baroja_la caverna del humorismo.pdf
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ba Cavernadel Humorismo
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Kalaet Caro Kaggio: ditor
Ventura Kodrlguee, 18M n D K I D
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DEDICATORIAS
A una Joven lectora.
^Qu quiere usted, mi querida amiga} Ustedme dice que yo deba escribir hoy notas senti-
mentales como las que hacia hace veinte aos;
pero, si las escribiera ahora, quiz le pareceran
inferiores a las de antes. Repetirse es siempre
peligroso. Usted no repetira una toilette; yotampoco una pgina. Slo sepuede repetir cuan-do uno se sobrepasa., y eso es tan difcil! Para
ello hay que tener confianzay audacia, y unolas va perdiendo. Qu remedio queda! Se hahecho uno viejo., se ha hecho uno un tanto hipo-
condriaco.
La esperanza est en que el espritu no se de-tieney cambia^ y cuando el escritor es comple-tamente viejo le nace un optimismo unpoco nono,
y el malhumorado, si no ve en su malhumor
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X DEDICATORIAS
tma posturay un negocio^ se dedica a componerbaladas naturalmente ramplonas.
Mientras vea usted en mis librosusted diceque los leeun ceo adusto^ un gesto de rabia,el puo levantado en el aire con cierta furia
^
piense usted que todava me queda alguna ju-ventud; cuando me vea usted entrar de lleno enla balada^ rece usted por m el De profundissi esto se reza^ que yo estoy muy poco enteradode esas cosas.
En tanto, permita usted, encantadora amiga,que le obsequie con este licor, elaborado por rn^con manzanas agriasy otros frutos cidos demi huerta. Yo no puedo ofrecerle el Falerno ni e'Ccubo guardado en cntaros sabinos, ni el vinofuerte de los pases clidos, sino esta bebida
fantasista, ms agria que dulcey con ms espu-ma que alcohol.
Ya sabe usted, amable sirena, que aunque Pa-gano, es de usted muy devoto.
El Autor.
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DEDICATORIAS XI
A un joven literato.
Amig-o, {qu quiere usted? Todos los escri-tores tenemos un ciclo parecidoy vamos ^ tardeo temprano^ a pasar por el mismo signo delZodiaco. Yo ya he pasado por el de la novela^el del cuento, el de la crnica y el de la autobio-grafia. Ahora estoy en el dt las teoras estticas.Yo no siento pasar por las mismas o parecidasfases de los que me han precedido; lo que sientoes pasar por ellas mal.Me hubiera gustado hacer este libro con un
verdadero rigor cientfico, con el rigor cientfico
de un sabio alemn; pero me temo no haberloconseguido y haberlo hecho con la grrula pala-brera de un politico espaol^ y no digo de unvendedor de especficos., porque stos me parecenms respetables que aqullos.
Usted cree que yo no debia de haber escritoeste libro., sino otro. {Qu quiere usted? Yo qui-z piense lo mismo., pero hay que conformarsecon el Destino^ que ahora me marca el momentode las teoras estticcts.
El Autor.
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Xn DEDICATORIAS
A un cometlogo influyente.
Como la critica severa no permite siempre alos fabricantes d cometas que sus pequeos ar-
tefactos suban por el aire^ si no estn construi-dos conforme a las reglas de la cometologia^ es
muy posible que a sta^ que yo intento elevarcon el titulo de La Caverna del Humorismo,ustedes los cometlogos conspicuos no le den susancin ni su beneplcito. Argirn quiz queesta cometa es de papel corriente y de caasyque debia ser de tela y de palos; aadirn tam-bin que es romboidaly que deba ser exagonal;y^por ltimo., harn hincapi en que el titulo esde mal gusto y en que, lo mismo que se llamaLa Caverna del Humorismo, podra llamarsela Enciclopedia de los malos humores.
Yo acepto de antemano estos reparos; pero
creo que., defectuosa y todo., mi cometa subiren el aire, si hay viento; ahora., si no hay viento,no se levantar ni un palmo del suelo., y miartefacto no pasar a la historia de los ensayosfelices de la cometologia.
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DEDICATORIAS XHI
A pesar de esto, no creo haber perdido eltiempo. He escrito estas cuartillas y me he en-tretenido bastante. He pensado que mi cometaresplandecera en el aire con su Jiermosa cola.
Ahora: para eso ser preciso que ustedes no nos
acaparen el viento y que no encierren a los tem-pestuosos hijos de Eolo en el antiguo odre de
donde una vez salieron.
Ya que ustedes prefieren el aire de las acade-
miasy de las universidades., (por qu no dejar-nos a los dems el aire libre de la calle}
El Autr.
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PRLOGO
ALGUNOS lectores quiz recuerden queunas semanas antes de la guerra hubo
una expedicin de turismo cientfico al caboNorte en el Pez Volador (Flyng Fish) y quea la vuelta, al tocar en Inglaterra, parte dela expedicin fu detenida por sospechosade espionaje e internada en un campo deconcentracin prximo a la costa, en dondeestuvo dos aos y un da.
La caravana turista se detuvo algn tiem-po en el promontorio de Humour-point avisitar una gruta- museo que se pensabainaugurar y que, a consecuencia de los su-cesos de la guerra, no se ha inaugurado.
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XVI PROLOGO
El doctor Guezurtegui, profesor agrega-do a la Universidad de Lezo, comenz a es-cribir por entonces una relacin de su viajea la caverna-museo y fu enviando sus cuar-tillas a la Universidad, pues tena el com-promiso de hacer una Memoria o relacinde su viaje.
El doctor Guezurtegui era hombre pocorespetuoso, y en vez de mandar sus comu-nicaciones en un buen papel de barba, lasenviaba en los respaldos de las facturas delhotel, en los prospectos de las sombrereraso de los music-halls.
El rector hizo algunas advertencias aldoctor Guezurtegui, el cual no se digncontestar. Haba terminado sus apuntes yno tena nada que decir. Guezurtegui estu-vo unos das en la Universidad de Lezo yse le vio pasear constantemente con el jo-ven pintor Videgain. Despus, hay quiensupone que se embarc y que el barco futorpedeado por un submarino alemn; hayquien dice que el doctor huy a Amrica,porque tena deudas y llevaba una vida disi-pada, frecuentando los numerosos crculos
de recreo de Lezo. Los amigos afirman que
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PROLOGO xvn
Guezurtegui vive y tiene un colegio: otrosdicen que un bar y otros que una funeraria.
{Qu clase de hombre era el doctorGuezurtegui? Lo ignoramos. Hemos odomuchas versiones acerca de l. Su amigo elpaisajista Videgain asegura que era un hom-bre ocurrente y jovial, amable y bueno;otros, en cambio, lo pintan como un tipoantiptico y solemne. Su padre parece queafirma que nunca crey que su hijo valieranada, porque no iba a la iglesia y deca quelos carlistas son unos pobres diablos; y unmodernista con melenas nos dijo que consi-deraba a Guezurtegui como un farsante,porque llevaba barba y anteojos, y, segnl, todo hombre de barba y anteojos es,naturalmente, un farsante. La afirmacinnos pareci un tanto radical. Si hubiera di-cho que todo hombre de barba es un bar-bante, le hubiramos credo con ms facili-dad. Para nosotros, el doctor Guezurteguiera de estos hombres a quienes gusta laobscuridad y la mina, hombres de espritusubterrneo y subversivo, que esconden suintencin. Suponemos que en su Memo-ria hay varias mixtificaciones y que ese doc-
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XVIII PRLOGO
tor a quien hace hablar con frecuencia ensus apuntes, el doctor Illumbe, no existe yes una entelequia que le sirve de cabeza deturco.
Dejando esta cuestin, es el caso que laMemoria del doctor Guezurtegui qued enla biblioteca de la universidad de Lezo yque el claustro no quiso publicarla. Hoy,gracias a la diligencia del director de la So-ciedad Editorial para la impresin de lostrabajos cientficos y literarios perfectamen-te intiles, y ayudados por el joven artistaVidegain, podemos dar al pblico un resu-men del interesante (es la palabra que sirvepara todo) trabajo del doctor Guezurtegui.Pocramos sealar fcilmente algunos erro-res, omisiones e inexactitudes que abundanen esta Memoria, pero preferimos dejar eseentretenimiento al lector.
Respecto al ttulo, tenemos que sealarque el doctor Guezurtegui haba llamadoprimero a su libro: La gruta-museo de Hu-mour-point; despus, In humorismo veritas;ms tarde. La Espelunca del Humor, y, porltimo, La Caverna del Humorismo.
Nosotros hemos aceptado este ltimo ttu-
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PROLOGO XIX
lo, porque nos ha parecido el menos extra-vagante y el ms platoniano.
El doctor Guezurtegui, escptico trans-cendental, nos dira que no habamos hechoms que seguir el consejo encerrado en lafrase de retrica mstica: loj^ ltimos sernlos primeros, pero no, ciertamente; en este
caso, el ltimo ttulo nos ha parecido elmejor.
Hechas estas aclaraciones, dejamos la pa-labra y la responsabilidad de sus ideas al ca-tedrtico agregado a la universidad de Lezo.
II
Aunque no tenga una gran importan-ciadice el doctor Guezurtegui en su Me-moriavoy a sealar los individuos que vi-nieron conmigo en la expedicin al CaboNorte, hecha por el Pez Volador. Los in-dicar a medida que los vaya recordando.
A. Ignacio Illumbe. Illumbe es un m-dico de un manicomio de Pamplona, na-
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XX PRLOGO
cionalista vasco y aficionado a la Antropo-loga. Est reuniendo desde hace tiempodatos para una Crania Vascnica. Es hom-bre moreno, de barba negra, de unos trein-ta y cinco a cuarenta aos. Se ha educadoen un colegio de frailes y es providencia-lista.
B. Hans Nissen. Joven escandinavo,hijo de un rico pescador, que tiene una flo-tilla. El joven Hans ha viajado por todo elmundo, ha estado en la Groenlandia y enel Golfo de Guinea, en Alaska y en la Pa-tagonia. Viaja ahora con su novia, la seo -rita Anken, que es una mujer estpida, fea,de pelo rojo y de mal humor.^Cmo se ha enamorado usted de ese
pajarraco?le pregunto yo.La belleza pasa prontodice Hans
como quien recita una leccin.Hans tiene para todas las cosas una faci-
lidad extraordinaria. Canta bien, baila bien,
sabe diez o doce idiomas, y todo esto lo hacecon algo que no debe ser la inteligencia.
C. Savage el misntropo. Un escocsque viaja por hipocondra. Tiene un geniospero y desabrido y un mal humor cons-
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PROLOGO XXI
tante. Recuerda a los tipos de Dostoievskipor su espritu subterrneo.
D. Paco Luna, madrileo. Hombre jo-ven de sesenta y tantos aos, con el bigotepintado. Es plido como un muerto, tomamorfina y viste muy elegante. Ha sido variasveces diputado y gobernador y ha llegadoa subsecretario de la Presidencia. Nos cuen-ta ancdotas del jugador Garca, de la Patti,de Cnovas, de Castelar, etc.
E. La seora Brickmann y sus hijas, ale-manas, todas sonrosadas, redondas y con airebien alimentado. A la seora Brickmann legustara desviar al joven Hans de la seori-ta Anken en beneficio de alguna de sus hijas.
F. La seorita Mitgefhl, alemana inle-ligente y resuelta, que mira a Hans comouna presa agradable.
G. Lady Bashfulness y su hija Mari. Lamadre, muy majestuosa, con el cabello blan-co y ojos azules. La hija, una hada, unaespuma, una mezcla de crema y de chan-tily. A pesar de su vaporosidad, come comoun buitre y tiene una fuerza terrible.
