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7/29/2019 Algunas consideraciones globales sobre modernidad y modernizacin en el caso colombiano jorge orlando melo

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Algunas consideraciones globales sobre "modernidad" y "modernizacin" en elcaso colombiano

1. MODERNIDAD Y MODERNIZACIN

La idea de un mundo "moderno" se afianza, como es sabido, en la polmicafrancesa entre los "anciens" y los "modernes", a finales del siglo XVII[1].Alrededor de esta polmica se constituyen la idea ilustrada del progreso, queser un elemento central de la filosofa poltica e histrica del siglo XVIII, y ladefinicin de la sociedad como un sistema perfectible, que se sujetaprogresivamente a paradigmas ms racionales de accin.

Los historiadores del siglo XVIII, al tratar de determinar los "orgenes" delmundo moderno, tendieron a colocar la ruptura en el Renacimiento. Estaconcepcin encontr una magnfica expresin, en el siglo pasado, en J.

Burckhardt, para quien el mundo moderno se caracterizaba por el triunfo de losintereses laicos sobre la visin religiosa, por el surgimiento de una tica polticaintra mundana, por el descubrimiento del hombre como sujeto histrico, por eldesarrollo de la ciencia de la naturaleza y el inters por el conocimiento delmundo y por la aparicin de una pintura de intencin realista y no simblica[2].

La caracterizacin cultural del mundo moderno fue complementada por lavisin histricoeconmica de Marx, quien trat de determinar las condicionesde la llamada "acumulacin originaria", que equivaldra al establecimiento delas condiciones para el surgimiento del capitalismo. De este modo, el mundo

moderno en un sentido global qued conformado paralelamente con laconstitucin de una modernidad econmica, definida por el capitalismo y poruna modernidad cultural. La sociologa alemana de fines del siglo XIX ycomienzos del siglo XX hizo grandes esfuerzos por mostrar la relacin entreestos dos mbitos: obras bien conocidas de Sombart y Weber, en particular,trataron de escudriar las condiciones culturales de la transicin al capitalismo.Para ellos era, resulta claro, el vnculo entre un "espritu del capitalismo" y eldesarrollo de las nuevas instituciones econmicas. Del mismo modo, estaspreocupaciones condujeron a un anlisis del papel de la religin en esta

transicin, a partir de la comprobacin admitida del carcter intra mundano ydesencantado de la visin moderna del mundo. Weber, Tawney, Troeltsch,Sombart daran respuestas diferentes a la cuestin del papel del protestantismo,el judasmo y el catolicismo en el surgimiento del mundo moderno[3].Los historicistas alemanes, como Ranke, y el mismo Marx, aunque desde unaperspectiva radicalmente opuesta, subrayaron tambin como elemento centraldel proceso de consolidacin del mundo moderno el surgimiento de los EstadosNacionales. Maquiavelo podra ser visto como el primer representante de unaconcepcin moderna del Estado y como quien vislumbr la existencia de una

instancia poltica autnoma. El anlisis de las condiciones de formacin de unespacio poltico homlogo al mercado laboral, con ciudadanos independientes


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y con una separacin entre la esfera econmica y la poltica, fue tema deestudios ya clsicos como los de C. B. Macpherson y Karl Polanyi[4].

Por supuesto, las diversas versiones del proceso de transicin al mundomoderno y el papel relativo de los aspectos culturales, econmicos y polticos

difieren substancialmente entre s. Pero debe destacarse que el proceso que agrandes rasgos cubre el perodo entre el Renacimiento y el siglo XIX condujo auna diferenciacin creciente entre sectores modernos y tradicionales, tanto enlos pases metropolitanos como en las colonias. En la misma Europa, elpensamiento laico y moderno result crecientemente contrapuesto a unamentalidad tradicional, presunto rezago del mundo medieval, y que encontrabasu expresin central en las culturas campesinas. Del mismo modo, loscomportamientos econmicos del sector capitalista, descritos y explicados porla "economa poltica" criticada por Marx o por los economistas marginalistas,

aparecan como regidos por leyes diferentes a las de las economascampesinas tradicionales. Todo esto contribuy, a comienzos del siglo XIX,para el surgimiento de una serie de movimientos culturales y polticos que enalgunos aspectos tenan una connotacin antimodernista. El descubrimiento delfolclore en los pases europeos perifricos, la revaloracin de las tradicionesmedievales y el nfasis en las lenguas tnicas condujeron a una explosin denacionalismo, contrario aparentemente al universalismo capitalista moderno[5].

Mucho ms decisiva fue la percepcin del creciente distanciamiento entre losncleos econmicos del mundo, en proceso de rpido avance, y el estado de

los pases coloniales o que recientemente haban salido de ese status. EnEuropa, fue casi unnime la visin de que este desfase solamente podrasuprimirse mediante la destruccin radical de las formas tradicionales de vida.Quizs en ningn autor se encuentra esta idea expresada con mayor nfasis yconvencimiento que en Marx, para quien la evolucin inglesa representaba elparadigma del desarrollo capitalista, que se expandira a todo el universo,destruyendo los modos de produccin precapitalistas que constituanobstculos al progreso [6].

Puede sostenerse que el triunfo de la modernidad representa la congruencia de

tres procesos revolucionarios que transformaron la sociedad europea (y lascolonias de poblamiento como los Estados Unidos) a ritmos diferentes entre elsiglo XV y el siglo XX[7]. En primer lugar la revolucin econmica, que generpor primera vez un sistema productivo en proceso continuo de crecimiento,capaz de sostener un aumento permanente y no cclico de la poblacin. Loselementos centrales de este proceso fueron el establecimiento del capitalismo,la vinculacin estrecha entre el desarrollo tecnolgico y el proceso econmico,la creacin de la industria fabril, la creciente utilizacin tecnolgica de losconocimientos cientficos y el surgimiento de una economa basada en el

mercado de trabajo asalariado y en la propiedad privada de la tierra y losrecursos productivos.


