en esta categoría:
Las unidades de “Lomerios y sierras” (II), II.1.1 (Sierra de San José de Castro); II.1.2 (Sierra
de Santa Clara); II.2.1 (Sierra de La Giganta e Islas del Golfo); II.2.2 (Sierras Bajas de los
Cabos e Isla de Cerralvo).
Algunos tipos de paisajes de las “Planicies y colinas muy secas y calidas” (I.2) del Estado,
como: I.2.1 (Llanura de piedemonte de San Ignacio); I.2.2 (Bajadas de Magdalena); I.2.4
(Península de Balandra); I.2.10 (Llanura del Carrizal); I.2.11 (San Juan de la Costa e Isla de
San José) y I.2.12 (Llanura costera del Golfo). Y de paisajes de las “Planicies y colinas muy
secas y semicálidas” (I.1), como las unidades: I.1.2 (Bajadas de San Francisco); I.1.3 (Valle
de San Ignacio); I.14 (Bajadas de San Ignacio); I.1.5 (Llanos del vizcaíno); I.1.6 (Litoral
Pacífico); I.1.7 (Islas de Margarita y Magdalena); I.1.8 (Planicie baja de Magdalena).
Media
También las unidades con Calidad Ecológica de clase media están bien representadas,
estas han recibido el impacto parcial de la actividad del hombre dando lugar a cierta
degradación de los paisajes, entre estas tenemos:
Entre los tipos de paisajes de las “Planicies y colinas muy secas cálidas” (I.2): la I.2.5 (Litoral
de los Cabos; I.2.6 (Valle de San Juan de los Planes); I.2.7 (Valle de Santiago); 1.2.8
(Llanura de Todos Santos); I.2.9 (Valle de La Paz); I.2.13 (Valle de San Juan Londó) y I.2.14
(Valle de Mulegé). Y entre los tipos de las “Planicies y colinas muy secas semicálidas” (I.1):
I.1.9 (Planicie de Constitución).
Media a Baja
Finalmente una unidad fue clasificada de Media a Baja, I.2.9 (Valle de La Paz); donde se
localizan de forma general las principales modificaciones antrópicas y el mayor deterioro
ambiental del Estado.
Debe comprenderse que si bien a la escala de trabajo no se reportan áreas con calidad
ecológica baja o muy baja, a nivel local, es posible encontrar focos con fuerte perturbación
del medio y deterioro de su Calidad Ecológica.
41
Los recursos naturales principales del Estado, están constituidos por su clima, la biota, los
recursos minerales, marinos y turísticos. La limitante principal es la escasez de agua y la
baja calidad de los suelos.
El agua de los acuíferos debe ser protegida, dada su escasez. La sobreexplotación por
actividades turísticas en Los Cabos o por actividades agropecuarias en el Valle de Santo
Domingo, es un problema importante que debe ser resuelto con el uso racional del agua y
con el reciclaje de las aguas residuales mediante tratamiento. Sin embargo su fragilidad es
alta, por lo que su explotación debe ser selectiva.
Principales Problemas Ambientales del Estado:
1.- Mal uso y contaminación de los cuerpos de agua. Se reconocen inconsistencias respecto
a la confiabilidad de los datos referentes a las magnitudes y capacidad de recarga de los
mantos acuíferos subterráneos. Así como lo relacionado con la contaminación de los
cuerpos de agua en donde merecen atención especial los casos de la ensenada de la Paz y
de la dársena de Cabo San Lucas.
La extracción de agua con fines económicos y domésticos sin planeación, ha afectado las
fuentes tradicionales de abasto, como es el caso de Cabo San Lucas, donde el crecimiento
de la población vinculada al turismo ha agravado en extremo esta situación.
Contaminación de los mantos subterráneos, por el uso de plaguicidas y fertilizantes ligados a
la producción agrícola, la intrusión salina, así como por los residuos de las explotaciones
mineras, sobre todo en la región de San Antonio, en el municipio de La Paz, en donde se
han detectado importantes concentraciones de arsénico en las fuentes de abasto de agua
potable.
2.- Explotación irracional y saqueo de especies de flora y fauna especialmente especies
endémicas como las cactáceas y los peces de colección.
3.- Mal manejo y administración de las áreas naturales de interés, así como otras que, por
diversos motivos no están todavía incluidas dentro de alguna categoría de protección.
4.- La disposición de los residuos sólidos, principalmente en La Paz, Los Cabos, Loreto y
Ciudad Constitución.
42
5.- Pérdida de diversidad biológica; a pesar de que se desconoce el número exacto de espe-
cies peninsulares que se han extinguido, en la actualidad se sabe que existen en el Estado
12 especies de fauna en peligro de extinción y 22 se encuentran bajo el estado de cuidado
especial; además, varias decenas de especies de la flora están amenazadas entre ellas 17
pertenecen a la familia de las cactáceas. Varias causas explican la pérdida de diversidad
biológica en Baja California Sur: la fragmentación y/o modificación de los hábitats, la
explotación excesiva de los recursos, la contaminación, la introducción de especies exóticas
y la tala de bosques.
6.- Sobreexplotación de los recursos, principalmente, los acuíferos debido a los cultivos de
trigo, algodón y cártamo, que han provocado la salinización de los pozos afectando no
solamente la estructura productiva de esas regiones sino también a la diversidad biológica.
7.- La ampliación de la frontera agrícola que ha significado el desmonte de grandes
extensiones de terreno lo que ha impactado significativamente en la cubierta vegetal y los
organismos que la habitan en forma permanente.
8.- La explotación ganadera de forma extensiva y fundamentada en la cría de ganado bovino
y caprino ha conllevado la realización de desmontes de grandes extensiones de terreno para
implementar pastizales con especies que tienen un alto índice de requerimiento de agua así
como la introducción de la ganadería ovina en extensas áreas especialmente en los
ecosistemas insulares de alta fragilidad.
9.- Producción de leña y carbón en regiones con alto grado de marginación, lo que provoca
una pérdida de extensas áreas de matorrales y bosques al realizarse esta actividad por
encima de la capacidad de regeneración de la cobertura vegetal.
10.- La explotación inadecuada de la vegetación natural, que se realiza con el fin de producir
materiales que se utilizan en la construcción de cercos o techos, ya sea para uso doméstico
o para la decoración de emplazamientos turísticos, como por ejemplo la palma blanca
(Washingtoniana robusta), especie que se considera endémica de la península, y que ha
sido fuertemente afectada por su explotación irracional, sobre todo en los municipios de La
Paz y Los Cabos.
43
I.2.3 Cambios de uso del suelo y vegetación 1980-2000
El análisis de los cambios del uso de suelo a partir de los mapas de 1980 y 2000 (mapa
I.10), permite constatar que existe una fuerte dinámica en el uso del territorio, aunque a
escala localizada.
Dentro de los usos que manifiestan disminución áreal se encuentran: las áreas sin
vegetación (- 60 km2), otros tipos de vegetación (- 176 km2), el matorral xerófilo (- 592 km2),
la vegetación hidrófila (- 6 km2), la agricultura temporal (- 22 km2) y la selva caducifolia y
subcaducifolia (- 596 km2).
Los usos que aumentaron de área son: los cuerpos de agua (+ 219 km2), los asentamientos
humanos (+ 124 km2), la agricultura de riego y humedad (+ 448 km2), el mezquital (+ 430
km2), los bosques de latifolias (+ 430 km2), los pastizales inducidos y cultivados (+ 218 km2)
y los bosques de coníferas y latifolias (+ 16 km2).
En el cuadro I.3 se pueden apreciar los principales tipos de cambios ocurridos y las
permanencias existentes para estos años en km2 ; donde a pesar de existir grandes áreas de
permanencia de la vegetación natural, se observa un crecimiento de la destrucción y
degradación de los matorrales y bosques por diferentes causas y la pérdida y degradación
de las tierras agrícolas; y en sentido positivo el aumento del mejoramiento agrícola y la
reforestación y la recolonización de la vegetación natural; aunque en el mapa se puede
observar que en la generalidad de los casos tienen estos cambios un carácter focal.
El análisis por unidades de paisaje (grupos de paisajes), cuadro I.4, muestra el siguiente
resultado:
Cuadro I.3. Cambios del Uso de Suelo y Vegetación (1980-2000)
Tipo de cambio Clave Área en km2
Degradación de la condición agrícola A- 14.4
Mejoramiento de la condición agrícola A+ 55.7
Pérdida de agricultura AO 96.7
Crecimiento urbano en áreas agrícolas AZ 37.0
Crecimiento urbano en áreas de vegetación natural BZ 79.1
Crecimiento urbano en cuerpos de agua CZ 0.1
Deforestación total D1 39.8
Degradación de la vegetación y cuerpos de agua De D6 a D10 1 363.5
Degradación forestal D2 374.2
Desmatorralización D4 756.4
Obras hidrológicas H1 335.2
44
Repoblación forestal R1 6.0
Recuperación forestal R2 249.9
Recolonización forestal R3 1 517.8
Permanencia de agricultura SA 1 119.5
Permanencia de bosques SB 3 853.5
Permanencia de cuerpos de agua SC 0.6
Permanencia de áreas erosivas o degradadas SE 632.7
Permanencia de matorral SM 5 4207.4
Permanencia de pastizales y veg. Secundaria SP 70.8
Permanencia de diversos tipos de vegetación SS 6 077.0
Permanencia urbana SZ 25.1
Fuente: Elaborado por los autores a partir del mapa de I.10. Cambios de uso desuelo y vegetación
Los paisajes que han recibido menos cambios o sea están menos alterados se localizan en
las unidades I.1.1 (Llanura de Malarribo), I.1.4 (Bajadas de San Ignacio), I.1.7 (Islas de
Margarita y Magdalena), I.2.10 (Llanura del Carrizal); I.2.11 (San Juan de la Costa e Isla de
San José), II.4.1 (Picos de La Giganta y las Tres Vírgenes), II.5.11 (Sierras de La Laguna,
San Lázaro y Trinidad y II.6.11 (Cimas de la Sierra de La Laguna).
Mientras entre los paisajes que presentan más cambios tenemos:
I.1.2 (Bajadas de San Francisco); I.1.3 (Valle de San Ignacio), I.1.5 (Llanos del vizcaíno),
I.1.8 (Planicie baja de Magdalena), I.1.9 (Planicie de Constitución), I.2.1(Llanura de
piedemonte de San Ignacio), I.2.2 (Bajadas de Magdalena), I.2.3 (Bajadas de la Giganta),
I.2.4 (Península de Balandra), I.2.5 (Litoral de Los Cabos), 1.2.7 (Valle de Santiago), 1.2.9
(Valle de La Paz), II.2.2 (Sierras Bajas de los Cabos e Isla de Cerralvo) y II.3.1(Sierras de La
Laguna, San Lázaro y Trinidad). En estos se acumulan intensos cambios por la degradación
de la vegetación, la desmatorralización, pérdida de las condiciones agrícolas, crecimiento de
núcleos urbanos, etc.
El resto de las unidades presentan afectaciones medias principalmente relacionadas con la
degradación de la vegetación, la degradación forestal y la desmatorralización.
Los cambios detectados se agruparon de la siguiente forma:
Los usos que se manifestaron con menor intensidad las unidades de paisajes son: CZ
(Crecimiento urbano en cuerpos de agua), D1(Deforestación total), D6 (Degradación de la
vegetación por urbanización), D7 (Degradación de cuerpos de agua), D8 (Degradación de la
45
vegetación hidrófila), D10 (Degradación de otros tipos de vegetación), H1 (Obras
hidrológicas) y R1 (Repoblación forestal).
Mientras los que efectuaron más alteraciones fueron: D4 (Desmatorralización), D9
(Degradación del matorral), R3 (Recolonización forestal), A- (Degradación agrícola), AO
(Pérdida de agricultura), BZ (Crecimiento urbano en áreas sin vegetación) y AZ (Crecimiento
urbano en áreas agrícolas).
Los cambios R2 (Recuperación forestal) y D2 (Degradación forestal), se localizan en las
partes altas de las unidades de Sierras y alturas de la Península.
46
Cuadro I. 4 Cambios de Uso del Suelo y Vegetación por Paisajes. (1980-2000). En kilómetros
Cambios de Uso de suelo y Vegetación
Paisajes A + A - AO AZ BZ CZ D1 D10 D2 D4 D6 D7 D8
I.1.1 I.1.1 -- -- -- -- 0.2 -- -- -- -- -- -- --
I.1.2 I.1.2 -- 1.7 2.6 3.7 4.5 -- -- -- -- 36.6 -- --
I.1.3 I.1.3 -- 2.5 0.3 0.1 0.6 -- -- -- -- 22.9 -- --
I.1.4 I.1.4 -- -- -- -- 0.2 -- -- 0.1 -- 0.1 -- --
I.1.5 I.1.5 -- 3.2 0.4 -- 4.5 -- -- 15.3 -- 27.1 -- 4.1
I.1.6 I.1.6 -- -- -- -- 0.2 -- -- 8.5 -- -- -- --
I.1.7 I.1.7 -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
I.1.8 I.1.8 0.6 0.4 6.8 0.7 3.1 0.1 -- 12.3 -- 32.7 -- --
I.1.9 I.1.9 1.4 9.0 30.5 7.9 5.3 -- -- -- -- 245.0 -- --
I.2.1 I.2.1 -- 1.3 0.3 -- 0.3 -- -- 0.4 -- 11.7 -- --
I.2.10 I.2.10 -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
I.2.11 I.2.11 -- -- -- -- -- -- -- 0.5 -- -- -- --
I.2.12 I.2.12 3.0 4.5 14.3 -- 3.3 -- -- -- -- 5.2 -- --
I.2.13 I.2.13 -- 0.7 0.4 -- -- -- -- -- -- 12.4 -- --
I.2.14 I.2.14 -- 0.2 3.0 -- -- -- -- -- -- 8.4 -- --
I.2.2 I.2.2 0.6 6.1 22.3 13.0 1.8 -- -- -- -- 99.9 -- --
I.2.3 I.2.3 -- -- 2.4 1.0 0.2 -- -- -- -- 16.6 -- --
I.2.4 I.2.4 -- -- -- 0.1 1.1 -- -- -- 4.0 1.2 1.3 --
I.2.5 I.2.5 -- 0.8 -- 1.3 19.4 -- -- -- 29.0 6.9 2.3 --
I.2.6 I.2.6 -- -- 0.6 0.2 3.8 -- -- -- 1.1 22.2 -- --
I.2.7 I.2.7 -- 10.2 2.8 2.0 12.0 -- 5.8 -- 54.8 35.0 0.3 --
I.2.8 I.2.8 -- 0.6 -- -- -- -- -- -- 0.4 14.3 -- --
I.2.9 I.2.9 4.8 9.5 5.9 6.2 7.8 -- -- -- 38.4 68.2 1.4 --
II.1.1 II.1.1 -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
II.1.2 II.1.2 -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
II.2.1 II.2.1 -- -- 0.2 -- 0.5 -- -- -- -- 3.9 -- --
II.2.2 II.2.2 -- 1.0 -- -- 0.1 -- 1.6 -- 71.7 65.0 1.0 --
II.3.1 II.3.1 0.3 2.9 2.8 -- 0.6 -- 32.0 -- 173.8 14.7 1.3 --
II.4.1 II.4.1 -- -- -- -- -- -- -- -- 1.0 -- -- --
II.5.1 II.5.1 -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
II.6.1 II.6.1 -- -- -- -- -- -- 0.5 -- -- -- -- --
Fuente: Elaborado por los autores a partir del mapa de I.10. Cambios de uso de sueloy vegetación
47
Cuadro I. 4 Cambios de Uso del Suelo y Vegetación por Paisajes. (1980-2000). (Continuación).
Cambios de Uso de suelo y Vegetación
Paisajes D9 H1 R1 R2 R3 SA SB SC SE SM SP SS SZ
I.1.1 48.6 -- -- -- 79.6 -- -- -- -- 718.7 -- 172.3 --
I.1.2 14.0 -- -- -- 40.6 -- -- -- -- 1921.6 -- 39.5 --
I.1.3 7.0 -- -- -- 5.0 -- -- -- -- 338.2 -- 18.4 --
I.1.4 20.2 -- -- -- 21.4 -- -- -- 16.1 504.3 1.8 287.1 --
I.1.5 541.5 331.2 -- -- 783.4 -- -- -- 516.9 3739.0 -- 4237.2 --
I.1.6 10.9 -- -- -- 25.7 -- 0.3 0.3 -- 136.3 -- 191.6 --
I.1.7 -- -- -- -- -- -- -- -- -- 15.0 -- -- --
I.1.8 90.5 1.0 -- -- 94.9 -- 0.2 0.2 1.9 3215.8 4.0 241.6 --
I.1.9 19.7 -- -- -- 42.5 -- -- -- 9.8 3414.9 -- 160.1 --
I.2.1 136.3 0.6 -- -- 46.5 -- -- -- -- 1242.0 -- 155.4 --
I.2.10 -- -- -- -- -- -- -- -- -- 170.3 -- -- --
I.2.11 0.6 -- -- -- 0.3 -- -- -- -- 703.5 -- -- --
I.2.12 43.1 1.0 -- -- 22.0 -- -- -- 2.6 3276.8 0.6 26.7 --
I.2.13 1.4 -- -- -- 1.5 -- -- -- 2.8 490.2 -- 3.6 --
I.2.14 -- -- -- -- -- -- -- -- -- 260.9 1.9 -- --
I.2.2 4.6 -- -- -- 61.9 -- -- -- 0.1 4140.6 -- 16.5 --
I.2.3 0.2 -- -- -- 58.0 -- -- -- 1.2 2827.6 -- -- --
I.2.4 1.0 -- -- -- 1.4 -- -- -- -- 216.9 -- 3.5 1.0
I.2.5 32.6 -- -- 6.3 0.2 89.8 -- -- 1.8 346.6 -- 5.3 --
I.2.6 0.4 -- -- 2.2 1.4 19.2 -- -- -- 253.3 -- 1.8 --
I.2.7 6.9 -- -- 2.4 3.6 55.4 -- -- 1.7 682.0 7.1 29.6 --
I.2.8 -- -- -- 0.5 -- 5.2 -- -- -- 291.3 -- -- --
I.2.9 8.6 -- 0.1 1.9 25.6 20.7 -- -- -- 1323.2 19.0 5.7 18.8
II.1.1 29.1 -- -- -- 5.4 -- -- -- -- 1184.4 -- 28.7 --
II.1.2 6.8 -- -- -- 20.2 -- -- -- -- 1013.3 -- 22.6 --
II.2.1 91.5 0.2 -- -- 110.4 -- -- -- 27.6 18009.2 1.6 130.6 --
II.2.2 2.3 -- 0.2 22.0 4.3 528.2 -- -- -- 709.0 7.5 2.4 --
II.3.1 0,2 -- 4,4 16,8 6,5 2228,2 -- -- -- 337,9 26,0 -- --
II.4.1 4,6 -- -- 36,4 1,3 -- -- -- -- 1837,8 -- 2,8 --
II.5.1 -- -- -- 17,3 -- 388,4 -- -- -- 0,1 -- -- --
II.6.1 0,5 0,5 1,3 144,2 -- 517,5 -- -- -- -- -- 2,0 --
Fuente: Elaborado por los autores a partir del mapa de I.10. Cambios de uso desuelo y vegetación .
48
El análisis parcial del comportamiento del uso del suelo, mediante el análisis de
los datos del Anuario Estadístico del Estado del año 1993, en hectáreas y en
porcentaje, para el Estado y sus municipios, se presenta en los cuadros I.5 y
I.6.
Cuadro I.5. Uso del suelo por municipios. Año 1993 (en hectáreas)
Municipio Superficie
total Agrícola Pecuaria Forestal Industrial Urbano
Preservación
Ecológica
Los Cabos 345200 1196 278807 29278 29 1295 34595
Comondú 1685800 52961 1251298 84652 70 2048 294771
Mulegé 3309200 4855 558717 106850 54 1330 2637394
La Paz 2027500 3783 1521793 40857 71 3403 457593
TOTAL 7367700 62795 3610615 261637 224 8076 3424353
Fuente: Inegi 1994. Anuario estadístico del estado de Baja California Sur
Para el Estado el uso de la tierra según los datos presentados era como sigue:
La superficie pecuaria y la de preservación ecológica son las dos categorías
que ocupan mayor extensión de tierras, a la primera le correspondió el 49% y a
la segunda el 46.5%. Le sigue en orden de importancia el área forestal con el
3.6% de la superficie total y los usos agrícola y urbano presentan valores muy
bajos, 0.9% y 0.1 respectivamente, este ultimo valor no es representativo de la
superficie conurbada real misma que no es reconocida como tal al estar muy
retrasado el asignar áreas de crecimiento para las ciudades actuales caso la
Paz y los Cabos donde los sectores conurbados son hasta tres veces mas
grandes que la superficie reconocida o asignada actualemente al sector
urbano.
El comportamiento del uso del suelo por municipios se manifestó de la
siguiente manera:
Los Cabos dedica la mayor cantidad de sus suelos a la actividad pecuaria con
el 80%, a la agricultura sólo destina el 0.3%. Comondú mantiene la misma
estructura que el municipio anterior pero con la diferencia de que los valores se
representan el 74% y el 3.1% respectivamente, a pesar de dedicar tan poca
área a la agricultura es el municipio de mayores volúmenes de producción
agrícola. Mulegé sólo dedica el 0.1% de su superficie a la agricultura y el mayor
espacio lo ocupa la actividad pecuaria, con el 79.9%. La Paz dedica el 75% de
sus tierra a los pastos y a la agricultura sólo el 0.2%.
49
Cuadro I.6 Uso del suelo por municipios. Año 1993 (en %)
Agrícola Pecuaria Forestal Industrial Urbano
Preservación
Ecológica
Los Cabos 0.3 80.8 8.5 0.01 0.4 10.0
Comondú 3.1 74.2 5.0 0.00 0.1 17.5
Mulegé 0.1 16.9 3.2 0.00 0.0 79.7
La Paz 0.2 75.1 2.0 0.00 0.2 22.6
Estado 0.9 49.0 3.6 0.00 0.1 46.5
Fuente: Inegi 1994. Anuario estadístico del estado de Baja California Sur
En cuanto a la estructura del uso del suelo por categoría de uso se puede
apreciar la situación en el siguiente cuadro.
Cuadro I. 7 Estructura del Uso del Suelo de Baja California Sur. Año 1993 (en
%)
Superficie
total Agrícola Pecuaria Forestal Industrial Urbano
Preservación
Ecológica
Los Cabos 5 2 8 11 13 16 1
Comondú 23 84 35 32 31 25 9
Mulegé 45 8 15 41 24 16 77
La Paz 28 6 42 16 32 42 13
Estado 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: Inegi 1994. Anuario estadístico del estado de Baja California Sur
El municipio de mayor extensión es La Paz con el 28% de la superficie del
Estado, el de mayor área agrícola es Comondú que concentra el 84% de las
tierras agrícolas, La Paz posee los mayores espacios especializados en la
actividad pecuaria, el municipio de Mulegé es el que presenta las mayores
áreas forestales, La Paz tiene el mayor porciento de los espacios urbanos del
Estado con el 42% del territorio y los mayores espacios de preservación
ecológica los tiene Mulegé con el 77%.
I.2.4 Peligros y amenazas naturales. (Cuadro I.2)
Los principales peligros y amenazas naturales ( Atlas Estatal de Riesgos, 1997)
que impactan en el Estado lo constituyen los fenómenos perturbadores de
origen hidrometeorológico, fundamentalmente las tormentas tropicales
(huracanes), que azotan esporádicamente la región, estas pueden ocasionar
grandes desastres en el medio natural, la infraestructura y la población, por los
fuertes vientos, las intensas precipitaciones y la acción del mar; causando
grandes avenidas, el desbordamiento de los ríos, grandes movimientos de
masas en las pendientes, deslizamientos, arroyadas, inundaciones,
50
penetraciones del mar, etc.; afectando viviendas, construcciones, líneas
eléctricas, carreteras y caminos, aeropuertos, puertos e incomunicando el
territorio de forma temporal (ver mapa I.11)
De forma tal que el Estado de B.C.S., está catalogado en el Plan Nacional
Hidráulico de la Nación, entre aquellos con altas pérdidas anuales por avenidas
y fenómenos meteorológicos, generalmente en su porción sur, que se ve
afectada por los huracanes que se generan en el Océano Pacífico, con una
mayor incidencia en los meses de septiembre y octubre.
Los huracanes que afectan directa o indirectamente el territorio, se originan en
el Golfo de Tehuantepec en la costa pacífica mexicana, y a partir del mes de
julio tienden a tomar componente norte en su trayectoria, pudiendo azotar la
Península de Baja California. La presencia de la corriente marina fría de
California, parece ser la causa de que los huracanes y tormentas tropicales no
sobrepasen frecuentemente la latitud de 30o N, disminuyendo su intensidad
bajo la influencia de esta corriente. Por ello el área más afectada por los
huracanes lo constituye la porción sur de la península y el grado de peligro va
disminuyendo rápidamente con la latitud, de forma tal que raramente estos
fenómemos inciden en la parte norte del Estado.
En los últimos años varias tormentas (huracanes), han afectado la zona,
ocasionando pérdidas directas, indirectas e intangibles; con severo daño físico
a la población, la ocurrencia de inundaciones en las partes bajas de las
ciudades y pueblos, penetraciones del mar en sectores bajos costeros por el
fuerte oleaje, pérdida de la infraestructura constructiva y vial, destrucción en los
componentes naturales, caída de árboles y cables y tendidos aéreos, perjuicios
económicos y en el arribo de turistas y hasta la incomunicación momentánea
entre las diferentes partes del Estado.
Si se tiene en cuenta que en el futuro, producto de los cambios climáticos y el
calentamiento global por el efecto de invernadero, se pronostica un aumento
en el número e intensidad de las tormentas que se pueden generar, queda
claro que es un problema importante a mediano plazo, la ocurrencia de este
fenómeno que afecta negativamente al territorio.
51
Las inundaciones como perturbación natural del medio, se producen con cierta
frecuencia en el Estado de B.C.S., asociadas a los fenómenos
hidrometeorológicos ocasionales como huracanes, lluvias torrenciales y
penetraciones del mar. Estas afectan importantes sectores del territorio y son
especialmente dañinas en las zonas urbanas, donde la infraestructura creada y
la selección impropia de los lugares de asentamiento, pueden acarrear
significativos daños materiales y humanos.
Según la Comisión Nacional de Agua, Gerencia en Baja California Sur (2002),
las áreas bajo riesgo de inundación en las zonas urbanas son las siguientes:
San José del Cabo:
1.- PARTE DEL POBlADO. SAN BERNABE
2.- EL ZACATAL Y SAN JOSE VIEJO
3.- VADO DE SANTA ROSA
4.- COLONIA GUAYMITAS
5.- COL. PABLO L. MTNZ.
6.- COLONIA AGUAJITO
7.- CAÑADA DOÑA CHEPA
8.- CAÑADA DE LOS PERROS
Cabo San Lucas:
1.-COL. LAGUNITAS I
2.- COL. LAGUNITAS II
3.- COL. LAGUNITAS PREMIER
4.- COL. 4 DE MARZO
5.- COL. LOMAS DEL SOL
6.- COL. LOMA DE LOS VENADOS
7.- ÁREAS CERCANAS ARROYO SAN LUCAS
8.- COLONIA LA ESPERANZA
Santiago:
52
1.- ZONA ZACATAL II
Ciudad de La Paz:
1.- COL. MARQUEZ DE LEON
2.- AGUA ESCONDIDA
3.- SOLIDARIDAD I ETAPA
4.- SOLIDARIDAD II ETAPA
5.- EL CALANDRIO
6.- DIANA LAURA R. DE COLOSIO
7.- LUIS DONALDO COLOSIO
8.- PARTE DE FRACC, LA FUENTE
Poblado Los Barriles.
1.- MARGENES DEL ARROYO “LA PIEDRA GORDA”
2.- MARGENES DE LOS ARROYOS “SAN BARTOLO Y BUENOS AIRES”
3.- CENTRO DEL POBLADO
Ciudad Constitución:
1.- INFONAVIT GUAYCURA
2.- JUAN DOMÍNGUEZ COTA
3.- COLONIA LIENZO CHARRO
4.- INFONAVIT SAN MARTÍN
5.- COLONIA MAGISTERIAL
6.- COLONIA SANTA CECILIA
7.- PARTE DE LAS COLONIAS PUEBLO NUEVO Y LADRILLERA
8.- COLONIA 4 DE MARZO
Ciudad Insurgente:
COLONIA DIVISIÓN DEL NORTE
Loreto:
53
1.- CAUCE ARROYO “LAS PARRAS”
2.- COLONIA MIRAMAR Y AMPLIACION
3.- PARTER NORTE COLONIA CENTRO
Santa Rosalía:
1.- ARROYO PROVIDENCIA
2.- ESCURRIMIENTOS COLONIA HIDALGO Y MESA MEXICO
3.- ARROYO SAN LUCIANO
4.- ESCURRIMIENTO COLONIA BELLA VISTA
5.- COLONIA MAGISTERIAL CBTIS 69
6.- COLONIA EL RETIRO
Otras manifestaciones de procesos hidrometeorológicos destructivos presentes
en el Estado son las heladas, las tormentas eléctricas y las marejadas intensas
en las costas.
Las heladas se manifiestan hacia las zonas montañosas (La Laguna y la
Giganta) y el norte - centro del Estado, con una frecuencia anual baja, entre 1 y
2 días al año como promedio; y se asocia a la invasión de aire frío polar en
invierno, proveniente del norte y el efecto de irradiación nocturna. Las heladas
retardan el crecimiento de las plantas, pudiendo perjudicar a ciertos cultivos,
las más peligrosas para la agricultura son aquellas que ocurren fuera del
período normal.
Las tormentas eléctricas en el Estado oscilan entre 1 y 10 días como promedio
anual, durante el verano, preferentemente en julio y agosto y se localizan hacia
la parte centro oriental del Estado y la región de Los Cabos.
Las marejadas severas en las áreas costeras, ocurren en relación con las
tormentas y huracanes y en menor medida asociadas a la actividad sísmica
regional. Estas provocan la fuerte abrasión de las costas, la penetración del
mar tierra adentro, la destrucción de las instalaciones y construcciones
costeras y ponen en alto riesgo a la navegación, con el consecuente daño a la
economía y la sociedad.
54
También se manifiestan en el Estado los agentes perturbadores de origen
geológico, lo que fundamentalmente esta dado por la actividad sísmica, el
vulcanismo y los deslizamientos de suelo en las pendientes.
La ubicación del Estado en una zona de fronteras entre la placa tectónica
continental de Norteamérica y la placa oceánica del Pacífico, la cual en esta
región se manifiesta por la Falla activa de San Andrés, que se extiende por el
centro del Golfo de California en forma de una serie de fallas escalonadas, que
desplazan la Península hacia el oeste, hacen que esta zona sea considerada
como de alto riesgo sísmico y aunque es poco frecuente la ocurrencia de
movimientos sísmicos intensos, la probabilidad de que pueda ocurrir es real,
esto dañaría la infraestructura y afectaría de forma notable a la población.
También en el margen occidental de la Península ocurren manifestaciones
sísmicas asociados a estructuras geológicas antiguas; así como en las
numerosas fallas regionales que se localizan en gran parte del territorio
peninsular.
A pesar de que existe una intensa historia geológica de actividad volcánica en
la Península de Baja California, el vulcanismo en el Estado, está actualmente
localizado en el volcán las Tres Vírgenes, al noreste, que se considera un
volcán activo, aunque no ha tenido erupciones recientes, pero existen
evidencias que durante el Cuaternario ha sufrido fuerte actividad volcánica. El
mayor riesgo lo representa la cercanía del volcán a la carretera
transpenínsular, que podría quedar cortada por una erupción del mismo, así
como amenazar áreas pobladas cercanas como Santa Rosalía y San Ignacio.
Los deslizamientos de suelo y materiales rocosos en las pendientes inclinadas
del Estado, se manifiestan fundamentalmente en las áreas de serranías y
lomeríos del territorio y su desencadenamiento está asociado a la ocurrencia
de los eventos perturbadores de origen hidrometeorológico y geológico y a las
alteraciones que introduce el hombre en el medio natural. Estos pueden
acarrear grandes catástrofes a escala local, como la pérdida de vidas, de la
infraestructura económica y social y la alteración a la naturaleza.
Los incendios forestales, es otro de los eventos destructivos presentes en este
territorio, estos tiene un carácter muy local, dado que la vegetación de
matorrales xerófilos predominante en el Estado, no propicia la propagación del
55
fuego; por tanto la ocurrencia de estos fenómenos se localizan en la Sierra de
la Laguna donde se encuentran las selvas caducifolias y los bosques de
coníferas y encinos; y en las áreas de oasis y palmares como: San Ignacio,
Mulege, San Miguel de Comondú, San José del Cabo, Santiago, Todos Santos,
etc. Ecosistemas que por su gran diversidad y funciones geoecológicas son de
gran importancia en la protección de la naturaleza peninsular. Los incendios
aunque pueden ser naturales, generalmente ocurren por inducción humana, ya
sea consiente, por negligencia o accidentalmente; en este sentido son muy
frecuentes en las áreas pobladas, causando grandes pérdidas anuales a la
sociedad.
Atendiendo al grado de peligrosidad natural (comparativo), por unidades de
paisaje (mapa I.11 a), los paisajes de “Lomerios y Sierras del Estado”,
correspondiente a los grupos: II.2.1 (Sierra de La Giganta e Islas del Golfo);
II.2.2 (Sierras Bajas de los Cabos e Isla de Cerralvo); II.3.1, II.5.1 y II.6.1
(Sierras de La Laguna San Lázaro y Trinidad e Isla Cerralvo); y II.4.1 (Picos de
La Giganta y las Tres Vírgenes), en las cuales las fuertes pendientes, lo
abrupto del relieve, la sismisidad, los incendios forestales focales y la alta
frecuencia de eventos hidrometeorológicos, determinan una “muy alta”
peligrosidad natural del paisaje.
La peligrosidad “alta” se localiza en las unidades de paisaje: I.2.3 (Bajadas de
la Giganta); I.2.4 (Península de Balandra); I.2.5 (Litoral de los Cabos); I.2.7
(Valle de Santiago); 1.2.8 (Llanura de Todos Santos); II.1.1 (Sierra de San José
de Castro); II.1.2 (Sierra de Santa Clara); en relación a los factores antes
mencionados pero disminuidos por las condiciones locales específicas en cada
caso, como la disminución de los eventos hidrometeorológicos con la latitud y
la menor pendiente.
Como peligrosidad “alta a media” se encuentran los grupos: I.2.6 (Valle de San
Juan de los Planes); I.2.9 (Valle de La Paz).
Las unidadesde paisajes: I.1.3 (Valle de San Ignacio); I.1.4 (Bajadas de San
Ignacio); I.1.6 (Litoral Pacífico); I.1.7 (Islas de Margarita y Magdalena), I.1.9
(Planicie de Constitución); I.2.1 (Llanura de piedemonte de San Ignacio); I.2.2
(Bajadas de Magdalena); ); I.2.10 (Llanura del Carrizal); I.2.11 (San Juan de la
Costa e Isla de San José); I.2.12 (Llanura costera del Golfo); y I.2.14 (Valle de
56
Mulegé), presentan una peligrosidad “media”, principalmente por la disminución
de los efectos hidrometeorológicos y las pendientes.
Como clase “media a baja” se clasifican los paisajes: I.1.8 (Planicie baja de
Magdalena); I.2.13 (Valle de San Juan Londó).
Son paisajes con “baja” peligrosidad: I.1.2 (Bajadas de San Francisco); I.1.5
(Llanos del Vizcaíno); I.2.13 (Valle de San Juan Londó) y con “muy baja”: I.1.1
(Llanura de Malarribo), en base a los mismos factores.
I.3 Anexo Descripción de temas básicos.
I.3.1. Topografía y relieve
I.3.1.1. Topografía e información georreferida
Si observamos una carta topográfica o el modelo digital de elevación (mapa
I.12 y I.13), del Estado de Baja California, podemos apreciar que
aproximadamente la mitad del territorio esta ocupado por las áreas inferiores a
los 200 m de altura, lo que se corresponde con las llanuras, en general de
planas a poco inclinadas (Mapa I.14), (asociadas principalmente a la costa del
Pacífico y la región del Vizcaíno) y las colinas o lomerios que representan el
piedemonte del eje montañoso principal de la Península que discurre de norte a
sur, más cercano a la costa del Golfo de California y que presenta pendientes
de suaves a medias.
La otra mitad del Estado esta constituida por alturas superiores a los 500 m lo
que puede ser considerado como el piso de las alturas y montañas bajas, esta
unidad topográfica como apuntáramos anteriormente se encuentra mas
difundida hacia la mitad oriental y el extremo sur de la Península y a su vez
está constituido por 3 escalones que son:
Áreas entre los 200 y 500 m de altura que se corresponden con las alturas y las
laderas de las montañas y que presentan una inclinación media a fuerte.
Áreas entre 500 y 1 000 m que representan las sierras intermedias y las
mesetas principalmente volcánicas y que tienen pendientes fuertes.
Áreas de mas de 1 000 m de altura que se corresponden con las llamadas
Sierras altas y que en nuestra clasificación consideramos que representan el
57
piso de las montañas bajas en este caso constituidas por bloques graníticos del
batolito de Baja California y por sierras volcánicas y volcanes aislados.
I.3.2 Fisiografía y Geomorfología
Regionalización del Estado
La diversidad litológica, la extensión latitudinal de la Península y la influencia de
las condiciones climatológicas secas condicionan los procesos formadores del
relieve.
El relieve de Baja California Sur es bastante característico debido a la
presencia de una larga cordillera orientada NO-SE, que recorre gran parte del
Estado.
Al norte encontramos la Sierra San Francisco, famosa por sus paisajes, sus
imponentes cañones y pinturas rupestres y por un conjunto de cerros, entre los
cuales destacan el Volcán Las Tres Vírgenes y el Cerro La Reforma. Asimismo,
está la Sierra Santa Lucía, que sirve de parteaguas a las cuencas de Santa
Rosalía y Santa Agueda.
En la Península de Vizcaíno, paralelas a la costa y de NO a SE, se ubican: al
norte, la Sierra San José de Castro y, al sur, relativamente aislada y a un
costado de la Laguna San Ignacio, la Sierra Santa Clara. Estas serranías y la
Sierras de San Francisco delimitan el Desierto de Sebastián Vizcaíno o Llanos
del Berrendo, el lugar más árido del Estado.
Desde el punto de vista fisiográfico el territorio del Estado de Baja California
Sur esta comprendido en la provincia fisiográfica: Península de Baja California,
que limita al norte con la provincia fisiográfica del Desierto Sonorense
Esta provincia, abarca una pequeña extensión en territorio estadounidense. En
la República Mexicana la Península se extiende por mas de 1 300 Km, desde
los 32 a los 23 grados de latitud norte.
El origen de esta provincia se atribuye a un eje de emersión de la placa móvil
litosférica que recorre en forma longitudinal, el fondo del golfo, suceso que se
estima viene ocurriendo desde hace unos 20 millones de años y por el cual la
Península fue separada del continente, dando origen al Golfo de California o
Mar de Cortés.
58
El eje geológico estructural de la Península tiene rumbo noroeste-sureste y lo
constituye la Cordillera Peninsular, cuyo masivo núcleo granítico (batolito)
aflora en el norte y queda sepultado en el sur, bajo materiales volcánicos. El eje
tiene la forma de un alargado bloque de falla basculado hacia el suroeste, con
un flanco abrupto hacia el Golfo de California y el otro tendido con suavidad
hacia el Océano Pacifico. Esta cordillera remata su extremo sur en el bloque
Del Cabo, donde afloran nuevamente rocas graníticas y determina la angosta y
alargada configuración de la provincia.
