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El problema de la realidad social Alfred Schutz Mauric<; Natanson, compilador Alllorrortu editores Buenos Aires

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El problema de larealidad social

Alfred SchutzMauric<; Natanson, compilador

Alllorrortu editoresBuenos Aires

IntroducciónMaurice Natanson

Según Bergson, un verdadero fil6~ofo no dice sino una cosa duranteteda su. vida, pu~to que ti~ne un solo punto de contacto con larealidad. En su significado c:xacto, esto implica que por grande quesea la variaci6n y riqueza de una mente filos6fica, por amplios quesean sus intereses e 'investigacione~, logra en definitiva una sola pero

~~b~~6ra ~~~t~fr:n:~odio lde~t~:~a~~~~~ I~o~a:!~~:~~~l~~~i~:atribuye al fil6sofo. En este sentido, se podrfa decir que la filosofíade Alfred Schutz articula una sola intuición: el descubrimiento, ensu cabal profundidad, de las presuposiciones, estructura y significaci6n

;~s:~~dru~~f;a~n¿~~01~;:~"~~~oI6:f~:~~~a ::dÁ~~daP~~~:ciaci6n de estas disciplinas; aunque sus estudios y escritos abarcaronuna gama verdaderamente notable de problemas en todos estos do­minios, y aunque había llegado a captar en forma muy profunda laliteratura y las artes (en especial la música), el/il conduct~r desu vida intelectual fue su preocupaci6n por la estructura provista desentido del mundo de la vida cotidiana, el mundo del ejecutar diarioen que nace cada uno de nosotros, dentro de cuyos límites se des·cmruelve nuestra existencia, y que solo trascendemos completamenteal morir. Ver este mund~ en su enorme complejidad, delinear y ex­plorar sus rasgos esenciales y rastrear sus múltiples relaciones fueronlos diversos aspectos de su tarea central: concretar 'una filosoHa de larealidad mundana o --dicho en lenguaje más formal- una fenome­nología de la actitud natural. La comprensi6n de la realidad eminentede la vida de sentido común es la clave que permite entender laobra de Alfred Schutz. ,Aunque un individuo responda a otras adhesiones, es, ante todo, unciudadano de la república de la vida cotidiana. Cada uno de nos­otros integra un mundo en curso de asuntos cotidianos cuyo 6eresencial se presupone en su mayor parte. Si bien.en puestros diversosroles tenemos preocupaciones e intereses especiales, arraigamos demodo permanente en una gama primordial de experiencia ,de la cualsurgen estas preocupaciones e intereses, y a la cual permanecen vincu­lados. El mundo cotidiano del vivir y ejecutar es 'la presuposiciónque nuelea todos los demás estratos: de la realidad humana, y fueeste ámbito de la realidad social el que Schutz tom6 como punto departida para el análisis. La característica central y más sutil del mundopresupuesto cotidiano es la de ser' presupuesto.' Como hombres de

sentido común que vivimos en el mundo cotidiano, damos tácita­mente por sentado que, desde luego, existe este mundo que todoscompartimos comó d dominio público dentro del cual nos comuni·camos, trabajamos y vivimos nuestra vida. Además, presumimos na·turalmente que este mundo tiene una historia, un pasado; que tieneun futuro, y que el tosco presente en el cunl nos encantr.llnOS nos esdado epistemológicamente a todos Jos hombres normales casi deigual manera. Dicho en los términos más sencillos: todos nacemosen el mismo mundo, crecemos orientados por nuestros padres yotros adultos, aprendemos un idioma, entramos en contacto conolros, recibimos una educaci6n, ingresamos en cierta etapa del oficiode vivir, y recorremos el catálogo infinitamente detallado de la acti­vidad humana: jugamos, amamos, creamos, sufrimos y morimos: Peroa través de todos los elementos y formas rutinarios de la existenCia,nos limitamos a tomar como premisa, a presuponer, ~ dar por sen­tado, que el mundo cotidiano en el cual tienen lugar todas estasactividades está allí; solamente en ocasiones especi"ales, quizá, se nosplantean serias dudas en cuanto a la veracidad o si~nificaci6n filosó­fica de nuestro mundo cotidiano. De tal modo, el fundamento esen­cial de la existencia mundana no es advertido por los hombres desentido común, cuya vida, sin embargo, está estructurada por lamatriz de la vida cotidiana y erigida sobre ell:l. Es privilegio "delfilósofo hacer de lo presupuesto el objeto de su inspecci6n crhica; así,en efecto, procedió Schutz, quien abordó el problema de obtener un~fundamentacióo. racional de la vida cotidiana mediante un examende sus múltiples tipificaciolles. Lo que sigue es un esbozo de losn~sultados de su análisis.

II

1. El IUl/lldo del selltiJo comlíll

«Mundo del sentido común», «mundo de la vida diaria», «mundo ca-" tidiano», son diversas expresiónes que indican el mundo intersubjetÍvo

experimentado por el hombre dentro de lo que Husserl denominala «actitud natural». Creemos que este mundo exisd:l yo :lntes den:lcer nosotros, que tiene su historia y que nos es dado de maneraorganizada. Es primordialmente la escena de nuestras acciones y ellocusde resistencia a la acción; no solo actuamos dentro del mundo,SlIio sobre él. Y nuestro propósito inicial no es tanto interpretarlo ocomprenderlo sino efectuar cambios dentro de él; intentamos domi­nar antes de procurar comprender. En consecuencia, el mundo delsentido común es la escena de la acción social; "en él los hombresentran en mutU:l relación y tratan de entenderse unos con otros, asícomo consigo mismoS. Sin embargo, lo típico es que todo esto se .

~i':~~p~~g~~I~o R%~rt~~a~if~ae;~ll~ad::s f~~~~f~~:e d;o~a eii~~n~fJ~común. En lugar de ello, el sentido común ve el mundo, actúa eny lo interpreta por medio de esta; tipificaciones implícitas. Ha}' un

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mundo social, existen los semejantes, podemos comunicarnos imcligiblemente con otros, hay prj·ncipios muy vastos y generales que sorvalederos para la vida cotidiana; estos hechos primordiales se entretejen en la textura de la actitud natural, y su explicación depende d<un examen detallado de las condiciones o priori de la posibilidad demundo del sentido común.

a. Sittloci6n biográfica

Aunque la realidad del sentido común conforma la matriz de tod~

ac<;i<?n social, cada individuo se sitúa en la vida de una manenespeCífica, a la luz de lo que Schutz denominó su «situación biográfica». Nacer en el mundo significa, ante todo; nacer de progenitorelque nos son exclusivos, ser criado 'Por adultos que const.ituyen lo!elementos conductores de nuestro fragmento de experiencia. Y comc-en las palabras de SChtltz-- los seres humanos son concebidos pOI

madres y no elaborados en retortas, el período formativo de cadavida transcurre de una manera única. Cada persona, además, siguedurante toda su vida interpretando lo que encuentra en el mundo

:~~?r~c~~n~~~s~:~~~~i~o~U~et;r~is~;a:e;d~~Í~;¡~~::D~t~:ls:n~d~~o~realidad del sentido común nos es dada en formas culturales e his­tóricas de validez universal, pero el modo en que estas formas seexpresan en una vida individual depende de la 'totalidad de la ex­periencia que una persona construye en el curso de su existenciaconcreta. Entre las condiciones que, según compruebo. delimitan mivida, llego a identificar dos tipos de elementos: los que controloo puedo llegar a controlar. y los que están fuera o más allá de miposibilidad de control. Actuando en el mundo, procuro cambiarloy' alterarlo, .modificar el escenario de mis actividades: Mi situaciónbiográfica define mi modo de ubicar el escenario de la acción. inter­pretar sus posibilidades y enfrentar sus desafíos. Incluso en h1 de­terminación de lo que el individuo puede o no modificar influye susituación exclusiva. La experiencia fundamentada de una vida -loque un fenomenólogo llamaría la estructura «sedimentada» de laeyperiencia del individuo- condiciona la subsiguiente interpretaciónde 'todo nuevo suceso y actividad.' «El» mundo es transpuesto a«mi» mundo. de acuerdo con los elementos significativos de mi si­tuación biográfica. El individuo, como actor en el mundo social.define. pues, la realidad que encuentra. Como dice Schutz: «Lasituación actual del actor tiene su historia; es la sedimentación detodas sus experiencias subjetivas previas, que no son experimenta­das por el actor como anónimas. sino como exclusiva y subjetivamentedadas a él y solo a éh>.

b. Acervo de conocimiento a mallo

La situación biogrMica se caracteriza fundamentalmente por el hechode que el individuo dispone, en cualquier momento de su vida, de

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lo que Schutz denomina un «acervo de conocimiento a inano» (stocko{ knowledge at hand), integrado poI tipificadonesdel mundo delsentido común. Cada uno de nosollos acepta este mundo, no solocomo existente, 6inO como existente antes de nuestro nacimiento;no solo como habitado por semejantes, sino como interpretado porellos de manerai típica~; no solo como poseedor de un futuro, sinocomo poseedor de un futuro que, en el mejor de los casos, solo estáparcialmente determinado. Sabemos, ademlis, que nuestro mundoincluye tanto seres animados como objetos inertes, seres y objetos

d~eu~eh~~i~~r:deefa~iliarid~d~Ope~!~ii~~etffa1~c~en~1:11~~~enseñe que 10 común es común, que lo familiar es familiar; la textura

~:~s1bl:';~~e~d~d:~~~~~:~a~~~~ls~&~~s«~~~~l~d&~)~a~~~t_ficadones es endémica en la vida del sentido común. Desde la infanci...

i~:~di~~~~ :~~~éc=~~~~a uc~m~:e~d:;:ti:~ :e~~ec~~~~of~aspectos de su experiencia. Los miles de situaciones problemática~

concretas que se plantean en el curso de los asuntos cotidianos, yque e5 necesario encarar de alguna manera, son percibidas, e inclusoinicialmente formuladas, en términos del acervo de conocimiento queel individuo tiene a mano. El caudal de su experiencia úpicamenteaprehendida e interpretada sirve de base a su acci6n subsiguiente.Está clare que, para determinados problemas, el acervo de conoci­miento de una persona es más que ~ufjciente>y que frente a otrassituaciones tiene que "improvisar y extrapolar, pero aun la improvi.saci6n tiene lugar 6egún lineamIentos típicamente posibles y estlilimitada a las posibilidades imaginativas del ,sujeto. Estas posibili­dades se basan, a su vez, en el acervo de conocimiento a mano. Porúltimo,'las tipificaciones que abarcan el acervo de conocimiento sur·gen de una estructura 60cial. Aquí, como en todas partes, el conoci·miento tiene origen sodal, está socialmente distribuido e informado.No obstante, su expresión individualizada depende de la situaci6nexclusiva que ocupa el individuo en el mundo social.

c. Coordenadas de la matriz social

La descripción de una zona geográfica hecha por un cart6grafo. seríamuy distinta de "mi conciencia o recuerdo personal de esa mismaregi6n. Las coordenadas que aquel debe utilizar para' delinear elterreno son objetivamente necesarias para su tarea profesional, pero,sin duda alguna, distan mucho de mis preocupaciones. En primerlugar, el cart6grafo traza su mapa en términos de "un sistema wliver·s::L-üente reconocido de longitudes y latitudes; es preciso "que suposici6n geográfica en el momento de -trazar el mapa carezca de impor­tancia. De modo similar, la posici6n que ocupa el lector del mapacarece de importancia para comprender lo que él incluye, aunquepueda serlo para otros fines. Pero cuando observo determinado pai­saje, el factor 'Primordial' es precisamente mi posici6n espa:cial ytemporal. Los elementos' de la escena se hallan t1nte mí, los .aspectos

que considero marginales lo son con respecto a lo' que eonsi, ,:,lQ

central; y mi conocimiento del ambiente depende de mi ubic,";"física en el mundo. Adelante y atrás, 'alIado, cerca y lejos, f'! r'

y debajo, aqul y allá: todo esto se hace inteligible merced II 1.J.J

ci6n en el mundo. Por otra parte, las perspectivas tem¡."m,l<, \(

=~b;: ~in~b?~~í6~n~~s:;~J.uX~t:ckt~~ ndetl~s P~~~:d~~:d:t'matcrnohica y la ciencia natural, existen las coordenadaS de la ~'";'e·

riencía personal inmediata, y estas coordenadas personales tieneL im­portancia fundamental para la realidad del sentido común. Afjr;'l"Sobutz que «el lugar que mi cuerpo ocupa dentro del mundo, mi ':".j..!iactual, es el punto de partida desde el cual me oriento en ~l espado.

~r~i':h~~~:f,~~~g:::l ~~ ~t~e:g~~ed~~j:~al~~s~r~;.:" .,.temporales según las cuales organizo los sucesos dentro del mun<~',Decir, como lo hicilllOS, que en la experiencia de sentido com.Q'.".mundo se transE9ne en «mi» mundo significada aqi.ilqiieeI espadoy tiempo uníformaac)s-ae-IaCiencia natural no son la base de ,tipificaciones de ubicaci6n espacial y temporal utilizadas por 1,... .. ~

bres en la vida diaria. En verdad, sucede lo contrario: el ba:;n,

;~~%TI$~~~-~i;rib¡éA~~;~~t:~ cii~o;~~~~ ~~it6 ,:efei~~~~~~~tti;biógclficá y el acervo de conocimiento a mano, la definic.i(mundo del individuo surge de su subjetividad, sedimentada y,':.,turada de manera exclusiva.·Pero la cuesti6n no termina aquí, "dirla el doctor Schuu.~ue el individuo define su mundo ,

~~aP~~~da~~~~~iilijeti~a~~(tD::~ :k~~~~~~~~~t~a:~1'~~~,:'nacénios-es, desde el primer momento, un mundo intersubjetivcm, Enel problema filos6fico de la intersubjetividad se halla la clave de larealidad social.

2. ll1lersubjetiviáad

La vida dia~ia se caracteriza por d hecho de que el interrogante filo­sófico de c6mo es posible conocer otras mentes nunca ~e planteecomo problema formal para los hombres del sentido común. En ';:anJ·

bio, se presupone la intersubjetividad como una cualidlld obv;:¿l ,~

nuestro munac5:'ñüeStr(nÍluñM-,~~~(q~··tipifitaci6iJ.:'siJbyaccn~," ..sentido común. 'Es"inevitable, sin embargo, que una fi1osof;~ ,1 H:

que presuPone el sel;J.tido común plantee y aborde la cuestión dI'la intersubjetividad, para poder asimilar los rasgos formativos s!!h,,·centes en la experiencia humana. Aunque advertimos que un rllsgodecisivo de la vida cotidiana es que el problema de ]a intersubjetividrrlno se plantee como cuesti6n formal, podemos decir que la, tatea tie

~ia~~:fl~t~~f~~~~io~n~=~~¿ol61i~~;t~~~":~iáns!:aI~6~~~~a:~~~a~~6~~ ~~t:o~¡bl~~~~c~~ ;~o~r~~~~::rD~ja%t~d~rrad:T

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consideraciones de fenomenología trascendental que interesaban tanprofundamente al doctor Schutz, su enfoque de la índole de la inter·subjetividad es algo así como un análisis descriptivo de las tipifica­ciones del mundo del sentido común.

a. El Aquí y Allí del ego

Tomando mi cuerpo como origen de las coordenadas que delimitanmi mundo, puedo decir que la posid6n de mi cuerpo constiruye miAquí, con relación al cual el cuerpo de un semejante se encuentraAllí. Compruebo que es posible modificar mi situaci6n y trasladarmede Aquí hasta Allí. Habi~ndome trasladado, el Allí se convierte en·tonces -en un Aquí. Pero el cuerpo de mi semejante sigue estandop~ra mí Allí, que' para él sigue siendo un Aquí. Aunque, en realidad,no puedo situarme directamente en la perspectiva del Aquí de] otro¡puedo atribuirle hipotéticamente una ,reciprocidad de perspectivas.De tal modo, los objetos y sucesos del mundo son comunes a ambos,porque desde Allí puedo percibir las mismas cosas que percibo desdeAquí, a .pesar del cambio de perspectiva. Dentro del mundo delsentido común, se presupone simplemente que rige la reciprocidadde perspeé:tivns, que los objetos y sucesos de la experiencia humanaestlÍn intersubjetivamente disponibles y son más o menos los ,mismospara todos los perceptores «normaJ~s». Se -podría sugerir que e] con·cepto mismo de «njlrmalidlld» deriva de las premisas impHcitas del

f;~;~~':bi~~ii\d:Jd~íoA~u~aye~írAllr~~fr:l:;~r~~~~~rid~~~~~~~~~snria pnra una realidild compartida; pero -el problema Hego muchomás lejos, ya que, ndemás de las coordenadas espaciales, existen lasrelaciones temporales basadas en el punto cero de mi Ahora. Unaredprocidad de perspectivas temporales constituye algo análogo ala dialéctica del Aquí y AHí.

b. El «alterego»

Entre .íos dementos de mI experIenCia dd mundo exterior no soiohay objetos ffsicos, .sino semejantes, «alteregosl>. El encuentro conel cuerpo de otro ser humano difiere cualitativamente de ]a expe­riencia de cuerpos inertes, cuerpos como cosas. El cuerpo de unsemejante es experimentado, ante todo} ~omoparte delloa unidadpsicof!sica; esto quiere decír que 'el réconóciniierifó deI"cúerpo'es con­tcmpodneo de l:t conciencia y apreciaci6n del ego, que pqsee, ademásde un cuerpo, un mundo de conciencín cognitiva y conativa que seasemeja, en general, al mío. Este ego es, en verdad, un alterego, unser para quien hny un mundo. Aunque conozco infinitamente mássobre m! mismo que sobre el otro, hay un aspecto decisivo en el

~~~~oe~ec~rk~ii~t~efl~ri6~~s:~10n~~;dod;;p~::~et:~c:ci~d:c~s~~~sodos. El mismo acto de reflexionar es posible únicamente si el obje­tO "obte el cual se reflexiona forma parte del pasado, aunque este

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sea el pasado inmediato. Como observa Schutz, esto implica que «elpresente en su totalidad ( .. , ) 'así como el presente vfvido de nuestrosí.mismo, es inaccesible para la actitud reflexiva. Solamente podemosconsiderar el fluir de nuestro pensamiento como si hubiera cesadocon la última experiencia captada. En otras palabras, la autoconcienciano puede ser captada sino modo praeterito, en tiempo pasado», Encambio, nuestro conocimiento del otro es posible en un presente in­mediato', «Captamos el pensamiento del otro en su presencia víviday no modo praeterito, o sea que lo captamos como un "Aho;ra" y nocomo un "Recién", El hablar del otro y nuestro escuchar son experi­mentados como una simultaneidad vívida», Esta simultaneidad es laesencia de la intersubjetividad, pues significa que capto la subjetividad

~i~n~~~rÉ~o :!t:is~rc.n:~:,P~eq;~ed~vd:f7n~iafr~~~~e~~j~o~oc~~iflujo subjetivo de pensamiento que puede ser experimentado en supresente vívido\), y. esta captación en simultaneidad del otro, asícomo su captación recíproca de mí, hacen posible nuestro ser conjuntoen el mundo,

c. Predecesores, confemporánet;'s, asociados y sr/cesores

La designación «semejantes» abarca, en realidad, una amplia gama de:tlteregos poseedores de estratos de diferentes características. Mi seme­junte puede ser un predecesor -<Iue vivió antes de mi época y aquien cono~co solamente a través de los informes de otr05-¡ uncontemporáneo --que vive ahora y con quien comparto una realidndtemporal (ambos vivimos en la DlislW1 época)-; un asociado -uncontemporáneo con quien comparto, además, una:reJ.aci6n cara a cara(vivimos en el mismo fragmento espacial del mundo)-, o un suce­sor, que vivil1i después de mi muerte y que durante mi vida sigue~iendo necesariamente an6nimo. También difieren de modo radicallas estructuras sociales correspondientes a todos estos tipos. El cono­cimiento que poseo de mis predecesores está siempre en tiempopasado; aunque su vida'c ideas influyan en mis 'actos, quedan fuerade los límites de mi influencia. Influyen, pero no pueden ser influidos.Y, por supuesto, puedo no tener conocimiento, de ellos sino solo

:~:aa:;~e:~:n;~;:~~agr~~~Sfa~a=J~~ bi::;~:d~~i:~~~;hacia ellos mis acciones, son en principio inconocibles. La mayor partede mi intercambio social tiene lugar con contemporáneos y asociados,a quienes, también en este caso, conozco mediante las tipificacionesdeI mundo del sentido común. La relaci6n (lCara a cara» es fundll­mental para todas las demás estructuras de relacionabilidad social.Cuando me encuentro cara a cara con asociados, comparto una comu­nidad de espacio a nuestro alcance en la cual interpreto los actosdel otto, pero también una comunidad temporal. ·Los asociados toman

~~~~::S'~D~I~~ :nX,r~e~tiS~h~~~~~~d~d~o~~ci~~e~o~~a~~~~;~n~~~~~~~~~ d~ilo~: ~tr~'eaid~d~~=p:~~ ~~~s~~id~~n;~s~ív~d~n~~~

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Puede ( ... ) compartir las anticipaciones del otro con respecto alfuturo, como planes, esperanzas o ansiedades. En suma, los asociadosenvejecen juntos; viven ~n 10 que podemos denominar una relaciónNosotros pura». La identidad individual, la singularidad de la perso·na, solo puede ser captada en la vida de los asociados. Sin embargo,también en este caso se trata de una mera faceta de la comprensióndel otro. Como ocurre en todas las relaciones sociales, los predece.