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de los pases perifricos. En general, y simplificando arbitrariamente estasconceptualizaciones, se describi el proceso de transformacin como una luchaentre sectores modernos y capitalistas en conflicto con instituciones y grupostradicionales[9]. Aunque era empricamente admisible la existencia dedualismos en la sociedad y la economa de los pases atrasados, la teora de lamodernizacin tendi a simplificar linealmente los procesos de cambio, adesconocer que en los pases atrasados (y no slo en ellos) la existencia deinstituciones y situaciones llamadas "tradicionales" -como las formas de trabajono asalariado, la supervivencia de campesinado, el dominio poltico violentosobre amplios sectores de la poblacin, la existencia de ideologas autoritarias,el papel represivo de la Iglesia, etc. - era en buena parte producto deldesarrollo del sector identificado como moderno. Del mismo modo, se tendi asubrayar, ignorando todos los aspectos contradictorios de esta relacin, laidentidad entre el sector moderno y los centros mundiales de la economa,

convirtiendo a los empresarios industriales y agrarios y sus aliadostransnacionales en los agentes centrales de un proceso de modernizacin quese consideraba deseable y que iba, obviamente, en el sentido de lageneralizacin de las relaciones capitalistas. En todo caso, el auge de estasteoras tendi a reducir el problema de la modernidad y del "mundo moderno",en un sentido ms amplio, a un proceso de "modernizacin" definido entrminos relativamente estrechos y fundamentalmente econmicos, por lasburocracias de las entidades de ayuda internacional.

Las anteriores pginas presentan en forma excesivamente esquemticaprocesos muy complejos, ignorando aspectos centrales. Sin embargo, resultaconveniente tenerlas en cuenta como base parcial de la exposicin que sigue,relativa a los aspectos centrales de los procesos de transformacinmodernizadora en Colombia. Para efectos prcticos, considero procesos demodernizacin los que conducen al establecimiento de una estructuraeconmica con capacidad de acumulacin constante, y en el caso de Colombia,capitalista; de un Estado con poder para intervenir en el manejo y orientacinde la economa; a una estructura social relativamente mvil, con posibilidadesde ascenso social, de iniciativa ocupacional y de desplazamientos geogrficos

para los individuos; a un sistema poltico participatorio y a un sistema culturalen el que las decisiones individuales estn orientadas por valores laicos (lo queen general) incluye el dominio creciente de una educacin formal basada en latransmisin de tecnologas y conocimientos fundados en la ciencia[10].

All se ampliaba algo esta descripcin, en la siguiente forma:

El desarrollo de una economa capitalista, independientemente de lasanomalas y deformaciones que pueda adoptar en pases perifricos, supone laaparicin de un mercado de mano de obra asalariada y de un proletariado, la

eliminacin de las restricciones legales que sustraen la propiedad de la tierradel mercado, la creacin de un mercado nacional, el surtimiento de un sector


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industrial basado en el empleo de maquinaria y energa mecnica. Para laseconomas dependientes, el proceso de transformacin capitalista de laeconoma requiere la ampliacin de los vnculos con el mercado mundial y ladestruccin de formas de produccin tradicionalmente orientadas alautoconsumo. El proceso de consolidacin de un Estado modero exige laruptura de formas particulares de ejercicio del poder pblico, la eliminacin deestructuras regionales polticas independientes, el establecimiento de sistemastributarios eficientes, confiables e impersonales, la conformacin de unaburocracia y un sistema policial capaces de imponer las decisiones del Estado.El proceso de modernizacin del sistema social incluye el crecimiento delsector urbano, la eliminacin de diferencias legales entre la poblacin, eldebilitamiento de la dependencia individual de estructuras estamentales,tnicas y familiares y el surgimiento de un sistema de clases socialesformalmente abiertas. Las transformaciones culturales pueden incluir el

debilitamiento de la funcin de la religin, el surgimiento de un sistema masivode educacin pblica, la incorporacin acelerada de tecnologas decomunicacin provenientes de los centros econmicos avanzados, el cambiode valores sociales y percepciones acerca del trabajo, la riqueza, el empleo deltiempo, la funcin de la ciencia, etctera.

II. MODERNIDAD Y TRADICIN EN COLOMBIA: SUS ANTECEDENTES

Colombia ingresa en el mundo a travs de la conquista por Espaa. Que estohaya sido as tiene al menos dos consecuencias de signo contrario: por una

parte condujo a una temprana incorporacin al mundo cultural occidental, peropor otra hizo que, como ha sido sealado por varios autores, los elementos delmundo moderno que transformaron la Europa postrenacentista llegarandoblemente debilitados a la Nueva Granada, por la supervivencia detradiciones culturales indgenas y por la muy parcial europeizacin de Espaa,que asumi como cruzada la lucha contrarreformista, cerrndose a aspectoscentrales del mundo moderno. En particular, el desarrollo del capitalismo fuerelativamente dbil y tardo, el sistema cientfico-acadmico se mantuvo aisladodel resto de Europa, y la estructura poltica mantuvo rasgos

extraordinariamente autoritarios.Los primeros esbozos de una ideologa modernizadora se presentaron en laelite criolla neogranadina de la segunda mitad del siglo XVIII. Su percepcindel atraso hispnico, y del atraso adicional en el que estaba nuestro territorio,estuvo vinculada desde el comienzo a la adopcin de un pensamientoprotoliberal, cercana al liberalismo europeo. El desarrollo de una economacapitalista, la igualdad legal de la poblacin, la expansin de la educacin, laampliacin de las oportunidades de direccin administrativa para los criollos,estuvieron entre los primeros componentes de un proyecto modernizador

identificado con el pensamiento ilustrado y que se inscriba, sin muy seriaruptura, dentro de la tradicin parcialmente europea de las elites criollas.


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Europa: legislacin escrita, separacin de poderes, funcionarios electivosmediante un sistema electoral limitado, derecho civil y penal tomado de Francia.Socialmente, el pas haba suprimido las discriminaciones legales basadas endiferencias tnicas, al abolir la esclavitud y decretar la igualdad jurdica detodos los neogranadinos. En trminos econmicos, a partir de 1845 se adoptsin restricciones el modelo librecambista, con su apertura al comerciointernacional y los esfuerzos por establecer un mercado interno de tierras y detrabajo.

