familia sermon

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Texto: Marcos 5: 22-24, 35 -43. Lucas 8:40-56

Introducción

El tema para iniciar este año es la familia. La obra misionera es la sangre de la iglesia

adventista; pero, ¿lo es de las familias adventistas? La declaración de Elena G. White pone esto

en la perspectiva correcta cuando dice: “Los que quieren ser verdaderos misioneros en campos

extranjeros, deben primero ser verdaderos misioneros en el hogar” (RJ 301). Esto hace de la

familia una escuela misionera donde se lleva a cabo la preparación eficaz de los misioneros.

Una de las citas más usadas de Elena G. White en el ministerio de la familia adventista,

durante los últimos 15 años, se encuentra en la página 32 del libro El hogar cristiano, p.

26: “Una familia bien ordenada y disciplinada influye más en favor del cristianismo que

todos los sermones que se puedan predicar”.

En Mateo 28: 19, se encuentran las órdenes de marcha para la iglesia: "Por tanto, id y haced

discípulos en todas las naciones…” Estoy seguro que la iglesia primitiva pensó en regiones

paganas en lugares muy lejanos hacia donde debían viajar para obedecer esta orden. En

Hechos 1:8, Jesús les dice a sus discípulos que comiencen “en Jerusalén, luego Judea y Samaria

y hasta lo último de la tierra”. Cumplir la misión en lo más lejano de la tierra solamente es

posible y eficaz si comenzamos en Jerusalén. Nunca podremos cumplir la misión de hacer

discípulos en todas las naciones si no hacemos de nuestra familia discípulos de Cristo.

Einstein es conocido por la compleja teoría de la relatividad, que ha contribuido grandemente

a la ciencia; pero Jairo es conocido por su papel como instrumento para hacer volver a la vida a

su hija. Los padres de esta jovencita no solo eran responsables por darle la vida; el registro

muestra que también le trajeron vida. El mensaje a un mundo que perece tendrá más poder si

las familias están vivas y extendiéndose al mundo.

El título de nuestro mensaje es Comenzando en el hogar.

La historia Esta historia está registrada en tres evangelios y todos nos proporcionan detalles que son

únicos en cada uno de ellos.

Marcos 5:21 Entonces vino Jairo, que era uno de los jefes de la sinagoga, y cuando lo vio se

arrojo a sus pies. 23. Y le rogo con mucha insistencia: “Ven que mi hija esta agonizando! Pon

tus manos sobre ella, para que sane y siga con vida. En Marcos y Lucas, el padre de la joven es

identificado como Jairo, el dirigente de la sinagoga. Mateo no da el nombre del padre, pero se

refiere a él como el dirigente de la sinagoga. Los tres evangelios están de acuerdo cuando se

refieren a la posición de autoridad ocupada por este hombre.

Lucas 8:42 San Marcos 5:42

Vemos también que Lucas se refiere a ella como a su única hija e indica que tiene 12 años.

Marcos se refiere a ella como a una hija pequeña y dice más tarde que tiene doce años, como

si explicara la razón por la que fue capaz de caminar después de resucitar. Mateo solamente

dice mi hija y no menciona la edad.

Al leer la historia en los tres evangelios, se hace manifiesto que esta niña es la hija de

Jairo y que tiene 12 años. No es muy claro lo que significa hija única.

¿Era la única hija entre otros hijos varones, o era hija única? Si era la única hija y no

hija única, entonces probablemente era la última que nació, siendo que se refiere a ella

como hija pequeña. Si había otros hijos en la familia, probablemente les hubiera pedido

que fueran testigos de la resurrección de la niña muerta. Siendo que eso no ocurrió,

podemos concluir que era hija única.

De acuerdo con Mateo, la niña ya estaba muerta cuando el padre se acercó a Jesús.

Los otros dos evangelios registran que estaba a punto de morir. ¿Estaba muerta o a

punto de morir? Tal vez podemos ir con la mayoría, siendo que Elena G. White acepta

esa opinión (DTG 310) El Comentario bíblico adventista comenta que la niña estaba

agonizando. La situación de la niña era tan crítica, que el padre no se sorprendió aun

cuando se le dijo que la niña había muerto. Si estaba agonizando cuando el padre se

fue, cualquier cosa podía pasar.