. sores, contemporáneos, asociados y sucesores son situados e interpre­tados, de d.iversas maneras, por medio de las tipificaciones de la vidadel sentido com4n.

3. Acció11.

El doctor Schurz define la «acción» como la conducta humana pro­yectada por el actor de manera autoconsciente. Por otro lado, el tér­mino «acto» designa la acción ya realizada. La diferencia entre acción

yu~~~~a~i~:sÍa°a~~i~~ec~r:n¿uJo~:lr~~e;:o~;l:~~L:!:~i~~o~~~:i.(¡esta o latente. Por definición, toda acción manifiesta es, al mismotiempo, proyectada y dotada de propósito. Un fantaseo dotado depropósito sería denominado, no acción, sino «efectuación» (perfor­mance). Pero la acción manifiesta no es más que una parte del com­plejo total de la acción. Abstenerse de actuar -lo que 5e podríallamar acción negativa- es también un tipo de acción; un fenómeno,en verdad, de especial interés e importancia. En consecuencia, el con­cepto de acción «latente» abarca todas las formas de decisión nega~iva

en las cuales el actor decide, con un propósito determinado, abste­nerse de llevar a cabo determinada conducta manifiesta. Ejemplo.s deacciones latentes son la decisión del cirujano de no operar, la decisióndel estadista de no transar, la decisión del comerciante de no vender,la decisión del político de no presentar su candidatura. Pero estalista podría ser ampliada radicalmente incluyendo la infinita gama desituaciones que los hombres, en la vida diaria, encaran y definen asu modo, con frecuencia por medio de una acción negativa. En cadacaso, el rasgo fundamental de la acción es el hecho de ser proyectadoy estar dotado de propósito. La acción se origina en la'conciencia delactor.

a. Interpretaci6n sub;etiva del sentido

Tomando como punto de partida el postulado de Max Weber refe­rente a la interpretaci6n subjetiva del sentido, el doctor Schutz seinteresa sobre todo por la comprensión de la acción social como elsentido que el actor asi~na a su acci6n, es decir, el sentido que su

~~c~~o~~~n~re~:oé~e~~d~~~c~ef~~~~Í,e~1~s~u~i~~S::~í~af~ecr~~e~tación subjetiva del sentido, en primer lugar, como una tipificacióndel mundo del sentido común, la manera concreta en que los hombres

interpretan, en la vida diaria, su propia conducta y la de losdemás._En términos más estrictos: la interpretación subjetiva del sentido,así como todo el problema de la comprensión interpretativa (Ver­steben) entraña tres cuestiones conexas pero diferentes: «Verstehencomo 1) la forma experiencial del conocimiento de sentido (:omún delos asuntos humanos; 2) un problema epistemológico, y 3) un métodoespecífico de las ciencias sociales». Como forma experiencial del cono­cimiento de sentido común, la Verstehen significa, simplemente, queen la vida diaria los hombres interpretan su mundo, desde un primermomento, como dotado de sentido. Además de comprender el cuerpodel otro como parte integral de una unidad psicoHsica, sus actos sontratados similarmente como el comportamiento de un ser dotadode prop6sitos. Los motivos y objetivos forman parte de la conduc­ta del otro de modo tan ineluctable como de la nuestra. Cuando en­cuentro a un hombre que actúa en el mundo social, sé que debocomprenderlo como ser humano, lo cual significa que sus accionessignifican algo para él tanto como para mí; se relacionan con sumundo tanto como con el mío, y en definitiva están arraigadas en elesquema interpretativo que ha creado para vivir su vida. Pero esteconocimiento, a su vez, es presupuesto por ml tanto como por él; enel hecho de que sea presupuesto por nosotros reside, precisamente,la tipificación que hace posible la intersubjetividad. Sin embargo, elproblema filosófico que esto implica trasciende los alcances del mundodel sentido común y constituye el segundo significado de Verstehen,como cuestión epistemológica. Schutz aduce aqul que la Verstehen sebasa, en este sentido, en lo que Husserl denomina el Lebenswelt, elmundo de la vida, que abarca la rica tot§lidad de la experiencia desentido común vivida por el individuo en su existencia concreta. Ytambién el Lebenswelt es la bl*;e para comprender el significado dela Verstehen en el tercer sentido, como método específico de lasciencias sociales. Los objetos investigados mediante los métodos de

~~ec~ee~cis~ ~~~U;i~j:d:d~~~n:~~u~~~~b~~cfsr~~~r~rd~l;r:~3~id~iobservador. El investigador social, en cambio, enfrenta una situacióncualitativamente distinta. Sus objetos no solo son objetos para suobservación sino seres que tienen su propio mundo preinterpretado,que llevan a cabo su propia observación; son semejantes insertos enla realidad social. En consecuencia, estos «objetos» son construccionesde segundo grado, y en las ciencias sociales .se emplea el método dela Verstehm para asimilar la plena realidad subjetiva de los sereshumanos que dichas construcciones procuran comp~ender.

b. Definici6n de la siluaci6n

Si la preocupación primordial del investigador social debe ser el

~f~~~~ i~~c~~~~~bl~s1endefi~~r ~~~~~os:~~?Jo~:s~s~~~ tae~~~:cf6~de la cual este forma parte. La situaci6n del actor es primordialmenteproblema suyó, no del observador ciendfico. Además, In manera enque el actor ubica e interpreta una situación dada es función de su

subjetividad y corresponde R elementos de su situaci6n biográfica. Elmundo social está constituido por una multiplicidad .de factores, cfldalino de los cuales ·define ese mUlldo de manems conexas, aunque indiovidualizadas. Ya sea que el actor defina o no su situación de un modoque corresponda en general a 10 que denominamos hechos «objeti­vos», su acción tiene sentido y es muy significativa para el investigadorsocial. En cualquier forma que defina su situación un actor, su acciónes un dato para la indagación. El hecho de que haya no solo multipli­cidad. sino relatividad en la definici6n que bacen de una situaci6ndiferentes actores. o incluso el mismo actor en distintos momentos,forma parte de la estructura esencial de la vida diaria. Comprenderel mundo social quiere decir comprender el modo en que los hombresdefinen su situación. Schutz recurre aquí ala sociología de W. 1. Tho·mas, como complemento norteamericano y más reciente de la inter­pretación subjetiva del sentido por parte de \Veber. Dice Thomas:«Si los hombres definen las situaciones como ~eales, estas 10 son ensus consecuencias». Si defino una situación como agradable. peli­grosa, aburrida, estimulante o fantástica, mi manera de definirla esta·blece la posición que ella ocupa dentro de mi mundo, al menos por

- el momento. Sugiere Schutz que el investigador social, en lugar detratar esa definición como una (uespuesta» o «reacción» ante ciertosestados de cosas objetivos, debe percatarse de que definir significaactuar, y que interpretar el mundo es un modo primordial de actuaren él. El hecho de que .yo pueda definir la «misma» situación demanera radicalmente distinta que mi semejante conduce, desde elpunto de vista-filos6fico, al problema de la realidad. No bay queconfundir la insistencia con que el sentido común, al ser cuestionado,nfirma que hay una realidad objetiva que es la «inisma» para todoslos observadores normales, con la demostraci6n de que en efecto esasí; tampoco hay que confundirla con la comprensi6n de lo que talafirmaci6n implica. Al vivir en la realidad eminente de la vida coti·diana, los hombres se ven incorporados a determinadas situacionestal como ellos las definen en el contexto de su vida. Es inútil queel observador neutral indique a los actores comprometidos la situaci6n«objetiva». Como lo expres6 Sartre: para los romanos, Cartago fueconquistada; para los cartagineses, en cambio, Cartago fue escIavizadfl.

c. Horizontes de acción

La acción Ilunca está aisladn, desvinculada de otra acción, divorciadadel mundo. Manifiesta o latente, toda acción tieDe sus horizontes derdacionalidad con la realidad social. Dice el doctor Schutz: «Ningúnobjeto es percib.ido como un objeto aislado. Si)lO, desde un primerIIlOllIento, como un "objeto dentro de su horizonte", un horizomedc [(pica familiaridad y trato directo previo). Lo mismo ocurre contoda acción. Efectuar o reefectuar la «misma¡) acci6n presupone llnatipificación profundamente arraig:lda en la vida del sentido común, loque Husserl denomina la idealización del ((puedo volver a hacerlo», osen, como dice Schutz, «la premisa según In cual puedo; en circuns­rancÍlls t(picamente simíl:ir(.·~. flCluar del modo [(picamente similar en

que 10 hice antes para producir una siruación típicamt:nte similar».La tipificación básica que esto ent-raña sustenta la estnlctura de misitllación biográfica y, al mismo tiempo, mi acervo de conocimientoa mano. Y como la acción presupone la situación del nctor, la (:Oilstj·

tución inicinl de «mi» mundo se basa en la tipicidad con que fJlh"lümanil>ular los datos de mi experiencia. Pero incluso la idealizaci6ndel «puedo volver a ohllcerlQ) tiene sus conexiones¡ es ~I correlatosubjetivo de la idealización de lo que Husserl denomina «y así sllce­sivamente», es decir, el horizonte abierto de determinabilidad queacompaña a toda predicaci6n. Estns construcciones se reflejan, a suvez, en la situación epistémica del actor. Las coordenadas de la matrizsocial, el Aquí y Ahora del ego, implican la posibilidad de retomar o

:~~~:nab~d~~~~v;~sL~U;]¡:lé~t~c:elels~~~{';Altius: ~::~~~~~b~~t~~~!¡l~ idealizaciones, IÍnicns que permiten aplicarla dentro del mundoSOcilll. Las formas y modalidades de la acción presuponen estos hori­zontes esenciales.

4. Proyectos y Toles

Dice el doctor Schutz: «Todo proyectar consiste en una anticipacióndel comportamiento futuro por medio del fantaseo». )J fantasear,visualizo por anticipado el acto que estoy 'proyectando, como si yahubiera sido efectuado, completado. Recordando la distinción entre«acción» y «acto», podemos decir que proyectar es fantasear actos.Evidentemente, la estructura temporal del proyecto tiene capital ím­port:]ncia. Al proyectar, anticipo el acto como si ya hubiera sido cum­plido; me sitúo imaginariamente en el tiempo futuro perfecto; perola posibilidad de hacer esto se basa en ciertos elementos esencialesdel presente. Mi situación biográfica ymi acervo de conocimiento amano condicionan mi pro)'ecci6n al futuro «como-si». La anticipaciónpresente y el acto cumplido están separádos por el «intermedio» tem­poral que debo transponer a fin de llevar a cabo mi proyecto. Laconcreción de mis planes presupone mi envejecer en un mund() de«intermedios) necesarios. Claro está que no todos los proyectos secumplen, e incluso los que se concretan no suelen ser llevados a caboen la forma ·pura en que se los proyectó. La vida diaria se ~:i\[a<:teá¡;;\

tl1nto por la desilusión como por el éxito; aunque sea de maneraintuitiva, sabemos que el «(Yo) que fantasea no será idéntico al «Yo»que más tarde reflexiona sobre su acto cumplido. Y la misma noci611de un fantaseo «puto» es ambigua, pues el «Yo» que fantasea es, enre:llidad, un {;go complejo y cambiante, cuyo conocimiento del nlUlllJoy de los demás es tan fragmentario como su conocimiento de si.mismo. Estas considerm:iones resultan decisivas para cualquier teoríade los roles socillles.

2.5

a. Motivos «porque» y motivos «para»

La dificultad de definir la acci6n como «conducta motivada» resideen el equívoco' implícito en el término «motivo». El doctor Schutzprefiere distinguir dos tipos diferentes de conceptos, que con dema­siada frecuencia son clasificados bajo un mismo rubro. Los motivosque implican fines a lograr, objetivos que se procura alcanzar, sondenominados motivos «para»; los motivos a los que 6e explica sobrela base de los anteccdentes, ambiente o predisposici6n psíquica- delactor son denominados motivos «porque». La estructura temporalde ambos tipos difiere. Los motivos «para» están dominados por eltiempo futuro; los motivos «porque», por el pasado. Cuando ahoraproyecto mi acci6n, $oy consciente de mis motivos "«para»; en verdad,precisamente estos motivos instigan mi acción; pero los motivos«porque» que podrían explicar ciertos aspectos de mi proyectar, sus

~fe~~1~~oE~~a~adil~~~~~~mt~:~~ale~u~~~L~~r:i~~:s Jit:~~~a~f6~ •más 'amplía: los motivos «para» forman una categoda subjetiva; losmotivos «porque», una categoda objetiva. El actor comprometido ensu acci6n, comprendido como parte del proceso en curso del proyectar,define e interpreta el sentido de su acción en términos de motivos«para». Referirse a estos moúvos como catcgoría $ubjetiva es com­patible con e! significado de! postulado weberiano referente a la inter·pretaci6n subjetiva del sentido y con la teoda de Thomas sobre ladefinición de la situaci6n. Aquí, «subjetiva» se rcfiere a la relaci6nque guarda la acción con la conciencia del actor, y nada tiene que vercon las nociones de introspección, condiciones psicológicas o actitudesprivadas. Al explorar la subjetividad del actor, en consecuencia, eldoctor Schutz se interesa por los aspectos de la conciencia que sonaccesibles a ]a inspecci6n y descripci6n fenomenológica. El aná:Iisis de "las condiciones objetivas subyacentes cn los motivos «porque» es unacuestión causal, abierta a los métodos de indagaci6n de las cienciasnaturales. De la relaci6n problem:hica entre los dos tipos de motivossurge el probleml\ metofrsico del libre albedrío y el determinismo.

b. Fragme1ttaci611

El cgo 110 puede ser considerado como un simple «Yo». En primerlugar, todo acto de reflexi6n involucra una distancia entre e! que refle­xiona y aquello sobre lo cual reflexiona, ya descripta con respecto alproblema del alterego. Cuando reflexiono sobre mí mismo, no puedocaptarme tal como soy en el ahora inmcdiato; s610 puedo ocuparmede mí como objeto para la reflcxión, lo cual "significa que siemprecapto una fase anterior de mí. En este caso, como lo hace notarSchutz, es muy pertinente la distinci6n establecida por Mead ei'ltrelos aspcctos «yo» y «mí» del sí-mismo. Para Mcad, el «yo» es siempreel sujeto de cualquier acción; el «mí», el objeto. La relación entreesos dos aspectos es sumamente dialéctica, ya que el sí·mismo toma "p:1rte continuamente en una acci6n en la cual aparecen ambos. Esadi<1léctica es también temporal; el «yo» como sujeto de una acción

presente puede convertirse en el «mí» sobre el cual se reflexiona enuna fase posterior del comportamiento. Sin embargo, y aparte de lateoría de la génesis 60cial del .s{-mismo elaborada por Mead, el pro-

. blcma de los aspectos «yo» y «m{» del sí-mismo conduce a unaconcepción de la fragmentación del ego. Tal como lo explic6 Simmel •.cada uno de nosotros es, no solo un fragmento de la colectividadsocial, sino apenas un fragmento de sus propias posibilidades. Elindividuo se presenta ante la sociedad, ante sus semejantes, con di­versos lados o aspectos de su naturaleza, concretados en la forma deroles sociales; pero también queda en relación problemática consigomismo, ya que se ve de modo parcial y comprende únicamente unaparte de su ser. Todos los proyectos y roles está impregnados porla imperfección básica del autoconocimiento y del conocimiento deotros sí-mismos. Cada uno de nosotros está destinado a desempeñar,en el mundo cotidiano, una multitud de roles; sin embargo, el sentidopleno de estos roles queda latente en la experiencia. En la formulaciónde Simmel, tal como la reproduce Schutz, «el hombre ( ... ) ingtesaen cualquier relación social apenas con una parte de 6U sí-mismo, y

r:mfr~:~:n~~~'na~cli~T-~i~:~P~ ~~~tr~o~s~~~~: ~~t~alís~~~acj~ni~condición humana. .

c. SignificativiJaJ

Si -el mundo del -sentido común es, dessle un primer "momento, unmundo preinterpretado; 6i todos los elementos de este mundo tienen

~~~~~~~zd~::;;i~:l:~~a~~:rv~~a: ~:~~¡~ie~~~aas~~~~ó;l~id~ft¿tción de la situación son guías seguras para interpretar la realidadsocial, debe existir algún principio subyacente de selección que ex-·plique .Jas elecciones, actitudes, decisiones y adhesiones que el indi­viduo expresa y realiza. La «sig/lificatividad» (rel~vance) ~ el rubrobajo el cual Schutz incluye los tipos y formas de acción emprendidapor el individuo. Decido un curso de acción en un sentido y no enotro, a la luz de lo que considero significativo con respecto a mis másprofundas convicciones e intereses. Aunque comparto con la mayoríade mis semejantes determinados sistemas generales de significativi­dades, advierto que a menudo los comparto por razones algo dife­rentes, que solo pueden ser explicadas en términos de mi esquemade preocupaciones fundamentales. De modo similar, sé que lo que me

~~~e;~ibl~~ea~:~tu~~~ io ~~~;y;~:I~~oq~~e~~de~r1~ i~~:~~nie~et~todos estos desacuerdos subyace la diferencia primordial de 6istemas

~~o~~~~d:~i~~i~e~~:;~r~~~i=lid~~~~~i~an~riadi~~~~~~.~a~~~~~ ~~presenta el mundo, así también hay una especie de Aquí y Ahora de

.Ia estructura designificatividades de mi vida, un punto de origenubicado en el centro mismo de mi existencia axiológica, según el

Elabaas~~~~~~ ~ft7~~adi~nsrst~~:c~~nSi~~1fici~~~C:d~~~q~:al:ua(~vi~

vida del individuo se halla en un tem:l cxistcncial cxplorado porSchutz dentro del marco de su teoría de las realidades múltiples.