La coincidencia de objetivos entre todos los sectores de la elite no evitalgunas divergencias fundamentales, que condujeron a identificar al partidoliberal con los esfuerzos modernizadores ms radicales, apoyados en laautonoma del Estado con respecto a la Iglesia, en el uso de la escuela comoeje del esfuerza cultural de transformacin de la mentalidad popular, en la

movilizacin de sectores populares y en la difusin de prcticas democrticas,y en la importacin de "modelos" polticos y jurdicos europeos. Entre tanto, elpartido conservador escogi un proyecto de modernizacin capitalista quepretenda conservar las estructuras de autoridad y de mentalidad tradicionalesdel pas: el peso de la Iglesia, el dominio poltico de los propietarios, laausencia de movilizacin popular, el uso de la educacin para consolidar laformacin religiosa y para promover el aprendizaje de tcnicas laborales, y engeneral la bsqueda de instituciones que correspondieran a la "realidad"nacional, entendiendo por esto las que no innovaran substancialmente el ordensocial. Por supuesto, en ambos partidos hubo diferencias internas importantes;en particular en el partido conservador siempre existieron franjas para lascuales el proyecto modernizador capitalista era de escasa importancia o inclusonocivo para el pas, en la medida en que disolva los valores tradicionales ocreaba la amenaza de movimientos "demaggicos".

A pesar de este acuerdo esencial, el modelo de desarrollo liberal adoptado porempresarios y polticos tropezaba con serias dificultades. Es cierto que en lascondiciones de la poca no era pensable ningn proyecto de desarrolloeconmico que no partiera de la vinculacin a los mercados internacionales[12].

Sin embargo, las limitaciones de la Nueva Granada para una exitosavinculacin al mercado mundial eran muy fuertes. El pas se encontraba muyfragmentado en trminos econmicos, las principales concentraciones depoblacin se hallaban en las altiplanicies andinas, a gran distancia de lascostas y productoras de bienes similares a los de las zonas templadas deEuropa y los Estados Unidos. El ordenamiento laboral en el campo, basadoante todo en la existencia de haciendas con trabajadores no asalariados o encampesinos independientes, restringa la movilidad de la mano de obra ylimitaba la magnitud del mercado. Los capitales disponibles eran escasos y seencontraban en formas lquidas. Las tecnologas eran muy atrasadas y existan

barreras culturales al crecimiento de la intensidad del trabajo. La debilidad del


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Estado y la fragmentacin, regional y poltica, de los grupos de propietarios, semanifestaba en la constante inestabilidad, en frecuentes guerras civiles y en lapoca continuidad de la accin pblica. Y por ltimo, los recursos externos conlos que soaron nuestros liberales -la migracin de una mano de obra blanca,inteligente y disciplinada y el flujo de capitales extranjeros- se orientaron haciareas de colonizacin templadas, como Argentina o los Estados Unidos. Sinembargo, entre 1850 y 1890 se logr una elevada tasa de crecimiento delcomercio internacional, superior al 4% anual y un aumento todava mayor de lacapacidad importadora del pas. Esto reforz algunos procesos de cortemodernizador: se consolidaron los grupos comerciales, se crearon las basespara un sistema bancario, se adoptaron polticas orientadas a ampliar lasexportaciones, sobre todo en el terreno de las comunicaciones fluviales yferroviarias y se adopt una poltica educativa ms agresiva y con algn nfasistecnolgico. En el campo poltico, se produjo, a partir de 1863, un proceso de

consolidacin regional de las elites, que superaban as sus localismosmunicipales de origen colonial.

Sin embargo, poco se modific una estructura social y econmica internabasada en el poder de los hacendados y en la sujecin (llena de limitacionestradicionales y debilitada por la existencia de una frontera, es cierto) de unanumerosa poblacin de aparceros y arrendatarios; medidas como ladesamortizacin de los bienes eclesisticos, decretada en 1861 por elliberalismo, condujeron, sobre todo, a un desplazamiento de propietarios peropoco alteraron los rasgos estructurales de la propiedad rural. Esta estructurapermita la dominacin poltica de las poblaciones campesinas y su exclusinde las formas de modernizacin cultural que se esbozaban en los sectoresurbanos: los campesinos de las zonas de hacienda se fueron haciendo ms yms atrasados a medida que cambiaban las condiciones generales de laeconoma.

Dos procesos paralelos comenzaron a transformar el campo colombiano: poruna parte un amplio movimiento de colonizacin campesina, que conform uncampesinado independiente que representaba para comienzos del siglo XX

probablemente la mayora de la poblacin rural. Por otra, la gran propiedad seexpandi por las zonas pobladas y clidas del pas, basada en formastradicionales de sujecin de la poblacin rural y en un sistema legal y deasignacin de baldos que daba todo su apoyo a los grandes propietarios ytrataba con mezquindad a los colonos campesinos. La inmensa mayora de latierra que sali del dominio pblico sirvi para acrecentar la sesgadadistribucin de la propiedad rural existente desde el perodo colonial.

Mientras el gobierno estuvo en manos del partido liberal, se present un lgidoconflicto entre el proyecto liberal y la Iglesia, principalmente durante el perodo

de 1850 a 1880. En efecto, el liberalismo tendi a ver en la Iglesia un obstculoal progreso, sobre todo al adoptar sta universalmente posiciones antiliberales


