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Psicofisiologia del instinto sexual Concepto, etiología y clasificación Sexo y
sexualidad
Junio. 2017
INTRODUCCIÓN
La mayor parte de lo que hoy conocemos sobre la sexualidad humana se ha
descubierto y publicado durante el siglo XX.
La fase de excitación se caracteriza por un considerable aumento del aporte
sanguíneo a los órganos genitales, debido a su vasodilatación. Ello se traduce en la
erección del clítoris, que llega a duplicar su volumen, y la vasocongestión de la vagina
y el conjunto de la pirámide bulbar descrita anteriormente.
Ello determina el aumento de tamaño y dilatación de la vulva, así como la
lubricación vaginal (fenómenos todos ellos equivalentes a la erección del pene en el
varón). Estos cambios se han objetivado mediante registros fisiológicos diversos, que
incluyen la medición de la temperatura de los labios menores, la disipación de calor
(por el flujo sanguíneo) en electrodos de O2 precalentados aplicados a la superficie de
la vagina y los labios, la fotopletismografía vaginal (medida de la fracción de luz
reflejada por la pared vaginal tras su emisión por una sonda colocada en su interior),
así como visualizado, cuantificándose, mediante técnicas de ultrasonografía-Doppler
color y de resonancia magnética dinámica.
El orgasmo se caracteriza por contracciones intermitentes tanto de la musculatura
lisa de los órganos genitales como de la esquelética. En la mujer, la contracción rítmica
(8-12 veces) de los músculos estriados del suelo de la pelvis (que en el varón da lugar
a la expulsión eyaculatoria), particularmente la pubovaginal, hace estrecharse
intermitentemente las paredes de la porción más externa de la vagina (son las
contracciones de la "plataforma orgásmica" que describieran Masters y Johnson); el
ano se contrae también sincrónicamente.
La pérdida de tono de los músculos del suelo pélvico, además de predisponer a
problemas como incontinencia urinaria y prolapsos, afecta también a la intensidad y
placer de la respuesta sexual (RS). Por el contrario, se han descrito efectos beneficiosos
en la función sexual del fortalecimiento mediante ejercicios de Kegel, aunque otros
estudios no lo han confirmado.
PSICOFISIOLOGIA
Parte de la psicología que estudia los fenómenos psíquicos y las leyes que los
rigen utilizando los métodos de la fisiología. La rama de la psicología fisiológica (o
psicofisiología) se desarrolló a partir de la psicología.
En primer texto de psicología escrito por Wolhelm Wundt a fines del siglo XIX,
llevaba el titulo de principios de psicología fisiológica (o psicofisiología). En los
últimos años con la gran cantidad de información en la biología experimental,
científicos de otras disciplinas han contribuido de manera importante a la investigación
de la psicología de la conducta.
Se considera a René Descartes un filosofó y matemático francés del siglo XVIII,
el padre de la filosofía moderna. Si bien no era biólogo, sus especulaciones respecto de
los papeles que desempeñan la mente y el cerebro en el control de la conducta
proporcionan un buen punto de partida en la historia de la psicología fisiológica.
El desarrollo de los métodos psicofisiológicos en los últimos años ha llevado a
una proliferación de técnicas, la mayoría de las cuales son bastante refinadas y
requieren conocimientos solidamente fundamentados de psicología experimental,
electricidad bioquímica y fisiología.
Entre esas nuevas técnicas probablemente la más importante es el
microelectrodo, o sea un electro sumamente pequeño que se usa para registrar la
actividad eléctrica de las células nerviosas aisladas.
Todos los individuos tienen sentimientos, actitudes y convicciones sobre la
sexualidad, pero cada persona la experimenta de distinta forma, porque es individual.
Se trata de un aspecto que proviene tanto de experiencias personales y particulares
como de causas sociales.
No es posible comprender la sexualidad humana sin reconocer su carácter de
multiplicidad; no obstante, al estudiar la sexualidad desde diversas facetas, hay que
tener en cuenta que para comprenderla es necesario conocer al individuo y la compleja
naturaleza del ser humano.
Un estudio transversal realizado en la consulta de terapia sexual nos permitió
apreciar que la mayoría de los sujetos tenían relaciones sexuales de noche (53 %), el
22 % de madrugada, un 20 % en cualquier momento del día, 3 % de tarde y el 2 % de
mañana.
Anatomía y fisiología de los órganos sexuales femeninos
Los órganos genitales femeninos constan de dos partes:
• Órganos genitales internos, situados en la pelvis: los ovarios, las trompas
uterinas, el útero y la vagina.
•Órganos genitales externos: la vulva, en la que se incluyen los labios mayores,
los labios menores, el clítoris y el himen.
Respuesta sexual humana
Los trastornos sexuales están entre los aspectos que tratará este libro, por lo que
consideramos necesario referirnos en primer lugar a la respuesta sexual normal,
conocida como resultado de las investigaciones realizadas por los doctores William
Masters y Virginia Johnson, en las que analizaron las respuestas fisiológicas ante
estímulos sexuales de hombres y mujeres entre los 18 y 89 años.
En 1954 se inició dicha investigación sobre la anatomía y la fisiología de la
respuesta sexual humana en el Departamento de Ginecología y Obstetricia de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Washington.
En 1959 se instituyó un programa coordinado clínico y de investigación sobre
los problemas de inadecuación sexual humana, que se continuó en enero de 1964, bajo
los auspicios de la Reproductive Biology Research Foundation. Desde hace varias
década se estableció la anatomía de la respuesta humana a los estímulos sexuales y se
observaron y registraron algunas variantes fisiológicas, como la intensidad y duración
de las respuestas individuales.
Fase de excitación
Esta fase se inicia debido a sensaciones sexuales que la condicionan y pueden ser
del tipo físico o psíquico, tales como una caricia o un recuerdo muy intenso, un beso o
un perfume. Veamos a continuación los cambios físicos que ocurren en esta fase.
La mujer se caracteriza por:
• Lubricación vaginal.
• Expansión de los dos tercios internos de la cavidad vaginal.
• Elevación de los labios mayores.
• Elevación del cuello y cuerpo del útero.
• Aumento del tamaño del clítoris.
• Erección de los pezones.
• Incremento del tamaño de las mamas.
