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BARCELONA EN CLAVE
VOLUMEN 1
VOLUMEN 1
BARCELONA EN CLAVE. VOLUMEN 1
© X. Quatregats (seudónimo)
Primera edición: Diciembre de 2019
Editor: Publicación independiente
Diseño de la cubierta y maquetación: J. Prada
Fotografía de la portada: Licencia Creative Commons (CC). Autor desconocido.
Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.
En caso de ser poseedor de los derechos de autor de alguna imagen o fotografía aparecida en esta obra, rogamos nos lo comunique por email a info@quatregats.es indicando sus datos de contacto.
ISBN-10: 1709151919
ISBN-13: 978-1709151910
ÍNDICE
NOTA DEL EDITOR 9
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO 13
ELS QUATRE GATS 133
EL CASO DEL TESORO DE LA GUERRA CIVIL 171
EPÍLOGO DEL VOLUMEN 1 379
EL CASO DEL TESTAMENTO ESCONDIDO (AVANCE) 389
9
NOTA DEL EDITOR
Tenéis en vuestras manos el primer volumen de BARCELONA
EN CLAVE, una serie de libros que recogen los casos en los
que han intervenido cuatro jóvenes barceloneses. En todos
ellos tuvieron que descubrir un lugar de su ciudad que
escondía un secreto. Para conseguirlo, necesitaron resolver
intrincadas pistas, interpretar claves ocultas, desentrañar
textos cifrados, y superar juegos y problemas de todo tipo.
Los protagonistas han expuesto los casos de manera que
podáis poneros en su piel y tratar de resolver los diferentes
enigmas. Con tal fin, antes de que revelen las soluciones,
encontraréis un aviso por si queréis interrumpir la lectura y
poner a prueba vuestras dotes detectivescas.
Debéis tener en cuenta que se han mantenido las fechas en
las que se enfrentaron a cada uno de los casos. Esto no
afecta en absoluto ni a las historias ni a las pistas, pero os
lo comento por si advertís alguna referencia que, vista desde
la actualidad, os pueda resultar desfasada, anacrónica o,
incluso, errónea. De todos modos, al final de cada caso se
relacionan los cambios que se han producido desde que
ocurrieron los hechos.
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A lo largo del libro se muestran fotografías, planos y dibujos,
cuya función es complementar las historias que se relatan.
Os recomiendo que la curiosidad no os lleve a examinar
dichas imágenes antes de leer el texto, pues, si lo hicierais,
descubriríais anticipadamente aspectos relevantes de la
trama, lo que sin duda menguaría el interés de la lectura al
perderse el factor sorpresa.
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EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
Año 2004
Dolors Framis
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EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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1
Nunca olvidaré el juego de pistas al que me enfrenté
en el año 2004, justo cuando acababa de cumplir los
dieciocho años. Ya por entonces era muy aficionada a los
problemas de lógica, a los enigmas y a los juegos de
palabras. Al principio me conformaba con los que iba
encontrando en diarios y revistas, pero me parecían repeti-
tivos y demasiado sencillos. Por ello, más adelante empecé
a navegar por webs especializadas y a consultar libros
relacionados con el tema, buscando enigmas más originales
y problemas más enrevesados. Es por esto que recuerdo
con todo detalle la carta que recibí el 29 de febrero de aquel
año. Cuando la leí, no me lo podía creer. Una empresa había
organizado un juego de pistas y yo había estado seleccio-
nada para participar en él.
Cuando tomamos la decisión de dar a conocer los
casos en los que habíamos intervenido, yo no quería incluir
este juego de pistas en el libro. Sus peculiaridades lo
diferenciaban de los demás casos, y, además en este juego
únicamente participé yo. Pero mis compañeros no estu-
vieron de acuerdo. Argumentaron que el juego encajaba
perfectamente en el libro ya que, como todos los otros casos,
consistía en averiguar un lugar de Barcelona a partir de
una serie de pistas. Además, también esgrimieron que no
era del todo cierto que solo hubiese intervenido yo…
Dolors Framis
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Por todo ello, acabé accediendo a sus pretensiones.
No solo por los motivos que adujeron, sino principalmente
porque el juego era original y atractivo, y las pistas eran
ingeniosas. El caso del concurso misterioso merecía estar
presente en el libro. Además, y pese a sus particularidades,
este juego se podía considerar el origen o precursor de
todos los demás casos que vinieron después.
Recuerdo perfectamente todos los detalles de este
caso a pesar del largo tiempo que ha transcurrido desde
entonces. La sorpresa que tuve al recibir la carta, la emoción
que viví cuando fui resolviendo los diferentes enigmas, el
desenlace… Todo ello ha provocado que los pormenores
del caso hayan quedado grabados de forma permanente
en mi memoria. Aunque quizás lo recuerde especialmente
por otro motivo: este caso hizo que una cuestión de índole
personal, que nunca me había preocupado, empezara a
inquietarme.
Retrocedamos pues, quince años, y situémonos en
la mañana del 29 de febrero de 2004.
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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2
Me despertó el timbre del interfono. Miré el desper-
tador. Eran casi las once de la mañana.
No hacía ni cinco horas que me había acostado. El
día anterior había sido mi cumpleaños. Había cenado con
un grupo de amigos, y después de salir de copas por el
barrio del Born, unos pocos acabamos la noche en una
discoteca que estaba muy de moda. No tenía por costumbre
trasnochar, pero hacía tiempo que quería conocer ese local
del que todos hablaban y al cual no había podido acudir
hasta entonces puesto que el acceso solo estaba permitido
a los mayores de edad.
El timbre volvió a sonar. Supuse que mi madre no
estaría en casa, así que me levanté de la cama y fui hasta
el interfono. Una voz que parecía corresponderse con la de
un chico joven me manifestó que traía un sobre para Dolors
Framis Sánchez. Me pareció algo extraño que me trajeran
personalmente una carta, y más siendo domingo, pero
enseguida pensé que podía tratarse de alguna tarjeta de
felicitación que llegaba con un día de retraso o, incluso, de
algún regalo inesperado. Dieciocho años no se cumplían
todos los días. Así que le abrí confiadamente la puerta del
portal.
El chico que traía el sobre llevaba el uniforme de
una empresa de mensajería. Era un joven pelirrojo algo
Dolors Framis
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regordete que aparentaba tener dos o tres años más que yo.