H. La seora Werden, alemana rubia,que flirtea con el profesor Papalini.
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XXn PRLOGO
I. El abate de Briscous, ilustre por susestudios de arte cavernario en la gruta dela Mujer Pecosa.
J. El doctor Karakovski.K. El profesor Werden, de Heidelberg.L. Lord Cracon, de la universidad de
Oxford.Ll. El doctor Schadenfrende, de Viena,
y la vieja madama Weltschmerz, agria ymalhumorada.De los dems viajeros que tomaron parte
en el viaje del Pez Volador, de la mayoraya no me acuerdo.
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INTRODUCCIN
Es al anochecer. El mar, sombreado poruna gran nube de plomo, se extiende
con un color plido y triste, y las olas selevantan enormes, grises y revientan llenas
de espuma. La lancha va entrando por unahendidura entre dos piedras baslticas. Enel bote van el doctor Illumbe, el joven HansNissen, Savage el misntropo y el doctorGuezurtegui. El doctor Illumbe est de pie,Hans, Savage y Guezurtegui van sentadosremando, un marinero de la cueva de Hu-mour-point lleva el timn y silba.A medida que entran, la caverna se en-
sancha y el mar queda inmvil. Se ven enor-mes galeras, llenas de estalactitas, y gran-des salas misteriosas en una vaga penum-bra. El bote se acerca a una playa de arena
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XXIV INTRODUCCIN
llena de perlas y caracoles, y saltan todoslos viajeros a tierra.
Savage el misntropo mira a derecha eizquierda, inquieto y sombro, el doctorIllumbe se limpia los lentes, Hans sonre yGuezurtegui se sienta en una roca. La lan-cha desaparece.
^Tendremos que hacer el conjurodiceGuezurtegui.Bueno contesta Savage . {Cmo
se hace?
Ah en la gua debe estar el modelo
indica Hans.
El doctor Guezurtegui abre su gula depasta roja y se pone a leer en alta vo:{. Seoye el rumor de una tormenta lejana, saltanlas chispas elctricas y suena el retumbar delos truenos; brotan de ac y all resplando-res sulfreos, danzan los fuegos fatuos yaparece una figura delgadita vestida de frac
y corbata blanca. Es Chip el cicerone.
CHIP
Soy el cicerone de la caverna museo deHumour-point.
-
Muy bien.
INTRODUCCIN XXV
SAVAGE
CHIP
Me llamo Chip y soy un poco gnomo yun poco diablo. Soy de origen vasco y minombre verdadero es Chipi, que algunosdicen Chiqui. Uno de mis antepasados estu-vo empleado en la cueva de Zugarramurdihace cuatrocientos aos, cuando an secrea en la brujera.
ILLUMBE
^Habla usted slo ingles?
CHIP
No, hablo todos los idiomas. Soy cosmo-polita. {Qu quiere usted que les hable?
ILLUMBE
Hbienos usted a nosotros castellano.
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XXVI INTRODUCCIN
GUEZURTEGUI
Los espaoles somos muy torpes para losidiomas.
ILLUMBE
Yo no soy espaol. Soy vasco.
GUEZURTEGUI
jCrania Vascnica! Kabilismo ibrico.
CHIP
Muy bien, mis queridos seores. Hablarcon ustedes el castellano y con estos otros
el ingls. Mi castellano ser un tanto de Zu-garramurdi, pero creo que se me entender.
Ustedes quiz ignoren que hay una espe-
leologa natural y una espeleologa espiri-
tual. Ustedes me permitirn que sea un
poco pedante.
ILLUMBE Y HANS
S, s, se lo permitimos.
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INTRODUCCIN XXVII
CHIP
En la espeleologa natural se han descritolas cuevas ms conocidas y ms ilustres, ladel Pentlico, la del Posilipo, la del Fingal,
la de Antiparos, la del Diablo; en la espe-leologa espiritual estn comprendidos losabismos, las espeluncas misteriosas, el antrode Trophonius, el antro de Caco, la caver-na de Humour-point, la de Platn y permi-tidme seores citar entre ellas la cueva deZugarramurdi.
Esta caverna de Humour-point no estconsagrada a la materia, ni al sol, ni a laluna; no es tan alta como el antro sagradode los Floridianos; no es rstica, ni hme-da, ni malsana; es una caverna confortablecon calefaccin central, es una caverna con-vertida en museo del humorismo. Es la lti-ma perfeccin de la ciencia y de la industriahumana. ^No les parece a ustedes?
HANS
S, s, seguramente.
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XXVIII INTRODUCCIN
SAVAGE
No la conozco an.
CHIP
Poseemos todos los recursos. Asmenseustedes a la ventana.
Se asoman los cuatro. Se ve el Mediterr-neo a^ul con sus meandros de plata, ilumi-nado por el sol. Se oye a lo lejos el canto deunos marineros.
HANS
Qu hermoso! Aqu me gustara vivir.
SAVAGE
Amaneramiento, barcarola.
CHIP
Ahora vuelvan ustedes a asomarse.Miran de nuevo. Es una costa del Atln-
tico; las olas baten furiosas sobre los acanti-
lados y los promontorios, bandolos enespuma. Savage suspira.
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INTRODUCCIN XXIX
SAVAGE
Esta lucha eterna, esta contradiccin delos elementos me consuela.
CHIP
Aqu est la escalera que lleva al obser-vatorio, desde donde pueden ustedes con-templar las estrellas. Le llamamos Stellberg,en recuerdo del belvedere de Tico-Brahe.
HANS
Qu serenidad! Qu paz! Aqu me gus-tara vivir siempre, absorbiendo la esenciade esos mundos infinitos.
SAVAGE
Mundos muertos, por lo menos paranosotros.
CHIP
Vamos, avancemos. Tenemos aqu todaslas decoraciones. Miren ustedes: Venecia, el
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XXX INTRODUCCIN
puente de los Suspiros a la luz de la luna,el gondolero que canta; ah tienen ustedesel Coliseo de Roma, el bulevar de Pars yel Srand de Londres. Si quieren ustedes,nos detendremos aqu en el Strand un mo-mento, veremos estas gentes que pasan,dependientes, obreros, petimetres, y oire-mos sus conversaciones. ^Quieren ustedesque nos acerquemos a Whitechapel? Va-mos, detengmonos en ese bar. Ese eoeser Jack el destripador, que merodea entreestas gentes harapientas, vestidas con los
despojos de la antigua Rag Fair (la feria delandrajo) de Rosemary Lae. Entremos, siustedes quieren, en la taberna del puerto,
donde cantan los marineros del brick bar-ca... ^Prefieren ustedes la casa aristocrtica?
Ah est el saln elegante, las damas volup-tuosas, el vals de Chopin y de Strauss, lachimenea donde apoya el codo el dandyJorge Brummell, el inventor de los guantesamarillos, y el rincn donde suea sus gran-dezas el joven Disraeli, descendiente deunos Laras judos de Espaa. ^Prefieren us-tedes Pars a Londres? Ah tienen ustedesla posada del Caballo Blanco, donde entra
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INTRODUCCIN XXXI
Manon Lescaut, ah est el farol donde seahorc Gerardo de Nerval, ah est la pen-sin de madama Vauquer; microcosmosbalzaquiano donde tienen una conversacinmisteriosa un viejo bandido, Vautrin, y unjoven estudiante de derecho, Rastignac; ahest la guardilla de Jenny la obrera, que noquiere la pobrecita ser rica, sino vivir de sutrabajo. ^Pasamos?
SAVAGE
S, pasemos. Esas figuras manoseadas mecansan.
CHIP
Ah tienen ustedes el palacio encantado,los subterrneos del castillo de Udolfo, lassalas misteriosas donde suenan los violinesde Hoffmann, la taberna donde los estudian-tes alemanes cantan el Gaudeamus igitur...Si no les entretienen estos espectculos lite-rarios, asmense ustedes de nuevo a laventana.
Ahora es un sitio siniestro y solitario,con vn bosque y un rio pantanoso; un ce-
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XXXII INTRODUCCIN
menterio pequeo destaca las puntas de losapreses en el cielo oscuro. El viento agitalos rboles y les arranca un rumor de marea.
HANS
Qu ttrico! Qu siniestro!
SAVAGE
Esta soledad! Qu calma! Qu reposo!
CHIP
No hay que mirar demasiado los paisa-jes. Pierden un veinticinco por ciento. Veanustedes ahora el mismo campo al amanecer,las rosas que escapan por encima de lastapias del cementerio, los pjaros que can-tan en las ramas y los bueyes que descansanrumiando... Todava tenemos ms vistas yms espectculos. ^Quieren ustedes una es-cena entre bandidos italianos de la Calabria?{Prefieren ustedes Sierra Morena con JosMara el Tempranillo y A la paz de Dios,seores! {O avanzamos en nuestro paseo?
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INTRODUCCIN XXXIH
ILLUMBE
Avancemos.
CHIP
Aqu, en el centro de la caverna est lasala de la Gran Locura Humana. En ellatodo es confuso, absurdo y sin sentido l-gico. La luna que alumbra su cielo tienecara de persona, y las nubes forma de balle-nas, de leones, de cocodrilos. Por todaspartes andan diablillos, duendes burlones yde mala sombra, aparecidos en forma deliebre, brujas con escobas, que luego seconvierten en gatos, lamias y trasgos. Porese ro de sombras, los muertos van nave-gando en sus atades, mientras vuelan porencima las mariposas blancas y negras, queson sus almas. El campo est aqu formadopor rboles y plantas extravagantes, trbo-les de cuatro hojas, elboros trastornadores,mandragoras que tienen dos sexos y figurahumana y que hay que arrancarlas atndo-las a la cola de un perro, porque sino elque las arranca muere, estramonios, sugue-
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XXXIV INTRODUCCIN
belarras (hierbas de serpiente) y sorgui-be-larras (hierbas de bruja).
Los espectros, los enanos, las hadas, los
espritus del agua del desierto y de la mon-taa, los demonios de la medicina, de labrujera y de las plantas bailan en esteaquelarre. En las vitrinas se ve la serieterrible y grotesca de los dolos y de losfetiches, desde Apolo y Venus hasta elMumbo-Jumbo de los negros vestido conlos harapos de los marineros ingleses.
En este campo bullen las hienas, los pe-rros devoradores de los difuntos, los coco-drilos adivinadores, los lobos guardadoresde tesoros, los caballos que saben multipli-car y extraer races, los lagartos que sirvende espas al dios Gaeth, las .salamandrasfrioleras, los asnos que saben curar la tosferina, las abejas que oyen lo que se habla,para rselo despus a contar al amo de lacasa, y los sapos que tienen en la cabezaesa piedra misteriosa que se llama crapo-dina. En el estanque que hay en esa salajuegan las sirenas, las ondinas y los tritones.
Al lado de la naturaleza absurda, estnlos hombres absurdos, los iluminados, los
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INTRODUCCIN XXXV
adivinadores, los inventores de fantasas yde naderas, los que encuentran una nuevasolucin para la cuadratura del crculo y el
movimiento continuo; ah hay un gran de-partamento de artefactos que no funcionan
y otros que funcionan poco, pero que son
tan tiles como el rgano de los gatos in-ventado por el padre Kircher...
SAVAGE
{Y no hay un sitio en este museo dondese ra uno a carcajadas?
CHIP
No, no lo hay. Yo, al menos, no lo co-
nozco. Detrs de estas salas hay otras don-de el cicerone es un sabio y aqul quizlo sepa.
ILLUMBE
Hay que dudar de los sabios.