El hombre se caracteriza por:
• Erección del pene.
• Elevación parcial de los testículos.
Fase de meseta
La mujer se caracteriza por:
• Prominente vasodilatación en el tercio externo de la vagina.
• La abertura del introito vaginal de la mujer se estrecha.
• Expansión del interior de la vagina.
• Aumenta la elevación del útero.
• El clítoris se retrae.
• Aumento del tamaño de las mamas.
• Eritema cutáneo (de epigastrio a las mamas, glúteos, espaldas, extremidades y
rostro).
• Miotonía generalizada, taquicardia, hiperventilación y aumento de la presión
arterial.
El hombre se caracteriza por:
• Aumento del tamaño de los testículos.
• Elevación testicular completa.
• En ocasiones segregación de fluido por la uretra.
Fase de orgasmo
La mujer se caracteriza por:
• Contracciones rítmicas y simultáneas del útero, del tercio externo de la vagina
y esfínter rectal (plataforma orgásmica).
• Aumento de los ritmos cardiaco y respiratorio.
El hombre se caracteriza por:
• Contracciones del pene.
• Eyaculación.
Fase de resolución
La mujer se caracteriza por:
• Desparece la plataforma orgásmica.
• El útero desciende.
• La vagina se acorta.
• El clítoris vuelve a su posición normal.
El hombre se caracteriza por:
• Pérdida de la erección.
• Detumescencia del escroto.
• Los testículos disminuyen de tamaño y descienden al escroto.
Periodo refractario
• Es exclusivo del hombre.
• Es imposible otra eyaculación, aunque en ocasiones se tiene una erección
parcial o completa.
• Puede durar varios minutos o varias horas.
• El intervalo es más largo con la edad.
• Varía entre distintos individuos y en un mismo individuo.
Influencias hormonales
A la función sexual humana se le reconoce un importante soporte hormonal;
especialmente por parte de los esteroides gonadales. Así, desde hace tiempo se conoce
el papel fundamental de los estrógenos en el manteniendo del estado trófico de la
vagina y su capacidad de respuesta a estímulos sexuales, con una eficiente
vasodilatación y un aumento de lubricación, y se ha comentado en las secciones
precedentes.
El papel de los andrógenos en la función sexual femenina es más controvertido.
En el varón, está bien establecido que los andrógenos testiculares (fundamentalmente,
testosterona) contribuyen de modo importante a promover el deseo sexual y al
mantenimiento del estado funcional de los tejidos eréctiles.
En la mujer, hay muchos datos que indican un papel similar de los andrógenos,
tanto en estimular el apetito sexual como en el desarrollo y mantenimiento de parte de
los órganos sexuales más relevantes para la RS, como el clítoris. Por otra parte, hay
algunos estudios que cuestionan la acción facilitadora del deseo sexual femenino
atribuida a los andrógenos.
Las discrepancias pueden deberse a las dificultades que supone su estudio, por
diferencias de diseño y variadas características de las mujeres evaluadas (jóvenes
normales, premenopáusicas disfuncionales, menopausia inducida, menopausia natural,
etc.), a las limitaciones técnicas, para medir fiablemente unos valores sanguíneos de
testosterona considerablemente inferiores (de 10 a 20 veces) a los de los varones, al
desacuerdo en cuáles son los indicadores bioquímicos de actividad androgénica más
idóneos, etc. Por esto, el debate permanece abierto y se están desarrollando diversas
investigaciones que serán objeto de una discusión más amplia en el artículo
siguiente49.
Entre otros tipos de hormonas que pueden contribuir a modular la función sexual
cabe destacar la prolactina. A su elevación postorgásmica, comentada anteriormente,
se le ha atribuido el fenómeno del "período refractario" durante la fase de resolución.
Por otra parte, la hiperprolactinemia con frecuencia se acompaña de
disminuciones del apetito sexual, en varones y mujeres, aunque es difícil discernir si el
efecto se debe al propio aumento de prolactina o al hipogonadismo secundario
frecuente en esta enfermedad.
En resumen:
-En psicofisiología, el comportamiento sexual es particularmente importante
porque ilustra la interacción de factores internos y externos; la motivación sexual se
fundamenta en factores neurales y hormonales, pero requiere de estímulos ambientales
determinados para ponerse en actividad.
- Las glándulas y las hormonas intervienen directamente en el desarrollo sexual
y el comportamiento.
- Las características masculinas y femeninas están dirigidas por las hormonas.
- El hipotálamo masculino y el femenino son funcionalmente distintos.
- En toda sociedad hay exigencias sociales, normas, tabúes, que regulan
numerosos aspectos de la vida sexual.
- No existen dos individuos con las mismas ideas acerca de quién o qué es
sexualmente atractivo o cuáles son los mecanismos más apropiados para consumar esta
atracción.
INSTINTO SEXUAL
Es definido como una disposición natural dirigida a cumplir, bajo la influencia
de una solicitud interna, una serie de actos adaptados a ciertos fines útiles al individuo
o a la especie. El instinto sexual es producto de la interacción de factores biológicos,
psicoafectivos y socioculturales.
En los pueblos civilizados, esa necesidad elemental esta revestida de una cierta
espiritualidad y casi transfigurada por el sentimiento del amor. Está incardinada en la
vida global del individuo, que es una creación de todas estas influencias. Y es objeto
de estudio de la sexología.
Elementos:
Los elementos fundamentales del instinto sexual son:
• La disposición o tendencia natural (que no es una habilidad adquirida por la
educación). Lo que indica que el instinto sexual es innato.
• La serie de actos destinados a la realización de los expresados fines útiles al
individuo o a la especie. Estos actos, están objetivados básicamente en la aproximación
copulatoria entre individuos de diferente sexo.
Instinto Sexual Patológico
El instinto sexual patológico, se da, en contraposición con el concepto anterior,
cuando no existen esos factores indispensables y necesarios para el normal
desenvolvimiento y funcionamiento en el ser humano del mismo, y por lo tanto surgen
deficiencias y anormalidades.
Factores que lo Determinan:
Los factores que evidencian el instinto sexual patológico son los
comportamientos sexuales poco habituales, antes considerados perversiones sexuales.
Tipos:
• Exhibicionismo: es la tendencia a exponer sus genitales a personas del sexo
opuesto, para autoexcitarse, alcanzar el orgasmo o escandalizar.
