alteridad es refraccion

5/9/2018 ALTERIDAD ES REFRACCION - slidepdf.com

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Laura Arango Eusse

Est. Prof. Filosofía y letras

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Introducción a la literatura

Univer

sidad Pontificia Bolivariana.

Alteridad es refracción en Unica Zürn:

Diferentes transformaciones de la materia.

"Alguien me recorre en un viaje a través de mi ser. Desde esta perspectiva, se

cierra el círculo. Él me recorre por dentro y me rodea desde afuera - ésta es mi

nueva situación-. Y me gusta…”

-Unica Zürn-



Laura Arango Eusse


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Univer


Extranjera de universos oníricos

Alemania, lugar primero. Una pequeña criatura juega a abrir puertas entre

dimensiones paralelas y realidades absurdas como esbozo de lo que será su vida.

París, lugar secundario, ciudad de encuentros pasionales, a veces desbordantes,

Unica Zürn, abandona su niñez, inmersa constantemente en instantes oníricos. En

el transcurso de su existencia, desvanece los límites de la ficción condensándolos

con los de la realidad.

La causa de su abstracción es El hombre jazmín, primer encuentro pasional con

su extraña realidad, definición y sentido del resto de su vida, contenida en

pequeños receptáculos de locura y ensimismamiento. La realización de su estado

alterado se da en el regreso a Alemania, lugar último. Su juventud, tras la segunda

guerra mundial y sus secuelas, la vive como huésped involuntaria en el manicomio

de Wittenau.

“¡Oh, he oído a un gran poeta recitar poesía dentro de mi vientre!”. (Unica Zürn, :

2006) Zürn siente la necesidad de parir una ciudad reformada. Entre cartas a

poetas imaginarios, pinturas, geometría, presentimientos, imágenes perceptibles

solo para ella y anagramas, sostiene su creación en la periferia de la realidad, ella

es poeta que vive entre la nada y el todo.

Palabras claves:

Alteridad, locura, realidad, tiempo-espacio, metapatología, signos, (ELLA: Unica

Zürn), refracción, decantación.



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Univer


Multiplicidad de almas; indicios de la alteridad

Hay, en el ser, una dicotomía de dimensiones, una bifurcación de perspectivas

que se desplazan entre el tiempo y las circunstancias. Unica Zürn experimenta

una alteridad desde su mismo ser, ella es un cuerpo y muchas almas habitando en

él. Las personalidades se le desordenan en los cajones y una antigua poeta se ve

obligada a parirse a sí misma una y otra y otra vez. En una minuciosa auscultación

Unica descubre la simultaneidad de vidas que puede tener una misma materia; las

zonas de la conciencia se multiplican infinitamente haciendo de un sujeto cientos

de los mismos.

Entre la “enfermedad metal y la personalidad” (Foucault), la locura se manifiesta

en ella como juego pueril que se despliega aparentemente de alguna patología,

toda sensación extraña que percibe es proveniente quizá de algún lugar somático,

orgánico o metal. Pero realmente lo que se descubre en la poeta es una

refracción de la patología. Zürn, perfectamente podría estar bajo diferentes

diagnósticos; astenia, obsesiones, tal vez histeria, catatonia, o quizás hebefrenia,

pero, como se dijo anteriormente, la situación de Unica está más allá de lo

corporal, aunque tenga necesidades casi fisiológicas de manifestación.

En un infinito paroxismo, como exaltación extrema de los afectos y de las

pasiones, Unica se debate sutilmente entre lo que parece verosímil y la vigilia. Sin

embargo, la poeta, conciente de sus condiciones, disfruta plenamente de sus

delirios sin importar que estos estén enmarcados dentro de actos (que podrían

considerarse) inauditos. “si alguien le hubiera dicho que había que volverse

loca para tener estas alucinaciones…no habrá tenido inconveniente en

enloquecer” (Zürn Unica 2006:)



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No obstante, en el comportamiento de la escritora hay un leve desarrollo crónico,

cada vez mas intenso, de manías: “agitaciones motoras, humores eufóricos o

coléricos, exaltaciones psíquicas caracterizadas por la verborragia, rapidez

de asociaciones y fuga de ideas” (Michel Foucault s.f. 10). Ella parece estar

dilapidada en la locura..

