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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANAUNIDAD IZTAPALAPA
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADESPOSGRADO EN CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS
LUCHA CULTURAL POR LA DIGNIDAD Y LOS DERECHOS HUMANOS.TRANSMIGRANTES MEXICANOS EN CANADA CONTENDIENDO EL
GENERO, LA SEXUALIDAD Y LA IDENTIDAD.
Ofelia Becerril Quintana
Tesis de Doctorado en Ciencias Antropológicas
Director de Tesis: Dr. Luis B. Reygadas Robles Gil
México, D. F. Mayo de 2007
2
I N D I C E
Índice de cuadros y figuras 4Agradecimientos 5Experiencia de una migrante temporal 8Leamington en Ontario 12
Introducción 131. Aproximaciones teóricas a los procesos transnacionales y de género 172. Metodología 423. Estructura del trabajo 44
CAPITULO I. Circuitos migratorios transnacionales de mexicanos en Canadá 47
1.1 Migración legal, temporal y controlada 471.2 Perfil socioeconómico por género 611.3 Circuitos migratorios transnacionales por género 781.4 Leamington: circuito de producción y trabajo transnacional 911.5 Proceso productivo del tomate y relaciones laborales 1031.6 Condiciones de trabajo y de vida 107
Conclusiones parciales 112
CAPITULO II. Políticas laborales de género, exclusión social y luchasculturales por la inclusión en la sociedad canadiense 116
2.1. Estratificación del trabajo temporal por género 1192.2. Sistemas de organización flexible del trabajo 1262.3. Exclusión social y estatus legal no pleno 1312.4. Configurando luchas culturales por la inclusión social 1392.5. Las prácticas y los discursos individuales 1452.6. Las prácticas y los discursos colectivos: las huelgas prohibidas 153
Conclusiones parciales 166
CAPITULO III. Control compulsivo vs resistencia cotidiana: relaciones degénero, sexualidad, productividad y comportamiento social 169
3.1 Disciplina capitalista canadiense y vigilancia productiva compulsiva 1703.2 Políticas restrictivas del cuerpo y de la sexualidad 1823.3 Emergencia de diversas prácticas femeninas y masculinas 1943.4 Resistencia cultural y nuevas formas de sexualidad 2023.5 Sexualidad, cuerpo y poder en el vaivén transnacional 2223.6 Luchas culturales y reconfiguración de la identidad 234
Conclusiones parciales 241
3
CAPITULO IV. Vida Social, identidad y contienda por la dignidad y losderechos humanos 243
4.1 Experiencia cultural entre mexicanos, caribeños y canadienses 2454.2 La otredad entre mexicanos, caribeños y canadienses 2674.3 La identidad transnacional ambigua y liminal 2784.4 Reconfigurando el género, la clase y la etnicidad 2964.5 Contienda por la dignidad y los derechos humanos 3054.6 Futuras direcciones de la contienda transnacional 322
Conclusiones parciales 334
Conclusiones finales 337
Bibliografía 357
Anexos 379
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INDICE DE FIGURAS Y CUADROS
Cuadros1. Jornaleros mexicanos empleados en Canadá por sexo, 1974-2006 502. Jornaleros mexicanos en Canadá por estado de origen, 2000-2006 533. Trabajadores mexicanos empleados por provincia, 1996-2006 554. Distribución de trabajadores por tipo de cultivo, 1996-2006 575. Distribución de trabajadores mexicanos por mes, 1997-2006 596. Edad de los migrantes por sexo 617. Estado civil de los migrantes por sexo 628. Escolaridad de los migrantes por sexo 649. Número de Hijos de los migrantes por sexo, 2002 6510. Dependientes económicos de los migrantes por sexo, 2002 6611. Estatus del trabajador en el programa por sexo 6712. Duración del contrato de trabajo por género, 2006 7413. Ingreso bruto estimado por sexo, 2006 7514. Granjas, cultivos y comunidades de empleo a jornaleras mexicanas, 2001-2003 8015. Circuitos migratorios transnacionales femeninos México-Canadá, 2002, 20068516. Circuitos migratorios transnacionales masculinos México-Canadá, 2002, 2006 Anexo17. Estados de origen y provincias de destino. 2002, 2006 Anexo18. Empleo temporal de trabajadores mexicanos y caribeños, Ontario, 2001-2003 Anexo19. Comunidades de Ontario que emplean migrantes mexicanos, 2001-2003 Anexo20. Operaciones de vegetales de invernadero con más de diez acres, septiembre 2001 9621. Granjas que emplearon a mexicanos y caribeños en Leamington, 200210022. Circuitos migratorios transnacionales México-Leamington, 2002 10323. Trabajadores mexicanos y caribeños por género, 1994-1995, 1997-2002 12124. Trabajadores mexicanos empleados por provincia y género, 2000-2006 12525. Estados y Comunidades de origen de los jornaleros migrantes, 2002 Anexo
Figuras1. Mapa 1 Leamington en Ontario. 122. Gráfica 1. Flujo migratorio de trabajadores mexicanos por sexo, 1990-2006 513. Mapa 2 Circuitos migratorios transnacionales México - Canadá 2006 Anexo4. Mapa 3 Circuitos migratorios transnacionales femeninos México-Canadá 2006 Anexo
5
Agradecimientos
La conclusión de este trabajo de investigación ha significado el fin de una aventura
personal que ha llegado a su término gracias al apoyo que recibí de innumerables
personas e instituciones. Quiero expresar mi agradecimiento a Luis Reygadas,
director de tesis, quien me ha brindado su amistad y ha sido un fiel acompañante
durante esta larga aventura de investigación. Su confianza y apoyo fueron vitales
para el desarrollo de mi trabajo. Agradezco sus críticas puntuales, sus lecturas
cuidadosas y sus contribuciones numerosas durante todos los estadios del
desarrollo de la tesis.
Mi reconocimiento al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACyT), al Consejo Internacional de Estudios Canadienses (International
Council for Canadian Studies, CIC), al Programa Interdisciplinario de Estudios de
la Mujer (PIEM) del Colegio de México, al Programa de Apoyo a la Investigación
en Materia Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) y a la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), instituciones que
prestaron su valiosa ayuda a la investigación cuyos resultados aquí se ofrecen.
Agradezco el respaldo que recibí de los profesores del Departamento de
Antropología de la UAM-I, especialmente de Raúl Nieto, María Ana Portal, Luis
Reygadas, Federico Besserer, Eduardo Nivón, Rodrigo Díaz, Margarita Zarate y
Carlos Garma durante los dos años que duró la estancia de investigación de
campo en Canadá. La estancia realizada, de septiembre de 2002 a agosto de
2003, en la Universidad de Windsor y la Universidad de York, Ontario, fue posible
gracias al financiamiento brindado por CONACYT, como parte del Programa de
Becas Mixtas al Extranjero. El segundo período, de enero a diciembre de 2004,
fue financiado por el CIC, a través de la Embajada de Canadá en México y de la
SRE. Este soporte económico me permitió concluir el trabajo de campo en
Leamington y en Simcoe, Niagara On The Lake y Milton, así como terminar la
revisión de la literatura sobre el tema en las universidades de York, Toronto,
Windsor y Guelph, en Ontario.
Mi más amplio reconocimiento a los trabajadores y las trabajadoras
mexicanas que laboraban durante mi trabajo de campo en las regiones antes
6
mencionadas, por la confianza, el tiempo y la paciencia que dedicaron al compartir
conmigo sus experiencias de trabajo y de vida, además de tolerar mi intromisión
en su vida personal e importunar su tiempo libre. Quiero agradecer a la STyPS y al
Consulado de México en Toronto por la información estadística que gentilmente
me proporcionaron. En particular a Lucero Martínez, a Carlos Obrador, a Jaime
Botello y a Carlos Díaz quienes generosamente me participaron de su valiosa
experiencia sobre la operación del PTAT/SAWP.
Quiero agradecer el respaldo académico recibido por la Universidad de
Windsor, a través de Tanya Basok del Departamento de Antropología y
Sociología. Las valiosas críticas y comentarios de Tanya a mi trabajo me
permitieron enriquecer en mucho la indagación y el análisis de los migrantes
mexicanos. Su apoyo ante el Comité Ético de la Universidad de Windsor y su
atención personalizada durante mi proceso fueron fundamentales para el
desarrollo de la investigación. Tanya gentilmente me proporcionó textos difíciles
de obtener, me consiguió hospedaje en Windsor, me llevo a Leamington y me
introdujo con los integrantes del Centro de Apoyo a Migrantes, lo cual me facilitó
mucho el trabajo de campo.
Gracias también por el respaldo que recibí como investigadora visitante del
CERLAC (Centre for Research on Latin America and the Caribbean), de la
Universidad de York, a través de Luin Goldring, Judy Hellman, Deborah Barndt y
Viviana Patroni. Es invaluable el apoyo que recibí de Luin Goldring, quien siempre
estuvo pendiente del desarrollo de mi investigación e hizo valiosos comentarios a
mi trabajo, además me dio oportunidad de presentar parte de este texto en el libro
Organizing the Transnational, el cual coordinaron ella y Sailaja Krishnamurti. Estoy
especialmente agradecida con Marshall Beck y Benjamín Cornejo por el apoyo
constante a mi trabajo. Con Richard Roman por proveerme el acceso a la
biblioteca de la Universidad de Toronto. Con Kerry Preibisch de la Universidad de
Guelph por el intercambio académico de materiales sobre el tema, sus atinadas
sugerencias a mi investigación y su invitación a participar en la mesa de discusión
sobre el programa realizada en 2004 en el marco del CALACS (Canadian
Association for Latin American and Caribbean Studies). Kerry fue una excelente
7
amiga que me dio hospitalidad en su casa durante el evento. A Stan Raper y Rene
Vidal del Centro de Apoyo al Trabajador Agrícola Migratorio (Migrant Agricultural
Worker Support Centre, UFCW-Canada), por su gentil hospitalidad durante mi
estancia en Leamington y su inapreciable apoyo a mi investigación. Reconozco
que los puntos de vista de quienes me ofrecieron una generosa ayuda han
enriquecido mi propia forma de entender la experiencia migratoria vivida por las
jornaleras y los jornaleros mexicanos, viajantes transnacionales México-Canadá.
Partes de este texto fueron discutidas en foros que me ayudaron a
enriquecer distintos apartados. Gracias a los coordinadores del SEMINECAL
(Seminario Interuniversitario de Estudios Canadienses) tuve la oportunidad de
asistir a eventos internacionales en la Universidad de Asunción en Paraguay, la
Universidad de Szeged en Hungría, la Universidad de la Habana en Cuba y la
Universidad del Rosario en Colombia. Asimismo, gracias a los investigadores que
integran la Red Internacional de Migración y Desarrollo pude asistir al Primero y
Segundo Coloquio Internacional sobre Migración y Desarrollo, realizados en
México.
Expreso mi más profundo agradecimiento a mis lectoras Soledad González
y Tanya Basok por aceptar la tarea de leer en tan corto tiempo mi manuscrito final,
sus puntuales comentarios y sugerencias han enriquecido enormemente mi
trabajo. De Soledad González del PIEM, también aprecio las asesorías que me
brindó pues ayudaron grandemente a mejorar mi trabajo. De Tanya Basok de la
Universidad de Windsor, valoro mucho sus comentarios sobre los aspectos
teóricos y conceptuales de la tesis así como sus propuestas específicas a todos
los capítulos, su cuidadosa lectura y atinadas observaciones contribuyeron a darle
consistencia teórica y empírica a mi trabajo.
Muchas gracias a Artemisa Bahena por su eficiente asistencia durante mi
trabajo de campo en Leamington y por el apoyo que me ha brindado en todo el
proceso de redacción de la tesis. También por su amor, comprensión y palabras
alentadoras. Ella ha cargado el mayor peso de mis tensiones emocionales. Debo
mencionar a las integrantes de Enlace Community Link, particularmente a Lourdes
Borofsky, y al grupo Justice for Migrant Workers, especialmente a Evelyn
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Encalada, por permitirme participar en el trabajo político con los migrantes
mexicanos en Canadá. A todas mis amigas, amigos, familiares y colegas a
quienes importuné en esta aventura, extiendo mi agradecimiento.
Experiencia de una migrante temporal
Frente a la necesidad de emprender una investigación profunda en los campos
agrícolas canadienses realicé una estancia de investigación en Canadá centrada
en trabajo de campo con los jornaleros mexicanos que laboran en las granjas en el
marco del PTAT/SAWP. Para ese momento, lo único que sabía era que al pueblo
de Leamington emigraba el mayor número de trabajadores mexicanos.
Una primera revisión de la bibliografía existente en México y en Canadá
sobre la temática así como la recopilación de estadísticas sobre el programa, me
condujo a reformular el trabajo de campo en Leamington. Para entonces, ya
contaba con un directorio de las granjas que emplean a los trabajadores
mexicanos, de manera que seleccioné diez granjas corporativas y con eso inicié la
investigación.
Cuando llegué por primera vez a Leamington, en el verano de 2003, me
hospedé en el Centro de Apoyo a Trabajador Agrícola Migratorio, lo cual permitió
que algunos trabajadores me vieran con confianza. Estando en la casa blanca,1
fue posible participar en sus reuniones y entender mejor su problemática. Desde
este lugar lograba desplazarme con facilidad tanto a las granjas como al centro del
pueblo. Viviendo en Leamington pude observar a los trabajadores en interacción
cotidiana en sus lugares de reunión y durante los fines de semana cuando
compran sus alimentos, declaran impuestos, asisten a misa, envían dinero a sus
familias y asisten a lugares de recreación. Así, poco a poco, fui acercándome a los
migrantes mexicanos y fui conociendo sus condiciones de trabajo y de vida en
Canadá. Esta situación me llevó a la problemática de las políticas laborales de
género y a la organización del trabajo transnacional.
1 Así le llamaban los trabajadores al Centro de Apoyo al Trabajador Agrícola Migratorio deLeamigton (Migrant Agricultural Worker Support Centre, UFCW Canada), porque era una casa queestaba pintada de blanco. A la tienda No Frills le decían la tienda amarilla porque su estructuraera amarilla. A la casa donde les daban clases de inglés como segunda lengua del Coloegio de laFrontera (Frontier College) le decían la casa azul porque está pintada de azul.
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Realicé una segunda estancia en Canadá para concluir el trabajo de
campo, la revisión de la literatura y la sistematización de la información. En esta
segunda fase, me interesaba comprender de mejor modo la situación específica
de las jornaleras y acercarme más a las organizaciones sociales canadienses que
prestan servicios a los trabajadores migrantes.
Esta experiencia de investigación representó para mí encuentros y
desencuentros con otra sociedad distinta a aquella en la que vivo regularmente,
con personas que hablan otro idioma diferente al que hablo ordinariamente, con
otro clima al que estaba yo acostumbrada, con otra manera de entender la otredad
en una sociedad donde la pluriculturalidad es cotidiana, y con otra forma de
estudiar la problemática de los migrantes temporales.
Los encuentros y desencuentros también los viví conmigo misma, pues
experimenté el rito de paso de la desolación al disfrute de mi soledad. Enfrentando
el desafío del ejercicio de mi libertad, reformulé mi propio sentido de la vida en una
sociedad en donde me hacían sentir y yo misma me sentía extranjera. Hubo
quienes me dijeron: está bien si sólo vienes a estudiar inglés a Canadá. Hay
quienes gastan enormes cantidades de dinero sólo por venir a practicar su inglés,
está bien si vienes a dejarnos tu dinero. Siempre estuvo presente en mi, una
parte de resistencia al dominio anglosajón, así es que mi proceso de integración
se fue dando paulatinamente, no sin serias dificultades. Hasta el segundo año de
mi estancia fue que practiqué un poco más el inglés, me interesé por participar
más de la vida canadiense y por entender de mejor modo su cultura y mi cultura al
mismo tiempo.
El trabajo de investigación en Canadá significó un esfuerzo y un reto
importante, no sabía si lograría encontrarme con los trabajadores mexicanos y si
sería factible cumplir con los objetivos que me había propuesto. Me encontré con
varios obstáculos, particularmente, con la dificultad en el acceso a la información
estadística de las instituciones que administran el programa tanto en México como
en Canadá. Estando en Leamington recibí la negativa de algunas empresas para
visitar sus unidades de producción, además de la desconfianza de algunos
representantes del Centro de Apoyo al Trabajador Agrícola Migratorio quienes al
10
principio pensaban que yo era una espía del Consulado Mexicano. Inclusive me
encontré con la desconfianza de algunos trabajadores que me cuestionaban: ¿de
parte de quién vienes?, ¿para quién va la información? Conforme transcurrieron
los días y participaba en las actividades que se realizaban con los trabajadores, se
fueron disipando las dudas sobre mi persona y la de mi ayudante de investigación
(Artemisa Bahena). No obstante, siempre fue un proceso conflictivo con los
residentes de Leamington, quienes nos miraban como intrusas e invasoras y como
las campesinas mexicanas que se habían escapado de las granjas donde debían
de estar trabajando y no andar libremente preguntando por el pueblo .
Mi presencia como investigadora que se sumergió temporalmente en la
sociedad canadiense, con frecuencia fue un dolor de cabeza para las instituciones
y los empleadores que participan en el programa, para las organizaciones sociales
y para la población de Leamington. En Leamington experimenté la vulnerabilidad
de una antropóloga extranjera investigando en un ambiente políticamente cargado
de discriminación, exclusión y violencia cotidiana hacia los jornaleros mexicanos,
la pregunta implícita o explicita era: ¿qué están haciendo ustedes aquí? En estas
circunstancias, entendía muy bien la advertencia de Tanya Basok cuando me
decía: En Leamington vas a encontrar que todo es político, en efecto, siempre
viví esta experiencia de investigación como una experiencia política.2
Mi trabajo de campo en Leamington tuvo un cariz político que yo no había
anticipado. De modo que las actividades de la investigación fueron políticas,
también fueron políticas las relaciones con los trabajadores, las trabajadoras, los
representantes de las instituciones y de las organizaciones, los granjeros, otros
personajes claves de la comunidad y las autoridades municipales. Encontré que
todo era político en el tema de los trabajadores agrícolas migrantes y que
traspasaba las fronteras de Leamington hasta otras comunidades donde ellos se
concentran. Comprendí entonces que era ineludible acercarme a los procesos
2 Entiendo como político tanto a las prácticas de migración diseñadas por los gobiernos mexicano ycanadiense, como al trabajo que las organizaciones sociales y comunitarias canadienses realizancon los trabajadores migrantes. Pero también a las prácticas cotidianas donde se interpela laotredad, la cultura, la identidad, la clase, el género y la etnia; es decir, las prácticas, relaciones yprocesos donde se pone en disputa cotidiana las diferencias culturales, sociales, económicas eideológicas, y el predominio de la cultura anglosajona sobre el resto de las culturas, en nuestrocaso, la cultura mexicana.
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políticos ligados al trabajo y la vida transnacional de los jornaleros mexicanos en
Canadá. Por todo lo anterior, mi trabajo de investigación siempre me exigió tomar
una posición, la cual siempre tuvo implicaciones políticas. El producto de mis
andanzas y de mi experiencia política de investigación con las y los migrantes
mexicanos en Canadá es el que hoy aquí presento.
Es preciso decir que hubo una coyuntura de apertura de algunos granjeros,
así como de la mayoría de los jornaleros mexicanos, de las organizaciones
sociales, de las instituciones que administran el programa y de las autoridades
municipales, todo eso fue haciendo del reto una realidad. Es necesario aclarar
además, que para mí, la tarea más compleja fue dejar de lado el trabajo político
con los trabajadores mexicanos, el cual resultó ser más fructífero durante el
segundo año de mi estancia. Otro camino arduo fue la elaboración de un marco de
análisis que permitiera fluir la reflexión sobre la información obtenida en campo.
Probablemente hubiese sido más sencillo retomar el tema de las condiciones de
trabajo y de vida de los migrantes; sin embargo, me ha parecido igualmente
interesante explorar la experiencia transnacionalmente vivida por las y los
jornaleros, así como las respuestas de los migrantes mexicanos frente a los
cambios en la agricultura canadiense y al control de los Estados-nación mexicano
y canadiense.
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Introducción
Yo que en mi vida, jamás soñé con algún día venir a conocer el frío inviernode Canadá, con el simple hecho de vivir una parte de mi vida. De mi familiame alejé por tener algo que comer, vine yo a conocer y a la vez a trabajar.La nieve cae en llovizna, sobre el triste campo seco, dándole un aspecto decampos de algodón. Árboles, campos y arbustos parecen nubes robustas.Los pinos llenos de nieve, de noche el viento se oye como un simplelamento. Quisiera yo sonreír y a la vez siempre reír, pero a mi familia veomucho sufrir. Dicen que el taco que come uno, a veces te sabe un pocosimple y otras veces dulce. En mi persona es diferente, el pan que me llevoa la boca, en mi garganta se atora y un nudo muy lastimero en mi pechollora. Quién dice que el hombre no llora, cuando de su país y su familia sealeja y la deja. Espero volver triunfante y no muy arrogante sino muysonriente mirando hacia el horizonte, con la mirada fortaleciente y como unloco caminante. (Poema de un trabajador: El frío invierno de Canadá ,registrado con su seudónimo The Panther, en Registro Público del Derechode Autor, SEP, 2001).
A nosotras nos está pasando que cuando regresamos a México, lesechamos en cara a nuestros hijos que por ellos nos venimos a trabajar aCanadá. Cuando llegamos, llegamos muy contentas con regalos y todo,pero, la magia se termina muy pronto porque empezamos a ver, o nosempezamos a enterar, que se portan mal, entonces nos ponemos furiosas yhasta les llegamos a dar sus nalgadas, les gritamos que por ellos estamosviniendo a trabajar a Canadá, pero está mal, está mal lo que hacemos.Necesitamos pláticas de cómo tratar a nuestros hijos y de qué hacer paracontrolar nuestras emociones (trabajadora entrevistada en Niagara On TheLake, 2004).
Un jornalero y una jornalera migrantes mexicanos,3 nos delinean así su
experiencia de trabajo y de vida construida simultáneamente entre dos realidades
locales, la del México rural y la del Canadá rural. Este estudio trata de la
problemática social y cultural de los trabajadores mexicanos que emigran desde
hace más de tres décadas a Canadá en el marco del Programa de Trabajadores
Agrícolas Migratorios Temporales Mexicanos en Canadá (PTAT).4
En años recientes, el incremento sostenido de las migraciones laborales
hacia Canadá, el carácter legal de los desplazamientos y la violación de los
3 En todas las citas que hacen referencia a narrativas de los trabajadores he mantenido elanonimato, excepto los de aquellos que tienen sus escritos registrados en alguna instituciónmexicana, de quienes presentaron pinturas o dibujos en instituciones canadienses, o quienesamablemente me prestaron sus escritos o recitaron públicamente sus poemas.4 En Canadá, el PTAT se conoce como C/MSAWP (Caribbean/Mexico Seasonal AgriculturalWorkers Program), en el cual participan México, Barbados, Jamaica, República de Trinidad yTobago, y la Organización de los Estados del Este Caribeño. En adelante PTAT/SAWP.
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derechos laborales y humanos son elementos que han llamado la atención de
académicos y políticos de ambos países, por las implicaciones que reviste éste
fenómeno en términos de política exterior, de política económica y de derechos
humanos. Sin embargo, ha sido la importancia de las remesas que los migrantes
envían a México (aproximadamente 96 millones de dólares canadienses en 2006)5
el factor en donde se ha fijado más la atención. Las remesas de los migrantes en
la economía nacional es cada vez más importante (23 billones de dólares de los
migrantes de Estados Unidos en 2006),6 hoy representan la segunda fuente del
ingreso nacional, después del petróleo y antes del turismo. Con ese monto de
remesas recibido, México se ubica en el primer sitio a nivel mundial. Nuestro país
también se ha situado ahora como principal emisor de emigrantes del mundo con
un promedio anual de 400 mil mexicanos que establecieron su residencia en EU,
entre 2000 y 2004 (García 2005).
Aún cuando la migración México-Canadá es un fenómeno reciente, en su
fase actual se caracteriza por presentar un dinamismo sin precedentes al
incrementarse notablemente el número tanto de jornaleros migrantes7 como de
empleadores canadienses que participan en el programa, y expandirse la
demanda del empleo temporal en nueve provincias canadienses y el reclutamiento
de trabajadores en todos los estados de la República Mexicana. El empleo de
migrantes mexicanos en Canadá forma parte de un fenómeno global que involucra
un conjunto de procesos transnacionales simultáneos en las comunidades de
origen y las comunidades de destino.
Este trabajo de investigación se basa en la siguiente pregunta central: ¿son
las luchas culturales promovidas por los migrantes mexicanos en las granjas y las
comunidades canadienses formas emergentes de transnacionalismo desde abajo?
En otras palabras, ¿cuáles son las respuestas de los jornaleros mexicanos frente
a su experiencia migratoria en Canadá?, ¿hasta qué punto las luchas culturales
5 Véase Informe de la temporada 2006 de la STyPS.6 Véase: www.jornada.unam.mx/2007/01/08/index.php?section=política&article=014n2pol.7 Uso el término de jornaleros migrantes para hacer referencia a la posición de clase de la mayoríade los trabajadores mexicanos. Sin embargo, voy a analizar el trabajo y la vida de los migrantes demanera diferenciada por género. Además, uso el término de jornaleras o trabajadoras cuando hagoreferencia a la situación específica de las mujeres migrantes.
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adquieren matices de genero? ¿cuáles son las implicaciones sociales y políticas
de las respuestas de los migrantes?, ¿qué papel han jugado las políticas laborales
de género del PTAT en la formación de una mano de obra transnacional en
beneficio económico del proyecto de globalización? y ¿cómo se las arreglan los
trabajadores viviendo simultáneamente en dos culturas y en múltiples localidades
de México y de Canadá?
La investigación se sustenta en tres ideas centrales. Para analizar a los
jornaleros migrantes mexicanos en Canadá es necesario adoptar una perspectiva
transnacional, lo cual implica reconocer que la experiencia migratoria que realizan
los migrantes presenta distintos patrones y se desarrolla sobre diversos circuitos
entre México y Canadá. En segundo lugar, es útil ver esta experiencia migratoria a
través del lente conceptual de la lucha cultural. La lucha cultural se refiere a los
actos y significados de resistencia cultural de los migrantes en su encuentro con el
capitalismo y el Estado-nación. El tercer punto se relaciona con un enfoque de
género, el cual puede ayudar a comprender y distinguir las percepciones y
aspiraciones tanto de los jornaleros como de las jornaleras mexicanas. A medida
que reconocemos que los sujetos migrantes tienen un género podemos entender
las transformaciones que tienen lugar en la producción y la reproducción de la vida
social de los migrantes en ambas naciones.
Mostraré primero que las respuestas de los migrantes mexicanos son
heterogéneas y múltiples porque pueden estar mediadas de manera significativa
por los mecanismos políticos y las prácticas del programa; por los sistemas de
trabajo y las relaciones laborales dentro de las granjas; por el perfil, el estatus y la
trayectoria laboral del trabajador en el programa; por la pertenencia de género; y
por las redes sociales establecidas con las organizaciones sociales canadienses.
Segundo, que las prácticas y los significados cotidianos de los trabajadores
mexicanos contra la explotación y el control de sus empleadores, y los
mecanismos políticos del programa son expresiones de luchas culturales. Los
migrantes también han generado múltiples respuestas frente a la discriminación
étnica y las políticas estatales canadienses que no los consideran como miembros
de la nación. La lucha es, a la vez, contra las políticas mexicanas que no protegen
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y defienden sus derechos laborales. Tercero, que estas luchas culturales han
adquirido matices de género. Tales respuestas se enmarcan en luchas culturales
contra viejas y nuevas formas de desigualdad y de exclusión social. Cuarto, que
las y los migrantes han desarrollado nuevas formas de sexualidad, a pesar de las
políticas restrictivas laborales y de normas de control del cuerpo y de la sexualidad
dentro de las granjas y las comunidades canadienses. Por último, que en Ontario
se ha venido gestando una contienda transnacional por la dignidad y los derechos
humanos orientada a mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los migrantes
temporales. Dicha lucha podría orientarse a buscar su inclusión en la sociedad
canadiense. En esta contienda hay diversos actores de la sociedad civil
(trabajadores mexicanos y caribeños, organizaciones sociales y comunitarias), del
sector privado (empleadores y asociaciones de granjeros), y del Estado
(canadiense y mexicano).
Estoy conciente de que la acción humana no está libre de los
constreñimientos que impone el contexto histórico y social, así como del renovado
papel de los estados nacionales hegemónicos. No obstante, es fundamental una
perspectiva alternativa que incorpore tanto las percepciones y aspiraciones de los
migrantes como que introduzca la dimensión de género en el análisis de los
procesos transnacionales experimentados por los trabajadores migrantes que
viven en México y en Canadá.
Actualmente, son empleados cerca de 13 mil jornaleros mexicanos en los
campos agrícolas de Canadá. A diferencia de hace tres décadas, ahora los
migrantes mexicanos se emplean en un mayor número de procesos productivos,
conforman un perfil ocupacional más amplio dentro de la agricultura, el sector
industrial y de servicios, y se distribuyen de manera más extensa en la geografía
rural de Canadá. Para el 2000, junto con los migrantes caribeños, los migrantes
mexicanos ya constituían 52% del total de los trabajadores agrícolas empleados
en el sector de vegetales y frutas, y representaban 45% del total de las personas
que trabajaban por hora en dicho sector (Weston y Scarpa de Masellis 2004: 6).
Justo en Ontario es donde están concentrados la mayoría (65%) de los contratos.
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El tránsito temporal hacia Canadá adquiere características singulares
debido a que los trabajadores mexicanos emigran legalmente bajo un contrato de
trabajo. Al final de la temporada, casi todos regresan a sus hogares en México. La
enorme mayoría proviene de las entidades consideradas de mayor desigualdad
social: Estado de México, Tlaxcala, Guanajuato, Puebla, Morelos, Hidalgo,
Veracruz Oaxaca y Michoacán. Mientras gran parte de los trabajadores son
casados, una proporción importante de las trabajadoras son mujeres con hijos,
casadas o no casadas. Son los campesinos pobres y sin tierra los que
mayoritariamente emigran desde las regiones deprimidas y aisladas del país hacia
las ricas provincias canadienses.
A pesar del incremento de las migraciones de los trabajadores mexicanos
en todas las provincias del sur así como de los esfuerzos realizados por
investigadores mexicanos y canadienses, y de algunas instituciones públicas
(Secretaría del Trabajo, consulado mexicano en Canadá), se sabe todavía poco
sobre la existencia de esta población, sus procesos migratorios y sus condiciones
de vida tanto en Canadá como en México. Lo anterior pone de relieve la urgencia
de profundizar en el conocimiento del fenómeno migratorio México-Canadá. Aquí,
me propongo ampliar el ángulo de mirada e incluir en la investigación una
perspectiva transnacional de las migraciones. Este trabajo se inscribe en la
corriente del transnacionalismo desde abajo y en el enfoque de género. A
continuación presento un somero resumen del transnacionalismo desde abajo y
analizo los aportes de los autores que han introducido la dimensión de género en
la perspectiva transnacional. Luego preciso las categorías de análisis que he
utilizado y planteo algunas hipótesis que sirven de base para el desarrollo de las
ideas centrales de la investigación.
Aproximaciones teóricas a los procesos transnacionales y de género
El análisis de la relación género-migración-lucha cultural, voy a explorarla a partir
de los instrumentos teóricos del transnacionalismo. Mostraré a partir del material
etnográfico del área de Leamington, Ontario, que se han venido configurando
distintas luchas culturales promovidas por los migrantes mexicanos. Además, voy
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a proponer que los cambios que observé en Leamington pueden ser relevantes
para otros contextos y nos sugieren que es urgente estudiar y teorizar las
implicaciones de género en el trabajo y la vida de los jornaleros migrantes en
ambas naciones.
Circuitos migratorios transnacionales y comunidad transnacional
La perspectiva transnacional de las migraciones surgió en Estados Unidos, desde
hace una década, en oposición al modelo analítico dicotómico que domina la
teoría ortodoxa de la migración, el cual se enfoca en lo que sucede en la sociedad
receptora de migrantes, y en los procesos que afectan a la población y a la cultura
autóctona. En contrapartida, el enfoque transnacional propone el análisis de la
interacción entre la sociedad de destino y la sociedad de origen; resaltando la
agencia humana, la subjetividad y las estrategias puestas en juego por los
migrantes.
Los estudios de Rouse (1988), Kearney y Nagengast (1989), y Glick Schiller
et. al., (1992) fueron los primeros en plantear una nueva perspectiva teórica de la
migración con el análisis de las comunidades transnacionales. Las prácticas
transnacionales, tanto institucionales como de base, se entienden como un
proceso social donde los migrantes operan en campos de acción social, política y
económica que trascienden fronteras geográficas, políticas y culturales (Glick et.
al., 1999; Guarnizo y Smith 1999; Portes et. al., 1999).
A partir de estos trabajos surgen otras investigaciones que han mostrado
cómo los migrantes no se deslindan de sus sociedades de origen, por el contrario
viven simultáneamente aspectos de sus vidas en los países de origen y en los
países de recepción, gracias a las facilidades de desplazamiento y de
comunicación actuales. Estos migrantes han sido definidos como transmigrantes8
8 Utilizo el término de transmigrantes para referirme a los jornaleros mexicanos que emigran aCanadá y que regresan a México cruzando constantemente ambas fronteras. En este contexto, losjornaleros mexicanos son transmigrantes porque con su trabajo y su vida temporal en Canadádesarrollan y mantienen múltiples relaciones económicas, sociales, políticas y religiosas quetraspasan las fronteras de sus comunidades de origen y de sus comunidades de destino. El circuitomigratorio transnacional [de trabajadores temporales entre México y Canadá] alude al movimientocontinuo de personas, dinero, bienes, información, organizaciones, signos y valores a través de las
19
pues su vida cotidiana depende de múltiples y constantes interconexiones entre
fronteras (Glick et. al.,1999).
Las corrientes transnacionalistas han generado debates sobre lo novedoso
y la durabilidad de las prácticas transnacionales, la falta de reflexión sobre los
criterios de quiénes desarrollan vínculos transnacionales y quiénes no (Guarnizo,
Portes y Haller 2003), las unidades de análisis apropiadas para la investigación del
transnacionalismo, el significado de ciudadanía para grupos transnacionales, y la
relevancia de perspectivas desarrolladas con base en el estudio de estados
pequeños (Goldring 1999). No obstante, uno de los debates soslayados es el de la
participación de las mujeres en la emergencia y consolidación de circuitos
migratorios transnacionales y su protagonismo en la construcción de comunidades
transnacionales.
A pesar de la diversidad de transnacionalismos, hoy existen varios
acuerdos. Primero, el transnacionalismo representa una perspectiva novedosa
pero no es un fenómeno nuevo. Segundo, las prácticas transnacionales existieron
anteriormente aunque no hayan sido teorizadas como tales (Smith 2001). Tercero,
no todos los migrantes son transmigrantes. Cuarto, el transnacionalismo migrante
tiene consecuencias macrosociales, entre otras el envío de las remesas.
Finalmente, el grado y la forma de las prácticas transnacionales dependen de los
contextos de origen y de recepción (Moraes 2006).
La perspectiva transnacional es para mí, un marco teórico útil que me
permite explicar lo que sucede con la migración laboral de los trabajadores
mexicanos en Canadá en el marco del PTAT/SAWP. Si pensamos que los
trabajadores que son transmigrantes son aquellos que tienen una trayectoria
laboral en Canadá de por lo menos cinco años, entonces serían los trabajadores
que han participado en el programa de cinco a 25 años los que podrían desarrollar
vínculos transnacionales entre México y Canadá. Desde esta corriente analítica,
puedo introducir dos conceptos propuestos por Roger Rouse (1991): circuitos
migratorios transnacionales y lucha cultural.
fronteras territoriales (Basch, Glick y Stanton 1994; Besserer 2002; D Aubeterre 2000; Goldring1992; Rouse 1991) de los estados-nación canadiense-mexicano.
20
Rouse (1991) sugiere que la intensificación de la circulación de gente,
dinero, bienes, información y relaciones entre las comunidades de origen y los
nuevos asentamientos de los transmigrantes resulta en circuitos migratorios
transnacionales, los cuales lejos de desaparecer con el tiempo, se consolidan y se
hacen más fuertes. Las localidades ancladas en circuitos migratorios
transnacionales están conformadas a su vez por comunidades trasnacionales. De
acuerdo con Luin Goldring (1999: 302), una comunidad transnacional hace
referencia a las relaciones sociales que se desarrollan dentro de un circuito
migratorio dado. Además la comunidad transnacional incluye la localidad
transnacionalizada de origen, más otros sitios que forman parte del circuito
migratorio transnacional.
En mi investigación, yo encontré la emergencia de circuitos migratorios
transnacionales entre 31 estados de la República Mexicana y nueve provincias
canadienses. Estos circuitos migratorios transnacionales se han venido
conformando con la intensificación de la circulación de miles de trabajadores
mexicanos, de dinero, de bienes, de información y de relaciones entre los
migrantes geográficamente dispersos en múltiples localidades del México rural y
del Canadá rural.
Para Bash, Glick Schiller y Blanc-Szanton (1994), las comunidades
transnacionales pueden ocurrir en la medida en que los inmigrantes se encuentren
inmersos en dinámicas de exclusión de la construcción de la nación. Las
aproximaciones críticas al proceso transnacional buscaron una ruptura con la
teoría social basada en la naturalización del estado-nación, por ejemplo, la teoría
viajante propuesta por Appadurai (1991), el concepto de culturas viajantes
sugerido por Clifford (1992), o el llamado estudio etnográfico multi-local o multi-
sitios de Marcus (2001). La comunidad transnacional es diferente como
perspectiva y como lugar de contienda, precisamente porque constituye un
proceso social translocal y transnacional (Besserer 2002: 21).
21
Transnacionalismo desde abajo y carácter liberador de las prácticas
Investigaciones hechas desde las ciencias sociales y los estudios culturales sobre
las respuestas de los migrantes ante el transnacionalismo desde arriba hacen
hincapié en el transnacionalismo como una expresión de resistencia desde
abajo. Desde esta perspectiva, los actores desarrollan prácticas transnacionales
para escapar del control desde arriba del capital y del Estado-nación. Al
transnacionalismo desde arriba, hecho posible por las revoluciones en la
comunicación y el transporte, guiado por actores financieros y corporativos, se
opone el transnacionalismo desde abajo, creado por gente común y corriente que
se ha provisto de las mismas facilidades tecnológicas para organizar su propia
forma de iniciativas transnacionales (Portes et. al., 1999: 223). Siguiendo a Portes
et. al., aquí, voy a plantear que es posible entender las luchas culturales de los
migrantes mexicanos en Canadá como una forma de transnacionalismo desde
abajo, es decir, como una forma de resistencia o como una forma de escapar del
control de los granjeros y del Estado-nación mexicano y canadiense.
La crítica central hecha al planteamiento de Portes y sus colegas es la de
atribuir al transnacionalismo de base una naturaleza necesariamente contra
hegemónica y de cambio social. Por ejemplo, Eduardo Guarnizo y Peter Smith
(1999: 88) sugieren que La hibridación cultural, las identidades multiposicionales,
el cruce de fronteras por los `otros´ marginales y las prácticas transnacionales no
están exentas de asimetrías, desigualdades y conflictos. Por ello, las respuestas y
resistencias desde abajo son diversas y no necesariamente tienen un carácter
liberador.
Las prácticas transnacionales están delimitadas y dependen tanto de las
redes transnacionales establecidas entre los migrantes y su país de origen como
de las políticas y prácticas de los Estados-nación y de las comunidades emisoras
y receptoras. Son numerosos los actores que intervienen y construyen la realidad
transnacional existiendo oportunidades y restricciones en los territorios específicos
donde se desarrollan dichas prácticas. Las prácticas transnacionales también
están determinadas por las características sociales, económicas y culturales de
los sujetos migrantes. Se desarrollan a través de relaciones sociales específicas,
22
entre actores específicos, situados en localizaciones específicas y en momentos
históricamente determinados (Guarnizo y Smith 1999; Guarnizo et. al., 2003). En
mi análisis, me permite examinar las prácticas transnacionales de los migrantes
mexicanos en su relación con las prácticas y políticas de otros actores e
instituciones que participan en el PTAT/SAWP con distintas posiciones e
intereses: los gobiernos mexicano y canadiense, los granjeros, las asociaciones
de granjeros, las agencias públicas y privadas que administran el programa, las
comunidades canadienses donde se concentran los migrantes, las organizaciones
sociales que defienden los derechos de los migrantes, las redes sociales de los
trabajadores en México y en Canadá, y los hogares de los migrantes.
Género, trabajo y migración desde la perspectiva transnacional
Las corrientes transnacionalistas basadas en el protagonismo de los hombres en
la configuración de comunidades transnacionales no pueden explicar cómo las
relaciones de género han sido afectadas por factores transnacionales, tampoco
explican cómo es el protagonismo de las mujeres en la construcción de tales
comunidades transnacionales, ni cómo reconstruyen las relaciones de género los
transmigrantes en las localidades de origen y de destino, ni mucho menos cómo el
género configura cotidianamente las experiencias de migración.
Investigaciones recientes han problematizado el género como principio
organizador de la migración (Georges 1990, 1992; Grasmuck y Pessar 1991;
Guarnizo 1997; Hagan 1994; Hondagneu-Sotelo 1994; Kibria 1993). El género
como relación de poder y como proceso social, nos permite entender que los flujos
migratorios de empleo temporal de mexicanos en Canadá están organizados en
base a criterios jerárquicos de la división sexual del trabajo, puesto que siempre el
trabajo masculino se ha sobrevaluado y el trabajo femenino se ha devaluado. Los
transmigrantes mexicanos no son neutros, tienen un género específico y están
inmersos en relaciones de género concretas. Si bien las jornaleras mexicanas en
Canadá constituyen una pequeña proporción (3%) del total de los trabajadores
mexicanos que emigran a Canadá a través del programa, los efectos de sus
desplazamientos pueden ser altamente significativos para México y para Canadá,
23
no sólo en términos económicos sino también sociales, culturales y políticos. Por
tanto, es necesario analizar y teorizar las prácticas transnacionales de los
migrantes diferenciadas por género, lo cual implica el análisis de las relaciones de
poder entre los migrantes, las características, la distribución geográfica y las
dinámicas de exclusión de los jornaleros por género, y la reconstrucción de las
relaciones de género tanto en los países de origen como en los países de
recepción.
Migración y hegemonía masculina mexicana ¿procesos fijos e inmutables?
En México ha habido cambios en el esquema migratorio y en la composición de
los flujos, no obstante, continúa el predominio de la participación masculina en los
desplazamientos de los trabajadores mexicanos a Estados Unidos. La magnitud
de la migración masculina a ese país es, de acuerdo a Cortés (2003), tres veces
mayor que la de las mujeres. Una situación de mayor desproporción entre los
sexos sucede con los jornaleros mexicanos que emigran a Canadá a través del
programa. Estas prácticas migratorias definen la identidad de género de vastos
sectores de la población masculina, sobre todo en las zonas con altos índices de
migración internacional en la república.
Existe una importante y variada literatura que aborda la relación entre
género y migración de México hacia Estados Unidos (Espinosa 1998; Goldring
1996; Hirsch 1999; Hondagneu-Sotelo 1994; Hondagneu-Sotelo y Ávila 1997;
Hondagneu-Sotelo y Messner 1994; Kanaiaupuni 1993; Malkin 1998; Mummert
1988; Rouse 1990). En estos estudios ha sido cuestionado el sesgo androcéntrico
persistente en los modelos aplicados a los estudios de la migración, cuyo
resultado ha sido mantener a las mujeres en la zona de penumbra del fenómeno
migratorio, entendiéndolas como beneficiarias de remesas administradas en la
privacidad de sus hogares, o como víctimas del abandono marital (D Aubeterre
2005: 6). Estas investigaciones han mostrado la subestimación del protagonismo
femenino en los paradigmas clásicos de la migración (Morokvasic 1984;
Hondagneu-Sotelo 1992; Kofman 1999; Tacoli 1999; Juliano 2002), lo cual se
debe al predominio de la concepción dominante que asigna al hombre el papel
24
productor y a la mujer el rol de reproductora. El problema es que deja fuera del
análisis el trabajo y la vida de las mujeres, tanto las que permanecen en las
comunidades de origen como las que emprenden la migración internacional.
Dentro de las corrientes teóricas de los procesos transnacionales, hay
investigaciones que han propuesto el análisis simultáneo de las variables de
género, clase, raza y etnia en la experiencia de los migrantes (Pessar 1999: 78).
Asimismo han impulsado la reconceptualización del término trabajo que subyace a
la producción y reproducción de la vida social de los sujetos transmigrantes. Sin
embargo, hay pocos estudios que ilustran la intersección de género, trabajo
temporal y migración transfronteriza.
En mi investigación, la hipótesis que voy a proponer es que el empleo
temporal generado en las granjas canadienses para las y los jornaleros mexicanos
implica la articulación simultánea de las esferas de producción y reproducción. La
vida social de los migrantes transcurre, fundamentalmente, entre las granjas y las
viviendas, propiedad del empleador. El papel de los Estados-nación mexicano y
canadiense es crucial en los procesos de articulación del mundo productivo y del
mundo reproductivo en tales experiencias migratorias. Si bien persiste la
hegemonía masculina en la migración México-Canadá, estos procesos no son fijos
ni inmutables, por el contrario, se trata de procesos altamente cambiantes y
complejos. No sólo porque la demanda del empleo temporal varía de una
temporada a otra, sino por las características del programa y por la acción de los
trabajadores.
¿Hegemonía masculina vs. resistencia femenina al control patriarcal?
El análisis de las relaciones de género y la construcción de género en el contexto
de la migración comúnmente está orientado hacia la familia o la unidad doméstica,
y pone poca atención al papel de las políticas del Estado y los actores en estos
procesos (Goldring 2001: 506). Por ejemplo, Hongagneu-Sotelo (1992, 1994)
muestra cómo las relaciones patriarcales de género organizan la experiencia de
migración y cómo el proceso migratorio reconstruye las relaciones de género. Las
mujeres y los hombres ingresan a los procesos migratorios en condiciones de
25
desigualdad y no participan de las mismas experiencias de migración. Unas y
otros emigran por diferentes razones y bajo diferentes circunstancias, pueden
tener acceso diferenciado a las redes sociales que proveen distintas
oportunidades y constreñimientos. El género es reconstruido de diferentes formas,
guiado por límites impuestos y por patrones de migración en contextos
particulares. En mi trabajo, voy a centrar la atención en la contienda de las
relaciones de género en el contexto fabril de las granjas canadienses, poniendo
especial atención en el papel de los Estados-nación mexicano y canadiense en el
trabajo y la vida de los migrantes mexicanos.
Diversos investigadores han mostrado como los hombres y las mujeres
mexicanas tienden a tener intereses y planes divergentes respecto a vivir
permanentemente en Estados Unidos. Los hombres experimentan un decremento
en la movilidad ocupacional con la inmigración y desean regresar a México
(Espinosa 1998; Goldring 1996; Hongagneu-Sotelo 1994; Malkin 1998; Rouse
1990). La explicación se ha encontrado en dos razones. Primero, en las formas en
que los géneros se intersectan con la clase y la raza, las cuales limitan el acceso a
los servicios para los mexicanos con respecto a otros migrantes. Segundo, la
creciente pérdida de estatus en los procesos de migración: la pérdida de autoridad
y privilegios patriarcales que los migrantes tenían en México dentro de sus
familias, la posición subordinada de clase y etnoracial con respecto a los hombres
blancos (Hongagneu-Sotelo 1994; Goldring 1996).
En contraste, las mujeres migrantes tienden a quedarse por un largo tiempo
buscando un estatus en Estados Unidos. Trabajando fuera de casa por un salario
ellas pueden mejorar sus habilidades para negociar acuerdos patriarcales
(Hondagneu-Sotelo y Messner 1994; Kandiyoti 1988), dentro o fuera de la familia.
En cambio, regresando a México pueden encontrarse con la reafirmación de una
fuerte autoridad patriarcal y regresar a la división del trabajo por género pre-
migración. Esto puede significar también la separación de los hijos que se quedan
en Estados Unidos (Goldring 1996). En este contexto, la hegemonía tradicional
masculina puede continuar después de la migración, pero permanece fija en los
países y comunidades de origen para compensar parcialmente el estatus perdido
26
experimentado por los hombres en los países en los que los reciben (Guarnizo
2003: 1217). No obstante, como ya ha sido demostrado por distintas
investigaciones, el patriarcado o la hegemonía cultural9 masculina nunca son una
construcción estática, inmóvil o inmodificable ni en México, ni en Estados Unidos y
tampoco en Canadá. De modo que es necesario conceptualizar con mayor
profundidad la hegemonía cultural masculina y su contraparte: la resistencia
femenina al control patriarcal, simultáneamente en las localidades de recepción y
en los sitios de origen.
Trabajo transnacional y políticas de género
La discusión sobre políticas de género y trabajo transnacional dentro de la
industria de exportación ha sido una agenda desarrollada por los estudios
feministas. Estos textos hacen hincapié en la existencia de regímenes flexibles del
trabajo que implican la organización del trabajo con base en el género, la raza, la
clase, la etnia, la nacionalidad, el estatus de ciudadanía y la migración (Collins
1995: Ong 1987; Lee 2004). Los regímenes del trabajo se basan en formas
flexibles y estratégicas del uso del género para reducir el salario en una industria
altamente competitiva. Las empresas movilizan instituciones locales y patrones de
discriminación étnica y de género para producir una fuerza de trabajo diferenciada
y abaratar los costos del trabajo (Collins 1995: 180-193). Frente a los cambios en
las relaciones de trabajo a nivel local derivados de los cambios económicos
globales, las mujeres han generado una serie de luchas que representan actos de
resistencia contra las fuerzas dominantes de la sociedad (véase Collins 1990;
Baca Zinn, et. al., 1986).
Por su parte, Aihwa Ong (1987), en su investigación sobre el empleo en las
zonas procesadoras para exportación en Malasia, muestra cómo la resistencia
puede surgir cuando las normas de género son impuestas por las empresas en el
9 Uso el término de hegemonía cultural para hacer referencia a la relación entre las estrategias debloques privilegiados contra los subordinados y el escenario en el cual se podrá dar o no unadisputa. Incluye todo el proceso social vivido y organizado por el sistema de creencias, significadosy valores impuestos por la ideología dominante (Williams 1977). Además, son formas de expresiónde la dominación desde un complejo entrecruzamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales(Gramsci 1975).
27
trabajo, las cuales contradicen las normas sostenidas por las propias trabajadoras.
En las corporaciones transnacionales, las relaciones de dominación y
subordinación funcionan no sólo por medio del control de los cuerpos de las
trabajadoras, sino en las formas en que las jóvenes trabajadoras llegan a
percibirse a sí mismas. En sus posiciones cambiantes dentro de la familia, el
pueblo, el proceso de trabajo y la sociedad en general, las mujeres diseñan
tácticas contrarias para resistir las imágenes impuestas sobre ellas y construir sus
propias imágenes. Ong discute cómo la construcción cultural y la reconstrucción
del significado de las relaciones de género y de la sexualidad están implicadas en
un nuevo sistema del trabajo disciplinario y en formas de resistencia generadas en
la sociedad rural de Malasia.
Como respuesta a la transformación capitalista, las trabajadoras buscan
mejoras en el lugar de trabajo y en sus vidas adoptando estrategias fuera de la
tradicional lucha de clases, e inspirándose en sus culturas locales. Si bien la
mayoría de las tácticas adoptadas por las trabajadoras fueron ineficaces en los
cambios al capital hegemónico, estas luchas culturales frecuentemente generaron
un nuevo sentido de sí mismas y de la comunidad de trabajadoras imponiendo así
cambios potenciales para la constitución de la sociedad civil (Ong 1991; Cairoli
1998; Mills 1997, 1999). Para mi análisis, estos planteamientos me permiten
examinar el género como interlocutor entre la estructura social y la agencia
humana, entre el trabajo temporal y las políticas de género dentro del
PTAT/SAWP. Justo es el análisis de las luchas culturales promovidas por las
jornaleras y los jornaleros mexicanos por mejores condiciones de trabajo y de vida
dentro de la industria de la horticultura canadiense de exportación lo que me
ocupa en la presente investigación.
Condiciones de empleo temporal y exclusión social en Canadá
La literatura sobre los trabajadores migrantes temporales en Canadá, en el marco
del SAWP, todavía es muy escasa.10 Sin duda, el estudio más completo es el de
10 Smart 1998; Colby 1997; Verduzco 1999; Basok 1999, 2000ab, 2002, 2003ab; Barrón 2000;Binford 2002, 2004, 2006; Comisión para la Cooperación Laboral 2002; Pickard 2003, 2005;
28
Tanya Basok: Tortillas and tomatoes publicado en 2002. Basok realizó su
investigación en Leamington, Ontario y en Guanajuato, México; su estudio ha
contribuido a develar las condiciones de trabajo y de vida de los migrantes
mexicanos. Investigaciones más recientes analizan los efectos del programa sobre
los procesos de exclusión social de los migrantes y las relaciones entre los
trabajadores migrantes y las comunidades canadienses (Preibisch 2004c),
además, sobre el desarrollo de las comunidades y las familias de origen de los
migrantes (Verduzco y Lozano 2004), No obstante, el análisis del impacto del
programa sobre las políticas de género y la lucha cultural de los migrantes no
aparecen en estas obras.
Este conjunto de esfuerzos de investigación confluyeron en un debate
teórico vinculado con los estudios de migración y desarrollo, fuertemente influidos
por la economía política y la historia. Estas perspectivas determinaron que los
estudios hicieran hincapié en torno a temas como la transformación de las
relaciones laborales y la reorganización de los procesos de trabajo agrícolas
canadienses; las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores migrantes; y
el desarrollo de las comunidades de origen.11 Más recientemente, han surgido
nuevos temas, como los relacionados con los efectos del empleo temporal sobre
la creciente expansión y concentración de la agricultura canadiense; los cambios
sociales y económicos en las comunidades de recepción; el surgimiento de
organizaciones sociales que defienden los derechos de los migrantes; y los
procesos de exclusión e inclusión de este grupo en la sociedad canadiense.12 Sin
embargo, lo que no ha sido explorado son las múltiples respuestas negociadas y
articuladas por los jornaleros mexicanos frente a los procesos de exclusión y a la
lógica global de la agricultura canadiense.
El presente estudio examina los procesos, las prácticas, las relaciones y los
significados que se generan en torno a la experiencia de trabajo y de vida de los
Preibisch 2000, 2004abc, 2007; Vanegas 2003ab; Verduzco y Lozano 2004; Verma 2004; Becerril2004abc, 2005, 2007; Encalada 2003; UFCW 2001-2003; Weston y Scarpa de Masellis 2004.11 Barrón 2000; Basok 1999, 2000, 2002, 2003a; Binford 2002; Colby 1997; Comisión para laCooperación Laboral 2002; Pickard 2003; Preibisch 2000; Smart 1998; Vanegas 2003ab; Verduzcoy Lozano 2004; Verma 2004.12 Basok 2003b; Becerril 2004ab; Encalada 2003; Pickard 2005; Preibisch 2004abc; UFCW 2001-2003; Weston y Scarpa de Masellis 2004.
29
jornaleros y las jornaleras migrantes en el contexto del programa mexicano-
canadiense. Aquí, propongo la necesidad de teorizar la relación género-trabajo-
migración fronteriza desde una perspectiva transnacional y de género que atienda
los efectos del programa sobre las políticas de género, la división sexual del
trabajo, la composición diferenciada de los migrantes por género, grupo étnico,
estatus migratorio y nacionalidad, y la organización del trabajo por género en la
agricultura canadiense.
Mi hipótesis es que la emergencia de luchas culturales, promovidas por los
jornaleros migrantes, ocurren simultáneamente en los espacios productivo y
reproductivo pues los migrantes trabajan y viven en la propiedad del granjero.
Estas luchas culturales se han configurado dentro de múltiples circuitos
migratorios transnacionales creados entre México y Canadá. Las luchas culturales
emergen dentro de las granjas, las viviendas y las comunidades canadienses y
son clave para entender la experiencia migratoria y las prácticas transnacionales
de este grupo de migrantes temporales. Tales luchas culturales han adquirido
matices de género y tienen lugar de manera diferenciada en la geografía rural de
Canadá.
Dentro de estos procesos sociales, el Estado mexicano y el Estado
canadiense se hacen presentes de muchas formas: reclutando a los trabajadores
en el país de origen según la demanda de los empleadores, promoviendo políticas
de migración temporal en el país de recepción, creando instituciones que
administren el PTAT/SAWP en ambas naciones, regulando el trabajo y la vida de
los migrantes dentro de las granjas, las viviendas y las comunidades, manteniendo
el orden social durante la residencia de los trabajadores temporales en Canadá,
legitimando un sistema de relaciones productivas y reproductivas, y jugando el
papel de juez y parte en la disputa entre los migrantes mexicanos y los granjeros
canadienses, bajo la apariencia de un ente por encima de las clases sociales
(Sariego et. al., 1988: 15).
A lo largo de este estudio, el hilo conductor que guiará el análisis de la
problemática social de los jornaleros mexicanos en Canadá es la discusión en
torno al tema de la luchas culturales promovidas por los propios migrantes. He
30
tomado como punto de referencia un concepto que, con diferentes acepciones, ha
sido utilizado en la literatura sociológica y antropológica sobre los migrantes en
Estados Unidos y en Europa (Ong 1991, 1997; Rouse 1992; Cairoli 1998; Mills
1997, 1999; Besserer 2002; Lee 2004). Mi propósito teórico es discutir la viabilidad
de este concepto a partir del análisis del caso concreto de los jornaleros
mexicanos que emigran a Canadá en el marco institucional del programa.
Luchas culturales en los circuitos migratorios transnacionales México-Canadá
El concepto más importante que encontré para caracterizar las múltiples
respuestas de los trabajadores mexicanos frente a su experiencia de migración
transfronteriza en Canadá fue el de lucha cultural. Recupero aquí, el concepto de
lucha cultural con la idea de tratar de trascender el tratamiento de victimización
con el que hasta ahora se ha centrado el análisis de este tema.
Análisis previos dentro de los estudios feministas y transnacionales que
abordan el tema de la lucha cultural (Williams 1989, 1991; Ong 1987, 1991; Rouse
1992; Besserer 2002; Parenti 2006) han puesto énfasis en las experiencias de
resistencia y lucha de diferentes agrupamientos étnicos, de clase y de género en
contra de la hegemonía cultural dentro de un Estado-nación. Para tratar la
experiencia vivida de los trabajadores migrantes mexicanos en Canadá, en el
marco del PTAT/SAWP, y la compleja dinámica social y cultural que la acompaña,
propongo introducir la herramienta conceptual de lucha cultural dentro de un
marco relacional y procesual.
Para los fines del presente trabajo, la noción de LUCHA CULTURAL, será
definida como: un proceso social emergente y continuo de defensa, contestación y
resistencia que ha sido promovido por los grupos subordinados en contra de
diferentes modos de explotación, dominio, control, exclusión y poder ejercidos por
el capitalismo y el Estado-nación. En la lucha cultural los actores van
desarrollando estrategias de subversión y disputa de los significados, los valores,
la producción cultural y simbólica, las prácticas culturales y los sistemas de
creencias de otras formas de vida y las propias. Es una lucha que se va gestando
al interior de la lucha de clases, pero que se va articulando con otras luchas como
31
las de género y de etnicidad13. La lucha cultural se va desarrollando dentro de
campos sociales, en términos de Bourdieu (1984). Supone que el mismo campo
de la cultura es producto de los intereses de otros campos como el de clase, etnia
y género. Dentro del campo del género, la lucha se va proyectando en torno a la
apropiación de la sexualidad, la construcción del género y la reformulación de las
relaciones de género. Es en el marco de un orden sentimental hegemónico visible
y de una contienda de sentimientos imperceptible (Besserer 2002) donde se va
desarrollando la lucha cultural. La lucha cultural es una forma de
transnacionalismo desde abajo de los grupos dominados en su encuentro con el
capitalismo y el Estado-nación.
Las múltiples experiencias vividas por los trabajadores migrantes
mexicanos en Canadá pueden entenderse como luchas culturales en contra de
nuevas y variadas formas de dominio económico y cultural. Desde su posición de
clase, como trabajadores agrícolas, su lucha es económica en contra de la sobre-
explotación de los granjeros canadienses. Desde su posición de género, su lucha
es económica y cultural en contra de viejas y nuevas formas de desigualdad de
género. Desde su posición étnica ellos/as contienden actos y significados frente a
la discriminación étnica de las políticas estatales canadienses que no los
consideran como miembros de la nación. Desde su condición de subalternidad,
como migrantes con estatus temporal y como trabajadores transnacionales van
desarrollando estrategias de resistencia en contra de los mecanismos políticos del
programa y de las políticas mexicanas que no protegen ni defienden sus derechos
laborales. Se trata de una lucha que se va estructurando y transformando tanto en
la vida productiva como en la vida reproductiva de los jornaleros, por el hecho de
que su trabajo y su vida se desarrolla dentro de la propiedad del empleador. Es un
proceso social que hoy podría empezar a orientarse hacia la lucha por la inclusión
social de este grupo dentro de la sociedad canadiense.
Estas luchas culturales emergen de procesos sociales generados como
respuesta a la lógica de globalización, a los cambios en la agricultura canadiense
13 Etnicidad hace referencia a la formación de la identidad entre las personas que tienenexperiencias culturales (idioma, religión, costumbres, etc.) en común (Wall 1992: 274).
32
y a la disciplina capitalista de la industria de la horticultura. El gobierno
canadiense, los granjeros y las comunidades canadienses han instrumentado
políticas de exclusión y discriminación encubierta hacia los migrantes temporales.
Si bien de estas luchas culturales no necesariamente se derivan transformaciones
estructurales, los cambios que los jornaleros y las jornaleras efectúan en sus
actitudes, sus actos cotidianos, en sus estructuras de sentimientos (Williams
1972), en sus conocimientos prácticos, en la organización de su vida diaria
(Besserer 2002), en las percepciones sobre su cuerpo y su sexualidad son parte
de las dinámicas de la sociedad civil. He retomado al argumento de lucha cultural
de Aihwa Ong (1991), quien sustituye el concepto de lucha de clases por el de
lucha cultural. Ong sostiene que:
[L]as luchas y resistencias de los trabajadores con frecuencia no sebasan en la solidaridad o los intereses de clase, sino en el compromisoindividual y en constantes actos encubiertos en contra de diversas formasde control. Los intereses defendidos o la solidaridad construida, a través detales actos, están más frecuentemente relacionados con el parentesco ocon el género que con la clase. (1991: 280-81)
En su estudio histórico de la clase trabajadora, E. P. Thompson (1962)
argumenta que la clase es una formación cultural. En el mismo sentido Ong (1991:
304) propone entender las experiencias de los trabajadores como formas de
luchas culturales contra las nuevas y variadas formas de control. Si insistimos en
estudiar únicamente la agencia de clase, corremos el riesgo de diluir el significado
político de la resistencia cultural en su encuentro con el capitalismo. La
aproximación que hace Ong (1991), me ayuda a entender que las luchas
culturales son el resultado de procesos sociales que tienen lugar en la intersección
de la comunidad transnacional mexicana los trabajadores migrantes mexicanos-
con el régimen transnacional de control canadiense.
La trama conceptual implicada en el concepto de lucha cultural son: cultura,
lucha, justicia, transgresión, insubordinación y lucha de clases. Esta trama
conceptual se propone para entender la vida social de los migrantes mexicanos en
Canadá. Empecemos con un término de vital importancia, el de CULTURA a la que
33
defino como un proceso social total (Williams 1977), un campo en contienda, y
no un mundo estático y compartido de manera uniforme (Thompson 1962). La
cultura es configurada y situada históricamente, intercambiando significados
incompletos y prácticas generadas en entramados de poder y agencia (Ong 1987:
2-3). Desde esta visión, las tradiciones culturales son entendidas como procesos
negociados y movimientos en conflicto (Rosaldo 2006: 163), además, posiciona a
los actores en campos de conflicto interétnico [, de género] y de clases (Díaz
2006: 17). Esta conceptualización, me permite entender a los migrantes
mexicanos trabajando y viviendo procesos sociales totales en dos culturas, en dos
campos en contienda, donde ellos contestan continuamente los significados del
trabajo, del control sobre la sexualidad, de las relaciones de género, de los actos
de discriminación y racismo, de las normas y el orden canadiense, y de la
identidad transnacional.
El término de lucha, tal como aquí se utiliza, es una relación dialéctica entre
intereses confrontados, por ejemplo entre los intereses de un grupo étnico
dominante y los de un grupo étnico subordinado. Para Bourdieu, la lucha se da
cuando los actores sociales desarrollan estrategias de conservación o de
subversión opuestas en su lógica y en su principio (Bourdieu 1999). Las luchas
de los migrantes mexicanos pueden incluir estrategias de conservación o de
subversión frente a intereses de clase, de género o de etnicidad.
Los actores sociales pueden desarrollar actos de transgresión cuando
quebrantan la prohibición establecida por una norma o ley determinada; en cambio
pueden desarrollar actos de insubordinación cuando desobedecen una orden o se
indisciplinan desde una posición de subalternidad. En la vida cotidiana, tanto los
empleadores canadienses como los trabajadores migrantes pueden desarrollar
actos de transgresión al contrato de trabajo, por ejemplo, cuando el empleador no
cumple con las condiciones de trabajo y de vivienda establecidas, y cuando el
trabajador rompe su contrato regresando a México. Los actos de insubordinación
de los migrantes pueden incluir el negarse a ser transferidos a otra granja o el
buscar casarse para solicitar la residencia canadiense. Si consideramos que lo
que la sexualidad es y significa forma parte de la misma lucha cultural, entonces
34
las transgresiones sexuales pueden ser expresiones de lucha que demandan el
ejercicio libre de la sexualidad. No obstante, los actos de insubordinación llegan a
ser una lucha cuando los actores establecen tales actos como estrategias de
subversión con el objetivo de mejorar sus condiciones de trabajo y de vida o de
demandar derechos humanos.
Ahora bien, la conciencia de justicia social es el proceso por el cual los
individuos adquieren un sentimiento y una actitud humana sobre un tipo de
relaciones sociales consideradas admisibles para la convivencia y el desarrollo
humano, bajo principios de igualdad, libertad, paz y democracia. En contraste, la
conciencia de lucha es el proceso a través del cual se participa activamente en
una contienda social; por ejemplo la clase social subordinada debe luchar para
sostenerse o desarrollarse contra la ideología, los significados, los valores y las
creencias que propaga la clase dominante (Williams 1977).
En los estudios culturales y la teoría feminista están quienes plantean que
la diferencia -de clase, etnia y género- continúa siendo constitutiva de cualquier
lucha al afirmar la identidad del grupo (Fraser 1998), y quienes suponen la
eliminación de las diferencias y de la posición estructurada del grupo proponiendo
la desconstrucción de las identidades (Butler 1998). El objetivo de las políticas
culturales es afirmar la diferencia específica de las mujeres, los chicanos, los
homosexuales, los indígenas para desarrollar el distintivo cultural y la identidad del
grupo específico. Hay grupos que le otorgan a este distintivo cultural un significado
de justicia económica e igualdad social (Young 1997: 155-157). Paul Gilroy y
Stuart Hall (citados en Butler 1998: 38) han argumentado, que la raza [el grupo
étnico] debe ser una modalidad en la cual la clase es vivida. En la política de
identidad, las mujeres quieren afirmar los valores específicos de su grupo y la
afinidad con el otro para enfrentar el desprecio por el estereotipo y la
representación cultural (Young 1997: 150). Aquí, planteo que la lucha puede ser
afirmación y negociación de la identidad, porque pienso -junto con otros autores-
que la lucha por la representación y la afirmación cultural debe ser realizada en el
conjunto de la lucha contra la explotación y la dominación sobre las condiciones
35
de las políticas económicas locales, regionales y globales (Escobar citado en
Young 1997: 155).
Si consideramos además, que la identidad es una dimensión culturalmente
construida de la persona, y que tales identidades son asignadas o reasignadas por
uno o varios regímenes (Kearney 1999: 560), entonces veremos que también los
actores sociales pueden negociar la identidad asignada. Las personas pueden, en
ciertos momentos y circunstancias, llegar a trascender los límites discursivos de la
pertenencia a una nación, a un género, a una clase y a un grupo étnico. Así, la
lucha puede ser afirmación o negociación de múltiples procesos identitarios a nivel
local, nacional o transnacional. Los migrantes mexicanos se encuentran a la mitad
del continuo, sujetos tanto a injusticias de la política-económica como a injusticias
de la política cultural, en una sociedad multicultural y multiétnica como la
canadiense.
En la teoría marxista clásica, la clase es una posición dentro de un campo
de valores repartidos de forma desigual. La clase está determinada por la posición
con respecto al modo de producción, de manera que, por ejemplo, se es un
trabajador o un capitalista. La característica primordial de la clase, es que se
trata de una relación basada en el intercambio desigual de un valor económico.
Las relaciones de clase se inscriben en un complejo conjunto de formas y de
prácticas jurídicas, culturales, lingüísticas y corporales (Kearney 1999: 562-563).
Desde esta perspectiva, la lucha de clases se entiende como la existencia de un
conflicto de intereses entre diferentes clases sociales, derivado de un antagonismo
inherente a toda la sociedad estratificada en clases dominadas y clases
dominantes.
En los textos de teoría política y social desarrollada en los ultimo quince
años, los enfoques se han ampliado: antes prevalecía el análisis económico de la
desigualdad de clase, y ahora se aborda ampliamente la clase como un continuo
con las desigualdades de género, etnia o raza. Ya no se trata de la supremacía de
clase, sino que se busca más bien entender el impacto de la subordinación cultural
o el rol crucial de la lucha política y cultural en las relaciones de contienda de la
exclusión (Philips 1997: 143-146).
36
Más que conceptos opuestos, la lucha cultural puede entenderse como
complemento a la lucha de clases. Mientras el concepto de lucha de clases está
relacionado con la organización de la producción, la estructura de la división del
trabajo, las relaciones laborales y las relaciones de poder entre las clases; la
noción de lucha cultural centra la atención en la cultura de resistencia y las
respuestas de los actores adscritas en posiciones de clase, contra previas o
emergentes formas de desigualdad asociadas con la lógica cultural prevaleciente y
hegemónica. En la lucha de clases, lo que se disputa es la producción y la
distribución del valor económico, incluyendo la plusvalía (mejor salario, vivienda,
condiciones de trabajo); por el contrario, en la lucha cultural lo que está en
contienda es la producción cultural, los significados, el sistema de creencias, el
control de la religión, las normas que regulan la sexualidad, la construcción de la
persona y el reconocimiento cultural. La distinción analítica entre lucha de clases y
lucha cultural es exclusivamente teórica, puesto que en el mundo real, las
estructuras, la economía política y los significados de la representación cultural
son inseparables.
Sin dejar de considerar la importancia de la concepción thompsoniana
sobre el carácter histórico de la formación de la clase obrera y del concepto mismo
de lucha de clases, más allá de la conciencia, los intereses, la solidaridad o las
alianzas de clase -de acuerdo con un estricto criterio marxista de clase-, pienso
que la cultura es el lugar donde los trabajadores mexicanos contestan los
significados, los valores y los objetivos acerca de su trabajo y su vida en Canadá.
Esta contienda cultural la desarrollan desde una posición de clase, de género, de
etnia, de nacionalidad y de estatus migratorio. Aquí, me propongo analizar el
conjunto de procesos relacionados con la gestación de luchas culturales
promovidas por los trabajadores mexicanos.
Una perspectiva teórica atenta a las luchas culturales usada conjuntamente
con un marco conceptual sensible a la emergencia de formas de organización
transnacional (Rouse 1992: 27), es fundamental para analizar la problemática de
los migrantes mexicanos en Canadá, porque nos permite restaurar la dimensión
cultural del estudio de su trabajo y su vida transnacional. Es igualmente importante
37
aproximarnos al transnacionalismo desde un enfoque que atienda el interjuego
entre cultura, clase y poder (Rouse 1992: 27). Desde esta corriente teórica, las
luchas culturales no están fijas dentro de comunidades o geografías, ellas
emergen desde procesos sociales donde que es comunidad y qué significa el
espacio son parte de la misma lucha cultural (Besserer 2002: 25). Este trabajo
documenta las luchas culturales silenciadas como experiencias vividas por una
forma de comunidad transnacional mexicana: los trabajadores migrantes
mexicanos en Canadá.
El marco analítico del género, la sexualidad y la identidad
El concepto de género es el punto de partida para plantear desde la investigación
antropológica el análisis de la construcción del género en el contexto de la
migración temporal México-Canadá. Voy a entender el GÉNERO como la
construcción social, cultural e histórica basada en la interpretación social de las
diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres, la cual marcará el destino
de las personas, con una moral diferenciada para unos y para otras. La diferencia
entre los sexos se traduce en desigualdad y subordinación política de las mujeres
como grupo a los hombres (Lamas 1986: 178-190). El género es también una
forma primaria de relaciones significantes de poder (Scott 1990: 44).14 El concepto
de Scott me permite: primero, el análisis de las relaciones de género al interior del
trabajo, pues incorpora el mercado de trabajo como parte del proceso de
construcción del género, contempla a los sujetos individuales y a la organización
social, y pone en el centro del análisis al poder. Segundo, el reconocimiento de las
trabajadoras como actores sociales. Con lo cual podemos rechazar la idea de que
las mujeres están destinadas a sufrir la dominación masculina. Y tercero, la
posibilidad de negación, resistencia, reinterpretación y el juego de la invención e
imaginación metafórica.
14 El género comprende: símbolos y mitos que evocan representaciones múltiples. 2) Conceptosnormativos que manifiestan las interpretaciones de los significados de los símbolos. 3) Nocionespolíticas y referencias a las instituciones y organizaciones sociales; incluye a la familia, el mercadode trabajo, la educación y la política. 4) La construcción de la identidad genérica y su relación conla organización social y las representaciones culturales. Con la comprensión generalizada de lallamada relación natural entre hombres y mujeres son legitimadas las estructuras de jerarquía,diferencia y asimetría entre los sexos (Scott 1990: 44-54).
38
Voy a entender por SEXUALIDAD a: un complejo cultural históricamente
determinado consistente en relaciones sociales, instituciones sociales y políticas
así como en concepciones del mundo, que define la identidad básica del individuo
(Lagarde 1990: 169-170). Incluye desde la organización social del sexo a través
del matrimonio hasta la construcción cultural del sexo mediante el género (Guasch
1993: 86). La sexualidad es construida por la cultura, el poder y el saber en sus
complejas relaciones (Foucault 1982).15 La sexualidad es una construcción social
que es reprimida e incitada a la vez por la sociedad y la cultura (Vendrell 1993:
262).
La experiencia de la sexualidad se relaciona con el establecimiento de un
sistema de reglas y constricciones que se apoyan en [diversas] instituciones, así
como con los cambios en la manera en que los individuos le dan un nuevo sentido
y valor a su conducta, sus deberes, sus placeres, sus sentimientos, sus sueños.
La sexualidad está inserta en una cosmovisión más amplia relacionada con las
formas empleadas por nuestra sociedad para definir tipos de subjetividad, formas
de saber y relaciones entre el hombre y la mujer (Foucault 1982: 9-17). Cada
grupo social define sus propias normas en materia sexual y fija fronteras entre lo
que considera moralmente aceptable y lo reputado como intolerable (Córdova
1999: 47).
Desde una mirada antropológica, la sexualidad humana es lenguaje,
símbolo, norma, rito, mito, transgresión y sanción. La experiencia subjetiva de la
vida sexual es el producto de significados y símbolos intersubjetivos asociados
con la sexualidad en distintos y diversos contextos sociales y culturales. En
nuestra cultura, la sexualidad femenina se encuentra escindida entre la
procreación y el erotismo, además existe el mito de la potencia erótica de los
hombres, sin embargo, las prácticas y las nociones hegemónicas sobre el cuerpo
y la sexualidad han venido cambiando. Por ejemplo, hombres y mujeres, hoy
pueden negociar cuando y con quien quieren tener relaciones sexuales, las formas
del intercambio erótico, las transgresiones, las doble vidas, la maternidad y la
15 La identificación histórica de la sexualidad con la reproducción, es un dispositivo de podergenérico que ha conformado la maternidad en un doble movimiento de afirmación y de negacióndisciplinaria del cuerpo femenino (Luna 2002).
39
paternidad. La sexualidad también es algo que se puede negociar, al mismo
tiempo que se afirma y se defiende. Articulada a un sistema de género y de
parentesco, la sexualidad es a la vez una dimensión intrínseca al trabajo.
Dentro de la sociología y la antropología del trabajo, los estudios que se
han preocupado por introducir la dimensión de género en lo cultural y en los
procesos de trabajo, se han basado en la teoría de las organizaciones. Silvia
Gherardi sostiene que: la organización de la sexualidad es una práctica social que
impone explicita y culturalmente reglas elaboradas de comportamiento y de
validez local (1995 citada en Dellinger 2002). En contraste con la visión que
entiende la sexualidad y el género como simples características que el trabajador
individualmente lleva consigo al lugar de trabajo, están quienes han examinado la
manera en que distintas prácticas y costumbres constituyen una forma específica
de organización de la sexualidad en el lugar de trabajo (Adkins 1995; Allison 1994;
Burrell y Hearn 1989; Giuffre y Williams 1994, 2000; Gutek 1985; Hearn y Parkin
1987; Loe 1996; Salzinger 2000; Williams y Britton 1995; Woods y Lucas 1993;
Dellinger 2000, citados en Dellinger 2002). Desde esta vertiente teórica, Kirsten
Dellinger (2002: 3-24) muestra cómo las normas locales juegan un papel
importante en las expresiones apropiadas o inapropiadas de la sexualidad y del
género en el trabajo. Las organizaciones tienen normas con respecto al género y
la sexualidad, construidas dentro de sus estructuras y en las culturas del lugar de
trabajo (Acker 1990, 1992 citada en Dellinger 2002). Para mi investigación, este
enfoque resulta pertinente para entender cómo las empresas canadienses y los
estados-nación mexicano y canadiense -como organizaciones sociales-
construyen normas de comportamiento con respecto a la sexualidad y al género.
Estas reglas son construidas dentro de sus estructuras, en las culturas del lugar
de trabajo y en el marco institucional del programa. Las reglas de comportamiento
sexual y de género son impuestas explicita y culturalmente para dar validez a la
cultura local canadiense. Dichas normas imponen lo que es aceptable o
inaceptable de la sexualidad de los migrantes mexicanos durante su trabajo y su
vida en Canadá.
40
Las organizaciones las granjas- pueden ser vistas como escenas de poder
y control tanto del género como de la sexualidad (Burrell y Hearn 1989: 26). El
comportamiento sexual en las organizaciones ha sido visto como personal,
individual e invisible, entre otras razones, porque la gente es más inconsciente a
los efectos de la jerarquía, las reglas, las normas y las políticas de las
organizaciones sobre el comportamiento de las personas. No obstante, esto no
permite observar cuando el comportamiento es acoso sexual ni saber que el sexo
es visible en el comportamiento sexual de las mujeres pero no en el de los
hombres el cual se promueve que continúe invisible. Esta visión facilita la
transferencia de la culpa de los encuentros sexuales hacia las mujeres quienes
deben ser cuidadosas en el ejercicio de su sexualidad en el lugar de trabajo
(Gutek 1989: 67). El reconocimiento de que el comportamiento sexual en el trabajo
dentro de las granjas canadienses es un fenómeno organizacional público implica
un estudio más profundo de la sexualidad y del género en las empresas y en el
marco institucional del programa. Aquí, apenas intento explorar el tema y proponer
algunos ejes de reflexión.
Me voy a referir a la IDENTIDAD TRANSNACIONAL como una dimensión
culturalmente construida de la persona, particularmente de los migrantes que
desde su condición transnacional cruzan las fronteras nacionales. Las fronteras
clasifican a las personas, operan como filtros de valor y modifican las identidades
de los migrantes. Se caracteriza como doble conciencia o identidad híbrida
pues los migrantes están sujetos a un doble proceso de construcción nacional. Las
identidades son asignadas y reasignadas por uno o varios regímenes encargados
de trazar y hacer respetar las fronteras. Con las fronteras y los regímenes se
crean identidades subalternas (Kearney 1999: 560-569). Las identidades se
construyen, se negocian, se acaban y se reformulan. Pueden transitar entre la
identidad del yo soy con un lugar común de origen y de regreso, y la identidad
del yo seré que proviene de la experiencia común de los migrantes en un
contexto específico que no se sustenta en el pasado común sino en el futuro. (Hall
1990: 222; Besserer 1999: 10-38). Pueden transitar de una identidad excluyente
situada de manera esencialista a una identidad incluyente situada por arriba de
41
la identidad nacional (Besserer 1999: 19). Este concepto me permite explicar la
complejidad paradójica de la condición identitaria de los migrantes mexicanos: en
el discurso hegemónico canadiense, los migrantes son trabajadores agrícolas
temporales pero no son considerados como potenciales miembros de la nación,
son trabajadores legales pero no cuentan con estatus legal pleno. No obstante, un
migrante mexicano puede tener sentido de pertenencia tanto al lugar de origen
como al lugar de destino, y puede identificarse como trabajador agrícola de ambas
naciones.
Aquí, propongo un enfoque que interrelaciona los factores estructurales y
subjetivos del trabajo. Parto de la consideración de que tanto la situación
estructural como la experiencia de los trabajadores son importantes para
comprender y explicar los cambios que recientemente se están generando en los
campos agrícolas mexicano y canadiense. En la literatura dedicada a la temática
sobre género, trabajo y cultura, es posible constatar que los estudios que analizan
las relaciones objetivas, se centran en el mercado y las condiciones de trabajo
desde formulaciones teóricas bien cimentadas. Sin embargo, esto no sucede en
los análisis sobre las implicaciones subjetivas en el trabajo, en donde se
encuentran investigaciones con diversas ideas sobre el significado de la cultura.
Por ello, para el análisis de los aspectos subjetivos recupero la perspectiva
de la antropología de la experiencia (véase Turner 1986; Díaz 1997; Throop 2003,
entre otros) porque es posible explorar los significados de la experiencia vivida por
los trabajadores migrantes. Para el estudio de los factores objetivos retomo la
óptica de la antropología de la globalización (Giddens 1990, 2003; Inda y Rosaldo
2002; Appadurai 2002; Ong 2002; Ferguson y James 2002; entre otros), porque
me permite explicar los complejos circuitos de interconexión cultural y movilidad
laboral en los que participan los jornaleros mexicanos en el territorio canadiense.
Así, puedo situar a Leamington en contextos más amplios y en su relación con
otras comunidades canadienses.
Mi propuesta de investigación, se inserta en la polémica de los procesos
trasnacionales que articulan el análisis de las relaciones de trabajo, la migración
transfronteriza y las políticas de género. Adopta una perspectiva de género para
42
tratar de explicar cómo las nuevas formas de organización del trabajo
transnacional están transformando las relaciones de género, la sexualidad, la
identidad, la estructura familiar, las relaciones laborales, los espacios de trabajo y
los procesos socio-culturales en los que participan los trabajadores mexicanos en
el Canadá y el México rurales.
Metodología
En esta investigación, propuse un estudio de caso de la industria de la horticultura
de Leamigton, porque es justo el área de mayor concentración de trabajadores
migrantes mexicanos (34% de más de 7,500 trabajadores migrantes en Ontario-
STyPS y FARMS 2002); y porque es también aquí donde están localizadas 33%
de 2,109 granjas del Municipio Essex al cual pertenece Leamington (The
Municipality of Leamington 2002).
He utilizado un acercamiento microsocial y una combinación de
metodología cuantitativa y cualitativa que me permitió: 1) elaborar un perfil básico
de los trabajadores mexicanos por sexo, edad, lugar de origen, estado civil,
número de hijos y escolaridad; 2) identificar los circuitos migratorios
transnacionales masculinos y femeninos de los migrantes mexicanos; y 3)
privilegiar las prácticas, las relaciones sociales y los significados construidos por
los trabajadores en torno a sí mismos, a su experiencia laboral y a su vida
transnacional en las granjas y las comunidades canadienses. He centrado la
atención en el contexto de Leamington, pero en algunos momentos comparo lo
que sucede en otros casos como Simcoe y Niagara On The Lake.
El sustento fundamental de la información tiene como base el trabajo de
campo realizado de mayo a julio de 2003 y de abril a septiembre de 2004, sobre
todo, en el área de Leamington. Incluye también la consulta de fuentes
bibliográficas, hemerográficas y estadísticas oficiales sobre el programa.
El estudio se sustenta en el uso simultáneo de varias técnicas de
investigación: las entrevistas en profundidad se aplicaron a 55 trabajadores que
laboraron, durante la temporada 2003, en las granjas de Leamington. También
entrevisté -en México, en las oficinas de la STyPS, de febrero a abril del mismo
43
año- a 28 trabajadores con contrato de trabajo para Ontario. De igual modo,
entrevisté a 27 trabajadores en Leamington, Simcoe y Niagara On The Lake
durante el verano de 2004. Sumando un total de 110 entrevistas en profundidad,
de las cuales, el 46% fueron con mujeres.
Las entrevistas semiestructuradas se hicieron a algunos migrantes
mexicanos que habiendo participado en el programa se quedaron a vivir con su
familia en Leamington. Las entrevistas abiertas fueron a varios representantes de
los granjeros de Leamington, así como del Consulado Mexicano en Toronto, de la
STyPS, de Servicios de Administración de Recursos Agrícolas Extranjeros
(Foreign Agricultural Resources Management Services, FARMS) y de Desarrollo
de Recursos Humanos de Canadá (Human Resources and Development Canada,
HRDC), además, de las organizaciones sociales canadienses que proveen
servicios a los migrantes (Migrant Agricultural Worker Support Centres de
Leamington, Virgil y Simcoe en Ontario; South Essex Community Council-SECC;
Enlace Community Link Inc.; y Justice for Migrant Workers). Asimismo, entrevisté
a personajes claves de la comunidad como sacerdotes de la iglesia católica y
residentes de Leamington.
Las entrevistas de las y los jornaleros fueron contrastadas con la
información obtenida en entrevistas con otros informantes, además de fuentes
escritas de organizaciones sociales y comunitarias, de periódicos locales y
provinciales, y con los hallazgos de otras investigaciones.
Los recorridos de campo, la observación participante y etnográfica fueron
fundamentales para el registro de información sobre la vida y el trabajo de los
jornaleros en las granjas, en las viviendas, en el centro urbano de Leamington, en
los supermercados y comercios donde compran sus alimentos, en los
restaurantes, en los bancos donde realizan gestiones bancarias, en las agencias
donde envían dinero a México, en las agencias donde pagan impuestos al
gobierno canadiense, en las casetas donde llaman por teléfono a sus familias, en
los campos donde juegan fútbol, en los bares donde toman y bailan, en los centros
donde asisten a tomar clases de inglés, en la iglesia donde asisten a la misa
dominical, en las calles y caminos rurales por donde transitan con sus bicicletas, y
44
en los campos agrícolas donde cosechan los cultivos para los consumidores
canadienses y estadounidenses.
El eje de análisis privilegiado es el mundo de la producción, pero desde ahí
veo el mundo reproductivo, porque ambas dimensiones están aliadas ya que el
trabajo y la vida de los migrantes tiene lugar simultáneamente en las granjas y
viviendas propiedad de los granjeros. Por ello, el impacto de los cambios en el
proceso laboral sobre las relaciones de género puede ser muy fuerte.
Desafortunadamente se tiene poca información sobre las experiencias
vividas en torno al género, la sexualidad y la identidad entre los migrantes
mexicanos en Canadá. Una limitación del presente estudio fue la dificultad al
recabar información con respecto al comportamiento sexual de los migrantes.
Durante las primeras entrevistas la mayoría de las trabajadoras y los trabajadores
no estaban dispuestos a hablar sobre el tema y me contestaban eso es personal .
Sin embargo, después de conocernos con mayor profundidad y en un ambiente de
más confianza, hubo quienes si quisieron hablar más abiertamente sobre el tema
e incluso hubo quienes me confiaron sus escritos, poemas, cuentos y canciones
donde narraban sus relaciones amorosas.
La muestra no es probabilística pues se trata de un estudio exploratorio, por
lo cual los resultados deberán considerarse como puntos de partida que
descubren o subrayan dimensiones relevantes a ser retomadas en investigaciones
futuras, así como para la formulación de políticas migratorias sobre bases de
mejor comprensión de la situación de los migrantes mexicanos en Canadá.
Estructura del trabajo
La tesis está organizada pensando en desarrollar el punto central del estudio
acerca de las luchas culturales promovidas por los migrantes mexicanos dentro de
las granjas y las comunidades canadienses en el contexto del PTAT/SAWP. Para
ello, he dividido el trabajo en cuatro capítulos.
En el primer capítulo expongo el contexto social, económico y político en
donde se desarrollan las luchas culturales de los migrantes mexicanos: los
circuitos migratorios transnacionales creados entre México y Canadá. Primero
45
describo brevemente el marco institucional del PTAT/SAWP. Después expongo las
características de los trabajadores migrantes por género. En seguida identifico los
circuitos migratorios transnacionales por género, sobre todo en Ontario y en
Leamington. Finalmente me detengo en el análisis de las condiciones de trabajo y
de vida de los migrantes.
En el segundo capítulo, argumento que al mismo tiempo que la industria de
la horticultura canadiense se ha venido concentrando y expandiendo, también se
ha generado un nuevo régimen laboral flexible basado en criterios de género,
etnia, clase, estatus migratorio y nacionalidad. Luego examino los procesos de
exclusión, discriminación y racismo que han vivido cotidianamente los migrantes
mexicanos en Canadá. Enseguida desarrollo el argumento de la configuración de
luchas culturales promovidas por las y los jornaleros orientadas a mejorar sus
condiciones de trabajo y de vida en Canadá. Como veremos, las luchas culturales
emergen de procesos sociales generados como respuesta a la sobreexplotación y
el control de los empleadores, a los mecanismos políticos del programa, al control
de la sexualidad, a la discriminación étnica y las políticas canadienses que no los
consideran como miembros de la nación, a las políticas mexicanas que no
protegen y defienden sus derechos, y a viejas y nuevas formas de desigualdad y
de exclusión social.
En el tercer capitulo exploro los procesos de control sobre el trabajo, la
sexualidad y la vida social de los migrantes ejercidos por los granjeros, los
gobiernos canadiense y mexicano así como las respuestas a dicho control de
parte de los trabajadores mexicanos. Examino los efectos del trabajo y de la vida
de los jornaleros sobre las relaciones de género y la sexualidad en las granjas y
las comunidades canadienses. Mi argumento es que los trabajadores y las
trabajadoras han desarrollado nuevas formas de sexualidad y han transformado
sus identidades como resultado de su experiencia migratoria en Canadá. Esto ha
sucedido a pesar de la aplicación cotidiana de técnicas disciplinarias, de políticas
restrictivas laborales y de normas de control del cuerpo y de la sexualidad
instrumentadas en las empresas y las comunidades canadienses.
46
Por último, el cuarto capítulo analiza las luchas culturales de los migrantes
mexicanos orientadas hacia procesos de autoafirmación como seres humanos, en
una nación como la canadiense que los hace sentir que no valen, que no tienen
derechos, que lo único importante es su trabajo, pero no su persona. Sugiero que
la experiencia de alteridad entre los trabajadores migrantes es una vía
prometedora, aún inexplorada, para documentar las formas en las cuales ellos/as
se reúnen y se alteran en los cruces con los migrantes caribeños y los residentes
canadienses. Finalmente, examino las direcciones futuras a las que se dirige la
contienda transnacional de los migrantes mexicanos como protagonistas
principales pero también de parte de otros actores sociales. Termino exponiendo
algunas reflexiones sobre hasta qué punto la propuesta teórica de luchas
culturales nos permiten explicar la experiencia migratoria de los jornaleros
mexicanos que trabajan y viven en ambas naciones.
Espero que esta investigación sea de utilidad para quienes se interesan en
el estudio de la migración de mexicanos en Canadá en el marco del PTAT/SAWP.
Mi propósito es aportar algunos ejes de reflexión sobre la configuración de luchas
culturales promovidas por los migrantes mexicanos en múltiples circuitos
migratorios transnacionales dentro del sector más moderno de la agricultura
canadiense. Este trabajo pone en el centro de atención las percepciones y
aspiraciones de los jornaleros y las jornaleras migrantes, como sujetos activos de
una historia de controversias que tienen como escenario el contexto rural de
Canadá y de México.
47
CAPITULO I.
Circuitos migratorios transnacionales de jornaleros mexicanos en Canadá
Me vine a trabajar a esta ciudad. Queriendo progresar llegué a Canadá.Conocí amigos de mi México lindo y también amigos de otros países. Yahora estoy con una nostalgia, extraño [a] los míos, mis queridos niños. Veocaer la nieve, veo brillar el sol, y un gran lago, cual inmenso mar. Yo lleguélegal, con papeles buenos, a la Farma Muns [Munshaw Farms LTD,Newmarket, Condado de York] de Canadá. Conocí a Gerardo, al amigoPaul, la güera Nancy y a la gran Helen. Conocí lugares de ese pueblo bello,y aunque muy pequeño, te roba el sueño. Y por eso hoy, canto esta canción,por unos amigos que conocí hoy. Y algún día vendré, lleno de ilusión, y talvez tender en mi corazón, algunos recuerdos tal vez muy sinceros, deaquéllos tiempos, que fueron muy tiernos. Veo brillar la luna, veo ocultar elsol, sigo mi camino, como un peregrino. Y sólo les digo, canten conmigo,recen la oración del peregrino (Canción de un trabajador: El peregrinoregistrado con su seudónimo The Panther, en Registro Público del Derechode Autor, SEP, 2001).
1.1 Migración legal, temporal y controlada
Hace más de tres décadas que los gobiernos de México y Canadá firmaron un
acuerdo bilateral para el empleo de jornaleros mexicanos en la agricultura
canadiense.16 El acuerdo es implementado a través del Programa de Trabajadores
Agrícolas Migratorios Temporales Mexicanos en Canadá (PTAT).17 Mientras que
las migraciones internas y las indocumentadas a Estados Unidos están
16 El Carácter legal de la migración de trabajadores mexicanos en Canadá tiene sustento en ElMemorandum de Entendimiento, con sus Normas Operativas y el Acuerdo para el EmpleoTemporal de Trabajadores Agricolas Mexicanos con Canada firmado por ambos gobiernos en1974. El Acuerdo funciona como contrato de trabajo entre los trabajadores mexicanos y losgranjeros canadienses que participan. En el Acuerdo también se describen las condiciones detrabajo.17 Por México, la operación del programa está a cargo de la STyPS, la cual recluta, selecciona yrevisa la documentación de los trabajadores. La Secretaría de Salud y el Gobierno del DistritoFederal certifican el estado de salud de los trabajadores. La Secretaría de Gobernación (SEGOB) yla Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) extienden la documentación migratoria del trabajador.La SRE a través del Consulado Mexicano en Toronto, Vancouver, Montreal y Calgary coordinan elprograma y dan seguimiento a los migrantes estando en Canadá. Desde 2003 se descentralizó ladifusión, el reclutamiento, la selección y la entrega del reporte de retorno hacia los Sistemas deEmpleo Estatales (SEE), en los lugares de origen de los trabajadores. Por Canadá, el programa anivel federal está a cargo de Desarrollo de Recursos Humanos de Canadá (Human Resources andDevelopment Canada, HRDC) la cual aprueba el reclutamiento, la selección y la documentacion delos trabajadores. A nivel provincial el proceso es administrado por las agencias privadas deServicios de Administración de Recursos Agrícolas Extranjeros (Foreign Agricultural ResourceManagement Services, FARMS) en Ontario, Manitoba, Saskatchewan y Columbia Británica; y deFundación de Compañías Contratadoras de Empleo Agrícola Extranjero (Fondation des Entreprisesen Recrutement de Main-D Oeuvre Agricole Etrangere, FERME) en Quebec, Nueva Escocia, Isladel Príncipe Eduardo y Nuevo Brunswick.
