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Sábado 9 de julio de 2011 l Heraldo de Aragón52 l CULTURA Y OCIO

El autor que sobrevivió al pánicoJ uan Villoro (México D. F.

1956) ha heredado el espíri-tu viajero de sus antepasa-

dos: reside en la ciudad donde na-ció, en Barcelona o en Princeton,donde va a sustituir a Mario Var-gas Llosa en sus clases. Y tambiénha vivido en Berlín. Escribe de fút-bol en libros como ‘Dios es redon-do’, novelas (ha sido Premio He-rralde de novela con ‘El Testigo’),cuentos e incluso piezas teatrales.Y no solo eso: es capaz de firmarun libro tan curioso como ‘8.8: elmiedo en el espejo. Una crónicadel terremoto en Chile’ (Canda-ya), que presentaba el pasado jue-ves en Cálamo, en compañía deManuel Vilas.

Juan Villoro visitó el TeatroPrincipal con absoluta fascina-ción. «Soy descendiente de turo-lenses de La Portellada, en Teruel,muy cerca de La Fresneda. Allímás del 60% de la población seapellida Villoro y son familiaresmíos. Pero, además, es que miabuelo paterno era zaragozano:nació aquí, era médico, y se tras-ladó por distintas razones a Méxi-co. Acabó dejando su profesión yse dedicó a los negocios familia-res. Se casó con mi abuela y de esarelación nació mi padre, que tie-ne ahora ochenta y nueve años, ysigue siendo un modelo para mí.Un modelo de vitalidad, de ener-gía y de compromiso. Es un exper-to en Derecho, le interesa muchola política y la ética, y en los últi-mos tiempos se ha aproximado alsubcomandante Marcos».

Este periplo, que le apetecíacontar –«aquí tengo amigos muyentrañables, zaragozanos, comoIgnacio Martínez de Pisón o FélixRomeo»–, le lleva de alguna ma-nera a uno de los viajes que másle han marcado en los últimostiempos: su estancia en Chile enfebrero de 2010.

«Había sido invitado, en micondición de escritor de literatu-ra infantil y juvenil (es autor de tí-tulos como ‘El libro salvaje’ y ‘El

El escritor Juan Villoro, en el Teatro Principal de Zaragoza. JOSÉ MIGUEL MARCO

profesor Ziper y la guitarra eléc-trica’), a un congreso donde se ibaa hablar del miedo. Ese miedo quees una especulación infantil y queestá en casi todos los cuentos dehadas».

El sabor de la muerteY en ese debate estaban los parti-cipantes –«el miedo es lógico, esuna pesadilla y un presencia enese tipo de literatura», recuerdaVilloro–, cuando irrumpió esemiedo que nunca quieren sentirlos adultos: «Se palpó el sabor dela muerte» en un terremoto queduró siete minutos la madrugadadel 27 de febrero del 2010.

Cuenta Villoro que él se encon-traba en una habitación de hotel,que se cayó de la cama y que loprimero que hizo fue intentar so-correr a su hija de once años. «Enese clima de extrañamiento, me dicuenta de que en realidad estabaen Chile y no en México». Dice

Villoro que fue una experienciaincreíble donde se percibe el sa-bor de la muerte y donde uno sepercata de inmediato del apego ala vida. «Y luego, tras el vértigo,uno acaba preguntándose cómo ypor qué ha sobrevivido. Cómo sesobrevive a una catástrofe, a uncataclismo así. Además, el aero-puerto estaba cerrado. Al menospara nosotros. Así como hubo paí-ses como Colombia, Brasil o Es-paña que mandaron aviones parasacar de allí a sus ciudadanos, anosotros México nos dejó en eldesamparo. Y eso nos llevó a vi-vir una experiencia que parecíade ‘El ángel exterminador’, de LuisBuñuel: no podíamos salir de allí,de un hotel de Santiago. Estába-mos como cautivos».

Juan Villoro, que posee una me-moria asombrosa, conoció a mu-chas personas que le contaron sushistorias, sus vidas, incluso le ha-blaron de una mujer que estaba en

Literatura l El escritor mexicano Juan Villoro, nieto de zaragozano y descendiente de turolenses de La Portellada, publica ‘8.8: el miedo enel espejo. Una crónica del terremoto en Chile’, donde construye un libro de numerosas voces e historias sobre el miedo, la muerte o el azar

Una explosión de color en el escaparate de Caja MadridEl pintor zaragozanoFederico Contín expondrásu obra, durante tresmeses, en el rincón parael arte de Caja Madrid

