althabe, gérard - 4 capitulos del libro hacia una antropología del presente

Upload: daniel-hernandez

Post on 16-Jul-2015

417 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Althabe, Gérard, "Hacia una antropología del presente", "Lo microsocial y la investigación antropológica de campo", "La construcción del extranjero en los intercambios cotidianos" y "Producción ejemplar de patrimonios urbanos", en Althabe, Gérard y Félix G. Schuster (comps.), Antropología del presente, Buenos Aires, Edicial, 1999.

TRANSCRIPT

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    1/22

    10 ANTROPOLoclA DEL PRESENTE

    ticas de pro~ucci6n d~ identidades colectivas, Insta a los antropdiogos a anali-zar las relaclOne: sociales y los recursos que se movilizan en tales practicas yalega una vez mas en favor de una antropologfa orientada hacia el presente dela propia sociedad,. Por fi_n,queremos agradecer la colaboraci6n que Clara Lourido y Stella Ma-ns Gonzalez han prestado en dist intos mementos de laedici6n de este texto.

    Gerard AlthabeFelix G. Schuster

    Cecilia HidalgoHACIA UNA ANTROPOLOGIA DEL PRESENTE*

    Gerard Althabe

    DEMANDAS A LA ANTROPOLOGfA Y ESTRATEGIASDE LOS ANTROp6LOGOS( ,C6mo se constituyeen el presente la investigaci6n antropol6gica de una

    sociedad como la nuestra, esa antropologfa que ha elegido como s_ucampo 0terreno de investigaci6n lugares centrales como la ciudad, las empresas, la ad-ministracion publica, en vez de sus margenes? Nos referiremos en adelante alcaso de Francia.

    En primer lugar, debemos sefialar que la pregunta que planteamos aparececomo significativa s610 desde hace veinte afios; surge recien alrededor de1980. La creaci6n de equipos de investigaci6n y la ejecuci6n de sus trabajosse ha desartollado con lentitud y en escala reducida I. Por 10tanto, nos encon-tramos ante una obra cuyos limites recien estan comenzando a esbozarse.Grande es nuestra sorpresa cuando comparamos esta situaci6n con 1 0 que sa-bemos de ra antropologfa anglosajona. Esta si tuaci6n resulta tanto mas para-d6jica cuando advertimos que la "dernanda" de investigacion antropol6gicaque surge alrededor de 1980 en el campo de las ciencias sociales se define co-mo una dernanda de "ctnograffa", 10que supone descripci6n a traves de la ob-servacion participante y abarca dispositivos conceptuales que permiten apre-hender el nivel de la realidad social definido como cotidiano 0 microsocial.* Traducido del frances por Cecilia Hidalgo y Clara Lourido,

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    2/22

    12 ANTROPOLOCiA DEL PRESENTE

    T al dem anda se articulo ante todo alrededor de las empresas (a traves de lanocion de cultura de las empresas) y del m ismo modo en torno de las opera-ciones del urbanism o (por ejem plo, en el vasto program a de rehabilitacion del os d en om in ad os " is lo te s sensibles" en l as p e ri fe ri as urbanas). La demanda deantropologia se inscribe en la definicion de estas operaciones y c onc iern e a lautilizacion de las potencialidades socioculturales que poseerfa la poblacionque habita estos territorios urbanos. T al dem anda es un signo de las transfor-m ac io ne s inte rna s en la s c ie nc ias soc ia les: la falta d e relie ve de las pe rspe cti-vas explicativas glob ales y que se elija a las practicas cotidianas com o dom i-n io p rin cipa l de investigacion. P arale la men te , se p asa d e u na co nc ep cion es-tructuralista de la vida social a una concepcion segtin la cual de ahora en m aslo s su je to s son lo s prod uc to re s de 10 soc ial.

    De un m odo general, los que hacen de la antropologfa su especiaJidad noha n querido aprovechar una coy untura tan favorable. L a antropologfa se haconvertido poco a poco en una sigla que se m anipula en el juego de las trans-fo rm acion es inte rna s de otra s disciplin as. P or e je mp lo, e n e l m arco d e la s cien-c ia s d e la a drn in istra cio n, lo s inge nie ros de la E sc ue la P olite cn ic a h an c re adoy f in an cia n u n la bo ra to rio d e a ntro po lo gfa , y h asta e nc on tram os qu e estos m is-m os esp ec ialista s e n administracion se au todenominan "etnografos" en el se-no de la s ofic in as de l co nse jo e mpresa rio.

    ~C om o se puede en t ender que los antropologos no se hay an trazado una es-trategia frente a una oportunidad sem ejante? D el m ism o m odo, i,com o com -pre nd er la s dific ulta de s q ue tien en los an tropo lo go s fra nc ese s d e c on fro ntarsecon el presente de su propia sociedad?

    Las dos antropologias: de 1 0 lejano y de 1 0 proximoH as ta h ae c pecos afios, salvo e xc ep cio ne s m uy raras-, se habian constitui-

    do y cristaliza do en F ra ncia do s an tropo lo gfa s, distinta s ta nto a nive l de los, in"v estig ad ore s c om o d e las in stitu cion es que las em pre nc !e n: la q ue estud ia 1 0 le -jano y la que se dedica a F rancia. E sta dualidad encubre, por otra parte, una je-r arq uf a: m ie ntra s q ue la c re ativ id ad y la s tra ns fo rm ac io ne s te oric as s e lo ca li-zan en la antropologfa de 10 lejano donde reside hasta hoy el prestigio intelec-tu al, la a ntr op olo gf a d e F ra nc ia s ig ue s ie nd o p atrim on ia l, ru ra l, e stre ch am en teligada a la m useologfa. Los ecos de 10 q ue ocurre en una antropologfa resue-nan en la otra de un modo muy apagado.

    T al fijac ion de la disoc ia cio n en tre a mba s a ntrop olog fas es u na pa rtic ula-riclad francesa, com o surge tras una rapida cornparacion con 10 q ue ocurre en

    HACIA UNA ANTROPOLOciA DEL PRESENTE 13

    la antropolog.ia anglosajona'. E sta disociaci6n explicaria por que e! m ovi-m iento actual de la antropologfa interpretativa (uno de cuy os ejes es que elconocim iento de la propia s oc ie da d y c u:ltu ra pasa por el de la sociedad y lacultura die los otros) no ha tenido repercusion alguna en Francia y no ha en-contrado mas que un eco muy sutil y demorado, como 10 atestigui la tardiafecha d e la p rim er a traduccion de los textos te6 rico s de C lifford G ~e nz , rea -lizada en 1 986 .

    Del presente como objeto antropol6gicoJ un to c on esta disociacion de dosantropologfas, a partir de los a10S sescn-

    ta, incide la hegem onfa de una concepcion com o la de C laude L evi-Strauss queexcluye el prese nte de nuestra s oc ie da d d e la investigacion a ntr op ole gic a. M u yesquematicamente, re co rd ar em os s us d os a rg um en to s fundamentales: .a) la antropologfa no tiene objeto si el dom inio que le es propio. es decir,el de los intercam bios interpersonales, no posee autonom fa; no se puede per-cibir en 61 m as que la aciualizacion de sistemas globales de comun icac i.on;

    l i b ) so lo e n e! m arco de una distancia m axim a (es decir, en la cOl1d lc l6 n r e-ctproca de cxtranjcro) es posible producir un conocim iento desde [dentro (10que constituy e una de las metas fun da me ntales de la antropologfa), C~ ando elantropologo aborda un universo social del que es actor es incapaz d~ liberarsede la com plicidad que 10 liga a sus interlocutores. Term ina deglutido por I~ sre prese nta cion es que c om parte c on ellos: e l co no cim ie nto que pue de pro duc irqueda cautivo de la perspectiva de aquellos. .

    E n L ev i-S tra us s la a rg um en ta cio n termina en una prohibicion; )111 embar-go, ,los dos puntos que plantea son decisivos y la pertinencia de una antropo-lo gfa q ue se proponga estudiar el presente de su psopia so cie da d pa sa en g ranmedida p or lia s respuestas que se brinden a estes inrerrogantes.

    De una antropologia a LaotraA partir de 1980, a pesar del rechazo m asivo de la m ay orfa de los a~tropo-

    logos a liberarse del m arco que acabam os de describir, com ienza a delinearseun m ovim iento que apunta a hacer clel presents de nuestra sociedad un terrcnode investigaci6n antropologica. A l m ism o tiem po, asistim os a un esfuerzo pors up er ar la - d is oc ia ci on e ntr e amba s a ntr op ol og ia s.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    3/22

    14 ANTROPOLociA DEL PRESENTE

    Podernos sefialar dos componentes en esta orientacion. Uno concierne al de-sarrollo de una practica analogica que consiste en utilizar las nociones y los dis-positivos conceptuales elaborados en el marco de la antropologfa de 10lejano pa-ra idcntificar y cimentar la comprension de los fenomenos que surgen en el pre-sense. Laprirnera trarnpa de tal practica consiste en introducir una distancia, uncxtrafiamiento que queda fijado en un unico discurso. Decir qlle un part ido defutbol es un acontecimiento religioso con sus rites y sus dioses, designar como"tribus urbanas" a los grupos dejovenes de los suburbios perifericos, establecercontiguidades con acontecimientos extrafdos de alguna sociedad africana, no sonmas que operaciones de estilo que carecen de valor interpretativo alguno.

    Cuando no queda prisionera de las reglas de formacion del discurso escri -to, la invest igaci6n analogica t iene un interes cognoscitivo: permite revelar eidentifiear fenornenos que quedan ocultos en las evidencias que se comparten.El ejemplo de los rituales polfticos es significativo: su numero cs impresionan-te, se dsviden entre la conrnernoracion y la mauguracion e intervienen en todoslos niveles de la vida polftica. Como el sentido de estes ritualcs csta implicito,ni los participantes ni quienes ofrccen explicaciones de ellos 10han tornado se-r iarncnte en sf mismo. A par ti r del punto de vista de la antropologfa de 10leja-no, en la que los rituales ocupan un lugar central, han salido de su insignifican-cia y se ha planteado la cuest ion ( i J c e que sentido atribuirles,

    Mas alia de este papel de cuest ionar las eviclencias, la practica analogicaconlleva un riesgo: el de interpreter los fen6menos ahara identificados tornan-do como punto de partida las definiciones y analisis elaborados en las socieda-des lejanas y relevantes para elias. Para analizar los ri tuales pobticos que sedesarrollan en la Francia contemporanea, algunos investigadores pueden sen-tirse tentados a forzar su conformidad con una concepcion deterrninada del ri-tual , tal como la que propene Victor W. Turner .

    EI otro cornponente consiste en reproducir en el terrene frances el modeloepisternologico sobre el que sc ha desarrollado la antropologia de 10 lejano. Sueje consiste en converti r a los sujetos en actores de un universo social extrafioal del investigador. Desde la posicion exterior que se ha atribuido, el antropo-logo se propone penetrar en ese universo de manera de producir UI1 conoci-mien to desde adentro.

    En esta perspectiva, tendera a elegir alios sujetos mas alejados de sf: habi-tantes de las periferias urbanas, familias de los sectores populates, minonas et-nicas, entre otros. Al hacerlo, transformara una distancia social, en una separa-ci6n de [anna etnocultural, y una operacion semejante compromete el sentidode la investigaci6n.