5. Las T('(r1idades 1nlUtiples

Siguiendo las huellas de WilIiam James, Schutz aborda elQ.~bl~_'l.l~de la realidad en términos de los órdenes de realidad que Jamesdeñomina «sUbuniverso~i:-c1'mündode las cosas físicas, de la ciencia,de la religion, e inchiso de la «pura demencia y desvarío». Aunquelos hombres del sentido común tienden a concebir estos mundos demodo más o menos inconexo, lames sostienc que «ca4.a_~~_~.~~!.mientras se atiende a él, es real a su manera; al ca~ucür"a atención,céél.ii~iqf~~alidad».Ahorá el ·prob1e"ma es determinar la índole de lasconexiones o puentes que vinculan entre sí estos mundos, y ver cómopuede el individuo habitar uno cualquiera o todos ellos durante suexistencia. ~~~~"aborda esta cuestión dejando de lado los funda­mentos y orientación psicologistas de la teoría elaborada por James.Se refiere, en consecuencia, no a «subuniversos», sino a drobitosJiI)i:tos de' ·sentido». Dice Schutz: «Hablamos de ámbitos-'de sen/ido, y.ño de suoü-ñiversos, porque \;t realidad está constituida por el sentidode 'ñücstras expsriencias y no por la estructura ontológica de losobjetos». ~9n des<;riptos los .rasgos esenciales de todos los ámbitosfinitos" de sentido. C:lda l{mbllo posee su propio estilo coj:tnitivo.respeSf()~del cual las experiencias dentro de c¡lda mundo son compa­tiblés entre sí. Y cada ámbito finito de sentido puede recibir el «acen­to de renlidlld», puede ser atendido como real. Pero ninguna fórmulade trlmsformaci6n permite pasar sin dificultlldes de un ámbito a otro;ese tránsito s6lo es posible mediante el «salto» kierkegaardi:lno. Porúltimo, es necesario condicionar estas consideraciones: aunque seextienden al mundo de la vida diaria, lo hacen con una diferencia, yaque, según el Joctor Schutz, «el mundo del ejecutar cotidiano es elarquetipo de nuestra experiencia de la realidad. Todos los demásámbitos de sentido pueden considerarse como modificaciones suyas»).

n. Lo realidad emÍ11ell/e

Se toma como realidad eminente al mundo del ejecutar; o, dicho enotro lenguaje, ni mundo del sentido común y de la vida diaria. Dentrode él se sitúa el individuo como cuerpo, como algo que opera físi­camente en el mundo y encuentra resistencia tanto en sus semejantescomo en las cosas. Según la terminología del doctor Schut7., ~j~CJJt~L~ig!!m~!..!!!..~~.Wse en .elJnun..ºg__e~~erior, lo cual significa, a su Ve'¿,que como actor en el mundo del sentido común sé que' mi acción

~da~~o~~lio~~:b~o;mbr~i.n~li~~~~?n~:r~i:i~~:~~~nadvre:~á~a~~v~~carácter causal como su valor productivo. Al anticipar actos en laproyección propia del fantaseo, imagino sus consecuencias y efectos.Finalmente, la comunicación tiene su /OCII! pri~ordial en el mundo

.:Id ejecut:u" el mumlo de la vida diaria del adulto alerta. Insertarseen·eI mundo significa también comunicarse en él; y como comunica·ción presupone intersubjetividad, y esta las tipificaciones que sus·tentan toda relacionalidacl social, el individuo nace en la realidademinente en la cual ---como ha procurado demostrar Schutz- sebasan todas las tipificaciones. Esta realidad es la que el individuopresupone, y en la cual vive crédulamente dentro de la actitud natu·ral. Lo que Husserl denomina «tesis general de la actitud natural»-la creencia dóxica en el ser mismo del mundo-- halla su expresiónprimaria en el mundo del s::::aido común. En consecuencia, debetmerse en cüé:nta que toda modificación de esta tesis enraiza en lavida diaria, así como todo movimiento desde un ámbito finito desentido a otro presupone la sólida base del sentido común. ¿Cómopuede, entonces, tener lugar esa circulación entre los diversos mun·dos? O bien, apuntando desde otra perspectiva al mismo problema,¿cómo se protege contra los invasores las fronteras de la realidademinente? Estos interrogantes generan, en definitiva, el problema fe­nomenológico de cómo ~ posible una filosofía de la actitud natural.

b. La «epo;é» de la actitud 1tattlral

Una de las ideas más importantes que aporta Schutz en su teoría delas realidades múltiples es su noción de la «cpo;é de la actitud natu­ral». Vale la pena transcribir una cita extensa al respecto: «La feno·menología nos ha enseñado el concepto de la epo;é fenomenológica,la suspensión de nuestra creencia en la ·realidad del mundo comomecanismo destinado a superar la actitud natural, radicalizando elmétodo cartesiano de la duda filosófica. Se puede aventurar la suge·rencia de que el hombre, en la actitud natural, utiliza también unacpo;é específica. que no es, por supuesto, la misma utilizada por elfenomenólogo. No suspende la creencia ,en el mundo exterior y susobjetos, sino que, por el ~ontrario, suspende la duda en su existencia.Lo que pone entre paréntesis es la 'duda de que el mundo y sus obje­tos puedan no ser como se le aparecen. Sugerimos llamar a esto la"epo;(' de la actitud natural». Nuestra creencia natural en el mun­do, en su realidad, su estar allí, su tener un pasado y un probablefuturo, y el sernos dado a todos de manera muy semejante, constituyeel cimiento filosófico del mundo del sentido común. La realidad emi·nente se basa en la verrlad aparente de lá actitud natural. La idea deldoctor Schutz acerca de una epo;é de laactirud natural tiene impor­tantes consecuencias. Sugiere, esencialmente, que la actitud natural esen sí ttna adquisición basada en una suspensión previa de la dud.\' Esclaro'que este proceso no es autoconsciénte, como tampoco se cons­truye de modo autoconsciente la propia actitud natural. La suspen·sión' de la duda puede ser considerada ahora como una pista para

~~~°:S~~~~u:~l~v~dat~i~~f:~~n~~:¡l~~J:~~~~~~~~e~a~r~~~F?~S;ií~~i::c~~:~bn;; ~~leeb~~~a~ía~'r~~~~~s~b~:c~nie:~~l;~~f~~a~l:xts~e~~ciales que constituyen la culminación filosófica de la formul:lción

29

de SchU1Z sobre las realidades múltipies.· Aquí hallaremos, además,las raíces constitutivas de su teoría de la significatividad.

c. La ansiedad fUI/domental

Afirma Schutz: «Todo el sistema de significatividades que nos gobier.na en la actitud natural se basa en la experiencia básica de cadauno de nosotros: sé que moriré y temo morir. Sugerimos llamar aesta experiencia básica ansiedad fundan/en tal. Es la anticipaci6n pri·mordial en la que se originan tod.ls las demás. De la ansiedad funda·mental surgen los muchos sistemas interrelacionados de esperanzas ytemores, de necesidades y satisfacciones, de oportunidades y riesgosque incitan al hombre de la actitud natural n tratar de dominar elmundo, superar obstáculos, esbozar proyectos y llevarlos a cabo». Eltemor a la muerte es aquí el temor a mi muerte; y se podría sugerir-aunque Schutz no desarrolle esta idea- que la epojé de la actitudnatural abarca en sus paréntesis la conciencia de que moriré. Noobstante, seda err6neo considerar la ansiedad fundamental como unaversi6n de la concepción heideggeriana de la muerte, interpretaci6nhacia la cual Schutz mostr6 mucha comprensi6n pero escasa simpa·tía. Tampoco seda correcto ver en la ansiedad fundamental un temaexistencial, en'el sentido más limitado de un t6pico elaborado enel complejo movimiento al cual se conoce simplemente como «exis­lencialismo». También en este caso, Schutz capt6 en profundidad losproblemas de la filosofía existencial. peroe,uard6 reservas igualmente

~~~[:da~sf:~:fa~~~t~e:~~~o~~l~:~~e~~is~~~~ír:~pl~t~do~a:;i~ol~por los existencialistas, sino por cada mente metaffsica en toda lagama de la filosoffa. En estos términos, el temor a la muerte es undato primordial de la existencia humana, tan ineludible en su rele·vancia filos6fica como en sus implicaciones para cualquier teoría dela realidad social. La realidad eminente de la vida diaria se basaen la secreta captaci6n que tiene cada hombre de su propia morta­lidad. Cualquiera que sea su modo de definir su conciencia de lamuerte, no puede evitar su efecto conceptual y emotivo. La.condici6nsoberana de la existencia humana es que la realidad eminente nostrasciende a todos.

111

Sería falaz sugerir que la originalidad del interés de Schutz por laestructura de la vida del sentido común y del estudio que llev6 acabo sobre sus formas esenciales ~e debi6 a que otros fil6sofos igno­raron, en cierto modo, este estrato de la experiencia. La existencia

~fi~~:~aS~h~:~~~~i:i':~ ~~ d~~1~hi;tgr~~~s~e~~~di~t:~~~n:~s~~:a pensadores tales como Leibniz, Bergson, Whitehead y, sobre todo,Husserl. Deberíamos decir, en cambio, que la notable originalidad

de la obra que presentamos reside en la perspectiva metodológica encuyos términos es abordado el tema central y se desarrolla el análisis.Tenemos aquí una indagaci6n fenomenol6gica de la índole de la rea­lidad social, primera descripci6n t>lenamente concebida y sistemática­mente efectuada de la estructura eidética del Lebellswelt. Pero seríatanto o más err6neo sostener que" la obra de Schutz no es sino unaextensi6n del pensamiento husserliano, o una mera aplicaci6n delmétodo fenomenológico a los problemas de las ciencias sociales. Aun­que hondamente inmerso en la fenomenología, Schutz fue también un

~:~6~~~.ip~:~;~d~Inr;::;~f~~~~~~~ef~~d~re~~~~~~aJ:~m~~~r~u~~b~los problemas concretos de la sociología, la psicolog{a social, la eco­nomía, la historia, la teoría política y la jurisprudencia, así como elmecanismo filosófico capaz de manipularlos. La fenomenología lesirvi6 como instrumento para ordenar estos problemas en una unidadcoherente, y nunca como un molde metodológico al cual esas disci­plinas tuvieran que adaptarse a priori. Por consiguiente, su originali­dad se expresó en la unión de una filosofía fenomenol6gica con unaubicaci6n singular del concepto mismo de realidad social. El resultadode ello implica un reexamen radic:!l del punto de partida de la filo­sofía.Tradicionalmente, se ha considerado la percepci6n como la cuesti6ndecisiva para la orientación y evaluaci6n filosóficas. Toda la gravita­ci6n de la obra de Schutz conduce n negar la validez de este puntode partida para cualquier filosofía referida a la realidad social. El temapredominante pasa a ser, en cambio, la ~ci6n. Esta transformaci6n

~~e;d;a~~d~o;~~cr:~~d~af~r:j::fe~:~~~¿b~~ai;~~t~a~l::r:id~eí:~ciencias sociales. La premisa fundamental de las filosofías positivistas ynatura'listas de la ciencia ha sido que, como la percepci6n, o, en gene·

d~iol;{:ed~aci~;'ci~~~i~~n~~t~~a1::,ti~~6:r~~p~~ti~~c~:~:i~~:n~eet~imismo lugar en una metodología de las ciencias sociales. Según estapremisa, el ideal de las ciencias sociales sería 'Una ciencia de la socie-

~~dl~fl~~:d;, fa°~~~~~e¡tti~~~E~~~~~oc~~~e~~,e~~~~~i~~~: dot:~~~que ocupa la percepci6n equivale a cuestionar la premisa en que sebasa gran parte de la metodología contemporánea. El doctor Schutzllega al extremo de sugerir que «los procedimientos metodológicos

~~~~alíf;~~s~~as~d~~:Jo~r~~~ cl~s"~:s-I~~c~f~~~i~:r~a~~~~i~sl~~~:l~~~~ducir al descubrimiento de los principios generales que gobiernantodo conocimiento humano». De este enfoque surge una concepciónparticular de la metodología, pero también un modo de abordar lateoría del hombre.Subrayar la acción como punto de partida para una metodología delas ciencias sociales no equivale a reclamar un nuevo tipo de cono­cimiento, sino a insistir en la diferencia cualitativa entre los tiposde realidad investigados por los especialistas en ciencias naturales yen ciencias sociales. Es un alegato para que se repare en que loshombres son, no solo elementos del campo de observación del hom-

bre'de ciencÍ:l, sino preintérpretes ele su propio campo de acción; quesu compo1"tamjcnlo manifiesto no es sino un fragmento de su con·ducta total; que el primer desafío planteado ;1 quienes procuran com­prender la realidad !>"i)cifll es asimilflt I'l SllLj~li\'¡J:ld del ¡lCLOr cap·tando el sentido que un acto tiene p,ua él, .:je del mundo social. Porúltimo, al subrayar 1a acci6n, Schtltz nos conduce de nuevo a w ideacapital: su análisis de las tipificaciones del mundo del sentido común.El investigador social tiene por tarea reconstruir el modo en que loshombres interpretan, en la vida diaria, su propio mundo. Este es elpunto hergsoniano de contacto con j"...."'.;: f"1~~ lIdopta Schutz. Sinembargo, admiti6 que una elaboración definitiva de su postura reque­rida estructurar una antropología filosófica, una teoría del hombre.En toda su obra se hallan lllusion~ a esa teoda, que ahora resultanfragmentos primigenios de una realización extraordinaria. Aunqueevaluar críticamente dicha realización excede de nuestros propósitos¡¡ctunles, permftasenos, como último privilegio, tltestiguar su esplen.doro Aunque modesto en sus afirmaciones, Schutz confiaba plena.mente en la validez de su empeño. Por eso dijo en una ocasión: «Noestoy tan seguro de mis resultados; t3'1 vez otros logren más éxitoque yo. Pero de una cosa estoy profundamente convencido: aquíresiden los problemas ele las ciencias sociales».

Primera parte. Sobre la lnetodologíade las ciencias sociales

1. El sentido común y la interpretacióncientífica. de la. acci6n humana

I. Introducci6n. Concenido de la experiencia y objetosde pensamiento

1. Las construcciones ¿el sentido comúnJ' del penSal1Jiento científico

«Ni el sentido común ni la cienda r:eden avanzar sin aEart8rse del

:A~N~~~~t:d:mr:~~u :c:n~ai~ :~~ci:ci:elpensamiento.1 Hasta la cosa percibida en la vida cotidiana es algomás que una simple presentaci6n sensorial.2 Es un objeto de pensa·miento, una construcci6n de índole sumamente compleja, que no soloincluye formas particulares de sucesiones en el tiempo, que la cons­tituyen como objeto de un solo sentido '-;J. ej.,"la vista-,a y de rela­ciones espaciales, que la constituyen como objeto sensorial de varios

=::rW;t;!~~::~;g:a~~~~~~~~~~~a~;~~head, precisamente el último factor nombrado -la imaginaci6n de

f::::~:a~&eslasc::~~e:a hilelt~~=e:: Id/=Jd~r~~úC:~a s;corresponde a la aftia reflexiva «inted'retar nuestras presentaciones

:é::r~~eia~~~:~~~7~~:a~~J~¿~:,1~;;:=~~th~~concretos de la percepci6n de sentido común no 10 son tanto comoparecen, pues ya exigen abstracciones de índole muy co'2licada,i~n:n~:J:~6~~de:~ch.:ocuenta para no caer en la f ada de

~r~~~t;:t~':or¡¿~::t,~:::t1~rr'i~9: ~~b:;como «Mentor.Booo, Nueva York, 1949. Las citas se reBeren 11 esta últiniaediá6u. Para esta primera cita, v~se pq. 110. (Agrepmos el siano A cuando

~er:t:c::~.~t:=. ~~Ie~~ :=J:P~k B~Ii~:r::uti~tdlmo al &al del volumeD.]~ ~t~i: :~.9i28~s1~~31. of Some Sáentifie Ideas, l. FaCl, u. Objeeut.

i fi~:: arm~ y 136.

~ ~P~~~5Wwll:bcad, Sclmc~ lUId tbe Moáern Worlá,.·. Nueva York,1925, reirnprcso como «MeDlor·Book., Nueva York, 1948.p'g.'2ysigs.

35

De aeti~do con Whitehead, la ciencia tiene siempre un doble obje­tivo: primero, daborar una teoda que concu~de con la experiencia;segundo, explicar. al menos. en l1o.eas generales, los conceptos desentido común acerca de la naturaleza. y para ello conservarlos enuna teoda científica de pensamiento armÓmco.a Con este fin, la cien­cia Hsica (única que interesa a Whitchead en este contexto) debeelaborar recursos que permitan reemplazar los objetos de pensamiento

tae ~e~~[~fr~~~eúltin:~o~Ú;¡.;¡~!~~~~~,d:t~x:::~i~l:t~~

nes- no· poseen ninguna de las cualidades que determinan una

~~~~~~~i:edi~~~:i~~~de::e~:t:;~~:tií~:;~l::d~~y que. por supuesto. están representados en nuestra conciencia porpresentaciones sensoriales. Este recurso permite establecer un puenteentre la fluida vaguedad de los sentidos y la definición exacta delpensamiento.u

No nos prOfanemos seguir aquí p'aso Jor flaso el ingenioso m~todo

:~~~t~a~~ c:~h~~e::~~á6nedJr~~i;a:i~~~.a:~=nj~con la «anatomía de las idé3s cientfficas» y terminando con las tea­·(as matemáticamente formuladas de ·la física moderna y las reglasde procedimiento de la lógica aimb6lica.12 En cambio, sí nos interesala concepción básica que Whitehead comparte con muchos otrosdestacados pensadores de nuestra ~poca, tales como William James,13Dewey,U Bergson lS y Husserl,lO y que de modo muy general puedeser formulada asl:Todo nuestro conocimiento del mundo, tanto en el sentido comúncomo en el pensamiento cientifico, supone construcciones, es decir,conjuntos de abstracciones, generalizaciones, formalizaciones e Idea·lizaciones propias del nivel respectivo de organIzación del pensa­miento. En t&minos estrictos. los hechos puros y simples no exis­ten. Desde un primer momento todo hecho es un hecho extraídode un contexto universal por la actividad de nuestra mente. Por con·

9 Th~ Alms 01 Educa/ioll. 01'. cit.• pi¡¡. 126.

~~ ft:~:: =:: m:~~ ~tú~Pí'a:,;~~-~ri~lJ~;~i PrJChólOD•••• yol. 1, cap. IX, «The S~ oE

¡:OJot:~~,2f.:J/lic T~~0~i1:q~i~~i. Nueva York, 1938, esp. caps.m-IV, vn-YIU y ][U. Véue tambiin el ensayo «The Objcctiv)am-SubjcetivÍAm oEModesD PhUosopb~ (1941). reimpreso en la rccopiJaá6D Probl~ms 01 M~II,NuevaYork,1946,polg.316yaig. •15 HcorI BergsoD. MaJib'~ ~t Mimoirc, cap. 1, «la SBcctiOD des !mases par laR~rcscotation».