El sobre iba dirigido a mi nombre y en el remite solo
constaban las palabras Leap Year. Tuve la intuición de
que contendría algo especial. Sabía que Leap Year signifi-
caba ‘año bisiesto’ en inglés, y ese día era precisamente 29
de febrero. Así que lo abrí con gran curiosidad. Y cierta-
mente, la carta que había dentro del sobre confirmó del todo
mis presagios.
Os transcribo a continuación el contenido literal de
la carta, la cual estaba encabezada por un extraño símbolo
(que luego descubrí que era el logotipo de la empresa que
remitía la carta: una ‘L’ y una ‘Y’ entrelazadas).
Soy Isabel Masclets, directora comercial de Leap Year,
una empresa de reciente creación dedicada a la pro-
ducción audiovisual, gestión de espectáculos y otras
actividades relacionadas con el ocio y el entreteni-
miento. Con el fin de darnos a conocer, hemos puesto
en marcha una serie de actividades dirigidas a grupos
concretos de potenciales clientes o colaboradores. Uno
de los grupos al que queremos dedicar una atención
especial es el compuesto por los jóvenes que acabáis
de alcanzar la mayoría de edad, y una de las activi-
dades que hemos organizado para vosotros es un original
juego en el que el premio para el ganador consiste en
un viaje a Nueva York para dos personas.
Eres una de las cien personas que hemos seleccionado
para participar en este concurso. La elección la hemos
hecho entre todos los chicos y chicas de la ciudad de
Barcelona que tenéis un buen expediente escolar y que
habéis cumplido los dieciocho años en enero o en
febrero de este año.
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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El juego consiste en averiguar un lugar de Barcelona a
partir de las pistas que encontrarás en una carta que
recibirás en los próximos días. Si descubres la solución,
deberás presentarte en dicho lugar a las 20:00 horas
del sábado 3 de abril. Podrás acudir solo/a o acompa-
ñado/a de otra persona.
Allí se celebrará un acto donde se servirán bebidas y un
piscolabis, y durante el cual sortearemos varios premios
entre todos los que os presentéis (entradas gratis para
conciertos y otros regalos de empresas colaboradoras).
Asimismo, queremos aprovechar este encuentro para
conocer mejor las inquietudes y las preferencias de
jóvenes de tu edad. Seguro que eso nos servirá para
canalizar mejor nuestros productos y nuestros servicios.
Solo por el hecho de acudir al lugar incógnito demos-
trarás que has resuelto el enigma y que has descubierto
la solución del juego. Pero como esta solución se puede
averiguar descifrando únicamente alguna de las pistas,
hemos decidido otorgar un premio especial a quien sea
capaz de encontrar y de resolver todas las claves
incluidas en la carta. Este premio es un viaje a Nueva
York de quince días para dos personas en un hotel de
cinco estrellas.
Por ello, si quieres optar a este premio especial, no solo
deberás acudir al lugar incógnito a las 20:00 horas
del día 3 de abril de 2004, sino que, además, deberás
presentar un escrito o memoria que contenga una lista
de todas las pistas que se incluyen en la carta y una
explicación pormenorizada de su relación con la solu-
ción. Un jurado designado para tal finalidad estudiará los
escritos presentados y, al finalizar el acto, proclamará
el ganador del viaje.
Dolors Framis
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Si estás interesado/a en participar en este juego, deberás
comunicárnoslo antes del viernes llamando al teléfono
que tienes al final de la carta. En el caso de contar con tu
confirmación, en los próximos días recibirás una nueva
carta con las pistas.
No os podéis imaginar la ilusión que me hizo recibir
esa carta. Como os he dicho, me encantaban los juegos de
pistas. Pero es que, además, uno de mis mayores deseos era
conocer Nueva York. También me alegró que me hubiesen
seleccionado por mis buenas notas y, según decía la carta,
solo habían escogido a jóvenes que hubiesen cumplido los
dieciocho años en los meses de enero o febrero, por lo que,
si hubiese nacido solo un día más tarde, no me hubiesen
podido elegir.
Sin embargo, a medida que pasaban los minutos me
fui desilusionando. Había que ser realista. Por muy aficio-
nada que fuese a los juegos de ingenio, no tenía ninguna
garantía de resolver el enigma ni, menos aún, de desentrañar
todas las pistas. Y el hecho de que un jurado decidiese
finalmente el ganador permitía que el juego estuviese
amañado. Es más, era muy posible que esa supuesta
promoción persiguiese otros fines, como realizar una espe-
cie de encuesta o simplemente tratar de vender algo a las
personas que asistiéramos.
Estaba comprobando en internet la información que
había en la red de la empresa Leap Year cuando llegó mi
madre.
—Mamá, mira qué carta me han traído. Me han
seleccionado para participar en una especie de concurso…
—¿Y la han traído aquí a casa? —Mi madre arrugó
la frente en señal de extrañeza—. ¿Hoy domingo? A ver,
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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deja que la vea.
Le entregué la carta, y tras leerla por encima, mi
madre dijo:
—No sé, la carta parece seria, pero podría ser una
estratagema para vender algo.
—Eso he pensado yo también.
—Sí, esto lo suelen hacer algunas editoriales; te
citan en un hotel para regalarte una cafetera y acabas
comprando una enciclopedia que vale diez veces más. O
peor aún, recuerda que a la vecina del primero le tocó no
sé qué, y cuando fue a buscar el premio le convencieron
para comprar un apartamento que solo podía usar unas
semanas.
—Pero no creo que solo busquen vendernos algo.
Los que vamos a ir somos jóvenes de dieciocho años… ya
contarán con que probablemente tengamos pocos recursos.
—Sí, pero también sugieren que vayáis acompa-
ñados. Y suerte de eso, ya que si resuelves el juego yo iré
contigo. No te voy a dejar ir sola. No sé… pero una empresa
de espectáculos interesada en chicas jovencitas... da un
poco de mal rollo… A ver si están buscando bailarinas
para trabajar en discotecas… O actrices porno o algo así…
—Ja, ja, mamá, que exagerada eres. Además, mira
—le dije mostrándole la pantalla del ordenador—. He
encontrado la página web de la empresa Leap Year. Parece
una empresa normal y seria, aunque no explica con
detalles a qué se dedica. Tampoco he visto ninguna otra
página que hable de dicha empresa.
—Eso es lógico; piensa que en la carta dicen que la
empresa la acaban de abrir —argumentó mi madre.
