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Post on 20-Sep-2018
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LOS MAPAS MENTALES
Si te digo que el descubrimiento de los mapas mentales ha marcado un
antes y un después en la forma que tengo de organizarme, capaz que te
suena un poco exagerado, ¿verdad? Pues no, ¡Es totalmente cierto! A día de
hoy, no sé si sería capaz de planificar y organizarme en el día a día sin
ayuda de mis mapas mentales.
Seguramente (o no), te suena el nombre, o al menos el término original
inglés, mindmap, así como el mindmapping, que no sería más que el
proceso de crear un mindmap .
Y si no te suena… pues debería, más que nada porque actualmente los
mapas mentales digamos que “están de moda”. La cosa es... ¿has probado
a aplicarlos en tú vida? ¿Que no? Madre de dios! ¿Y a qué estás esperando?
Un poco de teoría
Para empezar, los mapas mentales no son tan, tan TAN modernos como
podría parecer. Tony Buzan, allá por el año 1974, formuló el concepto
dentro de su libro ‘Use your head’ . Sí, por increíble que parezca los mapas
mentales son más antiguos que una servidora, por poner un ejemplo.
Por supuesto, antes de la aparición de la teoría de los mapas mentales ya
existían los diagramas y mapas conceptuales, pero más esquemáticos y
basados en la palabra escrita. O sea, un poco bastante más coñazos.
Sin embargo, según la teoría de Buzan, el cerebro asimila de forma natural
la información que recibe en su conjunto, sin tener que interpretarla según
un patrón lineal definido que vaya de arriba abajo o de izquierda a derecha.
Además, nuestra mente en estado puro es conceptual, no verbal: los
iconos, imágenes, símbolos y colores le gustan más que las palabras.
De ahí lo de que una imagen vale más que mil palabras, esto sí te suena
verdad? :)
Pues es por esto mismo que los mapas mentales se construyen en torno a
una idea principal que va en el centro de la hoja o de la pantalla. A partir de
esta idea parten ramas de diferentes colores que a su vez se ramifican en
otros subapartados. La idea en sí, es que la mente capte “de golpe” toda la
información, así como de una sola vez, en lugar de leer e interpretar la
información escrita en un diagrama o esquema.
Por lo tanto, el mindmapping –o proceso de creación de un mapa
mental– consiste, en términos generales, en plasmar tus
pensamientos directamente desde tu mente a la pantalla o al papel
en forma de mapa mental, y del papel o pantalla llevarlos
directamente a la práctica.
Es decir, el mapa mental es ese paso intermedio que muchas veces nos
hace falta para hacer realidad todas las ideas que bullen por nuestra mente.
No basta con ser creativo y tener buenas ideas. Si no las implementas, se
perderán en tu caos mental. ¿Te suena eh? ¡Y a quién no! Además, cuando
hablo de una idea, no necesariamente me refiero a un gran invento que
vaya a hacer cambiar el mundo ni mucho menos. Te estoy hablando de
cualquier cosa, como inspiración para un artículo del blog, un proyecto
nuevo, o incluso la organización del menú para una comida con la familia
política.
Igual, Todo, absolutamente todo lo que pasa por nuestro cerebro, corre el
peligro de irse por donde ha venido si no lo plasmamos y organizamos
correctamente, de forma que la propia mente de donde salió pueda
asimilarlo de una forma factible.
Raimon Samsó y los mapas mentales
Sobre mapas mentales en internet puedes encontrar miles y miles de
informaciones. Pero si quieres ir a tiro fijo, el libro Mapas mentales: acelera
tu creatividad es de lo mejor que se ha escrito en español sobre el tema.
Sencillo, claro y directo, Raimon Samsó te explica en unas pocas páginas
cómo crear mapas mentales, tanto de forma manual como digital, así como
cuáles son sus aplicaciones más comunes. Y todo esto con múltiples
ejemplos visuales. Además él mismo es Practitioner diplomado en mapas
mentales, pues realizó un curso sobre el tema con nada más y nada menos
que el señor Tony Buzan en persona.