48
desreguladas, no sucede lo mismo con las migraciones a Canadá, las cuales
están estrictamente controladas y legalizadas para impedir la permanencia de los
migrantes mexicanos en territorio canadiense y regular el flujo migratorio de mano
de obra justo en la cantidad, el tiempo y la calidad requeridas por los empleadores.
El número de trabajadores que han emigrado de México a Canadá a través
del programa (147, 345 de 1974 a 2006) representan una fracción pequeña
comparada con el Convenio Bracero mexicano-estadounidense por medio del cual
durante 22 años más de cinco millones de mexicanos trabajaron temporalmente
en Estados Unidos (Binford 2002: 2). No obstante, el circuito de migración
internacional entre México y Canadá ha tenido un profundo impacto en distintos
procesos y a diferentes niveles: 1) en la creciente expansión y concentración de la
industria de la horticultura canadiense (Verduzco 1999; Basok 2002; Weston y
Scarpa de Masellis 2004); 2) en la transformación de las relaciones laborales y la
reorganización social de los procesos de trabajo agrícolas (Satzewich 1991; Wall
1992; Basok 2002); 3) en las vulnerables condiciones de trabajo y de vida de los
jornaleros migrantes, así como en el ejercicio limitado de sus derechos
comparados con la situación de los trabajadores canadienses (Colby 1997; Smart
1998; Barrón 1999, 2000; Basok 1999, 2000b, 2002; Preibisch 2000; Mellado
2000; Vanegas 2000, 2003ab; Binford 2002; Griffith 2004); 4) en el desarrollo de
las comunidades de origen (Basok 2000a, 2003a; Verduzco y Lozano 2004), 5) en
el desarrollo de las comunidades de destino (Bauder y Corbin 2002; Bauder,
Preibisch, Sutherland y Nash 2003, Preibisch 2004a), y 6) en el surgimiento de
organizaciones sociales que defienden los derechos de los migrantes (Sharma
2000, 2001, 2002; UFCW 2001, 2002; Comisión para la Cooperación Laboral
2002; Basok 2003b; Encalada 2003; Pickard 2003; Verma 2004).
En la literatura existente sobre el tema, han sido olvidados dos problemas.
Por un lado, los efectos del programa en el trabajo y la vida de las jornaleras
migrantes mexicanas, y por otro, la creación de múltiples circuitos migratorios
transnacionales de jornaleros entre México y Canadá. El circuito en conjunto
constituye el campo principal donde los migrantes mexicanos desarrollan y
49
mantienen lazos sociales, y es el escenario primario en el cual orquestan sus
vidas entre las dos culturas.
Este capítulo muestra el contexto social, económico y político donde se
desarrollan las emergentes luchas culturales de los migrantes mexicanos: los
circuitos migratorios transnacionales México-Canadá. Se basa en gran medida en
fuentes estadísticas para conocer las características de los protagonistas de estas
luchas culturales. Para ilustrar el proceso de creación de los circuitos migratorios
transnacionales, analizo el caso de Leamington, debido a que es una de las
regiones donde se concentra una demanda significativa de migrantes mexicanos
en el Ontario rural.
¿El programa migratorio canadiense modelo para Estados Unidos?
La migración de trabajadores de México a Canadá forma parte de un proceso
global que involucra un conjunto de fenómenos transnacionales simultáneos en las
comunidades de origen y las comunidades de destino. Este conjunto de
movimientos a distintas escalas se articula con la migración de trabajadores
mexicanos a Estados Unidos. Entre 1942 y 1964 los migrantes mexicanos
trabajaron temporalmente en la agricultura de California en Estados Unidos en el
marco de un acuerdo firmado entre ambas naciones. Sin embargo dicho acuerdo
se terminó drásticamente después de 22 años en medio de fricciones entre los dos
gobiernos. El Programa Bracero falló debido a la alta deserción de los
trabajadores. Con este programa se generó un flujo creciente de migrantes
indocumentados en otros sectores de la economía. El flujo migratorio México-
Estados Unidos continúa siendo un punto de conflicto entre los dos países.
Hoy en día, los migrantes mexicanos constituyen 10 millones en Estados
Unidos y representan entre 15% y 18% de la Población Económicamente Activa
de México (Durand 2005). Además, la población de origen mexicano que reside en
EU es de 28.8 millones de personas entre emigrantes nacidos en México y
ciudadanos norteamericanos de ascendencia mexicana (García 2005).
Recientemente está operando un nuevo convenio con visas de trabajo temporal H-
2A, a través de las cuales se emplean a trabajadores agrícolas siguiendo el
50
modelo canadiense. La contratación se realiza a través de las asociaciones de
granjeros, tan sólo la Asociación de Granjeros de Carolina del Norte controla 135
mil visas (Trigueros 2006).
A diferencia del Programa Bracero con Estados Unidos, el PTAT/SAWP ha
permanecido durante más de 30 años como una política de migración laboral y
temporal de jornaleros mexicanos que satisface la demanda, fundamentalmente,
de la industria de la horticultura canadiense. El programa con Canadá se ha
caracterizado por: la estricta regulación política de las migraciones y su carácter
legal (Barrón 2000; Basok 2000b; Verma 2004; Binford 2002); el retorno de la
mayoría de los trabajadores a sus lugares de origen (Verduzco 1999); el
incremento sostenido de la demanda de fuerza de trabajo que requieren las
regiones de mayor actividad agrícola (Sharma 1995; Smart 1998; Basok 1999;
Preibisch 2000; Sandoval y Vanegas 2001; Vanegas 2003ab; Pickard 2003;
Weston y Scarpa de Masellis 2004); y el flujo de trabajadores temporales de las
comunidades rurales pobres mexicanas (Colby 1997; Basok 2000a, 2002, 2003a;
Binford 2002; Verduzco y Lozano 2004).
A pesar de las múltiples irregularidades laborales, oficialmente, el programa
canadiense se considera como lo mejor de las políticas de migración
internacional 18 o como modelo de las mejores prácticas en la participación de
trabajadores migrantes en beneficio económico del proyecto de globalización
(Weston y Scarpa de Masellis 2004). Aparentemente, el programa se ha
desarrollado sin conflictos, sin embargo en la práctica también hay fuertes
tensiones y disputas tanto en las instituciones públicas y agencias privadas que
administran el programa, como entre los trabajadores migrantes, los empleadores
y las organizaciones sociales canadienses. Sin embargo, el PTAT/SAWP está muy
lejos de ser modelo de lo mejor de las prácticas de migración (véase Basok 2002;
Preibisch 2004a, 2004b; Verduzco y Lozano 2004; Weston y Scarpa de Masellis
2004; Verma 2004; entre otros) mientras no se reformule y se mejoren las
condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores migrantes.
18 Véase: Dave Greenhill, Managed Migration Best Practices and Public Policy The CanadianExperience presentado en el taller sobre Best Practices Related to Migrant Workers, Santiago deChile, junio 19-20, 2000.
51
No obstante la estructura de poder asimétrica entre ambas naciones, para
Canadá la operación del programa le ha permitido mantener una mano de obra
barata, especializada y flexible con altos niveles de productividad, en comparación
con los trabajadores caribeños o canadienses. Mientras que para México, como
hemos visto, han adquirido particular relevancia las remesas que envían los
migrantes al país.
Expansión y consolidación del programa en México y en Canadá
Desde 2001 a la fecha, las migraciones de los jornaleros mexicanos hacia Canadá
han presentado un incremento inusitado. Durante la temporada 2006 fueron
empleados casi 13 mil trabajadores mexicanos comparados con los nueve mil
trabajadores de 1999 (cuadro 1). Es notorio que en los últimos seis años se
concentra alrededor de la mitad del total del empleo temporal generado durante
más de tres décadas del programa. Al mismo tiempo creció con claridad el número
de empleadores canadienses y de provincias que demandaron mano de obra
mexicana a través del programa, pasando de cerca de 1,800 empleadores en
2001 a 2,175 en 2005 (1,759 en Ontario, 353 en Quebec, 29 en Alberta, 20 en
Columbia Británica y 18 en el resto de las provincias). De la misma manera, el
programa se extendió de cuatro provincias hasta 2002 (Ontario, Quebec, Manitoba
y Alberta) a nueve provincias a partir de 2004 (incluyendo Isla del Príncipe
Eduardo, Nueva Brunswick, Saskatchewan, Nueva Escocia y Columbia Británica).
Hoy en día se emplean en el mercado de trabajo agrícola canadiense, a
través del PTAT/SAWP a 12,432 jornaleros mexicanos, hombres, comparados con
los 203 trabajadores de hace 32 años, como se muestra en el Cuadro 1. Por otra
parte, fueron empleadas cerca de 400 trabajadoras mexicanas, en 2006,
comparadas con 37 jornaleras empleadas hace 17 años.
52
Cuadro 1Jornaleros mexicanos empleados en Canadá por sexo, 1974-2006
Año Total Hombres MujeresNo. % No. %
1974 203 203 100.00 -- --1975 402 402 100.00 -- --1976 533 533 100.00 -- --1977 495 495 100.00 -- --1978 543 543 100.00 -- --1979 553 553 100.00 -- --1980 678 678 100.00 -- --1981 655 655 100.00 -- --1982 696 696 100.00 -- --1983 615 615 100.00 -- --1984 672 672 100.00 -- --1985 834 834 100.00 -- --1986 1,007 1,007 100.00 -- --1987 1,538 1,538 100.00 -- --1988 2,623 2,623 100.00 -- --1989 4,414 4,377 99.16 37 0.841990 5,143 5,067 98.52 76 1.481991 5,148 5,071 98.50 77 1.501992 4,778 4,701 98.38 77 1.621993 4,866 4,794 98.52 72 1.481994 4,910 4,862 99.02 48 0.981995 4,886 4,830 98.85 56 1.151996 5,211 5,154 98.90 57 1.101997 5,647 5,580 98.81 67 1.191998 6,486 6,341 97.76 145 2.241999 7,574 7,409 97.82 165 2.182000 9,175 8,945 97.49 230 2.502001 10,529 10,160 96.49 369 3.512002 10,681 10,337 96.78 344 3.222003 10,595 10,292 97.14 303 2.862004 10,708 10,375 96.89 333 3.112005 11,720 11,377 97.07 343 2.932006 12,827 12,432 96.92 395 3.08
Total 147,345 144,151 -- 3,194 --Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 1998-2006. Elaboración propia. 19
Es cierto que se trata, todavía, de un reducido porcentaje (3%) de
trabajadoras comparado con el de los trabajadores, no obstante, también se
observa una tendencia creciente en su empleo dentro de la agricultura
canadiense. Si analizamos las variaciones en el flujo de la migración femenina y
19 Debido a que las estadísticas de la STyPS no coinciden ni con las del Consulado Mexicano nicon las de FARMS, aquí retomo únicamente las de la Secretaría del Trabajo.
53
masculina, veremos que el flujo de la migración y la tasa de crecimiento entre
1990 y 2006 ha sido más rápida y ha tenido mayores variaciones en las mujeres
que en los hombres, como se muestra en la gráfica siguiente:
-50
0
50
100
150
1990 1993 1996 1999 2002 2005
Incr
emen
to/d
ecre
men
to
Hombres Mujeres
Gráfica 1. Flujo migratorio de trabajadores mexicanos por género, 1990-2006.Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 1998-2006. Elaboración propia.
Jornaleros migrantes del centro de México y de toda la república
La mayoría de los trabajadores que participan en el PTAT/SAWP son mexicanos y
provienen fundamentalmente del centro de México (cuadro 2). Hasta 1994, la
entidad de mayor flujo migratorio a Canadá había sido Guanajuato, con 26.5% de
un total de 4,910 trabajadores. Esta situación cambió pues de 1996 a 2000, la
mayor parte del flujo migratorio provino de Tlaxcala con un promedio de 22.6%.
(véase Verduzco y Lozano 2004: 13). Un nuevo cambio se presentó a partir de
2001, cuando el estado de México se perfiló con el mayor número de trabajadores
mexicanos (22.5% de 10,529 migrantes) que emigraron a Canadá (cuadro 2).
Para la temporada 2006, el mayor flujo migratorio (61%) de los jornaleros
continuó proviniendo de seis estados: México (21.3%), Tlaxcala (15.5%), Puebla
(6.7%), Guanajuato (6.1%), Morelos (5.7%) e Hidalgo (5.6%). Sin embargo, llama
la atención que la importancia de estas entidades en el flujo migratorio a Canadá
54
disminuyó 9.3% con respecto a 2002, tal reducción se explica como resultado de
la descentralización del programa hacia otras entidades de la república.
Cuadro 2Jornaleros mexicanos en Canadá por estado de origen, 2000-2006
Estado 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006Aguascalientes 2 11 6 5 2 12 12Baja California Sur 0 0 9 15 29 29 28Campeche 5 49 56 52 51 73 107Chiapas 46 88 95 73 145 193 253Coahuila 0 29 75 117 91 99 133Colima 0 0 4 15 9 23 32Chihuahua 5 4 9 1 2 16 31Distrito Federal 295 322 280 258 270 277 254Durango 3 16 103 106 179 167 237Guanajuato 957 918 1,021 799 771 797 785Guerrero 29 36 30 61 58 87 172Hidalgo 696 717 655 619 662 667 716Jalisco 133 253 341 184 153 211 266México Estado de 2033 2390 2402 2,527 2,439 2780 2734Michoacán 390 385 431 442 469 523 611Morelos 821 902 749 779 767 753 729Nayarit 3 12 132 138 112 144 173Nuevo León 0 0 1 0 19 28 37Oaxaca 420 456 546 497 507 574 673Puebla 999 1040 841 884 849 773 861Querétaro 43 45 38 42 64 59 74Quintana Roo 3 0 0 11 4 36 48San Luis Potosí 70 152 254 252 201 259 314Sinaloa 0 5 12 38 100 150 197Sonora 0 50 23 11 74 66 104Tabasco 20 79 106 98 63 123 159Tamaulipas 2 11 5 6 7 18 27Tlaxcala 2037 2061 1834 1881 1907 1879 1982Veracruz 129 447 511 514 610 637 761Yucatán 2 4 37 104 79 183 172Zacatecas 32 47 75 65 15 84 145
Total 9175 10529 10681 10595 10708 11720 12827Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 2001-2006. Elaboración propia.
El flujo migratorio de jornaleros mexicanos a Canadá en los últimos seis
años ha disminuido en algunas regiones del centro de México y se ha
incrementado en el resto de los estados de la república. Por ejemplo, la
participación de migrantes originarios de Guanajuato descendió 18%, en Puebla
55
13.8%, en Morelos 11.2% y en Tlaxcala 2.7%. En cambio, aumentó
considerablemente el número de migrantes del estado de México con 34.5% y de
Hidalgo con 2.9%. De las nuevas zonas expulsoras, las entidades que tuvieron un
incremento considerable fueron Yucatán, Tabasco, Nayarit, San Luis Potosí,
Durango, Quintana Roo, Campeche y Zacatecas. Llama también la atención la
importancia que están adquiriendo los estados que no participaban en el programa
hasta antes de 2000 como Sonora, Sinaloa y Coahuila.
La migración de jornaleros mexicanos a Canadá es un fenómeno que tiene
más de tres décadas, pero hoy en día presenta cambios sustanciales respecto a
su forma tradicional. Desde el principio del programa y a la fecha, éste fenómeno
se ha pensado como una tendencia migratoria del centro de México a Ontario. Sin
embargo, desde el año 2000 se han generado importantes cambios tanto en
México como en Canadá que se expresan en nuevas modalidades y patrones
migratorios. A diferencia de los años noventa, la situación actual se distingue
porque la migración de jornaleros mexicanos no sólo se ha intensificado en cuanto
al número de trabajadores empleados, sino también se ha extendido en cuanto al
número de empleadores, de sectores económicos y de provincias canadienses
donde son empleados. Hallazgos similares han sido reportados por otros
investigadores (Basok 2002; Preibisch 2004b; Verduzco y Lozano 2004). Así, los
flujos migratorios se han diversificado en las comunidades de origen, en las
comunidades de destino, en las formas y en los tiempos de migración dando como
resultado una multiplicidad de circuitos migratorios transnacionales entre México y
Canadá (véase mapa 1 en anexos).
Jornaleros migrantes mexicanos en nueve provincias canadienses
Hoy en día, los trabajadores mexicanos se han concentrado en tres provincias:
Ontario, Quebec y Columbia Británica. De hecho hasta 2002, 76% de los
jornaleros laboraban en Ontario y 20% en Quebec, en la llamada región de los
Grandes Lagos. Hasta el año 2000, los trabajadores mexicanos se empleaban en
4 provincias: Ontario, Quebec, Manitoba y Alberta. Hoy ellos son empleados en 9
provincias. Desde el 2003 se extendió el empleo de los trabajadores mexicanos en
56
las provincias del Atlántico como Isla del Príncipe Eduardo, Saskatchewan y
Nueva Brunswick (cuadro 3). Para 2004 los jornaleros mexicanos se emplearon
además en Nueva Escocia y Columbia Británica, con un crecimiento inusitado en
la última provincia. Así, ahora están trabajando temporalmente los migrantes
mexicanos en todas las provincias desde el Atlántico hasta el Pacífico del sur de
Canadá (véase mapa 1 en anexos).
Cuadro 3Trabajadores mexicanos empleados por provincia, 1996-2006
ProvinciaTrabajadores
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006Notario 4185 4557 5260 6037 7196 7980 7553 7351 7140 7252 7697Québec 797 819 921 1174 1589 2112 2626 2599 2829 2984 3003C Británica -- -- -- -- -- -- -- -- 47 705 1255Alberta 120 141 143 189 182 198 220 290 313 397 447Manitota 109 130 162 174 208 239 282 290 292 256 289P Eduardo -- -- -- -- -- -- -- 37 40 58 57Saskatch -- -- -- -- -- -- -- 16 32 41 43N Escocia -- -- -- -- -- -- -- -- 12 25 32N Brunsw -- -- -- -- -- -- -- 12 3 2 4
Total 5211 5647 6486 7574 9175 10529 10681 10595 10708 11720 12827Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 1998-2006. Elaboración propia.
Si bien en el año 2000 el 78% de los contratos (7,196) estaban localizados
en Ontario,20 para 2006 en esta provincia se concentran únicamente 60% de los
empleos (7,697) para los trabajadores mexicanos. Son Quebec y Columbia
Británica las provincias que también han adquirido una creciente importancia en el
empleo de migrantes mexicanos, representando 23.4% y 9.8% respectivamente.
Pero hay que notar que en Columbia Británica ha crecido claramente el empleo de
los jornaleros mexicanos, en la temporada 2006 se emplearon más de mil
trabajadores comparados con los 47 migrantes de hace tres años. Es notorio que
la mayor parte (78.4%) de los contratos de ocho meses continúan estando en
Ontario. Aunque cabe destacar que en Columbia Británica se tienen contratos
20 Para 2003, en Ontario se emplearon a 15, 236 trabajadores mexicanos y caribeños dentro delSAWP (FARMS 2003).
57
(740) de 7.4 meses en promedio. Llama la atención que en Quebec predominan
los contratos (2,206) de 5.6 meses en promedio.
Otras conclusiones se desprenden del Cuadro 3: la primera es que la mano
de obra masculina y femenina está concentrada en un 93% en los mercados de
trabajo agrícola estacional de Ontario, Quebec y Columbia Británica La segunda
es que la mayoría (60%) de los jornaleros y las jornaleras trabajan justo en las
granjas ubicadas en la provincia y el sector más importante y moderno de Canadá:
las agroindustrias horto-frutícolas y de flores de invernadero. La tercera es que en
Manitoba, Nueva Brunswick, Isla del Príncipe Eduardo y Nueva Escocia no se han
empleado a mujeres. La cuarta es que si bien en Ontario, de 2002 a 2006, se ha
registrado cierta disminución en el empleo masculino con respecto al 2001, ha
sucedido lo contrario en Quebec donde ha habido un claro crecimiento de la
demanda de trabajadores mexicanos. Aunque los datos ahora disponibles no lo
permiten, valdría la pena hacer mediciones más precisas y analizar con mayor
profundidad el empleo de la fuerza de trabajo migrante mexicana y su impacto en
la creación de circuitos migratorios transnacionales entre ambos países.
Los trabajadores mexicanos laboran, año con año, de seis semanas a ocho
meses principalmente en los cultivos de verduras y legumbres (papa, brócoli,
pepino, tomate, champiñón), vegetales de invernadero (tomate, pepino, chile
pimiento y flores), frutas (manzana, fresa, cereza, ciruela, durazno, mora azul, uva,
frambuesa), viveros y tabaco; representando 94% en 2005. Los cultivos en los que
trabajan los jornaleros mexicanos también han sido cada vez más diversos, hoy
incluyen otros sectores económicos como ginseng, árboles, apicultura, enlatado
de carne y pasto (cuadro 4).
Hasta el 2002, los jornaleros mexicanos se habían concentrado en el cultivo
de verduras y legumbres, fundamentalmente en Ontario. Es notorio el crecimiento
del empleo de los migrantes mexicanos en verduras, pero sobre todo en el cultivo
de vegetales, frutas y flores de invernadero. Llama la atención el incremento en el
empleo de la cosecha de tabaco, pero mientras en Ontario disminuye (de 1,995
trabajadores en 2001 a 938 en 2005), en Quebec se presenta un crecimiento
58
sostenido, y en la Isla del Príncipe Eduardo se inicia el empleo de trabajadores
mexicanos en dicho cultivo.
Cuadro 4Distribución de trabajadores por tipo de cultivo, 1996-2006
AñoVerdura Invern
VegetaFlores
Tabaco FrutaMan-zana
Vivero Árbol Gin-seng
Apicultura Total
1996 2347 511 1431 670 -- 210 -- 8 34 52111997 2353 592 1439 564 212 231 -- 221 35 56471998 2584 870 1731 660 200 254 -- 152 35 64861999 3142 1125 1812 736 226 321 -- 167 45 75742000 3640 1635 1964 1079 227 393 -- 192 45 91752001 4112 1809 2163 1292 294 523 22 260 54 105292002 4438 1921 1417 1335 491 392 356 282 49 106812003 4344 1801 2119 1271 318 424 53 212 53 105952004 4002 1762 1242 1759 412 775 272 403 81 107082005 4243 2412 1034 2066 387 1265 28 187 98 117202006 3696 2198 670 2040 316 1891 12 411 105 *11339Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 1996-2006. Elaboración propia.*Calculado de enero a julio de 2006.
El empleo de los jornaleros migrantes se mantiene en claro crecimiento en
las cuatro provincias donde se emplearon hasta 2002. Otra provincia que destaca
recientemente es Columbia Británica, la cual despunta con un incremento inusual
en el empleo de jornaleros mexicanos para el cultivo de frutas, verduras, vegetales
y flores de invernadero, árboles y viveros. Es en Ontario y en Quebec donde se
amplia el programa hacia otros sectores económicos, como enlatado de carne y
pasto.
Es importante recalcar que no todas las provincias presentan las mismas
tendencias en el empleo de migrantes mexicanos. Por ejemplo, en Alberta se
emplearon trabajadores mexicanos para verdura, viveros y apicultura. En
Saskatchewan para fruta, viveros y apicultura. En la Isla del Príncipe Eduardo para
fresa, tabaco y fruta. En Manitoba para verdura y fruta. Y en Nueva Escocia para
los cultivos de verdura y árboles.
59
Esta claro que la mano de obra femenina se emplea, básicamente, en el
sector hortofrutícola de la provincia de Ontario, Quebec, Columbia Británica y
Saskatchewan. En cambio la mano de obra masculina además se emplea en el
tabaco, la tala de árboles de Navidad y la apicultura. Una posible explicación es
que tanto la expansión de los cultivos hortofrutícolas, sobre todo, de Ontario y de
Quebec como el desarrollo económico de otros sectores productivos agrícolas han
llevado a los productores a demandar grandes contingentes de fuerza de trabajo
calificada, barata y flexible de México.
Hoy en día el empleo de jornaleros y jornaleras mexicanos en los campos
agrícolas canadienses transcurre durante los meses de enero a noviembre. La
mayoría termina sus contratos laborales entre septiembre y diciembre. No
obstante, en 2006 la mayor demanda (88.5%) de empleo se generó entre enero y
julio (cuadro 5). En contra de lo que se suele afirmar, la mayoría de los jornaleros
migrantes mexicanos han dejado de ser trabajadores temporales de estancia
cíclica corta que son empleados durante la cosecha de los cultivos agrícolas para
convertirse en migrantes transnacionales de estancias cíclicas largas laborando en
todas las fases del proceso productivo agrícola.
Varios son los elementos que se pueden entresacar del análisis del
comportamiento migratorio de los trabajadores mexicanos, por mes y a lo largo de
nueve años (Cuadro 5). Primero constatamos que las corrientes migratorias están
muy bien definidas y controladas, las cuales corresponden a los tiempos, la
cantidad y la calidad de la mano de obra mexicana que requieren los empleadores
para la producción y cosecha de los cultivos agrícolas. Segundo, hoy la mayor
demanda (66%) se concentra entre marzo y junio en comparación con nueve años
atrás cuando los mayores requerimientos (54.7%) se registraban entre mayo y
julio. Tercero, la incidencia del trabajo temporal se ha visto modificada pues,
desde hace siete años, la demanda de la fuerza de trabajo mexicana no sólo se ha
incrementado, sino que se ha modificado el inicio de la temporada de contratación
del mes de febrero al mes de enero, así como el periodo de terminación de la
contratación de septiembre a diciembre. Cuarto, si analizamos el dinamismo de la
movilidad laboral por provincia,
60
Cuadro 5Distribución de trabajadores mexicanos por mes, 1997-2006
Mes Trabajadores(Inicio
Contrato)1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Enero -- -- -- 13 21 140 39 57 78 1083Feb 290 641 531 692 1010 901 1013 918 1015 462Marzo 429 669 796 837 1168 1009 1238 1486 1826 1824Abril 800 693 1245 1629 1694 2177 2312 2454 2344 2680Mayo 827 920 918 1362 1406 1540 1370 1280 1459 1768Junio 826 1028 1235 1356 1870 1465 1783 1866 2129 2204Julio 1437 1770 2028 2157 2173 2148 1738 1551 1563 1336Agosto 671 572 571 797 889 944 756 747 789 976Sept 367 193 250 332 298 357 346 349 391 452Oct -- -- -- -- -- -- -- -- 6 23Nov -- -- -- -- -- -- -- -- 120 19
Total 5647 6486 7574 9175 10529 10681 10595 10708 11720 12827Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 1997-2006. Elaboración propia.
vemos que este incremento está muy lejos de ser idéntico en todas las provincias
y en todas las granjas canadienses. Los primeros contratos son demandados en
Ontario, en Quebec, en Columbia Británica y en Alberta. La provincia de
Saskatchewan requiere el trabajo agrícola de los mexicanos en marzo. Y para abril
se demanda esta mano de obra en Manitoba, Príncipe Eduardo, Nueva Escocia y
Nueva Brusnwick.
Pero, ¿a qué se deben estos cambios? Una explicación es que, con el
crecimiento, expansión y consolidación de la industria de la horticultura y
floricultura de invernadero en todas las provincias, particularmente en Ontario y en
Quebec, se han ampliado los mercados de trabajo y se ha extendido la
estacionalidad de la actividad agrícola, permitiendo el incremento del empleo de
jornaleros migrantes mexicanos para casi todas las fases del proceso productivo
de los cultivos agrícolas. Es importante destacar que si los trabajadores empiezan
a llegar a los campos canadienses desde enero y regresan en diciembre a México,
prácticamente la fuerza de trabajo mexicana está presente todo el año en
Canadá. Hoy en día, muchos migrantes mexicanos ya están trabajando y viviendo
más tiempo en Canadá que en México. De continuar esta tendencia los jornaleros
mexicanos podrían estar trabajando, por ejemplo, con contratos de dos semestres
61
alternados o con contratos de duración variable que no exceda los ocho meses,
como lo establece el acuerdo firmado entre México y Canadá.
En la siguiente sección intentaré hacer un análisis cuantitativo de las
características de los jornaleros migrantes por género.
1.2 Perfil socioeconómico por género
Para aproximarnos al perfil socioeconómico de los jornaleros migrantes mexicanos
en Canadá tomé como punto de partida la información estadística de la STyPS
sobre el PTAT/SAWP para las temporadas 2002 y 2006. El perfil de los migrantes
muestra una amplia diversidad y heterogeneidad según las características de la
demanda canadiense, las zonas de expulsión en el campo mexicano y la
composición por sexo. Por un lado se trata de una migración predominantemente
masculina que proviene de casi todos los estados de la república. Y por otro lado,
hay una alta proporción de migración femenina del centro de México. En esta
sección presento una caracterización de los jornaleros migrantes considerando los
aspectos de edad, estado civil, escolaridad, número de hijos, número de
dependientes económicos, estatus laboral del trabajador en el programa, tierra,
ocupación e ingresos.
1.2.1) Edad
En relación con la edad, la mayoría (66% en 2002 y 62% en 2006) de los
trabajadores son jóvenes de entre 18 y 39 años, lo cual significa que la migración
mexicana a Canadá es el hecho de una población joven (cuadro 6). Se trata de un
patrón migratorio exclusivamente laboral y de una población joven que se renueva
constantemente, a través de la demanda de los empleadores canadienses y del
proceso de reclutamiento del gobierno mexicano. La demanda canadiense
encuentra una oferta mexicana de aproximadamente un millón de jóvenes
desempleados.
62
Cuadro 6Edad de los migrantes por sexo
Grupo de Total Hombres MujeresEdad 2002 2006* 2002 2006 2002 2006(años) No. % No. % No. % No. %18-19 0 5 0 0.0 5 0.3 0 0.0 0 0.020-24 405 340 392 4.1 321 2.6 13 4.2 19 4.825-29 2026 1843 1964 20.6 1758 14.1 62 20.0 63 15.930-34 2093 2880 2023 21.3 2792 22.4 70 22.6 88 22.335-39 1967 2913 1872 19.7 2821 22.6 95 30.8 92 23.340-44 1826 2446 1783 18.7 2359 18.9 43 13.9 87 22.045-49 863 1514 838 8.8 1478 11.9 25 8.1 36 9.150-54 451 575 450 4.7 566 4.5 1 0.3 9 2.355-59 152 251 151 1.6 250 2.0 1 0.3 1 0.360-64 33 76 33 0.3 76 0.6 0 0.0 0 0.065 y + 5 10 5 0.1 10 0.1 0 0.0 0 0.0s/d 1 0 1 0.0 0 0.0 0 0.0 0 0.0
Total 9822 12853 9512 100.0 12458 100.0 310 100.0 395 100.0Fuente: STyPS, base de datos de las temporadas 2002 y 2006. Elaboraciónpropia.* Se incluyen 26 trabajadores de doble arribo a Canadá.
Para participar en el PTAT/SAWP a los hombres se les pide que tengan
entre 22 y 45 años, y a las mujeres que tengan entre 23 y 40 años. No obstante, la
demanda por jornaleras jóvenes es mayor que la de jornaleros jóvenes. Cabe
destacar que en el rango de 50 a 65 años y más, fueron empleados 640
trabajadores, en cambio se emplearon únicamente dos trabajadoras. Constatamos
que, a diferencia de cinco años atrás, estamos frente a un incremento significativo
tanto de trabajadoras (80.9%) como de trabajadores (46.4%) en el rango de 40 a
49 años.
1.2.2) Estado civil
Tanto las jornaleras como los jornaleros migran individualmente, sin estar
acompañados de ningún miembro de la familia. Un requisito para entrar al
programa es que los hombres deben estar casados o vivir en unión libre, y las
mujeres, independientemente de su estado civil, deben tener hijos o tener
dependientes económicos. Mientras los hombres son casados, algunas mujeres
63
son casadas (3% en 2006), madres solteras, viudas, divorciadas o separadas, y
algunas otras son solteras (10% en 2006).
La gran mayoría (94.4% en 2006) de los migrantes son casados o viven en
unión libre con su pareja y tienen hijos que dependen económicamente de ellos
(cuadro 7). En México, los hombres viven con su pareja y sus hijos, en tanto las
mujeres viven con sus hijos y con otros familiares. En general son jefes o jefas de
hogar. El número de migrantes solteros presentó un decremento significativo de
4% en 2002 a 1.5% en 2006. Resalta la importancia del incremento de
trabajadores que viven con su pareja en unión libre de 12% a 16%, durante el
mismo período.
Cuadro 7Estado Civil de los migrantes por sexo
Total Hombres MujeresEstado Civil 2002 2006 2002 2006 2002 2006
No. % No. % No. % No. %Casado(a) 7776 10086 7763 81.6 10074 80.9 13 4.2 12 3.0Unión Libre 1177 2042 1177 12.4 2038 16.4 0 0.0 4 1.0Viudo(a) 74 64 59 0.6 48 0.4 15 4.8 16 4.0Divorciado(a) 45 40 41 0.4 25 0.2 4 1.3 15 3.8Separado(a) 227 226 124 1.3 122 1.0 103 33.2 104 26.3Madre soltera 132 202 0 0.0 0 0.0 132 42.6 202 51.1Soltero(a) 391 191 348 3.7 149 1.2 43 13.9 42 10.6s/d 0 2 0 0.0 2 0.0 0 0.0 0 0.0
Total 9822 12853 9512 100.0 12458 100.0 310 100.0 395 100.0Fuente: STyPS, base de datos de la temporada 2002 y 2006. Elaboración propia.
Si consideramos el dato por sexo, observamos que el porcentaje (42.6%)
de las mujeres que eran madres solteras, se incrementó a 51.1% en 2006.
También es notorio ver que las trabajadoras que estaban separadas de sus
parejas disminuyó de 33.2% en 2002 a 26.3% en 2006. Estos datos indican la
tendencia creciente de las jóvenes jornaleras migrantes (75.8% en 2002 y 77.4%
en 2006) como jefas de hogar, quienes funcionan como una especie de
vanguardia en la búsqueda de ingresos para sus familias en el mercado de trabajo
canadiense. Llama la atención también que mientras disminuye el empleo de
64
trabajadores solteros (de 348 a 149), aumenta el empleo de trabajadoras
divorciadas (de cuatro a 15 en ambas fechas).
1.2.3) Escolaridad
Es posible afirmar que la imagen de los migrantes mexicanos en Canadá como de
bajo perfil educativo no es tan cierta. Un requisito para entrar al programa es que
los candidatos hayan asistido a la escuela por lo menos tres años y no más de 12
años.
Para 2006, el 99.6% de los migrantes saben leer y escribir (cuadro 8). Hay
una clara tendencia a emplear cada vez menos jornaleros que no saben leer y
escribir (de 78 en 2002 a 55 en 2006). Si bien el nivel de escolaridad es bajo, en
2006 el 39.4% de los trabajadores terminó la primaria. Aunque también se
emplearon a más trabajadores que terminaron la secundaria, de 31% a 36%, en
ambas temporadas. Si analizamos la escolaridad por sexo vemos importantes
diferencias: la proporción de jornaleros que concluyó la secundaria (36.2%) es
más alta que la de jornaleras (27.8%). Es cierto que son pocos (3%) los migrantes
que se formaron en algunos oficios, tomaron cursos posteriores a la secundaria,
estudiaron una carrera técnica o comercial, y tuvieron estudios de preparatoria o
vocacional, sin embargo los datos de ambos períodos muestran que
paulatinamente la migración mexicana a Canadá se extiende hacia la población
rural con primaria y secundaria completa.
Gustavo Verduzco e Isabel Lozano (2004: 42) en su investigación sobre el
PTAT/SAWP realizada en 2003, encontraron que de 358 migrantes entrevistados
en siete municipios de los estados de México, Morelos y Tlaxcala, la mayoría
(53.4%) de los jornaleros tenía un promedio de estudios de 7.7 años, semejante al
promedio nacional de 7.6 años. Una tendencia similar encontré entre los
trabajadores que participaron en el programa en 2006, representando el 96.4%
quienes tenían estudios de primaria y/o secundaria.
65
Cuadro 8Escolaridad de los migrantes por sexo
Total Hombres MujeresEscolaridad 2002 2006 2002 2006 2002 2006
No. % No. % No. % No. % No. % No. %No saben leer niescribir
78 0.8 55 0.4 72 0.8 53 0.4 6 1.9 2 0.5
Primariaincompleta
1699 17.3 2134 16.6 1629 17.2 2068 16.6 70 22.6 66 16.7
Primariacompleta
4163 42.4 5058 39.4 4004 42.1 4866 39.1 159 51.3 192 48.6
Secundariaincompleta
456 4.6 579 4.5 449 4.7 556 4.5 7 2.3 23 5.8
Secundariacompleta
3043 31.0 4623 36.0 2977 31.3 4513 36.2 66 21.3 110 27.8
Oficios o cursos 65 0.6 32 0.2 63 0. 31 0.3 2 0.6 1 0.3Técnica ocomercial
87 0.8 70 0.5 87 0.9 70 0.6 0 0.0 0 0.0
Prepa ovocacional
225 2.3 296 2.3 225 2.4 295 2.3 0 0.0 1 0.3
Otros estudios 2 0.1 6 0.1 2 0.0 6 0.1 0 0.0 0 0.0No especificada 4 0.1 0 0.0 4 0.0 0 0.0 0 0.0 0 0.0
Total 9822 100 12853 100 9512 100 12458 100 310 100 395 100Fuente: STyPS, base de datos de las temporadas 2002 y 2006. Elaboraciónpropia.
A diferencia de la migración interna de los jornaleros que se dirigen
fundamentalmente hacia las empresas horto-frutícolas de exportación del noroeste
de México (véase Hubert C. de Grammont 2002: 41), entre los cuales el promedio
de estudios es de 3.4 años para los hombres y de 2.3 años para las mujeres, y un
porcentaje importante de los migrantes no saben leer y escribir -31% de 8,117
casos registrados en la Encuesta de Hogares de Jornaleros Agrícolas Migrantes
aplicada por el autor y otros, entre 1999 y 2001- vemos que el nivel de escolaridad
es más alto entre los jornaleros que migran hacia las regiones donde se ubica la
agro-industria de la horticultura canadiense.
1.2.4) Número de hijos
La mayoría (76.7%) de los jóvenes jornaleros, en 2002, tienen entre 1 y 4 hijos,
pero este porcentaje aumenta a 78.1% en el caso de las jornaleras (cuadro 9).
Llama la atención que 16.7% de los migrantes tenían entre 5 y 14 hijos, en tanto
que únicamente 8.4% de las migrantes tenían un máximo de 5 a 6 hijos. Es notorio
66
que las familias de los migrantes se conforman desde muy temprana edad.
Encontramos a trabajadores migrantes de 23 años con 4 hijos. Es importante
señalar que muchos de estos jóvenes migrantes provienen del centro de México.
Algunas de estas conformaciones familiares han llegado a transformarse durante
el proceso migratorio a Canadá y se han disuelto cuando los trabajadores
regresan a su pueblo. Algunos jornaleros y jornaleras forman una nueva pareja
durante su trabajo y su vida en Canadá. De acuerdo con la información
proporcionada por algunos trabajadores y funcionarios de la STyPS entrevistados,
después de varias temporadas de trabajo y de ausencia del trabajador en la
familia, algunas esposas también han formado una nueva pareja y una nueva
familia en México.
Cuadro 9Número de Hijos de los migrantes por sexo, 2002
No. Hijos Total Hombres MujeresNo. % No. % No. %
1-2 4,038 41.1 3,876 40.8 162 52.33-4 3,496 35.6 3,416 35.9 80 25.85-6 1,258 12.8 1,232 12.9 26 8.47-8 264 2.7 264 2.8 0 0.09-10 58 0.6 58 0.6 0 0.011-12 18 0.2 18 0.2 0 0.013-14 20 0.2 20 0.2 0 0.0Sin hijos 669 6.8 627 6.6 42 13.5No especificado 1 0.0 0 0.0 0 0.0
Total 9,822 100.0 9,511 100.0 310 100.0Fuente: STyPS, base de datos de la temporada 2002. Elaboración propia.
1.2.5) Número de dependientes económicos
La gran mayoría de los jefes o jefas de hogar (70.8%) tienen de 1 a 4 familiares
que dependen económicamente de ellos, pero este porcentaje aumenta a 90% en
las jornaleras quienes en gran parte son la única fuente de ingresos en la familia
(cuadro 10). Los migrantes pertenecen a familias nucleares o familias extensas.
En el caso de las jornaleras es la abuela, la tía o la hija mayor quien cuida de los
hijos mientras la migrante debe trabajar en Canadá para incrementar los ingresos
67
familiares. Por su parte, los jornaleros migrantes dejan a los hijos a cargo de sus
esposas.
Cuadro 10Dependientes económicos de los migrantes por sexo, 2002
Número de Total Hombres MujeresDependientes No. % No. % No. %1-2 2,435 24.8 2,292 24.1 143 46.13-4 4,516 46.0 4,377 46.0 139 44.85-6 2,246 22.9 2,227 23.4 19 6.17-8 473 4.8 466 4.9 7 2.39-10 91 0.9 91 0.9 0 0.011-12 36 0.4 36 0.4 0 0.013-14 7 0.1 7 0.1 0 0.0Sin dependientes 13 0.1 11 0.1 2 0.6No especificado 5 0.0 0 0.0 0 0.0
Total 9,822 100.0 9,507 100.0 310 100.0Fuente: STyPS, base de datos de la temporada 2002. Elaboración propia.
1.2.6) Estatus del trabajador en el PTAT/SAWP
Los datos referidos al estatus del trabajador en el programa indican una clara
diferenciación entre los jornaleros como trabajadores nominales,21 de selección
(elegidos por cubrir el perfil demandado por los empleadores), sustitutos (suplen a
trabajadores nominales que por diversos motivos no participa en x temporada) de
reserva (migrantes retenidos en el aeropuerto para suplir a un trabajador que no
se presente) o como trabajadores nominales alternativa. Las diferencias han
servido para crear fronteras de categorías específicas de trabajadores. Sería
interesante averiguar si este fenómeno se relaciona con la pertenencia étnica de
los trabajadores pues en la Secretaría del Trabajo no hay información acerca de
quienes de los jornaleros son hablantes de alguna lengua indígena.
Resalta la importancia de los jornaleros migrantes que se emplean
regularmente con el mismo empleador como trabajadores nominales,
21 El contrato de trabajo firmado entre el migrante mexicano y el granjero establece un sistema denombramiento que precisa que un trabajador será nominal a partir del octavo día de que éste seencuentre laborando. Sin embargo en la práctica, el trabajador nominal es aquél que es nombradopor el empleador para participar en la siguiente temporada. El sistema de nombramiento, se basaen la calificación o descalificación del trabajador pues lo que se pone en juego es la valorización dela fuerza de trabajo, masculina y femenina, sobre la que se sustenta el proceso de trabajo.
68
representaron 77.3% en 2002 y 60.7% en 2006 (cuadro 11). Hallazgos similares
han sido reportados por otros estudios (Basok 2002, 2003ab; Preibisch 2004ab,
Verduzco y Lozano 2004). Si bien el número de trabajadores nominales descendió
en términos relativos, este aumentó en términos absolutos pasando de 7,600 a
7,789 en ambas temporadas. Estos datos indican que estamos en presencia de
una proporción cada vez mayor de jóvenes migrantes con una importante
trayectoria laboral en Canadá como trabajadores nominales. Es notorio también el
crecimiento a más del doble de los trabajadores de selección de 1,527 a 3,429
durante el mismo período.
Cuadro 11Estatus del trabajador en el programa por sexo
Tipo de Total Hombres Mujerestrabajador 2002 2006 2002 2006 2002 2006
No. % No. % No. % No. %Nominal 7600 7789 7,360 77.3 7557 60.7 240 77.4 232 58.7Selección 1527 3258 1,485 15.6 3128 25.1 42 13.5 130 32.9Sustituto 0 1287 0 0.0 1263 10.1 0 0.0 24 6.1Nominalalternativa
0 58 0 0.0 55 0.4 0 0.0 3 0.8
Reserva 200 457 191 2.0 451 3.6 9 2.9 6 1.5Permiso 256 0 240 2.5 0 0.0 16 5.1 0 0.0Pensión 16 0 16 0.2 0 0.0 0 0.0 0 0.0Otros 223 4 220 2.3 4 0.0 3 1.0 0 0.0
Total 9822 12853 9,512 100.0 12458 100.0 310 100.0 395 100.0Fuente: STyPS, base de datos de las temporadas 2002 y 2006. Elaboraciónpropia.
El prevaleciente incremento en el número de trabajadores nominales, de
selección y sustitutos (1,358) se debe tanto a la permanencia de los jornaleros en
las granjas donde son demandados como a la descentralización del programa en
los nuevos estados expulsores y a la nueva demanda canadiense por los
migrantes mexicanos en otras provincias que participan en el programa,
particularmente Columbia Británica. Si bien el sistema de nombramiento ha
facilitado la formación de redes de relaciones con otros trabajadores y con los
productores canadienses (Verduzco 1999: 343), también ha promovido
mecanismos de control sobre el trabajo y la vida de los migrantes, como ya ha
69
sido documentado por otros investigadores (Basok 2002; Smart 1998; Preibisch
2004), lo cual veremos ampliamente en el tercer capítulo.
Pero antes, si analizamos el estatus laboral por sexo, encontramos
importantes diferencias: el número de trabajadores nominales hombres se
incrementó de 7,360 en 2002 a 7,557 en 2006, en contraste con un crecimiento
inusual de trabajadoras de selección de 42 a 130 en ambas temporadas. Con
respecto al estatus como trabajadores de reserva hubieron más hombres (451)
que mujeres (6). Se crea una nueva categoría laboral para ambos sexos:
trabajador nominal alternativa, cuyas implicaciones aún desconocemos. Valdría la
pena hacer un análisis de las trayectorias laborales de los trabajadores nominales
por género para conocer los efectos de la creciente permanencia de la mano de
obra migrante mexicana en el mercado de trabajo agrícola canadiense.
También es notorio que hay jornaleros migrantes con una trayectoria laboral
de varias temporadas de trabajo en Canadá, sin embargo está registrado sólo un
reducido 0.2% como trabajadores con pensión. La información de la STyPS no
indica con precisión si los 16 trabajadores considerados en esta categoría ya
gozan del pago de su pensión o si está en proceso de trámite, y tampoco se sabe
cuantos trabajadores estarán dentro de pocos años en esta situación.
Si bien la legislación canadiense no incluye una pensión para los
trabajadores migrantes temporales, los jornaleros del programa que cumplen 65
años de edad y cumplieron 120 meses de trabajo (por ejemplo, 15 contratos de 8
meses) pueden demandar ese beneficio. Los trabajadores que cumplen 60 años
de edad también podrían solicitar una pensión temprana. De acuerdo a los datos
de la STyPS 2,312 de los migrantes en 2002 (Verduzco y Lozano 2004: 89) y 912
trabajadores en 2006 tenían entre 50 y 60 años o más de edad. Asombra
constatar una reducción del 39.4% de los jornaleros migrantes en esos rangos de
edad, probablemente por la menor demanda de los empleadores por estos
trabajadores y su consecuente exclusión del programa.
Durante las tres décadas de operación del programa solamente 357
trabajadores habían reclamado su pensión (Verduzco y Lozano 2004: 89). Esto
refleja que si bien los jornaleros no tienen claro sus derechos laborales, también
70
indica que algunos migrantes no pueden reclamar el reembolso de este descuento
estando en México, además de que no existe la infraestructura administrativa
adecuada ni en México ni en Canadá para resolver esta situación. También
constatamos que los trabajadores nominales, algunos con más de 25 años en el
programa, están teniendo problemas para ser re-contratados y/o pensionados.
1.2.7) Tierra
Frente a una grave falta de datos para precisar la relación de los jornaleros
migrantes con el acceso a la tierra en sus comunidades de origen, la investigación
de Verduzco y Lozano (2004) nos ofrece información referida a un estudio de caso
en 7 municipios de tres de las entidades de mayor flujo migratorio a Canadá:
México, Morelos y Tlaxcala. Aunque la información es limitada al estudio de caso,
podemos aproximarnos al análisis de esta situación.
Escasamente 21.5% (77 de 358 entrevistados por los autores) tienen tierra
en su pueblo, o sea que además de migrantes asalariados la enorme mayoría son
jornaleros sin tierra. De los jornaleros con acceso a la tierra, 68 tienen tierra de
temporal y 12 tierra de riego. La mayoría conserva pequeñas parcelas ejidales y
son campesinos pobres de autoconsumo. El promedio de la superficie cultivada de
la tierra de riego es de 1.1 y de la tierra de temporal de 2.2 hectáreas. La gran
mayoría (76.6%) cultiva maíz. La pequeña parcela de autoconsumo es insuficiente
para el sustento de su familia. Más de la mitad (62% de 75 casos) tienen un
familiar que cuida la parcela mientras ellos están en Canadá (Verduzco y Lozano
2004: 47-49). Sería interesante averiguar si quien trabaja la tierra mientras los
jornaleros están en Canadá es la esposa y los hijos mayores, además, si hay
diferencias en el acceso a la tierra entre los jefes y las jefas de hogar.
1.2.8) Ocupación
Los jornaleros migrantes laboran en Canadá a través de un contrato legal firmado
entre los granjeros, el gobierno mexicano, el gobierno canadiense, y el trabajador.
La migración circular y temporal, sobre todo, a la industria de la horticultura de
invernadero significa primero que existe una especialización del trabajo de los
71
jornaleros mexicanos, y segundo que los migrantes laboran en aquéllas regiones
donde se ha desarrollado el sector productivo canadiense más competitivo. La
Secretaría del Trabajo, FARMS en Ontario y FERME en Quebec juegan un papel
de gran importancia para organizar los flujos de mano de obra en cantidad, tiempo
y calidad requeridos por los empleadores.
Un requisito para entrar al programa es que los trabajadores deben tener
experiencia previa en el trabajo agrícola. Desafortunadamente, se tiene poca
información sobre las características de empleo de los jornaleros antes de migrar
a Canadá y cuando regresan a México. El estudio de Verduzco y Lozano (2004)
aporta algunos datos interesantes sobre la situación en el trabajo, pero no
proporciona información sobre la eventualidad o permanencia del trabajo. Cabe
decir que los trabajadores deben invertir tiempo para realizar diversos trámites en
la Secretaría del Trabajo en cuanto llegan a México y unos meses antes de la
siguiente temporada laboral en Canadá. Haría falta más investigación sobre la
ocupación de los migrantes cuando están en México, específicamente sobre su
variación con respecto al estatus laboral del trabajador, los ciclos migratorios, la
duración del contrato de trabajo en Canadá, el acceso a la tierra en su comunidad
de origen, el tipo de trabajo para quienes no tienen tierra y las oportunidades de
empleo en su pueblo.
Son varios los hallazgos de Verduzco y Lozano. Primero, la enorme
mayoría (78.6% de 358 entrevistados) declaró que su principal actividad en
México es la agricultura y que trabajan como campesinos o como jornaleros; el
resto trabaja en albañilería y en actividades de comercio y servicios. Es notorio
que el 44% trabaja como jornaleros. Tercero, hay diferencias de empleo por
género. De 9 mujeres entrevistadas, 8 trabajaban en el comercio, el trabajo
doméstico o la agricultura. Cuarto, persiste el cambio generacional de padres
campesinos a hijos jornaleros en las áreas rurales en México, como ya ha sido
documentado en otros estudios. Quinto, se encontró poca evidencia de migrantes
hacia Estados Unidos dentro de los hogares de los migrantes (Verduzco y Lozano
2004: 44-47).
72
De manera semejante a otras investigaciones (por ejemplo Barrón 1999),
yo encontré que a las mujeres la migración a Canadá les permite reducir la carga
de trabajo reproductiva, pues delegan temporalmente la responsabilidad de la
crianza y el cuidado de los hijos a otra mujer de la familia. A su regreso a México,
retoman el trabajo doméstico, la crianza de los hijos y la responsabilidad como
jefas de hogar prolongando su jornada productiva y reproductiva.
La pobreza y el mercado de trabajo precario, nacional e internacional, han
transformado a los jornaleros migrantes mexicanos en nuevos nómadas
transnacionales que van permanentemente de un país a otro, dentro de los
marcos institucionales y las desigualdades estructurales entre México y Canadá.
Es posible que esta población continúe creciendo debido a las actuales
condiciones de desempleo en México y a la tendencia creciente de concentración
y consolidación de la industria de la horticultura de exportación en las regiones de
alto desarrollo en las provincias del sur de Canadá.
1.2.9) ingresos
Calcular el ingreso generado por el empleo temporal de los jornaleros migrantes
en Canadá es una tarea compleja pues intervienen muchos factores como la
duración del contrato de trabajo (de 6 semanas a 8 meses), el número de horas
trabajadas, el tipo de cultivo, las deducciones que hacen los empleadores al
salario del trabajador, las condiciones de trabajo y el salario mínimo establecido en
cada provincia. En Canadá, los jornaleros migrantes trabajan por hora, excepto en
tabaco y algunas tareas de fresa y de tomate de invernadero. Si bien cada
trabajador decide el número de horas, durante los días de mayor producción el
empleador presiona a los trabajadores para prolongar su jornada laboral.
En Ontario, a los trabajadores agrícolas migrantes del PTAT/SAWP, se les
han pagado los siguientes salarios por hora: en 2001 Cdn$7.10, en 2002
Cdn$7.25, en 2003 Cdn$7.50, en 2004 Cdn$7.70, en 2005 Cdn$7.97 y en 2006
Cdn$8.30 (FARMS 2001-2004). No obstante, el salario mínimo en la provincia no
ha sido incrementado significativamente desde 1995, cuando fue de Cdn$6.85 por
hora (Colby 1997). Además los migrantes que trabajan en el cultivo de frutas y
73
vegetales de invernadero son pagados por debajo de los salarios que se les paga
a los trabajadores agrícolas locales (Weston y Scarpa de Masellis 2004: 6); eso es
así, a pesar de que el contrato de los trabajadores establece que el salario será el
mismo que se pague al trabajador canadiense por el mismo tipo de trabajo. Tan
sólo para ejemplificar, en 2001 el salario mínimo por hora de un trabajador
agrícola canadiense no sindicalizado fue de Cdn$9.47 en promedio, mientras que
el de un trabajador agrícola sindicalizado fue de aproximadamente Cdn$18.63
(HRDC 2001: 52). Así, un trabajador agrícola local podía ganar entre 33% y 162%
más por hora trabajada que un trabajador agrícola mexicano o caribeño.
Para medir el ingreso obtenido por los trabajadores migrantes, algunos
autores han utilizado el criterio de contabilizar las remesas enviadas por los
migrantes y el número de horas trabajadas para sacar un promedio. Aunque esta
metodología resulta de poco rigor pues no considera los distintos factores que
intervienen en el monto y la frecuencia del envío de las remesas y en el número de
horas trabajadas, voy a hacer referencia a dichas estimaciones para tener una
idea general sobre este tema.
La estimación de las remesas enviadas por los migrantes. Leigh Binford
(2002: 13; 2006: 3) -basado en 200 entrevistas realizadas en tres comunidades del
noroeste de Tlaxcala- estimaba que en 2001, los migrantes que trabajaron
aproximadamente 63 horas a la semana con un contrato de cinco meses
transfirieron remesas por Cdn$4,900 al año en promedio. Comparativamente el
cálculo de Binford fue más alto que la estimación hecha por Tanya Basok (2000:
85) de Cdn$1,000 al mes (Cdn$345 por semana) por un contrato de 5 meses y 50
horas trabajadas por semana; basada en trabajo de campo en Leamington,
Canadá y en San Cristobal, Guanajuato en 1997. Pero más baja que la estimación
de Catherine Colby (1997: 27) de Cdn$1,375 al mes, calculada sobre el principio
de 53.5 horas de trabajo por semana; basada en 61 entrevistas realizadas en
comunidades indígenas de Oaxaca, en 1994.
El cálculo de los ingresos reportados por los trabajadores. Las estimaciones
de Verduzco y Lozano (2004: 85) indican, para 2002, un promedio de ingresos de
Cdn$9,100 sin el pago de impuestos -fundadas en 358 entrevistas en 3 entidades
74
de México- y un promedio neto de ingresos de Cdn$7,300 (19.7% de
deducciones). Si dividimos la última cifra entre un promedio de cinco meses de
contrato tendríamos un ingreso mensual aproximado de Cdn$1,460, ocho años
después de la estimación de Colby.
El calculo para los migrantes mexicanos y caribeños. Weston y Scarpa de
Masellis (2004: 37-38) estiman el ingreso del trabajador a partir de los datos
estadísticos de FARMS sobre el número total de trabajadores del SAWP. Así, para
Ontario, en 2001, se calcula el promedio de ingresos de un trabajador migante de
aproximadamente Cdn$7,551 (con 17.2 semanas por año). Sin embargo puesto
que, según los autores, los trabajadores mexicanos trabajaron 3.5 semanas más
que los trabajadores caribeños, los primeros percibieron en promedio Cdn$8,230
(entre 5 meses = Cdn$1,646 mensual), los segundos ganaron Cdn$6,838. No
obstante, estas cifras no toman en cuenta las deducciones hechas por los
empleadores ni las variaciones en la duración del contrato, las horas trabajadas y
el tipo de cultivo.
Una variable olvidada en las estimaciones anteriores ha sido la de género.
Para aproximarnos a las diferencias de ingreso por género, voy a considerar los
datos reportados por la STyPS para la temporada 2006 (cuadros 12 y 13). Hoy
existe una doble tendencia en la duración de los contratos de trabajo de los
migrantes. Por un lado predominan los trabajadores con un contrato de 4.6 meses
en promedio (56.7%), y por otro, hay otro grupo importante de trabajadores
(41.8%) con un contrato de 8.3 meses. La comparación por género nos permite
constatar que los hombres no sólo tienen la mayoría de los contratos (96.9%) sino
que tienen contratos más largos que las mujeres. A diferencia de los trabajadores
cuyo 56% tuvo contrato de 4.6 meses en promedio, la gran mayoría (76.7%) de las
trabajadoras tuvieron contratos por esa misma duración. Los jornaleros ocuparon
mayoritariamente (98.3%) los contratos de 8 meses. Esto refleja que los jornaleros
migrantes perciben más ingresos que las jornaleras migrantes, lo cual puede
indicar diferencias de género tanto en el envío de las remesas como en el impacto
de tales ingresos en las familias y el desarrollo de las comunidades de origen.
75
Para calcular el ingreso por género he hecho tres estimaciones distintas
considerando: 1) el promedio de 5 meses tanto para hombres como para mujeres,
2) el promedio de 4.6 meses de los contratos con el cual trabajaron más de la
mitad de las y los migrantes, y 3) el promedio de los contratos de mayor duración
de 8.3 meses, el cual difiere completamente para los jornaleros y las jornaleras
(cuadro 13).
Cuadro 12Duración del contrato de trabajo por género, 2006
Días deContrato
Meses(27 días)
Total Hombres Mujeres
promedio No. % No. % No. %38 50 1.6 104 0.8 104 0.8 0 0.051 - 100 2.8 1227 9.6 1182 9.5 45 11.4101 - 150 4.6 2854 22.2 2719 21.8 135 34.2151 - 200 6.5 3194 24.9 3071 24.7 123 31.1201 - 250 8.3 5361 41.8 5269 42.3 92 23.3251 - 286 9.9 99 0.8 99 0.8 0 0.0
Total 5.7 12839 100.0 12444 100.0 395 100.0Fuente: STyPS, base de datos de la temporada 2006. Elaboración propia.
Si bien de las tres estimaciones resulta un promedio mensual de ingresos
brutos de aproximadamente Cdn$1,990 para ambos géneros, también vemos que
son los hombres (65%) quienes obtienen los ingresos más altos (99.4%) por
temporada. Si restamos el 19.7% de las deducciones hechas por el empleador22
quedaría un ingreso neto de aproximadamente Cdn$1,598 mensual (Cdn$7,998
por temporada) para ambos sexos. Pero si además tomamos en cuenta que en
Canadá se queda un promedio de 40% de dicho ingreso -por gastos de comida,
salud, transporte, ropa, trámites y pago de impuestos y otras necesidades básicas-
quedaría un promedio de ingresos por trabajador de Cdn$1,042. Hay que agregar
que mientras únicamente 2 trabajadoras tuvieron doble arribo a Canadá, 102
trabajadores tuvieron el doble contrato. Llama la atención que en la estimación de
18.4 semanas, el ingreso global de las mujeres representa apenas 4%, pero ésta
22 Entre las deducciones que realiza el Estado Canadiense están el seguro de desempleo(Employment Insurance, EI) y la pensión (Canadian Pension Plan, CPP). Otras deducciones lashace el empleador y se refieren al pago de una porción de su pasaje de avión, costos deadministración, seguro médico (Ontario Health Insurance Plan, OHIP) y gastos de administración.
76
proporción es aún mucho menor en los contratos más largos (22.4 semanas)
donde encontramos que el ingreso global para la temporada de 2006 de las
trabajadoras fue apenas de 0.6%. Estos bajos ingresos de las migrantes son el
reflejo tanto de los bajos niveles de la participación femenina en el programa como
de la estricta división sexual del trabajo agrícola canadiense basada en más
oportunidades de empleo, contratos más largos y mayor número de dobles
contratos para los hombres comparados con el empleo para las mujeres.
Conviene destacar que esta disminución constituye una forma de discriminación
de género en el mercado de trabajo canadiense, la cual se da en el contexto de un
importante incremento tanto de la productividad del trabajo migratorio mexicano
como del número de trabajadores y empleadores participantes en el PTAT/SAWP.
Cuadro 13Ingreso bruto estimado por sexo, 2006
Trabajadores
Total Contratopromedio(meses)
Horastrab/día
Ingresoprom/hora
Ingresomens/prom/trab*
Ingresoprom/trab/temp
Ingresoglobal/temporada
Estimación 1: contratos de 20 semanas, promedio generalHombres 1244
45 10 $8.30 $1992 $9960 $123,942,240.0
0Mujeres 395 5 10 $8.30 $1992 $9960 $3,934,200.00Total = Cdn$127,876,440.00Estimación 2: contratos de 18.4 semanasHombres 6972 4.6** 10 $8.30 $1991 $9163 $63,885,830.40Mujeres 303 4.6 10 $8.30 $1991 $9163 $2,776,449.60Total = Cdn$66,662,280.40Estimación 3: contratos de 29.6 y 22.4 semanasHombres 8340 7.4*** 10 $8.30 $1992 $14740 $122,938,272.0
0Mujeres 258 5.6 10 $8.30 $1992 $11155 $719,510.40Total: Cdn$123,657,782.40Fuente: STyPS, base de datos de la temporada 2006. Elaboración propia.* Estimación para Ontario. Ingreso estimado en dólares canadienses (Cdn).** 18.4 semanas promedio por temporada x 6 días de trabajo a la semana x 10horas trabajadas al día x Cdn$8.30 (salario mínimo en Ontario) = Cdn$9,163.
77
*** Promedio de contratos más largos: para los hombres = 29.6 semanas x 6 x 10x Cdn$8.30 = Cdn$ 14,740. Para las mujeres = 22.4 semanas x 6 x 10 xCdn$8.30 = Cdn$11,155.
Si analizamos la duración del contrato con el estado de origen y la
escolaridad del trabajador, encontramos que a mayor escolaridad del trabajador
menor duración del contrato laboral. Esto fue claro en el caso de los trabajadores
que provenían de Colima, Chihuahua y Sonora: más de 50% de los migrantes
tenían la secundaria completa y laboraron con contratos de menos de 5 meses.
Los trabajadores con los contratos más cortos provenían de Baja California Sur,
Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Zacatecas, San
Luis Potosí y Michoacán. Hoy existe una combinación de tradicionales y nuevas
zonas expulsoras ocupando los contratos de mayor oportunidad de ingresos,
estos estados fueron: Campeche, Querétaro, Guanajuato, Distrito Federal y
Tlaxcala. Una primera explicación de esta situación puede encontrarse en los altos
niveles de marginalidad, desempleo y fuerte tendencia migratoria observada en
estas entidades y en la búsqueda de los migrantes por contratos de trabajo de 6 a
8 meses. Una segunda explicación puede ser que los empleadores estén
requiriendo a más trabajadores de recién ingreso al programa de las nuevas
zonas expulsoras para ocupar los contratos más largos que han tenido los
trabajadores nominales de mayor antigüedad en el programa, para tener menos
compromisos laborales con el trabajador, además de cubrir de empleo temporal a
las empresas de reciente incorporación al programa, por ejemplo, Columbia
Británica. Una tercera explicación se encuentra en los efectos de la
descentralización del programa en toda la república junto con las políticas de
reclutamiento de trabajadores por la STyPS en las tradicionales y nuevas zonas
de expulsión.
En cuanto al empleo de los jornaleros migrantes cuando están en México,
constatamos que una situación también compleja sucede con el cálculo de los
ingresos obtenidos en su trabajo habitual en la comunidad de origen. Un criterio
que ha servido para estimar dichos ingresos ha sido el de comparar el salario
mínimo canadiense con el salario mínimo mexicano, las desigualdades
78
estructurales son claras. Antonieta Barrón (2000: 352) estimaba que dichos
ingresos fluctuaban entre 150 y 300 pesos (entre Cdn$22.6 y Cdn$45.3
semanales), a diferencia de los aproximadamente Cdn$500 a la semana en
Canadá. Por su parte, Binford (2002: 13) estimaba que el monto de las remesas
de los migrantes tlaxcaltecas equivalían a 2.2 veces el salario mínimo nacional
anual. Por último, Verduzco y Lozano (2004: 86) calculan los ingresos obtenidos
por los jornaleros en base al salario mínimo nacional en México para 2002 ($39.74
pesos mexicanos). Así, en una temporada de cinco meses, los trabajadores
lograrían ingresos de aproximadamente Cdn$900, frente a Cdn$7,308 (Cdn$1,462
al mes) durante el mismo período en Canadá. Hay que destacar que el ingreso
promedio de las mujeres sería menor: Cdn$335 por el mismo período.
Estos datos confirman la situación de precariedad, inseguridad y pobreza
en la que viven los trabajadores del campo. También queda claro que debido a la
drástica caída de los salarios reales, los trabajadores incrementan la cantidad e
intensidad de su trabajo tanto en México como en Canadá para compensar dicha
pérdida, como ya ha sido documentado en otros estudios (C. de Grammont 2002).
Es importante señalar que el costo de vida en Canadá es mucho más alto que en
México, por ello, es cierto que los jornaleros migrantes ganan más en Canadá que
en México pero también es cierto que una proporción importante de sus ingresos
(por lo menos 40%) se queda en Canadá.
Hasta aquí, queda claro que el perfil del trabajador migrante ideal que
demandan los productores canadienses es aquél que es prioritariamente hombre,
aquél que sabe cómo trabajar los cultivos específicos en los que se demanda,
aquél que vive temporalmente en las granjas y en las comunidades canadienses, y
aquél que no da lata reclamando sus derechos laborales y humanos. La mayoría
son jóvenes, jefes o jefas de hogar, hombres y mujeres solas, con hijos y/o
dependientes económicos, campesinos pobres sin tierra, trabajadores legales con
largas trayectorias laborales como trabajadores nominales, con primaria completa,
que y provienen de regiones rurales pobres de la república.
1.3 Circuitos migratorios transnacionales por género
79
En esta sección expondré la configuración de circuitos migratorios transnacionales
creados por género a consecuencia de las políticas laborales diferenciadas para
los jornaleros y las jornaleras mexicanas en el marco del PTAT/SAWP.
Trabajo femenino del centro de México a Ontario y Quebec
En Canadá, son pocos los productores que emplean a las jornaleras mexicanas
quienes representan 3% del PTAT/SAWP. Entre 2001 y 2003, únicamente 38
granjas emplearon a migrantes mexicanas; apenas 2.4% de un total de 1,600
empleadores en Ontario y 200 en Quebec que usaron el programa (Weston y
Scarpa de Masellis 2004: 4).
Desde 1989 y hasta 2002, las trabajadoras mexicanas habían sido
empleadas solamente en Ontario y en Quebec, hoy en día ellas son ocupadas
también en Columbia Británica, Alberta y Saskatchewan. En 2002, la mayoría
(77%) de las jornaleras se concentraban en Ontario (cuadro 14). Una situación
similar encontró Hermoso (2004: 73). En esta provincia, las 344 trabajadoras
mexicanas se empleaban en 34 empresas; en tanto que en Quebec estaban en 4
granjas. Es notorio que en Quebec, la empresa que empleaba a más migrantes
mexicanas fue la compañía Fraisebec, la cual contrataba a jornaleras
especializadas en el cultivo de fresas, en particular de Irapuato, Guanajuato (78%
de 46 trabajadoras en 2002).
En 2006, continúa siendo Ontario donde se concentran (63%) las
trabajadoras mexicanas. Si embargo, las otras provincias tuvieron también un
papel importante en el empleo temporal femenino mexicano: Columbia Británica
con 20%, Quebec con 12% y Alberta con 12%.
Veamos con detalle la situación laboral de las trabajadoras mexicanas.
Entre 2001 y 2003 en Ontario, los productores que emplearon de 30 a 60
jornaleras fueron 4 granjas localizadas en Leamington, en Niagara On The Lake y
en Northumberland. Mientras que en Quebec, únicamente la empresa Fraisebec
empleó al mismo número de trabajadoras. Llama la atención que para 2003, una
de las empresas de vegetales de invernadero más grande de Canadá (Great
Northern Hydroponics), empleó al 34% de las jornaleras mexicanas que estaban
80
en Ontario. Las otras 17 empresas corporativas más grandes de Canadá (cuadro
14) emplearon exclusivamente a migrantes hombres.
Durante el mismo período, 13 granjas de Ontario emplearon de 10 a 29
jornaleras mexicanas. Además de dos empresas en Quebec. Las otras 21 granjas
(52%) empleaban únicamente de 1 a 9 trabajadoras.
Sin duda estamos frente a un mercado de trabajo agro-industrial que ofrece
más oportunidades de empleo para los hombres que para las mujeres. Incluso en
aquellas granjas (58%) que empleaban a hombres y mujeres, por cada trabajadora
se empleaban 37 trabajadores. Aunque también llama la atención que algunas
granjas empleaban únicamente a jornaleras mexicanas.
No obstante, se han generado algunos circuitos migratorios transnacionales
femeninos, los más importantes se encuentran en dos regiones: la península de
Niagara y el área de Leamington. La región de Niagara es el área rural más
productiva de la provincia donde está establecida la industria de vegetales, frutas y
flores de invernadero (Walton y Hunter citados en Preibisch 2004a). Por su parte,
Leamington es el área donde están ubicadas las principales empresas
corporativas de vegetales de invernadero más grandes de Canadá (véase mapa 3
en anexos).
El empleo temporal de las migrantes mexicanas en la agricultura de la
región de Niagara y de Leamington es un factor clave para entender tanto la
creación de circuitos migratorios transnacionales femeninos entre México y
Ontario, como la ampliación del empleo de las trabajadoras mexicanas en otras
provincias, y los circuitos donde tienen lugar las luchas culturales de las jornaleras
mexicanas.
Es importante señalar que, para 2002, las trabajadoras mexicanas estaban
concentradas en 24 granjas de Niagara y de Leamington, representando 70% de
las jornaleras mexicanas empleadas a través del PTAT/SAWP, en Ontario. En el
municipio de Niagara On The Lake, 15 granjas empleaban a 164 trabajadoras. En
cambio en el área de Leamington, 9 empresas empleaban a 51 trabajadoras. Es
notorio el incremento en el empleo de jornaleras mexicanas en las empresas Abe
81
Epp & Family y Belmor Farms en Niagara, y en Great Northern Hydroponics en el
área de Leamington.
82
Cuadro14Granjas, cultivos y comunidades de empleo a jornaleras mexicanas
2001-2003
GRANJA Cultivo P Comunidad/Municipio TRABAJADORAS2001 2002 2003
Great Northern Hydr Invernadero ON Ruthven, Leamington 30 27 60Abe Epp & Family Frutas ON Lakeshore, Niagara 15 36 40Salem Farms Frutas ON Colborne, Northumberland 23 38 s/dMeyers Fruit Farms Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 20 36 5Belmor Farms Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 12 18 22Northend Gardens Flores ON Jordan Station, Niagara 4 17 15Nationwide Canning Empacadora ON Cottam, Leamington 12 14 6Cedar Ridge Vineyar Verduras ON Cedar Springs, Kent 18 0 s/dHunter Farms Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 2 15 s/dSun Ray Orchards Frutas ON Beamsville, Niagara 0 12 11Masco Farms Partne Invernadero ON Ruthven, Leamington 11 7 s/dRosa Flora s/d ON Dunnville, Haldimand-Norf 4 3 12Froese Farms Invernadero ON Niagara On The Lake, Niag 3 12 s/dGaio Acres Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 0 1 1Andrewes Farm Frutas ON Beamsville, Niagara 0 10 8Royalview Orchards Frutas ON Niagara Falls, Niagara 0 1 8Bradford Greenhous Invernadero ON Bradford, Simcoe 0 0 7Greatview Orchards Frutas ON Blenheim, Kent 8 0 s/dJim Juras Farms Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 4 3 s/dAntonio Bajar Green Invernadero ON Newmarket, York 0 3 3Pine Springs Farm Frutas ON Brighton, Northumberland 1 3 s/dChudleigh s Apple Fa Manzana ON Milton, Halton 3 2 s/dKurtz Orchards Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 2 1 s/dMurdock Farms Frutas ON Niagara On The Lake, Niag 1 2 2Amco Farms Invernadero ON Leamington, Essex 2 0 s/dTom Kraus Manzana ON Ruthven, Leamington 1 2 s/dMums Unlimited Flores ON Leamington, Essex 1 1 s/dChow's Farm Invernadero ON Hornby, Halton 0 0 2Eri Shore Vineyard Uva ON Leamington, Essex 0 0 2Apollo Farms Invernadero ON Leamington, Essex 1 0 s/dGeorge Sant and So Invernadero ON Kleinburg, York 1 0 s/dFlavour Pict Produce Invernadero ON Leamington, Essex 0 0 1Ricciardelli Orchards s/d ON Niagara Falls, Niagara 0 0 1Dick Vineyards Uva ON Niagara On The Lake, Niag 0 0 1Fraisebec Inc. Fresa QC Rang Lepage Ste-anne-Des 19 46 s/dLa Manne Rouge Verdura QC Beaubien. Riviere du Loup 0 12 s/dFraises De l lle D Or Fresa QC St. Laurent, Ile D Orleans 0 12 s/dWestech Agri Service Fresa QC Alberton 10 0 s/d
Total 209 308 *178Fuente: STyPS Informes 2001, 2002. Consulado Mexicano en Toronto 2003.FARMS 2002. Elaboración propia.*Cifras preliminares de 2003. Al final de la temporada fueron 343 trabajadoras.
El resto de las trabajadoras mexicanas (93) estaban empleadas en
comunidades rurales de los municipios de York, Halton, Kent, Northumberland,
83
Haldimand-Norfolk y Simcoe. Llama también la atención que la mayor parte de las
granjas (57.9%) que emplearon migrantes mexicanas hasta 2003 tenían más de
15 años empleando a trabajadores migrantes mexicanos a través del programa.
La distribución de las jornaleras mexicanas en los circuitos migratorios
transnacionales creados principalmente en Ontario y en Quebec ha estado
condicionada por la demanda de mano de obra femenina de parte de los
empleadores para ciertos cultivos agrícolas. Los cultivos en los que se ha
ampliado la demanda la mano de obra femenina son: la cosecha y empaque de
fruta, en vegetales de invernadero, la fresa, viveros, procesamiento y enlatado de
carne, árboles, ginseng y apicultura. El cultivo de vegetales de invernadero, con
excepción de la empresa Great Northen Hydroponics ubicada en el área de
Leamington, está organizado exclusivamente con hombres migrantes, mexicanos
y caribeños.
Si consideramos los principales destinos según el estado de origen en
México, podemos identificar dos grandes patrones migratorios femeninos. Por un
lado, el patrón migratorio de las jornaleras procedentes de las comunidades
rurales del centro de México cuyo mercado de trabajo está principalmente en el
suroeste de Ontario, específicamente en la región de Niagara On The Lake y de
Leamington. Y por otro, el patrón migratorio de las jornaleras especializadas en
ciertos cultivos, particularmente en fresa, procedentes Guanajuato, quienes son
empleadas en granjas productoras de fresa en Quebec, Ontario y Saskatchewan
(véase mapa 2 en anexos).
Expansión del trabajo femenino en la agricultura de otras provincias
A partir de 2003 se ha extendido el empleo de jornaleras migrantes mexicanas
hacia otras provincias: Columbia Británica, Alberta y Saskatchewan. Para ese año,
por primera vez fueron empleadas 5 trabajadoras mexicanas en Alberta y 2
jornaleras en Saskatchewan. Un año después, se incrementó a 24 jornaleras en
Alberta, y se emplearon 3 trabajadoras en Saskatchewan. Para las últimas dos
temporadas, si bien hubo una notable disminución del empleo de jornaleras
mexicanas en Québec, de 112 en 2005 a 49 en 2006, en el resto de las provincias
84
hubo un incremento importante de trabajadoras: en Ontario pasaron de 206 a 250,
en Alberta de 20 a 78, y en Columbia Británica de 1 a 14. Saskatchewan se
mantuvo empleando a las 4 trabajadoras de 2005.
Es notorio que mientras en Saskatchewan las jornaleras se emplearon en el
cultivo de fresa, en Alberta se emplearon principalmente en los cultivos de árboles,
invernadero de flores y viveros. En Quebec las trabajadoras estuvieron en fresa,
frutas y verduras. Y en Ontario se emplearon en fruta, invernadero de flores,
invernadero de tomate, verduras y viveros.
Es importante destacar que la mayoría de los contratos de las mujeres
(63.8%) fueron de 4 meses en promedio. Siguiendo la tendencia general del
empleo migratorio temporal, los contratos más largos de las trabajadoras
estuvieron en Ontario. Estos datos indican que paulatinamente la migración
femenina mexicana se extiende a otras provincias canadienses donde hasta hace
poco no habían sido demandadas, lo cual permite prever la creación de nuevos
circuitos migratorios transnacionales femeninos hacia otras provincias.
El fenómeno de extensión de la migración femenina mexicana hacia otras
provincias está relacionado con la tendencia de expansión del empleo migratorio
temporal del PTAT/SAWP hacia las provincias del sur de Canadá. Por ejemplo, el
empleo de los migrantes creció claramente en Alberta donde fueron empleados
397 trabajadores en 2005 a diferencia de 182 trabajadores de cinco años atrás, de
los cuales el 10.3% fueron mujeres (cuadro 3).
El empleo de jornaleras mexicanas en Alberta y Saskatchewan coincide
también con la expansión del trabajo temporal masculino en Nueva Brunswick, Isla
del Príncipe Eduardo y Saskatchewan desde 2003. Para 2004, en Nueva Escocia
y Columbia Británica fueron empleados por primera vez 59 trabajadores migrantes
mexicanos hombres. Es notorio que un año después, se dio un incremento inusual
en el número de trabajadores mexicanos en Columbia Británica cuando de 47
jornaleros en 2004 se pasó a 705 migrantes en 2005, de los cuales 1.3% fueron
mujeres.
Como hemos visto, desde hace seis años, los trabajadores migrantes
mexicanos ya dejaron de ser un complemento de la fuerza de trabajo en el sector
85
de la industria de la horticultura canadiense y si la tendencia continua es probable
que se consoliden como el grupo más importante de la fuerza laboral de éste
exitoso sector agrícola de Canadá, el cual ha sabido modernizarse para competir
en el mercado internacional. El crecimiento, modernización y expansión de las
empresas hortícolas canadienses ha sido el resultado de la tendencia de la
globalización y de la nueva división sexual/étnica e internacional del trabajo
basada predominantemente en la mano de obra migrante masculina, de jornaleros
migrantes mexicanos y caribeños en el caso del SAWP.
Hoy estamos frente a la presencia de múltiples circuitos migratorios
transnacionales propiciados por el desarrollo de la horticultura canadiense y por el
incremento de jornaleros migrantes mexicanos. Estos circuitos migratorios
transnacionales diferenciados por género han sido creados desde distintas
comunidades del México rural hacia diferentes comunidades del Canadá rural.
Justo son los circuitos migratorios transnacionales México-Canadá, el escenario
donde tienen lugar las emergentes luchas culturales promovidas por los y las
jornaleras migrantes.
Circuitos migratorios transnacionales femeninos México-Canadá
Hasta 2002, el mercado de trabajo femenino en Canadá estaba concentrado
fundamentalmente en el suroeste de Ontario, representando 74% las migrantes
mexicanas empleadas en esta provincia (cuadro 15). Vemos que las jornaleras
migrantes en Canadá provenían de 12 estados de la república. Aunque la gran
mayoría (70.5%) era originaria de cuatro entidades: estado de México,
Guanajuato, Puebla y Tlaxcala. Esta situación va a cambiar para 2006 pues las
cerca de 400 trabajadoras que laboraron durante esa temporada ya procedían de
18 estados de la república. Los nuevos estados expulsores de mano de obra
femenina a Canadá son: Nayarit, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí,
Sinaloa y Yucatán. Si bien hoy en día las trabajadoras continúan estando
concentradas en Ontario, es la provincia de Columbia Británica la que ocupa el
segundo lugar en el empleo de jornaleras mexicanas desplazando a Quebec de un
año atrás. Llama la atención que el mayor flujo de trabajadoras procedentes de las
86
cuatro entidades antes referidas no solo permanece sino que se incrementa a
84%. A diferencia de los jornaleros que proceden en primer lugar del estado de
México, la primera entidad de donde provienen las jornaleras es Tlaxcala.
Cuadro 15Circuitos migratorios transnacionales femeninos México-Canadá. 2002, 2006
Estado Total ON QC CB AL SA2002 2006 2002 2006 2002 2006 2006 2006 2006
Distrito Federal 7 3 7 3 0 -- -- -- --Guanajuato 55 52 6 19 49 28 -- 2 3Guerrero 1 1 1 1 0 -- -- -- --Hidalgo 27 18 26 13 1 3 -- 2 --Jalisco 1 -- -- -- 1 -- -- -- --México estado de 58 73 56 56 2 6 3 8 --Michoacán 1 18 1 5 0 2 1 10 --Morelos 33 29 29 26 4 1 -- 2 --Nayarit -- 5 -- 1 -- -- -- 4 --Oaxaca 7 26 7 18 0 -- 2 6 --Puebla 53 49 34 33 19 3 3 9Querétaro -- 2 -- 2 -- -- -- -- --Quintana Roo -- 3 -- 1 -- -- -- 2 --San Luis Potosí -- 2 -- 1 -- -- 1 -- --Sinaloa -- 4 -- 1 -- -- -- 3 --Tlaxcala 51 86 49 56 2 5 2 22 1Veracruz 14 20 12 14 2 1 2 3 --Yucatán -- 5 -- -- -- -- -- 5 --
Total 308 395 228 250 80 49 14 78 4Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 2002, 2006. Elaboración propia
De manera semejante a la tendencia general, la emigración femenina a
Canadá presenta distintos niveles. Hoy es posible identificar tres esquemas.
1. Por un lado están los estados de alta emigración femenina a Canadá cuya
participación es de 49 a 86 trabajadoras como Tlaxcala, estado de México,
Guanajuato y Puebla. Con excepción de Guanajuato que se desplaza (94%)
a Quebec, el resto emigra a Ontario.
2. Por otro lado está un grupo intermedio que participa con un intervalo de 11
a 48 trabajadoras: Morelos, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y Michoacán. Las
migrantes se desplazan prioritariamente a Ontario.
3. Finalmente están las entidades de menor flujo migratorio femenino que
participan con un rango de uno a diez jornaleras: Nayarit, Quintana Roo,
87
Yucatán, Sinaloa, Distrito Federal, Querétaro, San Luis Potosí, Guerrero y
Jalisco. Las migrantes de las cuatro primeras entidades se desplazan
principalmente hacia Columbia Británica.
Como muestra el Cuadro 15, las jornaleras mexicanas participan de manera
diferenciada en las provincias canadienses. Estos datos indican importantes
cambios en el esquema migratorio femenino y en la composición de los flujos de
las jornaleras por estado de origen y provincia de destino, vale decir que ambos se
han ampliado. Es posible que esta población que, de hecho, tiene pocas
oportunidades de empleo en el mercado de trabajo agrícola de Canadá no solo
por ser pobre sino por ser excluida y vulnerable, esté creciendo a pesar de las
políticas laborales de género discriminatorias y de las malas condiciones de
trabajo dentro de las granjas canadienses. Una explicación puede ser la creciente
demanda de los productores por la mano de obra migrante femenina de México
para ciertas tareas y cultivos.
Ahora veamos la situación de los trabajadores mexicanos y los circuitos
migratorios transnacionales en los cuales emergen las luchas culturales
masculinas en Canadá.
Circuitos migratorios transnacionales masculinos México-Canadá
El fenómeno de migración de jornaleros mexicanos a Canadá a través del
PTAT/SAWP muestra una alta primacía masculina, esto es, que en 17 años de
migración masculina y femenina a Canadá, los hombres han representado entre
99% y 96% del total de los trabajadores (Cuadro 1). Hay que tomar en cuenta que
México ha sido el único país en América Latina que ha mostrado mayor migración
masculina hacia Estados Unidos, situación que ha sido acentuada en las últimas
dos décadas pues pasó de un índice de masculinidad de 111 hombres por cada
100 mujeres en 1980, a casi 125 en 2002 (Canales 2006: 98-99). Además que hoy
en día perdura el patrón predominante de la migración circular de hombres solos
hacia Estados Unidos (Durand, Massey y Zenteno 2001). Podemos decir que la
migración de jornaleros mexicanos a Canadá se originó con un patrón migratorio
masculino y que hoy prevalece la participación masculina en estos
88
desplazamientos, dado que para 2005 se tenía un índice de masculinidad de más
de 3,315 hombres por cada 100 mujeres.
Analizar el empleo migratorio masculino mexicano generado en la
agricultura canadiense es una tarea compleja no sólo por su inusitado incremento
desde 1989 sino por su dinamismo y reciente expansión en la industria de
vegetales de invernadero, en otros sectores económicos y en otras provincias. Lo
que resulta interesante del cuadro 16 (véase anexos) es constatar que hoy en día
los jornaleros mexicanos que emigran a Canadá lo hacen desde una gran
diversidad de comunidades rurales ubicadas en todos los estados de la república,
con excepción de Baja California Norte.
Desde 2003, el programa se ha expandido simultáneamente hacia nuevas
zonas de expulsión y nuevas zonas de recepción. Las nuevas zonas de recepción
que demandan mano de obra masculina mexicana son las provincias de Isla del
Príncipe Eduardo, Nueva Brunswick, Saskatchewan, Nueva Escocia y Columbia
Británica. Los productores del sector de la horticultura en estas provincias son
quienes demandan gran cantidad de trabajo de los jornaleros temporales
mexicanos, hombres. El número de jornaleros mexicanos empleados en Canadá
tuvo un nuevo incremento entre 2005 y 2006, sobre todo con la reciente
participación de los migrantes en Columbia Británica. Esta provincia representa
hoy casi 10% de la mano de obra masculina migrante del programa.
La composición de los flujos migratorios masculinos muestra una gran
diversidad de situaciones pero quiero destacar cuatro de ellas. La primera es que
la mayoría de los migrantes hombres continúa procediendo de las seis entidades
del centro de México: estado de México, Tlaxcala, Guanajuato, Hidalgo, Puebla y
Morelos, como ya ha sido documentado por otros estudios. Sin embargo, con la
descentralización del programa hubo una disminución considerable en la
participación de estos estados: de 73% en 2002 a 61% en 2006. Segundo, la
presencia exclusivamente de migrantes hombres en 13 entidades: Aguascalientes,
Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango,
Nuevo León, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Zacatecas. Tercero, ha habido una
reducción en la proporción de trabajadores mexicanos en Ontario (de 76% en
89
2002 a 60% en 2006), pero se ha extendido el empleo en Quebec (23.6%) y
Columbia Británica (9.8%). Cuarto, en las nuevas provincias receptoras (Nueva
Brunswick, Nueva Escocia, Isla del Príncipe Eduardo y Saskatchewan)
predominaron trabajadores migrantes de los nuevos estados expulsores de la
república.
Por entidades federativas, la emigración masculina a Canadá presenta no
solo tendencias sino también niveles diferentes. Para 2006, podemos identificar
tres esquemas.
1. Por un lado están los estados de alta emigración con un rango de
participación de 501 a 2,800 trabajadores como el Estado de México,
Tlaxcala, Puebla, Guanajuato, Veracruz, Morelos, Hidalgo, Michoacán y
Oaxaca.
2. Por otro lado, identifiqué un patrón intermedio entre estos dos extremos.
Corresponde a los estados tradicionales y nuevos de expulsión de
migrantes a Canadá, los cuales han incrementado notablemente su
participación, con un rango de 101 a 500 trabajadores: San Luis Potosí,
Jalisco, Distrito Federal, Durango, Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Sinaloa,
Yucatán, Nayarit, Tabasco, Campeche y Sonora.
3. Un último grupo lo conforman las nuevas entidades de expulsión que hasta
hace poco se incorporaron al programa participando con un rango de 1 a
100 trabajadores: Querétaro, Quintana Roo, Nuevo León, Tamaulipas,
Colima, Chihuahua, Baja California Sur y Aguascalientes.
Es importante señalar que el mayor flujo migratorio masculino a Canadá
provino de dos entidades: estado de México y Tlaxcala. Llama la atención que los
migrantes de las nuevas zonas expulsoras como Sonora, Campeche, Michoacán,
San Luis Potosí y Sinaloa fuesen empleados fundamentalmente en Quebec y
Columbia Británica. Estos datos indican que los trabajadores de recién ingreso al
programa provienen principalmente de las nuevas zonas de expulsión y se dirigen
a las nuevas zonas de demanda de mano de obra migrante mexicana en Canadá.
90
Comunidades mexicanas de viejas y nuevas zonas expulsoras
Los jornaleros y las jornaleras migrantes mexicanos proceden del más variado
origen social y geográfico. Algunas de las comunidades rurales de donde
provienen están geográficamente dispersas y alejadas de los centros urbanos. En
2002, los migrantes mexicanos en Canadá procedían de alrededor de 850
comunidades rurales de México (véase cuadro 25 en anexos). Podemos agrupar
estas comunidades rurales en tres categorías:
1. Las comunidades de los nueve estados que hoy son los de mayor flujo
migratorio a Canadá (77% en 2006), considerados también entre las
entidades de mayor desigualdad social: Estado de México, Tlaxcala,
Guanajuato, Puebla, Morelos, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca y Michoacán
(véase cuadro 23 en anexos). Se identificaron 631 comunidades de los que
provenían 10 mil jornaleros.
2. Las comunidades de viejas y nuevas zonas expulsoras de migración a
Canadá con mayor desigualdad social: Jalisco, Distrito Federal, Tabasco,
Chiapas, Querétaro, Guerrero y Colima. Se identificaron 126 comunidades
de los que provenían 894 trabajadores
3. Por último, las comunidades de viejas y nuevas zonas expulsoras de
migración a Canadá con menor desigualdad social: San Luis Potosí,
Zacatecas, Nayarit, Durango, Coahuila, Campeche, Sonora, Yucatán,
Sinaloa, Chihuahua, Baja California Sur, Aguascalientes, Tamaulipas, Nuevo
León y Quintana Roo. Aquí, identifiqué un total de 95 comunidades de
cuales procedían 713 migrantes
Los jornaleros de Veracruz y de Oaxaca han tenido un crecimiento
inusitado en el programa. De continuar esta tendencia estas dos últimas entidades
desplazarán a las entidades de mayor flujo migratorio a Canadá, por ejemplo,
Guanajuato o Hidalgo. Los datos que hasta aquí he mostrado indican una clara
diferenciación entre las zonas de expulsión masculina y las zonas de expulsión
femenina.
91
Comunidades rurales canadienses
Desde 1974, tres procesos de larga duración han venido modificando la situación
de los trabajadores migrantes mexicanos en las comunidades rurales
canadienses. El primero de estos procesos se caracterizó por el desarrollo,
expansión y consolidación del sector de la industria de la horticultura de
invernadero, en particular en Ontario. El crecimiento de la horticultura y de otros
productos agrícolas después del NAFTA (North American Free Trade Agreement)
trajo aparejado un proceso de debilitamiento paulatino de las granjas familiares y
un prevaleciente crecimiento de las granjas corporativas (Weston y Scarpa de
Masellis 2004, Verma 2004). El segundo proceso, es la transformación de los
patrones de acumulación de capital y la re-organización del proceso de trabajo así
como de las relaciones laborales en el sector corporativo de vegetales de
invernadero. El último proceso, muy posterior, fue la aparición en 2002 del
sindicato (filial del UFCW23 en Canadá) en Leamington y después en Simcoe, en
Virgil-Niagara, en Bradford, Ontario, y en Saint-Remi en Quebec.
A diferencia de otras investigaciones, yo encontré que el proceso de
migración internacional ha tenido como correlato una profunda reorganización de
la vida social de los jornaleros mexicanos tanto en las granjas y las comunidades
canadienses como en las comunidades mexicanas y los hogares de los
trabajadores temporales.
Si analizamos la distribución geográfica de los trabajadores mexicanos y
caribeños empleados a través del PTAT/SAWP en Ontario, vemos que entre 2001
y 2003, los circuitos migratorios transnacionales creados como resultado de su
trabajo y su vida temporal se encontraban principalmente en el sureste de Ontario
(véase cuadro 18 en anexos). Durante el período referido, los trabajadores
migrantes estaban concentrados fundamentalmente en 14 municipios: Essex-Kent,
Brant, Haldimand-Norfolk, Niagara, Simcoe, Oxford, Lambton, Middlesex, Elgin,
Huron, Dufferin, Grey y Bruce; representando 72% en 2001, 79% en 2002 y 65%
en 2003. Otros municipios que emplearon a más de 100 trabajadores temporales
23 Sindicato de Trabajadores Alimentarios y Comerciales (United Food and Commercial WorkersUnion of Canada, UFCW).
92
fueron: York, Durham, Northumberland, Halton y Hamilton-Wentwo. Es notorio el
crecimiento que presentaron los municipios de Essex-Kent, Simcoe, Niagara,
Hamilton-Wentwo, Durham y Northumberland con respecto al número de
migrantes temporales empleados dentro de las granjas (véase mapa 1 de
Ontario).
Pero si agregamos a los datos que hemos analizado anteriormente, la
información sobre la distribución por municipio y comunidad, únicamente de los
migrantes mexicanos constatamos tres situaciones (véase cuadro 19 en anexos).