• Voyerismo: obtener satisfacción mediante la observación de la desnudez o de
los actos sexuales de otros.
• Travestismo: tendencia a utilizar vestidos de mujer para conseguir la
estimulación sexual. No coincide con la homosexualidad.
• Fetichismo: sentirse atraído por algún objeto inanimado (ropa).
• Sadismo y masoquismo: sadismo es causar daño para excitarse sexualmente;
masoquismo es la persona que siente placer cuando recibe algún daño o es humillado.
• Paidofilia: es abusar de niños o niñas para obtener placer sexual se tenga o no
contacto con ellos. (Complejo de inferioridad).
La respuesta sexual (RS) suele describirse, en la actualidad, tras abandonar los
primitivos modelos lineares, como una secuencia cíclica de etapas o fases
características: deseo; excitación, y orgasmo (y la fase de resolución que le sigue),
cuyos mecanismos interactúan, reforzándose o inhibiéndose recíprocamente (fig. 1)3.
Esta distinción tiene utilidad clínica, pues muchos trastornos de la RS y/o sus
tratamientos psicológicos, farmacológicos o quirúrgicos, afectan primariamente y de
modo relativamente selectivo a alguno de estos componentes.
El acto sexual femenino
El éxito de la realización del acto sexual femenino depende tanto de la
estimulación psicológica como de la estimulación sexual local.
Los pensamientos eróticos pueden provocar el deseo sexual en la mujer; esto
ayuda notablemente a la realización del acto sexual femenino. Este deseo depende
mucho de su educación, así como de su impulso fisiológico, aunque el deseo sexual sí
aumenta en proporción al nivel de secreción de hormonas sexuales.
El deseo también varía según el ciclo sexual, y alcanza un máximo en la
proximidad del tiempo de ovulación, probablemente debido al alto nivel de secreción
de estrógenos durante el periodo preovulatorio.
La estimulación sexual local de la mujer es más o menos igual que la del
hombre, pues el masaje y otros tipos de estimulación de la vulva, la vagina y ciertas
regiones del periné crean sensaciones sexuales. El glande del clítoris es especialmente
sensible para iniciar estas sensaciones.
Como en el varón, las sensaciones sexuales se transmiten a los segmentos sacros
de la médula espinal a través del nervio pudendo y del plexo sacro. Una vez que estas
señales han penetrado en la médula espinal, son transmitidas al cerebro.
También los reflejos locales integrados en la médula espinal sacra y lumbar son,
en parte, responsables de algunas reacciones en las relaciones sexuales femeninas.
Erección y lubricación femeninas
En torno al introito, extendiéndose hacia el clítoris, existe tejido eréctil casi
idéntico al tejido eréctil del pene. Tal como el del pene, este tejido es controlado por
nervios parasimpáticos que se dirigen, a través de los nervios erectores, desde el plexo
sacro a los genitales externos.
En las fases tempranas de la estimulación sexual, señales parasimpáticas dilatan
las arterias de los tejidos eréctiles, probablemente como resultado de la liberación de
acetilcolina, óxido nítrico y péptido intestinal vasoactivo (VIP) en las terminaciones
nerviosas.
Esto permite una rápida acumulación de sangre en el tejido eréctil, de forma que
el introito se tensa en torno al pene durante la penetración; esto a su vez, ayuda mucho
al hombre a lograr la estimulación sexual suficiente para que se produzca la
eyaculación.
Orgasmo femenino
Cuando la estimulación sexual local alcanza una intensidad máxima y
especialmente cuando las sensaciones locales son apoyadas por señales adecuadas de
condicionamiento psicológico del cerebro, se inician reflejos que producen el orgasmo
femenino, llamado también clímax.
El orgasmo femenino es análogo a la emisión y a la eyaculación del varón, y
quizás ayuda a promover la fecundación del óvulo. Las intensas sensaciones sexuales
que se desarrollan durante el orgasmo también se dirigen al cerebro y causan una gran
tensión muscular en todo el cuerpo.
Pero tras la culminación del acto sexual, esto da paso, en los minutos siguientes,
a una sensación de satisfacción caracterizada por una plácida relajación, un efecto
denominado resolución.
El acto sexual masculino
La fuente más importante de señales nerviosas sensitivas para la iniciación del
acto sexual masculino es el glande del pene. El glande contiene un órgano
especialmente sensible que transmite al sistema nervioso central una modalidad de
sensación denominada sensación sexual.
La acción de masaje del glande en la relación sexual estimula los órganos
sensitivos terminales y las señales sexuales, a su vez, se propagan a través del nervio
pudendo, y después por el plexo sacro, a la porción sacra de la médula espinal, y
finalmente ascienden a través de la médula a áreas no definidas del encéfalo.
Los impulsos también pueden penetrar en la médula espinal procedentes de áreas
próximas al pene para ayudar a estimular el acto sexual. Por ejemplo, la estimulación
del epitelio anal, el escroto y las estructuras perineales en general, pueden enviar
señales a la médula que contribuyen a la sensación sexual.
Las sensaciones sexuales pueden originarse incluso en estructuras internas, como
en zonas de la uretra, la vejiga, la próstata, las vesículas seminales, los testículos y el
conducto deferente.
El elemento psíquico de la estimulación sexual masculina
Estímulos psicológicos adecuados pueden facilitar mucho la capacidad de una
persona para realizar el acto sexual.
Los simples pensamientos de contenido sexual e incluso el hecho de soñar que
se está realizando el coito, pueden hacer que se produzca el acto sexual masculino y
culmine en la eyaculación. De hecho, en muchos varones se producen eyaculaciones
nocturnas durante los sueños en algunas etapas de la vida sexual, especialmente en la
adolescencia.
Anatomía y fisiología de los órganos sexuales masculinos
Los órganos genitales masculinos comprenden: los testículos con sus túnicas, los
conductos deferentes con las vesículas seminales, la próstata, las glándulas
bulbouretrales (de Cowper) y el pene, compuesto por los cuerpos cavernosos y la uretra
masculina que tiene un carácter mixto, urogenital.
El testículo en el hombre y el ovario en la mujer elaboran las hormonas sexuales
y por eso pertenecen a las glándulas de secreción interna.