Según Raimon Samsó: “La creatividad se dispara cuando usas imágenes y
colores, porque nuestro cerebro es visual: trabaja con imágenes y no con
palabras.” Además, él nos explica en su libro cómo y para qué pueden
aplicarse los mapas mentales, y qué programas pueden utilizarse para
crearlos de forma digital. No en vano este autor los define como
herramientas del éxito”, definiendo las cuatro grandes ventajas de trabajar
con ellos: más concentración, más foco, más creatividad y más memoria.
¡Casi nada!
Genial, pues hasta aquí, la intro de este post, de ahora en más, te invito a
seguir leyendo para entender para qué sirve un mapa mental, aprender
cómo hacerlo BIEN y te enseño una herramienta llamada Mindmeister con la
que hacerlo de gratis y desde internet. Suena bien verdad?
¡Pues vamos allá!
¿Cómo hacer un buen mapa mental?
Ya hemos visto en general el aspecto que debe tener un mapa mental y
cuáles son sus elementos principales. Ahora bien, hacer un mapa mental de
forma correcta para garantizar que tenga éxito, ya son palabras mayores.
No obstante, si seguimos una serie de pautas generales, nos aseguraremos
de que estamos creando un mapa mental que coincide exactamente con la
mejor forma en que lo puede asimilar nuestro cerebro.
1. En el centro del mapa, se coloca la palabra principal en torno a la que
gira toda la idea. También puede ser una fotografía o una imagen, y
esto es incluso mejor, ya que la mente humana es visual. Lo que en
todo caso no debes hacer es escribir frases enteras, sino simplemente
palabras.
2. En torno a la imagen o idea principal iremos sacando diferentes
“ramas” de diferentes colores. A cada rama le corresponde un color
diferente, y esto no es por capricho, sino que constituye un
ingrediente clave para que el mapa tenga éxito.
3. No se recomienda sacar demasiadas “ramas” alrededor de la idea
principal, puesto que un mapa mental debe ser ante todo visual y
fácil de interpretar a primera vista. Por ejemplo, Raimon Samsó no
recomienda sacar más de seis ramas principales.
4. Puedes crear tu propio código de colores: por ejemplo, asocia el color
rojo con las tareas urgentes, el verde con las tareas secundarias, el
azul con las más importantes… y utilízalos siempre de la misma
manera. Así, en sucesivos mapas mentales, tu mente se
acostumbrará a interpretar cada color siempre de la misma manera.
5. De cada rama han de salir diversas ramificaciones que constituyen las
ideas secundarias. Como ya hemos visto con la idea principal, utiliza
imágenes, iconos o en todo caso palabras clave, pero nunca te líes
escribiendo frases enteras.
6. Es mejor si las diversas ramas y ramificaciones no están totalmente
rectas sino un poco curvas, como si se tratara de las raíces de un
árbol, por ejemplo. ¡Ya te imaginarás que a la mente humana le
“rechina” ver líneas elegantemente trazadas con escuadra y cartabón!
7. Si estás trabajando de forma manual, el papel debe de ser blanco y
estar colocado de forma horizontal. Lo mismo si trabajas en el
ordenador, la orientación de la hoja debe de ser horizontal.
¿Para qué sirve un mapa mental?
Ahora que acabamos de aprender qué es y cómo se hace un mapa mental,
no dejemos que todo lo aprendido hasta ahora caiga en saco roto.
Quizás alguna que otra de las aquí presentes todavía se esté preguntando
qué aplicaciones puede darle en su propia experiencia a un mapa mental. Y
es que hasta ahora hemos estado hablando de plasmar una “idea”, así en
abstracto… pero ideas las hay a cientos y a miles.
Entonces, ¿cuándo aplicar un mapa mental a algo que se nos haya ocurrido?
Buenas noticias: un mapa mental puede aplicarse absolutamente a
cualquier idea, proyecto, tarea, encargo… ¡A todo lo que se te ocurra! Es
simplemente una forma de llevar a la práctica una idea abstracta hablando
en el mismo “idioma” en que habla nuestra mente.
