alguacil calidaddevida 2000

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Calidad de Vida y Praxis Urbana Nuevas iniciativas de gesti´on ciudadana en la periferia social de Madrid Julio Alguacil G´ omez, [email protected] Madrid (Espa˜ na), julio de 1998. Nota a la presente edici´on La presente edici´ on de Calidad de Vida y Praxis Urbana. Nuevas iniciativas de gesti´on ciudadana en la periferia social de Madrid ha sido realizada por la biblioteca Ciudades para un Futuro m´ as Sostenible (CF+S), http://habitat.aq.upm.es, a partir del material original elaborado por Julio Alguacil G´ omez para su tesis doctoral, presentada durante el mes de julio del a˜ no 1998 y dirigida por Constanza Tob´ ıo Soler dentro del Departamento de Ecologia Humana y Poblacion de la Facultad de Ciencias politicas y Sociologia de la Universidad Complutense de Madrid. Una versi´ on revisada de este texto fue publicada en 2000 por el Centro de Investigaciones Sociol´ ogicas (http://www.cis.es/): Julio Alguacil G´ omez 2000 Calidad de vida y praxis urbana: nuevas iniciativas de gesti´on ciudadana en la periferia social de Madrid Centro de Investigaciones Sociol´ ogicas, Colecci´ on Monograf´ ıas 179. ISBN: 84-7476-308-8 http://www.cis.es/cis/opencms/ES/3 publicaciones/catalogo/ver.jsp?id=310 La presente edici´ on, realizada por Adri´ an Masip Moriarty, Raquel Moreno L´ opez y Carlos Jim´ enez Romera, en sus versiones HTML, PDF y PostScript, se public´ o el 25 de mayo de 2006 en Madrid: Ciudades para un Futuro m´ as Sostenible Escuela T´ ecnica Superior de Arquitectura Avda. Juan de Herrera, 4 28040 Madrid. I. La perspectiva 3 1 Introducci´on ................................................... 3 2 El pensamiento complejo como respuesta y paradigma ........................ 10 II. La calidad de vida como expresi´on de la complejidad 25 3 La teor´ ıa del desarrollo ............................................ 25 4 Las necesidades humanas: descender un escal´on en la complejidad ................. 48 5 La calidad de vida como s´ ıntesis de la complejidad ........................... 66 III. Contexto y emergencias 84 6 Metr´opoli versus ciudad ............................................ 84 7 Los fen´omenosemergentescomo potencia: la conjunci´on entre el Tercer Sector y los procesos de desarrollo local ........................................... 104 8 Constataci´on y naturaleza de una nuevapraxis urbana. Las iniciativasciudadanas emergentes en espacios de periferia urbana y social de Madrid. ...................... 126 IV. Las condiciones necesarias (conclusiones en forma de reto) 161 9 El reto de otro modelo urbano para una ciudad sostenible: el barrio-ciudad ........... 161 10 A modo de conclusi´on: una nueva cultura de la intervenci´on p´ ublica como reto ........ 181 Referencias bibliogr´ aficas 189 Anexos 213 1.Observaci´on-participante ........................................... 214 2. Documentos y monograf´ ıas aportados por las nuevas iniciativas de gesti´on ciudadana .... 216 3. Ficha-Cuestionario Sobre Nuevas Iniciativas De Gesti´on Ciudadana En La Periferia Sur De Madrid .................................................. 218 4. Relaci´on de iniciativas ............................................ 223

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Page 1: Alguacil CalidadDeVida 2000

Calidad de Vida y Praxis Urbana

Nuevas iniciativas de gestion ciudadana en la

periferia social de Madrid

Julio Alguacil Gomez, [email protected] (Espana), julio de 1998.

Nota a la presente edicionLa presente edicion de Calidad de Vida y Praxis Urbana. Nuevas iniciativas de gestion ciudadana en la periferia social deMadrid ha sido realizada por la biblioteca Ciudades para un Futuro mas Sostenible (CF+S), http://habitat.aq.upm.es,a partir del material original elaborado por Julio Alguacil Gomez para su tesis doctoral, presentada durante el mes dejulio del ano 1998 y dirigida por Constanza Tobıo Soler dentro del Departamento de Ecologia Humana y Poblacion dela Facultad de Ciencias politicas y Sociologia de la Universidad Complutense de Madrid.Una version revisada de este texto fue publicada en 2000 por el Centro de Investigaciones Sociologicas (http://www.cis.es/):Julio Alguacil Gomez2000 Calidad de vida y praxis urbana: nuevas iniciativas de gestion ciudadana en la periferia social de Madrid

Centro de Investigaciones Sociologicas, Coleccion Monografıas 179. ISBN: 84-7476-308-8http://www.cis.es/cis/opencms/ES/3 publicaciones/catalogo/ver.jsp?id=310

La presente edicion, realizada por Adrian Masip Moriarty, Raquel Moreno Lopez y Carlos Jimenez Romera, en susversiones HTML, PDF y PostScript, se publico el 25 de mayo de 2006 en Madrid:

Ciudades para un Futuro mas Sostenible

Escuela Tecnica Superior de Arquitectura

Avda. Juan de Herrera, 4

28040 Madrid.

I. La perspectiva 3

1 Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 El pensamiento complejo como respuesta y paradigma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

II. La calidad de vida como expresion de la complejidad 25

3 La teorıa del desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 Las necesidades humanas: descender un escalon en la complejidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 485 La calidad de vida como sıntesis de la complejidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

III. Contexto y emergencias 84

6 Metropoli versus ciudad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 847 Los fenomenos emergentes como potencia: la conjuncion entre el Tercer Sector y los procesos

de desarrollo local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1048 Constatacion y naturaleza de una nueva praxis urbana. Las iniciativas ciudadanas emergentes

en espacios de periferia urbana y social de Madrid. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126

IV. Las condiciones necesarias (conclusiones en forma de reto) 161

9 El reto de otro modelo urbano para una ciudad sostenible: el barrio-ciudad . . . . . . . . . . . 16110 A modo de conclusion: una nueva cultura de la intervencion publica como reto . . . . . . . . 181

Referencias bibliograficas 189

Anexos 213

1. Observacion-participante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2142. Documentos y monografıas aportados por las nuevas iniciativas de gestion ciudadana . . . . 2163. Ficha-Cuestionario Sobre Nuevas Iniciativas De Gestion Ciudadana En La Periferia Sur De

Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2184. Relacion de iniciativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223

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Agradecimientos

Sin lugar a dudas la elaboracion de toda TesisDoctoral representa un reto excepcional en la vidade todo investigador, pero no es solo eso, no es soloun reto personal. Si es verdad, y se suele decir, que laelaboracion de la Tesis Doctoral es una creacion quese afronta en la mas absoluta soledad, precisamentepor ello se sufre, a la vez que se disfruta del pro-ceso de investigacion. Ese sentimiento, tan ıntimocomo ambivalente, va tambien, irremediablemente,acompanado de un sentido tambien ambivalente. Esun reto personal, pero a la misma vez puede ser laproyeccion de un reto colectivo, como creo que es elcaso. Es una elaboracion personal, pero tambien esuna elaboracion colectiva, a pesar de la soledad seincorporan ideas, teorıas y metodos (de eso tambiense trata, de mostrar lo aprendido). Si toda investi-gacion social tiene siempre, en cierto sentido, unanaturaleza colectiva (se alimenta de los saberes deotros, saberes que se han distribuido socialmente),en el caso de la Tesis Doctoral que aquı se presentase ha pretendido ir mas alla, se ha pretendido rea-lizar una investigacion con/para el objeto de inves-tigacion (que se ha entendido a la misma vez comosujeto de la investigacion).

A traves de la elaboracion de esta Tesis Doctoralse han buscado, pues, multiples utilidades. No se habuscado unicamente conseguir la legitimacion y re-conocimiento del saber academico del investigadorque le permita, en definitiva, su plena incorporacionen la comunidad academica, se ha buscado tambien,y sobre todo, la utilidad social de la investigacionmas alla del estricto marco academico. La idea decompromiso social ha querido prevalecer y ello hasupuesto en gran medida una estrategia que busca-ba la reciprocidad y complicidad entre investigadory objeto-sujeto investigado. Es quiza por ello, por loque el habitual apartado de agradecimientos obtieneun sentido pleno en el trabajo que a continuacion sepresenta. Son muchos los companeros y companerasque de una u otra forma me gustarıa que se consi-derasen tambien protagonistas de la elaboracion deeste trabajo, aunque claro esta la responsabilidaddel producto final es exclusiva de quien lo firma.

Quiero ası expresar mi agradecimiento, en pri-mer lugar, a todos aquellos companeros y compane-ras que desde el movimiento ciudadano y desde elmovimiento alternativo tanto contribuyeron a ense-narme que el analisis de la realidad social obtiene sumayor sentido cuando tiene utilidad para la trans-formacion social. Mas en particular quiero manifes-tar mi agradecimiento a los que de una u otra formacolaboraron gustosamente en la elaboracion de estetrabajo, y aun a riesgo de olvidar a alguien no puedodejar de recordar a en este momento a Vıctor Re-nes, Enrique, Carlos, Inigo y Manolo Macu-let de San Fermın, Marıa del Carmen de Zofıo,Pedro Taravillo, Juan y Paloma de Cornisa,Eloy, Fernando Caballero, Paco Palomeras

y Fernando Tato de Meseta, Antonio Merchande Orcasur, Luis Marıa Lopez-Aranguren deTomillo, Marıa del Prado de la Mata, An-tonio Prieto, Manuel Prats y Daniel de SanCristobal, Merche, Palmira y Cesar de Villa-verde Bajo, Lourdes Ibanez, Chus y Emilio deSemilla, las mujeres del Ateneo Libertario, Anto-nio Mendoza, Jose de la Vieja, Cesar, Juany Paqui de Villaverde Alto, Paco Perez, JavierEspinosa y Ricardo Moron de FEDEKAS, Ja-vier Malagon de ECOE, Pedro de la Coordi-nadora Infantil, Mercedes Arquero de La Ka-lle, Natalio y Toni de Nuevas Palomeras, Juliany Paco Catalan de Palomeras Bajas; MilagrosHernandez del Triangulo del Agua, Marıa Rocay Sara de la Coordinadora de Barrios, Begonade Traperos de Emaus, Toribio de Perales del Rıo,Javier Segovia de La Torre, Elvira y Leonordel Fontarron, Mariano Sanchez, Chini, Arace-li y Pepe Molina de Vallecas, Pedro Casas delMovimiento por la Calidad de la Educacion, Ma-riano Moreno de la Coordinadora Red de Em-pleo, y a todos los companeros y companeras quetrabajamos por un Movimiento por la Dignidad delSur.

Tambien quiero manifestar mi agradecimiento atodos aquellos companeros y companeras, tanto delmundo academico, como del mundo profesional, quesin sus animos, sugerencias, correcciones y estımulointelectual, difıcilmente esta Tesis Doctoral hubierapodido ser terminada. Especialmente quiero recor-dar a mis companeros de la Universidad Carlos III,a Gus del Seminario de Urbanismo de la ETSAM, aJavier Camacho y Elıas Trabada de CEMYC,a Luis Cortes de la Facultad de CC.PP. y So-ciologıa, a mi companera Concha Denche por supaciente lectura y correccion del texto. Manifestartambien la deuda contraıda con Jose Luis Her-nandez y Olga Denche que desinteresadamentesolucionaron lo que para mı era un problema, losaspectos del formato de los textos y fichas.

Finalmente, es obligado destacar la labor de di-reccion de este trabajo por parte de la profesoraConstanza Tobıo, que en los momentos inicialestuvo la habilidad de enmendar esta investigacion, ycuyo apoyo y confianza fueron un estımulo perma-nente.

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I. La perspectiva

1 Introduccion

Se puede pensar en una reconciliacion de la ciudadcon el hombre. Ya no serıa una reconciliacion magica,jurıdica, mercantil, sino una reconciliacion cuyo nom-bre desconocemos y que permitiera un nuevo equilibrioy una nueva mediacion. Desconocemos el adjetivo quemerecera la nueva ciudad y si podremos recuperarla desu desviacion thanatica. Pero tambien, desconocemos loque es el nuevo hombre que hoy comienza a manifes-tarse. Las incognitas del hombre y la ciudad se cruzan,pero la investigacion es demasiado importante para quese abandone.

Luis Martın Santos, 1988

Nuestro vivir historico es cada vez mas incier-to, y a la vez mas intenso. Lo viejo y lo nuevo sesuceden con enorme celeridad y las coyunturas, losmomentos, las concreciones son cada vez mas efıme-ras. Vivimos instalados en un permanente perıodode transicion donde se suceden multiples parado-jas que continuamente emergen en los albores de lasociedad postindustrial y en esa nueva cultura de-nominada de la postmodernidad. En este trabajo deinvestigacion nos moveremos entre paradojas, siem-pre recurrentes e interpenetradas (lo nuevo-lo viejo,lo macro-lo micro, lo global-lo local, lo individual-lo colectivo, la identidad-la alteridad), convencidosde que las perspectivas parciales (sean cientıficas,sean ideologicas, desde una unica disciplina o desdeun solo punto de vista) se encuentran autoaisladasy no son capaces de establecer estrategias relacio-nales. Desde estas perspectivas parciales y desde lapractica que se deriva de ellas aparece un entrama-do de efectos perversos, autodestructores, que nosempuja a buscar otro sentido del conocimiento y desu proyeccion sobre la practica, esta vez con unamayor carga de reflexividad.

La superacion y/o destruccion de lo comunitario—en su sentido mas arcaico o pre-industrial— queprodujo la modernidad no ha conseguido su corre-lato en la alteridad, en la diversidad, en la sociedadigualitaria que preconizaba el Estado del Bienestar.En buena medida este trabajo responde a un inten-to de ayudar a resolver algunos de los enigmas queencierra esa contradiccion procurando no caer enenfoques nostalgicos del comunitarismo propio deperıodos pre-industriales. Si bien, se pretende desdeaquı, con una estrategia dual (buscando la recipro-cidad entre lo micro y lo macro, lo global y lo local),establecer el equilibrio, la potencialidad de la sınte-sis que se produce en un determinado movimiento

de las paradojas, en la indagacion de la complemen-tariedad, de la permeabilidad y de la compatibili-dad que se originan y que en buena parte definen laspropias paradojas. La cita de Luis Martın San-tos nos parece un buen encabezamiento que nosintroduce de lleno en el sentido y en el proposito deeste trabajo. Tal y como expresa, hay que pensar enuna reconciliacion de la ciudad con el hombre, y esees uno de los retos que quiere afrontar este trabajo.El proposito de descubrir los nuevos retos desde laciudadanıa, desde el sujeto integrante e integradoen su medio territorial y social. Este mismo tex-to nos introduce algunas ideas fuerza y nos orientaen la direccion epistemologica de nuestra investiga-cion. La idea de sıntesis de la paradoja se reflejaa traves de esa reconciliacion que ha de permitirnuevos equilibrios y nuevas mediaciones, emergen-cias que hoy se manifiestan, aunque tımidamente,en una «nueva ciudad» y en un «nuevo hombre».Ambas emergencias son solo posibles pensando ensu interpenetracion y en su reciprocidad, «se cru-zan» y ese cruzarse nos introduce tambien en laidea de complejidad.

El reto que tenemos por delante es, por tan-to, diverso, multiple, recurrente y se refiere siem-pre a las emergencias que acontecen en un desa-rrollo donde el cambio social se ha convertido enuna dinamica sin pausa. Ası, nociones emergentesque adquieren una creciente relevancia en la ulti-ma decada, tanto en el campo del conocimiento, co-mo en el campo de la practica; como la idea dereflexividad, de complejidad, de accesibilidad, desostenibilidad-insostenibilidad, de gobernabilidad-ingobernabilidad, de identidad-alteridad, de con-senso, de redes sociales, de Tercer Sector. . . serannuestros instrumentos teoricos que desde una pers-pectiva de Sociologıa Aplicada y siempre con una es-trategia relacional, confluyen en un objeto de inves-tigacion: un sujeto activo y pro activo, «Un sujeto-en-proceso» (Ibanez, 1990c), «el sujeto que regre-sa» (Ibanez, 1991) y que concretamos en una evi-dencia que hemos denominado Nuevas Iniciativasde Gestion Ciudadana.

Pero antes de entrar a delimitar mas detallada-mente el objeto de investigacion es necesario pre-cisar aun mas los objetivos de la misma, quiza de-berıamos seguir denominandolos retos de la inves-tigacion, o mas bien retos que desvelamos a partirde la investigacion (retos para el propio objeto —sujeto— que se investiga y que en este caso tiene supropio objeto de intervencion) que estudia un ob-jeto en estado germinal. El objeto en nuestro casoes un sujeto (sujeto-en-proceso) y tiene como obje-

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4 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

to de intervencion la consecucion de la Calidad deVida. El poder aspirar, por parte del sujeto, a tenerun objeto de intervencion tan sumamente comple-jo como es la idea de Calidad de Vida1 requierepor parte de este de unas condiciones, que a la vezson su propia estrategia, y que a la vez son partede la estrategia de esta investigacion: una multiplearticulacion desde una perspectiva relacional o detranspenetracion2.

Esa articulacion es emergente e incipiente, y estoes una hipotesis central que se desgrana en distintosestados relacionales:

1. Una articulacion (transpenetracion) en la di-mension de las escalas espaciales: micro-macro,global-local.

2. Una multiple articulacion (transpenetracion)en los sectores o areas tematicas: esta articu-lacion sectorial significa una interpenetracioninterdisciplinar y tiene una gran operatividadpara la consecucion de la Calidad de Vida.

3. Una multiple articulacion (transpenetracion)en la dimension de los grandes sectores o sis-temas sociales, a saber: un Primer Sector (elestado, el ambito de lo publico), un SegundoSector (el Mercado, el ambito de lo privado),un Tercer Sector (el tejido asociativo, el am-bito de lo comunitario), un Cuarto Sector (eltejido social, el ambito de las redes sociales yde las relaciones sociales primarias). Este ulti-mo implica un sistema relacional transversal,mientras que los tres primeros sectores impli-can, ademas de una integracion transversal,una integracion entre lo micro y lo macro:

Primer Sector: articulacion entre los ni-veles administrativos (AdministracionesCentral, Regional, Municipal, Local).

1El termino de Calidad de Vida es de uso mas que corrien-te en el ambito coloquial, las mas de las veces en referenciaa un repertorio de aspectos muy diversos y parcelados so-bre la satisfaccion de necesidades o deseos, y tambien es deun uso frecuente en el ambito de las ciencias sociales, aun-que muchas veces desde opticas ambivalentes, a saber desdeperspectivas exclusivamente objetivas y/o desde perspectivasmas subjetivas. Sin embargo, la Calidad de Vida como con-cepto teorico es un aspecto central del presente trabajo enrazon de su potencialidad epistemologica, potencialidad quecomo veremos a lo largo de la presente investigacion vienemarcada por/desde su caracter multidimensional que es loque permite inscribirlo en la idea de complejidad.

2En definicion de Pablo Navarro (1997:121) «la trans-duccion epistemica mediante la que se pone de manifiesto esatranspenetracion existente entre sistemas de distinto generoontologico, consiste basicamente en lo siguiente: los fenome-nos tıpicos de un cierto dominio ontologico son sometidos auna reinterpretacion en los terminos de los fenomenos carac-terısticos de otro dominio diferente. Cuando esos fenomenospeculiares de los dos dominios se representan por medio desendos sistemas, el proceso de transduccion epistemica aso-cia a los componentes del sistema correspondiente a uno delos dominios una reinterpretacion en los terminos de los com-ponentes del sistema correspondiente al otro dominio».

Segundo Sector: articulacion micro-macroorganizacional, micro-macro economıa.

Tercer Sector: articulacion transversal enlo micro, conjuntos de accion de los mo-vimientos sociales como articulacion en-tre las organizaciones sociales y el Cuar-to Sector. El Tercer Sector como media-dor entre el resto de los sectores y fun-damentalmente entre el Cuarto Sector yel Estado.

4. Una multiple articulacion (transpenetracion)en los procedimientos: que a fin de cuentas sig-nifica una articulacion del conocimiento y dela practica en una estrategia operativa de inte-grar el conjunto de sectores, niveles y actoresreflejados en los estados relacionales apunta-dos anteriormente, pero en nuestro interes in-vestigador focalizados en ambitos o espaciosconcretos: la periferia social y urbana de unaciudad como Madrid.

1.1 Antecedentes contextuales

Las aglomeraciones urbanas estan en la encru-cijada de la problematica global. En los albores delsiglo XXI cerca de la mitad de la poblacion mundialresidira en grandes ciudades. La mayor virulenciade la problematica social y ambiental se produce encausas y efectos que derivan del crecimiento y desa-rrollo de las grandes ciudades. De hecho, como re-visaremos, desde enfoques muy diversos se tiende aconverger hacia un analisis del problema de las aglo-meraciones urbanas. Si bien las causas y los efectosapuntan a una distincion entre Metropolis (grandesciudades del Norte) y las Megalopolis (grandes ciu-dades del Sur). Las primeras han dejado de creceren poblacion y tienen su origen en una industriali-zacion basada en la expoliacion de los paıses de lassegundas. En las metropolis se controla la produc-cion y se consume, en las megalopolis se concentrala poblacion expulsada por el modelo extractivo delmonocultivo, se concentra la pobreza y se sobrevive.En ambas los problemas evidenciados son una senalde alarma. Indicio de una crisis mas profunda quenos obligara a cuestionarnos los actuales modelosde organizacion y de desarrollo urbano3.

Nuestras grandes ciudades occidentales, al igualque cualquiera de las otras regiones metropolitanasy megalopolis del planeta se desarrollan y se adap-tan a tendencias modelicas que sin superar unas cri-sis se sumergen en otras. La ciudad-metropoli refor-mulandose en una permanente crisis, es el soportefısico, social y economico de un sistema que se fun-damenta en la ciencia economica monetaria y del

3Estas consideraciones han sido expresadas con muchaclaridad por la Comision de las Comunidades Euro-peas (1990) en el Libro Verde sobre el Medio Ambiente Urba-no (Oficina para las Publicaciones Oficiales de la ComunidadEuropea. Bruselas).

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I. La perspectiva. Introduccion 5

libre cambio. Precisamente nos situamos desde unaperspectiva donde la ciencia economica ortodoxa espuesta cada vez mas en cuestion ya que es incapazde dar valor (se fundamenta en lo conmensurable) alos efectos incontrolables o externalidades provoca-das por el sistema metropolitano y mercantilizadoque evidencian los lımites de un crecimiento conti-nuado y sostenido.

El modelo de desarrollo de nuestras metropo-lis se sustenta en un crecimiento exponencial de losproblemas medioambientales generados por las acti-vidades urbanas, ya que las tasas de incremento dela explotacion de los recursos naturales, de la ener-gıa y de los residuos urbano-industriales son cadavez mayores en referencia al incremento de la po-blacion que los genera. Las repercusiones, tanto dela detraccion de los recursos como la devolucion delos mismos al ecosistema en forma de residuos o con-taminacion afectan cada vez a territorios mas aleja-dos de las regiones metropolitanas, y algunos efectosque se derivan de su desarrollo, como el efecto inver-nadero o el riesgo nuclear, definen la crisis ecologicaa nivel planetario. Si bien los efectos globales delmodelo urbano de desarrollo tambien tiene sus pro-pias consecuencias para las grandes ciudades. Esaparadoja viene a explicar como el sistema metro-politano a partir de un determinado nivel de cre-cimiento es autodestructivo. La perdida de calidadambiental en las ciudades deviene de la crisis am-biental planetaria que ellas mismas provocan, perosobre todo —por ser mas perceptible desde las pro-pias ciudades— por el sobreuso y uso inadecuadode los recursos naturales propios o cercanos (fun-damentalmente el suelo, el agua, la gestion de losresiduos urbano-industriales y la contaminacion).De tal forma que la sostenibilidad ambiental de lasgrandes ciudades presenta una doble vertiente delproblema: de habitabilidad de las ciudades, por unlado, y de sostenibilidad a nivel mundial, por otro.En consecuencia, el sistema economico entra en con-flicto con los ecosistemas ecologicos, y los modelosmetropolitanos aparecen como un fiel exponente deesta contradiccion.

Junto a las externalidades ambientales tambienpersisten de forma acrecentada, las viejas y nuevasexternalidades de naturaleza social4. Aparejado ala compartimentacion espacial hay que considerarla consolidacion y ampliacion de la segregacion es-pacial. El modelo de desarrollo metropolitano y deorganizacion territorial viene condicionado por lasexigencias derivadas de la internacionalizacion de laeconomıa. Cualquier metropoli que se precie de sercompetitiva parece que debe esforzarse en no per-der el tren de la economıa global que apuesta porla creacion de los soportes y canales de flujos para

4Simplificando, podemos considerar externalidades socia-les como aquellos efectos o consecuencias sociales perversasque no son mensurables desde los parametros de la renta-bilidad economica que impone el modelo economico clasico(como por ejemplo los multiples efectos del desempleo).

que sea posible la incorporacion de la ciudad a ladenominada economıa mundo, en ese envite por lacompetitividad. Si bien, el dominio de la totalidadsobre las partes, de la economıa mundo sobre la vi-da cotidiana, que no ha venido a significar otra cosaque una mayor dependencia economica y energeticade lo local bajo lo global, hace que aquellos espa-cios mas segregados y aquellas poblaciones menoscompetitivas se instalen en la fragilidad y se des-cuelguen de los procesos economicos y financierosinternacionalizados.

Ese modelo de desarrollo economico y los me-canismos que facultan la reproduccion del SistemaUnico5 han profundizado, no solo las contrarieda-des con el ecosistema natural, sino que tambien haacrecentado las desigualdades sociales, y con elloha procurado una fragmentacion social hasta lımi-tes que no tienen precedentes. Ello es mas ostensi-ble en las metropolis americanas (del Sur y tambiendel Norte), pero tambien en Europa las tendenciasapuntan hacia la consolidacion de la denominadaCiudad Dual donde son crecientes las contradiccio-nes, los conflictos entre instituciones y ciudadanos, yel distanciamiento cada vez mayor entre los sectorescon mayores rentas y mayores oportunidades parala promocion social y acceso a los mejores puestosy servicios, frente a aquellos otros sectores descua-lificados y excluidos de los procesos generadores deriqueza. Las consecuencias de ello las advierte Ma-nuel Castells (1991: 102-103): «el tejido socialque hoy conocemos podra desintegrarse facilmen-te bajo la presion de la tendencia estructural haciael surgimiento de la Ciudad Dual. La participacionciudadana —continua Castells buscando el cam-bio de esa tendencia— y la democracia polıtica siguesiendo la vieja receta. . . ».

La percepcion de la evolucion de la ciudad comoproblema se viene evidenciando a traves de la eclo-sion de una abundante elaboracion de trabajos, do-cumentos y convocatorias de jornadas y encuentros,tanto en nuestro paıs, como a nivel internacional6, yque se viene a expresar bajo dos conceptos que cadavez son mas habituales y motivo de preocupacion:la cohesion social en las ciudades y la sostenibilidadambiental de las ciudades. Ideas como la desverte-

5Segun Pablo Bifani (1980) la concepcion de centro-periferia reconoce la existencia de un solo sistema: el sistemamundial que se fundamenta en el hecho de que la innovaciontecnologica se produce y se desarrolla en el centro con mucharapidez, sirviendo eficazmente a los sectores economicos deproduccion y consumo, mientras que en la periferia la im-plantacion tecnologica solo penetra mas directamente en lasactividades economicas de caracter extractivo con destino enel centro.

6No queremos dejar de reflejar algunas de las aportacionesque nos parecen mas representativas al respecto: Libro VerdeSobre el Medio Ambiente Urbano (CEE, 1990), La eclosionde la sociedad urbana: desorden o medio ambiente urbano(VV.AA., 1994; en la revista Ciudad y Territorio-Estudios

Territoriales, n. 100-101), Conferencia de Naciones Unidas

Sobre Asentamiento Humanos Habitat II , Local y Global: Lagestion de las ciudades en la era de la informacion (Borja&Castells, 1997).

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6 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

bracion social, los procesos de vulnerabilidad que seproducen en determinadas areas de periferia socialy urbana, la insostenibilidad y los crecientes sınto-mas de ingobernabilidad e insolidaridad, son motivode referencia continua y es, en definitiva, donde sevienen a situar el centro de los problemas de lasciudades. El reto esta planteado y nuestro interesse orienta, ademas de en reflejar y, necesariamente,partir de esa doble contradiccion: ambiental y social—que desde alguna perspectiva, insistimos, su ori-gen se encuentra en el modelo urbano—, en evaluarel papel de responsabilidad y tambien de potenciali-dad que tienen los distintos actores-sectores socialesque intervienen en los procesos.

1.2 El objeto y objetivos de la investi-gacion

El contexto de mundializacion de la racionali-dad economica del que partimos expresa su domi-nio en tres grandes esferas: metropolitanizacion (de-sequilibrio ambiental y territorial cuyos exponen-tes mas claros son la sobreocupacion y destrucciondel medio natural), internacionalizacion de la eco-nomıa (desigualdad formalizada que supone un so-metimiento de las microorganizaciones por las ma-croorganizaciones, de la economıa informal de esca-la reducida por la economıa formal, de los sectoresdebiles por los sectores fuertes), homogeneizacion dela cultura (prevalencia de la cosmologıa occidentalsobre las subculturas, destruccion de la diversidadsocial y cultural, dominio del pensamiento unico so-bre el pensamiento complejo). Una sıntesis de esedominio que pone en comun a esas tres esferas es laconsolidacion de aquellos procesos que significan lasubordinacion de lo local bajo lo global.

Frente a los efectos de ese dominio surgen nuevasiniciativas de resistencia, fundamentalmente, en Oc-cidente, en espacios de periferia social, que son unarespuesta al sentido perverso de la mundializacion.El objeto de nuestro trabajo son aquellas iniciati-vas de nuevo tipo que vienen desarrollandose desdeprincipios de la decada de los 80 en los espaciosde periferia social y urbana del municipio de Ma-drid. Inscritas en el ambito local son, sin embargo,experiencias que parecen recoger las nuevas pers-pectivas de la problematica global («pensar globalactuar local») y apuntan un modelo social alterna-tivo que pone en relacion aspectos de ındole cultural(identidad, apropiacion, participacion. . . ), ambien-tal (medio ambiente urbano, reciclaje, ampliacionverde. . . ) y economico (desarrollo endogeno, econo-mıa social, economıa de insercion).

Asistimos a la configuracion de un nuevo esce-nario en el que se desenvuelve lo que se ha dado endenominar como Tercer Sector o Tercer Sistema7.

7Aunque en el Apartado 8 (p. 126) se desarrolla es-te aspecto nos vemos en la obligacion de adelantaralgunas consideraciones. El Tercer Sector es una ex-presion de reciente uso puesta en circulacion por dis-

Este Tercer Sector en su dimension mas localistasignifica una movilizacion de recursos muy diversosque se dirigen a desarrollar las potencialidades loca-les, a reconstruir las redes sociales de coexistencia ya orientar la satisfaccion de las necesidades huma-nas de forma sinergica.

Como veremos son un nuevo tipo de entidadessociales que, aunque inscritas en el ambito del mun-do de la vida cotidiana, aplican e implican la difu-sion de nuevos valores universales, responden ca-da vez mas a la estrategia dual de «pensar global,actuar local» y de «pensar local, actuar global».Su nueva funcion es la satisfaccion de las necesi-dades humanas desde una perspectiva universal, yprecisamente por ello se inscriben en una logica demostrar lo que se ha denominado como necesidadesradicales (optimizacion de las necesidades: Doyaly Gough (1994)). Presentan nuevos valores y ac-titudes frente a los dominios tradicionales (Estadoy Mercado), ası junto a la/s estrategia/s de Con-frontacion y/o de Colaboracion toma mayor cuer-po la estrategia de Coexistencia, es decir de obte-ner la autonomıa suficiente para aplicar, implicar,transformar su medio social con sus propias fuer-zas y recursos, y a la vez construyendo su propiaidentidad y practica al margen de las estrategias yde las practicas de los otros sectores de dominio.Es decir, su estrategia no se basa tanto en exigir-pedir responsabilidades-derechos como en adquirirresponsabilidades y aplicar el derecho a intervenirdirectamente en los procesos que les afectan direc-ta y cotidianamente. Su objeto de intervencion esla Calidad de Vida y ello implica nuevos y renova-dos aspectos como la democracia participativa, laapropiacion de los tiempos y espacios, y la cali-dad ambiental. Si bien, se trata de un sector invisi-ble (Max-Neef, 1986) tremendamente fragmenta-do, en correspondencia con las tendencias sociales,por lo tanto, difıcil de detectar, estudiar y evaluaren su justa dimension y proyeccion de futuro, por lamisma razon sus aspiraciones de articulacion son supropio reto. Presentan la posicion de ser y la dispo-

tintos autores y desde distintas perspectivas disciplina-res (Nerfin (1988); Kramer (1981); Galtung (1984); Ce-sareo (1985); Sanne (1985); Ascoli (1987); Garcıa Ro-ca (1996); Donati (1997), entre otros autores), y aunque nohay total unanimidad a la hora de definir este Tercer Sectorsı se pueden establecer algunos rasgos comunes. En gene-ral su situacion se referencia como de coexistencia entre losotros dos grandes sectores de la vida economica y social: laeconomıa de mercado y las instituciones publicas. Sin em-bargo, este espectro del Tercer Sector es sumamente amplioy heterogeneo, y aquı nos interesa fundamentalmente aquelTercer Sector que podemos identificar con pequenas y me-dianas organizaciones descentralizadas que siendo productode iniciativas ciudadanas de intervencion en lo local preten-den buscar espacios alternativos, nuevas formas de gestion,de participacion, de economıa y de relaciones de produccion.En todo caso, la amplitud del termino permite incluir to-do aquello que podemos identificar con asociacionismo, eco-nomıa social, cooperativismo, voluntariado, ONGs, ONLs. . .Por otro lado, optamos por utilizar el termino de Tercer Sec-tor, frente al de Tercer Sistema, dada su mayor acepcion.

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I. La perspectiva. Introduccion 7

sicion de poder ser, es decir, pese a su invisibilidadson una realidad, y una realidad con proyeccion, enmovimiento. El ser proviene de unas condiciones, elpoder ser implica unas condiciones, ambos aspectosson motivo de interes para nuestro trabajo.

Las condiciones que llevan al surgimiento delTercer Sector, y mas concretamente su desarrolloen ambitos de escala humana, creemos que son sufi-ciente justificacion para afrontar esta investigacion.Estas parece que son multiples: las nuevas formas deexclusion social como nueva dimension, los requeri-mientos de insercion cada vez mas inseparables delos procesos de participacion, la creciente fragmen-tacion social, la crisis ambiental, las nuevas formasde inaccesibilidad a la satisfaccion de las necesida-des basicas. . . Todos esos nuevos componentes so-ciales junto a la paradoja que supone la retiradadel Estado del Bienestar, y su reverso, el neolibe-ralismo, parece que crean determinadas condicionespara el surgimiento de estas nuevas iniciativas deresistencia (re-existencia).

Por otro lado, referente a su proyeccion de fu-turo, parece que el marco expuesto precisarıa deuna relacion fluida, articulada y recıproca (de apo-yo mutuo) entre la iniciativa ciudadana (potencia) einstituciones democraticas (poder) que en la prac-tica social tendrıa una traduccion en el reconoci-miento, desde el orden institucional, de la potencia-lidad operativa y no conflictiva de lo publico (co-munitario) no institucional. Supondrıa la adopcionde estrategias duales encaminadas a la coexistenciade ambas instancias, a complementar mas que ex-cluir, a favorecer la autonomıa mas que a imponer ocontrolar, a descentralizar mas que a centralizar, adiversificar mas que unificar, a potenciar la autorre-gulacion mas que a imponer la regulacion. En todocaso, la emergencia y consolidacion de esas nuevasformas para reencontrar la ciudadanıa plena pareceque necesitan de un modelo urbano y de un mode-lo social capaz de dotarse de un estado relacionalque conlleva una nueva cultura de la intervencionpublica.

Se pretende, por tanto, en este trabajo, en pri-mer lugar, identificar y detectar esas iniciativas yanalizar sus contenidos, sus actividades, sus interac-ciones sinergicas autopoieticas8 , sus multiples inter-dependencias con el exterior, y los requerimientos,tanto internos como externos para su consolidaciony extension. Por otra parte, se trata de apuntar lascondiciones optimas de ambiente y sistemicas (or-ganizacion urbana, modelos de gestion, redes socia-les como formas de regulacion y de neutralizar los

8Autopoiesis: la teorıa de los sistemas autopoieticos cons-truida por Maturana y Varela (1986) los concibe como sis-temas «organizacionalmente cerrados (en vez de ser progra-mados desde fuera, se hacen a sı mismos), e informacional-mente abiertos (reciben y producen continuamente informa-cion)» (Ibanez, 1991). En este caso se alude a los procesos enlos que los propios sujetos descubren (devenir consciente) susnecesidades, autoproducen sus estructuras y ejercen accionesoperativas en consecuencia.

efectos sociales) para el desarrollo de una sociedadcivil movilizada y consciente de sı misma. Es decir,la emergencia de esas iniciativas nos impelen a unareconstruccion teorica orientada hacia la busquedade cuales son las nuevas practicas sociales urbanas,el sentido de sus estrategias operativas y las poten-cialidades de esos espacios de intervencion directa.

Finalmente, recapitulando y a la vez articulandolo que son los antecedentes contextuales y el propioobjeto de la investigacion, podrıamos considerar quefrente a las contradicciones que se producen en ladimension ambiental y en la dimension social de laciudad, y que con mayor virulencia se expresa en de-terminados espacios de periferia social y urbana, losactores tradicionales inscritos en una logica de Mer-cado o de Estado se muestran incapaces por sı solos,o se inhiben, de desarrollar los procesos adecuadospara la consecucion y optimizacion9 de la Calidadde Vida en las ciudades. Como consecuencia de ello,entre Mercado y Estado emerge un nuevo sector deiniciativas ciudadanas que revelan nuevas practicassociales en el medio urbano que apuntan hacia otromodelo urbano y hacia otras formas de entender lopublico y la democracia.

1.3 Algunas consideraciones sobre laposicion del investigador

Contribuir a abrir este camino lleva implıcitouna fuerte carga de compromiso, y ello no puedeocultarse, mas al contrario, hemos de reconocer yser conscientes de que todo bagaje autodenomina-do cientıfico, comprometido o no comprometido consu objeto de analisis, tiene influencias del contex-to y del entorno al que irremediablemente pertene-ce. Desde esta perspectiva no existe el investigadoraseptico absolutamente neutral exonerado de cual-quier influencia del medio social. Siempre se inves-tiga con alguna intencionalidad, para algo y paraalguien, lo que tiene sus propias consecuencias so-bre el sentido, el objeto, el objetivo y la estrategiade la investigacion. Precisamente, reconocer este su-puesto y sus efectos significa ser conscientes de lospropios condicionantes personales para ası conver-tirlos en potencia mas que en inconveniente.

Nos situamos, en definitiva, en el nivel epistemo-logico y parece obligado responder a dos preguntas

9El uso del termino optimizacion se suele identificar conla medicion de los fenomenos economicos proyectados en pa-rametros o estandares de corte cuantitativo. Al utilizar estetermino, por tanto, se asume un riesgo a despejar. Optimizarla Calidad de Vida desde una perspectiva de la complejidad,desde la perspectiva que pretende adoptar esta investigacion,significa iniciar una trayectoria a traves de la cual se pre-tende, se propone, traspasar la metodologıa subjetiva a unavertiente practica, o lo que es lo mismo, proyectar la refle-xividad hacia su capacidad/potencialidad operativa. Ası, siel reconocimiento de la complejidad implica, respecto de laCalidad de Vida, y supone la reciprocidad entre las multi-ples dimensiones que interactuan, cada una de estas en suaplicacion practica/activa no podra ir en menoscabo de lasotras dimensiones.

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8 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

en el momento de iniciar esta investigacion: ¿paraque se hace la investigacion? (Ibanez, 1979: 14), y¿para quien se hace? En la primera pregunta a gros-so modo podrıamos responder, al menos, bajo tressupuestos: para explicar (mantener las funciones),para reformar (aplicar reformas de las funciones),para transformar (implicar conscientemente a lossujetos afectados en el cambio de las funciones), as-piramos en este trabajo a ubicarnos lo mas posibleen el ultimo supuesto. Respecto al segundo interro-gante, optamos por buscar un equilibrio que satisfa-ga distintos intereses y suponga distintas utilidades.Por un lado, es obligado satisfacer los requisitos dela comunidad academica y con ello los propios delinvestigador que afronta la lectura de su Tesis Doc-toral, pero por otro, se aspira a que este trabajosea reconocido, de uso y utilidad por el propio ob-jeto (sujeto) que se estudia, que en cierto sentido,espera algo de una investigacion en/de la que haparticipado.

Superar los condicionantes aprendidos, o al me-nos atenuarlos, supone ser conscientes de la natu-raleza de la complejidad y buscar las interdepen-dencias en el analisis. Dominar en este sentido lacorresponsabilidad del investigador, supone, comoapunta Garcıa Bellido (1994: 266) «moverse enel hemisferio de la teorıa aunque orientada a la prag-matica». Por ello esta Tesis tiene una vocacion decierto sentido practico, de utilidad analıtica y depropuesta transformadora para el propio objeto deestudio. Realizar una investigacion con vocacion deintervencion representa proyectar e imaginar esce-narios posibles, y cuando se imagina la proyeccionposible de las emergencias «se hace siempre desdeun lugar determinado (la posicion), en una direccion(la trayectoria) y por una persona concreta (sujeto)individual o colectivo que ademas utiliza unos ins-trumentos de observacion y accion (metodologıa)»(Dıaz Mendez, 1992: 15). Imaginar, «inventar —en expresion de Jesus Ibanez— es posible si y solosi nos situamos en el lugar adecuado, en un lugar decruce» que nos permita encontrar la articulacion enla complejidad. La perspectiva compleja es la quenos permite el cruce para la imaginacion de lo po-sible, por ello la propia complejidad es un reto deesta investigacion.

Precisamente el reto de la complejidad nos lle-va a asumir en este trabajo un enfoque multiple,que desde las aportaciones de muy distintos baga-jes y disciplinas nos haga del soporte teorico cons-truido un campo de interacciones y retroaccionesen torno a los aspectos territoriales y ecosociales10

10La dimension de los espacios locales (capacidad de con-trol a escala humana); y el concepto de ecosistema son dosaspectos que como veremos nos posibilitan un acercamientoal objeto de investigacion y a su sentido de complejidad. Nosayudan a reinterpretar conceptos que atraviesan la investi-gacion como por ejemplo el concepto de Calidad de Vida,la Teorıa de las Necesidades, el Tercer Sector, la EconomıaSocial, Teorıa de la Comunicacion, Redes Sociales. . .

con potencialidad para ofrecer una permeabilidaden lo fronterizo de las disciplinas, una cohesion yun hilo conductor capaz de integrar y dar sentidoa la relacion entre distintas areas de intervencion,un encuentro, en definitiva. Esta estrategia de in-vestigacion contiene una importante componente deriesgo que asumimos, sabiendo de antemano que lainvestigacion sin riesgo queda despojada de cual-quier utilidad transformadora.

1.4 Estructura del trabajo

La idea central de la que partimos es la que serefiere a que las nuevas iniciativas del Tercer Sectorson un claro exponente de la idea de complejidad, sinembargo, esta solo cobra total plenitud en escalasreducidas que permitan el desarrollo y control hu-mano. Desentranar ese concepto a traves de media-ciones multiples, pero interconectadas y de interesestrategico, constituira el hilo conductor de la inves-tigacion. Tras la presente introduccion, el Apartado2 (p. 10), de caracter epistemologico, nos va a per-mitir introducirnos en el concepto y en el paradigmade la complejidad. Partiendo pues de una idea holıs-tica, amplia, abstracta como es la de complejidad seinicia un recorrido que pretende ir estrechando ca-da vez mas el cerco hasta llegar al analisis concretode las Nuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana. Elrecorrido por distintos vericuetos teoricos nos tieneque llevar a poder explicar el sentido de la emergen-cia de esas nuevas iniciativas en el medio urbano yde su potencialidad proyectada hacia el futuro.

En una Segunda Parte (p. 25) se pretende laaproximacion teorica al sentido de la emergencia deesas iniciativas. Llegamos al concepto de Calidad deVida a traves de las Nuevas Teorıas del Desarrollo,de la idea de Sostenibilidad (Apartado 3 (p. 25)), yde la Teorıa de las Necesidades Humanas (Apartado4 (p. 48)). El concepto de Calidad de Vida nos situaen la dimension operativa de la complejidad, es de-cir en la multiplicidad de aspectos que dan sentidoa la accion humana. El desarrollo de esta segundaparte nos permite establecer lo que, a la vez, soncondiciones optimas para su existencia y extension,y su propia esencia e intensidad. Pero antes de de-sarrollar el sentido de las condiciones necesarias, enuna Tercera Parte (p. 84) se establecen las condi-ciones en sı y su proyeccion en la vertiente de lasrespuestas.

Ası, en el Apartado 6 (p. 84) se desarrolla elcontexto de metropolitanizacion y las consecuen-cias que de el se derivan, y mas particularmente enlos espacios de periferia social y urbana de Madrid.Mientras, el Apartado 7 (p. 104) deja constancia dela naturaleza de los fenomenos emergentes, de surealidad y de su potencialidad, de sus rasgos iden-titarios y de sus riesgos, de sus dificultades y desus retos. En el Apartado 8 (p. 126) se significa laconcrecion en casos de los aspectos teoricos desa-rrollados en los dos capıtulos anteriores, es decir, se

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I. La perspectiva. Introduccion 9

deja constancia del contexto y de las emergenciasa traves de un analisis articulado, de la estructuraurbana de la periferia social y urbana de Madrid,y de las nuevas practicas sociales que se gestan ensu seno. Este capıtulo ofrece, entonces, el analisisdel trabajo de campo que muestra en primer lu-gar el origen de las iniciativas sociales emergentesy en un segundo momento evidencia la presencia yla dimension de las que denominamos como NuevasIniciativas de Gestion Ciudadana, y de como estasse inscriben en una logica de complejidad que se ex-presa en una estrategia praxica dirigida a optimizarla Calidad de Vida.

Una ultima y Cuarta Parte (p. 161) aborda loque queriendo ser conclusion, es a la vez una signifi-cacion de los retos y las condiciones necesarias paraque el objeto (sujeto) de estudio adquiera un papelprotagonista en la consecucion de un nuevo paradig-ma (o seudo-paradigma). En el Apartado 9 (p. 161)se establece el modelo urbano favorable a la soste-nibilidad y la gobernabilidad de la ciudad, se situapor tanto en una dimension fisiologica que en buenamedia se refiere a los soportes fısicos para el desa-rrollo articulado de la Calidad de Vida y de la de-mocracia urbana. Mientras, el Apartado 10 (p. 181)sincroniza las condiciones fısicas con las condicio-nes conductuales necesarias para la articulacion deldesarrollo local y de la democracia urbana, lo quehemos venido a identificar como una Nueva Cultu-ra de la Intervencion Publica basada en un Estadorelacional.

Tras las Referencias Bibliograficas (p. 189) hayun capıtulo final de Anexos (p. 213), donde quedanrecogidas las Fichas-cuestionario realizadas a la to-talidad de iniciativas detectadas en el trabajo decampo (Anexo 3 (p. 218)). Estas son el soporte so-bre lo que se ha construido esta Tesis Doctoral ysin su incorporacion no podrıa reflejarse toda la ri-queza de la informacion de la que damos cuenta, ysobre todo quedarıamos en deuda con los autenticosprotagonistas de este trabajo.

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2 El pensamiento complejo co-

mo respuesta y paradigma

2.1 Introduccion: el pensamiento com-plejo como orientacion epistemologi-ca11

La razon y el sentido de la existencia de la emer-gencia de nuevas iniciativas locales ciudadanas vieneconformado por un nuevo escenario que se sostiene,por un lado, en una dualidad: en multiples inter-dependencias internas, y en multiples interaccionescon el exterior. Por otra parte, en el creciente interespor redescubrir fenomenos que nos permiten acce-der a la cualidad del sujeto al quedar este integra-do en los procesos sociales. Es lo que consideramoscomo un fiel exponente de aquello que se ha dadoen denominar como la idea de complejidad12 . Porello desde el punto de vista del objeto de estudio seprecisa un previo acercamiento a la idea de comple-jidad aceptando las implicaciones metodologicas yepistemologicas que ello conlleva.

La complejidad es un juego de lo paradojico cu-ya salida-llegada solo puede ser una sıntesis, que asu vez solo puede ser entendida como el trayecto anuevas situaciones paradojicas. Es necesario realizaruna primera distincion: lo complejo no es lo compli-cado, es lo sencillo; lo complicado no es lo complejo,es lo simple, de tal modo que en un primer orden,lo complejo es el reverso de lo complicado. En unsegundo orden, lo complejo es el reverso de lo sen-cillo y lo complicado es el reverso de lo simple. Estemultiple cruce paradojico es el que nos disponemosa desentranar.

Podemos entender esto recurriendo a ejemplosde algunas consecuencias que se derivan de las ten-

11Para una mejor comprension del sentido del trabajo pre-sentado hacemos nuestras las siguientes acepciones del senti-do epistemologico: La funcion epistemologica segun Zemel-man (1987: 40) se refiere al tipo de relaciones que se esta-blecen con la realidad, «una idea basica —en palabras deKenney— para comprender la epistemologıa es que lo quecada cual percibe y conoce deriva en gran medida de lasdistinciones que traza. . . Al trazar estas distinciones, lo quehace es construir una epistemologıa, o sea, una manera de co-nocer y una manera de conocer su conocer» (Kenney, 1990:103-105). Por su parte Ibanez (1991: 99) distingue entre lapregunta metodologica (que tiene que ver con la extraccionde informacion mediante la observacion) y la pregunta episte-mologica (que tiene que ver con la inyeccion de neguentropıamediante la accion), que pertenece al orden pragmatico delhacer y que se formula en terminos de para que —y paraquien— se hace la investigacion.

12Avanzamos una primera descripcion de la idea de com-plejidad a traves de una autorespuesta a la cuestion que ex-presa Morin (1994: 32): «¿Que es complejidad? A primeravista la complejidad es un tejido (complexus: lo que estatejido en conjunto) de constituyentes heterogeneos insepa-rablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lomultiple. Al mirar con mas atencion, la complejidad es, efec-tivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, re-troacciones, determinaciones, azares que constituyen nuestromundo fenomenico. Ası es que la complejidad se presenta conlos rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, deldesorden, la ambiguedad, la incertidumbre. . .».

dencias que en la era postindustrial se encuentranimplicadas entre sı, y que precisamente son las quetenemos como cometido de desarrollo a lo largo delpresente trabajo. Un primer ejemplo es la tenden-cia a lo que denominamos como metropolitanizacion(urbanizacion in extremis), que supone la coloniza-cion del territorio (por tanto de la naturaleza), yla consiguiente separacion de espacios y funciones.Ello es exponente de lo complicado y a la vez de losimple. La separacion de las funciones y las distan-cias generadas entre ellas representan rupturas de lavida cotidiana que hacen la existencia del individuomas complicada. El fuera de juego del sujeto en losprocesos de urbanizacion, la perdida de cognicion,percepcion y control sobre un espacio fragmentadoen el que tiene que moverse y actuar, hace la vidamas simple. En contraposicion podrıamos conside-rar el modelo urbano preindustrial, mas complejo(mezcla y confusion de funciones), y mas sencillopor el mayor control e implicacion de los sujetossobre los procesos sociales de la vida cotidiana.

Un segundo ejemplo es la controvertida tenden-cia a la homogeneizacion cultural (la aldea global)y que supone, entre otros aspectos, la comercializa-cion de la cultura y la destruccion de la sociodiver-sidad, de las otras culturas, y de las subculturas nodominantes. La unidimensionalidad en la cultura essinonimo de empobrecimiento ante la disolucion einexistencia de otras referencias culturales, simpli-cidad a fin de cuentas. A la vez muestra rasgos decomplicacion en la medida que la adecuacion de lasculturas dominadas a la cultura dominante (acultu-racion), y el acceso a los bienes y servicios reificadoscomo formas culturales es siempre difıcil, conflicti-vo, desigual e inquietante.

Un ultimo supuesto serıa la tendencia a la glo-balizacion o mundializacion de la esfera de lo eco-nomico que, como es sabido, representa la maximaexpresion de la division del trabajo y la mınima ex-presion de la autonomıa. La division y la especiali-zacion, la concentracion y las formas de distribucionde la produccion y de los productos, la competiti-vidad. . . , hacen los procesos productivos muy com-plicados, mientras que la carencia de iniciativa, decreatividad, de control sobre el proceso producti-vo que significa la rutinizacion del empleo existentesimplifica la vida de los individuos.

Todo ello no ha de implicar una mirada al pasa-do, mas al contrario significa una mirada al futuro.La solucion permanente a la paradoja (paradoja dela paradoja) sera el reto, y el reto se establece en laposibilidad y en la potencialidad de la logica de lacomplementariedad y de la sıntesis13. Inscribirse en

13En palabras de Morin (1993: 441) «La complejidad seexpresa en fin por la asociacion de nociones antinomicas, yque por ello parecen contradictorias. No obstante, la con-tradiccion puede no ser mas que aparente: una paradoja seresuelve desde el momento en que se situan las dos proposi-ciones antagonistas en un sistema de referencias enriquecidodonde aparezca su complementariedad logica». Igualmente

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I. La perspectiva. El pensamiento complejo como respuesta y paradigma 11

esa logica (dialogica) significa adoptar una ciertaestrategia dual encaminada a construir un equili-brio (la sıntesis) en la relacion entre lo concreto ylo abstracto, lo subjetivo y lo objetivo, lo indivi-dual y lo colectivo, la autonomıa y la dependencia,lo formal y lo informal, lo macro y lo micro, lo lo-cal y lo global, en definitiva entre lo complejo y locomplicado. Ese interes que viene a senalar la ne-cesidad de considerar la complementariedad entredistintas dimensiones (de escala, de procedimientoy de sectores), con criterios de conseguir la maximareciprocidad posible, se ve comprometido a buscarramificaciones que rompan el sentido lineal del po-sitivismo cientıfico y de la ciencia clasica. En granmedida, se trata de superar la tendencia unidimen-sional del ordenado conocimiento cientıfico occiden-tal que estrategicamente separa, une, prioriza, jerar-quiza, abstrae, en una palabra simplifica (segrega)a la vez que totaliza (reduce), como metodo parapoder atravesar el espesor de la realidad social yllegar a dominarla. Pero superar ese paradigma dela simplificacion no puede significar un rechazo a ul-tranza del mismo, por el contrario se trata de con-siderarlo. Ası la complejidad significarıa la union dela simplificacion y la complejidad en una continuarotacion (Morin, 1993b: 449 y ss). En expresion deEdgard Morin (1993b: 449–450) «la busqueda dela complejidad debe tomar los caminos de la sim-plificacion en el sentido de que el pensamiento dela complejidad no excluye, sino que integra los pro-cesos de disyuncion —necesarios para distinguir yanalizar—, de reificacion —inseparables de la cons-titucion de objetos ideales—, de abstraccion —esdecir de traduccion de lo real en ideal. . . El pensa-miento complejo debe luchar, pues, contra la simpli-ficacion utilizandola necesariamente». En este sen-tido, aunque desde una perspectiva teorica diferen-te, Niklas Luhmann (1996) se enfrenta al reto dehacer cognoscible la complejidad a traves de «unareduccion de la complejidad», pero buscando unaperspectiva de analisis que no suponga su negacion,pues ello equivaldrıa a renunciar al propio objeto deestudio de la Sociologıa.

Partimos de ese pensamiento complejo y ade-mas buscamos reconocer la potencialidad operati-va de iniciativas y microorganizaciones inscritas endimensiones de escala reducida, por ello este tra-bajo tiene una vocacion de cierto sentido practico,

como ha senalado Pablo Navarro «La nocion de comple-jidad es ella misma compleja, y puede ser abordada desdemuchos angulos diferentes». En ese sentido Navarro (1997:117) propone «considerar la complejidad como una propie-dad exhibida por (al menos) algunos objetos que admiten unapluralidad de descripciones complementarias, distintas pero(en principio) no contradictorias». Mas adelante el propioNavarro (1997: 121) mantiene que «La pluralidad de clausu-ras organizacionales interpenetradas y transpenetradas quees caracterıstica de ciertos objetos, es no solo la causa —alpropio tiempo que la manifestacion— de la complejidad ac-tual de los mismos, sino tambien el recurso que proporcionaa tales objetos el potencial necesario para ulteriores incre-mentos de esa complejidad».

de utilidad analıtica y de propuesta transformado-ra para el propio objeto de estudio, es decir paratodas aquellas iniciativas (institucionales y no ins-titucionales) y nuevos movimientos sociales que sonexponente de modelos que reproducen la compleji-dad reproduciendose a la vez a sı mismos.

Desde ese reto de reconocer la complejidad, comoforma de rebasar los lımites de la tradicion positi-vista, se pretende asumir en este trabajo un enfo-que multidisciplinar, que desde las aportaciones dedistintos enfoques del conocimiento haga del sopor-te teorico construido un campo de interacciones yretroacciones en torno a las dimensiones espacialesy ambientales14 con potencialidad para ofrecer unapermeabilidad en las fronteras, una cohesion capazde integrar y dar sentido a las distintas areas de in-tervencion en base a su necesaria transpenetracion.Esa estrategia de investigacion conlleva, sobre todoinicialmente, no pocas dificultades que nos llevan auna consideracion de la bibliografıa en funcion deaquellos aspectos y lıneas teoricas que tienen su lu-gar en el sentido del presente trabajo: la sociologıadel conocimiento, La sociologıa urbana, la psicolo-gıa social, la ecologıa urbana, la antropologıa social,la economıa, etc.

Inscribirse en la idea de complejidad significareconocer que esta se (re)construye (permanente-mente) tomando como referencia el paradigma dela simplificacion y la ciencia clasica sobre la que sesoporta, por ello nos parece necesario buscar los fun-damentos del pensamiento complejo en una variadaliteratura que bajo la denominacion de sociologıacrıtica han construido todo un bagaje antisistemi-co, a la vez que sistemico. La potencialidad de sın-tesis de las distintas escuelas de la sociologıa crıticasera nuestra guıa para recrear la idea de comple-mentariedad (en la teorıa) y la estrategia dual (ensu vertiente practica).

2.2 Paradigma de la simplificacion: lacrıtica

La polemica entre el enfoque de lo subjetivo yel enfoque de lo objetivo, en sus muy diversas acep-ciones, ha sido una constante en la tradicion de lateorıa sociologica. Es el origen de los primeros con-trastes teoricos y sigue siendo, en buena medida, elsoporte de los debates mas contemporaneos. Si bienla discusion se ha ido desarrollando de forma, a lavez, paralela y superpuesta, con multiples influen-

14La estrategia de analisis microsocial, de la dimension lo-cal (que dota al conocimiento de una mayor potencialidadpara fundamentar estrategias en las que el sujeto social do-mina el proceso social) junto a la incorporacion del conceptode ecosistema, implica la complementacion entre los valoresy procesos universales y las dinamicas locales y particula-res. Esto es lo que nos acerca a la idea de complejidad ynos es util para reinterpretar y hacer recıprocos conceptos yprocesos que atraviesan la investigacion (Teorıa de las Nece-sidades, Teorıa del Desarrollo, redes sociales, calidad de vida,el Tercer Sector, los equipamientos. . . ).

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12 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

cias recıprocas con mayor capacidad de dialogo ycon mayor sentido practico. Se madura el sentidode la complementariedad hasta el punto de que elmayor interes se centra en construir los eslabonesde reciprocidad, sıntesis y vınculo entro lo subjeti-vo y lo objetivo, entre la accion social y la estructu-ra social, entre el analisis distributivo y cualitativo,entre la esfera micro y la esfera macro. . . y eso haacontecido tanto entre las sociologıas (del espacio,del tiempo, de la cultura, de las estructuras. . . ) co-mo en la sociologıa de la sociologıa (sociologıa delconocimiento).

No obstante, y manteniendo la idea de autoim-plicacion, es necesario distinguir como las sociolo-gıas con mayor capacidad de aplicacion practica sonaquellas que se encuentran mas determinadas por laracionalidad economica, bajo intereses mercantileso administrativos, son acrıticas y se apoyan fun-damentalmente en un «paradigma de la simplifica-cion» (Morin, 1993a, 1993b, 1994), concepto equi-valente a la acepcion de positivismo cientıfico co-munmente utilizado por la teorıa sociologica, mien-tras que las sociologıas autoconsideradas crıticasbuscan, no sin dificultades de aplicacion, su propiolugar. Para ello derivan hacia un pensamiento com-plejo donde el sentido alternativo es una construc-cion de la praxis que se pretende de accion social. Aeste respecto, J. Habermas (1987a) mantiene queel positivismo esta imposibilitado para construir al-ternativas al estado de cosas, ya que identifica lascondiciones existentes con lo que el universo socialdebe ser. Y en estos mismos terminos Jesus Iba-nez (1991: 159 y 162) en referencia a la ciencia po-sitiva, que suele denominar como clasica, dice que«este tipo de analisis no recolecta como son las co-sas (ni, sobre todo, como pueden ser), pero producecomo deben ser» y confirma que lo que nos interesason dos niveles de libertad: «Los dos a los que se si-tuan la primera y la segunda cibernetica. Libertadpara elegir entre alternativas dadas (de decision) ylibertad para crear alternativas (de distincion)».

El paradigma de la simplificacion se ha deno-minado bajo muy diversas fraseologıas (positivismocientıfico, cosmologıa occidental, racionalidad sepa-rada, ciencia clasica, pensamiento unico. . . ) y hasido tratado por una lista interminable de autoressobre todo desde la escuela de Frankfurt. Nos inte-resan especialmente aquellos enfoques para los queel paradigma de la simplificacion no ha sido exclusi-vamente motivo de un discurso crıtico cerrado, sinoque tambien ha sido una referencia para construirun paradigma alternativo como constitucion de undiscurso abierto con capacidad de integracion delsujeto (Ibanez, 1985: 266).

La escuela crıtica de Frankfurt, con mas influen-cia marxista, y la etnometodologıa, de mayor tra-dicion weberiana, son los grandes enfoques15 que

15Los grandes enfoques que se inscriben en el analisis inte-resado por la relacion micro-macro provienen fundamental-

intentan, uno desde el analisis macro y estructu-ralista, y otro desde el marco de la vida cotidiana(constructivista) y el analisis micro, la construccionde una sociologıa autorreflexiva capaz de superarla dicotomıa entre subjetivismo y objetivismo ba-sandose, sobre todo en la escuela de Frankfurt, enuna crıtica demoledora a la racionalidad total quese considera dominante y colonizadora. Sin embar-go, aunque ambos enfoques pretenden el sentidodel encuentro en una nueva teorıa capaz de esta-blecer puentes entre subjetividad y objetividad si-guen haciendo predominante o bien al objetivismo,o bien al subjetivismo. Mientras la crıtica frank-furtiana no considera la vinculacion en terminos dereciprocidad entre lo macro y lo micro y da pre-dominancia al objetivismo, la etnometodologica noconsidera la vinculacion en terminos de reciproci-dad entre lo micro y lo macro y da predominanciaal subjetivismo. Para la escuela de Frankfurt la ra-zon ha perdido cualquier autonomıa transforman-dose en origen y efecto de la alienacion, «la razontecnologica —dira Marcuse— se ha hecho razonpolıtica» (Marcuse, 1972: 27). Mientras que la et-nometodologıa se centra en el marco de la vida coti-diana considerada como ambito con gran indepen-dencia de la racionalidad total, «distincion que —ajuicio de Bourdieu— cae en un marginalismo so-cial» (Bourdieu, 1991: 227). En todo caso, ambasescuelas quedan aun lejos de alcanzar el sentido dela operatividad practica, aunque sı son un punto departida y un sentido confluyente para acercamientosposteriores.

Este es el caso, desde distintas perspectivas dela sociologıa, de diversos autores entre los que cabedestacar las aportaciones de H. Lefebvre (1980,1972), J. Habermas (1987a), P. Bourdieu (1988,1991), A. Gorz (1995), C. Offe (1988, 1990) yA. Giddens (1989,1995,1996). Todos ellos de unau otra manera buscan la compatibilidad entre el es-tructuralismo y el analisis social de la vida cotidia-na. No podemos pasar por estos autores sin dejarconstancia, aunque brevemente, del sentido de refle-xividad, de construccion de alternativas y de praxis

mente de la Sociologıa Americana (con distintos matices au-tores como Coleman (1990), Collins (1988), Liska (1990),Ritzer (1993), mientras que los grandes enfoques cuya preo-cupacion se situa en articular la relacion accion—estructuraprovienen de la Sociologıa Europea; principalmente Bour-dieu (1991), Giddens (1995), Habermas (1987)), si bien, porun lado, ambos tienden a confluir buscando la relacionaccion—micro y la relacion estructura—macro, por otro,aparece cada vez con mas fuerza una preocupacion comunpor la necesidad de buscar la integracion, reciprocidad y sın-tesis entre ambos niveles (respecto a esta reflexion puedeverse la obra Teorıa Sociologica Contemporanea de GeorgeRitzer (1993: 453-422)). Precisamente, interesan para nues-tra investigacion aquellos enfoques que buscan esa doble vin-culacion accion-micro, y estructura-macro, y por ello mismootros grandes enfoques que se situan en posiciones mas ex-clusivistas, mas en los extremos, como el funcionalismo es-tructural (estructura-macro) y el interaccionismo simbolico(accion-micro) pierden interes para una perspectiva mas re-lacional.

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I. La perspectiva. El pensamiento complejo como respuesta y paradigma 13

que ofrecen a traves de la dialectizacion de su ela-boracion teorica:

1. H. Lefebvre, que podemos situar en la esfe-ra de la sociologıa del espacio, apunta los pri-meros esbozos de aquello que denominamosen este trabajo como metropolitanizacion. Laglobalizacion y totalizacion como resultado dela produccion social del espacio dan paso a laidea de la desaparicion de la ciudad y a lasconsecuencias de la urbanizacion que quedananalizadas en La revolucion urbana (1980).En una obra posterior La vida cotidiana enel mundo moderno (1972) se ocupa del tejidode la cotidianidad y del espacio social del con-sumo como ambito amenazado pero tambiende resistencia, de recreacion.

2. P. Bourdieu, el mismo se ubica en el mar-co del estructuralismo constructivista y masespecıficamente en el campo de la cultura.Bourdieu en su obra El sentido practico(1991) intenta superar el dilema objetivista-subjetivista a traves de una comprension dela practica entendida como el producto de larelacion dialectica entre la accion y la estruc-tura. A la vez Bourdieu (1988) en La dis-tincion aboga por la vinculacion de la acciony la estructura, complementacion que elaboraen la esfera de la cultura, la cual se componede habitus como estructuras cognitivas inter-nalizadas y de campos de conducta derivadosde las interacciones con el exterior. La prac-tica sera, pues, un resultado que parte de larelacion dialectica entre el habitus y el campo.

3. J. Habermas. La teorıa de la accion comuni-cativa que desarrolla Habermas es quiza unode los mas solidos razonamientos que perfilala idea de complementacion y sıntesis entre laaccion y la estructura, entre la vida cotidianay el sistema. Aunque seguidor de la teorıa crı-tica frankfurtiana, incorpora con plena corres-pondencia aspectos de la tradicion fenomeno-logica de A. Schutz (1972) y de la Teorıa Ge-neral de Sistemas, a la vez que mantiene prin-cipios teoricos de Marx, Weber e inclusode Parsons. Para Habermas (1987a: 151),«el problema fundamental de la teorıa sociales el modo de conectar satisfactoriamente lasdos estrategias conceptuales que entranan lasideas de sistema y mundo de la vida». Es-to que podrıamos denominar como estrategiadual viene a explicitarse en dos procesos, unode integracion social y el otro de integracionen el sistema, estos dos procesos en un sentidodel deber ser han de enriquecerse mutuamentey armoniarse, esquivando ası la tendencia a lacolonizacion del mundo de la vida por partede la racionalizacion total del sistema. La ac-cion comunicativa, entendida por Habermas

como comunicacion libre y abierta, solo pue-de desarrollarse en el ambito del mundo de lavida (cuyos componentes son la sociedad, lacultura y la personalidad) a traves del con-senso, por lo que la alternativa debe dirigirsea alcanzar una optima comunicacion entre lossujetos que solo se puede conseguir sobre labase de una recomposicion del mundo de lavida movilizado en fuerte oposicion a ser do-minado por las estructuras sistemicas. En de-finitiva, la accion comunicativa es un vınculocomunicativo que intenta compatibilizar la di-versidad de componentes de la accion social,la objetivacion y subjetivacion, en los proce-sos de integracion.

4. A. Gorz, en gran medida continuador de laobra de Habermas, pero esta vez mas desdela esfera de la sociologıa del trabajo, pone derelieve la existencia de una sociedad dual enel mundo del trabajo que ha derivado en unafragmentacion entre la cultura del trabajo y lacultura de lo cotidiano. La racionalidad econo-mica imperante supone que el «sujeto ya no sepiensa ni se vive como sujeto de una determi-nada relacion intencional con la realidad, sinocomo un operador que ejecuta un conjunto deprocedimientos de calculo», sin embargo «Latecnificacion permite. . . al sujeto quedarse au-sente de sus operaciones. Garantiza el rigor desu actuar y de su pensar, sustrayendolos a susubjetividad, pero tambien a la reflexion y a lacrıtica» (Gorz, 1995: 163). La heteronomıa16

es la antinomia de la autonomıa, pero tam-bien es la que le da sentido al poner de relievesu perceptibilidad en las nuevas solidaridadesque emergen en los intersticios del sistema. Laalternativa consciente de Gorz es la sociedaddel tiempo liberado por medio de la liberaciondel trabajo en un recorrido de transicion enuna sociedad dual. La Autonomıa del sujetoes limitada, pero suficiente para que se tomeconciencia de sus virtualidades y de los lımi-tes de la autonomıa que les es consentida. Lareconquista y la extension de la esfera cotidia-na debe permitir a las actividades autonomasllegar a ser preponderantes en el arte de vivir.

5. C. Offe, desde la esfera de la complejidadde lo polıtico y sobre todo desde las rela-ciones que se establecen entre el aparato delEstado con la Sociedad Civil en un contex-to de Sociedad del Bienestar, vislumbra unanueva perspectiva alternativa de superacionde las contradicciones entre la racionalidaddominante del Estado y la razon de la ciu-

16La heteronomıa la define Gorz (1995: 51) como el«conjunto de actividades especializadas que los individuostienen que llevar a cabo como funciones coordinadas desdeel exterior por una organizacion preestablecida».

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dadanıa. Son necesarias unas nuevas relacio-nes que vienen marcadas por la creciente in-gobernabilidad (Offe, 1988) de la sociedad.El (r)establecimiento del consenso solo pue-de abordarse desde el reconocimiento del pa-pel desempenado por los nuevos movimien-tos sociales, movimientos que si bien se en-cuentran fragmentados —debido a la crecien-te fragmentacion que sufre la sociedad civil—,sin embargo sus estrategias orientadas en granmedida a buscar el reconocimiento y a ser par-tıcipes de la vida social y polıtica, junto a quesus formas de accion se encuentran orienta-das a la consecucion de objetivos beneficiosospara el conjunto de la sociedad, conllevan ladifusion de nuevos valores encaminados a laconstruccion de un «nuevo paradigma polıti-co» que no estarıa sujeto de manera absolutaa la dinamica convencional de la democraciacompetitiva de los partidos polıticos, sino a lade las necesidades colectivas y la solidaridad.Parafraseando a Offe (1990: 297) «el desa-rrollo polıtico en este sentido adoptarıa la for-ma de racionalidad economica, tecnologica ypolıtica, de manera que lo viejo y supuesta-mente obsoleto se mezcle y haga compatiblecon lo nuevo a un nivel superior. Este abando-no de la oposicion viejo versus nuevo es unamarcada tendencia dentro de los nuevos mo-vimientos sociales».

6. A. Giddens, desde el campo del estructura-lismo sintetiza y en buena medida pone derelieve la idea de complejidad, al significar larelacion que se produce entre diversos aspec-tos y conceptos desarrollados por los enfoquesanteriores. La idea de complementariedad esreforzada por Giddens. Su preocupacion cen-tral es establecer la relacion dialectica entreestructura y accion con un enfoque procesuale historico. Para Giddens las practicas socia-les, que son ordenadas a traves del tiempo ydel espacio, son recurrentes (Giddens, 1989)de tal forma que la actividad social es con-tinuamente recreada por los actores socialesa traves de esa propia actividad social quedesarrollan. Los actores sociales se implicanen la accion social y mediante esa practicase produce la estructura social y tambien laconciencia. Ası, la accion social, la estructuray la conciencia son aspectos del mismo proce-so dialectico. Ese proceso dialectico se expresacada vez mas por medio de la etica que supone«recuperar valores vitales positivos, guiandosepor la autonomıa, la solidaridad y la busquedade la felicidad» (Giddens, 1996: 235). Gid-dens (1996: 260) cree que estan apareciendociertos principios eticos, mas o menos univer-sales, que tienden a unir todas las perspectivasal margen de los distintos fundamentalismos.

A pesar, y precisamente, por el «impacto frag-mentador de la modernidad» (Giddens, 1989:301) son multiples las complementariedadesque emergen del proceso dialectico entre prac-tica y estructura: la combinacion de la polıti-ca de la vida y la polıtica generativa, la bus-queda de la compatibilidad entre una polıticaecologista positiva y el igualitarismo, el pac-to entre ricos y pobres, el pacto entre sexos(Giddens, 1996), la alianza entre la polıticade emancipacion que representa la izquierdatradicional y la polıtica de la vida que emanade los nuevos movimientos sociales, especial-mente del ecologismo (Giddens, 1995a), etce-tera. Todas esas complementariedades, y otrasmuchas, representan para Giddens el surgi-miento de valores universales que implican laaceptacion cosmopolita de la diferencia quesupone la puesta en comun de los intereses yriesgos de la humanidad.

Como vemos todos estos autores, desde distintasperspectivas, presentan en comun la caracterısticade plantear una sociologıa desde un sentido alterna-tivo, a la vez que profundizan y superan determina-dos aspectos de la teorıa crıtica, dando claves de loque denominamos como racionalidad totalizadora,y que ya desde una perspectiva de la sociologıa delconocimiento hemos denominado como «paradigmade la simplificacion». Veamos, por tanto, cuales sonla naturaleza y los principios que guıan el denomi-nado paradigma de simplificacion.

Ya desde Descartes se habıa dado fundamen-to al gran paradigma maestro que iba a conformarla cosmologıa occidental hasta nuestros dıas: la es-cision del sujeto pensante (ego congitans) de la co-sa extensa (res extensa), que siglos mas tarde seconfirmarıa en la sociologıa moderna en el preceptodurkheiniano de que «los hechos deben ser trata-dos como cosas». La operacionalizacion del conoci-miento para poder atravesar el espesor de la rea-lidad social necesita seleccionar los hechos signifi-cativos y al hacerlo implica la omision y el rechazode los hechos considerados como no trascendentales.En palabras de Morin (1994: 28–30) el conocimien-to «separa (distingue o desarticula) y une (asocia,identifica); jerarquiza (lo principal, lo secundario)y centraliza (en funcion de un nucleo de nocionesmaestras)» y con ello «tal disyuncion, enrareciendolas comunicaciones entre el conocimiento cientıficoy la reflexion filosofica, habrıa finalmente de privara la ciencia de toda posibilidad de conocerse, de re-flexionar sobre sı misma, y aun de concebirse a sımisma». La desestructuracion de la conciencia esun hecho desestimado, omitido, por una supralogi-ca de organizacion del conocimiento que se revelacomo inconsciente de las sucesivas fragmentacionesque se producen entre la naturaleza, la fısica y lasciencias humanas y en cada una de ellas entre el

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hombre y el ambiente, el espıritu y la materia, elsujeto y el objeto.

El conocimiento cientıfico desde esta perspectivapresenta una dualidad: o bien aısla lo que esta unido(disyuncion) o bien iguala lo que es diverso (suma yreduce). El primer sentido puede identificarse mascon un pensamiento analıtico causal que tiende acentrarse en algunos aspectos seleccionados de larealidad, el segundo, como respuesta fundada sobrela preeminencia de la idea de globalidad, dio origenal estructuralismo, mas interesado en reducir los fe-nomenos sistemicos a terminos de estructura conci-biendo los procesos como configuraciones y transfor-maciones totales de la realidad. El principio de sim-plicidad es a la vez un pensamiento unico (segrega,jerarquiza y da prioridad a una de las partes: indu-ce) y un pensamiento total (el todo es un sumatoriode las partes, que son dependientes del todo: dedu-ce). Mientras se complican las escalas mayores sesimplifican las escalas menores, mientras se apuestapor las logicas extensas se dan de lado las logicasinternas, que son mas intensas. Ası, paradojicamen-te el pensamiento globalizador es un pensamientosimple, el pensamiento total viene acompanado porun tratamiento (analisis, actuacion, accion) secto-rial estrategicamente aislado que pierde el sentidode su integracion en un sistema mas amplio al queaporta esencia. Ambos aspectos son, pues, el rever-so de la misma moneda y se fundamentan en losprincipios ocultos que gobiernan nuestra forma deacceder a la realidad y nuestra cosmologıa del mun-do sin que tengamos plena conciencia de ello. Esosprincipios los podrıamos resumir en:

1. El Principio de Universalidad Simple y de De-terminismo Universal que viene a inscribir unacausalidad lineal en la busqueda del orden atraves del rechazo de la incertidumbre y el es-tablecimiento de leyes invariantes. Para ellose rechaza lo no inteligible (idealizar), se en-cierra la realidad en el orden y la coheren-cia del sistema (racionalizar) y se elimina loextrano, lo ajeno, lo irreductible (normalizar)(Morin, 1993a: 35). Siguiendo a Hugo Ze-melman (1987: 211–224) este principio haceque el sentido comun del sujeto establezca unarelacion de conocimiento con la realidad ba-sada en

a) el pragmatismo (la apropiacion de la rea-lidad se encuentra mediada por la idea dedominarla con el proposito de alcanzaruna meta, lo que produce una tendenciaa enfatizar la utilidad privada sobre lapublica);

b) lo presupuesto, la teorıa reduce la reali-dad a lo que ha sido conceptualizada porella (persistencia repetitiva de lo previa-mente conocido y rechazo a la incorpo-racion de lo nuevo),

c) el rechazo de lo problematico, como con-secuencia de lo anterior;

d) el sentido de la certeza (preferencia a uti-lizar estereotipos reproduciendo ası losesquemas previos de referencia).

2. Los Principios de Fragmentacion, donde hayque considerar como de primer orden el prin-cipio de objetividad universal, que proclamaque el universo esta constituido por objetosaislados entre sı. Tal y como expresa Mo-rin (1993a: 117) «el objeto es pues una en-tidad cerrada y distinta, que se define aisla-damente en su existencia, sus caracteres y suspropiedades, independientemente de su entor-no. . . Ası, la objetividad del universo de losobjetos se sustenta en su doble independen-cia con respecto del observador humano y delmedio natural». De esa manera la incapacidadde concebir las interdependencias entre los ob-jetos nos lleva a considerar la disyuncion ab-soluta del objeto y del sujeto, y con ello seponen de relieve otras ideas dominantes co-mo son la dominacion de la naturaleza por elhombre (nosotros contra el ambiente) y la do-minacion del hombre por el hombre (nosotroscontra el hombre) (Bateson, 1972). Esa do-ble fragmentacion nos lleva a la consideracionde una tercera fragmentacion: la disyuncionde las nociones entre sı y en consecuencia eldistanciamiento del sujeto con respecto al co-nocimiento.

3. De los Principios de la Fragmentacion ema-nan el Principio de Jerarquıa y el Principiode Sometimiento. El Principio de Jerarquıaelimina la contradiccion de los fragmentos atraves de la predominancia y la priorizacionde unos fragmentos sobre otros, de unas par-tes sobre otras. El Principio de Sometimien-to implica el sojuzgamiento de unos fragmen-tos sobre otros, de unas partes sobre otras,de unos subsistemas sobre otros, de unos se-res sobre otros. Ambos principios se fusionanen el Principio de Centralizacion del Poder.Esto unido a la separacion del sujeto del co-nocimiento hace que la ciencia sea considera-da como absoluta, cierta y eterna por la pro-pia ciencia, al encontrarse sojuzgada por laideologıa, es decir, el objetivo de la cienciaes reproducirse a sı misma en un contexto dedependencia jerarquica de la organizacion tec-noburocratica de la sociedad (Morin, 1993a:30) donde la tecnologıa y la especializacion seencargaran de solucionar cualquier problema(Bateson, 1972) haciendo que lo imprevisiblee incierto desaparezca.

4. Igualmente, de los Principios de Fragmenta-cion, proceden la distincion entre las cien-cias mayoritarias o sedentarias o dogmaticas,

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y las ciencias minoritarias o nomadas o crıti-cas. Las ciencias mayores miran desde el po-der o la unidad, las ciencias menores adoptanel punto de vista de las multiplicidades queresisten al poder o a la unidad o al sistema(Ibanez, 1985: 37). La configuracion del co-nocimiento asentado en una segmentacion deltiempo y de la informacion en compartimen-tos estancos, establece de facto una separa-cion entre la conciencia del yo y la cosmolo-gıa sistemica, o lo que es lo mismo, se simpli-fica y se crean escisiones en la concepcion delmundo. La consiguiente jerarquizacion de lasdistintas categorıas del conocimiento suponela prevalencia de unas ideas, de unos razona-mientos, de unas disciplinas sobre otras quequedan sometidas a la tradicion y centralidadimperativa de las primeras. Ese aprendizajeno solo rechazara la estructura integral de losprocesos, la interdependencia de las variablesy de las diferentes disciplinas, sino que conello provocara intervenciones humanas linea-les y filtradas que, dando la espalda a otraslogicas y a otras variables, provocaran efectosperversos y disfunciones en un sistema que sepretende cerrado, cuando irremediablementees abierto.

Como expresara Ibanez (1990a: 5) «el pensa-miento cientıfico ha intentado expulsar de la rea-lidad a las dos entidades mas caracterısticas de larealidad: el sujeto y los valores». La anulacion delas articulaciones, interdependencias, solidaridadesy complejidades y la apuesta por los principios desimplificacion tienen como resultado comun la diso-lucion del sujeto (Morin, 1993b).

2.3 El paradigma de la complejidad: laalternativa

El objeto de nuestro estudio (tambien podrıa-mos decir el sujeto de nuestro estudio) nos lleva a uninteres predominante en la idea de praxis17 y en con-secuencia nos induce a buscar el vınculo entre cien-cia y practica, en oposicion a la ciencia consideradacomo un conocimiento instrumental y tecnico queimplica una accion instrumental (monologica). Nosinteresa un conocimiento practico con fundamentosen la interaccion social (dialogico). Establecer unsentido de la comprension de la practica exige delcientıfico social la superacion tanto del objetivismocomo del subjetivismo tal y como plantea Bour-dieu (1991). Tal vez no sea cuestion de plantearsela superacion de ambos conceptos, que son mas bien

17La praxis la entendemos en su sentido marxista y dia-lectico, es decir la praxis es la accion sobre la accion, o laampliacion de la accion, implica conocimiento y concienciade la accion. La praxis es la capacidad transformadora de lapropia accion humana. De acuerdo con Morin (1993a: 184–185), la praxis concierne a las acciones que se generan en laorganizacion activa a su vez generada por la accion.

imprescindibles, sino de reconocer la pluralidad deambos y su mutua implicacion y, por tanto, su sen-tido ambivalente. Lo que hay que superar es el sen-tido de degradacion o de enfasis en cualquiera deesas dos esferas. Morin muestra como las cienciasantroposociales han sido el escenario de la lucha en-tre el paradigma objetivista (que elimina toda ideade autonomıa, de auto-organizacion y con ello di-suelve al sujeto) y la resistencia desgraciadamentesubjetiva del sujeto/objeto. «El desarrollo de la lu-cha contra el subjetivismo —manifestara Morin—exige el reconocimiento del sujeto y la integracioncrıtica de la subjetividad en la busqueda de la obje-tividad. . . La ocultacion de nuestra subjetividad esel colmo de la subjetividad. Inversamente, la bus-queda de objetividad no comporta la anulacion, sinoel pleno empleo de la subjetividad» (Morin, 1993b:328–357). Ası la subjetividad solo se puede entendercomo busqueda de la objetividad, y la objetividadsolo se puede entender desde la pasion por lo verda-dero y necesita del esfuerzo subjetivo para acercarsea sı misma. La objetividad es un objetivo inalcan-zable de forma plena, pero tiene que ser el objetivodel conocimiento, y este emerge permanentemen-te de la interaccion compleja entre lo objetivo y losubjetivo. «En definitiva, cabrıa argumentar —taly como sugiere Pablo Navarro— que la objetivi-dad social y la subjetividad social no son sino dosdimensiones recıprocamente reflexivas de la enterarealidad social. Dos dimensiones que se produceny reproducen la una a la otra, a lo largo y anchode esa realidad, en un proceso de anidamiento re-cursivo infinito, cuya laberıntica dinamica recuerdalos intrincados arabescos que configuran un objetofractal» (Navarro, 1997: 124).

Ahora bien, debemos insistir en que el contex-to esta configurado por el predominio del principiode simplicidad en la ciencia, que supone la subordi-nacion de las ciencias del sujeto —consideradas ensentido degradado como subjetivas— (la Antropolo-gıa, la Psicologıa...) bajo las ciencias del objeto —consideradas en sentido positivo como objetivas—(la Economıa); en la subordinacion de los puntosmultiples —diversidad— (Biologıa) bajo la lınea —unicidad— (Economıa), la subordinacion de los sis-temas abiertos (Ecologıa) bajo los sistemas cerra-dos (Economıa). El predominio de los principios desimplicidad tiene sus propias consecuencias sobrelos sujetos en relacion al tiempo vivido, al espaciovivido y a la organizacion de ambos a traves de losprocedimientos:

1. Racionalidad separada. El sujeto separado delas cosas, el sujeto separado del objeto, el su-jeto enfrentado a la naturaleza.

2. La segmentacion del tiempo y la fragmenta-cion del espacio. El sujeto separado del sujeto,el objeto separado del objeto. Segmentaciondel tiempo, rupturas de redes sociales. Frag-mentacion del espacio, segregacion espacial.

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3. Centralizacion del poder. El sujeto separadode los procesos.

Del sujeto-objeto al sujeto activo: El sujetoen proceso

Desde la relacion sujeto-objeto aparece la granparadoja de la complejidad. Para Morin (1994: 69),«el sujeto es el todo-nada, nada existe sin el, pe-ro todo lo excluye. . .». El presupuesto de obje-tividad del paradigma de simplificacion estableceuna clasificacion —Objeto/Sujeto, Objeto/Objeto,Sujeto/Sujeto—, y una jerarquıa de dominanciasy subordinaciones que distorsionan las relacionesSujeto/Objeto y Sujeto/Sujeto. La mecanica new-toniana (ciencia clasica) y la mecanica relativista(primera cibernetica) distorsionan la relacion Suje-to/Objeto. En mecanica newtoniana, el sujeto esexterior al objeto y mantiene una posicion absolutarespecto a este. Sujeto y objeto son exteriores, es-tan separados y al estar separados el sujeto quedarelegado del proceso. En mecanica relativista, el su-jeto es arrastrado por el objeto y deformado por el.Solo en la mecanica cuantica (segunda cibernetica,en terminos de Ibanez, o co-cibernetica, en terminosde Morin) el objeto es arrastrado por el sujeto ydeformado por el, en este caso el sujeto es interiora la representacion, que es interior a lo represen-tado, el sujeto mide la medicion del objeto por elsujeto. Es el retorno de lo reprimido en el objetoy en el sujeto, recuperando a la vez lo que hay desubjetivo en el objeto y lo que hay de objetivo enel sujeto. Se produce, en definitiva, una aplicacionde la oposicion racional/emocional a la oposicionobjetivo/subjetivo (Ibanez, 1990c, 1991).

Cuando el objeto se reifica como definible soloen su relacion con el sujeto podemos hablar de unaregulacion por el presupuesto de reflexividad (lo ob-jetivo se refleja, y se refracta, en lo subjetivo) queviene a significar que el sujeto es reintegrado en elproceso de investigacion como sujeto-en-proceso (elsujeto y el objeto estan entrelazados en un «cırculovirtuoso») (Ibanez, 1990b, 1991). El cırculo virtuo-so es un ciclo activo donde el sujeto surge como talen y por el movimiento reflexivo del pensamiento so-bre el pensamiento (Morin, 1993a: 32). El conceptode la integracion del sujeto-en-proceso acunado porIbanez resulta para nosotros una idea fundamentalpara avanzar en la idea de complejidad, el sujeto-en-proceso es el sujeto que surge y emerge perma-nentemente con la toma del devenir consciente de suenraizamiento cultural y social. Auto-Reflexividad18

18Navarro establece unos tipos de reflexividad desde laperspectiva sistemica que no podemos pasar por alto paracomprender a que nos referimos con el concepto de auto-reflexividad. Navarro distingue entre: Reflexividad ontica(actividad objetivadora del sujeto en el proceso de medicionque tiene como resultado su alteracion) que tendrıa su co-rrelato en la mecanica newtoniana; Reflexividad logica (semanifiesta en un contexto de interpretacion desde fuera) quetendrıa su correspondencia con la mecanica relativista; Re-

y complejidad son inseparables, lo que trasladamosal siguiente postulado: el conocimiento del sujetosobre el objeto y sobre el propio sujeto que accedeal conocimiento del objeto, va unido a la accion so-cial y a la praxis. Pero veamos esta reconstrucciondel sujeto mas detenidamente.

Como senala Navarro (1990a: 23-24) «el fin deun acto de conocimiento es determinar (efectuar)alguna accion. Desde el punto de vista de la com-prension, determinar una accion significa organizar-la especıficamente como tal accion o, lo que es lomismo, concebirla como un tejido concreto de pro-positos, medios y procedimientos para ser ejecutadapor un sujeto dado. . . Las acciones cuando son con-sideradas no como hechos, sino como actos, no sonseparables del sujeto actuante que las ejecuta».

La accion es, por tanto, la forma fundamental dela existencia social del hombre (Luckmann, 1996:12). La cibernetica trata de conocer las acciones delos sujetos, pero la cibernetica orientada desde elfuncionalismo no es mas que «el estudio de la com-pleja red de interacciones entre objetos y acciones»(Moles, 1990: 39), es lo que denomina Ibanez lacibernetica de primer orden que la situa en el ordende la teorıa del conocer (se enfrenta con sistemasobservados). Ibanez se inscribe en lo que denomi-na como cibernetica de segundo orden, o ciberneticano clasica, que la situa en el desorden de la teorıa delcomprender19 (se enfrenta con sistemas observado-

flexividad ontico-logica y Reflexividad epistemica (los siste-mas de este tipo interpretan el medio que les rodea al serconsiderados organizacionalmente cerrados e informacional-mente abiertos, en ese proceso de interpretacion produceny reproducen sentido, el sujeto tiene que adoptar una ac-titud de apertura distincional con el proposito de entenderel sentido generado y re-generado por ese sistema regene-rado) que tiene su correspondencia con la mecanica cuanti-ca; Auto-reflexividad (se alcanza una reflexividad sumamentecompleja al establecer relaciones reflexivas epistemicas masprofundas con el sujeto, el sistema objeto refleja en su to-talidad las virtualidades de la subjetividad del sujeto); si-guiendo a Navarro (1991: 418-423), «. . . la comprension delsistema objeto (el otro) por ego implica la auto-comprensionde ego en tanto que sujeto. Y esa auto-comprension de egoimplica la comprension del sistema objeto en tanto que otrosujeto. . . esta reformulacion, al enraizar tal intuicion en unentramado conceptual riguroso, permite iluminar aspectosespecialmente relevantes de los procesos de entendimiento (yno entendimiento) mutuo que son la base de la concienciay la vida social humanas». La auto-reflexividad tendrıa sucorrespondencia con la denominada segunda cibernetica, oco-cibernetica.

19El concepto de comprender lo comprendemos como elacceso y la interiorizacion del conocimiento sobre los proce-sos sociales, para actuar en consecuencia sobre el sentido delos mismos. Hay una capacidad para establecer estrategiasy reorganizar constantemente la accion en funcion de unadiversidad de escenarios inciertos que podran ser modifica-dos. Los sujetos que comprenden son sujetos-en-proceso, sonsujetos que asumen su contexto (sujetos abiertos a un sis-tema abierto) (Ibanez, 1985: 111). Desde la perspectiva dela investigacion social de segundo orden (Ibanez, 1990a) sepropone la integracion del sujeto-investigador en el procesoy se apunta la idea metodologica del socioanalisis como laconfusion entre sujeto-investigador y sujeto-investigado: su-jetos que se comprenden y actuan a traves de los procesosque comprenden y activan. De forma paralela y mas desde el

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res). La cibernetica clasica se produce en el nivel dela decision (hay libertad para decidir entre alterna-tivas dadas, las decisiones son jugadas con reglas dejuego invariantes), mientras que la co-cibernetica sere-produce en el nivel de la distincion (distinguir su-pone la posibilidad de crear alternativas nuevas). Ladistincion es una reproduccion y una reconstruccionque solo puede ser realizada por sujetos-en-proceso,por sujetos que asumen su contexto (sujetos acti-vos en un sistema energeticamente y informacional-mente abierto) y que asumen sus acciones a tra-ves de la compresion del contexto (del objeto y delsujeto). La distincion solo puede entenderse comolibertad reversible (como retorno permanente pa-ra poder afrontar la sorpresa de factores aleatoriosno previsibles, lo que es previsible en la creacionde alternativas es la imprevision). En expresion deIbanez (1990a: 3) «la distincion, la eleccion, suponeque todo conocimiento implica un acto de construc-cion y una reflexion sobre la actividad de un sujetoy una ıntima referencia a un objeto; ambos mutua-mente modificandose y complementandose».

De esta forma podemos considerar que la au-toimplicacion entre conocimiento y accion expresaun proceso recursivo, «todo progreso del conoci-miento aprovecha la accion y todo progreso de laaccion aprovecha el conocimiento» (Morin, 1993 b:262). La accion que genera una organizacion inac-tiva es programatica, no tiene una proyeccion en laaccion, no se reproduce en una ampliacion de la ac-cion y no es recursiva. Teorıa y practica estan escin-didas. El programa es el mecanismo que establece elsentido fijo, unilineal. En contraposicion, la accionque se inscribe en una decision permanente, en unaeleccion constante en funcion de la incorporacion delo novedoso, permite una proyeccion de la propia ac-cion que es a la vez un devenir a la propia accion.Tal y como plantea Luckmann (1996: 73) «el pen-samiento proyectivo es mas bien una accion que seconsidera desde un principio como ampliacion paraotra accion. . . el objetivo final del proyectar no es elproyecto, sino el acto representado en el proyecto».Lo que permite que la decision inicial se transformeen potencia, en la eleccion de multiples decisionessobre multiples modificaciones del sentido de la ac-cion, es la estrategia. Siguiendo a Morin (1993b:270), «la estrategia no es solamente el grado masalto de autonomıa en la accion, es tambien la ap-titud inventiva en accion. La estrategia cognitivacomporta la discriminacion de lo nuevo, la estrate-gia activa comporta la utilizacion de lo nuevo. Unay otra juntas comportan la elaboracion innovado-ra, es decir, la invencion». Retengamos la idea derelacion directa entre estrategia y autonomıa.

campo de la pedagogıa y de la investigacion de los movimien-tos sociales se propone la Investigacion Accion Participativa.Al respecto se puede consultar Paloma Lopez de Ceba-llos (1989) (Un metodo para la investigacion-accion parti-cipativa) o VV.AA. (1993) (La investigacion, accion partici-pativa).

Efectivamente la capacidad de estrategia com-porta la perduracion de lo viejo, y con ello la incor-poracion de la teorıa; y al mismo tiempo conlleva lainclusion de lo nuevo, y ello solo es posible en unsentido de comunicacion recıproco, o simetrico20.Esa comunicacion relacional nos permite un acce-so al conocimiento, que a su vez nos permite el or-denamiento de la consciencia, que a su vez permiteestablecer estrategias de accion. Ası la consciencia21

se proyecta en praxis cuando retroactua sobre suscondiciones de formacion creando nuevos escenariosque re-producen nuevas posibilidades de comunica-cion relacional, que nos permite un acceso al co-nocimiento. . . Esos bucles recursivos, en definitiva,derivan hacia una optimizacion de la autonomıa delsujeto y, por tanto, a un alto grado de responsabili-dad. En consecuencia, nos llevan a la reproducciondel sujeto por el sujeto, o auto-produccion del suje-to.

La idea de auto-produccion procede de los tra-bajos de Maturana, H. R. y Varela, F. (1972)que construyen el concepto de Auto-poiesis comola capacidad de los seres vivos de auto-producirsede manera permanente a traves de la comunicacion.En ese sentido en expresion de Maturana y Va-rela (1990: 92) «la coherencia y armonıa en las re-laciones e interacciones entre los integrantes de unsistema social humano se deben a la coherencia yarmonıa de su crecimiento en el, en un continuoaprendizaje social que su propio operar social (lin-guıstico) define, y que es posible gracias a los proce-sos geneticos y autogeneticos que permiten en ellossu plasticidad estructural». Auto-produccion de sıes inseparable de auto-conocimiento de sı, aunquesiempre en referencia a un contexto relacional (fı-sico, biologico y social) que permite el aprendizaje(cultura). O lo que es lo mismo la autonomıa so-lo puede ser, en la medida que se alimenta de ladependencia. Surge ası una nueva paradoja: lo quepermite la posibilidad de autonomıa individual es lapertenencia a un contexto relacional, o a un ecosis-tema, y ese pertenecer a un entorno significa un cier-to grado de dependencia. La autonomıa individualno puede pensarse sin la autonomıa de los otros.

La dicotomıa individualidad-colectividad esta-blece el marco de la libertad de accion, que a la veznos libera de nuestros propios valores y percepcio-nes, para respetar las percepciones y valores de los

20Entendemos la idea de comunicacion aquı como el refe-rente de la co-cibernetica, es decir, el nivel relacional de lacomunicacion que implica relaciones analogas, de interaccionentre sujetos, de multiples interlocutores en condiciones dereciprocidad, por tanto, de intercomunicacion en base a unaidentidad comun. Ello implica tambien una manifestacion dela recursividad donde se concibe un conocimiento que produ-ce al mismo tiempo su auto-conocimiento: «el saber transfor-ma y nos transforma; es siempre una praxis informacional. . .una praxis antropo-social» (Morin, 1993a: 435).

21De acuerdo con la definicion de Morin (1993a: 133), laconsciencia «es una cualidad dotada de potencialidades or-ganizadoras, capaces de retroactuar sobre el ser mismo, demodificarlo, de desarrollarlo».

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demas. La autonomıa desde una perspectiva eticasolo es posible en el reconocimiento de la autonomıade los otros. La autonomıa representa, pues, la com-plementacion de la identidad y de la alteridad. Lacomunicacion relacional implica la relacion simetri-ca entre emisor-receptor y receptor-emisor que inte-racionan en base a una identidad comun (los signosy senales de sus comunicaciones no solo vehiculaninformacion, sino tambien identificacion) y que su-pone el reconocimiento del otro (alteridad) y de sımismo a traves de ese reconocimiento. «La identi-dad —senala Jesus Ibanez citando a Morin— yano es una equivalencia entre dos terminos (A=A),ya no es estatica, es la unidad dinamica de un pro-ceso de (auto) re-produccion, el sujeto es un sujetoen proceso. . . » (Ibanez, 1985: 150), y con «la al-teridad —en palabras de Morin— (auto-reflexiony desdoblamiento reproductor) dispone en princi-pio el individuo-sujeto de la capacidad para con-siderar objetivamente al otro como ser-sujeto se-mejante/extrano, y puede identificarse con el sub-jetivamente en la comunicacion. La ego-estructuracomporta potencialmente en sı la estructura otro»(Morin, 1993b: 240). Ası el sujeto (re-producido so-bre sı mismo) en proceso (re-producido con otros encontexto) significa una apertura en la comunicacionrelacional.

La dependencia del entorno relacional y la auto-nomıa en el entorno relacional son inseparables. Lanocion de sujeto-en-proceso no toma sentido masque en sus relaciones desarrolladas en el interior deun eco-sistema (natural, espacial, social), a la vezirremediablemente integrado en un meta-sistema22.El sujeto-en-proceso es un nuevo sistema autopoieti-co como proceso de autonomizacion de un subsiste-ma especıfico (Melucci, 1984)23. Es de esta mane-ra entendible como el sujeto puede intervenir en ladefinicion de sistema en y por sus intereses, y de co-mo el sujeto obtiene capacidad de eleccion y de crearestrategias acordes con unos fines en una nueva no-cion de sistema que en palabras de Navarro (1991:418) viene a significar «una concepcion segun la cualun sistema, en lugar de ser una estructura definiblecomo una realidad separada del sujeto que la con-sidera, es una entidad definible justamente en surelacion con ese sujeto». Se renueva de esta mane-ra la Teorıa General de Sistemas24 despojandola de

22Meta-sistema en el sentido expresado por Morin, co-mo el sistema resultante de las interrelaciones mutuamentetransformadas y englobantes de dos sistemas anteriormen-te independientes (Morin, 1993a: 166), y en el cual sujeto yobjeto serıan ambos integrables (Morin, 1994: 74, ).

23Melucci, citado por Francisco Javier Noya (1991),hace referencia a los nuevos movimientos sociales como«subsistema especıfico» que se transforman en «un nuevosistema autopoietico».

24Los enfoque sistemicos son la amalgama construida des-de muy distintas perspectivas cientıficas, cuya virtualidad enel campo de las ciencias sociales hay que ir a buscarla enel intento de poner en relacion la diversidad de niveles deanalisis, analisis parciales y totales, analisis micro y macro,etc. Aun a riesgo de sintetizar excesivamente podrıamos de-

su sentido cibernetico. «El concepto de sistema —plantea Morin— no puede ser construido mas queen y por la transaccion sujeto/objeto, y no en la eli-minacion del uno por el otro» (Morin, 1993a: 169).

Se introduce una idea clave, la idea de apertura.Mientras que la cibernetica de primer orden carecedel principio de complejidad que le permita incluirla idea de desorden (la Teorıa General de Sistemasen la cibernetica tiene por objeto los sistemas abier-tos a la energıa y cerrados a la informacion), es decirle falta el sentido existencial, ecologico y organiza-cional de la idea de apertura (Morin, 1993a: 287);la teorıa de los sistemas autopoieticos son de clau-sura organizacional (organizacionalmente cerrados:en vez de ser programados desde fuera, se hacen ası mismos), e informacionalmente abiertos (recibeny producen continuamente informacion).

Ası vemos, finalmente, como la reflexividad y lacomplejidad van acompanadas, a traves de la emer-gencia del sujeto, pero esta emergencia va unida asu enraizamiento en el entorno, lo que nos remitea que la reflexividad construye y se construye en eleco-sistema, un aspecto fundamental que tambiennutre a la idea de complejidad como veremos segui-damente.

La idea de eco-sistema: complejidad organi-zacional

La influencia que la denominada Teorıa Generalde Sistemas ejerce sobre la antropo-sociologıa se hamovido en una dualidad, pero a la misma vez hacontribuido a descubrirla. Con los enfoques sistemi-cos aparecen dos conceptos clave: la morfoestasis (oausencia de cambio, viene a enfatizar aquellos pro-cesos que favorecen una reproduccion del sistemaen terminos de mantenimiento de sus estructuras);y la morfogenesis (tendencia al cambio a traves deprocesos de interaccion entre los elementos de unconjunto, que derivan en un aumento de su comple-jidad al producir transformaciones en las relacionesde las relaciones, y por tanto en las estructuras delsistema). El mayor enfasis sobre la morfoestasis po-ne a la Teorıa General de Sistemas en el campo de lacibernetica, es decir, el sistema se hace termodina-mico (complejidad no organizada), tiende a prevenirel cambio —reproducirse identico— (Ibanez, 1985:15) y para ello imprime un sentido tecnocratico ytotalizador (la tecnica resolvera los conflictos y bus-cara el equilibrio, la tecnologıa anulara las incerti-dumbres derivadas del sojuzgamiento de las partespor el todo) que deviene en inconsciente respecto

cir que la preocupacion primordial del enfoque sistemico sedirige a comprender las interacciones entre las partes dentrode un contexto general que las engloba. Si bien, no pudien-do profundizar aquı a la altura de merecimiento de las dis-tintas interpretaciones desarrolladas bajo la Teorıa Generalde Sistemas nos remitimos a autores que consideramos fun-damentales, entre otros muchos, como Bertalanffy (1978),Buckely (1977), Fabbri (1989), Rapoport (1970) y Luh-mann (1996).

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del desbocamiento entropico25, al establecer la to-tal separacion entre sistema social y sistema natu-ral, entre sujeto y objeto.

Ya hemos apuntado como la organizacion de lavida es eco-dependiente (Morin, 1993a, 1993b), esdecir, como los sujetos adquieren autonomıa soloen funcion de la dependencia respecto a su entorno.Sin embargo, siguiendo a Morin (1993b) el sujetose ha convertido en el sojuzgador global de la bios-fera, pero por ello precisamente el mismo se ha so-juzgado en ella, amenazando ası su propia supervi-vencia debido a ese proceso entropico que cuestionala eco-organizacion en la que se desarrolla su ser yhaciendo, a la misma vez, decrecer su grado de auto-nomıa y crecer su grado de dependencia de la biosfe-ra, que en circunstancias de baja entropıa, es la quepermite la autonomıa. El sistema para escapar a laperversidad irreversible del sentido entropico preci-sa de una apertura y una actividad. Los sistemasmecanicos son cerrados, en energıa y materiales, yno-activos, cerrados a la informacion/comunicacion.Los sistemas termodinamicos permiten la aperturaen el intercambio de materiales-energeticos con elexterior, pero mantienen bloqueados la circulacionde los flujos de la informacion/comunicacion. Sinembargo, los sistemas son biologicos y sociales re-cıprocamente (complejidad organizada) y necesitanpara sobrevivir, es decir para reproducirse, de aper-tura y de actividad; y al reproducirse cambian ensus estructuras. El sistema solo se reproduce cam-biando. Al respecto dira Morin (1993a: 139), con-siderando «la union entre formacion y transforma-cion», o lo que nos parece lo mismo, la aperturay actividad como principios sistemicos claves: «Unsistema es un todo que toma forma al mismo tiem-po que sus elementos se transforman. . . Todo lo queforma transforma. Este principio se volvera activoy dialectico a escala de la organizacion viva, dondetransformacion y formacion constituyen un circuitorecursivo ininterrumpido».

Como expresara Jesus Ibanez (1991:178) «nose trata de regresar a la naturaleza, sino de re-gresar en la naturaleza, prolongando su evolucion».La incorporacion de la ecologıa y del ecologismo ala teorıa de sistemas a traves del concepto de eco-sistema26 ha supuesto el desarrollo de la idea de

25Aunque trataremos del segundo principio de la termo-dinamica o entropıa, en otro lugar, adelantamos que es elprincipio que establece que mas alla de cierta tolerancia deregeneracion, la energıa y la materia se degradan irrever-siblemente en un proceso de desorden incapaz de recurriral orden. El segundo principio de la termodinamica estable-ce que la entropıa no puede decrecer, pero sı puede creceracompasadamente, creando un nuevo orden (y por tanto otrodesorden) en sistemas abiertos y en el nivel de articulacionoptima entre sistema social y sistema natural puede no cre-cer o incluso decrecer local o transitoriamente a cambio deun crecimiento en el entorno (Ibanez, 1991: 176).

26Hemos considerado dos definiciones de ecosistema quecomo se puede apreciar mantienen un alto grado de com-plementacion, la primera de ellas proviene del campo de lasociologıa: «Ecosistema: este termino quiere decir que el con-

apertura sistemica, del concepto de sistema acti-vo y de la idea de metasistema (encadenamientode sistemas). La relacion entre los organismos entresı como entes autonomos y a la par dependientesde su entorno conlleva una apertura (la aperturaaparece como un rasgo necesario entre los elemen-tos interrelacionados y solidarios que al interrela-cionarse y solidarizarse generan organizacion praxi-ca). Esta apertura, primero es energetico/material,despues comunicacional/informacional, ambos mo-mentos solapados definen una organizacion activa,es decir de produccion de sı (Morin, 1993a: 231).El concepto de organizacion (y de orden) solo cobraplenitud en las interacciones entre elementos y esası como contribuyen, y quedan ligados, a la ideade sistema27. El orden y la organizacion no solo sonconcebibles como resultado de las interacciones delos elementos, sino que ademas al manifiestar su ca-racter cooperativo en el seno del desorden, se pro-yectan hacia un nuevo orden/desorden, producenuna transformacion de las relaciones de las relacio-nes, de las estructuras del sistema. «[. . . ] Para lossistemas abiertos —dira Ibanez— el unico modo deprevenir el cambio es cambiar» (Ibanez, 1985: 15).

Hay una reciprocidad circular entre estos tresterminos: interrelacion, organizacion y sistema (Mo-rin, 1993a: 127) de tal modo que la apertura y ac-tividad del/en el sistema nos conduce a una mor-fogenesis de baja entropıa o entropıa no creciente(complejidad organizada). Analogamente la aper-tura nos indica la interaccion entre interacciones(la organizacion de las interacciones internas y laorganizacion de las interacciones externas), la inte-raccion entre sistemas. Siguiendo a Morin (1993a:121), se produce «una sorprendente arquitectura desistemas que se edifican los unos a los otros, los unosentre los otros, los unos contra los otros. . . Ası, elser humano forma parte de un sistema social, en

junto de las interacciones en el seno de una unidad geofısi-ca determinable que contenga diversas poblaciones vivientesconstituye una Unidad compleja de caracter organizador osistema. . . como toda organizacion compleja, experimenta,comporta/produce desorden y orden.» (Morin, 1993b: 36);y otra proveniente del campo de la ecologıa: «Ecosistema: Serefiere a un todo o conjunto en el que se pueden distinguirdiversos elementos que actuan unos sobre otros, o se influyenmutuamente. . . enfoque que trata (desde una vision dinami-ca) de conjugar dos aspectos aparentemente contradictorios:el de su fragilidad y el de su persistencia» (Margalef, 1992:16–27). En consecuencia, la organizacion entendida como in-teracciones inclusivas entre elementos, supone que el menos-cabo de algunos de los elementos (diversidad-unidad) reper-cute entropicamente en el todo (unidad-diversidad).

27Es posible desde ahora definir al Sistema como lo hi-ciera Saussure (1968) en su Curso de linguıstica general: elsistema es «una totalidad organizada, hecha de elementossolidarios que no pueden ser definidos mas que los unos conrelacion a los otros en funcion de su lugar en esta totalidad».De tal forma que la suma de los elementos no es igual alsistema total, este esta constituido por los elementos en in-terrelacion, es decir organizados y con sentido praxico; y loselementos tomados aisladamente son siempre distintos a loselementos considerado en interaccion, y son siempre distintosde lo que eran o serıan fuera del sistema.

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el seno de un ecosistema natural, el cual esta en elseno de un sistema solar. . . ».

En consecuencia, la concepcion de ecosistemanos lleva a interpretar a los sistemas como siste-mas abiertos-activos, por eso encadenados entre sı.Los sistemas entrelazados a su vez nos conducen auna ruptura de la idea de objeto cerrado y sujetoaislado. Como se ha venido tratando habitualmentea los sistemas, bajo el paradigma de la simplifica-cion, ha sido como objetos, sujetos, espacios. . . Porel contrario la complejidad organizada nos remite atratar de concebir a los objetos, sujetos, espacios. . .como sistemas complejos, donde la paradoja de louno y lo multiple, el elemento y el conjunto, el indi-viduo y la sociedad, del orden y del desorden, llevana superaciones recurrentes en la propia paradoja, esdecir hacia la complementariedad y la sıntesis.

En otro orden de cosas, en el orden (segundo) dela investigacion social, la incorporacion del concep-to complejo de ecosistema refuerza la reintegraciondel observador en la observacion (la reintegraciondel observador en el ecosistema cultural/natural delque obtiene autonomıa a traves de su dependencia).«Todo conocimiento, incluso el mas fısico, sufre unadeterminacion sociologica» (Morin, 1993a: 22). Deahı la necesidad de la transdisciplinariedad comoconciliacion entre la ciencia de la naturaleza y laciencia de lo antroposocial que irremediablementese necesitan mutuamente, precisamente porque laexistencia de cada una de ellas determina a la otra.Es una conciliacion (articulacion), por tanto, en ter-minos de reciprocidad en donde, como se proponeMorin (1993b: 278), hay que intentar «poner de re-lieve la originalidad y la autonomıa de la organiza-cion social, evidentemente dependiente de las demasdimensiones de la organizacion viviente», pero a lamisma vez determinante sobre la intensidad de losprocesos entropicos de la misma. Hay que construiruna unidad de doble identidad, que es a la vez dedistincion y de pertenencia. La frontera entre am-bos es permeable, se cierra y se abre, es el problema,la incertidumbre. Es en la frontera donde se efectuala distincion y la union con el entorno, es el lugarde la articulacion (Morin, 1993a: 235), de la cons-truccion de lo complementario.

En esa frontera permeable aun nos quedan al-gunos agujeros por cubrir, o por abrir, para nues-tro proposito de construir la idea de la complejidadadaptado a nuestro objeto (sujeto) de investigacion.

Dispositivos de la complejidad: principios pa-ra introducir la complementariedad

Si hay algun autor, y alguna obra, que puedaplenamente identificarse con el desarrollo de la ideade complejidad tal y como la comprendemos aquı,esos son sin duda Morin (1988, 1992, 1993a, 1993b)y su tetralogıa El metodo y una encomiable sınte-sis posterior (Introduccion al pensamiento complejo1994). De ahı, fundamentalmente, hemos extraıdo

lo que denominamos como dispositivos de la com-plejidad que nos van a permitir el acceso a la poten-cialidad contenida en la idea de complementariedad.Se trata de dispositivos que se han atisbado en laslıneas precedentes, de lo que, sin embargo, consi-deramos llegado el momento oportuno y necesariopara significarlos.