    En resumen, los dos componentes que hemos puesto de relieve traducen elesfuerzo actual por convertjr a la antropologfa en un modo de conocimiento

    RAClA UNA ANTROPOLOCiA DEL PRESENTE 15

    del presente de nuestras sociedades y muestran claramente que esta nuevaorientacion se inscribe en la continuidad de una coyuntura hist6rica: 1acenser-vacion de la subordinacion de la antropologfa de la Francia conternporanea alas antropologfas de 10lejano. En efecto, se pretende captar la sociedad fran-cesa a partir de perspectivas elaboradas por estas ultimas, La continuidad se datarnbien en la conservacion de un disposi tivo epistemol6gico segun el cual elconocimiento antropol6gico s610puede producirse en el interior de un univer-so extrafio al investigador.

    Es preciso que nos interroguemos acerca de la raz6n de tal continuidad que,recordemos, se elabora en un contexto global en el que quienes ejercen la dis-ciplina antropol6gica en su gran mayorfa se niegan a abordar el presente.

    Legitimidad cientifica y distancia can respecto a t otroEs necesario reubicar a la antropologfa en el campo de las ciencias socia-

    les tal como se ha consti tuido y desarrollado en Francia. EI surgimiento de lasciencias sociales se real ize a traves del establecimiento de una separacion en-tre el investigador y los sujetos, de la presentaci6n del investigador como figu-ra especffica y de la constitucion de un medio capaz de segregar sus propiosmodos de reconocimiento y transmisi6n, todo ello en un esfuerzo por diferen-ciarse de los sujetos y de su mundo social erigido en objeto de investigacion.Con Emile Durkheim y sus herederos, esta separaci6n se realiza de una mane- 'ra unfvoca mediante una mimetizacion con las ciencias exactas. Toma la for-ma de una cientificidad dura y se reproduce instando al distanciamiento delmundo de los sujetos y de su lenguaje, y ala elaboraci6n de dispositivos sim-bolicos (lenguaje) e institucionales (universidad) especiales. Una ilustracionejemplar de esta orientacion puede encontrarse en la obra de Pierre Bourdieuy 1. C. Passeron El oficio del sociologo.

    Semejante desarrollo unfvoco ha implicado la marginalizacion, por no decirla casi anulacion, de las corrientes de pensamiento que, en terminos generales,constituyen la "sociologia cornprensiva": Max Weber y, sobre todo, George Sim-mel, cuya primera traduccion al frances se realize recien en 1984. Por cierto, enestas orientaciones larelacion del investigador y sus sujetos se concibe sobre ba-ses diferentes de aquellas de laproduccion y reproduccion de una separacion.

    En este marco, la antropologfa toma un lugar part icular: elabora la separa-cion a su manera, la produce a traves de una operacion que consiste en conside-rar a los sujetos como habitantes de un universo social' extrafio. Asi, adquiere .Ie-gitimidad en el campo de las ciencias sociales en tanto conocimiento producido

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    4/22

    16 ANTROPOLoeiA DEL PRESENTE

    en el marco de la separaci6n etnocultural entre el investigador y sus sujetos, esdecir, en eJ conocimiento de sociedades definidas como lejanas. En la medidaen que la distancia se reduce, la legitimidad se.esfuma, Es significativo en reJa-ci6n con esto que la urbanizaci6n masiva que tuvo lugar en el oeste de Africafuera soslayada por los muy numerosos antropologos franceses que t rabajaronen la region hasta 1978-1980. Cuando el antropologo pretende afrontar el pre-sente de su propia sociedad, la separaci6n etnocultural se desdibuja completa-mente y con ella entra en cuestionamiento la legitimidad de su investigacion,

    Esta falta de legitimidad, de la que acabamos de hablar de manera un pococaricaturesca, tiene .expresion a la vez en los debates intelectuales y dentro delcampo insti tucional (en el reclutamiento de investi gadores, la obt encion de sub-sidios para la investigaci6n, la cerraz6n de los lugares de formaci6n doctoral ).

    En este contexto, se comprende a un mismo tiempo el rechazo por parte dela mayorra de los antropologos y la continujdad en [a que se ubica el pequefionumero de quienes se han visto tcntados por la aventura. En virtud de csta con-tinuidad, los ultirnos se esfuerzan por conservar la Iegitimidad dela antropo-logfa de 10 lejano, respondicndo de estc modo a la acusaci6n de ilegitimidadque se atribuye de antemano a su emprcsa.

    TRES DOMINIOS ACTUALES DE LA ANTROPOLOGIACONTEMPORANEA EN FRANCIA.TRES TIPOS DE PREGUNTAS, ALGUNAS SUGERENCIAS.EI surgimiento de esta corriente antropol6gica delimita el contorno de tresgrandes domini os que plan tean algunos interrogantes .

    La cuestion del enraizamiento en 1 0 ruralLa antropologia acerca de Francia se ha limitado, hasta alrededor de 1980,

    al estudio de 10 rural . Se inves tigaban cas i exc1usivamente las sociedades cam-pesinas locales en vias de desaparicion; atendiendo al salvat aje de sus tes tirno-ni cs (la recolecci6n muscografica, el regi stro de relatos biografi cos, ctc.). Aunen 1980, en la significativa ocasi6n del Afio del Patrimonio organizado por elgobierno de la epoca, Claude Levi-Strauss lanz6 un grito de alarma y solicit6recursos para implernentar una antropologfa de rescate.

    HAC/A UNA ANTROPOLOeiA DEL PRESENTE 17

    Sin insistir sobre esta cuesti6n, hay dos razones que explican por que cris-talizo una concepcion tan estrecha. Por una parte, la brutalidad de la centrali-zacion francesa lograda a traves de la destrucci6n sin matices de 'las socieda-des y lenguas locales. Por otra, el heche de que los debates alrededor de lapractica antropol6gica tenfanlugar en otra parte, en las situaciones coloniales,

    La apertura hacia la ciudad y las ernpresas ha tornado una direccion que seinscribe en la continuidad con la antropologfa rural. Sc trata de dar cuenta deuna sociedad urbana e industrial en vias de desaparici6n y de convert irl a en ob-jeto de museo. Volvemos a encontrar en estos nuevos terrenos de inves tigacionantropol6gica la recolecci6n de objetos, descripciones y relatos biograficos,surge la museograffa de las fabricas a partir de las numerosas investigacionesque se han orientado a cuestiones industriales. EI artesanado urbano, la vida delos barrios se presenta como testimonio de una sociedad urbana que va desa-pareciendo.

    Debemos sefialar dos puntos :I) 10 q ue se ha de considerar objcto de rccolecci6n y de analisis es aquelloque se concibe como relevante para una sociedad que esta en vias de desapa-

    rici6n y es esta situaci6n la que Ie confiere sent ido. S in embargo, en realidadpertenece al presente, en el ticne sentido y es por ende en tal contexte presen-t e donde debe ser analizado;

    2) 10 q ue produce esta antropologta revierte a su vez en las practicas socia-les y termina constituyendo un recurso que se utiliza ulteriormente en la pro-ducci6n de identidades colectivas . Ahora bien, es ta producci6n escapa comple-tamente a la antropologfa. Surge de una 16gica que el antropologo no se da losmedios para analizar: el investigador se ubica en un juego social que se le es-capa, pero que otorga sentido a 10 que el haec.

    Ilustraremos 10 d icho can la situacion ereada por la regionalizacion que tu-vo lugar en il982-83. Por primera vez en la historia de la Republica, las auto-ridades locales comenzaron a poseer poder real frente al centro parisino. Quie-nes manejaban estos poderes locales se lanzaron a .una producci6n simb6licaconsiderable con miras a dar forma y realidad a las identidades regionales, mu-cho mayor cuando las regiones carecfan de fundamentos geograficos, hist6ri-cos 0 politicos para tal identidad. A traves de estos esfuerzos, las nuevas auto-ridades produjeron cl espacio simb6lico, el marco de ejercicio de su propio po-der. Juntamente can los publicistas, los antropologos pudieron sentirse llama-dos a participar de esta construcci6n (museos, publicaciones, organizaci6n deacontecimientos ernblemat icos). Esta a tracci6n se-dio en los (res niveles en quese localizan los nuevos poderes: la rcgi6n, el departamento y la com una.Tal orientaci6n es problematica. Al ponerla en funcionamiento se delimi-ta al mismo tiempo un campo de investigaci6n. Por una parte, esta producci6n

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    5/22

    18 ANTROPOLoeiA DEL PRESENTE

    de identidades colectivas, que se traduce particularmente en exposiciones ymuseograffa (cada afio se crean mas museos) es una rnancra de hacer ingre-sar el pasado en el presente (avalada quiza al precio de una verdadera inven-cion de tradiciones) . La forma y el sentido que adquieren consti tuyen un do-minio de investigacion antropol6gica. Por otra, s in embargo, el museo antro-pologico es en sf mismo marco de tentativas (por cierto, minoritarias) paracriticar esta perspectiva de produccion de la identidad colectiva, de resistirla.Serra un error considerar a los museos como un dominio necesariamente es-tereotipado.

    La cuestion de lasminorias etnoculturales en FranciaOtro terreno de debate 10constituyen las investigaciones antropologicas

    acerca de las minorfas de origen extranjero instaladas en Francia. Algunos an-tropologos, muchos de los cuales han perdido su campo de estudio en las areasde descolonizaci6n, encuentrarr en estas minonas terrenos susti tutivos. En in-vestigaciones de este tipo encuentran una manera de invertir el capital cognos-citivo que adquirieron en aquellos pafses. De este modo, tienen tendencia a pri-vilegiar la continuidad [rente a la ruptura que implica la inmigracion (para losmagrebfes y los antillanos) 0 el exil io (para los refugiados asiaticos), No po-demos permanecer indifcrentes respecto de la manera en que han obtenido losresultados de cstas investigaciones:

    a) los interesados (sus voceros) los rcchazan: no aceptan la reducci6n de suidentidad a su dimensi6n etnocultural 0,mas exactamente, no aceptan que es-ta dimension sea dominantc y provea el marco de expresion de 'los demaspar ticipantes. Se oponen a que la pertenencia etnocul tural sea considerada elcomponente privilegiado;

    b) los intelecruales de la "derecha xenofoba" integran estos trabajos a Sill ar-gumentaoi6n. Los Yen C0Jil10 la ilusrracion del tema central de su propio dis-curse, a saber, la afirrnacion de la diferencia y de la imposibilidad de asimila-cion. Asf , el pensamiento de la derecha radical ha pasado de la afirmacion an-tigua de las jerarqufas etnicas, justi ficadora de la dominacion, a la exaltacionde las identidades etnoculturales singulares, y ha retomado a beneficio propioel eslogan progresis ta del "derecho a la diferencia" para todos, pero . .. eso sf,que cada uno permanezca en el lado que Iecorresponde.

    Luego de varies afios, la presencia de liasminorias extranjeras instaladasdefinitivamente en Francia se ha transformado en objeto central del debate pu-blico. La cuest ion de la exclusion interna, es decir , de s i se mantendra a las mi-

    HACfA UNA ANTROPOLOefA DEL PRESENTE 19

    norfas en lin estatus inferior 0 si se promovera la integracion, seguramente do-minara el debate en los afios venideros.

    Al poner de relieve en sus trabajos universos sociales etnocul turalmentesingulares, los antropologos fijan los terminos de esta exclusi6n y participan,aun en contra de su intencion, en el proceso mismo de exclusion.Lo que acabamos de afirmar con respecto al tema de las minorfas etnicasse aplica del mismo modo a otras categorfas: las bandas de del incuentes en lasperiferias urbanas , los "pobres" en las vil las de emergencia, etc. A traves de laoperaci6n antropologica que hace de los sujetos actores de una sociedad sin-gular, mediante un recorr ido que apunta a dar cuenta de los rasgos dist intivosde un universo social, se cristaliza y se f ija una categorizacion, alimentando ycontr ibuyendo de este modo a los procesos de exclusion.

