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Cuaderno de Posgrado
TRADICIÓN, RUPTURA Y CONTINUIDAD EN LA HISTORIOGRAFÍA
(Doctorado)
Impartido en el marco de la UEA Horizontes culturales de la Historiografía
Silvia Pappe
spappewillenegger@gmail.com
2012
Actualización Abril 2015
Posgrado en Historiografía
2
CONTENIDO
Introducción 3
Objetivos 8
Estructura de la UEA y forma de trabajar 8
Breves notas sobre tres nociones 10
Ejes de trabajo y actividades 13
Primer eje de trabajo 13
Actividad 1 15
Segundo eje de trabajo 16
Actividad 2 17
Actividad 3 18
Bibliografía obligatoria y sugerida 19
3
INTRODUCCIÓN
Las nociones de tradición, ruptura y continuidad permiten observar una problemática
esencial del campo teórico de la temporalidad; son la base de la constitución, transmisión
y recepción de las representaciones de la realidad histórica y de su relación con diversas
formas de significación y de proyección. A nivel teórico así como en los estudios
historiográficos transdisciplinarios y comparados, los modos de pensar las relaciones
entre pasado, presente y futuro, y la reflexión en torno a los espacios de experiencia y los
horizontes de expectativa de otras culturas, sociedades y registros cognitivos, son
indispensables para los procesos de significación identitaria así como para la imagen que
una sociedad tiene de sí misma.
Las tres nociones, tradición, ruptura y continuidad, frecuentemente son catalogadas
como conceptos históricos o, por lo menos, como nociones que permiten conceptualizer
tanto la temporalidad como una visión del mundo ubicada en un tiempo histórico. En
términos más amplios, en el presente Cuaderno de posgrado proponemos observar y
analizar el potencial de estas nociones, considerándolas no tanto como conceptos
historiográficos, sino como problemas de investigación. En este sentido, vinculan con una
serie de otras categorías de un alto grado de complejidad, como veremos más adelante.
La propuesta de reflexionar en torno a tradición, ruptura y continuidad como campos
problemáticos de la teoría se basa en por lo menos tres circunstancias:
- las tendencias cada vez más abarcadoras a la trans y la multidisciplinariedad;
- la experiencia, también reciente, con las modernidades múltiples; y
- una serie de reflexiones y propuestas desde diversas disciplinas para proponer formas de historia de la ciencia que podríamos resumir, con Hans-Jörg Rheinberger, como fenomenología histórica.
En este contexto entenderemos el concepto de fenomenología como “reflexión en torno a
las condiciones históricas en cuyo marco cosas son transformadas en objetos cognitivos, y
los medios que se usan para ello; se centra así en los procesos en los que se genera
4
conocimiento científico, y en la manera de iniciar esos procesos y de mantenerlos
operando”.1
La razón principal de incursionar en el campo de la historia de la ciencia es que ésta nos
confronta no sólo con una historia temáticamente distinta a, por ejemplo, la historia política
o la historia social; veremos que algunos historiadores (y filósofos) de la ciencia empezaron
a conceptualizer el conocimiento sobre su pasado histórico desde experiencias y registros
cognitivos propios de las ciencias exactas, las ciencias naturales, y las ciencias
experimentales. Generaron concdptos diferenciados aunque no ajenos a los del
conocimiento histórico cuya tradición proviene de las ciencias sociales y las humanidades.
Al margen de lo anterior hay que considerar las discusiones en torno a la historia
conceptual: una de las tareas de ésta consiste en “el análisis de convergencias,
desplazamientos o discrepancias que suelen surgir en el transcurso de la historia en la
relación entre conceptos y hechos”.2 Si bien en este sentido, la historia conceptual nos
llevaría por un camino distinto al que proponemos para este cuaderno, no la podemos
obviar. Ciertamente, los conceptos estudiados desde la historia no sólo orientan y
conducen la manera de observar la realidad histórica, ayudan a construirla y, a la par,
analizarla. Eso es el caso sobre todo para lo que Koselleck, junto con otros, llama
“ conceptos fundamentales” (Grundbegriffe) y que no sólo son insustituibles, sino que
contienen en sí el “potencial de transformación histórica”.3 La historia de los conceptos
fundamentales puede ampliarse, por lo mismo, hacia la historiografía, es decir, estos
conceptos pueden transitar hacia campos conceptuales, unidades de textos, libros,
discursos y contra-discursos. En cualquier análisis discursivo, afirma Koselleck, es
necesario incluir la historicidad de los conceptos.