Un ejemplo de aplicación práctica de un mapa mental puede ser para
secuenciar proyectos. Por ejemplo, escribir un libro, que ya solo de leerlo
a muchos les da sudores fríos. Pues en lugar de dejarnos llevar por el
pánico, podemos desenredar el lío mental y plasmarlo en forma de mapa
mental:
:: La idea central será una palabra clave o una imagen que resuma la
temática del libro.
:: Un brazo o ramificación puede representar los capítulos del libro, con sus
respectivas subramificaciones, una por cada capítulo.
:: Otra rama podrá ser la que define a los personajes, también con sus
correspondientes ramificaciones para cada personaje en concreto.
:: Una tercera ramificación podría ser la forma de secuenciar la creación del
libro: páginas por día, capítulos por semana, tiempo que durará el periodo
de corrección y/o maquetación…
:: Otra ramificación importante es la forma de darlo a conocer, con sus
diferentes subapartados: Amazon, iBooks, etc.
Otra aplicación práctica puede ser hacer sinopsis, como por ejemplo resumir
un libro, una conferencia, un documental, o como dice Raimon Samsó
simplemente planificar tus próximas vacaciones. Y es que, como ya hemos
visto, él incluso presenta su currículum en forma de mapa mental.
Pero además si los mapas mentales constituyen una herramienta para el
éxito, no es solo porque sean útiles para la vida diaria o el ocio, sino que
también pueden llegar a convertirse en el mejor aliado en la planificación de
cualquier negocio. En un mapa mental puedes plasmar tu business plan , o
tu plan de marketing o utilizarlo para ayudarte a sacar a la venta un nuevo
producto o servicio.
En este último caso, por ejemplo, la idea central de tu mapa mental sería el
producto que vas a crear; una de las ramificaciones, con sus respectivos
subapartados, representaría los materiales necesarios para hacerlo; la
segunda representaría los diferentes proveedores y precios de esos
materiales; la siguiente ramificación se centraría en las fases de la creación;
y por último, otra estaría orientada a la puesta en venta de tu nuevo
producto. ¡Imprescindible colgarlo en el panel de corcho de tu taller y
tenerlo delante de la vista desde el minuto cero del proceso de creación!
Mapas mentales digitales: Mindmeister
Aunque es posible crear tus mapas mentales de forma manual, con la
simple ayuda de unos lápices de colores y un folio en blanco, trabajar el
mindmapping de forma digital también tiene sus ventajas, ya que podrás
modificar y reimprimir tus mapas tantas veces como quieras, así como
compartirlo por correo, publicarlo en tus redes sociales… ¡Las posibilidades
son infinitas! Además, al utilizar el soporte informático, depende de para
qué necesites tu mapa mental puedes exportar el archivo a Word, crear una
presentación en Power Point, compartirlo en PDF para que no pueda ser
modificado…
Para crear mapas mentales en el ordenador, existen infinidad de programas
que funcionan de forma más o menos similar, pero yo voy a explicaros
cómo funciona el que yo utilizo habitualmente: Mindmeister. ¿Os había
dicho ya que a mí lo de utilizar los mapas mentales ha marcado un antes y
un después en mi vida? ¿Ah, sí? Je, je, je… bueno, pues vamos a ponernos
manos a la obra con www.mindmeister.com/es
Lo primero que te pedirá el programa es registrarte con tu nombre, una
dirección de correo electrónico y una contraseña. Una vez hecho esto y sin
más preámbulos aparecerás en la pantalla principal o dashboard , donde ya
puedes empezar a crear un mapa mental.