La paradoja puede resolverse y revolverse28 atraves de un dispositivo dialogico. Los ecosis-temas y sistemas irremediablemente encade-nados (simbioticamente naturales y sociales)se proyectan hacia el futuro transformando-se, produciendose a sı mismos. Todo elemento(sujeto u objeto), ecosistema, subsistema, sis-tema. . . no solo son autonomos y determinanuna logica singular interna, sino que tambiendependen de las determinaciones externas ode las logicas de sus encadenamientos, entor-no, metasistemas. Hay dos logicas sincroniza-das, una que vive en contacto con el medio,que permite la existencia fenomenica, y otraque asegura la reproduccion. El principio dia-logico nos permite mantener la dualidad en elseno de la unidad (Morin, 1994: 106). Dia-logico significa, por tanto, unidad simbioticade dos logicas, que a la vez se nutren entre sı(Morin, 1993a: 100).

El principio dialogico no rechaza o sustituyea la dialectica, sino que deriva de ella, da massentido a la idea dialectica de sıntesis. Comoexpresa Morin (1993a: 100) «la dialectica delorden y del desorden se situa en el nivel de losfenomenos; la idea de dialogica se situa en elnivel del principio. . . en el nivel del paradig-ma». La dialectica nos remite a la transforma-cion por ruptura en el nivel de los fenomenos,la dialogica nos remite al cambio a traves delconsenso en el nivel de las alternativas emer-gentes. De la perspectiva dialectica deriva laaccion transformadora (la ruptura), desde ahı,la perspectiva dialogica conlleva la accion dela accion a traves de la reflexion (la integra-cion). El sujeto-en-proceso reifica un sistemaautopoietico, donde el sujeto se comprende ası mismo, comprendiendo el proceso. El su-jeto se reproduce (cambia cambiando su en-torno) a sı mismo a traves del consenso, esdecir a traves de la comunicacion, es decir atraves del dialogo. Desde nuestra perspectiva

28De acuerdo con N. Luhmann (1996: 252–253) «Las pa-radojas, como dicen los logicos, necesitan ser desarrolladas.Deben ser disueltas mediante distinciones posteriores, en lasque los dos lados queden marcados, es decir identificados. Elhecho de que la paradoja solo oscile sobre sı misma y, portanto, que no pueda ser creativa, debe ser resuelto medianteotro recurso, a saber, mediante una diferenciacion. Es posi-ble volver a paradojizar la diferencia en la medida en que sepregunta por su unidad. Pero esto no se debe hacer, mientrasno se hayan obtenido beneficios satisfactorios con la diferen-ciacion que se ha tomado como punto de partida.»

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los sistemas autopoieticos los entendemos co-mo sistemas abiertos-activos29 que establecenla apertura de la comunicacion relacional, yaparecen en las sociedades que permiten el en-cuentro, la comunicacion, el debate de ideas,la eleccion entre alternativas.

La primera condicion de una dialogica cultu-ral es la pluralidad/diversidad de los puntosde vista. Esta diversidad es potencial en todaspartes: toda sociedad comporta individuos ge-netica, intelectual, psicologica y afectivamen-te muy diversos, y por tanto aptos para tenerpuntos de vista cognitivos muy variados. Deahı la necesidad de reconocer la ley del dia-logo como una sıntesis creadora entre ideasvariadas, donde las ideas antagonistas y con-currentes se vuelven al mismo tiempo comple-mentarias creando condiciones de autonomıa,de identidad y de alteridad (Morin, 1992: 31–33).

La dialogica de la regulacion se produce a tra-ves del dispositivo de recursividad y retroac-cion. Distinguimos regulacion de homeostasis.La homeostasis la define Morin (1993a: 224–225) como «el conjunto de los procesos orga-nicos que actuan para mantener el estado es-tacionario del organismo, en su morfologıa yen sus condiciones interiores, a despecho delas perturbaciones exteriores». Los sistemascuando cambian sus estructuras se reprodu-cen al transformarse, se regulan, a traves deprocesos dialogicos, como ya hemos apuntado.Ası, pues, la regulacion se construye a travesde procesos antagonicos, que suponen regula-cion, que se construyen desde la complemen-tariedad. Es decir, la regulacion se obtendrıaa traves de lo que Morin (1988: 111–112) de-nomina como bucle recursivo y que define co-mo un «proceso en el que los efectos o pro-ductos al mismo tiempo son causantes y pro-ductores del proceso mismo, y en el que losestados finales son necesarios para la genera-cion de los estados iniciales. De este modo, elproceso recursivo es un proceso que se pro-duce/reproduce a sı mismo, evidentemente acondicion de ser alimentado por una fuente,una reserva o un flujo exterior».

El concepto de bucle recursivo en terminosde praxis organizacional, significa produccionde sı, retroaccion y regeneracion. Regenera-cion —en palabras de Morin (1993a: 217)—«significa que el sistema, como todo sistemaque trabaja, produce un incremento de entro-pıa, luego tiende a degenerar, luego necesi-

29Desde otras perspectivas, por ejemplo la que desarrollaN. Luhmann (1996), la Autopoiesis se construye a partir dela clausura de operacion que significa que la reproduccion yautoproduccion del sistema se realizarıan desde sus propiasestructuras y con sus propias operaciones.

ta generatividad para regenerarse. Desde esteangulo, la produccion de sı permanente es unaregeneracion permanente». Complementaria ala regeneracion, la idea de retroaccion, enfa-tiza que el sistema activo se regula por me-dio de la accion. El bucle recursivo no es uncırculo vicioso, es un circuito espiralado, es loque une apertura y cierre del sistema, cuandose abre incorpora informacion de/en la obser-vacion de los fenomenos, cuando se cierra esanimado por la actividad conjuntiva del suje-to pensante produciendo ası la sıntesis. Esteproceso rizomatico forma lo que transforma,transforma lo que forma. Los sujetos produ-cen la sociedad que les (re)produce.

Precisamente la aproximacion a nuestro obje-to de estudio pretende esa epistemologıa re-cursiva sobre un sujeto de estudio que consi-deramos a su vez como sujeto-en-proceso queestablece una produccion de sı, es por ello quecontinuamente volvemos y re-volvemos.

La recursividad, la regeneracion y la retroac-cion se producen a traves de los dispositi-vos de emergencia. Las emergencias puedenser avisos de la sıntesis, es a la vez produc-to de sıntesis y virtud de sıntesis, es decir,al aparecer en un determinado nivel de la or-ganizacion activa las emergencias se convier-ten en los fenomenos de base de un nuevo es-calon organizacional, que a su vez producennuevas emergencias. . . En definicion de Mo-rin (1993a: 129–133) «se puede llamar emer-gencias a las cualidades o propiedades de unsistema que presentan un caracter de novedaden relacion a las cualidades o propiedades delos componentes considerados aisladamente odispuestos de forma diferente en otro tipo desistema». Estas son inseparables del sistemaen tanto que todo, aparece no solamente a ni-vel global, sino eventualmente a nivel de loscomponentes. Las macro-emergencias retroac-tuan en micro- emergencias sobre las partes,y las micro-emergencias de las partes retroac-tuan sobre la globalidad. Se despliega la ideade complementariedad entre fenomenos y es-calas.

Una emergencia, sıntesis de emergencias, es cons-tituida por lo que podrıamos considerar con Morin,como la emergencia mas propiamente humana: lalibertad —entendida tambien como autonomıa—,que la inscribe Morin (1993b: 271–273) «a partirde la auto-organizacion, la auto-determinacion, dela autonomıa individual, de la accion estrategica deun actor-sujeto», pero una vez ha emergido comoidentidad, posibilidad de eleccion y toma de deci-siones, puede retroactuar sobre sus condiciones deemergencia sirviendose de ellas para liberarse de suemergencia.

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La complementariedad como sıntesis de inte-gracion de lo individual y de lo colectivo, dela escala micro y la escala macro

Una oportuna cita de Simmel (1977: Vol. 46–51)nos va a permitir introducir este ultimo subaparta-do: «La existencia del hombre no es, en parte socialy, en parte, individual sino que se halla bajo la ca-tegorıa fundamental, irrepetible, de una unidad quesolo podemos expresar mediante la sıntesis o simul-taneidad de las dos determinaciones opuestas: el sera la vez parte y todo, producto de la sociedad y ele-mento de la sociedad; el vivir por el propio centroy para el propio centro». Nadie puede ser sujeto in-dividual sino es como parte de un sujeto colectivo,nadie puede ser sujeto autonomo sino es como ele-mento que se relaciona en un entorno, «su autono-mıa (la del individuo- sujeto) —afirmara Ibanez—para escapar del solipsismo, debe conjugarse con laautonomıa de los otros individuos» (Ibanez, 1990a:7). Los individuos (las partes) tienen su identidadpropia a la misma vez que participan de la iden-tidad del todo, y la identidad del todo no puedeentenderse sino como alteridad (reconocimiento dela presencia de otros sujetos, de otras culturas, deotras formas de ser y estar). La identidad del indi-viduo se conforma, pues, en referencia a los otrosindividuos, identidad y autonomıa no pueden en-tenderse sin la alteridad que les deja participar deljuego de la comunicacion relacional.

Precisamente la clave de la complementariedadse encuentra aquı, en la apertura-actividad sistemi-ca con suficiente tolerancia, en la aptitud sistemicapara proyectar la diversidad en unidad, sin anularla diversidad; en proyectar la unidad en diversidad,sin anular la individualidad. Tal grado de libertad(situacion de juego, creacion de alternativas, capa-cidad de decision, capacidad de desarrollar estra-tegias) solo se reproduce en condiciones de endo-causalidad.30 Siguiendo el razonamiento de Morinla endo-causalidad es de naturaleza diferente a laexo-causalidad. La primera manifiesta una tenden-cia hacia el orden local, mientras que la segundase produce en una tendencia hacia la uniformidaddel desorden global. Precisamente el problema resi-de en la falta de reciprocidad entre ambas tenden-cias, al respecto Habermas (1987a) ya advertıa deque el desacoplamiento y las carencias en el reco-nocimiento mutuo, constituıan el fundamento de lacolonizacion del mundo de la vida por parte del sis-tema. En todo caso, parece que la cohesion social(vinculacion entre individualidad y colectividad) yla integracion sistemica (local-global), presentan ynecesitan de una dualidad de la autonomıa y de ladependencia. El individuo es autonomo en referen-

30Al respecto se puede considerar que la escala de ambitopara que el sujeto obtenga la capacidad para (re)producirsea sı mismo, o lo que es lo mismo, transformarse en sujetoactivo, precisa de un determinado umbral de densidad so-cial, fuera del cual, los niveles de dispersion imposibilitan laintegracion optima del sujeto en los procesos sociales.

cia a que es dependiente del grupo, el individuo esautonomo en un marco local en la medida que estemarco es dependiente-autonomo del marco global.

La endo-causalidad va unida a una organizacionactiva singular y resiste a los determinismos glo-bales mediante su recursividad propia. «La endo-causalidad —argumentara Morin— implica pro-duccion de sı. En el mismo movimiento en que elsı nace del bucle, nace una causalidad interna quese genera por sı misma, es decir, una causalidad desı productora de efectos originales» (Morin, 1993a:295-297). La tendencia a la endo-causalidad produ-ce zonas de orden (local) diferenciadas y es contra-rrestada por la tendencia a la exo-causalidad queproduce desorden (global) al dispersar y disolver elorden de lo local. La primera es de baja entropıa, lasegunda es de alta entropıa. Es imprescindible, portanto, una conciliacion (una continuidad) entre or-den y desorden que necesita de nociones mediadoras(interaccion, transformacion, organizacion). Al res-pecto, Ibanez (1990d: 82-83) nos habla de un tercertipo de sistemas: los caoticos, que al generar canti-dades ingentes de informacion crean condiciones demediacion entre la microescala y la macroescala. Elcaos no es desorden, es lo que genera el orden comoambito comunicativo entre ambas escalas.

Ya vimos como el desorden produce el orden queproduce el desorden que produce el. . . La difusiondel desorden global amplıa las percepciones huma-nas (gana extensidad), y a la vez las limita (pierdendensidad), acorta distancias de lo catastrofico31, pe-ro simultaneamente ese proceso de totalizacion so-cial conlleva una retroaccion espacial del individuo,una respuesta de resistencia que se refleja en quecada vez existe una mayor densidad de lo micro,porque la vida cotidiana tiende ahora a valorizarseen la construccion de la realidad social. Como diceRodrıguez Eguizabal (1996: 168) «la desestruc-turacion del espacio no debe hacernos olvidar, sinembargo, que a medida que es mayor el conocimien-to y la posibilidad de abarcar el espacio global de latierra, se ha producido una retroaccion espacial delindividuo: las manifestaciones mas importantes sonla valorizacion del espacio privado como expresionde individualidad y la tendencia al localismo, a evi-tar la perdida de raıces». Se refuerza, a la vez quees dispersada, la idea de lugar, que se contraponea la idea de no-lugar. Segun Auge (1993: 83-144)el lugar se define de acuerdo con dos dispositivos:el de la identidad y el de la relacion, mientras que

31Al respecto Jean-Pierre Dupuy (1986: 293) pone de re-lieve el concepto de panico como arquetipo de los procesosde totalizacion social que supone que los grandes sistemasvan a la deriva, mientras que el hombre es incapaz de domi-narlos. El panico se produce cuando la pequena fluctuacionlocal puede ser considerable y brutalmente amplificada abar-cando todo el espacio social. Tambien, en esa misma lınea,Ibanez (1985: 293) mantiene que «el universo es fractal y ca-tastrofico, la razon no se conserva de lo local a lo global. Loracional es insular».

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el no-lugar se define por oposicion al lugar, comoespacio de no-identidad y de no-relacion.32

Aparece una nueva dialogica, en la que el lu-gar no puede concebirse sin el no-lugar y viceversa.Pero ello nos permite poner de relieve la implanta-cion de una ciencia de la proximidad: la proxemica(Moles, 1990), establece el interes por la vida coti-diana como esfera que conjunta espacio (autonomıay dependencia del entorno) y comunicacion relacio-nal (identidad y alteridad). Pero insistimos, en eldoble sentido de la paradoja dialogica: no podemosentender la proxemia (singularidad, densidad, com-plejidad), sino es en referencia a la totalizacion so-cial (pluralidad, extensidad, complicacion). Hay uncontinuo proceso de emergencia que vincula las mi-cro escalas con las macro escalas y un continuo pro-ceso de retroalimentacion que fluye desde las macroescalas a las micro escalas. No se puede ignorar lareciprocidad dialectica entre lo macro y lo micro,y en el interior de cada uno de ellos. Ello impli-ca comprender la realidad social como una multi-ple articulacion inter-procesos microsociales y entreestructuras-coyunturas microsociales y estructuras-coyunturas macrosociales.

Es necesaria una integracion inclusiva, recono-ciendo esos multiples niveles, solo el desarrollo si-multaneo y complementario de estrategias que con-templen el factor de las escalas pueden mantener enel tiempo la vida del sujeto, de los ecosistemas, dela biosfera. En resumen, desde la idea de compleji-dad es imprescindible desarrollar la complementa-cion posible entre los procesos estructurales y losque son determinados por la intervencion de la pra-xis de los sujetos sociales (sujetos vinculados conel entorno), que irremediablemente reactuan (resis-tiendo, readaptando o rechazando), sobre las deter-minaciones que imponen las estructuras macroso-ciales, ya que como dice Zemelman (1987: 136) «lasociedad se muestra en el plano macrosocial, perose constituye desde el plano microsocial».

A partir de ahora iniciamos (continuamos) en unbucle espiralado hacia la idea de endo-causalidad,que creemos, que es la que puede estar representa-da en esas nuevas (micro-emergencias), iniciativassociales en espacios locales (periferias urbanas, ennuestro caso). Nos vamos a ir aproximando en losproximos capıtulos a traves considerar las condicio-nes teoricas emergentes expresadas en tres dimen-siones clave:

1. La Teorıa del Desarrollo, tradicionalmente si-tuado en la esfera economica, es tambien almismo nivel un elemento impregnado de loecologico y de lo cultural.

2. La Teorıa de las Necesidades, habitualmenteubicado en la esfera cultural, es tambien recı-proco con la esfera ambiental y economica.

32Citado por Rodrıguez Eguizabal (1996).

3. El concepto de la Calidad de Vida, concep-to introducido principalmente desde la dimen-sion ecologica, obtiene todo su sentido solo sies complementada con la dimension culturaly la economica.

Posteriormente estaremos en condiciones de con-trastar esos modelos teoricos con el contexto globaly las repercusiones que desde este se producen endeterminados contextos locales (periferias urbanas).

Para seguidamente, tras la constatacion de laemergencia de nuevas iniciativas locales emergentespodemos abordar en los capıtulos finales, ligandocon el sentido epistemologico desarrollado en esteprimer apartado, la idea de sincronizacion o de aco-plamiento estructural (Navarro, 1997) de subsiste-mas diferentes33 , que se distinguen en relacion a unentorno fısico (en este caso en una escala espacialidentificada como periferia urbana), y que represen-tan un contexto epistemico (de relacion y de cam-bio). Estos aspectos comunes a ambos subsistemas,nos lleva a concluir en una reflexion sobre aquellascondiciones necesarias (fısicas —modelo urbano— yconductuales —cultura polıtica—), en alguna me-dida tambien emergentes, para originar ese acopla-miento estructural.

33Los subsistemas diferentes, cuya interpenetracion es de-bil, a los que nos referimos serıan un Tercer Sector represen-tado en este caso por lo que denominamos Nuevas Iniciativasde Gestion Ciudadana y la esfera del Estado en su vertientede ente local. Ambos tienen una propiedad basica de auto-produccion de sı (son organizacionalmente cerrados), y unapotencialidad para ulteriores incrementos de la complejidad(pueden ser informacionalmente abiertos), es decir puedenmodificarse mutuamente a traves de una transrreplicacion(Navarro, 1997: 123–124) que se origina cuando esos sub-sistemas producen y reproducen sus clausuras organizacio-nales especıficas a traves de una interaccion recıproca. «Larelacion de transrreplicacion entrana que cada uno de los sis-temas involucrados mantiene (y, eventualmente, cambia) suorganizacion, por medio de una reflexion estructural a travesde los demas sistemas a el acoplados» (Navarro, 1997: 123).

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II. La calidad de vida como expresion de lacomplejidad

3 La teorıa del desarrollo

3.1 Introduccion

Desde este trabajo se pretende demostrar la po-tencialidad que el concepto de Calidad de Vida tie-ne desde una perspectiva sistemica, mas especıfica-mente desde lo que se ha venido a denominar como«paradigma de la complejidad». Igualmente, tam-bien, se tiene la misma pretension con los conceptosde Tercer Sector, Redes Sociales y Economıa Social,pero estos ultimos los desarrollaremos en capıtulosposteriores y vendrıan a completar, junto a la Ca-lidad de Vida, la base epistemologica del presentetrabajo.

Para aproximarnos a la complejidad necesitamosestablecer unas bases conceptuales (epistemologi-cas) previas que nos permiten un acercamiento atraves de etapas sucesivas. Esas etapas son teorıasy enfoques resumidos en conceptos clave como pue-den ser: el de Desarrollo, el de Sostenibilidad y el deNecesidades Humanas. Si bien, antes que nada cabeadvertir como la definicion de esos conceptos y desus desenvolvimientos teoricos presentan una pri-mera dificultad: habitualmente han sido utilizados,cada uno de ellos, de forma polisemica y en ocasio-nes, tambien, como sinonimos del propio conceptode Calidad de Vida.

El caracter multiuso, muchas veces de abuso ysobre todo de ambiguedad semantica de esos con-ceptos han llevado a reforzar cierto relativismo cul-tural en la mayorıa de los enfoques teoricos, queen todo caso en nada ha favorecido el desarrollode la fuerza operativa que tienen esos mismos con-ceptos. La multiplicidad de significados amparadosbajo el mismo termino (en nuestro caso nos inte-resan los terminos como: Desarrollo, Necesidades ymas recientemente en todo su apogeo el de Sosteni-bilidad) no solo son resultado de la logica evoluciondel pensamiento y su natural asuncion por partedel lenguaje comun, sino que tambien han marcadograndes diferencias entre las distintas construccio-nes teoricas, que dando sentidos determinados a losconceptos, justifican o interpretan la realidad socialde forma diferenciada, a veces interesada y muchasotras de forma contradictoria en sı misma.

La simplicidad analıtica que conlleva la fragmen-tacion y segmentacion del pensamiento se proyectaen la ambiguedad. Ambas, ambiguedad y simplici-dad, van necesariamente acompanadas construyen-do ası la paradoja del pensamiento que se ha veni-

do en denominar como unico. La segmentacion dela vida, en el tiempo, en los espacios y en los co-nocimientos, nos conduce a la distincion entre locomplicado y lo complejo. Lo complicado es confusoy difuso, ambiguo en una palabra, y produce unaperdida de las mınimas referencias y una desorien-tacion en la praxis humana. Lo complicado precisade una disposicion continua, tecnica y ejecutiva quees ajena al sujeto social, la accion humana quedaen manos de especialistas y de elites que dominanlas partes desde una perspectiva de conjunto, y alhacerlo lo totalizan. Mientras, desde la perspectivade la complejidad se intenta descubrir la interac-cion entre los conceptos y los procesos dialecticosy dialogicos entre los fenomenos, en contra de loque es una conceptualizacion indefinida y confusa,por indeterminacion, por ambiguedad, por impreci-sion, por indiferenciacion. Lo complicado implica laincertidumbre vital, lo complejo implica la posibili-dad del control del cambio y, por tanto, la seguridadvital.

Lo dialogico, y tambien lo ambiguo, viene mar-cado por el grado y la estructura de la interaccionentre lo subjetivo y lo objetivo34, por la relacion en-tre el objeto y el sujeto. Ası, si la relacion entrelos conceptos de sujeto y objeto se funden, suplan-tan uno a otro, hablaremos de ambiguedad, de locomplicado, mientras que si se descubren y desa-rrollan sus relaciones sinergicas manteniendo cadaconcepto su esencia podremos establecer un procesodialogico y de lo complejo. El sujeto objetivado, esel sujeto clasificado, cuantificado, encajonado, de-sintegrado. Separado del contexto social el sujetodeviene en impreciso e impersonal, en indiferencia-do e indiferente. El objeto subjetivizado, es el ob-jeto signo (Baudrillard, 1976) que pierde partede su caracter de uso, mercantil y simbolico; y conello enfatiza la separacion del objeto economico ysimbolico del sujeto social.

Los modelos, los enfoques, las disciplinas domi-nantes valorizan lo objetivo frente a lo subjetivo.Acomodan la conceptualizacion a su propia logicautilizando el sentido de los significados en direccio-nes determinadas que restan esencia a los conceptos

34Siguiendo el Diccionario de uso del espanol de MarıaMoliner (1991) se define como objetivamente: desde el puntode vista del objeto. Con relacion al objeto. Subjetivamente:bajo sujeto. Subjetivo: se aplica a lo que se refiere al sujetoque piensa, siente, etc., y no a lo exterior de la mente de el.Se dice de lo que depende de cada sujeto y no es igual paratodos.

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a la vez que desactivan las perspectivas de cambioy fragmentan la accion de la respuesta reflexiva. Laforma diferenciada y separada de integrar los signi-ficados de los conceptos hace perder cualquier ca-racter transformador de la semiotica.

Los significados de esos conceptos siempre con-trovertidos presentan un sentido que es ambivalentebajo esa misma conceptualizacion. El sentido etimo-logico deja paso a un sentido logico unidireccionaldando lugar a una sinonimia conceptual (diferen-tes significantes comparten los mismos significados)en la que se suele disimular la cualidad de lo sub-jetivo y se deja a un lado su capacidad operativa.Ası el sujeto se asimilara al objeto, el desarrollosera sinonimo de crecimiento, los deseos y aspira-ciones seran consideradas como necesidades, la sos-tenibilidad35 de los ecosistemas (y por tanto de lossistemas) precisara de un acompanamiento de ad-jetivos para poder distinguir entres sus diferentescontenidos (Norton, 1992). Se hace indispensabledistinguir entre aquellos conceptos que obtienen unmayor significado desde el punto de vista del Sujeto,de aquellos otros que obtienen un mayor significadoen relacion al Objeto (como podemos observar en elCuadro 1).

Desde esa perspectiva de la complejidad se ha-ce imperativa la recuperacion de las cualidades deestos conceptos que poseen, a la vez, cierta cargade subjetividad y de potencialidad en la operativi-dad. Aspectos que, lejos de lo que pudiera parecera simple vista, de ningun modo van renidos. Pre-cisamente su articulacion viene reconocida a travesde la dialogica recurrente entre sujeto y objeto. Esdecir, se pretende en primer lugar restablecer la au-tonomıa semiotica de los conceptos para poner derelieve, no solo como los procesos sociolinguısticosque han supuesto la sustitucion-devaluacion de sig-nificados y la predominancia de otros significadoshan ido aparejados a los procesos sociales y los mo-delos dominantes que estos sustentan, sino tambienpara restablecer una terminologıa que es imprescin-dible para el desarrollo del presente trabajo.

35El termino de sostenibilidad por su caracter de recien-te creacion y su rapida evolucion ha precisado por parte dealgunos teoricos de adjetivos anadidos al propio concepto(sostenibilidad fuerte, sostenibilidad debil) que ayudaran adiscernir entre paradigmas diferentes como puede ser el re-presentado por la denominada economıa ambiental y la eco-nomıa ecologica (Norton, 1992; Naredo, 1996). Pero tam-bien el termino desarrollo ha precisado de un termino deacompanamiento que mostrara determinadas esencias o sen-tidos del mismo. Por ejemplo desarrollo social, desarrollo lo-cal, desarrollo endogeno, desarrollo sostenible, desarrollo aescala humana (Max-Neef, 1986). Mientras que con respec-to al concepto de necesidades se han establecido multiplestipologıas que difıcilmente logran escapar de un relativismocultural poco favorables a desarrollar una accion humanaoperativa (Doyal y Gough, 1994).

3.2 Recuperar el significado del con-cepto desarrollo

La perdida de nitidez del concepto de desarrollodebido a su sobre uso de manera contradictoria, loha devaluado y lo ha desvirtuado hasta el punto deque el intento de clarificacion intelectual sobre susignificado ha llevado a la creacion de nuevos con-ceptos adjetivados que, aunque brevemente, mere-cen una reflexion por su ayuda clarificadora. Esosnuevos terminos, o bien son alternativos al antoni-mo del termino desarrollo o bien se ha optado porabandonar su potencialidad en el contenido, cons-truyendo, en este caso, expresiones alternativas alsinonimo de desarrollo. En el primer sentido apun-tado, como contraposicion al termino desarrollo, seutiliza mas comunmente el vocablo desarrollismo36,tambien se ha generalizado el vocablo acunado des-de el Programa de las Naciones Unidas para el Me-dio Ambiente (PNUMA), maldesarrollo37, que in-corpora plenamente los aspectos relativos y las li-mitaciones impuestas por el medio ambiente. En lasegunda direccion, como sustitutivo del propio ter-mino de desarrollo ya desechado dada su asimila-cion por la racionalidad economica imperante, y portanto desde un posicionamiento mas radical, pue-de resenarse la expresion contradesarrollo38. Otrovocablo que ademas de poner el enfasis en los lı-mites que la naturaleza impone al modelo de de-sarrollo dominante, se utiliza como sustitutivo deltermino desarrollo es el concepto de ecodesarrollo39.Mas recientemente ha resurgido la polemica en tor-no a la palabra desarrollo ligada a algun adjetivo,y siempre en la medida que estos nuevos conceptoshan ido siendo apropiados desde una logica estricta-mente economica. Ello ha sucedido con el conceptode desarrollo local y desarrollo endogeno, pero qui-zas el mas emblematico de todos ellos ha sido el

36El sufijo en este caso se utiliza en un sentido peyorati-vo de exceso, de atropello, de abuso, de desorden, sin tenerconsideracion de otras variables.

37Cabrıa formular una definicion de maldesarrollo en len-guaje del PNUMA: «todo modelo que no satisface los lımitesinternos del hombre y/o transgrede los lımites externos de lanaturaleza» (Galtung, 1977: 13).

38Desde una optica contrainstitucional como la que repre-senta Ramon Fernandez Duran (1996: 212–213) «se hacepreciso, a nuestro entender, empezar a hablar de ‘‘contra-desarrollo’’ para poder abordar la resolucion de los gravesproblemas economicos, sociales y ambientales, que el proyec-to modernizador ha generado. Cada dıa es mas perentoria lanecesidad de desembarazarse del ‘‘pensamiento unico’’ queelaboran los grandes centros rectores del capitalismo mun-dial, que difunde urbi et orbi el poder mediatico, y que deuna u otra forma destilan todos los aparatos institucionales».

39El termino adquiere un relieve internacional a partir dela emblematica Declaracion de Cocoyoc (Cuernavaca, Meji-co 1974) en un encuentro organizado por Naciones Unidasy donde Ignasy Sachs (1978) como consultor de ese orga-nismo propone el termino de ecodesarrollo que es asumidopor la citada declaracion. Este termino posteriormente cen-surado por la administracion de los EE.UU., alcanzara unenorme interes entre aquellos autores preocupados por re-solver la contradiccion entre el crecimiento economico y lasostenibilidad ambiental.

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II. La calidad de vida como expresion de la complejidad. La teorıa del desarrollo 27

Cuadro 1: Sinonimos-antonimos (relativos)

SUJETO OBJETODesarrollo CrecimientoNecesidades DeseosSostenibilidad fuerte Sostenibilidad debilCALIDAD DE VIDA BIENESTAR

de «desarrollo sostenible», termino que para aque-llos que se resisten a buscar un vocablo alternativocomo Daly (1990) advertiran que el desarrollo sos-tenible solo puede entenderse como «desarrollo sincrecimiento». Mientras los que han optado, desdela ecologıa polıtica, por buscar un concepto susti-tuto prefieren denominarlo como «desarrollo sus-tentable» o «desarrollo ecologicamente fundamen-tado»40.

Si bien, el termino desarrollo es un concepto ba-sico para esta investigacion, es un concepto nodrizaque sustenta la construccion teorica en aras de des-cubrir su potencialidad operativa desde una opticasistemica o de pensamiento complejo. El diccionarionos da una primera pista del significado del terminodesarrollo y de sus diferencias con un concepto co-mo el de crecimiento cuyo uso presenta una holgadaflexibilidad que puede expresarse desde una condi-cion de sinonimo, hasta desde una condicion de an-tonimo del termino que nos ocupa. El diccionario deMarıa Moliner define desarrollo como «accion dedesarrollarse». «Conjunto de estados sucesivos porque pasa un organismo, una accion, un fenomeno ouna cosa cualquiera». Desarrollarse: «Aumentar entamano, importancia o grado de desenvolvimientoun organismo natural o social; Como una planta,una cultura o un pueblo». Mientras, crecimiento esdefinido como «la cantidad que ha crecido una co-sa». «Accion y efecto de crecer» (Moliner, 1991).Una primera lectura comparativa de esas definicio-nes nos llevarıa a considerar como el concepto desa-rrollo hace referencia a los organismos (por defini-cion vivos, dinamicos, con partes en relacion), porel contrario el concepto crecimiento se refiere a lascosas y cantidades (por definicion estaticas, sepa-radas, fragmentadas, autoaisladas). Dice AntonioElizalde director del Centro de Alternativas deDesarrollo (CEPAUR) (Santiago de Chile) que «eldesarrollo se refiere a las personas y no a los objetos.Este es el postulado basico del Desarrollo a Esca-la Humana» (Max-Neef et al., 1986: 25). A esterespecto resulta clarificante la diferencia que entreambos conceptos establece Daly (1993:27) para elque «crecer significa aumentar naturalmente de ta-mano, al anadirse nuevos materiales por asimilaciono crecimiento. Desarrollar es ampliar o realizar laspotencialidades de algo; llevar gradualmente a unestado mas completo, mayor o mejor. En resumen,

40Acunado por distintas corrientes del ecologismo polıtico:Verdes, Ecosocialistas, etc.

el crecimiento es un incremento cuantitativo en laescala fısica, en tanto que el desarrollo es una mejorao despliegue cualitativo de las potencialidades. Unaeconomıa puede crecer sin desarrollo, o desarrollar-se sin crecimiento, o tener ambas cosas o ninguna deellas (. . . ) La experiencia demuestra que puede dar-se, durante largos perıodos de tiempo, un desarrollocualitativo de sistemas sin crecimiento».

El desarrollo puede ser relativo, en un sentidopsico-social, tanto a la persona individual como alsujeto colectivo, mientras que el concepto crecimien-to establece una operatividad tecnica a los objetos.Desde la perspectiva del desarrollo se esta en dis-posicion de objetivar la cualidad (objetivacion delo subjetivo, valorizacion de lo subjetivo, dar trans-cendencia al sujeto). Desde la perspectiva del creci-miento se esta en disposicion de objetivizar la canti-dad (subjetivacion de lo objetivo, valorizacion de loobjetivo, dar valor al objeto). Lo cuantitativo po-ne en relacion los objetos, pero esa relacion tienelımites. Lo cualitativo pone en relacion a los sujetosy esa relacion no tiene lımites. Surgen dos grandesproblemas: el primero se refiere a conocer y contro-lar el lımite de las cosas. Y el segundo, que es el queenfatiza que los conceptos desarrollo y crecimien-to contextualmente sean irreconciliables, se refierea cuando se objetiviza al sujeto, o se considera alsujeto como objeto (se fragmenta, se aısla, se separatanto de sı como del objeto).

Precisamente la consumacion de esos dos gran-des problemas, o lo que viene a ser lo mismo, ladominacion de la logica del crecimiento sobre unalogica del desarrollo es lo que conduce a adoptarun caracter contra-hegemonico a este ultimo. Des-de esta perspectiva se construye lo que podrıamosdenominar como Nuevas Teorıas del Desarrollo.

3.3 Las Nuevas Teorıas del Desarrollo

Las Nuevas Teorıas del Desarrollo se construyencomo una respuesta y alternativa a los postuladosy teorıas del crecimiento. Las teorıas sobre el desa-rrollo, como enfoque independiente de la economıaaparecen en el inicio de la decada de los anos 50.Surgen inicialmente en el contexto del evidente dis-tanciamiento entre los paıses del primer mundo ylos paıses del tercer mundo y con la pretension deatenuar esas diferencias. La cronologıa de ese nuevomovimiento intelectual podrıamos dividirlo en dosperıodos. La primera epoca correspondiente con un

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crecimiento economico y modernizacion propia delos anos cincuenta y sesenta que dejaba al descu-bierto la desigualdad entre los paıses del centro ylos paıses de la periferia. Una segunda epoca, ya enla decada de los 70, refuerza una corriente del pen-samiento proclive a un «crecimiento con equidad»(Eiccher Y Staatz, 1991) donde se aboga por de-finir el desarrollo no solo en base a variables de corteeconomico, y sobre todo bajo la influencia de la Teo-rıa General de Sistemas y la divulgacion del concep-to de Ecosistema, asientan las bases para una nuevateorıa del desarrollo. Un sin fin de autores, desdediferentes disciplinas, y entre los que podrıamos ci-tar a: J. Schumpeter (1957); E.S. Mishan (1971);D.L. Meadows (1972); Goldsmith (1972); Gal-tung (1977); M. Nerfin (1978); Sampedro (1982),etc. han contribuido, aunque con enfoques matiza-dos, a la creacion de una teorıa alternativa del de-sarrollo que se construye como una respuesta di-vergente a los postulados y teorıas del crecimientoeconomico.

En todo caso, el sentido que damos aquı al con-cepto de desarrollo excluye todas aquellas teorıasque se denominaran del crecimiento o del desarro-llo, pero que se fundamentan en los enfoques prove-nientes de la economıa ortodoxa (neoclasicos, meca-nicistas, keynesianos, neoliberalismo...), y tambiendel marxismo mas o menos ortodoxo, que no con-templan en toda su dimension las necesidades hu-manas y los lımites del ecosistema.

La nueva teorıa del desarrollo que se podrıa de-nominar de corte radical humanista ecologista, po-demos ubicarla de forma mas explıcita en la Decla-racion de Cocoyoc, que entiende el desarrollo en elsentido de desarrollo de los seres humanos, no enel desarrollo de paıses, de la produccion de objetos,de su distribucion dentro de sistemas sociales ni detransformacion de las estructuras sociales. Este ul-timo tipo de desarrollo puede constituir el mediode alcanzar un fin, pero no debe confundirse conese fin, que es el desarrollo de la totalidad del serhumano y de todos los seres humanos. Igualmentese recoge el postulado basico del Ecodesarrollo quesupondrıa satisfacer los lımites interiores del hom-bre sin transgredir los lımites exteriores, o, dichoen palabras de Galtung (1977: 37): «satisfacer lasnecesidades fundamentales, materiales y no mate-riales, de los seres humanos, sin destruir al mismotiempo el equilibrio ecologico de la naturaleza, sinoquiza incluso mejorandola».

La Declaracion de Cocoyoc puede considerarseel origen de las nuevas teorıas del desarrollo bajola influencia de un grupo de consultores de Nacio-nes Unidas como Ignacy Sachs. Si bien son varioslos documentos posteriores de los que es autor ocoautor Johan Galtung, los que podemos consi-derar como fundamentales en la consolidacion deuna nueva teorıa del desarrollo. Entre estos caberesenar como mas relevantes: el primero elaborado

por J. Galtung y A. Wirak (1976)41, y el segun-do por J. Galtung (1977)42, tambien consultoresde diversos organismos de Naciones Unidas. Junto aestos autores la nueva teorıa del desarrollo obtieneaportes esenciales desde un grupo de investigadoreslatinoamericanos agrupados en torno al Centro deAlternativas de Desarrollo (CEPAUR) y que ela-boran un documento con aportes complementariosa los anteriores43.

Ambas elaboraciones teoricas parten de un ana-lisis crıtico de la racionalidad economica que marcala pauta del crecimiento economico, y confluyen enla idea de que el desarrollo solo puede ser entendidocomo un proceso sostenido dirigido a la satisfaccionde las necesidades humanas optimas (por encima deun cierto mınimo), pero con criterios de sostenibili-dad ambiental (sin explotar la naturaleza mas allade un cierto umbral maximo). El desarrollo orien-tado hacia las necesidades, junto a condiciones ne-cesarias como: la autonomıa economica, una baseendogena y el equilibrio ecologico, construyen untodo conceptual, teorico y practico, que va gradual-mente sustituyendo el antiguo concepto orientadohacia el crecimiento economico.

Si bien, como veremos mas adelante, Galtungy Wirack hacen mas hincapie en las estructurasdel sistema (sistema de relaciones entre relaciones)y en el papel de la tecnologıa en su relacion conel medio ambiente, en un intento de restablecer lasrelaciones entre sistema y ecosistema, mientras queMax-Neff, sin olvidar lo anterior, pone el acentoen la perspectiva de escalas (relacion local-global) yen el analisis de la relacion entre los distintos nive-les institucionales (Estado-sociedad civil) y organi-zacionales.

Galtung establece como punto de partida loque denomina como errores en la teorıa y practicadel desarrollo convencional en aras de otro desarro-llo:

El primer grave error se establece en la medi-da que se confunden los medios con los fines,«lo cual lleva, por ejemplo, a identificar el de-sarrollo con la acumulacion economica o con

41Human needs, human rights and the theories of deve-lopment. Documento preparado para la Conferencia de laUNESCO sobre indicadores del cambio social y economico,celebrada el 23 de abril de 1976.

42El desarrollo, el medio ambiente y la tecnologıa. Haciauna tecnologıa autonomica. Estudio preparado para la Con-ferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarro-llo (UNCTAD) con apoyo del PNUMA.

43CEPAUR, es una organizacion profesional no guberna-mental de proyeccion internacional, dedicada, mediante in-vestigaciones de tipo transdisciplinario y proyectos de accion,a reorientar el desarrollo a traves de la promocion de formasde autodependencia local y de la satisfaccion de las necesi-dades humanas fundamentales y, en un sentido mas generala promover un Desarrollo a Escala Humana (Max-Neef etal., 1986). Los autores del documento Desarrollo a EscalaHumana. Una opcion para el futuro son: M. Max-Neef, A.Elizalde, M. Hopenhayn, F. Herrera, H. Zemelman, J.Jatoba y L. Weinstein.

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la transformacion estructural, sin verificar siestos cambios (continuos o discontinuos) lle-van realmente al desarrollo de los seres hu-manos» (Galtung, 1977: 3). La confusion delos medios con los fines tambien es, en parte,una confusion entre las condiciones necesariasy las suficientes. La dificultad se plantea cuan-do el dogma social transforma las condicionesnecesarias en suficientes, con lo cual se con-sidera el desarrollo de los sujetos como algoautomatico una vez que se llevan a cabo laproduccion, la distribucion y la transforma-cion.

El segundo error grave de la teorıa y prac-tica del desarrollo convencional es considerarque las necesidades no materiales no son ba-sicas, o que las necesidades materiales se hande satisfacer ineludiblemente en primer lugaren detrimento de las necesidades no materia-les, salvo en situaciones extremas, lo cual abreel camino a una practica de desarrollo estruc-tural donde se satisface en mayor medida, lamayor parte de las necesidades materiales.

Desde el convencimiento de que la mejor es-trategia de desarrollo consistirıa en estimularlos procesos que dan la maxima prioridad a lasatisfaccion de las necesidades basicas de losmas necesitados, se establece un tercer errorgrave en la teorıa y la practica del desarro-llo: la idea de que como mejor se procede asatisfacer las necesidades, o la unica forma desatisfacerlas, es mediante un proceso de filtra-cion que empieza al proporcionar satisfaccio-nes materiales a quienes ya estan en buenascondiciones materiales, y todavıa mas satis-facciones no materiales a quienes ya estan enbuenas condiciones no materiales.

Ni que decir tiene que esos tres graves errores seretroalimentan entre sı, en el sentido de que orien-tan una determinada racionalidad economica que ensıntesis permite establecer un principio basico quecombina los tres errores en uno solo: el desarrolloen su vertiente de produccion, hace hincapie en elcrecimiento cuantitativo de los objetos, sistemas yestructuras. Ese modelo de crecimiento economicobajo la divisa de la produccion genera la necesidadinherente de reproducirse continuamente a traves deuna sociedad basada en el consumo, lo que suponeuna cada vez mayor rapidez en la produccion y crea-cion de objetos que no satisfacen necesidad ningunay que atentan contra el primer objetivo que debe-rıa considerar el desarrollo: orientar la gestion delos recursos escasos en la consecucion de la satisfac-cion de las necesidades humanas. En contraste a esaperspectiva del desarrollo productivo se contraponeun fundamento principal: el hombre es el sujeto cen-tral del desarrollo, mientras los objetos, sistemas yestructuras de la sociedad son unicamente medios

para satisfacer las necesidades de los sujetos, conuna limitacion: la impuesta por el marco del ecosis-tema natural (Galtung (1977); Galtung y Wi-rak (1976)).

Los objetos son producidos y distribuidos en elsistema segun modelos sustentados en estructuras,y todo ello a traves de la tecnologıa44. Como indicaGaltung (1977: 5–6) «la diferencia entre los ciclosecologicos naturales y los ciclos economicos artificia-les es la tecnologıa»..., dicho de otra manera: «losciclos economicos sirven para el desarrollo pero notodos los ciclos economicos, ni todas las tecnolo-gıas, sirven para eso, ni favorecen necesariamenteel equilibrio ecologico». La tesis principal de Gal-tung es que por cada tecnologıa existe una clasede estructuras que son compatibles, al mismo tiem-po que existe otra clase de estructuras que no soncompatibles, con las cuales la tecnologıa no puedefuncionar. En la medida que se establezcan unos fi-nes para satisfacer unas necesidades consideradasoptimas y se reconozcan unos lımites ecologicos, latecnologıa solo puede entenderse desde una estrate-gia de alcanzar dichos fines sin rebasar los lımitesexteriores, y conforme a estos fines y lımites es don-de han de aplicarse las tecnicas adaptadas.

Sin embargo, los conocimientos en que se basala tecnologıa constituyen una determinada estruc-tura cognoscitiva, un marco mental, una cosmolo-gıa social que Galtung considera dominante en lasociedad occidental y por ende en todo el mundo.Galtung utiliza, por tanto, la distincion entre cos-mologıa social y la incorporacion de la estructura enel comportamiento, o estructura social en un senti-do mas restringido.

En primer lugar, con respecto a lo que Gal-tung (1977: 6–8) denomina como CosmologıaSocial Occidental, desarrolla cinco componen-tes que constituyen los aspectos explicativosde la misma:

1. El espacio. En occidente se consideracomo un punto fijo en el universo, es lasociedad normal. Existe un Centro situa-do en lo occidental45 a partir del cualirradia todo, y una Periferia que es elresto del mundo. Entre estas dos partes

44La definicion de tecnologıa que utiliza Galtung (1977:16) es la que sigue: «. . . la tecnologıa es igual a tecnica masestructura. La tecnica constituye la punta visible del iceberg:las herramientas y los conocimientos tecnicos (especialidadesy conocimientos). La estructura constituye la relacion socialo modo de produccion dentro de la cual las herramientaspasan a ser operacionales, y la estructura cognoscitiva dentrode la cual los conocimientos tecnicos pasan a tener sentido».

45Los terminos occidental y no occidental los trata Gal-tung como tipos generales de tradiciones intelectuales, filo-soficas y culturales que rigen el caracter de las sociedadesexistentes por lo que no pueden interpretarse en un sentidoestrictamente geografico. Tanto el centro es diverso (contieneperiferias), como la periferia (es diversa, tambien contiene looccidental).

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existe una clara relacion recıproca en ter-minos asimetricos, de causa a efecto, desujeto a objeto y de emisor a receptor.

2. El tiempo. La concepcion del tiempose expresa en la idea de progreso. Hayuna lineariedad evolutiva implıcitamenteinevitable, con escasas disfunciones queen todo caso son facilmente superables atraves de las tecnologıas y la eficiencia:«el tiempo tiene una flecha, la historiatiene una finalidad, se pasa de formas in-feriores a formas superiores».

3. El conocimiento. «El enfoque occiden-tal caracterıstico —senala Galtung—es sumamente selectivo, analıtico y nodialectico. Se entiende el mundo como al-go compuesto por elementos y variablesque pueden separar unos de otros», queno es capaz de afrontar un mundo concontradicciones. Se construye un orden,sin entender el desorden de partida, loque es ordenable ni lo que estamos orde-nando (Max-Neef et al., 1986).

4. Relaciones hombre-hombre. «El en-foque occidental tıpico —insistira Gal-tung— es claramente vertical e indivi-dualista. Existen diferentes clases de se-res humanos segun criterios atributivos ocriterios de exito». Se produce una frag-mentacion de lo colectivo que se sublimacomo situacion normal, se ocupe la posi-cion que se ocupe en la estructura social.

5. Relaciones hombre-naturaleza. Igual-mente el enfoque occidental es de cortevertical: «El hombre esta destinado a do-minar la naturaleza, a ser para la natu-raleza lo que Dios es para el hombre, in-cluso a crear y destruir la naturaleza avoluntad».

Esa cosmologıa social occidental, que deno-mina Galtung, viene avalada desde otrosenfoques tangenciales, por distintos autores(Bateson (1972); Bifani (1980); Doyal YGough (1994); Gorz (1995); Heller (1980);Habermas (1987); Poulantzas (1969)). Seha instalado en nuestra civilizacion actual unaRacionalidad Economica46, que no sirve parael desarrollo ya que invalida al ser humanopara descubrir sus necesidades y controlar loslımites exteriores. La aplicacion exclusiva dela doctrina economica no tiene sentido si no

46Adoptamos a partir de ahora el termino RacionalidadEconomica, en el sentido desarrollado por A. Gorz, y acu-nado por Habermas (Gorz, 1995): como concepto que con-tiene la doble vertiente: operativa (economica) e ideologica,cognitivo-instrumental que dirıa Habermas. En gran mediapodrıa ser sinonimo de lo que en una extensa literatura puedeaparecer como neoliberalismo, desarrollismo, productivismo,capitalismo, moderno sistema economico, etc.

se recubre de instancias ideologicas generali-zadas que la hagan merecedora de la confianzadel conjunto de la sociedad, haciendo de estaun sistema total.

La racionalidad economica no solo es una es-tructura capaz de definir las necesidades, sinoque esta en condiciones de canalizarlas y pro-gramarlas en una dinamica de generacion deprocesos en sentidos unidireccionales. Y elloes posible mediante la formacion y difusion deideas continuamente reiteradas, creencias, ha-bitos y costumbres que inducen a los sujetos asublimar como de sentido comun la fragmen-tacion y la segmentacion de la vida cotidianay equiparar el crecimiento economico con elprogreso y la riqueza social. Como senala An-dre Gorz (1995: 142) la racionalidad econo-mica «no solo se extiende abusivamente a ac-ciones institucionales a las que es inaplicable,sino que tambien llega a colonizar, a reificar ymutilar hasta el tejido relacional del que de-penden la integracion social, la educacion y lasocializacion de los individuos».

Ası, el pensamiento y las ideas, por muy par-celadas o especıficas que sean, difıcilmentepueden escapar de las ideas globales y tota-les que arropan la racionalidad economica, ypor tanto, las ideas de crıtica a la racionalidadeconomica solo se hacen posibles en el cam-po de la consciencia y de la etica. Doyal yGough (1994) mantienen que para que el su-jeto tuviera capacidad de crıtica, desprendien-dose de falsas creencias, deben estar presentesdos clases diferentes de libertad: la de acciony la libertad polıtica. En ese mismo sentidose pronuncia Habermas (1971: 176,197–198),en lo que denomina como conocimiento her-meneutico o «autoconocimiento regulador deacciones de individuos y grupos», es decir, «enla auto-reflexion, el conocimiento en aras delconocimiento viene a coincidir con el interespor la autonomıa y la responsabilidad. Porquela practica de la reflexion se sabe a sı mismamovimiento de emancipacion».

Desde otra optica proxima, por complementa-ria, la construida por A. Heller (1980: 34–35) y la teorıa de las necesidades radicales queviene a reificar la adquisicion de conciencia delsujeto como motor de la transformacion de lasociedad, se plantea la orientacion de excluiraquellas necesidades cuantitativas que Hellerdenomina como necesidades alienadas: de po-sesion, de poder y de ambicion, necesidadesque «no pueden y no deben jamas ser satisfe-chas», ya que en su satisfaccion «un hombredeviene para otro en instrumento».

Si bien alcanzar niveles de consciencia y de au-tonomıa individual supone superar una de las

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representaciones mas arraigadas que sostienenlas estructuras de la racionalidad economica.Nos referimos a la senalada por Bateson comouna de las ideas dominantes que alimentan elinconsciente colectivo: es que cualquier con-tradiccion e incertidumbre no debe ser moti-vo de preocupacion ya que siempre sera re-suelta por la tecnologıa y la especializacion(Bateson, 1972). Ambos aspectos, tecnologıay especializacion, tienen la doble condicion desostener, a la vez que son sostenidos, por lasestructuras dominantes.

Galtung hace especial hincapie en esto, enla naturaleza de la tecnologıa y las tecnicasque sustentan la estructura social occidental,y apunta como alternativa la necesidad de es-tablecer otras estructuras mas integradoras yotras tecnologıas mas adaptadas a las estruc-turas.

En segundo lugar, Galtung (1977: 8–10) de-sarrolla los cinco elementos que constituyen loque denomina como estructura total de las re-laciones sociales que se reproduce a cualquiernivel de grupos humanos, y que desde la lo-gica del sistema dominante es la estructuranormalizada y socialmente asumida:

1. La explotacion. Division vertical deltrabajo que se refiere a las diferencias enlos niveles de satisfaccion de las necesi-dades materiales o no materiales en lamedida en que esas diferencias las cau-san las relaciones de interaccion a travesde dos tipos de explotacion:

• Explotacion en la relacion de cam-bio, en el sentido de que en el cam-bio entre la partes algunas obtienen(mucho) mas que otras;

• explotacion en la distribucion, en elsentido de que los cambios internos,o sea el intercambio entre las par-tes, causado por la interaccion, sonmucho mas favorables para unos quepara otros.

2. La dependencia, penetracion. ParaGaltung la dependencia adopta la for-ma de una penetracion que equivale auna relacion causal, en el sentido de quelas causas de lo que sucede en un paıs osector periferico se encuentran en el paıso sector central.

3. La fragmentacion. Significa la separa-cion de las sujetos, porque se consideraa estos como atomos sociales, o sea loselementos con los que se constituyen losgrupos y las sociedades.

4. La marginalizacion. Es una disposi-cion estructural que apoya los niveles su-

periores de la organizacion social y de-bilita a los niveles mas perifericos e in-feriores, con lo que sostiene la divisionvertical del trabajo y las relaciones dedependencia.

5. La segmentacion. Si la fragmentacionestablecıa una division entre los indivi-duos, la segmentacion penetra en el indi-viduo y divide a cada uno en actividadesseparadas en el tiempo y en el espacio, ensectores. Es decir, se refiere a las formashorizontales de la division del trabajo.La consecuencia de este ultimo elementoapuntado por Galtung es que «la gen-te tiene menos posibilidad de entender latotalidad de la sociedad en la que parti-cipan, y van elaborandose perfiles de au-torrealizacion muy asimetricos».

Esa estructura total concebida no como un me-dio, sino como un fin en sı mismo conlleva una es-pecializacion y unas tecnicas que enajenan (distri-buyen de manera muy desigual la creatividad), quepenetran (contrarrestan la identidad y la autono-mıa generando dependencia), fragmentan (dificul-tan la cooperacion separando a los sujetos), margi-nalizan (excluyen cualquier proceso participativo) ysegmentan (hacen incompatibles la autorrealizaciony la busqueda de un sentido a la vida). En palabrasde Galtung:

La vision total que se obtiene serıa la de unas per-sonas separadas entre sı, enajenadas de sı mismas ydel producto de su trabajo —quiza tambien de lo queconsumen—, cuya existencia social se divide en compar-timentos relativamente estancos y no integrados, sumi-dos en estructuras ambiguas que les situan unas vecesen los escalones superiores y en otras en los inferiores,en algunas ocasiones por encima de otra persona y enotras por debajo de ella, que viven en multiples estruc-turas no solo contradictorias, sino ademas separadas dela naturaleza, con objetivos impuestos desde fuera, queviven bajo la presion de crisis personales y colectivas.Todo esto debe tener el efecto de un rompehielos en lapsique humana y, posiblemente, tambien alguna conse-cuencia para el soma humano.

Galtung, 1977: 121

Pero tambien esas estructuras y la aplicacionde tecnicas fragmentadas conllevan una especiali-zacion y el predominio de unas disciplinas sobreotras que desde diversos autores se consideran co-mo efectos no deseados de La racionalidad economi-ca (Doyal Y Gough (1994), Illich (1981), Max-Neef et al. (1986), Habermas (1987)). La tecni-ca como instrumento para una rentabilidad de cortoplazo deja al descubierto el dominio del pensamien-to economico sobre otras disciplinas. El conocimien-to compartimentado implica el dominio del especia-lista sobre el no especialista, desmoronandose ası

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la base consensual y democratica de la comunica-cion (Habermas, 1987). Este argumento lo expre-sa Ivan Illich (1981: 12–18) del siguiente modo:«Consideramos el hecho de que los cuerpos de espe-cialistas que hoy dominan la creacion, adjudicaciony satisfaccion de necesidades constituyen un nuevotipo de cartel o agrupacion de control. . . Convier-te(n) el Estado moderno en una corporacion de em-presas de control, que facilita la operacion de certi-ficarse sus propias competencias. . . el poder demo-cratico es subvertido por la aceptacion incondicio-nal de un profesionalismo que todo lo abraza». Esen definitiva el predominio de las necesidades alie-nadas de las que hablaba Agnes Heller (de poder,de posesion, de ambicion) y que suponıan de factouna limitacion de la satisfaccion de las necesidadeshumanas. La logica del poder conlleva la toma dedecisiones para los sujetos pero sin los sujetos; sinla definicion, diseno o participacion de los sujetossobre aquello sobre lo que se decide. Es la logica enla que se mueve la especializacion que haciendoseimprescindible construye su propia funcion legiti-madora del poder a traves de la determinacion delas necesidades, mientras que el individuo devieneen sujeto dependiente.

Las tecnicas fragmentan y los especialistas di-senan la orientacion de las necesidades de los su-jetos muchas veces sin haber llegado a identificarla dimension de la complejidad de los ambitos ycontextos reales de los problemas. Ello incluso hallevado a distintos autores a establecer categorıasde las necesidades en funcion del foco emisor quelas detecta o define. Ası, por ejemplo es interesantela diferenciacion de las necesidades que establece J.Bradshaw (1972): entre las necesidades definidaspor los expertos (necesidad normativa), las deriva-das de los sentimientos de carencia subjetiva de losindividuos (necesidad experimentada) y de la nece-sidad experimentada por su puesta en accion (ne-cesidad expresada), a lo que habrıa que anadir lasnecesidades comparadas entre formas diferentes desatisfaccion de las necesidades en funcion del lugar oel sector. Sin embargo, como sostienen Max-Neefet al. (1986), «la persona es un ser de necesidadesmultiples e interdependientes». Bajo las estructurasde la racionalidad economica dominante no pareceposible conciliar esos dos ambitos, ya que la pro-gresiva fragmentacion de las necesidades en partescada vez mas pequenas y desconectadas, hace queel sujeto dependa cada vez mas del especialista paracombinar sus necesidades en un todo significativo.Esa ambivalencia, resumida por la incapacitaciondel ciudadano por el dominio del especialista y dela tecnica solo se sostiene por la ilusion del progreso(Illich, 1981: 21–23).

En consecuencia, la tesis de Galtung (1977: 46)mantiene que la maduracion de la tecnologıa occi-dental no es condicion suficiente, ni siquiera necesa-ria para alcanzar la satisfaccion de las necesidades

basicas. Una nueva concepcion del desarrollo, o sise prefiere la recuperacion del desarrollo en su ver-tiente cualitativa, requiere de la superacion de esoscinco elementos estructurales verticales y finalistas(explotacion, dependencia/penetracion, fragmenta-cion, marginalizacion y segmentacion), y la sustitu-cion de estos por sus antonimos de corte horizontaly mediatico: equidad, autonomıa, solidaridad, par-ticipacion e integracion. «Lo que debemos exigir a latecnologıa —continua Galtung— es que produz-ca para la satisfaccion de las necesidades materialesbasicas de todos, conserve los equilibrios ecologicosfundamentales y contenga estructuras que tambiensean compatibles con la satisfaccion de las necesida-des basicas no materiales de todos. Para satisfacertodo esto, el razonamiento no tiene que partir delas tecnicas; hay que partir de los fines y conformea estos, establecer las tecnicas».

La alternativa que ofrece Galtung, traslada-ble tambien a otros autores como Max-Neef, sonestructuras compatibles con la satisfaccion de lasnecesidades humanas. Ahora bien, ¿como deben seresas otras estructuras? Galtung distingue entre es-tructuras alfa47 y estructuras beta48. Las primerasson incompatibles con la satisfaccion de las necesi-dades humanas si siguen manteniendo una relacionde dominacion en la logica de la racionalidad eco-nomica (sobre la naturaleza y sobre periferia), lassegundas son compatibles con la satisfaccion de lasnecesidades humanas pero su situacion de subsidia-riedad las deja, de momento, en estructuras poten-ciales.

Segun Galtung (1977: 40) «la estructura alfagenera una percepcion analıtica, universal, cientıfi-ca y tecnica, en la cual se basa; la estructura be-ta puede generar el tipo de percepcion holıstica yparticularista que se deriva de una mayor proximi-dad a la naturaleza y de una mayor liberacion dela creatividad de la gente en general». La deter-minacion clave de la estructura alfa es su esenciaantiecologica, mientras que la sena de identificacionde la estructura beta es su caracter autonomista. Lagravedad de la determinacion exclusivista de la es-tructura alfa es su capacidad de reproducirse a sımisma y las nuevas patologıas que ello conlleva, esdecir, es recurrente, ya que las soluciones dadas a losproblemas surgidos bajo su dominacion se basan enla generacion de nuevas estructuras alfa, acotandoası el margen de sus propios lımites, o al menos re-produciendo o trasladando nuevos problemas a otrolugar, en otro momento, a otro sector. . . (consultarel esquema de las figuras alfa y beta representadoen la Figura 1)

47Alfa se corresponderıa a la organizacion del Estado mo-derno.

48Beta es una estructura que consta de muchas unidadesmas pequenas, que guardan menos relacion o que incluso nola tienen entre sı (pero cuando la tienen, esta es mas simetri-ca), en terminos espaciales o de escala estarıamos hablandodel ambito local.

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II. La calidad de vida como expresion de la complejidad. La teorıa del desarrollo 33

Figura 1: Esquemas de las Estructuras Alfa y Beta

Si bien, desde las nuevas teorıas del desarrollono se proclama una sustitucion de un modelo de es-tructura por otro, cada uno puede cumplir su pro-pio papel en el ecodesarrollo, y se reconoce que laestructura alfa tiene mayor potencia, por su ma-yor dimension, como factor equilibrador a nivelesde grandes escalas, y en caso de problemas con ne-cesidad de intervencion global. Mas bien el aspectofuerte de la propuesta va en el sentido de estableceruna complementacion adecuada de las estructurasalfa y beta, de tal forma que sea compatible con ladefinicion de autonomıa (en el sentido que fomen-tara tanto las estructuras independientes como lasinterdependientes), y con potencialidad para gene-rar invulnerabilidad de la naturaleza en la relacionde dominacion de esta por el hombre. Se tratarıade incorporar unidades beta (creacion y fortaleci-miento de comunidades beta) en una estructura alfapara que esta ultima fuera lo mas horizontal posi-ble (modificacion y debilitamiento de las estructu-ras alfa, se entenderıan mas como infraestructurasde apoyo a una extensa red de estructuras beta). Elproblema, como plantea Galtung, es como pue-den integrarse estos dos estilos que deben cohabitaren el sistema posibilitando su apertura. Las posi-bilidades son multiples, pero al menos debe esta-blecerse una estrategia encaminada a impulsar esainteraccion (que puede tener una amplio espectro decombinaciones alfa/beta) que inclinando la balanzahacia el extremo beta del espectro, como mınimocontrarreste en alguna medida, por pequena que es-ta sea, las actuales tendencias favorables al extremoalfa. Galtung aporta diversas sugerencias y ejem-plos de tecnologıas alfa modificadas y de tecnologıas

beta (re)creadas49 y tres formas de integrar los sis-temas alfa y beta:

1. Funcionalmente: capacidad de decision porparte de una sociedad de utilizar la tecnologıaalfa para solucionar determinados problemasirresolubles con tecnologıas beta; y utilizacionde la tecnologıa beta para resolver aquellosotros problemas que sean susceptibles de re-solverse bajo esas estructuras, sin ser de nin-gun modo mutuamente excluyentes.

2. En el espacio: desarrollo de los recursos pro-pios y de la mayor autonomıa posible en losambitos locales, y orientacion de las accionesglobales a reforzar la reciprocidad de los esosambitos locales y optimizar la gestion de losrecursos. Evitando en todo caso las accionesde colonizacion de los espacios centrales sobrelos espacios perifericos.

3. En el tiempo: permitir a los sujetos mayorlibertad de movimiento entre los estilos de vi-da alfa y beta. Ello podrıa ir en la misma lıneareflexiva de Andre Gorz en su propuesta deuna «Sociedad del tiempo liberado» que per-mitiese a los individuos mayor autonomıa atraves de la liberacion del trabajo50.

Desde posicionamientos muy correlativos y com-plementarios a la tesis de Galtung, propone Max-Neef lo que denomina como un nuevo enfoque para

49Galtung (1977) desarrolla un cuadro con diversas suge-rencias, organizadas sectorialmente, relativa a la combina-cion alfa/beta de tecnologıa. El citado cuadro y las formasde integrar alfa/beta pueden consultarse en Galtung (1977:48–50).

50Al respecto ver la obra de A. Gorz (1995): La meta-morfosis del trabajo, donde se distingue entre el concepto deliberacion del trabajo, del concepto liberacion en el trabajo.

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el desarrollo, una nueva manera de contextualizarel desarrollo para superar el sistema cerrado que re-presenta la racionalidad economica dominante. Laopcion superadora que apunta Max-Neef para de-finir el estilo de «desarrollo a escala humana» esuna opcion sistemica que parte de que las necesida-des humanas son el motor del desarrollo y ademasestas son multiples, interdependientes y universa-les. Son las formas o los medios para satisfacer (atraves de lo que denomina como «satisfactores»)esas necesidades humanas las que varıan en fun-cion de distintos contextos (culturales, espaciales,historicos, etc.), no las necesidades en sı que sonuniversales, pero ello nos llevarıa de subito a la teo-rıa de las necesidades que veremos mas pausada-mente. Siguiendo la que podrıamos significar como«estrategia dual» iniciada por Galtung, lo que nosinteresa poner de relieve son los procesos sinergi-cos51 que se deben de reconocer y potenciar, parasatisfacer adecuadamente las necesidades humanas,en lo que Max-Neef designa como la articulacionmicro-macro.«Es mediante la generacion de autodependencia

—senalara Max-Neef—, a traves del protagonis-mo real de las personas en los distintos espacios yambitos, que pueden impulsarse procesos de desa-rrollo con efectos sinergicos en la satisfaccion de di-chas necesidades» (Max-Neef et al., 1986: 57). Elconcepto de autodependencia tiene mucha corres-pondencia con el concepto de autonomıa que desa-rrolla Galtung, se concibe como una funcion deinterdependencia horizontal y en ningun caso comoun aislamiento de partes del sistema. Si bien, Max-Neef da mayor profundidad al termino insistiendoen los metodos participativos y lo entiende «comoun proceso capaz de fomentar la participacion en lasdecisiones, la creatividad social, la autonomıa polıti-ca, la justa distribucion de la riqueza y la toleranciafrente a la diversidad de identidades, la autodepen-dencia constituye un elemento decisivo en la articu-lacion de los seres humanos con la naturaleza y latecnologıa, de lo personal con lo social, de lo microcon lo macro, de la autonomıa con la planificaciony de la Sociedad Civil con el Estado»52 (Max-Neefet al., 1986: 57).

Al igual que Galtung, Max-Neef aboga poruna imprescindible complementacion recıproca en-tre el nivel micro y el nivel macro, es decir una estra-

51Adoptamos la definicion de sinergia que establecen Max-Neef et al. (1986: 45): «Sinergia significa el comportamien-to de un sistema completo, que resulta impredecible a partirdel comportamiento de cualesquiera de sus partes tomadasaisladamente. Fueron los quımicos los primero en reconocerla sinergia, cuando descubrieron que toda vez que aislabanun elemento de un complejo, o separaban atomos o moleculasde un compuesto, las partes separadas y sus comportamien-tos singulares jamas lograban explicar el comportamiento detodas las partes asociadas. En este sentido la sinergia con-nota una forma de potenciacion, es decir, un proceso en elque la potencia de los elementos asociados es mayor que lapotencia sumada de los elementos tomados aisladamente».

52La distincion en cursiva se debe a los propios autores.

tegia dual que necesariamente tienda a devaluar lomacro y valorizar lo micro. Sin la complementacionentre procesos globales y procesos micro-espacialesque permitan el desarrollo de las potencialidadesde estos ultimos, persistira la absorcion de lo localpor lo global, de lo micro por lo macro, del suje-to por el objeto. La complementariedad recıprocaentre lo macro y lo micro (vertical) solo es facti-ble si se estimula la complementariedad recıprocaentre los diversos micro-espacios (horizontal). Des-de esa perspectiva ningun Nuevo Orden EconomicoInternacional podra ser seguro y armonico si no es-ta sustentado en la reformulacion estructural de unadensa red de Nuevos Ordenes Economicos Locales(Max-Neef et al., 1986).

Desde esa perspectiva Max-Neef pone especialatencion en la articulacion entre niveles organizati-vos53 e institucionales y aplica la relacion sinergicaa estos en el sentido de que ninguno de los nive-les organizativos o institucionales (internacionales,del Estado o de la Sociedad Civil) puede conver-tirse en el agente central ni imponer su cosmologıaa las partes ni al conjunto. La interaccion dialecti-ca en las relaciones de poder debe orientarse desdesu sentido vertical jerarquico a un sentido horizon-tal. Max-Neef expresa gran parte del pensamientoeco-humanista en su filosofıa de la «democracia dela cotidianeidad»54 como superacion de la democra-cia polıtica: «. . . solo rescatando la dimension mo-lecular de lo social (micro-organizaciones, espacioslocales, relaciones a Escala Humana) tiene sentidopensar las vıas posibles de un orden polıtico susten-tado en una cultura democratica» (Max-Neef etal., 1986: 17).

Bajo esos supuestos el Estado (nivel macro) de-be asumir un papel estimulador de procesos siner-gicos a partir de los espacios locales y las pequenasorganizaciones, pero con estrategias de conglomerarel sistema social de tal manera que el reforzamientode lo micro no atente en ningun caso contra la mul-tiplicidad y diversidad que se pretende reforzar. «El

53A este respecto y desde la Sociologıa de las Organizacio-nes es interesante tambien la perspectiva especıfica aportadapor Ch. Perrow (1992). Perrow mantiene que las organiza-ciones son el fenomeno clave de nuestro tiempo, convirtiendoen variables dependientes a la economıa, la tecnologıa, lapolıtica. . . El hilo argumental establece como las grandes or-ganizaciones han absorbido a la sociedad, han convertido alas organizaciones en sustitutos de la sociedad a traves de ladependencia salarial, las externalidades ambientales y socia-les (costes sociales) y la burocracia industrial. La disolucionde la sociedad en las grandes organizaciones requiere unadesconstruccion de la sociedad que discurriendo gradual ypacıficamente desde las grandes organizaciones de emplea-dos hasta pequenas organizaciones autonomas y grupos in-formales establezca un fuerte sistema regulador a nivel localy nacional para prevenir la explotacion laboral y las exter-nalidades provocadas por ese modelo.

54Como nuevo orden basado en la articulacion de la de-mocracia polıtica y la democracia social que suponga unadesconcentracion economica, una descentralizacion polıtica,el fortalecimiento de las instituciones autenticamente demo-craticas y autonomıa creciente de los movimientos socialesemergentes (Max-Neef et al., 1986).

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rol del Estado y de las polıticas publicas debe in-cluir —manifestara Max-Neef— la tarea medularde detectar estos embriones, reforzarlos y promoversu fuerza multiplicadora (se refiere a las micro orga-nizaciones sociales). Es, por lo demas, en los espa-cios locales donde las personas se juegan la primeray ultima instancia en la satisfaccion de las necesi-dades humanas» (Max-Neef et al., 1986: 61). Sibien la autodependencia solo sera posible en la ca-pacidad relacional y comunicacional de las micro-organizaciones, puesto que la autodependencia seconcibe como un proceso de desarrollo que se cons-truye a traves de distintos niveles de constelacionesde redes societarias.

Precisamente son las redes sociales lo que Max-Neef concibe como recursos no convencionales55

que el Estado y otros agentes externos pueden ayu-dar a promocionar el desarrollo de sus potenciali-dades. Mientras los recursos convencionales que seencuadran en la orbita de la racionalidad economi-ca se extinguen en la medida que se consumen, losrecursos no convencionales se malogran solo en lamedida que no se desarrollan. Es en este aspectodonde se puede identificar el sentido operativo de lacomplementariedad en la articulacion macro-micro,en la medida que se busque un equilibrio entre lagestion de los recursos convencionales y la gestionde los recursos no convencionales. En esa direccionMax-Neef y sus colaboradores realizan una seriede propuestas y exponen una serie de casos ilustra-tivos en distintos paıses56 que proyectan y apoyanla fundamentacion de la nueva teorıa del desarrollo.En nuestro caso se trata de detectar las experienciase iniciativas que se inscriben bajo estos supuestos enel ambito de estudio escogido (el municipio de Ma-drid), por tanto en un contexto de gran ciudad conpretensiones de globalidad, y establecer el grado decomplementacion entre el nivel micro-macro, alfa-beta que se pueda estar generando.

3.4 Sostenibilidad versus desarrollo sos-tenible

En la decada de los anos ochenta se produceuna inflexion en la percepcion y analisis de la pro-blematica ambiental. La constatacion y la profundi-zacion de los problemas ambientales globales (cam-bio climatico —efecto invernadero y extension de ladesertizacion—, disminucion de la capa de ozono,incertidumbre sobre los residuos nucleares, lluviasacidas, etc.) y sus efectos objetivos y subjetivos so-bre la perdida de calidad ambiental en territorios

55Max-Neef et al. (1986: 77) establece un listado de re-cursos no convencionales como: conciencia social; cultura or-ganizativa y capacidad de gestion; creatividad popular; ener-gıa solidaria y capacidad de ayuda mutua; calificacion y en-trenamiento ofrecido por instituciones de apoyo; capacidadde dedicacion y entrega de agentes externos.

56Estas propuestas y ejemplos ilustrativos se pueden con-sultar en la op. cit. (Max-Neef et al., 1986: 78–86).

concretos (escasez y perdida de calidad del agua,deforestacion, contaminacion atmosferica, contami-nacion acustica, etc.), han contribuido de forma de-cisiva a la aceptacion generalizada de la presenciade una autentica crisis ambiental. El impacto am-biental del modelo social de crecimiento imperante,ligado irremediablemente a una produccion y con-sumo continuado, no puede ya ocultarse.

Ello tiene sus propias consecuencias sobre los va-lores, las culturas y las corrientes de pensamiento,y supone un mutuo aproximarse entre las cienciasnaturales y las ciencias sociales. Ya no se puedenobviar los efectos que las estructuras y modelos so-ciales tienen sobre los ecosistemas, igualmente tam-poco se pueden olvidar las leyes que rigen los eco-sistemas. Aparece una irrevocable relacion entre elsubsistema economico y el sistema ecologico.

Esa relacion se ha plasmado en la construccionde la idea de desarrollo sostenible donde el conceptode sostenibilidad proclama la dependencia de los sis-temas sociales sobre la forma en que sus componen-tes se abastecen de los recursos naturales y se des-prenden de los residuos, ası como de su capacidad demantener su existencia sin menoscabo de la calidadde la misma. Esto significa una impregnacion de losfactores ambientales por parte del sistema social enla medida que a este ultimo le corresponde la orga-nizacion y mantenimiento del medio ambiente. Dehecho se ha puesto en evidencia la estrecha relacionentre la estructura social y la crisis ambiental. Latendencia hacia una extrema polarizacion social, en-tre abundancia y pobreza, lleva aparejado, por unlado, la detraccion de recursos por sobreestımulosde consumo de los afortunados del plantea; y porotro, la devastacion de recursos por la privacion demedios y estrategias de acceso a la alimentacion delos pobres de la tierra. De esos nuevos escenariossurgen nuevos interrogantes: «Si la destruccion eco-logica se produce cuando la gente tiene demasiadoo muy poco, debemos preguntarnos. ¿Que nivel deconsumo puede soportar la Tierra? ¿Cuando dejade contribuir de manera apreciable el tener mas ala satisfaccion humana?» (Durning, 1991: 244).

Si bien la idea de sostenibilidad da pie a diferen-tes interpretaciones del cambio social en ciernes. Elnuevo dilema que se plantea en la relacion entre laeconomıa, como ciencia dominante, y la naturaleza,como sistema dominado por el hombre, es si la crisisecologica puede reconducirse desde el paradigma dela racionalidad economica, o si por el contrario, lapermanencia humana sobre el planeta se encuentracuestionada incluso bajo un modelo de crecimientomas controlado y atenuado. Expresado de otra ma-nera, o bien podemos considerar al medio ambientecomo variable dependiente de la economıa, o por elcontrario la economıa puede ser considerada comouna parte del medio ambiente.

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Orıgenes del concepto desarrollo sostenible

Las primeras constataciones de la crisis ecolo-gica a nivel planetario fueron puestas en evidenciadesde el interes de distintas organizaciones e ins-tituciones vinculadas a los problemas del desarro-llo y el medio ambiente a principios de la deca-da de los anos setenta. El primer informe del Clubde Roma preparado por Meadows (1972) anuncia«los limites del crecimiento», y muy poco despuesen la primera reunion del consejo de administra-cion del PNUMA de 1973 fue formulado por Mau-rice Strong el concepto de ecodesarrollo comoalternativa a los limites del crecimiento sostenido(Riechmann, 1995a). Ese mismo concepto fue pro-puesto y aceptado en las resoluciones de la Confe-rencia de Cocoyoc1974 por Ignasy Sachs que leconfirio un mayor contenido a traves de dos princi-pios basicos: el de solidaridad sincronica (interterri-torial) y el de solidaridad diacronica (intergenera-cional) (Galtung, 1977). El potencial alternativodel concepto ecodesarrollo y el termino mismo fueactivamente desaprobado por la diplomacia nortea-mericana lo que supuso un desplazamiento de lascuestiones medioambientales desde las institucionesespecializadas en la conservacion del medio naturalhacia otras relacionadas mas directamente con lagestion economica (Naredo, 1995 y 1996). Resul-tado de ese proceso, en vistas de la imposibilidad dedar la espalda a la crisis ecologica, es el concepto dedesarrollo sostenible, mas asumible por la economıaconvencional, el que es finalmente consagrado porel denominado Informe Brundtland (1987). El In-forme Brundtland adopta la definicion de desarrollosostenible establecido por la Comision Mundial pa-ra el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD):

El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisfa-ce las necesidades de la generacion presente sin com-prometer la capacidad de las generaciones futuras pa-ra satisfacer sus propias necesidades. Encierra en sı dosconceptos fundamentales: el concepto de necesidades, enparticular las necesidades esenciales de los pobres, a lasque se deberıa otorgar prioridad preponderante; la ideade limitaciones impuestas por el estado de la tecnologıay la organizacion social entre la capacidad del medioambiente para satisfacer las necesidades presentes y fu-turas.

Informe Brundtland (1987:67)

Posteriormente la Cumbre de la Tierra, celebra-da en Rıo de Janeiro en 1992 otorgo una difusional concepto que le ha impulsado hasta ser un refe-rente imprescindible en cualquier discurso sobre larelacion entre desarrollo y medio ambiente.

Sin embargo, la definicion del concepto del In-forme Brundtland, lejos de establecer las estructu-ras sociales y polıticas necesarias, y mas que iden-tificar criterios operativos y establecer estrategias,abre interrogantes. La ambiguedad respecto de lo

que son las necesidades basicas y de como se satisfa-cen hace que el concepto de desarrollo sostenible noeste exento de crıticas57 y haya suscitado una fuertecontroversia a la hora de interpretar el sentido dela propia esencia de la sostenibilidad, lo que tam-bien en gran medida a contribuido a un continuadoenriquecimiento del concepto. Pero antes de resenarel grueso de las interpretaciones sobre el conceptode desarrollo sostenible nos parece conveniente darun mınimo repaso a los fundamentos basicos de lasostenibilidad.

Fundamentos de la sostenibilidad

Es indispensable incluir en primer lugar, basi-camente, el razonamiento de dos autores que hanexplicado los fundamentos de la sostenibilidad conla intencion de desarrollar su potencial operativi-dad desde la perspectiva que viene a considerar a laeconomıa como una parte de la ecologıa. Se tra-ta de Herman E. Daly (1993) y Michael Ja-cobs (1996). En ambos autores se puede identificarcomo un punto de partida el establecimiento de lastres funciones economicas de la biosfera o del medioambiente:

La biosfera nos proporciona los recursos, lasfuentes energeticas y las materias primas quese emplean para la satisfaccion de las necesi-dades humanas. Los recursos naturales son demuy distinta condicion. Podemos distinguirentre recursos que se agotan directamente se-gun se usan (recursos no renovables, como loscombustibles fosiles), recursos que se reprodu-cen mediante procesos de regeneracion e inclu-so reciclado (recursos renovables), y recursoscontinuos e inagotables que ofrecen fuentes deenergıa cuya disponibilidad no se ve afectadapor la actividad humana.

Una segunda funcion es la asimilacion de losresiduos que siempre de una forma o de otra,

57El sentido crıtico de la idea de desarrollo sostenible cons-truida en el Informe Brundtland ha sido puesto en tela dejuicio al no explicitar la incompatibilidad entre crecimien-to y sostenibilidad, o lo que es lo mismo al confundirse eltermino desarrollo con el termino crecimiento que ha signifi-cado un mantenimiento de la idea de crecimiento sostenible.Ası, entre otros, Naredo (1990) mantiene que el desarrollosostenible lo que realmente intenta es «hacer sostenible eldesarrollo economico corriente». En esa misma lınea Mar-tınez Alier (1992) afirma que el crecimiento economico im-plıcito en el Informe Brundtland «puede llevar a infravalorarlas necesidades futuras y a una mayor degradacion ambien-tal», justo lo contrario de su enunciado. Estevan (1995a)anade que es una apuesta por la adaptacion de los proble-mas ambientales al modelo global neoliberal en ningun casoproclive a la redistribucion de la riqueza (solidaridad diacro-nica), Norgaard (1994) senala la imposibilidad de definir laoperatividad del desarrollo sostenible desde de la logica dela modernidad, mientras que De la Court (1990) critica laomision de las contradicciones sociales que genera el sistemaindustrial y que inciden directamente sobre la crisis ecologi-ca.

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tengan su origen en fuentes de energıa natura-les o artificiales, retornan a la naturaleza. Losresiduos que el medio ambiente sea incapazde absorber seran siempre motivo de conta-minacion en diversas formas y seran siempreun problema no resuelto.

La tercera funcion de la biosfera es la conside-racion de esta como soporte para la vida. Esdecir, es la fuente esencial de la vida y habitatpara las especies vivas. Una consideracion masamplia de este aspecto es lo que Jacobs deno-mina como servicios medioambientales, que endefinitiva se refieren a la biosfera entendidacomo espacio-esencia de la calidad ambiental.

Los tres tipos de funciones de la biosfera estan ri-gurosamente interrelaccionadas58 a traves de las dosprimeras leyes de la termodinamica. Como senalaJacobs «estas interconexiones no son simplementeuna demostracion general de la totalidad de la bios-fera, aunque esta leccion es muy importante. Son,ademas, un aspecto crucial de la relacion entre elmedio ambiente y la economıa» (Jacobs, 1996: 58).Las leyes de la termodinamica representan el apar-tado de la fısica que establece las normas que gobier-nan el comportamiento metamorfico de la materiay la energıa. La primer ley de la termodinamica o«principio de conservacion de la energıa» estableceque la materia y la energıa ni se crean, ni se des-truyen, tan solo se transforman. En terminos de lasfunciones del medio ambiente, respecto del uso delos recursos, significa que la actividad humana (eco-nomica) sobre los recursos lo que hace es convertir-los en residuos. Igualmente la energıa utilizada enel proceso economico tiene que terminar como out-put en forma de calor no utilizable. La unidad demateria o energıa que entra en el sistema de pro-duccion irremediablemente tiene que salir en formade unidad de residuo (materia) o energıa (calor).Las funciones economicas del medio ambiente refe-rentes al uso de los recursos se muestran como unarelacion cuantitativa: a mas recursos utilizados, masresiduos tienen que ser asimilados por el ecosistema.Por tanto, el agotamiento de recursos y la contami-nacion son las dos vertientes del mismo problema.

La segunda ley de termodinamica o «principiode la entropıa» ofrece la dimension cualitativa delproblema ambiental en ese aspecto esencial que es laasimilacion de residuos provenientes del uso de losrecursos. Segun este principio la materia y la ener-gıa se degradan continua e irrevocablemente desdeun estado disponible a un estado de no disponibili-

58Es evidente, por ejemplo, que el agotamiento de los re-cursos renovables puede estar relacionado directamente conel agotamiento de los recursos no renovables (deforestacionpor efecto de las lluvias acidas o por la desertizacion), quea su vez esta incidiendo en una disminucion de los serviciosecosistemicos (perdida de calidad de ambiental que puedetener sus efectos sobre la salud y por tanto llevarnos clara-mente a una perdida de calidad de vida).

dad, o de una forma ordenada a una forma de de-sorden, independientemente de que sea utilizada ono. Cuando decimos de recursos en estado natural,o cuyo uso no suponga problemas en la asimilaciondel ecosistema, estaremos refiriendo a un estado debaja entropıa. Por el contrario cuando se constata laexistencia de un alto grado de residuos que el ecosis-tema es incapaz de asimilar y regenerar (materialesdispersos y energıa disipada) se incrementa el de-sorden, es decir, se produce una alta entropıa quetambien significa una decreciente disponibilidad demateria y energıa.

La entropıa es una expresion del desorden y estepresenta una tendencia a incrementarse en los siste-mas cerrados. El sistema economico contemporaneode la racionalidad economica es un sistema cerradode alta entropıa que introduce una cantidad crecien-te de unidades de material y de unidades de calorno asimilables por la biosfera. El principio de la en-tropıa dispone que mientras no haya flujos externosde energıa la entropıa siempre se incrementa. Ası,mientras el sistema economico es un circuito cerrado(el flujo de materia y energıa circula por el subsiste-ma economico global, y es reintegrado al ecosistemaglobal en forma de residuos y de calor), la biosferaes un sistema cerrado en materiales, pero abierto enenergıa, que recibe un ininterrumpido flujo de ener-gıa procedente del Sol, y es precisamente este aporteel que permite la tercera funcion de la biosfera (co-mo soporte de la vida). De acuerdo con esto ultimo,el actual sistema economico tendrıa que estableceruna relacion de reciprocidad con el ecosistema queen terminos generales viene a significar una recon-version del actual sistema economico que deberıadirigirse hacia una «economıa de los sistemas abier-tos» (Naredo, 1995), que implique una decrecienteutilizacion de los recursos no renovables y una cre-ciente utilizacion de los flujos energeticos exogenosa la biosfera (energıa solar).

Precisamente cuando hablamos de la sostenibi-lidad nos referimos a la perdurabilidad de los siste-mas fısicos que son soporte de la actividad humanay a las funciones que encaminadas adecuadamentelo hacen posible. La infinita perdurabilidad o sos-tenibilidad de tales sistemas dependera de la posi-bilidad que tienen de abastecerse de recursos y dedeshacerse de residuos, ası como de su capacidadpara controlar las perdidas de calidad (tanto inter-na como ambiental) que afectan a su funcionamien-to (Naredo, 1996). La organizacion social dependede los recursos naturales y estos son por tanto unproblema de organizacion social. Los recursos na-turales son en definitiva el soporte de la actividadhumana, pero tienen una capacidad limitada de car-ga o una capacidad de sustentacion59. «Para cada

59La definicion de la Capacidad de Sustentacion, recogidapor Martınez Alier (1992) , es la siguiente: capacidad desustentacion de un territorio concreto significa el maximo depoblacion de una especie dada, que puede ser mantenido demanera indefinida, sin que se produzca una degradacion en

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elemento —en palabras de Jacobs— de la capaci-dad medioambiental —para cada recurso, para cadadescarga de residuos en el medio ambiente— puedeidentificarse un nivel maximo de stock o de flujo,mas alla del cual esa capacidad empieza a decaer.Para una economıa que apunte a la sostenibilidad,estos maximos vienen a ser efectivamente restriccio-nes, si la actividad economica los sobrepasa, ya nose logra la sostenibilidad» (Jacobs, 1996: 183).

En el diagrama que refleja la figura de impactosambientales y la frontera de sostenibilidad, elabora-do por Jacobs (Figura 2), se pone de relieve comola economıa sostenible es aquella cuyo cırculo deimpacto ambiental queda dentro de la frontera desostenibilidad. «Aquı la actividad economica estadentro de los limites de lo que la biosfera puede to-lerar, sin perjudicar los intereses de las generacionesfuturas» (Jacobs, 1996: 184).

Como apunta Martınez Alier (1992) apareceuna incertidumbre sobre el funcionamiento de lossistemas ecologicos que impide radicalmente la apli-cacion del analisis de las externalidades60 (Martı-nez Alier, 1992). Dado que el sistema economicoes entropico y tiene una traduccion directa en efec-tos negativos para la pervivencia humana, en el pla-neta surge el interrogante de si es posible dar valora tales efectos. Precisamente lo fundamental de lasdivergencias entre enfoques se viene a centrar enesto.

Desde consideraciones de partida semejantes,Herman E. Daly (1989), ha proclamado la necesi-dad de un sistema economico abierto de estado es-tacionario, de tal forma que la satisfaccion de las ne-cesidades basicas de una poblacion constante serıamantenido por un flujo estacionario o decreciente demateria y energıa que fuera compatible con la ca-pacidad de sustentacion o capacidad de carga de labiosfera, para lo que serıa necesario un cambio de laorganizacion social. Para que ello sea posible Dalypropone una traduccion de la sostenibilidad en prin-cipios operativos del desarrollo sostenible con capa-cidad para establecer criterios cualitativos de medi-cion61 sobre el funcionamiento del mismo. Para elloes preciso establecer objetivos apropiados que defi-nan la sostenibilidad y hay que establecer criteriosde evaluacion para determinar si nos acercamos o sipor el contrario nos distanciamos de esas metas.

Segun Daly (1993), en primer lugar, para la ges-tion de los recursos renovables hay dos principiosbasicos de desarrollo sostenible: por una parte, que

la base de los recursos que pueda significar una reduccion dela poblacion en el futuro.

60La palabra externalidad describe el traslado de costessociales inciertos a otros grupos sociales (ya sean extranje-ros o no) o a las generaciones futuras. En realidad Martı-nez Alier se refiere a externalidades negativas que segunJacobs (1996) a medida que aumentan son acumulativas einteractuan entre sı.

61Para una interesante ampliacion sobre los principios deDaly es recomendable la consulta de la reflexion realizadapor Jorge Riechmann (1995a).

el nivel de explotacion de los recursos no exceda lacapacidad del nivel de regeneracion natural de losecosistemas (rendimiento sostenido). De otro lado,que los niveles de emision de residuos no excedan osean equivalentes a las capacidades de asimilacionnatural por parte de los ecosistemas receptores dedichos residuos. Las capacidades de regeneracion oreposicion y de asimilacion o absorcion deben con-siderarse capital natural, y el fracaso en el mante-nimiento de dichas capacidades debe considerarseconsumo de capital y, por tanto, no sostenible. Res-pecto a los recursos no renovables seran utilizadosa un ritmo en el que la cantidad de residuos quegeneren pueda ser absorbida por la naturaleza y so-lo durante el perıodo imprescindible de espera paraque puedan ser sustituidos por recursos alternati-vos: renovables e inagotables.

En segundo lugar, la mejora de la calidad de vi-da puede desvincularse del crecimiento economicoa traves del desarrollo considerado como la optimi-zacion de la eficiencia ambiental y social. En estesentido no es solo necesaria la ecologizacion de laeconomıa sino que tambien es importante una vin-culacion de la economıa a la polıtica como unicaforma de establecer criterios de equidad y de distri-bucion que reduzcan los fuertes desequilibrios inter-territoriales que son considerados como un elementode alta entropıa, tan culpable de la insostenibilidadambiental como la insostenibilidad en una versionestrictamente economica.

Si bien como se apuntaba anteriormente, las es-trategias para afrontar la profunda crisis ecologicadifieren sensiblemente pudiendose distinguir entrelas multiples interpretaciones de la sostenibilidaddos grandes enfoques, que en todo caso no siem-pre se interpretan en su estado puro, como enfo-ques totalmente enfrentados, mas al contrario, des-de el punto de vista teorico se busca una cierta com-plementariedad entre ambos como veremos seguida-mente.

Dos grandes enfoques en torno al conceptode desarrollo sostenible

La constatacion de la extension de la crisis ecolo-gica es motivo de una preocupacion creciente entreinstituciones responsables de polıticas economicas,y no solo por los efectos negativos que se derivandel modo de produccion para con la calidad de vi-da, sino tambien porque estos efectos son realmentela comprobacion que viene a cuestionar la propiapervivencia de este modelo basado en la racionali-dad economica. Desde ambitos ecomarxistas se hapuesto en evidencia lo que O‘Connor (1991) ha de-nominado como «la segunda contradiccion del capi-tal», es decir de como el agotamiento de algunosrecursos y los altos niveles de contaminacion deri-vados de la produccion creciente de desechos, hanreducido la dotacion relativa de valores de uso natu-rales, elevando sus precios, e incrementando los cos-

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Fuente Michael Jacobs, 1996: 184

Figura 2: Impactos ambientales y la frontera de sostenibilidad

tos de produccion del capital (Leff, 1986). Si bien,aceptando que no es adecuado hablar de precios enel medio ambiente, al no ser motivo de la incorpo-racion de externalidades negativas como estipulanlos economistas de la ecologıa (Alier y Schlup-mann, 1992), sı podemos hablar de un grave dete-rioro de las condiciones para la reproduccion de lasactividades economicas en el modelo actual. Pre-cisamente del intento de conciliacion entre ambaspreocupaciones —pervivencia de la biosfera comosoporte de la vida sobre el planeta, por un lado,y la continuidad del modelo de crecimiento aunquedisminuyendo el deterioro de la base de los recur-sos naturales, por otro— se deriva lo que se ha da-do en llamar el enfoque de la economıa ambientaly que algunos prefieren denominar como sostenibi-lidad debil (Norton, 1992), adjetivando el propioobjeto de atencion (la sostenibilidad). De acuerdocon esos autores hemos optado por denominar sos-tenibilidad debil a aquella que aborda el tema desdela perspectiva monetaria propia de la economıa cla-sica y sostenibilidad fuerte a la que adopta la pers-pectiva fısica propia de las ciencias de la naturaleza(Naredo y Rueda, 1996).

1. El enfoque de la Sostenibilidad Debil ode la Economıa Ambiental. Tras la revolu-cion neoclasica de finales del siglo XIX la eco-nomıa ortodoxa se encamina por unos derro-teros que culminan en una clara ruptura conlas leyes que rigen la naturaleza. Con Walrasy sus Elementos de Economıa Polıtica Pura seconsagra la idea de que Producto es lo mismoque Riqueza de tal manera que los recursosnaturales, que se consideran como yacimien-tos inagotables, quedan excluidos de los in-

ventarios de bienes economicos. La economıaortodoxa de finales del siglo XX se ve obli-gada a revisar esos postulados en su versionpura ante la realidad de la grave crisis am-biental y las afecciones que esta tiene sobre elpropio sistema productivo. Destacados analis-tas vinculados con las grandes corporacioneseconomicas (Pearce, 1989) establecen comonecesidad primordial acoger la idea de desa-rrollo sostenible como estrategia para frenaruna de las causas directas que llevan a los rit-mos decrecientes de la rentabilidad de las acti-vidades economicas. Se empieza a contemplartambien la idea de desarrollo socialmente sos-tenible, como ampliacion del primero, debidoa la estrecha vinculacion que se constata entrelos fenomenos de crisis ambiental (insostenibi-lidad) y los procesos de crisis social (dualiza-cion social del sistema urbano industrial queconlleva fenomenos de ingobernabilidad).

Si bien, la denominada Economıa Ambientalno abandona los postulados neoclasicos, optaeso sı, por la incorporacion del medio ambien-te como variable dependiente, como factor decorreccion. Mas que de una ecologizacion de laeconomıa se pretende una economizacion de laecologıa que sea capaz de incorporar los fac-tores ambientales en terminos de costes, dan-do valores monetarios a los recursos naturalesen el calculo contable. Desde esta perspectivaes el propio crecimiento economico, aplican-do correctamente las capacidades de inversionimplıcitas en sus mecanismos, el que cuentacon los suficientes recursos como para poderestablecer soluciones a la crisis ecologica.

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En un primer momento se considera que elmercado libre es capaz de regular la activi-dad economica, pero no ası los denominadosbienes libres, que por no ser bienes intercam-biables han sido ignorados por las leyes delmercado (Bermejo, 1995a). Esto puede solu-cionarse desde la perspectiva economica clasi-ca. La propuesta consistira en internalizar losefectos externos medio ambientales (externa-lidades), considerando a estos como costes, ypor lo tanto se les supone su capacidad de darvalores monetarios a los impactos ambientalespara poder ası incorporarlos a la logica de lacompetitividad del mercado.

Desde ese postulado basico se desarrollan dis-tintos argumentos que se pueden considerarcomo caracterısticas de las propuestas (a ve-ces con posiciones matizadas) de la economıaambiental:

a) La economıa ambiental parte del prin-cipio de que todo efecto externo y, porextension, todo recurso utilizable puederecibir un precio economicamente justifi-cado (internalizarse), y ello puede produ-cirse evolutivamente en funcion del desa-rrollo tecnologico y del crecimiento eco-nomico. Desde ahı se desarrolla lo quepodrıamos considerar la posicion mas ma-ximalista representada por el premio no-vel Coase (1981), quien viene a plantearla plena privatizacion (para que un bientenga valor de mercado es necesario quesea valorable, apropiable e intercambia-ble) de los recursos y derechos ambienta-les (a traves de las denominadas ecotasase impuestos ambientales), convencido deque sus propietarios los intercambiaranen el mercado a precios estipulados porla libre competencia, lo que redundara fi-nalmente en un efecto autoregulador res-pecto a las agresiones al medio ambiente.

b) La sostenibilidad se puede alcanzar a tra-ves de una estrategia adecuada de inver-sion (Solow, 1992). El propio sistemade crecimiento economico producira losrecursos financieros suficientes que per-mitan afrontar los costes de las externa-lidades ambientales. Ello significa que ladegradacion o agotamiento de determi-nados recursos naturales puede ser com-pensada a traves de la creacion de nuevosrecursos o por medio de la renovacion uoptimizacion de la utilizacion de los re-cursos disponibles, para lo que hay queasignar precios adaptados de todos losrecursos naturales y a todos los impac-tos externos actualmente no contabiliza-dos (Pearce, 1989).

c) El argumento precedente lleva a un se-gundo argumento que Georgescu-Roe-gen (1989) ha denominado como la teo-rıa de la sustituibilidad ilimitada que re-suelve que el agotamiento de los recur-sos no supone un problema insalvable,ya que la evolucion de la ciencia muestrauna capacidad para establecer ritmos enfuncion de los requerimientos del siste-ma productivo y la elevacion de los pre-cios de los recursos escasos. Se puede ir,por tanto, progresivamente sustituyendounos recursos crecientemente caros porotros recursos alternativos.

d) En todo caso en la medida que un re-curso muestre sıntomas de agotamientosu precio tendera a elevarse paulatina-mente, debido a lo cual su esperanza devida se aplazara hasta que deje de teneruna capacidad de rendimiento economi-co y sea sustituido por otro recurso, loque implicarıa en consecuencia una infi-nita perdurabilidad.

e) Por ultimo, desde el punto de vista dela tendencia a la dualidad social y comoproblema que es vinculado a los criteriosde desarrollo sostenible, la estrategia dela economıa ambiental vuelve a insistiren la necesidad de un crecimiento quepermitiendo el acceso a estadios de sos-tenibilidad lleva aparejada una redistri-bucion de las riquezas generadas que entodo caso se situa en un futuro impreci-so y solo en la medida que el sistema seaproxime a esos criterios de sostenibili-dad. Mientras, se reforzaran las condicio-nes de desigualdad en la medida que lasdificultades de acceso a bienes cada vezmas escasos vengan determinadas por elmayor precio de esos recursos.

2. El enfoque de la sostenibilidad fuerte oeconomıa ecologica. La economıa ecologicaenfrenta la problematica de la gestion de losrecursos y de la biosfera desde una perspec-tiva teorica sustancialmente distinta a comolo hace la economıa ambiental, independien-temente de que cada uno de estos grandes en-foques recoja aportaciones de su oponente. Laperspectiva de la sostenibilidad fuerte asumeen todas sus consecuencias el principio de laentropıa y viene a enfatizar la incompatibili-dad entre el crecimiento economico y la sos-tenibilidad. Cada uno de estos conceptos «serefiere a niveles de abstraccion y sistemas derazonamientos diferentes: las nociones de cre-cimiento (y de desarrollo) economico encuen-tran su definicion en los agregados monetarioshomogeneos de produccion y sus derivados que

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segregan la idea usual de sistema economico,mientras que la preocupacion por la sostenibi-lidad recae sobre procesos fısicos singulares yheterogeneos», afirmara Naredo (1996: 24).Es decir, esclavizada por su esencia, la racio-nalidad economica es una racionalidad sepa-rada, sin perspectiva posible y sin informacionasimilable sobre las leyes que rigen el mundode lo fısico que pretende dominar. El mun-do de lo fısico tiene sus lımites que le impidencrecer indefinidamente por mucho que un sub-sistema economico, y en funcion de su organi-zacion social, se empene. Si es ası ese subsiste-ma economico, por definicion cerrado, estaraprovocando unos altos niveles de entropıa conalgun lımite de tolerancia de la biosfera.

El resultado de todo esto —en expresion de J.M.Naredo— es la obligada convivencia de dos enfoques delo economico que pretenden ocuparse del entorno fısico-natural desde dos formas diferentes de ver la natura-leza: una desde la idea de medio ambiente y otra des-de la nocion de biosfera. El primero de estos enfoques,que podrıamos calificar de analıtico-parcelario, en cuan-to al metodo, y de individual-competitivo, atendiendoa su filosofıa, parte de la idea de mercado para orientarla gestion del medio ambiente. El segundo que podrıa-mos identificar como sistemico, en cuanto a metodo, yglobal-cooperativo, en su filosofıa, considera la natura-leza como un conjunto ordenado de ecosistemas cuyofuncionamiento hay que conocer para bien orientar lagestion (y el mercado).

Naredo, 1995:40

El argumento central de la economıa ecologicase refiere a la imposibilidad de dar un valor crema-tıstico a la externalidades generadas por los proce-sos de alta entropıa. Tanto los efectos de los impac-tos ambientales, como tambien los efectos derivadosde las polıticas en favor del medio ambiente tienenuna proyeccion a largo plazo y son de consecuenciasmuy heterogeneas, lo que imposibilita de facto elestablecimiento de valoraciones monetarias. A elloademas hay que anadir las multiples externalida-des desconocidas actualmente, y las que tienen uncaracter social que acompanan a los efectos de im-pacto ambiental. Martınez Alier (1992, 1993) esuno de los autores que mas ha insistido en la tesisde inconmensurabilidad economica de las externa-lidades tanto ambientales como sociales. En pala-bras de Martınez Alier (1993) «las evaluacionesde las externalidades son tan arbitrarias que no pue-den servir de base para polıticas medioambientalesracionales», y pone como claros ejemplos: «el ca-lentamiento global como externalidad invalorable»y «la dudosa contabilidad de la Energıa Nuclear»,si no ¿como valorar los costes de la gestion de losresiduos generados por el uso de la energıa nucleardurante quiza miles de anos?, ¿Como valorar los cos-tes derivados de las enfermedades producidas por el

desastre de Chernobyl, si ni siquiera es posible de-terminar el numero de vıctimas que se veran afecta-das durante los proximos decenios en gran parte delcontinente europeo? ¿Como valorar una vida huma-na en peligro por cualquier desastre ecologico?

Desde esa proposicion de la inconmensurabili-dad de las externalidades ambientales se construyeuna crıtica que intenta responder a los argumentosde la economıa ambiental:

En primer lugar, la valoracion de las externa-lidades va aparejada a la continuidad de creci-miento. No se pueden monetarizar la externa-lidades si no se crece economicamente por loque el consumismo ecologico (Pearce, 1989)va a continuar necesitando el uso creciente derecursos no renovables. Aunque se limite lageneracion de residuos no asimilables por labiosfera y se optimice el uso de la energıa, elcrecimiento ilimitado en base a recursos no re-novables sigue siendo una opcion no viable alargo plazo.

En segundo lugar, la supuesta valoracion delas externalidades va aparejada a un incre-mento de las desigualdades sociales, que a suvez representa un freno a la propia viabilidaddel desarrollo sostenible. La dinamica de la li-bre competencia y la elevacion de precios delos recursos naturales decrecientes tiene suspropias consecuencias sobre el acceso equita-tivo a los recursos, supondran mayores filtrosen el acceso a determinados bienes y una ex-tension de los desequilibrios territoriales y so-ciales.

En tercer lugar, la teorıa de la «sustituibilidadsin lımites» no contempla que siempre un re-curso no renovable tiene multiples utilidadesen la satisfaccion de las necesidades humanasy que, por lo tanto, se deberıan encontrar sus-titutos a cada uno de los satisfactores que re-presenta un recurso determinado, con lo queel problema se multiplica (Bermejo, 1995b),y no tenemos la garantıa de que los sustitutospara cada uno de esos satisfactores, en caso dehallarlos, tengan las mismas propiedades (co-nocidas) y potencialidades (por descubrir).

Por ultimo, se establecen consecuencias de ca-racter polıtico de lo que se viene a considerardesde la economıa ecologica como una deva-luacion del termino de desarrollo sostenible,«que en definitiva —segun Fernandez Du-ran— no es otra cosa que un incremento delactual modelo productivo que sea compati-ble con el medio, y que al mismo tiempo fo-mente el desarrollo del Sur, pero sin cuestio-nar la concentracion de riqueza en el Norte»(Fernandez Duran, 1993: 128). Lo que tansolo significara la mejora marginal o parcial

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en ambitos reducidos a paıses del Norte, sien-do incapaz de afrontar la crisis ecologica glo-bal. Ademas, no se resuelven contradiccionesimplıcitas a este sentido de la idea de desa-rrollo sostenible, por un lado, se aboga por laimplantacion de valorizaciones de los costesexternos que solo el Estado puede asignar, ala misma vez que se proclama su retirada delescenario economico.

Desde ese posicionamiento de crıtica a la eco-nomıa ambiental se construyen lo que podrıamosidentificar como los principios que vienen a definirla sostenibilidad fuerte:

1. La biosfera tiene lımites fijos para el creci-miento, pasados los cuales se presentan irre-mediablemente danos ecologicos de una mag-nitud imprevisible. El reconocimiento de laexistencia de esos lımites ecologicos se opo-ne frontalmente a la reproduccion infinita delos recursos naturales por capital y trabajo,nocion sobre la que se sostiene la economıa or-todoxa. Se precisa, en funcion de lo anterior,abrir un perıodo de transicion capaz de gene-rar las condiciones que posibiliten los cambiosy restricciones en los procesos economicos conel objetivo de no traspasar dichos lımites.

2. Se adopta un analisis sistemico y abierto. Elanalisis sistemico postula la integracion de to-dos los valores monetarios, sociales y ambien-tales en un unico esquema conceptual. Nin-gun recurso o valor presente en el mundo fısi-co puede ser considerado como externo a es-te modelo de representacion. En este sentido,hay que aceptar la existencia simultanea dediferentes sistemas de valores, cada uno delos cuales contiene recursos heterogeneos quedeben ser medidos en sus propias magnitu-des fısicas y deben ser gestionados con obje-tivos y criterios especıficos. En este conjuntode sistemas, el monetario es uno mas, juntoa los sistemas social y ambiental (VazquezEspı, 1996).

3. La economıa ecologica niega la universalidaden la asignacion de valores monetarios a losrecursos naturales, a las externalidades am-bientales y a las externalidades de orden (masbien de desorden) social que en gran medi-da se derivan de la crisis ecologica. Pero ade-mas se considera imposible conocer el valorque las generaciones futuras otorgaran a losrecursos naturales. «Solo cabe asignar impu-taciones fundamentadas cuando el grado deincertidumbre respecto a sus posibles utilida-des actuales o futuras, o respecto a las conse-cuencias de su alteracion, esta estrechamenteacotada» (Estevan, 1995a: 73).

4. Los recursos naturales son de titularidad co-lectiva. El respeto a los lımites ecologicos so-lo podra ser viable en contextos de democra-cia real donde las estrategias se inscriban y seapoyen en el principio de que los recursos na-turales son patrimonio colectivo, y por consi-guiente se asuma socialmente como prioridadel garantizar un acceso equitativo a la gestionde los mismos. La equidad debe ser entendidaen un doble sentido, intergeneracional e inter-territorial, y siempre desde la perspectiva finalde la satisfaccion de las necesidades humanas.

5. Complementariamente al principio anterior,la gestion economica desde la perspectiva eco-logica tiene que apoyarse en solidos procesosde amplio consenso social, establecidos demo-craticamente a la escala local, regional o glo-bal, en que se manifiesta cada problema. Estaconstatacion conduce nuevamente a la exigen-cia de equidad en el reparto de los recursos,pues solo de ese modo puede lograrse el con-senso social.

Ahora bien, es evidente que la economıa eco-logica no esta exenta de grandes dificultades. Elobstaculo principal estriba en hacer operativos esosprincipios, desde el momento en el que se estableceun rechazo de los metodos cuantitativos propios dela economıa ortodoxa. De una parte, tal y como se-nala A. Estevan (1995a: 76), la economıa ecologica«al denunciar la presunta objetividad de las evalua-ciones monetarias, las conclusiones y recomendacio-nes de los analisis practicados en base a los enfo-ques ecologicos tiene que apoyarse en un referentemoral», del que derivan propuestas principalmenteencaminadas a la introduccion de cambios o restric-ciones en los procesos economicos (otros valores deconsumo que impliquen una reduccion, polıticas deampliacion del medio ambiente. etc.), con la finali-dad de respetar los lımites impuestos por la finitudde la biosfera sin menoscabo de mantener e inclu-so mejorar la Calidad de Vida, pero tambien conel objetivo de introducir estrategias redistributivasencaminadas a construir un modelo equitativo y areducir los extremos desequilibrios existentes en elmundo actual. Pero de otra parte, no pueden ob-viarse las dificultades que ello lleva implıcito en lasactuales circunstancias marcadas por la racionali-dad economica, por lo que cualquier avance signi-ficativo, en ese sentido, necesita abrir un perıodode transicion que necesariamente implica una cier-ta complementariedad con el enfoque de la econo-mıa ambiental (Naredo, 1993). Nuevamente y con-tinuamente resurge la idea de estrategia dual que yasenalara Johan Galtung.

El camino de la complementariedad solo puedevenir de la mano de un dominio de lo polıtico sobrelo economico como metodo que permita la subordi-nacion de la esfera de lo economico a los factores

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limitativos de caracter ecologico. En este sentidoresulta interesante la argumentacion de J. Riech-mann (1995b: 84): «Es fundamental tener presenteque las valoraciones monetarias no son necesariasen las prohibiciones o prescripciones de produccion(y prohibir la fabricacion y comercializacion de cier-to producto es sin duda una manera de valorarlo).Y sobre todo hay que tener en cuenta que en ge-neral los estımulos economicos de todo tipo puedentambien vincularse a magnitudes fısicas, y en par-ticular existen metodos para determinar los tiposimpositivos en un sistema de tributos ecologicos queno dependen de la imperfecta internalizacion de loscostes externos». En ese sentido, la economıa ecolo-gica antepone criterios de coste-eficacia para la sa-tisfaccion de las necesidades, frente a criterios coste-beneficio inscritos en la logica de la competitividad.Siguiendo la argumentacion de J. Riechmann laidea es que los instrumentos para mantener y am-pliar la calidad de vida (calidad ambiental y satis-faccion de las necesidades humanas) se determinanpolıticamente y en funcion de esas lıneas estrate-gicas se establecen los instrumentos economicos62

para lograr los objetivos perseguidos.

Estrategias dialogicas (convergentes y tam-bien divergentes: lo operativo es multiple)

Es preciso partir de la base de que es necesa-rio determinar cual es la idea de eficiencia en unmarco acotado por la consideracion de los factoresentropicos, que a la vez sea capaz de permitir la sa-tisfaccion de las necesidades humanas. Es urgente,desde esa perspectiva de la sostenibilidad fuerte, laconstruccion de conceptos apropiados y de nuevosdisenos instrumentales capaces de responder a cua-les son los procedimientos de decision adecuados yde cuales son las unidades espaciales sobre las cualesdeben establecerse criterios de eficiencia en funcionde la diversidad de contextos socioterritoriales.

No se puede entender la aplicacion de instru-mentos operativos desde un unico procedimiento,ni desde una sola escala territorial de intervenciondonde se apliquen unos modelos tecnologicos uni-versalizados. Los cambios necesarios para alcanzarun estado de sostenibilidad no son posibles con es-trategias exclusivas y excluyentes. Recordemos alrespecto la argumentacion de J. Galtung (1977:6): «para cada tecnologıa existe una clase de estruc-turas compatibles», por nuestra parte anadirıamosa esa argumentacion, que para cada escala territo-

62En concreto en el tema de las denominadas ecotasas otasas ambientales, A. Estevan (1995a: 77) propone que es-tas deben cumplir al menos tres condiciones basicas: «que sudiseno y aplicacion promueva activamente el objetivo priori-tario de la equidad nacional e internacional, que no solucio-nen ciertos problemas ambientales sustituyendolos por otroso trasladandolos a emplazamientos alejados en el espacio oen el tiempo, y que en ningun caso sean teoricamente identifi-cadas con supuestos valores monetarios de efectos externos orecursos naturales afectados por la incertidumbre ecologica».

rial existen unos procedimientos operativos y tec-nologicos compatibles.

La interrelacion entre la crisis ecologica global ylas crisis ecologicas en unidades territoriales de es-cala pequena es cada vez mayor. No se pueden en-tender las afecciones, de por ejemplo el efecto inver-nadero, sin entender que su origen se encuentra en elconsumo energetico de demanda local, ni se puedenentender las afecciones en el territorio, de por ejem-plo la tendencia decreciente en la disponibilidad deagua, sin las consecuencias que tienen los efectosglobales del cambio climatico sobre ambitos deter-minados. Esa interrelacion de los problemas deri-vados de la crisis ecologica en las distintas escalastiene su origen en el divorcio entre la sostenibilidadlocal y global de los sistemas urbanos consideradosestos como el nucleo principal del comportamientodel modelo de crecimiento63 (Naredo, 1996). Tal ycomo senala Naredo (1996: 36) «las ciudades handejado de ser tributarias de la sostenibilidad de lasactividades agrarias y extractivas locales, para con-vertirse en motor de la gestion de los recursos na-turales a escala planetaria por mediacion de los sis-temas que hoy los ponen directa o indirectamente asu servicio, a la vez que el creciente proceso de ur-banizacion refuerza la incidencia ambiental de estecambio. Siendo ası las ciudades las principales pro-tagonistas de los desarreglos ambientales planeta-rios». Las ciudades son colonizadoras de territoriosy emisoras de calor y contaminacion (generadorasde alta entropıa), a la vez que son receptoras de lasafecciones que producen esas emisiones. La globali-zacion de la problematica medio ambiental viene asignificar la generacion de efectos perversos para laspropias ciudades que se materializa en una perdidade la calidad de vida ciudadana y que se manifiestaen las dificultades para mantener un ambiente ur-bano a unos niveles de calidad aceptables para losvalores que proclama la propia sociedad de consu-mo.

