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SÍNTESIS
EL CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN BASADO EN
LOS PILARES TEOLÓGICOS DEL ADVENTISMO Y
SU RELACIÓN CON EL ESTILO DE VIDA, EL
COMPROMISO CON LA MISIÓN Y LA
RELACIÓN CON CRISTO, EN LA
ASOCIACIÓN OLMECA
DE MÉXICO
Por
Israel Robles Pérez
Asesor: Félix Hadid Cortez Valles
SÍNTESIS DE TESIS DOCTORAL
Disertación
SEMINARIO TEOLÓGICO ADVENTISTA INTERAMERICANO
Recinto Universidad de Montemorelos
Título: EL CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN BASADO EN LOS PILARES
TEOLÓGICOS DEL ADVENTISMO Y SU RELACIÓN CON EL
ESTILO DE VIDA, EL COMPROMISO CON LA MISIÓN Y
LA RELACIÓN CON CRISTO EN LA ASOCIACION
OLMECA DE MÉXICO
Investigador: Israel Robles Pérez
Asesor: Félix Hadid Cortez Valles, Ph.D.
Fecha de terminación: Julio de 2012
Problema
La iglesia adventista basa en gran parte su identidad teológica en las siete creencias
fundamentales conocidas como los pilares del adventismo. Sin embargo, en la actualidad no se
cuenta con un parámetro para evaluar en qué medida estos pilares se están predicando en los
servicios de adoración y cómo esta predicación está impactando la experiencia cristiana del
adventismo. El presente estudio procuró medir la frecuencia de estos pilares en la predicación
y en qué grado explican el estilo de vida, el compromiso con la misión y la relación con
Cristo.
Método
Se aplicó una encuesta de 36 ítems a una muestra de 161 miembros de diez distritos de
la Asociación Olmeca. Los datos recolectados se analizaron mediante un diagrama de “caja y
bigotes”, la media aritmética, la relación de Pearson y regresión lineal simple y múltiple.
Resultados
Al aplicar el modelo estadístico de regresión lineal simple para medir el grado en que
la variable independiente explica a las variables dependientes, se encontró en primer lugar,
que el contenido de la predicación explica positivamente al estilo de vida, ya que ([F
(7,152)=3.545, p=.001]). En este sentido se puede decir que si hubiera una mejora o varianza
en la predicación de los pilares se vería reflejada positivamente en el estilo de vida; ya que
estadísticamente si el valor p es menor a 0.05 indica una relación significativa y en este primer
caso (p=.001).
De igual manera el contenido de la predicación explica positivamente al compromiso
con la misión, ya que sus valores fueron [F (7,152)=3.797, p=.001]; en donde nuevamente se
observa que p es menor a 0.05; lo cual se puede interpretar que donde exista una mejora en la
predicación de los pilares, también mejoraría el compromiso con la misión. En cuanto a la tercera
variable dependiente “relación con Cristo” los resultados fueron ([F (7,152)=4.594, p=.000]); en
donde también se observa una relación significativa, concluyéndose que la predicación de los
pilares también explica positivamente a la relación con Cristo. Finalmente, al analizar el
comportamiento de los pilares teológicos en función de su contenido de la predicación
adventista, se encontró que el pilar más predicado es el sábado y el menos predicado es el
santuario.
Conclusiones
Al aprobarse estadísticamente las hipótesis de investigación, se puede decir que existen
evidencias sólidas de que el contenido de la predicación, basado en los pilares del adventismo,
explica positivamente el estilo de vida, el compromiso con la misión y la relación con Cristo.
Se infiere, que en donde se realice una predicación con alto contenido de los pilares teológicos
habrá un mejor desempeño en las tres dimensiones de la experiencia cristiana adventista que
se tomaron como variables dependientes. Adicionalmente, la investigación presenta evidencias
de que si la iglesia adventista quiere fortalecer su identidad, debe prestar más atención a sus
pilares teológicos, ya que el análisis de frecuencia mostró que pilares como el santuario, el
mensaje de los tres ángeles y la no inmortalidad del alma evidencian una baja frecuencia en la
predicación.
Abstract
SEMINARIO TEOLÓGICO ADVENTISTA INTERAMERICANO
Recinto Universidad de Montemorelos
Title: THE CONTENT OF PREACHING BASED ON THE THEOLOGICAL PILLARS OF
ADVENTISM AND THEIR RELATIONSHIP WITH THE LIFE STYLE,
COMMITMENT TO THE MISSION AND THE RELATIONSHIP
WITH CHRIST IN THE OLMECA CONFERENCE
OF MEXICO
Name: Israel Robles Pérez
Advicer: Félix Hadid Cortez Valles, Ph.D.
Date: July 2012
Problem
The Adventist Church based its identity on the theological beliefs known as the pillars
of Adventism. However, the church currently has no parameter to assess how these pillars are
predicated on the worship services and how they impact the lifestyle of Adventists. This study
attempted to measure the frequency of these pillars in the preaching and to what extent they
explain the lifestyle, the commitment to the mission and the relationship with Christ of
Adventists in ten districts of the Olmeca Conference.
Method
A survey with 36 items was applied to 161 members of ten districts of the Olmeca
Conference. The data collected were analyzed statistically by means of a diagram of "box and
whiskers", the arithmetic mean, Pearson R correlation and simple and multiple linear
regressions.
Results
After applying the simple lineal regression statistic model to measure the extent in
which the independent variable explains the dependent variables, it was found that the content
of preaching explains positively lifestyle, since ([F (7.152) = 3,545, p = .001]). In this sense it
can be said that if there is a positive variation or more preaching of the pillars it will affect
positively lifestyle; because from the point of view of statistics if the value of p is less than
0.05, this would indicate a significant relationship and in this case (p=.001).
Similarly, the content of preaching explains positively the commitment to mission,
since the values were [F (7,152)=3.797, p=.001]. Note again that p was less than 0.05, which
indicates that if there is a positive change in the preaching of the pillars, there will also be a
positive change in the commitment to mission. Regarding the third dependent variable,
“relationship with Christ,” the results were ([F (7,152)=4.594, p=.000]). Note again that there
was a significant relationship and we can conclude that the preaching of the pillars also
explains positively the relationship with Christ. Finally, it was also found that the pillar
preached more frequently is Sabbath and the one that was preached the less is the sanctuary.
Conclusions
The content of preaching based on the pillars of Adventism explains positively
lifestyle, the commitment to mission and the relationship with Christ. This means that where
preaching of the pillars is done more frequently, the church will also improve in the three
aspects of the Christian Adventist experience that were chosen as dependent variables.
Further, research shows evidences that if the Adventist Church wants to strengthen its identity,
it must pay more attention to its theological pillars since the analysis of frequency showed
that the pillar of the sanctuary, the message of the three angels and the non immortality of the
soul have a low frequency in preaching.
SEMINARIO TEOLÓGICO ADVENTISTA INTERAMERICANO
Recinto Universidad de Montemorelos
EL CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN BASADO EN
LOS PILARES TEOLÓGICOS DEL ADVENTISMO Y
SU RELACIÓN CON EL ESTILO DE VIDA, EL
COMPROMISO CON LA MISIÓN Y LA
RELACIÓN CON CRISTO, EN LA
ASOCIACIÓN OLMECA
DE MÉXICO
Tesis
presentada en cumplimiento parcial
de los requisitos para el título de
Doctor en Ministerio
Por
Israel Robles Pérez
Julio de 2012
A Blanca Leticia:
Mi inspiración en todo proyecto.
A Leticia,
Salem
y
Jahaziel:
La alegría, la perfección y el don que Dios me dio.
RECONOCIMIENTOS
En primer lugar reconozco que todo lo debo “Al que hizo el cielo y la tierra, el mar y
las fuentes de las aguas” (Ap 14: 6).
En segundo lugar, expreso mi agradecimiento a las personas que en algún momento,
desde el inicio hasta el final del curso doctoral, fueron un factor decisivo para culminarlo.
Al pastor Abraham Sandoval Jiménez, líder y administrador adventista, por brindarme
todo su apoyo para iniciar este proyecto de estudio. Al Dr. Félix Hadid Cortez Valles, no solo
un excelente educador y asesor, sino un gran amigo. A los pastores Aarón Omaña Pliego,
Pedro López, Gregorio Avilés, Obed Ortiz Rinza y José Luis García, por su apoyo oportuno
para continuar en cada etapa. Al C.P. Arturo Domínguez por su preocupación administrativa
para que el proyecto avanzara. Al Dr. Jaime Rodríguez, quien aportó generosamente para esta
tesis sus consejos sobre estadística. Al Dr. J. Omar Velázquez, por sus valiosas sugerencias
para enriquecer el trabajo final. Al Dr. Moisés Espinoza Almazán por su ayuda excepcional
para familiarizarme con el lenguaje bíblico del Nuevo Testamento.
A los pastores Eleuterio García, Oscar de los Santos, Lázaro Mazariego, Julio Abel
Rodríguez, Urías Leyva, Román Hernández, José de Jesús Gamas, Irán González y Leonel
Jiménez por su ayuda en la aplicación de las encuestas.
v
TABLA DE CONTENIDO
DEDICATORIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iii
RECONOCIMIENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . iv
LISTA DE FIGURAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . x
LISTA DE TABLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xi
Capítulo
I. NATURALEZA Y DIMENSIÓN DEL PROBLEMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
¿Está perdiendo la iglesia adventista su identidad
escatológica? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Tendencias que amenazan la identidad del adventismo . . . . . . . . . . . 4
Definición del problema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Objetivos de la investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Preguntas de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Hipótesis de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Propósito del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Justificación e importancia del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Limitaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Delimitaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
Trasfondo filosófico/supuestos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Definición de términos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
II. MARCO TEÓRICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
La necesidad de evaluar el contenido de la predicación adventista . . . . . . 16
Una teoría de contenido: los pilares teológicos del
adventismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Naturaleza de los pilares teológicos del adventismo . . . . . . . . . . . . . . 18
Qué y cuáles son los pilares teológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Descubrimiento bíblico de los pilares teológicos . . . . . . . . . . . . . 23
Función hermenéutica de los pilares teológicos. . . . . . . . . . . . . . . 27
Relación con otras variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Una aproximación al adventismo en Apocalipsis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
El origen profético de la iglesia adventista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
El librito abierto de Apocalipsis 10 y la revolución
teológica iniciada por Guillermo Miller . . . . . . . . . . . . . . . . 33
La experiencia dulce y amarga del adventismo . . . . . . . . . . . . . . 35
Naturaleza misiológica del adventismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
La identidad profética de la iglesia adventista . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Guardan la ley de Dios en medio del conflicto final . . . . . . . . . . 38
Tienen el don profético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Naturaleza profética del mensaje adventista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
El rol de la predicación en el tiempo del fin . . . . . . . . . . . . . . . . 44
vi
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Elena de White, los pilares teológicos del adventismo, la predicación
y la identidad de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
La identidad de la iglesia en los escritos de Elena de White . . . . . . . 50
Primera visión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
El nombre de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
1888 y la identidad cristiana del adventismo . . . . . . . . . . . . . . . 53
La predicación en los escritos de Elena de White . . . . . . . . . . . . . . . 56
La predicación de la verdad terminará la obra . . . . . . . . . . . . . . 57
Los pilares teológicos del adventismo en los escritos de
Elena de White . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
La segunda venida de Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
El santuario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
La ley de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
El sábado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
La no inmortalidad del alma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
El mensaje de los tres ángeles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
El don profético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
El carácter inamovible de los pilares teológicos . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Función teológica de los pilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Tensión entre los pilares y la revelación progresiva . . . . . . . . . . . 66
Peligro latente de cambiar los pilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Relación entre los pilares teológicos, la predicación,
y la identidad del adventismo en los escritos
de Elena de White . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Los pilares teológicos como contenido de la predicación
actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
La identidad de la iglesia como resultado de la predicación
de los pilares teológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Pilares teológicos del adventismo, predicación e identidad en el
pensamiento adventista al principio del siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . 73
Antecedentes históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Voces de alerta en cuanto a una crisis de identidad en la
predicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Fernando Canale . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
George R. Knight . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Alberto R. Timm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Alberto Treiyer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Un caso de predicación e identidad en la
investigación reciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Estilo de vida, compromiso con la misión y la relación con Cristo
como dimensiones de la experiencia religiosa adventista . . . . . . . . . . 90
Estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Antecedentes históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
vii
Énfasis en la salud preventiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
La dieta más recomendable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Relación entre la mente y el cuerpo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Cómo se mide el estilo de vida y con qué otras variables
se relaciona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Compromiso con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
¿Qué es para los adventistas el compromiso con la
misión? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
La misión y el mensaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Compromiso personal con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Cómo se ha medido el compromiso con la misión y con qué
otras variables se relaciona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Contexto histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Hacia una definición de la relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . 107
Dimensiones de la relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Cómo se mide la relación con Cristo y con qué otras
variables se relaciona . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
III. METODOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Descripción de la metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Operacionalización de las variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Definición conceptual de las variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Variable independiente: contenido de la predicación adventista
y sus dimensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Los pilares como dimensiones de contenido . . . . . . . . . . . . . . . 114
Variables dependientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Compromiso con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Definición instrumental de las variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
El contenido de la predicación y sus dimensiones . . . . . . . . . . 118
El estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Compromiso con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Definición operacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Hipótesis y alcance de variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Proceso de recolección de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Proceso de análisis de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Proceso de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
IV. RESULTADOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Descripción demográfica de la muestra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Comportamiento de las variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Frecuencia de predicación de los pilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
viii
El sábado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
La segunda venida de Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
La ley de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
El don profético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
El santuario, el mensaje de los tres ángeles
y la no inmortalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Comportamiento de los pilares teológicos en la predicación,
según la media aritmética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Análisis del comportamiento de las variables por ítems . . . . . . . . . . 131
Ítems del santuario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Ítems de la no inmortalidad del alma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
Ítems del mensaje de los tres ángeles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
Ítems del don profético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Ítems de la ley de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Ítems de la segunda venida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Ítems del sábado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Ítems del estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
Ítems del compromiso con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
Ítems de la relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
Confiabilidad y validez del instrumento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
Pruebas de las hipótesis nulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
Primera hipótesis nula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
Segunda hipótesis nula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
Tercera hipótesis nula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Otros resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
El compromiso con la misión y el nivel académico . . . . . . . . . . . . . 146
La relación con Cristo y la edad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Formas de vida y la variable nominal predicador . . . . . . . . . . . . . . . 148
Relación entre si es predicador y el género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
V. RESUMEN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES . . . . . . . . . . . . . 152
Una marco teórico para la identidad adventista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Función hermenéutica de los pilares teológicos
del adventismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
De la teoría a la investigación empírica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
Planteamiento del problema de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
La metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Los resultados más relevantes a la luz del marco teórico . . . . . . . . . . 164
Comportamiento de la variable contenido de la
predicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Algunas consideraciones resultantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Recomendaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Nuevas investigaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Método de adoctrinamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Preparación ministerial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
ix
Capacitación laica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Teología sistemática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Simposio teológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Publicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
La Unión Interoceánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
Apéndice
A. INSTRUMENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
B. CORRIENTES RELIGIOSAS QUE SURGIERON DEL
CHASCO DE 1844 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
C. SALIDAS ESTADÍSTICAS COMPUTARIZADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
LISTA DE REFERENCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
x
LISTA DE FIGURAS
1. Cuadro comparativo de los pilares según Elena de White
y otros autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2. “Diagrama de Caja y Bigotes”. Frecuencia de los pilares
en la predicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
3. Gráfica de predicación de los pilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
xi
LISTA DE TABLAS
1. Media de los pilares teológicos del adventismo
en la predicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
2. Media de los ítems del santuario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
3. Media de los ítems de la no inmortalidad del alma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
4. Media de los ítems del mensaje de los tres ángeles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
5. Media de los ítems del don profético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
6. Media de los ítems de la ley de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
7. Media de los ítems de la segunda venida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
8. Media de los ítems del sábado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
9. Media de los ítems del estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
10. Media de los ítems del compromiso con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
11. Media de los ítems de la relación con cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
12. Confiabilidad y validez de los constructos: Contenido
de la predicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
13. Confiabilidad y validez de las variables dependientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
xii
14. Prueba de la primera hipótesis nula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
15. Como explican los pilares teológicos del adventismo
el estilo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
16. Prueba de la segunda hipótesis nula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
17. Como explican los pilares teológicos del adventismo
el compromiso con la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
18. Prueba de la tercera hipótesis nula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
19. Como explican los pilares teológicos del adventismo
la relación con Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
20. Compromiso con la misión y el nivel académico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
21. Correlación entre la relación con Cristo, el compromiso
con la misión, el estilo de vida y la edad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
22. Correlación entre si es o no predicador y las demás
variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
23. Relación entre el género y si es predicador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
1
CAPÍTULO I
NATURALEZA Y DIMENSIÓN DEL PROBLEMA
La Iglesia Adventista del Séptimo Día atribuye su origen a un reavivamiento
escatológico,1 en el cual el contenido profético de la predicación
2 definió en gran medida su
identidad. Este reavivamiento ocurrió principalmente en Norteamérica entre 1831 y 1844
como resultado del estudio y predicación del retorno premilenial de Cristo a esta tierra. Tuvo
como dirigente principal a Guillermo Miller, quien apoyado en sus estudios de Daniel 8: 14
colocó una fecha para el regreso de Cristo, que terminó en el denominado gran chasco de
1844.3
Antecedentes
Posteriormente, entre 1844 y 1860, un grupo de pioneros movidos por la convicción de
1“Las raíces históricas y teológicas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día descansan en el
movimiento Millerita de 1830s y 1840s” (Hans K. La Rondelle, “Beyond disappointment”, Adventist Review
[junio 1,1989], 8).
2Entre 1831 y 1844, se estima que entre 1500 a 2000 sermones fueron predicados proclamando el
mensaje del advenimiento. (Alberto R. Timm, El santuario y el mensaje de los tres ángeles [Lima, Perú: SALT y
Escuela de Posgrado Universidad Peruana Unión, 2004], 20).
3“De acuerdo con la tradición hermenéutica protestante convencional, Miller usó el método historicista -
premilenial de la interpretación profética y aplicó el principio de año por día a tales períodos apocalípticos como
los 2300 días de Daniel 8: 14, los 1290 y 1335 días de Daniel las 12: 11, 12, y los 1260 días de Apocalipsis 11: 3
y 12: 6 (cf. 7: 25 de Dan; Ap 11: 2; 12: 14; 13: 5). Sus intentos para comprender y poner en armonía esos
períodos lo llevaron a la conclusión que terminarían ‘cerca del año 1843 A.D.’, cuando el Segundo Advenimiento
de Cristo tendría lugar. Mas tarde Samuel S. Snow dijo más precisamente que los 2300 días de Daniel 8: 14
serían cumplidos en el décimo día del séptimo mes del año religioso judío de 1844 (el 22 de octubre de 1844)”
(Alberto R. Tim, recopilador, “La eclesiología adventista del séptimo día, 1844-2001, una breve visión histórica”,
Historia del desarrollo de las doctrinas adventistas [Textos para la materia de Desarrollo de las Doctrinas
Adventistas Seminario Adventista Latinoamericano de Teología, 2009], 187).
2
que el chasco de 1844 debería tener un significado profético,1 concentraron su atención en los
capítulos 10 al 14 de Apocalipsis, en donde desde una perspectiva historicista, construyeron
una plataforma doctrinal de siete creencias que llegarían ser consideradas como los hitos o
pilares teológicos del adventismo. Estos pilares son: (1) la segunda venida de Cristo, (2) el
santuario celestial, (3) la ley de Dios, (4) el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el
mensaje de los tres ángeles y (7) el don profético. Los cuales cumplieron la función de definir
la identidad del movimiento, identificándolo como el remanente de Apocalipsis 12: 17.2
En esta etapa que abarcó de 1844 a 1860, estas creencias fundamentales fueron
estudiadas en congresos, predicadas en reuniones públicas y en pequeños grupos y analizadas
en encuentros personales. Así, proveyeron la identidad teológica que integró poco a poco a los
creyentes esparcidos y desorientados por el chasco de 1844 en un movimiento con conciencia
histórica y valor profético.3
1Véase Ron du Preez, “1844: ¿Coincidencia o providencia?”, Diálogo Universitario 18/3 (2006), 13-
15.
2“Los adventistas han aplicado la referencia al remanente en Apocalipsis 12: 17 basados en tres
argumentos principales. En primer lugar, utilizando el método historicista de interpretación, han encontrado en
Apocalipsis 12 una descripción profética de la historia de la iglesia cristiana desde el Siglo I hasta el fin de la
controversia. Los 1260 días se han tomado como un período profético que llegó a su fin en 1798. El remanente
vino a la existencia después de ese año. En segundo lugar, el remanente se caracteriza por su fidelidad a los
mandamientos de Dios, entendidos como los Diez Mandamientos. Esto incluye de manera particular el cuarto
mandamiento que fue rechazado por la mayoría del mundo cristiano. En tercer lugar, tienen el testimonio de
Jesús, que fue interpretado basado en Apocalipsis 19: 10, como una referencia al espíritu de profecía. Este don se
manifestó entre los adventistas en el ministerio profético de Elena de White” (Ángel Manuel Rodríguez, “The
Remnant and the Adventist Church”, en http: //biblicalresearch.gc.adventist.org/documents/remnantSDA
church.htm [12 octubre 2011]).
Adicionalmente, los pilares teológicos definen la identidad desde el punto de vista de la teología. Esto es
lo que en esta investigación se identifica como el contenido de la predicación. Knight argumenta que “el
desarrollo histórico de la teología adventista del séptimo día, puede entenderse como una búsqueda continua de
identidad” (George R. Knight, Nuestra identidad. Origen y desarrollo [Miami: Asociación Publicadora
Interamericana, 2007], 17).
3“[1] Es el único pueblo que encuentra sus raíces proféticas, o su historia en Apocalipsis 10. [2] Es el
único pueblo que encuentra su identidad profética definida en Apocalipsis 12. [3] Y es el único pueblo que
encuentra su mensaje y misión profética dada en Apocalipsis 14” (James R. Nix, “Seventh day adventism: a
unique prophetic movement”, Adventist World [junio 2009], 14, 15).
3
En contraste, las otras corrientes que no conservaron su conexión con 1844, perdieron
su relevancia y su razón de existir (véase apéndice B, página 174).1 Solo la iglesia adventista
se mantuvo como la única heredera de 1844.2 Así, después de integrar un sistema de verdades
teológicas, los pioneros llegaron a la conclusión de que también debían identificarse con un
nombre, por consiguiente, en 1860 eligieron denominarse Iglesia Adventista del Séptimo Día,3
hecho que terminó separándolos no solo de los no creyentes, sino de otros grupos religiosos
existentes.
¿Está perdiendo la iglesia adventista su
identidad escatológica?
Hoy, sin embargo, a 167 años de su origen, la iglesia adventista enfrenta el impacto de
una espera prolongada que sus pioneros no previeron, y con ella, el riesgo latente de perder la
visión apocalíptica que trajo el movimiento a la existencia. Por lo que uno podría preguntarse:
¿En qué medida puede estar ocurriendo esta imperceptible pérdida de vitalidad y su resultante
crisis de identidad profética? ¿Ha afectado este envejecimiento también a la predicación?
1Históricamente se sabe que emergieron del chasco por lo menos tres corrientes principales: (1) los que
creyeron que en 1844 no ocurrió nada significativo y se caracterizaron por seguir poniendo fechas para la venida
del Señor, (2) los que creyeron que la fecha estaba equivocada pero el evento era correcto, y que por lo tanto, la
venida de Cristo se había cumplido en forma espiritual y (3) los que comprendieron que el evento estaba
equivocado pero la fecha era correcta, es decir, que en 1844, realmente había sucedido algo importante en el
cielo: El comienzo de la purificación del santuario celestial; y no la segunda venida como se había pensado. De
este tercer segmento surgió la Iglesia Adventista del Séptimo Día. (Timm, El santuario, 63-66).
2“Estos adventistas llegaron a verse así mismos como los únicos y verdaderos herederos del adventismo
pre-chasco, continuaron sosteniendo el advenimiento literal a diferencia de los espiritualizadores, y sosteniendo
los principios de interpretación profética de Miller a diferencia de los adventistas de Albany” (Knight,
“Adventism at 150”, Ministry [octubre 1994], 5).
3“El nombre Adventista del Séptimo Día lleva al frente las verdaderas características de nuestra fe y
convencerá a la mente inquisitiva. Como una flecha de la aljaba del Señor herirá a los transgresores de la ley de
Dios, y llevará al arrepentimiento para con Dios y a la fe en nuestro señor Jesucristo” (E. White, Testimonios
para la iglesia, Vol. 1 [Miami: Asociación Publicadora Interamericana, 2003], 223).
4
¿Se está convirtiendo la predicación que trajo notabilidad al movimiento en un factor de
pérdida de identidad? 1 ¿Han perdido los pilares del adventismo su jerarquía teológica llegando
a convertirse únicamente en reliquias veneradas del pasado?2 Todos estos riesgos son
posibles,3 si los adventistas se olvidan de la lección histórica que sobrevive en una sentencia
de sus pioneros: “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en
que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada”.4
Tendencias que amenazan la identidad
del adventismo
Según lo anterior, hay dos aspectos de su historia que los adventistas no deben olvidar:
(a) la manera en que el Señor los ha conducido y (b) y lo que el Señor les ha enseñado en su
historia pasada. Especialmente, el segundo aspecto ha sido el más difícil de mantener en la
memoria. Por ejemplo, Treiyer, en un análisis rápido de la historia agrupa en cuatro grandes
bloques las tendencias que han amenazado la sana doctrina5 del adventismo: (1) movimientos
pentecostales, carismáticos y celebracionistas, (2) corrientes espiritualizadoras, (3) tendencias
1“Pero más allá del tema del envejecimiento, algunos sectores del adventismo del séptimo día en la
década de 1990 (particularmente en lugares tales como Norteamérica, Europa, y Australia) parecen estar
enfrentando todas las amenazas que erosionaron a los otros cuerpos adventistas. Así en su búsqueda de
significado en lo que parece ser un cada vez más retrasado fin del mundo, algunos creyentes se sienten tentados a
espiritualizar la venida de Cristo. Sin embargo, el perder la fe en un advenimiento real e histórico, es perder el
adventismo mismo” (Knight, “Adventism at 150”, 12).
2Knight, “Adventism”, 8.
3Knight, “Adventism, Institutionalism and the Challenge of Secularization”, Ministry (junio1991), 6-10.
4E. G.White, Notas biográficas de Ellen G. White (Mountain View, CA: Pacific Press Publ. Assn.,
1981), 21.
5Tito 2: 1. Todas las referencias bíblicas están tomadas de la versión Nueva Reina Valera Siglo XXI
(Doral, FL: Sociedad Bíblica Emanuel, 2009), a menos que se indique lo contrario.
5
originadas en el dualismo griego y (4) preteristas, futuristas e idealistas.1 A su vez, Canale
habla de los peligros actuales que enfrenta la teología adventista, en términos de una
desintegración, e identifica cuatro tendencias o escuelas de pensamiento con referencia a sus
características más salientes. Estas escuelas son: (1) la evangélica, (2) la modernista-liberal,
(3) la histórica y (4) la bíblica.2 Él advierte especialmente que los defensores de las corrientes
evangélica, modernista-liberal e histórica, pretenden colocar sus ideas como los nuevos pilares
del adventismo. Por lo que exhorta a los teólogos a no perder de vista el proyecto iniciado por
los pioneros del adventismo.
Debido al descuido del proyecto teológico inicial y a la intrusión de ideas tomadas de
la tradición evangélica, la teología adventista se encuentra actualmente en un estado de
fragmentación y carente de un crecimiento saludable y consecuente. Sus disciplinas
teológicas están desconectadas entre sí, incluso de la vida y de la misión de la iglesia.
Los adventistas actuales necesitan urgentemente completar el proyecto teológico de los
pioneros para salvaguardar la unidad y la misión de la iglesia adventista.3
Así mismo, Knight señala una tendencia a perder la visión apocalíptica en la
predicación, que califica como una castración del adventismo. En su análisis, presenta tres
formas de borrar la relevancia apocalíptica en la predicación: (1) Un énfasis desmedido en los
símbolos proféticos, al grado de dejar a Cristo fuera del mensaje, (2) un énfasis desequilibrado
1Alberto R. Treiyer, “Herederos del Chasco de 1844”, www.tagnet.org/distinctivemessages (20
septiembre 2011).
2Fernando Canale, “Completando la teología adventista I: la tarea teológica en la vida de la iglesia”,
DavarLogos 6.1 (2007), 59.
3Ibíd., 55. En otro artículo Canale explica en que consiste la inconclusión del proyecto teológico de los
pioneros adventistas. “Por el contrario, al surgir de una aplicación consistente del principio protestante de la sola,
tota et prima Escritura el proyecto adventista iniciado por los pioneros implícitamente cambió el contenido de
las presuposiciones hermenéuticas que la teología cristiana había tomado de la filosofía griega y de las ciencias
humanas. Este cambio en el paradigma hermenéutico requiere una reinterpretación de la totalidad de las doctrinas
bíblicas del cristianismo que el Adventismo todavía no ha desarrollado a nivel de investigación teológica erudita,
y muy poco a nivel de divulgación” (“Completando la teología adventista II: el proyecto teológico adventista y su
impacto en la iglesia”. DavarLogos 6.2 [2007], 131).
6
que deja al sacrificio sustitutivo de Cristo fuera de la predicación apocalíptica y (3) un énfasis
que descuida en la predicación la justicia y la ira del Cordero. El advierte que donde se de esta
esterilización, solo quedará un adventismo cultural.1 A su vez, Timm señala que en algunas
partes del mundo, los candidatos al bautismo carecen de una preparación doctrinal suficiente,
que les permita una vez bautizados defender las doctrinas cardinales del adventismo.2
En base a los antecedentes anteriores, la presente investigación proyectó hacer una
aproximación empírica al contenido de la predicación adventista, a través del lente de los
pilares que constituyen su plataforma teológica. Con este propósito, los pilares teológicos del
adventismo se tomaron como los supuestos fundamentales de la propuesta.3 Es decir, se
reafirmaron como creencias teológicas que no necesitaban demostración, pues son hechos
plenamente aceptados. Se presupone que estos pilares definen la identidad de la iglesia, por lo
tanto, fueron el parámetro para evaluar el contenido de la predicación adventista.
Además, estos pilares no solo definieron la identidad temprana del adventismo,
también se constituyeron en los elementos espirituales que guiarían a los adventistas a hacer
decisiones éticas en el contexto de la espera. Por lo tanto; un cambio en el contenido podría
afectar el estilo de vida,4 el compromiso con la misión y hasta la relación espiritual con Cristo.
1Knhigt, La visión apocalíptica y la castración del adventismo (Doral, FL: Asociación Publicadora
Interamericana, 2209), 43,44.
2Timm, “La preparación para el bautismo”, Revista Adventista Sudamericana, (agosto 2004), 11-13 (Ver
E G. White, El evangelismo [Buenos Aires, Argentina: ACES, 1993], 235).
3“Un supuesto es aquel principio o idea guiadora que fundamente una acción o conducta. Se trata de
creencias filosóficas o teóricas que no se pretende demostrar, sino que se dan como un hecho aceptado” (Tevni
Grajales Guerra, Repensar en la educación [Montemorelos, NL: Publicaciones Universidad de Montemorelos,
2004], 58).
7
Esto también lo sugirió el Señor Jesús al final de su discurso apocalíptico de Mateo 24, en
donde se percibe que a la expresión “mi Señor se tarda en venir” (Mt 24: 48), le sigue la
descripción de la conducta del siervo malo quien empieza a “golpear a sus consiervos y a
beber con los borrachos” (Mt 24: 49).
Hasta aquí, se ha entendido que la identidad del adventismo depende en gran medida de
la solidez de una plataforma de contenido, que en su caso está constituida principalmente por
sus pilares teológicos, los cuales a su vez proveen el contenido esencial de la predicación y la
plataforma de la praxis religiosa. Por lo tanto, se espera hipotéticamente que los miembros al
ser expuestos a una predicación basada en los pilares teológicos, sean impactados
positivamente en su forma de vida. Un descuido podría también producir resultados contrarios.
Por ello, también, la presente investigación buscó medir este impacto. Es decir, a la variable
contenido de la predicación, se la relacionó con tres variables que tienen que ver con la
experiencia religiosa del adventismo.
Definición del problema de investigación
En qué medida el contenido de la predicación de los siete pilares teológicos del
adventismo [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) la ley de Dios, (4)
el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el mensaje de los tres ángeles, y (7) el don
profético] explican (a) el estilo de vida, (b) el compromiso con la misión y (c) la relación con
Cristo, en diez distritos de la Asociación Olmeca, durante el año 2011.
4“Ella incluyó en el mensaje de preparación la reforma práctica de un nuevo estilo de vida. ‘La
temperancia en todas las cosas debe ser conectada con el mensaje, debe hacer volver al pueblo de la idolatría, la
glotonería, y de su extravagancia en el vestido y otras cosas’” (E. White, Testimonios, Vol. 3, 62)”, citado en
Hans K. La Rondelle, “In the spirit of Elijah”, Adventist Review [junio 15, 1989], 9, 10.
8
Objetivos de la investigación
1. Determinar en qué medida el contenido de la predicación de los pilares del
adventismo explican: (a) el estilo de vida, (b) el compromiso con la misión y (c) la relación
con Cristo.
2. Determinar en qué medida se relacionan cada uno de los pilares de la predicación
adventista [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) la ley de Dios, (4)
el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el mensaje de los tres ángeles y (7) el don
profético] con (a) el estilo de vida, (b) el compromiso con la misión y (c) la relación con
Cristo.
3. Observar si las variables demográficas referentes a los encuestados: (a) zona de
residencia, (b) género, (c) nivel académico, (d) edad, (e) cargo en la iglesia, (f) si es o no
predicador y (g) tiempo en la iglesia, guardan alguna relación positiva con el estilo de vida, el
compromiso con la misión y la relación con Cristo.
Preguntas de investigación
1. ¿Explica la predicación con alto contenido de los pilares del adventismo la
experiencia cristiana de los miembros; especialmente su estilo de vida, su compromiso con la
misión y su relación con Cristo?
2. ¿Qué relación existe entre cada uno de los pilares [(1) la segunda venida de Cristo,
(2) la doctrina del santuario, (3) la ley de Dios, (4) el sábado, (5) la no inmortalidad del alma,
(6) el mensaje de los tres ángeles y (7) el don profético] en su función de contenido de la
predicación con (a) el estilo de vida, (b) el compromiso con la misión y (c) la relación con
Cristo?
3. ¿En qué medida impactan las variables demográficas a las variables cuantitativas?
9
Hipótesis de investigación
H1: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) el santuario, (3) la
ley de Dios, (4) el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el mensaje de los tres ángeles y
(7) el don profético] tiene relación significativa con el estilo de vida de los adventistas en la
Asociación Olmeca.
H2: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) el santuario, (3) la
ley de Dios, (4) el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el mensaje de los tres ángeles y
(7) el don profético] tiene relación significativa con el compromiso con la misión de los
adventistas en la Asociación Olmeca.
H3: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) el santuario, (3)
la ley de Dios, (4) el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el mensaje de los tres ángeles
y (7) el don profético] tiene relación significativa con la relación con Cristo de los adventistas en
la Asociación Olmeca.
Propósito del estudio
Esta investigación se hizo con el propósito primario de contar con un diagnóstico del
estado de la predicación adventista en un sector determinado. Una vez concluido el diagnóstico,
se presentarán las recomendaciones –a las instancias correspondientes y en el tiempo oportuno–
para que se puedan tomar las decisiones que correspondan a las conclusiones y generalizaciones
estadísticas. Un segundo propósito de esta investigación fue llamar la atención del adventismo
hacia el punto donde comienza su identidad, es decir, en sus creencias; y contando con la
evidencia histórica y profética de que la predicación de los pilares teológicos fue lo que trajo a la
existencia a la iglesia adventista, se pueda actualmente usar toda la creatividad para liberar el
10
potencial de esta predicación, en un tiempo cuando el reavivamiento y la reforma son la primera
necesidad del adventismo.
Justificación e importancia del estudio
A continuación s exponen algunas razones que justifican la investigación que se ha
realizado en relación al contenido de la predicación.
Implicaciones homiléticas
La identidad de la iglesia adventista depende en gran medida del contenido de su
predicación. La espiritualidad, el compromiso con la misión, el estilo de vida, y el destino mismo
del movimiento están vinculados con la instrucción que reciben los miembros desde el púlpito.
La misma naturaleza escatológica del adventismo requiere un énfasis que no se puede suplir con
otros temas, u otras corrientes, porque en su comprensión profética los adventistas tienen la
convicción de que fueron levantados para un tiempo que no corresponde a ninguna otra época de
la historia. Sin embargo, en este momento, la iglesia adventista no está usando un parámetro para
evaluar el contenido homilético de sus mensajes, lo cual puede ser un factor de riesgo para su
identidad. En este sentido, el presente estudio considera que lo que más se acerca a un parámetro
para evaluar el contenido de la predicación adventista, son las presuposiciones teológicas
conocidas como los pilares teológicos o hitos del adventismo.1 En consecuencia, se decidió
1 “Durante más de medio siglo [desde 1844], los temas principales de la verdad presente han sido
cuestionados y combatidos. Se han presentado nuevas teorías como verdaderas, las cuales no constituían la
verdad, y el Espíritu de Dios reveló su error. Cuando los grandes pilares de nuestra fe fueron presentados, el
Espíritu Santo dio testimonio de ellos, especialmente en lo concerniente a las verdades de la cuestión del
Santuario. Una y otra vez el Espíritu Santo apoyó en forma notable la predicación de esta doctrina. Pero hoy,
como en el pasado, algunos serán impulsados a elaborar nuevas teorías y a negar las verdades a las cuales el
Espíritu de Dios ha dado su aprobación” (E. White, Alza tus ojos [Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1982], 197). “Nuestra fe en referencia a los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles era
correcta. Los grandes hitos por los que hemos pasado son inamovibles. Aunque las huestes del infierno puedan
tratar de quitarlas de su fundamento, y triunfar pensando que han tenido éxito, no tendrán éxito. Esos pilares de la
11
utilizarlos como los constructos del instrumento que evaluó la predicación en un sector
determinado de la iglesia.
Valor teológico
Se espera que tanto el instrumento, como los resultados puedan ser aplicados en otros
sectores de la iglesia para intensificar el conocimiento acerca del impacto de la predicación de
los pilares teológicos en la identidad eclesiástica. Así, al reavivar la función de los pilares
teológicos, se facilitará también la integración del quehacer académico de los teólogos y la
praxis de los administradores, pastores y predicadores laicos, en un terreno que resulta común
a todos, es decir, la predicación.
Relevancia eclesiológica
Si la predicación tiene una conexión directa con el estilo de vida, el compromiso con
la misión y la relación con Cristo, entonces lo que sucede en ella afecta el avance de la iglesia.
En esta investigación se diagnosticó esta dinámica, por lo que se resalta la necesidad de
equilibrio entre la predicación y los fundamentos teológicos, solo así se hablaría de una iglesia
remanente en todo el sentido que demanda el reclamo profético.
Limitaciones
Cuando se proyectó la investigación se planeó incluir en la muestra a una iglesia
organizada de cada uno de los 28 distritos de la Asociación Olmeca. Sin embargo, debido al
verdad permanecen firmes como las colinas eternas, inamovibles ante todos los esfuerzos de los hombres que se
combinan con los de Satanás y su hueste […] El pueblo de Dios ahora debe fijar sus ojos en el santuario celestial
donde se está llevando a cabo la ministración final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra de juicio—donde
él está intercediendo por su pueblo” (E. White, Rewied and Herald, noviembre 27, 1883).
12
carácter voluntario de la participación solo respondieron diez distritos, por lo que la encuesta
se aplicó a diez iglesias, una de cada distrito participante, y a un total de 160 unidades de
observación. De igual manera, debido a razones de aplicación práctica, el número de
declaraciones para medir las variables del instrumento se redujo al mínimo aceptable para
medir un constructo.
Delimitaciones
En esta investigación se tomó de entre las muchas dimensiones de la predicación, la
subdivisión contenido. Pero aun el contenido resultaba ser un universo inalcanzable para una
sola propuesta; por ello, nuevamente se subdividió el contenido para tomar una variable más
ponderable. Quedando así delimitada la investigación a los pilares teológicos del adventismo
como contenido de la predicación.
De igual manera, el estudio de la identidad aunque tiene muchos enfoques más
recientemente se ha abordado desde su dimensión social.1 En el caso del adventismo, también
se han hecho aproximaciones desde otros ángulos, como la salud y su estilo de vida,2 su
1“Por tanto, podríamos decir que la identidad socialmente construida presenta una cara personal,
individual, que recoge los aspectos que nos hacen únicos, peculiares y otra cara, social, que aglutina las
características compartidas con nuestros semejantes en el seno de diferentes grupos” (Rosana Peris Pichastor y
Sonia Agut Nieto, “Evolución conceptual de la Identidad social. El retorno de los procesos emocionales”. Revista
Electrónica de Motivación y Emoción. REME Volumen X Diciembre 2007 Número 26 – 27, en http:
//reme.uji.es [29 agosto 2012]).
2“Entre 1976 y 1988, los institutos nacionales para la Salud de Estados Unidos patrocinaron un estudio
de 34 mil adventistas de California, para ver si su estilo de vida, orientado hacia la salud, incidía en sus
expectativas de vida y en los riesgos de enfermedades del corazón y de cáncer. El estudio encontró que el hábito
de los adventistas de comer habichuelas, leche de soya, tomates y otros frutos disminuía su riesgo de contraer
ciertos tipos de cáncer. También sugería que consumir pan de trigo entero, tomar cinco vasos de agua al día, y, lo
más sorprendente, el consumo de cuatro porciones de nueces por semana, reducía el riesgo de contraer
enfermedades del corazón. Otra conclusión fue que no comer carnes rojas había coadyuvado para evitar tanto el
cáncer como las enfermedades del corazón. Al final, el estudio llegó a una asombrosa conclusión, afirma Gary
Fraser de la Universidad de Loma Linda: el adventista vegetariano promedio vive entre cuatro y diez años más
que el californiano promedio” (Dan Buettner, “En busca de la eterna juventud. Los secretos de una larga vida”,
13
sistema educativo, alguna de sus doctrinas en particular, como su aserto de ser los
continuadores de la Reforma en cuanto a la justificación por la fe1 y muchos otros. En este
proyecto, una vez elegido el contenido de la predicación como la variable que llevaría a la
investigación al lugar donde comienza la identidad social-religiosa de un grupo, es decir, a lo
que cree;2 se decidió enseguida, establecer una relación con tres dimensiones de la experiencia
religiosa del adventismo: (1) el estilo de vida, (2) el compromiso con la misión y (3) la
relación con Cristo. Variables que también fueron delimitadas al contexto donde viven las
unidades de observación.
Trasfondo filosófico/supuestos
La presente investigación se basó fundamentalmente en tres grandes principios que
explican la amplitud mundial del adventismo y su naturaleza peculiar entre los demás grupos
religiosos: (1) La aceptación de la autoridad total de la Biblia, (2) la perspectiva historicista de sus
interpretaciones proféticas, y (3) el enfoque escatológico de su predicación como factor de éxito
respaldado en su historia.
Estos principios que guiaron el quehacer teológico de los pioneros en el siglo XIX,
produjeron el legado más importante de la teología adventista, los así llamados pilares teológicos.
National Geographic, noviembre 2005, en http: //www.abo.org.ar/web/NationalGeographicAdv.htm [10 octubre
2011]). 1Véase Geoffrey J. Paxton, El zarandeo del adventismo (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones,
1971).
2“La identidad colectiva se conforma como el conjunto de creencias compartidas por una sociedad que
implican una visión de sí misma como “nosotros”, es decir, una auto representación de “nosotros mismos” como
estos y no otros. Por ello se puede hablar de una “comunidad de los creyentes” que tienen una visión del mundo,
una energía y unas imágenes en común. Es el “verse como” de Paul Ricoeur comentado por Sánchez Capdequí, o
el “imaginarse como” de las “comunidades imaginadas” [cfr. Anderson 1983]” (Daniel H. Cabrera “Imaginario
social, comunicación e identidad colectiva”, en http: //www.portalcomunicacion.com/dialeg/paper/ pdf/143_
cabrera. pdf [29 enero 2012]).