No obstante, en lugar de discutir aspectos de la historia conceptual, proponemos
reflexionar, a lo largo de esta UEA y a partir de las nociones de tradición, ruptura y
1 Cf. Rheinberger, Historische Epistemologie zur Einführung, 2007, p. 11. Existe traducción al inglés: On Historicizing Epistemology (2010). 2 Koselleck, en Lexikon Geschichtswissenschaft. Hundert Grundbegriffe, p. 41. 3 Ibid.
5
continuidad, en torno a la relación entre conceptos y aquello a lo que aluden,
problematizando esta relación. Observaremos el potencial de los respectivos campos
conceptuales y, sobre todo, sus nexos (teóricos) con otras categorías de análisis. Para los
problemas que abordaremos en este cuaderno es significativo que, por un lado, tenemos
las tres nociones mencionadas junto con sus respectivos campos conceptuales; y por el
otro, nos enfrentamos a que la complejidad actual de los análisis historiográficos requiere
de categorías que permitan enfocar los problemas teóricos que surgen de las nociones
mencionadas, y que muestran o por lo menos insinúan su eventual estado crítico.
Tradicionalmente pensamos la temporalidad histórica en función de una estructura básica
(épocas constituidas en función de las problemáticas que pretendemos analizar). Pero
también contamos con categorías que cuestionan la pertinencia de la construcción de
épocas claramente definidas, como por ejemplo la constitución de una o varias épocas
de transición (Schwellenzeit), o la propuesta de Koselleck que prefiere hablar de
temporalidades múltiples que traspasan o trascienden una época o, mejor dicho, la noción
de época. En ninguno de estos dos ejemplos, un concepto como ruptura o continuidad
ayuda a explicar las construcciones historiográficas, aunque sí, en definitivo ofrecen
posibilidades para problematizarlas. Una vez más es Koselleck quien señala la importancia
de analizar críticamente la manera en que, en distintos momentos, se construyen las épocas
y los periodos históricos.4 La mayor interrogante se dirige normalmente a las
delimitaciones que implican cortes o rupturas tajantes; o bien, que suponen cambios
cualitativos en la comparación entre una época y la que le precede –un cambio cualitativo
que se puede interpretar como ruptura, pero también como continuidad o como continuo
mejoramiento (evolución, progreso…). Uno de los pricipales aspectos de la delimitación
de una época histórica es que se suele construer en función de unas cuantas atribuciones
(político-sociales pero no económicas o culturales; reconocidas por un grupo o sector de
la sociedad pero no por los demás; vinculadas a la historia del arte, pero no a las finanzas
internacionales, por solo mencionar algunas formas de inclusion y exclusion). La historia
4 C f. Koselleck, Los estratos del tiempo.
6
conceptual de ruptura, continuidad e incluso tradición tendría que problematizarse en este
sentido.
La noción de temporalidades múltiples conduce hacia la creación de otra categoría que,
si bien parece similar, alude a otro tipo de problemática: el carácter sincrónico de lo
asincrónico (Gleichzeitigkeit des Ungleichzeitigen5) y sus efectos en la construcción no
sólo de una época histórica, sino también en la presencia de memorias distintas y aun
contradictorias, y una mayor diferenciación en lo que se refiere a las identidades
colectivas de un grupo o una sociedad. En otras palabras, aspectos más tradicionales
o antiguos pueden seguir formando parte de periodos posteriors, de la misma manera
que distintas culturas, cada una con sus propios referentes temporales e identitarios, no
solo pueden convivir, sino que necesariamente se traslapan. Es evidente que los cortes que
subdividen y estructuran periodizaciones, son un recurso de organización, delimitación y
orden cognitive. Es en estos aspectos de una historia científica que hoy nos parece
tradicional qu los cortes signifiquen sustitución (un nuevo descubrimiento científico
sustituye al anterior), o que a partir de cierto momento pueden coexistir conocimientos
paralelos que entran en función, según el enfoque y los planteamientos de investigación
(los ejemplos más conocidos posiblemente hayan sino los de la física teórica: ni la teoría de
la relatividad ni la teoría cuántica sustituyen, por ejemplo, las leyes de termodinámica).
