como hacer que la globalizacion
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CÓMO HACER QUE FUNCIONE LA GLOBALIZACIÓN
INTRODUCCIÓN
Sabemos que el mundo se caracteriza por una intensa competencia, incertidumbre e
inestabilidad. La globalización no ha traído los resultados esperados en materia de reducción de
pobreza y desarrollo económico por la forma en que se ha gestionado la implementación de las
políticas dentro de los organismos internacionales y en los estados mismos. Hasta ahora, la
economía había dirigido la globalización, sobre todo mediante la reducción de los costes de
transporte y comunicación, pero la política le había dado la forma. Las reglas del juego las fijaron,
en gran parte, los países industrializados y no sorprende que modelaran la globalización en aras de
sus propios intereses.
En estos momentos, se reconoce que no todo va bien con la globalización y de que hay una base
real para el malestar, se tiene un análisis más profundo que relaciona políticas específicas con
errores concretos. Los expertos y los políticos coinciden en las áreas en las que deben producirse
cambios y en este libro Stiglitz se ocupa de la cuestión más espinosa: ¿cómo hacemos que
funcione la globalización? ¿Qué cambios serían necesarios para que la globalización cumpliera con
sus expectativas o, al menos, se acercara a ellas?
Stiglitz manifiesta que los países en vías de desarrollo no han hecho siempre todo lo posible para
que avance su bienestar y los países ricos no estaban haciendo todo lo que estaba en sus manos
para ayudar a estos países, sino que a veces les estaban haciendo la vida más difícil. Los programas
del FMI empeoraron la crisis del Este Asiático y la “terapia del choque” que impulsaron en la
antigua Unión Soviética y sus satélites desempeñó un importante papel en los fracasos de la
transición.
CAPÍTULO 1. OTRO MUNDO ES POSIBLE
La globalización posee el potencial de generar enormes beneficios tanto para el mundo en
desarrollo como para el mundo desarrollado. Pero existen pruebas abrumadoras de que no
actuado de acuerdo con este potencial. El problema no es la globalización en sí misma, sino la
manera en que se ha gestionado. Ha sido la economía la que ha guiado a la globalización, sobre
todo a través de la reducción de los costes de comunicación y de transporte. Pero la política lo ha
conformado. Los países desarrollados son los que han dictado las reglas del juego, cuyo objetivo
no han sido crear un conjunto de reglas justas que pudieran promover el bienestar de quienes
viven en los países más pobres del mundo.
Las dos caras de la globalización
El proceso de la globalización está provocando resultados desequilibrados entre países y dentro de
ellos. Se crea riqueza, pero los países desarrollados no comparten sus beneficios.
Quienes no están contentos con la globalización no plantean objeciones al acceso más amplio a
mercados globales o a la difusión del conocimiento global, más bien manifiestan lo siguiente:
Las reglas de juego que gobiernan la globalización son injustas y el diseño de ellas está hecho
para beneficiar a los países industrializados y en la mayoría de los casos han empeorado a los
países pobres.
Se centra en los valores materiales y toma en cuenta otros valores como el medio ambiente
y la vida misma.
La gestión de la globalización ha implicado la pérdida de buena parte de la soberanía para
muchos países y de su capacidad para tomar decisiones en cuestiones claves que afectan al
bienestar de sus ciudadanos.
Tanto en los países en vía de desarrollo como en los desarrollados hay muchas personas que
han salido perdiendo.
El sistema económico con el que se ha presionado a los países en vías de desarrollo es
inadecuado y a menudo muy perjudicial.
La reforma de la globalización
Hoy en día todos coincidimos o estamos de acuerdo de que no es positivo todo lo que conlleva la
globalización y de que existe razones para su análisis más profundo vinculando políticas
específicas con fracasos específicos.
Conseguir que la globalización funcione no va hacer fácil. Aquellos que se benefician con el
sistema actual se resistirán al cambio y son muy poderosos. Ya se han puesto en marcha fuerzas
transformadoras y son muchas las cosas que deben realizarse, por lo que la comunidad
internacional ha reconocido 6 ámbitos en los que se producen problemas:
a. El calado de la pobreza
b. La necesidad de ayuda exterior y la condonación de la deuda
c. La aspiración a crear un comercio más justo
d. Las limitaciones de la liberalización
e. La protección del medio ambiente
f. Un sistema defectuoso de gobernanza global
El Estado-nación y la globalización
Se exige a los gobiernos nuevas políticas: El mercado pudo haber estado produciendo crecimiento,
pero se ha estado presentando acompañado de nuevos problemas sociales y económicos.