—Bueno, has dicho que me acompañarás. O sea, que
te parece bien que participe, ¿no? A mí me encantaría…
—Claro. No hay nada que perder. No vamos a dejar
Dolors Framis
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pasar esta oportunidad. Estoy segura de que tú eres capaz
de resolver el juego. Además, no paras de hablar de la ilusión
que te haría ir a Nueva York… Mira, voy a llamar al teléfono
que se menciona en la carta, y si no veo nada raro, les
confirmo tu participación. ¿O prefieres llamar tú?
—No, mejor hazlo tú. No creo que te contesten hoy
domingo, aunque veo que el teléfono de la carta no es el
mismo que aparece en la página web.
—Salgamos de dudas —dijo mi madre cogiendo el
teléfono.
Tras activar el altavoz, marcó el número que figuraba
en la carta y al cabo de pocos segundos le contestó una
mujer muy amable que dijo ser la propia Isabel Masclets.
Mi madre le hizo varias preguntas, la mayoría innecesarias,
pues las respuestas ya figuraban en la carta. Isabel contestó
a todas ellas con aplomo y seguridad, lo cual nos inspiró
mucha confianza. Así que, antes de despedirse, mi madre
le confirmó que Dolors Framis Sánchez deseaba participar
en el concurso.
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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3
También había convenido con mis compañeros que
limitaríamos al máximo las referencias a nuestra vida
privada. Pero, antes de seguir adelante con la exposición
del caso, os voy a hablar de mi madre y de la relación que
tenía con ella, pues tiene que ver con algo que os he
explicado antes: esa cuestión de índole personal que nunca
me había preocupado, pero que empezó a inquietarme a
raíz del juego de pistas.
Quizás os haya llamado la atención que en el capítulo
anterior no haya hecho mención de mi padre ni de ningún
hermano. La razón es muy sencilla. Era hija única. Y era
hija de madre soltera.
Mi madre, Elvira Sánchez Framis, en el momento de
inscribirme en el Registro Civil decidió imponerme sus
apellidos, pero invirtiendo el orden. Yo nací el 28 de febrero
de 1986, y en la partida de nacimiento figuraba un tal
Tomás en la casilla del padre. Pero era una designación
que no significaba nada y que no tenía ningún efecto:
simplemente la normativa exigía que constara algún padre,
aunque fuese un nombre inventado. Según me había
explicado mi madre, se quedó embarazada muy joven
mientras estaba de vacaciones en el cabo de Gata, donde
se lio con un hippie escocés que también estaba de paso,
y con quien no tuvo ningún otro contacto. Si hubiese
Dolors Framis
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tenido interés en localizarlo para comunicarle que iba a
ser padre, no habría sabido cómo hacerlo. La sinceridad
siempre había sido uno de los rasgos de mi madre y me
había explicado sin rubor que lo primero que pensó fue en
no seguir adelante con el embarazo. Mi madre tenía entonces
diecinueve años, se había independizado de sus padres
hacía unos meses, y aunque trabajaba de dependienta en
una tienda de ropa del barrio, eso solo le permitía pagar el
alquiler de un piso compartido y poco más. La perspectiva
de criar un hijo ella sola no era muy alentadora. Pero a los
pocos días de enterarse de que se había quedado embara-
zada, le tocó un importante premio en la lotería que le hizo
replantearse la situación. Parecía cumplirse el dicho de
que el bebé venía con un pan debajo del brazo. Mi madre
lo interpretó como una señal. Si el destino le había traído,
casi simultáneamente, el embarazo y el premio, tenía que
aceptar ambos. Así que decidió no abortar. Dejó además el
trabajo como dependienta e invirtió parte del premio en
montar una tienda de ropa de segunda mano que funcionó
muy bien, hasta el punto de que a los pocos meses decidió
comprarse un piso: un pequeño ático en la avenida de la
Mare de Déu de Montserrat, en el barrio del Guinardó de
Barcelona, donde seguíamos viviendo en el año 2004.
Destinó a ello el resto del premio de la lotería, de tal modo
que el préstamo hipotecario que tuvo que pedir para
adquirir el piso no fue muy elevado.
A pesar de su juventud, mi madre demostró tener
gran iniciativa empresarial, pues ella sola consiguió crear
un pequeño entramado de negocios que nos ha permitido
llevar una vida cómoda, sin lujos, pero sin carencias.
Según me había ido contando, poco después de comprar
el piso abrió más establecimientos en diferentes barrios de
Barcelona y, más adelante, creó una franquicia de tiendas
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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de arreglo de ropa que también funcionó muy bien. Los
beneficios obtenidos le permitieron cancelar en pocos años
la hipoteca del piso. Y fue entonces cuando decidió embar-
carse en lo que realmente más le gustaba: la elaboración
de prendas de diseño propio de carácter alternativo. Montó
un pequeño taller en un local cercano, y la idea resultó un
éxito, puesto que sus creaciones tuvieron una gran acepta-
ción, y aún la seguían teniendo, debido a la originalidad
de los diseños y, sobre todo, a los precios muy ajustados.
La relación que mantenía con mi madre era fenome-
nal. El hecho de que me criara ella sola y la poca diferencia
de edad —aún le faltaban años para cumplir los cuarenta—
habían contribuido a que siempre hubiésemos estado muy
unidas. Por tal motivo, no supe cómo reaccionar cuando
me asaltaron las dudas en torno a algunas de las cosas
que me había contado.
Pero ya volveremos sobre ello más adelante. Centré-
monos de nuevo en el juego de la empresa Leap Year.
Dolors Framis
26
4
Decidí que, de momento, no explicaría a nadie que
me habían seleccionado para el juego de la empresa Leap
Year. Sobre todo, no quise comentarlo con mis compañeros
de clase. Yo estaba estudiando entonces segundo de bachi-
llerato en un instituto del barrio, y no era la única del
curso que había cumplido los dieciocho años en enero o
febrero. Pensé que quizás otros compañeros también
habrían sido escogidos y que, en ese caso, podría gene-
rarse una peligrosa competitividad de la que no quería ser
partícipe. Y en caso de haber sido la única seleccionada,
sin duda sería centro de las envidias de los demás si lo
explicaba, y eso también lo quería evitar.