Jairo como principal de la sinagoga Los tres evangelios están de acuerdo en que Jairo era el principal o uno de los

principales de la sinagoga. Este hombre ocupaba una posición muy importante en el

sistema religioso judío. Los dirigentes de la sinagoga eran de hecho parte del grupo que tenía

problemas con Jesús, acusándolo de menospreciar la ley de Moisés.

Como principal de la sinagoga, hubiera sido más fácil para él enviar a un diácono para

pedirle a Jesús que sanara a su hija. Como hombre y como esposo, Jairo había

tomado la responsabilidad de traer a esta hija al mundo. Por principio, no iba Jairo a

delegar en nadie más la tarea de traerle vida a su única hija. Mostró valentía al

acercarse en público a Jesús para rogarle que sanara a su hija.

Como parte de su responsabilidad como principal de la sinagoga, tal vez se esperaba

de Jairo que ayudara de alguna u otra manera a las familias judías. Pero para él, la

mejor manera de lograrlo era comenzar en casa. Ayudar a su hija agonizante llegó a

ser el mejor y más efectivo método de ayudar al mundo agonizante. No iba a permitir

que el prejuicio de sus colegas lo desviaran de la misión de salvar a su hija.

Jairo es el autor de la siguiente declaración: “El mundo no necesita tanto a grandes

intelectos como a hombres buenos, que sean una bendición en sus hogares ”. OE 215.

Jairo debe de haber sido conocido por su excelente labor en la sinagoga, pero era su

ministerio en el hogar lo que lo destacaba. Es fácil alcanzar almas agonizantes en este

mundo mientras nuestras propia familia desfallecen en casa.

La curación de la hija de Jairo seguramente se constituyó en la base de un extenso

ministerio que incluiría la sinagoga. Podría haber sido más fácil para él invitar a Jesús

a su sinagoga ahora que había ido a su casa y sanado a su hija. Nuestra testificación a

favor de Jesús se fortalece con lo que él ha hecho en nuestra vida y en nuestra familia.

Jairo había demostrado fe en Jesús. Su posición no le impidió rogar por misericordia.

Acudió a Jesús creyendo que su hija sería sanada: “¡Ven! Pon las manos sobre ella

para que sane, y viva" (Marcos 5:23).

Si Jairo, como dirigente de la sinagoga, hubiera tenido resentimiento en contra de

Cristo, su hija probablemente habría muerto. Es con frecuencia la actitud de los padres

hacia Cristo lo que puede convertirse en una bendición o una mal dición para sus hijos.

Esto se ve en la actitud que tenemos en contra de aquellos a quienes la iglesia les ha

dado la tarea de cuidar de nuestros hijos. A veces las personas que ayudan en hacer

discípulos para Jesús, de nuestros hijos, son tema de habladurías durante el almuerzo

del sábado. Y es todavía peor si ocurre en presencia de los hijos que los miran como

modelos. Jairo dejó un legado para su hija, un legado que le recordaba a su hija que

podía confiarse en Dios.

Jairo como padre Es muy claro que Jairo amaba a su hija. La amaba más que a su posición en la

sinagoga. Estuvo dispuesto a arriesgar su reputación por ayudar a su hija agonizante.

Lo inusual de esta historia es que presenta una relación entre un padre y su hija; algo

muy único en los evangelios. Las mujeres siempre han estado al frente cuando se trata

de la salvación de sus hijos. Fue un grupo de mujeres quien trajo a Jesús a sus hijos

para que los bendijera.

Uno podría tal vez entenderlo mejor si hubiese sido un hijo varón, porque ese era el

orgullo de cada padre judío. Pero aquí vemos a un padre saliéndose de su camino para

asegurarse que su hija es sanada. Es muy probable que el nacimiento de una niña en

esa cultura no se viera como un evento importante. Hay culturas en algunas partes del

mundo en que el nacimiento de una niña no se considera un evento. No se considera

que la persona tenga hijos si solamente tiene hijas.