La capacidad de un Estado para controlar las acciones de individuos o compañías se ha visto
limitada por los acuerdos internacionales que chocan con los derechos de los estados soberanos
para tomar decisiones. La suscripción de acuerdos comerciales internacionales puede impedir que
el Estado regule las entradas y salidas de dinero, caliente, especulativo, aunque la liberalización
del mercado de capitales pueda conducir a una crisis económica. A la vez contamos con un
sistema de gobernanza global caótico y carente de coordinación a escala global sin un gobierno
mundial.
Capítulo 2. LA PROMESA DEL DESARROLLO
El Estado debe jugar un papel activo que haga posible que los beneficios del crecimiento no
queden en manos de unos pocos y se garantice equidad y estabilidad en el largo plazo.
Actualmente el enfoque de desarrollo se ha ampliado, incluye aspectos más allá de la medición del
PIB y hay cierto consenso en que el Estado debe proporcionar educación básica, estructuras
legales, infraestructura y seguridad social y asumir la regulación de la competencia, los bancos y el
medio ambiente, sin embargo esto no es suficiente.
El desarrollo debe transformar la vida de las personas y no sólo la economía, por eso es preciso
que las políticas de educación y empleo vayan de la mano. Los elementos centrales de las
estrategias exitosas de desarrollo son: los mercados, el Estado y los individuos. El cuarto elemento
son las comunidades, que al ser involucradas hacen posible llegar a prestar servicios que
responden a las necesidades. Su participación también genera sentido de pertenencia y
compromiso, todos factores clave para el éxito de los programas de desarrollo.
El Este Asiático
La globalización contribuyó a sacar a los países del este asiático de la pobreza, dando acceso a los
mercados internacionales así como a la tecnología que aumentó la productividad. Supieron cómo
gestionar la globalización y sacar partido de la misma, sin que se aprovechara de ellos.
Consiguieron crecimiento y estabilidad, no se centraron sólo en la estabilidad de precios, sino en
una verdadera estabilidad, asegurándose de que se crearan nuevos puestos de trabajo al mismo
ritmo con el que se incorporaban más personas al mercado de trabajo. La pobreza disminuyó
espectacularmente, mientras que la salud y la esperanza de vida mejoraron y la alfabetización casi
se universalizó. Si bien estos países con economía de mercado se hallaban profundamente
implicados en la globalización, sus propios mercados distaban mucho de ser libres. La globalización
se medía y programaba y el Estado intervenía en la economía con cautela, pero extendiéndose a
todas sus actividades. Los gobiernos Asiáticos han mostrado el papel que debe cumplir el estado y
lo que debe hacer. Toda esta experiencia, nos lleva a rechazar con más firmeza el
fundamentalismo de mercado del Consenso de Washington, que abría su mercado a estragos de
los especuladores, se debe poner más énfasis en la equidad y las políticas para ayudar a los
pobres.
Latinoamérica
Latinoamérica adoptó las políticas del Consenso de Washington, con más entusiasmo que otra
región, fracasando totalmente.
En 1980, EE.UU, haciendo frente a su propio problema de inflación, impulsó aumentos en las tasas
de interés que llegaron a superar el 20%, esto repercutió sobre los créditos a Latinoamérica,
provocando la crisis de la deuda latinoamericana, cuando México, argentina, Brasil, Costa Rica y
otros países no consiguieron pagar su deuda, como resultado de esto la región sufrió tres años de
declive y 10 años de estancamiento. Fue en este periodo cuando las políticas económicas
Latinoamericanas cambiaron de manera radical y muchos países adoptaron el consenso de
Washington que minimizaba el papel del Estado. Si bien esto permitió que los precios volvieran a
estabilizarse y se reanudase el crecimiento, como ocurrió al final, el crecimiento no fue sostenible.