El flanco tendido hacia el occidente pertenece a una plataforma continental,
que se extiende por debajo de las aguas del Océano Pacífico y que se amplía
considerablemente desde Punta San Antonio hasta Punta Magdalena.
Esta provincia fisiográfica comprende 4 subprovincias que son: Sierras
Volcánicas y Mesetas (del norte y centro), Serranías y Desierto del Vizcaíno,
Llanos de Magdalena y subprovincia de Los Cabos.
Sierras Volcánicas y Mesetas (del norte y centro)
Por el oriente tiene como límite al Golfo de California, mientras que en la parte
occidental limita con el Desierto de Vizcaíno, el Océano Pacífico y los Llanos
de Magdalena, esta última marca también su límite sur. En el Estado,
comprende una superficie de 30 785.36 kilómetros cuadrados y ocupa parte de
los municipios de Mulegé, Comondú y La Paz.
Las sierras La Giganta, Santa Lucía y los aparatos volcánicos, poseen
pendientes mayores de 50%, llegando hasta 70 y 80%, en las mesetas de esta
subprovincia, sus escarpes son mayores de 70% y las partes planas de 2 al
6%. Los piedemontes tienen pendientes de 3 al 10%.
En la subprovincia es notable la presencia de aparatos volcánicos al norte y sur
del paralelo 26 grados; por esta situación la litología dominante es de rocas
ígneas extrusivas básicas y vulcanogeno-sedimentarias (areniscas y tobas) del
Terciario Superior.
La Sierra El Serrucho, con una altura máxima de 1 270 m, constituye la
serranía más nórdica del Estado, al sur de ella se ubica la Sierra de San
Francisco (1 590 m de altura máxima), con dirección NE-SO, y que sirve de
parteaguas, en el norte del Estado. Es de notar la serie de mesas, con al
59
menos un escarpe pronunciado, que dominan la Sierra de San Francisco.
Asimismo, una sucesión de abanicos aluviales, interdigitados, por el oeste y el
sur, producen al pie de la sierra una bajada, o suave pendiente, que se conecta
con el Desierto de Vizcaíno. También, al noroeste y sur de la Sierra, es posible
observar cerros testigos o promontorios aislados, remanentes de antiguos
derrames volcánicos. La porción sureste de la Sierra es conocida con el
nombre de Sierra El Chipilín, y esta localizada precisamente al sureste del
poblado de Santa Marta. Ambas sierras, El Serrucho y San francisco, en unión
con la Sierra Las Tinajas de Murillo, conforman un valle, relativamente extenso,
donde se localiza la Laguna El Gato.
Al este de la Sierra de San Francisco está la Sierra Las Vírgenes, llamada
también Sierra Las Tres Vírgenes pues se constituye por tres prominencias,
quizá los últimos volcanes que hicieron erupción en el Estado, de las cuales la
mayor tiene una elevación de 1 920 m y el resto se alinea NE-SO. En la costa
del Golfo el paisaje es dominado por una prominencia de l 300 m, el Cerro La
Reforma que constituye un enorme aparato volcánico basculado hacia el SO.
Al sur de la Sierra Las Vírgenes se localiza la Sierra Santa Lucía. Con
orientación NE-SO y altura máxima de 1 190 m, en su extremo sur y que divide
dos importantes cuencas, la del Arroyo San Ignacio y la del Arroyo Santa
Agueda, de donde proviene el agua que consume el poblado de Santa Rosalía.
La enorme Sierra de Guadalupe muestra una orientación NO-SE, con un
basculamiento notable hacia el Pacífico. Además, es en ella donde el
parteaguas de la cordillera sudcaliforniana se separa más del Golfo y propicia
la creación de cuencas más amplias del lado del Golfo, como las de los arroyos
San José y Mulegé.
La máxima altura de la porción septentrional de la Sierra de Guadalupe es de 1
550 m, en la Sierra El Potrero, cabecera del Arroyo San José, y de 1 710 m en
el sur, en las vecindades del Arroyo Destiladero, afluente del Arroyo San Juan,
que desemboca en el Pacífico en Batequi de San Juan.
La porción sur de la Sierra, hacia el Golfo, da la impresión de constituir el resto
de un gigantesco cuerpo volcánico, cuyo cono define la cuenca del Arroyo
Mulegé. Las mayores alturas parecen flujos enormes de lava que corrieron
60
hacia el suroeste. La mayor altitud, 1 230 m, se ubica en la Sierra El Coyote.
Aquí, el parteaguas se acerca más hacia el Golfo, propiciando que las cuencas
del Golfo tiendan a ser de menor tamaño. Esta parte de la sierra muestra
alturas menores que la norte; Sin embargo, predominan las elevaciones entre
los 600 y 1 000 m debido, quizá, a un posible levantamiento tectónico
relativamente reciente.
El Arroyo La Purísima, que circula por los poblados gemelos de San Isidro y La
Purísima, es precisamente la línea divisoria entre las sierras de Guadalupe al
norte y La Giganta al sur.
La Sierra La Giganta hace honor a su nombre, pues parece ser precisamente
eso, una giganta o muro ciclópeo, su orientación es exactamente la del Estado
NO-SE, pues es su columna vertebral. Es en ella donde el parteaguas se
acerca más al Golfo, prácticamente hasta la misma costa. En las proximidades
del poblado San Pedro, al noreste de San José de Comondú, es donde se
encuentra la altura máxima de la Sierra, 1 650 m. Más al sur y frente a Puerto
Escondido, entre Loreto y Ligüi, está la segunda mayor elevación, 1 490m y
poco a poco, hacia el sur, la Sierra desciende hasta desaparecer en el Istmo de
La Paz.
Hacia el sureste, la Sierra se orilla más hacia el Golfo y sus picos se encogen
y angostan. Por su parte el piedemonte se amplía, es decir crecen las áreas
entre los 200 y 400 m. Como resultado del basculamiento hacia el Pacífico,
mencionado antes, que aquí parece agudizarse; las pendientes hacia el Golfo
son escarpadas, y propician la formación de valles muy pequeños.
En la parte media de la Sierra La Giganta, en las inmediaciones del poblado
Los Algodones, se desarrollan una serie de mesas, remanentes de antigua se-
rranías o estructuras geológicas.
En las inmediaciones de la Bahía de La Paz al sur de Los Llanos de Caquigüi,
la Sierra La Giganta cambia su fisonomía y aparece más erosionada. En las
vecindades de San Juan de la Costa la altura máxima es solo de 550 m y en la
Sierra Los Filos del Treinta y Cinco, que domina la ciudad de La Paz, su altura
desciende hasta los 350 m, donde desaparece la cordillera.
Serranías y Desierto de Vizcaíno
61
Esta subprovincia se ubica en la parte noroeste del territorio y es compartida
con el Estado vecino de Baja California; hacia el oriente limita con la Sierra La
Giganta, al oeste y sur con el Océano Pacifico. De Punta Eugenia a Guerrero
Negro hay 120 kilómetros a través de la Bahía Sebastián Vizcaíno, y de Punta
Eugenia al extremo sur de la unidad en línea recta hay 280 kilómetros.
Fisiográficamente tiene una estructura con forma semejante a una cuenca,
cuyos flancos son: en el oeste la sierra de San José de Castro (800 m.s.n.m.) y
al oriente la Sierra La Giganta; de esta manera se facilita la formación de la
Laguna Ojo de Liebre, uno de los tantos criaderos de ballenas de la Península.
En el sur, la región tiene afloramientos extensos de lavas, presenta varios
cráteres y excede, en su parte central, los 600 m.s.n.m.
La subprovincia ocupa una extensión de 15 759.57 kilómetros cuadrados en
parte del municipio de Mulegé. La mayor parte posee pendientes menores de
2%, aunque se encuentran áreas que van del 2 al 6%. Las áreas de sierras
correspondiente poseen pendientes de 35 a 70%.
De Punta Eugenia a la Sierra de San José de Castro afloran rocas
metamórficas, sedimentarias e ígneas de las eras Mesozoica y Cenozoica; en
la mayor parte del desierto la composición litológica es de material clástico
sedimentario marino y continental del Cuaternario; mientras que en el sur hay
rocas ígneas extrusivas básicas, y rocas sedimentarias del Terciario Superior.
El relieve de la Península de Sebastián Vizcaíno está dominado por una
serranía con la misma dirección, NO-SE, de la Península. En Punta Eugenia,
en el extremo noroeste de la Península, existe una pequeña sierra, con una
altura máxima de 320 m, la Sierra Hornitos, cuyo parteaguas tiende a cargarse
hacia la Bahía de Sebastián Vizcaíno, al norte. Dicha sierra define un pequeño
valle que tiene salida hacia Bahía Tortugas, al sur. Conforme la serranía se
prolonga hacia el sur el parteaguas también tiende a cargarse hacia el sur,
apareciendo sierras como Los Indios, Morro Hermoso y El Tigre, con una altura
de 620 m cerca de la costa, al norte de Bahía San Cristóbal. Estas serranías
más al sur se conectan con la Sierra San José de Castro o Sierra El Placer,
notable por sus yacimientos de magnesita y con una altura máxima de 920 m.
Esta sierra, de forma alargada, junto con algunas elevaciones cercanas a la
costa, como la Sierra La Pintada, y una mesa que rompe el talud, en las
62
inmediaciones del poblado de Bahía Asunción, propician cambios en la
dirección de las corrientes fluviales, que indican fracturamientos orientados NO-
SE.
El Desierto de Vizcaíno, es de tipo arenoso y presenta una superficie ondulada
con pocas colinas bajas, con menos de 100 m.s.n.m. Las dunas son de tipo
semilunar (barján) y están orientadas noroeste-sureste.
Llanos de Magdalena
Está situada en la parte centro-oeste del Estado, limita al norte y al oriente con
la subprovincia Sierra La Giganta; al poniente y al sur con el Océano Pacífico; y
al sureste con la subprovincia Del Cabo.
La mayor parte está ocupada por el valle de Ciudad Constitución; tiene
pendientes que en general son menores al 1%. El área de lomeríos y mesetas
al sur de la subprovincia se caracteriza por pendientes irregulares de 3 a 12%.
La Sierra de la Victoria, posee pendientes de entre 30 y 70%. Los pies de
monte van de 3 al 10% y los valles tienen pendientes de 2 al 6%.
El área comprendida por esta unidad semeja un triángulo isósceles, cuya base
sería el límite con la Sierra La Giganta; ocupando una superficie de 16 755.74
kilómetros cuadrados y comprende parte de los municipios de Mulegé,
Comondú y La Paz.
Muchos autores coinciden al afirmar que la pendiente suave de la Sierra La
Giganta origina esta enorme planicie conocida como Llanos de Magdalena,
donde se ubica el valle agrícola de Santo Domingo. Asimismo, conforme se
avanza hacia el sur la erosión parece ser el proceso dominante.
Al sur, al desaparecer la Sierra La Giganta aparece el Istmo de La Paz, un
estrechamiento de la Península de Baja California de sólo 45 Km, que da lugar
a los amplios valles de La Paz y de El Carrizal; el primero sirve de asiento a la
ciudad capital y el segundo, al sur, se caracteriza por ser un valle de
importancia agrícola para el Estado.
Subprovincia de Los Cabos
Esta subprovicia ocupa la parte meridional de la península y se encuentra
cortada por el Trópico de Cáncer. Por el noroeste colinda con los Llanos de
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Magdalena, hacia el oriente limita con el Golfo de California, al suroeste con el
Océano Pacífico y al sur con la unión del Océano Pacífico y el Golfo de
California.
Ocupa una extensión de 7 612.67 kilómetros cuadrados, que corresponden a
una parte del municipio de La Paz y a la totalidad del de Los Cabos.
La columna vertebral es la Sierra La Laguna, un enorme bloque intrusivo
orientado N-S, que va desde el sur del tramo de carretera El Triunfo - San
Bartolo, hasta la punta de la Península, en Cabo San Lucas.
De norte a sur es posible definir las sierras La Victoria, con una altitud de 1 910
m, y Mata Gorda, San Bernardo, San Lorenzo y San Lázaro, con una elevación
máxima de 1590 m, que a su vez definen la Sierra La Laguna. Es conocida con
este nombre por existir una pequeña laguna cercana a su cumbre que tiene 2
090 m de altura.
Lo interesante de esta cordillera, además de su orientación, N-S, distinta a las
del resto del Estado, es su disección vertical, producida por una serie de
arroyos largos y paralelos que siguen fracturas NE-SO y E-O que han dado
lugar a una serie de cañones. Hacia el centro se localiza un graben, que define
a los valles de Santiago y de San José, entre la cordillera y la Sierra de
Trinidad.
Esta última es una sierra erosionada situada en el extremo este, en las inme-
diaciones de Cabo Pulmo, de forma alargada, presenta una altura máxima de
890 m y define un drenaje radial.
La Sierra La Laguna en su parte septentrional está formada por una serranía N-
S, localizada al norte de La Paz y cargada hacia la Bahía de La Paz, con
alturas hasta de 350 m, la cual define un pequeño valle alargado, que
desemboca en el Golfo, conocido como Valle El Coyote. Al este de este valle
está la imponente Sierra Las Cruces con una altura máxima de 1 270 m en el
Cerro El Puerto, visible desde el sur de La Paz, hacia el sur esta sierra se
conecta con otra erosionada, la Sierra La Trinchera que en las inmediaciones
del poblado de San Antonio alcanza los 910 m. Contigua a ella al oeste, se
localiza la Sierra El Novillo cerca del poblado de San Pedro cuya altura es de
970 m.
64
Más hacia el sur de la Sierra La Trinchera está la Sierra Los Chiles, en los
alrededores de El Triunfo y San Antonio, la cual constituye la unión de la ramifi-
cación oeste con la Sierra La Laguna. La porción este la define la Sierra La
Gata, que en conjunción con las sierras Las Cruces y La Trinchera dan lugar a
un graben o fosa tectónica, orientada N-S, que origina el Valle de Los Planes,
un valle de gran importancia agrícola para el Estado.
I.3.3 Geología (Mapa I.15)
Historia Geológica del Territorio
Aun cuando hay divergencia de opiniones respecto al origen de la Península
Baja California, según Allison (ALLISON C. EDWIN, 1964. Geology of Áreas
Bordering Gulf of California), ésta forma parte del eje de cordilleras de América
del Norte con rasgos estructurales de orientación noroeste a sureste, asociada
al extenso geosinclinal de la costa del Pacífico que evolucionó desde la era
Paleozoica.
Según Gatil, G. et al., 1972, la Península inició su formación en el Cretácico
medio cuando fenómenos de subducción causaron un vulcanismo andesítico,
desde Arizona hasta el Sur de Sinaloa. A finales de este período la Península
comenzó a moverse hacia el noroeste y a principios del Terciario se separó del
continente formando el Proto-golfo, comenzando a delinearse entonces su
actual morfología.
La historia anterior a la era Mesozoica de la Península, es bastante oscura.
Escasas secuencias rocosas al oriente del Estado de Baja California y en
Sonora muestran que el Noroeste de México estuvo constituido por una
margen pasiva o frontera de deslizamiento entre las placas oceánica y
continental.
Al inicio del Mesozoico el desmembramiento de la Pangea originó movimientos
de las placas, y el inicio de la apertura del océano Atlántico, la placa de
América del Norte comenzó a moverse hacia el oeste, y colisionó con la Placa
Farallón, provocando la aparición de una zona de subducción en la costa
occidental de América.
Todavía en el Triásico la región se comportaba como una margen pasiva, a
excepción de la Península de Sebastián Vizcaíno, que revela la existencia de
65
una margen convergente, Este proceso de convergencia entre placas no fue
uniforme en el tiempo, como lo muestran la litología y la estratigrafía del
territorio.
Las rocas ofiolíticas al oeste de la Península de Vizcaíno y en la isla de Cedros
nos muestran el registro geológico más antiguo de Baja California Sur, del
orden de 220 millones de años y constituyen un excelente material para re-
construir la evolución de la margen del continente en el Mesozoico, estas
secuencias, expuestas sobre las crestas de la Sierra San José de Castro, se
conocen como ofiolitas. San Andrés y representan la acreción, o aumento
gradual de nuevos a viejos terrenos, de un arco insular que viajaba sobre una
placa oceánica a la margen continental, al colisionar una con la otra.
El complejo ofiolítico sobreyace estructuralmente, debido a procesos
deformacionales, a un conjunto de rocas muy expuestas en la Isla de Cedros,
principalmente sedimentos marinos altamente deformados y bloques de rocas
ígneas. Este material, al tiempo de la subducción, se acumuló en la zona de
fricción entre el piso oceánico que se hundía y el continente, en un lugar donde
la colisión entre ambas placas produjo fallas de cobijadura, las cuales lo
abrasionaron y deformaron por la intrusión de cuerpos calientes del complejo
volcánico-plutónico San Andrés Cedros. Su edad se aproxima bastante a la del
batolito peninsular. Actualmente, ambos complejos litológicos están separados
por sedimentos profundos que forman el Desierto de Vizcaíno y cubren un
tramo de entre 100 y 120 km.
El complejo ofiolítico de la Península de Vizcaíno está cubierto por roca
vulcano-clásticas, que constituyen la Formación San Hipólito, del Triásico
Superior y Jurásico Inferior, constituidas por fragmentos de rocas volcánicas de
grano fino, calizas y pedernal. Esta formación representa las rocas
sedimentarias más antiguas de Baja California Sur con un espesor estimado de
7 800 a 12 000 m; su carencia de clastos o fragmentos de rocas continentales,
así como su composición, prueban que se depositó en una cuenca oceánica
asociada a un arco de islas volcánico en las vecindades de una margen
convergente.
En el Jurásico y Cretácico inferior, en las islas oceánicas había un vulcanismo
que variaba de andesítico a basáltico, concomitante con intrusiones plutónicas.
66
El arco San Andrés - Cedros ahora representado por el complejo del mismo
nombre probablemente coexistía con una zona de subducción al oeste.
Aparentemente, estos dos arcos evolucionaron en forma paralela, uno
relacionado a una trinchera intraoceánica, y el otro a una trinchera del borde
del cratón. Las rocas vulcano-clásticas de grano grueso, Formación Eugenia,
que cubren a la Formación San Hipólito, son un testimonio de este gran
episodio volcánico.
En la actualidad, al este de los terrenos con afinidad oceánica, como los de Isla
de Cedros, Península de Vizcaíno e Islas de la Bahía Magdalena, existe una
franja volcánico-plutónica del Jurásico-Cretácico inferior que constituye un arco
insular, semejante a los que se forman paralelos a una margen convergente.
Esta franja aflora en la mitad occidental del Estado de Baja California y se
extiende bajo la Sierra La Giganta, en Baja California Sur, llegando
probablemente hasta la región del Cabo.
A mediados del Cretácico, el magma se enfrió en el interior de la corteza,
dando lugar a la formación de las rocas ígneas intrusivas, que conforman el
basamento de la Península.
Los anteriores episodios sirvieron para clasificar a las distintas secuencias de
rocas que existen en la Península, como: prebatolíticas (rocas metamórficas y
sedimentarias del Mesozoico inferior); batolíticas (rocas ígneas intrusivas de
composición granítica de mediados del Cretácico) y postbatolíticas (rocas
extrusivas y sedimentos clásticos del Cretácico Superior, Terciario y
Cuaternario).
A mediados del Cretácico la Península no existía y se encontraba formando
parte del continente, probablemente entre Guaymas y Cabo Corrientes. El
cinturón volcánico, que se extendía desde Cabo Mendocino, en California,
Estados Unidos, hasta Cabo Corrientes en Jalisco, marcaba la orilla oeste de
un mar epicontinental que se abrió dentro del Atlántico y formaba un
archipiélago que tenía una profunda fosa oceánica asociada a la zona de
subducción del Pacífico y un mar poco profundo al este, condición que duró por
unos 50 millones de años.
67
La aseveración de que los terrenos de la Península de Vizcaíno, ligados a
procesos de subducción, y los de la Formación Alisitos, batolitos peninsulares,
conectados con un magmatismo de arco, estuvieron dinámicamente
emparejados, presupone que a mediados o fines del Cretácico, ocurriera el
traslado hacia el este de la zona de subducción; un cambio que probablemente
produjo el hundimiento de la antigua zona de subducción, y que, además,
ocasionó que terrenos del arco San Andrés-Cedros quedaran próximos a
depósitos deformados de la fosa del Cretácico Medio-Superior
En el Cretácico Superior, el arco San Andrés-Cedros sufrió un proceso de
subsidencia, y fue cubierto por un abanico submarino, esto sugiere un periodo
de quietud volcánica, seguido por el emplazamiento de un nuevo arco, como
nos muestra la presencia de areniscas en la Formación Valle. Esta secuencia
es extremadamente gruesa, de 8 a 10 km, y esta compuesta de
conglomerados, areniscas y lutitas, que cubren a la Formación Eugenia. Los
sedimentos que originaron estas rocas fueron el producto del nuevo arco
insular o Formación Alisitos.
En el Cretácico Superior y parte del Cenozoico existía sólo una zona de
subducción localizada en la orilla occidental de la Península de Baja California,
lugar de contacto entre las placas Farallón y Norteamericana. Durante este
periodo los levantamientos de la Península y del Noroeste de México
produjeron un gran aporte de detritos, Este material fue transportado, bajo con-
diciones de regresión marina.
Durante el Paleoceno y Eoceno, en la porción occidental del Estado, la línea de
costa se encontraba más al este que la actual, lo que se infiere por los
depósitos encontrados. Los afloramientos de rocas del Paleoceno son escasos,
sin embargo, en perforaciones petroleras se han detectado espesores
superiores a los 2 km. Las formaciones representativas son Santo Domingo y
Malarrimo.
En el Eoceno, encontramos la Formación Bateque, en el área de Vizcaíno, y la
Tepetate, en la región de La Purísima, las cuales están formadas por
secuencias de areniscas y lutitas constituidas fundamentalmente por arenas y
arcillas consolidadas, respectivamente. En esta época, las montañas del
Mesozoico ya habían sido convertidas en pequeñas colinas como
68
consecuencia de la intensa denudación y erosión asociada con el clima tropical
húmedo predominante en el territorio, desapareciendo en algunos casos estos
espesores de rocas sedimentarias y aflorando los núcleos graníticos.
Esto produjo la formación de una amplia llanura, que se extendía por varios
cientos de kilómetros. Grandes ríos fluían desde Arizona y las montañas del
Noroeste de México, cruzando el actual sitio de la península, que por aquel
entonces era una plataforma continental o margen marina del continente,
depositando su carga en el Océano Pacífico. Este transporte de material de
finales del Mesozoico y principios del Cenozoico contribuyó a llenar
depresiones, como las cuencas de Vizcaíno y de Purísima-Iray-Magdalena.
El Oligoceno se caracterizó por ser una época de emersión, con un intenso
grado de erosión, pues todavía no han sido encontrados afloramientos de esta
edad, por lo menos en el área de Vizcaíno. Fue en esta época, hace alrededor
de 30 Ma, en que ocurrió la colisión del primer segmento de la dorsal Pacífico-
Farallón con la zona de subducción y el origen de la conocida Falla de San
Andrés; que más que una falla es un sistema de fallas, con una longitud de 1
200 km, que va desde San Francisco en Estados Unidos hasta las vecindades
de Mexicali, en el Golfo; íntimamente relacionada con la formación y futuro de
la Península de Baja California. Representa la frontera entre las placas
Norteamericana y Pacífico, donde esta última transporta a la Península y parte
de California. La orientación de la falla es noroeste-sureste.
A fines del Oligoceno, Baja California Sur era una plataforma marina
estructuralmente estable, unida al oeste de México, somera hacia el este y con
una línea de costa como la actual del Golfo. Sobre esta plataforma se depositó
la Formación San Gregorio formada por la acumulación de cenizas que se
depositaron a gran distancia en el mar.
El depósito de la Formación Isidro marcó el inicio del vulcanismo al este de la
Península, esta formación está constituida por tobas de color verdoso,
areniscas, coquinas y aglomerados. Se localiza al oeste de la Bahía de La Paz
y su exposición mas al norte se da en los alrededores de La Purísima. Por
algunos kilómetros es posible observarla, en el tramo de Ciudad Constitución -
La Paz, a partir del kilómetro 108 hacia La Paz. En parte, también es
69
contemporánea con la Formación Comondú y representa, quizás, su
equivalente marina poco profunda.
Indudablemente, la Formación Comondú es una de las formaciones más
representativas del Estado; fue nombrada así, debido a su exposición en el
profundo cañón del poblado de Comondú. Está compuesta de areniscas
volcánicas y conglomerados (los más abundantes), tobas riolíticas, lahares o
flujos de lodo de material piroclástico sobre la ladera de un volcán, así como
flujos de lava. Recientemente, y de manera general, a toda la secuencia de
rocas volcanoclásticas y volcánicas de la Sierra La Giganta se le ha asignado
este nombre
La Formación adquiere su mayor espesor, superior a los 1 200 m, en la Sierra
La Giganta, donde sobreyace a la Formación Isidro. En muchos casos muestra
una transición gradual con sus estratos de índole sub aéreo y los estratos
marinos poco profundos de la Formación Isidro. Está continuamente expuesta,
desde más allá del paralelo 28° hasta La Paz, al sur. Hacia el oeste las
areniscas de la Formación Comondú disminuyen su espesor a lo largo de la
suave pendiente que baja hacia el Pacífico, desapareciendo bajo el aluvión del
Cuaternario, antes de alcanzar la costa.
Sobreyaciendo a la Formación Comondú existe una serie de basaltos de edad
Mioceno medio a Holoceno, que esporádicamente se presentan, claramente
distintos en composición y yacencia. Aparentemente provienen de fuentes
volcánicas locales.
Al sur del Estado, en el Valle de Santiago, sobre depósitos contemporáneos de
la Formación Comondú se encuentra la Formación Trinidad, del Plioceno,
formada por lutitas, areniscas y limolitas, y sobre ella descansa la Formación
Salada, constituida por una secuencia de areniscas marinas y considerada de
edad Mioceno-Plioceno, la cual también puede observarse sobre el Llano de
Magdalena.
La separación del territorio de Baja California del continente americano
continua en nuestra época, manifestándose actualmente a través de la falla de
San Andrés ya mencionada y que está compuesta por una serie de fallas
longitudinales de desplazamiento lateral, lo que genera se amplíe
70
constantemente el Golfo y se aleje la Península del continente a un ritmo de 2 a
3 centímetros por año.
Unido a este suceso, en la región acontecieron una serie de eventos tectónicos
y magmáticos, que además de contribuir a la separación de la Península,
dieron lugar a una gran variedad de unidades litológicas compuestas por
rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, cuyas edades de formación van
desde la era Mesozoica hasta la Cenozoica.
Principales Fallas Tectónicas y Fracturas
La Península de Baja California, se encuentra afectada directamente en su
porción oriental por un sistema de fallas que se localizan al norte del territorio
nacional desde la desembocadura del río Colorado siguiendo una orientación
de noroeste a sureste, conocido como fracturamiento del Golfo de California. El
origen de estos fracturarnientos se remonta al Terciario Medio, continuando sus
movimientos aún en la actualidad.
La observación de los focos sísmicos localizados en el Golfo de California,
sirve de base para marcar la dirección de la falla, considerada como
prolongación de la de San Andrés. En la región suroriental de la Península se
aprecia una serie de fallas que entran al oriente de La Paz y continúan hacia el
sur.
Sismicidad.
Según el trabajo de Figueroa (1973), el Estado es una zona de baja sismicidad,
lo cual deberá de tomarse en cuenta al formular los registros generales de
proyecto y construcción de las obras hidrotécnicas y otras de gran envergadura
a realizar.
Estratigrafía
Las rocas que afloran en el Estado de Baja California Sur manifiestan una
geocronología que comprende desde el Mesozoico hasta el Cenozoico y son
principalmente ígneas extrusivas, aunque están también ampliamente
representadas las rocas sedimentarias y en menor medida las metamórficas.
Mesozoico
71
Las rocas del Mesozoico son las más antiguas y constituyen la base de la
columna estratigráfica. Están representadas por rocas de los tres orígenes:
Las rocas metamórficas y más antiguas corresponden a una secuencia de
rocas volcánicas y sedimentarias parcialmente metamorfizadas, compuestas
por basalto con estructura almohadillada a la cual sobreyace una alternancia de
calizas, lutitas, pedernales brechas volcánicas y areniscas (Formación San
Hipólito o complejo ofiolítico, que es correlacionable con la Formación
Franciscan de California, E. U. A.), éstas han sido datadas por la fauna de
fósiles encontrados en ellas como del Triásico superior y están ampliamente
distribuidas en Punta Prieta y Punta San Hipólito. Tienen las mismas
características las unidades de edad Jurásico y Cretácico representadas
cartográficamente por J(Cmet) y K(Cmet), en las que además se encuentran
serpentinitas, gabros, vulcanogénicas y sedimentarias clásticas, que en forma
caótica se hallan deformadas, intrusionadas, con contactos poco claros y
coronadas por coladas y tobas andesíticas.
Estas unidades forman parte de las secuencias tipo mélange o complejo
ofiolítico, que se formaron como resultado de la evolución estructural de la
paleocorteza oceánica, que se hundía durante el Mesozoico debajo de la
corteza continental. Se hallan expuestas en la Sierra San José de Castro y en
las islas San Lázaro, Magdalena y Santa Margarita.
Las rocas sedimentarias tienen diferentes edades desde el Jurásico superior-
Cretácico inferior, afloran en la Península de Vizcaíno y en Punta Eugenia,
donde están constituidas por una alternancia de limolitas, areniscas
conglomerados, lutitas fosilíferas y conglomerados con lentes calcáreos, esta
secuencia tiene un espesor aproximado de 2 300 metros, y su origen se
atribuye a acumulaciones de terrenos de arco volcánico marino.
El Cretácico inferior y superior está representado cartográficamente por Ki (lu-
ar), K(ar), Ks(lu-ar) y Ks(ar). Las del Cretácico inferior son rocas piroclásticas,
derrames, aglomerados y tobas, todas ellas de composición andesítica y
dacítica, con intercalaciones de caliza y tobas riolíticas silicificadas (Formación
Alisitos), con un espesor aproximado de 5 a 7 mil metros; su origen se debe a
derivaciones de terrenos de arco volcánico.
72
Del Cretácico superior hay una alternancia rítmica de limolitas, lutitas,
areniscas y conglomerados (Formación Valle), que sobreyacen a los
sedimentos del Jurásico y por contacto tectónico al complejo ofiolítico en la
Península de Vizcaíno. Se localizan en las sierras San José de Castro y Santa
Clara, y al noroeste del poblado de Loreto.
Finalmente, las ígneas intrusivas de la era Mesozoica están representadas
cartográficamente por unidades de los períodos Jurásico y Cretácico.
Las del Jurásico están compuestas por gabros, granodioritas y pórfidos
andesíticos, que intrusionan a la secuencia tipo arco insular (pertenecen el
complejo volcánico-plutónico San Andrés - Cedros) en la porción occidental de
las sierras San José de Castro y Santa Clara.
Las del Cretácico constituidas por granitos, granodioritas, tonalitas, dioritas y
gabros; forman parte del batolito de Baja California y se encuentran
intrusionando a las unidades metarnórficas del Mesozoico; y a su vez se hallan
afectadas por procesos dinámicos y emplazadas por múltiples cuerpos y
diques intrusivos del Terciario; su edad se ha calculado entre 70 y 109 millones
de años de acuerdo con estudios radiométricos por el método de potasio-argón
(citados en la información posterior de la carta geológica escala 1:250 000). Se
localizan principalmente en las sierras Las Cruces, El Novillo, La Gata, La
Laguna, y Trinidad aunque también afloran, pero en forma aislada, en el
occidente de la Sierra San José de Castro.
Cenozoico
Ocupan la mayor parte de la superficie estatal, son principalmente
sedimentarias clásticas y vulcanoclásticas intercaladas con ígneas extrusivas.
Las del Terciario se caracterizan por tener los depósitos más desarrollados y
comprenden:
El Paleoceno representado cartográficamente por Ti(lu-ar) y Ti(lu-Im-ar)
comprende conglomerados con areniscas en estratos masivos y delgados
respectivamente (Formación Malárrimo), así como lutitas, con margas en su
base, e interestratificadas con areniscas de la Formación Santo Domingo; el
espesor de la primera se ha calculado en unos 150 metros, y de la segunda en
1 400 metros; estos sedimentos se localizan en la cuenca de Vizcaíno, en los
73
terrenos costeros próximos a las bahías San Sebastián, Vizcaíno y Asunción, y
en la Sierra de Santa Clara.
El Eoceno - Te(ar) y Te(lu-ar) - está formado por un conjunto alternante de
areniscas, lutitas, limolitas, conglomerados, calizas y coquinas -fósiles-
(Formación Bateque) que sobreyacen en discordancia ligeramente angular a
las rocas del Cretácico superior y subyacen a las del Mioceno inferior y medio,
así como a derrames de basalto y terrazas de origen marino del Plioceno; el
espesor de estos sedimentos es de 2 300 metros aproximadamente, y se
localizan en el área de Vizcaíno, en Punta Eugenia, en punta Abreojos, en
Punta Santo Domingo y de San Ignacio hasta Cadeje.
En la cuenca de La Purísima - Iray los anteriores materiales cambian
gradualmente su litología a facies más arenosas bien estratificadas y con
escasas intercalaciones de arcilla (Formación Tepetate) y se presentan
ligeramente plegados. En la isla Santa Margarita subyacen a la Formación
Salada.
El Oligoceno no esta representado en su secuencia sedimentaria por la
emersión de la mayor parte del área actual de la Península.
El Mioceno Tm(ar-T), Tm(ar), Tm(lu-ar), Tm(cz-Iu) y Tm(cg)- incluye depósitos
de origen marino (formaciones San Joaquín, La Zorra, Santa Clara, Zacarías,
Monterrey, San Gregorio, San Raymundo, Tortugas, San Ignacio y San Isidro),
y secuencias vulcanosedimentarias - T(lgea), y T(lgei), T(lgeb), T(ar). T(ar-cg),
T(cg), Ts(lgea), Ts(lgei) y Ts(lgeb)- (Formación o grupo Comondú).
Los primeros depósitos constituyen un paquete alternante de lutitas
bentoníticas con intercalación de diatomitas, aglomerados, tobas, areniscas
tobáceas y areniscas blancas; masivas, fosilíferas, con mucho yeso y espesor
que llega a los 800 metros aproximadamente. Se localizan al occidente y al sur
de la Sierra de La Giganta sobreyaciendo de forma discordante a las rocas del
Jurásico y Cretácico en algunos sitios, así como a su vez, se les encuentran
subyaciendo en discordancia a los materiales del Mioceno y Plioceno.
Las vulcano-sedimentarias forman principalmente el espinazo de la Sierra de
La Giganta, de edad Mioceno-Plioceno inferior están constituidas por un
conjunto heterogéneo de derrames lávicos riolíticos, andesíticos y basálticos,
74
así como piroclásticos y aglomerados, asociados a conglomerados, brechas,
areniscas y depósitos argilíticos lagunares. Tienen buena estratificación y su
espesor es de más de 1 200 metros. Coronados en algunos sitios por lavas
basálticas de edad cuaternaria cuyo origen se atribuye a un arco insular
magmático, activo en el Terciario superior (Mioceno).
El Plioceno-T(ar-cz), Ts(cg), Ts(ar-cg), Tpl(ar) y Tpl(cg)- es el último piso del
Terciario y está constituido en esta zona por areniscas arcillosas deleznables,
con abundantes fósiles y en su parte superior intercalaciones de coquinas
(Formación Almejas), el espesor de estos sedimentos supera los 200 metros.
Asociados a los anteriores y de la misma edad, encontramos areniscas con
cuerpos de calizas, coquinas y lentes de conglomerados (Formación Salada);
que afloran muy localizados alrededor de las sierras y más ampliamente en el
lado occidental del Estado. Sobreyacen en discordancia a los sedimentos de
las formaciones Tortugas y Valle y a su vez, subyacen a depósitos de terrazas
marinas del Pleistoceno, a derrames basálticos y materiales clásticos del
Cuaternario.
Del Cuaternario (Pleistoceno y Reciente) son los materiales de edad más joven
en el Estado. Se hallan en las planicies, como relleno en las partes bajas y
coronando a la secuencia estratigráfica en las sierras. Su origen es
sedimentario marino y continental, e ígneo extrusivo, que en general se
manifiestan en el siguiente orden:
El Pleistoceno -Q(ar), Q(cg) y Q(lgeb)- está representado principalmente por
arenas fosilíferas y conglomerados, poco compactos y sin consolidar que
afloran en forma de terrazas escalonadas acumulativas y erosivas, que indican
antiguas líneas de costa, principalmente se localizan en el lado occidental de la
Sierra de La Giganta, al sur de La Paz, en la región Del Cabo y entre Bahía
Asunción y la Laguna San Ignacio; en esta última zona se han distinguido hasta
siete niveles de antiguas líneas de costa.
Asimismo, existen rocas lávicas basálticas en derrames y acumulaciones
piroclásticas, éstas constituyen el paisaje de conos volcánicos que sobreyace a
los sedimentos de la Formación Comondú.
75
Al Reciente -Q(s)- corresponde la unidad de material clástico de origen
continental y marino, compuesta por arenas, gravas, limos y escasas arcillas.
Estos materiales forman los depósitos eólicos, litorales, lacustres, aluviales y
salinos, que se hallan rellenando y coronando a toda la columna estratigráfica
del Estado. Se localizan ampliamente en la porción occidental y en la región
Del Cabo.
Yacimientos Minerales
Baja California Sur tiene una larga tradición minera desde la época de la
colonia. La industria extractiva se apoya fundamentalmente en la producción de
minerales no metálicos como: la sal, que se obtiene en Guerrero Negro; el
yeso, en Santa Rosalía y la isla de San Marcos; la fosforita, en San Juan de la
Costa, en Santo Domingo y al norte del poblado El Conejo (San Hilario); y la
magnesita, en las islas Magdalena, Santa Margarita, en el noroeste de Santa
Rosalía y en Punta Eugenia.
Dentro de los minerales metálicos de importancia y que le dieron auge al
territorio se hallan: los depósitos hidrotermales de oro y plata de la región Del
Cabo, particularmente en los poblados de El Triunfo y Pescadero, así como los
de la Sierra San José de Castro; el cobre en el área de Santa Rosalía y al
noreste de la Sierra San José de Castro; y el manganeso en el noroeste del
poblado de Mulegé y desde la Punta Concepción hasta el arroyo San Bruno.
El origen de los minerales en esta región se debe a emplazamientos y
depósitos a través del tiempo, así como a la conjugación de los diferentes
eventos geológicos y tectónicos que deformaron, intrusionaron, alteraron y
mineralizaron a las unidades litológicas donde se hallan alojados.
La sal destaca en primer lugar en el Estado y su extracción tiene importancia
nacional e internacional, y se obtiene principalmente en las lagunas naturales
de Guerrero Negro. Su producción promedio anual en el período de 1975 a
1985 alcanzó los 4.7 millones de toneladas, lo que representó el 79% de la
producción nacional. Actualmente, produce 7 millones de toneladas anuales de
sal de excelente calidad que en su mayoría es exportada. La explotación es
realizada por la Empresa Exportadora de Sal, S. A., que pertenece a Mitsubishi
Corporation de Tokio, Japón, y a la Comisión de Fomento Minero de México.
76
Cuentan con magníficas instalaciones salineras, que a nivel mundial se hallan
entre las mejores y más grandes.