Es un secreto conocido que la mujer no era altamente estimada en la cultura judía.

No obstante la percepción negativa que su cultura pudo haber tenido contra la mujer,

este hombre llamado Jairo no se detendría al buscar ayuda para su hija.

Cariñosamente le llamó mi pequeña hija. Otro dato es que a edad de doce años era

considerada como edad legal para el matrimonio en la cultura judía de entonces. Esa es

probablemente la razón por la que Marcos y Lucas indican deliberadamente que la niña tenía

doce años de edad. El punto es que esa niña no era un infante. Así que la palabra pequeña no

se refiere a la edad o al nivel de madurez, sino que es una expresión de cariño. Era

amada por su padre. Con razón el padre dejó todo a un lado y buscó la ayuda de

Jesús.

A pesar de la cultura de la época, Dios todavía tiene a hombres que están dispuestos a

arriesgarlo todo por sus hijas y sus hijos. Hay un Jairo en cada comunidad.

Nuestra oración es que podamos haber más de ellos y que tú puedas ser uno de ellos.

Esos son padres que consideran el bienestar de sus hijos como más importante que

sus carreras. Pueden ser pastores, ancianos o directivos de iglesia, pero su prioridad

son sus hijos. Saben que no pueden ganar el mundo si no alcanzan primero a su

familia. El ministerio en casa nos prepara para el ministerio en la sinagoga.

Jairo como esposo Cuando Jesús vino a la casa de Jairo, pidió a todos que se alejaran, excepto a los tres

discípulos y los padres. De acuerdo con Mateo, esa gente estaba haciendo mucho

ruido. San Lucas 8:53 Los otros evangelios informan que se rieron cuando Jesús dijo que la

niña no estaba muerta. Elena G. White dice que cuando Jesús llegó, encontró a las plañideras

de paga y a quienes tocaban la flauta produciendo sonidos como forma de hacer duelo

por la muerte de la niña. DTG 310. Habían dado por muerta a la niña y se habían

convertido en una molestia y en una piedra de tropiezo para lo que Jesús iba a hacer.

En Lucas 8:51, se nos dice que solamente se les permitió a Santiago, Pedro y Juan,

más los padres, estar con Jesús. Jesús reconoció el papel de Jairo y su esposa al

invitarlos a estar con él mientras ministraba a favor de la niña muerta. Era también un

reconocimiento de la relación íntima entre Jairo y su esposa. Si Jairo y su esposa no

hubieran estado en armonía, probablemente nunca habrían presentado a su hija a

Jesús. En vez de llamar a Jesús en busca de ayuda, se habrían quedado peleando y

echándose la culpa por la enfermedad y la muerte de su hija. Es “la atmósfera que

rodea las almas de padres y madres” (HC 12) lo que hace del hogar un centro

misionero.

Hay también discípulos, los instrumentos de Dios para alcanzar a la humanidad

perdida. Actualmente, los ministros, dirigentes de Escuela Sabática, de Jóvenes, y

muchos otros más, desempeñan ese papel. También se invitó a los padres; era su

responsabilidad guiar a su propia hija a Cristo.

Los ministerios de Escuela Sabática, Jóvenes y Conquistadores juegan un papel muy

importante, pero nunca deben quitar la responsabilidad de los padres en traer a sus

hijos a Jesús. (HC 166).

Mientras haya cooperación entre la iglesia y la familia, hay esperanza para nuestros

hijos. Pero esto empieza con los padres y comienza en el hogar.

Extendiéndose a otros Cuando la niña despertó, probablemente vio a sus padres tomados de la mano y con

lágrimas de gozo, parados al lado de su cama. Tal vez vio también a cuatro extraños

con el rostro brillando de gozo. Tal vez le dijeron después cómo sus padres se

rehusaron a darse por vencidos, aun cuando había sido declarada muerta. Nunca

encontraremos un regalo de cumpleaños que sobrepase a éste. Este era el regalo de la

vida, una segunda oportunidad.