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y antimodernistas. Este conflicto condujo, como ocurre con frecuencia en estoscasos, al reforzamiento de los elementos tradicionalismos, que lograronobtener un gran apoyo entre los sectores populares del pas, vinculadostodava a estructuras productivas no capitalistas y formados en procesos desocializacin dominados por la Iglesia y la familia. De este modo, durante laRegeneracin se estableci un ordenamiento poltico y cultural autoritario ytradicionalista, bastante hostil a algunos aspectos asociados con lamodernizacin econmica, social, poltica y cultural del pas. Sin embargo, almismo tiempo los sectores dirigentes del pas continuaban compartiendo elanhelo del desarrollo capitalista, lo que dio al Estado y al proyecto polticoregenerador, ms que un contenido antimodernizador, un aire contradictorio de"modernizacin tradicionalista", gradual y lento, que no pretenda eludir todoconflicto con las tradiciones culturales del pas o con sus estructuras polticas.Mientras se apoyaba el crecimiento econmico y en particular del comercio

internacional, el incremento de la escolaridad, vista como importante para laproduccin, y ciertas formas de conocimiento tecnolgico, se rechazabanelementos centrales del pensamiento cientfico y se trataba de mantener el pasaislado de las formas de pensamiento laico o liberal. La estructura social,aunque se modificaba con el crecimiento de las ciudades y la expansin delcampesinado, se apoyaba en la creciente concentracin de la propiedad rural yen el apoyo dado por el Estado a los propietarios en los conflictos que losenfrentaban cada vez ms a colonos o arrendatarios. Del mismo modo, elsistema poltico mantuvo, en sus aspectos formales, una estructura altamente

autoritaria y de baja participacin, mediante un sistema electoral restrictivo, uncentralismo muy fuerte y una escasa participacin del Parlamento en ladefinicin de la poltica. En sus aspectos sustantivos, se apoyaba en unesquema de dominio gamonalista local que constitua un espejo del dominiosocioeconmico general: en cierto modo, se instaur un orden capitalista antesde instaurar un orden cultural y social competitivo y abierto.

Un elemento fundamental para la determinacin del modelo de modernizacindel pas -y para el mantenimiento de objetivos modernizadores- durante elrgimen conservador fue el desarrollo de la regin antioquea. All una lite

conservadora socialmente menos tradicionalista (dada su dedicacin aactividades comerciales y mineras) impuls el desarrollo industrial, elmejoramiento de la infraestructura de transportes y la ampliacin de laescolaridad con el apoyo de la Iglesia, bajo el impulso de la dinmica generadapor un proceso colonizador centrado en el campesinado. Esta situacin produjo,simultneamente, una mayor interiorizacin de los valores religiosos, muyvinculados a la vida familiar, y una expansin en todas las capas de lapoblacin de valores normalmente asociados con la modernidad capitalista: lavaloracin del tiempo, el afn de lucro, la bsqueda individual del xito, la

valoracin de la iniciativa individual, la movilidad territorial y social y, en general,la afirmacin de un ethos social individualista (a pesar de los rasgos colectivos


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de los procesos iniciales de colonizacin). Adems, no obstante la existenciade claros prejuicios raciales, se consolid una visin abstracta de la ciudadanay la personalidad, que llev a abrir a todos el ascenso social, siempre quelograran triunfar en la competencia por el dinero o, en menor grado, la cultura.

Durante la segunda y tercera dcadas del siglo XX un nuevo crecimientoexportador contribuy a consolidar definitivamente las bases para el desarrollocapitalista del pas y para su definitiva incorporacin en la economa mundial.El caf, cultivado sobre todo por campesinos independientes, habla contribuidoapoyando una transformacin general de la economa del pas. Para finales dela dcada de 1920 el pas entraba en una fase de desarrollo econmicoacelerado, y en especial del sector industrial moderno. Se haba creado unmercado interno significativo y un mercado de mano de obra asalariada. ElEstado tena por primera vez instrumentos para influir seriamente en la marcha

de la economa e intentaba intervenir en la regulacin de los conflictoslaborales y sociales, aunque su presencia real se limitaba a las zonas urbanasy sus reas inmediatas de influencia. El sistema poltico se haba ampliado,sobre todo mediante las reformas constitucionales de 1910 que establecieron laeleccin directa del presidente, y mediante una participacin ms activa desectores medios y grupos de trabajadores urbanos en la vida poltica.Paralelamente, se incrementaban los conflictos sociales, que enfrentaban a losnuevos sectores urbanos, sobre todo trabajadores asalariados no industriales,con el Estado o los empresarios (en especial extranjeros), y a los colonos eindgenas rurales con los grandes propietarios, por problemas de titulacin opor las restricciones a los derechos de los aparceros y arrendatarios.

Las elites regionales aparecan ya crecientemente unificadas en el planonacional, dirigidas por una burguesa que giraba alrededor del caf, de losprocesos de comercio exterior y del naciente sector industrial, y que lograbaimponer sus polticas, orientadas por un anti-intervencionismo bastante radical,a un Estado dbil y que haba tenido una participacin muy limitada en losprocesos culturales, sociales y econmicos que haban producido ya, para1930, las bases difcilmente cuestionables de una sociedad capitalista.

III. EL PROCESO DE MODERNIZACION POLITICA

El triunfo liberal de 1930 permiti el ascenso al poder de una elite con unproyecto de modernizacin que acentuaba los aspectos polticos abandonadospor el proyecto regenerador. Mientras que se segua compartiendo el objetivoeconmico capitalista del perodo anterior, el liberalismo confiaba en contribuira la que he llamado "revolucin poltica" generando las bases institucionalespara una ciudadana universal y abstracta. Para ello, estableci el sufragiouniversal y directo, promovi la participacin poltica popular, la movilizacin de

masas, la organizacin del sindicalismo, etc. Incluso en el plano simblico, laconversin de la calle en escenario de la participacin poltica, mediante la


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manifestacin pblica, era seal de este esfuerzo de ampliacin del espaciopoltico [13].

De acuerdo con la tradicin liberal, durante estos aos se hizo un gran esfuerzopor consolidar la soberana del Estado frente a la Iglesia, devolvindole el

registro civil de los ciudadanos y recuperando su autonoma en asuntoseducativos (en un esfuerzo parcialmente infructuoso: la reforma del Concordatoen 1943 no fue aprobada). Los sectores conservadores ms autoritarioslograron convertir estos esfuerzos en un nuevo desafo a lo que haba sido yadefinido, desde la Regeneracin, como la verdadera identidad nacional ("unapatria, una lengua, una religin"), polarizando al pas entre los defensores de lareligin y sus presuntos enemigos. (Es significativo que el conservatismoantioqueo, con excepcin de Monseor Miguel Angel Builes, haya contribuidopoco a esta polarizacin, y hubiera incluso votado a favor del Concordato en

1943: en su creciente vinculacin con el capitalismo regional, las prioridades dela elite burguesa y de la Iglesia se iban desplazando hacia el control delsindicalismo y el desarrollo de diversas formas de accin social).