En la extracción de yeso, el Estado ocupa a nivel nacional el primer lugar, su
obtención se efectúa a cielo abierto en depósitos evaporíticos dentro de rocas
sedimentarias del Terciario. Su producción promedio anual se calcula en 2.1
millones de toneladas, que equivalen al 83% de la extracción promedio anual
nacional. Estos yacimientos son los mayores del país, y después de los
cálculos geológicos realizados por el Consejo de Recursos Minerales, se
estiman sus reservas en 100 millones de toneladas, con una ley del 94% de
sulfato de calcio. La empresa Compañía Occidental Mexicana, S.A., filial de
Kaeser Gibson de los Estados Unidos de América, es la que realiza la
extracción.
En la producción de fosforita también el Estado ocupa el primer lugar en el
ámbito nacional, su extracción se realiza a cielo abierto en depósitos
sedimentarios de origen marino (Formación Monterrey) de edad Terciario. El
mineral se encuentra en mantos con posición casi horizontal y con pureza de
más del 28% de óxidos de fosforita. La producción anual promedio en el
período de 1985 a 1990 fue de 0.4 millones de toneladas aproximadamente,
que representaron el 76% de la producción nacional. Las reservas, según
cálculos geológicos, se estiman en 1 500 millones de toneladas, las cuales son
consideradas como las mayores del país. La extracción es realizada por la
Empresa Roca Fosfórica Mexicana, SA, en estos momentos se encuentra
instalando una planta de beneficio para aprovechar de manera integral este
recurso.
La magnesita es otro de los minerales que se halla dentro de los primeros
lugares en el ámbito nacional, se obtiene de los yacimientos de origen
hidrotermal en rocas andesitas y serpentinitas que corresponden al complejo
ofiolítico (Formación San Hipólito). Su producción total en el período de 1981 a
1984 fue de 63 mil toneladas aproximadamente, que representaron el 72% de
la extracción nacional. Las evaluaciones geológicas a estos yacimiento dan
unas 800 mil toneladas de reservas comprobadas.
Al noroeste de la Sierra San José de Castro, donde se localizan los
yacimientos de magnesita, se encuentran otros minerales: asbesto, talco y
77
cromita, con ley del 30% y reservas calculadas en más de 5 millones de metros
cúbicos, además de zonas cupríferas. Finalmente, en la misma localidad se
tienen diatomitas y fosforitas intercaladas con depósitos sedimentarios marinos
(Formación Tortugas) del Mioceno.
El oro y la plata, minerales que han sido explotados desde el pasado, alcanzan
en el Estado porcentajes bajos con respecto a la producción de los minerales
no metálicos
El oro se obtiene de los yacimientos de origen hidrotermal en las rocas ígneas
intrusivas pertenecientes al batolito de la Península de Baja California. Su
producción alcanzó un total de 150.0 kilogramos en el período de 1975 a 1990,
su porcentaje de participación promedio anual en el total nacional fue de 0.14%
ocupando del 14° al 16° lugar.
La plata también se extrae de yacimientos en rocas ígneas intrusivas. Su
producción total fue de 4 242 kilogramos, en el período de 1972 a 1990, y su
porcentaje de participación en el total nacional fue ocupando del 19° al 20°
lugar.
El cobre es otro mineral de origen hidrotermal, que se localiza dentro de las
rocas volcánicas del Mesozoico del área de Santa Rosalía. La producción de
este metal alcanzó un total de 31 037 toneladas entre 1970 y 1985, aportando
un promedio anual de 1.52% al total nacional, con lo que alcanzó, el sexto
lugar en los años setenta, el cual descendió hasta el décimo en 1985; de este
año a la fecha no se registran estadísticas de extracción. La explotación la
realizaba la Compañía Minera Santa Rosalía. S.A.
El manganeso se encuentra en forma de óxidos, en vetas hidrotermales dentro
de las tobas arcillosas de la Formación Comondú. Este mineral se halla
asociado al cobre, zinc, cobalto, plomo, azufre y cloro. Su explotación está a
cargo de la Compañía Minera Santa Rosalía, S.A., que principalmente lo extrae
de la mina denominada Lucifer.
Por último, y de acuerdo con los estudios realizados por el Consejo de
Recursos Minerales, existen otros minerales en el Estado que no son
explotados de manera industrial. Estos son el talco en Comondú y el
78
molibdeno, de alta ley en vetas de cuarzo, al noreste del poblado Todos
Santos.
Yacimientos de Hidrocarburos
En el Estado de Baja California Sur, las manifestaciones más importantes de
hidrocarburos son las encontradas en rocas sedimentarias del Cretácico y
Paleoceno, en las regiones de Purísima – Iray - Magdalena, Laguna Ojo de
Liebre, Guerrero Negro y Bahía de Vizcaíno.
Estas localidades han sido exploradas por PEMEX desde 1944, demostrando
la existencia de grandes espesores (más de 9 000 metros) de rocas clásticas y
calizas del Cretácico inferior y del Paleoceno, que poseen cualidades de ser
almacenadoras, con sus respectivas rocas que sirven de sello a la migración de
hidrocarburos.
I.3.4 Climatología y elementos climáticos específicos
En general, el clima del Estado puede ser clasificado como de desierto de
costa oeste de baja latitud, y su aridez sólo se mitiga a lo largo de las altas
serranías, en especial al sur, en la Sierra La Laguna.
Factores Climáticos
Tal distribución se debe a la interacción de una serie de factores principalmente
situación geográfica, relieve y las corrientes marinas. El primer factor es el más
importante, ya que gran parte del territorio desde su límite norte hasta las
proximidades de Todos Santos, se localiza dentro de la zona subtropical de alta
presión, en la cual, los vientos son descendentes, frescos y secos, por lo que
no se realizan los procesos de condensación y precipitación. Mientras que la
región meridional es atravesada por el Trópico de Cáncer, línea que marca el
inicio de la zona intertropical donde los vientos alisios cuya dirección es del
noreste al suroeste, contienen algo de humedad debido a su paso por el Golfo
de California. El segundo factor el relieve, influye también en las características
de los climas, así, en la zona occidental donde los terrenos son llanos o
ligeramente ondulados, la precipitación total anual suma de menos de 100 a
200 milímetros: en tanto que en el oriente la presencia de una serie de cadenas
montañosas alineadas paralelamente al litoral del golfo, obliga al viento a
ascender y con ello ocasiona la condensación del escaso vapor de agua que
79
contiene, de tal modo que es ahí donde la precipitación total anual alcanza
valores hasta de 400 milímetros, con excepción de la Sierra de San Lázaro -
situada en la región meridional- en la cual la precipitación excede los 600
milímetros anuales. Como tercer factor las corrientes marinas imprimen
condiciones particulares al clima, en el caso de las costas occidentales del
Estado, las temperaturas son más bajas con relación a las del interior, debido a
la corriente oceánica fría de California. Esta además en el verano torna
estables a los vientos secos que llegan a la costa, es decir, que impide sus
movimientos verticales, que no dejan se realicen los procesos de condensación
y precipitación en esa temporada.
Tipos de Climas
Climas Templados
De los climas templados el único que se localiza en el Estado es el subhúmedo
con lluvias en verano, cuya área de distribución está situada en la porción sur,
por la altura.
Clima Templado Subhúmedo con lluvias en Verano (ver mapa I.16)
Este clima se presenta en las sierras San Lázaro, La Laguna y Mata Gorda,
integrantes de la región Del Cabo, aproximadamente desde los 600 metros de
altitud en las laderas occidentales y desde los 800 metros en las orientales
hasta las partes más elevadas. De acuerdo con su humedad, el menos húmedo
se distribuye de los 600 a los 1000 m.s.n.m., y el de humedad media por
encima. En estos lugares la temperatura media anual varía de 12 a 180C, la
precipitación total anual excede los 600 milímetros y el porcentaje de lluvia
invernal fluctúa de 5 a 10.2%. La precipitación total anual más alta de Baja
California Sur se registra en esta zona, con 682.5 milímetros, dato
correspondiente a la estación climatológica Sierra de La Laguna, donde la
temperatura media anual es de 140C.
Clima Semiseco Semicálido con lluvias en Verano
Es un clima de transición entre los secos y los subhúmedos, ya que tiene
algunas características de ambos; por un lado, su lluvia anual suma entre 400 y
500 milímetros, en tanto que su temperatura media anual es del orden de los
18 a 220C. Se localiza alrededor de la zona de clima templado, tiene un
80
régimen de lluvia de verano y su porcentaje de precipitación en invierno va de 5
a 10.2%.
Clima Seco Semicálido con lluvias en Verano
Circunda el área de clima semiseco, con una pequeña interrupción en el
noreste, pero se prolonga por el norte hasta las sierras El Novillo, Las Cruces y
La Gata: además, la Sierra La Trinidad tiene también este clima. En dichas
áreas comprende las zonas situadas entre los 300 y 800 m.s.n.m., a diferencia
de las laderas orientales y occidentales de las sierras La Laguna, San Lázaro y
Mata Gorda, donde va de los 300 a los 500 metros de altitud. La precipitación
se concentra en el verano, el porcentaje de lluvia invernal es de 5 a 10.2%, en
la parte norte y en la sierra La Trinidad; y menor de 5 en el área restante.
Las estaciones El Triunfo y los Divisaderos son representativas de este clima,
en ellas la lluvia total anual suma 362.8 y 394.0 milímetros, respectivamente; y
la temperatura media anual es de 21.4 y 21.5 grados centígrados.
Clima Seco Cálido con lluvias en Verano
La franja de clima seco cálido se extiende del noroeste de Santiago al oeste de
San José de Cabo, a altitudes menores de 300 metros. En ella la temperatura
media anual es mayor de 22 grados centígrados y la precipitación total anual
superior a 400 milímetros, como en las estaciones Caduaño, Yereka y San
Felipe, a las que les corresponden, en ese mismo orden, los siguientes valores:
23.10C y 427.7 milímetros, 22.30C y 412 milímetros, 22.60C y 408.1 milímetros.
Su régimen de precipitación es de verano y durante el invierno la cantidad de
lluvia representa entre el 5 y 10.2% de la total anual.
Clima Seco Templado con lluvias en Verano
Comprende las partes más altas del conjunto montañoso que constituye la
subprovincia Sierra de La Giganta, así como las de la Sierra Las Cruces, en la
región Del Cabo, desde los 1 000 metros de altitud en adelante. Lo caracterizan
temperaturas medias anuales de entre 12 y 180C, tal como sucede en el volcán
Las Vírgenes, su precipitación total anual fluctúa de 300 a 400 milímetros y
aunque su régimen de lluvias es de verano, en el invierno se concentra más del
10.2% del total de la precipitación.
81
Clima Muy Seco Muy Cálido con lluvias en Verano
Abarca la franja costera situada entre las bahías Frailes y San Lucas, en la
zona austral de la Península. En esta franja se localizan las estaciones
climatológicas Boca del Salado y San José del Cabo. En la primera la
temperatura media anual es de 23.30C y la precipitación total anual 247.3
milímetros; mientras que a la segunda le corresponden 23.70C y 262.7
milímetros, respectivamente. De la cantidad de lluvia, entre el 5 y 10.2% cae en
invierno.
Clima Muy Seco Cálido con lluvias en Verano
Este clima se distribuye en las áreas de menor altitud que circundan a la
subprovincia Sierra de La Giganta - con excepción de las del noroeste - y a la
región Del Cabo. En la costa oriental esas áreas constituyen una franja angosta
que va del nivel del mar a un poco más de 200 metros de altitud, en ella se
localizan las poblaciones Santa Rosalía, Mulegé, Loreto, La Paz y Los Frailes,
entre otras. En el occidente la franja es más ancha, pues se prolonga hacia los
terrenos de los Llanos de Magdalena, pero no llega al litoral, es decir, que
comprende en el interior de la Península aproximadamente de los 50 a los 400
metros de altitud; salvo en la porción situada entre el sur de Pescadero y San
Lucas, adonde abarca de los 200 m.s.n.m. a la línea de costa. Esta franja se
une a la primera tanto, en las inmediaciones de La Paz, como en las de Cabo
San Lucas.
En todos estos lugares, el régimen de lluvias es de verano; el porcentaje de
precipitación invernal, mayor de 10.2; y la temperatura media anual, superior a
los 22.00C. La precipitación total anual alcanza alrededor de los 100 milímetros
en las partes bajas, y de los 300 milímetros en las más inmediatas a las sierras.
Son varias las estaciones climatológicas localizadas dentro de este clima, entre
ellas se encuentran las de: Mulegé, con 22.60C de temperatura media anual y
113.2 milímetros de precipitación total anual; El Rosarito, con 22.7 grados
centígrados y 96.6 milímetros; La Ribera, con 23.10C y 214.3 milímetros; San
Pedro, con 230C y 320.6 milímetros; y La Purísima, con 22.8 0C y 110.9
milímetros.
Clima Muy Seco Cálido con Lluvias en Invierno
82
Del sur y suroeste de San Ignacio al sureste de El Pabellón, se extiende la
zona de clima muy seco cálido con lluvias en invierno. Este tiene una
temperatura media anual superior a los 22 0C, al igual que el anterior, pero se
diferencia de él en el porcentaje de precipitación invernal, que en este caso es
mayor de 36%. Sus estaciones representativas son: la de San Juan, donde la
temperatura media anual es de 22.40C y una precipitación total anual de 48.8
milímetros; y la de Cadeje, con 22.10C y 78.7 milímetros, respectivamente.
Clima Muy Seco Semicálido con lluvias en Verano
La temperatura media anual de este clima es menor que la de los cálidos, pues
varía de 18 a 22 0C. Su régimen de precipitación es de verano.
Se localiza en áreas pertenecientes a la subprovincia Sierra de La Giganta y a
las regiones de los Llanos de Magdalena y del Cabo.
En la primera se extiende en sentido noroeste-sureste, desde el límite con el
Estado de Baja California hasta el paralelo 24 grados norte, en terrenos cuya
altitud va de los 200 ó 400 a los 1 000 metros. En esta región el descenso de la
temperatura, con respecto a las zonas que la rodean, está en función de su
mayor altitud. En ella, entre otras estaciones climatológicas están las de: San
Ignacio, en la que la temperatura media anual es de 21.6 0C y la precipitación
total al año suma 94.0 milímetros; El Ojo de Agua, con 21.8 0C y 180
milímetros; y San Javier, al sur de Rancho Viejo, con 18.3 0C y 287.1
milímetros.
En los Llanos de Magdalena este clima comprende la zona costera
suroccidental, pero al oriente del Puerto de San Carlos la franja se interna y
continúa hacia el norte hasta las inmediaciones de la corriente Santo Domingo.
Aquí, a diferencia de la porción anterior, la disminución de la temperatura es
por la influencia de la corriente marina fría de California, ya que su altitud es
inferior a los 50 metros. Algunas de sus estaciones son: Ciudad Insurgentes y
La Aguja, a las cuales corresponden, en ese mismo orden, 21.8 y 21.7 0C de
temperatura media anual y 131.8 y 56.5 milímetros de precipitación total al año.
En el área de contacto entre las regiones de los Llanos de Magdalena y Del
Cabo está situada la otra zona de clima muy seco semicálido; ésta abarca del
noreste de Migriño al declive nororiental de la Sierra Las Cruces. Su
83
precipitación invernal representa entre 5 y 10.2% de la lluvia total anual;
mientras que en las dos primeras zonas es mayor de 10.2.
Clima Muy Seco Semicálido con Lluvias en Invierno
En la costa del Pacifico, desde el paralelo 28 grados norte hasta el Puerto de
San Carlos y la isla Santa Margarita, se localiza la zona de clima muy seco
semicálido con lluvias en invierno, la cual comprende totalmente la
discontinuidad Desierto de Vizcaíno y una parte de los Llanos de Magdalena.
En esta zona, durante el invierno la faja subtropical de alta presión se desplaza
hacia el sur y dominan los vientos del oeste que, asociados con las
depresiones ciclónicas extratropicales, originan las lluvias en invierno. Tales
lluvias suman más del 36% de la precipitación total anual.
Esta región es la más seca del Estado, pues su lluvia total anual no alcanza los
100 milímetros. Su temperatura media anual fluctúa de 18 a 22 0C. En ella
están situadas varias localidades, como Valle de Vizcaíno, El Pabellón, San
José de Gracia, La Poza Grande, Santo Domingo, Adolfo López Mateos,
Matancita y San Carlos. Algunas de sus estaciones climatológicas son: Bahía
Tortugas, con 19.5 0C de temperatura media anual y 77.5 milímetros de
precipitación total anual; San José de Gracia, con 21.1 0C y 98.5 milímetros:
Puerto San Carlos, con 20.2 0C y 76.8 milímetros.
Elementos climáticos específicos
Temperaturas
En el Estado se registran temperaturas máximas extremas absolutas de 40 a
44°C en verano, las temperaturas promedio anuales mínimas que se observan
son de 14-16°C. Siendo el promedio anual de temperatura media de 23°C.
Humedad Relativa
En el Estado se presenta una humedad relativa de entre 60 y 70%. En la región
del Desierto de Vizcaíno se observan valores promedio de 70% de humedad
relativa, que ocasiona la presencia frecuente del rocío.
Vientos
En general el Estado no presenta corrientes importantes de vientos, pero
pueden sufrir con alguna frecuencia los efectos de tempestades de tipo
84
desértico. A grandes rasgos, la mayor parte del territorio del Estado se
encuentra bajo la influencia de los vientos alisios que penetran desde el este y
el norte. La Península de Baja California, a diferencia del resto del litoral del
Pacífico, presenta baja incidencia de ciclones.
Las sierras que corren a todo lo largo del Estado forman un obstáculo a
corrientes de aire estables, como al aire marítimo polar proveniente del Océano
Pacífico.
Las desviaciones o encajonamientos del relieve, dejan sentir su influencia en la
circulación local, como sucede en el Desierto de Vizcaíno, con un viento del NO
casi constante, y del SO en el Istmo de La Paz.
En el Estado se manifiesta el efecto orográfico sobre los vientos, en las sierras
La Giganta y La Laguna, dando lugar a diferencias en el humedecimiento de
las laderas de barlovento y sotavento.
También, el hecho de que la Península de Baja California se encuentre entre
dos cuerpos de agua muy diferentes en temperatura influye bastante sobre el
clima del Estado.
La costa del Pacífico está influida por la Corriente de California. Sus
temperaturas frías, 13 a 19°C, producen nubes bajas y neblina. La neblina es
un factor importante para las plantas y animales en toda la región costera del
Pacífico, hasta la Región de Los Cabos, donde se disipa la Corriente de
California. Lo anterior da lugar a una anomalía de la salinidad y esto a su vez
incrementa la temperatura del agua, y por lo tanto la temperatura del aire. El
mínimo de temperatura ocurre en enero y, el máximo en agosto y septiembre
En general, el aire en contraste con sus aguas es más caliente del verano al
otoño y más frío del invierno a la primavera. La amplitud o variación anual de la
temperatura es de 10 °C en el sur y de 20°C en el norte. En promedio, la costa
oeste recibe la mitad de la precipitación de la oriental
Precipitación
El Estado presenta uno de los promedios más bajos de precipitación en el país,
siendo la máxima en la subprovincia de Los Cabos, alrededor de 400 mm
anuales, la media anual de 200 mm, la mínima anual de 50 mm en las costas
del Océano Pacífico.
85
Dada la enorme importancia que tiene el agua para los ciclos funcionales de
animales y plantas, en una región tan árida como la del Estado de Baja
California Sur es conveniente pensar en la lluvia en términos estacionales y no
anuales. Aunque para esto, las estaciones del año se clasifiquen de una
manera hasta cierto punto arbitraria, pero conveniente para su manejo: invierno
de diciembre a febrero; primavera de marzo a mayo; verano de junio a agosto;
y otoño de septiembre a noviembre.
De las tres provincias desérticas la Costa Central del Golfo es la que recibe
mayor cantidad de lluvia, seguida por Magdalena, y Vizcaíno, respectivamente.
El Estado, por su ubicación geográfica, se encuentra bajo la influencia climática
de varios procesos o regímenes, aunque ninguno de ellos domina
consistentemente.
En invierno, la precipitación depende del borde sur del sistema de ciclones de
invierno, que se ubica en los vientos del oeste y juega un papel importante más
al norte; en verano, depende de la influencia de las masas de aire que se
originan en el Golfo de México y dominan al norte de México; en otoño, es
función del borde nordeste del complejo de tormentas tropicales y huracanes
del Pacífico, así como del límite oeste de los alisios.
El hecho de que el Estado esté sujeto a distintos regímenes climáticos hace
que en ciertos años los ciclones de invierno lleguen mas al sur o en otros, en
verano, las masas del Golfo de México se extiendan sobremanera hacia el
oeste, lo cual cambia el clima notoriamente. Asimismo, en la mayor parte del
año, los vientos del noroeste indican la influencia del anticiclón del Pacífico
sobre el Estado.
De manera semejante a la costa oeste de los Estados Unidos la noroeste del
Estado recibe su mayor cantidad de lluvia en invierno. Las bajas subpolares
dominan en el norte del Pacífico y las tormentas ciclónicas de invierno viajan
hacia el sur trayendo bajas temperaturas y precipitación, como resultado de los
ciclones del Pacífico y de la corriente de chorro.
La precipitación invernal cesa de ser dominante alrededor de Bahía
Magdalena, Sin embargo, ocasionalmente llega más hacia el sur y trae lluvia
fuera de la estación. Esta lluvia va ligada a frentes fríos o movimientos
86
regionales de masas de aire frío del norte que interceptan aire caliente en el
sur. Aquí, conviene resaltar la poca importancia que tiene la tasa de variación
de la lluvia, de norte a sur, en relación al gradiente oeste a este, pues la costa
del Golfo es la más seca en invierno.
En primavera, la baja de Las Aleutianas empieza a decrecer, y la alta del
Pacífico restablece su hegemonía en el Pacífico Norte y la Península
experimenta menos intrusiones ciclónicas. El comportamiento en primavera es
una secuela de invierno. Febrero tiene menos precipitación que enero, abril
menos que febrero y mayo menos que abril. En realidad esta estación es la
más seca del año, la sequía dura por el verano y es rota al inicio del otoño
cuando el alta se mueve hacia el sur. La humedad del Golfo de México,
produce masas de aire sobre el Desierto Sonorense, y por lo tanto, aunque
periféricamente, trae lluvia sobre la costa del Golfo del Estado y la Sierra La
Laguna, en mayor grado que a la parte septentrional.
La región más seca en verano es Vizcaíno, sin embargo, este efecto es
mitigado por la presencia de temperaturas más bajas en el lado del Pacífico y
también por las frecuentes neblinas. Las lluvias de verano tienen un carácter
orográfico, es decir siguen con cierta fidelidad al relieve del Estado y se
asocian a las altas montañas, así como convectivo, o asociado a movimientos
ascendentes de aire húmedo.
Las principales corrientes aéreas soplan paralelas al sistema orográfico. Sobre
el Pacífico los vientos superficiales del noroeste son fuertes, en tanto que del
lado del Golfo soplan vientos del sureste muy débiles, que sólo son alterados
por las tormentas eléctricas que afectan la costa oriental. Sobre la costa
occidental es frecuente observar una nubosidad fuertemente estratificada,
asociada a una inversión térmica. La temperatura en vez de disminuir aumenta
con la altitud a una razón de l°C por cada 100 m, en la capa de inversión. En el
Golfo los vientos del sureste traen aire húmedo, dan lugar a lluvia y son un
reflejo del movimiento de la zona de baja presión, que en invierno se localizaba
más al sur y ahora está al noroeste.
Otoño es la estación más difícil de caracterizar, ya que combina tres procesos
distintos. En primer lugar, recibe la influencia de ciclones tropicales. La
temporada de estos meteoros va de mayo a noviembre y es de fines de agosto
87
a principios de setiembre cuando ocurre el máximo. La mayoría de los ciclones,
cuyo lugar de origen son las vecindades del Golfo de Tehuantepec, al moverse
hacia el noroeste se pierden en el Pacífico sin afectar al Estado, no obstante,
ocasionalmente recurvan hacia la Península, máxime cuando ya está entrada
su estación. La presencia de ciclones de gran magnitud tiende a cambiar
considerablemente las condiciones prevalecientes, debido al carácter torrencial
de las lluvias que éstos provocan.
En octubre, toda la Península se encuentra bajo la influencia de los vientos del
oeste al suroeste y la lluvia es escasa, pero para noviembre el régimen de
invierno empieza a dejar sentir su influencia. Esta anticipación de la lluvia
invernal representa el tercer factor de influencia sobre la lluvia de otoño. En
otras palabras, el sur del Estado es el que más lluvia recibe debido a los alisios,
mientras que el resto la obtiene sólo en parte por estos y por los vientos del
oeste. Todo el Estado se encuentra bajo la influencia de los ciclones tropicales,
aunque el sur en proporción mayor.
Como la lluvia de invierno es traída por un proceso ciclónico de gran escala,
existe una mayor coincidencia en la distribución espacial entre puntos distintos.
En cambio, en verano y otoño la variabilidad espacial es mucho mayor por el
juego entre distintos procesos. La lluvia de verano es más bien de tipo local, en
tanto que la de otoño es intermedia entre la de invierno y la de verano.
Asimismo, es conveniente mencionar el retraso en la ocurrencia del máximo de
temperatura entre las dos costas del Estado o marcha anual de la temperatura.
Lo cual se explica por la distinta estructura vertical de la atmósfera en las dos
costas, por ejemplo, en verano ocurre una inversión térmica sobre la costa del
Pacífico; en tanto que en invierno, dicha inversión no existe, excepto en raras
ocasiones, debido a la dirección de los vientos reinantes en superficie, que son
del noroeste, mientras que a grandes alturas predominan los del oeste, lo cual
da lugar a un despeje general de la atmósfera. Las surgencias de agua fría
también dejan de estar presentes al no soplar los vientos de superficie que las
producen.
Heladas
88
En los meses de invierno las masas de aire polar invaden a la Península y
enfrían aún más el ambiente durante la noche, por lo cual se producen heladas
en el Estado: excepto en la franja costera occidental, comprendida desde el
paralelo 26 grados norte hasta la Bahía Sebastián Vizcaíno, donde imperan los
climas muy secos semicálidos.
En el Estado las heladas ocurren como promedio 1 a 2 veces al año, con una
incidencia mayor en los meses de noviembre y diciembre; de acuerdo con los
datos reportados en el Atlas de Riesgos de la República Mexicana, las mismas
se localizan fundamnetalmente en las serranías ( la Laguna y la Giganta) y no
se producen en la costa del Golfo de Cortes y en las llanuras costeras del sur y
del Desierto del Vizcaíno.
I.3.5 Aire
No existe una amplia información sobre las condiciones del aire en el territorio,
lo que está relacionado con el despoblamiento y relativo poco desarrollo del
Estado y el hecho de que este aspecto no tiene una situación preocupante en
el mismo; no obstante investigaciones realizadas al respecto, manifiestan como
principal problemática la presencia de partículas en suspención,
particularmente en las ciudades de La Paz y Constitución, asociado a la
actividad urbana, el tráfico automotor, la falta de pavimentación de las vías y la
deflación del aire sobre las superficies desnudas, fenómeno también apreciable
en menor medida en otras áreas urbanas y viales del Estado, esto se revierte
en la existencia de enfermedades respiratorias entre la población de las áreas
afectadas..
I.3.6 Suelo
En Baja California Sur por el predominio de los climas muy secos semicálidos
y cálidos y su interacción con el material parental y el relieve, existen suelos
jóvenes y poco desarrollados; estos a su vez en general, tienen baja fertilidad y
presentan limitantes físicas y químicas, ya sea a cierta profundidad (fases lítica
y petrocálcica) o en superficie (fases gravosa y pedregosa). Tan sólo el 20% de
los suelos son profundos y no tienen limitantes físicas o químicas.
La participación de la vegetación en la formación y retención del suelo es de
escasa importancia por su baja cobertura. La aportación de residuos orgánicos
89
es poca, por lo que se tienen en general, suelos pobres en materia orgánica,
como los arenosoles con menos del 1%.
Tipos de Suelos (Mapa I. 17)
Las principales unidades de suelos del Estado de Baja California Sur de
acuerdo con la clasificación FAO/UNESCO 1970, modificada por la Dirección
General de Geografía del INEGI se describen a continuación:
Regosoles
El regosol es el suelo de mayor distribución, pues cubre el 47.3% de la
superficie estatal. Su origen es muy diverso, los hay residuales, litorales y
aluviales; y están formados de materiales no consolidados principalmente.
Son suelos poco evolucionados que no presentan un perfil diferenciado,
aunque en el regosol calcárico se acumula, en algunas de sus capas,
carbonato de calcio. Los regosoles se encuentran desde las llanuras hasta las
sierras; en general son de textura gruesa, de bajo contenido en materia
orgánica, su capacidad de intercambio catiónico es baja, lo mismo que su
fertilidad. Registran elevadas concentraciones de calcio y de moderadas a altas
de magnesio en tanto que su pH oscila entre 7.8 y 8.4. Estos suelos son poco
profundos con excepción de los que se encuentran en las llanuras donde
alcanzan los 120 cm de profundidad. En su mayoría presentan limitantes
físicas, salvo una franja ubicada en los Llanos de Magdalena, la cual queda
comprendida entre Boca de Las Animas y la Barra Flor de Malva. Asimismo,
hay otra área de menor extensión sin limitantes en el Desierto de Vizcaíno.
El 83% de la superficie de la región del Cabo está cubierta por regosoles, los
cuales tienen a menos de 50 centímetros de profundidad una fase lítica, al igual
que en la Sierra La Giganta.
Hacia el nordeste de la Bahía de San Hipólito y al noroeste de la Laguna de
San Ignacio hay una amplia superficie de regosoles, donde la concentración de
carbonatos ha ido formando gradualmente una fase petrocálcica. En cuanto a
limitantes superficiales en los alrededores de Loreto, los suelos presentan fase
pedregosa y en las inmediaciones de La Magnesia, fase gravosa.
Se localizan además en las mesas ubicadas al este de la Sierra la Victoria, en
relieves escasamente ondulados, al igual que en los piesdemonte al oeste de
90
dicha sierra, llegando a la costa del Océano Pacifico, lo mismo ocurre en las
porciones más bajas del Cerro de Mangle hacia la costa del Golfo de California.
Encontramos regosoles también a lo largo de todas las playas, así como en la
porción central del Desierto de Vizcaíno asociado con arenosoles (cubriendo
casi la totalidad de su territorio) y en considerables áreas de La Giganta
asociados con litosoles.
La actividad agrícola en los regosoles no ha sido posible por la profundidad y la
pedregosidad que presentan, por lo cual sustentan aun una vegetación natural.
Vertisoles
Los vertisoles se circunscriben a la cuarta parte de la Sierra La Giganta y a una
pequeña área en los Llanos de Magdalena asociados generalmente con
arenosoles y litosoles.
La formación de estros suelos a partir de rocas ígneas y calizas, ha producido
materiales arcillosos, los cuales con las variaciones de humedad sufren
expansiones y contracciones que provocan agrietamiento y mezcla de los
componentes del suelo, formando un solo horizonte A, cuya profundidad varía
de 65 a 110 cm. Con una coloración que va de pardo a pardo rojizo, debido a
la presencia de óxidos de hierro, en otros casos son grises y negros. Su
contenido en arcillas es elevado, su textura es fina, y pese al bajo contenido de
materia orgánica, tienen alta capacidad de intercambio catiónico al calcio y al
magnesio, como cationes intercambiables predominantes, y su pH es de 7.8.
Son potencialmente productivos, sin embargo presentan una fase pedregosa
que, aunada a la pendiente moderada de las zonas donde se encuentran, limita
la labranza, por lo que las actividades agrícolas en ellos es de poca
importancia. Además, hacia el noreste de Ciudad Insurgentes presentan
acumulación de sales.
Calcisoles.
Los Calcisoles (según algunos autores xerosoles) se encuentran distribuidos en
los Llanos de Magdalena, especialmente al sureste de La Aguja. En el perfil de
estos suelos se diferencian dos horizontes: el A, con una coloración pardo
grisácea, y el C, de color pardo muy pálido, en algunos se presenta una capa
de caliche muy dura que limita su profundidad, la que puede ser de hasta 110
91
centímetros. Su pH es de 7.6 a 7.8 y en cuanto a su capacidad de intercambio
catiónico va de alta a moderada; su contenido de calcio y magnesio es muy
alto.
En la Sierra La Giganta se extienden dos franjas más de calcisoles, una situada
al noroeste de Cadeje y otra localizada en las proximidades de San Gregorio;
ambas presentan obstrucción superficial, la primera por una fase pedregosa y
la segunda por la presencia de gravas.
Los calcisoles se originaron a partir de rocas sedimentarias como las areniscas,
en ellos el proceso de calcificación es el predominante y en general su textura
es gruesa con una capa superficial de color claro, son pobres en materia
orgánica por lo que actualmente sustentan vegetación natural.
Arenosoles (Yermosoles)
El 28% de la superficie del Estado está cubierta por estos suelos también
conocidos por yermosoles, suelos con una capa superficial de color claro al
igual que los anteriores, pero de menor contenido de materia orgánica.
El origen de estos suelos son las areniscas y el arrastre de materiales aluviales
y se caracterizan por tener una capa superficial clara y un subsuelo rico en
arcilla o semejante a la capa superficial. Presentan en ocasiones acumulación
de cal o yeso en el subsuelo o bien “caliche”.
En los Llanos de Magdalena es donde tienen su mayor distribución y en
general presentan dos horizontes, A y B. Son moderadamente profundos, con
alto contenido de calcio y magnesio, de textura media y de fertilidad moderada.
Dentro de esta región, los yermosoles ubicados en las cercanías del Río Santo
Domingo no presentan limitantes físicas y son utilizados en la actividad
agrícola; en tanto que los situados desde los alrededores de Ciudad
Constitución hasta Arroyo Salado, tienen una capa de caliche a una
profundidad menor de 50 centímetros. No obstante, son dedicados a la
agricultura y habitualmente se les aplican fertilizantes nitrogenados y potásicos.
Los yermosoles de la Sierra La Giganta muestran una distribución muy irregular
y en ellos hay obstrucción superficial por pedregosidad.
92
En el Desierto de Vizcaíno se encuentran también algunos de estos suelos. Los
ubicados en las proximidades de la población Valle de Vizcaíno no presentan
limitantes, los distribuidos en las cercanías de la Bahía San Hipólito tienen fase
petrocálcica, en las inmediaciones de Punta Abreojos se registran elevadas
concentraciones de sodio, por último, los situados en el suroeste de la Sierra
San José de Castro entre otros, presentan tanto fase petrocálcica como sódica.
En los alrededores de La Paz. al norte y oeste de la Ensenada de Los Muertos,
los yermosoles alcanzan una profundidad de hasta 120 centímetros. Estos
tienen una moderada capacidad de intercambio catiónico, su contenido de
calcio es alto, pero presentan fase sódica, problema que se ha acrecentado por
la desmedida explotación del manto freático y la consecuente intrusión de agua
de mar.
Feozem
En Baja California Sur son los de menor cobertura, con tan sólo el 0.39% de la
superficie estatal sin embargo son los de mayor contenido de materia orgánica
de los que se encuentran en el Estado, se han originado a partir de rocas
sedimentarias como areniscas y conglomerados. Presenta un horizonte A,
mólico, de color pardo obscuro; y uno B, poco desarrollado. La evolución de
este último horizonte ha sido incompleta, ya que el suelo se encuentra en sitios
de pendiente ligera, como al norte de la Sierra de San Francisco y en los
alrededores de San Pedro, en la región del Cabo. Su textura es media y
registra alta capacidad de intercambio catiónico. Sus contenidos de calcio y
magnesio son muy altos y moderados, respectivamente; el pH es de 7 y a
menos de 50 centímetros de profundidad tiene una capa de roca que lo limita.
Halomórficos (Solonchaks)
Son suelos característicos de zonas donde hay acumulación de sales, como las
inmediaciones de las lagunas costeras y algunas llanuras de piso rocoso con
una fuerte concentración salina, de textura gruesa y con poca diferenciación en
el perfil al no existir un verdadero horizonte B; su pH es aproximadamente de
8.5.
Estos se distribuyen en el Desierto de Vizcaíno, en las cercanías a la Laguna
Ojo de Liebre, las Salinas de Guerrero Negro y los contornos de la Laguna San
93
Ignacio. En los Llanos de Magdalena se localiza en los alrededores de Adolfo
López Mateos.
Estos suelos sostienen una vegetación adaptada a tolerar el exceso de sal; su
capacidad para el desarrollo de la agricultura es muy baja, pues se restringe a
la siembra de cultivos muy resistentes a las sales, sin embargo, en algunos
casos es posible disminuir su concentración de salitre a través de prácticas de
mejoramiento que incluyen el lavado de sales y el drenaje.
Otros Suelos
Los cambisoles son suelos que se originaron por la desintegración de rocas
ígneas intrusivas ácidas y areniscas. Son jóvenes y poco desarrollados, no
obstante muestran clara diferenciación en los horizontes del perfil, y entre el
perfil y el material parental. Esta característica está favorecida por el
intemperismo químico en las inmediaciones de Los Frailes y San Bartolo,
donde la precipitación varía de 300 a 500 milímetros. En estas zonas los suelos
presentan un color rojizo o pardo obscuro, su textura es gruesa y el pH es de
8.2; el contenido de calcio es alto y el de magnesio medio, además, se
encuentran limitados a menos de 50 centímetros de profundidad por una capa
de roca. Por su ubicación topográfica las actividades agrícolas en estos
terrenos son restringidas.
Son suelos jóvenes que presentan en el subsuelo una capa intemperizada que
parece más suelo que roca, además pueden presentar acumulación de arcilla,
carbonato de calcio, hierro, manganeso, etc., pero sin ser muy abundantes.
Se localizan en las porciones altas de la sierra de La Victoria y al norte del
cerro del Mangle, asociados principalmente a litosoles.
Los fluvisoles han tenido poca evolución en su perfil, fueron formados de
materiales acarreados por el agua. Se caracterizan por tener capas alternas de
arena, arcilla o gravas. Se encuentran en las proximidades del río San Ignacio
y en las bajadas de la Sierra La Giganta, al suroeste y sur de Santa Rosalía y
Mulegé. En estos lugares presentan obstrucción por piedras; en tanto que los
situados en la región Del Cabo, al sur de La Ribera, tienen a menos de 50
centímetros una capa de roca que limita su profundidad, pueden ser someros o
94
profundos, arenosos o arcillosos fértiles o infértiles, en función del tipo de
materiales que los forman.
En general, en el Estado estos suelos son profundos - hasta de 120
centímetros -, su textura es gruesa, tienen un color gris pardo claro y sustentan
vegetación natural. Su pH fluctúa entre 7.9 y 8.2; en cuanto a su capacidad de
intercambio catiónico, ésta es moderada, así como su contenido de calcio y
magnesio.
En Baja California Sur los litosoles, suelos menores de 10 cm. de profundidad,
se presentan frecuentemente como unidad codominante, por lo que se
distribuyen en asociación con regosoles cambisoles y vertisoles.
En la subprovincia Sierra de La Giganta se encuentran dispersos y constituyen
la unidad dominante; destaca en superficie ocupada la zona que se localiza
entre Rancho Viejo y Dolores, en la cual la textura del suelo es media.
Los litosoles se caracterizan principalmente por tener una profundidad menor
de 10 cm, hasta la roca. Se localizan en todas las sierras, laderas, lomeríos y
barrancas en mayor o menor proporción, como puede observarse en las
porciones altas y accidentadas de la Sierra de La Victoria y del Cerro del
Mangle, así como de la Sierra La Giganta y las Tres Virgenes.
I.3.7 Agua
Hidrología.