El testículo está compuesto por hasta novecientos túbulos seminíferos en espiral,
cada uno de más de medio metro de longitud, en los que se forman los espermatozoides.
Estos últimos se vacían después al epidídimo, otro tubo en espiral de unos seis metros
de longitud que desemboca en el conducto deferente, que se ensancha para formar la
ampolla del conducto inmediatamente antes de que este penetre en el cuerpo de la
glándula prostática.
Dos vesículas seminales, localizadas una a cada lado de la próstata, se vacían en
el extremo prostático de la ampolla; el contenido de la ampolla y de las vesículas
seminales pasan al conducto eyaculador que atraviesa el cuerpo de la glándula
prostática para desembocar en la uretra interna. Los conductos de la glándula prostática
se vacían, a su vez, en el conducto eyaculador.
Erección
La erección es el primer efecto de la estimulación sexual masculina, y el grado
de erección es proporcional al grado de estimulación, sea psíquica o física. Es causada
por impulsos parasimpáticos que alcanzan el pene desde la porción sacra de la médula
espinal a través de los nervios pélvicos.
Estas fibras parasimpáticas, a diferencia de la mayor parte de las restantes fibras
parasimpáticas, se cree que secretan óxido nítrico, péptido intestinal vasoactivo o
ambos, además de acetilcolina. El óxido nítrico relaja las arterias del pene, así como su
malla trabecular de fibras musculares lisas del tejido eréctil de sus cuerpos cavernosos
y esponjoso.
Este tejido eréctil no es otra cosa que grandes sinusoides cavernosos, que
normalmente están relativamente vacíos de sangre, pero que se dilatan enormemente
cuando la sangre arterial fluye a su interior a presión mientras el flujo venoso está
parcialmente ocluido.
Además, los cuerpos eréctiles, en especial los dos cuerpos cavernosos, están
también rodeados de fuertes revestimientos fibrosos; por tanto, la elevada presión en el
interior de las sinusoides provoca un abombamiento del tejido eréctil de forma tal que
el pene se endurece y se alarga. Este fenómeno se denomina erección.
La emisión y la eyaculación son la culminación del acto sexual masculino. La
primera comienza con la contracción del conducto deferente y de la ampolla para
provocar la expulsión de los espermatozoides a la uretra interna.
Después, las contracciones del revestimiento muscular de la glándula prostática,
seguidas finalmente de la contracción de las vesículas seminales, expelen el líquido
prostático y seminal, empujando hacia adelante a los espermatozoides. Todos estos
líquidos se mezclan en la uretra interna con el moco ya secretado por las glándulas
bulbouretrales para formar el semen. El proceso hasta ese punto es la emisión.
El llenado de la uretra interna con semen desencadena señales sensitivas que son
enviadas a través de los nervios pudendos a las zonas sacras de la médula,
transmitiendo una sensación de repentina repleción de los órganos genitales internos y
causan la contracción de los músculos isquiocavernosos y bulbocavernosos que
comprimen las bases del tejido eréctil peneano.
Estos efectos unidos determinan aumentos de presión rítmicos, en oleadas, en el
tejido eréctil del pene, en los conductos genitales y en la uretra, que eyaculan el semen
desde la uretra al exterior. Este proceso final se denomina eyaculación.
SEXO Y SEXUALIDAD
El cuerpo concebido en su totalidad desempeña un rol primordial en la vida de
las personas. A pesar de ello los mensajes que se reciben desde la niñez mediante la
educación y la formación, tienden a ocultar y negar el cuerpo sexuado.
La sexualidad humana, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se
define como: Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo,
las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la
reproducción y la orientación sexual.
Sexualidad humana
Recientes descubrimientos han podido establecer que los órganos genitales de
hombres y mujeres tienen el mismo origen biológico, representa el conjunto de
comportamientos que conciernen a la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual.
La actividad hormonal que rige la sexualidad depende del funcionamiento del eje
hipotálamo hipofisiario gonadal El cerebro a través del hipotálamo sincroniza e
interactúa con el sistema endócrino. La hipófisis anterior produce entre otras, tres
hormonas que regulan la función sexual denominadas gonadotropinas.
La sexualidad es el conjunto de las condiciones anatómicas, fisiológicas y
psicológicas que caracterizan a cada sexo. El término también hace referencia al apetito
sexual (como una propensión al placer carnal) y al conjunto de los fenómenos
emocionales y conductuales vinculados al sexo.
Antecedentes de la Sexualidad
En la antigüedad, se consideraba que la sexualidad de los seres humanos y de los
animales era instintiva. Los comportamientos sexuales, por lo tanto, estaban
determinados biológicamente y todas aquellas prácticas que no estaban dirigidas a la
procreación eran consideradas como antinaturales.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana abarca
tanto las relaciones sexuales (el coito) como el erotismo, la intimidad y el placer. La
sexualidad es experimentada y expresada a través de pensamientos, acciones, deseos y
fantasías.
La heterosexualidad es la condición sexual que consiste en la atracción hacia las
personas del sexo opuesto. Los hombres heterosexuales se sienten atraídos por las
mujeres, y viceversa.
En la homosexualidad, en cambio, las relaciones se dan entre personas del mismo
sexo. Existe, a su vez, otra variante, conocida por el nombre de bisexualidad, a la cual
pertenecen aquellos individuos individuo que se sienten atraídos por personas de ambos
sexos.
La sexualidad, con el tiempo, fue adquiriendo una noción social y cultural. La
homosexualidad, por ejemplo, fue considerada exclusiva del ser humano durante
mucho tiempo; sin embargo, la observación de diversas especies animales a lo largo de
los años ha demostrado lo contrario; lo mismo ocurre con la masturbación y con
prácticas violentas, como las violaciones. Tanto las personas como los animales
desarrollan las características de su sexualidad de acuerdo a su entorno.
La conducta sexual: En psicofisiológica el comportamiento sexual es
particularmente importante porque ilustra la interacción de factores internos y externos
fundamentados por estructuras neuronales y componentes hormonales.
Conducta sexual reproductiva: La conducta sexual reproductiva es definida
como la combinación de condiciones orgánicas y de estímulos que producen una
secuencia de respuestas que se relacionan directamente con el acto reproductivo.
