Ética y razón - francisco bravo
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7/26/2019 tica y Razn - Francisco Bravo
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EL DO- DE LA ETICA
La primera cuestin que ha vuelto a discutirse en la tica contempornea es la rela-
tiva a su dominio.A partir de los PrincipiaEthica de Moore, se ha hablado insisten-
temente de un cambio del tema de la tica y se ha sostenido, con no menor insisten-
cia, que ste fue el primer resultado del influjo de Moore en la filosofa moral con-
tempornea . Son precisamente estas aseveraciones las que justifican,
ai
menos en
parte, una investigacin como la que aqu emprendemos. Se dio tal cambio en la
realidad de los hechos? En qu consisti? (,Cules fueron sus causas? Cules han
sido sus consecuencias para la filosofa moral? Una de las que se sealan es un
extraordinario estrechamiento de esta disciplina2.Un estrechamiento cuantitativo,
concentrndose sta a una o dos cuestiones, no siempre las mismas. Pero tambin
un estrechamiento cualita tivo, trocndose la tica en un campo baldo, aburrido
y
poco gratificante3.Es legtimo ver en uno u otro un estmulo para e l retomo a las
investigaciones aristotlicas en este dominio*, como sostiene una de las animadoras
de ese ret~r no ?~
Un mtodo adecuado para responder a stas y otras cuestiones parece ser el
estudio comparativo de las concepciones de los fundadores (antiguo y contempor-
neo) de la filosofa moral.
Y
nos ha parecido ms adecuado empezar con el examen
del captulo e los
PE
donde su autor aborda exprofeso la cuestin del tema de la
tica. El estudio de este captulo, uno de los
lo i
ms influyentes en la filosofa
moral contempornea, nos permitir conocer el punto de vista de Moore sobre el
problema; pero, adems, por sus referencias a la tica aristotlica, repetidas en algu-
nas de sus obras posteriores, nos ayudarn areexaminar a concepcin del Estagirita
a la luz de teoras ms recientes. Hay algo en comn entre stas y la del iniciador de
la tica como disciplina filosfica? Es necesario concluir con S. Hampshire5que,
l leer la tica a Ntcmaco despus de pasar revista a las obras de Moore,
D.
Ross
y C.L. Stevenson, se tiene la impresin de estar ante cuestiones completamente
diferentes?Y sin embargo, el mismo Hampshire dir, en otro de sus ensayos6,que
un hombre actual puede interpretar su experiencia moral en trminos aristotlicos,
y
que las filosofas morales de Aristteles
y
Spinoza son, en la actualidad, las
s
crebles
y
dignas de desarrollo7. Se da, pues, sea o no acorde con los puntos de
vista contemporneos, algn grado de vigencia de las concepciones aristotlicas?
De qu modo, si hay alguno, stas
y
las de Moore puede depurarse mutuamente,
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pero, adems, completarse unas a otras? Sabemos que son intenogantes que pueden
replantearse en cada seccin de nuestro es tudio. Para buscarles una respuesta a
propsito del tema de la tica, parece indispensable una reposicin de la doctnna
mooriana en el marco de la tica contempornea, para ver cmo ha sido interpretada
y para determinar la naturaleza de su influencia. Ser igualmente necesaria una
relectura de la respuesta aristotlica, levada a cabo en discusin con sus exgetas
ms recientes.
G.E. MOORE LA PREGUNTA POR
EL
SIGNIFICADO DE BUENO
G.E. Moore empieza refirindose al tema de la tica in
abstracto
pero ya desde
entonces, no en relacin con las acciones, sino con los juicios: a la tica compete
buscar la verdad global sobre lo que es, a la vez, comn y peculiar a todos los
juicios ticoss, es decir, a los que contienen los trminos 'virtud', 'vicio', 'deber'.
'bueno', 'malo' u otros afines. Peroqu es in
concreto
lo comn y peculiar a todos
los juicios ticos? Es aqu donde empiezan las acusaciones del filsofo ingls con-
tra sus predecesores. Sostiene, en efecto, que no slo se han dado a esta cuestin las
respuestas ms diversas, sino que, adems, ninguna de el4as es completamente
satisfact~ria~.l autor de los PE recuerda, a este propsito, la desolacin que le
caus la confusin reinante entre los filsofos morales britnicos del siglo XIX y
comienzos del
XXI0.
Su pesimismo parece ahondarse en su Etica
(19
12), donde
empieza a temer que ser difcil una respuesta unnime a los problemas fundamen-
tales de la filosofa morall1.
Se abstendr por ello de expresar su parecer sobre lo comn y peculiar a los
juicios indudablemente ticos? Lejos de ello. A una opinin tradicional ms o me-
nos dominante, opone la suya casi dogmticamente. Tradicionalmente se ha soste-
nido que lo comn y peculiar en cuestin es la condiicta: qu, en nuestra con-
ducta de seres humanos, es bueno y qu es malo, qu es correcto y qu es incorrec-
t o ? ~ ' ~ .oore no puede menos que reconocer que la conducta es, con mucho, el
objeto ms comn y, en general, el ms interesante de los juicios ticos . Habr
que aceptar por ello, como defhicin adecuada de la tica, a proposicin segn
la cual ella se ocupa de las cuestiones sobre qu es bueno o malo en la conducta
humanaI4?Los filsofos morales han credo comnmente que sus investigaciones
se limitan
a
la conductao a la prctica,y que, por tal razn, la denominacin de
filosofa prctica cubra adecuadamente la materiade la que deban ocuparse.
Moore piensa,
s n
duda, en Arist6teles. En la transformacin programtica que
lhace del trmino thos (costumbre) en ethos (carcter), de modo a poder deno-
minar ttjika i aretai (virtudes ticas)I5a la clase de disposiciones habituales ms
estudiadas en la Etica a Nicmaco y dar el nombre de Etica a la disciplina que
describe como el tratado de la moral16. ambin es posible que tenga en mente la
inclusin aristotlica de la tica dentro de lo que el Estagirita llama la Gtavota
apax tlxq o pensamiento prctico1'. Sea como fuere, conviene recordar que la de-
signacin de
la
conducta humana buena o mala como predio peculiar de la tica ha
sido, efectivamente,una de las constantes de la fi losofa moral antes de Moore. En
Mst teles, en todo caso, la conexin entre la tica y la conducta es una caracters-
tica fundamental de su filosofa. Todava despus de Moore, S. Hampshire sigue
sosteniendo que el tema original de la tica es la cuestin de cmo debemos vivirla.
Frente a esta postura, que, segn Moore, mutila indebidamente el dominio de la
tica, declara su propsito de utilizar el trmino 'tica' para abarcar ms que eso,
a saber, la investigacin general sobre qu es bueno19.
Y
no es que la filosofa
moral ce mantenga ajena al a cuestin de qu es la buena conducta. Slo que no debe
empezar por ella , sino por otras cuya solucin debe dar por supuesta, a saber, las que
interrogan qu es bueno y qu es la conducta. Porque 'buena conducta' es una
nocin compleja, como lo muestra el hecho de que no toda conducta es buena.
Adems, es obvio que la conducta no es peculiar a la tica, pues de ella se ocupan
igualmente, entre otras disciplinas, la psicologa
y la Es por eso que si
la tica se definiera como la ciencia de la conducta buena o mala, perdena su auto-
noma, reducindose a una de las ciencias especialmente ocupadas del
hombre^^ ,
como ha ocurrido, de hecho, en J.S. Miii, que la reduce a la psi~ol oga*~,en W.K.
Clifford, que la reduce a la sociologaZ3.or lo que toca a 'bueno', hay otras cosas
fuera de la conducta que son buenas,y si es as, este trmino denotauna propiedad
que es comn a ellasy a la buena conducta24. ase. pues, lo que ocurrira si, para
definir esa propiedad, nos fijramos slo en la conducta: no slo correramos el
riesgo de contentarnos con una definicin que no convendra omni definito sino
que, adems, ni siquiera sabramos lo que es la buena c~ nd uc ta *~ .Cmo saber, en
efecto, o que es una conducta buena si no sabemos previa adecuadamente o que
es bueno, en general?
Para evitar los riesgos del reduccionismo (de la tica a otras ciencias, o de la
bondad a la bondad de la conducta) hay que seguir el orden inverso: en vez de
empezar averiguando qu es la buena conducta, la tica debe considerar antes qu
es bueno, en generalz6.Moore espera que, de llegar a alguna certeza en este punto,
aser ms fcil establecer la cuestin de la conducta. No arrebata, pues,
a
la tica
el estudio de la conducta humana buena o mala, sino que lo ubica en el lugar que le
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corresponde: no al c omienzo, sino, en todocaso. despuds de la cuestin Ctica funda-
mentaln. CuBI es? La pregunta doble, aunque complementaria 'qu es bueno'
y
' qu esn~alo ' '~unque Moore atender sobre todo a Ia primera.
A
a investigacin
de esta cuestin ?-escribe- doy el nombre de tica, pues esta ciencia debe incluirla
en todo caso29. Bueno', es, por tanto, su trmino fundam ental, y como el autor
deca en un curso de
1898
la nica nocin que sirve para distinguir la tica de
cualquier estudio, de tal m odo que sta debe definirse por referencia a este objeto
simple, indefinible e hanalizable del pensamiento^^^. Abordar el estudio de esta
nocin es, por lo tanto, intentar la determinacin de los prinicipos fundamentales
del razonam iento tico, que es, en el fondo, lo que Mo ore quiere establecer, ms que
las conclusiones que se siguen de ellosx'. Por eso considera sus PE, vanando un
tanto la forma del titulo kantiano, como los Prolegm enos a toda tica futura que
pretenda ser cientfica32.
Pero Moore admite que definir la tica coino
la
nvestigacin general de qu es
bueno es hacerlo de modo am biguo, pues la cuestin 'qu es bueno' puede tener
varios significado^^^. En primer lugar, puede enm arcarse en el dominio de las cosas
particulares y preguntar, acerca de stas, culil de ellas es buena.
El
tmino 'qu' (de
'qu es bueno') sere spond e, en esos casos, con lapalabra 'esto', siendo a respuesta
completa 'esto es bueno', que es una proposicin particular3'. De modo anlogo
parece entender Menn la pregunta 'qu es la vir t~d ' '~ ,por ello responde dando
una lista, o como dice Scrates, un enjambre de virtudes36: na vutud del varn,
otra de la mujer, etc Pero tanto Scrates como Moore rechazan este tipo de res-
puesta, por corresponde r a un tipo de pregunta quc carece de inters cientfico o
tiene, a lo mucho,
un
carcter pre-cientfico.
El
autor de los PE lo dice con claridad:
No es ste el sentido en que una tica cientfica plantea la cuestin, pues as
entendida, se refiere
a
hechos nico s, individuales, absolutamente particulares,
de los que no se ocupa la ciencia, que es general .