Se basaba en fuertes préstamos extranjeros y en privatizaciones que liquidaban los bienes
nacionales a favor de los extranjeros y los beneficios correspondientes no se invertían, se produjo
un auge del consumo. El PBI aumentó pero la riqueza nacional disminuyó. Mientras que el Este
Asiático experimentó una reducción enorme de la pobreza, el progreso de América Latina fue
mínimo, lo cual trajo una desilusión generalizada en Latinoamérica con respecto al consenso de
Washington, como por ejemplo en los gobiernos de izquierda de Brasil, Venezuela y Bolivia. A
menudo se ha censurado a estos gobiernos por ser populistas, porque prometen dar educación y
atención sanitaria a los pobres y esforzarse por conseguir políticas económicas que no se limiten a
lograr el crecimiento, sino que también garanticen que sus frutos se repartan de manera más
amplia. Para el caso Peruano, éste sigue apoyándose en el Consenso de Washington, por lo cual
urge que cambie su enfoque de desarrollo, sino de otra forma, el país estará destinado al fracaso.
África y Asia del Sur
En la década de 1980 muchos países Africanos se enfrentaban a tiempos difíciles (historia de
dictadores corruptos y a menudo despiadados), muchos se dirigieron al Banco Mundial y al FMI en
busca de ayuda y éstos les proporcionaron apoyo, se les exigió que adaptaran su estructura
económica al fundamentalismo de mercado del FMI (Consenso de Washington). La liberalización
abrió los mercados africanos a los productos de países extranjeros, pero los países africanos tenían
poco que vender al exterior. La apertura de los mercados de capitales no dio lugar a la entrada de
capital, a los inversores les interesaba extraer más los recursos del África. Además el FMI les
impuso limitaciones que impedían a los países receptores de créditos hacer buen uso de la
cantidad limitada de ayuda extranjera que recibían. A partir de la década de los 90, algunos países
dieron pasos importantes hacia la mejora de la alfabetización y, si no hubiera sido por la epidemia
del sida, se hubiesen producido mayores avances en sanidad y esperanza de vida. Pero incluso
estos países no pudieron atraer mucha inversión extranjera. Los amplísimos mercados asiáticos,
con sus trabajadores mucho más formados, mejores infraestructuras, economías en rápido
crecimiento, eran sencillamente más atractivos para las mayorías de las multinacionales. La
globalización pasaba de largo por África. En el siglo XXI, la cantidad de personas en situación de
pobreza en África se ha duplicado con respecto a los niveles de las dos décadas anteriores.
La India a principios de la década de 1980 empezó a experimentar un despegue económico,
cuando el gobierno acabó con su abierta hostilidad hacia los negocios y abolió muchas
restricciones que obstaculizaban el sector privado. Las liberalizaciones de principios de la década
de 1990 fueron claves a la hora de dar continuidad al ímpetu de las reformas anteriores, pero a la
vez el Gobierno mantuvo restricciones a los flujos de capital a corto plazo, recién a partir del 2006
se ha empezado a debatir sobre las posibilidades de ajustar esas restricciones. La creación de
Internet demostró ser el punto de inflexión más importante, la nueva tecnología significó a la India
el recoger los frutos en sus inversiones a largo plazo en educación. La inversión en tecnología y
mucho más en telecomunicaciones redujo el costo de comunicación, generando un ambiente
atractivo para el mundo, los costes de transportes en la India no importaban o se podían evitar. El
éxito de la India tiene mucho en común con el de China, aunque siguen alcanzando nuevas cotas
de éxito, reconocen que no pueden continuar como hasta ahora, ambos gobiernos se han
comprometido a concentrarse en ayudar al sector rural retrasado, ambos se preocupan por crear
nuevos puestos de trabajo para los trabajadores que se incorporan al mercado laboral. Ambos
reconocen la importancia de la tecnología y la educación en el mercado competitivo global y
saben que esto requerirá fortalecer sus inversiones en educación.
Dos panoramas diferentes, por un lado el fracaso en el África y por otro el éxito en el Asia, la
manera en que se ha venido gestionando la globalización no ha hecho más que acentuar la
desigualdad entre los países.
CAPÍTULO 3: ¿CÓMO HACER QUE EL COMERCIO SEA JUSTO?
La globalización se ha dado de forma asimétrica y ha puesto en desventaja a los países en vías de
desarrollo porque no están en condiciones de aprovechar las oportunidades que ofrece la
liberalización comercial. Por ejemplo frecuentemente carecen de la infraestructura para sacar
provecho a la apertura comercial y deben competir contra los subsidios de los países desarrollados
a sus productores locales. El Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano NAFTA es un ejemplo
claro de esto, aunque no fue un desastre, no hubo los resultados esperados para México. Los
Estados deben preparar sus economías antes de abrirse totalmente para garantizar condiciones
que aseguren que las inversiones se realicen y que su impacto sea positivo.