Ni siquiera se lo conté a Roger Alavedra, quien
cumpliría los dieciocho años en el mes de abril y con quien
me unía una profunda amistad. Nos conocíamos desde
pequeños, pues vivíamos a pocas manzanas, y siempre
habíamos ido a la misma clase. Nos llevábamos tan bien
que todos los que nos rodeaban siempre estaban
bromeando acerca de nuestra relación augurando que en
un futuro nos casaríamos. Pero solo éramos amigos.
Además, Roger estaba saliendo con Ainhoa, una chica que
había conocido el verano pasado.
Roger era un chico alto y bien parecido, inteligente
y con unas inquietudes culturales impropias de un joven
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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de su edad. Era un gran apasionado de la historia de
Barcelona, y de sus monumentos y sus personajes. Desde
hacía años tenía claro que quería ser periodista. Yo, en
cambio, aún no había decidido qué carrera cursar. Era
buena estudiante, y sobresalía en casi todas las materias,
pero mi verdadera pasión eran las lenguas: dominaba a la
perfección el inglés y el francés, además del castellano y el
catalán, y hacía poco que había empezado a estudiar
alemán. Suponía que acabaría dedicándome a la docencia,
pero la idea no me entusiasmaba.
Roger y yo compartíamos, además, la misma afición
por los juegos de lógica e ingenio. Por eso, cuando el lunes
coincidimos en clase, me supo mal no revelarle el contenido
de la carta que había recibido el día anterior. Pero me
mantuve en lo que había decidido. No le diría nada, al
menos hasta que no recibiese las pistas, pues albergaba
la duda de que tras esa comunicación de Leap Year pudiese
esconderse un engaño o una broma.
Esta sospecha se fue acrecentando al ver que los
días iban pasando y que la nueva carta no llegaba. Si lo
del concurso iba en serio, ese retraso no tenía ningún
sentido. Las pistas ya debían de estar preparadas, y lo
lógico era que las enviaran a los participantes cuanto antes,
pues no quedaba mucho tiempo para el 3 de abril. Estuve
tentada de llamar al teléfono que figuraba en la carta inicial,
pues recordaba la amabilidad con la que Isabel nos había
atendido, pero no quería mostrar una impaciencia fuera
de lugar. Decidí esperar hasta la semana siguiente.
La incertidumbre desapareció el domingo 7 de marzo.
Nuevamente fue el gordito pelirrojo de la empresa de men-
sajería quien me trajo un sobre a casa. Lo abrí con tanta
prisa que casi rompí la única hoja que había en su interior.
Lo que decía la carta era literalmente esto:
Dolors Framis
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Solucionar este excitante y nuevo enigma no va a ser
coser y cantar. Aunque te aseguramos que te será más
útil lo segundo que lo primero. También te recomen-
damos que tomes nota de todo, hasta de lo que pueda
parecer más insignificante o más irrelevante.
Las siguientes pistas hacen referencia al lugar al que
tienes que acudir a las 20:00 horas del día 3 de abril
de 2004, el cual no existiría sin ‘O.T.’ y sin ‘Mar i cel’.
Este lugar se encuentra junto a una plaza, y si te alejas
de allí 4,4 kilómetros, podrás ver el nombre de esta
plaza escrito en el suelo, aunque quizás no te des cuenta
si lo pisas. En el lugar incógnito no habrías podido
entrar cuando eras menor de edad, y ahora allí no queda
nada del auténtico barrio chino. Para ir a este lugar has
de remontarte al año en que nació Jesucristo o, mejor
dicho, al año en que debería haber nacido (pues es un
poco raro nacer antes de la propia fecha de naci-
miento).
Sitúate ahora en el día en que naciste. Poco tiempo
después de esa fecha salió a la luz, muy lejos de España,
un acontecimiento que había ocurrido en Barcelona la
primavera del año anterior. Esta pista es importante
puesto que el lugar que tienes que descubrir guarda
relación con este acontecimiento.
Dos pistas más relacionadas con este acontecimiento.
1) El protagonista habitual no vino a Barcelona, sino
que en su lugar vino otro que normalmente estaba más
cerca, aunque había nacido un poco más lejos. 2) El
protagonista habitual no era belicoso ni impulsivo,
aunque tuvo una vida muy movida y conoció a muchas
personas, incluso a unos ángeles.
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
29
Si las pistas contenidas en cada párrafo no te han sido
suficientes, has de saber que en el texto existe otra
pista. Parece muy escondida, pero es lo primero que se
ve.
Miss Liberty is expecting you. Recuerda que si descu-
bres todas las pistas que se esconden en este texto
pronto podrás estar paseando por Broadway y por la
Quinta Avenida. Y no te hemos citado estas calles
porque sean las más conocidas de Nueva York, aunque
probablemente lo sean.
Leí la carta rápidamente, y al acabar la volví a leer
con más calma. Ya no tuve ninguna duda de que la cosa
iba en serio. Nadie se habría tomado la molestia de elaborar
las dos cartas, y hacérmelas llegar personalmente, para
gastarme una simple broma. Y el propio redactado de las
pistas indicaba que se trataba de un juego bien elaborado
y trabajado. Si lo que pretendía Leap Year era simplemente
atraer gente para venderles sus productos o para hacerse
publicidad, sin duda habrían optado por un juego más
elemental.
No me iba a ser fácil resolver el enigma, y menos
aún, descubrir todas las pistas que se escondían en la
carta. Pero eso era lo que esperaba y lo que en el fondo
deseaba. Me gustaban los retos, y si el juego hubiese sido
muy sencillo me habría decepcionado. Como intuí que iba
a necesitar horas para encontrar la solución, decidí apro-
vechar el resto de la mañana para estudiar, con la intención
de dedicarme al juego después de comer. Sería una manera
apasionante de pasar la tarde del domingo.
Dolors Framis
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5
Tras comer y tomarme un buen café, me encerré en
mi habitación con mi ordenador dispuesta a resolver el
enigma. Leí otra vez la carta, con mayor detenimiento. Lo
que pude apreciar es que la carta estaba repleta de muchas
pistas, pero que ninguna de ellas era, ni mucho menos,
fácil de descifrar. Al contrario, se trataba de pistas que
parecían rebuscadas y que estaban redactadas de tal
manera que su interpretación se hacía complicada. Pero
en modo alguno me desanimé. Lejos de ello, me propuse
afrontar el reto con serenidad y paciencia, y de forma
metódica.
Decidí analizar en profundidad toda la carta, párrafo
por párrafo.
