museo de bellas artes de gran canaria. memoria...
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MUSEO DE BELLAS ARTES DE GRAN CANARIA.
MEMORIA MUSEOGRÁFICA.
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La arquitectura que se ha separado del arte reivindica el derecho a ser
obra de arte autónoma. En el museo culmina este conflicto…
El museo es en potencia la obra de arte global del siglo XX. Cumple esta
pretensión a medida que logra unir las reivindicaciones espaciales de la
arquitectura con aquellas del arte.
Johannes Cladders.
La parte esencial de un museo son, sin duda, sus colecciones, pero
también su arquitectura. En él interactúan la teoría y la práctica de la
arquitectura, los contenidos de las artes plásticas y los cambios museográficos,
en un contexto cambiante en el que se relacionan factores sociales, culturales
e ideológicos. Las transformaciones conceptuales del museo han tenido su
traducción arquitectónica a lo largo de los siglos de existencia de esta
institución y aún hoy en día continúan. El paso del museo clásico a un museo
mucho más abierto a la ciudadanía que lo rodea y que ha de ser sujeto tanto
pasivo como activo del mismo, ha supuesto cambios importantes que suscitan
nuevos modelos arquitectónicos más dinámicos, flexibles y abiertos al entorno
que los rodea, formando parte de la ciudad y la sociedad en la que se
integran.
Además el museo, que ya en su origen se erigió con vocación de
monumento urbano, en el museo de hoy en día, el museo de la
posmodernidad, vuelve, tras el alejamiento al que le llevó el Movimiento
Moderno, a su papel urbanita asumiendo un elevado componente simbólico.
Los nuevos museos se constituyen como piezas clave de recuperación y
revitalización de los centros históricos. Por tanto, a la vez que se recuperan
distintos elementos de la trama se busca una integración funcional, social y
económica de estas zonas urbanas, desarrollándose nuevos conceptos dentro
de la disciplina. En ella el museo juega papel esencial como reestructurador
de su entorno en una triple vertiente; la cultural, por las funciones introducidas,
la física, por la reestructuración de la trama urbana y por último de la
socioeconómica, por la regeneración humana y funcional a la que se aspira.
La economía urbana del siglo XXI está basada en la información, la
transformación y la circulación, y en ella el conocimiento y la creatividad son
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esenciales para el desarrollo de un ambiente de innovación tanto científica
como artística, fundamental para el progreso de las ciudades. Pero no sólo
han de fomentarse estos centros, sino que se ha de buscar su relación con el
tejido social que lo rodea de modo que no sean sólo promotores culturales sino
también sociales, turísticos y económicos. Por ello, es importante la creación
de una red cultural en la ciudad en el que se entretejan los diferentes aspectos
culturales y sociales de la ciudad en su totalidad, en la que lo académico, lo
cultural y el ocio convivan y presenten un panorama rico y enriquecedor para
sus ciudadanos, que es y debe ser el fin último al que deben estar supeditados.
La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria ha desarrollado en las últimas
décadas una red cultural a lo largo de todo su tejido urbano que se enfatiza
aún más en la desembocadura del Guiniguada, en la que se sitúa el conjunto
cultural más importante del archipiélago canario. En ella se interrelacionan
dentro del mismo instituciones tanto académicas (como el Rectorado de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Escuela de Actores de
Canarias, la Escuela de Arte Superior de Diseño de Gran Canaria,
Conservatorio Superior de Canarias) como museísticas (Salas de exposiciones
de la Fundación Maphre, Museo Canario, Fundación Juan Negrín, Museo
Diocesano de Arte Sacro, Casa de Colón, CAAM, Casa-Museo Pérez Galdós,
Museo Domingo Rivero). Además de estas instituciones, se encuentran también
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en esa red un conjunto de galerías (Galería Vegueta, Galería Saro León,
Galería Manuel Ojeda), teatros (Teatro Guiniguada, Multicines Monopol, Teatro
Pérez Galdós) y bibliotecas (Biblioteca Insular, Biblioteca Pública del Estado)
que acrecientan y amplían la interconexión entre ellas y los ciudadanos que
han de ser participes tanto activos como pasivos de las mismas.