Para hacer que funcione la globalización se debe dar un tratamiento diferente para los países en
vías de desarrollo (facilitarles el acceso a los mercados y ampliar la estrategia de desarrollo
interna, para incluir elementos como aranceles y subvenciones temporales que les permitan
mayor margen de acción), eliminar las subvenciones a productos agrícolas y abrir esos mercados,
reconfigurar las estructuras arancelarias, incluir en la agenda servicios intensivos en mano de obra
no calificada y no solo de alta tecnología y capital, reducir también las barreras no arancelarias
(como son garantías, impuestos antidumping, barreras técnicas, normas de origen), restringir los
acuerdos comerciales bilaterales y promover las reformas institucionales para solucionar los
problemas de la gobernanza.
CAPÍTULO 4. PATENTES, BENEFICIOS Y PERSONAS
El régimen de propiedad intelectual vigente es una muestra de las asimetrías de la globalización.
El acuerdo de la Ronda de Uruguay sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (TRIP por sus siglas en inglés) refleja claramente los intereses de las
grandes empresas de los países desarrollados. Evidentemente pone los intereses de unos pocos
(las empresas) por encima del beneficio de miles de millones de personas del mundo en vías de
desarrollo.
El autor propone un régimen más equilibrado que beneficie tanto a países desarrollados como en
vías de desarrollo. Es preciso adoptar un esquema que además de responder a los intereses de las
empresas responda también a los intereses de la ciencia y de los consumidores. Un régimen
equilibrado debe lograr un balance entre los costos de monopolización con los beneficios de la
innovación.
CAPÍTULO 5. ACABAR CON LA MALDICIÓN DE LOS RECURSOS
Países en vías de desarrollo pese a ser ricos en recursos naturales no han logrado mejorar su nivel
de desarrollo. En estos países existe una paradoja porque los recursos son su principal fuente de
financiación pero a la vez generan conflictos -a menudo violentos. En ellos sistemas políticos poco
democráticos acentúan la desigualdad y el problema de corrupción porque los sobornos se hacen
comunes. Normalmente sufren debilidad en sus instituciones que no les permite una gobernanza y
una gestión adecuada de la bonanza de recursos. Otro problema que afrontan estos países ricos
en recursos es “el mal holandés”. Para evitarlo es preciso crear fondos de estabilización y hacer
que los gobiernos financien los gastos locales con recursos locales (como impuestos)
Para que la globalización funcione para países en vías de desarrollo con abundantes recursos
naturales, la comunidad internacional debe: fomentar la transparencia, reducir la venta de armas,
establecer sistemas de certificación, prestar ayuda financiera con objetivos concretos, establecer
normas para garantizar un tratamiento justo hacia los países en vías de desarrollo, limitar los
daños medioambientales, y garantizar la aplicación de buenas prácticas en las industrias que
extraen los recursos implementando sanciones para los infractores.
CAPÍTULO 6. SALVAR EL PLANETA
La globalización no tiene por qué ser perniciosa para el medio ambiente, aumentar la desigualdad,
debilitar la diversidad cultural y apoyar a los intereses corporativos a costa del bienestar de los
ciudadanos. Gestionada de manera correcta, como lo ha sido en el desarrollo exitoso de buena
parte del Este asiático, puede hacer mucho para beneficiar tanto a los países en vías de desarrollo
como a los desarrollados en todo el mundo.
El deterioro medioambiental, a diferencia de otros problemas de la globalización, afecta por igual
a países desarrollados y a países en vías de desarrollo. Sin embargo, la preocupación por este tema
no se ha generalizado, y por consiguiente, el manejo que se le ha dado no ha generado logros
significativos para detener o por lo menos controlar el calentamiento global. Para hacer que la
globalización funcione se debe hacer frente al cambio climático estableciendo mecanismos de
presión para obligar a que todos los países participen. Ese mecanismo puede ser las sanciones
comerciales. De igual forma se necesitan propuestas creativas que ofrezcan incentivos y/o
mecanismos de compensación como los logrados en la conservación de bosques, cuya iniciativa ha
venido de países en vías de desarrollo. Se requiere un marco alternativo como el de una tasa
común, que a diferencia del actual sistema de cuotas, se fundamente en un mecanismo de
mercado y permita que cada país pague por lo que contamina. Otra posibilidad sería la
combinación de una tasa común y cuotas. Cualquier sistema alternativo al cual se llegue debe ser
susceptible de revisiones periódicas y debe tener mecanismos de sanción para aquellos que se
nieguen a cooperar.