CHIP
Claro, es usted vasco. Creer usted msen los curas. Seores, es mi hora. Buenasnoches.
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PRIMERA PARTE
Las conferencias en el museo
de Humour-point
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CUESTIONES DE ESCUELA
Los expedicionarios lian dejado al peque-o Chip y pasan a la seccin intelectual
del museo de Humour-point, donde les recibeel doctor Werden, vestido de profesor, que enEspaa es casi lo mismo que ir disfrazado deasno.
Como Savage es terco como una mua, lepregunta al doctor Werden de nuevo si nohay algn sitio donde se aprenda a reir.No, eso no lo haycontesta Werden
, la
risa no se aprende, viene de lo alto. La Natu-raleza hace los hombres a su capricho gelastosy agelastos. Los hay tambin hipergelastos.Palabras, palabras, palabrasmurmura
Savage, como Hamlet.
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40 Po BAROJA
Aqu pueden ustedes oir las diversasconferencias que damos acerca del humoris-moha dicho el doctor Werden . Ahoramismo est hablando el doctor Schadenfren-de, de Viena.Han entrado y se han sentado en un banco.
El profesor comenzaba su conferencia.Generalmente nosotros los alemanes, y
Nietzsche con ellosdeciahemos dado mu-cha importancia en la historia de los concep-tos a la etimologa de las palabras que lossealan. Yo no creo gran cosa en el valor eti-molgico de las palabras con relacin a losconceptos actuales, pero, siguiendo la costum-bre, haremos, como todo el mundo, una pe-quea digresin filolgica.Hombre viene, como se sabe, de homo, y
homo y humour tienen al parecer la mismaraz etimolgica de humus, tierra, cieno. Hom-bra y humildad, humanidad y humorismoproceden en el lenguaje del mismo origen ce-nagoso y terrestre. Si fuera verdad esta apro-ximacin puramente nominal, se podra decirque, como los pjaros actuales, tenemos ante-pasados reptiles.
Otra cuestin de escuela, que podra ser de
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 4
1
un programa de Instituto o de Universidad, esla cuestin de la mayor o menor antigedaddel humorismo.
Parece ms natural, ms lgico, que el hu-morismo sea viejo, como todo lo humano.En las religiones ms antiguas, al lado del
rito severo se encuentra la nota bufonesca, yhay quien afirma que en los dibujos rupestresse advierten ya rasgos humorsticos.En las religiones modernas hay tambin
motivos de humor.El catolicismo actual se presta m.aravillosa-
inente a la broma. Sus cristos que sudan ymueven los ojos, sus santos fetiches a los quese les piden recomendaciones para tener unanovia rica y para que le toque a uno la lote-ra dan pasto abundante a la risa.Los pueblos religiosos han tenido mayor ten-
dencia al humorismo que los pueblos filsofos.El temor predispone a la risa, y el temor unidoa la risa pueden crear el humor. Dionisios es,a ratos, humorista; Apolo siempre filsofo.
Grecia ha sido pas de poco humor. A pesarde esto, entre los antiguos griegos hay escri-tores que tienen rasgos de humorismo, unode ellos Herodoto.
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42 Po BAROJA
Herodoto, en medio de su placidez y de suingenuidad, tiene golpes de malicia y de hu-mor, atribuye un efecto grande a una causapequea y cuenta con la misma calma los in-fortunios conyugales de un rey, que una gran
batalla. Este carcter ingenuo y malicioso leacerca al humorismo.En la vida de Scrates hay tambin frases
de humor, de un cmico serio y transcen-dental.
No se puede decir que el humorismo seauna manifestacin nueva, ni un producto ex-
clusivamente sajn o anglo-sajn, como hadicho Taine; al humorismo le ha pasado comoa la msica: fu marchando por el campodel arte como un arroyo tortuoso, formandocurvas, dividindose, subdividindose, hasta
que en el siglo xix se remans y se precipiten una hermosa catarata.
-
II
EGOTIMUS, IDEALIMUS
DESPUS de cuniplir el requisito filolgicoe histricoha dicho el doctor Scha-
denfrende
, vamos a formularnos esta pre-
gunta: ;Es todo egotismo en el arte? Yo creo
que si. En el arte y en gran parte de la cien-
cia la base es el egotismo, el individualismo.
Para m no hay nada absolutamente objeti-vo, mas que algunos mtodos de la ciencia,como, por ejemplo, ki estadstica. En la filoso-fa y en el arte no hay objetividad posible; to-dos sus obreros son individualistas, persona-listas; los creadores, como los interpretadores,
todos somos egotistas, sistemticos o no;
unos de una manera velada y suave; otros deun modo violento y cnico.
-
44 Po BAROJA
As como se puede decir que el mundo esuna representacin de nuestra conciencia ysta, a su vez, una creacin de los sentidos, sepuede asegurar que nuestra obra es la pro-yeccin de nuestro espritu hacia afuera, ynuestro espritu una creacin de nuestra vo-luntad. Un problema intermedio. Si no hayun espacio y un tiempo fuera de nosotros,como sospech Kant, en dnde tienen suexistencia las cosas? Qu hay fuera de nos-otros? La cosa en s no ser ms que unsubstractum, un pretexto para dar impresio-
nes? Entonces la materia, que parece tan evi-
dente, sera el ms sutil de los fantasmas.No creo yo ciertamente que las cosas no
existan mientras no las percibamos, como
pensaba el obispo Berkeley; tampoco creo queexistan tal como las percibimos.
Yo me figuro que hay movimientos, agita-ciones fuera del hombre, que pasan por nues-
tro molde espiritual y quedan fabricados comoletras de imprenta, letras que luego se van
combinando.Qu valor tienen estos tipos antelo absoluto? Para el hombre, un valor com-
pleto; para el no hombre, si pudiera existir,
ningn valor. En absoluto, ningn valor.
-
LA CAVERNA DEL HUMORISMO 45
Creer que si hubiera seres vivos en Sirio ten-
dran una matemtica y que sta sera idnti-ca a la de los hombres me parece una tonte-ra. Hombrismo y egotismo; de aqu no pode-mos salir. El hombre es la medida de todaslas cosas. Los datos de nuestra conciencia sontan subjetivos como nuestras proyecciones.En el mundo exterior no hay colores, ni ta-
maos, ni temperaturas, como no hay medi-das ni leyes.Lo externo, al reflejarse en la conciencia, lo
hace con un cierto orden, que es la resultantede leyes que rigen, para el cosmos; de lossentidos y del temperamento, para el sujeto;nosotros tomamos ese orden, lo descompo-nemos, lo cambiamos, le acomodamos a nues-tro horizonte y lo transformamos en otro.No encontrando el mundo hecho a nuestro
gusto, lo descomponemos y lo rehacemos anuestra imagen y semejanza.Aun antes de esta operacin, hemos hecho
una eleccin sobre el trozo de cosmos que nosconviene ver. Exhamos con nuestro reflectorun cono de luz sobre las cosas, los hombres olos perodos histricos que atraen nuestra cu-riosidad. Mientras no hacemos eso, el cosmos
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46 PO BAROJA
aparece obscuro y negro. Luego, tenemos elpoder de aislar las cosas unas de otras, de se-parar los acontecimientos y de colocarlos enel punto donde nos conviene.Cada uno ve en el sitio donde est lo que
le interesa y slo lo que le interesa. Si una fa-milia va a un pueblo nuevo, al poco tiempo,la abuela, si es beata, sabr cmo son lasiglesias; el abuelo, quines frecuentan los pa-seos; el padre, si se gana poco o mucho; lamadre, si el pueblo es caro o barato; el joven-cito, quines son las mujeres ms guapas ydnde estn los billares; la muchacha, qui-nes son los seoritos ms elegantes, y el chi-co, dnde se juega al marro o a la pelota msa gusto.
Esta limitacin, esto de ver el mundo conorejeras, como los caballos enganchados, esgeneral.
Chamfort cuenta que, durante las revueltasdel Terror, un cmico fu a ver a un diputadode la Asamblea Nacional a exponer motivosde queja contra un literato.Pero, usted cree que aqu no nos ocupa-
mos ms que de representacin de come-dias.^le pregunt el diputado.
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LA CAVIRNA DEL HUMORISMO 47
No, ya s que tambin se ocupan ustedesde su impresincontest el cmico.
Se le contaba a un nio la leyenda de Gui-llermo Tell, la exigencia del tirano Gessler deque el cazador montas disparase su ballestasobre una manzana colocada encima de la ca-beza de su hijo menor.
Se quera hacer resaltar ante el nio la ar-bitrariedad y la crueldad del tirano. El nioescuch atentamente, y luego pregunt:lY la manzana.' Quin se la comi.*Chicos y grandes no vemos en todo ms
que lo que nos interesa. Egotismo! Egotis-mo! En ltimo trmino, todo arte, toda filo-sofa, todo impulso, aun los que nos parecenms objetivos y serenos, son egotismo, nar-cisismo, Botticelli como Velzquez, San Fran-cisco de Ass como Atila, Protgoras comoWundt.
Egotismo y sistema. Este me parece el fon-do de toda obra humana. Cuando no se tieneun sistema, es decir, un conjunto armnicode medidas, es que no se ha podido construir-lo. La tendencia humana innata es construir.El hombre es como el castor, como la hormi-ga, como la golondrina, animal de instintos
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48 PO BAROJA
constructores. Tambin es destructor. No sepuede construir sin destruir.Cuando el hombre intenta romper con su
tendencia egotista y sistematizadora, acaba, sies fuerte, construyendo otro sistema. En todo,en grande o en pequeo, es lo mismo; esigual para el que inventa o descubre, comopara el que lee, contempla, interpreta o aplica.No hay diferencia en el fondo; todos sonigualmente interpretadores, y la interpretacines una creacin ms o menos subalterna. Elhombre del pblico que aclama a sus hroes,a sus poetas, a sus artistas, se aclama en par-te a s mismo; el tcnico que sabe aplicar uninvento, se identifica con el inventor. El pol-
tico que ve un ideal en Robespierre o en Bis-mark; el pintor que mira su maestro en el Ti-ciano o en Goya; el literato que tiene unaadmiracin entusiasta por Shakespeare, porGoethe o por Tolstoi, todos ellos ven en susmodelos una proyeccin mejorada de s mis-mos y son creadores mientras los interpretan.Cierto que nicamente a una clase de artis-tas interpretadores, como cmicos, msicos ycantantes, les aprecia el pblico como tales
interpretadores; pero esto depende de que la
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 49
interpretacin hecha por un individuo de esta
clase puede convertirse en espectculo.
En verdadha terminado diciendo el doc-
tor Schadenfrende,
yo siento cierta repug-
nancia por el sistema de egotismo desvergon-
zado de algunas gentes. A veces, siento ciertaantipata y odio por la vida; pero el odio por
la vida es tambin vida y el odio por el siste-ma es tambin sistema.
El doctor Schandenfrende ha seguido des-
arrollando este punto; pero no ha dicho des-
pus a mi entender nada nuevo.
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III
NOS FALTA EL SISTEMA
APESAR de la conferencia del doctor Scha-denfrendedice en su fantstica me-moria el doctor Guezurteguino se nos haaclarado absolutamente nada la idea del hu-mor. Nos falta el sistema. No tenemos ni elinstrumento de observacin, ni el de caza.Usar una escopeta Winchester o una carabinasistema Browning no tiene objeto para nos-otros, porque no quisiramos tener encerrada
y muerta la idea del humorismo, sino exami-narla viva y libre. Las caas de pescar no nossirven tampoco, ni los microscopios de Zeiss,porque queremos apreciar tanto lo que se vecomo lo que no se ve.A falta de un sistema de medidas exacto
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 5
1
rechazaremos los aparatos complicados, los
metros, los micrmetros y hasta las varas; cal-
cularemos las distancias, las anchuras y los
espesores a ojo. El procedimiento es primitivo
como el de un bosquimano, pero no hay otro.Lo primero que causa extraeza cuando
uno se fija en un fenmeno como el humoris-mo, tan extenso, tan antiguo, tan conocido, es
el que no haya sido estudiado ni descrito con
la exactitud con que se ha descrito un radio-lario.