    Para poder sali r de esta s ituacion se nos ha hecho necesario desplazar s is-ternaticamente la orientacion que habrfan tomado las investigaciones antropo-logicas que nosotros mismos emprendfamos: en lugar de centrarlas en una ca-tegorfa de sujetos a la que se concibe como un universo social singular, nues-tras investigaciones se han interesado por dar cuenta tanto de la producci6n deestas categorfas como de la produccion de las ident idades colectivas, segunaparecen en los intercambios de 1avida cotidiana. De este modo, en las s itua-ciones de cohabitacion etnica en las ciudades de la peri fer ia urbana, por ejem-plo, el objeto principal de nuestras investigaciones ha sido -dicho en terminosgenerales- la manera en que se elaboran los intercambios y el modo de cornu-nicacion que los estructura. En este marco intentamos analizar los modos enque se producen tales categorizaciones etnoculturales.

    La cuestion de 1 0 simbolico en Laantropologia del presenteCuando aborda e l presente , el antropologo (al menos en Francia) se tortu-

    ra con la pregunta por la legit imidad de su intrusion. Se Ie reprocha que cues-t ione la part ici6n de las incumbencias de la antropologfa, especializada en elestudio de las sociedades lejanas 0 campesinas aut6ctonas desaparecidas, Y dela sociologfa, disciplina que ocupa largamente los espacios donde quiere inter-venir (las residencias urbanas, el trabajo). La discusi6n sobre la legitim~da~ desu presencia es permanente, a menudo violenta, y presenta consecuenClas ins-titucionales de oonsideracion.Los antropologos intentan entonces construir su especificidad presentando-se como especialistas en el conocimiento de los dispositivos simb6Ii.c?s qu~ seproducen en la vida social y son a su vez producidos en ella. Dispcsi tivos sun-

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    6/22

    20 A NT RO PO Lo ci A D EL P RE SE NT E

    bolicos que se darfan tanto en las sociedades lejanas como en las ciudades 0empresas de su propio mundo. Cuando se trate de estas ultimas, afirmaran po-del' exponer a la luz del dfa dimensiones ocultas que escapan a 'lla considera-cion de otros especialistas. Unifican asf en una misma perspectiva todos los te-rrenos de investigacion de campo, 10que, por otra parte, engcndra acercarnien-tos arriesgados en el tiempo y el espacio.

    Volvemos a encontramos aquf con la antigua pregunta por la pertinencia dela operacion que consiste en aislar una es fera particular, la de 10 s irnbolico, es-fera que poseena en sf sus propias reglas de funcionamiento, provista de unalogica propia de la que dara cuenta el inves tigador.

    Esta pregunta se plansea concretamente en el vasto dominio de las practi-cas colectivas urbanas, scan festivas (el carnaval) 0 rituales (las procesionesreligiosas y marchas polfticas). Por otra parte, luego de algunos afios este do-minio se ha extendido mucho: en 10 q ue atafie a los rituales colectivos, se sien-te el atractivo que ofrece cuando advertirnos la inmensa cantidad de investiga-ciones (mas de veinte hacia 1992) que han logrado financiamicnto, el grail rni-mero de publicaciones especralizadas que se Ie dedican 0 incluso la realizacionde reuniones academicas tales como el coloquio franco-aleman y el serninariode Montpellier, Estes ejemplos han dado lugar a investigaciones propias y he-mos podido analizar tales acontecimientos bajo el angulo del escenario ritualy simbolico qlLle los constituye, por entender que es tos escenarios (y los aeon-tecimientos ell cuestion) participan de, una practica social que les da sentido,practica que atafie a la produccion de la identidad de un lugar dado -pOl' ejern-plo, una ciudad-, campo en el que diferentes grupos sociales se confronran pa-ra liegitimar 0 controvertir sus poderes.

    Tomemos el ejernplo d'e las festividades de Saint-Junien (una pequefia ciu-dad industrial del centro de Francia). Se trata de grandiosas procesiones del ri-to cat61ico: cada siete aiios se saca la imagen del santo patron de su niche y sela pasea poria ciudad. De este modo, los hmites de la ciudad se vuelven a de-marcar peri6dicamente de acuerdo con el itinerario que ha seguido el cortejo.(,Que sentido atribuirle a este acohtecirniento, una movilizaci6n semejantc enuna de las ciudades y regiones dell pats mas icmpranamente descristianizadasy cuya municipalidad sigue siendo cornunista desde principios de 1930? Elsimbolismo y el ritual catolico son ellenguaje que toma en prestamo una prac-tica de reafinnaci6n de identidad de la ciudad, de reivindicacion de suconti-nuidad hist6rica y de renovacion de la Iegitimidad de las autoridades com un i s-tas municipales.

    Otro ejernplo entre cientos: en Meaux, a principles de la decada de 1980 seha creado un carnaval sui generis y esta creacion ha sido presentada como larestauracion de una tradicion (he aquf u.no de los numcrosos cases de inven-

    H AC IA U NA A NT RO PO LO ci A D EL P RE SE NT E 21

    cion de un pasado). El cortejo parte de los barrios perifericos para llegar al cen-t ro de la c iudad . Aquf tambien un lenguaje sirnbolico Cele scenario) es tornadocomo recurso para superar la ruptura que se crea entre los barrios nuevos de laperiferia y los del centro, para reconstituir la unidad de la ciudad. Tal aconte-cimiento no es mas que uno de los elementos de una practica global estableci-da con el fin de lograr esc mismo objetivo.

    Vemos que, en el analisis de acontecimientos semejantes no es legitimoaislar el escenario ritual y simb6lico de la practica social en la que toma sen-tido. Solo a fortiori, luego del analisis de muchos acontecimientos de este ge-nero podran ponerse de relieve algunos procesos simb6licos generales que ac-Wan en 10 mas profundo de Ia sociedad francesa.

    El angulo desde el que presentamos la cuestion principal en este caso esmuy estrecho; el esfuerzo por separar 10 s imbolico como el dominio propio dela anrropologia esta presente en todos los campos de la investigacion (los ri-tuales politicos sefialados antes, el analisis de la cuantiosa producci6n media-t ica). Para evi tar 10 artificioso, 0 el estancamiento de un curso de investiga-cion, se debe velar por no aislar los lenguajes simb6licos y los escenarios ri-tuales de los lugares deride se los pone en funcionamiento. Es indispensabletomar en cuenta las '16gicas de comunicaci6n que se despliegan y las rclacio-nes sociales que entran en juego.

    NOTASI.Hacia 1991 s610existian trcs equipos explicitamente orientados en esta direcci6n.2. Algunos investigadores y equipos han hecho y siguen haciendo trabajo de campo a

    Iiavet. en terrenos lejanos y en otros de su propia sociedad.3. Vease L e g ra n d p a rt a ge (La gran divisi6n) de Gerard Lenclud.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    7/22

    LO MICROSOCIAL Y LA INVESTIGACIONANTROPOLOGICA DE CAMPO*

    G er ar d A lt ha be

    L a p re gu nt a q ue t ra ta re rn os d e r es po nd er e s s im ple : i,c wil es s on l as c on di cio -n es q ue se ex ig en p ara un a inv es tiga ci6n an tro polo gica d e ca mp o, cfe ctu ada aq ufy ahora en el m arco de nuestra propia sociedad para que produz ca este conoci-m ien to d e tip o p articu lar, e l d e la an tro po lo gfa , u n c ono cim icn to q ue surg e d el in -terior de un m undo social caprado a eseala m icroscopica? Los elem entos de lar es pu es ta q ue i nte nt am os a po rta r p ro vi en en d e u na r ef le xi 6n e n c ur so d es ar ro lla -da a pa rtir d e lo s trab ajo s rea Jiz ad os p or e l e qu ipo d e in vestig ac io n d el q ue cs re s-p onsa ble e ste a uto r en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales d e P a ri si .

    A nte tod o es pre ciso distin guir el tra ba jo d e ca mp o an tro pol6 gieo (l'Enque-te ethnologique de terrain) de los proeedim ientos de investigacion cuy as re-glas m etodologicas las ciencias sociales so han esforz ado por fijar. En estc ul-timo caso, las situaciones en que se encueniran e l inves t igado r y l os s u je to sque este cstudia son acontccim ientos casi experirnenrales claborados en lun-cio n d e pe rspe ctiv as an alftic as qu e go bie rn an en te ram ente la s m od alid ad es d erecoleccion e interpretaci6n de los datos. E n consecuencia. la situacion de en-cu entro s e tran sforrn a en la e xp resio n de u na se pa racio n en tre e l inv es tiga do ry a qu ellos a q uien es e stu dia estab lecid a p or princ ip io, in stitu ida . S e in scribe e nun re gistro d e rup tura re spc cto d e la co rn un icac io n ord in aria. P or s up uesto qu etam bien e n el tra ba jo a nrro polo gico d e c am po el in vestig ad or es ia an irn ad o p orun pro yecto an alftico q ue orien ta ra la reco lecc i6 n e in te rp retac io n d el m ateria lin form ativ e. P ero en c on tra ste co n el m od elo e la bo rad o p or las cie ncia s soc ia -

    , . T r ad uc id o d el f ra nc es p or C ec il ia H id al go y C l ar a L o ur id o .

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    8/22

    62 ANTROPOLociA DEL PRESENTE

    I~s en genera,l, la practica de la investigaci6n se despliega en el intercambio en-tre el antropologo y sus mterloclltores. Sigue mas las forrnas del dialogo di-~ : n ~ ~es en este dialogo donde el i li lvest igador int roducira una d istanciao~u~cstara obligado a reproducir en cada encuentro. En otros ,tennil1o I' .. , . ,. . . s, a mvesn,g.acIOn antropologica, ~~bien implica la gelleraci6n de una distancia, se desa-nolla en la no-separaclOll de Ia comunicaci6n ordinaria

    (,C6mo const :uye ~I antrop6!,ogo esta distancia? A tr~ves de un proceso quepod~mos dellOmll1~r fU,ndador en la medida en que constituye el punto departida de la IllveslIgacJOn antropol6gica:

    I) E.I ~~trop610go c~nsidera. a los sujetos que encuentra, reagrupados enun,a situacion que ya esta producida empfricamente sin que medic su interven-cIon: como los actores de un universo social que Ie es extranjero (erranger)2~~s mtercarnbios que al!f se desarrollan elaboran una configuraci6n simb6lic~) singular que el an.tropo~ogo se propone poner en evidencia y son a su vez ela-borados po: ella. SImultane~mente, anticipa y fija la existencia de su objeto.

    2) AI mIsm~ tiernpo, define su propia posicion: se ubica en el exterior de es-te urnvcrso socIal,. s~ ve fuera de la situacion de encuentro. La investigaci6n decampo es un movmuento para superar esta exterioridad, un viaje hacia el inte-nor de esc rnundo que Ie permitira producir un canocimiento desde adentro.

    En esta operaci~n el antrop610go adopta la perspectiva que conformara elhO~Izonte en relacion con el cual desarrolJara la investigacion y el analisis, laesn ategia de campo y la l ll terpretac i6n.

    .(,Queocu:I~e cuando el antrop610go se propone abordar terrenos 0 camposde mv~~tJgacIOn en una sociedad como la nuestra, cuando ernprende proyec-los en sItuaclOne~ ~n las que el trabajo es asalariado, en territories residencia-les urbanos 0 csta interesado por redes de sociabilidad en espacios tales comoel m~rcado ~e un centro urbano, un bar, un establecimiento educativo, pormencionar ejernplos de trabaios efectivarnente lIevados a cabo?

    Sucede que el investigador y los sujetos son prisioneros de la situacion decampo. La mvestigacion y los resultados inmediatos quedan encerrados en esccontcxto de comunicaci6n. EI conocimiento se produce precisamente allf yeneste momento.