CAPÍTULO 7. LA CORPORACIÓN MULTINACIONAL
Para que funcione la globalización los países en vías de desarrollo deben conciliar “los incentivos
privados con los costos y beneficios sociales.” A pesar de que cada vez más empresas están
implementando programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), los gobiernos deben
ejercer un mayor control para limitar el poder de las empresas multinacionales y volver más difícil
la creación de monopolios.
Según Stiglitz, se requiere una ley de competencia global y una autoridad global que la aplique a
través de tribunales internacionales. “La lección que cabe extraer de este capítulo es simple: los
incentivos importan, y los gobiernos y la comunidad internacional deben esforzarse por asegurar
que los incentivos a los que hacen frente las corporaciones se conjuguen mejor con los beneficios
de aquéllos a quienes afectan, especialmente los menos poderosos del mundo en vías de
desarrollo.
CAPÍTULO 8. LA CARGA DE LA DEUDA
La deuda externa es otro de los aspectos que acentúa los desequilibrios de la globalización, porque
ante los altos niveles de endeudamiento de los países en vías de desarrollo, cualquier subida de las
tasas de interés, fluctuación en las tasas de cambio o descenso en sus rentas dificulta el pago su
deuda. Los países altamente endeudados deben destinar una gran cantidad de sus recursos a
pagar la deuda y de esta forma se ven obligados a dejar de efectuar inversiones en beneficio de su
población (como educación, infraestructura, etc.) generándose así un círculo vicioso que redunda
en la generación de pobreza.
En la opinión de Stiglitz los prestamistas tienen una gran responsabilidad en el excesivo
endeudamiento de algunos países, y sostiene que ellos, con sus métodos sofisticados de
valoración de riesgo, estarían en condiciones de determinar un tope.
Para que la globalización funcione se debe aliviar la carga de la deuda a los países en vías de
desarrollo. Para dar solución al tema del endeudamiento privado, que por ejemplo desató la crisis
del Este asiático de 997, se debería elaborar una “ley de quiebra internacional”.
Se requieren cinco reformas básicas:
1) No perjudicar al país afectado imponiendo una terapia de choque por parte del FMI;
2) Implementar una política de préstamos que contrarreste los ciclos económicos;
3) Reducir el riesgo de endeudamiento previniendo el riesgo de volatilidad (en las tasas de cambio
y de interés) otorgando los préstamos en la moneda local;
4) Llevar a cabo una política de préstamos conservadora por parte de países en desarrollo;
5) Desarrollar un “método sistemático de devolución –y condonación– de la deuda, una especie de
ley de quiebra internacional.
CAPÍTULO 9. REFORMAR EL SISTEMA GLOBAL DE RESERVAS
El actual sistema global de reservas está diseñado para que el dinero fluya de los países pobres a
los ricos, aunque debería ser al contrario. El riesgo por su parte debería fluir de pobres a ricos. El
sistema actual tiene un alto costo de oportunidad para los países en vías de desarrollo porque
deben mantener grandes sumas en títulos de países desarrollados que resultan muy poco
rentables. Además el sistema en su conjunto genera un alto riesgo de inestabilidad,
principalmente porque el país de divisa fuerte constantemente se endeuda otorgando los
mencionados títulos lo que hace que su divisa paulatinamente pierda valor, erosionando la
confianza en la misma y el sistema en general.
Para que la globalización funcione se debe crear un nuevo sistema global de reservas basado en el
principio de moneda fiduciaria propuesto por Keynes. En este sentido Stiglitz habla de la creación
de un “dólar global” que corresponde a un concepto ampliado de lo que actualmente se denomina
Derechos Especiales de Disponer de Divisas (SDR por sus siglas en inglés).
Los dólares globales no se crearían de manera esporádica sino cada año y se emplearían para
solucionar problemas de la pobreza y deterioro medioambiental. “Como todos los países contarían
con una reserva en dólares globales, no estarían obligados a mantener dólares o euros en sus
reservas.” Como un sistema así no usa monedas locales se generaría mayor estabilidad, además,
se acabaría la lógica de suma cero que fundamente la lógica de los déficits comerciales.