La hidrología del Estado de Baja California Sur (mapa I. 18), está formada por
un sistema de numerosos cauces de arroyos, los mismos que se mantienen
secos prácticamente todo el año, y generalmente sólo recogen el escurrimiento
superficial de las lluvias torrenciales.
El largo y angosto territorio de Baja California Sur con una orientación
preferencial NO-SE, cuenta con un parteaguas principal bien definido que
divide la península en dos grandes vertientes: la del Golfo y la del Pacífico. El
parteaguas, está cargado hacia el Golfo, dando lugar a cuencas pequeñas en
esa vertiente y cuencas mucho más extensas hacia el Pacífico.
Lo anterior propicia que los escurrimientos de la Vertiente del Golfo sean
menores que los del Pacífico, y que sus altas pendientes propicien en sus
95
arroyos una velocidad mayor del escurrimiento, lo que ocasiona generalmente
avenidas de duración semejante a la de la lluvia.
En la Vertiente del Pacífico ocurre lo opuesto a la del Golfo, las crecientes
transportan un gran volumen de agua y sedimentos, dándole al agua un color
café claro, y duran bastante más tiempo que la duración de la lluvia. Horas o
días después que cesó la lluvia el arroyo aún transporta agua, en el caso de
huracanes el escurrimiento puede durar meses.
Con el objeto de caracterizar las cuencas, se emplea un parámetro
denominado, orden de las corrientes que refleja el grado de desarrollo de la
red de drenaje. Por ejemplo, la corriente más pequeña es de orden uno, y es la
que se sitúa en el parteaguas o en sus vecindades; la unión de dos corrientes
de orden uno genera una de orden dos, y así sucesivamente hasta llegar a la
corriente de orden mayor, o corriente principal. De esta manera, un orden de
corriente elevado implica una cuenca grande, con una red de drenaje bien
desarrollada y con alta capacidad de escurrimiento.
De acuerdo la Comisión Nacional del Agua, el estado pertenece a cuatro
Regiones Hidrológicas (ver cuadro I.8).
Es importante señalar que la toponimia de los arroyos puede suscitar cierta
confusión, pues no es raro que el nombre de un arroyo cambie conforme éste
pasa por distintos poblados o lugares, ante el deseo de sus pobladores de
asignarle un nombre familiar y con sentido para ellos. Por esta razón, en oca-
siones un mismo arroyo va recibiendo distintos nombres conforme pasa por
distintos sitios; y esto puede ocurrir desde su origen en las alturas hasta su
desembocadura, o punto final de descarga, ya sea en un valle o en el mar.
96
Cuadro I.8 Regiones Hidrológicas. Región hidrológica Nombre Subregión Arroyos y cuencas o zonas
correspondientes.
RH - 2 Vizcaíno A - Arroyos San Ignacio - San Raymundo
B - Arroyos San Miguel - del Vigía
RH - 3 Magdalena A - Arroyos Caracol - Candelaria
B - Arroyos Venancio - Salado
C - Arroyos Mezquital - Comondú
RH - 5 Santa. Rosalía A - Arroyos Paterna - Mulegé
B - Arroyos Sta. Isabel - otros
RH - 6 La Paz A - La Paz - Cabo San Lucas
B - Loreto - Bahía la Paz
C - Arroyos Fríjol - San Bruno
Fuente: Comisión Nacional del Agua
A continuación se desarrolla una descripción somera de las distintas cuencas
que conforman el Estado (basada en las cartas topográficas 1:250 000);
primero, las de las regiones pertenecientes a la Vertiente del Golfo, de norte a
sur, y después las de la Vertiente del Pacífico, en el mismo orden.
La Región de Vizcaíno tiene una extensión de 25 892 km2, se localiza en la
Vertiente del Pacífico y va desde el norte del paralelo 28°, hasta la cuenca del
Arroyo Cadejé en el sur.
La Península de Sebastián Vizcaíno cuenta con una serie de cuencas
pequeñas, con un parteaguas cargado hacia la costa sur de la Península,
orientado NO-SE. En la porción norte las cuencas son de forma alargada y sus
corrientes, que a lo más son de orden dos, desaparecen en el Desierto de
Vizcaíno, a excepción de aquellas que drenan hacia la Bahía de Sebastián
Vizcaíno, en las vecindades de Punta Malarrimo.
En las cercanías de Bahía Tortugas, por el norte, se define una corriente de
orden dos que parece estar controlada por una fractura del terreno y cuya
cuenca contiene un valle de dimensiones considerables, con relación a ella.
Las alturas escasamente llegan a los 300 m. Más hacia el sur existen
pequeños arroyos como: El Bateque, Puerto Nuevo y San Cristóbal, hasta
llegar a El Coyote, o Los Placeres, mismo que pasa por San José de Castro,
donde cruza al camino, y que desciende de las cumbres de la Sierra del mismo
nombre. Su cuenca de orden tres es alargada y sus primeros tributarios están
controlados por una falla al pie de la sierra, su altura máxima es de 920 m. Al
sur de la Sierra hay varias corrientes pequeñas, como los arroyos San Andrés,
97
Santispac y San José, este último desemboca en Bahía Asunción y puede
observarse en el camino entre Bahía Asunción y San Rafael.
El resto del drenaje lo conforma la Sierra Santa Clara al sur con un drenaje
radial, es decir corrientes que emanan de un centro elevado (en este caso
vinculado al carácter vólcanico del área) en todas direcciones, dando lugar a
varios cauces de orden tres. Una de las cuencas mayores, al sureste, con una
altura máxima de 610 m, se orienta SE-NO, dirección dominante en esta
porción de la Sierra debido al patrón de fracturas dominante. La cuenca se
asocia al Arroyo Santa Clara, la única corriente de orden cuatro en la
Península, que se pierde en el desierto antes de llegar a la Laguna Ojo de
Liebre. En el sur, el arroyo de orden tres La Tinaja serpentea alrededor de la
Mesa Santa Clara, el mayor promontorio antes de llegar a Punta Abreojos
viniendo de la carretera trans-peninsular. En las proximidades de la Mesa su
cauce corre paralelo al camino por el costado derecho y lo cruza antes de
llegar a Punta Abreojos. La forma de la cuenca es amplia en su cabecera y el
agua desciende desde una altura de 610 m, la misma del Arroyo Santa Clara,
pues ambas cuencas colindan en sus cabeceras.
El Arroyo El Tecolote, de orden dos, corta el camino precisamente antes de
llegar a la Mesa Santa Clara, al norte, es parte de una serie de largos cauces
paralelos que descienden de la Sierra, por una pendiente relativamente suave y
uniforme que termina en la laguna de San Ignacio.
Al norte del estado, por esta vertiente las primeras cuencas están asociadas a
la Sierra de San Francisco.
Al norte de la Sierra se define un tributario del Arroyo San Pablo, el Arroyo La
Prosperidad, de orden tres, con orientación NE-SO, cuya cuenca tiene forma
de hongo y su elevación máxima es de 1 230 m, en su extremo sur. El arroyo
atraviesa una serie de mesas como es el caso de todos los arroyos de la ladera
oeste de la Sierra. El poblado de San Casimiro se ubica a una altura mayor que
La Prosperidad, un asentamiento sobre el cauce principal.
Al sur se localiza el Arroyo San Pablo, controlado por una fractura, que lo
obliga a seguir una dirección SE-NO, y que desciende de las alturas mayores
de la Sierra, 1 590 m. Ahí, en esas elevaciones existen una serie de mesas
98
donde se ubican poblados como: San Francisco, Guadalupe y El Represo. El
cauce de dicho arroyo puede observarse al cruzar éste la carretera entre
Guerrero Negro y San Ignacio, un poco después de Las Palomas, al norte de
Díaz Ordaz.
Más hacia el sur descienden una serie de corrientes largas paralelas, que dan
lugar a varias cuencas alargadas, las cuales desaparecen en el costado este
del Desierto de Vizcaíno, en las vecindades de la carretera, entre Díaz Ordaz y
El Porvenir, al sur de Los Ángeles (Microondas).
Los arroyos situados en la Península de Sebastián Vizcaíno desembocan al
Océano Pacífico o al Desierto de Vizcaíno, el cual define una superficie de
unos 13 595 km2. Esta es una región donde, prácticamente, desaparecen todos
los arroyos. Dentro del área están los poblados de: Los Gavilanes, Valle de
Vizcaíno, Rancho Nuevo, Emiliano Zapata. Las Palmas, Los Ángeles, El
Porvenir y Díaz Ordaz.
Otros arroyos como: El Porvenir, San Esteban, Navidad, Las Juntas y La
Higuera, en su mayoría de orden dos y con las mismas características que los
ya mencionadao, desembocan hacia el SO en la laguna San Ignacio y cruzan
la carretera al sur de Los Ángeles (estación de Microondas). Estas corrientes
también descienden de las alturas mayores de la Sierra, donde se ubican las
poblaciones de El Sauce y El Sauzalito.
La ladera sureste de las sierras San Francisco, Las Tres Vírgenes y Santa
Lucía, definen una gran cuenca (11 200 km2, amplia en su cabecera) y con
elevaciones máximas de norte a sur de: 1 190 m; 1 920 m, y 1 150 m,
respectivamente; la cual es drenada por el Arroyo San Ignacio, de orden
cuatro. Dentro de la cuenca hay un buen número de poblados como: Santa
Martha, El Carricito, El Mezquital, Alfredo V. Bonfil y el más importante San
Ignacio, sobre el cauce principal. Los afluentes son numerosos, por el norte se
tienen los arroyos: El Parral, Las Cruces, Hondo, Santa Martha, San Jorge y
Las Calabazas; por el este llega el San Luis, y por el sur Santa Lucía, La
Cuevita, La Saya y San Luis. La carretera cruza la cuenca casi por su mitad,
dividiéndola en dos partes iguales, por el norte la corta en su parteaguas, en
Caguama Dos (estación de Microondas) y por el sur, en San Ignacio. Las
corrientes que descienden de la Sierra Santa Lucía al sureste, son largas, casi
99
paralelas, y se juntan en racimos antes de desembocar, casi
perpendicularmente, a corrientes de orden mayor, posiblemente debido a un
control estructural asociado a debilidades del terreno, ya sean fallas o
fracturas.
Al sur de la cuenca de San Ignacio, tres arroyos de orden tres, presentan
características semejantes, son sinuosos y dan lugar a cuencas alargadas,
orientadas E-O. El primero, Arroyo Grande pasa por San Zacarías, en el
camino de San Ignacio a la laguna de San Ignacio, y la altura máxima de su
cuenca es de 1 550 m; el segundo, La Rinconada o San Tadeo comparte su
máxima altura con la anterior cuenca y contiene a los poblados de Matancitas
en la parte alta y Los Sauces sobre el Arroyo Cañada Seca, un tributario en la
parte baja de la cuenca. Finalmente, el Arroyo Patrocinio define la cuenca
menor y pasa por el poblado del mismo nombre. Todas estas corrientes
desembocan en Laguna de San Ignacio y cortan unas hermosas e imponentes
mesas cercanas a la costa.
Con el Arroyo San Pedro la orientación principal de los cauces, así como la de
las cuencas, cambia a NE-SO. Este arroyo es ligeramente de orden cuatro, su
cuenca es de forma estrecha en su cabecera, y amplia en su desembocadura,
condición relacionada con un control estructural al pie de las mesas; su máxima
altura es de 1 700 m. San Pedro es un poblado en la cabecera de la cuenca y
El Bule es un asentamiento sobre un afluente cercano a la desembocadura del
arroyo Otro arroyo semejante al San Pedro es el San Juan, también de orden
ligeramente cuatro, que cruza al camino en Camino de En medio. Aguas arriba
se localiza El Arenal, sobre una de las mesas está San José de Gracia, otro
poblado de importancia, y en su desembocadura se encuentra Batequi de San
Juan.
Los dos arroyos que siguen hacia el sur, San Raymundo y Cadejé, son
similares, el primero es de orden tres y el segundo de orden cuatro. La
cabecera de la cuenca del San Raymundo es más amplia que la otra, su
tamaño es parecido, así como sus alturas máximas, cercanas a los 1 100 m.
Sus desembocaduras son angostas, pues ahí las mesas tienden a
desaparecer. En el cruce del Arroyo San Raymundo y el camino está La
Ballena y aguas arriba San Antonio, Los Caballos, San Juan en la porción
100
norte, y Guadalupe en el punto más al este de la cuenca, casi sobre el
parteaguas. Cadejé se localiza en la intersección del camino con la corriente
principal, y aguas arriba La Yaqui y La Venada.
En su extremo este, su límite corre por la parte alta de varias sierras, como la
de San Pedro, La Yegua y El Baleo; por el oeste con el Océano Pacífico desde
Punta Santo Domingo hasta Punta Eugenia.
La región hidrológica la conforman las cuencas siguientes: 2A “Laguna San
Ignacio- Arroyo San Raymundo” y una porción de San Miguel-Arroyo del Vigía”.
Cuenca 2A “Laguna San Ignacio-Arroyo San Raymundo”
Se encuentra delimitada al norte por la sierra San Francisco, el Desierto de
Vizcaíno, y por la mesa El Aguaje: al oriente por las sierras San Pedro, El
Mezquital y Agua Verde; al poniente por la línea de costa, desde Punta Santo
Domingo hasta la Laguna San Ignacio.
Comprende una superficie de 11 236.50 km2 y las subcuencas que la
conforman son: Arroyo San Raymundo, con 1 051.63 km2; Arroyo San Miguel,
con 990.36 km2; Arroyo San José de Gracia, con 1 055.65 km2; Arroyo San
Benito, con 1 083.77 km2; Arroyo San Patrocinio, con 1 422.26 km2; Río San
Ignacio, con 2967.08 km2; y Laguna San Ignacio con 2 665.75 km2.
Esta cuenca se desarrolla sobre sierras altas, mesetas basálticas,lomeríos,
llanuras con dunas y áreas sujetas a inundación, como los que bordean a la
laguna de San Ignacio.
No cuenta con corrientes permanentes y las que se forman en las sierras son
de carácter torrencial, al descender muchas de ellas no llegan al océano. Entre
los arroyos más importantes están los de: Cadejé, San Raymundo, San Juan,
San Pedro, La Rinconada, San Ignacio y La Higuera.
El rango de escurrimiento es de 0 a 5% en la porción occidental y de 5 a 10%
en la oriental.
Cuenca 28 “San Miguel-Arroyo del Vigía”
Esta cuenca se extiende también en territorio del vecino estado de Baja
California, sus límites son: al norte el paralelo 28 grados, al este las sierras de
101
Santa Clara y San Francisco, al oeste y al sur la línea de costa, desde Bahía
Ballenas hasta Punta Eugenia.
Abarca una superficie de 14 655.56 km2 y está integrada por las subcuencas:
Arroyo del Vigía, con 1 760.76 km2, de superficie; Laguna Scammon, con 7
360.43 km2; Las Lagunas, con 2 659.71 km2; y Puerto San Bartolomé, con 2
874.66 km2.
La mayor parte de esta cuenca se encuentra en zonas llanas con salinas y
dunas; el resto de su extensión, los terrenos son accidentados y ondulados.
La escasa precipitación, ocasiona que los escurrimientos que se forman sean
de carácter torrencial y de corta longitud que no llegan al mar. Entre las
principales corrientes están: La Tinaja, Santa Clara, San Pablo, Arroyo Lago y
El Mesquitoso.
En esta cuenca se localizan las salinas de Guerrero Negro y Desierto de
Vizcaíno, considerada la más grande del mundo.
El Rango de escurrimiento es de 0 a 5% en la zona desértica y en las partes
altas de las sierras de 5 a 10%.
Región Hidrológica No.3 “Baja California Suroeste” (Magdalena)
La Región de Magdalena, la de mayor dimensión en el estado, pertenece a la
Vertiente del Pacífico y ocupa una superficie de 28 470 km2, inicia por el norte
con la cuenca del Arroyo Mezquital y en el sur termina antes de la cuenca
donde se ubica Cabo San Lucas.
El Arroyo Mezquital, de orden tres, pasa por la población El Mezquital, define
una cuenca pequeña (533 km2) con dirección NE-SO, y desemboca al NE de
Bahía San Juanico. Después sigue la cuenca bastante alargada del Arroyo San
Gregorio, que desciende desde una altura de 1 230 m, y cuyo afluente más
largo es Arroyo Guajademí. Poblaciones que se ubican sobre su cauce, son:
Agua Honda, Agua Puerca, San José Guajademí, Paso Hondo, La Purísima y
San Gregorio en su desembocadura, así como La Bocana sobre Punta
Juanico.
La cuenca del Arroyo La Purísima es de tamaño considerable (4 966 km2). Su
cabecera, bastante retirada del Pacífico, colecta agua de un buen número de
102
pequeños afluentes que descienden de la sierra vecina a Bahía Concepción y
que confluyen a dos tributarios principales controlados estructuralmente; uno,
en el norte, sigue una dirección NO-SE, y el otro, Arroyo Comondú Viejo,
primero circula SE-NO para después cambiar a E-O. Esta corriente es la
frontera entre las sierras San Pedro y la Giganta, al sur. El orden de la corriente
principal es cuatro y la adquiere desde muy cerca de su origen. Su altura
máxima es de alrededor de 1 200 m, como la de la cuenca de San Gregorio, y
entre los poblados que se sitúan dentro de la cuenca están: Calagua, La
Laguna, Llanito Los Becerros, El Carambache, San Isidro y La Purísima, sobre
la carretera que va a Ciudad Insurgentes. El Arroyo Pabellón drena una cuenca
pequeña de orden cuatro, con dirección NE-SO y elevación máxima de 570 m
en la cabecera de su afluente el Arroyo San Antonio, al norte de la cuenca. En
Tres Marías un afluente de orden tres intercepta la carretera que va de La
Purísima a Ciudad Insurgentes. Al sur se ubica la cuenca de orden tres del
Arroyo Comondú con una altura máxima de 570 m. Ahí se encuentran conti-
guos los poblados gemelos de San Miguel de Comondú y San José de
Comond. Gran parte de esta cuenca está asentada sobre suelos pedregosos,
desarrollados sobre rocas ígneas.
Encerrada por las cuencas que se acaban de mencionar y por la de San Juan
Londó, en la vertiente del Golfo, se localiza una cuenca con drenaje interior, de
tamaño considerable y constituida por pequeñas corrientes de orden uno. La
cuenca se sitúa entre ambas costas, en su porción central su orientación es
NO-SE, y el material que produjo esta situación especial es el terreno
pedregoso producto de lavas recientes. El Horno, San Hilario, El Renegado y El
Pabellón son poblaciones localizadas dentro de la cuenca.
Los arroyos Venancio y San Andrés son los tributarios principales de la
corriente principal de orden cuatro que pasa por el poblado La Poza Grande.
Este sistema de drenaje define una cuenca alargada, orientada NE-SO en su
cabecera y E-O en su parte baja, en un paisaje dominado por malpaís y con
una altura máxima de 1 230 m. Francisco Villa, San Andrés y Santa Isabel son
algunos de los poblados dentro de la cuenca.
Notable por su gran tamaño, está la cuenca del Arroyo Santo Domingo. Su
corriente principal es de orden cinco, precisamente en el poblado de Santo
103
Domingo; a él confluyen los afluentes principales, de orden cuatro, Santo
Domingo por el norte y, por el sur, Querétaro. Un afluente del primero es un
largo arroyo, el San Javier de orden 3, en cuya cabecera se localiza la hermosa
misión de San Francisco Javier de Viggé Biauondó (San Javier). Un importante
tributario del Arroyo Querétaro es el Arroyo Huatamote, que corre casi paralelo
a la carretera, puede observarse desde antes de subir la cuesta de la Sierra La
Giganta rumbo a Loreto, en este tramo es de orden dos.
La cabecera de las corrientes de orden uno nace en la Sierra La Giganta,
prácticamente en las vecindades del Golfo, pues ahí el parteaguas se carga en
exceso hacia el Mar de Cortés. Las corrientes son largas y bajan con dirección
NE-SO para después cambiar a E-O. Las elevaciones máximas son del orden
de los 1 490 m en el norte y de 1 150 m en el sur del parteaguas, sobre la
Sierra de La Giganta.
Desde esta cuenca hacia el sur empieza a formarse la enorme llanura conocida
como Valle de Santo Domingo, principal centro agrícola del estado. Una
multitud de poblaciones están asentadas sobre la cuenca, entre las que pueden
nombrarse: Ignacio Zaragoza, Ley Federal de Aguas 1 y 2, San Javier,
Huatamote, Agua Amarga, La Calabaza, San Antonio de la Higuera, Los
Corrales y Las Juntas.
Al sur se sitúa otra cuenca un poco menor a la de Santo Domingo, asociada al
Arroyo Las Bramonas, una corriente de orden cinco por un tramo bastante
grande, el mayor de cualquier corriente en el estado. Este arroyo atraviesa la
carretera en el tramo Ciudad Insurgentes-Ciudad Constitución y se asocia a
una falla geológica con desplazamiento horizontal que cruza el estado de NO a
SE. Sobre el Arroyo San Luis Gonzaga, de orden tres, se localiza la Presa El
Higuajil, que data de 1986, y un tributario de este arroyo es el Arroyo
Bebelama. En el norte, los afluentes que descienden de la Sierra La Giganta lo
hacen como todas las corrientes ya mencionadas, con dirección NE-SO, sin
embargo, después empiezan a cambiar su rumbo hacia el oeste, para confluir
en la corriente principal, que desemboca en el puerto Adolfo López Mateos.
Conforme la Sierra La Giganta empieza a descender en altura, lo mismo
sucede con la cuenca, cuya altura máxima es de aproximadamente 1 050 m al
norte y de 890 m al sur. Entre los poblados a mencionar dentro de la cuenca
104
están: Benito Juárez, Ley Federal de Aguas 3, 4 y 5, Los Cerritos, San Luis
Gonzaga, con su hermosa misión colonial, La Cueva, Josefa Ortiz de
Dornínguez y, cerca del parteaguas norte, Santo Tomás y San José de la
Noria. Conviene aclarar que esta cuenca es una de las que cuenta con un
mayor número de poblaciones.
Debido a la poca pendiente del Valle de Santo Domingo, principalmente en su
porción sur, no existen cauces bien definidos o estos convergen a una
depresión al sur de Ciudad Constitución, frente a Bahía Magdalena.
El Arroyo La Presa, o Santa Rita, de orden tres, define una cuenca hidrológica
alargada, con un área aproximada de 1 500 km2 y una orientación NE-SO,
semejante a la de las cuencas del norte. Cruza la carretera precisamente en el
poblado Santa Rita. Además, su forma alargada propicia crecientes rápidas y
con descargas grandes, en las que el nivel del agua crece rápidamente, pero
tiende a decrecer con la misma rapidez. El arroyo desciende desde los 570 m
hasta el nivel del mar. En la parte alta de la cuenca se localiza el poblado de La
Presa, por donde pasa un largo tributario de orden dos. Los Algodones, Iraquí,
Cantarrana, La Matancita y Toris son poblaciones que pertenecen a esta
cuenca.
105
Más hacia el sur se ubica una cuenca mucho mayor, con una superficie
aproximada de 2 300 km2, y por lo tanto más riesgo en cuanto a volumen de
agua generada por una creciente. El Arroyo Las Pocitas, o El Colorado, es uno
de sus afluentes principales y cruza la carretera como una corriente de orden
cuatro en el poblado del mismo nombre, aguas abajo se le une el Arroyo San
Hilario de orden dos, el cual corta la carretera en una curva antes de llegar al
poblado El Cien.
Estos dos arroyos, junto con el Arroyo Las Liebres, el cual corta la carretera
como una corriente de orden dos en el poblado El Ciento Veintiocho, un poco
antes de llegar al mar, pasan a constituir el Arroyo Venancio, de orden cuatro,
la corriente principal de la cuenca. La orientación de la cuenca es semejante a
la de Santa Rita, no así la de sus arroyos; sin embargo, el número de sus
afluentes es mucho mayor, éstos descienden desde los 870 m en el norte y de
los 600 m en el sur. Poblados que mencionar dentro de la cuenca son: El Cien,
San Bartolo, Corral de Piedra, La Soledad, La Matanza y San Ignacio.
Conforme se mueve uno más hacia el sur, el estado se angosta y las cuencas
también decrecen en tamaño, mientras que su orientación NE-SO se conserva.
Entre los arroyos de orden tres están: Guadalupe de la Herradura, que corta la
carretera a la altura del kilometro 95; Los Pozos, y Los Altares, que
desembocan en el poblado Los Inocentes.
La cuenca de El Carrizal (558 km2) define una zona agrícola de importancia al
sur de la cuenca del Valle de La Paz. Su corriente principal es de orden tres y
desciende desde elevaciones de 910 m en la Sierra La Trinchera. El Triunfo es
una población minera que se ubica casi en el parteaguas que pasa entre este
poblado y San Antonio; Valle Perdido y El Carrizal también pertenecen a la
cuenca. El arroyo sigue una dirección E-O que después cambia a NE-SO, en
un ángulo de casi 90°, asociado a la Falla El Carrizal.
Prosiguiendo hacia el sur, hasta llegar al extremo meridional de la península,
se presentan una serie de cuencas pequeñas asociadas a la Sierra de La
Laguna, con corrientes de orden dos y tres orientadas NE-SO, que en el
extremo sur cambian a E-O.
106
El Arroyo Grande, de orden dos, es el de mayor longitud y sobre él se localiza
la Presa de Santa Inés, oficialmente conocida como General de División
Agustín Olachea Avilés e inaugurada en 1983.
Más al norte, el Arroyo La Muela, de orden tres, corta a la carretera y aguas
abajo se une al Arroyo Grande. La cuenca que conforman ambos arroyos tiene
forma de botella o florero, y su desembocadura se asemeja, también, al cuello
de una botella. Santa Gertrudis y El Cardonoso pertenecen a la cuenca.
Al norte de Pescadero, al sur de Todos Santos, una corriente de orden tres
corta la carretera. Varios afluentes convergen a ella, mismos que propician la
generación de grandes crecientes. La cabecera de la cuenca es amplia y su
altura máxima es del orden de los 2 000 m. El Sacrificio, Horconcitos, Los
Difuntos y San Andrés pertenecen a la cuenca.
Otra corriente de orden tres, Arroyo Migriño corta la carretera en el poblado de
Migriño. La cabecera de la cuenca es medianamente amplia. Las corrientes de
orden uno son largas y bajan desde una altura máxima de 1 390 m con una
orientación NE-SO, que después cambia a E-O. San Vicente de la Sierra se
localiza en las vecindades del parteaguas norte, San Vicente, Barranquita, y
Candelaria son también poblaciones de la cuenca.
Existe otra cuenca que, aunque de orden dos, presenta ciertas particularidades
interesantes. Contiene un buen número de corrientes de orden uno que
descienden bruscamente desde una altura máxima de 1 910 m y alimentan a
una única corriente principal, lo cual favorece un aumento en la velocidad del
agua. En el Arroyo San Venancio, la corriente principal, corta la carretera cerca
de la población Plutarco Elías Calles. La forma de la cuenca es arbolada o
semejante a un hongo. El Saltito de los García y San Jacinto son poblaciones
de la cuenca.
En ella se localiza el Distrito de Riego No. 66 Santo Domingo, que es la
principal zona agrícola del estado. Las corrientes que se forman son las más
importantes por su longitud, caudal y permanencia.
La integran las cuencas: 3A “Arroyo Caracol-Arroyo Candelaria”. 3B “Arroyo
Venancio-Arroyo Salado” y 3C “Arroyo Mezquital-Arroyo Comondú”.
Cuenca 3A “Arroyo Caracol-Arroyo Candelaria”
107
Esta cuenca se extiende desde el sur de la localidad La Presa, hasta Cabo
Falso; por el este. Su límite es marcado por las cumbres de las sierras La
Laguna y Las Tarabillas.
Las poblaciones que se ubican dentro de ésta, son Guadalupe, El Conejo, La
Aguja, San Isidro, Todos Santos, San Pedro, El Triunfo. El Carrizal, Plutarco
Elías Calles y Migrirño.
Comprende una superficie de 8 003.26 km2 y las subcuencas que la
constituyen son Arroyo Candelaria con un área de 507.23 km2 , Río San
Jacinto, con 226.00 km2 , Santa Inés con 681.00 km2 , Arroyo El Carrizal, con 2
090.21 km2 , Arroyo Datilar, con 1 433.31 km2 , Arroyo Guadalupe, con 644.84
km2 y Arroyo Caracol con 2 420.67 km2.
La cuenca queda formada por las sierras: San Lázaro, La Laguna y Las
Tarabillas; Lomeríos que se sitúan en las inmediaciones de los asentamientos
de Todos Santos, El Carrizal y Migriño; y Llanuras en los alrededores de las
poblaciones La Aguja, El Conejo y San Pedro.
La precipitación total anual más alta es de 682.5 milímetros y la mínima de 161
milímetros.
Las corrientes son de carácter torrencial, efímero y drenan al Océano Pacífico.
Algunas de éstas son cortas por la cercanía de los flancos de las sierras al mar
y del parteaguas a la costa.
Los cauces más importantes son: Los Altares, Santa Inés, San Jacinto, con
longitud de decenas de kilómetros; El Caracol, con 120 kilómetros; y
Candelaria, con 28 kilómetros.
En la cuenca, las estaciones hidrométricas registran un volumen medio anual
de 0.3 millones de m3 de escurrimiento y un gasto máximo de 1.6 m3 por
segundo.
La presa “Santa Inés”, situada a 13 kilómetros al noreste del poblado Todos
Santos y cuya función es regular las avenidas torrenciales con recarga al
acuífero.
El coeficiente de escurrimiento es de 0 a 5% en las partes bajas y de 5 a 10%
en las altas.
108
Cuenca.3B "Arroyo Venancio-Arroyo Salado
Se sitúa en la parte central del estado, abarca la zona costera occidental desde
el sur de Puerto San Andresito hasta al norte del Caracol y por el oriente, el
límite es la Sierra de La Giganta. Se localizan dentro de ésta, las poblaciones
de Constitución, Ejido Insurgentes, San Domingo, Adolfo López Mateos, Josefa
de Domínguez y San Carlos.
Esta cuenca es de las más importantes, ocupa una superficie de 15 479.19
km2, cifra que la coloca como la mayor de la región. Cuenta con los arroyos de
mayor longitud y es donde se encuentra el Distrito de Riego No.66 “Santo
Domingo”, zona agrícola de importancia para el Estado.
Las subcuencas que la integran son: Arroyo Salado, con una superficie de 2
240.87 km2; Bahía Magdalena, cor 3 616.93 km2; Arroyo Soledad, con 4 597.26
km2 , Arroyo Santa Cruz con 2 054.05 km2; Arroyo Santo Domingo con 1
632.19 km2; y Arroyo Venancio, con 1 337.89 km2.
La cuenca se encuentra constituida por sierras altas y complejas asociadas con
mesetas, lomeríos con llanos, mesetas basálticas, llanura de piso rocoso,
llanura costera con lomeríos y llanura aluvial con dunas.
La máxima precipitación anual histórica ocurrió en 1959 con 696 milímetros y la
mínima con 1.5 milímetros en 1970.
El mayor porcentaje de precipitación se presenta en la Sierra de La Giganta,
mientras que la menor cantidad de lluvia ocurre en el valle de Santo Domingo.
La mayoría de las precipitaciones en el Estado, es de tipo ciclónico –torrencial,
erráticos y efímeros, que origina corrientes intermitentes, entre las más
importantes están: Venancio, con una longitud de 76 kilómetros; Santo
Domingo, con 107 kilómetros; Arroyo Bramonas (Soledad), con 140 kilómetros;
Arroyo Salado (La Presa), con 115 kilómetros; y el Arroyo San Luis.
Todas estas corrientes nacen en la Sierra de La Giganta y drenan hacia el
Océano Pacífico.
Se tiene la presa de “El lhuagil” con capacidad de 5 millones de m3, situada al
norte de la localidad San Luis Gonzaga, sobre el arroyo San Luis. Esta servirá
como recarga al acuífero y para controlar avenidas torrenciales.
109
El agua potable que ayuda abastecer las poblaciones dentro de esta cuenca,
se obtiene de las cuatro plantas desaladoras que se hallan instaladas en: Bahía
Magdalena, en Puerto Charley y dos en Puerto Cortés.
El rango mínimo de escurrimiento de 0 a 5%, corresponde a las zonas llanas y
de 5 a 10% en las laderas de la Sierra de La Giganta.
Cuenca 3C “ Arroyo Mezquital-Arroyo Comondú”
Comprende desde la localidad San Juanico hasta el sur de Puerto San
Andresito en la costa del Pacífico y por el oriente el límite es la cresta de las
sierras San Pedro y La Giganta. Es la de menor área dentro de la región, con
una superficie de 4 987.97 km2.
En ésta, se localizan las poblaciones de San José Comondú, San Isidro, San
Gregario, La Bocana y La Purísima.
Las subcuencas que la conforman son: Arroyo Comondú, con una
superficie de 1 004.42 km2; Arroyo Pabellón, con 770.39 km2; Río Cadegomo,
con 1 831.07 km2: Arroyo San Gregorio, con 848.74 km2; y Arroyo Mezquital
con 533.35 km2.
El sistema de topoformas que domina es de meseta basáltica con cañadas,
valles de tipo ramificado con lomerío abierto, llanura salina con dunas, y en el
noroeste y sureste son bajadas con lomeríos.
La precipitación total anual varía de 100 a 300 milímetros.
Región Hidrológica No.5 “Baja California Centro-Este” (Santa Rosalía)
Esta Región, la menor de todas, cubre una extensión de 4 928 km2 de la
Vertiente del Golfo, y abarca desde el paralelo 28°, frontera norte del estado,
hasta la cuenca de Mulegé, al sur.
Se tiene una cuenca relativamente grande, de orden cuatro, asociada a la
Sierra San Francisco, en su porción nordeste con una corriente principal al
Arroyo El Gato. Este arroyo serpentea antes de su desembocadura, cerca de
Punta Trinidad, y sigue una dirección O-E. La forma de la cuenca es como la
de un hongo, es decir con cabecera amplia; en su parte central contiene a un
valle de dimensiones considerables, posiblemente asociado a un bloque caído,
donde se ubica la Laguna El Gato. La altura mayor de la cuenca se sitúa en la
110
parte NO del parteaguas y tiene un valor de 1 230 m. Algunos poblados dentro
de la cuenca son: La Trinidad, El Gato y San Gregorio.
Conforme se prosigue hacia el sur hay otra cuenca con condiciones geológicas
semejantes, pero de dimensiones menores, que es drenada por el Arroyo San
Carlos, una corriente de orden tres. La altura máxima de la cuenca es de 1 590
m y se localiza en el extremo suroeste. Las comunidades de San Carlos, Las
Tinajas y San Antonio pertenecen a esta cuenca.
El Arroyo Santa María, de orden tres, drena a la cuenca delimitada por la
región del Volcán Las Vírgenes, donde se ubica la mayor elevación de la
cuenca, 1 920 m. La conformación de la cuenca es parecida a las anteriores, el
valle que genera es el de Las Vírgenes. En el tramo San Ignacio-Santa
Rosalía, la carretera No.1 atraviesa la cuenca longitudinalmente, O-E;
precisamente en el poblado Alfredo V. Bonfil la carretera cruza un tributario de
orden uno que corre hacia el norte, para unirse a la corriente principal que,
antes de llegar al Golfo sigue casi paralela a la carretera. Santa Martha y Las
Vírgenes son poblados dentro de esta cuenca.
Las cuencas gemelas de los arroyos San Javier y Santa Agueda, con formas
alargadas, siguen una orientación SO-NE; aunque la cuenca del Arroyo San
Javier, al norte de Santa Rosalía, es de mucho menor tamaño (176 km2 por
406 km2), además su orden de corriente es sólo de dos, en tanto que la del
Arroyo Santa Agueda es de cuatro. Esta última cuenca surte agua a Santa
Rosalía mediante un acueducto. Es una cuenca muy controlada por estructuras
geológicas, es decir por juntas y fallas, las cuales condicionan la dirección de
los tributarios. En su parte alta existe un bloque caído con orientación NE-SO
que define un valle alargado. La carretera corta ambas corrientes, Arroyo San
Javier y Arroyo Santa Agueda, prácticamente en su desembocadura en el
Golfo; el Arroyo San Javier un poco al norte de Santa Rosalía, en tanto que el
de Santa Agueda se manifiesta con un vistoso cañón, un poco al sur de Santa
Rosalía. Ambas cuencas están ligadas a la Sierra Santa Lucía, al oeste, y la de
Santa Agueda a la Sierra Guadalupe, al sur. Por el poblado de Santa Rosalía
pasa el Arroyo Providencia de orden uno, ubicado entre las dos corrientes an-
teriores. Por último, la mayor elevación ocurre al suroeste y es de unos 1 500 m
sobre el nivel medio del mar.
111
Los arroyos San José y Boca El Perdido definen dos cuencas semejantes por
su forma alargada, tamaño, y orden, que es dos. San José de Magdalena es el
poblado más sobresaliente dentro de la cuenca del Arroyo San José, que tam-
bién ayuda a surtir de agua a Santa Rosalía mediante un acueducto que se une
con el de Santa Agueda.
Ambos arroyos cruzan la carretera casi en un mismo punto, a la altura de El
Mezquital, en el tramo de San Bruno a Mulegé. La Sierra Guadalupe es la
cabecera de las dos redes de drenaje; la cuenca del Arroyo San José tiene una
altura máxima de 1 550 m. La cuenca asociada al Arroyo Mulegé es bastante
distinta a las anteriores, su forma, aunque alargada, da un giro, casi en ángulo
recto, antes de desembocar en el Golfo. El orden del arroyo es tres y sus
afluentes más alejados se localizan al sur; la parte media de la cuenca define
un valle alargado orientado N-S, ligado probablemente a un graben, o bloque
caído, ahí las corrientes bajan del parteaguas oeste en forma casi paralela. En
el puente de Mulegé, aguas arriba, es decir de donde corre el agua del arroyo,
puede observarse un represo que almacena agua dulce y da lugar a un denso
palmar.
Esta región ocupa la porción noreste del estado y abarca desde el paralelo 280,
hasta el poblado de Mulegé. En el poniente, la limita la Región Hidrológica No.2
“Baja California Centro-Oeste” (Vizcaíno). La colindancia entre ambas regiones
lo forman las cumbres de cerros El Pilón y el Mojón, la sierra El Boleo, el
volcán Las Virgenes, las sierras La Yegua San Pedro y el cerro Los Encinos. A
partir de aquí, la separación cambia su rumbo al este y posteriormente al norte
y noreste hasta llegar a la costa del Golfo de California.
La región la integran las cuencas: 5A “Arroyo La Trinidad-Arroyo Mulegé” y una
porción de la 5B Arroyo Santa Isabel y otros”.
Cuenca 5A “Arroyo La Trinidad-Arroyo Mulegé”
Está ubicada al este de la Región Hidrológica No.2 “Baja California Centro-
Oeste” (Vizcaíno) y en la ladera oriental de las sierras El Boleo, La Yegua y
San Pedro.
En ella se encuentran las poblaciones de Mulegé. Santa Rosalía, San Bruno,
San José Magdalena y El Gato.
112
Abarca una superficie de 4 692.68 km2 y las subcuencas que la integran son:
Arroyo Mulegé, con una superficie de 691.04 km2: sin nombre, 553.44 km2;
Arroyo Magdalena, con 764.37 km2; Arroyo Providencia o Santa Agueda, con
405.79 km2; Santa Rosalía, con 1 108.89 km2; Arroyo Santa Ana, con 551.43
km2; y Arroyo La Trinidad, con 617.72 km2.