Al respecto, Jörn Rüsen plantea que:
Los cambios de épocas del pensamiento histórico pueden describirse como procesos en los cuales se experimenta contingencia a modo de rupturas temporales que rompen con los esquemas temporales vigentes así como con sus formas históricas de pensamiento correspondientes. Estas experiencias sólo pueden superarse, si se desarrollan nuevas formas de pensamiento y nuevos esquemas de interpretación.6
Visión del mundo, teoría: las distintas maneras de enfocar y plantear problemas de
investigación, y de comprender los alcances de los conocimientos que surjan de ellos,
parecen estar vinculadas o incluso restringidas a las ciencias sociales y humanidades, o a las
ciencias naturales o exactas, respectivamente. Sin embargo, no es esa discusión o diferencia
5 Cf. Paul Nolte, en Lexikon der Geschichtswissenschaft: Hundert Grundbegriffe, pp. 134-137. 6 Jörn Rüsen, Zerbrechende Zeit, pp. 79-80 (trad. Christian Sperling).
7
lo que determina una investigación, sino las condiciones a partir de las que es posible la
generación de conocimiento, y que tiene que ver con la representaión en tanto categoría.
Nos parece fundamental que, finalmente, reflexionemos tambien acerca de la
representación como aquella categoría que describe y organiza distintas formas de pensar
el conocimiento y su historicidad. Tanto en el campo de la historia (las ciencias sociales, las
humanidades) como en el de la ciencia (natural, experimental, exacta) se habla
tradicionalmente de filosofía, y no de un conocimiento que represente la realidad (histórica,
científica etc.). La categoría de representación se entiende, aquí, ante todo como relación
entre un observador (el historiador, el investigador) y los objetos de estudio que construye
analiza y comunica: representación es una categoría cognitiva, no un modelo o una copia
de lo real.
8
Objetivos
Conocer las relaciones entre las nociones de tradición, continuidad y ruptura, su problematización y sus implicaciones para la representación cognitiva del pasado.
Reconocer la problemática de las nociones temporales en la periodización histórica.
Analizar las nociones de tradición, ruptura y continuidad en función de los horizontes de las modernidades múltiples.
Diferenciar diversos registros y culturas cognitivos como parte integral de la generación de conocimientos inter y transisciplinarios.
Estructura de la UEA y forma de trabajar
El Cuaderno de posgrado que revisa las nociones de tradición, ruptura y continuidad en el
marco de la UEA Horizontes culturales de la Historiografía, se divide en dos apartados: el
primero recoge varios planteamientos y versa de manera muy breve en torno a las
nociones, su problematización y varias categorías analíticas que forman parte de los
campos conceptuales que se suelen elaborar en torno a las primeras. Se trata de señalar
algunos aspectos propios de una discusión esencialmente abstracta, teórica que nutre el
quehacer historiográfico, en el entendido de que los alumnos de doctorado investiguen
por su cuenta los campos aledaños que son de su interés.
En la segunda parte nos ocuparemos de manera teórica y casi autorreferencial de uno de
los problemas que se plantean en la Introducción: de la temporalidad múltiple y de la
asincronía; observamos una serie de propuestas de construcción histórica e historiográfica
que no se inscriben de manera directa en la tradición de la disciplina histórica vinculada a
la fundación y desarrollo de las naciones modernas, sino a problemas más cercanos a una
especie de fenomenología histórica. Para ello partiremos de dos cortes o cesuras
(sabiendo que existen, evidentemente, más de dos): un texto de C. P. Snow acerca de
las dos culturas, y otro mucho más reciente de Deborah Dorotinsky en torno a la cultura
visual. Esos dos textos nos servirán para analizar cómo se plantea la existencia de una
ruptura en el quehacer histórico-cognitivo a partir de la cual las tradiciones disciplinarias
(discursivas, teóricas, metodológicas, de significación) se entenderán de otra manera.