Ciclos gonadales
· Ciclo A: En este ciclo se dan cambios pubertales donde se presentan
conductas sexuales que se deben al control de la hipófisis y específicamente a las
hormonas gonadotropicas de la adenohipofisis que estimula la secreción de andrógenos
en el hombre y estrógenos en la mujer.
· Ciclo B: Este ciclo es exclusivo del sexo femenino corresponde fisiológica y
conductualmente a los ciclos menstruales que se basa en la acción de tres hormonas
(los estrógenos, la hormona folículo-estimulante y la hormona luteinizante).
Hormonas de los ciclos gonadales
· Hormona luteinazante: responsable del inicio de la ovulación femenina y
estimula el crecimiento del folículo ovario
· hormona folículo estimulante: regula el desarrollo, el crecimiento, la
maduración pubertal y los procesos reproductivos del cuerpo.
Hormonas sexuales: son conocidas también como hormonas esteroides
conformada por: glucocorticoides, mineralocorticoides y esteroides sexuales
(estrógenos (hormonas femeninas producidas por los ovarios), andrógenos (Hormonas
masculinas, estimulan el desarrollo de carácter sexual son segregados por los testículos
y por la glandula suprarrenal en un 10%)).
Estimulación sensorial
A: estímulos que no desencadenan directamente el comportamiento sexual
B: estímulos que predisponen al organismo sexualmente preparándolo a
responder apropiadamente a su pareja
C: la pareja del sexo opuesto o sexo atrayente
Bases Neurológicas
Entre las estructuras que median en la sexualidad encontramos:
· Sistema límbico
· Corteza Sensomotora: la función dedicada a los genitales es mayor en
proporción a otras aéreas del cuerpo como la espalda abdomen o pecho.
· Hipotálamo y glándula pituitaria: envían mensajes químicos al sistema
límbico que estimulan lo órganos reproductores.
· Amígdala: juega un papel central en la conducta sexual, habiéndose
comprobado que tiene un papel inhibitorio ya que la estimulación del septo dan lugar
a una erección total.
· Hipocampo: ejerce una influencia moduladora de la tumescencia genital,
regulando por tanto la afluencia de volumen sanguíneo al aparato genital.
· Cuerpo calloso.
· mesencefalo.
PSICOFISIOLOGIA DEL INSTINTO SEXUAL CONCEPTO,
ETIOLOGÍA
La sexualidad humana comprende aspectos biológicos, psicosociales,
conductuales, clínicos, morales y culturales.
La historia nos enseña que las teorías y las prácticas sexuales varían grandemente
según la época y el lugar. Durante más de dos mil años, la religión desempeñó un papel
relevante en la conformación de las nociones sobre el sexo.
Con los trabajos de Sigmund Freud (1856-1939), médico vienés, se logró
demostrar la vital importancia que tiene la sexualidad en la existencia humana.
Posteriormente Kinsey (1894-1956) realizó extensas entrevistas personales a 1 200
personas de todas las condiciones.
Hasta que más tarde Masters y Johnson sostenían la hipótesis de que para
profundizar y comprender las complejidades de la sexualidad humana, el individuo
necesita previamente aprender anatomía, fisiología sexual y manejar datos biológicos
y sociológicos.
La respuesta sexual (RS)
El término respuesta sexual (RS) fue introducido en la obra pionera, homónima,
de Masters y Johnson1. Con éste se designa el conjunto de cambios psicofisiológicos
asociados con la realización de actos sexuales. Comprende un conjunto de cambios
físicos que afectan a la totalidad del organismo (por lo que la RS se considera un
paradigma de "respuesta integrada" fisiológica2), así como mentales, que incluyen
alteraciones del estado de conciencia y percepciones sensoriales generalmente muy
placenteras, lo que suele reforzar poderosamente la motivación para repetir la
experiencia.
Este esquema operativo del ciclo de la respuesta sexual femenina. Frente a los
modelos clásicos (como los de Masters y Johnson o Kaplan), que describen sus fases
como etapas que se suceden en una secuencia lineal, en la actualidad se prefiere el tipo
de interpretación "circular" del estilo de la que se resume en el presente diagrama de
flujo3. Se pretende resaltar la influencia recíproca entre las distintas fases del ciclo de
la respuesta sexual.
Excitación
Así, la reacción de excitación, especialmente en su modalidad subjetiva, que
puede ser consecuencia o no (ya que puede precederlo) del estado de deseo, suele
reforzar a éste a modo de feedback positivo. También se señala el hecho de que la
presentación de una determinada fase no requiere necesariamente la precedente. Por
ejemplo, una estimulación sensorial intensa puede producir excitación y hasta orgasmo
sin que haya deseo, o incluso cuando exista aversión, lo que puede tener implicaciones
psicológicas y legales importantes.
Los rombos de decisión tras el orgasmo simbolizan el que éste puede seguirse de
la fase de resolución o del retorno a la de excitación que conduzca a una o varias
experiencias orgásmicas adicionales antes de entrar en la fase de resolución.
Deseo, libido o apetito sexual
Se llama deseo, libido o apetito sexual al estado mental de atención a estímulos
eróticos y motivación, para responder a ellos para gratificarse, que precede la
realización de actos sexuales y/o la acompaña. Tiene componentes cognitivos y
afectivos, además de un sustrato neurohormona,.
Puede presentarse de modo "espontáneo" o bien "reactivo"; se llama así cuando
se produce en respuesta a diversos estímulos sensoriales y otras incitaciones por parte
de la pareja, incluida la propia excitación fisiológica inducida de modo reflejo, en un
contexto de afecto positivo.
Dicho fenómeno es más frecuente y relevante en la mujer, particularmente en el
contexto de una relación prolongada y de buena calidad afectiva que en el varón. A su
vez, en la excitación sexual se distinguen ahora 2 componentes: los cambios
fisiológicos, que se describen posteriormente, y la excitación subjetiva que motiva
tratar de intensificar la estimulación sexual y desarrollar completamente el ciclo de la
RS.
La RS fisiológica propiamente dicha conlleva una serie de cambios
neurofisiológicos, hemodinámicos y hormonales; los más pronunciados y específicos
tienen lugar en los órganos genitales, por lo que se comentan con más detalle.