En esta red, el futuro Museo de Bellas Artes de Gran Canaria se enmarca
en el sector oeste, junto al Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran
Canaria. Su creación supone el surgimiento de un nuevo punto de referencia
en el mapa de la ciudad, que crece como foco cultural. Tal y como se
establece en las bases de este concurso de ideas, el museo surge con “la
misión de adquirir conservar, estudiar, exponer y difundir el patrimonio material
e inmaterial que conforma la historia del arte en Canarias y específicamente
en Gran Canaria” y nosotros hemos entendido estas funciones no sólo como
museo, sino como un foco cultural dinamizador del espacio público en el que
se sitúa, no sólo como emisor sino también como receptor de inquietudes e
ideas de la ciudadanía a la que la institución debe servir.
La situación del Hospital de San Martín, edificio en el que se crea este
museo, en un zona en la que convergen cuatro grandes áreas del casco
histórico de la ciudad (Vegueta, San José, San Juan y la orilla Sur del
Guiniguada), hace que estas tesis sobre el tejido cultural de la ciudad y su
interrelación tomen más fuerza. Por tanto, en el proyecto arquitectónico que
hemos llevado a cabo, la interrelación de los espacios tanto públicos como
privados (el propio museo) ha sido una prioridad, buscando la creación no
sólo de un edificio en el que la colección artística pudiera mostrarse y
estudiarse de una adecuada forma, sino también un punto de encuentro y un
foco de nuevas ideas dentro de la ciudad.
La concepción del espacio del museo, tanto en su discurso museográfico
como en su consecuente concepción arquitectónica, ha sido la creación de
un itinerario, un recorrido y un paseo que integrara de una forma lo más
transparente posible las realidades dentro-fuera del museo, concibiéndolo no
como una estancia, un receptáculo o un lugar de llegada, sino como parte
del recorrido cultural y social que ofrece la ciudad, buscando la continuidad
de la visita por los distintos espacios tanto del interior del museo como de fuera
del mismo. La cercanía del Rectorado de la Universidad de las Palmas junto
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con la Casa del Estudiante, ambos lugares importantes de encuentro para los
estudiantes, han hecho que la permeabilidad de los ambientes, y la creación
de zonas públicas en el museo hayan sido una prioridad, buscando siempre
una institución sin ruptura con lo y los que le rodean.
Si esta concepción es la que se ha seguido en el proceso de creación
arquitectónica, de igual modo se ha querido continuar con ello en el interior
del museo. El discurso museográfico que hemos desarrollado se ha basado
fundamentalmente en la continuidad del mismo, interrelacionando los distintos
espacios, estructuras y ambientes con los que cuenta el museo, antiguo-
nuevo, dentro-fuera. Hemos querido que el discurso artístico del museo sea el
hilo conductor entre los distintos espacios que lo componen, pues sin duda es
el arte uno de los elementos que unen épocas, espacios, ideas y sobre todo
personas.
Los museos de verdad son los sitios en los que el tiempo se transforma en
espacio.
Orhan Pamuk.
La creación del Museo de Bellas Artes de Gran Canaria supone, desde el
punto de vista de la institución, el surgimiento de un nuevo centro de
investigación, estudio, exposición y disfrute de las colecciones de arte insulares,
colecciones de arte que unen el coleccionismo público del Cabildo de Gran
Canaria con otras colecciones privadas. Esta unión dota de una mayor
importancia al museo, uniendo distintas intenciones, gustos y puntos de vista
que favorecen una visión más global y completa de la institución y del arte
que esta alberga. Además, la naturaleza de su colección, cuyo arco
cronológico se amplía desde la incorporación de la isla a los circuitos
comerciales europeos con su incorporación a la historia europea a través de la
Corona de Castilla, hasta el siglo XXI, muestra las distintas manifestaciones
artísticas de la isla y su anexión a las diferentes corrientes artísticas que se han
sucedido en un lapso de tiempo tan amplio como el que se trata en este
museo.