Hay un segun do significado de 'qu es bueno' que debe mos examinar a conti-
nuacin: el de 'qu es bueno' en el sentido de 'qu
cl ses
de cosas son buenas', a la
que se responde con juicios como 'los libros son buenos' o 'el placer es bueno'38.
Segn Mo ore, en este sentido entienden la cuestin aquellas obras que, com o las
Eticas de hst te ies , contienen una lista de Es esto verdad en el
caso de Aristteles? Contienen sus obras 6ticas listas de v irtudes?
Tal
vez esta
pensando Moore en pasajes como el de EN II,7,1107a 1108b 10 donde el autor
presenta, efectivamente,u cuadroglobal d e las virtudes morales. Pero difcilmente
puede considerarse com o listas ni siquiera el tratado aristotlico de las vutudes.
que wpone , al interior de la mism a tica, una visin global del bien del hombre, y
fuer ade ella, entre otras cosas, una conce pcin de la naturalezahum ana. Peto no es
ste el punto que inieresaen este lugar. Lo que M oore subraya es que la cuestin as
entendida y las respuestas que ella origina constituyen, no la tica propiam ente
dicha, sino la sustancia de la Casustica, que en la poca de Moore, se con sidera
comnmente diferente de la tica
y
men os resp etable qiie ella4'.
Moore insiste en la diferencia entre la tica y la casustica, pero n o suscribe el
dictamen sobre la
inferioridad de la segunda respecto a la primera41.
Y
la diferencia
no radica en el hecho dc que aqulla sea m ucho ms detallada y particular y sta
ms general42. l autor de los
PE
considera de gran importancia sealar que la
casustica no se ocupa de nada que sea absolutamente parri cular ~~'.ncluso si se
admite que sta es
nzs
particular y la tica
ms
general, ello indica que las dos
slo difieren de grado, no de clase43.En la medida en que la misma tica
(aristotlica o moorianaj se permite dar alistas de virtudes e incluso nombrar los
constitutivos del Ideal4s, s indistinguiblede la casu ~ t i ca ~~ .mbas se ocupan,
en cierto modo, de lo partic uld6, pero siem pre a la luz de lo general. Y as com o la
qumica averigua las caractersticasdel oxgeno, se den donde se den,
as
tambin la
casustica aspira a descubrir qu (clases de) acciones son buenas, ocurran cuan do
Bajo este aspecto, la tica
y
la casustica han de cataloga rse con c iencias
como lafsica, laqumica y la fisiologa, que investiganlas leyes dc sus respectivos
objetos,y deslindarse, en cambio, por completo, de ciencias que, como la historia
y
la geografa, estn excesivam ente apegadas a lo particular. Y si atendemos al afn
por el detalle, las investigaciones casuisticas estn, en realidad, ms cerca de la
fsica y de la qumica, que l s nvestigacionespropiamente ticas; pues as como la
fsica no puede contentarse con des cu bk qu e la luz es propagada por las ondas del
ter, sino que debe determinar, adems, la naturaleza de las ondas etreas que co-
rresponden a cada uno de los varios colores, as tambin la casustica, no contenta
con la ley general segn la cual la caridad es una v h d , debe intentar descubrir los
mfitos relativos de cada una de las diferentes formas de
la
caridad48.
Moore
da
un paso ms
all
en la revaloracin de la casustica, al sostener que
sta fama parte de] ideal de la tica,
y
que, en consecuencia, ia tica no puede
estar completa sin la ca su~ tica ~'. e puede decir cntonces que la casustica perte-
nece a la tica como su meta y complem ento natural5'; aunque tambin se p uede
afirmar, mirando las cosas desde el lado opuesto, que la tica es exigida por la
casustica como su fundamento necesario5'. No es, pues, verdad que entre la
casustica
y
la Wca hay, para M oore, las misma s relaciones que establecern sus
seguidores entre la tica nonn ativa y l a m e t a - t i ~ a ~ ~ :l vnculo entre las dos no es
puramente externo, como el que se da en tre un meta-lenguaje cualquiera y el len-
guaje-objeto que l a naliza, sino un vnculo interior, como aqul que hay entre el
terminus qu y el
t rminus
ad
qu m
de un mismo proceso. En otras palabras,
l
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tica es, segn Moore, el punto de partida de un proceso cuyo punto de llegada debe
ser, so pena de inutilidad, la casustica. Slo asi se entiende que las dos difieran
entre sonly N degree and nof in kind>9 .
De este modo, los defectos de la casustica, tan duramente criticados por
F.H.
B~adley~~,no son defectos de principio, pues ninguna objecin puede hacerse ni a
SU
objeto
n i
a su Dnde enraizan, pues. sus deficiencias? No, propia-
mente, en ella, sino en nuestras limitaciones para abordarla coino se debe: es, dice
Moore, un asunto excesivamente difcil como
para
ser tratado adecuadamente en
nuestro estado actual del conocimiento56. de
ah
las aberraciones en que incune
el casuista, ncapaz de distinguir, en los casos que trata, aquellos elementosde los
que depende su valor56.De
b
ambin la perniciosa influencia de sus investiga-
ciones en el dominio de la filosofa moral, pues no ha entendido que la casusticano
constituye el comienzo, sino la meta de las investigaciones ticas
y
que, en con-
secuencia, no puede intentarse correctamente
al
inicio, sino
al
final56 e aqt~llas
como su coronamiento necesario. Tiene que ver, en efecto, con la formulacin de
los ideales: de lo que los griegos, y particularmente Anstteles, iiamabm -el mejor
gnero de vida,
y
que el mismo Moore aborda slo en el ultimo captulo de los PE,
segn algunos, a ttulo de il~ st rac i n~~ .o que l persigue bsicamente son los
fundamentos, que son el objeto de
l
tica en sentido estricto: est convencido, en
efecto, de que, sin conocer los Fundamentos, la determinacin de los ideales
es
una
ficcin: aunque sabe tambin. por otro lado. que sin la deteminacin de los ideales,
la obra dc fundamentacin del conocimiento moral constitua un esfuerzo intil.
Pero ms all
o
ms ac) de los dos analizados, hay un tercer sentido de qu es
bueno' que es, segn Moore, el comn y peculiar a todos los uicios ticos. Median-
te la cucstin que nos ocupa podemos averiguar, en efecto, no slo qu cosas en
particular son buenas y qu clases de cosas son buenas, sino tambin
h o u ~good s
to be defined: cmo se ha de d e f i bueno'58.
A
causa del adverbio moda1 how', se
podra creer que estamos ante una cuestidn puramente metodocgica. Pero el con-
texto indica que, en este lugar, se trata de una cuestin estrictamente conc qtual,
encaminada
a
descubrir qu designa lapalabra 'bueno' ; o lo que es lo mismo, cul
es la definicin de 'bueno'.
Asentendda, la pregunta que nos ocupa compete nicamente a la tica, no a la
casusti~a~~i a ningua otra disciplina. Constituye, en otras palabras, la lnea de
demarcacin entre lo que es tica propimente dicha -la 'tica cientfica' a la que se
refiere Moore6'- y los otros dominios, derivados, de la tica, a saber, la casustica,
que responde a la cuestin 'qu clases de cosas son buenas?'
y
la que el autor
denomina 'tica pr 5~t ic- a'~ ~'doctrina de los medios', que responde a la cuesti6n
'qu debemos hacer?'63.Pero adems de constituir la lnea de demarcacin entre la
tica cientifica, a casustica
y
la tica prctica o normativa, esta cuestin es lams
fundamental de toda la tica)P, pues no slo confiere su contenido a la pnnrera,
sh o que
a la segunda su verdadero fundamentoy da a la tercera el cnte-
no
que requiere
y
mtes de que se constituya como tal, el criterio de todamoralidad.
ES_ UB,explicable que el autor insista en su espec$icidad respecto de la tica
cientfica:
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la tica cientf ica la C ~ S U ~ S C ~ ;se ver, adems, el unilateralismo de las interpre-
taciones que reducen la tica mooriana a una simple meta-tica.
ARISTOTELES
O
LA BUSQUEDA DEL BIEN DEL HOMBRE
Dada la perspectiva en que se sina nuestro estudio, creemos que la mejor va pan
acercarnos a la concepcin aristotlica del dominio de tica es la critica de quien
ha sido, al menos espordicamente, uno de sus interlocutoresen el siglo
XX
Aun-
que Moore no se refiere a l tan persistentemente como a Sidgwick7' . i lo cntica tan
acerbamente como a Be nt i~ am ~~ ,.S.
y
S p e n ~ e r ~ ~ ,l Estaginta se halla sufi-
cientementepresente en sus esc.tosi5 como para que podamos reconsmk las gran
des lneas de su crtica en relacin con el problema que nos ocupa. Estas, adems de
mostrar el inters del autor de los
PE
por el autor de la Ezica a Nicmaco, nos
indicar los aspectos de la teora aristotlica que hemos de desmollar con nfasis
particular.
La crtica se dirige, ante todo, a la que Moore considera ser la respuesta de
Aristteles a la cuestin sobre el dominio de la tica. El filsofo ngls la desarrolla
en dos etapas, correspondientes, a primera,a los Principia Ethica y, la segunda, al
ensayo *The Nature of Moral Philosophy (1922). Luego critica la respuesta
B stot6lica a la cuestin 'qu es?'. a propsito de la virtud. Huelga decir que en
esta seccin slo nos ocuparemos de la primera de las crticas
La primera cntica de los PE es, en cierto modo, implcita: Moore da a entender
que la tica de Aristteles no es una tica en sentido estricto -una tica cientifica-
sino una ca~u sti ca~ ~.l pnncipai signo de ello seria el hecho de que sus obras
morales contienen listas de virtudes, es decir, de ciertas disposiciones habituales
buenasi7. Aristteles podn'a replicar que, segn el niismo Moore, tambin la tica
propiamente dicha d a listas de virtudes e incluso nombra los constitutivos del
Idealni de tal modo que no se puede invocar este hecho como criterio de demarca-
cin entre la tica y la casustica. Tambin ha insistido, por otro lado, en que la
casustica es una parte de la tica, y por cierto la ms noble de ellas, la que la ktica
cientifica persigue como meta. Por todo ello, esta primera crtica parece ser de
carcter puramente metodolgico: en vez de empezar por el comienzo, Anstteles
habra empezado por el m Habra reconocido, en todo caso, que desde el punto de
vista temtico, la tica es, efectivamente, como quiere Moore, la investigacin
general de qu es buenolY En otras palabras, el error de la Etica a Nicmaco no
sena temtico, pues reconocera que el tema de la tica es 'bueno', en general, sino
problemtico;
y
no en cuanto a que no deba plantear el problema que plante (scil.,
qu clases de cosas son buenas), sino en cuanto que lo plante indebidamente, sin
plantear ni resolver previamente qu significa 'bueno'.