En algunos de los orgasmos estudiados en el laboratorio se han registrado
también contracciones uterinas; cuando ocurren, suelen asociarse a una sensación más
placentera. Es importante subrayar que los referidos cambios fisiológicos
característicos de la respuesta orgásmica femenina parecen ser esencialmente similares
cualquiera que sea el modo de lograrla (estimulación del clítoris, penetración vaginal,
etc.).
Resolución
La fase de resolución consiste en el retorno a los valores funcionales iniciales,
con reducción de la vasocongestión pélvica y relajación muscular. Se acompaña de un
"período refractario", durante el que es difícil inducir una nueva RS1. Dura varios
minutos y se alarga progresivamente con la edad. Este fenómeno es más característico
en el varón. En la mujer, se pueden producir estados similares de refractariedad,
especialmente tras orgasmos muy intensos. Sin embargo, tras el orgasmo femenino,
con frecuencia se regresa a un nivel todavía alto de excitación sobre el que se pueden
superponer sucesivos orgasmos si persiste la estimulación ("respuesta
multiorgásmica").
Sinopsis de la estructura y función basal de los órganos genitales femeninos
implicados en la respuesta sexual
Vagina
Es un conducto aplanado en forma de sigmoide alargada, cerrado en su extremo
superior por el fondo vaginal posterior a 8-10 cm del orificio vulvar; en la pared
anterior, más corta (1-2 cm menos) se inserta el cuello del útero. Su sección transversal,
de unos 2-3 cm de ancho, tiene forma de "H" o "W", de modo que sus superficies
luminares anterior y posterior se tocan, por lo que, en su estado quiescente, su luz
constituye una cavidad virtual.
Las paredes vaginales son muy distensibles, lo que hace válido el viejo aserto de
que "la capacidad de la vagina se mide por las dimensiones del cuerpo extraño que se
inserte en ella".
En su porción inferior, la cara posterior y los bordes laterales están rodeados por
los potentes músculos del suelo pélvico, y es especialmente importante la rama
pubovaginal del componente pubococcígeo del músculo elevador del ano. Su cara
anterior se encuentra en contacto, en la porción más profunda, con la vejiga urinaria;
entre ambos órganos se interpone la fascia de Halban; en la mitad más externa, se
relaciona íntimamente con la uretra que, de hecho, discurre prácticamente en todo su
trayecto embebida en la pared vaginal anterior.
Las paredes vaginales están formadas, en su mayor parte, por una túnica de fibras
musculares lisas y elásticas, que le confieren su gran distensibilidad; está recubierta por
una serosa que contacta con los órganos y las cavidades que la circundan.
La superficie interna de la pared vaginal está tapizada por un epitelio estratificado
escamoso no queratinizado, de 10 a 20 células de espesor en continua descamación y
cuya renovación desde la capa basal es estimulada potentemente por los estrógenos.
Entre el epitelio y la capa muscular se encuentra una capa de tejido conjuntivo (lámina
propia), ricamente vascularizada y con abundantes capilares.
La lámina propia posee, además, terminaciones nerviosas, fundamentalmente de
tipo vasomotor, con relativa abundancia de neurotransmisores, como el péptido
intestinal vasoactivo (VIP), el péptido histidina metionina (PHM), el neuropéptido Y
(NPY), el óxido nítrico (NO), etc..
Además, en su segmento inferior, y especialmente en la pared anterior, posee una
importante inervación sensorial que, junto con la de la uretra y la fascia de Halban,
confiere a esta zona una mayor sensibilidad erótica, por lo que recibe la denominación
de "complejo erótico de la pared anterior", expresión que parece más apropiada que la
tan popular, como inexacta, "punto G". Cabe señalar, sin embargo, que un estudio
reciente no ha detectado diferencias en la densidad de la inervación de distintas zonas
de la vagina humana. El epitelio y la lámina propia forman una serie de pliegues
transversales (rugae), más prominentes en el segmento inferior, que se atenúan
considerablemente tras la menopausia, por el cese del estímulo estrogénico.
Aunque tanto la vagina como el cuello uterino carecen por completo de
formaciones glandulares, la superficie vaginal está humedecida por una película de
líquido formada, en su mayor parte, por un trasudado del plasma sanguíneo procedente
de los lechos capilares de la lámina propia.
La composición iónica de este líquido se modifica al atravesar el epitelio vaginal:
se reabsorbe parte del Na+ (lo que limita la salida de agua hacia la luz) y se añade K+.
De este modo, las concentraciones de estos iones en el líquido vaginal, en ausencia de
excitación sexual, corresponden, respectivamente, a la mitad y a unas 5-6 veces la del
plasma.
La capacidad de transferencia de líquido a través del epitelio vaginal es facilitada
por los estrógenos; disminuye tras la menopausia y parece ser mediada por el NO,
cuyas enzimas productoras abundan en el epitelio vaginal. El líquido de humidificación
vaginal, en ausencia de excitación, tiene también una elevada concentración de H+ (pH
de 3,5 a 4,5) durante todo el ciclo, en las mujeres premenopáusicas, excepto durante la
regla, en que se asemeja al plasmático por la presencia de sangre y otros productos de
la descamación endometrial.
Este ambiente ácido de la vagina joven le confiere protección frente a bacterias
coliformes y levaduras. Tradicionalmente, se ha atribuido a la actividad de lactobacilos
anaerobios (p. ej., Döderlein) presentes en la luz vaginal, que fermentarían el glucógeno
contenido en las células descamadas.
Sin embargo, estudios recientes han documentado una importante actividad de
bombeo de protones (por una H+-ATPasa) en la membrana apical (luminar) de las
células de los epitelios vaginal y cervical, estimulada por los estrógenos11 y que
disminuye tras la menopausia, y por ello se acompaña de aumento del pH vaginal
(considerado clínicamente como signo de atrofia).
Está por dilucidar cuál de los 2 mecanismos es más importante para mantener la
acidez fisiológica de la vagina. Al líquido de humectación vaginal de reposo se añaden
también las secreciones mucosas producidas por el epitelio columnar del cuello
vaginal, lo que le confiere un tacto sedoso.
CLASIFICACIÓN SEXO Y SEXUALIDAD
La especialista Gorguet (2014) define:
Sexo. Es el conjunto de características anatomofisiológicas que definen al ser
humano como mujer u hombre. Se nace con él, es universal y no es sinónimo de
sexualidad.