Probablemente uno de los procesos que requiere an un mayor esfuerzointerpretativo es el del fracaso final del proyecto liberal, atribuidoanecdticamente a la decisin del presidente Lpez de decretar una "pausa" ensu proyecto de "revolucin en marcha". El problema es mucho ms profundo ytiene que ver con la dificultad para promover una movilizacin social enColombia, tras la consolidacin de las estructuras de poder rurales que tuvo

lugar bajo el gobierno regenerador, y el afianzamiento de un sistema dedominacin social nacional apoyado en buena parte en el funcionamiento delEstado como un aparato clientelstico, sin un gran poder autnomo, y dbilfrente a las instituciones dominantes de la llamada sociedad civil.

En la mayora de los sectores dirigentes del pas se consolid, como respuestaa los intentos gubernamentales de modernizacin poltica, una visinextraordinariamente conservadora, autoritaria y antipopular del orden social,poltico y cultural. El orden social constituido con base en el acuerdo global delos sectores dominantes social y econmicamente, con el apoyo de la Iglesia,

cont con la contribucin decidida incluso de aquellos grupos econmicos msmodernos, como los dirigentes industriales, que aunaban su modernismo en laproduccin con una visin paternalista de las relaciones laborales y del ordensocial. En el sector rural, los grupos de trabajadores asalariados y los sectoressujetos al poder de las haciendas, as como los campesinos apoyados en unareducida parcela, con muy poco acceso a la escuela y a la informacin, notenan posibilidades de organizacin que les permitieran enfrentar un sistemade gamonalismo rural basado en el mantenimiento del campesinado en unasituacin de sujecin cultural y poltica lo ms completa posible.


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Convertir al obrero, al campesino, o al trabajador rural en sujeto poltico, enciudadano, era un proyecto en buena parte imposible a corto plazo, y lasdificultades sociales fueron agravadas por la estrategia liberal, que permiti lapolarizacin alrededor de la cuestin religiosa, en vez de subrayar los procesosde cambio poltico, social y econmico. De este modo, el discurso liberal nogeneraba la constitucin de una identidad popular, al entrar en contradiccincon la religiosidad todava imperante en aquellos sectores, sino unacontraposicin en la base de la sociedad. La propuesta gaitanista de 1944-48.aunque algo oportunista, estaba ms cerca de la mentalidad de los sectorespopulares, pero al surgir en un contexto ya muy polarizado no pudo evitarinscribirse en el universo de confrontacin cultural total ya creado, y sucumbivctima del enfrentamiento liberalconservador[14].

Como se ha repetido muchas veces, el gobierno conservador, en particular en

su primera poca, continu el impulso al desarrollo capitalista, dentro de unaorientacin exacerbadamente autoritaria, que se reforz a partir de 1949. Laagudizacin de los conflictos polticos llev incluso a que hacia 1952 seconsolidara en el Estado un grupo conservador dispuesto a reconfirmar lavisin tradicionalista en trminos integristas que parecan contrarios al nivel dedesarrollo que haba alcanzado el capitalismo en el pas. Este proyecto, sinembargo, fracas, en parte por la oposicin de los grupos polticos ligados alconservatismo ms urbano y ms vinculado al sector industrial.

IV. LA MODERNIDAD A LA FUERZA

Las pginas anteriores tratan de subrayar un hecho esencial en la historiareciente del pas: el ltimo proyecto de modernizacin relativamente coherentey explcito fue impulsado por el liberalismo durante las dcadas del 30 y el 40(pues la pausa no afect otros desarrollos modernizadores diferentes a la msvisible movilizacin poltica). Bajo el rgimen conservador, por otra parte, se diouna contradiccin interna entre los objetivos de desarrollo capitalista y uncreciente autoritarismo social, cultural y poltico.

Del mismo modo, es indispensable reconocer que dada la persistencia del

modelo de desarrollo capitalista en Colombia y su adopcin prcticamenteunnime por los grupos dirigentes, e incluso su aceptacin tambin dominantepor parte de los sectores populares, el autoritarismo social y cultural hacoexistido con el avance de diferentes aspectos e instituciones modernizadores.Muchos de ellos han estado vinculados en forma relativamente estrecha conlas mismas necesidades del desarrollo productivo. Otras han tenido que vercon aspectos del equilibrio poltico, y otras han resultado de procesos socialesdifcilmente controlables.


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La afirmacin central de este artculo es que para 1930 se haban creado lascondiciones fundamentales para el desarrollo de un proceso modernizador, yque el periodo de 1930 a 1958 consolid este proceso, aunque en un contextoparticularmente contradictorio. A partir de 1958 el dominio de las institucionesmodernas se impone en forma acelerada, pero sin dejar de coexistir conaspectos tradicionales incorporados y promovidos en muchas ocasiones por lasinstituciones modernas.

El periodo del Frente Nacional resulta caracterizado por la dificultad para hacercompatibles los efectos de la modernizacin social, econmica y cultural conuna distribucin del poder dentro de la sociedad que conducepermanentemente al recurso a la violencia privada. Durante una primera fasede este periodo, quizs hasta 1980, pudo pensarse que el problema centralestaba en el conflicto entre un sistema poltico altamente restringido y las