No existen escurrimientos permanentes en la cuenca y los que se forman son
de carácter torrencial y efímero. Los más importantes de acuerdo con la
extensión que drenan son los arroyos: Comondú, con una longitud de 58
kilómetros; Pabellón con 45 kilómetros; Cadegomo (La Purísima); San
Gregorio, con 55 kilómetros; y Mezquital, con 20 kilómetros. Entre éstos,
destaca el arroyo Cadegomo (La Purísima) que tiene un cauce más definido y
en algunos tramos se conserva con agua la mayor parte del año, la estación
hidrométrica El Ojo de Agua, registra un volumen medio anual de 4 507
millones de m3 de escurrimiento, con gasto máximo y mínimo de 3 863 m3 y
0.069 m3 por segundo respectivamente.
El coeficiente de escurrimiento, al igual que el de las cuencas anteriores es de
0 a 5%.
La escasa precipitación y la cercanía del parteaguas a la costa, originan que
las corrientes sean de régimen intermitente, de corta trayectoria y drenen hacia
el Golfo de California. Entre las principales están los arroyos: Mulegé, con
longitud de 40 km; Magdalena, con 55 km: y Santa Agueda, con 38 km.
El coeficiente de escurrimiento es de 0 a 5% en las zonas de menor altitud, y
de 5 a 10% en las de mayor altura.
Cuenca 5B “Arroyo Santa Isabel y Otros”
Dentro del estado de Baja California Sur, ésta cuenca es la que limita al norte
con el paralelo 28 grados, al sur con la Cuenca 5A “Arroyo La Trinidad-Arroyo
Mulegé”, al oriente con el Golfo de California y al poniente con la Cuenca 2B
“San Mlguel-Arroyo del Vigía”. Ocupa una superficie de 235.04 km2 y la única
subcuenca que la integra es la del Barril, que parcialmente entra dentro del
estado con la misma superficie.
Está desarrollada sobre sierras con mesetas y bajadas con lomeríos. Con una
precipitación media anual de 200 milímetros.
113
La corriente que se forma dentro de la cuenca es la de San Juan; es de
carácter intermitente y se origina en la sierra El Serrucho, posteriormente
atraviesa por, la localidad San Juan de Las Palmas, de la que toma su nombre.
El coeficiente de escurrimiento es de 0 a 5% en las zonas bajas y de 5 a 10%
en las partes altas.
Región Hidrológica No. 6 “Baja California Sureste” (La Paz)
La Región Baja California Sureste comprende 11 623 km2, de vertiente del
Golfo, y va desde el parteaguas oriental de la cuenca de Mulegé hasta la
cuenca más austral del estado, donde se ubica la población de Cabo San
Lucas.
En los alrededores de Bahía Concepción, incluyendo Punta Concepción, y un
poco más al sur existen una serie de cuencas pequeñas, entre las cuales
sobresale la del Arroyo Cadegé, de forma alargada y con orientación NO-SE,
cuyo arroyo de orden dos puede apreciarse en el poblado del mismo nombre,
al finalizar Bahía Concepción. Antes de Loreto está una cuenca de orden dos,
perteneciente al Arroyo San Juan Bautista Londó, con forma de hongo, es
decir, con una cabecera amplia definida por un valle extenso; que por el norte,
después de cruzar algunos pequeños parteaguas, se alarga hasta Bahía
Concepción, siguiendo las trazas de un posible graben cuya dirección es NO-
SE. Esta cuenca es la que abastece de agua a la ciudad de Loreto mediante
un acueducto; su altura máxima es de 1 650 y su superficie es de 680 km2. El
poblado de San Juan Bautista Londó se ubica a un costado de la carretera,
sobre la margen izquierda del arroyo.
En el tramo de Loreto a Bahía de La Paz, al cargarse el parteaguas
severamente hacia el Golfo propicia la formación de corrientes con longitudes
extremadamente pequeñas, casi todas de orden uno, que definen cuencas de
tamaño reducido. Esta situación cambia ligeramente en la Sierra Las Tarabillas,
precisamente en el Arroyo Las Tarabillas, al sur del C. Las Ánimas. Éste es
más largo que el resto, de orden dos, y manifiesta una sinuosidad característica
de los arroyos localizados al sur, que desembocan en la Bahía de La Paz.
El Valle de La Paz, con una superficie aproximada de 947 km2, está asociado
al graben de La Paz, una depresión con una orientación casi N-S, por la cual
114
circulan el Arroyo La Paz de orden tres, que desemboca en la Ensenada, entre
El Centenario y Chametla, y el Arroyo La Palma de orden dos. Sus afluentes de
orden uno son largos y paralelos, descienden de las sierras localizadas al este,
para después confluir en ángulo recto, debido al sistema de fallas del graben,
con las corrientes principales. La altura máxima es de 970 m en la Sierra El
Novillo, un intrusivo o masa de material fundido proveniente del interior de la
tierra que se solidificó antes de salir a la superficie, de color oscuro, localizado
al este del poblado San Pedro y claramente visible desde la carretera La Paz-
Los Cabos. La ciudad capital, La Paz, Chametla, El Centenario, San Marcos,
Álvaro Obregón, Los Divisaderos, Las Calabazas y Los Pozos son poblaciones
de la cuenca.
En la Sierra Las Cruces, al este de La Paz, se generan varias cuencas
relativamente pequeñas, las cuales drenan corrientes de orden dos, como la
que drena hacia y a través de La Paz, el Arroyo El Cajoncito; sobre el cual se
ubica la Presa La Buena Mujer, inaugurada en 1985, que controla parte de su
cuenca y se localiza sobre material fallado asociado a la Falla de La Paz, con la
intención de controlar el arrastre de sedimentos por los arroyos hacia la Presa
fueron construidos una serie de diques permeables o gaviones capaces de
mantener agua y humedad en los sedimentos retenidos en sus pequeños va-
sos de almacenamiento, o lugar donde se almacena el agua, con el objeto de
contar, en las partes altas de las subcuencas, con cierta cantidad de agua
después de la época de lluvias. En el estado son varias las cuencas que
cuentan con este tipo de obras de conservación de suelo y agua. La altura
mayor de la sierra es de 1 270 m en el Cerro El Puerto, apreciable desde el sur
de La Paz y mirando hacia el oriente. Algunos poblados de la región son: Santa
María, La Fortuna, El Coyote, El Rosarito y Las Cruces, en el Golfo.
Los arroyos Agua Caliente, o San Bartolo, y Santo Domingo son muy
semejantes en tamaño y las formas de sus cuencas son alargadas. Ambos
siguen una dirección aproximada O-E y desembocan en el Golfo, un poco
antes de Los Barriles, primero el San Bartolo y después el Santo Domingo. Al
cruzar la carretera muestran vistosos y majestuosos cauces. La población de
San Bartolo, conocida por sus huertas y conservas, se ubica en el arroyo del
mismo nombre y el poblado Las Cañadas está sobre el cauce del otro arroyo.
115
La primera corriente desciende desde una altura de 1 410 m y la segunda
desde los 1 910 m, en la Sierra La Victoria, porción septentrional de la Sierra
La Laguna.
La porción este de la Sierra La Laguna define dos valles de apreciable tamaño,
el del Arroyo Santiago con un área de 770 km2, al norte, y el del Arroyo San
José, al sur, con una superficie de aproximadamente 1 240 km2. Ambos valles
están asociados a bloques caídos o grabens; el parteaguas oriental está
definido por la Sierra La Trinidad, la cual genera un drenaje radial. Las co-
rrientes de orden uno que descienden de la Sierra La Laguna lo hacen con
dirección O-E, son sumamente largas en la cuenca de Santiago y un poco más
cortas en la de San José. Conservan un conspicuo paralelismo relacionado con
el fallamiento de la sierra, lo cual da lugar a enormes cañones alargados por
los que circulan los arroyos, que al confluir con sus corrientes principales lo
hacen en ángulo recto o perpendicularmente. En el primer caso, el Arroyo
Santiago de orden tres y con dirección SO-NE desemboca al norte de La
Rivera, y cruza la carretera en Las Cuevas. La altura máxima de su cuenca es
la más alta de la Sierra La Laguna, 2 090 m, y su forma es rectangular, con
una orientación O-E y una salida estrecha al Golfo. En la región, como una
manifestación del dinamismo geológico, existen manantiales de agua termal, es
decir, cuerpos rocosos profundos calientan el agua subterránea que brota.
El Arroyo San José, una corriente de orden cuatro, sigue una dirección N-S, y
circula por el costado izquierdo de la carretera que va de Santiago a San José
del Cabo, en Santa Anita es donde se aproxima más a la carretera; desemboca
al norte de San José del Cabo, en el Estero de San José. Al sur, sobre uno de
sus afluentes, el Arroyo San Lázaro está localizada la Presa San Lázaro,
inaugurada en 1994. La forma de la cuenca rectangular y su máxima elevación
es de 1 910 m en el Picacho La Zacatosa, enfrente de la estación de
microondas de Caduaño. Entre las poblaciones localizadas en la cuenca de
Santiago están: San José, Romerial, Zacatal, Santiago, Las Cuevas y Santa
Cruz; en la de San José se tienen: Boca de la Sierra, Miraflores, Caduaño, La
Malda, La Calabaza, Las Vinoramas, Palo Escopeta, Agua Escondida,
Cardonal, Santa Anita, San Bernabé, San José Viejo, Santa Rosa, San José
del Cabo, Las Parritas y San Felipe.
116
El drenaje radial de la Sierra La Trinidad da lugar a una serie de cuencas
pequeñas de orden dos, siendo las corrientes del lado oeste más largas que las
del este. Su mayor altura es de 890 m, y entre las poblaciones a mencionar so-
bre la costa se tienen: La Rivera, Las Lagunas, Las Barrancas, Los Frailes, El
Salado, Boca de la Vinorama, La Fortuna, La Laguna, Lengua de Buey y Cerro
Colorado. El camino que corre por la costa corta un sinnúmero de arroyos que
bajan hacia el Golfo.
Entre San José del Cabo y Cabo San Lucas se ubican una serie de pequeños
arroyos que descienden del costado sur de la Sierra La Laguna. Los cuales
cruzan perpendicularmente la autopista de San José a Cabo San Lucas, siendo
el mayor de ellos el arroyo de orden dos, Salto de Villa. Estos arroyos, en
conjunto, definen un área de aproximadamente 500 km2.
La altura máxima del área es del orden de 1 000 m. El poblado más importante
es Cabo San Lucas, y otros de menor relevancia son: Palmillas, El Tule, San
Javier y El Manglito.
Las cuencas que la integran son: 6A “La Paz-Cabo San Lucas”. 6B “Loreto-
Bahía La Paz” y 6C “Arroyo Frijol-Arroyo San Bruno".
Cuenca 6A “La Paz-Cabo San Lucas”
Se ubica en la porción más austral del Estado, al este de la Región Hidrológica
No.3. “Baja California Suroeste” (Magdalena), abarca desde el oeste de la
Punta El Mogote hasta Cabo San Lucas, al poniente su limite corre sobre las
cumbres de las sierras, La. Laguna. San Lorenzo y La Victoria.
En ella, se localizan importantes ciudades como La Paz. San Antonio, San
Bartolo, Buenavista. Santiago, Caduaño, San José del Cabo y Cabo San
Lucas.
Ocupa una superficie de 6 922.50 km2, y las subcuencas que la forman son
Cabo San Lucas, con 483.13 km2 de superficie; Río San José, con 1 240.46
km2; Arroyo Santiago, con 1 616.12 km2; Las Palmas, con 2 159.52 km2: La
Paz, con 660.91 km2: y Arroyo Datilar, con 762.36 km2.
El relieve está constituido de sierras altas y bajas, mesetas complejas con
cañadas, lomeríos tendidos con bajadas, lomeríos escarpados con cañadas,
117
bajadas con lomeríos, llanura aluvial, valle abierto y ramificado. La precipitación
total anual es de 173.6 milímetros hasta 682.5 milímetros.
Las corrientes se originan en las sierras La Laguna, San Lorenzo y La Victoria
y son de carácter torrencial y efímero. Las de mayor importancia son Santo
Domingo, Santiago. La Trinidad, San José y San Lázaro, que desembocan en
el Golfo de California.
En la cuenca, hay varias obras hidráulicas, entre ellas se encuentran las
denominadas “Santiago” y “Cabo San Lucas”, son bordos de roca que sirven
para contener las inundaciones provocadas por los fenómenos atmosféricos
ciclónicos.
La presa “San Lázaro” se halla a 15 kilómetros al noroeste de San José del
Cabo, con capacidad de 10 millones de m3, y cuya finalidad es regular los
desbordamientos en los arroyos y como recarga al acuífero del valle.
La ciudad de La Paz, ha sufrido grandes daños a causa de los torrentes que
provocan los ciclones. Ante esta situación proyectó la obra de protección: la
presa “Buena Mujer”, con fines de almacenamiento y control del escurrimiento.
Cabe destacar el aprovechamiento del agua de mar mediante plantas
desaladoras, que se utilizan para abastecer de agua potable varias
poblaciones. Además en la ciudad de km2La Paz, están en proceso de
experimento plantas, de las cuales, dos de ellas son controladas por la
Comisión Federal de Electricidad. Por último al norte de la misma ciudad, se
localiza la planta termoeléctrica Punta Prieta, con abastecimiento de agua de
mar.
Dentro de la cuenca se hallan dos unidades, de Riego: La Paz y Los Cabos. En
la primera la superficie regable es de 2 874 hectáreas; se abastece por medio
de 57 pozos profundos, 48 a cielo abierto, una presa derivadora y 3
manantiales, que en total registran un gasto de 2 247 litros por segundo. En la
segunda, la superficie es 2 hectáreas y se realiza con 44 pozos profundos, 17 a
cielo abierto, 5 presas derivadoras y 4 manantiales, los cuales en conjunto dan
un gasto de 2 455 litros por segundo.
El coeficiente de escurrimiento es de 0 a 5% en las zonas bajas y de 5 a 10%
en las partes altas.
118
Cuenca 6B “Loreto-Bahía La Paz”
Se extiende en una estrecha franja definida al oriente por el Golfo de California
y al poniente por las sierras de La Giganta y Las Tarabillas: al norte, su límite
se encuentra en las proximidades de Punta Boca San Bruno y hacia el sureste,
en la Ensenada de La Paz.
Algunas de las localidades que están asentadas dentro de la cuenca son:
Loreto, Carrizalito y San Juan de la Costa. Ocupa una superficie de 2 272.00
km2, y las subcuencas que la forman son: Bahía La Paz con una superficie de
135.00 km2; Isla Santa Cruz, con 303.33 km2; y Loreto, con 833.67 km2.
El relieve dentro de la cuenca está formado por sierras altas, algunas mesetas
y aislados lomeríos y bajadas.
Las mayores precipitaciones ocurren en las partes altas de las sierras
mientras, que la menor cantidad se presenta en las zonas bajas y en la costa.
Las crestas de las sierras La Giganta y Las Tarabillas definen el parteaguas
entre la vertiente oriental y occidental. La cercanía de las sierras a la línea de
costa de Golfo de California, propicia que los escurrimientos que se forman
sean de corta trayectoria, de régimen intermitente y efímero.
Las corrientes más importantes son: Las Perras, Primer Agua. San Carlos,
Salsipuedes, San José, La Angostura, Las Animas.
El mayor escurrimiento se presenta en las partes altas de las sierras siendo su
rango de 5 a 10% y el menor corresponde a las zonas llanas, donde es de 0 a
5%.
Cuenca 6C ”Arroyo Frijol-Arroyo San Bruno”
La cuenca limita al oriente con el litoral del Golfo de California; al poniente con
la Región Hidrológica No.3 “Baja California Suroeste” (Magdalena), conformado
por la cresta de la Sierra de La Giganta, la mesa Todo el Día y el cerro Prieto;
al noroeste con la Región Hidrológica No.5 Baja California Centro-Este” (Santa
Rosalía); y en el sureste con la Cuenca 6B “Loreto-Bahía La Paz”.
Las poblaciones principales que se encuentran son: Rosarito y La Esperanza.
Ocupa una superficie de 2 428.70 km2, y las subcuencas que la conforman son:
Arroyo San Bruno, con una superficie de 691.04 km2; Arroyo Gombedor, con
119
278.23 km2; Arroyo San Nicolás, con 270.19 km2; Arroyo Santa Rosalíta, con
585.58 km2: y Arroyo Frijol, con 603.66 km2.
En ésta, el relieve que predomina es de sierras altas y bajas, sierras bajas con
mesetas, bajadas con lomeríos, valles y una llanura. La precipitación de 100 a
300 milímetros.
Las corrientes son de régimen intermitente, de corta trayectoria y entre las más
representativas están: San Pedro, San Juan, Cadeje, La Higuera, El Coloradito,
Santa Rosalíta, Rosarito y Tebaye.
El coeficiente de escurrimiento es de 0 a 5% principalmente en las bajadas,
valles y llanura, y de 5 a 10% en las sierras, mesetas y lomeríos.
Cuadro I.9 Aguas superficiales, manantiales y galerías Localidad Corriente o Arroyo Disponibilidad (Hm
3 ) Año
San José De Magdalena Magdalena 0.409
Santa Águeda Providencia 0.378
San José De Gracia San José De G. 0.315
Los Dolores San José De G. 0.220
San Javier Santo Domingo 0.630
Cadejé Cadejé 0.315
Comondú Comondú 3.153
Paso Hondo San Gregorio 0.788
Todos Santos Todos Santos 0.642
El Pescadero La Burrera 1.545
San Bartolo (Manantial) San Bartolo 0.630
San Bartolo(Galería Filt.) San Bartolo 0.220
Caduaño Caduaño 0.946
El Coro El Coro 0.220
La Candelaria La Candelaria 0.788
Miraflores Miraflores 0.441
El Ranchito (Galería Filt.) Miraflores 0.946
Fuente Plan Hidráulico Estatal SARH, 1984 ( Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos).
Aguas subterráneas
En general se estima que estos acuíferos se encuentran en equilibrio o
sobrexplotados, pues el volumen que se extrae de ellos en algunos casos es
de magnitud superior a su recarga, siendo estas estimadas y en muy pocos
120
casos evaluadas, para su administración y manejo la CNA establece la
siguientes unidades administrativas.
Los Comités Técnicos de Aguas Subterráneas (COTAS) establecidos en la
entidad son:
Santo Domingo 23 abril 1998
Los Planes abril 24 1998
La Paz-Carrizal 7 julio 1998
Los Cabos 21 octubre 1998
5 Vizcaíno 18 marzo 1999
Condiciones geohidrológicas predominantes.
En la zona de Santa Rosalía y las regiones de San Ignacio, Comondú, La
Purísima, Mulegé, Bahía Concepción, Cabo San Lucas y San Bartolo, la
disponibilidad de aguas es limitada y sus recursos hidráulicos, tanto
superficiales como subterráneos son totalmente utilizados (Plan Estatal de
Desarrollo Urbano 1979).
Cuadro I.10 Principales regiones acuíferas.
1. Desierto del Vizcaíno 8. La Paz
2. Santa Rosalía-San Bruno 9. El Carrizal
3. Palo Verde 10.Los Planes
4. Mulegé 11.Todos Santos-El Pescadero
5. B. Londó 12.Santiago
6. Loreto-Nopoló 13.San José del Cabo
7. Santo Domingo
121
La región centro del Desierto de Vizcaíno, Santo Domingo, La Paz y Los
Planes (cuadro I.10), son áreas con acuíferos de considerable magnitud, en
ellas se concentra más de 90% de las disponibilidades de agua del Estado y
estas tienen un carácter limitado por la amplia explotación a la que están
sometidas.
La región de Santiago, es la única cuenca donde los acuíferos no se
encuentran sobrexplotados, existiendo la posibilidad de incrementar su
aprovechamiento.
La importancia del recurso agua, su creciente e intensa extracción y su
predominante naturaleza subterránea, hace indispensable que se estudie sus
características, desde el punto de vista natura,l caracteres físicos-químicos, y
de la acción humana.
Establecido así el panorama general del agua, se ofrece a continuación una
sinopsis de las propiedades en conjunto y particulares de las 16 zonas de
explotación que existen en el estado.
Los materiales que constituyen los principales acuíferos, son sedimentos
clásticos del Terciario y el Cuaternario, que se alternan y combinan en capas y
paquetes de diferentes espesores. La permeabilidad de ellos es alta y en
menor proporción media.
Se consideran todos como acuíferos de tipo libre, excepto el del valle El
Carrizal que también es semiconfinado y el de El Triunfo-San Antonio que es
confinado, y se halla en rocas ígneas intrusivas ácidas de edad Cretácico
Superior Terciario inferior, y metamórficas del Mesozoico.
De estas superficies de extracción de agua subterránea, seis están abiertas y
en contacto con el Golfo de California, ocho con el Océano Pacífico y dos
(Mulegé y El Triunfo-San Antonio) quedan dentro del territorio.
El uso principal al que se destina el recurso, es al suministro de agua potable y
doméstico; le sigue en importancia el agrícola que se da en los valles Desierto
de Vizcaíno, San Bruno, La Paz-Centenario, Santo Domingo, Todos Santos y
los Planes: por último, y en menor escala al consumo pecuario en las
localidades pequeñas y rancherías.
122
La extracción del agua en el estado, se efectúa mediante 2 243 pozos o norias
y manantiales, equipados con motor eléctrico y de gasolina.
El área agrícola más importante es el Distrito de Riego No.66 Santo Domingo,
éste se explota con 1 043 pozos (SARH, 1985), que benefician 41 738
hectáreas. Este valle por el potente consumo que ha sido sujeto, se ha
provocado una condición de sobreexplotación que causa un descenso continuo
en el nivel freático.
Como este caso, en 7 zonas acuíferas igualmente, ya se han detectado conos
de abatimiento y pérdida de calidad por la explotación.
Cuadro I.11 Usos del Agua Región Hidrológica Usos Del Agua por no. de aprovechamientos
Agrícola Público
Urbano
Doméstico
Abrevadero
Industrial y
Turística
Total
I Vizcaíno 118 13 29 8 168
II San Ignacio- La
Purísima
29 17 43 2 91
III Santo Domingo 716 27 47 5 795
IV San Hilario 20 6 114 0 140
V Todos. Santos 51 4 54 1 110
VI Los Cabos 78 38 143 24 283
VII La Paz - Los Planes 201 32 131 4 368
VIII Alfredo Bonfil 1 2 15 3 21
IX Loreto 49 4 107 0 160
X Mulegé 62 11 32 2 107
Totales 1325 154 715 49 2243
Fuente: Sinopsis Geohidrológica de BCS. CNA, 1991
CCuuaaddrroo II..1122 CCaalliiddaadd ddeell aagguuaa eenn ppoozzooss aaggrrííccoollaass
123
Cuenca
% de los pozos
monitoreados
Clasificación de Sólidos Totales Disueltos (ppm.)
Buena
<200
Regular
200 a 500
Media
mala Mala
Muy mala
>3200
San José 9 1 18 14 0 0
Santiago 18 11 15 4 1 0
El Carrizal 11 0 3 12 4 0
Los Planes 17 0 6 15 7 2
La Paz 18 0 4 21 19 9
Sto. Domingo. 66 0 11 570 94 28
Mulegé 69 0 1 37 2 0
Palo Verde 27 0 0 6 3 4
Vizcaíno 38 0 8 44 19 0
Total 24 12 66 723 149 43
Fuente: Cofeccionada por los autores
La calidad del agua se considera en razón del total de sólidos disueltos en
miligramos por litro, dependiendo de los aniones y cationes (calcio, magnesio,
sodio, potasio, sulfato, carbonato, bicarbonato, nitrato y cloro) que contengan y
se clasifica de la manera que sigue: agua dulce con menos de 525 miligramos
por litro, tolerable entre 525 y 1 400, salobre entre 1 500 y 5 000 y salada con
más de 5 000 mg/l.
Con los estudios químicos que se han practicado se pueden establecer las
siguientes calidades: agua y dulce en las zonas de Pescadero, Plutarco Elías
Calles, Santiago-Rivera-Cuevas y en Todos Santos; dulce a tolerable en El
Carrizal, San José del Cabo y Desierto de Vizcaíno; dulce a salobre en La Paz-
Centenario y San Juan de Los Planes; tolerable en el Arroyo Santa Agueda,
Cabo San Lucas, San Bruno, Santo Domingo y El Triunfo-San Antonio; y
tolerable a salada en Loreto y Mulegé.
A la fecha se cuenta con poca información de consistencia sobre la calidada
del agua en el estado por ser escasa, obsoleta y poco representativa la
información disponible. En el cuadro se propone una clasificación de las aguas
del estado atendiendo a su calidad que esperamos sirva de base a estudios
posteriores.
124
Cuadro I.13 Calidad del Agua Zona
Geohidrológica
Período de
Información
Calidad del Agua
Valle de Vizcaíno 1993 Concentración de std de 500 a 1,250 mg/l. clasificándose como aguas
de calidad dulce a salada.
Valle de Santo
Domingo 1992
Concentración de std de 320 a 3200 mg/l. clasificándose como aguas
de calidad tolerable a salada.
Valle de La Paz 1986
Concentración de std de 500 a 3,000 mg/l. Clasificándose como aguas de
calidad tolerable a salada. Existe una franja intrusión salina en una
porción costera, detectándose en obras inactivas con hasta 30,000 mg/l.
Std.
Valle de San
Juan de Los
Planes
1986 Concentración de std de 500 a 2,000 mg/l. Clasificándose como aguas de
calidad tolerable a salada.
Valle de San
Juan B. Londó
1985
Concentración de std de 500 a 1,700 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad dulce a salada.
Valles del
Noroeste
1982
Concentración de std de 600 a 6,000 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad tolerables a salada.
Valle de Mulegé 1981 Concentración de std de 569 a 3896 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad tolerables a salada.
Valle de Loreto-
Puerto
Escondido
1981 Concentración de std de 500 a 5000 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad tolerable a salada.
Valle Las
Vírgenes 1981
Concentración de std de 800 a 1,600 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad tolerables a salada.
Valles del
Sureste
1981 En términos generales, la calidad del agua en los Valles del Sureste se
clasifica entre dulce a salada
Todos Santos 1981 Sdt de 300/2,400, dulce a salada
Cañada Honda 1981 Sdt de 200/600, dulce a tolerable
Valle de El
Pescadero 1981
sdt de 400/1,000, dulce a tolerable
P. Elías Calles 1981 sdt de 400/1,500, dulce a salada
Migriño 1981 sdt de 500/1,500, dulce a salada
Valle El Carrizal 1980 Concentración de std de 500 a 1,700 mg/l. Clasificándose como aguas de
calidad dulce a salada.
Valles de San
José del Cabo 1980
Concentración de std de 385 a 3,850 mg/l. Clasificándose como aguas de
calidad dulce a salada.
Valle de Santiago 1974
Concentración de std de 200 a 2000 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad dulce. Predominando las concentraciones bajas. Acuífero
subexplotado
Valle El Conejo-
Los Viejos
Concentración de std de 500 a 1700 mg/l. Clasificándose como aguas
de calidad dulce a salada.
Fuente: Confeccionada por los autores
A continuación se presentan las zonas geohidrológicas de la Subregión Baja
California Sur:
125
1-Valle El Vizcaíno. Se ubica al noroeste del estado de Baja California Sur, en
la zona del Desierto El Vizcaíno y es uno de los más importantes de dicho
estado. Su acuífero es de tipo libre; está formado por sedimentos de tipo
marinocontinental e integrado por estratos de arena, arcillas, areniscas, tobas,
evaporitas y areniscas fosilíferas. El agua se destina en un 86% a fines
agrícolas y el resto a usos industriales, turísticos y domésticos. La zona
agrícola de influencia es la segunda en importancia del estado.
La extracción anual es de 40.4 (millones de m3) Mm³ y su recarga es de 40.0
Mm³, generándose una situación de sobreexplotación. La mencionada
extracción se realiza mediante la operación de 192 pozos con tuberías de
descarga de 8 a 10 pulgadas de diámetro. Cabe señalar que este acuífero en
los últimos años se han provocado recuperaciones en todo el valle.
El nivel estático varía entre 10 y 50 m de profundidad con una calidad del agua
de dulce a tolerable y concentraciones de 500 a 1 250 mg/l de sólidos totales
disueltos.
2.-Punta Eugenia. Esta zona geohidrológica se ubica en territorio de Baja
California Sur y su área coincide con la cuenca hidrológica correspondiente,
que es una franja continental paralela a la costa y se extiende desde Punta
Eugenia hasta Punta Abreojos. Su volumen de extracción anual es de 0.4 Mm³
contra una recarga anual de 1.8 Mm³ para una situación de subexplotación. En
esta zona geohidrológica no se tiene un área acuífera bien definida y dado que
la disponibilidad de agua es limitada, la extracción es mínima y está supeditada
a norias de poca profundidad y bajos caudales.
3-San Ignacio. Igual que la anterior, coincide con la cuenca hidrológica por lo
que se trata de una gran extensión ubicada al sur de la cuenca del Vizcaino.
Dentro de la zona se tiene el área montañosa de la sierra de La Giganta,
presentándose también valles que son perpendiculares a la costa con drenaje
abundante, hasta llegar a la planicie costera y la Laguna de San Ignacio. La
extracción anual es de 8.1 Mm³ con una recarga de 8.5 Mm³. La explotación
está muy localizada en la zona de Los Mártires pero el resto de la zona está
muy desaprovechada por lo que aunque en general se tiene una situación de
subexplotación, en la zona de extracción se encuentra en equilibrio.
126
4-La Purísima. Se ubica al sur de la de San Ignacio, sobre la vertiente del
Pacífico. Aunque es una cuenca amplia, tiene una extensión de
aproximadamente la mitad de la de San Ignacio. Cuenta con una reducida
franja costera y la mayor parte la ocupa la zona montañosa. Su volumen de
extracción anual es de 2.5 Mm³ con una recarga de 9Mm³ para una situación
de subexplotación con una considerable disponibilidad.
5-Mezquital Seco. Se trata de una zona pequeña en comparación con La
Purísima. También pertenece a la vertiente del Pacífico, se ubica al sur de La
Purísima con forma alargada hacia el interior del continente, por lo que la
planicie costera es reducida siendo mucho mayor la zona montañosa. La
extracción anual es de 1.0 Mm³ con un volumen de recarga de 0.4 Mm³ por lo
que se encuentra sobreexplotada.
6-Santo Domingo. Se localiza al noroeste de Ciudad Constitución y le da vida al
valle agrícola más grande e importante de Baja California Sur, el Distrito de
Riego No. 066, Santo Domingo. Su acuífero es de tipo libre y está constituido
por areniscas, calizas impuras y linolitas, así como conglomerados y calizas
fosilíferas.
La extracción de agua es de 207.0 Mm³ contra una recarga de 170 Mm³ para
una situación grave de sobreexplotación. Se cuenta con 1083 pozos, de los
cuales 740 son para uso agrícola, 32 son para uso público urbano, 305 para
abrevadero-doméstico y 6 para uso industrial. El equipo de bombeo está
equipado con tubería de descarga de 8 pulgadas de diámetro en general,
aunque también se tiene tubería de 4 y 6 pulgadas de diámetro.
El nivel estático varía entre 25 y 70 m. de profundidad y la intensa explotación
se traduce directamente en la evolución de los niveles estáticos, los cuales año
con año sufren un abatimiento significativo. Esta situación aún no ha
repercutido en la calidad del agua gracias a un frente impermeable que existe
entre el mar y el acuífero y que ha evitado mayor intrusión salina. La calidad del
agua es de dulce a salada, presentando concentraciones de 320 a 3 200 mg/l
de sólidos totales disueltos.
7-Santa Rita. También se trata de una zona poco extensa ubicada al sur de la
de Santo Domingo. Se ubica en la zona conocida como Llanos de La
127
Magdalena y su forma es alargada hacia el interior del continente por lo que
tiene una planicie costera reducida y una zona montañosa amplia. En la
planicie se presentan sedimentos marinos y depósitos continentales cubiertos
por depósitos fluviales y eólicos. Su extracción anual es de 0.6 Mm³ y su
recarga se sitúa en 1.2 Mm³ por lo que se trata de una zona en equilibrio.
8-Las Pocitas - San Hilario. Se ubica al sur de la zona de Santa Rita tiene una
extensión de aproximadamente el doble de dicha zona. Presenta una planicie
costera mediana y en la mayor parte sierras de mediana altura en las que
afloran sedimentos terciarios marinos y en las partes bajas, rellenos aluviales.
El volumen de extracción anual es de 1.4 Mm³ con una recarga de 1.4 Mm³ por
lo que se encuentra en equilibrio.
9-El Conejo - Los Viejos. Se localiza al suroeste del estado de Baja California
Sur, formando parte de los valles que se encuentran al sur del Llano de La
Magdalena, sobre la vertiente del Pacífico. Cuenta con dos acuíferos, uno
superior de tipo libre y uno inferior de carácter confinado, el cual no ha sido
explotado completamente; están separados por un horizonte limo-arcilloso
situado a 100 m. de profundidad. El agua se destina a fines agropecuarios y en
menor medida a domésticos.
Su extracción es de 2.5 Mm³ con una recarga de 3.5 Mm³ para una situación
equilibrio por su escasa precipitación. Cuenta con 55 pozos equipados con
tuberías de descarga de 6 a 8” de diámetro. El nivel estático varía de 9 a 66 m.
de profundidad con calidad del agua de tolerable a salada, presentando
concentraciones de 500 a 5 000 mg/l de sólidos disueltos.
10-Melitón Albañez. Se trata de una zona reducida ubicada en la vertiente del
Océano Pacífico y al suroeste de la zona del Valle de La Paz. Esta formada por
sierras de mediana altura en las que afloran sedimentos terciarios marinos y en
las partes bajas de la planicie costera, rellenos aluviales. Su extracción anual
es de 1.5 Mm³ y su recarga de 2.0 Mm³ para una situación de equilibrio con
disponibilidad escasa.
11-El Carrizal. Se localiza al sur del Valle de La Paz y se extiende a los lados
del Arroyo El Carrizal que pertenece a la vertiente del Pacífico. Su acuífero
presenta un funcionamiento de tipo libre presentando una conformación de
128
origen tectónico con sedimentos de tipo aluvial integrados con arena, grava y
guijarros así como lentículas limo-arcillosas. El agua se usa con fines
agropecuarios y en menor medida domésticos.
Su extracción anual es de 13.0 Mm³ con una recarga estimada en 16.0 Mm³
para una situación de equilibrio por el descenso que han sufrido los niveles
estáticos. Cuenta con 170 pozos equipados con tuberías de descarga de 6 a 8”
de diámetro.
El nivel estático varía entre 25 y 70 m. de profundidad presentando un
abatimiento general en los últimos años. La calidad del agua es tolerable,
presentando concentraciones de 385 a 3 850 mg/l de sólidos disueltos.
12-La Matanza. Se localiza alrededor del poblado La Matanza y a los lados del
arroyo del mismo nombre, al sur del Valle El Carrizal y sobre la vertiente del
Pacífico. Su acuífero es de tipo libre formado con depósitos de origen
continental y sedimentos de arena y grava. El agua se utiliza para actividades
agropecuarias y en menor medida a fines domésticos. Aparte se tiene una
extracción de 3.0 Mm³ anuales y una recarga de 3.5 Mm³ para una situación de
balance de equilibrio. Cuenta con 66 pozos con tuberías de descarga de 4” de
diámetro en promedio. El nivel estático varía de 13 a 36 m. de profundidad.
13-17-Valles del Suroeste. Se localizan al suroeste del estado de Baja
California Sur, al final de la vertiente del Pacífico y están integrados por los
valles de Cañada Honda, Todos Santos, Pescadero, Plutarco E. Calles y
Migriño. Sus acuíferos se encuentran en depósitos sedimentarios de origen
aluvial y confinado a rellenos tipo montañoso y costero con arena, limo y arcilla.
El agua se destina a fines agropecuarios, turísticos y domésticos. Debido a su
cercanía con la costa, estos valles están expuestos a las intrusiones salinas.
La extracción anual conjunta es de 9.0 Mm³ con una recarga de 9.0 Mm³.. Se
cuenta con 282 pozos equipados con tubería de descarga de 2 a 6” de
diámetro.
El nivel estático varía entre 5 y 40 m. de profundidad y la calidad del agua es
de dulce a salada presentando concentraciones de 200 a 2 400 mg/l de sólidos
totales disueltos.
129
18-Paralelo 28. Se ubica al norte de la zona Las Vírgenes, en el límite entre los
estados de Baja California Sur y Baja California. Se integra en su mayor parte
por terrenos montañosos de las sierras volcánicas de la península y por una
porción menor de planicie costera. Su extracción anual es de 1.0 Mm³,
mediante norias de poca profundidad y bajo caudal, y su recarga es de 1.0 Mm³
por lo que se le asigna una situación de equilibrio.
19-Las Vírgenes. Se ubica al noreste del estado de Baja California Sur, en los
alrededores del poblado Las Vírgenes cerca del volcán Las Tres Vírgenes
sobre la vertiente del Golfo de California. Su acuífero está formado por
depósitos de origen aluvial que se encuentran debajo de los arroyos,
integrados por arenas y gravas. Asimismo, existen unidades rocosas de tipo
volcánico donde también se encuentran acuíferos a una gran profundidad. El
agua se destina a fines agropecuarios y en menor medida a fines domésticos.
La extracción anual es de 0.8 Mm³ con una recarga de 1.6 Mm³, para una
situación de subexplotación. Cuenta con algunas norias de poca profundidad y
bajo caudal.
El nivel estático varía entre 5 y 90 m. de profundidad, según la elevación
topográfica, con una calidad del agua de tolerable.
20-Santa Rosalía. Se trata de una zona pequeña ubicada junto a la de Santa
Agueda que se extiende hacia atrás de la ciudad de Santa Rosalía. Se
encuentra drenada por el arroyo del mismo nombre que nace en la sierra La
Giganta y que desemboca en el Golfo de California. La extracción de agua del
acuífero es mínima con un volumen anual de 0.1 Mm³ y se realiza a través de
norias de poca profundidad. Su volumen de recarga es de 0.5 Mm³ para una
situación de equilibrio dada su condición de acuífero costero.
21-Santa Agueda. Esta zona colinda con la de San Lucas y con la de San
Marcos-Palo Verde. Su conformación es montañosa hacia el interior del
continente por la presencia de la sierra La Giganta, desde donde escurre el
arroyo Santa Agueda que desemboca en el Golfo de California. El volumen de
extracción anual de esta cuenca es de 0.4 Mm³ con una recarga de 1.0 Mm³
para una situación de equilibrio dada su condición de acuífero costero.
130
22-San Lucas. Se ubica al noroeste de la zona de San Bruno, ocupando una
extensión similar así como una conformación topográfica parecida. Su volumen
de extracción anual es de 0.1 Mm³ con una recarga de 1.9 Mm³ lo que significa
una situación de equilibrio, que se considera comprometida por la demanda
futura de agua potable para la ciudad de Santa Rosalía.
23-San Bruno. Esta zona se localiza junto a la de San Marcos-Palo Verde y
ocupa una extensión relativamente pequeña que abarca porciones de sierra
volcánica hacia el interior y otras de llanura costera hacia el Golfo de California.
El volumen de extracción anual es de 1.0 Mm³ con una recarga estimada en
4.0 Mm³ para una situación de subexplotado, que se supone esta
comprometida para la demanda futura de agua potable a la ciudad de Santa
Rosalía.
24-San Marcos - Palo Verde. Se ubica al norte de la zona de Mulegé en una
zona de lomerío suaves de origen volcánico hacia el interior y una franja
costera frente a la bahía de Santa Inés. El agua del acuífero se utiliza
básicamente para dotación de agua potable a la ciudad de Santa Rosalía. Su
volumen de extracción anual es de 4.5 Mm³ con una recarga anual de 4.8 Mm³
para una situación de equilibrio.