    Sin embargo, lo~ sujeros reagrupados elil este "aqui y ahora" pertenecen a~na pl~rahda~d~ sl~~acIOnes s~c~~les. Asf , general mente, el reagrupamienrnen la Iesl~encJa ~ en el trabajo que realizamos como antropologos no tie-

    ne por que coincidir con los I~ag.rupamientos que pueden realizar los sujetosdesde su pun.to de vista, Por afiadidura, nuestros interlocutores estan inmersosen eJ mO~'Imlento de producci6n de una esfera privada familiar, que en nues-Ira sociedad se realiza construyendo una separacion respecto de 10publico, de-

    W MICROSOC/AL YLA INVEST/CAC/ON ANTROPOLOCfCA DE CAMPO 63

    marcando una frontera que empuja sisternaticarnente al antropologo fuera dela esfera privada. De modo que a partir de una sola situacion social (el rea~ru_pamiento destacado por el terrcno 0 campo en que se realiza la investigaci

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    9/22

    64 ANTRO PO LO CiA D EL PRESEN TE

    pra ctic as c uy oep ic entro es la articulac io n en tre 1 0 q ue significa n para sus ac -(ores y las msntuciones que los emplean, y de com o se traducen en el lenzua-je del m odo de com unicaci6n que estructura los intcrcam bios del que so; ac-teres los sujetos,

    Asirnismo cabe analizar los m odes de construccion de la frontera que sc-p a~ 'a la e sfe ra de 10 priva do fa milia r d e los dife re nle s esp ac ios d e com un ic a-~ Ion e n los cua le ~ se de sarro lla la in ve stig ac i6n , principa lm en te e n 10 q ue a ta -ne a la reproduccion de la diferencia y la construccion de la proteccion '.. R ec apitu le rnos. E I a ntropo log o e nfre nta u na situ ac io n e mpiric am en te co ns-tituida (el cam po) que es el producto de un recorte de 1 0 soc ia l. M ed ia nte laopera~ion ~ue hem o: considerado fundadora, se ubica en una perspectiva queguiara su m vestigacion y debera in te rroga rsc c onstan te rnen te sob re Ia pe rt i-nencia de esta perspectiva, es decir que en definitiva solo en eI curso de la in-ve stiga cion podran e la bora rse ta nto la re alida d estudiada c om o la resp uesta.D eb erno s e xtrae r una co nc lusion: e l an trop olo go de be cu ida rse d e d elim ira r u nb' bo Jeto de conocim iento como si fuera de golpe el marco sobre el cual ha defundar su invcstigacion de 1 0 real. Esta fabricacion de un objeto de conoci-rm en to, hipoterico , tiene lu gar ca da v ez que el an trop olo go trata a la situac io nconcreta en la que los sujetos se rcagrupan com o si se trarara de un univcrsosocial extrafio. Y por clIo cada vel sera m as grande e inevitable la tentacion descleccionar a sus sujetos entre los m as lcjanos, socialm ente, de sf m ism o. Pe-1'0 cuanto m as "otI'O S" sean, m as correra el antropologo el riesgo de perder lavlgd:ncJa, de convertir su pregunta en una respuesta preestablecida por Ialtado crttica previa, de fundal' su recorrido en la persecucion de objetos de cono-cmucnto sin e xiste ncia re al. L a e rnpre sa se erige a pa rtir de la ficc io n. E sto su-cede cuando se pretcnde definir la "cultura" de una ernpresa, transform ar unared de soc ia bilidad e n un am bito ce rra do de rc ia cione s in te rpe rsona le s, ha bla rde identidad colectiva con base en la pcrtcncncia a un grem io, una etnia, un es-tra to d e c dad 0 un luga r d e c orre ssd cnc ia (pOI' ejem plo, cuando un barrio ter-rnina crigido e n "u na a lde a de ntro d e la ciuda d", e tce te ra).

    .~ a fa lta de v igila nc ia en rc la cion co n la pe rspc ctiva e nge ndra da po r la ope -rac ron fun dad ora tie nc e fc ctos sing ula rm ente neg ativo s e n la prac tica d e la in-vesugacion de cam po, y m ucho m as cuando tanto el antropologo com o los su-jeres viven en el rnisrno rnun do so cial, c om patte n norrna s, co digo s y , sobre to-do, un lenguaje. En su encuenrro con los sujctos, el antropologo corre el rics-go de perder su autonom ia, de que sus intcrlocutores le im pongan respuestasque s61 0 la m archa de la inv estiga cion podrfa lleg ar a p rove er, D e se lc cc io narde 10 que lc dicen 10 q ue refuerza su pcrspcctiva, de adoptar los puntos de vis-ta m as c etca nos a ella , etc. E s p rec ise , pO I' tanto, que rec onq uiste pe rm an ents-m ente su autonornfa y ella pas a por Ia djstancia que reintroduce en cada en-

    LO M ICRO SO CIAL Y L A IN VC';TJG A C IO N ANTRO PO LOC ICA D E C;1c\1!'() 65

    cuentro: reubicara las represcntaciones que lo s sujetos le ofrecen de su rnundosocial 0 del de los dernas en el m arco de la problem atica de la construccion delm odo de com unicaci6n y las interpretara de acuerdo con el4

    i . Q U e pas a en una invesugacion antropologica de campo? Por un lado, elantropologo es un actor del juego social indigena. D esde su Ilegada, se ve im -plicado -por 10 corm in involuntariam ente- en una red de alianzas y de oposi-ciones. Q ueda ubicado en una posicion aunque esta se transform ara en el cur-so de la investigacion. Por otro lado, tiene una practica que Ie es propia que vadesd e la s entre vistas q ue se pro duc en po r su iniciativa ha sta sus ac tividad es d eobservacion, pasando 'I~or Ias m il y una m aneras de sacar partido del hecho dec om partir c on los su je tos la m ism a co tidia ne ida d. L a d isia nc ia se p rodu ce y re -pro duc e en la s a ctivida des qu e co rnpo ncn e sta p rac tica .

    D e h ec he , e l in ve stig ad or ta mb ie n e s "c on ve rtid o" (produit) en actor a tra-v es de lo s pro ce sos inte rne s qu e ha de fin ido c om o o bje to de an alisis: rec ord a-InOS aquf el serialamiento de Gadam cr de que nunca una situacion puede SOl'considerada dcsde el exterior; nccesariam cnte el obscrvador es uno de los ac-tore s. L a distanc ia que c structura la s a ctiv ida de s del inve stig ado r, y cu ya p ro-duccion acabam os de dcscribir a traves de la operacion "fundadora", debe SCI'considerada com o interior a una com unicacion en la que los sujetos son los ac-totes y cl antropologo es parte com prom etida, y no tan solo com o la sim ple tra-d uc cio n d e u na p os ic io n cxterna-.

    Advertir que el investigador es uno de los aciorcs del juego social que seha dado a la tarea de com prender, cuy a coherencia quiere poner en cvidencia,c uy as reglas quiere de finir, pe rrnite tratar a la inve stiga cion m ism a co mo un te -rreno de indagacion. L a m anera en que el antropologo queda "convertido" enactor, las transforrnaciones de su posicion, las relaciones en las cuales sc veim plica do fo rm an p arte de l unive rso soc ia l qu e e stud ia y so n c onstruidas porel m odo de cornunicacion que elabora los term inos que en 151se ernplean. In -terpretar estos terrninos es una de las vias que puede cm prender, Para ello de-bera im poner a la invesiigacion un desarrollo y una organizacion que perm uauna a utorre flc xion p errn ane nte. E ste cs un enfo que partic ularm ente fe cundopara analizar la m anera en que en un espacio de com unicacion dado se e1abo-ra la articulacion eon 10 externo: el antropolcgo es esa persona que viene deafuera y que, en tanto se ve prom ovido a actor, cs utilizado com o tal en los jue-g os soc ia le s que se d an en su d om inic de in vestiga cion .

    E s tiem po a hora de esb oza r la s grand es Ifne as de la co nsrituc ion e inte rpre -tacion de los m ateriales. La investigacion de cam po es considerada com o unm arco cornpuesto de acontecim ientos de com unicacion (que van desde la en-trc vista 0 la reun ion h asta e sa situ ac i6n pa rtic ula r que e s la obscrvac io n, a eo n-te cim ie nto e n 0 1 cual cI investigador convierte a los sujetos en aotores de un

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    10/22

    66 ANTROPOLOCiA DEL PRESENTE

    espectaculo del que se cree excluido). Se considera que cada acontecimientosurge de una coyuntura, se sacan a la luz las relaciones que mantienen entre sf.10 que perrnite dar forma a la temporalidad constitutiva del espacio de comu-nicaci6n estudiado.Esta manera de constituir los materiales permite ubicar en un mismo cua-dro interpretative 10 que proviene del intercambio verbal (la entrevista) y 10que proviene de la observaci6n: el antropologo esta siempre allf como actor,ocupa un lugar variable (de esta manera se evita la deriva policfaca de la in-vestigaci6n, que consiste en evaluar mediante la dialectica de la mentira y laverdad 10que nuestros interlocutores nos dicen y 10 que vcmos).

    Una investigacion de campo deja en nuestras manos principalmente escri-tos (textos sobre las entrevistas y reuniones, y registros de observaciones). Laescritura, cuyo efecto interno se ve reforzado por la transcripcion de los regis-tros de entrevistas y reuniones, tiene el poder potencial de disolver los aconte-cimientos de cornunicacion en los que se han producido los intercambios ver-bales, que de ahora en adelante pasan a convertirse en escritos. EI investigadorse vc impelido a tratarlos COmo un gran texto en el cual Ie corresponde sefia-lar significados e informaciones. La interpretacion es un csfuerzo por comba-tir esta tentacion: recompone los acontecirnientos, su articulacion en lapsosmas prolongados, aquel plan originario del que tales textos surgieron y por elcual adquirfan sen lido.

    En consecuencia, es precise abandonar el modelo episternologico que sefunda en la disociaci6n entre la practica de investigacion Ilevada a cabo por elantropologo y la cornunicacion ordinaria en la que, como los sujetos, cotidia-namente es actor. Esta disociacion se traduce en cada encuentro de campo: elinvestigador da sentido a 10 q ue se le dice y a 10 q ue ve, afsla y registra ir.for-maciones y datos con referencia al marco unico de Ia problematic" por 61 con-formado, y esta practica supone el esfuerzo de romper con la comunicacion or-dinaria, expulsa fuera del encuentro una comunicacion acerca de la cual, para-dojicamcnte, afirma que quiere producir un conocimiento desde adentro. E! in-vestigador se encierra as] en una temporalidad (la del desarrollo de su investi-gacion estructurado por la problernatica que ha definido) que sigue siendo ex-terna a aquella en la que sus interlocutores y el mismo estan involucrados. Es-te modo de constitucion de la situacion de encuentro implica la scparacion delmaterial reunido en el trabajo de campo y la cornunicacion en la que se 10 haproducido.

    El ternible problema del sujeto individual se plantea en esre rnomento. Elantropologo y sus interlocutores estan inmersos en una situacion que, desde elpunto de vista de cada uno de los protagonistas, es parcial. Cada uno de elloscsta en la interseccion de una pluralidad de espacios de comunicacion y sc pro-

    LO MICROSOCIAL YLA INVEST/CACI6N ANTROPOL6cICA DE CAMhO 67

    tege en una esfera privada que mantiene a los otros a distancia. En cOnsecuen-cia, la manera en que un sujeto participa del juego social estudiado Ito puedecornprenderse satisfactoriamentc desde el interior de este, a partir del espaciode cornunicacion en que se desarrolla la investigaci6n. Aparece pues una pro-longacion del trabajo de campo en la que 10 e sencial ya no es la comui1icacion.sino los sujetos que son actores de ella.