No hace falta un conocimiento especializado de la
EN
para saber que esta obra est
lejos de reducirse a un simple catlogo de virtudesso.Es verdad que, en relacin con
ellas, el principal inters de Aristteles no es saber lo que la virtud es, sino cmo se
la adquiere o cmo llegamos a ser buenosE1. ero ello no impide que el problema del
t estin ocupe amplios sectores de su estudio, trtese de la virtud o del bien del
hombre en su conjunto, como lo reconoce implcitamente el mismo Moore en su
anlisis del concepto aristotlico de virtuda2.En todo caso, ni Moore parece dar
excesiva iinportancia a esta primera crtica,
ni
pone ella en peligro el carcter tico
de la obra aristotlica. Mucho ms radical es la cntica de 1922.
A
decir verdad, sta
se halla anticipada en los PE, donde su autor critica la concepcin aristotlica de la
v a d , acusndole de i n c u d en la falacia naturalista de dos maneras: conside-
rando las vimides prcticas o morales como valores intrnsecosE3 sosteniendo que
the6n es la nica cosa buena en s misma. Este solo hecho bastara para dejar la
tica aristotlica uera de combate, pues impl icha un error fundamental en cuanto
al
dominio peculiar de la filosofa moral. Pero la crtica de Moore es, en este punto,
mucho ms compleja,
y
requiere ciertos aspectos de su propia teora que an no
hemos desarrollado. Atenderemos, pues, ante todo a la crtica de 192284, onde el
autor parece poner directamente en tela de juicio el status moral de la obra del
Estagirita.
Todo el mundo admitin'a -escribe Moorea5- que la idea f~indamental ue ocu-
pa a la tica de ks t te le s es una idea cuya discusinpefienece a la filosofa moral;
y sin embargo, creo que es completamente evidente que esta ideano es, de ninguna
manera, una idea moral.La acusacin no puede ser ms explcitani ms amenaza-
dora, dirigida como va a quien se considera comnmente como fundador de la filo-
sofa moral en tanto doctrina filosfica. Ser, pues, -podn'amos preguntar
pzafraseando a H A Prichardg6-que toda filosofa moral que en l se inspira des-
cansa en un error? Cul es esa idea que constituye el centro de la tica aristotlica
y a la que Moore niega el status de idea moral? NOse trata, desde luego, de la idea
de obligacin o deber moral, que es, segn el Moore de 1922, una de las ideas
fundamentalesque ocupan a la filosofa moral: Anstteies no empieza con ella,
y
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a lo largo de su EN, no la menciona sino incidentalmenteX7.ampoco empieza con
la idea de bondad o de excelencia moral, aunque el Estagirita tiene mucho ms que
decir sobre ella87.LO que ocupa a Aristteles en primer lugar, lo que est en el
centro de su reflexin moral, es, segn Moore, lo que el Estagirita llama el bien
humano o bien del hombre88. u primera cuestin es, en efecto, 'Qu es el bien
del hombre?',
y
todo su libro est estructurado de modo a dar una respuesta deta-
llada a esa No puede ser ms exacta
ni
ms luminosa esta descripcin
mooriana de la Etica a Nicmaco: ella muestra, ciertamente, el buen conocimiento
queMoore iene de esta obra, pero, al mismo tiempo, resta valor a su crtica anterior
de que la tica de Aristteles parece reducirse a unas cuantas listas de virtudes*.
Pero lo importante en este punto es la postura del filsofo ingls ante el bien del
hombre tal como el Estagirita lo defme. Para demostrar que no es una idea tica, se
sirve de un argumento
ad hominem,
reuniendo las condiciones ericas que estable-
ce Aristteles para que algo merezca el ttulo de
anthrdpinon agathng O.
on, funda-
mentalmente, dos: (1) Que sea algo digno de tenerse en vista de s mismo, y no slo
en vista de algo otro91.Debe ser bueno
en s mismo,
no como la riqueza, por
ejemplo, que slo es digna de tenerse por lo que se puede hacer con ella. Debe ser
algo digno de tenerse, incluso si nada ms se deriva de l91.En otras palabras,
debe ser un valor intrnseco92.
2 )
Que sea algo auto-suficiente:algo que, incluso
si no se tiene nada ms haga la vida digna de vi vi r~ e~ ~.oore subraya la insistencia
del Estagirita sobre estos dos cntenos fundamentales, a saber, la ultimidad y la
auto-suficiencia. Pero cumple con ellos el bien del hombre tal como l mismo lo
define? Moore recuerda la definicin aristotlica: una actividad mental, con tal
que seaexcelente; o si hay varias clases de actividad mental excelente, aquella que
tiene la mejor y ms perfecta clase de excelencia y que, adems, dura por una vida
suficientemente larga94.
Nos hallamos ante una versin Iibre de la famosa definicin del bien humano de
EN, 1, 695 Cumple el bien del hombre as definido con las condiciones abstractas
de bondad intrnsecay de auto-suficiencia reclamadas por el Estaginta? Moore cree
que no, y que por no hacerlo, no alcanza el
status
de una idea moral. Los argumentos
que invoca para demostrarlose fundan,el primero, en el anlisis del uso anstotlico
de
arete
y, el segundo, en el anlisis del concepto igualmente aristotlico de
enrgeia
en combinacin con los cntenos que acabamos de sealar. En realidad,
ambos trminos son esenciales en la definicin aristotlica del bien del hombre.
(a) Moore reconoce que, con el transcurso del tiempo,
arete
ha llegado a signi-
ficar, casi exclusivamente, excelencia y que si Aristteles se refiriera
sloa ella, se podra pensar que lo que entiende por 'bueno' se halla muy cerca de
ser una idea Pero resulta que el Estaginta incluye entre las excelencias
o are talla excelencia ntelectual9'.
Ms
an, sostiene que la excelencia mejor
y
ms
perfecta
ap iuq
~a i E ~ E ~ O T I X ~ ~ )s una clase particular de excelencia intelec-
tual: aquella que hace de un hombre un buen filsofo9*.Ahora bien, sentencia
Moore, nadie pensara en llamar (a esta excelencia intelectual) una cualidad mo-
ra199. ahse detiene bruscamente el primer argumento contra el carcter moral de
la idea delanthrjpinon agathn. Por qu no habra de tener valor moral una virtud
intelectual? ihi ci a Moore, sin saberlo
ni
quererlo, una corriente no-cognitivista en
filosofa tica? Veremos que, tratndose de
phrnlsis,
una de las virtudes tpica-
mente xistotlicas, su valor moral proviene del hecho de que ella
es
(o, en todo
caso,
pone)
el
orths lgos
o recta regla que detennina el justo medio, que es el
constitutivo formal de la virtud moraP En otras palabras y valga esto como sim-
ple anticipo de nuestros anlisis posteriores), la virtud intelectual de la
phrngsis
posee valor moral por ser ella la que origina los valores morales101. n cuanto a
sopha,
que Anstteles considera, efectivamente, como la vipud intelectual, e
in-
cluso como la virtud
tout court,
por excelencia, su valor moral consiste en ser la
fuente de la moralidad: en ser para la prudencia el fin, la meta en vista de la que
pronuncia el
orths lgos
o recta regla constitutiva de los valores moralesio2. s por
ello que Aristteles concibe el objeto de la theora, que es la actividad fundamental
de la sab idu a, como norma ltima de accin103.No ahondaremos an en la ntima
trabazn que el autor de la EN descubre entre las diferentes virtudes: lo dicho basta
para poner de manifiesto la superficialidad del primer argumento de Moore contra
el carcter moral de la idea aristotlicade
arete.
Se d' ia que su frase retrica nadie
pe ns da en llamar
a sophia)
una c&dad moral> intenta exaaer toda su fuerza de
la aparente incompatibilidad entre 'intelectual' moral': tal incompatibilidad es
una tesis que Moore debe probar, como debe probar Aristteles la tesis de la
inseparabilidad, en lavida del hombre virtuoso, de las virtudes mordes e intelectua-
les.
(b)
El
segundo argumento esgrimido por Moore contra el carcter moral de la
idea aristotlica de bien del hombre se fundaen un anlisis del concepto de
enrgeia.
Moore est de acuerdo con Aristteles en que la mera excelencia como tal
...)
no
constituye el bien del hombrelM, ues alguien puede
poseerla
y, sin embargo, no
ejercerla,
por estar dormido o no actuar de ninguna manera. La excelencia mera-
mente
poseda,
la excelencia como simple disposiciii habitual, no es algo de-
seable en vista de si mismo*, sino en vista de los efectos que produce al pasar
a
la
situacin de excelencia
ejercida,
o lo que es lo mismo, al pasar de la potencia
(dynarnis)al
acto
(enrgeia) 05.
Moore insiste en una idea plenamente aristotlica:
no es ...) lamera excelencia mental, sino su ejercicio activo (...)lo que realmente
constituye el bien h~manono '~~.No lo define Aristteies como actividad del alma
@syches enrgeia)
en conformidad conla virtud? Pero Moore cree que el Estag'inta,
al definir el bien humano, incurre en ciertaconfusin
...)
entre lo quees bueno y lo
que es lo
mejor
para el hombre'05.Concede que
toda
actividad
mental
excelente
y
placentera es
un
bien. Y cuando aade que, al haber varias actividades mentales
-
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excelentes,
l
bien es la ms excelente de todas, slo quiere decir que ste s
necesario si el hombre ha de a lcanzarlo
m jor
que puede alcanzar'05. a idea que
a Moorc Ic interesa en este anlisis no es la de
el
bien humano, sino
la
ms funda-
mental de 'bueno'. Qu es 'bueno', segn A ristteles? La definicin que el filso-
fo ingls parece atribuirle es la de actividad mental excelente'". s entendida,
esta idea de 'bueno' sena una idea que todos usamos constantemente y una idea
cuyo tratamiento compete, ciertamente, a la filosofa moral, y que, sin embargo, no
es una idea morallo6. Por que? La razn de e llo parece ser que, as concebido,
cumple con las condiciones de valor intrnseco* establecidas por el mismo
Aristteles y plenamen te aceptadas por Moore, segn parece, a saber, la ultimidad
y
l a au tos~f ic iencia '~ .hora bien, decir que un v alor es inlrinseco slo si&fica,
segn el ensayo q ue el filsofo ingls ha dedicado a este problema en el mismo ao
de
1922.
que r la c uestin de saber si una cosa la posee, y en qu grado la posee,
depende nicamente de la naturaleza intrnseca de
la
cosa en cuestin10 Es, po-
dramos decir, un asunto de carcter ntico. no un problema de ndole moral, y ello
explica que, para Mo ore, no haya diferencia entre la bondad moral
y
la bondad, en
generaliog.