Solucionar este excitante y nuevo enigma no va a ser
coser y cantar. Aunque te aseguramos que te será más
útil lo segundo que lo primero. También te recomen-
damos que tomes nota de todo, hasta de lo que pueda
parecer más insignificante o más irrelevante.
El primer párrafo parecía contener un simple consejo
o advertencia. Debía fijarme bien en el contenido de la
carta, ya que cualquier cosa, por irrelevante o superflua
que pareciese, podía ser una pista. Y ello era muy impor-
tante ya que el juego no consistía solo en averiguar el lugar
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
31
secreto, sino que también tenía que encontrar todas las
pistas escondidas en la carta y descifrarlas debidamente.
Pero este primer párrafo no solo contenía este consejo, sino
que parecía decir que me iba a ser más útil cantar que
coser, lo que interpreté como que el lugar misterioso o la
resolución del enigma podrían estar relacionados con el
mundo de la música, lo que se correspondía con una de
las actividades de la empresa Leap Year.
Las siguientes pistas hacen referencia al lugar al que
tienes que acudir a las 20:00 horas del día 3 de abril
de 2004, el cual no existiría sin ‘O.T.’ y sin ‘Mar i cel’.
Este lugar se encuentra junto a una plaza, y si te alejas
de allí 4,4 kilómetros, podrás ver el nombre de esta
plaza escrito en el suelo, aunque quizás no te des cuenta
si lo pisas. En el lugar incógnito no habrías podido
entrar cuando eras menor de edad, y ahora allí no queda
nada del auténtico barrio chino. Para ir a este lugar has
de remontarte al año en que nació Jesucristo o, mejor
dicho, al año en que debería haber nacido (pues es un
poco raro nacer antes de la propia fecha de naci-
miento).
El segundo párrafo era el más largo de la carta y
contenía varias pistas. Todas ellas se referían al lugar
incógnito, es decir, al lugar al que debía acudir el día 3 de
abril de 2004. Decidí analizarlas minuciosamente.
Las siguientes pistas hacen referencia al lugar al que
tienes que acudir a las 20:00 horas del día 3 de abril
de 2004, el cual no existiría sin ‘O.T.’ y sin ‘Mar i cel’.
La primera referencia al lugar incógnito era que el
mismo no existiría sin ‘O.T.’ y sin ‘Mar i cel’. OT eran
las siglas con las que se conocía popularmente el programa
Dolors Framis
32
de Televisión Española Operación Triunfo, destinado a
descubrir nuevos cantantes, y cuya tercera edición había
finalizado hacía pocas semanas. Y gracias a la Wikipedia
averigüé que Mar i cel era una obra teatral de Àngel
Guimerà, pero que también era el nombre del musical que
el grupo Dagoll Dagom puso en escena en el año 1988,
basándose en dicha obra; dicho musical había sido un
gran éxito de público y precisamente estaba previsto que
se repusiera después del verano en el Teatro Nacional de
Catalunya, por lo que pensé que lo más probable era que
la pista se refiriera al musical y no a la obra de Guimerà.
Lo único que deduje de todo ello fue que el lugar incógnito
debía tener alguna relación con el mundo del espectáculo
(precisamente una de las actividades de la empresa que
organizaba el concurso).
Este lugar se encuentra junto a una plaza, y si te alejas
de allí 4,4 kilómetros, podrás ver el nombre de esta
plaza escrito en el suelo, aunque quizás no te des cuenta
si lo pisas.
Esta pista parecía fácil de interpretar, salvo que
escondiera algo diferente de lo que literalmente decía. El
nombre de una plaza situada cerca del lugar secreto se
encontraba escrito en el suelo a 4 kilómetros y 400 metros
de la referida plaza. Pensé en qué palabras se pueden
encontrar escritas en el suelo de una ciudad, y me vinieron
a la mente varias posibilidades: indicaciones relacionadas
con el tráfico o con los transportes públicos, las palabras
que aparecen en las tapas de acceso a las líneas de sumi-
nistros, etc. Pero no podía tratarse de eso, ya que esas
palabras se repetirían en múltiples zonas de la ciudad, y
la pista decía que el nombre de la plaza estaba escrito en
un lugar situado a una distancia concreta. Tenía que ser
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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algo más específico. Pensé entonces en las placas que el
Ayuntamiento ha colocado en la entrada de algunos
establecimientos o tiendas de interés histórico, o en las
inscripciones situadas, en el pavimento, junto a algunos
monumentos.
De todos modos, lo que más me llamaba la atención
era el inciso final de la frase, ya que daba a entender que,
aunque el nombre estaba escrito en el suelo, no era fácil
darse cuenta si uno lo pisaba. ¿Significaría que quedaba
oculto por algo? ¿O quería indicar que era difícil de leer
porque estaría medio borrado? Estuve unos minutos
estrujándome la cabeza, pero no saqué nada en claro, así
que decidí dejar aparcada esa pista de momento. Si no
lograba descubrir el lugar incógnito a través de las otras
pistas, no tendría más remedio que hacer una lista con
todas las plazas de Barcelona y deducir el nombre de cuál
de ellas podría estar escrito en el suelo a 4 kilómetros y
400 metros. Parecía una tarea laboriosa, y confié en no
tener que realizarla.
En el lugar incógnito no habrías podido entrar cuando
eras menor de edad, y ahora allí no queda nada del
auténtico barrio chino.
Esta frase contenía dos pistas que me parecieron
mucho más relevantes. Intuí que serían las que con más
probabilidad me podrían llevar a descifrar el enigma.
La primera pista decía que en el lugar misterioso no
habría podido entrar cuando era menor de edad, por lo que
inmediatamente deduje que tenía que tratarse de un lugar
prohibido a los menores. Como se daba la circunstancia
de que el próximo día 3 de abril todos los participantes en
el juego ya seríamos mayores de edad —puesto que, según
la carta inicial, habían escogido a jóvenes nacidos en enero
Dolors Framis
34
o febrero de 1986—, en esa fecha ya podríamos acceder
todos al referido lugar, por lo que me convencí de que esa
era la interpretación correcta.