Sexualidad. Es la forma en que cada persona expresa sus deseos, pensamientos,
fantasías, actitudes, actividades prácticas y relaciones interpersonales y es el resultado
de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos,
espirituales y comunicativos.
Es una construcción histórica que reúne una multitud de distintas posibilidades
biológicas y mentales —identidad genérica, diferencias corporales, capacidades
reproductivas, necesidades, deseos y fantasías— que no necesariamente deben estar
vinculadas, y que en otras culturas no lo han estado.
La sexualidad es un término más amplio que el de sexo, por ser el resultado de la
interacción de factores biológicos, psicológicos, socio-económicos, culturales, éticos y
religiosos; se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos. Se puede
decir que cada persona es “un ser sexual desde que nace hasta que muere”.
Existen múltiples expresiones de la sexualidad, tantas como seres humanos.
¿Categorías creadas por la ciencia?
El hecho de que cada vez se formulen más propuestas para diversificar las
variantes de orientación sexual no quita el hecho de que la dicotomía "homosexualidad
- heterosexualidad" siga teniendo vigor y en muchos círculos se siga clasificando a las
personas y sus inclinaciones en estas dos categorías. El motivo es que estos dos
conceptos cuentan con un asidero objetivo: el sexo biológico de las personas. El resto
de tipos de orientación sexual, sin embargo, se basan en fenómenos subjetivos, para lo
bueno y para lo malo.
Las denominaciones o etiquetas para definir múltiples tipos de sexualidad no
nacen desde el ámbito de la psicología o la biología, sino que aparecen más bien como
parte de una iniciativa de raíz social (vinculada históricamente a los movimientos a
favor de la igualdad) para reivindicar y dar visibilidad a formas de vivir la sexualidad
que son eclipsadas por la norma: la heterosexualidad.
1. Homosexualidad
Este término deriva de la palabra griega homós que
significa “igual”. La homosexualidad se refiere a la atracción
física, emocional y amorosa que siente alguien por personas
del mismo sexo. Por lo general, a los hombres homosexuales
se les llama “gays” y a las mujeres “lesbianas.” Ninguno de
estos términos se considera despectivo e incluso es
políticamente correcto ya que dicha comunidad lo ha
adoptado.
2. Bisexualidad
La bisexualidad se trata de la atracción física, emocional
y amorosa que puede sentir un individuo hacia personas de
ambos sexos, femenino y masculino. Esta identidad sexual ha
existido desde la antigüedad ya que los historiadores han
podido rastrear prácticas bisexuales desde civilizaciones
como Grecia y Roma. El 23 de septiembre se celebra el Día
Internacional de la Bisexualidad.
3. Heterosexualidad
Esta identidad sexual se refiere a la atracción física,
emocional y amorosa que siente una persona por individuos
del sexo opuesto. Es decir, cuando a un hombre le gustan las
mujeres y viceversa.
4. Pansexualidad
Esta identidad sexual se refiere a las personas que no se
sienten atraídas sexualmente por un género o sexualidad
específica. Es decir, pueden entablar una relación sexual,
emocional y románticamente con cualquier persona sin
importar su orientación sexual, apariencia física, etc. El
fundamento de esto es que lo que importa es la personalidad
y no la apariencia o las características físicas.
5. Transexualidad
Este término se refiere a las personas que tienen
determinado sexo de forma biológica pero se sienten más
identificados con el sexo opuesto. Para adoptar las
características por las que se sienten más atraídos, suelen
seguir tratamientos que consisten en una operación para
cambiar de sexo de forma fisiológica. También suelen
consumir hormonas que permitan que su cuerpo se vaya
transformando fisiológicamente en el del sexo opuesto. Por
ejemplo, un hombre tomaría estrógenos para hacer su voz
más aguda, disminuir el crecimiento de vello corporal y
provocar que le crezcan los senos. Por otro lado, adoptan
actitudes y formas de vida afines a las del género que sienten
que define su identidad sexual. Esto se traduce, por ejemplo,
en la vestimenta y el arreglo personal.
6. Transgénero
Este término suele confundirse con la definición de
“transexualidad” ya que, en cierto modo, son un tanto
parecidos. En ambos casos la persona no se identifica con el
género biológico que posee desde que nace y más bien siente
un fuerte deseo por poseer el sexo contrario. Es decir, no
desea ser identificado por sí mism@ ni por la sociedad con el
género que tiene fisiológicamente. La diferencia entre este
término y el anterior es que la personas transgénero no
necesariamente desean o se hacen una operación quirúrgica o
consumen un tratamiento hormonal para modificar su
apariencia física de forma biológica. Su arreglo personal sí es
como el del sexo opuesto pero no “modifican” las
características físicas de su cuerpo. En otras palabras, los
transgénero adoptan un rol social del sexo opuesto pero no
realizan cambios fisiológicos en su cuerpo.
7. Asexualidad
Este término se refiera a las personas que no sienten
ningún tipo de atracción sexual por ninguno de los dos sexos.
Por la misma razón, carecen de una vida sexual (en términos
físicos y de contacto con otra persona). Se considera que estas
personas carecen de orientación sexual aunque pueden tener
relaciones de pareja pero sin sentir atracción sexual y/o tener
sexo.
8. Androginia
Es un término utilizado para referirse a hombres y
mujeres que poseen la apariencia física de un hombre y una
mujer. A simple vista no podrías definir del todo si es del sexo
masculino o femenino. Su corte de pelo, vestimenta,
facciones, etc. podrían ser masculinos o femeninos. Esta
puede llegar a ser una identidad elegida en la que la persona
no desea resaltar características de un sexo o el otro e
intencionalmente busca parecer ambas. La orientación sexual
de estas personas puede variar.
9. Antrosexualidad
Son las personas que desconocen su orientación sexual pero,al mismo tiempo, se sienten atraídas por cualquier persona.
Podría confundirse con la “pansexualidad” pero la gran diferencia es que las personas pansexuales saben que se sienten
atraídos por todo tipo de sexualidad. En este caso, no se está seguro de ello.