9
Veremos si la selección (hasta cierto punto arbitraria) de propuestas históricas
producidas antes y después de estos dos cortes necesariamente tendrá que ser leídas en
función de estas rupturas. Para ello se sugieren breves análisis de las propuestas que
deberán considerar de manera comparativa las formas de significación, los usos, los
efectos, la estabilización del quehacer histórico a través de discursos y prácticas, pero
también de representaciones y, claro, de reflexiones teóricas. Pondremos especial énfasis
en los conceptos de tradición, ruptura y continuidad (por eso el carácter autorreferencial
de nuestras reflexiones), y las categorías de análisis histórico e historiográfico
propuestas. Nociones como horizonte, historicidad, memoria, olvido entre otras serán
referentes que tendremos que tomar en cuenta.
Los principales objetivos que se pretenden alcanzar a lo largo de este curso comprenden
la reflexión en torno a la interacción entre tradición, ruptura y continuidad, y las distintas
maneras en que ayudan a formar campos conceptuales que, a su vez, estructuran una
parte relevante de la representación histórica. Para ello es fundamental fomentar la
reflexión teórica a través de la problematización de las nociones y así comprender su
potencial y alcance en la investigación interdisciplinaria y comparativa.
Con el fin de reforzar la reflexión teórica en torno a las investigaciones que realizan los
participantes del Seminario, se discutirá acerca de los usos, alcances y pertinencia de
nociones, conceptos, problemas de investigación y categorías en función de algunos
aspectos de las investigaciones que cada quien realiza.
10
Breves notas sobre tres nociones
Las siguientes notas son, apenas, un esbozo que permitirá colocar unos cuantos puntos de
referencia a partir de los cuales se pueden realizar estudios más a fondo.
Tradición. En los siglos XIX y XX, tradición es esencialmente un concepto opuesto a
modernidad; ésta, a su vez, se define por su ruptura con la tradición (la revolución francesa
es un ejemplo de eso). Sobre todo en las ciencias sociales, pero también en la historia,
esta oposición opera frecuentemente como una manera de conceptualizar distintas
épocas, distintas visiones del mundo, o de caracterizar hasta cierto punto sociedades y
las maneras en que éstas son estudiadas (por la antropología, la sociología, la historia…).
Una posición distinta es la que sostiene que en toda modernidad hay continuas co-
presencias de aspectos y manifestaciones tradicionales.7
En la actualidad, sobre todo en contextos de globalización e identidad como problemas
sociales y culturales, tradición es también una manera de buscar formas de futuro propias,
a partir de la resistencia en contra de la marginación y exclusión, y en contra del olvido
propio. En este contexto, podemos vincular la tradición con la memoria, la identidad, los
lugares de memoria, los legados culturales, el patrimonio cultural que diferencia una
sociedad o un grupo determinado, de lo demás. En este contexto se pueden dar además
las historias regionales o locales, las historias orales, y memorias múltiples frente a los
grandes relatos de historias nacionales que han perdido su pertinencia, o frente a una
historia para la cual la modernidad es el horizonte que excluye “lo tradicional” no sólo del
conocimiento sobre el pasado, sino también de los futuros posibles. En apoyo a ciertas
identidades, grupales, locales, nacionales incluso, tradiciones también pueden ser creadas,
como han mostrado las obras y conceptos de autores como Hobsbawm, La invención de la
tradición; o Escalante Gonzalbo, Ciudadanos imaginarios.
Ruptura. En el entorno de la historia política, la noción de ruptura es entendido casi
siempre de dos maneras: como ruptura tajante, por ejemplo en el contexto de la teoría de
las revoluciones, y en relación con intenciones de cambio (manifiestos y planes políticos; y
7 Pozas Horcasitas, Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada, 2006
11
claramente como actos de deslinde de políticas anteriores y proyectos para el futuro); en
este mismo sentido, aparece frecuentemente en los discursos de movimientos sociales.