Lo primero que me vino a la cabeza fue que el lugar
incógnito debía ser una discoteca, pues sería un sitio idóneo
para hacer la reunión de ese día, máxime dedicándose
Leap Year al mundo del ocio y del espectáculo. Aunque
algunas discotecas permitían la entrada a mayores de
dieciséis años, otras —como a la que había acudido el fin
de semana pasado— exigían la edad mínima de dieciocho
años para poder acceder. Incluso había locales que esta-
blecían un mayor límite de edad, o que fijaban edades
diferentes para las chicas que para los chicos, amén
de que también existían las denominadas discotecas de
juventud, dirigidas a adolescentes. Por tanto, si el lugar
incógnito era una discoteca, tenía que ser una donde, de
modo taxativo, el acceso estuviese limitado a los mayores
de dieciocho años. Averiguar este dato con relación a todas
las discotecas de Barcelona no iba a ser una tarea fácil.
Se me ocurrió entonces que la solución podía ser
algún establecimiento relacionado con el mundo del ero-
tismo o de la pornografía (un sex shop, un prostíbulo o un
local de espectáculos pornográficos como la famosa sala
Bagdad de la calle Nou de la Rambla), pues en estos casos
el límite de edad no admitía dudas. Pero enseguida deseché
esa posibilidad. Sería raro que una empresa que buscaba
promocionarse, concretamente entre jóvenes que acababan
de cumplir la mayoría de edad, escogiese un lugar de estas
características.
Seguí pensando y enseguida caí en que había otro
tipo de locales prohibidos a los menores de edad: las salas
de juego. Estaba segura de que tendría que tratarse de
eso: un bingo, un salón de máquinas tragaperras o un
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
35
establecimiento similar. De todos modos, no me parecían
locales apropiados para celebrar el acto de Leap Year.
Entonces me vino a la cabeza la solución más evidente: ¡el
casino! Aunque me parecía demasiado fácil, la solución al
enigma podía ser perfectamente el Gran Casino de Barce-
lona, ya que este sí que era un lugar idóneo para acoger
una gala o convención. Dicho local, situado en la zona del
Puerto Olímpico, se había inaugurado hacía pocos años,
tras derogarse la normativa que prohibía los casinos en
zonas metropolitanas —lo que provocó el cierre del anterior
casino de Barcelona, ubicado en una señorial finca del
municipio de Sant Pere de Ribes—. Miré en el plano que la
plaza más cercana al casino era la plaza de los Voluntaris
Olímpics y creí estar en la línea correcta, ya que no sería
raro que la palabra ‘Olímpics’ pudiese estar escrita en el
suelo a 4,4 kilómetros de distancia, pues los Juegos Olím-
picos de 1992 habían dejado huella en diversas zonas de
la ciudad.
La segunda pista decía que en el lugar incógnito no
queda nada del auténtico barrio chino. La palabra
auténtico era lo que más me intrigaba, ya que si bien en
otros países se denominaba barrio chino (Chinatown) a la
zona de una ciudad donde se concentraba la población
de origen chino o de Asia Oriental, en Barcelona se le
había dado otro sentido: el barrio chino era el nombre con
el que, durante gran parte del siglo pasado, se conoció
popularmente el barrio del Raval —que no se distinguía
precisamente porque allí viviesen muchos chinos—. La
única similitud que cabría encontrar entre el barrio del
Raval y los barrios chinos de otras ciudades era que
normalmente estos se caracterizaban por ser zonas pobres
y marginales, y el barrio del Raval, al menos en la época
en que se le dio ese sobrenombre, era también una zona
Dolors Framis
36
bastante degradada, en la que abundaban locales de pros-
titución, pensiones baratas, y tabernas de mala reputación,
pudiendo considerarse como los bajos fondos de la ciudad.
Por eso, la utilización en la pista de la expresión auténtico
barrio chino me desconcertaba, pues no sabía si se estaba
refiriendo al barrio del Raval o alguna otra zona que, por
la razón que fuese, mereciese tal calificativo. De todos
modos, la pista daba a entender que el barrio chino (cual-
quiera que fuese su sentido) ya había desaparecido, con lo
que quizás lo que tenía que buscar era alguna zona del
Raval (o del auténtico barrio chino) que hubiese sido
objeto de rehabilitación o mejora. No sabía cómo relacionar
esto con la posibilidad de que la solución al juego fuese el
Gran Casino de Barcelona, pero entonces descubrí que,
antes de la transformación de la fachada litoral como
consecuencia de los Juegos Olímpicos de 1992, la zona
donde ahora se ubicaba el casino, había sido una zona
degradada, y que, mucho antes, en una parte de la playa
cercana al casino, había existido el popular barrio de
barracas conocido como el Somorrostro.
Para ir a este lugar has de remontarte al año en que
nació Jesucristo o, mejor dicho, al año en que debería
haber nacido (pues es un poco raro nacer antes de la
propia fecha de nacimiento).
La última pista del párrafo hacía referencia al año de
nacimiento de Jesucristo y me pareció fácil de interpretar…
aunque no sabía qué podía esconder. Según consulté en
internet la mayoría de historiadores situaban el nacimiento
de Jesús en el año 4 antes de Cristo, lo que evidentemente
era una incongruencia, y a ello se debía referir la pista, ya
que lo lógico, si se enumeran los años a partir del naci-
miento de Jesucristo, era que este hubiese nacido en el
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
37
año 0, o como el año 0 no existió, en el año 1 después de
Cristo. La clave debía estar, pues, en el número 1 o en el
ordinal ‘primero’. O quizás en el número 4 o en la palabra
‘cuarto’.
También barajé la posibilidad de que la pista se
refiriera a las iniciales ‘a. C.’ o ‘d. C.’ (antes de Cristo,
después de Cristo), pero había muchos lugares de Barce-
lona que se podían relacionar con las mismas. Las iniciales
‘a. C.’ podrían corresponderse con la avenida de la Catedral,
o con cualquier avenida que empezase con la letra ‘C’ (o
también con algún albergue o unos apartamentos que
comenzasen por dicha letra) y las iniciales ‘d. C.’ podrían
referirse a alguna discoteca que comenzase por ‘C’. Además,
había varias calles y plazas con esas iniciales (Alfons
Comín, Almirall Cervera, Assemblea de Catalunya, Álvaro
Cunqueiro, Doctor Carulla, Dalmau de Creixell, etc.).
Volví a considerar que el lugar incógnito fuese el Gran
Casino de Barcelona, pues la palabra ‘casino’ empezaba
con la letra ‘C’. Sin embargo, no encontré ninguna palabra
que comenzase con ‘a’ o ‘d’ que pudiera relacionarla con
este local, salvo la palabra ‘actual’. Todo ello me parecía
un poco forzado, pero se daba la circunstancia de que el
actual casino (a. c.) también se podía ligar con el número
4, ya que había abierto en julio de 1999, es decir, hacía
cuatro años y algunos meses.