Mientras tanto, el carcter moral de la tica de Aristteles parece quedar en
entredicho,pues su ide a central, que es la de bien human o, no es una ideamoral. Por
una parte, la
arete
que interviene en su d e f e i n es, bsicamente, una excelencia
intelectual y, por cierto, la ms alta de todas, la propia del filsofo. Por otra, esa
misma
arete
no e s buena en cuanto hbito, sino nicamente en su ejercicio. En fin,
el bien humano qu e constituye el centro de la tica aristotlica no es un valor intrn-
seco, y por no serlo, no es una idea moral.' Claro que el mismo reproche se le poM a
hacer alSummum Bonum o Bien Universal reconocido por Moore H0 que, como
observa J. Hilnl, no d ifiere, en cuanto a su ndole, del
anthrpinon agathn
de
Aristteles. Por otra parte, el mismo filsofo ingls recono ce que la filosof a moral
no se ocupa s lo de ideas morales como deber y obligacin, sino tambin de otras
no morales como el de Bien Supremo, a la que dedica el captulo
VI
de los PE. Slo
que, si nos aten emos a su diagnstico, Atistteles no se ocupa suficientemente del
problema de la obligac in moral,
ni
concede a las virtudes morales
un
sitial sufi-
cientemente importante, en el m bito de las excelen cias humanas. Por todo ello,
finalmente, su tica se parece rla mucho a la del mismo Moore: habn en ella, no
slo una c asustica (aparentemente mal situada), sino tambin una tica cientfica,
asiduamente consagrada,si no al problema del significado de 'buen o', en general, s
alde 'bien d el hombre'. De este modo, lo que pareca empezar siendo unacrftica, se
tmeca confusamente, en el reconocimiento de una afiidad. Las pginas que si-
guen irn poniendo e n claro el acierto o de sacierto del diagnstico mooriano, a la
vez que el alcance de uno u otro.
LATICA DE ARIST~TELES,N
TICA
DEL BLEN?
Antes de examinar los textos aristotlicos sobre el dominio de la tica, todava nos
detendremos en otras diagnosis sobre el punto de vista del E stagirita, acaso
influenciadas por el clima que se ha formado bajo el impacto de los Principia Ethica.
En efecto, el aristotelismomoderno, deseoso, sin duda, de poner a Aristteles
da, hainsistido en que su tica es, como la de Moore
y
sus seguidores, una tica del
bie~i"2.
G
Verbeke escribe a este respecto: Desde la primera pgina, e incluso se
podra decir desde la primera lnea, de la tica hasta la ltima, se reen cuentra la
preocupacin central del Estagirita: la nocin del bien"'. No, pues, nicamen te la
cuestin 'qu es 'bue no'?', en general, que el autor de los PE sita en el centro de
su teora tica, sino, adems, en el sentido que interesa a la tica cientfica, a sa ber,
en el de 'qu significa bueno'?'. D. Campanale es del mismo parecer: Aristteles
fue el primero en mostrar que 'bueno' es la idea central de la tica'14. NOes esta
misma la conviccin implcita, aunque un tanto confusa, de M ~ o re ? " ~
No se puede negar que el trmino agathn aparece desde a segunda nea de a
EN1'6 que $610 en su primer libr o se repite unas 7 vecesl17.Pero qu significa
este trmino?
Si
en la
Metafsica
hace Aristteles algn esfuerzo para responder a
tal pregunta, no as en sus Eticas. E.E. RyanlL8 a mostrado, en efecto, que el
Aristteles metafsico ha intentado decir, aunque de modo vacilante, lo qu e entien-
de por
agathn .
Pero
el
Aristteles moralista, como observan G auth ier-J ~lif"~ ,
nunca se ha preocupado de decimos lo que en moral significa la palabra aya 6ov ,
y parece que sta conserv para l el sentido sumamente vago que tenla para el
sentido comn.A este respecto, nada ms significativo que las primeras lneas de
la
EN,
tan desventuradamente invocadas por los campeones de la m oral del
bienl20: cuando el autor dice que toda tcnica y toda investigacin, o mism o que
toda accin
y
eleccin, *parecen tender a algn bien, 'bien' tiene, en realidad, el
sentido ms indefinido. Y lo que una lnea despus parece ser una definicin de
agathn
a saber, ~ u y a 6 o v u XUVT
&@I&TCC~
bueno es aquello a que aspiran todas
las parece ser, en realidad, una cita velada de la definicin de 'placer'
dada por Eudoxo, como se de sprende de la exposicin de su doctrina del placer
hecha por Aristteles en el libro X1". En el captulo 6del libro retomar, es verdad,
esta frmula, al preguntarse qu definicin de 'bueno ' es verdadera para todas las
artes:23. Pero la incluye en una frase interrogativa, que deja subsistir la
indeterminacin:r\ o u ~ q i va ho tm npazzczut; (jacaso podemos definirlo
como aquello en vista de lo cual se hace todo lo dem s?).En fin de las
73
veces en
que agathn se utiliza enEN 1 slo una media docenad esignaun bien propiamen-
t
Este examen verbal perm ite a R.A. Gauthier e Y. Jolif concluir que, en la
EN,
agarhn conserva el sentido completamente ndeterminado que tena en la lengua
-
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giega no filos6fica. aplicndose unas veces a los bienes externos, otras a los pura-
mentecorporales, otras en fin a los anmicos. Se aplica, en especial, al bien de cada
oficio, al placer y al inters. Sobre todo al inters, dndose una marcada tendencia a
la identificacin de agathn y symphern (til), como ocurre en
1
1, 1099 a 22
~ 9 ~ ~ .l autor se refiere, en este pasaje. a la divisin del bien en moral (Kaln),
placentero (Hediston) y til. Ahora bien, al tratarse del bien ti l, en vez de utilizar
el trmino
symphern,
recurre a
agathn,
de tal modo que, en esta lista clasificato-
ria, lo agathn aparece como algo opuesto a lo kaln, del mismo modo en que lo til
se opone a lo moral. Gauthier-JolifLz6hondan en su anlisis filolgico cuando
muestran que este uso de 'agathn' como sinnimo de 'symphern' no tiene nada
de excepcional en laE N. Por el contrario, al oponer, en VIU, 312, la mistad virtuo-
sa a la meramente til,Aristteles no duda en sostener que lo caracterstico de esta
tima es que intenta procurarse un agathn: un bien. sea el que sea.Y es esto lo que
le reprocha al tirano, un poco mas adelante: que busque su propio bien (agathn).es
decir, su provecho personal, y no el de los ciudadanos1z8. n realidad, nada ms
clsico que esta asimilacin del bien al inters, en el mundo antiguo:
E
Gmmachiz9
ha demostrado que ella es una constante eutre los griegos e incluso entre los roma-
nos. Los estoicos, en particular, identificaron expresamente agathn y qmphern,
si bien subrayando que slo la virtud (bien moral) es realmente tilt3O.A ellos se
debe, adems, todauna teona de lo agathn (Bonum) en sus relaciones con lo kaln
(Honestum). En cuanto al uso del trmino 'agathn' antes de hst te les , A.W.H.
Adkins ', despus de suministrar mltiples infomaciones ~ert inente s'~ ',oncluye
que, en este perodo (especialmente en el siglo
V ,
qagathn no es un tmi no mo-
ra1133.
iImplica todo esto que Aristteles identific el bien con el inters, llegando a
definir el primero por e1 segundo? As lo creen Gauthier-Jolif,sosteniendo
curiosa-
mente que lo que H.A. Prichard consider una hereja, a saber, que t agathn es,
para Aristteles, lo que conduce a la felicidad (es decir, en otros tminos, lo til
para la feli~id ad'~~) ),s, en realidad, una evidencia: l bien (agath n) c 'est
ordinairement, pour I'Aristote de l'Ethique Nicomaque. l'ind r ix'3 s.No parece
que esta interpretacin sea sostenible, y aunque por otras razones que las de J.L.
Austinm, me opongo tanto a la hereja* de Prichard, como a la apostasa de
Gauthier-Jolif, como lo har sistemticamente en otro lugar. Es, en cambio, acepta-
ble, que no se puede invocar la reiteracin de 'agathn' en la EN para definu la
Etica de Aristteles como una tica del bien. Gauthkr-Jolif tienen razn en este
p~nto ~:i hiere legtimo fundarse en la frecuencia de 'agathbn' en la
EN
para
definir la tica de Aristteles, no habra que definir sta como una *tica del bien,
sin0 como una n6tica del inters>.Pero estos exgetas parecen sucumbu al juego de
los t6nninos cuando pretenden que, para Aristteles, el bien (agarhn) es ordina-
riamente el inters*. Fuera del mbito de su crtica a la Fo ma platnica del Bien. el
tmino aristotlico para 'bueno' no es 'agathn' sino 'kaln'. En este sentido pue-
de escribir Adkins que Aristteles se siente capaz de oponer lo kaln a lo
symphern (u dphlimon) y, en apariencia, de confiar plenainente en que, como
resultado, sus discpulos elegirn lo kaEn'38.
NO podriamos, pues, seguir los rastros de kaln y a ue 10s de ogathn son
inadecuados- paraestablecer que la tica del Estaginta es, efectivamente ,una tica
del bien? Es fcil demostrar que, sea cual fuere el trmino que lo designe, este
concepto no es caracter stico de su teora moral. El nico lugar en que se ocupa de
l exprofeso es en su crtica a la Forma platnica del Bien, en EN,
1,4:
no. por lo
tanto, para afirmarlo, sino para negarlo; para negar, en contra de los miembros de la
Academia, que haya un concepto nico universal de bien. No existe , pues,
el
bien,
sino bienes' mltiples bienes, diferentes entre s precisamente en tanto bienes'39.
Se podra, acaso, hacer de la moral de Platn una moral del bien; pero, como obser-
van Gauthier-Jolif, el captulo4 del libro de la Eticu a Nicemaco prohbe para
siempre hace. de la moral de Aristteles una moral del bien: el bien no
Por qu, pues, el empeo de ciertos exgetas de la segunda mitad del siglo XX
por catalogar la moral de Aristteles entre las
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ra, el principio de la virtud, s es, en cierto sentido, su consecuencia y, juntamente
con ella, un constitutivo del bien supremo 50.Pero, como comenta R.A. Gauthier,
para Kant, el supremo bien no es de esta tierra, su realizacin postula la inmortali-
dad del alma y la existencia de Dios que recompensar la virtud por la fe li~ida ds ~ .