Desde el punto de vista del quehacer histórico e historiográfico, la noción de ruptura suele
estar presente en la manera de periodizar, de construir épocas que se distingan de otras,
aunque también puede vincularse con la noción de transición. La misma estructura
narrativa de un relato histórico permite ver, de manera más sencilla, los cambios en el
tiempo, las rupturas que delimitan ciertos procesos. Pero también los cambios de
interpretación en el marco de la transformación del conocimiento histórico puede basarse
en la noción de ruptura –las distintas etapas revisionistas sobre la historiografía de la
revolución mexicana sería un ejemplo.
En la historiografía cultural, “ruptura” puede tener intenciones e implicaciones distintas.
Por sólo mencionar dos aspectos a manera de ejemplo: en el contexto de costumbres y de
creencias, las transformaciones suelen darse de manera extremadamente lenta, de modo
que pocas veces se puede hablar de ruptura –se usarían (se usaban y se siguen usando)
más bien conceptos provenientes de la antropología, como aculturación, transculturación
entre otros. La historia de la literatura o del arte se basa en la noción de ruptura en su
enfoque tradicional de corrientes, formas estéticas, obras y autores, y si bien tanto la
teoría como la crítica literarias y de arte se han alejado de esta manera de estudiar las
representaciones estéticas, uno se encuentra con mucha frecuencia con explicaciones y
narrativas que se centran en el autor, el artista en búsqueda de aquello que lo
diferenciaría de otros artistas y autores, o en el análisis de una obra que “revolucione” el
arte, con un texto literario que “rompa” con los de otros autores. Ruptura quiere decir,
aquí, novedad, diferencia.
Continuidad. Cuando pensamos en continuidad en la historia, de entrada parece que la
noción se refiere al tiempo, a una especie de línea en el tiempo; en el contexto de la
modernidad, por su parte, está presente la noción de transformación continua: evolución,
o progreso serían nociones que se integrarían necesariamente en un campo conceptual
cercano. Lo interesante es que justamente este tipo de nociones (evolución, progreso)
están muy vinculados a una época y una visión del mundo explicado mediante historias y
12
grandes relatos, estructurados esencialmente de forma linear, y mucho más cercana a una
visión biológica (Darwin) que, por ejemplo, cultural. Las críticas a estas formas de
estructurar los relatos históricos han roto con las continuidades, en varios sentidos: a
través de varias líneas en el tiempo, sincrónicas y asincrónicas, que muestran
transformaciones de distintas velocidades. Es con Foucault (La arqueología del saber) que
se plantea una historia basada en discontinuidades, la multiplicación de discursos y
prácticas. En una capa temporal distinta se entrecruzan, una vez más, modernidad y
tradición.
En un sentido amplio, la noción de continuidad suele ser el concepto que permite ver
cómo, en general, se unen distintos factores, hechos, actores, aspectos, estados, procesos
etc., en el tiempo para poder formar un hecho o proceso histórico, históricamente
significativo. Durante el siglo XIX y parte del XX, estas continuidades significativas se
pensaban en términos como evolución, progreso, desarrollo, modernización. Continuidad
no significa una temporalidad significativa ni por causalidad, ni por determinismo (o
finalidad, o teleología), significa más bien una línea en el tiempo con un futuro abierto, un
horizonte diríamos hoy. La representación más característica de la continuidad es la
narrativa, el relato que inscribe y hasta cierto punto domina tensiones, contradicciones,
sorpresas, casualidades, hechos completamente inesperados.
Otro ejemplo de continuidad es, en este contexto, la noción de larga duración; señala
estructuras, además de cambios profundos y lentos frente a los procesos de
modernización, las rupturas, y los cambios veloces a partir de las revoluciones (desde la
revolución industrial hasta las revoluciones políticas y, para nosotros en la actualidad,
informáticas). Se distingue, asimismo, como parte de procesos lentos frente a hechos en
cómo se estructuran estratégicamente relatos históricos. La larga duración se refiere a
procesos que no pueden ser observados por los actores de manera directa; el concepto es
importante porque permite observar, históricamente, estructuras en transformación
como comportamientos cotidianos, creencias, cambios demográficos, cambios climáticos,
entre muchos otros fenómenos. Es una noción que permite analizar procesos
asincrónicos, cambios culturales, movimientos de resistencia cultural, procesos cuyos
13
actores tienen ideas diferenciadas acerca del pasado con el que se identifican y en vista
del cual planean su futuro.