Zona intermedia de la conciencia; el misticismo extrasensorial.

Aparecen pues, signos o síntomas en la conducta de Unica, superficialmente suconciencia interna y su conciencia externa captan sensaciones efímeras y

livianamente irrelevantes, la percepción del mundo en Zürn se presenta en la zona

intermedia, aquella donde habita la fantasía evocando imágenes del pasado,

tergiversadas y tal vez magnificadas e imagina acontecimientos futuros que

posiblemente no ocurran nunca. Parece que su vida tiende a la demencia, cada

vez más en detrimento va agonizando, para vivir muchas muertes en vida.

Por tanto, la pintora surrealista, vive sumida en “un onirismo des-ordenado”

(Foucault, s.f. 12) y su personalidad se torna confusa, difusa hasta para sí misma.

Las vertientes se multiplican eternamente creando ramificaciones donde se posa

la demencia precoz y el autismo que a su vez sostienen la carga más pesada y

real, de la que no sobrevive Unica; la esquizofrenia. Sin embargo, esta patología,

no es más es que el vector que impulsa sus fascinantes delirios que, en su

realidad, son absolutamente placenteros.

Es claro que hay una ruptura con el medio que la rodea, una fragmentación de

realidades colectivas y una imposibilidad de (co)transmisión con otros sujetos.

Surge pues un polimorfismo, un paralelismo de sucesos experimentados por ella

dentro de su incapacidad de diferenciación entre el sueño y la lucidez. Irrumpe una

hibridación, surgen entonces, ideas compuestas en su cabeza y sus



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personalidades vuelven a mezclarse, desorientadas, en sus receptáculos. “se

proyecta la segunda película: el rescate del cuerpo de un alpinista

desdeñado” continua Zürn:

“… esta imagen adquiere a sus ojos el significado de que su hijo se

encuentra en peligro de muerte” o “… este coche negro tiene para ella el

significado de la guerra que se avecina, y ella desea detener esa guerra

con su ademán. Y detiene la “guerra”: el coche para. El conductor la mira

asustado” (Unica Zürn, 2006 :)

Entonces brotan, como único medio de desechar la desesperación incesante que

advierte, pequeños poemas envueltos en avioncitos de papel que lanza por la

ventana con la intención de que lleguen, atravesando las corrientes aéreas, hasta

los ojos de sus colegas poetas, la suicida ilustre no se realiza de que esto es

improbable, esta disociada en un ajeno universo abstracto, la poeta respira y

piensa en su próximo encuentro con el hombre jazmín, quien recorre su cuerpo

internamente pero también la rodea desde afuera.

En una realidad independiente pero análoga a la radical, las nociones de Unica en

un espacio u otro tienden a borrarse, se dilatan interminablemente como abriendo

umbrales cada vez más extraños pero más agradables para esta alteradora de

ambientes. Unica deviene enamorada de lo que parece ser su devastación; un ser

de casi tres metros de altura y unos ojos tan diáfanos como azules.

Pero Unica sigue debatiéndose entre las manías y su metapatología. “ Acaricia

los muebles asiáticos y árabes que su padre ha traído de sus viajes continua

la poeta:



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“ y que convierten la casa no en un museo sino en una cueva encantada

en la que la fantasía se exalta." (Unica Zürn, 2006:)

Ella sobrevive en su situación porque es libre de automatismos, desinhibida ante

la alienación vive una absoluta incoherencia que solo tiene sentido si se ve desde

su propia y peculiar óptica.

El giro positivo de la patología; la alteridad.

Pareciese entonces, que Zürn se encontrara en una estado lábil, pero del otro lado

del espejo, ese que fue el primero en invitarla a habitar espacios de ensueño, su

patología da un giro prodigioso “la enfermedad borra pero subraya; anula por una

parte, pero por otra exalta; la esencia de la enfermedad no reside solo en el vacío

que provoca, sino también en la plenitud positiva de las actividades de reemplazo

que vienen a llenarlo” (Foucault s.f. 23)

La refracción de los universos en Unica Zürn.

Así mismo, aparece la metapatología de Unica como una alteridad, como una

realización del desdoblamiento múltiple de personalidades que cambian

frenéticamente, pero que conservan el mismo patrón tentador en la mujer de

actitudes pueriles. Y las posibilidades tienen efectos simultáneos que van

sucediéndose uno al mismo tiempo que otro y otro, como desde diferentes

estados de trances extasiados.