reivindicaciones de grupos nuevos relativamente radicales que no encontrabancanales de expresin dentro del bipartidismo tradicional. En la medida en quela economa segua creciendo a un ritmo bastante elevado, pareca razonable,a primera vista, pensar que las fuertes desigualdades de ingreso y los paquetesde atraso que servan de base para la accin de grupos radicales podandesaparecer por efecto espontneo del crecimiento de la produccin. Losgobiernos del Frente Nacional, llenos de un optimismo sin lmites, se negaron acualquier poltica relativamente seria de distribucin de la propiedad o delingreso, aunque impulsaron, por otros motivos, una acelerada expansin de laeducacin que a la larga s tuvo efectos redistribuidos[15]. De este modo, elclima de cambio econmico y social contribua a romper las redes desolidaridad tradicionales y los mecanismos de sujecin individual, sin construirnuevos mecanismos de convivencia ni conferir nuevas formas de legitimidaddel orden social. Los grupos radicales recurrieron entonces a la violencia msque para imponer un orden social radicalmente diferente, como se sostena ensus discursos expresos, para imponer al Estado polticas suavementereformistas o una mnima neutralidad en los conflictos sociales. La luchaarmada, que resultaba completamente ilegtima a la luz de la aceptacin casiunnime del modelo capitalista por la poblacin colombiana, encontraba su

alimento y su parcial legitimidad en un sistema poltico inflexible y en unapoltica econmica y social cuya injusticia y corrupcin hacan parte de loslugares comunes ms arraigados en la mentalidad de la mayora de lapoblacin.

La reducida capacidad de intervencin del Estado en los conflictos sociales, lalimitada legitimidad de sus instituciones y el escaso desarrollo o la evolucindeforme de sus instituciones de arbitraje y control social, como la justicia y lasfuerzas armadas, encontr al Estado desarmado cuando, a comienzos de ladcada de 1980, se aadi a los conflictos tradicionales un nuevo ingrediente,


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con el surtimiento del inmenso poder econmico y la inmensa capacidad deviolencia generados por el trfico de drogas.

La modernizacin parcial y en buena parte represiva dejaba como herencia unEstado dbil, impuesto por una burguesa segura de s misma y opuesta a todo

lo que restringiera su libertad de accin; una estructura poltica arcaica ybloqueada, con discutible legitimidad y participacin popular limitada, e incapazde integrar y resolver las demandas de sectores minoritarios muy importantes;un mundo rural en conflicto, en particular por una historia de injusticias yviolencias, ante todo en las zonas de colonizacin, donde el Estado erainexistente o se encontraba subordinado a los grandes propietarios, unasituacin urbana en la que un sector substancial de la poblacin se mantenaen condiciones de desempleo o subempleo que lo colocaban en disponibilidadpara todo tipo de violencia privada. Mientras tanto, la aceleracin de los

procesos de cambio social y cultural, as como el surgimiento de grandesoportunidades de movilidad econmica, destruan las formas tradicionales desometimiento y control social. Todos estos factores, unidos a la tradicin deviolencia del pas, a la inercia de una lucha guerrillera que, sin perspectivaspolticas, recurri al delito y la extorsin, a la corrupcin y la violencia de lasfuerzas armadas, y a la generalizacin de una actitud tica que abra lascompuertas para cualquier clase de conducta (todo est moralmente permitido),prepararon el campo para que los dineros de la droga penetraran por todos losporos de la sociedad y llevaran a la universalizacin de las diversas formas deviolencia.

V. LOS TRES COMPONENTES DE LA MODERNIZACIN

Despus de este recuento cronolgico, puede retomarse la idea de las tresrevoluciones, como gua para ordenar los aspectos centrales de las rpidastransformaciones que ha vivido el pas en los aos recientes:

A) En el terreno poltico, la movilizacin social de las dcadas de 1930 y 1940,junto con los resultados de procesos sociales como la creciente urbanizacin,la aparicin de los medios de comunicacin de masas y la generalizacin del

sistema educativo, hicieron imposible el retorno a un autoritarismo de ordentradicional. La poltica durante el Frente Nacional ha partido de la aceptacin,como lugar comn, del fundamento democrtico del rgimen (no es posiblediscutir hoy, como pudo hacerlo Laureano Gmez, acerca del absurdo de dar atodos un voto igual, aunque surjan ecos de su visin corporatista en lasfrecuentes propuestas de dar representacin especial en rganos legislativos oconstituyentes a empresarios, sindicalistas, universitarios y otros grupossociales), y de los derechos liberales esenciales de una sociedad moderna. Sinembargo, a pesar de que el ordenamiento jurdico es ya, con pocas

excepciones, esencialmente moderno, el funcionamiento concreto del Estadoha incorporado las prcticas clientelistas tradicionales, en un nuevo equilibrio


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orientado a tratar de frenar la movilizacin popular, a conservar un bipartidismoque tiene mucho de tradicional y a hacer viable el sistema a pesar de lasrestricciones impuestas extra-estatalmente a la participacin poltica. Ladebilidad tradicional del Estado se manifiesta en su incapacidad para frenar losprocesos de violencia estimulados en buena parte por organizaciones omiembros de la sociedad civil (narcotraficantes, guerrilleros, propietariosrurales) y en su frecuente alianza con grupos privados delictivos. Lamodernizacin del Estado, manifiesta con evidencia en su capacidad paraexpandir algunos servicios como la educacin y para promover desarrollosbsicos de infraestructura, en su manejo relativamente eficiente de lasvariables macroeconmicas, etc., tropieza con su incapacidad en el terrenoesencial del orden pblico y de la justicia. Por otra parte, existe un espaciopoltico nacional, o dicho de otra manera, la nacin se constituye como elespacio poltico dominante para todos los sectores sociales, y no slo para las

elites polticas o econmicas. Esto-tiene que ver en buena parte con procesosde modernizacin cultural y social que se mencionan ms adelante.