La condenacin kantiana del eudemonismo ha tenido una profunda influencia y
ha dominado el pensamiento alemn desde el siglo
X M
hasta nuestros das. Ella
explicd a, segn R.A. Gauthier, que los aristotiicos de esta poca, para poner a
salvo la teora 6tica de su maestro, hayan preferido ver en ella una tica del bien.
Con mejor fortuna que ellos, P. Janet, superando dialcticamente la condenacin
kantiana, ha acuado la expresin de eudemonismo racional para designar su
sistema de moral aristotli~a ~~.en Oll-Laprune y otros, con igual fortuna, han
aplicado esta denominacin a la moral de Ari~tteles ~~.s, ciertamente, una apli-
cacin afortunada,pues, como 0bservaR.A. Gauthier, Aristteles ha visto, antes de
Kant
que la tendencia emprica a la felicidad es demasiado indeterminada como
para fundamentar a moral: de ella no acepta sino una cosa, que no le compromete
a nada, a saber, el nombre que da
a l
bien supremo*, el nombre de eudaimona. Pero
su moral no la funda l sobre esa tendencia, sino sobre la razn: es la razn la que
C.. , sin ningn recurso a la aspiracin emprica a la felicidad, determina la esencia
del bien supremo*, que es la actividad virtuosa de la contemplacin; la aspiracin
a la felicidad slo interviene despus, para j~istificar l nombre de felicidad que se
ha dado a este bien supremo154...ero ni Kant ni el comn de los aristotlicos de
finales del sigloXIX y comienzos del han visto as el eudemonismo aristotl ico
y stos, impresionados por la condena del autor de la Crtica de la Razn Prctica,
han preferido no verlo, en la tica de Aristteles, y trocar10 por cierto agathismo,
ms a tono con la atmsferacreada, desde
1903
por los Principia Ethica. Cul es,
mientras tanto, el dominio de la tica, segn el Estagirita? Trataremos de definirlo,
a continuacin, de una manera positiva.
EL DOMINIO DE LA
TIC
DE
ARIsT~TELEs
La primera aseveracin explcita de Aristteles sobre el dominio peculiar de las
investigaciones ticas se da en la Etica a E~ d e r n o l~ ~n forma negativa: ni la Idea
del Bienni el bienuniversal es el bienper se que estamos efectivamente buscando.
Del bien universal
dir,
en la ENIS6, ue
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Ms an: el
in
de la actividad productiva no slo es exterior a s misma, s ino que ni
siquiera es unfinen sent ido absoluto, sino un fin relativo a cada individuo.No as
el fin de la accin que, adems de serle inmanente, es un fin en sentido absoluto,
pues el fin en sentido absoluto (haplos) no es otro que la misma accin dichosa
(eupr~x ia )~~~ .uego vincula Aristteles la piisi s con la techni, definiendo esta
ltima comoun estado habitual productivo acompaado de raznI7l.De ello resulta
que pii sis es el dominio propio de la techne. Qu decir de prxis? Esta es el
dominio propio de laphrnisis o prudencia, definida como una disposicin racio-
nal verdadera y prctica respecto de lo que es bueno para el hombre^ ^. Ahora bien,
lo que phrnisis es al nivel de la vida moral o moral vivida es 2thiki a nivel de la
teora moral o moralpensada, hasta el punto que algunos exgetas incluyen a una y
otra (prudencia y tica) dentro del conocimiento Si, pues, laprxis es el
dominio propio de la prudencia (phrnisis), tambin lo es de la filosofa moral
(2thik2). Prxis, la accin humana, es, en consecuencia, el dominio genrico de
todo conocimiento moral: tanto del conocimiento moral vivido (prudencia) como
del conocimiento moral pensado (tica).
La tica de Aristteles, una tica de la decisin-correcta
Moore tiene razn de incluir la tica de Aristteles entre las que se asignan como
objeto propio la conducta humana: lo que el Estaginta designa con el nombre tcni-
co de prxis. Desde este punto de vista, la filosofa moral es, efectivamente, una
teora de la conducta. Como tal, difiere de las diversas technai, cuyo dominio es la
produccin. Se reduce, por ello, a un mero departamento de la psicologa o de la
sociologa, como sostiene Moore de las ticas que se dan como objeto la conducta
humana buena? Es grande la importancia que Aristteles atribuye a la psicologa,
para la inteleccin de la accin moral174, la que confiere a la vida poltica para la
realizacin de la vida virtuosa175. ero en ningn momento confunde la tica con
ninguna de ellas, pese a que las tres tienen como objeto la conducta. Cul es, pues,
el dominio espec@co de la tica? El mejor modo de determinarlo es examinando as
causas e la accin, pues una tica de la accin tiene que ser tambin una tica de
las causas de esta ltima. Es, pues, necesario que recordemos esquemticamente la
doctrina aristotlica de los principios de la accin humana.
En EN, VI, 2, sostiene queprLixis est dominada por tres factores: la sensacin
(asthisis), el intelecto (no&) y el deseo (re ~is )'~ ~.ero luego precisa que la
sensacin no es principio de ninguna acci6nI7', pues los animales estn dotados de
ella y, sin embargo, no participan de la accin"8. Aunque, como observan
Ga~tbier-JoW~~,e le podra objetar que lo mismo ocurre en cuanto
al
deseo, que es
igualmente posedo por los animales; y se encontrara, sin duda, en dificultades,
pues Aristteles no ha distinguido adecuadamente el concepto de deseo racional,
y
an menos el de voluntad. Adems, en el tratado De Animala0, ejos de excluir la
sensacin de entre los factores de prxis, insiste en la funcin capital que le compe-
te en el funcionamiento del intelecto prctico. El hecho es, sin embargo, que aqu
Aristteles slo considera la fuerza combinada del intelecto
y
el deseo: ella y slo
ella es el principio (arch. ?)o causa de la decisin (proiresis). El orden de la
causalidad es, pues, el s iguiente: la causa de la accin (causa eficiente, no final) es
la decisin, y la causa de la decisin es el deseo y el razonamiento en vista del
fin18'.
As, la causa eficiente inmediata de laaccin es la decisin: es sta la que desata
el movimiento, en el orden de la accin propiamente dicha. Quien no decide, quien
se mantiene en la indecisin, se mantiene tambin en la inercia. Para actuar
(prttein) hay que decidir (proairein). Pero la misma decisin es causada, a su vez,
por la fuerza combinada de dos con-causas: proveniente del carcter (o ithos), el
deseo (rexis); procedente del intelecto, el razonamientoen vista del fin (boleusis).
Aristteles es enftico sobre la necesidad simultnea de los dos factoresla2. expli-
ca, a continuacin, por qu el pensamiento por s solo, es decir, como comenta
Bumet, el pensamiento sin deseo, no es una condicin suficiente para que se d
la
accin: el pensamiento por s solo no imprime ningn movimiento (outhen kinef),
sino nicamente el que se orienta a
un in y
se ocupa de la accin'83.Ahora bien,
Aristteles sostiene enDeAnimala4, ue es el deseo (rexis) el que fija la meta que
se ha de alcanzar, a saber, lo deseable (to orektn) y es ste, el objeto del deseo, el
que, una vez puesto, deviene el principio del intelecto prctico. Este, en efecto.
slo mueve en la medida en que es movido por el deseo del fin. Pero una vez que lo
es, delibera sobre los medios para alcanzar el objeto deseado, y lo hace de tal modo
que el trmino final del razonamiento (o deliberacin) es el punto de partida de la
accin (arch. ?, is pr ~ ed s) ' ~~ .e Anima resume de este modo la doctrina de la
con-causalidad del deseo y el intelecto prctico, inmediata respecto a la decisin y
mediata en cuanto a la accin: Con toda razn, pues, se consideran estas dos facul-
tades ...)como motnces: porque lo deseable (orektn) es motor,y si el pensamien-
to, a su vez, es motor, lo es porque encuentra el principio de su propio movimiento
en lo deseablels6.
La estricta con-causalidad del deseo y el intelecto prctico respecto a la decisin
permite a Aristteles definir esta ltima o bien como un pensamiento que desea
(orektiks noUs), o bien como un deseo que piensa (rexis dian02t ike )~~ ~.l co-
mentario de Gauthier-J~lifl~~s esclarecedor: el pensamiento prctico, animado
como est por el deseo, mueve: por consiguiente, la decisin es intelecto que desea,
en otros trminos, intelecto que, bajo la mocin del deseo, nos ordena hacer lo que
juzga ser el medio de alcanzar el fin deseado; o si se prefiere, es el deseo del fin que
se fija sobre lo que el intelecto uzg ser el medio de alcanzar el fin. Santo Toms
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crey ver en la doble frmula definicional una vacilacin de Aris tteles en cuanto a
la naturaleza de la de~isi n'~' :es sta
un
acto de la facultad intelectual o de la
facultad apetitiva?Recurriendo a un pasaje de EN, DI 5Iy0,1Aquinatense se deci-
de en favor de la facultad apetitiva. Pero al menos el recurso carece de sentido, pues
en ese lugar el Estagirita, ejos de atribuir a decisin a la facultad desiderativa, ve en
ella un acto del intelecto l. No es verdad que vacile sobre el fondo de las cosas,
sino, como observan Gauthier-JoliPgZ,nicamente sobre la mejor manerade for-
mular lo que perdura como su doctrina inalterable: la pertenencia de la decisin al
intelecto prctico*. Se pondr mejor de relieve tal pertenencia si se dice que la
decisin es el intelecto en tanto hecho motor por el deseo, o si se dice que es el deseo
en tanto iluminado por el intelecto? Sea cual fuere la frmula que se prefiera. queda
fuera de duda que la decisin es el juicio del intelecto prctico.
Cuando decimos que el dominio de la tica es la accin, y ms especficamente,
las causas de la accin, no reducimos an ms la tica aristotl ica a una psicolo-
ga? Lo hiciramos, si pretendiramos que Aristteles asigna a sta el estudio del
engranaje de esas causas, y ms en especial, el mecanismo de la decisin. Pero
aunque este estudio es un requisito necesaxiopara las investigaciones ticas, el
que a stas concierne no es un problema de mecanismoso, sino de perfeccin
moral, o, como dice Aristteles, de verdad prcticaIP3.
M.J.