Parece mentira que se sepan tantas cosas
de astronoma, que son lejanas, y no sepamosqu es el humorismo; es raro tambin que sehaya llegado a registrar cientos de miles deespecies zoolgicas y botnicas y no sepamoslo que es la risa, el sueo o el bostezo.
Muchas razones puede tener esto; una, elque los fenmenos psicolgicos sean ms di-fciles de penetrar, ms complicados que losbiolgicos; otra, el desdn y el apartamientoque nuestra poca de ciencia positiva ha teni-do por los hechos psicolgicos. Es muy posi-ble que, en la segunda mitad del siglo xix y enel XX, los espritus ms distinguidos hayanido a cultivar las ciencias naturales dejando la
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52 PO BAROJA
psicologa y las especulaciones filosficas agentes audaces y superficiales.
Yo, por ms que me lo he propuesto, no heencontrado cosa de enjundia acerca del hu-morismo; un amigo me tradujo un captulo deLipps, que no entend bien, y despus hevisto lo que dice Juan Pablo Richter sobre esteasunto, que, como todo lo escrito por el autorde Titn^ tiene un aire ingenioso, nebuloso ypolar, que da la impresin de una escena enla Groenlandia entre osos blancos que quisie-ran hacer cabriolas.
Si no he encontrado algo bien documentadoysistemtico sobre el humorismo, he ledo, porbuscar una aproximacin. La Risa^ de Berg-son. El filsofo francs da su libro como unperfecto y acabado artefacto. Por lo que hevisto en uno de sus bigrafos, Bergson co-menz a escribir este libro y descontento del lo dej dormir durante mucho tiempo en elcajn de la mesa y veinte aos despus losac para rehacerlo. A pesar de que el autorlo da como cosa definitiva, yo creo que estelibro est lleno de fallas y que no resiste auna crtica detenida; lo que le defiende, sindisputa, es que es un libro ameno.
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LA CAVIRNA DEL HUMORISMO 53
Bergson pretende dar un origen psicolgico
constante a la risa, suponiendo que esta pro-viene siempre de una sustitucin en nuestrasacciones, pensamientos y palabras, del juegolibre del cuerpo o del espritu por el automa-
tismo y la rigidez de la mquina fisiolgica.Otras teoras hay ms complicadas para
explicar la risa, como la teora de Lipps, quees una variante de la de Kant, y que se podrallamar explicacin intelectual.
Para Kant la risa procede de la rpida re-duccin a la nada de una expectacin intensa.Para l el parto de los montes sera el mayormotivo de risa. El paso del plano de la serie-dad a lo ftil, el derrumbamiento de un arma-zn transcendental, a primera vista slido,producira el cosquilleo precursor de la risa.
Indudablemente, la mecnica kantiana sepuede aplicar a ciertos casos de la risa delhombre, como a otros se puede aplicar lamecnica bergsoniana; pero ni una sola, nilas dos juntas, encierran todas las formas dela risa.
No hay manera de encontrar una normacientifica en los alrededores del humorismoque sirva, por extensin, para aclarar este con-
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54 Po BAROJA
cepto; no hay manera de encerrar la idea delhumor en lmites definidos y bien marcados.Hay que marchar, pues, a la casualidad,
tomar la idea del humorismo en bloque y lle-varla de la derecha a la izquierda, empujn-dola, y ver si, a medida que se avanza en estatarea, van apareciendo puntos de vista nuevos.
Este procedimiento de investigacin es in-dudablemente primitivo, malo, oratorio; assaltan las comparaciones, las anttesis, loscontrastes, que a veces parecen aclarar algo,pero que en general no son ms que pirotec-nia retrica.
El mtodo este tiene poco valor, pero afalta de otro no hay ms remedio que em-plearlo.
La primera oposicin que me sale al pasoes la del humorismo con la retrica.
Colocaremos estos dos conceptos uno juntoa otro, aunque sea de una manera caprichosa
y arbitraria, y los haremos marchar. Es comoquien coge dos caballos, los ata a su carro yse va con ellos a correr por esos mundos. Ensu marcha, sean parecidos, sean muy diferen-tes los dos corceles, algo indicarn de sus in-clinaciones, de su naturaleza, los llevaremos
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LA C.W'ERXA DEL HLTIORISMO 55
adrede por caminos anchos y claros y por
otros extraviados y tortuosos para ver cmoresponden.Madama la Ciencia dir que sera mejor un
mtodo ms ceido, ms experimental, perono debe de haberlo, porque los sabios del
museo de Humour-point, que tienen el oficio
de saberlo, no lo saben.Con permiso de Madama la Ciencia hay que
entregarse, pues, al impresionismo.
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IV
PRIMERA, SEGUNDA, TERCERA
ESTAMOS colocados enfrente del humoris-mo, queremos encontrar sus caracters-
ticas y vamos a ir lanzando proposiciones quetengan una mayor o menor aproximacin a laverdad. No sabemos afirmar con energa msque cuando estamos iracundos, y no lo esta-mos en este momento. Lanzaremos nuestras
proposiciones con relativa timidez:
A. Hay tantas formas de humor como hu-moristas han existido.
B. Esto no quita para que el humoristatenga rasgos comunes que le dan un carcterinconfundible.
La proposicin de que hay tantas formasde humor como humoristas han existido pa-
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 57
rece una proposicin cierta. Humorismo quie-re indicar algo orgnico, personalsimo, in-
aprendible, que oscila entre lo psicolgico ylo patolgico. El humorismo no es ortobitico,que diramos los sabios.Hay una relacin estrecha entre la antigua
idea del humorismo mdico, predominio deciertos humores, y el humorismo literario.En los dos conceptos se supone una cuali-
dad psicolgica o patolgica que matiza el or-ganismo y le hace tomar un carcter sui g-neris. El humorismo, ms que ninguna otraforma literaria, da una impresin de algo tem-peramental.
Un poeta pico o un trgico se parecernms a otro poeta pico o a otro trgico queun humorista a otro humorista.En la literatura cada humorista es una isla.
Hay la isla de Shakespeare, la isla de Cervan-tes, la isla de Rabelais, la isla de Juan Pablo yla isla de Dickens.
Hasta en los escritores humoristas que sehan influido unos a otros, no hay semejanza.
El humorismo de Juan Pablo Richter no separece por completo al de Carlyle. Los dostienen una escenografa f.intasmagrica, pero
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58 PO BAROJA
Richter, el maelstron del mundo del humor,segn Carlyle, es ms filosfico, ms csmicoy tiene una sensiblera de mal gusto, y elautor de Sartor Resartus es ms poltico, mspattico y ms predicador.
El humorismo satrico y rencoroso de Swiftno es de la misma clase que el humorismopetulante y ligero de Sterne, ste no se ase-meja al sermn moralista y pesado de Thac-keray y ninguno de ellos tiene un parentescoestrecho con el humorismo sentimental llenode lgrimas y de sonrisas de Dickens.
Cada uno de estos humoristas tiene un m-todo y un estilo propio, cada uno de ellosacusa firmemente su personaUdad y su deseode no parecerse a los dems.A pesar de esto, como decimos en la segun-
da proposicin con el permiso de Madama laCiencia, el humorismo tiene algo de comu.Qu tiene de comn el humorismo? Como
no es posible que podamos decirlo por orden,primero, segundo, tercero; como no nos sen-timos categricos, porque, como hemos dichoantes, slo la ira nos hace ser categricos, yno estamos iracundos, iremos por aproxima-ciones.
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 59
Indudablemente, el humorismo es algocomplicado. Hay en l seriedad y comicidad,sentimentalismo y frialdad, excentricidad yvulgaridad.
Esta condicin heterognea le hace serprincipalmente un arte de contrastes. A talafirmacin se puede oponer el que todas lasartes son de contrastes; pero no en grado tanexagerado como el humorismo.A la cualidad de ser un arte de contrastes
violentos, se puede aadir que es un artesubversivo de los valores humanos.Es indudable que, all donde hay un plano
de seriedad, de respetabilidad, hay otro planode risa y de burla. Lo trgico, lo pico, sealojan en el primer plano, lo cmico en el se-gundo. El humorista salta constantemente deuno a otro y llega a confundir a los dos; deaqu que el humorismo pueda definirse comolo cmico serio, lo trivial transcendental, larisa triste filosfica y csmica.
Esta mezcla cmico-romntica, cmico-pa-ttica, cmico-trgica, da un gusto agridulce,que es el sabor de las obras de humor.En el terreno del humorismo se anastomo-
san lo cmico y lo serio. El humorista va en-
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6o PO BAROJA
trelazando las fibras cmicas y trgicas y suobra nos sorprende y nos divierte.Cuando nos acostumbramos a ello, nos gus-
ta encontrar lo que queda de fuerza en la de-bilidad, de debilidad en la fuerza, la supers-ticin trivial de un espritu fuerte y lgico yel lado noble de un alma vulgar.
El inconveniente de esta tendencia disocia-dora es el perder la facultad de gustar laesencia pura de un gnero sin mezcla. El quetoma la posicin intermedia y ambigua entrelo trgico y lo cmico ya no podr guardar unrespeto completo por las cosas respetables ni
reirse de todo corazn de las risibles.El pensamiento de la desarmona le asaltar
a cada paso, ver muecas cmicas en lo serio
y sombras graves en lo grotesco; lo que bulleen el segundo plano se le proyectar en elprimero, y lo que se agita en el primero se
le manifestar en el segundo.El hombre de humor promiscuar siempre,
y esta promiscuidad har que no haya gne-
ros literarios para l; en un momento todos leparecern buenos; en otro, todos los encon-
trar viejos y marchitos.Muchos inconvenientes tiene el humorismo
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 6
1
para la literatura, uno de ellos, invencible,
porque est en su misma esencia, es el nopoder emplear en bloque en una obra el tono
mayor. El humorista puede usar casi exclusi-
vamente el tono menor, como Dickens, Ster-
ne, etc.; puede alternar el tono mayor y el
menor, como Shakespeare; pero usar slo el
tono mayor como los trgicos griegos o sus
imitadores franceses, no lo puede hacer. El
buen gusto por el buen gusto le est vedado.
Cuando el humorismo quiere convertirseen gnero, con su marchimo oficial y sureceta, pierde todas sus condiciones y todo
su encanto. El humorista funcionario debe ir
al saln de Madama la Retrica.En el humorismo es indispensable la fres-
cura y la innovacin.
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VCUARTA, QUINTA, SEXTA
EL humorismo tiende a dudar de la canti-dad de ciencia y de tcnica que hereda-mos de nuestros ascendientes. Madama laRetrica no acepta esta duda. Madama la Cien-cia s, porque es muy joven y tiene para ellareservado el porvenir, y la revisin de valoresno le estorba para sus fines.
La duda y la innovacin siempre llevanalgo como una intencin humorstica. En laCiencia Newton y Darwin, Paracelso y Ste-phenson, en su tiempo, se representaron a los
ojos de sus contemporneos como humoris-tas, como ilusos; el Greco y Goya lo parecie-ron tambin y hoy todava Lobachefski y Rie-
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LA CAVERNA DEL HLT*IORSMO 63
mann dan la impresin de chuscos al lado delos matemticos clsicos.
