museo provincial de leÓn alejandro de la sota · forma en una sala más de exposición. puede...
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125FUNDAMENTOS DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO
MUSEO PROVINCIAL DE LEÓNAlejandro de la Sota
Un museo es un gran almacén de cosas buenísimas que se permite sea visitado.
Su existencia es un hecho antinatural: nada ha sido creado para almacenarse.
Otro asunto. Hoy han aumentado en mucho los temas de readaptación de edifi-
cios. Es corriente que un viejo gran hospital o un antiguo cuartel se destinen a
centros culturales. Un nuevo Museo de Arte Contemporáneo puede ser destina-
do a sede política, mientras que otro Ministerio se traslada a un edificio banca-
rio. Antes fue un Instituto de Investigaciones Agronómicas el que albergó a la
Presidencia, que parece que ahora podrá pasar a un edificio también bancario,
que no lo era. Todo está ya sucediendo en Madrid. El eclecticismo arquitectónico
parece obligado a nuestros proyectos, y parece también obligado a un mayor
sosiego en nuestras ocupaciones y desocupaciones.
En León, el señor obispo pasa el viejo edificio de Correos y Telégrafos, y el
Museo Provincial al Palacio del Episcopado.
Volviendo al tema. El museo-almacén es un edificio que, como todos los alma-
cenes, existe sólo de manera intrínseca en lo guardado. Refleja cierta tristeza
muchas horas del día y todas las de la noche: «Abierto de 10 a 2 y de 5 a 8». Las
horas de apertura se relacionan naturalmente con la obligada vigilancia.
Podría, debería, ser envuelto el museo-almacén con dependencias más alegres y
de uso más permanente: bibliotecas, escuelas de restauración, oficinas de infor-
mación y turismo, bar, club, salón de conferencias, etc., que, fuera de las horas
de visita del museo, seguirían dando vida al edificio que lo envuelve.
126 II. VIAJES CUATRO CUADERNOS. APUNTES DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO
Crearía el conjunto, un punto vital de movimiento de personas interesadas por
temas próximos a las artes y sería un complemento al gran foco que en León
representa la Catedral. Todo es posible en León.
El museo-almacén exige una forma natural de contenedor regular. La forma
regular admite la plenitud de gran espacio único y un montón de subdivisiones
para minimizar los espacios de exposición. Nuestro contenedor es un cubo
aislado dentro del edificio actual, después de haber vaciado su interior. Total
hermetismo defendido del robo, incendio…
Este cubo tiene sus grandes graderíos-estanterías (plantas), abiertas al gran patio
interior de gran iluminación cenital. Las plantas graderíos-estanterías podrán rom-
perse con pequeños agujeros salteados en sus forjados para exposición de obras
de arte de mayores alturas y también para lograr puntos de vista más atractivos.
La más baja de las plantas tiene una abertura central sobre ella que la trans-
forma en una sala más de exposición. Puede hacerse una planta más en la cota
-8,13, para aumentar metros de almacenes. Las plantas-gradas están en cotas
alternativas, respecto a las del edificio existente, logrando así un sugestivo juego
de alturas. Las entradas al container-museo son pequeñas y situadas de forma
que se establezcan itinerarios lógicos. El servicio de movimiento de objetos de
exposición fuera-dentro del museo, se establece por escaleras y montacargas,
desde el exterior del cubo, con zona y muelle de descarga.
Un gran ventanal-museo-pasos-zona de exposiciones temporales logra la comu-
nicación y unión visual necesaria entre el museo y el resto del edificio. Este resto
es importantísimo.
Volviendo al tema de la remodelación; se derriba la mayor parte del interior,
en mal estado de conservación, casi en ruina, aparte del total desorden. Se con-
servan las crujías exteriores de la edificación actual y se limpian las divisiones
interiores. Se construye una nueva planta sobre ellas.
Las crujías se conservan, después de saneados sus muros, se estructuran con
pórticos metálicos embebidos sus pilares en el grueso de estos muros, forjados
con independencia para conservar algunos artesonados existentes.
El nuevo ático tendrá un largo y corrido mirador bajo el alero, que nos permitirá
contemplar la fachada sur de la catedral en todo su esplendor. Un descubrimien-
to. En la parte hacia el patio, el Sur, magnífica solana de descanso.
Entendiendo la arquitectura, hoy, sin forma, así sería donde se proyecte. No ha
de ser distinto en el caso de que sea añadido a algo existente. Ha de cuidarse
primero en sí misma y luego, en el posible rechazo que pudiera producir la
introducción en un medio que existe de un cuerpo extraño. El cuidar de este
posible rechazo es la atractiva aventura.
1984.