Adler parece tener
razn cuando escribe que la cuestin de la verdad prctica, aunque tratada por el
Estagirita una sola vez y en escasas diez lneas'94, s tan importante que debera
orientar la interpretacin de toda su Et i ~ a l ~ ~ .sta se vera entonces, no slo como
una tica teleolgica y pragmtica (cual se ha tendido a considerarla desde Kant),
sino tambin como una tica deontolgica, cuyo primer principio es el d e la obli-
gacin ~ateg nca ~.ospecha, adems, que de ser la definicin aristotlica de la
alttheia praktik2 conocida y comprendida por los filsofos analticos y
lingsticos contemporneos, stos se hubieren ahorrado un pseudo-problema y
evitado una doctrina (la de la no-cognitividad de los enunciados ticos) cuyas
consecuencias han sido desastrosas para l a filosofa moral contempornea. De la
verdad prctica nos ocuparemos en el captulo V de este estudio. Intentemos ver,
por ahora, nicamente los trminos en que el Estagirita plantea la cuestin que le
concieme. Se trata de saber, acerca de la decisin, no cmo se produce (que es una
cuestin psicolgica), sino cules son las condiciones necesarias y suficientes para
que ella sea una decisin virtuosa, es decir, una verdad prctica. De las con-causas
de la decisin, del hecho de que sean dos y se relacionen como lo hacen, se sigue
que tales condiciones sern satisfechas tanto por el deseo como por la razn prc-
tica. Cules son, en concreto? Cules son las condiciones de posibilidad de la
proalresis spoudaia o decisin virtuosa, es decir, de la eleccin verdadera?
Aristteles hablar respectivamente de correccin en el deseo (rexis orth2) y de
verdad en la regla de la razn prctica (lgos al t th i? ~) ~ ~~ .Qu es un deseo correc-
to y una regla verdadera? Cules son los criterios de correccin en el deseo y de
verdad en la regla? Cmo se constituyen una y otra? De las Con-causas de la
decisin se sigue, as mismo, la necesidad -dice el Estaginta- de que haya iden-
tidad entre lo que la regla afirma y lo que el deseo per sig ~e) ) ~.Qu clase de
identidad es sa? Qu relacin hay entre ella y la conformidad que caracteriza a
la verdad terica?Es posible la verdad en el dominio de la razn prctica? Y si lo
es, jqu clase de conocimiento caracteriza?
No es el momento de responder a estas cuestiones, que siguen dividiendo a los
intrpretes de Aristteles. Pero conviene subrayar su carcter estrictamente tico.
Si definimos la tica del Estaginta como una tica de la decisin, no nos referimos
a los mecanismos de la decisin, que es un problema psicolgico, sino a las condi-
ciones para que sea una decisin virtuosa y verdadera , es decir, conducente a los
fines de la accin humana.
La tica de Aristteles, una tica
el
fin ltimo de la decisin correcta
Se ha visto que, en eldominio de la actividad consciente, o que desata el movimien-
to es lo deseable: t orektn. Lo deseable activa a la facul tad desiderativa (he
rexis), la cual, al actuar, exhibe lo deseado al intelecto prctico y eo ipso activa en
ste el proceso de la deliberacin1yy.a deliberacin, en efecto, da por supuesto
algn fin tlos ti)pzw, ue no es otra cosa que lo deseable deseado por el deseo. Lo
deseable tiene pues carcter de fin.Y el fin, al ponerse, es causa de la causalidad de
las con-causas de la decisin, que es, a su vez, causa eficiente de la accin
globalmente considerada. En su anlisis de los principios de la accin en EN,
VI
2,
Anstteles observa de pasada que aqul es aplicable a la actividad productivaz0',
pues el artista, lo mismo que el agente moral, obra por un fin. Se entiende, pues, las
famosas dos primeras lneas de la EN: todo arte y toda investigacin, as como
toda accin y decisin, parecen tender a algn bien*02.Por las lneas que vienen
casi inmediatamente despus se ve que Aristteles utiliza el trmino 'bien'
(agathn) en vez de la palabra 'fin' (tlos),
y
as lo han puesto de relieve los intr-
preteszo3. odemos, pues, releer las lneas inaugurales de la EN y decir que toda
accin y produccin se dan en vista de un fin. Pero el autor distingue dos clases de
fines: algunos de ellos son enrgeiai (actividades), otras ciertos productos (rga
tina)'04. Es decir que los primeros se confunden con la misma actividad o, en todo
caso, le son inmanentes; mientras que los segtmdos son algo exterior y; adems,
naturalmente superiores (beltfo pphyque)205. or un pasaje del libro VIm6 abe-
mos que los de la primera clase son exclusivos de la accin, mientras que los de la
segunda son propios de la produccin. Lo producido ( tpoit tn), nefecto, no es un
-
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fui
propiamente dicho (ou tlos haplos), sino tan slo un medio para otra cosa @rs
ti ka tins). Lo actuado iprakton) es, en cambio, un fin en s mismo, pues la
accin buena es el fin (eupraxa tlos) y aquello a que el deseo aspira.
Es verdad que eii
EN 1I1 3
ostiene Aristteles, en contraste con lo que estamos
diciendo, que nuestras acciones aspiran a fines diferentes de s mismas20'.En ello
se funda D. Ross para comentar que toda accin tiende a algo que difiere de la
misma accin y que es de su tendencia a producir ese algo de la que extrae su
valon>208. partir de all, no le cuesta concluir que la tica de Aristteles es
netamente teleolgicau; que la moralidad consiste, a sus ojos, en hacer ciertas
acciones, no porque nos parecen buenas en s mismas, sino porque las considera-
mos
capaces de acercamos a lo que es bueno para el hombre2DS.econoce, eso s,
que tal conclusin es incompatible con la distincin entre accin
y
produccin
a
que
estamos refiindonos, y que, de mantenerla, el Estagirita se hubiera acercado
una teora de tipo ms ka nt ia no ~ ~~ ~.ambiCn reconoce que, a veces, su teleologia
es i~manente209,iendo el acto bueno un medio de llegar al fin en cuanto que
constituyeun elemento de la vida ideal. Pero insiste en que es mediante las catego-
ras de medio
fm
como interpreta la accin Nadie se atreve& a negar
esto ltimo. Es evidente que, para el autor de la EN toda accin
y
toda produccin
persiguen un
fin,
y que, en tal sentido,
GLCY E~EL
8
oo6~m: o difieren de ninguna
manera2 , pues todas se rigen por el esquema fines-medios. Pero De V n ~ e 1 ~ ' ~h
o
-
serva oportunamente que son sus fines los que difieren entre s, pues mientras que
los de laproduccin (una estatua, una lira) le son exteriores, os de la accin (un acto
de valenta, de prudencia, etc.) le son inmanentes.
Y
stas, pese
a
ser inmanentes a
la acciiin, pueden, sin embargo, serlediferentps, pues entre laprrlcis
y
su fin que es
la eupraia, hay un cambio cualitativo;
un
cambio similar al que se da entre la
materia informe
y
la materia formada, en toda generacinpropiamente As
se explicara el texto de
EN
iIi 3,1112 b 34 citado ms arriba: nuestras acciones
aspiran a fi e s diferentes de s mismas.
No es el momento de ahondar en las relaciones entre las acciones virtuosas y el
bien del hombre. Lo que ahora nos interesa mostrar es que la tica de Aristteles,
por ser unatica de la accin, es tambin una tica de la decisin, pues, sin decisin
no hay accin; y por ser una tica de la decisin, es eo ipso una tica de los fines,
pues sin fin deseado y reconocido no hay decisin. Pero recordemos la distincin
entre los fines inmanentes a la actividad y los exteriores a ella. A partir de esta
distincin empieza a perfilarse la especificidad del dominio de la tica, segn el
Estaghita.Al decir que es la teora de losJnes inmanentes, a deslindamos adecua-
damente de todo lo que puede caer bajo la denominacin de techni. Pero basta
decir esto
para
asegurarle
un
campo especfico? Aristteles no parece accptarlo. En
efecto, despus de distinguir entre fines inmanentes
y
extemos, establece una jerar-
qua de fines
y
sostiene que los fi e s de las (actividades)principal~~on prefen-
bles a los de las subordinadas, ya que stos se persiguen en vista de aqullo^>^^ .
Hay, puei, dos subclases de fines inmanentes, a saber, los que slo se buscm en
vista de simzsmos y los que se persiguen en vista de losprimeros. Sostengo que esta
subdivisin es de los fines inmanentes, pues en cuanto a los externos, no son fines
propiamente
dichos
sino siempre, por su propia naturaleza, medios para otra cosa.
Nuncalos productos del arte sern en vista de s mismos. Entre los fines inmanentes,
en cambio, los hay que slo se buscan en vistade s mismos; pero tambin hay ouos,
como el pensar y elver y algunos placeres y honores que. aunque los busquemos
en vista de otra cosa, podn'an considerarse, sin embargo, como bienes en s mis-
m o ~ ~ ' ~ .
De la distincin entre fines inmanentes principales y subordinados hace
.4nstteles la premisa para demostrar la existencia deun
fin
ltimo de las acciones
humanas. Si existe, pues, entre los fines de nuestras acciones -se lee en EN
I 2-
uno que deseamos en vista de s mismo (ho di'aut), mientras que los om los
deseamos en vista de ste (talla dia toto), y si no elegirnos todo en vista de oira
cosa (difhteion) -10 cual obviamente se c01 1ve~' a n un proceso
d
infinitifm, de
modo que todo deseo seda ftil
y
vano- es evidente que
t l
fui
ltimo sera
ei~)
l
bien (tagathn) y, por cierto, el bien supremo
16
ri~ton)>>~'~.htenta qu
Aristteles una demostracin?Y silo hace, qu intenta demostrar? Los itrpretes
se hallan divididos en cuanto al sentido de este pasaje, tanto en el plano formal
como en relacin con su contenido. Siendo nuestro propsito actual determinar
icamente el dominio especfico de la tica aristotlica, no entraremos an en este
debate. Nos limitaremos, pues, a sealar que el hecho de que las premisas del razo-
namiento sean introducidas por laconjuncibn condicional ei (si) y de que la conclu-
sin est regida por el optativo
e @
sena), impide pensar en una demostracinpro-
piamente dicha. No se hata, en todo caso. de una demostracin metafsica de la
existencia deun fin itimo delhombre.
Tal
demostracin, metafsica,yahaba sido
hecha por Platn, que n haba establecidu que el fin ltimo de nuestros actos es el
bien y quc
n vista delbien como debemos hacer todo lo Platn haba
demostrado, adems, por la imposibilidad de ir
al
infinito, la existencia de un pri -
mer amable en vista del cual amamos todo cuanto En cuanto a
Anstteles, ya desde el P r o t r p t i c ~ ~ ~ ~etoma explcitamente este tema metafsico
de su maestro,
y
el texto de EN, II 1 que acabamos de citar no es s ino lareiteracin
de una idea recibida. Ahora bien, como observa R.A. Ga~thier~~O,u intencin aqu
no es la de ahondar en la metafsica platnica, sino la de limitarla. Reiteradamente
dir
el Estaginta que la finalidad y el bien que estudia son los de la accin humana,
sin ningunapretensi6n de enraizarlos en la finalidad de la naturaleza,
ni
de suspen-
derlos de un bien trascendente.