:~ ~~~'II~:O¡~ia~e ~~~ ~:s~~i~~~ ~nt~=uAtll:lu~~~~:~=b~~~~:.p~t :~ ~.~5f ;~f8'~0~~ d.!::i.t1,e;d'r~~ 1~;:~ ;::a ~6~;~lIto~~l·und ¡':n~~:'t!hr ~~•••G~~:WJ:br;S'u:rl1;l;il;~ i:d~~e:, ~=-'l;~9,ci~.~io~~H4,S~a;ljy pa.SS/m.

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siguiente.' se trata siempre d.e hechos interpretados, ya sea qU~m1.105considere separados de su contexto mediante una abstracción . JifI­cial, o bien insertos en ~. En uno u otro caso, llevan consigo su ot¡·zonte interpretativo interno y externo. Esto no significa que eñ~vida diaria o en la ciencia seamos incapaces de captar la realidad delmundo; sino que captamos solamente ciertos aspectos de ella: losque nos interesan para vivir o desde el punto de vista de un conjuntode reglas de procedimiento aceptadas para el pensar, a l~ que sedenomina m~todo cic:núfico.

2. Estructttra particular de las construccionesde las ciencias sociales

Si, como sostiene esta concepción, todas las construcciones cienttflcas

:~rM~e~~~~t~ss~r~:~~~azdif¡:ncian~r:~~~~~~1a:s~:~~~~on~~rurales y las sociales. Corresponde a los especialistas en cienciasnaturales determinar qué sector del universo de la naturaleza, quéhechos y sucesos de ~, y qué aspectos de tales hechos y sucesos son

~ñc~~cEs~;:~~:a~v:::~~~~~~a~~~J:io~~Io~o~s~~ei~t~~:preladosj no revelan estrucruras intrlnsecas de significatividad.. Lasignificatividad (relevance) no es inherente a "ja naruraleza comotal, sino que constituye el resultado de la actividad selectiva e inter­pretativa que el hombre realiza dentro de la naturaleza o en la obser­vación de esta.

~~cfa~~~r~i:~~~ h~::' J~~d;":uc~:;d:~la~e~~:~~~3d:l:~ ~:d~~::a~~~¿lé~~s~ l~::'y P:l~~r:~ees~~~ha~oe:s~:En cambio, los hechos, sucesos y datos que aborda el especialista

..en ciencias sociaies tienen una estructura totalmente distinta. Sucampo de observación, el mundo 60cial, no es esencialmente inestruc­rurado. Tiene un senúdo particular y una estructura de significati­vidades para los seres humanos que viven, piensan y actúan dentrode ~. Estos han preseleccionado y preinterpretado esre mundo me­diante una serie de construcciones de 8entido común acerca de larealidad cotidiana, yesos objetos de pensamiento determinan suconducta, definen el objetivo de su acción, los medios disponiblespara alcanzarloj en resumen, los ayudan a orientarse dentro de 6U

medio natural y sociocultural y a rdacionarse coné!. Los objetosde pensamiento construidos por. los expertos en ciencias sociales se

:ad~~~Jd~~~: ~~lh~~st:n~~ec~~~da;ir~~ix:~~a~~~~~sus semejantes, y se basan en estos objetos. Las construccionesusadas por el especialista en ciencias sociales son, pues, por as(

~e:~~:';:i:h:sd;:r~:~~e:in°l:~~r::~~~sa~:~~:

3'1

cuya conducta el investigador observa y procura ~plicar de acuer·do con las reglas de procedimiento de su ciencia.nLas·ciencias sociales modernas enfrentan un grave dilema. Cierta

:~:liad:s~~~a:id~omC:d~d~~ci~u~ i:dd ::n~f~~a n~:~~leza. Esta concepción, sin embargo, conduce a la errónea conclusión

:r~~;, :ni~n~:~ d~~~ ~~:otd~o q:e~:t~I~8fa~~sP~;cedimiento relacionadas con la organización correcta del pensamientoson comunes a todas las ciencias empfricas. La otra escuela procuracontemplar la conducta del hombre tal como el especialista en cien·cias naturales contempla la «conducta» de sus objetos de pensa·miento, dando por sentado que Jos únicos métodos cicnúficos sQnlos de las ciencias naturales (sobre todo los de la física matero'·tica), que ban redituado tan magnlficos resultados. Presupone, ade.más, que basta con adoptar los métodos de las ciencias naturales

:~r~d~t1aa r~aliJ~dCC:::i. tS:~l:::o~o~:sdo~o~o;i-:::os:incompan'bles. Un sistema conductista idealmente perfeccionado ytotalmente elaborado, por ejemplo, nos alejaría mucho de las cons-

~:d~~~:Sy ~~ ~Y:s r;re:::~:;t;~~:lam~:ilid:rd~~M~ :tldi:~~Para superar esa dificultad. se requieren recursos metodológicosespeclficos, entre ellos la construcción de pautas de acción racional.Con el fin de analizar mú a fondo la lndole espedfica de los objetosde pensomiento de las .ciencias sociales, debemos caracterizar algu.

b:~d:n~ :d=:~:::,~e::I~:~d:~i:'~:~;el1:/oshom·

n. Construcciones de objetos 'de pensamiento propiasdel sentido común

l .. El conocimiento de se1ltido común que tiene del mundoel individuo es nn sistema de construcciones de su tipicidaJ

~í:t:~s~doca~~~~~:;:d~ouenvid~e:tidt:~ :oc:;: :~:ri:;

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y sobre e1 cual actúa como un hombxe entre sus semejantes. Esemundo exisúa antes de nacer nosotros, y era experimentado e in·

=~t.:It~: ~tr:lr:Jd~tr~szru::~~:cia°:Cin~e::aci~::Toda intelpretaci6n de esle mundo se basa en un acervo de expe·riendas previas sobre él, que son nuestras o nos han sido transIDÍ-

~~~e:r!ca:r~:n:a':nur~:me:dee:~~=~n~:~::o~mo unA este acervo de conocimiento a mano pertenece nuestro conoci­miento de que el mundo en que vivimos es un mundo de objetosmás o menos bien determinados, con cualidades mtÍs o menos defi·nidas, entre los cuales nos movemos, que se nos resisten y sobrelos cuales podemos actuar. Sin embargo, ninguno de esos objetos espercibido como si estuviera aislado, sino como situado desde unprimer momento dentro de un horizonte de fa.mHiaridad y tratoprevio, que, como tal, se presupone hasta nuevo aviso como elacervo incuestionado -aunque cuestionable en cualquier momento-­de conocimicoto inmecliato. Sin embargo, también las experiendasprevias indiscutldas esttÍn a mano desde un primer ·momento comoJípicas, o sea que presentan borizontes abiertos de apericodas si~milares anticipadas. Por ejemplo, el mundo exterior no es experimen·tado como un ordenamiento de objetos individuales únicos, disper.sos en el espacio y co el tiempo, sino como «monta1ias», «árboles»,

:~~~i:~U:~=:t:~~tc~u:at~n:c:s :r~n=~ ~:ticular, un perro, que manifiesta todasks caraetedsticas habitUalesy la conducta típica de un perro, y no· de un gato, por ejemplo.

~~répi:='ar~::~~~t~u:~~~:~~err:~e~~:?~:r:t~;rs~ha~::i~~%kSl~i~~:t:~~~~~:ciaq~es~=~janza con mis experiendas incuestionadas de per~os típicos. Comodice con lenguaje mú técnico Husserl -<uyo anmsis de la t1pici­dad del mundo' de la vida cotidiana hemos tratado de resumir_,IDlo que se experimenta co la percepci6n real de un objeto es trans­ferido aperceptivameDte a cualquier otro objeto sim.i:lar, que es per-

~~:a~l:p~~:t~~cl~~~n:l:i~ ~o~~i~~i~ac~~oc:~;objetos. Si la confirma, el contenido del tipo prevido se ampliará;al mismo tiempo, el tipo se dividini co S1N)tipos; por otra parte, elobjeto :r:eal concreto presentará caractedsticas individuales que, sinembargo, tienen tambiln una fotIDa de tipicidad.Ahora bien -y esto parece tener espedal importancia-: yo puedotomar el objeto típicamente aperabido como un ei~mplar del tipogeneral y dejarme conducir a este concepto del tipo, pero de ningún

~:~p:~n:~:il::~~»::~~ ;~:~~, :t;:ai&:!~:tI¡:n1~Rover muestra todas las características incluIdas e.n el tipo «perro»,

19 Edmund Huaul, Er{IIMU..g u..¡J Urltl1, seo. 18-21 y 82-8': v61se tambi~

~/~j¡: los trastornos del lccgtllje y la te:rtura de la conciencia., esp.

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según mi experiencia previa. Sin embargo. no me interesa saber pre·cisamente qu~ tiene en común con otros .pcrIOS. Veo en ~I a mi,migo y compañero Rover, disti:Jgui~ndolo como tal de todos losdemás perdigueros irlandeses, con los que comparte ciertas carac·terísticos dpicas de apariencia y conducta. Sin un motivo especial.no me siento inducido a ver en Rover un mamlfero. un animal. un

D~et~ ~e~~~~Iae=~ti~d ~~~rdd~ul~ ~~u~~:~ :~sr~:~::s~~únicamente determinados objetos, que 6C destacan contra el campocuestionado de otros experimentados previamente. y e! resultadode la actividad selectiva de nuestra mente es determinar cu,i1es deJascaractetÍsticas paniculares de tal objeto son individuales y cuáleslas tlpicas. Más en general, solamente nos interesan algunos aspectosde este objeto particular tipificado. Afirmar que este objeto S tiene

~~aa~o~~ti~o.~~~~~fs~~aa~pt:dol~i~o:~t¡:;Sna~i:;to e:alu;o~~u:;me aparcce, no es solamente p, sino también q y " y muchas otrascosas. El enunciado completo debería ser: «S es, entre muchas otIaScosas, tales como q y '. también pt>. Si. con referencia a un elementode! mundo presupuesto, afirmo: <15 es P», 10 bago porque, en iascircunstancias vigentes, me intereJa el becho de que 5 es P. mientrasno considero significativo que sea tambi~n q y ,.2Q

No ohstante, ios t~rminos «inte~és» y <lsiglúficatividad», que aca­bamos de emplear, apenas designan una serie de complejos prohle.

~~i a~be:o~bi:~::~=a:~~J:~:ci~~~~%9men, por loEn cualquier momento de su vida diaria, e! hombre se encuentra

~ed~~ff:{:a;~~i~:':~~ía~ue:~ tef~~in;d~~:e d~e:~1:u~una posición, no solo en t~rmin05 de espacio f!sico y tiempo exte­rior, o de 5U status y 15U rol dentro del sistema social, sino tambiénuna posición moral e ideológica.2lI ·Decir que esta definición de iasituación está biogdficamente determinada equivale a decir que tie­ne su historia; es la sedimentación de todas las experiencias previasdel hombre, organizada en el patrimonio corriente de su acervode conocimiento a mano, y, como tal. es su posesión exclusiva, dadaa ~I y solo a ~.* Esta situación biográficamente determinada Incluyedertas posibilidades de actividades prácticas o teóricas futuras B las

d~j;a~d)~ ~::~~p6~:~::r;~s d:f¡:~~~clJ:s d~::nt~~,u~::~~~o:~~~c~:~~.c&~~~~~~= d~si~~~~~~i:de:odet~~=~~v:20 V6msc las reEerencW de la Dota 19.

~\;ndcua~ ~eeo~ef.104~~~~ ~=~»~~~d 'WVcl~~.a:;SocltÚ B~bduior dmI PtrSOntÚily, Conlribulions o/ W. l. TbomllS lo Th~ory IIndSocilll R~s~lIrch, Nueva York, 1!151, eoD IDdice llIo1ltico y valioso ensayo intro-

~~c~::ePOMa~i:oM~t:~.POllty, Pbinominologi~ J~ 111 p~rr~plion .." Puls,19~1a~g~l;8decci6D entre diversos proyectos de acci6n.., pigs. 93-94. (N.d~ M. Ndlllnson.)

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vez, qué elementos deben ser convertidos en un \Sustrato de tipifica.ci6n generalizadora, qué características de esos elementos deben serc:Iegiclas como caracteristicamente típicas, y cuáles C0/710. exclusivas

:n~fh:r~:~t~ :bi~~~scka~~b~:;{ci~~; ~Ue~d~ :::c~: ~~~t;i~anterior: un cambio en mi prop6sito a" mano y el sistema de signifi.caliviclades que lo acompaña, la modificación del «contexto» dentrodel cual me interesa S, puede hacer que me interese el hecho deque S es '1, mientras que el he~o de que también es p deja de tenerimponancia para oú.

2. El carácter intermbjetivo del COltocimielltode sentido C01n1tl1- y ms implicaciones

Al analliar las primeras construcciones del pensamiento de sentidocomún en la vida cotidiana hemos actuado, sin embargo,como siel mundo fuera mi mundo privado JI como si estuvi~ramos :lutori·

:~::doa~:~J~t~~b~rfv~~Esdfn::u~~;e~d;O~~u~~i:i~~~ '::6 como hombres entre otros hombres, con qUIenes nos vinculan

~~~~~¿sl;::e:ll~~~&~'nC:~d~n~:n~~r~osp~~~~ ~e~~~~t:~t~op::a~~~~~~~ ~evi~:ci~~~d;:n~e:r~r~nd~n~~~cidod~u~igd~~hemos interpretar para orientarnos y conducirnos en él. :pero estatell:tura de sentido -he aquf lo que diferencia al ámbito de la culotura del ámbito de la naturaleza- se origina en acciones humanas yha sido insrituido por eHas, por las nuestras y las de nuestros se·mejantes, contemporáneos y predecesores. Todos los objetos culoturales --herramientas, slmbolos, sistemas de leoguaje, obras de arte,instituciones <sociales, ete.- señalan en su mismo origen y signifi.cado las actividades de sujetos humanos. Por esta razón, somossiempre conscientes de la historicidad de la cultura que encontra~mos en las tradiciones y ias costumbres. Esta historicidad es pasiblede ser examinada en su referencia a actividades humanas cuyo 6edi.

~:~ ~::tY:inP;¿e~kl::m~ ~:~jd:d l~~~~aco~pí:n:u~ ~~origina. Por ejemplo, no comprendo una herramienta ~i nc conozcoel propósito para el cual fue ideada, un signo o un slmbolo sino séqué representQ en :la .menle de la persona que loJ usa, una instituci6nsin comprender qué significa para los inclividuos que orientan suconducta con respecto a su existencia. Este es el origen de lo quese denomina postulado de ~a intetpretaci6n subjetiva de las cienciassociales, que .m's adelante exigit<1 nuestra atenci6n.No obstante, nuestra tarea inmediata es examinar las construccionesadicionales que surgen en el pensamiento de sentido común, si ta­mamas ~ ouenta que este mundp no es mi mundo privado, <sino unmundo intersubjetiva, y que, por 'lo tanto, mi conocimiento de élno es asunto mlo privado, sino intersubjetiva o socializado desde

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el principio. Para nuestros fines. debemos tener en cuenta breve­mente tres aspectos del problema de la sodalizaci6n dd conocimiento:

a. 'La reciprocidad de perspectivas o la socializaci6n estructural delconocimiento.b. El origen social del conocimiento o la socialización geoéticadelconocimiento.c. La distribuci6n social del conocimiento.

a. La reciprocidlld de perspectiulls

En la acritud natural del pensamiento de sentido común de la vidacotidiana, presupongo la existencia de semejantes inteligentes. Estoimplica que los objetos del mund" son, en principio, accesibles a suconocimiento, o sea que son conocidos o conocibles por ellos.. Esalgo que sé y presupongo fuera de toda duda. Pero también sé y

~i~e~~~g~g;d1:~t~~:~~ ~~~~~o:~al~u~~:°:Uso~~:~a~~:Esto es as! por los siguientes motivos:

i. Yo, por hallarme «aquí., estoy a una distancia diferente de losobjetos y experimento como típicos otros aspectos de ellos que él,quien esrá «aIU~. Por la misma raz6n, ciertos objetos están fuerade mi alcance (de mi vista, mi oldo, mi esfera manipulatoria, etc.),

~~Mid:~~ci~~b¡¿~Jic::~~sd'eterminaday u de mi semejante;y por ende nuestros respectivos propósitos 8 mano y nuestros sis­temas de significatividades originadas en ellos, deben diferir, almenos en cierta medida. .

El pensamiento de sentido común supera las diferencias en las pen.pecl!Ívas individuales que resultan de esos factores mediante dos idea·lizaciones básicas:

i. La idealizaci6n de la intercambiabilidad de los puntos de vista:

~:bf:~r1;~rP~C:dos~~~,~es~~~~n:~h:~: : r:~:uf;"sequ~~~vierta en i~l olla, estaré a igual d1stancia de las cosas que él y lasveré con la misma tipicidad, y que adem~ estarán a mi alcance

~i~nmie:m::~d~d:'ete están ahora al alcance de él. (10 inv~so tamo

ji. La idealizaci6n de la congi:uencia del sistema de significatividades.

~fe~::::j~~esha~ruiobemii~m~~~~' ~~dik~da~~eP;S~~ti~a:originadas en nuestras situaciones biográficas exclusivas no son signi.

~ic;~v~:~~~s~~°iu~~~:an~c:d::~q=:ekc;d~o:"t;~tado los objetos real o potenci~mente comunes y sus caractedsttcasde una manera idéntica, o al menos de una manera «emp1rlcamenteidéntica~, vale decir, suficiente para todos los fines prlÍcticos.

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Es obvio que ambas idea1izaciones. la de la iotercambiabilidad de lospuntos de vista y la de la congruencia de las significatividades -que

::~t~¿:~;~t:~U:~~;Ú¡~i:;~rd~~bj~/d~s::~~:ie~~~~~~i~a~a:ins~~ja~~~~~e~:!t~n~a:i::=c~~n¿:¡~e~s:i:~~~de sentido común. se supone que el sector del mundo presupuesto pormi también es presupuesto por usted. mi semejante individual; m&saúo, que lo presuponemos «Nosotros!). Pero este «Nosotros» no nosincluye solamenre a usted y a m(. sino también a «cualquiera aue sea

d~de~e~C:~~~:d~~~~ (s~Etcie~~~::ie) ~~t:~f~:~f~~~ ':~~d:~ ~ i~ ~;~~:~i~~ td~isJi~~:; d:u~~s~~c~e:hn~:~~~=d:~~~od¿Z -!al~~nC:;\:i~~~o :n~o~~~biloo~o:~e~bj~~~~ y~~~n:~~~decir. separado e independiente d~ mi definici6n de la siruaci6n y lade mi semejante. de nuestras circunstancias biogr&ficas exclusivas y delos prop6sitos reales y potenciales inmediatos que ellas involucran.Debemos interpretar fos ~rminos «objetos» y «aspectos de los obje­tos» en el sentido más amplio posible. como objetos de conocimientoque se presuponen. De tal·modo descubriremos la.impo"rt~cia que

~,*:struC:0~:sort~h;: ~bl:t~~a::~tu~~r&lb~::~miento que acabamos de describir- tienen para muchos problemas

~:~ts~~;' e~~e:Jas~~:I~~~. ~~:ti:m~~~e PO~n~cicfoen~~todo el que comparta nuestro sistema de significatividades es el

bu:~ d; ~~~:e¿~~~os:~~m~d~s~~ e:;o~tr¡g:n~~eí=di~~~recetas para manejar cosas y hombres con el fin de enfrentar situa­ciones tipificadas. de los usos y costumbres. de la «conducta tra"dicional». en el sentido que daba Max Weber a esta expresi6n,r"de los «enunciados obviosl> que el endogrupo cree dlidos a pesar deser inconslstentes;u en resumen. del «aspecto natural relativo delmundoJ>.28 Todos estos 'términos se refieren a construcciones de unconocimiento tipificado y una estrucrura muy socializada. que recm-

~I&~a~ej:J~:°:O~~~~~:ai:u:~ ;~a::~:~ t:~i::ba:~este conocimiento tiene su historia. es una parte de nuestra «herencia

~: :;:::'e:s.C::=s~M::;~:;}2:;.t, ~:::. °t~~, Si~ogictlllmporltlnct24 Max Weber. Tb~ Tb~orj 01 Socittl tlná Economic Orgtlnhtlllolf•••• trad. al

~:~ ~eA~bi~T=~I:;::.tTt~~/r;,~ev:1 1~~;1 ~:i;~,r.J." A~cv~

~t~:~~!W!fff:~:D,iilÍ9"':SiliO~.3~r. York, 1937. cap. XIl. y

26 Mex t&íer. Di~ WiJunslo'm~n unl'!t Ges~Uschtlt¡¡ Prohi~m~ ~in~r So-

:~:~Ik~,~~S'l:f~~~f~t~É~;¡~~ilo~:;t: ~~:,,;;:;:nologictll ks~tlreh.vol.lI.1942.pá¡s.31l).22.esp.p4g. 315.