B) Analizar la modernizacin cultural requerira estudios hasta ahora norealizados. Sin embargo, vale la pena subrayar los siguientes procesos: a) Eldesarrollo de un sistema escolar masivo, sobre todo a partir de 1960. Dentro delas peculiares condiciones colombianas (modernizacin tradicionalista) buenaparte de la expansin del sistema educativo se ha dejado a los particulares,pero esto no quita valor al hecho global. La educacin constituye hoy el sistemaesencial de socializacin y de preparacin para el trabajo, frente a los sistemasartesanales y campesinos tradicionales de formacin en el lugar y frente alpapel de la Iglesia y la familia. b) La aparicin de un mercado cultural nacional.La prensa alcanza circulacin significativa a partir de 1958, y desde esos aosempieza a surgir un mercado nacional para los principales peridicos.Igualmente se homogeneiza la informacin mediante la creacin de lasagencias de noticias, el avance en las tecnologas de transmisin deinformacin (telex, transmisin de imagen), etc. La radio se vuelve nacional acomienzos de la dcada de 1950, con la generalizacin de las cadenas y laaparicin de tecnologas de enlace. Su impacto sobre la cultura poltica del pas

no ha sido estudiado, pero probablemente fue tan importante como el que tuvopara convertir en parte de la cultura popular colombiana el tango o la ranchera.Un intento monopolstico (ACPO) lleva la radio a amplios sectores rurales, quepronto amplan su audicin a las emisoras comerciales. La televisin(establecida en 1954) alcanza un cubrimiento significativo y es factor central enla conformacin de la mentalidad de la sociedad en la dcada de 1970, enparte como agente en un proceso de incorporacin de elementostransnacionales en nuestra cultura. El mercado del libro, tradicionalmenteelitista, da seales de convertirse en una tpica industria moderna nicamente

durante la ltima dcada. c) La creacin de una prctica cientfica continua y lafiltracin masiva del conocimiento cientfico. Slo con la consolidacin de las


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internacionales. Adems, los valores centrales de la economa capitalista, lavalorizacin de la iniciativa individual, la capacidad empresarial, la aceptacinde las reglas de la competencia econmica, el afn de lucro, etc., soncompartidos por la mayora de la poblacin, e incluso los grupos intelectualesque apoyaron una perspectiva socialista en los ltimos veinticinco aosparecen, en general, haberla abandonado. Esto no excluye la crtica al modelocapitalista actual del pas, pero en general esta crtica se orienta a destacar suincapacidad para distribuir ms aceleradamente los "beneficios" del desarrollo ypara eliminar a plazo no muy largo las situaciones de miseria y "pobrezaabsoluta", as como a subrayar y condenar la supervivencia de elementos muyvisibles de "capitalismo salvaje": el proyecto econmico dominante, tambinentre los grupos ms crticos, parece ser sobre todo un capitalismo "moderno",de corte socialdemcrata y en algunos sectores, con niveles muy amplios dedescentralismo y participacin popular y comunitaria. Incluso el consenso

capitalista ha llevado a que desaparezca casi por completo del debateintelectual cualquier defensa del modelo socialista o de proyectos culturales oideolgicos substancialmente diferentes a los que dominan hoy en Colombia.Los escritores que defienden en forma ms integral el capitalismo han logradoarrinconar ideolgicamente a los crticos del sistema, que empiezan a rechazartoda identificacin con la "izquierda" y no encuentran justificaciones adecuadasni siquiera para la defensa, de corte socialdemcrata, de las regulacionesestatales de la economa o los conflictos sociales.

VI. MODERNIZACIN Y POSMODERNISMO.

El debate sobre la posmodernidad ha tenido poco impacto en Colombia. Sinentrar en sus implicaciones ms complejas, creo que vale la pena sugerir queuna razn para esto se encuentra en las condiciones propias del desarrollocolombiano. Hace apenas treinta o cuarenta aos el proceso histrico del pasdejaba todava en duda el ingreso a la modernidad, incluso en su forma msrestringida de desarrollo econmico (muchos analistas de los sesenta, comoArrubla, mostraron que aun esto sera imposible)[17], para no hablar de lafirmeza de sus formas de autoritarismo cultural y poltico. Hoy, tras un proceso

de una velocidad que no tuvo pares en los pases clsicos, Colombia estclaramente en el mundo moderno, as sus sectores modernos se apoyen en lasinstituciones tradicionales, convivan con ellas y las reconstruyanpermanentemente. En estas condiciones, el problema no parece ser el delfracaso de la modernidad, el abandono de sus promesas (como pudieron vivirlolos intelectuales de sociedades tempranamente modernas como Argentina oUruguay, enfrentados a procesos de empantanamiento social sin aparentesalida), sino todava su logro: los cientficos polticos colombianos proponenmodelos estatales que slo se diferenciaran del actual por la eliminacin delclientelismo, el aumento de la participacin social y el establecimiento del

monopolio de la fuerza por el Estado; los cientficos sociales y los economistas


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defienden proyectos de desarrollo que refuercen el acceso a la educacin,consoliden la mentalidad cientfica popular y generen una participacin msigualitaria en el producto nacional. La cuestin es, para casi todos ellos,completar, en un sentido an muy restringido, las promesas de la modernidad:la ciudadana abstracta, la regulacin y el trmite de los conflictos por el Estado,el dominio de la ciencia, el progreso econmico y la distribucin ms amplia desus "beneficios". Slo la continuidad de la violencia, con su porfiada existencia,ofrecera motivos serios de desesperanza, permitira descalificar la funcinhistrica de los grupos dirigentes e impedira la aparicin de un nuevoconsenso en Colombia, al revelar las limitaciones del proyecto modernizador.

El texto anterior constituye ante todo un registro de un proceso que se haimpuesto con una fuerza que, retrospectivamente, tiene cierto aire engaoso yominoso de ineluctabilidad. Quizs en sus inflexiones irnicas haya alcanzado

a sugerir que la modernidad no es un beneficio inequvoco y que los costos desu triunfo han sido tal vez excesivos. As como para los indgenas del siglo XVIcareca de inters una evangelizacin y una civilizacin que se impusomediante la muerte del 90% de quienes deban beneficiarse de ellas, debepreguntares cul es la significacin del proceso de modernizacin para lascomunidades indgenas cuya cultura se ha destruido, para las vctimas de 40aos de violencia, o para las personas que han vivido en la miseria desde questa fue generada por el progreso econmico. Y la misma trama de laexposicin debera permitir preguntarse si no es prematuro el abandono detodas las alternativas al capitalismo que conocemos y si ser posiblereconstruir el delgado tejido de nuestra civilizacin sin proponer nuevas utopasde convivencia social y de ordenamiento econmico en un pas que se resignacada vez ms al caos y a la violencia, con la casi nica condicin de quecontine el desarrollo econmico.