Eso significa que detrás de la creación de estas categorías para poner nombre a
los distintos tipos de orientaciones sexuales no hay la pretensión de etiquetar todas y
cada una de las variantes que podríamos identificar si nos pusiéramos a ello, y tampoco
se quiere encontrar formas de vivir el sexo que coincidan con ciertas bases orgánicas
(conexiones neuronales inusuales entre ciertas áreas, un funcionamiento atípico de
algunas partes del cerebro, etc.).
La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables de las
capacidades sexuales que propician un bienestar armonioso personal y
social, y enriquecen la vida en general (OPS- OMS). Gorguet (2014)
Comportamiento sexual humano
Se construye a lo largo de la vida, somos seres sexuados desde el nacimiento
hasta la muerte. La sexualidad mediatiza todo nuestro ser. En las manifestaciones de la
sexualidad se incluyen las relaciones sexuales.
Género. Se refiere a los roles y responsabilidades socialmente construidos,
asignados a hombres y mujeres en una cultura y lugar. Se aprenden y varían entre
culturas y pueden cambiar con el transcurso del tiempo.
Identidad sexual. Es la manera en que la persona se identifica como hombre o
como mujer, o como una combinación de ambos.
Identidad de género. Es la referencia interna de cada persona, conformada a
través del tiempo, que le permite organizar un autoconcepto y comportarse socialmente
según su propio sexo y género. Es el núcleo básico de la sexualidad.
Rol de género. Es la función del género. Lo que se aprende para diferenciar al
hombre de la mujer, o sea, la interpretación del papel.
Estereotipos de género. Son las creencias, expectativas y atributos sobre cómo
es y cómo se comporta cada sexo. Existen estereotipos para lo femenino y para lo
masculino.
Erotismo. Es la capacidad humana de experimentar las respuestas subjetivas que
evocan los fenómenos físicos percibidos, como deseo sexual, excitación y orgasmo, y,
que en general, se identifican con placer sexual.
Orientación sexo erótica. Es la organización específica del erotismo y/o el
vínculo emocional de un individuo en relación con el género de la pareja involucrada
en la actividad sexual. Es decir, es la preferencia sexual hacia el mismo sexo, el otro o
hacia ambos.
Diversidad sexual. Más que un concepto es un principio
que nos permite aceptar, percibir y convivir con la
diferencia. Es una expresión más del desarrollo humano.
La diversidad sexual incluye tres componentes básicos:
• La orientación sexual es la dirección erótica afectiva.
• La identidad sexual es la definición sexual.
• La expresión sexual son las preferencias y comportamiento
sexuales.
Tipos de orientación sexual
• Heterosexual: preferencia sexual hacia el otro sexo.
• Homosexual: preferencia sexual hacia el mismo sexo.
• Bisexual: preferencia sexual hacia ambos sexos.
La identidad sexual está dada por el sexo cromosómico y gonadal (biológico), de
asignación, psicológico y de crianza.
Trastorno de la identidad sexual. Se caracteriza por una identificación intensa
y persistente con el otro sexo, acompañada de malestar por el propio sexo biológico.
Salud sexual. Es la experiencia del proceso permanente de consecución de
bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad.
Educación sexual. La educación sexual es una educación para la sexualidad. El
objetivo de esta es la preparación del individuo para ejercer el derecho a: sexualidad
plena y responsable, equidad de género, salud sexual, planificación familiar y la
familia.
CONCLUSIONES
Si la función sexual se convierte en un problema en el hombre o la mujer, porque
no hay respuesta satisfactoria a los estímulos sexuales, se padece de una disfunción
sexual, fuente de ansiedad, angustia y frustración, genera una sensación de malestar en
las relaciones interpersonales y de convivencia.
La mayoría de los hombres sienten vergüenza, se aturden y deprimen, porque se
pone “en entredicho su virilidad, su potencia”. En los últimos cuarenta años se han
venido abajo casi todas las concepciones tradicionales sobre la sexualidad femenina, y
las necesidades sexuales de la mujer se consideran legítimas por derecho propio, de ahí
que las mujeres se muestran cada vez más conscientes de la realidad de las difunciones
sexuales, y también se desconciertan y deprimen al presentar algún transtorno.
Por último, hay un tema actual, complejo e interesante: a medida que los modos
de vida homosexual se han hecho más públicos y esas personas tienen confianza en sí
mismas, han surgido otras manifestaciones de identidades sexuales (bisexuales) que
reclaman su legitimidad y modo de expresión en la cotidianidad, como prueba viva de
la diversidad sexual; esto nos convoca a la reflexión sobre las amplias manifestaciones
de la sexualidad en los aspectos erótico-amorosos de estas vivencias, mucho más allá
de la genitalidad.
No solo apuntaré a esquematizar sobre conceptos, sino a los deberes y derechos
que la sexualidad implica:
Derecho al desarrollo de una sexualidad plena y responsable
• Asumir a lo largo de toda la vida su sexualidad de una manera enriquecedora,
placentera y responsable.
• Desarrollar una autoimagen positiva para sustentar su autoestima y autonomía,
asumiéndose en la originalidad de su identidad de género.
• Desarrollar la capacidad de sentir, gozar, amar y ser amado, comprender, dar,
compartir y recibir, respetarse y respetar.
• Preservar la intimidad y la integridad sexual de las personas, reconociendo su
derecho a fijar los límites de su sexualidad sin amenazar la integridad física, psíquica
y sociocultural suya y de los demás.
• La salvaguarda de estos derechos implica el ejercicio de una sexualidad
responsable basada en el respeto a la otra persona, a su intimidad, a los límites que ella
establezca, considerando al mismo tiempo los patrones socioetnoculturales en los
cuales se encuentran insertadas.
Derecho a una equidad de género
• Establecer relaciones con seres del otro sexo sobre la base de la equidad,
respeto, colaboración y solidaridad; interactuando en igualdad de condiciones en el
desarrollo de tareas, sean de interés personal o colectivo.
• Cuestionar y evitar replicar la formación de la sexualidad sobre la base de
modelos educativos rígidos y estereotipados que contraponen los sexos, fomentando
relaciones de supremacía y subordinación que limitan el desarrollo pleno, integral y
armónico del ser humano.
• Integrarse, sin distinciones de sexo, en todas las esferas de la vida social en
igualdad de condiciones, superando privilegios, prejuicios y discriminaciones.
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