En nuestra opinión, este museo aporta, dada la naturaleza de sus
colecciones tanto en su origen como en su cronología, nuevos puntos de vista
en la red cultural de la ciudad, conformándose como un punto más de enlace
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entre distintas instituciones como la Casa de Colón o el Centro Atlántico de
Arte Moderno y ofreciendo una visión complementaria. Es este sentido de
conexión entre los diversos momentos artísticos, distintas instituciones, diferentes
lugares y espacios lo que hemos querido enfatizar con el recorrido interior del
mismo. Pero al mismo tiempo, la transparencia y el carácter global del espacio
creado, es reflejo de la universalidad de la colección del museo, que en última
instancia responde a necesidades, anhelos y expresiones universales que el
arte, sea cual sea su origen y concepción, ha plasmado a través de los siglos y
aún hoy en día continúa haciendo.
Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.
Jorge Luis Borges.
De este modo, hemos considerado que el recorrido museográfico del
museo comienza antes incluso de acceder a las salas, con el acceso al patio-
plaza en la que se centrará el recorrido museográfico. El patio, con su
actividad, su paso, el transcurrir de la gente muestra lo cambiante y lo
contrapone a la conservación del pasado del museo, del mismo modo que lo
coloca en la sociedad en la que se inserta. Igualmente, la creación de un
espacio verde, con plantas y vida enfatiza aún más los cambios anteriores y
sobre todo relaciona el museo con lo que está más allá de la ciudad de Las
Palmas de Gran Canaria, con toda la isla; pues es indudable que el museo
trata de una realidad que afecta al conjunto de la isla y más allá al total del
archipiélago. Junto a ello, la biodiversidad de la isla que hemos querido
mostrar en el patio muestra las características especiales del lugar en el que se
han desarrollado estas manifestaciones artísticas que se encuentran en el
museo, y contextualiza enteramente el interior del mismo.
Se han respetado los bloques expuestos en las bases del concurso, ya que
hemos considerado que su estructuración responde a una evolución tanto
histórica como artística de la isla y a una integración de la misma en las
corrientes culturales. Por tanto, el discurso museográfico del museo se
estructura según el siguiente esquema:
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- Siglos XV-XIX. Importaciones artísticas.
- La caña de azúcar y el arte flamenco.
- Las importaciones italianas: Génova.
- Las importaciones indianas.
- Las importaciones peninsulares.
-Siglos XVIII-XIX. Obras y artistas insulares.
- La pintura canaria durante los siglos XVII y XVIII.
- La escultura canaria durante los siglos XVII y XVIII.
- La pintura en Canarias durante el siglo XIX.
- Platería, Artes Decorativas y Mobiliario.
-Siglos XX. Modernidad y Vanguardia.
- Simbolismo, Postimpresionismo y Modernismo.
- Indigenismo y Surrealismo.
- Informalismo y Abstracción.
- Arte Conceptual.
- La Generación de los Setenta.
- Neoexpresionismo y Transvanguardia.
- Pintura Relativa.
- Fotografía, Cine, Video y nuevos soportes.
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La visita al interior empezará desde la plaza-jardín, atravesando el muro
permeable del museo y accediendo al hall principal en el que se encontrarían
la entrada, junto a las taquillas y los elementos esenciales para el control y
acceso de los visitantes a las salas del museo, así como seguridad (planta
baja). Sin embargo, siguiendo esta connotación de museo y tránsito de las que
hemos querido dotar al discurso, el discurso museográfico del museo daría
comienzo en la planta superior (planta 3) del nuevo espacio museístico, del
que partiría la exposición del bloque dedicado a las importaciones artísticas.