14
Los cuales a su vez, trajeron a la existencia a la iglesia adventista en el período comprendido
entre los años 1844 y 1860.
Definición de términos
Adventistas. Se deriva de advenimiento o adviento, que se refiere a la venida de Cristo. En
primer lugar se llamó así a los seguidores de Guillermo Miller, quienes creyeron que Jesús podría
venir en 1844. Actualmente el término es usado más para referirse a las iglesias que poseen esta
doctrina y especialmente a los adventistas del séptimo día. Según el contexto, se usará para
cualquiera de los tres casos anteriores.
Pilares. Conceptos teológicos o doctrinas cardinales que sostienen el edificio doctrinario
de un movimiento. Por ejemplo, en el caso del protestantismo un pilar sería la justificación por la
fe. En el caso del adventismo, sus pilares son las verdades integradas entre 1844 y 1860, pilares
que lo han convertido en un pueblo peculiar en el último segmento de la historia.
Escatología. Parte de la teología que estudia los eventos finales.
Reavivamiento y reforma. Expresión que se refiere a un despertar espiritual y a un cambio
en el estilo de vida.
Chasco del adventismo. Desilusión que se produjo el 22 de octubre de 1844 cuando los
adventistas milleritas esperaban que Jesús apareciera y no vino.
Distrito. Conjunto de iglesias con un promedio de ochocientos miembros a cargo de un
pastor adventista.
15
Perspectiva historicista. El historicismo entiende las profecías como la descripción de
una marcha continua de la historia ordenada y dirigida por Dios desde el tiempo del profeta hasta
el clímax final de la historia de la tierra.1
Asociación Olmeca. Territorio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que abarca cinco
municipios del estado de Tabasco, México: Paraíso, Comalcalco, Cunduacán, Cárdenas y
Huimanguillo.
Remanente. Término que aparece en Apocalipsis 12: 172 para referirse a los hijos de Dios
en el tiempo del fin. Constituyen una minoría fiel en medio de un mundo que da la espalda a Dios
y a sus mandamientos.
1 Jon Paulien “The end of historicism? Reflections on the adventist approach to biblical apocalyptic. Part
One”, Journal of the Adventist Theological Society 14/2 (otño 2003), 15–43.
2La palabra loipos –remanente, aparece 6 veces en Apocalipsis (2: 24; 9: 20; 11: 13; 12: 17; 19: 21 y 20:
5). Estos pasajes muestran que hay un remanente y un “contra” remanente. El remanente es fiel al Cordero; el
“contra” remanente es fiel a las potencias enemigas. Sus lealtades son opuestas, como lo son su destino y su vida
ética. En resumen, está de por medio la lealtad al pacto, a pesar del engaño, la calamidad y la persecución” (Larry
L. Lichtenwalter, “Estructure and theology of Revelation”. Apuntes de la clase “Predicación del Apocalipsis”
Verano 2011). “El concepto de remanente corre a través de la Biblia y se expresa en una multiplicidad de
imágenes y término específicos. El tema fundamental en este concepto es el de alguien que ha pasado por la
confrontación de la vida y la muerte y la posibilidad total de extinción. Confrontado por una amenaza natural o
militar la cuestión de la supervivencia es levantada. ¿Quedará alguien vivo después del desastre o todos
perecerán? En la Biblia este concepto es empleado teológicamente como un elemento indispensable en la historia
de la salvación. En el conflicto entre Dios y las fuerzas del mal el enemigo nunca es capaz de exterminar al
pueblo de Dios, porque Dios siempre preserva un remanente de para cumplir su intención divina” (Rodríguez,
“The Remnant”). Véase también (Hans K. La Rondelle, “Prophetic basis of adventism”, Adventist Review, [junio
1-julio 20, 1989]) y (James R. Nix, “Seventh-Day Adventism”, 14-15).
16
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
Este capítulo establece una base teórica para la presente investigación. La forma en que
está organizado permite no solo tener un marco teórico, sino también un marco histórico-
profético con los siguientes propósitos: Contextualizar el origen del movimiento adventista,
entender la naturaleza de su identidad escatológica, hacer una aproximación a los pilares
teológicos de su mensaje y analizar las formas de vida resultantes. Está dividido en cinco
secciones principales: (1) la necesidad de evaluar el contenido de la predicación adventista, (2)
una aproximación al adventismo en el Apocalipsis, (3) Elena de White, los pilares del
adventismo, la predicación y la identidad de la iglesia, (4) pilares teológicos del adventismo,
predicación e identidad en el pensamiento adventista a principio del siglo XXI y (5) estilo de
vida, compromiso con la misión y la relación con Cristo como dimensiones de la experiencia
cristiana del adventismo.
La necesidad de evaluar el contenido de
la predicación adventista
El Seminario Teológico Adventista Interamericano está preparando a sus estudiantes
de posgrado para realizar investigaciones empíricas, con el fin de diagnosticar, describir o
explicar aquellos fenómenos que inciden en la vida de la iglesia. Pues solo si se sigue una
metodología científica, en sectores específicos y en un tiempo establecido, se podrá contar con
resultados confiables para elegir de entre las estrategias disponibles, aquellas que
correspondan a las necesidades diagnosticadas.
17
Una de las áreas de la vida de la iglesia donde existe la necesidad de un diagnóstico, es
en la predicación de las reuniones públicas, pues es allí donde cae o se levanta la vida de la
iglesia.1 Es allí, donde, por medio del contenido y de las creencias se define la identidad y
donde se espera producir como antaño el reavivamiento y la reforma. Se necesita también
examinar la profundidad o superficialidad del contenido que define la calidad de la
predicación para saber si los casi veinte millones de adventistas que asisten cada sábado a la
iglesia alrededor del mundo, están siendo atendidos en sus necesidades espirituales más
profundas.
Por lo tanto, es necesario contar con una teoría y un parámetro para medir el contenido
de la predicación adventista; por ello en la siguiente sección se buscará la teoría que más se
aproxima a tal requerimiento.
Una teoría de contenido: los pilares
teológicos del adventismo
Se podría decir que lo que más se aproxima a una teoría2 para entender la naturaleza,
las dimensiones y el alcance de la predicación adventista, son las presuposiciones teológicas
conocidas como los pilares teológicos del adventismo pues constituyen un conjunto de
proposiciones interrelacionadas, capaces de explicar por qué y cómo ocurrió el fenómeno
1“Brunner diagnosticó la enfermedad moderna de la iglesia como una crisis que está exactamente donde
su vida de fe es generada –en su predicación” (Herbert E. Douglas, “Emil Brunner’s Theology of Preaching”,
Andrews University Seminary Studies Volume V, Número 1 [enero 1967], 1)
2“Una teoría es un conjunto de constructos (conceptos), definiciones y proposiciones relacionadas entre
sí, que presentan un punto de vista sistemático de fenómenos especificando relaciones entre variables, con el
objeto de explicar y predecir los fenómenos”. Sampieri también enumera tres funciones principales de una teoría
en una investigación empírica: 1) decirnos por qué, cómo y cuándo ocurre un fenómeno, 2) sistematizar o dar
orden al conocimiento y 3) predicción. (Roberto Hernández Sampieri, Metodología de la investigación [México:
Mac Graw-Hill, 1997], 6).
18
adventista del siglo XIX.1 Estas presuposiciones ayudan a ordenar y sistematizar el
conocimiento acerca del adventismo. Además, como pilares teológicos, ofrecen a la
investigación cuatro características indispensables: (1) contenido doctrinal, (2) función
hermenéutica, (3) capacidad integradora y (4) solidez para seguir construyendo sobre ellos el
quehacer teológico.2 De esta manera, se puede decir que los pilares teológicos son el resultado
final de la discusión en torno a quiénes son los adventistas del séptimo día.3 Por lo tanto, cada
uno de los pilares fue tomado como los constructos (conceptos) dimensionales de la variable
contenido de la predicación, que será definida y operacionalizada en la sección metodológica.
Naturaleza de los pilares teológicos del
Adventismo
A continuación se hará una aproximación a la naturaleza de estos pilares teológicos, se
espera conocer su alcance y por qué se consideran el parámetro de la predicación del
adventismo. Para este fin se abordarán las siguientes secciones: (1) los pilares del adventismo,
(2) su descubrimiento en la historia y (3) su función hermenéutica y teológica.
1Véase La Rondelle, “Prophetic Basis of Adventism”, Adventist Review, June 1-July 20, (1989).
2Actualmente la iglesia adventista ha hecho una declaración de 28 creencias agrupadas en 6 doctrinas,
(1) la doctrina de Dios, (2) la doctrina del hombre, (3) la doctrina de la salvación, (4) la doctrina de la iglesia, (5)
la doctrina de la vida cristiana y (6) la doctrina de los acontecimientos finales. (Creencias de los adventistas del
séptimo día, [Nampa, ID: Publicaciones Interamericanas, 2006]) En este sentido Müller dice: “Las doctrinas
bíblicas son independientes de la época y de la cultura” (Ekkehard Müller, “Pautas para la interpretación de las
Sagradas Escrituras”, en Entender las Sagradas Escrituras [Colombia: Asociación Publicadora Interamericana,
2009], 159). Cuando se hace referencia a los “pilares” no se refiere a estas doctrinas ni a las creencias sino a lo
esencial y lo sustancial de la teología adventista. “Antes de 1850 había unidad sustancial en lo esencial […]
Había acuerdo sobre los fundamentos” (George W. Reid, “Another look at adventist hermeneutics” [Biblical
Research Institute General Conference of Seventh-day Adventists, 2011], en http: //biblicalresearch.gc
.adventist.org/documents/Adventist%20Hermeneutics.htm [25 julio 2011]).
3Véase Canale, “Completando, Parte II”, LeRoy Edwin Froom, Movement of destiny (Washington, D C:
Review and Herald Publishing Association, 1971). Timm, El santuario, Knight, Nuestra identidad.
19
Qué y cuáles son los pilares teológicos
En la siguiente declaración, Elena de White, una de los pioneros del adventismo, alude
a los pilares teológicos o hitos inamovibles de la teología adventista.
El tiempo transcurrido en 1844 fue un período de grandes eventos, que abrió ante
nuestros ojos asombrados la [1] purificación del santuario que se llevaba a cabo en
el cielo, y tuvo una decidida relación con el pueblo de Dios sobre la tierra;
[también con] [2] los mensajes del primero, segundo, y tercer ángel, y desplegó el
estandarte en el cual estaba inscrito: [3] “Los mandamientos de Dios y la fe de
Jesús”. Uno de los hitos de este mensaje fue el templo de Dios, visto en el cielo por
su pueblo amante de la verdad, y el arca que contenía la ley de Dios. [4] La luz del
día de reposo del cuarto mandamiento resplandeció con sus fuertes rayos en el
camino de los transgresores de la ley divina. La [5] no inmortalidad del alma es un
antiguo hito. No puedo recordar nada mejor que pueda colocarse bajo el título de
los antiguos hitos.1 (Numeración agregada).
La cita data de 1889, se refiere a un momento cuando era necesario consolidar los
avances de una comprensión más amplia de la justicia de Cristo, que había iniciado el año
anterior. Sin embargo, este avance fue visto por algunos líderes de la iglesia como una
amenaza para la integridad de los pilares. En respuesta, Elena de White aclaró que el temor era
infundado y que en realidad se debía al hecho de que quienes levantaban las críticas no sabían
cuáles eran los hitos antiguos. En medio de este debate, White reafirmó la solidez de los
pilares, sin negar la necesidad de avanzar en la comprensión de nuevas verdades.
En Minneapolis Dios dio a su pueblo, en un nuevo engarce, algunas gemas de verdad.
Esta luz del cielo fue rechazada por algunos con toda la testarudez que los judíos
mostraron al rechazar a Cristo, y se habló mucho de mantenerse junto a los hitos
antiguos. Pero había evidencias de que no sabían cuáles eran los hitos antiguos. Había
evidencia y lógica procedentes de la Palabra que la recomendaban a la conciencia; pero
la mente de los hombres estaba cerrada, sellada contra la entrada de luz, porque habían
decidido que era un error peligroso modificar los “hitos antiguos”, cuando en realidad
no se movía ninguno de esos hitos antiguos, sino que esos hombres habían pervertido
el concepto de lo que era un hito antiguo.2
1E. G. White, El otro poder (Buenos Aires: Asociación Casa Publicadora Sudamericana, 1996), 30-31.
2Ibíd.
20
A diferencia de Elena de White, parece que en esa fecha no todos sabían cuáles eran
los pilares y qué relación tenían con la naturaleza progresiva de la revelación. Quizás los
consideraban como doctrinas, pero no tenían presente todo lo que implicaba el concepto de un
pillar teológico. Por lo tanto, el primer desafío en este marco teórico es identificar cuáles son
estos pilares, qué características tienen y qué función habrían de cumplir.
Canale al tratar de establecer un punto de partida, resume en cuatro los pilares
teológicos: (1) las doctrinas del santuario, (2) el mensaje de los tres ángeles, (3) la no
inmortalidad del alma, y (4) la ley de Dios y el sábado1 (Figura 1, página 22). A su vez, Froom
había señalado que el núcleo de la estructura doctrinaria de los adventistas del séptimo día
estaba formado por tres doctrinas: (1) El santuario, (2) el sábado y (3) el espíritu de profecía.2
Por su parte, Tim presenta una lista en donde agrega la segunda venida de Cristo y el don
profético: (1) la segunda venida de Cristo, (2) el ministerio celestial de Cristo, (3) la
perpetuidad de la ley de Dios y del sábado, (4) la inmortalidad condicional del alma y (5) el
don de profecía manifestado en la persona y escritos de Elena de White.3 De igual manera,
Knight en su libro Nuestra identidad. Origen y desarrollo, confirma que el “santuario
celestial, la segunda venida de Cristo y el sábado […] son el meollo de la teología adventista
del séptimo día”. Sin embargo, más adelante incluye “la no inmortalidad del alma” y “el don
profético”.4 La Rondelle concuerda esencialmente con los otros autores. Su lista contiene: (1)
1Canale, “Completando. Parte II”, 130.
2Froom, Movement, 77.
3Timm, El santuario, 67.
4Knight, Nuestra identidad, 80, 84 y 98. En otra obra agrega: “Para comienzos de 1848 los líderes
adventistas observadores del sábado, por medio de un estudio amplio y detallado de la Biblia, habían llegado a un
21
la segunda venida de Cristo, (2) el sábado, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) el ministerio
de Cristo en el santuario celestial y (5) la no inmortalidad del alma.1
Como se puede notar, los especialistas se adhieren a lo esencial, y concuerdan con la
cita de Elena de White. La diferencia de las listas, más bien se debe al énfasis y propósito de
sus obras (Figura 1, página 22). Conviene agregar que con el fin de relacionar los pilares con
la identidad de la iglesia adventista, se toman los años 1844, fecha del gran chasco, como el
inicio de la etapa de consolidación de la identidad, y el año 1860, fecha en que se elige el
nombre de la denominación, como el final de este período. En este lapso se consolidaron e
integraron los pilares teológicos. Estas creencias fundamentales reunieron primeramente a los
esparcidos del chasco millerita, también los separaron de las otras denominaciones, y
colocaron al adventismo dentro de la corriente profética del tiempo del fin. Así el adventismo
arribó las siguientes siete presuposiciones teológicas: (1) la segunda venida de Cristo, (2) la
doctrina del santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la
ley de Dios, (6) el sábado y (7) el don profético.2
acuerdo básico en al menos cinco puntos doctrinales: (1) El regreso personal, visible y premilenario de Jesús,(2)
la purificación del santuario, habiéndose iniciado el ministerio de Cristo en el segundo departamento el 22 de
octubre de 1844: el comienzo del día de la expiación antitípico; (3) la validez del don de profecía, considerando
cada vez más creyentes que el ministerio de Elena de White era una manifestación moderna de ese don; (4) la
obligatoriedad de la observancia del sábado como día de reposo y el papel del sábado en el gran conflicto del fin
del tiempo profetizado en Apocalipsis 11-14; y (5) que la inmortalidad no es una cualidad inherente del ser
humano, sino algo que las personas reciben únicamente a través de la fe en Cristo. Los adventistas observadores
del sábado y luego los adventistas del séptimo día, llegaron a considerar esas cinco doctrinas como ‘hitos’ o
‘pilares’. En su conjunto, separaban esta rama del adventismo no solo de otros cuerpos milleritas, sino también de
otros cristianos en general. Esas cinco doctrinas distintivas permanecieron en el corazón del adventismo sabático
en desarrollo e hizo de ellos un pueblo peculiar. Como tal, el pueblo del sábado valoraba mucho estas creencias y
las predicaba ávidamente” (Nuestra iglesia. Momentos históricos decisivos [Doral, FL: Asociación Publicadora
Interamericana, 2004], 48, 49).
1La Rondelle, “Beyond Disappointment”, 9.
2Se pueden inferir algunas razones por las que nuestros pioneros no elaboraron una lista de estos pilares:
(1) Ellos veían la verdad más como un sistema que como una lista de doctrinas desintegradas. (2) Ellos rehusaron
22
Esta integración tuvo una singularidad que los mismos pioneros no imaginaron. En
primer lugar, estuvo basada en la autoridad total de las Escrituras. En segundo lugar,
desarrolló una comprensión profética que ninguna otra iglesia protestante había logrado. En
tercer lugar, mantuvo su conexión con el enfoque escatológico del movimiento millerita y por
último llegó a ser la plataforma teológica que terminó separando al adventismo del séptimo día
los otros grupos religiosos de su tiempo.
vez tras vez redactar un credo porque veían en los credos una restricción para el carácter progresivo de la
revelación. (3) Creían que su credo era la Biblia. Véase (Kwabena Donkor, “Why a Statement of Beliefs?”
Perspective Digest 11/3 [Fall 2006], 34-53).
Fernando
Canale
Elena de
White
Leroy E.
Fromm
Alberto R.
Timm George Knight
Hans K. La
Rondelle
Davar
Logos,6.2,
(2007),130
El otro
poder, 30-31
Movement of
Destiny , 77
El Santuario,
7.
Nuestra iglesia,
48, 49
Adventist
Review, June 1-
July 20, 1989
(1) El
santuario
(1) El
santuario
(1) El
Santuario
(1) La ley y el
sábado
(1) Segunda
venida
(1) La segunda
venida
(2) Los tres
ángeles,
(2) Los tres
ángeles
(2) El
Sábado
(2) El
santuario (2) El santuario (2) El sábado.
(3) La no
inmortalidad
del alma
(3) La ley de
dios.
(3) El don
profético
(3) La segunda
venida
(3) El don
profético
(3) Los tres
ángeles
(4) La ley de
Dios (4) El sábado
(4) La no
inmortalidad (4) El sábado (4) El santuario
(5) El
sábado
(5) La no
inmortalidad
(5) El don de
profecía
(5) La no
inmortalidad
(5) La no
inmortalidad
Figura 1. Cuadro comparativo de los pilares teológicos según
Elena de White y otros autores.
23
Descubrimiento bíblico de los pilares teológicos
Desde su conversión en 1816, Guillermo Miller quien predicó –entre 1831 y 1844–
acerca del retorno premilenial de Cristo a esta tierra; tomó la decisión de estudiar la Biblia sin
el apoyo de ningún comentario de su tiempo, llegando a desarrollar todo un sistema de
principios hermenéuticos que lo condujeron a creer que, según la profecía de Daniel 8: 14,
Cristo regresaría a esta tierra en 1844. Su hermenéutica llegó a constar de trece principios,’8
de los cuales citamos cuatro a manera de ejemplo.
(1)Toda la Escritura es necesaria y puede ser comprendida por el estudio y la
aplicación diligente. [2 Ti 3: 15-17]. (2) Cada palabra debe tener su rumbo apropiado
sobre los temas presentados en la Biblia. [Mt 5: 18]. (3) La Escritura debe ser su propio
expositor, puesto que es una regla en sí misma. [Sal 19: 7-11, 119: 97-105; Mt 13: 8-
10; 1 Co 2: 12-16; Ez 14: 18-19; Lc 11: 52; Mal 2: 7,8] y (4) Para comprender la
doctrina, trae toda la Escritura sobre el tema que deseas conocer; entonces cada palabra
tendrá su propia influencia y si puedes formar tu teoría sin una contradicción, no
puedes estar en un error. [Is 18: 7-29, 35: 8; Pr 19: 27; Lc 15: 27, 44, 45; Ro 16: 26;
Stg 5: 19; 2 P 1: 19, 20].1
Como se puede observar Miller fue consistente con la autoridad de la Biblia entera, y
sin saberlo inició una revolución teológica al intensificar el principio de la Reforma conocido
como Sola Scriptura, principio que ayudaría a establecer las bases de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día.2 Después del chasco de 1844, los pioneros continuaron utilizando este principio
y eventualmente corrigieron la interpretación del evento equivocado de la segunda venida de
Cristo por la purificación del santuario celestial. Al dar este paso se separaron totalmente de la
teología protestante. El historiador adventista C. Mervyn Maxwell destaca esta congruencia
bíblica que habría de seguir la teología adventista, en contraste con la teología protestante.
1P. Gerard Damsteegt, Foundations of the seventh-day adventist message and mission (Berrien Springs,
MI: Andrews University Press, 1995), 299-300.
2Canale, “Completando. Parte II”, 130.
24
Los Reformadores insistieron en la superlativa autoridad de la Escritura, sin embargo,
los adventistas mostraron un vivo interés por la autoridad de la Biblia entera. Lutero es
bien conocido por su tendencia a rechazar Santiago, hacer poco uso de Hebreos y
establecer un canon dentro del canon. Calvino prácticamente rechazó el libro de
Apocalipsis. Más tarde los reformadores escoceses –americanos, Tomás y Alexander
Campbell, contemporáneos de los pioneros adventistas, rechazaron por entero el AT.
Pero los adventistas, y especialmente los Adventistas del Séptimo Día, tomaron la
verdad de la Biblia entera.1
Esta solidez bíblica llevó primero a los adventistas a entender que el chasco de 1844
estaba previsto en la profecía del librito dulce y amargo de Apocalipsis 10 y en seguida los
llevó a interpretar que Daniel 8: 14 señalaba la purificación del santuario celestial2y no a la
segunda venida, como se había creído. Estos descubrimientos dieron comienzo a una
revolución teológica anunciada para el tiempo del fin, pues así lo interpretó Elena de White al
decir que “el asunto del santuario fue la clave que aclaró el misterio del chasco de 1844.
Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto armonioso…”.3 De esta
manera dos doctrinas quedaban conectadas como una firme plataforma: El segundo
advenimiento4 y el santuario celestial. Inmediatamente después, José Bates puso el
fundamento teológico para la doctrina del sábado, al descubrir su conexión con el santuario de
Apocalipsis 11: 19, en donde dice: “Entonces fue abierto el Santuario de Dios en el cielo, y
quedó a la vista el Arca de su Pacto en su Santuario”. Este texto aseguró a los pioneros
1C. Marvin Maxwell, “A brief history of adventist hermeneutics”, Journal of the Adventist Theological
Society 4/2 (1993), 213-214.
2Merlin, D. Burt, “The Day-Dawn of Canandiagua, New York: Reprint of a significant Millerite
Adventist Journal”. Andrews University Seminary Studies Vol. 44, No. 2 (2006), 317-330.
3E. G. White, El conflicto, 476.
4“Los disciplinados adventistas sabatarios no solamente seguían los principios milleritas de
interpretación bíblica, sino que también aceptaron sus principales conceptos escatológicos. Específicamente,
creían en el regreso premileniarista de Jesús en las nubes de los cielos” (Knight, Nuestra identidad, 72).
25
adventistas que estaban en lo correcto al interpretar la purificación del santuario que tenía que
ver con la apertura del lugar santísimo del santuario celestial, además, llamó su atención hacia
la ley de Dios contenida en el arca del pacto y especialmente al cuarto mandamiento. Esta
relación también ayudó a José Bates a descubrir la conexión del sábado con el llamado del
primer ángel: “adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” de
Apocalipsis 14: 7,1 en donde la fraseología es asombrosamente similar a Éxodo 20: 11.
2 De
esta forma el sábado fue visto como el mandamiento que señala a Dios como el
Creador.3 Además, Bates agregó la dimensión escatológica del sábado como el sello de Dios
en contraste con la marca de la bestia presentados en el mensaje del tercer ángel.4 Así la ley de
1“Lo interesante es que el lenguaje de esta afirmación central se basa en las expresiones del cuarto
mandamiento en Éxodo 20: 11. Allí se dice: ‘En seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que
hay en ellos…’ Este lenguaje se refleja en Apocalipsis 14: 7 ‘Adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las
fuentes de las aguas’. En el punto central y decisivo de la descripción del Apocalipsis de la crisis final, es una
alusión directa a Éxodo 20. El prestar atención al mandamiento del sábado es, por lo tanto, la respuesta ideal al
llamado final de Dios a la adoración, la respuesta ideal a Los siete llamados de la bestia (Ap 13: 4, 8, 12, 15, 14:
9, 11) para adorar a la trinidad profana” (Paulien, “Revisiting the sabbath in the book of Revelation”, Journal of
the Adventist Theological Society 9/1-2 [1998], 183).
2“Bates publicó una serie de libritos que no solamente presentaban al séptimo día como el sábado
verdadero, sino que a la vez desarrollaban una teología que integraba las doctrinas básicas del Santuario celestial,
la segunda venida de Cristo y el sábado. Además, Bates ubicó estas doctrinas en el devenir histórico de los
acontecimientos que comienzan en Apocalipsis 11: 17 y concluyen al final del capítulo 14. Su desarrollo de esa
fórmula integrada le dio cuerpo a lo que habría de convertirse en el meollo de la teología adventista del séptimo
día” (Knight, Nuestra identidad, 80).
3“Levantó Jesús la cubierta del arca y vi las tablas de piedra en que estaban escritos los diez
mandamientos. Me asombré al ver el cuarto mandamiento en el mismo medio de los diez preceptos, con una
aureola luminosa que lo circundaba. El ángel dijo: ’Este es, entre los diez mandamientos, el único que define al
Dios vivo, que creó los cielos y la tierra y todas las cosas que en ellos hay.’ Cuando Dios asentó los cimientos de
la tierra, también asentó el cimiento del sábado. Se me mostró que si se hubiese guardado el verdadero día de
descanso, nunca hubiera habido incrédulos ni ateos. La observancia del sábado hubiera preservado al mundo de la
idolatría” (E. G. White, Notas biográficas, 104).
4 “La perpetuidad de la ley de Dios y del sábado fue conectada en forma directa con los tres mensajes
angélicos de Apocalipsis 14: 6-12 por la alusión del tercer ángel a ‘los mandamientos de Dios’ y ‘la fe de Jesús’
(v. 12) J. N. Andrews escribió en 1853, que ‘el tercer ángel con los mandamientos de Dios y la fe de Jesús’ da el
‘último mensaje de misericordia’ al mundo, ‘mientras nuestro Sumo Sacerdote ministra a nuestro favor delante
del arca que contiene los mandamientos” (Timm, El santuario, 257).
26
Dios y el sábado eran colocados junto a la segunda venida de Cristo y la purificación del
santuario celestial.1
Posteriormente, el concepto de la primera y la segunda resurrección derivadas de la
comprensión que ya se tenía de la segunda venida y del milenio ayudaron a establecer la
doctrina de la no inmortalidad del alma y del estado inconsciente de los muertos que llegó a
ser otro de los pilares doctrinarios.2 De singular importancia sería también el don profético
manifestado en los escritos y en la persona de Elena de White; que desempeñaría una función
confirmadora sobre las doctrinas que surgían por el estudio de la Biblia, desde finales de
1844.3
Se cierra esta breve historia de los pilares, con el mensaje de los tres ángeles, en el cual
los pioneros vieron desde un principio la historia secuencial de su propio movimiento.
Primeramente, al incluir en el mensaje de la segunda venida la advertencia del primer ángel
“la hora del juicio ha llegado” (Ap 14: 7); en seguida en la experiencia de exclusión de sus
iglesias de origen en 1843, interpretada como la caída de Babilonia del segundo ángel (Ap 14:
8), y posteriormente en la identificación de un remanente en el tiempo del fin, los santos que
guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús de Apocalipsis 14: 12.
1 “Es imposible sobreestimar las importancia de las contribuciones de Bates al desarrollo de la teología
adventista del sábado. En calidad del primero de sus teólogos, elaboró un sistema de conceptos que unificaba las
doctrinas de la segunda venida, el sábado, y el santuario dentro del ámbito de la gran controversia entre el bien y
el mal” (Knight, Nuestra identidad, 80).
2Todos los primeros dirigentes adventistas encontraron que la explicación que dio George Storrs acerca
de la muerte como un sueño inconsciente era bíblica. Un alma inmortal que ya estaba en el cielo o en el infierno
parecía eliminar la necesidad de las resurrecciones premilenial y la posmilenial que ellos encontraban que
enseñaba la Biblia. De este modo, desde el principio los adventistas enseñaron la inmortalidad condicional, que
recibirán los justos vivos y muertos, en ocasión de la segunda venida de Cristo. Véase (Knight, Nuestra iglesia,
48).
3Knight, Nuestra identidad, 100. “…las visiones de Elena de White tuvieron más bien un papel de
confirmación que de iniciación”.
27
Función hermenéutica de los pilares teológicos
En la siguiente sección se hará una aproximación a la función hermenéutica y teológica
de tres de los grandes pilares teológicos del adventismo: El santuario, el mensaje de los tres
ángeles y el don profético. Acerca del primero, Canale dice lo siguiente:
La metáfora del ‘pilar’ apunta que estas doctrinas bíblicas fundamentales son la base
desde la cual la teología cristiana debe ser construida. El hecho de que Elena de
White reportó que uno de los pilares, la doctrina del santuario, como abriendo el
panorama “a un completo sistema de verdad conectado y armonioso” sugiere que
los pilares funcionaron como principios rectores en la interpretación hermenéutica
de la Escritura y la comprensión de sus doctrinas.1
Esta función es ampliamente confirmada por la siguiente cita de Elena de White.
El asunto del santuario fue la clave que aclaró el misterio del chasco de 1844.
Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto armonioso, y
demostraban que la mano de Dios había dirigido el gran movimiento
adventista, y al poner de manifiesto la situación y la obra de su pueblo le
indicaba cual era su deber de allí en adelante.2
Así, pues, el mensaje del santuario facilitó la integración teológica3 del movimiento ya
que verdades como la perpetuidad de la ley de Dios, el sábado, el ministerio sacerdotal de
Cristo y la segunda venida de Cristo tenían una relación estructural con el santuario.4
En cuanto al mensaje de los tres ángeles, Timm agrega cuatro aspectos o funciones de
esta doctrina como pilar teológico: (1) función histórica, al poner el sistema en un período
1Canale, “From vision to system: Finishing the task of adventist theology. Part I: Historical Review”,
Journal of the Adventist Theological Society 15/2 (otoño 2004), 11. Véase además su artículo: (“Philosophical
foundations and the biblical sanctuary”, Andrews University Seminary Studies Vol. 36, No. 2 [otoño 1998], 183-
206), en donde se refiere al rol del santuario como una “clave heurística” dentro del sistema bíblico de verdades.
2E. White, El conflicto, 476.
3“El santuario constituye el principio organizador para la teología sistemática” (Richard M. Davidson,
“Cosmic Metanarrative for the coming millennium”, Journal of the Adventist Theological Society 11/1-2 [2000],
102-119).
4Timm, El santuario, 20.
28
histórico que se cumplió en la década de 1840, llamado “el tiempo del fin”, o el esjaton, (2)
función teológica, por su contenido doctrinal, (3) función eclesiológica, ya que los mensajes
no son para nuestra curiosidad, sino para generar un pueblo identificado como “los santos”, el
“remanente fiel” (Ap 14: 12; 12: 17) y (4) la función misiológica porque los mensajes no son
únicamente declaraciones, son proclamaciones: (1) “con gran voz” (Ap 14: 7), (2) “diciendo”
(Ap 14: 8) y (3) “con gran voz” (Ap 14: 9). Una proclamación universal que va a generar una
polarización de la verdad.1
Por último, se resalta la función hermenéutica del don profético. Al respecto, Knight 2
destaca la importancia de este pilar en la identidad del movimiento adventista en la siguiente
visión que él considera la más importante de las visiones de Elena de White:
Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el Espíritu Santo descendió sobre
mí, y me pareció que me elevaba más y más, muy por encima del tenebroso
mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo adventista, pero no lo hallé en
parte alguna, y entonces una voz me dijo: “Vuelve a mirar un poco más arriba”.
Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo.
El pueblo adventista andaba por ese sendero, en dirección a la ciudad que se veía
en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban,
había una brillante luz, que, según me dijo, un ángel, era el “clamor de media
noche”. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los
caminantes para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la
ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en
cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con
haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso
brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y
exclamaban: “¡Aleluya!” Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras
ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se
extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo
que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero
abajo, en el mundo sombrío y perverso.3
1Timm, El santuario, 20.
2Knight, La visión apocalíptica., 101, 102.
3E. White, Testimonios para la iglesia, 61
29
La visión en sí misma es reveladora, confirma que la doctrina de la purificación del
santuario, incluida en la expresión “el clamor de media noche”1 era un fundamento confiable
para el naciente pueblo adventista. También, muestra una aterradora advertencia acerca de la
suerte que correrían aquellos que negaran que “la mano de Dios había dirigido el gran
movimiento adventista, revelando su deber actual, y trayendo a la luz la posición y el trabajo
de su pueblo”. 2 Pero además, la visión confirma el rol que habría de jugar el don profético en
la teología adventista, un papel confirmador de las doctrinas que emanaban del estudio de la
Biblia3 y no una fuente primaria de doctrina.
La distinción entre el rol del don profético4 y la autoridad de la Biblia se mantiene
firme en la teología adventista5 como desde el principio. Al respecto Smith probó que la Biblia
1Por su referencia a la parábola de las diez vírgenes “A media noche oyeron el clamor: ‘¡Ahí viene el
novio! ¡Salid a recibirlo!’” (Mt 25: 6), que designaba al movimiento adventista que aunque se equivocaron al
establecer el evento de la segunda venida, fue dirigido por Dios hacia la purificación del santuario.
2E. White, El conflicto, 476.
3Desde un principio los pioneros tuvieron en claro la relación correcta entre la Biblia y los escritos de la
Sra. White. Al respecto Jaime White escribió lo siguiente: “La Biblia es una revelación perfecta y completa. Es
nuestra única norma de fe y práctica. Pero esta no es una razón por la que Dios no pueda mostrar el cumplimiento
pasado, presente y futuro de su palabra en estos últimos días mediante sueños y visiones de acuerdo al testimonio
de Pedro. Las verdaderas visiones son dadas para conducirnos a Dios y a su Palabra escrita”. Véase (Jaime
White, A word to the little flok [1846], 13).
4Como reza la creencia no. 18 “Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una
marca que identifica a la iglesia remanente y que se manifestó en el ministerio de Elena de White. Como la
mensajera del Señor, sus escritos son una fuente de verdad continua y autorizada que provee a la iglesia con
consuelo, guía, instrucción y corrección. También dejan en claro que la Biblia es la norma por la cual toda
enseñanza y experiencia debe ser probada” (Creencias de los adventistas, 246).
5 Denis Fortin hace una excelente defensa de la aportación teológica de la Sra. White, con relación a los
que piensan que fue demasiado dependiente o influenciada por otros pioneros del movimiento. “Hay razones para
creer, sin embargo, que este no era el caso y que ella era una pensadora libre y teológicamente independiente en
su propio derecho, guiada por el Espíritu Santo en su ministerio profético. Ella fue capaz de articular y definir
doctrinas dentro de un sistema particular de pensamiento (por ejemplo, el tema de la gran controversia, y el amor
de Dios por la humanidad perdida), para solucionar las dificultades y los problemas doctrinales, y para escribir
artículos y manuscritos sobre temas teológicos que estaban en desacuerdo con algunos de sus amigos de más
30
enseña la continuidad de los dones en los últimos días, obligando a aceptar esas
manifestaciones genuinas si verdaderamente se está basado en la Biblia, y solo la Biblia.
El principio protestante de “la Biblia y solo la Biblia”, es en sí mismo bueno y cierto; y
nos afirmamos en él tanto como nadie lo ha hecho; pero cuando se reitera en conexión
con denuncias osadas de las visiones, tiene una sospechosa apariencia para el mal.
Usado de esa forma, contiene una insinuación encubierta, calculada en la forma más
efectiva para corromper el juicio de los descuidados, que piensan que creer en las
visiones es dejar de lado la Biblia, y que asirse de la Biblia es descartar las visiones.
Cuando pretendemos basarnos en la Biblia y solo la Biblia, nos unimos para recibir, en
forma plena e inequívoca, todo lo que la Biblia enseña.1
No es de sorprenderse que los chasqueados adventistas empezaran a reagruparse en
torno a estas columnas doctrinarias que les daban seguridad sobre el pasado chasco y les
proporcionaban identidad como pueblo remanente.
Relación con otras variables
Ya se ha mencionado indirectamente que a los pilares teológicos se les suele relacionar
con las doctrinas o con las creencias fundamentales. Sin embargo, por sus funciones teológicas
se podría decir que los pilares en realidad son principios hermenéuticos. Además, su relación
más cercana está con los tres grandes principios que constituyen el genio del adventismo: La
autoridad total de las Escrituras, la perspectiva historicista de las profecías, y el enfoque
escatológico de la predicación. Cuando los pioneros pusieron en juego en sus estudios estos
tres grandes principios, el resultado más importante fue el descubrimiento de los pilares
teológicos. Estos conceptos serán ampliados en las siguientes secciones.
confianza” (“The Cross of Christ: Theological Differences between Joseph H. Waggoner and Ellen G. White”,
Journal of the Adventist Theological Society 14/2 [otoño 2003], 131–140).
1Urías Smith, “Do we discard the Bible by endorsing the visions?”, Review and Herald, (enero 13,
1863).
31
En cuanto a cómo se los observa, sería bueno recordar lo sucedido en 1889, cuando Elena
de White dijo de algunos líderes, que “había evidencias de que no sabían cuáles eran los hitos
antiguos”.1 Esta tensión ha continuado hasta nuestros días. Por ejemplo, en 1957, en el libro
Preguntas sobre doctrina, se los llamó simplemente “doctrinas distintivas”, más tarde en 1980
hubo una corriente que intentó desplazar el pilar del santuario. Más recientemente ha habido
un renovado énfasis acerca de las funciones integradora y hermenéutica de los pilares. (Ver
esta discusión en las páginas 76-83).2
Una aproximación al adventismo en
Apocalipsis
Desde sus inicios la iglesia adventista ha luchado con la definición de lo que es una
forma auténtica de fe.3 El principio hermenéutico al cual ha recurrido para describir con éxito
su identidad es definirse a sí misma como un movimiento profético, cuyo origen, naturaleza y
1E. White, El otro poder, 30.
2Es necesario que se tome en cuenta la diferencia entre pilar, doctrina y creencia. Como pilares aludimos
a los conceptos teológicos que se integraron entre 1844 y 1860 como respuesta a la búsqueda de identidad
después del chasco. Estos pilares tienen características hermenéuticas, por ejemplo se dice del santuario “fue la
clave que aclaró el misterio del chasco de 1844. Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto
armonioso, y demostraban que la mano de Dios había dirigido el gran movimiento adventista” (E. White, El
conflicto, 476). Las doctrinas en cambio aluden a un conjunto de creencias en torno a un punto central de la
Escritura, como la doctrina de la Deidad. Las creencias son las partes indivisibles de esas doctrinas como Dios el
Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. “La primera sinopsis de nuestra fe se hizo en 1872, la editorial
adventista de Battle Creek, ciudad del estado de Michigan, publico una lista de 25 proposiciones. Este
documento, ligeramente revisado y ampliado a 28 secciones, apareció en el anuario denominacional de 1889. No
se lo incluyó en las ediciones inmediatamente posteriores, pero en 1905 fue insertado nuevamente en el anuario,
y continuó apareciendo lasta 1914. Una declaración de 22 creencias fundamentales fue publicada por primera vez
en el anuario de 1931 la cual permaneció hasta que la sesión de la Asociación General de 1980 la remplazó con
un resumen general pero más abarcante que contenía 27 párrafos, publicado bajo el título de Creencias
fundamentales de los adventistas del séptimo día. Pero una expansión ocurrió en 2005 en el Congreso de St.
Louis Missouri, Estados Unidos, cuando se aprobó una creencia fundamental adicional respecto del poder de
Dios para otorgar una vida victoriosa sobre los poderes del mal a los creyentes en Jesucristo” (Creencias de los
adventistas, 5, 6).
3 Paul E. McGraw, “Rescuing the Remnant: LeRoy Froom and the definition of adventism”, en http:
//sandiegoadventistforum.org/node/14 (25 enero 2012).
32
misióno, pueden ser respaldados por Apocalipsis 10 al 14. Estos capítulos ayudan a responder
algunas preguntas en relación a la identidad adventista y el contexto del cual habría de surgir.
Algunas preguntas involucradas son: ¿Cuál es la relación entre la iglesia adventista y el
remanente formado al final del tiempo? ¿En qué forma se puede usar el término remanente
para designar a estas dos entidades religiosas? ¿Cuál es el rol de las marcas de identidad del
remanente? ¿Son indispensables para definir al remanente? ¿Excluyen estas marcas a otros
grupos cristianos del remanente apocalíptico?1 Estas preguntas guían la definición del
remanente, y del mensaje con el cual enfrentará el engaño final del dragón. Es por ello que se
ha considerado pertinente en este marco, hacer una aproximación a la identidad del remanente
en los capítulos 10 al 14 de Apocalipsis.2 Este análisis comprenderá los siguientes puntos: (1)
el origen profético de la iglesia adventista, (2) su identidad profética, (3) su mensaje profético,
y (4) el rol de la predicación y su contenido en el tiempo del fin.
1 Se podría decir que en esta dinámica se encuentra “el genio del adventismo”. “El genio del adventismo
del séptimo día no radica tanto en sus doctrinas distintivas o en las creencias que comparte con otros cristianos.
Éste consiste, más bien, en la combinación de ambos dentro de la estructura proporcionada por el tema de la gran
controversia que encontramos en Apocalipsis 11: 19-14-20. Esta visión profética distingue a los adventistas del
séptimo día de los demás adventistas, de los demás observadores del sábado, y del resto de la cristiandad. La
teología del gran conflicto (desarrollada primeramente por Bates, a mediados de la década de 1840), ha llevado al
adventismo a considerarse como un pueblo profético. Esta convicción ha llevado a los adventistas a predicar el
mensaje de los tres ángeles en los rincones más apartados de la tierra, antes del gran día de la cosecha final. Si
perdemos esta visión, habremos perdido el genio del adventismo. Habremos llegado a ser meramente otra de la
denominaciones cristianas intrascendentes, con algunas doctrinas francamente peculiares, en vez de ser un
movimiento profético dinámico” (Knight, Nuestra identidad, 239, 240).
2 “La teología del Antiguo Testamento para el remanente es usada para designar tres tipos de
remanentes. El primero es llamado el remanente histórico y describe a un grupo de individuos quienes sobreviven
a una experiencia que ha amenazado la vida; una experiencia de tal magnitud que podría haber resultado en la
extinción del grupo más grande al cual ellos pertenecen. El segundo es designado un remanente fiel. Con respecto
al remanente histórico este se distingue a sí mismo por su fe comprometida al Señor. Es a través de este
remanente que Dios cumple su eterno propósito dentro de la historia. Finalmente, existe un remanente
escatológico, aquellos quienes pasarán a través de los juicios de limpieza y los ayes apocalípticos del tiempo del
fin y emergen victoriosamente después del Día del Señor como el recipiente del reino eterno de Dios”
(Rodríguez, “The Remnant”).
33
El origen profético de la iglesia adventista
Actualmente, cuando se estudia Apocalipsis 10-14 desde una perspectiva historicista,
se puede demostrar el origen, la historia y el rol que jugará la iglesia adventista como un
movimiento profético del tiempo del fin. 1 Empezando por Apocalipsis 10, se puede encontrar
el tiempo, las circunstancias y la razón para irrumpir como movimiento profético en el tiempo
final.2
El librito abierto de Apocalipsis 10 y la
revolución teológica iniciada por
Guillermo Miller
Apocalipsis 10 contiene varios elementos de considerable valor teológico, pero por
ahora se señalará el librito abierto que “el ángel fuerte” sostiene en su mano (Ap 10: 1,2). La
interpretación histórica del adventismo afirma que esta expresión es una alusión a la orden
dada al profeta Daniel en su tiempo: “Cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del
fin” (Dn 12: 4).3 En otras palabras, el librito abierto que el ángel fuerte tiene en su mano
1Estos puntos han sido propuestos de una o de otra forma por muchos escritores adventistas. (Nix,
“Seventh-day adventism ”, La Rondelle “Prophetic basis of adventism”, Rodríguez, “The Remnant”) y también
del mismo autor, (“The adventist church and the christian world”, Perspective Digest 13/1 [invierno 2008], 13-
26).