Los jornaleros mexicanos fueron empleados, durante el mismo período, en 27
municipios y 230 comunidades rurales de Ontario. Considerando que los
trabajadores están concentrados en los 14 municipios arriba referidos, podemos
decir que los circuitos migratorios transnacionales construidos por los jornaleros
mexicanos se localizan principalmente en 135 comunidades rurales donde está
establecida fundamentalmente la industria de la horticultura de Ontario. Llama la
atención la enorme importancia de los circuitos migratorios transnacionales
creados en 69 comunidades de cuatro Municipios: Essex-Kent, Haldimand-Norfolk,
Niagara y Brant, debido a la concentración de los jornaleros mexicanos en tales
áreas. En el Municipio Essex-Kent destacan las granjas corporativas ubicadas en
el área de Leamington, Lasalle, Ruthven, Cottam, Harrow. En el Municipio
Haldimand-Norfolk resaltan las empresas localizadas en Simcoe y Lasalette. En el
Municipio de Niagara son importantes las granjas ubicadas en St. Catherines,
Vineland Station, Niagara-On-The-Lake, Jordan Station, Niagara Falls y Virgil. Y
en el Municipio de Brant destacan las empresas que se encuentran en Scotlan,
Brantford, Princeton, Harley y Wilsonville. Veamos ahora el circuito migratorio
transnacional más importante: Leamington-México.
1.4 Leamington: circuito de producción y trabajo transnacional
Leamington, llamado la capital del tomate de Canadá, es una comunidad rural en
el Municipio de Essex, en Ontario. Está localizado a 45 kilómetros del suroeste de
Windsor justo en la frontera internacional con Detroit, Estados Unidos. Ocupa un
área de 10.63 kilómetros cuadrados (Francis 1998: 1314). El área cuenta con el
93
clima más suave y moderado que cualquier otra región agrícola de Canadá, tiene
un promedio de 165 días libres de helada y recibe más sol que muchas
comunidades del sur de Ontario, su topografía es extremadamente llana, con una
gran variedad de suelos (The Municipality of Leamington 2000). Por todo esto, es
la región donde se encuentran las condiciones agro-climáticas favorables para la
producción de la industria de la horticultura. Sin embargo, la producción de
tomate24 ocupa un lugar central en su economía desde el siglo veinte (Basok
2003b: 6).
Hasta la mitad del siglo XX quienes se establecieron en Leamington fueron
mayoritariamente descendientes británicos, no obstante a fines de 1920, y
particularmente después de la segunda guerra mundial, emigraron a esta área
alemanes, italianos y portugueses (Basok 2002: 43-44). Hoy en día la composición
étnica de Leamington es sumamente heterogénea. De acuerdo con el censo de
Canadá,25 para 2001 residían 27,138 personas hablantes de inglés, francés,
alemán, portugués, árabe, italiano y, en menor medida, español (The Municipality
of Leamington 2006).
Foto 1. Migrantes mexicanos en la capital del tomate de Canadá
24 El municipio cuenta con aproximadamente 4 kilómetros cuadrados de cultivo de tomate(Wikipedia, The Free Encyclopedia 23/junio/2006).25 Statistics Canada 2001 Community Profiles: Leamington,http://www12.statcan.ca/English/Profil01/PlaceSearchForm1.cfm. Consultado en marzo 19, 2004.
94
Medida por su lengua, los habitantes de Leamington conforman una
población étnicamente heterogénea procedente de diversos países. Si bien el
censo de 1996 establecía que de 16,575 personas, 4,870 habitantes eran
inmigrantes, cerca de 5,400 personas afirmaron que su lengua materna no fue ni
inglés ni francés. Los hablantes de alemán y portugués constituían las
comunidades más grandes (2,165 y 1,065 respectivamente). Además, 700
personas reportaron su lengua materna como árabe y 500 como italiana. De los
hablantes de alemán aproximadamente la mitad fueron menonitas mexicanos. Los
hablantes de árabe (640) provenían fundamentalmente del Líbano. Otros
inmigrantes cuya lengua materna no es inglés o francés provenían de varias
regiones entre las cuales están el oeste y este de Europa (de China 35 y Filipinas
25 personas), del sur, sureste y oeste de Asia (130 personas), del Caribe, el medio
este y oeste de África (165 personas) y 180 personas de Centroamérica (Basok
2002: 44; statistics of Canada 2001). De los trabajadores mexicanos que han
participado en el programa hay algunos que se han quedado a vivir en este pueblo
con sus familias, faltaría realizar un estudio sobre este nuevo grupo étnico de
habla hispana en la localidad, quienes están excluidos de las estadísticas
canadienses.
Leamington es una de las áreas de mayor concentración de jornaleros
migrantes mexicanos. El pueblo se transforma cuando llegan y se van los
migrantes mexicanos, como lo expresa una comerciante hispana: Si no fuera por
los trabajadores mexicanos, Leamington sería un pueblo muerto, los mexicanos le
dan vida al pueblo.
Hoy en día los invernaderos de vegetales de tomate son los más grandes
de todo Norte América supliendo incluso a la planta procesadora local Heinz y a
los supermercados. El Municipio de Essex, al cual pertenece Leamington, tiene la
cosecha más alta de tomate de todo Ontario. Para el año 2000, ya existían
aproximadamente 6,000 acres cosechados de tomate en Leamington, lo cual
representaba casi 28% del total de la provincia. El valor agrícola estimado de 715
acres del mercado de tomate fresco del municipio fue de $3,364,000 dólares. De
las 2,109 granjas localizadas en el municipio, 33% se encontraban en Leamington.
95
Para la misma fecha, en 328,651 acres de tierras de las granjas del municipio
había $1,493 millones de dólares invertidos de capital granjero, de los cuales
$1,257 millones de dólares estaban invertidos en tierra y construcción de
invernaderos. La fuerza de trabajo agrícola empleada en la agroindustria de
invernadero de Leamington incluye a trabajadores locales de tiempo completo
(46.5%), trabajadores temporales mexicanos y caribeños (36%) y trabajadores de
las costas (17.5%). Para 1996, en el municipio había 50,590 (44%) semanas de
empleo temporal (The Municipality of Leamington 2000).
El área de Leamington se ha venido transformando desde hace más de tres
décadas, particularmente por la presencia creciente de jornaleros migrantes
mexicanos y caribeños. No tenemos datos para analizar la concentración del
empleo temporal mexicano en los últimos seis años, sin embargo, los resultados
de otras investigaciones (Basok 2002; Preibisch 2004; Weston y Scarpa de
Masellis 2004) permiten pensar que los más de tres mil jornaleros mexicanos ya
no son más un complemento de la fuerza de trabajo local sino que representan
más de la mitad de los trabajadores empleados en la agricultura de Leamington.
Aunque los datos ahora disponibles no lo permiten, valdría la pena cuantificar con
mayor precisión la magnitud del empleo temporal mexicano y su relación con la
expansión económica de la industria de la horticultura de invernadero de
Leamington.
Como resultado del constante crecimiento y concentración de la horticultura
en el sureste de Ontario,26 Leamington se ha transformado en un importante
circuito de producción y trabajo transnacional, principalmente para los jornaleros
migrantes mexicanos. Tanto la existencia de un mercado de trabajo en Canadá
como la disponibilidad de una fuerza de trabajo migrante en México han creado en
Leamington un nicho dentro de la producción y los acuerdos laborales
transnacionales.
26 En Ontario y en Quebec, la horticultura y la floricultura han crecido sostenidamente, si en 1981ambos sectores representaban el 11% de las cosechas nacionales recaudadas, para el 2001 yarepresentaban el 30%. La producción hortícola se ha venido concentrando; para 1996, tan sólo el5.5% de todas las granjas hortícolas controlaban el 42% de la producción total de vegetales yfrutas, representando el 56% para Ontario y el 42% para Quebec (Weston y Scarpa de Masellis2004: 5).
96
Si bien los trabajadores mexicanos han sido empleados en las granjas de
Leamington desde 1974, es hasta los últimos veinte años, con la rápida expansión
y consolidación de la industria de la horticultura, que se han empleado no sólo en
las pequeñas granjas familiares sino fundamentalmente en las empresas
corporativas de producción de vegetales, frutas y flores de invernadero. La
expansión de estas empresas ha sido inusitada, en particular en Leamington
donde tardaron en adquirir en pocos años el control de los sectores más
dinámicos de la rama (véase Basok 2002).
Sin duda el sector que produce vegetales de invernadero desde hace más
de dos décadas es el más dinámico de la agricultura canadiense. Es en
Leamington donde encontramos las empresas más modernas y capaces de
competir con las empresas estadounidenses, sus directos competidores de su
vecino país. Las empresas corporativas que producen hortalizas frescas en
Leamington han logrado insertarse con éxito en el mercado mundial gracias al uso
de tecnología de punta (biotecnología, hidroponía, electrónica y computación), a la
administración de sus costos de producción, a la re-organización de sus procesos
productivos, al control de sus circuitos de comercialización, a su asociación con el
capital estadounidense, y sobre todo, a la organización de complejos flujos
migratorios de trabajadores temporales de México y de los países del Caribe.
Estos procesos en conjunto han permitido incrementar no sólo el valor de la
producción sino la productividad del trabajo temporal y, por supuesto, la
rentabilidad de las empresas agrícolas.
El dinamismo y el desarrollo de la producción hortícola son notorios. Para
2001, la industria de vegetales de invernadero de Leamington había concentrado
un área de 987 acres, convirtiéndose en la mayor concentración de la producción
de este tipo en Norte América (Whitfield y Papadopoulos 2002). La producción de
vegetales de invernadero se ha concentrado en cuatro cultivos: tomate, pepino,
chile pimiento y berenjena (cuadro 20). Está claro que este sector, junto con la
fruticultura y la floricultura, absorben la mayor parte de los 3 mil trabajadores
temporales mexicanos empleados en Leamington a través del PTAT/SAWP.
Debido a que su proceso de trabajo se basa en el uso intensivo de mano de obra,
97
es posible que se incremente aún más su demanda de mano de obra mexicana en
el futuro.
La producción agrícola en Leamington se ha concentrado en manos de un
pequeño grupo oligopólico de granjas corporativas. La importancia de los
productores de vegetales de invernadero de Leamington en el control de este tipo
de producción así como en el empleo de migrantes mexicanos, se muestra en el
cuadro 20. En 2001, de los 24 productores más grandes de vegetales de
invernadero en Canadá (aquellos con más de 10 acres de producción), 15 estaban
localizados en el área de Leamington, constituyendo el 64% del máximo nivel por
productor. El incremento de la concentración de la horticultura en las granjas
corporativas se ha intensificado y es más claro si lo comparamos con los nueve de
los productores más grandes (52%) de Leamington de dos años atrás (Basok
2002: 72).
La producción de vegetales de invernadero -principalmente de tomate,
pepino y chile pimiento- esta concentrada en 15 de los productores más grandes
de vegetales de invernadero de Canadá. Para 2002, estas 15 empresas
corporativas emplearon al 43% de los migrantes mexicanos empleados en
Leamington. Es notorio también que, en esa temporada, los trabajadores
mexicanos representaron casi el 88% del total de los trabajadores migrantes del
PTAT/SAWP empleados en dicha área (FARMS 2002). El restante 12% fueron
trabajadores de Jamaica, de Barbados, de la Organización de Estados del Este
Caribeño, y de la República de Trinidad y Tobago (cuadro 21).
La mayoría de los jornaleros mexicanos empleados en Leamington tienen
una trayectoria laboral de varios años en el programa. Es notorio que la mayoría
tiene un promedio de 7 años de experiencia laboral en Canadá; muchos otros
tienen entre 16 y 25 años como trabajadores nominales en las granjas (véase
Basok 2002: 20).27
27 Estos datos coinciden con los resultados de la investigación que Verduzco y Lozano (2003: 52)realizaron en México -estados de México, Morelos y Tlaxcala- en 2003, los cuales muestran que lamayoría (192 de 358 trabajadores entrevistados) tenían de 2 a 7 años participando en el programa,además 113 trabajadores tenían de 7 a 15 años, y 15 migrantes tenían de 16 a 25 añosempleándose como trabajadores nominales en las granjas canadienses.
98
Cuadro 20Operaciones de vegetales de invernadero con más de diez acres
1 septiembre 2001
Nombre ProducciónTrabMex*** Localidad Acres
****Mastron Enterprises Ltd. * Tomate 507 Leamington, ON 53Great Northern Hydroponics * tomate, pepino 115 Leamington, ON 53DiCiocco s Farms * tomate, chile pimiento 74 Leamington, ON 49Houweling Nurseries Ltd. s/d** s/d Delta, BC 48Amco Farms Inc. * tomate, chile pimiento,
pepino, berenjena114 Leamington, ON 40
Sabelli Farms * Pepino 52 Leamington, ON 38Veg. Gro. Sales Inc. * chile pimiento 72 Leamington, ON 36Nature Fresh chile pimiento s/d Leamington, ON 35Canagro s/d s/d Delta, BC 31Suntastic Hothouse s/d s/d Exeter, ON 30Mucci, Bros. * Tomate, pepino 106 Leamington, ON 30Les Serres du St. Laurent Inc. s/d s/d Portneuf, QC 30Cervini s * Tomate, pepino 95 Leamington, ON 25Delta Pacific s/d s/d Delta, BC 25St. Davids Hydroponics s/d s/d St. Davids, ON 24Gipaanda s/d s/d Delta, BC 24Double Diamond AcresLimited*
Tomate s/d Leamington, ON 24
Howard Huy Greenhouses * pepino, chile pimiento 18 Leamington, ON 24Hazelmere Greehouses Ltd. s/d s/d Surrey, BC 21Hydro-Serre Mirabel s/d s/d Mirabel, QC 17MOS Enterprices * Tomate 26 Leamington, ON 13MOS Capital * s/d 21 Leamington, ON 12Paul Dyck * chile pimiento 20 Leamington, ON 10Hillcrest Farms s/d s/d Leamington, ON 10Total 1220 712Fuente: The Municipality of Leamington 2002a, Whitfield y Papadopoulos 2002,FARMS 2002, STyPS 2002. Elaboración propia.Nota: ON se refiere a Ontario, QC a Quebec y BC a Columbia Británica.* Participan en el PTAT/SAWP y emplean a trabajadores mexicanos.** Dato no disponible.*** Número de trabajadores mexicanos por empresa**** Superficie en acres (2.5 acres = 1 ha).
Los más de 200 productores de Leamington que participaron en el
programa en 2002 -el mismo número de empleadores que participaron en
Quebec- se pueden clasificar en tres grupos: las empresas de pequeña escala
(62%) que emplean de 1 a 10 trabajadores mexicanos, las empresas medianas
99
(27%) que contratan de 11 a 50 trabajadores y las grandes empresas corporativas
(11%) que emplean de 51 a 500 jornaleros mexicanos (FARMS 2002). Entre las
empresas corporativas están: Mastron Enterprises (conformada por más de 110
empresas filiales), Great Northern Hydroponics, Diciocco s Farms, Amco Farms,
Mucci Bros, Cervini s, Sabelli Farms y Veg. Gro. Sales (The Municipality of
Leamington 2002a, FARMS 2002, Whitfield y Papadopoulos 2002). Es notorio la
existencia de un grupo oligopólico de 15 grandes empresas de italianos en la
producción de vegetales de invernadero en Leamington.
Esta información revela el creciente papel de los trabajadores migrantes
mexicanos tanto en la economía de Leamington como en la prosperidad del sector
de la horticultura de invernadero. Al mismo tiempo, ilustra los cambios en la
organización del trabajo en el sector más competitivo internacionalmente de la
agricultura canadiense. Conviene resaltar que este desarrollo descansa
fundamentalmente en cuatro estrategias. Primera, el control de los costos
laborales con bajos salarios utilizando una mano de obra migrante barata y
especializada como la mexicana. Segunda, el incremento de la productividad del
trabajo temporal basada en la segmentación del mercado de trabajo por género,
clase y etnia. Tercera, la ampliación de la flexibilidad en el acceso a los
trabajadores migrantes mexicanos, caribeños o guatemaltecos (véase Weston y
Scarpa de Masellis 2004). Y cuarta, la restricción del asentamiento permanente de
los trabajadores migrantes temporales en el territorio canadiense. Estos resultados
concuerdan con muchos otros estudios (Basok 2002; Binford 2002; Preibisch
2004; Verduzco y Lozano 2004; Weston y Scarpa de Masellis 2004).
Si bien en la última década, la industria de invernadero en Leamington ha
tenido un crecimiento inusual y muchos productores de vegetales de invernadero
han incrementado sus ganancias y expandido su producción, no todos los
productores han experimentado ese crecimiento. Algunos invernaderos funcionan
como empresas de pequeña escala y operan como empresas familiares (Basok
2002). No obstante, independientemente de las diferencias en el tamaño de la
producción, el valor de la producción, el capital en las granjas, la tecnología
empleada y las ganancias obtenidas, la mayoría de las empresas familiares o
100
corporativas dependen de los trabajadores temporales, particularmente de los
jornaleros migrantes mexicanos.
Como en el resto de Canadá, mientras la producción hortícola se ha
concentrado e incrementado, las pequeñas granjas familiares han venido siendo
desplazadas por una estructura de consorcios oligopólicos, los cuales han
instalado modernos y complejos invernaderos de producción de vegetales, frutas y
flores. El reciente éxito de los capitalistas de la industria de la horticultura de
invernadero canadienses y estadounidenses, radica no sólo en un impulso
industrializador y modernizador de la producción agrícola sino también en una
iniciativa colonizadora.
En contra de lo que se suele afirmar, las empresas corporativas exitosas
tienen la capacidad económica para pagar salarios decorosos a los trabajadores
migrantes. La principal ventaja de los productores es la posibilidad de contar con
una mano de obra migrante barata cuyos salarios van a la baja cuando se
incrementa la productividad del trabajo temporal. Estamos frente a empresas
corporativas ricas, en plena expansión económica, frente a trabajadores migrantes
pobres. Es necesario estudiar estos procesos a la luz del incremento de la
productividad del trabajo temporal y la baja en los salarios reales dentro de los
circuitos migratorios transnacionales creados entre México y Canadá.
Circuitos migratorios transnacionales en Leamington por grupo étnico
De acuerdo con las estadísticas de FARMS, en Ontario, durante la temporada
2003, a través de 1,571 empleadores que participaron en el programa, se
emplearon 8,568 (49.7%) jornaleros mexicanos y 8,988 jornaleros caribeños. De
los trabajadores caribeños la mayoría (6,336) procedían de Jamaica, 1,746
migrantes fueron de Trinidad y Tobago, 459 del Este Caribeño y 447 trabajadores
de Barbados.
En Leamington, 212 empleadores usaron el programa en 2002, y
emplearon a un total de 2,843 trabajadores migrantes temporales, de los cuales el
88% fueron mexicanos y el restante 12% fueron caribeños. Como se muestra en el
Cuadro 21 es notorio que solo 7 granjas emplearon tanto a jornaleros mexicanos
101
(584) como a jornaleros caribeños (175). Los trabajadores caribeños procedían de
Jamaica (93), Barbados (75), Trinidad y Tobago (2) y del Este Caribeño (1). En las
siete granjas los jornaleros mexicanos y caribeños se organizaban para trabajar y
vivir durante la temporada laboral. Me refiero a las empresas: Boutros, Cervini,
Colasanti, DiCiocco, Ingrata, Mastronardi y Bob Thomas Canning. Esto refleja que
si bien en Leamington la mayoría de los trabajadores temporales son mexicanos
también algunos de ellos interactúan con los trabajadores caribeños dentro de la
granja, en la vivienda o en el centro del pueblo. Si bien los jornaleros mexicanos
interactúan y socializan en mayor medida entre sí, dentro de las granjas también
laboran trabajadores locales de diversos orígenes (latinos, menonitas o residentes
de otros países), es probable que no solo interactúen con los trabajadores
caribeños sino también con los trabajadores agrícolas locales. Es notorio que
estas 53 empresas corporativas emplearon al 85% (de 2,843 trabajadores del
SAWP en 2002) de los trabajadores migrantes mexicanos empleados en
Leamington. Llama la atención que 80 empresas que emplearon de uno a 10
migrantes temporales contrataron exclusivamente a trabajadores mexicanos,
Destaca también que 18 granjas familiares emplearon únicamente a trabajadores
caribeños de distintos países. Vale decir que las empresas corporativas emplearon
fundamentalmente a migrantes mexicanos.
Es importante señalar que, para el caso de Leamington, la mayoría de los
contratos de los jornaleros mexicanos son de ocho meses. Asimismo, destaca que
hay dos procesos de arribo de los migrantes mexicanos, la primera fase es de
febrero a septiembre, y la segunda de abril a noviembre. Quienes llegan en
febrero trabajan tareas de plantación y de mantenimiento de la planta, quienes
llegan en abril desempeñan tareas de cosecha de los cultivos.
Resulta interesante que uno de los efectos del programa ha sido la creación
de circuitos migratorios transnacionales de trabajadores temporales diferenciados
por grupo étnico. En Ontario, los circuitos migratorios transnacionales construidos
conjuntamente por los migrantes mexicanos y caribeños están localizados,
principalmente, en 230 comunidades rurales donde se ha desarrollado la industria
de la horticultura de invernadero. Sin embargo,
102
Cuadro 21Granjas que emplearon a mexicanos y caribeños en Leamington, 2002
GRANJA PAÍS TrabAhmed, Qaiser-Kda Farms México 17Amco Farms Inc. (Amicone) México 114Bondy, Richard Produce México 17Brunato, Peter-Tri-Acres Inc. México 25Capussi, Jerry-Veg/Sun Farms México 67Cacciavillani, Dan/Floyd Farms México, 6
Organización edos. Este Caribeño 6Cervini, Anthony-Apollo Farms México 29
Organización edos. Este Caribeño 1Cervini, Chris & John Farms México 66Cipkar, Farm México 21Colasanti, Cesare-Col-Mac Orc Barbados 18
México 6Colasanti, Joe/Masco Farm México 15Colasanti, Richard-Grat Nort Hi México 115Cristofari, John México 11DAlimonte, Jamie-Sunrite Gree México 32Delellis, Greenh/Farms México 17Di Menna, Farms/Food Pro México 49DiCiocco Carmen/Dianne/Henry México 54
Jamaica 8Dick, Bro/Sons/Plant Farms México 34Durocher, Dan & Al-Geo Duroc México 25Dyck, Greenh/Lorraine Sundanc México 23Fancsy, John/Stephen/Jean México 16Finaldi, Hubert-Nationwide Can México 26Froese, Henry-A & N Farms México 20Gualtieri, Alfredo/John México 23Hlavac, Jerry Plant/Farms México 70Huy, Howard Greenhouse México 18Iacobelli, John-Sun-Brite Canni México 107Ingrata, Ernie/Michelle-Five Sta México 6
Jamaica 28Ingrata, Augie-Nick-Igino/Gene/ México 49Klassen, Farm/Hydro/Blueberri México 11Koop, Pinnacle/Cumberhill Far México 13Lonsbery, James Farm México 25Mastronardi, Mastron Enterprise México 63
Barbados, Rep. de Trinidad yTobago 36Mastronardi, Luigino/Mike/Nick* México 485Matheson, Mark & Shannon México 16Moauro, Farms/James Suns México 14Mucci, Greenh/Agriville/Farms México 106Omstead-Diniro, Stacey Farms México 24Ondejko, Seacliff/Mums Unlimit México 63Sabelli, Flavour Pict/Faros México 52Simoni, Jimmy Faros México 11Thomas, Bob Canning/Ma México 11
Jamaica, Barbados 43Tiessen, Farms/Acres/Prism/Py México 46Von Teichman, Wolf-Pelee Islan México 31Weil, Henry Food Processing México 35Whaley, George México 15Wright, Donald/Rodney/Terrenc México 16
T o t a l 2275Fuente: FARMS 2002. Elaboración propia.Nota: Algunas empresas fueron agrupadas por apellido. No incluye pequeñas empresasque emplearon de 1 a 10 migrantes. * Incluye 42 empresas filiales de Mastronardi.
103
Leamington es uno de los principales circuitos migratorios conformado
mayoritariamente por trabajadores temporales mexicanos.
Circuitos migratorios transnacionales en Leamington por género
Contamos con estimaciones de 2002 que provienen tanto de la STyPS como de
FARMS para aproximarnos al análisis de la conformación de circuitos migratorios
transnacionales por género creados entre Leamington y México.
Desafortunadamente no contamos con datos más precisos para la temporada
2006 para dar cuenta de los cambios presentados en los últimos cuatro años.
En cuanto al empleo de jornaleras migrantes en Ontario, constatamos que,
en 2002, de 228 trabajadoras empleadas en esta provincia, 22.8% estuvieron
empleadas en el área de Leamington. Estas trabajadoras procedían de nueve
entidades que participaron en el programa: estado de México con 30.8%, Tlaxcala
con 25.0%, Hidalgo con 11.5%, Puebla con 9%, Veracruz con 9%, Morelos con
7.7%, Guerrero, Michoacán y Distrito Federal con 1.9% de cada estado (cuadro
22).
Si bien en 2002 migraron a Leamington jornaleros de 24 estados de la
república (cuadro 22), la mayoría fueron de 5 entidades: estado de México
(24.4%), Tlaxcala (18.9%), Hidalgo (11.7%), Puebla (11.1%) y Guanajuato (9.9%).
Justo es en Leamington donde permanece la mayoría de los trabajadores
nominales del programa. Es notorio que gran parte de los jornaleros originarios de
los nuevos estados expulsores como Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Baja
California Sur trabajaron durante la referida temporada en Leamington.
La creciente expansión de la horticultura de vegetales de invernadero
implicó la reorganización del trabajo y de las relaciones laborales dentro de los
circuitos migratorios transnacionales creados en Leamington. Hoy es la producción
de tomate hidropónico de invernadero el que ocupa un lugar central en los
cambios tanto en la organización del trabajo como en la productividad del trabajo
temporal. Son también las granjas corporativas de producción de tomate de
invernadero donde se han gestado los paros laborales de los migrantes mexicanos
104
protestando por mejores condiciones de trabajo y de vida. Como veremos en el
segundo capítulo.
Cuadro 22Circuitos migratorios transnacionales México-Leamington, 2002
ESTADO LEAMINGTON ONTARIO CANADAAguascalientes 5 5 5Baja California Sur 4 6 6Campeche 1 20 39Chiapas 25 90 103Coahuila 1 4 17Colima -- 7 8Chihuahua -- -- 23Distrito Federal 59 232 294Durango 22 22 30Guanajuato 192 721 943Guerrero 7 32 40Hidalgo 227 686 841Jalisco 11 156 220México Estado de 471 1885 2354Michoacán 33 231 299Morelos 102 550 721Nayarit 8 28 80Nuevo León -- 1 1Oaxaca 79 269 464Puebla 215 615 812Querétaro 8 29 36San Luis Potosí 20 132 213Sinaloa -- 3 8Sonora -- 1 5Tabasco 2 45 101Tamaulipas -- 5 6Tlaxcala 365 1277 1590Veracruz 55 363 494Yucatán 3 10 27Zacatecas 19 33 42
Total 1934 7458 9822Fuente: STyPS, Informe de la temporada 2002. Elaboración propia.
1.5 Proceso productivo del tomate y relaciones laborales
Las empresas corporativas de vegetales de invernadero han logrado imponer un
nuevo sistema de organización productiva basado en el uso y aplicación de
recientes innovaciones tecnológicas. Por ejemplo, el sistema de producción en
hidroponía para algunas hortalizas frescas como tomate, chile pimiento morrón y
105
berenjena, el sistema de riego computarizado, la medición del rendimiento
productivo y computarizado del trabajo temporal en ciertas tareas del proceso
productivo del tomate.
De manera similar a los hallazgos de otras investigaciones (Satzewich
1991; Wall 1992; Basok 2002) yo encontré que existe una profunda reorganización
de los procesos de trabajo y de las relaciones laborales al interior de las granjas.
Para ilustrar esto, voy a tomar el ejemplo del proceso productivo del tomate de
invernadero en una de la empresas corporativas más grandes de Canadá.
Conviene precisar que de 24 empresas de vegetales de invernadero con más de
10 acres de producción de Canadá (véase Cuadro 20), ocho empresas producen
tomate de invernadero. Estas operaciones corporativas son: Mastron Enterprises,
Great Northern Hydroponics, DiCiocco s Farms, Amco Farms, Mucci Bros.,
Cervini s, Double Diamond Acres Limited y MOS Enterprices, todas ellas ubicadas
en el área de Leamington.
Con la idea de aproximarme a la reorganización de los procesos
productivos del tomate de invernadero y sus implicaciones en las relaciones
laborales de los trabajadores migrantes, aquí he retomado la fracción de una
entrevista con un gerente de la zona de invernadero de una de las más grandes
empresas corporativas de Canadá establecidas en Leamington. La entrevista fue
realizada justo unos días después del paro laboral que los migrantes mexicanos
realizaron en esta empresa. De modo que las tensiones derivadas del conflicto
laboral entre los migrantes mexicanos, el gerente y el granjero estaban aún
presentes.
O: ¿A los trabajadores mexicanos les tienen que dar capacitación?T: La mayoría de los trabajadores mexicanos trabajan la planta, no tenemos queentrenar.O: ¿Cuántos trabajadores tienen contratados ahorita?T: 125, sólo los que controlan la planta, aparte de los mayordomos, aparte yo.O: ¿Cuántos son trabajadores mexicanos?T: 50, entre mujeres y hombres. Son 20 mujeres. Tengo ahorita 30 jamaiquinos[hombres]. Yo mandé 25 hombres para México, con el problema que yo tenía, yopedí jamaiquinos.O: ¿Por qué?
106
T: Porque no querían checar con esta máquina. Pasó también allá en una farma,se llama Amco, también habían mandado 7 o 10 mexicanos para México, por lamisma razón.O: ¿Fue cuando contrataron a jamaiquinos?T: Sí.O: ¿Y cómo ves el trabajo de los mexicanos y el de los jamaiquinos?T: Esta bien, no problemas de nada. En un principio sí, con los jamaiquinos nosabían, nada mas faltaba organización, faltaba paciencia y ahorita esta bien.O: ¿Ellos trabajan igual que los trabajadores mexicanos?T: Igual. Las mismas horas y tudo[todo]. El mismo trabajo.O: ¿Trabajando por hora o por destajo?T: Ellos empezaron a pagárseles por hora porque no tenían la experienciadisponible, cuando ya desarrollaron la experiencia, adelante al destajo. Yo noestoy empujando a nadie, yo soy canadiense, cuarto país en democracia. Haymucha gente que se va a los baños, entonces no vas a trabajar, adiós. Son pagosa todos iguales, todos tienen que hacer el mismo trabajo. Porqué una persona sequeda en un surco dos horas y otra persona una hora, no está bien, la gente tieneque ser más rápida y tener más ganas, demostrar que son buenos trabajadores.Cómo a fregar: hey, mira los canadienses se quedan allá dos horas, yo [migrantemexicano] trabajo la tarea en una hora. Hay que quitar muchos vicios, no quieregente aquí que se llame influence [que influya]. Un trabajador que trabaja mástranquilo, voltea el otro hey, no, más tranquilo. Eso no, no está bien.O: ¿Los trabajadores canadienses cuántos son?T: Aquí, en el greenhouse 10.O: ¿Ellos que tareas hacen?T: Igual. Ellos se les paga por hora. Yo tener cuatro personas que están a destajo,ellos querían y yo les dije adelante, trabajan cuatro días y dicen ya está bien. Losmexicanos también tienen la misma autoridad, pueden trabajar cuatro días y siterminan su tarea pueden irse a descansar a la casa o si quieren trabajar extrapues trabajan extra.
Del fragmento de la entrevista anterior se pueden entresacar varios
elementos. Primero, que el caso descrito es un ejemplo de cómo se organiza
cotidianamente el proceso de trabajo del tomate de invernadero en las granjas
corporativas, el cual se basa principalmente con trabajadores migrantes y
secundariamente con trabajadores locales. En las empresas los trabajadores
migrantes son fundamentalmente mexicanos y en menor medida son caribeños.
Los meses en que no participan en el proceso productivo los trabajadores
mexicanos son diciembre y enero. Segundo, que los jornaleros mexicanos
participan en todas las fases del proceso productivo desde la plantación hasta el
cuidado del crecimiento de la planta hasta la cosecha; en lo que la empresa llama
107
trabajos para controlar la planta y la pizca. Tercero, que la empresa destina poco
tiempo y dinero a la capacitación de los migrantes mexicanos pues reconoce que
la mayoría sabe trabajar la planta. Cuarto, que la producción de tomate
hidropónico se hace bajo condiciones totalmente controladas de sol, agua, aire,
nieve y trabajo. Este tipo de producción implica un control del rendimiento
productivo de la planta y, sobre todo, un control del rendimiento productivo del
trabajo migrante. Y quinto, el rendimiento productivo exigido a los trabajadores
migrantes no es el mismo que el requerido a los trabajadores locales. Aunque el
gerente del invernadero diga que se paga el mismo salario por el mismo tipo de
trabajo, eso no es cierto pues, por ejemplo, mientras a los migrantes se les
pagaba en 2001 a Cdn$7.10 la hora (FARMS 2001), a los trabajadores locales se
les pagaba de Cdn$8.75 a Cdn$13.24 la hora, y el gerente del invernadero podía
ganar de Cdn$19.38 a Cdn$25.08 la hora (HRDC 2001).
La organización del trabajo temporal diferenciada por grupo étnico también
es diferenciada por género. La organización del empleo temporal por género
implica relaciones laborales diferenciadas y jerárquicas entre los trabajadores y las
trabajadoras. El mismo día de la entrevista, caminábamos por uno de los pasillos
del invernadero, cuando vimos a lo lejos a cuatro trabajadoras, escuchamos que
algunas de ellas le gritaban al gerente: ¡Toribio! 28 Toribio, les contestó con otro
grito, cambiando de tono de voz ¿Ya terminari? ¿Hasta qui fin? Entonces
empezó la conversación entre las trabajadoras mexicanas y el gerente del
invernadero, quien se presentó ante ellas hablando una mezcla de español y
portugués:
T: ¿Silvia, cuántos carros tú cortaste hoy?S: Uy, ya hasta perdí la cuenta ¡eran bastantes!T: ¿Donde tenía más producción?S: En la suya. Salieron como 20 cajas. Un carro completo y más.
Bromeaban entre sí. Este equipo de trabajadoras eran nuevas y se llevaban muybien con el gerente, pero también tenían problemas con el resto de lastrabajadoras porque desempeñaban muy rápido el trabajo a pesar de que las otrasjornaleras les habían pedido que disminuyeran el ritmo de trabajo.
28 Los nombres son inventados para proteger el anonimato de las personas entrevistadas.
108
T: ¡Ay! ¡La compañía tiene que pagarles dinero extra!S: ¡Pues si! Y ya se llevaron otro montón.
Las trabajadoras platicaban con él y se reían entre sí. El gerente les coqueteaba yellas respondían al coqueteo, ellas perdían la cuenta y a Toribio le convenía queno supieran el volumen de producción y el incremento en su ritmo de trabajo.Toribio le iba a dar una instrucción a una trabajadora y la llamó pero ella se hechoa correr, el le volvió a gritar. Las demás trabajadoras se reían, pero como él gritómás, la trabajadora regresó. Al llegar la trabajadora, Toribio la llevó a la planta y leenseñó la posición en que debía de cortar el tomate.
Trabajadora: Nosotras cortamos dobladas, yo soy zurda, yo me acomodo con lasdos manos.Otra trabajadora: ¡Es que hacemos cintura!
Nuevamente se reían. Toribio se dirigió a mí y me dijo: Ellas ya terminaron yahorita van a cortar hoja, ellas ya saben, ellas ya tienen tres temporadas, ya seacostumbraron a la farma, ya le tomaron el gusto. Cuando en México me mandanuna persona nueva, ¡ay! ¡Me quieren sacar la cabeza!
Con este breve fragmento de la entrevista se puede ilustrar la dinámica
interna del trabajo y de las relaciones laborales dentro del invernadero. Las
relaciones laborales son más cordiales con las trabajadoras nuevas (de selección,
reserva o sustitutas) que con las trabajadoras nominales con más tiempo en la
empresa. Entre otras razones porque son más jóvenes, porque como trabajadoras
nuevas compiten para que el empleador las nombre para la siguiente temporada,
porque coquetean con el gerente (cuya esposa es mexicana). El gerente es la
persona que toma la decisión en el sistema de nombramiento de los trabajadores
temporales. Las trabajadoras jóvenes quieren ser más rápidas para que la
empresa prefiera emplearlas a ellas para la siguiente temporada, también aceptan
ser más controladas que las trabajadoras nominales con más trayectoria laboral
en Canadá.
1.6 Condiciones de trabajo y de vida
El contrato de empleo firmado entre el granjero canadiense, el trabajador
mexicano y el representante del gobierno mexicano es la base para el
109
establecimiento de las relaciones laborales, las condiciones de trabajo y de vida
de los trabajadores migrantes. Los migrantes mexicanos firman su contrato de
trabajo desde México.
En síntesis, el contrato de trabajo estipula que el trabajador agrícola debe:
trabajar en Canadá por lo menos seis semanas y no más de ocho meses. Tener
derecho a descansar diez minutos por la mañana y por la tarde, y treinta minutos
para comer; descansar un día después de seis días de trabajo. Ser proveído de un
alojamiento limpio, seguro y adecuado, además de comidas adecuadas o una
cocina con lo necesario para cocinar. Recibir el salario mínimo agrícola en la
provincia donde trabaja, el cual será el mismo que ganan los trabajadores
canadienses por el mismo trabajo. Cubrir los pagos y deducciones por su boleto
de avión a Canadá (hasta Cdn$425); por el seguro médico no ocupacional
(Ontario Health Clinics for Ontario Workers, OHIP) de Cdn$0.48 al día; por el
Seguro de Empleo (Employment Insurance, EI),29 por el Plan de Pensión de
Canadá (Canadian Pension Plan, CPP) y por los impuestos federal y provincial
canadienses. Pasar un período de prueba de catorce días. Tener derecho al
seguro por enfermedad y accidentes de trabajo. Recibir del granjero una copia de
sus reglas de seguridad así como ropa protectora y capacitación si trabaja con
pesticidas. Ser transferido a otra granja con su consentimiento. Trabajar bajo la
supervisión del empleador. Y cumplir todas las reglas en la granja y en la vivienda.
En la práctica, prevalecen serias irregularidades. Por ejemplo, la mayoría
de las jornaleras y los jornaleros laboran largas jornadas de trabajo, de 12 y hasta
19 horas siete días de la semana durante la temporada de la cosecha. Hay
quienes tienen un descanso al día; otros como en el caso de los trabajadores de la
Isla Peele en Leamington, tienen un descanso únicamente cada quince días.
Mientras los trabajadores agrícolas mexicanos, en 2004, ganaban Cdn$7.70 por
hora, los trabajadores agrícolas canadienses obtenían Cdn$10 por hora por el
mismo trabajo. Todos los migrantes mexicanos pagan el seguro de desempleo (EI)
29 Existen diferencias por provincia. De acuerdo con información proporcionada por lostrabajadores durante las entrevistas, en Quebec no tienen que pagar el seguro de empleo (EI) y síles pagan el over time (tiempo extra) como horas extras, en cambio en Ontario no es así puestodos los trabajadores agrícolas están excluídos del pago de horas extras.
110
pero no obtienen ningún beneficio.30 A todos se les descuenta el plan de pensión
(CPP) pero la mayoría de los trabajadores no gozan de este beneficio aunque
hayan cumplido el número de horas requeridas o tengan 60 años. Casi todos los
empleadores albergan a los trabajadores en cuartos muy pequeños o en traileres
descompuestos, en donde las estufas, los refrigeradores y las áreas para comer y
dormir son insuficientes; en algunos casos no hay baños dentro del alojamiento o
tienen problemas con el suministro de agua, drenaje y calefacción. Las
inspecciones gubernamentales de las condiciones de alojamiento no se realizan
regularmente. Hay desinformación e incumplimiento tanto en el pago de
compensación a trabajadores por enfermedad o accidentes de trabajo, así como
en el seguro médico ocupacional y no ocupacional (Workplace Safety & Insurance
Plan, WSIB. OHIP). En la mayoría de los casos, los trabajadores laboran sin
equipo de seguridad ni protección al usar químicos/pesticidas peligrosos
presentando ya serias repercusiones en su salud. Algunos migrantes mexicanos
son transferidos sin su consentimiento y sin aprobación previa del Consulado
Mexicano o de HRDC (Human Resources and Development Canada). A los
trabajadores nominales mayores de 55 años o con más tiempo de participar en el
programa ya no los quieren emplear. Algunos empleadores rompen el contrato de
trabajo sin previo aviso. Los migrantes no son proveídos con traductores o
capacitación básica de inglés como segunda lengua (English as a Second
Language, ESL). La gran mayoría de los trabajadores reciben maltrato físico y
psicológico ellos [empleadores o supervisores] nos tratan como animales .
Hallazgos similares ya han sido documentados por otras investigaciones (Colby
1997; Smart 1998; Barrón 1999, 2000; Basok 1999, 2002; Preibisch 2000, 2004ab;
Mellado 2000; Vanegas 2000, 2003ab; Binford 2002; Verduzco y Lozano 2004;
UFCW 2001, 2002; Comisión para la Cooperación Laboral 2002; Encalada 2003;
Pickard 2003 y Verma 2004; Documental El Contrato ).
30 Para el 2001, se estimaba que las contribuciones de los trabajadores agrícolas migrantes por elseguro de desempleo fueron de Cdn$3.4 millones (Preibisch 2004a: 137).
111
Foto 2. En mi mente, la esclavitud no ha desaparecidoDocumental El Contrato de Min Sook Lee
La problemática anterior se ve agravada por el hecho de que cuando los
migrantes mexicanos llegan a Canadá, algunos empleadores les quitan el
pasaporte, la visa de trabajo temporal, el contrato de trabajo y la tarjeta de salud.
Muchas de las narrativas de trabajo y de vida que recabé en Leamington hablan
de que hay poco conocimiento por parte de los trabajadores sobre sus derechos
laborales y de que la barrera del idioma es una limitante para que ellos puedan
ejercer sus derechos, pero también que hay incumplimiento de las obligaciones de
los granjeros, además de que es común la repatriación involuntaria o el sistema de
nombramiento como políticas y técnicas disciplinarias para disuadir la protesta de
los trabajadores.
La mayoría de los granjeros, desde las pequeñas empresas hasta las
grandes corporaciones de vegetales de invernadero, aprovechan la situación de
vulnerabilidad de los migrantes mexicanos para no cumplir, totalmente, con su
parte del acuerdo laboral.
Por su parte, ha habido trabajadores que no aceptan, por ejemplo, las
condiciones de hacinamiento e insalubridad de las viviendas (a veces son
remolques donde viven los trabajadores) que les han dado los granjeros.
112
El empleo migratorio temporal dentro de las granjas está regulado por las
instituciones que administran el programa, sin embargo, en algunas comunidades
ha surgido el fenómeno de subcontratación del empleo temporal en la agricultura
canadiense. Durante nuestro trabajo de campo en Leamington encontramos que
hay subcontratistas que emplean a trabajadores mexicanos, salvadoreños,
nicaragüenses, costarricenses, entre otros migrantes latinos. Pueden ser
trabajadores legales o ilegales que pagan al subcontratista para que les consiga
trabajo, sobre todo en las empresas corporativas de vegetales de invernadero.
Algunos granjeros le pagan al subcontratista para que les consiga
trabajadores, particularmente durante la temporada pico de la cosecha. El caso
más conocido es el de un residente de Leamington al que le nombran El chino
quien hace el trabajo de subcontratista. Las empresas le pagan al subcontratista
para que les consigan x número de trabajadores para x tiempo. El subcontratista
consigue a los trabajadores, al final de la jornada laboral, el granjero le paga al
subcontratista los salarios de los trabajadores. El subcontratista descuenta del
salario de cada trabajador entre 1 y 2 dólares por hora trabajada. A los
trabajadores les entrega el dinero en efectivo o en cheque. Así, los trabajadores
subcontratados cobran entre 5 y 6 dólares la hora. Los trabajadores que buscan
trabajar a través del subcontratista, tienen la ventaja de que no deben pagar
impuestos ni seguro médico, seguro de desempleo o plan de pensión. Lo que si
deben pagar al subcontratista es una comisión por hora, pero están libres de todos
los descuentos que les hacen a los trabajadores migrantes que participan en el
programa.
A los granjeros también les conviene la subcontratación pues ya no tienen
que pagar e informar a FARMS (Foreign Agricultural Resources Management
Services), al gobierno federal o provincial. También pueden evadir el pago de
impuestos por los trabajadores que son subcontratados, y no adquieren ninguna
responsabilidad con el trabajador si llegara a enfermarse o si se accidentara en el
trabajo. Además se liberan de la obligación de proporcionar vivienda al trabajador.
Si bien no existe ningún registro estadístico sobre esta situación, es un asunto
113
muy conocido tanto por la comunidad migrante como por la comunidad residente
de Leamington.
En la región de Niagara nos enteramos de otro sistema de subcontratación.
Según informes de los propios trabajadores mexicanos, algunos granjeros o sus
representantes van en sus vehículos pasando por las granjas donde saben que
están trabajando y viviendo los migrantes mexicanos para ofrecerles trabajo en
sus granjas durante las horas en que terminaron su jornada laboral en la empresa
originalmente que los contrató. Incluso entre los trabajadores se avisan oye,
fulano de tal, en x empresa están necesitando trabajadores para laborar por las
tardes. Si bien a los trabajadores les conviene porque obtienen un ingreso extra,
también las empresas se ahorran el pago de impuestos y los costos que implica
traer a los trabajadores mexicanos desde su país de origen.
Es más común de lo que se piensa que algunas empresas contraten a x
número de trabajadores, y una o dos semanas después de haber llegado a la
granja, los transfieran a otra granja sin dar ningún aviso a FARMS ni al Consulado
Mexicano, como está reglamentado. De modo que hay trabajadores que firmaron
su contrato de trabajo en una granja y están laborando en otra, o bien durante una
misma temporada laboraron en tres o cuatro granjas distintas, sin su
consentimiento.
Conclusiones parciales
A consecuencia del aumento del desempleo en México y del incremento de la
productividad del trabajo migratorio mexicano en Canadá, la demanda por los
jornaleros mexicanos se ha extendido y diversificado en nueve provincias
canadienses, al mismo tiempo que el PTAT/SAWP se ha ampliado a todos los
estados de la república.
El crecimiento y expansión de las empresas hortícolas canadienses ha sido
el resultado de la tendencia de la globalización y de la nueva división sexual/étnica
internacional del trabajo basada predominantemente en la mano de obra migrante
masculina, en el caso del programa de jornaleros mexicanos y caribeños.
114
En contra de lo que normalmente se piensa, los migrantes mexicanos en
Canadá son hombres y son mujeres. Son peregrinos, como se ven a sí mismos,
que emigran como hombres solos y como mujeres solas trabajando bajo un
contrato legal. Son peregrinos transnacionales que van temporalmente de una
granja a otra, de una comunidad a otra, de una provincia a otra, de un país a otro,
de un empleo precario de tercer mundo a un empleo precario de primer mundo.
Son peregrinos transnacionales cuya vida laboral y social está estrictamente
regulada en las granjas y las comunidades canadienses.
Mientras los acuerdos transnacionales entre los gobiernos mexicano y
canadiense mantenían al PTAT/SAWP como una política de lo mejor de las
prácticas en la participación de los trabajadores migrantes en beneficio económico
del proyecto de globalización, el empleo de los migrantes temporales se
incrementaba dando origen a múltiples circuitos migratorios transnacionales de
trabajadores mexicanos desde el Atlántico hasta el Pacífico del sur de Canadá.
Los circuitos migratorios se han creado a través de las prácticas transnacionales y
los lazos sociales desarrollados por los jornaleros migrantes en el marco
institucional del programa. Este es el contexto en el que debemos estudiar y
teorizar las emergentes luchas culturales promovidas por los migrantes
mexicanos. El circuito no es un espacio homogéneo e inamovible, por el contrario
es un espacio heterogéneo y dinámico donde tienen lugar complejas relaciones
entre distintos actores sociales (Rouse 1992: 46). Las luchas culturales
promovidas por los migrantes no pueden verse únicamente en el contexto local del
área de Leamington tienen que entenderse en su relación con el contexto regional,
provincial y nacional canadiense, así como en el contexto México-Canadá.
Encontramos que se han generado circuitos migratorios transnacionales por
género como resultado de las políticas laborales del programa diferenciadas para
los jornaleros y las jornaleras migrantes. Existen principalmente dos circuitos
migratorios femeninos: uno va de los estados del centro de México al sureste de
Ontario, particularmente a Niagara y a Leamington; y otro va de Guanajuato de los
municipios donde hay jornaleras especializadas en el cultivo de fresa a las zonas
productoras de fresa en Quebec, Ontario y Saskatchewan. En contraste,
115
encontramos dos circuitos migratorios masculinos: el primero va de todos los
estados de la república a nueve provincias canadienses, y el segundo, va del
estado de México y Tlaxcala a Leamington, Simcoe y Niagara en Ontario. Dichos
circuitos se originan en cerca de 900 comunidades rurales de México y llegan a
más de 200 comunidades del Ontario rural.
Como resultado del constante crecimiento y concentración de la horticultura
en el sureste de Ontario, Leamington se ha transformado en un importante circuito
de producción y trabajo transnacional.
También encontramos la creación de circuitos migratorios transnacionales
por grupo étnico. Los jornaleros mexicanos han creado estos circuitos migratorios
conjuntamente con los jornaleros migrantes de Jamaica, de Trinidad y Tobago, del
Este Caribeño y de Barbados. No obstante, los migrantes mexicanos se han
constituido en el grupo étnico más numeroso en la industria de vegetales de
invernadero de Canadá y en las empresas corporativas más grandes de Canadá,
instalada en Leamington.
Ahora sabemos que los protagonistas de las luchas culturales son hombres
y son mujeres, quienes construyen tales luchas trabajando y viviendo
simultáneamente entre dos realidades locales, la de México y la de Canadá. Estos
protagonistas son jóvenes, jefes o jefas de hogar, campesinos pobres sin tierra,
con estudios de primaria, con largas trayectorias de trabajo en Canadá, hombres
casados y mujeres con hijos.
Hasta aquí, he presentado el contexto social, económico y político en donde
se desarrollan las luchas culturales de los migrantes mexicanos: los circuitos
migratorios transnacionales creados entre México y Canadá. Estas condiciones de
migración, de trabajo y de vida temporal de los jornaleros mexicanos, y la creación
de circuitos migratorios por género y grupo étnico, constituyen el escenario donde
emergen las luchas culturales las cuales se han originado en reinvindicaciones de
clase en mejores condiciones de trabajo y de vida, pero estos procesos se perfilan
como una lucha por la autoafirmación como seres humanos y por el reclamo al
derecho a la ciudadanía canadiense.
116
En contra de lo que se ha planteado, los jornaleros migrantes han
desarrollado múltiples respuestas de resistencia tanto a las deplorables
condiciones de trabajo y de vida dentro de las granjas y las comunidades
canadienses como a las formas de exclusión social a las que se han visto
sometidos en ese país. Veremos con más detalle esta situación en el siguiente
capítulo.
117
CAPITULO II.
Políticas laborales de género, exclusión social y luchas culturales por lainclusión en la sociedad canadiense
Yo tengo diez temporadas viniendo a trabajar a Canadá. [El trabajo enCanadá] significa sacar adelante a mis hijos tanto económica comosocialmente, que para mí es la escuela. Debe de haber comunicación yconfianza, aunque uno este aquí y ellos estén allá, porque si nos dedicamosnadamás a hacer moneditas de dinero, ora si que no. Por teléfono noscomunicamos, cada ocho días. Tenemos que explicarles porque estamosaquí, que también esperamos que ellos nos deben de responder sobre laescuela. A eso venimos, a sacarlos adelante y a echarle todas las ganas delmundo, por ellos (trabajadora entrevistada en Niagara On The Lake, julio2004).
Cuando me comunico con mis hijos me hace ánimos [porque] se que estánbien. Luego les digo, que me canso mucho en el trabajo, esta muy pesado eltrabajo, no, mamá, pues fuiste a Canadá, échale ganas, no te dés porderrotada, nosotros te esperamos, no te pongas triste, no te preocupes pornosotros. Se siente uno mal, uno abandona a los hijos y aquí se siente unosola, gracias a Dios me han tocado buenas compañeras, nos apoyamos, melevantan el ánimo. Al regreso, los hijos nos esperan con los brazos abiertosy también nosotras muy contentas por llegar a verlos. Lo mejor tanto paraellos como para nosotras como madres (trabajadora entrevistada en NiagaraOn The Lake, julio 2004).
Mientras que el creciente número de migrantes mexicanos en Canadá hoy es un
hecho reconocido (Basok 2002; Weston y Scarpa de Masellis 2004; Verma 2004;
Preibisch 2004ab; Verduzco y Lozano 2004; STyPS 2005-2006), no ocurre lo
mismo con la presencia de las jornaleras mexicanas en las comunidades
canadienses. Como nunca antes en el pasado, el dinamismo de la migración
México-Canadá ha adquirido una importancia significativa, no obstante, las
respuestas de los migrantes frente a su experiencia migratoria constituyen un
asunto que todavía no se entiende bien.
Hoy en día es imposible entender la dinámica del trabajo y la vida
transnacional de los migrantes mexicanos en Canadá sin vincularla con cuatro
procesos interconectados: el crecimiento y la concentración de la industria de la
horticultura canadiense, la expansión de la distribución geográfica de los
trabajadores migrantes en el Canadá rural, las múltiples respuestas de los
migrantes frente a su experiencia transnacional, y el surgimiento de
118
organizaciones canadienses que defienden los derechos de los trabajadores
migrantes. Dichos procesos tienen serias implicaciones en las políticas de
organización del trabajo agrícola canadiense, en la operación del PTAT/SAWP, y
en las prácticas transnacionales de los migrantes mexicanos traducidas en las
luchas culturales.
Como se ha dicho, los trabajadores del SAWP mexicanos y caribeños-no
pueden ser más considerados como una parte minoritaria del empleo agrícola
canadiense pues para el año 2000, ellos ya constituían el 52% del total de los
trabajadores agrícolas empleados en el sector de vegetales y frutas, además
representaban 45% del total de las personas que trabajaban por hora en el
referido sector (Weston y Scarpa de Masellis 2004: 6). En 2002, 58% de los
trabajadores migrantes (de un total de 18,535) fueron migrantes mexicanos que
trabajaron en el sureste de Ontario.
En la reciente literatura sobre la problemática de los trabajadores migrantes
temporales en Canadá se reconoce, que los trabajadores migrantes mexicanos
han jugado un papel integral en la economía canadiense [sin embargo,] la mayoría
no son vistos como ciudadanos, en términos sociales y culturales, de las
comunidades cuyo crecimiento depende en gran medida de sus contribuciones
(Basok 2003b: 12). Si bien esta discusión es importante, en el debate sobre
globalización, migración transfronteriza, ciudadanía, sociedad civil y prácticas
transnacionales, han sido olvidados dos aspectos: uno es la situación del trabajo
temporal de las jornaleras migrantes mexicanas en los campos agrícolas
canadienses; y otro es la lucha cultural promovida por los trabajadores mexicanos
dentro de las granjas y las comunidades rurales canadienses.
Este capítulo intenta subsanar esta situación. Aquí, analizo tres aspectos de
la problemática que están articulados: primero, las políticas de género en el
PTAT/SAWP, segundo, las políticas de exclusión social de los trabajadores
migrantes mexicanos en la sociedad canadiense; y por último, las luchas
culturales promovidas por los jornaleros mexicanos orientadas a buscar su
inclusión social dentro de la sociedad canadiense. Para ilustrar este proceso,
utilizo el ejemplo de los migrantes mexicanos empleados en Leamington.
119
En contra de lo que se ha planteado, los jornaleros migrantes han
desarrollado múltiples respuestas de resistencia a las condiciones de trabajo y de
vida que enfrentan en Canadá, al mismo tiempo, han promovido la configuración
de luchas culturales cotidianas dentro de las granjas y las comunidades rurales
canadienses.
Desde la perspectiva de Aihwa Ong (1991), voy a hacer hincapié en la
importancia de considerar las relaciones de poder y los procesos sociales de
género en el análisis tanto de las políticas de exclusión de los migrantes
temporales dentro de la sociedad canadiense como de las luchas culturales por la
inclusión social promovidas por los migrantes mexicanos en su trabajo y su vida
dentro de las granjas y las comunidades canadienses.
Aquí, presento cuatro argumentos centrales: primero, que al mismo tiempo
que el sector internacional más competitivo de la agricultura canadiense se ha
expandido y consolidado, también se ha generado un nuevo régimen laboral
flexible basado en la organización del trabajo por género, etnia, clase, estatus
migratorio y nacionalidad. Segundo, que las prácticas cotidianas de los
trabajadores migrantes en contra de la sobreexplotación y el control ejercido de
parte de sus empleadores y de las condiciones del programa, así como la
exclusión social que ellos viven dentro de las granjas y las comunidades rurales
canadienses constituyen expresiones de las emergentes luchas culturales
orientadas a mejorar sus condiciones de trabajo y de vida en las granjas
canadienses. Estas luchas culturales han originado un movimiento social
articulado con las organizaciones sociales que defienden los derechos humanos
de los migrantes temporales en los campos agrícolas canadienses. Tercero, que
para entender estas luchas culturales es necesario explorar los significados que
los jornaleros mexicanos le asignan a su experiencia transnacionalmente vivida
dentro de las granjas y las comunidades canadienses. Y cuarto, que es
fundamental estudiar y teorizar, por un lado, los procesos de exclusión social
generados por las condiciones del programa mexicano-canadiense, y por otro, las
múltiples formas de contestación y de lucha por la inclusión social dentro de la
120
sociedad canadiense promovida por los trabajadores mexicanos, y por otros
actores sociales -organizaciones sociales y comunitarias- en Canadá.
Mi hipótesis es que la emergencia de las luchas culturales tienen lugar
simultáneamente en las esferas producción/reproducción y se han configurado
dentro de los circuitos migratorios transnacionales, en los cuales se desenvuelve
el trabajo y la vida de los migrantes mexicanos que participan en el PTAT/SAWP.
Mostraré en este estudio que las luchas culturales promovidas por los trabajadores
mexicanos dentro de las granjas y las viviendas donde ellos laboran y viven, son
clave para entender la experiencia migratoria de este grupo de transmigrantes
temporales. Además, identificaré los matices de género que adquieren estas
luchas culturales en el Canadá rural.
Foto 3. La bicicleta signo de identidad de los migrantes mexicanosMasiosare, La Jornada. Foto de Laura Cano
2.1 Estratificación del trabajo temporal por género
La fuerza de trabajo migrante a Canadá no es neutral, sino que es una mano de
obra flexible y estratificada por género, etnia, clase, estatus migratorio y
nacionalidad. Desde hace 38 años, el trabajo temporal transnacional dentro de las
granjas canadienses, que participan en el SAWP, se ha organizado
predominantemente con trabajadores migrantes hombres. No obstante, las
121
mujeres mexicanas y caribeñas también han participado de forma creciente en el
desarrollo y consolidación de la industria de la horticultura canadiense. El número
de trabajadores participantes en el programa se ha incrementado de manera
importante, ahora usan el programa cerca de 1,600 empleadores en Ontario y
200 en Quebec, con los cuales 18,146 trabajadores llegaron a Canadá en 2001
comparados con los 1,271 de hace treinta años (Weston y Scarpa de Masellis
2004); de modo que ya no pueden seguir considerándose como un sector
minoritario.
Para el ciclo agrícola de 2002, las granjas de Ontario organizaron los
procesos de trabajo con el 98% de trabajadores (de 17,863 jornaleros mexicanos y
caribeños) y poco más de 2% de trabajadoras (de 398 jornaleras mexicanas y
caribeñas).31 Si bien es cierto que se trata de un reducido porcentaje de mujeres
migrantes las que participan en el SAWP, también se observa una tendencia
creciente en el empleo temporal migratorio femenino, como se muestra en el
Cuadro 23. Los datos de este Cuadro muestran claramente que, durante los
últimos nueve años, si bien han participado las jornaleras migrantes de Barbados,
del Este Caribeño, de Trinidad y Tobago, de Jamaica y de México, la tendencia de
incremento en el empleo femenino se ha dado hacia la demanda por las
trabajadoras Barbadian, pero sobre todo, por las trabajadoras mexicanas. Es
notorio que, de 2001 a 2002, hubo un decremento (0.8%) en el empleo de la
migración femenina, aunque ese decremento fue más significativo en la migración
masculina que fue de 2.4%. Llama la atención que mientras desciende el número
de trabajadores de Barbados aumenta el número de trabajadoras de ese país. Hay
que agregar que en el marco del SAWP no han sido empleadas las mujeres de
Jamaica en los años analizados.
31 FARMS, 2002, Employer information package, Missisauga, Ontario.
122
Cuadro 23Trabajadores mexicanos y caribeños por género, 1994-1995, 1997-2002
Año Sexo EsteCaribeño
Barbados Trinidad/Tobago
Jamaica México Totales
1994 Hombres 366 608 800 4330 4862 10,966Mujeres 1 28 0 0 48 77
1995 Hombres 366 602 871 4607 4830 11,276Mujeres 2 28 1 0 56 87
1997 Hombres 352 556 1106 4741 5580 12,335Mujeres 0 17 0 0 67 84
1998 Hombres 360 543 1296 4690 6341 13,230Mujeres 0 8 2 0 145 155
1999 Hombres 405 500 1483 5063 7409 14,860Mujeres 0 25 0 0 165 190
2000 Hombres 405 487 1573 4882 8945 16,292Mujeres 0 30 0 0 230 260
2001 Hombres 424 447 1597 5419 10160 18,306Mujeres 2 30 0 0 369 401
2002 Hombres 411 418 1481 5211 10342 17,863Mujeres 2 57 0 0 339 398
Fuente: FARMS 1997-2002; Colby 1997; STyPS 1998-2002; Vanegas 2003ab;Verduzco y Lozano 2004; Downes y Odle-Worrell 2004; Russell 2004. Elaboraciónpropia.
De acuerdo con Verduzco y Lozano (2004), la explicación del incremento
en la preferencia de los granjeros canadienses por las trabajadoras mexicanas, se
debe a la experiencia que ellas tienen en las tareas de empaque y selección de
vegetales y frutas; además porque las mujeres tienden a ser más productivas al
ser mas cuidadosas y perder menos tiempo que los hombres. En la mayoría de los
casos, los granjeros requieren de una mano de obra femenina calificada para el
cultivo de ciertos vegetales y frutas. Una interpretación alternativa se encuentra en
los nuevos sistemas flexibles del trabajo. La mayor flexibilidad y vulnerabilidad de
la fuerza de trabajo femenina, se expresa, entre otras cosas, en la puesta en
marcha de lo que se ha llamado pruebas piloto de empleo de mujeres de
regiones particulares y para cultivos específicos. Por ejemplo, jornaleras
especializadas en fresa originarias de Irapuato, Guanajuato, empleadas en el
cultivo de fresa en empresas de Quebec, Ontario y Saskatchewan.
Los productores canadienses reconocen la habilidad de las trabajadoras
mexicanas para el empaque de frutas y hortalizas (Barrón 1999: 120). No
123
obstante, persiste la menor contratación de mano de obra femenina debido a los
siguientes tres argumentos: 1) para contratar mujeres, los productores deben
construir viviendas separadas de los hombres y eso representa un gasto adicional.
2) El trabajo que asignan a los hombres es el que requiere mayor desgaste físico.
Y 3) tanto hombres como mujeres, en algunos casos, forman nuevas parejas en
las granjas generando problemas de indisciplina, seguridad e higiene que
repercuten en el rendimiento productivo (Mellado 2000: 226).
Las mujeres mexicanas también desempeñan trabajos de mucho desgaste
físico. Por ejemplo, las trabajadoras de la fresa que van a Quebec, a Ontario y a
Saskatchewan desempeñan tareas que exigen posturas forzadas pues van de
cuclillas, sentadas o hincadas cosechando fresa entre 10 y 12 horas al día. Ellas
prolongan esta posición de 3 a 5 meses, tiempo que dura su contrato de trabajo.
El criterio de que las mujeres sean madres solteras o viudas se explica por el
estricto control de la migración temporal hacia los trabajadores mexicanos, para
evitar a toda costa que se queden en territorio canadiense. Otra preocupación es
el riesgo del rompimiento del contrato por las mujeres casadas, cuyo marido
podría exigirle regresar a México a la mitad del contrato; sin embargo, en los
informes tanto del Consulado como de la STyPS me llamó la atención que no
encontré ningún reporte de rompimiento de contrato de las mujeres, lo que si fue
más frecuente en el caso de los hombres.
En contra de lo que se piensa, la explicación de la preferencia por el
empleo masculino migratorio poco tienen que ver con los argumentos anteriores.
Los requerimientos de mano de obra mexicana y las formas de organizar la
producción dentro de las granjas están basados en una estricta división
sexual/étnica del trabajo, según patrones discriminatorios. En el discurso no
existe una discriminación por género, pero en la práctica es innegable (Preibisch
2000: 51).
Mientras los trabajadores mexicanos son empleados en los trabajos más
peligrosos, las tareas más duras y sucias, como las de cosecha de los cultivos, la
mayoría de los trabajadores locales (trabajadores no del SAWP) son empleados
como supervisores, gerentes o en puestos administrativos. En algunas granjas,
124
algunos trabajadores canadienses hacen el mismo trabajo que los trabajadores
migrantes, pero se les paga un salario más alto. Los jornaleros mexicanos ocupan
no sólo los escalones inferiores de la estructura laboral canadiense sino también
los trabajos y labores productivas en la agricultura que los trabajadores
canadienses no están dispuestos a asumir. En apariencia, los trabajadores
mexicanos aceptan voluntariamente la extensión de las horas de trabajo de 12 o
más horas por día, cuando así lo requiere el granjero. Sin embargo, los
empleadores usan la disposición del trabajador como un indicador en la valuación
de su rendimiento productivo para decidir quiénes de ellos serán nombrados
para la siguiente temporada. En algunas empresas grandes de invernadero,
mientras la mayoría de las jornaleras mexicanas trabajan en las tareas de la
cosecha, todas las trabajadoras menonitas locales trabajan en el empaque.
La división sexual del trabajo se basa en la distribución geográfica dentro
de los circuitos migratorios transnacionales femeninos y masculinos, la asignación
diferenciada por provincias, cultivos y duración de los contratos de trabajo. Cabe
destacar que la división del trabajo y los bajos ingresos obtenidos en la
participación de las mujeres constituye una forma de discriminación en el lugar de
trabajo, debido a las enormes oportunidades de empleo que están disponibles
para los hombres, comparadas con las reducidas oportunidades de las
trabajadoras. La segregación laboral se expresa en el hecho de que los
trabajadores acceden a un número mayor de oportunidades de empleo temporal
que las trabajadoras.
En algunas empresas grandes de Leamington, las trabajadoras
desempeñan tareas de preparación de red para el empaque de tomate32 dentro de
sus viviendas y durante el fin de semana, en cambio eso no sucede con los
trabajadores. Además, la mayor parte de los contratos de ocho meses están
asignados a los trabajadores como ya vimos en el primer capítulo.
32 El trabajo de preparación de red consiste en: la trabajadora saca un montón de redes de la caja,entre 10 y 15 redes, toma la red, abre la red dejando un extremo y otro en un gancho de metal.Una parte de la red que no esta abierta se queda colgando. Luego toman otra red y siguen asíhasta llenar el gancho. Colocan un nuevo gancho y empiezan otra vez a abrir las redes una poruna. Este trabajo lo desempeñan aproximadamente en dos horas, dos cajas por trabajadora, entrela tarde del sábado y el domingo.
125
Para las instituciones que administran el programa, el empleo temporal
diferenciado por género depende de las variaciones en las solicitudes,
cancelaciones y transferencias de trabajadores que hacen los empleadores cada
temporada. Lo que no se dice es que la decisión de los trabajadores de continuar
o no participando en el programa, o bien de cambiarse de empleador también es
fundamental en el flujo migratorio y en la movilidad laboral de los jornaleros
mexicanos en los campos canadienses.
Un claro ejemplo del empleo de mano de obra femenina mexicana
calificada son las trabajadoras agrícolas de la fresa de Guanajuato. Los
productores canadienses de fresa solicitan a jornaleras específicamente de
Irapuato.33 Los empleadores aprovechan las habilidades que las trabajadoras
agrícolas de Irapuato han desarrollado por varias generaciones en el cultivo de la
fresa. No obstante, no están dispuestos a pagarles como mano de obra calificada.
En la mayoría de los casos se ahorran los gastos de capacitación. Para el
programa también es una ventaja pues se reclutan trabajadoras de una sola
región. A veces, se le pide a una trabajadora que consiga a otras freseras de su
comunidad. Como consecuencia, los empleadores están libres tanto de dar
capacitación como de poner una estricta supervisión. Como uno de los
productores comentaba: los trabajadores mexicanos son incansables, y no
requieren de ningún tipo de supervisión. Ellos saben lo que tienen que hacer. Seis
trabajadores mexicanos rinden el mismo trabajo que realizan doce trabajadores
canadienses.
La demanda de fuerza de trabajo diferenciada por género, etnia y estatus
migratorio es decidida, bajo criterios arbitrarios, por los granjeros que participan en
el programa, quienes requieren a un trabajador/ora migrante con distintos tipos de
habilidades, experiencias y características. Pero también responde a los procesos
de reclutamiento y regulación que se hacen a través de FARMS Y FERME en
Canadá y de la STyPS en México, cuyas decisiones están articuladas con la
33 En 2000, en Quebec, se emplearon a 20 mujeres en una empresa productora de fresa, un añodespués se contrataron a 43 mujeres en la misma granja. La demanda de mujeres especializadasen fresa se requirieron también, desde el 2001, en la Isla del Príncipe Eduardo donde fueroncontratadas 25 trabajadoras para una sola granja (STyPS 2000, Consulado de México en Toronto yen Montreal 2001).
126
estructuración del mercado de trabajo en Canadá, los imperativos globales del
empleo transnacional y los procesos sociales locales (Collins 1995: 194) que
hacen el trabajo disponible en México y demandado en Canadá. La oferta y la
demanda del trabajo [y las personas] políticamente vulnerable y sin alternativas
(Krippner n.d.: 24).
Hoy en día, como podemos observar en el Cuadro 24, la mayoría de los
trabajadores están concentrados (94%) en los mercados de trabajo agrícola de
Ontario, Quebec y Columbia Británica. Por su parte, la enorme mayoría (95%) de
las trabajadoras se encuentran en Ontario, Alberta y Quebec. Es notorio que,
desde hace tres años, en Alberta se ha venido incrementando el empleo de
jornaleras mexicanas. Las provincias que recientemente incorporaron a las
mujeres son Saskatchewan y Columbia Británica.
Cuadro 24Trabajadores mexicanos empleados por provincia y género, 2000-2006
*PHOMBRES MUJERES
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
ON 6986 7676 7288 7106 6920 7037 7446 210 304 265 245 220 215 250QC 1569 2047 2552 2548 2743 2906 2986 20 65 74 51 86 78 49CB - - - - 47 696 1230 - - - - - 9 14AL 182 198 220 285 289 356 351 - - - 5 24 41 78MA 208 239 282 290 292 256 289 - - - - - - -
IPE - - - 37 40 58 57 - - - - - - -
SK - - - 14 29 41 37 - - - 2 3 - 4NE - - - - 12 25 32 - - - - - - -
NB - - - 12 3 2 4 - - - - - - -
Tot 8945 10160 10342 10292 10375 11377 12432 230 369 339 303 333 343 395
Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 2000-2006. Elaboración propia.* Provincia.
Llama la atención que en Manitoba y Alberta se ha mantenido el empleo
masculino de jornaleros mexicanos. Es notorio un descenso importante en el
empleo de mujeres en Quebec. Aunque los datos ahora disponibles no lo
permiten, valdría la pena hacer mediciones más precisas y analizar el empleo
127
femenino y masculino migratorio por provincia, y su relación con las políticas de
género en el contexto del programa.
Un análisis pormenorizado por género nos permite no solo destacar la
situación de las trabajadoras mexicanas en la agricultura canadiense sino evaluar
el impacto de la organización del trabajo transnacional masculino y femenino en el
proceso productivo, en las relaciones laborales y en los sistemas flexibles del
trabajo agrícola canadiense. Lo que aquí propongo es incorporar el estudio de la
división sexual del trabajo y las relaciones de poder en el análisis de los procesos
transnacionales relacionados con el trabajo temporal, las políticas de género y la
migración transfronteriza en el marco del PTAT/SAWP.
2.2 Sistemas de organización flexible del trabajo
El empleo de jornaleros y jornaleras mexicanos en la industria de la horticultura
canadiense está basado en formas de organización flexibles del trabajo que se
sustentan en criterios discriminatorios de género, etnia, clase y estatus migratorio.
Estos sistemas de organización flexible del trabajo temporal han generado una
diversidad de situaciones, de trayectorias laborales y de modos de exclusión
social.
Aquí, podemos identificar por lo menos diez situaciones distintas: primero,
el trabajo temporal diferenciado por género, con más oportunidades de empleo y
contratos más largos para los hombres y menos para las mujeres. Segundo, el
sistema de nombramiento que clasifica a los trabajadores como nominales,
nominales alternativa, selección y reserva, lo cual establece relaciones jerárquicas
y de poder entre los jornaleros. Tercero, las transferencias de trabajadores entre
una granja y otra dentro de un mismo contrato, sin que los empleadores notifiquen
a FARMS o sin la consulta a los trabajadores como lo establece el contrato de
trabajo.34 Cuarto, el trabajo por períodos cortos, con más contratos hasta de cinco
meses, y menos contratos de ocho meses; la concentración de contratos de 8
34 En 2001, los productores de Quebec estaban ya pidiendo que se legalizara la práctica deprestar a los trabajadores en los períodos de baja producción, particularmente en aquéllas
granjas que no podían asegurar las 240 horas de trabajo a la semana que es el mínimo de tiempoestablecido en el contrato de trabajo.
128
meses se encuentran en Ontario y en las granjas corporativas de vegetales de
invernadero. Quinto, el empleo en períodos distintos según el tipo de producción;
la mayor parte de los trabajadores llegan a la cosecha de los cultivos pero cada
vez llegan más jornaleros para desempeñar tareas de siembra y mantenimiento de
los cultivos. Seis, el salario distinto para cada provincia.35 Siete, las formas de
pago, por hora o por destajo. 36 Ocho, las jornadas laborales en horarios
discontinuos; si la producción es baja la jornada es de menos de 8 horas o no se
trabaja, si la producción es alta trabajan hasta 19 horas (Barndt 2002: 162); o con
un descanso cada 15 días, como es el caso de los trabajadores de la Isla Pelee en
Leamington.37 El rendimiento productivo del trabajo temporal está estrictamente
supervisado por los granjeros como nos decía una trabajadora: ellos [los
empleadores] quieren que uno rinda las 12 horas continuas que hemos trabajado,
como si fuera la primera hora de trabajo. Nueve, la doble contratación de un
trabajador durante una misma temporada para diferentes granjas, también es
diferenciado por género. En 2006, mientras 102 trabajadores tuvieron doble arribo
a Canadá, sólo una trabajadora tuvo esa oportunidad. Y diez, el idioma dominante
de la provincia (francés en Quebec e inglés en Ontario, Manitoba y Alberta), que
limita el ejercicio de los derechos laborales y humanos de los trabajadores
migrantes.
Las implicaciones sociales de los nuevos sistemas flexibles del trabajo en la
vida de los jornaleros se han visto reflejadas en limitada movilidad laboral, en
deplorables condiciones de trabajo y de vida, en violaciones en la regulación del
35 En Ontario, para el año 2004, a los trabajadores migrantes de México y del Caribe se les dio unsalario mínimo de $7.70 por hora. El salario mínimo en Ontario, no ha sido incrementadosignificativamente desde 1995, cuando fue de $6.85 por hora (Colby 1997: 12; UFCW 2001: 7;FARMS 2004: 5). Los trabajadores agrícolas migrantes del SAWP que cultivan frutas y vegetalesson pagados por debajo de los salarios que se les paga a los trabajadores agrícolas canadienses(Weston y Scarpa de Masellis 2004: 6).36 En el Tabaco, a partir del 2004, en algunas empresas, la formas de pago cambiaron, del pago adestajo al pago por hora, mientras que en el tomate de invernadero, desde el año 2002 algunasempresas ya están pagando a destajo algunas tareas que desempeñan los trabajadores, perotambién se propone extender al trabajo de las jornaleras. En cambio, a los trabajadores locales seles va a continuar pagando por hora.37 De un total de 30 trabajadores mexicanos empleados en empresas productoras de uva, 15 deellos descansan un jueves cada quince días mientras los otros 15 se quedan trabajando. Losjornaleros deben transportarse en barco de la Isla Pelee a Leamington, es un viaje que dura unahora y media. Quiere decir que las empresas de la Isla Pelee no sólo dependen de la mano de obramexicana sino que los trabajadores no pueden interrumpir el proceso productivo de la uva.
129
contrato de trabajo, en abusos y maltrato de parte de los empleadores, en
inhabilidad en el ejercicio de sus derechos laborales y humanos, en extremo
aislamiento del resto de las comunidades rurales canadienses (Basok 2002, 2003;
Binford 2002; Preibisch 2000, 2004a; Comisión para la Cooperación Laboral 2002;
Vanegas 2003ab; Encalada 2003; Pickard 2003; UFCW 2001-2003; Weston y
Scarpa de Masellis 2004; Verma 2004; Verduzco y Lozano 2004), y en el control
de la vida social y de la sexualidad de los transmigrantes mexicanos.
Con el nuevo sistema flexible del trabajo y la estratificación por género y
etnia, tiene lugar una nueva forma de competencia entre los trabajadores
mexicanos y caribeños. Las formas en las cuales está siendo incrementada la
estratificación por género se relaciona con los sistemas de organización flexible
del trabajo, a partir de los cuales se emplea en una temporada a trabajadoras
mexicanas y en otra a trabajadoras caribeñas, se aumenta o se disminuye el
número de trabajadoras empleadas, se cambia a jornaleras por jornaleros
mexicanos o caribeños, y se emplea a trabajadoras mexicanas y trabajadores
caribeños dentro de una misma granja.
La horticultura canadiense es un sector exitoso que ha sabido modernizarse
para competir en el mercado internacional. Este éxito reflejado en la prosperidad
de la economía canadiense descansa en gran medida en el uso flexible y los bajos
costos de la fuerza de trabajo masculina y femenina de las zonas rurales de
México. Los trabajadores migrantes circulan en el mercado de trabajo agrícola
canadiense de manera flexible y estratégica para cubrir la demanda de mano de
obra en la cantidad, tiempo y calidad que requieren las empresas hortícolas. Estos
sistemas del trabajo se basan en formas flexibles y estratégicas del uso del
género, la etnia y el estatus migratorio para producir una fuerza de trabajo
diferenciada, abaratar los costos del trabajo y reducir el salario real en una
industria altamente competitiva.
Uno de los más recientes experimentos de la industria de la horticultura
canadiense para mantener el control de los costos laborales es el acceso flexible a
los trabajadores migrantes. En 2003, la agencia de reclutamiento FERME, ubicada
en Quebec, aseguró el trabajo permitido para más de 160 trabajadores agrícolas
130
Maya-Quiche de Guatemala. Los empleadores de Quebec ofrecen a los
trabajadores guatemaltecos una estancia larga en Canadá pero no proporcionan la
vivienda, como es el caso de los trabajadores mexicanos y caribeños. Otra
estrategia flexible del trabajo es la que se orienta hacia el descenso de los salarios
pagados a los trabajadores agrícolas migrantes, expresada en la comunicación del
Gobierno de Quebec en junio de 2003 acerca de que el trabajo agrícola no
especializado, particularmente de los trabajadores involucrados en la cosecha,
podría no estar sujeto al salario mínimo (Weston y Scarpa de Masellis 2004: 8).
A pesar de todo, los productores canadienses aprovechan la experiencia
agrícola y el capital cultural38 previos que los jornaleros y las jornaleras han
adquirido en México, o en los otros países de origen. Los trabajos demandados
por los granjeros requieren de un alto nivel de especialización, experiencia en los
cultivos y de altos niveles de continuidad en el empleo, esto explica la persistencia
del sistema de nombramiento dentro del trabajo temporal. Hay trabajadores
mexicanos que tienen entre siete y 25 años con un mismo empleador. En algunos
casos, como el de las trabajadoras de la fresa de Guanajuato, ellas son portadoras
de una calificación laboral que no es reconocida ni pagada como tal por los
productores canadienses.
No obstante que el trabajo en la agricultura canadiense se organiza
fundamentalmente con la mano de obra de los jornaleros migrantes mexicanos y
caribeños, no se reconoce ese capital humano calificado, en el trabajo agrícola, de
los países del sur que aprovechan los países del norte.
Los sistemas de organización flexible del trabajo transnacional en la
agricultura canadiense, junto con los mecanismos políticos y legales del
PTAT/SAWP que regulan el movimiento geográfico y las restricciones impuestas
sobre la movilidad ocupacional en los circuitos migratorios México-Canadá, así
como los procesos de exclusión de este grupo social de la sociedad canadiense
38 Aquí, voy a entender por capital cultural a la experiencia formativa personal y colectiva de lostrabajadores, que no está garantizada por ningún papel o diploma, sino que se lleva acabo a travésde otros procedimientos sociales. Los conocimientos de los jornaleros migrantes constituyen unsaber particular que se funda en su experiencia personal y colectiva sobre el trabajo agrícola, loscuales ellos incorporan a la actividad productiva durante su trabajo en las granjas. He retomo elconcepto de Bourdieu, para quien el capital cultural es el conjunto de recursos, poderes y bienesculturales heredados y acumulados a través de la historia de una sociedad concreta.
131
han generado: políticas laborales de retención del empleo temporal, creciente
demanda de largas jornadas de trabajo,39 mecanismos de control laboral como el
sistema de nombramiento y la repatriación prematura, diferenciación social por
género, etnia y estatus migratorio, limitada movilidad ocupacional, trato inhumano
y relaciones de abuso de poder, estatus económico y legal como trabajadores y
residentes temporales, reducida interacción entre los trabajadores migrantes y las
comunidades permanentes, incremento de racismo y violencia,40 y sobre todo,
control de la vida social y personal de los migrantes mexicanos.
Si bien esta es la tendencia general, conviene aclarar que los efectos
sociales derivados de la organización flexible del trabajo temporal y su relación
con las políticas de género y de grupo étnico no son homogéneos por provincia ni
por comunidad rural. Por ejemplo, en Manitoba, Nueva Escocia, Isla del Príncipe
Eduardo y Nueva Brusnswick no se han empleado a jornaleras mexicanas en los
últimos siete años. Es notorio que en 2002, en Manitoba se emplearon sólo a
trabajadores jamaiquinos, y en Nueva Escocia a migrantes de Barbados y de
Jamaica. Llama la atención que si bien tanto los migrantes mexicanos como los
migrantes caribeños están concentrados en Ontario, en 2002 el mercado de
trabajo para los jornaleros caribeños se encontraba en tres provincias: Ontario,
Quebec y Nueva Escocia; en contraste los jornaleros mexicanos estaban en seis
provincias: Ontario, Quebec, Alberta, Nueva Brunswick, Príncipe Eduardo, y
Manitoba. Hoy esta tendencia se ha acentuado pues como vimos en el primer
capítulo, para 2006, los migrantes mexicanos ya se emplean en nueve provincias.
En contra de lo que normalmente se plantea, el PTAT/SAWP está
sustentado en políticas de discriminación y de control sobre las relaciones de
género, grupo étnico y estatus migratorio y de clase expresados en los terrenos
producción/reproducción. Los lugares concretos donde tiene lugar el proyecto de
globalización y la nueva división internacional del trabajo es en la fábrica (granja,
39 Según el contrato laboral, el migrante debe trabajar ocho horas al día, si el empleador le pideque trabaje más, el trabajador tiene derecho a negarse. No obstante, en la práctica, se obliga altrabajador a trabajar horas adicionales sin el pago compensatorio, como horas extras. Soncomunes las jornadas de 12 a 16 horas.40 Barrón 1999; Basok 2002, 2003b; Binford 2002; Colby 1997; Comisión para la CooperaciónLaboral 2002; Encalada 2003; Pickard 2003; Preibisch 2000, 2004abc; Smart 1998; UFCW 2001-2003; Vanegas 2003ab; Verduzco y Lozano 2004; Verma 2004; Weston y Scarpa de Masellis 2004.
132
empaque campo agrícola canadiense), la vivienda (propiedad del empleador), la
comunidad canadiense, la localidad transnacionalizada de origen, más otros sitios
que forman parte del circuito migratorio transnacional.
Mi planteamiento es el siguiente: para comprender mejor las relaciones
trabajo temporal, género y migración transfronteriza México-Canadá, resulta
operativo considerar de entrada y simultáneamente el trabajo productivo y
reproductivo. En otras palabras, es necesario estudiar la dinámica de dichas
relaciones sociales simultáneamente dentro de la granja y en la vivienda. Si
abordamos de este modo el análisis estaremos preguntándonos: ¿qué ocurre
cuando se consideran los ámbitos producción/reproducción como referencias
articuladas en el trabajo y la vida de los migrantes mexicanos estando en Canadá?
Un enfoque sobre la articulación de los planos productivo/reproductivo parece abrir
el camino para un análisis sexuado del trabajo temporal y las políticas de género
en el contexto del PTAT/SAWP.
Los sistemas de flexibilidad laboral implican el control de las esferas
productiva/reproductiva. Debido a que los jornaleros migrantes trabajan y viven en
la misma propiedad del empleador, la empresa puede controlar la vida cotidiana
de los trabajadores migrantes. Algunas empresas han reglamentado los horarios
no sólo para trabajar sino también para comer, para ir al pueblo y comprar
alimentos, para descansar, para lavar, para cocinar, para ir a misa y hasta para
tener relaciones sexuales. Todo está reglamentado y controlado pues como decía
un supervisor de una de las grandes empresas los trabajadores mexicanos están
aquí, sólo para trabajar.
2.3 Exclusión social y estatus legal no pleno
Los jornaleros mexicanos han sido históricamente empleados en la agricultura
canadiense con visas temporales de trabajo. Legalmente son empleados bajo un
contrato individual. La mayoría realiza las ocupaciones más peligrosas, sobre todo
porque están en contacto directo y cotidiano con agroquímicos altamente
peligrosos. Pese a que hay quienes tienen entre siete y 25 años de trabajo en
Canadá (véase Basok 2002; Verduzco y Lozano 2004), ninguno de ellos goza de
133
estatus legal pleno. Su estatus económico y legal en Canadá es de residentes no
permanentes.
Con el estatus de trabajadores temporales les han sido negados la
protección y los servicios asociados con la residencia permanente y la ciudadanía.
Su estatus ocupacional como trabajador agrícola hace que tengan menos
derechos legales en comparación con los trabajadores de otros sectores
económicos. Los trabajadores agrícolas en la provincia de Ontario -donde se
encuentra la mayoría de los trabajadores mexicanos- no están cubiertos con el
Acta de Seguridad y Salud Ocupacional (Occupational Health and Safety Act) ni
con el Acta de Empleo Estandard (Employment Standars Act, 2002), tampoco son
libres de unirse en sindicatos (Preibisch 2004b: 211-221). Los trabajadores
mexicanos no tienen derecho a ser ciudadanos canadienses pero pagan los
mismos impuestos41 que cualquier ciudadano canadiense; de los bajos salarios42
que reciben el estado canadiense les hace diversas deducciones (seguro de
desempleo, régimen de jubilación, seguro médico), y los empleadores también
descuentan otros gastos relacionados con el programa (una parte del boleto de
avión, administración de costos).
Para 2001, se estimaba que los trabajadores agrícolas migratorios y los
empleadores canadienses pagaban aproximadamente $3.4 millones de dólares en
primas de seguro del desempleo por año (FARMS 2003). Además, los
trabajadores migrantes participan de los pagos en el Plan de Pensiones
Canadienses (CPP); en 2001 el gobierno canadiense recolecto Cdn$6.0 millones
por CPP (Stevens Associates citado en Preibisch 2004a: 27). No obstante, desde
hace tres décadas los trabajadores mexicanos no han recibido ningún beneficio
(UFCW 2002, Comisión para la Cooperación Laboral 2002). El propio Cónsul
General de México en Toronto, Carlos Pujalte Piñero, en 2004, reconocía el
descuento por el seguro de desempleo como un problema:
41 La agencia de declaración de impuestos y envío de dinero FINMEX en Leamington, tiene unconvenio con el Consulado Mexicano en Toronto, para cobrar a los trabajadores Cdn$35 por cadatramite. El mismo tramite lo estaba realizando el Sindicato de forma gratuita pero como lostrabajadores han sido advertidos desde la STyPS que no tuvieran contacto alguno con el Sindicato,esta última organización tenía pocas solicitudes para realizar dicho tramite.42 Véase el capítulo uno para mayor información sobre los ingresos del migrante obtenidos por sutrabajo en Canadá.
134
Es injusto que se les descuente ese dinero porque ellos son temporales yno tienen posibilidades de hacer uso de esa prestación laboral. Es unproblema que hay que tratar a nivel federal para que por medio de unareforma al convenio firmado hace treinta años no se les descuente por esteconcepto. (Inclán, El Surco, No. 1, mayo de 2004)
En los campos agrícolas y en las comunidades rurales canadienses, los
jornaleros mexicanos no sólo son sobreexplotados, sino que enfrentan
cotidianamente una serie de prácticas de discriminación por no saber hablar inglés
o francés, por no ser blancos, por ser campesinos o por ser mujeres.
En Leamington, a pesar de que tanto las grandes empresas corporativas
como las granjas familiares dependen estructuralmente del trabajo de los
trabajadores migrantes mexicanos, hay empleadores y residentes que están
buscando limitar aún más su sociabilidad. Recientemente en Leamington, algunos
residentes locales presentaron una iniciativa de ley con la cual se propone prohibir
a los trabajadores mexicanos que se encuentren parados en las esquinas del
centro del pueblo, por el momento, esta propuesta de ley no ha prosperado. No
obstante, durante el tiempo que estuve viviendo en Leamington, estando en las
calles principales del pueblo, pude observar en varias ocasiones la forma en que
algunos jóvenes residentes hostigaban a los trabajadores mexicanos cuando se
encontraban llamando por teléfono a sus familias en México, presionándolos para
que desocuparan las cabinas telefónicas. Al entrevistar en ese momento a los
jóvenes residentes, algunos de ellos respondían a la pregunta sobre qué estaba
sucediendo: It s o.k. That they come here just to work, but they don t have to
invade our streets (Está bien que vengan sólo a trabajar, pero que no invadan
nuestras calles).
De manera semejante a otros estudios (Satzewich 1991, Basok 2002,
Preibisch 2004), yo también encontré extensa evidencia acerca del racismo y los
ataques racistas que los migrantes temporales viven en los comercios, los bancos,
los restaurantes, los bares, las carreteras, las calles y otros lugares públicos de las
comunidades donde ellos son empleados. Durante mi trabajo de campo en
Leamington, observé por varios días la dinámica social que se generaba en las
calles principales y en el camino a las tiendas comerciales, de manera que me
135
pude dar cuenta de que cuando los jornaleros iban caminando por las banquetas,
los jóvenes residentes les aventaban sus patinetas o sus bicicletas pasando muy
cerca de los migrantes, incluso había quienes los aventaban. En ocasiones, mi
ayudante y yo nos fuimos caminando del pueblo hacia algunas granjas, por ello
fue posible observar que cuando los trabajadores iban en sus bicicletas por las
calles o las carreteras rumbo a las granjas o al centro de Leamington, los
automovilistas pasaban a unos treinta centímetros de los trabajadores. Incluso
nosotras mismas teníamos miedo de que nos atropellaran pues había muy poco
espacio para caminar o andar en bicicleta.
Los accidentes por atropellamiento de los trabajadores mexicanos que van
en bicicleta han sido frecuentes en todas las temporadas, esta situación ya ha sido
documentada por otras investigaciones (Preibisch 2004b; Basok 2002; Bauder y
Corbin). Por ejemplo, el estudio de Preibisch (2004) muestra cómo en distintos
lugares públicos los trabajadores migrantes con frecuencia fueron sujetos a
bromas o comentarios racistas, documentó también casos de hostilidad motivados
por racismo como el robo de bicicletas de migrantes por jóvenes residentes en
Leamington, y las quejas presentadas a la policía por muchos granjeros cuyos
trabajadores agrícolas habían sido objeto de hostigamiento racial y ataques
racistas en otra comunidad. En esta misma investigación, un grupo de estudio
reportó: muchas veces encuentras a los muchachos yendo a toda velocidad en
sus coches tratando de atropellar a los trabajadores agrícolas que andan en
bicicleta. Los periódicos locales y provinciales de Canadá han reportado la
persistencia de estos accidentes de manera constante:
La imagen del trabajador migrante manejando las bicicletas[,] como unrasgo característico del paisaje agrícola del sureste de Ontario[,] esreforzada por los reportajes de los medios periodísticos sobre accidentes enbicicleta, capacitación sobre seguridad en carretera y donación de bicicletasusadas. Los periódicos reportaron, en 2001 a dos ciclistas mexicanos quechocaron cerca de Windsor resultando uno de ellos muerto. En 1999 sereportó la muerte de dos trabajadores jamaiquinos que fueron atropelladospor la torpeza de un conductor. (Bauder y Corbin 2002: 17)
Los accidentes por atropellamiento de los trabajadores mexicanos, que
recorren con su bicicleta varios kilómetros de distancia de las granjas a los centros
136
urbanos, se han convertido en un problema social. El reconocimiento de este
problema ha sido la organización, de parte de algunas agrupaciones civiles, de
programas y talleres para promover la seguridad al andar en bicicleta. Justo a raíz
de dos accidentes automovilísticos que involucraron a trabajadores migrantes en
bicicleta, fue lo que dio origen, en 2002, a la Coalición de Trabajadores Migrantes
por el South Essex Community Centre (Centro Comunitario del Sur de Essex). La
Coalición estuvo formada por representantes de la policía, el hospital, la Iglesia St.
Michael,43 las autoridades canadienses y mexicanas, algunos miembros de la
comunidad y algunos granjeros del PTAT/SAWP). No obstante, esta Coalición se
vino abajo después del primer evento público cuando la presencia del movimiento
sindicalista causó el retiro del apoyo de los patrones (Preibisch 2004a: 46). Otras
agrupaciones sociales o el mismo Consulado Mexicano han emprendido acciones
para resolver este problema social, sin embargo, todas las medidas tomadas han
sido insuficientes.