Como ya sabemos, lo primero es colocar la idea principal en el lugar azul
donde ahora pone de forma estándar “Mi Nuevo Mapa Mental”. Y como
también sabemos, no es necesario que sea una palabra, sino que también
podemos elegir un emoticón, un icono y hasta un vídeo que tengamos en
nuestro PC para colocarlo en el centro del mapa. Esto lo lograremos a partir
del menú de la columna izquierda:
Por ejemplo, yo voy a llamarlo “mapa mental”, ya que estamos hablando
precisamente de cómo crear mapas mentales, y voy a añadirle un icono que
tenga que ver con la temática:
¿A que queda chulo? Además, si resulta que el tema que viene por defecto
nos resulta un poco aburrido, esto también puede cambiarse aquí abajo,
haciendo clic en los tres puntitos que vienen junto a “Tema: default”:
Básicamente, al cambiar de tema le he cambiado el color de fondo a rosa,
pero ahora es donde empieza la parte importante, que consiste en ir
añadiendo ramificaciones al mapa. En la parte de arriba, donde aparece el
signo +, se añadirá una nueva rama cada vez que pulsemos sobre este:
Además, también puede cambiarse la forma en la que se presentan las
ideas, a partir del menú del lateral izquierdo. Debajo de los signos + y ,
que sirven para ampliar y reducir la pantalla, respectivamente, se encuentra
el símbolo para el “Diseño del Mapa”:
De forma estándar el diseño que se llama “gratis” se compone de una serie
de ramificaciones que irradian alrededor de la idea principal. También cabe
la posibilidad de colocarlos a la derecha o la izquierda, o también en forma
de organigrama, aunque según recomienda Raimon Samsó, el cerebro
entiende mejor los mapas mentales que no están excesivamente
“ordenados”.
En el menú de la derecha que ya habíamos visto se encuentra la
probabilidad de editar y personalizar cada rama. Por ejemplo, podemos
asignar la tarea que va explícita en cada rama a una persona diferente, con
un plazo determinado. También se puede numerar la prioridad que tiene
cada tarea dentro de la secuenciación general:
Teniendo en cuenta que la mente asimila mejor las ideas visuales, podemos
hacerle entender que las diferentes tareas o ramificaciones forman partes
diferenciadas del objeto principal por medio de etiquetas o cambiando los
colores de fondo de cada idea:
Cuando creas que tu mapa ya está listo, o simplemente para ir mirando
cómo queda a medida que lo vas ampliando, puedes cambiar a pantalla
completa por medio de la última opción del pequeño menú superior
izquierdo:
En pantalla completa podrás trabajar sin distracciones, realizar
modificaciones de última hora o simplemente admirar tu obra y decidir que
ya está lista para ser compartida o para imprimirla. Si quieres volver a la
pantalla de Mindmeister donde aparecen todas las opciones (dashboard ),
simplemente haz clic en el aspa que aparece en la esquina superior
derecha.
Hmmm, quizás me ha quedado demasiado rosicler … pues nada, lo cambio.
Si es que en el Mindmeister, no hay nada que no tenga remedio… Volvemos
al “Tema”, donde los tres puntitos que ya habíamos visto antes, y buscamos
otro color de fondo. ¿Qué os parece el azul celeste?
¿Y qué pasa, que aquí solo curro yo? ¿Cómo es esto, solo Elia? Vamos a ver
si asignamos tareas a unas cuantas más, y de paso definimos las
prioridades:
Pues bueno, esto ya está listo. Ahora solo nos faltan por hacer dos cosas: la
primera, en el botón azul de la parte de abajo donde pone “Compartir este
mapa”, podemos decidir si será un mapa privado, que solo el usuario puede
ver, si es público o si deseamos compartirlo únicamente con determinadas
personas.
Y la segunda, es volver a la pantalla principal o “dashboard ”, a través de la
flechita que está en la esquina superior derecha, al lado de donde pone
“Cambiar a Pro”. Desde esta pantalla, llamada “Mis Mapas”, podemos
controlar la carpeta donde tenemos guardados los mapas que hemos
creado, acceder a crear un nuevo mapa a través de las diferentes plantillas,
o buscar, guardar y compartir otros mapas creados por otros usuarios… y
por supuesto exportar mapas a nuestro disco duro. Para ello, haremos clic
en la flecha que hay a la izquierda del mapa que queremos exportar, y
buscamos en el menú desplegable:
Una vez elegida la opción “Exportar”, nos aparecerá otro menú en el que
podremos elegir el tipo de archivo que nos interesa:
¡Listo! Ya tenemos nuestro mapa mental preparado para imprimir,
compartir, publicar, añadir a una presentación… y por supuesto, llevarlo a la
práctica. No olvidéis que, tal y como Raimon Samsó lo define, un mapa
mental constituye la herramienta del éxito.
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