EJES DE TRABAJO Y ACTIVIDADES
Primer eje de trabajo
En 1959, C. P. Snow ofreció la conferencia intitulada “Las dos culturas”, en la que afirmaba
que existía una gran ruptura entre ciencias naturales (duras) y ciencias sociales (y
humanidades), insuperable y que al parecer muchos habían percibido desde antes. La idea
de dos culturas, cada una con sus objetos de estudio, sus prácticas, sus objetivos, pero
también su manera de transformar las disciplinas, plantear nuevos problemas, entre
muchos otros aspectos parecía ofrecer una explicación a las frecuentes expresiones de
incomprensión entre unos y otros científicos. La conferencia de Snow permanecería
durante décadas como un texto que simbolizaría los debates que surgieron a partir de su
propuesta; desde quienes estaban en completo desacuerdo hasta los que proponían, por
lo menos, una tercera cultura (a veces las humanidades, a veces el arte, a veces la cultura
en sí); desde los que proponían redefinir la manera de pensar de los científicos (de ciencias
básicas y ciencias naturales) y los demás que no serían científicos del todo, hasta quienes
ni siquiera aceptaban la argumentación de Snow como (científicamente) válida.
En esta UEA, C. P. Snow ocupa el lugar de un punto de vista en la manera de plantear, en
distintas disciplinas y tradiciones del pensamiento occidental moderno, maneras de
plantear la historicidad: un punto de vista para reflexionar en torno a la historiografía, y la
fenomenología histórica.
Se observa lo que empezamos a enunciar en la presentación del Cuaderno: diferentes
temporalidades y tradiciones disciplinarias; líneas asincrónicas; tiempos múltiples. Y en
varios autores cuyos planteamientos serían importantes para las ciencias sociales,
observamos reflexiones históricas que en los años de su enunciación estaban más cerca
de la medicina, la biología, la fenomenología, en debates alejados de las discusiones que
se daban entre aquellos historiadores cuya tradición disciplinaria surgía de la
14
profesionalización de la historia y la cercanía de ésta, en muchos casos, con el surgimiento
de los Estados nación. De pronto, las nociones, los conceptos se parecen en nuestro actual
horizonte, mas no su origen y sus funciones.
En la actualidad en la que diversos problemas de investigación requieren de la
participación tanto de ciencias duras / naturales como de ciencias sociales, además de un
tercer ámbito que hoy, más que nunca, está formado por los estudios culturales, aquella
ruptura que Snow caracterizó como insuperable, se ha suavizado; no sólo las fronteras
disciplinarias se han vuelto más permeables, sino también las divisiones de los grupos
disciplinarios, sus horizontes y sobre todo los objetos de estudio.
No será sino hasta 1967 que Richard Rorty publicaría The linguistic turn;8 este texto iniciará
una serie de “giros” (lingüístico, cultural, historiográfico, iconográfico, entre otros) cuyos
debates llevarán a un replanteamiento de lo que se entendía por cultura, ciencia,
representación cognitiva, entre muchas otras. Desde un principio, sin embargo, me parece
que el giro lingüístico tenía un mayor impacto en la filosofía, las humanidades, las ciencias
sociales y sólo en ciertos casos, también en las ciencias duras, dado que éstas habían
estado mucho más conscientes de la importancia de las condiciones, los lenguajes y la
temporalidad en los procesos y la generación de sus conocimientos, como muestran no
sólo la teoría de la relatividad, o la teoría cuántica, sino también los procedimientos y los
dispositivos en la investigación experimental.
Bajo esta perspectiva me parece relevante, sobre todo en relación con el conocimiento
histórico e historiográfico, volver sobre algunos textos que plantean problemas teóricos
que nos parecen muy próximos, pero que datan de una época cercana (incluso previa) a la
ruptura de la que habla C.P. Snow.
Quizás lo que encontramos con mayor frecuencia en la fenomenología histórica son las
numerosas propuestas de científicos y filósofos de encontrar formas de conocimiento
histórico que den cuenta de las discontinuidades históricas.