Y si los problemas de la sostenibilidad ambien-tal a escala planetaria no son ajenos a los sistemasterritoriales y locales, las estrategias encaminadasa instituir un desarrollo sostenible estan llamadas aestablecer procesos de convergencia entre la sosteni-bilidad en la escala local y la sostenibilidad global.Los instrumentos operativos y los criterios eficientesnecesarios para lograr la sostenibilidad presentanası una doble vertiente en la que buscar soluciones.Una de caracter interna a los nucleos urbanos, seencamina a superar la degradacion del medio tantofısico como social. Y otra de caracter externa queincide, en primera instancia, sobre el medio natu-ral adyacente, pero tambien sobre otros ecosistemasmas alejados hasta la propia biosfera.

63Las responsabilidades ambientales de los sistemas urba-nos se ponen de relieve cuando algunas estimaciones estable-cen que los mismos absorben las tres cuartas partes de losrecursos mundiales (Prats, 1996).

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Sin embargo, normalmente la preocupacion porla globalidad de la crisis ha llevado a desarrollar lasestrategias globales en forma de instrumentos parala proteccion del medio ambiente (Jacobs, 1996) enel que los instrumentos operativos para la sostenibi-lidad local quedan incluidos y mediatizados por lapercepcion global, y en consecuencia se han minimi-zado sus potencialidades. A su vez los instrumentosde proteccion del medio ambiente podrıamos consi-derarlos en dos dimensiones, por un lado los crite-rios operativos de contenido establecidos por Daly(ver el Cuadro 2), por otro, los instrumentos esta-blecidos por Jacobs que se refieren mas a las cate-gorıas de los procedimientos. Jacobs establece cua-tro grandes instrumentos:

1. Mecanismos voluntarios: incluirıan todosaquellos aspectos referentes al desarrollo localy los identifica en la necesidad de estableceruna transferencia de la propiedad o del con-trol sobre recursos naturales en un proceso deprofunda democratizacion polıtica.

2. Regulacion: todas aquellas medidas de pla-nificacion, administrativas, normativas y le-gislativas tomadas por el Estado dirigidas ala proteccion de la biosfera.

3. Gasto gubernamental: las acciones publi-cas que implican un coste en la proteccion delmedio ambiente y que, por tanto, es asumidopor los contribuyentes en su conjunto. Pue-den adquirir forma de subvenciones, subsidios,prestamos baratos o rebajas fiscales.

4. Incentivos economicos: estımulos disena-dos para que las actividades ambientalmen-te daninas sean menos atractivas por resultarcostosas y, por tanto, menos competitivas. Im-puestos, tasas y tributos seran los instrumen-tos dirigidos en la logica de internalizar lasexternalidades ambientales.

Ahora bien, la adopcion de un nivel macro losuficientemente extenso, tiene que ir acompanadode un amplio consenso mundial con capacidad paraimplementar polıticas eficientes y de control a nivelplanetario. Ello de por sı lleva muchas dificultadesimplıcitas que no es el momento de abordar, aun asıconsideremos que se alcanzan niveles suficientes deuniversalidad en ese sentido. Si la estrategia globales entendida como una estrategia exclusiva que re-lega la potencialidad de la corresponsabilidad local,parece que por sı sola esta abocada al fracaso en lamedida que adopte polıticas lineales impositivas ypierda capacidad para desarrollar multiples tecno-logıas y disenar multiples instrumentos adaptados yviables a las posibilidades y limitaciones que ofrecenlas caracterısticas de cada territorio especıfico.

Del otro lado, es decir desde la perspectiva deestrategias exclusivamente desarrolladas a un mi-

cronivel, resultarıan ser irrelevantes desde la pers-pectiva de la eficiencia. Lo micro por si solo, en uncontexto de competencia y desigualdad entre nacio-nes, regiones y ciudades, perderıa los referentes dela crisis global y sus actuaciones encaminadas a lasostenibilidad serıan pocas y se encontrarıan aisla-das.

Si no se puede descartar que determinados obje-tivos ambientales deben establecerse a nivel globalpara poder alcanzar grados de eficiencia y de equi-dad interterritorial, tampoco se puede omitir quela aplicacion instrumental de esos mismos objetivospresenta mayores cotas de eficiencia si son determi-nados y asumidos a un nivel local. Es a traves de losprocesos en los que las decisiones polıticas son co-lectivas y responsables con el medio ambiente comose podran alcanzar cotas optimas de sostenibilidad.

La corresponsabilidad, serıa el concepto claveque podrıa hacer de nexo de union en la aplicacionde estrategias operativas diversas de caracter microy macro. Pero, ¿que significado tiene la corresponsa-bilidad desde la perspectiva de la eficiencia para lasostenibilidad? La definicion de corresponsabilidadpara con el medio ambiente tiene multiples impli-caciones y condiciones.

En primer lugar, la democracia: la corresponsa-bilidad no es posible sino bajo el principio de de-mocracia que sugiere que la practica polıtica sobreel medio ambiente solo puede producirse a la escalamas pequena que es la que permite la operatividadrespecto de los impactos ambientales que afectan aese ambito. La gestion ecologicamente responsablesera posible si va acompanada de una descentraliza-cion administrativa y unos procesos de participacionciudadana que impliquen una mayor autonomıa po-lıtica.

En segundo lugar, la informacion: el origen deesos impactos locales, en gran medida, sera ajeno alos colectivos afectados por lo que la corresponsa-bilidad se construye desde la retroalimentacion enlos procesos de comunicacion entre las distintas es-calas territoriales, niveles administrativos y agentesimplicados en los procedimientos. Hace falta definiralgun marco de informacion generalmente acepta-do que permita conocer (como devenir consciente)las consecuencias de la insostenibilidad global en losambitos locales, a la vez que permita desarrollar losinstrumentos operativos que impliquen que las me-joras del medio ambiente a nivel local tengan susconsecuencias positivas sobre la biosfera. Igualmen-te, son necesarios los instrumentos evaluativos quenos indiquen si ese ambito se dirige o no hacia haciauna mayor sostenibilidad local y global.

En tercer lugar, la tecnologıa adaptada: la adop-cion de una determinada tecnologıa produce efectossobre el ecosistema y sobre el subsistema economico.De ahı la necesidad de la necesidad de identificar lasposibles interacciones y contradicciones de la apli-cacion tecnologica. Caminar hacia la sostenibilidad

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Cuadro 2: Criterios operativos para el desarrollo sostenible:Fuente: Elaboracion de los criterios de Daly realizada por J. Riechmann (1995: 27).

1. Principio de irreversibilidad cero: reducir a cero las intervenciones acumulativas y los danosirreversibles.

2. Principio de recoleccion sostenible: las tasas de recoleccion de los recursos renovables debenser iguales a las tasas de regeneracion de estos recursos.

3. Principio de vaciado sostenible: es cuasi-sostenible la explotacion de recursos naturales norenovables cuando su tasa de vaciado sea igual a la tasa de creacion de sustitutos renovables.

4. Principio de la emision sostenible: las tasas de emision de residuos deben ser iguales a lascapacidades naturales de asimilacion de los ecosistemas a los que se emiten esos residuos (lo cualimplica emision cero de residuos no biodegradables).

5. Principio de seleccion sostenible de tecnologıas: han de favorecer las tecnologıas queaumenten la productividad de los recursos (el volumen de valor extraıdo por unidad de recurso)frente a las tecnologıas que incrementen la cantidad extraıda de recursos (eficiencia frente acrecimiento).

6. Principio de precaucion: ante la magnitud de los riesgos a que nos enfrentamos, se impone unaactitud de vigilante anticipacion que identifique y descarte de entrada las vıas que podrıan llevar adesenlaces catastroficos, aun cuando la probabilidad de estos parezca pequena y las vıasalternativas mas difıciles u onerosas.

requiere la identificacion del espacio tecnologico, de-finido por Jimenez Herrero (1989: 303–304) como«el conjunto de restricciones y condiciones que debesatisfacer una tecnologıa para responder a una o va-rias necesidades». De esa definicion se deducen losrequerimientos para obtener un conocimiento sobrela potencialidad del medio y los recursos disponi-bles, de tal forma que cualquier cambio tecnologi-co respete las exigencias sociales y ambientales, ypotencie los efectos multiplicadores y sinergicos enla satisfaccion de las necesidades humanas. En esesentido incrementar la dependencia de la tecnologıarespecto de los recursos locales (tecnologıa endo-gena) puede reafirmar la corresponsabilidad sobreel significado de la sostenibilidad. La tecnologıa decaracter intermedio, extrapolable facilmente y con-trolable a escala local permite, frente al rendimientosin mas de los recursos (crecimiento), establecer unincremento de la productividad de los recursos sindestruir la base de los mismos (desarrollo sosteni-ble).

En cuarto lugar, una economıa de escala: unaeconomıa basada en un desarrollo sostenible es esen-cialmente un modelo economico descentralizado yautocentrado. Descentralizado porque se fundamen-ta en una revalorizacion de los recursos locales (hu-manos, naturales y tecnicos) y autocentrado por-que establece la capacidad para definir metas y to-mar decisiones adaptadas a las necesidades locales.Excluye dependencias de influencias exteriores y depoderes que pueden convertirse en presion polıtica(Ekins, 1989) y en presion de la produccion sobre

los recursos locales. La sustitucion de bienes im-portados por productos y servicios locales tiene susconsecuencias sociales en una intensificacion en tra-bajo y en el reforzamiento de los mecanismos departicipacion democratica de los ciudadanos, y unasconsecuencias ambientales al apostar por la restau-racion frente a la sustitucion, y frenar los procesosde mundializacion de la economıa.

En quinto y ultimo lugar, la cooperacion comointegralidad : la articulacion de las implicaciones an-teriores da a la idea de corresponsabilidad la mayormagnitud de su significado. La competencia entresujetos, empresas, ciudades y naciones es el masclaro sıntoma, como causa-efecto, de la crisis glo-bal. La interdependencia de los problemas ambien-tales a escala local y global (ver Figura 3)hacen dela sostenibilidad un concepto clave para la coope-racion que no puede construirse sino desde la in-tegralidad (retroalimentacion de los procesos). Lasnuevas orientaciones dirigidas a las sostenibilidad,tanto a nivel local como a nivel global, exigen el re-forzamiento de la cooperacion haciendo mas compa-tibles la calidad de vida en el interior de las ciudadescon los ecosistemas naturales, haciendo mas com-patible la satisfaccion de las necesidades humanas,solo posible a traves de estrategias mas equitativasy distributivas, con el mantenimiento de la base delos recursos naturales. Habrıa que reflexionar sobremodelos urbanos integrados64 que proporcionen la

64Nuestra propia aportacion, mas desarrollada, sobre losrasgos esenciales que definen a los modelos urbanos integra-dos se desarrolla a lo largo de la ultima parte del presentetrabajo.

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maxima complejidad interna (intercambio, maximadensidad de informacion, participacion democrati-ca, economıa de escala...) y las formas de reciproci-dad con el exterior.

Los criterios operativos que la propuesta de laeconomıa ecologica, o enfoque de la sostenibilidadfuerte, apuntan a una compatibilizacion de los ana-lisis macro y micro, y sobre todo desde este ultimo—que nos interesa especialmente como perspectivadel desarrollo a escala humana—, aporta nuevos ele-mentos a la idea de complejidad y nos ofrece nuevoscriterios para afrontar la teorıa de las necesidadeshumanas y su imbricacion con el concepto de cali-dad de vida. A esto ultimo nos referiremos en lasproximas secciones.

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II. La calidad de vida como expresion de la complejidad. La teorıa del desarrollo 47

Fuente: Fernando Prats (1996: 93)

Figura 3: Interdependencia de los problemas ambientales a escala global, regional y local

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4 Las necesidades humanas: des-

cender un escalon en la comple-jidad

4.1 Introduccion

En terminos generales se tiene muy asumido quela naturaleza humana busca una continua supera-cion. Tan es ası que los procesos de satisfaccion delas necesidades estan continuamente abiertos, con-notados de un subjetivismo que viene marcado porla permanente emergencia de valores culturales encada contexto y estadio de la evolucion social, detal forma que la satisfaccion de una necesidad seviene a considerar como un punto de partida paraacometer nuevas necesidades —aunque quiza, comoveremos mas adelante, mas que de nuevas necesida-des habrıa que hablar mejor de satisfactores, aspi-raciones y deseos—. Deben, por tanto, considerarseen todo momento las transformaciones culturales,los cambios sociales y los nuevos valores que conlle-van, pero ademas estos no solo se construyen trasla confirmacion de nuevos retos, sino que tambiense construyen a partir de nuevos problemas que lasexternalidades del propio sistema social va generan-do.

Generalmente se suele hablar de la aparicion denuevas necesidades, cuando con toda propiedad ha-brıa que hablar de nuevas condiciones en permanen-te cambio que hace que las necesidades sean satis-fechas de formas diferentes a como se satisfacıan enperıodos historicos anteriores o culturas menos occi-dentalizadas. Las nuevas relaciones de produccion ysu naturaleza inciden en las condiciones cambiantesque nos hacen pensar en nuevas necesidades, cuan-do en realidad se trata de los nuevos requerimientosnecesarios para la reproduccion del modelo econo-mico. La division del trabajo y el sentido asignado alas innovaciones tecnologicas crean las condicionesineludibles, inducidas unas veces, por dependenciaotras, que hacen surgir nuevas problematicas y nue-vas formas de acceder a las necesidades humanasa la misma vez que despejan el camino para unaconciencia del deseo ilimitado.

Persisten, por lo tanto, las necesidades de siem-pre, pero aparecen otras nuevas formas sociales. Enrealidad nuevas condiciones surgidas del cambio so-cial que son recurrentes respecto de las necesidades,es decir, mas que generar nuevas necesidades, lasreproducen. Se establecen nuevos escenarios dondese precisan muy distintas maneras de satisfacer lasnecesidades humanas. En las sociedades desarrolla-das las nuevas manifestaciones como la complejiza-cion de los ciclos familiares, la tendencia al enveje-cimiento poblacional, la incorporacion de la mujeral trabajo, la inmigracion de extranjeros, la crisisestructural del empleo, la crisis del modelo educa-tivo, la crisis urbana, la crisis ambiental, la crisisde los modelos polıticos, etc. son fenomenos que se

suceden con rapidez y que implican la necesidadde crear y reconvertir estrategias institucionales yasistenciales. Pero tambien nuevos valores socialesy formas de vida —que cada vez mas se expresande forma activa por los nuevos movimientos socialesy multiples iniciativas ciudadanas— y que derivanen gran medida de esos fenomenos, precisan de nue-vas formas de uso, de gestion de los recursos y deentendimiento de lo publico.

Para desentranar lo confuso que resulta estable-cer una concrecion de lo que son las necesidades enese proceso dinamico que se expresa en el cambiosocial procederıamos con algunas preguntas: ¿sonnecesidades todo lo que referenciamos como nece-sidades? ¿Son diferentes las necesidades de ahoracon respecto a las del pasado, y seran diferentescon respecto a las del futuro? ¿Existen categorıasde necesidades?, y si ası fuese, ¿son unas necesida-des mas elevadas que otras? ¿Quienes son los quedefinen las necesidades (o deben), quienes ejecutanla satisfaccion de las necesidades (o deben)? ¿Haydistintos medios para lograr la satisfaccion de unanecesidad? ¿Podrıamos denominar necesidad a ac-tos que van contra esa necesidad, u otras necesi-dades, de otros individuos, en otros lugares o enotros momentos? ¿Deberıa haber unos valores eti-cos y universales en la satisfaccion de las necesida-des? Un autor como Toni Domenech (1985: 91),en apretada sıntesis, responde a esas preguntas: «Lamoderna cultura burguesa ha despertado necesida-des autodestructivas, incompatibles con la supervi-vencia de la especie —por motivos elementalmenteecologicos— en un futuro nada remoto y con la jus-ticia y la igualdad en el lacerante presente. Y loque no es preocupante, ha arruinado la capacidadde los individuos para conocerse a sı mismos, paracontrolar sus deseos y formar buena parte de susnecesidades. . . ».

Eso que bajo la inercia de la conducta llamamosnuevas necesidades son muchas veces revelacionesdel deterioro social y ambiental de nuestro mundo,de la mayor complicacion y de la menor compleji-dad. Esas nuevas necesidades, no son tales, son entodo caso nuevas expresiones del como satisfacer lasnecesidades humanas. Partimos de la idea de que lasnecesidades, aunque diversas, son interdependientes(sinergicas), no ası los satisfactores, las aspiracioneso las preferencias que se encuentran mas circuns-critos a estadios socio-culturales, a su vez determi-nados por estructuras economicas. Apuntamos, portanto, una primera distincion entre necesidades ydeseos, y tambien la oportunidad de un cierto sen-tido de las necesidades humanas orientado a la equi-dad y la reciprocidad. Queremos descender un esca-lon buscando el sentido de lo complejo en las nece-sidades, aspecto basico para el cometido de nuestrainvestigacion, y para ello debemos sumergirnos en eldilema de las necesidades: ¿son universales o son re-lativas? ¿Son subjetivas, pueden objetivizarse? ¿Se

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II. La calidad de vida como expresion de la complejidad. Las necesidades humanas 49

satisfacen desde estrategias de Estado, o de Merca-do? ¿Se satisfacen desde una escala macro, o desdeuna escala micro? La falta de acuerdo en un senti-do teorico determinado nos obliga a aproximarnos adistintas perspectivas cuyo objeto de atencion hansido las necesidades. Reflejamos una aproximacionpreliminar, pero esclarecedora, de aquellos autoresque han tenido la intencion de establecer catego-rıas de necesidades, para posteriormente disponerlas perspectivas mas influyentes en ese debate con-trovertido del sentido de las necesidades.

4.2 Principales aproximaciones a la Teo-rıa de las Necesidades

Las distintas perspectivas que se sumergen enla teorıa de las necesidades son casi tan diversascomo las perspectivas sociales. Cada una de ellaspuede contemplar derivaciones, desviaciones, mati-zaciones, en definitiva, distintos enfoques dentro decada una de las perspectivas, incluso la conectivi-dad entre las distintas perspectivas se produce confacilidad. No se trata aquı de afinar en cada unode esos enfoques, mas bien, nos interesa estableceraquellos trazos gruesos que nos aporten una basepara el objeto del presente trabajo. Si bien, antesde desarrollar las distintas perspectivas parece per-tinente hacer una primera aproximacion de lo quehan sido las principales maneras de clasificar los ti-pos de necesidades.

La categorizacion de las necesidades

Las necesidades pueden desgranarse conforme amultiples criterios, y las ciencias sociales ofrecen eneste sentido una extensa y diversa literatura. Reco-gemos aquı las que actualmente son mas represen-tativas y tienen especial interes desde la perspectivade la presente investigacion.

De la confusion reinante respecto del conceptonecesidad derivan las dificultades intrınsecas a lahora de establecer categorıas. Ese ejercicio es, enconsecuencia, un esfuerzo de orden positivista diri-gido a desenredar la complejidad. La cultura cien-tıfica aboga por ello, otro aspecto sera si estrate-gicamente y con posterioridad se procede a volvera enredarlo, es decir, a descubrir y establecer lasinteracciones entre las distintas categorıas recono-ciendo la complejidad del concepto con el objeto deque la accion de los sujetos alcance una operativi-dad sinergica. La categorizacion de las necesidadescorre el riesgo de establecer esquemas de jerarquiza-cion, que suponen de facto un aislamiento de unascategorıas de necesidades de otras, estableciendo,tambien, prioridades de unas sobre otras. En estesentido y por defecto, la reputada Teorıa de las Ne-cesidades de Maslow (1975 y 1982)65 (del que se

65Un buen resumen de la Teorıa e las Necesida-des de Abraham Maslow puede consultarse en Setien

considera como el mas influyente y exhaustivo au-tor en la categorizacion de las necesidades), incurreen estos supuestos.

Maslow establece cinco categorıas de necesi-dades que se suceden en una escala ascendente. Lasorganiza en dos grandes bloques que establecen unasecuencia creciente y acumulativa de lo mas objetivoa lo mas subjetivo en tal orden que el sujeto tieneque cubrir las necesidades situadas a niveles masbajos (mas objetivas) para verse motivado o impul-sado a satisfacer necesidades de orden mas elevado(mas subjetivas). En el primer bloque de necesida-des Maslow establece cuatro tipos:

1. Necesidades fisiologicas. Son las necesidadesmas basicas que precisan de elementos ma-teriales para su satisfaccion, sin su satisfac-cion no son posibles los impulsos para afron-tar otras necesidades, y su ausencia amenazala propia supervivencia humana.

2. Necesidades de salud y seguridad. Una vida se-gura, ordenada y cierta, donde se encuentranausentes los peligros y riesgos para la integri-dad personal y familiar.

3. Necesidades de pertenencia y amor. Represen-tan la voluntad de reconocer y ser reconocidopor los semejantes. Sentirse arraigados en lu-gares e integrados en grupos y redes sociales.Se refiere, por tanto, al ambiente social quedebe de posibilitar el contacto, la relacion so-cial, la amistad y la asociacion.

4. Necesidades de estima. Condiciones adecua-das para la evaluacion personal y el reconoci-miento de uno mismo en referencia a los de-mas. La capacidad para sentirse miembro oparte de un cuerpo social de pleno derecho.

En un segundo bloque se establece una quintacategorıa escasamente desarrollada por Maslow, loque denomina como necesidades de autorrealizaciono metanecesidades. Una vez cubiertas las demas ne-cesidades en ese gradiente que establece Maslow,desde las necesidades mas inferiores a las necesi-dades mas superiores, estaremos en condiciones derecibir impulsos hacia metas inagotables —los suje-tos siempre permanecen en un estado de insatisfac-cion relativa— de corte espiritual e intelectual. Secontemplan en esta categorıa una mezcla de valoresque podrıan ser contradictorios entre sı, o con laspropias necesidades satisfechas que les han abiertola puerta: virtudes eticas, deseos y aspiraciones, de-sarrollo de capacidades, potencialidades, en suma,aspectos que vienen a instalarse en el campo de lasnecesidades considerado como concepto que termi-na situandose en ultima instancia en el campo de losubjetivo y de lo relativo.

M.L. (1993): Indicadores Sociales de Calidad de Vida: Unsistema de medicion aplicado al Paıs Vasco.

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La concepcion maslowiana (necesidades comomotivacion) de la universalidad de las necesidadesqueda en entredicho en la medida que se confun-den las necesidades de las preferencias y deseos delos individuos. Esa linealidad en la jerarquıa de lasnecesidades establecida por Maslow es puesta enevidencia por Doyal y Gough (1994: 64) que re-chazan el enfoque de las motivaciones e impulsos dela conducta humana como base explicativa de lasnecesidades: «. . . aunque aceptamos la tipologıa deMaslow como exhaustiva —lo que esta lejos de serevidente— su secuencia estrictamente temporal demotivaciones es sencillamente falsa. A algunas per-sonas parece interesarles mas su propia autorreali-zacion que su seguridad... Asimismo, al reflexionaracerca de las multiples alternativas que nos ofrecela vida, las categorıas de Maslow aparecen entre-mezcladas o, a veces, en conflicto unas con otras».

Desde otra perspectiva, historicista y dialectica,cabe resenar la categorıa de necesidades establecidapor Agnes Heller (1978, 1980 y 1981). Las ne-cesidades se desarrollan por la continua superacionde estadios historicos. La dialectica de las contra-dicciones en cada contexto se supera por la trans-formacion de la sociedad en nuevas etapas donde selograrıan satisfacer las necesidades plenamente, un«nuevo modo de vida» que supere de una vez portodas la estructura de las necesidades de la socie-dad burguesa. La principal autora de la Escuela deBudapest clasifica las necesidades segun:

1. Necesidades existenciales : necesidades basicastanto materiales como no materiales (fisiolo-gicas y de sociabilidad).

2. Necesidades alienadas : de caracter cuantita-tivo, como la de poder, posesion, ambicion yacumulacion de riqueza.

3. Necesidades no alienadas : de caracter cualita-tivo, como las de amor, estima, amistad, acti-vidad cultural, de desarrollo personal.

4. Necesidades radicales : generadas por el capi-talismo, las necesidades radicales conllevan lanecesaria superacion del sistema capitalista, loque implica una reestructuracion global de lavida cotidiana en un sistema que genera nece-sidades a la vez que es incapaz de satisfacerlas(«revolucion de la vida cotidiana»).

Las necesidades segun Heller (1981: 148) «serefieren siempre a valores. Y son definibles solo apartir de valores». Para Heller (1980: 38) «solopodemos considerar como necesidades aquellas delas cuales somos conscientes», hay valores negativos(necesidades malas) que hay que superar, y valorespositivos (necesidades buenas) que hay que alcan-zar. Se constituye, por tanto, una jerarquıa de ne-cesidades siempre relativas, ya que las necesidadesuniversales se deben conseguir, pero solo se pueden

lograr tras una transformacion revolucionaria delsistema capitalista. Las necesidades radicales cuyasatisfaccion conforma un definitivo estadio histori-co, comportan una reestructuracion universal de lasnecesidades y de los valores de un sistema en el quepredominan las necesidades alienadas. Las necesida-des radicales se expresan en terminos de liberacioncomo: la liberacion del trabajo, la democratizacionde las instituciones, la mayor participacion de lossujetos en las estructuras polıticas y sociales.

Otros autores propugnan una categorizacion delas necesidades fundamentada en una base de uni-versalizacion de las necesidades humanas, y paraello asignan un sentido estrategico inherente paraalcanzar su satisfaccion. Desde ese posicionamien-to se realiza un esfuerzo por despejar las diferen-cias entre las necesidades, siempre consideradas uni-versales, y las preferencias o deseos, circunscritassiempre a valores y rasgos culturales de contextosdeterminados. En este sentido, las necesidades hu-manas siempre representan objetivos comunes quepersiguen todos los individuos en cualquier contex-to social y cultural. Lo que varıa son los medios ylas formas de lograr las satisfacciones universales(lo que denominan unos como necesidades interme-dias y otros como satisfactores). Entre estos auto-res, todos ellos teoricos integrantes de un enfoqueque denominamos eco-humanista, habrıa distinguira Galtung (1977), Max-Neef (1986), y Doyal yGough (1994).

Galtung parte del supuesto de que por cadanecesidad identificable existe algun medio que pue-de satisfacerla. Cuando no se puede disponer de me-dios suficientes, cabe hablar de carencia e insatis-faccion, cuando se dispone de los medios suficientesse pueden cubrir las necesidades de mınimo social(basicas), pero se aspira a superar el nivel mınimode satisfaccion (necesidades no basicas) siempre sincomprometer la satisfaccion de las necesidades basi-cas en otros lugares, colectivos o tiempos. Galtungdistingue entre:

1. Necesidades basicas materiales : Fisiologicas.Ambientales, individuales. Ambientales, pro-teccion del grupo y de la familia. Salud, enel sentido de bienestar somatico. Educacion,en el sentido de autoexpresion/dialogo. Liber-tad de expresion y de impresion. Libertad decircular y para recibir visitas.

2. Necesidades basicas no materiales : Creativi-dad. Identidad. Autonomıa. Companıa. Par-ticipacion. Autorrealizacion. Sensacion de quela vida tiene un sentido.

3. Necesidades no basicas : Optimizacion de lasnecesidades basicas a traves de un uso solida-rio de la tecnologıa. Cabe advertir como Gal-tung establece una diferencia de la satisfac-cion de las necesidades con respecto a lo quedenomina como «desarrollo excesivo» cuando

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se consume por encima de un maximo socialo nivel tope.

Galtung establece tambien, lo que denominacomo «medios materiales de satisfaccion» (comida,agua, vivienda, ropa, atenciones medicas, educa-cion academica, medios de comunicacion, medios detransporte. . . ) cada uno de los cuales puede ayudara cubrir distintas necesidades (basicas o no basicas,materiales o no materiales).

Por su parte, Max-Neef y el grupo CEPAURdistinguen entre necesidades, satisfactores y bie-nes economicos. «La interrelacion —senalan Max-Neef et al. (1986: 41)— entre necesidades, satis-factores y bienes economicos es permanente y di-namica. Entre ellos se desencadena una dialecticahistorica. Si, por una parte, los bienes economicostienen la capacidad de afectar la eficiencia de lossatisfactores, estos, por otra parte, seran determi-nantes en la generacion y creacion de aquellos».

Las necesidades : constituyen un sistema. Noestan ordenadas jerarquicamente y existe unareciprocidad simetrica entre ellas. Son finitas,pocas y clasificables, siendo las mismas en to-das las culturas y en todos los perıodos histo-ricos. Max-Neef combina dos criterios posi-bles de desagregacion:

1. Segun categorıas axiologicas o necesida-des humanas fundamentales: Subsisten-cia, Proteccion, Afecto, Entendimiento,Participacion, Ocio, Creacion, Identidady Libertad.

2. Segun categorıas existenciales o modosde experiencia: de Ser, Tener, Hacer yEstar.

Ambas categorıas de necesidades interaccio-nan entre sı y pueden combinarse para definirlos satisfactores posibles en un contexto cul-tural determinado66.

Los satisfactores (medios para satisfacer lasnecesidades) son, por tanto, lo que varıa enfuncion del contexto cultural. Son el aspectohistorico de las necesidades. Max-Neef pro-pone para fines analıticos cinco tipos de satis-factores:

1. Los violadores o destructores. Al ser apli-cados con la intencion de satisfacer unadeterminada necesidad (proteccion), ter-minan afectando negativamente a la sa-tisfaccion de esa necesidad en otros suje-tos, y a la satisfaccion de otras necesida-des.

66Al respecto Max-Neef et al. (1986: 42) elabora una ma-triz que manifiesta una prolija y extensa lista de satisfactores,y que reproducimos en el Cuadro 3.

2. Pseudo-satisfactores. Estimulan una fal-sa sensacion de satisfaccion de una nece-sidad determinada.

3. Inhibidores. Sobresatisfacen una necesi-dad determinada dificultando seriamentela posibilidad de satisfacer otras necesi-dades.

4. Singulares. Se dirigen a la satisfaccion deuna sola necesidad, siendo neutros res-pecto de la satisfaccion de otras necesi-dades.

5. Sinergicos. Por la forma en que satisfacenuna necesidad determinada, estimulan ycontribuyen a la satisfaccion simultaneade otras necesidades.

Las cuatro primeras categorıas, por ser habi-tualmente impuestas e inducidas desde arribahacia abajo son consideradas como exogenas.Los satisfactores sinergicos, en cambio, con-templan todas las categorıas de necesidadesinterrelacionadas y se impulsan de abajo ha-cia arriba. Son endogenos, liberadores y con-trahegemonicos.

Los bienes economicos son los objetos (arte-factos, tecnologıas) que contribuyen a la com-petencia operativa de los satisfactores, es de-cir son la materializacion de las necesidades.Cuando se convierten en un fin en sı mismo seencuentran en disposicion de no potenciar lasatisfaccion de necesidades y de crear depen-dencia y alienacion de los sujetos.

Por ultimo, Doyal y Gough (1994) dentro desu Teorıa de las Necesidades Humanas sostienenque las necesidades humanas se construyen social-mente, pero tambien son universales, al mismo tiem-po desestiman que las aspiraciones que se derivande preferencias particulares de individuos y de sumedio cultural puedan considerarse como tales ne-cesidades.

La teorıa de las necesidades de estos autoresestablece una distincion entre necesidades basicasy necesidades intermedias quedando clasificadas endos grandes categorıas:

1. Las necesidades basicas son para Doyal yGough: la salud fısica y la autonomıa de ac-cion o de urgencia. Ambas son universales,aunque los medios y servicios (satisfactores)requeridos para satisfacerlas varıan segun lasculturas. El nivel optimo de ambas categorıasviene definido por su capacidad para «evitardanos graves que se consideren una limitacionfundamental y prolongada de la participacionsocial». El cumplimiento de ese nivel optimo(condiciones sociales) lleva a un proceso desegundo orden emanado de esas necesidadesbasicas, lo que denominan los autores como

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«Autonomıa Crıtica», entendida como liber-tad de accion y libertad polıtica (participacioncrıtica de la forma de vida elegida).

2. Las necesidades intermedias son satisfactores,pero satisfactores de caracter universal que seconciben como «aquellas cualidades de los bie-nes, servicios y relaciones que favorecen la sa-lud fısica y la autonomıa humanas en todas lasculturas». Doyal y Gough establecen oncenecesidades intermedias que deben alcanzarun nivel optimo para satisfacer adecuadamen-te las necesidades basicas:

Alimentacion adecuada y agua potable.

Vivienda que reuna las caracterısticasadecuadas.

Ambiente de trabajo libre de riesgos.

Medio fısico sin riesgos.

Atencion sanitaria apropiada.

Seguridad en la infancia.

Relaciones primarias significativas.

Seguridad fısica.

Seguridad economica.

Control de nacimientos, embarazo y par-to seguros.

Ensenanza basica.

La perspectiva naturalista: desde el mecani-cismo neoclasico al utilitarismo neoliberal

El dilema entre individuo y colectividad, en-tre lo objetivo y lo subjetivo, entre sistema cerra-do y sistema abierto, entre el Mercado y el Es-tado, es ya clasico dentro de la consideracion deuna amplia perspectiva naturalista. Desde el meca-nicismo de Walras (1952) al intervencionismo deKeynes (1946), en la economıa, o desde el positi-vismo utilitarista de Durkheim (1967 y 1988) alestructural-funcionalismo de Parsons (1968), en lasociologıa, se han vertido rıos de tinta sobre comodefender la estabilidad natural (con cambio o sincambio) del sistema social.

No hay duda que en el contexto historico actualdonde triunfa la ideologıa naturalista radical, el neo-liberalismo de libre mercado, este impera sobre laconcepcion que defiende la existencia de unas nece-sidades absolutas que deben ser canalizadas por elEstado y ser satisfechas por el aparato productivo—representada por la figura de Keynes—, y tam-bien predomina sobre el funcionalismo que preconi-za que a cada necesidad le corresponde una funciony viceversa, y como no, supone un rechazo implıci-to de los «cuatro problemas funcionales» (estabili-dad sobre normas, integracion de valores comunes,adaptacion del sistema a las condiciones materialesy organicas, prosecucion de objetivos) establecidospor Parsons.

Esa lectura del utilitarismo radical incide en quelas necesidades no son producidas socialmente, si-no individualmente segun la capacidad de consu-mo de cada uno. Como expresa Naredo (1987: 65)«Las construcciones utilitaristas apoyaron el despla-zamiento que se produjo en la ideologıa global delhomo ludens por el homo economicus al considerarel consumo en terminos monetarios e identificarloenganosamente con la satisfaccion de necesidades yal bienestar de los individuos, encubriendo la per-dida de contenido que sufre tal identidad a medi-da que proliferan el fetichismo del consumo y lasreacciones desviadas de comportamiento. . . ». Des-de esos postulados se construye una paradojica con-secuencia: las necesidades son subjetivas y solo sepueden objetivizar considerandolas como demandas(Culyer (1976), y Nevitt (1977)). Son los propiossujetos, individualmente, los que deciden que es loque necesitan, es decir, las demandas se construyena partir de las preferencias y deseos individuales,pero que solo el mercado es capaz de regular esti-mulandolas. La soberanıa privada, el consumo pri-vado y la propiedad privada seran el objetivo basico,y la competitividad el medio —bajo una supuestaigualdad de acceso a las oportunidades—.

En todo caso, independientemente de la mayoro menor radicalidad con respecto al grado en quedebe desenvolverse el libre mercado en la definicionde los deseos, y la mayor o menor aceptacion quese pueda establecer en referencia a la existencia, ono, de determinadas instituciones de orden social«que regulen las relaciones humanas fundamentalesy que, aunque las mismas pueden adoptar formasmuy diferentes cumplen identicas funciones en to-das partes entre los hombres encaminadas a cum-plir funciones basicas» (Mair, 1978)67, la perspecti-va naturalista tiene en comun un rechazo implıcito auna representacion objetiva y universal de las nece-sidades humanas. Como senala Alonso (1991: 80),para el neoliberalismo «la necesidad como fenomenosocial no tiene validez economica, si no presenta laforma de deseo solvente individual, monetarizable.Quedan ası desasistidas todas aquellas necesidadesque, por diferentes motivos historicos, escapan dela rentabilidad capitalista, marcando con ello los lı-mites de su eficiencia asignativa, en la medida queel mercado unicamente conoce al homo economicus—que solo tiene entidad de comprador, productoro vendedor de mercancıas— y desconoce al hombreen cuanto ser social que se mantiene y reproduce almargen de la mercancıa».

Ahora bien, ese rechazo a las necesidades hu-manas tiene otras implicaciones que desde un pen-samiento unico orientado a legitimar la sociedadde consumo, esconde una marcada tendencia haciael autoritarismo. Ası lo evidencia Lechner (1986:242) cuando argumenta que «para que el mercado

67Mair hace referencia a la teorıa funcionalista de Mali-nowski (1970) sobre instituciones y necesidades.

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funcione como tal autoridad impersonal es indis-pensable que los valores intrınsecos sean aceptadoscomo condiciones tecnicamente necesarias. Se tra-ta pues, de restringir la zona de decisiones polıticas(quienes y sobre que cuestiones cabe decidir) y depermitir el despliegue del automatismo del merca-do».

La perspectiva marxista: la ambivalencia en-tre universalidad y relatividad

Tal y como defiende A. Heller (1978), es atri-buible a Marx el origen de la teorıa de las necesida-des. Si bien el esfuerzo de Marx no parece dirigidoconscientemente a tal menester, y ası se podrıa de-ducir de la inexistencia de escritos que aborden concierta exclusividad el tema de las necesidades. Masbien las reflexiones de Marx sobre las necesidadesson un complemento de otros aspectos de su obra.Las referencias aisladas que Marx expresa, sobrelas necesidades, a lo largo de su obra mantienen unmarcado caracter ambivalente que se debate entrela universalidad de las necesidades y la subjetivi-dad de las mismas, marcada por un contexto demodelo capitalista. De un lado, son innumerableslas referencias de las que se derivan la objetividadde las necesidades humanas expresados a traves delas denuncias de lo que suponıa para los trabaja-dores el sometimiento al capital, ası por ejemplo,queda expresado en un celebre pasaje del tercero delos Manuscritos de 1848:

El economista (y el capitalista; en general hablamossiempre de los hombres de negocio empıricos cuando nosreferimos a los economistas, que son su manifestacion yexistencia cientıficas) prueba como la multiplicacion delas necesidades y de los medios engendra la carencia denecesidades y de medios: 1.- Al reducir la necesidad delobrero al mas miserable e imprescindible mantenimientode la vida fısica y su actividad al mas abstracto movi-miento mecanico, el economista afirma que el hombre notiene ninguna otra necesidad, ni respecto de la activi-dad, ni respecto del placer, pues tambien proclama estavida como vida y existencia humanas. 2.- Al emplear lamas mezquina existencia como medida (. . . ), hace delobrero un ser sin sentidos y sin necesidades, del mismomodo que hace de su actividad una pura abstraccion detoda actividad.

Marx, 1979:158–159

Sera la clase trabajadora, como sujeto revolucio-nario portador de la transformacion social, la quellevara a la liberacion de la humanidad y a la satis-faccion de unas necesidades que parece que se invo-case en terminos de universalidad. En el ManifiestoComunista de 1872, Marx y Engels (1977: 35),escriben: «El movimiento proletario es el movimien-to autonomo de una inmensa mayorıa en interes deuna mayorıa inmensa». Sin embargo, parece que launiversalidad de las necesidades, la celebre frase «a

cada cual segun sus necesidades. . . », solo podra lle-gar en el momento ineludible de la superacion delcapitalismo, mientras tanto el modelo de produc-cion imperante marca el sino de las necesidades deforma alienada.

En el siguiente fragmento de los Manuscritos de1848 se deja de manifiesto la confusion del concep-to de necesidades, al prescindir de las que podrıanconsiderarse como objetivas, y mantener el carac-ter subjetivo de unas necesidades consideradas in-herentes, producidas por un sistema social que lasreconvierte y recrea de forma constante y continua-da:

. . . su menesterosidad (la del individuo) crece cuan-do el poder del dinero aumenta. La necesidad de dineroes ası la verdadera necesidad producida por la Econo-mıa Polıtica y la unica que ella produce. La cantidad dedinero es cada vez mas su unica propiedad importante.Ası como el reduce todo su ser a su abstraccion, ası sereduce el en su propio movimiento a ser cuantitativo.La desmesura y el exceso son su verdadera medida. . .Incluso subjetivamente esto se muestra, en parte, en elhecho de que el aumento de la produccion y de las ne-cesidades se convierte en el esclavo ingenioso y siemprecalculador de caprichos inhumanos, refinados, antinatu-rales e imaginarios. La propiedad privada no sabe hacerde la necesidad bruta necesidad humana; su idealismo

es la fantasıa, la arbitrariedad, el antojo.

Marx, 1979:157

La primera tarea sera, por tanto, el cambio so-cial, y no la satisfaccion de las necesidades univer-sales. Solo la transformacion social creara las condi-ciones necesarias para satisfacer las necesidades deforma universal, ası apostillara Engels en la ulti-ma frase escrita en la obra Del socialismo utopicoal socialismo cientıfico de 1892: «Es el salto de lahumanidad del reino de la necesidad al reino de lalibertad» (Engels, 1969:86).

Es esa lectura la que predomina y de la quese derivan los posicionamientos principales dentrode la(s) teorıa(s) marxista(s) que conducen en granmedida a relativizar la existencia de necesidades hu-manas, y que fundamentalmente representaron au-tores como Marcuse (1968, 1972), y posteriormen-te Heller (1978), pudiendose resumir en que:

1. Cada formacion social tiene sus propias nece-sidades variables. Las necesidades, por tanto,vienen determinadas por el caracter historicoy cultural de cada sistema social que hace con-traproducente los juicios sobre las necesidadesdesde la comparacion de sistemas de necesida-des distintos.

2. La satisfaccion de las necesidades no puedeexcluir su relacion estructural con el sistemaen que se generan, en nuestro caso, el capita-lismo. Modelo, por otra parte, en el que las

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«necesidades tienen un contenido y unas fun-ciones sociales, determinadas por poderes ex-ternos sobre los que el individuo no tiene nin-gun control» (Marcuse, 1972: 35). Marcu-se establece una diferencia entre falsas nece-sidades y verdaderas necesidades, fijando suatencion principal sobre las falsas ya que ellibre desarrollo de las verdaderas necesidadeses destruido por la produccion. La satisfac-cion de las primeras no es otra cosa que laeuforia dentro de la necesidad, y las segun-das se explicitan socialmente sin ser suscita-das por un aparato inductor. Se deduce unacierta confusion entre las necesidades huma-nas y los deseos individualizados producidospor un capitalismo de consumo que le llevaa que solo pueda establecerse la pauta crıticadesde el campo de lo subjetivo.

3. Las necesidades son represivas por lo que esnecesario despojarse de ellas contraponien-do nuevas necesidades. Al respecto senalaraMarcuse que «las nuevas necesidades, queson realmente la negacion determinada de lasnecesidades presentes, pueden tal vez resu-mirse en la negacion de las necesidades y delos valores que sostienen el actual sistema dedominio» (Marcuse, 1968: 14). La negacionde las necesidades represivas (alienadas se-gun Heller), las denominara Heller comonecesidades radicales germinadas en la socie-dad capitalista, a consecuencia de procesos deconsciencia (el sujeto transformador ya no se-ra el proletariado, sino un sujeto determinadopor la consciencia de las necesidades radicales)en la sociedad civil. Las necesidades radicalesson factores de superacion de la sociedad ca-pitalista, ya que a pesar de ser generadas enese modelo social, es antinatura el procurar susatisfaccion de forma generalizada.

Si bien, desde la idea de las necesidades radi-cales puede plantearse un nuevo dilema que vienede la mano de si se antepone la transformacion delsistema para conseguir la satisfaccion de las necesi-dades radicales, o si bien hay espacios de cambio dela vida cotidiana, en colectivos o ambitos concretosque supongan una satisfaccion parcial, y por tantouna cierta objetivacion practica, de las necesidadesradicales.

La perspectiva culturalista: La no resueltavinculacion entre lo micro y lo macro

Abordamos esta perspectiva en un sentido am-plio donde la puesta en comun se atribuye al in-herente caracter cultural de las necesidades. Desdepostulados crıticos se despoja a las necesidades tan-to de cualquier determinismo economico, como decualquier individualismo a ultranza. Las necesida-des se construyen culturalmente, pero desde ese su-

puesto se abren muy diferentes posibilidades, en lamedida que la dimension de lo cultural es complejay diversa, y esto tiene su traslado en la configu-racion de distintos enfoques. Se conjugan los enfo-ques macro-culturales y micro-culturales. Designa-mos aquı, en un apretado repaso, las aportacionesmas significativas:

1. El posmodernismo68 , en gran medida pos-marxismo69 , de Baudrillard (1970, 1976 y1979) se preocupa del dominio de la cultu-ra del consumo, una macro-cultura podrıamosdecir, que significa la «negacion magica y de-finitiva de la escasez» (Baudrillard, 1970:15). Es el reino de los objetos-signo que «noestan en absoluto ligados a una funcion o ne-cesidad definida» (Baudrillard, 1970: 113).La naturaleza de las necesidades en una so-ciedad de consumo no tiene sentido, no ad-mite una teorıa de las necesidades y de susatisfaccion, no puede haber mas que unateorıa del concepto ideologico de necesidad(Baudrillard, 1976).

Baudrillard radicaliza y lleva hasta sus ul-timas consecuencias los postulados crıticos deMarcuse: el origen y desarrollo de la necesi-dad es coetaneo e inseparable del poder, ha-ciendose imposible la transformacion del po-der en el que se sustenta el modelo, ya quees este el que determina, programa y canalizatodas las necesidades de la abundancia (deldeseo). Los signos-objetos deseados son patri-monio de las clases dominantes y los demascolectivos sociales sufriran una ansiedad per-manente en el deseo sublimado de alcanzarigual status, lo que a su vez hace permane-cer al sistema productivo y perpetuar los me-canismos de poder. Solo hay necesidades (dedeseo) producidas, porque el sistema las ne-cesita para su reproduccion, concluira Bau-drillard. Tal nivel de subjetivizacion de laobjetividad supone no solo la determinacionde las necesidades por rasgos macro-culturalesinductores, sino que tambien puede llevar a lanegacion de las necesidades mismas.

2. El posmarxismo radical, desde su rechazo delindividualismo y el determinismo, se pronun-cia claramente contra el imperialismo cultu-ral de la macro-cultura que se cierne sobre las

68«El termino posmoderno esta ligado al hecho de que la

sociedad en que vivimos es una sociedad de la comunicaciongeneralizada, la sociedad de los medios de comunicacion»(Vattimo, 1994: 9). Fascinado por el desorden mediatico y laenorme inflacion de objetos, el posmodernismo extrae ideasde una vasta gama de pensamientos, ideologıas y disciplinasque en terminos generales suponen una renuncia a cualquiertipo de compromiso, a cualquier nivel ideologico o polıtico,y una apuesta, a la vez, por el relativismo y el pluralismo.

69El posmarxismo desarrolla ideas en el ambito del pos-modernismo a la vez que las conjuga con ideas prestadas depensadores marxistas.

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subculturas o micro-culturas. Hay una plura-lidad de culturas y las necesidades de formadiferenciada se construyen socialmente en ca-da una de esas subculturas. Es decir, cadauno de los grupos distintos, con sus diferen-tes discursos, es como definen por separadosus respectivas necesidades objetivas, y hacenresistir su propia creatividad frente a la intro-mision del Estado y de la cultura dominante.Se aboga por una «Democracia radical plu-ral» (Laclau y Mouffe, 1985 y 1987) quesea capaz de articular la mayor cantidad deluchas democraticas que reivindiquen las ne-cesidades objetivas de los sectores oprimidosy desposeıdos.

3. El enfoque etnometodologico tiene entre susmas significativos representantes en autorescomo Schutz y Luckmann (1977); y Gar-finkel (1967), que instituyen la etnometodo-logıa como el analisis del «cuerpo de conoci-miento de sentido comun y de la gama de pro-cedimientos y consideraciones (metodos) pormedio de los cuales los miembros corrientesde la sociedad dan sentido a las circunstanciasen las que se encuentran, hallan el camino aseguir en esas circunstancias y actuan en con-secuencia» (Heritage, 1984: 4). Los autoresque se inscriben en esta escuela dirigen susesfuerzos al analisis de la vida cotidiana enun nivel microsocial, siendo su principal preo-cupacion los procesos sociales que marcan laspautas de las microestructuras. Se puede de-cir con toda propiedad que el enfoque etnome-todologico es una las perspectivas micro masextremas de la teorıa sociologica. En ese senti-do, se cuestionan las esferas abstractas de lasmacroestructuras al considerar que ignoran odistorsionan la complejidad de las interaccio-nes simbolicas en las microestructuras.

Para los etnometodologos las necesidades sonconstruidas socialmente, a traves de las interaccio-nes de la vida cotidiana, pero a la misma vez sondinamicas y subjetivas, en funcion de los condicio-nantes del entorno y de la cultura especıfica de cadaestructura micro. Los metodos conversacionales ylos discursos de los grupos concretos son la manerade revelar las necesidades que producen y reprodu-cen esos mismos grupos, y no a traves de los analisismacroestructurales de la sociedad.

Desde esta perspectiva el investigador adoptauna funcion de compromiso con los colectivos socia-les que estudia, cuestionando la tradicional rupturaentre tecnicos y usuarios, considerado como un actode dominacion de los especialistas sobre los demas.Los agentes humanos son competentes en cuanto alconocimiento de su sociedad y solo ellos saben real-mente cuales son sus necesidades. La metodologıadel investigador sera aportar la racionalizacion y or-

ganizacion reflexiva de los comportamientos socia-les, el papel del investigador puede llegar a consistiren implicar a los propios afectados en el descubri-miento y definicion de las necesidades, ya que desdela propia subjetividad de las necesidades, y segunel tipo de interaccion —mas o menos distanciada—del tecnico con los usuarios, las necesidades se ma-nifestaran de una forma o de otra.

Son muy diversas las crıticas realizadas a la pers-pectiva etnometodologica, siendo la objecion mascomun aquella que pone en evidencia la falta decontemplaciones respecto de las implicaciones quelas macroestructuras ejercen sobre las microestruc-turas. La omision de la presencia del poder y de lafuerza coercitiva de las instituciones sobre la vidacotidiana es una de los principales olvidos que im-posibilitan cualquier intento de establecer un equili-brio entre los niveles macro y micro del sistema, y enconsecuencia, se hace irrealizable cualquier intentode objetivacion de las necesidades.

La perspectiva eco-humanista: Hacia la difıcilvinculacion entre lo micro y lo macro

Se encuentra representada por un conjunto deautores como Galtung (1977), Max-Neef (1986),Doyal y Gough (1994) que desde distintas disci-plinas y ambitos, introducen nuevas perspectivas yelementos de analisis tan significativos como el eco-logismo, pero tambien rescatan, a la misma vez quecuestionan, distintos aspectos de las otras perspec-tivas, aunque su objetivo confesado es combatir elneoliberalismo imperante. Hay un intento por supe-rar los problemas irresueltos en las otras perspecti-vas (la vinculacion micro-macro, los lımites al creci-miento, la interculturalidad y la alteridad. . . ), y engeneral, se rechaza todo lo que de relativismo pode-mos encontrar en ellas (cualquier relativismo segunDoyal y Gough beneficia directa o indirectamen-te a las tesis neoliberales que cuestionan el Estadodel Bienestar), y se refuerza toda la potencialidadliberadora que puedan presentar.

La idea que se tiene de las necesidades se vinculaestrechamente con el Desarrollo Humano70, por loque las necesidades humanas tienen un caracter uni-versal que es equivalente para todos los seres huma-nos. Ello no excluye la idea de que las necesidadesse construyen socialmente. De una parte, la univer-salidad de las necesidades no implica la imposicionetnocentrista de las culturas dominantes y espacioscentrales sobre las otras culturas y las periferias.De otra, la construccion social de las necesidadesno implica la no-existencia de iguales necesidadespara todos. La explicacion a esta presumible para-doja se expresa a traves de la diferenciacion que sehace entre las necesidades y los satisfactores de es-tas, que son precisamente las formas y medios de

70Ver al respecto el apartado sobre las Nuevas Teorıas delDesarrollo (Apartado 3.3 (p. 27)) desarrollado anteriormenteen este mismo trabajo.

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satisfacer esas necesidades, que en definitiva son loque varıa de unos contextos historicos y culturalesa otros.

Hay, en consecuencia, desde el eco-humanismoun empeno por buscar un concepto operativo de lanecesidad, y de la satisfaccion de la necesidad, quese debate entre los vericuetos de la heterogeneidad(social, espacial, cultural). Anteriormente vimos co-mo todos los autores citados establecen una catego-rıa de necesidades y satisfactores con potencialidadcomo para orientar la accion humana desde una es-trategia dual (capaz de encontrar el equilibrio entreextremos). La resolucion de las interacciones micro-macro viene orientada desde esa estrategia dual quese manifiesta en forma de propuesta: complementarde forma optima lo macro con lo micro, las estruc-turas alfa con las estructuras beta, la centralizacioncon la descentralizacion. . . una estrategia que al-gunos han denominado como gestion pluralista delEstado de Bienestar (Rodrıguez Cabrero, 1991).Se propone una tercera vıa entre el Estado y el Mer-cado, entre socialismo y capitalismo. . . un TercerSistema que desde la sociedad civil implique la ma-xima participacion social y el maximo control de-mocratico.

En otro orden de cosas, la perspectiva eco-huma-nista, desde la distincion entre las necesidades ba-sicas universales objetivas (escasez) y los deseos deconsumo relativos (los artıculos de lujo no satisfa-cen las necesidades y no son generalizables), aceptaen sus terminos mas genuinos la idea de sostenibi-lidad ecologica que viene a significar la confluenciade la solidaridad diacronica (con las generacionesvenideras) y sincronica (con los excluidos de las pe-riferias sociales). Se trata de limitar, y evaluar, so-cial y ambientalmente las consecuencias del excesode consumo, la redistribucion adecuada de los re-cursos y el tandem pobreza-externalidades ambien-tales. La complementacion de la idea de equidadcon la idea de moderacion nos lleva a la cuestionsobre los lımites que implican el desarrollo de lasformas de satisfacer las necesidades. Se propone, endefinitiva, responder a la doble pregunta: ¿que esuniversalizable en terminos de consumo? ¿Que esuniversalizable en terminos de necesidades basicas?

4.3 La articulacion de las necesidadeshumanas: un paso hacia el concepto deCalidad de Vida

En el apartado anterior hemos tenido la opor-tunidad de repasar los aspectos mas fundamenta-les de las distintas perspectivas cuyo interes se hacentrado en la idea de las necesidades. A traves deellas hemos podido comprobar el sentido paradoji-co del concepto de necesidad, y la falta de acuerdosobre su definicion y naturaleza. Hemos entrado enun debate inacabado como ningun otro, y quiza porello, tan dinamico como sugerente. Precisamente la

contrariedad, la dialectica, la dialogica del conceptoviene a reflejar la potencialidad del mismo, que yaresulta imprescindible en cualquier campo analıticode las ciencias sociales.

Ese analisis nos permite recoger y relacionaraquellos aspectos y variables de las teorıas de lasnecesidades que nos son utiles para abordar otrasdimensiones de la complejidad en las cuales nos in-teresa adentrarnos. En este momento nuestra laborconsistira fundamentalmente en la construccion delas relaciones entre aquellos aspectos que nos sirvenpara conectar la idea de necesidades con la idea deCalidad de Vida.

Las necesidades son (tienen sentido), si seconsideran universales

No podemos entender la reproduccion de la es-pecie humana y de sus formas societarias sin laexistencia de aquellos mecanismos que posibilitanpermanentemente la satisfaccion de las necesidadeshumanas. Ahora bien, tenemos que establecer unadiferencia entre necesidad (ausencia o carencia dealgo imprescindible) y el hecho de satisfacerla (pro-ceso a traves del cual desaparece la ausencia o ca-rencia). Un aspecto son las necesidades en sı, y otro,el como se satisfacen. La no distincion entre ambosaspectos da pie a equıvocos sobre el concepto de ne-cesidad que le llevan por los derroteros del relativis-mo cultural y de la confusion entre las necesidadesy las preferencias. La ausencia o carencia de algoque constituya un tipo de dano o de perjuicio gravees igual para todos los seres humanos (Doyal YGough, 1994) sin distinciones de orden diacronico(historico) o de orden sincronico (cultural). En esesentido, las necesidades no se construyen socialmen-te segun el contexto, mas bien se satisfacen social-mente (de una forma o de otra, con unos medios uotros, segun el uso y abuso de recursos. . . ).

La relacion entre las necesidades en sı y la satis-faccion de las mismas viene marcada por una ten-sion dialectica, forman una unidad siendo la una elreverso de la otra. Esa doble condicion, contrariedadentre polos estrechamente interrelacionados, se de-bate permanentemente entre la carencia (necesidaden sı) y la potencia, o proyecto, como conceptuali-zara Sartre. «En el primer caso —en palabras deAgnes Heller (1980: 39)— solo tenemos la con-ciencia de la existencia de la necesidad, en el segun-do se trata de la conciencia de las formas de satisfac-cion de las necesidades y de la actividad conscientedirigida a su satisfaccion». La vision aislada de cadauna de las vertientes por separado conlleva impli-caciones equıvocas sobre las necesidades, una seg-mentacion ideologica y estrategica que se encuentramuy extendida. Si consideramos en primer lugar lanecesidad exclusivamente como cualidad de la pri-vacion, nos inscribimos en el ambito que la aceptacomo estado natural y cuya solucion, exogena paralos implicados, significa la institucionalizacion de la

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carencia. En esta logica el papel del Estado serıa de-terminante para la satisfaccion de las necesidades.En esa cultura de la carencia, la satisfaccion de lasnecesidades se hace inconsciente en la medida que elsujeto se encuentra separado de los procedimientosy es incapaz de identificar las necesidades. Las ne-cesidades son algo tecnicamente justificado y dadodesde instancias ajenas al sujeto.

Por el contrario, si consideramos aisladamente lanecesidad como posibilidad ilimitada (aspiracion) serequiere de una intervencion del aparato productivoque tambien es ajena a los individuos y se produ-ce una mercantilizacion de las aspiraciones (deseos).El papel del mercado serıa el determinante para lasatisfaccion de los deseos. Sin embargo, la desigualaccesibilidad al consumo hace de la satisfaccion delas aspiraciones una quimera. «La discriminacionradical del sentido que consumir tiene en cada cla-se social se hace evidente en el marco de la repro-duccion ideologico-simbolica: las clases dominantesse presentan como el deseo ideal de consumo, perodebido a la innovacion, diversificacion y renovacionpermanente de las formas-objeto este modelo se ha-ce constantemente inalcanzable para el resto de lasociedad; en el primer caso consumir es la afirma-cion, logica, coherente, completa y positiva de ladesigualdad, para todos los demas colectivos consu-mir es la aspiracion, continuada e ilusoria de ganarpuestos en una carrera para la apariencia de po-der que nunca tendra fin» (Alonso, 1986: 28). Enesa cultura del consumo es concluyente la perdidadel sentido de los lımites de las aspiraciones y delas vinculaciones de los sujetos con los sujetos, y delos sujetos con la naturaleza. «Se proclama la so-beranıa completa del ser humano entendido comoindividuo que no acepta lazos que limiten la bus-queda sin fronteras de su propia satisfaccion (conla consiguiente entronizacion de la idea absoluta depropiedad individual). Y se rechaza la legitimidadde los lımites que puedan imponerse a la accion hu-mana» (Sempere, 1988: 46).

La sıntesis, es decir, las necesidades entendidassimultaneamente (en un sentido sistemico) como ca-rencias y como potencia, remiten a una dimensionde consciencia, de proyecto real de transformacion.«Hay que recuperar esa dimension —en expresionde Vıctor Renes (1993a: 302)—, porque en esasnecesidades esta el ejercicio mas pleno de lo huma-no. Y pasamos de ser un ser inerme y pasivo, a unser activo, que puede construir, pues pueden surgirla actividad y la posibilidad. Y de ella podra sur-gir, el protagonismo, la participacion». La tensionentre la accion del Estado y la accion del Merca-do, entre la necesidad en sı, y las formas y mediosde satisfacerse, precisan de una complementacionque abra vıas a nuevas estructuras que permitan laaccion consciente y responsable de los sujetos. Elhecho de descubrir las necesidades, de gestionar losrecursos y medios para satisfacerlas, por los propios

sujetos y colectivos afectados, en un proceso de ha-cerse, es lo que se ha identificado por algunos teori-cos como «la nueva organizacion de la comunidad»(Marchioni, 1985).

Ese es nuestro objeto de estudio en este trabajoy ese es nuestro afan por demostrar como las ne-cesidades son objetivas cuando las objetivizan lospropios sujetos a traves de procesos de participacionactiva, y son subjetivizadas cuando quedan fuera desu control, cuando son normativizadas por elites po-lıticas y administrativas separadas de los individuosy/o inducidas por los mecanismos del mercado.

Las necesidades humanas son objetivas, intem-porales, invariables, identificables, dependientes unasde otras, limitadas y universales, todo ello en cuantoque su reconocimiento teorico y empırico puede serlibre de las preferencias individuales condicionadaspor la sociedad de consumo. La condicion subjeti-va en la teorıa de las necesidades viene marcadapor la satisfaccion de las mismas. Lo que varıa, enterminos perceptivos, diacronicamente y sincroni-camente, son los medios por los cuales se satisfacenestas necesidades, sus satisfactores (Max-Neef etal., 1986).

Identificamos las necesidades humanas funda-mentales con una combinacion hıbrida de las doscategorıas de necesidades basicas desarrolladas porDoyal y Gough y las nueve necesidades huma-nas fundamentales establecidas por Max-Neef; lasnecesidades basicas y universales serıan:

1. La salud fısica71: subsistencia, proteccion, afec-to e identidad.

2. La Autonomıa72: comprension, participacion,creacion, recreo, identidad73 y libertad.

La optimizacion en el grado de satisfaccion delas necesidades en ambos grupos, considerando lamayor intensidad posible de sinergias entre sus com-ponentes (cada una de las necesidades obtendrıa unnivel de satisfaccion optimo con la concurrencia delas demas), nos llevarıa a evitar, con el mınimo ries-go, privaciones que se consideren una limitacion fun-damental y prolongada de la participacion social.A su vez, como proceso de ida y vuelta, la parti-cipacion social es fundamental para evitar, con elmınimo riesgo, danos graves a las personas.

71La Organizacion Mundial de la Salud (OMS) concibela salud fısica en un sentido amplio como «estado de totalbienestar, fısico, mental y social». Doyal y Gough (1994:220), consideran la salud fısica como reduccion al mınimo dela discapacitacion, la enfermedad y la muerte prematura.

72Doyal y Gough (1994: 220) conciben la Autonomıa co-mo reduccion al mınimo de los desordenes mentales, la pri-vacion de conocimientos y la limitacion de facultades.

73La necesidad de identidad se incluye en ambas categorıasya que su potencialidad tiene implicaciones tanto desde lasalud fısica (por ejemplo en satisfactores como la autoestima,sexualidad o ritmos sociales. . . ), como desde la autonomıa(por ejemplo, en satisfactores respecto a la diferenciacion,afirmacion, grupos de referencia. . . ).

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El acotamiento de las necesidades humanas y delos satisfactores, y las interacciones sinergicas en-tre ambas dimensiones puede representarse con unamatriz elaborada por Max-Neef y el grupo CE-PAUR que le confiere un alto grado de operatividad(Cuadro 3).

Los satisfactores: como lımite, o como poten-cia

La oscuridad que envuelve el analisis de las ne-cesidades humanas acaece por la deficiencia en ladiferenciacion basica entre lo que son propiamentenecesidades y lo que son satisfactores de esas ne-cesidades. Siguiendo a Max-Neef, es indispensa-ble establecer una distincion entre ambos concep-tos. Mientras que la necesidad viene determinadapor nuestra propia esencia, es decir, son atributosesenciales que evolucionan al ritmo de la evolucionde la propia especie, los satisfactores son la formade hacerse presente la necesidad diacronicamente,y evoluciona al ritmo de la evolucion cultural. Lossatisfactores se refieren a todo aquello que, por re-presentar formas de ser, tener, hacer y estar, contri-buyen a la satisfaccion de las necesidades basicas.Se refiere a un conjunto de elementos instrumen-tales materiales y no materiales: a todos los obje-tos, actividades, relaciones, estructuras, practicas,normas, soportes. . . que median en la satisfaccionde nuestras necesidades y, por tanto, no se refierenexclusivamente a los bienes economicos materiales.Ası pues, podemos dividir a los satisfactores en:

1. Objetos obtenidos directamente del medio na-tural, o por transformacion del mismo a travesde la tecnologıa.

2. Estructuras sociales que conforman sistemasde organizacion y de relaciones.

Los satisfactores se inscriben en contextos histo-ricos y culturales que les confieren un gradiente derelativismo segun las condiciones especıficas crea-das. Hay algunos de esos elementos instrumentalesque se encuentran vinculados universalmente a laprevencion de danos graves, mientras que otros nolo estan (Doyal y Gough, 1994). Por ello, la cohe-rencia de la distincion entre necesidades y deseos.Cuando hablamos de satisfactores de actualizaciony apoyo a las necesidades universales, como nece-sidades intermedias que dirıan Doyal y Gough,hablamos de potencia. Cuando hablamos de los sa-tisfactores como medios que se convierten en finesen sı mismos (sistema de consumo) habrıa que in-troducir el concepto de lımite. Los deseos son a lavez ilimitados y limitadores (subjetivizacion de loobjetivo). Las necesidades son a la vez limitadas yde potencia continuada (objetivizacion de lo subje-tivo).

El que un satisfactor pueda tener efectos con-trarios, de limitacion o de potenciacion, depende

no solo del propio contexto, sino tambien en bue-na parte de los bienes que el sistema crea, de comolos produce y de como organiza el consumo de losmismos. Los satisfactores como potencia, o si se pre-fiere como proyecto humano, deben ser susceptiblesde aplicacion en cualquier contexto cultural de talforma que desarrollen las cualidades de los bienesy estructuras tendentes a satisfacer la salud fısica yla autonomıa en todas las culturas. Los satisfacto-res como proceso de potencia tienen objetivos focales(Doyal y Gough, 1994) que al mismo tiempo sir-ven de medio hacia otros muchos fines diversos, esdecir, son sinergicos en el sentido de que la poten-cia emerge en funcion de la interaccion de distintossatisfactores.

Por el contrario, se pueden desarrollar satisfac-tores que en vez de potenciar la satisfaccion de lasnecesidades humanas, las desvirtuan, al desplegarlas necesidades que el propio sistema productivotiene para reproducirse. Cuando la forma de pro-duccion y consumo de bienes conduce a erigir losbienes en fines en sı mismos, entonces se abona elterreno para la confirmacion de una sociedad alie-nada que se embarca en una carrera productivistasin sentido humano. La vida se pone al servicio delaparato productivo en vez de establecer un modelode desarrollo al servicio de la vida.

Los satisfactores limitativos son exogenos, in-hibidores, aniquiladores (Max-Neef, 1986) y com-pensatorios74, en la medida en que determinan unalimitacion de las necesidades humanas globalmen-te, tanto en un sentido diacronico, como sincronico.Joaquın Sempere (1988: 47–53) establece tres lı-mites del sistema de necesidades que apuntan a laquiebra del mismo:

1. El primero es el hecho de que sus sujetos ybeneficiarios representan solo entre un cuar-to y un quinto de la humanidad: buena partede las poblaciones del mundo industrializadoy unas minorıas del tercer mundo. La logicade los hechos muestra que los niveles de con-sumo actuales en los paıses desarrollados noson universalizables a la totalidad de la po-blacion mundial, y crean conflictos y situa-ciones insostenibles. No cabe duda de que losgastos energeticos y el consumo de recursosse dirige a la satisfaccion ilimitada de deseosde unos pocos, y que ello significa la limita-cion de las necesidades humanas del conjuntode la poblacion mundial. Esa logica de la de-sigualdad procura que los beneficiarios de lasituacion —mientras no actuen en ellos otrosvalores eticos— aclamen, no a favor de rectifi-caciones, sino por el mantenimiento del statusquo.

74Adorno ha llamado satisfacciones compensatorias aaquellas que proclaman una existencia llena de elementosde frustracion (Adorno, T.W.; Horkheimer M., 1979).

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II. La calidad de vida como expresion de la complejidad. Las necesidades humanas 59

Cuadro 3: Matriz de las necesidades y satisfaccionesFuente: Max-Neef Y Cepaur (1986: 42)

Necesidadessegun ca-tegorıassaxiologicas

Necesidades segun categorıas existenciales

SER TENER HACER RELACIONESSUBSISTENCIA 1-Salud fısica, salud

mental, equilibrio,sentido del humor,adaptabilidad

2-Alimentos, cobijo,trabajo

3-Alimentarse, pro-crear, descansar,trabajar

4-Entorno vital, mar-co social

PROTECCION 5-Asistencia, adapta-bilidad, autonomıa,equilibrio, solidari-dad

6-Sistemas de segu-ros, ahorros, seguri-dad social, sistemassanitarios, derechos,familia, trabajo

7- Cooperar, preve-nir, planificar, ocu-parse de curar, ayu-dar

8- Espacio vital, en-torno social, vivienda

AFECTO 9-Autoestima, de-cision, generosidad,receptividad, pasion,sensualidad, sentidodel humor, tole-rancia, solidaridad,respeto

10-Amistades, re-laciones familiares,relaciones con lanaturaleza

11-Hacer el amor,acariciar, expresaremociones, com-partir, ocuparse decultivar, apreciar

12- Vida privada, in-timidad, hogar, espa-cios de union entrepersonas.

COMPRENSION 13-Conciencia crı-tica, receptividad,curiosidad, asombro,disciplina, intuicion,racionalidad

14-Literatura, maes-tros, metodo, polıti-cas educativas, polıti-cas de comunicacion

15- Investigar, estu-diar, experimentar,educar, analizar,meditar

16- Marcos de in-teraccion formativa,escuelas, universida-des, grupos, comuni-dades, familia

PARTICIPACION 17-Adaptabilidad,receptividad, solida-ridad, disposicion,decision, dedicacion,respecto, pasion,sentido del humor

18- Dere-chos,responsabilidadesdeberes, privilegios,trabajo

19- Afiliarse, coo-perar, proponer,compartir, disentir,obedecer, relacionar-se, estar de acuerdo,expresar opiniones

20- Marcos de re-laciones participati-vas, partidos, asocia-ciones, iglesias, co-munidades, barrios,familia

CREACION 21- Pasion, decision,intuicion, imagi-nacion, audacia,racionalidad, inven-tiva, autonomıa,curiosidad

22- Habilidades, ofi-cios, metodo, trabajo

23- Trabajar, inven-tar, construir, dise-nar, componer, inter-pretar

24- Marcos producti-vos y de reaprovecha-miento de informa-cion, seminarios, gru-pos culturales, espa-cios para la expre-sion, libertad tempo-ral

RECREO 25- Curiosidad, senti-do del humor, recep-tividad, imaginacion,temeridad, tranquili-dad, sensualidad

26- Juegos, espec-taculos, clubes, fies-tas, paz mental

27- Divagar, abs-traerse, sonar,anorar, fantasear,evocar, relajarse,divertirse, jugar

28- Privacidad, inti-midad, espacios deencuentro, tiempo li-bre, ambientes, pai-sajes

IDENTIDAD 29- Sentimientode pertenencia,consistencia, diferen-ciacion, autoestima,afirmacion

30- Sımbolos, lengua-je, religion, habitos,costumbres, gruposde referencia, se-xualidad, valores,hormas, memoriahistorica, trabajo

31- Comprometerse,integrarse, enfrentar-se, decidir, conocersea uno mismo, recono-cerse a uno mismo,realizarse, crecer

32- Ritmos sociales,marcos de la vidadiaria, ambitos depertenencia, etapasde madurez

LIBERTAD 33- Autonomıa,autoestima, decision,pasion, afirmacion,amplitud de miras,audacia, rebeldıa,tolerancia

34- Igualdad de dere-chos

35- Discrepar, elegir,ser diferente de, asu-mir riesgos, desarro-llar consciencia, com-prometerse, desobe-decer

36- Plasticidadespacio-temporal

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2. El segundo lo constituyen los lımites ecologi-cos del planeta, inseparables de los procesosde desigualdad, que vienen a completar el bi-nomio pobreza-crisis ambiental. Es inaplaza-ble la idea de que los satisfactores no puedenseguir siendo factores destructivos del equili-brio ecologico a costa de su utilidad para la sa-tisfaccion de las aspiraciones de minorıas do-minantes y el funcionamiento del sistema demercado.

3. El tercer lımite consiste en las contradiccio-nes generadas en el seno de los paıses privile-giados. La tendencia a la creciente precariza-cion (la no satisfaccion de necesidades huma-nas) de minorıas numericamente relevantes enlas metropolis del primer mundo y, tambien,la emergencia de nuevos valores (solidaridad,proteccion del medio ambiente, de mayor de-mocratizacion. . . ) provocan situaciones de in-gobernabilidad y conflictividad social de nue-vo tipo.

«De la existencia de estos lımites —senala Sem-pere (1988: 51)— puede resultar un cambio en elsistema de necesidades, unica garantıa de supervi-vencia civilizada de la especie humana; pero soloa condicion de que la intervencion consciente delos protagonistas enderece las cosas». De aquı sur-ge el interrogante, pero ¿como procurar que la cos-mologıa social occidental —que denominaba Gal-tung— rectifique unas estrategias que encamina-das a un desarrollo ilimitado, se basan en la creacionde satisfactores limitativos de las necesidades? Tresprincipios se pueden contraponer a los tres limitesdel «sistema de necesidades dominante»: Equidad-solidaridad, Sostenibilidad-moderacion y Participa-cion social-cooperacion.

Desde el principio de equidad se trata de crear«las condiciones objetivas para que los hombrespuedan preferir, saber y ser en vez de poseer»(Barho, 1979: 325). Se plantea una dimension eti-ca de las necesidades basicas que considerandolaslegıtimas para todos los humanos (universales) lashace extensibles a todos ellos. El reconocimiento delas necesidades de otras existencias humanas (alte-ridad) remite a una solidaridad sincronica.

En segundo lugar, el principio de sostenibilidadintroduce una nueva dimension de la etica. La eticaecologica remite a una moderacion en el consumode los recursos naturales y una nueva gestion queno quiebre la armonıa con los mismos, de tal ma-nera que no se produzcan danos irreparables en losecosistemas, o lo que es equivalente, que no se pro-duzca una perdida de la calidad de vida de cualquierciudadano en cualquier parte del planeta, en el pre-sente y en el futuro. Los recursos naturales entendi-dos como un patrimonio colectivo a nivel planetarioimplican una solidaridad diacronica.

El tercer principio de participacion social, con-siderando tambien que tiene su equivalencia en una

optima democratizacion y descentralizacion polıti-ca, remite a como los deberes implican derechossolo en base a la existencia de unos valores eticosque desde la legitimidad de la autonomıa individualy colectiva deben permitir la autonomıa y la pra-xis polıtica de los demas, y deben poseer la facul-tad emocional de actuar en consecuencia (Doyal yGough, 1994). Se confiere al individuo el papel deportador de responsabilidades en un contexto queimplica una solidaridad organica.

Se tratarıa, como es obvio, de una profundatransformacion que signifique el abandono del ca-racter limitativo de los satisfactores para pasar adesarrollar su caracter sinergico, es decir, entendien-do a estos como potencia y posibilidad. Ese cambioradical es en esencia un cambio de valores eticos alos que se puede acceder a traves de multiples con-diciones que podemos agrupar en torno a tres con-ceptos clave: conocimiento, consciencia y libertadde accion (autonomıa). Cada uno de esos concep-tos nos hace posible el reconocimiento del resto, esdecir, no es concebible la experiencia cognitiva sinlibertad de accion, no es concebible la libertad sinel devenir consciente, no es concebible el devenirconsciente sin una experiencia cognitiva. Solo a tra-ves del conocimiento, la consciencia, y la libertad seaccede al reconocimiento de la necesidad, o lo quees lo mismo, solo a traves de la experiencia en lasatisfaccion de las necesidades se pueden reconocerestas.

El contenido etico de los satisfactores de los quehablamos serıa el de ser contraposicion activa alconcepto dominante de necesidades. La aceptacionde la responsabilidad social, en terminos plenos dederechos y de deberes, nos lleva a una idea de satis-faccion optima de las necesidades que va mas allade los propios postulados del Estado del Bienestar.

La participacion social como expresion de laoptimizacion de las necesidades

Si recordamos desde los postulados desarrolla-dos por Agnes Heller se defendıa que solo po-demos considerar como necesidades aquellas de lascuales somos conscientes, y ese devenir de la cons-ciencia es el factor que nos lleva a lo que Heller de-nomina como necesidades radicales. La aportacionde Agnes Heller nos resulta de gran utilidad, sibien las necesidades radicales no seran otra cosa pa-ra nosotros que la optimizacion de las necesidadesbasicas. Las necesidades son y estan, se satisfacen ono, de una forma o de otra, independientemente delnivel de consciencia que los sujetos tienen sobre ellasy los procesos en los que se genera la satisfaccion ono de unas necesidades que ya hemos consideradocomo universales.

La experiencia vivida produce efectos multipli-cadores o reductores en la satisfaccion de las necesi-dades, segun los casos. La ausencia de experiencia yla imposibilidad en consecuencia de construir repre-

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II. La calidad de vida como expresion de la complejidad. Las necesidades humanas 61

sentaciones a traves de la praxis condiciona el nivelde consciencia sobre las necesidades. El «silencio delas necesidades» (Pincon, 1978) como estado en elque los sujetos «no resienten las necesidades» pormotivos de carencia de referencias, de falta de au-toestima, de opresion, marginacion o exclusion. . . ,no son obice de la inexistencia de las mismas. Masbien, es el escaso nivel de consciencia la expresionde condiciones no favorables para la satisfaccion deunas necesidades que estan presentes.

El acceso a mayores niveles de consciencia socialviene de la experiencia y el aprendizaje obtenidoa traves de esta. El grado de comprension de unomismo depende del entendimiento que posea de losconocimientos y normas de la cultura en el que seinscribe el sujeto y por tanto se realiza en base a lainteraccion con los otros sujetos y sus propias expe-riencias durante perıodos sostenidos. El aprendizajeindividual sobre los procesos sociales juega un doblepapel: de una parte puede facilitar el conocimientolinguıstico y las pautas de comportamiento social desu propia realidad, de otra puede obtener los recur-sos conceptuales suficientes para examinarla y po-der establecer referencias y comparaciones respectode otras realidades y posibilidades sociales diferen-tes. Pero ese proceso es social en la medida que ha deaprenderse de los demas y verse reforzado nuestroaprendizaje por ellos. Ese es ya un proceso tenden-te a la optimizacion de las necesidades basicas enel que la autonomıa va ganando espacio de crıticay con ello se tiende a optimizar tambien, sinergi-camente, la salud fısica. Comprension y capacidadpsicologica serıan las aptitudes que las enmarcan,pero tambien son necesarias las oportunidades parala praxis. Mas alla de la autonomıa que consiste enposeer la capacidad de elegir opciones, esta el ade-cuado grado de autonomıa que nos permita actuaren consecuencia con nuestros niveles de compren-sion, en definitiva: de formular, practicar y utilizarlos instrumentos precisos para desarrollar proyectoscon estrategias y objetivos propios.

Hay tres variables clave, o tres momentos, quesenalan los niveles de autonomıa y que en conjuntonos permiten determinar la optimizacion de esta:

1. El optimo grado de comprension de la realidadsocial inmediata a los sujetos les debe encami-nar a poseer el mejor conocimiento posible enlo relativo a las cuestiones tecnicas a utilizaren las estrategias propias. En ese sentido lostecnicos y expertos juegan un papel mas inte-ractivo con los sujetos afectados e implicadosen la resolucion de sus problemas, mas comoelementos de canalizacion de la satisfaccion delas necesidades que como meros inductores delas demandas del sistema productivo.

2. La mayor capacidad psicologica implica unconocimiento hermeneutico. Es decir, mayorcapacidad de autoaprendizaje interactivo (en-

tendimiento recıproco entre las distintas par-tes que conforman la heterogeneidad social)en un contexto de diversidad social y cultural.Una mayor capacidad de comunicacion induceuna mayor confianza social y mayores posibi-lidades de consenso.

3. La existencia de oportunidades que permitanla practica de la accion de las capacidades dis-ponibles significa el desarrollo de la mayor am-plitud posible del modelo democratico que seaproxime a la igualdad de atribuciones en losdistintos niveles de decision de las estructurasinstitucionales y del denominado Tercer Sec-tor.

Siguiendo con las confirmaciones de Doyal YGough (1994), para que la autonomıa individualalcanzara una optimizacion, o lo que es lo mismoobtuviera una capacidad crıtica, deben estar pre-sentes dos tipos distintos de libertad: la libertadde accion y la libertad polıtica. Gutmann (1980)(citado por Doyal y Gough, 1994: 182) configuracuatro argumentos clasicos para la optimizacion yequiparacion de oportunidades participativas en elproceso polıtico: protegerse a sı mismo y al propiogrupo contra la tiranıa de otros, para lograr una me-jora polıtica mediante la implicacion en el procesode toma de decisiones de todos aquellos a quienesafecten estas, para estimular el desarrollo de la per-sona y su capacidad de juicio polıtico y para garanti-zar una dignidad equitativa a todos los ciudadanos.La fuerza de todas estas razones tomadas en con-junto motivan la adicion de un cuarto principio quecoincide con la idea de necesidades radicales defi-nida por Agnes Heller como deseo consciente deuna distribucion social del poder: «dispersar el po-der polıtico en el grado maximo consistente con suprincipio de justicia distributiva» (Gutmann, 1980:178–181, 197–203).

La emergencia de iniciativas de base, en los ulti-mos tres lustros, como proyectos conscientes y convoluntad de dar una respuesta activa a la satisfac-cion de sus propias necesidades precisan, para tenerlegitimidad y potencia en vigor, de una division so-cial del poder y sus instituciones, en definitiva unadistribucion social del poder o desarrollo de nece-sidades radicales. De aquı apremian otras orienta-ciones polıticas que fueran dirigidas hacia una des-centralizacion polıtica en distintos niveles, desde losgobiernos centrales hacia los gobiernos regionales,de estos hacia los gobiernos locales y de estos a suvez a las expresiones, iniciativas y proyectos de laciudadanıa, de tal forma que se aprovechen optima-mente y sean capaces de complementar los recursosexogenos y los recursos endogenos (conocimientos yenergıas de las realidades cotidianas) contribuyen-do ası a la creacion de satisfactores adecuados a lasnecesidades.

Para ello se necesita de la concurrencia de otrotipo de Estado al que conocemos. El Estado alterna-

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tivo habrıa de ser un estado sensible a una maximadescentralizacion y a una profunda cultura demo-cratica hasta llegar al limite de cuestionar su propiapervivencia como estructura de poder, un «Estadosocial solidario» (Alonso, 1991). «La alternativaal Estado providencia no es, en principio de ordeninstitucional, es principalmente social. Se trata dehacer existir una sociedad civil mas densa y de desa-rrollar espacios de cambio y de solidaridad que pue-dan ser encajados en su seno y no exteriorizados yproyectados hacia los dos unicos polos del mercadoo del Estado» (Rosanvallon, 1985: 115). Se con-fiere al Estado un papel de descubridor, promotor,articulador y reforzador de iniciativas sociales par-ticipativas, mas que de inhibidor o controlador delas mismas.

La optimizacion de las necesidades solo predo-minara cuando el estado se vea limitado a actuarde forma que persiga los objetivos relacionados conla necesidad. Estos objetivos solo se alcanzaran conuna continuada movilizacion social de los ciudada-nos. «Sin una movilizacion de la ciudadanıa y laaccion del estado, cualquier intento de mejora dela satisfaccion de las necesidades de la mayorıa delas personas se topara con la hostilidad de los in-tereses patronales que defienden objetivos sectoria-les» (Doyal y Gough, 1994: 355). «En resumidascuentas —siguiendo las manifestaciones de Doyaly Gough—, lo que requiere la optimizacion de lasatisfaccion de necesidades es una estrategia dualque incorpore tanto la generalidad del estado comola particularidad de la sociedad civil» (Doyal yGough, 1994: 361).

La complementacion o articulacion equilibradaentre Estado y Sociedad Civil presenta una estrate-gia dual en una triple vertiente:

1. En lo economico: es necesario una polıticadual que haga tolerantes la planificacion cen-tral con la participacion social y democratica.

2. En la cultura polıtica: es necesaria una rees-tructuracion y democratizacion de las institu-ciones que vaya aparejada a una extension dela igualdad social y de la libertad polıtica, dela responsabilidad social.

3. En los ambitos espaciales: es necesaria unacomplementacion entre escalas mayores y es-calas locales de tal forma que estas ultimasobtengan la mayor capacidad de gestion sobresus recursos y la mayor autonomıa polıtica.

En definitiva, la participacion social plena soloes posible a una escala reducida donde los sujetospueden constituir y controlar las interacciones so-ciales (las redes sociales), donde los ciudadanos pue-den formar parte de pleno derecho de estructurasorganizativas (instituciones y asociaciones), dondelos individuos pueden reconocer facilmente el espa-cio y gestionar los recursos propios, donde se puede

llegar a una disposicion del uso y reparto del tiem-po. . .

Composicion final: Recapitulacion de eslabo-nes transitivos

En resumen, interesa retener, desde las nuevasteorıas del desarrollo y desde la teorıa de las necesi-dades, algunos aspectos que aparecen como basicospara la maduracion del presente trabajo, pero quetambien nos permiten introducirnos en otras dimen-siones en la escala de proposiciones complejas quepretendemos, y de forma especıfica nos da paso alconcepto de Calidad de Vida.

1. El concepto de desarrollo tiene un significadomucho mas amplio que el crecimiento econo-mico, en la medida que incorpora como varia-bles independientes e interdependientes todasaquellas relativas a la satisfaccion de las ne-cesidades humanas, entendiendo estas comouniversales y considerando que las diferenciasentre necesidades materiales basicas y nece-sidades materiales no basicas en ningun casopueden entenderse en una relacion jerarquicay parcelada, sino sinergica. Estas se satisfa-cen a traves de satisfactores que son diferen-tes segun contextos y condiciones, siendo es-tos meros medios para alcanzar unos fines. Olo que es lo mismo, los objetos, los sistemasy las estructuras son exclusivamente mediospara procurar la satisfaccion de las necesida-des humanas. El desarrollo entendido ası seconsidera un proceso para los hombres, con ypor los hombres, en un marco de limitacionesmedioambientales. Ello, precisamente nos hallevado a acometer el sentido de la Teorıa delas Necesidades.

2. La satisfaccion de las necesidades, como mo-tor del desarrollo, y el medio natural, presen-tan tal grado de interaccion que es inimagi-nable su viabilidad por separado. Si desde laTeorıa de las Necesidades se aporta un sentidode solidaridad entre los hombres en el espacio(equidad), de caracter sincronico, con la incor-poracion del analisis de las limitaciones am-bientales se apunta una solidaridad entre loshombres de caracter diacronico, es decir, conlos individuos de generaciones venideras. Elreconocimiento de la existencia de unos lımi-tes de la naturaleza nos conduce al reconoci-miento del creciente desequilibrio entre cicloseconomicos y ciclos ecologicos, y por ende, alreto de conciliar la tecnologıa y las estructurascon la ecologıa (equilibrio). En definitiva, lasnuevas teorıas del desarrollo vienen a introdu-cir el controvertido concepto de sostenibilidad.

3. La satisfaccion optima de las necesidades soloes posible a traves de un conocimiento de su

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naturaleza (es decir de una percepcion cogni-tiva de los recursos disponibles convencionalesy no convencionales) y un amplio consenso so-cial (maxima capacidad de comunicacion parala maxima democracia posible) sobre unas es-trategias colectivas para conseguirlas por par-te de los sujetos afectados. La libertad polı-tica es una condicion imprescindible para quelos sujetos descubran, definan y satisfagan susnecesidades a partir de la accion protagonica,«y el protagonismo, a su vez, solo se da enlos espacios a escala humana donde la per-sona tiene presencia real y no se diluye enabstraccion estadıstica. De allı que todo pro-ceso articulador debe organizarse desde aba-jo hacia arriba, pero promovido por sujetoscuyo comportamiento consciente conlleve unavoluntad articuladora. Es decir, personas ca-paces de actuar sinergicamente» (Max-Neefet al., 1986: 89). La autonomıa y la autode-pendencia son, pues, aspectos que no podemosdejar de lado en el desarrollo de una sociedadde multiples articulaciones.

4. Las necesidades humanas son multiples, siner-gicas y recurrentes, de tal modo que la sa-tisfaccion de unas necesidades llevan directa-mente o indirectamente a la satisfaccion deotras necesidades, o por el contrario, la in-satisfaccion de unas necesidades nos lleva di-rectamente o indirectamente a la insatisfac-cion de otras necesidades diferentes. Si bien,a traves de los satisfactores, como medios dealcanzar la satisfaccion de una o varias necesi-dades simultaneamente encontramos el modode sostener, o no, el respeto por el significadointerdependiente de las necesidades y la ma-nera de favorecer o no un sentido sinergico deunas necesidades que se mueven en el cam-po de la complejidad. Satisfactores con poten-cial sinergico son aquellos que, por la formaen que satisfacen una necesidad determina-da, estimulan y contribuyen a la satisfaccionsimultanea de otras necesidades (Max-Neefet al., 1986: 45), mientras que otros satis-factores de orden no sinergico, al satisfaceruna necesidad determinada solamente sirvena la satisfaccion exclusiva de esa necesidad,o incluso pueden estar conteniendo su satis-faccion en un futuro, o colateralmente puedendificultar la satisfaccion de otras necesidadespara otros colectivos. De todos es sabido, porejemplo, como una situacion de estabilidad enel empleo deriva en una mayor seguridad per-sonal y familiar, o como la carencia de aloja-miento, o la tenencia de un alojamiento encondiciones inadecuadas, incide tambien in-satisfactoriamente en la salud fısica y psıqui-ca de sus moradores. Es mas, el exceso en lasatisfaccion, propio del capitalismo de consu-

mo (segun distintas acepciones: falsas nece-sidades —Baudrillard—, necesidades alie-nadas —Heller—, necesidades represivas —Marcuse—, en definitiva, necesidades relati-vas que expresarıan un sinfın de autores) pue-de conllevar, de facto, efectos perversos tantoen el mismo lugar donde se satisfacen, comoen otros lugares perifericos de donde se ex-traen los recursos. Por ejemplo, los efectos ne-gativos que significa sobre la salud la sobreali-mentacion o la alimentacion inadecuada, o laesquilmacion de los bosques tropicales ubica-dos en paıses perifericos debido a la demandade maderas nobles y al consumo de alimentosricos en proteınas en paıses del centro. La noreciprocidad en el uso de los recursos conven-cionales (ya sea capital, tecnologıa, naturales)entre los paıses del centro y los paıses periferi-cos ya fue suficientemente demostrada desdelas teorıas de la dependencia75, pero lo quenos interesa aquı es lo que ello significa enterminos de frustracion, no solo en la no dis-tribucion equitativa en el uso de los recursosconvencionales, sino tambien en la dependen-cia y puesta bajo mınimos de los recursos noconvencionales en los ambitos de periferia so-cial.

5. Continuando con expresiones de Max-Neefet al. (1986: 15), que aceptamos en todossus terminos, «lograr la transformacion de lapersona-objeto en persona-sujeto del desarro-llo es, entre otras cosas, un problema de es-cala, porque no hay protagonismo posible ensistemas gigantısticos organizados jerarquica-mente desde arriba hacia abajo». Sin embar-go, por un lado, las crecientes interdependen-cias en un mundo cada vez mas complicado(que no complejo), la globalizacion de los pro-cesos y la internacionalizacion de la econo-mıa nos conducen a dilemas de como comple-mentar las tecnologıas alfa con las tecnologıasbeta, las organizaciones macro con las orga-nizaciones micro, las estrategias globales conlas estrategias locales. La optimizacion de lasatisfaccion de las necesidades universales deforma equitativa conlleva, en ultima instancia,algun modelo donde instituciones reguladorasa nivel mundial obtengan la autoridad sufi-

75Las teorıas de la dependencia comienzan a desarrollarsea finales de la decada de los 60 en el ambito de la ComisionEconomica para America Latina (CEPAL) de la mano deRaul Prebisch que inicia un analisis sistemico del comerciointernacional, basado en las relaciones de asimetrıa entre lospaıses del centro y los paıses de la periferia. Posteriormentelos escaso exitos de la CEPAL dieron analisis matizados ymas extremos (ponen el acento, o al menos parten de la ideade que el desarrollo en los paıses de centro se sostiene graciasal mantenimiento del subdesarrollo en los paıses perifericos),como los que puedan representar autores como Cardoso yFaletto (1969), Samir Amin (1974), Gunder Frank (1971),Sunkel (1986).

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ciente para garantizar la extension de dichauniversalidad. Pero, por otro lado, tambien haquedado demostrado como la satisfaccion delas necesidades humanas precisa de una arti-culacion de las escalas, de una estrategia dualque respete la complejidad frente a una estra-tegia unica que hace exclusiva la simplicidad.Tal planteamiento parece muy alejado de larealidad que vivimos y precisarıa de un nuevoorden mundial basado en otra cosmologıa so-cial. Ello solo parece posible si se establecenparalelamente procesos de corresponsabilidadciudadana en los niveles organizativos y es-paciales de escala reducida, que independien-temente de su potencialidad en esos niveles,tambien pueden ser una base para la puestaen comun de valores y acciones que en con-junto claramente pueden influir en el modeloglobal. Son dos niveles, por tanto, que puedenretroalimentarse bajo una determinada com-plementacion fundamentada en una reciproci-dad.

La corresponsabilidad (autorresponsabilidad res-pecto de uno mismo, del resto de los sujetos, y delas generaciones futuras) se encuentra conformadopor cuatro aspectos basicos:

1. Libertad individual: control del espacio y deltiempo.

2. Responsabilidad social: control del conjuntode actividades socialmente utiles.

3. Responsabilidad ecologica: no destruir recur-sos sobre los ritmos de reposicion, no producirdesechos sobre las capacidades de reabsorcion.

4. Responsabilidad global: En todo caso, la ac-cion en escalas micro no puede generar efectosnegativos (externalidades ambientales o exter-nalidades sociales) en otros espacios o sectoresmicro, y como consecuencia de ello en ambi-tos de lo global. La accion local interactua conel contexto global y por ello debe sincronizarsu accion con las estructuras globales impres-cindibles para la defensa de las necesidadesuniversales.

Ese modelo de corresponsabilidad reposa, enprimer lugar, sobre sus propias fuerzas, es de-cir sobre los recursos locales, fısicos e inte-lectuales que sean capaces de desarrollar ygestionar por ellos mismos. Si bien, eso so-lo es posible con procesos que se encaminen auna descentralizacion de las estructuras socio-polıticas (profundizacion en los valores demo-craticos) y a una desconcentracion de las es-tructuras socio-economicas (extension de laigualdad social y la equidad redistributiva).Ambos aspectos de moralidad y equidad so-lo pueden mantenerse de modo estable sobre

un consenso social que se inscribe como unarelacion convergente entre el Estado y la So-ciedad Civil (sensibilidad del Estado frentea modelos participativos entendidos como laimplicacion en los procesos de toma de de-cisiones de todos aquellos a quienes afectenestas), y de las macro-organizaciones con lasmicro-organizaciones, que asignen la perdidade competencias de aquellas, en favor de lasredes de pequenas organizaciones, hasta el lı-mite de la compatibilidad entre ambas.

5. Como consecuencia de lo anteriormente ex-puesto, el potencial sinergico implıcito en lasatisfaccion de las necesidades parece que so-lo se puede desarrollar bajo un conocimientohermeneutico y un control de los sujetos sobrelos procesos en los que se inscribe (funcionesdiversas y mezcladas), sobre el entorno vital(el espacio), sobre su cotidianeidad compleja(el tiempo). Es decir, solo aquellos grupos ocomunidades que tengan capacidad para re-conocer y controlar sus recursos, y tener au-tonomıa para organizar y dirigir sus condicio-nes de vida, lograran alcanzar un nivel optimoen la satisfaccion de sus necesidades. Desdela perspectiva de las nuevas teorıas del desa-rrollo, la aplicacion operativa de satisfactoresde las necesidades humanas se ha de produ-cir en espacios concretos y sobre colectivos ocomunidades determinadas, siendo el marconatural de la satisfaccion de las necesidadeshumanas el ambito donde se desenvuelven lasrelaciones cotidianas de esos grupos, el lugarde pertenencia, lo local como espacio poten-cial del control humano y del desarrollo. Estavision es ampliamente compartida desde losambitos teoricos que dirigen sus esfuerzos ala superacion de la pobreza76 y ası lo mues-tra Vıctor Renes (1993a: 287–288) en el si-guiente pasaje: «. . . las evaluaciones recientesde la lucha contra la pobreza insisten en quees a escala local, en el marco de planes de de-sarrollo comunitario, donde deben situarse losesfuerzos de promocion e insercion. Esto vienea decir que la lucha contra la pobreza no sepuede importar /exportar, sino que el campode accion concreta de lucha contra la pobrezaes el propio laboratorio. Y viceversa.».

Como conclusion de esto que podemos conside-rar eslabones transitivos desarrollados, nos interesaretener como es desde la optimizacion de las nece-sidades —como procesos que conllevan el conoci-miento, la consciencia y la libertad de accion— que

76Entendemos por pobreza aquellas situaciones (condicio-nes de vida) referidas a personas y colectivos cuyos recursosson tan limitados que les imposibilitan un acceso a la sa-tisfaccion de las necesidades basicas. La carencia expresadacomo nivel pesimo.

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se esta en condiciones de visualizar formas opera-tivas de las necesidades radicales, lo que nos situaen una perspectiva de movimiento. Los movimien-tos sociales y las corrientes de pensamiento crıticoadoptan un sentido positivo de creacion cultural re-novada, cuestionando el sistema cultural y social, ysugiriendo formas de intervencion directa, que a ve-ces desarrollan con exito. El nivel de conocimiento yde conciencia, y las formas que adopta la accion deestas iniciativas lleva implıcito —desde la etica de lasatisfaccion de las necesidades humanas a nivel uni-versal, desde la etica de la relacion con la naturalezay desde la etica de la responsabilidad social— unasuperacion del concepto de bienestar; quiza habrıaque adoptar, como haremos en el siguiente aparta-do, terminos mas cualitativos como el de Calidadde Vida.

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5 La calidad de vida como sın-

tesis de la complejidad

5.1 Introduccion: El origen de la ideade Calidad de Vida

La Calidad de Vida es un constructo social, rela-tivamente reciente, que surge en un marco de rapi-dos y continuos cambios sociales. Es fruto de losprocesos sociales que dirigen una incierta transi-cion desde una sociedad industrial a una sociedadpostindustrial. Ya hemos visto como tras la conse-cucion, relativamente generalizada en occidente ysocialmente aceptada, de las necesidades conside-radas como basicas (alimentacion, vivienda, edu-cacion, salud, cultura. . . ), se vislumbran aquellosefectos perversos provocados por la propia opulen-cia del modelo de desarrollo economico. Aparecenexternalidades de caracter ambiental que producennuevas problematicas de difıcil resolucion bajo lospresupuestos de la economıa ortodoxa o moneta-rizada. Junto a ellas persisten las viejas externali-dades sociales, pero tambien a estas tradicionalesexternalidades (desigualdad social, pobreza, desem-pleo. . . ) hay que anadir otras nuevas de naturalezapsico-social que se derivan de los modelos de orga-nizacion y de gestion en la relacion del hombre conla tecnologıa y las formas de habitar. Las grandesorganizaciones y la enajenacion del individuo de losprocesos de decision, la impersonalidad de los espa-cios y de los modelos productivos, la homogeneiza-cion de los habitos y de la cultura inducida a travesde los mass media, que vienen a reforzar estilos devida unidimensionales, de individuacion, de imper-sonalidad, han producido la perdida de referentessociales de pertenencia y de identificacion.

Si bien, antes de continuar, es conveniente ponerde manifiesto el protagonismo que la percepcion delos problemas medio ambientales ha tenido sobre laconstruccion de la idea de Calidad de Vida, de talforma que se hace difıcil separar uno de otro. No va-mos a profundizar en como el medio ambiente con-tribuye de forma muy directa a la percepcion de laCalidad de Vida, pero sı es importante resenar comocontribuye indirectamente sobre la misma. La in-corporacion del medio ambiente como variable quetiene un gran influjo sobre la vida humana mani-fiesta unos efectos colaterales sobre la totalidad delas dimensiones de la misma. La interaccion del me-dio ambiente sobre el uso del tiempo y del espacio,sobre el territorio, la salud y el trabajo, la culturay las relaciones sociales, recrean fenomenos que vie-nen a mostrar con mayor claridad la interdependen-cia de las diversas dimensiones de la vida humana,y vienen a mostrar la conveniencia de reconocer laexistencia de sistemas abiertos y los lımites del pro-pio ecosistema. Un medio ambiente deficiente sig-nifica una salud deficiente, igual que tambien poneen evidencia los desequilibrios territoriales y socia-

les, lo que a su vez puede ser motivo de tensiones yconflictos sociales de muy diversa naturaleza. Conello no queremos decir que cualquier referencia a laCalidad de Vida lleve implıcita obligatoriamente ladimension ambiental, pero sı que esta ha sido pro-tagonista de primer orden en la construccion de laidea de Calidad de Vida y en su caracter sistemi-co. De hecho, no es frecuente referirse a una unicadimension humana cuando hacemos referencia a laCalidad de Vida, igualmente no es facil referirse ala falta de Calidad de Vida si no es desde una pers-pectiva de la carencia o de la deficiencia de variasdimensiones de la vida humana.

Esa multiplicidad de factores, en su sentido ne-gativo, que son a la vez causa y consecuencia dela crisis del modelo productivo, y del consiguien-te cuestionamiento del mismo, es desde donde sepuede entender el surgimiento de una creciente in-quietud por un futuro que se presenta cada vez masincierto y menos previsible. Precisamente la impre-visibilidad del futuro induce el ejercicio de la sub-jetividad, dando utilidad a la capacidad subjetivade los sujetos. Esta alarma se empieza a manifes-tar arropandose en un nuevo concepto cargado desubjetividad, pero no por ello de inoperancia, comoes el de la Calidad de Vida77 , del que cronologica-mente podemos situar, su consolidacion definitiva,con el inicio de la decada de los anos setenta78. Si

77Habrıa que considerar aquı la existencia de al menos dosgrandes perspectivas del concepto de Calidad de Vida. Unaprimera perspectiva mas institucional, supuso ya desde el ori-gen del concepto una transposicion a lo social de las tecnicasy de los instrumentos de medicion y de valoracion de los fe-nomenos economicos, por lo tanto, se inscribe en un enfoquebasado en la construccion de indicadores cuantitativos de losumbrales de satisfaccion (Lles & Tobıo, 1990: 68). Una se-gunda gran perspectiva sociocultural y psicosocial pone derelieve como los comportamientos sociales, las formas de vi-da y la satisfaccion de las necesidades, no se pueden medirexclusivamente a partir de posiciones estructurales, dado elcaracter multidimensional del que se viene dando cuenta. Enconsecuencia, es el momento de aclarar que aquı se adoptaesta segunda perspectiva proyectandose la idea de Calidadde Vida, que tiene que ver mas con el desarrollo complejo yreflexivo del propio concepto.

78Desde sus orıgenes el concepto de Calidad de Vida havenido acompanado de la preocupacion por encontrar la me-dida de la misma. El movimiento cientıfico empenado en elejercicio de desarrollar sistemas de indicadores adquiere unauge definitivo en los anos sesenta, la institucionalizacion delconcepto de Calidad de Vida no se advierte hasta el inicio dela nueva decada. En 1970 la OCDE establece un programade estudio de la evolucion del bienestar o de lo que denomi-na como «areas de preocupacion social» a traves del que sepretenden establecer los criterios polıticos a seguir que pres-ten atencion a los aspectos cualitativos. En 1972 se organizala Conferencia Internacional sobre Calidad de Vida por par-te del sindicato de los metalurgicos alemanes IG Metall, Enjunio de 1974 se crea el Ministerio de la Calidad de Vidaen Francia y en 1976 se firma la Charte de la Qualite de laVie por parte del primer mandatario frances. Mientras queen Espana habra que esperar hasta la carta magna de 1978para que el concepto de Calidad de Vida ocupe un lugar derelevancia institucional (la Constitucion espanola ya recogeen su breve preambulo la idea de «promover el progreso de lacultura y de la economıa para asegurar a todos una digna ca-lidad de vida»; mientras en el articulado aparece el concepto

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 67

bien esa preocupacion se presenta en una doble ver-tiente: una es de corte mas institucional y otra esde corte mas ciudadano. La primera de ellas es elresultado de la necesidad de establecer referenciassocio-polıticas en una proyeccion de futuro, que nopueden dejar de reconocer el hecho diferenciadorque se constata entre lo social y lo productivo, entrela cantidad y la calidad. La dinamica socio-polıticano puede obviar en su discurso y en sus declaracio-nes de intenciones, la elaboracion de documentos y ala vez la definicion de principios programaticos quesean armonicos con los valores sociales emergentes.

Por otro lado, desde la perspectiva de lo ciu-dadano, emergen nuevas posibilidades, en relacional mayor conocimiento y a la mayor disponibilidadde tiempo libre, que hacen posible desarrollos deconsciencia social y de emergencia de nuevos valo-res sociales, de otras dimensiones de la relacion delsujeto con la naturaleza y del sujeto con los demassujetos sociales. Frente a la racionalidad economicaque hace enfasis en las estrategias instrumentales,emerge una racionalidad de los valores que vienea establecer conexiones entre la tecnica y la etica.La respuesta ciudadana a la racionalidad economi-ca toma forma organizativa en nuevos movimientossociales cuya aparicion constituyen, en sı mismos fe-nomenos de conciencia que hacen suyo el conceptode Calidad de Vida dandole un sentido de poten-cialidad y de creatividad cultural, que viene a cues-tionar los modelos de organizacion acordes con laracionalidad economica imperante. La Calidad deVida es a la vez un proyecto (una imagen de futu-ro) y un proceso (una praxis social y polıtica) queimplica simultaneamente la aplicacion de sistemasde valores a la accion cotidiana y por tanto, implicatambien la consideracion de desarrollos cualitativos(subjetivos) que tienen tambien sus implicacionesen funcion de sus objetivos, y que precisan de es-trategias objetivadas.

En ese sentido se recoge de Blanch (1981: 338)la idea de que la Calidad de Vida es «una sıntesisvital de contemplacion esperanzada y de lucha dia-ria» donde «la conciencia moral amplıa el campo desu experiencia de la realidad presente y con ello vasiendo el sujeto etico cada vez mas capaz de adqui-rir la certeza de lo incierto y virtual, y de realizar

en dos de sus artıculos, en el 45.2 —donde se hace referenciaa la «utilizacion racional de los recursos naturales con el finde proteger y mejorar la calidad de vida»— y en el 129.1 —donde se hace referencia a la Seguridad Social cuya funcionafecta directamente a la calidad de vida o al bienestar gene-ral—, de tal manera que sin un gran desarrollo sı se recogenlas tres grandes dimensiones que, como planteamos mas ade-lante, engloban el concepto de Calidad de Vida: El medioambiente, el bienestar, y la cultura). En todo caso no es ellugar aquı de establecer un desarrollo historico exhaustivosobre el concepto de Calidad de Vida, para ello nos remiti-mos al trabajo desarrollado de forma muy completa por otrosautores como Marıa Luisa Setien (1993), sobre todo en elcampo de la investigacion sobre los indicadores sociales, oJaime Lleo de la Vina (1980) haciendo mas hincapie en elcaso del campo institucional.

aquello que le esta inspirando ese futuro real utopi-co». Ası, la Calidad de Vida surge como el objetoy el objetivo perseguido desde aquello que se venıaa distinguir en apartados anteriores como necesi-dades radicales, o lo que es lo mismo, de aquellosvalores que preconizan la optimizacion de las nece-sidades humanas reconociendo su naturaleza multi-ple (salud, autonomıa, y autonomıa crıtica, en losterminos apuntados por Doyal y Gough). En defi-nitiva, la Calidad de Vida no es tal, si no pensamosen terminos de optimizacion de las necesidades uni-versales, y ello supone ir mas alla del concepto ralode Bienestar preconizado desde el surgimiento delEstado-providencia. Y todo ello en la medida quela democracia participativa como exponente funda-mental de la optimizacion de la autonomıa humana(autonomıa crıtica = comunicacion + conocimien-to + concienciacion + accion) en el proceso de laconsecucion de la Calidad de Vida, es un elemento,que aunque cargado de subjetivismo, es axiologicoen la prosecucion de la misma.

5.2 El contenido complejo del concep-to de Calidad de Vida: la superacionde la idea de Bienestar

Tomando como punto de partida estas primerasconsideraciones de interpretacion historica y con-textual, es necesario desgranar aquellos aspectostangenciales que rodean el concepto de Calidad deVida con la intencion de profundizar en la significa-cion del mismo. Hay una serie conceptual de aspec-tos que habitualmente se funden y se confunden conla Calidad de Vida y que no son estrictamente equi-valentes, pero que nos pueden ayudar a profundizaren su significado y en sus contenidos. Ası, son deuso comun expresiones como: estilos de vida, modosde vida, el nivel de vida, el sentido de la vida, aspec-tos que tomados aisladamente pierden su referenciasobre un sentido pleno de la vida —como proceso ycon diversidad de componentes— y que de ningunmodo parece que puedan ser sustitutos del concep-to de Calidad de Vida. Ahora bien, tomados comoexpresiones solapadas que conforman un conjunto,nos pueden ayudar a encontrar el significado de laCalidad de Vida. Pero veamos antes que nada, lasapreciaciones que podrıamos establecer en torno alos distintos aspectos:

1. Nivel de Vida: posiblemente la vulgaridadmas corriente e ilustrativa es la utilizacion in-distinta del concepto de nivel de vida y el dela Calidad de Vida. Tambien es tan corrien-te como impropio identificar exclusivamente elnivel de vida con las rentas disponibles, estoes tan solo uno de los componentes que con-forman el nivel de vida: el del consumo priva-do, de naturaleza mas individual. El nivel devida tiene otro componente como es el consu-mo colectivo, en el que a su vez quiza habrıa

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que diferenciar el consumo de los servicios pu-blicos (lo que junto al nivel de rentas defini-rıa el Bienestar), y otro consumo colectivo debienes no mensurables que podrıan derivarsede la carencia de calidad ambiental o segu-ridad personal, aunque esto tendrıa mas quever mas con los modos de vida y sobre todocon la existencia de una diversidad toleran-te de estilos de vida. En todo caso, hay queresenar como el nivel de vida contendrıa losaspectos de la vida mas objetivados y men-surables, y por tanto, mas comparables entreambitos distintos.

2. Modos de Vida: las formas de ser y estaren la vida tienen un cierto grado de homoge-neidad. A diferencia de los estilos de vida —que veremos seguidamente—, el modo de vidatiene una esencia colectiva que viene determi-nada por patrones comunes de orden cultural(conjunto de costumbres, valores, conviccio-nes y conocimientos adquiridos y compartidospor un conjunto social a traves de una historiay experiencia comun que hace que los sujetosse comporten socialmente del mismo modo).Ahora bien, los cada vez mas acelerados cam-bios sociales, la temporalidad de los valores yla frenetica fragmentacion social hace que losmodos de vida se diluyan mas, cada vez, enuna diversidad muy amplia de estilos de vida.En todo caso, los modos de vida serıan la masclara expresion de los valores y, por tanto, delo subjetivo.

3. Estilos de Vida: dentro de los margenes delnivel de vida y en gran medida de los mo-dos de vida, los estilos de vida representarıanlos significados paradojicos de las opciones in-dividuales y por tanto serıan la expresion deuna heterogeneidad posible y la de una hetero-geneidad probable. La heterogeneidad posibleconsiente la capacidad de eleccion voluntaria(vivir solo o acompanado, residir en un sitio uen otro, tener unos horarios u otros, alimen-tarse de una u otra forma, inscribirse en unaredes sociales u otras, etc.). La heterogenei-dad probable viene marcada por la excesivadeterminacion del nivel de vida, es decir porla intolerancia derivada de las diferencias ono reciprocidades de los niveles de vida, y portanto, la existencia de desequilibrios socialesque producen y reproducen habitos socialescontradictorios y no recıprocos, en definitiva,de baja tolerancia (deseos y practicas de do-minio, de poder, de ilegitimidad, de ilegalidad,de pobreza, etc.). Una combinacion de facto-res objetivos (mas comparables) y subjetivos

(no comparables entre distintos ambitos) ca-racterizara a los estilos de vida79.

4. El sentido de la vida: hasta ahora hemosvisto distintos aspectos que parece convenien-te relacionar para finalmente considerarlos co-mo componentes de la Calidad de Vida. LaCalidad de Vida no puede prescindir del nivelde vida o del bienestar, tampoco puede pres-cindir de una identidad del sujeto, que esteconsigue a traves de su modo de vida, y final-mente la calidad de vida no se puede alcanzarsi no hay un marco de libertad de opcionesque definan su estilo de vida. El concepto deautonomıa crıtica establecido por Doyal yGough nos puede ayudar a cerrar-abrir la de-finicion circular-espiral de la Calidad de Vida.El sentido de la vida implica un circulo vir-tuoso (en espiral, no vicioso): el devenir cons-ciente sobre el resto de los componentes (nivel,modo y estilo), o lo que es lo mismo, una auto-nomıa crıtica que solo se puede conseguir si setiene un determinado grado de bienestar, deidentidad y de libertad, que seran la condicionpara ser conscientes del proceso (Consciencia—>Accion) de la Calidad de Vida, que seraa su vez la condicion para alcanzar las cotasequilibradas (adecuadamente optimas) de bie-nestar, identidad y libertad (Ver Figura 4).