    No nos explayaremos en el metoda seguido que consiste en la utilizacionde una entrevista de gran duracion en la que se le propone al ililterlGcutor uncuadro sincronico y diacronico que le permite elaborar el relato y la tepresen-tacion de su existcncia. En el acontecimiento de eomunicaci6n parti~ular queconstituyc tal cntrevista, unifica a su manera las diversas situaciones a las quepertenece, las orden a y jerarquiza en una perspectiva singular, construyc aSIuna imagen de sf misrno, Paralelamente, guiado por las preguntas que surgenen la entrevista, el antropologo observa las situaciones de encuentro en las queel interlocutor es protagonista, coteja las representaciones que los JDrween de61, etc. EI objetivo es comprender los modos por los cuales el sujeto ~eprodu-ce y es producido como actor social. Asf podrernos dar senti do al grado de im-plicacion, a la rnanera singular en que cada uno de los sujetos es aelor de unjuego social particular cuya coherencia y reglas han sido defi~id~s.

    Frente a la cuestion del sujeto individual, nos vemos restringidos a exten-der la perspectiva general mente adoptada par los antrop610gos: ella Jescansaen la conjuncion que existe entre los procesos constitutivos de la C(lmunica-cion y los de la produccion de los sujetos en actores; el antropologo o~upa unaposicion que le permite captar uno y otro domini a can una sola mlrad:t. En losterrenos de los que hablamos hoy dfa, el investigador queda encerrad, en unasituacion que, en la existencia de los sujetos, no es mas que un C~ITj:l(jentretantos otros. Es precise entonces que disooie ambos dominios en la ITedida enque la produccion del sujeto en actor pone en juego el conjunto de losespaciossociales en los que se ve implicado. . .

    Basta aquf se ha tratado de restaurar un memento de la ll1vestlgacion, eldel trabajo de campo, en el cual se perfila ia posibilidad de c.onstrur un co-nocimiento desde 151interior de 10 que hemos denominado I11'lcrosoCial.Evi-dentemente, no se trata de permanecer allf: no es mas que una etapa aquellaen la cual nos vemos encerrados en las restricciones de un conocimie-r., pro-ducido en la comunicacion compartida con los sujetos. La investiga\i6n pro-sizue reubicando los resultados obtenidos en una perspective complrativa ybtemporal.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    11/22

    LA CONSTRUCCION DEL EXTRANJEROEN LOS INTERCAMBIOS COTIDIANOS*

    Gerard A l thabe

    E I t er re no d e n ue st ro a na l i si s 1 0 co ns ti tu y en q ui en es s e c on si de ra n " au to c-ton os ". L a x cno fob ia es, en prin cipio , u n pro blem a de lo s aut6cto no s y , enc on se cu en cia , e s p re cis o c en tr ar no s e n e llo s y n o e n lo s e xtr an je ro s q ue s ont or na do s c om o b la nc o d e a ta qu e, A p es ar d e q ue e sto p ue de p are ce r e vid en te ,la c as i to ta li da d d e lo s e stu di os s ob re la c ue stio n s e u bic a e n u na p er sp ec tiv ad e lo s m ar ge ne s: e s d ec ir : la s in ve stig ac io ne s s e c en tr an e n lo s g ru po s d e o ri-g en ex tr an je ro , s u tr ay ec to ria b io gr afic a y s u m ov im ic nto d e in se rc i6 n y , p ora fi ad id ur a. se d a u na e sp ec ia li za ci on d e l os i nv es ti ga do re s s eg un l as p er te ne n-c ia s e tn oc ul tu ra le s d e ta le s g ru po s ( lo s m ig ra nte s d e lo s tre s p afs es d el M a-g r eb , l os a n ti ll an o s, l os a s ia ti co s , l os a fr ic an o s o c ci de n ta le s) . H a ce a p ro x ima -d am en te d ie ci oe ho a ii os s e c re o e n F ra nc ia u n a re a d e i nv es ti ga ci 6n c sp ec ia -liz ad a e n la m at er ia , a p arti r d e p ro gr am a s i nic ia do s p or e l g o bic rn o: a lo s p o-b la do re s a ut 6c to no s s e l os i nc or po ra a l p r ob le m a s 61 0 a t ra ve s d e s on de os , c u-y o s r es ul ta do s i nd ic at iv os s on e n g ra n m e di da i ns uf ic ie nt es .

    H er no s u bic ad o la c ue stio n e n e l c am po d e l os in te rc am bio s d e la v id a c o-tid ia na y n ue str o o bje to e s a n aliz ar e n u n p rim er m om en to c om o s e p r od uc e u ne xtr an jer o e stig ma tiz ad o m ed ia nte u n m od o d e c ate go riz ac io n q ue a pu nra ae xc lu ir lo , a p on er lo f ue ra d e l os i nt er ca m bi os . E st a c at eg or iz ac io n i nt er vi en ee n lo s in te rc am bio s in te rn os d e a qu ello s q ue s on s us a ge nte s (e s u na r ef ere n-c ia q ue l os a ut oc ro no s c om p ar te n) y e st ru ct ur a s u e nc ue nt ro c on q ui en es r es ul -t an a s! p ro du ci do s. E n l in s eg un do m ome nt o. p od em o s d es pl az ar l a i nv es ri ga -* Traducido del f rances por Cecil ia Hidalgo y Clara Lourido.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    12/22

    156 ANTROPOLociA DEL PRESENTE

    ci6n hacia aquellos que son cl blanco y a na liz ar la s re sp ue sta s q ue e la bo ra nf re nte a e sta p ra ctic a d e c ate go riz ac io n,

    Pintern os a gra nde s rasgos la coy untura, E n prin cipio se c onsiderara 1a c o-rrclacion q ue p ue de establecerse entre el crecirniento d e l a x en of ob ia y u na c ri -sis cconomica y s oc ia l c uy os efectos so n cada vez mas francos a partir de, di-gamos, 1975 (crisis de la que el pais parecfa poder salir luego de dos 0 Iresafios, p ero c on co nsec ue ncias a la s que lueg o aludirc mo s).

    Esas z on as d e la s p erif eria s urbanas do nde nos encontrabamos en 1975 sec onform aron e n un m ovim ie nto pujan te y c on ti nu o d e d es ar ro llo e co n6m ic o ysocial iniciado en los afios '50. En efecto , los que denom inam os con algunanostalgia "gloriosos 30 afios" s e tr ad ujc ro n e n u na u rb an iz ac i6 n g en era liz ad a,el despoblamiento de las z ona s rurales y cl desalojo de las fam ilias de las cla-scs subalternas y m edias del centro de las ciudades hacia las periferias, dondev olv ic ron a e nc ontrar a la g ente prov enien ce de la s zon as ru rales. E sta u rban i-zacion ha qu eda do in sc ripta y erista liza da en trayectorias individuales y farni-lia re s d e prornocion, es decir, de alcjarniento de la pobreza con sus dos com-ponentes principales , la pre ca rie da d m aterial y [as d ep en de nc ia s p er so n a le s(veanse la s c on qu is ta s s oc ia le s) .

    EI m ovim iento de prom ocion vinculado a la urbanizacion puede captarseperfectarnente a traves de los relatos biograficos que desarrollan un m odelocom un: un tomar distancia del m odo de vida de sus padres (marcado como uncontraste entre la existencia en el m om enta de la investigaci6n y la infancia) yel establecim iento de la continuidad de la prom ocion fam iliar en los hijos m e-diante la escuela, que se concibe com o el vector de este anclaje en el futuro.

    N o n os e xte nde re mo s en esta dire cc i6n (pod ria mo s a barc arla a na liza ndo lac or rc la cio n e ntr e la s e sta dfs tic as d e c on s um o c in gre so s d om es tic os y l os r el a-t o s b i og raf ico s familiarcs) sino que intentarem os m ostrar com o esta prom o-cion ec on6 mica y soc ia l ge nc raliz ad a, ex ce pciona lm ente m as iva , se m an.fies-ta en los intercam bios que se dan en la vida cotidiana. Querem os poner de re-lieve la base sabre la cual los actores, agentes de una prom oci6n social, orga-niza n los in te rca mbio s e n su s inm ue bles y sus nue vos barrios, surg ido s ha cep oc os a ri es alrededor de cada una de las ciudades del pais.

    Sera preciso atem perar un poco esa im agen de m ovim iento m asivo de pro-mo ci on s oc ia l y m aterial: un a m inorfa d e las fa milias pe rm ane ce e n los borde sdel ca mino , se c onstitu ye in cvita blerne nte e n u na m in orfa de ab and on a dos a SIUpro pio a rbitrio que en con tra mo s e n esta ca lle, aqu el edifieio, esa ciuda d. E n es-te nuevo paisaje urbane, vcm os una escision interna entre una gran m ay orfaim plicada en el m ovim iento de prom ocion y una m inoria de fam ilias que per-m anece fuera de la estabilidad oeupacional y cuy a supervivencia se ve asegu-rada por diversas m odalidades de asistencia: son el blanco privilegiado de di-

    LA CONSTRUCCION DEL EXTRANJERO ... 157

    fe rentes tipos de tra ba ja dore s so ciales. E n gen era l, la introdu cc ion del age ntede la autoridad extern a en el dom inio privado se ve legitim ada por la protec-cion de los nifios. Por otra parte, esta asistencia es considerada pedagogica,pues la situacion de tales fam ilias se ve com o accidental, com o un retraso queel asistencialisrno podra revertir para que vuelvan a unirse a los dem as en elc am in o de la p rom oci6n social.

    E stas m inon as (c uy a im portanc ia cu antitativ a va ria loc alrne nte) oc upa n unlugar central en los juegos de la cornunicacion qu e I a g en te pone en funciona-m iento en su nuevo m arco de vida: de una m anera global, se los ha convertidoen "actores simbolicos" fijad os a u n polo negative, y el eje central de los inter-c am bios re side en la construccion de la d if ere nc ia c on re sp ec to a cllos, en la edi-f ic ac i6 n d e la d is ta nc ia respecto de ese polo negativo. Este es el m arco que dasen ti d o a los interca mb ios d e la vida cotidiana, c on st it uy e s u r ef er en ci a c en tr al .