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social., y esto nos conduce al segundo aspecto del probl.ema de. lasocialización del conocimiento, el de su estructura gc:n~tlca.

b. El origen sodtJl del conocimiento

Solo una parte muy pequeña de' mi conocimiento del mundo seorigina dentro de mi experiencia personal. En su mayor parte esde origen social, me ha sido transmitido por mis amigos, padres,maestros y '!os maestros de mis maestros. Se me enseña no solo adefinir el ambiente (es decir, las características dpicas del aspectonatural relativo del mundo que predomina en el endogrupo comola súiñll total incuestionada, perQ siempre cuestionable, de cosasque se presuponen hasta nuevo aviso) sino tambi~n a elaborar cons­trucciones tipicas de. acuerdo con el sistema de significatividades~ceptado por el punto de vista .Inónimo unificado del endogrupo.Esto incluye modos de vida, m~todos para abordar el ambiente,recetas eficaces para el uso de medios típicos tendientes a lograrfines tipicos en situaciones dpicas. El medio tipiHcadorpor exce­lencia que permite transmitir .el conocimiento de origen social es·~l vocabularIo y la sintaxis del lenguaje cotidiano. La jerga de lavida cotidiana es principalmente un lenguaje de cosas y sucesosnombrados, y cualquier nombre incluye una tipificaci6n y generali­zación que se refiere al sistema de significatividades predominanteen el endogrupo lingüístico que atribuy6 a la cosa nombrada impor-

~ib~iEt~~:~j: h~br~J~;ec¡~~~~:rp~~:~~~m~r~~,ic~!~:depósito· de tipos y caracterlsticas ya hechos y preconstituidos. todosellos de origen social y que llevan consigo un horizonte abierto decontenido inexplorado.u

c. La distrihuci6n social del conocimiento

El conocimiento está socialmente distribuido. La tesis general de las

~~~=::~r:sr=sms~~~~t:idd~~~~i~~cu~~~~i~¡feea:semejantes y viceversa. Pero el acervo de conocimiento real a manodifiere de un individuo a otro. y el pensamiento de sentido comúntoma en cuenta este hecho. No solameJlte difiere lo que un individuo

~~~::n~bo~l~s~~':n~~»h~:l.:~eEi:n~~::~~~oelti~C:~~%'o~grados de claridad, nitidez, precisión y familiaridad. Para tomarcomo ejemplo la conocida distinción de Wi:1liam ]ames28 entI:e «co­nocimiento por trato directo» (knowledge 01 tlcquainttlnce) y «cono-

~~~~e:~a:c:rl: ::ne~:n~ii:~~~:bd~t~~~ ~::~ ~~~n(~~u:~:lance), mientras que usted tiene conocimiento «acerca del> lo que

27V&se ..El1eoguaje,los trastornos de11eoguajey latcxturadc la concien·

~~-tJifJ'~~)l~:~·op. cit.• vol. l. pfg. 221 Y sigo

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les hace ser lo que son, y viceversa. Yo soy ceiqlertO) en un campolimitado y «lego» en muchos otros, igual que usted.:a Todo acervode conocimiento que un individuo tiene a mano en un momentocualquiera de su vida' está estructurado en zonas de diversos grados

~i~tec:a~idJ:'s=t:a¿ia:~si~ge~tay~;:c~~de:eesc:áiR~:g:ic:.~mente determinado. El conocimiento de esas diferencias individualesconstituye en si mismo un elemento de la experiencia de sentidocomún: yo sé a qué médico o abogado «competente» debo consultary en qué circunstancias típicas he de hacerlo. En otras palabras, enla vida diaria construyo tipos acerca del campo de trato clirccto delOtro y del alcance y textura de su conocimiento. Al hacerlo, presu­mo que él se guiará ·por determinadas estructuras de. significativi­dades, que se expresan en un conjunto de motivos constantes queconducen a una pauta particular de acción y hasta codeterminar;¡ supersonalidad. Pero esta afirmaci~n anticipa el análisis de las cons­trucciones del sentido común relacionadas con la comprensión denuestros semejantes, que constituye nuestra próxima tarea. 80

3. La estmetuTa lel mundo social" su tipificaci6npor paTte de las construcciones del sentido común

~~j~:~11J~8~'I;:~i:e~t:~~:~~:~~lj~eJ::dJ::reiiti~;~~;~~~n~t~~e~':°aa:t~~~:~ ~~b~~~~~~e~~~i~¿:!:~nada. Solo con referencia a mi logra cierto tipo de mis relaciones conotros el significado especlfico que designo con la palabra «(Nosotros);solo con referencia a «Nosotrosll, cuyo centro soy yo, aparecen otroscomo «Vosotros», y en referencia a «Vosotros», que a su vez serefieren a mí, surgen terceros como «EllOS). En la dimensión deltiempo, existen con referencia a mí, en mi momento biográficoactual, «contemporáneos», con quienes puedo establecer un inter­cambio de acción y reacción; «predecesores», sobre.los cuales nopuedo actuar, pero cuyas acciones pasadas y su resultado están

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abiertos a mi interpretaci6n, y pueden influir sobre mis acciones: y«sucesores», de quienes ninguna experiencia es posible, pero hacia los

~~:~ lf~d~~ ~~:t:d:~na:i:xe:s~~nul:Sa~~l:~i~~ófo~:asod':~:midad y anonimia, familiaridad y ajenidad, intensidad y extensión.81

En el presente contexto, nos limitamos a la relación que se estableceentre contemporáneos. Refiriéndonos todavía a la experiencia destntido común, podemos presuponer que el homhre es capaz !le comoprender a su semejante y sus acciones, y que puede comunicarse conolros porque presume que. ellos comprenden las acciones de él; ytambién que, aunque esta mutua comprensión tiene ciertos limites,basta para muchos fines práclitos.Entre mis contemporáneos hay algunos con quienes, mientras durala relación, comparro una comunidad no solo temporal sino tambiénespacial. Por conveniencia terminológica, denominaremos a tales con­temporáneos «asociados», y a la relaci6n estahlecida entre eHos unárelación «cara a cara», entendiendo esta expresi6n en un sentidodistinto del utilizado por· Cooley32 y 6US sucesores; con ella solo

~:b~~n;:oi~~ ~s;:~:al~í~=;o:= ~i~o~el;~ól~ :;:~e?cf~'de extraños en un vagón de ferrocarril.Compartir una comunidad de espacio implica que cierto sector delmundo externo' está por Igual al alcance de cada copartícipe, .¡ con·tiene objetos de interés y significatividad que les son comunes. Para

~~:iOc:!:r:~~~~selso~~:U~t:~:sofs~~~~b:,~~es~I;U:O=~cosas o sucesos del mundo ~terno, sino en su significaci6n fison6­mica, vale decir, como síntomas de los pensamientos del otro. Com·partir una comunldad de tiempo -y esto se refiere no solo altiempo exterior (cronológico) sino tamhién al tiempo interior­implica que cada copartícipe interviene en la vida en curso delotro, puede captar en un presente vívido los pensamientos del otro

:~~~~~~t:n~:i~~~:Yd~11~:r~!ds~~:~pI::a,~~~~o~ansiedades-. En resumen,.cada uno de los asociados se halla Impli.cado en la biografla del otro; envejecen juntos; viven, por ~rssl, en una pura reltId6n Nosotros.En tal relación, p?r fugitiva y superficial que sea, el Otro es captadocomo una indiVidualidad única (aunque solo un aspecto de su pero

(~~~~~~dr:~~t:d~gded~::~:I~~e:enfr:;=r:II~~of~~~~arras formas de relación social (hasta en la relación entre asociados,en la medida en que col).clerne a los aspectos no revelados del sr­mismo del Otro), el s{-mismo del semejante '6610 puede ser captado

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mediante una «contribución de la imaginación de presentacioneslúpotéticas de sentido» (para aludir a la frase de Wliitehead antes

~;~~:~ta~ :ce:;=~1:a ~am~:~~t;a~~t::ad~o~~titu'~caú;~cas de un tipo de personalidad, de las cuales nb son sino casos oejemplos el Otro y ~a conducta suya que se c:xBmina, ambas fuera

~:o~=~e;~p~ta~ei:~~~:;c~~J:d~t~:~r:Ci:r~~eu~:diversas formas de construcciones de tipos de cursos de acción y

~;~:af:~:~:~~on::~~A~~í:~~t~~~~de~1 de~~:,::nalidad y su conducta basado en mi experiencia pasada de A comomi asociado. Al colocar una carta en el buz6n, pteveo que personasa quienes no conozco,' llamadas empleados del correo, actuarán deuna manera úpiea no totalmente inteligible para mI, con el resultadode quc mi carta lIegar~ al destinatario en un tiempo típicamenterazonable. Aun sin haber conocido nunca a un franc~ o un alemán,comprendo «por qué teme Ftancia el rearme de Alemania». Al cum·

~~:e~~ ~~~b~d1ala:i~ti~f~~~~ s~~n=~~á:e~se ~n~~í~inglesa, a la cual dcbo ajustar mi propia,conducta para baeermecomprender. Finalmente, todo artefacto o utensilio se refiere a lossemejantes anónimos que lo elaboraron para ser usado por otros se­mejantes an6nimos con el fin de alcanzar fines tipicos por mediost1picos.*Estos no son mú que unos pocos ejemplos, pero ordenados segúnel grado de creciente anonimia de la relaci6n entte contemporáneosinvolucrada y, por consiguiente, de la con~trucci6a necesaria paraaprehender al Otro y su conducta. Se hace evidente que un aumentoen la anonimia supone una disminución de la plenitud del conre-

~~~d~~~od~i~a~~~~ida~ dJs::~ji:t:~~:td~:{ :;lic:t~y tanto menores son los aspectos de su personalidad y pautas deconducta que entran en la tipificaci6n como significativos respectodel propósito a mano pata el cual ha sido construido el tipo. Sidistinguimos entre tipos personales (subjetivos) y tipos de cursosde acci6n (objetivos);podemos decir que la creciente anonimia dela construcción conduce al reemplazo de los primeros por los segun·

t:t~c:~~bi~~n;mJati~~1~e~ed:=6n:er:fi~::\:i:~d;c~~de «cualquiera. que actúe de la manera definida como típica por111 construcción. '.Resumiendo, podemos decir que, excepto en la pura relación Noso·tros entre asociados, nunca aprehendemos la singularidad individualde nuestro semejante en su situación biográfica 'ÓnÍca. En las cons·uucciones del pensamiento de sentido común, el Otro aparece, a lo

33 V&se nota 31.* V&se Allred SchulZ, «The Problcm oE RaÚODality iD the Soclal Worl~,&o"o",ica, vol. 10, mayo de 1943. (N. de M. NatanJo".) [«El problema dela racionalidad en el mUDdo sacw., en Esludios sobre leorEa social, op. cit.,cap. 3.]

·H

sumo, como un sí·mismo parcial, forma parte Incluso de la purarelaci6n Nosotros s6lo con una parte de.su personalidad. Esta ideaparece importante en varios aspec~os. Ayud6a Simmclu a superar eldilema entre la conciencia individual y ia colectiva, que Durkheim8S

advirti6 con unta claridad; esú en la base de la teoda de Cooley8Cacerca del origen del sI-mismo en un «efecto de espejo»; permiti6a George H. Mead 87 elaborar su ingenioso concepto del «otro ge-

~ai~Ii::;;I~rd~t~~~n~cis=J::' ~r~¡r~:~r:nY~fi=:~~aunque no menos importante, «acción racionall), *Pero esto no es más que ia mitad de la historia. Cuando consuuyo

~n~i~~:d~c~~~~I~fo~a~c;=es~ d~ea~~~¡fi~aci:!~u~se produce si yo entro en relaci6n con~. Yo no estoy implicado ental relaci6n con mi personalidad total, sino solo con algunas capasde ella. Al definir el rol del Otro, yo mismo asumo un rol. Al tipi.ficar la conducta del Otro, estoy tipificando mi' propia conducta,que se interrelaciona con la suya, transformándome en pasajero, con·sumidor, contribuyente, lector, etc. Esta autotipificac:i6n constituyeel fondo de la distinci6n de William James~ y de George H. Mead 3aentre el eyo» y el «mí» en relación con el sl·mismo social.Sin embargo, debemos recordar que en gran medida las construc­ciones de sentido común usadas para tipificar al Otro y a mí mismotienen origen y aprobación 6ociales. Dentro del endogrupo, la ma­yoría de los tipos personales y de los tipos. de cursos de acci6n sonpresupuestos (hasta que· se pruebe io contrario) como un conjuntode reglas y recetas que hasta ahora nan resistido la prueba y seespeta que la resistan en el futuro. Más aún, la pauta de constroc·ciones típicas es institucionalizada con frecuencia como una normade conducta, áutorizada por las costumbres tradicionales y habitua·les, y a veces por medios propios de lo que se denomina controlsocial, tales como el orden jurfdico.. .

34 Georg Simmd, "NOle on 'rbe Problem: How 1s Society Possible?D, trad. alinglés por A1bioo W. Small, Americ6n Journ61 01 SocioloD, vol. 16, 1910, p>lgs.372-91; v&sc también The SocioloD 01 Georg Simmel, (GlellCOe, IU~ 1950),trad. al in¡lés porKunH.Wolff,quleneslUvoa cargo de la cdici6n yescribi6una introducci6n para ella, e fadiceanalftico en ..Individual andGroup•.35 Se haIJar4 una excelente cxposici6n.dela concepci6n de Durkhcim, en Geor-

~51~~~r.:.~~t~al::~i'~~ ;:~t8~:" !:arJ:;i1~~f.s::~::;"Tbc Sociolo¡ism of Emile Durkhcim and bis SchooID, en Harry Elmer Barnes,

~Rot~./~~~:i1:d.:i !/he:s~n1 %J:rSt~~iu~~i~:Et.~i9~'t~;:IV, págs.. 125-50. .36 Charles H. Cooley, Hum6n N6t.urr IUIJ the SocitJ OrJer, Nueva York, cd.

~7;~~f¡~~Z:n~l~f d:~~od~Z~;~ ~~ r.~1~2·~l'Ra.tionality ••.D,op. cit. (N. deN. N6/ll7Ison.)

~1f~~p~::eÍ;i!~:~¡:~!t C8!j3J~'p~~~~; ~2l~, «Tbe. r7:;;~ :~~Social Objeas Musl Psychology Prcsuppose?D, Journ61 01 rp~/osopby, vol. lO,1913,p'gs.374-80.

48

4. Tipos de ctersos de acción y tipos personales ~~~(.... ~.

Debemos ahora investigar brevemente el esquema de aOO ··!~inter.acción sociales que subyace en la construcción de los tipos d~'cW:sps.·de acción y los tipos personales en el pensamiento de sentido con:iáil.

a, Acci6n, proyecto y motivo

Tal como se lo emplea en este t~lIbajo el término «acci6n» designarála conducta humana concebida de antemano por el actor, o 5ea, unaconducta basada en un proyecto preconcebido. El término «acto»designará al resultado de este .proceso en curso, vale decir. la accióncumplida. Esta puede ser latente (p. ej .• el intento de resolver men­talmente un problema c:íentíEico) o manifiesta, insena en el mundoexterior; puede llevarse a cabo por comisión u omisi6n, conside­rando h abstend6n intencional de actuar como una acci6n en si.Toda proyecci6n consiste en anticipar la conducta futura mediante laimaginación; sin embargo. ·no es el proceso de la acci6n en curso

:l:~:~:~od~u:od~ ~~~~~.D~d~isl~a~~aer~tS:;~J~ d~ p~~~~~~eJfi~d~ádi~aa~~~n~r:;aa3:

eia~~It~=: ~~:aloasd~

cosas. Hablando metaf6ricamente. antes de poder esbozar los planosdebo tener alguna idea del edificio por construir. AsI. debo situarme

~a:Ü~:e:t~a':.~Ioti=:c:tu~~~~t:ira:~~ ka::~ción cada uno ~ los pasos que ba~rán producido ese acto futuro.En la terminologfa indicada, el proyecto no anticipa la acción futura,sino el acto futuro, y lo hace en el tiempo futuro perfecto. ,noJofuturi eJCllCti. Esta perspectiva temporal que es peculiar del proyectotienc conséCUencias bastante importantes.

i. Todos los proyectos de mis actos futuros se basan en mi cono­cimiento a mano en el momento de la proyección. A este conoci­miento pettenece mi experiencia de actos previamente efectuadosy que 60ntípicamente similares al proyectado. Por consiguiente,toda proyección supone una idealizaci6n particular. que Husserl de­nomina idealizaci6n del «puedo volver a hacerlol>,~o es e;iecu, lasuposición de que, en circunstancias típicamente similares, puedoactuar de una manera típicamente similar a aquella en que actué

:~eseft~rileili~~::~u~~~o~:c~~~:t~:ci6~d:~~~t~r; ~p:~~~~~~:::t~r~y~~~~sJe~dti~~~~¡t~:=~n~ael~~:d~~~u~~de baber efectuado el acto proyectado, aunque solo sea porque «heenvejecido» y las experiencias que tuve .DlÍentrJIs llevaba a cabo miproyecto han modificado por lo menos mis circunstancias biográficas