Considerar el sentido de la vida como un com-ponente articulador de la complejidad de la Calidadde Vida nos permite acceder a la idea de la Calidadde Vida como proceso que integra al sujeto. Defi-nir la Calidad de Vida sin desechar su complejidadsolo es posible aproximandose a traves de una su-pradefinicion, unas subdefiniciones de cada uno desus componentes y de cada uno de los subcompo-nentes, y buscar un elemento de articulacion entrelos mismos. La supradefinicion define a la Calidadde Vida como un grado optimo de la satisfaccion delas necesidades humanas. Las subdefiniciones, aun-que exceden al alcance de la investigacion, se pue-den buscar mediante estadios intermedios a travesde sistemas de indicadores. Y finalmente la articula-cion es multiple, y multiple entre diferentes planosde componentes, aunque tambien exceden a nuestroobjeto de investigacion abordaremos este aspectomas adelante de forma suficiente. Si bien, sı estamosen condiciones de establecer un sujeto articulador yun sentido de la articulacion. El sujeto articuladorno puede sino ser el propio sujeto integrado colecti-vamente en el proceso, y el sentido articulador es elproceso mismo, es decir, la capacidad de acceso a losrecursos por parte del sujeto para poder dominar yconducir conscientemente su propia vida.

79Para la consideracion integrada de los distintos planosy dimensiones que supone el enfoque de los Estilos de Vidapuede consultarse a Ruiz Olabuenaga (1984), cifrado porCarlos Lles y Constanza Tobıo (1990).

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 69

Figura 4: El concepto de autonomıa crıtica

La idea de proceso se nos manifiesta como fun-damental y nos revela a la Calidad de Vida comouna nueva dimension receptora de los vertidos demultiples dimensiones, y a la vez es recurrente alpermitir la irradiacion de estas, sin que pierdan per-sonalidad. La idea de proceso nos permite enten-der a la Calidad de Vida como realidad dinamica,abierta y continuamente emergente. Ahora estamosen condiciones de establecer una contextualizaciondiacronica (ver el Cuadro 4) en donde la dimensionde la Calidad de Vida se nos presenta como sıntesisy superacion de conceptos como el de felicidad, y susustituto: el concepto de bienestar.

El advenimiento de la sociedad industrial y laimplantacion de la idea de Bienestar supusieron elrelegamiento de distintos aspectos primordiales dela vida humana. La segmentacion de la vida (deltiempo: division social del trabajo) y la fragmenta-cion de la vida (del espacio: concentracion y zonifi-cacion de las actividades urbanas) van aparejadas amultiples escisiones que distancian al sujeto de losprocesos sociales. El objeto y lo objetivo se impo-nen al sujeto y lo subjetivo, la materialidad susti-tuye a la espiritualidad, lo economico (disgregador)sustituye a lo religioso (unificador), la individuacion(disolucion de las solidaridades tradicionales) susti-tuye a lo comunitario. . . El conocimiento sobre loslımites ecologicos y la preocupacion por las futu-ras condiciones de vida en el planeta (conciencia)vuelven a poner en escena renovados aspectos de lasubjetividad humana y de la autonomıa etica. Esla emergencia de la idea de bienes inmateriales yla reformulacion de la ecuacion del bienestar me-diante la cual, superando la concepcion tradicionalque equipara a este con el nivel de vida, se ana-de un sumando que tiene en cuenta junto al mediofısico, las condiciones de vida. Como senala M. Se-tien (1993: 138) «la Calidad de Vida no equivale abienestar o felicidad individual, pero sı a la satis-faccion global. Se trata de un atributo colectivo»,que contiene el nivel de vida y el modo de vida perova mas alla abriendo camino a una potencialidaddonde los objetivos y practicas de la vida se retroa-limentan mutuamente en un proceso rizomatico (es-

piral), continuo y permanente, en una aproximada80

satisfaccion optima de las necesidades sociales.

En definitiva, la Calidad de Vida viene a sig-nificar a la misma vez, una sıntesis y ampliacion—propia de la riqueza de lo complementario— en-tre el sujeto individual y el sujeto colectivo, entre elcaracter subjetivo y objetivo, entre el analisis mi-crosocial y el macrosocial, entre la escala local y laglobal, lo que puede permitir la superacion de la tra-dicional ruptura entre la cultura cientıfico-tecnica yla cultura cientıfico-humanista. Es esta lectura dela Calidad de Vida, como sıntesis que nos viene aresenar la reciprocidad entre elementos y dimensio-nes, la que nos lleva a pensar en la Calidad de Vidacomo una expresion de la complejidad.

5.3 La Calidad de Vida como una ex-presion de sıntesis y reciprocidad

Tenemos que insistir en que la Calidad de Vidano puede ser considerada en manera alguna comode una naturaleza estatica. La satisfaccion de lasnecesidades universales esta sujeta a los cambios delos satisfactores y, en consecuencia, a los cambios delas formas de acceso a la satisfaccion de las necesi-dades, lo que hace de la Calidad de Vida un procesode desarrollo continuo, que en un mundo de freneti-cos cambios de valores y transformaciones socialessupone una recomposicion permanente de los suje-tos en la apreciacion de lo que es Calidad de Vida.La percepcion que tengan los sujetos de la Calidadde Vida, no es firme. Puede producirse la situacionde que los sentimientos de insatisfaccion de los su-jetos sean crecientes en la medida que tambien seanmayores sus cotas de bienestar (Garcıa Duran yPuig, 1980), pero ello se producira mas en la me-dida en que la conciencia sea mas individualista,mas autoislada en relacion al conjunto social y enrelacion a los lımites ecologicos. Es decir, la mayordisponibilidad de acceso a los recursos —estados deabundancia— en detrimento de una menor accesibi-lidad a los recursos en otros lugares y/o en el futuro,

80Como Drewnowski (1974), llegamos a la conclusion deque, ademas de imposible, tambien es innecesario llegar auna definicion cerrada de Calidad de Vida, ya que lo querealmente precisamos es establecer pseudo definiciones utilesque nos permitan establecer sentidos de la integracion delsujeto en los procesos sociales, o lo que es lo mismo, cono-cer las formas de apropiacion del sujeto de sus condicionessociales de vida.

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70 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 4: Contextualizacion diacronica del concepto de Calidad de Vida

FELICIDAD BIENESTAR CALIDAD DE VIDAPre-Industrial Industrial Post-industrialEspiritualidad Materialidad Reconocimiento de los bienes materia-

les y de los bienes inmaterialesSubjetividad Objetividad Subjetividad + Objetividad. Busqueda

del equilibrio entre la libertad indivi-dual y los vınculos colectivos

Microsocial-Local Macrosocial-Global Tolerancia de lo local y lo global. Bus-queda de lo complementario entre lo mi-cro y lo macro

Autonomıa de la etica Autonomıa de la economıa Autonomıa de la Polıtica

inducidos por el propio sistema productivo y de con-sumo, se nos revela como un claro ejemplo, no solode la inherencia de la subjetividad en la idea de lacalidad de vida, y la aplicacion de la objetividad dela misma (aplicacion de la cosmologıa cuantitativaoccidental a la medicion de los recursos tanto en suvertiente de uso como de cambio), sino que tam-bien nos muestra que es muy sensible a los cambiossociales que la afectan transversalmente.

Cuando nos referimos al concepto de Calidadde Vida estamos haciendo referencia a una diversi-dad de circunstancias que incluirıan tanto dimen-siones mensurables (objetivas), como de otras demas incierta cuantificacion (subjetivas), dimensio-nes todas ellas que conforman parte de un conjun-to de valores y hechos que no se pueden disociar.Amalio Blanco (1988), desde una perspectiva dela psicologıa ambiental, propone una distincion en-tre los dos vocablos que componen el concepto deCalidad de Vida. Por un lado, el vocablo vida ha-rıa referencia al ambito de las relaciones sociales,a las actividades humanas, al acceso a los bienes ylos riesgos a los que se encuentra sometido. Vida se-rıa, pues, sinonimo de la calidad de las condicionesen que se van desarrollando las diversas actividadesdel individuo, las condiciones objetivas y subjeti-vas indirectamente objetivables. El vocablo calidadaparece como aspecto central de comparacion delos atributos o caracterısticas de una cosa con losque poseen otras de nuestro entorno, se correspon-derıa mas con la percepcion individual y subjetivade unas condiciones de vida objetivas.

Precisamente el constructo de Calidad de Vidaes el resultado de las relaciones entre las condicionesobjetivas de vida y las percepciones individuales quede ellas se tienen, relacion cuyo fruto es un mayoro menor grado de satisfaccion. Ası, autores comoLevi y Anderson (1980: 6) describen la calidadde vida como «una medida compuesta de bienestarfısico, mental y social, tal y como lo perciben cadaindividuo y cada grupo, y de felicidad, satisfaccion yrecompensa (. . . ) Las medidas pueden referirse a lasatisfaccion global, ası como a ser componentes, in-

cluyendo aspectos como salud, matrimonio, familia,trabajo, vivienda, situacion, competencia, sentidode pertenecer a ciertas instituciones y confianza enlos otros». Reflexion que lleva a E. Pol (1987: 237)a la afirmacion de que «esta definicion nos acota unaconcepcion de calidad de vida como un constructocomplejo y multifactorial, sobre el que pueden de-sarrollarse algunas formas de medicion objetivas atraves de una serie de indicadores, pero en el quetiene un importante peso especıfico la vivencia queel sujeto pueda tener de el».

Es preciso buscar el donde se unen lo objetivo ylo subjetivo, el como lo objetivo y lo subjetivo coe-xisten y se refuerzan mutuamente. En este sentido,la Calidad de Vida supone una fusion de lo subjetivoy de lo objetivo, una sıntesis que viene determinadapor la cualidad recıproca de incorporar los valores alos hechos, y los hechos a los valores, fusionando loemocional y lo racional. Esta reversibilidad (los va-lores y emociones tienen su proyeccion en la realidadobjetiva, y los hechos y acciones tienen su proyec-cion sobre la subjetividad de los sujetos) entre loobjetivo (las condiciones de vida) y lo subjetivo (lacualidad) ha sido denominada por Adorno (1992)como la «capacidad mimetica subjetiva» que tieneel sujeto activo. La capacidad mimetica subjetivaes la sıntesis de objetividad y subjetividad, de in-tencionalidad y de espontaneidad, porque muestraque tanto lo racional como lo emocional tienen yaen sı mismos un caracter trayectivo que es el que lespermite fusionarse en lo que algunos autores han de-nominado como racionalidad estetica (RodrıguezEguizabal, 1996). Para estos autores la racionali-dad estetica se refiere a la capacidad mayeutica81

de los sujetos para instaurar en la relacion sujeto-objeto la potencialidad para hacer emerger lo sociala traves de sus estados emocionales.

81«La capacidad mayeutica —definida por Rodrıguez

Eguizabal— es la potencia de objetivacion de una emocionen el acto social a traves de un alumbramiento, o sea de lamanifestacion de algo que el individuo posee (un valor) pe-ro que no ha tenido necesariamente que formularselo ni serconsciente de el» (Rodrıguez Equizabal, 1996: 40–41).

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 71

Sin embargo, la experiencia de los sujetos, cons-truida en esa paradoja marcada por la coexistenciay retroalimentacion de las emociones y de la rea-lidad objetiva, es la base para que los sujetos ad-quieran lo que Ortega y Gasset (1996) denomi-naba como una capacidad estimativa82 que orientala accion humana buscando el equilibrio entre la li-bertad individual y la vinculacion colectiva, entrelo micro-social y lo macro-social, entre las emocio-nes y la razon. Esa capacidad estimativa es refor-zada por la comunicacion y el conocimiento, que asu vez estimulan el devenir consciente. Solo a tra-ves de ese proceso se lograra acotar (controlar) lasubjetividad (subjetividad objetivada) y la objeti-vacion (objetivacion subjetivada). La acotacion dela subjetividad y de la objetividad, a traves del de-sarrollo de su capacidad estimativa, es lo que puedepermitir al sujeto encontrar un estado de equilibrioentre las necesidades y las aspiraciones, un conoci-miento entre lo que se quiere, segun lo que se puede,reduciendo paulatinamente (a traves de un proce-so en forma de bucle recursivo -ver la Figura 5)lasdistancias entre las necesidades y los lımites fısicosy sociales, respecto de los deseos. En esta logica sedesigna el significado de la Calidad de Vida comouna forma de adaptacion entre las condiciones devida objetivas y las expectativas y potencialidadesdel sujeto, tal y como el mismo las aprecia tantoindividualmente como grupo colectivo.

Precisamente el concepto de Calidad de Vidadesde su vertiente de cualidad, mas cualitativa, sub-jetiva, emocional o cultural es donde emerge comocontestacion a los criterios economicistas y cuan-titativistas de los que se encuentra impregnado eldenominado Estado del Bienestar. El concepto deCalidad de Vida ayuda a retomar la perspectiva delsujeto, superando y envolviendo al propio conceptode bienestar. Por ello resulta difıcil acotar un con-cepto que se construye socialmente como una repre-sentacion social que un colectivo puede tener sobresu propia calidad de vida. De ahı la necesidad deprofundizar en lo que ha sido tradicionalmente de-sechado, en aquellos aspectos mas emocionales quese derivan del concepto, y mas concretamente enlos analisis de la satisfaccion, o si se prefiere en losanalisis de las experiencias subjetivas que tienen lossujetos activos y en aquellos procesos que implicanel desarrollo de la identidad social. El sentimientode satisfaccion y la realizacion personal no puedenentenderse sin introducir la nocion de apropiacion yla idea de la direccion controlada conscientementepor los propios sujetos.

82Vamos a entender la capacidad estimativa del sujeto deuna forma particular, y siempre dentro del sentido dado a laautonomıa crıtica: como el nivel de conciencia adquirido atraves del acceso al conocimiento (de continua adaptacion almedio, a los recursos y a las condiciones) y a los procesos decomunicacion fluida (de reciprocidad en la relacion con otrossujetos).

Desde esta perspectiva, entendiendo la Calidadde Vida como sıntesis de la razon emocional y de larazon tecnica, de la consciencia y del conocimien-to, emerge la razon como integralidad. La Calidadde Vida refiere un completo espectro de las dimen-siones de la experiencia humana que se correspon-de totalmente con la satisfaccion de las necesidadeshumanas, tanto las denominadas basicas como lasno basicas, las materiales como las inmateriales, lasprimarias como las secundarias, las vitales como lasradicales. . . de tal forma que no se pueden disociarunas de otras. La satisfaccion optima de las necesi-dades y por ende la consecucion de altas cotas deCalidad de Vida es preciso ir a buscarlos donde losubjetivo se objetiviza (o si se prefiere cuando sepone en disposicion de operativizarse), donde lo ob-jetivo se relativiza, donde lo subjetivo y lo objetivose funden. Ası cualquier mejora, economica o social,que implique un coste o perdida de cualidad, signi-fica un perjuicio en otro lugar o en otro tiempo,en otra dimension humana; mientras que cualquiermejora que implique favorecimientos simultaneos enotros lugares, tiempos o dimensiones humanas tieneefectos multiplicadores que llevan a mayores cotasde satisfaccion vital.

5.4 Los componentes de la Calidad deVida y su asociacion

Como hemos visto hasta ahora el significado dela Calidad de Vida no es unıvoca, ni parcialmenteaislada, ni total; es a la vez un subsistema y un me-tasistema83, y como tal es multidimensional admi-tiendo puntos de mira muy diversos. La naturalezade cada dimension no viene definida aisladamente,sino que se define en funcion y en interaccion conel conjunto del sistema, y en funcion e interaccioncon todas y cada una de las dimensiones humanasque intervienen. Llegados a este punto surge el in-terrogante de si la Calidad de Vida, dada su na-turaleza compleja, es mensurable. Es indudable quepara que el sujeto pueda ser un sujeto activo precisade criterios y programas operativos que sean causay efecto (en forma de bucle) del conocimiento y eldevenir consciente sobre sus propias condiciones deexistencia. Sin embargo, las tecnicas de medicionde las dimensiones tomadas aisladamente, que sonesencialmente cuantitativas, no logran superar el es-trecho marco de una objetividad siempre relativa,mientras que la medicion de todas las dimensioneshumanas en su conjunto es difıcilmente abarcabledesde una eficacia operativa, y ademas distorsiona-

83De acuerdo con E. Morin (1993: 166), subsistema se re-fiere a «todo sistema que manifiesta subordinacion, con res-pecto a un sistema en el cual esta integrado como parte», ymetasistema se refiere a «el sistema resultante de las inte-rrelaciones mutuamente transformadas y englobante de dossistemas anteriormente independientes», anadiendo que «nosolamente no hay frontera neta entre estas nociones (en larealidad), sino que son intercambiables (por el observador)».

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72 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Figura 5: Acceso a la calidad de vida a traves de la capacidad estimativa

rıa la realidad de los diversos componentes de lavida humana84.

La medicion mediante indicadores cuantitativoses parcial, mientras que la medicion cualitativa: ¿esun contrasentido? Antes bien el alcance de la Cali-dad de Vida, que no puede medirse de forma directa,puede establecer mediciones indirectas que comple-mentando y combinando de manera opinativa indi-cadores y analisis objetivos y subjetivos permitanobtener criterios operativos encaminados a una op-timizacion de las necesidades humanas. En este sen-tido, y haciendo referencia a la dimension ambientalpero que hacemos extensible a cualquier dimensionde la vida humana, se pronuncian Marans y Rod-gers (1975: 343)85: «las medidas objetivas de losatributos ambientales son inadecuadas en sı mismascomo indicadores de calidad de vida. Solo tomandoen cuenta sus relaciones con los indicadores subje-tivos llegan a adquirir significado humano y puedenser consideradas como una guıa fiable para las de-cisiones polıticas».

En todo caso no es el objetivo del presente tra-bajo establecer un sistema mas de indicadores deCalidad de Vida86, pero si pretendemos una apro-ximacion —que nunca puede tener la pretension de

84A este respecto la Unesco en su reunion de expertos enCalidad de Vida llego a la siguiente conclusion: «En cuan-to al tema de un indicador unico de Calidad de Vida poragregacion de experiencias individuales, parece imposible es-tablecer una suma de calidades, puesto que el todo serıa muydiferente de la suma de las partes» (Unesco (1979: 96)), (Cfr.por Setien, 1993).

85Cfr. por Marıa Amerigo (1995).86Un Sistema de Indicadores Sociales referidos a la Cali-

dad de Vida como Sistema requiere de una certera seleccionentre una infinitud de indicadores, lo que excede las pre-tensiones del presente trabajo. Otros autores han realizadoese ingente esfuerzo con desigual resultado. Habrıa pues, quereferenciar una lista muy extensa de los autores e institucio-nes que se han preocupado por la construccion de sistemasde indicadores sociales, no obstante, no queremos dejar dereflejar algunos de los sistemas de indicadores mas relevan-tes, entre aquellos que podemos considerar mas cercanos oque de alguna forma son un punto de partida para el areade investigacion que desde aquı se apunta. Entre los masclasicos no podemos dejar de citar a Drewnowski (1974),Zpaf (1975 y 1980) y Michalos (1985), mientras entre lostrabajos mas recientes nos merecen especial atencion Doyal

ser completa y concreta— que nos ayude a hacermas comprensible el caracter complejo de la Calidadde Vida y, sobre todo, que nos permita el estableci-miento del sentido de las condiciones necesarias (olos componentes complejos de los indicadores87 enla calidad de vida) —no a la informacion en sı, si-no al tipo de informacion necesaria— para que estapueda encaminarse hacia unas metas o cotas opti-mas de satisfaccion humana. Es decir, nos interesafundamentalmente lo que podrıamos considerar co-mo el escalon previo a la construccion de un sistemade indicadores: la agrupacion de los componentes dela vida y la asociacion a que pueden dar lugar. Nues-tra intencion, recordemoslo, es demostrar la emer-gencia de iniciativas que complementando distintasdimensiones de la vida humana se inscriben o apun-tan una logica de la complejidad y nuevas formas deaccion social.

La conclusion que obtenemos de todo lo anteriorse podrıa enunciar de la siguiente manera: a mayorinterseccion y reciprocidad entre los aspectos objeti-vos y subjetivos, y a mayor interseccion y reciproci-dad entre las dimensiones de los componentes de lavida humana, mayor sera el grado de optimizacionde la Calidad de Vida. De ahı que el concepto deCalidad de Vida se haya investigado desde muy dis-tintas perspectivas y disciplinas, las mas de las vecesde forma parcial y aislada. De ahı, tambien, la ne-cesidad de abordar el analisis de la Calidad de Vidacon estrategias multidisciplinares que reconozcan lacomplejidad en toda su extension. Algunos autores

y Gough (1994), y en nuestro paıs la propuesta desarrolladapara el caso del Paıs Vasco por Marıa Luisa Setien (1993).

87No es nuestra intencion aquı, establecer indicadores en suacepcion estricta mas comunmente aceptada: el indicador esla informacion actualizada en forma de concrecion estadısticade un concepto, fenomeno o dimension, o de una parte deestos, sobre unas condiciones determinadas y actualizadasen el espacio y en el tiempo. Son por tanto instrumentosde medida que substituyen a los conceptos abstractos parahacer mas legible y operativa la informacion. Sin embargo,aquı nos interesa mas bien establecer los componentes de losindicadores, las variables de las representaciones teoricas enun sentido proyectivo (de potencialidad) y la capacidad deinteraccion entre esos componentes.

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 73

como Hutchinson, et al. (1979)88 identifican laCalidad de Vida con tres dimensiones: fısica, socialy emocional. Vamos a seguir esa perspectiva trini-taria de las dimensiones, aunque sin despreciar quela diversidad de aspectos sectoriales y globales quepueden incidir en la falta de calidad de vida haceque cada uno de ellos obtenga su propia carta denaturaleza. Ası, por ejemplo, la calidad residencialo la calidad urbana, es por tanto, un aspecto par-cial como otros con los que se encuentra a su vezrelacionado, pero en ningun caso pueden ser enten-didos como aspectos perifericos dentro de la Calidadde Vida. Lo mismo se podrıa decir de cualquiera delas otras dimensiones de la Calidad de Vida.

La delimitacion del concepto de la calidad devida no tiene, en consecuencia, un sentido unıvo-co. Para su construccion proponemos la autoimpli-cacion de tres grandes dimensiones o areas logicasque se pueden representar bajo una forma triangu-lar (trilogıa) tal como se muestra en la Figura 6.

La relacion solapada que se establece entre losdistintos vertices del triangulo nos marca diversasdisciplinas y enfoques en el tratamiento analıticode la Calidad de Vida. Igualmente el planteamientocomplejo incide en la idea de sostenibilidad, en lamedida que hay que buscar puntos de equilibrio queno supongan una degradacion de cada una de lasperspectivas:

1. Relacion entre calidad ambiental y bienestar:Ecologıa urbana.

2. Relacion entre calidad ambiental e identidadcultural: Antropologıa urbana.

3. Relacion entre bienestar e identidad cultural:Desarrollo urbano.

A su vez, en cada una de las perspectivas, y si-guiendo con la representacion triangular, establece-mos tres grandes dimensiones principales siemprepresentes en la calidad de vida: la escala territorialsobre la que se determina la calidad ambiental, elbienestar sobre el que se determina el nivel de vida,y las interacciones sociales que determinan la iden-tidad cultural (Ver el Cuadro 5). Estas a su vez,las podemos desgranar en otras dimensiones que seponen en contacto entre sı y que segun giremos amodo de un caleidoscopio podremos encontrar dis-tintos elementos de autoimplicacion (Cuadro 5):

El desarrollo pormenorizado de cada una de lassubdimensiones fundamentales expresadas en estafigura, puede ser el cometido de una serie de mo-nograficos posteriores que, descendiendo a camposparticulares de analisis e interpretacion, vayan cons-tituyendo un cuerpo estructurado y sistematico, olo que podrıamos considerar tambien como sistemaso subsistemas de indicadores sociales.

88Citado por Jose Sanchez Alhama (1993).

La relacion combinada entre cada una de lasperspectivas con el resto nos abren, por tanto, dis-tintas intersecciones que son logicas y sentidos enla construccion de la Calidad de Vida. Pero antesde entrar a desarrollar esas dimensiones de la Cali-dad de Vida hay que tener en cuenta dos aspectosque nos acercan aun mas a la complejidad. En pri-mer lugar, hay que considerar que las dimensionesy subdimensiones reflejadas en el Cuadro 5 se en-cuentran atravesadas por una serie de variables quepodrıamos considerar como dependientes y que sonconsiderablemente sensibles a la accion humana:

1. Los sujetos: estructura socio-demografica dela poblacion.

2. Los objetos: el ambiente construido por elhombre. Los soportes fısicos creados para eldesarrollo de las actividades humanas, de losque nos interesan fundamentalmente los equi-pamientos considerados en sentido amplio, esdecir, como espacios de consumo colectivo.

3. El ambiente y las condiciones naturales: el ai-re, el agua, el suelo, la flora y la fauna.

Cada una de estas variables consideradas de ma-nera independiente o de forma aislada nos permitenla construccion de indicadores simples. Ateniendo-nos a cada una de las dimensiones podrıan ser porejemplo: la Tasa de Actividad entre las mujeres me-nores de 29 anos en un ambito de terminado, lacantidad de m2 de espacio deportivo por habitante,o el numero de arboles por habitante de un deter-minado ambito, etc.

En segundo lugar, tenemos que distinguir entrelas condiciones actuales (mas objetivas, se encua-dran en el campo de como son los hechos) y las con-diciones optimas (mas subjetivas, el como pueden-deben ser los hechos). El primer elemento se refie-re, en un sentido mas estricto, a los indicadores.Mientras que el segundo se corresponde mas con elsentido de la accion humana, lo optimo perseguido,y se suele identificar con el concepto de standard(Fuentes Bodelon, 1980: 192). El indicador co-mo instrumento de medida del estado actual de loshechos y fenomenos puede medir impactos y afec-ciones, y de esa manera descubre el sentido negati-vo (riesgos y danos para la vida humana), mientrasque el standard apunta hacia los recursos de mejo-ra de las condiciones y de la proteccion frente a losriesgos y peligros. En consonancia con esta diferen-ciacion vamos a seguir el esquema desarrollado enel Cuadro 6 para compernder el desarrollo de lasdimensiones de la Calidad de Vida.

Esta estrategia basada en la articulacion en-tre multiples planos de la realidad a traves de lavinculacion sinergica entre parametros (como me-ta) e indicadores (como punto de partida) permi-te captar la realidad minimizando, o disminuyendo,

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74 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Figura 6: Delimitacion del concepto de calidad de vida

Cuadro 5: Principales dimensiones presentes en la calidad de vida

Calidad Ambiental (Area te-rritorial -escala-)

Bienestar (Condiciones objeti-vadas)

Identidad Cultural (vınculos einteracciones sociales)

Habitacional, Vivienda Produccion-Reproduccion (Tra-bajo, empleo y trabajo domesti-co)

Tiempo disponible (libre y libe-rado de ocio)

Residencial (local, barrio) Salud Participacion y apropiacionUrbana, territorio (metropoli, re-gion, planeta)

Educacion (aprendizaje y forma-cion)

Relaciones sociales y redes socia-les

los efectos empobrecedores de su segmentacion. Si-guiendo la sugerente propuesta epistemologica deHugo Zemelman (1987: 26–51) «. . . los conceptos-indicadores deben permitir la captacion de los pun-tos de articulacion entre las diferentes areas disci-plinarias o tematicas, lo cual implica construir ob-servables que no coincidan con los determinados encada area. . . Los observables son determinados, notanto por aquello que el concepto que los incluye de-fine, sino por sus posibilidades de articulacion conlos observables de otros conceptos, puesto que sufuncion es contribuir a la delimitacion del contextodel problema». Ello supone, en definitiva, una vin-culacion entre los procesos estructurales y los queson determinados por la potencialidad de la pra-xis de los sujetos sociales, vinculacion desde la quelos sujetos-en-proceso pueden obtener la capacidadoperativa para establecer una direccion, un sentido,en la construccion de alternativas.

5.5 A modo de conclusion: Tesis de lasıntesis

A lo largo de la exposicion se viene argumen-tando que se trata de superar lo meramente cuan-titativo para introducir tambien los aspectos cua-litativos. Se trata de asumir la complejidad incor-porando nuevas dimensiones capaces de superar lavision simplista de la logica del bienestar por unaperspectiva compleja de calidad de vida. El concep-to de Calidad de Vida permite y tambien obliga aconsiderar el analisis de la complejidad. Es decir,de como el exceso de satisfaccion (el uso de satis-

factores no sinergicos) de unas necesidades relativasgeneralmente expresadas en terminos cuantitativos,que globalizadas son insostenibles, puede ir en detri-mento del medio ambiente, de la identidad culturaly de la extension del propio bienestar, por lo quese pretende introducir en la construccion del con-cepto de la Calidad de Vida aquellos efectos auto-rregulativos que impliquen la generacion de nuevascondiciones que se inscriban en una triple logica desostenibilidad, de cooperacion y de gobernabilidad(ver la Figura 7).

Desde ese caracter multiple, interdependiente ypluridisciplinar de las variables que permiten el ac-ceso a la calidad de vida se sugieren nuevas vıasde incision en el desarrollo social que introducennuevas formas y contenidos. A traves del conceptode Calidad de Vida se incorpora la sostenibilidadambiental y se puede recuperar el sentido de las ne-cesidades culturales de identidad (apropiacion, par-ticipacion, sociabilidad). La reaccion de la sociedada los indicios del deterioro de las condiciones de ha-bitabilidad precisa de un cambio de sentido que so-lo parece posible con la democratizacion de las es-tructuras y la concienciacion de los ciudadanos. Lascondiciones necesarias para ello se traducen tımida-mente en fenomenos emergentes (ver el Cuadro 7)que interaccionan entre sı de tal forma que la lectu-ra de la figura que se propone no debe realizarse deuna forma lineal, es decir, por ejemplo, las condicio-nes que pueden aportar los nuevos modelos urbanosno son exclusivamente una respuesta a la metropo-litanizacion, sino que tambien son una respuesta ala globalizacion y a la homogeneizacion. Los nuevos

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 75

Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (desarrollo)(a) Solo como forma de buscar una contraposicion a la Calidad de Vida vamos hacer mayor enfasis en el sentido

negativo de lo que miden los sistemas de indicadores.

STANDARD o PARAMETROS: El sentidopositivo y proyectivo de la Calidad de Vida (loque puede-debe ser: ascenso). Condiciones parala optimizacion de la Calidad de Vida

SISTEMAS DE INDICADORES: Las condi-ciones ciertas actuales, en un sentido coyuntural(lo que es: estabilidad o posibilidad de descenso oretroceso) (a)

EL SENTIDO DE LA CALIDAD AMBIENTAL1) Interrelacion habitacional - residencial (vivienda-barrio)Medio Ambiente Urbano, calidad del entornoconstruido. Satisfaccion residencial.

Estado de la degradacion urbana. Estado de ladensidad de lo construido (grado de ocupacion desuelo). Insatisfaccion residencial. Distribucion delos usos del espacio.

2) Interrelacion residencial-urbana (barrio-ciudad). Interrelacion residencial - territo-rio (barrio-ciudad-planeta)Integracion de funciones urbanas, ordenacion yplanificacion urbana. Plurifuncionalidad y com-patibilidad de funciones urbanas. Ocupacion delsuelo. Modelos urbanos de ambito local que con-tribuyen a una sostenibilidad ambiental mejoran-do, al mismo tiempo, el medio local (natural yconstruido). Modelos de gestion de los residuosurbanos (reemplazar, reducir, reutilizar, reciclar,recuperar). Niveles de satisfaccion ciudadana.

Separacion de funciones urbanas. Monofunciona-lidad e incompatibilidad de funciones. Impactosobre los bienes colectivos por siniestralidad na-tural o involuntaria. Grado de insatisfaccion ciu-dadana.

3) Interrelacion habitacional - urbana (vivienda-ciudad). Habitacional - territorio(vivienda-ciudad-territorio)Ordenacion del territorio. Compatibilidad am-biental. Parametros de Satisfaccion urbana.

Desequilibrios territoriales. Incompatibilidad am-biental. Impacto sobre los bienes personales porsiniestralidad natural o involuntaria. Grados deinsatisfaccion urbana.

EL SENTIDO DEL BIENESTAR4) Interrelacion trabajo - educacionModelos de formacion adecuados para la integra-cion en la vida laboral. Modelos adecuados deformacion continua en la integracion de la vidalaboral.

Grados de inadaptacion e inadecuacion de los mo-delos de formacion para la vida laboral. Existen-cias de tiempo, espacios, medios y recursos parala formacion en la empresa. Grado de eficacia delsistema educativo.

5) Interrelacion educacion - saludModelos de prevencion sanitaria, y estilos de vidahigienicos y saludables.

Grado de desconocimiento, desinformacion e in-consciencia de los riesgos y peligros sobre la sa-lud. Comportamientos, actitudes y conductas nosaludables.

6) Interrelacion empleo - saludErgonomıa. Entorno laboral libre de riesgos. Ca-lidad en el empleo y salud laboral. Satisfaccion enel trabajo.

Medida de la excesiva prolongacion de la jornadalaboral. Accidentalidad en el trabajo, condicionesde riesgo y habitabilidad en el trabajo. Grado deinsatisfaccion en el trabajo.

EL SENTIDO DE LA IDENTIDAD CULTURAL7) Interrelacion tiempo disponible - participacion y apropiacionFundamentos de autonomıa en la distribucion deltiempo. A mayor tiempo liberado mayores opor-tunidades para la participacion.

Condiciones de uso del espacio-tiempo. Cantidadde tiempo libre utilizado en actividades partici-pativas.

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76 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (continuacion)

Parametros Sistemas de indicadores8) Interrelacion apropiacion y participacion - redes y relaciones socialesDiversidad social e interculturalidad. Capacidadde formar parte de redes y libertad de opcionespara pertenecer a unas y no a otras redes, o esta-blecer unas relaciones y no otras. Diversidad deredes y para la apropiacion colectiva. Satisfaccioninstitucional.

Condiciones de accesibilidad a las redes, formasde control social, exclusion social. Rasgos de ho-mogeneidad social. Grado de adecuacion de la ca-pacidad estimativa de los sujetos a traves de pro-cesos participativos. Grado de aislamiento social.Distribucion de espacios adecuados y diversos pa-ra la apropiacion colectiva. Niveles de insatisfac-cion con las instituciones.

9) Interrelacion tiempo disponible - redes y relaciones socialesDisponibilidad de tiempo para participar de lavida social a distintos niveles de redes sociales.Intensidad y continuidad. Cuanto mayor tiem-po liberado mayor oportunidad para establecer,y mantener, contactos y relaciones sociales.

Grado de utilizacion del tiempo libre para esta-blecer o mantener contactos y relaciones sociales.Falta de tiempo para establecer relaciones socia-les densas e intensas y ser elementos de las redessociales.

Pero no solo pueden circunscribirse al interior de sus perspectivas de calidad sino que tambienpuede buscarse una mayor complejidad estableciendo intersecciones multidimensionales en distintossentidos:10) Interseccion habitacional - trabajo/reproduccion (vivienda-trabajo). Habitacional-empleoSolapamiento equilibrado del espacio de la pro-duccion y de la reproduccion. Las nuevas tecno-logıas, nuevos estilos de trabajo y nuevas ocu-paciones suponen la posibilidad de trabajar enla propia vivienda. ¿Es calidad de vida? Podrıaconsiderarse, siempre que las condiciones fısicaslo permitan y se pueda reconocer en terminos deespacio y de tiempo una esfera de otra.

Recursos y condiciones para poder trabajar en elpropio alojamiento. Compatibilidad con la esferadomestica (privacidad, relaciones familiares. . . ).Accesibilidad economica a la vivienda. Variablesde vulnerabilidad de los hogares.

11) Interseccion habitacional - salud (vivienda-salud)Vivienda adecuada y saludable (accesibilidad fısi-ca, ventilacion, iluminacion, superficie, tempera-tura, aislamiento, materiales, equipamientos, ser-vicios. Visualizacion interior-exterior). Estado deledificio.

Vivienda inadecuada e insalubre. Condiciones fı-sicas del alojamiento. Hacinamiento. Variables deprecarizacion de los hogares.

12) Interseccion habitacional - educacion (uso de la vivienda y espacios comunitarios)Urbanidad: Pedagogıa de la convivencia. Conoci-miento del uso adecuado de espacios comunes yaparatos domesticos.

Conflictos en las relaciones familiares y vecinales.Incompatibilidades y competencia por la distri-bucion de uso del espacio habitacional y comuni-tario.

13) Interseccion habitacional - tiempo libreDisponibilidad para una adecuada distribuciondel tiempo en el hogar. Tiempo para la privaci-dad, la vida afectiva y el reposo.

Dedicacion y distribucion del tiempo en el hogar.Distribucion de las tareas domesticas. Cantidadde tiempo libre para el reposo.

14) Interseccion habitacional - apropiacionApropiacion del espacio habitacional y comunita-rio. Calidad y uso adecuado de los espacios comu-nitarios. Participacion en la gestion del espacio.Visualizacion de los espacios comunitarios y ad-yacentes desde la vivienda. Versatilidad fısica dela vivienda. Satisfaccion residencial.

Carencia y/o mal uso o diseno de los espacioscomunes y de la distribucion de la vivienda. Vi-vienda inadaptada y poco versatil. Regimen detenencia y seguridad de ocupacion. Variables devulnerabilidad y precarizacion.

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 77

Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (continuacion)

Parametros Sistemas de indicadores15) Interseccion habitacional - relaciones socialesPautas de convivencia y cohabitacion. Pautas pa-ra unas relaciones familiares y vecinales, recıpro-cas y solidarias. Calidad (densidad, intensidad,continuidad) de las redes de apoyo primario.

Niveles de soledad obligada. Conflictos vecinalesy caracterısticas de las redes de apoyo primario.Equilibrio superficie/distribucion de la vivienda,segun el numero de miembros en el hogar.

16) Interseccion residencial (barrio-vecindario) - trabajo y empleoIntegracion urbana de los espacios para el desa-rrollo de actividades economicas. Residencia pro-ximidad al lugar de trabajo. Modelos de versa-tilidad habitacional para mayor movilidad resi-dencial. Adecuacion del empleo a las necesidadeslocales.

Obligacion de desplazamientos en medios detransporte. Lugar de trabajo separado y distan-ciado de lugar de residencia. Zonificacion urbana.Niveles de adecuacion del empleo a las necesida-des locales. Condiciones de accesibilidad al trans-porte publico.

17) Interseccion residencial (barrio-vecindario) - saludCalidad paisajıstica, acustica y del aire. Inexisten-cia de malos olores. Accesibilidad a espacios pu-blicos, abiertos, zonas verdes, equipamientos sa-nitarios y deportivos.

Distancias y barreras para acceder a los equipa-mientos deportivos y sanitarios. Distancias y ba-rreras para acceder a zonas verdes y de esparci-miento. Nivel de riesgos en la vıa publica respectode hechos involuntarios (trafico rodado, activida-des molestas, insalubres y peligrosas. . . ). Estadodel medio ambiente urbano.

18) Interseccion residencial (barrio-vecindario) - educacionPedagogıa urbana. Accesibilidad y proximidad aequipamientos educativos. Calidad de la ensenan-za primaria y secundaria. Integracion de los mo-delos educativos en el contexto local (Programasde conocimiento en la escuela adaptados a la vidalocal —historia local, economıa local, etc.—).

Distancias y barreras para acceder a los equipa-mientos educativos. Niveles de adecuacion e inte-gracion de los centros educativos en la vida socialy en el tejido urbano. Estado de la calidad de laensenanza primaria y secundaria. Nivel de cono-cimientos sobre la propia localidad.

19) Interseccion residencial (barrio-vecindario) - tiempo libreDisponibilidad de tiempo para disfrutar de la vi-da de barrio (compras, paseo, estancia, paisaje,visitas, encuentros). Accesibilidad y proximidada los equipamientos de esparcimiento.

Dedicacion de tiempo libre a la vida de barrio.Condiciones apropiadas del tejido y estructura ur-bana para el disfrute de la vida de barrio. Distan-cias y barreras para acceder a los equipamientosde esparcimiento. Cantidad de tiempo invertidoen el acceso a los servicios urbanos basicos.

20) Interseccion residencial (barrio-vecindario) - participacion y apropiacionPercepcion, reconocimiento y apropiacion del es-pacio residencial. Pautas de participacion en aso-ciaciones de barrio o localidad. Canales institu-cionales de participacion en la vida administra-tiva del ambito residencial. Criterios de proximi-dad y accesibilidad a los servicios administrativosy equipamientos sociales. Criterios de proximidady equipamientos sociales. Criterios de proximidady accesibilidad a los lugares de participacion y de-cision polıtica. Modelos de gestion ciudadana delespacio urbano.

Condiciones del tejido urbano y del tejido asocia-tivo. Condiciones de los instrumentos, canales yrecursos para la participacion ciudadana. Distan-cias y barreras para acceder a los servicios admi-nistrativos y equipamientos sociales. Distribucionde los servicios administrativos. Estados de la des-centralizacion administrativa.

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78 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (continuacion)

Parametros Sistemas de indicadores21) Interseccion residencial (barrio-vecindario) - redes y relaciones sociales.Cohesion y vertebracion social. Sentimientos deformar parte de redes y de un espacio de pertenen-cia. Criterios de proximidad y accesibilidad a loslugares de encuentro. Sentimientos de seguridadpersonal y de integracion. Criterios de adecuacionde los espacios destinados a usos compartidos y derelacion. Presencia y calidad de medios abiertos ydiversos de comunicacion local (escritos, auditivosy audiovisuales).

Condiciones de seguridad personal y ciudadana.Grado de conflictividad social y adecuacion de losmedios de proteccion social. Exclusion social ydescohesion social. Niveles de violencia urbana.Nivel y distribucion de espacios adecuados (lu-gares de encuentro) para usos compartidos y derelacion.

22) Interseccion territorio (metropoli-region-planeta) - trabajo y produccionDesarrollo sostenible. Economıa verde. Compati-bilidad ambiental. Modelos productivos que con-tribuyan a la sostenibilidad ambiental.

Impactos del sistema industrial y del modelo pro-ductivo y de consumo. Impactos sobre el territo-rio de los modos, medios e infraestructuras deltransporte. Impactos sobre el medio ambiente dela generacion de residuos industriales.

23) Interseccion territorio (metropoli-region-planeta) - saludParques suburbanos y espacios naturales. Flora yfauna. Calidad paisajıstica, calidad del aire, ca-lidad del agua, calidad del suelo, calidad de losalimentos.

Emisiones de contaminantes del aire, agua y sue-lo y alimentos. Estados de la flora y de la fauna.Produccion y gestion de los residuos. Enfermeda-des relacionadas con la actividad humana sobreel medio ambiente y su evolucion.

24) Interseccion territorio (metropoli-region-planeta) - educacionPedagogıa ambiental. Percepcion y valores sobrela problematica ecologica a nivel global. Modeloseducativos que contribuyan a una pedagogıa dela sostenibilidad y de la interculturalidad. Satis-faccion del sistema educativo.

Grado de conocimiento sobre las causas y conse-cuencias de la crisis ecologica a nivel global. Nive-les de conocimiento sobre otras culturas. Compor-tamientos de los sujetos. Condiciones de acceso alos recursos educativos de grado superior. Nivelesde insatisfaccion con el sistema educativo.

25) Interseccion territorio (metropoli-region-planeta) - tiempo libreDisponibilidad de tiempo liberado para viajar,hacer turismo, vacaciones, fines de semana.

Cantidad de tiempo libre de concentracion esta-cional para poder dedicarlo al turismo vacacionaly de fin de semana. Utilizacion del tiempo libre.Satisfaccion con la utilizacion del tiempo libre.Nivel de viajes a otros lugares o a otros paıses.

26) Interseccion territorio (metropoli-region-planeta) - participacionExtension de la responsabilidad social. Cana-les institucionales adecuados y tolerantes con losprincipios de la democracia participativa. Instru-mentos adecuados para la proteccion de los ciu-dadanos. Calidad del sistema judicial. Modelos decohabitacion del Estado y la Sociedad Civil (mo-delos de relacion entre administracion y ONGs, yentre asociaciones locales y ONGs).

Estado de la participacion polıtica de los ciuda-danos. Estado de las libertades esenciales y dela democracia participativa. Estado del sistemajudicial. Niveles de aportaciones de las diferen-tes administraciones, instituciones y asociacionesa programas de cooperacion solidaria. Situacion ygrado de apoyo al tejido asociativo y a las ONGs.

27) Interseccion territorio (metropoli-region-planeta) - redes socialesAccesibilidad a los medios tecnicos y los recursospara establecer una comunicacion libre, dar y re-cibir informacion en largas distancias. Medios decomunicacion (escritos, auditivos y audiovisualesplurales) y de calidad.

Condiciones de accesibilidad a las grandes redesde informacion. Niveles de control de las tecni-cas y medios de comunicacion. Niveles de par-ticipacion en las ONGs. Grado de coordinaciony organizacion de las ONGs y asociaciones a ni-vel internacional. Nivel de conocimientos de idio-mas. Contactos directos e indirectos con sujetosde otros paıses.

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 79

Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (continuacion)

Parametros Sistemas de indicadores28) Interseccion trabajo-tiempo disponibleLiberacion del Trabajo. Relacion equilibrada en-tre el tiempo de trabajo y el tiempo liberado. Mo-delos de organizacion del trabajo compatibles conla satisfaccion optima de las necesidades huma-nas. Reparto del trabajo. Diversidad opcional detrabajo. Diversidad opcional de posibilidades dedistribucion del tiempo de trabajo.

Distribucion del tiempo de trabajo y del tiem-po liberado. Estado de la confrontacion entre eltiempo de trabajo y el tiempo de paro.

29) Interseccion trabajo - participacion y apropiacionLiberacion en el trabajo (creatividad, autoesti-ma, capacidad de decision). Economıa social, de-sarrollo endogeno, democracia laboral. Libertad ymedios de sindicacion. Modelos de participacionen la direccion de la empresa y los beneficios. Sa-tisfaccion en el trabajo.

Niveles de autonomıa y condiciones en el controldel proceso productivo. Situacion de la afiliacionsindical. Conflictos laborales. Niveles de partici-pacion en los beneficios de la empresa y en ladistribucion de remuneraciones. Satisfaccion en eltrabajo.

30) Interseccion trabajo y empleo - redes y relaciones socialesRelaciones laborales de reciprocidad e igualdad.Seguridad emocional en el trabajo. Responsabili-dad social en el trabajo. Redes densas, continuase intensas.

Recursos de informacion del acceso al empleo.Distribucion de los medios utilizados para acce-der al empleo. Nivel de acceso al empleo a travesde redes. Discriminacion en el trabajo en funcionde clase, edad, sexo, religion, ideologıa, etnica, es-tado fısico o discapacidad. Recursos en terminosde espacio, tiempo, medios y procedimientos, pa-ra la relacion con los companeros de trabajo.

31) Interseccion salud - tiempo libreDe forma generica el equilibrio entre tiempo deocio y tiempo de no-ocio lleva implıcito un equili-brio fısico y mental. No obstante se puede afirmarla necesidad de un tiempo disponible para la hi-giene, el cuidado personal, el deporte y el espar-cimiento al aire libre.

Distribucion del tiempo libre dedicado a la higie-ne, al cuidado personal, al deporte y al esparci-miento al aire libre.

32) Interseccion salud - participacion y apropiacionRecursos para la difusion de la salud. Modelos desalud comunitaria. Modelos y Canales de accesoa la gestion de la salud. Sistemas de calidad en laatencion al enfermo.

Control de la gestion sanitaria. Canales de parti-cipacion en el sistema sanitario. Conflictos en elsistema de salud. Niveles de participacion en lasactividades y asociaciones de salud. Niveles de in-satisfaccion con el sistema sanitario.

33) Interseccion salud - redes y relaciones socialesModelos de informacion sanitaria. Modelos deproteccion a la infancia y la vejez. Planificacionfamiliar. Asociacionismo de mujeres, asociacionis-mo de enfermos. Asociacionismo de los profesio-nales de la sanidad. Solidaridad y redes de autoa-yuda

Recursos para la informacion sanitaria. Estado delos instrumentos mediadores entre la gestion y losprofesionales de la salud y los usuarios. Discrimi-nacion en el sistema sanitario en funcion de clase,edad, sexo, religion, ideologıa, etnia, estado fısicoo discapacidad. Niveles de las redes de autoayuday en las redes de informacion.

34) Interseccion educacion - tiempo librePedagogıa del uso del tiempo liberado. Pedagogıade la solidaridad en el tiempo libre. Disponibili-dad de tiempo para el aprendizaje, la cultura y laformacion.

Distribucion y cantidad del tiempo dedicado a laeducacion y la formacion.

35) Interseccion educacion - participacion y apropiacionPedagogıa de la solidaridad, creatividad social yformacion para los valores democraticos y tole-rantes. Educacion comunitaria. Modelos de par-ticipacion en el sistema educativo. Pedagogıa dela capacidad estimativa.

Control de la gestion educativa. Conflictos en elsistema de educacion. Niveles de insatisfaccioncon el sistema educativo. Niveles de asociacionesde los escolares y estudiantes. Grado de integra-cion del tejido asociativo en la gestion educativa.

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80 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 6: Dimensiones de la calidad de vida (continuacion)

Parametros Sistemas de indicadores36) Interseccion educacion - redes y relaciones socialesProgramas para la igualdad y reciprocidad en elacceso a la educacion y la formacion. Redes den-sas, continuas e intensas. Asociacionismo de estu-diantes, padres de alumnos y profesionales de laensenanza. Pluralidad y adaptacion del sistemaeducativo.

Discriminacion en el sistema educativo en fun-cion del nivel de renta, edad, sexo, religion, ideo-logıa, etnia, enfermedad o discapacidad. Estadode los instrumentos mediadores entre la gestiony los profesionales de la educacion y los usuarios.Distribucion de las formas de acceso a la educa-cion. Nivel de acceso a la educacion a traves deredes.

Figura 7: El concepto de Calidad de Vida desde la complejidad

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La calidad de vida como expresion y sıntesis de la complejidad 81

modelos urbanos no podran ser si no son construi-dos junto a renovados modelos economicos y a unanueva sociabilidad, y viceversa.

La consideracion del concepto de Calidad de Vi-da como un enfoque multidimensional que aportacomplejidad nos revela tres dimensiones a resolver:

1. La fragmentacion del tiempo y la comparti-mentacion del espacio que desde la Metropo-litanizacion establecen la separacion de unascosas de las otras cosas y la falta de integra-cion en lo sectorial.

2. La concentracion y jerarquizacion del poderque desde la globalizacion de la economıa su-pone el distanciamiento y aislamiento de lossujetos frente a los procesos economicos y so-ciales en los que se inscriben.

3. La racionalidad separada que desde la homo-geneizacion de la cultura condena a la enaje-nacion del sujeto del control de los procesossociales e incide en la desvertebracion de lostejidos sociales.

El solapamiento de los fenomenos emergentesglobales89, que representan un contraste en formade respuesta, que desde el sentido de las necesi-dades humanas se da al sentido de la racionalidadeconomica y que da sentido de conjunto a la metro-politanizacion, globalizacion y homogeneizacion, lapodemos representar con una nueva figura trilogica(Figura 8):

1. La interaccion entre condiciones y sujetos re-mite a la cooperacion (en segundo termino ala sostenibilidad y a la gobernabilidad): fren-te a la jerarquizacion y la centralizacion de lasdecisiones, hay que instituir vınculos entre losprocesos de decision, los agentes sociales afec-tados y los analisis y metodos de evaluacion.En el contexto actual de crisis estructural ba-jo componentes muy heterogeneos (sociales,ambientales y economicos) adquieren singularimportancia todos aquellos aspectos del am-bito de la participacion y de los modelos degestion en claro contraste con la logica de larentabilidad y la estrategia del corto plazo.En primer lugar es necesario establecer unaarticulacion administrativa en un doble senti-do vertical y horizontal, mediante la creacionde una red de intereses mutuos entre los or-ganismos de distintas escalas encargados de lacreacion y gestion de los procesos que deben irde la mano de una descentralizacion efectiva

89De acuerdo con E. Morin (1993a: 129–130) «Se puedellamar emergencias a las cualidades o propiedades de un sis-tema que presentan un caracter de novedad con relacion alas cualidades o propiedades de los componentes considera-dos aisladamente o dispuestos de forma diferente en otro tipode sistema», para Morin «todo sistema global presenta cua-lidades emergentes».

y una comunicacion mas fluida. En segundolugar es necesaria asimismo una articulacionciudadana entre los sujetos, tambien en un do-ble sentido vertical y horizontal, mediante lacreacion de redes de intereses mutuos en arasde la satisfaccion de las necesidades humanas.En tercer lugar, necesitamos una articulacionentre la administracion y los ciudadanos, quehaga a estos ultimos mas ciudadanos y menosusuarios pasivos, y de aquella menos adminis-tracion (menos distancia burocratica y tecno-cratica) y mas instrumento de participacion.

2. La interaccion entre el espacio y las condicio-nes nos remite al concepto de sostenibilidad(en segundo termino a la cooperacion y a lagobernabilidad). Frente a la fragmentacion deltiempo y la sectorializacion del espacio y lasfunciones, hay que incidir en el solapamientoy articulacion de los sectores de actividad hu-mana: se trata de poner en contacto y apro-vechar las sinergias de los sectores de inter-vencion provocando a la vez un efecto de ma-yor comunicacion y de concienciacion entre losusuarios separados por la logica institucional.Integracion sectorial y vertebracion del tejidosocial son dos elementos que pueden y debenir acompanados en aras de la sostenibilidad.En ese sentido, junto a la coordinacion de losobjetivos especıficos de cada una de las polı-ticas sectoriales (produccion, reproduccion ydistribucion) habrıa que incorporar una nue-va funcion estrategica: la armonıa entre la sa-tisfaccion de las necesidades y los lımites delecosistema

3. La interaccion entre el espacio y los sujetosnos remite a la idea de gobernabilidad (en se-gundo termino a la cooperacion y a la sosteni-bilidad). Frente a una Racionalidad Separada,una Racionalidad Integrada. Se trata de supe-rar la tradicional divergencia entre la culturainstitucional y la cultura de los ciudadanos. Esnecesario adecuar las acciones institucionalesa la historia y caracterısticas economicas y so-ciales de las comunidades locales. Frente a latradicional separacion de las funciones y de lossujetos, y la separacion entre los sujetos mis-mos, que de hecho suponen una enajenacionde los ciudadanos de los procesos de diseno yde uso de los espacios, contenedores, serviciosy actividades, y que supone tambien la ex-clusion de determinadas condiciones socialesemergentes, es necesario poner en marcha losmecanismos que permitan a los propios suje-tos afectados identificarse y sentir como pro-pios los espacios y las actividades que se de-sarrollan en ellos. Solo si los sujetos, a travesde su experiencia, tienen posibilidad y capaci-dad para ser creativos en la organizacion del

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82 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 7: Condiciones necesarias para la optimizacion de la calidad de vida

Condiciones necesarias para la optimizacion de lacalidad de vida

Condiciones ciertas

Nuevos modelos urbanos MetropolitanizacionNuevos modelos economicos GlobalizacionEl tercer sector como nueva sociabilidad Homogeneizacion

Figura 8: Solapamiento de fenomenos emergentes

espacio, en el contenido de las actividades yen la distribucion del tiempo podrıan crear-se las condiciones adecuadas para optimizarla rentabilidad social y economica de los mis-mos. Pero tambien a traves de ese modelo deimplicacion se crean los requisitos mas favo-rables para que los ciudadanos puedan deve-nir en procesos de redescubrimiento, concien-ciacion y autorregulacion de las necesidadesy por tanto en la deteccion de las carenciasreales. En este sentido, los espacios a escalahumana son el ambito adecuado que permiteuna restauracion social y ambiental.

Finalmente, se pretende desarrollar en siguien-tes apartados las condiciones optimas para el de-sarrollo de las respuestas y para ello se continuacon la siguiente tesis, que por otra parte se vieneesbozando: la virulencia de los efectos de la me-tropolitanizacion, globalizacion y homogeneizacionse producen, a la vez que se sufren, en las grandesciudades. Y tambien, igualmente, las respuestas al-ternativas a la racionalidad economica solo puedencuajar en el escenario urbano (ver el Cuadro 8). Eneste sentido parece adecuado reproducir, como ar-gumentacion de la clave urbana el siguiente puntoconcluyente apuntado por S. Rueda y J.M. Na-redo en los materiales aportados por Espana a laConferencia de Habitat II: «Resolver los problemasen el seno de la ciudad supone mejorar la habitabi-lidad y con ella, la calidad de vida. La calidad devida de los ciudadanos depende de factores socialesy economicos y tambien de las condiciones ambien-tales y fısico-espaciales. El trazado de las ciudadesy su estetica, las pautas en el uso de la tierra, ladensidad de la poblacion y de la edificacion, la exis-tencia de los equipamientos basicos y un acceso facil

a los servicios publicos y al resto de actividades pro-pias de los sistemas urbanos tienen una importanciacapital para la habitabilidad de los asentamientosurbanos. Por lo tanto, para que se cubran las ne-cesidades y aspiraciones de los ciudadanos respectoa la habitabilidad de los barrios y la ciudad enteraes aconsejable que se orienten el diseno, la gestiony el mantenimiento de los sistemas urbanos de mo-do que se proteja la salud publica, se fomenten elcontacto, el intercambio y la comunicacion, se fo-mente la seguridad, se promuevan la estabilidad yla cohesion social, se promuevan la diversidad y lasidentidades culturales, y se preserven adecuadamen-te los barrios, los espacios publicos y edificios consignificado historico y cultural» (Rueda y Nare-do, 1996: 85).

Desde ese caracter multidimensional e interde-pendiente de las variables que permiten el acceso ala Calidad de Vida se sugieren nuevas vıas de in-cision en el desarrollo social que introducen nuevosformas y contenidos. A traves del concepto de Cali-dad de Vida se incorpora la sostenibilidad ambientaly se puede recuperar el sentido de las necesidadesculturales de identidad (apropiacion, participaciony sociabilidad). La reaccion de la sociedad a los in-dicios del deterioro de las condiciones de habitabi-lidad en las grandes ciudades precisa de un cambiode sentido que solo parece posible con la democrati-zacion de las estructuras; y la concienciacion de losciudadanos solo parece posible con estrategias dedesarrollo de escala humana. La vigencia de la dis-cusion sobre el modelo urbano y la emergencia denuevos modelos economicos, ası como la tambienactual reflexion sobre la emergencia de un TercerSector con capacidad de control sobre los procesos,aparecen como determinantes. Las dimensiones de

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Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez 83

Cuadro 8: Papel de las ciudades escenario de alternativas a la racionalidad economica

Habitabilidad (Calidad) Desarrollo-bienestar (Canti-dad)

Identidad cultural (Cuali-dad)

Las ciudades son unos ecosiste-mas de escala.

En las ciudades se establecen si-nergias en el tiempo libre y laracionalidad integrada.

Las ciudades son constelacionesde redes del tejido social super-puestas.

Hacia la sostenibilidad Hacia la cooperacion Hacia la gobernabilidad

la Calidad de Vida son y estan autoimplicadas, esdecir, se representan en horizontes planos a la vezque se encuentran verticalmente atravesadas por va-riables que emanan de cada una de las dimensiones.Desde esa perspectiva se construyen las bases parael desarrollo de nuevas iniciativas complejas.

Se trata de descubrir hasta que punto estas ini-ciativas establecen las bases que podrıan alentarmecanismos para una participacion real y directaen los aspectos de la gestion de los procesos socia-les, de las intervenciones y de las prestaciones delsistema urbano. La reciprocidad de lo cualitativo ylo cuantitativo permite entender la accion de esca-la humana capaz de rellenar espacios de actividadsocial, de la recuperacion y ampliacion ambientalmediante herramientas que recreen los sentimientosde pertenencia y de identidad, que a la vez facultenla apropiacion de los espacios y la participacion enla toma de decisiones. En definitiva, completar latrilogıa del concepto de la Calidad de Vida afron-tando problemas sectoriales autoimplicados con ypara el sujeto, en donde la sociabilidad se inscribecomo un factor de primordial importancia y dondese desarrolla la capacidad de los usuarios para auto-gestionar sus propias condiciones de vida como ob-jetivo estrategico para alcanzar mayor rentabilidadsocial y mayor calidad de vida. Precisamente ellonos llevarıa finalmente a considerar la necesidad deintegrar adecuadamente los analisis y a incorporarmetodos de evaluacion, y los nuevos componentespara la gestion, de manera que se pueda evaluar elrendimiento social en relacion a las prestaciones ylos recursos disponibles.

Hasta ahora se ha desarrollado lo que se podrıadenominar como el sentido utopico, como las con-diciones abstractas tan posibles como imposibles,pero que segun este sentido analıtico son tan nece-sarias para alcanzar una optimizacion de la Calidadde Vida. Esta aproximacion que se ha realizado atraves de los distintos enfoques teoricos ha propor-cionado la base y el sentido de las nuevas emergen-cias.

Este recorrido por la idea de Calidad de Vida seprosigue desde el concepto de modelo urbano90 en

90Se podrıa hacer desde otros conceptos, desde otras pers-pectivas, desde otras disciplinas, pero tanto la potencialidad—por su caracter multidimensional, temporal y espacial—de lo urbano, como el objeto y objetivos del presente trabajoası lo determinan.

una doble vertiente: en primer lugar como marcocontextual en el que se desenvuelve nuestro siste-ma social, y por tanto como punto de partida (elser), para seguidamente afrontar el sentido de lascondiciones concretas necesarias para el desarrollode la potencia91 (el deber ser como posibilidad). Enconsecuencia la estructura de la investigacion con-tinua con una crıtica del metropolitanismo cuyosefectos son evidenciados por la emergencia de nue-vas iniciativas (detectadas en el trabajo empırico),que precisan, a la vez que anuncian otros modelosurbanos, una re-vuelta de/a la ciudad.

91Se entiende aquı la idea de potencia como la cresta quedespunta entre las vertientes, es decir como los procesosemergentes que inscriben una logica del Sujeto-en-procesoen un contexto desfavorable, y que por ello (y a pesar deello) conlleva transformaciones.

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III. Contexto y emergencias

6 Metropoli versus ciudad

6.1 Introduccion: Volver a la Teorıa dela Ciudad

La ciudad siempre fue una sıntesis de los valoreshumanos en donde se hacıan compatibles y com-plementarios la norma y la libertad, la individuali-dad y la comunidad, la identidad y la diversidad, esdecir, donde se produce una organizacion destina-da fundamentalmente a maximizar la interaccion yla integracion social, lo que podrıamos denominarcomo «la coexistencia» (Schoonbrodt, 1994). Laciudad siempre ha sido el lugar, es decir, el espa-cio fısico construido desde y para la dimension delo social, sitio del encuentro y del intercambio parael desarrollo de las actividades humanas. La ciudadha sido y es el soporte que mejor ha sido capaz dedar satisfaccion a las necesidades del hombre, per-mitiendo el desarrollo de las capacidades humanas,mediante el acceso directo a la innovacion, el co-nocimiento y la diversidad, y por tanto, el accesoinmediato a los otros, a lo diferente. La ciudad sig-nifica densidad, pero ello no cobra sentido pleno sino lo aparejamos a la idea de proximidad; la ciudades diversidad pero solo sera vivible y habitable si lasinteracciones entre sus elementos implican procesosde negociacion y de consenso, en la ciudad se ponede manifiesto la diferencia pero esta solo sera unvalor humano cuando lleve a la alteridad (reconoci-miento y aceptacion del otro y de la diferencia); laciudad simboliza y expresa la igualdad pero ello nosera posible sin la solidaridad y la sociabilidad; laciudad solo sera tal si procura la organizacion fısicade la coexistencia, y si es capaz de significar el desa-rrollo de «la responsabilidad social» (HernandezAja et al., 1997). La implicacion responsable delsujeto en la construccion de un espacio social com-plejo (funciones solapadas e interdependientes) esconsustancial a la idea de ciudad.

Es decir, no podemos dejar de situar a la ciudaden el ambito de lo social y de entenderla no sim-plemente como un mecanismo fısico y artificial sinocomo una parte de los procesos sociales: lo urba-no reproduce en un espacio determinado el nivel decomplejidad de la propia sociedad, reclama Ray-mond Ledrut (1974). Pero ello ademas nos con-duce a no dejar de considerar que tambien la ciu-dad es un resultado de las estructuras sociales decada una de las circunstancias, como un productode las contradicciones y conflictos sociales de cadamomento historico. Nos ubicamos, por tanto, per-manentemente en la dialectica entre el ser y el deber

ser de lo urbano, como realidad, y como soporte re-ferente para la optimizacion de la satisfaccion de lasnecesidades humanas. «Lo urbano —lo define Le-febvre (1980: 102)— como lugar en el que las di-ferencias se conocen y al reconocerse se aprueban;por lo tanto, se confirman o se invalidan». Ya Le-febvre hace casi tres decadas senalaba los efectosy las potencialidades de la globalizacion y su tras-lacion al hecho urbano. Lefebvre diserta sobre larevolucion urbana92 y propone una transduccion93

(reflexividad sobre el objeto posible, sobre el mode-lo urbano posible) sobre la idea de que «la sociedadactual se situa y se comprende en la transicion» quepermite «la formacion consciente de una praxis ur-bana que, con su racionalidad propia reemplace lapraxis industrial ya realizada». Precisamente es esareflexividad o pensamiento crıtico, que prepara lateorıa de la sociedad urbana, la que pone de mani-fiesto la emergencia y tambien la urgencia de unanueva practica social. Paradojicamente, es a travesde lo que Lefebvre denomina como «sociedad bu-rocratica de consumo dirigido» desde donde se estagestando la propia sociedad urbana que lleva implı-cita una nueva praxis urbana, y todo ello porquela produccion del espacio y la de la ciudad comosu mas fiel exponente, sigue siendo entendida co-mo producto de un proceso dialectico, de unidad delas contradicciones, de sıntesis, donde lo novedosono es la produccion del espacio sino «la produccionglobal y total del espacio social» (Lefebvre, 1980:143–145).

Cinco lustros despues, un relevante pensador delhecho urbano como es Peter Hall vuelve a ponerde manifiesto como en un contexto de globalizaciony division del hecho urbano sigue siendo necesariauna Teorıa de la Ciudad, llegando a plantear comouna de sus tesis centrales en su obra Ciudades delManana (1996) la necesidad de volver a aproximarla Teorıa de la Ciudad y la realidad de la ciudad,porque en definitiva, «al final de casi un siglo de ur-banismo moderno, las ciudades se parecen bastante

92Lefebvre llamaba revolucion urbana «al conjunto detransformaciones que se producen en la sociedad contempo-ranea para marcar el paso desde el perıodo en el que predo-minan los problemas de crecimiento y de industrializacion aaquel otro en el que predominara ante todo la problematicaurbana y donde la busqueda de soluciones y modelos propiosa la sociedad urbana pasara a un primer plano». Por otrolado la sociedad urbana solo puede definirse para Lefebvrecomo una tendencia hacia la sociedad planetaria que nacey sucede a la sociedad industrial. (Lefebvre, 1980: 11–12 y172).

93Transduccion es un concepto que se construye como su-peracion de las operaciones clasicas de la deduccion y la in-duccion (Lefebvre, 1980: 11).

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III. Contexto y emergencias. Metropoli versus ciudad 85

a lo que eran al principio», sus problemas siguensiendo los mismos, aunque con otras formas y otrascaracterısticas que apuntan a la necesidad de afron-tar una vision integrada que incluya las dimensio-nes social, economica y polıtica, pero tambien quefundamentalmente sea capaz de combinar la priori-dad de defender la calidad del entorno con la equi-dad social a nivel planetario (Hall, 1996: 428–429).Ambos aspectos se sintetizan en la idea de sosteni-bilidad, sin duda un concepto que, sin explicitarseası, podemos situar entre los aspectos centrales delconcepto de transduccion que propone Lefebvre.

La nueva problematica urbana entendida comoconjunto de problemas autoimplicados que devienecada vez mas aguda y profunda se traduce en es-bozos de praxis urbana que comienzan como seriosintentos de aproximar la Teorıa de la Ciudad y lacruda realidad de la ciudad existente94 . Ese interes

94La preocupacion por establecer los mecanismos mas ade-cuados para afrontar los nuevos retos en las grandes ciudadesse vienen reflejando en numerosos encuentros, analisis, decla-raciones y documentos que cada vez son mas habituales enla practica urbana (tambien en la teorıa urbana), y en lasociedad en su conjunto. La percepcion de los problemas delas ciudades, la desvertebracion social, la vulnerabilidad endeterminadas areas sociales, la insostenibilidad y los crecien-tes sıntomas de ingobernabilidad e insolidaridad son motivode referencia continua. Desde este enfoque se llevan a cabopolıticas como las enunciadas en su origen en Francia con«Quartiers en Crise» (Associations Internationales pour larevitalisation des quartiers en crise, Bruxelles) de cuyos pla-nes integrales de desarrollo urbano en la actualidad se bene-fician mas de un millar de barrios franceses, o «La llamadade Lisboa» (L´appel de Lisbonne, febrero 1995), en las queel tema esencial sobre el futuro de las ciudades es el man-tenimiento de la cohesion social de los territorio urbanos.Experiencias similares aunque de menor calado aun surgenen distintos paıses europeos. Ahora bien sera en 1992, en laConferencia de Rıo, donde se expresen con total inquietudla gravedad de los problemas ambientales globales, y la res-ponsabilidad y capacidad de influjo que sobre ellos tienenlos comportamientos locales. El mundo urbanizado afecta yse ve afectado por la urgencia ambiental. El desarrollo sos-tenible desde la optica de la accion local apunta hacıa lanecesidad de cambiar los patrones de comportamiento de lasciudades, especialmente las de los paıses del centro, en cuan-to a los modelos de produccion y consumo, y en la propiaorganizacion espacial de las ciudades, y de las actividadesque se asientan y emanan de ellas. Surgen de la Conferenciade Rıo las denominadas Agendas Locales 21, que pueden serdescritas como un esfuerzo colectivo (con capacidad y vo-luntad de complementar la accion institucional con la accionde los movimientos sociales) de reflexion, compromiso, deba-te, analisis e implementacion posterior desde la escala local,pero con pretensiones de establecer marcos para la sosteni-bilidad global. Desde el desarrollo de los principios de sub-sidiareidad, sostenibilidad, cooperacion y gobernabilidad; ysus implicaciones, surge el interrogante ¿que modelo de ciu-dad alternativo hay que construir? Se trata de recuperar laciudad frente a la urbanizacion. Promover, en consecuencia,la ciudadanıa, la cohesion social, la accesibilidad, el desa-rrollo endogeno y la democracia participativa, haciendolascompatibles con existencia de vida en el plantea.

Mientras, paralelamente, otros documentos y encuentrostambien manifestaban los problemas del medio ambiente ur-bano de las ciudades europeas: El Libro Verde Sobre el MedioAmbiente Urbano, La Carta de Amsterdam: ciudades parala proteccion del clima, La Declaracion de Aalborg: ciudadessostenibles, Velocities, etc.; y mas recientemente elaboracio-nes y encuentros a nivel internacional integran mas clara-

reciente por recuperar la ciudad tiene un doble sen-tido en la busqueda de la articulacion de lo globaly lo local, y tambien en la busqueda de la articula-cion de la sostenibilidad ambiental y social. Ası, enel primer documento espanol aportado a Habitat IIse dice que «las ciudades y otros ecosistemas han deconsiderarse en su relacion, e impactos a escala pla-netaria, para comprobar la sostenibilidad de aspec-tos globales. . . » (Agenda Habitat Espana, 1996:7), mientras que anteriormente en el Libro Verde delMedio Ambiente Urbano se insiste en que la ciudad«ofrece densidad y variedad; una combinacion efi-caz de funciones sociales y economicas que ahorratiempo y energıa. . . las zonas urbanas constituyenun concepto estadıstico. Las ciudades, en cambio,son proyectos de un nuevo estilo de vida y de tra-bajo. El termino ciudad es la palabra adecuada parareferirse a la ecologıa urbana» (Comision de lasComunidades Europeas, 1990: 7).

Los retos, como siempre, se encuentran en la re-solucion de las contradicciones principales, en unabusqueda de la sıntesis susceptible de encontrarseen los procesos dialecticos y dialogicos. ¿Cuales sonesas contradicciones sobre las que hay que cons-truir la reflexividad que propone Lefebvre, o lacoexistencia que propone Schoonbrodt? La con-tradiccion es a la vez una y diversa porque tienesus orıgenes y efectos desde una perspectiva pluri-dimensional. Las contradicciones se muestran en laincapacidad del sistema global de dejar de reprodu-cirse a sı mismo sin dejar de devorarse, y sin tenerademas conciencia de ello. La contradiccion se ex-presa en el pensamiento unico que paradojicamentese alimenta de esa cada vez mayor segmentacionsocial; la contradiccion se expresa en la expansionde una sociedad informacional con la potencialidadtecnologica para imprimir la accion comunicativa yla democracia participativa, pero incapaz de desa-rrollarlas por la propia inercia del predominio deunas estructuras polıticas y economicas que impo-sibilitan la difusion y descentralizacion del poder;la contradiccion se manifiesta en el dominio de loglobal sobre lo local, que supone de facto la destruc-cion de escalas intermedias que en lo mas profundosuponen la ignorancia y marginacion de las especi-ficidades grupales y territoriales, a la vez que comorespuesta, se produce la excesiva exaltacion de losvalores particulares. En expresion de Paul Viri-lio (1992: 46) «las tendencias a la globalizacion yel fraccionamiento van a la par».

No parece que la globalizacion se pueda eludir,sin embargo parece aceptado que los valores univer-salistas y las culturas locales necesitan encontrar unpunto de equilibrio. Se ha hablado de la necesidadde «una nueva urbanidad» (Baigorri, 1995), o de«una nueva identidad urbana» (Levy, 1995), o de

mente la problematica ambiental y la problematica social enlas grandes ciudades, es el caso de la Conferencia de NacionesUnidas Sobre Asentamientos Humanos Habitat II .

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86 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

la necesidad de establecer una «primacıa de lo ur-bano y prioridad del habitar» (Lefebvre, 1980),o de contar con una brujula (conocimiento tan-to a nivel individual como colectivo) junto conun ancla (identidades, saber quienes somos y dedonde venimos para no perdernos a donde vamos)(Castells, 1997a); pero de todo ello nos queremosquedar con la idea que refleja el primer documentoespanol de Habitat II:

Ya no es suficiente «pensar globalmente y actuar lo-calmente», tambien es necesario «pensar localmente yactuar globalmente» para construir desde lo local los va-lores de la globalizacion. . . La articulacion global-localse ha de producir basicamente en cada comunidad, atraves de la sociedad civil y las instituciones, y se ha deaplicar en los ambitos locales a la economıa, la cultu-ra y la polıtica. Son especialmente importantes en estesentido las polıticas que pueden instrumentarse a nivelde barrio y de ciudad.

Agenda Habitat Espana II, 1996:5

Precisamente la naturaleza de la articulacion re-side en que en el desorden se encuentra la semilladel nuevo orden, la paradoja es permanente y re-currente; y los procesos son dialogicos. Los valoresuniversales a los que se accede a traves de la difu-sion de la sociedad informacional procuran tambienel reconocimiento de la diferencia, tienen el efectode promover valores solidarios respecto a las agre-siones que la propia globalizacion pueda cometercontra los espacios y las culturas locales. Por otrolado, el imprescindible desarrollo de redes extensasen el que se basa una estructura cuyo fin es la propiareproduccion de la globalizacion, conforma una pa-radojica capacidad de reconstruccion de las especifi-cidades y una busqueda de posiciones propias frenteal hecho global95. La globalizacion lleva implıcita ladoble condicion de pertenecer al lugar (arraigo), y ala misma vez, permitiendo la inter-accesibilidad detodos los lugares, al no-lugar (desarraigo). Al res-pecto es interesante el razonamiento de Enriquedel Acebo (1993: 223) cuando afirma «. . . que to-da forma de desarraigo (. . . ) tiende a restablecer elorden buscando nuevas formas de arraigo, ya perdi-das pero anoradas en tanto constitutivos formalesdel fenomeno urbano y humano».

Sin embargo, como hemos visto, ese sentido dela paradoja necesita de una reflexividad que emergede una crıtica sobre el conocimiento tradicional. Nosinteresa ahora la aplicacion del pensamiento crıticoal fenomeno urbano y al de la urbanizacion.

El sistema urbano en el contexto socio-culturalen el que nos desenvolvemos representa un conjun-to de espacios geograficos multiples y diversificados

95De hecho, autores como Pressman (1985) constatan quecuanto mas complejo es el sistema informacional y cuantomas compromete la identidad de los actores, menos puedeevitar el contacto fısico directo (Levy, 1995).

que han sido convenientemente clasificados, prime-ro por la praxis industrial (Lefebvre, 1980), y des-pues por el orden institucional globalizado. Pero es-tos espacios, son tambien espacios sociales y estaninterrelacionados entre sı, siendo cada uno de ellosparte integrada en un todo, siendo el todo un con-junto de espacios en interaccion, solapados y com-plementados. El orden institucional globalizado estotalizador, imprime un modelo total que llamamosmetropolitano, de naturaleza global, donde pierdenparte de su esencia los elementos que lo conforman.El orden institucional es un orden logico que sefundamenta, produce y reproduce una organizaciondel conocimiento de orden positivista que, recordan-do el pensamiento de Edgard Morin, al segregar(disciplinas, sectores, colectivos, espacios. . . ) desin-tegra; y que al anexar centraliza, subordina, jerar-quiza, prioriza (unas disciplinas sobre otras, unoscolectivos sobre otros, unos sectores sobre otros,unos espacios sobre otros. . . ) jerarquiza (lo prin-cipal, lo secundario) y centraliza (en funcion de unnucleo de nociones maestras). «Estas operaciones—en palabras de Morin (1994: 28)— que utilizanla logica, son de hecho comandadas por principios‘‘supralogicos’’ de organizacion del pensamiento oparadigmas, principios ocultos que gobiernan nues-tra vision de las cosas y del mundo sin que tengamosconciencia de ello».

La configuracion del conocimiento asentado enuna segmentacion de la informacion en comparti-mentos estancos establece de facto una separacionentre la conciencia del yo y la cosmologıa sistemica,o lo que es lo mismo, se simplifica y se crean esci-siones en la concepcion del mundo. La consiguientejerarquizacion de las distintas categorıas del conoci-miento supone la prevalencia de unas ideas, de unosrazonamientos, de unas disciplinas sobre otras quequedan sometidas a la tradicion y centralidad im-perativa de las primeras. Ese aprendizaje no solorechazara la estructura integral de los procesos, lainterdependencia de las variables y de las diferentesdisciplinas, sino que con ello provocara intervencio-nes humanas lineales y filtradas que, dando la es-palda a otras logicas y a otras variables, provocaranefectos perversos y disfunciones en el sistema.

Esa parcelacion del conocimiento tiene su corre-lato en las estrategias del orden institucional glo-balizado, y lo que mas interesa aquı, en las inter-venciones humanas sobre el territorio. Las distintasdisciplinas que intervienen sobre el territorio sufrenigualmente de la jerarquıa de las estructuras do-minantes. Mientras se complejizan (complican) lasescalas mayores, se simplifican las escalas menores,mientras se apuesta por las logicas extensas se des-truyen las logicas internas. Ası, paradojicamente, elpensamiento globalizador es un pensamiento sim-ple, el pensamiento total viene acompanado por untratamiento (analisis, actuacion, accion) sectorial,estrategicamente aislado, que pierde el sentido de su

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III. Contexto y emergencias. Metropoli versus ciudad 87

integracion en un sistema mas amplio al que apor-ta esencia. Siguiendo a Garcıa Bellido1994: 265y ss. en su propuesta de convergencia transdiscipli-nar del conocimiento de las ciencias del territorioaparece como reto la reconfiguracion de los conoci-mientos fraccionados para hacerlos mas aptos parasu aplicacion tecnico-polıtica «con la finalidad desatisfacer necesidades y aumentar el bienestar so-cial y la eficiencia de la utilizacion de los recursosescasos».

El sistema urbano, es eso, un sistema, es deciruna asociacion combinatoria de elementos diferen-tes afectados y relacionados entre sı. O mejor aun,aceptando la tesis de Salvador Rueda (1994: 251y ss.): la ciudad es un ecosistema segun lo cual

Los ecosistemas urbanos pueden describirse en ter-

minos de variables interconectadas de suerte que, para

una variable dada exista un nivel superior o inferior de

tolerancia, mas alla de las cuales se produce necesaria-

mente la incomodidad, la patologıa y la disfuncion del

sistema.

Cada uno de esos elementos que conforman elecosistema urbano cumple sus funciones complejasy no deben entenderse exclusivamente como meroselementos cuyo sumatorio es igual al todo. La dis-yuncion de los elementos, la separacion de los es-pacios en ambitos monofuncionales, el zoning urba-no hasta sus mas extremas expresiones, representanuna victoria de la simplicidad urbana sobre la com-plejidad de la ciudad, proclamando un nuevo orden(desorden) de lo sectorial frente al caos (orden) delo integral. Esa traslacion de la complejidad de losambitos urbanos de rango local a la complejizacion(complicacion) de la metropoli supone de facto laseparacion de la accion urbana de los contextos y/oambitos concretos. Lo micro, lo especifico, lo local,se hace mas dependiente de modelos totalizadores,la esencia se diluye en un sistema urbano reconver-tido en modelo, en una ideologıa justificada y apo-yada por una gestion del desarrollo tecnologico y enunos usos energeticos que orientados en determina-das direcciones unıvocas favorecen la movilidad, ladifusion de las actividades y la segregacion de lasfunciones urbanas.

Este modelo totalizador se hace posible por eldesbordamiento de la urbanizacion en donde el con-cepto de ciudad pierde su propiedad mas genuinapara expresar una realidad territorial y demograficaque constituyen nebulosas multinucleares caracteri-zadas por la discontinuidad del modelo de ocupa-cion del territorio. Aparecen ası nuevas acepcionessustitutivas del concepto de ciudad y de desarro-llo urbano para definir una urbanizacion cada vezmas indefinida e imprecisa: conurbacion, aglomera-cion urbana, area metropolitana, megalopolis. . . Esincuestionable que el avance del modelo de la urba-nizacion (metropolitano) va aparejado al retroce-so de lo urbano (la ciudad) lo que lleva inevitable-

mente a una expansion en el terreno ideologico delpensamiento simple: entre los ambitos extremos delalojamiento y la metropoli apenas hay posibilidadde supervivencia para los ambitos intermedios, til-dados inadecuadamente de preindustriales, y comoconsecuencia de ello no hay lugar para la sociodi-versidad, para las subculturas, para las identidadesdiferenciadas, para la coexistencia.

Ese pensamiento simple es una logica, que co-mo tal es una dialogica. El principio de la dialogi-ca mantiene la existencia de la dualidad en cual-quier razonamiento logico, dualidad que, por tanto,en ultima instancia podrıa ser reforzada por la pro-pia logica. Morin (1994: 106) haciendo referencia alantagonismo entre orden y desorden define la dia-logica:

Uno suprime al otro pero, al mismo tiempo, en cier-

tos casos, colaboran y producen la organizacion y la

complejidad. El principio dialogico nos permite man-

tener la dualidad en el seno de la unidad. Asocia dos

terminos a la vez complementarios y antagonistas.

La negacion de algo posibilita su potencial exis-tencia cuando (en terminos dialecticos) suponga quepodamos comprender la tesis, descubrir la antıtesisy llegar a la reformular la sıntesis. Si bien pare-ce que en la medida en que el sistema urbano seencuentre tensionado, aumentando la escasez de re-cursos, los conflictos y la insostenibilidad, se harapatente la obligacion de —en palabras de Salva-dor Rueda (1994: 259)— «cambiar el modelo te-leologico actual por otro sistemico (holıstico) quesustente la organizacion y la complejidad de los sis-temas urbanos». Precisamente un sistema tensiona-do y crecientemente entropico es lo que da sentidopleno a los procesos dialogicos.

En esa dialogica y en la oposicion entre lo localy lo cosmopolita M. Castells pone de relieve, ha-ciendo recapitulacion de los descubrimientos de laSociologıa Urbana, que:

el polo local se desdobla en un tipo de comporta-miento moderno y un comportamiento tradicional, sien-do el segundo constituido por el repliegue de una co-munidad residencial sobre sı misma, con gran consen-so interno y fuerte diferenciacion respecto al exterior,mientras que el primero se caracteriza por una socia-bilidad abierta, aunque limitada en su compromiso, yaque coexiste con una multiplicidad de relaciones fuerade la comunidad residencial.

Castells, 1979:120

Esta ambivalencia de repliegue y resistencia, derecomposicion y de afirmacion de lo local, se revelatambien en distintos autores ya clasicos, como Le-drut o Lefebvre, que no muestran con ello sinola continua readaptacion de esos espacios socialesintermedios, y que en expresion de H. Lefebvre,significa que «este reparto esta determinado, por

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una parte, por la sociedad en su conjunto, y porotra parte, por las exigencias de la vida inmediatay cotidiana». Estos espacios intermedios (el barrio)«no son mas que una ınfima malla del tejido urbanoy de la red que constituye los espacios sociales dela ciudad. Esta malla puede saltar sin que el tejidosufra danos irreparables. Otras instancias puedenentrar en accion y suplir sus funciones y sin em-bargo, es en este nivel donde el espacio y el tiempode los habitantes toman forma y sentido en el es-pacio urbano» (Lefebvre, 1971: 202). Lefebvreadvierte ası una perdida de calidad ciudadana ¿to-lerable, hasta cuando, hasta donde? En todo caso,tal y como sugiere Paolo Perulli permanece unatendencia a la autoconservacion de la ciudad, ya quela metropoli precisa de estructurar subunidades yconservar —aunque transformados— puntos de re-ferencias validos para subconjuntos de su poblacion(Perulli, 1995: 74).

Hemos, por tanto, de partir del ambito local co-mo una comunidad de conciencia universal (en granmedida determinada globalmente), pero con baselocal y con algun nivel de vertebracion social propia.Indagar en las direcciones de esa readaptacion delas unidades urbanas (vecindario, barrio, ciudad),de escala menor a la metropolis, ası como la regula-cion que sobre ello interviene a traves de la accionhumana96 (sujeto-en- proceso), es el reto que nosencontramos a partir de ahora. «Si lo global quieredirigir lo local, si la generalidad pretende absorberlas particularidades, el nivel medio (mixto, M) 97

puede servir de terreno de defensa y de ataque, delucha» (Lefebvre, 1980: 95), de sıntesis, dirıamosaquı.

Ası pues nuevamente el pensamiento sobre el ha-bitar urbano, las interacciones sociales y ambienta-les en el interior de la ciudad, y sus repercusiones enel sistema global resurgen desde la Teorıa de la Ciu-dad y la Teorıa Sociologica para combinarse con laTeorıa Urbanıstica y construir el deber ser del hechourbano. Pero descendamos de lo abstracto y vaya-monos encaminando hacıa el sentido de lo concreto.

6.2 La metropoli: culmen de la evolu-cion de la ciudad

La evolucion de la ciudad, o lo que es lo mismola evolucion de las estructuras sociales que ha ido

96De acuerdo con Manuel Castells (1971: 64) «Asimilarla produccion de formas a la genesis de estas a partir dela accion, supone el reconocimiento de actores-sujetos queconstruyen su historia en funcion de valores y objetivos queles son propios, actores-sujetos cuya accion va a traves de unaserie de luchas y de conflictos entre contrarios. Esto equivalea partir de los actores y de su combinacion, y, por lo tanto,a aceptar la existencia de esencias primarias, no reducidas aestructuras sociales».

97Para Lefebvre (1980: 84–108) el nivel mixto (M) es unnivel mediador, intermediario entre la Sociedad, el Estado,los poderes y los saberes globales, las instituciones y las ideo-logıas, por una parte (nivel G), y por otra, el habitar o nivelprivado (P).

produciendo el espacio social, ha puesto de manifies-to una continuada separacion entre la Teorıa de laCiudad y la practica urbana en la ciudad real. Estaevolucion se ha expresado en una aceleracion cadavez mayor de los cambios sociales y nos ha llevado alo que hoy conocemos como grandes conurbacioneso metropolis.

No se trata aquı de hacer un recorrido exhausti-vo por la historia de la ciudad hasta nuestros dıas,y de las interpretaciones teoricas sobre la misma98

, aun ası y a riesgo de resumir en exceso es obli-gado hacer una breve referencia a los aspectos querepresentan el fundamento antecedente de nuestrodesarrollo argumental.

En primer lugar nos importa recoger la idea desıntesis que de una u otra forma desarrollan distin-tos autores clasicos como Patrick Geddes, LewisMunford, John F. Turner, Henri Lefebvre oRaymond Ledrut. Para estos autores la propiaidea de ciudad cumple la funcion de sıntesis, perotambien el concepto de sıntesis lo encontramos entodos ellos a traves de unas proposiciones reflexi-vas que podrıamos considerar como crıticas, hetero-doxas y humanistas, siempre desde sus respectivasadscripciones. De tal manera que todos ellos, en ma-yor o menor grado, reunen aspectos e ideas que pro-venientes del Culturalismo, de la Escuela de la Eco-logıa Humana, o del Marxismo, intentan despojarsede cualquier reduccionismo ecologico mas propio dela Escuela de Chicago99 , o de cualquier determi-nismo economico mas acusado en el marxismo mas

98Para ello nos remitimos a dos de las que consideramosmas relevantes aportaciones de entre las mas recientes: Ciu-dades del Manana de Peter Hall (1996), y Sociologıa dela ciudad occidental —un analisis historico del arraigo— deEnrique del Acebo Ibanez (1993).

99Los autores mas significados de la Escuela de Chicago ode la Ecologıa Humana como Robert Ezra Park (1974),Roderick D. McKenzie (1974) o Ernest W. Bur-gess (1974), desde una perspectiva que se ajusta a un cier-to darwinismo social muy acorde con el contexto social delaissez-faire de la sociedad americana de la epoca, entendıanel espacio urbano como un sistema dinamico de adaptacion,es decir, como resultado de la lucha por la existencia. La se-gregacion social y la inadaptacion seran su principal objetode estudio y se explicaran sobre la base de la competenciaque se establece entre los distintos grupos sociales en su luchapor adaptarse al medio, en su competencia por la apropia-cion de unos recursos limitados, y en la busqueda de unaposicion en el espacio y en la comunidad. Aun ası su fruc-tıfera experiencia empırica, a pesar de las muchas crıticasrecibidas, ha llevado tambien a analisis complementarios so-bre el papel del vecindario y el sentido de lo comunitario, lacultura de la proximidad, las consecuencias del desarraigo,las consecuencias del crecimiento urbano sobre la desarticu-lacion de las comunidades, la movilidad social y espacial, etc.que han constituido influyentes aportaciones conceptuales enel campo de la sociologıa urbana. Una crıtica mas minuciosa,aunque ya clasica, de la Ecologıa Humana puede encontrarseen Castells (1971 y 1979) y en Bettin (1968). Mas reciente-mente la obra de Vaillancourt (1996) recoge no solamenteel conjunto de crıticas a la Escuela de Chicago, sino que tam-bien recoge los aspectos complementarios y las aportacionesde los ecologos humanos desde la nueva perspectiva de laSociologıa del Medio Ambiente, empenada en la idea de lainfluencia recıproca entre las leyes ecologicas y las regula-

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III. Contexto y emergencias. Metropoli versus ciudad 89

ortodoxo; pero sobre todo y como rasgo comun mascaracterıstico, despojandose de cualquier atisbo defuncionalismo, que en la disciplina del estudio de laciudad fundamentalmente tiene sus orıgenes en laEcologıa Humana.

Habrıa que destacar muy resumidamente entreaquellas trazas que les hacen partıcipes de una mis-ma perspectiva las siguientes:

1. La necesidad de buscar la adaptacion del es-pacio urbano a las necesidades humanas, y re-chazo de las tesis mantenidas desde la Escue-la de la Ecologıa Humana referentes a que lascondiciones sociales son adaptativas al espa-cio fısico y a la naturaleza. En ese sentido laintegracion social y la integracion espacial soninseparables.

2. El espacio urbano, es pues, producido social-mente, a traves de procesos dialecticos queresultan del antagonismo de los contrarios ydonde el sujeto activo es capaz de acceder alprotagonismo de la accion social que conllevala transformacion social. El proceso dialecti-co de la ciudad se expresa de distintas formasque apuntan a la complejidad, ası lo expresaLefebvre (1980: 123–125):

. . . Lo urbano, indiferente a cada diferencia que

contiene es considerado a menudo como indiferen-

cia confundida con la de la naturaleza. . . Pero lo

urbano no es indiferente a todas las diferencias,

ya que precisamente las reune. En este sentido,

la ciudad construye, libera, aporta la esencia de

las relaciones sociales: la existencia recıproca y la

manifestacion de las diferencias procedentes de los

conflictos o que llevan a los conflictos. . . Se pue-

de decir de lo urbano que es forma y receptaculo,

vacıo y plenitud, super-objeto y no-objeto, supra-

conciencia y totalidad de la conciencia. Por una

parte se vincula a la logica de la forma; y por otra

a la dialectica de los contenidos (a las diferencias

y contradicciones del contenido).

3. La necesidad de conservar los valores huma-nos a la vez que se deben conservar los va-lores naturales, expresa un incipiente interespor poner en una interaccion recıproca el me-dio ambiente urbano y la sociedad urbana: laciudad no solo es entendida como espacio de locotidiano, de la cohesion y de la integracion,sino que tambien esos valores se complemen-tan, con una adelantada vision de como debemantenerse la calidad ambiental en la ciudady de como la ciudad es un ecosistema comple-jo, de tal forma que la adaptacion del mediofısico/natural a la medida de la satisfaccionde las necesidades humanas debe acometerse

ciones polıticas, economicas y sociales. (Prades, J.A., 1997:13–31).

sin comprometer la propia base de los recursosnaturales, como satisfactores de las mismas.

4. La accion del sujeto protagonista (sujeto-en-proceso) que conlleva la praxis urbana es coad-yuvante en primer lugar del arraigo, de lapercepcion, del conocimiento y de la apropia-cion100 del espacio, despues de la participa-cion101 activa.

5. La defensa de la planificacion urbana (enten-dida como estrategia-programa-diseno) comomecanismo para conservar los valores huma-nos y los recursos naturales a traves de uncontrol colectivo dirigido en su mayor partea templar el crecimiento basado en la compe-tencia y, por tanto, a impulsar el crecimientode los procesos basados en la cooperacion.

Ası, la accion social sobre el espacio es la queha venido transformando el espacio urbano hastanuestros dıas, si bien la accion sobre el espacio ur-bano, como apuntara Ledrut (1987: 21), puede serde distintos tipos y «existen ciertos tipos de accionque comprometen el equilibrio y hacen intervenirmecanismos reguladores mas o menos eficaces» quetraslucen determinados niveles de integracion y quederivan en los cambios que se producen en la estruc-tura social, que a su vez re-establecen las relacionesque intervienen en la construccion del espacio ur-bano. En cierta manera la evolucion del espacio ur-bano es la secuencia de las distintas maneras de re-gular los antagonismos entre sujeto-objeto (sujeto-espacio urbano y sistema natural) sujeto-sujeto (re-laciones de produccion) y objeto-objeto (espacioconstruido-sistema natural). Ya Durkheim indica-ba como fue desde la propia densidad fısica y mo-ral que se producıa en las ciudades desde dondese hizo posible la division del trabajo social. Fueesa proximidad interactiva la que precisamente re-fuerza la dependencia mutua a la vez que para-dojicamente, acentua la especializacion funcional ypor tanto las diferencias, dando paso a la necesa-ria solidaridad organica para regular esas diferen-cias (Durkheim, 1982–1893). Sin embargo no se-ran directamente la division tecnica102 y el desa-rrollo tecnologico las que amparen las diferencias

100Al respecto y para entender el sentido del concepto deconocimiento y apropiacion que aquı utilizamos nos identi-ficamos con lo expresado por Lefebvre (1980: 147): «La es-trategia del conocimiento no puede quedar aislada. Su metaes la practica, o sea, en primer lugar, una continua confron-tacion con la experiencia y, en segundo lugar, la constitucionde una practica global y coherente, la practica de la sociedadurbana (la practica de la apropiacion del tiempo y del espa-cio para el ser humano, modalidad superior de la libertad)».101Participar en el sentido expresado por Ch. Alexan-

der (1978: 8): «. . . cualquier tipo de proceso a traves delcual los usuarios ayuden a disenar su medio ambiente».102Por division tecnica la entendemos tal y como la expresa

Castells (1979: 41): «separacion en el espacio de las diferen-tes funciones de un conjunto urbano, a saber, las actividadesproductivas (industria), de gestion y de emision de infor-macion, de intercambio de bienes y de servicios (comercio y

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morfologicas de la ciudad, sino que sera la estructu-ra social la que marcara la organizacion tecnologicay la diferenciacion espacial de las ciudades. ParaMax Weber esa complejificacion viene a significarla estrecha ligazon continuada en la evolucion dela ciudad, entre la industrializacion, urbanizacion yburocratizacion como aspectos propios de la divi-sion tecnica, espacial, y de competencia en la do-minacion legal-racional, respectivamente. Aspectosque por otro lado vienen a contrastar, por su anta-gonismo, con la naturaleza liberadora de la ciudad(Weber, 1987–1921).

De forma generica puede decirse que la evoluciondel espacio urbano ha estado marcado por determi-naciones economicas derivadas de la obtencion delos recursos, de la produccion industrial y de la ad-ministracion de los servicios; y mas recientemente yespecıficamente, la ciudad industrial consolidada alo largo del siglo XIX y principios del XX ha expe-rimentado una adaptacion progresiva a los nuevosmetodos de organizacion del trabajo cuyo origen loencontramos en la mecanizacion de la produccion,que mas tarde desemboco en una nueva relacion sa-larial de caracter taylorista. Con el dominio del Tay-lorismo, la ciudad se convierte en soporte de una ac-tividad productiva crecientemente industrial dondese precisa de una expansion urbana sin precedentes.

Tras el orden surgido despues de la II GuerraMundial se consolida la relacion salarial de tipo for-dista. El surgimiento de la cadena de produccion ycon ella el de las grandes superficies industriales y laaun mayor concentracion de la poblacion, precisande cierto ordenamiento urbano. Las distintas fasesproductivas tendentes a una mayor concentracionde actividades habıan condicionado profundamentela organizacion del espacio urbano, ya metropolita-no, con vistas a una especializacion de su uso y ha-bıa producido dos efectos colaterales: por un lado,la formacion de la metropoli se produce como conse-cuencia de la anexion y fusion de ciudades proximasa los centros industriales y decisionales aumentandoenormemente la escala territorial, por otro, el fun-cionalismo urbanıstico plasmara territorialmente lanueva etapa salarial fordista, compartimentando laciudad segun sus distintas funciones. Ası, terminapor consolidarse la ida del zoning urbano, como laclave instrumental de la praxis industrial que tienesus propias consecuencias sobre la vida cotidiana enla ciudad.

Las grandes conurbaciones que ya intuyera Pa-trick Geddes haran anticuadas la diferenciacionentre lo urbano y lo rural, entre la ciudad y el ba-rrio. Las separadas actividades y funciones se dis-persan por todo el territorio de forma jerarquizaday totalizada, a la vez que como afirma FernandoRoch (1993a: 48), la ciudad se convierte en «unasuperposicion de diferentes objetos autonomos que

distracciones), de residencia y de equipo, de circulacion entrelas diferentes esferas».

ni tienen por que mantener relaciones de equilibrioni evolucionar de forma conjunta y coherente». Enese sentido Ledrut (1987: 50) advierte como las

megalopolis constituyen un tipo de aglomeracion co-

lectivamente desintegrada en la que el comportamiento

de los agentes privados, e incluso el propio movimiento

de la urbe, se hallan practicamente fuera del control de

los agentes colectivos locales y de los delegados por una

burocracia centralizadora que trata mas de limitar y pa-

liar los efectos que de prevenirlos actuando directamente

sobre las causas que los motivan.

Pero todo ello se produce de esa manera porqueel problema radica en que el modelo metropolitanose situa suficientemente alejado de las funciones ori-ginarias de la ciudad (de la ciudad entendida comosatisfactor de las necesidades humanas), para eri-girse en la propia razon de su existencia, es decir,la metropoli se proclama como objeto de produc-cion y consumo que se reproduce a sı mismo, y enesta estrategia inconsciente se elimina o se limita laplanificacion urbana (como instrumento del controlcolectivo) y se destruyen las escalas urbanas inter-medias susceptibles de permitir el control individualy colectivo. Ello es precisamente lo que apunta ala desintegracion103. La antigua dicotomıa campo-ciudad es sustituida por una nueva: centro-periferia,que como veremos no se inscribe solamente en la di-mension territorial.

6.3 Los efectos de la metropolitaniza-cion

¿Que fue primero, la fisonomıa o la funcion? Es-ta es ya una pregunta-problema tradicional en elcampo de la geografıa urbana desde que la explici-tara un autor clasico de esa disciplina como PeterScholler. La respuesta que el propio Schollerofrece, como no podrıa ser de otro modo, se enmarcaen la complejidad, en la fertil confusion de la combi-nacion, en la interaccion de dimensiones que irreme-diablemente van acompanadas: solo relacionando elespacio y el tiempo se consigue un verdadero co-nocimiento de la vida urbana (Scholler, 1954), yes que no podemos sino partir de esa idea que noslleva a la recurrencia permanente entre estructuraurbana y estructura social, entre medio ambiente ydinamica social, tambien entre metropolitanizaciony globalizacion. Ya que de una parte hay que re-saltar la mutua influencia —ya sea en terminos de

103Segun R. Ledrut (1987: 115) «La estructuracion socio-logica de la ciudad, tiene lugar a traves de un proceso doble,en el que mientras por una parte la colectividad se indivi-dualiza respecto a todo lo que le rodea, por otra esa colecti-vidad va conformandose interiormente. Estos dos fenomenosestan estrechamente ligados entre sı. Llamaremos desestruc-turacion al fenomeno inverso. La division interna no indicanecesariamente, bien al contrario, la existencia de fenomenosdesestructurantes. En realidad, la diferenciacion no es masque un aspecto de la organizacion interna».

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III. Contexto y emergencias. Metropoli versus ciudad 91

equilibrio o de desequilibrio— del ecosistema y delsistema social, pero sobre todo queremos resenarahora la influencia bilateral entre la urbanizacion yla globalizacion. Es decir, queremos insistir en comoel fenomeno urbano tiene sus consecuencias sobre laeconomıa, la cultura, la polıtica, el medio ambientea nivel global, y en como tambien, esa misma glo-balizacion marca las pautas de una determinada ex-pansion urbana. De tal manera que cuando nos refe-rimos a los efectos de la metropolitanizacion se hacedifıcil diferenciarlos de los propios efectos de la glo-balizacion (o de la mundializacion). Por consiguien-te, en adelante las referencias al termino metropoli-tanizacion y sus efectos, no pueden sino entendersede forma abierta, ampliandose a sus consecuenciasglobales (tanto ecologicas, como economicas y socio-culturales); y las referencias al termino globaliza-cion (o mundializacion —que en su acepcion mascomun se refieren a la dimension economica—), ysus efectos deben verse tambien desde sus determi-naciones territoriales, ecologicas y socio-culturales.

La perspectiva desde los efectos territoriales

Desde una perspectiva de la organizacion del es-pacio, conviene diferenciar, y a la vez relacionar, dosfenomenos que vienen a explicar la organizacion-desorganizacion de la estructura territorial. Nos re-ferimos a la zonificacion urbana, de una lado; y ala difusion-dispersion urbana, de otro. Ambas hancaracterizado el desarrollo del hecho metropolitano.

En primer lugar, la zonificacion o zoning urbanoqueda bendecido en la llamada Biblia de los urba-nistas (Labasse, 1973), o Carta de Atenas (1942),que desde un intento del mas puro dirigismo ra-cionalista viene a proclamar la separacion de lasfunciones urbanas104 en aras de la satisfaccion delas necesidades humanas105, puestas en entredichopor la insalubridad que resultaba de la promiscui-dad entre las funciones urbanas y el hacinamientocaracterıstico de los efectos provocados por la re-volucion industrial sobre las ciudades. Sin embar-

104En dos artıculos de la Carta de Atenas se explicito cla-ramente este aspecto: Art. 77: «. . . Las claves del urbanismoradican en cuatro funciones: habitar, trabajar, recrearse (enlas horas libres) y circular. . .»; Art. 78 «. . . los planes deter-minaran la estructura de cada uno de los sectores atribuidosa las cuatro funciones basicas y fijaran su respectivo emplaza-miento en el conjunto urbano. . . ». En ese mismo sentido LeCorbusier (1979) en sus Principios de urbanismo apuntilla,desarrollando los postulados de la Carta de Atenas: «La zo-nificacion es la operacion que se realiza sobre el plano urbanocon el fin de asignar a cada funcion y a cada individuo sulugar adecuado» (Tobıo, 1996: 62).105Para Le Corbusier —sin duda considerado el mas fiel

representante del movimiento moderno y de la defensa dela zonificacion urbana— la satisfaccion de las necesidadeshumanas debe alcanzarse a traves de la funcion humana,lo que le lleva a proclamar las «necesidades unicas», queson necesidades-tipo comunes a toda condicion humana, la«funcion-tipo», «la emocion-tipo». . . (Le Corbusier, 1978).Le Corbusier, desde la perspectiva aquı adoptada, viene aconfundir lo que son las necesidades humanas con los satis-factores de esas mismas necesidades.

go, los propios efectos perversos de la zonificacionurbana se vienen expresando reiteradamente desdedistintas perspectivas.

Con la consolidacion de la sociedad industrialaparecen la planificacion y los planificadores, perotambien se produce una ruptura de la ciudad y de lociudadano. A medida que se produce el crecimien-to del espacio urbano y con ello su funcionalidad,el seccionamiento espacial cobrara mayor importan-cia, pudiendose caracterizar basicamente tres cate-gorıas espaciales segregadas: el espacio de la produc-cion (del trabajo-empleo-asalariado), el espacio dela reproduccion (domestico) y el espacio de la dis-tribucion (gestion y consumo). La necesidad consi-guiente de procurar la comunicacion y la movilidadentre las diversas partes complejas de la metropolipresupone la existencia de un cuarto tipo de espacio,este mas lineal y en forma de malla, que se refiere atodo lo relacionado con las infraestructuras de cone-xion entre fragmentos urbanos (infraestructuras deltransporte y redes de comunicaciones entre los es-pacios separados). Las unidades urbanas especiali-zadas y unifuncionales, son unidades parciales y portanto simples, la vida cotidiana en una funcion par-cializada es una cotidianeidad unidimensional, peroa la vez el sujeto movil que distribuye su tiempoen vidas separadas y desplazamientos entre ellas enun vasto territorio urbanizado se convierte en un yoescindido y en una vıctima de lo simple-complicado(contrapuesto a sencillo-complejo) que imprime elmodo de vida metropolitano. Los vınculos solidos,flexibles, accesibles y sencillos son sustituidos porlos vınculos lıquidos, rıgidos, movibles y complica-dos.

Se evidencia, junto al cambio cuantitativo, uncambio cualitativo. Emerge la ciudad del fragmen-to frente a la ciudad como cumulo de sedimentos ;siendo la variable tamano crecientemente incontro-lada. Es una ciudad ahistorica que, construida ex-tensamente bajo un rapido y desordenado desarro-llismo106 y a una escala que se escapa al controlindividual y colectivo, imprime una funcionalidadque viene determinada por el mercantilismo comohecho intrınseco. Se disocia la instancia ciudadanay junto a ella se enajena al ciudadano del hecho ur-bano, en palabras de Rene Schoonbrodt (1994:393) «el urbanismo funcionalista basado en la zoni-ficacion aısla los medios sociales ente sı y, en conse-cuencia, tanto la sociedad en su conjunto como losdistintos medios sociales se hacen ajenos los unos alos otros».

Precisamente es esto lo que lleva directamente aotras consecuencias; unas mas sociales: se produceuna «parcelizacion de la existencia humana» (DelAcebo, 1993: 164–165), una ruptura del tiempo enla vida cotidiana y una division del espacio segun

106Segun Ekhart Hahn (1994) el ındice de ocupacion ur-bana de la superficie se ha multiplicado por 10 en los ultimos100 anos.

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92 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

la condicion social: edad, profesion, procedencia, et-nia, religion, clase, genero. . . 107; otras mas ambien-tales: ocupacion de suelo y desintegracion de encla-ves naturales por la necesidad de la construccionde grandes infraestructuras que permitan la movi-lidad cotidiana entre los espacios separados y quesuponen de facto la creacion de barreras y fronte-ras en el organismo urbano (Se enfrenta el conceptode movilidad, con el de accesibilidad. La existenciade grandes distancias y la creacion de barreras in-fraestructurales suponen una perdida de calidad enla accesibilidad a determinadas funciones urbanasespecializadas segun que tipo de sectores sociales).Adaptacion, por tanto, del territorio y de la ciudadal uso del vehıculo motorizado, que se deriva de unaumento paulatino de las distancias entre los ele-mentos urbanos funcionales y que conlleva un des-pilfarro energetico y un incremento de los niveles decontaminacion y gases invernadero108.

En segundo lugar, la dispersion-difusion de laurbanizacion, aspecto que ademas es inseparable dela zonificacion, viene a establecer una nueva para-doja en el proceso de urbanizacion de los paıses de-sarrollados. Por primera vez la expansion del hechourbano se produce al margen de los comportamien-tos demograficos, es decir, mientras que la poblacionde las grandes ciudades del mundo desarrollado semantiene estable o incluso decrece ligeramente, laexpansion del espacio construido alcanza cotas deocupacion de suelo inusitadas gracias al desarrollode una tupida red de infraestructuras para el trans-porte. Esa dispersion de la urbanizacion no tieneumbrales territoriales facilmente observables, ni es-ta distribuida de forma biunıvoca en el espacio fısi-co (Martinotti, 1990), la contiguidad de espaciosurbanos funcionales y a la vez la continuidad delespacio urbano por todo el territorio son la expre-sion de esa paradoja parcial del metropolitanismo.Si bien ese nuevo orden territorial unico que hacedesaparecer la vieja dicotomıa entre campo-ciudadpara introducir nuevas contradicciones, significa quese pierde la idea de ciudad entendida como lugar deacogida que era reconocible sobre la vasta extensiondel no-lugar. Con ello se pierde tambien la percep-cion del dentro-fuera, del interior-exterior.

De hecho las diferentes conceptualizaciones delhecho metropolitano recogen otras paradojas. Pa-trick Geddes entendıa el concepto conurbacion

107A este respecto existe una amplia literatura basada eninvestigaciones empıricas desarrolladas desde la Escuela deChicago y mas recientemente desde la Sociologıa y la An-tropologıa Urbana que muestran la segregacion del espaciosegun la condicion social diferenciada. Sobre la separacion defunciones relacionadas con el genero, una de las perspectivasde estudio de mayor interes en la actualidad, cabe referenciarla constatacion de como la zonificacion implica tambien unadivision del espacio segun el genero (Tobıo, 1996).108Una completa fundamentacion de este conjunto de efec-

tos que se derivan de la especializacion urbana y de la con-siguiente necesidad de incrementar la movilidad lo podemosconsultar en Ramon Lopez de Lucio (1993) y en AntonioEstevan y Alfonso Sanz (1994).

como la yuxtaposicion de un mismo conjunto deciudades que inicialmente crecieron por separado,mientras que M. Francoise Rouge (1958) pro-ponıa el concepto de aglomeracion para explicarel fenomeno en el que un Centro unico va origi-nando nuevos y diversos espacios urbanos perife-ricos dependientes de aquel. Posteriormente sur-ge el concepto de Region Metropolitana buscan-do un concepto unitario capaz de establecer crite-rios de dependencia mutua entre funciones urbanas(Vinuesa, 1975)109.

Esto quedarıa en una mera descripcion ciega sino fuera por los cambios cualitativos que acompa-nan a este fenomeno. Ası, de una parte, se ponende manifiesto las necesidades de reproduccion delpropio sistema metropolitano a traves del incremen-to continuado de la produccion y del consumo. Esun modelo donde la demanda, que viene distingui-da por un unico estilo de vida basado en habitosde consumo como afirmacion de unas nuevas pau-tas culturales (Comision de las ComunidadesEuropeas, 1990), es la justificacion de la expan-sion urbanizadora. Precisamente la idea de difusiona nivel planetario de la cultura urbana ha hechoemerger nuevas conceptualizaciones que superan lade Area Metropolitana e insisten en la relacion re-cıproca entre la dimension cultural y la dimensionespacial, una ya clasica es la idea de sociedad urba-na desarrollada por Lefebvre; mas recientementeotros autores plantean el concepto de urbe global110.

De otra parte, una segunda paradoja: esa difu-sion de una nueva cultura urbana que significa ladestruccion de vınculos sociales primarios (comu-nitarios) coexiste con la revalidacion cultural y di-reccional de los centros urbanos que siguen atrayen-do determinadas funciones denominadas de excelen-cia, y a determinados sectores culturales y sociales(Nuno Portas, 1990: 277); de tal forma que la des-centralizacion de las funciones de produccion y deconsumo, y su dispersion por el territorio lejos designificar una distribucion de las funciones direccio-nales y decisionales vienen a centralizarlas aun masen determinadas ciudades (y espacios de ciudades)proclamandose en nudos de una extensa red de ciu-dades y en un sistema que se pretende policentrico.