25-Mulegé. Se localiza hacia la porción oeste del poblado de Mulegé, en la
vertiente del Golfo de California. Su acuífero es del tipo libre y cuenta con
sedimentos clásticos de edad cuaternaria formados por gravas y arenas. El
agua se destina al sector agropecuario y en menor medida al doméstico. Su
zona agrícola es una de las más importantes de Baja California Sur.
Su extracción anual es de 5.9 Mm³ con una recarga de 5.4 Mm³ para una
situación de sobreexplotación, es un acuífero costero. Dicha extracción se
realiza a través de 58 pozos equipados con tubería de descarga de 1 a 8” de
diámetro.
El nivel estático varía entre 4 y 29 m. de profundidad, encontrándose las zonas
más profundas en las mayores elevaciones topográficas y las menores hacia la
costa. la calidad del agua es de tolerable a salada y se tienen concentraciones
de 500 a 4 000 mg/lt de sólidos totales disueltos.
131
26-Bahía Concepción. Se localiza al norte de la zona de Rosarito y ocupa toda
la saliente montañosa de punta Concepción así como una franja costera frente
a Bahía Concepción. Su volumen de extracción es de 0.1 Mm³ y su volumen de
recarga es de 0.6 Mm³, lo que da una situación de equilibrio.
27-Rosarito. Se ubica al norte de la zona de San Juan B. Londó y de la
localidad de Loreto. Se integra con sierras de regular altura, lomerío suave y un
arroyo que desemboca en el Golfo de California. Se extrae muy poca agua
para fines domésticos y agrícolas mediante norias de poca profundidad. La
extracción anual es de 0.1 Mm³ y su recarga es de 0.5 Mm³ para una situación
de subexplotada.
28-San Juan B. Londó. Se localiza al noroeste de la población del mismo
nombre, sobre la vertiente del Golfo de California. Su acuífero es de tipo
semiconfinado con un espesor de 100 m y recientemente ha sido descubierto
un segundo acuífero sobre el anterior, el cual tiene 50 m. de espesor y está
separado por una capa de arcilla. El agua se destina al suministro de Loreto y
al sector agropecuario. La cuenca se caracteriza por estar en una sierra con
elevaciones hasta de 900 msnm, que contrasta con el Valle de San Juan B.
Londó en la parte baja.
Su extracción anual es de 7.0 Mm³ con una recarga de 10.0 Mm³, para una
situación de equilibrio,. Cuenta con 48 pozos equipados con tuberías de
descarga de 8” de diámetro en promedio.
El nivel estático varía entre 10 y 25 m. de profundidad y la calidad del agua es
de dulce a salada, presentando concentraciones de 500 a 1 7000 mg/lt de
sólidos totales disueltos.
29-Loreto. Se ubica entre la población de Loreto y la zona de Puerto
Escondido, sobre la vertiente del Golfo de California. Su acuífero es de tipo
libre en la parte superior de la toba arcillosa y confinado en la parte inferior. El
agua se destina casi en su totalidad por el sector turístico y de servicios de
Loreto, por el fraccionamiento Nopolo y por los centros campestre de Puerto
Escondido.
La extracción anual es de 2.1 Mm³ con una recarga de 2.3 Mm³, para una
situación de equilibrio. Dicha extracción se realiza mediante 56
132
aprovechamientos conformados por pozos y norias. Actualmente el acuífero
está contaminado por intrusión salina y sólo sirve para fines turísticos, por lo
que para uso doméstico se tiene que importar de la zona de San Juan B. Londó
con una conducción aproximada de 40 km.
El nivel estático varía entre 4 y 30 m. para la zona de Loreto; entre 5 y 40 m. en
la zona El Vinero y entre 4 y 10 m. en la de Puerto Escondido.
30-Tepentú. Se localiza al norte de la Alfredo V. Bonfil y también presenta una
forma alargada paralela a la costa del Golfo de California. Se integra en su
mayor parte por la alta sierra de La Giganta con una línea de costa angosta. Se
extrae muy poca agua para fines domésticos mediante norias de poca
profundidad. Su extracción es de 0.1 Mm³ y su volumen de recarga es de 0.6
Mm³ situación de subexplotada.
31-Alfredo V. Bonfil. Se ubica al norte de la zona de La Paz y ocupa una franja
alargada paralela a la costa que se extiende al este de La la bahía Paz.
Presenta una geomorfología variada, desde zonas escarpadas en la sierra de
La Giganta hasta Lomeríos en la zona cercana a La Paz. El agua del acuífero
se utiliza con fines agrícolas y mineros. Su extracción anual es de 1.0 Mm³ y su
recarga es de 1.3 Mm³ para una situación de equilibrio, dada su condición de
acuífero costero.
32-El Coyote. Esta zona se localiza al norte de la de La Paz e incluye a Punta
Coyotes ubicada al este de la Ensenada de La Paz. El acuífero se forma con
las infiltraciones de las sierras y del arroyo El Coyote que presenta un
escurrimiento intermitente. El agua se utiliza con fines agropecuarios y
turísticos. Su extracción anual es de 0.5 Mm³ con una recarga de 0.7 Mm³,
por lo que se considera en equilibrio.
33-La Paz. Se localiza al suroeste de la ciudad de La Paz en una amplia
extensión y forma parte de la vertiente del Golfo de California. Su acuífero se
encuentra de libre a confinado tectónicamente por una estructura de graben
debido a una falla de tipo normal. Litológicamente cuenta con sedimentos
clásticos como grava y arena, así como lentículas limo-arcillosas. La condición
estratigráfica que lo delinea permite catalogarlo como de tipo libre. El agua se
utiliza con fines agropecuarios, domésticos, turísticos e industriales.
133
La extracción anual es de 30.5 Mm³ con una recarga de 30.0 Mm³ por lo cual
presenta una situación de sobreexplotación. Cuenta con 296 pozos equipados
con tuberías de descarga de 6 a 8” de diámetro en general aunque existen
algunas de 1 a 4” de diámetro.
El nivel estático varía entre 10 y 40 m. de profundidad y la calidad del agua es
de tolerable a salada y concentraciones entre 500 y 3 000 mg/lt de sólidos
disueltos; sin embargo, en la porción costera se han presentado
concentraciones salinas de hasta 30 000 mg/lt con una completa invasión de
agua marina que ha provocado el abandono de algunos pozos que han
ayudado a su recuperación.
34-San Juan de Los Planes. Se localiza a 50 km. al sureste de la ciudad de La
Paz, alrededor del poblado de San Juan de Los Planes y sobre la vertiente del
Golfo de California. Su acuífero varía de tipo libre a semiconfinado formado por
areniscas, lutitas intercaladas, limolitas con conglomerados y capa de caliche.
El uso del agua se destina a fines agropecuarios y en menor medida a fines
domésticos constituyendo una de las zonas agrícolas importantes de Baja
California Sur.
Se tiene una extracción anual de 11.2 Mm³ con una recarga de 8.5 Mm³ para
dar lugar a una sobreexplotación. Se tienen 175 pozos equipados con tubería
de descarga de 6 a 8” de diámetro.
El nivel estático varía de 15 a 55 m. de profundidad y la calidad del agua se
ubica en el rango de tolerable a salada presentando concentraciones de 500 a
2 000 mg/lt de sólidos totales disueltos.
35-San Bartolo. Se ubica al norte de la zona de Santiago, sobre la vertiente del
Golfo de California. Forman parte de esta zona una serie de montañas
graníticas sobresaliendo la sierra de San Lázaro. El agua se explota a través
de norias y se destina a usos domésticos.
36-Santiago. Se ubica en la zona de Santiago-Las Cuevas, Su acuífero está
constituido por un relleno sedimentario de origen aluvial bajo el cauce del
Arroyo Santiago y está integrado por gravas, arenas y estratos limo-arcillosos.
El agua se destina a fines agropecuarios y en menor medida a usos
domésticos y turísticos.
134
La extracción anual es de 10.0 Mm³ con una recarga de 25 Mm³, para una
situación de subexplotación. Constituye el acuífero con mayor disponibilidad en
el estado, sin embargo por su vecindad con el Golfo de California, tiene el
peligro de intrusiones con agua marina, de no cuidarse su niveles estáticos. Se
cuenta con 169 pozos equipados con tubería de descarga de 6 a 8” de
diámetro. El nivel estático varía de 5 a 20 m. de profundidad y la calidad del
agua es dulce con concentraciones moderadas de sólidos totales disueltos.
37-San José del Cabo. Se localiza en la región del Cabo, en los alrededores y
márgenes del Arroyo San José del Cabo e incluye el área de la localidad de
San José del Cabo. Su acuífero es de tipo libre con depósitos clásticos de
origen aluvial formados con grava, arena, limo y arcilla. El agua se destina
principalmente a uso público urbano, turístico y agropecuario.
La extracción anual es de 23.8 Mm³ con una recarga de 23.8, para dar una
situación de sobreexplotación. Cuenta con 399 pozos equipados con tubería de
descarga de 8 a 10” de diámetro. El nivel estático varía de 1 a 4 m. de
profundidad en Santa Anita y de 10 a 23 m. en San José del Cabo. La calidad
del agua es tolerable y presenta concentraciones entre 100 y 3 64 mg/lt de
sólidos totales disueltos.
38-Cabo Pulmo. Se localiza al noreste de Cabo San Lucas y pertenece ya a la
vertiente del Golfo de California. Se encuentran dentro de ella las sierras La
Trinidad y San Lorenzo, entre las cuales se forma una planicie orientada de
norte a sur. El agua se utiliza con fines domésticos y turísticos. Su extracción
anual es de 1.0 Mm³ con una recarga de 1.7 Mm³ para una situación de
equilibrio.
39-Cabo San Lucas. Se ubica en el extremo sur a de la península. Se forma en
su mayor parte por una sierra granítica que es cortada por una serie de arroyos
que descargan en el Océano Pacífico. El agua se utiliza con fines domésticos y
turísticos. Su acuífero es del tipo costero con una extracción anual de 1.0 Mm³
y una recarga de 1.0 Mm³, considerándosele en equilibrio con peligro de
intrusión salina en caso de sobreexplotación.
Zonas de Veda La totalidad del estado de Baja California Sur se encuentra bajo
control. La veda fue decretada el 12 de septiembre de 1951; para las unidades
135
de riego Mulegé, Santo Domingo y La Paz, pertenecientes al Distrito Nacional
de Riego de Baja California Sur, por último, la región meridional, donde se
ubican Cabo San Lucas y Todos Santos, se encuentra bajo veda desde el 16
de junio de 1954.
Geotermia
En el estado se localizan los focos termales de: Agua Caliente de los Orígenes,
Aguajito, La Paz y Buenavista, con temperaturas de 45 grados centígrados;
Agua Caliente de Santiago-San Jorge, Agua Caliente del Rosario y Las Tres
Vírgenes, este último ya consolidado como un campo geotérmico de
generación de electricidad, existiendo además otra zona geotérmica al noreste
del volcán El Azufre, en el área cercana al valle de San Bruno.
Consideraciones finales
Considerando que un 30% del área del Estado de Baja California Sur no
presenta posibilidad de aprovechamiento de los recursos hidráulicos
superficiales o subterráneos; que en otro 30% esta disponibilidad está limitada
; que las áreas de aprovechamiento corresponden al 35% del Estado, y que los
acuíferos ahí presentes se encuentran sobreexplotados, y por último que sólo
el 4% del Estado presenta posibilidades de incrementar las extracciones, es
urgente la necesidad de mejorar el aprovechamiento de los escasos recursos
hidráulicos de esta región.
El volumen de agua total en el Estado es aproximadamente de 500 670
millones de m3/ año, de los cuales 29 800 millones de m3 (4.8%) provienen de
aguas superficiales, 391 100 millones de m3 (95.0%) de acuíferos subterráneos
y 0.285 millones de m3 (0.1%) de plantas desaladoras.
El uso del agua en el Estado se distribuye de la forma siguiente: para uso
agrícola se utilizan 486 012 millones de m3, representando el 97.09% del total;
para uso pecuario 0.571 millones de m3, que representan el 0.11%; para uso
doméstico 113 237 millones de m3 que representa 2.65%; para uso industrial
0.433 millones de m3 que corresponde al 0.09% y para uso turístico 0.281
millones de m3 que representan el 0.06% del total.
La agricultura dominante en el estado es la de riego, principalmente en el Valle
de Santo Domingo lo que ha causado una sobreexplotación de alrededor de
136
300 millones de m3 de los 541 pozos profundos localizados en el valle antes
mencionado. Anualmente existe una recarga natural de estos pozos de 150
millones de m3, existiendo con esto un abastecimiento anual constante del
acuífero.
El abatimiento anual del acuífero es de 50 a 90 cm y alcanza 15 m con relación
a las condiciones originales.
Cuadro I.14 Resumen de la situación de las aguas en el Estado
Región Nombre Recarga
Mm³/año
Extracción
Mm³/año Condición
Geohidrológica
RH2
Punta Eugenia 1.6 0.1 Subexplotada
Vizcaíno 40.0 40.4 Sobreexplotada
San Ignacio 8.5 5.9 Equilibrio
RH3
La Purísima 9.0 1.3 Subexplotada
Mezquital Seco 0.4 1.2 Equilibrio
Santo Domingo 188.0 332.7 Sobreexplotada
Santa Rita 1.2 0.1 Equilibrio
Las Pocitas - San Hilario 1.4 1.0 Equilibrio
El Conejo - Los Viejos 2.0 0.9 Equilibrio
Melitón Albañez 2.0 1.5 Equilibrio
El Carrizal 16.0 6.6 Equilibrio
La Matanza 2.0 1.4 Equilibrio
Cañada Honda 0.6 0.9 Sobreexplotada
Todos Santos 3.8 3.3 Equilibrio
El Pescadero 3.1 2.7 Equilibrio
P. Elías Calles 0.6 1.0 Sobreexplotada
Migriño 0.3 0.2 Equilibrio
RH5
Mulegé 5.4 9.2 Sobreexplotada
S. Marcos - P. Verde 4.8 3.2 Equilibrio
San Bruno 1.9 0.3 Equilibrio
San Lucas 1.9 0.1 Equilibrio
137
Santa Agueda 1.0 0.4 Equilibrio
Santa Rosalía 0.5 0.1 Equilibrio
Las Vírgenes 1.0 0.1 Equilibrio
Paralelo 28 1.0 0.1 Subexplotada
RH6
Cabo San Lucas 1.0 0.4 Equilibrio
San José del Cabo 23.8 28.5 Equilibrio
Cabo Pulmo 1.7 0.4 Equilibrio
Santiago 25.0 11.7 Subexplotada
San Bartolo 2.0 0.6 Equilibrio
Los Planes 9.4 9.9 Sobreexplotada
La Paz 27.8 30.5 Sobreexplotada
El Coyote 0.7 0.3 Equilibrio
Alfredo V. Bonfil 2.0 1.3 Equilibrio
Tepentú 0.6 0.1 Subexplotada
Loretó 1.8 1.1 Equilibrio
San Juan B. Londo 10.0 2.7 Equilibrio
Rosarito 0.5 0.1 Subexplotada
Bahía Concepción 0.6 0.1 Subexplotada
Suma 404.9 502.4
Fuente: CNA Subgerencia de Administración del Agua
I.3.8 Biota
Vegetación
Tomando en cuenta los climas del Estado de Baja California Sur, que son
principalmente cálidos semisecos y secos, la vegetaciónque predomina es
desértica y el uso del suelo está en función del factor agua, de donde resulta
que la flora sólo está representada por árboles y arbustos xerófilos, por
cactáceas, pastizales y sólo en las partes altas de la Sierra de la Laguna
encontramos asociaciones de encino-pino asociadas con un clima templado
subhúmedo (ver mapa I.19)
En la mayor parte del Estado se desarrollan matorrales xerófilos, como los
denominados sarcocaule, sarcocrasicaule de neblina, desértico micrófilo,
crasicaule y mezquital; entre ellos el más abundante es el primero. Estos
matorrales presentan frecuentemente baja cobertura y están constituidos por
una amplia variedad de formas de vida adaptadas a la aridez, desde grandes
cactáceas columnares, arbustos y herbáceas perennes, hasta pequeñas
efímeras estacionales. Otros tipos de vegetación también desérticos, pero más
ligados a características edáficas son la vegetación halófila y la vegetación de
los desiertos arenosos, localizados en el Desierto de Vizcaíno.
138
El sur de la Península (Sierra de La Laguna y La Victoria y sus estribaciones)
presentan condiciones más favorables para el establecimiento de la
vegetación. Ahí se desarrolla una selva baja caducifolia y en clima templado a
mayor altitud, comunidades de bosque de encino y de pino-encino.
La mayoría de los terrenos con matorral son utilizados como agostaderos para
ganado principalmente caprino al norte y bovino al sur, aunque de baja
condición debido a las características físicas y climáticas imperantes y a la baja
cobertura de especies y su lenta capacidad de crecimiento. Este uso ha
impactado a las comunidades, de tal modo que las especies deseables para el
ganado están siendo sustituidas por aquéllas no deseables (Maldonado, 1985).
En cuanto a la explotación forestal, también se encuentra limitada por el
ramoneo; aún así son variados los usos locales de las especies vegetales. De
algunas se aprovecha la madera para hacer cercos, postes, techos, paredes,
herramientas, o bien como combustible; otras son de uso medicinal o
comestible; pero sólo unas cuantas son explotadas intensivamente, como: la
gobernadora (Larrea tridentata) y la jojoba (Simmondsia chinensis). Por
importancia se encuentran las palmas como la palma real y la palma de taco
(Washingtonia spp. y Eritrea brandegi), por su hoja y madera el pala adan y el
palo amarillo y para fabricar postes el palo zorrillo y el palo de arco.
Bosques
Estas comunidades se desarrollan exclusivamente en la región Del Cabo.
Bosque de Pino-Encino
Se localiza en las partes más altas de la Sierra La Laguna, por encima de los 1
200 m.s.n.m. sobre regosoles con fase lítica y litosoles.
Las especies reportadas en esta zona son: encino negro (Quercus devia),
encino roble (Nolina beldinge) y Pinus cembroides lagunae, además de otros
árboles como Arbutus peninsularis, Burseras, Heteromeles, Prunus; a lo largo
de las cañadas se y las corrientes de agua, bosque en galeria, palmares,
Lysoloma, Vitis,Salix y Populus.
139
Bosque de Encino
Está constituido principalmente por especies arbóreas de Quercus. Se localiza
en las sierras de San Lázaro y Mata Gorda, entre los 800 y 1200 m de altura
sobre regosoles y cambisoles con fase lítica.
En la sierra de La Victoria se reporta un bosque abierto, a 770 m.s.n.m.,
dominado por Quercus devia de 8 metros de altura, que es acompañado por:
Lysiloma sp. y Bursera spp., de 5 metros de altura; y. en el estrato arbustivo de
1.5 metros, Forestiera macrocarpa y Dodonaea viscosa. También entre los 1
300 y 1 600 m.s.n.m., se extiende un encinar con Quercus tuberculata como
dominante y en las partes más altas Quercus devia (Rzedowski, 1986). Otras
especies de encino reportadas para este bosque son Quercus brandegei y
Quercus peninsularis.
En algunos otros lugares del Estado existen pequeños manchones de encinos
como es el caso que se presenta al norte de La Paz, en las partes altas de la
sierra de La Giganta y estos encinos están representados por la especie de
Quercus tuberculata.
Bosque de Encino-Pino
Lo constituyen árboles de los géneros Quercus y Pinus. Se localiza
altitudinalmente entre el bosque de encino y el de pino-encino o pino. Se
distribuye en la Sierra de La Victoria y La Laguna de manera extensa. Algunas
de las especies que lo integran son: encino negro (Quercus devia) Quercus
tuberculata, Pinus cembroides. lentisco (Rhus laurina), sotol (Nolina deldinge) y
madroño (Arbutus peninsularis).
Selvas
De estas comunidades, la única que se desarrolla en la región es la selva baja
caducifolia la cual se localiza en el extremo sur del Estado en las partes
inferiores y medias de la Sierra de La Laguna y en escasos manchones en la
Sierra de La Giganta. Los elementos que lo conforman son: Lysiloma
microphylla, Jatropha cinerea, Cyrtocarpa edulis, Bursera laxiflora, Lysiloma
cándida, Cercidium peninsulare, Leucaena mirocarpa, Cassia atomaria,
Pechycereus pecten-aboriginum, Cercidium sonorae, Prosopis palmari,
Esenbeckia flava, Alvizzia occidentalis, Guchnatia arborescens, Haematroxylon
140
brasiletto, Lemaireocerceus thurberi, Haematoxylon brasiletto, Bursera
microphylla, Pithecollobium tortum, Bursera odorata, Populus fremontii, Yucca
sp., Acacia farnesiana Plumeria acutifolia, Pithecellobium dulce, y Prosopis
pubescens, vegetación halófila (GATIL G. et al The Reconstruction of Mesozoic
California 24th)
Esta vegetación es característica de suelos con alto contenido de sales
solubles o de zonas arenosas de playa, encontrando plantas herbáceas como
Canavalia maritima, Diodia crassifolia, Impomoea pescaprae, Jouvea pilosa,
Okenia hypogaea, Pectis arenavia. También sobre el litoral de ambas costas
encontramos plantas arbustivas como: Acacia cymbispina, Acanthocereus
pentagonus, Caesalpinia crista, Jacquinia macrocarpa, Prosopis Juliflora y
Stegnosperma cubense.
En los litorales de la parte septentrional del Golfo de California, los matorrales
de Allenrolfea occidentalis y Frankenia palmeti, son muy característicos de las
playas arenosas, mientras que sobre los médanos prosperan Frankenia
palmeri, Ambrosia dumosa, Palafoxia linearis y Dalea en emorgi.
Más hacia el Sur, estas plantas ceden lugar a Haplopappus arenarius,
Wislizania refracta, Dalea divaricata y Houstonia mucionata.
Está constituida por individuos que alcanzan de 7 a 15 metros de altura o un
poco más, de los cuales, la mayoría pierde las hojas en la época seca.
Se distribuye en las laderas de las sierras San Lázaro, La Laguna y Mata
Gorda, entre otras; todas ellas pertenecientes a la región Del Cabo. Se
desarrolla en climas desde muy secos cálidos y semicálidos hasta secos y
semisecos semicálidos; cuyas temperaturas medias anuales varían de 18 a
200C en algunos lugares y de 20 a 220C, en otros, mientras que la precipitación
total anual en su mayoría es de 300 a 400 milímetros. Se encuentra sobre
regosoles y cambisoles.
Rzedowski considera a esta selva como un bosque xerófilo que comparte
elementos con los matorrales desérticos adyacentes, menciona que Shevre cita
entre los más característicos:
Lysiloma microphylla, Jatropha cinerea, Cyrtocarpa edulis. Bursera laxiflora.
Lysiloma candida, Cercidium peninsulare. Leucaena microcarpa. Pachycereus
141
pectenaboriginum, Cercidium sonorae, Prosopis palmeri, Esenbeckia flava,
Albizzia ocidentalis, Gochnatia arborescens, Haematoxylon brasiletto y Bursera
microphylla.
Otras especies reportadas son: colorín (Erythrina flabelliformis), palo de arco
(Tecoma stans), cacalosúchil (Plumeria acutifolia) y sobre las zonas más
elevadas, palo mauto (Lysiloma divaricata), entre los principales árboles y
arbustos: Erythea brandegeei. Pithecellobium undulatum, Acacia brandegeana.
Enterolobium cyc/ocarpum, Coulterella capitata. Sapindus saponaria; y, entre
las cactáceas: Stenocereus thurberi var. littoralis, Mamillaria armillata,
Mamillaria capensis, Mamillaria árida y Mamillaria gatesii. Al este de La Paz y al
noroeste de los Planes se reporta una comunidad con la siguiente
estructuración: en el estrato arbóreo superior, de 5 a 6 metros, la especie
dominante es Bursera microphylla, la cual está acompañada por Cyrtocarpa
edulis, Fouquieria diguetii. Lysiloma candida, Esenbeckia flava y otras; en el
estrato de 3 metros se encuentran Fouquieria diguetii, Stenocereus thurberi y
lengua de gato (Cordia parviflora); en el estrato arbustivo de 1.5 metros,
Jatropha cinerea, Opuntia cholla, Machaerocereus gummqsus y Adelia virgata;
y en el estrato arbustivo de 0.5 metros, Ambrosia camphorata, Jatropha
cuneata y Ruellia peninsularis.
Otra comunidad que se extiende sobre las estribaciones de la sierra La Laguna
y en la sierra La Trinidad, entre los 400 y 890 m.s.n.m., se estructura como
sigue: el estrato arbóreo superior de 6 a 8 metros consta de palo mauto
(Lysiloma divaricata), cardón chino (Pachycereus pecten aboriginum), Lysiloma
candida, Cyrtocarpa edulis y Bursera microphylla; en los estratos arbóreo y
arbustivo de 2 a 3 metros, los cuales presentan índices bajos de abundancia,
se encuentran Jatropha cinerea, Bursera microphy//a, Karwinskia
humboldtiana, Stenocereus thurberi, Tecoma stans, Haematoxy/on brasi/etto,
Fouquieria diguetii y Cyrtocarpa edulis; en el estrato de 0.5 a 1.0 metro,
Opuntia chol/a, Croton magdalenae, Euphorbia misera y Opuntia echinocarpa;
y, ocasionalmente en un estrato bajo de 0.3 metro, Aristida adscensionis. Esta
comunidad mantiene un uso pecuario pero no se observan alteraciones graves
en la misma.
142
Matorrales
Matorral Xerófilo
Cubre una extensión de 4 856 515 h. o sea el 66% de la superficie del Estado.
Existen en Baja California Sur cinco tipos de matorral, a saber: inerme,
subinerme, espinoso, subespinoso y crasirosulifolio. Además intercalados con
estos tenemos a los mezquitales, cardonales e izotales.
Los matorrales xerófilos se pueden observar prácticamente en todo tipo de
condiciones topográficas, no importando el sustrato geológico.
Entre las especies más comunes que destacan en el matorral xerófilo, tenemos
a la Gobernadora (Larrea tridentada), palo de Adan (Fouguieria peninsulares),
Torote (Bursera spp) Lomboy (Jatropha Cinereal), Estafiate (Ambrosia sp)
Garambullo (Lophocerous sp), Jojoba (Simmondsia chinensis), Cardón
(Pachycereus pringlei), Cholla (Opuntia cholla), Maguey (Agave sp), Cirio
(Founquieria columnaris), Pitahaya agria (Machaerocereus gummosus).
La llanura de la parte norte del Estado, conocida como Desierto de Vizcaíno,
esta situada a menos de 100 m, de altitud y la mayor parte de la vegetación
está constituída por un matorral espaciado en que destacan las ramas de
Yucca valida que alcanza hasta 10 m de altura. En el estrato principal dominan
Ambrosia magdalenea, Lycium californicum y Encelia frutescens. Cerca del
litoral existen zonas de dunas bastante activas con una vegetación
característica de matorral bajo de Prosopis, Rhus, y diversas plantas
herbáceas.
La vegetación de las partes ubicadas más al sur en la Península toma el
aspecto común de matorral micrófilo, aunque localmente puede haber
abundancia de algunas cactáceas, principalmente de los géneros Opuntia y
Pachycereus. En terrenos arenosos planos cerca del litoral entre La Purísima y
Comondú, existe una comunidad abierta (5-10% de cobertura) con Opuntia
cholla, Ambrosia magdalenae y Encilia farinosa como componentes principales;
además son frecuentes las especies de Pachysereus Jatropha, Fouquieria,
Euphorbia y Larrea (RZEDOWSKI, Vegetación de México).
En las extensas llanuras de La Magdalena, la vegetación florística no es muy
rica; las especies dominantes son Prosopis torreyana, Lycium brevipes y
143
Opuntia cholla (2). Al sur de Refugio, sin embargo, las condiciones se vuelven
menos favorables y ahí prevalecen Larrea, Opuntia, Fouquieria, Ambrosia,
Jatropha y Bursera, habiendo sectores con matorral casi de puro Larrea.
En las estribaciones del cerro de las Tres Virgenes, cerca de Santa Rosalía, se
encuentra Ambrosia magdalenae, Lycium, Simmondsia, Krameria, Atamisquea,
Cercidium, etc. Sobre los abanicos aluviales próximos a Mulegé, la cobertura
de plantas leñosas es de 30 a 40% con Jatropha, Larrea, Bursera, Opuntia y
Encelia farinosa como plantas prevalecientes, mientras que en las laderas
rocosas en la vecindad de la Bahía de la Concepción destacan Fouquieria
peninsularis, Jatropha cuneata, Bursera microphylla, en un matorral muy
abierto en el que Larrea es escasa o falta por completo.
En las laderas de rocas volcánicas, próximas a La Paz, la cobertura es de sólo
10 a 15% y la composición florística relativamente pobre, con Jatropha,
Fouquieria y Opuntia, como dominantes, quedando en segundo término
Bursera microphylla, Acacia california y Machaerocereus gummosus.
Por último al Sur de La Paz, hacia la zona de Los Cabos, encontramos
Fouquieria peninsularis, Bursera spp., Simmondsia chinensis, Lophocereus sp.
y Larrea tridentata.
Matorral Sarcocaule
Es el más abundante en el Estado, se caracteriza por la dominancia de
arbustos de tallos carnosos, gruesos, en ocasiones retorcidos y algunos con
corteza papirácea, entre los que se distinguen varias especies de Jatropha,
Bursera y Fouquieria. Se localiza principalmente en la subprovincia Sierra de
La Giganta y en parte de la región Del Cabo, sobre sierras altas, mesetas,
lomeríos, bajadas, llanuras y algunos valles. Este matorral crece tanto en
regosoles, yermosoles y litosoles, como en algunos vertisoles y fluvisoles.
Presenta comúnmente dos fisonomía: la de matorral subinerme, cuando más
del 30% de las plantas que lo forman son espinosas y menos del 70% son
inermes; y la de cardonal, cuando predominan o sobresalen fisonómicamente
las plantas crasas (con alturas de 5 a 8 metros) y que preferentemente se
localizan en terrenos planos o de poca pendiente.
144
Las especies que caracterizan este tipo de matorral son: lomboyo matácora
(Jatropha spp.), copales o torotes (Bursera spp.) y ocotillos o palo adán
(Fouquieria spp.) las cuales varían en abundancia y forman diversas
asociaciones con otros elementos.
Para el desierto de la costa central del Golfo se menciona como dominantes:
torote (Bursera microphylla), lomboy (Jatropha cinerea), cirio (Idria columnaris),
palo fierro (0lneya tesota), ocotillo (Fouquieria splendens). gobernadora (Larrea
tridentata), incienso (Encelia farinosa), hierba del burro (Franseriadumosa),
candelilla (Pedilanthus macrocarpus), cholla (Opuntia echinocarpa), cardón
(Pachycereus pringlei) (Coyle & Roberts, 1975). Se ha reportado una angosta
franja de este matorral desde la Sierra de La Giganta hasta el límite norte de la
Bahía de La Paz, donde comúnmente se encuentran: Bursera hindsiana,
Jatropha cinerea, Cercidium microphyllum, Pachycereus pringlei y varias
especies de Opuntia y Ferocactus, entre otras (Wiggins, 1980). En cuanto a su
estructura presenta de 2 a 3 estratos arbustivos y en ocasiones un herbáceo.
Su altura varía según las características del habitat y las especies que dominen
alcanzando de 2 a 4 metros, o bien, de 5 a 7 metros. En la parte noroeste del
Estado (como al sur de la Bahía Sebastián Vizcaíno, al noroeste de San
Ignacio y en los lomeríos y mesetas del Desierto de Vizcaíno) se localiza la
asociación de palo elefante (Pachycormus discolor) con diferentes especies. En
el estrato arbustivo superior codomina con cardón (Pachycereus pringlei),
datilillo (Yucca va/ida) y algunas veces el palo adán (Fouquieria diguettii). En el
estrato arbustivo medio. de 1 a 2.5 metros, se han encontrado entre otras: palo
elefante, palo adán, lomboy (Jatropha cinerea), pitaya agria (Machaerocereus
gummosus), pitaya (Lophocereus schottii), torote colorado (Bursera hindsiana)
y torote blanco o copal (Bursera microphylla). En el estrato arbustivo inferior de
0.4 a 1.0 m, se reportan: liga (Euphorbia misera), Agave viscainoensis, Viguiera
spp. Haplopappus sonorensis, Krameria parvifolia, frutilla (Lycium californicum),
candelilla (Pedilanthus macrocarpus) e incienso (Encelia farinosa). El último
estrato de menor altura (0.1-0.4 metro) puede estar constituido también por
arbustos como: Coldenia sp., Krameria parvifolia, Dalea tinctoria y Frankenia
palmeri; y gramíneas como: Aristida spp. y Enneapogon des vauxii.
145
En sitios cerca de la costa es frecuente encontrar los elementos arbustivos
achaparrados y retorcidos. En sierras y mesetas del suroeste y sur de Santa
Rosalía existen comunidades dominadas (en el estrato arbustivo superior de 3
a 5 metros) por matácora (Jatropha cuneata), ocotillo (Fouquieria splendens) y
torote blanco (Bursera microphylla) acompañadas por otras especies, como
palo verde (Cercidium microphyllum) y cardón (Pachycereus pringle/); en el
estrato arbustivo medio de 1 a 2 metros, pitaya agria (Machaerocereus
gummosus) es una de las especies más abundantes.
En las sierras altas y mesetas del área comprendida entre Mulegé y La
Purísima, se han reportado comunidades con la siguiente composición: en el
estrato arbustivo superior de 3 a 6 metros dominan palo adán (Fouquieria
diguetil), torote colorado (Bursera microphylla), palo verde (Cercidium
microphyllum) y cardón pelón (Pachycereus pringle/); las especies más
frecuentes en el estrato medio de 1 a 2 metros que generalmente presentan
índices de abundancia mayores son: matácora, torote colorado, copal (Bursera
hindsiana), senita (Lophocereus schottil) y pitaya agria (Machaerocereus
gummosus); en el estrato inferior de 0.2 a 0.8 metro se encuentran Aristida
ca/ifornica, aceitilla (Aristida adscensionis), estafiate (Ambrosia camphorata),
incienso (Encelia farinosa). matácora, rama parda (Ruellia californica),
Ferocactus sp., candelilla (Pedilanthus macrocarpus), pitaya agria
(Machaerocereus gummsus) y Opuntia ciribe. Dichas comunidades se
desarrollan en terrenos accidentados o de superficies onduladas. Rzedowzki
(1986) menciona sobre abanicos aluviales cerca de Mulegé, matorrales que
tienen una cobertura de leñosas entre el 30 y el 40%, con Jatropha, Larrea,
Bursera, Opuntia y Encelia farinosa; mientras que en laderas rocosas cerca de
Bahía: Concepción cita a Fouquieria peninsularis, Jatropha cuneata y Bursera
microphylla.
Comunidades con una composición florística similar a la mencionada cerca de
La Purísima, se hallan en gran parte de la subprovincia Sierra de La Giganta. a
lo largo de la sierra del mismo nombre y en otros lugares como al norte de San
José Comondú y noroeste de Loreto. En ellas, las especies dominantes varían
entre Bursera microphylla, Jatropha cuneata o Jatropha cinerea, las dos últimas
comúnmente de menor porte. Las cactáceas columnares son poco abundantes;
146
aunque muy frecuentes y sobresalen del dosel arbustivo general. En las partes
bajas, planas o de poca pendiente son frecuentes pitaya agria y cholla (Opuntia
cholla), las cuales son favorecidas además por el disturbio; en laderas bajas,
cañadas o vías de drenaje natural son comunes el palo mauto (Lysíloma
candida), palo verde (Cercidium microphyllum), mezquite (Prosopis articulata) y
San Juan (Forchammeria watsoníi). Otras especies que hay en la Sierra de La
Giganta son: colorín (Erythrina flabelliformis), mezquite amargo (Prosopis
julíflora var. articulata) y Cercídium sonorae (Coyle & Roberts, 1975); Wiggins
(1980) cita para esta misma región, leguminosas arborescentes y arbustos
como: Lysiloma candida, Lysiloma divaricata, Pithecellobium confine, Acacia
brandegeana, Acacia peninsularis, Prosopis glandulosa, Cassia goldmanii,
Cassia confinis y Cercidium microphyllum; elementos que en su mayoría se
encuentran en zonas más húmedas, como cañones o laderas no expuestas al
viento, y que indican además una influencia tropical dentro de la zona de
matorrales desérticos. Este fenómeno se hace más evidente hacia la parte
meridional de la Península, donde los matorrales que están en contacto con la
selva baja caducifolia presentan una altura promedio de 5 metros y tienen una
mayor abundancia de Bursera microphylla y otras especies comunes en selva
baja caducifolia o subcaducifolia, entre ellas el ciruelo (Cyrtocarpa edulís).
Al sur de la Sierra de La Giganta, rodeando la Bahía de La Paz y en las
estribaciones de la Sierra San Lázaro, ya en la región Del Cabo, se encuentran
asociaciones de estas mismas especies y de otras como: Jatropha cuneata y
Fouquieria diguetii, que se acompañan de muchos elementos frecuentes en los
matorrales primeramente descritos como: cardón pelón (Pachycereus pringlei),
pitaya dulce (Stenocereus thurben), Cercidium sp. y Bursera hindsiana, en el
estrató arbustivo superior; Jatropha cínerea, pitaya agria (Machaerocereus
gummosus), cholla (Opuntia cholla), flor del campo (Ruellia peninsularis).
candelilla (Pedilanthus macrocarpus) y liga (Euphorbia misera), en el estrato
arbustivo medio de 1 a 1.5 metros; y en el inferior, generalmente herbáceo.
Aristida adscensionis, Bouteloua sp. y Ferocactus sp. En laderas de roca
volcánica cerca de La Paz, Rzedowski (1986) cita comunidades con una
cobertura del 10 al 15%, donde sobresalen entre otros elementos: Jatropha sp.,
147
Fouquieria sp., Opuntia sp., Bursera microphylla, Acacia californica y
Machaerocereus gummosus.
El matorral sarcocaule con fisonomía de cardonal se desarrolla a lo largo del
borde occidental de la subprovincia Sierra de La Giganta, desde el paralelo 28
grados hasta la latitud de Ciudad Constitución, donde ocupa parte de los
Llanos de Magdalena. Se entremezcla con los matorrales: sarcocaule
subinerme, sarcocrasicaule de neblina y una parte del desértico micrófilo, sobre
mesetas, lomeríos tendidos, bajadas y valles. Su composición florística y su
estructura son similares a las de los matorrales descritos anteriormente, sólo
que lo distingue la mayor abundancia de cactáceas columnares como:
Pachycereus pringlei, Stenocereus rhurberi, Lophocereus schotrii y
Machaerocereus gummosus.
Esta agrupación se caracteriza por la dominancia fisonómica de árboles y
arbustos de tallo grueso, de crecimiento tortuoso, semisuculentos, de madera
blanda y con algunas especies que poseen corteza papiracea y exfoliante.