Jorge Orlando Melo

Publicado en: Anlisis poltico (Bogot). -- no. 10 (May./Ago. 1990). -- p. 23-35.y tambin en: Colombia: el despertar de la modernidad. Santafe de Bogot:Foro Nacional por Colombia, 1991.

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1. El trmino es comn desde el Renacimiento, corno contraste con la EdadAntigua, pero tiende a usarse slo en sentido negativo. Ver Raymond Williams,Keywords: a Vocabulary of Culture and Society, Londres, 1976, p. 174.

[2] J. Burckhardt, La cultura del Renacimiento en Italia, Barcelona, 1969, pp. 4,8, 37 y 100: "es en Italia donde por vez primera... se despierta unaconsideracin objetiva del Estado y con ella un manejo objetivo de las coses

del Estado y de todas las coses del mundo en general. Y al lado de esto, se


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yergue, con pleno poder, lo subjetivo: el hombre se convierte en individuoespiritual y como tal se reconoce".

[3] El conocido debate comenz con la publicacin, en 1905, del libro de MaxWeber La tica protestante y el espritu del capitalismo, Barcelona, 1971.

Tawney matiz bastante el argumento en La religin y el auge del capitalismo,Buenos Aires, 1956. El trabajo esencial de Werner Sombart es El capitalismomoderno, en el que subraya la contribucin de grupos como los catlicos yjudos. Pueden verse tambin sus libros Lujo y capitalismo, Madrid, 1973, y Elburgus, Madrid, 1977. Una equilibrada presentacin de la influenciaprotestante en el surgimiento del capitalismo, que incluye una discusin generaldel mltiple impacto del protestantismo en la aparicin del mundo moderno, lahizo Ernst Troeltsch, El protestantismo y el mundo moderno, Mxico, 1951,[1911].

[4] C. B. McPherson, The Political Theory of Possessive Individualism: Hobbesto Locke, Oxford, 1962, y Karl Polaner, The Great Transformation: The Politicaland Economic Origins of our Time, Boston, 1967

[5] Ver, al respecto, el libro de Benedict Anderson Imagined Communities.Reflexions on the Origins and Spread of Nationalism, Londres, 1983.

[6] En El Capital, Mxico, aparece el famoso texto en el que Marx seala quelos pases que no han completado la transicin al capitalismo deben ver enInglaterra el paradigma de su desarrollo: "De te fabula narratur" Los artculos

sobre la India, en 1853, presentan, en palabras del propio Marx, "comorevolucionaria la destruccin de la industria verncula por Inglaterra". Carta aEngels, 14 de junio de 1853, citada en K. Marx-F. Engels, Materiales para laHistoria de Amrica Latina, Buenos Aires, 1972. En la mayor parte de su obrase advierte una visin de la destruccin de los modos de produccin pre-capitalistas como un proceso civilizador, aunque lamente la barbarie de loscolonizadores.

[7] Un sofisticado anlisis de esos procesos se encuentra en Raymond Williams,

The Long Revolution, Londres, 1961, donde se usa expresamente el trmino"revolucin cultural".

[8] Un desarrollo de estos temas lo hace C. B. Macpherson en DemocraticTheory: Essays in Retrieval, Oxford, 1978, pp. 24-36, en todo su libro Larealidad democrtica: liberalismo, socialismo, tercer mundo, Barcelona. 1968.

[9] De la amplia literatura al respecto, es un ejemplo temprano el de Cyril E.Black, The Dynamics of Modernization, New York, 1967. Ver tambin CyrilBlack, "An Introduction to Modernization studies", en Nichio Nagai (ed),Development in the Non-western World, Tokio, 1984. Las teoras del


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"despegue" de W. W. Rostow se enmarcan sin duda dentro de este tipo devisiones.

[10] J. O. Melo, "El proceso de modernizacin en Colombia, 1850-1930",Revista UN, No. 20, Medelln, 1985, p. 31. Este texto est reproducido en J. O.

Melo, Predecir el pasado: ensayos de historia de Colombia, Bogot, 1992

[11] Ver J. O. Melo, "Lo identidad nacional: etnia y regin en Colombia",ponencia presentada al IX Congreso Nacional de Antropologa, Villa de Leyva.octubre de 1988.

[12] Un anlisis de loe aspectos de la estructura econmica que hacan utpicoel desarrollo basado en el mercado interno se encuentra en J. O. Melo, "Elmodelo liberal", en Manual de Historia (Bogot, Colcultura, 1979). MarcoPalacios adopta una visin similar en El caf en Colombia, 1850-1970: una

historia econmica, social y poltica, 2 edicin, Bogot, Ancora Editores, 1983.

[13] Destaco este tema en mi artculo "La poltica 1900-1944", en Historia deAntioquia, Bogot, 1988.

[14] El mejor tratamiento de los complejos procesos de este perodo es el deDaniel Pcaut, Orden y Violencia, 2 Vols., Bogot, 1988. Mis comentarios sobreel problema de la "ciudadana" han sido en parte sugeridos por esta obra.

[15] Un anlisis de estos aspectos de la poltica frentenacionalista se encuentra

en Jorge Orlando Melo, "El Frente Nacional", en Estrategia econmica yfinanciera, Bogot, julio de 1978. Sobre los efectos redistributivos de la polticaeducativa ver Juan Luis Londoo de la Cuesta, "Distribucin nacional delingreso en 1988; una mirada en perspectiva", en Coyuntura Social, No. 1,Bogot, FEDESARROLLO, 1989.

[16] Ver Jorge Orlando Melo "La historia de la ciencia en Colombia", en RevistaUniversidad de Antioquia, 203, Medelln,1986.

[17] Mario Arrubla, Estudios sobre el subdesarrollo colombiano, Medelln, 1968.Este texto, publicado originalmente en 1962 en la revista Estrategia, de Bogot,y escrito en colaboracin con Estanislao Zuleta, fue el primer best-sellerensaystico en la historia editorial del pas, e influy dramticamente sobre lossectores intelectuales de izquierda del pas.

algunas consideraciones globales sobre modernidad y modernización en el caso colombiano jorge...

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