Nuevamente las consecuencias del nuevo carac-ter difuso del espacio urbano, trasladadas a la di-mension de la dinamica social, vienen a reforzar elproceso de extranamiento de los sujetos respecto dela estructura urbana y su dinamica. La especializa-

109Sobre la definicion del concepto de Area Metropolitanapueden consultarse, ademas del artıculo de Julio Vinue-sa citado, al mismo Julio Vinuesa junto a Ma. Jesus Vi-dal (1991), a Alfonso de Esteban (1988) y a Guido Mar-tinotti (1990).110Por ejemplo es interesante la expresion de Artemio Bai-

gorri (1995) la urbe global : es un «continuum inacabable enel que se suceden espacios con formas y funciones diversas,con mayores y menores densidades habitacionales, pero queen su totalidad participan de una u otra forma de la civili-zacion y la cultura urbana».

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III. Contexto y emergencias. Metropoli versus ciudad 93

cion del territorio junto a la dispersion de la exten-sidad de lo urbano representan un escenario com-plejificado (complicado) que produce una perdidade los referentes fısicos y una perdida de orienta-cion individual. La forzada adaptacion de la dina-mica social a la dinamica fısica del territorio (o vi-ceversa si se prefiere) implica una nueva ambivalen-cia: la difusion urbana en su vertiente mas cultural,entendida como globalizacion del entorno, fue de-nominada como «aldea global»111 por MarshallMcLuhan (1993); y es expresion a la vez de la ato-mizacion social (como causa-efecto de la zonifica-cion urbana), y de la uniformizacion social (comocausa-efecto de la difusion-dispersion urbana). Di-cho de otro modo, el estilo de vida metropolitanobasado en la cultura de masas, iguala las individua-lidades (extiende la individualidad) a la vez que lasdivide entre sı (motiva la actitud marcadamente in-dividualista)112.

De acuerdo con la expresion de Jameson (1989)«la ciudad alienada es en primer lugar un espacioen el que la gente no consigue trazar una mapa(mental) ni establecer su propia posicion o hacerseun cuadro de la totalidad urbana en la que se ha-lla»113. Este razonamiento no es nuevo, ya KevinLynch (1969: 248 y ss) establece diversos factoresque dificultan el desarrollo personal y la seguridadafectiva en las grandes ciudades, y por tanto di-ficultan la vida en las metropolis contemporaneasdestacando fundamentalmente cuatro:

1. La carga de tension perceptiva provocada porla sobrexcitacion de multiples solicitacionesque sobrepasan su capacidad sensitiva.

2. Carecer de identidad visual 114 .

3. Incomprension de su lenguaje.

111Adoptamos aquı la descripcion —quiza la masdescarnada— de la Aldea Global que establece Ramon Fer-nandez Duran (1993: 61): «. . . no es otra cosa que el procesode desertizacion cultural y perdida de diversidad e identidad.La cultura pasa a ser un elemento mas de consumo, cuyaproduccion difusion y comercializacion se realiza desde lospaıses del Centro, mundializandose gradualmente sus formasde pensamiento y comportamiento».112«No es inutil —dice Lefebvre— mencionar con el fin de

rechazarla, la confusion entre diferencia, distincion, separa-cion y segregacion. La diferencia es incompatible con la se-gregacion, que la caricaturiza. Quien dice diferencia dice re-laciones y, por tanto, proximidad-relaciones percibidas y con-cebidas y tambien, insercion en un orden espacio-temporaldoble: cercano y lejano

La separacion y la segregacion rompen la relacion. Consti-tuyen por sı mismas un orden totalitario, cuyo objetivo estra-tegico es romper la totalidad concreta, destrozar lo urbano.La segregacion complica y destruye la complejidad.

Al ser resultado de la complejificacion de lo social, lo ur-bano representa la racionalidad practica, el vınculo entre laforma y la informacion» (Lefebvre, 1980: 139)113Citado por Paolo Perulli (1995)114«Ningun ojo humano —senala Lewis Munford— pue-

de abarcar ya esa masa metropolitana de un vistazo. Nin-gun punto de reunion, excepto la totalidad de las calles,puede contener a todos sus ciudadanos. Ninguna mente hu-mana comprende mas que de forma fragmentaria las ac-tividades complejas y especializadas de sus ciudadanos»

4. Rigidez metropolitana que entra en contra-diccion con los requerimientos de flexibilidadde las relaciones interpersonales (Del Ace-bo, 1993: 198–200).

Esos factores apuntados por Lynch, que mues-tran la estrecha relacion entre las condiciones exis-tenciales y las capacidades cognitivas, determinanfinalmente una cosmologıa unica que sublima en elinterior de cada individuo la propia dinamica urba-na. Los problemas generados por la metropolitani-zacion quedan ocultos por la rentabilidad a cortoplazo y su aparente eficacia. La fe sobre la tecnicacomo mito capaz de resolver los efectos colateralesprovocados por la urbanizacion y la confianza deque esta podra reconducir cualquier situacion porgrave que sea, suprime no solo la participacion enlos procesos urbanos, sino que ademas despoja a lasociedad de toda forma de pensar crıticamente so-bre las consecuencias del modelo de urbanizacion alargo plazo.

Se presenta ası un crecimiento urbano exponen-cial, que con su propia dinamica reproductiva quedafuera del alcance de conciencias y voluntades indivi-duales y colectivas, en definitiva «un organismo co-lectivo —como argumentaran J. Manuel Naredoy Salvador Rueda (1996b)— que funciona fısica-mente sin que los individuos que lo componen co-nozcan ni se interesen por su funcionamiento globaly, en consecuencia, sin que tal engendro colectivoposea organos sociales responsables capaces de con-trolarlo». Dada la sobredimension y complejifica-cion —en terminos de Lefebvre— de la metropoliesta se encuentra sujeta a numerosos riesgos que im-plican al conjunto total de la vida en el planeta, lagravedad de los posibles problemas que se derivande ella lleva implıcito la solucion como problema,en el sentido, de si la organizacion social surgidadel propio modelo (falta de autonomıa, burocracia)es capaz de dar respuesta a los grandes retos quetienen ante sı. Esto se hace mucho mas comprensi-ble desde la perspectiva ambiental y el principio dela entropıa.

La perspectiva desde los efectos ambientales

La principal causa de la crisis ambiental, tanto anivel local como a nivel global ha sido el paso de unasociedad de produccion a una sociedad de consumo,materializandose este proceso en el modelo expansi-vo de desarrollo urbano que hemos denominado co-mo metropolitanizacion. El cambio cualitativo quesupone la cultura urbana en la relacion con los recur-sos naturales y el entorno conllevan unos estilos devida —dirigidos por una dinamica del mercado quees incapaz de reconocer la profundidad de los efec-tos colaterales— habituados a traducirse en nuevos

(Mumford, s/f La cultura de las ciudades) citado por Na-redo (1994: 241).

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consumos de suelo urbano y en el incremento cons-tante de recursos energeticos no renovables hastaunos niveles que no son tolerables por el ecosiste-ma a largo plazo. Ası, el incremento exponencial delos problemas medio ambientales generados por lasactividades urbanas presentan unas tasas de creci-miento muy superiores a las de las poblaciones quelas generan.

Este fenomeno hace que nuestras metropolis, da-da su condicion de «islas de calor y contaminacion»(Naredo, 1991), contribuyan crecientemente a lacrisis ambiental a nivel planetario, ya que por sucaracter a la vez extensivo y concentrado, a la parcolonizador y congestivo, tanto en actividades co-mo en poblacion, contribuyen a fenomenos como eldespilfarro energetico y el cambio climatico (efectoinvernadero, agotamiento de recursos energeticos,lluvias acidas, disminucion de la capa de ozono. . . ).Mas, a la de por sı desmesurada detraccion de re-cursos naturales (consumo de suelo, energıa, aguay materias primas) se anaden los graves efectos de-rivados del retorno no resuelto de estos a la natu-raleza, en forma de desechos y contaminacion. Laglobalizacion de la problematica medio ambientalviene a significar la generacion de efectos perver-sos para las propias ciudades que se materializa enuna perdida de la calidad de vida ciudadana y quese manifiesta en las dificultades para mantener unambiente urbano a unos niveles de calidad acepta-bles para los propios valores que proclama la propiasociedad de consumo.

De esta forma las exigencias de la dinamica me-tropolitana provocan un doble impacto ambiental,uno de caracter externo que deriva de la dependen-cia creciente de la metropoli del abastecimiento derecursos del exterior y que tiene su incidencia a es-cala planetaria, y otro de caracter interno que reper-cute en la degradacion del propio medio urbano, ypor tanto en la calidad de vida y en las condicionesde habitabilidad de sus moradores.

Se ha producido —en palabras de Manuel Cas-

tells (1990: 37)— un desajuste fundamental entre la

demanda de espacio e infraestructura urbana y la ofer-

ta de dichos elementos, desencadenando lo que podemos

calificar de crisis de crecimiento, cuyas consecuencias se

han hecho sentir en terminos de calidad de vida y de

insatisfaccion ciudadana con el deterioro de dicha ca-

lidad de vida colectiva, precisamente al tiempo que se

incrementaba, en terminos generales, su nivel de vida

individual.

Ya hemos visto como la incorporacion del en-foque ecologico lleva a entender la ciudad comoun ecosistema o sistema abierto donde se produ-cen multiples interacciones entre sus componentessociales, naturales y artificiales; y multiples interac-ciones con el exterior a traves de las cuales se realizael aporte de materias primas y de energıa necesariaspara su reproduccion. El problema estriba en que

una reproduccion de las estructuras sociales y urba-nas basadas en la acumulacion, en la competencia yen la separacion de funciones, sectores. . . provocanexternalidades ambientales (y sociales) que compro-meten la propia sostenibilidad del modelo urbano (ysocial) en los sucesivos niveles de incidencia urbana.«Debido al colosal aporte de energıa que hace faltapara sostener la vida en las ciudades contempora-neas, la entropıa del medio urbano esta aumentan-do espectacularmente, hasta el extremo de poner entela de juicio su propia existencia» (Rifkin, 1990:174). La interpretacion en la doble clave entropicay territorial de los procesos economicos, sociales yambientales, pone de manifiesto la explosion de undesorden cuyos lımites de tolerancia no son supe-rables ni con tecnologıa ni con dominacion polıtica(Fernandez Duran, 1993). Esto nos lleva a la con-clusion de que hemos llegado a una crisis de creci-miento en cascada que requiere de una disminucionde los elementos originadores de los procesos entro-picos solo posible mediante una modificacion de laspautas sociales de comportamiento y mediante unaarticulacion de las demandas locales y las demandasglobales de tal manera que las actuaciones en pos dela sostenibilidad local sean capaces, no solamente demejorar las condiciones de calidad de vida interna,sino sobre todo que se basen en principios que evi-ten el incremento de impactos ambientales en otrosterritorios por lejanos que estos se encuentren.

La perspectiva desde los efectos sociales

Ya hemos apuntado como se produce una segre-gacion entre la naturaleza y los sujetos (los suje-tos separados de los objetos) y como ello implicatambien la fragmentacion de los espacios (los obje-tos separados de los objetos), ambas acompanan alproceso de segmentacion que se produce en la es-tructura social (la separacion entre los sujetos); esel momento de profundizar en esa tesis.

La dispersion territorial de las funciones especia-lizadas y la extension a lo largo y ancho de todo elterritorio de las actividades economicas se hace po-sible por la aplicacion de las nuevas tecnologıas o/yla cada vez mas refinada division tecnica del tra-bajo. El viejo sistema industrial da paso a la socie-dad informacional (Castells, 1995). La necesidadde articular y conectar, esta vez hasta una escalaque puede llegar a ser de magnitud planetaria, losrecursos y las capacidades productivas y de consu-mo en un contexto favorable (tanto tecnologicamen-te —desarrollo del sistema de telecomunicaciones—,como polıticamente —marco capitalista—) para lalibre circulacion de productos y servicios, constituyeel proceso que se ha denominado como mundializa-cion o globalizacion de la economıa. En este pro-ceso de globalizacion, ampliamente analizado sobretodo por Saskia Sassen (1991) y Manuel Cas-tells (1995), que ponen de relieve como caracte-

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rısticas de la globalizacion varios procesos que soninteractivos y superpuestos:

1. El fabuloso desarrollo de las tecnologıas de lainformacion ha permitido una desconcentra-cion de la industria, que conlleva una desin-dustrializacion (la mas de las veces significauna fuerte crisis industrial) de los enclaves tra-dicionalmente industriales y el surgimiento deotros nuevos enclaves ligados al desarrollo delas nuevas tecnologıas de la informacion.

2. Ası, el propio sector de la informacion se con-vierte en propio objeto de consumo. El pro-ducto industrial, como principal elemento deconsumo, deja paso a los servicios y especial-mente a los sistemas de informacion y a losservicios financieros.

3. La revolucion en las tecnologıas de la informa-cion ha admitido un aumento de la capacidad,tanto para organizar la produccion y el consu-mo a escala planetaria, como para transmitirinformacion (ordenes) y conocimientos de for-ma practicamente inmediata a cualquier pun-to del globo, o lo que es lo mismo, para ha-cer circular instantaneamente capital de unaa otra parte del mundo. Ello ha permitido,por tanto, el crecimiento de la influencia delas companıas multinacionales —en detrimen-to de los Estados nacionales y de su influen-cia en las economıas nacionales, regionales ylocales— que tienen total facilidad para trans-ferir sus inversiones de unos paıses a otros, enfuncion de una mayor rentabilidad. Se produ-ce en consecuencia una mayor autonomıa delo economico frente a lo polıtico.

4. Precisamente la dispersion espacial de la ac-tividad economica, que viene a significar unadesconcentracion de los procesos de ejecucion,solo es posible, y por tanto va aparejada, auna centralizacion de los procesos de gestiony de decision en un limitado grupo de paı-ses y de metropolis. La globalizacion tiene lavirtualidad, en consecuencia, de mantener lafragmentacion territorial y la dispersion espa-cial, y al mismo tiempo asegurar la integra-cion (desintegracion) mundial entendida comoun proceso con una gran capacidad de controlmundial desde muy escogidos lugares115.

El entramado de la internacionalizacion de laeconomıa se basa mas en el espacio de los flujosque en el espacio de los lugares (Castells, 1997).

115Emerge una nueva forma urbana cuya especialidad es laconcentracion de los mecanismos de control de la economıamundial, la «ciudad global» (Sassen, 1991) que se caracteri-za por conectar mediante flujos ciudades desconectadas entresı. Como apunta recientemente Castells (1997b), paradoji-camente, conectadas globalmente, pero localmente desconec-tadas.

Un grupo reducido de ciudades globales obtendranla funcion de organizar y articular una red extensade espacios funcionales de segundo, tercer. . . orden.Ciudades que alejandose cada vez mas de ostentar laorganizacion jerarquica de sistemas urbanos nacio-nales con caracterısticas unicas (Martinotti, 1990),se convierten en fragmentos de un sistema multino-dal mundial y, como todos los elementos fragmen-tarios, tienden a ser similares en determinadas fun-ciones y tienden a ser competitivos entre sı en unacarrera por acceder a funciones de control global116.La ambivalencia entre interdependencia (dependen-cia de las ciudades globales) y competencia entre sı,se expresa a la vez en modelos de asociacion entreciudades y redes para subsistir al modelo jerarquicode toma de decisiones e intercambio de experien-cias y servicios en la internacionalizacion de la eco-nomıa que en el fondo se inscriben en una logicaque deja de lado a los objetivos de reequilibrio so-cial y territorial, lo que provocarıa impactos gravesa determinados espacios de las propias ciudades enconfrontacion-cooperacion. La perspectiva neolibe-ral de la distribucion de funciones de las grandesciudades en terminos de competitividad entre lasmismas lleva implıcita la priorizacion de determi-nados espacios urbanos de mayor interes estrategicofrente a otros espacios y ciudades considerados pe-rifericos y obsoletos para los circuitos economicos.Habra por tanto espacios y ciudades con oportu-nidad de integracion en el sistema mundial y otrosespacios y ciudades en declive. Estas ultimas con se-rias dificultades para adaptarse a los requerimientosde la flexible economıa internacional, quedaran fa-cilmente excluidas de esos mismos procesos.

La ciudad con aspiraciones globales se convierteası en la ciudad-empresa organizada para ser focode atraccion de aquellas actividades y sectores so-ciales que posibiliten su integracion en los circuitosmundiales, pero la vision de ciudad-empresa es laciudad de los grandes proyectos e infraestructurasque la hacen estar al servicio de la actividad eco-nomica mas que de sus habitantes. Con una filoso-fıa de empresa que solo responde a consideracioneseconomicas de corto plazo, necesita de la flexibili-dad, tanto del mundo del trabajo como de la plani-ficacion urbanıstica, que le permita adaptarse a losrequerimientos de la dinamica competitiva de cadamomento. Ello necesariamente implica una segmen-tacion de la estructura social con un sentido muyjerarquico y flexible. Ası, las nuevas logicas inverso-ras en la ciudad, ponen en clara correspondencia lasinversiones publicas y privadas, la inversion publicaviene a crear el soporte de la inversion empresarial

116En expresion de Paolo Perulli, recogiendo una idea deG. Martinotti (1988), «Actualmente no hay ninguna me-tropoli, por pequena o grande que sea, ni tampoco un areaurbana en vıas de metropolizacion, que no este homogeni-zandose con las demas en la disposicion del propio segmentoterciario-direccional para entrar en el circuito integrado dela economıa mundial» (Perulli, 1995: 32).

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que busca pautas de rentabilidad y que se concen-tra en determinadas ciudades, y dentro de estas,en ciertas zonas, mientras otras ciudades o barriospierden su actividad economica y con esa perdidasurgen o se incrementan las consecuencias socialespropias de los procesos de exclusion social.

A la misma vez esas nuevas actividades empre-sariales ligadas a las nuevas tecnologıas de las tele-comunicaciones y a los desarrollos urbanos adecua-dos a la misma, agilizan un rapido crecimiento delsector financiero y de los servicios altamente espe-cializados, ello implica no solo una nueva generacionde puestos de trabajo de alta cualificacion, sino quetambien genera puestos de trabajo no cualificadosde baja remuneracion y de fuerte inestabilidad la-boral (Sassen, 1991).

Las rapidas transformaciones que implica esedoble proceso, tanto la centralizacion en el espa-cio de las actividades de alto nivel —en detrimen-to de otros espacios—, como la segmentacion queproducen en el mercado de trabajo, vienen a que-brar los tradicionales mecanismos de redistribucionsocial que creo el denominado Estado de Bienes-tar. Ese tensionamiento social repercutira en la es-tabilidad social y polıtica y en la calidad de vida,«socavando —segun Castells— el dinamismo delnuevo desarrollo» (Castells, 1990: 47)117. Preci-samente son numerosos autores118 los que apuntanel concepto de polarizacion como un efecto perversoque destruye los viejos equilibrios sociales en el senode las ciudades y cuyo origen hay que buscarlo enlos procesos de globalizacion.

El concepto de polarizacion social ha sido moti-vo de una gran controversia sobre todo cuando se haconfrontado con el concepto de segmentacion social.Ambos son aparentemente contrapuestos. Sin em-bargo, son multiples las posibilidades analıticas queaportan ambos conceptos, sobre todo si se entiendende una forma superpuesta tal y como sugiere EnzoMingione (1994)119. Pero vayamos por partes. Enprimer lugar un analisis de la polarizacion exclusi-

117Castells preconiza como forma indispensable para des-tensionar el sistema una activa polıtica social en las grandesciudades que es donde se expresan con mayor agudeza losefectos de la globalizacion (Castells, 1990); en un artıculoposterior reivindica con mayor fuerza la defensa del Estadoy de las polıticas publicas para frenar las tendencias de lasociedad a la dualizacion (Castells, 1997b).118Ademas de Castells y Sassen no podemos dejar de

considerar los trabajos que desde diferentes perspectivas hanabordado el concepto de polarizacion y de dualizacion comoEnzo Mingione (1994), F. Indovina (1990), Ramon Fer-nandez Duran (1993), Paolo Perulli (1995), Martinot-ti (1990). . .119Mingione (1994: 531) viene a plantear como «la com-

binacion de polarizacion y fragmentacion resulta posible deacuerdo con una compleja lınea de interpretacion: que lasestructuras sociales contemporaneas se estan diversificandoefectivamente cada vez mas, pero que las micropatologıastienden a concentrarse en torno a dos polos fundamentales,o macropatologıas, que difieren mucho en relacion con lascondiciones de existencia, las posibilidades de vida y la can-tidad y calidad de los recursos sociales disponibles».

vamente en razon del nivel de rentas es para nues-tro cometido enormemente confuso, ya que desdeesa perspectiva solo podrıa entenderse por sociedadpolarizada aquella en la que se produce un incre-mento simultaneo de la riqueza entre los mas ricosy de la pobreza entre los mas pobres120 , supuestoque se circunscribe en una dimension muy parcialde la calidad de vida al excluir otras dimensionesde la misma, y que solo admite la polarizacion enesa doble condicion de disminucion de los estratosintermedios, y de empobrecimiento de los sectoresmas bajos de la sociedad.

Por el contrario, la argumentacion que se cons-truye en torno al concepto de segmentacion tieneun buen soporte en la cada vez mas compleja divi-sion tecnica del trabajo, y tambien en los procesosculturales que llevan a una creciente individualiza-cion, de tal forma que —desde esa perspectiva—mas que polarizarse la estructura social tenderıa adistribuirse de forma sumamente confusa y difıcilde analizar. Sin embargo nos parece interesante elsentido de complementacion de ambos conceptos —polarizacion y segmentacion— en la que tambieninsiste Paolo Perulli (1995: 53) al expresar que

ay que dejar constancia de que los segmentos se es-tan multiplicando pero tambien diferenciando interna-mente. Una posible solucion mas realista podrıa ser lade considerar el dualismo no ya como una clave de lectu-ra de todo el mercado de trabajo, sino de cada segmentodel mismo... Nos encontramos, por tanto, fuera del cla-sico modelo dualista, pero conservando lo que tal vezsea su aspecto central, que es el de la existencia de seg-mentos infranqueables, verdaderos campos magneticosque atraen de forma polarizada la fuerza de trabajo.

h

La polarizacion social puede tomar, por tanto,multiples formas al intervenir multiples variablesque se afectan entre sı (Pahl, 1987). Ası, podrıamosconsiderar distintos aspectos que definen la duali-dad social desde distintas perspectivas:

1. La teorıa del «Mercado Dual del Trabajo»:mantiene la existencia de una tendencia don-de se produce un creciente alejamiento entreun sector primario mas rıgido y caracteriza-do por la elevada cualificacion, estabilidad enel empleo, alto nivel de rentas, posibilidad depromocion social, prestigio social. . . ; y un sec-tor secundario mas flexible y determinado porla baja cualificacion, por la inseguridad y laprecarizacion del empleo, por los bajos ingre-sos, por las escasas posibilidades de movilidadsocial, por el estigma social negativo. . . Estos

120Al respecto M. Castells (1990: 34) apunta que cuandolas ciencias sociales aplican en un sentido estricto, el conceptode dualismo y de dualizacion, es cuando este se entiende comoresultado de un proceso en el que los estratos intermedios dela sociedad tienden a disminuir en favor tanto de los estratosaltos como de los estratos bajos.

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ultimos ademas afectan mas directamente adeterminadas condiciones sociales en funciondel genero, la edad, el origen etnico (mujeres,jovenes, inmigrantes. . . ) (Doeringer &Pio-re, 1975: 307-320). En correspondencia con laexistencia de un mercado dual de trabajo fuer-temente influenciado por un sistema informa-cional podrıamos ampliar la division entre sec-tor primario y sector secundario al considerarla variable de acceso a la informacion. Apa-recerıa ası una nueva division que refuerza eldualismo al considerar la separacion que seestablece entre aquellos colectivos del sectorprimario que tienen acceso a la informacion,son creadores de informacion y tienen capa-cidad de decision ejecutiva, de aquellos otroscolectivos sociales del sector secundario quetienen cerrado el acceso a esas funciones.

2. Las recientes tendencias que apuntan a unacreciente distincion entre quienes viven la me-tropoli y la consumen, sera otra nueva pers-pectiva de la dualidad social. Segun GuidoMartinotti (1990: 123) «la metropolis ten-dera cada vez mas a estar dividida entre losque habitan la ciudad y quienes, en cambio, lausan, o mejor aun, la consumen». Martinot-ti detecta la presencia creciente de un sectorde poblacion transeunte (los que llegan a laciudad por negocios, por intercambios, paradar o recibir informacion, decidir, consumir laciudad) y aquellos otros sectores de poblacionque viven la ciudad y trabajan en ella (sufrenla adaptacion de la ciudad a los nuevos reque-rimientos funcionales) y mas particularmenteaquellos sectores de poblacion que se encuen-tran en una situacion desventajosa debido a sumenor capacidad de organizarse colectivamen-te y de adaptarse a las exigencias mercantilesde la ciudad del consumo (los ninos, los ancia-nos, los inmigrantes. . . ) (Martinotti, 1990:77–132).

3. Tradicionalmente las condiciones de existen-cia han sido una de las variables que venıan adefinir las diferencias de clase (Harvey, 1977),aspectos que con la globalizacion y la me-tropolitanizacion vienen a redimensionar es-te aspecto en funcion del enfasis que obtieneel caracter mercantil del consumo de la ciu-dad. Por un lado, el incremento de los preciosdel suelo —derivado, en gran medida, del in-teres por atraer inversiones a las ciudades deorden global— han incidido en la rigidez delmercado inmobiliario profundizando de formaimportante en la incapacidad de determina-dos sectores para acceder a la vivienda y ver-se tambien obligados a recorrer enormes dis-tancias entre el lugar de residencia y el lugarde trabajo. De otra parte, los efectos de las

externalidades ambientales provocadas por laciudad afectan fundamentalmente a los habi-tantes de los nucleos consolidados de las me-tropolis (la contaminacion, la congestion deltrafico, las barreras arquitectonicas. . . ) perotambien la acumulacion de piezas urbanas queson exponente de la degradacion ambiental delespacio, como vertederos, incineradoras, de-puradoras, industrias peligrosas e insalubres,suelos abandonados y degradados, etc. se ubi-can en determinados espacios vacıos de la me-tropoli consolidada, pero que afectan a deter-minados sectores de la poblacion. Ello no hacesino mostrar una nueva separacion marcadapor las distintas condiciones de habitabilidaden unas y otras partes de la ciudad.

4. Los anteriores aspectos de la polarizacion seencuentran reforzados por los efectos colate-rales provocados por el desmantelamiento delos programas de bienestar social de carac-ter universal. Ası, los sectores que tradicional-mente tienen algun nivel de dependencia delsector publico, ya sea en terminos de empleo,como de obtencion de servicios, ven disminui-dos, tanto en calidad, como en cantidad, elacceso a servicios basicos de bienestar socialy por supuesto a los servicios urbanos de masalto nivel (equipamientos de elite de caractercultural, recreativo, etc.), quedando abocadosa insuflar la infraclase (Mingione, 1994).

El conjunto de elementos que intervienen de for-ma interactiva en el fenomeno de la polarizacion,afecta a amplios sectores de la sociedad metropo-litana de tal suerte que su desfavorecimiento vienemarcado por el hecho de soportar fuertes desigual-dades multiples, es decir, presentan indicios de de-samparo en distintas variables a la misma vez. Setrata de sectores sociales que ademas se concentranen determinadas zonas de la ciudad como viene aindicar el hecho de verse afectados por las mismascondiciones de existencia, habitabilidad y caracte-rısticas del entorno. Ası, la diferenciacion residen-cial en el espacio se hace inseparable de la separa-cion de los distintos grupos sociales, la separacionfısica va unida a la distancia social. Pero ademas,no hay que dejar de insistir en como en las zonasresidenciales donde se sufre una escasa calidad devida cohabitan una amplia gama de segmentos121,lo que en un contexto de homogeneidad cultural vie-ne a significar una nueva fractura social. La fuerte

121Es sabido como la degradacion fısica de los centros his-toricos en muchas ciudades va acompanada de un declivedemografico de los sectores poblaciones tradicionales, juntocon el auge de sectores pertenecientes a la infraclase (coha-bitacion de ancianos e inmigrantes y minorıas etnicas). O decomo en los barrios tradicionalmente de clase trabajadoracohabitan dos generaciones marcadas por la crisis industrial,los padres prejubilados y los hijos desempleados, provenien-tes del fracaso escolar, o con trabajo precario.

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desvertebracion social, la perdida de los referentestradicionales de clase o el debilitamiento del tejidosocial y asociativo, explican los numerosos ejemplosde explosiones sociales, de enfrentamientos socialesde corte individualizado o de enfrentamientos so-ciales entre sectores que entran en una competen-cia fundamentada en identidades impenetrables (elotro como motivo del conflicto social). Emerge unanueva idea que clarifica estas nuevas formas de con-flicto social y que tambien nos ilustra en la nuevadimension de la dualizacion. Nos referimos a la ideade vulnerabilidad que viene a expresar una situa-cion emocional de malestar cultural en la que todaesperanza de movilidad social ascendente es ajenaa la propia voluntad de superacion, y una condi-cion social de fragil calidad de vida es contempla-da como extremadamente difıcil de superar; o peoraun, se visualiza el riesgo a una movilidad socialde vuelta atras, descendente y de empeoramiento,por tanto, de las actuales cotas de calidad de vida.Precisamente, el referente cercano de los colectivosya atrapados en la infraclase se representa de for-ma proyectiva como una amenaza culpable de esaposibilidad.

La quiebra de los mecanismos tradicionales deinsercion social al ir superponiendo planos como elde la perdida del trabajo asalariado, la crisis delas organizaciones de referente de clase, la brechaprofundizada entre las instituciones y estos sectoresvulnerables, la dificultad de acceso a la vivienda,etc. unido a la percepcion de la degradacion fısica yambiental de sus lugares residenciales y las grandesdistancias a recorrer para trabajar o consumir (inac-cesibilidad), provocan un mecanismo sincronizado:amenaza de la integridad psico-social de las comu-nidades y falta de elementos de cohesion interna, loque supone una periclitacion a situaciones objetivasy subjetivas, caracterizadas por la extrema fragili-dad de sus formas de vida. Pasan entonces a te-ner una posicion fronteriza en el marco social entrefracciones integradas y excluidas del cuerpo social,ambivalencia que se interioriza como un status so-cial incompleto, lo que se traduce en sentimientos devulnerabilidad y cristaliza en ocasiones en procesosde victimacion colectiva. Mediante esa situacion deextrema fragilidad subjetiva, proyectan sus miedosy dudas respecto a colectivos marginados (enten-didos como marginadores) que pasan a simbolizarla exclusion y a ser un elemento devaluador de sustatus conseguido.

El conflicto siempre latente, cuando se hace pa-tente, se produce la mayor parte de las veces en for-ma de movilizaciones explosivas, sin direccion po-lıtica, sin referentes de clase, bajo los efectos deun enorme vacıo ideologico. La conflictividad socialse traslada de la esfera de la produccion al territo-rio metropolitano (Fernandez Duran, 1993: 143–146) poniendo de relieve los efectos de la ingoberna-bilidad del territorio bajo el modelo de metropolita-

nizacion. El termino conflicto reviste en esta ocasionun doble caracter: ser causa y efecto del MalestarUrbano.

En resumidas cuentas, se ha podido constatar unfenomeno que ha sido denominado como MalestarUrbano (designacion de un estado confuso, difusoy complejo, la cualidad de-no-estar-bien aplicadatanto a un territorio extenso y complejificado: lametropoli; como a un territorio localizado y com-plejo, la periferia social), que por la complejidadde la interrelacion de factores que intervienen tie-ne un caracter difuso y confuso, que viene marcadopor criterios de inaccesibilidad, distancia y exclu-sion y que por tanto apuntan a que el aumento dela segregacion social va acompanada de la segrega-cion espacial122, mostrando una brecha entre aque-llos sectores con capacidad de consumir el espacio deaquellos otros sectores que son mas vulnerables a losefectos de las externalidades (sociales y ambienta-les) provocadas por el modelo metropolitano y queviven en la periferia social o al borde de la misma.Por ultimo, para entender el sentido recıproco de lapolarizacion social y espacial, cabe aquı distinguir,como hace Thorstein Heitkamp (1992a: 3–6), en-tre periferizacion y suburbanizacion. El primero delos adjetivos hace referencia a espacios urbanos endeclive industrial y degradacion ambiental, dondelejos de obtener una autonomıa economica y polıti-ca, sus habitantes dependen del mercado de trabajoen otros lugares de la ciudad, si tienen trabajo esprecario y si tienen vivienda es en tipologıa de al-tura y de tamano reducido y calidad en desacuerdocon las imagenes ampliamente difundidas por losmass media.

El segundo se refiere a espacios urbanos emer-gentes de elevada calidad y consumo ambiental, cu-yos habitantes tienen una mayor capacidad paraconsumir la ciudad y para elegir lugar de residenciay de trabajo, suelen vivir y trabajar en el mismolugar, tienen trabajo estable y seguro y habitan enviviendas desahogadas y de tipologıa horizontal. Nose puede entender la existencia de cada uno de esosespacios sin entender la relacion desigual que se es-tablece entre ellos. Al respecto Heitkamp (1992b:3–12) plantea como:

. . . el desequilibrio territorial entre lugares de resi-dencia y lugares de trabajo favorece a las capas conmayor nivel adquisitivo, puesto que su solvencia les per-mite considerar «la cercanıa al lugar de trabajo» comoun factor decisivo a la hora de buscar vivienda. Y quie-nes ocupan los centros se consolidan como los que sehacen con el control de los recursos que permiten man-tener las diferencias entre ellos y los que estan en lasregiones perifericas. Los primeros pueden adoptar unagran variedad de formas de aislamiento social para man-tener la distancia de los demas que son tratados comoinferiores o extranos.

122Existe una amplia literatura que muestra esa correlacion,al respecto puede consultarse Harvey (1970), Pahl (1987),Leal (1990, 1994a) y Castells (1991).

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Giddens, 1995b:131), citado por Perulli (1995:39)

Ello nos lleva a una nueva distincion entre unauto-aislamiento voluntario y un aislamiento forza-do que refuerza el concepto de dualidad entre sec-tores con determinados rasgos internos de homoge-neidad.

Por ultimo, y mas particularmente, en referenciaal caso de Madrid como contexto metropolitano enel se inscribe la presente investigacion, los trabajosde Jesus Leal (1990, 1994a) muestran claramentelas repercusiones y consecuencias que sobre este te-rritorio tienen los efectos de la dualizacion de la ciu-dad. Ası, la accesibilidad diferencial a los recursos(en un sentido multiple: promocion social, educa-cion, equipamientos, puestos de trabajo de calidad,espacios de calidad ambiental, etc.) tiende a incre-mentarse de tal forma que se produce una mayordesigualdad social que viene marcada por la pola-ridad en el espacio: en el caso de Madrid (tanto anivel regional como en el municipio) entre el Nortey el Sur.

6.4 La periferia social: condicion y opor-tunidad (la problematica confiere laoportunidad)

La nocion de periferia alude a un importantecambio en la significacion del mismo en la teorıa ur-banıstica que se sintetiza en una perdida del valorlocativo (locus, lugar). Se trata de una transforma-cion sustantiva que articula una doble perdida delvalor del lugar:

1. Independencia localizacional (la situacion te-rritorial ya no es determinante).

2. Perdida del valor funcional respecto a la ciu-dad y la metropoli (ya sea por declive demo-grafico de su poblacion, deterioro del parqueinmobiliario y congestion urbana —caso delos centros historicos—, ya sea por la existen-cia de emplazamientos industriales en declive,grandes espacios vacıos degradados y mano deobra excedentaria —caso de zonas perifericasfısicas). Hecho que se complementa con la ad-quisicion de un nuevo caracter para estos es-pacios y que no es otro que convertirse en lu-gares de paso anımico y fısico.

Visto en una perspectiva temporal, se apreciauna evolucion que pone de manifiesto como la con-fluencia propia de los anos 60–70 entre periferia fı-sica y social (lejanıa mas distancia social) se troca,a partir de los 80, en un cambio del caracter perife-rico entendido ahora ya como segregacion social debarrios y distritos de las grandes ciudades. Perife-ria designa, pues, una condicion economica y socialconnotada de exclusion en donde confluyen multi-ples quiebras que se han venido sucediendo en el

espacio y en el tiempo sin haber llegado a resol-verse las sucesivas crisis (urbana, economica, social,ambiental) que se han ido superponiendo. Y de don-de cabe concluir que a medida que se ha acortadoel alejamiento en el espacio, se ha incrementado elalejamiento en el interno de la estructura social. Lasnuevas inversiones de la ciudad que aspira a compe-tir en el marco de la globalizacion, se concentran endeterminados espacios (no necesariamente centra-les) de la metropoli en detrimento de otros espaciosque pierden actividad y dinamismo y, poco a poco,van acumulando los efectos de la globalizacion. . .Algunos barrios en los que se acumulan estos pro-cesos se convierten en enclaves desconectados don-de la reestructuracion economica, dominada por laglobalizacion, dificulta en muchos casos el manteni-miento y desarrollo de tejidos empresariales locales,que son fundamentales para la dotacion de empleoy para que las ciudades cuenten con ambientes pro-ductivos atractivos en un contexto de descentraliza-cion productiva como el actual (Agenda HabitatII, 1996: 14)123.

Los barrios y distritos de la periferia social seconfiguran como trastienda de la metropoli esca-parate, ya tengan una ubicacion geografica central,ya tengan una ubicacion geografica periferica. Esteultimo tipo de espacio, que es en el que nos va-mos a centrar, es donde se acumulan todos aque-llos elementos y piezas urbanas no deseables parael conjunto de la ciudad: industrias desmanteladas,tejidos residenciales introvertidos, aislados o margi-nados, vertederos e instalaciones militares anacro-nicas, todo ello en cohabitacion con viejas y nue-vas infraestructuras viarias descomprometidas conlos entornos que atraviesan que muchas veces sonverdaderas barreras infranqueables. El conjunto te-rritorial muestra un sumatorio de piezas inconexas,una estructura urbana no articulada.

De este modo los espacios de periferia social quequedan sumidos en un grave proceso de deterioro,descabalgados de la planificacion, aunque integra-dos en la estructura urbana, o mejor dicho atra-pados entre el crecimiento del centro urbano deci-sional de las ciudades y los suburbios emergentes—autenticos nucleos secundarios de centralidad—,han perdido su funcionalidad y carecen de cualquiertipo de centralidad que les permita instituir su pro-pia identidad. Se nos presenta ası la periferia socialcomo un espacio-hendidura que no conecta ni con elnivel ciudadano, ni con el metropolitano, corte don-de se arraciman las carencias y la practica secciona-dora de un crecimiento urbano poco o nada atentoal desarrollo mismo de los barrios que integran laurbe. Lugar sin referencias o hitos de ciudadanıa, loque se traduce en una dependencia unidireccional

123En este mismo sentido J.M. Delarue (1991) analiza enun informe sobre la situacion de las periferias urbanas france-sas el papel negativo, desde el punto de vista de la integracionsocial, que la desaparicion de industrias y comercios provoca(Tobıo, 1996: 64).

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(que esconde un amplio gradiente de dependencias asu vez, segun los barrios) que les convierte en origenpero no destino (mas alla de sus moradores). La no-cion de periferia la entendemos por tanto como unespacio complejo y desarticulado en una doble se-cuencia dentro/fuera de sı mismo. Ambito sin valorde lugar, que enuncia al mismo tiempo una condi-cion social con rasgos de exclusion y una condicionambiental con rasgos de degradacion.

Por ultimo, tenemos que dejar constancia, aun-que sea breve, de la magnitud de este fenomenoque tiene un peso muy relevante en nuestras ciuda-des occidentales. Ası lo manifiesta Roland Cas-tro (1990: 283) cuando afirma, para el caso deFrancia, que se trata de barrios que suelen represen-tar la tercera parte o la mitad de la ciudad. Mien-tras, en Espana, un reciente informe oficial124 cuyametodologıa125 se dirige a detectar mediante filtrosaquellas secciones censales126 de ciudades espanolascuya poblacion se ve afectada por diversas variablesinterrelacionadas de desfavorecimiento social, mues-tra como el numero de secciones censales desfavo-recidas son 4.304 de un total de 17.988 existentesen los municipios mayores de 20.000 habitantes. Enestas secciones viven 5,8 millones de habitantes delos 25 millones de habitantes de estos municipios, esdecir el 23,2% de su poblacion, y aproximadamenteel 15% de la poblacion nacional. Si se toman comoreferencia los municipios de mas de 100.000 habi-tantes, se han identificado 277 Barrios Desfavoreci-dos con una poblacion de 2.220.000 habitantes quesuponen el 13,6% de los 16.370.000 habitantes queviven es estas ciudades127.

La periferia como territorio de oportunidad

La crisis social de la ciudad, que se despliegacomo problematica compleja, en estos espacios deperiferia social presenta segun numerosos estudiosuna incapacidad desde su interior para superar lasituacion de declive. La falta de autonomıa polı-tica y economica, la excesiva dependencia de sushabitantes de factores ajenos al propio territorio,

124A peticion de la OCDE a los distintos paıses miembrosse elabora en nuestro paıs el primer Informe Espanol So-bre Barrios Desfavorecidos. Documento provisional. Subdi-reccion General de Estadıstica y Estudios; Subdireccion Ge-neral de Urbanismo. Ministerio de Fomento (difusion restrin-gida) (1997).125La informacion utilizada ha sido la derivada de los Cen-

sos de Poblacion y Vivienda de 1991 elaborados por el Insti-tuto Nacional de Estadıstica, tomando como punto de parti-da la informacion a nivel de seccion censal.126Una seccion censal es una unidad territorial definida en

base a criterios operativos para el trabajo de campo en lasoperaciones estadısticas, que se define en base a criterios devolumen de poblacion. El tamano medio de una seccion cen-sal ronda los 1.500 habitantes y cuando el tamano es excesivo(en torno a 3.000) se divide en dos.127Cabe advertir que estos datos solo incluyen a los barrios

que superan los 3.500 habitantes, por lo que han quedado ex-cluidas todas aquellas unidades y secciones censales aisladasque no alcanzaban esos valores.

el desfavorable punto de partida expresado en losmultiples indicadores de semi-exclusion o exclusionsocial que les dificultan el acceso a los recursos ybienes que preconiza el modelo metropolitano, y lafalta de articulacion del territorio, vienen a mani-festarse en procesos sociales que impiden el desarro-llo de una organizacion social capaz de afrontar lascondiciones adecuadas de existencia de los ciudada-nos. La destruccion de tejidos economicos y socialeshan llevado a una perdida de cohesion y en muchoscasos a una desvertebracion social que se expresaen sentimientos de inseguridad vital, en situacio-nes de desarraigo, y a veces en una conflictividadexplosiva y espontanea. Este aspecto, como plan-tea Castells (1991: 99) haciendo referencia a losefectos del predominio de la Ciudad Dual, «solo severa contrarrestado por el impulso de la tendenciacontraria representada por una sociedad local mo-vilizada, organizada y consciente de sı misma».

Sin embargo, los analisis en ese sentido paranuestro paıs no son nada halaguenos. Segun el In-forme Espanol para la Agenda Habitat II no existeen Espana una cultura de la intervencion publicaapropiada, ni unas estructuras institucionales adap-tadas, ni unos criterios de coordinacion de los dis-tintos niveles administrativos, para adecuar los re-cursos y la capacidad tecnica de los gobiernos lo-cales a la resolucion de los problemas de las peri-ferias urbanas. Pero ademas, como causa y efectode lo anterior, se manifiesta una insuficiencia de lasiniciativas y capacidades del sector empresarial, alque hay que anadir la inexistencia en Espana de unsector sin animo de lucro poderoso, capaz de llevara cabo operaciones urbanas de alto nivel tecnico yfinanciero. El sector no lucrativo urbano se centrabasicamente en procesos reivindicativos y de ayu-da mutua, siendo muy reciente el desarrollo de unsector asociativo urbano con claro impacto en laprestacion de servicios sociales en la construccionde la ciudad (Agenda Habitat II, 1996: 26).

No obstante, desde la perspectiva dialogica en laque nos inscribimos, nuestra tesis consiste en confir-mar la emergencia de respuestas, de reorganizacion,de recomposicion de redes sociales, que se inscribenen una accion compleja (praxis urbana) tendente ala recuperacion de la ciudad y de lo ciudadano. Dehecho, el mismo informe espanol de la Agenda Ha-bitat II reconoce que paralelamente se mantiene enmuchos barrios de periferia social una alta cohesionsocial, a pesar de su degradacion ambiental y decli-ve economico, manteniendose mecanismos de inte-gracion social que, a veces, tienen escasa expresionorganizativa (Agenda Habitat II, 1996: 169), pe-ro que sobre todo, como habra oportunidad de ver,tienen un escaso reconocimiento institucional y muylimitados soportes y canales que faciliten su conso-lidacion y extension. Por otra parte y considerandola falta de articulacion fısica de los espacios periferi-cos, precisamente esta desarticulacion, la naturale-

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za de los elementos urbanos inconexos, los grandesespacios vacıos o cuasi urbanizados, le confieren lapotencialidad y la oportunidad de llegar a ser, de su-perar la fragmentacion y degradacion urbana paraestablecerse como parte organica de la ciudad, peroesta vez con mayor autonomıa e identidad. Es decir,la fisonomıa, que aun no ha llegado a ser un valorde calidad urbana, que es potencia, que es oportuni-dad, de lo que precisa es de una organizacion socialcapaz de adaptar el entorno a las necesidades de losciudadanos.

Son paradojicamente los valores de la globaliza-cion los que nos llevan a los valores universales dela satisfaccion de las necesidades humanas, y entreellos a los valores que se oponen a los riesgos provo-cados por las externalidades sociales y ambientales.De ahı la preocupacion y el interes por afrontar loque se consideran retos de la humanidad, que sonretos de las grandes metropolis. Cualquier defini-cion de los retos que deben afrontar las ciudades —desarrollo sostenible, derecho a la ciudad. . . — ne-cesitan de una definicion de un proyecto sobre elmodelo de ciudad que permita la consecucion deprocesos de Calidad de Vida (aspecto que se de-sarrolla en el Apartado 9 (p. 161)) pero que pasa,desde la perspectiva que aquı se defiende, por unsentido de la reorganizacion de la ciudad en gene-ral, y de la periferia social en particular, que apuntauna nueva perspectiva encaminada hacia una praxisurbana emergente, y que en lo fundamental se basaen los siguientes criterios:

1. De territorializacion: que implica la determi-nacion de las escalas adecuadas para alcanzarcuotas de autonomıa en base a los propios re-cursos disponibles localmente.

La autonomıa y la independencia —como afirma

Antonio Estevan (1994:71)— no implican aisla-

miento, ni reducen las posibilidades de intercam-

bio cultural y de colaboracion entre toda clase de

grupos y comunidades. Antes al contrario cons-

tituyen condiciones imprescindibles para el inter-

cambio y la colaboracion igualitaria, libre de to-

da clase de subordinacion, y por tanto igualmente

fructıfera para todas las partes que colaboran. . .

Y, sobre todo, esa produccion debe ser generada

y consumida fundamentalmente en el plano local,

que es en el que se expresan las necesidades hu-

manas. . .

En consecuencia es tambien necesaria la bus-queda de una articulacion de caracter recıpro-co entre las diferentes escalas y ambitos. Eneste sentido el principio de subsidiariedad ode proximidad y de accesibilidad a la gestionpublica sera determinante. Aparece un dobleplano que debe articularse, por un lado unosgobiernos locales capaces de obtener recursosy autonomıa suficiente para poder responder a

las necesidades locales, por otro una economıade caracter local y social que sea mas suscep-tible de dar respuesta a esas mismas necesi-dades locales, al tener mayor capacidad paracrear un tipo de empleo de caracter intensi-vo128, altamente diversificado, y un empleode calidad que apunte a la democratizacionde las estructuras productivas y la recreaciondel propio tejido social.

2. De complejidad y coexistencia: Significa laasociacion de diferentes elementos a distintosniveles, abandonando la idea del elemento do-minante o del elemento unico y acogiendo laidea de la diversidad. Consideramos dos nive-les:

A nivel de los sectores. Este primer ni-vel apunta una estrategia de integracionen los sectores, es lo que Paolo Peru-lli (1995) ha denominado como la buenamezcla social de las distintas esferas (so-cial, economica, polıtica), de las distin-tas funciones urbanas (producir, consu-mir, reproducir), de los distintos sectoressociales (nivel de rentas, etnicos, demo-graficos).

A nivel de los agentes sociales. Se refie-re, por un lado, a una integracion en losprocedimientos donde la coordinacion delos recursos institucionales permita unaeficacia en la resolucion de los deficits ur-banos, ambientales, democraticos. . . ; yen un segundo plano se vendrıan a esta-blecer los canales que permitan la apro-piacion del espacio, de las actividades,de los procesos, por parte de un sujeto-protagonico (sujeto-en-proceso) con res-ponsabilidad y capacidad para partici-par activamente en las decisiones que lesafectan. Lo que significa integrar a losciudadanos y a sus organizaciones garan-tizando el acceso a la informacion, a lasinstancias de discusion y planificacion, ya los organos de decision. Aparece unadistincion entre participacion pasiva (loque llamarıa Lefebvre (1974) la dife-rencia inducida) y la participacion acti-va (lo que llamarıa Lefebvre diferenciaproducida). La primera se inscribe masen los procesos limitados de informa-cion (unidireccional), la segunda desarro-lla procesos de comunicacion (bidireccio-nal o multidireccional) y constituye unaracionalidad superior, la de la democra-cia urbana (Lefebvre, 1980: 147–148).

128En general las ocupaciones de servicios y asistencias per-sonales, de proximidad, ofrecen un trabajo de tipo mas in-tensivo (trabajo vivo) que un tipo de trabajo tecnologizado(trabajo muerto).

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La comunicacion urbana en un sentidoprofundo (los sujetos y los agentes so-ciales son al mismo tiempo receptores yemisores) remite a la existencia de redesen el tejido social que son densas, inten-sas y continuas (el concepto de redes lodesarrollamos mas adelante en el Apar-tado 7 (p. 104)), unica manera de per-mitir una participacion activa de un su-jeto activo (Agenda Habitat II, 1996:60). Como veremos, las redes sociales sonsistemas de comunicacion (Alguacil &Denche, 1993: 83–99) donde la transmi-sion de ideas, de propuestas, de proyec-tos, de programas. . . se produce a travesde intermediarios mas o menos establesque las mas de las veces son organizacio-nes comunitarias y asociaciones. Tantolas redes del tejido social, como las redesdel tejido asociativo actuan como factorde integracion, «casi —afirmara Peru-lli— como un equivalente funcional dela ciudadanıa (. . . ). La red puede repre-sentar un principio de organizacion al-ternativo respecto a la ciudad polariza-da. . .» (Perulli, 1995: 41–42).

3. De cooperacion. Implica un tercer plano comoconnotacion de los niveles anteriores. Aparecela articulacion en los procesos como necesidadde integrar la innovacion tecnica y urbana conla coexistencia, las nuevas tecnologıas con lapotencialidad de la existencia de diversidad.Los procesos de analisis de las condiciones deexistencia, de decision polıtica y de evaluacionde los efectos internos y externos, no puedenexcluir la diversidad, la mezcla social y la par-ticipacion activa si es que el objetivo es desa-rrollar potencialidades y aprovechar oportuni-dades que sean capaces de crear ocasiones decooperacion, moderando ası la competicion.La planificacion urbana esta llamada a resol-ver multiples problemas urbanos atendiendoa las necesidades sociales y a la calidad devida y para ello debe permitir la praxis urba-na, haciendo pasar «la tecnica a la practica, yla clave esta en suscitar en los ciudadanos engeneral y en los agentes urbanos en particu-lar, una toma de conciencia» (Ledrut, 1987:235). Recuperar la cultura de la planificacionbasada en la complejidad significa suavizar lacompeticion y ampliar la cooperacion tanto enel ambito intralocal como en el extralocal.

Bajo estos criterios de revalorizacion de la ciu-dad, en los ultimos quince anos han surgido inicia-tivas de gestion ciudadana y comunitaria de nuevotipo en el escenario urbano periferico que combinanmultiples funciones encaminadas a la satisfaccionde las necesidades humanas. Recogen la cada vez

mayor expresion multisectorial de los ciudadanos ylo hacen especialmente desde su capacidad de inser-tarse en ambitos de barrio, de recrear el entorno, desu capacidad para la integracion economica de lossectores vulnerables y su capacidad para recrear lasocialidad y redes sociales abiertas. Su emergenciava aparejada a las nuevas transformaciones socia-les y economicas de las grandes ciudades en las quese descubren multiples formas de organizacion eco-nomicas129 y no economicas que contribuyen a larecuperacion de la ciudad.

Estas nuevas iniciativas que surgen fundamen-talmente en espacios de periferia social que son unarespuesta al sentido perverso de la mundializaciony de la metropolitanizacion. Inscritas en el ambitolocal son, sin embargo, experiencias que recogen lasnuevas perspectivas de la problematica global. Soniniciativas que adoptan nuevos valores y otro tipo denecesidades de corte mas radical, ya no se trata tan-to de reivindicar como de poner en practica aquelloque se plantea. Se interrelacionan necesidades ma-teriales con las culturales de ejercer una presenciadirecta de los afectados en los temas que les concier-nen. Superando la limitada estrategia reivindicativales importan mas la autovaloracion, la apropiacion,la autogestion o el control a pequena escala queunos logros cuantitativos espectaculares. Son nue-vos movimientos que se recrean en nuevos aspectoscomo la sostenibilidad ambiental, la calidad de vi-da y la corresponsabilidad, aspectos todos ellos querefuerzan el sentido de la complejidad en ambitoslocales. Precisamente, en el contexto de los paısesoccidentales estas pequenas iniciativas que se plan-tean la «rehabilitacion urbano ecologica y social» delas ciudades vienen de la mano de la necesidad deafrontar la problematica social y ambiental a travesde nuevas formas de hacer y entender la polıtica,de nuevos modelos de gestion, de la integracion delos sujetos en el espacio y en los procesos. En todocaso, la emergencia y consolidacion de esas nuevasformas para reencontrar la ciudadanıa parece quenecesitan de una nueva cultura de la intervencionpublica que abra la posibilidad de dar servicios tandiversificados como sea posible.

Partimos, pues, del siguiente diagnostico: ennuestro modelo social aparecen lagunas entre sub-sistemas diferentes, terrenos de nadie, resquicios queno interesan a la accion crematıstica del Mercado ydonde la intervencion del Estado no ha llegado aun,o es incapaz de llegar adecuadamente para satisfa-cer las necesidades de sectores o, incluso, las nuevasnecesidades emergentes del propio sistema. La in-

129Segun Enzo Mingione (1994: 545) «. . . hay un consis-tente incremento del numero de actividades por cuenta pro-pia y en pequena escala, que no expresa fuertes tendenciashacia la concentracion y la seleccion, sino mas bien hacia for-mas crecientemente complejas de estructuras basadas en lacooperacion. Esto no solo minimiza las tendencias polariza-doras, sino que tambien amplıa el acceso a la innovacion y ala alta tecnologıa para los pequenos agentes y para los recienllegados».

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tervencion publica tiene pocos reflejos, voluntadesy disponibilidades financieras inmediatas para darrespuesta con rapidez a los nuevos retos de un mun-do que es cambiante y cada vez con mayor rapidez.Pero sı tiene oportunidad de reconocer, potenciar yapoyar con discriminaciones positivas lo que se hadado en llamar como Tercer Sector, en particular, locomunitario como sector con capacidad de desarro-llar sus propias fuerzas para intervenir en procesosde reparacion y proyeccion social y ambiental.

Desde esos presupuestos pretendemos resenar laemergencia de algunas experiencias e iniciativas dedemocracia participativa, de economıa social y lo-cal, con base ambiental. . . que pueden ser un nuevoreferente, y con ello iniciar el encuentro e intercam-bio de esas pequenas iniciativas. Si bien el debateesta abierto, parece que el marco expuesto precisa-rıa de un solido compromiso de las administracionespublicas que ponga a la gente en primer lugar, ade-cuando recursos humanos y caracterısticas del en-torno con los requerimientos del mercado laboral yde las necesidades sociales y ambientales del ambitolocal. Al respecto habrıa que decir que la inexisten-cia de una polıtica estrategica desde el sector pu-blico hacia el apoyo y la creacion de una economıasocial de amplio espectro dirigida a determinadossectores, en espacios con caracterısticas determina-das, hace que estas iniciativas, en unos casos depen-dan en exceso de voluntades polıticas particulares, yen otros que se encuentren en situacion permanentede improvisacion, confiriendole en ambos casos unasituacion de fragilidad que dificulta la superacionde los estadios iniciales.

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7 Los fenomenos emergentes co-

mo potencia: la conjuncion en-tre el Tercer Sector y los pro-cesos de desarrollo local

7.1 Introduccion

Efectivamente, en la decada de los anos ochentaemergen nuevos protagonismos sociales que han dis-currido en terminos de consolidacion de un nuevo,aunque incipiente, escenario social en la decada delos noventa. El nuevo protagonismo se inscribe en lacomplejidad, presenta una mezcla de dimensiones:territorial, economica, polıtica, cultural, ambiental,social. . . , nuevas interrelaciones (nuevas relacionesentre polıtica y territorio, entre economıa y polıti-ca, entre territorio y economıa. . . ) que posiblementeapuntan a nuevos modelos de desarrollo social. Paraalgunos teoricos nos encontramos frente a cambiossociales que significan el origen de un nuevo para-digma social. Sin embargo, su enorme diversidad, surapida evolucion y la complejidad implıcita en estosnuevos fenomenos y procesos hacen difıcil el empe-no por su concrecion y por una puesta en comunde una teorıa que los defina. Si bien, nadie pone enduda la emergencia de nuevos movimientos sociales,de nuevas formas de organizacion social, de nuevaspracticas sociales no institucionalizadas, de nuevasformas de produccion economica, de una dinamicay de un interes crecientes por la descentralizacioneconomica y polıtica, y por el desarrollo local. Ensuma, parece que se trata del desarrollo de nuevossistemas societarios complejos que representan unresurgir de un sentido relacional en el que se muevene interactuan nuevos actores sociales protagonicos.

En gran medida podemos decir que estos feno-menos emergentes se concretan en dos aspectos deenorme transcendencia, uno es mas de corte organi-zativo, y el otro es mas de caracter procedimental.El primero hace referencia a lo que se ha dado endenominar como Tercer Sector, el segundo pone demanifiesto el interes por estrategias de territorializa-cion inclinadas a realzar los procesos de descentrali-zacion economica y administrativa, y de desarrollolocal o endogeno130. Precisamente en la confluen-

130Algunos autores han puesto de relieve el creciente pro-tagonismo de las iniciativas de los gobiernos locales en lapromocion del desarrollo local como alternativa a la crisisestructural (Allende, 1987: 79-97), ası en expresion de Jo-se Arocena: «Actualmente la dimension local ocupa un lu-gar de gran importancia en la accion o en los programas delos gobiernos. . . En todas estas tendencias actuales hay unafuerte valoracion de lo local como la dimension social perti-nente cuando lo que se busca es aproximarse lo mas posiblea lo real», por otro lado, este «desarrollo de las sociedadeslocales suponen procesos de generacion de actores capacesde iniciativa» (Arocena, 1989: 123-128). Para Piore y Sabelesta nueva dinamica de desarrollo con base local se presentacomo un nuevo paradigma de desarrollo economico (Piorey Sabel, 1990). Ademas, esas nuevas polıticas desarrolladaspara afrontar la crisis estructural no pueden separarse del

cia de ambos, en el solapamiento interactivo entrelas Organizaciones del Tercer Sector y el DesarrolloLocal se abre esa nueva dimension donde nos enmar-camos, sobre todo porque ello implica el desarrollode aquellos procesos de desburocratizacion que po-sibilitan una imbricacion de los procesos tendentesal acercamiento a una optimizacion de la Calidadde Vida a traves de una creciente potencia131 de laPraxis Urbana132. Veamos esto mas detenidamentea traves de la naturaleza de estos fenomenos y lascausas que les hacen ser fenomenos emergentes.

7.2 El Tercer Sector: un sector conidentidad propia

El desarrollo de movimientos y organizacionesemergentes, su extrema diversidad y variedad encuanto a ambitos y sectores de intervencion, encuanto a dimensiones de las mismas, formas, estruc-turas y contenidos; y su extrema flexibilidad, quehace imperceptible la separacion entre lo que sonorganizaciones sociales y lo que son movimientos so-ciales, ha sido lo que ha llevado a una delimitaciony definicion del Tercer Sector por simple exclusionde los otros sectores que conforman el sistema so-cial. La definicion mas ampliamente repetida por lamayorıa de los teoricos que se aproximan a este fe-nomeno es la que ya apuntara Weisbrod (1988): elTercer Sector es, por un lado, una respuesta combi-nada al retroceso en las prestaciones sociales que sederivan de la crisis del Estado del Bienestar, y porotro son aquellas estructuras de autodefensa fren-te a las externalidades sociales provocadas por elLibre Mercado. Se viene a definir, por tanto, comotodo aquello que ni es Estado (no es lo publico), nies Mercado (no es lo lucrativo). Para diferenciarlodel Estado se ha extendido la denominacion de Or-ganizaciones No Gubernamentales (ONG), sin em-bargo, ello no serıa en absoluto determinante en elhecho de ser capaces de superar el riesgo de mercan-tilizacion de las Organizaciones No Gubernamen-

creciente desarrollo de aquellos procesos de descentralizacionadministrativa que tanto ha destacado Jordi Borja (1987),y que este autor viene a explicar como nuevas maneras dereconocimiento de la potencialidad de unas iniciativas emer-gentes con base local que presentan una capacidad propia deautonomıa.131Recordemos que el concepto de potencia se entiende aquı

tal y como sugiere M. Maffesoli (1990) en El Tiempo de lasTribus. Maffesoli en referencia a los procesos sociales emer-gentes que apuntan a una nueva socialidad, mantiene queesta viene acompanada de una potencia social en expansionque se proclama como alternativa frente al concepto de poder.La potencia en este sentido corresponderıa a una redistribu-cion social del mismo.132Las nuevas y crecientes practicas urbanas de los movi-

mientos ciudadanos han sido constatadas por diversos auto-res, lo que pone de relieve Vıctor Urrutia, destacando a suvez la emergencia de nuevos y viejos articuladores sociales enespacios urbanos y mas particularmente en espacios de peri-feria urbana donde se verifica el desarrollo de nuevas pautasde socialidad orientadas a la busqueda de la identidad cultu-ral, ası como al fortalecimiento de la conciencia comunitaria(Urrutia, 1994: 245-246).

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tales. Para diferenciarlo del Mercado se hace refe-rencia a la Organizaciones No Lucrativas (ONL),lo que igualmente no es un determinante para su-perar los procesos de burocratizacion y regulacionque el Estado puede infligir a estas OrganizacionesNo Lucrativas. Desde esa perspectiva el Tercer Sec-tor construirıa su identidad (una seudo-identidad)en funcion del papel asignado desde la racionalidadseparada de los otros dos grandes sectores, lo quesignificarıa una permanente subsidiacion o tutela deestos, sin permitirle, en definitiva, el dotarse de losrecursos propios para escapar a la bipolaridad querepresentan ambos.

Sin embargo, junto a Pierpaolo Donati (1997)venimos a comprobar que el Tercer Sector, enten-dido como potencia, no puede considerarse comomero anadido a la sociedad (Estado-Mercado), sinoque es una realidad intrınseca a la sociedad que tie-ne y que puede desarrollar su propia logica frente ala dinamica de los otros dos grandes sectores tradi-cionales. Esta logica propia alcanza su maduracioncon la consecucion de una autonomıa suficiente co-mo para ser protagonistas de la transformacion desu medio fısico y social, en definitiva, de si son ca-paces de crear las condiciones para establecer unacultura propia que se inscriba en la dinamica delcambio social. Al respecto, afirmara Donati que «elTercer Sector expresa el surgimiento de la raciona-lidad social antes de que esta presente valores deintercambio (en el mercado) y antes de que llegue aser objeto de regulacion polıtica y jurıdica (por par-te del Estado) [. . . ] el Tercer Sector se correspondecon las exigencias de un tercer punto de vista, di-ferente del individual (liberal) y del holıstico (esta-tal), que se centra en las relaciones sociales comotales» (Donati, 1997: 116). Si bien es verdad quela construccion teorica del Tercer Sector no puederealizarse sino de una forma contrastada y distinti-va frente al sector publico y el mercado, tampocoes menos cierto que una gran parte de las Organi-zaciones que conforman el Tercer Sector tiene suspropios objetivos y estrategias, sus propias funcio-nes, y tambien crean unas formas y unas estructurasde ser, estar y desarrollarse que se situan en las an-tıpodas de lo que vienen a significar las practicasdel Estado y del Mercado.

En todo caso, los objetivos y las estrategias delas Organizaciones del Tercer Sector, lejos de plan-tearse una disolucion o retroceso de los otros secto-res, sı implica una vision muy particular tendentea profundas transformaciones de los mismos. Esastransformaciones, respecto al Estado, en ultima ins-tancia se dirigen, por un lado, hacia una defensa delas estructuras del Sector Publico, lo que conllevauna defensa del sentido redistributivo que represen-ta el Estado de Bienestar. Por otro lado, se va masalla del propio Estado del Bienestar en la pretensionde incidir en la regulacion y en los procedimientosdel mismo, se pretende una proyeccion del desarro-

llo del Estado del Bienestar ampliando la democra-tizacion en sus estructuras y estableciendo canalesadecuados para la participacion social. Igualmente,respecto del mercado y del mundo de la empresa, seproclama una etica de la produccion y del consumo,y un mayor control social a traves de procesos dedemocracia laboral y de autogestion.

Precisamente la diversidad de perspectivas llevaa distintas explicaciones teoricas sobre el papel ajugar por el Tercer Sector. Estas, sin ser totalmen-te contrapuestas, sı tienen implicaciones discordan-tes133. En todo caso, creemos que hay que despe-garse de la perspectiva que desde una sublimacion-aceptacion de la logica de la sociedad dominante(Estado-Mercado) explica la emergencia de nuevasiniciativas ciudadanas exclusivamente como aque-llos fenomenos que se encuentran en corresponden-cia con los propios procesos de regulacion del mode-lo social en el sentido de que son de adaptacion a losrequerimientos-necesidades del Estado y del Merca-do. Aspectos, que por otro lado, aportan crıticasnecesarias al comportamiento de organizaciones so-ciales, instituciones y empresas, pero el Tercer Sec-tor no se puede valorar en funcion de la logica de losotros sectores ni de los parametros que se utilizanpara comprender su dinamica, tambien se deberıacontemplar con mayor profusion que los procesoshan de ser comprendidos en las condiciones desfa-vorables marcadas por un contexto de un sistemasocial en el que estas organizaciones se ven obliga-das a desenvolverse.

De hecho, partimos de que es innegable que lasOrganizaciones del Tercer Sector tienen unas fun-ciones claramente diferenciadas de las funciones delEstado (reguladoras) y del Mercado (de acumula-cion). Las funciones del Tercer Sector, que trata-mos mas adelante, son muy diversas, pero propiasde el (aunque no todas son exclusivas); y de estasconviene destacar y adelantar ahora las relativas ala distribucion social del poder y a la extensidad eintensidad del mundo relacional y de la solidaridad(lo que se ha dado en llamar bienes relacionales). Setrata esencialmente de unas funciones que se apoyanen un soporte de naturaleza equilibradora e integra-dora basadas en nuevos valores eticos y humanistas.

Otro elemento identitario del Tercer Sector leviene dado del papel que juega en la recuperacionde la existencia de un Cuarto Sector que precisa-mente le da aun mas sentido. Ese Cuarto Sector,apuntado por Donati (1997), se refiere a las redessociales de orden primario, es decir, al mundo delas relaciones de los sectores informales, las redesde amigos, vecinos y familiares cuyas funciones, ypor tanto existencia, se vieron mermadas y amena-zadas con el despliegue, tanto del Mercado comodel Estado. «Desde esta optica —expresara Dona-

133Respecto a las diferentes posturas valorativas sobre elTercer Sector nos remitimos al repaso que realiza P. Dona-ti (1997: 133-137).

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ti (1997: 129)—, el rol societario del Tercer Sectoraparece como un sistema de relaciones de intercam-bio (tradde-offs) con los otros tres sectores. El Es-tado, el Mercado y el Cuarto Sector [. . . ] necesitanunos recursos que son esenciales para ellos y quesolo el Tercer Sector les puede ofrecer [. . . ] Tales in-tercambios se comprenden considerando a las Orga-nizaciones del Tercer Sector como sujetos de media-cion entre el individuo y la colectividad en general,que consiente y promueve el desarrollo de las per-sonas en un contexto primario de vida». Es decir,el nuevo escenario que se vislumbra con el desarro-llo de un Tercer Sector supone una reconfiguracionde las relaciones entre los ciudadanos, la SociedadCivil y el Estado.

Finalmente, es la conjugacion entre los nuevosmovimientos sociales134 y las redes del tejido socialla que crea condiciones que posibilitan el surgimien-to de nuevas organizaciones ciudadanas, que juntoa esos nuevos movimientos conforman ese comple-jo Tercer Sector. Mientras los denominados nuevosmovimientos sociales recogen los valores de caracteruniversal y afrontan problematicas mas globales, lasOrganizaciones —que generalmente surgen de aque-llos movimientos, pero con un caracter mas proclivea la practica e intervencion en lo concreto, por tan-to, de una naturaleza mas particularista— tienen lacapacidad operativa de aplicar los valores universa-les a las condiciones concretas del espacio social yde los ambitos locales. Los movimientos sociales tie-

134Desborda nuestras pretensiones adentrarnos en el desa-rrollo teorico de lo que se ha venido en designar como NuevosMovimientos Sociales. Para un compendio y desarrollo teori-co muy completo nos remitimos al trabajo realizado por Jor-ge Riechmann y Francisco Fernandez Buey (1994): Re-des que dan libertad: Introduccion a los nuevos movimientossociales, y al numero monografico de la Revista Documenta-

cion Social n. 90 (VV.AA., 1993) dedicada a Los Movimien-

tos Sociales Hoy . En todo caso queremos hacer enfasis entres aspectos que quedan recogidos en los trabajos citados:en primer lugar la consideracion de los nuevos movimientossociales como agentes colectivos que activan e intervienenen los procesos de transformacion social: en segundo lugar,en la idea de que los movimientos sociales son sistemas decomunicacion que se desarrollan y se articulan a traves deredes; en tercer lugar, la idea que contempla como desdela complejidad (diversidad interactiva) propia de los nuevosmovimientos sociales se afronta la praxis desde la propia com-plejidad del medio social. En ese sentido, de como se asumela consecucion de la Calidad de Vida. Como sıntesis, desdeestos aspectos se proyecta un cuarto punto que se refiere ala ampliacion y reformulacion de la democracia, lo que seexpresa en su capacidad demostrada para reducir la esferade las decisiones estatales, y desde su capacidad para abrirespacios publicos de accion polıtica y social no institucional,sobre todo a escala local (Pastor, 1998). Segun expresa Jai-me Pastor «El proposito de esos movimientos alternativosserıa ir construyendo un minipopulus, una masa crıtica, pa-lanca de apoyo para ir construyendo un bloque social masamplio, capaz de poner en pie programas de transformacionsocial en los que la democracia y las libertades se extiendany no se reduzcan» (Pastor, 1998: 257-258); otros autores ha-blan de la necesaria orientacion de las energıas sociales delTercer Sector hacia una repolitizacion que vaya mas alla decubrir los defectos derivados de la reconversion del Estado(Alonso y Ariel, 1997).

nen mas capacidad de enfrentamiento con el Estadoy con el Mercado, y las Organizaciones tienen mascapacidad de complementarse con los otros sectores.Ello no es contrapuesto, los movimientos sociales ylas organizaciones sociales se refuerzan mutuamen-te, son una sıntesis que viene a representar distintosniveles del modelo societario o «civismo posmoder-no», que dirıa Donati. La mediacion social es unrasgo comun; aunque se produzca en distintos ni-veles, tiene objetivos ultimos (democracia partici-pativa) y funciones inmediatas (bienes relacionales)comunes y es un producto de las mismas condicio-nes y presenta cualidades genericas equivalentes enambos fenomenos.

7.3 Las condiciones de surgimiento ycaracterısticas del Tercer Sector

No se podrıan entender las caracterısticas y cua-lidades del Tercer Sector sin hacer referencia alas causas que hacen de el un fenomeno emergen-te. Es bastante evidente que las condiciones com-plejas (economicas, sociales, culturales, ambienta-les. . . ) que lo originan se gestan en el propio con-texto creado bajo la modernidad. La dialogica, ladialectica, la ambivalencia o la paradoja manifiestansiempre ese doble sentido que guıa a los multiplesfactores que determinan esas nuevas realidades. Esdecir, es en la propia modernidad donde se generanlos fenomenos, y es la propia realidad la que provocalos propios procesos sociales que la ponen en cues-tion. Tanto los avances de corte tecnologico y mate-rial, que tambien ponen en evidencia los deficits enla satisfaccion de las necesidades basicas (debido aldesigual acceso a los mismos), como los avances decorte posmaterial (posadquisitivo o posconsumistasegun distintos autores) que han permitido la ma-yor capacidad del sentido crıtico, se encuentran enla base del desarrollo de los movimientos y de lasorganizaciones sociales de nuevo tipo. Ası, tanto elEstado como el Mercado (y la sociedad en su con-junto) han generado expectativas que son incapacesde satisfacer adecuadamente. Por un lado, el Esta-do Social de Derecho ha proclamado, a la vez queha sido incapaz de extenderlos, la universalizacionde los derechos sociales, mientras que el mercado haproclamado la sociedad del consumo sin permitir elacceso a la misma de una forma generalizada. Mien-tras el Estado de Bienestar se ha visto atrapado porla rigidez burocratica que imprime una Racionali-dad de Estado, el mercado no puede escapar de losmecanismos de rentabilidad y de la competitividadque imprime una Racionalidad Economica. Ambosson incapaces de generar sentimientos de identidady de identificacion en una logica que pasamos a de-nominar de Racionalidad Separada.

Mezzana (1994: 29) dice, a proposito del feno-meno asociativo en Europa, que «no es aventura-do pensar que la modernizacion haya favorecido, en

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cualquier caso, la puesta a disposicion de recursosmateriales, informativos y simbolicos, que han sidodespues [. . . ] efectivamente movilizados y utilizadoscon fines de cambio progresivo por grupos de ciuda-danos como los que estamos examinando». Ası deuna parte se pueden poner de relieve, por lo positi-vo, fenomenos como el mayor acceso a la educacion,a la formacion, a la informacion, al tiempo libre, ala creciente igualdad entre sexos, etcetera, que tie-nen su proyeccion sobre lo que se viene considerandocomo una creciente crisis de legitimidad de las ins-tituciones publicas y de los partidos polıticos135, yque tambien viene a cuestionar las limitaciones de lademocracia representativa. Y por lo negativo pode-mos poner de relieve la persistencia o incremento dela pobreza, de la exclusion social, del desempleo, dela inseguridad, de la degradacion medio ambiental,etcetera, que tienen su proyeccion sobre el cuestio-namiento de los modelos de produccion y de desa-rrollo economico. Los nuevos movimientos socialesson, por tanto, producto de esa dialogica, son pro-ducto, a la vez, de la deficiencia en la satisfaccion delas necesidades humanas y de las expectativas res-pecto de la satisfaccion de las mismas de una formaoptima, de la universalizacion de valores que igual-mente entran en contradiccion con las condicionesconcretas, con colectivos especıficos, con ambitos lo-cales. . .

En consecuencia, tanto los efectos positivos, enel sentido de universalizacion de bienes tecnologicosy valores posadquisitivos, como los efectos perversos(externalidades sociales, que llevan a la ingoberna-bilidad; y ambientales, que llevan a la insostenibi-lidad) de la metropolitanizacion, de la homogenei-zacion cultural y de la mundializacion economica,vienen a explicar la emergencia de un Tercer Sec-tor, pero todo ello tambien nos ayuda a asentar lasbases para especificar los rasgos y cualidades y tam-bien las contradicciones y riesgos propios de una«ciudadanıa societaria» —que denominara Dona-ti (1993)—, que ha de superar numerosas adversi-dades para conquistar su lugar bajo el modelo socialimperante.

Los rasgos generales caracterısticos del Ter-cer Sector

Vamos a entender por rasgos caracterısticos quedefinen al Tercer Sector aquellas funciones funda-mentales que desempena, ası como las diversas cua-lidades que desarrolla o que es susceptible de desa-rrollar en forma de principios, requisitos o criteriosconcretos y que le distinguen de los otros dos sec-tores dominantes. De estos nos interesa hacer unrepaso aunque sea en su sentido mas generico:

135Al respecto es bien conocido el trabajo de Offe (1988)que viene a mostrar el fracaso de los partidos polıticos comomediadores entre el Estado y la Sociedad Civil, situandosemas en la orbita de aquel que de esta.

En primer lugar, tenemos que considerar alTercer Sector como la configuracion de una«retıcula de redes de relaciones» (Donati, 1997:117) que le distingue —recrea su propia identi-dad— y a traves de la cual desarrolla una ca-pacidad —con estrategias y objetivos propios—para conferir un sentido de articulacion y ver-tebracion a los distintos niveles del sistemasocial. Ese papel societario le convierte en unmediador social entre los distintos sectores,que le otorga el caracter de ser productor debienes relacionales. Asimismo esas estructurasorientadas a la socialidad, solidaridad, alteri-dad y diversidad, que generan renovados valo-res eticos y practicos, representan una nuevacultura societaria de corresponsabilidad socialque implica un compromiso radical y una nue-va reflexividad. En definitiva, podemos consi-derar al Tercer Sector como un subsistema delsistema social que juega el rol de articular elconjunto del resto de los subsistemas que loconforman (Estado-Mercado-Cuarto Sector).

Ese modelo societario que, a la vez, promo-ciona y se soporta en la dinamica relacionalsignifica que nos encontramos ante procesosde caracter autopoietico, es decir, ante unasestructuras que presentan capacidad para au-torreproducirse, en unos vınculos relacionalesque producen las propias relaciones sociales yen unas redes sociales de orden superior quefavorecen o proyectan la permanencia, la in-tensidad y extensidad de las subjetividades so-ciales : de las redes sociales informales. La so-cialidad y la recreacion de las relaciones so-ciales, son un fin en sı mismo para las Orga-nizaciones del Tercer Sector, representan lasconductas posadquisitivas que se dirigen a lasatisfaccion inmediata de aquellas necesidadesexpresivas y simbolicas que permiten la cons-titucion de la identidad perdida o desvirtuada.

Los procesos a traves de los cuales los suje-tos se hacen a sı mismos, aprovechando lasoportunidades de crear condiciones relaciona-les, llevan implıcito el principio de Autono-mıa. Una autonomıa que a la vez enlaza lacrıtica y la practica, y que se basa en una re-flexividad para la accion social. Ello implica,por tanto, una independencia de los agentessociales que encarnan la presencia de los otrosgrandes sectores. De esta manera las conduc-tas denominadas expresivas136, que tambientienen su traslacion sobre la cultura organiza-tiva, nos introducen en las conductas de natu-

136Se han denominado conductas expresivas a aquellas quebuscan la propia cohesion del grupo por medio de la satis-faccion generada por las relaciones personales, de caracterafectivo y emocional y que contribuyen a generar la cohesione identidad de grupo.

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raleza instrumental137, entendiendo por estasaquellas conductas que se dirigen con su ac-cion a la consecucion de algun grado de trans-formacion social. Ası, la recreacion de la redsocial no solo es un fin en sı misma, sino quetambien es un medio para alcanzar determina-dos objetivos propuestos. En ese sentido po-demos destacar como los nuevos valores eticosy solidarios de las Organizaciones del TercerSector, unidos al interes de incorporar prac-ticas de accion social, llevan a la creacion deorganizaciones, a veces, muy operativas queresponden a requisitos de democracia partici-pativa y de transparencia en la gestion, conuna gran capacidad de adaptacion a la reali-dad social en la que se insertan, ası como conuna practica de transversalidad y proximidadque permiten una gran agilidad y flexibilidaden la implementacion de metodos y de estruc-turas.

Unos niveles optimos de autonomıa implicannecesariamente la aplicacion del principio deSubsidiareidad que viene a plantear como to-do aquello que pueda ser autodeterminado oautogestionado en un determinado nivel (infe-rior o de escala mas reducida) no debe deter-minarse o gestionarse en un nivel superior ode escala mayor. La creacion de espacios dota-dos de autonomıa social remite directamentea la dimension de una escala humana dondese hace posible la conjugacion de las conduc-tas expresivas e instrumentales. Tanto el mun-do relacional como su potencialidad transfor-madora, conllevan una participacion directaen la movilizacion de recursos propios, impli-cando a la diversidad de agentes del conjun-to social, innovando y experimentando. Aun-que para obtener una capacidad de transfor-macion global, de alternativa social y de nue-vo paradigma, como plantean algunos autores,es preciso, como se argumentara mas adelan-te, una cooperacion y coordinacion suficiente-mente intensa y extensa de las comunidadeslocales.

Desde la Autonomıa solo posible en espaciosde escala humana, donde se pueden acome-ter modelos de relaciones sinergicas y de op-timizacion de la Calidad de Vida, es desdedonde se acomete una de las funciones quemas se han enfatizado de las Organizacionesdel Tercer Sector y que se dirige a la Inte-gracion de los sectores sociales desfavorecidospor motivo de los efectos producidos por lalogica de la racionalidad separada del Estado

137Algunos autores ya han puesto de relieve como lasconductas expresivas y las conductas instrumentales nose oponen entre sı, mas bien al contrario, son conductasque se hacen inclusivas en los nuevos movimientos sociales(Montanes, 1993: 135-136).

y del Mercado. Ası, de acuerdo con VıctorRenes (1994: 147) «planteamos como criteriocatalizador del rol de las organizaciones socio-voluntarias, su intervencion en el ambito dela promocion de las condiciones que desde elnivel micro promueven los procesos de inser-cion social [. . . ] sera la funcion de favorecedorde la integracion lo que expresara su aporta-cion a la calidad de vida de los grupos quehan sido dejados al margen del dinamismo so-cial». Ello ademas supone que frente a la dina-mica corriente del Estado del Bienestar, queha proclamado una cultura meramente asis-tencial —que por otro lado nunca fue capazde hacer beneficiarios a todos los sectores so-ciales de riesgo—, dirigida a sujetos pasivose incapaz de establecer mecanismos reales desuperacion de las situaciones de marginacionsocial, se establece, desde el Tercer Sector otracultura participativa que crea nuevas oportu-nidades para activar e implicar a los propiossujetos afectados a traves de procesos de de-sarrollo basados en estrategias de superacionde las condiciones de partida.

Las dificultades y retos del Tercer Sector

Las dificultades del Tercer Sector vienen deter-minadas por el contexto adverso marcado por el ca-racter expansivo de la logica mercantil y el caractercolonizador del Estado que han contribuido a des-truir las identidades culturales particulares y localeshaciendo de los sujetos y colectividades elementossumamente dependientes de las grandes estructu-ras ajenas a su vida cotidiana. Precisamente ha si-do el excesivo dominio de lo global sobre el mundode lo local el que ha dejado desprovisto a este desus capacidades para hacer aportaciones propias alos procesos de universalizacion. Muchas veces larespuesta del mundo local al dominio global ha si-do de una resistencia de corte tradicionalista y defreno para el desarrollo, constituyendo ambitos au-tarquicos y autoaislados, siendo finalmente simpleslugares de reproduccion de los determinantes glo-bales (Arocena, 1989: 132). Desde esa perspecti-va de riesgo, el reto de las Organizaciones del Ter-cer Sector se encuentra en superar las dificultadesque impiden la construccion de identidades basadasen la solidaridad, la cooperacion y en la alteridad;es decir, que sean capaces de establecer estrategiassuperadoras de las externalidades generadas por laglobalizacion (fragmentacion y dualidad social, in-gobernabilidad, insostenibilidad ambiental. . . ). Ellosignifica la recreacion de la identidad en base a bus-car la innovacion y experimentacion frente a lo tra-dicional, en establecer dinamicas de intercomunica-cion e intercooperacion entre los ambitos locales, enaplicar los valores y derechos universales por mediode nuevas formas institucionales propias, descentra-lizadas pero conectadas entre sı, despojandolas de

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los determinantes e imposiciones perversas del do-minio global.

En referencia al resurgir de las identidades se-guimos las recientes sugerencias de Manuel Castells:«A partir de esas identidades se pueden reconstruirla ciudadanıa, los derechos sociales del trabajadory la solidaridad universal con nuestra especie y connuestro planeta; pero partiendo de individuos y cul-turas concretas, tal y como la gente es y concibe suexistencia. Ciertamente, las identidades que no co-munican degeneran en tribus o se exacerban comofundamentalismos, fuentes potenciales de totalita-rismo y terror. Establecer pasarelas entre las iden-tidades, favorecer su coexistencia en el marco deinstituciones pluriculturales, en que los individuosy los colectivos son igualmente iguales ante la ley,es la forma de hacer democracia en la era de la infor-macion. . . tal vez tambien podamos construir unafederacion libre de culturas historicas que canalicenen las redes de instituciones democraticas transna-cionales los flujos globales de riqueza e informacion»(Castells, 1997c: 13-14). Se desprende de la suge-rente reflexion de Castells como el reto del TercerSector, es el mismo reto que tienen las institucio-nes estatales que ante los efectos de la globaliza-cion han de adquirir nuevos compromisos tendentesa recobrar identidades solidarias. Eso se hace maspatente si contemplamos los factores de insosteni-bilidad social y ambiental que acompanan al actualdespliegue del sector mercantil. Las identidades solose pueden construir desde la autonomıa del TercerSector, pero sin duda, tambien se precisa de un com-promiso que desde las instituciones publicas permi-ta el resurgir del Tercer Sector sin comprometer suindependencia, y por tanto su potencia. En conse-cuencia, las dificultades del Tercer Sector tambiense deberıan de entender como dificultades de las ins-tituciones gubernamentales (fundamentalmente delos entes locales). A grandes rasgos, estas dificul-tades las podemos encontrar en las estrategias parasuperar la desarticulacion entre lo macro y lo micro;y en las estrategias para superar la dependencia delTercer Sector de los otros dos grandes sectores.

Superar la desarticulacion micro-macro.La logica del sistema social (binomio Estado-Mercado) tiende a reducir la capacidad deauto-organizacion de los subsistemas (TercerSector y Cuarto Sector) y tiende a impedirque los movimientos sociales puedan supe-rar la mera reaccion, quebrando el caminoque conduce de la respuesta a la propuesta.Seguimos en este razonamiento a Sanchez-Casas (1993: 221) para quien la restricciondel acceso al nivel de lo concebido138 elimina

138Segun explica Sanchez-Casas (1993), el espacio-tiempopuede ser aprehendido en tres niveles: lo vivido (capacidadde satisfacer los deseos), lo cotidiano (capacidad de satis-facer las necesidades), lo concebido (capacidad de concebir,asumir y ejecutar proyectos). Pero cada uno de ellos requiere

la capacidad de afrontar proyectos y reducelos objetivos de la accion social a la satisfac-cion de necesidades en el ambito de lo coti-diano. Para ello la accion del Sistema Social(Estado-Mercado) «se encamina, por un lado,a ampliar el ambito de referencia hasta hacerimposible su apropiacion en el nivel de lo co-tidiano, y, por otro, elevando cada vez mas elnivel de abstraccion en la produccion del espa-cio de manera que la comprension del procesosea imposible a nivel cotidiano».

Sin embargo, como se viene insistiendo, es enel nivel de la vida cotidiana donde las Organizacio-nes del Tercer Sector pueden desarrollar la potenciapara transformar su realidad inmediata, esto tienedesde luego un valor intrınseco en sı mismo. Aho-ra bien, la reduccion de la accion del Tercer Sectoral ambito de lo local, que claramente tiene fuerzapara recrear redes sociales capaces de satisfacer ne-cesidades sociales locales, pierde parte de su poten-cialidad (recordemos que las acciones de cualquierade los sectores, en cualquiera de los ambitos afec-tan sinergicamente al resto de sectores y al resto delos ambitos) ya que por sı solos difıcilmente puedentrascender su especificidad, al ser incapaces de de-sarrollar un modelo de transformacion estructuraly de cambio social en la dimension global. Es de-cir, si no son capaces de proyectarse y propagarsemas alla de sus ambitos, si no establecen sistemasde comunicacion con otros ambitos e interactuancon otras experiencias, se encuentran en grave ries-go de favorecer la autocomplacencia, el sectarismo yel corporativismo, que ademas comportan la perdi-da de energıas de innovacion y experimentacion, sinque en definitiva, puedan influir de forma significa-tiva sobre los procesos globales y de cambio social.Las Organizaciones del Tercer Sector solo podrandesarrollar su potencia construyendo nuevas formasde organizacion colectiva a traves de vınculos fuer-tes y redes de segundo orden aptas para reconducire introducir cambios sustanciales en la dimensionde lo global, de tal manera que los cambios localestengan su traslacion en el cambio social. La alteri-dad y solidaridad como principios del Tercer Sectorsolo podran desarrollarse si transcienden el estre-cho marco de su ambito de actuacion. En sıntesis,el futuro de las Organizaciones del Tercer Sector de-pende fundamentalmente de su capacidad para sermediadores eficaces e influyentes entre los distintossectores y entre las distintas escalas en las que estosexpresan su actividad.

Superar la dependencia de los otros sec-tores. Estar en el sistema social, y contra elsistema social, requiere de multiples puntos deequilibrio que toleren tales circunstancias. El

un ambito territorial de extension diferente, de manera queascendiendo de lo vivido a lo concebido, el ambito territorialsusceptible de ser apropiado es mayor.

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escenario adecuado para la consolidacion delTercer Sector como un sistema con dinami-ca propia necesita de un punto de equilibrio:de autonomıa suficiente como para no institu-cionalizarse, a la misma vez que necesita delapoyo (financiero) y reconocimiento desde laesfera del Estado, que le permita su viabili-dad y extension en un futuro. Ello en realidadsignifica que el Tercer Sector cobra fuerza alladonde el Estado de Bienestar esta consolidadoy es susceptible de dirigirse hacia una Socie-dad del Bienestar, es decir alla donde el Esta-do cumple su rol de redistribucion social a lamisma vez que es proclive a descentralizar ydemocratizar sus estructuras.

El exceso de regulacion sobre el Tercer Sectorpor parte del Estado (carencia de apoyo junto a unainmoderada fiscalizacion y un control que acompa-na a un insuficiente reconocimiento) que en el fon-do esconde una profunda desconfianza y unas resis-tencias corporativas y burocraticas a redistribuir elpoder y a aplicar el principio de subsidiareidad, oque en su defecto desarrolla una estrategia —conlos objetivos exclusivos de evitar la ingobernabili-dad y de obtener la legitimacion social— inclinadaa instrumentalizar a las Organizaciones del TercerSector, tolerando una complementacion que no va-ya mas alla de suplir la intervencion de las institu-ciones gubernamentales allı donde estas son inca-paces de llegar o se encuentran en franca retirada,significa de facto un freno al desarrollo del TercerSector. «. . . Esta subordinacion —en expresion deSantiago Gil (1991: 415)— conduce a una curio-sa inversion del principio de subsidiareidad por laque todo lo que pueda ser realizado por el Estadono debe ser asumido por las asociaciones de volun-tarios. Las asociaciones pasan ası a ser subsidiariasdel Estado».

Los efectos que esta estrategia institucional tie-ne sobre el desarrollo del Tercer Sector no puedenhacerla mas perversa. O bien empuja a las organi-zaciones sociales a una actividad de corte asisten-cial para aquellos sectores excluidos por el propiosistema, haciendose ası complice del mismo y, portanto, justificando el desmantelamiento del Estadodel Bienestar y perpetuando la no solucion a lasexternalidades sociales. O bien les empuja a apro-ximarse al mundo de lo lucrativo donde se pierde laperspectiva de los objetivos y de los fines pasandoa engrosar el campo de las empresas mas o menostradicionales. En ambos supuestos, los recursos eco-nomicos y la gestion pasan a un primer plano delinteres de la organizacion, que fundamentalmentebuscara su propia perpetuacion mas que alcanzarlos objetivos originarios, convirtiendose los instru-mentos en fines en sı mismos. Un tercer supuestollevarıa al Tercer Sector a marginarse renunciandoa los recursos publicos y perdiendo la conectividadtanto con las instituciones publicas como con la ba-

se social. En todo caso, en todos esos supuestos elpapel mediador (tanto en lo social como en lo te-rritorial) del Tercer Sector quedarıa bajo mınimos yestarıan asentadas las bases para un corporativismosocial tendente a defender los intereses exclusivos departicularismos sociales o territoriales.

Ahora bien, podrıamos pensar en aquellas con-diciones que fueran favorables para superar ese ro-sario de adversidades y que ayudara a encontrar elequilibrio entre la defensa de los sectores socialesdesfavorecidos y la colaboracion y complementacioncon las instituciones estatales. En primer lugar, an-teriormente se argumentaba en el sentido de quelos intereses de las instituciones gubernamentalesy las funciones del Tercer Sector pueden ser coinci-dentes. Precisamente tanto los crecientes fenomenosde ingobernabilidad como la creciente insostenibili-dad ambiental pueden influir, y de hecho influyen,en la adopcion de nuevos compromisos y actitudesdel sector publico en la busqueda de procesos reso-lutivos eficaces. En segun que lugar, el empuje denuevos valores y la mayor disponibilidad de tiempode los ciudadanos para los asuntos publicos, acom-panados de la presion de los nuevos movimientossociales, tambien pueden inducir a cambios en lacultura polıtica. Finalmente, el acceso a las nuevastecnologıas de la informacion puede facilitar la co-municacion entre organizaciones sociales y ambitoslocales, favoreciendo la creacion de redes de segun-do orden y la comunicacion de las organizacionessociales con los ciudadanos, favoreciendo tambienla recreacion de las redes informales y el acceso delos ciudadanos a la vida polıtica y economica.

En todo caso, tanto desde las caracterısticas in-trınsecas a los nuevos movimientos sociales y a lasnuevas organizaciones sociales, como desde los retosque tienen que afrontar, encontramos ayudas paraexplicar el desarrollo de tres grandes campos parala transformacion social —o determinadas cotas dela misma— en que se sumerge el Tercer Sector. Enprimer lugar, el desarrollo de redes sociales como elsoporte fundamental para el desarrollo de las Orga-nizaciones del Tercer Sector. En segundo lugar, lapropuesta y apuesta por la Democracia Participati-va considerada a la vez como un instrumento pro-cedimental que es un fin en sı mismo y que refuerza,tanto la cohesion interna, como la puesta en mar-cha de los procesos sociales de cambio. Finalmente,la Economıa Social, como el mas fiel exponente dela practica en la incorporacion de los sujetos en losprocesos de transformacion.

7.4 Las redes sociales: sistema abiertoy soporte para el desarrollo del TercerSector

Al igual que las Organizaciones del Tercer Sec-tor, las denominadas redes sociales informales co-bran mayor sentido en un contexto social donde la

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creciente desproteccion social es una amenaza quepende sobre determinados ambitos y colectivos. Al-gunos autores (Requena, 1991 y 1994) han pues-to en evidencia como las redes sociales informalesen una sociedad como la nuestra, inducida por unaomnipresente racionalidad economica, se dotan deun caracter de capital relacional que presenta nue-vas perspectivas estrategicas de los sujetos para sercapaces de afrontar los fuertes procesos de vulnera-bilidad social. Se trata de una reformulacion de losvalores sobre una base de confianza, esta vez desdela dimension de lo cotidiano, desde la proximidad,que parece que ayudan a restablecer las relacionesfamiliares, de vecindad, y de amistad, como un sub-sistema que obtiene una dinamica propia dentro delconjunto del sistema social. Ası, el acceso al merca-do de trabajo, el acceso a la vivienda, el cuidado delos ninos o de los ancianos y un sin fin de serviciosmas, pueden ser resueltos, directa o indirectamen-te, a traves de las redes sociales informales como unrenovado sistema que desarrolla funciones de apoyosocial 139. Si bien, es evidente que estos procesosse despliegan con mayor intensidad y claridad enaquellos espacios sociales mas desfavorecidos.

Al mismo tiempo, el desarrollo de las Organiza-ciones del Tercer Sector, fundamentalmente las quetienen una base territorial, no es ajeno a esta di-namica relacional. Los movimientos sociales y lasorganizaciones del Tercer Sector se alimentan delentramado social a la misma vez que lo recrean,proyectando ası una continuidad y conectividad delas redes informales con el exterior a las mismas, atraves de otras redes sociales de mayor formalidad,de segundo y de tercer orden. . . , conformando unacomplejidad social que no tiene precedentes en esce-narios anteriores. Como confirma Donati (1997) elTercer Sector define la interseccion entre lo formaly lo informal, de tal forma que podemos considerara las Organizaciones del Tercer Sector como unaconstelacion susceptible de construir redes socialesde rango superior cuya funcion se define por «unaestrategia societaria: la de hacer salir a los indivi-duos, familias y grupos informales de la condicionde destinatarios pasivos de ayuda» (Donati, 1997:130). En definitiva, por redes sociales no podemossino considerar a la conjuncion entre las redes so-ciales informales (Cuarto Sector) y las propias redesde segundo orden que surgen desde aquellas (TercerSector).

139De acuerdo con Donati (1997: 117) «en estos momentosnos encontramos en condiciones de poder representar a lasociedad (sistema societario) mediante un esquema que laconcibe como un sistema de sistemas, o mejor, como unaretıcula de redes de relaciones que tienden a diferenciarseentre ellas para realizar determinadas funciones u objetivospropios».

Las redes sociales: la creciente complejidaddel concepto

Es precisamente la funcion de intermediacionque las Organizaciones del Tercer Sector desarro-llan, entre las redes sociales informales y los otrossectores o subsistemas del sistema social visto ensu conjunto, lo que viene a evidenciar la compleji-dad del escenario social140. No podemos, por tanto,circunscribirnos al analisis de una unica red social,sino a multiples solapamientos entre constelacionesde redes sociales, en donde los sujetos y colectivosde sujetos son interdependientes entre sı; y dondemas concretamente es relevante la interaccion quese produce entre las distintas redes sociales que vie-nen a determinar los procesos sociales.

En este sentido, cuanta mayor diversidad de re-des y mayor permeabilidad entre ellas se conformanareas difusas (mesosistemas) donde interaccionanlos distintos sectores y los distintos micro-sistemas.Una unica red define relaciones entre elementos, unamultiplicidad de redes definen las relaciones entrerelaciones, difıcilmente mensurables pero que no porello dejan de representar una perspectiva interesan-te de la realidad social141. La evolucion del analisisde redes nos ha llevado desde las relaciones lineales(secuencia de puntos) que definen actitudes indi-viduales (la red unica), a las relaciones multiples(areas de entornos) que definen actitudes colectivasinterdependientes, a la vez que son proclives a laconsecucion de la accion social.

Sobre la base del concepto de red social, prime-ramente desarrollado desde la antropologıa (Bar-nes, 1954; Mitchell, 1974), y posteriormente des-de la ecologıa del desarrollo social (Bronfenbren-ner, 1987), se asientan las bases para aplicacionesfinales desde una perspectiva que se dirige a la ac-cion social (Nora Dabas, 1993) y que ha ido descu-

140A este respecto Donati (1997: 120) nos ofrece lo que pa-ra esta investigacion puede ser una clave importante: «Losprocesos que originan el Tercer Sector son, por tanto, proce-sos de diferenciacion reticular en cuanto que representan lacreacion de redes mas complejas que las que proporcionabanorden a la sociedad precedente; de un lado, las redes del Ter-cer Sector son mas flexibles, moviles y contingentes; de otro,son capaces de establecer las nuevas formas de relacion queconstituyen las Organizaciones del Tercer Sector».141En este sentido Pablo Navarro (1990b: 158) argumen-

ta «que no habrıa manera de construir un aparato en el quelos distintos sucesos individuales estuvieran todos conecta-dos a un numero arbitrariamente largo de estados posibles.Sencillamente, eso no es fısicamente realizable», aunque laperspectiva reticular tiene una solida base sociometrica quela constituye en un metodo eficaz para el estudio de las re-laciones interpersonales de afinidad en los pequenos grupos(Pizarro, 1990) y en las redes denominadas como de segun-do orden (relaciones entre grupos y nodos), sobre todo cuan-do estas tienen una base territorial mas o menos concreta.Pablo Navarro distingue entre la Teorıa Especial de Redes(aplicacion de una unica red) y la Teorıa General de Redes(que considera las relaciones entre diversas redes), esta ul-tima perspectiva que es mucho mas compleja nos permiteconsiderar el contenido de los flujos entre multiples redes co-mo canales de comunicacion sin olvidar el contexto social enel que se desarrollan.

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briendo la potencialidad operativa de las redes so-ciales desde su caracter mas susceptible de incubarlos procesos de transformacion social. Las caracte-rısticas de las redes sociales establecen determina-das condiciones, mas o menos favorables, segun lanaturaleza de las redes, para la consecucion de laCalidad de Vida. Ese enriquecimiento del conceptode redes a traves de las distintas estrategias analı-ticas ha posibilitado una amplia tipologizacion delas redes en funcion de muy diversas variables142.Mientras, aquı, para el proposito que se persigue,se opta por reconstruir una clasificacion que parecelo suficientemente operativa, tanto porque da cabi-da a la explicacion del despliegue del Tercer Sector,como porque nos es util para reforzar la idea de mul-tiplicidad de redes en relacion a la complejidad delconcepto de calidad de vida y a la satisfaccion de lasnecesidades humanas; y tambien, porque sobre to-do permite establecer unas categorıas de redes queen sus vınculos pueden contener a la vez lo expresi-vo y lo instrumental, y que en todo caso no son niexcluyentes entre sı, ni exclusivas:

Redes personales. Se derivan primeramente delas relaciones de parentesco, pero tambien seconstruyen desde las relaciones de amistad ydesde las relaciones de vecindad; ası, la proxi-midad espacial y la frecuentacion de los mis-mos lugares y el ejercicio de actividades co-tidianas compartidas permitiran la trama deestas relaciones. El tiempo compartido en laesfera de la vida cotidiana se determina por laexistencia de una cierta vertebracion del teji-do social, poco preciso en verdad, pero taneficaz en la satisfaccion de la necesidad de co-municacion como difıcil en su medicion.

Redes categoriales. Constituidas por el acon-tecimiento de sentirse parte de una determina-da condicion social delimitada por caracterıs-ticas categoriales de corte demografico, socio-economico, etnico, cultural, religioso, etc.

Redes estructurales. Son resultado de las rela-ciones que se producen en el mercado de tra-bajo y en las actividades economicas.

Redes formales y redes funcionales. Desde unpunto de vista de las relaciones recıprocas ysimetricas vendrıan expresadas a traves de re-laciones que se caracterizarıan por una ciertacarga de relacion formal contractual. Ligadasa intenciones o practicas voluntarias de ac-cion social o institucional vendrıan a estable-cer vınculos encaminados a satisfacer necesi-dades radicales o culturales de compromiso eintervencion y a delimitar la presencia de un

142Para una vision amplia sobre las diversas tipologıas deredes sociales es interesante la consulta del trabajo de FelixRequena (1991: 42–46).

determinado tejido asociativo y de un tejidoinstitucional que interacionan.

Redes de iniciativas o redes asociativas. Segeneran cuando se da un escenario de maxi-mo despliegue de vınculos entre asociacionesy organizaciones sociales alcanzando un en-tramado extenso e intenso del tejido asocia-tivo formal y del tejido social informal. Deotra forma, podemos entender estas redes co-mo conformadas por conjuntos de accion —vinculacion multiple— a traves de una coor-dinacion de distintas redes asociativas y redesinformales de orden primario que dan pie aldesarrollo de movimientos sociales.

Redes mixtas intersistemicas. Serıan la maxi-ma expresion de una Red de Redes. Cuandose producen multiples relaciones basadas enprincipios de reciprocidad y de cooperacionentre redes institucionales, redes asociativas yredes informales en distintas escalas territo-riales.

Considerando esa multiplicidad de relaciones po-sibles en el nuevo escenario social, de una for-ma abierta (se emite y se recibe informacion des-de/hacia el exterior de cada red), flexible y variable,en la que cualquier elemento (individual o colecti-vo) puede ocupar distintas posiciones —en la cons-telacion de redes— simultaneamente, se adquierenoportunidades de establecer muy diferentes vıncu-los tanto expresivos o endogrupales (de cohesion, dereconocerse como miembro de la red, de primer or-den), como instrumentales o exogrupales (obtencionde bienes y servicios a traves de la participacionde redes de orden secundario). En una estructuratan abierta, el individuo puede acceder a diversasformas de participacion y las oportunidades paradesplegar diversas combinaciones de estas en el re-pertorio de cada uno pueden ser muy considerablesy variadas, y por tanto, sumamente complejas. Amayor complejidad y a mayor apertura sistemica,las relaciones entre los elementos obtienen una ma-yor capacidad de influencia en la modificacion de losotros elementos y del conjunto de la red y por tan-to, emiten y reciben comunicaciones a traves de losvınculos (flujos de informacion) que a su vez les mo-difican. Los comportamientos y actitudes modifica-das cuando se producen a traves de unas relacionesde tipo recıproco y simetrico (donde cada elemen-to de la red juega un doble rol de receptor-emisor)apuntan a procesos que recrean un sentimiento depertenencia y una apropiacion de los sujetos respec-to de los ambitos, sectores y espacios en los que seinsertan. Las redes sociales complejas, por tanto, noson estaticas, estan en continuo movimiento, son di-namicas y sumamente variables, y en funcion de elloson difıciles de delimitar, pero sin embargo, ofrecenuna enorme potencia de intervencion social cuando

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los vınculos que se establecen entre distintas redesse transforman en una voluntad colectiva143.

En funcion de la categorizacion que hemos esta-blecido, de la que se pretende remarcar su caracterinteractivo, se construye una definicion de redes 144

que intenta reunir los criterios que define la comple-jidad y que sobre todo es util para el proposito deesta investigacion: «Son las interacciones directas oindirectas, flexibles e infinitas (en un sistema abier-to) que a traves de la comunicacion pueden estable-cer vınculos recıprocos y retroactivos que permitenla satisfaccion de las necesidades humanas. Son, portanto, un buen exponente de la naturaleza de la lacomplejidad».

Los movimientos sociales: redes sociales co-mo sistemas de comunicacion encaminados ala praxis

La capacidad transformadora de los movimien-tos sociales y de las organizaciones que lo con-forman esta mediada por la voluntad colectiva y«dicha transformacion —en expresion de Zemel-man (1987: 151)— se manifiesta en la generacionde corrientes de homogeneizacion de opiniones quepermiten la formulacion de fines compartidos, enritmos de organizacion de toma de conciencia». Ası,los movimientos sociales son tales movimientos por-que conforman un sistema de comunicacion dirigidoa la accion, es decir, porque establecen una fluidezde mensajes a traves de una estructura de red dondedistintos grupos informales alcanzan un alto gradode cohesion interna (se intensionan) y tambien sonparte de redes externas que refuerzan a grupos for-males susceptibles de articularse entre sı (se exten-sionan); a traves de esa consonancia hacen la vez denudos de conexion, de salida y de entrada de infor-macion, que se derivan en actitudes y se resuelvenen accion en momentos algidos de movilizacion y/oen procesos de desarrollo comunitario.

De tal suerte que un movimiento social cumplesu funcion activa si es capaz de proyectarse en unconjunto de accion en determinados momentos yciclos contextuales en el que la comunicacion (darforma a, el informar-informarse de, confusion en-tre el receptor y el emisor) fluye horizontalmente yverticalmente en una estructura de niveles de con-ciencia (ver Figura 9).

143«La voluntad colectiva es definida —por Hugo Zemel-

man1987: 150-151— como la compleja red de practicas delos diferentes miembros de un mismo grupo social, en fun-cion de un fin compartido que siempre es de largo alcance.No obstante, es necesario senalar que el interes compartidopuede asumir, en determinadas circunstancias, un caractercoyuntural. . . »144Se puede encontrar un recorrido por las diversas defini-

ciones de redes sociales y vınculos en: Pizarro (1987), Re-quena, F. (1991 y 1994); Rivas (1995) y Villalba (1995).

Una estructura del tejido social145 caracterizadapor la fluidez comunicacional puede ser mediatizadapor los contextos sociales y economicos, y por tan-to, deben adaptarse muy rapidamente a los cambiossociales para mantener una condicion de potencia,de conexion y conjuncion entre los distintos nivelesde conciencia. Ası, desde una lectura historica algu-nos autores apuntan un comportamiento cıclico delos movimientos sociales que se debilitan en nume-ro y poder durante los perıodos de auge economicoy se reavivan durante perıodos de recesion econo-mica (Fuentes y Frank, 1988). Aunque tambienpodrıamos argumentar que las redes sociales se re-crean en momentos de crisis, siendo proclives, du-rante los perıodos de rapidos cambios sociales a nue-vas formas de comportamiento y accion social que sedifunden rapidamente y que a veces llegan a coordi-narse estableciendo eficaces respuestas y alternati-vas, transcendiendo ası los intereses particularistasde las organizaciones sociales.

De cualquier forma, el debilitamiento o reaviva-miento no son sino procesos de rupturas y desco-nexiones en las propias estructuras del tejido socialimbuidas en nuestro sistema social, por la logicade unos rapidos cambios contextuales que han pro-vocado una acumulacion de inadecuaciones para elconflicto, pero que tambien representan una recom-posicion permanente y sugieren adaptaciones de losmovimientos sociales a las nuevas problematicas en-caminandose hacia otros modelos de participacionsocial146. En todo caso, podemos considerar comoel creciente desarrollo de la multiplicidad de redessociales interactuantes se produce gracias a la exis-tencia de las organizaciones sociales con capacidadpara articular a distintos colectivos sociales y a di-ferentes ambitos locales (coordinacion de lugares yambitos donde se consigue una seguridad social porla proxemia). Es ası como se despliega la potenciade un Tercer Sector.

El concepto de red social no solo implica la exis-tencia de sistemas de comunicacion abierta y de es-tructuras que descubren la complejidad como he-terogeneizacion en multitud de aldeas (Maffeso-li, 1990) que se apoyan mutuamente (se retroali-mentan) sin dejar de ser ellas mismas, y que porello precisamente, son una respuesta y resistenciaa la aldea global (homogeneizacion de los patronesculturales), sino que como estamos viendo, tambiennos resulta muy util para entender las condiciones

145Referente a la estructura del tejido social y los distintosniveles de conciencia ver: R-Villasante, T; Alguacil, J.;Denche, C et al. (1989), Retrato de chabolista con piso.Analisis de redes sociales en la Remodelacion de Barrios deMadrid.146Nos remitimos a lo que hemos desarrollado en otro lugar

referente a las diferentes conexiones o rupturas que se produ-cen en los vınculos entre los distintos niveles de conciencia delas redes sociales en funcion de los diversos y determinadoscontextos sociales (crisis urbana, economica, social, ecologi-ca) que se han desenvuelto singularmente en las ciudades es-panolas en los ultimos 20 anos (Alguacil y Denche, 1993).

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Fuente: Alguacil, J. y Denche, C. (1993)

Figura 9: Conjuntos de accion

de las estructuras necesarias para el desarrollo delTercer Sector y para comprender la propia razonde ser de la accion humana en ese ambito. No po-drıamos hablar de conceptos de pertenencia, apro-piacion y participacion y en consecuencia, del sig-nificado del Tercer Sector sin entender la capacidadreguladora147 que se produce a traves de las redessociales.

Las redes sociales tienen capacidad reguladorasi a traves de ellas los miembros que interactuan lo-gran establecer procesos sociales tendentes a satis-facer las necesidades humanas de una forma optima.Podemos establecer tres aspectos o dimensiones quefavorecen o minimizan (si son debiles) la funcion re-guladora de las redes:

La densidad de las redes (dimension espacial).Proxemia. La pertenencia a distintas redes sevincula a la pertenencia a un espacio. Re-crean, definen el espacio.

La continuidad de las redes (dimension tem-poral). La estabilidad que se deriva del arrai-go a un espacio permite la continuidad de larelacion. La frecuencia, la duracion y la es-tabilidad de los vınculos fortalece la interac-cion y las hace estables y seguras. Ello suponetambien una ocupacion del tiempo de formacompartida.

La intensidad de las redes (dimension estruc-tural). Por las mismas razones los lazos de in-terdependencia entre los elementos de la redson muy solidos. La solidez y la variedad delos contenidos enriquecen la experiencia vivi-da desarrollando los sentidos y los sentimien-tos.

147Por capacidad reguladora entendemos la potencialidadque los sistemas pueden desplegar para afrontar (amortiguar,debilitar o disminuir) los efectos negativos provocados por lasexternalidades sociales y ambientales propias de la metropo-litanizacion, globalizacion y homogeneizacion. El mecanismode regulacion contribuye, por tanto, a la tendencia del equi-librio social dentro del sistema, neutralizando a las variableso subsistemas desestabilizadores.

En contraposicion a lo anterior, las redes pier-den capacidad de regulacion cuanto mas desterrito-rializadas se encuentren; cuando los vınculos entrelos elementos son debiles por tratarse de contactosesporadicos y discontinuos, o encontrarse limitadospor la logica de los instrumentos mediaticos (pue-den manipularse o incluso interrumpirse por razo-nes ajenas a la voluntad de los interactuantes sinque tengan ninguna oportunidad de accion sobre esamanipulacion o ruptura), y podemos considerarlospor tanto, como contactos no directos; y por ultimo,tambien cuando el contenido de los mensajes y de lainformacion no es de interes comun y pierdiendosela oportunidad de compartirlo entre elementos queparticipan de la red, se vacıan de contenidos, y enconsecuencia resulta demasiado superficial y caren-te de compromisos fuertes (se agotan en el propiointercambio).

En consecuencia, la conjugacion de esas tres di-mensiones —unidas a la participacion de los sujetosen distintas redes multiples que garantizan la aper-tura de las mismas accediendo ası a la innovacion, ala capacidad de adaptacion y a la experimentacion—establece el marco de consenso y participacion quepermite que pueda optimizarse la funcion regulado-ra de las redes, o lo que es lo mismo, que se puedanestablecer los medios para alcanzar la satisfaccionde las necesidades basicas, y por tanto que posibi-lite las condiciones adecuadas para el ejercicio dela autonomıa crıtica de los miembros de la red pormedio de la participacion activa. La participacion,la apropiacion y el sentimiento de pertenencia sonimpensables sin una mınima estructura de red, co-municada en un sistema de redes, con cierto gradode densidad, intensidad y continuidad.