40 Edmuad HU5Sert, Fo'mtl1~ IIntl trans%~niÚntal~ !.ogile, lC'C. 74. pág. 167;E,/ahrung IInJU'/~iJ, seco 24.:sec. 5th.

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y ampliado mi acervo de experiencia. Así, la acci6n «repetida!> ser:!:algo más que una mera rc-efectuaci6n. La primera acción. A', co­menzó dentro de 'un conjunto de circunstancias C' y produjo elestado de cosas S'; la acción repetida, A", comienza en un conjuntode circunstancias C" 1 se espera que produzca el estado de cosas S".Es inevitable que C' difiera de C' porque la experiencia de que A'logro producir S' pertenece a mi acervo de conocimiento que formaparte de C", mientras que a mi acervo de conocimiento que for­ma parte de C' pertenecla solamente la anticipaci6n vada de que talcosa sucededa. De modo similar, S" diferirá de S' como A" de A'.Esto es así porque todos los t~minos --C', ~", A', A", S' YS"­son sucesos únicos e irreversibles. ,Sin emPergo, exactamente aq,ue­lIas características que los hacen únicos e irreversibles en senlldoestricto quedan e1iniinadas -para mi pensamiento de sentido ca­mún- por no ser significativas para mi propósito. Cuando tfcetúola idewzaci6n del «puedo volver a hacerlo!>, solo me interesa latipicidad de A, C y S, sin ap6strofos. La construcci6n consiste,

~:~~~~~¡fi~ti~~~fo°~!;rcli:~'s: d~P=~:s~:~r;~~~~ la~tipificaciones de toda clase.Este punto adquiere especial importancia para analizar ~ conceptode lo que se denomina acción racional. Es Obvio que en las accioneshabituales y rutinarias de la vida cUaria aplicamos la construcción

~~~ ::~::d~sla~ep~~~b:~ ~:u~~~ta~c~h~r; ::,:s~~~~,~~frecuencia, uniendo medios X fines sin un claro conocimiento «acer­ca del) sus conexiones reales. Hasta en el pensamiento de sentidocomún construimos un mundo de hechos supuestamente relacionadosque contienen de manera exclusiva elementos a los que se considera

~:.gtic;~;s~e~~~~ ~~:~alr~~si~~acteriza al proyecto aclara en

b~b:~:I.~ld~¿~~e~a~~~t¡;~~eakic':tdc1 ~~j~~~sEdu~:=~:~~~~~~~;d~J: ~~~i~o~~~increi~n asesinato fue robar dineroa la víctima. Aquí, «motivol) significa el estado de cosas, el obje-

~i:~~~: :ee~~ieti~o~~~:ti:ade:~:tiv~np=;~ñ:t·~~:~de vista del actor, esta clase de motivos se refiere lt1 futuro. ~I es-

~~::daco:~s's~u~r~~~~ca~o j~;~v~c~~~~tuÚ:;ar:v~~~nl:acci6n. ,b. Podemos dce~ que el asesino ha sido motivado a cometer elhecho porque creció en tal o cual ambiente, tuvo tales o Cuales ClI:­

periencias infantiles, etc. Desde el punto de vista, del actor, esta

~~:)>>~ :o~efi:;eaal~~~i:ci::~s:&~~:e~~r~~ ~~~~d~

~~ T:~ti=~~e.:,.l~:'OT=S ';,~~e!.'tenca=io~r:;:~~motivos «porque» no pueden su I!Xpresados medílUlle o,aaotleseparu. Estadiferencia entre !as dos posIbilidades de las expresiones lingiilsticas concerwen-

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a actuar como lo hizo. 10 que en una Acci6n está motivado en forma

~~~1d::reÍ: illn~r~r:a~:d~e¡au~~~~br~ra (p.' ej., satisfacer la

~:n~u:e~d: ~~o :~~~~:~~deb:n: ~~aiarili:~c ~fsa~~ll~~~vive en su proceso de actuAci6n: en curso tiene en vista únicamenteel motivo del tipo «paral) de la Acci6n en curso prevista, es decir, el

::~~~d~~ oc~si:s {:ss[m~:I~~:s;¿::rde~oacciJ::~o e: :rs~~t~al proyecto antes establecido que prevé el acto modo /uturi eXf1cti,puede el actor aprehender retrospectivamente el motivo «porque~

~l~cl:'orW;~u~~~~~CrJ0u2u~b=ad:rr%~~6~i~~~. Pero entonces,La distinci6n entre los dos tipos de motivos adquiere vital impor­tancia para el análisis deis interacci6n humana, a la cual dirigimosahora nuestra atenci6n.

b. Interacción social

Toda forma de interacción social se funda en las construcciones yadescriptas, referentes a la comprensi6n del Otro y el esquema de

ci~~~ ~J~~:'J~~=~~;or~~~~~.laC':~d~c~:ye~oa:pregunta, preveo que el Otro comprenderá mi acción (p.ej., elhecho de que yo formule una oración interrogativa) tomo unaptegunta, y que esta cOmprensión lo inducin{ a actuar de tal maneraque yo pueda comprender su conducta como una respuesta adecuada.'(Yo: c¿D6nde está la tiotah. El Otro señala bacia una mesa.) Elmotivo «paral> de mi acci6n es obtener informaci6n adecuada que,en esta situaci6n particular, presupone que la comprensión de mi

O~~v~ :rc;~::eu:n:~~:;a~!l)m=:~~~:e~~u~~~:i6~siempre que esté en condiciones de hacerlo, como presumo. Yopreveo que 8 entiende mi ,idioma, que sabe donde está la tinta, queme lo dirá si lo sabe, etc. En términos más generales, preveo que élserá guiado por los mismos tipos de motivos que en el pasado -sc­gún mi acervo de conocimiento a maoo-, nos guiaron A mí Ymuchos otros en circunstancias típicamente similares. Nuestro ejem.plo muestra que hasta la interacción mlis simple de la vida comúnpresupone una serie de construcciones de sentido común --en estecaso, construcciones de la conducci previs.ta del Otro--, todas ellas

~:=tir: ]~id=:~:~;r~e:'ld~ ~~ti~~:a:u ~~:~~~ Aesto lo denominaremos la iJ/:lkad6n de la redprccJad de motivos.

1:!S a los motivos eparD, por importante que sea ea otro contexto, será ¡gno­radaenloquesigue.ylasapresionesemotivopo~ue» u «oración porcjue»seIiD reservad2s excIusivameDIe pan. el genuino CDlOI1VO porque» y su expre­si6nllngülstica.42 Véase nota 31.

;'~i;:ádaaudees;:r;~=~:6~u~r:n;e dhn~~es~uti~~~~fv¿:imputados al Otro son típicamente los mismos que los míos o quelos de otros en circunstancias dpicamente similares; todo esto con­forme a mi conocimiento a mano, genuino o de origen social.Supongamos ahora que deseo hallar un poco de tinta para Henar miestilográfica, 11 fin de redactar una solicitud al comit~ de becas que, sies IIprobada, modificará todo mi modo de vidll. Yo, el actor (inte·rrogador), y s610 yo, conozco ese plan mIo de obtener ill beca, que

~:s~~~ ~~od~~~~is~~~ ~:r:e:t~~I:c~:J~elo:~:~:~c:~~una serie de pllSOS (redactar una solicitud, poner a mi alcllllce mll­teriales plltll escribir, etc.), cada uno de ios cuales se materializar'

:;a~;):. S~ci:~ba~~~. st':xfa~r~~:r«i;~:~~»sun¿II::n~t:o~~:;~de la acci6n total, y todos los pasos intermedios que ellas mate·rializadn son solamente medios para alcanzar mi objetivo final,

~:~~d:ri~:ar%i faro~~~t~u~í1:ni:i~~d~~!ad~i~:b;~~~:~ses~~ ~~~unidad. Esto se hace evidente si consideramos que en la cadena deacciones parciales interrelacionadas, destinadas a materializar estadosde cosas que son simplemente «medios» para alcanzar el fin pro­yectado, ciertos eslabones pueden ser reemplazados por otros o nasta

~~:~~;~~:U~a~::os~li~~!t:e=ri:9~'I~i;¡q~inc:ed~escrlbu. . ....En otras palabtlls, s610 el actor Gabe «cuándo comieDZll'y d6nde ter·'mina su acci6m), es decir, por qu~ habrá sido efectuada. La dimensi6nde' su proyecto determina la unidad de su acci6n. Su asociado notiene conocimiento del proyecto que precede a ia acción del actorni del contexto de la unidad superior en la cual se inserta. Conocesolamente ese fragmento de la acci6n del actor que se hace manifiestopara él, a 6aber, el acto efectuado que él 'observa, o las etapas ante·riores de -la acci6n que sigue en curso. Si mlÍs tarde una tercera per­sona preguntllta al destinatario de mi pregunta qu~ le pedí, respon­dería que yo queda saber d6nde encontrar tinta. Esto es todo 10 que8 sabe de mi proyecto y su contexto, y tiene que considerarlo comouna acci6n·unidad autónoma. Para «comprender» qu~ me: proponíacon mi acci6n yo, el actor, 8 tendrla que comenzar con el hecho

~~~e::tJuj~n:t:e:r;~:~i :~:6:notivo «parall subyacente,

Ahora está claro que el sentido de una acci6n difiere inevitablementea) para el actor; b) para su asociado, que participa con él en unainteracci6n y por consiguiente comparte con 8 un conjunto de si8Oi­ficativiclades y propósitos, y e) para el observador que no toma parteen tal relación. Este hecho dene dos consecuencias importantes: pri­mero, que en el pensamiento de sentido comÚD sólo tenemos la posi­bilidad de comprender ia acci6n del Otto de maDera suficiente paranuestto propósito a mano; segundo, que, para aumentar esta posi­bilidad, debemos investigar el sentido que tiene la acción para elactor. Asf, el postulado de la «interpretaci6n subjetiva del sentido»,

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según reza la infortunada expresión, no es una particularidad de lasociología de Max Weber ta ni de la metodologla de las ciencias 190­

ciales en general, ·sino un principio de la construcción de tipos decursos de acción en -la experiencia dc sentido común.·Pero la interpretaci6n subjetiva del sentido solamente es posible leve-

~~d~p~~)Sd::;: J~ea~~~~;Dio~·C::::v:ndP~~sa~~~;~~t:fd~íactor, llegamos a la construcci6n de un tipo personal. Este puede sermás o menos anónimo y, por consiguiente, más o menos vado decontenido. En la relación Nosotros entre asociados, el curso de accióndd Orro, sllsmotivos· (en la medida en que sean manifiestos) ysu persona (en la medida en que esté implicada en la acci6n mani·fiesta) pueden ser compartidos inmediatamente, y los tipos construi­dos, que se acaban de describir, mostrarán un grado muy bajo deanonimia y un tito grado de compleci6n. Al construir tipos de cursosde acci6n de contempodneos que no son nuestros asociados, impu­tamos a los actores más o menos anónimos un conjunto de motivossupuestllD'lente invariables que gobiernan sus acciones. Ese conjuntoes en sí mismo una construcción de previsiones úpicas con respectoa la conducta del Otro y. ha sido investigado con frecuencia en tér·minos de roles, o funciones &ociales, o conducta institucional. En elpensamiento de sentido común, tal construcción tiene panicular im­portancia para proyectar acciones orientadas según la conducta demis contemporáneos (no la de mis asociados). Sus funciones puedenser descriptas del siguientes modo:1) Presupongo que mi acción (v. gr., colocar en un buzón un sobreestampillado y con la direcci6n correcta)inducirli a semejantes,an6nimos (empleados del correo) a efectuar acciones típicas (mane­jar la correspondencia) de acuerdo con motivos «para» tlpicos (cum­plir sus obligaciones ocupacionales), con el resultado de que sealcanzará el estado de cosas proyectado por mi (que el destinatariorecibá la carta en un lapso razonable). 2) Presupongo asimismo quemi construcci6n del tipo de curso de acción del Otro corresponde

::~~~~~::~:c~i~~ ~~J:~d:u~~~f~:~~; Jp:ed~0::d:~~t~1:de su asociado anónimo-- basada en motivos típicos y supucstllD'lenteinvariables. (<<Cuando alW;Jien pone en el buzón un sobre debida­mente dirigido y estampillado, se le atribuye el propósito de qucsea entregado al destinatario en un lapso adecuado».) 3) Más aún¡en mi propia autotipific:ación --es decir, al asumir el papel de uncliente del correo-- tengo que proyectar mi acción de la manera típicaen que, según supongo, el empleado de correos típico espera que secomporte un cliente típico. T81 construcción de pautas de conducta

43 Max Wdler, op. cit., pllgs.. "9, 18, 22, 90 Y esp. 88: cE! túlllÍJlo "aCción"abarca toda tnodueta hUlllAna cuandoycnlamedi.cIa en quedlndividuo ae­lUanteleosi8Daunscntidosubjetivo (. ..) LaaccióD es social en la medi.da enque,C:D virtud del sentido subjetivo que le atribuye d individuo actuante (olos individuos actuantes), toma en cuenta la conducta de oltos y es oñentadapordlaensucuno,..VéanseTalcottPanons,op.cit.,c:sp.p!gs.82ysigs,34'.

f1V:c~:r:;16:rco~;;'~I~t~nS:'J::¿s1S::Wes,., pllg. 77 y sigo

(N.deM.Natanro".)

53

entrela'zadas se revela como una consuucci6n de motivos «paro y«porque) entrelazados que son supuestamente invariables. Cuandomás institucionalizada o estandarlzida se halla tal pauta de c:onducta,es decir, cuanto más tipificada está de una manera socialmente aproo

:a~oi~ ~Y;:¿b:g~¡~d~l~~~n~, ;:;ram~~~~~~:~ti~uica~~~produzca el estado de cosas al que apWlta.

c. El observador

Todavía nos falta caracterizar ei caso especial del. observador que no

fa~~~~~~o~el~~s d~aht~~~n~~:~6e~~~~ :bs=:&s~ ~t:táe~::tonizado» con ellas, pero no ellas con ~. En otras palabras, el obser­vador no participa en los complicados reflejos especulares que en lapauta de interacci6n entre contemporáneos permiten que los motivos«patal> del actor se hagan comprensibles para el asociado romo suspropios motivos «porque!> y viceversa. Preci.~amente este hecho cons­tituye el llamado «desinterés» o distanciamiento del observador. Esteno comparte las esperanzas y temores del actor acerca de si se comoprenderán WlO al otro y lograrán' su objetivo mediante el entrelazamien­to de motivos. Así, su sistema de significatividades difiere del de laspartes interesadas y le permite ver al mismo tiempo más y menos

~es~o ot:tve:~i6DV:~~ ~~Iam~t~t k:g:=t~:ia~o~ccd~i~~acciones de ambos asociados. Pata ('omprenderlos, el observador tieneque valerse de su conocimiento de pautas tfpicamente similares deinteracci6n en encuadres situacio:wes típicamente similares, y tiene

:ti:~~~a:6:~~:°:St1e ati~r~~t~r: ~:::ci~~.i:sfr:~:~~~~~p~~t~b~~l:d~~e:~~:: !,::q~~ ~~I~o~e~e;: dUh:h~ ;~:el prop6sito del observador es diferente del propósito de los inter·actuantes, por lo cual difieren taIi:lbién los sistemas de significativi.

~f::Sc~~~~:~sc:p~:esl=j~O~~uJv~ tio~~~:a P¡eÍ~ct: ~una mera probabilidad -8W1ilie esta probabilidad basta para muchos

~r::= ~a~r::~~~~d~b~~r:da~Par~ ~~~os: :~=~~t~~~t:seaobs~~~e~:n: ~a~a~~~~~t~~:~~b~~ad~::~J~~de los sistemas de intem;laci6n humana, el especialista en ciencias

:~~~al~:~~~·s e:~~~ra:::t~~~=:~ r:~~:=:~;e:~~1lI0delos de las llamadas acciones racionales. Examinemos primero elposible significado de la expresi6n «acci6n racional» dentro de laexperiencia de sentido común de la vida cotidiana..

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III, La acción racional dentro de la experiencia ~~( , .de sentido común "" ~\.

El lenguaje común no establece una distinción marcada entre '"osde conducta sensatos, razonables, y modos racionales. Podemos decirque un hombre actuó con sensatez si el motivo y el curso de su acci6nson comprensibles para nosotros, sus asociados u ,observadores. Talserá el caso si su acci6n se ajusta a un conjunto de reglas y recetassocialmente aprobadas para enfrentar problemas típicos aplicando me·dioS' típic~ para lograr fines tfpicos. Si yo, si Nosotros, si «cualquieraque es uno de nosotros. se encuentra en circunstancias típicamentesimüares, actuará de manera similar. La conducta sensata, sIn embar·go, no presupone que el actor est~ guiado por la visión de sus motivosy el contexto de medios y fines. Una intensa reacción emocional con·tra un ofensor podrla ser sensata, y abstenerse de ella podría serabsurdo. Si una acci6n parece sensata al observador y, además, septesume que surge de una elecci6n meditada entre diferentes cursosde acci6n, podemos llamarla razonable, aunque tal acción siga pautas

:~:~id~~~s~~l~1:pfi~:s;tdm:~~/ti~~~su=cl~r~n;~~~percepción44 de los fines, medios y resultados secundarios que «en­traña la consideraci6n racional de medios alternativos paca alcanzarel fin, de las' relaciones del fin con ateos posibles resultados delempleo de cualquier medio determinado y, por último, de la impar.tancia relativa de diferentes fines posibles. La determinación de laacción, en términos afectivos o en t~rminos tradicionales, es, por,~de, incompatible con este tipo».4B

~vt:oc~:.:o~I.:e ~~~'do~·i.d~n~~t:y~-;dMc'o:::::rde·)rado-

~OC~i~~~lF:J~giF~~c:~~:~dr~ra ~:u1ó~~~~::o~-=~to,~~. ~ I~~e~í~~ (~~~P~~.T~=d~oS:Sol:'rU Gmn-alt, trad. al inglés con el tItulo Tbt Mi"á atUl Scx:idy, Arthur Livings·

ffi~~i.~:':,;~:~~~::l;~:r~~~rt~ri~:~l:i:1~U~:~r!~~~CS4~j1!~1L~~ €~~. fr~i~lr¿~~~¡:(f::;r~~~ser considtnldl (convenientemente) rmonal cuando está céntrldl de modototal en medios juzgados por elector como adecuados para el logro dc lines

~5eMC:Q~~. :~i~~~~. 117, La etracterización de la cacción racional..siguealackfinicióndel-b."CWeberdeunodelosdostiposdeacdonesrado-

H1,;:át1:;: ~~f.~~::-~j~c~'~rl~~¡~r:ci::·~o~a¡a~a~ia-:i=c~~~:~a~~fines disaetos,,).Dejamosaqul de lado el segundoppo de acción rac:ionaldeWeber,e1«WeTlralio"altsHa1látl",. (lnducidopor llorientaci6nraoonalhacia

~~~:~:~J;b:;~~~~~;~~u:3~~:~~tii~~~~:i'Iandeln. Implica que dentro del sistema de proyectos jer4rquicos \Iue hemosdenomin2do cplanes. se o&ecen a la elección varios cunos de 8CC16n y esta

55

Estas definiciones, muy provisionales, de las acciones sensatas, razo­nables y racionales están formuladas en t~rmin06 de las int.erpretacio­nes de'sentido común de las acciones de otras personas en la vidacotidiana, pero es característico de ellas que no se refieran solo al

~~~~~l ~b=~~id~t~~r:~iou:~~6~ ::o::~~ a~;~r~~vista subjetivo del actor, es10 es, al acervo de conocimiento que tienea mano en el momento de llevar a cabo la acci6n. Esto implica variasdificullades. En primer lugar, como hemos visto, es nuestra situaci6nbiográfica la que determina el problema a mano y, por ende, los siste­mas de significatividades en los cuales los diversos aspedos del mundo