    Introd ucirem os a lg unos p untos que ca rac te riza n los m odos de c orn unica -ci6n tal c om o se d esarrollan e n los territorios u rba nos:

    a ) S om os te stigos d e un m odo m uy particular de rep rodu cc ion de las n orm asque pasa por dejar fijados fuera del espacio de com unicaci6n a aquellos quecristalizan su transgresion y por elaborar la diferencia con esos a quicnes se hac on ve rtid o e n "actores simbolicos" a traves de la edificacion d e u na fr on te ras im b oli ca , s iempr e p re ca ri a.

    b) Com o vimos, encerrar a estas fam ilias en una rclaci6n p ri vi le gia da c onlos agentes encargados de la asistencia constituy e el epicentro de com o se losconvierte en actores sim bolicos, Som os testigos de que el control social ejer-cido desde el exterior no pasa tanto por la intcrvenci6n directa en eI conjuntode fam ilias com o por su focalizacion en un blanco num ericam ente pequefio. Apa rtir de allf la reproduc cion de la s norrn as tom a cl c am in o de la c onstrucc i6 nde una distancia con respecto a aquellos que pertenecen a ese blanco. l'

    c) C on la produccion de un grupo Iim itado de jovenes en actor sim bolico(a lo s q ue d en om in am os " pa to te ro s" (loubards) v olv em os a e nc on tra r e llu ga rque ocupa la violencia social. A traves del tratamiento de que son objeto susportadores, se crean las fronteras que delim itaran un cam po interior en cI qu es e d ar an l os i nte rc amb io s, y otro exterior donde se ubica a los portadores de laviole nc ia soc ia l. A sf, en 10 c otidiano d e e sta s pe riferias urba n as se tra duc e unproceso fundam ental que se vuelve a dar en todos los niveles de la vida social.A I alejar de estas fronteras a aquellos que son portadores de la violencia -esd ec ir, p orta do re s d e la tra ns gre si6 n a r eg la s y c6digos- se delim ita el m arco dela vida social interna y los intercarnbios en el cam po social asf constituido sedesarrollan sobre la base del ajuste a esas reglas y norm as que haccn posiblela c on viv en cia u rb an a.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    13/22

    158 A NT RO PO Lo ciA D EL P RE SE NT E

    L a c oh abitac i6 n co n la s fam ilias a sistida s in troduc e una pre ca ried ad fun da -m ental en la rnanera de traducir en los intercarnbios la prornocion social y m a-terial. E ngendra una tension que a su vez genera la construccion de una fron-tera sirnbolica qu e aisla y ubica exteriorm ente en "otro" m undo a las fam iliasasistidas.E I alivio de la tension ocurrira w ando logren m udarse de los inm uebles co-lectivos e insta la rse e n lo te os c on c asa s ind iv idu ales ad quirid as a credito (estem ovirniento es masivo e involucra a centenas de miles de fam ilias). Hem osr ea liz ad o v ar ia s investigaciones en las que denom inam os "nuevas ciudades":el m odo de com unicacion m ediante el cual se constituy cn los intercam bios ene sto s e mp la za mie ntos se centra e n e xpulsa r fue ra d el c spa .cio de cohabitacionlos signos que puedan m arcar que se esta ante un sector social inferior y cn elde sa rro llo de un a soc ia bilida d en ta cual 1 0 qu e se pone e n c sc en a es Ja perte-ne nc ia corm in a un se ctor soc ia l supe rior; pra ctic as q ue tie ne n p or a ctore s a la sf am ili as q ue , segiin criterios ocupacionales 0 fin an cie ro s, p od rfa n s er clasifi-cadas en cualesquiera de lo s d o s e s tr at os sociales.

    D urante el perfodo de desarrollo econom ico y de prom ocion social en quetuvo luga r c ste m arco urba no de interc am bio s, llcga ro n a llug ar en gran mime-ro q uie nc s h oy lla mamo s "trabajadores inmigrantes" los que, en principio, per-m an ec ie ro n fue ra de l jue go q ue hernos d esc ripto . A c om ien zos de los a lios '70,la fig ura d el " tr ab aja do r in mig ra nte " s e to rn a d orn in an te , re pre se nta da c orru in -~entc pO .r un hom bre solo en situacion pasajera, cuy o destino es volver a p ar-nr, qu e vrene a buscar en Francia dinero que dedicara a alim entar la s relacio-nes fam iliares constitutivas de su propio universo social de origen, donde in-trod ucira u na tray ec to ria de pro rno cion so cial m edia nte la c on stru cc io n de unaca sa (ta l situac ion cs la q ,ue ac tu al m en te v ive n los inm igra nte s de M ali, rnigra -cion generada por la logiea de las relaciones sociales constitutivas de los pue-b lo s d el v alle d e S en eg al).

    E n aquel m em ento, los trabajadores inrnigrantes no se incluian en la soc ie-dad francesa. Su exterioridad estaba m arcada por su lugar de rcsidcncia en su-burbios considerados com o fragm entos del T ercer M undo em plazados en laspuertas d e la s gra nde s a glom erac io ne s urba n a s, territories e xtra njero s que poru n c or to p er fo do (1969-72) se c on virtieron en terren os privile gia do s de lo s a c-tivistas misioneros y de los m ilitantes de extrem a izquierda nacidos en el M a-yo de 1968.

    Aunque perm aneciera fuera de la sociedad francesa, la presencia de est apob la cion de in migra ntes interv in o indire ctam ente e n la c on je tu ra q ue he mosformulado:

    a) los inm igrantes m antenidos en una posicion de cxtranjerfa se em pleanm as iv am en te e n p ue sto s s ub alte rn os y de sca lifica do s (la co nstru cc ic n, la s ca -

    L A C ON ST RU CC IO N D EL E XT RA NJ ER O . .. 159

    de na s indu striales) y ta le s posicion es son fa cilrn en te e xte rioriza da s e n la m e-dida en que son ocupadas, precisam ente, por extranjeros, Se los m antiene enlos margenes, fu era inc lu so de la c la se o bre ra. Y alli encontram os un cam po dete nsion interna en lo s sindicatos que no han legrado re pre sen ta r a estos see to-re s de a sa la ria do s (las m uje re s, los jovenes rurales).

    b) E ste instalarse de los inm igrantes en posiciones subalternas de la pro-ducci6n juega un papel indirecto en la construccion de los "pobres' autocto-n os c om o ac tore s sirnbolicos: los hom bres que form an parte de esta categorfaestan total m ente fuera del trabajo asalariado, no hay continuidad entre la rna-yona y esta m inona, sino una separacion brutal que ha facilitado el procesod esc rip to d e c on str uc cio n d el a cto r s rm bo lic o.

    Tal es el panoram a donde se da esta crisis cuyos efectos, c omo d ec famos ,se concretaran recien en la segunda m itad de la decada de los afios setenta: ladesocupacion (que sobrepasara en un 10 per eien to a l numero de asa lar iadosy que, por otra parte, perm anece hoy en el m ismo nivel) supone una precari-zacion, una fragilizaci6n generalizadas. Se descom ponen los reaseguros so-bre los que se habia c on st ru id o la p romoc i6 n social y se cu estion an d e m ane -ra salva je las protccciones sociales q ue g ara ntiz ab an e l e mp le o y p are cfa n a d-quisiciones definitivas.

    A s) vu elve a po nerse en d uda la c onfigu ra cion sim bolic a que he mos de sc rip -to. C om o vim os, te nfa c om o cp ic en tro la e la borac io n de la d ife re nc ia , d e la dis-ta nc ia c on la s fa milia s a sis tid as y p re ca riz ad as e n s u c xis te nc ia m ate ria l, fami-lias a las que se convertfa en actor sirnbolico. Pero en este nuevo contexto, lasp ra ctic as q ue in te nta ba n p ro te ge r c on tra e l d es pla za mie nto h ac ia e l p olo n eg ati-vo sc descomponen y pierden su eficacia. C ada vez m as fam ilias alcanzan estacondicion de pobreza y la eventualidad de un final sem ejante se generaliza, E sel momenta en que se habla de los "nuevos pobres", es dccir, de pobres que nos on fra nc am en te v is ib le s: d e aho ra en mas, [el pobre es mi vecino d e p is o!

    C onside rem os qu e elab ora cion re cibe la c risis al nive l d e lo s in te rca mbioscotidianos donde nos ubicam os. Es posible seguir de cerca la produccion del"actor ideologico": p asamo s d e la s f am ilia s a sis tid as autoctonas a la s f am il ia sde origen extranjero, y la operacion se focaliza en las fam ilias de origen m a-grebf. Asf, asistim os a la etnicizacron de la pobreza, a la etnicizacion de losp or ta do re s d e l a t ra ns gr es io n 0 negacion de las norm as fam iliares y de los por-tadores de la violencia (la delincuencia). De este modo, las diferencias sonconcebidas y transforrnadas en caracterfsticas etnoculturales, de las que nosubicam os afuera. He aquf una m anera de neutralizar en el im aginario el blo-que o de la prom oc ion soc ia l, pu esta en du da po r la posibilida d' de l de se mp le o,ese re to rno a de pen de nc ia s y a olv id ada s.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    14/22

    160 A NT RO PO Lo ciA D EL P Rc 'S EN TE

    Por cierto, la situacion es un poco mas compleja. Por una parte, se revelauna continuidad. Hay una continuidad en la construccidn del actor ideologico,pero tambien hay una exteriorizacion de este actor. Por otra parte, la escisionautoctona no se disuelve sino que, por el cont rario, se extiende (por el cree i-miento de los pobres locales), aunque queda subordinada al marco precedente.

    Asf, el l contexto de la cohabi tacion cambia de sentido. De ahora en mas lacohabitacion etnica es la que funda la estigrnatizacion. Descubrimos una nue-va orientaci6n del rechazo a cohabitar con algun sector social. Asistimos a Fe-composiciones internas en los grandes conjuntos de inmuebles colectivos, enlas que las familias de origen extranjero terminan concentrandose en determi-nados tcrritorios urbanos. La instalaci6n en loteos de casas individuales se COI1-vierte en la principal proteccion frente ala cohabitaci6n con los extranjeros.

    En la poblaci6n aut6ctona se produce asf una escisi6n entre los que quedanaprisionados en la cohabitacion etnica y aquellos que se han liberado. Esta esuna manera original de t raducir la escision consti tutiva de la sociedad dual(quienes se mantienen cn la cohabitaci6n etnica son aquellos que compartencon los extranjeros la precariedad y la inestabilidad salarial, las tasas de de-sempleo se mantienen desesperadamente constantes, pero este queda adscrip-to a una misma poblaci6n y se reproduce en ella). A traves de la cohabitaci6netnica se desarrolla un movimiento de exteriorizacion que deja encerrada a unafracci6n de la poblaci6n en un universo extrafio al de la mayorfa, que lenta-mente constituye nuevos modos de prornocion (en la salida de la crisis) .

    5610 hemos considerado la respuesta a la crisis desde la perspectiva de losautoctonos. Su movimiento de producci6n de los extranjeros (con los rnagre-bfes como blanco privilegiado) en un actor simb6lico fijado a un polo negati-vo es correlativo a una transformacion eseneial que tiene lugar en ese mismomemento en la propia poblaci6n magrebf.

    Mientras que a comienzos de los '70 la figura dominante es la del trabaja-dor inmigrante, solo y en t ransi te, en el transcurso de la misma asistimos a laradicaei6n de una importante poblaci6n de origen magrebf en la sociedad fran-cesa. Nos dedicaremos ahora a los proccsos constitutivos de este establecerseen territorio frances.