La elevación del visitante a las plantas superiores, con una mayor visión, es
una imagen de la abstracción que queremos procurar en él, ya que pese a
concebir el museo como una institución permeable, por supuesto queremos
centrar la atención del visitante en las obras de arte. Este alejamiento de la
cota cero del edificio, donde este se encuentra y contacta con el espacio
público supone también un cambio en las connotaciones del lugar en el que
se encuentra el visitante.
El bloque con el que comienza el discurso corresponde al relativo a las
importaciones artísticas que se llevaron a cabo en la isla desde el siglo XV al
XIX. Este bloque es esencial para contextualizar la vida cultural y artística de la
isla, pues fue a través del comercio que se desarrolló con la península desde su
conquista a principios del siglo XV y más tarde con las exportaciones e
importaciones derivadas de su papel como escala y punto clave de los viajes
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entre Europa, la península y los nuevos puertos de América. Con ello comenzó
la creación de la identidad de la isla, con las características distintivas de un
lugar en el que convivían personas de muy distintos orígenes, desde
flamencos, italianos y españoles hasta los nuevos colonizadores americanos
que traían con ellos los descubrimientos del Nuevo Continente.
Sobre esta base social y económica tan cambiante y dinámica que nace
frente al estatismo que en estos momentos se vivía en los países europeos, se
edificarán la cultura y las manifestaciones artísticas. Por ello es un punto de
partida fundamental dentro del museo, ya que explica el carácter abierto y
único de lo que ha sido y hoy sigue siendo la isla. Tras este recorrido en la
planta superior, que dota de contexto al museo y lo relaciona con instituciones
como la Casa de Colón, en la que se tratan con gran amplitud estas
temáticas, el recorrido museográfico continuará en la planta inferior a esta tras
haberse atravesado toda la planta guiados por el discurso y las distintas obras.
Será en esa planta (planta 2) donde comience el desarrollo del bloque
referido a las obras y artistas insulares de los siglos XVIII y XIX. Fue sin duda este
periodo uno de los más prolíficos para el ámbito artístico de la isla; el desarrollo
colonial español y el impulso mercantil de América para los cuales la isla era
una parada obligada, hicieron florecer a una burguesía acomodada que
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pronto reclamó un arte en el que se vieran reflejadas sus costumbres y su forma
de vida, que si bien tenían sus referentes más allá del mar, contaban con las
particularidades de un lugar en el que el transitar de distintas culturas y
avances era constante. El discurso se distribuye a lo largo de toda la planta del
nuevo edificio, en el que a través de un hueco entre esta planta y la inferior
(planta 2 y planta 1), se relacionan entre sí dos bloques museográficos (Obras y
artistas insulares y Modernidad y vanguardia) de modo que muestran la
situación artística de la isla con respecto a los distintos momentos históricos.
Creemos que esta relación dota al discurso de una coherencia que
interrelaciona los tres bloques del mismo, pues une tanto la contextualización
anterior de la que hemos hablado y que el visitante acabará de atravesar,
como las expresiones artísticas de la misma en dos momentos distintos, el de la
creación de un ambiente distintivo en la isla y también aquel en el que ese
ambiente se integra en un mundo globalizado como es el de nuestros días. El
conjunto de las piezas de este bloque se distribuirán en este caso no sólo por la
planta de la parte nueva del edificio, sino que continuará a través de las salas
del Hospital de San Martín para volver de nuevo en un círculo de nuevo al
espacio nuevo.
Esta conexión entre la parte antigua y nueva del conjunto es fundamental
en la ideación del discurso museográfico. Es en este ir y volver entre de los
diferentes espacios, teniendo como centro el espacio público de jardín, como
se conforma el tránsito del museo y se muestran de forma total los distintos
elementos que se integran en él. El paseo entre lo antiguo y nuevo, girando
sobre la plaza pública es lo que otorga sentido continuo al discurso del museo.