2Este capítulo es parte de un “período de transición” entre la sexta y la séptima trompeta, un “interludio
que hace una pausa para echarle una mirada al campamento de Dios” (Jacques B. Doukhan, Secretos del
Apocalipsis [Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2008], 91). Los interludios “son breves
interrupciones entre las series de amenazas y castigos, para alentar al pueblo de Dios que vive en la tierra” (C.
Mervyn Maxwell, Dios revela el futuro, Tomo 2, el mensaje del Apocalipsis [Miami, FL: Asociación
Publicadora Interamericana, 1993], 269). “Este paréntesis, 10: 1-11: 14, es previo a la apertura del Lugar
Santísimo en el Santuario celestial (11: 19) y antes de la visión del conflicto de las fuerzas del mal (12-14)”.
[William G. Johnsson, “La victoria escatológica de los santos sobre las fuerzas del mal”, en Simposio sobre
Apocalipsis-II, editor Frank B. Holbrook [Ave. Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2011], 14). R.
H. Mounce dice que el propósito de este paréntesis es instruir a la iglesia “tocante a su papel y su destino durante
el período final de la historia del mundo” (The Book of Revelation, NICNT [Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1977],
205).
3Doukhan, Secretos, 91. De igual forma Shea escribe: “Al comparar esta profecía con la iconografía de
Daniel 12.4-12, se descubren vislumbres importantes para su interpretación”, (William H. Shea, “El ángel fuerte
34
derecha es el libro de Daniel que había permanecido sellado hasta el tiempo del fin;1 pero el
hecho de que ahora aparezca abierto, indica que había llegado el tiempo cuando sus profecías
debían ser entendidas para producir el movimiento al que se va a aludir en el resto del
capítulo.
Este reavivamiento profético basado en el estudio de las profecías de Daniel se
cumplió puntualmente a finales del siglo XVIII y a principios del XIX, cuando el terremoto
social producido por la Revolución Francesa (1789-1799),2 encendió la alarma respecto al
tiempo del fin. Especialmente dos profecías del libro de Daniel, la de los 1,260 días y la de los
2,300 días, llamaron la atención de los estudiosos en varias partes del globo. Aunque el
nombre de Guillermo Miller, quien predicó entre 1831 y 1844 en Estados Unidos acerca del
fin del mundo y la segunda venida de Cristo, es el más conocido por los adventistas, hubo
voces que participaron en este reavivamiento en varias partes del mundo.
Wolff predicó en el Oriente Medio y en el norte del África (desde Egipto a Afganistán
y desde Inglaterra a la India). En 1837 visitó los Estados Unidos. En la India, Daniel Wilson,
obispo episcopal de Calcuta, predicó y escribió folletos sobre las profecías de Daniel.3 En
Adelaida, Australia, el mensaje del retorno del Salvador fue predicado por Thomas Playford.4
y su mensaje”, en Simposio sobre Apocalipsis-I, ed. Frank B. Holbrook [Doral, FL: Asociación Publicadora
Interamericana, 2010], 333).
1 Knight, señala los dos elementos proféticos que fueron sellados del libro de Daniel, son las profecías
referentes a los 1,260 días y la de los 2,300 días. (La visión apocalíptica, 35).
2R. R. Palmer, “The age of the democratic revolution”, Tomo I, The Challenge (Princeton: Pirnceton
University Press, 1959), 13-20.
3LeRoy. E. Froom, Prophetic faith of our fathers, Vol. 3 (Washington, D.C.: Review and Herald
Publishing Association, 1946), 617-622.
35
Todos ellos lograron atraer multitudes ansiosas de escuchar el mensaje del advenimiento. Así
se cumplía la profecía de la multiplicación del conocimiento profético en el tiempo del fin (Dn
12: 4).
La experiencia dulce y amarga del adventismo
Sin embargo, este movimiento profético se caracterizaría por un elemento adicional: La
experiencia agridulce de Juan, quien aparece en este punto de la línea profética, como
representante de la iglesia cristiana. “Fui donde el ángel, diciéndole que me diera el librito. Y
él me dijo: ‘Toma y cómelo; te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel’.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel y lo comí. En mi boca era dulce como la miel,
pero cuando lo hube comido amargó mi vientre” (Ap 10: 9,10). La asimilación de las profecías
de tiempo, especialmente la de los 2,300 días de Daniel 8: 14, es aludida en la expresión
“comer el libro”. Esto se cumplió cuando los adventistas de aquel tiempo se posesionaron del
contenido de las profecías, cuando percibieron que el fin del mundo se acercaba con la venida
de Cristo, y recibieron esta verdad en su mente de la misma forma en que se recibe la comida
para la alimentación espiritual.1
Como se sabe ahora con la ventaja de la historia, en varias partes del mundo estudiosos
de las profecías pensaban que el advenimiento podría ocurrir alrededor de 1840, época en que
colocaban el final de los 2,300 días proféticos de Daniel 8: 14. Para ellos, la purificación del
santuario, el cual se creía en aquel tiempo era la tierra, estaba a las puertas. En el movimiento
millerita de los Estado Unidos, fueron más específicos y fijaron el año de 1844 para la
4Mahlon Ellsworth Olsen,“Origin and progress of seventh-day adventists”, The Advent Review and
Sabbath Herald No. 38, (1924), 56-59.
1A. Barnes, Notes on the book of Revelation (Londres: Harper, 1852), 262.
36
limpieza de la tierra por fuego, en alusión a 2 Pedro 3: 10. Este conocimiento del futuro les
produjo una inigualable dulzura espiritual, porque anticipaba el momento cuando habrían de
reunirse con el amado Salvador.
Tal como lo describe la expresión “será dulce en tu boca”, los milleritas prepararon sus
vidas para el encuentro con Cristo a través de una experiencia espiritual genuina. El sentirse
cerca de la eternidad, los elevó a la experiencia más dulce que se pueda tener. Por ello, cuando
sus esperanzas no se cristalizaron, de igual manera experimentaron la desilusión más amarga
que se pueda imaginar. Tan grande fue la desilusión de 1844, que es considerada en la historia
del adventismo como el gran chasco. De esta manera, en su experiencia se cumplió también la
sentencia “cuando lo hube comido amargó mi vientre” (Ap 10: 10).
Naturaleza misiológica del adventismo
Un tercer elemento que aporta Apocalipsis 10 a la identidad profética del adventismo
está en la aseveración de que el aspecto misiológico del movimiento se puede probar con la
expresión del verso 11, “es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones,
lenguas y reyes”, expresión que se podría considerar el clímax de la secuencia misiológica del
capítulo. Quizás, los milleritas entre 1831 y 1844, creían que el mundo ya estaba listo para la
segunda venida de Cristo; no imaginaban que su movimiento era apenas el comienzo de una
onda que iba a circundar al globo. A partir de entonces, la necesidad de esperanza en el mundo
iría en aumento, pero Dios ya estaba levantando un pueblo para ofrecerla. De esta manera, el
chasco era un alto forzado en la marcha, para apoderarse de un mensaje antes de involucrarse
en la empresa evangelizadora que no iba parar hasta abarcarlo todo.
37
Este ímpetu misiológico es reforzado por la iconografía del Ángel fuerte que desciende
del cielo a la tierra en el momento más apremiante de la historia,1 cuando la decadencia
espiritual descrita en los primeros seis sellos (Ap 6: 1-17) y las primeras seis trompetas (Ap 8:
2-9:21) debía confrontarse. “La espectacular aparición de una figura procedente del cielo
cargada de autoridad se alza en marcado contraste con el cuadro inmediatamente anterior de la
idolatría e inmoralidad rebeldes del ser humano”.2 Por ello, después de la experiencia dulce y
amarga de 1844, los adventistas debían apropiarse de un mensaje, de un contenido, que cual
verdad presente para su tiempo los condujera paso a paso hacia “la consumación del misterio
de Dios” (Ap 10: 7) Es decir, consumar la predicación del evangelio en el mundo.
Aunque llegar a un conocimiento maduro de su misión profética llevaría a los
adventistas algunos años, finalmente comprendieron su identidad profética y misiológica,
convirtiéndose en el último movimiento misionero mundial de la profecía que hoy conocemos.
“Así, después de que Juan come el libro, le es dicho que debe profetizar otra vez (10: 11). La
segunda escena, entonces, describe a los cristianos viéndose a sí mismos como profetas”.3
Quienes hablan en nombre de Dios, pero más específicamente, quienes tienen un mensaje
profético, al que se alude en Apocalipsis 10, es decir el proveniente del libro profético de
Daniel.4
1Shea, “El ángel fuerte ”, 342.
2Mounce, 208.
3Andrew E. Steimann, “The tripartite structure of the sixth seal, the sixth trumpet, and the sixth bowl of
John’s Apocalypse (Revelation 6: 12-7: 17; 9: 13-11: 14; 16: 12, 16)”, Journal Evangelical Theological Society
35/1 (marzo 1992), 69-79.
4Shea, “El ángel fuerte”, 382.
38
La identidad profética de la iglesia adventista
Knight nota que a partir de Apocalipsis 10 parece haber una explosión de referencias a
la profecía de los 1,260 días (Ap 11: 2, 11: 3; 12: 6, 12: 14 y 13: 5);1 especialmente en
Apocalipsis 12: 13-16, se la representa como el período más prolongado de persecución contra
la iglesia. Etapa que encuadra perfectamente con la intolerancia papal de la Edad Media, que
los exégetas han ubicado entre el año 538 y 1798.2 Inmediatamente después de este período se
describe el surgimiento de un remanente que tiene dos características sobresalientes: (1)
guardan los mandamientos de Dios y (2) tienen el “testimonio de Jesús” (12: 17), que en
Apocalipsis 19: 10 es definido como el “espíritu de la profecía”. A continuación se analizará
en qué consisten estas marcas de identidad.
Guardan la ley de Dios en medio del
conflicto final
El remanente es parte de una iglesia en conflicto, el dragón derrotado en el cielo
(Ap 12: 7,8) y en la cruz (Ap 12: 9-12)3 se presenta para el ataque escatológico que tiene como
centro y razón la observancia de los mandamientos de la ley de Dios (Ap 12: 17; 14: 12), es
por ello que este conflicto final está caracterizado por la imposición de la marca de la bestia
(Ap 13: 17; 14: 9 y16: 2) o la recepción del “sello de Dios” (Ap 7: 2,3; 14: 1).4
1Knight, La visión apocalíptica, 73,74.
2Shea, “Las profecías cronológicas de Daniel 12 y Apocalipsis 12-13”, en Simposio sobre Apocalipsis-I,
ed. Frank B. Holbrook. Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2010), 387-425.
3 “Los versículos 7-12 parecen hacerse eco de otros dos pasajes en particular. Cuando Jesús hablo de su
muerte venidera y de sus resultados, afirmó: ‘Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera’ (Jn 12: 31). El segundo pasaje es Génesis 3: 15” (Johnsson, “La victoria escatológica”, 23,
24).
4Johnsson, “La victoria escatológica”, 17.
39
Para los adventistas esta conciencia profética se intensificó después del chasco de
1844, teniendo una comprensión madura de la obra de Cristo en el santuario celestial, la
atención de los pioneros fue atraída hacia Apocalipsis 11: 19 que dice: “entonces fue abierto el
santuario de Dios en el cielo, y quedó a la vista el arca de su pacto en su santuario. Y hubo
relámpagos, voces y truenos y una fuerte granizada”.
Especialmente José Bates, uno de los pioneros, notó que además de la apertura del
lugar santísimo del santuario celestial, este pasaje es una clara alusión al arca del pacto.
Sabiendo lo que había dentro del arca (Éx 25: 16; 40: 20; Dt 10: 5; Hb 9: 4), sus reflexiones lo
llevaron al final del capítulo 12, en donde encontró, esta vez, una alusión al contenido del arca,
“entonces el dragón se airó contra la mujer, y fue a combatir al resto de sus hijos, los que
guardan los mandamientos y tienen el testimonio de Jesucristo”.1 Entonces comprendió que
cerca del tiempo del fin, cuando se abriera el segundo departamento del santuario celestial, los
mandamientos de Dios se convertirían en un asunto importante y que el Señor tendría un
pueblo que guardaría todos los mandamientos.2 Obviamente, para aquel tiempo las iglesias
protestantes aceptaban la obediencia de los mandamientos de la ley de Dios, pero solo estaban
guardando nueve. Pronto los pioneros también comprendieron que especialmente el cuarto
mandamiento estaría en el centro del conflicto.3 Para ese tiempo los bautistas del séptimo día
1“Sobre la base de la analogía derivada del tabernáculo terrestre, los dos aspectos más significativos de
esa arca serían la ley de los diez mandamientos y el propiciatorio (Éxodo 40: 20). Por ello resulta interesante
observar que en la siguiente “descripción profética”, la significativa lucha que el remanente tiene contra el dragón
es por lo que está representado por esas dos características del arca: “los mandamientos de Dios” y “el testimonio
de Jesucristo (Apocalipsis 12: 17)” (Kenneth A. Strand, “Escenas de ‘introducción victoriosa’”, en Simposio
sobre Apocalipsis II, ed. Frank B. Holbrook [Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2010], 67).
2Knight, La visión apocalíptica, 46.
3“Juan prevé una época en que los mandamientos de Dios serán una señal mediante la cual se reconocerá
a los auténticos seguidores de Dios, porque el resto de la cristiandad tendrá mandamientos que no corresponden
al original. Ya Daniel previó la época en que se cambiaría la ley de Dios (Daniel 7: 25)” (Gerhard Pfandl, “La
40
hicieron una aportación importante al adventismo con respecto a la observancia del sábado,
pero la comprensión adventista del sábado habría de tener de allí en adelante una dimensión
escatológica y profética que no alcanzó a desarrollar la comprensión bautista.1
Tienen el don profético
El remanente no solo se aferra a los Diez Mandamientos, sino también al testimonio
que Jesús dio, a la verdad que enseñó, y a la cual se aferra a pesar de la persecución del
dragón. El testimonio de Jesús evoca la obra del Espíritu Santo al enseñar, guiar y otorgar
dones a la iglesia naciente (Jn 16: 13-15, 1 Co 12: 7-11)2. Es por ello que en Apocalipsis 19:
10 se explica que el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía, o el Espíritu Santo que
inspira a los profetas. Mas adelante en Apocalipsis 22: 9 se especifica que este don no incluye
a todos los miembros del remanente, sino solo a aquellos que, como Juan, tienen el don
profético (Ap 1: 9). Es como si el Apocalipsis quisiera asegurar que así como al comienzo de
la historia de la iglesia cristiana, al cual alude el contexto del comienzo del libro, el mensaje
fue autenticado por Dios a través del don profético concedido a Juan (Ap 1: 9), de la misma
manera el mensaje del remanente escatológico es autenticado al recibir el don profético al final
de los tiempos (Ap 12: 17; 19: 10). De esta manera el remanente enfrenta el conflicto
escatológico con los mandamientos provenientes de Dios, los originales, tal como están en el
arca (Ap 11: 19), de igual forma es equipado con un mensaje autenticado por el don profético,
para hacer frente a las falsas manifestaciones del dragón descritas en Apocalipsis 13.
iglesia remanente y el espíritu de profecía”, en Simposio sobre Apocalipsis II, ed. Frank B. Holbrook [FL:
Asociación Publicadora Interamericana, 2010], 383).
1Knight, Nuestra identidad, 77-84.
2Pfandl, “La iglesia remanente”, 400-401.
41
En este sentido, Treiyer sugiere que así como la iglesia primitiva recibió el don de
lenguas para la predicación del evangelio en el siglo I, la iglesia remanente recibió el don
profético, como algo esencial en su tiempo para concluir la tarea de evangelización en el
mundo.
Mientras que la entronización del Señor en el cielo se marcó en la tierra mediante el
“don de lenguas”, el don que más necesitaba entonces la naciente iglesia cristiana para
salir del cascarón judío y llegar a todo el mundo conocido de entonces (Hch 2); el pase
el Señor al lugar santísimo para volver a ser coronado, esta vez como Rey de la
Nueva Jerusalén, se vio señalado en la tierra por el “don de profecía” (Ap 12: 17; cf.
19: 10; 2 P 1: 19-21). Ese era el don que más necesitaba el remanente final para salir
del caos y la confusión del chasco, y agruparse en torno a las verdades que emanasen
de la nueva luz del santuario celestial.1
En el tiempo oportuno, Dios equipó a su iglesia con el don profético, no solo para darle
certeza profética, sino para cumplir su tarea de dar el último pregón al mundo. Al respecto
Loughborough, dijo en 1892:
Estamos en los días en que por doquier abundan las señales de que el día del Señor está
a las puertas. Estamos en el mismísimo período de tiempo en que había de surgir un
pueblo que guardaría todos los mandamientos y que también tendría “el testimonio de
Jesús”: el “espíritu de profecía”. ¿Qué encontramos? Que durante los pasados 46 años
ha surgido tal pueblo, portador precisamente de tal mensaje, entre cuyos miembros se
ha manifestado el don de profecía. Poniendo a prueba el don, tal como se ha
manifestado por medio de la Sra. Ele na. G. de White, según las reglas de la Biblia,
hemos visto que supera la prueba en cada detalle.2
Desde sus inicios, los adventistas del séptimo día se han visto como el cumplimiento
de Apocalipsis 12.17. Han reivindicado las dos marcas identificativas y las han aplicado a los
Diez Mandamientos –en particular al sábado– y a la vida y obra de Elena de White.3
1Treyer, “Herederos”.
2John N. Loughborough, The rise and progress of seventh-day adventists (Battle Creek, MI, 1892), 388.
3Pfandl, “La iglesia remanente”, 413.
42
Naturaleza profética del mensaje adventista
El capítulo 14 de Apocalipsis retoma en su primera parte (Ap 14: 1-5) la descripción de
quienes serán el pueblo escatológico de Dios. En la segunda parte (Ap 14: 6-12) se hace un
despliegue del último mensaje de parte de Dios (Ap 14: 6-12). Se presentan tres mensajes
divinos que han de circundar al globo. En estos mensajes los adventistas hallan la razón de su
existencia. Se consideran a sí mismos los mensajeros representados por los tres ángeles.
En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el
mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de
dirigir la última amonestación a un mundo que perece. La Palabra de Dios proyecta
sobre ellos una luz maravillosa. Una obra de la mayor importancia les ha sido
confiada: proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra
obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella. Con el
gran instrumento de la verdad, los sacado de la cantera del mundo y lo ha relacionado
consigo. […] Les ha encargado que proclamen al mundo la mayor suma de verdad que
se haya confiado alguna vez a seres mortales, las advertencias más solemnes y terribles
que Dios haya enviado alguna vez a los hombres.1
De igual forma los adventistas han visto en la progresión de los mensajes de
Apocalipsis 14: 6-12 la secuencia histórica de su propio movimiento.2 En este sentido el
mensaje del primer ángel con su advertencia de que “la hora del juicio ha llegado” (Ap 14: 7)
tuvo su cumplimiento en la predicación millerita que comenzó en 1831, la cual aglutinó a
creyentes de varias iglesias existentes en Norteamérica en torno a una sola doctrina: La
segunda venida de Cristo.3
Como se sabe, al principio los milleritas mantuvieron su feligresía en sus iglesias de
origen, pero en 1843 fueron expulsados debido a sus creencias acerca del fin. En este acto
1E. White, Eventos de los últimos días, Vol. 9 (Boise, ID: Publicaciones Interamericanas, 1992), 43.
2Timm, El santuario, 96.
3Ibíd., 51.
43
ellos vieron el cumplimiento del mensaje del segundo ángel: “¡Ha caído, ha caído la gran
Babilonia!” (Ap 14: 8), y aplicaron por primera vez el concepto de la “confusión religiosa” no
solo al catolicismo, sino también a las iglesias protestantes que rechazaban el mensaje del
retorno premilenial de Cristo.1
Mas tarde, después del chasco de 1844, un grupo de pioneros seguía creyendo que
aunque se habían equivocado en cuanto al evento, ese año debería tener un significado
profético que no habían percibido.2 En su búsqueda de significado descubrieron que en
realidad en 1844 había comenzado la purificación del santuario celestial, del cual el santuario
terrenal era solo una copia (Dn 8: 14; Heb 8: 1-4).3 Este concepto empezó a funcionar como
una clave heurística que integraba otros conceptos en torno suyo.4
Por ejemplo, notaron que Apocalipsis 11: 19 llamaba la atención hacia el “arca del
pacto” del santuario que está en el cielo y especialmente hacia su contenido: Los diez
andamientos originales de la ley de Dios; a la par que aquí en la tierra, cobraba relevancia la
observancia de los mandamientos de la ley de Dios, especialmente del sábado. Los pioneros
también notaron que el mensaje del tercer ángel presentaba una fuerte advertencia contra la
marca de la bestia (Ap 14: 9-11), asunto que los llevó a la conclusión de que así como el
sábado conmemora el poder creador de Dios5 (Éx 20: 11) y su observancia se convierte en la
1Carlos Fitch, “Come out of her”, Midnight Cry, september 21, 1843.
2Martin Weber, “1844 is it biblical?”, Ministry (octubre1994), 14-18; Ron Du Preez, “1844:
¿Coincidencia?”, 13-15, 31.
3Rodríguez, “The sanctuary and its cleansing”, Supplement to Adventist Review, (November 1994),
North American Division Issue.
4Davidson, “Cosmic Metanarrative”, 105.
5Paulien, “Revisiting the sabbath”, 179-186.
44
señal de sus auténticos seguidores, la bestia también impondría “su marca” a través de un falso
día de reposo.1 De esta manera, la llegada del sábado a las filas adventistas post chasco, marcó
el cumplimiento del mensaje del tercer ángel.2
Aunque la iglesia adventista conserva la interpretación histórica de los pioneros,
actualmente la complementa con el enfoque de que los mensajes de los tres ángeles son
simultáneos y contemporáneos. “El primero y segundo mensaje continuarán siendo predicados
al mundo tanto como dure el tiempo de prueba. Están diseñados para preparar al pueblo para
la venida del Señor, y por lo tanto serán proclamados al mundo hasta que el Señor termine su
obra en el santuario celestial”.3 Por último, en relación al mensaje de los tres ángeles, cabe
citar que los adventistas del séptimo día, resaltan el hecho de que no solo constituyen un
mensaje que debe ser predicado, sino que estos mensajes generan un pueblo4 para el tiempo
del fin: “los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús” (Ap 14: 12).5
El rol de la predicación en el tiempo
del fin
Aunque la apertura de las profecías del fin halló su cumplimiento principalmente en la
predicación del movimiento millerita, la predicación del adventismo del séptimo día es
1Anthony MacPherson, “The mark of the beast as a ‘sign commandment’ and ‘Anti-Sabbath’ in the
Worship crisis of Revelation 12-14”, Andrews University Seminary Studies 43, Vol. 2, 267-283.
2Timm, El santuario, 106.
3W. H. Littlejohn, “The temple in heaven: The second angel’s message considered”, Review and Herald,
diciembre 23, 1884.
4“Estos tres mensajes iban a ser el foco permanente en la predicación del evangelio eterno y fueron de
gran importancia para la identidad adventista” (Reinder Bruinsma, The body of Christ: A biblical understanding
of the church [Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 2009], 184).
5Timm, El santuario, 104.
45
reiterada en Apocalipsis 10: 11: “Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, y
naciones, lenguas y reyes”. Mounce hace hincapié en la naturaleza profética de este mensaje
final. “Es el último acto del gran drama de la actividad creadora y redentora de Dios. El
significado de la historia se pone claramente de manifiesto en el punto final del tiempo […].
Su profecía es la culminación de todas las profecías anteriores, por cuanto lleva la destrucción
del mal y a la inauguración de la condición eterna.1
Para los adventistas esta culminación de todas las profecías fue su comprensión pos
1844 referente a que la purificación del santuario de Daniel 8: 14 no era la tierra en la segunda
venida, sino el inicio de la segunda fase de la obra de Cristo en el santuario celestial,2 tal como
estaba tipificado en el santuario terrenal en el día de la expiación (Lv 16). El santuario empezó
a ser comprendido como la doctrina integradora que permitía recuperar la visión de conjunto
del plan de salvación y del gran conflicto3. Sin esta visión el mundo religioso seguiría a
merced de la filosofía griega, la tradición medieval y el error como arma del enemigo para el
tiempo del fin. El santuario llegó a ser la llave hermenéutica que puso al alcance del
remanente el conjunto de verdades que la profecía demanda llevar al mundo. “El asunto del
santuario fue la clave que aclaró el misterio del chasco de 1844, reveló todo un sistema de
1Mounce, The Book of Revelation, 217.
2Apocalipsis 11: 19.
3Canale, llama la atención hacia niveles teológicos más abarcantes en relación al Santuario. “El sistema
del santuario tiene tres niveles de integración. (1) Nivel cósmico, presenta una historia más allá de la historia
humana que se relaciona con nuestra historia, presenta el conflicto cósmico, especialmente con el macho cabrío
Azasel que representa a Satanás que es condenado al final del milenio; además cuando vemos el Juicio
Investigador. (2) Nivel social, la iglesia se reúne y existe en donde Dios está, en el desierto el santuario estaba en
el centro del pueblo y el pueblo existía porque Dios estaba presente con ellos formando la estructura fundamental
de su pueblo, en el futuro vamos a tener lo mismo con la Nueva Jerusalén. (3) Nivel individual, con los sacrificios
diarios, el sacrificio continuo, la justificación que ocurría y la santificación que se iba dando” (Canale,
“Uniéndonos, Santuario, Cristo y salvación” Audio-conferencia en https: //www.audioverse.org/espanol/
sermones/presenters/167/fernando-canale.html [15 febrero 2012]).
46
verdades, que formaban un conjunto armonioso […].1 Quizás sin saberlo los adventistas
empezaron un proyecto teológico que los separó completamente no solo de la teología
católica, sino aun de la protestante y que los llevó a enraizarse en la autoridad total de las
Escrituras. Preparándose así para el gran conflicto anticipado en Apocalipsis 12.
De igual manera, en la medida en que se vieron reflejados en la dinámica del mensaje
de los tres ángeles (Ap 14: 6-12) comprendieron la naturaleza mundial de su movimiento y
percibieron que el éxito estaba asegurado en proporción a su fidelidad al contenido del
mensaje. Al respecto, Knight explica que los adventistas del séptimo día siguieron la misma
línea hermenéutica de los milleritas: “el desarrollo racional de su doctrina central”.2 El tener
una doctrina central como la segunda venida, lógicamente articulada, lo suficientemente
atrayente para los demás grupos religiosos, pero además enmarcada en el premilenialismo que
los demás rechazaban, se convirtió en el primer elemento distintivo de su predicación que les
redituó un considerable número de seguidores. Así, la convicción de tener la verdad presente
los llevó a ser el pueblo que debía convertir a la gente a “la verdad”.3 Knight agrega un
segundo aspecto de esta peculiaridad:
Un segundo elemento que parece haber dirigido el éxito evangelístico del millerismo y
del adventismo del séptimo día es el contenido o factor doctrinal en su punto de vista
de la verdad. Así el millerismo tenía lo que era considerado una importante verdad
bíblica para ofrecer a los individuos que andan en busca de significado. El Retorno
premilenial de Cristo no fue solo una parte de la madera eclesiástica, sino que
representaba algo distinto a los otros grupos religiosos. Así cuanto ellos tuvieron un
mensaje para predicar muchos respondieron a ese mensaje.4
1E. White, El conflicto, 476.
2Knight, “Adventism”, 5-13.
3Ibíd. .
4Ibíd.
47
El ser diferentes en el contenido doctrinal, o en el estilo de vida, en vez de alejar a los
buscadores de la verdad, los atrae, esta fuerza centrípeta también fue desplegada por los
adventistas después del chasco.
Por el otro lado, los adventistas del séptimo día desarrollaron un conjunto de
creencias no convencionales que vieron como su misión especial compartir con el
mundo. Al igual que un cometa vuela contra el viento, así hay una dinámica en los
movimientos religiosos que es vitalizada por las diferencias y aún por la oposición. Ser
diferente da sentido a individuos y grupos sociales. Y ser diferente desarrolla
compromiso con una causa, sobre todo cuando se trata de quemar el puente cuando
uno se une a una subcultura religiosa.1
De igual manera, estas convicciones firmemente fundamentadas en la Palabra,
produjeron el andamiaje de la identidad del remanente. “Las creencias y prácticas distintivas
de la denominación, al mismo tiempo que provocan que sea visto con sospecha por muchos
cristianos tradicionales, parecen haber dado a sus miembros fieles una firmeza de carácter
individual y e grupo que va más allá para explicar sus éxitos”.2 Vale decir que lo contrario
también se cumple, la pérdida de las doctrinas distintivas en la predicación de una iglesia
significa su muerte.3 Es por ello que los adventistas del siglo XXI tienen que ser conscientes
del deber que les impone su historia, de conocer y conservar esas marcas o hitos que han
tenido el efecto de atracción en su predicación.4
1Knight, “Adventism”, 5-13.
2Ibíd.
3Knight, en La visión apocalíptica, 20, 21 refiere algunas fuentes que tratan sobre este tema: Kenneth L.
Woodward, “Dead end for the mainline religion?: The mightiest protestants are running of money, members, and
meaning”, Newsweek, 9 de agosto de 1993, 46-48. Thomas C. Reeve, The Empty Church; the suicide of Liberal
Christianity, (Nueva York; Free Press, 1996). Wade Clark Roof y William MacKinney, American mainline
religion: Its changing shape and future (New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press, 1987), 234-241.
4“Las denominaciones adventistas que crecieron fuera del Millerismo están enfrentando su posible
muerte. Esa es la inferencia de Richard C. Nickels, quien concluyó en 1973, su historia de la Iglesia de Dios del
Séptimo Día, con una sección titulada: “¿Una iglesia muriendo?” La últimas palabras del ominoso volumen son
48
Conclusión
En el análisis anterior se ha visto que Apocalipsis 10-14 describe la identidad de un
movimiento profético que surge después de 1798, específicamente en 1844, en el
reavivamiento millerita de los Estados Unidos. Este movimiento, tiene las dos características
del remanente descrito en Apocalipsis 12: 17: (1) guardan los mandamientos de Dios y (2)
tienen el testimonio de Jesucristo. Además, se le ha confiado la predicación de los mensajes de
los tres ángeles que constituyen el último llamado de Dios para este mundo, antes de la
segunda venida de Cristo (Ap 14: 6-12). Por lo tanto, se puede decir que:
Todas las profecías fechadas de la Biblia tuvieron su cumplimiento, y su surco se
puede trazar sin dificultad y con claridad desde su punto de partida hasta su punto de
llegada. El único evento que puede referirse en la tierra para la profecía de los 2300
días-años, es el despertar adventista que se vio especialmente en el gran movimiento
millerita. De manera que ninguna otra iglesia, ningún otro pueblo, puede adjudicarse la
herencia del Gran Chasco en conexión con la profecía de Daniel 8: 14 que constituyó
la razón de ser de ese movimiento, a no ser la Iglesia Adventista del Séptimo Día.1
Este uso que los pioneros hicieron “del cumplimiento profético como herramienta
hermenéutica”2 se ha constituido en el elemento principal para entender la identidad adventista
y su predicación escatológica.
las palabras de Cristo a la iglesia de Sardis: ‘Tienes nombre de que vives pero estás muerto’”. De igual forma, la
sección final de los tres volúmenes de la Historia de los Cristianos del Advenimiento de Hewitt, es: ‘¿Debería
decírsele a una denominación que está muriendo?’ Esta sección publicada en 1990 contiene un sentido análisis de
corazón que describe la situación de la denominación. Las últimas palabras de la trilogía de Hewitt son: ‘Espero
con devoción que alguien esté escuchando. Amén’” , citado en (Knight, “Adventism”, 11).
1Treiyer, “Herederos”.
2Maxwell, “A brief history”, 213-214. Canale agrega: “El historiador adventista C. Mervyn Maxwell
identificó correctamente cuatro características básicas de la hermenéutica y método sobre los cuales la teología
adventista temprana fue construida. Tres de ellas, como veremos son intensificaciones de los principios recibidos
de la teología protestante. La cuarta es la visión macro hermenéutica sobre la cual la teología adventista vino a la
existencia: (1) Deconstrucción de la tradición, (2) el principio de la tota Scriptura, (3) Comprensión tipológica y
(4) la visión” (Canale, “From Vision”, 9-10).
49
Elena de White y los pilares teológicos del adventismo,
la predicación, y la identidad de la iglesia
El desarrollo histórico de la teología adventista del séptimo día –y de la predicación
como medio para convertir esta teología en un mensaje para el mundo– puede verse como una
búsqueda continua de identidad.1 En esta búsqueda, la obra de Elena de White juega un papel
sobresaliente, pues estuvo ligada al movimiento desde sus inicios en 1844, cuando tenía
apenas 17 años, hasta su muerte el 16 de julio de1915.2 También, en su obra se puede
encontrar la aproximación más exacta a los resultados que los pioneros pensaron
obtener siguiendo los principios hermenéuticos que denominaron como pilares teológicos del
adventismo. Un ejemplo de esta dinámica pilares-identidad se encuentra en las siguientes
referencias.
Los que recibieron la luz relativa al santuario y a la inmutabilidad de la ley de
Dios, se llenaron de alegría y admiración al ver la belleza y armonía del
conjunto de verdad que fue revelado a sus inteligencias.3 El tabernáculo y
templo de Dios en la tierra fueron copia del original que estaba en el cielo. El
santuario y sus solemnes servicios estaban rodeados místicamente de las
grandes verdades que se revelarían a través de generaciones sucesivas.4
Como podemos notar, los pioneros descubrieron esas llaves hermenéuticas en la etapa
formativa del adventismo del séptimo día y Elena de White reafirma la visión de un sistema de
1Knight, Nuestra identidad, 17.
2“La historia de su vida es la historia de este movimiento” (F. M. Wilcox, Review and Herald, febrero
27, 1913). “Elena White y la Iglesia Adventista del Séptimo Día están totalmente integrados. Algunos han
observado que Elena White ‘durante su larga vida [...] ejerció la influencia personal más poderosa sobre los
creyentes adventistas del séptimo día’” (Douglas, “Elena White y la teología adventista”, Diálogo Universitario
10 /1 [1998], 13-15). “La Sra. White fue la inspiración reconocida del movimiento [...]. Sus ideas establecieron el
mundo del adventismo en su obra médica, educacional y misionera alrededor del mundo” (Hartzell Spence, “The
story of religions in America —Seventh-day Adventists”, Look, XXII [24 de junio de 1958], 79).
3E. White, El conflicto, 506, 507.
4E. White, Fe por la cual vivo (Buenos Aires: Casa Editora Sudamericana, 1959), 196.
50
verdades que afectarían la predicación, el estilo de vida y la identidad del pueblo remanente de
allí en adelante. Es por ello que en esta sección se va a considerar la percepción de la Sra.
Elena de White en relación con la identidad, la predicación y los pilares teológicos del
adventismo. Con este fin se abordarán las siguientes subdivisiones: (1) la identidad de la
Iglesia en los escritos de Elena de White, (2) la predicación en los escritos de Elena de White,
(3) los pilares del adventismo en los escritos de Elena de White y (4) relación entre los pilares,
la predicación y la identidad de la iglesia en los escritos de Elena de White.
La identidad de la Iglesia en los escritos de
Elena de White
En cuanto a la identidad de la iglesia, se considerarán tres momentos críticos en los que
la percepción profética de Elena de White ejerció una influencia notable en el proceso de
búsqueda de identidad del adventismo.
Primera visión
En 1843, un año antes del gran chasco, los adventistas habían sido separados de sus
iglesias de origen por el énfasis premileniarista de su única doctrina: La segunda venida de
Cristo. Por lo que al sobrevenir el chasco del 22 de octubre de 1844 quedaron esparcidos sin
identidad, sin iglesia y sin una teología que les explicara lo sucedido. Justo en ese omento, en
diciembre de 1844, 1
Elena de White recibió su primera visión (páginas 27, 28).
Se considera que esta visión es la más importante,2 porque muestra la conducción de
Dios hacia su pueblo1 a partir del chasco, hasta la segunda venida de Cristo. En un momento
1Arthur L. White, Elena de White mujer de visión (Miami: Asociación Publicadora Interamericana,
2003), 24.
51
cuando nadie se atrevía a dar algún valor a aquel desarticulado movimiento, esta visión les
daba elementos importantes acerca de su identidad profética. Además, proveyó a los pioneros
de un marco de referencia que habría de protegerlos de olvidar la historia pasada, tanto como
animarlos a avanzar hacia el cumplimiento pleno del plan de Dios. “La visión revelaba que
ellos estaban al comienzo del sendero en vez de hallarse al final del mismo”.2
Algunos elementos que destacan en esta visión son los siguientes: (1) Coloca la venida
de Jesús como un tema central y todavía en el futuro, (2) muestra la preocupación de Dios por
su pueblo al guiarlo a lo largo del sendero, (3) “en el cielo ocurrió algo de gran importancia el
22 de octubre de 1844, y que los adventistas nunca deberían olvidar su lugar en la historia
profética”3 y (4) la luz que estaba detrás de ellos al comienzo del sendero y que representaba
“el clamor de medianoche”, tenía un significado teológico; ignorar este significado conduciría
al abandono del camino.
Esta visión ayudaría a los pioneros a organizar ciertos conceptos y aclarar el orden de
los eventos. Por ejemplo, en 1845, previno del error de fijar fechas cuando se les mostró a
través de Elena de White, que antes de que Cristo regresase, “los santos deberían pasar por el
tiempo de angustia de Jacob, el cual estaba en el futuro”.4
De forma independiente, pero en el mismo sentido de búsqueda de identidad, al día
siguiente del chasco, el 23 de octubre de 1844, Hiram Edson, tuvo aquella penetrante
2Knight, La visión apocalíptica, 101.
1A. L. White, Elena de White, 26.
2Ibíd.
3Knight, Nuestra identidad, 39.
4E. White, Primeros escritos (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1976), 37.
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percepción, de que el movimiento hecho por Cristo no era del cielo hacia la tierra como se
espera en la segunda venida, sino del lugar santo al lugar santísimo en el santuario celestial.
En concordancia, Elena de White recibió a principios de 1845 otra visión en la que endosaba
esta interpretación.
Vi al Padre levantarse del trono, y en un carro de llamas entró en el lugar santísimo, al
interior del velo, y se sentó. Entonces Jesús se levantó del trono, y la mayoría de los
que estaban prosternados se levantó con él. No vi un solo rayo de luz pasar de Jesús a
la multitud indiferente después que él se levantó, y esa multitud fue dejada en perfectas
tinieblas. Los que se levantaron cuando se levantó Jesús, tenían los ojos fijos en él
mientras se alejaba del trono y los conducía un trecho. Alzó entonces su brazo derecho,
y oímos su hermosa voz decir: ‘Aguardad aquí; voy a mi Padre para recibir el reino;
mantened vuestras vestiduras inmaculadas, y dentro de poco volveré de las bodas y os
recibiré a mí mismo’. Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como
llamas de fuego, llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. El entró en el carro y
fue llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús,
el gran Sumo sacerdote, de pie delante del Padre. En la orla de su vestidura había una
campana y una granada; luego otra campana y otra granada. Los que se levantaron con
Jesús elevaban su fe hacia él en el lugar santísimo, y rogaban: ‘Padre mío danos tu
Espíritu.’ Entonces Jesús soplaba sobre ellos el Espíritu Santo. En ese aliento había
luz, poder y mucho amor, gozo y paz.1
Sin embargo, con todo y el peso que podrían tener estas visiones, en ningún momento
ocuparon el lugar de la investigación bíblica. Al contrario, ellos percibieron en la naturaleza de
esos acontecimientos la voluntad de Dios que los inducía a depender enteramente de la Biblia.
Esta prueba revelaría la fuerza de aquellos que con verdadera fe habían obedecido a lo
que creían ser la enseñanza de la Palabra y del Espíritu de Dios. Ella les enseñaría,
como sólo tal experiencia podía hacerlo, el peligro que hay en aceptar las teorías e
interpretaciones de los hombres, en lugar de dejar la Biblia interpretarse a sí misma. La
perplejidad y el dolor que iban a resultar de su error, producirían en los hijos de la fe el
escarmiento necesario. Los induciría a profundizar aún más el estudio de la palabra
profética.2
1E. White, Primeros escritos, 5.
2E. White, El conflicto, 402.
53
El nombre de la iglesia
Un segundo momento importante en la búsqueda de identidad del movimiento
adventista sería el año de 1860. Este momento es importante, porque el movimiento ya
contaba con una plataforma doctrinal y ahora iba considerar la necesidad de elegir un nombre;
lo cual finalmente hicieron en 1860. El nombre Iglesia Adventista del Séptimo día fue el
elegido e inmediatamente Elena de White escribió lo siguiente:
El nombre Adventista del Séptimo Día es un firme reproche al mundo
protestante. Aquí está la línea de distinción entre los adoradores de Dios y
aquellos que adoran a la bestia y reciben su marca…El nombre “Adventista del
Séptimo Día,” lleva al frente las verdaderas características de nuestra fe y
convencerá a la mente inquisitiva. Como una flecha de la aljaba del Señor herirá
a los transgresores de la ley de Dios, y llevará al arrepentimiento para con Dios
y a la fe en nuestro señor Jesucristo.1
Con la elección del nombre los adventistas cerraban una etapa que era especialmente
importante porque su identidad teológica quedaba bien definida. Quedaban completamente
separados del mundo y de los demás grupos existentes, no solo de las denominaciones
conocidas, sino especialmente de los grupos que se habían derivado del gran chasco.
1888 y la identidad cristiana del adventismo
Otro momento crítico en la búsqueda de identidad de la iglesia adventista sucedería en
torno al congreso de la Asociación General de 1888 celebrado en Minneapolis, cuando la
iglesia tuvo la oportunidad de escuchar con mayor claridad la doctrina de la justificación por
la fe. Sin embargo, este énfasis no sería recibido sin oposición. El debate principalmente se dio
entre dos bandos. Por un lado estaban los portavoces de este nuevo énfasis en la justificación
1E. White, Joyas de los testimonios, tomo 1 (Mountain View, CA: Asociación Publicadora
Interamericana, 2003), 80-81.
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por la fe, Alonso T. Jones y J. E. Waggoner y por el otro estaban Urías Smith y George I.
Butler, secretario y presidente de la Asociación General, quienes sostenían una postura rayana
en el legalismo.
Se podría decir que una declaración del pastor Butler resume gráficamente la
preocupación que levantaba este nuevo énfasis en relación directa con la identidad del
movimiento. “Sostengan los hitos antiguos”, había telegrafiado a los de su bando, desde Battle
Creek donde estaba en recuperación.1 Como podemos notar, había una fuerte preocupación de
que el nuevo énfasis en la justificación por la fe echase por tierra las marcas de identidad que
el movimiento había sostenido en sus años formativos; especialmente, en lo relacionado a la
vigencia de la ley de Dios y a la observancia del sábado. En este momento crucial,
nuevamente la pluma de Elena de White habría de fortalecer la identidad en una forma que
trajo el equilibrio y mantuvo la tensión apropiada entre lo “antiguo” y lo “nuevo”. Así escribió
en 1889:
En Minneapolis Dios dio a su pueblo, en un nuevo engarce, algunas gemas de verdad.
Esta luz del cielo fue rechazada por algunos con toda la testarudez que los judíos
mostraron al rechazar a Cristo, y se habló mucho de mantenerse junto a los hitos
antiguos. Pero había evidencias de que no sabían cuáles eran los hitos antiguos. Había
evidencia y lógica procedentes de la Palabra que la recomendaban a la conciencia; pero
la mente de los hombres estaba cerrada, sellada contra la entrada de luz, porque habían
decidido que era un error peligroso modificar los ‘hitos antiguos’, cuando en realidad
no se movía ninguno de esos hitos antiguos, sino que esos hombres habían pervertido
el concepto de lo que era un hito antiguo.2
Los hitos o pilares del adventismo aluden especialmente a las características distintivas
del movimiento adventista; es decir, aquellas marcas que habían unificado a los
1Knight, “The men of Minneapolis”, Ministry (febrero1988), 10-14.