En sıntesis, la capacidad reguladora es mayor silas redes son abiertas (constelaciones de redes diver-sas y permeables). Por tanto, cuando son mas va-riados los repertorios de papeles, y en consecuencia,tambien las redes ofrecen espacio para adaptacionesy estrategias innovadoras, sera mayor la capacidadpara encarar tensiones y conflictos. Es decir, la par-ticipacion de los sujetos en distintas redes multiples

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crea condiciones favorables para construir iniciati-vas y sostener recursos; para en definitiva, crear pro-cesos de regeneracion urbana, economica y social delos ambitos urbanos de periferia que son en sıntesisprocesos reguladores.

7.5 De la participacion a la Democra-cia Participativa

La capacidad reguladora de una red social vienedeterminada por su capacidad de traducir en termi-nos operativos sus estrategias, lo que precisa de unamaduracion en un determinado grado de responsa-bilidad compartida (corresponsabilidad) entre susmiembros y, como consecuencia, que todos ellos pue-dan concurrir en igualdad de oportunidades. Preci-samente la corresponsabilidad es lo que permite laprolongacion entre los sentimientos expresivos y lacreatividad instrumental a traves de las redes so-ciales. La responsabilidad que se construye en launion de la identidad y la autonomıa significa queel reconocimiento de uno mismo se produce a tra-ves de la relacion con los otros, y que igualmentela practica de un actor (individual o colectivo) seconstruye en la tension dialectica entre el interior yel exterior, cada actor social esta mediatizado por laaccion de los otros actores, y, por tanto, la accion delos otros esta influenciada de la accion de cada unode los actores. Se construye pues una actitud dia-logica (Martınez Navarro, 1990) a traves de lacual cada actor reconoce en los demas una dimen-sion de responsabilidad, de modo que a los otrosactores les puede considerar —como a sı mismo—corresponsables facultados para tomar parte en losprocesos que les afectan mutuamente. La idea departicipacion, desde el Tercer Sector, se concibe fun-damentalmente desde esas consideraciones. Si bienlos procesos que afectan a los actores son multiples,complejos y se desarrollan a distintas escalas porlo que las afecciones de los mismos pueden impli-car desde muy pocos actores hasta infinitos sujetos.Ası, las formas de tomar parte, tanto en los procesossociales de formacion discursiva de la responsabili-dad, como del hecho de participar, pueden implicarmuy distintos contenidos relacionados, tanto con laposicion que se ocupa en la red social, como con laposicion que se ocupa en la estructura social, y porsupuesto sin dejar de considerar el factor determi-nante que supone el establecimiento de las escalasterritoriales en las que se pueda centrar la posiciondel sujeto-actor social.

Se sugieren ası distintas formas de entender elhecho de participar, y distintos niveles de participa-cion que han hecho de esta un principio abstractolleno de ambiguedades (IOE, 1990: 161-162). Comotal principio ambiguo esta dotado de polivalencia se-mantica: «el sentido del concepto participacion noes unıvoco, por el contrario, posee una gran flexi-bilidad que lo hace susceptible de ser utilizado en

la practica con connotaciones ideologicas y propo-sitos contrapuestos» (Lima, 1988)148. El conceptode participacion es, en cualquier caso, un terminocontrovertido que hoy se diluye en una discordan-te superposicion de significados y que hace de suhabitual uso, mas una declaracion de intenciones(debidamente normativizadas y regularizadas), queuna practica real capaz de implicar a los sujetos enlos procesos de decision y gestion de la vida social.

Por tanto, hay muy variadas y distintas formasde entender la participacion, dependiendo del lugarque se ocupa en las estructuras de poder y de ges-tion, y por supuesto de otros aspectos mas ideolo-gicos. En general se tiende a que cuanto mas arribase esta en la jerarquıa social e institucional, masresistencia se ejerce para delegar decisiones, enten-diendose la participacion como meros mecanismosinformativos de las actuaciones decididas en la cus-pide de las estructuras institucionales, administra-tivas y sociales. En la medida en que se desciendeen la escala institucional, administrativa, social, elciudadano, ya en calidad de simple usuario, comomucho en calidad de representante de algun grupoo colectivo social, recibe el bien participacion comoun don, como una invitacion formal con nula capa-cidad de incidencia en los procesos de decision. Lacomunicacion social entendida exclusivamente comoinformacion solo materializa mensajes que circulanen una sola direccion, sin posibilidad de respuestaalguna por parte del receptor que se encuentra prac-ticamente incapacitado para jugar en algun momen-to el papel de emisor. Desde esa logica imperante esdesde donde se puede entender mejor el crecientedistanciamiento entre el Estado y los Ciudadanos,la denominada «crisis de la democracia representa-tiva» y la consiguiente «busqueda de un nivel supe-rior de democratizacion del estado y de la sociedadmisma» (de la Cruz, 1985: 81).

Precisamente, esa busqueda de la democratiza-cion la encontramos en el papel de mediacion de lasOrganizaciones del Tercer Sector, cuyo significadose encuentra en elevar el status de los usuarios re-ceptores a sujetos emisores, y al ser actores socialescapaces de asumir ciertas cotas de responsabilidadsocial y de participacion polıtica en los asuntos queatanen a la convivencia ciudadana. Llegados a estepunto parece conveniente interpretar la concepcionque, desde el papel de mediadores, pueden tener lasorganizaciones del Tercer Sector sobre el contenidode la idea de participacion.

La participacion desde la perspectiva del Ter-cer Sector

Podrıamos decir que la idea de participacion haremitido tradicionalmente a un doble enunciado.Primero, desde el plano de la gestion-administracionviene connotado por la significacion: dar informa-

148Citado por el Colectivo IOE (1990: 161).

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cion a la ciudadanıa (en una trayectoria unidirec-cional arriba/abajo de circulacion), mientras quedesde el plano ciudadano-asociativo viene a signifi-car: dar-tramitar-quejas (en una trayectoria unidi-reccional de sentido inverso al anterior, abajo/arri-ba). Al ser unıvocas (carentes de una construccionconjunta) se compone en un doble eje de desencuen-tro que contribuye a desvirtuar el que debiera ser uneficaz mecanismo de intermediacion y dinamizacionsocial.

La participacion en el contexto de una sociedadprofundamente hilemorfica, que separa nıtidamentelos procesos de ejecucion de los de decision, resul-ta un instrumento bivalente que igualmente actuacomo eficaz mecanismo de integracion (en el senti-do de aceptacion del modelo tal cual es), como ad-quiere visos de util modificador de pautas socialesy polıticas. Ambos fenomenos se producen a travesde la informacion, concepto que conlleva una dife-renciacion en la lınea que apunta J. Ibanez (1988),cuando plantea que el concepto de informacion arti-cula por igual el informarse de y el dar forma a. Ensu primera acepcion refiere comunicacion transver-sal o informacion fluida en todas direcciones. En lasegunda acepcion, que Ibanez denomina neguen-tropıa, se produce una extraccion de informacionmediante la observacion de los sujetos, para a tra-ves de la manipulacion de la informacion modelarlos comportamientos de los mismos. Este ultimo as-pecto, que es el que desarrolla mecanismos infor-mativos que son un fin en sı mismo, establece unaestrategia de control de los comportamientos que sealeja de las necesidades reales y encauza unas de-mandas mas o menos estructuradas. Ası, por ejem-plo, las demandas sobre los servicios, muy a menudono se corresponden con las necesidades reales, sinoque a veces las demandas son inducidas, haciendosemanifiestas tras la puesta en marcha de polıticas,programas y servicios.

Descomponiendo el termino Participacion, pue-de hallarse una doble articulacion de significados:ser-partıcipe-de y tomar-parte-en. Ambos delimitany componen un mecanismo de precision (no siempresincronizado y perceptible).

En la primera acepcion tendremos: ser-partıci-pe-de; recibir atencion/prestacion. Disponerde un servicio. En clara alusion a un meca-nismo de integracion.

En el segundo caso: Tomar-parte-en: capaci-dad colectiva para promover iniciativas dina-mizadoras de la vida social. Se refiere a unalınea de profundizacion de la practica partici-pativa.

Rechazando cualquier reduccionismo simplista,encontraremos que la implicacion y reconocimientociudadano en las instituciones y los canales habili-tados para encauzar la vida social y polıtica aludenal nivel de satisfaccion de la demanda cotidiana: ser

perceptor de un servicio adecuado para el sujeto-usuario, que de este modo se siente inmerso en unengranaje societario. Acercar la gestion al ciudada-no ha de medirse en pie de igualdad con la dispo-sicion o capacidad grupal para promover iniciativasa incorporar al discurrir del universo social, en unamultiplicidad de procesos que tienden a permeabi-lizarlo.

La participacion en su vertiente mas integradora(funcionalismo tecnocratico) circunscribe su signifi-cado al referente del consenso ficticio de cuya conse-cuencia resulta un repliegue a los requerimientos dela accion polıtica institucional (disolucion del con-flicto). Si por el contrario se circunscribe al referentede la efectiva exclusion de los circuitos y serviciosque la administracion del poder debe procurar a losadministrados, hallaremos una dimension en abso-luto desdenable: aquella que insta a procurar servi-cios y materializar derechos, aspiracion legıtima yno consumada para amplios segmentos de la ciuda-danıa.

Esta nocion referida a los ciudadanos ha de serincorporada de pleno derecho, ya que solo la inmer-sion en el mecanismo socio-comunitario se revela co-mo excelente antıdoto contra olvidos y exclusionesinstitucionales sobre cuyo descredito se propician laanomia social y actitudes cada vez mas distanciadasde las responsabilidades colectivas.

La practica participativa que une estas dos visio-nes conlleva un caracter integral que no solo rebajaprevalencias (valora cada una de ellas en relacion alas otras) sino que se orienta a equilibrar instanciasque hasta hoy han hecho de su diferenciacion y tra-tamiento un punto definitorio (funcionarizacion delos servicios y recelos hacia las iniciativas sociales).La participacion en sentido integral expresa tantoinduccion de contenidos como establecimiento degradientes participativos acorde a una panoplia deposibilidades que ha de tener en cuenta las coorde-nadas sociales, sus necesidades y los referentes im-plıcitos. Antes que hablar de relevancias habrıa quehacer mencion a la complementacion que subyaceen los diferentes umbrales participativos. Se cons-tata en efecto, la existencia de distintos gradientesy disposiciones en la participacion que irıan en unamplio abanico: desde ser el receptor de un servi-cio, hasta la incorporacion voluntaria en temas degestion compartida con las instituciones.

La participacion debe entenderse, por tanto, co-mo una dinamica en sı misma, e invita a abordarlas reglas de su propia dinamicidad, optimizando asırecursos humanos, disposiciones y posibilidades deintervencion en una secuencia que se proyecta ha-cia el futuro. Si la participacion se concreta hastaaparecer como un mecanismo con entidad de tal,sugerente catalizador de la realidad social, huelgapreguntar ¿participar para que?. Lo sustantivo seraentonces el ejercicio practico de profundizacion de-mocratica y la plasmacion de un socializador colec-

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tivo que no se circunscribe unicamente al conflictocon la administracion.

Apostar por una participacion real y socialmen-te util (superadora del leve margen del tramite) sig-nifica desarrollar una estrategia de incardinacion desecuencias y procesos concatenados:

De comunicacion transversal — Informarsede.

De comprension formal/informal — Accedera redes y Cauces relacionales.

De implicacion polivalente — Integrar-Profun-dizar la implicacion.

Si bien es necesario articular esas secuencias co-rrectamente, no se pueden obviar las diferencias ylas especificidades sociales impuestas por las dimen-siones de escala. Esa articulacion debe tolerar y ha-cer compatibles las distintas formas de inscribirseen procesos participativos. La clave esta en un en-cuentro de niveles, sectores y escalas.

La participacion como encuentro149

La participacion en ese sentido profundo, aun-que diverso, es decir, en un sentido cuyos objetivos ycontenidos se dirigen a una socializacion del poder,al desarrollo de una cierta capacidad para acometerlas decisiones sobre la gestion de los recursos y a unaresolucion de los problemas que afectan a los sujetospor parte de los propios sujetos, es lo que considera-mos como democracia participativa. Esta se puedeoperativizar de forma optima en una dimension deescala humana. Es necesaria una dimension espacialabarcable a la hora de definir las unidades urbanassobre las que se puede incidir o establecer contro-les colectivos, ya que las posibilidades de los sujetospara implicarse en el proceso de toma de decisionesse haya en proporcion inversa en relacion a la di-mension del ambito de actuacion. Es indudable quela participacion con mayor intensidad se puede darcon mayor facilidad y operatividad en la medida enque el ambito de actuacion sea mas pequeno y per-ceptiblemente mas controlable. De la diferenciacionrelacionada con la diversidad de escalas se derivala necesidad de distintos niveles y mecanismos departicipacion, no contrapuestos, sino complementa-rios, que en todo caso deben ir acompanados de lamayor descentralizacion posible150, desde la deci-sion sobre la transformacion y disenos de espacios

149Tomamos prestada esta expresion y, en gran medida, sucontenido del excelente trabajo de Giuletta Fadda (1990),La participacion como encuentro: discurso polıtico y praxisurbana.150Tal y como sugiere Rodrıguez-Villasante (1995) hay

dos formas de entender la descentralizacion: como profun-dizacion en la democracia, y por tanto, como redistribuciondel poder; o bien, como consolidacion de la eficacia del po-der, en sentido segregativo, en una estrategia mas favorableal desmantelamiento del Estado del Bienestar, que a la am-pliacion del mismo. En la primera apreciacion, la descentra-lizacion se acompana de una desburocratizacion que implica

y actividades hasta la eleccion directa de los repre-sentantes publicos. En definitiva, no se trata tantode optar entre una democracia participativa y unademocracia representativa, sino de buscar su com-plementariedad y la continuidad entre una y otra.

En la dinamica de esa forma de entender la des-centralizacion basada tambien en ciertos niveles dedesburocratizacion, es donde radica la idea del en-cuentro. La descentralizacion del Estado no implicala disolucion de este, mas al contrario, puede supo-ner una mayor legitimacion de las instituciones re-guladoras en un sentido de desarrollo de lo publico(mas que de la burocracia), pero desde la perspec-tiva de otro modelo de Estado mas fusionado con laSociedad Civil, mas penetrado por las organizacio-nes sociales, que separado de las mismas.

Siguiendo el razonamiento Fadda (1990: 34-54),la participacion, para que sea tal, debe concebirseen funcion de una redistribucion del poder151, esdecir, es inseparable de la idea de poder (y tambiende la de potencia), en la medida que la participa-cion implica acceso al poder de forma progresivapor parte de las organizaciones sociales incremen-tandose el control de estas sobre las institucionesreguladoras, lo que supone ir mas alla de la meraredistribucion de los recursos; «. . . desde que la ac-cion participatoria implica un nuevo compartir depoder decisorio, puede ser vista como un encuen-tro entre categorıas sociales, clases, grupos de inte-res. . . » (Pearse & Stiefel, 1980:5)152. La estra-tegia de los nuevos movimientos y organizacionessociales por el establecimiento de procesos de de-mocracia participativa a distintos niveles y a tra-ves de multiples combinaciones: de presion social,de negociacion, de cooperacion, de autogestion, de

la aplicacion del Principio de Subsidiareidad, es decir, se en-tiende que ademas de que muchos problemas no tienen quesufrir el proceso de ser decididos en ambitos centrales, y quepueden ser decididos en ambitos mas cercanos donde se hanproducido, estos deben resolverse por los propios afectados.Mientras, la segunda acepcion puede implicar un incrementodel nivel de burocratizacion al mantener centralizadamentela toma de decisiones a nivel local, esquivando en definitivaprocesos reales de participacion ciudadana. En consecuencia,la descentralizacion, aun siendo imprescindible para desarro-llar procesos de democracia participativa, no es suficiente.Para que esta se pueda desarrollar habra que adecuar es-tructuras y procedimientos en la direccion de incorporar alas organizaciones sociales en los mecanismos de gestion dela ciudad.151La nocion de poder la entendemos aquı no como un atri-

buto, sino como un sistema de relaciones entre posicionesestrategicas diferenciadas. Esas relaciones son, por tanto, po-siciones sociales en la estructura social que implican una plu-ridimensionalidad del concepto mismo en funcion de que laposicion de los sujetos, grupos, instituciones se situen en unosniveles u otros, en unos sectores u otros, en unas escalas uotras. Consecuentemente, como ya se viene insistiendo, laparticipacion es tambien un fenomeno pluridimensional queal referirse a distintos planos y esferas de la sociedad presen-ta distintas formas y contenidos. En todo caso, se trata deestablecer una continuidad entre las escalas y por tanto entrelas formas de participacion de forma que se puedan entendercomo convergentes y no como contrapuestas.152Referenciado por Giuletta Fadda (1990: 50)

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cogestion. . . llevan a actitudes dialogicas, de reco-nocimientos de distintos roles en interaccion entreel Estado (fundamentalmente los entes locales) y lacomunidad urbana. El encuentro entre ambas, quepor otro lado no significa omitir o renunciar al con-flicto social, pero sı es una apuesta por el dialogo, endefinitiva por el consenso, es un proceso de recono-cimiento y autoeducacion mutua —entre lo publicoy lo comunitario— en base a la cual es posible de-sarrollar la praxis urbana.

En el contexto mas especıfico de lo urbano,enunciar la idea de democracia participativa nocambia sustancialmente. En el marco urbano, masostensiblemente, participacion supone instalarse enla dimension de una triple confluencia que articu-la la replica a la vision de una participacion porirrupcion (exclusivamente desde el conflicto) o invi-tacion (exclusivamente desde la deformacion de lailusion): descentralizacion + capacidad de gestion+ capacidad de decision. Para que la participacion,en el sentido resenado, pueda establecer y ser unmecanismo que permita una profundizacion en lademocracia y para que sea una realidad se precisade unas condiciones de modelo urbano que desarro-llamos mas adelante.

Por ultimo, aparece como un requisito mas, paraconsolidar la Democracia Participativa, la necesidadde alcanzar determinados niveles de desarrollo localque garanticen una mınima base productiva capazde obtener una cierta independencia economica delos ambitos locales urbanos respecto de los ambi-tos globales. La estrategia productiva construida enfuncion de una economıa global ha generado unagran indefension frente a crisis estructurales y am-bientales y justifica la necesaria diversidad de unmodelo de economıa social basado mas en una sus-titucion de capital por trabajo, y que sea ademascapaz de crear empleo satisfaciendo necesidades so-ciales y ambientales de caracter local. Se trata dedesarrollar la oportunidad de las redes de iniciativaseconomicas capaces de desarrollar las potencialida-des locales, permitiendo que tambien la poblacionlocal pueda asumir un papel de sujetos activos desu desarrollo, a la vez que se articule el nivel lo-cal con otros niveles economicos y administrativos.Bajo esta impronta la democracia no sera comple-ta, no sera participativa, a no ser que vaya unida aprocesos de democracia economica.

7.6 El desarrollo de la Economıa Socialcomo maduracion del Tercer Sector

El concepto de Economıa Social parece que haterminado por imponerse en amplios sectores so-ciales, polıticos, sindicales e intelectuales sin ha-ber logrado aun componer de forma completa susrasgos de identidad. Establecer un marco concep-tual comun para todos aquellos agentes economico-sociales que, desarrollando actividades economicas,

tienen unas caracterısticas especıficas que permitendiferenciarlos claramente de los agentes economicospublicos y de los sectores privados tradicionales, re-quiere una mayor maduracion de un (tercer) sectorque, a pesar de la tradicion del movimiento coopera-tivista y tras el largo parentesis del Estado del Bie-nestar surgido tras la II Guerra Mundial, se recons-truye y se reconoce como tal alternativa economicadesde la decada de los 80. Ese resurgir no se puedeentender si no es bajo el signo de los nuevos com-ponentes y contenidos que en gran medida van apa-rejados al desarrollo de otros modelos economicosdonde el medio local esta ganando protagonismo.Este efecto se produce gracias a su probada mayoreficacia para generar nuevas estructuras economicasa traves de procesos de desarrollo basados sobre lamovilizacion de recursos locales para satisfacer ne-cesidades locales. El despliegue de estas estrategiasmas capaces de contrarrestar los efectos de una cri-sis estructural, precisamente pone en evidencia laincapacidad del sistema economico globalizado pa-ra resolver los problemas de pobreza, desempleo yde insostenibilidad ambiental que el mismo genera.

Las mutuas implicaciones entre el medio localy la Economıa Social se hacen consustanciales enla busqueda de un desarrollo endogeno enfocado ala satisfaccion de las necesidades humanas y, portanto, a la consecucion de altas cotas de calidadde vida. La Economıa Social no podra consolidar-se sin el apoyo de las polıticas economicas locales,y estas no podran imprimir procesos de desarrolloendogeno sin la maduracion de un cierto entrama-do de estructuras de Economıa Social. El desarrollodel Tercer Sector requiere consolidar una zona deencuentro entre la Economıa Social y las polıticaseconomicas locales, o lo que es lo mismo, se tratade establecer procesos de democracia participativaque movilicen y pongan en disposicion de interac-cion los recursos publicos, canalizados a traves deestrategias y polıticas locales, con los recursos dis-ponibles y potenciales que se crean o que se puedencrear a traves de redes sociales abiertas (locales perotambien susceptibles de reforzarse por su proyeccionexterior).

La difıcil delimitacion de la Economıa Social

En efecto, sin el encuentro es poco menos queimposible la consolidacion de una Economıa Socialque obligadamente se tiene que desarrollar en elmarco de un sistema capitalista, camuflandose enmultiples formas de adaptacion que disimulen lacontradiccion de su coexistencia, sin llegar a ame-nazar el sistema en sus fundamentos basicos en elcorto plazo. La diversidad de adaptaciones y de res-puestas a la crisis estructural hace de la EconomıaSocial una dimension, a su vez multiforme, que ponede relieve la aparicion de economıas de diversidadfrente a la economıa clasica monetarizada.

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Es precisamente por las dificultades de identi-ficacion de las denominadas economıas de diversi-dad153 que se desarrollan sobre todo en la combi-nacion entre el desarrollo endogeno y la economıasocial donde se descubre una diversidad conceptualde la idea de economıa social —buena prueba de elloes la variedad de acepciones que se manejan para suidentificacion como Organizaciones No Lucrativas,economıa asociativa, economıa de insercion, econo-mıa alternativa, economıa solidaria, economıa delnon profit (economıa de interes general). . . — pe-ro que tiene como rasgo comun una estrategia quese inscribe en el cuestionamiento de la racionalidadeconomica imperante (Globalizacion, consumismo,dependencia, desigualdad, insostenibilidad) y pre-tenden la optimizacion de las necesidades humanas.Presenta, por tanto, multiples dimensiones interre-lacionadas que confluyen en tres orientaciones:

La democratizacion del trabajo o libera-cion en el trabajo (Gorz, 1995). Se inscribeen la logica de superacion la «experiencia so-cial escindida» (Tezanos, 1987: 21) entre lavida cotidiana (donde ganan protagonismo losvalores democraticos) y la vida laboral (don-de persiste el predominio de valores autorita-rios). Se trata pues de la integracion del sujetoen los procesos productivos (calidad de vida,apropiacion, cooperacion, participacion).

La liberacion del trabajo (Gorz, 1995). Setrata de una optimizacion de la autonomıa atraves de una liberacion del tiempo de trabajoque puede inducir un mayor control del mismoy que puede tener consecuencias orientadas alsurgimiento de otras actividades voluntariasy autoorganizadas encaminadas a la optimi-zacion de la satisfaccion de las necesidades.Ello permite una mayor integracion del sujetoen los procesos sociales.

Una economıa endogena. El protagonismoconferido al sujeto en los procesos de libera-cion en el trabajo y en la liberacion del tra-bajo apunta a un caracter descentralizado dela economıa, a un protagonismo local, y tam-bien a una mayor proximidad entre el ambitodel trabajo/produccion y el ambito de la vi-da cotidiana/reproduccion. Ello tambien vie-ne acompanado, aunque de forma aun muy in-cipiente, de nuevas actividades economicas nomonetarizadas basadas en el trueque de pro-ductos y servicios (Arrizabalaga & Wag-man, 1997).

153«Diversidad, en la forma de producir; en la forma de

aplicar los recursos, entre ellos, el trabajo mas cualificado yla innovacion mas flexible y polivalente; y en el contenido delo producido, como adaptacion a los cambios acaecidos en losmercados. . . Este paso de economıas de escala a economıasde diversidad ha sido posible por la utilizacion de sistemasde produccion flexible» (IRMASA, 1991: 9).

En un sentido amplio las denominadas empre-sas de economıa solidaria combinan eficazmente larentabilidad que lleva implıcita el concepto empre-sa con la solidaridad social (Vilanova & Vila-nova, 1996). Es decir, si en el entorno de lo eco-nomico no se puede dejar de hacer referencia a laproduccion de bienes y servicios con un mınimo derentabilidad segun criterios de mercado, desde laesfera de la solidaridad social reforzadas en valoresdemocraticos el beneficio economico se reconvier-te en beneficio social. Una definicion que a nues-tro juicio recoge con bastante precision la profun-didad de la Economıa Social podrıa ser la expre-sada por J. Defourny (1992: 24): «La economıasocial esta compuesta por actividades economicasejercidas por sociedades, principalmente cooperati-vas, mutualidades y asociaciones, cuyos principiosde actuacion se caracterizan por la finalidad de ser-vicio a los miembros o al entorno, la autonomıa degestion, los procesos de decision democratica y laprimacıa de las personas y del trabajo sobre el ca-pital en el reparto de beneficios».

De otra parte, un tipo de empresas que se en-cuentran inmersas en esa amplia zona definida porla Economıa Social o Solidaria serıan las denomina-das Empresas de Insercion154 las cuales nos interesaresenar especialmente155, y que son definidas como«estructuras de aprendizaje temporal que permitie-ran el acceso posterior al mercado de trabajo con-vencional. La peculiaridad de estas estructuras deaprendizaje e integracion social es que operan me-diante la realizacion de una actividad productiva yen una organizacion en un entorno similar al de unaempresa convencional, lo cual facilitara su posterioracceso al mercado de trabajo» (Caritas, 1997: I-14).

En todo caso, la Economıa Social cumple un pa-pel que da respuesta a la satisfaccion de las necesi-dades humanas y por ello representa a un sistemade iniciativas que adquieren multiples funciones deintermediacion, no solamente entre los sujetos, sinoentre los sujetos y los poderes publicos, entre los su-jetos y los sectores, entre unos sectores y otros. Enla medida en que la funcion de las nuevas iniciativasinscritas en el campo de la Economıa Social acome-te el doble sentido de hacer aflorar a la concienciacolectiva la universalizacion de las necesidades hu-manas y de a la vez procurar nuevos mecanismos de

154Para una interesante y completa perspectiva de las Em-presas de Insercion consultar La insercion por lo economico:Experiencias de Insercion Laborales en la Economıa Social(Caritas (1997)).155Las Empresas de Insercion, aunque puedan adoptar muy

distintas formas jurıdicas y tener cierta autonomıa, se creandesde las Organizaciones Sociales y son controladas por es-tas. Trabajan en el tema de integracion social y se dirigenfundamentalmente a colectivos en situacion de riesgo social,sobre todo a colectivos de jovenes y de mujeres; y se tratade la mayorıa de experiencias —de las inscritas en el campoeconomico— que hemos detectado en ambitos de periferiasocial a traves del trabajo de campo realizado y del que seda cuenta en el proximo capıtulo.

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democracia participativa y de acceso al empleo concriterios de calidad de vida en el tiempo de trabajo;significa el despliegue de un sistema de economıadiversa que desde la logica de contar, en primer lu-gar, con las propias fuerzas y recursos locales, buscatambien formulas de articulacion y de coexistenciacon la economıa mundializada.

Las caracterısticas de las Empresas de Eco-nomıa Social

Sin duda la causa principal por la que la Econo-mıa Social esta adquiriendo un creciente protago-nismo deriva de su enorme oportunidad para crearpuestos de trabajo en un contexto social donde lacrisis del empleo alcanza unas cotas de preocupa-cion social sin precedentes y en un modelo econo-mico de crecimiento sostenido que, como analiza deforma destacada Jeremy Rifkin (1996), paradoji-camente no va acompanada de un proporcionadoincremento del empleo. Es en esa dinamica dondelos dos grandes sectores (Estado y Mercado) son in-capaces de disminuir las tasas de desempleo, funda-mentalmente porque, tanto las polıticas de empleo,como las estrategias de rentabilidad se encuentranabocadas a su propia reproduccion, como sistema ycomo modelo, y ello queda muy alejado de corres-ponderse con los requisitos e intereses encaminadosa satisfacer las necesidades humanas. Todo pareceindicar que son las pequenas estructuras producti-vas, el autoempleo y las Organizaciones del TercerSector las que obtienen mayor capacidad de generarempleo, y mas particularmente estas ultimas desa-rrollan unas estrategias de actividades economicasbasadas en la relacion social, que no solo por elloestan en mejor disposicion para promover empleo,sino que tambien se inscriben en un tipo de activi-dades que complementan lo social y lo economico, loque difıcilmente podrıan afrontar los otros sectores,y ademas se encuentran principalmente comprome-tidas con la satisfaccion de las necesidades humanasy con la optimizacion de la calidad de vida.

En base a esa estrategia basada en la socialidady la solidaridad, las Empresas de Economıa Socialpresentan unos rasgos caracterısticos que ayudan aexplicar su exito en la creacion de empleo y su opor-tunidad para incrementar los niveles de Calidad deVida, estos rasgos los podrıamos resumir156 en lossiguientes:

Al igual que en los otros dos grandes sectores,en el caso de las Empresas de Economıa So-cial, su finalidad principal se encuentra en lareproduccion de su propia esencia, aunque en

156La realizacion de los siguientes rasgos de las empre-sas de Economıa Social se ha realizado tras la consultade los trabajos de los siguientes autores: Boekema (1989);Boucher (1996); Caritas (1997); Garcıa Roca (1996); Go-dard et al. (1988); Lepri (1996); Monserrat (1997); Mon-zon (1996) y de la Rosa (1996).

esta ocasion se produce de forma abiertamen-te confesada. La estrategia para posibilitar esareproduccion y que se suele incorporar a susreglas estatutarias consiste en que los bene-ficios propios de la rentabilidad empresarial,si los hubiere, no pueden ser repartidos entrelos sujetos que participan de la iniciativa, sinoque estos se destinan, o bien a la ampliaciondel modelo (mejora del servicio o ampliacionde la empresa, creacion de nuevas empresas,ayuda a otras iniciativas), o bien a otros su-jetos que no ejercen ningun control sobre laorganizacion. Se produce un proceso perma-nente de reinversion de los excedentes acumu-lados en actividades proximas al objeto social(sujeto) y a su entorno. Desde esa dinamica sederivan otros aspectos importantes como sonla continuada experimentacion innovadora yla incorporacion de nuevas tecnologıas orien-tadas a satisfacer las necesidades locales y alas pequenas estructuras. Son mas proclives,en consecuencia, a mejorar tanto la calidadde los productos y de los servicios, como lacalidad en las condiciones laborales y de for-macion de los trabajadores.

La presencia directa y permanente en el te-rritorio permite unas relaciones de proximi-dad que tienen distintas implicaciones. Porun lado, se obtiene un privilegiado acceso alconocimiento de los problemas de los ciuda-danos que ademas se ve incrementado por elesfuerzo de localizar necesidades insatisfechasque pueden generar actividad economica. Porotro lado, esa mayor capacidad de inscribir-se y de utilizar las redes sociales formales einformales ofrece la oportunidad de implicara los propios usuarios de los servicios en losprocesos de reproduccion del modelo. Ambosaspectos inciden definitivamente en definir untipo de actividades denominadas de serviciosa las personas que inciden especialmente enel acceso a la satisfaccion de necesidades basi-cas y son, por tanto, actividades que generanocupaciones socialmente utiles.

Estas iniciativas al reconocerse en el mediosocial y el entorno fısico, se colocan en unaposicion preferencial para afrontar activida-des sociales y ambientales de ResponsabilidadPublica y de defensa de los intereses generalesde las comunidades locales. La aproximacionentre la produccion y el consumo ayuda a de-sarrollar dinamicas de eficiencia energetica yde calidad de vida sin comprometer la eficaciaproductiva

Las condiciones que establecen las actividadesde proximidad y de servicio a las personas,de contactos directos, trato personalizado yde intensidad en las relaciones, significan que

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las empresas de Economıa Social se inscribenen sectores de actividad intensivos en capitalhumano. Ello contribuye tanto a simplificar ladivision del trabajo como a generar un mayornumero de puestos de trabajo por unidad deinversion.

Las relaciones internas basadas en la partici-pacion plena en la toma de decisiones y en larelacion equitativa de la polıtica de salarios,junto a la corresponsabilidad adquirida en uncontexto de insercion en la realidad cotidiana,hace que estas iniciativas sean susceptibles deobtener, por un lado, una gran flexibilidad ycapacidad de adaptacion al cambio de condi-ciones y de incorporacion a los sectores eco-nomicos de oportunidad; y por otro lado, deadoptar modelos de gestion horizontales, agi-les y transparentes.

La existencia de diversas iniciativas en un mis-mo ambito tiene unos efectos multiplicadores,ya que la inclinacion a establecer estrategiasde cooperacion, ademas de recrear el tejidosocial comunitario, puede posibilitar la orga-nizacion de un sistema local de informacionque facilite la asimilacion de cambios tecnicosy economicos. Por otro lado, los valores uni-versales en los que se basan su etica y su sen-tido solidario les impele a reconocerse comosistemas abiertos que proyectan sus relacionesexternas. Otorgan una funcion imprescindibleal intercambio de experiencias e innovaciones,por lo que la diplomacia y la cooperacion conel exterior y la incorporacion a redes de segun-do y tercer orden, con todas las dificultadesimplıcitas a su naturaleza local, sera siempreun objetivo primordial. Como indica JoaquınGarcıa Roca (1996: 35) «La cooperacion sesustancia en la articulacion».

Oportunidades y condiciones necesarias parael desarrollo de la Economıa Social

Llegados a este estado de la cuestion estamos encondiciones de vislumbrar una emergencia de otroposible modelo de empresa que introduce elementoscapaces de contribuir y articular por sı mismos lacreacion de un nuevo ambiente productivo que sedistingue y se diferencia de la cultura empresarialimperante que, basada exclusivamente en unos cri-terios de competitividad, requiere de aperturas per-manentes a nuevos mercados y de un incrementoconstante de la productividad a traves de la conti-nua incorporacion de nuevas tecnologıas. Si bien, elnuevo modelo productivo que encarna la EconomıaSocial no deja de encontrar serios obstaculos para suimplantacion. Queda por resolver un desajuste quepresenta una doble lectura, por un lado el desfaseque se produce entre la potencialidad de la Econo-mıa Social y las dificultades que encuentra para su

desarrollo; por otro, la inadecuacion entre la per-sistencia de necesidades insatisfechas y la gestionde los recursos. En definitiva, entre la falta de aco-plamiento entre las oportunidades y las condicionesnecesarias para su desarrollo. La resolucion de es-te desajuste es necesaria para afrontar la crecienteingobernabilidad social e insostenibilidad ambientalque se focaliza en las grandes ciudades.

Las oportunidades se encuentran precisamenteen la propia insatisfaccion de las necesidades157 enel ambito de la vida cotidiana. Por poner un ejem-plo podrıamos considerar la paradoja que se produ-ce en aquellos ambitos urbanos donde el fenomenorepresentado por la presencia de altas tasas de de-sempleo viene acompanado de la existencia de unadegradacion del medio ambiente urbano, o de unparque inmobiliario deteriorado, o de la inexisten-cia de determinados servicios y equipamientos, etc.Hay, en definitiva, todo un area de la economıa di-versa a desarrollar en las denominadas actividadesy servicios de proximidad en ambitos locales dondese pone de manifiesto como en la carencia de losproblemas se encuentran posibilidades dormidas dedesarrollo economico y de como ha de establecerseel encuentro a traves de las denominadas polıticasactivas de empleo que fundamentalmente se preten-den encaminar a detectar las iniciativas ciudadanasde base social y a explotar los llamados nuevos ya-cimientos de empleo158 desde una perspectiva preo-

157De acuerdo con el analisis de Caritas Espanola (1997:26): «Estas nuevas necesidades, cuya satisfaccion permanecesin respuesta, tienen su origen en el conjunto de los paıseseuropeos, en la transformacion de las estructuras familiaresy la incorporacion de la mujer al trabajo; el alargamiento dela vida y la tendencia al envejecimiento de la poblacion; lanecesidad de racionalizar el consumo y el uso de los recursosnaturales; la aparicion de la cultura del reciclaje y la repara-cion de los bienes frente al consumismo; la personalizacion ycalidad en la prestacion de los servicios publicos, la busquedade un urbanismo de dimension humana en el que prime laintercomunicacion frente al aislamiento, etc.»158La Comision Europea (1994) ha detectado 17 ambitos

de estos nuevos yacimientos de empleo a traves de los quese plantea aportar soluciones al problema del desempleo des-de la perspectiva del desarrollo local y desde el apoyo a laEconomıa Social. Estos nuevos yacimientos de empleo se de-sarrollan en cuatro apartados:

1. Los servicios de la vida diaria: servicios a domicilio,cuidado de los ninos, las nuevas tecnologıas de la infor-macion y de las comunicaciones, la ayuda a los jovenesen dificultades y la insercion.

2. Los servicios de mejora del marco de vida: mejora dela vivienda y reparaciones, la seguridad, los transpor-tes colectivos locales, la revalorizacion de los espaciospublicos urbanos, la atencion y el cuidado en los equi-pamientos publicos, los comercios y servicios de proxi-midad, servicios auxiliares relacionados con el cuidadode enfermos, el catering.

3. Los servicios culturales y de ocio: el turismo, el sectoraudiovisual, la valorizacion del patrimonio cultural, eldesarrollo cultural local.

4. Los servicios medioambientales: gestion de residuos, lagestion del agua, la proteccion y el mantenimiento delas zonas naturales, el cuidado de parques y jardines,la normativa y control de la contaminacion.

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cupada por un aprovechamiento optimo de los re-cursos del medio, tanto fısicos —recursos naturalesy materiales—, como sociales (socioculturales y re-lacionales).

Ahora bien, para que pueda desarrollarse una di-namica societaria de tanto calado es necesaria unagran agilidad en la implementacion de los procesosy estrategias capaces de crear unas condiciones ade-cuadas a las nuevas realidades sociales. La creacionde esas condiciones adecuadas las podemos desci-frar, al menos, desde tres planos que imprescindible-mente estan interpenetrados unos de otros: el planode lo social, el plano del territorio (del espacio ur-bano), y el plano de lo institucional.

Desde el plano de lo social son tres las con-diciones generales que establecen los teoricosdel desarrollo local para que este pueda seruna realidad (Godard et al., 1988):

• La existencia de un tejido humano losuficientemente dinamico que permita elsurgimiento de diversas iniciativas.

• Una identidad social.

• La existencia de iniciativas y gestioneslocales que articulen el nivel local conotros niveles economicos y administrati-vos.

Todas estas condiciones, que podrıamos identi-ficar mas con la existencia de redes sociales enten-didas como recursos para el desarrollo, tienen unalto grado de cumplimiento en los ambitos de peri-feria urbana y social del municipio de Madrid don-de hemos centrado el presente trabajo, detectandodistintas iniciativas, en unos lugares donde encon-tramos un importante tejido asociativo, parte delcual es dinamico en sus planteamientos afrontandonuevos retos; y unas experiencias de autogestion yde economıa social que son cualitativamente muyvaliosas y que cuantitativamente adquieren ciertadimension. Todo ello lo veremos en el capıtulo si-guiente.

Desde el plano del territorio y mas particular-mente desde el ambito de lo urbano y las nue-vas problematicas referidas al fenomeno urba-no (medio ambiente urbano y sostenibilidadurbana, eficiencia energetica, gobernabilidadurbana. . . ) surgen infinidad de campos insu-ficientemente tratados hasta ahora en los que

El ambito de desarrollo de estas iniciativas se enmarca enlas zonas locales, al considerarse que esto permite el disenarlas polıticas activas de empleo con los propios afectados y enrelacion a las necesidades reales, lo que produce tambien unmejor seguimiento y control de los requisitos en materia deinversion. Ası mismo este ambito se presenta como el masadecuado para incorporar la diversidad propia de cada espa-cio urbano, y consecuentemente disenar desde ese contactodirecto las necesidades y prioridades que estan en perma-nente cambio debido a la adaptacion de los ciudadanos a losmodelos laborales y sociales.

a traves de un mayor protagonismo y autono-mıa de los gobiernos locales y nuevas polıticasintegrales pueden plantearse, no solo la rege-neracion del tejido urbano, sino tambien unareestructuracion del modelo urbano enfocadoa la optimizacion de la Calidad de Vida159.Para que ello sea posible se requiere comple-mentar y encontrar el punto de equilibrio, dela maxima autonomıa municipal posible, conuna planificacion estrategica del territorio quearticule las actuaciones de los ambitos localesentre sı y de estos con los ambitos territorialesde mayor rango.

Desde las condiciones necesarias a establecerdesde el plano de lo institucional, y dado queel futuro de las Organizaciones del Tercer Sec-tor, y mas particularmente, de las empresas deEconomıa Social, depende en gran medida delos modos en que pueda desarrollarse la regu-lacion publica esta tendrıa que adoptar meca-nismos de discriminacion positiva que permi-tieran el apoyo y surgimiento de estas inicia-tivas.

A las dificultades implıcitas a las Organizacio-nes del Tercer Sector, y mas particularmente res-pecto a las empresas de Economıa Social, habrıaque anadir las propias adversidades de una activi-dad economica basada en sectores intensivos de re-cursos humanos, lo que es motivo de un incrementode los costes laborales (costes salariales + costes so-ciales) que finalmente repercuten en su viabilidad yque muestran una penalizacion relativa respecto deotros sectores empresariales mas intensivos en ca-pital y, por tanto, mas capacitados para aumentarla productividad en base a la incorporacion de tec-nologıa (Caritas, 1997: 27) y mas facultados paradeducir desgravaciones fiscales.

El establecimiento de polıticas que discriminenpositivamente al sector de la Economıa Social impli-carıa necesaria y simultaneamente, la creacion de unmarco legislativo que regule y apoye las estructurasy empresas de economıa social tendente a reducir lascargas fiscales y de otro tipo; y de una polıtica decontratacion por parte de las administraciones pu-blicas que permita una expansion del modelo querepresentan estas iniciativas sociales. Esa estrategiairıa mas en el sentido de romper con la dinamicaperversa de las subvenciones y eliminar los obstacu-los para su desarrollo como pueda ser su excesivadependencia y las malas condiciones de partida pa-ra el surgimiento de este tipo de iniciativas.

7.7 El Tercer Sector como paradigma

Los nuevos movimientos sociales y las organiza-ciones sociales que conforman el Tercer Sector son

159Ello sera motivo de reflexion en el Apartado 9 (p. 161).

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producto de su tiempo, se producen en el, pero tam-bien le reformulan y le pueden transcender. El tiem-po que nos ha tocado vivir es sumamente complejo,atravesado por distintas crisis en cascada por acu-mulacion, los movimientos sociales se recrean en esacomplejidad sistemica rebosante de incertidumbrese incapaz de construir nuevos modelos futuribles dereferencia. El centro neuralgico del sistema, incons-ciente de sı mismo, de sus lımites y de los efectossociales y ambientales que provoca no tiene opor-tunidad de establecer respuestas resolutivas a lasproblematicas de nuestro mundo. Habrıa que pre-guntarse si los fenomenos emergentes, organizacio-nales, relacionales y culturales, en una dinamica demovimiento permanente y articulado son capaces deconstruir alternativas de orden paradigmatico.

No podemos abordar aquı en toda su amplitudeste interrogante160, pero el sentido paradigmati-co que para algunos autores tiene el desarrollo delTercer Sector apunta al menos a una susceptibleremodelacion del sistema social imperante por lavirtud mediadora de este Tercer Sector emergenteque tiene un especial interes para nuestro trabajo.Estas transformaciones vienen dadas de su capaci-dad para generar alternativas parciales, sectoriales,locales, reflexionando mas en el presente (no tantoenfocado al futuro) y en su contexto social mas in-mediato, no tanto por dirigirse conscientemente, ytraves de una estrategia determinada, hacia un mo-delo social definido y determinado. La diversidaden formas y contenidos hace difıcil pensar en unaarticulacion de los muchos y variados movimien-tos, iniciativas, microorganizaciones, para generarun sistema de comunicacion de amplio espectro ca-paz de establecer una alternativa al sistema global;sin embargo, las multiples iniciativas son suscep-tibles de reproducirse interconectadamente en unaexpansion social que permita una interpenetraciony extension de una nueva semantica societaria queabra nuevos horizontes y que se encamine a nuevosmodelos, aunque no totalmente proyectados desdela dimension ideologica o teorica. En ese sentido nose elaboran promesas futuribles de alcanzar el reinode Dios, mas bien se actua en funcion de las condi-ciones presentes y particulares.

El Tercer Sector tiene oportunidad de construiralternativas parciales y solo en la medida en queestas sean capaces de articularse entre sı pueden es-tablecer un sentido alternativo global, pero desde la

160Fundamentalmente, nos limitamos a dejar constancia dela emergencia de espacios de autonomıa e innovacion social,que a la vez son espacios de mediacion, en donde se puedeproducir el encuentro entre la esfera institucional y la esferade la ciudadanıa societaria como forma de establecer practi-cas capaces de dar respuesta a la problematica de las peri-ferias sociales en las grandes ciudades. De acuerdo con Me-lucci (1989), la posibilidad de que las demandas colectivas ola ciudadanıa societaria tengan la oportunidad de expandirsedepende del modo en que los actores polıticos logren tradu-cir en garantıas democraticas las demandas procedentes dela accion colectiva.

alteridad, es decir, desde la aceptacion de los distin-tos roles que tienen los sectores-actores que intervie-nen las relaciones sociales, creando las condicionesadecuadas. Ası, distinguiendo en esa conjuncion en-tre la naturaleza alternativa y la alteridad; en pri-mer lugar, lo alternativo vendrıa marcado por elcaracter emancipador de los movimientos sociales,considerando a estos como portadores de la poten-cia necesaria para la superacion de la explotacion.El concepto de explotacion, entendido en el mis-mo sentido explicado por Jesus Ibanez (1991) —desde una perspectiva y contenidos heterogeneos—161, nos remite a una ampliacion de la tradicionalconstruccion conceptual de la idea de explotacionque permite conjugar la accion de los viejos y nue-vos factores, de los viejos y nuevos movimientos, delos viejos y nuevos conflictos sociales:

Superacion de la explotacion del hom-bre por el hombre (de unas partes porotras del organismo). Marco economico.Caracter central y tradicional de la contra-diccion capital/trabajo que imprime una al-ternativa superadora abstracta y global.

Superacion de la explotacion del ecosis-tema (lımites del crecimiento). Marcoecologico. La contradiccion hombre-naturalezaofrece un nuevo marco en el que se desliga ladefensa del medioambiente de la del hombrey a la vez se conjuga la defensa del ecosistemacomo soporte de los sistemas humanos.

Superacion de la explotacion reflexivadel organismo o sistema por sı mismo(autoexplotacion). Marco cultural. Emer-gencia de los derechos civiles y la democraciaparticipativa en un contexto creciente de mul-tiplicidad cultural, reconocimiento y respetoa las diferencias y consolidacion de la idea deconstruir una sociedad basada en la etica, latolerancia y la solidaridad.

Desde la reflexion del concepto de explotacion sepuede explicar la fragmentacion de los movimientoscomo un enriquecimiento propio de la complejidadque en el fondo proviene de una adaptacion a lasdiferentes necesidades y sensibilidades emancipato-rias. De alguna forma, ello viene a superar la abs-traccion de la transformacion global indeterminada

161Jesus Ibanez (1991) en El regreso del Sujeto, consideratres tipos de explotacion:

1. Explotacion del medio o contexto o ecosistema por elorganismo o texto o sistema (explotacion de la natu-raleza por el hombre).

2. Explotacion transitiva de unas por otras partes delorganismo o texto o sistema (explotacion del hombrepor el hombre).

3. Explotacion reflexiva del organismo o texto o sistemapor sı mismo (autoexplotacion).

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para pasar a plantearse pequenos espacios de auto-nomıa hiperdeterminados, que eso sı necesitan deuna expansion mas o menos articulada, solo posibledesde esa dinamica que hemos denominado como elencuentro.

En segundo lugar, el encuentro supone, en de-finitiva, la alteridad, a la misma vez que permiteel desarrollo de la eficacia polıtica del Tercer Sec-tor. Ası, como senala Pietro Barcellona (1992:133): «Partiendo de la premisa de que una sociedadque no quiera precipitarse en la anomia, esto es, enla creciente ausencia de compromiso con las normasy las responsabilidades colectivas, ha de permitirque todos tengan un espacio en la sociedad (quetambien los desempleados, los marginados, y las di-versas subclases tengan algo que aportar a cambiode la aceptacion de los vınculos sociales). . . ».

Aparecen una necesidad y una oportunidad pa-ra encontrar o reinventar los espacios de confluen-cia y solapamiento de las tematicas particulares, deautoapoyo, donde se rompa el descompromiso en-tre conflictos, en un sistema que tarde o tempranonecesitara de intermediarios sociales con proyectosautonomos capaces de canalizar las aspiraciones so-ciales. Pero tambien se deriva de todo ello, la ne-cesidad de intervenir en conjuncion en los procedi-mientos, definiendo y potenciando nuevos modelosparticipativos de cogestion y de autogestion en unser conscientes donde son los movimientos los quetienen que alterar con la accion, dar forma a, cons-truir «una nueva semantica societaria en virtud dela cual se redimensionan y por lo tanto se redefinen,los parametros sociales que caracterizan a los otrossectores o sistemas de la sociedad» (Donati, 1997:130).

La concurrencia, en terminos que se aproximena unas relaciones mas permeables y recıprocas demutua influencia y reconocimiento, es lo que nospermite pensar en un seudo-paradigma162 que vie-ne definido por un cambio de relaciones desde loque serıa una racionalidad separada (relaciones asi-metricas y no recıprocas) a una racionalidad inte-grada (relaciones con mayor carga de reciprocidady mayor simetrıa). Graficamente lo podrıamos re-presentar de la forma que ilustra la Figura 10.

La complejizacion de las nuevas relaciones que sepueden establecer desde un modelo de racionalidadintegrada establecen un desarrollo confuso (fusion,donde se funden) de las dimensiones: soportes (re-des sociales), instrumentos procedimentales (demo-cracia participativa) y fines transformadores (eco-nomıa social) de tal forma que tienen su sentido de

162Seudo-paradigma, mas que un paradigma, porque bajoel signo de la alteridad se construye con la aportacion deperspectivas diferentes (cada sector hace suyas parte de lasotras perspectivas a la vez que cumple solo una parte de lasque originariamente le son propias). En particular, para elTercer Sector el mismo es un seudo-paradigma en el sentidoque construye el presente y el futuro en funcion de su propiareproduccion y expansion, que solo es posible a traves de laconcurrencia de los otros sectores.

ubicacion en cada uno de los ejes de relaciones. Aunası, simplificando nos arriesgamos a establecer unadimension mas identificable en cada uno de los ejes,en todo caso y teniendo en cuenta que cualquierade estos ejes esta abierto a todas y cada una de lasdimensiones y que cada una de estas se impregnadel resto, es decir son a la vez soporte, instrumentoy objetivo.

El eje definido entre lo privado y lo publicoapunta hacia un tipo de relaciones que permi-te una economıa diversa, donde la regulaciondel Estado garantiza el desarrollo de las redesde pequenas iniciativas economicas y la am-pliacion de la economıa social.

El eje definido entre lo publico y lo comuni-tario supone una profundizacion de la demo-cracia y los canales de participacion, lo queviene a significar una descentralizacion y des-concentracion polıtica efectiva que genere au-torresponsabilidades ciudadanas y capacidadde toma de decisiones. Confluencia y equili-brio de la democracia representativa con lademocracia directa.

El eje entre lo comunitario y lo privado su-pone una mayor responsabilidad social y am-biental sobre los procesos de produccion y deconsumo, una mayor liberacion en el trabajo(mayor democratizacion del mundo laboral)y una mayor liberacion del trabajo (redistri-bucion del trabajo y de las rentas, el tiempoliberado frente al tiempo de desempleo).

En conclusion, el Tercer Sector tiene un reto pordelante: contribuir a construir otro modelo socialabriendo ya espacios de autoorganizacion y, a lamisma vez, estableciendo mecanismos de defensa delos derechos universales. Combinar y mediar son laspalabras clave. Combinar y mediar entre la reivin-dicacion (movilizacion social) y la autoorganizacion(movilizacion de los recursos), estableciendo vıncu-los entre lo particular y lo universal, entre lo local ylo global, entre lo informal y lo formal y realizandola oportuna articulacion entre estas dimensiones.

A partir de ahora se trata de descubrir el nivel deaplicacion y correspondencia que pueda tener estaperspectiva del Tercer Sector en una investigacionde casos que se concreta en la periferia social deMadrid, y en las Organizaciones del Tercer Sectorde caracter local que allı han emergido en la ultimadecada.

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 125

Figura 10: Relacion separada

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126 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

8 Constatacion y naturaleza de

una nueva praxis urbana. Lasiniciativas ciudadanas emergen-tes en espacios de periferia ur-

bana y social de Madrid.

8.1 Introduccion: Medio urbano y con-texto social163

El ambito territorial, el por que de su elec-cion

El presente trabajo se ha centrado en 17 ba-rrios que fundamentalmente se localizan en tres delos distritos mas propiamente del Sur del municipiode Madrid: Usera, Villaverde y Puente de Vallecas.A estos hemos anadido, por motivos que explicare-mos mas adelante, el barrio de Perales del Rıo delmunicipio de Getafe, con lo que hacen un total de18 barrios. No se corresponden en todos los casoscon barrios administrativos, ni en la denominacionempleada, ni en el perımetro considerado, tampocoacogen la totalidad de los barrios de los tres dis-tritos, a excepcion del distrito de Puente de Valle-cas. Respecto al primer aspecto apuntado se optopor una denominacion y delimitacion de barrio masacorde con el medio social, mas en funcion de la per-cepcion de sus habitantes, de su morfologıa urbana,

163En el presente apartado pretendemos dejar constancia delos pilares (un marco socio-territorial de periferia social y ur-bana) en los que se desarrollan los fenomenos emergentes queson objeto de estudio. No se pretende realizar un diagnosticoexhaustivo, sino fundamentalmente situarnos en el contexto,y verificar unas caracterısticas fısico-sociales que han sido ex-plicadas y desarrolladas de forma exhaustiva en los trabajosque se han venido produciendo a lo largo de la decada de los90, en algunos de los cuales (los elaborados por CEMIC) elinvestigador ha tenido la oportunidad de participar muy acti-vamente. Puede considerarse, por tanto, el presente apartadocomo un resumen muy ajustado de los aspectos concluyentesde esos trabajos que pasamos a citar en orden cronologico:CEMIC (1991), Diagnostico sociologico sobre la demanda deviviendas en Vallecas; Alcazar, M y Alguacil, J. (1991):Vallecanos la identidad que pervive; Camacho, J. y Traba-da, E. (1991) La condicion socioeconomica de la poblacionvallecana; Denche, C. y Rodrıguez-Villasante, T (1991)De redes, tejidos y encajes sociales: el Valle del Kas; FEDE-KAS (1992) Proyecto de Desarrollo Local de Vallecas; EUSASociologica (1993) Diagnostico para una Actuacion Inte-gral en la Periferia Sur y Este de Madrid ; CEMIC y Estu-dio Tres (1993), Estudio socio-urbanıstico para el desarrollode un Plan Integral en los distritos de Villaverde-Usera deMadrid ; Ynzenga, B. et Al. (1993): Plan Integral de Recu-peracion del Medio Ambiente Urbano en Usera y Villaverde;ALFOZ (VV.AA.) (1993), Espacio social y periferia urbana;EAP Vicente Soldevilla (1995): Modos de vida y Saluden el Barrio de San Diego-Puente de Vallecas; HernandezAja y CEMIC (1995), Estudio Analıtico sobre la situacionurbanıstica actual de determinados ambitos del distrito dePuente de Vallecas; Arthur Andersen (1997), Estudio pa-ra el Reequilibrio Socioeconomico y Desarrollo del Empleo enlos Distritos de Villaverde y Usera del Municipio de Madrid.

de sus fronteras fısicas y psıquico-sociales, y de suhomogeneidad social164.

Respecto al segundo aspecto, hay que decir quese han excluido aquellos barrios que tanto desde elpunto de vista social, como del urbano, presentanrasgos de integracion en el municipio de Madrid, ydonde no se ha detectado la presencia e influenciade las iniciativas que son objeto de estudio. Se tratade los barrios administrativos de Los Angeles, en eldistrito de Villaverde, y los barrios de Moscardo yAlmendrales en el distrito de Usera (Ver al respectola Figura 13 y la Figura 12).

Acotando el ambito geografico que describen lostres distritos, nos hallamos ante la franja de territo-rio que discurre entre la carretera de Toledo (N-401)al Oeste y la Autovıa de Valencia (A-3) al Este, ysituados al Sur de la frontera marcada por la M-30. A su vez el distrito de Puente de Vallecas, ensu parte Sur, queda separado del distrito Villa deVallecas por la M-40, lıneas ferreas, polıgonos indus-triales y campos abiertos. Abarcan los tres distritosuna superficie de 4.294 hectareas, lo que represen-ta el 7,1% del territorio municipal, con un total depoblacion en 1996 de 462.064 habitantes (385.377para los 17 barrios del municipio de Madrid consi-derados) que suponen el 16% sobre el total de lapoblacion del municipio. Incluyendo los 4.570 habi-tantes del barrio de Perales del Rıo hacen un totalde 389.947 habitantes.

El conjunto del area (tres distritos) se encuen-tra dividida por el curso bajo del rıo Manzanares,evidenciando dos grandes zonas con caracterısticasurbanas propias. Este, que en la actualidad cumpleuna funcion de evacuatorio del municipio de Ma-drid, es un elemento de problematica ambiental co-mun a estos distritos, siendo precisamente su re-cualificacion ambiental un aspecto potencialmentefavorable para un uso compartido por ambas zonas.En el Rıo Manzanares se arraciman todos aquellosespacios y piezas de servicio a la gran ciudad de ca-racter indeseable (vertederos, escombreras, depura-doras, secaderos de lodos, incineradoras, subestacio-nes electricas, cementerios de chatarra), y al mismotiempo, ha sido un pasillo por donde se han cons-truido grandes infraestructuras (Carretera de Anda-lucıa, tendido ferreo del AVE Madrid-Sevilla). Aunası recoge un enorme potencial de recuperacion am-biental e historico-artıstico (contiene variados ele-mentos singulares de caracter natural, arqueologi-co e historico). La cuenca baja del Manzanares, espues, un potencial y tambien una verdadera colum-na vertebral del sur de Madrid y en particular delos distritos que nos ocupan. Este es un elementoque nos apunta, no solo una caracterıstica de inte-

164No entramos de forma exhaustiva en la justificacion ana-lıtica de la definicion de barrio, sobre todo cuando este aspec-to lo retomamos desde aquellas otras investigaciones previasque hemos citado. En todo caso, desde este trabajo se ha po-dido comprobar como se corrobora la identificacion de estasunidades urbanas desde las iniciativas estudiadas.

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 127

gracion territorial, sino tambien un primer elementode justificacion del ambito de estudio elegido, y espor ello por lo que se incluye el barrio de Perales delRıo que tiene una logica continuidad con VillaverdeBajo en la problematica comun sobre el Rıo Man-zanares, ademas de una relacion muy intensa desdeel punto de vista social y economico.

Ademas de ser, geograficamente hablando, elmas estricto sur del municipio, y de presentar pro-blemas y potencialidades comunes en torno al medioambiente urbano, nos encontramos ante los tres dis-tritos mas emblematicos desde la perspectiva de losmovimientos sociales urbanos. En ellos hay que bus-car el origen del Movimiento Ciudadano madrilenoy de las primeras y mas importantes movilizacionesciudadanas en pos de mejoras en las condiciones devida urbana. No en vano en estos barrios se con-centra el 75% de las viviendas publicas y mas del90% de los equipamientos que se construyeron en eldenominado programa de Remodelacion de Barrios,producto de la lucha ciudadana, del que hablaremosmas adelante, y que tiene un gran influjo sobre laemergencia del fenomeno que estudiamos aquı.

Sin embargo, ha quedado en evidencia que a pe-sar de esa experiencia previa de remodelacion urba-na, se muestra que la transformacion fısica de ba-rrios o distritos es una condicion necesaria pero nosuficiente, para la integracion social de sus morado-res. La profundidad y persistencia de los desequili-brios territoriales que convierten a este espacio enel eje de confluencia de una profunda desvertebra-cion urbanıstica, una prolongada crisis economica ysu correlato en la crisis social se manifiesta a travesde multiples quiebras que se han venido sucediendoen el espacio y en el tiempo, manifestandose simul-taneamente tanto en el exterior, en forma de dife-renciacion de estos barrios respecto de la estructurasocial de la ciudad consolidada, como en el propiointerior, marco donde estallan procesos de vulnera-bilidad social, hasta connotar el sur periferico comoun atributo de exclusion del pulso urbano y metro-politano, espita por donde se vacıa de contenido laurbanidad en forma de declive al afianzarse un desi-gual acceso a los recursos y bienestar que la ciudadrepresenta.

El desarrollo social y urbano

Ambos enclaves del sur municipal madrilenoresultan ser el fiel exponente de un proceso decrecimiento condicionado desde sus inicios y has-ta muy recientemente, por la actividad industrial.La tardıa industrializacion madrilena de los anoscincuenta, basada en un modelo de aglomeracion-concentracion, explica la genesis de estos espacioscomo preeminentes lugares para la produccion (Ma-drid se extendio hacia el sur en funcion del factorlocalizacion y la presencia de infraestructuras via-rias) y constituye su definicion: ser el fondo de laciudad donde se depositan las grandes empresas in-

dustriales; ello le imprimira un caracter de zona bor-de (comun para toda la zona sur), un borde urbanosin rematar ni terminar. Si en efecto, cabe decirque es el proceso industrializador (con una alta in-tensidad y una especıfica cualidad de industria pe-sada e insalubre) el motor de despegue para estazona, al hecho productivo que llega primordialmen-te de manos de la iniciativa publica —INI— parair dejando paso a la iniciativa privada, le sigue enjusta correspondencia la recepcion de contingenteshumanos, indispensable elemento para la activacionindustrial.

Ası, los flujos migratorios iran aflorando copio-samente, trazando una doble curva: la de la huidade un exangue mundo rural y la de la inevitableatraccion de la industria/ciudad. El resultado nopodıa ser otro que un correlato residencial de ha-cinamiento, altas densidades, vivienda inadecuaday de escasa calidad edificatoria, cuando no infra-vivienda directamente. Las carencias dotacionales,los problemas de transporte (expresados en formade acuciante dependencia) en un marco de fuertedesestructuracion interna de los barrios y distritos,conviven con una mas que notable falta de calidadambiental y una poco deseable promiscuidad en-tre empresas y viviendas, configurando las senas deidentidad de una realidad precaria en grado sumo.

A los hitos de la crisis urbana, aun no superadaen su totalidad, vienen a anadirse los efectos de unaprofunda crisis social, cuyos orıgenes no son otrosque la decadencia industrial protagonizada por lossectores productivos enclavados en la zona a partirde mediados de los anos setenta. Confluyen de es-te modo la reconversion de los sectores productivos,que da paso a la nueva estructuracion de los sectoresde actividad economica, con las nuevas tendenciasde localizacion derivadas de aquellas, poniendo enmarcha un modelo territorial que cambia el sentidodel lugar. Ello se inserta a su vez en un contextode disolucion de la estructura monocentral madri-lena, que crea nuevas pautas de centralidad y unadinamica de desarrollo con leyes propias para losmunicipios adyacentes. En el despegue y posteriorconsolidacion de estos municipios no resulta ajenala obtencion de fondos FEDER provenientes de laComunidad Europea y su declaracion de Zonas deUrgente Reindustrializacion (ZUR). Ello acarrearanuevas relocalizaciones y actuara como efecto fron-tera dentro del marco regional madrileno inducien-do procesos de crecimiento en el borde de la primeracorona metropolitana, hecho que se traduce en unaacentuada perdida del lugar productivo de estos dis-tritos al solaparse la quiebra de la gran industriacon la emergencia de nuevos focos de atraccion quese han visto favorecidos por la instalacion de lasnuevas actividades economicas. Ası, el conjunto te-rritorial muestra un sumatorio de piezas inconexas,una estructura urbana no articulada. Un espacio-hendidura que no conecta ni con el nivel ciudadano

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que representa la ciudad de Madrid, ni con el de laregion, corte donde se arraciman las carencias y lapractica seccionadora de un crecimiento urbano po-co o nada atento al desarrollo mismo de los barriosque integran la urbe. Lugar sin referencias o hitosde ciudadanıa, lo que se traduce en una dependen-cia unidireccional (que esconde un amplio gradientede dependencias a su vez, segun los barrios) que lesconvierte en origen pero no en destino (mas alla desus moradores).

De este modo los distritos perifericos quedan su-midos en un grave proceso de deterioro, descabalga-dos de la planificacion urbana y de la regional, a lapar que quedan atrapados entre el crecimiento delcentro urbano decisional y de los emergentes mu-nicipios del sur metropolitano, autenticos nucleossecundarios de centralidad.

La zona considerada compone, de otra parte, uncontexto socio cultural y simbolico cargado de este-reotipos peyorativos y descalificadores, arrumbadapor los procesos de desindustrializacion y desestruc-turacion social, es percibida como un transito desdeel cinturon rojo al cinturon de la droga y la delin-cuencia, todo ello pese al esfuerzo inversor de losultimos anos por parte de las Administraciones pu-blicas, en infraestructuras, equipamientos colectivosy programas de vivienda publica, que han erradica-do la infravivienda y han cambiado la faz del surmunicipal, pero no han sido capaces de acortar dis-tancias sociales con el centro y el norte de la ciudad.

Confluyen en el conjunto de estos barrios las masaltas tasas de paro, las menores rentas, la percep-cion mas baja de los servicios publicos (salud, edu-cacion), el ındice mas bajo de instruccion educativa,los mas altos niveles de fracaso escolar y la peor cali-dad de la vivienda. Igualmente se concentra en ellosla mayor proporcion de perceptores del Ingreso Ma-drileno de Integracion (IMI)165 de la Comunidad, elmayor numero de infravivienda y el mayor numerode demandantes de vivienda publica.

Sobre el territorio ello supone una dinamica defragmentacion de la estructura social, de polariza-cion que deviene en la cristalizacion de una realidadsocial marcada por la incidencia desintegradora delos fenomenos de precarizacion, marginacion y se-gregacion de estos barrios perifericos respecto delsistema urbano.

De las consecuencias y de las potencialidades

El territorio es el soporte del orden simbolicoy moral en que se desarrolla la vida cotidiana deuna colectividad humana; factores culturales, emo-cionales y relacionales se generan y reproducen enuna cotidianidad historica mediante una interaccionadaptativa y conflictiva respecto a las condiciones

165Los perceptores del IMI de los tres distritos representanmas del 32 % del total de beneficiarios del municipio de Ma-drid, mientras que el porcentaje de los hogares de los tresdistritos con respecto a Madrid apenas alcanza el 15 %.

impuestas por el medio urbano, conformando unaidentidad social a traves de la que se reconoce unacomunidad.

La identidad constituye una estructura simbo-lica, distintiva e integradora; cuando es valoradapositivamente genera y difunde sociabilidad, si porel contrario esta cargada de representaciones y sig-nos distintivos negativos, nutre las tendencias psico-sociales de desarraigo, anomia y deseo de huida deun contexto espacial percibido como hostil y de-gradado; ası, ante las desigualdades y conflictos in-ternos, manifiestos o latentes se produce un desga-rro del tejido social y sus grupos normativos, juntoa una estigmatizacion de la propia comunidad, encontraposicion a otros referentes positivos externos.

La historia reciente de la zona sur permite esta-blecer tres etapas en la conformacion de la identidadcolectiva, que describen a su vez una lınea de evo-lucion de este ambito socio-economico y cultural.

Una primera fase que alcanza hasta media-dos de los setenta, se caracteriza por la con-solidacion del espacio productivo de las gran-des instalaciones fabriles y el enclave residen-cial de la clase obrera ocupada en los sectoresde la industria y la construccion. Constituyela periferia fısica y social del sistema urbanomadrileno, desde esa condicion de territoriosegregado socio-urbanısticamente se alimentala formacion de un amplio movimiento ciuda-dano que reivindica el derecho a la ciudad,es decir la mejora de sus condiciones de vidapara superar la exclusion que padecen. Estemovimiento social esta estructurado por lasasociaciones de vecinos y vinculado a orga-nizaciones sociales, sindicales y polıticas, te-niendo como elemento aglutinador la perte-nencia a una misma clase social discriminada.La identidad social surena pivota sobre va-rios referentes estructurados simbolicamente:la gran fabrica y el trabajo asalariado esta-ble, la solidaridad de clase, la participacionciudadana reivindicativa y el arraigo hacia elentorno.

Una segunda fase se situarıa entre finales delos setenta y principios de los ochenta y estamarcada por las crisis en cadena, la quiebradel modelo de produccion fordista trae consi-go la sustitucion de mano de obra por capitaltecnologico, lo que unido a una fuerte descen-tralizacion productiva, se traduce en un efectode desindustrializacion.

El empleo asalariado estable entra en una pro-funda crisis de cantidad con despidos, prejubi-laciones y cierre de los circuitos de integracionlaboral de los jovenes, y de calidad, con mer-ma del empleo estable en favor de otras formasde contratacion temporal o eventual, precari-zandose las condiciones de trabajo y prolife-

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Cuadro 9: Indicadores socio-economicos de los distritos del sur y el municipio de Madrid,1996 (%)

Fuente: Resultados Provisionales del Padron Municipal de Habitantes y Estadıstica de la Poblacion de la

Comunidad de Madrid, 1996. Los datos de superficie de la vivienda corresponden al Censo de Poblacion y

Vivienda de 1991.

Indices Usera Villaverde Pte. Vallecas MadridAnalfabetos funcionales 21,80 19,60 23,10 13,10Titulados Superiores 3,50 3,60 3,20 11,50Tasa de Actividad 44,00 42,40 41,40 44,70Tasa de Paro 27,60 25,50 27,50 22,20Asalariados Fijos 56,90 58,40 56,70 62,70Asalariados Eventuales 27,50 27,30 28,40 19,20Eventuales Peones y Trabaja-dores no cualificados

14,30 14,60 14,70 13,90

Numero de miembros por vi-vienda familiar principal

3,28 3,02 2,93 2,87

Viviendas con menos de 70m2

50,20 63,40 59,60 44,90

Cuadro 10: Distribucion de los barrios de Usera, Villaverde y Puente de Vallecas segun tipode estructura socialFuente: Constanza Tobıo (1993). Tipologıa confeccionada a partir de la combinacion de variables provenientes

de la estructura por edades y de variables provenientes de la dimension socioeconomica.

Estructura Barrios AdministrativosEstrato medio-alto y alto envejecido Moscardo (Usera)Estrato medio-medio envejecido Almendrales (Usera)Estrato medio-medio joven Palomeras Bajas (Pte Vallecas), Los Angeles (Villaverde)Estrato medio-bajo envejecido Zofio (Usera), San Diego (Pte Vallecas)Estrato medio-bajo joven Pradolongo (Usera), Portazgo y Numancia (Pte Vallecas)Estrato bajo-semi precario joven Villaverde Alto, Villaverde Bajo, Los Rosales (Villaverde)Estrato bajo precario envejecido San Cristobal (Villaverde)Estrato bajo precario joven Orcasitas, Orcasur, San Fermın (Usera); Entrevıas, Palomeras

Sureste (Pte de Vallecas)

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rando la economıa sumergida. Se intensifica elfenomeno del paro que pronto se interrelacio-nara con otros elementos marginatorios comola drogadiccion, la delincuencia, el fracaso es-colar. . . lo que provoca una desestructuraciony debilitamiento del tejido social al resquebra-jarse los vınculos y fragmentarse las posicionesdentro del espectro social.

El sustrato de lo social (ya en el plano formal,ya en el informal) deja de actuar como el ca-talizador de la comunidad, para atravesar elumbral de la descomposicion.

La tercera fase abarca desde finales de losochenta hasta nuestros dıas, y podrıa resu-mirse como efectos-causas circulares, respon-sables de su condicion socio-urbanıstica peri-ferica. El modelo de acumulacion ha provoca-do procesos internos de fragmentacion social;ası, la anterior homogeneidad social deja pasoa una multiplicidad de situaciones materialesheterogeneas: economıa formal/sumergida/de-lictiva, trabajador autonomo, asalariado fi-jo/eventual, desempleado con prestacion/de-sempleado sin prestacion, jubilaciones antici-padas. . . que llevan a reestructurar la comu-nidad toda.

La recuperacion economica traza una divisoriaque afianza la escision entre solventes/insolventes,lo que en definitiva viene a romper las valoracio-nes intersubjetivas y la percepcion antes compartidade este espacio, originandose actitudes y practicasdiferenciadas de apropiacion y usos por las distin-tas fracciones. Las importantes inversiones publicasrealizadas sobre estos distritos (fundamentalmen-te el programa de Barrios en Remodelacion) ya enmateria de vivienda, ya en dotaciones paliativas delas multiples carencias, tampoco han servido pararecualificar simbolicamente estos espacios degrada-dos, en parte por la inadecuacion cualitativa entreservicios ofrecidos y necesidades socio-culturales delos colectivos allı asentados, en parte por el modelode gestion poco apto a propiciar la apropiacion, pe-ro al mismo tiempo porque tiene lugar un repartoselectivo de la distribucion y acceso espacial, dan-dose una bipolaridad en la apropiacion y uso queva desde la exclusion de los mas insolventes, a unamayor intensidad de los mejor asentados, ello contri-buye a reproducir las desigualdades sociales distan-ciando a grupos humanos que comparten vecindady acercando a los mas instalados a otros colectivoscon similares deseos de valores signo de distincioncultural, aunque residan en entornos externos.

Esta situacion compone una semantica (informade como se hallan los distritos estudiados) y senalalas claves de una pragmatica (la de la accion de-sestructurada), pero lo mas significativo viene delhecho de localizar o definir dentro del continuo ur-bano, aquellos que se revelan como efectivos puntos

de fractura de la ciudad, poros por donde emer-gen los elementos que la descohesionan. El malestarurbano es un diagnostico cuyos sıntomas permitenestablecer medidas tanto en la sistematizacion deproblemas, significados y causas, como en las actua-ciones destinadas a superar las condiciones previas.

La ciudad entrana y construye un lenguaje apartir de patrones (Alexander, 1980), cada patronurbano describe una morfologıa, un modo de hacerciudad o planificarla y los efectos derivados. La urbeexpresa un orden simbolico regulado por equivalen-tes generales de valor y dichos equivalentes man-tienen su funcion, unicamente, en la circulacion, delo contrario se degradan y pasan a convertirse enun disvalor. La construccion del patron urbano delsur se opera como paradigma, sobre la contradic-cion Norte/integracion y Sur/exclusion, lo que re-fiere a su vez una relacion de contrariedad entre laconsolidacion de la diferencia y la aspiracion a laequiparacion.

El campo semantico referencial del sur es el nor-te, habiendose producido una perdida efectiva de supropia equivalencia de valor (es un espacio que haquedado fuera de circulacion, al quebrar su funcionproductiva, como signo respecto del conjunto urba-no). Los distritos surenos segregados no ya en el pla-no fısico, sino en el socio-simbolico, entran en unatendencia de crisis de identidad palpable en don-de referentes, signos y senas han dejado de orientarla conducta colectiva, dificultandose sumamente lareproduccion socio-antropologica de las formas devida. En la desarticulada estructura simbolica de laidentidad colectiva surge la valoracion de que conla zona Sur ya no se cuenta, pues ha quedado almargen; una percepcion de abandono que adquierediversos niveles segun los barrios, donde los pro-cesos de marginacion social han alcanzado mayorvirulencia.

Ahora bien, en la misma problematica se en-cuentra la perspectiva de su resolucion, de su su-peracion. Precisamente, desde el punto de vista delespacio urbano, la naturaleza de esos elementos, delos grandes espacios casi urbanizados, le confieren lapotencialidad del llegar a ser, de superar la fragmen-tacion urbana para establecerse como parte organi-ca de la urbe, pero esta vez con identidad propia.

En primer lugar, la ubicacion estrategica de es-ta periferia entre polos de centralidad, le confierela gran oportunidad de ser un espacio conciliadorque restaure la continuidad del territorio, adecuan-do las infraestructuras al espacio. En este sentido,la espina dorsal que representa la Cuenca Baja delRıo Manzanares puede jugar el doble papel de ele-var la calidad ambiental y simbolica de la zona y derestablecer la comunicacion de las piezas urbanasinconexas que conforman el mosaico urbano de losdistritos del Sur.

En segundo lugar, los suelos en declive, sin uso,o con uso inadecuado son espacios de intersticio que

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 131

proporcionan una oportunidad estrategica para es-tablecer nuevos usos consustanciales, complejos yflexibles, facilitando la proyeccion de la zona surcomo un renovado escenario urbano dotado de unanueva imagen positiva y atractiva, no solo para susactuales moradores, sino tambien para el resto delos ciudadanos y agentes sociales. La complejidad,fuente de riqueza urbana y social, tiene un buenpunto de partida: la variedad urbana y social dela zona. En este espacio podemos encontrar todaslas tipologıas urbanas de barrios y vecindarios (tra-mas urbanas historicas de antiguos municipios ane-xionados, promociones publicas de los anos 40–60,polıgonos de bloque abierto de promocion privadade los anos 60–75, colonias singulares e historicas deviviendas unifamiliares de baja densidad, promocio-nes publicas de los anos 75–90, promociones mixtasde manzana cerrada de los anos 85–95, nuevos desa-rrollos de baja densidad). Esta variedad encuentraaltos grados de integracion en gran parte del distri-to de Vallecas, sin embargo, tienen unas condicionesde aislamiento, en mayor o menor grado, en partede Usera (Orcasitas, Orcasur, San Fermın), en Vi-llaverde y en la zona Oeste de Vallecas (Entrevıas,Pozo del Tıo Raimundo). Ello tiene sus propias con-secuencias sobre los procesos de identidad y la sim-bologıa. La identidad vallecana pervive en una sim-biosis entre el barrio, el barrio-ciudad (distrito) yla ciudad, es una identidad en armonıa con el con-junto. La identidad de los barrios aislados es unaidentidad inestable y conflictiva propia de los senti-mientos de exclusion que se derivan de las unidadesurbanas no integradas en el entorno y la ciudad. Lavariedad es un baluarte, pero solo si va acompana-da de la integralidad, la integralidad en este caso esuna potencia.

Si hay soporte fısico, no podemos olvidar la his-toria colectiva y la potencialidad de unos recursoshumanos, de una calidad del tejido social y de unasiniciativas ciudadanas que pueden servir y servir-se de las potencialidades territoriales y economicas,de tal modo que estas puedan, ademas de reinven-tar el territorio, ser un motivo de identificacion y devertebracion social.

La transformacion fısica de los espacios perife-ricos no implica por sı sola la satisfaccion residen-cial de los moradores. La satisfaccion residencial esun elemento imprescindible, pero no exclusivo pa-ra alcanzar el bienestar urbano. Si bien la calidadurbana, la conciliacion con el entorno ambiental ola facilidad de acceso a los servicios que procurael Sistema Urbano son aspectos importantes, pe-ro no son suficientes para superar sentimientos devulnerabilidad y exclusion social. Sı es verdad quepueden ser elementos de soporte fısico imprescindi-ble, pero deben, porque ofrecen esa oportunidad, iracompanados de actuaciones de caracter social querefuercen la sociabilidad, las relaciones sociales, laidentificacion con los espacios complejizados y enri-

quecidos con la accion urbana y el compromiso delciudadano con su ciudad. Esas actuaciones urbanasofrecen la potencialidad de intensificar la vida debarrio, la vida ciudadana, donde el usuario puedaser consumidor, productor y actor social, donde se-gun tiempos y espacios pueda ser objeto pasivo osujeto activo, donde el desplazamiento sea mas unaopcion que una imposicion.

Frente a la dicotomıa de barrio encerrado (gue-to) o vecindarios anonimos, disueltos en la gran ciu-dad, se abre una tercera vıa: Barrios-Ciudad166 , conlos equipamientos, servicios, empleo y una cierta ca-pacidad de gestion de todo ello por parte de los ciu-dadanos. Ello requiere tambien mantener la pon-deracion de los niveles de estructura y coordinacionentre los distintos gradientes de la jerarquıa urbana:Centro/Barrio-Ciudad/Vecindario. En definitiva, setrata de rehacer la convivencia urbana, y al respec-to surgen respuestas y emergen nuevos elementospara la recuperar la identidad, de eso hablaremosseguidamente.

8.2 Metodologıa y tecnicas

Llegados a este punto se esta en disposicion deabordar el propio objeto de estudio: la compleji-dad de la praxis urbana adoptada por Nuevas Ini-ciativas de Gestion Ciudadana. El recorrido hastaaquı ha procurado estrechar el cerco a traves de unaaproximacion de sucesivos posicionamientos teori-cos construidos desde una perspectiva abierta, enuna busqueda de hacer compatibles diversos enfo-ques y orientaciones teoricas y metodologicas. Se habuscado en sintonıa con el posicionamiento episte-mologico y teorico, una metodologıa que podrıamosconsiderar como compleja-sencilla. Compleja por lapropia multiplicidad del fenomeno emergente, que

166El concepto de Barrio-ciudad lo intuimos en un primertrabajo: Retrato de chabolista con piso. Analisis de redes so-ciales en la remodelacion de barrios de Madrid (R. Villa-sante, Alguacil, Denche, Hernandez Aja, Leon, Velaz-quez, 1989). Lo identificamos en el Estudio socio-urbanısticopara el desarrollo de una Plan Integral en los Distritos de Vi-llaverde y Usera de Madrid (Cemic-Estudio Tres, 1993). Locomenzamos a explicar y definir en: La ciudad de los ciudada-nos (Hernandez Aja, Alguacil, Medina, Moreno, 1997).En sıntesis, lo consideramos como el modelo urbano suscep-tible de hacer compatibles la sostenibilidad ambiental y lasostenibilidad social (sostenibilidad, cooperacion, gobernabi-lidad) a traves de una autonomıa que se construye en surelacion con el conjunto urbano y social al que pertenece(elemento-objeto que construye su autonomıa en un procesodialogico del sistema urbano). Es el espacio susceptible deoptimizar la Calidad de Vida en la medida que establece unadimension mınima que permite la variedad urbana y social,y la libertad individual; y una dimension maxima que estaen disposicion de permitir la identidad social y la apropia-cion del espacio (recordamos que la identidad, en un sentidoetico, solo se puede construir partiendo de la alteridad —reconocimiento del otro—, y viceversa). Tambien, como ve-remos en el Apartado 9 (p. 161), pensamos que la idea deBarrio-Ciudad establece las condiciones urbanas adecuadaspara que se produzca el encuentro, y por tanto el desarrollode Nuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana cuyo significadoes el sujeto-en-proceso.

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132 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

es objeto de estudio, y por la accion social interac-tiva que conlleva su nueva praxis urbana. Sencillaen el sentido de que el ambito de actuacion y la di-mension del fenomeno emergente (numero de inicia-tivas) nos permitıa una accesibilidad y un contactodirecto y proximo; sencilla, tambien, porque la po-sicion del investigador ha sido privilegiada, comoresidente de la zona y como partıcipe de los movi-mientos sociales, lo que ha hecho aun mas estrechay accesible la aproximacion al objeto de estudio, odicho de otro modo, lo que ha posibilitado la mo-dulacion de la relacion en terminos de proximidad-distancia con respecto al objeto de estudio. La estra-tegia de investigacion no ha sido, por tanto, hacerladesde fuera del objeto de estudio, aunque a la vezha procurado guardar la distancia epistemologica.La estrategia ha sido, por tanto, abordar la investi-gacion con «un pie dentro y con el otro fuera».

Desde esta perspectiva se insiste en que este tra-bajo se ha guiado, por un lado, por la estrategia debuscar la complementacion de lo objetivo (que siem-pre tiene una cierta carga de subjetividad) con losubjetivo (que siempre tiene una determinada car-ga de objetividad). De otro, la metodologıa subje-tiva y la idea que de ella recogemos de Sujeto-en-proceso (Ibanez, 1991) ha llevado a buscar orienta-ciones que se apoyan, sin llegar por razones obvias,en la metodologıa de Investigacion Accion Partici-pativa (IAP), donde la implicacion del sujeto in-vestigado se produce en un cierto sentido (se in-vestiga el sujeto en relacion a los procesos que elmismo produce, y que el mismo interpreta a travesde nuestra investigacion) y en un cierto nivel (lainvestigacion tiene una doble utilidad, aspira a seruna Tesis Doctoral, pero tambien es una investiga-cion que se pretende recurrente, realizada en ciertamedida por y para los sujetos investigados). Se haaplicado, por tanto, una metodologıa poco ajustadaa modelos o esquemas tradicionales. En este sentidose ha aplicado, en definitiva, una metodologıa de ca-racter estrategico u opinativo, realizada ad-hoc, enfuncion de la particular naturaleza de los fenomenosemergentes que se quieren estudiar.

Efectivamente, en la ultima decada han surgidoiniciativas ciudadanas y comunitarias de nuevo tipoen el escenario urbano periferico que combinan mul-tiples funciones encaminadas a la satisfaccion de lasnecesidades humanas. Se trata, en primer lugar, dedetectar esas iniciativas en toda su amplitud paraposteriormente realizar un analisis de su capacidadinteractiva respecto de la complejidad implıcita enla consecucion de la calidad de vida. Nos interesa es-pecialmente su capacidad de insertarse en ambitosde barrio, de recrear el entorno concreto y proximo(fısico y social) con criterios universales (de soste-nibilidad ambiental y gobernabilidad social), de sucapacidad para la integracion socioeconomica de lossectores vulnerables y su capacidad para recrear la

socialidad y construir diversos tipos de redes socia-les abiertas.

Para ello se pretende establecer una metodologıaque a grandes rasgos consiste en establecer contactodirecto con todas y cada una de las iniciativas (en-trevistas informales, asistencia a reuniones y actos),seguimiento de la prensa escrita, analisis de textode los materiales producidos por las propias iniciati-vas, entrevistas en profundidad semi-directivas, y fi-nalmente elaboracion de una ficha-cuestionario porparte de cada una de las iniciativas.

La informacion recogida en esta ficha-cuestionariocontiene aspectos referidos a:

El ambito de actuacion de las iniciativas, re-conocimiento del mismo.

El objeto de las iniciativas. Colectivos socialesbeneficiados por la actuacion de las iniciati-vas y su capacidad operativa para reforzar lasdimensiones de la Calidad de Vida de formasinergica.

La descripcion de la iniciativa (inicio, prin-cipios, objetivos, estrategias, procesos, activi-dades, metodos, resultados, agentes implica-dos. . . ).

La potencialidad de las redes sociales (densi-dad, continuidad, intensidad). Sectores de labase social implicados, asociaciones que parti-cipan, agentes (profesionales, institucionales,empresas) que establecen algun vınculo conla iniciativa. Naturaleza de los vınculos:

• Relaciones con profesionales (grupos fun-cionales). Papel que juegan los profesio-nales.

• Redes de asociaciones.

• Relaciones con las instituciones publicas.

• Relaciones con instituciones privadas.

La estructura de la iniciativa. Organigrama,metodos y modelos de gestion. Formas de fi-nanciacion.

Los contenidos de la iniciativa, soportes, re-cursos materiales y humanos.

Las dificultades para el desarrollo de las ini-ciativas y el modelo que representan.

El alcance y proyeccion exterior de las inicia-tivas.

Los exitos de las iniciativas. Transformacionesde las condiciones de partida.

El caracter complejo de las iniciativas.

A tal efecto, en el proceso de trabajo de campoy respecto a la aplicacion de diversas tecnicas deinvestigacion social se ha procedido, y ha transcu-rrido, de la forma que describimos a continuacion:

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 133

1. La relacion personal tanto con el ambito deestudio como con los movimientos sociales dela zona, facilitaron el acceso directo a los pri-meros contactos e iniciativas. Esto nos sirviosobremanera para la realizacion de entrevistasen profundidad semi-directivas realizadas apersonas que identificamos como Grupos Ani-madores (miembros fundadores y en activo delas iniciativas), que tuvieron una multiple uti-lidad. Por una parte, las entrevistas nos hanofrecido un discurso rico en contenido que tie-ne su propia proyeccion en el analisis, por otraparte, ello fue de gran utilidad, tanto para rea-lizar el diseno de la ficha-cuestionario que seentrego a cada una de las iniciativas, comopara completar un primer listado de las ini-ciativas y los datos necesarios para el contac-to con una buena parte de ellas. El encuentropara la realizacion de las entrevistas tambienfue motivo de orientacion y recopilacion de di-versos materiales elaborados directamente porlas iniciativas de las que eran miembros.

2. Tras la confeccion de la ficha-cuestionario, es-ta se entrego en papel y en soporte informa-tico a cada una de las iniciativas. Ello supu-so un contacto directo con cada una de ellasy una explicacion del sentido y contenido dela ficha-cuestionario y de la propia investiga-cion. El contacto y explicacion se realizaronen casi todos los casos en el lugar donde seubican las iniciativas, lo que supuso la posibi-lidad de observar el ambiente y el medio dondese desenvuelven, tanto los recursos materiales(locales, equipamientos) como las actividades.Las multiples visitas que se realizaron a la ma-yorıa de iniciativas tambien posibilitaron unarelacion de confianza que se ha traducido tan-to en la recogida de materiales elaborados porlas iniciativas, como en la invitacion a distin-tos actos y actividades que nos ha permitidoestablecer una observacion participante e in-teractuante.

La red de contactos fue ampliandose a travesdel primer listado de iniciativas, a modo demetodologıa en cadena (unas iniciativas nosllevaban a otras), de tal forma que el propioproceso de investigacion se beneficiaba, al mis-mo tiempo que comprobaba la eficacia de unode sus objetos de estudio: las redes de inicia-tivas y su nivel de vinculacion.

Respecto del contenido de la ficha-cuestionario(el cuestionario se puede consultar en Anexo3 (p. 218)) es obligado hacer algunas precisio-nes:

En no pocas ocasiones la interpenetra-cion de aspectos tematicos hace que estosaparezcan en distintas preguntas. Ello ha

supuesto una dificultad anadida a la ho-ra de codificar, pero tambien una mayorriqueza de una informacion que se ha po-dido completar y ampliar al alimentarsede varios apartados.

El diseno de las preguntas y la entre-ga en soporte informatico ha permitidouna manipulacion de las mismas por par-te de los entrevistados. La existencia depreguntas abiertas y la confeccion de laspreguntas cerradas, que permitıa la in-corporacion y la ampliacion de casos, haofrecido un resultado final en el que po-drıamos decir que contamos con un pe-queno informe de cada una de las ini-ciativas. Esto se realizo de esta manerapor la propia orientacion de la investi-gacion, ya que se pretendıa una compa-tibilidad y complementariedad entre losdatos de corte cuantitativo y la informa-cion de naturaleza mas cualitativa.

Hay alguna conceptualizacion que se haconsiderado analoga dada la diversa na-turaleza de las iniciativas, es el caso delos conceptos de proyecto y actuacionque se han utilizado indistintamente enla ficha-cuestionario de manera intencio-nada.

El listado de iniciativas que aparecen enla ficha-cuestionario con motivo de esta-blecer los vınculos complejos entre aque-llas (apartado 18 de la ficha-cuestionario)es el primer listado detectado (31 inicia-tivas, en realidad 28 al desestimar las queno cumplıan las condiciones mınimas —una de esas iniciativas era de orden sec-tario, otra correspondıa a actividades en-teramente desarrolladas fuera del ambitoespacial, y una tercera en la practica es-taba incluida en otra de las iniciativasconsideradas). La posibilidad de anadirvınculos con otras entidades por partede cada iniciativa entrevistada y la obli-gada homogeneidad de la estructura dela ficha-cuestionario fueron el motivo demantenerla tal cual una vez iniciado elproceso del trabajo de campo.

Finalmente, la ficha-cuestionario fue con-feccionada por la totalidad de iniciativasdetectadas (47), y dado el interes y va-lor informativo que contiene en sı mismahemos optado por incorporarla en su to-talidad en el Anexo 4 (p. 223).

3. De forma adicional y complementaria se lle-va a cabo una dinamica de observacion par-ticipante en la que se produce una relacionde interaccion entre el investigador y el ob-jeto de investigacion. La participacion del in-

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vestigador en reuniones, actos y jornadas, rei-vindicaciones, etc. ha posibilitado esa dinami-ca de intercambio recıproco. Una relacion deesas actividades queda reflejada en el Anexo1 (p. 214).

4. Tambien de forma adicional, se ha contadocon una ingente cantidad de material escri-to (propaganda, informes, proyectos, revistas,evaluaciones, memorias. . . ) aportado por lasiniciativas y que ha sido imposible de incorpo-rar en anexos (una relacion de los documen-tos de mayor interes se recoge en el Anexo2 (p. 216)) dado su volumen. A ello hay queanadir el seguimiento realizado en la prensaescrita, tanto nacional como local durante losanos 1996 y 1997; de ambos tipos de publica-cion se ha obtenido tambien informacion va-liosa para el desarrollo de la investigacion.

5. Finalmente, en cuanto a la cronologıa del tra-bajo de campo en un sentido estricto (entre-vistas en profundidad y proceso realizado conla ficha-cuestionario) este fue realizado entreel 15 de mayo de 1997 y el 1 de febrero de1998.

8.3 Las Nuevas Iniciativas de GestionCiudadana

Introduccion

El movimiento ciudadano madrileno ha cumpli-do en el ano 1998 su treinta aniversario. En 1968,en plena dictadura franquista y al calor de la recien-te Ley de Asociaciones de 1964, se inicia la anda-dura del asociacionismo vecinal con la constitucionde la Asociacion de Vecinos de Palomeras Bajas(en Vallecas), seguida de inmediato por la creacionde otras asociaciones ubicadas en la los barrios delsur de Madrid (Meseta de Orcasitas, El Pozo delTıo Raimundo, etc.) para posteriormente extender-

se por todo el Area Metropolitana. Fueron un re-fugio para la contestacion social y polıtica a la dic-tadura franquista, pero sobre todo representaron laorganizacion social fundamental de la vida de ba-rrio y fueron la expresion de amplios sectores deciudadanos respecto de las condiciones de vida enun contexto urbano problematico; proceso, que porotro lado vino a introducir la dimension de la ciudadcomo valor de uso (Castells, 1986). Desde enton-ces hasta aquı el recorrido167 del movimiento vecinal

167Al respecto hay una amplia bibliografıa sobre la evo-lucion del movimiento ciudadano. Entre otros, cronolo-gicamente, vease los trabajos de: Madrid/barrios 1975(CIDUR, 1976a); Vallecas: razones de una lucha popu-lar (CIDUR, 1976b); La lucha de barrios en Barcelo-na (Equipo de Estudios, 1976); Las Asociaciones deVecinos en la encrucijada: el movimiento ciudadanoen 1976–77 (VV.AA., 1977); Movimiento ciudadano: cri-sis (Omenaca (1977)); Participacion ciudadana y urba-

nismo (IOE, 1985); El movimiento vecinal en el Area

ha sufrido muy distintos avatares en funcion de lospropios cambios sociales y polıticos acaecidos. Sinintencion de ser exhaustivos podemos establecer lassiguientes etapas (ver el Cuadro 11):

La etapa de crisis urbana se caracteriza por unmovimiento ciudadano a la ofensiva, profun-damente democratico y dinamico en sus for-mas (asambleas, delegados de calle o edificio,autoconstruccion de locales sociales, autoges-tion de servicios. . . ). El objetivo es la mejorade las condiciones de vida urbana, ası comola consecucion de equipamientos y la mejoradel transporte publico, pero, sobre todo, la lu-cha por la vivienda digna representa un hitode transcendencia historica. De aquı arrancael proceso de Remodelacion de Barrios, proce-so emblematico en lo cualitativo (se desarrollauna cultura de la participacion directa) paralos movimientos sociales urbanos y de una di-mension, tambien, excepcional en lo cuantita-tivo168. Tanto la experiencia acumulada por elmovimiento ciudadano, como el soporte cons-truido, fundamentalmente los equipamientosy los locales destinados a las entidades socia-les, tienen una especial vinculacion con el de-sarrollo ulterior de las Iniciativas Ciudadanasque nos ocupan.

La etapa de la crisis economica coincidentecon el inicio de la democracia tiene distintasconsecuencias. Supone un incremento de lastasas de desempleo que golpea especialmentea los barrios perifericos, aparecen el problemade la droga y otras patologıas urbanas; se evi-dencia, en consecuencia, que la conquista enmejoras urbanas no va acompanada de unamayor dignificacion social. En lo organizativose produce un trasvase de dirigentes vecina-les a las recien estrenadas instituciones demo-craticas (partidos polıticos, sindicatos, ayun-tamientos. . . ) a lo que hay que anadir unamayor legitimacion de los canales institucio-

metropolitana de Bilbao (Urrutia, 1985); La ciudad ylas masas. Sociologıa de los movimientos sociales urba-nos (Castells, 1986); Movimiento ciudadano e iniciati-vas populares (Rodrıguez-Villasante, 1991); Asociacio-nismo y tejido social (VV.AA., 1986); Mundo Asociativo(VV.AA., 1994).168El proceso de Remodelacion de Barrios contemplada en

su conjunto es la operacion de remodelacion urbana que seconsidera como la mas importante de Europa despues de laSegunda Guerra Mundial. Supuso la sustitucion y construc-cion de mas de 30 barrios, con mas de 40.000 viviendas, elrealojamiento de cerca de 200.000 personas, y la construccionde mas de 100 equipamientos, y que hoy aun sigue su procesoa traves de una segunda edicion en el denominado Programa

de Rehabilitacion Integral. Un analisis del papel del movi-miento ciudadano en el proceso de Remodelacion de Barriosy de los procesos singulares de participacion de los vecinos enla transformacion de sus barrios lo hemos abordado en otrotrabajo: Retrato de Chabolista con piso: analisis de redes so-ciales en la remodelacion de barrios de Madrid (Rodrıguez-Villasante, Alguacil, Denche, et al., 1989).

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 135

nales para la participacion ciudadana que vaacompanada de una cierta deslegitimacion delrol mediador del asociacionismo vecinal. To-dos esos factores implican, tanto una perdidade referentes y desorientacion en cuanto a lasestrategias y metodos de trabajo, como unadesactivacion del propio movimiento ciudada-no.

La etapa de crisis social es en realidad unaprofundizacion de la etapa anterior y un anun-cio de la etapa posterior, en la que aparecennuevos sıntomas, muchas veces ambivalentes,como son el desencanto y el denominado defi-cit democratico, la crisis de valores, la mayorrelevancia de los aspectos expresivos frente alos instrumentales. La aparicion de estos sın-tomas apunta tambien al surgimiento de nue-vos movimientos sociales y a una cierta re-composicion del movimiento ciudadano (mo-vimiento ecologista, radios libres, movimientookupa, prestacion de servicios en las Asocia-ciones de Vecinos, etc.).

La etapa de la crisis ecologica (aunque masbien es la constatacion de la acumulacion decrisis no resueltas: urbana, economica, social,ambiental) no solo se evidencia a traves de unapreocupacion creciente de caracter ambiental,sino que tambien implica la mayor compren-sion de la interrelacion que se produce entrelos problemas de caracter global con los decaracter local. La creciente segmentacion so-cial junto a los sentimientos de vulnerabilidade incertidumbre provocan el surgimiento demovimientos insolidarios y antisociales (diri-gidos contra los colectivos mas debiles), pe-ro tambien de movimientos solidarios por latolerancia, movimientos por la integracion so-cial y contra la exclusion social. Los vınculosque se producen entre unas estrategias de cor-te mas expresivo y otras estrategias de ındo-le mas instrumental estan dando lugar, sobretodo en aquellos ambitos urbanos de extractosocial con elementos de desfavorecimiento169,

169Una de las conclusiones mas comunes en los estudios masrecientes sobre asociacionismo viene a plantear que este pro-gresa fundamentalmente entre aquellos sectores sociales quetienen un componente de clase media, media-alta. Sectoresmas ilustrados, por tanto, con mayor accesibilidad a la in-formacion y con una mayor percepcion y preocupacion porla problematica global, lo que unido a la resistencia que seproduce al aislamiento social, producto de los procesos deindividuacion provocados por el modelo social, generan masque nada un tipo de asociacionismo de corte expresivo y tam-bien corporativo. Ese asociacionismo que presenta una altacapacidad relacional, sin embargo, tiene una baja capacidadpara afrontar los procesos de transformacion social. Este fe-nomeno tambien tiene su proyeccion, dados los mecanismosde imitacion que derivan de los «medios de socializacion dereferencia» (Rocher, 1985), y su influencia sobre los estra-tos y sectores menos favorecidos de la sociedad. Sin embargoa este ultimo aspecto hay que anadir como tradicionalmen-

a estrategias de autovaloracion, donde impor-ta mas intervenir directamente en la transfor-macion social, aunque esta sea pequena, queel ser extranos a los procesos de control, deci-sion y ejecucion. A estos diferentes fenomenosno ha sido ajeno el movimiento ciudadano debarrio, que tambien ha ido cambiando en lasreivindicaciones, estrategias y metodos de tra-bajo. Si bien, es verdad que ha habido, y hay,asociaciones vecinales que dirigen sus esfuer-zos y respuestas, sobre los problemas genera-dos por la crisis social, a la contra de aquelloscolectivos mas desfavorecidos y estigmatiza-dos que precisamente son las vıctimas princi-pales de la propia crisis estructural170, lo masrelevante es la mayor permeabilidad e interpe-netracion de los nuevos movimientos socialesque, junto con la persistencia de los problemasurbanos y la ampliacion de los mismos, tienesu influjo sobre el propio movimiento ciudada-no que cada vez mas se inscribe en una logicaque supera el ralo marco reivindicativo paraestablecer dinamicas de gestion de los proble-mas en los barrios. Es desde estos fenomenosdesde donde, tambien, se pueden explicar laemergencia de las Nuevas Iniciativas de Ges-tion Ciudadana.

Naturaleza de las Nuevas Iniciativas de Ges-tion Ciudadana

Se han detectado en el ambito de estudio un to-tal de 47 iniciativas de muy diversa ındole. Muyvariadas en cuanto a sus estructuras, redes, organi-zacion, objetivos y metodos de trabajo, etc., peroen gran medida se encuentran interconectadas en-tre sı y presentan rasgos substanciales compartidos.Todas ellas tienen un sentido estrategico en comun:una praxis urbana dirigida a controlar y gestionarlos procesos en los que se inscriben, la apropiaciondel espacio (locales, equipamientos, territorios. . . ) yla gestion de actividades. Cabe advertir que algunasde ellas se encuentran insertadas en coordinadoras,plataformas o redes, que tambien se han considera-do como Nuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana(10 de estas 47 iniciativas son Coordinadoras o Nu-dos de Redes en las que participan practicamentela totalidad del resto de las iniciativas, es decir 37,

te el asociacionismo entre los sectores populares ha tenidouna fuerte carga instrumental, sobre todo en el movimientociudadano, y como la conjugacion de lo expresivo y lo instru-mental, junto con la mayor densidad de las redes sociales quese da entre estos sectores de poblacion, implican al menos elcuestionamiento de que el asociacionismo con mayor opera-tividad instrumental, en un sentido de transformacion social,tenga mayor importancia entre los sectores ascendentes de lasociedad.170Una explicacion de este fenomeno, en particular del caso

de las denominadas Patrullas Ciudadanas lo podemos encon-trar en el artıculo de Vıctor Renes (1990): «Autodefensavecinal y patrullas ciudadanas: entre el corporativismo veci-nal y la lucha social».

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136 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 11: Contextos, modelos y estructuras cambiantes* La figura 11 muestra graficamente la estructura del tejido social.

Contextos decrisis

Modelos deParticipacion

Contenidos yActitudes

Estructura so-cial

Estructura deltejido social(*)

Crisis Urbana Participacion porirrupcion

Reivindicativoofensivo

Contradiccion tra-dicional: capitaltrabajo

Conexion entreGF y SA

Crisis economica Participacion porinvitacion

Repliegue defensi-vo

El ascenso y mo-delo emergente delas clases medias

Conexion entreGF y administra-cion desconexionde los GF de losSA

Crisis social Desencanto y Re-composicion

Resistencia defen-siva

Polarizacion social Cierta descone-xion entre los SAy la BP

Crisis ecologi-ca acumulacionen una crisiscivilizatoria

Participacion porcogestion y alter-accion

Autovaloracionatomizada porsectores

Fragmentacion Multiplicidad deredes sociales porsectores

Figura 11: Estructura del tejido social

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 137

sin bien aquellas desarrollan sus actividades propiasy tienen sus objetivos especıficos; en todo caso lasredes que se establecen las veremos mas adelante).Hay que resenar, por tanto, una interpenetracion enlas 47 iniciativas que es necesario tener continua-mente presente a lo largo de toda la exposicion queempezamos a desarrollar, dada la dificultad (queentendemos mas bien como una cualidad) para es-tablecer fronteras entre unas iniciativas que son tre-mendamente permeables tanto en la dimension delo sectorial y en la dimension de los procedimientos,como en la dimension de lo espacial o territorial. Es-ta plasticidad de las iniciativas y procesos impele arealizar una advertencia referente a la necesidad dehacer una lectura flexible y relativa de los cuadrosque se presentan en apartados posteriores.

Si bien, en este primer apartado vamos a reali-zar un recorrido por aquellos aspectos de contenidode las Iniciativas que tambien son y representan unescenario que las distingue del resto de los agentessociales que conforman el espectro social y organiza-cional. Nos referimos a todos aquellos aspectos quehacen referencia a las estrategias, metodos de tra-bajo y modelos de gestion, que muchas veces, dadasu flexibilidad, sentido abierto y el caracter blandode sus estructuras vienen a conjugarse y, por tanto,a confundirse entre sı y con los propios objetivosy funciones de la organizacion, como ya apuntamosanteriormente. Ello se refleja en la falta de precision,o tambien de clasificacion, a la hora de expresar es-tos aspectos en la organizacion de la informacionrequerida por la estructura de la ficha-cuestionarioque se recogio de cada una de las iniciativas. Porlo tanto, la interpretacion que se desarrolla a partirde ahora no se recoge del apartado concreto de laficha-cuestionario, sino que el analisis se construyerecogiendo la informacion expresada en el conjuntode la ficha y tambien de las entrevistas abiertas rea-lizadas y de las reuniones y actos de reflexion de losque hemos participado. En todo caso, optamos porresenar aquellos aspectos que reflejan una puesta encomun, mas que una distribucion de frecuencias delos mismos.

Las estrategias

Se entiende aquı la idea de Estrategia como elconjunto de elementos operativos que se encaminana establecer procesos con capacidad de transforma-cion social. Quizas el elemento principal del que sederivan otros aspectos estrategicos es el que hacemencion a la idea de implicacion. En este caso, de ladiversidad que conlleva la idea de implicacion —laimplicacion de los ciudadanos, de las asociaciones,de los profesionales, de las empresas, de la adminis-tracion. . . — procede la funcion de las iniciativas deser actores mediadores entre los diversos agentes ysectores que intervienen en el medio fısico y socialen el que trabajan. Es una estrategia encaminada,

por tanto, a ser motivadores de la confluencia y con-vergencia social. Desde ahı se precisa el desarrollode canales de comunicacion que han de conectar conagentes de muy diversa naturaleza:

Con la base social. Concienciacion y sensi-bilizacion. Recibir informacion sobre los pro-blemas y necesidades, informar y dar infor-maciones elaboradas. Incorporar los procesossociales a la base social implica la aplicacionde estrategias de proximidad.

Con las asociaciones. Favorecer iniciativascolectivas y crear canales para la expresion yparticipacion social y cultural de personas yasociaciones. Crear redes de apoyo mutuo ypuesta en comun. Nuevamente se necesitan engran medida estrategias que permitan el de-sarrollo de elementos de proximidad como lapromocion y participacion de las actividadesde barrio.

Con los profesionales. Establecer vınculosestables de colaboracion con sectores profesio-nales con capacidad tecnica mediadora paraapoyar la conectividad con el resto de agentessociales (capacidad de negociacion, capacidadde analisis, capacidad de evaluacion, capaci-dad de gestion. . . ).

Con las empresas. La adaptacion al merca-do laboral solo es posible a traves del estable-cimiento de vınculos con el mundo laboral yde la empresa.

Con las administraciones publicas. Lasestrategias que se dirigen a las administracio-nes presentan opciones distintas, pero combi-nadas. De busqueda de reconocimiento y decolaboracion, pero tambien de confrontacion.En general el itinerario de: presion (a vecesen su sentido de presencia, a veces en su sen-tido de movilizacion), negociacion, consenso;es comun a la mayorıa de iniciativas e incluyeuna variada gama de situaciones de encuentroy de desencuentro. En gran medida los facto-res que establecen las contradicciones con laadministracion provienen de las propias estra-tegias de las iniciativas de imprimir procesosde autonomıa, como por ejemplo, la apropia-cion, control y gestion de espacios, unidadesurbanas y equipamientos, aspectos todos ellosque son primordiales para poder implicar a labase social y para promocionar el tejido aso-ciativo, en consecuencia para poder reprodu-cirse como sector con identidad propia, peroa las que son muy reticentes los poderes pu-blicos.

En definitiva, las estrategias se encaminan haciala consecucion de un nuevo escenario favorable a laimplicacion, al encuentro y a la complementacion,

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138 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

pero tambien y como consecuencia, a la autonomıay a la apropiacion.

Los metodos de trabajo

Los metodos de actuacion tienen una logica co-rrespondencia con las estrategias difusamente esta-blecidas, aunque y tambien por ello, en la mayo-rıa de las iniciativas no se elabora un sentido me-todologico sistematizado, mas bien es un continuoaprendizaje y experimentacion basada en la puestaa prueba permanente de la actividad que se genera.

La implicacion de pleno en los procesos de trans-formacion social, tanto de la base social, como delos sectores activos y de los grupos animadores (te-jido asociativo), conlleva la adopcion de metodolo-gıas muy cercanas a la IAP. Conocer para actuares un itinerario comun que de una u otra formaadoptan las iniciativas. Ese itinerario es recurren-te y presenta la potencialidad permanente de in-corporar a nuevos sujetos afectados. Partir del co-nocimiento de la realidad de los sujetos afectadospara incorporarlos, se expresa, unas veces de for-ma implıcita y otras veces de forma explıcita, siem-pre en itinerarios del tipo: ver-juzgar-actuar, accion-reflexion-accion, explicar-implicar-aplicar. La incor-poracion de los sujetos afectados en los procesos deautoconocimiento-accion en pos de la transforma-cion de sus condiciones de vida se ve arropada porun buen numero de profesionales que se inscribenen la teorıa y practica de la Pedagogıa de la Edu-cacion Popular, Pedagogıa de la Liberacion, Peda-gogıa Antiautoritaria. . .

En otro orden de cosas, del fuerte sentido deadaptacion desarrollado en un contexto lleno de di-ficultades, procede la adopcion de unos metodos quepermiten establecer proyectos basados en la detec-cion de las necesidades, y que a la vez sean capacesde generar recursos con capacidad para mantenerla iniciativa, e incluso para desarrollar otros pro-yectos sociales que tienen dificultades para generarlos recursos suficientes para su mantenimiento. Sepresenta tambien una enorme diversidad de actua-ciones que por dirigirse o inscribirse a/en sectoresmuy concretos (sociales, o de la Calidad de Vida),precisan de metodos especıficos. En todo caso, laidea de complejidad queda reflejada en todo su re-lieve en aquellas iniciativas que son capaces de con-jugar la gestion de proyectos muy diferentes entresı sin perder el sentido de sus objetivos. Se cons-truye entonces la transversalidad de una actuacionglobal sobre multiples proyectos y surge, por tanto,la necesidad de establecer metodos capaces de ar-ticular el conjunto de los proyectos que conformany sostienen la iniciativa; la puesta en comun con laautonomıa necesaria de cada proyecto. Pero ello nosintroduce en el modelo de gestion.

Finalmente, junto a la articulacion interna deproyectos habrıa que contemplar la articulacion ex-terna de las iniciativas a traves de redes de autoa-

poyo. Ello se encuentra desarrollado en un estadomuy incipiente dadas las energıas que la estructurainterna de cada iniciativa y el desarrollo de sus pro-yectos requieren para su propio mantenimiento. Sibien la inquietud y, al mismo tiempo, la certidumbrede que esa es la direccion para poder desarrollarsetiene su correlacion en una incipiente creacion depequenas redes de puesta en comun, de intercam-bio de experiencias, de organizacion de jornadas ydebates, de movilizaciones sociales ante problemasy oportunidades comunes.

Los modelos de gestion

La variedad de iniciativas (segun su origen, di-mension, objetivos. . . ), marca algunas distincionesen cuanto a los modelos de gestion, aunque a travesde los principios mas generales presentan algunosrasgos de equivalencia. En general, la mayorıa delas iniciativas se consideran como baluartes de unagestion caracterizada por la horizontalidad en lasrelaciones entre sus miembros, en la corresponsabi-lidad y adopcion de compromisos de sus miembrosque les vinculan de forma participativa a la gestion,y el establecimiento de criterios tendentes a favore-cer la toma de decisiones en una dinamica que seapoya en el consenso. Si bien, a la hora de estable-cer los mecanismos dirigidos a operativizar las ac-tuaciones de las iniciativas, en la concrecion de esosprincipios aparecen algunos aspectos destacables enfuncion de sus rasgos distintivos:

1. Las iniciativas que por el hecho de ser Coordi-nadoras, Plataformas o Redes en las que par-ticipan multiples asociaciones (14 de las 47)funcionan mediante plenarios o reuniones pe-riodicas de representantes que deciden las es-trategias a seguir. Esa coordinacion en buenaparte se ve completada con comisiones de tra-bajo sobre aspectos concretos, proyectos o ac-tuaciones (elaboran proyectos, mantienen ne-gociaciones, etc. sobre las que luego decideel conjunto de representantes), en algun ca-so puede haber equipos permanentes que ha-cen un seguimiento de las actuaciones, o algunconsejo tecnico asesor.