La muerte del trabajador [empleado por 10 años en la empresaMastronardi], como el único sostén de su esposa y sus cuatro hijos, no sóloes una tragedia emocional sino económica, es muy importante que lacompañía aseguradora de compensación a la viuda, dijo el Cónsul deMéxico, Alberto Acosta, en Leamington. Es el segundo accidente fatal delaño que involucra a un trabajador temporal en Leamington. En octubre, untrabajador agrícola mexicano fue muerto manejando su bicicleta sobre elHighway. En agosto, un tercer trabajador mexicano fue herido gravementecuando su bicicleta fue atropellada por una camioneta. Kevin O Neil dijoque los esfuerzos por equipar a los ciclistas con bandas en los brazos (queproveerían gratuitamente los granjeros) han fallado. Los intentos delConsulado por crear conciencia de prácticas ciclistas de seguridad a travésde coloridos posters y panfletos tienen poco efecto. Sus paseos enbicicleta han llegado a ser un grave problema, no sé cuál es la solución,vamos a tener que buscarla. (Windsor Start 2006)
Si bien los accidentes por atropellamiento tienen dos responsables: el
conductor de la bicicleta y el chofer del automóvil, su persistencia también nos
indica que no siempre se trata de accidentes sino que son expresiones del
racismo, la discriminación y la violencia encubierta en la que viven los migrantes, y
que dichas acciones delictivas han quedo impunes. Todos los esfuerzos de los
43 Los trabajadores mexicanos le llaman Iglesia San Miguel.
137
grupos sociales que ofrecen servicios a los migrantes para mejorar la seguridad de
las bicicletas serán insuficientes mientras no se entiendan dichos accidentes en
bicicleta como un grave problema de seguridad social y de derechos humanos de
los trabajadores migrantes. Una investigación más a fondo sería fundamental así
como la intervención, en caso necesario, de la aplicación de la Carta de Derechos
Humanos Canadienses (Canadian Charter of Rights and Freedoms), del Gobierno
de Ontario, del Consulado Mexicano, de FARMS y de los empleadores para
establecer programas oficiales que provean a los migrantes y a los automovilistas
de la información y del equipo necesarios para prevenir los accidentes, así como
de ampliar las carreteras y la infraestructura de acceso a las granjas, y de aplicar
el Código de Derechos Humanos Canadiense (Canadian Human Right Code). La
narración de un sacerdote de Leamington expresa con claridad este grave
problema social aún no resuelto.
[H]abía un accidente que el señor [trabajador mexicano] cayó en comadiez meses en el hospital. Chocó su bicicleta con un carro, él por fin mejoróy vino su mamá de México. Creo que este señor todavía vive y sigue entratamiento. A mí me tocó ver a dos señores [trabajadores mexicanos] quetuvieron accidente con su bicicleta. Entonces eso es una lucha, que losseñores cuiden que su bicicleta tenga reflectores... También hay unos[residentes de Leamington] que manejan su carro y están tomando, unos[trabajadores mexicanos] con sus bicicletas que están tomando, espeligroso.
Si bien en Canadá hay un avanzado marco legislativo para combatir el
racismo y la discriminación, por ejemplo, el Código de Derechos Humanos
(Human Right Code), en la práctica se han generado acciones de racismo de un
sector de la comunidad residente y se han instrumentado políticas de exclusión de
los trabajadores temporales de la sociedad canadiense y de discriminación hacia
este grupo social. Como hemos dicho antes, la mayoría de los empleadores
aprovechan la situación de vulnerabilidad de los migrantes mexicanos para no
cumplir, totalmente, con su parte del acuerdo laboral. La injusticia social que viven
los migrantes legales mexicanos en Canadá está encubierta debido, entre otras
cosas, a la vigilancia compulsiva tanto de su rendimiento productivo como de su
comportamiento personal y social, comparada con la situación que viven los
138
migrantes ilegales mexicanos en Estados Unidos, como se reconoce en el
siguiente relato de un sacerdote canadiense de la iglesia católica:
En América Latina, la injusticia social está al descubierto, pero en Canadá,la injusticia social esta encubierta, se aprovecha que se desconoce elidioma. Aquí vienen [migrantes mexicanos] a trabajar. [Aquí] no son nada ninadie, no tienen ningún derecho. Aquí[,] en Canadá hay más vigilancia queen Estados Unidos [porque allá] los trabajadores ilegales se puedenesconder más fácilmente, tan solo en California, hay mucha gente latina y laregión es tan grande [que] nadie puede vigilar. [Aquí] como no son tannumerosos, no pueden esconderse tan fácilmente, porque vienen a trabajaren una región. Aquí es mucho más fácil vigilar. Aquí no hay mucha genteque habla español. Allá [Estados Unidos] hay gente en todos los pueblos[que] habla español. Pero, la primera razón es el contrato, llegando aquí lesdicen el contrato es así. Los trabajadores no son máquinas. Vienen aCanadá para dejar de ser pobres pero no dejan de ser pobres.
La discriminación encubierta se pone en práctica a través de diversas
técnicas disciplinarias, que van desde la vigilancia del comportamiento de los
migrantes temporales dentro de las granjas, las viviendas y los espacios urbanos
de las comunidades canadienses hasta los mecanismos de control del programa.
Foto 4. La iglesia centro de reunión de los trabajadores
En Leamington, algunos residentes locales vigilan cotidianamente a los
trabajadores mexicanos. Los migrantes no se sienten libres de andar en el pueblo
porque todo el tiempo son vigilados, particularmente en las tardes de los viernes,
139
sábados y domingos cuando se desplazan al centro del pueblo para comprar su
comida. Por su parte, algunos residentes y ciudadanos canadienses sienten que
los migrantes temporales, mexicanos y caribeños han invadido sus espacios y sus
empleos (véase Basok 2002; Bauder y Corbin 2002; Bauder, Preibisch, Sutherland
y Nash 2003; Preibisch 2004a); al mismo tiempo, hacen sentir a los trabajadores
migrantes que ellos no forman parte de la sociedad canadiense.
A los pocos días de estar viviendo en Leamington, me sorprendió observar
que en una de las calles centrales del pueblo, dos jóvenes residentes -blancos,
fuertes y altos-, con un vaso en la mano, les pedían dinero a los trabajadores
mexicanos diciéndoles: change for a beer. Después, fue posible observar que
esto también era común en los centros urbanos de Simcoe, Virgil y Niagara On the
Lake. Incluso, uno de los trabajadores mexicanos se acercó al Migrant Agricultural
Worker Support Centre (Centro de Apoyo al Trabajador Agrícola Migratorio) de
Simcoe para pedir ayuda porque un compañero suyo había sido fuertemente
golpeado por varios jóvenes canadienses cuando se había negado a darles el
dinero que le pedían para su cerveza:
Algunas personas de aquí, nos piden dinero para tomar una cerveza,también hay quienes nos piden un cigarro, pero si no se los damos, seenojan. Yo el otro día no quise darles dinero y me echaron bronca, yo lescontesté que no me estuvieran molestando y me fui. Hace apenas dos díasque esos mismos muchachos, jóvenes ellos, agarraron a otro trabajador, yocreo que lo confundieron conmigo y lo golpearon entre todos, realmente lodejaron muy mal. Queremos saber qué podemos hacer porque no podemosvivir con miedo en las calles de este pueblo.
La mayor parte de la población local trata a los trabajadores mexicanos
como si les estuvieran haciendo un favor con darles trabajo siendo que en realidad
los empleadores consideran a los trabajadores agrícolas temporales extranjeros
[mexicanos y caribeños] como el eje para el mantenimiento competitivo, a nivel
internacional, del sector de la horticultura canadiense (Weston y Scarpa de
Masellis 2004: 4).
La comprensión de las dinámicas de exclusión de los migrantes mexicanos
es fundamental para explicar desde dónde, en qué condiciones de asimetría y
140
marginalidad, y hasta qué punto se construyen las posibilidades de acción y
oposición de los jornaleros temporales en el contexto del programa.
Investigaciones previas han documentado que los jornaleros mexicanos en
Canadá han sentido más racismo, hostilidad e indiferencia social que los
migrantes mexicanos en Estados Unidos (Colby 1997; Basok 2002; Smart 1998,
Preibisch 2004b). En su estudio, Kerry Preibisch (2004b: 49) mostró como el
Estado canadiense a nivel federal y provincial- ha gestionado políticas orientadas
a limitar los derechos de los trabajadores migrantes negándoles la membresía
social en la sociedad canadiense. Sin embargo, como Preibisch también apunta,
se ha generado un proceso emergente de oposición contra esta situación
promovido por distintos actores sociales y en contra de la respuesta del Estado
canadiense, que incluso desafía la propia constitución canadiense. Justo es en
esta emergente controversia política que se articulan las luchas culturales
promovidas por los propios jornaleros migrantes mexicanos. Por ello, es urgente
estudiar las respuestas de los migrantes frente a las nuevas exigencias en el
incremento de la productividad al trabajo temporal, y ante las políticas de exclusión
social del Estado canadiense.
2.4 Configurando luchas culturales por la inclusión social
Paralelamente al desarrollo de los nuevos sistemas flexibles del trabajo en la
agricultura canadiense, se ha generado un proceso de formación, contestación y
defensa promovido por los trabajadores migrantes mexicanos en contra de la
sobreexplotación y el control ejercido de parte de los empleadores, en protesta por
las condiciones económicas y políticas del programa, y frente a los procesos de
exclusión como grupo de la sociedad canadiense.
A la emergencia de estos procesos sociales le voy a llamar luchas
culturales. Sin negar la importancia del concepto de lucha de clases, pero más allá
de la conciencia, los intereses, la solidaridad o las alianzas de clase, aquí
argumento que es en la cultura donde los migrantes mexicanos contestan diversos
significados, valores y objetivos de su trabajo, sus relaciones laborales, sus
141
relaciones de género o interpelan su etnicidad dentro de la compleja realidad
transnacional de Canadá.
Los trabajadores mexicanos están sujetos a un sistema de relaciones
capitalistas dentro de las empresas canadienses, al mismo tiempo, están sujetos a
un sistema migratorio, de género, de estatus migratorio, de grupo étnico, de
democracia y de diversidad cultural. En la vida de trabajo dentro de las granjas se
genera una buena parte de las luchas culturales, la otra parte se genera en cada
uno de los espacios de sociabilidad donde viven los trabajadores: la casa habitada
por los migrantes propiedad del empresario; y las comunidades rurales
canadienses.
De la experiencia de trabajo y de vida dentro de las granjas surgen las
experiencias y las expresiones de conciencia de clase, de género, de etnia, de
nacionalidad y de estatus migratorio, porque es ahí donde se dan las primeras
formas de oposición entre quienes detentan la propiedad de los medios de la
producción y aquellos que venden su fuerza de trabajo y negocian su valor
(Sariego et. al., 1988: 14); entre quienes pertenecen a una clase dominante
(granjeros familiares y corporativos) y aquellos que forman parte de una clase y
grupo étnico subalterno (migrantes mexicanos y caribeños); entre quienes tienen
una posición de género dominante (hombres) y aquellas cuya posición de género
es subordinada (mujeres); entre quienes poseen la residencia o ciudadanía
canadiense y aquellos que son migrantes temporales; entre quienes gozan de
estatus legal pleno y aquellos que no lo tienen; entre quienes su trabajo y su vida
gira en torno a espacios productivos y reproductivos separados (trabajadores
locales) y aquellos cuyo vida productiva y reproductiva están aliadas (migrantes
temporales). El fuerte impacto en la vida productiva y reproductiva de los
migrantes mexicanos es la singularidad de la lucha de clases y la lucha cultural
que aquí analizo.
La lucha cultural por la inclusión social promovidas por los trabajadores
mexicanos se expresan en las prácticas sociales y en los discursos que
cotidianamente ellos despliegan al interior de las granjas y de las comunidades
canadienses. Específicamente, en aquellas comunidades donde están emergiendo
142
circuitos migratorios transnacionales ante la constante intensificación de
relaciones generadas a partir del trabajo y la vida de numerosos jornaleros. Entre
otras comunidades están: Leamington, Simcoe, Niagara On The Lake, Brandford,
Tillsonburg, Owen Sound, Chatham y Newmarket (véase mapa de Ontario en
anexos). Estos trabajadores migrantes son actores sociales, que no sólo son
estructuralmente necesarios para la horticultura canadiense (Basok 2002: 139),
sino que recrean la vida social, económica y cultural de las granjas y las
comunidades rurales canadienses, donde la mayoría trabaja y vive gran parte del
año. Los trabajadores mexicanos han sido parte de la vida social y económica de
las comunidades como Leamington por más de treinta años (Basok 2003b: 7). Es
en este contexto en el cual se inscribe la configuración de las luchas culturales
promovidas por los transmigrantes mexicanos.
Como sujetos activos y pensantes, los trabajadores ponen en práctica
diversas estrategias laborales para resolver sus necesidades económicas, al
mismo tiempo que experimentan otros modos de existencia, otras formas de
ejercer su sexualidad y su libertad, otros modos de vivir la soledad, otras formas
de practicar el poder y otras maneras de resignificar sus experiencias de género,
al trabajar y vivir en otro país, en otro idioma, en otro clima y en otra cultura
distinta a la suya, como es la cultura canadiense.
Foto 5. Cultura prehispánica de México en Canadá Dibujo de David Chávez
143
El análisis de la experiencia social y subjetiva de los trabajadores
mexicanos es fundamental para entender los sistemas culturales formados,
contestados y defendidos por ellos como parte del movimiento social que ha
venido emergiendo dentro de las granjas y las comunidades canadienses. Es en el
conjunto de las relaciones sociales en los espacios productivo y reproductivo
donde se teje la solidaridad, las contradicciones y las diferencias entre quienes
comparten una misma condición. Los trabajadores mexicanos y caribeños
comparten una condición de género (la enorme mayoría son hombres) y de clase
(son trabajadores agrícolas) como migrantes temporales. Incluso, unos y otros,
comparten una misma condición de clase con los trabajadores agrícolas de
Ontario. Por ejemplo, ambos grupos sociales no tienen el derecho de organizarse
en sindicatos.
La mayoría de los jornaleros y las jornaleras mexicanas apuestan su trabajo
en Canadá con la esperanza de tener una mejor vida para sí mismos y para sus
familias. Una respuesta común es: estamos aquí por necesidad o estamos aquí
para sacar adelante a nuestra familia. Algunas trabajadoras, quienes en su
mayoría son madres solteras, respondían: estamos aquí por los hombres, porque
ellos no se hicieron responsables de sus hijos. Gran parte de las trabajadoras
dejan a sus hijos con la abuela, con una hermana o con la hija mayor, a diferencia
de los trabajadores quienes dejan a sus hijos con su esposa.
En el caso de los jornaleros mexicanos, son difíciles de sostener las
constantemente ocultas formas de resistencia (Basok 2002: 114), por el temor a
que no sean nombrados por el empleador para la siguiente temporada o incluso
por el miedo a la repatriación. No obstante, sus formas de protesta son
expresadas a través de diversos actos verbales o no-verbales de resistencia. Por
ejemplo, hay quienes renuncian a continuar trabajando con el mismo empleador
abusivo buscando una transferencia a otra granja. Las trabajadoras encuentran
sus propias voces para validar sus actuales experiencias, rompiendo el flujo de los
significados impuestos al trabajo temporal, para demandar mejores condiciones de
trabajo, y defender su dignidad humana como trabajadoras y como mujeres. La
144
narración de una trabajadora, con trece años de trayectoria laboral en Canadá,
provee una ilustración de cómo las trabajadoras mexicanas están ocupadas en
formas cotidianas de resistencia (Scott 1985).
Al principio, no nos daban break.44 Incluso, yo trabajaba de ocho de lanoche a ocho de la mañana. A veces el patrón nos encendía la máquina yno la paraba en toda la noche. Me llegaba a dar diez minutos... lo quealcanzaba a comer y otra vez a regresar [a trabajar]. Hasta que empezarona decirme los compañeros que teníamos derecho a tomar tres breaks. Hubouna compañera que habló a la Secretaría [STyPS], le dijeron que acá con elpatrón, ella era como líder, pues ya no la pidieron. Yo aguantaba pornecesidad. El año pasado el patrón ya se pasó, me gritaba mucho Mequemé mis pies, porque ahí se envasa a 200 grados, se me cayó el tomatehirviendo, me corté las manos Yo dije ya, ya no quiero más con éstepatrón. Una cosa es que nos den trabajo y que nos manden pedir y otra esque se pasen, ellos creen que uno está obligado a obedecer, a que lahumillen, muchas cosas horribles, pero no. Ahora que estoy trabajando convarios compañeros, a ellos [patrones y mayordomos] no les importa queestén enfermos, no los atienden. Es injusto, saben que nosotros nosabemos inglés, no podemos traducir lo que nos duele. [Es necesario] unlugar especial, para atender a todo el trabajador, porque nos descuentandemasiado, tenemos derecho de que nos atiendan bien cuando nosenfermamos... Hay personas que son muy buenas en los hospitales y quetratan de entendernos con señas, pero hay doctores que también sonracistas, la avientan o le dicen cualquier cosa y ¡vámonos!... Entonces yocreo que necesitamos apoyo, tanto de la Secretaría como del Consulado,porque somos humanos.
Por su parte, los trabajadores expresan sus propias estrategias de
resistencia, individual o colectivamente, a las inadecuadas condiciones de trabajo.
Un trabajador migrante con experiencia laboral de seis temporadas en los campos
agrícolas canadienses comentaba:
Estábamos en el campo cuando empezó a llover Le pedimos almayordomo que nos trajera impermeables para seguir trabajando, como nonos hacia caso y nosotros seguíamos trabajando bajo la lluvia, yo les dije amis compañeros ya no hay que seguir trabajando sino hasta que nostraigan los impermeables los compañeros siguieron trabajando Yo dejé
44 El trabajador agrícola del PTAT/SAWP en Ontario, que trabaja bajo el Acta de Empleo Estándar(Employment Standards Act, 2002), no está cubierto de las siguientes provisiones: horas detrabajo, periodos de descanso al día, la semana o la quincena, periódos de descanso, periódos decomida, pago de tiempo extra, pago de días festivos ni pago de vacasiones (Verma 2004: 66). Porlo tanto estas provisiones se aplican a criterio de los empleadores.
145
el trabajo y me fui caminando de regreso a la vivienda el mayordomo mealcanzó me dijo: voy a traer impermeables para todos pero regresa atrabajar. Yo me esperé hasta que trajo los impermeables y entoncescontinué trabajando. No tenemos porque trabajar en esas condiciones.
Si bien las granjas canadienses son sitios transnacionales donde los
trabajadores mexicanos viven en condiciones de desigualdad de clase, de etnia y
de género, también son arenas culturales donde los trabajadores reinterpretan su
experiencia laboral y responden con una serie de estrategias de resistencia, con
sus conocimientos prácticos, con cambios en sus sentimientos, con discursos
negociados sobre su identidad y con nuevas formas de sexualidad.
Otra forma de resistencia cultural y de contestación de los trabajadores
migrantes mexicanos consiste en la disputa por la asignación o auto-asignación de
las identidades personales. La nueva lógica cultural hegemónica en Canadá surge
de las políticas culturales de diferenciación social entre migrantes temporales
extranjeros y comunidad residente canadiense. Mientras los residentes y
ciudadanos son miembros del Estado-nación canadiense, los migrantes
mexicanos tienen negada la pertenencia a la sociedad canadiense, a ellos se les
asigna una identidad estigmatizada en una sociedad donde son deseables como
fuerza de trabajo pero no como personas. El poema publicado y recitado por un
trabajador, en el contexto del torneo de fútbol interzonas (granjas de Simcoe,
Georgetown, Milton y Niagara On The Lake), expresa con claridad la forma como
los migrantes construyen una identidad subalterna de doble conciencia (Kearney
2003) viéndose a sí mismos como campesinos migratorios de dos naciones, cuya
distinción es la pertenencia a una granja y a una comunidad canadiense
específicas.
Ellos quienes de sol a sol en lasmañanas platican a duras penas conlas fresas. Ellos que sin querer y sinlamentarse nada cosechan con tantoafán el fruto de aquélla tierra sonGhesquieres [Herry GhesquiereFarms]
Aquella gran farma que se haestablecido en Simcoe y que sinquerer progresa día a día gracias a lamano de estos compañeroscampesinos mexicanos migratoriosque con su sudor y esfuerzo seesfuerzan por ser cada día uno de losmejores
145
Sí, y yo quisiera ser uno porque ellosen el trabajo en el deporte y encualquier acción son buenos comotodos y cada uno de nosotroscomo todos y cada uno de aquéllosque se esfuerzan por forjar un sueñoy venirse al Canadá
Así como todos y cada uno denosotros los mexicanos,esforcémonos por forjar un sueñoesforcémonos por ser mejores día adía, esforcémonos porqueGhesquiere un gran equipo de fútbol¡lo está consiguiendo!
(Poema de trabajador publicado en El Surco , No. 5, septiembre de 2004)
Estos testimonios muestran como las granjas canadienses son sitios
transnacionales donde los trabajadores mexicanos reinterpretan su trabajo y su
identidad, respondiendo además con diversas estrategias de resistencia.
Cotidianamente, tanto las trabajadoras como los trabajadores migrantes están
experimentando emociones, ansiedades y sentimientos sobre su vida y su trabajo
en Canadá, al mismo tiempo que reflexionan en torno a sus sentimientos y su
acción de trabajo dentro de las granjas y las comunidades canadienses.
Foto 6. Taller de salud y prevención de accidentes en Niagara On The Lake
2.5 Las prácticas y los discursos individuales
Individual y colectivamente, los jornaleros migrantes mexicanos generan cambios
en sus estructuras de sentimientos (Williams 1972) las cuales forman parte de
las dinámicas de la sociedad civil. Esas estructuras de sentimientos se relacionan
146
con procesos sociales que emergen de la experiencia vivida por la mayoría de los
transmigrantes mexicanos por el hecho de estar trabajando y viviendo más tiempo
en Canadá que en México, lejos de su familia, cumpliendo contratos de trabajo de
hasta ocho meses. En estas circunstancias, ellos han experimentado sentimientos
de soledad, tristeza, miedo, ansiedad, indignación, inconformidad, dependencia,
libertad, de no pertenencia o de aceptación de las diferencias culturales para
contraponer no sólo estrategias de sobrevivencia sino también estrategias de
resistencia y proyectos de vida.
Foto 7. Enlotada en Milton
Las luchas culturales se expresan a través de diversas prácticas y
discursos construidos, contestados y defendidos en forma individual por los
trabajadores migrantes mexicanos. A pesar de la situación de aislamiento en la
que viven en las granjas y las comunidades canadienses,45 algunos trabajadores
mexicanos utilizan los conocimientos prácticos adquiridos durante su trayectoria
laboral en Canadá y aprovechan la movilidad laboral como una estrategia para
cambiarse de empleador y mejorar sus condiciones de trabajo. Un trabajador con
seis años de trabajo en las granjas comentaba su experiencia de resistencia al
45 La mayoría de los trabajadores labora en granjas que están ubicadas a una distancia de entre 7y 20 kilómetros de los centros urbanos de las comunidades rurales canadienses, pero hay quienesestán a una distancia de 150 kilómetros de cualquier pueblo (Verduzco y Lozano 2004: 91).
147
maltrato del mayordomo y su táctica laboral para continuar su participación en el
programa:
En la farma en donde estoy, el mayordomo, que es canadiense, nos tratamuy mal, nos grita, nos habla con malos modos. Yo le digo, a mi no megrites, yo estoy haciendo bien mi trabajo, los demás no te dirán nada peroyo sí Los trabajadores viejos ya no protestan, ellos ya están esperando lapensión, ellos me dicen: así están las cosas paisano, tienes queaceptarlas. Yo les digo que no, que en su generación aceptaban todo peroque nosotros, somos una nueva generación, y nuestra generación ya no vaa aceptar esas condiciones de trabajo. No más gritos, no más malostratos Esta vez sólo hay que terminar la temporada, pero para la próximatemporada voy a pedir mi cambio. Siempre tenemos la posibilidad decambiar de empleador y de granja, pero hay que esperar a la siguientetemporada.
Para algunos trabajadores mexicanos, el rompimiento del contrato de
trabajo es otra forma de resistencia cultural en contra de varias formas de control
en las granjas. Un trabajador me explicaba en las siguientes palabras sus razones
para no concluir su contrato de trabajo: yo me voy antes a México, porque en
México me necesitan, primero está mi familia antes que mi trabajo en Canadá, yo
cumplí ya seis meses, yo rompo el contrato. El acto individual del rompimiento del
contrato es muy frecuente entre los trabajadores migrantes mexicanos, y al
parecer es menos frecuente entre las jornaleras, los intereses defendidos se
relacionan más frecuentemente con el compromiso del trabajador con su familia
que con los intereses o la solidaridad de clase.
Hay muchos trabajadores que tratan de sostenerse como trabajadores
nominales dentro de una misma granja, pero también hay quienes prefieren la
estrategia de ir de una granja a otra, de un empleador a otro, de un cultivo a otro o
de una comunidad a otra buscando una mayor permanencia laboral en Canadá, y
al hacerlo van conformando un mayor perfil ocupacional. Sin embargo, esta
estrategia sólo la pueden poner en práctica aquellos trabajadores que han
participado durante varias temporadas, que conocen a los empleadores, que
saben dónde están ubicadas las granjas, que conocen el manejo de los cultivos y
sus tiempos de cosecha, que saben de las comunidades y granjas en las que más
se demanda su trabajo, que han empezado a construir una red de trabajadores,
148
empleadores y subcontratistas en Canadá. En este sentido un trabajador, con un
perfil ocupacional requerido por la mayoría de las granjas familiares o corporativas
que participan en el programa, nos relataba su experiencia la cual incluía no sólo
los conocimientos prácticos de los cultivos en los que se requería su trabajo sino
también los conocimientos básicos de inglés para lograr la comunicación con los
empleadores:
La carta de presentación del trabajador mexicano es su trabajo. Si uno sabetrabajar bien, en cualquier farma le van a dar a uno trabajo. Yo tengo 15años trabajando en Canadá. En marzo llegué con un patrón en Niagara OnThe Lake. Ahí terminé mi contrato de trabajo y luego le hablé por teléfono aun patrón de aquí de Simcoe, el me dijo te puedes venir para tal fecha.Siempre tenemos la oportunidad de buscar una transferencia a otra farmacuando se termina nuestro contrato, podemos hablar con el Consulado otener nuestros propios contactos. Como ya sé trabajar el tomate, eldurazno, las flores, la manzana, la uva y el tabaco, ya puedo trabajar encualquier farma Como pronto se va a acabar el trabajo aquí, ya hablé porteléfono con mi patrón anterior de Leamington, le mandé un fax, y merespondió que cuando se termine mi trabajo en Simcoe me vaya a sufarma. Lo único que tenemos que hacer es aprender inglés, con sólo unpoco de inglés podemos buscar, para no quedarnos sin trabajo.
Si bien las trabajadoras están más aisladas que los trabajadores y la
estrategia de movilidad laboral puede ser puesta en práctica en menor medida
puesto que ellas tienen menos alternativas de empleo, hay quienes también
buscan ampliar su permanencia laboral en Canadá con una transferencia con otro
empleador. Una jornalera mexicana con un perfil ocupacional especializado en la
cosecha y el empaque de frutas comentaba:
Yo he trabajado durante cinco temporadas en la fresa y la frambuesa. Si seacaba el trabajo en la farma a donde estoy, me puedo comunicar con elConsulado o con el patrón. La primera vez, el patrón me transfirió a laempacadora. Ahí corté y empaqué durazno y manzana.
La cosecha y el empaque de frutas y vegetales son los conocimientos
prácticos, entre otros, en los que se han especializado, por más de una década,
las jornaleras mexicanas en las granjas canadienses. La mayoría de estas
jornaleras son originarias, de Irapuato, Guanajuato, donde cultivan también fresa
cuando están en México. Una trabajadora guanajuatense con siete años de
149
experiencia en los cultivos de fresa, frambuesa y mora nos sintetizaba sus
conocimientos adquiridos en las granjas del siguiente modo:
15 trabajadoras llegamos a plantar la fresa. Cuando llega la cosecha, sevan 10 trabajadoras al corte. El trabajo se hace en cuclillas; vamoscortando, limpiando y desyerbando. El trabajo del corte se nos paga porhora. El empaque de la fresa se trabaja a destajo, es por caja. Se empacaentre tres y cinco cajas por hora. Cuando hay mucho corte [también] sepaga a destajo. Después del corte, hay que quitar todo para la siguientetemporada. De junio a octubre es el corte de la fresa. En la fresa, loscontratos son de seis meses, hay trabajadoras que tienen contratos decuatro meses, ellas vienen para la cosecha.
Las luchas culturales adquieren un matiz de género porque los
conocimientos prácticos, las estrategias, los significados de las experiencias
transnacionales y los sentimientos experimentados son distintos para las mujeres
y los hombres. Como vimos en el primer capítulo, las jornaleras se han
especializado más en el cultivo de fresa, frutas, verduras y flores, mientras que los
jornaleros se han especializado más en los cultivos de vegetales de invernadero,
tabaco, árboles y apicultura. Las prácticas y los discursos de las trabajadoras
mexicanas, quienes en su mayoría son madres solteras, tienen como principal
referente a su familia, a sus hijos y al trabajo doméstico. Como lo ilustra la
narrativa de una trabajadora -para quienes son madres solteras, viudas o
divorciadas- las formas de resistencia y las implicaciones de dejar a sus hijos a
cargo de algún familiar en México son más severas que para los trabajadores que
dejan a sus hijos con su esposa.
Yo soy madre soltera. Cuando me vine a Canadá a mis hijos los dejésiendo chiquitos, de cinco y ocho años. Al no tener quien me apoyara, tuvela necesidad de salir Con mi hijo, que ya es un joven, me da miedo quemientras yo estoy aquí en Canadá, él entre a las drogas, que tome, que seme aleje, es lo que yo no quiero. A veces pienso que ya no voy a venirmucho tiempo, voy a pedir un contrato de cinco meses, pero no de ocho,porque es mucho tiempo el que paso aquí, lejos de mis hijos. Ya son trestemporadas en esta granja, pienso irme porque en realidad esta granja a míno me ha dado a ganar nada, en vez de ir para arriba voy para abajo,porque no nos dan muchas horas de trabajo, ahora ya hasta nos bajaronhoras, y la verdad, ya no. Ya tomé una decisión, de no volver aquí, en elmismo programa, pero pedir que me manden a otro lado, pero aquí no más.
150
Porque pienso en mis hijos, que los dejo solos, es mucho tiempo el que meretiro de ellos y pueden pasar muchas cosas de las que yo puedaarrepentirme, y no quiero eso.
Durante mi trabajo de campo, encontré mujeres y hombres empoderados y
desempoderados de la experiencia transnacional. Encontré evidencia de que las
formas de resistencia y contestación de las jornaleras mexicanas fueron a través
de la crianza de los hijos, el valor de la familia, el silencio y la solidaridad
femenina. El silencio y la solidaridad femenina fueron su estrategia para oponerse
a la amenaza del empleador de repatriación cuando una trabajadora tenía
problemas de salud por haberse intoxicado con los agroquímicos.
Foto 8. Trabajo femenino para tomate hidropónico Masiosare, La Jornada. Foto de Laura Cano
En una visita a una granja en junio de 2003, en la vivienda de las mujeres
presencié un drama entre las trabajadoras ocasionada por la intoxicación de una
de ellas. Estaba yo entrevistando a una trabajadora, a la cual le estaban depilando
las cejas, de pronto se desmayó. La otra trabajadora que la depilaba se alarmó y
empezó a gritar, le gritaba a otra trabajadora, fulanita ven para acá ya se
desmayó x, como no llegaba la persona a quien le gritaba se dirigió a gritos a otra
trabajadora y le dijo: dile a x que venga pronto que no sé que hacer, pero ya!
151
Ante tantos gritos algunas trabajadoras se acercaron, aunque no tan preocupadas,
otras en cambio pasaban de largo como si no pasara nada. Después de unos
minutos, llegó la persona a la que le gritaban y dijo: ayúdenme a cargarla, vamos
a sacarla al aire, traigan leche! yo ya le he dicho que no debe de hacer tanta dieta
y no entiende. A la trabajadora la sacaron de la casa entre varias mujeres, le
dieron aire pero no reaccionaba. Como yo ya me había preocupado les propuse
que habláramos a un médico o al granjero para se le diera atención médica, por
toda respuesta se enojaron conmigo y me dijeron: no, esto no lo debe saber
nadie, se le va a pasar. Poco a poco fue despertando la trabajadora afectada, le
dieron la leche, la dejaron sentada tomando aire y la regañaron: si no te cuidas
nos estas afectando a todas. Más tarde me enteré de que a la trabajadora le
habían hecho daño los agro-químicos que se aplicaban a las plantas dentro del
invernadero, la negativa de acudir al médico y de guardar silencio sobre lo que
había pasado respondía a que las jornaleras se cuidan de no quejarse por el
miedo a ser deportadas, pues ya había sucedido en ocasiones anteriores con
otras trabajadoras.
Aunque la mayor parte de las trabajadoras tienen hijos, son viudas,
divorciadas, abandonadas o madres solteras, también hay trabajadoras solteras,
sin embargo, cuando tienen que defenderse como grupo su respuesta es: Aquí
todas somos madres solteras, todas tenemos hijos en México, no hay ninguna que
sea soltera. La insubordinación femenina también fue la respuesta frente a la
imposición del sistema de destajo para incrementar el rendimiento productivo y el
trabajo intensivo. El relato de una trabajadora muestra con claridad el malestar y la
conciencia de las jornaleras sobre la estrategia de la empresa de aumentar el
trabajo por el mismo pago, pero también el miedo a protestar por el temor a ser
repatriadas y a que las den de baja del programa.
Aquí, nosotras no estamos muy contentas, porque nos traen muypresionadas en todo Nosotros no nos oponemos a la computarizaciónsino que se están aprovechando a que están pagando lo que ellos quieren,nos están metiendo el triple de trabajo por un mismo pago, eso es lo únicoque hemos peleado. Porque puedes trabajar como la computadora, perohacer el triple del trabajo por un solo pago, pues no. Ahora que estánfuncionando las máquinas [en 2003], lógico que los señores [trabajadores
152
mexicanos] ya trabajaban muchísimo, ya ni comían, no venían más quediez minutos y vámonos, siempre andaban corriendo, era matado. Muchasdecimos: venimos a trabajar y no a matarnos. Nosotras como mujeres,según se dice nos van a meter a destajo también, pero cuando hay tomate,si puedes hacerlo, pero cuando no hay, pierdes. Tres compañeras denosotras andan haciendo ese trabajo también a destajo. Pero ellas noquieren decir nada de esto, porque tienen miedo de que las den de baja [delprograma].
Otra estrategia laboral puesta en práctica cotidianamente es la enseñanza
de la primera a la segunda generación de trabajadores, sobre los modos en que
se debe desempeñar el trabajo para oponerse a la explotación, al control de los
empleadores y a trabajar más en menos tiempo, pero en beneficio de los propios
trabajadores. La siguiente narrativa ilustra con claridad esta situación.
En la cosecha del tabaco, nos organizamos de a cinco personas por surco,vamos cortando la planta, tenemos que llenar una casa durante nuestrajornada de 10 horas, pero por ejemplo, si nos apuramos, podemos llenar lacasa en seis horas y ya tenemos nuestro pago de 10 horas. Pero para eso
tenemos que estar de acuerdo. Si todos le decimos al que va manejando lacasa, oye, vamos a trabajar de esta forma y si él está de acuerdo,
entonces sí podemos hacer eso, pero si él no está de acuerdo, pues no. Nosiempre se puede, porque a veces tampoco quieren los otros trabajadores.Tenemos que acoplarnos a lo que dicen los demás compañeros. Esa formade trabajar me la enseñaron mis compañeros que estaban antes cuando yovenía por primera vez, ahora yo se las enseño a mis compañeros nuevos.
En el marco de un orden sentimental hegemónico visible y de una
contienda de sentimientos imperceptible (Besserer 2002), se desarrolla la lucha
cultural de los migrantes mexicanos. La narrativa de un trabajador de Leamington
ilustra con claridad la forma en que se construye cotidianamente un nuevo orden
alternativo al experimentar sentimientos inapropiados y tener encuentros
espirituales en su experiencia con el Otro extraño, el canadiense, el Otro
mexicano y la propia alteridad.
Somos del mismo país pero somos desconocidos. Yo casi no platico conlos compañeros, aunque los conozco casi a todos. A veces entra lanostalgia, la tristeza y me voy a tomar una cerveza o me voy a buscar unconsuelo, una muchacha. Somos libres, venimos de un país libre y cadaquien hace lo que quiere porque no estamos atados a nada. Ni el patrónnos puede decir: no quiero que te vayas por allá. Nuestras propias
153
decisiones las tomamos estando fuera del trabajo. Cuando son meses, yaes mucho tiempo cuando se vive solo, entonces ya no me resulta difícilseguir viviendo. Llega la conformidad, tienes que aceptarlo. Cuando uno noestá con las personas, valora uno mucho a las personas. Necesito estarbien espiritualmente, si no, entonces la tormenta acaba conmigo. Necesitastener un poco de paz interior, si no lo tienes, uno se puede morir de soledady de tristeza. Es una meditación espiritual. En ocasiones cuando los veo [aotros trabajadores] que necesitan aliento, yo trato de alentarlos. Si yo estoyahí: sabes qué, a veces es bueno cuando se está sufriendo interiormente.Cuando a mi me ha pasado, trato de tener un encuentro espiritual interior.Para mí no hay impedimento [con el trabajo], todo el tiempo trato deconservarlo, parece que es parte de mí, ese encuentro [espiritual] pareceque ha sido toda la vida.
Las posibilidades de la vida transnacional en Canadá están configuradas
también por la organización de las relaciones de género dominantes. Aunque, los
sectores más vulnerables son las trabajadoras y los trabajadores mexicanos que
laboran en las comunidades rurales más alejadas de Ontario, o en las provincias
de Quebec, Columbia Británica, Alberta, Manitoba, Isla del Príncipe Eduardo,
Nuevo Brunswick, Saskatchewan y Nueva Escocia.
2.6 Las prácticas y los discursos colectivos: las huelgas prohibidas
En Ontario y en Alberta, a los trabajadores agrícolas y los trabajadores migrantes
del CM/SAWP se les sigue negando el derecho a sindicalizarse y a negociar
colectivamente con sus empleadores a pesar de las decisiones de la Suprema
Corte en la Dunmore46 (Verma 2004: 173). Por ello, los trabajadores temporales
tienen prohibido organizar huelgas o paros laborales. No obstante, en Leamington,
los trabajadores migrantes mexicanos han realizado dos paros de labores, en
2001 y en 2003. Las huelgas de los jornaleros migrantes han tenido lugar en tres
de las más grandes empresas de producción de vegetales de invernadero de
Canadá, establecidas en Leamington.
Antes de la huelga de 2001, los trabajadores mexicanos expresaban sus
protestas a través de la gente latina que hablaba español y que prestaba sus
servicios en la Iglesia St. Michael de Leamington. Los problemas más frecuentes
46 Dunmore v. Ontario (Attorney General) (1997), 155 D.L.R. (4th) 193 (Ont. Gen. Div.). Para mayorinformación véase Verma 2004.
154
de los cuales se quejaban eran de la falta de una persona que les hiciera la
traducción al inglés en sus consultas médicas; el incumplimiento del servicio del
banco por el envío de sus remesas, el cual no llegaba o llegaba incompleto a sus
familias; lo inadecuado de las viviendas donde vivían; y el maltrato de los
empleadores. Justo el maltrato del mayordomo y los cobros excesivos por las
comidas en una de las empresas corporativas, Mastron Enterprises (Mastronardi),
fue lo que originó la protesta de un grupo de 50 trabajadores mexicanos. Esta
protesta se concretó en la decisión de realizar un paro de labores, en abril de
2001. El paro de labores se realizó en la más grande de las empresas de
vegetales de invernadero de Canadá ubicada en Leamington.
Foto 9. Minoría étnica visible y predominio masculinoMasiosare, La Jornada. Foto de Laura Cano
Si bien el paro laboral sólo duró un día y casi la mitad de los trabajadores
fueron repatriados de inmediato a México sin que se cumpliera el contrato laboral
que habían firmado, este movimiento dio origen al surgimiento de las actuales
organizaciones sociales que junto con los trabajadores agrícolas migrantes,
mexicanos y caribeños, intentan mejorar sus condiciones de trabajo y de vida en
Canadá.
155
Una activista que participó en los inicios de The Global Justice Care Van
Project e integrante actual del grupo Justice for Migrant Workers (Justicia para los
Trabajadores migrantes) nos relata la experiencia de esta primera huelga:
En abril de 2001, los trabajadores migrantes mexicanos organizaron unahuelga en uno de los más grandes invernaderos de Leamington... Los parosde labores de los trabajadores migrantes son extremadamente raros porquetienen legalmente prohibido hacer cualquier tipo de protesta laboral. Pese alos temores, fue el principal acto disuasorio en contra del subestandard enlas condiciones de vida y de trabajo. El riesgo para la mayoría [de lostrabajadores migrantes] es el tratamiento de deportación y de serexpulsados de su trabajo en Canadá. Este paro de labores confirmó esostemores cuando 21 trabajadores fueron identificados como cabecillas yfueron repatriados de inmediato a México. (Encalada 2003: 17)
Uno de los primeros resultados de la organización social fue la apertura, en
Leamington, del Migrant Agricultural Worker Support Centre pocos meses después
de la huelga, como lo señala Tanya Basok:
En abril de 2001, el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de América y suOficina Canadiense [United Food and Commercial Workers Canada,UFCW] fueron contactados con respecto al caso de unos veintetrabajadores migrantes de Leamington que fueron repatriados a México.Esta acción fue tomada por un paro laboral de cerca de 50 trabajadoresmigrantes mexicanos quienes protestaron en contra de sus condiciones detrabajo. (Basok 2003: 15)
A la formación del Migrant Agricultural Worker Support Centre (en nombre
del UFCW de Canadá) y del Global Justice Care Van Project en Leamington, le
siguieron otros como Enlace Community Link, Justice for Migrant Workers, South
Essex Community Council (SECC), Latin Immigrant Niagara Community
Association (LINCA), Community of Agricultural Foreign Workers and Friends of
Exeter (CAFFE), entre otros, en la provincia de Ontario.
Los cambios en el sistema de trabajo orientados a incrementar el
rendimiento de la productividad de los migrantes temporales dentro de algunas
empresas corporativas de vegetales de invernadero, produjeron un descontento
entre los trabajadores mexicanos que cristalizó en la formación de diversas
organizaciones en Ontario. La participación de estas organizaciones se ha
156
centrado en las comunidades de mayor concentración de migrantes mexicanos y
caribeños. Hoy en día, ya existen cinco Migrant Agricultural Worker Support
Centres en Bradford, Leamington, Virgil y Simcoe en Ontario, y en Saint-Rémi en
Quebec.
Los trabajadores que hicieron huelga en 2001 fueron castigados con no
darles empleo en Canadá durante la siguiente temporada. No obstante, esta
experiencia de lucha social ya se encuentra en la memoria de los trabajadores
mexicanos y ha sido útil para crear conciencia en las nuevas generaciones.
En abril de 2003, los trabajadores mexicanos de otra de las grandes
empresas de vegetales de invernadero de Leamington, Great Northen
Hydroponics (Colasanti), hicieron un paro de labores para contraponer prácticas
de negociación colectiva con el empleador, por la imposición de un nuevo sistema
de trabajo computarizado del pago por tarea-destajo47 en lugar del pago por hora
como lo establecía su contrato de trabajo. En el fondo, el objetivo era introducir el
pago tarea-destajo para medir e incrementar la productividad de los trabajadores,
pero una vez conocida la productividad se exigió a todos los trabajadores tener el
mismo rendimiento del pago por destajo pero ahora se les pagaría por hora. En
protesta del engaño de la empresa, los jornaleros mexicanos hicieron el paro
laboral.
El resultado de esta huelga fue la repatriación prematura a México de 30
(de un total de 60) trabajadores, con el argumento de que ya no había más
trabajo. No obstante, pocos días después la empresa empleaba, en su lugar, al
mismo número de trabajadores jamaiquinos. A diferencia de la primera huelga, los
trabajadores mexicanos lograron regresar en junio para terminar su contrato en
otra granja. Un trabajador, con cinco años en el programa, quien participó en esta
huelga nos relata la experiencia laboral:
Hubo inconformidades porque cuando andamos arriba en los carros,tenemos que bajar el carro para pasar a otra línea y checar, y así, no, estiempo que vamos perdiendo, 15 o 20 segundos por surco, una hora y
47 El sistema computarizado de tarjeta con código de barras, consiste en checar el tiempo que setarda un trabajador en desempeñar una tarea en el surco. En el tomate de invernadero, son tres lastareas que les pagan a destajo: cortar hoja, poner grapa y poner codo.
157
cuarto por semana. Pedíamos que nos lo reconociera, pagándonos. Todoslos trabajadores nos pusimos de acuerdo y dijimos nos vamos al paro delabores. Sólo fue un día. Ese mismo día el mayordomo nos dijo, mañanavan a regresar a trabajar, ya les vamos a pagar el tiempo que estánpidiendo. Nos empezaron a pagar media hora, pero cuando vino elConsulado ya no nos pagaron nada. Despidieron a 30 trabajadores. Vino elConsulado y nos le opusimos, le dijimos: se va uno y nos vamos todos.Pero nos hicieron una jugada. Cuando salimos a comer, nos dicen: fulanoy fulano se esperan que vamos a hablar con ustedes. Los demás regresena trabajar. Cuando salimos, nos dijo el Consulado: el patrón no estáconforme con lo que se hizo, el ya pidió jamaiquinos, sus compañeros ya sevan, el quiere que ustedes se queden. A ellos les dijeron otra cosa: se vana ir porque el patrón ya no quiere mexicanos, sus compañeros se van enotra semana porque no hubo boletos de avión. Fue un golpe muy duro.
En versión del Consulado Mexicano, la representación consular ya había
logrado negociar con el empleador de la empresa pero al día siguiente de la
negociación recibió una llamada del empleador pidiendo que el Consulado debía ir
a la empresa pues los trabajadores habían creado problemas con el sistema de
riego y eso ya había afectado directamente las plantas repercutiendo en altos
costos para la empresa.
Los trabajadores hicieron mal pues ese nuevo sistema [computarizado paramedir la productividad de ciertas tareas en la producción de tomate] lesconviene. Con el cambio del pago por hora [Cdn$7.25 en 2003] al pago pordestajo, los trabajadores se hacen más en menos tiempo. La empresa pusoen marcha el sistema y vieron que los trabajadores rendían más y sacabanel doble del salario, o sea 14 dólares por hora. El farmero invirtió 70 mildólares en ese sistema para que los trabajadores lo echaran a perder. Ledijeron al patrón: No vamos a trabajar ninguno bajo ese sistema, queremostrabajar bajo el sistema del pago anterior. El patrón no quiso y lostrabajadores se fueron al paro de labores. Fuimos a visitar la granja, yahabíamos acordado que se les pagaría la media hora que pedían lostrabajadores. Pero al día siguiente me llamó nuevamente el patrón y me dijoque los trabajadores habían cerrado las llaves del sistema de riego y queeso no lo toleraría, que despediría a los trabajadores que estabanocasionando graves problemas a la producción, y que en su lugarcontrataría a trabajadores jamaiquinos: Voy a pedir a 30 trabajadoresjamaiquinos, se van a México.
La empresa presionó al Consulado para que fuera a poner en orden a los
trabajadores. Al parecer, no fueron los trabajadores mexicanos quienes cerraron
las llaves del sistema de riego, como nos decía un trabajador de la empresa en
158
que se dio el conflicto, ellos no tenían motivo para hacerlo pues ya habían logrado
ganar la demanda de que se les pagara el tiempo exigido.
Hubo un malentendido. Porque hay unas llaves de agua que riegan la línea,el surco, que está basado en la computadora por minutos para que caigagotitas de agua para la planta. Luego los que barren debajo de las llaves,son de plástico, con un movimiento se cierra, pues nos echaron la culpa deque nosotros habíamos cerrado el sistema del agua y que estábamosocasionando graves problemas a la producción.
El despido de los treinta trabajadores se hizo realidad, el 30 de junio, con el
argumento de que se había terminado el trabajo. Los jornaleros fueron deportados
inmediatamente a México sin haber concluido ni la mitad de su contrato de trabajo.
Para el siguiente día de trabajo, ya estaban laborando los migrantes jamaiquinos
en lugar de los migrantes mexicanos. Al parecer, por primera vez, después de tres
décadas, convivirían en la misma vivienda trabajadores mexicanos y trabajadores
jamaiquinos. La deportación estuvo acompañada de represión policíaca violando
los derechos laborales y humanos de los migrantes mexicanos, como lo atestiguó
una trabajadora de la misma empresa.
El problema con los compañeros. Ellos vienen a comer y ya no los dejaronir, los detuvieron y ese mismo día los mandaron a México. Cuando yaestaban aquí, para que nadie saliera, pusieron patrullas a todo alrededor.Entonces el mexicano, entonces nosotros nos sentimos muy mal, yo hastalloré, porque digo, humillar de esa manera a los muchachos, los tomaroncomo criminales y eso no tiene que seguir, eso no tenía que ser, eso encualquier momento nos lo hacen a nosotros también. ¿Por qué sonnuevos? ¿Por qué somos de otro país? Entonces todos estuvimos encontra del patrón, todos estamos en contra del patrón.
Durante la misma temporada, se dio otro paro laboral, en otra empresa
corporativa de vegetales de invernadero de Leamington (Amco Farms). El
resultado de esta nueva huelga también fue la repatriación inmediata a México de
diez trabajadores mexicanos. El motivo de la protesta también fue el mismo: la
imposición del nuevo sistema computarizado de tarjetas, cuyo propósito es
incrementar aún más el nivel del rendimiento productivo de los trabajadores
migrantes mexicanos. Un año después de dicha experiencia, uno de los
trabajadores relataba otra manera de interpretar la respuesta de negociación de
159
los trabajadores así como lo que intentaban los empleadores con la introducción
del nuevo sistema de trabajo:
Los patrones fueron más inteligentes. Primero les dijeron a los trabajadores:Ya no les vamos a pagar por hora, ahora les vamos a pagar a destajo
algunas tareas. Empezaron a trabajar a destajo algunas tareas, despuésles fueron tomando tiempo. Empezaron a presionar a quienes hacíanmenos tiempo para igualar el tiempo que hacían los trabajadores másrápidos. A los trabajadores les empezó a convenir ese pago y empezaron ahacer más en menos tiempo, entonces fue cuando los farmeros dijeron:Ahhh, pues ahora les vamos a pagar por hora esas mismas tareas.
Cuando los trabajadores empezaron a trabajar por hora las mismas tareasque antes trabajaban por destajo, el farmero ya les exigió hacer el mismotiempo que se hacían con el pago a destajo. Fue cuando los trabajadoresprotestaron porque les pagaban lo que antes ganaban, pero con el ritmo detrabajo del pago a destajo. Ahora están trabajando, trabajadores mexicanosy jamaiquinos con el sistema del pago a destajo algunas tareas y el pagopor hora otras tareas.
Las huelgas realizadas por los migrantes mexicanos en 2003 en ambas
empresas tuvieron características diferentes a la huelga desarrollada en 2001 en
la empresa más grande de Leamington. En el paro laboral de 2001, se protesto
contra las condiciones de trabajo y de vida, los abusos en el incremento en el
costo de los alimentos y las condiciones de la vivienda dentro de la granja. En
cambio en los paros laborales de 2003, se protesto específicamente en contra del
incremento de la productividad del trabajo temporal y la mayor baja de los salarios
reales. Esta situación va en contra del planteamiento que vincula el incremento
salarial al incremento de la productividad. Como vemos, la organización social de
los trabajadores, aunque incipiente, se originó en tres de las empresas del sector
internacionalmente más competitivo de Canadá. Justo es en el sector exitoso de la
horticultura canadiense donde se están introduciendo los nuevos cambios de
mayor incremento del trabajo temporal, pero también es ahí donde está
emergiendo la contienda transnacional de los transmigrantes mexicanos.
Estos conflictos sociales se generaron en el área de Leamington pero
tuvieron su impacto hasta las comunidades rurales donde se concentra el empleo
de los migrantes mexicanos y caribeños. Los procesos tuvieron tres expresiones:
el fracaso o el éxito de la huelga por la demanda de mejores condiciones de
160
trabajo, la represión de la huelga con la deportación de todos o de una parte de los
trabajadores mexicanos y la desmovilización de los migrantes mexicanos.
Para corroborar la importancia del impacto de las huelgas de los
trabajadores mexicanos, baste con atestiguar el hecho, nada casual, de que éstas
fueron gestadas justo en los consorcios que encabezan la cúpula empresarial de
las operaciones de vegetales de invernadero más grandes de Canadá (véase
Cuadro 20). Tan sólo las tres empresas corporativas donde se realizaron los paros
laborales en Leamington, en 2001 reunían 146 acres de producción de vegetales
(20% de la superficie de 23 empresas) y empleaban a un total de 736 migrantes
mexicanos (60% del total de trabajadores empleados por las empresas
corporativas) a través del PTAT/SAWP. Los paros laborales no surgieron en las
granjas familiares sino en las grandes empresas corporativas. Los trabajadores
mexicanos protestaron en las tres empresas por mejores condiciones de trabajo y
de vida, y en contra de los cambios al proceso de trabajo, pero también por los
cobros excesivos en la comida y el maltrato a sus personas. Pero entonces,
¿cómo la lucha de clases promovida por los jornaleros mexicanos se transforma
en una lucha cultural?
Si bien las huelgas de los trabajadores se pueden explicar mejor desde el
concepto de lucha de clases, lo que aquí propongo es que estos enfrentamientos
rebasan los límites laborales puesto que no solo cuestionan la organización de la
producción y las relaciones agro-industriales entre los migrantes mexicanos y los
empresarios canadienses sino que se ponen en discusión, al mismo tiempo, las
relaciones extra-laborales, el sistema de dominio de los granjeros sobre toda la
vida social de los jornaleros mexicanos, y los privilegios económicos y políticos
que detentan los empresarios canadienses que participan en el PTAT/SAWP.
Así, no sólo se trata de una lucha de clases por la mejora de las
condiciones de trabajo y de vida dentro del espacio productivo sino también en el
espacio reproductivo. Es una lucha cultural que pone en tela de juicio las políticas
laborales y los mecanismos de control tanto del Estado mexicano como del Estado
canadiense. Es una lucha cultural originada en las respuestas de los trabajadores
transmigrantes mexicanos en el territorio canadiense. Es un lucha cultural que
161
cuestiona todo el PTAT/SAWP. Los empresarios, el Estado mexicano y el Estado
canadiense instrumentan formas de control y de represión frente a todo tipo de
protesta, laboral y extralaboral, de parte de los trabajadores mexicanos, como lo
veremos ampliamente en el tercer capítulo.
Por el momento es necesario dejar en claro que se trata de un conflicto en
el que intervienen actores sociales intermediarios. En los conflictos laborales o
extralaborales entre los trabajadores mexicanos y los granjeros canadienses, se
encuentra la permanente ingerencia del Estado mexicano y del Estado
canadiense. La expresión más recurrente de dichos conflictos son las condiciones
de trabajo y de vida dentro de las granjas. Las instituciones del gobierno mexicano
y del gobierno canadiense juegan un papel de regulación del poder de los
empresarios y del trabajo y la vida de los migrantes mexicanos. La mayoría de las
veces obligan a los trabajadores (con la deportación, la suspensión temporal o
definitiva del programa) a aceptar la organización y las condiciones de trabajo y de
vida impuestos por los granjeros.
Aunque, es necesario destacar que en algunos casos el Consulado
Mexicano también ha obligado a los empresarios (con la suspensión temporal o
definitiva de la empresa del programa) a cumplir con las condiciones mínimas de
vivienda y de trabajo a las cuales se comprometieron en el contrato de trabajo. La
respuesta de algunos granjeros se ha expresado en la reducción del número de
trabajadores mexicanos empleados, en el reemplazo de migrantes mexicanos por
migrantes caribeños, o incluso en la amenaza de muerte a los coordinadores del
programa en el Consulado.48
48 Durante la temporada de 2004, el coordinador del programa en el Consulado Mexicano enToronto, me informó que después de realizar varias visitas a las granjas para supervisar lascondiciones de vivienda, en aquellos lugares donde se habían quejado los trabajadores mexicanos,el Consulado resolvió que ya no participaran en el PTAT/SAWP algunas empresas. Comorespuesta, el siguiente año, en Leamington, el empresario de la empresa corporativa IngrataFarms (con seis granjas en Leamington y Ruthven) lo había amenazado de muerte si es que no loincorporaba nuevamente en el programa. Según informes del Consulado, la empresa habíaquedado fuera del programa por las condiciones ingratas en las que tenía a los trabajadoresmexicanos quienes vivían en condiciones de hacinamiento y en pequeños remolques, y la empresano estaba dispuesta a mejorar tales condiciones. Según los empresarios, los migrantes mexicanosno merecían otra cosa.
162
Las huelgas prohibidas para los trabajadores agrícolas de Ontario fueron
estalladas por los migrantes mexicanos en los corporativos de vegetales de
invernadero en Leamington, la respuesta conjunta de empresarios, gobierno
canadiense y gobierno mexicano fue la represión con la deportación inmediata y la
desmovilización de los migrantes. Además, hay otros actores sociales que
intervienen con interés que divergen, como los grupos que pertenecen al Sindicato
(United Food and Commercial Workers Canada, UFCW), a Justice for Migrant
Workers y a Enlace Community Link.
La lucha de clases y la lucha cultural promovidas por los transmigrantes
mexicanos en Canadá están articuladas con el desarrollo, expansión y
consolidación de la industria de la horticultura canadiense. Los enfrentamientos
huelgas en los grandes consorcios corporativos de vegetales de invernadero en
Leamington- entre los trabajadores mexicanos y los empresarios canadienses no
adquirieron el carácter de una pugna cerrada en los límites de la empresa sino
trascendió hacia una pugna abierta y rompió las fronteras de Leamigton
extendiéndose a Simcoe, a Niagara, a todo Ontario y hasta Quebec.
El impacto que tuvieron estos conflictos laborales y extra-laborales
cristalizaron en la organización de los Migrant Agricultural Worker Support Centres
(Sindicato de la UFCW Canada) en Ontario y en Quebec. También tuvieron su
repercusión en otros actores sociales. Por ejemplo, en la creación del Proyecto El
sembrador de Niagara, en el reconocimiento de la problemática de los migrantes
temporales en instituciones gubernamentales y académicas, en la solidaridad de
organizaciones no gubernamentales y de organizaciones comunitarias. Estas
luchas han influido, además, en la instalación de una Oficina Consular mexicana
en Leamington desde principios de 2005,49 y en la designación de Stan Raper
(miembro de la UFCW en Canadá) como representante de los trabajadores
agrícolas en Canadá. En la provincia de Quebec, los trabajadores agrícolas sí
pueden organizarse en sindicatos, pero no así en Ontario, de modo que aún no
está clara la representación de Stan Raper en Ontario. En ésta última provincia,
49 Con la presencia de la oficina consular mexicana en Leamington, la presencia del Estadomexicano es probable que tienda a incrementar su ingerencia en el trabajo y la vida de lostrabajadores mexicanos.
163
con la nueva legislación de octubre de 2002 (Bill 87), los trabajadores agrícolas
pueden formar asociaciones de empleados pero no tienen el derecho de tomar
acuerdos colectivos (véase Preibisch 2004: 56).
Si bien los trabajadores mexicanos tienen constricciones para demandar
sus derechos frente a los patrones y al Estado, a través de sus huelgas en las
empresas corporativas lograron cuestionar frontalmente los principios que
sustentan el sistema de dominación de los granjeros canadienses: la sobre-
explotación, el aislamiento y la fragmentación de los trabajadores migrantes en
Canadá, así como la autonomía política de que gozaban los empresarios
canadienses para controlar y reprimir a los jornaleros mexicanos. En síntesis, los
migrantes mexicanos junto con los migrantes caribeños lograron llamar la atención
del UFCW en Canadá, de la iglesia católica, de organizaciones sociales y
comunitarias, de académicos de distintas universidades de Ontario, de la prensa, y
de otros políticos en Ontario. Todos estos actores sociales hoy han puesto en
controversia política el funcionamiento del PTAT/SAWP, el cual no puede ya
seguirse sosteniendo como modelo migratorio de cooperación internacional sin
que sea revisado y reformulado.
Junto con los paros laborales de los trabajadores, el surgimiento y
desarrollo del Sindicato (UFCW Canada) en Leamington, a partir del 2000, así
como la creación de grupos como Justice for Migrant Workers y Enlace
Community Link trajo aparejada una crisis del sistema empresarial de dominación
de las granjas canadienses al cuestionar sus principios básicos: la sobre-
explotación, el aislamiento y la fragmentación de los trabajadores migrantes
mexicanos y caribeños empleados a través del SAWP. Las huelgas de los
trabajadores mexicanos desarrolladas fuera del Sindicato y de las organizaciones
fue desbordando gradualmente el marco cerrado de las grandes empresas de
vegetales de invernadero. Estos conflictos rompieron las fronteras del área de
Leamington para integrarse a un conflicto de carácter global en el contexto
nacional e internacional de la lucha de clases y de la lucha cultural de los
migrantes temporales.
164
Los principios que sustentan el sistema de dominación de los granjeros
canadienses fueron impugnados con la creación de los Migrant Agricultural Worker
Support Centres (Sindicato UFCW Canada) y la formación de otras organizaciones
como Justice for Migrant Workers y Enlace Community Link. Las demandas de los
migrantes mexicanos empleados en Leamington sirvieron para hacer visible al
llamado grupo étnico minoritario que sostiene al sector internacionalmente
competitivo de la industria de vegetales de invernadero y para convertir esas
demandas en propuestas unitarias para todo Ontario y Canadá.
En el transcurso de las tres décadas de implementación del PTAT/SAWP,
podemos decir que hay un período anterior (1974-2000) al surgimiento del
Sindicato y otro período reciente (2000-2006) de desarrollo y expansión del
Sindicato en Ontario y en Quebec. No obstante, ¿cómo han vivido los jornaleros
mexicanos el apoyo brindado por los Migrant Agricultural Worker Support
Centres?, ¿hasta qué punto este Sindicato funciona como una organización
representativa de los trabajadores agrícolas migrantes -mexicanos y caribeños,
entre otros- y de los trabajadores agrícolas locales en Ontario?, ¿Hasta dónde son
representadas las trabajadoras agrícolas por el Sindicato? Estas preguntas son
dignas de una investigación más detallada en el futuro.
La organización y la unidad de los trabajadores mexicanos y caribeños
sigue siendo un reto difícil de enfrentar debido al miedo, totalmente justificado, de
perder el empleo. Además, porque los jornaleros y las jornaleras mexicanas están
conscientes de las condiciones de pobreza y de desempleo que se viven en
México. Otro trabajador migrante con veinte temporadas en los campos agrícolas
canadienses reflexionaba:
Es muy difícil hacer algo porque si nosotros protestamos aquí, incluso sihacemos huelga los tres mil trabajadores que estamos en Leamington nosmandan a México. Eso lo pueden hacer porque hay otros tres miltrabajadores mexicanos que están esperando para trabajar en Canadá.
Las luchas culturales frecuentemente pueden basarse en la solidaridad
racial entre los trabajadores migrantes mexicanos y caribeños. Un migrante
mexicano describe de la siguiente forma el interés por la unidad entre los grupos
165
étnicos y la contestación como clase social: En Simcoe, donde estuve yo
trabajando durante la temporada pasada ya estábamos pensando, junto con
algunos trabajadores caribeños formar una confederación internacional de
trabajadores agrícolas, en eso estamos. Aunque este sea un proyecto aún muy
lejano, lo importante es el significado que los migrantes le dan a su experiencia de
trabajo y de vida transnacional.
Este es el contexto económico, político y cultural en el cual los trabajadores
migrantes mexicanos han organizado las huelgas en Leamington en contra de sus
condiciones de trabajo y de vida.
Sin embargo, las luchas culturales de los trabajadores migrantes no han
sido estáticas. Hay diferencias internas, entre trabajadores viejos y trabajadores
nuevos, entre trabajadoras y trabajadores mexicanos, entre migrantes mexicanos
y migrantes caribeños, entre trabajadores agrícolas migrantes y trabajadores
agrícolas locales.
Ahora bien, es simultáneamente en los ámbitos de
producción/reproducción, laboral/extralaboral, nacional/transnacional donde los
trabajadores migrantes mexicanos han organizado las huelgas en Leamington.
Protestando por las condiciones de trabajo y de vida, oponiendo resistencia al
control total de su vida social, enfrentando la discriminación y el racismo, estando
en contra de su estatus legal no pleno, y negándose a ser tratados como
criminales.
La contienda por la dignidad humana y la recuperación de su identidad
como seres humanos tiene lugar en el terreno de la lucha cultural. Las múltiples
respuestas construidas por los trabajadores migrantes dentro de las comunidades
trasnacionales en Canadá parecen delinear un proceso de autoafirmación como
seres humanos, en un lugar donde la sociedad les hace sentir que valen menos,
que no tienen derechos, y que lo único importante es su trabajo pero no su
persona.
Las granjas y las comunidades del Canadá rural son espacios
transnacionales donde los trabajadores migrantes mexicanos reinterpretan su
experiencia de trabajo y responden con diversas estrategias laborales, con sus
166
conocimientos prácticos, con cambios en sus sentimientos, negocian su identidad
y experimentan nuevas formas de comportamiento sexual, todo lo cual está
vinculado a la constitución de la sociedad civil.
Es necesario documentar con mayor amplitud los procesos sociales por los
que, desde hace tres décadas, se han venido configurando luchas culturales por la
inclusión social promovida por los trabajadores y las trabajadoras migrantes
mexicanos en las granjas y las comunidades rurales canadienses.
Conclusiones parciales
A consecuencia del aumento del desempleo en México y del incremento de la
productividad del trabajo migratorio mexicano en Canadá, la demanda por los
jornaleros mexicanos se ha extendido y diversificado en nueve provincias
canadienses, al mismo tiempo que el PTAT/SAWP se ha ampliado a todos los
estados de la república.
El crecimiento y expansión de las empresas hortícolas canadienses ha sido
el resultado de la tendencia de la globalización y de la nueva división sexual/étnica
internacional del trabajo basada predominantemente en la mano de obra migrante
masculina, en el caso del programa de jornaleros mexicanos y caribeños.
En contra de lo que normalmente se piensa, los migrantes mexicanos en
Canadá son hombres y son mujeres. Son peregrinos, como se ven a sí mismos,
que emigran como hombres solos y como mujeres solas trabajando bajo un
contrato legal. Son peregrinos transnacionales que van temporalmente de una
granja a otra, de una comunidad a otra, de una provincia a otra, de un país a otro,
de un empleo precario de tercer mundo a un empleo precario de primer mundo.
Son peregrinos transnacionales cuya vida laboral y social está estrictamente
regulada en las granjas y las comunidades canadienses.
Mientras los acuerdos transnacionales entre los gobiernos mexicano y
canadiense mantenían al PTAT/SAWP como una política de lo mejor de las
prácticas en la participación de los trabajadores migrantes en beneficio económico
del proyecto de globalización, el empleo de los migrantes temporales se
incrementaba dando origen a múltiples circuitos migratorios transnacionales de
167
trabajadores mexicanos desde el Atlántico hasta el Pacífico del sur de Canadá.
Los circuitos migratorios se han creado a través de las prácticas transnacionales y
los lazos sociales desarrollados por los jornaleros migrantes en el marco
institucional del programa. Este es el contexto en el que debemos estudiar y
teorizar las emergentes luchas culturales promovidas por los migrantes
mexicanos. El circuito no es un espacio homogéneo e inamovible, por el contrario
es un espacio heterogéneo y dinámico donde tienen lugar complejas relaciones
entre distintos actores sociales (Rouse 1992: 46). Las luchas culturales
promovidas por los migrantes no pueden verse únicamente en el contexto local del
área de Leamington tienen que entenderse en su relación con el contexto regional,
provincial y nacional canadiense, así como en el contexto México-Canadá.
Encontramos que se han generado circuitos migratorios transnacionales por
género como resultado de las políticas laborales del programa diferenciadas para
los jornaleros y las jornaleras migrantes. Existen principalmente dos circuitos
migratorios femeninos: uno va de los estados del centro de México al sureste de
Ontario, particularmente a Niagara y a Leamington; y otro va de Guanajuato de los
municipios donde hay jornaleras especializadas en el cultivo de fresa a las zonas
productoras de fresa en Quebec, Ontario y Saskatchewan. En contraste,
encontramos dos circuitos migratorios masculinos: el primero va de todos los
estados de la república a nueve provincias canadienses, y el segundo, va del
estado de México y Tlaxcala a Leamington, Simcoe y Niagara en Ontario. Dichos
circuitos se originan en cerca de 900 comunidades rurales de México y llegan a
más de 200 comunidades del Ontario rural.
Como resultado del constante crecimiento y concentración de la horticultura
en el sureste de Ontario, Leamington se ha transformado en un importante circuito
de producción y trabajo transnacional.
También encontramos la creación de circuitos migratorios transnacionales
por grupo étnico. Los jornaleros mexicanos han creado estos circuitos migratorios
conjuntamente con los jornaleros migrantes de Jamaica, de Trinidad y Tobago, del
Este Caribeño y de Barbados. No obstante, los migrantes mexicanos se han
constituido en el grupo étnico más numeroso en la industria de vegetales de
168
invernadero de Canadá y en las empresas corporativas más grandes de Canadá,
instalada en Leamington.
Ahora sabemos que los protagonistas de las luchas culturales son hombres
y son mujeres, quienes construyen tales luchas trabajando y viviendo
simultáneamente entre dos realidades locales, la de México y la de Canadá. Estos
protagonistas son jóvenes, jefes o jefas de hogar, campesinos pobres sin tierra,
con estudios de primaria, con largas trayectorias de trabajo en Canadá, hombres
casados y mujeres con hijos.
Hasta aquí, he presentado el contexto social, económico y político en donde
se desarrollan las luchas culturales de los migrantes mexicanos: los circuitos
migratorios transnacionales creados entre México y Canadá. Estas condiciones de
migración, de trabajo y de vida temporal de los jornaleros mexicanos, y la creación
de circuitos migratorios por género y grupo étnico, constituyen el escenario donde
emergen las luchas culturales las cuales se han originado en reinvindicaciones de
clase en mejores condiciones de trabajo y de vida, pero estos procesos se perfilan
como una lucha por la autoafirmación como seres humanos y por el reclamo al
derecho a la ciudadanía canadiense.
En contra de lo que se ha planteado, los jornaleros migrantes han
desarrollado múltiples respuestas de resistencia tanto a las deplorables
condiciones de trabajo y de vida dentro de las granjas y las comunidades
canadienses como a las formas de exclusión social a las que se han visto
sometidos en ese país. Veremos con más detalle esta situación en el siguiente
capítulo.
169
CAPITULO III.
Control compulsivo vs resistencia cotidiana: relaciones de género,sexualidad, productividad y comportamiento social
Se dice que para el amor no existen barreras, ni edad, ni clases sociales[.]No existe credo, que el corazón cuando está enamorado no hacediscriminaciones, solo se hunde en el maravilloso mundo de lodesapercibido. Que maravilloso es entregarse en cuerpo y alma, cuando setiene el amor en nuestras almas. Es donde los cuerpos se atraen comoimanes con una fuerza indescriptible[,] que insta a perderse en el mundo delamor y el placer. Es donde se desatan las fuerzas de nuestros sentimientoscon gran pasión. ¡Es ahí donde el amor reclama su presencia! Es donde eléxtasis inunda nuestros cuerpos unidos como un monumento a la dicha y alamor. Es donde el amor culmina entregas completas sin reservas. Es dondesólo cuenta la esencialidad profunda de nuestros sentimientos, que seconjugan en sí, como una llama que nos quema. Es donde se disfruta eseagradable calor que abrasa nuestro ser y se exhala la humedad de nuestroscuerpos que se aman con locura. ¡Es una delicia hacer el amor contigo!Pues al solo contacto de tu piel, todas las fibras de mi ser se escandalizan[,]deseosas de recibir tus caricias. ¡Es placentero escucharte gemir bajo mipiel Y así fundidos en uno solo, después de viajar por los caminosinsondables del éxtasis, concluir el sentimiento más profundo que existeentre un hombre y una mujer: ¡el amor! (poema de un trabajador:¡Sentimientos de amor!, escrito en Leamington, 2003).
Aquí sugiero que es necesario estudiar y teorizar, por un lado, las políticas
laborales y las técnicas disciplinarias orientadas a la vigilancia del rendimiento
productivo y al control de la sexualidad de los trabajadores migrantes. Y por otro,
las múltiples respuestas que los y las jornaleras migrantes han desarrollado
mediante luchas culturales orientadas a recuperar su identidad y su dignidad como
seres humanos íntegros. Mi propuesta gira en torno a dos argumentos. Primero,
que los granjeros, los Estados canadiense y mexicano, y las comunidades
canadienses han establecido una serie de reglas que regulan y sancionan la
sexualidad y la sociabilidad de los migrantes. Segundo, que a pesar de su
situación de vulnerabilidad y de exclusión de la sociedad canadiense así como de
la aplicación de mecanismos de vigilancia, encierro y castigo social, las y los
trabajadores responden con una serie de estrategias de resistencia, con
conocimientos prácticos, con cambios en la estructura de sentimientos, con
nuevas formas de sexualidad, con nuevos significados sobre el cuerpo y con
discursos negociados sobre su identidad.
170
Propongo la hipótesis de que, desde las últimas tres décadas, los
trabajadores y las trabajadoras migrantes han desarrollado nuevas formas de
sexualidad como resultado de los procesos de migración internacional, y de su
trabajo y su vida transnacional en los campos agrícolas canadienses. Estos
procesos han tenido lugar a pesar de la aplicación cotidiana de técnicas
disciplinarias, de políticas restrictivas laborales, y de normas de control del cuerpo
y de la sexualidad en las granjas y los circuitos transnacionales del Canadá rural.
Comienzo analizando las políticas laborales, las técnicas disciplinarias y las
reglas canadienses a través de las cuales se controla y sanciona el rendimiento
productivo, el cuerpo, la sexualidad y la sociabilidad de las y los trabajadores
mexicanos. Después intento explorar las respuestas de los y las migrantes a
dichas políticas y técnicas disciplinarias, poniendo particular atención en los
modos en que esas respuestas son distintas para cada género. Al final hago
énfasis en el análisis en la configuración de las luchas culturales promovidas por
las y los migrantes, así como en la reconstrucción de sus identidades como
procesos de negociación y desde complejos procesos transculturales.
3.1 Disciplina capitalista canadiense y vigilancia productiva compulsiva
El gobierno mexicano ha mantenido una política laboral diferenciada hacia los
trabajadores migrantes y los empleadores canadienses intentando satisfacer sus
respectivas demandas: dar empleo a los jornaleros y las jornaleras con un salario
que no podrían obtener en México y atender el incremento de la demanda por
fuerza de trabajo agrícola calificada de los granjeros, para los trabajos que no
quieren desempeñar los canadienses pero que son esenciales para la economía
local y nacional.
Difícil equilibrio, que se puede mantener mientras se cumplan ciertas
condiciones. Primero, que no se afecte la política migratoria del gobierno
canadiense, conservando para los trabajadores mexicanos un estatus migratorio
legal y temporal. Segundo, que se conceda a los empleadores continuar
manteniendo sus altos niveles de acumulación adoptando estrategias de
organización flexible del trabajo que permitan elevar tanto la productividad del
171
trabajo como la calidad de los productos. Y tercero, que la fuerza de trabajo
migrante mexicana se adapte a los sistemas de productividad compulsiva, a la
poca estabilidad laboral y a los mecanismos de control político canadiense.
Los estudios recientes sobre el fenómeno de migración temporal en la
agricultura canadiense han puesto al descubierto los derechos limitados de los
trabajadores migrantes mexicanos, también han documentado las inadecuadas
condiciones de trabajo y de vida en las granjas y en las comunidades canadienses
y han mostrado la existencia de mecanismos de control de la vida social de los
trabajadores migrantes temporales. Pero pienso que es necesario profundizar en
las implicaciones de dichos mecanismos de control sobre las relaciones de
género, la sexualidad y la identidad transnacional de los migrantes, así como en
las respuestas a los mecanismos de control de parte de los propios migrantes
mexicanos.
El contrato de empleo firmado entre el granjero, el trabajador mexicano y el
representante del gobierno mexicano es la base para el establecimiento de
diversas reglas y técnicas disciplinarias que regulan y sancionan el
comportamiento, la movilidad laboral y la sexualidad de las y los migrantes
mexicanos.
Las políticas laborales discriminatorias y las técnicas disciplinarias están
encubiertas con lo que algunos autores han llamado paternalismo de los
granjeros. Las relaciones laborales paternalistas entre los empleadores
canadienses y los trabajadores migrantes encubren el interés de limitar la vida
social de los trabajadores migrantes mexicanos con el propósito de impedir su
permanencia en Canadá.
Ya otros estudios exhibieron el carácter paternalista de las relaciones
laborales que los empleadores canadienses han desarrollado con los trabajadores
mexicanos. Daré sólo dos ejemplos. Tanya Basok (2002: 124) mostró que el
contrato laboral y el sistema de nombramiento del trabajador han generado
trabajo cautivo y han implicado relaciones paternalistas, feudalistas, entre los
patrones y los trabajadores mexicanos. El paternalismo es un poderoso
mecanismo por medio del cual los empleadores pretenden asegurar el trabajo, la
172
lealtad, el compromiso con su trabajo, la disponibilidad total y el retorno a los
países de origen de los trabajadores migrantes, en situaciones en las que los
trabajadores canadienses no quieren desempeñar ni el tipo de trabajo ni en tales
condiciones laborales.
Es necesario aclarar que si bien los granjeros proveen de casa y subsidio
para transportación, y algunos otros otorgan crédito, financiamiento para
festividades, favores personales y premios, cobertura de gastos médicos y visitas
a las comunidades de origen de los migrantes (Pentland 1981; Stultz 1987; Cecil y
Ebanks 1991; Wall 1992; Alston y Ferrie 1993; Smart 1998; Laliberte y Satzewich
1999; Basok 2000; Preibisch 2000); la mayor parte de los costos contraídos,
desde el servicio del carro para las compra de alimentos cada semana hasta la
renta de la vivienda, la cobertura de gastos médicos y el costo del viaje en avión
son descontados del cheque de pago de los trabajadores mexicanos.
Estas situaciones singulares han sido creadas por el hecho de que son los
granjeros quienes tienen que encargarse de algunos aspectos (establecidos en el
contrato de trabajo como la vivienda, el transporte en avión y la atención a la
salud50) de la reproducción de la fuerza de trabajo. La reproducción de la fuerza de
trabajo migrante mexicana opera, simultáneamente, dentro de múltiples espacios
socio-geográficos y culturales, tanto en el seno de la familia y la comunidad de
origen en México como en la granja, la vivienda y la comunidad de destino en
Canadá.
La organización de la producción y las relaciones de la agricultura industrial
canadiense se parecen a las situaciones generadas en los enclaves productivos
50 Los empleadores tienen la responsabilidad de tramitar el servicio de atención médica el mismodía en que llegan los trabajadores a Canadá, para que los trabajadores estén cubiertos con unacredencial del OHIP y puedan ser atendidos en alguna clinica local de salud. OHIP (Ontario HealthInsurance Plan), es un plan de salud obligatorio canadiense que debe cubrir a los trabajadoresmigrantes de la atención médica por enfermedades y del pago por compensación de accidentesprofesionales relacionadas con el trabajo. La aseguradora WSIB (Workplace Safety & InsuranceBoard) cubre la compensación por accidentes profesionales de los trabajadores. Entre algunosproblemas relacionados con este sistema de servicio médico están: retraso en el recibimiento delas tarjetas de salud, de 3 a 6 semanas de la llegada del trabajador a Canadá, algunosempleadores no tramitan la credencial de salud de los trabajadores y tienen que pagar ellosmismos el cuidado de su salud, la atención médica raramente está disponible en español, cuandolos trabajadores reportan problemas de salud no siempre son atendidos adecuada yoportunamente. El gobierno de Ontario debe revisar el Occupational Health and Safety Act paraincluir a los trabajadores agrícolas (Preibisch 2004b: 136).
173
mineros del norte de México durante el siglo XX estudiados por Juan Luis Sariego,
Luis Reygadas, Miguel Angel Gómez y Javier Farrera (1988). Desde la sociología
industrial el enclave se considera:
[C]omo una forma de organización de la producción y al mismo tiempocomo un sistema de organización social y de relaciones industrialescaracterísticos de algunos sectores de la economía de ciertos países deAmérica Latina articulado con el mercado externo y controlada por elcapital extranjero. (Sariego et. al., 1988: 15, 18)
Si bien estos autores utilizan el concepto de enclave social para
caracterizar el sistema de organización industrial de la minería mexicana yo voy a
usarlo aquí para comparar la situación de los enclaves mineros de México con los
circuitos transnacionales agrícolas de Canadá. La organización de la producción y
las relaciones de la agricultura industrial canadiense se parecen a los enclaves
productivos mineros de México en cuatro aspectos:
Primero, el enclave minero mexicano se ha caracterizado porque se trata
de una población ocupacional o company town habitada principalmente por
personas ligadas a las actividades de una empresa. Esto implica el predominio de
la actividad minera la empresa tiende a monopolizar el uso de la fuerza de
trabajo, a centralizar el mercado de trabajo y a establecer núcleos de explotación
capitalista dentro de un contexto regional (Sariego et. al., 1988: 15, 18). De
manera semejante, los circuitos migratorios transnacionales de México-Canadá,
en particular aquellos donde se concentran la mayoría de los trabajadores
migrantes mexicanos -como Leamington- están vinculados a la organización
productiva y a las relaciones agro-industriales del sector de vegetales, frutas y
flores de invernadero. Al parecer, son los consorcios corporativos como Mastron
Enterprises, Great Northern Hydroponics, DiCiocco s Farms, Amco Farms y Bucci
Bros, entre otros, los que tienden a monopolizar la fuerza de trabajo migrante
mexicana. Como vimos en el primer capítulo, en 2002, las 15 grandes empresas
corporativas más grandes de Canadá ubicadas en Leamington emplearon de 51 a
500 trabajadores mexicanos, representando 11% de los migrantes del SAWP
empleados en esta área.
174
De manera similar a la empresa Heinz (procesadora de tomate de campo),
la industria de vegetales de invernadero, ha jugado un papel importante en la
economía local de Leamington. Esta industria está conectada con el comercio (A &
P y No Frills, tiendas de venta de productos mexicanos, de tarjetas telefónicas y
de ropa) y los servicios (bancos, agencias de envío de remesas y declaración de
impuestos, servicio de taxi, iglesia, clínicas de salud). Por ello la vida social de los
trabajadores gira en torno a las granjas frente a quienes se dirigen la mayor parte
de las demandas de los migrantes, la otra parte de las demandas se orienta hacia
el Consulado Mexicano, la Iglesia Católica, las organizaciones sociales
canadienses, y en México a la STyPS.
Segundo, debido al aislamiento geográfico de la población y al predominio
ocupacional, los mineros de los enclaves constituyen una masa aislada , con una
alta propensión a la huelga (Sariego et. al., 1988: 19-20), conforman casi una
raza aparte (Kerr y Siegel 1954 citados en Sariego et. al., 1988). Los trabajadores
mexicanos de los circuitos transnacionales canadienses también constituyen
masas aisladas o grupos étnicos dispersos geográficamente en nueve
provincias, y centenas de comunidades del Canadá rural, particularmente del
sureste de Ontario. En Leamington conforman un grupo de tres a cuatro mil
trabajadores migrantes. Como hemos dicho antes, los jornaleros mexicanos
trabajan y viven en una situación de aislamiento geográfico pues la mayoría labora
en granjas ubicadas a una distancia de entre siete y 20 kilómetros de los centros
urbanos de las comunidades, incluso hay quienes están a una distancia de 150
kilómetros de cualquier pueblo (Verduzco y Lozano 2004: 91).51 Además, el hecho
de que los jornaleros trabajen y vivan dentro de la granja y la vivienda, propiedad
del granjero, genera una situación de dependencia de los trabajadores hacia los
empleadores. En Canadá, los migrantes mexicanos conforman un grupo étnico
aparte al de los migrantes caribeños (de Jamaica, de Barbados, de Trinidad y
51 En una de las visitas a la empresa Colasanti, nos fuimos caminando del centro de Leamingtonhacia la granja y nos hicimos, sin parar dos horas de camino. De regreso en el camión nos hicimosdiez minutos. Los trabajadores que se transportan en bicicleta, es probable que se hagan de mediahora a 45 minutos. Las trabajadoras no viajan en bicicleta, pocas se transportan en taxi y lamayoría viaja en el camión de la empresa o los empleadores las van a dejar y a recoger en elpueblo.
175
Tobago, y del Este Caribeño), también distinto al de los trabajadores agrícolas
locales (hablantes de inglés, francés, alemán, portugués, árabe, italiano y
español).
Hasta donde sabemos, los trabajadores mexicanos en Leamington han
realizado tres huelgas en los consorcios de vegetales de invernadero más grandes
de Canadá, en 2001 en Mastron Enterprises-Mastronardi, y en 2003 en Great
Northern Hydroponics-Colasanti y en Amco Farms. Eso a pesar de que en la
provincia de Ontario los trabajadores agrícolas tienen prohibido organizarse en
sindicatos y realizar huelga o paro de laborales. Sin embargo, esto no quiere decir
que los jornaleros mexicanos conformen una masa aislada con una alta
propensión a la huelga, porque además de que no lo tienen permitido, temen que
se les aplique el recurso político de la deportación inmediata a México y que no los
vuelvan a emplear en el programa. Esta situación nos plantea dos
cuestionamientos: si los trabajadores migrantes caribeños, que participan en el
SAWP, trabajan y viven situaciones semejantes de aislamiento, explotación y
discriminación ¿por qué no han realizado ellos paros de labores? Probablemente
los migrantes caribeños también han hecho huelga pero desconocemos esos
procesos. Otra explicación quizás sea porque a diferencia de los trabajadores
mexicanos, los trabajadores caribeños hablan inglés y al parecer sus demandas
las expresan cotidianamente, además tienen más apoyo de parte de los
funcionarios de enlace de los países del Caribe. La población migrante más
vulnerable es la de los jornaleros mexicanos pero también es la más importante
numéricamente dentro del SAWP. No obstante, no es reconocida la importancia
de este sector en el desarrollo y prosperidad de la economía local y nacional de
Canadá. Tampoco son reconocidas las huelgas laborales desarrolladas por los
trabajadores mexicanos en el marco del debate del futuro del PTAT/SAWP bajo la
sindicalización,52 en términos del impacto de la sindicalización sobre el salario y la
52 Recientemente (febrero de 2006) se nombró a Stan Raper, Coordinador Nacional de los Centrosde Apoyo a los Trabajadores Migrantes Agrícolas de Ontario y Quebec, y miembro de la UFWC(United Food Commercial Workers Canada) como representante de los trabajadores agrícolas deOntario, incluyendo a los trabajadores migrantes mexicanos y caribeños.
176
demanda de los trabajadores migrantes, y sobre el incremento de la mecanización
de la agricultura canadiense (Véase Verma 2004).
Tercero, en el enclave minero mexicano la lucha de clases se apoya en una
estructura social polarizada en dos instituciones: la empresa y el Sindicato. La
empresa no sólo asume la dirección y organización de la producción sino que se
convierte en una instancia de control en todos los aspectos de la vida obrera
(Sariego et. al., 1988: 20). En el caso de los circuitos transnacionales de Canadá
donde laboral y viven temporalmente los jornaleros mexicanos, la lucha de clases
se basa en una estructura social de cuatro instituciones transnacionales: la granja
familiar o corporativa (y agencias FARMS Y FERME), el Estado Canadiense
(gobierno municipal, provincial y federal), el Estado Mexicano (Consulado
Mexicano en Canadá y STyPS en México), y los Migrant Agricultural Worker
Support Centres (United Food and Commercial Workers Canada, UFCW). Aunque
en la práctica, el Sindicato no tiene todavía un papel relevante como institución
representativa de los trabajadores migrantes mexicanos. De la misma manera que
en los enclaves mineros, las granjas canadienses no sólo asumen la dirección y
organización de la producción de la industria agrícola sino que se convierten en
una instancia de control en todos los aspectos de la vida de los transmigrantes
mexicanos: el trabajo, la vivienda, la salud, el transporte, el ocio, la sexualidad,
etcétera.
Por último, es cierto que los mineros en México conforman un grupo obrero
relativamente minoritario dentro del proletariado nacional (Kruijt, Vellinga y Zapata
citados en Sariego et. al., 1988: 20), pero también es cierto que constituyen un
sector estratégico dentro de la estructura de clases porque generan una parte
importante de las exportaciones y de las divisas nacionales. No es por eso extraño
que el Estado instrumente formas de control y represión frente al movimiento
obrero de los enclaves (Sariego et. al., 1988: 20). Del mismo modo, los jornaleros
mexicanos actualmente ya no son minoría dentro del sector internacional de la
horticultura canadiense, pues ellos junto con los migrantes caribeños [desde el
2000] ya constituían el 52% del total de los trabajadores agrícolas empleados en el
sector de vegetales y frutas, y representaban el 45% del total de las personas que
177
trabajaban por hora en dicho sector (Weston y Scarpa de Masellis 2004: 6). Está
claro que los trabajadores migrantes mexicanos conforman un grupo estratégico
dentro de la estructura de clases de Canadá porque sostienen el sector más
moderno de la agroindustria de invernadero, generan una parte fundamental de
las exportaciones hacia Estados Unidos y de las divisas nacionales de México.
Estos son los factores, entre otros, por los cuales el Estado mexicano y el Estado
canadiense instrumentan diversas formas de control y represión, desde el sistema
de nombramiento hasta la deportación inmediata y el control de la sexualidad. En
el trabajo y la vida transnacional de los migrantes mexicanos están en juego las
relaciones políticas inequitativas entre los gobiernos de un país llamado de tercer
mundo y un gobierno denominado de primer mundo.
Siguiendo a Tanya Basok, Binford (2004: 292-94, 300) argumenta que otros
dos factores contribuyen al cautiverio y a la sobreexplotación de la fuerza de
trabajo migratoria mexicana: la regla de cumplir tres temporadas consecutivas con
el mismo empleador para que el trabajador pueda ser transferido a otra granja que
ofrezca contratos de trabajo más largos, y la competencia étnica entre los
trabajadores utilizada por los granjeros para incrementar los niveles de
productividad y del trabajo intensivo. Los mecanismos orientados al incremento de
la productividad y la sobreexplotación se han venido incrementando como lo indica
un trabajador con una trayectoria laboral de años en Canadá: Aquí hay mucho
malestar por lo que está pasando. Yo tengo 15 años en el programa y cada vez
está funcionando peor, cada vez los patrones son más voraces.
Las relaciones paternalistas de los granjeros forman parte de la disciplina
capitalista canadiense, la cual va más allá de las normas establecidas para los
trabajadores locales, e incluye políticas restrictivas y mecanismos de vigilancia del
rendimiento productivo y del trabajo intensivo, así como de vigilancia, encierro y
sanción del comportamiento social de los trabajadores migrantes mexicanos. En
este sentido, las políticas del cuerpo y el control de la sexualidad de los migrantes
temporales son dispositivos de poder con los que se propone limitar su
experiencia humana y, sobre todo, su permanencia como fuerza de trabajo
agrícola en el Canadá rural.
178
La supervisión del patrón y el seguimiento de todas sus reglas durante el
contrato laboral se extienden hasta la vida cotidiana del trabajador. Cada uno de
los granjeros redefine sus propias reglas y regulaciones de conducta, seguridad,
disciplina, cuidado y mantenimiento del alojamiento de su propiedad que debe
observar el trabajador. Si bien estas reglas raramente son escritas por el
empleador y no se les entrega copia a los trabajadores mexicanos, son aplicadas
rigurosas y cotidianamente en la granja, en el lugar de residencia y en la
comunidad permanente donde laboran y viven los trabajadores. Esto sucede así
por el tipo de contrato, pero también porque la residencia temporal de los
trabajadores, frecuentemente, se encuentra próxima a la casa y a la granja de sus
patrones, además, éstos últimos piensan que: Los trabajadores mexicanos sólo
están en Canadá para trabajar, por ello, controlan la entrada de visitas y frente a
cualquier intento de interacción social fuera de la granja sancionan severamente a
las y los trabajadores, como lo ilustra el trabajo de Basok:
De una forma o de otra, los patrones desaniman a sus trabajadores detener actividades sociales fuera del trabajo. Un trabajador que regresademasiado tarde a la casa o quienes llevan visitantes particularmentemujeres, se arriesgan a ganarse la desaprobación de su patrón, quien creeque tales actividades pueden extenuar al trabajador y hacer difícil su trabajopara la mañana siguiente. (2002: 123)
Desde el recibimiento, en la granja, de las y los trabajadores, el empleador
o el supervisor les da a conocer las reglas y regulaciones que tienen que observar,
en algunos casos les hacen firmar dicho reglamento. En el reglamento, se señalan
las responsabilidades más que los derechos laborales del trabajador y se pone
énfasis en que la interacción entre hombres y mujeres, debe ser limitada.
Una de las diferencias notables entre la normatividad y las técnicas
disciplinarias que encontramos para los jornaleros y las jornaleras es la extensión
del rendimiento productivo al tiempo o a los días de descanso. Por ejemplo, en
una de las grandes empresas de invernadero de Leamington, las trabajadoras
mexicanas desempeñaban tareas de preparación de red para el empaque de
tomate dentro de sus viviendas por las tardes o sábados y domingos, pero eso no
179
sucedía con los trabajadores. Otra diferencia es una mayor restricción a la vida
social para las jornaleras pues, en algunos casos, a las trabajadoras de una
misma granja se les prohibía la interacción entre una y otra casa, lo cual tampoco
ocurría con los trabajadores. Del mismo modo, únicamente a las mujeres se les
exigía que cumpliesen con su función de trabajadoras domésticas por medio de
una vigilancia cotidiana de la limpieza de la vivienda. En las grandes empresas, la
limpieza general la hacían una vez a la semana y la limpieza de la cocina la
hacían todos los días un equipo de trabajadoras, el cual se iba turnando y se
realizaba después de la jornada laboral y antes de la comida del resto de las
trabajadoras. La narración de una trabajadora es elocuente al describir el control
ejercido sobre su comportamiento laboral y personal dentro de la granja y en su
lugar de residencia, así como la expresión de su desacuerdo a dicho control:
A nosotros nos leen la cartilla, qué es lo que debemos de hacer y qué es loque no debemos de hacer. Aquí en la casa, nos hacen firmar, si se pierdealgo o se rompe algo nos lo descuentan, así es que nos tienen biencontrolados. Aquí, nosotras no crea que estamos muy contentas, porquenos traen muy presionadas en todo, en la forma del comportamiento detodas. La casa la vienen a revisar durante el día, revisan que todo estéimpecable. Como ahorita, no todas [25 trabajadoras en 2003] hemosguisado todavía, después de nosotras vienen otras, las últimas son las quetienen que dejar la cocina rechinando de limpio. Nos revisan las camas quesi están tendidas. [Si entran] los hombres o si entra gente de otro lado,siempre nos están controlando. Es la única farma que yo me he encontradoasí, porque en las demás, sí nos decían sobre nuestro comportamiento, noquerían tener problemas con las mujeres y los hombres.... Pero aquí nosdicen hasta el mínimo detalle y si algo ven mal, luego vienen a vernos atodas, porque somos un grupo, no se dice quién lo hizo pero nos llaman laatención a todas parejo. Hoy se me hace raro que no hay nadie aquípresente, pero siempre hay alguien vigilando con nosotras, para ver quedecimos y como lo decimos.