2E. White, El otro poder, 30-31.
55
pioneros después de 1844. Entre las cuales estaban la purificación del santuario, los mensajes
de los tres ángeles, la importancia del sábado, y la no inmortalidad del alma. La expresión no
alude a los hitos del cristianismo en general –como la autoridad de la Sagradas Escrituras, el
bautismo y la justificación por la fe, entre otros– sino específicamente a los pilares del
adventismo, en relación a los cuales Elena de White agregó:
Todo este movimiento acerca de cambiar los hitos es pura imaginación. Ahora, en este
tiempo, Dios quiere dar un nuevo y fuerte impulso a su obra. Satanás lo percibe y está
decidido a impedirlo. Si él puede engañar a las personas que pretenden creer la verdad
presente, [y hacerles creer que] la obra que Dios quiere hacer en favor de su pueblo es
modificar los hitos antiguos (lo que deberían resistir con el celo más decidido),
entonces se alegra por haberlos engañado.1
En conclusión a esta sección, se puede decir que Elena de White mantuvo una tensión
apropiada entre lo inamovible de la identidad y lo progresivo de la teología, entre los hitos de
los años pasados y el avance siempre necesario de nuevos descubrimientos. Este equilibrio
queda reflejado en las siguientes declaraciones que parecen concluyentes. La primera tiene
que ver con la validez de 1844: “Entre todos los grandes movimientos religiosos habidos
desde los días de los apóstoles, ninguno resultó más libre de imperfecciones humanas y
engaños de Satanás que el del otoño de 1844”.2 En la segunda se enfatiza la confianza en la
historia pasada del movimiento:
Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente, al
repasar la historia pasada puedo decir: “¡Alabado sea Dios!” Al ver lo que el
Señor ha hecho, me lleno de admiración y de confianza en el liderazgo de
Cristo. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera
en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia
pasada.3
1E. White, El otro poder, 30-31.
2E. White, El conflicto, 453.
3E. White, Notas biográficas, 21.
56
La predicación en los escritos de
Elena de White
En los escritos de Elena de White, se pueden encontrar valiosas aportaciones para la
predicación adventista, quizás no una metodología explícita, pero sí bases firmes sobre las
cuales se puede construir una predicación relevante, que exalte sobre todo la primacía de la
Biblia.
Existe un poder vivo en la verdad, y el Espíritu Santo es el agente que abre las mentes
humanas a la verdad. Pero los pastores y obreros que la proclaman deben manifestar
certidumbre y decisión. Deben avanzar por fe, y presentar la Palabra como si la
creyeran. Haced que aquellos por quienes trabajáis entiendan que se trata de la verdad
de Dios. Predicad a Jesucristo y a él crucificado. Esto hará frente a las mentiras de
Satanás.1
En sus obras se nota una preocupación abarcante por la predicación, no solo por la
proclamación de argumentos bíblicamente correctos,2 también existen fuertes apelaciones a la
dimensión ética de la misma,3 como también la preocupación por una predicación profética,
como lo muestra la siguiente cita.
El mensaje de la segunda venida de Cristo debe tener el concurso de un poder viviente.
[…] En los días de los apóstoles el mensaje que éstos predicaron efectuó una obra real
al apartar a las almas de los ídolos para hacerlas servir al Dios viviente. La obra que
hoy debemos hacer es igualmente real, y la verdad de ahora sigue siendo verdad tanto
como entonces; sólo que debemos predicar el mensaje con mucho más fervor debido a
que la venida del Señor está más cercana.4
1E. White, Carta 34, 1896.
2 “Cientos de hombres quienes ministran en el púlpito son débiles en las cualidades esenciales de la
mente y el carácter porque ellos no se aplican a sí mismos al estudio de las Escrituras. Están contentos con un
conocimiento superficial de las verdades de la Palabra de Dios prefieren perder mucho en el camino que
investigar diligentemente por el tesoro escondido” (E. White, Obreros Evangélicos [Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana: 1986], 249, 250). 3“El mundo no necesita tanto a grandes intelectos como a hombres buenos, que sean una bendición en
sus hogares” (E. White, El ministerio pastoral [Silver Spring, MD: Asociación General de los Adventistas del
Séptimo Día, 1995], 102).
4E. White, Review and Herald, noviembre 13, 1913.
57
La predicación de la verdad terminará la obra
También es cierto que la predicación puede tener sus propias variantes, dimensiones y
énfasis; pero su lugar en la proclamación del evangelio hasta el fin del tiempo está asegurado.
El último mensaje de misericordia será proclamado al mundo mediante la predicación
de la verdad del Evangelio. La verdad, la verdad de la Biblia, esto es lo que necesita la
gente. Debemos reclamar las promesas de la Palabra de Dios sobre nuestras rodillas,
solicitando la recepción de la verdad pura, no adulterada, y que seamos capaces de
comprender la necesidad de dar esa verdad a otros. Entonces los hombres y las mujeres
serán convertidos. Será reconocida la mano de Dios en la organización de nuevas
iglesias. El Señor bautizará con el Espíritu apostólico a muchos que saldrán a realizar
trabajo misionero en los lugares donde la gente no conoce la verdad.1
Los pilares del adventismo en los escritos
de Elena de White
Como se ha notado anteriormente, en la obra de Elena de White se puede encontrar la
aproximación más exacta del proyecto teológico que los pioneros iniciaron y que debía
continuar. A través de sus escritos, ella reafirma la solidez de los pilares teológicos del
adventismo. Principalmente durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX,
su influencia como el último de los pioneros, ayudó a organizar todo un sistema de verdades
que afectaría gradualmente todos los aspectos de la vida del movimiento.
Es por ello que en la siguiente revisión de los escritos de Elena de White se hará una
aproximación a estos conceptos bajo los siguientes encabezados: (1) Los siete pilares
teológicos del adventismo, (2) el carácter inamovible de los pilares teológicos, (3) funciones
teológicas de los pilares, (4) tensión entre los pilares y la revelación progresiva y (5) el peligro
latente de cambiar los pilares del adventismo por fuerza internas y externas.
1E. White, Exaltad a Jesús (Coral Gables, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 1988), 117.
58
La segunda venida de Cristo.
Los adventistas se consideran verdaderos herederos de la principal doctrina millerita, el
regreso premileniarista de Jesús en las nubes de los cielos. Por lo tanto, esta sería su primera
doctrina pilar. Al respecto Elena de White afirmó. “La doctrina del segundo advenimiento es
verdaderamente la nota tónica de las Sagradas Escrituras”.1 Además, al considerar la segunda
venida dentro del sistema de verdades, escribió: “La comprensión de la esperanza en la
segunda venida de Cristo es la clave que abre toda la historia futura, y explica todas las
lecciones del porvenir”.2
El santuario
Inmediatamente después del chasco, el grupo formado por Hiram Edson, O. R. Crosier
y el Dr. Franklin B. Hann expusieron la mejor explicación a través de una exposición de los
servicios del santuario. En seguida, a principios de 1845, Elena de White publicó: “Vi al Padre
levantarse del trono, y en un carro de llamas entró en el lugar santísimo, al interior del velo, y
se sentó”. En la misma visión, vio que Jesús “entró en el carro y fue llevado al lugar santísimo,
donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús, el gran Sumo sacerdote, de pie delante
del Padre”.3
Posteriormente, en relación a la explicación de Crosier, afirmó: “El Señor me mostró
en visión, hace de más de un año, que el hermano Crosier tiene la luz verdadera acerca de la
purificación del santuario, y que era su voluntad que el hermano Crosier escribiera la
1E. White, El conflicto, 301.
2E. White, Carta 218, 1906.
3 E. White, Primeros escritos, 55.
59
interpretación que nos brindó en el Day Star Extra del 7 de febrero de 1846”. 1 En una
interpretación posterior a estos momentos ella escribió: “El asunto del santuario fue la clave
que aclaró el misterio del chasco de 1844. Reveló todo un sistema de verdades, que formaban
un conjunto armonioso”.2
De esta manera, el santuario llegó a considerarse no solo como el pilar principal de la
teología adventista, sino como el principio rector de toda la experiencia espiritual del
remanente. “El pueblo de Dios debería comprender claramente el asunto del santuario y del
juicio investigador. Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra de su gran
Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar la fe tan esencial en nuestros
tiempos, o desempeñar el puesto al que Dios los llama”.3
Finalmente, se puede notar que para Elena de White, el santuario no era una doctrina
aislada, sino un conjunto de verdades, algo que apuntaba a un sistema teológico y doctrinario.
Por ello, lo llegó a considerar como la verdad más completa, como la columna principal de la
fe adventista.
Por más de medio siglo los diferentes puntos de la verdad presente han sido
cuestionados y opuestos. Se avanzaron nuevas teorías como verdad, que no eran
verdad, y el Espíritu de Dios reveló el error. Así como las grandes columnas de nuestra
fe fueron presentadas, el Espíritu Santo testificó acerca de ellas, y especialmente es
esto así en relación con las verdades del tema del santuario. Vez tras vez de nuevo el
Espíritu Santo apoyó de una manera destacada la predicación de esta doctrina.4
1E. White, Cristo en su santuario (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990), 10.
2E. White, El conflicto, 476.
3E. White, El evangelismo, 165. “La correcta comprensión del ministerio en el santuario celestial es el
fundamento de nuestra fe”. Ibíd. “El tema del santuario debiera ser cuidadosamente examinado, puesto que en el
descansa el fundamento de nuestra fe y esperanza” (E. White, Cristo en su santuario (Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 1990), 10.
4Ibíd., 167.
60
La ley de Dios
El siguiente pilar del núcleo doctrinal adventista, es la ley de Dios. Pasajes como
Apocalipsis 11: 19, 12: 17 y 14: 12 llamaron la atención de la naciente iglesia a la importancia
de la ley de Dios en el tiempo del fin. Al respecto Elena de White escribió:
Los pasados cincuenta años no han atenuado ni un ápice ni principio de nuestra fe así
como recibimos las evidencias grandes y maravillosas que fueron hechas ciertas en
1844, con el correr del tiempo. Ninguna palabra se ha cambiado o negado. Lo que el
Espíritu Santo testificó como verdad con el correr del tiempo, en nuestro gran chasco,
es el fundamento sólido de la verdad. Los pilares de la verdad fueron revelados, y
aceptamos los principios fundacionales que hicieron de nosotros lo que somos –
Adventistas del Séptimo Día, que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de
Jesús”.1
El Sábado
De igual manera, cuando el sábado fue fundamentado por José Bates en el contexto del
tiempo del fin, se convirtió en una columna del edificio doctrinario adventista, llegándose a
considerar como la señal distintiva del movimiento. Por lo que Elena de White confirmó: Allí
están los principales pilares de nuestra fe, temas que son de vital interés, el sábado, el guardar
los mandamientos de Dios”.2
La no inmortalidad del alma
La influencia griega en el cristianismo del siglo I no solo afectó algunas doctrinas, sino
que llegó a convertirse en una corriente de interpretación a lo largo de los siglos. El
adventismo definió su postura en relación al estado de los muertos, yendo en contra de la
generalizada aceptación de la filosofía griega de la inmortalidad del alma. “En el error
1E. White, Alza tus ojos, 350.
2E. White, El otro poder, 77.
61
fundamental de la inmortalidad natural, descansa la doctrina del estado consciente de los
muertos, doctrina que, como la de los tormentos eternos, está en pugna con las enseñanzas de
las Sagradas Escrituras, con los dictados de la razón y con nuestros sentimientos de
humanidad”.1 Así, al definir su postura bíblica en cuanto al estado inconsciente de los muertos
y de la no inmortalidad del alma, los adventistas agregaron otra columna en la edificación de
su edificio doctrinario. “La no inmortalidad del alma es un antiguo hito”.2 Un pilar que habría
de proteger al adventismo del engaño del espiritismo moderno.3
El mensaje de los tres ángeles
Un pilar de un valor incalculable por su función integradora, sería el mensaje de los
tres ángeles. Pronto en su comprensión teológica los adventistas aplicarían estos mensajes a la
historia temprana de su movimiento. Así, vieron el mensaje de juicio del primer ángel (Ap 14:
7) cumplirse en la predicación millerita y en su llamado para prepararse para la venida del
Señor. Pero cuando ellos mismos fueron expulsados de sus iglesias de origen en 1843,
interpretaron este rechazo de parte de las iglesias protestantes como la caída de Babilonia del
segundo ángel (Ap 14: 8).4 Posteriormente, cuando la verdad acerca del sábado se hizo
evidente, entendieron que esta sería el sello de Dios (Ap 7: 1-3), en contraste con la marca de
la bestia, cuya advertencia presenta el mensaje del tercer ángel (Ap 14: 9-12). En cuanto a
1E. White, El conflicto, 533.
2E. White, El otro poder, 30-31.
3“Aferrándose al error papal de la inmortalidad natural del alma y al del estado consciente de los
muertos, han rechazado la única defensa posible contra los engaños del espiritismo” (E. White, El conflicto, 573).
4“Los mensajes del primer y del segundo ángel fueron proclamados en su debido tiempo, y cumplieron
la obra que Dios se había propuesto cumplir en ellos” (Ibíd., 401).
62
estos mensajes Elena de White declaró:
Nuestra fe en referencia a los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles era
correcta. Los grandes hitos por los que hemos pasado son inamovibles. Aunque las
huestes del infierno puedan tratar de quitarlas de su fundamento, y triunfar pensando
que han tenido éxito, no tendrán éxito. Esos pilares de la verdad permanecen firmes
como las colinas eternas, inamovibles ante todos los esfuerzos de los hombres que se
combinan con los de Satanás y su hueste.1
Como se puede notar, la comprensión histórica de los mensajes de los tres ángeles es
considerada en los escritos de Elena de White como una columna inamovible, además de que
resalta su función en cuanto a la identidad de la iglesia.
Dios ha llamado a su iglesia en este tiempo, como llamó al antiguo Israel, para que se
destaque como luz en la tierra. Por la poderosa hacha de la verdad —los mensajes
de los ángeles primero, segundo y tercero —, la ha separado de las iglesias y del
mundo para colocarla en sagrada proximidad a sí mismo. La ha hecho depositaria de su
ley, y le ha confiado las grandes verdades de la profecía para este tiempo. Como los
santos oráculos confiados al antiguo Israel, son un sagrado cometido que ha de ser
comunicado al mundo. Los tres ángeles de Apocalipsis 14 representan a aquellos que
aceptan la luz de los mensajes de Dios, y salen como agentes suyos para pregonar las
amonestaciones por toda la anchura y longitud de la tierra.2
Actualmente, sin dejar a un lado la primera aplicación histórica, se considera la
necesidad de predicar los tres mensajes en forma simultánea y contemporánea. “El mensaje
del tercer ángel […] es el mensaje para este tiempo. Es la verdad presente”.3 Además, se debe
“dejar que los grandes principios del mensaje del tercer ángel se destaquen en forma clara y
distinta”.4
1E. White, Review and Herald, noviembre 27, 1883.
2E. White, Joyas de los testimonios, tomo 2, 156.
3E. White, Manuscrito 15, 1888.
4E. White, El Cristo triunfante (Miami: Asociación Publicadora Interamericana, 1999), 65.
63
El don profético
Como es de esperarse, Elena de White no reclamó para sí un lugar entre los pilares del
adventismo, pero es innegable que en su obra se cumplió la segunda marca identificatoria que
Apocalipsis 12: 17 otorga al remanente: “el testimonio de Jesús”, que según Apocalipsis 19:
10 es “el espíritu de profecía”. Nótese al respecto.
No tengo pretensiones para presentar salvo la que se me ha dado, de que soy
la mensajera del Señor. Al comienzo de mi obra varias veces se me preguntó: “¿Es
usted profetisa?” Siempre respondí: “Soy la mensajera del Señor”. Sé que muchos me
han llamado profetisa, pero yo no he reclamado este título. Mi Salvador me declaró
su mensajera. “Tu obra -me instruyó-, es llevar mi Palabra. Surgirán cosas extrañas. En
tu juventud te aparté para llevar el mensaje a quienes yerran, para llevar la Palabra a
los incrédulos y para que con la pluma y la voz repruebes sobre la base de la Palabra
las acciones que no son correctas. Exhorta con la Palabra. Voy a abrir mi
Palabra delante de ti […] Mi Espíritu y mi poder estarán contigo”.1
El carácter inamovible de los pilares
Elena de White se refirió en varias ocasiones a estos pilares como verdades eternas e
inamovibles, de los cuales ninguna parte puede ser alterada.
Deben mantenerse firmes las verdades que han sido confirmadas por la obra manifiesta
de Dios. Que nadie presuma quitar una clavija o piedra fundamental de la estructura.
Los que intentan socavar los pilares de nuestra fe se encuentran entre los que la Biblia
dice que “en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, dando oído a espíritus
seductores y a doctrinas de demonios”.2 Queremos pilares sólidos para nuestro
edificio. Ninguna clavija debe ser removida.3
Siguiendo la metáfora del edificio, consideró los pilares como una eterna plataforma
para las generaciones sucesivas:
1E. White, Alza tus ojos, 158.
2E. White, Carta 87, 1905.
3E. White, El otro poder, 53.
64
Debemos como pueblo permanecer firmes sobre la plataforma de la verdad eterna que
ha soportado el examen y la prueba. Tenemos que aferrarnos a las columnas seguras de
nuestra fe. Los principios de la verdad que Dios nos ha revelado son nuestro único
fundamento verdadero. Ellos han hecho de nosotros lo que somos. El lapso de tiempo
no disminuyó su valor.1 Guardemos delante de la gente las verdades que son el
fundamento de nuestra fe […]. Los pilares de nuestra fe son las verdades que han
hecho de nosotros un pueblo como el que somos, guiándonos paso a paso.2 Debemos
dejar que los grandes principios del mensaje del tercer ángel se destaquen en forma
clara y distinta. Los grandes pilares de nuestra fe soportarán todo el peso que pueda ser
puesto sobre ellos.3
Función teológica de los pilares
En cuanto a la función teológica de los pilares, Elena de White tuvo una percepción
amplia, pues más que considerarlos como doctrinas, los vio como llaves teológicas o
hermenéuticas. En su obra llegó a desarrollar la aproximación más completa del proyecto que
los pioneros vislumbraron. A continuación se mencionan algunos ejemplos en donde se resalta
esta función guiadora o explicativa de los pilares.
El mensaje de los tres ángeles
“Apocalipsis 14: 6, 7, si se presta atención a este mensaje, inducirá a cada nación,
tribu, lengua y pueblo a examinar cuidadosamente la Palabra, y los conducirá a la verdadera
luz concerniente al poder que ha cambiado el séptimo día de reposo por un día de reposo
espurio”.4
1E. White, El otro poder, 53.
2Ibíd., 29.
3E. White, El Cristo, 365.
4E. White, Mensajes selectos, tomo II, 121. Véase además: “Cuanto más nos afirmemos bajo el
estandarte del mensaje del tercer ángel, tanto más claramente comprenderemos la profecía de Daniel; porque el
Apocalipsis constituye el suplemento de Daniel”. Ibíd., 130.
65
El santuario
“La correcta comprensión del ministerio en el santuario celestial es el fundamento de
nuestra fe”.1
El sábado
“El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente
controvertido”.2
La ley de Dios
“Estudiad la Palabra de Dios con oración. Ella os presenta, en la ley de Dios y en la
vida de Cristo, los grandes principios de la santidad, ‘sin la cual nadie verá al Señor’.
Convence de pecado; revela plenamente el camino de la salvación. Prestadle atención como
a la voz de Dios hablando a vuestra alma”.3
El don profético
El Señor ha enviado a su pueblo mucha instrucción, línea sobre línea, precepto sobre
precepto, un poquito aquí y un poquito allá. Poco caso se hace de la Biblia, y el Señor
ha dado una luz menor para guiar a los hombres y las mujeres a la luz mayor. ¡Oh,
cuánto bien podría haberse realizado si los libros que contienen esta luz hubiesen sido
leídos con una determinación de practicar los principios que contienen! Habría una
vigilancia, una abnegación y un esfuerzo resuelto mil veces mayores. Y muchos más se
regocijarían ahora en la luz dela verdad presente.4
1E. White, El evangelismo, 165.
2E. White, El conflicto, 591. “La cuestión del sábado será el punto culminante del gran conflicto final en
el cual todo el mundo tomará parte” (E. White, Joyas de los testimonios III, 19).
3E. White, El camino, 31. Badenas también comenta: “En su misión de guiar al ser humano, la Ley es,
finalmente un camino de espiritualidad (Sal119: 105). Su rumbo apunta a la vida eterna, por la vía de la santidad
(Mt 19: 17 ss.)” (Roberto Badenas, Más allá de la Ley [Madrid: Editorial Safeliz, 2000], 299).
4E. White, El colportor evangélico (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1976), 129.
66
En la comprensión de Elena de White en relación a la función teológica de los pilares,
estaba presente el hecho de que habrían de guiar a las generaciones sucesivas de adventistas al
estudio de nuevas verdades integradas al sistema doctrinario, como se había dicho del
santuario. “El santuario y sus solemnes servicios estaban rodeados místicamente de las
grandes verdades que se revelarían a través de generaciones sucesivas”.1
Quizás este punto sea el más desafiante para la teología adventista actual, pues es un
hecho que sus teólogos deben continuar la investigación, pero siempre dentro de las fronteras
hermenéuticas de los pilares. “Los grandes hitos de la verdad, que muestran nuestro rumbo en
la historia profética, deben ser cuidadosamente protegidos para que no sean demolidos y
remplazados con teorías que producirían confusión antes que luz verdadera”. 2
Tensión entre los pilares y la revelación progresiva
De la misma forma en que la luz de la aurora asegura que un nuevo día está
comenzando,3 los pilares de la teología adventista llamaron la atención hacia un nuevo
amanecer en la profecía. Y de la misma forma en que la aurora no detiene la intensidad de la
luz que llegará al pleno día, los pilares teológicos tampoco detienen la revelación que por
naturaleza es progresiva. “La verdad es una verdad que avanza y debemos caminar en la luz
creciente”.4 Nótese la siguiente admonición.
Necesitamos ungir nuestros ojos para poder ver la luz de la verdad. No debemos
pensar, ‘bien, tenemos toda la verdad, entendemos los pilares principales de nuestra fe,
1E. White, Fe por la cual vivo, 196.
2 E. White, Mensajes Selectos, tomo 2,116.
3Proverbios 4: 18.
4E. White, El otro poder, 33.
67
y podemos descansar en este conocimiento.’ La verdad es una verdad progresiva, y
debemos caminar en la luz creciente […] Tenemos que tener fe viviente en nuestros
corazones, y extender la mano a un conocimiento más amplio y a una luz más
avanzada.1
Peligro latente de cambiar los pilares
Por último, es importante hacer notar las advertencias puntuales que quedaron escritas
acerca del peligro de cambiar los hitos en lo sucesivo.
Si somos los mensajeros designados por el Señor no apareceremos con nuevas ideas y
teorías que contradigan el mensaje que Dios ha dado a través de sus siervos desde 1844
[…] Si los que reclaman hoy tener nueva luz y contradicen las enseñanzas de los
mensajeros ordenados por Dios, con nuevas teorías que quitan los pilares de nuestra fe,
no están haciendo la voluntad de Dios, sino trayendo falacias de su propia invención
que, si se las recibe, desprenderán a la iglesia del ancla de la verdad, y los establecerán
desviándolos, en donde recibirán toda clase de sofisterías que puedan levantar.2
Se advierte el origen de tales intentos. “El enemigo de las almas ha procurado
introducir la suposición de que había de realizarse una gran reforma entre los adventistas del
séptimo día, y que esa reforma consistiría en renunciar a las doctrinas que están en pie como
las columnas de nuestra fe y que había de comenzar un proceso de reorganización”.3
El enemigo pondrá en operación todo lo que sea para desarraigar la confianza de los
creyentes en los pilares de nuestra fe en los mensajes del pasado, que nos han puesto
sobre la plataforma elevada de la verdad eterna… El Señor Dios de Israel ha conducido
a su pueblo, desplegándoles una verdad de origen celestial. Su voz ha sido escuchada,
y es aún escuchada, diciendo: “Vayan hacia delante de fuerza en fuerza, de gracia en
gracia, de gloria en gloria. La obra está reforzándose y expandiéndose, porque el Señor
Dios de Israel es la defensa de su pueblo”.4 Entonces oí una voz que decía: “¿Dónde
están los atalayas que deberían estar de pie sobre las murallas de Sion? ¿Están
durmiendo? Este fundamento fue construido por el Obrero Maestro y soportará la
tormenta y la tempestad. ¿Permitirán que este hombre presente doctrinas que nieguen
1E. White, Review and Herald, marzo 25,1890.
2E. White, Manuscrito 75, 1905.
3E. White, Mensajes selectos, tomo I, 238.
4E. White, Mensajes selectos, tomo 2 (Mountain View CA: Publicaciones Interamericanas, 1967), 447.
68
la experiencia pasada del pueblo de Dios? Ha llegado el tiempo de actuar
decididamente”.1
Este intento de cambiar los pilares de la fe adventista forma parte de la conspiración
final del enemigo contra la verdad de Dios.
Después de que la verdad se haya proclamado como testigo a todas las naciones, todo
poder concebible de maldad será puesto en operación, y las mentes serán confundidas
por muchas voces clamando: ‘Miren, aquí está el Cristo. “Miren, allí está. Esta es la
verdad. Yo tengo el mensaje de Dios. Él me envió con una gran luz”. Entonces habrá
un quitamiento de los hitos, y un intento de tirar abajo los pilares de nuestra fe. Un
esfuerzo más decidido se hará para exaltar el falso sábado.2
Relación entre los pilares teológicos del adventismo,
la predicación, y la identidad de la iglesia en los
escritos de Elena de White
En esta última sección se expone la relación entre los pilares, la predicación y la
identidad. El planteamiento se divide en las siguientes partes: (a) los pilares como contenido
de la predicación final y (b) la identidad de la iglesia como resultado de la predicación de los
pilares.
Los pilares teológicos como contenido
de la predicación actual
La predicación actual debe nutrirse en el contenido de los pilares teológicos que
definieron la identidad temprana del movimiento. Además, son la verdad que la gente necesita
escuchar en este tiempo y conforme avancen las últimas escenas de la historia de este mundo
su valor salvífico se incrementará. Nótense las siguientes admoniciones en cuanto a la
relevancia de los pilares en la predicación:
1E. White, Mensajes selectos, tomo I, 238.
2E. White, Maranatha, 198.
69
El mensaje del tercer ángel
“El mensaje del tercer ángel es verdad, luz y poder, y el presentarlo de manera que
produzca las debidas impresiones en el corazón debe ser obra de nuestras escuelas tanto como
de nuestras iglesias, del maestro como del ministro”.1
El santuario
“A medida que se presentaban los grandes pilares de la fe, el Espíritu Santo les
prestaba su testimonio y especialmente esto es cierto con respecto a las verdades del santuario.
Muy repetidamente el Espíritu Santo ha respaldado de una manera notable la predicación de
esta doctrina”.2
La segunda venida
“La segunda venida del Hijo del Hombre ha de ser el tema maravilloso que se
mantenga ante la gente. He aquí un tema que no debe descartarse de nuestros discursos”.3
La ley
“El último mensaje de amonestación al mundo ha de hacer ver a los hombres la
importancia que Dios concede a su ley. Tan claramente ha de ser presentada la verdad que
ningún transgresor que la oiga tenga excusa por dejar de discernir la importancia de la
obediencia a los mandamientos de Dios”.4
1E. White, La educación (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1974), 92.
2E. White, El evangelismo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1976), 167.
3Ibíd.
4“La luz concerniente a las declaraciones obligatorias de la ley de Dios ha de ser presentada por doquier.
Esto ha de ser una cuestión decisiva. Probará al mundo” (Ibíd., 168).
70
El sábado
“El Señor tiene un mensaje especial que sus embajadores deben llevar. Deben dar a la
gente la amonestación, llamándola a reparar la brecha que ha hecho el papado en la ley de
Dios. El sábado ha sido anulado, convirtiéndoselo en un requisito no esencial, que una
autoridad humana puede poner a un lado”.1
La no inmortalidad del alma
“El problema de la no inmortalidad del alma también necesita ser tratado con gran
cuidado, para que al introducir el tema no se despierte una profunda y excitante controversia
que cierre la puerta a la futura investigación de la verdad”.2 “La correcta comprensión de lo
que dicen las Escrituras concerniente al estado de los muertos es esencial”.3
El don profético
“A medida que se acerca el fin, y la obra de dar la última amonestación al mundo se
extiende, se va haciendo más importante que aquellos que aceptan la verdad presente tengan
una clara comprensión de la naturaleza e influencia de los testimonios que Dios en su
providencia ha vinculado con la obra del mensaje del tercer ángel desde su mismo
surgimiento”.4
1Véase además lo siguiente en cuanto al sábado como tema de predicación. “Se me ha ordenado que
diga: Reunid las pruebas bíblicas de que Dios santificó el séptimo día y leed estas pruebas ante la congregación.
Mostrad a los que no oyeron la verdad que todos los que se apartan de un claro ‘Así dice Jehová’, deberán sufrir
el resultado de su conducta. En todos los siglos, el sábado ha sido la prueba de la lealtad de Dios. ‘Señal es para
siempre entre mí y los hijos de Israel’, declara el Señor” (E. White, Obreros evangélicos [Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana: 1986], 154, 155).
2E. White, El evangelismo, 183.
3Ibid., 185.
4Ibíd., 190.
71
La identidad de la iglesia como resultado de la
predicación de los pilares teológicos
Desde que Elena de White recibió sus primeras visiones, se sintió compelida por Dios
para compartirlas con los esparcidos por el chasco. En 1848, cuando los pioneros ya
contaban con un núcleo doctrinal, empezaron a realizar una serie de congresos campestres
para unificar la fe del naciente grupo. Como resultado de esos congresos el movimiento llegó
finalmente a definir su identidad entre los demás grupos en que se había divido el adventismo
millerita. La predicación de estos pilares tuvo el efecto de hacer de aquel grupo lo que es hasta
el día de hoy, un movimiento con identidad profética. Nótese este efecto en la siguiente cita:
Los pasados cincuenta años no han atenuado ni un ápice, ni principio de nuestra fe así
como recibimos las evidencias grandes y maravillosas que fueron hechas ciertas en
1844, con el correr del tiempo. Ninguna palabra se ha cambiado o negado. Lo que el
Espíritu Santo testificó como verdad con el correr del tiempo, en nuestro gran chasco,
es el fundamento sólido de la verdad. Los pilares de la verdad fueron revelados, y
aceptamos los principios fundacionales que hicieron de nosotros lo que somos—
Adventistas del Séptimo Día, que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de
Jesús.1
De la misma forma, se podría decir que el mensaje de los tres ángeles proporciona el
contenido de la predicación y al mismo tiempo es el mensaje que genera a un pueblo. Por ello
está en el mismo corazón de la identidad adventista del séptimo día, así lo entendió Elena de
White. Ella sostuvo desde el comienzo de su ministerio hasta el fin del mismo, unos 71 años
después, que Dios había comisionado especialmente al adventismo para predicar el mensaje
del tercer ángel:
En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el
mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de
dirigir la última amonestación a un mundo que perece. Una obra de la mayor
importancia les ha sido confiada: Proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer
1E. White, Alza tus ojos, 350.
72
ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra
atención de ella.1
Es así como la iglesia adventista se considera un pueblo distinto con un mensaje
decisivo.
El Señor se ha agradó en dar a su pueblo el mensaje del tercer ángel como un mensaje
decisivo para presentar al mundo. Juan contempla a un pueblo distinto y separado del
mundo, que se rehúsa a adorar a la bestia o a su imagen, que tiene la señal de Dios, que
guarda su sábado, el séptimo día, que ha de ser mantenido santo como un monumento
conmemorativo del Dios viviente, el Creador de los cielos y de la tierra. De este pueblo
escribe el apóstol: “Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de
Jesús”.2
Indudablemente esto requiere un plan de predicación tanto interno como hacia el
exterior, la identidad depende de estos dos movimientos. “Las verdades que debemos
proclamar al mundo son las más solemnes que jamás hayan sido confiadas a seres mortales.
Nuestra tarea consiste en proclamarlas. El mundo debe ser amonestado, y el pueblo de Dios
tiene que ser fiel a su cometido”.3
Conclusión
En los escritos de Elena de White se encuentra la definición más completa de los
pilares teológicos del adventismo. Su obra representa la aproximación más fiel del proyecto
teológico que los pioneros iniciaron en 1844 y que habría de continuarse en las generaciones
sucesivas. Para ella los pilares representan lo esencial de la teología adventista y deben
considerarse como principios guiadores en la investigación, la enseñanza y la predicación, ya
que significan el fin de la discusión respecto a quienes son los adventistas del séptimo día.
1E. White, El evangelismo, 92.
2E. White, Carta 98, 1900.
3E. White, El evangelismo, 92.
73
Pilares teológicos del adventismo, predicación e identidad en
el pensamiento adventista al principio
del siglo XXI
Habiendo establecido que la identidad de la iglesia adventista descansa sobre las siete
doctrinas pilares, que se descubrieron en su etapa formativa, se pasa ahora a una revisión del
pensamiento de autores más recientes sobre el estado de la identidad de la iglesia. Esta
aproximación se hará sobre los siguientes puntos: (a) antecedentes históricos, (b) voces de
alerta en cuanto a la crisis de identidad en la predicación y (c) un ejemplo de predicación e
identidad en la investigación reciente.
Antecedentes históricos
Como es de suponerse, la repercusión de la segunda venida de Cristo como tema
prevalente en la predicación de Guillermo Miller entre 1831 y 1844, definió la identidad del
movimiento. “En su predicación y reavivamiento, los milleritas enfatizaron fuertemente las
profecías bíblicas, interpretándolas para describir los últimos días y la inminente segunda
venida de Cristo. Por causa de su énfasis en el advenimiento los diferentes grupos milleritas
fueron también llamados adventistas”.1 Respecto al impacto de su predicación el mismo Miller
revela lo que sucedió.
La primera vez que hablé en público de estos temas fue el año de 1832. El Señor
derramó su gracia sobre la congregación, y muchos creyeron en la salvación de
sus almas. Desde aquel día a éste, las puertas han sido abiertas para mí, para
proclamar esta doctrina de la segunda venida de Cristo entre casi todas las
denominaciones, por lo que he sido capaz de cumplir con solo una parte de las
invitaciones. 2
1LeRoy Edwin Fromm, Movement of destiny (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing
Association, 1971), 199, 200.
2Citado por J. N. Loughborough, Rise and progress of the seventh day adventists (Battle Creek,
Michigan: General Conference Association of the Seventh Day Adventists, 1892), 31-32.
74
Más que en cualquier otro movimiento, el contenido de la predicación definió en gran
medida la identificación del millerismo. Se calcula que en Estado Unidos entre 50,000 a
100,000 personas se unieron al movimiento como resultado de escuchar entre 1,500 a 2,000
sermones proclamando el mensaje del advenimiento.1 Un testigo describió vívidamente el
fenómeno de la predicación millerita.
El interés despertado por sus conferencias es de la más deliberada y apasionada
clase, y aunque es el más grande reavivamiento que he visto, también está
acompañado de apasionado entusiasmo. […] Lo que produce el efecto es esto: El
hermano Miller simplemente toma la espada del Espíritu desenvainada y desnuda
y coloca su borde afilado en el corazón, y ¡corta! Eso es todo. Ante el filo de esta
poderosa arma, la infidelidad cae, y lo mundano se marchita. Los falsos
fundamentos se desvanecen y los mercaderes de Babel se maravillan. Me parece
que éste debe estar más cerca de los reavivamientos apostólicos que cualquier
otro en los tiempos modernos en que he sido testigo.2
Hay razones para creer que el contenido de la predicación jugó un rol sobresaliente en
este reavivamiento. Knight, enumera las siguientes causas del éxito del millerismo y
posteriormente del adventismo del séptimo día: (1) el punto de vista racional de la verdad, (2)
un contenido doctrinario de la verdad que ofrecer, (3) organización estructural, (4) conciencia
profética y (5) misión profética.3 Se puede decir, que aparte de su organización,
tuvieron un mensaje que predicar y muchos respondieron a éste. Cuando el reloj profético
marcó la hora, fieles heraldos levantaron sus voces con el irresistible poder de una verdad
cuyo tiempo había llegado.
1Timm, El santuario, 20. Schantz, Borge, The development of Seventh Day Adventist Missionary
Thought: Contemporary appraisal (An Arbor, Michigan: University Microfilms International, 1983), 199,205,
218.
2L. D. Fleming, pastor del Casco Street Christian Church. Citado por J. N. Loughborough, Rise and
Progress, 32.
3Knight, “Adventism ”, 5-13.
75
No hay nada en este viejo mundo más poderoso que una verdad acusada del cielo
cuyo tiempo ha llegado. Ninguna mano humana puede resistirla o rechazarla.
Todo el cielo está detrás de su proclamación. Con la venida del tiempo equipado
ambos el mensajero y el mensaje están destinados a triunfar. Algunos pueden
ignorarla, minimizarla, oponerse, o rechazarla, pero su testimonio está destinado a
ser llevado y tener su efecto destinado. Si los hombres fallaran en darlo, Dios
podría convocar a cada roca, si fuere posible, a declararlo.1
Está en las manos de la predicación moderna del adventismo concluir el proyecto de
sus pioneros. Hasta aquí, se ha visto que su plataforma es inamovible en sí misma y que la
identidad del remanente profético no es otra cosa sino el resultado de la predicación de los
llamados pilares teológicos del adventismo. Sin embargo, los resultados finales dependerán de
las decisiones del adventismo actual.
Voces de alerta en cuanto a una crisis de
identidad en la predicación
A continuación se hace una breve revisión de los escritos de algunos autores que han
levantado sus voces de alerta en cuanto a una crisis de identidad más reciente.
Fernando Canale
Canale analiza la crisis de identidad que enfrenta la teología adventista a principios del
siglo XXI y la califica como una crisis de desintegración teológica. Identifica las tendencias
desintegradoras o escuelas de pensamiento, con las cuales está luchando el adventismo
moderno y expone desde su punto de vista, la causa de esta desintegración.
Debido al descuido del proyecto teológico inicial y a la intrusión de ideas tomadas de
la tradición evangélica, la teología adventista se encuentra actualmente en un estado de
fragmentación y carente de un crecimiento saludable y consecuente. Sus disciplinas
teológicas están desconectadas entre sí, incluso de la vida y de la misión de la iglesia.
1Froom, Movement, 55.
76
Los adventistas actuales necesitan urgentemente completar el proyecto teológico de los
pioneros para salvaguardar la unidad y la misión de la iglesia adventista.1
Canale explica que este descuido sutil se ha producido en relación con la función
metodológica/hermenéutica de los pilares. Toma como punto de partida la función
hermenéutica del santuario.
La metáfora del “pilar” apunta que estas doctrinas bíblicas fundamentales son la
base desde la cual la teología cristiana debe ser construida. El hecho de que Elena de
White reportó que uno de los pilares, la doctrina del santuario, como abriendo el
panorama “a un completo sistema de verdad conectada y armoniosa” sugiere que los
pilares funcionaron como principios rectores en la interpretación hermenéutica de la
Escritura y la comprensión de sus doctrinas. Podría decirse que la doctrina del
santuario es la doctrina más completa o un modelo, en la Escritura y por lo tanto
juega un papel decisivo en la orientación de la interpretación bíblica y la
construcción de la teología adventista.2
En su análisis, Canale recuerda por ejemplo, que la doctrina de la expiación
interpretada a la luz del santuario, más que una doctrina aislada, es un sistema y un proceso
fundamentado en toda la Biblia. Algo que también es ratificado por otros autores como Timm,
quien recalca el desarrollo del plan de salvación a través de los altares, el tabernáculo del
desierto, el templo de Salomón, el templo de Jerusalén, la cruz y el santuario celestial,
puntualizando que en la historia, la salvación siempre estuvo disponible en el santuario.3 En
contraste, la teología protestante ha caído en una dicotomía entre la ley y la gracia entre el
Antiguo y Nuevo Testamento en la presentación de su doctrina pilar de la justificación por la
fe.4
1Canale, “Completando”. Parte 1, 55-68.
2E. White, El conflicto, 476. Canale, “From vision to system: Finishing the task of adventist theology.
Part I: Historical review”, Journal of the Adventist Theological Society, 15/2 (otoño 2004), 11. Canale identifica
al santuario como una “clave heurística dentro del sistema de verdades” (“Philosophical foundations and the
biblical sanctuary”, Andrews University Seminary Studies Vol. 36, No. 2 [otoño 1998], 183-206).
3Timm, El santuario, 20.
77
Pero la convicción de conservar el santuario como pilar hermenéutico no ha sido fácil
de manejar.1 Canale hace un amplio análisis de la tendencia de sustituir el santuario como
principio hermenéutico por el principio soteriológico del protestantismo.2 Partiendo de su
análisis se ubican tres momentos decisivos en esta crisis de identidad: (1) Después de 1888,
cuando aumentó el énfasis en la justificación por la fe, (2) los años 1955-1957, cuando se
produjo el diálogo entre adventistas y evangélicos y (3) la década de 1980, cuando se produjo
el desafío de Desmond Ford a la doctrina del santuario.
En torno al tema de la justificación por la fe que fue presentado con renovado énfasis
en 1888, Elena de White dijo al respecto que era “en verdad el mensaje del tercer ángel”.3 Y
de esta manera conectaba esta importante doctrina al engranaje de los pilares. Pero en 1920,
Prescott estaba afirmando en The doctrine of Christ que los grandes “hechos acerca de Cristo”,
es decir, su muerte, ascensión a los cielos, la segunda venida, y su glorioso reino eterno, “son
4Canale. “Completando. Parte I”, 65. “Como ejemplo de esta situación basta considerar que algunos
eruditos protestantes entienden claramente que el Antiguo y el Nuevo Testamento muestran al mismo Dios y un
único plan de salvación. Sin embargo, la doctrina protestante de la salvación, implícita o explícitamente, se basa
en la dicotomía entre la ley y la gracia. De acuerdo con esta idea casi universalmente aceptada por los cristianos,
se supone que Dios salva a los judíos por medios de la obediencia a la Ley (Antiguo Testamento) y a los
cristianos por medio de la gracia (Nuevo Testamento). Esto deja a los teólogos protestantes sin el contexto
revelado necesario para entender el Nuevo Testamento que el mismo Jesucristo utilizara y, por consiguiente, los
hace dependientes del método teológico católico basado en las tradiciones y las filosofías humanas”. Véase
también, (Canale, “Sola Scriptura y la Hermenéutica: ¿Son la teología evangélica y la adventista compatibles?”
DavarLogos X, 1 [Otoño, 2011], 107 -139).
1“Cuando el poder de Dios testifica en cuanto a lo que es verdad, esa verdad ha de mantenerse para
siempre... Al mismo tiempo que las Escrituras son la Palabra de Dios y deben ser respetadas, constituye un gran
error su aplicación, si ésta mueve un puntal del fundamento que Dios ha sostenido durante estos cincuenta años.
El que lo hace no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo que dio poder y fuerza a los mensajes
del pasado que recibió el pueblo de Dios... La presentación del tema del santuario se dio bajo la dirección del
Espíritu Santo. Los que no participaron en la gestación de nuestra fe serán elocuentes si guardan silencio. Dios
nunca se contradice” (E. White, Cristo en su santuario, 80).
2Canale, “From Vision: Part I”, 5 –39.
3“Varias personas me han escrito preguntando si el mensaje de la justificación por la fe es el mensaje del
tercer ángel, y les he respondido ‘es ciertamente el mensaje del tercer ángel” (E. White, El evangelismo, 142-
143).
78
algunos de los fundamentos de todo un sistema de pensamientos […], y cuando se les enseña
como tal que se conviertan en un esquema de la doctrina”.1 Siguiendo este énfasis
A. G. Daniells fue más allá; después de enumerar 22 temas doctrinales, pasó a explicar que se
trataba de “la gran extensión de la verdad contenida en la breve frase justificación por Fe”.