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LOS ROBLEMASY EL
NOMBRE
DE LA
CIENCIA
DEL
IN
LTIMO
El discurso de Aristteles sobre el dominio especfico de la tica procede de esta
manera. Al constatar que toda accin se da en vista de un fin y que hay diferentes
clases de fimes, su intencin es determinar cul es la clase que ms importa a la vida
del hombre globalmente considerada: el fin que recoge en un todo nico todos los
otros fines, dndoles, a la vez, sentidoy coherencia. Al cumplir esta funcin, tal fin
constituirnecesariamenteel bien humano por excelencia, es decir, el bien del hom-
bre en tanto hombre. Conocerlo ser, por tanto, de la mayor importancia para la
conduccin de la vida (pros tn bon), pues al conferimos, como a los arqueros, un
blanco (skopn) determinado,nos capacitar para descubrir lo que debemos hacer
(tofi dontos) '. Determinado, pues, este centro supremo de inters, he aqu las
preguntas que se imponen acerca de l: 1),Quexactamentees este Bien Supremo
(aut tipot'esti)? 2) De cul ciencia, terica o prctica, es objeto (nvo6 zwv
Emoqpwv
q
~ V C L I * E & ~ ) ? ~ ~ ~ .
Estamos, sin lugar a dudas, ante lo ms especfico del dominio de la tica, tal
como Aristteles a concibe. Desde el punto de vista temtico, lo ms propio de ella
es el dominio de losfines inmanentes, es decir, de los que se dan como perfecciona-
miento de la accin en sentido estricto: como eupraxa. Entre stos, el que ms
importa es aquel que puede dar sentido a todos los dems: el que impide que el
deseo de los otros sea ftil y vano; el fin ltimo, que, por tener las caractersticas
que tiene en relacin con los dems, es el bien sin ms TAGATHON),el bien de los
bienes, el bien supremo TO ARISTON). Desde el punto de vista problemtico,
Aristteles plantea una serie de cuestiones acerca del mismo Bien Supremo, pero
tambin, implcitamente, sobre el camino que conduce a l
y,
adems, sobre la
ciencia que lo estudia.
1)
Las cuestiones sobre el bien, aunque no se refieren al bien en general, se
mantienen en la lnea de Moore. Son, fundamentalmente,dos: a) Qu es el bien
supremo (aut t po t' e~ ti )~ ~~ .b) Cul es el ms alto de los bienes que la accin
humana puede proponerse como fin?224. a primera est encaminada a determinar
las condiciones necesariasy suficientes para el bien supremo del hombre: su inves-
tigacin, de carzicter terico, se har a partir de un reconocimiento e la naturale-
za humanan5, emataren la famosa definicin deEN 1,7,1098 a 17-20y se some-
ter a pmeba en confrontacin con una serie de requerimientos enraizados en la
tradicin giegazZ6. ien entendida, esta cuestin corresponde con creces a la que
Moore atribuye ala ((ticacientfica
y
a lo que se enfoca hoy en da como el estudio
de los fundamentos. La segunda de las cuestiones planteadas es la que, segn
Aristteles, gobierna toda nuestra vida: a su investigacin dedica la mayor parte de
su obra tica, pues el estudio de las virtudes, que aparentemente la colma, es, en
i
realidad, un estudio de los componentes de lo que Aristteles considera como el
bien supremo efectivo; como aquel que, de hecho, responde a la pregunta 'cul es
el ms alto de los bienes que la accin humana-puedeproponerse como fin?'. No
carece de razn
H.
Rackham cuando enfocaEN I, 13 VI como un anlisis de la
nocin de felicidad>>227.ero sera mejor considerar esta parte como
un
anlisis del
modelo que Aristteles presenta como tal. No, por consiguiente, comouna respues-
ta a la cuestin 'qu es?', sino a la pregunta 'cul es?'.
Y
como tal debera consi-
derarse no slo la seccin sealada por Rackham, sino la que va de 1 13 hasta el
libro
X,
pues los l ibros VIISy IX siguen con el estudio de la que es, segn
el Estagirita, uno de los constitutivos del bien supremo;VI1 y X, 1 5 se refieren al
placer, que, adecuadamente entendido, es otro de los constitutivos de ese bien; y
X,
6-10 se refiere a la contemplacin, que es, si no el bien supremo por
s
sola, s el
componente que aglutina los otros y da a aqul la fisonoma que le es propia. Es
innegable que tratndose de las vi rtudes, morales o intelectuales, no falta la cues-
tin t i esti: EN
II
4-6, por ejemplo, investiga sistemticamente la naturaleza de la
virtud moral, en general. Pero el autor declara desde el comienzo de esta investiga-
cin que no la emprende con el
fin
de saber
estin he arete (qu es la virtud), sino
para que lleguemos a ser buenos*
tv
aya8oi. y~v wp~ 6a) ~.
(2) Una cuestin que suele pasar inadvertida en la tica aristotlica, planteada
implcitamente en I,2 , apropsito del bien supremo, es la que se refiere al deber. Se
halla contenida, segn parece, en la metfora del arquero230.Al conocer el bien
supremo, sostiene el Estagirita, ateniendo un blanco al igual que los arqueros,
alcanzaremosacaso mejor lo debido (kahhov
av
zuyh mvop v tou SEOVTOG)~~'.
Podramos decir que incluso antes de la cuestin relativa al bien supremo, hay una
clara preocupacin por lo que debemos hacer.
Y
nos atreveramos a aadir que ya
en el contexto de EN 1 2, la cuestin relativa al bien supremo tiene por objeto el
descubrimiento del criterio -e l skpon- de qu debemos hacer. Pero esta cuestin
implcita en I,2, parece explicitarse en
E,
1, donde el autor disea los rasgos de
su
estudio de la virtud moral. Plenamente consciente de que este estudio, a diferencia
de las otras ramas de la filosofa, tiene una meta prctica (pragmatea), Anstteles
ve la necesidad de situar su investigacin en la regin de la conducta, y preguntar
cmo hemos de actuar correctamente232, , en otras palabras, cmo actuar en
conformidad con el principio correcto'33.Enel desarrollo de la doctrina de la virtud
moral se ve que el modo de hacerlo es atenerse al nzson (al justo medio en las
acciones) y que ste es prescrito por el orthos lgos o principio conecto. El
Estagirita resume esta doctrina a principios del libro VI: *Ya hemos dicho que se
debe elegir el medio (on L zo peoov CXi.p~l06m) evitar el exceso y el defecto, y
que el medio es prescrito por el principio correctoz34.uego urge la cuestin de qu
debemos hacer, ponindola en relacin directa con la cuestin del bien supremo.Y
-
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l
referirse a ste, utiliza el mismo trmino con que lo design en I 2 : el trmino
s k p o ~ ~ ~ ~ .n lo que se refiere a las disposicionesmorales, hay cierto blanco a que
aspirar>>:n blanco o meta en el que fija su mirada el hombre que conoce los princi-
pios involucrados,
y
acrecientao relaja la cuestin en consecuencia: hay cierto
criterio que determina esos modos de observar el medio, que concebimos como
algo que se da entre el exceso y el defecto y es definido por el principio correcto236.
Este criterio, que no es otro que el bien supremo, inspira al phrnimos u hombre
prudente el principio correcto por el que ha de determinar el justo medio constituti-
vo de la virtud moral. De este modo, el estudio de las virtudes morales ensu s rela-
ciones con laprudencia (phrnesis)
y
de sta en relacin con el bien supremo, sea el
que fuereZ3', es globalmente hablando, el intento aristotlico de dar respuesta a la
cuestin 'qu debemos hacer?', y constituye, en trminos moorianos, la tica
prctica o normativa del Estagirita. Aunque 'praktiki?' es la tica aristotlica en
toda su extensin, pues incluso cuando domina la cuestin t i esti (en su doble sen-
tido de
qu
es y cul
es
nunca desaparece a preguntapos ggnetai: cmo se llega a
ser238... hora bien, sta es otra formade preguntar 'qu debemos hacer?', como lo
pone de manifiesto ENU 1-3:este locus dedicado al problema de cmo llegar a ser
virtuosos, investiga,en su mayor parte, qu acciones hay que ejercer con este fin239.
Y
ya entonces rige como norma la que se explicar en EN
VI:
~ m a
ov o p ~ o v
h o ~ vpaz zav) : actuar en conformidad con el principio correctozjO.
Despus de plantear las cuestiones sobre el fin Iltimo y la va que a l conduce,
Aristteles busca la ciencia que se ocupa de l: De cul de las ciencias o capaci-
dades es SUprocedimiento es inverso
al
de Moore: en vez de ir de la
ciencia ya conocida al objeto que ella estudia, el Estagirita parte del objeto y va en
busca de la ciencia que se ocupa de l. Ello se debe, sin duda, a su papel de fundador:
a Moore se le ha considerado, a veces, como el iniciador de la tica contempornea,
pero Aristteles fue el fundador de la tica como disciplina filosfica y de varias
otras disciplinas, de modo que buena parte de su labor consisti atenindonos al
principio platnico segn el cual, a diversos objetos, diversas facultades242-en
clasificarobjetosy crear luego las ciencias que haban de ocuparse de ellos. Fue, en
particular, el caso de ese objeto que el Estagirita denomina zo ov ov243, tambin
zo ov
anhoSm:
despus de identificarlo como objeto peculiar, prcticamente des-
conocido para 61 describe in abstracto las caractersticasque ha de tener la ciencia
que se ocupe de para buscarle luego la denominacidn que le conviene246. e
modo similar procede en relacin con la disciplina que nos ocupa. Despus de iden-
tificar el objeto que llama taghatn o t ristona7 o t teleitatonm8,l autor pregun-
ta a qu ciencia pertenece su estudio. Tambin esta vez empieza estableciendo as
condiciones ericas que aqulla debe cumplir: por ser lo ms alto, en e l dominio de
la accin, el bien supremo debe ser objeto de la ciencia ms principal y eminente-
mente
Tal ciencia parece ser la Poltica. En efecto, ella ordena qu ciencias han de
existir en el Estado, y cules han de
estudiar las diferentes clases de ciudadanos, y
en qu medidazs0. sta primera razn parece
un
tanto extraa. Era de esperar que el
autor recurriera
al
criterio del objeto, que es el ms perfecto de todos, y no
al
de la
funcin de esta disciplina respecto de las otras. En la misma lnea se mueve la
segunda razn: vemos que incluso las ms altas de las disciplinas, como la estrate-
gia, la economa
y
la oratoria, se subordinan a la ciencia polticaz5'. No son stas
razones puramente factuales, nsuficientes para fundamentar la superioridad teri-
ca de un dominio del conocimiento? Pero despus se ve que tales razones empricas
se asientan, a su vez, en otras que retornan a la jerarqua de los fines: si la ciencia
poltica posee tal imperio sobre las otras disciplinas, y si stas se l e subordinan de
hecho, es que el fin (de la poltica) debe incluir (perichein) los fines de todas las
dems252. ste argumento parece anticipar, por otra parte, el carcter complejo del
bien humano: ste se manifestar como un compuesto orgnico de varios bienes
parciales que tienen, respecto de aqul, la relacin de partes, no necesariamente
la ndole de medios, como veremos ms adelante. Ya ello basta para hacer de la
ciencia que lo estudia la ms eminente y directiva253 e todas las ciencias.