    Se da un movirniento de reagrupamiento familiar favorecido por el Estado( las mujeres y los ni fios se unen a los hombres), a 10que se suma la destruc-cion hacia 1972 de las villas miser ias que se habfan formado y la instalaci6nde las familias en inmuebles donde podfan vivir junto a los pobladores autoc-tonos. La insercion en la sociedad francesa conIleva una tension interna a la fa-milia: los hijos del creciente mimero de inmigrantes son escolarizados en Fran-cia y se sienten cada vez mas extranjeros a su sociedad de origen (10 que se re-fuerza de manera considerable con la expansion del islamismo integrista en los

    L A C ON ST RU CC J( )N D EL E XT RA N.lE RO ... 161

    paises del Magreb). La toma de distancia con respecto a Jasociedad de origeny la inserci6n en la sociedad francesa tienen lugar conJunt~~ente ~on Ia des-composicien a menudo dramatica y caotica del modelo familiar original (el pa-dre y sus hijos, las hijas y la madre). .La coyuntura puede ser caracterizada por la convergencia de dos proce.sossociales: por una parte, la construccion de las familias extranjer~s en actor srrn-bolico fijado al polo negativo -respuesta elaborada por los auto~t?nos ante lacrisis- y paralelamente, la instalaci6n de una importante poblacion de ongenmazrebf en la sociedad francesa. Es facil comprender como el proceso en elque los agentes son los autoctonos se alimenta de la constitucion de una mmo-rfa extranjera de origen magrebf.El proceso de echar rafces en la sociedad francesa cnfrentara a la fuel.teminorfa que proviene de 1 3 migraci6n de tres pafses del Magrc'~ ante la dis-yunt iva de elegir entre dos model os a traves de .Ios cuales P?dra h~:er jugarsu presencia: 0 las familias emprenden el cammo de la asirnilacion, y susmiembros toman una direcci6n cuyo final consiste en desaparecer en tanto e~-tranjeros, 0 bien sc constituyen en actores del espacio p,ublico a tra.ves preci-samente de sus diferencias etnocultmales, que proveeran de material para laproduccion de su propia ident idad colect iva ( Ia que a menudo toma la formareligiosa islarnica). . . , , .Se perfila el drama de la situaci6n actual, su co~tradlcclon antago.nlca: e~camino de la asimilaci6n (cmprendido por las sucesivas oleadas de n:lgr,antesque desde haec un siglo contribuyen a la co~:tituci6n ,de la socl.eda~ fr~~:esa,lozradn en particular por la segunda generacron a t raves de su particrpacron enla~escuela y las organizaciones polft icas y sindicales) se ve bloqueado. en larnedida en que el desarrollo de la xenofobia --cuyas condiciones hemos l~ten-tado presentar- los remite, los fija en sus diferenci~: etno~ul~~rales. Esta I~~~~bici6n es particularmente aguda en el caso de los Jovenes, hlJOSd~ ~adres Irnigrantes: esta categorizaci6n estigmatizante co.nfoco en caractensucas et~o-culturales los transforma

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    15/22

    162 ANTROPOLociA DE L PRESENTE

    UNA CRISIS URBANAN os desplazarem os del nivel en que nos hem os ubicado hasta el m em ento,

    para enfocar el avance de la xenofobia en un contexte de crisis cconornica ySO Cial co mo sien do el stntorn a d e u na crisis q ue p od em os denorninar "urbana".

    Podnarnos preguntarnos acerca d el p aisa je so cial qu e acabamos de evocar,centrado en la produccion del actor ideologico fijado a un polo negarivo, es de-c ir, e n procesos de calegorizacion y de estigrnatizacion a travcs de los cualesse convicrte a las m in orlas en referencia negativa, co n modes de comunicacionq ue p asan p oria co nstru ccio n de u na d istan cia, de Ia difere ncia, p oria ed ifica-cion de fronteras simbolicas,

    D e tal paisaje social se cxtrae la consecuencia de la im posibilidad de queSU I]a una sociedad urbana en estas p eri ferias resid cnc iales, d e q ue estas zo-nas r e sidenc ia les se conviertan e n e sp a ci os publicos de com unicacion. Estevacio es el marco en el qu e sc d es ar ro lJ an l as r el ac io ne s sociales ccntradase n l a e xc lu si on .La ausencia de un espacio publico de com unicacion en estos territorios ur-banos es e l pro duc to de l fracaso de intervcnciones de todo tipo que han m ovi-lizad o fu erzas g ig an lesc as. P ode mos in tcn tar u n an alisis sep arand o tre s gran -d es d om inies d e m an era ficticia:

    I) Las practica, de urbanismo y de arquitectura qu e se han desa r ro l ladohasta estes ultirnos afios se ban fundado en la concepcion ilusoria de que la for-m a q ue se diera al m arco m aterial d e la e xisten cia (lo s barrio s, lo s m on ob lo ck s,l os i nmueb le s) oreana, por arte de m agia, relaciones sociales. V algan com oejernplo el Sillon de Bretagne, en la periferia de N antes: una piram ide de 900negocios, donde se m ultiplican los espacios de pasaje y de encucntro, con de-p artam en to s d isp uesto s de mancra tal que no se puede i de nt if ic ar a l v ec in o. 0los loteos para casas individuates disefiados sobre el m odelo de las aldeas, ylas m il forrnas dadas a la ccntralidad.

    L os estu dios q ue hemos podido llevar a cabo en esos espacios muestran co -_ 1110 se los vuelve a investir de una logica de comunicacion que no tiene nadaque ver con la que contenia el proy ccto de arquitectura y de urbanisrno (inten-c io n d e p roy ecc i6 n q ue h a alim entad o u na co nsiderab le literatu ra),

    2) Fracaso de practicas q ue p od cm o s denorninar d e a nima ci on s oc io cu lt u-ral, llevadas a cabo intensamente en estas zonas urbanas y que implicaron lam o vi li za ci 6n d e p ro fe si on al cs y v ol un ta rj os , a s! COlnO la ra di ca cio n d e e qu ip os(c en tro s s oc ia le s y c ultu ra le s, c en tre s b arria le s 0 c cn tro s d e jo ve ne s), A pu nta -ban a crear sociabilidades locales y , a traves de las asociaciones, a construiri de nt id ad es c ole cti v as y representarlas. H em os podido seguir desde haec m asd e v ein te afio s el fracaso d e estas op eracion es, la d iso lu cio n de las aso ciacio -

    LA CONSTRUCCION DEL EXTRANJERO . .. 163

    ne s 0 su red uccio n ad os 0 tres p erso nas q ue u tilizan su sig la para relac io nar-se c on l os m u ni ci pi os .

    3) Este vacio es el producto de una transform aci6n de las forrnas d e i nt er -v en cio n d e l a i zq uie rd a polftica a tra ves d e las m unicip alid ad es (en 1 977 las trescu artas p artes d e las ciudades de 100.000 h ab it an te s t en I an m un ic ip io s socialis-tas y co mu nistas). E n esta p ersp ectiv a, to mcm os en co nside ra cio n u na tem po-ralidad mas extensa: en los anos '30 s e c re ar on verdaderas sociedades u rb an a salrededor de los m unicipios conducidos par la izquierda po lftica, cad a u no canu n estilo p artic ular. L os co mu nistas (co n las C OJ1 1un as de lo s sub urb ios p arisi-nos com o centro) hicieron del Partido y de las asociaciones que em anaban di-r ec ta rn en te d e 6 1 cl m arco en el eual se producia esta vida social m unicipal. Losso cialistas (el m od ele p ued e v erse m ejo r en cl n orte, a lrcde d'o r d e L ille) co n u nared aso ciativ a lig ad a d irectam en te a la m un icipalid ad pero rc lativ arn en te ind e-pendiente de un partido que siernpre h a s id o rnuy d.6bil. .Durante 10.5 a fi os ' 60 y'70 p od em o s s eg ui r el d es ma nte la mi en to d e estes dispositivos rnunicipales, qu e110 lo gra ro n m an ejar el crecim ie nto u rb an o y la Jleg ad a d e n uev as p ob lacio ncsqu e se recomponian en f orm a s uc e si va . Alredcdor de 1980, lo s rnilitantes aso-ciativos y polfticos desap areciero n d el en to rn o d e estes barrios, ..

    Esta rapida prescntacion scfiala uno de los Jugarcs don de !a cnsis de la xe-n ofo bia deb e q ued ar al desnudo, Es a traves de las practicas "culturales", po riniciativa 0 no de las municipalidades, como se apunta a la crcacion de espa-cios locales de com unicacion fundados en la produccion de identidades colec-t iv a s l oc al es , es decir,en la creacion d e m ar co s compartidos q ue h ag an p osi-b lc l a n ez oc ia ci on y la g cs ti6 n d e la c oh ab ita cio n in te re rn ic a.

    La presencia en la sociedad francesa de una poblacion extranjcra a I~luese emplaza en una posicion bloqueada, en la medida en que se les prohibe lav ia d e l a a simi la ci 6n 0 la de su con stitu ci6 n cn m in ona etn ocu ltural reco noc i-da, prom ueve una crisis de am plitud considerable. Pone en cuesti6n eI mode-1 0 de sociedad que, basta la decada de los afios 80, co nstitu y6 un m arc o Id eo -16 gico (u n co nsen so ) acep tad o po r to dos d esp ues de la L ibe rac io n: la cen tral i-z ac io n po lf ti ca , acornpafiada por una estricta division entre la esfera de 10 pn-vad o fam iliar -d on dc se rern iten y cn cierran las m an ifestacio nes q ue de pen dend e la s d ife rc nc ia s c in oc ultu ra le s y re lig io sa s- y la esfera pu blic a, ce ntrad a enun Estado que solo cenocc a i nd iv id uos formalmcnte iguales, poseedores dedcrechos politicos y sociales que em anan de la ley y se im ponen a .todos S1I1distinci6n. Este es, d e alguna mancra, e l c am p o constitutive de la sociedad q~u.eha surg id o en el te rritorio y en el cu al se desarrollaran en frcn ta rn ien to s p olfti-co s y luchas sociales, .'Este m odelo cs poderosam cnte asim ilador: quicncs se m scrtan en la socie-

    I b ., d 1 d iv i i6 n e nt re 10 pn-dad francesa quedan apresados en la ea. oracron e es a s

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    16/22

    164 ANTROPOLociA DEL PRESENTE

    vado, donde se encierran las particularidades etnoculturales, y 1 0 publico, don-de se interviene y acnia sobre la base de una igualdad formal. Asf se han fun-dido las sucesivas oleadas migratorias que desde fines del siglo XI X constitu-yen la poblacion francesa (un tercio de los actuales franceses: al rnenos, t ieneun abuelo nacido en el extranjero). Estudios que se I1evana cabo actualmentemuestran los procesos en los que se asento esta asimilacion, a traves de la es-cuela y las organizaciones polfticas y sindicales, entre otras,

    Hoy este modelo es intensamente cuestionado:a) POl'las rmiltiples exigencias para que se reconozca a 1 0 etnocultural y a

    1 0 religiose como componentes legftimos del campo publico, Que se aparte yfije en la esfera de 1 0 privado a estos elementos productores de diferencias an-tagonicas con respecto a la igualdad formal resulta cada vez mas controverti-ble. Y no solo para las poblaciones de origen magrebf de las que hemos habla-do, sino tarnbien para la gente de origen armenio y judfo que ha intentado or-ganizarse, por no mencionar algunos resurgimientos en los medias cat6licos; y

    b) fundamentalmente por una carnpafia ideologica llevada a cabo por la ex-trema derecha y que, durante esta decada, ha encontrado gran eco en el con-junto de la sociedad:

    -Las identidades etnoculturales son absolutizadas y colocadas en el exte-rior, de modo que aquellos que se ven implicados en estas identidades colecti-vas son categorizados como cxtranjeros. Esta frontera es interna a la sociedad,de ninguna manera concierne a la nacionalidad, puesto que gran parte de losque pertenecen al blanco de ataque ya poseen la nacionalidad francesa. EI efec-to de la campana es que se crea una minorfa marginalizada pero endogena,

    -Asf, se establecen las condiciones para la efectivizacion del prograrnaque se ha propuesto denominado de "preferencia nacional" (los franceses pri-mero, en el ernplco, la escuela, los servicios sociales, la salud, la vivienda,las prestaciones familiares, etcetera). Tales propuestas, cuya fuerza demag6-gica es evidente, destruycn en la practica los fundamentos mismos de la ac-cion publica.