ZARAGOZA. Un estallido de co-lor que traspasa el cristal para lle-gar hasta el espectador. Es la obraque Federico Contín expone, des-de el jueves y hasta el 4 de sep-tiembre, en el escaparate del Es-pacio para el Arte de Caja Madrid.Este proyecto se enmarca en lainiciativa ‘Corner 2011: Nice tomeet you’ que coordina CarlotaSantabárbara. Un rincón que seconvierte en un espacio de trán-sito en el que los artistas emer-gentes sitúan sus obras para dar-se a conocer y dar un toque deatención de los viandantes. Federico Contín prepara su escaparate en Caja Madrid JOSE MIGUEL MARCO

coma, a la que le dedica un textotan conmovedor como ‘Ella duer-me’, y realizó un auténtico viaje aun universo de terror, de sorpre-sa, de contradicciones, de monó-logos.

Ya de regreso en México, y enmuy pocos días, «redacté el libro.Un libro que, en cierto modo, fueun diálogo con el gran terremotoque nosotros padecimos en 1985y que dejó miles de muertos en elpaís. Felizmente, en Chile no ha-bía pasado eso, pero el hecho mepuso en confrontación con la his-toria, con la memoria. El índicedel 8.8, por otra parte, es uno delos cinco más altos de la historia,y el hecho de que sean esas doscifras, literariamente, también te-nía algo de juego de espejos», di-ce el escritor que ya hace algunosaños había escrito: «Desconfío delos que en momentos de peligrotienen más opiniones que mie-do».

El precursor Von KleistVilloro reflexiona sobre las con-secuencias de sobrevivir a la tra-gedia y sobre los sentimientoscuando se siente la muerte tanpróxima, y habla también sobre elazar. «De repente, me encontrécon un cuento de Heinrich vonKleist, el escritor alemán de quienadmiraba ‘El cántaro roto’ o sustextos sobre marionetas, que se ti-tulaba ‘El terremoto de Chile’. Meimpresionó y me pareció simbó-lico o premonitorio: es un cuentolargo de unas veinte páginas de unhombre que siempre había medi-tado sobre la muerte y que inclu-so la había buscado. Sobrevive a lacatástrofe y agradece a Dios la vi-da y a la vez le pregunta por quése ha salvado». Curiosamente,cuando redactó ese texto, VonKleist tenía unos 30 años, aún notenía del todo claro si iba a ser es-critor o no, «y jamás, jamás habíaestado en Chile», explica Juan Vi-lloro, y recuerda que el escritoracabaría suicidándose. «Este libroha sido para mí una catarsis, unacto de desintoxicación de quienha vivido la proximidad de lamuerte. Las réplicas más fuertesde un seísmo son psicológicas».

ANTÓN CASTRO

EL LIBRO

8.8: el miedo en el espe-jo. ‘Una crónica del terre-moto en Chile’. Juan Villo-ro. Candaya: ColecciónAbierta. Barcelona, 2011.110 páginas.

Federico Contín (Zaragoza,1979) define su trabajo como unaescenificación metafórica del es-pacio urbano. «Cada cuadro –con-creta– representa un edificio de laciudadsobreelquecuelganpeque-ñas láminas imitando la ropa ten-dida en los balcones». Contín con-cluye: «Es la descomposición deledificio en pedazos, que se fusio-nan en una maraña de color».

Este año, el tema del ‘Corner’ esla relación entre el autor y el en-torno, la comunicación con la ciu-dad. A partir de esa idea, FedericoContín utiliza los recuerdos gesta-dos en su polifacética carrera deperiodista, pintor y fotógrafo, co-mo fondo del lienzo sobre el quepinta. La idea de esta obra expre-sionista surgió, explica su creador,de sus excursiones por el paseo dela Constitución, donde se ubica lamuestra. Además, refleja su visión

personal de la ciudad y de la so-ciedad actual, un punto de vistaque amplía, semanalmente, en el‘diario de obsesiones’ de su blog.Al igual que en la metrópoli, la no-che da paso a un mundo diferen-te, nuevos colores y matices sur-gen en el escaparate al aplicar luznegra sobre la pintura fluorescen-te. Como expresa Contín: «Sondosobrasdiferentes,unaporeldíay otra por la noche».

La relación con la ciudadanía esclave en este proyecto y como de-clara el pintor: «Para que la obraforme, verdaderamente, parte dela ciudad, todo el que pase por elespacio, recibirá en septiembre untrozo de la instalación». Las pri-meras 170 personas que acudan ala muestra y dejen sus datos reci-birán un Contín de diez centíme-tros al finalizar la exposición.

ALICIA ABRIL

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