la calumnia y la difamación

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Dos pecados que hemos olvidado

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LA CALUMNIA Y LA DIFAMACIÓN

Preparado porHumberto E. Corrales

Agosto 2014

Nunca hablar mal de alguien• Un cristiano nunca debe hablar mal de los demás.• Si lo malo que decimos de otro es verdad, lo

estamos difamando; y si lo que decimos es mentira lo estaríamos calumniando y esto es un pecado más grave que robarle una pertenencia porque la fama vale más que los bienes materiales.• A veces habrá motivos para hacerlo: cuando

tenemos obligación de informar algo malo hecho por alguien, pero siempre con la consideración que la persona involucrada se merece.

QUÉ ES LA CALUMNIA

• Acusación hecha a sabiendas de que es falsa.• La calumnia es mentir sobre el actuar de una

persona. • Quien ha calumniado debe retractarse y hacer

reparación del daño hecho, en cuanto sea posible.• La lengua es un arma poderosa. La calumnia usa

ese poder para hacer gran daño.

QUÉ ES LA DIFAMACIÓN

• Desacreditar a alguien divulgando algo contra su buena opinión y fama. • El difamador utiliza información verdadera. Pero

aunque sea verdad lo que dice el difamador comete pecado porque le quita a una persona su derecho del buen nombre. • No confundir la difamación con la justa denuncia de

un mal con el fin de defender al inocente del agresor. Hay que examinar la intención y la finalidad.

¿Qué nos dice el catecismo de la Iglesia Católica?

El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto (cf CIC can. 220). Se hace culpable:– de juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo;– de maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran;– de calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos.

Una anécdota de la antigua Grecia

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.

-¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?-Espera un momento. -replicó Sócrates- Antes que me digas algo quisiera que lo que vas a decir pasara un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del "triple filtro".-¿Triple Filtro? -Correcto- continuó Sócrates. Antes de que me digas lo que quieres decirme de amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el triple filtro.

Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:

PRIMER FILTRO

-El primer filtro es la VERDAD ¿Estás completamente seguro de que lo que vas a decirme de mi amigo es cierto?-No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...-Bien -dijo Sócrates. Entonces realmente no estas seguro si es cierto o no.

SEGUNDO FILTRO

-Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la BONDAD. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?- No, por el contrario.-Entonces deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.

TERCER FILTRO

-Pero podría querer escucharlo, porque queda un filtro, el filtro de la UTILIDAD. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?- No, la verdad que no.-Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no sabes si es cierto, no es bueno, e incluso no me es útil……….. ¿Para que querría yo saberlo?

Una anécdota de San Felipe Neri

LAS PLUMAS REGADAS

• Una mujer fue a confesarse con San Felipe Neri acusándose de haber hablado mal de algunas personas.

• El santo la absolvió, y le puso como penitencia que tomara una gallina y volviera donde él desplumándola poco a poco a lo largo del camino.

• Cuando estuvo de nuevo ante él, le dijo: "Ahora vuelve a casa y recoge una por una las plumas que has dejado caer cuando venías hacia aquí".

• La mujer le mostró la imposibilidad: el viento las había dispersado. Ahí es donde quería llegar San Felipe. "Ya ves -le dijo- que es imposible recoger las plumas una vez que se las ha llevado el viento, igual que es imposible retirar murmuraciones y calumnias una vez que han salido de la boca".

Tomemos esto muy en cuenta la próxima vez que queramos hablar mal de alguien, o que alguien quiera hablar mal de otra persona estando nosotros

presentes.

¡ALABADO SEA JESUCRISTO!

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