hoy jesús nos enseña algo esencial en nuestra religión

Post on 03-Feb-2015

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Hoy Jesús nos enseña algo esencial en nuestra religión.

Hoy el evangelio es de san Marcos, como en la mayoría del ciclo B.

Mc 10, 35-45 Dice así:

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir." Les preguntó:- "¿Qué queréis que haga por vosotros?" Contestaron: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda." Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?" Contestaron: "Lo somos" "Jesús les dijo: "El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado." Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos."

El domingo pasado veíamos, en la escena del joven rico, que las riquezas suelen ser un impedimento grande para conseguir el Reino de Dios.

Hoy nos habla de otro impedimento, que suele ir bastante unido con las riquezas. Es el deseo de grandeza, de poder material, que impide el Reino de Dios, porque suele impedir el cumplimiento del mandamiento del amor.

Iba Jesús adoctrinando a sus discípulos sobre algo que les costaba mucho entender. Era sobre el verdadero significado de Mesías, que no se refiere a triunfo ni gloria, sino a entrega. Por eso les decía que el hijo del hombre iba a Jerusalén a entregarse hasta morir por los seres humanos, aunque luego resucitaría.

Y como los discípulos, en sus conversaciones apartadas de Jesús, pensaban en el posible reino que Jesús instauraría, cada uno tenía sus planes. Éstos solían ser distantes de la mentalidad de Jesús.

Como Jesús en algunas ocasiones, como en la transfiguración, había distinguido a los hermanos Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, ahora se atreven a presentarle un plan un tanto arriesgado.

Otro evangelista dice que la que planteó el problema fue la madre de los dos, pues era de las mujeres que solía acompañar al grupo.

Jesús tranquilamente les preguntó:

Ellos contes-taron:

Seguro que, si hubiéramos sido nosotros Jesús, les hubiéramos echado de allí, después

de todo lo que les había explicado sobre el sentido mesiánico y de sus seguidores.

Jesús tenía una gran mansedumbre. Además les conocía bien. Sabía que eran impetuosos, pero de buen corazón.

Por eso habían respondido que sí, cuando Jesús les llamó, mientras trabajaban remendando las redes de la pesca. Ahora también responderían con grandeza de alma.

Jesús comprendió su ignorancia y que aún no estaban preparados para el apostolado; pero les hizo una gran pregunta:

“¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que

yo me voy a bautizar?”

“El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo;

Jesús aceptó su buena voluntad; pero les dijo:

No todo había terminado con esa declaración de Jesús.

Y ahora es cuando Jesús aprovecha para darnos su gran mensaje y decirnos algo

esencial, constitutivo de los que quieren ser verdaderos discípulos de Jesús.

Por eso les reúne a todos junto a sí para decirles:

La actitud del mundo es querer estar por encima de los demás, aunque sólo sea en algún detalle.

Suele ocurrir, cuando va a haber elecciones políticas, que muchos políticos (no todos) hablan de estar al servicio del pueblo o de los pobres, etc. Pero es pura propaganda o demagogia. La verdad es que la mayoría busca su grandeza y poder. Y junto con ello las riquezas.

El verdadero servicio no suele hacer mucho ruido, ni crear falsas esperanzas o confusión.

Cuando escucho tanto ruido, demagogia y confusión, falsedades que nos dejan más vacío el corazón,

Automático

Que en los príncipes de este mundo no hay que confiar,

y el que quiera ser más grande

que en los príncipes de este mundo no hay que confiar.

Hacer CLICK

Esta lección que nos da Jesús sobre el servicio, es una derivación del mensaje sobre el amor, porque si hay verdadero amor, hay sentido de

servicio, de hacer el bien a los demás, no de que nos sirvan.

¡Qué difícil es aprender esta lección del todo! Por eso Jesús nos lo enseñó con

palabras y con el ejemplo.

Un momento importante de la lección fue en la última cena al lavar los pies de los apóstoles.

Pero toda su vida fue un servir. Era rey sirviendo hasta morir en la cruz. Para servir estaba en medio de nosotros.

En medio de vosotros

Automático

Viene a servir, viene a reinar,

Viene a morir, viene a conseguir la paz.

Viene a servir, viene a reinar,

Hacer CLICK

Y Jesús sigue estando en medio de nosotros, en la EUCARISTÍA, para que

nosotros sigamos en actitud de servicio.

Y no sólo en la Eucaristía, sino que desde el cielo es nuestro servidor intercediendo por nosotros. Es el gran sacerdote, intermediario entre Dios y los hombres, por ser verdadero Dios y hombre.

Así nos lo dice hoy la 2ª lectura en la “carta a los hebreos”.

Hebreos 4, 14-16

Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote

grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote

incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en

todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para

alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Es difícil entender las palabras de Jesús: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.

Es difícil, porque ello contradice las aspiraciones muy profundas que hay dentro de

nosotros.

Estas aspiraciones de honras y glorias mundanas las encontramos en personas y empresas civiles. Pero también dentro de las instituciones religiosas se da la búsqueda de grandezas, puestos y títulos de honor. No podemos juzgar, pues las apariencias muchas veces nos engañan. Dios es el que lo ve y lo juzgará.

Cada uno puede ver en su entorno cotidiano qué servicios puede prestar material y

espiritualmente. Sirvamos con alegría y entusiasmo, sabiendo que Cristo nos

acompaña en nuestro caminar.

Recorriendo las sendas que abriste, queremos seguirle al rey eternal.

Automático

pues contigo queremos en todo amar y servir.

La misión es llevar a la vida la fe y la justicia del Reino de Dios.

pues contigo queremos en todo amar y servir.

Que sigamos el caminar de María, en fe y amor a Jesús.

AMÉN

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