Aunque los tallos crasos y crasos-columnares son también evidentes, no llegan
a ser cuantitativamente importantes dentro de la comunidad. Este tipo de
asociación se desarrolla sobre suelos de origen volcánico. Atendiendo a
aspectos altitudinales es posible dividir a la asociación matorral sarcocaule en
dos: La primera ocupa superficies bajas (planicies, lomeríos, bajadas y
estribaciones de serranías hasta aproximadamente 1 000 m., de elevación), es
común, sobre todo en las áreas occidentales de la costa del Pacífico, la
presencia de epífitas que en ocasiones cubren casi todo el ramaje de la
vegetación perenne. Dos especies de epífitas constantes son Tillandsia
recurvata y el liquen Rocella tictoria. La superficie serrana o alta se caracteriza
por su pedregosidad, existiendo numerosas rancherías cuya principal actividad
es la cría de cabras. Las superficies deterioradas exponen su suelo rocoso la
mayor parte del año. En respuesta a las lluvias, las especies que dominan
ampliamente son: Ambrosia camphorata, Erodium cicutarium y Astragalus
prorifer, plantas consideradas tóxicas para el ganado. Entre los 500 y 1 200 m.,
de elevación se localizan poblaciones de Fouquieria columnaris.
148
Matorral Crasicaule
Esta constituido principalmente de cactáceas grandes con tallos aplanados o
cilíndricos. Se distribuye a manera de manchones, sobre llanuras costeras y
lomeríos en los Llanos de Magdalena, en pequeñas áreas en las mesetas y
montañas de la Sierra La Giganta y en la región Del Cabo. Los suelos que lo
sustentan son en su mayoría regosoles y yermosoles, pero también hay
xerosoles, algunos con fase lítica.
La fisonomía de este matorral es con mayor frecuencia de cardonal. Al
noroeste de la Laguna de San Ignacio hay una comunídad con la siguiente
estructura y composición, en el estrato de 4 a 6 metros se encuentran cardón
(Pachycereus prínglel), mezquite (Prosopis articulara) y Cercidium
microphyllum; en el estrato de 1.5 metros, cholla (Opuntia cholla), pitaya agria
(Machaerocereus gummosus) y Lophocereus schottíí; y en el estrato inferior de
0.3 metros la cholla, Echinocereus sp., y Aristida californica. En los
alrededores de la Bahía de La Paz las especies más frecuentes son: en el
estrato de 5 a 6 metros, Pachycereus pringlei; en el de 3 a 4 metros,
Cyrtocarpa edulis, Stenocereus thurberi, Bursera microphylla. Jatropha cinerea
y Fouquieria diguetii; en el estrato de 1 5 metros, Opurltia cholla.
Machaerucereus gummosus, Jatropha cuneata, Lycium sp., Ruellia
peninsularis, Euphorbia misera y Pedilanthus macroarpus; y en el estrato
inferior de 0.5 metro, Encelía halimífolia y Ferocactus sp.
Hacia el sur, en los alrededores del poblado El Carrizal y al noreste de San
Antonio, las siguientes especies se hallan frecuentemente: en el estrato de 4 a
7 metros, cardón (Pachycereus pringlei), pitaya dulce (Stenocereus thurben) y
palma (Yucca valida); en el estrato de 2 a 3 metros, Bursera microphylla,
Jatropha cinerea, Fouquieria diguetii, Prosopís glandulosa var. torreyana y
Cyrtocarpa edulis; en el estrato de 0;5 a 1.0 metro, con bajas índices de
abundancia, Opuntia cholla, Ruellia peninsularis, Euphorbia misera,
Machaerocereus gummosus y Opuntia echinocarpa. Rzedowski (1986),
menciona para la mitad meridional de Baja California, cardón, pitaya, pitaya
agria. cholla, y, entre otras, especies de Lycium, Prosopis, Cercidium, Bursera,
Fouquieria, Larrea, Lysiloma, Acacia y Ambrosia.
149
Matorral Sarcocrasicaule
Esta comunidad vegetal consta de gran número de formas de vida o biotipos,
entre los que destacan especies sarcocaules (tallos gruesos carnosos) y
crasicaules (tallos suculentos jugosos), como Pachycormus discolor, Fouquieria
columnaris, Pachiycereus pringlei, Opuntia spp. Tiene una distribución
restringida a pequeños manchones que se entremezclan con otros matorrales,
como en las estribaciones septentrionales de la sierra San José de Castro, en
el Desierto de Vizcaíno sobre regosoles.
Para la zona mencionada se cita una comunidad dominada por palo adán
(Fouquieria digueti) y pitaya agria (Machaerocereus gummosus), elementos
que se encuentran muy espaciados.
Se denomina Matorral Sarco-Crasicaule a la agrupción en una misma
comunidad tanto de especies sarcocaules como crasicaules. Este matorral se
caracteriza por la dominancia de cactus, muchos de ellos de crecimiento
candelabriforme y talla elevada, regularmente Pachycereus pringlei es el
dominante fisonómico.
Matorral Sarcocrasicaule De Neblina
Esta comunidad vegetal es de composición florística variada, en ella se
encuentran asociadas especies comunes del matorral crasicaule y del matorral
sarcocaule, como cardón (Pachycereus pringlel), pitaya agria (Machaerocereus
gummosus), senita (Lophocereus schotti), lomboy (Jatropha cinerea), torotes
(Bursera spp.), palo adán (Fouquieria digueti), etcétera. Se caracteriza por la
abundancia de líquenes (Rocella spp.), indicadores de alta humedad
atmosférica sobre los arbustos y cactáceas, debido a la constante neblina que
se forma por la corriente marina fría que baña las costas occidentales de la
Península de Baja California aproximadamente desde San José de Gracia
hasta cerca de los 23 grados 45 minutos, en los Llanos de la Magdalena. Este
matorral crece sobre regosoles, yermosoles y xerosoles.
Fisonómicamente se presenta como matorral subinerme, cardonal o izotal.
Dentro de la primera fisonomía han sido reportadas comunidades con la
siguiente estructura y composición: en el estrato superior, de 2 a 4 metros
donde pueden encontrarse tanto arbustos como árboles, las especies más
150
frecuentes son palo adán (Fouquiería diguetii), cardón (Pachycereus pringlei).
pitaya (Lophocereus schotrii), pitaya dulce (Stenocereus thurbert), torote
colorado (Bursera hindsíana), datilillo o palma (Yucca valida) y en las costas al
sur y al frente de Bahía Magdalena, mezquite (Prosopis articulara), palo ébano
(Pithecellobium confine) y torote blanco o copal (Bursera microphylla) entre
otras. En el estrato arbustivo medio, generalmente de 1.5 metros, las especies
más comunes son pitaya agria (Machaerocereus gummosus), lomboy (Jatropha
cinerea), matácora (Jatropha cuneata), frutilla (Lycium californicum), lechosa
(Euphorbia misera), cholla (Opunría cholla), incienso (Encelia farinosa) y
candelilla (Pedilanrhus macrocarpus). En el estrato inferior cuya altura va de
0.1 a 0.5 metro, hay arbustos, tales como: estafiate (Ambrosia camphorata),
Ambrosia dumosa, Ambrosia bryanrii, chamizo (Atriplex barclayana), Abronia
gracilis y yerbareuma (Frankenia palmen); dentro las cactáceas, hay: pitaya
agria (Machaerocereus gummosus) y Ferocactus sp; y gramíneas como:
aceitilla (Aristida adscensionis), Bouteloua barbata y Cenchrus palmeri El
líquen dominante es el llamado orchia (Rocella tinctoria), que crece sobre las
ramas de Fouquieria sp., Bursera sp., Jatropha sp., Pachycereus sp.,
Euphorbia sp. y Machaerocereus sp. Generalmente esta comunidad presenta
baja cobertura.
Los matorrales dominados por cardonal tienen estructura y composición similar
a las comunidades anteriores, pero se caracterizan por la abundancia de
cardón (Pachycereus pringle), como ocurre con los reportados cerca del
poblado denominado San Isidro, en el límite sur de este tipo de vegetación. De
la misma manera sucede con el izotal, el cual está dominado fisonómicamente
por palmilla (Yucca valida) que alcanza junto con las cactáceas columnares,
alturas hasta de 4 metros y que se reporta para la zona cercana a los ríos
Venancio y Santo Domingo. Coyle & Roberts (1975) mencionan para la región
de los Llanos de Magdalena, además de las especies citadas: chirinola
(Machaerocereus eruca), mezquite (Prosopis juliflora) y palo verde (Cercidium
sp) y como líquen más abundante Ramalina reticulata. Esta condición de
“desierto de neblina” también es citada por Wiggins (1980) en la región costera
del Desierto de Vizcaíno, donde “... arbustos, cactus y rocas están muy
151
cubiertos por líquenes, los cuales además de Tillandsia, son más abundantes
cerca de la costa...”
Matorral Desértico Micrófilo
Está formado por elementos arbustivos de hoja o foliolo pequeño. Crece
principalmente sobre llanuras aluviales y bajadas dentro en el Desierto de
Vizcaíno y sobre lomeríos en los Llanos de Magdalena. Se establece
generalmente sobre arenosoles, pero abunda también sobre regosoles.
Presenta tres fisonomías: la de matorral inerme, cuando más del 70% de sus
elementos no tienen espinas; la de matorral subinerme, cuando se compone de
plantas espinosas e inermes cuya proporción de unas y otras es mayor de 30%
y menor de 70%; y la de matorral con izotes, cuando éstos (Yucca valida)
dominan fisonómicamente.
Cerca del borde occidental de la Laguna Ojo de Liebre el matorral desértico
micrófilo inerme tiene como especies dominantes a Encelia farinosa y Encelia
californica, pero además se encuentran Viguiera lanata, Atriplex polycarpa y
Jatropha cínerea; estos individuos alcanzan una altura de 0.4 m.
Al noroeste de la población Valle de Vizcaíno se reportan comunidades
también, inermes, en las cuales las especies más frecuentes son: en el estrato
arbustivo superior, de 1.5 a 2.0 metros, Atamisquea emarginara, Yucca valida y
Pachycereus pringlei; en el estrato arbustivo medio de 0.5 a 1.0 metro, Encelia
palmeri, Lycium californícum, Atriplex polycarpa, Encelia sp., Larrea tridenrara y
Opuntia cholla; y en el estrato inferior, Arisrida peninsularis, Aristida
adscensionis y Atriplex julacea. Al noreste de la Bahía San Hipólito el matorral
inerme crece sobre abanicos aluviales y suelos gravosos, en él dominan Larrea
tridentata, Encelia palmeri y Krameria grayi, integrantes del estrato medio (de 1
metro); otras de las especies que lo constituyen son Errazurizía megacarpa y
Atriplex spp., con 60 centímetros de altura; además se encuentran eminencias
de Fouquieria diguetii y Bursera microphylla, cuya altura es de 2.5 metros y su
abundancia es baja.
El matorral subinerme es el más frecuente. Una parte se extiende cerca del
poblado Guillermo Prieto. al noreste de Valle de Vizcaíno sobre llanuras y
depresiones. En esta zona tiene la siguiente composición: en el estrato de
152
eminencias, con 4 ó 5 metros, Pachycereus pringlei y Yucca valida, aunque en
algunos sitios se encuentran Prosopis glandulosa var. rorreyana, Cercidium
microphyllum y Olneya resota; en el estrato medio, de 2 metros, Larrea
tridentata, jatropha cinerea. Fouquieria diguetii, Machaerocereus gummosus.
Opuntia tesajo, Lophocereus schottíi, Encelia palmeri, Lycium califomicum.
Bursera microphylla, Cercidium microphyllum y Viscainoa geniculara, entre
otras; en el estrato inferior son frecuentes Arisrida spp y Atriplex spp. Al noreste
de la Bahía Las Almejas y en los alrededores del arroyo Salado, en la
discontinuidad Llanos de la Magdalena, se extiende otro matorral subinerme
con: Fouquieria diguetii, Jarropha cinerea, Pachycereus pringlei y Bursera
microphylla. en el estrato de 3 a 4 metros; en el estrato arbustivo medio de 1.5
metros, la especie más abundante es Larrea trídentata, que se intercala con
Opuntia cholla, Jatropha cuneata y Machaerocereus gummosus; y en el estrato
inferior: Aristida sp., Ambrosia dumosa, Dalea peninsularis y Boureloua
barbata.
El matorral con izotes tiene una composición florística similar a los anteriores,
sólo que abunda más la palmilla (Yucca valida); se ha citado sobre mesetas y
suelos de material fino, al este de la Laguna San Ignacio. Rzedowski (1986)
reporta también izotales para el Desierto de Vizcaíno, con otras especies
acompañantes como: Ambrosia magdalenae, Lycium californícum y Encelia
frutescens; más al sur cita comunidades semejantes a matorral micrófilo pero
con abundancia local de cactáceas, principalmente Opuntia y Pachycereus,
como ocurre entre San José Comondú y Lá Purísima, donde los principales
componentes son: Opuntia cholla, Ambrosia magdalenae y Encelia farinosa, y
se agregan otros como Pachycereus sp. Jatropha sp., Fouquieria sp, Euphorbia
sp, y Larrea sp.
El Matorral Desértico Microfilo inerme comprende una estrecha franja entre el
matorral de dunas y el matorral halófilo pero con una mayor densidad vegetal y
cobertura que la de ambas. Se encuentra en suelos arenosos. Se caracteriza
por la dominancia de especies herbáceas y semiarbustivas y sobre todo por la
ausencia casi total de elementos espinosos. Agrupa especies de porte
arbustivo, cuya característica primordial consiste en su reducida superficie
foliar. Estas especies corresponden a arbustos cuyos dominantes fisonómicos
153
carecen de espinas. La comunidad se desarrolla en superficies aluviales, así
como en depresiones y laderas. La mayor parte de sus componentes son
caducifolios.
Otros Tipos de Vegetacion
Mezquital
Esta comunidad vegetal crece frecuentemente en terrenos con suelos
profundos, en aluviones cercanos a escorrentías o en áreas con cierta
deficiencia de drenaje, como sucede en la Sierra de La Giganta. El principal
elemento que la constituye es Prosopis spp. sobre de vertisoles, yermosoles y
regosoles.
El mezquital en su estrato arbóreo, de 5 a 7 metros de altura, está constituido
principalmente de Prosopis palmeri y Prosopis articulata, entre ellas se
intercalan cardón, pitaya o palo blanco (Lysiloma candida). En otro estrato cuya
altura es de 3 metros, son comunes además de las especies dominantes,
senita (Lophocereus schottil), Myrtillocactus cochal, Cercidium microphyllum y
palo brea (Cercidium praecox). En el estrato arbustivo de 1 á 2 metros (que no
siempre existe) abundan Jarropha cinerea, Opuntia cholla y Larrea tridentata,
entre otras. En el estrato inferior de 0.2 a 0.6 metro, Ferocactus sp., Opuntia
ciribe, Opuntia cholla, Ruellia californica, Bouteloua barbata, Krameria parvifolia
y Aristida californica son las más frecuentes.
Pastizales
Cubren una extensión de 27 239 ha. son comunidades vegetales que
corresponden a las gramíneas y desde el punto de vista agropecuario son
importantes para la alimentación del ganado bovino y equino, aunque en Baja
California Sur no se utiliza en gran medida por lo restringido de sus áreas de
pastizal y por la escasez de agua. (Secretaría de Agricultura y Fecursos Hidráulicos,
Cartografía Sinóptica. Baja California Sur , 1978).
Sólo encontramos pastizales en la unidad de riego Santiago, al sur de La Paz;
en Santa Rita, cerca del Carrizal; al norte de La Paz en el ejido Alfredo V.
Bonfil; en la Isla del Carmen al poniente de Loreto; y por último al norte de
Santa Rosalía.
154
Manglar
Cubre una extensión de 11 906 ha, aunque se puede suponer que es un área
mucho más extensa.
En las lagunas Ojo de Liebre, San Ignacio y las de Ballena que se encuentran
al norte de Bahía Magdalena, en toda la Bahía de La Paz, y aún al sur existen
considerables extensiones de manglar, sobre todo en la Bahía Magdalena y el
Estero San José.
Las especies de manglar que existen en el Estado son 4, a saber: Rhizophora
mangle, Avicennia germinans, Laguncularia racemosa y Conocorpus erectus.
Este tipo de comunidades vegetales viven en estrecho contacto con lagunas
costeras con influencia marina. Dentro de las especies sumergidas se
encuentra Zostera marina, Phyllospadix scouleri y Ruppia maritima.
Vegetación Halófila
Se desarrolla en zonas con acumulación de sales y está constituida por
arbustos y herbáceas que pueden ser halófilas facultativas u obligadas. Se
distribuye en amplias extensiones sobre llanuras deltáicas y aluviales, campos
de dunas y mesetas, dentro de la región del Desierto de Vizcaíno, así como en
las vecindades de las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio, de las bahías La
Asunción, San Cristóbal, San Sebastián Vizcaíno y Ballenas.
Los suelos donde se establece son en su mayoría regosoles y yermosoles, con
fase petrocálcica o sódica, o bien sobre solonchak.
Este tipo de vegetación se compone de varias asociaciones fiorísticamente
muy semejantes, cuyas variantes son las especies que dominan. En general
son comunidades poco densas, con altura máxima de 0.6 m, en las cuales
crecen algunos elementos en forma agregada. Para la zona más occidental,
entre las bahías de San Sebastián Vizcaíno y La Asunción, se reporta una
comunidad en la que dominan: yerbareuma (Frankenia palmeri) y chamizo
(Atriplex julacea y Atriplex polycarpa) en el estrato superior, cuya altura es de
0.2 a 0.5 metro, y el cual está formado principalmente de arbustos; a esas
especies las acompañan liga (Euphorbia misera), chamizo (Atriplex
barclayana), Encelia farinosa, Aristida spp., Ferocactus spp., Dalea tinctoria y,
en un estrato bastante ralo con 0.1 metro de altura, flor de sol
155
(Mesembryanthemum crystallinurm). Además, para esa misma zona se cita
otra comunidad formada por: Salícornia virginica, Salicornia subterminalis,
vidrillo (Batis maritima) y alfombrilla (Abronia maritima), en el estrato superior; y
Sesuvium verrucosum y Suaeda torreyana en el estrato inferior, tales
elementos se locaíizan en un área sujeta tanto a constantes inundaciones
como a la alteración por apertura de caminos y canales.
Al noroeste del poblado Valle de Vizcaíno, en una pequeña zona en la costa
norte de la Bahía San Hipólito y en algunos sitios al este y oeste de la Laguna
San Ignacio, se extienden comunidades dominadas también por yerbareuma y
chamizo, y por yerbareuma con Mesembryanrhemum crysrallinum o Arisrida
peninsularis, las cuales presentan una cobertura del 40 al 60%. En algunos
sitios, como al noroeste de la Laguna San Ignacio, la especie dominante es
Atriplex canescens o Atriplex polycarpa, que se acompaña en el estrato
superior de 0.4 a 0.6 metro por Frankenia palmeri, Atriplex julacea y Encelia
farinosa; y en el estrato inferior de 0.15 a 0.30 metro, frecuentemente por
Aristida califonica, Aristida adscencionis y Eriogonum fascicularum. En los
alrededores de Adolfo López Mateos hay una asociación de Salicornia virginica
con saladillo (Suaeda torreyana), acompañadas por Salicornia subterminalis y
Batis maritima que alcanzan los 35 centímetros de altura. Para la costa este de
la Bahía Las Almejas se reporta una comunidad similar con una altura de 10
centímetros, la cual está constituida en orden descendente de abundancia, por
Salicornia sp, Monantochloe lirtoralis, Batis maritima y Suaeda sp; además de
Avicennia germinans y Maytenus sp., que alcanzan un metro de altura. Coyle &
Roberts (1975) mencionan las siguientes especies para suelos alcalinos o
cerca de agua salada: lavanda de mar (Limonium californicum var mexicanum),
vidrillo (Salicornia pacifica), Frankenia grandifolia, verbena de arena (Abronia
maritima). mangle rojo (Rhizophora mangle) y mangle negro (Avicennia
germinans); mientras que Wiggins (1980) cita para la misma condición:
Spartina foliosa, Salicornia bigelovii, Disrichlis spicata y Suaeda californica. El
uso de este tipo de vegetación es muy limitado, en algunos lugares, entre ellos
los situados cerca de Valle de Vizcaíno y San Ignacio, se utiliza como
agostadero para ganado bovino.
156
El matorral halófilo agrupa especies con un alto nivel de tolerancia a la
salinidad y alcalinidad del suelo. Se localiza en zonas que estuvieron bajo la
superficie del mar o reciben su influencia directa. Esta agrupación vegetal se
desarrolla desde unos pocos metros sobre el nivel del mar, fuera de la
influencia directa de las máreas, hasta unos 60 m., de elevación. A menor
elevación se observan especies más halotolerantes y a mayor elevación se
pueden identificar especies arbustivas y herbáceas.
Vegetación de Desiertos Arenosos
Está compuesta por los manchones de vegetación que invaden las dunas de
zonas áridas y las van fijando progresivamente, táles manchones generalmente
proceden de las comunidades circunvecinas. Se extiende sobre las llanuras
aluviales con dunas y los campos de dunas del Desierto de Vizcaíno. Se
desarrolla tanto en regosoles y yermosoles como en solonchak, algunos con
fase petrocálcica.
Su composición florística es afín a la vegetación halófila, matorral desértico
micrófilo, matorral sarcocaule y mezquital con los que limita. En los bordes
occidental y sur de la Laguna Ojo de Liebre las especies que la constituyen
son: Encelia ventorum. Encelia farinosa, Lotus scoparius, Camissonia
crassifolia, Encelia californica, Atriplex spp., Chaenactis spp. y Sphaeralcea
orcutii, que ocupan el estrato de 0.4 a 1.0 m, y en el estrato inferior, de 0.1 a
0.4 m, Plantago insularis, Danea spp. y Mesembryanthemum crystallinum,
entre otras. Al sureste de esa misma laguna se extienden manchones de
vegetación con arbustos y árboles de 1 a 3 metros de altura, con baja
abundancia, entre los cuales están: palmilla (Yucca valida), mezquite (Porsopis
glandulosa) y hediondilla (Larrea tridentata); en el estrato arbusivo medio de
0.5 a 1.0 m, cuyo número de especies es mayor y las más frecuentes son:
Encelia palmeri, krameria grayi, Ambrosia chenopodifolia, Atriplex barclayana,
Atriplex polycarpa, Encelia farinosa, Lycium californicum, Helianthus niveus,
Ruellia californica, Atriplex julacea y entre las gramíneas: Atriplex julacea y
entre las gramíneas, Aristida peninsularis y A. adsensionis son muy comunes.
Matorral de dunas
157
La superficie ocupada por las dunas es relativamente inestable ya que la
acción del viento y las precipitaciones que ocurren en la región, mueven
progresivamente importantes volúmenes del sustrato. La flora de esta
asociación parece tratar de fijarse al suelo inmediato y estas plantas sirven de
refugio a la fauna, permitiendo la convivencia intra e interespecífica y el
desarrollo de relaciones tróficas.
La vegetación de dunas costeras presenta grandes afinidades con el matorral
halófilo. Se localizan sobre montículos arenosos en la proximidad de la franja
litoral cuyo sustrato no es inundable. Su composición florística suele variar de
un sitio a otro.
Eriales Se localizan en amplias superficies llanas cercanas a los cuerpos lagunares del
Pacífico (Ojo de Liebre y San Ignacio), en donde por influencia de las máreas
altas, el agua de mar alcanza varios kilómetros tierra adentro. Los vegetales
que aquí llegan a encontrarse son muy escasos en número y en especie,
proceden de las agrupaciones adyacentes sobre todo de las áreas cercanas a
la costa. Los factores ambientales a los que se tienen que enfrentar dichas
especies son: alto nivel de salinidad y alcalinidad del suelo, viento y radiación
solar elevadas. Una placa de sal que se forma en la superficie de este suelo
impide la germinación e implantación de diásporas que llegan de las
comunidades adyacentes. Especies de los géneros Atriplex, Salicornia,
Allenrolfea, Suaeda y Limonium, han sido encontradas en el área.
Fauna
La fauna del Estado de Baja California Sur, esta íntimamente ligada a la
vegetación y al clima de la región. Por lo que respecta a su distribución se
puede decir que es bastante uniforme y sólo se ve alterada por el deterioro
ambiental y los centros de población, que hacen que la fauna busque otros
hábitats más seguros.
Fauna Endémica:
En el Estado de Baja California Sur, la fauna se distribuye uniformemente, tanto
por el lado del Pacífico como por el Golfo de Baja California a excepción de las
aves que hay de dos tipos: las migratorias y las residentes.
158
Ambos tipos se distribuyen en una mayor proporción a lo largo de la vertiente
del Pacífico desde Bahía de San Sebastián hasta la zona de los Cabos. Esta
distribución tan generalizada se debe a la gran cantidad de lagunas litorales
que existen en la costa pacífica, no siendo así por el lado del Golfo, donde
prácticamente no existen lagunas costeras.
A continuación presentamos un listado de las principales especies animales
que se distribuyen a lo largo de todo el Estado (LEOPOLD, A. STARKER . Fauna
Silvestre de México)
Aves. Negreta de marejada- melanitta perspicillata, pato tepalcate, Qxyura
jamaicensis, garceta café - Anas cyanoptera, pato golondrino-Anas acuta, Pato
pinto - Anas strepera, pato chalcaun - Mareca americana, pato cuaresmeño -
spatula cly peata, margo copetón - Mergus serrator, chachalaca –
ortalis,poliocephala, codorniz calforniana - Lophprtyx californica, paloma de
collar .- Columba fasciata, huilota- Zenaidura macroura, paloma de alas
blancas - Zenaida asiática.
Mamíferos. Liebre de cola negra - Lepus californicus, conejo de Audubon -
Sylvilagus audubonii, conejo matorralero - Sylvilagus bachmani, musaraña gris
- Notiosorex crawfordi, murciélago nariz de cerdo – Choeronycteris mexicana,
murcielago nariz larga - Leptoryc teris nivalis, coyote de cuevas - Myotis valifer,
myotis orejón – myotis evotis, myotis de California – Myotis californicus, Myotis
de Yuma – Myotis yumanensis, myotis zancudo - Myotis volans, pispitrel de
oeste - Pipistrellus hesperus, gran murciélago café – Eptesias fausas, gran
murciélago amarillo - Lasiurus ega, murciélago pálido - Antrozous pallidus,
murciélago de bolsillo -Tadarida femorosacca, gran murciélago de cola libre –
Tadarida molossa, mapache - Procyon lotor, cacomixtle – Basseriscus astutus,
tlalcoyote - Taxidea tuxus, zorrillo manchado -Spilogale putoris, Coyote - Canis
latrans , zorra norteña - Vulpes macrotis, zorra gris - Vrocyon cinereorgenteus ,
puma - felis con color, lince o gato montes - Lynx rutus, ardilla de bolsillo de
valle - Thomomys bottae, ratón de Bolsillo Bailey - Perognthus bailevi, rata
canguro - Dipodomys memami, ratón de cactus - Peromyscus eremicus, ratón
piel de venado - Peromyscus maniculatus.
Estos animales se han visto desplazados por la presencia del hombre, pero se
les considera como parte de la fauna original.
159
Además de especies marinas de la familia de los pinnípidos tales como focas y
lobos marinos.
Fauna Terrestre (referida a la Reserva Desierto El Vizcaíno). Hasta ahora sólo se consideran como especies endémicas de vertebrados, a la
ardilla de piedra (Spermophilus atricapillus) y la rata canguro (Dipodomys
peninsularis). La fauna de vertebrados de la Reserva del Vizcaíno es una
mezcla de la región del Cabo y del norte del macizo continental, las cuales
invadieron la Península a través del Golfo de California.
Debido a su posición geográfica, el Desierto El Vizcaíno presenta un
importante centro de diferenciación biológica y aunque existen pocas especies
endémicas, su importancia se manifiesta por el gran número de endemismos al
nivel de subespecies, principalmente mamíferos y reptiles.
Dada su extensión, situación geográfica y aislamiento, la región es de particular
importancia para la distribución de la fauna en la Península. Actualmente se
estima que en la Reserva del Vizcaíno habitan 308 especies de vertebrados
terrestres y marinos (excluyendo los peces) de las cuales 4 son anfibios, 43
reptiles, 192 aves y 69 mamíferos.
Bajo los términos de la NOM-059-ECOL-1994, en la Reserva del Vizcaíno se
consideran 17 especies terrestres amenazadas, 4 especies en peligro de
extinción, 6 especies bajo protección especial y una rara. De los reptiles no
existe información del Estado actual de sus poblaciones, por lo cual es difícil
considerarlas en alguna de las categorías de amenazadas o en peligro de
extinción; sin embargo la entonces SEDUE incluyó en su lista a la boa del
desierto (Lichanura trivirgata) y a la serpiente real (Lampropeltis getulus) como
amenazadas; prohibiéndose la colecta incluso con fines científicos. El falso
camaleón (Phrynosoma coronatum) y la víbora de cascabel (Crotalus spp.)
están en la misma situación. Entre las especies de aves que habitan en la
región, están incluidas en la norma el halcón mexicano (Falco mexicanus), el
águila real (Aquila chrysaetos), el halcón peregrino (Falco peregrinus), el gallito
(Sterna antillarum), la garza piquirrosa (Egretta refescens), la garza morena
(Ardea herodias), la aguillilla ratonera (Buteo jamaicensis), el tecolote cornudo,
(Buho virginianus) entre otras especies. También se distribuyen especies de
160
aves Paseriformes que son colectadas para su comercialización, como la
calandria (Icterus parisorum), el centzontle (Mimus polyglottos), el gorrión
mexicano (Carpodacus mexicanus) y el cardenal (Cardinalis cardinalis).
Aunque actualmente no se encuentran en peligro o directamente amenazadas
muchas especies de aves y su hábitat, sobre todo marinas, requieren de gran
atención y cuidado para evitar el deterioro tanto de las poblaciones como del
mismo hábitat.
De los mamíferos terrestres los considerados en la NOM-059-ECOL-1994 son:
El berrendo (Antilocapra americana), en peligro de extinción; la zorra del
desierto (Vulpes macrotis) y la musaraña (Notosorey crawfordi) como
amenazadas. Por otra parte otras especies como el venado bura (Odocoileus
hemionus) y el borrego cimarrón (Ovis canadensis), están consideradas como
amenazadas y sujetas a protección especial, respectivamente. El puma (Puma
concolor) y el gato montés (Lynx rufus) se ven afectados por la cacería sin
autorización realizada por la población local.
La fauna de la región del Vizcaíno podría significar un gran recurso económico
para los pobladores y entrada de divisas para el país. Como es el caso del
borrego cimarrón, que ya lo proporciona, especie de alto valor para el turismo
cinegético y ecoturístico, por otro lado otras especies como el venado bura, con
potencial productivo, requieren una revalorización.
La cacería furtiva es una actividad común en la zona, principalmente de la
paloma de alas blancas (Zenaida asiatica), de la codorniz (Callipepla
californica), del conejo (Sylvilagus audubonii), la liebre (Lepus californicus), el
venado bura, en ocasiones el berrendo y el borrego cimarrón. Hay otras
especies que los pobladores de la región cazan por ser depredadores de los
animales domésticos como el coyote (Canis latrans), el gato montés y el puma.
Algunas especies son eliminadas por que se convierten en plaga agrícola tal es
el caso de la tuza (Thomomys umbricus) y la ardilla de tierra o juancito
(Ammospermophylus leucurus).
En lo que se refiere a reptiles y anfibios es muy poca la información que se
tiene de su hábitat y el estado de las poblaciones. De los cuatro anfibios que se
distribuyen en la zona, la ranita arborea (Hyla regilla) y la rana toro (Rana
161
catesbeiana) dependen de la presencia de agua libre y vegetación densa para
subsistir, en tanto que las otras especies soportan terrenos secos, en particular
el sapo cavador (Scaphiopus couchii). El sapo pinto (Bufo puctatus) busca
sitios con mayor humedad y se puede encontrar en áreas de cultivo sujetas a
riego.
De los reptiles sólo la tortuga jicotea (Trachemys scripta) requiere de sitios con
cuerpos de agua, como arroyos, lagunas y pantanos, con densa vegetación.
Los demás miembros del grupo de los saurios y las serpientes se distribuyen
en una gran variedad de hábitats. Existen algunas excepciones que habitan en
un lugar específico, como el chuckwalla (Sauromalus obesus) y la cachora de
roca (Petrosaurus thalassinus), que habitan en sitios predominantemente
rocosos. De las lagartijas (Urosaurus microscutatus y Callisaurus draconoides),
las hay arborícolas y otras que utilizan principalmente suelos con arena suelta
respectivamente. Hay algunas especies de hábitos subterráneos, como el
ajolotito de dos manos (Bipes biporus) y la culebrita ciega (Leptotyphlops
humilis). Hay poblaciones que se encuentran en estado frágil, no sólo en la
Reserva sino a nivel nacional, como son los géneros Phrynosoma spp.,
Lichanura sp., Crotalus spp. y Lampropeltis sp. En el área de Vizcaíno no se
encuentran especies endémicas, pero hay especies que si lo son para la
Península, tal es en caso de: Phyllodactylus nocticolus, Petrosaurus
thalassinus, Sceloporus rufidorsum, Urosaurus microscutatus, Cnemidophorus
hyperythrus, C. labialis, Senticolis rosaliae, Eridiphas slevini, Crotalus enyo y C.
exsul.
De las nueve especies de carnívoros que se distribuyen en la Reserva, el
coyote y el gato montés son de particular interés debido a que depredan a las
crías del berrendo, subespecie que se encuentra en peligro de extinción,
influyendo negativamente en su recuperación. Ambas especies presentan una
amplia distribución en la Reserva y pueden encontrarse en todos los tipos de
vegetación. La población de coyotes es muy abundante, se considera que es
una de las poblaciones de mayor índice de abundancia relativa de
Norteamérica. Falta aún realizar estudios sobre las condiciones de otros
carnívoros que se distribuyen en la Reserva como son: puma (Puma concolor),
zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), zorrita del desierto (Vulpes macrotis),
162
babisuri (Bassariscus astutus), mapache (Procyon lotor), tejón (Taxidea taxus)
y zorrillo manchado (Spilogale putorius).
Dentro de la Reserva El Vizcaíno se encuentran 9 especies o grupos de
especies consideradas prioritarias en el Programa de Vida Silvestre: Berrendo,
borrego cimarrón, ballena gris, águila real, tortugas marinas, agaves,
cactáceas, palo fierro y cirio. Estas especies han sido seleccionadas por estar
incluidas en alguna categoría de riesgo reconocida nacional e
internacionalmente por la factibilidad de recuperarlas y manejarlas para
producir un efecto de protección indirecta que permita conservar a otras
especies y sus hábitats y por ser especies carismáticas que poseen un alto
grado de interés cultural y económico. La relación entre el Proyecto de
Recuperación y Manejo de Especies Silvestres en Riesgo y la instrumentación
de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de
Vida Silvestre (UMA’s) es la mezcla de dos enfoques complementarios que,
como concepto, dan el soporte fundamental para el logro de los objetivos de
conservación de estas especies. En la Reserva existen programas para el
berrendo, el borrego cimarrón y la ballena gris, los cuales se describen más
adelante.
La regulación directa de los recursos faunísticos y florísticos se da a través de
instrumentos como los permisos, licencias y autorizaciones para colecta
científica, aprovechamiento, comercialización, movimientos fronterizos y
producción. Éstos son instrumentos administrativos de suma importancia para
el manejo adecuado de los recursos.
Especies Sujetas A Conservación
Berrendo (Antilocapra americana peninsularis)
Desde 1977, la SARH, la SEDUE, la SEDESOL y ahora la SEMARNAT, en
coordinación con otras instituciones, han desarrollado diversas acciones. La
constante ha sido la búsqueda y conteo de berrendos principalmente en el
Desierto de El Vizcaíno.
El berrendo peninsular está considerado en peligro de extinción nacional
(NOM-059-ECOL-1994) e internacionalmente (IUCN 1998). En 1922 se decretó
la veda en todo el país y se mantiene vigente.
163
Históricamente ocupaba gran parte de la Península de Baja California, desde el
norte a partir de las bahías San Felipe y San Quintín, hasta el sur, cerca de
Bahía Magdalena. Su hábitat se compone principalmente de extensas llanuras,
terrenos con ligeros lomeríos y mesas, amplios cauces de arroyo y las dunas.
Actualmente se distribuye en el Desierto de El Vizcaíno y zonas aledañas. Con
relación con el tamaño de su población, en 1925 se estimó que había 500
individuos distribuidos en tres zonas, San Felipe, Bahía de Los Angeles y el
Desierto de El Vizcaíno. En noviembre de 1993 se registraron 175 berrendos
concentrados en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno”. Sin
embargo, desde 1995 y hasta la fecha, se tienen reportes de animales que se
han alejado hacia la periferia de la Reserva. Con la observación del estado de
la vegetación se constató que la situación actual es de extrema gravedad en
parte debido a la prolongadas sequías, resultando con ello que los berrendos
se dispersaran hacia el sur, fuera de la Reserva, a lugares con mejor alimento.
En el otoño de 1997 regresaron nuevamente debido al incremento de lluvias y
el buen estado de la vegetación.
Borrego Cimarrón (Ovis canadensis)
El borrego cimarrón es una especie considerada por la NOM-059-ECOL-1994,
como sujeta a protección especial y por la CITES.
En el ejido Lic. Alfredo V. Bonfil y en el Volcán de las Tres Vírgenes se
distribuye el borrego cimarrón. Este ejido cuenta con el registro de Unidad de
Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre
(UMA) DFYFS-CR-EX-0439-BCS, expedido por la Dirección General de Vida
Silvestre del Instituto Nacional de Ecología, siendo la primera registrada dentro
de una área natural protegida del SINAP.
En dicha unidad desde 1996 está operando el “Programa de Conservación,
Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón y su Hábitat en
la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno”. En este esfuerzo de conservación se
han realizado tres estudios de muestreo de población, con la finalidad de
conocer la abundancia, estructura y distribución de la población del borrego
cimarrón dentro de la misma y la Reserva. Estos estudios muestran un
incremento de la población de borregos en el área del 23% en tres años. En
1996 fueron observados 99 ejemplares y en el estudio de 1999 fueron
164
observados 131 ejemplares. Las estimaciones sobre el tamaño de la población
son de 254 ejemplares en 1997 y de 312 ejemplares en 1999.
Aves Residentes Y Migratorias
La riqueza de aves de la región del Pacífico de la Península de Baja California
Sur dio lugar a las declaratorias de refugios de aves acuáticas migratorias las
lagunas de Ojo de Liebre y San Ignacio en 1972 (Diario Oficial 11 de
septiembre 1972), y también se consideró para la declaratoria de la REBIVI en
1988 (Diario Oficial del 30 noviembre de 1988). Dentro de la Reserva se
encuentran especies de aves acuáticas cuyas poblaciones son importantes.
Estas especies se distribuyen principalmente en islas, islotes y las lagunas de
Guerrero Negro, Ojo de Liebre y San Ignacio. Las islas Natividad, Asunción,
San Roque y las interiores de las lagunas Guerrero Negro, Ojo de Liebre y San
Ignacio ofrecen condiciones propicias para la presencia y reproducción de
especies de aves acuáticas. Por la importancia de las islas e islotes de la
Reserva se designaron como zonas núcleo donde las actividades humanas
están restringidas a la conservación, educación ambiental, investigación y
ecoturismo. Varias decenas de especies de aves marinas se han registrado
como anidantes dentro de los límites de la Reserva. Entre éstas se encuentran:
el águila pescadora (Pandion hiliaetus), pardele (Puffinus opisthomelas), el
pelícano café (Pelecanus occidentalis), patos buzos o cormoranes
(Phalacrocorax penicillatus y P. auritus), garcita blanca (Egretta thula), garza
blanca (Casmerodius albus), garza flaca (Egretta tricolor), garza roja (E.
rufescens), garza gris (Ardea herodias), perros de aguas (Nycticorax violacea y
N. nycticorax), Ibis blanco (Eudocimus albus), gaviota occidental (Larus
occidentalis), gaviota reidora (L. atricilla), gallitos de mar (Sterna maximus, S.
caspia, S. antillarum), ostrero (Haematopus palliatus) y chorlito blanco
(Charadrius alexandrinus).