“La breve frase, ‘justificación por la Fe’, [añade Daniells] abre la puerta del almacén de las
inestimables riquezas y la gloria del evangelio de Cristo Jesús, Señor nuestro”.2
De acuerdo a Daniells, entonces, la doctrina de la justificación por la fe “abre la
visión” al esquema entero de verdades bíblicas y su interconexión. “Para Daniells, la justicia
por la fe juega el mismo rol hermenéutico desempeñado hasta ese momento por la doctrina del
santuario y los pilares del adventismo. Inconscientemente estaba introduciendo una tensión en
el nivel macro hermenéutico de la teología adventista”.3 Esta tensión aumentó en 1960,
cuando la matriz teológica se trasladó de la esfera práctica a la esfera de la erudición, de la
escuela sabática a la universidad, allí los eruditos adventistas enfrentaron nuevos desafíos sin
una visión unificada, pues el adventismo estaba operando con dos visiones en competencia: El
santuario y la justificación por la fe.
Consecuentemente, durante este período los eruditos adventistas enfrentaron una tarea
de enormes proporciones, superar las ambigüedades teológicas heredadas de los
períodos previos y los nuevos desafíos presentados por el mundo académico sin una
comprensión explícita de la visión hermenéutica o de la forma en la cual funciona el
método teológico.4
1W. W. Prescott, The Doctrine of Christ: A Series of Bible Studies for Use in Colleges and Seminaries,
(Takoma Park: Review and Herald, 1920), 37, citado en Canale, “From Vision: Part I”, 13.
2A. G. Daniells, Christ our righteousness: A study of the principles of righteousness by faith
as set forth in the Word of God and the writings of the Spirit of Prophecy (Washington D.C.: Review
and Herald, 1941), 70.
3Canale, “From Vision: Part I”, 13.
4Ibíd., 14.
79
Este desafío no fue superado del todo. “La competencia contra la visión del santuario
adventista del sábado creció. Así la iglesia se olvidó de la única visión sobre la cual debería
estar firme”.1 El olvido de la doctrina del santuario y su rol hermenéutico como la llave que
abre un completo sistema de verdades armoniosas y conectadas se intensificó.
Estos momentos de olvido produjeron al menos cuatro cambios paradigmáticos en
algunos sectores del liderazgo de Norteamérica y Europa. Cuando la comunidad olvidó el rol
hermenéutico de la doctrina del santuario: (1) nuevas generaciones de adventistas llegaron a
ser incapaces por sí mismos de completar el sistema de verdades descubiertas por los pioneros.
Como consecuencia, (2) un cambio macrohermenéutico tomó lugar. Un nuevo principio
hermenéutico tomó lugar y empezó a expandirse en algunos sectores del adventismo que (3)
abrió un nuevo sistema de verdades diferente al que los pioneros descubrieron. El cambio en la
comprensión de la visión hermenéutica y teológica (4) desató una reacción en cadena de
cambios paradigmáticos en los fundamentos (fuentes de la teología), la práctica del ministerio,
y la autoconciencia de la iglesia.2
Un segundo momento de tensión se produjo entre 1955 y 1957, cuando la iglesia
adventista tendió la mano al protestantismo, en un acercamiento que resultó en la publicación
del libro Questions on doctrine, [Preguntas sobre doctrina].3 En este libro se propuso una
nueva forma de integración de las creencias adventistas, las cuales fueron agrupadas en tres
categorías: “(1) doctrinas que el adventismo tiene en común con todos los cristianos, (2)
1Canale, “From Vision: Part I”, 15.
2Ibíd., 14.
3 Este libro fue la contraparte de la obra de Walter Martin, The truth about seventh-day adventism, en
donde corrige la percepción sectaria que antes tenía acerca de la naturaleza del adventismo.
80
doctrinas que el adventismo tiene en común con algunos cristianos y (3) las doctrinas
distintivas del adventismo”. 1
Sin claridad respecto a su plataforma hermenéutica en este acercamiento evangélico
producido por Questions on doctrine, la teología adventista reconoció la diferencia entre las
así llamadas “verdades eternas” y las “verdades de prueba”; de acuerdo a este punto de vista
las verdades eternas incluyen los temas fundamentales de la teología, incluyendo el camino de
la salvación.
Las otras verdades como el santuario, el juicio investigador, el espíritu de profecía
manifestado en el ministerio y escritos de Elena de White, y el mensaje de los tres ángeles de
Apocalipsis 14, solo están para diferenciar a los adventistas de entre los otros grupos
evangélicos. “Obviamente, los adventistas comenzaron a relacionar el santuario bíblico como
una doctrina entre otras sin percibir explícitamente su guiador rol hermenéutico”.2
Esto llevó a muchos miembros a pensar que los adventistas tienen la misma plataforma
teológica y hermenéutica que los demás protestantes, que en realidad hay poca diferencia entre
los adventistas y los evangélicos. Para algunos, la iglesia adventista no era más la iglesia
remanente en el sentido de ser la única iglesia visible sobre la tierra, en vez de ello, vieron el
adventismo como una denominación más. Imperceptiblemente se estaba produciendo un
cambio en lo fundamental. El santuario y el mensaje de los tres ángeles no fueron más
concebidos como pilares sobre los cuales descansa un completo sistema de verdad, sino como
1George R. Knight, editor, Preguntas sobre doctrina (Berrien Springs, MI: Andrews University Press,
2003), 21-23. Froom, quien fue uno de los participantes de este diálogo, establece que hay 19 creencias que los
adventistas comparten con todos los evangélicos, 12 doctrinas que se comparten con algunos y cinco doctrinas
separativas que no son compartidas con ninguna denominación (Froom, Movement, 478-479).
2Canale, “From Vision: Part I”, 16.
81
piezas del edificio evangélico de la verdad.1
Así, se dio un paso más hacia el problema que se produciría en la década de los
ochenta, época en que se ubica el tercer momento de tensión seleccionado en este análisis.
Sobre este cambio, Froom reconoció que sin la doctrina del santuario en el centro de la
teología adventista “no se tiene un lugar justificable dentro del mundo religioso, no se tiene
una misión ni un mensaje denominacional que distinga al adventismo, no hay razón para
funcionar como una entidad religiosa separada”.2
La visión hermenéutica del santuario empezaba a ser remplazada por la visión
soteriológica hermenéutica del protestantismo. Esta tensión llegó a su punto crítico, cuando
Desmond Ford expresó en teoría y explícitamente esta sustitución. Ford articuló su postura en
forma erudita y presentó su rechazo de la doctrina del santuario, argumentado que era
incompatible con la justificación por la fe de los reformadores.3 Así, él “remplazó el pilar
fundamental sobre el cual descansa la teología adventista con la visión soteriológica de la
teología protestante”.4 Con esta acción se desató una época de cambios en los paradigmas
hermenéuticos y teológicos en la iglesia.
Este paso hacia la protestantización del adventismo le afectaría por lo menos en dos
direcciones, primero en un desplazamiento del santuario como elemento integrador y segundo
1Canale, “From Vision: Part I”, 16.
2Froom, Movement, 542.
3En pro de lo que él llama “el evangelio eterno”, Ford rechazó la doctrina del santuario, el juicio
investigador, el método historicista, y aunque sigue citando a Elena de White, en el fondo la rechaza, pues ella
confirmó ampliamente lo que él niega. (“Una entrevista con el Dr. Desmond Ford”, Foro Adventist Today, en
http: //www.geocities.com/alfil2_1999/entrevistaford1.html, [14 octubre 2011]).
4Canale, “From Vision: Part I”, 18-19.
82
en la consideración de la iglesia adventista como una iglesia evangélica más. Canale, responde
a la pregunta: ¿Puede la iglesia adventista ser considerada como una iglesia evangélica más?
“Si esto fuera así, la iglesia adventista no sería la iglesia remanente de la profecía bíblica sino
una denominación más de la iglesia evangélica ecuménica protestante”.1
George R. Knight
Por su parte, el historiador adventista George R. Knight identifica una crisis de
identidad en la forma de una tendencia que ha llevado al adventismo a perder la visión
apocalíptica en su predicación, la cual califica como una “castración del adventismo”.2 Él
enumera tres formas en las cuales el adventismo se ha auto esterilizado:
1. A través de “una predicación zoológica”; es decir una “predicación que fracasa en
colocar a Cristo y el amor de Dios en el centro del mensaje apocalíptico”, y que solo enfatiza
las bestias simbólicas y las cronologías proféticas,3
2. Al remover de la predicación el elemento sacrificial y sustitutivo del Cordero, ya que
“la única cosa que tiene el cristianismo –para ser cristianismo– es el Cordero de Dios que fue
inmolado y cuya sangre allana el camino para la salvación a través de un método diferente al
del esfuerzo humano. Si se le quita esto al Cordero que murió en nuestro lugar, lo único que
quedará es la ética”.4
1Canale, “Completando”, 67.
2Knight intuye “[…] que el adventismo está apartándose de su senda”, y que “muchos de sus pastores y
miembros más jóvenes nunca han oído nada sobre la visión apocalíptica, a la vez que muchos de los más viejos
cuestionan si pueden seguir creyéndola y predicándola” (La visión apocalíptica, 124).
3Ibíd., 21.
4Ibíd.
83
3. Al remover el aspecto de la justicia y de la ira del León de la tribu de Judá incluido
en el carácter del Cordero, “la ira del Cordero (Ap 6: 16), es decir, la actuación de Cristo para
poner fin al problema del pecado”. 1
De esta manera, Knight puede deducir que hay miembros en la iglesia que al no tener
una relación con los fundamentos apocalípticos del adventismo, han llegado a ser solo
adventistas culturales. Knight fundamenta su tesis en el fenómeno de castración que
experimentó el liberalismo protestante en la década de 1920, cuando las principales iglesias
protestantes de Norteamérica decidieron parecer relevantes ante el racionalismo de la época, y
se desembarazaron de ideas tan “primitivas” como el nacimiento virginal, la resurrección de
Cristo, la expiación sustitutiva, los milagros, la segunda venida, el creacionismo y,
naturalmente una Biblia divinamente inspirada.2 Y así, al perder su mensaje cristiano
distintivo, se autocastraron. ¿Cuál fue el resultado?
La pérdida de millones de personas en la feligresía de las principales denominaciones
de Norteamérica. Entre 1965 y la década de 1990, por ejemplo, la feligresía
presbiteriana bajó en picada de 4.2 millones de a 2.8 millones de miembros, una caída
del 34 por ciento. Durante el mismo período el metodismo pasó de 11 millones a 8.7
millones. El episcopalismo de 3.6 a 2.4 millones, y los discípulos de Cristo de dos
millones a un millón; declives del 21 por ciento, el 34 por ciento, y 50 por ciento,
respectivamente.3
Esto llevó a especialistas a establecer a posteriori conclusiones que son dignas de
reflexión. Por ejemplo, Finky y Stark sostienen que: “Las organizaciones religiosas son más
fuertes en la medida en que impongan a sus miembros costos significativos en términos de
sacrificio y hasta de estigma […]. La gente tiende a valorar la religión basándose en lo que
1Knight, La visión apocalíptica, 25.
2Ibíd., 19.
3Ibíd., 25.
84
cuesta a la feligresía: cuanto más haya que sacrificar para estar bien considerado, mayor valor
tiene la religión”.1
Otra conclusión especializada dice: “Las iglesias conservadoras crecen porque están a
favor de algo. La única razón por la que la gente entra a formar parte de una iglesia es que esta
represente una verdad especial y que lo sepa. Es decir las personas buscan una iglesia que
destaque por encima de la cultura, una iglesia que sea lo bastante arrogante como para creer
que hay verdad y error y que ella tiene la verdad”.2
Para Knight, otra dimensión de la crisis de identidad del adventismo moderno está en
el problema del envejecimiento. El tiempo que ha pasado el adventismo en este mundo no
estaba previsto, y su impacto está afectando principalmente en los lugares donde inició el
movimiento.
Es difícil para los sectores más viejos de la población de la denominación mantener su
identidad adventista. Después de todo, es difícil mantener a la gente emocionada acerca
de la Segunda Venida por 150 años. Los adventistas del séptimo día enfrentan todos
los problemas de envejecimiento de una denominación que afligieron a todos los
movimientos religiosos anteriores y que desaparecieron de la historia. Vez tras vez, el
mundo ha sido testigo de que como vibrantes movimientos de reforma se endurecen y
pierden su vitalidad con la edad. Pero más allá de la cuestión del envejecimiento
algunos sectores del adventismo del séptimo día en los 1990s (particularmente en
países como Norteamérica, Europa y Australia) parecen estar enfrentando todas las
amenazas que erosionaron los otros cuerpos adventistas. Así en su búsqueda de
sentido, de lo que parece un retardado fin del mundo, algunos creyentes son tentados a
espiritualizar la naturaleza de la venida de Cristo. Pero perder la fe en un advenimiento
histórico y real es perder el adventismo mismo.3
1Roger Finky y Rodney Stark, Ther churching of America 1776-1990: Winners and losers in our
Religious economy (New Brunswick, NJ: Rutgers University Press, 1992), 238. Citado en Knight, La visión
apocalíptica, 19.
2Knight, La visión apocalíptica, 21.
3Knight, “Adventism”, 12. Véase Knight, “Adventism, Institutionalism”, 6-10, 29; Derek Tidball, The
social context of the New Testament: A sociological analysis (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1984).
85
Las reflexiones anteriores recuerdan la naturaleza del adventismo que “se fortaleció
proclamando que tenía un mensaje profético para este tiempo. Y ese mensaje remozado para el
Siglo XXI, es el que dará fuerza al adventismo tanto en el presente como en el futuro”.1
Alberto R. Timm
A su vez, Timm, un especialista en el desarrollo doctrinario del movimiento adventista,
nota que en algunas partes del mundo los candidatos al bautismo carecen de una profunda
preparación doctrinaria que les permita una vez bautizados defender las doctrinas cardinales
del adventismo. Esto como consecuencia de un paulatino descuido en tres áreas críticas: la
conversión, el conocimiento doctrinal y el estilo de vida. “La presentación de los principios
del estilo de vida adventista debe abarcar los hábitos de devoción personal y familiar, la
reforma pro salud, la mayordomía financiera, la vestimenta y el arreglo personal”.2 De esta
manera, “si se afecta decisivamente la identidad espiritual del miembro, consecuentemente se
afectará la de la iglesia misma”.3
Alberto R. Treiyer
Este teólogo analiza los factores de riesgo que ha enfrentado el adventismo desde sus
orígenes.4 Sus amonestaciones se basan en una visión panorámica de la historia del
adventismo. Recuerda la advertencia incluida en la primera visión de Elena de White. “En el
comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz que, según me dijo
1Knight, La visión apocalíptica, 22.
2Timm, “La preparación para el bautismo”,11-13.
3Ibíd.
4Treiyer, “Herederos”, 4.
86
un ángel, era el ‘clamor de medianoche’. Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y
alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran”.1
La expresión “clamor de medianoche”, alude a la convicción de que Cristo vendría el
22 de octubre de 1844 y también a su posterior comprensión de que el año era correcto pero el
evento al que señalaba la profecía de Daniel 8: 14 no era la segunda venida sino el comienzo
de la purificación del santuario celestial. ¿Qué pasó con aquellos que abandonaron esta luz? Es
decir, ¿aquellos que negaron la relevancia de estos hitos? “Se extinguió para ellos la luz que
estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el
blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso”.2
Por ello, el autor prevé que no debe quedar ninguna grieta en cualquiera de las
doctrinas pilares, porque esto sería suficiente para que el error entrara, por muy pequeña que
fuere la rendija. De igual manera, el autor presenta cuatro tendencias que han amenazado la
sana doctrina3 del adventismo y que eventualmente se han ido perdiendo en la nada de la historia:
(1) movimientos pentecostales, carismáticos y celebracionistas,4 (2) corrientes
espiritualizadoras,5 (3) tendencias originadas en el dualismo griego
1 y (4) preteristas, futuristas
e idealistas.2
1E. White, Primeros escritos, 14.
2Ibíd., 15.
3Tito 2: 1.
4“Fanatismo y ruido considerados como evidencias especiales de fe. Algunos no están satisfechos con
una reunión a menos que les proporcione un momento excitante y feliz. Trabajan para que esto ocurra y logran
una creciente excitación del sentimiento. Pero la influencia de reuniones tales no es benéfica. Cuando se pasa ese
vuelo feliz de los sentimientos, se deprimen aún más de lo que lo estaban antes de la reunión debido a que su
felicidad no procede de la fuente correcta” (E. White, Joyas de los testimonios T I [Mountain View, CA:
Publicaciones Interamericanas, 1971], 161).
87
Un caso de predicación e identidad
en la investigación reciente
La predicación y su contenido siguen siendo los medios para definir la identidad de
cualquier movimiento religioso, especialmente cuando este es amenazado por factores
externos. Un ejemplo de cómo funciona esta dinámica se puede ver en los Khutbahs o
predicaciones de los viernes en los principales centros musulmanes en Estados Unidos y
Canadá. Estas predicaciones cobraron un nuevo énfasis después de los atentados del 11 de
septiembre del 2001, cuando se produjo un rechazo generalizado hacia la religión islámica.
En su búsqueda de solución, los líderes religiosos concluyeron que debían recurrir a la
predicación –al mejor recurso que disponen los predicadores– para sacar del desánimo a sus
seguidores y revertir la alarmante pérdida de identidad del Islam, principalmente en Estados
Unidos y Canadá.
Como parte de la estrategia, se destinaron recursos a la búsqueda de especialistas en el
contenido doctrinal del Islam, algunos de ellos con posgrado en estudios islámicos. Hecho que
no ha pasado desapercibido por eruditos cristianos quienes al comparar la naturaleza y el
contenido de estos sermones de los viernes en el Islam con los modelos cristianos de
5El punto crítico de esta tendencia se manifestó en las ideas panteístas introducidas por el Dr. Kellogg,
acerca de las cuales Elena de White advirtió: “En el libro Living temple se presenta el alfa de herejías
mortíferas. La omega seguirá y será recibida por los que no están dispuestos a prestar atención a la amonestación
que Dios ha dado” (E. White, Mensajes selectos, tomo I, 233).
1El autor alude a los resultados de creer que el cielo y la tierra no tienen relación alguna y aplicar esto a
la comprensión adventista del santuario celestial. “Muchos terminaron concluyendo que, en lugar de hablar de la
geografía del santuario celestial, era mejor concentrarse en su funcionalidad. Pero los frutos de tal prédica han
demostrado que el primer paso para terminar negando la funcionalidad del santuario celestial, es negar su
división espacial” (Treiyer, “Herederos”).
2“En el método idealista para interpretar las profecías bíblicas, se busca extraer de la profecía el
mensaje, la idea, sin procurar descubrir ‘el tiempo y las circunstancias’ en que debe cumplirse” (Treiyer,
“Herederos”).
88
predicación, han observado que este nuevo énfasis consiste en un tipo de predicación
narrativa;1 en la cual ofrecen “un principio clave relacionado con un verso o una breve porción
del Corán. Los predicadores de ciertos khutbahs presentan una estructura fenomenológica
destinada a una interrupción y reconfiguración para capacitar a los oyentes para hacer frente al
desánimo”.2
En un análisis de 10 khutbahs o sermones, se encontraron los siguientes contenidos
temáticos: (a) “Los musulmanes de Norteamérica finalmente prosperarán”, (b) “los
musulmanes pueden mejorar la sociedad de Norteamérica” y (c) “los musulmanes de
Norteamérica deben enfocarse en su propia necesidad de Reforma”.3
Esta notable convicción, de que la inalterable escritura y contenido del Corán no
impide que se aplique a una situación crítica en un mundo cambiante; ha llamado la atención
de los especialistas en predicación, no solo por el uso de la predicación narrativa, que no es ni
nueva ni ajena en los modelos de predicación cristiana, sino por los efectos producidos al
enfrentar al desánimo, al rechazo y a la pérdida de identidad en un momento crítico;
situaciones en las cuales algunas veces el cristianismo ha perdido terreno.
En otro análisis realizado en khutbahs presentados principalmente en el Sur de
California, se observa a los predicadores ir un paso adelante para reafirmar la identidad en los
musulmanes de Norteamérica, al pasar de los contenidos escriturales al terreno ético o al estilo
1“Reimaginative preaching”, un tipo de predicación –discutida por Walter Brueggemann, un erudito en
Antiguo Testamento– “que capacita a los oyentes para interpretar su existencia en forma diferente a causa de
nuevas posibilidades” (Steven R. Fink, “Preaching as reimagining: Post-9/11 Khutbahs in the United States and
Canada” Comparative Islamic Studies [2007], 195).
2Ibíd.
3Ibíd., 197, 200, 202.
89
de vida que debe proyectar la comunidad hacia el mundo. Aquí utilizan con destreza el
significado religioso del Ummah, la comunidad que trasciende el espacio y el tiempo –que es a
la vez global y local– y que desafía a los practicantes musulmanes a colocar su vida dentro de
tres parámetros que solo pueden ser logrados dentro de esta comunidad: (1) “el potencial del
Ummah para ser un modelo de la conducta correcta”, (2) “el deber de ayudar a su pueblo” y
(3) “la importancia de la unidad frente a las divisiones sociales del ummah”. De esta manera,
la comunidad islámica puede experimentar estos valores en cualquier parte del mundo donde
vivan.1
En conclusión, se observa que los predicadores islámicos pudieron mantener el valor
inalterable de los principios del Corán. No buscaron disminuir o comprometer estos principios,
al contrario, los reafirmaron como pilares en la plataforma de su identidad y manejaron con
gran destreza la naturaleza peculiar de su comunidad para reafirmar su identidad en el mundo.
Conclusión
Se ha notado que a partir de 1955 se intensificó la tensión entre la teología adventista y
sus pilares teológicos. La clasificación de los pilares teológicos como doctrinas distintivas,
entre otras en el libro Preguntas sobre doctrina de 1957, puede ser considerado como un sutil
alejamiento de la función hermenéutica de los pilares. Este alejamiento llegaría a un punto
1“La idea de la ummah no denota un grupo étnico concreto, en vez de ello establece una comunidad
virtual por excelencia, Faruqi sucintamente declara que la palabra Ummah (ocurre 60 veces en el Corán) y tiene
un significado primordial en la literatura musulmana, una comunidad religiosa vinculada por la fe y que
trasciende a todas las otras marcas de pertenencia. Así era y permanece aun extensamente usado. Tal idea flotante
que es inminente, es rica en opuestos generativos: un ummah que está prevaleciendo pero está enferma, cuidando
pero fuera de alcance, llena de color pero con el mismo aroma, fuerte pero sin poder, bien intencionada pero mal
comprendida, inocente pero temida. Por lo tanto el ummah en la conciencia musulmán se levanta como un nexo
de seguridad ontológica” (Mazem Hashem, “The ummah in the khutba: A religious sermon or a civil discourse?”
Journal of Muslim Minority Affairs, Vol. 30, No. 1, [marzo 2010], 52).
90
crítico en 1980 con el desafío de Desmond Ford, quien propuso en forma erudita el cambio del
santuario como pilar hermenéutico, por el pilar soteriológico de la justificación por la fe
protestante.
Aunque la iglesia adventista oficialmente mantiene la integridad de sus doctrinas y
creencias, autores como Canale, Timm, Knight y Treiyer entre otros, han estado advirtiendo
de un posible descuido en otros niveles, especialmente en cuanto a la función integradora y
hermenéutica de los pilares teológicos, fenómeno que debe ser enfrentado si los adventistas
quieren conservar su identidad profética
Estilo de vida, compromiso con la misión y la
relación con Cristo, como dimensiones de la
experiencia religiosa adventista
En la sección anterior se documentó el hecho de que las siete doctrinas pilares del
adventismo constituyen los elementos teológicos de su identidad. Con esa plataforma
doctrinal, ya contaban con un mensaje relevante para empezar una misión de proporciones
mundiales; antes de este momento el movimiento no tenía ni mensaje, ni organización, ni un
estilo de vida definido. Ahora podían interactuar con otros movimientos y con el mundo
exterior sin riesgos de comprometer su identidad. Pero, ¿habría algo más qué necesitasen –
además del mensaje– para vencer la presión de la crisis final? ¿Habían llegado ya al corazón
del mensaje del tercer ángel, que apunta no solo al compromiso con la misión, sino a una
profunda relación con Cristo?
En esta cuarta y última sección del marco teórico, se da respuesta a las preguntas
anteriores y se colocarán las bases teóricas para las últimas tres variables: Estilo de vida,
91
compromiso con la misión y la relación con Cristo; consideradas en esta investigación como
“formas de vida” de la iglesia adventista.1
Sin embargo, antes de avanzar es pertinente preguntarse: ¿Por qué estas dimensiones
no surgieron –en la historia adventista– de una investigación bíblica que necesitara un
consenso, sino más bien en una forma más casual? Además, ¿en qué sentido estas dimensiones
son diferentes a las doctrinas pilares? Nótese lo que un autor responde:
Quizá la diferencia girase en torno al hecho de que las doctrinas definen a una
denominación. Por lo tanto, la doctrina entre los primeros adventistas observadores del
sábado era un asunto crucial y recibía mucha atención. Los puntos del estilo de vida,
por otro lado, tienden a ser preocupaciones de segundo orden para una denominación.
Muchos temas del estilo de vida no son determinantes básicos para la identidad de una
denominación, sino que son formas de vida que facilitan su misión para diseminar el
mensaje doctrinal.2
Hecha la aclaración anterior, se abordan las tres dimensiones en el mismo orden en el
cual se resolvieron como preocupaciones en la historia adventista: (1) Estilo de vida, (2)
compromiso con la misión y (3) relación con Cristo.
Estilo de vida
A continuación se hace un acercamiento teórico a la variable estilo de vida bajo los
siguientes puntos: (a) antecedentes históricos del estilo de vida saludable en la iglesia
adventista, (b) énfasis en la salud preventiva y el estilo de vida, (c) la dieta más recomendable,
1“La identidad de un grupo capacita a sus miembros para determinar quién pertenece y quién no. Dado
que los individuos casi siempre interactúan con los representantes de grupos sociales particulares, ellos son
constantemente obligados a afirmar su propia identidad y comprobar las identidades de otras personas. En otras
palabras, están en constante necesidad de realizar identificaciones particulares” (Vladimir Rimskii, “The
influence of the internet on active social involvement and the formation and development of identities”, Russian
Education and Society, vol. 52, no. 8, [agosto 2010], 13–14).
2Knight, Nuestra iglesia, 94.
92
(d) relación entre la mente y el cuerpo y (e) cómo se ha medido el estilo de vida y con qué
otras variables se relaciona.
Antecedentes históricos
Después de establecer una sólida plataforma doctrinal entre 1844 y1860, la iglesia
adventista eligió en 1860 el nombre que la identificaría. Posteriormente, en 1863 dio el primer
paso en su organización y tan solo 15 días después de la organización formal de la iglesia;
Dios llamó su atención hacia el estilo de vida saludable, a través de una visión dada a Elena de
White el 5 de junio de 1863.
Vi que era un deber sagrado atender nuestra salud, y despertar a otros ante su deber
[…] tenemos el deber de hablar, de oponernos a la intemperancia en todas sus formas
intemperancia en el trabajo, en el comer, en el beber, intemperancia en el consumo de
drogas, y entonces señalarles la gran medicina de Dios: el agua, el agua pura y suave,
para la enfermedad, para la salud, para la limpieza y la higiene, […] Vi que no
debíamos guardar silencio sobre el asunto de la salud, sino que debíamos despertar las
mentes a este tema. La obra de Dios exige que no nos despreocupemos del cuidado de
nuestra salud. Cuanto más perfecta sea nuestra salud, más perfecto será nuestro
trabajo.1
Es sabido que antes de este momento los pioneros no le habían dado importancia al
cuidado de la salud, hasta el punto en que algunos de ellos ya no podían continuar con la
misión por su agotamiento. Por lo tanto, “la reforma pro salud no solo era una nueva luz: era
una necesidad crucial”.2 A mediados del siglo XIX la salud preventiva estaba en ciernes, no
solo en la iglesia sino también en el mundo. Y aunque los adventistas no serían los primeros
en proponer esta perspectiva de la salud como resultado del estilo de vida, estarían entre los
primeros en utilizar este revolucionario enfoque.3
1E. White, Exaltad a Jesús, 318.
2Knight, Nuestra iglesia, 84.
93
Énfasis en la salud preventiva
En la actualidad el concepto del cuidado de la salud se ha trasladado de la esfera
institucional al estilo de vida.1 Se ha llegado a la conclusión de que la salud está en manos de
cada individuo, de las decisiones diarias y de la calidad de sus hábitos.2 Además, se sabe que
las creencias culturales y religiosas influyen en la adquisición de hábitos, principalmente
alimentarios.3 En consecuencia, los adventistas consideran que la Biblia contiene los
principios que Dios como Creador ha dejado para el cuidado de la salud.4 Además, también
3“El Instituto Occidental de Reforma Pro Salud de Batlle Creek abrió sus puertas el 5 de septiembre de
1866 […] bajo el liderazgo del doctor Kellog llegaría a ser el primero en el mundo”. En http:
//www.pmministries.com/centrowhite/Temas/cwmpm34.htm. (7 de junio de 2012).
1En 1980, Sidney Katz, un funcionario canadiense, revisando los datos acumulados sobre los beneficios
del estilo de vida adventista, comentó: “He obtenido consejo sobre cómo mejorar la salud de los canadienses y al
mismo tiempo eliminar miles de millones de dólares de nuestros costos anuales de salud. Pienso que tenemos
que estudiar el estilo de vida de los adherentes de la Iglesia Adventista y entonces explorar medios y maneras de
persuadir al público a fin de emular a los adventistas en por lo menos algunas cosas” (Kathleen H. Liwidjaja-
Kuntaraf, “Alternativas saludables y opciones vitales”, Diálogo Universitario 12/1, [2000], 13-15, 19). “La
historia de la salud y la medicina indica que las iniciativas del gobierno tienen influencia sobre la salud de la
sociedad. Sin embargo, no podemos ignorar la importancia de las actitudes individuales hacia la salud, la
enfermedad, la muerte y otros factores que afectan la conducta humana y eventualmente impactan a la sociedad.
Varios estudios antropológicos y psiquiátricos interculturales concuerdan en que los sistemas de salud preventiva
y curativa reflejan una actitud cultural. Vale decir, son influidos por ‘el sistema de creencias compartidas,
valores, costumbres, conductas y artefactos que los miembros de una sociedad emplean para hacer frente al
mundo y para relacionarse entre sí, los cuales se transmiten a la siguiente generación mediante el aprendizaje’.
Las personas que se interesan activamente en su propia salud examinan los conceptos de salud y enfermedad, y
evalúan cómo su actitud ante la salud se ve influida por la cultura en que están inmersas. Por ejemplo, un
individuo que cultiva un estilo saludable de vida no ingiere las comidas grasosas o fritas que son típicas de su
cultura” (Esteban Poni-Ravagli, “Toma control de tu propia salud”, Diálogo Universitario 16 /1 [2004], 14,15,
34).
2Esteban S. Poni y Carlos Poni, “La salud está en tus manos”, Diálogo Universitario, 18 /1 (2006): 12-
14, 32.
3Jo Ann Davidson, “World religions and the vegetarian Diet”, Journal of the Adventist Theological
Society 14/2 (otoño 2003), 114–130.
4“Un concepto fundamental en relación con el tema de la salud en el Antiguo Testamento es la
convicción de que Dios es el Creador de la vida y por lo tanto la Dador de la salud y el bienestar. La realidad
representada en Génesis 1-2 comunica un orden perfectamente creado y el medio ambiente que “bueno en gran
manera (Gén 1: 31). La humanidad así mismo fue creada como una entidad total y en perfecto estado (Gén 2: 7,
94
creen que el don profético les fue dado para mostrar cómo aplicar estos principios a la época
moderna.1
En este sentido, Elena de White resumió con bastante precisión en solo ocho
principios toda una filosofía del cuidado de la salud. “El aire puro, el sol, la abstinencia, el
descanso, el ejercicio, un régimen alimenticio conveniente, el agua y la confianza en el poder
divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza
provee como remedios, y saber aplicarlos”.2 A partir de aquellos comienzos, los adventistas
progresivamente fueron adoptando un estilo de vida basado en los ocho principios anteriores.
¿Cuáles han sido los resultados? ¿Hace alguna diferencia practicar estos principios en el
cuidado de la salud? “Desde 1950 los adventistas han llegado a ser uno de los sectores de la
población del mundo más estudiado por los investigadores. Se han publicado
aproximadamente 250 estudios en periódicos científicos mostrando los beneficios del estilo de
vida adventista”.3
21-22). Gen 1-2 describe un mundo totalmente diferente al que existió (Gén 3), donde los procesos degenerativos
causados por el pecado minaron las fuerzas hasta la llegada de la muerte. Por lo tanto, un concepto central de la
religión bíblica es que la salud y el bienestar son el diseño de Dios y que la enfermedad en cualquier forma que
parece que no es una parte establecida del orden divino de la realidad” (Gerhard Hasel, “Health and Healing in
the Old Testament”, Andrews University Seminaries Studies 21 [1983], 191-202).
1Knight enumera 6 propósitos del don profético en la iglesia adventista: [1] exaltar la Biblia y guiar a los
hombres y mujeres a ella, [2] aclarar las grandes verdades de la Biblia para la vida diaria para que las personas no
tengan excusas de sus mandatos, [3] reprender el pecado y ayudar a ser obedientes a la Biblia, [4] aplicar los
principios bíblicos a la vida moderna, (5) señalar a Cristo como la única solución al problema del pecado
humano, y [6] preparar a un pueblo para los días finales de la historia de la tierra. (Knight, Cómo leer, 17-22).
2E. White, Consejos sobre salud (Coral Gables, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 1989), 89,
90.
3Liwidjaja-Kuntaraf, 13-15, 19. Véase también Larry Beeson, “La ventaja adventista”, Diálogo
Universitario 11/2, (1999),8-11, 28).
95
La dieta más recomendable
El punto de partida de los adventistas en cuanto a la dieta, es que esta debe estar lo más
cerca de la prescripción original de Génesis 1: 29. También existe la convicción, basados en
Isaías, de que en la Tierra renovada no se sacrificarán animales y que la dieta será como en el
Edén. Así que movidos por esta convicción recomiendan los siguientes pasos: Primero, hacer
una distinción entre los animales limpios e inmundos como lo establece Levítico 11.1 Y
segundo, procurar bajo una información nutricional básica evitar el consumo de carne.2
Y aunque el vegetarianismo no es una prueba de discipulado, lo consideran como un
ideal altamente apreciado.
Tal vez el grupo más grande e importante de cristianos vegetarianos en la actualidad se
encuentra dentro de la tradición Adventista del Séptimo Día. Esta denominación
protestante recomienda el vegetarianismo a sus miembros, de los cuales casi la mitad
no come carne. Aquellos que eligen comer carne son cuidadosos en observar la
distinción limpio/inmundo. Debido a sus hábitos alimentarios, los Adventistas del
Séptimo Día con frecuencia han sido objeto de estudios científicos que implican la
relación de la dieta con la salud. Los resultados publicados han encontrado
consistentemente que los adventistas viven más tiempo y gozan de mejor salud que el
resto de la población en los Estados Unidos.3
1Jiri Moskala documenta claramente la naturaleza universal del mandato divino en relación con el
consumo de carne permitida. “La distinción entre carnes limpias e inmundas es claramente evidente en los
primeros capítulos del Génesis mucho antes de que la nación judía viniera a la existencia. Y más tarde, cuando
los principios limpio/inmundo es resaltado en Levítico 11, al final de la discusión está la palabra (Kodesh) santo.
La conclusión de este pasaje comienza con la auto presentación de de un Dios santo. Su santidad debe estar
presente entre el pueblo de Israel. El corazón de la fórmula se repite dos veces: “ser santos porque yo soy santo”.
Cabe destacar que tanto (Lv 11: 44-45; 20: 25-26) y (Dt 14: 2) muestran que la normativa sobre animales limpios
tiene referencia a las elecciones de Israel. A medida que Dios elige y separa a su pueblo de todas las naciones que
están sobre la faz de la tierra serán un reino de sacerdotes y gente santa (Dt 7: 6; Éx 19: 6) por lo que Él llama a
establecer una distinción entre animales” (Jiri Moskala, “The Laws of clean and unclean animals in Leviticus 11:
Su naturaleza, teología, y justificación. Un estudio intertextual”; citado en Jo Ann Davidson, 114–130).
2“Los escritores judíos también describen la considerable evidencia en la Biblia hebrea de que la última
esperanza de Dios es por un mundo en el cual los animales no sean muertos aún por otros animales. Esto describe
un mundo, en el que con respecto a la dieta es como el jardín del Edén. A través de los profetas Dios promete un
mundo donde los animales carnívoros serán vegetarianos otra vez. El lobo, la oveja, el leopardo, el ganado, el
oso, la cobra y los pequeños animales salvajes vivirán pacíficamente unos con otros. ‘No afligirán ni harán mal
en todo mi santo monte, porque como las aguas llenan el mar, así la tierra será llena con el conocimiento del
Señor’ (Isaías 11: 9)”. Esta profecía es repetida en Isaías 65: 25” (Jo Ann Davidson, 114–130).
96
Respaldados tanto por las evidencias bíblicas como científicas, de que los beneficios de
hacer decisiones correctas ayudarán a mejorar la calidad de vida, los adventistas han
considerado su deber continuar promoviendo una dieta preventiva, no tanto restrictiva ni
curativa.1
Relación entre la mente y el cuerpo
Adicionalmente, debe entenderse que para los adventistas el estilo de vida no es un fin
en sí mismo, sino más bien, un medio para una misión efectiva. “La reforma pro salud permite
que las personas sean mejores misioneros y permite que las personas que gozan de buena
salud y las que han sido sanadas lleguen al lugar donde puedan aceptar mejor el evangelio […]
los asuntos del estilo de vida debieran considerarse como medios para el fin de predicar la
doctrina en el contexto de la salvación”.2
En este sentido se podría pensar que la aportación más importante del estilo de vida
adventista está en la comprensión de la íntima relación que existe entre la mente y el cuerpo y
el impacto de ambos sobre la vida espiritual. “Solamente cuando disponemos de cuerpos
saludables podemos tener mentes saludables, permitiéndonos comunicarnos con Dios y los
demás de manera clara”.3 Nótese también lo que Elena de White dice sobre este tema:
3Jo Ann Davidson, “World Religions”, 114–130.
1“Entre los estudios en las dietas están las que se designan como dietas terapéuticas. Pueden ser
restrictiva o restaurativas en naturaleza. Tanto las dietas restrictivas o de restauración son designadas para hacer
frente a situaciones anormales, cuando la enfermedad de algún tipo está involucrada. El punto de vista bíblico
sobre la dieta, sin embargo, no es tanto restrictiva o de reparación. Por el contrario, es principalmente, si no
exclusivamente, preventivo en naturaleza. La promoción y el mantenimiento de la buena salud está en el primer
plano de las regulaciones dietéticas en la Escritura” (Hasel, “Health and Healing”, 191-202).
2Knight, Nuestra iglesia, 94.
3Liwidjaja-Kuntaraf, 13-15, 19.
97
Una vida pura y saludable es apta para el perfeccionamiento del carácter cristiano y
para el desarrollo de sus facultades mentales y físicas.1 Puesto que la mente y el alma
hallan expresión por medio del cuerpo, tanto el vigor mental como el espiritual
dependen en gran parte de la fuerza y la actividad físicas; todo lo que promueva la
salud física, promueve el desarrollo de una mente fuerte y un carácter equilibrado. Sin
salud, nadie puede comprender distintamente ni cumplir completamente sus
obligaciones para consigo mismo, con sus semejantes, o con su Creador. Debiera
cuidarse por lo tanto tan fielmente la salud como el carácter.2
Actualmente, esta realidad se ha confirmado ampliamente por estudios acerca de la
íntima relación que existe entre la mente y el cuerpo. Se ha entendido que el creyente no solo
debe preocuparse por cultivar su espiritualidad, debe aprender a cuidar su salud, además de sus
emociones, si quiere tener una creciente santidad. Caviness, una investigadora en este campo,
ha dicho lo siguiente:
Considerando la conexión cuerpo-mente desde una perspectiva más amplia, el cerebro
(mente) controla la cognición, el cuerpo (físico) aporta información para estimular la
función cerebral, y se produce la actividad neuroquímica (emocional-social-espiritual)
mediante la estimulación sensorial —mayormente a partir del ambiente—, que activa
las sustancias neuroquímicas para actuar en red y conectar el cuerpo y el cerebro. Sin
lugar a dudas, la interacción cuerpo-mente-espíritu afecta las partes constitutivas. 3
Se podría preguntar si el cerebro necesita restauración tanto como el cuerpo y el
espíritu. Así lo sugiere, Griffin, “el cerebro y la vida que han sido devastados por el stress, por
actos de vandalismo, por el pecado, vencido por los malos hábitos y adicciones, inundado por
pensamientos negativos y por la depresión, y abrumado por las tormentas de la vida. Este
cerebro que está a modo de supervivencia, habiendo perdido el auto control está perdido con la
necesidad de renovación, restauración y reparación”.4
1E. White: Consejos sobre salud, 41, 42.
2E. White, La educación, 191.
3Linda Caviness, “La interconexión entre la mente y el cuerpo: Algunos descubrimientos recientes”,
Dialogo Universitario 16 /2 (2004), 11-14, 35.
98
Para los adventistas no hay dudas de que el plan de redención involucra la restauración
de todas las dimensiones de la vida, pues todas son afectadas por la desorganización producida
por el pecado. Sin embargo, son conscientes de que el poder para efectuar cambios en el estilo
de vida viene de Dios.
Cómo se mide el estilo de vida y con qué
otras variables se relaciona
Actualmente los beneficios del estilo de vida adventista han llamado la atención, no
solo en el mundo religioso, sino aun de los investigadores de la salud en el campo científico.
Instituciones como los institutos nacionales de salud, la Sociedad Americana de Cáncer, la
Asociación Americana del Corazón, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los
Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud, han provisto evidencias
epidemiológicas en cuanto a qué características del estilo de vida promueven la salud y frenan
el proceso de la enfermedad.1
Dichas investigaciones se han concentrado en los adventistas por dos razones. Primero,
ellos tienden a ser más homogéneos en muchas de sus elecciones relacionadas con el
estilo de vida, tales como el evitar el alcohol y el tabaco. Segundo, los adventistas son
más heterogéneos en sus hábitos nutricionales: varían desde vegetarianos estrictos
(dieta sin productos animales) hasta lacto-ovovegetarianos (dieta que incluye
productos lácteos y huevos, pero no carne) y omnívoros (consumidores de todo,
incluso carne).2
Se han hecho estudios acerca de la mortalidad -comparando los certificados de
defunción-, encontrándose menos incidencia de cáncer, también un retraso de muerte por
4Vicki Griffin, “Healing the broken brain”, Perspective Digest 13/2 (primavera 2008), 52-55. Véase
también, Merlin D. Burt “Elena White y la salud mental”, Diálogo Universitario 21/1 (2009), 12-15.
1Beeson, 8-11, 28.
2Ibíd.
99
problemas cardiovasculares. Otro estudio hecho acerca de la salud adventista, también basado
en los certificados de defunción, demostró además una notable ventaja sobre quienes practican
el estilo de vida adventista reflejado en los ocho principios.1
La mayoría de los estudios que han observado el estilo de vida y otras variables
relacionadas como la actitud, la esperanza, la participación individual, la disposición para
informarse respecto a la salud han demostrado que vale la pena efectuar cambios y han
corroborado que lo que los adventistas creen, tiene sentido.
Compromiso con la misión
La naturaleza de la misión adventista se puede entender mejor desde la perspectiva de
su historia profética, porque ellos se ven a sí mismos como el remanente apocalíptico llamado
a cumplir el imperativo divino de predicar el evangelio eterno en todo el mundo (Ap 10: 11).
Tienen la convicción de que Dios los levantó con el propósito primario de presentar al mundo
el último llamado al arrepentimiento, que se encuentra en Apocalipsis 14: 6-12.2 Por lo tanto,
para los adventistas, el compromiso con la misión no es una opción, es inevitable. Se les
podría aplicar la declaración de Brunner: “La iglesia existe para la misión, tal como el fuego
existe para quemar”.3
1Beeson, 8-11, 28.
2“El remanente bíblico siempre ha tenido un mensaje de relevancia para el pueblo de Dios en un
momento particular de la historia. Este a menudo contenía elementos de juicio contra la comunidad religiosa más
grande, pero su intento era proclamar la salvación (Isaías 58: 9-14). El blanco real del mensaje del remanente ha
sido siempre salvar y puede haber incluido la restauración de la verdad y el rechazo a la apostasía (Isaías 8: 16-
20; Apocalipsis 14: 6-12) Esto es lo que encontramos en los profetas bíblicos, en Jesús y en la iglesia apostólica”
(Ángel Manuel Rodríguez, “God’s end-time remnant and charges of exclusivism and triumphalism”, en http:
//www.adventistbiblicalresearch.org/documents/God's%20End-time%20Remnant.pdf, [15 abril 2012]).