Sitúate ahora en el día en que naciste. Poco tiempo
después de esa fecha salió a la luz, muy lejos de España,
un acontecimiento que había ocurrido en Barcelona la
primavera del año anterior. Esta pista es importante
puesto que el lugar que tienes que descubrir guarda
relación con este acontecimiento.
El tercer párrafo decía que, poco tiempo después de
Dolors Framis
38
la fecha en que nací —yo había nacido el 28 de febrero
de 1986—, salió a la luz, muy lejos de España, un
acontecimiento —relacionado con el lugar incógnito—
que había ocurrido en Barcelona la primavera del año
anterior. Daba por sentado que todos los participantes en
el juego contaríamos con las mismas pistas, y que todos
habríamos recibido la misma carta, por lo que me extrañó la
existencia de esa pista que parecía referida especialmente
a mi persona; pero, enseguida caí que, según la primera
carta, todos los participantes habíamos nacido en enero o
en febrero de 1986, por lo que deduje que la pista sería la
misma para todos y que, por tanto, la fecha exacta de mi
nacimiento no podía ser relevante, sino que lo importante
debía ser la fecha aproximada. Así pues, y de acuerdo con
el tenor literal de la pista, tenía que averiguar un aconteci-
miento ocurrido en Barcelona en la primavera de 1985,
pero que había salido a la luz —muy lejos de España—
poco tiempo después de febrero de 1986. La expresión
poco tiempo después era ciertamente ambigua, pero
deduje que con la misma los creadores del juego querían
indicar un momento situado uno o varios meses después
de que yo naciera (pues, de tratarse de un período más
corto o más largo, seguramente habrían utilizado otros
términos). Aunque esta indeterminación me impedía
afirmarlo con seguridad, decidí, para facilitar mis futuros
cálculos, y aun sabiendo que me podía equivocar en unos
meses, que entre la fecha del acontecimiento —ocurrido
en la primavera de 1985— y su ‘salida a la luz’ habría
transcurrido un año aproximadamente.
Dediqué más de media hora a tratar de encontrar este
acontecimiento. Incluso consulté los diarios de esas fechas.
Pero concluí que iba a ser muy difícil resolver el enigma
partiendo de esta pista, ya que los acontecimientos ocurridos
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
39
en Barcelona en la primavera de 1985 eran centenares. De
todos modos, debía tratarse de algún hecho más o menos
excepcional, y que hubiese ocurrido únicamente en
Barcelona, por lo que, por ejemplo, había que descartar la
huelga general —la primera estando los socialistas en el
poder— del 20 de junio de 1985. Lo que me parecía más
relevante era el dato de que lo ocurrido en la primavera de
1985 había salido a la luz aproximadamente un año
después. ¿Qué podía significar eso? Me vinieron a la mente
diversas ideas. ¿Algo que ocurrió en la primavera de 1985
pero que pasó desapercibido o era secreto en su momento,
y se descubrió en 1986? ¿Una película rodada en Barcelona
en la primavera de 1985 pero que se estrenó al año
siguiente? ¿El inicio de unas obras que finalizaron un año
después? ¿O la construcción de algo que tardó un año en
inaugurarse? La verdad es que por el momento estaba
completamente perdida con relación a esta pista.
Dos pistas más relacionadas con este acontecimiento.
1) El protagonista habitual no vino a Barcelona, sino
que en su lugar vino otro que normalmente estaba más
cerca, aunque había nacido un poco más lejos. 2) El
protagonista habitual no era belicoso ni impulsivo,
aunque tuvo una vida muy movida y conoció a muchas
personas, incluso a unos ángeles.
El cuarto párrafo parecía confirmar que el aconte-
cimiento podía tratarse, efectivamente, del rodaje de una
película, ya que se mencionaba al protagonista. Aunque
también podía referirse a la visita de algún personaje
famoso. Lo que me desconcertaba era que, según la pista,
no vino el protagonista habitual, sino otro que normal-
mente estaba más cerca. Tampoco logré sacar nada en
claro sobre las características del protagonista (que no
Dolors Framis
40
era belicoso ni impulsivo, y que tuvo una vida muy
movida) ya que me parecieron pistas poco específicas. En
el mismo sentido, no conseguí averiguar lo que podía
ocultar la afirmación según la cual conoció a muchas
personas —pues si se trataba de un personaje famoso, eso
no sería nada extraño—. Y la pista de los ángeles era muy
ambigua, pues podía referirse a que alguna de las personas
que había conocido se llamara Ángeles, o que hubiese tenido
tratos con algunas personas muy bondadosas.
Si las pistas contenidas en cada párrafo no te han sido
suficientes, has de saber que en el texto existe otra
pista. Parece muy escondida, pero es lo primero que se
ve.
El penúltimo párrafo decía claramente que había
otra pista escondida en el texto. Lo que me llamó la atención
fue que hiciese esta afirmación después de referirse a las
pistas contenidas en cada párrafo, lo que sugería que
quizás esta pista (que estaba muy escondida, según la
carta) no estuviese en los párrafos. Pero eso no tenía ningún
sentido, ya que en la carta no había nada más que los
párrafos que os he transcrito y que he ido analizando. Y
también me resultaba chocante el final de la pista (la
mención a lo primero que se ve). En el caso de la primera
carta, lo primero que se veía era el logotipo de la empresa
Leap Year en la parte superior, pero esta segunda no contenía
dicho logotipo, de tal modo que lo primero que se veía era la
palabra solucionar que encabezaba el primer párrafo. Tenía
la corazonada de que ahí estaba la clave, pues en definitiva lo
primero que se veía eran las letras que formaban la palabra
‘solución’. Además, la redacción de ese primer párrafo me
pareció un poco forzada pues no me sonaba muy bien que
la frase inicial comenzara con el verbo en infinitivo.
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
41
Miss Liberty is expecting you. Recuerda que si descu-
bres todas las pistas que se esconden en este texto
pronto podrás estar paseando por Broadway y por la
Quinta Avenida. Y no te hemos citado estas calles
porque sean las más conocidas de Nueva York, aunque
probablemente lo sean.
El último párrafo únicamente parecía contener refe-
rencias a la ciudad de Nueva York y al premio que estaba
en juego. Miss Liberty era el nombre con que los americanos
designaban de forma coloquial a la estatua de la Libertad.