“El nuevo sistema global de reservas no sólo podría resolver el problema de financiación del bien
público global, sino que podría demostrar el compromiso de la comunidad internacional con la
justicia global.” Como alternativas para administrar los fondos, Stiglitz propone: colocarlos en
diversos países sobre la base de su renta y población, distribuirlos a través de instituciones
internacionales, distribuirlos de manera competitiva a través de proyectos orientados al desarrollo
o asignarlos directamente a personas (claro que esta última opción puede implicar algunas
dificultades)
CAPÍTULO 10. DEMOCRATIZAR LA GLOBALIZACIÓN
En este capítulo el autor presenta sus conclusiones y se refiere a algunas cuestiones políticas de la
globalización, como son: las perspectivas de qué los salarios de los trabajadores no especializados
en Occidente se deterioren, dada la acelerada integración económica y el boom de la
externalización; el impacto de la globalización sobre el problema de la desigualdad; el déficit
democrático de las instituciones económicas globales y; la tendencia a pensar a escala local a
pesar de que estamos en un mundo cada vez más globalizado.
En resumen, la propuesta de Stiglitz para reducir el déficit democrático en los organismos
internacionales se requiere:
cambios en el sistema de votaciones del FMI y el Banco Mundial
cambios en la representación de cada país
adaptar los principios de representación.
aumentar la transparencia
mejorar las normas relativas a los conflictos de intereses
mayor apertura (para que además de transparencia se “oigan más voces”)
reforzar la posibilidad de que los países en vías de desarrollo participen activamente en el
proceso de toma de decisiones
mayor responsabilidad de las instituciones financieras internacionales (FMI y BM)
mejores procedimientos judiciales.
reforzar los mecanismos de aplicación de las leyes internacionales
La externalización (en inglés outsourcing), también llamado subcontratación o tercerización, es el
proceso por el cual se entregan actividades propias de una empresa a otra normalmente
especializada.
CONCLUSIONES.
Este libro trata muy bien los pros y los contras de la globalización, llegando así a dar algunas
soluciones y estrategias que pueden ser implementadas tanto por los países desarrollados como
los que están en vía de desarrollo, ya que unas de las principales preocupaciones que trata el autor
en este libro es que la globalización solo está beneficiando aquellos países que tienen un
excelente crecimiento económico dejando por fuera a países que intenta cada día tratar de
mejorar su economía.
Joseph E. Stiglitz plantea que la globalización tiene que ser un beneficio a nivel mundial y no solo
para países como lo son Estados Unidos ya que estos cuentan con oportunidades de sobresalir en
los mercados mundiales, y también cuentan con ventajas que solo los benefician a ellos, eso lo
podemos observar en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ya que las personas
que dirigen o tienen voz y voto en las decisiones de estas entidades son solo los países
desarrollados dejando por fuera a los países en vía de desarrollo. Esta es una de las principales
desventajas que se ve en la globalización y que tienen que ser mejoradas porque bien como su
nombre lo dice “GLOBALIZACION” es decisión de todos y no de unos cuantos que tenga mayor
poder, llegando a dar una globalización justa.
La globalización no ha logrado un justo desempeño para todos, siendo esta muy injusta para con
los países en vías de desarrollos porque como bien lo hemos visto estos países no se encuentran
en condiciones de enfrentar tal sistema económico o de ser así lo enfrenta de forma inadecuada
trayendo consigo una gran cantidad de consecuencias que pueden ser muy perjudiciales.
Las promesas de un mejor futuro y desarrollo de un país o una nación siempre están guiados por
el estado el cual juega un papel muy importante tratando de buscar el equilibrio o equidad de la
economía de un país, tomando como aspectos fundamentales para un buen desarrollo una
educación básica, seguridad social, infraestructura, etc. pero de igual forma estas tiene que ser
complementadas con otros aspectos de igual importancia; tanto el estado, las personas, los
mercados y las comunidades son indispensables para que haya un buen desarrollo y del cual
también puedan gozar todos de forma equitativa.