3Emil Brunner, The Word and world, (New York: Charles Scribners’s Son, 1931), 108.
100
En este sentido el combustible que alimenta la misión adventista es su teología. Por eso
la misión y el contenido del mensaje están íntimamente relacionados.1 Por lo tanto, el
compromiso con la misión involucra un compromiso con el mensaje. Y ya que otra de las
variables a medir es el compromiso con la misión, se va a colocar un marco que ayude a
entenderla. Primero (1) qué es para los adventistas el compromiso con la misión, después (2)
la misión y el mensaje; enseguida (3) el compromiso personal, y por ultimo (4) cómo se ha
medido esta variable, y con qué otras variables se relaciona.
¿Qué es para los adventistas el compromiso
con la misión?
Desde sus orígenes, los adventistas se han visto a sí mismos como los únicos
depositarios del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14: 6-12, llegándolo a considerar
como la declaración de misión de su movimiento.2 Sin embargo, su historia temprana refleja
un entendimiento progresivo de lo que ello implica. Se pueden notar tres pasos progresivos en
su concepto de misión, que a su vez están relacionados con el desarrollo progresivo de su
teología. Un primer momento se limita a la búsqueda de los esparcidos del chasco de 1844.
Para luego avanzar hacia una predicación enfocada hacia las iglesias evangélicas existentes y
finalmente la comprensión de una misión mundial “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Ap
14: 6).
1“La habilidad de los adventistas para involucrar a personas de otras religiones y convicciones
filosóficas. Valida aún más su existencia y propósito” (Emmanuel Millen, “Adventist beliefs and practices
provide unique bridges to Christ for people of other world faiths”, en http: //www.perspectivedigest.org/
article/58/ archives/17-1/ well-positioned [22 junio 2011]).
2“En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido colocados en el mundo como
centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo
que perece. Una obra de la mayor importancia les ha sido confiada: proclamar los mensajes del primero, segundo
y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella”
(E. White, Eventos, 46).
101
En este sentido, sabemos que los adventistas después del gran chasco, seguían
abrazando el concepto millerita de la “puerta cerrada” de Mateo 25: 10, entendiéndolo como el
cierre del tiempo de gracia, por lo que consideraban que solo debían predicar a los esparcidos
del chasco. Se podría describir este inicio como “una puerta cerrada al trabajo misionero”.1
Sin embargo, este error los conduciría providencialmente, antes de un gran despertar
misiológico –tal como estaba profetizado en el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:
6-12– a construir una sólida plataforma teológica. Primero, deberían tener un mensaje antes de
predicarlo. Una vez establecida esta plataforma, se intensificó la búsqueda de los esparcidos
del chasco, para “convencer a otros milleritas de sus planteamientos doctrinales así como de
su interpretación profética, esto tuvo lugar entre 1848 y 1850”.2 Pero las cosas empezaron a
tomar otro giro a partir de una visión de Elena de White, en donde se les empezó a mostrar una
obra de carácter mundial.
En la reunión realizada en Dorchester, Massachusetts, en noviembre de 1848, recibí
una visión referente a la proclamación del mensaje del sellamiento y al deber de los
hermanos de publicar la luz que brillaba en nuestro sendero. Después de salir de la
visión, le dije a mi esposo: ‘Tengo un mensaje para ti. Has de comenzar a imprimir un
pequeño periódico y enviarlo a la gente. Será pequeño al comienzo; pero a medida que
la gente lea, te enviará medios con los cuales imprimir; y será un éxito desde el mismo
principio. Se me ha mostrado que desde este pequeño comienzo saldrán rayos de luz
que han de circuir el globo’.3
Por cierto esta visión señalaba la importancia de las publicaciones adventistas, las
cuales llegarían a ser un símbolo importante de su identidad misiológica. Pero el verdadero
cambio habría de venir cuando comprendieron que “la puerta cerrada” no era la puerta de la
1Knight, Nuestra iglesia, 53
2Ibíd.
3E. White, Notas biográficas, 137.
102
gracia, sino la puerta del lugar santo, que se cerró al abrirse el lugar santísimo. Nuevamente un
cambio en sus creencias produciría un cambio en su forma de actuar, en este caso en la misión
que ya estaba predicha en los mensajes de los tres ángeles como una obra de carácter mundial.
Sin duda el momento más destacado en la historia de la misión mundial de la iglesia
adventista sería el año de 1874, cuando enviaron a John Nevins Andrews como el primer
misionero de ultramar. A partir de entonces la iglesia se ha extendido hasta abarcar todo el
mundo. Han entendido a partir de Apocalipsis 14: 6 la necesidad de predicar el evangelio “a
toda nación, tribu, lengua y pueblo”, así como la necesidad universal de evitar la “ira de Dios”
(Ap 14: 10).
La misión y el mensaje
En Apocalipsis 14: 6-12 la proclamación del evangelio en el tiempo del fin tiene tres
características básicas:
1. El juicio divino como parte integral del evangelio [vv. 6b-7a].
2. La respuesta apropiada a la proclamación del evangelio: temer a Dios y darle gloria
como el Creador del mundo [v. 7, 9-11].
3. El papel activo de la ley junto a la fe en la vida del cristiano [v. 12].1
Muchos podrían pensar que estos elementos son mutuamente excluyentes, sin embargo
correctamente entendidos constituyen el mensaje que el mundo necesita para el tiempo del fin.
Por lo tanto, el compromiso adventista con la misión es a su vez un compromiso con el
mensaje, tal como aparece en Apocalipsis 14: 6-12.
1 Richard Choi, “Paul and Revelation 14”, Journal of the Adventist Theological Society 20/1-2 (2009),
223-243.
103
Compromiso personal con la misión
Sin embargo, el elemento esencial de la misión adventista no se encuentra en lo que se
hace a nivel institucional, sino en el plano personal. Cuando entendieron que sobre cada uno
de sus miembros descansa el “sacerdocio de todos los creyentes”1 y se les dijo que “cada
verdadero discípulo nace en el reino de Dios como un misionero”,2 entonces reafirmaron la
identidad misiológica de sus miembros.
Además, comprendieron el concepto de utilidad dentro del grupo3 cuando se les dijo:
“Dios podría haber alcanzado su objeto de salvar a los pecadores, sin nuestra ayuda; pero a fin
de que podamos desarrollar un carácter como el de Cristo, debemos participar en su obra. A
fin de entrar en su gozo -el gozo de ver almas redimidas por su sacrificio-, debemos participar
de sus labores en favor de su redención”.4 A este doble efecto que produce la misión algunos
investigadores le llaman la “teoría de la realidad compartida de la identidad social”.5
Cómo se mide y con qué otras variables se relaciona
El compromiso es un término muy usado en las investigaciones que enfocan el
comportamiento organizacional. Sin embargo, el compromiso en la misión evangélica se
establece sobre bases diferentes, se fundamenta en creencias, más que en incentivos
1(Éx 19: 6; 2 Co 5: 18; Ef 4: 12; 1 P 2: 9).
2E. White. Servicio cristiano eficaz (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1981), 14.
3“La pertenencia significativa a un grupo social hace que las personas satisfagan sus diversas
necesidades de autoconservación, protección, reconocimiento, autorrealización, y otros factores que motivan a las
personas a participar en la identificación” (Rimskii, 13–14).
4Ibíd., 12.
5Alison Ledgerwood and Ido Leviatán, “The price of a shared vision: group identity goal and the social
creation of value”, Social Cognition, Vol. 28, No. 3, 2010, 401-421.
104
de tipo empresarial que expliquen un compromiso positivo.1Actualmente también se ha
intentado medir empíricamente el crecimiento de las iglesias a través de sus factores
cualitativos.2 En el caso de la iglesia adventista, su compromiso con la misión se podría
explicar más apropiadamente por la peculiaridad de su mensaje y por la estructura
organizacional que desarrolló el movimiento. En este sentido Knight enumera tres elementos
internos para ponderar el notable éxito de la misión adventista:
1. Una de las fortalezas del Millerismo fue el desarrollo racional de su doctrina central.
Ese elemento atrajo a los creyentes a su causa a través de su propia lógica.
2. El contenido o factor doctrinal y el punto de vista de la verdad. La gente anda en
busca de significado y el mensaje adventista lo tiene. El ser diferentes da a los individuos y
grupos sociales significado.
3. Un tercer elemento que dirigió el éxito adventista del séptimo día fue su estructura
organizacional, suficiente para llevar a cabo la misión y enfrentar los desafíos de su mensaje.3
En varias partes del mundo la iglesia adventista ha colocado la participación de los
miembros en el compañerismo y trabajo misionero de los grupos pequeños. Siguiendo el
1El compromiso organizacional ha sido usado para describir tres aspectos de la actitud del personal: (1)
El grado en que el empleado demuestra un fuerte deseo por permanecer como un miembro de la organización. (2)
La voluntad por ejercer altos niveles de esfuerzo a favor de la organización y (3) creencia y aceptación de los
valores y metas principales de la organización. (Mowday, Steers y Porter, 1979; Meyer y Allen, 1991; Hacket,
Bycio y Hausdoft, 1992. En tesis, uson.mx/digital/docs/8036/Capitulo7.pdf: [15 junio 2012]).
2Schwarz ha propuesto 8 características cualitativas para evaluar la salud misionera de una iglesia:
liderazgo capacitador, ministerio según los dones, espiritualidad ferviente, estructuras funcionales, culto
inspirador, células funcionales, evangelismo según las necesidades y relaciones afectivas. (Christian A. Schwarz,
El ABC del desarrollo natural de la iglesia [Barcelona: Editorial CLIE, 1999], 12-20).
3Knight, “Adventism”, 5-13. De igual manera Ángel Manuel Rodríguez, establece: “Nuestros pioneros
pronto reconocieron que la organización y la naturaleza de la iglesia eran inseparables y que la unidad teológica y
doctrinal y la organización eclesiástica estaban profundamente interrelacionadas y eran interdependientes con la
vida corporativa de la iglesia” (“Ecclesiology and reorganization: the oneness of the Church” [Biblical Research
Institute, 2006], 1-19).
105
consejo de que “si hay un gran número de hermanos en la iglesia, organícense en grupos
pequeños, para trabajar no solamente por los miembros de la iglesia, sino por los no creyentes
también”.1 Bajo este principio, se ha logrado incrementar la participación de los miembros en
la actividad misionera.
Los grupos pequeños básicamente han desplegado dos fortalezas: (1) han creado un
ambiente irresistible de amistad para atraer a nuevos creyentes y (2) han liberado el potencial
de que los “miembros se preocupen los unos por los otros” (1 Co 12: 25, 26) garantizando la
permanencia de los nuevos conversos. Esto también permite involucrarse en nuevas
experiencias de testificación, poniendo en práctica el principio pedagógico de aprender
haciendo. De esta manera el trabajo de los grupos pequeños se ha relacionado con la misión.
Relación con Cristo
Siguiendo el curso de la historia y de la búsqueda de la identidad adventista, se
encontró la tercera variable o forma de vida con que se abordó la investigación, a saber, la
relación con Cristo. Y para entender su importancia en la investigación se abordaron los
siguientes puntos: (a) contexto histórico, (b) hacia una definición de la relación con Cristo (c)
cómo medir la relación con Cristo y (d) con qué otras variables se relaciona.
Contexto histórico
Como se ha notado en el caso de la misión, los adventistas consideraron en un
principio que esta se limitaba a predicar a los miembros de las iglesias protestantes existentes,
1E. White, El evangelismo, 90.
106
lo cual los llevó a enfatizar en su predicación las doctrinas distintivas y a descuidar aquellas
doctrinas que tenían en común con ellos, como el plan de salvación centrado en
Cristo Jesús y la justificación por la fe. Ellos creían que no era necesario predicar estas
doctrinas a una audiencia principalmente evangélica que ya las conocía. Adicionalmente, un
énfasis desmedido en las doctrinas de la ley y el sábado y la actitud apologética de los
predicadores, los llevaría, inconscientemente, a descuidar el corazón del mensaje del tercer
ángel: la relación con Cristo. Esto llevó a Elena de White a escribir: “hemos predicado tanto
de la ley que hemos quedados secos como las colina de Gilboa”.1 Y este descuido condujo al
movimiento a enfrentar una nueva crisis de identidad.
Fue en 1888 cuando se produjo un punto de inflexión. Cuando después de muchos años
de predicar las doctrinas distintivas habrían de reconocer que ellas en realidad estaban
integradas en el mensaje de los tres ángeles tanto como lo estaba la justificación por la fe. “La
verdadera significación del mensaje de Mineapolis de 1888, tal como Waggoner y Elena de
White lo expresaron, es que unió la fe en Jesús con el mensaje del tercer ángel”.2
Lo lamentable de enfatizar las doctrinas distintivas es que el creyente puede terminar
relacionándose con ellas en vez de mantener en el centro de su corazón la relación con Cristo.
Pareciera que la iglesia adventista estaba en ese peligro, como lo demuestran algunas
declaraciones fuertes de Elena de White en torno a la crisis de 1888. “Mi gran preocupación
durante las reuniones era presentar a Jesús y su amor ante mis hermanos, porque percibí la
evidencia definida de que muchos de ellos no poseían el espíritu de Cristo”. 3 Eventualmente,
1Véase a E. White, Review and Herald, agosto 13, 1889.
2Knight, Nuestra iglesia, 106, 107.
3E. White, 1888 Materials, 216, citado por Knight, Nuestra iglesia, 105.
107
la iglesia adventista superó este desequilibrio en el énfasis y avanzó hacia el siguiente siglo
con una renovada comprensión de la integralidad de su mensaje.
Hacia una definición de la relación con Cristo
Una de las dimensiones del mensaje que no debe descuidarse, es la espiritualidad que
se manifiesta en todas las áreas de la vida del creyente, y que a su vez tiene su base en la
relación con Cristo. Relación que se cultiva y se evidencia en áreas específicas como la
oración, el estudio de la Biblia y la adoración. La espiritualidad adventista, además, se
contextualiza en sus creencias escatológicas, pues “es en última instancia, la experiencia de
vivir (frente al retraso escatológico) la convicción de que ahora es el momento de prepararse
para la vida eterna en la presencia de Dios”.1
Dimensiones de la relación con Cristo
Básicamente, la relación con Cristo se experimenta a través de la oración personal y el
estudio de la Biblia. Es a través de estas acciones concretas como se puede observar y medir.
La oración personal
Para entender la espiritualidad adventista, se debe recordar que el movimiento tuvo en
sus raíces la influencia del Segundo Gran Reavivamiento (1790-1830), del cual recibió
especialmente una fuerte motivación para la oración en pequeños grupos y en forma personal.
El propósito era prepararse para la vida en la Nueva Jerusalén. Después del chasco la oración
siguió siendo un medio para mantener la espiritualidad. Recuérdese, por ejemplo, a Hiram
Edson, quien con unos amigos se reunió para orar al día siguiente del chasco, con el propósito
1Beverly Beem y Ginger Hanks Harwood, “‘My soul is on the wing for glory’: Adventist spiritually,
1850-1863”, Andrews University Seminary Studies, Vol. 44, No. 1 (2006), 157.
108
de pedir una explicación respecto a la forma en que habían entendido la Biblia.1 De igual
manera, fue en una reunión de oración familiar donde Elena de White recibió su primera
visión respecto al pueblo de Dios.2 A partir de entonces los adventistas tendrían su propia
comprensión de la oración.
Quizá para los adventistas las palabras más familiares para definir la oración sean:
“Orar es el acto de abrir el corazón a Dios como a un amigo […] la oración es la llave en la
mano de la fe para abrir los almacenes del cielo, donde están atesorados los recursos infinitos
de la Omnipotencia”.3 De igual manera habrían de entender su dependencia de Dios a través
de la oración comparándola con el acto divino de la creación que une el cuerpo, la mente y el
espíritu: “La oración es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual. No se lo puede
sustituir. La oración pone al corazón en íntimo contacto con la Fuente de la Vida, y fortalece
los tendones y los músculos de la experiencia religiosa. Descuídese el ejercicio de la oración u
órese esporádicamente, de vez en cuando, según parezca propio, y se perderá la fortaleza en
Dios”.4 Entonces, la oración llega ser el aliento de vida especialmente para las personas
nacidas de nuevo.5
1Fernand Fisel,“Edson’s Cornfield Vision, Frisson or Fiction?” Adventist Currents Vol. I, (julio 1
(1983), 25-27.
2“Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el Espíritu Santo descendió sobre mí” (White,
Primeros escritos, 13-20.
3E. White, El camino a Cristo, 93, 95.
4E. White, Obreros evangélicos, 268.
5“Jesús viene a recrearnos para ser nuevas personas con nuevas relaciones, nuevas formas de
pensamiento, nuevas formas de hablar y nuevas formas de hacer las cosas” (Thomas K. Johnson, “Christ and
Culture”, Evangelical Review and Theology 35 [2011], 1, 4-16).
109
Estudio de la Biblia
De igual manera la espiritualidad adventista estaría definida por un fuerte apego al
estudio de la Biblia. Esta práctica quizás recibió su influencia más fuerte del millerismo.
Miller recurrió al estudio sistemático de la Biblia para fundamentar su creencia en la segunda
venida de Cristo y su comprensión de las profecías. Desde su conversión en 1816, tomó la
decisión de estudiar la Biblia por sí misma, llegando a desarrollar todo un sistema de principios
hermenéuticos que lo condujeron a creer que según la profecía de Daniel 8: 14, Cristo regresaría
a esta tierra en 1844.
Desde los inicios del movimiento, los pioneros se preocuparon por proveer a los
creyentes de un medio que impulsara el estudio de la Biblia y la oración. Fue así como
primero fue la Review1 y posteriormente la Guía de estudio para la escuela sabática, que han
llegado a ser un efectivo recurso de formación espiritual.
Sin embargo, para los adventistas, el estudio de la Biblia no tiene como fin último el
obtener conocimiento doctrinal, sino establecer una relación real con Cristo,2 una relación
personal e histórica, porque han entendido que a través del santuario Dios ha entrado al tiempo
y a la historia humana3 para vivir entre su pueblo: “Y me harán un santuario, para que yo
1“Las páginas de la temprana Review estaban llenas con ánimo e instrucción en las disciplinas
espirituales, particularmente la oración, la lectura de la Escritura, el culto familiar y el servicio activo” (Eem y
Anksh Arwood, 169).
2“Cuando Pablo habla de estar “en Cristo” o “Cristo en nosotros” (o expresiones similares), el
significado más profundo de estas palabras es que los cristianos está incorporados no solamente en una historia –
aun si la historia está centrada en la muerte y resurrección de Cristo– con todos los beneficios salvíficos que la
historia trae, sino en una persona, la persona de Cristo mismo” (Ivan T. Blazen, In Christ: Union with Him as
Savior and Lord in Paul [Loma Linda University: Biblical Research Institute, 2005], 8).
3“Dios no es reticente para vivir con su pueblo en la materialidad de su creación; el tabernáculo y el
templo dan a entender esto, y la encarnación de la Palabra lo confirma” (Jn 1: 18)” (Terry J Wright, “How is
Christ present to the world?” International Journal of Systematic Theology Volume 7 Number 3, [julio 2005],
305).
110
habite entre ellos” (Éx 25: 8). Y así como el santuario estaba en el centro del campamento
israelita en el desierto (Nm 2: 2), cada aspecto de la vida de los miembros debe planearse en
torno a su relación con Cristo.
Cómo medir la relación con Cristo y con
qué otras variables se relaciona
Aunque la espiritualidad es un fenómeno no tangible, cuando se trae al campo de la
investigación empírica se convierte en una variable que puede ser medida y estudiada a través
de sus manifestaciones en la conducta de alguien que ha pasado por la experiencia de la
conversión,1 como lo sugiere el Señor Jesús. “Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7: 15). Se han
hecho considerables estudios acerca de la espiritualidad, tanto cualitativos como cuantitativos.
Estos estudios han utilizado escalas métricas y entrevistas acerca de las dimensiones de la
espiritualidad tales como la oración, el estudio de la Biblia, la asistencia a los servicios
religiosos, la participación en los ritos, etc.2
Conclusión
Se han considerado tres dimensiones de la experiencia cristiana adventista: El estilo de
vida, el compromiso con la misión y la relación con Cristo; de esta manera se ha pasado de las
creencias a las dimensiones de la experiencia cristiana. Así, con un entendimiento más amplio
1Ian Randall menciona cuatro manifestaciones de la espiritualidad evangélica tradicional: La conversión,
el estudio de la Biblia, la centralidad de la cruz, un servicio activo y la adoración (“Recovering evangelical
spirituality”. Evangelical Journal Theology 19: 1 [2010], 33–44).
2Meli Ling Chung, “Chinese young people and spirituality: an australian study” (Tesis doctoral,
Australian Catholic University, Australia, 2006.), Mohammad Mehdi Rajabzadeh , “Relationship between
religion, spirituality and global citizenship” (Tesis doctoral, Alliant International University, San Francisco Bay,
2011), Timothy Barron, “Spiritual openness and spiritual competencies of college counselors: A correlation study
and discussion of the implications on practice and training” (Tesis doctoral, Northern Kentucky University,
2012).
111
de la identidad adventista, se procede a la aproximación a la etapa empírica de la
investigación.
112
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA
El estudio siguió un diseño explicativo de análisis bivariado. El objetivo fue hacer una
aproximación a la noción de identidad a través del contenido de la predicación adventista
considerada como una variable independiente y su relación con el estilo de vida, el
compromiso con la misión y la relación con Cristo, consideradas como variables dependientes.
Descripción
El parámetro que se usó para la primera parte está basado en los siete conceptos
teológicos que definen la identidad adventista y, por ende, describen el contenido y naturaleza
de su predicación. La segunda parte está basada en tres formas de vida resultantes. Esta
perspectiva es innovadora, ya que se toman como parámetro las presuposiciones conocidas
como pilares teológicos del adventismo, por ser consideradas teóricamente como el fin de la
discusión acerca de la identidad del adventismo.
Además, se usó un diseño transversal y un enfoque cuantitativo. Transversal, porque los
instrumentos de medición se aplicaron una sola vez para obtener las relaciones entre variables y
cuantitativo, por la forma de recolección de los datos a través de una escala métrica y el
tratamiento estadístico de los mismos. Esto permitirá en lo futuro realizar investigaciones de
mayor alcance, una vez que se definan algunos conceptos que puedan acercarse a la
formulación de una teoría.
113
La población hacia la que se generalizan los resultados de la investigación está
conformada por diez distritos de la Asociación Olmeca. De cada distrito se seleccionó una
iglesia organizada para la aplicación del instrumento. De cada iglesia a su vez, se tomó una
muestra por conveniencia de 15 miembros que finalmente se convirtieron en las unidades de
observación.
Operacionalización de las variables
Este estudio está basado en un instrumento con siete variables demográficas o nominales:
(a) zona de residencia, (b) género, (c) nivel académico, (d) edad, (e) cargo en la iglesia, (f) si
es o no predicador y (g) tiempo en la iglesia). Además, contiene una variable métrica que mide
el contenido de la predicación, la cual tiene siete dimensiones, que son: (1) la segunda venida de
Cristo, (2) el santuario, (3) la ley de Dios, (4) el sábado, (5) la no inmortalidad del alma, (6) el
mensaje de los tres ángeles y (7) el don profético. Por último, contiene tres variables
dependientes (a) el estilo de vida, (b) el compromiso con la misión y (c) la relación con Cristo.
Definición conceptual de las variables
Las variables nominales se definen como sigue: (1) Zona de residencia, que se refiere a
si el medio donde viven las unidades de observación es urbano o rural. (2) Género, para saber
quiénes son hombres y quiénes mujeres. (3) Nivel académico, que va desde primaria hasta
posgrado. (4) Edad en años cumplidos. (5) Cargo en la iglesia, para saber si al momento de la
encuesta están participando directamente en una responsabilidad. (6)Predicador, si participa en
la predicación. Y (7) el tiempo que tiene de ser miembro en la iglesia.
114
Variable independiente: Contenido de
la predicación adventista
El contenido de la predicación se refiere al grado en que se tomaron en cuenta los siete
pilares del adventismo en la predicación. Cada uno de los pilares fue conceptualizado para que
los encuestados los identificaran en la frecuencia de predicación de los servicios regulares en
que participaron.
Los pilares como dimensiones de contenido
A continuación se presentan las definiciones conceptuales fundamentadas en el marco
teórico del capítulo dos.
La segunda venida de Cristo
Creencia de que Jesús vendrá a esta tierra por segunda vez en forma visible, con el
propósito de juzgar al mundo y dar a cada uno su recompensa. Las señales y las enseñanzas
del Señor en cuanto a la preparación motivan a los creyentes a velar, puesto que no se sabe la
hora de su regreso. Como pilar teológico, el advenimiento es la nota tónica del adventismo,
pues desde 1844 ha mantenido viva la esperanza.
El santuario
Pilar hermenéutico del movimiento adventista. Señala a Cristo como el gran Sumo
Sacerdote, quien inició la segunda fase de su ministerio en el santuario celestial al final de los
2,300 días, es decir en 1844. En esta fase, el Señor elimina de los registros celestiales el
pecado de los santos. Pecados que previamente han sido perdonados al creer en el sacrificio de
Cristo en la cruz; tal como era tipificado en el Día de la Expiación. La conclusión del
ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo de prueba otorgado a los seres humanos antes de
su segunda venida.
115
El mensaje de los tres ángeles
Pilar integrador que ubica al movimiento adventista dentro de la corriente profética, al
proporcionarle en cada uno de los tres mensajes una explicación para los períodos iniciales de
su historia. Estos mensajes, contienen también los elementos proféticos para comprender el
evangelio eterno: (a) el juicio divino que crea la necesidad de la gracia, (b) la respuesta
apropiada en temor y adoración a Dios como Creador y (c) la ley junto a la fe en la vida
cristiana. Para los adventistas, además, es el móvil de la misión mundial.
La no inmortalidad del alma
Es el pilar protector en el tiempo del fin, pues al dar una perspectiva correcta de la vida
y la muerte, protege al movimiento de los engaños del espiritismo moderno. Invita al creyente
a permanecer en Cristo para participar de la primera resurrección y recuerda al hombre su
dependencia de Dios, quien es el único inmortal.
La ley de Dios
Pilar que engloba los diez mandamientos entregados por Dios en dos tablas de piedra,
que estarán en el centro del conflicto final, especialmente los primeros cuatro, que definen la
adoración correcta a Dios. También ayudan a entender el evangelio eterno, pues constituyen la
única norma para el juicio, realidad que a su vez hace que el creyente perciba su necesidad de
la gracia. Los creyentes los obedecen gracias a las promesas del nuevo pacto.
El sábado
Pilar sellador, el día que el creyente guarda por la fe, reconociendo a Dios como
Creador. En el tiempo del fin, su observancia será la señal que producirá el sello de Dios. En
116
contraste, los que adoren a la bestia, será porque conscientemente aceptan un falso día de
reposo y lo reconocen como la marca de su autoridad.
El don profético
Es el don de profecía otorgado a la iglesia remanente, en la persona y obra de Elena de
White, es considerado como “la luz menor” que conduce hacia “luz mayor” que es la Biblia.
Fue el medio de confirmación, no la fuente, en el período de formación doctrinal del
adventismo. Resalta la importancia que Dios le da a la inspiración-revelación en la
comunicación de su voluntad.
Variables dependientes
Se eligieron tres formas de vida del adventismo para medir el impacto del contenido de
la predicación. Estas son las variables dependientes y sus definiciones conceptuales son las
siguientes:
Estilo de vida
En esta investigación, se refiere principalmente al cuidado de la salud desde un
enfoque preventivo. Este estilo de vida está basado en la relación íntima entre la mente y el
cuerpo, considerado este último como el “templo del Espíritu Santo”. En su conceptualización
más amplia, este estilo de vida comprende ocho hábitos de salud (agua, descanso, ejercicio,
luz solar, aire, nutrición, temperancia y esperanza en Dios).
En la encuesta solo se midió –por conveniencia metodológica– lo relacionado con la
alimentación, por ser el área donde los adventistas se separan de los demás grupos religiosos
en el contexto donde se realizó la investigación. Se espera que el creyente haga una decisión
117
inicial en su dieta de eliminar las carnes inmundas y posteriormente se le anima a avanzar
hacia la eliminación de la carne en su alimentación.
Adicionalmente, se incluyen dos ítems que aluden al estilo de vida en la vestimenta, en
la cual se espera se tomen en cuenta la modestia y sencillez y un ítem relacionado a la práctica
de devolver el diezmo bíblico como parte del estilo de vida.
Compromiso con la misión
Cuando los adventistas llegan a la convicción de que se les ha confiado un mensaje
considerado como la verdad que el mundo necesita para el tiempo actual, también descubren
el gozo de compartirlo con sus conocidos. El grado de compromiso con la misión se mide por
el grado de participación en las actividades en las cuales se busca compartir sus creencias y
valores con sus conocidos y la comunidad. En el contexto del universo donde se aplicó la
encuesta, las actividades misioneras giran en derredor de los grupos pequeños, de los cuales se
espera que cada adventista sea miembro.
Relación con Cristo
El adventista que espera el retorno de Cristo a esta tierra, vive su espiritualidad en el
marco de la espera. Así, el estudio diario de la Biblia, es considerado el medio por el cual Dios
se comunica personalmente con el creyente y fortalece su fe en este mundo. La oración es la
respuesta personal del creyente en su necesidad de abrir cada día su corazón a Dios. De igual
manera, la adoración en los servicios y el sábado distinguen a los creyentes que han nacido de
nuevo.
118
Definición instrumental de las variables
A continuación se presentan los ítems del instrumento con los que se midió cada una
de las variables.
El contenido de la predicación y sus dimensiones
Una vez que se definieron conceptualmente los pilares teológicos como contenidos de
la predicación adventista, a continuación se presentan los ítems que midieron
instrumentalmente estos conceptos.
La segunda venida de Cristo
Señales del regreso de Cristo.
El regreso personal y visible de Cristo.
El chasco de 1844 y el librito dulce y amargo de Apocalipsis 10.
Las parábolas de la preparación: El portero, el padre de familia, el siervo fiel y prudente,
las diez vírgenes, los talentos y las ovejas y los cabritos.
El santuario
El santuario celestial en Apocalipsis y Hebreos.
El sacerdocio de Cristo en el santuario celestial.
La profecía de los 2,300 días y el juicio investigador.
El mensaje de los tres ángeles
La misión y el discipulado en la iglesia remanente.
La caída de Babilonia.
La doctrina de la creación en el tiempo del fin.
119
La no inmortalidad del alma
El estado inconsciente de los muertos.
El espiritismo moderno.
Las dos resurrecciones y el milenio.
La ley de Dios
La ley y la gracia en el plan de salvación.
La ley y el cuerno pequeño.
La ley moral y la ley ceremonial.
El propósito de la ley moral.
El sábado
Cómo llegó el sábado a la iglesia adventista.
El sello de Dios y la marca de la bestia.
La adoración y el sábado en el tiempo del fin.
El don profético
La doctrina de los dones espirituales en el Nuevo Testamento.
La inspiración y la revelación.
Vida y obra de Elena de White.
El propósito del don profético en la iglesia remanente.
Variables demográficas o nominales. Las variables nominales por su propia naturaleza
no se miden métricamente, pero son datos muy valiosos que los encuestados proporcionan al
principio de la encuesta y que al relacionarlos con las otras variables arrojan mayor riqueza en
la investigación.
120
De igual manera, las variables que aluden a las formas de vida del adventismo se
midieron con los siguientes ítems.
Estilo de vida
No consumo café, coca cola y refrescos.
Consumo solo carnes limpias.
He pensado en eliminar la carne de mi dieta algún día.
Experimento la bendición de devolver el diezmo.
Compromiso con la misión
Asisto a mi grupo pequeño.
Llevo visitas a la reunión del grupo pequeño.
Ofrezco estudios bíblicos a mis conocidos.
Relación con Cristo
Disfruto buscando a Dios a través de la oración personal.
Dedico por lo menos 15 minutos al estudio diario de la Biblia.
Participo con entusiasmo en la Cena del Señor.
Adoro al Señor con mi puntualidad en los sábados.
Definición operacional
La medición de las variables se realizó mediante un instrumento divido en dos partes.
La primera con 27 ítems, para medir el contenido de la predicación adventista y por una
segunda parte para medir el estilo de vida, el compromiso con la misión y la relación con
Cristo. Ambas partes con el formato de la escala de Likerth.
121
La variable contenido de la predicación se midió en las respuestas que los miembros
dieron a la indicación: “Por favor indique la frecuencia con que ha escuchado en la
predicación –del año anterior- los temas que se indican a continuación. En la escala que se le
presenta a la derecha usted deberá marcar con una x la columna que más describa esa
frecuencia de predicación (marque solo uno)”.
De igual manera para las variables dependientes o formas de vida adventista se le pidió
que conteste “con qué frecuencia realizó las siguientes actividades”.
La escala de respuestas que se utilizó para obtener la medida de los ítems y variables es
la siguiente:
1. Nunca.
2. Casi nunca.
3. A veces.
4. Frecuentemente.
5. Muy Frecuente.
Hipótesis y alcance de variables
A continuación se presentan las tres hipótesis nulas que se sometieron a prueba
estadística para ver si la investigación las descartaba o se quedaba con ellas.
H01: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
(6) el sábado y (7) el don profético] no tiene relación significativa con el estilo de vida.
H02: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
122
(6) el sábado y (7) el don profético] no tiene relación significativa con el compromiso con la
misión.
H03: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
(6) el sábado y (7) el don profético] no tiene relación significativa con la relación con Cristo.
Las técnicas estadísticas que se usaron para someter a prueba las hipótesis nulas fueron
en primer lugar el coeficiente de correlación lineal de Pearson, para saber el grado de relación
entre la variable independiente contenido de la predicación y las variables dependientes estilo
de vida, compromiso con la misión y relación con Cristo.
En segundo lugar se utilizó la regresión lineal simple para saber el grado en que la
variable independiente explica a las variables dependientes. Por último, se usó la regresión
lineal múltiple para saber en qué medida las dimensiones de la variable independiente explican
a las variables dependientes. En relación al nivel de significación que se usó para rechazar las
hipótesis nulas fue si el modelo de regresión lineal mostraba un valor menor a .05.
Proceso de recolección de los datos
Una vez diseñado y validado el instrumento, se procedió a la aplicación a las unidades
de observación. Se les pidió a los pastores de los 28 distritos de la Asociación Olmeca que
participaran voluntariamente en la aplicación, seleccionando una de sus iglesias organizadas,
de los cuales diez respondieron positivamente. Al aplicar las encuestas a la iglesia
seleccionada en cada distrito, se eligieron a las unidades de observación por el criterio de
conveniencia, ya que hay miembros que no sabían leer. Una vez concentradas las encuestas, se
eliminaron aquellas que no fueron correctamente contestadas, quedando un total de 161.
123
Proceso de análisis de datos
Teniendo las encuestas para el análisis, se concentraron los datos en una hoja de
cálculo Ecxel y en seguida se pasaron al paquete estadístico (SPSS) el cual permite trabajar
con gran tamaño de datos y variables. Así se tuvo una base de datos lista para el análisis. Los
pasos y técnicas que se usaron para el análisis son los siguientes:
Primeramente se construyó un diagrama de “Caja y bigotes” para analizar la frecuencia
de cada dimensión de la variable contenido de la predicación. Este diagrama muestra
gráficamente la distribución de las frecuencias en cuartiles, es decir en segmentos que
representan un 25 por ciento de las frecuencias. También se obtuvo la media aritmética para
elaborar una gráfica de barras que mostrara la frecuencia en la cual cada pilar teológico estuvo
presente en la predicación del año de medición.
Posteriormente, midió el grado de relación entre la variable independiente y las
variables dependientes a través del coeficiente de correlación de Pearson. Por último, se aplicó
la técnica estadística de la regresión lineal simple y regresión lineal mhyúltiple para probar las
hipótesis nulas a través de los valores de explicación obtenidos.
Proceso de la investigación
El proceso de investigación cubrió tres etapas.
Etapa no. 1. Recolección de datos. En esta etapa se validó la encuesta, se seleccionó la
muestra y se aplicó a las unidades de observación.
Etapa no. 2. Análisis estadístico de los datos. En esta segunda etapa se formó la base
de datos, se aplicaron las técnicas estadísticas y se elaboraron las tablas y modelos estadísticos
que se utilizaron en la descripción de resultados.
124
Etapa no. 3. Interpretación de los datos. En esta última etapa se aplicaron las técnicas
estadísticas seleccionadas para poder contestar las preguntas de investigación, así como para
descartar o aprobar estadísticamente las hipótesis nulas. En seguida se preparó el informe
final.
125
CAPÍTULO IV
RESULTADOS
En este capítulo se presentan los resultados más sobresalientes de la investigación.
Partiendo de una descripción de la muestra, se pasa al comportamiento de las variables,
enseguida se presentan los coeficientes de fiabilidad del instrumento, para luego dar paso al
punto esencial de la investigación: La prueba de hipótesis. El capítulo termina haciendo
alusión a otros resultados de interés que también se desprenden del análisis de datos.
Descripción demográfica de la muestra
La Asociación Olmeca de los Adventistas del Séptimo Día, abarca territorialmente
cinco municipios del estado de Tabasco: Huimanguillo, Cárdenas, Cunduacán, Comalcalco y
Paraíso. A su vez está organizada en 28 distritos pastorales, de los cuales 10 distritos
participaron en la muestra. De Cunduacán, 4: Cucuyulapa, Cunduacán II, Cunduacán III y
Tulipán II; de Cárdenas, 4: Villa Benito, Ingenio, Ocampo y C 10; y de Huimanguillo, 2:
Huimanguillo I y Huimanguillo II.
En cada distrito se seleccionó una iglesia de la cual se tomó una muestra de 15
miembros que fueron elegidos por conveniencia. Participando en total 161 miembros, de los
cuales el 63.3 por ciento viven en medio rural y el 36.7 por ciento en medio urbano; el 59.6
por ciento son hombres y el 40.4 por ciento son mujeres. La edad osciló entre los 12 y los 70
años, siendo la edad promedio 36.8 años.
126
El tiempo de los miembros en la iglesia se distribuye entre 1 y 58 años, siendo el
promedio 15.23 años. En cuanto al nivel académico, el 3.1 por ciento no tienen la primaria, el
15.7 por ciento terminaron la primaria, el 37.7 por ciento tienen estudios de secundaria, el 20.8
por ciento de preparatoria, el 18.2 por ciento tienen estudios universitarios y un 4.4 por ciento
tienen estudios de postgrado. Además, el 80.9 por ciento de los encuestados tienen cargos en
la iglesia y el 19.1 por ciento no tienen. Finalmente, de la muestra 54.8 por ciento son
predicadores y el 45. 2 por ciento no han predicado.
Comportamiento de las variables
Lo que se midió fue el grado de relación de la variable contenido de la predicación
basado en las presuposiciones teológicas conocidas como pilares del adventismo [(1) la
segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la
no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios, (6) el sábado y (7) el don profético] con: (a) el
estilo de vida, (b) el compromiso con la misión y (c) la relación con Cristo, consideradas como
formas de vida del adventismo, en los diez distritos anteriormente mencionados, durante el
año 2011.
Frecuencia de predicación de los pilares
Lo primero que se considera oportuno analizar es el comportamiento de las
dimensiones de la variable contenido de la predicación. Es decir, en qué medida los pilares
teológicos del adventismo estuvieron presentes en la predicación de las iglesias del universo
de estudio, durante el año previo a la encuesta. Para ello, vamos a utilizar el siguiente
diagrama denominado “caja y bigotes” (Figura 1) que distribuye las frecuencias de las
respuestas en cuartiles o segmentos que representan cada uno 25 por ciento de las respuestas.
Además, presenta la mediana, medida que divide en dos partes iguales las respuestas, es decir,
127
nos muestra desde qué punto están abajo el 50 por ciento de las respuestas o viceversa, desde
que punto están hacia arriba.
Si se considera que la escala métrica es del 1 al 5 en el eje vertical y corresponden a: 1.
Nunca 2. Casi nunca 3. A veces 4. Frecuentemente 5. Muy Frecuente y las doctrinas pilares
están colocadas en el eje horizontal, se puede observar hasta donde se distribuyó el primer
cuartil o 25 por ciento, la mediana el 50 por ciento o el tercer cuartil el 75 por ciento. Además
de ver la respuesta mínima y máxima en cada caso.
El sábado
Se observa que en el comportamiento de la predicación del pilar teológico acerca del
sábado; en donde la mediana es la más alta en la escala cercana al punto 4, es decir el 50 por
ciento de las respuestas se distribuyen de frecuentemente hacia muy frecuente. Si se toma en
cuenta ahora del primer cuartil hacia arriba, se va a observar que el 75 por ciento de los
miembros reportaron haber escuchado entre a veces hasta muy frecuentemente este pilar
teológico en la predicación. De igual forma cuando se observa el valor mínimo del sábado, se
nota que no hay respuestas en nunca.
La segunda venida
En segundo lugar, se analizó la predicación referente a la segunda venida, en la cual, la
mediana aparece entre 3 y 4 colocando un 50 por ciento notablemente arriba; de igual forma al
observar su primer cuartil se ve que el punto donde arranca el 75 por ciento de las respuestas
es el más alto en comparación a los demás pilares. Al observar las cajas se ve que el 50 por
ciento de los miembros se distribuyeron entre el punto 3 y 4, es decir entre a veces y
frecuentemente. Se nota además, que su respuesta mínima es la más elevada, es decir nadie
respondió nunca ni a veces en la frecuencia de esta predicación; pero se nota que su respuesta
128
mayor no llegó al punto de muy frecuente; es decir, ningún miembro dijo haber escuchado
muy frecuentemente esta predicación. Solo cuando se recurra a la media aritmética se sabrá
exactamente entre el sábado y la segunda venida de Cristo, cuál se predicó con mayor
frecuencia.
Figura 1. “Diagrama de caja y bigotes”. Frecuencia de los pilares teológicos
en la predicación
La ley de Dios
En el comportamiento del pilar teológico la ley de Dios, se observa que un 75 por
ciento de las respuestas están distribuidas desde el punto 3 hacia el 5. También en este pilar no
hubo respuestas para nunca y muy pocas para casi nunca. Si se observa la caja superior, se
129
notará que hay un 25 por ciento de miembros que dijeron haber escuchado esta predicación
entre a veces y frecuentemente.
El don profético
Llama la atención el hecho de que al comparar la mediana de la ley de Dios y la del
don profético se las ve en el mismo punto de la escala; pero el valor mínimo del don profético
es inferior al de la ley de Dios.
El santuario, el mensaje de los tres
ángeles y la no inmortalidad
Se observan que en el santuario, el mensaje de los tres ángeles y la no inmortalidad el
75 por ciento de las respuestas no alcanzaron el punto frecuentemente, aunque en el caso del
mensaje de los ángeles y la no inmortalidad, el número máximo alcanzó el punto muy
frecuente; no así el del santuario, cuyo nivel máximo es inferior a todos los demás pilares. Se
infiere que el pilar más desconocido entre los miembros de la muestra es el santuario.
Comportamiento de los pilares teológicos
del adventismo según la media aritmética
Para tener otra idea del comportamiento de las dimensiones del contenido de la
predicación, se recurrió a la media aritmética o promedio de las respuestas, medida que se
observa en la tabla 1. Con ella se estableció un orden, de la doctrina menos predicada a la de
mayor frecuencia: (1) el santuario cuya media es de 2.74, (2) la no inmortalidad 2.78, (3) el
mensaje de los tres ángeles 2.98, (4) el don profético 3.23, (5) la ley de Dios 3.27, (6) la
segunda venida 3.48 y (7) el sábado 63. Nuevamente vemos que la doctrina pilar más
predicada fue la del sábado, con una media de 3.63 y la menos predicada fue la del santuario,
con una media de 2.74.
130
Tabla 1
Media de los pilares teológicos del
adventismo en la predicación
Pilares N Mínimo Máximo Media
Segunda Venida 161 2 5 3.48
El Santuario 160 1 5 2.74
Mensaje de los tres
Ángeles
161 1 5 2.98
No inmortalidad 161 1 5 2.78
La Ley de Dios 161 1 5 3.27
El Sábado 161 1.25 5 3.63
El Don Profético 161 1 5 3.23
Si se colocan datos anteriores en una gráfica de barras se notará la misma información
pero ahora en barras representando a cada uno de los pilares (Figura 2).
