la alegría del evangelio 3
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EVANGELII GAUDIUM
LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO
Exhortación Apostólica del papa Francisco.
Noviembre 24 de 2013.
Capitulo II
EN LA CRISIS DEL COMPROMISO COMUNITARIO
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50. Para el contexto actual se ofrece un d i s c e r n i m i e n to e v a n g é l i c o ,
no un a n á l i s i s s o c i o l ó g i c o .
51. Todas las comunidades deben dedicarse a una siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos.
Es preciso aclarar - todo lo que sea fruto del Reino.
- también todo aquello que atenta contra el Reino.
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I ALGUNOS DESAFÍOS DEL MUNDO ACTUAL
52. La humanidad vive actualmente un giro histórico que podemos ver en los adelantos
- de la salud, - de la educación, - de las comunicaciones.
Pero observamos que la mayoría vive en una precariedad.
El miedo y la desesperación aparecen, aún en países ricos.
La alegría de vivir se apaga frecuentemente.
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Hay que luchar para vivir y a veces con poca dignidad.
Este cambio de época se da por los enormes saltos cualitativos,
cuantitativos, acumulativos, acelerados.
Estamos en la era del conocimiento y de la información, nuevas formas de poder anónimo.
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No a una economía de la exclusión.
53. “No a una economía de exclusión y de iniquidad. Esa economía mata.
No puede ser que sea noticia una caída de la bolsa en dos puntos, y no sea que un anciano muere de frío en situación de calle.
Hoy todo entra en la ley de competitividad y la ley del más fuerte.
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Como consecuencia, grandes masas de población se ven excluidas,
Los “excluidos” no son “explotados”, s i n o d e s e c h o s , s o b ra nt e s .
iniciándose así la cultura del “d e s c a r t e ”.
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54. En éste contexto algunos todavía defiende la teoría del “d e r ra m e ”:
la riqueza del libre mercado al derramarse, provoca por sí misma mayor equidad.
Esta opinión expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante.
Para poder creer lo anterior, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia.
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Ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos.
La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado.
Mientras tanto, todas esas vidas truncadas nos parece un mero espectáculo.
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No a la nueva idolatría del dinero.
55. Una causa de nuestra situación, es que hemos establecido con el dinero una relación pacífica de dominio sobre notros.
Las crisis financiera que atravesamos, nos hacen ver que hay una crisis antropológica:
¡la negación de la primacía del ser humano!
El ser humano queda reducido a una sola de sus necesidades: el consumo.
56. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, enormes mayorías
quedan lejos de esa minoría feliz.
Ese desequilibrio proviene de la ideología que defiendes la autonomía absoluta del mercado y de la especulación financiera.
De ahí que nieguen el derecho del control de los Estados sobre el campo financiero, en orden al bien común.
El afán de poder y de dinero no conoce límites. Es un sistema que tiende a fogocitarlo todo en orden a acrecentar los beneficios.
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La ética debe de regular el uso del dinero, pero en algunos sectores ésta es vista con cierto desprecio burlón.
Se le siente como una amenaza pues condena la manipulación y la degradación de la persona.
Para estas posturas Dios no sirve por que es peligroso inmanejable, incontrolable.
No a un dinero que gobierna en lugar de servir.
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Dice San Juan Crisóstomo:
“no compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida,
no son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos”.
58. Una reforma financiera que no ignore la ética requeriría un cambio de actitud enérgico de parte de los dirigentes políticos.
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No a la inseguridad que genera violencia.
Hay reclamos por la inseguridad
No se eliminara hasta que se eliminen la exclusión y la desigualdad.
Se acusa de violencia a los pobres sin considerar que el sistema social y económico
es injusto en su raíz.
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No. 60
La economía actual exacerba el consumo. El consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino por que mete la violencia
en el tejido social.
Algunos se regodean culpando a los pobres por falta de una “e d u c a c i ó n ”
que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos.
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No. 61
Los ataques a la libertad religiosa alcanzan en algunos países niveles alarmantes de odio y violencia.
En muchos lugares se manifiesta como una difusa indiferencia relativista relacionada con el desencanto y la crisis de las ideologías.
Algunos desafíos culturales.
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No. 62
En la cultura predominante el primer lugar lo esta ocupando lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido lo superficial, lo provisorio.
Lo real cede su lugar a la apariencia.
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No. 63
El fundamentalismo y una espiritualidad sin Dios
son los desafíos de la fe católica.
Resultado de una reacción humana frente a la sociedad m a te r i a l i s t a , c o n s u m i s ta e i n d i v i d u a l i s ta
y de abuso de quienes detentan el poder que aprovecha las carencias de la población.
En algunas parroquias y comunidades existe un clima poco acogedor
dañado por la burocracia eclesial.
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No. 64
La s e c u l a r i za c i ó n tiende a reducir la fe y Iglesia
al ámbito de lo privado e íntimo.
Produciendo una creciente deformación moral, un debilitamiento del pecado personal y social
y un progresivo aumento del relativismo.
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No. 65
A pesar de todo la Iglesia es una institución creíble ante la opinión pública, en el ámbito de la solidaridad
y de su preocupación por los pobres.
Ha servido de mediadora en favor de la paz.
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No. 66
La familia pasa por una crisis cultural profunda.
En la familia se aprende a convivir en la diferencia y con otros.
Allí los padres trasmiten la fe a los hijos.
El matrimonio tiende a ser visto como mera forma de gratificación afectiva que puede constituirse
de cualquier manera y modificarse de acuerdo con la sensibilidad de cada uno.
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No. 67
El i n d i v i d u a l i s m o p o s t m o d e r n o y g l o b a l i za d o
debilita el desarrollo y la estabilidad entre las personas.
La pastoral ha de impulsar una acción que alientey sane la comunión con el Padre,
además de afianzar los vínculos personales.
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