Por qu habla Aristteles depolitikt? y no de ethik'? Notemos, ante todo, que
'politikz' se toma aqu en sentido amplio, para designar la anthr6p ina philosophia
o
filosofa de los asuntos humanos254. artes de sta son, entre o tras, la tica y la
polticaen sentido estricto,como o muestrael hecho de que,al fin de La EN el autor
hace una transicin de la primera a la segundazs5.El trmino 'tica' se da en la
Poltica256. Por qu, pues, utiliza aqu el nombre genrico de 'poltica' y no el
especfico de 'tica'? Parece que el autor de los Magna Moralia expresa bien la
postura del Estagirita: el tratamiento del carcter ('th') es, segn parece, una parte
(mros) y el punto de partida (arche ) de la ciencia polt ica, pero el todo se llama
correctamente poltica
y
no tica>P7. ero esto mismo se debe, a su vez, a que el
bien humano en que Aristteles est pensando es el del hombre total, que es un
animal por ser el bien de un animal poltico, debe ser el fin de la
ciencia poltica, es decir, originariamente, el de lapoli s, y no podr cumplirse sino
en las sociedades polticasz59. s por ello que la tica se presenta, ante todo, como
una investigacin de carcter politico: porque incluso
si
es verdad que el bien es el
mismo para el individuo
y
el Estado
hni
aipdlei ,sin embargo, e l bien del Estado
es claramente mayor y ms acabado (meizon ge ka it el ei t er ~n ) ~~ ~.l nombre de la
disciplina que nos ocupa, al menos el que se da en la EN, se explica, una vez ms,
por la jerarqua de los fines:
si
el fin del hombre social, que es el hombre total, es s
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noble que cl del hombre iiidividual,el objeto de la filosofa moral no puede ser ste
sino aqul. Aunque, como dice W.F.R. Hardie, (carecera de provecho discutir en
qu medida tendi Aristteles a separar la tica de la poltica, o cmo, dentro de la
poltica, se halla delimitada la provincia de los 'discursos ticos'26'.No hay linde-
ros fijosni tajantes. En los Magna Moralia, la tica se descnbc como una parte y, a
la vez, como elpunto departida de Ia poltica. Dado el nombre que luego asimar
Aristteles al bien supremo, al vez sera mejor considerar a ambas como dos ramas
separadas, pero relacionadas, de lo que I-Iardie llama la eudaimonics o
eudaimonologa.
Insist iendo en el nombre de eudaimona que Anstteles da luego al bien huma-
no, T.H. Invin262c pregunta qu tiene que ver ste con la teona tica, si es verdad
que ella debe interesarse por el bien de los otros,y no slo por el bien del agente.
Se debe esta pregunta a que, como opina Hardie, no est claro si la cuestin de la
vida humana ha de concebirse en trminos egoc6nt1icos?~~~arecera, sin embargo,
que el mismo nombre que da el Estagirita a nuestra disciplina pone de manifiesto su
ndole inequvocamente social.. Una ndole que se funda en una concepcin
antropolgica segn la cual el hombre es, por naturaleza, un ser NO
parecen, pues, fundadas las sospechas de Irwin y Hardie. Tampoco parece serlo la
opinin de Rackharn de que los libros
VID-IX
de la EN, consagrados a la virtud de
la amistad, si rven para corregir la ndole fundamentalmente egosta o egocntrica
del resto265. i Aristteles habla primariainenle del individuo, como sujeto pnma-
rio de la accin moral, nunca pierde de vista que el hombre es un ser socialy que su
fin ltimo no se defineni se realiza exclusivamente en relacin con sus intereses
privados, sino en relacin con las metas del Estado: asegurar el bien de una perso-
na es mejor que nada; pero asegurar el bien de una nacin o de un Estado es una
realizacin ms noble y ms divina (~CZ? I.OVe
~ l t
~ o z ~ p o v ) ~ ~ ~ .
Otro aspecto que se ha de destacar a par tir del nombre de la disciplina que nos
ocupa es el carcter eminentemente prescriptivo de esta ltima. La poltica es una
ciencia que, una vez que asevera el
i
ltimo del hombre como primer principio de
su reflexin, ordena (epitttez) a las otras ciencias de la accin como la estrategia y
la economa, excogitar os medios para alcanzar estc fin en las circunstanciasparti-
culares. Si, pues, la importanciaque asigna a la cuestin 'qu es ' y 'cul es' el bien
supremo parecen darle un carcter esencialmente teleolgico -como se ha tendido
a subrayar despus de Kant- la cuestin 'cul es la regla correcta' , tan importante
como la anterior e inseparable de ella, como puede verse especialmente en el libro
V de la EN267, ace de elia una tica inequvocamente deontolgica.El desarrollo
de la teora aristot lica de la verdad prctica, encaminada a resolver el problema
de la recta regla*, permite a M.J. Adler decir, acertadamente, que la tica
aristotlica es, a la vez, deontolgica
y
tele~lgica~~~.ero es necesario tener pre-
sente que su deontologismo slo adquiere sentido en el marco de un teleologismo
correctamente entendido: por ser la tica aristotlica una tica de los fines y en
especial, del fin ltimo del hombre, es tambiSn una tica del deber.
Como hemos visto26Y,na de Las mayores objecioiles de Moore contra la concep-
cinde la tica como una ciencia de laconducta buena o mala es que, al definirse de
este modo, ella pierde su autonomay se reduce a una de las ciencias que se ocupan
del hombre, por ejemplo, a la psicologao a la sociologa. Habl-ando en general, cste
afn de autonoma ha llevado a Moore a rehusar toda clase de presupuesto para la
respuesta a las cuestiones 'qu significa 'bueno'?' y 'qu clases de cosas son
buenas?'. Al menos desde el punto de vista tico, los presupuestos que l maneja no
son sustantivos, sino lgicos y metodolgicos, y como tales los estudiaremos en el
captuloY1 de este ensayo. La postura de Aristteles a este respecto es comgleta-
mente diferente. Tambin
l
insiste, sin duda, en la autonoma de las ciencias pd i -
culares y especialmente de la ciencia poltica.
n
tanto ciencias particulares, stas
ticnen unos principios que les son propios,
y
subordinarlas a una visin abarcante
del conocimiento y de la realidad equivala, para l, a una desviacin platonizante.
Y sin embargo, al tratarse de la tica, est convencido de que sta es inseparable de
cierta concepcin de la naturaleza humana, de cierta antropologa, como dicen
otros, de cierta psicologa. La tica es, en efecto, la ciencia de la accin humana
buena o mala, o ms especficamente, de la decisin humana correcta
o
iricorrecta,
las cuales no pueden entenderse sino pos referencia al fin del hombre en tanto hom-
bre. iCnio, pues, emprender su estudio sin tener una concepcin previa del ser
m a n o ? El Estagi
-
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sario para su propsito275.W.F.R. H ardie advierte, a este propsito, una excesiva
ansiedad de Aristteles por advertir estudioso de la tica que no frecuente la
psicologa ms de lo estrictamente necesario para el fin prctico de la ciencia pol-
tican6. Pero parece que esta vez se trata de algo ms que del
fin
prctico, pues el
Estagirita ha hablado de fundamentacin, de presupuestos tericos. Lo que ocurre
es que, para este propsito, sus discpulo^ conocen sus otras teoras
y
sus otros
tratados,
y
que deben tenerlos constantemente presentes, sin que sea
necesario
retomarlos
in extenso
dentro del discurso tico. As lo da a entender, por ejemplo,
cuando, despus de ensaya r una O dos hiptesis sobre el modo de predicar el adjeti-
vo 'bue no', percibe que esta cuestin debe dejarsed elado, por ahora t
vyn),
pues
una investigacin detallada (exakriboun)de ella pertenece, en propiedad, a otra
rama de la filosofaz77.
Es
obvio, por otra parte, que A~istte les o se ha quedado en la mera declaracin
deprincipios, con respecto a la conexin terica entre la tica
y
la psicologa. Vere-
mos ms adelante que por lo menos tres de sus
principales
teoras ticas se fundan
en otras tantas teoras psicolgicas. La doctrina de la
eudaimona
en su estadio
puramente terico se funda, com o veremos, en la-teora antropolgicade la funcin
( r g ~ n ) ~ ~ .a doctrina de la virtud se asienta tericamente en la teora psicolgica,
cambiante, de las partes del (tambin la vimid se diferencia en correspon-
dencia con la divisin del alma280) dc la funcin de esas panesz8'.A estas dos
doctrinas, que responden a las cuestiones
qu
es' y 'cul es' el bien del hombre, hay
que afadir la que responde a lapregunta 'qu d ebemos hacer', asab er, ladoc tnna de
la prudencia o con ocimiento moral, y tamb in ella se funda en una psicologa de la
decisin, o m s am pliamente, en una psicologa de la accin. desarrollada con cier-
ta amplitud en el ibro mZR2retom ada e11 el libr o
VI
de la EN283. o son ms que los
ejemplos ms importantes. ellos se aaden muchos otros, dispersos en las dife-
rentes obras ticas del autor, que permiten a
R.A.
Gauthier escribir a este respecto:
los ratados morales de Aristteles contienen una antropologa,no bajo la fom ade
una exposicin exprofeso, sino bajo la forma de anotaciones dispersasy alusiones
r p i d a s ~ ' ~ .on esas alusiones
y
esas anotaciones las que e ste especialista organiza
propone como preludio a las doctrinas ticas del E st ag i~ it a~ ~ ~.
Ms recientemente, T.H. Irwin ha intentado no slo establecer los presupuestos
antropolgicos de la tica aristotlica, sino, adcms, de scubrir su enraizam iento en
la metafsica del Estagirita. Irwin sostiene que la explicacin del alma, como ella se
da en el tratado
De Anima,
aunque no es
un
presupuesto necesario de la filosofa
moral aristotlica, no es un presupuesto auto-suficiente,pues se apoya, a su vez, en
las teoras aristotlicasde la sustancia, de la forma y de lamatena. jhcumn'a, pues,
Aristteles en la falacianaturalistaque Moore atribuye a la EticaM e t a f i s i c a ~ ~ ~ ~ ?
irwin
reconoc
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