Pero, ¿por qué utilizar ese nombre? o ¿por qué emplear
una frase en inglés? Estaba segura de que aquí se escondía
algo, aunque no tenía ni idea de qué se podía tratar. Del
mismo modo, la mención concreta de Broadway y la Quinta
Avenida también parecía ser una pista, tal y como sugería
el propio redactado. Recordé que al inicio de la carta me
recomendaban que tuviera en cuenta todo, hasta lo más
insignificante e irrelevante, así que investigué sobre esas
calles: su numeración, su longitud, su trazado… Pero no
descubrí nada significativo, salvo que eran las más largas
de Nueva York. Trasladé este dato a la ciudad de Barcelona,
donde las calles más largas eran la avenida Diagonal y la
Gran Vía de les Corts Catalanes, y sopesé la posibilidad de
que se tratase de algo relacionado con la plaza de las
Glòries, pues estas dos vías se cruzaban en dicha plaza,
pero tampoco saqué nada en claro.
Dolors Framis
42
6
Aunque este examen inicial de las pistas me llevó
casi tres horas, tenía la impresión de que me encontraba
muy lejos de hallar la solución.
Algunos datos me indicaban que el lugar secreto
podía ser el Gran Casino de Barcelona, pero solo estaría
segura si conseguía descifrar todas las pistas. Por ejemplo,
no tenía ni idea de la relación que podía tener el casino
con ‘O.T.’ y con ‘Mar i cel’. Ciertamente ese local disponía
de sala de fiestas donde se celebraban espectáculos, pero
eso no explicaba de manera suficiente la pista que decía
que el lugar incógnito no existiría sin ‘O.T.’ y sin ‘Mar i
cel’
Sin embargo, estaba totalmente perdida acerca del
acontecimiento que había ocurrido hacía diecinueve años.
Averiguarlo era imprescindible. No solo me podía ayudar a
encontrar el lugar secreto, sino que, además, muchas de
las pistas se referían a dicho misterioso acontecimiento y,
para optar al viaje a Nueva York, tenía que resolverlas
todas.
Decidí tomarme un pequeño descanso, que aproveché
para hacerme un té, y al cabo de veinte minutos volví a
enfrentarme a la carta. Lo hice tratando de seguir un método
que esperaba que fuese eficaz. Muchas de las pistas se
podían interpretar de diferentes maneras, y era probable
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
43
que indicasen algo distinto de lo que parecían apuntar a
primera vista. Esa táctica consistía en examinarlas de nuevo
partiendo absolutamente de cero. Parecía una tarea fácil,
pero no lo era. Tenía que dejar la mente en blanco, y volver
a leer las pistas abstrayéndome totalmente de los descu-
brimientos hechos hasta entonces. Esa era la única manera
de poder adentrarme en sus múltiples significados.
La táctica funcionó, como enseguida veréis.
Empecé por el segundo párrafo de la carta, el que
contenía las pistas relativas al lugar misterioso.
Antes había concluido que la pista de ‘O.T.’ y ‘Mar
i cel’ podía estar aludiendo en general al mundo del
espectáculo. Pero caí entonces que tal vez se estaba refi-
riendo más en concreto al mundo de la música, pues
Operación Triunfo era un programa de televisión en busca
de nuevos cantantes, y Mar i cel era una obra de teatro que
se popularizó masivamente al hacerse el musical de Dagoll
Dagom. De hecho, la expresión coser y cantar contenida
en el primer párrafo, ya me había hecho pensar que la
solución podría tener que ver con la música. Releí entonces
el comienzo de la carta y me detuve en la frase: te reco-
mendamos que tomes nota de todo. Me llamó la atención
que el consejo literal fuera ese (en lugar de decir que me
fijara en todo, o que tuviera en cuenta todo), con lo que
deduje que la utilización de la palabra nota no era casual,
sino que podía ser una clave oculta para referirse a las
notas musicales. No me di cuenta en ese momento de que
esa frase escondía una pista importantísima.
Pero también era posible que se tratara de una
maniobra de distracción de los creadores del juego. ¿Y si
‘O.T.’ fueran unas siglas, pero no se refirieran al programa
Operación Triunfo? Podían corresponder al nombre y apellido
de algún personaje (político, urbanista, mecenas, etc.) que
Dolors Framis
44
hubiese contribuido a la existencia del lugar incógnito.
Debería estudiar con más detenimiento esa línea de inves-
tígación. O podía tratarse de otra cosa (por ejemplo, en
inglés se utilizaban las siglas ‘O.T.’ para abreviar off-topic,
expresión utilizada cuando en una discusión o discurso se
introduce un tema distinto de la cuestión principal). ¿Y si
‘Mar i cel’ no tuviese nada que ver con la obra de teatro
de Guimerà o el musical de Dagoll Dagom? Me sonaba que
en Sitges había un edificio emblemático con ese nombre.
Lo busqué en internet, y descubrí que se trataba del Palau
Maricel, cuyo autor, Miquel Utrillo, era considerado el
creador del Poble Espanyol de Montjuïc —conjunto arqui-
tectónico formado por más de cien edificios a escala real
que reproducían diferentes lugares de España—. O también
podía tratarse de algo relacionado con el nombre Marcel
(por ejemplo, el conocido bar con esa denominación ubicado
en la calle de Santaló de Barcelona).
Empecé enseguida a dudar de mi táctica. Estaba
claro que, cuanto más intentaba descifrar una pista, más
complicada se volvía la tarea, pues aparecían nuevas inter-
pretaciones y nuevas posibilidades de investigación. Pero
no me desanimé. Estaba convencida de que pronto o tarde
el método daría resultados. Y tenía razón.
La pista siguiente era la referida a la plaza cercana
al lugar secreto, cuyo nombre estaba escrito en el suelo a
4,4 kilómetros. La volví a analizar, pero no le encontré
ningún nuevo significado.
En cambio, la pista que venía a continuación me
abrió las puertas a la resolución del enigma.
Hago un alto en la narración para comunicaros que en las
próximas páginas voy a desvelar parte de la solución del
caso, concretamente la relativa a la identificación del lugar
EL CASO DEL CONCURSO MISTERIOSO
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incógnito. Os lo advierto por si deseáis interrumpir la lectura
y tratar de descubrir este lugar. No es tan difícil como puede
parecer. Fijaos sobre todo en el segundo párrafo de la carta
y tened presente la fecha en que ocurrieron los hechos.
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