San Lucas 8:56

Cristo les pidió que se quedaran quietos y no divulgaran este evento. Era una orden

muy difícil para esta niña. Los cumpleaños son la celebración de un proceso natural de

la vida. Podemos esconder nuestros años, pero generalmente no escondemos nuestros

cumpleaños. ¿Cómo iba a celebrar esta niña y su familia el día en que fue traída de nuevo a la

vida? Esto nunca iba a poder permanecer en secreto; además, todo el pueblo sabía de este

milagro.

Imagina a esta niña contándoles a sus amigos lo que había pasado. Podemos

imaginarnos el entusiasmo en su voz al contarles cómo sus padres se negaron a darse

por vencidos aun cuando toda la población lo había hecho. ¡Y cuando les contó de

Jesús! No había sido llevada a Jesús, sino que Jesús vino a ella, ¡a su propia

recámara para darle el don de la vida! Sí, mientras otros niños celebraban sus

cumpleaños, ella estaría por siempre agradecida por el día que Jesús le dio el regalo

de una segunda oportunidad.

También a sus padres les habría parecido difícil quedarse callados. Era imposible dejar

esto encerrado en su corazón. La familia tenía una historia que contar y se la habrían

de decir a todo el mundo. Era su experiencia de lo que Jesús significaba para ellos.

Nunca sería una difícil tarea para esta familia alcanzar a otros. Las familias pueden

llegar a otros con sus historias si han sido enriquecidos por la presencia y el poder

sanador de Jesús.

Conclusión Lo que se suponía que fuera una tragedia para esta familia, se convirtió en una

bendición en muchos sentidos. La crisis de perder a su hija sirvió como oportunidad

para invitar a Cristo a su hogar. Deuteronomio 6 nos recuerda que cada situación y

cada experiencia pueden convertirse en un momento de aprendizaje. El acercarnos a

los miembros de nuestra familia nos prepara para la misión más allá de las fronteras

del hogar. Se nos recuerdan las palabras siguientes:

Hermanas; vayan a trabajar a favor de sus hijos. ¿Mostrarán que tienen una

familia bien ordenada? ¿Irán entonces a trabajar a favor de sus vecinos? ¿Serán

entonces una luz y poder en la iglesia, porque tienen la luz del poder de Dios?

(Sermons and talks, p. 55)

Las investigaciones de George Barna afirman que durante una semana típica, menos

del diez por ciento de los padres que asisten regularmente a la iglesia con sus hijos,

leen juntos la Biblia, oran juntos o tienen el culto familiar juntos.

Tal vez nos encontremos en una situación en la que nuestra propia familia no ha sido

alcanzada por Cristo. Tal vez ellos han optado, de su propia decisión, por servir a

otros dioses en vez de al Dios de sus padres. Tal vez hemos hecho lo mejor o tal vez

hemos fallado en nuestra responsabilidad de llegar a hasta nuestros hijos con el

evangelio. Pero todavía podemos llevarlo al mundo al ministrar a través de nuestro

dolor y lágrimas. Dios conoce las cargas que llevamos y nos llama a venir a él para

encontrar reposo. (Mateo 11: 28-30).

Llamado Hemos sido comisionados para predicar el evangelio al mundo. A fin de realizar un

trabajo eficaz, tenemos que comenzar en casa. El Premio Nobel de la Paz lo reciben

aquellos que han desempeñado un papel significativo al ejercer un impacto en la vida

de otros en la sociedad. Es posible que un padre y una madre fieles que han aceptado

a Cristo como su Salvador personal y trabajado a favor de sus hijos y miembros de su

familia, nunca reciban este premio.

Pero, en los anales del cielo, los mayores serán aquellos que son una bendición en su

hogar. Una cosa es traerlos a esta vida, y otra traerles vida; sí, vida eterna al hacerlos

discípulos de Cristo. La labor de alcanzar a otros para el evangelio comienza en la

casa, pero nunca debe terminar allí. Sé entonces una bendición en tu propio hogar. El

Espíritu Santo está listo para habilitarnos. ¿Estamos listos para salir a hacerlo?

¿Iremos? Con Cristo a nuestro lado podemos acercarnos al mundo entero, pero eso

comienza en el hogar mismo.

¡Que esa sea nuestra experiencia hoy!

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