2. Una gran parte de las iniciativas que se handesarrollado en el seno de las Asociacionesde Vecinos (8 de las 47) se encuentran bajolas viejas estructuras de la asociacion, aun-que en gran medida la necesaria autonomıade los proyectos que acometen exige la incor-poracion a la Junta Directiva de la Asociacionde aquellas personas que tienen responsabili-dades sobre los mismos. En algunos casos sehan creado organos de composicion mixta en-tre Asociacion de Vecinos y la iniciativa (pa-tronato, comision gestora).

3. Respecto a las iniciativas mas complejas (11de las 47), tanto por el numero de proyectos

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 139

que se encuentran gestionando, como por ladiversidad de estos, y tambien el nivel de pro-fesionalizacion, cabe resenar como su estruc-tura es mas compleja por aquella necesidad dearticular programas transversales con proyec-tos mas sectoriales, y por la necesidad de cohe-sionar equipos de tecnicos y de voluntarios.Suele haber equipos de trabajo de seguimien-to, equipo tecnico de asesoramiento y consejosdonde ademas de la coordinacion se adquierenresponsabilidades voluntarias por parte de ca-da uno de los proyectos.

4. Otras iniciativas (5 de las 47) se inscribenen una logica antiautoritaria o libertaria. Rei-vindican el caracter asambleario de funciona-miento y suelen incorporar criterios que esta-blecen la rotacion de responsabilidades en elseguimiento de la gestion.

5. Finalmente, cabe resenar aquellas iniciativasque reproducen una estructura muy blandade organizacion tendente a reproducir redesde socializacion primaria («somos una fami-lia») y donde el factor de liderazgo juega unafuncion en la cohesion del grupo (5 de las 47).

En sıntesis, se podrıa establecer como una con-clusion anticipada del presente apartado que la po-tencialidad de articulacion que presentan las Inicia-tivas ciudadanas complejas pasa por el desarrollode estructuras, metodos y modelos capaces de re-crear un sistema de relaciones donde la dimensionterritorial (de escala humana) y la dimension comu-nicativa —de mediacion— han de ser compatiblesy complementarias para favorecer su implantaciony extension como sistema de redes autonomas.

La dimension y presencia de las IniciativasEmergentes

En este apartado comenzamos a desplegar losprincipales resultados de corte distributivo que de-rivan del trabajo de campo realizado, y en primerlugar se pretende desvelar la presencia del fenomenoestudiado y su dimension social, lo que nos permi-te constatar su naturaleza emergente, su caracterterritorial y su importante incidencia social.

El caracter emergente de las iniciativas

La constitucion del Movimiento Ciudadano, ymas particularmente las Asociaciones de Vecinos,se fundamenta en la inclusion de la diversidad desensibilidades ideologicas, polıticas o confesionales.En su recorrido, a grandes rasgos, se ha mantenidoese caracter de confluencia, aunque hay que desta-car que en su origen se produce una sintonıa entreGrupos Animadores provenientes del PCE y de laIzquierda Radical, con los sectores de cristianos debase. En la recomposicion actual, que representan

las nuevas iniciativas, tenemos que tener en cuentaesta cultura de la complementacion que se enrique-ce aun mas con la incorporacion de sensibilidadesdel denominado movimiento alternativo171, y unacierto resurgir de los sectores de cristianos de base.En base a estas consideraciones podemos entenderel Cuadro 12 siguiente:

Es inutil intentar desligar con exactitud las sen-sibilidades de procedencia de las iniciativas dadala mezcla que se produce en la composicion de lasmismas. Si bien, parece que claramente son mayo-ritarias las que tienen su origen en una o variasAsociaciones de Vecinos (en terminos generales muyplurales en su composicion). Si ademas tenemos encuenta que el movimiento alternativo, que precisa-mente se caracteriza por la versatilidad de que susmiembros activos, quienes se transvasan de unosmovimientos a otros con mucha facilidad; mas, queen aquellos que se consideran como de procedenciamixta precisamente por no haber podido distinguirsu sensibilidad de procedencia dada la diversidaden su composicion (en la que en general intervienenel resto de procedencias), estamos en condiciones dehablar de una complementariedad aceptada que en-riquece los procesos y que en gran medida se mues-tra como un rasgo esencial del caracter emergentede las iniciativas.

Incorporando la dimension temporal a la ideade emergencia, y considerando una correspondenciaentre lo viejo y lo emergente, podemos comprobaren el Cuadro 13 como la gran mayorıa de las ini-ciativas han surgido en los ultimos 10 anos (76%),y como la practica totalidad de las iniciativas sonposteriores a 1980. De las cuatro experiencias an-teriores a la decada de los 80, solo una se puedeconsiderar como precoz, ya que el resto son Asocia-ciones de Vecinos que consideran a la iniciativa quepromovieron tan vinculada a la propia Asociacionque establecen el origen de esta en el origen de lapropia Asociacion.

La dimension de las nuevas iniciativas desde laperspectiva del ambito de actuacion y del territorio

El surgimiento de cada una de las iniciativas (ex-cepto las que son coordinadoras o nudos de red) es-ta estrechamente ligado a un territorio urbano quese identifica, por parte de las iniciativas, como ba-rrio172. Todas ellas han surgido desde una vincu-

171Se entiende aquı el movimiento alternativo en un senti-do amplio, en general nos referimos a todo lo que se ha de-nominado como Nuevos Movimientos Sociales (ecologistas,pacifistas, antimilitarista, feministas, juveniles, okupas. . . ).172El concepto de barrio puede tener multiples acepciones

(administrativo, segun morfologıa urbana, lımites fısicos omisma trama urbana, promocion urbanıstica, misma compo-sicion social o cierta homogeneidad social, poblacion. . . ), queen muchas ocasiones son coincidentes a la hora de estable-cer la unidad urbana que define un barrio. Este concepto lodefiniremos mas adelante, en todo caso cabe precisar sobrelos barrios que nos ocupan lo siguiente: que en el caso delas iniciativas del distrito de Villaverde estas se agrupan en

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140 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 12: Origen y procedencia ideologica de las N.I.G.C:

Movimiento ciudadano 16 30,2%Cristianos de base 14 26,4%Movimiento alternativo 9 17,0%Procedencia mixta 14 26,4%

Cuadro 13: Inicio de las iniciativas por perıodos temporales

Antes de 1980 4 8%1980–1984 8 16%1985–1989 13 26%Despues de 1990 25 50%

lacion muy directa con el espacio urbano conocidoy reconocido, y este es la base de reproduccion decada una de las iniciativas. Si bien, como venimosinsistiendo, la apertura informacional de este tipode organizaciones —apertura, por otro lado, muchomas ostensible que la de las propias asociaciones devecinos—, y dada su relativa especializacion secto-rial, implica relaciones multiples con institucionesy organizaciones ajenas al ambito urbano al que sedeben. Ello se refleja, como veremos, en la partici-pacion en redes de segundo orden, pero lo que seviene a mostrar en el Cuadro 14 se refiere a la inci-dencia e intervencion de las iniciativas, y sobre todoa la procedencia territorial de las personas que par-ticipan o se benefician de estas entidades al recibirservicios o prestaciones a traves de sus actividades.

La mayorıa de las iniciativas desarrolla sus ac-tuaciones en un entorno que consideramos de proxi-midad, y primordialmente para las personas de eseentorno. Nos referimos a ese mas del 80% que seinscribe en la escala de distrito o inferior al distri-to173. Entre estas la mayorıa de iniciativas se situaen la escala de barrio (mas de un 40% del total deiniciativas. Mientras, las tres iniciativas cuyo ambi-

correspondencia con los barrios establecidos por la delimita-cion administrativa (Villaverde Alto —San Andres—, Villa-verde Bajo —Los Rosales—, San Cristobal). Mientas que enel caso de los barrios que se han escogido en el Distrito deUsera las iniciativas se distribuyen segun las promociones ounidades urbanas surgidas del proceso de Remodelacion deBarrios (Zofio, Cornisa, Poblado Dirigido, Meseta de Orcasi-tas y Orcasur), y en el barrio Administrativo de San Fermın.Con respecto al Distrito de Vallecas la delimitacion de barrioses mas difusa y se corresponde tanto a barrios administrati-vos (San Diego, Entrevıas, Numancia —Pte de Vallecas—)como a promociones que provienen o se derivan del procesode Remodelacion de Barrios (Fontarron, Pozo del Tıo Rai-mundo, Palomeras Bajas, Nuevas Palomeras, Madrid-Sur).Finalmente, se ha incluido el barrio de Perales del Rıo queaunque administrativamente pertenece al municipio de Ge-tafe; su vinculacion al distrito de Villaverde, la existencia deuna problematica comun (tanto social como ambiental y te-rritorial), y la vinculacion de las iniciativas que estudiamosal conjunto de iniciativas ası lo aconsejan.173Por ejemplo, es significativo que en el distrito de Vallecas

se suele hacer referencia a el en terminos de barrio, de hechola trama urbana esta mas estructurada y es mas continua queen el distrito de Villaverde o Usera, como ya hemos indicado.

to de actuacion se refiere al conjunto de barrios deldenominado Arco Sureste del Municipio de Madrid(Distritos de: Latina, Carabanchel, Usera, Villaver-de, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Vicalvaroy San Blas) son todas ellas Coordinadoras o Nudosde Red de las que participan una buena parte delconjunto de las entidades de barrio que nos ocupan,en union con otras equivalentes de otros barrios delSureste (se trata de la Coordinadora Red de Em-pleo, Movimiento por la Calidad de la Educacion enel Sureste y Plataforma de Garantıa Social). Final-mente, 6 de estas Iniciativas presentan un ambitode actuacion aun mas amplio, lo que se debe funda-mentalmente a las demandas de atencion que reci-ben de personas que se dirigen a la iniciativa desdeotros distritos o municipios del sur. Se trata de ini-ciativas con un reconocido prestigio y eficacia queha hecho que la proyeccion de sus actividades ha-ya trascendido mas alla de sus ambitos originarios(Fundacion Tomillo, Asociacion Semilla, FundacionIniciativas Sur, Madres contra la droga, Traperos deEmaus, Coordinadora de Barrios), aunque, no porello eluden el caracter estrategico de las activida-des de proximidad y de continua interaccion con elbarrio al que pertenecen.

En otro orden de cosas, la distribucion de las ini-ciativas en el territorio se contempla, primeramente,desde la perspectiva de la presencia que tienen encada uno de los barrios a traves de sus actuaciones,y se establecen unos indicadores sobre el numero dehabitantes por iniciativa y el numero de asociacio-nes que son el soporte de estas iniciativas. Esto nospermite establecer algunas referencias comparativasentre ambitos sobre todo al relacionarlas con el ni-vel de integracion urbana que tiene cada uno de losbarrios.

Si contrastamos el Cuadro 15 y el cuadro de ti-pologıas (ver el Cuadro 16 elaborado a partir de el,y lo comparamos tambien con el nivel de integra-cion urbana, que a grosso modo hemos realizado apartir de los estudios urbanısticos ya citados (verel Cuadro 17), podemos comprobar como, en ter-minos generales, los barrios donde las actuaciones

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 141

Cuadro 14: Alcance territorial de las actuaciones de las iniciativas

En un barrio exclusivamente 20 42,5%En mas de un barrio del distrito 8 17%Distrito 10 21,3%Zona Sur (incluyendo municipios del Sur) 3 6,4%Barrios del sureste del municipio 6 12,8%

llevadas a cabo por las iniciativas y las asociacionesen las que estas se apoyan presentan mayor den-sidad (tanto de actuaciones, como de iniciativas, ode ambas) son los barrios que tienen un cierto ni-vel de integracion urbana. Mientras que los barriosque presentan menores cotas de integracion urbanapresentan, tambien, menor densidad de actuacionesy de asociaciones. Si bien este fenomeno no se evi-dencia de una forma estricta, ya que habrıa otrasvariables que entrarıan en juego (historicas, estruc-tura demografica, estructura social. . . ).

Hay en todo caso, barrios que presentan rasgosque se desvıan de estos presupuestos, por ejemplo,en San Diego y el barrio de Puente de Vallecas (ba-rrios con una buena integracion urbana) influyen enel hecho de su menor densidad el presentar mayorescuotas de envejecimiento de su poblacion, mientras,que Fontarron, Pozo del Tıo Raimundo y Meseta(barrios menos integrados urbanısticamente) obtie-nen una mayor densidad asociativa debido a la fuer-te tradicion e identidad asociativa adquirida en lalucha por la vivienda.

Ası, a traves de la distribucion territorial de lasiniciativas (Ver Planos de los distritos en la Figu-ra 13 y la Figura 12) se puede destacar como lamayor densidad de actuaciones y de asociaciones seconcentra en aquellos barrios que tienen una mejorintegracion urbana entre sı, y tambien una mayoridentidad de sus moradores al establecer vınculosde mayor fuerza con el espacio urbano. Esto se pro-duce fundamentalmente en los barrios del distritode Puente de Vallecas (exceptuando los barrios quese encuentran mas claramente segregados espacial-mente por barreras fısicas poco permeables, comoes el caso de Entrevıas y Pozo del Tıo Raimundo)donde la perspectiva de actuacion para las iniciati-vas de estos barrios es precisamente de ambito dis-trital, ya que en gran medida se viene a percibir ya considerar al Distrito como el barrio de Vallecas.Esta situacion cobra tambien cierta relevancia enel barrio de Villaverde Alto, barrio que igualmentetiene mayor variedad urbana (en actividades econo-micas, equipamientos, comercio, estructura social,estructura urbana. . . ), y tambien concentra los ser-vicios basicos del distrito (Oficina del INEM, Segu-ridad Social, Junta Municipal de Distrito, ServiciosSociales, Servicios recreativos. . . ). Todo parece in-dicar que hay una cierta correlacion entre la riquezaurbana, la condicion de ciudad, y el desarrollo de es-

tas iniciativas y, en consecuencia, la recreacion deltejido social y del tejido asociativo.

El soporte de las Nuevas Iniciativas de Gestion Ciu-dadana

La implantacion de las Iniciativas viene tambiencorroborada tanto por su presencia fısica en los ba-rrios como por el apoyo asociativo y el contingentede miembros activos que participan en las actuacio-nes y proyectos. El primer aspecto viene reflejado atraves de los centros y locales donde se desarrollansus multiples actividades, lo que junto a la existen-cia de un determinado nivel de vinculacion con lasasociaciones de barrio conforma un conjunto de ac-cion que las hace desempenar un papel fundamentalpara establecer procesos de integracion social y, portanto, de cohesion social.

La media de miembros activos174 por iniciativaes de casi 70, mientras que la media de asociacionesque tienen algun grado de vınculo175, y que en granmedida son un soporte de las Iniciativas, es de masde 7. En cuanto al soporte fısico se han detectadoen torno a unos 135 locales de estas asociaciones, loque significa una media de casi tres locales por cadainiciativa.

Considerando ahora exclusivamente los Centrosdesde donde se administra y se desarrolla la gestionde los proyectos y actuaciones de las iniciativas en-contramos un total de 50 de estos, de los que un46% derivan directamente del proceso de Remode-lacion de Barrios.

Es destacable como de estos Centros el 50% sonpropiedad de las administraciones publicas, y tam-bien como un 10% del total de los Centros fueronocupados por las entidades ante la falta de uso y

174Cabe precisar aquı que se entiende por miembros activos:desde luego no se trata solo de los dirigentes o de los lıderessociales. Se comprende por miembros activos aquellas perso-nas que tienen un nivel de compromiso alto con la iniciativay dedican una parte considerable de su tiempo al desarrollode los proyectos. Pueden ser asalariados de la iniciativa, aun-que mayoritariamente se trata de voluntarios. Por otro lado,cabe advertir que solo se han contabilizado como miembrosactivos los que desarrollan actividades en las iniciativas en sı,y no aquellos miembros activos de las asociaciones de barrioque tienen una vinculacion con ellas.175Los vınculos de las asociaciones de barrio con las ini-

ciativas son de naturaleza muy diversa, aunque siempre decolaboracion y autoapoyo. No se trata, por tanto, exclusiva-mente de aquellas asociaciones que participan en la gestiondirecta de la iniciativa, aunque en general, de una u otra for-ma son asociaciones que desde las iniciativas se consideranintegradas en las mismas de algun modo

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Cuadro 15: Presencia de las iniciativas. Distribucion del no de iniciativas segun actuacionesy las asociaciones que las apoyan por barrios, y relacion de la poblacion con las iniciativasy asociaciones

Barrios Presencia de lasiniciativas a tra-ves de sus actua-ciones (No)

Estimaciondel no de aso-ciaciones queparticipan de lasactuaciones

Estimacion dehabitantes poriniciativa

Estimacionde habitantespor asociacionparticipante

Zofio 1 1 12.957 12.957Cornisa 3 10 14.864 1.486Poblado Dirigido 2 5 5.000 2.000Meseta de Orcasitas 3 9 3.251 1.082Orcasur 2 6 5.628 1.876San Fermın 3 7 4.437 1.901Villaverde Alto 11 30 3.636 1.333San Cristobal 3 11 4.802 1.310Villaverde 4 7 8.489 4.851Bajo Perales del Rıo 1 7 4.570 653Entrevıas 6 2 5.391 15.673Pozo del Tıo Raimundo 7 3 1.040 2.424San Diego 10 9 4.540 4.035Madrid-Sur 10 21 3.389 1.614Palomeras 14 37 3.000 1.135Bajas Nuevas 8 36 3.875 861Palomeras P. de Vallecas 8 6 6.202 6.202Fontarron 4 1 1.461 5.846Total 100 208 3.899 1.874

Cuadro 16: Tipologıa segun la posicion de cada barrio respecto al conjunto

Menos densidad: Fontarron, Zofio, Pozo del Tıo Raimundo, Poblado Dirigido, Orcasur, San Fermın,Villaverde Bajo, Entrevıas, San Diego, Puente de Vallecas, Cornisa, San Cristobal, Perales del Rıo

Mas densidad: Meseta, Villaverde Alto, Madrid-Sur, Palomeras Bajas, Nuevas Palomeras

Cuadro 17: Nivel de integracion urbana de cada barrioSe va a considerar el nivel de integracion urbana en funcion de la accesibilidad desde cada barrio hacia su

entorno inmediato, la calidad de los transportes publicos, ası como el nivel de variedad urbana que contiene

(actividades economicas, equipamientos, espacios publicos, tipologıa de viviendas, estructura poblacional).

Alta: Cornisa, Villaverde Alto, Pte Vallecas, San Diego, Madrid-Sur, Palomeras Bajas, NuevasPalomeras.

Media: Zofio, Poblado Dirigido, Meseta, Orcasur, Fontarron.

Baja: San Fermın, Villaverde Bajo, San Cristobal, Perales del Rıo, Entrevıas, Pozo del Tıo Rai-mundo.

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 143

Figura 12: Relacion entre el numero de iniciativas y el numero de asociaciones en el distritode Vallecas

Cuadro 18: Presencia de las iniciativas. Distribucion del numero de iniciativas segun actua-ciones y las asociaciones que las apoyan por barrios, y relacion de la poblacion con lasiniciativas y asociaciones

Barrios Presencia delas iniciativasa traves de susactuaciones(numero)

Estimaciondel numero deasociacionesque partici-pan de lasactuaciones

Estimacion dehabitantes poriniciativa

Estimacionde habitantespor asociacionparticipante

Barrios de Usera 14 38 5.152 1898Distrito de Puente de Vallecas 67 115 3.356 1.955Barrios de Villaverde 100 208 3.899 1.874

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Figura 13: Relacion entre el numero de iniciativas y el numero de asociaciones en el distritosde Villaverde y Usera

Cuadro 19: Soporte de las Iniciativas

Miembros activos de las Iniciativas: 3.255.

Asociaciones que de una u otra forma tienen algun nivel de vinculacion con las iniciativas: (+-) 335.

Socios de las asociaciones que sostienen las iniciativas: Indeterminado (+ de 20.000).

Red de locales de las asociaciones que sostienen las iniciativas: (+-) 135.

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 145

Cuadro 20: Gestion y regimen de tenencia de los centros donde se ubican las iniciativas

Regimen o Gestion de la Tenencia de los Centros Numero de Cen-tros de las Inicia-tivas

Que derivandel proceso deRemodelacion deBarrios

Centros quefuncionan comoEquipamientosde Barrio

Centros en su origen ocupados a la admon. 5 10% 4 5Centros cedidos o alquilados por la admon. 14 28% 13 4Centros cogestionados con la admon. 7 14% 5 6Locales cedidos o alquilados por la Iglesia 4 8% - 2Locales propios en regimen de alquiler 12 24% - 3Locales en propiedad 3 6% 1 3Iniciativas que se ubican en locales 9 18% - -Total 50 100% 23 (46%) 23 (46 %)

el riesgo de vandalizacion a que estaban sometidos,otro 14% de los Centros son compartidos y cogestio-nados con la propia administracion, a veces con nopocas tensiones. Por otro lado, podemos considerarque 23 de estos centros funcionan como equipamien-tos de barrio176 que desempenan un papel relevanteen la optimizacion de la Calidad de Vida, dado sucaracter polivalente y complejo.

Los vınculos con profesionales177

Tan solo un 17% de las iniciativas estudiadasmanifiesta que su capacidad organizativa y la for-macion de sus recursos humanos presenta unas con-diciones adversas, igualmente tan solo un 15% ex-presa esta situacion de adversidad cuando se refierea su capacidad de analisis y evaluacion. Por el con-trario, las iniciativas que mantienen que su capaci-dad organizativa y formacion es un aspecto favora-ble o muy favorable representan el 57%, y las ini-ciativas que aseguran que su capacidad de analisis yevaluacion es igualmente favorable o muy favorablerepresentan un 51%. Mientras que las que sostie-nen que se encuentran en una situacion equilibradarepresentan, respectivamente, un 25 y 34%.

Independientemente de que las auto-valoracionestienen siempre una cierta carga de subjetividad, es-ta orientacion nos ayuda a comprender y explicar ladimension de los vınculos que sectores profesionalestienen con las iniciativas. No se podrıa entender laproyeccion social de estas sin el papel que jueganlos vınculos con distintos sectores de profesionales

176El concepto de equipamiento lo desarrollamos en el Apar-tado 9 (p. 161). En todo caso se considera aquı que estoscentros cumplen el papel de equipamiento por que son decaracter colectivo y reunen, tanto las condiciones fısicas pro-pias de un contenedor colectivo (tamano, instalaciones ade-cuadas para desarrollar actividades de diverso tipo), comopor su accesibilidad publica, los servicios que se prestan ylas actividades que se realizan.177Por profesionales entendemos aquı aquellos sectores que

por su titulacion (estudios superiores o estudios tecnicos)se encuentran en predisposicion de aportar un trabajo cua-lificado a las actividades y proyectos desarrollados por lasiniciativas.

que participan en el desarrollo de las iniciativas ysus proyectos. Ası, en primer lugar, en el Cuadro 21,se puede comprobar como tan solo 4 iniciativas nocuentan con un apoyo permanente de profesionales(de estas unicamente una de ellas no tiene ninguntipo de vınculo con profesionales).

La mayorıa de las iniciativas establecen vınculoscon tres o mas tipos diferentes de profesionales (casiel 60%), lo que deja constancia de una cierta capaci-dad tecnica para afrontar el desarrollo de proyectosy actuaciones con un cierto nivel de complejidad.

Considerando los tipos de profesionales, hanquedado reflejadas en las fichas confeccionadas porlas iniciativas un total de 20 tipos. La presencia deestos tipos de profesionales, como se puede compro-bar en el Cuadro 22, es muy diversa, aunque, man-teniendo esa variedad se aprecia la predominanciade unos tipos mas que de otros.

Tanto en el nivel de los asalariados de la iniciati-va, como en el de miembros activos y colaboradoreshabituales, se mantiene la misma tonica de presen-cia de los diferentes tipos. Por orden, de mayor omenor presencia de los tipos de profesionales, pode-mos encontrar a los educadores (incluye a animado-res, monitores), ensenantes, abogados, trabajadoressociales, psicologos, sociologos, relaciones laborales,informaticos, urbanistas, artistas y artesanos, peda-gogos, medicos, economistas, y otros. Mientras queentre los colaboradores no permanentes cabe desta-car la representacion de los periodistas, artistas yartesanos, y sociologos.

Habrıa que decir que la amplia gama de pro-fesionales refuerza la idea de multidimensionalidadde las iniciativas, aunque se podrıan resenar algunosaspectos indicativos:

Podemos comprobar como se refuerza el ca-racter mediador de las iniciativas a traves dela presencia de profesiones que cumplen esepapel (educadores, ensenantes, psicologos ytrabajadores sociales).

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146 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 21: Distribucion del numero de tipo de profesionales por iniciativaNota: se han considerado vınculos fuertes aquellos que incluyen tanto a profesionales que son asalariados de las

iniciativas como a los que son miembros activos, quedan excluidos los profesionales que son colaboradores

habituales y los que son colaboradores no permanentes.

Vınculos fuertes segun el n. de tipo de profesionales n. de iniciativasNingun vınculo 4 8,5%Un vınculo 10 21,3%Dos vınculos 5 10,6%Mas de tres vınculos 28 59,5%Total 47 100,0%

Cuadro 22: Grado de vinculacion con profesionales segun el tipo de profesionales

Profesionales segun tipo N. de iniciativas segun el nivel de los vınculos establecidos con los tiposprofesionales

Asalariados de laIniciativa

Miembros activos Colaboradoreshabituales

Colaborador esno permanentes

Abogados 10 10 10 15Artistas y artesanos 3 5 7 21Educadores, animadores,monitores

16 21 13 16

Ensenantes y profesores 13 15 15 12Informaticos 4 8 8 15Medicos - 3 6 10Periodistas 3 5 4 28Periodistas 3 5 4 28Psicologos 5 11 11 10Relaciones laborales 5 7 5 8Sociologos 5 8 7 18Trabajadores sociales 6 11 13 14Urbanistas y/o ambien-talistas

4 4 5 14

Pedagogos 4 2 - -Economistas 2 - - -Otros profesionales 3 3 2 1

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 147

La importancia primordial del factor educati-vo queda reflejado con la predominancia deprofesionales relacionados con la dimensioneducativa (educadores, ensenantes, pedago-gos).

La trascendencia de la dimension de la gestiony las relaciones con la administracion quedareflejada con la importante presencia de pro-fesionales como: abogados, sociologos, relacio-nes laborales, informaticos y economistas.

La atencion al tratamiento personalizado (edu-cadores, ensenantes, psicologos, trabajadoressociales).

El interes y las posibilidades de dar una pro-yeccion hacia el exterior de las actividades de-sarrolladas (periodistas, sociologos).

El calado del fenomeno

Es poco menos que imposible medir con exacti-tud el alcance y la dimension del fenomeno en ter-minos cuantitativos, tampoco lo hemos pretendidoen este trabajo que tan solo aspira a poner ahorade relieve la emergencia y la magnitud del fenome-no en terminos de su cualidad y potencialidad. Setrata de iniciativas que pasan como de puntillas,sectores invisibles como denominaran Max-Neefet al. (1986), que son de difıcil percepcion por lasociedad, y de escaso reconocimiento por parte delEstado. Si bien se erigen como actores sociales quese hacen imprescindibles para los sectores vulnera-bles y desfavorecidos de la ciudad, pero que tambienson fundamentales para establecer procesos encami-nados a la consecucion de la Calidad de Vida en laciudad. En este sentido son suficientemente signifi-cativos los datos que se presentan en el alcance dela dimension economica y social de las iniciativas,reflejados en el Cuadro 23.

Los datos son suficientemente trascendentales,si bien cabe hacer algunas precisiones que en todocaso vienen a reforzar el sentido apuntado.

1. Cabe advertir que a los asalariados de estasiniciativas habrıa que incorporar, al menos, alas personas liberadas y empleadas por el res-to de asociaciones que tienen presencia en losbarrios considerados. Igualmente se podrıa ar-gumentar en lo que se refiere a los sectores quehan recibido servicios de formacion, informa-cion o prestaciones culturales y recreativas atraves del conjunto de asociaciones.

2. Es importante resenar como algunas iniciati-vas se refieren, sobre todo en el caso de la for-macion, de la informacion, de la obtencion derecursos materiales, de la prestacion de servi-cios culturales y de la participacion en actosreivindicativos, a lo realizado exclusivamenteen el ultimo ano (curso 96–97).

3. En el apartado que hace referencia al haberrecibido recursos materiales hemos excluido laobtencion de vivienda a traves del programade Barrios en Remodelacion.

4. Finalmente, en la perspectiva temporal, en loreferente al empleo generado (bolsas de Em-pleo, convenios con empresas, creacion de em-presas de insercion. . . ) y a los cursos de forma-cion, creemos que pueden hacer una referenciavalida para la decada de los 90, dado que lainexistencia en la mayorıa de las iniciativas deuna sistematizacion y realizacion de memoriasanuales hace que el requerimiento de este tipode datos se retrotraigan a la percepcion de lorealizado en los ultimos anos.

Las redes de iniciativas

Las relaciones y vınculos de/entre las iniciativasestudiadas son multiples y sumamente complejas,maxime considerando la reducida magnitud de suuniverso y la dimension territorial tan limitada enla que se insertan. De otra parte, la naturaleza deesos vınculos es sumamente diversa y desigual. Se haconsiderado aquı lo que se podrıa denominar comovınculos fuertes que son los que pueden permitir elestablecimiento, mas o menos perceptible, de redesde iniciativas.

Unas tienen un caracter mas formal, pero a ve-ces mas efımero, y otras tienen un caracter mas in-formal, pero mas vigoroso. Unas tienen mayor den-sidad e intensidad, otras tienen mayor extensidad.Aunque no hay una nitidez absoluta es preciso di-ferenciar entre aquellas redes que conforman coor-dinadoras, plataformas y federaciones, y aquellasotras redes que teniendo un caracter mas informalimplican un mayor nivel de compromiso y recipro-cidad.

En primer lugar vamos a considerar las coordi-nadoras, plataformas y federaciones. Estas se sue-len crear en torno a un problema o a un objetivocomun, pero de caracter sectorial o territorial muyconcreto. No tienen una estabilidad continuada enel tiempo, aunque su actividad puede desaparecerpara volver a aparecer mas tarde si el objetivo nose ha alcanzado y se valora que es susceptible dealcanzarse. Su componente suele ser mas diverso ydesigual, y se inscribe en gran medida en una lo-gica mas reivindicativa, de presion, de negociaciony de movilizacion, que de apropiacion o de gestionde actividades y de espacios. Una vez conseguido,el objetivo puede desaparecer o recomponerse bus-cando nuevos objetivos.

En segundo lugar, las que denominamos comoredes de autoapoyo, tienen junto a su caracter ins-trumental, una fuerte carga expresiva. Los vınculosse establecen muchas veces por relaciones persona-les y de amistad. En todo caso como sintonıa deestar no solo en el mismo campo de actuacion, sino

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148 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 23: Alcance de la dimension economica y social de las iniciativas

Asalariados de las iniciativas: 776.

Empleo generado por su actividad: mas de 5.000.

Han recibido formacion: mas de 15.000.

Se han beneficiado de recursos materiales: 3.000 aproximadamente.

Han recibido servicios de informacion: mas de 60.000.

Han recibido servicios culturales y recreativos: mas de 35.000.

Han participado en actos reivindicativos: mas de 40.000.

tambien en la misma forma de entender los proce-sos de transformacion social. En este tipo de redesno se trata solo de afrontar objetivos comunes, si-no tambien de establecer proyectos conjuntos, inter-cambiar experiencias, traspasar recursos. . . La na-turaleza expresiva e instrumental de los movimien-tos sociales alcanza ası una mayor madurez.

El Cuadro 24 nos muestra la complejidad de re-laciones que se establecen entre el conjunto de ini-ciativas detectadas. Tan solo dos de ellas se podrıaconsiderar que se encuentran aisladas al no partici-par de redes de las que participan el resto de las ini-ciativas, aunque indirectamente participan de otrasredes de caracter regional. Es especialmente llama-tivo como practicamente el 62% de las iniciativasparticipa de mas de 5 redes diferentes a traves delas cuales entra en relacion, directa o indirecta, conel resto de las iniciativas. Esa misma relacion es del31,9% si consideramos exclusivamente a las coordi-nadoras, plataformas y federaciones y del 27,6% siconsideramos solamente a las redes de autoapoyo.La marana de conexiones entre las iniciativas, y losbarrios, es tremendamente densa y difıcil de imagi-nar, pero sı nos revela la potencialidad del conjuntode las iniciativas, a traves de su complejidad rela-cional.

En cuanto el alcance que obtienen las iniciati-vas a traves de las redes en las que se inscriben, sepuede intuir la interpenetracion que se establece en-tre el marco estrictamente local (de barrio) y otrosambitos que lo superan.

La mayorıa de iniciativas participan, como he-mos visto, de diversas redes a la vez y estas pue-den corresponder a marcos espaciales diferentes. Lagran mayorıa de iniciativas (80,8%) potencian y sepotencian a traves de redes de corte estrictamentelocal o barrial, pero en el conjunto de los 8 distri-tos mas desfavorecidos de Madrid hay un 34% delas iniciativas que se inscriben en redes que tienenese amplio ambito, en general se trata de las redesy plataformas en las que participan la mayorıa delas iniciativas de barrio. Ahora bien, hay que des-tacar que la representacion de las iniciativas quesuperan el marco estricto del contexto de la perife-

ria social de Madrid es especialmente significativo,un 36,2%178 de las iniciativas participan de redes anivel regional, casi un 30% es la representacion queobtienen las que participan de redes a nivel nacio-nal, y mas de un 10% las que participan en redes deONGs internacionales, en general las iniciativas queestablecen relaciones a niveles que superan el ambi-to de la Comunidad de Madrid tienen un alto nivelde cualificacion y un buen numero de asalariadosy de miembros activos que les permiten establecereste nivel de relaciones.

Los principios, el objeto y los objetivos de lasNuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana

Podrıamos decir con toda propiedad que el ob-jetivo generico de estas iniciativas emergentes es laoptimizacion de la calidad de vida o la satisfaccionplena de las necesidades humanas. Se parte de laidea de que estas nuevas iniciativas de gestion ciu-dadana se inscriben en una dinamica de procesosde accion interactivos, de pensamiento global en laconsecucion de la calidad de vida, pero con unaaplicacion-implicacion en lo local. Ya se apunto queel concepto de calidad de vida se inscribe en unalogica de la complejidad y de la integralidad, que ensıntesis viene a significar que la satisfaccion de unadeterminada necesidad, a traves de la accion direc-ta, tiene que tener efectos de favorecimiento en eldesarrollo de la satisfaccion de otras necesidades, yque en ningun caso debe desarrollarse en menoscabode la satisfaccion de otras necesidades. Ello denotatodo un sentido que podemos construir a traves deuna serie de criterios y de principios que adoptan es-tas iniciativas y que bajo distintas acepciones y endistintos apartados del cuestionario se han podidodetectar, y que resumimos:

El principio de Subsidiariedad, o de proximi-dad y de accesibilidad a la gestion publica ycomunitaria.

178En todo caso, cabe considerar que la mayorıa de ini-ciativas que se desarrollan en el marco de las asociacionesde vecinos han dejado constancia de que se encuentran aso-ciadas a la Federacion Regional de Asociaciones de Veci-nos (FRAVM).

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 149

Cuadro 24: Distribucion de las iniciativas segun el no de vınculos fuertes que establecen conel resto de iniciativas

n. de vınculos Con plataformas, coordina-doras, federaciones

Copartıcipes de la mismared de autoapoyo

Ambos tipos de red

Ninguno 6 14 21 6 7 -2 9 3 33 5 5 54 6 5 85 9 6 76 3 3 57 1 3 4Mas de 7 2 1 13

Cuadro 25: Vinculaciones de las iniciativas a redes sociales segun tipo de ambito de las redes

Vınculos segun tipo de redes N. de iniciativas Porcentaje sobre 47Redes locales (de barrio) 38 80,8%Redes de distrito 12 25,5%Redes de area (tres distritos) 13 27,7%Redes de zona (Sureste: 8 distritos) 16 34,0%Redes regionales 17 36,2%Redes nacionales 14 29,8%Redes internacionales 5 10,6%

Principios de igualdad de oportunidades yprincipio de reciprocidad.

Principio de corresponsabilidad y de partici-pacion.

Principio de consenso.

En esta logica compleja, los fines y objetivos delas iniciativas ciudadanas emergentes no son unicasy exclusivas, sino que intervienen de forma sinergi-ca en multiples sentidos y dimensiones de la calidadde vida. En ese sentido habrıa que remarcar algunosaspectos fuertes de los objetivos y fines que estable-cen estas iniciativas:

1. Todas las iniciativas analizadas explicitan va-rias dimensiones de la calidad de vida comoobjetivo principal, o al menos manifiestan quesu objetivo principal tiene un impacto de re-fuerzo directo sobre otros sectores de la cali-dad de vida.

2. El tandem (de recurrente refuerzo) entre sec-tores que se hacen sinergicos y se hacen proce-so: prevencion/ educacion/ informacion/ orien-tacion/ empleo/ integracion, es una constan-te en la practica totalidad de las experienciasanalizadas.

3. Todas las experiencias que declaran entre susobjetivos aspectos relacionados con el entorno

urbano y la calidad ambiental, muestran quesu actividad tiene unos efectos directos de re-fuerzo sobre las dimensiones relacionadas conla Formacion y el Empleo.

4. Practicamente todas las iniciativas, indepen-dientemente de su/s objetivo/s principal/esmanifiestan (cuando no es ya un objetivo prin-cipal) que su actividad favorece y refuerza —mas o menos directamente— la democraciaparticipativa, la identidad cultural, y la salud.Veamos esto mas pormenorizadamente.

Sectores de la Calidad de Vida a los que se dirigenlas Nuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana

Si observamos el cuadro Cuadro 26, vemos queel numero de sectores de la Calidad de Vida que esobjetivo principal de las iniciativas que nos ocupanes de 125, es decir una media de 2,7 sectores poriniciativa, mientras que el numero de sectores quese considera que son reforzados directamente porsu actuacion se eleva hasta 165, es decir, una me-dia de 3,5 sectores por iniciativa. Ello muestra lasvinculaciones simultaneas que se producen en lasactuaciones de las iniciativas.

Podemos comprobar como los sectores de la Ca-lidad de Vida que se consideran como objetivo prin-cipal en las intervenciones de las iniciativas son fun-damentalmente los relacionados con la Integracion

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150 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 26: Distribucion del grado del objetivo de las iniciativas segun el sector de la calidadde vida

Nota: las cifras entre parentesis son la expresion en terminos relativos (horizontal/vertical). Por otro lado, el

total horizontal cuando no alcanza el valor de 47 el resto se refiere a que son afectados negativamente por alguna

de las actuaciones.

Sectores Es el obje-tivo prin-cipal

Lo refuer-za directa-mente

Lo refuer-za indirec-tamente

Lo refuer-za muyindirecta-mente

No leafecta nipositiva ninegativa-mente

Total

Calidadambiental

5 (10,6/4) 16 (34/9,7) 10 (21,3/7,7) 6 (12,8/6,7) 10 (21,3/7,2) 47

Reutilizacion,reciclaje. . .

3 (6,3/2,4) 10 (21,3/6,1) 16 (34/12,4) 12 (25,5/13,3) 6 (12,8/4,3) 47

Eficienciaenergetica(ahorro o usode energıaspasivas)

2 (4,2/1,6) 3 (6,3/1,8) 14 (29,8/19,8) 13 (27,7/14,4) 15 (31,9/10,8) 47

Accesibilidadpeatonal oen bici entreelementosurbanos

1 (2,1/0,8) 6 (12,8/3,6) 9 (19,1/7) 7 (14,9/7,8) 24 (51,1/17,3) 47

Transportepublico

- 5(10,6/3) 11 (23,4/8,5) 6 (12,8/6,7) 23 (48,9/16,5) 45

Transporte envehıculo pri-vado

- 2 (4,2/1,2) 2 (4,2/1,5) 2 (4,2/2,2) 34 (72,3/24,5) 40

Educacion,Formacion

25 (51/20) 14 (29,8/8,5) 5 (10,6/3,9) 2 (4,2/2,2) 1 (2,1/0,7) 47

Salud 3 (6,3/2,4) 12 (25,5/7,2) 16 (34/12,4) 12 (25,5/13,3) 4 (8,4/2,9) 47Vivienda 4 (8,4/3,2) 10 (21,3/6,1) 9 (19,1/7) 11 (23,4/12,2) 13 (27,7/9,3) 47Comunicacionhorizontal.Informacion

15 (31,9/12) 18 (38,3/10,9) 5 (10,6/3,9) 7 (14,9/7,8) 2 (4,2/1,4) 47

Empleo 17 (36,2/13,6) 14 (28,8/8,5) 6 (12,8/4,6) 7 (14,9/7,8) 3 (6,3/2,2) 47Integracion ypromocion so-cial

26 (55,3/20,8) 13 (27,7/7,9) 5 (10,6/3,9) 3 (6,3/3,3) - 47

Identidad ycultura

13 (27,7/10,4) 21 (44,7/12,7) 9 (19,1/7) 6 (12,8/6,7) - 47

Democraciaparticipativa

11 (23,4/8,8) 21(44,7/12,7) 9 (19,1/7) 4 (8,4/4,4) 3 (6,3/2,2) 47

Total 125 (19,3/100) 165 (25,5/100) 129 (19,9/100) 90 (13,9/100) 139 (21,4/100) 648

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 151

Social (Integracion Social, Educacion/Formacion yEmpleo) que en su conjunto representan el 54% deltotal de sectores que se consideran objetivo princi-pal. Mientras que entre los sectores que se refuerzandirectamente cobran relevancia en primer lugar losde orden cultural (Identidad y cultura, Democra-cia Participativa, Comunicacion horizontal), y enun segundo orden los relacionados con la CalidadAmbiental. Por otro lado los sectores que se con-sidera que no son afectados ni positiva ni negati-vamente por su practica son los relacionados conla movilidad y la accesibilidad fısica, y entre estosprincipalmente el que hace referencia al transporteen vehıculo privado179. En todo caso lo mas destaca-ble es la imbricacion e integralidad que se estableceentre los distintos sectores sobre los que intervienenestas iniciativas tal y como refuerza el Cuadro 27.

Podemos observar como la gran mayorıa de lasiniciativas expresan mas de un sector de la Cali-dad de Vida como objetivo principal, y como tam-bien aparecen varios sectores de la Calidad de Vidareforzados directamente por su intervencion sobreaquellos. Ası, el 66% de las iniciativas manifiestanque su objetivo principal se situa en mas de una di-mension de la Calidad de Vida, igualmente casi el75% de las iniciativas expresan como sus actuacio-nes refuerzan directamente a varias dimensiones (2y mas) de la Calidad de Vida que no son su objetivoprincipal.

Sectores sociales a los que se dirigen las Nuevas Ini-ciativas de Gestion Ciudadana

Ya se ha mostrado como estas iniciativas se de-sarrollan en espacios caracterizados por la residen-cia de los sectores mas desfavorecidos de la ciudad,sectores vulnerables en situacion de exclusion o ries-go social. Tambien hemos podido comprobar comoel interes principal de su actividad se centra en di-mensiones de la Calidad de Vida que se refieren a laintegracion social. En correspondencia con ese con-texto urbano de periferia social las iniciativas es-tablecen un trabajo que se dirigen en gran medidaa esos sectores segun determinados rasgos caracte-rısticos (ver el Cuadro 28). Si bien, como tambienha quedado expuesto, se complementan en esta ac-tividad distintos movimientos que combinan, a suvez, lo sectorial con lo territorial, y que en la ma-yorıa de los casos sus actuaciones son de ındole di-versa afrontando actividades que desde una mismainiciativa pueden dirigirse a muy distintos sectoressociales.

Desde una perspectiva amplia se podrıa consi-derar que la totalidad de las iniciativas se dirigen alconjunto de la poblacion de sus respectivos ambitos

179Este ultimo que no consideramos como sector de la Cali-dad de Vida (Es mas bien una variable del Nivel de Vida) seintroducıa, intencionadamente, como elemento de contraste.De hecho un total de 7 iniciativas considera que su actuacionafecta negativamente al desarrollo de este sector.

de actuacion, en la medida que son intereses gene-rales o universales los que se defienden y puedenver positivamente afectados. Sin embargo, la dis-tribucion mas pormenorizada de la atencion predo-minante nos muestra como la particularidad de lossectores sociales en situacion de exclusion y riesgosocial (incluidos los desempleados) son un objeti-vo de referencia basica que les da el marchamo deser organizaciones que apuestan por establecer pro-cesos de integracion social. De los distintos gruposque tienen rasgos distintivos respecto de la exclu-sion o situacion de riesgo social llama la atencion lapreocupacion por los jovenes y adolescentes, segui-dos por la inquietud por el colectivo de las mujeresy la feminizacion de la pobreza. En contraste conesto ultimo, tambien llama la atencion la escasa in-cidencia del interes por los ancianos. Este colectivocon una incidencia demografica muy reducida en losespacios de periferia social es el sector que tiene undeterminado pero cierto nivel de proteccion por par-te del Estado, mientras que los jovenes y adolescen-tes con menor nivel de proteccion y unos efectivosdemograficos relevantes son los sectores que se ins-criben en una doble perspectiva problematizada: laeducacion-formacion y el acceso al empleo.

El objeto y objetivos de las Iniciativas deducidos atraves de la naturaleza de los proyectos que desarro-llan

A la hora de expresar, por parte de las iniciati-vas, la explicacion de cuales son sus objetivos, des-pliegan una diversidad de sentidos de difıcil, y di-rıamos que inutil, codificacion. Se puede observar(consultando las fichas) que en muchas ocasiones seconfunden aspectos estrategicos y de metodos conlos propios fines, o mas bien habrıa que decir queen muchos casos los objetivos se interpenetran detal forma con las estrategias que es difıcil estable-cer distinciones. Ası aparecen como objetivos as-pectos como la identificacion de las necesidades delbarrio; la implicacion de ciudadanos, asociacionesy administracion; la coordinacion interadministra-tiva; la potenciacion y promocion del tejido asocia-tivo; el desarrollo de soportes de comunicacion ho-rizontal; la gestion de equipamientos; la adecuacionde recursos, etc. Una forma de aproximarse a estacomplejidad, donde se conjugan estrategias, objetoy objetivos, puede ser a traves de la identificacionde los proyectos que han sido planteados por las ini-ciativas y que en su gran mayorıa se encuentran endesarrollo o han sido ejecutados.

Se han detectado un total de 220 proyectos oactuaciones, que significan una media de 4,7 pro-yectos por iniciativa, si bien la distribucion del nu-mero de proyectos por iniciativa nos indica como lagran mayorıa de estas desarrolla mas de un proyec-to (87,2%) y como mas del 55% desarrolla cinco omas proyectos o actuaciones.

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152 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 27: Frecuencia con la que aparecen sectores de la calidad de vida segun el grado delobjetivo

Frecuencia N. de iniciativas segun los sectores de lacalidad de vida que explicitan como su ob-jetivo principal

N. de iniciativas que explicitan como su ac-tividad refuerza directamente otros secto-res de la calidad de vida

0 3 51 13 72 9 43 7 94 7 65 5 76 2 47 - 38 1 19 - 1Total 47 47

Cuadro 28: Sectores sociales a los que se dirigen las iniciativasHemos optado por recoger lo mas fielmente posible la descripcion que las propias iniciativas realizan de los

sectores a los que se dirigen, en la mayorıa de las ocasiones contiene una multiplicidad de sectores sociales

diferenciados, por ello la confeccion del cuadro implica que una determinada iniciativa puede estar ubicada, en

cuanto a su atencion, en distintos sectores sociales.

Sectores sociales Numero de iniciativas Iniciativas en terminos re-lativos (%) (Sobre 47)

Conjunto de la poblacion 18 38,3Poblacion desempleada 4 8,5Poblacion en situacion de exclu-sion o riesgo social

4 8,5

Mujeres 6 12,8Mujeres desempleadas 3 6,4Mujeres en situacion de exclusiono riesgo social

8 17

Poblacion infantil 14 29,8Jovenes 14 29,8Jovenes sin vivienda 3 6,4Jovenes desempleados 8 17Jovenes y adolescentes en situa-cion de exclusion o riesgo social

16 34

Toxicomanos y ex-toxicomanos 5 10,6Reclusos y ex-reclusos, y familiasde estos

6 12,8

Inmigrantes 4 8,5Minorıas etnicas 3 6,4Tercera Edad 1 2,1Entidades y mediadores sociales 3 6,4

Cuadro 29: Distribucion del numero de proyectos por iniciativa

N. de proyectos desarrollados por iniciativas N. de iniciativas %Un solo proyecto 6 12,8Dos proyectos 7 14,9Tres proyectos 3 6,4Cuatro proyectos 5 10,6Cinco y mas proyectos 26 55,3Total 47 100

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 153

Mientras, por otro lado, el grado de ejecucionde los proyectos es muy elevado, mas del 78% delos mismos o han sido ejecutados o se encuentranen proceso de ejecucion. Aquı cabe precisar comouna buena parte de los proyectos que se encuentranen proceso de ejecucion, se vienen a conceptuar enun recorrido que no tiene fin, es decir, se encuen-tran permanentemente en un proceso de ejecucion,Es por ejemplo el caso de los proyectos educativosy de formacion, y sobre todo el de los medios decomunicacion alternativos.

Ambos aspectos, numero de proyectos que es ca-paces de desarrollar cada una de las iniciativas y sualto grado de ejecucion, vienen a indicar su gran ca-pacidad operativa, ası como su gran capacidad deestablecer procesos integrados donde se intuye co-mo los proyectos establecen una interaccion siner-gica. Por ello, una vez mas, se muestra la inopor-tunidad de considerar aisladamente el sector de laCalidad de Vida en el que se enmarca su objetivoprincipal, precisamente porque no se trata de iden-tificar mediante la separacion, sino de reconocer laautoimplicacion mutua entre los sectores de la Ca-lidad de Vida, esta vez no a traves de la expresionde las iniciativas sino a traves de la identificacionde la naturaleza de los proyectos.

Las implicaciones entre unos proyectos y otroslas vamos a intentar agrupar en cuatro itinerariosque aparecen como relevantes. En primer lugar, lacontinuidad del itinerario Educacion-formacion yempleo (ampliandose a la idea de Integracion y pro-mocion social) hace inseparables los tres conceptos.En segundo lugar aparece un solapamiento relevan-te entre los proyectos de Calidad Ambiental (incor-porando la Reutilizacion, reciclaje. . . ) y los proyec-tos de Empleo. En tercer lugar la ida de CalidadAmbiental puede ser ampliada (Reciclaje, eficienciaenergetica, vivienda, movilidad y accesibilidad). Enultimo lugar, es evidente que se puede intuir un iti-nerario recurrente entre los sectores de Comunica-cion horizontal, Identidad y cultura y Democraciaparticipativa tal y como muestra el hecho de queaquellas iniciativas que se inscriben en el campo dela Comunicacion horizontal lo hacen a la vez en ladimension de la Identidad y cultura, y muy frecuen-temente en la dimension de la Democracia partici-pativa, y viceversa. Se pueden establecer multiplescorrespondencias, pero desde la logica de acercarsea la complejidad, y a la vez, a la idea de Calidadde Vida retomamos el esquema que de esta estable-cimos en el Apartado 5 (p. 66), y construimos lascorrespondencias con la naturaleza de los proyectosque desarrollan las Nuevas Iniciativas de GestionCiudadana.

Las fuentes de financiacion

Las fuentes de financiacion de las iniciativas sonmultiples. Tan solo 11 (23,4%) de las iniciativas ob-tienen sus ingresos de una sola procedencia. En su

mayorıa son coordinadoras de asociaciones que sonsostenidas economicamente por estas. El resto se ba-sa en una financiacion mixta en la que predomina lacombinacion entre cuotas de socios y subvencionesde muy distinto tipo.

La complementacion es la tonica del soporte eco-nomico de las iniciativas, de lo que se deduce queninguna de las iniciativas se encuentra en condicio-nes de sostenerse con una unica fuente de ingresos.Si bien, lo mas resenable es que mientras 27 (57,4%)de estas reciben, de una u otra forma, fondos de laadministracion publica, solo 15 (31,9%) son capa-ces de generar recursos economicos a traves de suspropias actuaciones o proyectos. Habrıa que deslin-dar, en referencia a los recursos que se obtienen dela administracion, cuales de esos ingresos se con-siguen por ventas de servicios a la administracion(fundamentalmente contratos o convenios) y cua-les son ingresos obtenidos por subvenciones corrien-tes de actividades, proyectos o programas. Pero estan poco significativo el numero de iniciativas quese podrıa considerar que tienen capacidad para ob-tener una demanda de contratacion por parte dela administracion (2 4,2%) que habrıa que pensar,dada tambien la cultura institucional hacia las ini-ciativas, que se encuentran en una situacion de fra-gilidad permanente, dada su excesiva dependenciade la financiacion directa por parte del sector pu-blico. Ello habra posibilidad de comprobarlo en elsiguiente apartado donde se plantean las relacionesde tension con la administracion.

Las dificultades de las Nuevas Iniciativas deGestion Ciudadana180

Estas iniciativas surgen en gran medida paraasumir un papel de agentes mediadores entre losciudadanos (base social) y las instituciones, princi-palmente la administracion publica. Esa mediacionse produce para contrarrestar los impactos negati-vos de la globalizacion, es decir para buscar alter-nativas de superacion de la crisis social y ambientalde la metropoli, y en consecuencia esa mediacion es

180Cabe advertir que la elaboracion del presente apartadose ha realizado en base a la informacion recogida de diver-sos apartados de la ficha-cuestionario, tanto de las preguntascerradas (numero 13: «Valoracion de lo que ha significadoo significan los siguientes aspectos para el desarrollo de lainiciativa y de las actuaciones») como de las preguntas otemas abiertos (numero 9, «descripcion de las dificultadespara el desarrollo de la iniciativa y de los proyectos»; nume-ro 10, «descripcion de los aspectos favorables»; numero 11,«objetivos parciales o totales alcanzados» y numeros 14, 15 y16, «descripcion de los vınculos o relaciones con asociaciones,empresas y administraciones publicas»). Desde el punto devista distributivo presenta desajustes en la informacion ob-tenida de la pregunta cerrada respecto de los temas abiertos,precisamente se buscaba la potencialidad de este contraste,ası consideramos que la informacion obtenida es complemen-taria, aunque estadısticamente diferente. En el texto, salvoreferencias explıcitas la informacion elaborada en forma dis-tributiva se refiere a la informacion obtenida a traves de lostemas abiertos.

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154 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 30: Grado de ejecucion de los proyectos

Grado de ejecucion de los proyectos N. de proyectos %No iniciado por adversidades 5 2,3No iniciado esperando condiciones decuadas 11 5,0En sus inicios 20 9,1Paralizado por adversidades 12 5,4En proceso de ejecucion 90 40,9Ejecutado 82 37,3TOTAL 220 100

Cuadro 31: Proyectos de las iniciativas segun el sector predominante

Sectores N. de proyectos Comparten pre-dominancia conel Empleo

Observaciones Subtotal

Calidad ambiental 11 9 - 20Reutilizacion, recicla-je...

2 4 - 6

Eficiencia energeti-ca (ahorro o uso deenergıas pasivas)

2 - - 2

Accesibilidad peatonalo en bici entre elemen-tos urbanos

4 - - 4

Transporte publico - - Solo desde el puntode vista de la reivin-dicacion

-

Educacion/Formacion 29 7 Comparten una pre-dominancia especialcon la integracion: 3

61

Prevencion de menores 22 - - -Salud 5 - - 5Vivienda 5 - Comparten una pre-

dominancia especialcon la integracion: 1

6

Comunicacion horizon-tal. Informacion (di-versas)

13 2 - -

Centros de Informa-cion

10 - - 25

Empleo (diversas) 20 - - -Bolsas de Empleo 4 - - -Empresas de Insercion 15 - - 39Integracion y promo-cion social

18 7 (Proyectos IMI) Comparten una pre-dominancia especialcon la educacion: 1

26

Identidad y cultura 15 - - 15Democracia participa-tiva

11 - - 11

TOTAL 189 29 5 220

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 155

Cuadro 32: Distribucion de los proyectos segun dimension de la calidad de vida predominanteLa predominancia de diversos sectores a la vez implica un cruce entre los mismos que se refleja en la duplicidad

de objetivos en los proyectos, sin embargo lo que nos interesa es el peso que cada sector de la calidad de vida

tiene sobre el conjunto de proyectos, por ello los porcentajes los obtenemos del total de proyectos (220). Cabe

advertir que el sector de la Calidad Ambiental lo hemos conformado con el sector el propio de Calidad

Ambiental mas los de Reutilizacion y reciclaje, Eficiencia energetica, Accesibilidad peatonal y o en bici entre

elementos urbanos y Vivienda; Los proyectos de Integracion y Promocion Social los hemos incluido en

Educacion; y los proyectos del sector Identidad Cultural quedan conformados por Comunicacion, Identidad y

cultura, y Democracia participativa.

Sector de la calidad de vida N. de proyectos Terminos relativos (%)Calidad Ambiental 38 17,3Bienestar 142 64,5Empleo 68 30,9Educacion/Formacion 69 31,3Salud 5 2,3Identidad Cultural 51 23,2

Cuadro 33: Distribucion de las iniciativas por tipo de financiacion

Tipo de financiacion N. de iniciativasContratos, convenios y programas con la administra-cion publica (Subvenciones)

27

Cuotas de socios 21Generan recursos propios (ingresos por servicios, pro-ductos y actividades)

15

Donaciones privadas 9Cuotas o aportaciones de Asociaciones 10

fruto de la existencia de grandes vacıos en la inter-vencion publica. De esa mediacion se deriva la nece-sidad de establecer puentes entre dos polos —basesocial y administracion— motivados precisamentepor la creciente distancia entre ambos, aspecto que,por otro lado, viene a reflejar tambien el crecientedeficit democratico. Hay que resenar por tanto ladoble vocacion de esas iniciativas: de una parte es-tablecer canales de conectividad con la base sociala la que pretenden dar servicios, concienciar, impli-car transformaciones en sus condiciones de vida. . . ,de otra, en la mayorıa de las iniciativas aparece unaclara vocacion de colaboracion con las institucionespublicas.

Precisamente de esa doble estrategia surgen dis-tintas dimensiones de relaciones que definen algu-nos de los rasgos de las dificultades que encuentranpara el desarrollo de los proyectos que acometen opretenden acometer las nuevas iniciativas de ges-tion ciudadana. Estas dimensiones de relacion sonde distinta naturaleza:

1. Relaciones con la base social,

2. relaciones con la administracion,

3. relaciones con el tejido asociativo,

4. relaciones de naturaleza interna.

En todo caso, cabe advertir, que la variedad de lasexperiencias, tanto en su proyeccion cuantitativa,como cualitativa, hace que la auto-valoracion sobrelas dificultades sea muy desigual.

1. Respecto a la base social, la relacion con ellaviene condicionada fundamentalmente por esecontexto socio-economico y socio-cultural des-favorable. La tendencia a la segmentacion so-cial y la flexibilidad del mercado laboral, quelleva a la perdida de anclajes de identidady a la perdida de referentes de socializacion,ası como a fuertes actitudes de individuacion,hacen difıcil desarrollar procesos de implica-cion, de reconocimiento de lo comunitario yde socializacion. Todos esos aspectos en granmedida explican tambien los sentimientos devulnerabilidad social, ademas de procurar unadesvertebracion del tejido social y un preocu-pante deficit democratico. A ello habrıa queanadir las dificultades implıcitas a un siste-ma de mercado que establece unas dinamicasde competitividad dominante donde los secto-res cooperativos que, por definicion van con-tracorriente, son muy fragiles y vulnerables alencontrar grandes impedimentos para hacerseun lugar.

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156 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Si bien aquellas iniciativas que manifiestanimportantes dificultades para implicar a la ba-se social en el desarrollo de sus proyectos son13 de las 47 analizadas. Se trata, por un la-do de aquellas iniciativas que siguen basan-dose en gran medida en una logica de cortereivindicativo, y por otro, de aquellas otrasiniciativas que se dirigen a sectores muy espe-cıficos de poblacion, como es el caso de las quese dedican exclusivamente a colectivos de al-to riesgo (toxicomanos, inmigrantes, minorıasetnicas. . . ). En ambos casos se trata de inicia-tivas con un bajo nivel de profesionalizaciony cierta situacion de aislamiento respecto altejido asociativo.

2. En el caso de la relacion con la administra-cion, y sobre todo en un contexto de desfavo-recimiento socioeconomico como es el que seproduce en la periferia social, serıa bastanteclaro que desde los propios criterios de eficaciasocial y optimizacion del uso de los recursoscolectivos, como tambien desde la profundiza-cion de los valores eticos, solidarios, de mayorparticipacion y democratizacion de la vida so-cial, el sector publico deberıa atender al favo-recimiento del desarrollo del Tercer Sector co-mo un elemento primordial para la cohesion yvertebracion social. Sin embargo, tal y comose denuncia a traves del discurso de las ini-ciativas estudiadas, hoy por hoy no se puededecir que desde el sector publico se esten de-sarrollando polıticas y estrategias favorablesa la consolidacion de este nuevo sector, y me-nos aun a favorecer su crecimiento y expan-sion. La consolidacion y extension de este tipode iniciativas ciudadanas no puede llevarse acabo sin un fuerte compromiso de las institu-ciones publicas que desde unos principios deprofesionalidad sea capaz de superar la dina-mica de dominio-sumision, de competitividady utilitarismo que prevalece en la relacion conlas organizaciones voluntarias. La viabilidadde muchos de estos proyectos ciudadanos soloes posible a medio plazo tras un apoyo inicial,pero incondicional, que permita su viabilidadautonoma en un futuro inmediato y que enningun caso suponga el establecimiento de re-laciones de dependencia que las conviertan enapendices polıticos de la administracion.

En este sentido, la practica totalidad de lasiniciativas manifiestan su disconformidad conlo que se consideran exiguos apoyos de las ad-ministraciones publicas y el escaso reconoci-miento a la labor que desarrollan, que inclu-so en algunas ocasiones se han manifestadoen actuaciones de corte represivo. La falta deprofesionalidad que se refleja en las dinamicase intereses electoralistas; la falta de estrate-gia polıtica para con el tejido asociativo co-

mo sector mediador fundamental para la ver-tebracion social; el sentido de competitividadcon el que se contempla a estas iniciativas queen ocasiones se traduce en la apropiacion deideas y de proyectos por parte de la adminis-tracion, y que en todo caso demoniza la ca-pacidad de gestion de espacios y actividadespor parte del tejido asociativo; la lentitud yla rigidez burocratica y fiscalizadora que po-ne de manifiesto una incapacidad de adapta-cion a los ritmos adecuados que permitan lasupervivencia y crecimiento de las iniciativas,y que se traduce en retrasos, en ahogo eco-nomico, en el fomento de irregularidades fis-cales, en el fomento de actitudes clientelares,en la paralizacion de unos proyectos y en lafalta de proyeccion en la continuidad de aque-llos otros que han obtenido buenos resulta-dos, etc., quiebran los procesos de colabora-cion que potencialmente podrıan optimizar eldiagnostico de los problemas y la planificacionde la intervencion social.

Particularmente los recursos financieros y losmecanismos de obtencion de los mismos esun aspecto crucial en las dificultades que sederivan de la relacion con la administracion.No hay una cultura desde la administracionque permita reconocer la potencialidad quepresenta el Tercer Sector a traves de un ti-po de gestion indirecta de los recursos publi-cos que ofrezca una gran capacidad de efica-cia en la intervencion sobre los territorios ysectores desfavorecidos. Ello tiene sus conse-cuencias en las polıticas de participacion pu-blica y de financiacion de las entidades so-ciales. Estas se producen fundamentalmentea traves de subvenciones cerradas en las quelas entidades sociales que finalmente accedena ellas no pueden negociar condiciones ni esta-blecer adaptaciones a un trabajo que se debeobligadamente a la flexibilidad de los proce-sos sociales. Las subvenciones corresponden aejercicios presupuestarios concretos, lo que nopermite garantizar una consolidacion y conti-nuidad suficiente en el trabajo de las entida-des sociales y las hace tremendamente depen-dientes y vulnerables. La vision de la gestionindirecta supone que las instituciones publi-cas compran servicios a las entidades sociales,en funcion de su mayor eficacia, proximidad,capacidad de implicar, compromiso, calidad ydemocracia economica, etc., para lo que se ne-cesita sustituir subvenciones por contratos yconvenios-programas que discriminen positi-vamente (por ejemplo a traves de pliegos decondiciones especıficos para la contratacion deempresas de Economıa Social) su desarrollo ysu consolidacion.

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 157

De las contradicciones en ambos tipos de re-laciones (con el tejido social y con la admi-nistracion) y de sus consecuencias, se derivandeterminados aspectos que afectan negativa-mente al desarrollo de estas iniciativas y queson trasladables a las contradicciones que semanifiestan con el propio tejido asociativo yen las dificultades internas en las propias ex-periencias, lo que viene a significar a veces lavulneracion de los principios y criterios que sepretenden desarrollar. Pero antes de entrar enello hagamos una lectura del Cuadro 34 dondepodemos observar como son los aspectos quese encuentran en relacion con la mayor capa-cidad de control por parte de las iniciativas(cohesion, sensibilizacion de los ciudadanos,y relaciones y apoyo de redes externas) losque se valoran, en general, como equilibradoso favorables. Sin embargo, los aspectos quetienen mayor relacion con aquellos elementosmas ajenos a las iniciativas (fundamentalmen-te los que provienen de la administracion) pre-sentan un gradiente tendente a considerarlosaspectos adversos. Si en lo referente a los re-cursos materiales esto no es tan ostensible (re-cordemos que la mayorıa de las iniciativas sehan beneficiados de los locales y equipamien-tos generados en el proceso de Remodelacionde Barrios), sı es significativo en cuanto a loque se refiere a los recursos de financiacion, ylos compromisos y reconocimientos institucio-nales. En el primero de estos, practicamente el64% de las iniciativas valoran como adversos omuy adversos los recursos financieros disponi-bles, mientras que en el segundo mas del 50%de las iniciativas se inscriben en la valoracionde que son poco reconocidos y apoyados porlas instituciones, como, por otro lado, ya se hapuesto de manifiesto con mayor claridad en elanalisis que deriva de las preguntas abiertas.

3. Las dificultades que se producen en la relacioncon el tejido asociativo tienen una carta de na-turaleza propia (falta de experiencia, madurezy profundizacion en la articulacion de la coor-dinacion y el trabajo en redes. . . ), pero que engran medida viene motivada tanto por las difi-cultades propias del contexto socioeconomicocomo por las actitudes del sector publico haciael tejido asociativo. La escasez de subvencio-nes y de recursos, la falta de reconocimiento,las actitudes clientelares etc., establecen unasreglas de juego y un marco de competitividadque tiene su correlato en la promocion de ac-titudes de sumision o de subsidiacion, de de-fensa de lo particular frente a lo general, queen definitiva llevan al auto-aislamiento de al-gunas iniciativas respecto del conjunto de losmovimientos sociales, y que en ocasiones lle-va a una disputa y competencia impropia de

este tipo de asociacionismo en la consecucionde los exiguos recursos existentes para sobre-vivir. Es fundamental la superacion del carac-ter endogamico del que adolecen algunas ini-ciativas, por ello la extension y consolidacionde redes son esenciales para constituir proce-sos capaces de ir mas alla del estrecho loca-lismo y corporativismo, y establecer procesosde reciprocidad y autoapoyo, en definitiva, demayor potencia transformadora.

4. Finalmente, las contradicciones internas, quetambien son causa y efecto del conjunto de di-ficultades expuestas anteriormente, cierran elcırculo vicioso de las dificultades de estas ini-ciativas. Como consecuencia se ven obligadasa dirigir todos sus esfuerzos a mantener unaprecaria estructura a la espera de condicionesmas favorables. En torno a un 60% de las ex-periencias reconocen estas dificultades inter-nas. Pero veamos muy resumidamente en queconsisten las contradicciones que se manifies-tan en la estructura de estas iniciativas, quepor otro lado, obligadamente, son desigualesen funcion de su diversa naturaleza.

Las multiples adversidades provienen de la com-binacion de su cualidad (ser mediadores entre dospolos separados y en gran media hostiles) y de suprecariedad como punto de partida (escasez de re-cursos humanos, materiales y financieros). En gene-ral es evidente que las condiciones de precariedadhacen muy difıcil desarrollar estrategias, modelos ymetodologıas de gestion y de participacion social,lo que conlleva una insuficiente cualificacion de losmiembros activos, siendo ademas el acceso a la for-macion de los mismos muy limitada dada la escasadisponibilidad y recursos para ello. Lo que significaque la dedicacion a las tareas de gestion de la ini-ciativa recae en muy pocas personas que, en basea un enorme esfuerzo personal, logran mantener aduras penas la infraestructura de la iniciativa.

Esto que se produce de forma generalizada, so-bre todo se hace mas ostensible en aquellas iniciati-vas que se soportan sobre colectivos de jovenes, yaque sus efectivos humanos, y mas concretamente suscuadros dirigentes, carecen de experiencia y sufrenuna renovacion permanente que hace difıcil la esta-bilidad de su estructura. Por otro lado, la falta deprofesionalizacion y la escasez de personas liberadashace que la gestion se dirija con mayor enfasis a lasupervivencia de la iniciativa, mas que a construirun modelo y desarrollarlo, lo que significa que laorientacion de la mayorıa de esos esfuerzos se diri-ge sobre todo a mantener la capacidad financiera, ypor tanto, a dedicar la mayor parte de la actividadde la iniciativa a la relacion con la administracion(realizacion de proyectos, contabilidad interna, jus-tificacion de actividades, etc.).

Las consecuencias a las que conducen esas con-diciones son diversas y entrelazadas. Por un lado,

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Cuadro 34: Distribucion de la valoracion que hacen las iniciativas segun el grado de adversidadde distintos aspectos

Aspectos Distribucion de las iniciativas segun su valoracionMuy adverso Adverso Equilibrado Favorable Muy favora-

bleCohesion interna - 3 16 12 16Sensibilizacion, implicacionde los ciudadanos

1 9 11 20 6

Relaciones y apoyo de redesexternas (asociaciones, profe-sionales, medios de comunica-cion)

- 3 15 18 10

Recursos materiales 3 11 23 6 4Recursos financieros 6 24 12 5 -Reconocimiento, apoyos ycompromisos institucionales

13 11 11 11 1

se produce una cierta distancia entre la actividadde los tecnicos de las iniciativas y los objetivos pa-ra los que fueron creadas, es decir, se produce unacierta separacion entre los grupos animadores y labase social a la que se dirigen. Lo que supone unaperdida del equilibrio propio del papel de media-dor que se pretende, ya que se abandona el sentidode busqueda de la complementacion, en terminos dereciprocidad, entre la financiacion conseguida desdelas instituciones publicas, con la autonomıa e inde-pendencia de la iniciativa y sus proyectos. De otrolado, esa dinamica gestionista supone tambien elabandono, y a veces, el rechazo del factor reivindi-cativo, y de articulacion con el movimiento asociati-vo tradicional. Ambos aspectos expresan una dobleincapacidad articuladora:

1. Aparece una cierta incapacidad para desarro-llar metodologıas participativas que incorpo-ren a la base social a la gestion de los proyec-tos.

2. Emergen dificultades para permitir una cul-tura del consenso y para establecer modeloseficaces y sinergicos de articulacion entre losdistintos proyectos.

3. Por ultimo, estos fenomenos trasladados a larelacion entre distintas asociaciones e iniciati-vas (coordinadoras, plataformas, redes de aso-ciaciones) se manifiestan en las deficiencias decoordinacion que expresa la mayorıa de inicia-tivas.

Resumiendo, de esta dinamica impuesta por lacultura administrativa, que tiene una fuerte cargadirigista y tecnocratica, derivan consecuencias quevienen a incidir muy negativamente en la naturalezade las iniciativas. Dos aspectos cabe resenar en estesentido. En primer lugar, los peligros de la gestionque convierte a esta en el factor principal olvidandolos objetivos para la que esta debe servir. Significa la

paulatina perdida de confianza en el objetivo (en lacalidad de vida de los ciudadanos) en la medida quela gestion se va convirtiendo en la propia razon deser de la iniciativa. En segundo lugar, estrechamen-te relacionado con lo anterior, se deriva desde lostratamientos fragmentados y sectorializados, juntoa los procesos de competitividad entre las iniciativasy el aislamiento de las mismas, el peligro del corpo-rativismo y la perdida de los referentes globales yde solidaridad. Ambos aspectos, en definitiva, apun-tan el riesgo a caer en una dinamica de progresivainstitucionalizacion de las iniciativas.

Aun ası, las experiencias que analizamos, y aun apesar de su reciente creacion, mantienen unas cons-tantes de implantacion y consolidacion que se hantraducido en exitos y transformaciones de las condi-ciones de partida que dan sentido a una proyeccionde futuro.

Las valoraciones sobre los exitos y logros delas iniciativas

La auto-valoracion que sobre sı mismas tienenlas nuevas iniciativas de gestion ciudadana, y de losresultados de su practica, no podıa ser menos quemuy positiva. No podrıa explicarse de otro modo lacontinuidad y alto grado de motivacion de las mis-mas. Optamos por clasificar los logros alcanzados atres niveles: 1- En relacion con la administracion, 2-en relacion con el Tejido Asociativo, 3- en las trans-formaciones de las condiciones de partida de la basesocial.

1. Los exitos en la relacion con la administra-cion se entienden, como no podrıa ser de otraforma, teniendo en cuenta las adversidades ex-perimentadas en ese campo relacional, comoconquistas sociales de las iniciativas. Estos seproducen fundamentalmente bajo una dina-mica de sensibilizacion (a veces de presion y

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III. Contexto y emergencias. Iniciativas ciudadanas en la periferia urbana y social de Madrid 159

movilizacion social) y negociacion permanen-te. Estos exitos irıan en el sentido de:

Haber ganado capacidad de interlocu-cion y haber abierto espacios de nego-ciacion y consenso.

Haber avanzado en la consolidacion delas relaciones con las administracionespublicas obteniendo ası grados de reco-nocimiento.

Haber arrancado compromisos concretose inversiones en el ambito/sector al quepertenecen las iniciativas y haber obte-nido determinadas cuotas de autonomıaen la gestion de espacios y actividades.

Haber influido en la coordinacion inte-radministrativa y en la articulacion delas polıticas sectoriales.

Haber incidido en determinados aspectosde orden legislativo.

2. Los exitos respecto al conjunto del tejido aso-ciativo, aunque muy incipientes, se refieren so-bre todo a la articulacion y vertebracion delmismo. Podemos enumerar las siguientes ex-presiones:

Haber implicado a asociaciones en pro-yectos e iniciativas que superan el ralocorte reivindicativo.

Haber obtenido el apoyo de redes exter-nas de asociaciones, profesionales, ONGs,medios de comunicacion, etc.

Haber influido en la articulacion del te-jido asociativo a traves de redes y pla-taformas, abriendo nuevas dinamicas detrabajo conjunto, coordinacion de pro-yectos, puesta en comun de metodologıasy recursos, profundizacion de la culturadel consenso y de la tolerancia. . .

Haber motivado procesos de revitaliza-cion del tejido asociativo y de creacionde nuevas asociaciones.

3. Finalmente, el grueso de la valoracion de losexitos, lo podemos encontrar en la transforma-cion de la calidad de vida de los sectores so-ciales y ambitos a los que se dirigen, podemosestablecer las siguientes areas de intervencion:

Creacion de nuevos servicios desde unaperspectiva de enfoque integral e integra-dor que satisfacen necesidades basicas delos sectores a los que se dirigen: 13 ini-ciativas se adscriben a este tipo de trans-formacion.

Consecucion de Equipamientos e infraes-tructuras basicas de barrio: Es el caso delos logros de 8 iniciativas.

Transformacion del medio ambiente ur-bano, proteccion, recuperacion y amplia-cion del medio ambiente: 10 iniciativashan participado en este tipo de transfor-maciones.

Consecucion de procesos para el accesoa la vivienda para sectores excluidos delmercado inmobiliario: 9 iniciativas hanconseguido transformaciones en ese sen-tido.

Obtencion de buenos resultados en la in-tegracion social de colectivos desfavoreci-dos o de alto riesgo social: practicamentela mayorıa de las experiencias han inci-dido en este tipo de proceso, pero masparticularmente hay que destacar a 15de estas iniciativas.

Objetivos alcanzados en los procesos dePrevencion/ Educacion/ Formacion: tam-bien casi todas las iniciativas, pero masespecıficamente han evaluado muy bue-nos resultados 8 iniciativas.

Creacion de puestos de trabajo: 26 ini-ciativas, el 50% de las analizadas, hanjugado un papel relevante en la creacionde puestos de trabajo.

Creacion de Empresas de Economıa So-cial (Empresas de Insercion): 15 iniciati-vas han sido capaces de crear empresasde economıa social.

Recapitulando, nos interesa resenar especialmen-te las estimaciones cuantitativas que son suficiente-mente elocuentes como para pensar que estas inicia-tivas que actuan en estos 18 barrios de tres distri-tos de la periferia sur de Madrid, con una poblacioncercana a los 400.000 habitantes y unas cifras de de-sempleo que superan las 50.000 personas (Segun losdatos provisionales del Padron Municipal de Habi-tantes y Estadıstica de Poblacion de la Comunidadde Madrid), estan contribuyendo de forma determi-nante a atenuar la crisis social de estos distritos: 47iniciativas, con 220 proyectos (68 de ellos generan-do expectativas de empleo), que cuentan con masde 3.000 miembros activos con un cierto nivel decualificacion y capacidad de gestion, y que han de-sarrollado procesos de formacion con 15.000 perso-nas, que han establecido dinamicas de comunicacioncon mas de 60.000 personas y que han creado cer-ca de 6.000 puestos de trabajo en los ultimos anos;representan un sector que precisa de toda la aten-cion tanto por parte de tecnicos e investigadores,como por parte de las instituciones, las empresas ylas asociaciones.

Ahora bien, la capacidad de transformacion delmedio fısico y social, la optimizacion de la Calidadde Vida en todas sus dimensiones ambientales, so-ciales y culturales parten de una experiencia previa

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160 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

que podrıamos denominar de naturaleza ciudada-nista, pero que necesita para su pervivencia y desa-rrollo de unas condiciones determinadas y adecua-das. Las condiciones urbanas necesarias y las condi-ciones institucionales, que abordamos en la ultimaparte de este trabajo, representan, al menos, el sen-tido de un modelo urbano adecuado para la recupe-racion de la ciudad (re-volver -a- la ciudad signifi-ca, como se viene insistiendo, la vuelta a una escalahumana de organizacion que permita a nivel espa-cial desarrollar la idea de sujeto en proceso) y portanto alternativo al metropolitanismo; y una nue-va cultura de la intervencion publica que permita elencuentro con los ciudadanos y en consecuencia laprofundizacion de la democracia urbana en un senti-do de democracia participativa. Finalmente, ambosaspectos condicionales, modelo urbano sostenible ydemocracia urbana, son inseparables, y son, a lavez, un punto de partida que permite (de forma re-currente) la praxis urbana.

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IV. Las condiciones necesarias (conclusionesen forma de reto)

9 El reto de otro modelo urba-no para una ciudad sostenible:el barrio-ciudad181

9.1 Introduccion

Nos surge un interrogante: ¿cuales son las condi-ciones urbanas adecuadas para la optimizacion de laCalidad de Vida y, por ende, para la consolidacionde las iniciativas de gestion ciudadana emergentes?,y ¿cual es el modelo urbano con capacidad paragenerar las condiciones adecuadas para desarrollardinamicas tendentes a la sostenibilidad ambiental,la gobernabilidad social y la cooperacion? Nos ve-mos obligados a intentar concurrir en la respuesta,ya que la consolidacion del modelo representado porlas nuevas iniciativas ciudadanas emergentes nece-sita de unas condiciones urbanas a la vez que, comohemos comprobado, contribuyen a re-crearlas.

Desde esas condiciones necesarias para estable-cer procesos operativos en pos de la Calidad de Vidacobran todo su sentido los enfoques crıticos y reflexi-vos sobre el modelo metropolitano de urbanizacionque vienen a considerarlo como base y soporte de laseparacion y segregacion del sujeto de los procesosque le afectan. La destruccion de los espacios convi-venciales, la separacion de las funciones urbanas, lareduccion que suponen los procesos de dominacionsobre el espacio y el tiempo cotidiano, la debilita-cion de las relaciones sociales; son efectos todos ellosque se derivan y se basan en la urbanizacion y zonifi-cacion. Asistimos ası a un aislamiento de los mediossociales entre sı que supone la disolucion de los es-pacios intermedios. Entre la apropiacion-privacidadindividual del alojamiento y el conjunto totaliza-dor urbano (la metropoli) se pierden los espacios deapropiacion colectiva y de sociabilidad; con ello sediluyen las relaciones sociales de ciudadanıa, la ca-pacidad de control y percepcion sobre la ciudad yen definitiva, la capacidad cognitiva sobre el hechourbano.

Las relaciones individualizadas y simplificadas(en base a relaciones exclusivas y excluyentes des-personalizadas —mercantilizadas, contractuales—) establecidas a partir de una escala territorial

181En gran medida retomamos con este concepto, deBarrio-Ciudad, el analisis que desarrollamos en otro trabajo(Hernandez Aja y Alguacil, et al., 1997), aunque en estecaso nos interesa especialmente el sentido de las condicio-nes necesarias para el desarrollo de nuevos procesos socialesinscritos en la logica de la Calidad de Vida.

no controlable y no percibida, alientan un siste-ma social unidimensional «en la que los yos in-dividuales no estan vigorosamente diferenciados»(Alexander, 1980) produciendo una restriccion dela variedad social y como consecuencia una separa-cion y marginacion de lo diferente y del diferente.

Desde otra perspectiva, no tanto desde la crisisde lo local provocada por procesos globales ajenos,sino desde la propia crisis de lo global y las conse-cuencias que tiene a nivel planetario, otros analisismas contemporaneos han puesto de manifiesto losefectos que los procesos economicos de mundiali-zacion tienen sobre el territorio (Fernandez Du-ran, 1993) y mas concretamente la responsabilidadque las grandes ciudades tienen sobre la crisis eco-logica a nivel planetario (Naredo, 1991). Podrıansintetizarse en tres planos crıticos autoimplicados:crisis ecologica que lleva a plantear la insostenibi-lidad ambiental del modelo de urbanizacion, crisiseconomica que deja de manifiesto la profundizacionde los procesos de dualizacion y exclusion social enlas grandes ciudades y por ultimo una crisis social ycultural que pone de relieve la ingobernabilidad delas ciudades y la conflictividad urbana que derivade los procesos de dualizacion y de dominio de lahomogeneizacion socio-cultural.

Desde esas tesis se senala la necesidad ineludiblede un cambio de sentido en el modelo de desarro-llo que trasladado a los modelos de urbanizacionapuntan hacia una reestructuracion urbano ecologi-ca (Hahn, 1994)182 de nuestras ciudades a travesde modelos mas integrados e integrales. Es necesa-rio dar un cambio de sentido para reequilibrar lasciudades tendente a sustituir la competitividad porla cooperacion, la dependencia por la autonomıa, elsometimiento por el autogobierno, la movilidad porla accesibilidad, la unidimensionalidad por la va-riedad, el crecimiento insostenible por el desarrollosostenible, la responsabilidad unica por la corres-ponsabilidad y la participacion.

182Ekhart Hahn (1994: 373) establece algunos elementosestrategicos para la reestructuracion urbana ecologica y si-tua, despues de proclamar una estrecha vinculacion entrelos problemas ambientales locales y globales, que «la impor-tancia del concepto de desarrollo ecologico del barrio radicaen la consideracion de este en un nivel proximo a quieneshabitan y, por consiguiente apropiado para realizar en el laaccion fundamental de la reestructuracion urbana ecologica,en particular la relativa a la creacion de una red de medi-das adecuadas desde el punto de vista tecnico, social y deplanificacion y diseno urbano».

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Nuevos procesos que solo parecen ser plausiblessi se apuesta por un cambio de escala en la interven-cion de la ciudad. Reducir la escala es pensar en lolocal, en un nuevo dimensionamiento del hecho ur-bano mas humano y equilibrado, en donde se puedaconjugar de forma sinergica la maxima libertad in-dividual con el maximo control colectivo. Ası, entreel vecindario-aldea con maxima homogeneidad y uncontrol social que atenta contra la personalidad, yla gran ciudad con maxima libertad de movimien-tos, pero maxima despersonalizacion y perdida dereferencias, nos proponemos apuntar las condicionesoptimas encaminadas a la recuperacion de espaciosde equilibrio ciudadano apropiados no solo para quese pueda desarrollar en el la accion fundamental dela reestructuracion urbano ecologica, sino para quetambien pueda favorecer el desarrollo de redes so-ciales (integracion del sujeto con los sujetos), la pro-fundizacion de la democracia (integracion de los su-jetos en los procesos) y la implantacion de modelosproductivos integrados (integracion del sujeto conlos objetos). Sin complejos de reconstruir la utopıaurbana —de ello se trata, de poner de relieve la po-tencialidad del hecho urbano— queremos contribuira un modelo teorico urbano que hemos denomina-do como Barrio-Ciudad y a cuya imagen a veces seasemeja la realidad como sucede en algunos de losambitos estudiados. Se trata de aproximarse a lascondiciones urbanas capaces de transformar el es-pacio del conflicto (la metropoli) en el espacio de lavariedad y de la coexistencia de la diversidad.

La dificultad de su definicion estriba en su com-plejidad. Son multiples variables las que intervienenen la construccion del concepto de Barrio-Ciudady en el intento de conjugar la potencialidad dela proxemia, relativa al barrio; y la idea de varie-dad y diversidad (de funciones, actividades, colec-tivos) relativa a la ciudad. La interactividad entrelas multiples variables que intervienen en el nue-vo modelo urbano tienen, a su vez, que inscribirseen una estrategia de glocalizacion (Borja y Cas-tells, 1997)183, es decir, en la articulacion entrelo global y lo local. Es entre las estrategias microy las estrategias macro, o mejor en la complemen-tacion de ambas, desde donde se produce una es-trategia meso que mantiene a la ciudad con vida(Ibanez, 1988b).

El reto de establecer una estrategia meso repre-senta un primer desafıo para superar los efectos ne-gativos de la urbanizacion y este desafıo se encuen-tra en su primer escalon: en el orden de lo local,

183En palabras de Jordi Borja y Manuel Castells (1997:328) «Esta nocion se aplica hoy tanto a la economıa (la ciu-dad como medio economico adecuado para la optimizacionde sinergias) como a la cultura (las identidades locales y surelacion dialectica con el universalismo informacional de ba-se mediatica). En este caso la glocalizacion supone enfatizarel ambito urbano y el papel gestor-coordinador-promotor delos gobiernos locales para la implementacion de polıticas quetienen en cuenta unos referentes globales y se posicionan res-pecto de ellos. En sıntesis: globalizacion mas proximidad.».

en el barrio (siempre en relacion a la ciudad). Taly como se expresa en el primer documento de tra-bajo de la Agenda Habitat Espanola: «El barrio esuna escala fundamental para el analisis de los pro-blemas economicos, sociales, urbanos o ambientalesen las ciudades, que pone en contacto las polıticascon la realidad social y facilita la definicion de so-luciones y la instrumentacion a traves del estudiode los problemas y la busqueda de propuestas deactuacion de forma interactiva con los agentes so-ciales locales» (Agenda Habitat, 1996: 71–72), ymas especıficamente en Francia, a traves del Pro-grama Frances de Desarrollo Social de los Barrios,se pretende una mejor gestion de las ciudades par-tiendo de la experiencia adquirida en la intervencionsobre barrios conflictivos (Harburger, 1987).

La potencialidad y oportunidad de lo local, paradesplegarse en nuevos procesos sociales fundamen-tados en criterios de sostenibilidad, gobernabilidady cooperacion se establecen en distintos planos o di-mensiones de la Calidad de Vida que componen supropia estructura sistemica (de las relaciones entrelas relaciones), que no es sino el armazon que ar-ticula espacios, actividades y colectivos dotados decapacidad de resistencia (re-existencia) a la unifor-midad, de sustraccion a un orden diluyente, sobre elque proceder a reestructurar y recomponer el terri-torio, la socialidad, la alteridad y los recursos. Dichosistema vendrıa determinado por:

Un plano fısico de la integracion espacial y ar-ticulacion territorial: de autonomıa e interde-pendencias entre escalas, de morfologıa urba-na, de densidad, de sostenibilidad urbana, dediversidad inmobiliaria accesible, de estructu-racion y articulacion de las infraestructuras yequipamientos.

Un plano de la integracion social: diversidadde usos y de servicios accesibles, coexistenciade una variedad social, estructura demografi-ca equilibrada, contenidos de los equipamien-tos.

Un plano de la integracion e interaccion eco-nomica: diversidad y coexistencia de funcionesy actividades economicas.

Un plano de la identidad y de la integracioncultural: apropiacion, pertenencia, identidad,seguridad, redes sociales, modelos de gestionde los equipamientos.

Un plano de la participacion y gestion polı-tica: promocion del Tercer Sector, el encuen-tro, la democracia participativa, modelos decogestion de los servicios y equipamientos.

Y como se puede observar en su designacion ca-da uno de estos planos se ve atravesado por la mul-tiplicidad de funciones de los equipamientos (co-mo soportes para la articulacion fısica del Barrio-Ciudad, como soportes necesarios para los procesos

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de integracion social y economica, como nudos delas redes sociales para la vertebracion social, comoelementos de una nueva gestion polıtica) que repre-sentan un elemento fundamental desde la perspec-tiva de la razon de ser de las Nuevas Iniciativas deGestion Ciudadana.

9.2 Las variables regenerativas de laciudad: la idea del barrio-ciudad

Un modelo urbano integrado espacialmentey articulado territorialmente

Si la imprecision del termino barrio ha sido unaconstante puesta de manifiesto tras un repaso dela teorıa urbanıstica, no es menos cierto que desdesiempre insistentemente ha representado un subcon-junto con algun grado de diferenciacion respecto deun conjunto urbano mas amplio que le contiene. Lı-mites, tramas y contenedores urbanos que dabandefinicion a determinados ambitos han ido varian-do segun el estado de evolucion de la urbanizacion,aunque no podemos tampoco olvidar los caracteresde corte subjetivo y que la delimitacion de lo quees barrio viene tambien determinada por la percep-cion que los sujetos tienen sobre el mismo184. Larapidez de esa evolucion en el ultimo siglo y masprofusamente en las ultimas decadas ha contribuidode forma ineludible a ese caracter difuso del ambitobarrio, precisamente por la subita transformacionfısica del espacio urbano. Transformacion que sinduda ha venido acompanada, por induccion, de sig-nificativos cambios en los estilos de vida, en lo coti-diano, en los comportamientos y en las concienciasde los ciudadanos.

En este sentido, ese empeno dirigido hacia elacotamiento del termino barrio se encuentra, cadavez mas, intervenido por una gran diversidad de as-pectos, tanto de caracter objetivo como subjetivo,tanto de caracter fısico como psicosocial. Sera desdeel analisis de las correlaciones y el grado de interde-pendencia entre las distintas variables susceptiblesde intervenir desde donde se podra mediar en la de-finicion de su acotamiento. Parece, por tanto, que ladelimitacion de ambitos urbanos como el barrio nopodrıa ser abordado desde un solo prisma, sino queprecisa de un enfoque multidimensional, y tambiensobre todo en la medida que se trata de un espaciocon potencialidad de acoger y reproducir en su senotodas y cada una de las funciones propias del hechourbano, en palabras de Lewis Mumford (1968) «elbarrio puede ser un organo esencial de la ciudadbien integrada»: pero no en vano Raymond Le-drut (1987: 178) nos plantea «que los desajustessociales y sus diversos efectos sobre los individuos,sobre la vida social de los barrios y sobre la colecti-

184Hay un gran numero de autores que establecen delimi-taciones teoricas sobre el concepto de barrio, al respectopuede consultarse el trabajo de Hernandez Aja y Algua-cil (1997).

vidad urbana, se hallan estrechamente ligados conla insuficiencia de las conexiones y con las dificul-tades que encuentra la integracion social y espacialde los barrios en la ciudad».

Entonces, ¿cual es la dimension urbana (esa di-mension urbana es la que denominamos Barrio-ciudad) que pueda tener capacidad para acoger unadiversidad social, economica, etc. tal que permitacompatibilizar todas las funciones propias del hechourbano en un espacio concreto, reconocido, percibi-do, y que por ello ademas tenga capacidad de in-teraccionar, en una dinamica de interdependencia,con la ciudad y la metropoli?, ¿cual es la dimen-sion «con capacidad para atribuirse competenciasy generar recursos polıticos, economicos, sociales otecnicos que les permitan asumirlas con garantıas deeficacia»? Se trata de buscar la situacion de compa-tibilidad entre el principio de proximidad y el prin-cipio de capacidad (Borja y Castells, 1997: 156).

La definicion de Barrio-Ciudad hay que hacerladesde la complejidad, desde la interrelacion e inter-dependencia de diversas variables que deben com-plementarse para orientar certidumbres. Como se-nala Rapoport (1981), la convergencia de indiciosfacilita la definicion. Si bien, la dificultad se encuen-tra en el solapamiento de variables interdependien-tes de caracter objetivo con otras de naturaleza massubjetiva. Ası, la estructura fısica, la trama urba-na, los limites fısicos, la densidad, el tamano, lasdistancias, la estructura inmobiliaria, la estructuraocupacional, la estructura demografica, la estruc-tura social. . . de naturaleza mas objetiva, debencombinarse con aspectos mas subjetivos, mas decorte socio-cultural: las conciencias de pertenencia,la identidad, la percepcion del espacio, los nivelesde apropiacion, las redes sociales, las fronteras psi-cologicas. . . La areas urbanısticas pueden ser masrıgidas y las areas sociologicas son mas flexibles yrelativas, pero en todo caso, los Barrios-Ciudad soloexistiran cuando ambas dimensiones ofrezcan un de-terminado nivel de coincidencia. Como expone Ra-poport (1981), «las delimitaciones mas claras deareas subjetivas tienen lugar cuando barreras fısicasbien definidas coinciden con los esquemas cogniti-vos. . . las barreras pueden ser debiles o fuertes, yson claras cuando los indicios fısicos y sociales coin-ciden». De ello se deduce la necesidad de establecerumbrales de equilibrio y de autorregulacion, dimen-sionados en escala y estructuras para sustentar unmodelo de diversidad y coexistencia.

Fundamentalmente tenemos que hablar de unespacio capaz de soportar y sostener unas estructu-ras inmobiliarias, ocupacionales y demograficas di-versas, que genere oportunidades de participar dedistintas redes sociales y asociaciones, con una es-cala urbana capaz de mantener la capacidad cogni-tiva sobre todo el ambito urbano, que sea accesiblepeatonalmente, que establezca una red de equipa-mientos y servicios colectivos dimensionados y dis-

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tribuidos adecuadamente para facilitar la fluidez delos servicios y la accesibilidad a los mismos.

Se trata ahora de acotar las dimensiones del ba-rrio ciudad teniendo en cuenta todos estos elemen-tos que deben confluir para establecer un dimen-sionamiento que permita complementar la diversi-dad con el sentimiento de pertenencia. Siguiendo laaproximacion que establecen A. Hernandez Ajay J. Alguacil (1997) y sin intencion de estable-cer categorıas puras, un primer nivel vendrıa con-formado por el vecindario como una celula urbanacon una poblacion entre los 1.500 y los 2.500 ha-bitantes, un diametro de no mas de 400 metros ydistancias que no superan los 5 minutos de despla-zamiento a pie, permiten las relaciones de vecin-dad mas frecuentes y cotidianas; y precisan de unosservicios basicos y espacios de caracter intermedioy comunitario (espacios publicos estanciales, juegosde ninos, farmacia, escuela infantil, comercio basico,locales sociales, etc.).

Un segundo nivel, serıa el barrio que con unapoblacion de entre 5.000 y 15.000 habitantes preci-sarıa de un diametro maximo de unos 800 metros yunas distancias que no precisaran desplazamientosde mas de 10 minutos andando. Esta dimension escapaz de tolerar relaciones sociales mas extensas entorno a asociaciones, actividades, equipamientos oinstituciones y es un umbral que puede sostener ni-veles de servicios colectivos mas complejizados (cen-tros cıvicos, biblioteca, educacion secundaria, igle-sia, centro de salud, mercado, comercio de especia-lizacion media, zonas verdes,. . . ). Si bien, ambosniveles considerados aisladamente no son capacesde sostener servicios, iniciativas y actividades queen la sociedad actual se podrıan considerar comoimprescindibles para lo que se considera que un sis-tema urbano debe procurar. Ademas, su tamano noes capaz de asegurar una diversidad fısica y socialque consolide la coexistencia, la corresponsabilidadsocial maxima y la libertad individual. Ambos nive-les urbanos son demasiado homogeneos tanto en suvertiente social como en su vertiente fısica. Este fe-nomeno urbano es bastante corriente y se constatade forma probada en la urbanizacion de las ultimasdecadas. Esa homogeneidad se traduce en una granvinculacion social de sus residentes con su espacio ysu colectividad en aquellos lugares donde la movili-dad residencial de los hogares ha sido muy pequena.

Resolver la integracion de esa diversidad urba-na que representan la existencia de areas socialeshomogeneas introvertidas significa romper el aisla-miento, pero a la vez cuidando la existencia de espa-cios publicos convivenciales, la pervivencia de ras-gos culturales e historicos que permitan la madura-cion de la identificacion con su espacio mas proxi-mo. Ello significa que los lımites, tanto de las uni-dades de nivel inferior, como los lımites del perıme-tro del barrio-ciudad no pueden ser barreras infran-queables (infraestructuras viarias o territorios inse-

guros), sino espacios de contiguidad, de uso com-partido (zonas verdes, de juego, equipamientos. . . )que faciliten el contacto y permitan el paso peato-nal hacia otros vecindarios y elementos diversos delbarrio-ciudad. En este sentido y en palabras de Ch.Alexander (1980: 85), «las fronteras no solo sirvenpara proteger a las vecindades, sino que funcionansimultaneamente uniendolas en sus procesos», loslımites pueden ser por tanto, mas un elemento deunion que de separacion en un mosaico que reflejala diversidad cultural, fısica y social plasmada en elconcepto de barrio-ciudad.

Combinando los principios de sostenibilidad am-biental (menor consumo de energıa) y de variedadurbana con capacidad de articulacion interna y ex-terna se puede pensar en una escala adecuada parael peaton en un territorio cuyo diametro no supe-re 1,5 km y cuyas distancias maximas no superenun tiempo vaya mas alla de 15 o 20 minutos. Igual-mente debe ser un umbral para mantener un sis-tema de comunicacion de intensidad blanda (con-tactos directos, radios y televisiones locales, perio-dicos de barrio, boletines de asociaciones, lugaresde encuentro, tablones de anuncios. . . ) y de redessociales diversas (asociaciones, agrupaciones polıti-cas y sindicales, cofradıas, etc.). Esa dimension quees susceptible de soportar un nivel de servicios conuna ocupacion y actividad equilibrada (sin excesi-va oferta y sin una demanda saturada) con unoscontenidos que oferten lo que un ciudadano esperadel sistema urbano (oferta deportiva especializada,pequeno hospital, servicio de bomberos, ensenanzamedia y universitaria, equipamientos culturales, et-cetera). En terminos de poblacion parece que habrıaque pensar en una horquilla entre los 20.000 y los50.000 habitantes (Hernandez Aja y Alguacil,et al., 1997), dimension que tiene una fuerte car-ga de correspondencia con los barrios de la periferiaSur de Madrid.

Por otro lado, parece que esas condiciones decomplejidad pueden venir determinadas por unoslımites mas evidentes y claros que los barrios y ve-cindarios, precisamente con la idea de reforzar elreconocimiento de sus estructuras y mantener espa-cios sostenibles desde el punto de vista ecologico.Ello no quiere decir que las fronteras del Barrio-Ciudad sean impermeables, sino que por el contra-rio deben tener una naturaleza que permita la cir-culacion, pero siempre en un sentido de salida yentrada (del interior, de un objeto urbano estructu-rado) a traves de puertas fronterizas. En todo caso,parece que las grandes infraestructuras como vıasferreas, grandes avenidas, grandes parques o zonasindustriales, rıos, etc. deben concebirse no solo comocanales de circulacion de mercancıas, generalmentedescomprometidas con el entorno, sino como fronte-ras franqueables que tambien definen territorios. Sepuede observar una comparativa entre los distintosambitos urbanos en el Cuadro 35.

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Cuadro 35: Ambitos urbanosFuente: Hernandez Aja, A; Alguacil, J. et al. (1997); VV. Vecindario. Ej. Colonia San Fermın.; BV.

Vecindario. Ej. La UVA de Villaverde Alto; BB. Barrio. Ej. San Cristobal; BC. Barrio-Ciudad. Ej. VillaverdeAlto; CC. Ciudad. Ej. Puente de Vallecas (Distrito); MC. Gran Ciudad. Ej. Distritos del Sur de Madrid; MM.

Area Metropolitana. Ej. Municipios del Area Metropolitana de Madrid.

La representacion de la figura permite solapar los distintos ambitos (vecindario, barrio, ciudad, metropoli)

relacionandolos entre sı. La direccion preeminente es la vertical de tal forma que el ambito situado en la

cabecera del cuadro y expresado en mayusculas marca la pauta dominante. De esta forma la lectura del cuadro

nos permite una jerarquizacion de umbrales urbanos en el que tan solo uno, el Barrio-Ciudad, presenta una

relacion dominante de una unidad urbana de rango inferior (el barrio) sobre una unidad urbana de rango

superior (la ciudad).

VECINDARIO BARRIO CIUDAD METROPOLIVecindario VV. Misma trama BV. Misma trama - -

Mismas promocio-nes. Lımites cla-ros. Biografıa co-mun. Homogenei-dad demografica

Mismas promocio-nes. Lımites cla-ros. Historia co-mun. Homogenei-dad social

1.500 a 2.500 hab. Hasta 5.000 hab.Barrio - BB. Barrio. - -

Niveles de apro-piacion. Lımitespercibidos.10.000 a 15.000hab.

Ciudad - BC. Barrio ciu-dad.

CC. Ciudad. MP. Gran Ciudad.

Percibido. EscalonPeatonal. Todoslos Equipamientoscotidianos

Equipamientosde rango supe-rior. UniversidadHeterogeneidadsocial

Maximo 20-50.000hab.

100-200.000 hab. Hasta 400.000 ha-bitantes

Metropoli - - - MM. Area Metro-politanaMas de 400.000habitantes

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En sıntesis, se sugiere un subsistema urbano(barrio-ciudad), es decir, un sistema con compleji-dad y autonomıa propia, pero en interdependenciacon un mesosistema. La autodependencia se cons-truye, por tanto, en funcion de una interdependen-cia interna (el barrio-ciudad como conjunto de ba-rrios y vecindarios interpenetrados) y una interde-pendencia externa capaz de establecer la glocaliza-cion. Esta nocion de la articulacion entre nivelesdiferentes del sistema urbano es la que puede gene-rar condiciones para el desarrollo interactuante de ladiversidad, coexistencia, la alteridad y la identidad,que a su vez garantizan las condiciones de libertadindividual, responsabilidad social y responsabilidadecologica.

Un modelo urbano para la integracion social

Desde la diversidad de espacios fısicos vertebra-dos, con ciertos rasgos de distincion pero a la vez re-lacionados entre sı, podemos introducir el conceptode diversidad social como aspecto que viene a per-mitir la maxima complejidad accesible. El conceptode diversidad social entendido como coexistencia deelementos diferenciados en un mismo lugar remiteal concepto de estructura social, de pluralidad so-cial, pero esta desde la perspectiva de un ambitointegral precisa de una variedad de usos, funcionesy actividades para poder desarrollarse en un sentidoconstructivo de la alteridad y de la calidad de vida,y no del conflicto y del malestar urbano tan des-tructivo en las metropolis que vivimos. Tiene, portanto, una doble vertiente de implicaciones mutuas.

De una parte, aparece como naturaleza vital lamezcla de usos y actividades como un aspecto dedinamismo social y economico de un ambito conlas dimensiones planteadas. Es decir, se consiguerecrear el espacio urbano si se produce el asenta-miento de actividades economicas (productivas yde servicios), y de consumo que sean susceptiblesde localizarse y que sean compatibles con el tejidoresidencial en un proceso continuado que se retroa-limenta a sı mismo.

La vida ciudadana en el barrio precisa de unaaccesibilidad peatonal y de corta distancia a los cen-tros de trabajo, ensenanza, compras y gestiones, yaque la presencia de esas actividades refuerza la per-manencia en el ambito e impide los desplazamientosinnecesarios y no deseados, y en definitiva minimi-za el tiempo de transporte, reduce el trafico moto-rizado, dificulta la existencia de zonas muertas delbarrio en horas determinadas y anima la vida ciu-dadana. De hecho, segun precisa S. Keller (1971:153–154) «las familias cuyos miembros que repre-sentan las fuentes de ingresos principales trabajanfuera del area local tienden a utilizar menos las ins-talaciones locales que las familias que viven y tra-bajan en el area».

Tambien la variedad de usos y actividades enescalas dimensionadas atraera a otros agentes del

desarrollo que requieren de la coexistencia complejae interactiva de las iniciativas economicas estable-ciendo ademas unas redes de actividades con mayorcapacidad de adaptacion a las orientaciones ambien-tales del territorio. En todo caso, tal mezcla de acti-vidades diversas dentro del mismo ambito se trans-fieren en la correspondiente cohabitacion de distin-tas condiciones sociales que definen la diversidady que podran coexistir si se crean las condicionesde accesibilidad equitativa a los servicios urbanos ysoportes fısicos (vivienda, equipamientos, espaciospublicos). En este sentido es importante una corre-lacion entre una estructura demografica equilibra-da y una estructura inmobiliaria flexible y diver-sa. «Consecuentemente, conviene reducir al mınimolos movimientos migratorios que desequilibran la es-tructura por edades de la poblacion local. Migracio-nes en sentido unico, no, intercambios migratorios,sı, al objeto de insuflar ese dinamismo y esta re-novacion que genera el contacto entre patrimoniosculturales locales tan ricos y diferenciados. Por lotanto, es necesaria una cierta movilidad pero con laexigencia de mantener en cada lugar, dentro de cadacomunidad, una piramide equilibrada o, al menos,de distanciarse lo menos posible del saldo cero encada edad» (Poulain, 1990: 209).

Como consecuencia de todo lo anterior, pareceque la apuesta por un barrio-ciudad precisa de ac-tuaciones diversificadas que sean favorables a unaestructura demografica sostenible. Ello implica lapresencia de un parque inmobiliario accesible y di-verso en cuanto a la tenencia, tipologıas y caracte-rısticas; una cercanıa relativa a los lugares de traba-jo y de consumo; y una calidad del medio ambienteurbano aceptable. La resolucion en positivo de esosfactores limitara la movilidad residencial, principalcasuıstica de la segregacion demografica y de losdesequilibrios poblacionales y por ende territorialespropios del modelo de metropolitanizacion.

La estabilidad poblacional posibilitara la esta-bilidad en los parametros dotacionales y en los ti-pos de equipamientos. Una estructura demograficaequilibrada permitirıa una diversidad en los equi-pamientos y una susceptible mejora constante en lacalidad de los servicios. Ası, la combinacion y com-plementacion de lo estable y lo equilibrado nos vienea definir el concepto de sostenible.

Cabe considerar, aunque sea someramente, elsentido del parque de viviendas en alquiler dadasu alto nivel de correspondencia con una estructurademografica y de hogares diversa, equilibrada y sos-tenible. La existencia de una importante presenciade viviendas en alquiler a nivel local cobra senti-do como forma de proveer una vivienda transicio-nal, sobre todo para sectores de jovenes que formannuevos hogares de tamano reducido y que de otraforma no podrıan emanciparse del nucleo originarioen el momento deseado. Si bien, asegurar en el tiem-po ese parque inmobiliario y favorecer la sostenibi-

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lidad demografica185 precisa de una promocion enterminos de vivienda gestionada desde los sectorespublicos o sociales, o controlada desde estos, ya quela inclusion de este parque inmobiliario en el campodel sector financiero, como monopolio de mercado,podrıa provocar la quiebra del sentido dado a la vi-vienda de alquiler al imponer precios de mercado ehipotecarıa la presencia del propio caracter transi-cional de la vivienda en alquiler. La sostenibilidadde una estructura social no puede asegurarse conla presencia de estructuras economicas que son maspoderosas que la propia estructura social.

Un modelo urbano para la integracion e in-teraccion economica

El sentido de la estructura ocupacional en elBarrio-Ciudad se basa en la diversidad y variedadde actividades economicas que garantiza una densi-dad de relaciones entre agentes economicos muy di-ferentes, y que por ello tiene efectos multiplicadoressobre el dinamismo economico del desarrollo local.La coexistencia intensifica la eficacia de los procesossinergicos. La realidad de una multiplicidad de ac-tividades (productivas industriales, servicios admi-nistrativos, comercio, servicios a las empresas, etc.)en una estrategia de proximidad, de crear empleoimbricado con la vida cotidiana, de trabajar coti-dianamente en el mismo lugar en el que se reside,introduce elementos de sostenibilidad y deriva en lacoexistencia de distintas relaciones con los mediosde produccion de la poblacion ocupada. Es decir,se asegura la presencia de empleados y empleado-res, de trabajadores autonomos y trabajadores porcuenta ajena, de empleo publico, empleo privado,autoempleo, empleo comunitario, empleo de inser-cion y cooperativismo. Pero tambien se asegura unaamplia gama de profesiones repartidas por todos lossectores economicos, desde los menos cualificados(peones) a los de mayor rango de cualificacion (di-rectivos de empresas).

Por otro lado, D. Morris y K. Hess (1975)mantienen la tesis de que el control por la comuni-dad y la libertad local solo pueden obtenerse si sur-gen de una base productiva que procure una mayorindependencia de una economıa excesivamente in-ternacionalizada. La descentralizacion de las activi-dades economicas y de servicios, y la capacidad desustituir importaciones por producciones propias,potencian la capacidad de mercado local y mayorescotas de empleo al obtener una considerable capa-cidad de resistencia a las crisis economicas que cre-cientemente se fundamentan en avatares economi-cos mundializados. Se tratarıa de un tejido con po-sibilidades de enfrentarse a crisis economicas, capazde improvisar y sustituir unas funciones por otras,tanto por la diversidad en la composicion y cono-

185Al respecto, se puede consultar en Hernandez Aja yAlguacil (1997) distintos parametros que definen la sosteni-bilidad demografica en funcion de la estructura inmobiliaria.

cimiento de su poblacion, como por la diversidadde espacios, soportes, redes y formas de propiedadexistentes. Parecerıa probable que entre tanta diver-sidad apareciesen estructuras capaces de adaptarsea diferentes coyunturas economicas.

Un modelo urbano para la identidad y la in-tegracion cultural

El espacio social no implica unicamente una con-dicion social; igualmente, el espacio fısico no tie-ne exclusivamente una disposicion funcional. No sepueden entender el espacio social y el espacio fısi-co desde un sentido lisamente abstracto, sino quela persona necesita concretar cotidianamente su si-tuacion en el espacio y en el tiempo, el ser huma-no «necesita sus referentes estables que le ayudena orientarse, pero tambien a preservar su identidadante sı y ante los demas» (Pol, 1994). Los referentessociales o espaciales pueden ser mas difusos o masprecisos, cuanto mas precisos nos marcan «algunsentido de ser parte de una sociedad por pequenaque sea, y no de estar en una sociedad, por grandeque sea» (Alexander, 1980: 97). Recrear la cog-nicion y percepcion del espacio fısico y del entornosocial es un primer paso fundamental para recobrarel sentimiento de pertenencia.

Ası, la percepcion diferenciada del espacio mar-ca un primer estadio de seguridad psıquica y socialque se proyecta mas alla del entorno familiar y delespacio privado de la vivienda. Significa una exten-sion territorial de la intimidad y precisa de un facilreconocimiento del entorno urbano proximo que seabarca en un recorrido peatonal, de tal manera quese pueda apreciar claramente entre el espacio real-mente conocido (interior) y el resto del territoriourbanizado mas inespecıfico, impersonal y abstrac-to (exterior). Paradojicamente, la oposicion no con-flictiva entre area interior y area exterior permiteuna sıntesis: la tranquilidad urbana. En expresionde Michael-Jean Bertrand (1981: 41) «el barrioes tambien un espacio ıntimo, sentirse dentro delmismo supone descansar la atencion sabiendo que,suceda lo que suceda, no tendra consecuencias res-pecto a presiones exteriores».

Desde esta perspectiva que establece un deter-minado nivel de cognicion del espacio proximo queofrece algun grado de integridad individual y colec-tiva, aparecen varios aspectos que marcarıan el ma-yor grado de identificacion con el espacio y la comu-nidad como pueden ser: las particularidades histo-ricas del ambito, las particularidades fısicas del es-pacio, la implicacion de sus habitantes en las trans-formaciones espaciales y en el desarrollo social, eltiempo de permanencia de sus residentes, el gradode integracion de sus funciones urbanas, la existen-cia y disposicion de los espacios publicos y equipa-mientos colectivos. Aspectos todos ellos que ayudana distinguir los lımites entre la ciudad ciertamentereconocida, controlada, poseıda y la ciudad incierta-

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mente difusa y extensa. Aquella presenta rasgos deequivalencia para todos sus residentes y por tantopuede ser poseıda colectivamente, y es por ello sus-ceptible de provocar una accion consciente por par-te de los sujetos para usar y transformar un espacioque ya no es tal, en su sentido abstracto, porquedeviene en lugar. Ası, segun la simbologıa construi-da socialmente a traves de esos elementos (lımitespsıquicos, hitos urbanos, hitos historicos, sımbolosambientales, espacios colectivos) los individuos de-sarrollaran una conciencia de pertenencia respectoa ese espacio y a esa comunidad posibilitando, deotra parte, una capacidad real de relacion y de in-tegracion con la sociedad global y el modelo urbanometropolitano.