La globalización necesita implementar nuevas medidas en las cuales salga beneficiados todos y no
unos cuantos; un claro ejemplo de esta injusticia se vivió con México con el llamado (TLCAN)
Tratado De Libre Comercio de América del Norte en el cual este país no cumplió las metas
esperadas las cuales consistían en que la economía México creciera y ayudar así de esta forma a
prosperar el país de gran riqueza artística, histórica y cultural. Sin embargo después de diez años
de gran espera la desilusión fue evidente ya que el TLCAN no había cumplido el éxito esperado, es
por estos que la globalización tiene que ser más cautelosa para con los países en vías de desarrollo
dando así un tratamiento mucho mas distinto que a los países industriales avanzados, en donde a
los países en vías de desarrollo cuenten con la reducción de barreras arancelarias, mas tecnología,
mejorar los sistemas de gobernanzas, disminuir la corrupción, etc.
Otra desigualad que podemos observar en la globalización es el régimen de propiedad intelectual
o más conocida como patentes de cerebro las cuales consisten en descubrimiento que solo
pueden ser manejados por aquellas personas que tienen dicho poder de la patente logrando que
estas se vuelvan un monopolio. Los beneficiados con estos monopolios son las empresas de los
países desarrollados que sin importancia alguna permite que muchas personas de los países en
vías de desarrollo lleguen a perder sus vidas por la monopolización de farmacéuticos; por eso
decimos que la globalización debe experimentar nuevas medidas en las cuales tanto los países
desarrollados como los en vías de desarrollo salgan beneficiados y en las cuales están empresas
permiten que estas patentes puedan mejoradas por medio de las innovaciones de nuevas
personas.
Las riquezas naturales con las que cuentas algunos países en vías de desarrollo no lo son lo
suficiente para mejorar el desarrollo de la economía de ese país por lo que tienen un efecto
contrario el cual generan conflictos de violencia; conocido por el autor del libro como la maldición
de los recursos en los que estos tienen un mala distribución; muchas veces debido a la pésima
gobernanza y la corrupción de los poderes; podemos conseguir que la globalización funcione, o al
menos que funcionen mejor para los países ricos en recursos naturales y que de esta manera
puedan obtener el mejor valor de estos recursos, ayudándoles a gestionar sus economías de tal
modo que se asegure la estabilidad y el crecimiento y que todos los frutos de este crecimiento sea
compartidos por todos, garantizando así un tratamiento más justo para los países en vías de
desarrollo.
El deterioro del el medioambiente es un problema mundial, por lo que la globalización no ha
gestionado de manera adecuada este problema y las medidas que ha implantado para éste son
muy pocas; el cual exige que tenga unos mecanismos fuertes para solución de este problema en
los cuales se obliguen a todos los países a participar de dicha medida; una medida que podríamos
establecer y ayudar a conservar el medioambiente es en las cuales todos los países lleguen a pagar
por su misma contaminación. Conseguir que la globalización funcione servirá de poco si no
podemos solventar nuestros problemas medioambientales. Nuestra atmósfera y nuestros
océanos son recursos globales es por esta que la globalización y el llamado progreso económico
han realzado nuestra forma de explotar estos recursos de formas más implacable y a un ritmo más
rápido sin hacerle daño al medioambiente.
Son muchos los aspectos que mide la globalización otro de ellos es el de la corporaciones de las
multinacionales que son aquellas que tratan de tener monopolios beneficiándose solamente estas
entidades y aunque implementen programas de responsabilidad social empresarial el gobierno de
implementar medidas en las cuales limite el poder de estas dichas entidades y una forma muy
eficaz para que esto sea de manera distinta es aplicando una ley de competencia global y
autoridad global que la aplique a través de tribunales internacionales disminuyendo así el abuso
de algunas multinacionales; tratando de que los gobiernos y la comunidad internacional asegure
los incentivos que hacen frentes a los abusos de las corporaciones y garantice el beneficio a los
países en vías de desarrollo.
La carga de la deuda externa es otro de los problemas de los países en vías de desarrollo que la
globalización debe de tener en cuenta ya que esto logran desequilibrios siendo los niveles de
endeudamiento muy altos; los países que tienen deuda externa deben destinar una gran cantidad
de su presupuesto bien sea abonando a los intereses de dicha deuda o al pago de esta lo cual el
país se ve afectado en que por pagar cierta cantidad a la deuda externa se ven obligados a dejar de
invertir en beneficios fundamentales para su país como la son la educación, tecnología,
infraestructura, etc.
Mucho de los problemas de satisfacer el pago de la deuda surgen de la volatilidad de los sistemas
financieros y económicos globales. La necesidad de encontrar mejores mecanismos para compartir
los riesgos y para resolver los problemas de deuda continuara siendo muy grande mientras los
mercados financieros internacionales continúen caracterizando por esa inestabilidad. Si queremos
que la globalización funcione es necesario hacer algo para controlar tal inestabilidad.