~~~ b~~~~~ode e~~~~ie~~otiacl~c7~~ rfie~~d~~i:íe~:;:d~~~~ir:i~li~¡~al: =~s J¡fi:rl~i.e ~~r:iP~~~~~n~e :u~rs~~ts~~J~:y el observado comparten un sistema de significatividades cuya homo­geneidad de estructura y contenido basta para el fin práctico en vista.Si no es asl, un curso de acción' perfectamente racional desde el

~u~t~e~ead:~:~ :ic~::r~O: toU:~te~~ofd~eb:: fi~~ere~jC~~~~~ l~danza de la lluvia o creando nubes de yoduro de plata son, consi­derados subjetivamente, acciones racionales, desde los respectivospuntos de vista de los ·Indios hopi o del meteor610go moderno, peroun meteor610go de hace veinte años habría juzgado como no racionalesa uno Y otro. .

j:~~n:b~~~~~,ad~~~=~~::s~u~~ein=~~~:c:~~significado jel t~rmino «racional~, en el sentido de razonable, si selo aplica a mis propios actos pasados o a la determinaci6n de uncurso futuro de mis acciones. A primera vista, la diferencia parecería~er considerable. 10 que yo hice ya está hecho y no puede ser deshe-

:~ific~d~eo e~i~~d~;~~~~~~°Co~a:~~o~ia:C:~ci~~e;~~:d~~:

56

DO tengo posibilidad de elecci6n. El resultado de mi acci6n ha cum-

~~6 ~ : ~cci:d~a~~la~e~~t~a:bi~,v:~~ ~~~%~~t~q~;o;~~:tada en la idealizaci6n del «(pueqo volver a hacerlo», que puede resistirla prueba o no.Un análisis más minucioso muestra, sin embargo, que aun al juzgarla razonabilidad de nuestra acción pasada nos referimos siempre anuestro conocimiento a mano en el momento dc proyectar tal acci6n.Si descubrimos, reuospectivamente, que lo que hablamos proyectadocomo un curso razonable de acci6n en las circunstancias entoncesconocidas resulta un fracaso, podemos acusarnos de varios errores:

~:sde ~=er~ei~~~;~~c~~ ~sin~~~~I~:a~cid~;:~:nde: :~e:~f6~;~¡~~logramos prever el proceso futuro, etc. No diremos, sin embargo, quehemos actuado de manera no razonable.Así, en ambos casos, el de la acci6n pasada y el de la acción futura,nuestro criterio de razonabilidad se refiere al proyecto que determinael curso de acción y, con mayor precisi6n aún, a la e1ecci6n enlre

~;:~:r:,~~y~d~~~~~~~cfe°:~~}:esCofu~e:~:ee:=~i~~i6~enue por loo menos dos cursos de conducta: llevar a cabo la acci6nproyectada o abstenernos de hacerlo.Como dice Dewey,41 cada una de las alternativas 1,ue se presentan

~~~ ~ne:iakddee~J:~:~:d~~~~cla~r::~~i~~/r~~i~:tel actor debe tener un conocimiento claro y nítido de los siguienteselementos de cada uno de los cursos de acción proyectados que esposihle elegir:

a. El particular estado de cosas dentro dl!l cual debe iniciarse 111acci6n proyectada. Esto supone una definici6n bastante precisa de susituaci6n biográfica en el medio físico y sociocultural.b. El estado de cosas que se quiere crear mediante la acci6n proyec·tada. vale decir, su ñn. Pero como no existe un proyecto o fin

:~~~t~Ydaa~~ ~~~á~ :~g~:d~:c~~s,s&~::~:edee~:;e~~~tde~~~~nadas mis planes, y todos mis planes estlÚt integrados en mi plan devida), tampoco existen fines aislados. Están relacionados en un orden

i~~:~'¡o~I~g~~~d~b:et~~rs~~e:n=i~~t:cl~~n;s~~rJ~

~~~8(~f:~bJs~d~n~:~:~~:i:rC:l~:~a~r::~~~:q~c:td::~::P:l~~~~~e:~s~:e·~:d/I~e;::J:d~s~e=Jci~~d::acción futura, como diría Max Weber.4a

c. Los diversos medios necesarios para alcanzar el fin establecido, laposibilidad de ponerlos a mi alcance. el grado de conveniencia de suaplicaci6n, el posible empleo de esos mismos medios para el logro

46cla e1ecc16oeDtre diversos proYCCIOS de acdón•.:~ ~~~a~~aW~u:í=tlpft;5~t.••• Nueva York. 1922, piS· 190.

57

~~nO~~:i,::&~e~~~e:Jo~a;~PI~ti~~:1~a~6~to~tr~:g;:yectos.

La complicación aumenta en gran medida si el proyecto de"acción'racional del actor supone la acción o reacci6n racional de un seme-

~~;~e~t~~~~m~~n~e ~:o~~~c~~~~'rildo~e~~d~a~ñc%n~:S tfasituaci6n inicial, no solo definida por mi, sino tambi6t ddinida por elOtro. Además, debe haber suficiente probabilidad de que el Otrosintonice conmigo y considere mi e.cci6n bastante significativa como

~:I:ad:~ ha~~a:ufi~i~:~:'ob:bJ~~d~ l'~u~~lo~~~~P~~~r~~lo cual significa, en el caso de una relaci6n racional, que interpretadmi acci6n racionalmente como acción racional y que reaccionará de

f~~I~:,n;~: ~~~o~:'t;'~u~m~~i~~c~~~~:t:n~~ ~tilici:::~~::~daro y nltido de mi proyecto y de su lugar en la jerarqu1a de mis

h~~~~s e~1d::~~r~n ió ~1as~~~~e d~i::ic~~vid:d:~~: }~asigno; y, Por otra parte, que la estructura y el alcance de su acervo

~~I:~~~ü~r:s~i: :í~~' ;~:s6~s~~~:asi~=;:ti:id:d~;y el mio, si no se superponen, serán congruentes por lo menos en

~a~tt~~~~~~;~c~a:~~á ~~ci~n~l~o::~~g~U~u~ 8~~:~0::t~r~~respuesta, conoce todos los elementos ya mencionados (a, b y e) de

~~::~:~n:a~~:¡~e;: ~r:~ ~~~~J~~:~sr::~~~~~~~e~~del Otro, con respecto a la acci6n que debe llevarse a cabo (p. ej.,quiero que el Otro haga algo para m1), debo tener, por UD curiosoefecto especular, suficiente conocimiento de lo que él, el Otro, sabe

~~:~~~eq~~~:~s~~~ ~cl~~r~fici~~ 1~~kl;¡c~~i~~:yo sé. Esta es una condición de la interacci6n iá~almente racional,

r~t:~n :lloc;,d~:r~b~ti~;· ::r n~J¡:drl: f:°%o~a~t~:~reacci6n del Otro. Adems, tal conocimiento mutuo debe ser daro ynítido; no basta una mera anticipaci6n, más o menos vada, de la con­ducta del Otro.En estas circuDStancias, la interacci6n social racional parecerla imprac­ticable, aun entre asociados. Sin embargo, recibimos respuestas razo­nables a preguntas razonables, se cumplen nuestras órdenes, realiza­mos actividades muy «racionalizadas» en Ubricas, laboratorios yoficinas, jugamos al ajedrez y, en resumen, nos entendemos de modoconveniente con nuestros semejantes. ¿Cómo es posible esto?Al parecer, bay dos respuestas diferentes. Primero, si existe de pormedio una interacci6n entre asociados, podemos suponer que la par­ticipación mutua en la vida en curso del asociado, el hecho de compar­tir sus anticipaciones tan característico de la pura relaci6n Nosotros,establece los requisitos para la interacción racional que acabamos de

58

analizar. Sin embargo, precisamente esta pura relación Nosotros eslo que constituye el elemento irracional de toda relación entre aso­ciados. La segunda respuesta no solo se refiere a la relación entreasociados sino entre contc:mporlÚleos en general. Podemos e;tplicar laracionalidad de la interacción humana por el hecho de que ambos

b~~~~c~~~n~I:~sd~c:~d~:t~;rcidr:~~::~sJ~~ell~~e;:r~o;.necen: normas, buenas costumbr~, modales, el mateo organizativoestablecido para tal o cual forma.determinada de división del trabajo,

~a:l r;=~6:~~~~eaj:;:~~d~c'Je:m~~dfá~e~r~ci~~~~~~:Tales parrones pueden ser aceptados tradicional o habitualmente comopresupuestos y, dentro del significado de nuestras definiciones ante·riores, la conducta de este tipo será sensata y basta razonable, perono necesariamente racional. En todo caso, no serli «idealmente»racional, es decir, no cumplirá con todos los requisitos elaborados enel análisis de este concepto. • .Llegamos, por consiguiente, a la conclusi6n de que la «acción racio­nal», en el plano del sentido común, es siempre acci6n dentro de unmarco incuestionado e indeterminado de construcciones de tipicidadesdel encuadre, los motivos, medios y fines, los cursos de acción y per­sonalidades involucrados y presupuestQs. Sin embargo, no solo lospresupone el actorj también se presume que lo hace su semejante. Deeste marco de construcciones, que forman su horizonte indetermi·r.ado, se destacan conjuntos meramente particulares de elementos queson clara y nítidamente determinables. A esos. elementos se refiere elconcepto de racionalidad del propio sentido común. As!, podemosdecir que, en este plano, las acciones son a lo sumo paiclalmenteracionaIes.y que la racionalidad tiene muchos grados. Por ejemplo, elsupuesto de que nuestro semejante --que participa con nosotros enuna pauta de interacá6n- conoce sus elementos racionales nuncaalcanzad «certidumbre emptricBl> (certidumbre «hasta nuevo aviso» o

~v~~;et~:ed:~I:U~ibill¡de~ldeC:,trcki~~b~~cfadt~~t1eti~~r~contraposición a la probabilidad matemtáica). Tenemos siempre que«aventurarnos» y «correr riesgos», y esta situaci6n se ·expresa ennuestras esperanzas y temores, que no son sino los corolarios subje­tivos de nuestra incertidumbre b4s.ica respecto del resultado denuestra interacción proy~tada.

~:~~~~a:~a:sm:6=~:~=0e~:oia~tiad~r~:ilildv:~b:jetiva de conformidad y, por ende, del áito de ~a conducta inter·subjetiva. No obstante -y esta ~Ia paradoja de la racionalidad enel plano del sentido común-, cuanto mlÍs estandarizada es la pauta,tanto menos analizables resultan los elementos subyacentes para elpensamiento de sentido común en tértn.inos de comprensi6n racional.Todo esto se l~fiere al cr\terio de raci!=>nalidad aplicable al pensamien.to de la vida cotidiana y·sus construcciones. Solo" en el nivel de losmodelos de pautas de interacción construidos· pOr el especialista en

49 Edmwid Husserl, ErflJhrutlg "tld UrleiJ, sec. 77, p4g. 370.

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ciencias sociales de acuerdo con ciertos requisitos particulares, defi­nidos por los métodos de su ciencia, adquiere el concepto de raciona­lidad 6U plena significaci6n. Con el fin de aclarar esto, dehemos pri­mero examinar c:I carácter básico de tales construcciones científicasy su relaci6n con la «realidad!> del mundo social, tal como esa realidadse presenta al pensamiento de sentido común de la vida cotidiana.

IV. Las construcciones de objetos de pensamientoen las ciencias sociales

1. El postulado de la interpretación subjetiva

La afirmación de que el objeto de las ciencias sociales es la conductahumana, sus formas, su organizaci6n y sus productos DO provocarácontroversias entre los especialistas. Sin embargo, habrá opinionesdiferentes acerca de si esa conducta debe ser estudiada de la misma

~~~affd~dld~r¿ac1:~~a:ns~i~~as:~t:~~a~~didei~ ~~~:Udadsocia!» tal como la experimenta d ·hombre que vive cotidianamente

~~~~~~~ d:~~~c~~eE~t: ~rl~~~i~t~~~u~::p:bi::. E~afa~páginas siguientes sostenemos que las ciencias sociales deben abordarla conducta humana y su interpretaq6n de sentido común en la reali.dad social, lo cual requiere el análisis de todo el 6istema de proyectosy motivos, de signlficatividades y construcciones considerado en lassecciones precedentes, Tal adlisis remite necesariamente al punto devista subjetivo; es decir, a la interpretaci6n de la acci6n y su encuadreen términos del actor. Puesto que este postulado de la interpretaci6nsubjetiva es, como hemos visto, un principio general de construcci6n

~¡:~J~~~cialq~~Sa~;i:ecc::p~rlia~ie~í~d~~~:ai~nt?:e~:~o~t:también este principio.A primera vista, sin embargo, esta afirmación parece contradecir elmétodo establecido incluso para las ciencias sociales más avanzadas.Tomemos como ejemplo la economla moderna. ¿Acaso los ecoDomis·

:e~~od~fo:nh~~b~~~~r~~i:~¡6C: J~S!=~d~'~~f~=~ri:;curvas de demanda!>, y no lu previsiones de los sujetos econ6micossimbolizadas por esas curvas? ¿No investigan con éJúto asuntos talescomo los «ahorros», el «capital», el cciclo econ6mico&, los «salarios!>y la «desocupaci601>, los «multiplicadores» y el «monopolio", comosl, fueran fen6menos totalmente aparte de cualquier actividad 'de lossujetos econ6micos, y menos aún penetrando en la estructura subje­tiva de sentido que talCli actividades tienen para ellos? Los logros delas teorías econ6micas modernas harran absurdo negar que un esquemaconceptual abstracro pueda ser utilizado con buenos resultados parasolucionar muchM problemas. Y podrían darse ejemplos similates

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tomados del campo de casi todas los otras ciencias sociales. UnaInvestigación m:ls minuciosa revela, 6in embargo, que ese esquemaconceptual abstracto no es más que: una especie de taqnigrafla inte·lectual, y que los dementas subjetivos subyacentes de las accioneshumanas en cuestión son presupuestos o considerados ajenos al pro­pósito científico a mano ---el problema que se examina- y, porende, pasados por alto. Correctamente comprendido, el posrulado dela interpretaci6n subjetiva aplicado a la economía, así como a todas

~:rao~~:~r~~ef~:: d~~~e:;~~~f:~~~aaf~: a~i~~~~d~°eti:ss;:'los del mundo social y a su interpretaci6n por los actores en términosde sistemas de proyectos, medios disponibles, motivos, significati­vidades,etcétera. GO

Pero si es asi, es necesario responder a otros dos interrogantes. Enprimer término, los análisis anteriores nos han permitido ver que elsentido subjetivo que tiene una acci6n -para el actor es único e indiovidual, porque se origina en la situación biográfica única y particulardel actor. ¿Cómo es posible, entonces, captar cientlficamente el 6en·tido subjetivo. En segundo término, el contexto de sentido de todosistema de conocimiento científico es un conocimiento objetivo, igual.mente accesible a todos los demás hombres de ciencia y abierto a sucontrol, lo cual significa que puede ser verificado, invalidado o refu·'rada por ellos. ¿Cómo es posible, en tal caso, captar estructuras sub­jetivas de llentido mediante un ,istema de conocimiento objetivo?¿No es esto una paradoja?

~~:;b~~::ide~~~~:~~~I~~E~nt~u:n~~baasl:r;~:::~it~6~~Whitehead nos ha ensefuldo que todas las ciencias deben construirobjetos de pensamiento propios que reemplacen a los del pensamiento

ta~ ~:n~~s ~~~~~G1n~~ :ii:~~~ ~ea~:sa:~I~re~d~~1~~d:~singulares y que tienen lugar dentro de una situación singular. Me·diante determinados recursos metodológicos, que luellO describire·mos, el especialista en ciencias 60ciales sustituye los objetos de penosamiento de sentido común referentes a sucesos y acontecimientosúnicos consrruyendo un modelo de un sector del mundo social dentrodel cual solo se producen los sucesos tipificados significativos para elprabkma específico que el hombre de ciencia investiga. Todos ·Iosdemás 5UCesOS del mundo social son considerados no significativos,«datos!'> contingentes, que deben ~er apartados del análisis mediante

d~~:s::f:soll:ic~:of;~~~~s~r%:~~~~~~~~t:.:J sE~es~~obstante, es posible construir un modelo de un sector del mundoGocia! que cOD5ista en tlDa interacci6n humana úpica y analizar esrapauta típica de interacci6n en lo que respecta al sentido que podrfa

.~ Ludwig von Mises Jlama correctllmente L2 acci6" bu",a"a a su «Tratado d.economla» (Huma" &Iio", New Haven, 1949). V~8Se tambiln F. A. Hayek,Tbe Counter-RelJoiution ofScience,Glcncoe,lll., 1952, pág•• 25-36.51 V~~ supra, pqs. 36-38.'2 Sobre este concepto, véase Fffix Kaufmann, op. cit., pigs. 84 y slp., y 213 Ysigs.¡ 60breel conceptc:» de «siruaci6n clentlfic8l>,pigs. 52y251,nota4.

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tener para los tipos personales de actores que presumiblemente' lacrearon.Debemos responder a la segunda cuestión. En verdad, el problemaparticular de las ciencias sociales consiste en e1aboru recursos meto­dológicos para alcanzar un conocimiento objetivo y verificable c:Ieuna estructura subjetiva de sentido. Para aclarar esto, debemos con­siderar muy brevemente la actitud particular del cienúfico alite elmundoliocial.