En los tres cuerpos lagunares de la costa occidental de la Reserva (lagunas
Ojo de Liebre, Guerrero Negro y San Ignacio**) invernan cada año más de 20
especies de patos y gansos migratorios. Los patos se presentan desde unos
cuantos cientos hasta cinco o seis mil ejemplares. Las especies más comunes
son las negretas (Melanitta perspicillata), el pato copetón (Mergus serrator), los
patos boludos (Aythya affinis), los patos cabezudos (Bucephala albeola) y el
165
pato golondrino (Anas acuta). La mayor parte de la población de anátidos
invernantes en los cuerpos lagunares de la Reserva la constituye el ganso de
collar (Branta bernicla). Para mantener su potencialidad como recurso, es
importante asegurar la permanencia y la poca perturbación de su hábitat
invernal. Las especies representantes del grupo de los Scolopacidos en la
Reserva (zarapicos, picoretas, playeros y picopandos) aunque de hábitos
migratorios se observan regularmente en importantes números a lo largo del
año. Son aves gregarias en su mayoría, reposan en las zonas intermáreales de
las lagunas y son atractivas para su observación e identificación por grupos de
observadores de aves.
Los humedales de la Reserva (marismas, manglares, pantanos, bajos
intermáreales) son considerados como una de las zonas más importantes del
Pacífico nororiental por la cantidad de especies y de aves marinas que alberga,
en particular la laguna Ojo de Liebre.
Fauna Marina.
Uno de los hábitats más importantes para la fauna marina es el que se forma
en los fondos rocoso-arenosos, que presenta una diversidad comparable a la
de una zona arrecifal. Este tipo de fondo predomina ampliamente en las costas
de la Reserva El Vizcaíno, desde la zona intermáreal hasta profundidades
variables; albergan un gran número de especies tanto de vertebrados como de
invertebrados marinos y es sin duda en donde se encuentra la mayor
diversidad. En las costas se localizan surgencias importantes que proporcionan
nutrientes a los organismos que ahí habitan dando lugar a una cadena trófica
que va desde el fitoplancton hasta los grandes tiburones y las ballenas. La
mayor parte de la fauna es considerada de origen tropical.
La fauna varia con la profundidad, el área supralitoral está poblada de manera
característica por numerosos invertebrados como balanos y anélidos, mientras
que por debajo de la línea de márea hay especies de anémonas y estrellas de
mar. Las rocas del supralitoral brindan protección a varias especies de
cangrejos, esponjas, pepinos de mar, acidias, platelmintos, opistobranquios,
poliquetos y moluscos. Alrededor de estas especies se establece una
diversidad de fauna íctica, en su mayoría formada por peces carnívoros.
166
Dentro de las especies dominantes de la ictiofauna, se encuentran: ángel de
cortés (Pomacantus zonipectus), ángel real (Holocanthus passer), muñecas
(Chaetodon humeralis, Heniochus nigrirostris), y varias especies de lábridos
conocidos como viejas. Como depredadores destacan por su abundancia tres
especies de cabrillas (Myteroperca rosacea M. jordani y Epinephelus
labriformis); estas especies además son de importancia económica por el alto
precio que alcanzan.
Otros depredadores también abundantes son las morenas: morena verde
(Gymnothorax castaneus) y morena pinta (Muraena lentiginosa), así como
también el pez cochito (Balistes polilepis). En la zona se presentan
agrupaciones numerosas peces tales como el rayadillo (Microlepidos inornatus)
y mojarra almejera (Haemulon sexfasciatus). Como herbívoros comunes se
encuentran el perico (Scarus perico) y el cochinito (Prionurus puntatus).
Otras especies relativamente comunes en los fondos rocosos arenosos son:
pez de roca (Hypsoblennius brevipinnis), chopa (Kyphosus elegans), gobios de
cabeza roja (Elacatinus puncticulatus), castañuela gigante (Microspathodon
dorsalis), chopa (Abudefduf troschelii), pez de pluma (Calamus brachysomus),
agujón (Sphyraena ensis), castañeta (Chromis atrilobata), cadernal (Apogon
retrosella), candil (Adioryx suborbitalis), mero chino (Cirrithus rivulatus),
(Orgilbia sp.), gobio barbero (Elacantinus digueti), pargo amarillo (Lutjanus
arginteventris), pez erizo (Diodon holocanthus), gobio bonito (Lythrypnus dalli),
(Dodianus diplotaenia), cornuda (Sphyrna lewini), pargo coconaco
(Hoplopagrus guentheri), burrito (Anisotremus interruptus), jabonero de cortes
(Rypticus bicolor), raya (Urolophus concentricus).
Esta comunidad de peces de fondos rocosos es común a toda la zona central
del Golfo de California, aunque difieren de las que se presentan tanto en la
cabecera como en la boca del mismo golfo. Existe aproximadamente el doble
de especies en comparación con la zona norte, en tanto que la riqueza
específica de la zona sur es mayor, sobre todo en la costa.
Debido a la utilización de las redes de arrastre para la pesca del camarón, a
diferencia de lo que ocurre con los fondos rocosos, los fondos arenosos
pueden ser afectados, particularmente en ciertas zonas, debido al arado que
sufre el suelo por las redes camaroneras.
167
Otra comunidad la forman las especies mesopelágicas; peces que habitan a
media agua y normalmente no incursionan en las zonas más someras. Dentro
de los más importantes se encuentran 18 especies de tiburones y 14 especies
de mantarrayas que en conjunto sostienen parte de la actividad pesquera que
se realiza con palangre. Hay también varias especies de teleósteos que son
carnívoros mesopelágicos.
En estrecha relación con lo anterior, es posible caracterizar otra comunidad, la
formada por especies de pelágicos menores y sus depredadores. Especies que
representan la comunidad pelágica (además de los clupéidos y engráulidos)
son: sardinas del Pacífico (Sardinops sagax, Cetengraulis mysticetus), sardinas
(Opisthonema spp.), sábalo abuela (Chanos chanos), merluza (Merluccius
angustimanus), jurel de castilla (Seriola dorsalis), dorado (Coryphaena
hippurus), agujón (Sphyraena argentea) y macarela (Scomber japonicus).
El diagnóstico del estado actual de estos recursos es difícil de estimar debido a
que no se concentran sólo en la zona de la Reserva. En ésta, la actividad
pesquera es comparativamente baja en relación con el potencial presumible, y
los niveles de explotación hacen suponer que los hábitats no han sido
afectados de manera significativa. Con la excepción ya mencionada del
camarón y de algunos moluscos particularmente el calamar, la almeja catarina
o voladora y las especies de concha nácar y la madreperla, la mayor parte de
las operaciones de pesca en la zona se han realizado a nivel artesanal. Otra
pesquería masiva es la de pelágicos menores, pero por el tipo de recurso sobre
el que trabaja es sumamente improbable que las especies en objeto puedan
llegar a considerarse como en peligro.
En lo que se refiere a los aproximadamente 130 km. de la Costa Occidental de
la Reserva, corresponden a la zona de transición templado tropical del Pacífico
de Norteamérica. Por ello es posible encontrar elementos tanto de la fauna
templada californiana como de la tropical, lo que contribuye a una alta
diversidad, sin llegar a valores tan altos como en el Golfo de California. En
estas costas se encuentran especies con abundantes poblaciones que
contribuyen a recursos masivos o potenciales. Por otra parte es la única zona
pesquera que en la actualidad se puede considerar como subexplotada en su
conjunto, respecto a especies con potencialidades reales de comercialización.
168
La fauna que podemos encontrar en esta zona consiste de esponjas,
anémonas, platelmintos, poliquetos, pelecípodos, gasterópodos, cefalópodos,
bálanos, camarones, langostas, cangrejos ermitaños, cangrejos y
equinodermos. Las especies de peces más características son de los géneros:
Fistularia, Halichoeres, Labrisoma, Nicholsina, Chaetodipterus, Chaetodon y
diversos serranidos. En los fondos areno-limosos, particularmente dentro de los
cuerpos costeros, entre las especies predominantes se encuentran: La cabrilla
(Paralabrax maculatofasciatus) y diversas especies de lenguados
(pleuronectiformes), son unas de las especies más abundantes. Con respecto
a las poblaciones de tortugas marinas la pesquería de estas especies fue,
hasta hace relativamente pocos años, una actividad tradicional en el Estado.
Las especies de tortugas reportadas para la zona de la Reserva son tortuga
laud (Dermochelys coriacea), carey (Eretmochelys imbricata), jabalina (Caretta
caretta gigas), golfina (Lepidochelys olivacea) y caguama prieta (Chelonia
mydas). La carne de estas especies es muy apreciada y constituye uno de los
pocos platillos regionales. Por otra parte su explotación era una fuente
adicional de alimentos y la piel fue utilizada en la elaboración de calzado; aun a
la fecha es sumamente apreciada.
Entre los mamíferos marinos, más carismáticos se encuentra la ballena gris
(Eschrichtius robustus) la cual se encuentra sujeta a protección especial, que
durante la temporada invernal arriba a la costa occidental de la Península
donde se reproduce, siendo las principales áreas de reproducción las lagunas
de Ojo de Liebre y San Ignacio, ubicadas dentro de la Reserva.
Esta especie fue objeto de una intensa explotación a fines del siglo XIX y
principios del siglo XX; ésto la llevó a estar en peligro de extinción. En 1947 se
acordó su protección internacional absoluta en el seno de la International
Whaling Comisión (IWC), mediante la regulación de la cacería de ballenas. El
gobierno de México tomó medidas importantes para la protección de su hábitat
de crianza en la Península de Baja California: decretando las lagunas Manuela,
Guerrero Negro, Ojo de Liebre y San Ignacio, como refugios de ballenas y
ballenatos (Diarios Oficiales de 14 de enero 1972, 16 de julio 1979 y 28 de
marzo 1980). Posteriormente el decreto de la Reserva de la Biosfera “El
Vizcaíno” (Diario Oficial 30 Noviembre 1988) y la Norma Oficial Mexicana de
169
Emergencia (NOM-EM-074-ECOL-1996) reguló las actividades turísticas de
observación de ballenas en las lagunas y bahías de la Península de Baja
California. La ballena gris es una de las especies más populares de ballenas
debido a su hábito de migrar cerca de la costa, lo cual hace posible que miles
de personas la observen año con año. Su población se considera recuperada,
por lo que en junio de 1994 se le excluyó de la lista de especies en peligro de
extinción de Estados Unidos. Los censos más recientes (1997) reportan
poblaciones de por lo menos 2 500 individuos en la zona de la Reserva, y los
científicos nacionales y extranjeros estiman una población total que oscila entre
los 25 000 a 27 000 individuos con una tasa de crecimiento anual de más del 2
% hasta 1991.
Actualmente la industria turística de observación de estas ballenas significa
importantes ingresos directos e indirectos para las comunidades cercanas a los
cuerpos de agua en las que se congrega y se calcula una derrama de 750 000
dólares al año en este renglón turístico. El INE autoriza a las empresas de
servicios turísticos para la observación de la ballena gris en las lagunas y se ha
reglamentado y organizado la actividad con el propósito de lograr que el
aprovechamiento sea sustentable: conservar y proteger a la especie y su
hábitat, brindar oportunidades de ingresos a las comunidades locales y
regionales, brindar seguridad a visitantes y operadores durante las excursiones
de observación de ballenas y generar y promover la infraestructura turística
necesaria.
Las acciones que desarrolla la Reserva en relación con el manejo del recurso
son: ordenamiento de las actividades turísticas, estudios para la toma de
decisiones de manejo turístico, desarrollo de programas y la gestión de ambas.
Para garantizar su funcionamiento es necesario contar con los mecanismos
que permitan la captación de recursos económicos de parte de los usuarios con
el aprovechamiento del mismo. De esta manera es posible que el programa
sea autofinanciable asegurando su continuidad.
Por otro lado, en las costas de la Reserva también hay otras especies de
mamíferos marinos que se encuentran de manera permanente o de hábitos
migratorios, como son la ballena azul, la ballena de aleta, el cachalote, el delfín
común, la tonina, la orca, el lobo marino y la foca, por mencionar algunos. Su
170
importancia actual reside en el atractivo que representan como recurso turístico
potencial. En algunos casos han sido considerados como fauna nociva para las
actividades pesqueras, específicamente los lobos marinos.
El lobo marino (Zalophus californianus californianus) se presenta en ambas
costas del Estado. Es una especie muy abundante y actualmente se encuentra
bajo protección especial teniendo una población que sobrepasa los 6 000
ejemplares. Las loberas más grandes de la Reserva se encuentran en las islas
Natividad, Asunción y San Roque, en la costa del Pacífico donde existen
colonias reproductivas. En el pasado fue sujeto a una presión de caza pero
actualmente no es explotado en dicha modalidad, ni parece probable que en el
futuro se presente la necesidad de hacerlo. Es objeto de atención de grupos
conservacionistas, público en general y científicos. Otro mamífero marino
presente en las costas de la Reserva es la foca común o foca de puerto (Phoca
vitulina) también sujeta a protección especial, que habita principalmente en las
aguas de la costa occidental. Se les puede observar en las islas y playas
desiertas, siendo la Isla San Roque la principal colonia reproductiva con más
de 200 ejemplares.
Es amplia la diversidad de especies marinas que están sujetas a explotación
comercial. Algunas son de importancia por los volúmenes de captura que
presentan como el calamar, las almejas, el tiburón y algunas especies de
escama. También existen otras de menor abundancia pero también de alto
valor comercial como el abulón, la langosta y el caracol panocha, por
mencionar las más relevantes.
A continuación se presenta de manera concreta los recursos que son objeto de
explotación comercial o que en el pasado lo fueron.
Recursos con alto valor económico y que en la actualidad son objeto de
pesquerías.
Abulón (Haliotis spp.)
Langosta (Panulirus spp.)
Caracol panocha (Astrea undosa y A. Turbanica)
Callo de hacha (Pinna rugosa)
171
Almeja pismo (Tivela stultorum)
Almeja mano de león (Lyropecten subnudosus)
Almeja catarina (Argopecten ventricosus)
Camarón (Penneus sp.)
Pesquerías masivas:
Sardina (Sardinas sagax)
Anchoveta (Engraulis mordax)
Calamar gigante (Dosidicus gigas)
Atún (Katswonus pelamis)
Recursos potenciales y subutilizados:
Sargazos (Macrocystis pirifera)
Langostilla (Pleuruncodes planipes)
Pesquerías ribereñas:
Almeja chocolata (Megapitana spp.)
Jaiba (Callinectes spp.)
Pulpo (Octopus spp.)
Pata de mula (Anadara tuberculosa)
Caracol burro (Strombus galeatus)
Caracol Chino (Muricanthus nigritus)
Recursos que son objeto de pesquerías y que requieren programas de
protección:
Almeja voladora (Euvola voqdesi)
Pepino de mar (Isostichopus fuscus)
Madre perla (Pinctada mazatlanica)
Concha nácar (Pteria sterna)
Tortugas marinas:
172
Laud (Dermochelys coriacea)
Carey (Eretmochelys imbricata)
Jabalina (Caretta caretta gigas)
Golfina (Lepidochelys olivacea)
Caguama prieta (Chelonia mydas)
La pesquería del abulón es multiespecífica, descansando básicamente en dos
especies (H. corrugata y H. fulgens), debido a que actualmente las poblaciones
de abulón negro (H. cracherodii), abulón rojo (H. rufenscens) y abulón chino (H.
sorenseni), que en el pasado se explotaron, se encuentran disminuidas.
Se han realizado numerosos estudios para establecer medidas regulatorias,
principalmente vedas, tallas mínimas de captura, métodos de capturas
autorizados y otras que en su conjunto se establecen en la NOM-005-PESC-
1993. Con posterioridad a las capturas abundantes de finales de los años
setenta, muchos expertos opinaron que el recurso se encontraba sobre-
explotado. Estudios recientes sugieren que las disminuciones en la biomasa
estimada en las evaluaciones de abulón de los litorales de la Reserva pueden
atribuirse por una parte a las relacionadas al cambio climático global y
principalmente al aumento de la pesca ilegal estimulada por el alto valor
comercial que ha alcanzado este recurso y a la poca vigilancia en la región; el
régimen actual de administración del recurso se determina con base en los
estudios y talleres que realizan conjuntamente el Instituto Nacional de la Pesca,
instituciones de investigación de la región, administración de pesquerías de la
SEMARNAP y los productores, y son estos últimos quienes han incursionado
en actividades de repoblamiento; por otra parte establecen entre sus
organizaciones, medidas adicionales a las oficiales además de fuertes
sanciones para sus productores que no acaten las disposiciones de manejo del
recurso.
Langosta (Panulirus spp.).
La pesquería de langosta en el caso de la zona pacífico norte ha logrado
conjuntamente con diferentes instituciones, importantes medidas regulatorias
gracias a la intensa labor de los productores, algunas de éstas medidas son: la
173
instalación de ventanillas de escape para evitar la manipulación de langosta de
talla sublegal, marcado y remarcado de langosta para determinar migraciones,
instalación de colectores de postlarvas para realizar pronósticos a futuro de la
pesquería, prohibición del calado de redes de enmalle en zonas langosteras,
todo lo anterior aunado a las medidas regulatorias establecidas en la NOM-
006-PESC-1994 ,han permitido que la pesquería se mantenga estable en los
últimos años.
En el caso de la Laguna de San Ignacio se desarrolla la pesquería por algunas
Sociedades Cooperativas de esa región quienes en términos generales
realizan la actividad en orden pero no en la magnitud y características de la
zona antes mencionada. Un caso particular se presenta en la Laguna Ojo de
Liebre en donde una Sociedad Cooperativa local ha explotado la langosta por
algunos años utilizando como arte de pesca redes de enmalle tipo trasmallo y
en la actualidad ya se utilizan trampas, lo que muestra la manera desordenada
en la que se ha dado esta actividad.
En el pasado, la pesquería de langosta tuvo su etapa más productiva, después
sufrió una caída drástica que a partir de mediados de los ochenta se revirtió en
una tendencia incrementándose los niveles de abundancia. Numerosos
especialistas han opinado (sobre todo después de la caída de la pesquería)
que el recurso se encontraba sobre-explotado. Sin embargo, trabajos recientes
sugieren que los factores extrínsecos a la pesquería explican al menos parte de
la variabilidad en la abundancia y que actualmente se encuentra estable sin
posibilidad de expansión.
Caracol Panocha (Astrea undosa y A. turbanica).
La explotación de este recurso se da de manera ribereña artesanal a escala
comercial únicamente en la costa occidental de la Reserva por Sociedades
Cooperativas de la Pacífico Norte ocupando el tercer lugar en volumen de
captura y derrama económica después de las de abulón y langosta.
Esta pesquería considera a dos especies: Astrea undosa y A. turbanica, esta
última es más abundante en la zona de Isla Natividad. Al igual que en el abulón
y langosta la administración del recurso se realiza conjuntamente con las
instancias de SEMARNAP y los productores. Este recurso en el pasado se
174
utilizaba únicamente como cebo para la captura de langosta y para consumo
de las comunidades de pescadores.
Actualmente como consecuencia de la disminución en el esfuerzo pesquero en
la captura de abulón esta pesquería se ha desarrollado al grado que el
producto final enlatado está incursionando en los mercados internacionales con
éxito. Se han puesto en marcha medidas regulatorias provisionales como una
talla mínima y un periodo de veda propuestos, así como la prohibición del
desconchado abordo de las embarcaciones, sin que hasta el momento cuente
con reglamentación.
Callo de Hacha (Pinna rugosa y Atrina maura).
Estas especies se han sometido a grandes esfuerzos de explotación desde
hace más de 20 años, por su fuerte demanda a escala nacional y local en
ambas costas de la Reserva. En los últimos cinco años la extracción ha
quedado limitada dentro de la Reserva a las lagunas Ojo de Liebre y San
Ignacio. Debido a que no cuenta con reglamentación, se han adoptado
medidas provisionales en cuanto a talla mínima y cuotas de captura.
La explotación de este recurso se ha restringido por retraso en la expedición de
permisos, ya que cuando éstos se emiten se encuentra alta mortalidad de
ejemplares de la tallas mayores a la mínima y se han presentado algunos
casos en la Laguna Ojo de Liebre en el que el músculo abductor se encuentra
manchado perdiendo con ésto su valor. Se desconoce el estado del recurso
dentro de la Reserva. Se recomienda su protección debido a que es
sumamente vulnerable.
Almeja Pismo (Tivela stultorum).
El área de explotación de esta especie en la región es la costa occidental de la
Reserva. El recurso tiene gran aceptación en el Estado de Baja California y en
el mercado americano, lo que ha propiciado su explotación desde hace más de
20 años. La explotación de este recurso la realizan sociedades cooperativas de
producción pesquera desde Bahía Tortugas hasta el estero El Dátil. A pesar de
que se encuentra dentro de la NOM-059-ECOL-1994 bajo la categoría de
protección especial, no cuenta con medidas regulatorias oficiales para su
captura. Se han adoptado medidas provisionales en cuanto a la talla mínima y
175
cuotas de captura y en algunos casos época de veda, lo que ha propiciado que
en los últimos años los volúmenes de captura se hayan mantenido estables. Su
explotación se realiza por bajamar y buceo semiautónomo hasta una
profundidad de 11 metros. En la región de la Laguna San Ignacio se captura el
85% de la producción total del Estado.
Almeja Mano de León (Lyropecten subnudosus).
Esta pesquería es muy importante para los pescadores de Guerrero Negro por
los volúmenes de captura, ya que genera una gran derrama económica. La
única zona de extracción a nivel comercial está en la Laguna Ojo de Liebre.
Este recurso presenta fluctuaciones en su abundancia. En el pasado la pesca
furtiva llevó a esta especie a niveles muy bajos de abundancia, en los últimos
años se consideran recuperadas sus poblaciones. Debido a que no cuenta con
NOM, se han adoptado medidas regulatorias provisionales propuestas en
cuanto a talla mínima y cuotas de captura, según los dictámenes de las
evaluaciones del INP.
Almeja Catarina (Argopecten ventricosus)
El caso de esta pesquería es sumamente particular, los hábitos de la especie y
el método de explotación hacen difícil implementar técnicas de manejo del
recurso. La pesquería se ha desarrollado, en diferentes épocas, en
prácticamente todos los sistemas lagunares importantes del Estado, desde los
tropicales en la costa oriental hasta los templados de la occidental, incluyendo
los presentes en ambas costas de la Reserva.
Aunque los niveles de extracción han variado en órdenes de magnitud, en
ningún caso la actividad se ha podido mantener en una área por un período de
tiempo prolongado, la pesquería se desplaza de una bahía a otra, pues
abandonan las zonas de explotación cuando el nivel de abundancia la hacen
inviable como actividad económica. A pesar de lo anterior, las poblaciones no
tienden a recuperar sus niveles de abundancia con posterioridad al cese de la
explotación. Algunos especialistas opinan que el modelo de explotación
corresponde a uno de exterminio, aunque al menos para algunos casos ello
parece difícil, por lo inviable de explotar el recurso cuando los niveles de
abundancia son bajos. Por otra parte, a la fecha no hay una explicación
176
satisfactoria sobre el por qué las poblaciones se desarrollan de manera
explosiva en cuerpos costeros alejados entre sí y los pocos casos en los que
los bancos no se han explotado parecen terminar en una mortalidad natural
masiva. La explotación de este recurso se encuentra normado según la NOM-
004-PESC-1993 que establece el compromiso de los productores para apoyar
programas para repoblar; entre otras disposiciones. Las cuotas de captura las
establece el INP a través de evaluaciones de biomasa de las áreas de pesca.
Camarón (Penneus sp.).
La pesquería se realiza en ambas costas de la Reserva, básicamente sobre
camarón café (P. californiensis) aunque también se presenta ocasionalmente la
captura de otras especies. Solo algunas Sociedades Cooperativas de
Producción Pesquera de la Zona Pacífico Norte cuentan con barcos para
desarrollar esta actividad en altamar; generalmente son barcos que provienen
de otras localidades del Estado y de estados vecinos como Sonora y Sinaloa
los que en los meses de noviembre y diciembre capturan camarón de altamar
en el litoral occidental de la Reserva. En cuanto a la captura de camarón en las
lagunas de la Reserva solo se realiza en los esteros El Dátil, El Delgadito y el
cuerpo principal de la Laguna San Ignacio de manera incipiente sin que
represente una pesquería importante. Existe la inquietud de algunos
pescadores por incursionar en la pesca dentro del estero El Cardón y las
lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio. Por la naturaleza de este recurso
difícilmente puede llegar a situaciones peligrosas en términos de la
permanencia de la especie. Así mismo, los barcos camaroneros foráneos
generan un impacto negativo a la economía en las pesquerías de langosta, ya
que arrastran las trampas de las cooperativas locales, por lo que éstas
demandan el cese de esta actividad dentro de la franja de 5 km a lo largo del
litoral considerada como zona de amortiguamiento.
Pesquerías Masivas:
Sardina (Sardinops caeuruleus, Ophistonema spp.) Anchoveta (Engraulis
mordax).
Estos recursos en su conjunto representan recursos importantes para el país,
ha sido objeto de un esfuerzo de investigación considerable desde hace ya
177
varias décadas, estas especies sostienen la pesquería y se explotan en ambas
costas desde hace varios años, aunque no por los pobladores ya que no se
cuenta con la infraestructura pesquera y portuaria; sin embargo es de
suponerse que en el futuro sean recursos potenciales para las comunidades.
No existe un consenso respecto a los factores que determinan la abundancia y
disponibilidad de estos recursos. Hasta la fecha, las medidas regulatorias no
parecen tener efectos sobre los niveles de captura y se han publicado
diferentes trabajos en el sentido de que los factores climáticos pueden jugar un
papel fundamental. Las poblaciones de la costa occidental se han explotado
sólo de manera incipiente, aunque algunos opinan que en la actualidad podrían
sostener niveles de explotación considerables. Debido a la naturaleza
migratoria de estas especies que presentan fluctuaciones importantes se
dificulta el establecimiento de un esquema de manejo.
Calamar Gigante (Dosidicus gigas).
Actualmente este recurso es el más importante en la región, ya que en los
últimos años se han incrementado sus volúmenes de captura. Debido a que
esta pesquería se presenta de manera ocasional se adoptan medidas de
regulación de carácter provisional. Es necesario implementar un plan de
manejo especial para este recurso ya que cuando se presentan grandes
bancos, el recurso es aprovechado acarreando consigo una serie de problemas
de ordenamiento y regulación tanto en la captura como en el control de la
industria de procesamiento por que no se aprovecha integralmente.
Debido a sus fluctuaciones, la elevada mortalidad natural y su tendencia a
concentrarse en áreas cercanas a la costa hacen que sea altamente inestable.
Atún (Thunnus albacares y Katswonus pelamis y Sarda chiliensis).
Esta pesquería es de naturaleza netamente tropical y de mar abierto, ocurre de
manera ocasional en la costa occidental y solo se aprovecha por pescadores
ribereños a baja escala con el uso de embarcaciones menores; sin embargo,
representa un recurso potencial para el futuro desarrollo de la pesca de
mediana altura por los residentes de la Reserva. La situación actual del recurso
en términos de la abundancia y disponibilidad de las poblaciones es buena.
Recursos potenciales.
178
Sargazos (Macrocystis pirifera) y algas (Gelidium robustum, Gigartina sp,
Euchema sp. y Gracilaria chilensis).
En la actualidad no se explota Macrocystis pirifera, pero se espera que la
explotación en el futuro la realicen las cooperativas de la región, ya que ellos
han solicitado este recurso como extensión de concesión. Las estimaciones
preliminares indican que el recurso actualmente se encuentra subexplotado,
existe una demanda insatisfecha ya que se utiliza para la extracción de
alginatos.
Existen otras macroalgas presentes en la zona y hasta ahora muy poco
explotadas como Gelidium robustum, Gigartina sp., Euchema sp. y Gracilaria
chilensis que tienen gran demanda y que en la actualidad son explotadas en
mayor proporción por productores que no son residentes.
Langostilla (Pleuroncodes planipes).
Esta especie presenta poblaciones extremadamente abundantes y muy
accesibles a ciertas artes de pesca. Se ha considerado el recurso potencial
más importante, y en la actualidad se ha avanzado en el desarrollo de
tecnologías para su aprovechamiento.
Pesquerías Ribereñas.
Se incluyen dentro de esta categoría a un gran número de especies, que se
explotan a baja escala por las poblaciones ribereñas como pata de mula,
almeja chocolata, jaiba, pulpo, caracol burro y caracol chino. También se
contemplan dentro de esta descripción a las pesquerías de escama y tiburón
en general, que en algunos casos presentan volúmenes importantes de
captura. Debido a que no se llevan registros adecuados, se desconoce el
estado actual de la mayoría de estos recursos lo que dificulta la determinación
de las abundancias, la regulación de los niveles de explotación y las
actividades de investigación sobre los factores que determinan los cambios en
la disponibilidad de los mismos.
Las pesquerías artesanales juegan un importante papel en la actividad del
sector pesquero, no tanto en términos de generación de riqueza sino por
179
proveer a un buen número de pescadores de los ingresos necesarios para el
mantenimiento de sus familias, por ello, el papel social que estas pesquerías
desempeñan, hace indispensable asegurar su uso sostenido y responsable.
La pesca artesanal se ha mantenido bajo esquemas de explotación incipientes;
por lo que se puede suponer que en la mayoría de los casos los recursos se
encuentren subutilizados. Sin embargo, la falta de información adecuada
impide establecer ésto con mayor seguridad. Por otra parte, son recursos que
han recibido comparativamente un esfuerzo de investigación
considerablemente menor que los mencionados en los apartados anteriores; no
cuentan con NOM y se desconocen prácticamente todos los aspectos
biológicos básicos de la mayoría de ellos.
Almeja Chocolata (Megapitaria spp.)
Este recurso se explota a baja escala y se sabe que es un recurso potencial en
las lagunas Guerrero Negro y Ojo de Liebre y solo se conocen algunos
aspectos de su biología; se explota en temporada de veda de recursos de
mayor valor, aunque existe abundancia susceptible de aprovechamiento su
rentabilidad es baja por la falta de mercado por lo que los pescadores dejan de
explotarlo cuando el recurso se encuentra lejos de ser sobre-explotado.
Jaiba (Callinectes spp.).
Este recurso se explota a baja escala en las lagunas y esteros durante el
verano, de manera incipiente en el caso de Laguna Ojo de Liebre y en Laguna
de San Ignacio. Actualmente se explota de manera importante por Sociedades
Cooperativas y algunos permisionarios. Se desconoce su estado actual y se
estima un potencial importante.
Pulpo (Octopus spp.).
Se captura en ambas costas. Debido a que no se cuenta con NOM presenta
problemas en la determinación del método de pesca a utilizar y en la mayoría
de los casos se captura por buceo a diferentes escalas, se desconoce su
estado actual.
180
Pata de Mula (Anadara tuberculosa).
La captura de este recurso se realiza a baja escala por los pescadores de los
complejos lagunares Ojo de Liebre y San Ignacio en periodos de veda de otros
recursos de mayor rentabilidad presentes en el área; se estima un potencial
importante pero su baja rentabilidad no propicia su aprovechamiento.
Caracol Burro (Strombus galeatus) y Caracol Chino (Muricanthus nigritus y
Hexaplex erythrostomus).
Explotado en la costa oriental, en el caso del caracol chino se conocen algunos
aspectos de su biología, mientras que para caracol burro se desconoce el
estado actual del recurso. Por su demanda relativamente alta y por el tiempo
que la pesquería ha operado (más de 20 años), es de suponerse que se
explota de manera intensiva o cercana a esta modalidad; se desconoce la
situación actual del recurso.
Recursos que fueron objeto de pesquerías y que requieren programas de
recuperación.
Almeja Voladora (Euvola voqdesi).
Esta especie se explotó en grandes volúmenes en el pasado, en la costa
oriental y en menor proporción en la costa occidental. Sus hábitos y las
características de la pesquería son similares a los de la almeja catarina,
aunque en el pasado la pesquería ha operado relativamente poco sobre este
recurso debido a la disminución drástica de sus poblaciones; se han detectado
bancos importantes de este recurso en la costa oriental de la Reserva a
profundidades mayores a los 50 metros de profundidad lo que la hace
inaccesible con los métodos de buceo tradicionales por lo que no representa
una pesquería importante. Se desconoce su situación actual.
Pepino de Mar (Isostichopus fuscus y Parastichopus parvimensis).
El Isostichopus fuscus se capturó en el litoral oriental, aunque esta actividad
estuvo condicionada a ciertas áreas evaluadas donde se dio de manera muy
desordenada, lo que provocó una disminución drástica de las poblaciones
silvestres. Como resultado de esa sobre-explotación se incluyó en la NOM-059-
181
ECOL-1994 bajo la categoría de peligro de extinción y consecuentemente se
encuentra en veda permanente.
Para la especie Parastichopus parvimensis no se han autorizado permisos de
pesca por desconocer su distribución; sin embargo se sabe que al amparo de
permisos para la captura de I. fuscus también se capturó esta especie
llevándola al peligro de extinción. Se tiene conocimiento que la pesca de
ambas especies de pepino de mar se sigue realizando de manera ilegal en la
costa oriental.
Madre Perla (Pinctada mazatlanica) y Concha Nácar (Pteria sterna).
Durante las primeras décadas de este siglo, estos recursos fueron una
pesquería fundamental para el desarrollo de las comunidades de la costa
oriental del Estado. La madre perla sostuvo una actividad económica
fundamental a la par de la concha nácar; la primera se llegó a explotar a gran
escala tanto por las perlas (de muy alto valor comercial), y ambas por la
concha, que se utilizó en la elaboración de botones y el callo apreciado para
consumo humano. En la actualidad, ésta pesquería como actividad económica
ha desaparecido completamente, aunque el alto valor comercial (por lo tanto el
aliciente para la explotación) se mantiene. La madre perla se encuentra en
veda permanente desde hace cerca de 20 años, mientras la concha nácar se
encuentra en veda permanente desde hace cerca de 10 años pesé a lo cual las
poblaciones naturales no han recuperado los niveles de abundancia originales.
Es difícil la recuperación total de estos recursos, puesto que en el momento en
que se presenten abundancias, incluso moderadas, habría una presión social
para reiniciar la explotación; por otra parte, alentaría las posibles acciones de
pesca ilegal. No existen estimaciones de los niveles de abundancia actuales en
la zona.
Tortugas marinas: laud (Dermochelys coriacea), carey (Eretmochelys
imbricata), jabalina (Caretta caretta gigas), golfina (Lepidochelys olivacea) y
caguama prieta (Chelonia mydas).
Las tortugas marinas han sido objeto de pesquería hasta la fecha, con mayor
incidencia en los cuerpos lagunares de la Reserva, pese a que se encuentran
en peligro de extinción en la NOM- ECOL-059; (CITES Apéndice. I), por ende
182
se encuentra en veda permanente. A pesar de ser poco abundante, no es raro
encontrar que las tortugas marinas se siguen consumiendo de manera
clandestina debido a que no hay especie que pueda servir como producto
alternativo para este mercado sumamente selectivo; a pesar de que con motivo
de la prohibición muchos establecimientos comerciales han ofrecido como
sustituto mantarraya preparada según la receta tradicional de la tortuga. Otro
factor es la baja capacidad de las especies para incrementar sus niveles de
abundancia lo que nos presenta un gran reto para recuperar la abundancia del
pasado.
Áreas de Protección (Mapa I.20)
Por último son dignos de mención las lagunas Ojo de Liebre y Guerrero Negro,
decretadas zonas de protección y refugio para sus aves y la famosa ballena
gris que año con año hace un viaje desde el mar de Bering hasta estas lagunas
para dar a luz a sus ballenatos. (Simposio sobre la Ballena Gris. 1977 Guerrero
Negro B.C.S).
En enero de 1971 se decreta como Zona de Refugio para Ballenas y Ballenatos
a las aguas de la Laguna Ojo de Liebre, en septiembre del mismo año las
lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio se decretaron como Zonas de Refugio de
Aves Migratorias y de Fauna Silvestre. En marzo de 1980 este decreto fue
modificado y se incluyeron las lagunas Manuela y Guerrero Negro.
La afluencia y congregación de ballenas en la Laguna San Ignacio, al sur del
municipio de Mulegé, motivó a que en julio de 1979 se decretara como Refugio
de Ballenas y Zona de Atracción Turística Marítima.
En 1984 la Dirección de Parques y Áreas Naturales Protegidas de la Secretaría
de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) incorporó al Vizcaíno como una
meta dentro del Programa Nacional de Ecología de 1984-1988. Sobre esta
base la Delegación de SEDUE en Baja California Sur elaboró una propuesta de
reserva de 1.5 millones de hectáreas, siendo la Costa Occidental el área a
conservar y con la cual la zona de distribución del berrendo quedaría protegida.
En 1986 se modifica esta propuesta y se amplía su extensión con el fin de
incluir la zona de las pinturas rupestres y petroglifos en la Sierra de San
Francisco, las zonas de distribución del borrego cimarrón, así como el poblado
183
de Santa Rosalía por su importancia arquitectónica y el litoral del Mar de
Cortés. Por decreto presidencial, el 30 de noviembre de 1988 se declara la
Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno” (REBIVI) y se publica en el Diario Oficial
de la Federación.
Posteriormente en 1993 el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO,
inscribió a las “Pinturas Rupestres de la Sierra de San Francisco” y como
“Refugio de Ballenas en las Lagunas del Vizcaíno” a las lagunas Ojo de Liebre
y San Ignacio, por su valor excepcional y universal como sitios cultural y
natural, respectivamente, que deben ser protegidos para el beneficio de la
humanidad. La REBIVI se localiza en el extremo norte del Estado de Baja
California Sur dentro de los límites políticos del municipio de Mulegé. Se limita
al norte por el paralelo 28 que divide los estados de Baja California Sur y Baja
California; por la costa occidental el Océano Pacífico, desde la Laguna
Guerrero Negro, hasta el remate del estero El Dátil, por la costa oriental desde
el paralelo 28 hasta Santa Rosalía; al sureste la frontera es irregular y va de
este a oeste por la carretera transpeninsular y luego pasa por la Laguna San
Ignacio y la Barra San Juan. La descripción exacta de la poligonal de la
Reserva se encuentran en el Diario Oficial de la Federación donde se publicó
su decreto (30 de noviembre de 1988).
La Reserva comprende 2 546 790 -25-00 hectáreas de las cuales 2 183 351 -
37-50 hectáreas son zona de amortiguamiento y 363 438 -87-00 hectáreas se
encuentran como zonas núcleo. Cabe mencionar que la Reserva incluye 5 km.
de franja costera de “Mar Territorial” de ambas costas con el fin de incluir la
ruta migratoria de la ballena gris, las islas y los diferentes recursos pesqueros
existentes.
En cuanto a las Reservas de la Biosfera, estas deben ser protegidas,
principalmente en sus zonas núcleo.
El paisaje constiuye un potencial importante en el Estado, aprovechable para
fines turísticos. Este debe ser preservado, regulando las presiones de
población que pueden afectar el paisaje como es el caso del litoral de Los
Cabos.
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Derivado de la zonificación ecológica y de las unidades de paisaje se
desprende la importancia de proteger extensas zonas, como es el caso de la
Sierra de La Laguna, la Laguna de San Ignacio, la Laguna Ojo de Liebre, la
Sierra de San Francisco, la Bahía de Concepción y en general toda la franja
costera, sobre todo en el litoral del Golfo de California.
En cuanto a la potencialidad del medio, el principal a desarrollar es el potencial
de pesca y acuacultura. Los recursos naturales son muy extensos y las
posibilidades de comercialización muy atractivas.
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