El hombre de la calle, vulgar, tradiciona-lista, rutinario, dice pensando en los innova-dores que inventan algo nuevo y no discu-rren con las normas vulgares:
Esos nos estn tomando el pelo.El humorista que lanza una teora o un sis-
tema no puede ser mirado con simpata porel hombre aferrado a otras teoras o sistemasya sancionados por el tiempo.
El humorista es h(mbre de valor. El espri-tu que se encoge para saltar en el vaco, sin^ iber dnde va a caer, es un espritu valiente
. si al mismo tiempo concibe la posibilidadA fracaso y esta posibilidad no le impide el
i;npulso, entonces es un gran humorista.Casi todos los humoristas ren del fracaso
propio; algunos, ms intelectuales, ren de lassupuestas intenciones de la Providencia, comocuando Espinosa rea viendo las araas cazarA las moscas.
La necesidad de la innovacin hace que elhumorismo intente introducir en la esfera delarte lo que an es obscuro e inconsciente, lo;ae es nuevo. Esta ambicin la puede reali-
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64 PO BAROJA
zar el autor haciendo que el pao nuevo secorte de una manera clsica o de una maneranueva. La primera manera tendr algo de hu-mor, la segunda ser ntegramente humorista.
El humorismo necesita siempre el paonuevo; con el viejo se podrn hacer obrasmaestras, pero no obras maestras de humor.
Otra condicin indispensable del humoris-mo me parece la veracidad. El humorismo tie-ne una luz que no permite la ccin, como laluz del sol no permite el maquillaje.
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VI
BILATERALIS
HE escuchado la conferencia que nos hadado el doctor Werden de Heidelberg
acerca del humorismo, dice el doctor Gue-zurtegui.
El doctor Werden se ha dedicado a la fan-tasa.
Este profesor es grueso, rubio, vestido declaro; tiene unos anteojos de lentes muy con-vexas, que centellean cuando mueve la cabeza.Segn el doctor Werden, la contemplacindel mundo bilateral, binocular, es lo que noslleva al humor. El doctor Werden ha plantea-do la tesis, la anttesis y la sntesis. La tesis,segn l, est en el clasicismo; la anttesis, enel romanticismo; 1 1 sntesis, en el humorismo.
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66 PO BAROJA
El espritu humano camina hacia su deve-nir, hacindose cada vez ms heterogneo ycomplejo, y el momento literario actual, en sudireccin al devenir, es el humor, pero el hu-mor tiene todava zonas que no son ms quela idea, lo que no ha llegado a ser.
Esto, segn Werden, no lo pueden com-prender los espritus limitados, los espritus
miopes que han quedado sujetos a un mani-quesmo primitivo. Para ellos, a un lado est elser, al otro la nada; a un lado el espritu, al
otro la materia; a un lado la risa, al otro la
pena; a un lado la solemnidad, al otro la far-
sa; a un lado lo feo, al otro lo bello.
Candidez! Candidez! E incomprensin!Para sentirse hondamente humorista, segn
el profesor de Heidelberg, hay que sentirsehondamente pantesta y haber baado el es-pritu en el ter de la substancia nica.
El humor es una sntesis, y toda sntesis esoptimista. Las impertinencias de Voltaire nosignifican nada contra Leibniz. Este mundo esel mejor de todos los mundos... desde el pun-to de vista del humorismo.^Que hay deformidades? Mejor que mejor.
Que hay vicios morales? Magnfico. Que hay
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LA CAVERXA DEL HUMORISMO 6/
infracciones de los grandes principios? En-
cantador. iQ\ie hay guerras y pestes? Sublime.^Que hay pequeas molestias? El sombreroque se lo lleva el viento? jEI dedo que se cogeuno en una puerta? ptimo. Que hay osbce-nidades? Superior. Que hay locos en la calley cuerdos en los manicomios? Sublime. Todoesto, queridos amigos, ha dicho el doctorWerden, hace que exista el humorismo. Si nofuera por l, que mundo ms solemne, msplmbeo, ms raciniano, ms chateaubrianes-co sera el nuestro.
Gracias a esas pequeas obscuridades ymanchas, el mundo puede ser shakesperiano,cervantino, dickensiano, gracias a esas peque-
as molestias, ios hombres ren y aun aque-llos agelsticos, aquellos de los que dice Sha-kespeare que no muestran sus dientes en unasonrisa, aunque el propio Nstor jure que labroma ha sido buena, tienen que hacer: Ah...j... j... contrayendo el diafragma, a pesar desu amor por lo solemne.
I.o artificial! Lx) injusto! Qu admirableescuela de humor! Dadme un pueblo con pe-lucas, con togas, con miriaques, con injusti-cias, con absurdos, y os traer al momento el
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68 PO BAROJA
humor; pero con gentes que quieren slo serestpidamente naturales o naturalmente est-pidas, ^qu demonio se va a hacer?
El humorismo tiene de bueno y de mnlo
ha dicho Werden
; si fuera bueno solo, se-ra inferior a lo que es. Ya en lo que se llamasublime, entra la levadura de elementos dedisgusto, que no existen en lo puramente bello.Lo puramente bello es como el pan cimo; encambio el humorismo es pan literario, porquees lo humano sinttico. Como Merlin el en-cantador fu engendrado por una religiosa yun diablo, el humorismo tiene en su origen lobueno y lo malo.En el humorismo se mezclan tambin ele-
mentos racionales e irracionales, Apolo y Dio-nisios, el color y el dibujo, lo claro y lo obs-curo, lo apasionado y lo comprensivo, lo mu-sical y lo intelectual.En el humorismo, vamos a lo general por lo
individual, a lo claro por lo obscuro, al opti-
mismo por el pesimismo.El humorista no quiere llegar a la luz hu-
yendo de las sombras del camino, sino quequiere llegar a la luz arrastrando consigo mis-
mo las sombras y aclarndolas.
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vil
TEORAS
DESPUS de estas frases, por las cualeshemos sospechado que el profesor de
Heidelberg es un hegeliano, el doctor Werden,con cierto nfasis germnico, ha descrito a loshumoristas, a quienes ha llamado franco-tira-dores de la nube y del humo, cazadores devilanos y de pompas de jabn y escopeterosdel ideal.
Luego nuestro doctor ha pasado a exponerlas teorias del humorismo.
Las ha dividido en tres grupos: teoras ba-sadas en la degradacin, teoras basadas en elcontraste y teorias basadas en la superacin.
Las diversas teoras hechas a base de la de-gradacin suponen que el humorsmo nace
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70 Po BAROJA
de un sentimiento de rencor contra lo noble,de una tendencia a rebajar la dignidad, la res-petabilidad y la nobleza humanas.
Para los que defienden esta tesis, el humores un impulso parecido al del chico cuandotira una piedra a un cristal de un escaparateo cuando escupe en un plato de dulce que nova a comer l.
Para los que ven un mpetu de rebajamien-to ajeno en el humorismo, la risa del humo-rista es un eco de la risa del salvaje cuandohunde el cuchillo en el corazn del enemigo.A la tesis de la degradacin, el doctor Wer-
den ha puesto varios reparos.Primeramente, segn l, en el humorismo
no es necesario el rencor; despus, el objetorebajado por el humorista puede muy bien noser un hombre, sino una institucin.
Respecto a que la risa del humorista sea uneco de la risa del salvaje, es cosa que para eldoctor Werden no tiene importancia. Preocu-parse de ello es como preocuparse de si lasraces de este rosal que nos encanta con el
color y con el aroma de sus flores estn cer-ca de los gusanos que andan por la tierra.Que el humorismo proceda del rencor, es
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 7
1
posible, nos ha dicho el doctor Werden; queel humorismo de hoy sea rencor, eso no loaceptamos.
Si en el humorismo no es indispensable elrencor, segn el profesor Werden, es en cam-bio indispensable la simpata, y la simpata es-teriliza el rencor. La risa sin desprecio nadanos molesta. Hay amigo que nos pone en sol-fa, se re de nuestra manera de ser y de pen-sar, se re de nuestras obras, pero se re sin
desprecio y no nos ofende; en cambio, otronos dice una frase vulgar, con exasperadodesprecio y nos levanta y nos indigna. Poreste motivo, la teora de la degradacin es in-completa y mezquina para el doctor Werden.
La segunda clase de teoras son las quetienen por base el contriiste.
El humorismo, segn ellas, proviene delchoque de una sentimentalidad elevada con loheterogneo, inarmnico y a veces absurdo dela realidad.
El doctor Werden no acepta esta tesis por-que supone que esas inarmonas no slo lu;son malas, sino que son deseables, son ne-cesidades que sirven, no de fundamento delhumorismo, sino de pretexto para l.
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72 Po BAROJA
La ltima teora y la defendida por el doc-tor, es la teora de la superacin. El humoris-mo, segn Werden, es la sntesis donde sefunde lo al parecer infusible, es la penetracinrecproca de lo finito con lo infinito, es elcrisol donde se efecta la transmutacin dede valores y en donde todo al mismo tiempoes grande y pequeo.En este horno de turba del humorismo
aprovechamos el mineral rico y las escorias,el metal nuevo y la chatarra.
Humorismo! Risa del espritu serio, refle-xin de la jovialidad, visin binocular delcosmos...
Como se ve, el doctor Werden es un hiper-blico.
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VIII
COMENTARIOS A UNAS OBSERVACIONES
HABLANDO de la conferencia del doctorWerden; Paco Luna ha sacado de su
maleta un articulo de J. Ortega Gasset, titula-do Observaciones de un lector y publicadoen La Lectura en Diciembre de 191 5, y se loha llevado a Guezurtegui.En este artculo se halla en parte sintetiza-
da la tesis de la degradacin y el rencor comoproductores de la novela picaresca.
Se ha comentado este artculo, porque lanovela picaresca tiene relaciones con el hu-morismo.Ortega y Gasset es uno de sus escritores
predilectos, verdad?ha dicho lUumbe.
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74 PO BAROJA
;S, ^y de usted no?ha contestado Gue-zurtegui.
No, no. Paso por Ortega, pero por Gas-set, no. jGasset! Que sonido mediterrneo...No, no.
Bueno. Lea usted, amigo Luna.Paco Luna ha tomado el nmero de La
Lectura y ha ledo:Durante ios ltimos tiempos de la Edad
Media, coexisten dos literaturas en Europaque no tienen apenas intercomunicacin: lade los nobles y la de los plebeyos. Aqullasuscita los Minesinger, los trovadores; lasgestas y epos de guerra y de pasin. Es unaliteratura irrealista, que, alimentndose, no delo que se ve y se palpii, sino de las condensa-ciones mticas, de las leyendas genealgicas,construye un mundo de realidades levanta-das, estilizadas en bellas y fuertes formas. Enesta produccin convergen todas las emocio-nes transcendentes, lo mismo las sutiles aspi-raciones hacia un transmundo donde todo eslindo y conceptuoso, que aquellas pasionesdel hombre, rudas tal vez y brbaras, peroafirmativas y creadoras. Lo esencial es que elpoeta noble crea, sobre las cosas y personas
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 75
terrenas, una vivencia original de seres y re-laciones ideales, un cosmos novsimo, intere-
sante, nacido del arte. Esta literatura aumen-
ta el universo, crea.