Los países industriales avanzados muchas veces se aprovechan de los países en vías de desarrollo
un claro ejemplo es lo que se vive ahora ya que estos deben mantener un gran suma en títulos de
países desarrollados las cuales resultan muy poco rentables provocando que esto genera una alta
inestabilidad ya que el actual sistema de reservas es auto destructible, debido al cual el país de
moneda de reserva se endeuda paulatinamente hasta el punto de que su dinero deja de servir
como moneda de reserva valida. Esto es lo que está actualmente en juego con el dólar. Debido a
que el sistema global de reservas no volverá a apoyarse en la creciente deuda de una sola nación,
la contradicción básica del sistema actual, que hace de la inestabilidad un problema casi
inevitable, dando como resultado que la estabilidad global quedaría reforzada.
Existe una segunda razón por la que el sistema de dólares globales reportaría una gran estabilidad.
Un factor importante de las crisis que se ha repetido en las últimas décadas ha sido el déficit
comercial, porque cuando un país importa más de lo que exporta tiene que pedir préstamos para
cubrir la diferencia entre las exportaciones y las importaciones.
Como bien lo dice el autor de este libro la globalización ha reportado enormes beneficios a todos.
Y sin embargo, curiosamente, ha sido enfrentada en el mundo desarrollado y en el que está en
vías de desarrollo. Estados Unidos y Europa ven ella una amenaza de externalizacion empresarial;
los países en vías de desarrollo inclinen la balanza de la economía global en su contra. Los que
están en ambos lados ven que los intereses privados avanza Acosta de otros valores.
Los países desarrollados pueden responder a los retos de la globalización de tres formas distintas.
Una consiste en ignorar el problema y aceptar el aumento de las desigualdades. Los que adoptan
esta postura hacen referencia en la fuerza inseparable de la economía de mercado y en su
capacidad para responder a los cambios, es posible que no sepamos donde se crearan los nuevo
puestos de trabajo, pero mientas permitamos que los mercados actúen libremente, habar
empleos suficientes.
Si bien es verdad que con la globalización muchos salen ganando, muchos salen perdiendo. Por
descontado la globalización no es más que una de las tantas fuerzas que afectan a nuestras
sociedades y economías. Incluso sin ellas las desigualdades irían en aumento. Los cambios
tecnológicos han incrementado el suplemento que el mercado conceda a ciertos conocimientos,
de modo que en la economía actual, ganan aquellos que puedan adquirir esos conocimientos.
La mayor integración en la economía global ha traído mayor inestabilidad e inseguridad, y más
desigualdades. Y ha puesto en peligro los valores fundamentales.
Pero no tiene porque ser así. Podemos conseguir que la globalización funciones, y no solo para los
rico y poderosos, sino para todos, incluidos los ciudadanos de los países más pobres sabemos que
es una tarea dura pero tengamos en cuenta que si nos proponemos a cumplir metas para mejorar
nuestro bienestar global lo podemos hacer y de una manera muy eficaz.
SOBRE EL AUTOR.
Joseph E. Stiglitz
Joseph E. Stiglitz nació en 1943 en Gary (Indiana, EE UU). Obtuvo su doctorado en el Massachusets
Institute of Technology (MIT) en 1967. Fue profesor en importantes universidades
norteamericanas: Yale, Princeton, Oxford y Stanford. En 2001 fue galardonado con el Premio
Nobel de Economía junto con los economistas George Akerlof (Universidad de California en
Berkeley) y Michael Spence (Profesor emérito de la Universidad de Stanford), quienes
demostraron mediante investigaciones realizadas en los años 70 y 80 el efecto distorsionante de la
llamada “asimetría de la información”, es decir la situación en que una de las partes involucradas
en una relación comercial está en inferioridad de condiciones en cuanto a la información sobre la
materia negociada. La información asimétrica es clave para comprender muchos fenómenos de los
mercados, incluido el desempleo y las políticas crediticias. Ha sido asesor económico del gobierno
de Clinton y economista jefe y vicepresidente senior del Banco Mundial. Fue editor del Journal of
Public Economics, de la Review of Economic Studies y de la American Economic Review.
Actualmente es catedrático de Economía en la Universidad de Columbia. Es considerado “uno de
los fundadores de la economía del desarrollo moderno”
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