Hay autores que sostienen que el PTAT/SAWP es un ejemplo de las
relaciones laborales no-libres existentes en las economías capitalistas modernas
(Basok 2002, Bolaria 1992, Satzewich 1991, Wall 1992). También hay quienes
argumentan que la falta de libertad y de poder que viven los transmigrantes
temporales los hace especialmente valiosos para la acumulación capitalista
180
(Basok 2002, Bolaria 1992, Sassen 1980). Pero ¿cómo se pone en marcha la
vigilancia compulsiva del rendimiento productivo de los trabajadores mexicanos? y
¿cuáles son los efectos de las técnicas disciplinarias canadienses sobre la libertad
y el poder de los transmigrantes?
En el trabajo y la vida cotidiana del trabajador migrante mexicano, la
vigilancia del incremento de los niveles del rendimiento productivo y del trabajo
intensivo por parte de los empleadores canadienses, apoyada por las instituciones
que administran el programa, ha sido el resultado de un proceso continuo de
aplicación de diversos mecanismos: el sistema de nombramiento, la deportación
inmediata, las relaciones laborales paternalistas, el sistema flexible del trabajo, la
competencia étnica, la diferenciación social por etnia y género, entre otros. La
vigilancia compulsiva de la productividad y la sobreexplotación son una necesidad
permanente para los granjeros, y es puesta en marcha a través del mayordomo o
capataz, en situaciones ordinarias como lo narra una trabajadora:
Aquí los patrones son muy listos, por ejemplo, ven que un grupo avanzamás que el otro, entonces entre más trabajes, más le metes duro, más teexigen. Ellos quieren que corras, que vueles en el trabajo, para ellos esbueno, pero, ¿cómo acaba una? Por eso cuidan mucho, muchas personas.
La vigilancia también está presente en situaciones extraordinarias, por
ejemplo, en el caso de las huelgas de los trabajadores migrantes en las grandes
empresas de Leamington. Cuando no funciona el paternalismo, la repatriación
involuntaria, la división de los trabajadores o la competencia étnica son los
mecanismos más efectivos para disciplinar a los jornaleros mexicanos. Como
vimos en el capítulo anterior, varias de las grandes empresas de invernadero de
Leamington han enfrentado el paro laboral de los trabajadores mexicanos cuando
ellos han protestado por las miserables condiciones de trabajo y de vida o porque
los granjeros han introducido un nuevo sistema de trabajo computarizado que
justo medía el rendimiento productivo y la velocidad por tarea. La narrativa de un
trabajador, acerca de la huelga de abril de 2003 en una de las empresas
corporativas más grandes de vegetales de invernadero de Canadá, ilustra las
181
políticas disciplinarias de los empleadores canadienses pero también la respuesta
negociada de los migrantes mexicanos.
Hubo unas inconformidades. En lo que bajamos del carro [al desempeñarlas tareas de cortar hoja, poner grapa y poner codo en el tomatehidropónico de invernadero], corre uno [por el surco hacia el sistema decómputo] y checa, regresa uno y sube, y otra vez de 15 a 20 segundosque perdemos por surco. No se reconoce ese tiempo perdido paranosotros, pagándonos. En cambio ellos, molestamos una planta o losracimos y dicen: ¿sabes qué? tienen cinco flores los racimos, hay 600plantas por surco, por cada planta un tomate menos ¿cuantos tomatesson?, ¿cuantas cajas ya son?, ¿ya alcanzamos a pagar a cuántostrabajadores más? Y todo eso nos lo ponen en cuenta para nosotros. Esafue la inconformidad. El día del paro, ya habíamos quedado que nadie iría atrabajar para que eso se cumpliera, algunos trabajadores nos pusimos en lapuerta de la vivienda y no dejamos salir a nadie, quienes se querían ir atrabajar les dijimos: Tú de aquí no sales, quedamos en que nadie iría atrabajar y nadie va a ir a trabajar, algunos se molestaron pero todos nosquedamos sin ir a trabajar. Sólo fue un día que hicimos la huelga.Lamentablemente, nuestro Consulado que tenemos siempre está del ladode los patrones, nada mas lo tenemos de lujo porque nunca nos da unasolución, siempre nos sale con que fíjense que el patrón me dijo que esto yesto, y se va a hacer esto. Es una situación, que no nos apoya elConsulado que tenemos.
El nuevo sistema de trabajo computarizado que empezó en la temporada
del 2003, el cual mide el rendimiento productivo y la velocidad por tarea de los
trabajadores, se está introduciendo cada vez más en las empresas corporativas de
vegetales de invernadero de Leamington, y se está aplicando sólo a los
trabajadores migrantes, fundamentalmente a los trabajadores mexicanos, quienes
como dijimos representaban, para el 2002, el 99% de los trabajadores del SAWP
empleados en Leamington. Si bien este nuevo sistema se ha aplicado
prioritariamente a los trabajadores, también algunas trabajadoras ya están
laborando bajo dicho sistema. La competencia de género entre las y los
trabajadores mexicanos será, en los próximos años, una nueva forma utilizada por
los granjeros para incrementar los niveles de productividad y el trabajo intensivo.
La experiencia de vivir en permanente temor a ser repatriados o
deportados, a no ser nombrados por el empleador para la siguiente temporada, o
inclusive, a ser expulsados del programa si llegan a expresar sus quejas debido a
182
la sobreexplotación, la discriminación o los abusos de poder que viven las y los
migrantes mexicanos en las granjas son algunos de los efectos negativos de las
técnicas disciplinarias canadienses. Los casos de maltrato físico, de abuso verbal,
de otras formas de discriminación y de ignorar los problemas de salud o las
sobrecargas de trabajo, ya han sido documentados por otros estudios y son del
conocimiento de los agentes gubernamentales y de FARMS (Véase Verma 2004:
103; y el documental El Contrato). Las humillaciones a las y los trabajadores son
constantes, un granjero de Niagara les decía: ¡órale cabrones, a trabajar! ¡A
trabajar perros! . Otro granjero que llegó a golpear a un trabajador le dijo: I am
sorry, te doy Cdn$50 pero no hables y me acuses con el Consulado, 53 o sea que
también existe corrupción en Canadá.
Las y los transmigrantes mexicanos han vivido un proceso de pérdida
paulatina de su libertad y su poder como trabajadores para expresar sus derechos
laborales, y como hombres y mujeres para exigir sus derechos humanos. Por otro
lado, la disciplina capitalista canadiense basada en la sobreexplotación de la
fuerza de trabajo migratoria temporal ha dado sus frutos en la expansión y
consolidación del sector internacional más competitivo de la horticultura
canadiense. Aunque, también hay que decir que uno de los efectos positivos ha
sido el desarrollo de la experiencia de alteridad tanto interna entre las y los
trabajadores mexicanos como externa con el cruce de las experiencias con los
trabajadores caribeños y los trabajadores canadienses.
3.2 Políticas restrictivas del cuerpo y de la sexualidad
Las políticas laborales y las técnicas disciplinarias canadienses incluyen no sólo la
vigilancia del rendimiento productivo de los trabajadores mexicanos dentro de las
granjas sino también la vigilancia del ejercicio de su sexualidad y del control de su
53 De acuerdo con información del Consulado Mexicano en Toronto, cada temporada, tienen unprograma de visitas a las granjas derivadas de llamadas por quejas de los trabajadores o pordenuncias de los granjeros sobre alguna irregularidad. Durante la temporada 2002, se realizaron38 visitas, de las cuales 50% fueron granjas de Leamington. Como resultado de estas visitas, 11granjas fueron excluídas del programa para la temporada 2003. La respuesta de los granjeros y dela asociación de granjeros (FARMS), fue la reducción del número de trabajadores mexicanosempleados en Ontario para 2003 (véanse cuadros 1 y 3).
183
cuerpo en todos los espacios de sociabilidad. Por ejemplo, en los campos de
cultivo, en su lugar de residencia, en los desplazamientos a los centros urbanos de
las comunidades rurales, en la movilidad laboral de una granja a otra, en los
restaurantes, en los bancos, en los supermercados, en la iglesia, en los bares, en
los lugares de baile y en las calles del centro del pueblo. Aunque, la vigilancia es
distinta en cada espacio social. Las y los trabajadores mexicanos interactúan y
socializan en mayor medida entre sí, pocos interactúan con los trabajadores
jamaiquinos o con otras personas de la comunidad residente.
En Leamington, la enorme mayoría (88% en 2002) de los trabajadores
agrícolas migrantes que participan en el PTAT/SAWP son hombres mexicanos y
pocos son hombres jamaiquinos, con respecto a las trabajadoras migrantes todas
son mexicanas pues en el programa no se emplean a las mujeres jamaiquinas. En
las pequeñas y medianas granjas familiares donde emplean de uno a 50
trabajadores mexicanos, el número de trabajadoras puede variar entre una y cinco
jornaleras, en estos casos la vigilancia del comportamiento sexual dentro del lugar
de residencia suele ser menor. En cambio, en las grandes empresas de
invernadero, donde se emplean de 50 a 500 jornaleros mexicanos, el número de
trabajadoras es mayor pudiendo variar entre seis y 60 jornaleras por granja. Es en
las grandes empresas donde a las y los trabajadores se les organiza en equipos
de trabajo y se les distribuye por tareas y líneas (surcos) de trabajo, generalmente
no van trabajando juntos los hombres y las mujeres sino por equipos de trabajo
por género, de este modo se puede aplicar una estricta vigilancia del
comportamiento sexual de unos y otras.
En el estudio de Gustavo Verduzco y María Isabel Lozano (2004: 91)
realizado en 21 comunidades de siete municipios de los estados de México,
Morelos y Tlaxcala, se documenta que de un total de 358 trabajadores migrantes
entrevistados, casi el 36% indicó que debían pedir permiso si querían dejar la
granja fuera de las horas de trabajo. Inclusive, tres trabajadores mencionaron que
el empleador los había reprimido o reportado por dejar la granja sin aviso durante
su tiempo libre. Esta situación no es exclusiva de los trabajadores migrantes
mexicanos, también sucede con los trabajadores migrantes caribeños.
184
En los grandes consorcios la mayoría de las jornaleras mexicanas y los
trabajadores mexicanos y jamaiquinos trabajan dentro del invernadero, en tanto, la
mayor parte de las empacadoras son mujeres menonitas, también hay mujeres y
hombres canadienses que trabajan principalmente en las flores y en los puestos
de supervisión dentro del invernadero o del empaque. Es en las grandes
operaciones de producción de vegetales de invernadero donde se puede
establecer una mayor interacción entre las y los trabajadores mexicanos, sus
espacios de sociabilidad también pueden ser mayores.
En el caso de los trabajadores, algunas grandes empresas tienen comedor
y un cocinero que les cobra el servicio, aunque la mayor parte de ellos cocina su
propia comida. Cuando les pregunté: ¿por qué las mujeres no tienen cocinera? Un
trabajador me contestó: porque ellas no exigen sus derechos, ellas no exigen
tener cocinera y nosotros sí exigimos tener cocinero y exigimos nuestros
derechos.
Los espacios de mayor sociabilidad de los trabajadores tienden a estar
fuera de la granja, por ejemplo, en los campos de fútbol donde juegan los
domingos, en los bares a los que asisten los fines de semana, en las calles y los
caminos rurales por los que transitan con sus bicicletas. A diferencia de ellos, los
espacios de mayor sociabilidad de las trabajadoras tienden a estar en el lugar de
residencia, por ejemplo, en la cocina, en el cuarto de lavado de ropa y en la sala
donde ven la televisión, se cortan el cabello y se pintan entre ellas; esto se explica
porque no hay espacios públicos femeninos donde puedan interactuar las
transmigrantes mexicanas. Las trabajadoras agrícolas mexicanas viven más
encierro, además, tienen menos movilidad laboral y social que los trabajadores.
Los espacios de sociabilidad que son comunes son el lugar de residencia, la
iglesia, el supermercado, los restaurantes, los lugares de baile, los bares, y los
espacios donde van a estudiar inglés o asisten a otras actividades sociales.
185
Foto 10. La bicicleta, medio de transporte vital y cotidiano
La vigilancia del comportamiento, la competencia étnica y la barrera del
idioma limitan la interacción social entre los migrantes mexicanos y los
jamaiquinos así como de éstos con los trabajadores locales. Una trabajadora
mexicana nos relataba su experiencia de alteridad y de competencia étnica al
estar trabajando con las trabajadoras menonitas, en la empacadora de una de los
grandes corporativos de tomate. La narración, ilustra dos puntos centrales:
primero, que la organización del trabajo femenino dentro de la industria de la
horticultura se basa en criterios estrictos de etnia y estatus migratorio. Y segundo,
que las migrantes mexicanas se alteran en sus relaciones laborales con otros
grupos étnicos, por ejemplo, con las trabajadoras menonitas. La competencia
entre ambos grupos de trabajadoras se genera porque a diferencia del
invernadero, la organización del trabajo en el empaque se sustenta,
principalmente, en el empleo de trabajadoras menonitas. Son las mujeres
menonitas, ciudadanas canadienses, quienes saben hablar inglés, las que se
emplean para desempeñar las tareas de clasificación del tomate, consideradas
como el trabajo limpio y mejor pagado. Para el trabajo sucio del invernadero y con
un pago por hora menor, por el hecho de ser migrantes temporales, las tareas
manuales se emplean prioritariamente a mujeres mexicanas. Las diferencias de
género, de etnia y de estatus migratorio se reflejan cotidianamente en relaciones
186
laborales de conflicto o de solidaridad, donde lo que está en juego es la
valorización de la mano de obra femenina pero también la valorización de las
mujeres como personas.
Fue mi primera experiencia en tomate... En la empacadora [trabajaba] enarmar cajas de cartón, hacer canastitas, seleccionar, poner en canastitas yembolsar el tomate... Me fallaba para agarrar velocidad, ya tenía tressemanas y me dijeron que no, que iba yo lenta, cuando las menonas[trabajadoras menonitas] eran las que hacían el trabajo muy lento y mal. Enel empaque hay como 50 trabajadoras, una que otra mexicana pero haymás menonas ... El trabajo es más duro que en el greenhouse, porquehasta que se termine el tomate sale uno. En las bandas, a las menonas leshacía yo [con señas] que me pasaran más cajas y se burlaban de mí.Empacando el tomate, va uno rápido metiéndolo en las cajas y ellas me lasaventaban, todavía tengo cortadas en mis manos, yo también las lastimé. Aellas les decían en inglés lo que había que hacer, pero a mí no... Lasmenonas son güeras, hay unas buenas gentes y otras muy groseras que nohablan, ni los buenos días, ni nada.
Frecuentemente es muy corta la distancia entre el invernadero, los campos
de cultivo, el empaque y el lugar de residencia de los trabajadores mexicanos. En
aquellos casos en los que en una misma granja se emplean a jornaleros y
jornaleras, una casa está destinada para los hombres y otra para las mujeres. En
estas granjas se da una mayor interacción social entre los y las transmigrantes
pero también se da una mayor vigilancia de su comportamiento sexual. La
vigilancia se puede dar a través de las visitas sin previo aviso -por el empleador,
su esposa o el mayordomo- al lugar de residencia de las y los trabajadores, hasta
la regulación de horarios en los que se debe tener los encuentros amorosos o
amistosos, y la prohibición de que los trabajadores se queden a dormir en la casa
de las trabajadoras.
187
Foto 11. Formación de nuevas parejas durante su trabajo en Canadá
Al final de la semana laboral, las y los migrantes mexicanos buscan
distraerse, algunos se citan el sábado por la tarde para ir al pueblo a pasear o a
bailar. La narración de una trabajadora fue muy clara en este sentido, pues a
pesar de llegar cansada del trabajo, entusiasmada de salir de la granja decía: Es
la hora en que los ratoncitos salen de la ratonera, refiriéndose a que el sábado es
cuando las trabajadoras se preparaban para ir al pueblo, ver al novio e ir a bailar.
De las granjas al centro de Leamington, la mayor parte de las y los
trabajadores son trasladados, los jueves o viernes por la tarde, en un transporte
del empleador para realizar sus compras de comida, enviar dinero a sus familias y
hacer algún otro trámite. Pero también hay trabajadores que se transportan en
grupo, en taxis particulares llamados y pagados por ellos mismos. De las
empresas grandes son transportados en camiones escolares con cuya compañía
tienen un convenio los empleadores.
188
Foto 11. Las compras de comida en el pueblo y de regreso a las granjas
Es justo en los camiones donde pude observar una mayor interacción entre
las trabajadoras mexicanas y los trabajadores mexicanos y jamaiquinos. Estando
algunos días en los camiones, lo que me llamó la atención es que la mayoría de
los trabajadores mexicanos se subían al camión y se iban sentando de uno en
uno, en un asiento para dos personas, dejando el otro espacio libre, cuando les
pregunté porqué hacían eso, me contestaron que tenían la esperanza de que se
sentara alguna trabajadora con ellos. En el camino hacia el pueblo, algunos
trabajadores y trabajadoras iban platicando en parejas y en grupos, mientras otros
y otras trabajadoras iban solas y en silencio. Una vez que se bajaban del camión
se formaban pequeños grupos, mayoritariamente de hombres, o se iban en
parejas rumbo al supermercado, a los bancos, a las agencias de impuestos, a los
restaurantes, o simplemente a caminar en las calles del pueblo.
Tanto en los camiones como en las calles del pueblo de Leamington es
donde los trabajadores se sienten un poco más libres, aunque la mayoría tiene
poco tiempo para interactuar y socializar, pues el empleador o el mayordomo les
dan sólo dos o tres horas para hacer sus compras o sus trámites. En este corto
tiempo, entablan relaciones de amistad o relaciones amorosas con las y los
jornaleros de otras granjas. También los trabajadores mexicanos intentan
relacionarse con las mujeres locales, particularmente con las mujeres menonitas.
Leamington se transforma durante los fines de semana cuando los trabajadores
189
mexicanos, cerca de cuatro mil hombres y casi noventa mujeres, van al centro del
pueblo por la comida, la distracción y los encuentros humanos.
Estando en el pueblo, algunos de los residentes permanentes están
vigilando -particularmente los jueves, viernes, sábados y domingos por la tarde- el
comportamiento social y sexual de los trabajadores mexicanos. Las políticas de
control social del cuerpo orientadas hacia los migrantes temporales por el gobierno
canadiense se extienden hasta la vigilancia por parte de algunos miembros de la
comunidad de residentes para que los trabajadores migrantes no se queden en
Canadá.
Las políticas de control del cuerpo y de la sexualidad promovidas por el
gobierno canadiense pueden coordinarse con el comportamiento de los residentes
locales a través de distintas políticas de diferenciación social, las cuales distinguen
a los residentes canadienses de los migrantes mexicanos, los primeros como
miembros del Estado-nación canadiense y los segundos como no portadores de la
membresía social en la sociedad canadiense. En la práctica a los residentes
locales se les respeta y ellos exigen que se respeten- sus derechos humanos,
incluyendo el libre ejercicio de su sexualidad, esto no sucede con los migrantes
temporales a quienes no se les aplica ni la Carta de Derechos Humanos ni el
Código de Derechos Humanos Canadienses. Estas políticas buscan crear
consenso entre la comunidad residente. Algunos de sus efectos se expresan en la
discriminación racial, el hostigamiento, la violencia y la indiferencia.
Son múltiples los puentes creados entre las políticas del gobierno
canadiense y el comportamiento de la comunidad residente. Uno de esos puentes
es el sistema de creencias fundado en la diferenciación social. Las políticas de
control de la sexualidad de los migrantes son producidas y fortalecidas dentro y
fuera del marco institucional del programa, a través de múltiples instituciones y
mecanismos sociales. Por un lado, dentro del programa, los puentes de
coordinación se dan a través de reuniones mensuales y anuales a nivel federal y
provincial con el Consulado, con la asociación de granjeros (FARMS) y con las
organizaciones comunitarias. Por ejemplo, en Leamington, a través de reuniones
bimestrales con la asociación civil Centro Comunitario del Sur de Essex (South
190
Essex Community Council SECC), en la cual participan representantes de la
iglesia St. Michael, de la policía, de los granjeros, del Consulado Mexicano, de
hospitales, de bancos, de agencias de impuestos, de compañías de transferencia
de remesas, de las autoridades municipales y de algunos residentes de la
comunidad. Por otro lado, fuera del programa, las formas de coordinación de tales
políticas se desarrollan a través de los medios de comunicación (radio, televisión y
prensa), de la iglesia católica, las redes, otras tecnologías de comunicación
(Internet) y la industria de la cultura. Hay un canal hispano de televisión que se
transmite en la Ciudad de Toronto, a través de este canal se puede tener impacto
sobre la comunidad residente latina.
El Estado-nación canadiense junto con las empresas empleadoras de
migrantes temporales, como organizaciones sociales, han construido normas de
comportamiento con respecto al cuerpo, la sexualidad y el género. Estas normas
son construidas en el marco institucional del programa, dentro de sus estructuras y
con el consenso de las culturas de las comunidades locales.
Las reglas de comportamiento sexual y de género son impuestas explicita y
culturalmente para dar validez a la cultura local canadiense. Dichas normas
imponen lo que es aceptable o inaceptable de la sexualidad de los migrantes
mexicanos durante su trabajo y su vida en Canadá.
La mayoría de los residentes locales se muestran indiferentes ante la
presencia de los migrantes temporales en el centro de Leamington, no les interesa
entablar ningún tipo de interacción con ellos. Aunque hay también quienes están
interesados en hacer negocios con los jornaleros mexicanos (venta de comida
preparada, de productos mexicanos enlatados, de tortillas, de aparatos eléctricos,
de ropa usada, de organización de paseos y eventos recreativos). Sin embargo,
también hay jóvenes canadienses que sienten que los trabajadores migrantes -
mexicanos y jamaiquinos- han invadido sus espacios, sus empleos, sus mujeres
(véase Basok 2002; Bauder y Corbin 2002; Bauder, Preibisch, Sutherland y Nash
2003, Preibisch 2004a). Por ello, las calles principales del pueblo se han
convertido en escenarios de hostigamiento y ataques racistas, donde los
191
residentes permanentes hacen sentir a los trabajadores migrantes que están
invadiendo su territorio y que no forman parte de la sociedad canadiense.
Aunque en menor grado, otro espacio de sociabilidad son los restaurantes
mexicanos, a los cuales asisten con mayor frecuencia los trabajadores que
quieren dejar de cocinar una vez a la semana. En Leamington hay pocos de estos
lugares, entre otros están: Las Fuentes. Mexican Restaurant, Mexican Food. El
Zarape, y Sea Sub. Tony Taco, El primer restaurante es muy caro,
generalmente no es frecuentado por los trabajadores mexicanos sino por los
residentes canadienses. En cambio, en El Zarape comiendo sopes, pozole,
quesadillas o carnitas y tomándose una cerveza conviven más los trabajadores,
hombres entre sí; éste restaurante también es frecuentado por familias menonitas.
Pero, los tacos Tony es el lugar de mayores encuentros entre los trabajadores y
las trabajadoras mexicanas.
El proceso de mayor interacción y sociabilidad entre las y los trabajadores
mexicanos son los bares. Es en los bares, tales como Mexicana Taquería,
Mexican Paradise y La Molisana donde se puede observar más de cerca las
relaciones amistosas o amorosas entre las y los transmigrantes mexicanos. El
baile es algo que llama mucho la atención de éstos y de otros lugares. En estos
restaurantes-bar o lugares de baile, es donde bailan y toman los muchos
trabajadores y las pocas trabajadoras que ahí se dan cita. Cuando a algunas
trabajadoras les pregunté sobre las actividades sociales que les gustaría realizar,
me contestaron riéndose: un baile, ora sí que para que nos enseñen a bailar
mejor. Más que nada para tener diferentes pasos. El baile es, para los
trabajadores y las trabajadoras, una especie de refugio a través del cual se
permiten liberar sus emociones y experimentar sus placeres a través de la
expresión del cuerpo, al mismo tiempo que intentan sostener relaciones sexuales,
aunque sean también temporales. En los bares, la vigilancia del comportamiento
de los migrantes es aún más encubierta pues se permite y se reprime el contacto
humano hasta el límite en que se paga el servicio. En los bares, se han dado
abusos de robo de dinero a los trabajadores pues cuando ellos ya están muy
192
tomados les han dado mal el cambio, por ejemplo, pagan con un billete de Cdn$50
y les dan cambio de un billete de veinte dólares.
Obtener una parte del dinero de los trabajadores migrantes mexicanos es
también la preocupación de los comerciantes, los bancos, las uniones de crédito
(Western Union) y las compañías de envíos de remesas (Finmex, transferencia
bancaria, Money Order, por mail, telégrafo) y de las agencias de impuestos
canadienses, a cuyos gerentes o propietarios les interesa que una parte sustancial
del dinero de los migrantes se quede en Canadá. Muchos trabajadores mexicanos
se han quejado del servicio de los bancos pues no llega completo su dinero o
definitivamente no llega nunca a sus familias en México. No está claro si el dinero
no llega completo debido al pago de las comisiones bancarias o si no llega nunca
porque se pierde en el proceso de la transferencia bancaria o si se queda con ese
dinero el banco.
Los servicios financieros que operan en Ontario como el de los bancos, las
uniones de crédito y las compañías de transferencia de remesas obtienen una
parte importante del dinero enviado por los migrantes a sus familias en México.
Los bancos tienen el papel principal en las transacciones del envío de dinero de
los migrantes, 67% de los migrantes mexicanos envían sus remesas a través de
los bancos (Verduzco y Lozano 2004: 88), a diferencia de los migrantes
jamaiquinos quienes (85%) envían sus remesas por medio de las compañías de
transferencia de dinero. Si los trabajadores envían su dinero a través de los
bancos, deben hacerlo por medio de giro bancario, servicio que no es económico,
en promedio pagan Cdn$40 y Cdn$50 por transacción. Si bien algunos bancos
han adaptado sus servicios a las necesidades de los migrantes brindando
facilidades en las transacciones y reduciendo las cuotas por comisión, en muchos
casos conservan comisiones altas y no dan facilidades de traducción del ingles al
español al realizar la transacción bancaria, lo cual en ocasiones ha creado
confusión y malestar entre los migrantes cuando sus esposas reciben menos
dinero del enviado, aún restando el importe de la comisión. Es probable que los
bancos no quieran estafar a propósito a los migrantes, pero si deben considerar
reducir los altos cargos por comisión y dar facilidades de traducción de un idioma
193
a otro para restablecer la confianza en las instituciones bancarias canadienses.
Recientemente, algunos empleadores están pagando el salario de los trabajadores
por medio del depósito directo en los bancos canadienses, éste nuevo sistema
implica el uso de una o dos tarjetas de débito para que el trabajador pueda
disponer de su dinero en los cajeros automáticos en México o en Canadá. Sin
embargo, la mayoría de los migrantes no utiliza éste sistema debido a la
desconfianza que tienen en las instituciones bancarias.
Dentro y fuera de los supermercados como A & T o No Frills -donde las y
los trabajadores mexicanos realizan sus compras de comida para la siguiente
semana laboral- son los espacios de sociabilidad donde no sólo interactúan las y
los trabajadores migrantes mexicanos y jamaiquinos, sino también los migrantes
temporales con la comunidad de residentes. Como consumidores temporales o
consumidores permanentes, se encuentran en los mismos pasillos buscando los
mismos o diferentes productos, pero el contacto social es mínimo. Algunos
residentes evitan o ignoran a los migrantes mexicanos, otros les dirigen miradas
de rechazo, y otros les avientan el carrito de compras a los pies o al cuerpo de
los migrantes.
A diferencia de la población local, algunos trabajadores se quedan por ratos
en los pasillos platicando con otros trabajadores mexicanos, se puede observar
como se intercambian miradas coquetas, gestos, citas, inclusive como corteja un
trabajador a una trabajadora mexicana. Entre los pasillos se pueden ver también
algunos empleados observando los movimientos de los trabajadores migrantes, al
parecer lo que les preocupa es que no se roben nada, estos empleados no se
encuentran durante los días que no van los trabajadores mexicanos. Al llegar a
pagar a las cajas lo que vemos es que el trato de los empleados es diferente si se
trata de un trabajador migrante o si es una persona de la comunidad permanente.
Mientras al consumidor local la cajera lo saluda y mantiene una relación personal
con él, a los trabajadores migrantes no se les ve a la cara y mucho menos se les
dirige la palabra, en ocasiones les avientan el dinero del cambio por el pago de
sus compras. Afuera del supermercado los trabajadores se reúnen en pequeños
grupos a platicar y a esperar el transporte que los llevará de regreso a la granja,
194
hay quienes se van en su bicicleta o quienes llevan mochilas para cargar sus
compras y se van caminando a una granja cercana del centro del pueblo. A
diferencia de los trabajadores, las trabajadoras no van en bicicleta por al pueblo,
ellas van caminando, en taxi o en el transporte de la empresa.
3.3 Emergencia de prácticas femeninas y masculinas
Los domingos por la tarde, cientos de trabajadores mexicanos se reúnen en la
iglesia católica de St. Michael, en Leamington, donde se oficia la misa en español.
Algunos trabajadores mexicanos de las grandes empresas llegan en camiones
escolares, pero la mayoría llega en sus bicicletas, las cuales estacionan en el patio
del edificio de la iglesia. El papel de la iglesia católica es doble: es un espacio
clave para la interacción social entre las y los trabajadores mexicanos y un
mecanismo efectivo de poder y control del comportamiento laboral, social y sexual
de los creyentes mexicanos, particularmente en las comunidades de mayor
concentración de migrantes mexicanos, como Leamington, Niagara On The Lake,
Delhi, Newmarket y Simcoe.
Foto 12. Feligreses mexicanos en la iglesia St. Michael´s en Leamington
La iglesia católica actual en Ontario ha sido pionera en la creación de un
puente de integración entre los trabajadores migrantes y la comunidad de
residentes, además de atender sus necesidades espirituales y de ofrecer servicios
195
de apoyo (Preibisch 2004b: 43), para resolver sus necesidades sociales.54 Sin
embargo, la jerarquía eclesial canadiense tiene una pluralidad y diversidad de
posiciones, así, coexisten grupos distintos, como aquellos que están más
interesados en difundir El evangelio y reforzar la vida del trabajador migrante en
la familia y la fe, y aquellos que orientan más sus motivaciones hacia cuestiones
de justicia social. En el pueblo de Simcoe y en la región de York, los miembros de
la iglesia católica que atienden a los trabajadores migrantes han creado el
Proyecto El Sembrador (1999). En El Sembrador la visión católica del mundo,
de clérigos y feligreses, que se promueve es la de interacción social entre los
trabajadores migrantes y la comunidad residente.
Foto 13. Peregrinación y celebración de Independencia de México en Simcoe
Durante una misa dominical, en el sermón, un sacerdote expresaba con
claridad el doble papel de la iglesia católica como promotora de la interacción
social y como mecanismo efectivo de control del comportamiento de los creyentes
mexicanos. Con ese propósito, se recurría a citar ejemplos de algunas
experiencias vividas por los trabajadores mexicanos en Canadá para inculcar
creencias y prácticas religiosas fundadas en los valores de servicio, humildad,
obediencia, amor, solidaridad y paz.
54 La forma de ser católica que fue aprendida por las y los migrantes mexicanos desde la infanciaes reformulada, reinterpretada y reexperimentada en la interacción social con la comunidad católicacanadiense, a través de la participación en la celebración de misas, eventos, viajes yperegrinaciones (por ejemplo, de la Virgen de Guadalupe en el Día de la Independencia deMéxico).
196
La lectura que hoy hemos escuchado muestra las virtudes y convenienciasde servicio y humildad, para cumplir con la voluntad de Dios, en esodebemos basar la obediencia. Con los mandamientos debemos manifestarla forma en que tratamos a nuestra familia, a nuestros amigos y a nuestroscompañeros de trabajo. Esta semana, vi como unos hermanos ayudaron aotro que estaba en necesidad, porque no podía soportar las condiciones enque estaba viviendo aquí, decidió entonces refugiarse en el alcohol y seenfermó. Pero sus hermanos sabían que tenían que ayudarle y buscaron lamanera de llevarle a una persona a que hablara con él, fue muy bonito quetodos los hermanos se pusieron alrededor de él, le dieron el apoyo paratraerlo fuera de esa desesperación que tenía y de ayudarle a volver a Dios.Cuando dejamos nuestro país, nuestra familia, amigos, y nos encontramosen un ambiente extraño, sin podernos comunicar con las personas de lascuales dependemos para trabajar y vivir, nos sentimos débiles,abandonados, rechazados y hasta humillados. Pero es en esos momentosen que tenemos que tener confianza en nuestra fe, y elevar sus oraciones aDios Padre, a través de su hijo Jesús y las intersecciones de la SantísimaVirgen María y los santos, para que nos ayuden a vencer nuestrasdificultades. Les pido que traten de llevar su vida acompañándose de estaspalabras: Señor, hazme un instrumento de tu paz...
Como hemos visto, la vigilancia del comportamiento sexual, del control del
cuerpo y del rendimiento productivo es distinta en cada uno de los espacios de
sociabilidad porque también varían diversos factores, pero todos están
relacionados con diferentes mecanismos del poder.
Foucault (1982, 1983) sostiene que las tecnologías específicas del
conocimiento y del poder, asociadas con instituciones como la prisión, la clínica y
la escuela producen prácticas discursivas que imponen regulaciones sociales a
través del establecimiento de la norma. En mis hallazgos etnográficos encontré
que, en la moderna agricultura capitalista de Leamington, las políticas laborales y
las técnicas disciplinarias se han orientado al control estricto de la sexualidad de
las y los migrantes mexicanos, la cual ha sido generada por una biopolítica del
trabajo migratorio temporal. Esta biopolítica se desarrolla a través de diversas
instituciones de poder que van desde el gobierno mexicano que recluta,
selecciona y da seguimiento al PTAT/SAWP y el gobierno federal y provincial
canadiense que diseñan y ejecutan los mecanismos políticos y legales, hasta los
empleadores que definen las reglas de comportamiento haciéndolas cumplir en las
197
granjas y en los lugares de residencia donde viven los transmigrantes mexicanos,
además de la iglesia católica canadiense y las autoridades municipales, las cuales
se encargan de vigilar y sancionar el comportamiento de las y los migrantes
mexicanos. En las reuniones provinciales además de revisar el salario fijado por el
HRDC para la siguiente temporada, se evalúan los mecanismos para regular la
migración temporal mexicana; los representantes de los gobiernos provinciales y
los representantes de los empleadores canadienses (FARMS Y FERME) imponen
sus propuestas y los representantes del Consulado Mexicano las aceptan sin
mucha discusión.
En un estudio sobre la disciplina capitalista industrial en Malasia, Aihwa
Ong (1991: 291) argumenta que las políticas del taylorismo, en las compañías
transnacionales de la industria, intentan minimizar las posibilidades de resistencia,
reduciendo a los trabajadores a instrumentos [de trabajo], buscando
procedimientos disciplinarios para inducir cuerpos dóciles a través de los cuales
se recurre a formas brutales de control de la vida cotidiana. Yo encontré una
situación semejante en las empresas corporativas de la industria de la horticultura
de Leamington -donde son empleados la mayoría de los trabajadores mexicanos-;
aquí existe una multiplicidad de técnicas disciplinarias, como hemos mostrado
antes, que producen objetos biológicos, cuerpos dóciles y sujetos sexualizados.
La disciplina capitalista canadiense ha fomentado el desarrollo de la percepción de
cuerpos dóciles y obedientes al referirse a los trabajadores agrícolas migrantes
mexicanos comparándolos con los trabajadores agrícolas canadienses, esta
percepción es mostrada en el trabajo de Basok al argumentar por qué el trabajo
cautivo es una necesidad estructural de los granjeros canadienses.
El [PTAT/SAWP] no sólo suministra de trabajo a los granjeros de Ontario,sino que les provee de trabajo dócil y confiable... Así los granjeros...aseguran un trabajo... relativamente barato, productivo, dócil, disciplinado,y... comprometido... A diferencia de los trabajadores locales, los mexicanosestán dispuestos a aceptar salarios mínimos por un trabajo que esmonótono y requiere romperse el lomo [back-breaking] en detrimento desu salud Su obediencia es... reforzada por... las relaciones paternalistasentre los trabajadores mexicanos y sus empleadores. (Basok 2002: 20, 107,143)
198
Pero, ¿hasta qué punto la idea de la fuerza de trabajo migrante mexicana
en cautiverio no nos permite pensar en las prácticas cotidianas de resistencia, de
desobediencia, de rebeldía, de oposición al cautiverio? y ¿hasta dónde los
jornaleros mexicanos son no-libres y libres al mismo tiempo? Yo pienso que los
procedimientos disciplinarios canadienses han inducido objetos biológicos y
cuerpos dóciles de las y los migrantes mexicanos para incrementar, a través de
formas brutales de control de su vida, los niveles del rendimiento productivo y del
trabajo agrícola intensivo. Esto se puede ilustrar en la opinión de algunos
granjeros y residentes canadienses referidas en tres artículos de los periódicos de
Ontario, citados en el estudio de Bauder y Corbin (2002: 9, 20, 21).
Los mexicanos realizan una variedad de tareas, trabajan desde laprimavera hasta octubre con la cosecha final de los cultivos. Linda (laesposa de Bill Reids) [el granjero] dice: Ellos son buenos trabajadores.Ellos cosechan, podan, azadonan, ellos hacen lo que sea, tienen todo listo.Bill Reid dice: los canadienses empleados en el pasado podían cosechar 50galones de fresas en promedio al día, los mexicanos, por el contrarioreunirán más de 200 galones. Ellos son como flores divirtiéndose en elcampo [ tickled pink ] para trabajar la mayor cantidad de horas comopuedan (McCaffery, The Sarnia Observer 1999).
Ed Segsworth, presidente de la Federación de Agricultura, es cuestionadopor sugerir que los trabajadores extranjeros podrían ser biológicamentemás adecuados para el trabajo en los campos: ellos [los trabajadorescanadienses] no están acostumbrados a estar afuera en el sol caliente todoel día, mientras que los trabajadores migrantes de climas calientes sí loestán (Boyle, The Hamilton Spectator 1999).
El trabajo agrícola puede ser brutalmente duro La mayoría de losgranjeros y los trabajadores migrantes lo han hecho crecer Las granjassiguen siendo los lugares de los trabajos más peligrosos en este país Lostrabajadores migrantes quieren los empleos y saben que la productividades la única forma para ser recontratados el siguiente año (The HamiltonSpectator 1999a).
No obstante, los cuerpos de los trabajadores mexicanos no son obedientes
o dóciles por naturaleza como tampoco son trabajadores rebeldes por naturaleza.
Las políticas laborales canadienses se han orientado a producir y reproducir
diversas técnicas disciplinarias para inducir cuerpos dóciles de la fuerza de
trabajo migratoria mexicana. Estas políticas intentan minimizar las posibilidades de
199
resistencia y de protesta, reduciendo a las y los jornaleros mexicanos a ser fuerza
de trabajo temporal que se puede usar y desechar como si fuesen simples
extensiones de las máquinas de producción. El estudio de Josephine Smart (1998:
152) sobre los trabajadores migrantes mexicanos empleados en el sureste de la
provincia de Alberta, sostiene que las condiciones deshumanizadas de trabajo en
las que ellos laboran, los convierte en una máquina de trabajo, además, de que
éste es el principal referente en la reconstrucción de su propia identidad dentro de
la economía canadiense. No obstante, en la construcción de la identidad
transnacional de los jornaleros migrantes mexicanos influyen en realidad múltiples
factores como veremos en el cuarto capítulo, entre otros están: la necesidad
económica, su condición como migrantes con estatus temporal de no ciudadanos,
su posición de liminalidad y sus referentes de clase, género, etnia y nacionalidad,
lo cual los ponen en una situación de vulnerabilidad y con menores posibilidades
para defenderse.
Los empleadores y el gobierno canadiense demandan un trabajador y una
trabajadora agrícola migrante ideal: aquél que sabe desempeñar el cultivo
específico para el cual se está demandando su trabajo, aquél que está sólo
temporalmente en Canadá, aquél que no da lata exigiendo sus derechos laborales
y humanos, y aquél que se abstiene de tener relaciones sexuales con residentes
canadienses.
La sexualidad de las y los trabajadores migrantes mexicanos está sujeta a
normatividades que involucran la regulación de su comportamiento como sujetos y
objetos de deseo, la elegibilidad o prohibición de ciertas categorías de personas
como compañeros eróticos, la legitimación de las uniones, el establecimiento de
los roles procreativos y la sanción a las transgresiones. En el estudio de Roy
Russell (2004) se expresa con claridad la preocupación de las políticas
canadienses por el control y la regulación de la sexualidad entre los trabajadores
migrantes y las mujeres residentes:55
55 La postura de Roy Rusell respecto de la sexualidad de los migrantes mexicanos y jamaiquinoses contradictoria, no sólo por el hecho de que se esperaría que el reporte del Instituto Norte-Surfuese un apoyo a los derechos de los migrantes, sino porque sugiere que para lograr una mayorinteracción entre trabajadores migrantes y comunidad residente, los migrantes deben abstenerse
200
¿Cómo puede desarrollarse un puente que aumente el grado de interacciónsocial establecida [entre migrantes temporales y comunidad residente]? Lostrabajadores migrantes en general, y los jamaiquinos en particular, deberíanhaber mostrado respeto a la cultura canadiense y resistir la tentación deentablar relaciones sexuales con las mujeres de las comunidadesanfitrionas. Cuando cada grupo de personas aprende el respeto hacia elotro, el escenario puede establecerse para construir largas y profundasamistades. (2004: 103)
La política de control de la sexualidad de los migrantes mexicanos y
caribeños también ha sido documentado por Kerry Preibisch (2004a), quien
parece sugerir que justo es la política sexual del gobierno canadiense articulada
con la política económica de los empleadores sobre la búsqueda del incremento
en el rendimiento productivo de la mano de obra migrante, lo que explica el
proceso paulatino del reemplazo, desde finales de 1980, de los trabajadores
caribeños por los trabajadores mexicanos, así como el incremento inusitado en el
empleo de trabajadores mexicanos a partir de 1990.
El temor relacionado con el comportamiento sexual de los trabajadorescaribeños negros, tempranamente documentado a las negociacionesprecedidas a la formación del SAWP (Satzewich 1991), aún impregna elpaisaje rural En diversas entrevistas [realizadas a trabajadores agrícolas,granjeros y grupos comunitarios de Simcoe y Niagara On The Lake], la vidasexual de los trabajadores fue percibida como algo a ser controlado.Algunas reglas de las granjas documentadas en esta investigaciónordenaban que tanto las visitas de noche [a las viviendas de lastrabajadoras] como el estar durmiendo afuera de las granjas sin permisofueran motivos de repatriación Las comunidades rurales presionan a losempleadores para controlar el comportamiento de los trabajadores.(Preibisch 2004a: 99-100)
Nuestra investigación documentó las percepciones y los sentimientos de
amenaza experimentados por las comunidades residentes. La mayoría de los
de tener relaciones sexuales con las mujeres canadienses, lo cual sería una clara violación a losderechos de los trabajadores migrantes. Dos párrafos antes asume una posición crítica hacia lascomunidad residente: Las comunidades canadienses deberían entender que los trabajadoresmigrantes no son una amenaza para sus empleos, sus mujeres o sus formas de vida. Lostrabajadores están allá para hacer los trabajos que no son atractivos para los canadienses, loscuales son esenciales para la economía local y nacional (Rusell 2004: 103).
201
residentes locales ven a los trabajadores migrantes temporales como una
amenaza, no sólo de invasión de su territorio, su empleo, sus mujeres, sus formas
de vida sino como un peligro de contaminación del grupo étnico mexicano o
caribeño con la multietnicidad que conforma la sociedad de Ontario
(mayoritariamente anglosajona). Algunos residentes reportaban durante las
entrevistas su malestar por la presencia de los migrantes mexicanos. Un residente
de Leamington a quien entrevisté decía: Es mejor que lleguen a trabajar en
paquete y que se vayan a su país en paquete. Otros residentes se referían a la
presencia de los migrantes mexicanos como una causa potencial de disturbios
debido, sobre todo, a la competencia étnica laboral entre los trabajadores
migrantes y los trabajadores agrícolas locales.
El comportamiento sexual de las y los trabajadores mexicanos está
cotidianamente siendo vigilado y sancionado. El control va desde la gestión
política de reglas que regulan su comportamiento sexual, hasta la violencia física
de los jóvenes residentes hacia los trabajadores migrantes, y la supervisión de sus
movimientos, sus tiempos y sus espacios de sociabilidad. Algunos sacerdotes
católicos que hablan español inculcan creencias y prácticas religiosas de
abstinencia sexual y de respeto tanto a su familia de México como a las mujeres
canadienses. La disciplina sexual se ejerce no sólo limitando las relaciones entre
los trabajadores y las trabajadoras mexicanas dentro del lugar de residencia sino
también a través de la vigilancia cotidiana y de la mirada pública de la comunidad
de residentes.
La aplicación de diversas sanciones para quienes no cumplen con las
reglas de comportamiento sexual es cotidiana. Los castigos pueden ir desde la
sanción moral y pública -por ejemplo durante la misa católica dominical- hasta la
prohibición de encuentros entre trabajadoras y trabajadores mexicanos -en
algunas granjas se regulan los horarios y los lugares del encuentro-, la
deportación inmediata, la no contratación para la siguiente temporada, o inclusive
la baja definitiva del programa.
Las políticas laborales y las técnicas disciplinarias canadienses también
develan la complejidad de los efectos del trabajo transnacional en el trabajo y la
202
vida de los trabajadores mexicanos, además de las contradicciones del modelo
neoliberal de globalizar la agricultura canadiense, que por un lado promueve la
sobreexplotación y el control de la vida de los trabajadores migrantes, y por otro,
pretende asegurarse de una mano de obra disciplinada, dócil, obediente y
temporal por medio de la competencia étnica, racial y de género entre los
trabajadores migrantes y los trabajadores canadienses.
3.4 Resistencia cultural y nuevas formas de sexualidad
Si bien hay poca interacción y socialización entre los trabajadores migrantes y la
comunidad permanente, distintas historias anecdóticas [han creado] fuertes
estereotipos... [uno de ellos es] el estereotipo de la sexualidad hiperactiva de los
trabajadores migrantes (Bauder, Preibisch, Sutherland y Nash 2003: 8). Pero,
más allá de los estereotipos, ¿cómo reconstruyen lo que es y lo que significa la
sexualidad y el cuerpo los propios jornaleros y jornaleras migrantes mexicanos? y
¿hasta qué punto plantean diversas estrategias de resistencia cultural frente a las
técnicas disciplinarias canadienses del cuerpo y de la sexualidad?
Mi propuesta es que la vigilancia y la resistencia van juntas. Del mismo
modo que la disciplina capitalista canadiense se pone en marcha, las y los
trabajadores migrantes mexicanos responden con diversas acciones de
indisciplina. Por ejemplo, en el ámbito del trabajo, la respuesta de los trabajadores
mexicanos ha sido el paro laboral, para protestar por las inadecuadas condiciones
de trabajo en las que viven en muchas granjas, a pesar de que en Ontario está
prohibido que los trabajadores agrícolas realicen huelga o que se organicen en
sindicatos. Entre otras estrategias laborales están: buscar una transferencia en
aquella granja que ofrezca contratos de trabajo más largos, tratar de obtener una
mayor permanencia laboral en Canadá con transferencias de una granja a otra,
mantener un ritmo de trabajo colectivo y enseñar a la nueva generación como se
debe trabajar para intentar frenar la sobreexplotación. Con respecto a la
sexualidad, paralelamente a la aplicación de una biopolítica restrictiva del trabajo
migratorio mexicano se han desarrollo culturas de resistencia, por ejemplo,
203
algunos trabajadores y trabajadoras tienen relaciones sexuales dentro del lugar
donde viven contraviniendo la prohibición del empleador.
A pesar de su situación de vulnerabilidad, de su exclusión como grupo de la
sociedad canadiense y de la aplicación cotidiana de mecanismos de vigilancia,
encierro y castigo social, las y los trabajadores mexicanos responden con una
serie de estrategias de resistencia, con sus conocimientos prácticos, con cambios
en sus sentimientos, con discursos negociados sobre su identidad, con nuevas
formas de sexualidad y con nuevos significados sobre el cuerpo, entre otras
cosas.
Si bien las granjas canadienses son lugares de confinamiento y de
vigilancia productiva, también son espacios donde los trabajadores reinterpretan
su experiencia laboral y plantean sus estrategias de resistencia. Por un lado,
muestran su capacidad de resistencia (en el sentido de aguantar, no de rebelarse)
al desempeñar un trabajo agrícola peligroso, duro y en condiciones inadecuadas, y
por otro, pueden resistirse a continuar trabajando en el misma granja, en
condiciones de extremo encierro y de sobreexplotación. Debido a las condiciones
inhumanas de trabajo, entre los trabajadores mexicanos son comunes los dichos
de: en Canadá cumplimos nuestra sentencia, Canadá es como una cárcel y un
desierto, Canadá es una jaula de oro, y los mexicanos no nos rajamos. La
narrativa de un trabajador que laboraba en una empresa grande, productora de
uvas en la Isla Pelee, donde se empleaban a treinta trabajadores hombres, revela
esa interpretación común entre los transmigrantes mexicanos.
En 2001 Yo vine a pagar mi condena de Chucho el roto en Canadá,porque además me tocó trabajar todos los días sin descanso, descansabaun día cada quince días. Y vivir en la Isla Pelee, en donde sólo ves agua enlos alrededores ¡eso es horrible! El primer año, me tocó la novatada, memandaron a la Isla Pelee y ahí pagué mi condena de Chucho el roto .
Para la siguiente temporada este trabajador logró que la STyPS lo cambiara
a otra granja, también de Leamington pero ya no en la Isla Pelee. Con los
conocimientos sobre el proceso productivo agrícola canadiense, que han adquirido
por años dentro de las granjas, algunos trabajadores mexicanos quieren negociar:
204
lo único que queremos es que se nos pague lo mismo que los trabajadores
canadienses, como dice nuestro contrato de trabajo. Aunque el discurso
negociado no encuentra respuesta entre los empleadores y los administradores
del programa, sirve para crear conciencia y desarrollar estrategias de resistencia.
Las y los trabajadores migrantes mexicanos se insertan a un régimen de la
sexualidad previamente existente en Canadá. Desde un régimen de la sexualidad
hegemónico canadiense56 al que llegan y un régimen de la sexualidad hegemónico
mexicano del que van, unas y otros, reconstruyen cotidianamente los significados
de su sexualidad y de su cuerpo. Ambos órdenes hegemónicos de la sexualidad
están firmemente articulados a un sistema de género, de parentesco y de etnia,
los cuales clasifican a los sujetos en categorías con determinados atributos y
conductas, además de ordenar y regular el tipo de relaciones que pueden
establecer entre sí. En el régimen hegemónico de la sexualidad y del modelo
falocéntrico mexicano, prevalece la percepción de la sexualidad de las jornaleras
migrantes como una sexualidad constreñida y orientada a cumplir con su papel de
madre y de crianza de los hijos, en cambio, la sexualidad de los jornaleros
migrantes se considera como una sexualidad libre que no se pueden aguantar
que tienen que desahogar su inobjetable deseo sexual pues su masculinidad está
puesta a prueba.
Son múltiples las respuestas de las y los trabajadores mexicanos frente a
los mecanismos de control y vigilancia que intentan limitar el ejercicio de su
sexualidad. Hay quienes renuncian al ejercicio de su sexualidad y frenan sus
deseos sexuales, más las mujeres que los hombres debido al peso de la cultura
machista reproducida por la cultura católica mexicana, pero también por el riesgo
de quedar embarazadas. Sin embargo, hay también quienes ven la experiencia de
trabajo y de vida en Canadá como una oportunidad para experimentar su libertad y
56 Por régimen sexual hegemónico en Canadá me refiero, primero, a los sistemas de creencias,relaciones de poder, significados y valores construidos en torno a la sexualidad e impuestos a losgrupos subordinados por la ideología dominante, y segundo, a todo el proceso social vivido yorganizado por estos valores, significados, relaciones de poder y sistemas de creenciasconstruidos por los grupos sociales que integran la llamada multiculturalidad y multietnicidadcanadiense. Si se acepta esta idea, podriamos pensar en las posibilidades que el sujeto tiene deexperimentar y construir una hegemonía sexual alternativa de acuerdo a sus diferencias de etnia,género, clase y nacionalidad.
205
su sexualidad de un modo distinto al que lo han vivido en sus comunidades de
origen en México. Durante su trabajo y su vida en las comunidades de destino en
Canadá, la mayoría de las y los trabajadores han tenido relaciones amorosas,
incluso hay quienes han formado transitoriamente una nueva pareja.
Foto 14. Migrantes y residentes bailando al ritmo de cumbia
El mismo día de mi llegada a Leamington, conocí a un joven trabajador que
laboraba en la cosecha de uva en una granja de la Isla Pelee, lo primero que me
dijo fue: estando en Leamington los hombres mexicanos somos distintos a como
somos en México, mucho tiempo después entendí que se refería tanto a los
cambios en su identidad como a las nuevas formas de experimentar su sexualidad
y a la estrategia de la doble moral que ponen en juego para reafirmar su
masculinidad.
Durante la entrevista, el trabajador me platicó muy preocupado, la historia
de un amigo suyo a quien le estaban haciendo estudios médicos porque al parecer
estaba enfermo de cáncer de un testículo. Debido a esa situación, ese amigo tenía
problemas para tener relaciones sexuales y estaba buscando a alguien que le
hiciera el servicio sexual para saber si todavía servía como hombre. Además, el
trabajador agregó que ese amigo no sabía que hacer porque en México él estaba
casado, pero durante la temporada anterior había tenido relaciones sexuales con
una mujer menonita, de quien él estaba enamorado, no sabía entonces si
206
quedarse a vivir con ella en Leamington o si se la llevaba a México. Una semana
después nos enteramos, por otra persona, que la historia de ese amigo era la
historia del mismo trabajador al que entrevisté, y que utilizaba su historia para
crear compasión y conseguir que las trabajadoras accedieran a su petición de
tener relaciones sexuales.
Sobre las calles principales de Leamington: Talbot y Erie, por la tarde de los
jueves y los viernes, es posible observar cómo van caminando, en pequeños
grupos y por separado, las trabajadoras y los trabajadores mexicanos; por lo
general, pocas trabajadoras se reúnen con algún grupo de trabajadores, es más
común que algunas trabajadoras vayan con su pareja, pero casi nunca van solas.
En Leamington, los trabajadores mexicanos han creado un código
masculino para expresar su necesidad de contacto corporal o incluso de
insinuación sexual: el abrazo y el beso de los transmigrantes hacia las
trabajadoras mexicanas. Esto nos lo dijo un trabajador, quien después de una
breve entrevista, nos preguntó: ¿ustedes son casadas? a pesar de que
contestamos que sí, insistió: ¿dónde puedo llamarles por teléfono? Lo que más
me sorprendió fue que después de quince minutos de conversación, el trabajador
me quisiera abrazar, yo rechacé el gesto y él me dijo: no, eso no va aquí, aquí
estamos en Leamington, aquí los hombres pueden abrazar y besar a las mujeres.
Hay mujeres que también vienen solas y también quieren tener relaciones con los
hombres, como dando por hecho de que al estar en Leamington todas las
mujeres mexicanas debían aceptar no sólo su abrazo y su beso sino también su
propuesta de tener relaciones sexuales. Debido a que yo no permití su abrazo,
pronto terminó el trabajador nuestra conversación y días después me veía como si
no me conociera.
Lo que pudimos constatar, durante el trabajo de campo, fue primero que
para los miles de trabajadores mexicanos empleados en Leamington, este pueblo
se ha convertido en un espacio transnacional de reafirmación de su masculinidad.
En Leamington, cientos y cientos de trabajadores mexicanos se reúnen en las
calles principales del pueblo y construyen temporalmente un territorio de claro
dominio masculino donde las trabajadoras mexicanas y las mujeres canadienses
207
son visualizadas como objeto de placer. Segundo, que la sexualidad entre las y los
transmigrantes mexicanos adquiere tintes más abiertamente erotizados. La
mayoría de los trabajadores mexicanos todo el tiempo estaban tratando de cortejar
a las jornaleras mexicanas o a las jóvenes menonitas, y sin ningún recato
expresaban su necesidad de tener relaciones sexuales. Por su parte, algunas de
las trabajadoras estaban preocupadas por arreglarse y verse femeninas. El
sábado, al terminar su jornada laboral había trabajadoras que se ponían a hacer
limpieza general de la casa donde vivían, había quienes se ponían a cocinar y
comer, había quienes se iban a descansar, pero también había quienes se
quitaban la ropa de trabajo, se bañaban, se peinaban, se pintaban la cara, se
vestían con ropa elegante y ajustada, se ponían tacones, llamaban o recibían una
llamada telefónica y salían de la vivienda completamente transformadas, para
abordar un taxi rumbo al pueblo.
En Leamington, como dije antes, en cada temporada laboral hay cerca de
cuatro mil trabajadores y sólo 90 trabajadoras mexicanas empleadas en el marco
del PTAT/SAWP. La mayoría son jóvenes de entre 20 y 35 años. Mientras la
mayor parte de los trabajadores son casados, la mayoría de las trabajadoras son
madres solteras, viudas, divorciadas, abandonadas y solteras. Unos y otras van a
trabajar a Canadá sin su familia. Justo el hecho de que las jornaleras lleguen a
trabajar solas es interpretado por algunos trabajadores, como que ellas llegan sin
un hombre que las represente o que las proteja, y que por tanto, pueden acceder
con mayor facilidad a ellas. De modo que algunas trabajadoras andan de pareja
con un trabajador porque les gusta, pero también por estrategia para volverse
intocables, sentir su protección y evitar el acoso sexual del resto de los
trabajadores migrantes. Hay trabajadoras mexicanas que tienen un novio latino
que reside en Leamington y que también trabaja en las granjas aunque no a través
del programa, sus encuentros de reunión también son en el centro de Leamington.
Estando en Canadá, la sexualidad ha cobrado mayor importancia en la
autodefinición de las y los trabajadores migrantes mexicanos, porque es donde
tienen cada vez mayor necesidad de afirmación, en términos de dignidad y
autovaloración, como hombres o como mujeres, ante la necesidad de ser y valer
208
como personas, con lo único que tienen: su cuerpo. Las respuestas de las y los
transmigrantes mexicanos parecieran delinear un proceso de autoafirmación de su
feminidad y su masculinidad; un proceso de autoafirmación como seres humanos,
en un lugar donde los hacen sentir que no valen, que no tienen derechos, que lo
único que importa es su trabajo y no su persona, como lo relataba una trabajadora
y lo expresaba el poema escrito por un trabajador de Leamington, quien me lo
diera durante la entrevista:
Me gusta mucho el trabajo que desempeño, pero lo que no me gusta es ellema del patrón: todo rápido. El lema de aquí es que sólo importa eltrabajo, cuando nos vamos ni adiós te dicen, nada más te dan una patadapor ahí. Ellos mismos dicen si tú no me rindes te mando a México, laempresa no pierde, si es cierto, ellos tienen dinero y pueden hacer ydeshacer, nos mandan a México y ahí se acabo todo. Somos unos títerespara esos señores.
209
¿Crees que haya alguien que impidaque algún día tú y yo sigamosviéndonos[?]Tal vez sí, pero así como nadiepuede impedirme ver por las nochesla belleza de un cielo estrellado,acompañado del reflejo de la luz de laluna en la obscuridad de la noche yasí como nadie puede impedirme verel nacimiento del sol, reflejando su luzen la brisa del campo, en elamanecerAsí ¡nadie puede impedirme el placerde añorarte!
Por eso cerraré los ojos y dejaré quemi mente divague por los recuerdosdel pasado De los momentos vividosa tu lado. Dejaré que mis ojosderramen lágrimas de tristeza ydejaré que en mi sangre renazca lainquietud ¡La inquietud de añorarte!
¡Añoro tu presencia! Quisiera tenertejunto a mí y llenarme los brazos contu cuerpo y que en todo tu ser tesientas apoyada, protegida y amada.¡Añoro! La humedad de tus labios ycual sediento en la inmensidad deldesierto Quisiera saciar la sed de mislabios con tus besos ¡Añoro! ¡Lascaricias de tus manos! Esas cariciasdóciles y reservadas, que en
ocasiones se tornan sensuales yatrevidas
¡Añoro más! Aquellos díasinolvidables, en que como mujer meofreciste amorosa las mieles de tuamor ¡Añoro! Esos momentosíntimos, en que te abriste ante elamor como una flor sedienta querecibe el rocío del amanecerEsos momentos inolvidables cuandomi cuerpo sondeaba la flor de tuintimidad, uniendo nuestras almas ala perfección ¡Como almas gemelasal hacer el amor!
Al abrir los ojos y recordar tus besos,tus caricias, el calor de tu cuerpo y elamor que me ofreciste como mujer,sentí el deseo recorrer toda mi piel¡Pero hoy! hoy el silencio es mudotestigo de mi llanto y de mi tristesañoranzas. Hoy sólo me resta decirteque se parte el alma por no tenerte ami lado
Hoy descubro, que si no te vuelvo aver, nunca podré olvidarte y si algúndía el adiós existe entre los dos, tellevarás toda la ternura y el amor queexiste en mi corazón y por lo quesignificas en mi vida, estarás siempreen mí. Porque fuiste el amor de mivida
(Poema: ¡Añoranzas! Trabajador mexicano, escrito en Leamington, 2003).
En un torneo de fútbol interzonas organizado por Enlace Community Link
en Niagara, algunas trabajadoras asistieron para apoyar al equipo de su granja.
En este contexto, después de estar platicando en confianza con tres jornaleras les
preguntaba cómo expresaban su sexualidad estando en Canadá, casi a coro me
dijeron: eso es personal, eso es personal. Cuando les pregunté si los hombres
usaban más el condón estando en Canadá o que es lo que hacían las mujeres
210
para que no quedaran embarazadas me volvieron a repetir: eso es personal. En
el trabajo y la vida de los migrantes todo es personal, pero si consideramos que
lo personal es político entonces es personal y político el ejercicio de la
sexualidad tanto como las relaciones laborales entre los trabajadores y las
trabajadoras, e incluso entre las propias trabajadoras, porque en la medida en que
todo se sabe y se sanciona repercute directamente en su participación en el
programa. En ese momento, algunas trabajadoras de una empresa de la región de
Niagara estaban teniendo conflictos entre ellas porque había quienes querían que
sus novios durmieran en la vivienda de las mujeres y otras no querían, por eso les
pregunté cómo pensaban resolver esa situación para que no les afectara en su
trabajo en esta o la siguiente temporada, ellas se quedaron calladas y ya no
quisieron tocar más el tema.
Foto 15. Equipo mexicano de fútbol de una granja de Milton
En el verano de 2006, Kerry Preibisch y Evelyn Encalada realizaron, como
parte de su investigación sobre las trabajadoras migrantes mexicanas en Canadá,
un taller sobre sexualidad con las migrantes en la región de Niagara. Al final del
taller se les pidió a las mujeres que escribieran anónimamente sus preguntas
sobre el tema. Una trabajadora pregunto que si era cierto lo que en su pueblo le
decían que si ella no tenía relaciones sexuales tendría cáncer. Otras preguntas
constantes se relacionaron con preocupaciones acerca de la menopausia que
211
algunas de ellas estaban viviendo. Al final del taller se entregaron condones
masculinos. Unos días después una trabajadora hablo preocupada porque su
novio la trataba de puta por el hecho de que tuviera un condón en su mano y que
le pidiera usarlo.57
El proceso de afirmación de la dignidad y la autovaloración como seres
humanos es desigual para las trabajadoras y los trabajadores mexicanos. Si bien
en ambos casos, el trabajo y la vida temporal en Canadá han dado como resultado
hombres y mujeres solitarios así como familias mexicanas desintegradas. A
diferencia de las trabajadoras migrantes, los trabajadores migrantes se llevan de la
cultura mexicana el privilegio de una mayor permisividad para ejercer su
sexualidad. Así, los trabajadores mexicanos reproducen en Leamington una
cultura machista del poder masculino al forzar, con insistencia obsesiva, su
necesidad de sostener relaciones sexuales. Estando en Leamington, yo misma
tuve la impresión de que me encontraba en un mundo de libre circulación de los
trabajadores mexicanos y que como hombres demandaban una respuesta
inmediata a sus exigencias sexuales. La propuesta sexual era más directa y se
manifestaba a través de miradas insistentes, de gestos lascivos y de persecución
a las trabajadoras. La narración de una trabajadora es muy clara al referir el abuso
de poder expresado a través del hostigamiento sexual de parte de algunos
trabajadores hacia las trabajadoras que no querían tener relaciones sexuales.
Yo soy madre soltera. Estoy aquí desde hace diez años por la necesidad desalir adelante con mis hijos, pero yo he sufrido mucho. Hay veces que seencuentra uno con cada compañerito, que le hace a uno ver su suerte... Enla farma en que estaba antes duré cinco temporadas de cuatro meses ymedio, todas esas temporadas yo sufrí muchísimo, porque éramos sólo tresmujeres y había nueve hombres, esos hombres nos hicieron la vidaimposible. Hay hombres que se quieren pasar de listos y hasta la quieren auno violar. Aquí, nos protege la ley, a la mujer, pero de todos modos hayhombres que se pasan de listos que la humillan a uno, nada más por sermujer. Entonces éramos tres y a las tres nos hostigaban todo el tiempo.
57 Información proporcionada por Evelyn Encalada, recopilada durante la investigación conjuntacon Kerry Preibisch en 2006. La investigación se realiza en el marco del Rural Women MakingChange (RWMC), la cual es una Alianza de investigación Universitaria Comunitaria (CURA)fundada en 2005 por el Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá.El RWMC se localiza en la Universidad de Guelph.
212
Las relaciones sexuales son elementos estructurantes a partir de las cuales
las trabajadoras establecen alianzas entre sí y ofrecen resistencias a la
hegemonía masculina y al modelo de sexualidad falocéntrico. A diferencia de los
trabajadores, las trabajadoras mantienen cerrada la puerta de su alojamiento.
Entre algunas formas de resistencia femenina están: andar en pequeños grupos
de mujeres, salir poco de su lugar de residencia y exigir a los trabajadores el uso
del condón. Después de haber experimentado el trabajo y la vida durante varios
años en Canadá algunas jornaleras mexicanas nos decían: En Canadá las
mujeres están más protegidas que en México por las leyes, por eso no tenemos
miedo de andar como mujeres solas. Sin embargo, en la práctica, ellas tienen
limitantes para ejercer sus derechos laborales y humanos debido a la barrera del
idioma, y sobre todo, a que no existe en Canadá la infraestructura institucional
para atender sus demandas específicas.
El baile y la fiesta son otra forma de resistencia cultural, para quienes sólo
quieren ver a las y los migrantes mexicanos como máquinas de trabajo, es una
manera de decir: También somos seres humanos y tenemos el mismo derecho de
divertirnos que ustedes. El baile y la fiesta son otra manera de experimentar su
cultura, a través del cuerpo. El baile les permite liberar sus sentimientos de
soledad, recordar su pertenencia a la cultura mexicana y autoafirmarse como
seres íntegros.
En Leamington hay tres bares, el sábado es de fiesta, por la noche tienen
un grupo musical, formado por trabajadores mexicanos, que tocan música en vivo,
principalmente cumbias y rancheras. La Molisana, el bar que está más alejado
del centro del pueblo, es el más grande y el más frecuentado tanto por las
trabajadoras como por los trabajadores mexicanos. Este lugar, exclusivo, los
sábados, para los trabajadores migrantes mexicanos, empieza su servicio a las
ocho de la noche, alrededor de las diez de la noche está completamente lleno.
Aquí, es posible observar la asistencia de muchos jornaleros y de pocas jornaleras
mexicanas. Casi siempre hay pocas parejas bailando, en tanto que la mayor parte
de los trabajadores están parados tomando su cerveza. Yo observaba a algunos
213
muy sonrientes y a otros un poco tristes, había quienes se saludaban
efusivamente, había quienes se colocaban alrededor de las parejas que estaban
bailando como esperando tener la oportunidad de bailar con alguna trabajadora,
algunos platicaban y tomaban entre ellos, otros tomaban solos y observaban cómo
bailaban, cómo tocaba el conjunto musical, se miraban unos a otros, y cortejaban
a alguna trabajadora. Al bailar con algunos de ellos, yo misma me sentí distinta de
recibir tantas invitaciones y de tener tantos ojos masculinos puestos sobre mi
cuerpo. Lo que encontré en el contexto de Leamington es que el contacto, la
distancia corta y la comunicación eran muy importantes entre los trabajadores
migrantes mexicanos.
Los dos primeros bares, que están en el centro del pueblo, combinan su
servicio de comida y de cantina con el ejercicio de la prostitución, pero ahí casi no
van las trabajadoras mexicanas. Hay bailarinas que realizan espectáculo de baile,
son residentes canadienses que también ejercen la prostitución. Lo que me llamó
la atención, es que estas mujeres canadienses que ejercían la prostitución no
sufrieran tanto el rechazo o el aislamiento social por parte de la población local, en
cambio las trabajadoras mexicanas que paseaban por las calles del pueblo con su
novio temporal eran más rechazadas y mal vistas por la mayoría de los
residentes locales. Esto puede explicarse porque las mujeres canadienses tienen
la membresía social en la sociedad canadiense, ellas pueden exigir la no
discriminación pidiendo la aplicación de las leyes canadienses; pero no ocurre lo
mismo con las migrantes mexicanas, aún cuando se supone que ellas están
protegidas por tales leyes mientras están en Canadá, en la práctica tienen serias
limitaciones por el idioma y por la falta de infraestructura institucional canadiense
dedicada a esta población.
Investigaciones previas han documentado las formas en que la comunidad
residente ha contribuido a la exclusión de los trabajadores migrantes. Por ejemplo,
la mayoría de los residentes evitan e ignoran a los migrantes, incluso hay quienes
cruzan la calle para evitar cualquier contacto con los trabajadores (Cecil y Ebanks
1991), además, existen faltas de respeto, percepciones estereotipadas y miradas
negativas basadas en ideologías racistas y de género (Preibisch 2004a). Nuestra
214
investigación registró varios informes de migrantes mexicanas que relataban las
formas en que ellas percibían falta de aceptación y actitudes racistas sobre su
comportamiento sexual de parte de algunos residentes locales. Algunas de estas
formas son visibles pero la mayoría son formas encubiertas o de violencia dulce -
en términos de Bourdieu- relacionadas con el género o la violación de derechos
humanos. Las trabajadoras mexicanas encaraban actitudes de menosprecio,
miradas negativas y faltas de respeto de parte de los residentes. Durante las
entrevistas, algunos residentes se referían a las migrantes como: they are bad
girls and bad mothers, they are bad catholics o Those women have to be
working, not on the street. Las actitudes de rechazo se dan durante los momentos
de contacto social entre las migrantes y los residentes, lo cual puede ocurrir los
viernes, sábados o domingos por la tarde cuando las trabajadoras van al pueblo.
La cultura hostil hacia las trabajadoras mexicanas es difícil demostrar en formas
de expresión oral y actos concretos de menosprecio pues muchos actos están
disfrazados de accidentes. Sin embargo, la expresión de las miradas negativas, el
ignorar la presencia de las mujeres, la actitud de hacerles esperar en un servicio,
el aventarles las cosas, todos son actos discriminatorios que a veces se esconden
en la expresión de sorry .
Por otra parte, en México, a las trabajadoras agrícolas empleadas en
Leamington se les percibe, tanto en las comunidades de origen como entre los
trabajadores migrantes, como prostitutas, cuando en realidad ellas no lo son.
Algunas trabajadoras entrevistadas tienen la percepción de que las esposas de los
migrantes no las quieren porque piensan que todas ellas andan con sus esposos.
Hay para quienes ésta situación les representa un conflicto, sobre todo cuando
viven en la misma comunidad de origen que los jornaleros migrantes o cuando
tienen relaciones de parentesco. Es necesaria una investigación más detallada
sobre la discriminación y los derechos humanos de las trabajadoras migrantes
tanto en México como en Canadá.
El eje bar-prostitución en Leamington es un ámbito donde los trabajadores
mexicanos buscan satisfacer sus deseos sexuales, pero sobre todo, buscan un
espacio de reafirmación de la masculinidad.
215
En los bares Mexicana Taquería y Mexican Paradise los trabajadores
mexicanos se reúnen en un terreno de claro dominio masculino, donde las
meseras y bailarinas no los van a rechazar, ellas son visualizadas únicamente
como objetos de placer. En los bares, el alcohol les proporciona la fortaleza para
enfrentar las condiciones de sobreexplotación, el maltrato, el aislamiento, la
tristeza y la soledad que viven en Canadá. Es en estos espacios donde ellos
bromean y alburean con los amigos, donde son galantes con las meseras, cuentan
sus tristezas y sus pesares, externan sus miedos y sus corajes, alardean del éxito
con las mujeres, se muestran altaneros y bravucones con otros migrantes
mexicanos. Con el alcohol, los trabajadores se dan la oportunidad de experimentar
la debilidad y la fortaleza masculina, lo que está al descubierto y lo que está
encubierto de su situación como sujetos y objetos de deseo sexual, de expresar
sus sentimientos de baja autoestima y de autovaloración, de mostrar sus conflictos
internos y externos, de alegría y tristeza; en síntesis, de experimentar sus
procesos contradictorios y de afirmación de la dignidad como seres humanos. En
el relato de una comerciante de uno de los bares, se puede ilustrar la forma en
que los migrantes mexicanos son vistos viviendo esos complejos procesos de
afirmación masculina.
Hay unos [trabajadores mexicanos] que ya tienen ocho o diez años de veniracá, que están ocho meses, [ellos] ya están acostumbrados, ya es parte desu vida, porque dicen: Estoy aquí y me quiero ir para allá, estoy allá y mequiero regresar para acá. Hay muchos que cuando vienen por primera vez,pasan dos semanas y ya sienten el vacío de no tener a la familia, se ponenmelancólicos, en medio de la temporada hay quienes ya se quieren ir.Estamos hablando de octubre y ¡ya nos vamos! con la alegría de que yase van a ir a ver a su familia, a sus hijos, a su casa, a su tierra, a su país.Aquí [en el bar] se sienten bienvenidos, es como un pasatiempo, por lomismo de que aquí están solos, aquí vienen a divertirse, a platicar susproblemas emocionales, se ponen a tomar y a llorar con sus amigos.Cuando vienen, platican conmigo, yo les doy una especie de terapia, soy sudoctora corazón, les doy consejos para que no se sientan tan solos ytristes. En el verano de 1999, empezamos a tocar con un grupo musical,fuimos los primeros en Leamington, esto estaba que no se podía caminar,luego la competencia ya copiaron. No había damas, hasta entre ellosmismos se ponían a bailar.
216
Los complejos procesos de afirmación como seres humanos en algunos
casos pasan por la bisexualidad masculina.58 Lo que yo encontré es que la mayor
interacción y sociabilidad se da entre los trabajadores mexicanos para tomar
cerveza u otro tipo de alcohol, jugar fútbol, crear alianzas en el trabajo pero
también para pelearse por el trabajo, por el fútbol o por las mujeres. Una activista
laboral del grupo Justice for Migrant Workers a quien entrevisté reportaba: Hay
trabajadores que son homosexuales, ellos viven hostigamiento sexual y
discriminación de parte de sus propios compañeros. La masculinidad en sus
formas dominantes y contestatarias entre los trabajadores migrantes mexicanos
en Canadá es digna de una investigación más detallada desde una perspectiva de
género.
De abril a noviembre, cuando están la mayoría de los trabajadores
mexicanos en Leamington, también emigran, de las ciudades de Toronto o de
Windsor al área urbana del pueblo, algunas mujeres canadienses que se dedican
a la prestación de sexo servicios. Los trabajadores mexicanos representan un
enorme negocio también para el comercio sexual. Durante mi trabajo de campo,
pude observar el modo en que un residente canadiense andaba rondando en su
carro o caminando por las calles de Talbot o Erie tratando de enganchar a las
trabajadoras mexicanas para llevarlas a su local a ejercer la prostitución. El
comercio sexual en el mercado de trabajo migrante también fue encontrado en la
investigación que Kerry Preibisch llevó a cabo en Simcoe y en Niagara, incluso
ofreciendo a trabajadoras sexo servidoras en las granjas donde viven los
58 Sobre el comportamiento bisexual entre algunos migrantes lo supe por dos fuentes: primero,porque durante mi trabajo de campo, yo estuve viviendo en Leamington aproximadamente dosmeses y tuve oportunidad de asistir a reuniones informales entre los trabajadores, los temas desexualidad fueron abordados por los propios trabajadores después de mucha confianza y durantesus pláticas cuando yo les preguntaba ustedes están en abstinencia sexual durante los ochomeses que dura su contrato y lejos de su esposa? Ellos se reian de mí, luego les preguntaba peroentonces que hacen? Algunos me decían bueno y empezaban a platicar las aventuras amorosasque le habían sucedido a un amigo suyo, incluyendo las relaciones amorosas con las mujeresmenonitas y de homosexualidad. La otra fuente fue la observación del comportamiento sexualentre los migrantes durante el baile en los bares. Ciertamente es un tema tabu entre los migrantesy la mayoría son hombres casados, pero también por nuestros sistemas de creencias damos porhecho que la heterosexualidad es una tendencia generalizada entre los migrantes antes deplantear la diversidad como un aspecto de la sexualidad a analizar con mayor profundidad.
217
trabajadores del mismo modo en que se visitan las granjas para vender tortillas y
otros productos mexicanos a los migrantes mexicanos:
Aunque los informes podrían no estar confirmados, nuestra investigacióntuvo noticias de capitalización de comercio sexual local dentro del mercadomigrante. Diversos informantes estaban concientes de la prostitución enLeamington y un residente de la región de Niagara presumió tener noticiasde trabajadoras del comercio sexual visitando las granjas en vehículosamericanos plateados. (Preibisch 2004a: 86)
Durante mi propio trabajo de campo, yo no pude constatar una información
que me dio personal del Consulado Mexicano en Toronto acerca de que un
problema grave que estaba ocurriendo en las granjas de Leamington era que los
propios trabajadores mexicanos estaban prostituyendo a las trabajadoras
mexicanas, funcionando ellos como padrotes de las migrantes.
Algunos jóvenes migrantes mexicanos han tenido relaciones sexuales con
algunas jóvenes menonitas que residen en Leamington. Durante los días en que
los trabajadores van de compras al pueblo, o también los sábados y domingos por
la tarde, algunos jóvenes mexicanos intentan aproximarse a las mujeres
menonitas. Las jóvenes menonitas van caminando en pequeños grupos o solas
por las calles principales del pueblo, algunas van con sus vestidos largos
floreados, todas ellas portan un velo en la cabeza y van platicando entre sí. Los
trabajadores mexicanos solamente se acercan a las jóvenes menonitas pero no a
las mujeres menonitas que pasean con sus hijos y que llevan un velo negro, en
seña de que son casadas. Tampoco se acercan a las mujeres canadienses que
caminan por las calles principales, la mayoría de ellas los ignoran o los rechazan.
Entre los trabajadores mexicanos se aconsejan, si va caminando
únicamente una mujer menonita se acerca sólo un trabajador, pero si son dos o
más las jóvenes menonitas, se aproximan dos trabajadores. Ante la cercanía y la
solicitud de conversación de los trabajadores mexicanos hay mujeres menonitas
que no hacen caso y siguen su camino, pero hay quienes sí hacen caso y sin
detenerse sostienen una corta conversación con el trabajador o con los
trabajadores.
218
La experiencia migratoria de las familias menonitas mexicanas, es otra
historia.59 En Leamington, la comunidad menonita mexicana está constituida por
más de mil habitantes. Las y los menonitas también son transmigrantes pero a
diferencia de los trabajadores mexicanos, ellos vienen a México y van a Canadá
todos los años con toda su familia. Algunos de ellos tienen el mismo tipo de
trabajo que los transmigrantes mexicanos. No obstante, las mujeres menonitas se
emplean, fundamentalmente, en el empaque de las grandes empresas de
vegetales de invernadero y se les paga más que a las trabajadoras mexicanas
porque son ciudadanas canadienses. Otros menonitas tienen otro tipo de trabajo.
Las familias menonitas regresan a México por lo menos un mes cada año. Los
menonitas tienen su propia iglesia. En referencia a las familias menonitas de
Leamington, un sacerdote de la iglesia católica de St. Michael nos decía: Yo
pienso que muchos menonitas mexicanos no van a la iglesia. Ellos tienen otra
historia porque tienen derechos como ciudadanos de los dos países .
59 Menonita mexicano es un término que hace referencia a quienes pertenecen a las coloniasmenonitas en México (Wall 1992: 274). La comunidad menonita de Leamington fue formada porcuatro ingresos de migración. Las primeras familias fueron parte del movimiento de refugiados deRusia a Canadá en 1920; el segundo ingreso (1930) estuvo relacionado con el movimiento internode mononitas rusos dentro de Canadá; El tercero (1948-1951) provino de menonitas rusos de lasegunda posguerra mundial; y el cuarto estuvo compuesto por menonitas mexicanosdescendientes de los migrantes de México a Canadá. Hoy en día son una parte importante de lafuerza de trabajo de Leamington. En 1922, por invitación del Presidente Alvaro Obregón, 20 milmenonitas llegaron a México de Canadá y se instalaron en el estado de Chihuahua sobre 247,000acres de tierra. La escacez de tierra en Canadá y la presión ejercida por el gobierno canadiensesobre la autonomía de las comunidades menonitas motivaron estos movimientos. La agricultura,particularmente la industria de la leche, llegó a ser estructural en la economía menonita de México.Sin embargo, a principios de 1950, las privaciones económicas, los cambios internos y lastensiones entre la iglesia y la colonia menonita, impulsaron a los decendientes de esos migrantes aregresar a Canadá, primero como trabajadores temporales y luego muchos eligieron establecerseen ese país. Si bien los menonitas que han vivido en México han mantenido sus creenciasreligiosas, sus prácticas y sus estilos tradicionales de vida, al parecer los menonitas nacidos enLeamington, han asimilado la cultura canadiense convencional (Basok 2002: 45-47).
219
Foto 16. De misa y con la bendición de Dios para continuar el trabajo
Algunas jóvenes menonitas han sostenido relaciones amorosas con los
trabajadores mexicanos y han quedado embarazadas. Debido a que esta situación
se ha venido incrementando, en el verano de 2004, algunas familias menonitas
protestaron en contra del comportamiento sexual de los migrantes mexicanos
porque sus hijas habían quedado embarazadas sin que se hicieran responsables
los trabajadores mexicanos. La protesta llegó por medio de un médico mexicano
residente en Leamington y de los clérigos de la iglesia católica de St. Michael. Al
final de una misa dominical, el médico mexicano tomó la palabra y regañó
públicamente a los cientos de trabajadores mexicanos que asistieron. El médico
les dijo que si los trabajadores iban a seguir teniendo relaciones sexuales, que por
lo menos usaran condón para que las mujeres no quedaran embarazadas. Por
toda respuesta, los trabajadores mexicanos guardaron silencio, pero,
sorprendentemente, una jornalera mexicana levantó la mano y dijo: eso es un
serio problema, porque es muy difícil que los trabajadores mexicanos usen condón
pues en México la iglesia católica prohíbe el uso del condón. 60 El médico se enojó
60 En la capital de la República Mexicana, el pasado 24 de abril de 2007, la Asamblea Legislativadel Distrito Federal aprobó la despenalización del aborto. La reacción de la iglesia católica hapropuesto intensificar la campaña mediática contra el aborto y promover acciones dedesobediencia civil en el Distrito Federal (Jornada abril 25, 2007: 42-48). Por su parte, la empresaFarmacia de Similares está transmitiendo un comercial con el mensaje: Condón sí, aborto no.
220
de un modo desproporcionado y le contestó: yo no voy a responder tonterías o
necedades, los trabajadores mexicanos deben usar condón si no quieren tener
problemas en Canadá. De ese modo se dio por terminada la comunicación y todo
intento de conversación sobre un tema que, aún en Canadá, sigue siendo
espinoso de tratar.61
Al parecer, la resistencia de los trabajadores mexicanos a usar condón ha
creado graves problemas tanto a las mujeres menonitas como a las trabajadoras
mexicanas, además de haber generado un problema de salud pública debido al
desarrollo de enfermedades venéreas. Si bien hoy se reconocen los problemas de
salud sexual de los migrantes temporales aún no hay una solución legal e
institucional de parte del gobierno de Ontario, como ha sido documentado también
en la prensa: El Congreso del Trabajo Canadiense ha reportado que los
trabajadores migrantes sufren de soledad y tienen altos grados de alcoholismo y
de enfermedades de transmisión sexual (Amuchastegui, Toronto Star, octubre
2005). A pesar de que esta situación es del conocimiento del gobierno canadiense
no existen programas de salud sexual para los migrantes mexicanos y caribeños.
Lo que existe en Ontario son iniciativas municipales o regionales que incluyen el
camión de salud del Departamento de Salud Regional de Niagara que ofrece
servicios médicos y dentales en esa región durante el verano, las Clínicas de
Salud para Trabajadores de Ontario (Occupational Health Clinics for Ontario
Workers, OHCOW), el Centro Comunitario del Sur de Essex (South Essex
Community Council, SECC), la Asociación Comunitaria de Inmigrantes Latinos de
Niagara (Latin Immigrant Niagara Community Association, LINCA), la Comunidad
de Trabajadores Agrícolas y Amigos Extranjeros de Exeter (Community of
Agricultural Foreign Workers and Friends of Exeter, CAFFE) y Enlace Community
Link, todas estas organizaciones están involucradas en diversas actividades para
los migrantes. No obstante, los migrantes mexicanos continúan siendo excluidos
Será interesante estudiar el impacto de esta nueva ley en las comunidades rurales, especialmenteentre los trabajadores agrícolas que emigran a Canadá y a Estados Unidos.61 Al final de la misa, y ya estando afuera de la iglesia, varios trabajadores se acercaron al médicomexicano para pedirle sus datos y hacer una cita para sus consultas médicas. Al parecer es elúnico médico en Leamington que habla español, con quien los trabajadores pueden atender susproblemas de salud utilizando su tarjeta del OHIP, por medio de la cual pueden pagar el serviciomédico.
221
del Acta de Salud Ocupacional y de Normas de Seguridad (Occupational Health
and Safety Act), y no existen políticas ni programas integrales de salud sexual y
reproductiva, educación sexual, prevención y métodos anticonceptivos para
trabajadores migrantes del PTAT/SAWP en Canadá.
Durante mi trabajo de campo en Niagara, el domingo 18 de julio del 2004, y
en el contexto de un torneo de fútbol interzonas organizado por Enlace Community
Link entre los trabajadores mexicanos de seis granjas de Niagara On The Lake,
Milton y Simcoe, en las entrevistas con algunas de las trabajadoras, que habían
acudido al torneo para echarles porras a sus compañeros, retomé el tema de la
sexualidad y del uso del condón. La cultura machista mexicana y la negativa a
usar condón de parte de la mayoría de los trabajadores, al mismo tiempo que, la
estrategia de resistencia a sostener relaciones sexuales de parte de algunas
trabajadoras, se ilustra con claridad en el relato de una jornalera mexicana de una
granja de Niagara:
La verdad es que aquí [en Canadá] los hombres [trabajadores mexicanos]son muy machos. Nada menos acabo de hablar con uno, le insinué el tema[del uso del condón], y se molestó, así es que si se molesta, entonces mejorya ni para que seguirle. Habemos quienes preferimos no venir, para ver ahombres desnudos [jugando fútbol]. Casi nadie quiere usar condón porquehay mucho machismo. Yo tengo convivencia con ellos, pero sólo de pláticay nada más. Es muy difícil que los hombres usen condón, yo no quierotener que ver nada con ellos.
Como hemos visto, las diversas estrategias de resistencia que los
migrantes mexicanos plantean frente a las políticas restrictivas canadienses de
control del cuerpo y de la sexualidad, tienen que ver con su posición de género, de
etnia y de clase social. A pesar de la sobreexplotación, la exclusión social, el
aislamiento, la discriminación y la vigilancia cotidiana, las y los trabajadores
mexicanos han desarrollado nuevas formas de sexualidad entre sí, con las
jóvenes menonitas, con los latinos residentes, inclusive con sus empleadores. Son
nuevas formas de sexualidad porque cruzan las fronteras del grupo étnico
(trabajadores mexicanos con trabajadoras menonitas), de clase (trabajadoras
agrícolas mexicanas con empresarios canadienses), de nacionalidad (ciudadanos
222
mexicanos cuyo estatus legal no es pleno en Canadá con residentes o ciudadanas
canadienses), y de género (hombres y mujeres experimentan múltiples formas de
encuentro y desencuentro como seres humanos). Lo más importante es que son
nuevas formas de sexualidad que se expresan en espacios transnacionales y que
están configurando identidades transnacionales como lo veremos en el capítulo
cuatro.
En el marco de sus estilos de trabajo y de vida transnacional, de ir y venir
de la cultura mexicana a la cultura canadiense, y viceversa, como mujeres y
hombres solitarios, unas y otros reconstruyen cotidianamente lo que es y lo que
significa la sexualidad y el cuerpo. Las múltiples respuestas de las y los
transmigrantes mexicanos parecieran delinear un proceso de autoafirmación de su
feminidad y/o su masculinidad, para ser y valer como seres humanos, como
sujetos y objetos de deseo, en la cultura canadiense donde los hacen sentir que
no son nada, que no valen, que no tienen derechos, que lo único que importa es
su trabajo y no su persona.
3.5 Sexualidad, cuerpo y poder en el vaivén transnacional
Si entendemos a las y los trabajadores migrantes mexicanos en Canadá como
agentes culturales viviendo por períodos tanto en la cultura mexicana como en la
cultura canadiense, y vemos la transnacionalidad desde abajo, podemos
comprenderlos como sujetos sexualizados en procesos continuos de
reconstitución, de sus experiencias de trabajo y de vida desde un género, una
clase o un grupo étnico específico.
En muchas de las narrativas de las y los trabajadores mexicanos, se
expresaba la idea de que: la sexualidad es un ejercicio personal. Sin embargo, el
significado de lo personal es diferente para los trabajadores y para las
trabajadoras. Para algunas trabajadoras lo personal significaba responder con el
acto del silencio, cuando yo les hacía alguna pregunta sobre la sexualidad,
algunas de ellas me respondían eso es totalmente personal y no hablaban más
del asunto. En tanto que, para algunos trabajadores, lo personal significaba el acto
de expresar su sexualidad abiertamente, sin discreción, sin guardar silencio, pero
223
siempre desde su propia voz. En apariencia, las relaciones sexuales de las
trabajadoras son más discretas, más duraderas y más ocultas que las de los
trabajadores.
Para muchos de ellos las nuevas formas de sexualidad incluyen el reclamo
político del ejercicio de la sexualidad, pero ese reclamo político es distinto si se
trata de la trabajadora agrícola migrante o si se trata del empresario ciudadano
canadiense. El sentimiento de amor traspasa las fronteras transculturales, de
género, de clase, de etnia y de nacionalidad. Una trabajadora mexicana y un
granjero de una de las grandes empresas de la región de Niagara On The Lake
sostuvieron relaciones sexuales durante tres temporadas laborales, al parecer
todo se había mantenido en secreto, hasta el verano del 2003. Un día, la esposa
del empleador lo estaba buscando en la granja, los trabajadores le dijeron que él
granjero se encontraba en la vivienda de las trabajadoras. La esposa fue al
alojamiento de las trabajadoras y encontró tanto a su esposo como a la
trabajadora teniendo relaciones sexuales. La esposa, furiosa, enseguida llamó al
Consulado Mexicano en Toronto y la trabajadora fue repatriada de inmediato a
México. Unos días después, el empresario se suicidó. Este caso suscitó un gran
escándalo, pues pronto se difundió la noticia y se conoció no sólo en la región de
Niagara sino en toda la provincia de Ontario y también en México. La trabajadora
fue castigada severamente y se le dio de baja del programa. Un año después,
conversando con otras trabajadoras que habían laborado durante esa temporada
en la misma granja comentaban que ellas sabían que la trabajadora mexicana y el
empleador canadiense estaban muy enamorados y que sostenían relaciones
sexuales, pero que la trabajadora mexicana era muy discreta y que no le pedía
nada al empleador. A mí me sorprendió el suicidio del empleador, el drama social
y familiar que generó esta relación amorosa tanto en Canadá como en México,
pero sobre todo, la violación de los derechos humanos, laborales y migratorios de
la trabajadora al darla de baja definitiva del programa por ejercer libremente su
sexualidad. Este caso es un ejemplo claro de que hay un control político de la
sexualidad, particularmente de la sexualidad femenina, pues el Consulado
Mexicano en Toronto y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social no han actuado
224
del mismo modo, por ejemplo, con los trabajadores mexicanos que han dejado
embarazadas a las mujeres menonitas.
En relación a los trabajadores mexicanos, encontré pocos casos en los que
los migrantes hubieran sostenido relaciones sexuales con alguna empleadora.
Pero también supe, por el Consulado Mexicano, que algunos empleadores habían
reportado a algunos trabajadores por hostigamiento sexual a sus hijas o a sus
esposas. En estos casos, algunos trabajadores fueron reprendidos por el
Consulado, y en otros casos, fueron repatriados a México y transferidos a otra
granja para la siguiente temporada, pero no hubo ningún caso en el cual el
trabajador se diera de baja el programa.
En la mayoría de los casos, se sanciona más a las mujeres que a los
hombres. Durante el verano de 2004, en una empresa de Niagara, donde se
empleaban a trabajadoras y trabajadores mexicanos, a pesar de que el granjero
había establecido horarios y lugares para los encuentros amorosos, hubo un
conflicto entre un grupo y otro de trabajadoras debido a que algunos trabajadores
de la misma granja iban a visitar, a tener relaciones sexuales y a quedarse a
dormir en la vivienda de las trabajadoras. Había trabajadoras para quienes era
importante conservar la privacía entre ellas, les resultaba un conflicto convivir en el
mismo espacio con los hombres, y no querían vivir la dinámica sexual que se
generaba durante las noches en su alojamiento. En algunas casas donde hay
pocas trabajadoras, puede ser que cada una tenga su cuarto y su cama, pero en
los alojamientos donde se emplean a varias trabajadoras, por lo general, el
dormitorio es un cuarto grande donde las camas son literas, una trabajadora
duerme en la cama de abajo y la otra en la cama de arriba. Las jornaleras
inconformes protestaron ante el empleador y el Consulado Mexicano en Toronto,
quienes les dijeron que debían resolver esa situación porque de lo contrario no se
emplearían más a las mujeres en esa granja. En apariencia habían dejado la
solución del problema a los trabajadores, pero en realidad amenazaron con
sancionar exclusivamente a las trabajadoras, cuando unas y otros eran
responsables de esa situación.
225
En otra empresa, inclusive se llegaron a poner cámaras en las viviendas
para grabar los momentos de reunión entre los trabajadores y las trabajadoras.
Aquellos trabajadores que fueron sorprendidos teniendo relaciones sexuales con
las trabajadoras fueron repatriados de inmediato a México. Pese a que los
propietarios de la vivienda sean los granjeros, la puesta de cámaras para vigilar el
ejercicio de la sexualidad es una clara violación a los derechos humanos.
En una de las empresas más grandes de vegetales de invernadero de
Leamington, se sabía que eran comunes las relaciones sexuales entre las
trabajadoras y los trabajadores, por ello, al final de la temporada del 2002, el
empleador en coordinación con el Consulado Mexicano en Toronto les practicó la
prueba de embarazo a las trabajadoras, encontrándose que de sesenta
trabajadoras mexicanas treinta estaban embarazadas. Estas trabajadoras no
fueron empleadas en la siguiente temporada, mientras que a los hombres si se les
volvió a contratar en la misma granja.