Será la visión ininterrumpida del lugar público lo que dote de continuidad a los
espacios del museo y comunique las distintas plantas. Si en la nueva
ampliación son las paredes acristaladas las que permiten la vista continua al
exterior, la galería abierta del Hospital del San Martín jugará el mismo papel en
este aspecto. El discurso del museo que continuará en la parte antigua antes
de volver a la nueva no se desarrolla linealmente en las salas del Hospital, sino
que la comunicación y el discurrir entre interior y galería abierta serán
continuos.
Y será la pasarela central abierta al patio la que lleve al visitante a la parte
nueva del edificio para continuar la visita. Siguiendo con la impronta de paseo
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con la que hemos querido dotar al discurso, este continuará bajando y será en
la siguiente planta inferior donde se situará el tercer bloque del discurso
museográfico, referente al siglo XX y la cultura más contemporánea. El
progresivo descenso del visitante a lo largo de su paseo por el interior del
museo es sin duda, un paulatino acercamiento a la realidad de hoy en día, la
cota cero, que es también de la que nos hemos alejado al comienzo de la
visita. El discurso se producirá de igual modo en ambas partes, antigua y
nueva, del edificio, uniéndose a través de las pasarelas.
Este tercer bloque muestra la integración progresiva del sustrato cultural
de la isla y de sus manifestaciones artísticas en el circuito cultural mundial en el
que hoy en día nos ha convertido la globalización. Es ejemplo de cómo las
características culturales de la isla y su propia identidad se han ido mezclando
y conectando con las influencias exteriores a las que de forma inherente a su
posición se ha visto sometida. Desde finales del siglo XIX con los primeros ismos
(Simbolismo, Postimpresionismo y Modernismos), los artistas canarios y toda la
sociedad, se vieron imbuidos en una nueva forma mucho más global de
entender el arte que pretende crear nuevas formas de representación y de
lenguajes mucho más universales en un época en la que el desarrollo de las
comunicaciones fue exponencial, pero queriendo conservar los rasgos
identitarios de cada lugar. Esta sintomática se acentuaría aún más a lo largo
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del siglo XX, en el que la ruptura de fronteras artísticas y los desplazamientos de
los centros culturales serán continuos, y crearán la red cultural en la que nos
encontramos actualmente.
Por ello hemos querido finalizar nuestro discurso en la parte antigua del
edificio, de modo que el contraste entre los últimos soportes y expresiones
artísticas actuales, se contraponga al marco arquitectónico y con ello se haga
una reflexión final que cierre el paseo. Pero sin duda este recorrido tendrá su
punto final en el exterior de las salas, pues es de nuevo en el patio donde
queremos que a su vuelta a la realidad, al espacio público cuya visualización
ha sido sesgada e indirecta pero continua a lo largo de todo la visita, se cierre
el circulo, ascendente y descendente pero siempre fluido, que hemos ideado.
Es una vez más en el terreno de lo público, de la interacción donde deseamos
que se haga la reflexión final del museo, pues es en la sociedad donde han de
sembrarse y recogerse los frutos de este tránsito a través de las salas del museo.
Decididamente, los museos son uno de esos lugares que, en el plano de lo
colectivo, suscitan sueños.
Walter Benjamin.
Si bien este recorrido será el principal por las salas del museo, también
hemos de tener encuentra otros secundarios que centrándose en esta mismas
ideas complementan y enriquecen el espacio del museo. El bloque dedicado
a la arquitectura y urbanismo entre los siglos XV y XX se desarrollará en la parte
de lo que hoy conforman las salas de San Martín Contemporáneo. Hemos
querido otorgar a este bloque cierta independencia con respecto al resto del
discurso tanto por su distinto desarrollo en las salas (a través de paneles y
elementos de interacción) como por su temática.