    LADRILLO POR LADRILLO:;,UN GRUPO COOPERATIVO C,oMO"CAMPO" DE INVESTIGACION?I

    Valeria Procupez

    En este art iculo presentamos algunas de las reflexiones en torno del temade la constitucion de identidad social surgidas de la investigacion que a 1 0larzo de dos afios realizarnos en el sene de la cooperativa de vivienda Yatay,'"Durante el trabajo de campo y a traves de la asistencia a las reuniones scma-nales de la organizacion, de las insistentes visitas a la residencia de la mis-rna y de largas entrevistas personales y grupales con los socios, acumulamosgran cantidad de material que nunca cesa de pro veer ideas y plantear nuevascuestiones. Par una parte, algunas de estas reflexiones se refieren a la nece-sidad metodologica de constituir un campo ~que siempre es en alguna medi-da de naturaleza ficticia- y que hemos resuelto en esta investigacion carac-terizando la construcci6n de un "espacio social de pertenencia", en este ca-so el conformado por la cooperativa. De esta problernatica se deriva luego elanal isis de la relacion entre este espacio y la compleja multiplicidad de per-tenencias de los individuos en nuestra sociedad. En otro nivel, la reflexion gi-ra alrededor de la pertincncia de una perspectiva antropologica -que parte deun corpus teorico establecido para eJIestudio de contextos cultural y sociaJ-mente distantcs- y de las reformulaciones que ella requiere para dar cuenta deprocesos urbanos situados en el presente. EI problema de definir una Antropo-logta adecuada al enfoque del presente del mundo contemporaneo fue trabaja-do a part ir de la insercion de la aurora en el equipo de investigacion sobre Co-munidades Cienuficas dirigido por Felix Schuster y Cecilia Hidalgo.

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    17/22

    PRODUCCION EJEMPLAR DE PATRIMONIOS URBANOS*

    G e ra rd A lt ha be

    En lugar de hablar de patrim onio urbano y d e an trop olo gia u rb an a, n os p a-r ee e m as a pr op ia do a na li za r l a a rt ie ul ae i6 n e nt re l a a nt ro po lo gia y e l p a tr ir no -nio, en la medida en que la investigaci6n antropol6gica se funda en una ope-raei6n que supone una relaci6n cara a cara can personas que conviven en unt er ri to ri o, d en tr o d e u n e sp ac io 0 un a re d . .. C om o afirm am os e n o tro s trab ajo sincluidos en este m ism o volum en, el investigador las eonvierte en actores deun uni verso social, actores de procesos sim b6licos que poseen su propia auto-nomia, y 61 s e siuia en el "exterior". Todo cl trabajo de cam po consiste en en-trar en ese universe. D e este m odo, la investigaci6n antropol6gica encierra y ala noci6n de patrim onio sirnbolico, pucsto que las personas com panirfan pro-cesos sim b6licos. T al patrim onio sirnbolico es inherente a la investigacionmisrna, no es crftico sino que sigue sicndo im puesro, i,C ual es su rol y c ual esc l s en ti do i mp lf ci to q ue i ntr od uc e?L as p erso na s p an ieip an d e u na p lu ralid ad d e p erten enc ias y el e nfo qu e a n-u op olo gico su po ne lim ita rla s, cireu nsc rib irla s a u n u niv ers e p articu lar, u n u ni-v erso so cia l co n id en tid ad es sin gu la res. T al rn ultip licid ad d e p erlen en cias lesp erm ite d esa rro llar u n p ro ee so de p rod uc ci6 n d e u na es fera p riv ad a y d e l ib er -tad de clecci6n. P ero entonces, la invcstigaei6n m ism a queda prisionera en ununiverso de fieei6n: se hablara de pueblos dentro de la eiudad, de cultura deernpresa, de cultura juvenil... En cl juego de rclaciones provocado por estaoperaci6n fundadora que se im pone al antropologo, se da la posibilidad de es-tab lec cr a nalcg fa s, d e h ab la r, p or e je rn plo , d e " trib u u rb an a" ... A nalo gfa s eo -

    * T ra du ci do d el f ra nc es p or C e ci li a H id al go y Cla ra Lour ido .

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    18/22

    182 ANTROPOLociA DEL PRESENTE

    rna esta, no hacen mas que crear universos fantasrnagoricos que encierran a losactores en identidades que solo existen para la propia produccion antropologi-ca. En este contexte, la nocion de patr imonio no resulta una casualidad.

    EI patrimonio es un producto y los podcres publicos producen lugares pa-t ri rnoniales, Es ademas un producto que se consume. l,Como vivir dentro deun patrimonio? Los barrios se disefian y construyen como patrimonios. l,Es esoposible? No se vive en un monumento , La transforrnacion del centro de lasciudades en patrimonio supone una articulacion entre la produccion de luga-res, la valorizacion de un pasado urbano y, almismo tiempo, la produccion deuna ident idad urbana ligada a la centralidad. [Es imposible separar la nocionde centra lidad de esta transfonnaci6n del lugar urbano en patrimonio! Paraconstruir una imagen de la ciudad como una real idad con su singularidad pro-pia, las autoridades municipales, puesto que son elias las que intervienen, ~secontentan con transformar meros lugares en patrimonio, can jugar con el pa-sado? En Montpcllicr se restauro el centro his torico, se creo un nuevo centro,"Antigone", a imagen de la antiguedad (tanto en nombre como en forma) y seimpuso a Port-Mariane como Figura del porvenir, como I!Infuturo que remiteal siglo XVII I . Bste juego de temporalidades esta bien representado. EI pasado,con sus hotclcs, no puede separarse de los sentidos que se atr ibuycn a los cen-tros nuevas que rerniten a un mundo mediterraneo 0 a un siglo XVII I imagina-rios. Vemos pues, que 10esencial no es el anal is is antropokigico del patr imo-nio, sino de las pract icas de produccion de una ident idad.

    Podemos tornar otros ejemplos, como el de Port-de-Bone'. Se trataba deconstruir la identidad de una ciudad que no 10era, que era conocida como unaciudad dorrnitorio, es decir , aquella a la que la gente solo vuelve para dormirluego de trabajar en otras areas. La identidad de la ciudad se edifice del ibera-damente alrededor de un ast il lero naval cerrado en 1966. De alguna manera se"restauro" la memoria obrera y ese proceso de produccion de un pasado se ar-ticul6 con un centro, una plaza central, que se crcarfa donde antes estaba el as-tillero. Tal practica apuntaba a evitar la imagen de una ciudad dorrnitorio, mul-t iplicando los loteos individuales, desarrollando una polf tica en la que la pro-ducci6n de la memoria y su restauraci6n se realizan a traves de operacionesmunicipales. Por ejemplo, en Epinay-sur-Scinc, una ciudad atravesada por viasferreas, se contrato a un especialista en comunicacion para que creara un cen-tro para la ciudad. EI debta dirimir como edificar esa identidad, a part ir de quememoria, cuales eran las posibIes historias susceptioles de cimentar una iden-tidad. Se eligieron los estudios Eclair: bastaria con transformar esos estudiosen patr imonio para edif icar en torno de ellos la ident idad de la ciudad. (,Comosurge el patrimonio a traves de estrategias comunicacionales? ~Como edificaUI1 dist ri to suburbano una identidad para sf? Es preciso que se encuentre una

    PRODUCCION EJEMPLAR DE PATRIMONJOS URBANOS 183

    his toria para esas ciudades. Entre la produccion patr imonial y laciudad hay unfuerte vinculo. EI museo ecologico de Quentin-en- Yvelmes encontro un em-blema en la vida ferroviaria. i,Que relacion existe entre los 120.000 habitantesde Saint-Quentin-en- Yvelines y la identidad ferroviaria?

    Por cierto, tambien hay luchas. Como en Mazamct (industria peletera) don-de se enfrentan dos concepciones de la historia: la del his toriador progresistaque se dedica a la vida obrera , y la del alca lde de Mazamet, para quien son loscmpresarios de Mazamet los que han recorrido el mundo llegando a venderpieIes hasta en Buenos Aires . . .A nivel barrial, como en La Gueriniere (a treskilometres de Cacn)? este tipo de contradicci6n desaparece. En 1987 se pre-scnt6 un folleto que contaba la historia de este nucleo urbano (cite) de treintaafios, con el objetivo de devolverle al barrio c l aspecto de un espacio s.ocial.( ,Que sentido puede tener un folleto como ese para sus habitantes actuales? Nohace mas que perpetuar el mito del calor social perdido. Esta movilizacion deun patrimonio que se supone dentro de 1aciudad traduce la imagen de una con-tinuidad que se juega en el interior de sus muros: el patrimonio esta dentro delos muros ... Tales operaciones globales interpelan al conjunto de los habitan-tes de una ciudad 0 de un barr io. EI caso de Montpell ier es sorprendente: paraconstruir esta identidad urbana que se ofrece a los propios habitantes que soninterpelados por ella, y en la que el patrimonio introduce temporalidad y sin-gularidad, se uti lizan todos los medios de cornunicacion. La cuest i6n de saberque significa semejante produccion de ident idad para los pobladores de la ciu-dad sigue estando pendiente. Se trata de producciones simb61icas que no pa-san por los espacios de comunicacion interpersonal, SOI1 construcciones deimagenes realizadas a traves de los medios de comunicaci6n. La producciondel patrimonio participa de las practicas mas globalcs de creacion de identida-des colectivas al nivel de la ciudad. ~Por que los poderes necesitan estc tipo depracticas? l,Por que un poder debe producir el espacio simbolico dentro delcual ha de ejercerse? i,Cual es el lugar de la producci6n del patrimonio, de laintroducci6n de la memoria y de la ternporalidad?

    Los signos se consti tuyen independienternente de las personas. No son co-producidos por un juego de comunicaci6n. Se consumen 0 no, pero siempreson impuestos. (.Que significacion puede tener para los habitantes la referenciaa la antiguedad del Forum, 0 el ruimero aureo que ha supuesto organizar "An-tigone" en Montpellier? Esta produccion de patrimonio es interna, identificato-ria, y se real iza en el marco de pract icas de produccion de ident idades colecti -vas . Pero tambien es externa, posee un sent ido comercial: el turista es la mira-da exterior que part icipa en la elaboracion de las identidades colectivas l ,Cua-les son los efectos propios de la extranjeridad sabre las irnagencs de la ciudad?

  • 5/13/2018 Althabe, Grard - 4 Capitulos del libro Hacia una antropologa del presente

    19/22

    184 A NT RO PO Lo ciA D EL P RE SE NT E

    i,Es posible vi v ir en un patrimonio? Hemos realizado investigaciones so-bre dos intervenciones patrimoniales, una en Bologne, en el centro historico,y la otra en Arniens '. En ambos casos se trata de operaciones de produccionde patrimonio. Los arquitectos, los consejeros municipales, las personas delas capas medias intelectuales idearon una operacion que consistfa en valori-zar el territorio patrimonial y conservar a sus habitantes. Se reconstruirfan loslugares de forma identic a a la que tenfan antes y se volvcria a alojar a las per-sonas en sus mismas casas: doble conservacion, la del contexte inmobiliarioarquitectonico y la de los habitantes, con la idea de contrarrestar el prccesoclasico de mercado, es decir, el de restauracion de los centros urbanos y ul-terior expulsion de sus habitantes para reemplazarlos por quienes pueden pa-gar. La eleccion consistfa en mantener a los sectores populares en el centro,evitando que se vieran desplazados a la periferia. Al mismo tiempo, en el tra-bajo de los promotores se perpetuaba el fantasma de una sociabilidad medie-val, de donde provendria la voluntad de los habitantes de participar en la re-construccion de su entorno como centro, tal como 10 habnan hecho en aque-lIa epoca. En Bologne, donde la operacion tuvo exjto, las viviendas se reali-zaron de una manera coherente, fuera de las reglas del mercado. Pero en es-te tipo de intervencion aparece una contradiccion: estos territorios reproduci-dos como patrimonio son a la vez estigmatizados, se transforman en lugaresmalditos, vfctimas de Ia delincuencia, de la droga, donde la poblacion autoc-ton a es marginalezada. Esta doble realidad produce una contradiccion violen-tao Serja un irnposiblc el intentar transformar un barrio de este tipo en patri-monio sin elirninar a sus habitantes, Se llega a la situacion absurda de Saint-Leu, que la genre visitaba aterrorizada. En Bologne, a su vez, la policia solfacercar el territorio urbano rehabilitado para aprehender drogadictos. En losdos casos, el municipio que habra tornado la inic