Como hemos visto, muchos de estos problemas se relacionan con las
características del PTAT/SAWP, el cual impone formal o informalmente reglas,
códigos y convenciones de conducta a los migrantes mexicanos dentro de las
granjas y las comunidades de Canadá. Pero también hay abusos de parte de los
empleadores, además de discriminación, racismo y hostilidad dentro de las
comunidades canadienses que no tienen ver con el programa sino con la
estructura de la sociedad canadiense, además de la asimetría de poder entre
México y Canadá.
Los mexicanos que están en Estados Unidos (5 millones de migrantes
legales y 3.5 de indocumentados, Délano 2004: 108) se encuentran
fundamentalmente en las ciudades, la mayoría renta sus propias viviendas, su
vida extralaboral no forma parte de las relaciones laborales, tampoco interviene el
Consulado para regular su trabajo y su vida. En cambio, la situación en las granjas
canadienses (los 11 mil jornaleros mexicanos rentan las viviendas a los
empresarios; la vivienda y la empresa están en el mismo lugar; hay una
permanente intromisión gubernamental mexicana y canadiense para regular las
relaciones laborales y extralaborales) hace que toda la vida social de los migrantes
226
mexicanos esté articulada a la relación laboral y al acuerdo bilateral México-
Canadá. Quizás por ello la lucha de los transmigrantes mexicanos en Canadá sea
una lucha cultural y no sólo laboral.
Como he dicho antes, la organización de la producción y las relaciones
dentro de los circuitos transnacionales de la agroindustria de Canadá, cuyos
productores participan en el SAWP, se parecen a los enclaves productivos
mineros del norte de México (véase Sariego et. al., 1988) pues se trata de una
población ocupacional de migrantes temporales vinculada a las actividades de
las granjas, fundamentalmente, del sector de vegetales, frutas y flores de
invernadero. Las granjas no sólo asumen la dirección y organización de la
producción, sino que se convierten en una instancia de control en todos los
aspectos de la vida de los migrantes mexicanos. Los trabajadores constituyen
masas aisladas debido a que laboran y viven en granjas ubicadas a grandes
distancia de los centros de las comunidades. Ellos conforman un grupo étnico
aparte al de los migrantes caribeños y al de los trabajadores agrícolas locales. La
lucha de clases se basa en una estructura social de cuatro instituciones: la
empresa, el Estado Canadiense, el Estado Mexicano y el Sindicato. Los jornaleros
mexicanos conforman un grupo estratégico dentro de la estructura de clases de
Canadá porque sostienen el sector más moderno de la agroindustria de
invernadero, generan una parte fundamental de las exportaciones hacia Estados
Unidos y de las divisas nacionales de México. Por ello, los empleadores y los
gobiernos mexicano y canadiense instrumentan diversas formas de control y
represión, desde la disciplina del rendimiento productivo hasta la política restrictiva
de la sexualidad.
En Leamington, las empresas corporativas han establecido acuerdos con la
iglesia católica para transportar los domingos a los trabajadores para escuchar
misa, también han instituido convenios con las empresas comerciales
(específicamente A & P) y agencias de transporte para que los jornaleros realicen
las compras semanales de sus alimentos, asimismo se han aliado con los bancos
para depositar el ingreso de los salarios y pagar a los trabajadores, además han
formulado acuerdos con el Consulado Mexicano -en Toronto y recientemente en
227
Leamington- para resolver los problemas laborales y extralaborales. Así, tanto las
granjas familiares como las empresas corporativas han venido diseñando y
organizando no solamente el trabajo dentro de la granja sino toda la vida social de
los trabajadores mexicanos desde un punto de vista anglosajón en Ontario y
francófono en Quebec.
Foto 17. La diversidad de lugar origen, limita y motiva la interacción dominical
Las relaciones sociales se tejen en torno al poder de las empresas
agrícolas y agro-industriales, sobre todo, en los circuitos transnacionales como
Leamington, Simcoe y Niagara. No ha habido espacio en que el control político de
los granjeros canadienses, particularmente del sector de vegetales de
invernadero, no se haya hecho presente; su importante influencia está en el
comercio, en los bancos, en la iglesia, en los servicios, para ello han manipulado
la administración de FARMS, de FERME, del gobierno canadiense y del gobierno
mexicano. En el proceso de organización del trabajo y la vida de los trabajadores
mexicanos parecen haber jugado de forma aliada los intereses de los empresarios
y del Estado Canadienses y del Estado Mexicano. El gobierno mexicano interviene
de manera más directa, a través de la STyPS, en la administración del
PTAT/SAWP, estrechando lazos de dependencia entre los trabajadores
mexicanos y los empresarios canadienses, algunos trabajadores quieren cambiar
de empleador y la Secretaría no se los permite.
228
El trabajo y la vida transnacional de los jornaleros mexicanos se ha
desenvuelto en el marco estrecho de relaciones propias de un grupo transmigrante
en donde todo gira alrededor de la empresa, del trabajo y de la comunidad rural
canadiense, muy recientemente del Sindicato (Centro de Apoyo al Trabajador
Agrícola Migratorio) y de otras organizaciones sociales y comunitarias.
La trama y la vida social de los migrantes mexicanos se desarrolla en
múltiples escenarios: el espacio fabril o rural de la producción, es decir, la granja,
el campo del cultivo, el empaque, la empresa familiar o corporativa; y el espacio
rural de la reproducción, o sea, el lugar donde viven (vivienda propiedad del
granjero), los Centros de Apoyo al Trabajador Agrícola, la iglesia, el hospital, los
supermercados, las plazas y los centros urbanos de las comunidades
canadienses, los caminos rurales, los bares, los lugares de baile, los campos de
fútbol y de nuevo las granjas. Unos escenarios están en Canadá y otros
escenarios están en México. En México los escenarios productivos pueden ser
espacios rurales o urbanos de las comunidades de origen (la parcela, los campos
donde trabajan como jornaleros, las casas donde laboran como trabajadoras
domésticas, los comercios, las fábricas y los talleres), en tanto, los escenarios
reproductivos pueden ser los espacios rurales o urbanos donde están la casa, la
familia, la comunidad y las redes sociales.
Foto 18. Familias migrantes mexicanas nuevo grupo étnico en Leamington
229
No obstante, aquí me aparto de las anteriores explicaciones dominantes,
porque la trama y la vida social de los migrantes mexicanos en Canadá, a
diferencia de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, se desarrolla en
escenarios donde están estrechamente articulados tanto el espacio fabril de la
producción como el espacio rural de la reproducción, puesto que los jornaleros
trabajan y viven dentro de la empresa. Este hecho obliga a tener en cuenta el
conjunto de relaciones producción/reproducción como un todo indisociable, y a
considerar simultáneamente las relaciones de sexos y de clases (Kergoat 1994:
517-531). Así, tanto las jornaleras como los jornaleros mexicanos experimentan
simultáneamente el trabajo productivo y reproductivo en los circuitos
transnacionales creados entre México y Canadá. Al mismo tiempo que los
trabajadores experimentan el trabajo productivo agro-industrial canadiense,
también incursionan en el mundo reproductivo, al emigrar solos, ellos aprenden a
cocinar, a lavar y a planchar su ropa, a hacer limpieza de la vivienda, a organizar
las actividades domésticas individualmente y en grupo de hombres. Por su parte,
la mayoría de las trabajadoras experimentan simultáneamente la maternidad a
distancia y la maternidad tradicional, y dejan temporalmente el servicio y la
dedicación a otros para luego retornar al rol tradicional de género femenino; en su
experiencia de migración como mujeres solas, ellas conocen otras formas de
cosechar los cultivos aprendidos en México, el manejo de diferentes productos y
sus diferentes fases productivas, además de desempeñar trabajos antes
masculinos. A unas y otros, el trabajo en Canadá los ha hecho conocedores de
sofisticados equipos tecnológicos y de distintos procesos productivos (por ejemplo,
de vegetales hidropónicos y aplicación de biotecnología), al mismo tiempo han
experimentado dos visiones del mundo productivo y reproductivo.
Ahora bien, las políticas laborales restrictivas, por un lado, frenan la
migración permanente de los trabajadores migrantes mexicanos, el ejercicio de
sus derechos laborales y humanos, y el ejercicio de su sexualidad; y por otro,
fomentan la vigilancia de la productividad, el trabajo temporal y el control del
cuerpo y la sexualidad de los migrantes mexicanos. Las sanciones laborales y
sociales se aplican para quienes protestan, para quienes establecen relaciones
230
sexuales con los empleadores o las empleadoras como las relaciones amorosas
entre la trabajadora mexicana y el empleador canadiense-, para quienes entablan
relaciones sexuales con residentes canadienses -como el caso de las mujeres
menonitas o los jóvenes latinos residentes en Leamington-. Las técnicas
disciplinarias trascienden las fronteras de Canadá pues también se intenta
restringir las relaciones sexuales entre las trabajadoras y los trabajadores
mexicanos al sancionar su comportamiento en México. Debido al proceso de
reclutamiento, la STyPS tiene el contacto directo con los trabajadores y sus
familias en sus comunidades de origen, en ocasiones los empleados de la
Secretaría han llamado telefónicamente a la esposa del trabajador para
sancionarlo. Otra forma de sancionar el comportamiento de los migrantes,
particularmente el de las mujeres, es creando mala fama e imágenes
estereotipadas de las jornaleras migrantes en las comunidades mexicanas.
Algunas esposas de los trabajadores tienen conflictos con las trabajadoras
migrantes que viven en la misma comunidad porque piensan que ellas anduvieron
con sus esposos estando en Canadá.62
Mientras están en Canadá, los trabajadores mexicanos no tienen el control
de su esposa -en el caso de los hombres casados- tampoco el de su familia, ni el
de su comunidad de origen. No obstante, tienen el control del empleador, el de la
iglesia católica canadiense, el de la comunidad de residentes, además del control
del Consulado Mexicano y del Gobierno de Canadá. Se reemplaza,
temporalmente, la autoridad moralista mexicana de tercer mundo por una
autoridad moralista canadiense de primer mundo. Ambas normatividades tienen
un mismo objetivo: el control disciplinario de los transmigrantes mexicanos para
lograr el incremento de la productividad, del trabajo intensivo y de la
sobreexplotación, y a la vez, el control político de la sexualidad y del cuerpo de las
y los migrantes.
Las políticas laborales y las técnicas disciplinarias de la industria de la
horticultura canadiense tienen un efecto en las nociones y en las prácticas de la
62 Información proporcionada por Evelyn Encalada, quien encontró esta situación durante sutrabajo de campo entrevistando a las esposas de los migrantes en México, en febrero de 2006.
231
sexualidad, así como en el control del cuerpo, en las relaciones de género, y en la
identidad. Aquí, sugiero que el concepto de lucha cultural nos permite analizar las
relaciones, las prácticas sociales y los significados desplegados en los circuitos
transnacionales donde los espacios productivo y reproductivo están
estrechamente articulados, como es el caso de las comunidades rurales
canadienses donde se concentra el empleo de la mayoría de los trabajadores
migrantes mexicanos.
Sin dejar de reconocer la importancia de la lucha de clases promovida (a
través de las huelgas y paros laborales, por ejemplo) por los migrantes agrícolas
mexicanos en Canadá, la cual está articulada con el desarrollo e incremento de la
mecanización de la agricultura canadiense, con los cambios bio-tecnológicos en
los procesos productivos y las transformación de las relaciones laborales, así
como con las inadecuadas condiciones de trabajo y de vida impuestas por el
programa a los jornaleros; mi propuesta es que paralelamente se han venido
configurando diversas luchas culturales promovidas cotidianamente por los
transmigrantes mexicanos, las cuales incluyen simultáneamente los terrenos de lo
laboral y lo extralaboral, lo productivo y lo reproductivo, las relaciones de los sexos
y las relaciones de clase, lo nacional y lo transnacional. Lo que aquí argumento es
que los trabajadores agrícolas migrantes mexicanos empleados en Leamington
han venido configurando, desde hace tres décadas, varias luchas culturales dentro
del espacio productivo y reproductivo de las granjas y las comunidades rurales
canadienses. Estas luchas culturales se han gestado al mismo tiempo que se han
transformado las relaciones de género, la sexualidad y la identidad transnacional
de los trabajadores y las trabajadoras mexicanas.
Preocupados por los deberes laborales, los mecanismos de vigilancia y las
sanciones del programa mexicano-canadiense sobre lo que debe ser una mujer o
un hombre y lo que es y significa la sexualidad y el cuerpo femenino o el cuerpo
masculino desde el modelo hegemónico, las y los migrantes mexicanos han
internalizado esos esquemas disciplinarios desiguales. Al mismo tiempo, tanto las
trabajadoras como los trabajadores mexicanos construyen su propia concepción
subalterna de lo que es y significa el cuerpo y la sexualidad .
232
Una de las percepciones que encontramos en Canadá sobre Lo que debe
ser una mujer o un hombre, es la posición conservadora de algunos sectores
religiosos de Windsor y de Leamington, la cual es posible observar en uno de los
periódicos de circulación gratuita, editado en español:
El hombre es la más elevada de lascriaturas, la mujer es el más sublimede los ideales. El hombre es cerebro,la mujer es corazón. El cerebrofabrica la luz, el corazón el amor laluz fecunda, el amor resucita. Elhombre es fuerte por la razón, lamujer es fuerte por las lagrimas. Larazón convence, las lágrimasconmueven
El hombre es capaz de todos losheroísmos, la mujer de todos losmartirios. El hombre es código, la
mujer es evangelio. El hombrepiensa, la mujer sueña. El hombre esel águila que vuela, la mujer es elruiseñor que canta. Volar es dominarel espacio, cantar el conquistar elalma
El hombre está colocado dondetermina la tierra, La mujer dondecomienza el cielo. La verdadera vidade gozo del alma es tener a Cristo, laesperanza de gloria, modelando enella
(La Voz Cristiana, Windsor-Leamington 2003).
La cita es un claro ejemplo de la ideología hegemónica canadiense, católica
tal vez, de lo que debe ser una mujer o un hombre, conviene decir un hombre o
una mujer que llevan una vida apegada a la normatividad religiosa cristiana. De la
narración se desprende que entre las características masculinas figuran: lo más
elevado, el cerebro, la luz, el que fecunda, el fuerte por la razón, el que convence
pero también el que tiene una larva en el cráneo, el héroe, el código, el que
piensa, el águila que vuela, el que domina el espacio, cuya posición está en donde
termina la tierra. Mientras que en oposición, las características femeninas son: lo
sublime, el corazón, el amor, la fuerte por las lagrimas, la que conmueve, la mártir,
el evangelio, la que sueña, la que tiene una aureola en la frente, el ruiseñor que
canta, la que conquista el alma, cuya posición está donde comienza el cielo.
Se trata de la descripción de la auto-definición de la supremacía masculina
la cual procura exaltar la genialidad de los hombres e intenta trazar la otredad
femenina a partir de una visión contradictoria de desprecio y culto a las mujeres.
Un hombre que se ve a sí mismo como un ser incompleto, frustrado y frustrante,
233
que pretende ver en el otro ser femenino, la pureza, lo sagrado, el ideal que no
encuentra en sí mismo. La descripción de la mujer aparece cargada de
significación negativa desde una óptica patriarcal. Prevalece la idea de la mujer
como víctima y la imagen del hombre como el ser todopoderoso que construye un
altar de sí mismo, no sin la contradicción de desear ser lo que es la mujer. El
problema es cuando este modelo hegemónico y patriarcal de la masculinidad y la
feminidad se traducen en desigualdad y subordinación política de las mujeres
como grupo a los hombres (Lamas 1986) y se establecen relaciones significantes
de poder entre unas y otros (Scott 1990)
Los significados y las nociones sobre el cuerpo, la sexualidad y lo que es
ser mujer o lo que es ser hombre pasa por las condicionantes socioculturales de
la edad, el estado civil, el género, el lugar de origen y la escolaridad. De manera
que hay mujeres jóvenes y hay mujeres maduras. La mayoría son madres
solteras, pero también hay quienes son viudas, divorciadas, incluso hay
trabajadoras solteras. Otra diferencia está relacionada con el tiempo de
participación en el programa, las trabajadoras mexicanas se clasifican a sí mismas
como las nuevas y las viejas. Para el caso de los trabajadores, ellos se
diferencian a sí mismos como casados o solteros, nuevos o viejos en el
programa, y jóvenes o maduros.
Si bien los trabajadores migrantes mexicanos no son bien vistos en las
comunidades rurales canadienses, son las trabajadoras mexicanas a las que se
les ha asignado un estigma negativo, tanto en Canadá como en México. Se piensa
de las trabajadoras agrícolas migrantes como prostitutas. En México me decían
algunos trabajadores y algunos representantes de la STyPS: Ellas tienen muy
mala fama, sobre todo las trabajadoras que van a Leamington, entre otros
factores, porque las desean. En Leamington, la discriminación hacia las
trabajadoras mexicanas es mayor que hacia los trabajadores mexicanos.
Se va configurando un proceso social y subjetivo, tanto las trabajadoras
como los trabajadores van desarrollando estrategias, mecanismos de
contestación, luchas de clases y luchas culturales. Las relaciones de género se
constituyen como parte del proceso productivo canadiense. Si bien los cambios
234
han sido más lentos a nivel de las relaciones de género, encontré lo contrario con
respecto a las relaciones sexuales donde se observaron cambios más veloces en
las formas de expresar la sexualidad. Las relaciones sexuales son más comunes
de lo que se piensa entre las trabajadoras y los trabajadores mexicanos, pero lo
que continua siendo difícil es hablar sobre la sexualidad, particularmente de la
sexualidad femenina. Aún después de haber establecido relaciones de confianza
con las migrantes al introducir el tema de la sexualidad, se creaba un silencio y
algunas de ellas no querían hablar más sobre el tema cambiando la conversación.
A diferencia de los trabajadores, las trabajadoras son más reservadas para hablar
sobre la sexualidad. Eso quizás se puede explicar porque su estatus como madres
solteras les hace tener reservas para no encontrarse con la censura de las
personas. Otra explicación también puede encontrarse en los miedos a ser
sancionada por el programa. Si bien entre las trabajadoras hay mucha solidaridad
como grupo pues se cuidan de que lo que sucede dentro de la vivienda o en sus
vidas personales no trascienda del lugar de residencia, también existe mucha
competencia por conservar su trabajo o por demostrar quien es la trabajadora más
productiva.
3.6 Luchas culturales y reconfiguración de la identidad
Diversas luchas culturales han venido emergiendo como resultado de los procesos
sociales generados a partir del trabajo y la vida transnacional de los trabajadores
migrantes mexicanos en Canadá. Así, lo que la sexualidad es y significa y lo que
el cuerpo es y significa son parte de la misma lucha cultural.
Los significados que los jornaleros y las jornaleras mexicanos despliegan
acerca de lo que es y significa su cuerpo y su sexualidad tienen lugar en el
conocimiento práctico. Algunos trabajadores escriben poemas o canciones, otros
forman grupos musicales para la iglesia o los bares. Hay trabajadores que pintan
rescatando la cultura mexicana. En algunos casos, las pinturas representan una
mezcla de elementos culturales transnacionales de México, Estados Unidos y
Canadá. Un ejemplo de la expresión artística y de la forma de contestación a las
235
nociones hegemónicas del cuerpo y de la sexualidad es el poema que me entregó
durante la entrevista un trabajador mexicano:
La noche avanza paulatinamente,llenando mi alma de nostalgia¡En esta oscura noche! Un recuerdorepentino taladró mi alma y con graninquietud mi corazón latiódesmesurado, al recordar aquellamujer de fuego,a la mujer apasionada que habitadentro de ti
Los recuerdos comenzaron a giraren mi mente como un carrusel en elque se mezclaban la alegría y latristeza por igual. Esta noche, vino ami mente aquella primera entregaque llenaba nuestras vidas dealegría y marcaban un cambio ennuestras vidas
En esos instantes, el amor que nosunía era inmenso, ansiandodesbordar aquella pasión que nosconsumía. Esa entrega fue tierna yapasionada pero llena de amor. Ynos dejamos llevar por ese amortórrido que nos envolvía. Nuestroscuerpos se acoplaban en perfectaarmonía como el agua y la tierra
Esta noche, mi corazón se inquietó,al solo recordar, aquél acto naturalde la vida, cuando mis manosrecorrían ansiosas el contorno de tucuerpo y mis labios golosos sedeslizaban palmo a palmo por lasuavidad de tu vientre. Recuerdofebrilmente como mi cuerpo poco apoco y con ternura se abría pasoen la intimidad de tu piel, alcanzandojuntos las cúspides del éxtasis y elplacer
En esos momentos éramos ¡hombrey mujer! practicando un acto naturalde la vida. Esta noche, anhelé estarcerca de ti, de tenerte de nuevo enmis brazos y decirte ¡Cuánto, cuántote amé! ¡Esta noche fue como uninstante al recordarte!
Pero el amanecer llegó, y mi desvelonocturnal terminó con tu recuerdo,sé que la oscuridad no es eterna !lanoche terminó! y comprendo quesiemprehay un nuevo amanecer Un previonuevo amanecer sin ti y sin tu amoren mi vida
(Poema: !Nocturno! Trabajador mexicano. Escrito en Leamington, 2003).
La contienda por el libre ejercicio de la sexualidad tiene lugar dentro de
los dominios de las granjas y de las comunidades rurales canadienses. La
disputa por las prácticas y los significados acerca del cuerpo y la sexualidad
también tienen lugar en los espacios de mayor sociabilidad, como la iglesia, los
bancos, los supermercados, las agencias de envíos de remesas y declaración
de impuestos canadienses, los restaurantes, los bares, los lugares de baile, las
calles principales del pueblo y las organizaciones sociales. El fragmento de la
236
entrevista de una comerciante expresa con claridad la dinámica del ejercicio de
la sexualidad femenina y masculina de los migrantes mexicanos en su relación
con un contexto más amplio, la cual tiene lugar en uno de los espacios públicos
de mayor sociabilidad entre los migrantes en Leamington: los restaurantes-
bares.
O: ¿Como migrante latina con más de 19 años en Canadá, cómo piensas que sevive en este país la sexualidad a diferencia de cómo se vive en los paíseslatinoamericanos?
C: Voy a cumplir 26 años. Yo y mi hermana llegamos muy pequeñas [de ElSalvador] Mi papá nos decía de los muchachos: No dejes que te toquen,que el hombre va probando, hasta ver adónde puede llegar. Yo siempre hedicho: Antes de respetarla a usted, necesito yo respetarme a mí misma,como persona, como mujer. Hay muchachas que no tienen ese amor yrespeto a sí mismas. En veces las muchachas se van porque tienen un carromuy bonito, aunque a ellas las traten como basura. Hay [otras] muchachascanadienses que tienen bien asentadas sus raíces. Que la mujer debe estarvirgen, eso fue lo que nos inculcaron a nosotros. Hay algunas muchachascanadienses, de 15 años, que les da pena decir que son vírgenes. Mi primernovio fue a los 17 años, ellas a los nueve años ya andan con novio. Ellasagarran la vida total, como si no hubiera otra semana.
O: Aquí, hay miles de trabajadores mexicanos que los fines de semana estánansiosos por tener relaciones sexuales, nosotras vivimos sus insinuaciones.¿Cómo le haces tú para darte a respetar con los trabajadores que vienen aquía comer, a tomar y a bailar?
C: Yo creo que el hombre es como otra clase de especie y la mujer otra. Uno demujer no es muy así, en cambio un hombre, [para] ellos [la sexualidad] escomo tomar un vaso de agua, necesitan de ese vaso de agua. Aunque tengaa las tres meseras, ellas son de la vida un poco más alegre, no digo que sonprostitutas, ellos reconocen quién soy yo y quiénes son ellas, pero es porqueyo me he dado a respetar, yo los respeto a ellos y ellos me respetan a mí, hayesa distancia. El jueves había unos que se quedaron a tomar un poquito más,que estaba la música un poquito fuerte, chiflaban y chiflaban, entonces fui yme dice uno: Disculpe señora, con el respeto que usted se merece, estáusted haciendo su trabajo y yo no quería decir nada. No hay problema, perosabes qué, no te confundas, a mí me respetas. Y como estaban con estasotras muchachas, las tocaban, se daban a la broma con los muchachos, yellos se pasaban. Ha habido piropos, pero ya cuando: ¿Está casada? Sí. -Oh, disculpe .
237
Las luchas culturales emergentes están reconfigurando las relaciones y
los significados acerca de la sexualidad y el cuerpo, la cosmovisión del mundo,
las relaciones de género, las identidades masculinas y femeninas. Pero los
cambios son simultáneos tanto en México como en Canadá. De las esposas de
los trabajadores migrantes que se quedan en México a cargo de la familia y de la
crianza de los hijos, además de la organización del trabajo en la parcela del
cultivo, en caso de tenerla, o de las mejoras en la construcción de la casa, hay
algunas que no han aguantado más las prolongadas ausencias del esposo a
diferencia de las esposas que emigran a Estados Unidos, ellas no tienen
ninguna esperanza de emigrar a Canadá con su familia pues no lo contempla el
programa- y es frecuente que les digan: Tú dijiste que sólo te ibas a ir a trabajar
[a Canadá] por tres años y ya llevas quince años, ya no te vayas porque para la
próxima vez, ya no me vas a encontrar. Hay quienes han dejado al esposo para
casarse o juntarse con otro hombre y reconstruir su familia y su vida. Algunos
trabajadores han compuesto canciones a las mujeres que los han abandonado y
que se han llevado a sus hijos. Una canción que un trabajador cantó durante la
celebración del Día de la Independencia de México, en Simcoe, en 2004, ilustra
con claridad los sentimientos contradictorios de amor, rechazo, despecho,
resignación, tristeza y odio experimentados por el migrante.
Me hiciste un favor, cuando te largaste con otro, porque conmigo tal vezno serías feliz. La hora y fecha cuando la adoraba tanto, estaba loco, queal acordarme no me espanto y aunque ella es linda, no ha nacido para mí,ni remedio hay de mi derrota, yo solito me conformo. Favor me hizo,largándose con otro, porque conmigo, tal vez no sería feliz. Y como dijouno, el mejor amigo del hombre no es el perro, es el que te quita a la viejay nunca la regresa [Se ríe el cantante y se escuchan también los gritos yrisas de otros trabajadores]. Gracias y disculpen.
La contienda por la recuperación de la identidad como seres humanos
completos tiene lugar en las luchas culturales. Las luchas culturales están más
articuladas en la esfera de los sentimientos, el conocimiento práctico y las
políticas del cuerpo que en la política convencional (Besserer 2002: 27). No
obstante, se circunscribe en el marco de la disciplina de la industria de la
238
horticultura canadiense. Ser trabajador transmigrante en Canadá ha implicado
cambios y/o continuidades en la estructura de sentimientos, en las actitudes, en
los conocimientos prácticos entre una generación y otra, entre un género y otro,
entre un grupo étnico y otro. La lucha de clases articulada con la lucha cultural -
puesto que en las granjas y las comunidades canadienses están ligadas las
esferas producción/reproducción- es promovida por los trabajadores mexicanos
para enfrentar el trabajo y la vida tanto en Canadá como en México. Un caso
que describe con claridad esta situación es la relatada por una trabajadora con
más de 13 años de trayectoria laboral en el programa, quien se encontraba en el
vaivén de ser trabajadora doméstica en México y ser jornalera transmigrante en
Canadá.
Las anteriores temporadas siempre fueron de tres, cuatro o cinco meses,desde hace tres años que estoy en Colasanti los contratos han sido deocho meses. Estuve en Simcoe cosechando calabaza, pepino, chile,berenjena, ejote y jitomate de campo, que se corta diferente [al tomate deinvernadero]. En Niagara cosechaba durazno, manzana, chabacano,ciruela pasa, uva cherry, y todos [los trabajos] me han gustado. Cuandoyo regreso a México, como no puedo tener un trabajo fijo [debe rendirinformes a la STyPS sobre su trabajo de la temporada que termina yacudir a citas para saber sobre su siguiente contrato], trabajo en una casade sirvienta, echando una mano en una cocina, de lavar y planchar ropaajena o vender cualquier cosa.
Las políticas del cuerpo y la sexualidad, los instrumentos de
conocimiento-poder que son impuestos a los migrantes mexicanos se expresan
en regímenes de sentimientos, generan percepciones dominantes de lo que el
cuerpo es y lo que la sexualidad es. Estas nociones son también entendidas en
la articulación de los conocimientos prácticos, de las prácticas y de los discursos
alternativos sobre la sexualidad, donde amar dentro de la vivienda rentada por el
granjero, bailar en los bares o en otros lugares de baile, caminar por los campos
y las calles Talbot y Erie de Leamington, rezar y formar relaciones de pareja en
la iglesia católica, tener relaciones sexuales con mujeres menonitas o con el
empleador llegan a ser formas de contienda de los y las trabajadoras migrantes
239
mexicanas en una cultura como la canadiense y en el marco institucional del
programa. Esto mismo sucede en otros circuitos transnacionales como Simcoe y
Niagara On The Lake documentados por Kerry Preibisch.
Las relaciones íntimas también se han desarrollado entre algunostrabajadores migrantes [no se sabe cuántos mexicanos y cuántoscaribeños] y los residentes permanentes, algunas parejas han tenidoniños. Para algunos trabajadores, las relaciones formadas en Canadá hanresultado en cambio de estatus migratorio y ellos han llegado a serresidentes permanentes y/o ciudadanos canadienses. Las iglesiasconstituyen uno de los espacios sociales en los cuales la comunidadmigratoria y la comunidad permanente forma relaciones. (Preibisch2004a: X-XI)
La sexualidad más que un concepto fijo es un proceso social. Las
nociones de sexualidad y del cuerpo no existen como una totalidad propiamente
dicha sino como conceptos en contienda entre los trabajadores mexicanos y las
trabajadoras mexicanas, entre los trabajadores mexicanos y los trabajadores
caribeños, entre los trabajadores agrícolas migrantes y los trabajadores
agrícolas canadienses, entre los trabajadores migrantes y los granjeros, entre
los migrantes temporales y la comunidad de residentes.
La posición hegemónica mexicana y canadiense acerca del cuerpo y de la
sexualidad, a partir de la cual organizan su trabajo y su vida cotidiana los
jornaleros mexicanos en Canadá, es la que probablemente pretenden imponer
los empleadores, los gobiernos mexicano y canadiense, y la comunidad de
residentes canadienses.
Algunos residentes expresaron preocupaciones sobre los trabajadoresextranjeros teniendo relaciones sexuales con mujeres canadienses. Lasmujeres canadienses que establecieron relaciones con los trabajadoresmigrantes fueron percibidas en términos muy negativos: Mujeresvulnerables socialmente que aquí no son socialmente aceptadas o quizáspersonas solitarias, o Básicamente de baja economía y con bajaeducación, basura blanca. Los trabajadores migrantes podrían pagaraltos costos por estar involucrados con las mujeres locales. El equipo deenlace reportó un caso en el cual un trabajador fue golpeado por unhombre canadiense por fraternizar con mujeres blancas en unestablecimiento público. Un integrante de defensa de los migrantes
240
informó que varios años atrás, en el terreno de una comunidad rural, unsalón de baile fue quemado: Porque los trabajadores caribeños estabanbailando con mujeres blancas. La práctica del silbido dirigido a lasmujeres durante las compras [del viernes] por la noche y utilizada poralgunos trabajadores migrantes para entablar conversación, sirve parareforzar los estereotipos raciales. [Sin embargo,] los trabajadoresmigrantes, también han sido objeto de propuestas sexuales no deseadas.Tanto la comunidad de trabajadores como los oficiales de enlacedemandaron que los trabajadores [migrantes] reciben propuestassexuales en los centros comerciales o en los parques públicos. Diversosinformantes relataron historias de trabajadores siendo invitados a tenersexo por gente extraña. Un supervisor sabía de un trabajador que sehabía escondido en un vestidor de una tienda para evitar a unaadmiradora insistente. (Preibisch 2004a: 100-101)
La posición hegemónica pretende conocer a los trabajadores migrantes
mexicanos e intenta controlarles construyendo representaciones fijas de ellos,
de su sexualidad y del significado de su cuerpo.
La conceptualización de Besserer (2002) me permite entender las luchas
culturales como contiendas de las nociones de sexualidad y del cuerpo pero
también como contiendas de las nociones de género y de identidad. De la
identidad de las y los trabajadores migrantes mexicanos como seres humanos
íntegros, como seres humanos que contienden las prácticas y los significados
sobre su trabajo y su vida social y cultural en Canadá.
A pesar de sus escasos recursos y de su situación de vulnerabilidad, las
trabajadoras y los trabajadores migrantes mexicanos pueden negociar su
situación laboral y de vida en Canadá. Es posible que también durante el trabajo
y la vida cotidiana se encuentre la ausencia de rebelión, sin embargo, la
conciencia de cada trabajadora o trabajador migrante mexicano acerca de su
condición de sobreexplotación provoca la re-evaluación de su estatus migratorio
legal y del ejercicio de sus derechos laborales y humanos, de su posición de
clase como trabajador agrícola dentro de la estructura de clases canadiense, de
su situación de género y de las relaciones de sexo establecidas en México y en
Canadá, de su posición de etnia respecto a los trabajadores migrantes caribeños
y de los trabajadores agrícolas locales, y de su identidad como ser humano y
como transmigrante mexicano.
241
Conclusiones parciales
Hasta aquí, he tratado de argumentar, primero, que los granjeros y los gobiernos
de Canadá y de México han establecido una serie de técnicas disciplinarias que
regulan y sancionan la sexualidad y la sociabilidad de los trabajadores migrantes
mexicanos. Segundo, que a pesar de su estatus vulnerable y de exclusión de la
sociedad canadiense así como de la aplicación de mecanismos de vigilancia,
encierro y castigo social, los jornaleros y las jornaleras mexicanas han formado,
contestado y defendido una serie de estrategias de resistencia que tienen que
ver con de-construcciones y re-construcciones de género, de clase, de etnia, de
nacionalidad y de estatus migratorio. Y tercero, que es necesario estudiar y
teorizar, por un lado, la disciplina capitalista canadiense que controla el cuerpo
de los trabajadores migrantes como si fuesen instrumentos de trabajo que se
desechan, y por otro lado, las múltiples respuestas que los y las migrantes han
desarrollado mediante luchas culturales para recuperar su identidad y su
dignidad como seres humanos completos, con capacidad de agencia y para
contender cotidianamente los significados culturales del trabajo y la vida
transnacional.
Recurriendo a las ideas de Foucault, de Ong y de Besserer, he discutido
la disciplina y el control estricto de la sexualidad así como las políticas del
cuerpo en ámbitos tales como las granjas, la familia, la iglesia, la comunidad
canadiense y las instituciones estatales las cuales reconstruyen los significados
de la sexualidad y del cuerpo femenino y masculino de los migrantes.
El cuestionamiento profundo sobre los efectos culturales del nuevo orden
agrícola internacional y del neoliberalismo abre un escenario de transformación
socio-económica y política, tanto en México como en Canadá, que puede
concretarse en cambios en las relaciones de género, en la unidad doméstica, en
la estructura familiar, en el concepto de familia, en la identidad transnacional de
género, de clase, de etnia, en los significados del cuerpo, y en nuevas formas en
las que se expresa la sexualidad en los espacios transnacionales creados entre
México y Canadá.
242
Todo esto puede ayudarnos a entender de mejor modo lo que esta
ocurriendo con el impacto de las políticas laborales y las técnicas disciplinarias
sobre la experiencia migratoria de las y los trabajadores mexicanos, en el marco
del programa. Los empleadores y los gobiernos mexicano y canadiense aplican
más sanciones a las trabajadoras que a los trabajadores, por ejemplo, si ellas
quedan embarazadas, o si ellas tienen relaciones sexuales con el empleador, las
mujeres son dadas de baja del programa.
Las jornaleras y los jornaleros han respondido desarrollando nuevas
formas de sexualidad, las cuales cruzan las fronteras de género, del grupo
étnico, de clase y de nacionalidad. Las respuestas incluyen el reclamo político
del ejercicio libre de la sexualidad en el territorio canadiense. Así, lo que la
sexualidad es y lo que la sexualidad significa es parte de la misma lucha
cultural. Tener relaciones amorosas dentro de la casa del empleador, bailar en
los bares anglosajones, tener relaciones sexuales con mujeres menonitas, con el
empleador o con los residentes canadienses, todos estos son ejemplos de
contiendas de los migrantes mexicanos dentro del contexto de la cultura
canadiense y de las políticas del PTAT/SAWP.
Otras representaciones del cuerpo, de la sexualidad y de la identidad
están en proceso también en los campos agrícolas canadienses. Las luchas
culturales emergentes están reconfigurando las relaciones y los significados
acerca de la sexualidad y el cuerpo, la cosmovisión del mundo, las relaciones de
género, las identidades masculinas y femeninas. No obstante, los cambios son
simultáneos tanto en México como en Canadá.
Las y los migrantes mexicanos reconstruyen lo que es y lo que
significa la sexualidad y el cuerpo a partir de la reinterpretación de las nociones
hegemónicas sobre el cuerpo y la sexualidad en ambas naciones. Aunque, las
estrategias de resistencia cultural, se enfrentan a los límites y constreñimientos
que les impone tanto su participación en el programa como el contexto histórico
y social, además del renovado papel de los estados-nación de México y de
Canadá.
243
CAPITULO IV.
Vida social, identidad y contienda por la dignidad y los derechos humanos
Ahora es por nosotras, vamos a trabajar [en Canadá] para asegurarnuestra vejez, pues nuestros hijos ya están grandes y ya puedensostenerse ellos mismos (trabajadora entrevistada en el verano de 2003,en Leamington, con una trayectoria laboral de trece años en Canadá).
No sé si es más triste vivir en la soledad o vivir rodeado de varia gente[,]es la pregunta que siempre me he hecho a través del tiempo[,] no importael lugar en que me encuentre, pero mi pensar es éste: vivir en la soledad,es estar más tranquilo, más cerca de Dios, sin pensar en [h]ipocresías, en[la] maldad y en la mentira. En la soledad, puedo meditar, pensar en lomalo que hice, reflexionar, tratar de solucionar lo mal que hice, pedirperdón a Dios por todo el daño que hice, por el mal que provoqué a missemejantes. Vivir rodeado de gente es estar más amargado, pues no meacuerdo que existe Dios, me vuelvo [h]ipócrita, juzgo a mis semejantes[,]no importa el sexo, religión, posición social, condición física, me vuelvoloco, adúltero, mi mente empieza a [a]lucinar deseando a las mujeres noimporta si son solteras, casadas, viudas, dejadas, jóvenes o de edadmadura. Es por eso [que] le pido a Dios que me dé paciencia, serenidad ymucha pero mucha tranquilidad. Y al fin de cuentas, quedé en la mismapregunta: si es más triste vivir en la soledad o vivir rodeado de gente, nosé, no comprendo (Escrito de un trabajador: Temas de reflexión"registrado con su seudónimo The Panther, en Registro Público delDerecho de Autor, SEP, 2001).
En este capítulo voy a analizar las respuestas de los migrantes mexicanos
orientadas hacia los procesos de autoafirmación como seres humanos, en una
sociedad que los hace sentir que no valen, que no tienen derechos, que lo único
importante es su trabajo pero no su persona. Si ponemos énfasis en la
construcción de la alteridad y la identidad entre los migrantes mexicanos como
parte de sus luchas culturales, podemos dedicarnos a ver qué pasa cuando los
jornaleros mexicanos se alteran en los cruces con los migrantes caribeños, los
residentes y los ciudadanos canadienses. En resumen, voy a explorar la
experiencia de alteridad en la contienda por la dignidad, el respeto, la justicia y
los derechos humanos promovida por los jornaleros migrantes mexicanos.
El análisis de la experiencia de alteridad entre los migrantes temporales
es una vía prometedora, aún inexplorada, para documentar las formas en las
cuales los trabajadores se reúnen en circuitos migratorios transnacionales para
poder convivir con lo que les falta, buscar lo que como hombres y como mujeres
244
son, explorar cómo se entienden experimentando la vida transnacional, e
indagar lo que tratan de hacer con aquello que no logran ser al vivir en dos
culturas. Me interesan las comunidades canadienses y las comunidades
mexicanas globalizadas como escenas multiculturales.
En la pregunta antropológica sobre el problema de la identidad y la
diferencia humana, se plantea el cuestionamiento por lo singular y la totalidad de
los fenómenos humanos afectados por esta relación, e implica tanto la alteridad
experimentada como lo propio que le es familiar a uno; también es la
interpelación por condiciones de posibilidad y límites, e implica las causas, los
significados, las formas y las transformaciones, el futuro y el sentido, la
inteligibilidad y la comunicabilidad de esa alteridad. La formulación de esta
pregunta depende de los encuentros concretos de los que nace y de las
configuraciones culturales e históricas de los cuales estos encuentros son partes
integrantes (Krotz 1994: 7). Para mi análisis, me permite plantear los
cuestionamientos de: ¿cómo explicar lo singular y la totalidad de los fenómenos
humanos implicados en la experiencia migratoria de los jornaleros mexicanos en
Canadá?, ¿cómo construyen las condiciones de posibilidad y límites de alteridad
los migrantes mexicanos en su relación con otros trabajadores migrantes y con
los residentes canadienses?
Como experiencia de confrontación de las diferencias culturales, la
alteridad tiene que ver con la experiencia de lo extraño y se refiere siempre a
otros. Implica la confrontación con las singularidades desconocidas de otro
grupo humano lengua, costumbres cotidianas, fiestas, ceremonias religiosas-
proporciona la experiencia de lo ajeno. Como categoría de análisis, la alteridad
capta el fenómeno de lo humano de un modo especial. Un ser humano
reconocido como otro es considerado como miembro de una sociedad, como
portador de una cultura, como heredero de una tradición, como representante de
una colectividad, como nudo de una estructura organizativa, como iniciado en un
universo simbólico, como introducido a una forma de vida diferente de otras,
como resultado y creador partícipe de un proceso histórico específico, como
resultado de la actuación humana. El fenómeno humano hace referencia al
245
conjunto de la otra cultura y a la pertenencia grupal propia. Cultura familiar y
cultura extanjera se encuentran en ellas mismas y en su interjuego (Krotz 1994:
8-9).
La otredad no es lo mismo que la diferencia. La otredad es la experiencia
de extrañeza frente al otro (Arizpe 2003). La diferencia es un instrumento político
mientras la otredad es una diferencia cultural. Buscando en la conciencia del
otro extraño lo que está cerca de nosotros, el otro que tiene otro pensamiento
pero que es cercano. El otro que lo encontramos también al interior de nuestra
sociedad. La otredad es una frontera cultural arbitraria. Implica un límite para
marcar diferencias entre las culturas que interactúan. La relación entre nosotros
y ellos: mexicano-canadiense-caribeños. Las culturas son portadas por gente de
carne y hueso quienes pueden cambiar tales culturas.
El contexto cultural en el cual se desarrolla la vida social de los migrantes
nunca es uniforme o neutral. La disputa por la democracia en el trabajo y la vida
en Canadá es promovida por numerosos actores sociales; entre otros
protagonistas están los jornaleros y las jornaleras migrantes mexicanos. Ante el
drama político se propone la pugna por la dignidad y los derechos humanos de
los jornaleros mexicanos viviendo procesos transnacionales en ambas naciones.
¿Los trabajadores mexicanos tienen fuerte conciencia como grupo étnico y como
género?, ¿En qué circunstancias experimentan sentimientos de solidaridad o de
conflicto respecto a miembros de su propia etnia y su género?, ¿cómo se
definen a sí mismos en esos procesos? y ¿Cuáles son los símbolos que toman y
las formas culturales que desechan los migrantes mexicanos simultáneamente
de Canadá y de México? ¿Cómo construyen una nueva cultura de liminalidad
transnacional? Estas son las preguntas que guían este capítulo.
4.1 Experiencia cultural entre mexicanos, caribeños y canadienses
A diferencia de otros tipos de pertenencia grupal, la etnicidad se orienta hacia el
pasado, la historia y el origen del grupo y de la nación. La identidad étnica y la
imaginación diaspórica combinan el pasado, el presente y el futuro y exhiben
una conciencia multi-local (Totoricagúena 2005: 2). Las realidades
246
transnacionales que envuelven a los migrantes mexicanos en Canadá dependen
de las interacciones sociales entre sí, pero también de la interacción con los
migrantes caribeños, con los trabajadores agrícolas locales, con las
organizaciones sociales y comunitarias, con la iglesia y con la comunidad de
residentes. La identidad étnica de los migrantes mexicanos hace referencia a
una conciencia de pertenencia a dos naciones, una conciencia de pertenencia al
grupo de trabajadores agrícolas, de pertenencia a un estado, un municipio, una
comunidad en México; de pertenencia temporal a una provincia, una comunidad,
una granja en Canadá.
Foto 19. Migrantes mexicanos cosechando vegetales de greenhouses
La mayor interacción ocurre entre los trabajadores mexicanos de
diferentes estados de la república. Los migrantes mexicanos comparten entre sí
los mismos valores, la cultura, el idioma y la etnia. Si bien con los migrantes del
Caribe comparten la situación de que su trabajo y su vida se desarrollan en el
marco del PTAT/SAWP, las diferencias de los migrantes mexicanos con
respecto a los migrantes caribeños se basan en la cultura, el idioma y el grupo
étnico. El hecho de que en algunas granjas de Leamington han convivido dentro
de la misma casa de los hombres los migrantes mexicanos y los migrantes
caribeños ha permitido diversos acercamientos entre trabajadores de distintas
culturas. Es cierto que hablan distintos idiomas, pertenecen a diferentes grupos
247
étnicos y culturas, pero unos y otros se organizan, por ejemplo, para hacer el
trabajo de limpieza dentro de la casa y para convivir dentro del mismo espacio.
Las organizaciones sociales y comunitarias han hecho posible la creación
de puentes de comunicación entre los trabajadores migrantes y la comunidad de
residentes. Sin embargo, prevalecen las fronteras culturales entre migrantes
temporales y ciudadanos canadienses.
Canadá: una cárcel y un desierto
Después de trabajar por más de veinte años en la misma granja de Leamington,
un trabajador chiapaneco nos decía: Para vivir, Canadá no me gusta porque es
una cárcel y un desierto. En el concepto de cautiverio Tanya Basok (2002)
sintetizó muy acertadamente uno de los significados culturales que la mayoría
de los trabajadores le asignan a su experiencia vivida en Canadá. Una
interpretación alternativa que puede hacerse del cautiverio es la del significado
de cárcel que le asignan los migrantes mexicanos a su experiencia de trabajo y
de vida en Canadá. Una cárcel y un desierto por el aislamiento y el encierro que
ellos viven, pues como he dicho las granjas y las viviendas están a grandes
distancias del centro urbano de Leamington. La sensación de cautiverio es
reforzada por la falta de libertad para buscar trabajo en otra empresa cuando se
ha cumplido el contrato de trabajo en la granja donde el trabajador fue empleado
desde México, cualquier cambio de empleo tiene que ser reportado a las
autoridades consulares o al empleador. La granja y el lugar donde viven los
migrantes son una prisión camuflada pues en algunos casos allí se intenta
privar de libertad de movimiento, de vida social, del ejercicio de la sexualidad,
del desarrollo humano de los trabajadores migrantes. La reclusión de las y los
migrantes mexicanos en las granjas sigue un modelo de encierro disciplinario
en términos de Foucault como lo hemos visto en el capítulo 3.
No obstante, la existencia del cautiverio, de la cárcel o del desierto, no
quiere decir que no haya una respuesta de parte de los migrantes para crear
nuevas formas culturales y salir de ese encierro. Las luchas culturales
promovidas cotidianamente por los migrantes son formas en las ellos intentan
248
salir de la reclusión. Los trabajadores mexicanos están simultáneamente
comparando su experiencia migratoria en Canadá con su experiencia vivida en
México, ellos desechan algunas formas culturales y toman otras, con las cuales
crean nuevos discursos.
En el contexto canadiense, los trabajadores mexicanos procedentes de
una gran diversidad de localidades geográficas mexicanas e inmersos en
diversas circunstancias de trabajo y de vida han mantenido su solidaridad con
otros mexicanos y con su tierra de origen.
La vida social de los jornaleros mexicanos en Leamington
En contra de lo que se suele decir, los migrantes mexicanos tienen vida social
en Leamington, incluso ellos cambian su cultura mexicana y transforman la
cultura local estando en Canadá. El hecho de que la granja y la vivienda de los
migrantes estén en la misma propiedad de los granjeros representa una gran
oportunidad para controlar el comportamiento de los trabajadores (Wall 1998). A
pesar de que los granjeros intentan limitar la vida social de los migrantes
mexicanos entrando a la casa de los migrantes sin previo aviso, prohibiéndoles
la entrada de visitantes, regulando horarios de los encuentros, negando
permisos para las salidas al pueblo, los migrantes se las han arreglado para
tener vida social fuera de los límites de la granja.
Foto 20. Bailando El rodeo en Milton
249
El contacto cultural entre uno o varios integrantes de los migrantes
mexicanos empieza desde el encuentro entre trabajadores mexicanos de
diferentes comunidades y estados de la república que viajan a la STyPS para
hacer sus trámites en el programa; luego continúan los encuentros durante el
viaje en el avión hacia Canadá. Ya estando en las empresas, los encuentros
entre culturas con otros trabajadores migrantes o con residentes canadienses de
diferentes grupos étnicos, conformados de forma distinta, se dan dentro del
grupo de una misma granja y continúa con grupos de otras granjas en una
comunidad rural canadiense.
Los jornaleros mexicanos como viajeros transnacionales han desarrollado
estructuras de interacción entre sí, pero también interactúan con los trabajadores
caribeños. En febrero de 2004, me tocó observar los primeros contactos sociales
que se dan al inicio de la temporada laboral, a través de un grupo de
trabajadores mexicanos y otro de trabajadores jamaiquinos en el Aeropuerto
Internacional de Toronto. Cuando coincide la llegada de los jornaleros de México
y del Caribe en el aeropuerto inicia el contacto social entre unos y otros. Las
agencias privadas de viajes CANAG Travel Services Ltd y Aller-Retour están
contratadas por FARMS para transportar y coordinan el movimiento de los
trabajadores del aeropuerto a la granja o a una central de camionetas requerido
por el empleador, los trabajadores son distribuidos en distintas camionetas
según la comunidad de destino. En contraste con el recibimiento que tuvieron los
trabajadores jamaiquinos de parte del funcionario de enlace de Jamaica, a los
trabajadores mexicanos no los recibió la representación consular mexicana.
Según información previa del Consulado Mexicano, desde 2002 ya no se daba la
bienvenida a los trabajadores en el aeropuerto debido a los costos que eso
implicaba y al poco personal con que contaban. A los trabajadores mexicanos
los recibió un representante de FARMS y un empleado de la agencia privada de
viajes encargada de transportar a los migrantes del aeropuerto a las granjas.
En esa ocasión, se encontraban trabajadores que iban a diferentes
granjas de Simcoe, de Niagara, de Brandford y de Leamington. Algunos
trabajadores mexicanos y jamaiquinos viajaban juntos hacia las granjas donde
250
trabajarían. Desde el aeropuerto empieza la interacción social entre los
migrantes de diferentes grupos étnicos y culturas, así como entre los mexicanos
de diferentes estados de la república. Algunos ya se conocen y otros empiezan a
conocerse. Aunque la mayoría de los trabajadores mexicanos no saben inglés ni
los trabajadores jamaiquinos saben español, unos y otros se comunican.
Lo que yo observé fueron algunas conversaciones breves entre los
migrantes de ambos países. Los trabajadores migrantes frecuentemente se
saludan unos a otros. Mientras los trabajadores caribeños amablemente
preguntan por el bienestar de las esposas y los hijos de los migrantes
mexicanos, los trabajadores mexicanos responden, también cordialmente,
algunos con palabras en inglés, otros con gestos de los ojos o las manos y con
sonrisas. También observé que los trabajadores jamaiquinos buscaban platicar
más entre sí y pocos de ellos conversaban con los trabajadores mexicanos. Por
su parte, los trabajadores mexicanos esperaban las indicaciones en silencio o
conversando con otros jornaleros mexicanos. Algunos migrantes mexicanos y
jamaiquinos se reconocían como trabajadores que estuvieron trabajando en la
misma granja durante la temporada anterior, había quienes se sonreían entre
ellos. Algunos otros estaban por primera vez juntos, en otro país que no era el
suyo esperando ser transportados a las granjas donde compartirían el trabajo y
la vida por algunos meses.
Los migrantes mexicanos y jamaiquinos interactúan dentro de la granja,
pero también en los camiones que los transportan a A & P o al centro del pueblo,
además en el interior de los supermercados y en las calles principales de Talbot
y Erie de Leamington. En algunas granjas los trabajadores mexicanos conviven
con trabajadores migrantes y residentes de otros grupos étnicos. Si bien el
idioma, en algunos casos, es la frontera que impide la interacción entre distintos
grupos de migrantes, en algunos casos, los trabajadores mexicanos y los
caribeños también han compartido el trabajo doméstico, los dormitorios, la
cocina y los baños dentro de la vivienda como nos decía un trabajador mexicano
de Leamington:
251
En la granja donde estoy hay trabajadores de varias nacionalidades. Haychinos, menonitas, negros [trabajadores caribeños], mexicanos [de otrosestados] y de otros países. Para mí, la convivencia es inentendible,porque como no hablo ni entiendo inglés [en el momento de la entrevistaestaba esperando tomar clases de inglés con el grupo del Colegio de laFrontera]. Entonces si ellos conviven o no conviven conmigo pues nosiento nada, ni entiendo nada. No vivimos constantemente con diferentesrazas. A mi me ha tocado vivir con diferentes razas, en el primer año,cuando yo tuve una transferencia a otra farma, [me tocó] vivir condiferentes razas, éramos como 100 más o menos [en una granja deLeamington]. En los dormitorios todos estábamos juntos, eran literas y unsolo comedor para todos. Ahí había jamaiquinos, chinos, vietnamitas,mexicanos, latinos de diferentes países como salvadoreños,centroamericanos, ecuatorianos y de otros países que hablaban españoltambién. Cuando hablan el mismo idioma, hay mucha convivencia, pero sino, hay poca convivencia, por lo mismo de que no nos entendemos. Casitodos los trabajadores hablan inglés, los que no hablamos inglés somoslos mexicanos. Pero algunos [mexicanos] hablan inglés, no cien porciento. Quizás en un grupo de 20 ó 30 trabajadores haya un mexicanoque habla inglés.
Es más frecuente la convivencia humana entre migrantes mexicanos y
caribeños hombres que entre migrantes mexicanas y caribeñas mujeres. Un
caso poco usual en la operación del PTAT/SAWP se dio en la temporada 2006
en Leamington, cuando una de las grandes empresas empleó a trabajadoras
mexicanas y trabajadoras jamaiquinas. Desde 1994, no se habían empleado a
mujeres jamaiquinas a través del SAWP. Los contactos culturales generados
entre mexicanas y jamaiquinas se expresaron en relaciones de solidaridad pero
también de conflicto entre dos mundos femeninos extraños, desconocidos e
inesperados. Para lograr la convivencia humana entre mexicanas y jamaiquinas,
se clasificó el espacio dentro de la casa de las mujeres: los baños fueron
rotulados como baños para jamaiquinas y baños para mexicanas, los
refrigeradores también tenían letreros para uno y otro grupo.63 Las mujeres
compartían el mismo espacio pero estaba estrictamente clasificado para evitar
conflictos. Es probable que la empresa haya empleado a trabajadoras
jamaiquinas como una medida para disciplinar a las trabajadoras mexicanas, del
63 Información proporcionada por Evelyn Encalada quien recopiló dicha información durante sutrabajo de campo en Leamington, en el verano de 2006.
252
mismo modo que la empresa había empleado a trabajadores jamaiquinos para
disciplinar a los trabajadores mexicanos por el hecho de haber protestado con
un paro laboral tres años atrás. Con los encuentros concretos entre jornaleras
mexicanas y jamaiquinas se ha iniciado un nueva época de contacto cultural de
intensidad, multiplicidad y complejidad hasta antes desconocidas entre mujeres
migrantes de México y del Caribe en Canadá.
Encuentro entre dos culturas: enfoque integracionista
La experiencia de trabajo y de vida construida simultáneamente entre dos
realidades locales, la de México y la de Canadá, supone procesos de
construcción de la otredad desde las diferencias culturales adquiridas en ambas
naciones.
Para entender la problemática social de los migrantes mexicanos en
Canadá hay quienes recurren a la idea del encuentro entre dos culturas y hacen
hincapié en las semejanzas entre la cultura mexicana y la cultura canadiense.
Esta posición que aquí voy a llamar integracionista o asimilacionista es
promovida por el gobierno provincial y municipal de Ontario, y por el Consulado
Mexicano en Toronto. Un ejemplo claro donde se expresa esta posición es
durante la celebración del Día de la Independencia de México en territorio
canadiense.
Foto 21. Celebración de Independencia de México en Leamington
253
Unos días antes del 15 de septiembre de 2004, se celebró la
independencia de México con los trabajadores mexicanos. En Leamington la
organización estuvo a cargo del South Essex Community Council y de la iglesia
St. Michael. En La Sallette participaron una mujer salvadoreña, La iglesia
católica local, Enlace Community Link y el Migrant Agricultural Worker Support
Centre de Simcoe. En ambas localidades, la organización del Día de la
Independencia de México tanto en La Sallette como en Leamington está
relacionada con la iglesia católica. En La Sallette, Simcoe, se programó una
peregrinación por las calles del pueblo con la Virgen de Guadalupe y el
Santísimo (véase foto 27). Los símbolos que estuvieron presentes a través de
las banderas, fueron las de México, la de Canadá y la del Vaticano. En
Leamington y en La Salette, ésta celebración se realizó con la participación de
los trabajadores mexicanos y de la comunidad residente. La celebración se
efectuó después de la misa hispana con los jornaleros migrantes.
Foto 22. Himno canadiense en ceremonia oficial de independencia mexicana
En Leamington a esta celebración se le llamó 2nd Celebration of Two
Cultures. Viva la Independencia. Cuando en realidad se celebraba la
Independencia de México, el discurso oficial convocaba a celebrar el encuentro
de las culturas mexicana y canadiense por el acuerdo común de independencia
de ambas naciones. En la ceremonia participaron las autoridades municipales y
provinciales, el consulado Mexicano en Toronto, sacerdotes de la iglesia católica
254
de St. Michael, residentes de Leamington y migrantes mexicanos. Durante el
ritual primero se cantó el himno canadiense y luego el himno mexicano. Además
se desplegaron las banderas de El Salvador, de Honduras, de Guatemala, de
Nicaragua y de Costa Rica, probablemente porque pertenecen a la población de
América Latina que es residente en Leamington, aunque no fue clara su relación
con la celebración de la Independencia de México. Los símbolos mexicanos
coexisten con los símbolos latinos y los símbolos canadienses expresados a
través de las banderas respectivas. En esta ceremonia el sentido de la
Independencia de México se diluyó para adquirir otro sentido, en donde incluso
el vaticano tuvo presencia importante. Mientras en La Salette la ceremonia
estuvo a cargo de un trabajador mexicano y participaron Enlace Community
Link, el Migrant Agricultural Worker Support Centre de Simcoe y algunos
residentes hispanos de la comunidad; mientras que en Leamington la
organización la realizó el South Essex Community Council.
Foto 23. Ceremonia de Independencia de México en Simcoe conducida por los migrantes
La experiencia de choque cultural dentro y fuera
En contraste con la primera posición están quienes hacen hincapié en la idea del
choque cultural entre los migrantes mexicanos y los residentes canadienses.
255
Desde ésta postura se pone en el centro la idea de la existencia del conflicto y la
necesidad de superar dicho conflicto.
Un domingo del verano de 2004, en la Iglesia St. Michael de Leamington,
Enlace Community Link realizó el seminario cómo entender el choque cultural,
el cual estuvo a cargo de Melida Renkwitz coordinadora del programa de
intercambio de estudiantes mexicanos en el St. Claire College, en Windsor. En el
seminario participaron aproximadamente 150 trabajadores y 10 trabajadoras
mexicanas. La pregunta: ¿cómo entender el choque cultural? suponía la idea de
posibles conflictos que podían experimentar los migrantes mexicanos durante su
trabajo y su vida en Canadá. Renkwitz identificó tres fases del choque cultural:
ansiedad, inconformidad y aceptación; además de los procesos, sentimientos y
emociones en la experiencia de los trabajadores.
Hay tres importantes fases del choque cultural que pueden experimentarlos trabajadores mexicanos cuando llegan a Canadá y empiezan ainteractuar con los habitantes de las comunidades donde se emplean.Primero, pueden vivir un estado de ansiedad debido a sentimientos defelicidad y de emoción, así como por los ánimos que tienen al inicio de sunuevo trabajo y su nueva vida. Después, se presenta un estado deinconformidad, en el cual a veces están deprimidos, tristes o sientenañoranza por su familia y por México. En este estado la gente sepregunta: ¿qué esta pasando conmigo?. Llegamos a decir: no debí dehaber venido. Al final se presenta una etapa de entendimiento al aceptarla idea de que nada está mal en mí o en ellos.
En este discurso, por un lado, se plantea que los migrantes pueden
experimentar una crisis interna debido a los cambios que les implica vivir en dos
culturas. El conflicto puede originarse por la separación de la familia y de la
propia cultura, pero también por la forma de convivir con el otro, que soy yo
mismo viviendo procesos cambiantes. Por otra parte, hay una situación externa
de la que se nutre el conflicto: la sobreexplotación, la cultura hostil y el modo de
convivir con el otro: migrantes caribeños o residentes canadienses. De manera
que la lucha cultural, a la vez, se puede experimentar como un proceso interno
de aceptación del sí mismo viviendo procesos transnacionales.
256
Otro aspecto importante es la conciencia de la otredad, la conciencia de
las diferencias: Llegamos a la conclusión de que somos diferentes, que es
necesario aceptar las diferencias culturales de cada uno y que nuestras
diferencias nos definen pero no tienen que separarnos. La otredad puede ser
vista como diferenciación estigmatizada de los mexicanos. Un ejemplo, es
entenderse a sí mismos a través de estereotipos sociales impuestos: Los
mexicanos tenemos el síndrome del avestruz . El avestruz mete su cabeza bajo
la tierra. Este estereotipo supone un complejo de inferioridad de los mexicanos
frente a los canadienses y forma parte del discurso hegemónico. Además, no
nos permite entender las múltiples formas en que los migrantes se ven a sí
mismos viviendo procesos transnacionales de liminalidad cambiante.
Foto 24. Tocando el órgano un domingo después del trabajo
Al parecer, las diferencias culturales van desde los estilos de trabajo y de
vida hasta las formas de comunicación, los modos del contacto social, los
intercambios simbólicos, las formas de organizar el tiempo, la cosmovisión del
mundo, la forma de entender y de aceptar al otro. En la metáfora: así son ellos
y nosotros somos así, se hace referencia a lo que cada uno considera como
apropiado o inapropiado, lo ofensivo o inofensivo, al contacto corporal o al
harassment [hostigamiento], al ser expresivos o no, al ser indirecto o ser directo,
a la calidez y a la frialdad, al Canadian time o Mexican time. Pero, ¿hasta qué
257
punto es posible la interacción entre jornaleros mexicanos y residentes
canadienses? La relación entre nosotros los mexicanos y ellos los
canadienses se va construyendo en la vida cotidiana dentro del trabajo, en la
vivienda y en los espacios de sociabilidad de la comunidad canadiense. Esta
relación se construye con el referente de oposición, la aceptación del otro
distinto, los estereotipos de nosotros y de ellos , y los significados que unos y
otros otorgan durante el proceso de interacción social.
Los mexicanos y los canadienses necesitamos aprender a aceptarnuestras diferencias. El anglosajón no es de tocar, el canadiense casi nosonríe, a menos que sea una persona conocida. Para el canadiense lasonrisa del latino es inapropiada. Los latinos sonríen mucho. A nosotrosnos gusta la fiesta, somos muy expresivos, ellos andan con la cara depalo. Para nosotros lo importante es el contacto, para ellos el contacto yaes harassment [hostigamiento]. Cuando vemos al anglosajón decimos:así son ellos y nosotros somos así. Nosotros nos comunicamos con
poemas, aquí no se pueden decir piropos. Los anglosajones en lainteracción social miran a los ojos, para los latinos mirar fijamente a losojos tiene un significado desafiante. En los anglosajones es muy común lafranqueza, nosotros cuando decimos que sí quiere decir que no. Paraellos la puntualidad es muy estricta, para nosotros no. Nosotros somospolifacéticos, tenemos múltiples relaciones interpersonales. Algunasveces los canadienses se sienten ofendidos de como son los mexicanos.
En esta autodefinición encontramos una estrategia, la cual resalta que se
es mexicano en cuanto que se es distinto al canadiense. Se aclara que no se es
en cuanto a que no se tiene una cosmovisión como la canadiense. Se trata de la
transformación de la identidad de los migrantes mexicanos en el cruce con el
otro canadiense. La pertenencia a la cultura mexicana permite mantener un
distintivo como grupo. En el fondo hay un enfoque integracionista, una propuesta
de adaptación del migrante mexicano a la sociedad canadiense. Con la
conciencia de pertenecer a dos culturas: la mexicana y la canadiense, como lo
sugiere Renkwitz:
Es necesario que tomen clases de inglés y que se conviertan en bilingüespara integrarse a la cultura [canadiense]. Siéntanse orgullosos de serlatinos, de ser mexicanos, de andar en sus bicicletas, que de su trabajocomo la gente que vive aquí. Para aquellos que regresan, van a tener dos
258
culturas, tener dos culturas nos enriquece espiritualmente. Siempreaplicando el lema de Benito Juárez: El respeto al derecho ajeno es lapaz .
Pero, ¿hasta dónde los migrantes mexicanos sienten la pertenencia a las
culturas mexicana y canadiense? Algunos trabajadores migrantes sí sienten
pertenencia a las dos culturas y otros no.
Aquí he hecho hincapié en la interacción entre los migrantes mexicanos y
los residentes canadienses porque, como he dicho antes, en 2002, la enorme
mayoría de los trabajadores migrantes del SAWP (88%) empleados en
Leamington eran mexicanos.
Ahora bien, una posición intermedia es la de quienes suponen encuentros
y desencuentros entre ambas culturas, por ejemplo entre migrantes temporales y
residentes canadienses (Preibisch 2004c).
Religión católica canadiense y construcción de las diferencias culturales
La historia de Canadá ha sido de conflicto por el establecimiento entre la
población nativa, los ingleses y los franceses, además de la actual tensión entre
los nuevos migrantes, la población del sur de la frontera y los canadienses ya
establecidos de diversos orígenes, lo cual ha resultado en una gran diversidad
étnica.64 La religión también ha formado la vida social en Ontario. Durante la
primera mitad del siglo XIX, la iglesia de Inglaterra (Anglicana), con fuertes
conexiones irlandesas e inglesas, no solo era la más predominante, sino que
recibía favores desproporcionados de las autoridades en forma de reservas del
clero. El anglicanismo fue asociado simbólicamente con la Gran Bretaña y la
sociedad ordenada jerárquicamente. Otra ideología común con connotaciones
religiosas fue el odio del papa y el catolicismo romano asociado con las Logias
Naranjas fundadas en muchos pueblos de Ontario. Originalmente introducidas
64 Mientras los católicos romanos irlandéses se establecieron en el municipio de Simcoe; losprotestantes del norte de Irlanda se ubicaron en los municipios de West Gwillimbury, Tecumseth,Mono, Essa e Innisfil; los escoceses de las tierras altas de Escocia poblaron los municipios deNottawasaga; y los ingleses se establecieron en el Oro. A través del tiempo, las diferenciasétnicas y etno-religiosas llegaron a ser menos significativas con el surgimiento de la nuevacultura inglesa canadiense y la identidad entre los nacidos y crecidos en Ontario (Schryer 2003).
259
por los migrantes protestantes irlandeses en los condados del este. No obstante,
la iglesia católica romana así como los miembros irlandeses, escoceses,
ingleses y alemanes, se establecieron al norte de Canadá y también recibieron
reservas clericales. Los católicos tenían los mismos derechos legales que los
protestantes y no existía violencia sectaria o tensiones católico-protestante
significativas con granjeros irlandeses de ambos grupos (Schryer 2003). Hoy en
día es la iglesia católica canadiense la que ha influido de manera importante en
la vida social de los trabajadores migrantes mexicanos.
Las fronteras65 culturales, lingüísticas étnicas, sociales y religiosas son
trazadas, cuestionadas y reformuladas por personas geográficamente dispersas
en la cotidianidad y son un referente en las vidas de millones de personas
residentes en Estados Unidos y en México (Mummert 1999). Las fronteras
religiosas entre migrantes mexicanos y residentes canadienses son
reformuladas por la iglesia católica canadiense en aquellas comunidades donde
se concentran los migrantes, al mismo tiempo, tales fronteras son trazadas,
cuestionadas y reformuladas cotidianamente por los jornaleros geográficamente
dispersos en los circuitos migratorios transnacionales.
Las iglesias66 constituyen uno de los espacios sociales en los cuales la
comunidad migrante y la comunidad permanente forman relaciones (Preibisch
2004a: X-XI). Durante mi trabajo de campo tuve la oportunidad de participar en
algunas ceremonias dominicales que se realizaban en la iglesia St. Michael de
Leamington. Más que ceremonias religiosas en las que participaban residentes
canadienses y migrantes mexicanos, lo que yo encontré es que se celebraban
65 A diferencia de las fronteras político administrativas de láminas de aluminio y alambre de púasque el gobierno estadounidense ha erigido para separar su territorio nacional del mexicano(Mummert 1999). Aquí hago referencia a las fronteras en su sentido metafórico, a las que aludeMichael Kearney (1999). El gobierno canadiense también ha establecido fronteras políticoadministrativas a través del PTAT/SAWP.66 En Leamington coexiste diversidad en su composición étnica y heterogeneidad religiosa. Por lomenos hay 14 credos y templos religiosos. Anglicano: Church of St John The Evangelist;Bautista: Calvary Fellowship Baptist Church, First Baptist Church; Pentecostal: Full GospelTabernade; Presbiteriano: Knox Presbyterian Church; St. Paul Evangelical Lutheran Church;Evangelical Lutheran Church; Evangelical Mennonite Church; Leamington United Mennonite;North Leamington United Mennonite; Salvation Army Citadel; Leamington United Church; MerseaUnited Church; y Católica Romana: St. Michael s y St. Joseph s. La iglesia católica másconcurrida por los migrantes mexicanos es St. Michael s.
260
dos misas por separado, una a las once de la mañana dirigida a los
parroquianos residentes de Leamington, y otra a las dos y media de la tarde
orientada a los feligreses migrantes mexicanos. La primera ceremonia se
oficiaba en inglés y la segunda en español. Es impresionante observar que
durante la misa dirigida a los feligreses locales el estacionamiento se llenaba de
automóviles propiedad de los residentes canadienses, y luego durante la misa
mexicana el estacionamiento se cubría de bicicletas de los trabajadores
mexicanos.
Foto 25. Estacionamiento de bicicletas en el patio de la Iglesia
Los días que asistí a la primera misa me pude dar cuenta de que casi la
totalidad de los asistentes, aproximadamente 30, eran personas blancas,
identifique a algunos hispanos residentes en Leamington. Por otra parte, en la
misa de los migrantes mexicanos la gran mayoría eran mestizos (20 mujeres
aproximadamente de 500 trabajadores) y pocos residentes hispanos. En el caso
de los feligreses canadienses, había quienes asistían en grupo (el esposo, la
esposa y los hijos), pero la mayoría eran personas adultas, que iban solas.
Mientras en el caso de los feligreses mexicanos, como migrantes solos, llegaban
y se iban en pequeños grupos.
261
Foto 26. La otredad ignorada: migrantes mexicanos y residentes canadienses
Diferencias culturales expresadas en las prácticas del credo religioso
En la entrada de la iglesia había una pileta que contenía agua bendita, al entrar,
todos los feligreses canadienses depositaban sobre su frente agua bendita,
fijándose bien en dónde y con quién se iban a sentar; esto no sucedía con los
migrantes mexicanos, pues sólo algunos pocos se persignaban con agua
bendita. La misa en inglés era más corta que la de español, pues en esta última
el mensaje del sacerdote era más largo. En ambos ceremoniales había cantos,
pero mientras que en la de los residentes locales tocaban melodías con órgano y
cantaban un hombre y una mujer, en la segunda misa el grupo que cantaba y
tocaba con guitarra estaba conformado por seis trabajadores mexicanos, todos
hombres. En todas las bancas había pequeñas Biblias y libros de cantos, pero
en la misa de los migrantes mexicanos se distribuía un libro de cantos en
español. En la primer misa me llamó la atención que cantaban con voz suave los
aproximadamente 150 residentes; en cambio en la segunda misa sobresalían las
fuertes voces de los trabajadores, también se escuchaba un sonido muy fuerte
cuando se paraban, se sentaban o se hincaban al unísono los más de 500
trabajadores que asistían y llenaban el lugar. Todos los residentes estaban
sentados guardando distancia respecto de otros asistentes, en contraste, los
trabajadores mexicanos estaban casi pegados uno respecto del otro, había
muchos de ellos que permanecían parados alrededor de las bancas y en la parte
trasera del recinto. La mayoría de los trabajadores mexicanos guardaban
262
silencio y muy atentos escuchaban la misa, en tanto que algunos feligreses
canadienses platicaban entre ellos y había niños llorando o haciendo ruido.
Las diferencias culturales se expresan en las formas como los sacerdotes
ejercen el credo religioso y los modos de satisfacer las necesidades espirituales
de sus fieles. El sacerdote que ofició la misa de la comunidad de residentes
utilizó un tono suave, en tanto el oficiante de la misa de la comunidad de
migrantes usó un tono fuerte, un tanto autoritario, lo cual me recordó al tono
autoritario que utilizan algunos sacerdotes católicos en México. Algo que
también me llamó la atención fue que mientras todos los feligreses residentes
comulgaron, incluyendo niños, sólo 15 de los migrantes mexicanos lo hicieron.
La comunión es distinta que en México, pues en Leamington el sacerdote
da la hostia en la mano y no en la boca. Durante la ceremonia canadiense a la
que asistí, era yo la única mujer morena, cuando me acerqué a recibir la
comunión, formada entre residentes blancos, el ayudante del sacerdote, alto y
blanco, se me quedó viendo feo y dudó por unos segundos en darme la hostia,
yo lo interpreté como un acto discriminatorio. Después, cuando regresaba a mi
lugar para sentarme, sentí la mirada de rechazo del resto de los asistentes sobre
mi persona, como si yo hubiese roto una regla, quizás la de que una mexicana
no debe asistir a la misa exclusiva de feligreses anglosajones. A diferencia de
Canadá donde una persona ayuda a organizar y a dar informes durante la
ceremonia, en inglés o en español, en México es el sacerdote quien organiza el
ritual religioso de principio a fin.
Después de la misa todos los feligreses locales se van en sus
automóviles, en cambio algunos migrantes mexicanos se van en su bicicleta,
otros se quedan platicando adentro o afuera de la iglesia por unos minutos, otros
se van caminando al centro del pueblo, otros más se dirigen a las actividades
que organizan, particularmente en verano, Enlace Community Link o Justice for
Migrant Workers en el sótano de la iglesia o el Sindicato en la casa blanca, y
otros más acuden al llamado del ayudante del sacerdote: como cada domingo,
el padre les ofrece un refresco (agua embotellada), también les ofrece ropa
263
usada para quienes quieran y necesiten, nada más no se agandallen , tomen
una pieza pues ustedes son muchos. El sacerdote interrumpió para decir:
No, no soy yo quien les da a ustedes, a mí me la dio [la ropa] un señor deWindsor para que se las diera a ustedes, yo ni conozco al señor, pero esaropa es una caridad para quien lo necesita, si ustedes ya no la usanpueden dejarla para otros que la necesiten. Hoy hacen la caridad conustedes, para que ustedes mañana hagan la caridad con otros.
En el basemant (sótano) de la iglesia, los trabajadores tomaban la ropa
usada y se formaban para recibir su refresco. En la iglesia St. Michael se
distribuyen gratuitamente materiales informativos para los creyentes, la mayor
parte están escritos en inglés y orientados a los feligreses canadienses. De los
pocos materiales dirigidos a los creyentes mexicanos están estampillas de la
Virgen de Guadalupe y rosarios de plástico. En las estampillas, impresas en
Italia, estaba pegada una oración en español que decía:
Padre, que has puesto a este pueblo tuyo [en referencia al pueblo deMéxico] bajo la especial protección de la siempre Virgen María deGuadalupe [uniendo dos imágenes sagradas la de la Virgen María con lade la Virgen de Guadalupe], concédenos profundizar en nuestra fe, ybuscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Telo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Leamington, Canadá. 13 dejunio 2004.
Un principio básico del credo religioso católico dirigido a los migrantes
mexicanos es el énfasis en el culto a la Virgen de Guadalupe. Bajo este principio
las iglesias canadienses organizan peregrinaciones de la Virgen de Guadalupe
en el interior de las granjas y en las calles de las comunidades de mayor
concentración de empleo de migrantes mexicanos. Durante la misa de la iglesia
St. Michael se exhortaba a los trabajadores mexicanos para que se organizaran
peregrinaciones de la Virgen dentro de las granjas, el ayudante del sacerdote
decía: ¿quién quiere llevarse el día de hoy a la morena a su granja? quien
quiera llevarse a la morena debe registrarse en la salida .
264
Foto 27. La Guadalupana, la Guadalupana bajó a Simcoe
Investigaciones etnográficas en Estados Unidos han mostrado la
importancia de la Virgen de Guadalupe como representación del nacionalismo,
la cultura y la identidad de los mexicanos y/o chicanos. Después de la conquista
de México por Cortés (de 1519 a 1521), los pueblos indígenas fueron obligados
a practicar el catolicismo y abandonar sus religiones tradicionales. La mitología
de la Guadalupe se relaciona con la sustitución de la Diosa Malintzin mexicana.
Hoy en día, la imagen de la Virgen se ha empleado en movimientos de liberación
y en protestas sindicales, incluyendo las de United Farmworkers y las de Farm
Labor Organizing Committee en Estados Unidos; también se ha utilizado en los
partidos políticos mexicanos, los cuales despliegan la imagen en sus mítines y
eventos. Los inmigrantes rurales se vuelven hacia la Virgen en pos de
esperanza y fortaleza mientras trabajan y luchan en condiciones difíciles (Díaz-
Barriga 2002: 37).
Las nociones fronterizas de la Virgen de Guadalupe hacen hincapié en
una identidad posnacionalista que no se refiere a la exclusión sino a cómo
superar la violencia y el racismo, y cómo articular la diferencia (Díaz-Barriga
2002: 40). Para Luis Rodríguez y Luis Alfaro (citados en Díaz-Barriga 2002) el
significado de la Virgen de Guadalupe alude a las articulaciones de la diferencia,
en lugar de la unidad nacionalista, y en las posibilidades de transformar las
265
identidades masculinas. El estudio de la Virgen de Guadalupe con respecto a las
concepciones cambiantes de las identidades y las relaciones de género entre los
migrantes mexicanos en Canadá, son temas que merecen más atención. Hace
falta mayor investigación en torno a la reconfiguración del significado que los
jornaleros y jornaleras migrantes otorgan a la Virgen con respecto al cruce de la
frontera México-Canadá.
Si bien la parroquia St. Michael en Leamington ha tenido un papel
importante en el servicio a las necesidades espirituales de los trabajadores
mexicanos, junto con otras iglesias católicas -especialmente en las áreas de alta
concentración de empleo de migrantes como Newmarket, La Salette, Delhi y
Niagara On The Lake- han desarrollado esfuerzos por integrar a los migrantes a
la comunidad y brindar apoyo atendiendo sus necesidades en general. Dentro
de las congregaciones católicas canadienses hay diferentes niveles y posiciones
jerárquicas. Una posición de los clérigos es la que expresa la importancia de
divulgar el evangelio y reforzar a la familia en la fe; se interesan más por
evangelizar a la comunidad migrante. Otra posición pone atención en la justicia
social, como las doctrinas papales sobre el tratamiento de los trabajadores
migrantes; están preocupados por brindar apoyo cristiano a los migrantes y
promover la interacción entre la comunidad de residentes y los migrantes
(Peibisch 2004a: 43).
En este contexto, me surge una pregunta: ¿dentro del pluralismo religioso
que se practica en Leamington, los casi cuatro mil migrantes mexicanos
católicos constituyen una minoría religiosa? Lo que yo encontré es que ellos ya
constituyen una mayoría religiosa temporal, pues mientras a la iglesia católica
de St. Michael asisten a las misas dominicales un promedio de 150 parroquianos
canadienses, también acuden alrededor de 400 adeptos mexicanos. Sin
embargo, Leamington tiene actualmente una comunidad católica grande debido
a su población italiana y portuguesa, es probable que muchos de ellos vayan a
otras iglesias. Incluso la mayoría de los trabajadores mexicanos acostumbran ir
a la iglesia St. Michael para dar las gracias a Dios a su llegada a Canadá y a su
regreso a México. Durante esos días, sobre todo entre mayo y junio, el edificio
266
de la iglesia es insuficiente pues los jornaleros no solo se quedan en los pasillos
sino se instalan afuera del templo religioso, debido a que la asistencia es de
miles de creyentes mexicanos.
En lo político, la iglesia católica de Leamington por momentos ha estado
separada del Estado canadiense y de los granjeros que participan en el
PTAT/SAWP, pero en otros momentos ha estado estrechamente articulada con
el Estado canadiense y los grandes empresarios que emplean a los migrantes
temporales. Hoy en día, al parecer, el grupo religioso al cual pertenecen los
sacerdotes de la iglesia St. Michael son más conservadores y están más cerca
de los intereses del Estado y de los granjeros que de los migrantes mexicanos.
Por ejemplo, rechazaron que el grupo Justice for Migrant Workers llevara acabo
reuniones con los trabajadores en el sótano de la iglesia, además retiraron el
permiso al Sindicato para que continuara su servicio en la casa blanca,
propiedad de la iglesia. Hoy, ya no existe más la casa blanca pues ya la
derrumbaron como para que no quedara vestigio alguno de la existencia del
Sindicato.
La actual política del grupo de clérigos católicos de Leamington ha
llegado a orientarse hacia mensajes agresivos y misóginos en contra de las
trabajadoras mexicanas. En el verano de 2006, durante una ceremonia donde el
sacerdote conminaba a los migrantes mexicanos a reconocerse como sujetos
morales de la conducta sexual, el párroco les pidió a los feligreses mexicanos
que aquellos que estaban en pecado mortal teniendo relaciones sexuales con
las migrantes mexicanas, pasaran al frente para ser absueltos de ese pecado y
para que no anduvieran más con las malas mujeres que ya se habían
convertido en prostitutas.67 Sorprendentemente acudieron al llamado la mitad de
los hombres asistentes, quienes pasaron al frente para ser bendecidos y para
dejar de ser pecadores; en cambio, las creyentes mujeres fueron ignoradas e
insultadas públicamente. ¿Que es lo que explica esta respuesta de los
migrantes? Ellos han venido internalizando valores y creencias religiosas
67 Información proporcionada por Evelyn Encalada derivada de su propia investigación de campoen Leamington, en 2006.
267
inculcadas por los sacerdotes canadienses y mexicanos, pero también por los
empleadores y los empleados de la STyPS. Esto sucedió incluso ahora que hay
una oficina consular mexicana en Leamington. En este contexto, se refuerzan
ideologías de género dominantes y se construyen sujetos generizados por la
diferencia sexual en México y en Canadá, en donde se dan estrategias de
significación creadas por oposición, las cuales colocan a las madres buenas,
abnegadas y virtuosas representadas en las esposas de los migrantes como
pilar de la familia mexicana unida en contraposición a las mujeres malas que
abandonan el hogar y a sus hijos, mujeres de mala vida como son percibidas
con carga negativa y desvalorización a las trabajadoras migrantes mexicanas a
quienes se les ve como putas 68 y malas madres.69 Frente a las recientes
políticas misóginas y racistas de la iglesia católica de St. Michael, la respuesta
de las trabajadoras mexicanas ha sido la inasistencia a la iglesia, la resistencia
de algunas de ellas de continuar sus relaciones amorosas con los hombres
pecadores que fueron bendecidos y la continuación de su vida sexual de parte
de otras migrantes. Las jornaleras migrantes han denunciado que son tratadas
como putas tanto en Leamington como en México.
4.2 La otredad entre mexicanos, caribeños y canadienses
Un sentimiento común entre los trabajadores mexicanos es la conciencia de que
están de paso, que se encuentran transitoriamente en Canadá. Una expresión
común era: estoy aquí sólo para trabajar por unos años mientras logro sacar
adelante a mi familia y construir mi casa en México. A diferencia de los
migrantes mexicanos en Estados Unidos, la mayoría de los migrantes
mexicanos en Canadá no piensan vivir permanentemente en ese país.
68 Puta es un concepto genérico que designa a las mujeres definidas por el erotismo, en unacultura que lo ha construido como tabu para ellas. Ideológicamente se identifica puta conprostituta. Pero, putas son además las amantes, las queridas, las madres solteras, lasfracasadas, las divorciadas, las que andan con casados, las mujeres solas todas las mujeresson putas por el hecho de evidenciar deseo erótico, en alguna época o en circunstanciasespecíficas de su vida (Lagarde 1990: 543).69 Malas madres son las mujeres cuya maternidad atenta y critíca en acto los estereotiposdominantes de la maternidad, de la institución maternal y de la madre. Para las diversasideologías dominantes las malas madres se ubican en la maldad y en el pecado, en la disfuncióny en la anomia, o en la locura (Lagarde 1990: 705).
268
Pero, ¿cómo se construye la alteridad de los jornaleros mexicanos en los
circuitos migratorios transnacionales del Ontario rural? Una forma de
aproximarnos a este proceso es observando y participando en la interacción que
ellos establecen entre sí, con los trabajadores caribeños y con el resto de la
comunidad.
Los canadienses son como papas sin raíces
Desde la mirada de los migrantes mexicanos los canadienses son vistos a partir
de estereotipos. Una trabajadora decía: Aquí, los canadienses son secos y sin
chiste. La narrativa de una residente con más de 18 años de vivir en Ontario, de
origen latinoamericano, se refería a los canadienses como papas sin raíces:
Lo que pasa es que el canadiense es como las papas, que no tienenraíces, no tiene raíz familiar esa cultura. Uno de grande es un orgullo dedecir soy latina, todos somos latinos aunque unos sean de Honduras ode Guatemala y por ser latinos tenemos una cultura muy fuerte, en mipersona, las raíces familiares están muy gruesas.
Una de las formas que tienen los migrantes mexicanos de asumir la
relación con la otredad es su pertenencia a la cultura latina. De la pertenencia de
México a América Latina se derivan una gran diversidad de significados. Los
mexicanos son latinos, comparten una misma cultura. Los migrantes se
entienden como latinos y en Canadá los perciben como migrantes mestizos de
habla hispana.
Desde la mirada de los migrantes latinos, la situación cambia conforme el
género. Por ejemplo, un residente salvadoreño percibía a la mujer canadiense
en términos negativos con quien no podría compartir un proyecto de vida en
pareja: Mujeres como mis hermanas ya no hay, voy a irme a buscar una mujer a
El Salvador porque las mujeres aquí están bien locas.
Los migrantes mexicanos son los niños a quien hay que apoyar
Desde la mirada de los residentes y de los niños menonitas de Leamington, los
migrantes mexicanos son vistos como los extranjeros raros. Algunos residentes
269
ignoran a los migrantes mexicanos, otros los ven como si fueran criminales, muy
pocos canadienses establecen comunicación con los jornaleros, en la mayoría
de los casos interactúan con ellos por motivos de comercio. No obstante que, en
Leamington, los migrantes mexicanos constituyen la mayoría visible de los
migrantes temporales del PTAT/SAWP. En Canadá, los migrantes mexicanos
son vistos como minoría visible y un recurso importante para incorporarlos al
trabajo temporal en la agricultura canadiense, pero también son vistos como un
problema para el orden canadiense. Si bien no hay un absoluto categórico, si
hay el anglo dominante que es canadiense y el mexicano que es el otro. Esta
distinción entre el yo mexicano y el otro anglo está presente cotidianamente.
Después de tres décadas de presencia de los migrantes mexicanos en
Leamington, ellos continúan siendo vistos con extrañamiento y con miedo. Por
ejemplo, en las calles y en las tiendas comerciales, algunos niños menonitas ven
a los trabadores mexicanos con extrañamiento. Un trabajador con 15 años de
trabajo en Leamington nos decía: Todavía ahora nos ven como extraños, pero
más los primeros años que veníamos a trabajar a Leamington, nos miraban los
niños como si fuéramos extraterrestres, se nos quedaban viendo y viendo. Esa
misma percepción tuvimos nosotras durante nuestro trabajo de campo. Cuando
íbamos a hacer compras al Dollar Join, nos encontrábamos en los pasillos a
niños y niñas menonitas, ellos se detenían, nos miraban detenidamente, con los
ojos muy abiertos de total sorpresa y con la boca abierta, nos miraban una y otra
vez a la cara, y observando todos nuestros movimientos por varios minutos,
hasta que la mamá o algún familiar se iba y se echaban a correr para
alcanzarlos.
Si bien ambos grupos étnicos enfrentan racismo y discriminación en
Canadá, como grupos minoritarios, lo experimentan desde una posición distinta.
Los menonitas mexicanos son vistos como los otros extraños por la sociedad
convencional canadiense y los niños menonitas experimentan racismo en las
escuelas públicas locales, originado por las creencias religiosas, las prácticas y
270
las formas tradicionales de vida de la comunidad menonita,70 algunas familias
menonitas se han establecido como ciudadanos canadienses, otros han
solicitado estatus migratorio como propietarios de tierras basado en parientes
que viven en Ontario, y otros más llegan como visitantes pasando la temporada
de trabajo ilegalmente (Wall 1998: 274); en Leamington, la mayoría de los
menonitas son ciudadanos canadienses y ciudadanos mexicanos. En contraste,
los migrantes mexicanos del PTAT/SAWP están en una posición de mayor
vulneravilidad para hacer valer sus derechos y están más expuestos a actitudes
discriminatorias debido a su estatus migratorio como trabajadores temporales,
como no residentes canadienses, además de la limitante del idioma. Los
trabajadores mexicanos son más vulnerables a que se violen sus derechos
laborales y humanos, comparativamente con los residentes menonitas.
Otro ejemplo, son las miradas de extrañeza de parte de algunos
residentes en los bancos, en las oficinas del municipio, en la biblioteca pública y
en los supermercados donde no venden productos mexicanos. Los contactos
humanos entre distintos grupos étnicos sigue siendo un problema cognitivo.
Sin embargo, algunos residentes canadienses y latinos en Ontario, se han
sensibilizado ante la problemática de los migrantes temporales y están
participando en las actividades que realizan las organizaciones sociales y
comunitarias que ofrecen servicios y apoyo a los migrantes. Por ejemplo, en
Niagara On The Lake, un residente canadiense apoyaba a los migrantes
mexicanos con talleres de reparación de bicicletas dentro del Centro
Comunitario de esa región. Al dirigirse a ellos, les llamaba: Hay que apoyarlos a
ustedes, para que puedan continuar su trabajo en Canadá, por eso tengo este
taller de reparación de bicicletas, para ustedes los mexicanos, porque no, los
niños mexicanos, que necesitan apoyo.
70 En las comunidades donde se han establecido, los menonitas mexicanos frecuentementeenfrentan el desdén de los residentes quienes consideran que ellos son atrasados, sucios y unacarga social (Wall 1998: 274). Para mayor información sobre las familias menonitas véase:William Jansen, The mennonites from Mexico in Ontario: Who Are They? Unplublished paperpresented in Aylmer, Ontario, 6 October, 1988; y Victor Kliewer, The Mennonites in Essex andKent Counties, Ontario: An Introduction. Leamington, ON: Essex-Kent Mennonite HistoricalAssociation, 1997; entre otros.
271
Foto 28. Taller de reparación de bicicletas para los mexicanos
En su investigación, Kerry Preibisch (2004a: 96-97) encontró que la
percepción de los residentes permanentes, de la región de Niagara y de Simcoe,
sobre los trabajadores migrantes frecuentemente se basaba en estereotipos
raciales e ideologías de género. Los residentes se refieren a los migrantes como
personas amistosas y gente que trabaja duro, pero también como adecuados
para el trabajo agrícola y gente esencialmente pobre de países pobres. Esta
percepción era usada para justificar bajos salarios y viviendas inadecuadas.
Algunos otros rechazaban a los migrantes por tener relaciones sexuales con las
mujeres residentes. Los trabajadores migrantes buenos eran aquellos que se
abstenían de beber y de tener relaciones sexuales. Algunos granjeros asignaban
estereotipos distintos para los migrantes con los cuales justificaban la asignación
de trabajos pesados para los jamaiquinos, tareas repetitivas y más trabajo para
los mexicanos, y trabajos en flores, fresas, empaque y enlatado para mujeres
mexicanas. Como consumidores, los migrantes mexicanos fueron vistos como
orientados a la familia, buenos católicos, personas reservadas y cuidadosas con
su dinero.
272
Foto 29. Aprendiendo a limpiar y a cocinar lejos de casa y de las mujeres
La otredad está dentro de nosotros mismos
Las mujeres experimentan la otredad masculina al emigrar solas a los campos
canadienses y al incursionar en la llamada aventura masculina. Los hombres
también emigran solos a Canadá, sin embargo, experimentan la otredad
femenina al explorar el trabajo doméstico aprendiendo a cocinar, a lavar la ropa,
a lavar los trastes, a planchar, a limpiar la casa. A diferencia de los migrantes
mexicanos en Estados Unidos, los migrantes mexicanos en Canadá saben que
no tienen posibilidad de llevar a su esposa o de formar otra pareja que les haga
el trabajo doméstico dentro de la granja, así es que, aunque a algunos no les
guste, aprenden a combinar el trabajo productivo con el trabajo reproductivo, el
trabajo agro-fabril con el trabajo doméstico. Así, se desdibujan las fronteras de la
organización de lo doméstico y lo público.
273
Foto 30. Migrantes y residentes celebrando independencia mexicana
La otredad está adentro y afuera simultáneamente
Para los hombres, la otredad implica encuentros y desencuentros con la esposa,
con los hijos, y simultáneamente, con los otros migrantes y canadienses que no
soy yo, que no son mi familia, que no son mis compatriotas, que son otros
diferentes a mí, que no entiendo y que me molesta cómo son. Esta situación
puede llevar a un conflicto interno, a una crisis existencial.
Con el correr del tiempo se modifica el ser otro observado y
experimentado de los otros; después de un tiempo de recorrer el extranjero o de
estadía en él, la patria-matria ha cambiado y el regreso se convierte en un nuevo
inicio bajo condiciones modificadas. Las relaciones se transforman en complejos
procesos de aculturación, de innovación y de resistencia. La valoración de los
otros y la disposición afectiva hacia ellos se modifica (Krotz 1994: 9). Los
migrantes mexicanos experimentan la otredad de múltiples formas, de acuerdo a
su estatus en el programa, las circunstancias de su experiencia migratoria, la
granja, comunidad y provincia en las que han sido empleados. Quienes ya
tienen por lo menos dos décadas de trayectorias laborales en Canadá viven la
otredad de un modo distinto a quienes apenas ingresaron al programa. Las
relaciones que establecen con los empleadores, con otros trabajadores
migrantes y con la comunidad residente se transforma, entre una temporada y
274
otra, en complejos procesos de aculturación y resistencia. Se transforman
también las relaciones con la pareja, los hijos y la comunidad de origen.