8 Rorty (ed.), The Linguistic Turn: Recent Essays in Philosophical Method, 1967.
15
Actividad 1
Para la primera actividad, analizar de cada uno de los siguientes libros la Introducción y,
en su caso, el primer capítulo, y elaborar un comentario comparativo acerca de las
intenciones teórico-conceptuales y la visión histórica de los diversos objetos de estudio. Es
importante considerar en este comentario comparativo el momento de producción de los
textos, así como la formación disciplinaria múltiple de los autores, cómo entiende ciencia
y cultura; y como punto principal: en qué nociones y conceptos temporales, de época y de
visión del mundo basa su comprensión de historia (de la ciencia o de la cultura). Como
puntos de referencia y de apoyo se recomienda estudiar los siguientes trabajos: la posición
acerca de “Las dos culturas” de C.P. Snow; la conferencia “Para una epistemología
consciente de la historia” de Hans-Jörg Rheinberger; el artículo de Deborah Dorotinsky
“Imagen e imaginarios sociales. Los indios yaqui en la revista Hoy en 1939”, y un ensayo
mío reciente, “Identidad, no-identidad: referentes dinámicos y estáticos en el discurso
historiográfico sobre el futuro”.
Lecturas obligatorias
Bachelard, Gaston, La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo, México, Siglo XXI Editores, 2007.
Fleck, Ludwig, La génesis y el desarrollo de un hecho científico. Madrid. Alianza Editorial. 1986.
Foucault, Michel, Arqueología del saber, México, Siglo XXI Editores, 1997.
Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 1993. Mitchell, Thomas W. J., Teoría de la imagen. Madrid, Akal, 2009.
Panovski, Erwin, El significado en las artes visuales, Alianza Forma, 2008.
Lecturas de apoyo:
Dorotinsky, Deborah, “Imagen e imaginarios sociales. Los indios yaqui en la revista Hoy en 1939”. En Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. Núm. 94, 2009, pp. 93-126.
16
Pappe, Silvia, “Identidad, no-identidad: referentes dinámicos y estáticos en el discurso historiográfico sobre el futuro”, en Carmen Blázquez, José Ronzón y Silvia Pappe (coords.), Memoria, historia y presente de las independencias de América. Xalapa, 2014.
Rheinberger, Hans-Jörg, “Para una epistemología consciente de la historia”, Conferencia ofrecida en noviembre de 2009.
Snow, Charles P., The two cultures and the scientific revolution, Cambridge University Press, 1961.
Actividad: Realizar un comentario crítico comparado, extensión 10-12 cuartillas, 12 pts.
(times roman), intrelinea de 1 ½.
Este comentario tiene que tener una estructura que permita la comparación de los puntos
mencionados: una introducción con los principales planteamientos; una breve explicación
acerca de la organización interna del texto, el desarrollo, aparato crítico incluyendo notas a
pie y bibliografía directa y consultada.
Entrega: Viernes de la 7ª semana (19 de junio)
Segundo eje de trabajo
En el segundo eje de trabajo se trata de vincular las reflexiones del primer eje con los
proyectos de investigación de cada alumno; para ello se seleccionarán los campos en los
que se pueden observar las tres nociones objeto de esta UEA. En primer lugar, son
nociones vinculadas con la temporalidad; en segundo lugar, son nociones que marcan
cambios de distinta intensidad en los procesos históricos; y en tercer lugar, y relacionadas
con las categorías que se tienen que introducir en este contexto, se refieren a aspectos
teórico-metodológicos, formas de análisis de la realidad histórica y de la construcción del
conocimiento correspondiente.
Según la presencia y los usos dados a estas nociones, se generan campos conceptuales
cuya visualización y observación suelen ser significativas más allá de las temáticas. Hay
que hacer conciencia acerca de los dos niveles en los que es fundamental problematizar
17
las nociones y su potencial para generar campos conceptuales, visualizar la complejidad
de la temporalidad y de las historicidades varias, así como la creación de las categorías de
análisis correspondientes. Esta conciencia es uno de los puntos esenciales que se require
para comprender el proceso de generación de nuevos conocimientos, es un punto de
autoobservación de todo investigador que pretende explicar la relación que establece
entre él/ella y el proceso de construcción del objeto de estudio.