De nuevo, en todos los sentidos ella vive una pluralidad, desde los lugares

externos, hasta los internos, desde la percepción de los estímulos hasta la noción

de la realidad. La poeta está sumergida en un laberinto refractivo.



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En consecuencia, desde esa refracción de su ser, ella advierte un cambio de

dirección parecido al que experimentan las ondas al pasar de un medio material a

otro. La poeta de los avioncitos de papel, incide oblicuamente sobre las superficies

de separación de los variados medios y la propagación de sus ecos tiene una

acelerada velocidad.

Por tanto, la vida de Zürn sí tiene una continuidad, aunque extraña, los cambios de

direcciones siempre tendrán un punto de ensamble y este efecto no será más que

una obnubilación de las diferentes perspectivas que son incapaces de recorrerla

por dentro para luego salir por su propia pupila, probablemente dilatada como

efecto de la constante agitación en la que vive.

La agonía de Zürn

Despertar es morir un poco, se abandonan las coordenadas tempo-espaciales y

surge una dialéctica del sueño. En un primer lugar: fantasía, en segundo lugar: la

realidad, pero dentro de ese espacio y ese tiempo se vive también en estado de

delirio. Hay, pues un anulación de escenarios existentes, una fragmentación de

esa realidad que se fija en instantes efímeros o prolongados, que se dilatan y se

contraen y hay una re-caída en esos caos de ahoras sucesivos, un tiempo que

resbala en sí mismo, unos sucesos que pasan a través de un vórtice inextinguible.

Otra vez, “La enfermedad es el proceso a lo largo del cual se deshace la trama de

la evolución” (Foucault s.f. 25) Y en este punto el absurdo se hace tan inmenso

que de él manan nuevas proposiciones completamente desligadas a lanaturalidad . Sin embargo esas manifestaciones tanto corporales como mentales

son consecuencia de una cadencia de estímulos inherentes al hombre, por esto

están extendidos dentro de esa naturalidad, sin desbordarla.



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Alrededor de esto, “La enfermedad no es una esencia contra natura es la

naturaleza misma, pero en un proceso inverso…” (Foucault s.f. 25). Unica

entonces se inicia en un ritual de regresión, se anega en una disociación o de

decantación; ella es una sustancia heterogénea que siendo liquida puede

separarse de lo sólido (la “normalidad”) logrando elevarse a la superficie mientras

deja lo denso en lo más profundo. La poeta está por encima de la sedimentación,

creyendo dominar desde la periferia.

Eventualmente será conciente de que es víctima de su propio discurso retorico y

de que a la única persona capaz de persuadir, de inducir, es a ella misma.

Inmediatamente su etapa de elevación comienza a deteriorarse mientras afuera,

es decir, más allá de su piel, su nosografía continua.

En conclusión, la alteridad en Unica Zürn se presenta como crestas y valles de las

ondas, entre elevaciones y depresiones, las distintas caras del ser se manifiestan

en un mismo cuerpo que se refracta al atravesar los diferentes medios materiales.

Su vida se resume en un vórtice infinito que rota y rota en su flujo de corrientes

cerradas y circulares que aparenta, a veces, tornarse en algo más que libidinoso

respecto al hombre jazmín.

En sus diferentes etapas intelectuales, la poeta sufre también transformaciones

casi materiales, en su existencia recorre los tres estados de la materia, ella es

sólida o líquida a veces pero ella es gaseosa la mayoría de las veces. Sin

embargo y gracias a su volumen es impenetrable y la única manifestación de su

alteridad son los eternos monólogos que recita, o la geometría donde ella y la

realidad se tornan etéreas, y, especialmente, en la creación de los seres amorfos

que pinta, donde todas sus Unicas están plasmadas entre el delirio y la vigilia.



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Bibliografía

Corres Ayala Patricia, Alteridad y tiempo en el sujeto y la historia, ediciones

Fontamara, 1997.

Foucault Michel, enfermedad mental y personalidad, editorial Universidad

Pontificia Bolivariana, S.F.

Zürn Unica, El hombre jazmín, editorial Siruela, 2006.

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