Paralela a ella, pero reptando sobre la
tierra se desenvuelve la literatura del pueblonfimo. Son las consejas, son las burlas y far-sas, son los motes, fbulas y cuentos equvo-cos. Muy tpicas son las Danzas de la Muerte.La muerte, la amiga de Sancho, es la venga-dora de los pequeos, simples y mal dotados,
; demcrata. Y el cantor villano, harto de. Dgustias, dolido de muchas farsas, socarrny maligno, conduca a la Muerte a las altas
ises sociales.
Qu le parece a usted.?*ha preguntadoLuna.
Encuentro todo eso de un aristocratismorabioso y puerilha dicho Guezurtegui
.
Aceptamos graciosamente que haya habidouna literatura de nobles y plebeyos; pero noreptamos que la literatura de los nobles^como clase social), sea noble tambin enel sentido tico ni que la de los plebeyossea plebeya en el sentido de abyeccin ybajeza.
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76 PO BAROJA
Es usted un romntico, Guezurteguihadicho Luna.No. Es que, si esto fuera as, el almana-
que de Gotha sera el ndice de las calidadesespirituales del mundo. No me parece que sepuede afirmar que la divisin de criados y se-ores, de nobles y plebeyos, sea la normapara la literatura, y sobre todo, para la moral.Usted cree que s?Hombre, yo no tengo una opinin sobre
eso. Lo que no veo tan claro como Ortega yGasset, es por qu en la literatura noble pue-de haber creacin y en la plebeya no.Yo encuentro esa una opinin arbitra-
riaha replicado Guezurtegui
; se puede de-fender lo contrario, con la misma razn. Laliteratura de caballeros, lo ms fuerte, lo msvivo, que ha dejado, a mi modo de ver, esuna caricatura Don Quijote, y en cambio, delos tipos
, populares, ha quedado una seriafuerte y regocijada: el Lazarillo, el Buscn,Sancho, Panurgo, Caliban, Sganarelle... Ha-br alguien hoy, que no sea profesor, que seocupe con inters de los amores de Anglicay Medoro, de Amads de Gaula y de la bellaOriana, de Lanzarote del Lago y de la Reina
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LA CAVERNA DEL HLTIOUSMO 77
Ginevra? Nadie absolutamente. Todos estospersonajes, al transcurrir los tiempos, tomanotros nombres en las novelas de folletn y sehacen modernos.
Ortega y Gasset dice que el autor villano
conduce a la Muerte a las altas clases socia-les. A las altas y a las bajas. ^Pues qu queraOrtega y Gasset, que a las altas clases socia-
les se las dispensara de la Muerte? Eso serallevar el almanaquegothismo demasiado lejos.Sigamos leyendo a Ortega Gassetdice
Luna . Ante la Muerte se patentizan asque-rosas las lacras, gangrenas y podres de todolo que en la sociedad de los vivos parecerobusto, granado y brillante.
La misma intencin anima las romanzasde la zorra. La sociedad de los hombres esen ella sometida a la perspectiva psicolgicade una sociedad de animales. Porque, cierta-mente, el animal habita el piso bajo del hom-bre, pero los ojuelos torvos y maliciosos delcantor villano slo alcanzan a ver este pri-mer piso.
Qu le parece a usted, Guezurtegui?No veo esos pisos. Me parece el argumen-
to del aristocratismo, del almanaquegothismo.
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78 PO BAROJA
Cuando la hija del usurero o del fabricante dejabn juega al tennis o se pasea en autom-vil, cree que ejercita un derecho y que tienelina superioridad especial que no procede de
su dinero; cree que est en el piso alto. Es lo
qua piensa probablemente Maura cuando seestira los puos y dice cuatro vaciedades.Demagogo.No. Casi todos los demagogos y radica-
les son almanaquegothistas; no hay ms querascar un poco en ellos para que aparezca un
ilustre Prez con ambiciones de procer. El cantor villanosigue diciendo Orte-
ga y Gassetve al hombre con pupilas deayuda de cmara.Hombre, no, a mi me parece ms ayuda
de cmara el cantor noble. Entre un lacayocontento y otro de:iconteto, no es ms laca-yo el que est contento?Espere usted, djeme usted seguir.No crea un mundo; de dnde va a sacar
l, sin vacilar, cercado de hambre y de angus-tias, el destripaterrones, el hambriento, el des-
honrado, de hijares jadeosos, de alma roda,el esfuerzo superabundante para crear exis-
tencias, formas de la nada? Copia la realidad.
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LA CAVERNA DEL HUMOBUSMO 79
que ante s tiene, con fiero ojo de cazadorfurtivo: no olvida un pelo, una mcula, unacostrica, un lunar. La copia es crtica. Y estaes su intencin: no crear, criticar. Le mueveel rencor.
Yo creo que una cierta intencin crticanos anima a todos. Ver, comprender, saberqu cantidad de eternidad o de perduracinpuede tener cada obra, es una preocupacinmuy humana. ^No es eso?
Si.Tampoco se puede creer en la identifica-
cin del tema humilde con el cantor villano ydel tema altisonante y noble con el cantor dela misma clase.No parece que el autor del Poema del Cid
fuera ari.stcrata ni hidalgo. Ms bien, ese PerAbbat, verdadero o supuesto, suena a judo oa morisco.
No hizo serranillas plebeyas el marqusde Santillana? Teniers viva como un prnci-pe, y no pintii);i ms que escenas populares,En dnde est la identific .icin de \:i vida delautor con el asunto de su arte?No s. Yo no entiendo gran cosa de
estoha dicho Illumbe.
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8o PO BAROJA
P'^specto a creacin, no se advierte quehaya sido superior la de la musa noble a la dela villana. En Espaa, el Arcipreste de Hita oFernando de Rojas son mucho ms creadoresque Herrera o que Valbuena; en Francia, elpicaro Villon vive ms que Ronsard, y moder-namente, un poeta triste, hambriento y borra-cho, un pingajo humano, Verlaine es, proba-blemente, el mayor poeta del tiempo. Respec-to a la opinin de que a la crtica le mueve elrencor, est tambin dentro del almanaque-gothismo.La ciencia, y sobre todo la historia, estaran
basadas en el rencor. Sin la crtica, y slo conel respeto, el mundo sera como un gran tem-plo lleno de fetiches intangibles incontem-plables, porque contemplarlos y darse cuenta
de ellos sera comenzar a criticarlos. Respectoal rencor literario, ^dnde est el rencor delque cuenta las aventuras del Lazarillo sin
odio y sin saa, slo por el gusto de contar,como el Bosco o Brueghel pintan sus aldea-
nos por el placer de pintar.!*({Sigo?
pregunta Luna.
Siga, amigo Luna. Siga usted.En los siglos XV, xvi y xvii, estas dos lite-
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 61
raturas, la amante y la rencorosa, dan propor-ciones clsicas a sa interpretacin de la no-
vela, parcial en ambas. El tema de amor eimaginacin se enciende como un esplndidofuego de artificio en el libro de caballeras. El
tema del rencor y la crtica raadurece en la
novela picaresca. La primera novela integral
que se escribe, en mi entender, la novela, esel Quijote, y en ella se dan un abrazo momen-tneo, en la tregua de Dios que el corazn deun genio les ofrece, amor y rencor, el mundoimaginario e ingrvido de las formas y el gra-vitante, spero, de la materia. Cervantes es elHombre; ni lacayo, ni seor.Qu le parece a usted la salvedad que
hace Ortega y Gasset a beneficio de Cervan-
.
tes?
pregunta Paco Luna,
Me parece un caso de favoritismo. Sifuera verdad la tesis expuesta en prrafos an-teriores, el que estara ms dentro de la nove-la rencorosa sera Cervantes. Cervantes se
encuentra por su Quijote^ no slo fuera de laliteratura noble, sino en contra de ella; no esel autor del Lazarillo^ que cuenta por entrete-nimiento las aventuras de un muchacho atre-vido; sino es el ingenio que se burla de todas
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82 PO BAROJA
las invenciones que Ortega y Gasset tiene pornobles y levantadas y ridiculiza todos losmitos de la literatura amante. No se presentaaqu desapasionado nuestro amigo Ortega.Es que usted no es un cervantino, Gue-
zurteguiinterrumpe lUumbe . Cosa que meparece bien.
Por qu?Porque Cervantes hace que Don Quijote
venza solamente a Sancho de Azpeitia, a quienllama vizcano, debiendo llamarle guipuz-coano.
Crania Vascnica! Siempre Crania Vas-cnica! Pues yo soy cervantino a mi manera.Lo que no creo es que Cervantes fuera una
excepcin, ni en su espritu, ni en su dig-
nidad.
Se habla mucho de Velzquez y de que fucriado, y se llam criado del Rey; primera-
mente, era la poca, y despus Velzquez novea en el mundo ms que lneas y colores;criado o seor, dentro de su arte era siempre
un seor, un prncipe. A Cervantes llegan lasmalas pasiones, a Velzquez no.^As que es usted ms velazquista que
cervantino?
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 83
Mucho ms.Bien, volvamos a Ortega ha dicho
Luna . Sigue hablando de la novela pica-
resca.
La novela picaresca echa mano de un
figurn nacido en las capas inferiores de la
sociedad, un gusarapo humano fermentadoen el cieno y presto a curar al sol sobre un es-
tircol. Y le hace mozo de muchos amos: vapasando, de servir a un clrigo, a adobar los
tiros de un capitn, de un magistrado, de una
dama, de un truhn viento en popa. Este per-sonaje mira la sociedad de abajo a arriba ri-diculamente escorzada, y una tras otras las
categoras sociales, los ministerios, los oficios
se van desmoronando, y vamos viendo quepor dentro no eran ms que miseria, farsa,vanidad, empaque e intriga.Qu contestaran ustedes a esto los de-
magogos?
pregunta Illumbe.
Los demagogos contestaramos que conel mismo derecho, y quiz con un poco ms,se le puede llamar figurn al tipo de los Mine-singer, trovadores, gestas y epos de guerra ypasin, porque en general tienen menos vida
y menos carcter, que el tipo de la novela
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84 Po BAKOJA
picaresca. Respecto a que se vayan desmoro-nando categoras sociales, ministerios y ofi-cios, al contemplarlos de una manera irnica,es natural y necesario, cuando su prestigioest basado en la mentira.La superioridad que nace de la verdad no se
desmorona nunca, como no se desmorona elsistema de Coprnico, y en cambio, se hun-dieron los anteriores. Respecto a la grandezade las figuras, lo da la casualidad. Cuandoun figurn, que quiere ser olmpico, comoLuis XIV, aparece en la historia con una fstu-la en el ano, nos da risa; en cambio, la po-breza y la tuberculosis de Espinosa nos pro-ducen melancola y dolor. ,Parece que tiene usted objeciones a todo,
amigo Guezurtegui.
^Si, estoy en desacuerdo esta vez conOrtega.
Bien, sigamos leyendo.La novela picaresca es, en su forma extre-
ma, una literatura corrosiva, compuesta con
puras negaciones, empujada por un pesimis-mo preconcebido, que hace invntario escru-
puloso de los males, por la tierra esparcidos,sin rgano para percibir armonas ni optimi-
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LA CAV'ERNA DEL HUMORISMO 05
dades. Es un arte, y aqu hallo su mayor
defecto, que no tiene independencia esttica;
necesita de la realidad fuera de ella, de la cual
es ella crtica, de la que vive como carcoma
de la madera. La novela picaresca no puedeser sino realista en el sentido menos grato dela palabra; lo que posee de valor esttico con-
siste justamente en que, al leer el libro, levan-tamos a cada momento los ojos de la plana ymiramos la vida real y la contrastamos con ladel libro, y nos gozamos en la confirmacin desu exactitud. Els arte de copia.