El espacio realmente vivido es el lugar de la vidacotidiana donde se desarrolla la vida urbana. Solodesde la permanencia suficiente y estable en un am-bito, el tiempo de estancia dedicado a relacionarse,a trabajar, a consumir o a gestionar es lo que ha-ce posible la recreacion del lugar de lo cotidiano yeste cobra todo su sentido cuando la propia accionhumana o urbana va determinando la vida cotidia-na. Asumimos aquı la idea expresada por Lefebv-re (1967) de que la vida cotidiana corresponde alnivel de la realidad social que constituye el centroreal de la praxis.

Cuando el uso de la calle es intenso, pero fle-xible y versatil, no exclusivo, ni excluyente (tienediversas utilidades segun colectivos y momentos),y en consecuencia, ese uso deviene en hecho socialy socializador, estamos ante procesos dinamicos deinteraccion del individuo con su medio, y de los ciu-dadanos entre sı a traves de ese medio. Ası, pormedio de los procesos cognitivos y de identificacion,en un entorno dominable geograficamente, se asien-tan las bases para el acceso social al espacio, endefinitiva para la apropiacion del lugar. La apropia-cion es, por tanto, la culminacion de un proceso enel que el sujeto se hace a sı mismo a traves de suspropias acciones y se encuentra en disposicion deexperimentar una practica colectiva en el uso delespacio que hace de este un objeto a defender, opor el contrario, en determinados momentos puedeser susceptible el desarrollo de procesos que se incli-nan a una transformacion consciente y deseada delmismo.

En todo caso, la apropiacion del espacio ineludi-blemente ligado a la posesion colectiva del mismo,remite a tener algo en comun. Esto le da un ciertocaracter que influye y refleja los sentimientos de lagente sobre la vida en el y los tipos de relacionesque establecen los residentes (Keller, 1971), y portanto, implica unos procesos de sociabilidad, de re-laciones diversas, de sistemas de comunicacion, quetienen su correspondencia en la presencia de diver-sas redes sociales entrecruzadas e interconectadas.

El entorno urbano, si es adaptable, dominable,y es apropiado por los sujetos que viven esos distin-

tos espacios sirve como soporte para una autorre-gulacion de la ocupacion y del uso del mismo. Losvalores compartidos y el arraigo de perspectivas co-munes respecto de las areas mediadoras, ya seanespacios publicos o comunitarios, abiertos o cubier-tos, favorecen y posibilitan el contacto, el encuentroy el uso recıproco del espacio. Una densidad habi-tacional y de actividades adecuadamente integradasque conceden la facultad del trasiego por lugares yentornos permeables y reconocidos, aunque no seanel proposito del destino del desplazamiento, dan piea encuentros imprevistos o a presenciar escenas es-pontaneas que tienen sus propias consecuencias per-sonales, sociales y culturales, pero que recrean lavida urbana hasta un grado peculiar. En el espa-cio urbano se tejen gran parte de las redes socialesde una diversa naturaleza y por ello es fundamen-tal priorizar un diseno y organizacion adecuado delespacio publico urbano.

Por el contrario, las relaciones planificadas pro-pias del modelo de urbanizacion que vienen a impul-sar la consolidacion de una «accesibilidad sin densi-dad», ya sea mediante la movilidad motorizada, latelefonıa o las denominadas autopistas de la infor-macion, «difıcilmente pueden recrear la experienciaurbana en su plenitud» (Hannerz, 1986: 136). Elcreciente predominio de la planificacion de las rela-ciones sociales supone una seleccion en las mismasque refleja no solo la desvinculacion del sujeto delterritorio y la mayor despersonalizacion en las mis-mas relaciones, sino que tambien significa la no pre-sencia del otro y el desconocimiento e incompren-sion de otros estilos de vida diferentes. Se quiebrala alteridad y con ello se restringen al maximo lasconstelaciones de redes sociales y la propia seguri-dad. Como dirıa Ch. Alexander (1980) la urba-nizacion nos lleva a «la sociedad de baja comuni-cacion». Y no podemos olvidar los riesgos que ellocomporta, en expresion de Jordi Borja y Ma-nuel Castells (1997: 16) «sin un sistema de inte-gracion social y cultural que respete las diferenciaspero establezca codigos de comunicacion entre lasdistintas culturas, el tribalismo local sera la contra-partida al universalismo global».

La cohesion social, tan amortiguadora de con-flictos, y tan conveniente para la seguridad colecti-va y personal, es inversamente proporcional a cuan-to mayor distancia fısica y social se establezca, ya cuantos menores recursos para la coexistencia seconformen. La proximidad entre los ciudadanos quecomparten espacios variados y servicios diversos,y la proximidad de las distintas funciones urbanasprocuran el maximo de interacciones posibles.

Efectivamente, las condiciones de coexistenciasmultiples que vienen a definir lo que hemos deno-minado como ambito de Barrio-Ciudad, son suscep-tibles de establecer los medios de transmision ne-cesarios para que los sujetos puedan definirse a sımismos y definir su propia territorialidad. Es decir,

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el tiempo de permanencia en un lugar, que potenciala mezcla de funciones del Barrio-Ciudad, retroali-menta su propia esencia, ya que la propia densidadde las redes sociales marca la territorialidad de sucapacidad. La mezcla de funciones y de usos en unterritorio fısicamente abarcable y dominable permi-te que cada sujeto pueda participar de distintas re-des de una forma simultanea poniendolas ası en unarelacion continuada, e incrementando igualmente elespesor de su densidad. En consecuencia, el efectode retroalimentacion entre el espacio reconducido auna escala humana y las redes sociales que en else pueden desarrollar, hace que estas se consolidenen terminos de mayor frecuencia e intensidad en lasrelaciones, y mayor densidad y fuerza en los conte-nidos de la comunicacion.

A proposito de ello y haciendo nuestras las con-sideraciones de U. Hannerz (1986: 199), «en unaestructura tan diferenciada, el individuo tiene mu-chos tipos de participaciones situacionales, es decir,papeles (roles), y las oportunidades para hacer di-versas combinaciones de estos en el repertorio decada uno pueden ser considerables. Donde son masvariados los repertorios de papeles y, en consecuen-cia, tambien las redes, las combinaciones mas o me-nos originales de experiencias y recursos ofrecen es-pacio para adaptaciones y estrategias innovadoras.En general, parece que donde las constelaciones depapeles son variados, los individuos son ası mismomas capaces de encarar tensiones y conflictos nue-vos y nunca ensayados y mientras que donde lasconstelaciones son recurrentes, es mas probable quehaya soluciones institucionalizadas para tales pro-blemas».

La participacion de los sujetos en distintas re-des de naturaleza muy diversa: laborales, de cono-cimiento personal, categoriales, funcionales, nos lle-va a otras dimensiones del hecho urbano o humano.La existencia de multiples redes consolidadas y du-raderas pueden facilitar el crecimiento y extensionde multiples actividades, crear y sostener recursos,y establecer medios de comunicacion propios comoperiodicos locales, televisiones y radios locales. Loscontactos directos unidos a las mayores posibilida-des de aplicacion que ofrece el desarrollo tecnologicoen el campo de las comunicaciones ofrece la poten-cialidad de instaurar nuevos vehıculos de comuni-cacion que operen con mayor agilidad las multiplesinteracciones, que acerquen los administradores alos administrados, que ofrezcan mayor capacidad departicipacion publica, mayor densidad de comunica-cion y mayor capacidad de decision.

Pero ello se inscribe en otra dimension que debeintervenir en la definicion del Barrio-Ciudad, aun-que eso sı, se parte de la presencia de iniciativasque se desarrollan desde un tejido asociativo que asu vez tendra mayor expresividad y potencia cuan-to mayor sea la cohesion social y, por tanto, mayordensidad obtenga el tejido social.

Un modelo urbano para la participacion ygestion de la polıtica

La ciudad sera sostenible y gobernable si se con-vierte en un espacio de la cooperacion que permitauna profundizacion de la democracia urbana y pa-ra que esto sea una realidad se precisan de unascondiciones urbanas que hemos querido identificarcon aquellas que vienen a definir el concepto deBarrio-Ciudad. Fundamentalmente cabe resenar, almenos, cinco aspectos que nos parecen indispensa-bles para poder desarrollar mecanismos participati-vos que posibiliten la autoimplicacion responsablede los ciudadanos con su entorno mas inmediato:

La democracia urbana solo puede basarse enuna adecuada combinacion de la autonomıalocal y la proximidad. El Principio de Subsi-diareidad complementa ambas ideas y se en-tiende como un recorrido que recoge a todoslos actores sociales implicados en los procesosurbanos.

La autonomıa local remite a la mejor posi-cion y adaptacion de los gobiernos locales alas condiciones y realidades concretas del te-rritorio y de las poblaciones, aunque precisade estrategias y de polıticas de concertacionque permitan el desarrollo de la intervencionde los gobiernos locales sobre esos territoriosy poblaciones. En consecuencia, mas compe-tencias y recursos. Mientras, la legitimacionde la citada autonomıa viene de la mano de laproximidad, de la mejor aplicacion y eficaciaque de ella se deriva.

La democracia urbana sera pues producto deprocesos de descentralizacion y desburocrati-zacion polıtica y administrativa en una estra-tegia de equilibrio y articulacion entre lo localy lo global, de tal forma que permita el prota-gonismo de los sectores sociales directamenteimplicados en las nuevas problematicas urba-nas.

La proximidad remite a la idea de que el desa-rrollo de las posibilidades de los sujetos paraimplicarse en el proceso de toma de decisio-nes se haya en proporcion inversa en relaciona la dimension del ambito de actuacion. Esindudable que la participacion con mayor in-tensidad se puede dar con mayor facilidad enla medida que el ambito de actuacion sea maspequeno, pero tambien que la eficacia polıticarequiere de un ambito lo suficientemente am-plio para ser capaz de sostener la gestion sobresus recursos. De lo que se deriva que los dis-tintos niveles y mecanismos de participacionson multiples, aunque deben ir acompanadosde la mayor descentralizacion posible, desde ladecision sobre la transformacion y disenos de

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espacios comunitarios hasta la eleccion directade los cargos publicos del Barrio-Ciudad. Es-tablecer estrategias encaminadas a implicar alos sujetos sobre aquellas decisiones que les in-cumben, requiere innovacion en los modelos yformas de representatividad y que los respon-sables y cargos electos de la vida social y polı-tica esten presentes en ella y sean parte de laspropias redes locales de barrio. Al respecto,de la idea de proximidad y de descentraliza-cion, nos parece suficientemente clarificadorala siguiente expresion de Jordi Borja y Ma-nuel Castells (1997: 297): «La descentra-lizacion debe basarse en continentes o zonasterritoriales (distritos) que tengan personali-dad historico-geografica y/o socio-cultural, esdecir, que hagan posible la existencia o cons-truccion de una identidad colectiva. Asimis-mo, deberan tener una imagen fısica lo masclara posible (es mejor que sean arterias im-portantes las que delimiten los distritos, queunan o no separen) o puedan serlo. Los dis-tritos requieren un tamano suficiente (de po-blacion y de superficie) para hacer posible elejercicio o gestion de funciones y de servicios».

Finalmente, la proximidad como potenciali-dad de una polıtica activa y participativa, re-mite a la idea del encuentro, donde el recono-cimiento y promocion de las iniciativas socia-les y del Tercer Sector en su conjunto, aparececomo un requisito de innovacion imprescindi-ble para el desarrollo de procesos de cohesionsocial, de corresponsabilidad y en definitivade optimizacion de la Calidad de Vida en laciudad. Mas en particular, reforzar el tejidosocial significa, sobre todo, reforzar el tejidoasociativo en su vertiente de incrementar sucapacidad y competencia para gestionar (o co-gestionar) los servicios y equipamientos en uncontexto de nuevo modelo urbano como el quepuede representar la idea de Barrio-ciudad.No obstante, todo ello requiere de una reno-vada cultura de la intervencion publica de laque hablaremos en el ultimo capıtulo.

9.3 Reconsiderar los equipamientos des-de la calidad de vida

El termino equipamiento es un concepto etimo-logicamente de muy reciente aparicion que va apa-rejado a la consolidacion de la sociedad industrialen su etapa mas avanzada. Es por ello un conceptoproducto de la modernidad, aunque no pueda afir-marse que no cuenta con un amplio cuerpo teorico,antes bien al contrario, se trata de un termino queya es clasico y cuya presencia se hace imprescindi-ble en los analisis de ciencias sociales sobre el he-cho urbano. Si bien la elaboracion teorica sobre losequipamientos se encuentra sometida en su evolu-

cion a continuos y rapidos cambios sociales. Ello hagenerado un cierto debate que en nuestro paıs186 sehace mas ostensible, sobre todo, si lo contemplamosdesde la perspectiva de la naturaleza compleja y elsentido transversal de los equipamientos.

No en vano se ha puesto de relieve la ambigue-dad del termino que engloba frecuentemente a me-dios de produccion junto con medios de consumo(Leal, 1979), y mas recientemente, en un mismosentido, aunque mas matizado, se ha planteado lainexistencia de una definicion unıvoca del concep-to de equipamiento social. Si bien desde el carac-ter social se puede separar lo estrictamente socialcon respecto a lo que se considera economico, o alo productivo, es decir, «el caracter social de losequipamientos se plantea en oposicion a las acti-vidades economico-productivas en las que prevale-ce el aspecto de produccion de bienes y servicios»(Gavira, 1993). Pero tambien, como senala Mar-tınez Pardo (1985), «la dicotomıa de si un equi-pamiento entra en la esfera mercantil o no, tampoconos define el equipamiento, simplemente lo relacionacon la circulacion. Una definicion mas comprensivade equipamiento serıa aquella que englobara el obje-to inmobiliario, su valor de uso, los procesos socialesque aseguran su produccion, su mantenimiento, laaccesibilidad e incluso el propio proceso de apropia-cion real».

Ello muestra el caracter complejo del conceptode equipamiento al jugar un papel de nexo de con-fluencia de distintas dimensiones humanas: sistemicas-estructurales, espaciales y relacionales. Actividadesy acciones humanas muchas veces distanciadas fun-cionalmente. Ası, desde la dimension estructural-sistemica los equipamientos permiten los niveles su-ficientes de integracion y de consenso que mantienenlos conflictos y desigualdades sociales bajo equili-brios mınimos, es decir, de contradicciones compa-tibles bajo una tolerancia relativa (la unidad de loscontrarios). Desde una perspectiva espacial se vienea acotar su delimitacion al excluir todo lo referentea infraestructuras y vivienda, junto con ellos y deforma complementaria se da cuerpo a la estructu-ra urbana, o lo que es lo mismo, se incorporan alas funciones urbanas espacialmente separadas, ex-presadas en la zonificacion urbana. Los equipamien-tos representan el soporte fısico, la dimension espa-cial de los bienes de consumo colectivo (Cortes yLeal, 1995) y desde esa perspectiva el contenido delconsumo colectivo en palabras de C. Gavira (1993)«implica la existencia de un conjunto de usuariosen el mismo lugar y al mismo tiempo». El consu-

186En sı, la tematica de los equipamientos genera una enor-me discusion en nuestro paıs en un contexto socio-polıtico detransicion de gran efervescencia social y emergencia de las po-lıticas locales que va aparejado a las urgencias por afrontarlas grandes carencias dotacionales. Ese proceso lleva consi-go la necesidad de redefinir permanentemente el objeto deintervencion que significa el termino equipamiento, desde laperspectiva del equilibrio social.

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mo viene definido por la atraccion de las cualidadesintrınsecas del equipamiento, mientras que el fac-tor de ser producidos y usados colectivamente lesconfiere el caracter de ser espacios de convergencia(encuentro y contacto) creando ası las condicionespara la socializacion y para la comunicacion entrelos ciudadanos.

Precisamente la consolidacion de la socializaciondel consumo y su creciente ampliacion, significan laconstatacion de la transformacion de los modos devida ligados al desarrollo urbano. Ampliacion queimplica, debido a que las caracterısticas del con-sumo colectivo se enmarcan en gran medida en elcampo de las necesidades humanas, una distribu-cion de unos recursos colectivos en momentos y lu-gares determinados que precisan de una produccion,mantenimiento, uso y gestion controlados desde elsector publico. La flexibilidad delimitada por unaintervencion mixta en cada uno de esos aspectos,aunque fundamentalmente en los contenidos (defi-nicion, utilizacion y gestion), por parte del sectorprivado y/o mediante mecanismos de participacionde los usuarios nos introduce en un campo de deba-te que podemos iniciar desde el caracter dialecticode los equipamientos, las dotaciones y los servicios.

La dialectica de los equipamientos

La teorıa clasica de los equipamientos tradicio-nalmente se ha inscrito en la logica del Estado delBienestar, si bien cabe diferenciar entre distintosenfoques que en rasgos generales dejan al descubier-to una bifurcacion en la reflexion sobre los mismos,segun se incida en la funcion del Estado o segun seincida en los objetivos de la polıtica del Bienestar.El avance de la accion del consumo frente a la acciondel producir viene a consolidar la disminucion de lainfluencia del mundo de lo domestico, y por contrasupone la mayor influencia del Estado como ente to-talizador, ya que este, en su creciente colonizacion,ha sido un usurpador de funciones que eran propiasde otras instituciones de naturaleza muy restringidacomo puede ser la familia. Aunque la unidad de con-sumo sigue siendo el individuo, o la unidad familiar,sin embargo, el acceso al consumo se ha realizadocolectivamente y cada vez ha ido creciendo mas lainfluencia exterior, en detrimento de la influenciadesde la esfera de lo domestico. Desde esa consta-tacion ampliamente compartida podemos ver comolas diferentes dicotomıas combinadas entre Estado,usuarios y mercado nos van a marcar la pauta dia-lectica y multidimensional que envuelve la teorıa delos equipamientos.

En primer lugar, y desde una perspectiva de crı-tica del sistema social, de principios mas radicales,los equipamientos colectivos se incluyen en una logi-ca de reproduccion del sistema capitalista como me-diadores para la integracion e incorporacion a la to-talidad del sistema (Fourquet y Murard, 1978),en donde el sector publico ostenta la facultad de ga-

rantizar las condiciones generales de la reposicionampliada de la fuerza de trabajo. Reposicion queen una sociedad postindustrial obtiene un tempe-ramento que atraviesa y es atravesado por factoresde ındole cultural y simbolico, de tal forma que enuna sociedad del consumo, esta se reproduce sobresı misma legitimandose ideologicamente, al soste-ner y dar significado a diferentes soportes de dis-tinta naturaleza sistemica (residenciales, producti-vos, culturales, consumo). Desde esa perspectiva losequipamientos se presentan como mediadores parala transmision de la ideologıa dominante y al tiem-po creadores de consenso social, mantenedores de lahegemonıa187. La traslacion desde esos mecanismosde integracion sistemica a la dimension territorialde los equipamientos colectivos le dan un significa-do como elementos que conforman un agregado, enese sentido los equipamientos «han representado —en palabras de F. Roch (1985: 23)— siempre unaspecto marginal en la practica del planeamientourbano y de su ejecucion. Algo que venıa despues,como un complemento necesario y mınimo, de ha-ber disenado la maquinaria principal productiva dela ciudad».

Una segunda perspectiva, desde una lectura mascercana a los intereses de los usuarios, mas desde ladimension de las necesidades sociales, intenta supe-rar ese caracter de complemento que han marcadola predominancia de concepciones empobrecedorasy simplistas en la definicion de las intervencionesinstitucionales en los servicios y equipamientos. Sepone en evidencia la contradiccion entre los equipa-mientos como elemento de adecuacion de la fuerzade trabajo y los equipamientos como exigencias delos ciudadanos para conseguir mejoras cualitativasen sus condiciones de vida «y esta contradiccion solopuede ser entendida desde un punto de vista histo-rico y dialectico» (Tobıo, 1982: 138).

Esa perspectiva de los sujetos-usuarios tiene a suvez una doble vertiente funcional en la consecucionde un objetivo como es la cohesion social. Por unalado, una funcion cuya estrategia va encaminada adefender un sistema de equipamientos entendido co-mo base para alcanzar un consenso social, a travesde la determinacion del equipamiento como salariosocial indirecto. Y una segunda vertiente que refuer-za al equipamiento como espacio para el consumocolectivo, en un sentido de desarrollo de procesosencaminados hacia la vertebracion del tejido social.El equipamiento, en esta ultima logica que es la quemas nos interesa desarrollar aquı, puede representarel espacio comun y comunitario donde la colectivi-dad se reconoce a sı misma, formando una red de

187Segun C. Tobıo (1982), partiendo de las aportaciones deAntonio Gramsci (1974), los equipamientos son elementoscrecientemente importantes en la estructuracion de la socie-dad civil, entendiendo por esta «la hegemonıa polıtica y cul-tural de un grupo social sobre el resto de la sociedad, comocontenido etico del Estado»

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lugares identificados sobre los que se desarrollan lasredes sociales y la sociabilidad.

La construccion conceptual del equipamiento co-mo salario social indirecto tiene como pretensionpaliar las desigualdades de la economıa de mercadomediante la distribucion generalizada de los servi-cios basicos del estado del bienestar, como son lasalud o la ensenanza, a lo que se vienen a sumar losservicios asistenciales especializados para aquellossegmentos mas desfavorecidos o claramente exclui-dos. La aspiracion de los ciudadanos por su incor-poracion al sistema urbano en unas condiciones quevayan mas alla de los mınimos sociales imprescin-dibles, ha dado lugar a una cultura de la reivindi-cacion que, sin llegar a superar las condiciones deenajenacion de los usuarios de la gestion de los ser-vicios, eso sı, vienen a complejizar las estructurassociales y la naturaleza de los conflictos urbanos.Mientras, la dinamica proclive a mantener el controly la regulacion de las necesidades sociales en el am-bito exclusivo del dominio institucional conlleva unabusqueda de la eficacia igualitaria, y de una simpli-ficacion de los instrumentos tecnicos, que se traduceen el principio de aislamiento funcional y adminis-trativo entre las diversas categorıas de intervencionsocial y de estas con los soportes de la estructuraurbana. En este sentido los recursos publicos des-tinados a los servicios se han encontrado sujetos alos instrumentos y criterios cuantitativos y parce-larios propios del pensamiento positivista cientıfico,dando soluciones simples a problemas no puestos enrelacion. En cierta sintonıa con ello los movimientossociales urbanos de caracter marcadamente reivin-dicativo, integrados en esa misma logica del pensa-miento simple, no han sido capaces de superar losenfoques cuantitativos y los mecanismos de parce-lacion, y en consecuencia, no han sido capaces decuestionarse la hegemonıa institucional cuyos me-canismos de control y de estrategia encaminada aconsolidar su presencia y su practica pueden estarllevando a la quiebra la utilidad y rentabilidad socialde los equipamientos (Hernandez Aja, 1993a).

Los equipamientos desde la logica del Estadodel Bienestar

El importante debate sobre el equipamiento enla ciudad se encuentra mediatizado por las intensasy rapidas transformaciones a las que se ve sometidaesta. En un principio, desde los efectos perversos dela fuerte expansion de la urbanizacion, el denomi-nado desarrollismo de las ciudades espanolas en ladecada de los anos 60, se ha puesto el acento so-bre el desequilibrio generado por la inexistencia deequipamientos en las periferias urbanas de recientecreacion. La respuesta, en un contexto de escasascompetencias desde los municipios y sin unos ca-nales institucionales suficientes, adecuados y demo-craticos, solo puede producirse bajo los efectos deuna fuerte tension social que se manifiesta en el sur-

gimiento de energicos movimientos sociales urbanosque reivindican el derecho a que los nuevos barriosy urbanizaciones lleguen a equipararse a la ciudadde los ciudadanos.

Los fuertes desequilibrios en las grandes ciuda-des espanolas y los conflictos sociales que se derivande los mismos implican muchas veces largos conten-ciosos, y a veces soluciones por vıa de urgencia queimplican desenlaces inapropiados desde las perspec-tivas de la articulacion espacial y de la vertebracionsocial de los equipamientos. Ese perıodo que se hadado en denominar como de crisis urbana, por otrolado aun no resuelta de forma completa, se afron-ta tras la normalizacion democratica en los enteslocales desde orientaciones de superacion y contra-posicion al desorden urbano. Como consecuencia,en la decada de los ochenta emerge con fuerza unacultura de la planificacion, y en concreto del planea-miento urbano como mejor manera de acometer losdesequilibrios estructurales de las ciudades. Y comoaspecto relevante los equipamientos constituyen unelemento central dentro del planeamiento, y este esun hecho nuevo (Tobıo, 1982).

Si la decada de los anos 60 en las grandes ciuda-des se caracteriza por una desestructuracion de lostejidos urbanos y una desvertebracion de los tejidossociales, en la decada de los 70 se vienen a cuestio-nar los efectos de ese desarrollismo y la inexistenciade elementos institucionales mediadores, aspectosambos que producen un modelo de movilizacion so-cial que fue significado como el de «la participacionpor irrupcion»188 y que a su vez fue la antesala y elsubstrato de otra dinamica social mas integrada, yabajo otras circunstancias mas democraticas, que pu-do arroparse en nuevos mecanismos institucionales,y tambien en un contexto de apuesta decidida por elplaneamiento urbano, aspectos ambos que obtienenuna correlacion con otro tipo de participacion ciuda-dana: «la participacion por invitacion»189. Si bienambas formas de definir la participacion en funcionde diferentes contextos mantienen una lınea comunen la referencia de la reivindicacion de los equipa-mientos y de los servicios. En el primer caso masdesde una optica de la exigencia y la fuerza de la

188Son las necesidades materiales de una vivienda digna yde otros bienes y servicios urbanos (equipamientos) los quedeterminan el caracter reivindicativo de los movimientos ur-banos, que ante la falta de cauces participativos, irrumpen,enfrentandose al bloque hegemonico. Entendemos la reivin-dicacion en este perıodo como una exigencia al poder res-paldada por movilizaciones que presionan; en este sentido setrata de pedir, exigiendo del que tiene (El Estado), pero noquiere dar.189La consolidacion de las nuevas instituciones locales co-

mo mediadoras y representativas de los ciudadanos es a lavez causa y efecto de una desmovilizacion vecinal que en lapolıtica de las corporaciones democraticas se traduce en unaparticipacion por invitacion. Ası, se invita a los ciudadanosa participar en organismos consultivos donde se pueden pro-poner o sugerir lıneas de actuacion pero en ningun caso sepueden tomar decisiones. Tanto el concepto de irrupcion co-mo el de invitacion los tomamos de la terminologıa acunadapor J. Garcıa Bellido (1978).

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movilizacion, y en el segundo mas desde una opticade la consulta y la alegacion razonada. Se conso-lida un cierto consenso en torno al estado de bie-nestar que delimita las acciones institucionales enun sentido de la redistribucion del salario social in-directo, pero que tambien apuntilla la separacionentre los procesos de decision y los usuarios afec-tados por esas decisiones. La complejidad tecnicajustifica esa separacion y de facto se producen, co-mo senala Clementi (1979), divergencias entre lacultura especıfica de los tecnicos y la cultura de lacomunidad.

El planeamiento urbanıstico y la planificacion delos equipamientos abren pues nuevas perspectivasque permiten canalizar las demandas y necesida-des desde una logica institucional. El planeamientofuerte se eleva a nuevo paradigma de la satisfaccionde las necesidades estableciendo criterios tecnicosque ejercen de filtros entre las necesidades socialesy las intervenciones de las instituciones. En pala-bras de C. Gavira (1993: 5), «el filtro actua en unsentido de imponer la logica del sistema institucio-nal de oferta en el proceso de individualizacion delas necesidades reduciendolo a demandas que serantratadas polıticamente».

C. Gavira determina los objetivos de los es-tandares como instrumento en la planificacion delos servicios:

1. Adoptar polıticas selectivas en funcion de lascondiciones reales de necesidad de la deman-da.

2. Medir el valor de las necesidades en relaciona los recursos materiales disponibles y a lasexigencias de intervencion de los entes locales.

3. Practicar soluciones de oferta que compren-dan los costes de produccion de gestion de losservicios (Gavira, 1993).

Esa logica del orden institucional reproduce unacultura dominante, que tambien es la suya propia,a traves de determinados instrumentos que separansectores, clasificando a los usuarios en funcion desus demandas, reduciendo la realidad social, y es-tableciendo criterios unidimensionales y exclusiva-mente cuantitativos. La separacion de los serviciosen categorıas funcionales simples ha precisado delestablecimiento de estandares normativizados, a lavez que una estrategica clasificacion de los usua-rios permite realizar simples correspondencias decada una de las categorıas sociales con cada unode los tipos de servicios. La consolidacion de unacultura distributiva sin mas, dificultara el reconoci-miento de la interdependencia entre los problemas ylas necesidades, entorpeciendo la profundizacion enprocesos de desarrollo social que tengan su origenen el reconocimiento de las potencialidades y siner-gias de la puesta en relacion de los problemas y delos contenidos y modelos de gestion de los servicios

y equipamientos. La razon de la cantidad tiende asubrogar la razon de la cualidad, como dice Cle-menti (1979): «la especializacion de equipamientoscorresponde a una estructura administrativa ato-mizada, acostumbrada a encargarse de necesidadesseleccionadas especıficamente segun categorıas. . . ysin esbozar soluciones que requieran una coordina-cion funcional y de gestion de los diferentes equipa-mientos. Las consecuencias son una escasa eficienciaeconomica y un bajo rendimiento social».

El debate en nuestro paıs es especialmente apa-sionado en el cuestionamiento del enfoque tecnicoen la planificacion de los equipamientos. Precisa-mente la fuerte dinamica social motivada por losprofundos cambios polıticos y sociales propios de laetapa de transicion polıtica proporciona un enfoquecrıtico, que si no es en todas las ocasiones totalmen-te contrario a la estandarizacion, sı pone en eviden-cia los lımites de la normativizacion y de los criteriosde medicion exclusivamente a traves del estableci-miento de estandares como metodo para cuantifi-car las necesidades sociales. Ası, distintos aspectosson resaltados en distintos momentos y por distin-tos autores, como pueden ser la concepcion estati-ca de las necesidades y la dificultad de adecuacionde los estandares a las necesidades de los sectoresmarginados (Leal, 1979), los estandares entendidoscomo un corte en un proceso dinamico y como jui-cio de valor sobre el mismo por parte de quienes loadoptan (Mas, 1980), los estandares como excusatecnocratica que cristalizan las necesidades sociales(Sanchez Casas y Lles, 1985), la magica aparien-cia de la realidad y el conflicto exorcizado por lacuantificacion (Gavira, 1993), los estandares cons-tituidos unicamente como el cumplimiento burocra-tico de una garantıa cuantitativa (NPG, 1995). . .

Todos esos inconvenientes que manifiestan unalogica unidimensional construida bajo los parame-tros del igualitarismo nos conducen por un lado ala exclusion de determinados sectores que son re-siduales en nuestro sistema urbano, pero tambienmuestra la incapacidad para recoger la compleja di-versidad social que es ademas tendencialmente cre-ciente en nuestro sistema social. En buena parte, elproblema estriba en que el caracter cambiante delas necesidades sociales precisa de una permanen-te revision de los estandares normativos (Cortesy Leal, 1995), por otro lado difıcilmente asumiblepor un pesado y rıgido aparato administrativo ine-ficaz para revisar los parametros de medicion en losmomentos y ambitos adecuados. Pero ademas esasnecesidades cambiantes exigen otros criterios y me-canismos que se escapan de la tecnocracia cuantita-tiva. Hay otros elementos en la satisfaccion de lasnecesidades como la accesibilidad, el diseno de loscontenedores y su entorno inmediato, la articulacionde los espacios, la disponibilidad horaria de los ser-vicios, la calidad de los servicios o la apropiacion de

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las actividades, que no pueden desarrollarse adecua-damente bajo el paradigma del culto a la medida.

Ya autores como Preteceille (1975) aposta-ban por una inversion de los terminos de la logi-ca institucional administrativa de tal manera quela intervencion publica viniera determinada por elanalisis diferencial de las necesidades y no al con-trario, como se produce desde el fraccionamientodepartamental de la administracion. Para ello serıaprecisa la elaboracion de un conjunto de indicado-res en interaccion con capacidad para establecer losaspectos de diferenciacion en la relacion entre po-blacion y equipamientos. Mientras en nuestro paısmerece especial atencion la sıntesis realizada porGavira (1993) cuya contribucion va encaminada ala formulacion de nuevos instrumentos de medicion,en sustitucion de la optica operativa de estandarespor otra de indicadores de prestacion de los servi-cios190 que viene a incorporar nuevas propuestas deinstrumentos participativos de los usuarios y nuevosanalisis de caracter cualitativo.

Desde los nuevos contextos otros modelos: elplaneamiento debil

El proceso de metropolitanizacion en las grandesciudades ha seguido incesante su expansion urbana,de forma mas desordenada en la decada de los 60,y de manera mas ponderada, con la sobriedad e im-plantacion de la denominada austeridad urbanıstica(Campos Venuti, 1982), que se traduce en la im-plantacion de un planeamiento fuerte en el primerlustro de la decada de los 80. Ese proceso urba-nizador continuado ha tenido su proyeccion sobrelos modelos de implantacion de los equipamientos.Si primero fue la carencia o la inexistencia de losmismos, para posteriormente pasar a una puesta aldıa en las periferias urbanas y cierto reequilibrio,finalmente la propia logica de la urbanizacion vienea presentar la maduracion de nuevas tendencias alfinal de los anos 80 y principios de los 90. La con-tinuada transformacion de los equipamientos en elproceso de cambio-destruccion de los centros histo-ricos ya venıa a desvelar el caracter diferenciado delpapel de los equipamientos en funcion de la escalaterritorial, local o metropolitana (Tobıo, 1982).

Y ello no es sino un sıntoma mas, aunque muysignificativo, que manifiesta el abandono de un pla-neamiento que tenıa como primer objetivo restable-cer el equilibrio territorial y social de la metropoli,por otra nueva cultura del planeamiento cuyos obje-tivos se encaminan a constituir grandes proyectos demarketing urbano y grandes equipamientos metro-politanos capaces de jugar un papel en la produc-

190C. Gavira (1993: 27) senala una serie de instrumentosde verificacion de los servicios que establecen otros metodosde medida: de accesibilidad, de productividad y de efectivi-dad, que en sus propias palabras pretenden que «la atencionse desplace de la especificacion de las caracterısticas de solu-cion a la especificacion de los resultados esperados, dejandoabierta la forma de realizarlas».

cion internacional de imagenes en ese intento porobtener una capacidad competitiva suficiente paraincorporarse al grupo de las denominadas ciudadesglobales. Esa nueva cultura del planeamiento se ad-jetiva a sı misma como de planeamiento flexible191,que como determina R. Fernandez Duran (1993)«sepa adaptarse a las condiciones cambiantes de laeconomıa, y que permita dar respuesta a los intere-ses privados sobre determinadas areas de la ciudaddestacando la relevancia del Proyecto concreto, queplasma estos intereses en el espacio, sobre el plana largo plazo, inmutable y que define una imagenprecisa de la ciudad, hacia la que todas las accio-nes publicas y privadas se deben encaminar». Otrosautores como Lopez de Lucio (1993) reflexionansobre la Cultura del proyecto frente a la cultura delplan que en las practicas urbanas supone de hechoun desvanecimiento de la teorıa urbanıstica y conella del interes comun y de las estrategias globalespara alcanzarlas. La economıa mundializada y suplasmacion sobre las acciones territoriales, encami-nadas a una mayor expansion de la urbanizacion,precisan desembarazarse de las estrategias urbanasde largo plazo para apostar por los intereses sec-toriales y los grandes proyectos puntuales de cortoplazo. Bajo ese paradigma, el planeamiento solo sir-ve como un termino de usar y tirar y un buen expo-nente de ello es el Nuevo Plan General de Madridque desde las crıticas suscitadas desde distintos me-dios profesionales192, en torno al debate generadopor una propuesta de planeamiento muy confusa,se pueden resumir en cuatro aspectos clave que vie-nen a definir lo que connota el planeamiento debil :

La flexibilidad del planeamiento, lejos de orien-tarse hacia una sensibilidad para incorporarsectores y entre cruzar analisis de las disfun-ciones urbanas cambiantes, esconde una pro-puesta descomprometida, donde la accesibili-dad, la integracion, el equilibrio territorial, lavertebracion social y la sostenibilidad ambien-tal, son dimensiones subordinadas a la logicade la eficacia.

La ambiguedad calculada sobre el modelo deciudad que muchas veces se torna en sentidosambivalentes y contradicciones, se evidencianal proclamar intervenciones no compatibles ycontrarias entre sı.

La desvinculacion total entre los analisis ypropuestas por un lado, y el programa y la

191Por ejemplo ası lo hace el Nuevo Plan General de Ma-drid (NPG, Oficina Municipal del Plan del Ayuntamiento deMadrid, 1995).192En el debate suscitado sobre la filosofıa del NPG de

Madrid a traves de los monograficos de las revistas Urba-nismo y Alfoz se desarrolla un discurso crıtico que eviden-cia las nuevas pautas estrategicas del planeamiento debil:Alguacil (1993), Garcıa Lanza (1993), Grupo MunicipalSocialista (1993), Hernandez Aja (1993b), Roch (1993b),Aedenat (1994), Calvo Mayoral (1994), Leal (1994b), Lo-pez Lucio (1994) o Perez Quintana (1994)

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gestion por otro. El planeamiento no puedecomprometer su ejecucion, se defiende. El pro-grama prioriza aquellas acciones e inversionesen funcion de los recursos disponibles en cadamomento, obteniendo por tanto un caracterno vinculante. En definitiva, se hace mas en-fasis en la gestion del corto plazo, relegandoa un segundo plano el sentido estrategico delargo plazo.

La desvinculacion entre el programa y los ana-lisis tiene su correlato en la falta de enfoquesdestinados hacia la integracion de los procedi-mientos que permitan una coordinacion de lasadministraciones y agentes implicados, unaparticipacion ciudadana que supere el merosimulacro y una conexion entre los analisis ypropuestas con la gestion futura del plan.

Desde esos lımites propugnados desde el planea-miento debil se hace mas ostensible la distincionentre los grandes equipamientos, que estan al ser-vicio de la imagen de la metropoli cosmopolita, ylos equipamientos proporcionados para la articula-cion y el desarrollo social, de caracter local y queson considerados como los soportes y las activida-des basicas para la vertebracion social (HernandezAja, 1993a). Esa diferenciacion se basa, por tantoen una seleccion de prioridades que viene a estable-cer la primacıa en las actuaciones publicas, y en suscorrespondientes inversiones, de los primeros sobrelos segundos.

Sin embargo, se produce la paradoja de que esosnuevos modelos de intervencion en su doble vertien-te social y territorial, presentan rasgos que desento-nan con los rapidos cambios sociales que se produ-cen. Los nuevos valores y las nuevas practicas socia-les que estan produciendo una rapida modificacionen los modos de vida y en la vida cotidiana de los ur-banitas hace que las necesidades sociales sean cadavez mas difıciles de satisfacer. La creciente diver-sidad de condiciones sociales y la amplia gama demovimientos reivindicativos, junto con el cuestiona-miento cada vez mayor respecto de la disponibilidadde los recursos publicos, y con dificultades cada vezmayores para hacer compatibles con la calidad devida los efectos derivados de los grandes proyectose infraestructuras, hace que la prestacion de los ser-vicios demandados sea crecientemente compleja. Esdecir, ya el Sector Publico no siempre puede ase-gurar el encauzamiento de las nuevas necesidades,abriendose fisuras por donde escapan nuevas posi-bilidades en la produccion de los servicios que vanmas alla del dominio de la logica institucional. Sedespeja un dilema, pero en un sentido ambivalente:el equipamiento lucrativo o el equipamiento comu-nitario. Pero parece aconsejable reflexionar primerosobre cuales son las nuevas necesidades, quienes sonlos nuevos sujetos, y como son las nuevas condicio-nes.

Comunidad versus mercado, local versus me-tropoli

Podemos hablar de la emergencia de nuevos su-jetos sociales que se expresan en el consumo, y notanto en el mundo del trabajo (Gavira, 1993). Sibien, habrıa que desgranar la diversidad que encie-rra esa manifestacion. Con la sociedad industrial seprodujo una fragmentacion del tiempo que se com-plejizo con la consolidacion del Estado de Bienestar,se podıan establecer claras fronteras entre el tiempode trabajo, el tiempo para la formacion, el tiempopara la reproduccion. Pero en el advenimiento de lasociedad postindustrial esa fragmentacion del tiem-po se complejiza aun mas y cobra todo su sentido eldenominado tiempo libre (descanso, ocio, consumo,domestico, sociabilidad. . . ) que precisa de lugares yredes para consumirlo.

Aparecen nuevas dimensiones sociales a travesdel uso del tiempo que suponen, tal y como pone derelieve J. Leal (1979), «la aparicion de algunas ne-cesidades sociales nuevas tales como la sanidad, lasvacaciones, el descanso de los fines de semana, et-cetera es una consecuencia directa de las exigenciasde la produccion, ya sea porque la misma exigen-cia de producir mas lleve a fomentar el consumo deesos objetos que hay que producir, o porque los cam-bios en las condiciones, los ritmos y la intensidad delos procesos de trabajo lleva a nuevas exigencias enla reposicion de esa fuerza de trabajo». Ese mismoanalisis desde una lectura mas economica conecta-rıa con los profundos cambios que se producen enla estructura economica y la organizacion del tra-bajo y cuya determinacion supondrıan cambios enla estructura social, en las relaciones sociales y enlas estructuras familiares.

Pero tambien el consumo del tiempo libre y lasformas que este adopta nos marcan las diferenciasen una estructura social de creciente complejidad;es decir, entre diversos sujetos sociales que accedenal consumo del tiempo libre de forma diferenciaday que nos ayudan ası a definir necesidades que tam-bien son diferentes y que se encuentran muy distan-ciadas entre sı. No todos los grupos y clases socialesdemandan los mismos equipamientos (HernandezAja, 1993a), unos se inscriben mas en el campo delas metanecesidades, y otros mas en el de las nece-sidades mınimas imprescindibles para sobrevivir enla metropoli. Los primeros pueden utilizar el siste-ma urbano en su totalidad, pueden consumir ser-vicios sofisticados ofertados en puntos diversos ydistantes, mientras que los segundos se incluyen enuna cada vez mas amplia capa de ciudadanos pre-carizados con empleos temporales, en paro o acogi-dos a programas de integracion social que precisande los equipamientos de caracter local, proximos,accesibles y diversos, los cuales son insustituiblespara su supervivencia en la ciudad (HernandezAja, 1993a).

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No cabe duda que entre ambos polos hay otrossectores sociales con empleo estable y condicionesde calidad urbana aceptable que sin llegar a dispo-ner de las maximas ventajas de la movilidad y delmaximo tiempo libre, o del tiempo libre en formade ocio, precisan de los equipamientos clasicos delEstado de Bienestar en terminos de accesibilidad yde calidad. Pero la transversalidad y complementa-riedad de las nuevas condiciones sociales hace queestos sectores esten muy imbuidos o esten vivien-do muy de cerca las condiciones sociales que sonconsideradas como margenes de la normalidad.

La edad y el sexo son una variable que se entre-cruza con las nuevas condiciones sociales: ancianos-solitarios, jovenes-parados o con empleo precario,adolescentes-con fracaso escolar, mujeres solas-concargas familiares, prejubilados, mujeres con hijos-trabajadoras, adultos-parados de larga duracion,inmigrantes-tercer mundo. . . De entre estos secto-res los mas marginados y excluidos, dada su tra-yectoria y su particular experiencia vivida, en granmedida enquistada en culturas de la pobreza, re-producen efectos reductores ambivalentes, que enparte les sumerge en el desanimo pasivo y les des-poja de la conciencia a la aspiracion, es lo que se hadado en llamar como el silencio de las necesidades(Pincon, 1978), o bien se instalan en el habito devivir en torno a la subsidiacion permanente (depen-dientes de ayudas externas y ajenas) que les impidesuperar su condicion de excluidos. En uno y otrocaso no son capaces de «resentir sus necesidades»(Pincon, 1978).

Las necesidades en forma de deseos se constru-yen en funcion de dimensiones mas desde las cua-lidades, mas estructurales, mas determinados porvalores emergentes y modelos culturales al uso. Siel analisis ha discurrido tradicionalmente sobre laausencia de recursos que ha impedido la cobertu-ra de mınimos aceptables y la distribucion de losmismos, ahora tambien lo es el como la satisfaccionde nuevas necesidades que superando esos mınimosno supongan una degradacion del medio ambientemas alla de un determinado lımite maximo, y conello la quiebra de la satisfaccion de otras necesida-des, de la satisfaccion de las necesidades basicas dedeterminados colectivos o en otros lugares. Se tra-ta de reconstruir el concepto de necesidad desde lasostenibilidad, no exclusivamente desde la carenciarelativa.

La satisfaccion de las necesidades sociales en elmodelo de sociedad occidental surgida tras la ultimaguerra mundial era resultado de un crecimiento quese preconizaba ilimitado, en un contexto de apues-ta por el estado del bienestar y la concordia socialcomo segura referencia frente a la amenaza del mo-delo representado por los paıses del Telon de Acero.Tanto la insistencia en el crecimiento ilimitado conun proceso acelerado de concentracion e internacio-nalizacion de la economıa, frente al todavıa mınimo

avance de la conciencia ambiental en terminos depractica polıtica y economica, como el derrumbe delos paıses del denominado socialismo real, han ahu-yentado temores y han consolidado el marco ideo-logico que proclama la incapacidad, la ineficacia ylos demas efectos considerados como negativos delsector publico.

Precisamente esa situacion impone un debate so-bre las nuevas necesidades respondiendo a la pre-gunta de a quien corresponde la prestacion de losservicios. C. Gavira (1993) ya enuncia los distintossentidos de la privatizacion y en otro trabajo esta-blece a nuestro entender la diferencia fundamentalentre el sector publico y el sector privado. SenalaC. Gavira (1995: 4) como «mientras que el servi-cio publico cine su ambito de actuacion al territorioen el que ha de garantizar su disfrute, el territoriodel sector privado es un no-lugar, ya que su fron-tera responde a la logica del area de mercado, quepuede vaciar o incluso trasladarse en funcion de labusqueda del beneficio», y solo cuando se le imponeun tipo de gestion desde lo publico, mas que el dejarhacer, estara en condiciones de ofrecer la calidad delos servicios.

Trasladado el debate a la practica de los equipa-mientos parece que sobre el soporte siempre incidi-ra el Estado, pero sobre la gestion y los contenidosirremediablemente ya intervienen los otros dos sec-tores (el Mercado y el Tercer Sector). Sin embargo,ambos sectores se dirigen a usuarios que se encuen-tran muy distantes entre sı, y adoptan objetivos yestrategias diferentes, de escalas distintas. El mer-cado desde el crecimiento (cuantitativo) y la econo-mıa internacionalizada aboga por el equipamientolucrativo de caracter metropolitano que refuerza latendencia hacia la terciarizacion, y que se destina asectores sociales pujantes y solventes con aspiracio-nes a tener cada vez mas metanecesidades de cues-tionable sostenibilidad social y ambiental. Mientrasel sector comunitario desde el desarrollo (cualita-tivo) proclama el equipamiento como «restauradorsocial y ambiental», yendo mas alla del equipamien-to meramente asistencial, apostando por el caracterlocal que potencia la funcion residencial y que esapropiado para y por sectores sociales emergentes einsolventes con nuevas necesidades para obtener lacalidad de vida en el sistema urbanizado. El prime-ro, todo parece indicar que seguira generando exter-nalidades sociales y ambientales (movilidad, gastoenergetico, distanciamientos sociales), mientras queel segundo presenta la potencialidad de reintegraresas externalidades.

La creciente fragmentacion social no puede iracompanada de una mayor sectorializacion de losservicios y equipamientos que significan una am-pliacion de los mismos y son, por tanto mas difıcilesde alcanzar. Mas bien la mayor complejidad socialprecisa de analisis complejos y debe ir acompanadade modelos integrales de intervencion capaces de re-

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velar permanentemente las necesidades cambiantesy de establecer las modificaciones de las estructu-ras de definicion y de gestion de los equipamientosactuales. Ello pasa necesariamente por una mayorimplicacion de los sujetos en el descubrimiento ydefinicion de sus propias necesidades y en la parti-cipacion y decision sobre los mecanismos adecuadospara satisfacerlas.

Por el contrario, la logica institucional y la bu-rocracia administrativa que la sustenta se muevenen una paradoja recurrente, por un lado no son ca-paces de atender la compleja demanda de serviciosque precisan de caracterısticas especıficas segun elgrupo de edad y posicion en la estructura social, yde cada vez mayores requerimientos en terminos derecursos193; por otro lado, en el afan de mantenerimagenes de marketing electoral y estructuras clien-telares provoca una induccion de la demanda de talforma que esta se crea en funcion de los serviciosy no los servicios en funcion de las necesidades delos ciudadanos. La escasa rentabilidad social y laquiebra, mas el despilfarro, son las dos caras de lamisma moneda.

En consecuencia, el papel de los equipamien-tos (ver el Cuadro 36), entendidos estos como sa-tisfactores de las necesidades, deben ser tambiencambiantes adecuandose a los requerimientos de loscambios sociales. Las nuevas necesidades y la apa-ricion de colectivos emergentes necesitan para sa-tisfacerse y desarrollarse de una correspondencia enla creacion de equipamientos emergentes capaces dedar respuestas tanto a las viejas como a las nuevasaspiraciones sociales, pero tambien a los nuevos re-tos de la problematica social.

Se trata de superar lo meramente cuantitativopara introducir tambien los aspectos cualitativos. Setrata de asumir la complejidad incorporando nuevasdimensiones capaces de superar la vision simplistade la logica del bienestar por una perspectiva com-pleja de calidad de vida. El concepto de calidad devida permite y tambien obliga a considerar el ana-lisis de la complejidad. Es decir, de como el excesode satisfaccion de unas necesidades relativas en ter-minos cuantitativos, que generalizadas son insoste-nibles, pueden ir en detrimento del medio ambien-te y de la identidad cultural. Desde esa perspecti-va los equipamientos entendidos como base para la«restauracion social y ambiental» cumplen un efec-to autorregulativo que puede implicar la sostenibi-lidad del desarrollo.

193Es bien conocido el debate actual sobre las crisis de lashaciendas locales provocada fundamentalmente por el pau-latino incremento de los servicios que se ve emplazada a aco-meter y las tensiones que ello provoca entre los entes localesy el Estado.

Los equipamientos como componente parala cohesion de las dimensiones del Barrio-Ciudad

Los equipamientos juegan un papel de entrama-do que atraviesa las dimensiones que hemos desarro-llado como esos aspectos que permiten determinarel sentido y la naturaleza de los Barrios-Ciudad. Setrata de entender los equipamientos como eje pararecomponer o recrear una sociedad articulada quesea germen y sosten de una cultura propia, de unproyecto de vida urbana compartido por la mayorıade los ciudadanos de estos barrios- ciudad.

Interpretando las palabras de los autores del Li-bro Verde del Medio Ambiente Urbano (1990), larecuperacion y compatibilidad de nuestros ambitosciudadanos pasa por recomponer la ciudad comoproyecto, en el que «la calidad de vida no represen-ta un lujo sino un rasgo esencial».

Se trata por tanto de reconstruir el termino ca-lidad de vida en el ambito urbano, de aportar atodos los ciudadanos un nivel de calidad que garan-tice, por un lado, la coexistencia de una estructurasocial diversa, la regeneracion permanente de un te-jido social que es fuente de innovacion y cultura, ypor tanto de riqueza y, al mismo tiempo unos nivelesde calidad material y ambiental que den satisfaccional hecho de ser ciudadanos.

Aparece, por tanto, la necesidad de reconsiderarla mision de los equipamientos colectivos como ba-se de una estrategia de recualificacion urbana queobtiene una triple vertiente: los equipamientos co-mo soportes para la articulacion urbana, los equipa-mientos como elementos para la integracion socialy los equipamientos como vınculo para la vertebra-cion de la comunidad.

Los equipamientos y la articulacion fısica del Barrio-Ciudad

Los equipamientos como espacios que ejercenuna atraccion y liberan una irradiacion, inducen untrasiego en los ambitos urbanos que apuntan al es-tablecimiento de criterios de accesibilidad y una lo-calizacion adecuada en el tejido urbano. Los equipa-mientos indiscriminadamente reagrupados o locali-zados exclusivamente en los lımites de los barriosprovocan deseconomıas de escala y desequilibriosterritoriales que desincentiva su uso a los ciudada-nos mas distanciados. La distribucion de los equi-pamientos en el espacio debe buscar un equilibrioque se atenga a las funciones de integracion y devertebracion que se le asignen. Determinados con-tenedores polifuncionales (sobre todo servicios ad-ministrativos) precisaran de una cierta centralidad,mientras que espacios abiertos (parques urbanos)que pretendan ser lugares de confluencia y de usocompartido con otros barrios- ciudad deberan loca-lizarse en los lımites favoreciendo la permeabilidadde las fronteras.

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Cuadro 36: Papeles de los equipamientos

Tradicionales EmergentesReposicion de la Fuerza de Trabajo Desarrollo social y economicoLegitimacion ideologica Identidad culturalOrganizacion funcional de la ciudad. Movilidad Red de espacios publicos. AccesibilidadReduccion de las desigualdades Satisfaccion de las necesidadesCompatibilizar el conflicto Perseguir el consensoDar informacion-tramitacion Comunicacion transversalIntegracion social Vertebracion socialDar servicios Participar, autogestionarClasificar, sectorializar Reconstruir las relaciones sociales, ConvivencialidadBienestar Calidad de vida

Si bien los contenedores, edificios publicos y losequipamientos de menor umbral de servicio, de ca-racter mas comunitario, deben obtener una orien-tacion en su distribucion que por un lado garan-ticen la accesibilidad que en terminos de distanciano deben superar en ningun caso los 400 metroscon el fin de consentir un desplazamiento peatonalde los usuarios, mientras que a la vez deben facili-tar la confluencia de sectores sociales diversos y laconexion de tramas urbanas diferenciadas. En esesentido ofrecen gran potencialidad de uso y convi-vencialidad los equipamientos cercanos a los lımiteso ubicados en aquellos de barrios y vecindarios (co-mo partes coherentes del Barrio-Ciudad), jugandoel papel de permeabilizadores de espacios fısicos ysociales contiguos.

Otros aspectos que deben contemplarse se refie-ren a la proyeccion espacial que deben de obtenerlos edificios publicos. La calidad del uso en un equi-pamiento viene dada tambien por la dignidad de suposicion en la trama urbana y la calidad del espaciopublico sobre el que se situa. La inadecuacion de losespacios existentes en torno a los edificios publicosdegrada y subvalora a los equipamientos que viertenhacia ellos, son por tanto necesarios disenos urba-nos de los espacios publicos en torno de los equipa-mientos, de forma que se produzca la recuperaciony creacion de espacios de calidad que dignifiquen losespacios publicos, creando zonas de estancia y en-cuentro, considerando este espacio como autenticovestıbulo representativo del equipamiento.

Desde esa necesidad y considerando tambien elefecto de nodos que obtienen los equipamientos des-de la perspectiva del Barrio-Ciudad, se precisa deuna cierta conectividad fısica de los mismos en laque deben prevalecer criterios de uso peatonal cui-dando las zonas estanciales, areas ajardinadas, pla-zas y calles comerciales que tienen un efecto visual yperceptivo de primera magnitud. Al respecto senalaBertrand (1981: 145–147) como «la calle es repre-sentada y memorizada segun el uso que se haga deella y la atencion que se le preste; en el momento quecambia el entorno, su valor y la percepcion del mis-

mo varıan simultaneamente. . . un camino sin puntode referencia ni de atraccion se considera siempremas largo de lo que es en realidad, a la vez queparece mas corto un tramo de calle comercial».

Finalmente, en el plano de la emergencia delas nuevas necesidades o exigencias derivadas de lacrisis ecologica de la urbanizacion cabe resenar lanecesidad de reorientar en unos casos e incorpo-rar en otros, nuevos equipamientos que introduz-can un desarrollo integrado acorde con las nuevasorientaciones de medio ambiente urbano que pre-tenden ser una respuesta a la crisis ecologica de laciudad. Se deben contemplar elementos de recupe-racion ambiental (rehabilitacion de edificios aban-donados, bordes degradados, regeneracion de ribe-ras y fachadas marıtimas, depuracion y reutiliza-cion de aguas residuales, etc.), reposicion del medioambiente (contenedores para la recogida selectivade basuras, reciclaje y reutilizacion), ampliacion delmedio ambiente (agricultura urbana y creacion deparques forestales abiertos que jueguen el papel deespacios de servicio urbano con actividades agrıco-las y ocio verde) y conocimiento sobre el medio am-biente (creacion de escuelas taller, granjas escuela,huertos de ocio, etc.).

Los equipamientos y la integracion social en el Barrio-Ciudad

La potencial atraccion del equipamiento quedadisminuida por la segregacion de las actividades,mas bien la complementacion armoniosa de ellaspuede multiplicar la intensidad de uso. Parece portanto contradictorio con el instinto de exito exigiblea las actuaciones publicas, la realizacion de equi-pamientos monofuncionales que parten de la solu-cion de una sola necesidad, produciendo un doloro-so efecto de espera-expulsion, durante el antes y eldespues de la atencion o uso, generando una dese-conomıa funcional en el no aprovechamiento de lassinergias que producirıa la suma de distintas activi-dades en un mismo soporte o la inclusion de estosen un espacio mas amplio.

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Ademas, no todos los grupos y sectores socia-les demandan los mismos servicios y ello resulta serun fenomeno que engorda cada vez mas, en concor-dancia con la creciente complejidad y fragmentacionsocial. La integracion desde la complejidad social, ybajo el arbitrio del sentido de la coexistencia, impli-ca la alteridad, es decir, el reconocimiento y el usocompartido de los espacios colectivos con otros sec-tores sociales que no son el propio de pertenencia.Los equipamientos deben ser como plantea Han-nerz (1986) «instituciones nodales en los que mu-chos mundos urbanos se encuentran». Se tratarıa,en definitiva, de crear espacios convivenciales uti-lizando la terminologıa de Ivan Illich (1978) ensu libro La convivencialidad, entendidos como espa-cios de consumo colectivo diversificado con caracterporoso en contraposicion a la impermeabilidad delfuncionamiento en los equipamientos tradicionales,que solo sirven para un uso y solo admiten un mo-delo de gestion que es ajeno al usuario.

Por otro lado, la existencia de nuevas situacio-nes demandan nuevos espacios y servicios, entre lossectores que amplıan su peso especıfico en nuestrasciudades se encuentran jovenes parados y paradosde larga duracion, es creciente el envejecimiento dela poblacion, la vejez en soledad, los hogares mono-parentales (fundamentalmente mujeres con cargasfamiliares), los jubilados anticipados fruto de la re-conversion industrial, los obreros no especializadoscon contrataciones temporales cuyo problema no estan solo el de recibir mayor asistencia social quepalie su situacion socioeconomica, sino tambien lanecesidad por parte de individuos sanos de interve-nir en su entorno proximo.

Ası, parece que por un lado persiste la necesi-dad de equipamientos de corte tradicional basadosen la filosofıa redistributiva y de los que todavıa sepueden encontrar importantes carencias. Hay quecubrir los deficits y dar solucion a tendencias socio-demograficas como la persistencia infanto-juvenil ocomo el creciente envejecimiento. El sentido tradi-cional de estos equipamientos hace referencia a lacobertura de los deficits reglamentados, pero no a laposibilidad de establecer nuevos contenidos integra-dos que den satisfaccion a las nuevas necesidades.

Es importante entender tambien al equipamien-to como restaurador social, partiendo de las condi-ciones y caracterısticas socio-economicas de los resi-dentes, de los sentimientos de vulnerabilidad socialpropios de la fragilidad real de determinados colec-tivos, cabe plantearse la presencia de equipamien-tos que generen mecanismos de integracion socialsatisfaciendo necesidades emergentes de colectivoscon ciertos grados de exclusion del sistema urbano.Son por su necesaria emergencia equipamientos muysingulares y flexibles que favorecen una integracionsocio-laboral, ocupacional, formativa, etc.

Los equipamientos y la vertebracion social en elBarrio-Ciudad

El equipamiento es uno de esos elementos fun-damentales que permiten al ciudadano estructurarsu conocimiento del entorno urbano y de apreciar-lo pero no solo por su presencia fısica, su ubica-cion adecuada, su diseno mas o menos singular o supolifuncionalidad atractiva, sino que ademas debepresentar unos valores anadidos que hagan de el al-go inestimable, un sımbolo reconocido que tiene unaimagen social capaz de influir en los sentimientos deidentificacion con un lugar y sus gentes. Ello se lograalcanzar cuando un espacio ademas de ser colectivose siente como propio, sus puertas estan abiertas yno es un recinto que muestre actitudes de exclusiono distancia, generando con ello reticencias y descon-fianzas en el animo de las personas. La clave debebuscarse en el doble papel que los equipamientosdeben cumplir: por un lado la eficacia en la funcionimplıcita, pero tambien la comunicacion transversaly multidireccional entre unos usuarios elevados a lacategorıa de sujetos activos de las actividades y delas iniciativas que desde allı se promuevan.

En este sentido los equipamientos como nudospotenciales de entramado de las redes sociales pue-den cristalizar en su entorno una dinamica de re-creacion permanente de relaciones sociales, soldan-do vınculos previos y creando otros nuevos. Esteefecto de restauracion emocional del equipamientounicamente puede realizarse desde las redes socia-les y solo se conseguira mediante la realizacion deproyectos que tengan en cuenta la otra mision quedeben cumplir: la participacion de los ciudadanosen el diseno y gestion de los proyectos haciendolossuyos. Solo desde esa base pueden conocerse en todasu dimension la emergencia de nuevos problemas ynuevas demandas, ası como canalizar las respuestasadecuadas. Por el contrario, una gestion realizadapor equipos ajenos a los ciudadanos, redes y areasen las que desarrollan su trabajo, esta produciendouna deseconomıa en la gestion de los recursos so-ciales. Los sujetos que asumen responsabilidades deorganizacion y de gestion de los servicios no solo ob-tienen la capacidad para reorientar sus necesidadesy demandas, sino que tambien aligeran la carga delgobierno local en particular y del sector publico engeneral.

En definitiva, no solo el diseno fısico, sino quetambien el diseno de los contenidos y los modelos deorganizacion deben permitir la entrada, el contacto,el encuentro, la estancia, el voluntariamente ser par-tıcipe o simple espectador; y el modelo de gestiondebe ser compartido y debe permitir la apropiacionde las entidades ciudadanas del espacio y de las ac-tividades como mediadores que pueden canalizar laparticipacion y garantizar la calidad y la intensi-dad de uso de los equipamientos por parte de losciudadanos.

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Lo comunitario como carta de presentacionde los equipamientos emergentes

Se pretende concretar y resenar aquı algunosrasgos definitorios de lo que podrıamos denominary definir como equipamientos emergentes y que fun-damentalmente en nuestro ambito de estudio se en-cuentran representados por las actividades de lasNuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana. Ya hemosvisto como por un lado es necesario procurar nue-vas respuestas a las nuevas condiciones emergentesen la estructura social, pero tambien aparecen nue-vas aspiraciones sociales, necesidades de corte mascultural y de corte mas radical, ambos sentidos pre-sentan pautas de confrontacion o al menos de dife-renciacion con respecto a la gestion exclusivamentepublica o con respecto a las recientes inclinaciones aestablecer una gestion meramente privada. Sobre elsolapamiento de ambos fenomenos, fragmentacionsocial y nuevas aspiraciones culturales, se sentarıanlas bases que podrıan alentar mecanismos para unaparticipacion real y directa en los aspectos de lagestion de los servicios y equipamientos.

Se trata, haciendo nuestras las propuestas delNuevo Plan General de Madrid, de mejorar la pro-ductividad de los servicios mediante la utilizacion demecanismos y formulas de cooperacion como conce-sion, gestiones delegadas a ONGs o Asociaciones deVecinos, sociedades de economıa mixta, que garan-ticen que, a partir de la capacidad de control dela administracion, el servicio se ofrezca en las me-jores condiciones posibles para su disfrute por to-da la poblacion (Nuevo Plan General de Ma-drid, 1995). En definitiva se trata de articular lapotencialidad y la capacidad de los usuarios paraautogestionar los servicios y equipamientos comoobjetivo estrategico para alcanzar mayor rentabi-lidad y mayor calidad. Precisamente ello nos llevafinalmente a considerar la necesidad de integrar ade-cuadamente los analisis y a incorporar metodos deevaluacion, y nuevos indicadores de gestion, de ma-nera que se pueda evaluar el rendimiento social enrelacion a las prestaciones y los recursos disponibles.

En sıntesis, desde los nuevos retos (nuevas ex-ternalidades sociales y ambientales) que debe deafrontar el Estado de Bienestar se deriva la nece-sidad de nuevos modelos en los servicios y en losequipamientos. Pero tambien desde ahı y desde lavertiente de las necesidades mas radicales aparecennuevas posibilidades que desde lo local den respues-ta a problematicas globales. Frente a los equipa-mientos clasicos (para la reproduccion, producciony la distribucion) que requieren de una unica fun-cion y unos instrumentos de gestion que resuelvenefectos primarios y se encuentran enajenados del su-jeto, son necesarios nuevos instrumentos capaces deafrontar los efectos secundarios (desvertebracion so-cial, simplicidad urbana, incomunicacion, distancia-miento de los ciudadanos y las instituciones, crisisambiental, crisis de empleo. . . ) desde una vertien-

te cualitativa. Se trata de rellenar espacios de acti-vidad social, recuperacion y ampliacion ambientalmediante herramientas que recreen los sentimien-tos de pertenencia y de identidad, que permitan laapropiacion de los espacios y la participacion en latoma de decisiones. En definitiva, completar la tri-logıa del concepto de la calidad de vida afrontandoproblemas sectoriales autoimplicados con y para elsujeto, en donde la sociabilidad, se inscriba comoun factor de primordial importancia, precisa de unanueva cultura de la intervencion publica.

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Conclusiones en forma de reto. Una nueva cultura de la intervencion publica 181

10 A modo de conclusion: una

nueva cultura de la intervencionpublica como reto

Hemos podido comprobar a lo largo de nues-tra exposicion la emergencia, ası como nuevas es-trategias del conocimiento194, ambas definen y sedefinen en la praxis (en nuestro caso en la praxisurbana)195. El surgimiento, en definitiva, de res-puestas/resistencias (re-existencias) que conllevanla potencia de una nueva cultura capaz de articularla aplicacion de valores universales a ambitos esca-lonados (de escala), que permitan/toleren el con-trol/conocimiento humano sobre los procesos so-ciales a traves de una praxis dirigida a implemen-tar/optimizar la Calidad de Vida. Hemos descubier-to tambien el caracter multidimensional y complejode la Calidad de Vida; como esta se construye atraves del cruce de dimensiones ecologicas, eticas,culturales, polıticas, economicas. . . Pero su optimi-zacion, o lo que es lo mismo, el desarrollo de sucomplejidad, solo es posible desde una escala huma-na (dimension fısica) y desde una articulacion de losdistintos ambitos que precisan de una nueva culturade la intervencion publica. Ello ha quedado recogi-do a traves de multiples argumentos recurrentes alo largo del texto, pero es hora de afrontar que elencuentro y la complementacion entre lo publico-Estado y entre lo publico-comunitario requiere, almenos, de un sentido articulador dirigido a esbo-zar esa nueva cultura como condicion necesaria quepermita la emergencia y por ende la sostenibilidad,la cooperacion y la gobernabilidad de nuestras ciu-dades, y mas particularmente de las periferias ur-banas.

10.1 La planificacion como estrategia,como movilizacion social

No estamos ante un problema. Estamos frentea una problematica. Los problemas tienen una so-lucion parcelaria, pueden ser abordados facilmentedesde una disciplina particular. La problematica esdiversa y compleja, en ella influyen multiples facto-res y por ello para afrontarla se precisa de un en-foque holıstico, integrador, buscando que las accio-nes humanas en sectores concretos, lejos de generarefectos negativos en otros sectores, favorezcan la ge-neracion de procesos para la transformacion social.Es decir, la intervencion disciplinaria en un deter-

194El dialogo entre el investigador y el sujeto/actor significauna nueva epistemologıa, una (auto)reflexividad que integrael sujeto/objeto con el objeto/sujeto.195En expresion de Henri Lefebvre (1980: 147) «la estra-

tegia del conocimiento no puede quedar aislada. Su meta es lapractica, o sea, en primer lugar, una continua confrontacioncon la experiencia y, en segundo lugar, la constitucion de unapractica global, coherente, la practica de la sociedad urbana(la practica de la apropiacion del tiempo y del espacio parael ser humano, modalidad superior de la libertad)».

minado sector debe estar impregnada de otras ex-presiones y experiencias disciplinarias, de tal formaque tenga la potencialidad y capacidad de ofrecer elapoyo en otros sectores y, a la misma vez, obtenerlode las intervenciones en los mismos.

Un problema social tratado aisladamente pareceprecisar de una re-solucion permanente para dejarde ser problema. Es decir, sera siempre dependien-te de los recursos necesarios, normalmente ajenos oexternos, para mantener su condicion de no ser pro-blema o ser problema atenuado. En ese caso seguirasiendo un problema latente de un sector, colectivoo territorio subsidiado. Es, en definitiva, mantenerel desequilibrio social, esquivando a duras penas laexplosion del desorden (Fernandez Duran, 1993).

Hay que ir a las causas y para ello hay que co-nocer y acometer la problematica en su globalidad.Una problematica social es un conjunto de proble-mas autoimplicados que como tales contienen la po-tencialidad conferida por el propio desequilibrio quelas define. Se puede optar por mantener el desequi-librio social atenuando los efectos de la marginacionsocial y las culturas de la pobreza, acometiendo pro-gramas especıficos de sobrevivencia o, por el contra-rio, se puede entender el desequilibrio social comoun punto de partida desde el que generar procesosde superacion que se apoyen en las propias fuerzas,en la restauracion de los recursos propios aun sin de-sarrollar y en aquellos mecanismos que tengan unaclara correspondencia con los desequilibrios globa-les. Es decir, se trata de detectar la potencia queuna poblacion puede desarrollar para sı y lo quepuede aportar para el conjunto social y espacial enel que se inserta.

Tradicionalmente, las polıticas de intervencionsocial, sobre todo entre aquellos sectores con sın-tomas de exclusion del sistema mercado, han sidoparceladas e inacabadas, incapaces de incorporar alos sectores que caen en situaciones de vulnerabi-lidad por la dinamica socio-economica del actualdespliegue del Sistema. La capacidad en recursosdel amplio arco institucional se ha traducido en in-tervenciones y programas separados entre sı, que sehan metido en cajones cerrados, impermeables, sinconectividad y por tanto con gran perdida de po-tencialidad sinergica y gran derroche de sus recur-sos. Como consecuencia de ello, nos encontramoshabitualmente con programas desprogramados, in-tervenciones sin llevarse a termino y expectativasfrustradas que suelen generar desconfianza y unafalta de credibilidad hacia las Instituciones y los in-termediarios sociales. A lo que ademas habrıa queanadir que todo esto favorece la implantacion deuna cultura de la subsidiacion196, que termina sien-

196Segun Vıctor Renes hay que superar determinadas cul-turas que hoy estan ahogando a las iniciativas sociales, y quede hecho sirven de escape a las administraciones publicas. Lacultura de la subvencion (que se usa como senuelo para noconsolidar una cultura del compromiso), la cultura del usua-rio (que supone una reafirmacion de las barreras de inacce-

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do asumida entre unos colectivos con necesidadesreales y que en definitiva viene a canalizar sus as-piraciones por unos derroteros muy alejados de ladignidad humana y mas alejados aun de los meca-nismos adecuados para la superacion de las situa-ciones de precarizacion social de partida.

La subsidiacion en exclusividad, sin ser acom-panada y/o complemento-soporte de otros mecanis-mos reales de desarrollo social, instala a los percep-tores en la dependencia mas absoluta, favorece acti-tudes clientelares y habitos de sumision, exaltandocon todo ello lo individual frente a lo colectivo, y locompetitivo frente a lo cooperativo.

Una nueva cultura de la intervencion publica enespacios y sectores especıficos, pero cada vez masamplios, precisa de otro tipo de planificacion, unaplanificacion de alcance estrategico197, una planifi-cacion como movilizacion social 198. Es decir, inter-venir en un proceso, que no en una accion (positiva)—por definicion, aislada—, con una persistencia enel seguimiento del mismo y con una vision de cor-to, medio y largo plazo. El corto plazo precisa derecursos organizativos, de gestion y presupuestossuficientes y evaluados para que en el largo plazolas iniciativas vertebradas de una comunidad conidentidad y calidad de vida, ganada a lo largo delproceso, tengan la capacidad y dignidad para auto-sostenerse sin necesidad de ser subsidiadas de formapermanente. La innovacion en la planificacion pre-cisa de un nuevo metodo capaz de articular el co-nocimiento y la praxis, «un metodo de intervencion—en expresion de Antonio Dıaz (1992: 28–32)—capaz de integrar la complejidad del proceso y desus actores (polıticos, tecnicos y ciudadanos) dejan-do abierto el campo de juego a dialecticas entre losmismos. . . Los nuevos dialogos ciberneticos han detranscender las disciplinas y areas (urbanismo, ser-vicios sociales, educacion, cultura. . . ) tendran queatravesar los niveles (polıtico, tecnico y ciudadano)y tambien poner en relacion la ciencia con el mundo(lo social con lo polıtico y lo cientıfico). Sera desde

sibilidad, frente a una cultura de la accesibilidad), la culturade la cuota (que impone una parcelacion de los espacios dedomino por intereses de grupos de presion frente a criteriosglobales) (Renes, 1993b).197Desde la perspectiva que aquı se adopta, la idea de pla-

nificacion consiste en una articulacion estrategica (con obje-tivos precisos, pero flexible en una redefinicion permanente)de todos los sectores y actores implicados en el desarrollo dela potencia, de la praxis.198De acuerdo con John Friedman (1991: 321) «la plani-

ficacion, definida como el vınculo entre conocimiento y ac-cion en el ambito publico, podrıa aplicarse a dos tipos deaccion, centradas, respectivamente, en la orientacion social yen la transformacion social. Ambas formas de planificacionson necesarias para el perfeccionamiento de la sociedad. . .la planificacion no tenıa que estar centralmente localizada,e, incluso, que la planificacion en el ambito publico podrıaoriginarse en cualquier parte, incluso en la sociedad civil. Laplanificacion, por tanto, no era, en principio exclusivamenteuna funcion del Estado. Y ası, la objecion basica de que lamovilizacion social no tiene nada que ver con la planifica-cion debe rechazarse; no comprende que los movimientos deoposicion son esencia para una sociedad saludable. . . ».

esta Nueva Cibernetica social donde se encuentrenlas lıneas de avance de la polıtica e intervencion so-cial».

Lo novedoso de la intervencion publica pasa porreconocer las potencialidades intrınsecas de un com-promiso colectivo donde no se puede separar un mo-delo de gestion de un modelo de desarrollo social. Lonovedoso es optar decididamente por una estrategiacon capacidad y flexibilidad para evaluar, corregire incorporar los nuevos elementos y las modificacio-nes necesarias en un continuo metodo de prueba yerror. Lo novedoso es hacer a la intervencion publi-ca menos publica (estatal-burocratica) y mas comu-nitaria, mas con/por los ciudadanos (como sujetos-activos) que para los usuarios (como objetos-sujetospasivos).

Se articulan una serie de principios basicos pa-ra afrontar las innovaciones necesarias que creen lascondiciones para el desarrollo de una «nueva culturade la intervencion publica». Una primera articula-cion se produce entre la aplicacion del Principio deSubsidiareidad (en este caso proximidad de la ges-tion publica) y el de participacion de los ciudadanosy cooperacion de las entidades sociales. Esto supo-ne la revalorizacion de la dimension local en dos as-pectos principales: como ambito para la aplicacionde polıticas integrales (medio ambiente, promocioneconomica, integracion social, etc.), y como marcopara la concertacion entre las distintas administra-ciones publicas (Agenda Habitat Espana, 1996).En resumen, y en otra acepcion de los principiosbasicos podemos establecer cuatro: principio de te-rritorializacion, principio de transversalidad, princi-pio de colaboracion con el Tercer Sector, principiode implicacion de los ciudadanos.

El respeto de la autonomıa local, que no autar-quıa, no es contrario a la participacion en los pro-cesos de planificacion local, a los planificadores ytecnicos externos a lo local. Se precisa, mas bien,de una planificacion y unos planificadores compro-metidos con lo local, lo social y el medio ambiente,con capacidad para asegurar el acceso de los ciuda-danos organizados localmente a los recursos fısicos,humanos, cientıficos y financieros que no puedan sermovilizados localmente. Con capacidad para hacercompatibles y complementarios los proyectos localesentre sı, y con las polıticas globales de la metropoli.

Puede decirse con toda propiedad que, ahora co-mo nunca, se aprecia la estrecha vinculacion entrefenomenos locales y problematicas globales, obser-vandose de este modo como se plasman en determi-nados espacios unas necesidades globales de recu-peracion ambiental a las que se suman necesidadeslocales de recuperacion socio-economica.

El objetivo de la superacion de unas condicio-nes desfavorables pasa por una desagregacion de lascausas y consecuencias, desde donde establecer undiseno de actuacion que atienda a los grupos socia-les, sus actividades y organizacion social, todo ello

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Conclusiones en forma de reto. Una nueva cultura de la intervencion publica 183

inserto en un umbral de complementacion de lasmedidas que rebase el estricto margen de la equi-paracion, incorporando la convivencialidad y socia-bilidad como soportes para una participacion en eldiseno, control y gestion, aval de toda intervencioncon vocacion de exito. No basta, en cualquier ca-so, combatir los sıntomas sino que se hace necesarioabordar las causas que los generan, ası como preverlos efectos derivados que provocan las actuacionesen el imaginario colectivo de las comunidades afec-tadas.

En definitiva, puede considerarse que una polı-tica de intervencion adquiere visos de integralidadcuando se cumplen, tal y como sugiere el Libro Ver-de del Medio Ambiente Urbano (CCE, 1990) unadoble integracion:

1. la integracion desde las polıticas sectoriales y

2. la integracion desde los procedimientos.

10.2 Una integracion desde las polıti-cas sectoriales

La planificacion estrategica debe redisenarse per-manentemente en funcion de un objetivo complejo,esto es, la satisfaccion de las necesidades humanas,que como se ha argumentado a lo largo de este tra-bajo, significa una perspectiva de multiples objeti-vos que para alcanzarse han de ir convenientementecombinados (lo uno y lo multiple van irremediable-mente acompanados). Los factores o variables queintervienen en la problematica estan estrechamen-te vinculados entre sı, de forma que lo que sucedaen uno de ellos repercute en el resto y en la glo-balidad. Ası, por ejemplo, toda accion economicaes, asimismo, una accion social y una accion am-biental, es decir, no puede concebirse al margen desus repercusiones sociales y ambientales. Esta pers-pectiva que llego a asumirse desde la planificacionurbana199, perdıa operatividad al ser mas determi-nantes para las ciudades y el territorio las decisionestomadas desde los criterios y objetivos de las polı-ticas sectoriales.

Se concibe ası la idea de accion-intervencion co-mo un proceso activo y no como una simple sumade actuaciones sectoriales puntuales y desconecta-das, desagregando de todos los modos posibles lasdistintas vıas de resolucion de los problemas secto-riales para posteriormente optar por aquellas quesupongan una complementacion, soporte y apoyosimultaneo a la resolucion de problemas en otrossectores.

199El propio objeto de intervencion de la planificacion urba-na le confiere la necesidad de concebir las funciones urbanasdesde una perspectiva integral, aunque, su escasa eficienciacomo instrumento, por ser sumamente dependiente de mul-tiples actores y factores, y la propia logica de la comparti-mentacion administrativa, haya restado toda operatividad ala misma.

Una planificacion estrategica representa, por tan-to, un substraerse deliberadamente de los efectosperversos derivados de la actuacion puntual, en unmarco asaeteado por una problematica global, y aaquel principio de causalidad que contrapone a lassoluciones una nueva problematica. Lo que nos situanecesariamente en la perspectiva de una busquedade areas de compromiso entre unos y otros secto-res, y una combinacion de instrumentos, con el finde alcanzar las mayores cotas de satisfaccion resi-dencial y calidad de vida. Un tratamiento integral eintegrado habra de actuar incardinando horizontal-mente distintos planos: el plano de lo economico, laordenacion del territorio, la recuperacion ambientaly el drenaje de polıticas de integracion sociocultu-ral, hasta lograr un punto de confluencia/equilibrioen el conjunto social.

Desde la perspectiva desarrollada aquı del con-cepto de calidad de vida, este viene a significar laimbricacion de una trilogıa de tematicas que solapa-das obtienen una potencialidad de crear ciudad enespacios excluidos: lo economico (creacion de em-pleo en un marco de desarrollo endogeno), lo ecolo-gico (recuperacion y ampliacion del medio ambien-te y adecuacion de espacios) y lo cultural (recrearuna identidad, sentimientos de pertenencia y con-ciencia de apropiacion en torno a un espacio, unosproyectos, otro modelo de desarrollo). Ahora bien,«la innovacion debe concretarse en la asuncion decompetencias y funciones a nivel local que permi-tan la aplicacion de polıticas integrales. No puedenabordarse eficazmente las problematicas de vivien-da, de pobreza, de medio ambiente, de educacion, depromocion economica, de cultura, etc. por medio depolıticas y organismos sectoriales. Esto nos planteala necesidad de definir nuevos bloques competen-ciales y nuevas formas de gestion de los gobiernoslocales» (Borja y Castells, 1997: 155), y tam-bien nuevas metodologıas orientadas a establecersistemas de indicadores y de parametros sinergicos(Zemelman, 1987) que sean capaces de informar ydirigir el sentido complejo de la sostenibilidad y dela calidad de vida200. Se trata, en definitiva, de re-cuperar una sociabilidad que vertebre socialmente,a la vez que genere una percepcion positiva del ba-rrio (de un barrio-ciudad) sobre sı mismo. Pero ellonos apunta a una integracion que va mas alla y queacompana a lo sectorial, tambien se ha de produciruna integracion en los procedimientos (observar aeste respecto el Cuadro 37).

200Al respecto Hugo Zemelman (1987: 26) plantea que «losconceptos-indicadores deben dar cuenta de tales relaciones yromper con las fronteras disciplinarias, ya que estas, al res-catar los procesos desde angulos particulares, recuperan larealidad de manera fragmentaria, pues no consideran la arti-culacion entre los mismos. Por ello, los conceptos-indicadoresdeben permitir la captacion de los puntos de articulacionentre las diferentes areas disciplinarias o tematicas, lo cualimplica construir observables que no coincidan con los deter-minados en cada area».

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184 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Cuadro 37: Ejemplo de integracion en los sectoresFuente: CEMIC. Intervencion para la vertebracion social en la Remodelacion del Barrio de las Mil Viviendas de

Alicante (1994). Nota: El cuadro tiene una lectura en sentido vertical, dando una direccion dominante al primer

sector sobre el cruce con el segundo. Plantean ası un umbral para la intervencion que definen propuestas

integradas de autoapoyo de diversos sectores. Ej. sector dominante Cultura cruzado con Desarrollo abre un area:

Cultura del Trabajo y define un Campo que solapa dos campos IDENTIDAD CULTURAL/ECONOMIA

SOCIAL.

Cruces Entorno Cultura Desarrollo Salud Educacion Tejido socialEntorno Medio

ambienteurbano

Apropiaciondel espacio

Desarrollosostenibleen base anecesidadeslocales

Salud am-biental

Espacioseducativospara usosflexibles

Espacios parausos comunesy asociativos

Cultura Espaciossimbolicosy apropia-dos

Identidadcultural

Desarrolloadaptadoa este-reotiposculturales

Mediadorespra la di-fusion dela salud

Educacionpara lainsercionsocial

La participa-cion como mo-delo para laidentidad

Desarrollo integracionurbana delos espaciospara eldesarrollo

Culturadel trabajo

Economıasocial

Saludlaboral

F. P. adap-tada

Desarrolo co-munitario

Salud Espacioscolectivospara lacalidad devida

Culturapara lasalud

Empleo decalidad

Calidadde vida

Educar pa-ra la salud

Redes para lasalud

Educacion Pedagogıaambiental

Cultura dela diferen-cia

Modelo dedesarrollopara la coo-peracion

Prevencionsanitaria

Educacionadaptada

La ciudadanıauna escuela deurbanidad

Tejido social Espacioscomunita-rios para laapropiaciondel espacio

Culturapara parti-cipar

Red de ini-ciativas deEconomıaSocial

Salud co-munitaria

Pedagogıapara lasocialidad

Vertebracionsocial

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Conclusiones en forma de reto. Una nueva cultura de la intervencion publica 185

10.3 Una polıtica integral en los pro-cedimientos

Es imprescindible un compromiso institucionalreal con voluntad de romper las fronteras imper-meables entre las distintas areas y departamentosadministrativos. Penetrarse de lo tangencial en cadainstitucion y romper la verticalidad de las adminis-traciones (Central, Autonomica y Local) para hacerconfluir voluntades y recursos en una red de Coo-peracion Social. Tal y como sugiere el Libro VerdeSobre el Medio Ambiente Urbano «La integraciontematica debe ir acompanada de una integracionde procedimiento: entre el proceso de decision po-lıtica, el analisis de los problemas y la evaluacionde las repercusiones, la planificacion, la financia-cion y la realizacion» (CCE, 1990: 32). Se requiere,en definitiva, de una implicacion de todos los agen-tes sociales y un diseno para el establecimiento delos vınculos y canales que lo permitan. La cuestionclave a debatir, tal y como plantea Antonio Este-van, en relacion con este planteamiento, es la de lastransformaciones que hay que introducir en los me-todos de intervencion institucional para que favorez-can este tipo de procesos, en lugar de obstaculizarlos(Estevan, 1995b). El papel de la administracion enuna dinamica de movilizacion social solo se puedeentender desde la emergencia de un Estado Relacio-nal, esto es, en la transformacion del Estado del Bie-nestar al Estado Relacional (Mendoza, 1995)201.«La administracion correspondiente a este modelo—en palabras de Antonio Dıaz (1997: 43)— habrade ser capaz de gestionar, orientar y liderar redesde organizaciones, tanto publicas, como privadas,en una nueva dinamica relacional. El modelo orga-nizativo complementario a los modelos burocraticoy gerencial sera el de la organizacion en red, unicacapaz de dar cuenta del complejo entramado de re-laciones que conforma la gestion publica, cualquieraque sea el nivel de la Administracion donde nos si-tuemos».

Ese nuevo paradigma relacional basado en lacooperacion requiere de iniciativa polıtica, de inno-vacion social y de consenso ciudadano, y se centrafundamentalmente en tres retos o planos condicio-nales: 1- el de la descentralizacion basada en la re-ciprocidad y reparto de competencias; 2- el de laconcertacion y coordinacion de los distintos nivelesinstitucionales implicados en las polıticas urbanasy de cohesion social; 3- el del encuentro entre elsistema institucional y las entidades ciudadanas delTercer Sector.

1. Los gobiernos locales, en su posicion privile-giada de proximidad al territorio, la poblaciony su problematica son los que mejor puedenidentificar y desarrollar estrategias y movili-zar recursos para mejorar las condiciones am-bientales globales y sociales de su territorio.

201Citado por Antonio Dıaz (1997).

Por ello, y como forma tambien de superarlos efectos negativos del modelo burocratico,la metropoli debe descentralizarse por barrioso unidades urbanas con rasgos de identidadque le permitan ganar eficacia y protagonis-mo tanto a nivel polıtico como administra-tivo. Lo que supone aumentar su capacidadpolıtica, tecnica, financiera y organizativa delas administraciones locales con el objetivo deque puedan desarrollar estrategias y liderarnuevos procesos asumiendo ası cuotas de com-promiso que tradicionalmente han estado re-servadas al Estado.

2. La reelaboracion de los criterios de compe-tencias en base a una adecuada descentrali-zacion y, por tanto, en base al Principio deSubsidiareidad, conlleva una nueva cultura dela coordinacion basada en la alteridad, o re-conocimiento del papel de las otras adminis-traciones y de los otros actores sociales, y dela potencialidad inherente a la coordinacionque se puede establecer en un nuevo marcorelacional. «El principio de concertacion —enpalabras de Jordi Borja y Manuel Cas-tells (1997: 156)— nos conduce a dar pri-macıa a las relaciones contractuales sobre lasjerarquicas en lo que se refiere a la articula-cion entre las administraciones publicas (Es-tado y gobiernos territoriales) y con los agen-tes privados. Se trata de desarrollar formulascomo los consorcios, los contratos-programa,las empresas-mixtas, etcetera».

Es necesario, por tanto, definir los objetivossobre los que articular la concertacion en basea una decidida coordinacion institucional ca-paz de unificar recursos humanos, materialesy presupuestarios, que superen los efectos per-versos y el tradicional despilfarro que suponela practica fragmentaria de las polıticas secto-riales, multiplicando ası la rentabilidad de losrecursos disponibles desde un primer momen-to.

3. Finalmente, junto a la descentralizacion y con-certacion es preciso una desburocratizacionhorizontal de las administraciones publicasque implique y que garantice el acceso de lasentidades sociales del Tercer Sector a la infor-macion, a la creacion, y a los nucleos de de-cision de las polıticas publicas, entre las quedebe primarse aquellas iniciativas polıticas di-rigidas a inducir la creacion y extension de lasiniciativas ciudadanas, y a estimular la parti-cipacion de los ciudadanos en una dinamicade corresponsabilidad202 frente a los asuntospublicos.

202«La co-responsabilidad —en expresion de Antonio

Dıaz (1997: 45)— significa estimular a los ciudadanos y alos colectivos a participar en la resolucion de los problemassociales, y asumir que el Estado no es autosuficiente, ni se

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186 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

Por tanto, tambien, es preciso coordinar aquellosesfuerzos del sector publico con estas potencialida-des del Tercer Sector, estableciendo mecanismos departicipacion y autoimplicacion que utilicen las pro-pias redes sociales de las periferias sociales y urba-nas para canalizar la informacion y adecuar las de-cisiones a las necesidades. Solo ası serıa posible unaadaptacion de las inversiones a los intereses y necesi-dades de los distintos agentes sociales, que desarro-llando sus propias posibilidades y generando meca-nismos sociales de autorresponsabilidad, supongana la vez un refuerzo de la cohesion social. Se trata,en resumidas cuentas, de apuntar un modelo orga-nizativo a medida de la estrategia, de sus fines yobjetivos, que reestablezca mediaciones y sea capazde construir redes con una potencialidad operativarelevante, y que independientemente de estas, pe-ro en interaccion, permita la extension de redes deiniciativas sociales.

En todo caso la integracion en los procedimien-tos implica nuevos modelos de gestion compartida(cogestion) que combinando flexibilidad, autonomıay eficacia, sean capaces de generar vınculos y com-promisos de los grupos animadores, de los tecnicosy profesionales, y de las instancias administrativas.

Las Agencias de Desarrollo Local como ins-trumento del Encuentro

La articulacion compleja que implica la comple-mentacion de los tres planos desarrollados (descen-tralizacion, concertacion y desburocratizacion queen sıntesis podemos significarla como un nuevo ti-po de dialogo que hemos venido denominando co-mo el encuentro) precisa de una aplicacion focali-zada y adaptada a territorios y poblaciones y a susproblematicas concretas. Esa complejidad diferen-ciada, basada fundamentalmente en la proximidada los problemas y recursos locales, conlleva un tipode concertacion a medida de esos contextos concre-tos, y precisa, por tanto, de unidades de gestionad hoc (Estevan, 1995b). Estos instrumentos degestion que han de surgir del consenso social y dela vinculacion de las tres principales perspectivasmediadoras: la polıtica, la tecnica y la ciudadana;y de los tres niveles administrativos (Estado, Co-munidades Autonomas, y Entes Locales) y que hansido anunciados por distintos autores, bajo distin-tas denominaciones203 representan un contrato dedesarrollo social urbano que permite articular en

debe arrogar la exclusividad de la busqueda del ‘‘interes ge-neral’’. A partir de un consenso sobre objetivos y responsabi-lidades concretas, los grupos intermedios, asociaciones y or-ganizaciones no lucrativas adquieren creciente protagonismo.Se abre paso a una nueva dinamica relacional que significa‘‘abandonar cierta desconfianza propia del Estado de Bienes-tar y sustituirla por una actitud de dialogo y cooperacion’’(Mendoza, 1995)».203Por ejemplo: Agencias de Servicios (Vazquez-

Barquero, 1984), Centros Gestores Autonomos (Borja yCastells, 1997), Agencias de Desarrollo (Kottak, 1985).

vertical y horizontal una gestion independiente delos intereses burocraticos, pero con capacidad paracomprometer y responsabilizar en la gestion a todoslos actores y sectores implicados en la consecucionde la Calidad de Vida.

Un ejemplo de modelo de integracion en los sec-tores y en los procedimientos en forma de Agenciade Desarrollo podrıa ser el representado por la Fi-gura 14

El recorrido realizado en este trabajo ha llevadoa descubrir el sentido de lo que se ha denominadocomo Nuevas Iniciativas de Gestion Ciudadana, quecomo fenomeno emergente representan una muestrade lo que simultaneamente se situa en el campo delo posible y de lo necesario. Es un reto y un buen in-dicio de la complejidad que apunta hacia multiplesarticulaciones.

El reto de estas multiples articulaciones, de to-das las dimensiones enunciadas, es el que tiene ca-pacidad de regulacion social que, en definitiva, serefiere al conjunto de instancias (institucionaliza-das o no) mediante las cuales, los distintos sujetossociales hacen efectiva su potencialidad de inspirarel sentido de la transformacion social (de la praxisurbana) en un proceso continuamente emergente, atraves del cual adquieren un protagonismo: el suje-to protagonico es el sujeto-en-proceso, unico sujetocapaz de garantizarse en toda su amplitud (comple-jidad) la Calidad de Vida.

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Conclusiones en forma de reto. Una nueva cultura de la intervencion publica 187

Figura 14: Modelo de integracion en los sectores y en los procedimientos en forma de Agenciade Desarrollo

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Anexos

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214 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

1. Observacion-participante

Hemos tenido oportunidad de participar en multiples actividades organizadas desde las Nuevas Inicia-tivas de Gestion Ciudadana, en ocasiones a propio requerimiento de las mismas. Seguidamente se ofreceuna relacion de las que consideramos mas importantes:

2 de febrero de 1997: IV Plantacion popular por la recuperacion de la Cuenca Baja del Manza-nares.

2 de marzo de 1997: Asamblea y Proceso de elecciones en la Asociacion de Vecinos Pueblo Unido.

11 de marzo de 1997: encierro en el Instituto de Ensenanza Media Tierno Galvan por la mejorade la ensenanza en el Sur-este de Madrid. Movimiento por la Calidad de la Educacion.

2 de abril de 1997: asamblea de vecinos del barrio de Perales del Rıo, referente a la problematicamedio-ambiental del Sur de Madrid.

9 de abril de 1997: asamblea para la constitucion de la Plataforma por la Defensa Socio-ambientaldel Sur de Madrid. En Perales del Rıo.

15 de abril de 1997: acto presentacion del Documento por La Dignidad del Sur en el barrio deVillaverde Alto.

12 de mayo de 1997: constitucion en asamblea de las entidades sociales de Villaverde y Usera delMovimiento por la Dignidad del Sur.

30 y 31 de mayo de 1997: Jornadas de debate sobre la realidad de Villaverde organizadas porla Asociacion Sociocultural. Iniciativas de San Cristobal. Ponente en la mesa sobre Desempleo ysectores mas desfavorecidos.

17 de junio de 1997: rueda de prensa de la Federacion Regional de Asociaciones de Vecinos sobreel problema de la droga y la marginacion en el Sur de Madrid.

12 y 13 de junio: primeras Jornadas de Reflexion y Debate en el Marco de Garantıa Social TalleresProfesionales.

20 de junio de 1997: reunion del movimiento ciudadano con el Presidente de la CAM en VillaverdeAlto.

2 de julio de 1997: presentacion en Villaverde de la Coordinadora Red de Empleo.

30 de septiembre de 1997: manifestacion por la dignidad del Sur. Distrito de Villaverde y Usera(10000-15000 manifestantes).

1 de octubre de 1997: presentacion del libro La incidencia del barrio en las drogodependencias:La experiencia de San Fermın. Elaborado por los educadores del Proyecto San Fermın.

2 de octubre de 1997: reunion del movimiento ciudadano con la Concejala-Presidente de la JuntaMunicipal de Villaverde con motivo de consensuar el plan de inversiones en el Distrito.

12 de noviembre de 1997: jornadas Por el empleo en el Sur organizadas por la CoordinadoraRed de Empleo y patrocinadas por la Union Europea (Fondo Social Europeo) y la Comunidad deMadrid (Consejerıa de Economıa y Empleo). Ponente en la mesa Diagnostico sobre la situacion delempleo en la zona sur de Madrid con el tema: Dimension y experiencias emergentes de EconomıaSocial en la periferia social de Madrid.

20 de noviembre de 1997: reunion amplia del movimiento ciudadano del Sur de Madrid en laFederacion Regional de Asociaciones de Vecinos sobre el Plan de Actuaciones e Inversiones de laCAM.

22 de diciembre de 1997: mesa de Trabajo del movimiento ciudadano con la empresa ArthurAndersen con motivo de la aplicacion de la Metodologıa Inter Act en el Estudio para el ReequilibrioSocioeconomico y Desarrollo del Empleo en los Distritos de Villaverde y Usera del Municipio deMadrid.

20 de enero de 1998: reunion de la Comision de Inversiones del Movimiento por la Dignidad delSur con el Consejero de Economıa de la CAM.

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Anexos 215

16 de febrero de 1998: asamblea de las entidades sociales componente del Movimiento por laDignidad del Sur.

23 de febrero de 1998: reunion de la Comision de Inversiones del Movimiento por la Dignidaddel Sur con la consejerıa de Economıa, con motivo del seguimiento de proyectos e inversiones de laCAM en el Sur de Madrid.

16 de abril de 1998: reunion amplia del movimiento ciudadano de Vallecas, Villaverde, Usera yPerales en San Fermın con motivo del Proyecto del Ayuntamiento sobre la Cuenca Baja del RıoManzanares.

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216 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

2. Documentos y monografıas aportados por las nuevas iniciativas

de gestion ciudadana

1995 Informe de GestionAsociacion Sociocultural Iniciativas

1997 «Iniciativas para el Futuro»,Jornadas de debate sobre la realidad de Villaverde, San Cristobal de los Angeles, Abril y Mayorde 1997 , Asociacion Sociocultural Iniciativas

Arquero, M.1995 Hacia un modelo de intervencion en marginacion juvenil

Asociacion Cultural la Kalle. Editorial Popular, Madrid

Asociacion Vecinal Madrid SurLa lunaBoletın informativo

CAM, Consejerıa de Integracion Social1995 Jornadas Internacionales sobre Empresas de Insercion

FEDEKASProyecto de Desarrollo Local del Casco Antiguo de Vallecas

Madrid SurestePeriodico de Vallecas-Moratalaz-Pueblo de Vallecas-Santa Eugenia

Madrid Zona SurRev. de Villaverde Alto editada por la Asociacion de Vecinos Pueblo Unido

Movimiento por la Calidad de la Educacion en el Sur y Este de Madrid: Alternativa al fracaso escolarJornadas de Debate celebradas en Vallecas el 26 de Abril de 1997

Movimiento por la Dignidad del Sur1997 Por la Dignidad del Sur

Onda Merlın1997 Belle Epoque

revista cultural de Onda Merlın

Plataforma de Colectivos y Asociaciones Vecinales de la zona sur de Madrid(Villaverde-Usera)1992 Plataforma reivindicativa

Red de Empleo: Informacion local del Sur de MadridEditado por la Coordinadora Red de Empleo

Talleres de Garantıa Social1997 Dossier, Primeras Jornadas de Reflexion y Debate en el Marco de Garantıa social TalleresProfesionales

Triangulo del Agua1997 Solidaridad, Justicia y Derechos Sociales para el Triangulo del Agua

Documento Base. Triangulo del Agua

Tomillo1996 Boletın Tomillo Informativo

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Anexos 217

Tomillo1994, 1995, 1996 Memorias de Actividades

Vallecas Todo Cultura: Dossier y Proyectos para Vallecas

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218 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

3. Ficha-Cuestionario Sobre Nuevas Iniciativas De Gestion Ciu-

dadana En La Periferia Sur De Madrid

Soy un sociologo e investigador de la universidad Carlos III que en la actualidad realiza su tesisdoctoral con el tıtulo: Identidad, medio ambiente y desarrollo en espacios urbanos perifericos: un en-foque integrador. En gran medida el objeto de la investigacion se centra en iniciativas ciudadanas queconsideramos de nuevo tipo.

Partimos de la idea de que en la ultima decada han surgido iniciativas ciudadanas y comunitariasde nuevo tipo en el escenario urbano periferico que combinan multiples funciones encaminadas a la sa-tisfaccion de las necesidades humanas. Inscritas en el ambito local son, sin embargo, experiencias querecogen las nuevas perspectivas de la problematica global (pensar global actuar local) y apuntan unmodelo social alternativo que pone en relacion aspectos de ındole cultural (identidad, apropiacion, par-ticipacion...), ambiental (medio ambiente urbano, reciclaje, ampliacion verde...) y economico (desarrolloendogeno, economıa social, economıa de insercion).

Pretendemos, en primer lugar de detectar y contactar con esas iniciativas, para posteriormente realizarun analisis de su capacidad interactiva respecto de la complejidad implıcita en la consecucion de la calidadde vida. Nos interesa especialmente su capacidad de insertarse en ambitos de barrio, de recrear el entorno,su capacidad para la integracion economica de los sectores vulnerables y su capacidad para recrear lasocialidad y redes sociales abiertas.

Ese es precisamente el motivo de haber tomado contacto con vuestra iniciativa, y dado el valor quela realizacion de la presente ficha- cuestionario puede tener para el buen fin de nuestra investigacion. Entodo caso, dada la naturaleza de compromiso de la investigacion con los propios movimientos socialeses necesario resenar como los resultados de la investigacion, que tambien pueden ser de interes para lasentidades sociales, quedaran a disposicion de las propias iniciativas implicadas en este proceso.

Julio Alguacil GomezUniversidad Carlos III. C/Madrid, 126.Departamento de Humanidades, Ciencia Polıtica y Sociologıa.28903-GetafeTfnos: 7965938 y 6249661Fax: 6249574

A. Datos de clasificacion

(1) Denominacion de la iniciativa y de los proyectos (actuaciones, empresas, etc.):

Organismo o asociacion:Direccion postal:Barrio:Tfno y fax:Fecha de inicio de la iniciativa:

(2) Descripcion (delimitacion) del ambito territorial que abarca la iniciativa:

(3) Grupos o sectores sociales a quien va dirigida el desarrollo de la iniciativa:

(4) Grupos, asociaciones o colectivos que de una u otra forma se consideran participes de la iniciativao de los diversos proyectos:

B. Descripcion de la iniciativa/proceso

(5) Objetivos y fines que se pretenden alcanzar.

(6) Estrategia adoptada para el desarrollo de la iniciativa.

(7) Metodos de trabajo adoptado.

(8) Modelo de gestion (Estructura de la iniciativa, organigrama, financiacion).

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Anexos 219

(9) Descripcion de las dificultades para el desarrollo de la iniciativa y de los proyectos (Elementosadversos).

(10) Descripcion de los aspectos favorables (Elementos y puntos de apoyo para el desarrollo de lainiciativa y de los proyectos).

(11) Objetivos parciales o totales alcanzados. Transformaciones de las condiciones de partida.

(12) Grado de ejecucion de la iniciativa y de las actuaciones segun la escala: 0 (No iniciado poradversidades), 1 (no iniciado esperando condiciones adecuadas), 2 (en sus inicios), 3 (abandonadoo paralizado por adversidades), 4 (en proceso de ejecucion), 5 (ejecutado).

Iniciativa o conjunto de proyectos 0 1 2 3 4 5Iniciativa - - - - - -Actuacion 1 - - - - - -Actuacion 2 - - - - - -Actuacion 3 - - - - - -Actuacion 4 - - - - - -Actuacion 5 - - - - - -Actuacion 6 - - - - - -

(13) Valoracion de lo que han significado o significan los siguientes aspectos para el desarrollo dela iniciativa y de las actuaciones. Escala de 1 a 5 (1, muy adverso; 2, adverso; 3, equilibrado; 4,favorable; 5, muy favorable):

Aspectos Iniciativa Actuacion (1). . . Actuacion (n)Cohesion interna - - -Sensibilizacion, implicacion de los ciudadanos - - -Capacidad organizativa, recursos humanos, formacion - - -Relaciones y apoyo de redes externas (profesionales, co-municacion, asociaciones)

- - -

Recursos materiales - - -Recursos financieros - - -Capacidad de analisis y evaluacion - - -Reconocimiento, apoyos y compromisos institucionales - - -

C. Capacidad y condiciones de una integracion en los procedimientos

(14) Descripcion de los vınculos o relaciones y participacion en redes de asociaciones o iniciativas,plataformas, ONGs. . .

(15) Descripcion de los vınculos y relaciones con instituciones del ambito del sector privado olucrativo, empresas. . .

(16) Descripcion de los vınculos y relaciones con administraciones e instituciones publicas (Ayun-tamiento, Comunidad, INEM, Universidad. . . )

(17) Vınculos y relaciones con profesionales segun la escala: 0 (Sin relacion), 1 (Asalariado de lainiciativa), 2 (Miembro activo), 3 (Colaborador habitual), 4 (Colaborador temporal), 5 (Colaboradoresporadico). Indicar el numero de relaciones en la casilla correspondiente.

Profesionales 0 1 2 3 4 5Abogados - - - - - -Artistas y artesanos - - - - - -Educadores, animadores, monitores - - - - - -Ensenantes y profesores - - - - - -Informaticos - - - - - -Medicos - - - - - -Periodistas - - - - - -Psicologos - - - - - -Relaciones laborales - - - - - -Sociologos - - - - - -Trabajadores sociales - - - - - -Urbanistas y/o ambientalistas - - - - - -

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220 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

(18) Nivel de vinculacion o relacion con las siguientes iniciativas o asociaciones segun la siguienteescala: 0 (se desconoce), 1 (se tiene alguna referencia), 2 (Se tienen contactos esporadicos), 3 (Co-partıcipes en alguna coordinadora, plataforma o federacion), 4 (Copartıcipes en la misma red deautoapoyo), 5 (Es la iniciativa o somos precursores de la misma), 6 (Otras situaciones ¿Cuales?)

Iniciativas o asociaciones 0 1 2 3 4 5 6Coordinadora Red de Empleo - - - - - - -Fedekas - - - - - - -Tele K - - - - - - -Radio Vallekas - - - - - - -Vallecas Todo Cultura - - - - - - -Cooperativas de Jovenes de Alquiler (La Forja) - - - - - - -Tomillo - - - - - - -Semilla - - - - - - -Asociacion/Proyecto San Fermın - - - - - - -Asociacion/Proyecto Cornisa de Orcasitas - - - - - - -Movimiento por la Calidad de la Educacion en el Sur - - - - - - -Iniciativas San Cristobal de los Angeles - - - - - - -Onda Merlın - - - - - - -Movimiento por la dignidad del sur - - - - - - -Alucinos - - - - - - -Bolsa de empleo Fontarron - - - - - - -Centro Cıvico Palomeras Bajas - - - - - - -Plataforma por la recuperacion del Manzanares - - - - - - -El trueque (cooperativa de intercambio de bienes) - - - - - - -Reto a la Esperanza - - - - - - -Bolsa de empleo Zofio - - - - - - -La Kalle - - - - - - -La Calle - - - - - - -Fundacion Iniciativas Sur - - - - - - -Equipo de Atencion Primaria Vicente Soldevilla - - - - - - -Consejo de Barrio de Villaverde - - - - - - -Consejo de Barrio de Perales - - - - - - -Meseta de Orcasitas - - - - - - -Ateneo Libertario de Villaverde - - - - - - -Asociacion Juvenil de Animacion - - - - - - -ECOE - - - - - - -

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D. Capacidad y condiciones de una integracion en los sectores

(19) La iniciativa y actuaciones tienen una clara incidencia positiva sobre un sector o area de la ca-lidad de vida, pero tambien simultaneamente pueden afectar a otros sectores, ya sea estimulandolesy reforzandoles, ya sea debilitandoles. en este sentido que incidencia puede tener el desarrollo devuestra iniciativa o actuaciones sobre los siguientes sectores (0, es el objetivo principal; 1, afecta ne-gativamente; 2, no afecta en nada; 3, lo refuerza muy indirectamente; 4, lo refuerza indirectamente;5, lo refuerza directamente):

Sectores Iniciativa Actuacion (1). . . Actuacion (n)Calidad ambiental - - -Reutilizacion, reciclaje. . . - - -Eficiencia energetica (ahorro o uso de energıas pasivas) - - -Accesibilidad peatonal o en bici entre elementos urbanos - - -Transporte publico - - -Transporte en vehıculo privado - - -Educacion/Formacion - - -Salud - - -Vivienda - - -Comunicacion horizontal. Informacion - - -Empleo - - -Integracion y promocion social - - -Identidad y cultura - - -Democracia participativa - - -

(20) Por ultimo, y pensando en estimaciones aproximadas, cuantas personas se han beneficiado deuna u otra forma, participan, o se han visto afectados positivamente con la iniciativa o actuaciones.

Sectores Numero de personasfavorecidas

Miembros activos de la iniciativa -Asalariados de la iniciativa -Socios de las asociaciones que sostienen la iniciativa y proyectos -Han obtenido un empleo remunerado -Han recibido informacion directa -Reciben informacion por nuestros propios medios de comunicacion (Tv,radio, revistas. . . )

-

Han recibido formacion|Han recibido servicios culturales o recreativos -Se han beneficiado de recursos materiales|(vivienda, mobiliario. . . ) -Han participado de actos reivindicativos -

(21) Otras observaciones, matizaciones o sugerencias

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Anexos 223

4. Relacion de iniciativas

1. Bolsa de Empleo Zofıo (Zofıo).

2. Cornisa Verde (Cornisa de Orcasitas).

3. Asociacion Juvenil de Animacion (P. D. de Orcasitas).

4. Coordinadora Red de Empleo (P. D. de Orcasitas. Distritos del Sureste).

5. Radio ELO (Meseta de Orcasitas).

6. Fundacion Iniciativas Sur (Meseta de Orcasitas).

7. Asociacion Colectivo La Calle (Meseta de Orcasitas-Pozo del Tıo Raimundo).

8. Movimiento por la Calidad de la Educacion en el Sur y Este de Madrid (Meseta de Orcasitas).

9. Asociacion Proyecto San Fermın (San Fermın).

10. Plataforma por la Recuperacion de la Cuenca Baja del Manzanares (Distrito Villaverde-Usera).

11. Colectivo Alucinos (San Fermın).

12. Cooperativa de viviendas Jovenes en Alquiler (Orcasur).

13. Fundacion Tomillo (Orcasur).

14. Asociacion Semilla para la Integracion Social del Joven (Villaverde Alto).

15. Movimiento por la Dignidad del Sur (Villaverde Alto. Distritos Villaverde-Usera).

16. Consejo de Barrio de Villaverde (Villaverde Alto).

17. Cooperativa Jovenes de Villaverde Pueblo Unido (Villaverde Alto).

18. Onda Sur (Villaverde Alto).

19. Edificio de la CNT/ Ateneo Libertario de Villaverde (Villaverde Alto).

20. Grupo Labor (Villaverde Alto).

21. Asociacion cultural Nuevo Encuentro (Villaverde Bajo).

22. Onda Merlın (Villaverde Bajo).

23. Asociacion Socio Cultural Iniciativas (San Cristobal).

24. Proyecto Cultura y Solidaridad (San Cristobal).

25. Consejo de Barrio de Perales del Rıo (Perales del Rıo).

26. Federacion para el Desarrollo Local de Vallecas (FEDEKAS) (Pte de Vallecas).

27. TELE-K (Pte de Vallecas).

28. Equipo de atencion primaria Vicente Soldevilla (San Diego).

29. sociacion de Vecinos del Fontarron (Fontarron).

30. Asociacion de Vecinos Nuevas Palomeras (Nuevas Palomeras).

31. Vallecas Todo Cultura (Nuevas Palomeras- Distritos de Vallecas).

32. Asociacion Barro (Palomeras Bajas-Distrito de Vallecas).

33. Colectivo de Educacion Permanente de Adultos (CEPA) (Palomeras Bajas- Distrito de Vallecas).

34. Asociacion de Vecinos los Pinos de San Agustın (Palomeras Bajas).

35. Madres Unidas Contra la Droga (Palomeras Bajas).

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224 Calidad de Vida y Praxis Urbana. Julio Alguacil Gomez

36. Centro Cultural Popular Pablo Neruda (Palomeras Bajas).

37. Plataforma de Asociaciones por el Centro Cıvico de Palomeras Bajas (Palomeras Bajas).

38. Asociacion Cultural La Kalle (Madrid Sur).

39. Equipo de Comunicacion Educativa (ECOE) (Madrid Sur).

40. Coordinadora Infantil y Juvenil de Tiempo Libre de Vallecas (Distrito Vallecas).

41. Torre San Jose (Madrid Sur).

42. Radio Vallekas (Madrid Sur).

43. Plataforma Para un Plan de Actuacion en el Triangulo del Agua (Distrito Vallecas).

44. Grupo Entrevıas Coordinadora de Barrios (Entrevıas-Pozo).

45. Asociacion Traperos de Emaus (Vallecas).

46. Ciudad Joven (Entrevıas-Pozo).

47. Plataforma Garantıa Social. Talleres Profesionales de Madrid (Zona Sur).

Edicion del 25–5–2006