Figura 2. Gráfica de frecuencia de predicación de los pilares
teológicos del adventismo.
0
1
2
3
4
Sant No inm Tres áng Don prof Ley 2 Ven Sáb
131
Análisis del comportamiento de las
variables por ítems
A continuación se hará un acercamiento al comportamiento de los ítems con que se
midieron las dimensiones de la variable contenido de la predicación; esto se hará a través de la
media de cada ítem colocado en las tablas que siguen. Se empezará con la doctrina pilar el
santuario, en la cual se observan las frecuencias de predicación de los ítems que la midieron;
el orden en que aparecen es de más alto en la parte superior y la frecuencia más baja en la
parte inferior.
Ítems del santuario
Este es el pilar con el comportamiento más bajo en las frecuencias (Tabla 2) y los ítems
que lo midieron. En este sentido, el tema menos frecuente en la predicación del santuario fue:
La contaminación y limpieza del santuario terrenal y celestial y el de más frecuencia en este
pilar fue el sacerdocio de Cristo en el santuario celestial.
Tabla 2
Media de los ítems del santuario
Ítems del santuario N Mínimo Máximo Media
El sacerdocio de Cristo en el
santuario celestial
151 1 5 2.97
La profecía de los 2,300 días y el
juicio investigador.
156 1 5 2.85
El santuario celestial en
Apocalipsis y Hebreos
152 1 5 2.72
La contaminación y limpieza del
santuario terrenal y celestial
155 1 5 2.47
132
Ítems de la no inmortalidad del alma
La siguiente doctrina pilar que aparece en orden de menor a mayor frecuencia es la no
inmortalidad del alma. Los ítems que la midieron están en la tabla 3. Se observa también a un
pilar teológico con baja frecuencia en la predicación. En este caso, el tema menos predicado
acerca de la no inmortalidad del alma es el espiritismo moderno, con una media de 2.58. En
tanto que el tema más predicado fue el de las dos resurrecciones y el milenio con 2.98.
Tabla 3
Media de los ítems de la no
inmortalidad del alma
La no inmortalidad del
alma
N Mínimo Máximo Media
Las dos resurrecciones y el
milenio
156 1 5 2.98
La no inmortalidad del
alma
160 1 5 2.77
El espiritismo moderno 158 1 5 2.58
Ítems del mensaje de los tres ángeles
El comportamiento de los ítems que midieron al pilar teológico del mensaje de los tres
ángeles aparece en la tabla 4. En este caso el tema menos predicado fue el de la caída de la
Babilonia espiritual, con una media de 2.74. En tanto que el tema de la misión y el discipulado
en la iglesia remanente, fue el más predicado con 3.39.
133
Ítems del don profético
En cuanto al don profético (Tabla 5), el tema más escuchado fue el del propósito del
don profético en la iglesia remanente, con 3.42. Y el menos escuchado fue el de la vida y obra
de Elena de White, con 3.11.
Tabla 4
Media de los ítems del mensaje de los tres ángeles
El mensaje de los tres
ángeles
N Mínimo Máximo Media
La misión y el
discipulado en la iglesia
remanente
159 1 5 3.39
La doctrina de la creación 157 1 5 3.01
Los distintivos del
remanente
153 1 5 2.83
La caída de Babilonia
espiritual
157 1 5 2.74
Tabla 5
Media de los ítems del don profético
El don profético N Mínimo Máximo Media
El propósito del don profético
en la iglesia remanente
159 1 5 3.42
La doctrina de los dones
espirituales en el NT
157 1 5 3.31
La inspiración y la revelación 159 1 5 3.16
Vida y obra de Elena de White 159 1 5 3.11
134
Ítems de la ley de Dios
En relación con la ley de Dios (Tabla 6), el tema que reporta más frecuencias es el de
la ley y la gracia en el plan de salvación, con 3.65 y el menos oído en la predicación fue el de
la ley y el cuerno pequeño, con 2.93.
Tabla 6
Media de los ítems de la ley de Dios
La ley de Dios N Mínimo Máximo Media
La ley y la gracia en el plan de
salvación
159 1 5 3.65
El propósito de la ley moral 153 1 5 3.24
La ley moral y la ley
ceremonial
154 1 5 3.22
La ley y el cuerno pequeño 157 1 5 2.93
Ítems de la segunda venida
En el pilar teológico de la segunda venida de Cristo (Tabla 7), el ítem más predicado es
el regreso personal y visible de Cristo, con 3.96; y el que tiene menos frecuencia en este pilar
es el chasco de 1844 y el librito dulce y amargo, con 2.59.
Ítems del sábado
El pilar teológico del sábado resultó ser el más predicado, (ver la tabla 8), y se nota que
el ítem con más frecuencia es el de Cristo y el sábado con una media de 3.96 y el que reporta
menos frecuencia es cómo llegó el sábado a la iglesia remanente, con 3.14.
135
Tabla 7
Media de los ítems de la segunda
venida
La segunda venida N Mínimo Máximo Media
El regreso personal y
visible de Cristo 156 1 5 3.96
Señales del regreso de
Cristo 159 1 5 3.91
Las parábolas de la
preparación 156 1 5 3.5
El chasco de 1844 y el
librito dulce y amargo 158 1 5 2.59
Tabla 8
Media de los ítems del sábado
El sábado N Mínimo Máximo Media
Cristo y el sábado 160 1 5 3.96
La adoración y el
sábado en el tiempo
de fin. 161 1 5 3.83
El sello de Dios y la
marca de la bestia 158 1 5 3.58
Cómo llegó el
sábado a la iglesia
adventista 157 1 5 3.14
En resumen, se puede decir que los 5 ítems más predicados fueron: (a) Cristo y el
sábado con una media de 3.96; (b) el regreso personal y visible de Cristo igual con 3.96, (c)
señales del regreso de Cristo con 3.91, (d) La adoración y el sábado en el tiempo del fin con
3.83 y (e) la ley y la gracia en el plan de salvación con 3.65. De igual forma, se puede notar
136
que los menos predicados fueron: (a) la contaminación y limpieza del santuario terrenal y
celestial 2.47, (b) el espiritismo moderno con 2.58, (c) el chasco de 1844 y el librito dulce y
amargo con 2.59, (d) la caída de la Babilonia espiritual con 2.74 y (e) y la no inmortalidad del
alma con 2.77.
Antes de analizar la relación que existe entre la variable contenido de la predicación y
las variables dependientes, se muestra el comportamiento de estas variables solas, es decir, se
observan las frecuencias con que aparecieron.
Ítems del estilo de vida
Esta variable fue medida por cuatro ítems que son consignados en la siguiente tabla en
la cual aparecen ordenados de acuerdo a la media de sus frecuencias (tabla 9). Es notable que
para el ítem consumo solo carnes limpias la media es 4.40; si el punto máximo de la escala es
5, podemos decir que casi el 100 por ciento de los miembros consume solo carnes limpias. La
media más baja en el estilo de vida corresponde al consumo de café, coca cola y refrescos.
Ítems del compromiso con la misión
En esta variable o dimensión de la experiencia cristiana del adventismo, la pregunta
(tabla 10), con la media más alta corresponde a la asistencia al grupo pequeño, con una media
de 4.31, es decir una media bastante significativa, ya que casi el 100 por ciento de los
miembros está asistiendo a los grupos pequeños. Pero el punto más bajo en el compromiso con
la misión está en llevar visitas al grupo pequeño con una media de 2.99.
Ítems de la relación con Cristo
En esta última variable dependiente (tabla 11), se nota que la asistencia y adoración al
Señor en los sábados tiene una media de 4.27, la cual es bastante aceptable. En tanto que el
137
ítem más bajo es el estudio diario de la Biblia, con 3.94. Sin embargo, muestra que en
promedio los miembros estudian frecuentemente, lo cual es significativo.
Tabla 9
Media de los ítems del estilo de vida
Estilo de vida N Mínimo Máximo Media
Consumo solo carnes
limpias
161 1 5 4.4
Experimento la
bendición de devolver
el diezmo
158 1 5 4.2
Cuando me visto pienso
en la modestia y
sencillez
155 1 5 3.79
He pensado eliminar la
carne de mi dieta algún
día
159 1 5 3.2
No consumo café, coca
cola y refrescos
160 1 5 3.01
Tabla 10
Media de los ítems compromiso con la misión
Compromiso con la
misión N Mínimo Máximo Media
Asisto a mi Grupo
Pequeño 156 1 5 4.31
Ofrezco estudios bíblicos
a mis conocidos 159 1 5 2.99
Llevo visitas a la reunión
del Grupo Pequeño 151 1 5 2.99
138
Tabla 11
Media de los ítems relación con Cristo
Relación con Cristo N Mínimo Máximo Media
Adoro al Señor con mi
puntualidad en los sábados
158 1 5 4.27
Disfruto buscando a Dios a
través de la oración personal
158 1 5 4.23
Participo con entusiasmo en la
cena del Señor
160 1 5 4.14
Dedico por lo menos 15
minutos al estudio de la Biblia
160 1 5 3.94
Confiabilidad y validez del instrumento
El instrumento de medición que se usó para probar las hipótesis contiene una variable
independiente y tres variables dependientes. A su vez, la variable independiente contenido de
la predicación, tiene siete dimensiones, las cuales se midieron a través de cuatro ítems cada
una, excepto una de ellas con tres (apéndice A, páginas 169-172).
Las variables dependientes que aluden a tres formas de vida del adventismo: El estilo
de vida, el compromiso con la misión y la relación con Cristo, fueron medidas con cinco, tres
y cuatro ítems respectivamente. El instrumento fue elaborado expresamente para esta
investigación, por lo que primeramente se hizo una validación de contenido, en la cual dos
especialistas Armando Juárez y Loron T. Wade, validaron la pertinencia y claridad de los
ítems. Finalmente, en cuanto a la fiabilidad de la escala de medición, se aplicó el coeficiente
del Alfa de Cronbach, resultando loa valores que aparecen en la tablas 12 y 13, que muestran
que mientras más se acerca el alfa a 1, mayor es la fiabilidad de la escala.
139
Como puede observarse en la tabla 13, solo en la variable estilo de vida el coeficiente
es bajo. En cuanto a los demás valores, el alfa de Cronbach da evidencias de que la escala
mide lo pretende medir. Sin embargo, debido a que por razones prácticas el instrumento se
limitó al número mínimo de declaraciones aceptables para medir un constructo, se recomienda
en futuras investigaciones, considerar el uso de instrumentos con más indicadores para obtener
resultados con mayor validez.
Tabla 12
Confiabilidad y validez de los constructos: Contenido de la
predicación
VI dimensiones del contenido de la
predicación
Alfa de
Cronbach No. de ítems
Segunda Venida 0.518 4
El santuario 0.824 4
El mensaje de los tres ángeles 0.728 4
La no inmortalidad del alma 0.767 3
La ley de Dios 0.752 4
El sábado 0.751 4
El don profético 0.781 4
Tabla 13
Confiabilidad y validez de las variables dependientes
VD formas de vida Alfa de Cronbach No. de ítems
Estilo de vida 0.434 5
Compromiso con la misión 0.651 3
Relación con Cristo 0.635 4
140
Prueba de las hipótesis nulas
Considerando que en las hipótesis de investigación se tomó la variable contenido de la
predicación como independiente, es decir como la variable que explica a las variables
dependientes o dimensiones de la experiencia cristiana del adventismo, es necesario notar cuál
es el grado de relación para determinar si se rechazan las hipótesis nulas (en donde la relación
es igual a cero) y se aceptan las hipótesis de investigación. Con este fin, se utilizó la regresión
lineal como técnica estadística, ya que tiene la bondad de explorar o cuantificar la relación
entre una variable llamada dependiente o criterio y una o más variables llamadas
independientes o predictoras, con un doble propósito: (a) Averiguar en qué medida la variable
dependiente puede estar implicada o explicada por la variable independiente, (b) obtener
predicciones en la variable dependiente a partir de la variable independiente. A continuación,
la prueba de las hipótesis nulas.
Primera hipótesis nula
H0: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
(6) el sábado y (7) el don profético] no explica significativamente el estilo de vida de los
miembros en diez distritos de la Asociación Olmeca.
En este primer caso los resultados de la regresión lineal (tabla 14) son los siguientes: [F
(7,152)=4.594, p=.000] cuando el nivel de significación del modelo de regresión lineal es
menor a .05, lo que nos lleva en este caso a rechazar la primera hipótesis nula y a aceptar la
primera hipótesis de investigación.
Lo cual da evidencias de que la H1: El contenido de la predicación [(1) la segunda
venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no
141
inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios, (6) el sábado y (7) el don profético] tiene relación
significativa con el estilo de vida de los miembros de la Asociación Olmeca. Lo que equivale a
decir que el contenido de la predicación también predice el estilo de vida de los adventistas en
un 13 por ciento.
Tabla 14
Prueba de la primera hipótesis nula
R R
cuadrado R cuadrado corregida Error típ. de la estimación
.418a 0.175 0.137 0.55064
a. Variables predictoras: El don profético, segunda venida, no inmortalidad, la ley de Dios,
el santuario, el sábado, mensaje de los tres ángeles.
ANOVAb
Modelo Suma de
cuadrados gl Media cuadrática F Sig.
Regresión 9.75 7 1.393 4.594 .000a
Residual 46.087 152 0.303
Total 55.838 159
a. Variables predictoras: El don profético, segunda venida, no inmortalidad, la ley de Dios,
el santuario, el sábado, mensaje de los tres ángeles b. Variable dependiente: Estilo de Vida.
Por otro lado, también se observa el grado de relación existente entre las dimensiones
del contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario,
(3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios, (6) el
sábado y (7) el don profético], y la variable dependiente estilo de vida (tabla 15).
Los resultados de aplicar la técnica estadística de regresión múltiple muestran cuáles
dimensiones de la predicación resultaron significativamente predictoras en relación con el
estilo de vida. En este caso, se encuentra que es la ley de Dios, pues los resultados muestran
142
una relación significativa y un valor explicativo (β = .234, p = .020). De igual forma, la
predicación de la no inmortalidad tiene cierta significación para explicar al estilo de vida por
sobre los otros pilares teológicos del adventismo, pues sus valores así lo muestran (β=-0.2,
p=0.31). Pero en este caso la explicación es negativa. Por lo cual, se podría decir que donde se
predique más de la ley de Dios y menos de la inmortalidad del alma, podría haber una mejora
en el estilo de vida.
Tabla 15
Cómo explican los pilares teológicos del adventismo al estilo de vida
Coeficientes no
estandarizados
Coeficientes
tipificados t Sig.
B Error típ. Beta
(Constante) 2.415 0.29 8.326 0
Segunda Venida 0.119 0.086 0.117 1.392 0.166
El Santuario -0.023 0.075 -0.03 -0.305 0.761
Mensaje de los tres
Ángeles 0.107 0.082 0.143 1.309 0.192
No inmortalidad -0.129 0.059 -0.2 -2.179 0.031
La Ley de Dios 0.18 0.077 0.234 2.351 0.02
El Sábado 0.06 0.075 0.081 0.801 0.424
El Don Profético 0.058 0.074 0.085 0.783 0.435
a. Variable dependiente: Estilo de Vida
Segunda hipótesis nula
H0: El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
(6) el sábado y (7) el don profético] no explica el compromiso con la misión de los miembros de
diez distritos de la Asociación Olmeca.
143
Los resultados que arrojó el modelo estadístico (tabla 16), en cuanto a la segunda
hipótesis nula son los siguientes: [F (7,152)=3.797, p=.001] cuando el nivel de significación
del modelo de regresión lineal es menor a .05, lo que nos lleva rechazar la segunda hipótesis
nula y a aceptar la segunda hipótesis de investigación.
Esto quiere decir que según la H2: El contenido de la predicación [(1) la segunda
venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no
inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios, (6) el sábado y (7) el don profético] tiene relación
significativa con el compromiso con la misión de los miembros de la Asociación Olmeca. De
igual manera, el modelo muestra que el porcentaje de predicción del contenido de la
predicación sobre el compromiso con la misión es de un 11por ciento.
Por otro lado, también se puede observar el grado de relación existente entre las
dimensiones del contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina
del santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de
Dios, (6) el sábado y (7) el don profético], y la variable dependiente compromiso con la
misión (Tabla 17). Los resultados de aplicar la técnica estadística de regresión múltiple
muestran que la predicación de la ley de Dios es significativamente predictora, pues (β = .313,
p = .032) y también el don profético, en donde (β=.239, p=.032); lo cual permite inferir que
cuando se predique más de la ley de Dios y del don profético, también habrá un incremento en
el compromiso con la misión.
144
Tabla 16
Prueba de la segunda hipótesis nula
R R cuadrado R cuadrado corregida
.386a 0.149 0.11
a. Variables predictoras: El don Profético, segunda venida, no inmortalidad, la ley de
Dios, el santuario, el sábado, mensaje de los tres ángeles b) Variable dependiente:
Compromiso con la misión
ANOVAb
Suma de
cuadrados gl
Media
cuadrática F Sig.
Regresión 18.325 7 2.618 3.797 .001a
Residual 104.798 152 0.689
Total 123.122 159
a. Variables predictoras: El don profético, segunda venida, no inmortalidad, la ley de Dios,
el santuario, el sábado, mensaje de los tres ángeles
Tabla 17
Como explican los pilares teológicos del adventismo al compromiso con la misión
Coeficientes no
estandarizados
Coeficientes
tipificados t Sig.
B Error típ. Beta
(Constante) 2.151 0.437 4.918 0
Segunda Venida -0.053 0.129 -0.035 -0.41 0.682
El Santuario 0.127 0.113 0.114 1.126 0.262
Mensaje de los tres
Ángeles -0.214 0.123 -0.192 -1.735 0.085
No inmortalidad -0.015 0.089 -0.015 -0.167 0.868
La Ley de Dios 0.357 0.115 0.313 3.09 0.002
El Sábado -0.074 0.113 -0.068 -0.659 0.511
El Don Profético 0.24 0.111 0.239 2.163 0.032
a. Variable dependiente: Compromiso con la Misión
145
Tercera hipótesis nula
H0 El contenido de la predicación [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
(6) el sábado y (7) el don profético] no explica la relación con Cristo de los miembros de la
Asociación Olmeca.
En cuanto a la tercera hipótesis nula, los resultados del modelo análisis ANOVA
(Tabla 18), muestran que [F (7,152)=3.545, p=.001] cuando el nivel de significación del
modelo de regresión lineal es menor a .05; por lo tanto, se rechaza la tercera hipótesis nula y
se acepta la tercera hipótesis de investigación: H1 El contenido de la predicación [(1) la
segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la
no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios, (6) el sábado y (7) el don profético] tiene relación
significativa con la relación con Cristo de los miembros de diez distritos de la Asociación
Olmeca. En este mismo sentido, el modelo (tabla 14, columna R cuadrado corregida) nos
muestra que la variable contenido de la predicación explica en un 10 por ciento a la dimensión
de identidad o forma de vida “relación con Cristo” de los adventistas.
Considerando que la variable independiente predicación tiene siete dimensiones de
contenido [(1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del santuario, (3) el mensaje de los
tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios, (6) el sábado y (7) el don
profético], se aplicó también la técnica estadística regresión lineal múltiple para saber qué grado
de predicción existía entre estas dimensiones de contenido y la variable dependiente relación con
Cristo (tabla 15). Aquí se nota que hay dos dimensiones que sobresalen por su medida beta alta y
su significación menor a .05, la ley de Dios en donde (β = .205, p = .046) y el don profético en
146
donde (β=.283, p=.012), en donde se podría predecir que a mayor predicación acerca de la ley de
Dios y el don profético, mayor será la relación con Cristo.
Tabla 18
Prueba de la tercera hipótesis nula
Modelo R R cuadrado R cuadrado corregida
1 .375a 0.14 0.101
a) Variables predictoras: El don profético, segunda venida, no inmortalidad, la ley de Dios, el
santuario, el sábado, mensaje de los tres ángeles. b) Variable dependiente: Relación con
Cristo.
ANOVAb
Modelo Suma de cuadrados gl Media
cuadrática F Sig.
1
Regresión 8.863 7 1.266 3.545 .001a
Residual 54.279 152 0.357
Total 63.141 159
a) Variables predictoras: El don profético, segunda venida, no inmortalidad, la ley de Dios, el
santuario, el sábado, mensaje de los tres ángeles. b) Variable dependiente: Relación con
Cristo.
Otros resultados
Los siguientes resultados, aunque no formaron parte de las preguntas iniciales de
investigación, pueden enriquecer la comprensión del fenómeno del contenido de la
predicación adventista.
El compromiso con la misión y el
nivel académico
Se observa una ligera mayor participación de los miembros cuyo nivel académico
oscila entre primero y sexto grado de primaria con una media aritmética de 3.42 (tabla 20).
147
Tabla 19
Cómo explican los pilares teológicos del adventismo a la relación con Cristo
Modelo
Coeficientes no
estandarizados
Coeficientes
tipificados
t
Sig. B Error típ. Beta
(Constante) 3.113 0.315 9.889 0
Segunda Venida 0.07 0.093 0.065 0.756 0.451
El Santuario 0.064 0.081 0.08 0.784 0.434
Mensaje de los tres
Ángeles
-0.054 0.089 -0.068 -0.613 0.541
No inmortalidad -0.032 0.064 -0.047 -0.499 0.619
La Ley de Dios 0.167 0.083 0.205 2.014 0.046
El Sábado -0.095 0.081 -0.121 -1.176 0.241
El Don Profético 0.204 0.08 0.283 2.549 0.012
a. Variable dependiente: Relación con Cristo
Tabla 20
Compromiso con la misión y el nivel académico
N Media Desviación típica
1. Ninguno 5 2.9333 1.2561
2. 1 a 6 de primaria 25 3.5933 0.81092
3. 1 a 3 de secundaria 60 3.4222 0.86709
4. Bachillerato 33 3.3232 0.72402
5. Universidad 29 2.8793 0.93954
6. Posgrado 7 3.1429 0.92009
Total 159 3.3019 0.87896
148
La relación con Cristo y la edad
Existe relación significativa entre la edad y la relación con Cristo, el compromiso con
la misión y el estilo de vida (Tabla 21). A mayor edad se eleva la correlación con cada una de
las tres dimensiones de la experiencia cristiana adventista, según la correlación de Pearson.
Tabla 21
Correlación entre la relación con Cristo, el compromiso con la
misión, el estilo de vida y la edad
Correlación de Pearson Edad
Relación con
Cristo
Correlación de Pearson 344**
Sig. (bilateral) 0
N 156
Compromiso
con la misión
Correlación de Pearson 352**
Sig. (bilateral) 0
N 156
Estilo de vida
Correlación de Pearson 257**
Sig. (bilateral) 0.001
N 156
**La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
Formas de vida y la variable nominal predicador
Al comparar la media aritmética de la variable demográfica si es predicador o no (tabla
22) se observa una diferencia significativa en relación al estilo de vida, el compromiso con la
misión y la relación con Cristo. Los predicadores mostraron un mejor desempeño en estas tres
dimensiones de la experiencia cristiana, en relación a los que no son predicadores. Así lo
muestra la siguiente tabla.
149
Tabla 22
Correlación entre si es o no predicador y las demás
variables
Es
predicador… N Media
Segunda Venida 1 Si 86 3.4738
2 No 71 3.5023
El Santuario 1 Si 86 2.7287
2 No 70 2.7595
Mensaje de los tres Ángeles 1 Si 86 2.9777
2 No 71 3.0235
No inmortalidad 1 Si 86 2.876
2 No 71 2.6925
La Ley de Dios 1 Si 86 3.3372
2 No 71 3.2148
El Sábado 1 Si 86 3.5339
2 No 71 3.7535
El Don Profético 1 Si 86 3.2752
2 No 71 3.2171
Relación con Cristo 1 Si 86 4.3527
2 No 71 3.9249
Compromiso con la Misión 1 Si 86 3.5911
2 No 71 2.993
Estilo de Vida 1 Si 86 3.8355
2 No 71 3.5838
Relación entre si es predicador y el género
La siguiente tabla (tabla 23) indica que los hombres tienen más relación con la
predicación que las mujeres, pues de un total de 83 predicadores 63 son hombres y 20 son
mujeres.
150
Tabla 23
Relación entre el género y si es predicador
Recuento
Género
Total 1
Masculino
2
Femenino
Es
predicador
1 Si 63 20 83
2 No 29 40 69
Total 92 60 152
Conclusión
Al rechazar las hipótesis nulas con los resultados de las pruebas estadísticas
permanecen las hipótesis de investigación, las cuales establecen que la variable independiente
contenido de la predicación puede explicar a las variables dependientes estilo de vida,
compromiso con la misión y la relación con Cristo. Aunque los resultados no establecen
causalidad, proporcionan evidencias de un grado de predicción significativo, lo que lleva a
reafirmar la teoría de que lo que una persona cree afecta su conducta y su identidad.
Por otro lado, los resultados también dieron evidencias del estado actual de los pilares
teológicos en su función de contenido de la predicación. En este sentido, cuando se establece
un orden de menor a mayor frecuencia, según la media aritmética, los pilares teológicos
quedan como sigue: (7) el santuario con una media de 2.74, (6) la no inmortalidad con 2.78,
(5) el mensaje de los tres ángeles con 2.98, (4) el don profético con 3.23, (3) la ley de Dios con
3.27, (2) la segunda venida con 3.48 y (1) el sábado con 3.63. Las evidencias que
proporcionan los resultados colocan al sábado como el pilar teológico del adventismo más
151
predicado, con una media de 3.63 y el santuario como el menos predicado, con una media de
2.74.
152
CAPÍTULO V
RESUMEN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El adventismo como cualquier otro movimiento religioso necesita definirse para
justificar su existencia en el mundo. Necesita autoevaluarse para saber si está proveyendo a
sus miembros de un núcleo de creencias que afirman su identidad. Necesita convencer acerca
del hecho de que ser diferentes le da sentido a los individuos y a los grupos sociales. Y sobre
todo, necesita garantizar a quien se une al movimiento que vale la pena pagar el costo de la
lealtad. Por lo tanto, es de suma importancia examinar la legitimidad del adventismo histórico
y actual.
Es necesario dar una respuesta puntual a las interrogantes, ya sean desgastadas o
inéditas, acerca de que si el adventismo es tan solo una modificación del protestantismo del
siglo XIX, o una versión mejorada de la teología de la Reforma que ya existía y continúa
existiendo sin mayores cambios. O como señalan sus críticos, una ocurrencia creativa de sus
pioneros para superar el trauma del chasco de 1844.1
O acaso, padecen los adventistas de inmadurez teológica a causa de sus doctrinas
distintivas, que son rechazadas por la mayoría de las iglesias evangélicas. O como se afirma:
¿Realmente es el resultado directo del cumplimiento de las profecías de Daniel y Apocalipsis
1“Quizás la más distintiva de todas las creencias adventistas es la del santuario. Esta doctrina resultó
como una explicación del fracaso del movimiento millerita en 1844” ( Kenneth R. Samples “De la controversia a
la crisis: una evaluación actualizada del adventismo del séptimo día”, Christian Research Journal Vol. 11,
Número 1 [Verano 1988], en http://www.geocities.com/alfil2_1999/crisis.html (20 enero 2012)
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para el tiempo del fin? Al considerar las fronteras que dividen las etapas de la historia
adventista, se destacan las marcas que se han forjado en el crisol de cada crisis de identidad.
Además, se distinguen los conflictos teológicos que libraron los pioneros para definir sus
creencias y defenderlas palmo a palmo en el terreno profético que reclamaban haberles sido
asignado por Dios.
¿Qué ha mantenido incólume a los adventistas en sus más de 160 años de existencia?
¿Cómo han respondido a cada crisis de identidad? ¿Cuál es el genio del adventismo que lo
proyecta como el remanente visible de la escatología? ¿Son conscientes de los peligros
actuales que enfrenta su identidad? Para responder a estas y otras interrogantes, se realizó la
presente investigación acerca del contenido de la predicación y la identidad adventista.
En este último capítulo se reitera el marco teórico que fundamentó la investigación, de
donde se extrajo la teoría más aceptable para estudiar la identidad adventista, a saber, las
presuposiciones teológicas conocidas como pilares teológicos del adventismo; enseguida se
presenta la metodología que permitió obtener conclusiones con validez estadística, después de
lo cual se exponen los resultados más relevantes y finalmente se dan las recomendaciones
derivadas de la investigación.
Un marco teórico para la identidad adventista
El adventismo emergió en 1831 como resultado del estudio historicista de las profecías
de Daniel y Apocalipsis para el tiempo del fin. El énfasis escatológico y racional de su
principal doctrina, el retorno premilenial de Cristo, atrajo a miles de creyentes de varias de las
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iglesias protestantes de Norteamérica, que pensaron que Jesús podría venir entre 1843 y 1844.1
Al principio las iglesias protestantes vieron con agrado al movimiento y lo apoyaron,
pero en 1843 el efecto aglutinador de las profecías estremeció a aquellas iglesias que
terminaron excluyendo de sus filas a los adventistas. Esta fue su primera crisis de identidad. El
manejo que hicieron de ella dejó un precedente histórico. En ese entonces, hicieron su primera
aproximación al mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14: 6-12; en donde identificaron
que el mensaje del primer ángel, que anuncia que “la hora del juicio ha llegado” (Ap 14: 7), se
estaba cumpliendo en su propio movimiento.
Y el mensaje del segundo ángel, que proclama la caída de Babilonia (Ap 14: 8),
representaba el rechazo de las iglesias protestantes hacia la doctrina del regreso premilenial de
Cristo y la exclusión resultante de los adventistas.2 Así, esta primera crisis fue superada al
aplicar a su propio movimiento los mensajes del primer y segundo ángel de Apocalipsis 14, y
a su vez, dejaba un precedente hermenéutico para manejar las futuras crisis.
Con el arribo de 1844, el año fijado para la culminación de los 2,300 días y la
consecuente venida de Cristo según Daniel 8: 14, los adventistas enfrentaron la mayor crisis
de su historia: El denominado gran chasco de 1844. Esta crisis llevó prácticamente al
movimiento a la desintegración, aunque no significó el fin. Sin embargo, este trance les dejaba
un desafío por resolver para mantener su derecho a la existencia. El misterio que había de
1David L. Rowe, Thunder and trumpets: Millerites and disserting religion in upstate New York, 1800-
1850 (Chico, CA: Scholars Press, 1985), 48, 70, 71, 93. Michael Barkun, Crucible of the millennium: The burned
over district of New York in the 1849s, (Siracuse, NY: Syracuse University Press, 1986), 103, 11, 112, 117-119,
139, 143. Ruth Alden Doan, The Miller heresy, millennialism, and American culture (Philadelphia, PA: Temple
University Press, 1987), 12, 13.
2Charles Fitch, “Come out of her”, MC, septiembre 21, 1843, 33-36, citado en Timm, El santuario, 52.
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develar era, si 1844 tenía realmente algún significado teológico. Varios de los grupos que se
derivaron de este despertar religioso y del consecuente chasco, pronto abandonaron su
conexión con 1844. Solo un grupo reducido de pioneros mantuvo su vínculo con los tres
principios del adventismo pre-chasco; principios que al resolver el enigma hermenéutico de
1844, dieron origen al adventismo del séptimo día. Estos principios son: (a) la autoridad total
de la Escritura, (b) la perspectiva historicista de las profecías y (c) el enfoque escatológico de
la predicación.1
El resultado más sobresaliente de esta dedicación fue la consolidación –en los
siguientes quince años– de los así llamados pilares teológicos del adventismo. Estos pilares
son: (1) la segunda venida de Cristo, (2) el santuario celestial, (3) la ley de Dios, (4) el sábado,
(5) la no inmortalidad del alma, (6) el mensaje de los tres ángeles y (7) el don profético.
En la etapa que abarcó de 1844 a 1860, una a una estas creencias fundamentales
integraron de entre los esparcidos y desorientados del chasco de 1844, un movimiento con
conciencia histórica y valor profético. Finalmente, llegaron a la conclusión de que debían
identificarse con un nombre. Así, en 1860, los pioneros eligieron el nombre Iglesia Adventista
del Séptimo Día.2 Esto terminó separándolos, no solo de los no creyentes, sino de otros grupos
1 Se podría decir que en esta dinámica se encuentra “el genio del adventismo”. “El genio del adventismo
del séptimo día no radica tanto en sus doctrinas distintivas o en las creencias que comparte con otros cristianos.
Éste consiste, más bien, en la combinación de ambos dentro de la estructura proporcionada por el tema de la gran
controversia que encontramos en Apocalipsis 11: 19-14-20. Esta visión profética distingue a los adventistas del
séptimo día de los demás adventistas, de los demás observadores del sábado, y del resto de la cristiandad. La
teología del gran conflicto (desarrollada primeramente por Bates, a mediados de la década de 1840), ha llevado al
adventismo a considerarse como un pueblo profético. Esta convicción ha llevado a los adventistas a predicar el
mensaje de los tres ángeles en los rincones más apartados de la tierra, antes del gran día de la cosecha final. Si
perdemos esta visión, habremos perdido el genio del adventismo. Habremos llegado a ser meramente otra de las
denominaciones cristianas intrascendentes, con algunas doctrinas francamente peculiares, en vez de ser un
movimiento profético dinámico” (Knight, “Nuestra identidad, 239, 240).
2 “El nombre Adventista del Séptimo Día lleva al frente las verdaderas características de nuestra fe y
convencerá a la mente inquisitiva. Como una flecha de la aljaba del Señor herirá a los transgresores de la ley de
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religiosos existentes. De esta manera, su identidad quedaba definida por las fronteras
teológicas de sus pilares.
Función hermenéutica de los pilares teológicos
del adventismo
A partir de entonces, los pilares teológicos no solo explicarían la naturaleza
escatológica y profética del adventismo, además llegaron a ser los factores integradores de
todo su sistema doctrinario y por extensión los principios hermenéuticos de la teología
adventista. No se debería perder de vista lo que se dijo respecto a la función hermenéutica del
santuario como pilar teológico principal: “El asunto del santuario fue la clave que aclaró el
misterio del chasco de 1844. Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto
armonioso, y demostraban que la mano de Dios había dirigido el gran movimiento adventista,
y al poner de manifiesto la situación y la obra de su pueblo le indicaba cuál era su deber de allí
en adelante”.1
Se podría esperar que habiendo establecido esta sólida plataforma, la historia del
adventismo transcurriera de ahí en adelante sin alteraciones teológicas. Pero lejos de ello, la
tensión continuaría a lo largo de su existencia. Los pilares teológicos no solo han sido
desafiados como tales,2 sino aun más críticamente, ha habido intentos de desplazarlos de su
Dios, y llevará al arrepentimiento para con Dios y a la fe en nuestro señor Jesucristo” (E. White, Testimonios
para la iglesia, T 1, 223).
1E. White, El conflicto, 476. Notemos además, “los que recibieron la luz relativa al santuario y a la
inmutabilidad de la ley de Dios, se llenaron de alegría y admiración al ver la belleza y armonía del conjunto de
verdad que fue revelado a sus inteligencias”. Ibíd., 506, 507. Y nuevamente, “el tabernáculo y templo de Dios en
la tierra fueron copia del original que estaba en el cielo. El santuario y sus solemnes servicios estaban rodeados
místicamente de las grandes verdades que se revelarían a través de generaciones sucesivas” (E. White, Review
and Herald, marzo 2, 1886).
2Pfandl, “The Remnant Church”, Journal of the Adventist Theological Society, 8/1-2 (1997), 19-22.
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función hermenéutica. Olvidando que el adventismo no fue una modificación o mejora de las
doctrinas protestantes, sino el cumplimiento directo de las profecías de Daniel y Apocalipsis,
que llevó a los pioneros a salir del protestantismo de sus días.
El adventismo actual se ha visto amenazado por una protestantización,1 que ha
intentado desplazar el rol hermenéutico de su pilar teológico central: el santuario, por el
paradigma hermenéutico del protestantismo: La justificación por la fe. Este cambio se puede
percibir sutilmente a partir de 1955, a raíz del diálogo que el liderazgo adventista tuvo con
Donald Grey Barnhouse y Walter Martin, líderes evangélicos, que solicitaron hacer una
evaluación de la teología adventista para escribir un libro sobre cultos.2
Como resultado de la investigación la iglesia adventista terminó siendo aceptada como
una iglesia evangélica y publicó a su vez en 1957 el libro Preguntas sobre doctrina. En este
libro es donde se clasificó por primera vez a los pilares teológicos, simplemente como
doctrinas entre otras, sin percibir explícitamente su función hermenéutica. Se las vio
solamente como doctrinas que distinguen a los adventistas de otros evangélicos, en vez de
reafirmar su función integradora. Nótese la revaluación que hizo Samples en 1988 respecto a
aquel diálogo evangélico-adventista.
1“La doctrina protestante de la salvación, implícita o explícitamente, se basa en la dicotomía entre la ley
y la gracia. De acuerdo con esta idea casi universalmente aceptada por los cristianos, se supone que Dios salva a
los judíos por medios de la obediencia a la Ley (Antiguo Testamento) y a los cristianos por medio de la gracia
(Nuevo Testamento). Esto deja a los teólogos protestantes sin el contexto revelado necesario para entender el
Nuevo Testamento que el mismo Jesucristo utilizara y, por consiguiente, los hace dependientes del método
teológico católico basado en las tradiciones y las filosofías humanas” (Canale. “Completando. Parte I”. 65). En
lugar de ello doctrina adventista de la expiación interpretada a la luz del santuario es coherente con toda la Biblia,
pues muestra el desarrollo del plan de salvación a través de los altares, el tabernáculo del desierto, el templo de
Salomón, el templo de Jerusalén, la Cruz y el santuario celestial. Enfatizando que en la historia, la salvación siempre
estuvo disponible en el santuario. (Véase Timm, El santuario, 20).
2En 1960 se publicó el libro de Walter Martin The truth about seventh-day adventism, en donde con una
amplia documentación, terminó convenciendo al mundo evangélico de que la iglesia adventista no era una secta.
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Aunque Martin quedó impresionado con el compromiso de los adventistas con los
elementos esenciales de la fe, todavía había cierto número de doctrinas adventistas
distintivas que por mucho tiempo habían impedido que se les aceptara como hermanos
cristianos. La mayoría de los eruditos evangélicos que habían escrito negativamente
sobre los adventistas centraban sus críticas sobre estas pocas doctrinas distintivas, que
ellos creían socavaban cualquier ortodoxia que el adventismo pudiera tener. Martin,
que estaba decidido a entender al adventismo con exactitud, solicitó una explicación
completa de estas peculiares creencias.1
El autor es bastante objetivo en su apreciación a posteriori de aquel momento histórico
del diálogo entre evangélicos y adventistas. Recalca por un lado el compromiso de los
adventistas con los elementos esenciales de la fe del protestantismo y, por otro lado, reconoce
algo que le causa escozor, “todavía había cierto número de doctrinas adventistas distintivas
que por mucho tiempo habían impedido que se les aceptara como hermanos cristianos”.
Nótese su siguiente declaración.
Como estas doctrinas controvertidas expresan la singularidad de la teología adventista,
y como alcanzar un entendimiento en relación con ellas era importante para la
evaluación de Barnhouse y Martin, es necesario que se discutan brevemente. […] así
que discutiremos tres de los distintivos que han sido fuente principal de malos
entendidos. La Conferencia Evangélica/ASD reveló que la teología adventista difería
de la corriente principal del cristianismo en los siguientes tres puntos en controversia:
El sábado, la autoridad de Elena G. White, la figura principal de la secta, y la doctrina
del “juicio investigador”.2
Desafortunadamente para los adventistas el autor tiene razón, pues en Preguntas sobre
doctrina se propuso una nueva forma de integración de las creencias adventistas al agruparlas
en las siguientes tres categorías: “(1) doctrinas que el adventismo tiene en común con todos
los cristianos, (2) doctrinas que el adventismo tiene en común con algunos cristianos y (3) las
doctrinas distintivas del adventismo”.3
1Samples, 9.
2Ibíd.
3Knight, Ed. Preguntas, 21-23.
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Los pioneros habían entendido que “el asunto del santuario fue la clave que aclaró el
misterio del chasco de 1844. Reveló todo un sistema de verdades, que formaban un conjunto
armonioso”.1 Pero en Preguntas sobre doctrina ya no era más así. Se consideró solo como una
doctrina que distinguía a los adventistas del protestantismo, pero no era una verdad esencial.2
Esto llevaría a muchos miembros a pensar que los adventistas tienen la misma plataforma que
los demás protestantes, que en realidad hay poca diferencia entre los adventistas y los
evangélicos. “El santuario y el mensaje de los tres ángeles no fueron más concebidos como
pilares sobre los cuales descansa un completo sistema de verdad, sino como piezas del edificio
evangélico de la verdad”.3
Sin embargo, el problema no radicaría solo en considerar a los pilares teológicos como
doctrinas distintivas; aún otros críticos de la época sospechaban que en realidad los adventistas
no habían cambiado, como habían prometido a Martin; solo habían usado un lenguaje
aclaratorio para el mundo evangélico.4
1E. White, El conflicto, 476. Notemos además: “Los que recibieron la luz relativa al santuario y a la
inmutabilidad de la ley de Dios, se llenaron de alegría y admiración al ver la belleza y armonía del conjunto de
verdad que fue revelado a sus inteligencias”. Ibíd., 506, 507.
2“Sin claridad respecto a su plataforma hermenéutica en este acercamiento evangélico producido por
“Preguntas sobre doctrina”, la teología adventista “reconoció” la diferencia entre las así llamadas “verdades
eternas” y las “verdades de prueba” de acuerdo a este punto de vista las “verdades eternas” incluyen los temas
fundamentales de la teología incluyendo el camino de la salvación. Las otras verdades como el santuario, el juicio
investigador, el Espíritu de Profecía manifestado en el ministerio y escritos de Elena de White, y el mensaje de
los tres ángeles de Apocalipsis 14 solo están para diferenciarnos” (Fernando Canale, “From Vision to System:
Finishing the Task of Adventist Theology Part I: Historical Review,” Journal of the Adventist Theological
Society 15/2 (otoño 2004), 16. Véase (Knight, ed. Preguntas, 21-23).
3Canale, “From Vision: Part I”, 16.
4“Algunos perciben que el libro Questions on doctrine representa un gran cambio teológico emprendido
por la Iglesia Adventista del Séptimo Día en los años 1950, un cambio que muchos repudian. Y el entendimiento
de otros es que Questions on doctrine simplemente refleja una clarificación de aquello que los Adventistas del
Séptimo Día siempre han creído, para borrar así los prejuicios en contra de ellos” (Dave Fiedler, “El Adventismo
y Walter Martin. La sorprendente historia de la influencia de un hombre”, en www.
laicos.org/waltermartinyeladventismo.doc, [27 de junio 2012]).
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En parte tenían razón, oficialmente el adventismo no ha cambiado. Sin embargo, la
sustitución del rol hermenéutico del santuario por el principio protestante de la justificación
por la fe, había empezado. Poco a poco el énfasis soteriológico fue aumentando. La visión
hermenéutica del santuario estaba siendo remplazada por la visión soteriológica hermenéutica
del protestantismo. Hasta que llegaría a su punto más crítico, cuando Desmond Ford en 1980,
expresó en teoría y explícitamente esta sustitución. Con esta acción se desató una época de
cambios en los paradigmas hermenéuticos y teológicos en la iglesia. Ford articuló su postura
en forma erudita y presentó su rechazo de la doctrina del santuario atrayendo la atención de la
iglesia.1 Aunque su postura fue repudiada y eventualmente perdió sus credenciales, la crisis
dejaría secuelas.
Este paso hacia la protestantización del adventismo afectaría por lo menos en dos
direcciones, primero en un desplazamiento del santuario como elemento integrador, segundo
en la consideración de la iglesia adventista como una iglesia evangélica más. Canale, responde
a la pregunta: ¿Puede la iglesia adventista ser considerada como una iglesia evangélica más?