Lejos de buscar qué nociones, conceptos y categorías escoger y “aplicar”, en el siguiente
ejercicio se trata de mostrar cómo estas nociones y sus entornos son generados en el
proceso de construcción de esta relación que terminará siendo una representación
cognitiva.
Actividad 2
Elaborar un mapa mental de la presencia (visible y oculta) de las nociones de tradición,
ruptura y continuidad, y su potencial para generar campos conceptuales, en dos niveles:
en alguna de los textos, conjunto de textos, serie de imágenes, películas, mapas u otros
documentos, con o sin autoría individual o colectiva, que forman parte del objeto de
estudio de cada alumno; y en los niveles y la estructura del proyecto de la tesis (es decir,
tanto en el nivel de los materiales que constituyen el objeto de studio, como en la estructura
y el desarrollo de la propia investigación). Es importante que se distinguen gráficamente
las distintas temporalidades con sus eventuales asincronías, así como las relaciones que
puede haber entre las nociones y los conceptos cuya función es (por mencionar sólo un
posible ejemplo) destacar la organización histórica e historiográfica de uno o varios textos
que se analizan para la tesis.
Lecturas:
Aparte de la bibliografía indicada para la primera actividad (incluyendo la de apoyo), cada
alumno integrará la bibliografía que corresponde a la parte de su corpus que pretende
analizar.
Fecha de entrega: Viernes de la 11ª semana (17 de julio)
18
Actividad 3
Con el fin de enriquecer la discusión en torno a los problemas planteados en función de
las nociones, las lecturas y los trabajos de investigación, y para darle carácter de
seminario a esta UEA, a lo largo de todo el trimestre se realizará una tercera actividad en
forma de un blog en el que todos los integrantes del seminario comentarán brevemente
su experiencia con las lecturas, sus propuestas de análisis, los problemas con los que se
encuentran, preguntas que pueden surgir, las rutas de investigación que proponen, entre
otros. En este blog, cada quien deberá participar con por lo menos una entrada por
semana. Es importante comentar, asimismo, las participaciones de los demás integrantes
del seminario.
En las semanas 8 y 11 bis el blog será el espacio en el que se discutirán los trabajos
correspondientes a las actividades 1 y 2.
Fechas de entrega: participaciones continuas, a partir de la 1ª semana del trimestre hasta
la última (4 de mayo a 17 de julio).
19
Bibliografía obligatoria y sugerida
Bachelard, Gaston, La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo, México, Siglo XXI Editores, 2007
Dorotinsky, Deborah, “Imagen e imaginarios sociales. Los indios yaqui en la revista Hoy en 1939”. Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas. Núm. 94, 2009, pp. 93-126.
Escalante Gonzalbo, Fernando. Ciudadanos imaginarios, México, El Colegio de México, 1993.
Fleck, Ludwig, La génesis y el desarrollo de un hecho científico. Madrid. Alianza Editorial. 1986.
Foucault, Michel, Arqueología del saber, México, Siglo XXI Editores, 1997.
Hobsbawm, Eric, La invención de la tradición, Crítica, 2002.
Jordan, Stefan (edit.), Lexikon Geschichtswissenschaft. Hundert Grundbegriffe, Stuttgart, Reclam, 2002.
Koselleck, Reinhart. Historias de conceptos. Estudios sobre semántica y pragmática del lenguaje político y social, Trotta, 2012.
Koselleck, Reinhart. Los estratos del tiempo: estudios sobre historia, Paidós, 2001.
Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 1993.
Mitchell, Thomas W. J., Teoría de la imagen. Madrid, Akal, 2009.
Panovski, Erwin, El significado en las artes visuales, Alianza Forma, 2008.
Pappe, Silvia, “Identidad, no-identidad: referentes dinámicos y estáticos en el discurso historiográfico sobre el futuro”, en Carmen Blázquez, José Ronzón y Silvia Pappe (coords.), Memoria, historia y presente de las independencias de América. Xalapa, 2014.
Pozas Horcasitas, Ricardo, Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada, México, Siglo XXI Editores / UNAM-IIS, 2006.
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