Para algunos el trabajo y la vida en Canadá han implicado un proceso
que les cuestiona como seres humanos, que les interroga a sí mismos sobre el
sentido de su vida. Durante una entrevista, un trabajador me relataba lo que le
decía por teléfono a su esposa acerca de su trabajo y su vida en Canadá,
después de 18 años: En Canadá estoy muriendo, muy lento, pero muy
fuertemente, las noches me saben a puro dolor, sin ti, me siento vacío. Otra
trabajadora comentaba A mí no me gusta Canadá, yo me regreso a México.
Aquí todo es igual, todas las casas son iguales, las calles son todas muy rectas,
hay mucho silencio, hace mucho calor o mucho frío y si no sabe uno inglés, uno
no sirve. Para algunos trabajadores, la otredad que está dentro y fuera
simultáneamente, se construye en ambos países, el regreso a México significa el
retorno a lo que yo soy pero transformado con la experiencia
transnacionalmente vivida. Así lo narraba otro trabajador de Simcoe:
Yo siempre regreso a México, extraño mucho porque aquí la gente salede sus casas y dice hi y ya no hablan más, ni con nosotros ni entre ellos.Extraño que entre nosotros hablamos mucho. Yo regreso en noviembre amis fiestas, mis celebraciones, mis costumbres, mi familia, lo que yo soy.
Llegar a Canadá para contar los días del regreso a México
Hay quienes no les interesa interactuar ni con sus propios compatriotas, se
concentran en el trabajo y en ahorrar dinero motivándose con la idea de que
pronto van a regresar a México con su familia, como nos decía una trabajadora:
Si hoy me preguntan, me faltan 108 días para regresar a México. Yo tengo un
calendario en la cama donde me duermo, al amanecer ahí voy marcando desde
el día en que llegué aquí. Yo sé cuántos días me faltan para regresar a México.
Los migrantes con sus bicicletas y su fútbol subvierten el orden canadiense
Entre los informantes de las organizaciones sociales canadienses y algunos
residentes de las comunidades rurales de Ontario, existe la idea de que los
trabajadores mexicanos hasta hace seis años eran invisibles. Una integrante del
275
grupo Enlace Community Link comentaba al respecto: nadie sabía quien
cultivaba o cosechaba los alimentos que comíamos. Ahora los migrantes se ven
más porque cada día son más numerosos, pero también, como narraba la
integrante de Enlace Community Link, porque: hemos tenido más noticias de
ellos a través del periódico, la televisión, la radio y de las actividades que se
organizan para ellos a través del Sindicato y de otras organizaciones
comunitarias.
Foto 31. Fiel acompañante del trabajador mexicano
Cuando le pregunté a una integrante del South Essex Community Council
(SECC) acerca de la forma en que nació el interés por crear un programa
cultural para los trabajadores migrantes mexicanos en Leamington, ella puso el
acento en la preocupación de los residentes de Leamington acerca de que los
migrantes no anduvieran creando disturbios sociales o políticos. Un efecto
importante del programa cultural del South Essex Community Council fue la
reducción del miedo que provocaba a los granjeros y a los residentes de
Leamington la presencia de miles de jornaleros mexicanos en las calles del
pueblo y en los campos agrícolas. El pánico suscitado por los otros, los
mexicanos que juegan fútbol, que se reúnen en grupos en las esquinas, que
andan con sus bicicletas por los caminos rurales creando tráfico en las avenidas
centrales del pueblo, que bailan en los bares, que trabajan largas jornadas de
276
trabajo, que hacen un trabajo que no quieren hacer los trabajadores locales, que
son tan diferentes a nosotros los canadienses. El otro extranjero que no
entiende la comunidad residente y que subvierte el orden social canadiense
aparece con claridad en la narrativa de la representante del Migrant Worker
Cultural Program.
Desde principios de 1970, la comunidad ha girado su interés hacia [lapresencia de] los trabajadores migrantes entre nosotros [loscanadienses]. Su deseo expreso de jugar basketball [un segundodespués corrigió fútbol soccer] y el generoso ofrecimiento de la PrimeraIglesia Bautista (First Baptist Church), en Leamington, dio como resultadodiversas temporadas de estos improvisados juegos, organizados por elConsejo Comunitario del Sur de Essex (SECC). Algunos años atrás elSECC empezó el programa de puentes a través de bicicletas (Bridgesthrough Bicycles) complementado con talleres de seguridad, programasde reparación y estacionamiento de bicicletas en el centro del pueblo. Suéxito es evidente a través del tráfico ciclista [de los migrantes] en nuestroscaminos. Todo empezó con el fútbol. Algunos canadienses le fueron apreguntar a la policía, si había algún tipo de disturbio. La policía les dijoque no, que sólo estaban jugando. Ahí empezó la idea de hacer unprograma para los trabajadores. Nos ocupamos únicamente de lo cultural,por ejemplo, presentamos arte mexicano, impartimos clases de guitarra,de cocina, de inglés como segunda lengua. También ellos necesitanrecreación. Cuando ellos vienen a Canadá les preguntan: ¿ya fuiste aNiagara? Entonces nosotros les organizamos un viaje a Niagara.
La preocupación central de la comunidad residente expresada a través de
del South Essex Community Council ha sido tratar de entender la presencia
cada vez más creciente de los trabajadores mexicanos entre nosotros los
canadienses. En el fondo, el propósito ha sido tratar de regular la cultura
mexicana en territorio canadiense de acuerdo con las normas de la cultura local
canadiense. Regular al otro extranjero que invade nuestros caminos. El
programa de puentes a través de bicicletas proponía establecer puentes de
comunicación y acercamiento entre la comunidad residente y los migrantes
mexicanos por medio de regular la circulación y el estacionamiento de las
bicicletas de los migrantes en el centro de Leamington.
La propuesta del South Essex Community Council fue la creación de
actividades culturales y recreativas para los migrantes. El programa cultural ha
277
servido, en parte, de contención para las protestas laborales de los más de tres
mil jornaleros mexicanos concentrados en Leamington. La estrategia empleada
para que los migrantes no provoquen disturbios a la comunidad de residentes ha
sido la organización de una Liga de Fútbol Mexicana en Leamington, el traslado
a la misa católica los domingos en la iglesia de St. Michael y el viaje a las
Cataratas de Niagara.
Hoy en día, los migrantes mexicanos juegan fútbol no sólo entre sí sino
también con los residentes italianos, portugueses y latinos de Leamington. La
Liga de Fútbol Mexicana de Leamington funciona durante el verano cuando la
mayoría de los migrantes están trabajando en el área. Aunque los campos de
fútbol están muy lejos de las granjas donde viven los migrantes, muchos se
desplazan los domingos hacia el centro del pueblo para ir a jugar este deporte.
El fútbol representa un signo de identidad para los migrantes y es una práctica
que cruza las fronteras México-Canadá, como nos narraban -en el contexto del
Torneo interzonas de fútbol realizado en Niagara On The Lake, en 2004- cuatro
trabajadores de Leamington, Niagara y Simcoe: Jugar y sentir que estamos en
México. El fútbol es parte de nosotros y nos hace sentir bien, Es una unión de
compañeros. Estamos aquí para bajar el estrés del trabajo de todos los días,
para entrar con ganas al trabajo al otro día y para que no sienta uno mucho la
familia que está lejana, El fútbol es un poco de relajamiento para mí y para los
compañeros. Olvidarse de los problemas de México, y En México y aquí lo
practico bastante. Aquí o en cualquier lado, hay una especie de orgullo, quiere
uno sobresalir. Yo jugaba desde que estaba en Leamington. Se queda el hábito
de ir a jugar cada domingo (Becerril, Surco agosto 2004: 4).
En el verano de 2003, como parte de las actividades del South Essex
Community Council, en su Boletín Informativo Mexicano se anunciaba: Liga de
Fútbol Mexicana de Leamington ya en marcha. Apoya a tu equipo. Juegan todos
los domingos desde las 3:00 p.m. (El Mensajero 1, mayo 25, 2003: 9). Los 18
equipos, clasificados en dos grupos incluían a: Junior, Irapuato, Azzuri, Tigres,
Puebla, Ginos Café, America, Atlas, Estado de México, River Play, Paraíso,
Mastron, Veggro, Latinos, Toluca, Monarcas, Redzzo y Nature Fresh. Los
278
partidos de fútbol se realizaban en el Campo Grande, Portuguese Club, Mastron,
y Campo Chico, Rhine Danube Club. Por los nombres de los equipos, vemos
que si bien la mayoría estaban formados por migrantes mexicanos también
había equipos de residentes latinos, italianos o portugueses. Se requiere una
investigación más profunda sobre los procesos de interculturalidad en el
contexto de una creciente diversidad étnica de migrantes y residentes de
Leamington en el contexto del fútbol soccer, así como de la disputa masculina
generada a partir de este deporte en dichos campos de Leamington y de otras
regiones como Niagara y Simcoe donde se concentran los trabajadores
mexicanos.
Lo que yo encontré durante mi trabajo de campo, fue que en algunos
residentes de Leamington prevalecía la idea de guardar a los mexicanos dentro
de las granjas para que no causen disturbios, Los migrantes mexicanos se ven
como perturbadores del orden social canadiense. Sin embargo, al mismo
tiempo, hay interés en proporcionar el servicio de recreación con el propósito de
integrar temporalmente a los migrantes a la sociedad canadiense.
No obstante esta iniciativa integradora, los trabajadores acuden con poca
frecuencia a las actividades organizadas por el South Essex Community Council,
excepto para ir al viaje de las Cataratas de Niagara, jugar fútbol e ir a misa en la
Iglesia St. Michael. El South Essex Community Council opera en las
instalaciones del Centro de Artes (Gallery Arts Centre). El South Essex
Community Council con financiamiento del gobierno federal así como de la
empresa transnacional de tomate Heinz. A diferencia de las organizaciones no
gubernamentales el South Essex Community Council pide el registro y la
credencialización con un costo de Cdn$5.00 para que los migrantes puedan
participar de sus actividades.
4.3 La identidad transnacional ambigua y liminal
En este apartado, voy a argumentar que para analizar la identidad transnacional
de los jornaleros y las jornaleras mexicanas en Canadá en el marco del
PTAT/SAWP, una cuestión fundamental debe considerarse: las contiendas
279
culturales que unos y otras enfrentan cotidianamente durante su trabajo y su
vida en los campos agrícolas y en las comunidades canadienses.
La experiencia de radicar transitoriamente en Canadá por parte de los
jornaleros mexicanos, se caracteriza porque la mayoría trabaja y vive una
situación de liminalidad constante, es decir, de riesgo, incertidumbre,
inseguridad ambigüedad y confusión. No están del todo integrados en Canadá
pero tampoco están del todo integrados en México. Su estilo de vida es el de ir y
venir, pertenecer y contender transitoriamente en la cultura mexicana y en la
cultura canadiense. Los migrantes mexicanos viven un modo de vida nómada
transnacional. Un modo de vida nómada en el que tienen que trabajar entre 12 y
16 horas para la procuración de comida del día para el/la trabajador/ora en
Canadá y para su familia en México.
La gente que vive en áreas fronterizas es ambigua porque participa en
ambas naciones y, al mismo tiempo, no participa completamente en ninguna de
ellas (Kearney 2003: 47). La identidad de los migrantes mexicanos que trabajan
y viven simultáneamente en México y en Canadá es ambigua porque participan
en ambas naciones durante una parte del año, y al mismo tiempo, no participan
en ninguna de ellas completamente. Los límites y las fronteras entre el yo y el
otro que viven dentro del sí mismo están siendo transformados. Un trabajador
mexicano, que laboró en Leamington durante la temporada de 2003, explica en
sus propias palabras sus razones para establecer o no convivencia con los otros
migrantes mexicanos o los residentes canadienses.
Yo trato de aislarme, de no convivir, a las cosas donde no puedo tenerparticipación, a donde no quiero participar, donde no puedo estar. En lafarma donde estoy hay hombres y mujeres, vamos a decir, mitad y mitad,la convivencia es variable porque en el trabajo, es trabajo solamente, noes una fiesta. En mi caso, el tiempo que tengo aquí no he tenido laexperiencia de que pueda tener una novia, una amiga, nunca me he dadola libertad. Le vuelvo a decir, trato de aislarme de este tipo de cosas. Yoveo que cuando estoy aislado es cuando tengo menos problemas, tratode aislarme de los problemas.
280
Los migrantes mexicanos se identifican simultáneamente en el ámbito
global con una identidad étnica mexicana y con una identidad como migrantes
temporales en Canadá.
Sin embargo, lo que ahora se disputa son las identidades personales y los
movimientos de personas y la hegemonía cultural y política de los pueblos. El
Estado busca un monopolio de poder para asignar las identidades a quienes
entran en ese espacio y para controlar su movimiento de entrada a dicho
espacio (Kearney 2003: 52). La mayoría de los granjeros retienen los pasaportes
(extensiones de la persona del trabajador) de los migrantes mexicanos en su
poder hasta el final de la temporada laboral y de su salida de Canadá, violando
todos los derechos constitucionales y humanos de los migrantes. No obstante,
hay migrantes que se mueven de una comunidad a otra y al hacerlo desafían el
control del Estado canadiense. Los trabajadores y las trabajadoras mexicanas
establecen relaciones sexuales desafiando el poder de los Estados mexicano y
canadiense, y de los granjeros; y al así hacerlo disputan tanto el espacio laboral
como el control de su vida y su identidad.
Los jornaleros migrantes estando en México pertenecen a la sociedad
mexicana, a un estado, un municipio y una comunidad específica. Estando en
Canadá los migrantes mexicanos desarrollan redes de interacción e intercambio
con los empleadores, con los migrantes caribeños, con las organizaciones no
gubernamentales y gubernamentales, con los jornaleros de otros estados de la
república, con los trabajadores de sus comunidades de origen, con las
instituciones que administran el programa.
En Canadá se exige respeto al mosaico cultural, a lo que se llama
multiculturalismo, sin embargo, al interior de la cultura canadiense se les niega
a los trabajadores migrantes del PTAT/SAWP los derechos básicos como
trabajadores agrícolas y como seres humanos. No se reconoce el derecho de
pertenencia de los trabajadores migrantes a la sociedad canadiense; y tampoco
el derecho de membresía a la sociedad canadiense. El mosaico cultural
canadiense no incluye a los migrantes.
281
Nosotros ya somos más de Canadá que de México
A pesar de tener un estatus legal no pleno y de la política de exclusión de los
migrantes mexicanos de la sociedad canadiense, los trabajadores han venido
transformando su identidad a partir de su experiencia vivida tanto en Canadá
como en México. Un jornalero que trabajaba en las granjas de Leamington como
trabajador nominal, con una trayectoria laboral de la mitad de operación del
programa, expresaba con claridad su sentido de mayor pertenencia a Canadá
que a México: Tengo 15 años en el programa, ya he pasado por muchas
farmas, en la producción del pepino, en el tomate. Nosotros ya somos más de
acá [Canadá] que de allá [México].
El sentido de pertenencia de los trabajadores tanto a Canadá como a
México no es tan claro entre los trabajadores que tienen una trayectoria laboral
de cinco o menos años en el programa. Los conflictos laborales que como
trabajadores agrícolas migrantes han vivido dentro de las granjas forman parte
de la identidad ocupacional construida por los migrantes. Cuando entrevistaba a
un trabajador, se notaba que él estaba muy molesto, acercándose un poco más
a mí, me dijo en voz baja: Se fueron 30 trabajadores mexicanos y aquí [en la
granja] hay mucha molestia, en ese momento lo llamaron porque ya había
llegado el camión que los trasladaría al pueblo de Leamington. Días más tarde
entendí que el trabajador se refería a la repatriación de los 30 trabajadores
mexicanos que participaron en el paro laboral de abril de 2003 y que él había
participado en esa huelga.
El conflicto laboral de abril y los meses siguientes fueron el escenario de
la contienda de emociones que experimentaron los trabajadores mexicanos. Los
sentimientos de miedo y de furia que el trabajador estaba experimentando por la
situación laboral que habían vivido los migrantes, apenas dos meses atrás,
estaban siendo expresados conmigo en el patio entre la vivienda y la granja.
Justo eran los días en que los migrantes mexicanos tenían un mes de estar
viviendo en la misma casa donde el empleador instaló también a los migrantes
jamaiquinos, quienes sustituyeron a los jornaleros mexicanos repatriados. De
modo que los sentimientos de rabia, de tristeza, de inconformidad, de miedo se
282
expresaban no sólo por el duro golpe experimentado como gremio de
trabajadores, sino que al mismo tiempo estaban viviendo la competencia de los
trabajadores jamaiquinos y continuaban laborando bajo el sistema de pago a
destajo frente al cual habían protestado. Era una situación de tal humillación que
estaban movilizando individual y colectivamente una contienda de sentimientos
que buscaban una salida de expresión.
Contienda y movilización de sentimientos
La movilización de sentimientos forma parte de la configuración de la identidad y
la contienda de los migrantes mexicanos en Canadá. Cuando entrevistaba a los
migrantes mexicanos hombres y les preguntaba cómo resolvían ellos los
sentimientos de nostalgia por su familia y por su país, la respuesta constante
era: tomando o teniendo sexo. No obstante, durante mi trabajo de campo
pude observar que la mayor parte del tiempo los migrantes estaban trabajando
dentro de las granjas o los campos agrícolas, y que algunos de ellos se
trasladaban con su bicicleta los viernes, sábados o domingos por la tarde para
asistir a los restaurantes o los bares por poco tiempo. Los días que algunos de
ellos tomaban era el sábado por la noche, pues al día siguiente no trabajaban.
Sin embargo, la respuesta de tomar o de tener sexo, por el hecho de estar solos
y lejos de su familia, al parecer forma parte de las viejas estrategias masculinas
que se ponen en juego en el contexto canadiense. Algunos trabajadores
reproducen estas estrategias masculinas también frente a los sentimientos de
frustración generados durante su trabajo en Canadá.
El trabajo temporal en Canadá, Estados Unidos y México
Las afiliaciones culturales se marcan según distintas escalas en identidades.
Una escala de la identidad transnacional de los migrantes mexicanos es el
trabajo temporal. Quisiera resaltar como problema lo que significa el trabajo
temporal para la creación de la identidad transnacional. Como trabajadores
agrícolas en México y en Canadá, como jornaleros migrantes, con su
pertenencia a las comunidades rurales mexicanas y la identificación al trabajo
283
con la tierra. La mayoría de los migrantes son jornaleros en México. Como
trabajadores migrantes hay quienes tienen la experiencia del trabajo temporal en
México, en Canadá y en Estados Unidos.
Estuve un tiempo en Estados Unidos, es completamente diferente porquecuando yo entro a Texas, los texanos hablaban en español comocualquier mexicano. Solamente cuando me voy a California es cuando yaencuentro a personas que hablan el inglés. Entonces, cuando yo llego aCanadá, ya no es nuevo para mi escuchar a personas que hablan inglés,ya había vivido con personas que hablaban inglés. Yo creo que no esmiedo, sino sorpresa. Yo no le llamo miedo cuando escucha uno palabrasdesconocidas, uno está nervioso, es sorpresa porque dice uno qué espero hasta ahí queda uno porque uno desconoce la palabra.
Como he dicho antes, existe una especialización del trabajo temporal de
los jornaleros migrantes, en Canadá los conocimientos que movilizan los
jornaleros, principalmente, son los especializados en el cultivo de hortalizas,
frutas y flores de invernadero.
En Canadá, los cultivos que he manejado han sido frutas como lamanzana y la pera; desde el 2000, el tomate. En México (Miacatlán,Morelos) he sembrado maíz, fríjol, cebada, trigo, jitomate, caña y melón.En Estados Unidos, cuando me voy de mojado, he trabajado el arroz y elcacahuate. Son muchas las diferencias de manejo de los cultivos entreCanadá, Estados Unidos y México. En México todo es manual, no secuenta con maquinaria. En Canadá, el trabajo adentro del invernaderotiene la desventaja de que en verano hace mucho calor; el trabajo afueraen el campo, tiene la desventaja de la lluvia, el frío y la nieve. Yo hetrabajado adentro y afuera.
También hay quienes entienden su experiencia de trabajo y de vida tanto
en Canadá como en México ligada al trabajo agrícola.
Reconfiguración de la identidad de género
Bajo el pretexto de que 97% de los jornaleros mexicanos en Canadá son
hombres, la literatura existente sobre el tema ha hecho hincapié en el
protagonismo de los hombres en los procesos de migración a través del
programa México-Canadá. Estas prácticas migratorias definen la identidad de
género de vastos sectores de la población masculina, sobre todo en las zonas
284
del centro de México con altos índices de migración a Canadá. Estos procesos
también están empezando a impactar la identidad de los trabajadores mexicanos
de otros estados de la república.
El sujeto mujer u hombre es construido pero también es un sujeto
constructor de sí misma/o. La corriente postestructuralista del feminismo ha
aportado la visión de sujetos históricos contextualizados, representados por
múltiples grupos de mujeres y hombres, frente al sujeto universal abstracto del
discurso de la modernidad, que remitía a un sujeto hegemónico masculino. No
existe un sujeto unitario mujer, en realidad se trata de un sujeto múltiple y
diverso por las diferencias de raza, etnia, clase, opción sexual, edad religión,
pasado histórico (Luna 1996: 8). La experiencia forma parte de la construcción
del sujeto.
En Leamington como en otras comunidades donde se concentra el
empleo de migrantes mexicanos, a los hombres se les identifica por sus
andanzas cotidianas en sus bicicletas yendo de la granja a los centros urbanos.
La geografía, los campos agrícolas y los caminos rurales de Ontario ya no son
los mismos que hace tres décadas. La presencia, el trabajo y las prácticas
transnacionales de los jornaleros mexicanos han transformado el escenario del
Ontario rural. Como Tanya Basok ya mostraba: [S]e tiene la imagen de los
hombres mexicanos manejando sus bicicletas por los caminos rurales (Basok
2002: 3). Los migrantes mexicanos recorren largas distancias entre las granjas,
los invernaderos o los campos agrícolas hacia los centros urbanos de las
comunidades canadienses.
Estando en Leamington, los trabajadores mexicanos forman pequeños
grupos y se reúnen en los comercios, los restaurantes,71 los bares, los
supermercados, la iglesia y los campos de fútbol.
71 En algunos restaurantes también se abusa de los trabajadores mexicanos, en ocasiones lessirven comida en proceso de descomposición. Durante mi trabajo de campo en Leamington, a miayudante y a mí nos tocó pagar por una comida de Cdn$10 en la que tanto el arroz, como losfrijoles y el pescado sabían y olían mal. No dijimos nada porque estábamos haciendo unaentrevista pero no volvimos a comer en ese lugar, pues horas más tarde nos enfermamos delestómago. Lo que entendimos es que si a nosotras nos habían servido comida descompuestacon mayor razón a los trabajadores mexicanos.
285
La mayoría de los trabajadores aprende a cocinar, a lavar su ropa y hacer
limpieza de la vivienda. Cada trabajador tiende su cama, cocina sus alimentos,
lava sus trastes y su ropa. En general, los hombres se incorporan al trabajo
doméstico estando en Canadá, ellos aprenden a trabajar en equipos de
migrantes para limpiar la casa donde viven. La organización del trabajo
doméstico se vuelve un trabajo masculino y configura cotidianamente las
experiencias de migración de los jornaleros mexicanos. La distribución de los
alimentos en el refrigerador, los tiempo para cocinar, los días para lavar la ropa,
la formación de equipos para la limpieza de la casa y las formas para presionar a
los trabajadores que se rehúsan a hacer las tareas de limpieza pueden ser
motivos de tensión entre los migrantes. Esta situación se torna más difícil en
aquellas casas donde viven más de 10 migrantes mexicanos. Los conflictos
pueden agudizarse en aquellas casas compartidas por los migrantes mexicanos
y los migrantes caribeños. En las viviendas compartidas por trabajadores de
distintos países, en algunas predominan los mexicanos y en otras los caribeños.
La mayoría de los migrantes se organizan en equipos para realizar el
trabajo doméstico y mantener limpia la casa de los hombres. Si para los
migrantes el trabajo y la vida en Canadá les implica prolongar su jornada
productiva y reproductiva, para las migrantes, les implica experimentar otras
formas de jornadas productivas y reproductivas.
Nos organizamos en grupos, nos ponemos de acuerdo cuando un grupolo hace [la limpieza de la casa] una vez al mes o una vez a la semana.Hay quienes no lo quieren hacer. Pero yo creo que somos adultos,tenemos que ser responsables aunque no queramos. Por ejemplo, a míno me gustan algunas cosas que por lo regular lo hacen las mujeres,pues tengo que hacerlo. No me gusta cocinar, no me gusta lavar mi ropa,no me gusta planchar mi ropa, pero si tengo necesidad tengo que hacerlo.Yo creo que llegando a México, es completamente diferente porque estáuno esperanzado, dice: no pues aquí, me levanto, voy a la mesa y yaestá la comida. Yo creo que es la costumbre, cuando estás con tú pareja,esperando que tu pareja lo haga todo. Pero si no, tienes que buscar tenercomida, tener la ropa aseada y tener la casa aseada. Aquí es obligatoriopara uno, allá si uno quiere ayudar a la esposa lo hace uno, si no, no. Aveces la esposa no le permite a uno hacer las tareas, en ocasiones ledigo, sabes qué: yo quiero ayudarte en la cocina o quiero ayudarte a
286
lavar la ropa, y me dice: No, ese es mi trabajo, yo lo hago. A veces yocreo que se mal acostumbra uno y cuando llega uno aquí, uno tieneflojera de hacer las cosas, dice uno: es que allá lo hace ella y aquí:¿quién lo va a hacer? uno trae esa costumbre y aquí todos lostrabajadores tienen que hacerlo.
Cuando regresan a México la mayoría de los migrantes dejan
nuevamente el trabajo doméstico y la crianza de los hijos a su esposa, pero
también hay algunos hombres que enseñan a sus hijos hombres a hacerse
responsables del trabajo doméstico.
Yo creo que eso lo aprende uno desde su casa, cuando son jóvenes. Yotengo un hijo que a menor edad yo le decía: tú tienes que aprender alavarte tu ropa, aprender a lavar tus platos que tú usas, todas las cosasque tú usas tienes que asearlas. Tienes que aprender que si te levantas alas seis de la mañana para irte a la escuela debes prepararte. Entoncestodo eso lo aprendemos desde la casa, a menor de edad.
Transgrediendo fronteras en los roles de género y en la noción de familia
La vida social de los trabajadores mexicanos inicia en torno a la nueva familia,
como llegan a verse a sí mismos algunos grupos de migrantes: En Canadá no
tenemos a nadie más que a nuestros compañeros de trabajo, entre paisanos
debemos vernos como familia y apoyarnos en nuestras necesidades . La nueva
familia se forma transitoriamente con el grupo de migrantes que trabajan y viven
en una misma granja y vivienda. Se extiende el PTAT/SAWP en Canadá y en
México y la familia de jornaleros migrantes también se amplía. Algunos
migrantes se entienden a sí mismos con pertenencia a la familia de los
jornaleros migrantes mexicanos. Se trata de una familia que va más allá de las
estructuras de parentesco. Las estructuras tradicionales se vienen abajo y los
individuos tienen que construir nuevos valores, nuevas formas de cohesión, se
tienen que convertir en agentes viviendo en diferentes culturas (Arizpe 2003).
Otra parte de la vida social se desarrolla a control remoto y vía telefónica
con la otra familia, la familia parental que se quedó en México. La comunicación
con los hijos, la esposa y otros familiares es vital para los trabajadores. Para la
mayoría de las trabajadoras que tienen hijos la crianza y el sostén familiar se
287
realiza vía comunicación telefónica. Para las trabajadoras solteras la
conversación telefónica con la mamá y con el resto de la familia es vital para
continuar su trabajo y su vida en Canadá.
El trabajo doméstico y la familia en contienda
Para la mayoría de los trabajadores mexicanos el no tener a su familia en
Canadá les ha implicado una transformación total de su vida, ha cambiado el
significado de su trabajo, han transformado sus roles de género y han
experimentado nuevas formas de sexualidad. Sin embargo, la familia continúa
estando en el centro de su proyecto de vida. Pero cuando la familia se pierde,
los migrantes tiene que construir un nuevo proyecto de vida en una o en ambas
naciones, como aparece con claridad en el relato de una comerciante de
Leamington que trataba cotidianamente a los trabajadores mexicanos.
La familia es lo más importante para los muchachos. En veces[,] lasesposas ya no quieren que vengan [a Canadá]. Unos que otros hancontado que la mujer les dice: cuando tú regreses, yo ya no voy a estaracá. El problema es dejar a la familia, esa es la melancolía que elloscargan. Ellos dicen: Allá [en México] yo llego a mi casa a las cinco o a lasseis y está mi esposa, están mis hijos, en cambio aquí [en Canadá], no.Aquí tienen que aprender a lavar su ropa, a cocinar, a hacer compras. Mehan dicho que estando aquí ellos aprecian más el trabajo que susesposas hacen porque no lo tienen y estando allá no. Dicen: se reconoceque allá la mujer trabaja. Ha habido casos en que las esposas han dichoadiós y para ellos eso es muy doloroso, porque también hay hijos.Entonces han dicho: a qué regreso a México, a qué voy si ya perdí lafamilia, cómo le hago para quedarme aquí. Ya cuando ven que perdierona la familia se quieren quedar (comerciante salvadoreña, entrevistada enLeamington, 2003).
Los cambios que están aconteciendo en la vida de los migrantes que se
van por largas temporadas a Canadá y en las esposas que permanecen en las
comunidades de origen ponen en cuestionamiento la estructura familiar
mexicana. Si bien estos procesos no son exclusivos de los migrantes mexicanos
en Canadá, pues corresponden a procesos más amplios ocurridos
recientemente y a pasos gigantescos con las familias en México, también cada
288
vez hay menos esposas que aguantan las largas ausencias de los migrantes y
les dicen: Cuando tu regreses, yo ya no voy a estar acá. Algunas mujeres han
cumplido y han dicho adiós a los esposos. Así, hay algunos jornaleros que
emigran como hombres solos a Canadá y que cuando pierden a la familia en
México se quedan con proyectos de vida de hombres solos, sin tierra y sin
familia viviendo temporalmente como nómadas transnacionales en ambas
naciones.
Foto 32. Encuentro de trabajadoras un domingo en el pueblo
Estando en Canadá, algunos hombres aprenden a valorar el trabajo
doméstico que realizan las mujeres porque no lo tienen, no obstante, estando
en México ya no lo reconocen, no sólo porque lo tienen sino también porque hay
migrantes que intentan reinstaurar las estructuras patriarcales y la hegemonía
masculina dentro de la familia. Sin embargo, es necesario decir que también hay
migrantes que a su regreso a México comparten con sus esposas el trabajo
doméstico porque aprendieron en experiencia propia lo que éste implica. De
manera que la organización tradicional del trabajo doméstico y de la familia no
implica procesos fijos e inmutables, sino que son los jornaleros y las jornaleras
289
migrantes y sus familias quienes en los hechos se disputan la toma de
decisiones, las tareas domésticas, la crianza de los hijos, el sostén familiar y la
jefatura de los hogares.
Reducir y prolongar la jornada productiva y reproductiva
Para las jornaleras que son jefas de hogar, la migración a Canadá les permite
reducir la carga de trabajo reproductivo, pues delegan temporalmente su
responsabilidad de crianza y cuidado de los hijos a otra mujer de la familia.
Cuando regresan a México, ellas retoman esas responsabilidades prolongando
nuevamente su jornada productiva y reproductiva, pues van a trabajar y
regresan a sus casas a alimentar y cuidar a los hijos, hacer el trabajo doméstico
y asumir la jefatura del hogar.
Su trabajo y su vida en Canadá les permiten construir nuevas formas de
organización del trabajo doméstico. El trabajo doméstico en la casa de las
mujeres se realiza en equipos de migrantes, ellas eligen con quién y cómo se
organizan. Las trabajadoras tienen que mantener limpia la vivienda asignada por
el empleador, por ello dividen las tareas en limpieza de todos los días, que cada
quien hace, y limpieza general, que se realiza una vez a la semana y se encarga
un equipo distinto. De esta manera, un equipo puede limpiar el cuarto de lavado
y secado de ropa, otro limpiar los baños, otro limpiar los dormitorios y otro
limpiar la cocina. Debido a que la limpieza de la cocina y de los baños es la que
implica más trabajo y tiempo, ese trabajo se rota a una vez a la semana entre los
equipos de trabajadoras. Durante la semana cada quien tiende su cama, cocina
su comida, lava sus trastes y su ropa. Ocasionalmente el trabajo doméstico es
motivo de tensión entre las trabajadoras.
290
Foto 33. Ropa tendida en la casa de las mujeres
La experiencia migratoria vivida en Canadá y en los marcos
institucionales de trabajo del PTAT/SAWP donde el lugar de la producción -las
granjas- y de la reproducción las viviendas- son propiedad del empleador y
están estrechamente articulados, nos hace pensar que en estas circunstancias
particulares la identidad de los migrantes, hombres y mujeres, se configura de
una forma distinta, por ejemplo a la identidad de los migrantes mexicanos en
Estados Unidos. Hasta el momento desconocemos el impacto generado en las
relaciones de género por estas singulares prácticas migratorias transnacionales
donde las esferas producción/reproducción están vinculadas cotidianamente.
Además, hace falta investigar, después de tres décadas del programa, hasta qué
punto se han modificado las estructuras patriarcales y la hegemonía masculina
en las familias de los trabajadores mexicanos que emigran a Canadá.
Las trabajadoras migrantes contienden la identidad y el género
La identidad de las trabajadoras mexicanas que emprenden la aventura de la
migración a Canadá y las prácticas femeninas en ambos países también se han
modificado. El protagonismo de las mujeres jefas de hogar en la contienda y la
reconfiguración de su identidad se desenvuelven en un escenario distinto al de
los hombres. El escenario donde se desarrolla la vida de las migrantes son los
circuitos transnacionales femeninos que identifiqué en el primer capítulo. Se
trata de trabajadoras procedentes del centro de México que se emplean
291
fundamentalmente en comunidades rurales del suroeste de Ontario, más
específicamente en Niagara On The Lake y en Leamington.
Durante mi trabajo de campo encontré que el paisaje rural de las
comunidades donde se emplean a las trabajadoras mexicanas también está
cambiando con el trabajo y la vida social de las migrantes. Lo que me llamó la
atención es que en Leamington pocas mujeres se transportaban en bicicletas al
centro del pueblo, además quienes lo hacían andaban únicamente dentro de las
granjas, no obstante en Niagara On The Lake ocurría una situación distinta. En
la región de Niagara fue posible observar por los caminos rurales a algunas
jornaleras manejando sus bicicletas y recorriendo grandes distancias, de la
granja al centro urbano, especialmente a Virgil.
Foto 34. De la granja al centro de Virgil
Es probable que en el área de Leamington, sea menos frecuente ver a las
trabajadoras andar en bicicletas por varias razones: primero porque las
migrantes mexicanas son más numerosas en la región de Niagara; segundo
porque en Leamington las distancias por recorrer de la granja donde están
empleadas las jornaleras al centro urbano son más grandes; tercero porque las
carreteras de Leamington son más estrechas y hay más riesgo de accidentes; y
cuarto porque en Leamington al parecer hay más vigilancia y censura hacia el
comportamiento de las trabajadoras de parte de la comunidad de residentes. Por
292
los motivos antes expuestos, en Leamington las jornaleras prefieren
transportarse en los camiones, en los automóviles de los empleadores o en taxis
desde las granjas al centro del pueblo.
Una primer explicación del mayor control sobre la conducta social de los
trabajadores migrantes de Leamington comparado con los migrantes de Niagara
se puede encontrar en que en Leamington la enorme mayoría (88%) de los
trabajadores migrantes del PTAT/SAWP son mexicanos, este predominio al
parecer no sucede en Niagara. La segunda explicación puede ser que las
empresas corporativas de vegetales de invernadero de Leamington, donde
mayoritariamente están empleados los trabajadores mexicanos, tengan más
poder económico para movilizar las instituciones locales y los patrones de
discriminación étnica y de género para producir una fuerza de trabajo
diferenciada y abaratar los costos del trabajo; comparada con el menor poder de
las empresas de vegetales, frutas y flores de invernadero de Niagara. La tercer
explicación puede ser la mayor influencia de la religión católica en Leamington
sobre los migrantes mexicanos comparada con la menor influencia de la iglesia
católica en Niagara. En Niagara, los residentes son predominantemente
protestantes (57%) y sólo el 15% son católicos (Preibisch 2004b: 12). Es
probable que en Niagara el Proyecto El Sembrador y el de otras organizaciones
tenga más impacto sobre los migrantes mexicanos que en Leamington. Además,
hay que recordar que es en Leamington, y no en Niagara, donde se instaló,
desde hace dos años, una nueva oficina consular mexicana con el propósito de
resolver los conflictos laborales entre los migrantes mexicanos y los granjeros
canadienses, pero también para controlar más de cerca el comportamiento de
los trabajadores.
293
Foto 35. Novios con la benia de Dios
Jornaleras mexicanas subvirtiendo el orden canadiense
Del mismo modo que los trabajadores, las jornaleras migrantes forman grupos,
particularmente en aquellas granjas donde se emplean a más de cinco
trabajadoras. Es necesario recordar que de 2001 a 2003, de 38 granjas donde
se empleaban a migrantes mexicanas en 11 (29%) se empleaban de una a tres
trabajadoras. Las jornaleras constituyen pequeños grupos para organizar su
trabajo y su vida dentro de la granja y en la casa de las mujeres. La mayoría de
ellas comparte la situación de ser jóvenes y mujeres con hijos. Aunque también
hay pocas trabajadoras solteras y mujeres adultas. En México, las migrantes
dejan a los hijos con la abuela, con una hermana o con una hija mayor. Tanto en
México como en Canadá, las mujeres son más criticadas que los hombres por
su trabajo y su vida en los campos agrícolas canadienses. Las migrantes
mexicanas son más vigiladas por la comunidad de residentes, la vigilancia se
extiende a las calles del centro de Leamington, en los supermercados, en los
restaurantes, en los campos de fútbol y en los bares. Los residentes de
Leamington no se comunican verbalmente con las trabajadoras, son las miradas
de desaprobación y la violencia física la comunicación usada hacia las
migrantes.
294
Foto 36. El fútbol signo de identidad mexicana Dibujo de David Chavez.
En la Iglesia católica de Leamington, las migrantes mexicanas son más
cuestionadas que los migrantes por sus relaciones de amistad o de pareja con
los trabajadores mexicanos, los residentes latinos o los empleadores. Hay
trabajadoras que tratan de ir a la iglesia para no ser censuradas, pero también
hay quienes prefieren no salir de sus viviendas o salir lo menos posible, y hay
para quienes el castigo de la sociedad canadiense no les preocupa o les
preocupa menos que la censura de sus hijos.
Como hemos visto, las trabajadoras están sujetas, en mayor medida que
los trabajadores, tanto a la vigilancia en las granjas como al escrutinio público de
la comunidad de residentes. Ellas son controladas a través de los mecanismos
políticos del programa y de relaciones invisibles de poder. No obstante, las
jornaleras mexicanas subvierten el orden canadiense al andar en su bicicletas
por los caminos rurales, al formar relaciones de pareja en territorio canadiense,
al experimentar nuevas formas de sexualidad, al trabajar a la par que los
migrantes, al cumplir sus contratos de trabajo, al bailar algunos fines de semana
en los bares para migrantes, e incluso al emigrar a Canadá por fuera del marco
institucional del programa.
La identidad transnacional configurada en espacios masculinos y femeninos
Una parte de la vida social de las trabajadoras se desarrolla en la granja y en la
casa de las mujeres, la otra parte tiene lugar en sus espacios de sociabilidad en
295
el centro urbano de Leamington: las calles del pueblo, la iglesia St. Michael, las
tiendas comerciales, las agencias de impuestos y envío de dinero, y los lugares
donde realizan talleres las organizaciones no gubernamentales. Por su parte, los
espacios de sociabilidad de los trabajadores son la granja, la casa de los
hombres y otros espacios de sociabilidad en el pueblo de Leamington similares
a los espacios de las migrantes. Pero a diferencia de las trabajadoras, la mayor
parte de la vida social de los migrantes se genera jugando fútbol los domingos
en los campos, andando en pequeños grupos con sus bicicletas en los caminos
rurales, caminando y platicando en las esquinas en las calles centrales del
pueblo, comiendo en los restaurantes, bailando y tomando en los bares. Debido
a que la mayor parte de las granjas de Leamington sólo contratan hombres, se
crean más espacios masculinos que femeninos. Por ejemplo, son espacios
exclusivamente masculinos las granjas de uva de la Isla Peele y los campos
agrícolas de tabaco de Simcoe.
Los significados sobre el trabajo temporal en Canadá
El trabajo temporal y la vida transnacional en Canadá cubrieron un amplio rango
de significados para las trabajadoras y los trabajadores migrantes. Los
significados sobre el empleo temporal difieren no sólo por la generación a la que
pertenece el trabajador, sino por la trayectoria laboral y de vida en Canadá.
Los migrantes mexicanos se identifican simultáneamente con una
identidad de género que los diferencia entre hombres y mujeres, una identidad
étnica que los hace diferentes de los migrantes caribeños, una identidad como
migrantes temporales que los distingue de los residentes canadienses, una
identidad como trabajadores agrícolas que los distingue de otras clases sociales
en Canadá y en México. Sin embargo, ser hombre o ser mujer en México no es
lo mismo que ser hombre o ser mujer en Canadá. La identidad étnica en México
distingue a los jornaleros de mestizos e indígenas. Todas estas afiliaciones
culturales están cruzadas por relaciones de poder, de falta de democracia y de
garantía de los derechos laborales y humanos para los jornaleros migrantes.
296
4.4 Reconfigurando el género, la clase y la etnicidad
Dentro de las corrientes teóricas de los procesos transnacionales, hay
investigaciones que han propuesto el análisis simultáneo de las variables de
género, clase, raza y etnia en la experiencia de los migrantes (Pessar 1999:
578). Hasta aquí he argumentado que la identidad transnacional es negociada
por los migrantes mexicanos en el marco de su trabajo temporal en las
comunidades de Ontario rural y dentro de los límites institucionales del
PTAT/SAWP. La identidad transnacional de los migrantes tiene como referencia
las afiliaciones culturales como hombre, como mujer, como migrante temporal,
como trabajador agrícola de Ontario, con pertenencia al estado mexicano y a
una granja canadiense. Lo que ahora voy a analizar es cómo dentro de este
escenario se intersecta la reconfiguración del género, la clase y la etnia en la
experiencia de los migrantes mexicanos.
Reconfigurando el género
La reconfiguración de género de los migrantes mexicanos pasa por la
construcción de nuevas o viejas relaciones con el propio género y con el género
opuesto. Los migrantes como agentes culturales construyen también nuevas
formas de entenderse a sí mismos como hombres y como mujeres, nuevos
valores y nuevos modos de cohesión dentro de su género viviendo entre dos
naciones, entre dos culturas, entre dos familias, entre la producción y la
reproducción. Los migrantes son agentes culturales que tratan de entenderse
como seres humanos viviendo procesos transnacionales.
297
Foto 37. Wellcome home . Dibujo de David Chávez
Entre las trabajadoras mexicanas hay relaciones de solidaridad, de
conflicto, de cooperación, de armonía y desarmonía. Entre ellas existe
subordinación al empleador, a otros trabajadores y a otras trabajadoras, pero
también hay insubordinación a la disciplina capitalista canadiense, a sostener
relaciones sexuales con quienes ellas no quieren, a los hijos cuando no cumplen
con los estudios o desacatan alguna orden de la jefa de hogar, a los
mecanismos del programa cuando quieren cambiar de empleador, a la familia
cuando siendo hijas solteras los padres les prohíben salir a trabajar a Canadá.
Vida productiva y reproductiva articulando las relaciones de género
Durante la temporada laboral de 2003, en una granja de producción de uva en
Leamington, donde trabajaban dos jornaleras mexicanas, la tensión entre la vida
productiva y reproductiva generaron conflictos entre ambas trabajadoras. Las
dos vivían en la misma casa, compartían la cocina, el baño y otros servicios,
pero cada una dormía en un cuarto distinto, aún así, tuvieron problemas por la
forma en que cada quien entendía su proyecto de vida, por la manera en que
cada migrante entablaba relaciones amorosas con los trabajadores y por la
forma en que construían las relaciones entre ellas mismas. La narrativa que
recabé de una de las jornaleras protagonistas habla de cómo las mujeres
construyen cotidianamente las relaciones de género y como esas relaciones
298
implican una contienda de emociones entre el enojo, la alegría, la rabia, la paz,
el miedo y el amor.
En la granja en donde estoy, hay otra trabajadora con la que comparto eltrabajo y la vivienda. Ella tiene una pareja, él es también trabajador, deotra granja de Leamington. Ella dice que en esta ocasión ya se va acasar. El día de ayer, aparte de su pareja llevó a otros dos hombres. Yoles puse mala cara a los dos tipos. Cuando se fueron, ella comenzó areclamarme que por qué les hacía el feo, si yo tenía también mis amigos.Yo le dije: pues sí, pero cada quien su vida. Seguimos discutiendo yempezamos a insultarnos, yo le decía: una que todavía tiene su pegue,que está joven. Yo terminaba de bañarme y ella me jaló de los cabellos,yo me defendí, nos empezamos a golpear, ella fue a chocar con la pared.Estábamos en la cocina, ella puso la mano en la estufa, ya mero sequemaba, ella se enojó y me sacó el cuchillo. Yo dije: ¡órale! a ver acómo nos toca, intentó lanzarme el cuchillo dos o tres veces. Yo dije: yono le voy a mostrar miedo porque si no me va a agarrar de su burrito. Unade dos, aquí me quedo o a ver a cómo nos toca. Ella viene de Colasanti,allá quién sabe qué tanto le habrán enseñado. Cada quien tenemos uncuarto, la que se encierra es ella, yo nada más lo dejo emparejado. Yocuando tengo miedo, lo que hago es rezar. Cuando pasa eso, a uno leagarra la depresión, pero nada más me pongo a rezar y así se me quita.Nada más le hablo a mi mamá y ya me calmo, yo no le cuento estoporque si no, ella se preocupa. La patrona ya me había dicho que podíatrabajar otros tres meses más, pero con esto, yo ya me voy en agosto.Esto ayudó a que yo le dijera a la patrona que ya me había arrepentido,ella me dijo que no había problema. Si me pide pues está bien, si no, nimodo.
La narrativa describe la dinámica de las relaciones entre las migrantes
mexicanas y el drama social (Turner 1987) que ellas pueden vivir en Canadá. El
carácter dinámico se da en el momento en el que surge el conflicto entre las
trabajadoras y cómo ellas construyen sus propias soluciones culturales yendo de
la ruptura a la restauración de la paz, al menos la paz interior, el cual puede
concluir en la decisión de no ampliar el contrato de trabajo.
Varios son los elementos que se pueden entresacar del relato de la
trabajadora. Por un lado pone énfasis en las diferencias entre las jornaleras no
por tener amigos, sino por llevarlos a la casa que comparten temporalmente.
Llevar a otros trabajadores significaría compartir su tiempo y su espacio, además
de arriesgarse a las propuestas sexuales de los migrantes. Al ponerles mala
299
cara los trabajadores se fueron y vino la ruptura entre las trabajadoras. A la
desaprobación de los invitados vino la disputa entre las trabajadoras: me sacó
el cuchillo. Yo dije: ¡órale!, a ver a cómo nos toca...Intentó lanzarme el cuchillo
dos o tres veces. Yo dije: no le voy a mostrar miedo porque si no me va a
agarrar de su burrito. La crisis entre las migrantes puede expresarse en una
desarmonía personal: Yo cuando tengo miedo, lo que hago es rezar. Cuando
pasa eso, a uno le agarra la depresión. Después de la fase de reajuste puede
darse la reintegración o la fragmentación social y la reconciliación interna: Nada
más me pongo a rezar y así se me quita. Nada más le hablo a mi mamá y ya me
calmo, yo no le cuento esto porque si no, ella se preocupa.
Otro aspecto importante es que las relaciones de género involucran una
concepción del mundo y un proyecto de vida de las trabajadoras mexicanas, al
mismo tiempo son un acto de poder entre dos o más actores sociales. El
ejemplo antes descrito, muestra como la vida reproductiva afecta la vida
productiva de las trabajadoras migrantes: La patrona ya me había dicho que
podía trabajar otros tres meses más, pero con esto, yo ya me voy en agosto...
Ella me dijo que no había problema. Si me pide pues está bien, si no, ni modo.
Sin embargo, también puede suceder que el mundo productivo dentro de la
granja tenga efectos inmediatos en el mundo reproductivo pues ambas esferas
se desarrollan en la misma propiedad del granjero, por ejemplo, las trabajadoras
que regresan embarazadas a México y no las vuelven a contratar o los
trabajadores que tienen conflictos laborales por ir a visitar a una trabajadora que
es su novia a otra granja.
300
Foto 38. Pocos metros separan la casa del trabajo
Otro ejemplo de las tensiones derivadas del hecho de que las
trabajadoras están cotidianamente compartiendo el trabajo y la vivienda por el
tiempo que dura su contrato de trabajo, es la toma de decisiones por grupos de
mujeres para acceder a los servicios de la casa. El relato de esta trabajadora de
Leamington pero en una experiencia laboral anterior en una granja de Quebec
muestra con claridad la experiencia de conflicto entre quienes forman grupos de
trabajadoras y quienes enfrentan individualmente sus diferencias.
Cuando son más trabajadoras, se arman grupitos. Cuando estuve enQuébec, había un grupito que se quedaba con el teléfono. Como yo nopertenecía a ese grupo no me prestaban el teléfono. Le dije al patrón y lesdijo a las muchachas, ellas se enojaron. Subí por las escaleras deemergencia con el teléfono, otra dijo ¡ya tiene el teléfono! Me reclamó laque era líder, me dijo ¡dame eso!, Yo le dije: yo tengo derecho dellamar por teléfono tanto como ustedes. Les dije: a ver quién quiere, aver a cómo nos toca. También son las diferencias de edades del porquéno nos entendemos.
Las relaciones entre las jornaleras migrantes están permeadas por los
proyectos de vida de las adultas y las jóvenes, las mujeres con hijos y las
solteras, las que quieren tener novio en Canadá y las que no quieren tener
novio. Estas diferencias establecen jerarquías y relaciones de poder entre las
migrantes, expresadas, por ejemplo, en quién y en qué momento se tiene
301
acceso al teléfono, cuándo y cómo se hace limpieza, quién es mejor trabajadora
y qué relación tienen con el patrón o con el supervisor.
Lo que yo encontré es que, después de su jornada de trabajo en la
granja, la mayoría de las mujeres estaban ocupadas en mantener limpia la casa,
lavando diariamente su ropa -en aquellos casos en que se teñía de verde por el
tomate- o haciendo otras tareas dentro de la casa. En cambio, la mayoría de los
hombres ocupaban menos tiempo en cocinar, comer, bañarse, descansar dentro
o fuera de la casa, y ocupaban más tiempo en andar en bicicleta para ir al
pueblo los fines de semana. Unas y otros se bañaban para ir a hacer sus
compras al centro de Leamington, los jueves o viernes por la tarde.
Reconfigurando la clase
La pertenencia a un grupo de trabajadoras es muy importante para las
migrantes. Las jornaleras forman equipo para realizar el trabajo dentro de la
granja y el mismo equipo funciona para hacer la limpieza de la vivienda. Estos
grupos de trabajadoras mexicanas tienen una líder quien toma las decisiones y
organiza a su equipo para desempeñar el trabajo en la granja y para organizar la
vida en la casa de las mujeres. También son grupos de poder de las jóvenes
contra las viejas, de las nuevas contra las antiguas, de las que tienen mayor
rendimiento productivo contra las que tienen menor productividad, de las
trabajadoras nominales frente a las trabajadoras de selección.
La clara diferenciación entre las jornaleras -establecida por la demanda
de los empleadores y por la administración del programa- como trabajadoras
nominales, de selección, sustitutas, de reserva, o trabajadoras nominales
alternativas ha servido para crear fronteras de categorías específicas de
trabajadoras migrantes. Estas fronteras culturales impuestas a las jornaleras
influyen en la dinámica de las relaciones laborales desarrolladas en las granjas,
en las viviendas y en la comunidad donde son empleadas.
Las formas de asumir la otredad de las trabajadoras con respecto a los
trabajadores mexicanos son múltiples y diversas. Para una migrante, las mujeres
302
no sólo trabajan igual sino más que los hombres: Nosotras trabajamos más que
los hombres.
Más que una conciencia de clase de pertenencia a los trabajadores
agrícolas de Ontario, o de Canadá, lo que yo encontré fue la conciencia de una
pertenencia a la clase de los trabajadores agrícolas en México, a la clase
campesina. Se ven a sí mismos/as como campesinos/as o como jornaleros/as.
Las agrupaciones en equipos de trabajo también sirven para sentirse
aceptadas como seres humanos y para comunicarse como mujeres. Hay una
conciencia de pertenencia al género femenino, más allá de las diferencias como
trabajadoras. Por otro lado, lo que encontré en las narrativas de las trabajadoras
fue la necesidad permanente de revalorarse a sí mismas como personas,
independientemente de la pertenencia étnica, la pertenencia a un estado, a una
granja, de tener hijos o de no tener hijos.
Reconfigurando la etnicidad
Hay trabajadoras mexicanas que incluso han creado vínculos con las mujeres de
otros orígenes étnicos, más allá de los límites estrechos de la granja y la
vivienda donde han sido empleadas. Una trabajadora me comentaba con orgullo
la comunicación que había logrado con mujeres residentes de origen Afgano.
En Quebec, yo tenía tres amigas que eran afganistanas, noscomunicábamos hablándonos con señas. Yo entendía un poco el francés,pero con señas nos entendíamos. Las afganistanas me veían venir y medecían: que bueno que viniste. Es que yo soy muy sociable, me gustaconocer gente.
La comunicación visual y a través de gestos tiene su eficacia real y
simbólica cuando hay disponibilidad de las migrantes y las residentes de romper
las fronteras culturales. Al parecer en Quebec hay más apertura de parte de las
personas no nacidas en esa provincia, para lograr la comunicación con la
población migrante de origen latino. La población latina y los indígenas
autóctonos constituyen apenas el 6% en Canadá. En Quebec, la presencia latina
es importante no sólo por el número de inmigrantes, sino también por la rápida
303
expansión del español entre los quebequenses: se le considera el tercer idioma
(Vergara 2003: 47,49). Sin embargo, el discurso hospitalario de las personas
nacidas en Quebec se contrapone con la tendencia asimilacionista como
condición de aceptación: los amamos a condición de que sean invisibles
(Boucher citada en Vergara 2003).
Desde su posición de clase, como trabajadores agrícolas, los migrantes
mexicanos miran al otro, al trabajador canadiense como trabajadores de bajo
rendimiento productivo. Un jornalero mexicano decía: El día de Canadá, los
canadienses descansan, eso es lo que les gusta, siempre están descansando,
es lo único que les gusta, no trabajar.
En Leamington habemos mucha raza de México
De manera semejante a lo que sucede en Estados Unidos, en Canadá los
migrantes mexicanos se ven a sí mismos como: somos la gente de México, la
raza, y en Leamington habemos mucha raza.
En Leamington, la reconfiguración de los migrantes mexicanos como
grupo étnico se da en su relación con otros grupos étnicos: los migrantes
caribeños y los residentes canadienses de distintas procedencias culturales. Sin
embargo, la mayor interacción se da al interior de cada grupo étnico. Por
ejemplo, entre jamaiquinos, entre mexicanos, entre trabajadores de Barbados,
entre migrantes de la Organización de los Estados del Este Caribeño, entre
jornaleros de la República de Trinidad y Tobago, entre trabajadores agrícolas
locales, y entre la comunidad de residentes. El grupo étnico predominante de
migrantes temporales eran los trabajadores mexicanos (representaban 88% en
2002), le seguían los migrantes jamaiquinos, y luego el resto de los trabajadores
caribeños. Como he dicho antes, en siete empresas corporativas convivían
dentro de la misma casa migrantes mexicanos y migrantes caribeños.
304
Foto 39. Posando con bici
Otra situación que también encontré es que era más frecuente la
comunicación entre los migrantes temporales de los estados del Caribe porque
ellos comparten el mismo idioma: el inglés. Aunque, podría pensarse que por el
hecho de hablar inglés podrían establecer mayor interacción con los residentes
locales, pero esto no ocurre, es probable que una de las razones sea la gran
diversidad étnica residente en Leamington. En cambio encontré que había poca
interacción de los migrantes mexicanos con los migrantes jamaiquinos o con la
comunidad de residentes. Con la comunidad de residentes la comunicación se
limitaba a las relaciones comerciales.
En Leamington, los migrantes caribeños son percibidos por los migrantes
mexicanos como una competencia minoritaria. La diferencia, aparece en el
centro de la reflexión de los migrantes mexicanos, quienes ven en términos
negativos a los migrantes del Caribe, refiriéndose a ellos con criterios racistas
como los negros ésos. El reemplazo de trabajadores mexicanos por
trabajadores jamaiquinos en una empresa corporativa de Leamington en 2003,
ha venido a acrecentar las fronteras culturales y los conflictos laborales entre los
migrantes de México y los migrantes del Caribe. Uno de los migrantes
mexicanos de la empresa donde hicieron el paro laboral decía:
El patrón nos dijo que había contratado a trabajadores jamaiquinos paraver quién es mejor trabajador, pero nunca nos vamos a comparar los
305
mexicanos con los jamaiquinos. Los jamaiquinos nunca serán mejorestrabajando que nosotros.
Durante mi visita a la empresa donde los migrantes mexicanos realizaron
la huelga de 2003, dos meses antes de mi llegada a Leamington, pude observar
que la mayoría de los trabajadores jamaiquinos eran muy jóvenes,
aproximadamente de entre 21 y 25 años; en cambio los trabajadores mexicanos
había quienes eran de esa edad pero la mayoría tenía entre 20 y 35 años. Los
migrantes mexicanos y los migrantes jamaiquinos vivieron en la misma casa
durante esa temporada laboral.
Dentro de los invernaderos de producción de vegetales, los migrantes
mexicanos interactúan poco con las trabajadoras menonitas que trabajan en el
empaque, sin embargo, buscan interactuar con ellas en las calles del centro de
Leamington. Tanto las trabajadoras como los trabajadores mexicanos se refieren
despectivamente a las trabajadoras menonitas como las menonas. Las
trabajadoras menonitas son ciudadanas en Canadá y también son ciudadanas
en México. Las trabajadoras de ambos países se ven como competencia,
aunque las residentes menonitas tienen la gran ventaja de que saben hablar
inglés y la mayoría de ellas también sabe hablar español.
4.5 Contienda por la justicia y los derechos humanos
Con la pertenencia a una clase social, a un grupo étnico y a un género, los
migrantes mexicanos forman parte de una sociedad civil de manera permanente
en México pero también de forma transitoria en Canadá, aunque les sea negada
la ciudadanía canadiense. Ellos tienen la nacionalidad mexicana, pertenecen a
la sociedad y a la cultura mexicana, y han configurado una identidad en México.
Al mismo tiempo pertenecen a una clase social, a un grupo étnico y a un género
cuando están en Canadá. En Canadá pertenecen al grupo de migrantes
temporales y tienen un estatus legal no pleno.
La contienda de los jornaleros mexicanos en Canadá se ha dado a
diferentes niveles y escalas. Como clase social, los migrantes mexicanos son
vistos como pertenecientes a la clase de los trabajadores agrícolas de Ontario.
306
Pero son trabajadores agrícolas migrantes con estatus temporal. Los actores
que intervienen y construyen la contienda por la dignidad, el respeto, la justicia y
los derechos humanos son numerosos tanto en Canadá como en México. Entre
otros actores sociales están las organizaciones sociales y comunitarias que
actúan en las áreas de mayor empleo de migrantes mexicanos, los empleadores
que participan en el PTAT/SAWP, las instituciones canadienses que administran
el programa, el Consulado Mexicano en Toronto, y por supuesto, los propios
jornaleros y jornaleras mexicanas que se distribuyen geográficamente en
aproximadamente 150 comunidades rurales de 14 municipios del sur de Ontario
(véase mapa de Ontario en anexos).
Otros actores sociales en la contienda
Es necesario analizar las prácticas transnacionales de los jornaleros mexicanos
en su relación con las prácticas y las políticas de otros actores e instituciones
que participan en el programa con distintas posiciones e intereses: los gobiernos
mexicano y canadiense, los granjeros canadienses, las agencias públicas y
privadas que administran el programa, las comunidades rurales canadienses
donde se concentran los jornaleros, las organizaciones que proporcionan
servicios y defienden los derechos humanos de los migrantes en Canadá, las
redes sociales de los trabajadores en México y en Canadá, y los hogares de los
migrantes.
Una parte de la vida social de los migrantes mexicanos se encuentra en
los espacios alternativos creados por las organizaciones no gubernamentales
como los Migrant Agricultural Worker Support Centres, Enlace Community Link,
Justice for Migrant Workers y el South Essex Community Council de Ontario.
Pese a la diversidad de intereses y enfoques integracionistas o de justicia
social, las agrupaciones tienen en común la demanda de respeto a los derechos
de los trabajadores migrantes entablada a la industria, al gobierno canadiense y
a los gobiernos mexicano y caribeños que proveen de mano de obra. La
demanda de respeto a los derechos de los trabajadores migrantes promovida
por distintos actores sociales como el UFCW de Canadá, Justice for Migrant
307
Workers, Enlace Community Link y otras organizaciones sociales y
comunitarias72 forma parte de la contienda que construyen los migrantes
mexicanos y caribeños en el Ontario rural.
El UFCW y la disputa por la organización sindical de los migrantes
En Leamington, el Sindicato (United Food and Commercial Workers Canada,
UFCW) organizaba sus reuniones con los migrantes mexicanos en sus
instalaciones: la casa blanca. Enlace Community Link y Justice for Migrant
Workers realizaban talleres para los jornaleros migrantes en el sótano de la
iglesia St. Michael. Estos grupos junto con el South Essex Community Council y
la iglesia católica St. Michael han logrado crear un espacio alternativo para
ampliar la vida social de los trabajadores migrantes, mexicanos y caribeños.
El Sindicato (hoy Centros de Apoyo al Trabajador Agrícola Migratorio del
UFCW de Canadá) junto con el proyecto Caravana de Sensibilización por la
Justicia Global (Global Justice Care Van Project) formaron una coalición de
grupos sociales, comunitarios y sindicalistas comprometidos en apoyar y mejorar
los derechos de los trabajadores migrantes. La Caravana empezó sus
actividades en junio de 2001, con financiamiento del Congreso Laboral
Canadiense y de tres sindicatos: UFCW de Canadá, la oficina canadiense del
Sindicato de los Trabajadores de Acero de América y los Trabajadores
Automotrices Canadienses. Una contribución de la Caravana fue documentar las
condiciones de trabajo y de vida de los migrantes, lo cual se concretó en el
Informe Nacional 2001 sobre los Trabajadores Agrícolas Migrantes en Canadá.
72 Entre otros están el Centro para Gente de Habla Hispana, el Bufete Legal Bilingüe Essex-Windsor, y las Iglesias que atienden a los trabajadores migrantes y tienen programas uorganizaciones de apoyo. Los programas son: Programa de Apoyo a Trabajadores Caribeños(1992), la Iglesia Libre Reformada de Vineland (2001), y el Proyecto El Sembrador en Simcoe yen York (1999). El Sembrador está dirigido a los migrantes mexicanos promueve la interacciónsocial entre la comunidad residente y los migrantes, financia un autobús para transportar a lostrabajadores a escuchar misa en español, organiza peregrinaciones, otros eventos y viajes, yproporcionan otros servicios de apoyo.
308
Foto 40. Represntantes del Sindicato (UFCW Canada)
Para 2002, el UFCW abrió su primer Migrant Agricultural Worker Support
Centre en Leamington. Dos años después se abrieron dos Centros más en
Bradford y en Simcoe. Hoy en día están funcionando cuatro Migrant Agricultural
Worker Support Centre en Ontario incluyendo el de Virgil y uno en Quebec
localizado en Saint-Rémi. El Migrant Agricultural Worker Support Centre de
Leamington brinda servicios bilingües entre los cuales están: consultas sobre
salario y deducciones en el trabajo, plan de pensión canadiense (CPP),
impuestos sobre el ingreso, tarjetas verdes para recibir asistencia médica bajo
el plan de seguro médico de Ontario (Ontario Health Insurance Plan, OHIP),
subsidios por maternidad y paternidad, pesticidas, indemnización de accidentes
en el trabajo, incapacidades médicas. Otros servicios que proporciona el Centro
son clases de inglés como segunda lengua a través del Colegio de la Frontera
(Fronteir Collegue), traducción cuando los trabajadores necesitan atención
médica o medicamentos, asesoría legal gratuita sobre repatriación voluntaria o
forzada, eventos sociales, capacitación para la salud ocupacional y normas de
seguridad en el trabajo, distribución de manuales sobre este tema a los
migrantes. El pensamiento de los integrantes del UFCW puede ilustrarse en las
siguientes recomendaciones hechas en su tercer informe:
La falta de transparencia, apelación, y representación crean temoresentre los trabajadores. Por el riesgo a la repatriación, ellos están pocodispuestos a quejarse en contra de las condiciones pobres e inseguras detrabajo y de vida. Sin un proceso de apelación, los trabajadores continúanestando sujetos a condiciones que no pueden mejorar por medio de su
309
ingreso, compromiso o negociación. El UFCW de Canadá recomiendaque el gobierno federal corrija los términos y las condiciones del SAWPpara incluir un proceso imparcial de apelación, disponible para todos lostrabajadores antes de cualquier decisión de repatriación. Además, que elpersonal del UFCW represente a todos los participantes en dicho procesode apelación para asegurar que los migrantes sean justa ycompletamente representados. Otra recomendación es que el gobiernofederal cumpla con el fallo de la Suprema Corte de Canadá de 2001 ypermita que los trabajadores agrícolas migrantes sean libres paraasociarse, además que el UFCW de Canadá se reconozca como elSindicato que represente a todos los trabajadores agrícolas migrantes enCanadá. El UFCW tiene la estructura organizacional, la estabilidadfinanciera, el conocimiento y la experiencia requerida para representar alos trabajadores agrícolas migrantes. (UFCW Canada, National Report2003: 15-16)
El UFCW ve a los trabajadores mexicanos como trabajadores temerosos
de la repatriación, como trabajadores que no son capaces de protestar por
mejores condiciones de trabajo y de vida. Como hemos visto, es cierto que los
migrantes mexicanos tienen miedo de ser repatriados si protestan por sus
condiciones de trabajo o de vida, pero también he mostrado que en Leamington,
los migrantes han protestado cotidianamente promoviendo una lucha cultural
dentro de las granjas y la comunidad. Incluso en los últimos cinco años
estallaron tres huelgas en las empresas más grandes de vegetales de
invernadero. Hay que agregar que justo la protesta laboral de los trabajadores
mexicanos en abril de 2001 originó la llegada en junio del mismo año del UFCW
a Leamington. A raíz de este conflicto laboral también surgieron, en Ontario, las
organizaciones como Enlace Community Link, Justice for Migrant Workers,
Coalición de Trabajadores Migrantes del South Essex Community Council (en
donde participan diferentes el Consulado Mexicano en Toronto y representantes
de los granjeros), y otras organizaciones sociales y comunitarias.
310
Foto 41. Unidades móviles para comunidades de mayor número de trabajadores
En 2003, ya estando el Sindicato en Leamington, los migrantes
mexicanos realizaron otros dos paros de labores, independientes de las
estructuras sindicales del UFCW canadiense. Lo que es más, el Sindicato no
intervino para evitar que fueran repatriados a México los trabajadores. La
organización como clase social y la solución de las demandas económicas
dentro de las estructuras sindicales es el ofrecimiento del movimiento sindical.
La propuesta es dotar del derecho de asociación y de apelación al trabajador
agrícola migrante para que se encuentre en condiciones de ejercer sus derechos
laborales y humanos. Para el UFCW, el primer objetivo político era lograr la
representación sindical de los migrantes mexicanos y caribeños.
Para 2006, el UFCW logró que Stan Raper, coordinador de los Migrant
Agricultural Worker Support Centres en Ontario y en Quebec, fuera nombrado
representante nacional del Sindicato ante los trabajadores agrícolas migrantes
en Canadá. Más adelante regresaré al análisis de la representación del
Sindicato frente a los trabajadores mexicanos. Por el momento es necesario
decir que el Sindicato en Leamington, en Simcoe, en Bradford y en Virgil -áreas
de mayor concentración de empleo de trabajadores mexicanos- ha jugado un
papel importante en la creación de un espacio alternativo para la interacción
social de los trabajadores migrantes, y es en dichas áreas donde se han gestado
las luchas culturales de los migrantes, aunque con procesos distintos en cada
área. A pesar de que a los trabajadores mexicanos se les advierte, desde la
Secretaría del Trabajo en México, que no se acerquen por ningún motivo al
311
Sindicato, muchos migrantes acuden a los Migrant Agricultural Worker Support
Centres para solicitar algún servicio, realizar una consulta, asistir a las clases de
inglés o para encontrarse con sus compatriotas.
Justicia y la disputa por los derechos humanos
Fuera de las estructuras sindicales formales también se han formado
agrupaciones civiles que defienden los derechos de los trabajadores temporales,
por ejemplo, el grupo Justice for Migrant Workers (Justicia para los Trabajadores
Migrantes, J4MW). El grupo Justice for Migrant Workers surgió en 2002, es un
colectivo político no lucrativo constituido por activistas laborales, educadores,
investigadores, estudiantes y jóvenes de color, cuya base está en Toronto,
Canadá. Motivados por la justicia social, el grupo J4MW promueve los derechos
de los migrantes caribeños y mexicanos que participan en el PTAT/SAWP. Las
actividades del grupo se orientan a concientizar a los canadienses sobre la vida
cotidiana de los migrantes y los problemas que ellos enfrentan, presionan al
gobierno para la solución de tales problemas y proporcionan ayuda a los
trabajadores. Los principios del colectivo Justice for Migrant Workers son la
dignidad, el respeto y los derechos humanos. La estrategia del grupo basada en
cinco años de trabajo comunitario en las comunidades rurales de Ontario pone el
acento en las relaciones de confianza, las experiencias compartidas y las
lecciones aprendidas con los trabajadores agrícolas migrantes. La forma en que
el grupo percibe a los trabajadores migrantes se puede ilustrar en el siguiente
fragmento con el que se elaboran materiales informativos para los trabajadores:
De parte de Justicia [J4MW] queremos agradecerles de todo corazón sutrabajo y sacrificio al venir a Canadá, ya que su trabajo hace de laagricultura de Ontario un sector muy productivo. Usted merece respeto.¡Creemos que los trabajadores migratorios de México y del Caribe queparticipan en el programa canadiense de trabajadores agrícolastemporales se merecen un mejor trato!, ¡se merecen justicia, dignidad yrespeto! Es por eso que buscamos cambios positivos en el programa,para que las necesidades y derechos de los trabajadores seanescuchados y respetados durante su estancia en Canadá. El contrato deempleo que usted firmó antes de venir a Canadá se hizo con el acuerdode los gobiernos de México y de Canadá. Nosotros los de Justicia [J4MW]
312
creemos que muchas partes de él son injustas. Esperamos que estedocumento les ayude a entender el contrato y lo que son sus derechos.Favor de contactarnos si tiene preguntas o preocupaciones. Póngase encontacto con Justicia [J4MW] si siente que su contrato es injusto y quierehablar. Llámenos también si se han violado sus derechos o si tiene otrasnecesidades mientras que está aquí en Canadá. Nuestras accionesbuscan guiarse y alimentarse de la perspectiva, los comentarios, las ideasy sugerencias de todos ustedes. ¡Su voz es muy importante! (Justice forMigrant Workers 2003, 2004)
Justice for Migrant Workers organiza talleres y distribuye diversos
materiales informativos acerca de derechos humanos, los Centros de Apoyo al
Trabajador Agrícola Migratorio (del UFCW), la enfermedad provocada por el
virus West Nile durante el verano, la prevención del contacto con pesticidas, la
enfermedad del tabaco verde, el contrato de empleo, el apoyo con traducción del
español al inglés, y la exhibición y discusión del documental El Contrato.73 El
grupo Justice for Migrant Workers cuenta con un servicio electrónico, donde se
publican informes o artículos sobre los trabajadores migrantes en Canadá. La
posición política del grupo Justice for Migrant Workers de manera semejante a la
del Sindicato: demandar que los cambios institucionales se pongan en marcha
para evitar abusos a los derechos de los trabajadores migrantes. A diferencia del
Sindicato, el grupo Justice for Migrant Workers promueve la concientización de
los trabajadores para que sean ellos mismos quienes, dentro o fuera de las
estructuras sindicales, defiendan sus derechos en su trabajo y su vida cotidiana.
Enlazando y contendiendo la integración de los jornaleros mexicanos
El grupo Enlace Community Link Inc., es una organización formada por
residentes mexicanos, mayoritariamente mujeres, que ha operado desde
septiembre de 2001, en Ontario. A diferencia del Sindicato y del grupo Justice for
Migrant Workers, el grupo Enlace Community Link orienta su acción
73 El Consejo Nacional de Cine de Canadá (National Film Board of Canada Production) auspicióel documental de largometraje El Contrato que trata la problemática que viven los trabajadoresmexicanos en los invernaderos de Leamington. La cinta fue producida por Karen King-Chigbo ydirigido por Min Sook Lee. Desde 2003, la cinta se ha exhibido en las ciudades de Toronto,Windsor, Leamington, Simcoe y Niagara, en Canadá y en Chiapas y el Distrito Federal, enMéxico.
313
exclusivamente a los migrantes mexicanos. Enlace Community Link ha
organizado varias actividades y talleres para los jornaleros mexicanos en
Niagara On The Lake, Leamington, Simcoe (La Salette), Newmarket y Milton. En
los seminarios se han tratado temas como: pensiones, salud y prevención de
accidentes, uso y reparación de bicicletas, prestación de la paternidad,
experiencias culturales, aplicación de pesticidas, control de adicciones,
relaciones con la familia y choque cultural. Además, Enlace Community Link ha
realizado otros eventos públicos, culturales y convivencias con los migrantes:
días de campo, celebración del Día de la Madre y Día de la Independencia de
México en Niagara y en Simcoe, enlotada en Milton y torneo de fútbol inter-
zonas en Niagara. Los principios de Enlace Community Link están basados en
un enfoque más integracionista de los migrantes mexicanos en Canadá. Otra
contribución es su boletín El Surco que se publica y se distribuye gratuitamente
cada mes en las granjas donde laboran los jornaleros mexicanos. A través de
ese boletín, se convoca a los migrantes a las reuniones y se da a conocer el
objetivo del grupo, el cual se sintetiza de la siguiente manera:
Los pensamientos que nos mueven en Enlace es el apoyo a lospaisanos . Esos hombres y mujeres que se sacrifican al irse por un largo
tiempo lejos de su tierra natal, dejando su hogar, sus cónyuges e hijos yse vienen a este país al que tanto le gusta la mano de obra del mexicanoentrón y luchador. Porque ellos van a trabajar largas y duras jornadas
ganando el salario mínimo, en un país extraño, con diferentes costumbrese idioma. El Paisano que es capaz de sobrellevar la distancia, laseparación y el aislamiento, con tal de poder ofrecer a su familia mediosde superación para mejorar sus condiciones, eso les da el valor deenfrentar los retos. ¿Quién podría merecerse más nuestro respeto yayuda? Hemos luchado por difundir en la comunidad el respeto a lostrabajadores, el conocimiento de su problemática y sus posiblessoluciones. Nos gustaría saber de historias alegres, de sus experienciasen este país, de situaciones chistosas... Tocamos madera, pero cuandohubiera alguna emergencia con usted o alguno de sus compañeros,tenemos un número de teléfono... Mientras Dios nos permita, seguiremoscon esta labor que nos da mucha satisfacción... que cada uno de ustedessepa que... ¡No están solos! (Borofsky, El Surco 2004)
Del fragmento anterior, llama la atención que se percibe con respeto al
trabajador mexicano por ser entrón, luchador y capaz de vivir la distancia, la
314
separación y el aislamiento todo en nombre de la familia mexicana. Se
reconoce que hay problemas pero no se cuestionan sus causas. Hay una visión
de entender a los migrantes como victimas que no tienen escapatoria, los
pobrecitos que están aquí trabajando por su familia y no tienen a dónde ir para
distraerse. En cada reunión Enlace Community Link regala refrescos, rifa un
aparato eléctrico, y a veces les regala ropa a los migrantes. Si bien en Enlace
Community Link no interesa la acción política ni las relaciones de poder entre
trabajadores mexicanos y empleadores, el apoyo que brindan a los jornaleros les
ha implicado, aunque toquen madera, asumir una posición política a veces de
enfrentamiento con algunos empleadores, el Consulado Mexicano y otras
instituciones canadienses.
Foto 42. Mexicanos al grito de guerra ¡Viva México!
El Centro Comunitario de Leamington y la disputa por el orden canadiense
La Coalición de Trabajadores Migrantes del Centro Comunitario del Sur de
Essex (South Essex Community Council, SECC) fue creada en 2002. Para el
mismo año, la Secretaría de Estado para el Desarrollo Rural y la Iniciativa de
Desarrollo Económico Federal para Ontario del Norte otorgó Cdn$50,000.00
para la creación de un centro comunitario de trabajadores migrantes en el área
de Leamington. El objetivo del financiamiento era desarrollar nuevos programas
en colaboración con los trabajadores y darles la oportunidad de aprender nuevas
315
capacidades (Office of Secretary of State citado en Preibisch 2004a). El
financiamiento fue el primer desembolso del gobierno federal de Canadá en toda
la historia del PTAT/SAWP para realizar actividades sociales con los migrantes
mexicanos. El presupuesto fue asignado a la Asociación de Artes del Sur de
Essex (South Essex Arts Association, SEAA). La asociación estableció el
Programa Cultural del Trabajador Migratorio (Migrant Worker Cultural Program,
MWCP). En el Centro Comunitario de Leamington participan representantes de
la policía y el hospital, de la Iglesia St. Michael, del Municipio de Leamington, del
SECC (South Essex Community Council), del Consulado Mexicano en Toronto,
y otros miembros de la comunidad incluyendo algunos empleadores del
programa.
El South Essex Community Council publica y distribuye gratuitamente el
boletín informativo mexicano El Mensajero en el cual se proporcionan noticias
de México y los servicios proporcionados a los migrantes en Leamington. A partir
de 2003, los empleadores exigieron que se tradujera también al inglés para que
ellos estuvieran enterados de la información que se daba a los trabajadores.
Para ser miembros del programa y poder participar en las actividades se pide
obtener una credencial cuyo costo es de Cdn$5.00. La misión del programa se
sintetiza en su siguiente declaración:
Proveer un balance más positivo a la vida de los migrantes ofreciéndolesoportunidades que involucren actividades artísticas, culturales yrecreativas... Esperamos su participación en estas actividades asípodemos continuar nuestra misión de proveerles una estancia placenteradurante su tiempo libre. Si quiere presentar alguna historia de su vida enLeamington, puede contactarnos. (Migrant Worker Cultural Program, ElMensajero 2003)
Por ello, el South Essex Community Council pone atención en los eventos
culturales y recreativos, y en proporcionar un espacio para los migrantes. Las
actividades del Centro son: clases de costura y cocina para las mujeres, clases
de inglés, de guitarra y de teclado, reparación de bicicletas, exposición de arte
mexicano, celebración de la independencia de México, organización de rutas de
autobuses los domingos para transportar a los migrantes de 14 grandes
316
empresas a escuchar misa en español en la iglesia de St. Michael, libros de
español en la biblioteca de Leamington, viajes a las Cataratas del Niagara,
organización de encuentros dominicales de fútbol. Para formar la liga mexicana
de Leamington, en mayo de 2003, había 18 equipos de fútbol, algunos tenían el
nombre del estado o municipio de procedencia en México. En el boletín además
se proporciona la lista de contactos de apoyo a las necesidades de los migrantes
y se anuncian las agencias de preparación de impuestos y de envío de dinero,
así como de otros comercios.
Es necesario destacar que en 2002, el Sindicato (UFCW, Centro de
Apoyo al Trabajador Agrícola Migratorio) y el Centro Comunitario del Sur de
Essex (South Essex Community Council, SECC), concursaron por un
financiamiento que ofrecía la empresa mexicana de cerveza Corona Extra (con
sede en Ontario) para organizar actividades dirigidas a los trabajadores
mexicanos. El concurso lo ganó el SECC, porque no implicaba ningún tipo de
organización política ni informaba sobre los derechos laborales o la situación
que los migrantes vivían dentro de las granjas o en la comunidad de residentes.
El Centro Comunitario de Leamington es muy poco visitado por los
migrantes mexicanos. Lo que ha tenido éxito es el transporte de los trabajadores
al centro del pueblo, el viaje a las Cataratas de Niagara, los partidos de fútbol y
la asistencia a la celebración del Día de la Independencia de México. En estos
espacios también se desarrolla la vida social de los jornaleros mexicanos.
El Colegio de la Frontera y el inglés como segundo idioma
El Frontier College fue fundado por Alfred Fitzpatrick y un grupo de estudiantes
universitarios en 1899. El objetivo original del Frontier College fue hacer
accesible la educación para los trabajadores en los campos de trabajo de
Canadá. Los instructores o Labourer-Teachers, estudiantes voluntarios, fueron
capacitados y enviados hacia las fronteras de Canadá para entrar a los campos,
a los centros mineros y a las bandas de ferrocarriles, con el objetivo de trabajar
de día al lado de los trabajadores y enseñarles a leer y a escribir en la noche y
los fines de semana. El programa de Labourer-Teachers continua hasta ahora.
317
Recientemente, el Frontier Collegue reconoció que las fronteras geográficas
estaban disminuyendo y que la alfabetización que se requería en las fronteras
urbanas era más urgente. Por ello, el Colegio desarrolló una serie de programas
específicos dirigidos a las necesidades de la población que vive en las
comunidades urbanas y rurales. Uno de esos programas es el Labourer-Teacher
Program y el English as a Second Language Program (ESL). En sus folletos
informativos se precisan sus objetivos y su misión actual:
El Fronteir Collegue cree que la alfabetización es un derechofundamental. El Fronteir Collegue está fortaleciendo el tejido social deCanadá a través de involucrar y movilizar voluntarios para realizaracciones a favor de la alfabetización y la enseñanza. Demostramos elpoder de la enseñanza no formal para hacer cambios en la vida de lagente y trabajamos en compañerismo con otros. A través de estecompañerismo podemos acceder a niños adolescentes y adultos de costaa costa. Apoyamos a niños y familias, grupos en comunidades yorganizaciones en áreas de alta necesidad por medio de capacitación,talleres, conferencias y voluntarios del lugar. Reclutamos y capacitamos amás de cinco mil voluntarios cada año para trabajar con miles decanadienses que tienen poco o ningún acceso a otras oportunidadeseducativas y que quieren aprender. Continuamos nuestro papel comolíderes en el movimiento de alfabetización. El Fronteir Collegue ESLprogram, también colabora con otras agencias y grupos comunitarios paraayudarlos a desarrollar o enriquecer sus propios programas tutoriales.Podemos proveer de capacitación y de recursos de voluntarios tantoconsejos como campos de experiencia en diseño y dirección de unprograma tutorial basado en voluntarios de ESL. (Fronteir College 2007)
El Frontier College o también conocido como la casa azul en
Leamington, es una organización no lucrativa fundada en 1899 y dedicada a
proporcionar clases de inglés como segunda idioma a los trabajadores
mexicanos, durante el verano. A través de su Programa del Maestro-Trabajador
algunos estudiantes universitarios de Canadá comparten con los trabajadores
agrícolas mexicanos, caribeños y canadienses, el trabajo de la granja y dan
clases de inglés o alfabetización informales durante la noche. A las clases
nocturnas de inglés asisten pocos trabajadores, entre 10 y 20 al día, de los
cuales son muy pocas las mujeres, sin embargo, una estrategia que estaba
funcionando era que los estudiantes del Colegio de la frontera fueran a las
318
granjas a dar las clases, pues su horario de siete a nueve de la noche y las
largas jornadas de trabajo no les permitía a los trabajadores asistir con
regularidad a los cursos. Hasta 2004, las clases de inglés se daban en la casa
blanca, cuando el Sindicato cambia su lugar de operaciones, el Colegio de la
frontera adquiere un lugar propio para sus clases.
Hay trabajadores mexicanos con una trayectoria laboral en Canadá de
más de 20 años y que ya aprendieron inglés, pero cuando ellos preguntan en
inglés a las personas de las instituciones canadienses que les informan sobre
algunos temas laborales,74 no les hacen caso, aunque hayan planteado
correctamente sus preguntas en inglés. Algunos migrantes ya pueden exigir sus
derechos comunicándose en un inglés básico, pero la frontera del poder de los
canadienses no permite reconocer el manejo del inglés como segundo idioma
para los migrantes. Eso me hace pensar que no es el manejo o dominio del
inglés, sino que es toda la cultura mexicana la que está en contienda en la
cultura canadiense. Lo que está en juego es todo el sistema de creencias de los
migrantes mexicanos frente al sistema de creencias de los residentes
canadienses.
Ser un esclavo moderno en Canadá: nos tratan como animales
Los paros laborales de 2001 y 2003 en Leamington han sido parte de las
protestas de los trabajadores mexicanos. Otra forma de protesta de los
jornaleros fue rompiendo el silencio al participar en el documental El Contrato. El
documental ha tenido un fuerte impacto tanto en la concientización de la
sociedad canadiense como en la reacción de protesta de los empresarios de las
74 Por la parte de México están los Consulados Mexicanos en Canadá y la Secretaría del Trabajoy Previsión Social. Por la parte de Canadá, están el Centro para Gente de Habla Hispana,Canadian Pension Plan (CPP), Occupational Health Clinics for Ontario Workers (OHCOW),Migrant Agricultural Workers Support Centre (United Food and Commercial Workers Union ofCanada, UFCW), Justice for Migrant Workers, Enlace Community Link, PACE Project(Preventing Agricultural Chemical Exposure), Wake Forest University School of Medicine, WinsorEssex Bilinguel Legal Clinic, Community of Agricultural Foreign Workers and Friends of Exeter(CAFFE), Ontario Health Insurance Plan (OHIP). Estas organizaciones e instituciones se dedicana informar sobre derechos laborales básicos: pensiones, salud ocupacional y prevención deaccidentes de trabajo, seguros medicos, protección contra pesticidas, beneficios de paternidad ymaternidad, descuentos salariales, incapacidades médicas, pago de impuestos al gobierno deCanadá y el contrato de empleo.
319
grandes empresas de invernadero en Leamington,75 en el gobierno mexicano76 y
en la concientización de los propios migrantes mexicanos.
El Contrato, que pone el dedo en la llaga, ha suscitado mucha
controversia en Canadá debido a que denuncia los abusos laborales cometidos
por los granjeros en contra de los jornaleros mexicanos, saca a la luz las
realidades ocultas sobre las condiciones de trabajo en las que ellos viven, y
pone de relieve el tema de los derechos humanos de los migrantes. Los
trabajadores agrícolas en Ontario no pueden afiliarse a un sindicato, no tienen
oportunidad de ser ciudadanos y si se quejan de los abusos pueden ser
mandados de regreso a México. Los abusos que tienen lugar en las granjas van
desde envenenamiento por pesticidas debido a la poca protección en su uso,
condiciones de trabajo poco seguras, viviendas sucias y en mal estado,
hacinamiento, servicio médico deficiente, accidentes de trabajo no atendidos con
oportunidad, malos tratos de los granjeros, capataces abusivos, falta de atención
del consulado mexicano, y estafa del dinero del que son objeto en las
comunidades donde son empleados. La directora de El Contrato, Min Sook Lee
y los periodistas Fredy Vélez e Isabel Inclan describen el filme así:
El documental El Contrato cuenta la historia de un mexicano, padre decuatro hijos que lucha contra la pobreza, así como la de varios de suspaisanos que migran anualmente al sur de Ontario. Pese a los temorespor represalias, los trabajadores alzan su voz en busca de dignidad yrespeto, así como por mejores condiciones de trabajo. El contratoconcluye al llegar al invierno, cuando los mexicanos prometen, no porprimera ni por última vez, que ésta será la última temporada en el norte.(Min Sook Lee, Correo Canadiense, 8 y 9 octubre 2003: 5)
El mexicano [x] conoció lo que es caminar sobre la nieve en Canadá, perotambién supo por experiencia propia lo que es ser un esclavo modernotrabajando como recolector de tomates de Leamington, una ciudad de
75 Algunos granjeros que participaron en la filmación del documental demandaron a la empresaproductora y pedían que se hiciera otra película que hablara bien de los empleadores y delprograma. Como resultado del juicio, se prohibió durante un tiempo la exhibición de la cinta, y seobligó a la directora a quitar algunas escenas en las que los empleadores no estaban deacuerdo.76 En su momento, el gobierno mexicano se apresuró a reunir testimonios de los trabajadoresque hablaran bien del programa y hacer una amplia difusión de los mismos en los medios decomunicación en Canadá y en México.
320
Ontario. [Si] por él fuera no volvería a este país, luego de ocho meses enque trabajó inhumanas jornadas de 15 horas sin descanso, sin pago dehoras extras, sin reconocimiento de [días] feriados. Si no fuera porquepiensa en su familia, en garantizar estudio a sus hijos para que ellostengan un futuro distinto al suyo, no se sometería al hacinamiento conotra decena de compatriotas en una casa bien pequeña. Si al menospudiera conseguir empleo en su país natal, no retornaría para derramarlágrimas en silencio, sin poder quejarse de lo que él sabe que es injusto eindigno. Esta es la realidad de uno multiplicada por miles de trabajadoresagrícolas migrantes que ha sido denunciada en el documental ElContrato y cuya exhibición generó reacciones de apoyo pero también dedesaprobación (Correo Canadiense, 8 y 9 octubre 2003:11).
El miedo a la repatriación es justificado y sin embargo, algunos
trabajadores se atreven a romper el silencio. Las historias en las que se disputa
la dignidad y el respeto cruzan las fronteras de México y de Canadá. La dignidad
y el respeto exigidos a los granjeros pero también a la sociedad canadiense, se
debe a que los jornaleros mexicanos han experimentado sentimientos de
humillación por la sobreexplotación pero también por la discriminación, el
racismo y la violencia vivida durante su trabajo y su vida en Canadá. El
protagonista de El Contrato narra como conoció lo que es caminar sobre la
nieve en Canadá, pero también supo por experiencia propia lo que es ser un
esclavo moderno trabajando como recolector de tomates de Leamington. En el
trabajador está presente la idea de si por él fuera no volvería a este país... no
retornaría para derramar lágrimas en silencio, sin poder quejarse de lo que él
sabe que es injusto e indigno. La contradicción de regresar a México y retornar
a Canadá es constante. Al término de su temporada laboral los trabajadores se
prometen a sí mismos que: ésta será la última temporada en el norte pero ya
estando en México preparan todo para regresar a trabajar a Canadá pensando
sólo una temporada más, y ya, no obstante, esa última temporada se alarga
debido a que hay una demanda económica de la familia, pero también a que hay
una demanda personal de un proyecto de vida.
321
Soy una persona, no soy una máquina
Para algunos es importante tomar clases de inglés como parte de su proyecto de
trabajo y de vida en Canadá. Las clases de inglés también han sido útiles para
ser y estar en un país donde los migrantes buscan valer como seres humanos.
Durante una clase de inglés de los maestros del Colegio de la Frontera, en el
verano de 2003, cuando se repasaba el verbo to be, se suscitó una situación
interesante. Al tratar el tema de Salud, la maestra de inglés les dijo a los
migrantes: take care of yourself because you are a person and you are not a
machine. A machine can be fixed but persons can get sick or die [Cuídate
porque eres una persona y no una máquina. Una máquina puede componerse,
pero las personas se pueden enfermar o morir]. Esta oración resultó de gran
interés para los jornaleros, uno de ellos levantó la mano y pidió que se escribiera
en el pizarrón la frase: I am a person, I am not a machine [soy una persona, no
soy una máquina]. Otros preguntaron: ¿cómo se escribe eres una persona, no
eres una máquina? y ¿cómo se escribe somos personas, no somos máquinas?
La misma frase fue escrita en todas las personas utilizando el afirmativo y el
negativo del verbo ser o estar (Rocha 2004: 86).
Existen numerosos actores que intervienen y construyen la realidad
transnacional de los trabajadores migrantes en Canadá, como los grupos que
integran el Sindicato, Justice for Migrant Workers, Enlace Community Link, el
South Essex Community Council de Leamington, las iglesias Católicas, las
agencias privadas que administran el programa, el gobierno canadiense, los
consulados mexicanos y el gobierno mexicano.
No obstante estas organizaciones sociales y comunitarias, se han
olvidado de un actor social: las jornaleras migrantes mexicanas que trabajan y
viven temporalmente en Canadá desde hace más de 15 años. Las trabajadoras
mexicanas constituyen las minorías invisibles que han sido ignoradas y
silenciadas. Las migrantes no son sujetos que interesen al Sindicato para que
las representen ante el empleador y las instituciones canadienses. Para las
trabajadoras no tienen programas específicos los grupos Justice for Migrant
322
Workers, Enlace Community Link o el South Essex Community Council, que no
sean las convivencias del Día de la madre o las clases de cocina.
En la literatura existente sobre el tema en Canadá o en México, no ha
sido documentada la problemática específica que las jornaleras mexicanas viven
en Ontario y mucho menos en las otras provincias. Tampoco ha sido investigado
el protagonismo de las migrantes mexicanas en la construcción de la vida
transnacional. El resultado ha sido que se ha dejado fuera de los programas y
los proyectos políticos de las organizaciones sociales y comunitarias, pero
también fuera del análisis de las investigaciones sociales, el trabajo y la vida de
las migrantes mexicanas que emprenden la migración a Canadá.
4.6 Futuras direcciones de la contienda
La contienda de las minorías invisibles e ignoradas: jornaleras mexicanas
Las trabajadoras mexicanas contienden las prácticas y los significados sobre su
trabajo y su vida en Canadá dentro de las granjas pero también en la casa de
las mujeres y en los centros urbanos de las comunidades canadienses.
Durante mi trabajo de campo, en una visita a la casa de las mujeres un
sábado por la tarde, era día de limpieza general de la vivienda. Algunas
migrantes estaban limpiando el cuarto de lavado y secado de ropa. Al entrar a la
casa se percibía mucho orden a pesar de que apenas iniciaban la limpieza.
Durante mis visitas pude darme cuenta de que entre las mismas
jornaleras se pintan el cabello, se depilan las cejas, se pintan los ojos, se dan
ánimos si alguna cae en la melancolía por los hijos, se dan consejos cuando
alguna se enamora de un trabajador mexicano o de otra persona, se dan la
bienvenida cuando llegan a Canadá y la despedida cuando regresan a sus
comunidades de origen.