“Si esto fuera así, la iglesia adventista no sería la iglesia remanente de la profecía bíblica, sino
una denominación más de la iglesia evangélica ecuménica protestante”. 2
De la teoría a la observación empírica
Hasta aquí se puede percibir el fenómeno de este cambio de paradigma hermenéutico
en el pensamiento de algunos teólogos, y en algunos sectores del adventismo, aunque no en las
1Ford no pudo resistir la tendencia soteriológica para interpretar el adventismo, hasta el día de hoy su
énfasis está en lo que él llama “el evangelio eterno”. Ford rechazó la doctrina del santuario, el juicio investigador,
el método historicista, y aunque sigue citando a Elena de White, en el fondo la rechaza pues ella confirmó
ampliamente lo que él niega. (Una entrevista con el Dr. Desmond Ford. Foro Adventist Today, en http:
//www.geocities.com/alfil2_1999/entrevistaford1.html, [14 octubre 2011]).
2Canale, “Completando .Parte I”, 67.
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declaraciones oficiales de la iglesia. Sin embargo, se han estado levantando voces de alerta de
teólogos, investigadores e historicistas que han estado documentando con rigor académico la
realidad de este problema y existe el temor hipotético de que puede generar efectos en otras
áreas de la vida de la iglesia.1
Como parte de la solución, el Seminario Teológico Adventista Interamericano, ha
animado a sus estudiantes a realizar investigaciones empíricas con el fin de diagnosticar
estadísticamente el alcance de problemas como estos. Es por ello que en la presente
investigación se consideró pertinente hacer una aproximación empírica a este fenómeno. Así,
si hubieren cambios en algunas áreas de la iglesia, se podrá observarlos, documentarlos,
medirlos, diagnosticarlos, y eventualmente, enfrentarlos.
Con este fin, en la presente investigación se decidió adoptar las presuposiciones
teológicas conocidas como los pilares teológicos del adventismo como la teoría 2sobre la cual
se fundamentaría el estudio. Pues estos pilares constituyen un conjunto de proposiciones
interrelacionadas,3 capaces de explicar por qué y cómo ocurrió el fenómeno adventista del
siglo XIX. Además, ayudan a ordenar y sistematizar el conocimiento acerca del adventismo.
Y aunque el fenómeno adventista es irrepetible como tal; a través de los pilares –en su
función de teoría– se puede predecir que cada vez que se apliquen los principios de estudio y
predicación que se dieron cuando nació el movimiento, axiomáticamente se producirán los
1(Canale, “The eclipse of Scripture and the protestantization of the adventist mind: Part 1: The assumed
compatibility of adventism with evangelical theology and ministerial practices”, Journal of the Adventist
Theological Society 21/1-2 [2010], 133-165).
2Sampieri también enumera tres funciones principales de una teoría en una investigación empírica: (1)
decirnos por qué, cómo y cuándo ocurre un fenómeno, (2) sistematizar o dar orden al conocimiento y (3)
predicción. (Hernández Sampieri, 60)
3 Ibíd.
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mismos resultados: un remanente fiel y comprometido con la misión.1 Y se afirmará,
recuperará o redefinirá la identidad del movimiento, al mismo tiempo que se supliría la
necesidad más apremiante de la iglesia: “la de un reavivamiento de la verdadera piedad en
nuestro medio”.2 De esta manera, se puede decir que los pilares son el resultado final de la
discusión en torno a quiénes son los adventistas del séptimo día.3
En resumen, estas presuposiciones teológicas ofrecen a la investigación cuatro
funciones indispensables: (1) contenido doctrinal, (2) función hermenéutica, (3) capacidad
integradora y (4) solidez para seguir construyendo sobre ellos el quehacer teológico.4 Por lo
tanto, en la investigación, cada uno de los pilares llegó a considerarse una dimensión de la
variable contenido de la predicación, para que en primer lugar se pudiese observar su
comportamiento en la predicación de un sector de la iglesia y en segundo lugar se midiese
estadísticamente el grado de relación que guardan con tres formas de vida del adventismo
previamente delimitadas: (1) el estilo de vida de los miembros, (2) el compromiso con la
misión y (3) la relación con Cristo.
1Este despertar religioso a finales del siglo XVIII y a principios del siglo XIX también había sido
anunciado en Daniel 12: 4.
2E. White, Mensajes selectos, T 1, 141.
3“En su conjunto, separaban esta rama del adventismo no solo de otros cuerpos milleritas, sino también
de otros cristianos en general. Esas cinco doctrinas distintivas permanecieron en el corazón del adventismo
sabático en desarrollo e hizo de ellos un pueblo peculiar. Como tal, el pueblo del sábado valoraba mucho estas
creencias y las predicaba ávidamente” (Knight, Nuestra iglesia, 49).
4La iglesia adventista actualmente tiene 28 creencias agrupadas en 6 doctrinas, (1) la doctrina de Dios,
(2) la doctrina del hombre, (3) la doctrina de la salvación, (4) la doctrina de la iglesia, (5) la doctrina de la vida
cristiana y (6) la doctrina de los acontecimientos finales. Así, “las doctrina bíblicas son independientes de la
época y de la cultura” (Müller, 159). Cuando se hace referencia a los “pilares” no se refiere a estas doctrinas ni a
las creencias sino a lo esencial y lo sustancial de la teología adventista. “Antes de 1850 había unidad sustancial en
lo esencial […] Había acuerdo sobre los fundamentos” (Reid, “Another Look at Adventist Hermeneutics”).
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Planteamiento del problema de investigación
La investigación buscó en primer lugar explorar en qué medida están presentes en la
predicación de las iglesias de 10 distritos de la Asociación Olmeca las siete presuposiciones
teológicas o pilares del adventismo: (1) la segunda venida de Cristo, (2) la doctrina del
santuario, (3) el mensaje de los tres ángeles, (4) la no inmortalidad del alma, (5) la ley de Dios,
(6) el sábado y (7) el don profético. En segundo lugar, se buscó medir el grado de relación o
explicación que el contenido de la predicación, basado en los pilares teológicos del
adventismo, pudiera tener con tres de las dimensiones de la experiencia cristiana del
adventismo: (1) la relación con Cristo, (2) el compromiso con la misión y (3) el estilo de vida
de los miembros. Esto se hizo durante el año 2011.
La metodología
La investigación realizada puede clasificarse como explicativa, ya que buscó medir el
grado de relación y explicación de la variable independiente contenido de la predicación
(basado en los pilares teológicos) con tres variables dependientes consideradas como
dimensiones de la experiencia cristiana del adventismo (estilo de vida, compromiso con la
misión y relación con Cristo). Además, se usó un diseño transversal y un enfoque cuantitativo.
Transversal, porque los instrumentos de medición se aplicaron una sola vez, y con esto se llegó al
conocimiento del comportamiento y las relaciones entre variables. Y cuantitativo por la forma de
recolección de los datos a través de una escala numérica tipo Likert y por el tratamiento
estadístico de la información.
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Los resultados más relevantes a luz del
marco teórico
Una vez recolectados los datos, se analizaron estadísticamente y se obtuvieron los
siguientes resultados:
Comportamiento de la variable contenido
de la predicación
Para medir el comportamiento de las variables se utilizó una escala tipo Likert que
permitió cuantificar la frecuencia de los ítems –temas– en la predicación. En este caso los
niveles fueron: 1= Nunca, 2= Casi nunca, 3= A veces, 4= Frecuentemente y 5= Muy Frecuente.
Una vez procesados los datos, se tomó como primera medida de análisis la media
aritmética, para establecer un orden de menor a mayor frecuencia en que fueron incluidas en la
predicación las siete doctrinas pilares; obteniéndose los siguientes resultados: (1) el santuario
resultó con una media de 2.74, (2) la no inmortalidad con 2.78, (3) el mensaje de los tres
ángeles con 2.98, (4) el don profético con 3.23, (5) la ley de Dios con 3.27, (6) la segunda
venida con 3.48 y (7) el sábado con 3.63. Así se encontró que la doctrina pilar más predicada
fue la del sábado, con una media de 3.63 y la menos predicada fue la del santuario, con una
media de 2.74.
Algunas consideraciones resultantes
Si se considera que el rol del sábado en Apocalipsis, es la de una doctrina selladora, la
que define la verdadera adoración a Dios como Creador y la que mostrará, llegado el
momento, sobre quiénes se pondrá el sello de Dios en contraste con la marca de la bestia. Se
puede decir que en estos distritos donde el sábado obtuvo mayor frecuencia de predicación,
existe un buen grado de identidad.
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Sin embargo, al considerar que la doctrina del santuario es la menos frecuente, y
sabiendo que es el pilar hermenéutico del movimiento adventista, la que además señala a
Cristo como el gran Sumo Sacerdote quien inicia la segunda parte de su ministerio celestial en
1844, en la cual elimina el pecado de los santos como es tipificado en el Día de la Expiación.
Se podrían advertir fisuras en una dimensión crucial de la identidad.
Además, si este pilar se debilita se afectará todo el sistema de verdades. De igual
manera, llama la atención la baja frecuencia en la predicación de la no inmortalidad del alma,
apenas un poco mayor que el santuario. Si se considera que esta es la doctrina protectora en el
tiempo del fin, la que da una perspectiva correcta de la vida y la muerte y protege al
movimiento de los engaños del espiritismo moderno, y recuerda al hombre su dependencia de
Dios, quien es solo inmortal; entonces también sería notable la necesidad de incrementar la
enseñanza y predicación en este pilar teológico.
Relación entre el contenido de la predicación
y las formas de vida del adventismo
En el discurso apocalíptico de Mateo 24, el Señor Jesús enfatizó la necesidad de
mantener la pureza de la verdad profética1 como la base de una forma de vida correcta ante la
espera escatológica. Y en la conclusión del mismo, destacó que el conocimiento del tiempo
por parte del siervo fiel, sería el criterio para explicar su compromiso con la misión de “dar el
alimento a tiempo” (Mt 24: 45). En contraste, la maldad del siervo infiel sería explicada por
una disonancia doctrinal: “mi señor se tarda en venir” (Mt 24: 48).
1 Ente sus advertencias están: “Mirad que nadie os engañe” (Mt 24: 4), en cuanto a las profecías del
tiempo del fin, especialmente de Daniel, dijo: “el que lea entienda” (Mt 24: 15), respecto a los falsos cristos dijo:
“No lo creáis” (Mt 24:16).
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Tratando de aplicar esta realidad en la investigación, se consideró pertinente medir el
grado de relación que pudiera existir entre el contenido de la predicación y tres dimensiones
de identidad resultantes o formas de vida del adventismo, las cuales fueron: (1) el estilo de
vida, (2) el compromiso con la misión y (3) la relación con Cristo.
Relación con Cristo
Al aplicar la técnica estadística conocida como regresión lineal, se encontraron
evidencias de que si hay una relación positiva entre el contenido de la predicación como
variable predictora y la relación con Cristo como variable dependiente. En forma
probabilística se puede decir que el contenido de la predicación explica en un 10 por ciento la
dimensión de identidad o forma de vida relación con Cristo de los adventistas.
Compromiso con la misión
De igual manera, se midió el grado de relación entre el contenido de la predicación y el
compromiso con la misión, encontrándose evidencias de una relación positiva. Se podría decir
entonces, que a mayor exposición a la predicación con pilares teológicos del adventismo,
habrá mejor desempeño en el compromiso con la misión. Estadísticamente el contenido de la
predicación explica en un 11 por ciento al compromiso con la misión.
Estilo de vida
En cuanto al grado de relación entre el contenido de la predicación y el estilo de vida
también se encontraron evidencias de que sí existe estadísticamente una relación positiva. En
este caso el grado de explicación es de un 13 por ciento.
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Los resultados anteriores son importantes, pues reafirman que el adventismo necesita
combinar en cada época, su apasionada creencia en el pronto regreso de Cristo, la observancia
del séptimo día y la presencia transformadora de Dios que se manifiesta en un estilo de vida
equilibrado.
Recomendaciones
A partir de las evidencias encontradas en la investigación empírica, especialmente en
las áreas donde el diagnóstico enciende una luz de advertencia, se proponen las siguientes
recomendaciones:
Nuevas investigaciones
Realizar nuevas investigaciones con otras variables, y con instrumentos de mayor
alcance para enriquecer el conocimiento acerca del fenómeno de la identidad del adventismo.
El método de adoctrinamiento
Si se quiere que el adventismo preserve su identidad, se debe prestar atención al
método de adoctrinamiento. Además de la enseñanza tradicionalmente aceptada, es
recomendable incluir lo esencial del conocimiento profético. Puede haber muchas formas de
lograrlo, se recomiendan por lo menos tres:
1. Una presentación narrativa de los pilares teológicos del adventismo según el orden
histórico de su descubrimiento, esto podría ser especialmente útil para los jóvenes.
2. Una aproximación a los pilares a partir del Apocalipsis, especialmente de los
capítulos 10-14.
3. Una guía para estudiar los pilares con un enfoque cristocéntrico.
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Preparación ministerial
Desarrollo de los pilares teológicos. Diseñar el currículo de una clase que estudie el
fundamento teológico del adventismo siguiendo el bosquejo histórico de los pilares.
Predicación escatológica. Diseñar cursos, seminarios o talleres de predicación
escatológica, en los cuales participen los estudiantes de teología como instructores.
Capacitación laica
Diseñar un curso homilético de predicación apocalíptica para los predicadores laicos.
Elaborar un programa de certificación para líderes basado en los pilares teológicos del
adventismo y su historia.
Teología sistemática
Trabajar en la producción de un libro de texto adventista de teología sistemática; para
disminuir el uso de fuentes evangélicas en las clases. Continuar el proyecto teológico de los
pioneros.
Simposio teológico y predicación de los pilares
Sugerir al Centro White y a la Facultad de Teología de Montemorelos la realización de
un simposio acerca de los pilares teológicos, su función hermenéutica y cómo predicarlos en
este tiempo.
Publicaciones
Producir un número especial de la revista Enfoque, Prioridades u otra, con el tema de
los pilares teológicos del adventismo, con un diseño atrayente para el lector promedio.
169
Preparar un libro mediano con relación al tema del atractivo o genio del adventismo
con el fin de poner al alcance de los miembros de iglesia, en un lenguaje accesible, la riqueza
teológica que los eruditos adventistas han desarrollado.
Unión Interoceánica
Puesto que la Unión Interoceánica tiene la estructura de los grupos pequeños, se recomienda
estudiar durante un trimestre, la historia del desarrollo doctrinal de los siete pilares teológicos
y su impacto en la identidad adventista en la etapa formativa. Además, incluir
sistemáticamente, sermones acerca de los pilares teológicos en el libro que enlaza a la unión
con la iglesia local.
Conclusión
La historia confirma que la identidad del adventismo temprano se fortaleció por la
interacción dinámica de tres grandes principios: La autoridad total de las Escrituras, el enfoque
historicista de las profecías y la perspectiva escatológica de la historia. El producto más
valioso de este equilibrio de principios fue el descubrimiento de los siete pilares teológicos del
adventismo. Cuando estos pilares se predicaron, dieron origen al adventismo del séptimo día.
En la actualidad, en el nivel oficial, la iglesia adventista se mantiene firme en cuanto a
sus creencias fundamentales, pero existen evidencias de que se está presentando un problema
en otro frente: sutilmente se ha estado desplazando la función hermenéutica de los pilares en el
nivel teológico, y está disminuyendo el énfasis apocalíptico en la predicación. En este sentido,
las evidencias de la investigación realizada confirman que la predicación con contenido acerca
de los pilares teológicos, afecta positivamente la experiencia cristiana del adventismo en áreas
como el estilo de vida, el compromiso con la misión y la relación con Cristo.
170
Pero lo contrario, también podría suceder: Sin una protección en el nivel teológico y en
la predicación, las prácticas eclesiásticas también pueden ser afectadas. Por lo que hoy, más
que nunca, el adventismo debe reflexionar en la admonición de uno sus pioneros:
Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente, al
repasar la historia pasada puedo decir: “¡Alabado sea Dios!” Al ver lo que el Señor ha
hecho, me lleno de admiración y de confianza en el liderazgo de Cristo. No tenemos
nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha
conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada.1
1E. White, Notas biográficas, 21.
APENDICE A
INSTRUMENTO
172
ESTUDIO SOBRE EL CONTENIDO DE LA PREDICACION ADVENTISTA TOMANDO
EN CUENTA LAS SIETE DOCTRINAS DISTINTIVAS Y SU IMPACTO EN LA
RELACION CON CRISTO, EL COMPROMISO CON LA MISION Y EL ESTILO DE
VIDA EN LA ASOCIACION OLMECA.
INDICACIONES GENERALES
Estamos trabajando en un estudio que servirá para elaborar una investigación profesional sobre el
contenido de la predicación adventista en relación con las siete doctrinas distintivas y el impacto que ocasiona la
presencia o ausencia de las mismas en la relación con Cristo, el compromiso con la misión y el estilo de vida.
Deseo pedir su ayuda para que conteste unas preguntas que no le llevarán mucho tiempo. Sus respuestas son
anónimas, y las opiniones de todos los encuestados serán sumadas e incluidas en el informe final, pero nunca se
comunicarán datos individuales.
Le pido que conteste este estudio con la mayor sinceridad posible. No hay respuesta correcta e
incorrecta. En todas las declaraciones solo podrá seleccionar una opción. Los resultados de esta investigación se
usarán para mejorar el contenido de nuestra predicación sobre las doctrinas distintivas.
1721. DATOS GENERALES
Distrito al que pertenece:
1. Amado Gómez 2. C 10 3. C 25
4. Cárdenas II 5. Cárdenas II 6. Cárdenas III
7. Chimalapa 8. Chontalpa I 9. Chontalpa II
10. Chontalpa III 11. Comalcalco I 12. Comalcalco II
13. Cucuyulapa 14. Cunduacán I 15. Cunduacán II
16. Cunduacán III 17. El Edén 18. Huimanguillo I
19. Huimanguillo II 20. Huimanguillo III 21. Ingenio
22. Libertad 23. Ocampo 24. Once de Febrero
25. Paraíso 26. Tulipán I 27. Tulipán II
28. Villa Aldama 29. Villa Benito
Zona de Residencia. 1. Rural 2. Urbana
Género 1. Masculino 2. Femenino
Nivel Académico máximo 1. Ninguno 2. 1 a 6 primaria 3. 1 a 3 secundaria
4. Bachillerato 5. Universidad 6. Posgrado
Edad _________años. Si es menos de un año indique los meses_________
Tiene cargo en la iglesia _____. Es predicador ______. Tiempo de ser miembro de la iglesia
adventista______ años. Si es menos de un año indique los meses _____ 172
173
11. CONTENIDO DE LA PREDICACION
Por favor indique la frecuencia con que ha escuchado en la predicación –del año anterior- las doctrinas que se
indican. En la escala que se le presenta a la derecha usted deberá marcar con una “x” la columna que más
describa esa frecuencia de predicación (marque solo uno).
Con qué frecuencia escucha en la predicación los siguientes
temas…
Nunca
Cas
i n
unca
A v
eces
Fre
cuen
tem
ente
Muy F
recu
ente
men
te
1. Señales del regreso de Cristo
2. El chasco de 1844 y el librito dulce y amargo de Apocalipsis 10
3. El regreso personal y visible de Cristo
4. Las parábolas de la preparación: el portero, padre de familia, el siervo
fiel y prudente, las 10 vírgenes, los talentos, las ovejas y los cabritos
5. El santuario celestial en Apocalipsis y Hebreos
6. El sacerdocio de Cristo en el santuario celestial
7. Contaminación y limpieza del santuario terrenal y celestial
8. La Profecía de los 2,300 días y el juicio investigador
9. La misión y el discipulado en la iglesia remanente
10. La caída de Babilonia espiritual
11. Los distintivos del remanente
12. La doctrina de la creación en el tiempo del fin
13. La no inmortalidad del alma
14. El espiritismo moderno
15. Las dos resurrecciones y el milenio
16. La ley y la gracia en el plan de salvación
17. La ley y el cuerno pequeño
18. La ley moral y la ley ceremonial
19. El propósito de la ley moral
20. Cómo llegó el sábado a la iglesia adventista
21. El sello de Dios y la marca de la bestia
22. Cristo y el sábado
23. Adoración y el sábado en el tiempo del fin
24. La doctrina de los dones espirituales en el NT
25. La inspiración y revelación
26.- Vida y obra de Elena de White
27. El propósito del don profético en la iglesia remanente
174
III RELACION CON CRISTO, COMPROMISO CON LA MISION Y ESTILO DE VIDA
Esta parte contiene una serie de actividades relacionadas con la identidad adventista. Agradecemos nos
diga con que frecuencia las realiza. En la escala que se le presenta a la derecha usted deberá marcar con una “X”
la columna que más describa su situación espiritual (marque solo una).
Con que frecuencia realizo las siguientes actividades…
Nu
nca
Cas
i N
unca
A V
eces
Fre
cuen
tem
ente
Mu
y F
recu
ente
men
te
1. Disfruto buscando a Dios a través de la oración personal
2. No consumo café, coca cola y refrescos.
3. Participo con entusiasmo en la Cena del Señor
4. He pensado en eliminar la carne de mi dieta algún día
5. Cuando me visto pienso en la modestia y sencillez.
6. Llevo visitas a la reunión del grupo pequeño
7. Ofrezco estudios bíblicos a mis conocidos
8. Dedico por lo menos 15 minutos al estudio diario de la
Biblia
9. Consumo solo carnes limpias
10. Adoro al Señor con mi puntualidad en los sábados
11. Experimento la bendición de devolver el diezmo
12. Asisto a mi grupo pequeño
APENDICE B
FIGURA 1.CORRIENTES RELIGIOSAS QUE SURGIERON DEL
CHASCO DE 1844. CENSO EN EU.
176
PRINCIPALES
CORRIENTES
IGLESIAS QUE SURGIERON
DE 1844
AÑO DE
ORIGEN
CENSO TAYLOR
1860
CENSO GOBIERNO US,
1890
CENSO
1990
I ESPIRITUALIZADORES. Creyeron que Cristo vino en
forma espiritual
II ADVENTISTAS DE
ALBANY Creyeron que la fechas estuvo equivocada
siguieron poniendo fechas
para la venida
Asociación Evangélica
Americana 1858
51,000
1,147
Cristianos del Advenimiento 1860 25,816 27,590
Iglesia de Dios (Oregon, Illinois) 1850s 2,872 5,688
Unión Vida y
Advenimiento 1863 1,018
III ADVENTISTAS DEL SABADO Creyeron que el
evento estaba equivocado,
descubrieron que era la purificación del santuario
celestial.
Adventistas del 7o Día 1860-1863
3,000
28,991 717,446
Iglesia de Dios del Séptimo Día
1866 647 5,749
Figura 1. Corrientes religiosas que surgieron del Chasco de 1844.Censo en EU. (Fuente: George R. Knight,
"Adventism at 150", Ministry October 1994: 5-13.
APENDICE C
SALIDAS ESTADISTICAS COMPUTARIZADAS
178
DATOS DEMOGRAFICOS
Distritos al que pertenecen
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
Vá
lidos
2 C10 18 11.2 11.2 11.2
13 Cucuyulapa 18 11.2 11.2 22.4
15 Cunduacán II 17 10.6 10.6 32.9
16 Cunduacán III 20 12.4 12.4 45.3
18 Huimanguillo I 13 8.1 8.1 53.4
19 Huimanguillo II 18 11.2 11.2 64.6
21 Ingenio 15 9.3 9.3 73.9
23 Ocampo 22 13.7 13.7 87.6
27 Tulipán II 15 9.3 9.3 96.9
29 Villa Benito 5 3.1 3.1 100
Total 161 100 100
Zona de residencia
Frecuencia Porcentaje Porcentaje
válido Porcentaje acumulado
Válidos
1 Rural 100 62.1 63.3 63.3
2 Urbano 58 36 36.7 100
Total 158 98.1 100
Perdidos Sistema 3 1.9
Total 161 100
Género
Frecuencia Porcentaje Porcentaje
válido Porcentaje acumulado
Válidos
1 Masculino 93 57.8 59.6 59.6
2 Femenino 63 39.1 40.4 100
Total 156 96.9 100
Perdidos Sistema 5 3.1
Total 161 100
179
Nivel Académico Máximo
Frecuencia Porcentaje Porcentaje
válido Porcentaje acumulado
Vá
lidos
1. Ninguno 5 3.1 3.1 3.1
2. 1 a 6 de primaria 25 15.5 15.7 18.9
3. 1 a 3 de secundaria 60 37.3 37.7 56.6
4. Bachillerato 33 20.5 20.8 77.4
5. Universidad 29 18 18.2 95.6
6. Posgrado 7 4.3 4.4 100
Total 159 98.8 100
Perdidos Sistema 2 1.2
Total 161 100
Tiene cargo en la iglesia
Frecuencia Porcentaje Porcentaje
válido Porcentaje acumulado
Válidos
1 Si 127 78.9 80.9 80.9
2 No 30 18.6 19.1 100
Total 157 97.5 100
Perdidos Sistema 4 2.5
Total 161 100
Es predicador
Frecuencia Porcentaje Porcentaje
válido Porcentaje acumulado
Válidos
1 Si 86 53.4 54.8 54.8
2 No 71 44.1 45.2 100
Total 157 97.5 100
Perdidos Sistema 4 2.5
Total 161 100
Tiempo de ser miembro de iglesia
180
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado
Válid
os
1 13 8.1 8.2 8.2
2 6 3.7 3.8 12
3 6 3.7 3.8 15.8
4 4 2.5 2.5 18.4
5 13 8.1 8.2 26.6
6 10 6.2 6.3 32.9
7 7 4.3 4.4 37.3
8 5 3.1 3.2 40.5
10 10 6.2 6.3 46.8
12 5 3.1 3.2 50
13 5 3.1 3.2 53.2
14 3 1.9 1.9 55.1
15 5 3.1 3.2 58.2
16 1 0.6 0.6 58.9
17 1 0.6 0.6 59.5
18 3 1.9 1.9 61.4
20 10 6.2 6.3 67.7
21 4 2.5 2.5 70.3
22 4 2.5 2.5 72.8
23 5 3.1 3.2 75.9
24 1 0.6 0.6 76.6
25 5 3.1 3.2 79.7
26 2 1.2 1.3 81
27 4 2.5 2.5 83.5
28 5 3.1 3.2 86.7
30 8 5 5.1 91.8
32 1 0.6 0.6 92.4
33 1 0.6 0.6 93
35 1 0.6 0.6 93.7
37 2 1.2 1.3 94.9
38 1 0.6 0.6 95.6
39 2 1.2 1.3 96.8
40 1 0.6 0.6 97.5
43 1 0.6 0.6 98.1
46 1 0.6 0.6 98.7
51 1 0.6 0.6 99.4
58 1 0.6 0.6 100
Total 158 98.1 100
Perdidos Sistema 3 1.9
Total 161 100
181
Histograma de las edades
182
183
VARIABLE CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN
Media Aritmética de los pilares
N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
Segunda Venida 161 2 5 3.4808 0.58276
El Santuario 160 1 5 2.7458 0.79288
Mensaje de los tres Ángeles
161 1 5 2.9876 0.79266
No inmortalidad 161 1 5 2.7878 0.92176
La Ley de Dios 161 1 5 3.2733 0.78091
El Sábado 161 1.25 5 3.6346 0.80251
El Don Profético 161 1 5 3.2396 0.87434
válido (según lista) 160
184
Media aritmética de los Ítems contenido de la predicación
N Mín Máx Media Desv. típ.
1.Señales del regreso de Cristo 159 2 5 3.91 0.814
2. El chasco de 1844 y el librito dulce y amargo de Apocalipsis 10
158 1 5 2.59 0.978
3. El regreso personal y visible de Cristo 156 1 5 3.96 0.857
4. Las parábolas de la preparación 156 1 5 3.5 0.905
5. El santuario celestial en Apocalipsis y Hebreos 152 1 5 2.72 0.924
6. El sacerdocio de Cristo en el santuario celestial 151 1 5 2.97 0.887
7. Contaminación y limpieza del santuario terrenal y celestial
155 1 5 2.47 1.059
8. La Profecía de los 2,300 días y el juicio investigador 156 1 5 2.85 0.914
9 La misión y el discipulado en la iglesia remanente 159 1 5 3.39 0.987
10. La caída de Babilonia espiritual 157 1 5 2.74 0.988
11. Los distintivos del remanente 153 1 5 2.83 1.087
12. La doctrina de la creación en el tiempo del fin 157 1 5 3.01 1.163
13. La no inmortalidad del alma 160 1 5 2.77 1.167
14. El espiritismo moderno 158 1 5 2.58 1.078
15. Las dos resurrecciones y el milenio 156 1 5 2.98 1.116
16. La ley y la gracia en el plan de salvación 159 1 5 3.65 1.001
17. La ley y el cuerno pequeño 157 1 5 2.93 1.007
18. La ley moral y la ley ceremonial 154 1 5 3.22 0.945
19. El propósito de la ley moral 153 1 5 3.24 1.094
20. Cómo llegó el sábado a la iglesia adventista 157 1 5 3.14 1.201
21. El sello de Dios y la marca de la bestia 158 1 5 3.58 1.078
22. Cristo y el sábado 160 1 5 3.96 0.938
23. Adoración y el sábado en el tiempo del fin 161 1 5 3.83 1.032
24. La doctrina de los dones espirituales en el NT 157 1 5 3.31 1.067
25. La inspiración y revelación 159 1 5 3.16 1.041
26.- Vida y obra de Elena de White 159 1 5 3.11 1.204
27. El propósito del don profético en la iglesia remanente
159 1 5 3.42 1.115
N válido (según lista) 110
185
VARIABLE ESTILO DE VIDA
Media Aritmética de los ítems de la Variable dependiente Estilo de Vida
N
Mínimo
Máximo
Media
Desv. típ.
No consumo café, coca cola y refrescos.
160 1 5 3.01 1.093
He pensado en eliminar la carne de mi dieta algún día
159 1 5 3.2 1.195
Cuando me visto pienso en la modestia y sencillez.
155 1 5 3.79 1.032
Consumo solo carnes limpias 161 1 5 4.4 0.794
Experimento la bendición de devolver el diezmo
158 1 5 4.2 1.057
N válido (según lista) 151
186
VARIABLE DEPENDIENTE COMPROMISO CON LA MISION
Media aritmética de los ítems de la variable dependiente compromiso con la misión
N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
Llevo visitas a la reunión del grupo pequeño
151 1 5 2.6 1.184
Ofrezco estudios bíblicos a mis conocidos
159 1 5 2.99 1.214
Asisto a mi grupo pequeño 156 1 5 4.31 1.039
N válido (según lista) 146
187
VARIABLE DEPENDIENTE RELACION CON CRISTO
Media Aritmética de los ítems Relación con Cristo
N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
1. Disfruto buscando a Dios a través de la oración personal
158 2 5 4.23 0.748
3. Participo con entusiasmo en la Cena del Señor
159 1 5 4.14 0.954
8. Dedico por lo menos 15 minutos al estudio diario de la Biblia
160 1 5 3.94 1.109
10. Adoro al Señor con mi puntualidad en los sábados
160 1 5 4.27 0.816
N válido (según lista) 155
188
Como explica cada pilar a la Relación con Cristo. Coeficientes
a
Modelo
Coeficientes no estandarizados
Coeficientes tipificados
t
Sig. B Error típ. Beta
1 (Constante) 3.113 0.315 9.889 0
Segunda Venida 0.07 0.093 0.065 0.756 0.451
El Santuario 0.064 0.081 0.08 0.784 0.434
Mensaje de los tres Ángeles
-0.054 0.089 -0.068 -0.613 0.541
No inmortalidad -0.032 0.064 -0.047 -0.499 0.619
La Ley de Dios 0.167 0.083 .205 2.014 0.046
El Sábado -0.095 0.081 -0.121 -1.176 0.241
El Don Profético 0.204 0.08 0.283 2.549 .012
a. Variable dependiente: Relación con Cristo
Prueba de la hipótesis No. 1
Modelo R R cuadrado R cuadrado corregida
Error típ. de la estimación
1 .375a 0.14 0.101 0.59758
a. Variables predictoras: (Constante), El Don Profético, Segunda Venida, No inmortalidad, La Ley de Dios, El Santuario, El Sábado, Mensaje de los tres Ángeles
ANOVAb
Modelo Suma de
cuadrados gl Media cuadrática F Sig.
1
Regresión 8.863 7 1.266 3.545 .001a
Residual 54.279 152 0.357
Total 63.141 159
a. Variables predictoras: (Constante), El Don Profético, Segunda Venida, No inmortalidad, La Ley de Dios, El Santuario, El Sábado, Mensaje de los tres Ángeles
b. Variable dependiente: Relación con Cristo
189
Como explica el Contenido de la predicación al estilo de vida
Modelo R R cuadrado R cuadrado corregida
Error típ. de la estimación
1 .418a 0.175 0.137 0.55064
a. Variables predictoras: (Constante), El Don Profético, ven Segunda Venida, No inmortalidad, La Ley de Dios, El Santuario, El Sábado, Mensaje de los tres Ángeles
ANOVAb
Modelo Suma de
cuadrados gl
Media cuadrática
F Sig.
1
Regresión 9.75 7 1.393 4.594 .000a
Residual 46.087 152 0.303
Total 55.838 159
a. Variables predictoras: (Constante), El Don Profético, Segunda Venida, No inmortalidad, La Ley de Dios, El Santuario, El Sábado, Mensaje de los tres Ángeles
b. Variable dependiente: Estilo de Vida
Como explica cada pilar al estilo de vida. Coeficientes
a
Modelo
Coeficientes no estandarizados
Coeficientes tipificados t Sig.
B Error típ. Beta
1
(Constante) 2.415 0.29
8.326 0
Segunda Venida 0.119 0.086 0.117 1.392 0.166
El Santuario -0.023 0.075 -0.03 -0.305 0.761
Mensaje de los tres Ángeles 0.107 0.082 0.143 1.309 0.192
No inmortalidad -0.129 0.059 -0.2 -2.179 0.031
La Ley de Dios 0.18 0.077 0.234 2.351 0.02
El Sábado 0.06 0.075 0.081 0.801 0.424
El Don Profético 0.058 0.074 0.085 0.783 0.435
a. Variable dependiente: Estilo de Vida
190
Resumen del modelo
Modelo R R cuadrado R cuadrado corregida
Error típ. de la estimación
1 .386a 0.149 0.11 0.83034
a. Variables predictoras: (Constante), don El Don Profético, ven Segunda Venida, inm No inmortalidad, ley La Ley de Dios, san El Santuario, sab El Sábado, ang Mensaje de los tres Ángeles
ANOVAb
Modelo Suma de
cuadrados gl
Media cuadrática
F Sig.
1
Regresión 18.325 7 2.618 3.797 .001a
Residual 104.798 152 0.689
Total 123.122 159
a. Variables predictoras: (Constante), El Don Profético, Segunda Venida, No inmortalidad, La Ley de Dios, El Santuario, El Sábado, Mensaje de los tres Ángeles
b. Variable dependiente: cm Compromiso con la Misión
Como explican los pilares al Compromiso con la misión. Coeficientes
a
Modelo
Coeficientes no estandarizados
Coeficientes tipificados
t
Sig. B Error típ. Beta
1
(Constante) 2.151 0.437 4.918 0
Segunda Venida -0.053 0.129 -0.035 -0.41 0.682
El Santuario 0.127 0.113 0.114 1.126 0.262
Mensaje de los tres Ángeles
-0.214 0.123 -0.192 -1.735 0.085
No inmortalidad -0.015 0.089 -0.015 -0.167 0.868
La Ley de Dios 0.357 0.115 0.313 3.09 0.002
El Sábado -0.074 0.113 -0.068 -0.659 0.511
El Don Profético 0.24 0.111 0.239 2.163 0.032
a. Variable dependiente: cm Compromiso con la Misión
191
OTROS RESULTADOS
Variables y Género
sexo Género N
Media
Desviación típ.
ven Segunda Venida 1 Masculino 93 3.4489 0.58811
2 Femenino 63 3.545 0.57829
El Santuario 1 Masculino 93 2.6935 0.74689
2 Femenino 62 2.8683 0.80123
Mensaje de los tres Ángeles 1 Masculino 93 2.9534 0.82537
2 Femenino 63 3.0886 0.6735
No inmortalidad 1 Masculino 93 2.6703 0.89651
2 Femenino 63 2.9127 0.95596
La Ley de Dios 1 Masculino 93 3.2168 0.83993
2 Femenino 63 3.3571 0.71474
El Sábado 1 Masculino 93 3.4534 0.83374
2 Femenino 63 3.9061 0.70226
El Don Profético 1 Masculino 93 3.1694 0.88127
2 Femenino 63 3.3849 0.82894
Relación con Cristo 1 Masculino 93 4.1613 0.66766
2 Femenino 63 4.1667 0.5444
Compromiso con la Misión 1 Masculino 93 3.3746 0.85644
2 Femenino 63 3.2249 0.8986
Estilo de Vida 1 Masculino 93 3.7525 0.59488
2 Femenino 63 3.736 0.53468
Descriptivos
Compromiso con la Misión y nivel académico
N Media Desviación típica
1. Ninguno 5 2.9333 1.2561
2. 1 a 6 de primaria 25 3.5933 0.81092
3. 1 a 3 de secundaria 60 3.4222 0.86709
4. Bachillerato 33 3.3232 0.72402
5. Universidad 29 2.8793 0.93954
6. Posgrado 7 3.1429 0.92009
Total 159 3.3019 0.87896
192
Pilares, y variables dependientes con el lugar de residencia
res Zona de residencia
N
Media
Desviación típ.
ven Segunda Venida 1 Rural 100 3.4858 0.60361
2 Urbano 58 3.4856 0.55828
san El Santuario 1 Rural 99 2.7744 0.76721
2 Urbano 58 2.7701 0.78923
ang Mensaje de los tres Ángeles 1 Rural 100 3.0225 0.76586
2 Urbano 58 3 0.77658
inm No inmortalidad 1 Rural 100 2.7933 0.91751
2 Urbano 58 2.7672 0.95918
ley La Ley de Dios 1 Rural 100 3.2025 0.76489
2 Urbano 58 3.4009 0.81656
sab El Sábado 1 Rural 100 3.575 0.77845
2 Urbano 58 3.7543 0.85133
don El Don Profético 1 Rural 100 3.275 0.85588
2 Urbano 58 3.2371 0.87635
rc Relación con Cristo 1 Rural 100 4.2008 0.54486
2 Urbano 58 4.0934 0.72094
cm Compromiso con la Misión 1 Rural 100 3.3467 0.8401
2 Urbano 58 3.2529 0.94551
ev Estilo de Vida 1 Rural 100 3.7518 0.5491
2 Urbano 58 3.7098 0.61381
193
Correlaciones: EDAD Y VARIABLES
Edad
Segunda Venida Correlación de Pearson 0.041
Sig. (bilateral) 0.614
N 156
El Santuario Correlación de Pearson 0.033
Sig. (bilateral) 0.684
N 155
Mensaje de los tres Ángeles Correlación de Pearson 0.07
Sig. (bilateral) 0.387
N 156
No inmortalidad Correlación de Pearson 0.038
Sig. (bilateral) 0.633
N 156
La Ley de Dios Correlación de Pearson 0.129
Sig. (bilateral) 0.109
N 156
El Sábado Correlación de Pearson -0.051
Sig. (bilateral) 0.529
N 156
El Don Profético Correlación de Pearson 0.105
Sig. (bilateral) 0.19
N 156
Relación con Cristo Correlación de Pearson .344**
Sig. (bilateral) 0
N 156
Compromiso con la Misión Correlación de Pearson .352**
Sig. (bilateral) 0
N 156
Estilo de Vida Correlación de Pearson .257**
Sig. (bilateral) 0.001
N 156
Edad Correlación de Pearson Sig. (bilateral) N
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
194
Correlaciones: TIEMPO EN LA IGLESIA Y VARIABLES
Tiempo de ser miembro de
iglesia
Segunda Venida
Correlación de Pearson -0.034
Sig. (bilateral) 0.667
N 158
El Santuario
Correlación de Pearson 0.011
Sig. (bilateral) 0.89
N 157
Mensaje de los tres Ángeles
Correlación de Pearson .180*
Sig. (bilateral) 0.024
N 158
No inmortalidad
Correlación de Pearson .177*
Sig. (bilateral) 0.026
N 158
La Ley de Dios
Correlación de Pearson 0.136
Sig. (bilateral) 0.088
N 158
El Sábado
Correlación de Pearson 0.06
Sig. (bilateral) 0.45
N 158
El Don Profético
Correlación de Pearson 0.133
Sig. (bilateral) 0.095
N 158
Relación con Cristo
Correlación de Pearson 0.155
Sig. (bilateral) 0.052
N 158
Compromiso con la Misión
Correlación de Pearson 0.151
Sig. (bilateral) 0.058
N 158
Estilo de Vida
Correlación de Pearson .178*
Sig. (bilateral) 0.025
N 158
Tiempo de ser miembro de iglesia
Correlación de Pearson 1
Sig. (bilateral) N 158
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
195
Estadísticos de grupo: CARGO Y VARIABLES
Tiene cargo en la iglesia
N
Media
Desviación típ.
Segunda Venida 1 Si 127 3.5046 0.56688
2 No 30 3.4111 0.67058
El Santuario 1 Si 126 2.8102 0.77105
2 No 30 2.4583 0.86623
Mensaje de los tres Ángeles 1 Si 127 3.0276 0.77066
2 No 30 2.875 0.91149
No inmortalidad 1 Si 127 2.8517 0.8877
2 No 30 2.5444 1.02641
La Ley de Dios 1 Si 127 3.2992 0.78225
2 No 30 3.2083 0.7908
El Sábado 1 Si 127 3.6004 0.79788
2 No 30 3.7722 0.83159
El Don Profético 1 Si 127 3.3091 0.85327
2 No 30 2.9944 0.95265
Relación con Cristo 1 Si 127 4.252 0.57816
2 No 30 3.7667 0.66285
Compromiso con la Misión 1 Si 127 3.4252 0.869
2 No 30 2.8778 0.81407
Estilo de Vida 1 Si 127 3.7638 0.56779
2 No 30 3.5433 0.68453
196
Variables y cargo en la iglesia
Es predicador
N
Media
Desviación típ.
Segunda Venida 1 Si 86 3.4738 0.60705
2 No 71 3.5023 0.56554
El Santuario 1 Si 86 2.7287 0.76453
2 No 70 2.7595 0.84575
Mensaje de los tres Ángeles 1 Si 86 2.9777 0.8369
2 No 71 3.0235 0.75477
No inmortalidad 1 Si 86 2.876 0.89923
2 No 71 2.6925 0.94182
La Ley de Dios 1 Si 86 3.3372 0.76578
2 No 71 3.2148 0.80187
El Sábado 1 Si 86 3.5339 0.79051
2 No 71 3.7535 0.81057
El Don Profético 1 Si 86 3.2752 0.8135
2 No 71 3.2171 0.95675
Relación con Cristo 1 Si 86 4.3527 0.49154
2 No 71 3.9249 0.68576
Compromiso con la Misión 1 Si 86 3.5911 0.85469
2 No 71 2.993 0.80742
Estilo de Vida 1 Si 86 3.8355 0.59207
2 No 71 3.5838 0.57482
So es predicador y Género
sexo Género
Total 1 Masculino 2 Femenino
pred Es predicador 1 Si 63 20 83
2 No 29 40 69
Total 92 60 152
197
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CURRICULUM
INFORMACIÓN PERSONAL
NOMBRE: Israel Robles Pérez.
FECHA DE NACIMIENTO: 01 abril de 1960.
LUGAR DE NACIMIENTO: Tehuantepec, Oax.
INFORMACIÓN PROFESIONAL
Normal Básica, Tiripetío, Mich.
Inglés Comprensión de Texto, Instituto de Idiomas Universidad Veracruzana, Poza Rica, Ver.
Inglés Conversacional, Instituto de Idiomas Universidad Veracruzana, Poza Rica, Ver.
Licenciatura en Religión, Universidad de Montemorelos, N. L.
Maestría en Teología Pastoral, Seminario Teológico Adventista Interamericano.
Doctorado en Ministerio, Seminario Teológico Adventista Interamericano.
INFORMACION LABORAL
Profesor de educación primaria, Sistema Federal estado de Veracruz.
Profesor de Educación primaria, Colegio “Ignacio Allende”, Poza Rica, Ver.
Pastor de distrito, Asociación Hidalgo Veracruzana.
Departamental de Educación, Mayordomía y Comunicación, Asociación Hidalgo
Veracruzana.
Capellán y maestro de Biblia, Colegio “Lázaro Cárdenas del Río”, Nanchital, Ver.
Pastor de distrito, Asociación Olmeca.
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