- Las remodelaciones urbanas a lo largo del siglo XIX.
- Evolución de la Arquitectura desde el siglo XV hasta el XIX.
- El racionalismo.
- Urbanismo y desarrollismo en arquitectura: el turismo.
La evolución de la arquitectura y el urbanismo en los últimos siglos va a
dotar al museo de un marco en el que apoyar tanto la creación del propio
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Hospital de San Martín como de la nueva ampliación para el Museo de Bellas
Artes de Gran Canaria. Es por ello que hemos querido colocarlo entorno no
solo de la parte original del Hospital y la parte rehabilitada, sino también en las
salas de lo ya rehabilitado anteriormente, entorno a otros dos patios como
solución de continuidad con respecto al discurso principal. El patio, siendo
siempre el hilo conductor, va llevando al visitante a través de las distintas
remodelaciones del espacio en el que se encuentra y consideramos que es
este tránsito por los sucesivos cambios lo que sitúa al visitante y refleja en su
paseo por esas salas el discurso museográfico de los paneles.
Además de los propios bloques museográficos, otros espacios han sido
considerados en la construcción del museo, puesto que este no ha de ser una
institución inmóvil, sino que como ya se ha mostrado anteriormente
entendemos que debe ser un espacio de también de estudio, de creación de
ideas y de encuentros continuos. Es por ello que hemos dotado de especial
importancia al espacio dedicado a la biblioteca y las exposiciones
temporales, situando ambas en el segundo volumen de la ampliación. La
situación de la biblioteca en la planta superiores del museo, se acoge a la
misma concepción que el comienzo del discurso museográfico. Es ese
alejamiento de la cota cero, aunque siempre con la visión del patio como
guía, lo que constituye el cambio del ambiente de las salas, mientras que en la
planta inferior se sitúa el espacio dedicado a las exposiciones temporales, en
las que verdaderamente el cambio y el fluir del exterior se introduce en el
interior del edificio de forma directa.
El discurso museográfico del interior del museo ha querido ser fluido y
continuo, con esa idea de paseo y recorrido que vertebra todo el proyecto
tanto arquitectónico como museográfico. Por ello el recorrido a través de los
espacios y el soporte sobre el que se apoyan las obras de arte se ha realizado
a través de paneles y vitrinas, superficies que no cierran el espacio de forma
total, que aunque guían al visitante a través del espacio y muestran el
recorrido, no lo compartimentan. Se dirige con ellos el caminar del visitante por
las salas pero teniendo como siempre de fondo un espacio unitario que se
muestra también en la arquitectura por medio de la propia transparencia y
permeabilidad de su concepción.
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El Museo de Bellas Artes de Gran Canaria que pensamos es un museo del
siglo XXI, un centro que va más allá de las funciones materiales asociadas a su
colección de arte. Lo concebimos como un centro de creación y recepción
de ideas en el que se fundan los componentes de la ciudad, lo público y lo
privado, lo antiguo y lo moderno, lo social y lo humano. La conservación y
estudio de sus colecciones es para nosotros fundamental, pero además su
conexión con la comunidad que lo rodea es lo que lo sustenta y justifica.
La comunicación y difusión de sus proyectos a través de talleres y
conferencias es lo que liga la institución a la ciudad, y no debemos olvidar que
también que este diálogo ha de producirse en las dos direcciones ya que el
espacio del museo tiene que ser entendido también como un lugar de
creación de surgimiento de nuevas ideas. Hoy, más que nunca el museo es y
debe ser la institución que recoja los anhelos de los ciudadanos y que
tomando la universalidad del arte como punto de partida cree un marco
común para el desarrollo de todos.
Los museos viven ahora e intervienen ahora, no sólo como historia, en la
sociedad actual formada por ciudadanos, con sus diferenciadas lógicas
colectivas. Éste es el reto que tenemos los museos del siglo XXI.
Eduard Carbonell.
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