La copia es crtica y no creacin, dice
Ortega y Gasset; yo no lo creo. No creo quese pueda copiar simplemente en el arte, sinponer algo. Si Holbein, Durero, el Ticiano yc\ Greco vivieran, podran copiar los cuatro lamisma figura, esforzarse en hacer un retratoparecido, y, sin embargo, cada uno le dara uncarcter irremisiblemente suyo. ;No lo creen
ustedes asir
S, eso parece ha dicho Luna.Respecto a la cuestin de la independen-
cia esttica de la novela picaresca, ;por quafirma Ortega que no la tiene? Yo creo quetiene toda la necesaria, toda la posible. En la
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86 PO BAROJA
tesis de Ortega y Gasset, est ese dualismo,tan espaol, de lo real y de lo irreal, de lo ma-terial y de lo espiritual, de lo noble y de loplebeyo. Si fuera verdad lo que afirma Ortega,pintar un mendigo sera arte bajo, y pintarun caballero arte noble. Yo no lo creo as;para la pintura todo es noble. Nosotros so-mos ms idealistas que ustedes los mdi-cosme deca un abogado. No s porqule contestaba yo. Para m no hay di-ferencia alguna entre estudiar una institucinantigua, estudiar un insecto, o el intestino, o
el bazo de un hombre. No hay ms diferenciaque el insecto, el bazo, o el intestino sonms permanentes en su existencia que unainstitucin, que puede desaparecer, olvidarse
y perderse.Hombre, sin embargo.Que los fisilogos sean plebeyos y los
abogados nobles es posible que lo crean todoslos picapleitos del mundo, pero nosotros no loaceptamos.
Se apasiona usted,No, nada de eso. Por otra parte, si la li-
teratura llamada noble fuera la creadora y lainventora, hoy ms que los hroes de Balzac,
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LA CAYERXA DEL HUMORISMO 87
de Stendhal o de Dostoievski, hundidos enpreocupaciones materiales; nos interesaran
Matilde y Malek Adel, de madama Cottin, lospersonajes de la seorita Scudery, Eudoro yCimodocea de Chateaubriand y otros hroesdel perfecto amor y de la perfecta caballero-
sidad, y si esos tipos nos parecieran viejos,nos entusiasmaran los fantoches irreprocha-bles de D'Annunzzio. En el arte, David, Cano-va y Thorwaldsen nos impresionaran muchoms que Goya; lo que en general no ocurre.Puesto que est usted tan locuaz, amigo
Guezurtegui, agotaremos la materia Qu leparece a usted lo que dice Ortega y Gassetdel realismo?
Considerar el realismo como copia servilme parece una nocin completamente falsa.Como demagogo, es usted realista.Hombre, yo no s si puedo llamarme
realista o no. En un sentido filosfico no, por-que np s lo que es la realidad; en un sentidoartstico y literario, me parece el realismo tanfecundo como el idealismo.Demagogo y realista... No es usted un
un hombre distinguido, amigo Guezurtegui
dice Illumbe.
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S8 Po BAROJA
Efectivamente, en Pamplona no sera dis-tinguido. Qu quiere usted? No creo en ladistincin callejera. No he conocido todavaun hombre distinguido que merezca tener uncriado que le cepille las botas. En una socie-dad bien organizada, Pasteur o Koch o Wir-chow, tendran gentes al lado, que les evita-ran hacer trabajos penosos, porque su la-bor es til a la humanidad; pero don Jaimede Borbn, el duque de Alba o el conde deRomanones se cepillaran sus botas con sucepillito y su salivita, porque su tiempo no
tiene importancia para nosotros. Respecto a
esos chulltos de la aristocracia espaola y a
esas estpidas vacas grasicntas que los acom-
paan en su automvil y que no sirven msque para hacer estircol, si fuera un tirano, a
ios unos, les mandara a picar piedra en lacarretera, y a las otras, al lavadero.
Guezurteguiha gritado lilumbele voy
a decir a usted lo que le dijo a un socialistaun abogado de Pamplona.'Qu le dijo-"
Le llam demtico.Demtico? No. Pedantera por pedantera
y helenismo por helenismo, prefiero que me
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 89
llamen elettterman (apasionado por la li-bertad).
De la libertad! Y suea usted con sertiranodice lUumbe.;Y quin no suea con mandar? En lo
iiut n(; sueo ni pienso es eti vuestro demos.
i Crania Vascnica, ni Crania Ibrica, ni Cra-nia de ninguna parte. Terrestre, y eso porqueno puede ser uno sideral.;Y no ha pensado que, con arreglo a su
teora de no tener criados usted, tambin ten-dra que limpiarse sus botas?
pregunta Luna.
Yo, no.
([Cmo que no?No, porque yo andara con las botas
sucias.
Eso retrata su natural cnico. En resu-men, ;cules son sus conclusiones sobre elarticulo de Ortega y Gassel?Nuestras conclusiones son: Primera, que
no sabemos si Ortega y Gasset tiene razn ono en su tesis aristocrtica, que creemos queno. Segunda, que, aunque la tuviera, nos pare-cera poco filosfica y de un carcter demasia-do dogmtico su enemistad contra la literaturaque l llama plebeya, porque todas las cosas
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90 PO BAROJA
pueden ser necesarias en la naturaleza y en elarte. Tercera, que no creemos que slo en laliteratura distinguida haya creacin. Cuarta,que no aceptamos la excepcin de Cervantesen la novela rencorosa y demtica (como dirael abogado de Pamplona), y, quinta, que nonos parece el realismo una copia servil...
Ese plural, "qu quiere decir, Guezur-
tegui?
Ese plural se refiere a m solo, que so-mos a veces muchos. Ustedes no est con-forme conmigo.''Yo, ante todo, soy vasco y las opiniones
de \o'=> yavanas no me interesandice Illumbe.Crania Vascnica. Clericarina! Clerica-
rina!ha gritado Guezurtegui.Y ha aadido despus:Bueno. Vamos a cenar.
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IX
HUMORISMO Y RETORICA
Yo divido las teorasdice el doctor Gue-zurteguide una manera prctica, en
dos clases: unas, las que tienen porvenir, esdecir, las que permiten que se pueda seguirpensando con su ayuda; otras, las que notienen porvenir y cierran las posibilidades denuevos pensamientos. stas, en el terreno dela filosoia, si no son absolutamente exactas,son perjudiciales.
Las teoras del doctor Werden me parecen,en parte, de las ltimas; por eso no las aceptoen bloque.
He dicho antes que para mi dos trminosantitticos son el humorismo y la retrica.Desgranaremos esta anttesis general en varias
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92 l'O BAROJA
anttesis parciales. El humorismo es improvi-sacin; la retrica es tradicin. Una frmularetrica repetida es no slo aceptable, sinoagradable; una frmula de humor repetida seconvierte en antiptica y fastidiosa.
El humorismo es invencin, intento de afir-macin de valores nuevos; la retrica es con-secucin, afirmacin tradicional de valoresviejos. El humor es dionisaco, la retricaapolnea; el humor guarda ms intuiciones deporvenir, la retrica ms recuerdos del pasado.
El humorismo es el surco nuevo y tiene elencanto de lo imprevisto; la retrica es el sur-co viejo y tiene el encanto de la repeticinnecesaria para el ritmo.
El humor necesita inventar, la retrica secontenta con repetir. El humor tiene ei sentidomstico de lo nuevo, la retrica el sentido res-petuoso de lo viejo. Se puede decir: Todo esnuevo, como Heraclito, y se tiene raz(')n,pensando en la substancia, que cambia cons-tantemente. sta ser una afirmacin gratapara el humorismo. Se puede decir: Todo esviejo, no hay nada nuevo bajo el sol, pensan-do en las formas. Tambin se puede tener ra-zn, y este aserto sei grato para los retricos.
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LA CAVERNA DEL HL'MORISMO 93
La tesis: Todo es viejo, inclina a pensarque las grandes concepciones filosficas y ar-tsticas estn realizadas, lo que desde ciertopunto de vista es verdad.La tesis: Todo es nuevo, nada est hecho,
todo fluye y cambia constantemente, hacepensar en la posibilidad de nuevos sistemas.Hay en la Ciencia y en el Arte, sobre todo
en el Arte, una a manera de geografa limi-tada de un planeta, y cuando se ha descu-bierto el Hiraalaya y el Chimborazo, el Nilo yel Amazonas (lo que en ciencia sera la teorade Coprnico y la de Newton, en literatura lacreacin de Don Quijote o de Hamlet)^ pareceque ya no se puede volver a descubrirlos;pero para el discpulo de Heraclito, para elque cree que todo fluye y todo cambia en unconstante devenirideas, conceptos, senti-mientos y cosasel Nilo de hoy y el Amazo-nas de hoy no son los de ayer, ni siquiera elHimalaya de hoy es el de ayer. Mucho menosson idnticas a las de ayer las figuras litera-rias y artsticas de hoy. Ros, montes y per-sonajes literarios pueden ser, hasta con losmismos nombres de ayer, hechos completa-mente nuevos.
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94 Po BAROJA
El humorismo, que tiene el sentido msticode lo nuevo, se basa en la intuicin, en el ins-tinto; la retrica, en el razonamiento, en la
lgica. El humorismo acierta y yerra; la ret-rica acierta tanto y yerra menos.La tendencia retrica unida a sistemas qte
se consideran espiritualistas acaba en un me-canismo. Algo parecido les pasa a las religio-nes, que terminan en una mecnica de rezos.Para los espiritualistas retricos y maniqueos,las ideas y los sentimientos tienen ya su formatradicional; el retrico supone que el escritor
no debe hacer ms que barajar estas formas.Es como quien busca en el guardarropa un
buen disfraz ya cosido y, a lo ms, se permiteaadirle un lazo o una cinta.
Bueno y fcil procedimiento para vestir con
elegancia, pero que no nos entusiasma. Aun-
que alguien nos demuestre que estos bazaresde trajes hechos de la retrica son el lgico
e imprescindible resultado de una evolucinque comenz en el primer bpedo y siguehasta nuestros das, miraremos con cierta re-pulsin estos grandes almacenes de adornos
y de formulas y de otros bienes mostrencos.
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XESPECIOSO
EL retrico tender a creer en la inmutabi-lidad de las especies zoolgicas y bot-
nicas; el humorista ser consciente o incons-cientemente dai-winiano o goethiano, partida-
rio de la evolucin eterna.Para el retrico seguirn existiendo, como
moldes de hierro, los cinco predicables de lalgica aristotlica: el gnero, la especie, la di-ferencia, la propiedad y el accidente; para elhumorista, gnero y especie, conceptus sum-mus y conceptus itifimus^ que aparecen comotopes en la lgica kantiana, no sern msque apariencias.
El retrico ser absolutista; el humoristarelativista. Para el primero, el mundo tendr
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6 PO BAROJA
una disciplina estrecha, para el segundo, nigneros, ni especies; caos y fantasmas en eldominio de los fenmenos y una incgnitams all de los fenmenos. Las nicas con-quistas posibles sern las de las palabras j'^z-tus vocis^ que decian los nominalistas. Para elhombre de humor, en el mundo que se esthaciendo y deshaciendo constantemente, haysiempre lugar para formas nuevas, materiacon que crearlas e inventarlas.