127MUSEO PROVINCIAL DE LEÓN
ALGUNAS IDEAS EXTERNAS QUE AYUDAN A CONSTRUIR UNA NARRACIÓN.
Luis Tejedor.
Para una clase de Fundamentos de Arquitectura y Patrimonio en la Escuela de Sevilla
acerca del proyecto del Museo Arqueológico de León, del arquitecto Alejandro de la
Sota (1984):
1. «La palabra patrimonio, cara al viejo corazón de la Francia balzaciana y ahorrativa,
crea la impresión de algo insólito, sustancioso, capitalizable (mientras que los italianos
decimos bienes culturales, expresión carente de cualquier connotación de concreción
y posesión); tal vez sólo el reflejo del interés material puede contrabalancear la ten-
dencia a cumplir el gesto instintivo del hombre contemporáneo: el gesto de arrojar a
la basura».
(De «El patrimonio de los dragones», Italo Calvino, en Colección de arena, 1980).
2. «Ni al pasado, ni al futuro, solo puede dársele forma al presente. Solo esta arquitec-
tura puede crear […]».
(De «Bürohaus», Ludwig Mies van der Rohe, en la revista G, nº.1, 1923).
3. La actualidad creadora de Giotto en los frescos de la Basílica de Asís, según la percep-
ción contemporánea de Bill Viola. Croquis del autor.
128 II. VIAJES CUATRO CUADERNOS. APUNTES DE ARQUITECTURA Y PATRIMONIO
4. «En todos los países el arte de construir según la regla ha nacido de un germen pre-
existente. Para todo es necesario un antecedente; nada, de ningún género, sale de la
nada».
(De Dictionnarie d’Architecture, Antoine Chrisostome Quatremère de Quincy, 1792).
5. «Las construcciones humanas también tienen el deber de preservar el pasado y dar-
nos la posibilidad de experimentar y vislumbrar el continuo de la cultura y la tradición.
No existimos solamente en una realidad material y espacial, también habitamos reali-
dades culturales, mentales y temporales. La arquitectura es esencialmente una forma
de arte de la reconciliación y la mediación, y, además de situarnos en el espacio y en
un lugar, los paisajes y los edificios articulan nuestras experiencias de la duración y del
tiempo entre los polos del pasado y del futuro. De hecho, junto a todo el legado literario
y artístico, los paisajes y los edificios constituyen las exteriorizaciones de la memoria
humana más importantes [...]».
(De «Espacio, memoria e imaginación. La dimensión temporal del espacio existencial»,
Juhani Pallasmaa, en Una arquitectura de la humildad, 2008).
6. «Hay actualmente una gran confusión al referirse al progreso de la arquitectura,
cuando se debería hablar del progreso de la tecnología.
La arquitectura en realidad no progresa: es absurdo pensar que la mejor arquitectura
actual es más idónea para cumplir su cometido que la del siglo V a. C. o la de Luis XIV,
en sus épocas respectivas.
También se falta a la verdad al afirmar que ciertas arquitecturas actuales significan un
progreso para la tecnología constructiva:
Lo fue en 1436 la terminación de la cúpula de Santa Maria del Fiore en Florencia.
Lo fue en 1964 el Pabellón Educar y Crear de Max Bill en Lausana.
En algunos casos recientes, hablar de ese progreso es confundir el alcanzar el polo sur
con el beberse una botella de coñac por una apuesta».
(Cita del 12 de febrero de 2004, Carlos Puente, en Idas y vueltas).
7. «Una obra no resuelve nada, así como el trabajo de una generación no resuelve nada.
Los hijos —el mañana— vuelven a empezar siempre e ignoran alegremente a los pa-
dres, a lo ya hecho [...]».
«Es más aceptable el odio, la rebelión contra el pasado que esta beata ignorancia. La
bondad de las épocas antiguas era su constitución, en la cual siempre se miraba al pasa-
do. Este es el secreto de su inagotable plenitud. Porque la riqueza de una obra —de una
generación— está dada siempre por la cantidad de pasado que contiene».
(El oficio de vivir, Cesare Pavese. Citado en Idas y vueltas, de Carlos Puente).
8. «La restauración de monumentos, como el fútbol, como el amor, es un juego de con-
tacto. Pero al igual que en esos juegos, debe conocerse cuál es el límite que los convierte
en agresión o violación. Ante la duda razonable sobre la capacidad y la sensibilidad de
muchos arquitectos, el mundo está lleno de normativas, de comisiones...».
(Cita del 10 de diciembre de 2004, Carlos Puente, Idas y Vueltas).
9. «Creo que hacer arquitectura es sencillo. No así poder hacerla».
(De la nota biográfica de Carlos Puente en Idas y vueltas).
Museo para una pequeña ciudad, Mies van der Rohe, 1940-1943.
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