En mi visita a la casa durante la tarde de limpieza, me llamó la atención
que en el cuarto de lavado, había una mesa donde estaban colocadas unas
cajas, las cuales contenían pequeñas redes rojas que debían preparar las
migrantes para el empaque del tomate. Se trataba de un trabajo que ellas
debían desempeñar entre el sábado y el domingo en la casa y tenerlo listo para
323
el lunes. Las redes rojas así preparadas, las usarían las trabajadoras menonitas
el lunes para empacar el tomate cosechado por las trabajadoras mexicanas. A
cada migrante le correspondía preparar dos cajas de redes. Este trabajo se
extendía a su tiempo libre y ellas no tenían la certeza de si ese trabajo a
domicilio les estaba siendo pagado:
De vez en cuando nos traen estas cajas para que preparemos la red parael empaque del tomate. Tenemos que hacerlo en fin de semana. Anosotras nos dicen que el pago de este trabajo ya viene en nuestrocheque, no sabemos si eso es así. Cada quien sabe cuándo hace esetrabajo.
Lo que yo encontré es que a los trabajadores mexicanos, no les llevaban
trabajo a domicilio a la casa de los hombres como sucedía con las
trabajadoras mexicanas.
Los sábados, aproximadamente a las cuatro de la tarde, salen las
jornaleras de los invernaderos donde cosechan tomate y llegan a la casa de las
mujeres. Había quienes se iban a bañar, a descansar o a comer, pero también
había quienes tomaban una de las cajas y empezaban a trabajar las redes rojas,
y había quienes llegaban directo al teléfono para llamar a sus hijos, a su familia
en México o a su novio.
En esta granja, en el cuarto de lavado había tres lavadoras y tres
secadoras para el uso de 25 trabajadoras.77 El cuarto de lavado era un espacio
donde transitaban constantemente las trabajadoras, por este lugar entraban a la
casa, a la cocina y a los baños.
El uso de lavadoras y secadoras era motivo de conflicto entre las mujeres.
Después de cumplir su jornada de trabajo en los invernaderos, algunas
trabajadoras se adelantaban y ponían a lavar su ropa mientras se bañaban,
cocinaban o limpiaban la casa. Había quienes dejaban encargada su ropa con
alguna otra jornalera o se daban sus vueltas al cuarto de lavado. Pero si la
trabajadora se tardaba mucho era posible que otra trabajadora sacara su ropa
de la máquina para echar la suya. Cuando eso sucedía, al llegar la otra
77 El número de trabajadoras que empleaba la empresa variaba: en 2002 habían sido 63trabajadoras y un año atrás fueron 55 las migrantes empleadas.
324
trabajadora se enfurecía con la trabajadora que le sacó su ropa. Al parecer, el
cuarto de lavado estaba ocupado todas las tardes o parte de las noches, debido
a que las playeras que usaban dentro del invernadero se manchaban de color
verde, por el manejo de la planta del tomate. Una trabajadora nos platica los
motivos y la obligación de lavar la ropa diariamente:
Aquí lavamos todos los días, se desgasta mucho la ropa porque lavamosmuy seguido. Tenemos que lavar todos los días porque la ropa se nosensucia todos los días. Debemos entrar a la greenhouse [invernadero]con ropa limpia porque aquí nos dicen eso los farmeros [granjeros], paraque no machemos o contaminemos sus plantas. La playera es nuestrouniforme blue green, [azul manchada de verde] la usamos todos los díasdentro de la farma [granja].
Como podemos apreciar en la narrativa de la jornalera, algunas migrantes
mexicanas ya entremezclan términos de inglés con el español en sus
conversaciones. Otra situación que me llamó la atención fue que en otra granja
de Leamington, las trabajadoras se iban a lavar al lago que se encontraba cerca
de la granja pues en la casa de las mujeres no había lavadoras ni secadoras.
En algunas otras granjas de Niagara On The Lake, las migrantes tenían lavadora
pero no secadora en sus viviendas, por ello ponían su ropa a secar afuera de las
casas con tendederos como en México.
Para hacer la limpieza de la vivienda, las migrantes se organizan en
equipos de trabajo de cinco trabajadoras. La limpieza general de la casa (baños,
cocina, cuarto de lavado, dormitorio y comedor) le toca una vez por semana a
cada equipo. Como la limpieza de la cocina y de los baños es más difícil, una
semana toca la cocina y la siguiente semana las recámaras. Pero a veces
también tienen problemas porque no hay suficiente material de limpieza: Es que
solo hay una escoba, eso es lo malo de estar muchas haciendo la limpieza. La
ropa, los trastes y la cama lo hace cada trabajadora, también cada quien se
organiza para cocinar sus alimentos. Una trabajadora nos habla de la
organización del trabajo doméstico entre las jornaleras:
Hay quienes prefieren cocinar todos los días pues no les gusta comer lacomida de un día anterior, pero hay quienes cocinamos cada tercer día,
325
guardamos nuestra comida en el refrigerador y al día siguiente nada máscalentamos. Hay suficientes parrillas, una para cada quien. También hayhornos de micro-ondas. Tenemos un comedor muy grande, es suficiente.Arriba están los dormitorios. En esta temporada son más de la mitad [demigrantes mexicanas] que no vinieron a trabajar a Colasanti, a la mayoríanos tocó dormir en la cama de abajo. En otras temporadas, las primerasque llegaban se quedaban en la cama de abajo [son literas], a las quevenían después ya nos tocaba en la cama de arriba.
Los espacios en donde se genera mayor tensión entre las trabajadoras
son el cuarto de lavado y la cocina. Si bien hay quienes guisan cada tercer día,
diario hay por lo menos cinco trabajadoras que están cocinando al mismo
tiempo. En el comedor tienen una televisión, ahí es el centro de reunión de las
trabajadoras durante la comida, pero el resto del tiempo ellas están en otras
áreas de la casa.
Dentro del mismo terreno donde está la granja, están la casa de los
hombres y la casa de las mujeres, también están la casa del manager y la
casa del empleador. Hay un empleado canadiense que se encarga del
mantenimiento de la casa, si una lavadora o secadora ya no funciona, él se
encarga de componer o mandar a arreglar esa máquina para que esté bien.
Durante otra entrevista en el comedor, había tres trabajadoras, una de
ellas estaba depilando las cejas a otra trabajadora. La trabajadora que depilaba
ya se había bañado, arreglado, maquillado y pintado las cejas, las pestañas y los
labios. Yo le pregunté: ¿tú estudiaste corte y belleza en México? Ella se rió y
me dijo: -No, no sé, pero aquí estoy intentando depilar. Se escuchaba ir y venir
a las trabajadoras del dormitorio a la cocina o al baño, algunas bajaban las
escaleras envueltas en una toalla para bañarse, otras bajaban muy arregladas y
pintadas, con vestido y tacones, listas para salir de la granja. Me llamó la
atención que la mayoría se arreglaba y se pintaba saliera a no de la granja. Las
trabajadoras se transformaban de cuando llegaban del trabajo con sus playeras
manchadas de verde o cuando estaban limpiando la casa a cuando se bañaban,
se arreglaban y se pintaban. La transformación era todos los días, aunque
especialmente los sábados y domingos. En el lapso de dos horas, las
326
trabajadoras recibían llamadas y llamaban ellas para pedir un taxi78 que las
llevara al centro de Leamington, donde inicia la otra parte de la vida social de las
migrantes mexicanas.
La descripción que he hecho aquí de una tarde en la vida de las
migrantes mexicanas forma parte de la historia, la experiencia y las prácticas
culturales de las jornaleras que han sido ignoradas y silenciadas en los campos
agrícolas canadienses. También forma parte de la contienda de emociones que
ellas viven cotidianamente dentro de la granja y en la vivienda. La lucha cultural
emprendida por las jornaleras migrantes no se queda en los límites estrechos de
la granja y la vivienda, sino que trasciende a todos los espacios donde ellas se
socializan y donde ellas interactúan con los trabajadores mexicanos, con la
comunidad de residentes, con las organizaciones sociales y comunitarias. En
esos procesos sociales, las migrantes contienden su identidad como mujeres,
como trabajadoras agrícolas, como ciudadanas mexicanas, como migrantes
temporales y como agentes culturales que están aprendiendo a vivir como
mujeres solas en dos culturas. Las jornaleras subvierten el orden canadiense al
experimentar nuevas formas de sexualidad; la mayoría son mujeres con hijos
que forman una nueva pareja con un migrante mexicano, con un residente latino
o con el propio empleador. Las trabajadoras también están cotidianamente
negociando las relaciones de género entre ellas, con los trabajadores mexicanos
y a distancia con sus hijos y sus familias de origen.
78 El taxi les cobraba, en 2003, Cdn$8, pero si se iban varias trabajadoras les salía de 1 a 2dólares.
327
Foto 43. Satisfechas al final de la temporada. Toronto
El futuro de los trabajadores migrantes con la sindicalización de las granjas
En la disputa por el reconocimiento de los derechos laborales y humanos de los
trabajadores migrantes ha tenido una importante contribución, desde 2001, el
UFCW y sus Migrant Agricultural Worker Support Centres instalados en
Leamington, Simcoe, Bradford y Virgil, en Ontario. El Sindicato, las
organizaciones sociales, los académicos, políticos y funcionarios han llevado al
plano político y legal un tema que ha causado mucha controversia en Ontario
rural: la sindicalización de los trabajadores agrícolas migrantes.
La controversia política se ha centrado en si los trabajadores agrícolas
migrantes de Ontario tienen o no el derecho constitucional para afiliarse a un
sindicato. La reciente decisión de la Suprema Corte de Canadá sobre la
Dunmore v. Ontario (A.G.) fue formulada para tratar de resolver la controversia.
La decisión de la Corte indicaba que los trabajadores tenían derecho de formar
una asociación de empleados, por ello, era necesario que se permitiera que los
trabajadores se organizaran sin intimidación, coerción o discriminación, y que
dicha asociación debiera ser reconocida mientras los migrantes estuvieran en
Canadá. La respuesta de los granjeros y la mayoría de los agentes
gubernamentales ha sido la oposición a la sindicalización de los trabajadores
migrantes.
328
Hoy en día, a pesar de la decisión de Dunmore y la promulgación del Acta
de Protección a los Empleados Agrícolas (Agricultural Employees Protection Act)
de 2002, a los trabajadores agrícolas y los trabajadores migrantes se les
continúa negando el derecho a la negociación colectiva y a la sindicalización. El
Gobierno de Ontario ha aplicado una interpretación que minimiza la Dunmore al
permitir que los trabajadores participen únicamente en asociaciones y
representaciones que no requieran a un empleador para una negociación, lo
cual significa reducir cualquier efecto sobre las actuales condiciones de trabajo
(Verma 2004:xvi).
La investigación de Veena Verma realizada para el Instituto Norte Sur en
Canadá examina el probable impacto de la sindicalización de los trabajadores
migrantes en Ontario. Las implicaciones de la sindicalización sobre los
trabajadores migrantes que Verma (2004: xvi-xviii) encuentra son: primero, si las
granjas operan bajo el modelo de sindicalización basado en las actuales leyes
de las relaciones laborales de Ontario, lo más probable es que sean
sindicalizadas individualmente y que el Sindicato tenga ingerencia sobre las
condiciones de empleo de los trabajadores migrantes. Pero si se basan en un
acuerdo colectivo, el Sindicato puede ser reconocido sólo como agente de
representación de los trabajadores frente a una negociación. Segundo, si se
permite a los sindicatos negociar las condiciones y los términos de los
trabajadores migrantes, es probable que el Acuerdo de Empleo79 sea
reemplazado por un acuerdo colectivo basado en las actuales leyes laborales.
Los gobiernos de Canadá, de México o del Caribe continuarían con su papel en
la operación del SAWP, mientras que el Sindicato podría resolver las quejas de
los trabajadores sobre las condiciones de trabajo o la aplicación de leyes
locales. Tercero, como resultado de la sindicalización es probable que se
incrementen los salarios y las prestaciones para los trabajadores migrantes.
Cuarto, la respuesta de los granjeros podría orientarse a la mecanización de la
agricultura o bien moviendo o cerrando sus operaciones, evitando también los
79 Para el caso de México, se refiere al Acuerdo para el Empleo Temporal de TrabajadoresAgrícolas Mexicanos con Canadá, que ambos gobiernos firmaron en 1974. El Acuerdo funcionacomo contrato de trabajo entre trabajadores mexicanos y granjeros canadienses.
329
costos de la sindicalización de la fuerza de trabajo. Esto provocaría un
decremento de la demanda del empleo agrícola, incluyendo la de los
trabajadores migrantes. Quinto, ante la preocupación de los granjeros sobre el
derecho a la huelga, que puede tener consecuencias devastadoras sobre la
cosecha, el Sindicato podría renunciar al derecho a la huelga cuando los
trabajadores agrícolas se beneficien del derecho a la representación colectiva. Y
finalmente, si los trabajadores migrantes obtienen el derecho a la representación
colectiva, esto redundará en cuotas sindicales descontadas de los salarios de
los migrantes que pueden ser del 1 al 2%.
Aparentemente, la solución de la controversia ha concluido en 2005, con
la promoción de un modelo de sindicalización basado en la definición de un
acuerdo colectivo, en el cual se ha nombrado a Stan Raper -coordinador de los
Migrant Agricultural Worker Support Centres en Ontario y en Quebec- del UFCW
como representante nacional del Sindicato en la negociación entre los
trabajadores migrantes y los granjeros en Canadá. No obstante, los procesos de
inclusión de los trabajadores agrícolas migrantes en la Legislación de
Relaciones Laborales (Labour Relations Legislation) en Canadá y la revisión del
Memorandum de Entendimiento y el Acuerdo para el Empleo Temporal de
Trabajadores Agrícolas Mexicanos en Canadá firmado entre México y Canadá ni
siquiera han sido revisados. Por lo tanto, aún no hay una solución de la disputa.
Sin duda el impacto más inmediato del proceso de sindicalización podría
generarse en aquellas áreas de mayor empleo de trabajadores migrantes.
Particularmente, los más de 3 mil trabajadores migrantes mexicanos
concentrados en Leamington serían los que tendrían mayores probabilidades de
ser sindicalizados, debido al número de trabajadores concentrados en esa área,
pero también porque es ahí donde el Sindicato tiene mayor presencia política y
porque las mayores tensiones políticas también se han concentrado en el sector
de empresas de vegetales de invernadero más grandes de Canadá,
establecidas en Leamington. Haría falta realizar un estudio sobre el impacto del
miedo a la sindicalización, del pánico a las huelgas, del pavor a la inclusión de
330
los trabajadores migrantes en la legislación de relaciones laborales de Ontario,
de parte de los granjeros y los agentes gubernamentales canadienses.
Aunada a la preocupación de los granjeros sobre el derecho a la huelga,
también está su preocupación de que ya no tengan el recurso de la repatriación
para romper la huelga y desmovilizar a los trabajadores, como ha sucedido en
los paros laborales de 2001 y 2003 de los migrantes mexicanos en Leamington.
En Leamington las huelgas prohibidas de los trabajadores migrantes mexicanos,
ya no son una novedad y constituyen un antecedente de la controversia gestada
desde los trabajadores mexicanos fuera de las estructuras sindicales.
Foto 44. Informándose sobre sus derechos como trabajador
Hasta ahora, la modernización de la industria de vegetales en Canadá no
ha consistido en eliminar la mano de obra por la mecanización, sino utilizar
tecnologías de punta como la biotecnología, la hidroponía, la computarización
para medir el rendimiento productivo, los invernaderos, la mercadotecnia, etc.,
para multiplicar los rendimientos y disminuir los riesgos. En la medida en que se
sigue utilizando mano de obra migrante, ahora ya en nueve provincias,
insustituible para obtener un producto de calidad sobre todo para la cosecha, el
empleo agrícola migrante no sólo no ha disminuido sino que su número aumenta
considerablemente en los últimos seis años.
331
La lucha cultural promovida por los trabajadores migrantes mexicanos se
intersecta con la disputa por la organización sindical. No obstante, la
representación sindical tampoco está resuelta, pues aún no sabemos hasta qué
punto los trabajadores mexicanos y/o caribeños se verán representados en el
UFCW.
Relaciones sociales, diferencias culturales y sistemas de creencias
Las fronteras culturales entre migrantes temporales y ciudadanos canadienses
se basan en las diferencias culturales, pero también en los sistemas de
creencias sobre que los trabajadores migrantes provienen del tercer mundo y los
ciudadanos canadienses pertenecen al primer mundo. En este sentido hay una
tendencia de la población nacida en Canadá que piensa que los jornaleros
migrantes representan una amenaza para sus empleos, sus mujeres, sus formas
de vida y su sistema cultural. Sin embargo, como sugiere el investigador
jamaiquino Roy Russell (2004), es necesario reconocer la importancia del otro
en la construcción de una cultura distinta una cultura de liminalidad en
procesos transnacionales como yo le llamaría- y en la creación de puentes de
comunicación entre trabajadores migrantes, comunidad de residentes y
empleadores canadienses.
[L]os trabajadores [migrantes] están [en Canadá] para hacer lostrabajos que no son atractivos para los canadienses, los cuales sonesenciales para la economía local y nacional. Ambas culturas puedenaprender de cada una y el proceso puede ser educativo. Los granjerostambién podrían beneficiarse de tener más satisfechos a los trabajadores,quienes podrían ser más conscientes y mostrar más respeto por lasformas de vida canadienses. [La conciencia de la contribución del otro]podría ayudar a derribar los muros de prejuicios por motivos de raza,color, credo, religión, ignorancia, odio, celos y discriminación. Esto sinduda permitiría clasificar como una mejor práctica [del SAWP] en lascomunidades canadienses. (Russell 2004: 103)
Lo interesante de la propuesta de Russell es que no sólo cuestiona la
operación del SAWP y su política de lo mejor de las prácticas de la migración
internacional, sino que pone en tela de juicio a todos los actores sociales que
332
construyen esa realidad transnacional. En la disputa social están en juego las
relaciones y prácticas de exclusión y discriminación hacia los migrantes de parte
de la comunidad de residentes; simultáneamente se encuentran las relaciones y
prácticas de los mismos migrantes temporales en Canadá. Otro aspecto
relevante es la noción de respeto hacia el otro en su propuesta; aunque
también hay una idea integracionista. En este contexto, el respeto encierra
aceptación del trabajo, de la cultura, de la forma de vida, y del orden social del
otro; pero el otro es tanto el ciudadano canadiense como el empleador y el
migrante temporal. Al sentimiento predominante entre los migrantes mexicanos o
caribeños por no ser respetados, Russell le nombra discriminación, y es el
resultado de trabajar y vivir en un clima social hostil [de no aceptación del otro]
que puede hacer sus empleos más desafiantes y menos gratificantes (Russell
2004:101).
Las relaciones sociales entre los trabajadores migrantes y las
comunidades rurales tienen su sustento en las percepciones estereotipadas que
tienen unos de otros (Preibisch 2004a, Cecil y Ebanks 1991). Primero, la
mayoría de los residentes continúan ignorando a los migrantes y no quieren
entablar relación alguna con ellos. Segundo, algunos residentes, sobre todo los
jóvenes, entablan relaciones de confrontación y violencia por motivos raciales y
de no aceptación en contra de los migrantes. Tercero, algunos residentes han
desarrollado relaciones de comercio o de amistad con los migrantes. Cuarto, la
mayoría de los migrantes mexicanos o caribeños no quieren o no tienen tiempo
de establecer relaciones con la comunidad de residentes, ya sea por las
diferencias de idioma o por las diferencias culturales y la no aceptación de los
canadienses. Quinto, algunos migrantes han desarrollado relaciones con los
empleadores y han establecido redes sociales con los residentes y con otros
migrantes temporales.
333
Foto 45. México, Canadá y el Vaticano transportando a la Guadalupana en Simcoe
La investigación de Kerry Preibisch (2004a) realizada en la región de
Niagara y en Simcoe, documentó que se han desarrollado relaciones de pareja
entre algunos trabajadores migrantes [hombres] y las residentes permanentes:
algunas parejas han tenido niños. Para algunos trabajadores, las relaciones
formadas en Canadá han resultado en cambios de estatus migratorio y ellos han
logrado ser residentes permanentes y/o ciudadanos canadienses (Preibisch
2004a: xi). En mi propia investigación en Leamington, encontré que algunos
trabajadores mexicanos habían tenido relaciones íntimas con las residentes
menonitas, quedando ellas embarazadas, pero desconozco si esas relaciones
resultaron en la formación de nuevas parejas; también encontré que los
migrantes y las migrantes mexicanas formaron nuevas parejas estando en
Canadá y que algunas mujeres regresaron embarazadas a México, pero lo que
no sé es si esas parejas continuaron o se rompieron en su retorno a la república
y su regreso a Canadá. En resumen, las relaciones sociales, las diferencias
culturales y los sistemas de creencias entre trabajadores migrantes,
empleadores y la comunidad de residentes se encuentran en procesos de
negociación y pugna permanente, particularmente en aquellas áreas de mayor
334
concentración del empleo migratorio temporal como Leamington, Niagara On
The Lake y Simcoe.
Conclusiones parciales
La falta de una concepción integral de los trabajadores migrantes mexicanos en
Canadá, que los tome en cuenta no sólo como fuerza de trabajo sino como
seres humanos completos, no ha permitido entender de mejor modo las
transformaciones que están experimentando tanto los trabajadores migrantes
mexicanos y caribeños como los granjeros, las comunidades de residentes y las
políticas estatales de los gobiernos de México y de Canadá.
En este capítulo he analizado las respuestas de los migrantes mexicanos
orientadas hacia los procesos de autoafirmación como seres humanos, en una
sociedad que los hace sentir que no valen, que no tienen derechos, que lo único
importante es su trabajo pero no su persona. He tratado de poner en el centro la
construcción de la alteridad y la identidad entre los migrantes mexicanos como
parte de sus luchas culturales. La experiencia de alteridad y la construcción de la
identidad transnacional son las claves para entender la contienda por la
dignidad, el respeto, la justicia y los derechos humanos promovida por los
jornaleros migrantes mexicanos.
Son múltiples y diversas las formas en las que los migrantes se entienden
experimentando la vida transnacional e intentan vivir en dos culturas, con un pie
en la cultura mexicana y un pie en la cultura canadiense, con una parte suya en
sí mismo y otra parte en relación con los otros extraños mexicanos, caribeños,
canadienses, latinos.
En contra de lo que se suele decir, los migrantes mexicanos tienen vida
social en Leamington, incluso ellos cambian su cultura mexicana y transforman
la cultura canadiense. A pesar de que los granjeros intentan limitar la vida social
de los migrantes, los jornaleros se las han arreglado para tener vida social fuera
de los límites estrechos de la granja y la vivienda.
335
Los migrantes mexicanos ven a los canadienses a partir de estereotipos
sociales, a su vez, los residentes canadienses perciben a los migrantes
mexicanos a través de estereotipos raciales y de ideologías de género.
Las mujeres experimentan la otredad masculina al emigrar solas a los
campos canadienses y al incursionar en la llamada aventura masculina. Los
hombres experimentan la otredad femenina al explorar el trabajo doméstico en
Canadá. Para algunos/as el trabajo y la vida en Canadá ha implicado un proceso
que les cuestiona como seres humanos, que les interroga a sí mismos sobre el
sentido de su vida.
La identidad de los migrantes mexicanos que trabajan y viven
simultáneamente en México y en Canadá es ambigua, porque participan en
ambas naciones durante una parte del año, y al mismo tiempo, no participan en
ninguna de ellas completamente.
Leamington es un lugar donde probablemente la llamada identidad
mexicana se derrumbe y se reconstruye, pero simultáneamente, la denominada
identidad canadiense (conformada por diversos grupos étnicos y lenguas
maternas) se destruya y se reconstituya ante la presencia e influencia de la
interacción de los extraños e indigeribles migrantes mexicanos con la
comunidad residente.
El área fronteriza entre migrantes mexicanos y residentes canadienses se
ha vuelto un área liminar en la que la vida productiva y el mundo reproductivo se
entremezclan. Es un área en la cual los migrantes, hombres solos y las
migrantes, mujeres solas rompen las fronteras de género. Trabajan y viven en
un área en la que no pertenecen del todo a Canadá pero tampoco pertenecen
completamente a México. Es un área fronteriza en la que se construyen como
nuevos nómadas transnacionales viviendo entre dos culturas. En dicha área, los
migrantes retoman elementos culturales y desechan otros para construir una
identidad transnacional de liminalidad.
La identidad transnacional es negociada por los migrantes mexicanos en
el marco de su trabajo temporal en las comunidades del Ontario rural y dentro de
los límites institucionales del PTAT/SAWP. La identidad transnacional de los
336
migrantes tiene como referencia las afiliaciones culturales como hombre, como
mujer, como migrante temporal, como trabajador agrícola de Ontario, con
pertenencia a un estado mexicano y a una granja canadiense. Dentro de este
escenario se intersecta la reconfiguración del género, de la clase y de la etnia en
la experiencia vivida de los migrantes mexicanos.
Numerosos actores sociales intervienen y construyen la contienda por la
dignidad, el respeto, la justicia y los derechos humanos tanto en Canadá como
en México. Entre otros actores sociales están las organizaciones sociales y
comunitarias canadienses, los empleadores, las instituciones canadienses y
mexicanas que administran el programa, y los propios jornaleros. No obstante,
las trabajadoras mexicanas son las minorías invisibles que han sido ignoradas y
silenciadas en esta contienda en ambas naciones.
En resumen, son tres las direcciones futuras hacia las que se dirige la
contienda: primero, las jornaleras mexicanas como sujetos transnacionales
entendidas como las minorías invisibles e ignoradas. Segundo, el trabajo y la
vida de los migrantes mexicanos frente a la sindicalización de las granjas
canadienses. Y tercero, las relaciones sociales, las diferencias culturales y los
sistemas de creencias que se disputan cotidianamente los migrantes mexicanos
y los residentes canadienses.
337
CONCLUSIONES FINALES
A lo largo de este trabajo se ha discutido la noción de lucha cultural para explicar
las experiencias vividas de los trabajadores migrantes mexicanos en Canadá, en
el marco institucional del PTAT/SAWP. He mostrado a partir del material
etnográfico del área de Leamington, que se han venido configurando diversas
luchas culturales promovidas por los migrantes mexicanos en los circuitos
migratorios transnacionales México-Canadá. Además, es posible que los
cambios que observé en Leamington sean relevantes para otros contextos en
comunidades rurales del sureste de Ontario donde se emplea a un número
significativo de migrantes mexicanos.
Con el propósito de ofrecer una visión más amplia que nos permita
explicar las experiencias de los migrantes mexicanos en Canadá, he inventado
un lenguaje basado en un modelo que me parece de gran utilidad para analizar
la relación lucha cultural, trabajo y migración. Este modelo puede ser
representado por un triángulo compuesto por los términos: género, sexualidad e
identidad. En esta tríada cada uno de los términos está en gran parte definido
por su relación con los otros dos. Estos términos fueron definidos en la
introducción y examinados durante el desarrollo del trabajo.
Las críticas a las acciones de los empleadores canadienses y a las
políticas de los gobiernos mexicano y canadiense contenidas en este trabajo
buscan reflexionar la incapacidad de las políticas de migración para hacerse
cargo de lo que está ocurriendo con los trabajadores migrantes mexicanos en
Canadá. A más de treinta años de operación del programa y frente al creciente
incremento del número de trabajadores mexicanos en los campos agrícolas
canadienses queda claro que este fenómeno migratorio no va a ser transitorio,
no obstante, el programa y el acuerdo laboral binacional siguen sin ser
reformulados ni reforzados. Se desentienden de los problemas de injusticia
económica y cultural que enfrentan los jornaleros mexicanos en las granjas y las
comunidades canadienses, así como del grave problema de desempleo y de los
altos niveles de pobreza en México.
338
En contra de lo que se ha planteado, los migrantes mexicanos han
desarrollado múltiples respuestas de resistencia frente a las condiciones de
trabajo y de vida en las granjas canadienses, el control de la sexualidad, la
exclusión social y el racismo en Canadá, y los mecanismos políticos del
programa. Es una lucha cultural que pone en controversia el PTAT/SAWP.
Lucha cultural por la inclusión del género, la clase y el grupo étnico
Los hallazgos empíricos y el análisis presentado aquí son relevantes para la
literatura sobre género y trabajo transnacional, procesos transnacionales,
migración internacional, luchas culturales y derechos humanos. En los estudios
culturales y la teoría feminista el debate teórico actual se encuentra entre
quienes plantean que las diferencias -de clase, etnia y género- continúan siendo
constitutivas de cualquier lucha al construir un distintivo cultural y afirmar la
identidad del grupo, y quienes suponen la eliminación de las diferencias
proponiendo la desconstrucción de las identidades. Como se demuestra en este
trabajo, la lucha puede ser afirmación o negociación de múltiples procesos
identitarios a nivel local, nacional o transnacional. La lucha por la afirmación
cultural debe ser entendida en el conjunto de la lucha contra la explotación y la
dominación sobre las condiciones de las políticas económicas locales,
regionales y globales.
En una sociedad multicultural y multiétnica como la canadiense, es una
lucha de afirmación de la identidad cuando se construye un distintivo cultural
como grupo: somos campesinos , somos trabajadoras y mujeres y somos
mexicanos . Es una lucha de negociación de la identidad cuando se alude a un
yo seré, por ejemplo, en foros públicos subalternos donde los migrantes
inventan y ponen su experiencia vivida en circulación (en términos de Turner
1985) para formular interpretaciones opuestas a las identidades asignadas o
bien para reclamar derechos laborales y humanos: no somos animales, somos
seres humanos, queremos que se nos pague lo mismo que a los trabajadores
locales como dice nuestro contrato . Los migrantes mexicanos pueden, en
339
ciertos momentos y circunstancias, llegar a trascender los límites discursivos de
la pertenencia a una nación, a un género, a una clase y a un grupo étnico.
Las múltiples experiencias vividas por los migrantes mexicanos en
Canadá pueden entenderse como luchas culturales en contra de nuevas y
variadas formas de dominio económico y cultural. Desde su posición de clase,
como trabajadores agrícolas, su lucha es en contra de la sobre-explotación y el
control de los granjeros canadienses. Desde su posición de género, su lucha es
en contra de viejas y nuevas formas de desigualdad de género, en Canadá y en
México. Desde su posición como grupo étnico su lucha es en contra de la
limitación de sus derechos humanos, del racismo, de la exclusión y de la
negativa de su membresía social en la sociedad canadiense. En su condición de
subalternidad, como trabajadores con estatus legal no pleno, los migrantes han
venido desarrollando estrategias de resistencia y lucha en contra de los
mecanismos políticos del programa y de las políticas mexicanas que no
protegen ni defienden sus derechos laborales. La lucha cultural es un proceso
social emergente que tiene lugar simultáneamente en el mundo productivo y el
mundo reproductivo de los jornaleros, por el hecho de que su trabajo y su vida
se desarrolla en la propiedad del empleador. Al parecer es un proceso social que
empieza a dirigirse hacia la lucha por la inclusión social de este grupo dentro de
la sociedad canadiense, con la participación de distintas organizaciones civiles
canadienses que desde hace siete años promueven la defensa y expansión de
los derechos de los trabajadores migrantes.
El trabajo teórico reciente en la teoría política y social ha ampliado los
debates: antes prevalecía el análisis económico de la desigualdad de clase y
ahora se aborda la clase como un continuo con las desigualdades de género o
de etnia, para explorar el papel crucial de la lucha política y cultural en la
contienda de la exclusión. De modo que la lucha cultural debe entenderse como
complemento a la lucha de clases. Si en la lucha de clases se disputa la
producción y la distribución del valor económico, en la lucha cultural se
contiende la producción cultural, los significados, el sistema de creencias, el
control de la religión, las normas que regulan la sexualidad y la construcción de
340
la persona. Ambas luchas se articulan. Por ejemplo, las huelgas laborales de los
trabajadores mexicanos de Leamington, prohibidas en Ontario, pueden mejorar
las condiciones de trabajo, al mismo tiempo que pueden redefinir el significado
del trabajo agrícola y el reconocimiento del valor del empleo migratorio temporal.
Las huelgas de los trabajadores rebasan los límites laborales puesto que no solo
cuestionan la organización de la producción y las relaciones agro-industriales
sino que se ponen en discusión las relaciones extra-laborales y el sistema de
dominio de los granjeros sobre la vida social de los migrantes.
He tratado de argumentar que la lucha cultural es una forma de
transnacionalismo desde abajo de los migrantes mexicanos, como una forma
de resistencia o una forma de escapar del control de los granjeros y del Estado-
nación mexicano y canadiense. Aunque no todas las respuestas y resistencias
tienen un carácter liberador. En el contexto canadiense, las luchas culturales han
surgido de las múltiples respuestas de los jornaleros mexicanos a la lógica de la
globalización, a los cambios en la agricultura, a la disciplina de la industria de la
horticultura y a la exclusión social de la sociedad. Los migrantes viven procesos
sociales totales en dos culturas, en dos campos en contienda, donde ellos
contestan continuamente los significados y valores del trabajo cuando se van a
la huelga laboral a pesar de la prohibición de las leyes de Ontario. Ellos
reformulan la sexualidad y las relaciones de género cuando tienen relaciones
sexuales dentro de la vivienda del empleador aún cuando lo tienen prohibido.
Ellos se oponen a los actos de discriminación y racismo cuando buscan casarse
con una mujer canadiense para solicitar la residencia en Canadá. Ellos
cuestionan el sistema de creencias de otras formas de vida en Canadá cuando
atienden su salud con medicina tradicional de México o practican meditación
espiritual haciendo frente a la crisis personal de soledad e independiente de la
religión católica. Ellos pueden transgredir las normas canadienses cuando
rompen el contrato de trabajo y regresan a México porque el empleador no
cumplió con las condiciones de trabajo o de vivienda establecidas en dicho
contrato. Ellos pueden interpelar la identidad estigmatizada asignada
contraponiendo una identidad afirmativa alternativa. Ellos pueden desarrollar
341
actos de insubordinación cuando desobedecen la disciplina de flexibilidad laboral
de las empresas corporativas basada en la lógica de más trabajo por menos
pago. Si bien las luchas de los migrantes incluyen estrategias de subversión
también contienen estrategias de conservación frente a los intereses de clase,
de género o de etnicidad. Estas contiendas de la vida cotidiana forman parte de
las dinámicas de la sociedad civil que demandan la extensión de los derechos
humanos para los trabajadores migrantes.
Una perspectiva teórica atenta a las luchas culturales usada
conjuntamente con un marco conceptual sobre los procesos transnacionales fue
fundamental para analizar la problemática de los migrantes mexicanos en
Canadá. Es un enfoque potencialmente crítico pero también productivo porque
nos ha permitido: primero, restaurar el interjuego entre cultura, clase, género y
etnicidad en el estudio del trabajo y la vida transnacional de los migrantes.
Segundo, enriquecer el análisis del conflicto de clase incorporando las luchas
específicas generadas en el terreno de la producción simbólica. Tercero,
observar con mayor nitidez el análisis del entramado entre poder, agencia y
cambio social en el análisis de la experiencia de los migrantes. Cuarto, ampliar
el análisis a un proceso que implica un conflicto en una relación de dominación
cultural dentro de las granjas y las comunidades canadienses. Y quinto,
entender los procesos activos, formativos y transformativos de una cultura
alternativa de oposición que está en proceso de emergencia en las comunidades
canadienses. Este estudio ha contribuido a documentar las luchas culturales
silenciadas y los procesos de organización que hoy viven los trabajadores
migrantes mexicanos, particularmente en la llamada capital del tomate de
Canadá .
Circuitos migratorios transnacionales escenario de la lucha cultural
A consecuencia del incremento de la pobreza en México y del incremento de la
productividad del trabajo migratorio mexicano en Canadá, la demanda por los
jornaleros mexicanos en el marco del programa se ha extendido a nueve de diez
provincias canadienses y a todos los estados de la República Mexicana. Los
342
flujos migratorios de trabajadores mexicanos han dando origen a múltiples
circuitos migratorios transnacionales entre el México rural y el Canadá rural.
Estos múltiples circuitos migratorios son el escenario de las luchas culturales
promovidas por los migrantes mexicanos.
Estos circuitos migratorios se han venido conformando con la
intensificación de la circulación de miles de trabajadores mexicanos, de dinero,
de bienes, de información y de relaciones entre los migrantes geográficamente
dispersos en múltiples sitios de México de Canadá. Como resultado de las
políticas laborales del programa, se han creado circuitos migratorios
transnacionales diferenciados por género y por grupo étnico. Mientras los
hombres están dispersos en los circuitos migratorios de las nueve provincias, las
mujeres están concentradas en los circuitos migratorios de la región de Niagara
y del área de Leamington, en Ontario. Los jornaleros mexicanos comparten
estos circuitos migratorios con los jornaleros caribeños.
Leamington se ha transformado en un importante circuito de producción y
de trabajo transnacional para los jornaleros mexicanos a partir del constante
crecimiento y concentración de la industria de la horticultura en ésta área. Los
principales circuitos migratorios transnacionales de empleo temporal de los
migrantes mexicanos se encuentran en la producción de vegetales de
invernadero y en las empresas corporativas más grandes de Canadá.
En nuestra investigación encontramos que la experiencia migratoria de
los jornaleros mexicanos presenta distintos patrones y se desarrolla sobre
diversos circuitos entre México y Canadá. También encontramos que las
respuestas de los migrantes mexicanos son heterogéneas y múltiples porque
están mediadas por los mecanismos políticos y las prácticas del programa; por
los sistemas de trabajo y las relaciones laborales dentro de las granjas; por el
perfil, el estatus y la trayectoria laboral del trabajador en el programa; por la
pertenencia de género; y por las redes sociales establecidas con las
organizaciones sociales canadienses.
Dentro de estos procesos sociales, el Estado-nación mexicano y
canadiense tienen una permanente ingerencia: reclutando a los trabajadores en
343
el país de origen según la demanda de los empleadores, promoviendo políticas
de migración temporal en el país de recepción, creando instituciones que
administren el programa en ambas naciones, limitando los derechos de los
trabajadores migrantes y negándoles su membresía social en la sociedad
canadiense, regulando el trabajo y la vida de los migrantes dentro de las granjas,
las viviendas y las comunidades, legitimando un sistema de relaciones
productivas y reproductivas, y jugando el papel de juez y parte en la disputa
entre los migrantes mexicanos y los granjeros canadienses.
Contienda por la construcción del género y las relaciones de género
En contra de lo que normalmente se piensa, los jornaleros mexicanos que
emigran a Canadá son hombres y son mujeres. Los trabajadores migrantes
tienen un género específico y están inmersos en relaciones de género
concretas. Si bien las jornaleras mexicanas constituyen una pequeña proporción
(3%) del total de los trabajadores mexicanos que emigran a Canadá través del
programa, nuestros hallazgos empíricos muestran que los efectos de los
desplazamientos diferenciados por género son significativos tanto para México
como para Canadá. Por ejemplo, el flujo de la migración y la tasa de crecimiento
en los últimos 15 años ha sido más rápida y ha tenido mayores variaciones en
las mujeres que en los hombres.
A pesar de que en México ha habido cambios en el esquema migratorio y
en la composición de los flujos por género, ha continuado el predominio de la
participación masculina en los desplazamientos de los migrantes mexicanos a
Canadá. No obstante, la evidencia empírica de nuestra investigación pone en
cuestionamiento el estudio exclusivamente del trabajo masculino, hasta ahora
acordado en los análisis del PTAT/SAWP, la cual ya no es más defendible. Es
sólo abandonando la concepción dominante que asigna al hombre el papel de
productor y a la mujer el rol de reproductora, como se tendrá una idea más clara
del impacto de la subordinación económica y cultural de los migrantes
mexicanos como clase, como grupo étnico y como género.
344
La evidencia empírica presentada permite decir que al mismo tiempo que
el sector de la industria de la horticultura canadiense se ha venido concentrando
y expandiendo, también se ha generado un nuevo régimen laboral flexible
basado en criterios de género, etnia, clase, estatus migratorio y nacionalidad
para reducir el salario en una industria altamente competitiva.
La contribución más importante de este trabajo ha sido el análisis de la
experiencia vivida por las trabajadoras migrantes mexicanas, en el marco
institucional del programa. Un análisis diferenciado por género como el
propuesto nos ha permitido, primero identificar la composición diferenciada de
los migrantes por sexo, el acceso al empleo, la distribución geográfica, las
relaciones de género, las dinámicas de exclusión y las experiencias migratorias
específicas por género; segundo, distinguir las percepciones y aspiraciones
tanto de los jornaleros como de las jornaleras mexicanas; y tercero, explicar
cómo las nuevas formas de organización del trabajo transnacional están
transformando las relaciones de género, la sexualidad, la estructura familiar, las
relaciones laborales, los procesos de trabajo, los sistemas flexibles del trabajo y
las luchas culturales promovidas por las trabajadoras y los trabajadores en los
circuitos migratorios transnacionales México-Canadá.
Mujeres y hombres ingresan al programa y a los procesos migratorios a
Canadá en condiciones de desigualdad, mientras a la mayoría de los hombres
se les pide que sean casados, a las mujeres se les exige que sean madres con
hijos en edad de crianza. Las trabajadoras y los trabajadores no participan de las
mismas experiencias de migración pues a diferencia de los hombres que están
distribuidos en los circuitos migratorios de nueve provincias, la mayoría de las
mujeres están concentradas en la región de Niagara y en el área de Leamington,
en Ontario. Las mujeres tienen menos oportunidades al empleo temporal, a los
contratos de trabajo largos, al ingreso total por temporada, a la transferencia de
granjas, a doble arribo, a la movilidad ocupacional y social.
Si bien las miles de mujeres, esposas de los migrantes, que permanecen
en las comunidades de origen son beneficiarias de las remesas enviadas por los
jornaleros mexicanos, también ellas se están convirtiendo en jefas de familia al
345
encargarse de la crianza y la educación de los hijos, además de cultivar la
parcela -cuando la tienen- mientras sus esposos cumplen sus contratos de
trabajo en Canadá; incluso muchas de ellas también tienen que trabajar para
buscar ingresos complementarios para sus familias. Por su parte, los cientos de
jóvenes jornaleras, jefas de hogar, que emprenden la migración a Canadá -como
mujeres solas dejando a sus hijos con sus familiares- funcionan como una
especie de vanguardia en la búsqueda de ingresos para sus familias en el
mercado de trabajo canadiense.
Como se demuestra en ésta investigación, el empleo temporal generado
en las granjas canadienses para las jornaleras y los jornaleros mexicanos ha
implicado la articulación de las esferas productiva y reproductiva. Esta situación
ha transformado las relaciones sociales entre las y los jóvenes migrantes
quienes experimentan, por ejemplo, nuevas formas de organización del trabajo
doméstico, además los hombres aprenden a hacer limpieza, a lavar y a cocinar
ante la ausencia de las esposas. La vida social de los migrantes transcurre
fundamentalmente en las granjas y las viviendas, ambas propiedad del
empleador, lo cual ha posibilitado una mayor ingerencia en la vida reproductiva
de los migrantes de parte de los empleadores. El papel del Estado-nación
mexicano y canadiense también es crucial en los procesos de articulación del
mundo productivo y del mundo reproductivo pues regulan la vida social de los
migrantes mientras están en Canadá.
De manera similar a los procesos que se dan en Estados Unidos, también
en Canadá, los migrantes hacen referencia a la pérdida de autoridad y privilegios
patriarcales que tenían en México en sus familias. Por ejemplo, quienes tienen
más de cinco años relataban que se habían perdido no sólo el nacimiento sino la
crianza de sus hijos. Por su parte, algunas mujeres han dejado a sus hijos en los
primeros años de su vida al buscar trabajo en Canadá.
Es necesario estudiar y teorizar con mayor profundidad los efectos del
programa sobre las relaciones de género; la construcción del género en las
granjas y las comunidades canadienses así como en las comunidades
mexicanas de origen; los cambios en la división sexual del trabajo dentro de la
346
industria de la horticultura canadiense; los estereotipos sociales, la exclusión y la
problemática específica de las trabajadoras migrantes; el papel de las políticas
laborales de género en la formación de una fuerza de trabajo transnacional en
beneficio económico del proyecto de globalización en el marco institucional del
programa, y los matices de género que adquiere la lucha cultural de los
migrantes mexicanos en la geografía rural de Canadá.
Contienda por el libre ejercicio de la sexualidad
Los hallazgos empíricos de nuestra investigación nos permiten decir que los
trabajadores y las trabajadoras han desarrollado nuevas formas de sexualidad
como resultado de su experiencia migratoria en Canadá. Esto ha sucedido a
pesar de las políticas restrictivas laborales y de las normas de control del cuerpo
y de la sexualidad instrumentadas en las empresas y las comunidades
canadienses.
Frente a la disciplina capitalista canadiense que controla el cuerpo y la
sexualidad de los trabajadores migrantes, se han generado múltiples respuestas
de parte de los jornaleros y las jornaleras mediante luchas cotidianas para
recuperar su identidad y su dignidad como seres humanos completos, con
capacidad de agencia para contender cotidianamente la construcción simbólica
de lo que es y lo que significa la sexualidad . Son luchas contra la regulación
normativa de la sexualidad en el lugar de trabajo y en las comunidades
canadienses.
Las nuevas formas de sexualidad de los migrantes cruzan las fronteras de
etnia, de clase y de nacionalidad. La sexualidad es un concepto en contienda
donde amar dentro de la vivienda propiedad del granjero, bailar en los bares
hechos para anglosajones, tener relaciones amorosas con mujeres menonitas o
con el empleador son formas de contienda de las y los migrantes mexicanos en
una cultura como la canadiense y en el marco político del programa. La lucha se
centra en la demanda por el ejercicio libre de la sexualidad sin intervención del
empleador ni de las instituciones canadienses o mexicanas. La sexualidad
ocupa un lugar fundamental en la lucha cultural de los migrantes mexicanos. Es
347
una lucha por los símbolos y los significados desarrollados en torno a la
sexualidad, una lucha entre las formas de sexualidad socialmente impuestas y
los modos de sexualidad alternativos.
Las experiencias vividas en torno a la sexualidad son ampliamente
experimentadas por los jornaleros y las jornaleras durante su trabajo y su vida
en Canadá. Sin embargo, no todos los hombres ni todas las mujeres tienen
relaciones sexuales durante su trabajo y su vida en el territorio canadiense. Si
bien algunas mujeres se involucran en relaciones sexuales como una forma de
resistencia al control ejercido sobre sus cuerpos de parte de los granjeros
canadienses, también otras mujeres se rehúsan a tener sexo como una forma de
resistencia hacia el acoso sexual de los migrantes mexicanos con los que no
quieren sostener relaciones sexuales. Ambas tendencias pueden ser formas
contradictorias de resistencia y conciliación, pero también pueden ser
estrategias desarrolladas por las propias mujeres para experimentar su
sexualidad libremente frente a la ideología, los significados, los valores y el
sistema de creencias propagados por la clase y el género dominantes en ambas
naciones.
La investigación social apenas comienza a ocuparse de las nuevas
relaciones entre sexualidad, género e identidad en procesos migratorios
transnacionales, tan diferentes de las concebidas desde el paradigma
dicotómico de la teoría ortodoxa de la migración. Si la mirada se dirige hacia la
sexualidad, algunas interrogantes que quedan para un trabajo futuro son: ¿cómo
entender que la sexualidad de los migrantes mexicanos sea marginada y
degradada en ambas naciones?, ¿de qué manera la articulación de las esferas
productiva y reproductiva en el empleo temporal canadiense garantizan el lugar
del género dentro de la economía política circunscrita por la regulación de la
sexualidad?, ¿porqué no existen programas ni infraestructura institucional
dedicada a atender problemas de sexualidad reproductiva para los trabajadores
migrantes temporales en Canadá? y ¿hasta qué punto las nuevas formas de
sexualidad modifican o reproducen las relaciones de desigualdad entre los
géneros?
348
Contienda por la identidad nacional y la identidad transnacional
Los cuestionamientos expresados en las narrativas de los migrantes mexicanos
sobre quién soy, a dónde pertenezco, que derechos tengo como trabajador
migrante temporal, como puedo informarme y poner en práctica mis derechos,
cuál es el propósito de mi trabajo y de mi vida en Canadá, y quien representa
mis intereses en este país, se plantean en el marco de los mecanismos políticos
de control y operación institucional del programa.
La identidad del yo soy se relaciona con un lugar común de origen y se
sustenta en el pasado común (Hall 1990: 221). La pertenencia a un lugar común
de origen para los migrantes mexicanos puede ser el mismo país, estado,
municipio o comunidad. Al mismo tiempo algunos migrantes comparten un lugar
común de destino, por ejemplo, hay trabajadores nominales que han laborado
por más de dos décadas en granjas de Leamington o de Ontario. Su pertenencia
a un lugar común de origen y a un lugar común de destino los puede identificar
con experiencias vividas o procesos identitarios semejantes de explotación,
discriminación, exclusión, soledad, alcoholismo y vulnerabilidad.
Otras dimensiones de la identidad del yo soy se relacionan con una
condición común de género, de grupo étnico y de clase. Con respecto a la
condición común de género, por ejemplo, la mayoría de las trabajadoras se
autodefinen por su situación como madres, trabajadoras y migrantes. Una
trabajadora me decía: Yo soy dejada con tres hijos. Yo decidí venirme a trabajar
a Canadá cuando se dio la oportunidad o desoportunidad de que mi esposo
tomara otro camino y me dejara con mis hijos. Debido a que para poder
participar en el programa se da preferencia a las madres solteras, las jornaleras
hacen referencia a un nosotras como madres solteras, como un bien común,
aunque no todas lo sean: Aquí todas somos madres solteras, todas tenemos
hijos en México, no hay ninguna que sea soltera . El afirmar el valor de ser
madre soltera como una distición cultural específica de las migrantes mexicanas,
les permite enfrentar el desprecio por el estereotipo y cerrar filas ante cualquier
problema laboral que pudiesen tener en Canadá o en México.
349
Una identidad del yo seré proviene de la experiencia común de los
migrantes en un contexto específico y se sustenta en el futuro (Hall 1990: 222).
Para los migrantes mexicanos una identidad del yo seré procede de la
experiencia de trabajo y de vida transnacional común sustentada en un futuro de
incertidumbre, pues su trabajo en Canadá depende en gran medida de la
continuación del programa y de que lo nombre el empleador para la siguiente
temporada. Otro elemento de la identidad del yo seré se origina en la
experiencia común como grupo de migrantes temporales compartida con los
trabajadores caribeños. La creación de posibles alianzas entre migrantes
mexicanos y migrantes caribeños forma parte de la identidad del yo seré, que
proviene de la experiencia común como trabajadores agrícolas migrantes
temporales en Canadá. Como vimos en el primer capítulo, en Leamington, hay
granjas corporativas donde interactúan en la misma vivienda los migrantes
mexicanos con los migrantes caribeños; en el segundo capítulo también
anotábamos la narración de un jornalero mexicano que describía el interés por la
unidad entre los migrantes temporales y la contienda como clase social: En
Simcoe...ya estábamos pensando, junto con algunos trabajadores caribeños,
formar una confederación internacional de trabajadores agrícolas, en eso
estamos .
La construcción de las identidades del llegar a ser son identidades que
trascienden a las limitaciones discursivas de la pertenencia a la nación, están en
relación con su condición transnacional y con los espacios que habitan los
migrantes (Besserer 1999: 20). Leamington es uno de los circuitos migratorios
transnacionales donde residen temporalmente los jornaleros mexicanos, también
es aquí adonde se quedaron a vivir algunos migrantes con su familia. Los hijos
de estas pocas familias mexicanas ya son ciudadanos canadienses con
proyectos de vida de llegar a ser y tener nietos migrantes mexicanos nacidos en
Canadá.
Algunos migrantes mexicanos si están buscando quedarse a vivir en
Canadá y buscan casarse con una mujer canadiense para establecerse en ese
país, aunque son muy pocos quienes lo logran. No obstante, a la mayoría de los
350
migrantes mexicanos sólo les interesa trabajar temporalmente en Canadá, hay
quienes piensan que por las condiciones inhumanas del trabajo: en Canadá
cumplimos nuestra sentencia y Canadá como Estados Unidos son una jaula de
oro .
Estando en Canadá, los migrantes mexicanos pueden asumir múltiples
identidades: la de trabajadores agrícolas en dos países, la de ciudadanos
mexicanos, la de migrantes temporales, la de hombres, la de mujeres, la de
grupo étnico minoritario, la pertenencia a una granja específica, la pertenencia a
un estado de la república, la de especialistas en un cultivo somos freseras , la
de trabajadores nominales o trabajadores de selección. La construcción de la
persona viviendo procesos transnacionales implica el cruce de fronteras
nacionales. Las identidades se construyen, se negocian, se acaban y se
reformulan. Los migrantes pueden transitar de una identidad excluyente situada
de manera esencialista a una identidad incluyente situada por arriba de la
identidad nacional (Besserer 1999: 19).
Hay quienes han llamado a estos procesos identitarios como identidad
ambigua, de doble conciencia o identidad híbrida para hacer referencia a lo
característico de los miembros de comunidades transnacionales (véase
Besserer 1999: 7). La identidad ambigua puede expresarse en los actos, las
actitudes, las representaciones y los sentimientos de los migrantes mexicanos
durante su trabajo y su vida cotidiana en ambos países.
En los procesos de migración transnacional, el impacto de la frontera
puede darse en dos sentidos: por un lado, en la forma en que la frontera el
poder para imponer la diferencia- de Canadá y de México impone la asignación y
reasignación de identidades a los migrantes temporales y a los ciudadanos
canadienses: el Yo y el Otro extraño. Y por otro lado, en los límites y las
fronteras entre el Yo y el Otro que vive dentro de la persona: el migrante
mexicano. Se trata de procesos de construcción paralelos: las identidades
hegemónicas socialmente impuestas a los migrantes por los Estados-nación
mexicano y canadiense, y las identidades subalternas creadas por los propios
migrantes. En la construcción de las identidades subalternas se da un proceso
351
de afirmación hacia afuera, hacia el Otro extraño y hacia adentro, hacia la
propia alteridad.
La identidad transnacional de los migrantes mexicanos puede entenderse
como una identidad de liminalidad negociada frente a los conflictos del trabajo
y la vida transnacional. Como trabajadores agrícolas participan en dos procesos
productivos el canadiense y el mexicano. Son jornaleros migrantes que no están
del todo ni en México ni en Canadá. Son madres o padres que no están
completamente con sus hijos y que han roto la frontera tradicional de la
maternidad y la paternidad. Son personas que viven procesos transicionales
cuyos dramas sociales alteran, modifican y transforman sus formas de existencia
(véase Díaz Cruz 1997: 12). Son seres humanos capaces de interrumpir el flujo
de la experiencia vivida en México y sumergirse en otra experiencia vivida en
Canadá. Los migrantes se encuentran justo a la mitad del continuo, entre una y
otra experiencia, en una especie de limbo. Un trabajador se autodefinía como:
soy tunante, un loco caminante y su escrito representaba con claridad la
experiencia de liminalidad en el que se encuentran los migrantes: en tránsito
permanente de un lugar a otro, de una identidad a otra, de vivir en familia a vivir
como hombres o mujeres solas, de un país a otro y de una cultura a otra,
construyendo y negociando, desde su condición de subalternidad, una identidad
transnacional de liminalidad .
Soy un tunante, cual loco caminante,cuantas veces cruce el mismocamino[,] no lo sé, nunca las conté,muchas veces caí y me levanté,otras tropecé y rodé, aún así jamásme doblegué, salí triunfante yproseguí mi camino
Conocí mucha[,] pero bastantegente, unos me brindaron su mano yme ayudaron otros solo su desprecioy humillaciónAmigos tuve en cantidad[,] hombres,mujeres, niños, jóvenesEnemigos, tuve[,] nunca los conté
solo se que quedaron en el caminoo quizás en el umbral del olvido
Yo seguiré cruzando pueblos,ciudades, desiertos, fronteras,países y lugares desconocidos
Para mí, no importa el dolor de mispies, el frío, el tiempo, el calor y loscambios de temperatura[,] seguiréavante cual caminante del mayab,por que tal vez al pasar el tiempo ylos años, mi cuerpo ya cansado[,]fatigado y tal vez encorvado sesiente a descansar y sólo tal vez[,]
352
viviré del recuerdo[,] pero mientraseso suceda[,] le pediré y darégracias a Dios por la familia queme dio y las oportunidades que mehan brindado
Tomo un descanso, busco papel ylápiz y escribo parte de mi vida
(Escrito de un trabajador: Tunante, registrado con su seudónimo The Pantheren el Registro Público del Derecho de Autor, SEP, 2001).
Mientras declinan las distinciones nacionales, la etnicidad [el género y la
clase] emerge como una conciencia de la diferencia (Kearney 2003: 47). Si bien
en el caso canadiense no hay un absoluto categórico, si existe el anglo
dominante que es canadiense y el mexicano que es el Otro, entre otros grupos
étnicos. Existe una distinción entre el Yo mexicano y el Otro anglo (conformación
multiétnica). Esta distinción entre el Yo anglo y el Otro mexicano es sólo un
ejemplo de un sistema global de distinción que es la estructura fundamental de
lo que algunos autores llaman como situación colonial (véase Kearney 2003). Lo
que hoy se disputa son las identidades personales, los movimientos de
personas, la hegemonía cultural y política de los pueblos. Los trabajadores y las
trabajadoras mexicanas, por ejemplo, tienen relaciones sexuales dentro de la
vivienda del empleador donde lo tienen prohibido, y al hacerlo desafían el poder
de los granjeros y de los Estados-nación mexicano y canadiense, además
disputan el espacio laboral y el control de sus vidas y su identidad. La identidad
transnacional también se moldea como conciencia de género, como conciencia
de clase, como conciencia de pertenencia a una nación, como conciencia de ser
migrantes temporales en Canadá y como conciencia de ser ciudadanos en
México.
Aquí he sugerido que la experiencia de alteridad entre los migrantes
mexicanos es una vía prometedora, aún inexplorada, para documentar las
formas en las cuales los jornaleros se reúnen y se alteran en los cruces con los
migrantes caribeños y los residentes canadienses.
353
Orden/desorden sentimental hegemónico y contienda de sentimientos
En la moderna diferenciación social del mundo capitalista en regiones
desarrolladas y subdesarrolladas [en nuestro caso, la región desarrollada es
Canadá y la subdesarrollada es México] emerge el Estado-nación como
suprema unidad de orden; una forma social, cultural y política que como muestra
Anderson (citado en Kearney 2003: 48), delimita el espacio y distingue a quienes
son miembros, de quienes no lo son. Así, la tarea del Estado canadiense es
consolidar la diferenciación social interna entre migrantes temporales y
ciudadanos canadienses. Mientras los ciudadanos son considerados miembros
del Estado-nación canadiense, los migrantes temporales mexicanos tienen
negada tanto la membresía en la nación como la membresía en el Estado.
El orden social, cultural y políticamente hegemónico surge de la
diferenciación social, entre migrantes temporales extranjeros y comunidad
residente canadiense. Este orden está relacionado con el papel central que
ocupan el Estado-nación mexicano y canadiense -a través del programa- en la
creación e institucionalización de las formas de trabajo y de vida transnacional.
Las políticas que persiguen el Estado (de origen) mexicano con respecto a sus
ciudadanos migrantes en Canadá así como el Estado (de destino) canadiense
con respecto a los migrantes temporales extranjeros, se orientan a negar la
membresía social a los migrantes mexicanos en la sociedad canadiense. Una
estrategia para lograrlo ha sido la asignación de una identidad estigmatizada
para los trabajadores mexicanos, en un Estado-nación donde socialmente no
son nada ni nadie, donde son deseables como fuerza de trabajo pero no son
deseables como personas.
El orden hegemónico impuesto a los migrantes mexicanos se base en la
puesta en marcha orquestada tanto por los granjeros canadienses, como por
los Estados mexicano y canadiense- de una serie de políticas de circulación y
repatriación así como de varias técnicas disciplinarias orientadas no sólo a la
vigilancia del rendimiento productivo dentro de las granjas sino también al
control de toda la vida social de las trabajadoras y los trabajadores mexicanos
en sus espacios de sociabilidad.
354
El poder estatal canadiense se sustenta, incluso, en un régimen
sentimental que mantiene las desigualdades sociales entre migrantes
temporales y comunidad residente. Así, se pretende mantener en orden a los
trabajadores mexicanos controlando su proceso migratorio desde su llegada
hasta su salida de Canadá, vigilando y controlando su trabajo y su vida,
excluyéndolos de la sociedad canadiense, limitando el ejercicio de sus derechos
y reprimiendo con la repatriación prematura cualquier protesta laboral de los
trabajadores mexicanos. No obstante, al hacerlo, se ha desarrollado su
contraparte: el desorden social expresado en conflictos entre los grupos étnicos
debido a la discriminación, el racismo, la hostilidad y la violencia promovida por
algunos sectores de la comunidad residente hacia los migrantes temporales; así
como la creación de sentimientos anti-inmigrantes de algunos residentes de las
comunidades donde se concentran los trabajadores mexicanos. La expresión de
los sentimientos anti-inmigrantes en las comunidades se despliegan
cotidianamente de diversas formas, desde la violencia en las calles hasta la
muerte de los migrantes por accidentes en bicicletas y propuestas de ley para
prohibir la libre circulación de los trabajadores en los centros urbanos, por
ejemplo en Leamington.
Por otra parte, la nación mexicana se ha sustentado sobre un régimen
sentimental melancólico (Bartra 1987). La nostalgia un sentimiento
hegemónico que intenta imponerse sobre la comunidad mexicana en el
extranjero para construir la nueva nacionalidad diaspórica mexicana en Estados
Unidos (Besserer 2000: 385). La nostalgia también forma parte del régimen de
sentimientos hegemónicos que intenta imponerse a los migrantes mexicanos en
Canadá, con el propósito de fomentar su trabajo y su vida temporal en ese país
y obligar su retorno a México. Esto no quiere decir que los jornaleros mexicanos
no experimenten el sentimiento de nostalgia por su familia, su cultura o su país
durante su experiencia de trabajo y de soledad en Canadá, sino que es un
régimen sentimental que se utiliza para mantener la política de circulación y
repatriación de los migrantes mexicanos.
355
Lucha cultural y sociedad civil canadiense
En este trabajo, he argumentado que se requiere una concepción integral de los
trabajadores migrantes mexicanos, que los considere no sólo como fuerza de
trabajo sino como seres humanos íntegros. Las luchas culturales de los
migrantes mexicanos empiezan a orientarse hacia procesos de autoafirmación
como seres humanos, en una nación como la canadiense que los hace sentir
que no valen, que no tienen derechos, que lo único importante es su trabajo,
pero no su persona. Se trata de una contienda por la dignidad humana y la
recuperación de su identidad como seres humanos.
En contra de lo que se suele decir, los migrantes mexicanos tienen vida
social en Canadá. Los migrantes son los protagonistas principales de las luchas
culturales, sin embargo, también otros actores de la sociedad civil e instituciones
intervienen y construyen esta contienda política, con distintas posiciones e
intereses: los granjeros, los gobiernos mexicano y canadiense, las asociaciones
de granjeros, las instituciones públicas y privadas que administran el programa,
los trabajadores migrantes caribeños, las comunidades canadienses donde se
emplean los migrantes, las organizaciones sociales que defienden los derechos
de los migrantes, las organizaciones comunitarias que prestan servicios a los
migrantes, las redes sociales de los trabajadores en México y en Canadá y los
hogares de los migrantes.
La lucha cultural promovida por los trabajadores migrantes mexicanos se
intersecta con la disputa por la organización sindical. No obstante, la
representación sindical tampoco está resuelta, pues aún no sabemos hasta qué
punto los trabajadores mexicanos y/o caribeños se verán representados en el
UFCW. Los campos sociales que integran la lucha cultural pueden llegar a estar
articulados en procesos transnacionales en la medida en que entran en el
escenario las relaciones entre actores sociales de dos o más Estados-nación.
Entre las direcciones futuras a las que se dirige la contienda de los
migrantes mexicanos en Canadá están: el reconocimiento de las trabajadoras
mexicanas como sujetos transnacionales, el futuro de la vida de los migrantes
frente a la sindicalización de las granjas canadienses, la extensión y el ejercicio
356
pleno de los derechos laborales y humanos de los migrantes, y el
reconocimiento de la membresía social para los migrantes temporales en la
sociedad canadiense.
Se trata de un futuro en el que las jornaleras mexicanas no pueden ser
más ignoradas en los estudios sobre los procesos transnacionales de migración
a Canadá. Un futuro en el que toda negociación hecha en la vida productiva
tendrá que tomar en cuenta la vida reproductiva dentro de las granjas. Un futuro
en el que las empresas corporativas deberán ofrecer mejores condiciones de
trabajo y de vida a los migrantes. Un futuro donde la sociedad canadiense tendrá
que considerar la inclusión de los derechos humanos de los trabajadores
migrantes. Un futuro en el que la democracia y la constitución canadiense sea
reformulada para incluir el derecho a la ciudadanía de los migrantes temporales.
Un futuro en el que el PTAT/SAWP sea reforzado. Un futuro en el que México
tendrá que resolver el grave problema de desempleo y de los altos niveles de
pobreza en el país. Y un futuro en el que los migrantes tendrán que aprender a
negociar su trabajo y su vida transnacional en México y en Canadá.
Para finalizar es importante subrayar que frente al control y las prácticas
transnacionales gestionadas desde arriba, por los empleadores y los estados-
nación mexicano y canadiense, las respuestas desde abajo ponen en
contienda al género, al grupo étnico, a la clase, a la identidad y a la sexualidad
de las trabajadoras y los trabajadores mexicanos. Es urgente que las políticas
migratorias México-Canadá, el acuerdo de empleo temporal, el contrato de
trabajo, las estructuras de los Estados-nación canadiense y mexicano, y las
oportunidades de empleo migratorio que se ofrecen sean reformuladas a la luz
de la experiencia vivida de las jornaleras y los jornaleros migrantes mexicanos.
357
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375
ANEXOS
377
378
379
Cuadro 16Circuitos migratorios transnacionales masculinos México-Canadá. 2002,
2006
Edo Total ON QC MA AL CB NB NE PE SA 02 *06 02 06 02 06 02 06 02 06 06 06 06 06 06Ags 5 12 5 10 -- -- -- -- -- -- 1 -- -- 1 --BCS 6 30 6 19 -- 2 -- -- -- 1 7 -- -- 2 --Cam 39 107 20 28 18 22 -- 6 1 4 46 -- -- -- 1Chis 103 236 90 145 12 42 1 2 -- 5 39 -- 1 2 --Coah 17 113 4 57 8 34 -- -- 5 7 15 -- -- -- --Col 8 31 7 9 1 -- -- -- -- 3 18 -- -- 1 --Chih 23 31 0 22 2 3 -- -- 21 -- 3 -- -- 3 --DF 287 268 225 183 57 55 3 10 2 9 7 -- 1 -- 1Dgo 30 243 22 135 8 32 -- 2 -- 11 62 -- -- -- 1Gto 888 764 715 490 141 169 21 23 11 22 50 1 1 3 --Gro 39 151 31 92 5 24 3 14 -- 1 28 1 -- -- 1Hgo 814 699 660 431 113 169 15 20 26 21 43 -- -- 1 2Jal 219 270 156 167 61 46 1 6 1 6 43 -- 1 -- --Méxedo
2296 2740 1829 1719 391 676 27 56 49 67 176 1 5 10 8
Mich 298 595 230 268 62 139 -- 3 6 15 157 -- 6 1 3Mor 688 720 521 424 116 172 15 17 36 49 39 1 3 7 4Nay 80 157 28 84 50 20 2 2 -- 1 46 -- -- 2 2NL 1 38 1 23 -- 7 -- -- -- -- 2 -- 1 5 --Oax 457 645 262 387 159 170 21 33 15 17 54 -- -- 2 --Pue 759 798 581 516 145 219 23 21 10 24 37 -- -- 1 2Quer 36 78 29 50 6 10 1 1 -- 2 16 -- -- 1 --Qro -- 43 -- 21 -- 6 -- -- -- 2 14 -- -- -- --SLP 213 313 132 133 63 71 7 12 11 10 84 -- 2 -- --Sin 8 197 3 129 5 47 -- -- -- 4 11 -- 5 -- 1Son 5 102 1 31 4 60 -- -- -- -- 10 -- -- 1 --Tab 101 153 45 83 52 30 4 2 -- 5 30 -- -- -- 2Tam 6 32 5 21 -- 3 -- -- 1 -- 8 -- -- -- --Tlax 1539 1944 1228 1303 244 444 43 41 24 47 74 4 -- 6 7Ver 480 725 351 386 111 213 11 25 7 20 65 -- 4 6 2Yuc 27 164 10 92 14 28 2 1 1 10 28 -- 1 2 2Zac 42 135 33 67 9 41 -- 2 -- 7 17 -- 1 -- --Total 9514 12534 7230 7562 1857 2954 200 289 227 370 1230 8 32 57 39Fuente: STyPS, Informes de las temporadas 2002, 2006. Elaboración propia.* Se incluyen 26 dobles arribos
380
Cuadro 17Estados de origen y provincias de destino. 2002, 2006
Edo Total ON QC MA AL CB NB NE PE SA *02 **06 02 06 02 06 02 06 02 06 06 06 06 06 06Ags 5 12 5 10 -- -- -- -- -- -- 1 -- -- 1 --BCS 6 30 6 19 -- 2 -- -- -- 1 7 -- -- 2 --Cam 39 107 20 28 18 22 -- 6 1 4 46 -- -- -- 1Chis 103 236 90 145 12 42 1 2 -- 5 39 -- 1 2 --Coah 17 113 4 57 8 34 -- -- 5 7 15 -- -- -- --Col 8 31 7 9 1 -- -- -- -- 3 18 -- -- 1 --Chih 23 31 -- 22 2 3 -- -- 21 -- 3 -- -- 3 --DF 294 271 232 186 57 55 3 10 2 9 7 -- 1 -- 1Dgo 30 243 22 135 8 32 -- 2 -- 11 62 -- -- -- 1Gto 943 816 721 509 190 197 21 23 11 24 50 1 1 3 3Gro 40 152 32 93 5 24 3 14 -- 1 28 1 -- -- 1Hgo 841 717 686 456 114 172 15 20 26 23 43 -- -- 1 2Jal 220 270 156 167 62 46 1 6 1 6 43 -- 1 -- --Méxedo
2354 2813 1885 1775 393 682 27 56 49 75 179 1 5 10 8
Mich 299 613 231 273 62 141 -- 3 6 25 158 -- 6 1 3Mor 721 749 550 450 120 173 15 17 36 51 39 1 3 7 4Nay 80 162 28 85 50 20 2 2 -- 5 46 -- -- 2 2NL 1 38 1 23 -- 7 -- -- -- -- 2 -- 1 5 --Oax 464 671 269 387 159 170 21 33 15 23 56 -- -- 2 --Pue 812 847 615 516 164 222 23 21 10 33 40 -- -- 1 2Quer 36 80 29 50 6 10 1 1 -- 2 16 -- -- 1 --Qro -- 46 -- 22 -- 6 -- -- -- 4 14 -- -- -- --SLP 213 315 132 134 63 71 7 12 11 10 85 -- 2 -- --Sin 8 201 3 130 5 47 -- -- -- 7 11 -- 5 -- 1Son 5 102 1 31 4 60 -- -- -- -- 10 -- -- 1 --Tab 101 153 45 83 52 30 4 2 -- 5 30 -- -- -- 2Tam 6 32 5 21 -- 3 -- -- 1 -- 8 -- -- -- --Tlax 1590 2030 1277 1359 246 449 43 41 24 69 76 4 -- 6 8Ver 494 745 363 400 113 214 11 25 7 23 67 -- 4 6 2Yuc 27 169 10 92 14 28 2 1 1 15 28 -- 1 2 2Zac 42 135 33 67 9 41 -- 2 -- 7 17 -- 1 -- --Total 9822 12936 7458 7812 1937 3003 200 289 227 448 1244 8 32 57 43Fuente: STPS, Informes de las temporadas 2002, 2006. Elaboración propia.*2002. **2006.
381
Cuadro 18Empleo temporal de trabajadores mexicanos y caribeños, Ontario, 2001-
2003
Oficina HRDC Municipios 2001 2002 2003Barrie Simcoe 284 299 291Bacebridge Simcoe 4 11 --Brockville Leeds & Grenvil 16 16 16Burlington 251 -- --Chatham Kent, Lambton, Essex 765 826 790Cobourg Northumerland, Elgin 264 299 374Cornwall Stormont-Dunda 41 36 36Guelph Wellington, Waterloo 16 48 56Hamilton Hamilton-Wentwo 382 367 397Kingston 3 2 --Kitchener 22 -- --Leamington Essex 2795 2843 2899Lindsay Victoria 12 13 14London Middlesex 453 -- --Newmarket York, Simcoe, Durham 689 797 813Oakville Halton, Peel -- 248 257Oshawa Dirham 285 329 352Ottawa Ottawa-Carleton 82 80 91Owen Sound Dufferin, Grey, Bruce, Simcoe 973 820 1019Peterborough 2 2 --Picton 36 8 2Sarnia 356 -- --Simcoe Brant, Oxford, Haldimand-Norfo,Simcoe,
Lambton5467 4816 4690
Smiths Falls Leeds & Grenvil 2 2 2St. Catherines Niagara, Haldimand-Norfo, Hamilton-Wentwo 1957 2038 2188St.Thomas Elgin 544 -- --Stratford Huron 12 2 --Sudbury 4 4 4Tillsonburg Haldimand-Norfo, Lambton, Oxford,
Middlesex, Elgin, Kent, Huron1688 2619 2454
Trenton Northumberland, Prince Edward 40 58 34Wallaceburg Kent 194 71 208Woodstock 190 -- --Totales 17829 16654 16987Fuente: FARMS, Vacantes cubiertas por HRDC, 2001-2003. Elaboración propia.
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Cuadro 19Comunidades de Ontario que emplean migrantes mexicanos, 2001-2003
MUNICIPIO COMUNIDADESBrant Scotlan, Mt Pleasant, Brantford, Burford, Princeton, Harley, Paris, Vanessa,
Wilsonville, LasaletteBruce Port ElginDufferin ShelburneDurham Zephyr, Orono, Whitby, Zephyr, North York, Hampton, Port Perry, Ajax,
Bowmanville, Goodwood, Pickering, Scarborough, Newcastle, Rodney,Strathroy, Brougham, Uxbridge, Richmond Hill, Courtice
Elgin Aylmer, West Lorne, Port Stanley, Brighton, Union, Vienna, Langton,Straffordville, Glen Huron, West Lorne, Port Burwell, Rodney, Courtlan,Straffordville, Wallacetown, Eden
Essex Kinsgsville, Leamington, Lasalle, Ruthven, Cottam, Harrow, Essex,Tillsonburg, Amherstburg, Vannesa, Stoney-Pointe, Wheatley, Waterloo,Maidstone, Tecumseh
Grey Thornbury, Grimsby, Clarkrsburg, Ayton, Meaford, Owen Sound, CollingwoodHaldimand-Norfo
Delhi, Waterford, Langton, Port Dover, Otterville, Simcoe, Scotland, ClearCreek, Dunnville, Waterford, Walsingham, Norwich, Courtland, Vittoria,Tillsonburg, St. Williams, Vienna, Lasalette, Windham Centre, Teeterville,Vanessa, Aylmer, Wilsonville, Port Burwell, Wilsonville, Woodstock,Waterdown
Halton Milton, Hornby, Burlington, Georgetown, Campbellville, Stoney CreekHamilton-Wentwo
Troy, Waterdown, Freelton, Millgrove, Lyden, Smithville, Dundas, Jerseyville,Carlisle, Ancaster, Winona, Hannon, Freelton
Huron Brussels, ExeterKent Chatam, Thamesville, Blenheim, Muirkirk, Bothwell, Dresden, Drumbo, Cedar
springs, TuppervilleLambton Forest, Bothwell, Arkona, Watford, Grand Bend, Florence, Scotland, Watford,
Sarnia, WyomingLeeds &Grenvil
Jasper, Brockville
Middlesex Mt. Brydges, Komoka, Delaware, Dorchester, Melbourne, Kerwood, Strathroy,Tillsonburg, Arkona
Niagara Beamsville, St. Catherines, Vineland Station, St. Davis, Niagara-On-The-Lake, Grimsby, Queenston, Grimsby, Jordan Station, Fenwick, Niagara Falls,Virgil, Fenwick, Vineland, Wainfleet, Jordan, Toronto
Northumerland Cobourg, Brighton, Colborne, North York, Trenton, Port HopeOttawa-Carleton
Ottawa, Hammond, Navan, Netcalfe, Gloucester, Vars, Edwards, Fournier,Mecalfe, Carp
Oxford Otterville, Drumbo, Innerkip, Delhi, Princeton, Norwich, Tillsonburg, LasalettePeel Caledon East, HuttonvillePrince Edward BathSimcoe Bradford, Everett, Alliston, Cookstown, Barrie, Beeton, Alliston, Lisle,
Churchill, Midlan, Beeton, Orillia, New Lowell, Elmvale, Brantford, Gilford,Stayner
Stormont -Dunda
Iroquois, Alexandria
Victoria WoodvilleWaterloo BreslauWellington OrtonYork Newmarket, Kettleby, Mt. Albert, Uxbridge, Markham, Maple, Aurora,
Keswick, Bradford, Qeensville, Schomberg, Kleinburg, Holland Landing,Woodbridge, Mount Albert, Stouffville
Fuente: HRDC 2001-2003. FARMS 2002. Elaboración propia.
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Cuadro 25Estados y Comunidades de origen de los jornaleros migrantes, 2002
ESTADO COMUNIDADAguascalientes Aguascalientes, Rincón de RomosBaja California ComonduCampeche Calkini, Escárcega, Champoton, Hecelchakan, Hopelchen, Palizada, Carmen
CampecheChiapas Arriaga, Cintalapa, Bellavista, Siltepec, Socoltenango, Frontera Hidalgo,
Ixtacomitan, Teopisca, Chalcihuitan, Oxchuc, San Cristobal de las Casas,Tenejapa, Reforma, Amatenago de la Frontera, Frontera Comalapa, UniónJuárez, Chamula, Tonalá, Las Rosas, Larrainzar
Coahuila Viesca, San Pedro, SaltilloColima Cuauhtémoc, Colima, TecomanChihuahua Santa Bárbara, RosalesDistrito Federal Tlahuac, Azcaptozalco, Coyoacan, Xochimilco, Magdalena Contreras, Benito
Juárez, Iztapalapa, Tlalpan, Milpa Alta, Iztacalco, Alvaro Obregón, GustavoA. Madero, Venustiano Carranza, Cuajimalpa
Durango Durango, Nombre de Dios, Poanas, San Juan del Río, Pueblo Nuevo, Panucode Coronado, Vicente Guerrero, Lerdo, Cuencame, Mapimi
Guanajuato Salvatierra, Acámbaro, Penjamo, Irapuato, Jerécuaro, Guanajuato, Abasolo,San Felipe, Romita, Yuriria, Comonfort, Tarandacuao, Valle de Santiago,Celaya, Tarimoro, Doctor Mora, San Luis de la Paz, Xichu, San Diego de laUnión, Salamanca, Uriangato, Cortazar, Jaral del Progreso, Apaseo el Alto,San Diego de la Unión, San José Iturbide, Pueblo Nuevo, Santiago Maravatío,Huanimoro, Santa Cruz de Juventino Rosas, Dolores Hidalgo
Guerrero Huitzuco de los Figueroa, Iguala de la Independencia, Tecpan de Galeana,Benito Juárez, Pilcaya, Florencio Villareal, Taxco de Alarcón, Coyuca deCatalán, Pilcaya, La Unión, Arcelia, Tepecoacuilco de Trujano, Atoyac deAlvarez
Hidalgo Zempoala, San Agustín Mezquititlan, Singuilucan, Tepeji del Río de Ocampo,Acatlán, San Agustín Tlaxiaca, Francisco I Madero, Actopan, San Salvador,Almoloya, Apan, Tlaxcoapan, Tulancingo de Bravo, Zapotlan de Juárez, Cruz,Emiliano Zapata, Metztitlan, Tezontepec de Aldama, Huasca de Ocampo, Tulade Allende, Tetepango, Pisaflores, Mineral de la Reforma, Pachuca de Soto,Epazoyucan, Atlapexco, Ajacuba, Tepeapulco, Cuautepec de Hinojosa, SanFelipe, Tlahuelilpan, Tetepango, Alfajayucan, Villa Tezontepec, Tepehuacande Guerrero, Mineral del Chico, Tula de Allende, Atilalaquia, Mixquihuala deJuárez, Atotonilco el Grande, Tizayuca, Tasquillo, Tlanchinol, Orizatlan,Nicolas Flores, Chapulhuacan, Tlanalapa, San Bartolo Tutotepec, Tlapalapa,Tlahuiltepa
Jalisco Tizapan el Alto, Magdalena, Tamazula de Gordiano, Tequila, Tala, Jocotepec,Lagos de Moreno, San Martín Hidalgo, Cihuatlan, Quitupan, Cañadas, Acatic,Obregón, Ojuelos de Jalisco, Tuxpan, Casimiro Castillo, El Grullo, SantaMaría de los Angeles, Chiquilistlan, Cocula, Etzatlan, San Marcos, CiudadGuzman, Ameca, Zapopan, Huejuquilla el Alto, Unión de Tula, San Marcos,Gómez Farias, Jilatlan de Dolores, La Barca, Pihuamo, Chapala, Zapotiltic,Tlajomulco de Zuñiga, Tecolotlan, Ahualulco de Mercado, Atengo, Ayutlan,Yahualica de González Gallo, Tonaya, Guadalajara, San Miguel el Alto, ElSalto, San Julian, Tecolotlan, La Huerta, Ayutla, Hostotipaquillo, Juchitlan,Tecatitlan, Cuquio, Tonila, Tonalá, Tenamaxtlan, Mazamitla, El Limón,
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Toliman, Poncitlan, Quitupan, Tepetitlan de Morelos,Villa CoronaMéxico edo. de Temascalcingo, Juchitepec, Amecameca, Tenango del Valle, Tenancingo,
Nopaltepec, San Felipe del Progreso, Zinacantepec, Ixtlahuaca, Atlacomulco,Nezahualcoyotl, Atlautla, Nicolas Romero, Coacalco, Lerma, Valle de ChalcoSolidaridad, Teoloyucan, Atizapan de Zaragoza, Tlalnepantla, Villa deAllende, Texcoco, Cuautitlan, Ecatepec, Tultepec, Toluca, Hueypoxtla,Ayapango, Zumpahuacan, Tianguistenco, San Antonio la Isla, Chicoloapan,Tonatico, Teotihuacan, Ecatzingo, Tenango del Aire, Ozumba, Malinalco,Ixtapaluca, Ocuilan, Calimaya, Villa Victoria, Xonocatlan, Axapusco, Aculco,Chapultepec, San Martin de las Pirámides, Valle de Bravo, Jalatlaco, Chiautla,Jiquipilco, Soyaniquilpan de Júarez, Chimalhuacan, Los Reyes la Paz, El Oro,Tultitlan, Jilotepec, Temoaya, Joquicingo, Almoloya de Juarez, DonatoGuerra, Naucalpan, Almoloya del Río, Acambay, Tepetlaoxtoc, Tepetlixpa,Texcaltitlan, Acolman, Amanalco, San Mateo Atenco, Timilpan, Villa delCarbón, Jaltenco, Chapa de Mota, Cocotitlan, Temascaltepec, Ixtapan de laSal, Morelos, Chicoloapan, Tecamac, Coatepec Harinas, Otzolotepec, Rayón,Tequixquiac, Otumba, Polotitlan, Tlalmanalco, Sultepec, Ixtapan de Oro,Cuautitlan Izcalli, Atizapan, Huehuetoca, Chinconcuac, Villa Guerrero
Michoacán Senguio, Angangueo, Zinapécuaro, Ocampo, Epitacio Huerta, Morelia,Zitacuaro, Tarimbaro, Maravatío, Alvaro Obregón, Lázaro Cárdenas, Jojutla,Tangamandapio, Chavinda, Tacámbaro, Aporo, Parácuaro, Tlalpujahua,Penjamillo, Huandacareo, Hangamacutiro, Salvador Escalante, La Piedad,Tanhuato, Zacapu, Pátzcuaro, Copandoro, Paracho, Uruapan, VenustianoCarranza, José Sixto Verduzco, Hidalgo, Zamora, Jungapeo, Arteaga,Yurécuaro, La Huacana, Panindicuaro, Queréndaro, Tuxpan, Nahuatzen,Tzintzuntzan, Tangandicuaro, Contepec, Nocupetaro, Los Reyes, Puruandiro
Morelos Tepotztlan, Miacatlan, Tlayacapan, Jonacatepec, Cuernavaca, Ocuituco,Xochitepec, Mazatepec, Tetecala, Totolapan, Cuautla, Jantetelco, Juitepec,Tlaquiltenango, Tlanepantla, Tetela del Volcán, Zacatepec, Zacualpan,Temoac, Atlatlahucan, Ayala, Axochiapan, Yautepec, Temixco, Huitzilac,Tepalcingo, Tlaltizapan, Coatlan, del Río, Emiliano Zapata, Tepalcingo
Nayarit Xalisco, Santiago Ixcuintla, Santa María del Oro, Tepic, San Blas, Ruiz, LaYesca, El Nayar, Ixtlan del Río, Amacatlan de cañas, Rosamorada, Tuxpan,Compostela
Nuevo Léon Doctor ArroyoOaxaca San Juan Teposcolula, San Sebastian Nicananduta, San Juan Yucuita, San
Miguel el Grande, San Sebastian Abasolo, Tanetze de Zaragoza, AsunciónOcotlan, Ocotlan de Morelos, San Martín Toxpalan, Zimatlan de Alvarez,Loma Bonita, San Sebastian de Tecomaxtlahuaca, Magdalena Apasco, SanAntonio Castillo Velasco, San Mateo Piñas, Magdalena Tequisistlan, SantoDomingo Tehuantepec, Heróica Ciudad de Atlaxiaco, Santo Domingo Ingenio,San Francisco del Mar, San Pedro Huamelula, Santiago Cacaloxtepec,Santiago Yolomecatl, San Pedro Amuzgos, San Antonio Monte Verde,Santiago Lalopa, Putla de Villa Guerrero, Salina Cruz, San Felipe Jalapa deDíaz, Miahuatlan, Ejutla de Crespo, Santa María Petapa, Miahuatlan dePorfirio Díaz, Santa Catarina Cuixtla, Santo Domingo Yudohino, Huajuapande León, Santa María Chilapa de Díaz, Chahuites, San Pedro y San PabloTeposcol, Oaxaca de Juárez, San Pablo Huitzo, San Andrés Dinicuiti,Candelaria Loyicha, Juchitan de Zaragoza, San Pedro Teozacoalco, SanJerónimo Sosola, Santiago Yosondua, El Barrio de la Soledad, San LorenzoCacaotepec, San Blas Atempa, San Juan de los Cues, Santa María Colotepec,
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San Sebastian Río Hondo, Santa María Ecatepec, Santiago Niltepec, SantaCatarina Lachatao, Santa Cruz Xoxocotlan, Santiago Suchilquitongo, CiudadIxtepec, Asunción Cacalotepec, San Agustín Etla, San Juan Tuxtepec, VillaTejupan de la Unión, San Agustín Loxicha, San Lucas Ojitlan, SantiagoJuxtlahuaca, Santa María Tonameca, Santa Catarina Juquila, Santa MaríaPapalo, Santo Domingo Yodohino, San Miguel Mixtepec, Santa MaríaGuelace, San Pedro Jicayan, Santa María del Tule, San José del Progreso, SanMateo Etlatongo, San Pablo Etla, Santa Catarina Ixtepeji, Santa Cruz Tayata,San Juan Bautista, Cuicatlan, San Miguel Yotao, San Juan Guichicovi, SanJuan Comaltepec, San Antonio el Alto, Reforma de Pineda, Santiago Miltepec,San Pedro Quiatoni, Santo Domingo Petapa, Teotitlan del Valle, Ixtlan deJuárez, San Miguel Talea de Castro, San Juan Lachao, Santa María Jalapa delMarqués, San Marcial Ozolotepec, San miguel Chicahua, Santa CatarinaQuiane, San Miguel Suchixtepec, San Martín Huamelulpan, San JuanOzolotepec, Santa Cruz Xoxocotlan, San Miguel Achiutla, CandelariaLoxicha, San Felipe Tejalapam, Santa Inés de Zaragoza, Santa maría Yucuhiti,Santo Domingo Nuzaa, San José Ayuquila, San Francisco Telixtlahuaca, SanFrancisco Cahuacua, Santa María Quiegolani, Santa María Petapa, San MartínItunyoso, San Pablo y San Pedro Teposcal, Santiago Camotlan, San LucasSoquiapan, Santiago Niltepec, San Pablo Coatlan, Villa de Etla, SantiagoMatatlan, Santa María Quiegolani, Santiago Lachigori, San AgustínAmatengo, Valle Nación, San Pedro Tutepec, Santa María Sola, San Pedro ySan Pablo Ayutla, San Pedro Tapanatepec
Puebla San Matías Tlalancaleca, San Martín Texmelucan, Tlahuapan, Huatlatlauca,Tlachichuca, Huehuetlan el Chico, Huaquechula, San Felipe Teotlalcingo,Libres, Huejotzingo, Acateno, San Salvador el Verde, Atempan, Tepeaca,Hueytamalco, Zihuateutla, Atzizihuacan, Puebla, Teteles de Avila Castillo,Tetela de Ocampo, Xochitlan de Vicente Suárez, San Lorenzo Chiautzingo,San Jerónimo Xayacatlan, Altepexi, Tepeyahualco, San Nicolas los Ranchos,Cuautempan, San Gabriel Chilac, Calpan, Zautla, Zacapoaxtla, Hueyapan,Palmar de Bravo, Ixtacamaxtitlan, Chila, Acatzingo, Tlatlauquitepec, SanPedro Cholula, Santa Isabel Cholula, Chignahuapan, Huachinango, Tezuitlan,Teotlalco, Acajete, Xicotepec, Tehuacan, Oriental, El Verde, Tlaola, Caltepec,Coxcatlan, Zacatlan, Chietla, Olintla, Santo Tomas Hueyotlipan, Tochimilco,Naupan, Santo Domingo Huehuetlan, Zinacatepec, Chalchicomula de Sesma,Chiconcuautla, Tuzampan de Galeana, Cuyoaco, Tochtepec, Ciudad Serdan,Soltepec, Atexcal, Ayotoxco de Guerrero, Yaonahuac, Aquixtla, Tepetzintla,Petlancingo, Tepexi de Rodríguez, Chapulco, Temachalco, Amozoc, SanLorenzo Chiautzingo, Tlahuapan, Tzicatlacoyan, Atlixco, Acteopan, Acatlan,Tlacotepec de B. Júarez, Vicente Guerrero, Coxcatlan, San José Miahuatlan,Huitzilan de Serdan, Xayacatlan de Bravo, Hermenegildo Galeana, Quecholoc,Zaragoza, Coyotepec, Chilchotla, Los Reyes de Júarez
Querétaro Tequisquiapan, Pedro Escobedo, Amealco de Bonfil, San Juan del Río,Cadereyta de Montes
San Luis Potosí Tampamolon Corona, Tamazunchale, Axtla de Terraza, Matlapa, CiudadValles, Tamuin, Tampacan, San Antonio, Matlapa, Aquismon, Cedral, SantoDomingo, Tanquian de Escobedo, Ciudad del Maíz, San Ciro de Acosta, RíoVerde, Xilitla, Coxcatlan, Tancanhuitz de Santos, Ebano, Ciudad Fernández,San Vicente, Tancuayalab, Villa de Paz, Tamasopo
Sinaloa Culiacan, Angostura, NavolatoSonora Etchojoa, Navojoa, Cajeme, Bacum
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Tabasco Huimanguillo, Comalcalco, Jalapa, Balancan, Cárdenas, Paraíso, Jalpa deMéndez, Macuspana, Cunduacan, Centro, Centla, Nacajuca
Tamaulipas González, Tampico, AltamiraTlaxcala Ixtlacuixtla de Mariano Matamoros, Lázaro Cárdenas, Tetla, Contla de Juan
Cuamatzi, Mariano Arista, Calpulalpan, San Lucas Tecopilco, Cuapiaxtla,Benito Júarez, Yauhquemehcan, Hueyotlipan, Papalotla de Xicohtencatl, SanPablo del Monte, Xaloztoc, Miguel Hidalgo, Chiautempan, Nativitas, Tlaxco,Xaltocan, Totolac, Tocatlan, Atlangatepec, Españita, Tzompantepec, SantaCruz Tlaxcala, San Francisco Tetlanohcan, Panotla, Teolocholco, Xicotzingo,Ixtenco, Tlaxcala, Atzayanca, Santa María Ixtulco, Apetitlan de AntonioCarbajal, San Damian Texoloc, Ixtenco, Terrenate, Tepeyanco, Santa CatarinaAyometla, Zacatelco, Zacualpan, Santa Cruz Quilehtla, Tenancingo, SanBernardino Contla, Cuaxomulco, Quilehtla, Hueyotlipan, Cuaxomulco, SanJuan Huactzingo, Altzayanca, El Carmen Tequesquitla, Emiliano Zapata,Tepetitla de Lardizabal, Amoxoc de Guerrero, Huactzingo, Zitlaltepec deTrinidad Sánchez
Veracruz Ixhuatlan del café, Hueyapan de Ocampo, Atzalan, Coatepec, Ixtaczoquitlan,Temapache, Orizaba, Citlalteptl, Tlalcojalpan, Alto Lucero, Noalinco, Atoyac,Tenochtitlan, Tempoal, Puente Nacional, Pajapan, Xico, Paso del Macho, Pasode Ovejas, Altotonga, Acatlan, Sochiapa, Texistepec, Huatusco, Córdoba,Martínez de la Torre, Tuxpan, Medellín, Totutla, Atzacan, Alpatlahuac, JuanRodríguez Clara, Juchique de Ferrer, Xalapa, Ignacio de la Llave, Misantla,Papantla, Zozocalco, Minatitlan, Ursulo Galván, Espinal, Ixhuacan de losReyes, Chinameca, Tomatlan, Cosautlan de Carvajal, La Antigua, Atlahuilco,Coscomatepec, Acatlan, Banderilla, Los Reyes, Cotaxtla, Tepetzintla, Castillode Teayo, Tlapacoyan, Mecatlan, Nautla, Teocelo, Platón sánchez, ManlioFabio Altamirano, Catemaco, Zentla, Coyutla, Tecolutla, Actopan, La Perla,Calcahualco, Poza Rica de Hidalgo, Yecuatlan, Panuco, Hidalgotitlan,Atzacan, Ayahualulco, Tenampa, Texhuacan, Atlahuilco, Tezomapa, Tonayan,Cosoleacaque, Agua Dulce, Camarón de Tejeda, Moloacan, Chicontepec, RíoBlanco, Emiliano Zapata, Mariano Escobedo, Texistepec, Ixtlahuacan deMadero, Coatzacoalcos, Sayula de Aleman
Yucatán Tizimin, Oxkutzcab, Maxcanu, Mani, Progreso, Motul, Mama, Izamal,Hunucma, Dzilam, González, Dzidzantun, Sotuta, Peto
Zacatecas Sombrerete, Tepechitlan, Teul de González Ortega, Mazapil, Río Grande,Tlaltenango de Sánchez Roman, Fresnillo, Sain Alto, Concepción del Oro,Loreto
Fuente: STPS, Informes de las temporadas 2001-2002. Elaboración propia
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