Es que las ciean los humoristas? ,jEs quelas inventan siempre? No, seguramente no; lainvencin ser siempre excasa, pero es msfcil que la realice alguna vez el que cree enella, que no el que no cree en ella.La retrica, prxima a la teora de la inmu-
tabilidad de las especies, salida de la Biblia yembellecida por Platn, tendr el criterio mo-
ral, estrecho. Para la retrica, la fauna del mun-
do ser la que se puede encontrar en una casade fieras modesta. En cada jaula habr suletrero, en que dir: Bueno o Malo. La fauna
del humorismo evolucionista aceptar todoslos ejemplares de la biologa, los caractersti-cos y los vulgares, desde el tigre y el camello
hasta el protozoario, sin olvidar esos animales
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO 97
absurdos, como el omitorinco y los equidnas,
que son mamferos y ovparos, y los bichos
raros que vivieron, como los terodctilos y los
arqueopterix, pajarracos que tenan al mismotiempo pico y dientes, plumas y cola de lagar-
to. El humorismo tirar al viento las antiguasetiquetas y mirar de nuevo a sus bichos.
La retrica no acepta ms fauna que la b-blica, la post-diluviana; el humorismo aceptala anti-diluviana, la post-diluviana y la del
porvenir.
La retrica defender ese casillero estrechode las especies y ese pequeo simbolismo tra-
dicional que pone a cada animal su etiqueta.
La corneja ser siempre agorera, y la palomasiempre candida. Para la retrica las especiesestarn separadas unas de otras por lmitesfrreos.
El humorismo ser partidario no slo de laevolucin darwiniana lenta y constante, sinode la evolucin casi milagrosa de Hugo deVries; de un milagro racional y sin ningncarcter super-naturalsta. La mutacin brus-ca encontrada por Vries es una forma dehumorismo de la Naturaleza.A pesar de esto, no es lgico creer que el
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98 PO BAROJA
humorismo sea una actitud literaria que hayade vencer a la forma retrica y clsica; no,la literatura siempre oscilar segn las ideasdel tiempo, de una manera a otra, del humor ala retrica. Siendo una ciencia casi exacta lafsica, oscila entre los dos conceptos de con-tinuidad y de discontinuidad de la materia yno acabar nunca su oscilacin; no tiene nadade extrao que la literatura, ms movible,cambie, empujada por varias tendencias.
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XI
TROPIEZOS DE NUESTRA TESIS
LA obra del retrico es una obra cepillada,lustrosa y sin poros; la obra del humo-
rista es informe, incompleta y porosa. La una
est en un tiesto esmaltado que la aisla del
ambiente, la otra en un tiesto de barro pene-trado por las corrientes osmticas de dentro yde fuera. La del retrico comienza y acaba asu tiempo, la del humorista ni concluye niempieza. La una parece un producto ms decultura, la otra un producto ms de natura-leza; la una es un poco la meloda de la m-sica clsica, la otra esa meloda infinita quequiso implantar Wgner y que siendo unacosa buscada nos parece una mixtificacin.
La tendencia retrica es una fuerza centri-
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100 PO BAROJA
peta; con su preocupacin de tcnica va pocoa poco cerrando el horizonte mental del escri-tor; la tendencia humorista es una fuerza cen-trfuga, echa al escritor fuera de la literatura,al campo de la filosofa, de la ciencia, de lapoltica o de la nimiedad. El / Viva la bagatela!^del abate Swift, es muy sintomtico del amorfinal de los humoristas por la futilidad.
La retrica tiene que basarse en un espri-
tu de autoridades, por eso se vale de la fuer-za de los prestigios histricos; de aqu quela retrica tienda al dogmatismo y a la pedan-tera. El mtodo retrico tiene el inconve-niente de que lo estrecha todo y lo hace me-cnico; la falta de mtodo del humorismo esuna teora peligrosa, como todo anarquismo,porque lleva a la exaltacin, a la extravagan-
cia y al caos. Para emplear este mtodo de notener mtodo hay que confiar en s mismo yno temer el fracaso.
La retrica, que es como un arte de orna-mentacin, necesita masas y lneas fijas, nece-sita substancias duras, envejecidas por eltiempo; el humorismo no. El humorismo esla fantasmagora de los lquidos y de los gases
espirituales. La retrica descansa sobre lo que
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO I O
parece ms seguro y respetable, el humorismoen lo que se considera ms movedizo y pasa-jero. La retrica tiende a forzar la armona delas cosas y a inmovilizar, por tanto, el mundoespiritual; el humorismo tiende a relajar, a dara todo flexibilidad y blandura.
La retrica quiere remacharlo todo, apretar
los tornillos; el humorismo intenta soltar lostornillos; la una aspira al orden por la suje-cin, el otro al orden por la anarqua; el uno
es un arte de armonas violentas, el otro artede antinomias.Un retrico se comparar muchas veces con
un orfebre, un humorista del tipo de Richter
o de Carlyle habra que compararlo con un sal-
to de agua, con una solfatara o con una nube.
A pesar de esto, cuando el humorismo acier-ta, marca las lineas claramente, y cuando laretrica desacierta se pierden las lineas. El
conceptismo en literatura, el barroquismo enartes plsticas, a fuerza de adornar llegan auna especie de humorismo.Con arreglo a su tendencia cada arte ilumi-
na sus obras; la luz de la retrica es una luzlejana y clara, con la cual se dibujan las for-mas de una manera hbil y artifcial, esa luz
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102 Po BAROJA
falsa que les gusta a los pintores para suscuadros; la luz del humorismo es como la luzde la antorcha, que tan pronto esclarece fuer-temente los objetos como los llena de humo.La retrica es lo fijo, el humorismo lo cam-
biante; la retrica tiene frmulas, el humoris-mo no las tiene.
El humorismo no puede tener una frmula,una frmula de humor sera una cosa desagra-dable y repulsiva, adems, cuando una frmu-la permite su repeticin penetra en el dominiode la retrica, cuanto ms permite su repeti-cin automtica es ms retrica.
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XII
DISTINGUIMOS
EL humor es como el ave fnix que rena-ce constantemente de sus cenizas, es un
extrao pajarraco mal definido, que tan pron-to parece gris como lleno de plumas brillantesy de colores; a veces se quiere creer que noexiste y que es pariente de las sirenas, de losdragones, de los gnomos y de otros seres deuna fauna irreal y mitolgica, a veces tieneuna objetividad tan manifiesta como las jira-fas, los dromedarios y los camellos.No es fcil siempre separar el humorismo
de las especies literarias algo afines, el humo-rista se confunde muchas veces con el cmi-co, con el satrico, con el bufn y con el pa-yaso. Como el camalen cambia constante-
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104 Po BAROJA
mente de color y estos cambios de color nole confunden, sino que le caracterizan.
Entre el cmico antiguo y el cmico humo-rista moderno quiz no haya ms diferenciaque los nervios, la sensibilidad. Los antiguostenan los nervios ms duros que los hombresde hoy. Un Quevedo de nuestros das no mor-tificara a su Don Pablos con tan constantesaa y un Cervantes actual no hara que a suDon Quijote le golpearan tanto. Desde la po-ca en que se escribieron estos libros a acnuestra sensibilidad se ha afinado.
Los estpidos dicen que eso es sentimenta-lismo. Si existiera esta palabra entre los br-
baros, lo mismo dira el brbaro viendo que elcivilizado no corta la cabeza al enemigo muer-to: Le mata y no le corta la cabeza. Qu men-tecato! Qu sentimental! Y el antropfago di-ra lo mismo del brbaro incapaz de comerseal enemigo: Este hombre corta la cabeza delenemigo y no se aprovecha luego para hacerun frito con sus sesos, ni para comerle un ri-
on. Qu estpido sentimentalismo!No es fcil, seguramente, separar el tipo c-
mico clsico del humorista, tampoco lo esdistinguir cierto tipo de humorista de el del
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO IO5
satrico. Hay varias clases de humoristas. Hayel humorista de cepa amarga estilo Swit y el
humorista de cepa predicadora estilo Thacke-
ray, la cepa agridulce de Sterne y el malvasia
de Dickens. Los primeros de cepas agrias se
confunden con los satricos; indudablementeentre ellos no puede haber ms que ligerosmatices que los separen.
Parece que el satrico juzga el mundo y loshechos teniendo como norma exclusiva la vir-
tud, y que el humorista no tiene una normatan definida y tan clara; el punto de vista delsatrico es un punto de vista moral, el delhombre de humor es un punto de vista filos-fico. Podra aadirse que el satrico tiene unideal que aunque no est convertido en m-ximas o en sentencias, no seria difcil con-vertirlo, y que el humorista, si tiene un ideal,debe ser un ideal un tanto vago y subje-tivo. El satrico tiende a la correccin y alltigo, el humorista a la interpretacin y alblsamo.
E^to hara suponer que el satrico es hom-bre de espritu lgico y el humorista es msbien un sentimental. El uno hombre de cabe-za, el otro hombre de corazn.
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I06 PO BAROJA
El punto de partida de ambos no es tampo-co idntico.
El satrico parte de una irritacin agresiva,ataca y tiende a hacer reir, el humorista sien-te una excitacin no agresiva y tiende a hacerreflexionar. Respecto al tono, el satrico em-
plea un tono ms elocuente y ms retrico. Noen balde la stira es casi una invencin de laRoma antigua.
El satrico es un ser razonable que cree enla razn, el humorista es un individuo razona-ble que duda de la razn y a veces es un ve-snico que dice cosas razonables. El satrico,desde el banco de los buenos, seala a los ma-los y a los locos; para el humorista el mundotiene por todas partes algo de jardn, de hos-pital y de manicomio.
El humorista no puede tener la risa renco-rosa de las gentes de mentalidad simplista deltipo de Julio Valles o de Luis Veuillot.
Respecto a la cosa representada, hombres,sociedad, etc., el satrico tiende a dividir el
mundo en buenos y malos o en gente de po-ca buena y de poca mala, el humorista me-nos aficionado a divisiones histricas y mora-les, tiende a encontrar bueno y malo, todo
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO IO7
revuelto, en todos los hombres y en todos lospases.
No somos la mayora de los hombres as,mitad buenos, mitad malos, medio cristianos,medio paganos, mitad hombres, mitad bestiascomo los centauros?
El humorista no creara a Ariel todo espri-
tu y a Caliban todo barbarie; hara un Ariel
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Caliban mixto de ambos.Que la stira no es el humorismo, se com-
prueba con casos, por ejemplo el de Voltaire,que siendo el mayor satrico de los tiemposmodernos, no tuvo rasgos de humor. En lhaba demasiado ingenio para que se notasela naturaleza.
El ingenio y la irona no se pueden iden-tificar con el humorismo; la irona es objetiva,ms social, puede tener tcnica; el humorismoes ms subjetivo, ms ideal, ms rebelde a latcnica. La irona tiene un carcter retrico,elocuente; el humorismo se inclina a tomar uncarcter analtico y cientfico.
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XIIl
EJEMPLOS
ESTAS distinciones no bastarn, segura-mente, para sealar qu autores son
humoristas y cules no. Pongamos unos cuan-tos ejemplos al azar: Dickens, Heine, Larra.
Taine, con cierta incomprensin, al hablarde Dickens cita a Hogarth. Dickens no se pa-rece a Hogarth ms que en ser ingls. Dickenses el tipo del humorista sentimental, alegre ytriste, con rpidas alternativas. Hogarth, encambio, es constantemente sombro y mon-tono; es un predicador amargo, pesado, deuna intencin moralista y de un color pobre,triste y feo. Dickens es el prototipo del escritorhumorista, es la Estrella Polar del humorismo.
Taine, al hablar de l, hace una crtica de
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LA CAVERNA DEL HUMORISMO lOQ
los conflictos y de los personajes del nove-lista ingls desde el punto de vista de la lgica
y la verosimilitud.Es como si una ama de llaves prudente
hiciera la crtica de la vida de una santa o deuna aventurera.
El compadre Taine, muy sabio y muy listo,no comprende que la lgica es la p
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