2.' El especialista en cimcias sociales comoobservador neutral

Esa actitud del especialista en ciencias sociales es la de un mero'observador neutral del mundo social. No toma parte en la situaciónob5crvada, que no tiene para él interés práctico, sino solamente cog­noscitivo. Aquelli no es el teatro de S\J6 actividades, sino solo el

r:~::~a~~ ~~ d~r:s~~d~ód~ ~~s a~C~i~n~~:nd~:~~:~~frente a sus cons~cuencias, sino que la contempla con la misma dis­tante ecuanimidad con que el especia1~taen ciencias naturales observalos sucesos de su laboratorio.En este punto se hacen necesarias algunas palabras de advertencia,para evitar posibles malentendidos. Por supuesto, en la vida Cotidianael especialista en ciencias sociales es un ser humano, un ser que viveentre sus semejantes, con quienes lie relaciona de muchas maneras. Yla misma actividad científica se produce, claro está, dentro de la tra­dición de un conocimiento de origen social, se basa en la cooperaci6n

~~~d~t~:r e::~~~~ :Jfa::~~aa ~:~:i6~6~~ial~r~~oye:otmedida en que la actividad, cientIfica tiene fundamento social, esuna más entre las otras actividades que se llevan a cabo dentro delmundo social. Una cosa es' abordar la ciencia y los asuntos cienúficoodentro del mundo social, otra la actitud científica especlfica que, debeadoptar el especialista hacia su objeto de conocimiento. Esta 'I11rii:oa

Nt1~~~~ea~álisfs&I:'i:~e:;::dó~n d~ss~:~oas~:~ndd' mundosocial de ia vida cotidiana ha mostrado que la situación biogrlifica delhombre en la actitud natural determina, en un momento dado, supropósito a mano. El respectivo sistema de signilicatividades elige

~;:~rde~~~:d~t~:t~~:u~~~m~~~~S¡~:~W~n~a~cde d~o~esp~1~:puestils. En la vida cotidiana el hombre se considera como el centro

:;ld~:ld~°U:~~¡Ja:r;::;.M~~~ee: ~d¿;~ia~=dneutral de un observador cient1fico --en nuestro lenguaje, al establecerun plan de vida de labor cientifica- el especialista en ciencias socialesse scpara de su situaci6n biográfica dentro del mundo social. 10 que

h~c~~ut~~~tiblel~~:dci~~~~~;c~i~:sa~i1~:~~an~nP=

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parece muy .significativo puede no cerio en absoluto en el otro. Elcentro de orientsci6n cambia radicalmente, y con él la jerarqula deplanes y proyectos. Al decidirse a llevar a 'cabo un plan de labor cien-

~~~c~:td~i:~~~~3~s~~u~~:~~a~a::~r:ed~a~:t~d~uci~tífico, el hombre de ciencia penetra en un campo de conocimientopreorganizado. que recibe el nombre de corpus de su ciencia.ss Tieneque aCClptar lo que ottos. hombres de ciencia consideran un conoci-

d::~~~ =~~~~d:~~~ ~:bf~~:~i~~;m~~'p~~:rn;ea~~~:~decisiones científicas. Este marco constituye su «estar en una situa.ción científica", que reemplaza a su situaci6n biográfica como serhumano dentro del mundo. En adelante, solo el problema cientlfico,

:~Vioes~~~I:t,~~t;r;:~de1~eq~es:re~~:~~:e::~:dos;II~que Jebe presuponerse como «dat.:>)); y, finalmente, el nivel de inves·tigaci6n en el m4:i amplio sentido. vale decir, las abs~acciones, gene­ralizaciones, formalizaciones e idealizaciones, en sÚltesis: !as cons·trucciones necesarias y admisibles para considerar el problema

~~~~ltl~sE~o~:~c~~~:a~~b~~~b~~~n~:sn~i~~~o~ci~~~o~a~::construcci6n lleva consigo,' para usar una expresión matemlitica, un

~~ío:cd¿;:ender~~eeretj:~~~W:delrp~obl:~:a~i:~a~~d~ ~dnivel de investigaci6n supone una modificación de las estructuras designificatividades y de las constru.:cíones elaboradas para la soluciónde otro problema o en otro nivel; .Ia omisión de este hecho ha ocasio­nado muchos malentendidos y' controversias. sobre todo en las cien·ciassociales.

3. Diferencias entre las constmcciones del sentido comúny las construcciones científicas coltcernientes alas pa1ttas de acción .

Consideremos muy brevemente (y de manera muy incompleta) al­gunas de !as diferencias mds importl'ntes entre las construccionesdel sentido comú( y las construcciones cientllicas referenres a pautasde interacción que se originan en la transición de la situación bin­grMicamente determinada a la situación cientHica. Las construccionesdel sentido com(LD se forman a partir de un Aqui dentro del mundoque determina la supuesta reciprocidad de perspectivas. Ellas presu­ponen un acervo de conociJliieoto de origen social y socialmenteaprobado. La distn'buci6n social del conocimiento determ~a la es­truétura particular' de la construcción tipjfi~dora, por ejemplo, elpresunto grado de aJlonimia en los roles personales, la estandarización

tla:!b:::~.d~~rdi:tr~:~~n~J::~~¿:~~cidedÍamc~:~:'3 Ibid., págs. 42 y 232.

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sici6n neterogénea del acervo de conocimiento a mano, que es el} srmismo un elemento de la experiencia de scntido común. Los con·ceptos de «Nosotros», «Vosotros», «Ellos.., «endogrupo» y «exo­grupo», de asociados, contemporlineos, predecesores y sucesores, ro­das con su estructuraci6n particular de familiaridad y anonimia,esrlin por lo menos impllciros en las tipificaciones de osenúdo comúne incluso las constituyen. Todo e$to no solo es vlilido para quienesparticipan en una pauta de ÍIl:teracci6n social, sino también parael mero observador de tal interacci6n que aún hace sus observacio.nes desde su situaci6n biográfica dentro del mundo 5OCiaI.. La di­ferencia entre unos y otros es simplemente que el participante en lapauta de interacci6n, guiado por la. idealizaci6n de .)a reciprocidadde motivos, ~uponc que sus propios motivos estm entrel8Zlldos con

~ibl~: l:s f~~~:~~~~~~:~fi~~t~~ecfei:s~c~::~:a::ío~6~~t~~~S~embargo, participantes y. observador forman sus construcciones desentido común con relaci6n a su ~ituaci6n biográfica. En amboscasos, esas construcciones ocupan un lugar parúcular dentro de lacadena de motivos iniciada en la jerarquía biogdficamenre determi·

E~d~a:b~~~ t~:~~~¡~~~d~rpautas de inreracción humana ela-boudas por el especialista en ciencias sociales son de un tipo com­pletamente diferente. Este no tiene ningún Aquf dentro del mundosocial; más precisamente, considera. su posiclón dentro de él y elcorrespondiente ~istema de significatividades como ajenos a su em­presa cientlfica. Su acervo de conocimiento a mano es el corpus desu ciencia, y él debe presuponerlo --() sea, en este contato, consto..erario científicamente establecido--, a menos que explique sus ra­zones para no hacerlo. A este corpus de ciencia pertenecen tambiénlas reglas de procedimiento aprobadas, es decir, los métodos de suciencia, incluso los métodos para elaborar construcciones de unamanera cientIficamente correcta. Esre acervo de conocimiento tieneuna estructura muy diferente del acervo que tiene a mano el hombreen la vida cotidiana. Sin duda, también manifiesta diversos gradosde claridad y nitidez. Pero esta estructuración depended del conoci·miento de los problemas resueltos, de osus implicaciones aún ocultas yde sus horizontes abiertos sobre otros problemas todavía no formu·lados. El hombre de ciencia presupone lo que él define como UD dato,y eso es independiente de las creencias aceptadas por cualquierendogrupo en el mundo de la vida cotidiana.14 Una vez establecido,solamente el problema científico determina la estructura de significa-tividades. .Al no tener ningún Aquf dentro del mundo social, el especialista enciencias sociales no organiza este mJ.lOdo en capas que lo tienen comocentro. Nunca puede entrar, como asociado, en una pauta de inter­acci6n con uno de los actores de la escena social, sin abandonar, almenos temporariamente, su actitud cientlfica. El observador partici­pante o trabajador de campo establece contacto con el grupo estu·

54 Dejamos dclado intcocionalmente los problemas de la UlIlIlachsociologia delcuoocimiCllto quede aqul se desprenden.

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diado como un hombre entre 61J'S sc:mejantes; solo su sistema de sigo

~~~::,iv~~:tje~~~~a~:~~i~ :~~~~~rci~~t~fi:~~c~~~a:b:n~~~~temporariamente para reasumirla luego.Así, al adoptar la actitud cientlfica, el especialista en ciencias socialesobserva las pautas de interacción hllmana o sus resultados en la me­dida en que son accesibles a sus observaciones y están abiertos a susinterpretaciones. Pero debe interpretar estas pautas de interacci6n entérminos de su estructura subjetiva de sentido, para no tener queabandonar toda esperanza de captar la «realidad social».

~~:e::t~~:il:~ :It: lels:s~~~d~ro~~e~~:d;:u~~e~~f~~:~:~~nd:o:ien d mundo de la vida cotidiana, aunque guiado por un sistema to­talmente diferente de si~nificatividades.

4. Elmoáelo científico del mU1ldo social·"

;lc:~i:~~ede~~~~s~~e~~~:~~ k: sc~~~~~i~:S:~:do~:;~~~~nc::~~~ d~:cfoad~asCC:ci~~i~i~s!~~al, :.n:~~~O:~i:~~:que se limita a contener todos los dementas sig:ficativos para la efec­tuación de las pautas de cursos de acción observadas y; pot lo tanto,para el problema que. tien~ en estudio. Así, atribuye a esta concienciaficticia un conjunto de motivos «para» típicos, correspondientes a losfines de las pautas de cursos de acción observadas y a los motivos«porque» típicos 60bre los que se fundan los motivos «para». Sesupone que ambos tipos de motivos son invariables en la mente delactor-modelo imaginario.Sin embargo, esos modelos de actores no son seres humanos ~uevivan dentro de su siruaci6n biográfica en d mundo social de la VIdacotidiana. En términos estrictos, no tienen biografía ni historia, y la.situaci6n en la que 60n colocados no está definida por dIos, sino por

:~r~~t~~t~~~ ~~t~~do:a:~le:is~elio~~d~ ~~~p~~sito. El especialista fes atribuye una conciencia 5010 aparente, cons­truida de tal modo que el. acervo de conocimieuto a mano que seles asigna (incluyendo el conjunto adscripto de motivos invariables)

.~¡~pr~u~:~ivfu~::eII~~~!a~e~si~bo l~~ra~~~~ ~:~r~~a~:~t: ~mundo social. 'Pero el dtere y~ conciencia artificial no están some­tidos a las condiciones oDtol6gicas de los seres humanos. El homúncu­lo no naci6, no crece ni morirá. No tiene esperanzas ni temores; noconoce la ansiedad como principal motivo de todos ros actos. No eslibre en el sentido de que su acci6n pueda transgredir los límites que

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ha establecido su creador, el cientlfico 6OOa1. Por lo tanto, no puedetener otros conflictos de intereses y motivos que los que aquel le haatribuido. No puede errar, si errar no es su destino típico. No puedeelegir, salvo entre las alternativas que el cienúfico social ha colocadoaDte él como abiertas 8 6U e1ecci6n. Mientras que el hombre, comoha visto con claridad Simmel,&8 entra en toda relaci6n social sim·plemente con una parte de su yo y estd, al mismo tiempo, siempredentro y fuera de tal relación, el homúnculo, colocado en una rela.ción social, participa en 'eIla en su totalidad. No es más que el crea·

~~~b~~d~u~~nc~~tic~~i~~~~1:~~t~~n~:~~~:~~~~a::1~:de sentido subjetivo a tales funciones. .'. ..,.Examinemos brevemente algunas de las implicaciones·de está carac·terización general. El homúnculo está dotado de Un sistema de signi·ficatividades que se origina en el problema cienillico·de su construc­tor, 'lno en la .situaci6n a,articular biográficamente determinada de

1:q:c:~~ ;:::~udd~e:u~ A:~ ~~oAlU~I:~~~e:á J:~o 1~i:alcance, lo que es para é[ un Nosotros, un Vosotros o un ·E![ós. E[especialista determína.el acervo de conocimiento a mano que atriobuye a su modeloo~te. acervo de conocimiento no es de origen

~:~~ ~'I: :~~b:c~ri::al~ticis~e:~ed~:~iCl~i~~d:o:~:pondiente al problema científico en estudio es lo único que determi·na la estructura intrÚlseca de este, o sea, los elementos «acerca de»[os cuales se atribuye al homúnculo conocimiento, los que conoce por

:~~:i~~d~ct~y~~ss~;r=~~~:t~Pfa:Ef:y'fan ~t~q:~~~para é[, y en qué nivel se produce la tipificación de las experienciasdel mundo que se le atribuyen. .Si se concibe tal modelo de actor como relacionado y en interaccióncon otros actores -también ellos homúnculo5-, entonces la tesisgeneral de las perspectivas reclprocas, de su entrelazamiento Y, por

d~~~~~tt~r~~~~~~~:::ded:cciZnti;l~seti~~=nr;:¡:·Pra:.suntamente elaborados por el títere acerca de sus asociados, i.iI.cfuso[a definición de su sistema de significatividades, roles y motivos, notienen el carácter de una mera posibilidad que será cumplida o no porlos acontecimientos futuros. El homúnculo no tiene anticipaciones va·das de las reacciones de los Otros ante sus propias acciones, y tampocoautotipificaciones. No lSume otro rol que el que le asigne el director

~~,e~I~~fci~ilif~~r~t~::~:o:~es=:;~,~s:ib:x~~¡:roles, hace de apuntador, deíke cuándo comie1l28 una «acción» ycuándo termina, y asI determina la «gama de proyectos» respectiva.

J~:¿¿d~or:~s ~u~~~~:'~~ d~~o~i:r;~:~ P~~:se:~c;~uí::construcciones del observador cientIfico.En tal modelo simplificado del mundo social, los actos racionales.pu.

~6 Véase suprd, Dota 34.

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~fbi~a~o~~~h:síd~Oel:~:d~:~~a~el=dft¡~::d:n;~~~aclor real en el mundo de la vida cotidiana. As[. el concep ':de ra­cionalidad, en el sentido estriclO ya definido, no se refiere a ·~.!>'iJe$dentro de la experiencia de sentido común de la vida cotidiana en'elmundo social; es la expresión de un tipo particular de construccionesde ciertos 'modelos específicos del mundo social. elaborados por el

~:otí:~~ess:~~:inC::~ss ~~~;o~~t~~~~t~c:r:sesll~~~~delos «ra-cionales!) del mundo social, debemos indicar algunos principios quegobiernan la construcción de modelos cienillicos de la acción humanaen genera!.

5. Post1llados propios de las COllstrltcciones delos modelos científicos del 1IUtlldo social

~:~:ro~nd~~~od~ep:~t~b~~:: !eri~~~:la ~::~~e~I~~~ti:~lj~~tivo de la acción humana, y que los objelos de pensamiento' de lasciencies sociales deben ser compatibles con los objetos del pensamien­to de sentido común constituidos por los hombres en la vida coti­diana con el fin de enfrentar la realidad social. Las construcciones demodelos antes descriptas cumplen con estos requisitos si cStlÚl ela­boradas de acuerdo con. los postulados sigu~entes:

e. El postulaJo de coherencia l6gica

~;rs:~~1~1d~:~dc~~ad~ ~~C:it~dbeo~i~ri!a~{ :o~i~d:Z~:iod~:atañe al armazón conceptual implicado y debe ser totalmente compa-

;:!~~dol~:r~~:~N~sv~lii:z l~g;:;~rdei~:~ble:~~~~~a::~~construidos por el especialista en ciencias sociales, y su índole estric­tamente lógica es una de las caracterlsticas más importantes que per­mite distinguir los objetos del pensamiento científico de los objetosdel pensamiento de sentido común construidos en la vida cotidiana ya los que deben reemplazar.

b. El pos~ulaJo de la/nterpreta.cién subjetiva

Para expli~ar las ecciones h~manas. el hombre de ciencia debe pre­guntarse qué ~04elo demente individual es posible construir y Jué

~:::::i:~~~codesial~~~~dt~~u~ct~r~~!t~c:~~::1~~i6e:~0~~~~e~~~~~ ~d:i~~;,~tded:cci~~k~~~~~~~~:¡Jdo~t~~~~d~subjetivo que tal acción o resultado de una acción tiene pare el aclor.

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c. El pos/l/lodo de odecullCián

Cada término de un modelo cientlfico de ac~i6n humana debe serconstruido de tal manera que un acto humano efectuado dentro delmundo vivo por un actor individual de la manera indicada por laconstrucci6n tlpica sen comprensible tanto para el actor mismo comopara sus semejantes en términos de las inrerpretaciones de sentidocomún de la vida cotidiana. El cumplimiento de ene postulado ga­ranriza la compatibilidad de las construcciones del cientlfico socialcon las cie la experiencia de seLltido común de la realidad social.

V. Construcciones de los modelos científicos de pautasde acción racional

Todas las construcciones de modelos del mundo social, para ser cien­tíficas, deben cumplir con los requisitos que establecen esos tres pos-

:kla~0~'p~~b~j¡á:ti6g~~~an~0~tr:aci~6n~lq~~rdr:li~~c~~~, e~:~tl~a~~toda actividad cientlflca? ",Esto es exacto, sin duda, pero debemos e.yitar un peligroso malenten­dido. Deben distinguirse las construcciones racionales de modelosde acciones humanas, por un lado, y las construcciones de modelos ,deacciones humanas racionales, por el otro. La ciencia puede construirmodelos racionales de conducta irracional, como revela una ojeada acualquier texto de psiquiatría. En cambio, el pensamiento de sentidocomún suele construir moddos irracionales de conductas muy racio­nales; por ejemplo, al explicar la~ decisiones econ6micas, pol1ticas,militares y hasta científicas con referencia a sentimientos o ideologías

(~e~~~:~lid~!d~l::~n~~~~~rt~ l:l ~~~~~aesd~~sC!s~t~i~~n:::~sentido todos los modelos apropiadamenre construidos de la cieocia-no solamente los de las ciencias sociales- son racionales, y otradiferente la construcci6n de modelos de conducta racional. Serla un

~~i: :¿I~:o~~::~~rs~~~~,Poro~~s~~rte~~olde~:=~:~rn:e~~lf~~:el interpretar las pauras irracionales de conducta como si fueranracionales.En lo que sigue nos ocuparemos principalmente de la utilidad de

~:n~~~~~sc~~d~~~~~oN;-lsauícil"e:i::e~d:~:eeshC:~s:U:6~aci:~:tlrica de un tipo perfectamente racional 'de curso de acci6n, de sucorrespondienre tipo personal y también de pautas racionali:s de inter­acción, es posible en principio. Esto se debe a que, al construir unmodelo de una conciencia ficticia, el investigador puede elegir comosignificarivos para su problema 8610 aquellos elementos que hacenposibles las acciones o reacciones racionales de sus homúnculos. Elpostulado de racionalidad que tal construcción debe satisfacer puedeser formulado de la siguiente manera:

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Los tipos racionales de cursos de acci6n y personales deben ser cons­truidos de t",l manera que un actor del mundo real efcctuada la accióntipificada si tuviera un conocimiento perfectamente daro y nítido detodos los elementos que el especialista en ciencias sociales suponesignificativos para esta acci6n, y solo de ellos, y si tuviera además latendencia constante a emplear los medios más apropiados de que,según se presume, dispone para lograr los fines definidos por laconstrucci6n misma.La ventaja de utllizar en las ciencias sociales tales modelos de con­ducta racional puede ser caracterizada del siguiente modo:

1. La posibilidad de construir pautas de interacción social, en el su­puesto de que todos los participantes en ella actúan racionalmentedentro de un conjunto de condiciones. medios, fines y motivos defi·nidos por el especialista en ciencias sociales y que se suponen comunesa todos los participantes o distribuidos entre dlos de una maneraespec[fica. Mediante este ordenamiento, puede ser aislada para suestudio la eonducta estandarizada, como los denominados roles socia­les, la conducta institucional. etcétera.2. Al par que la conducta de los individuos del mundo social realno es predecible, salvo en anticipaciones vacías, la conducta racional deun tipo personal construido se supone predecible por definición dentrode los llinites de los elementos tipificados en la construcción. Porconsiguiente, el modelo de acción racional puede ser utilizado comoreCUrso para establecer la conducta desviada en e! mundo social real'! para referirla a «datos que trascienden el problema», es decir, adementas no tipificados.3. Mediante variaciones adecuadas de algunos de los elementos. esposible construir varios modelos y hasta conjuntos de modelos deacciones racionales para resolver el mismo problema científico, y comopararlos.

Parece necesario, sin embargo, comentar este último punto. lNodeclaramos antes que todas las construcciones llevan consigo un«subíndice» que se refiere al problema en examen y deben ser revi­sadas si este experimenta alguna modificación? c!No existe cierta con·

::~I~~~:en~:m~it:a~~ci;~~~¿~6~!eIs:~~~dp~:bl:~~~~t~fu;:;La contradicci6n desaparece si consideramos que todo problema es

~~~:m:s~:e :~ ::~~odd:¡f~s~e~l~~;sq~~e¡f~:d:n~i~~rss~ ~i~~~::interno de elementos incuestionados, pero cuestionables. '*Con e! fin de hacer explícito e! horizonte interno de! problema. pode­mos variar las condiciones en las que se supone que actúan los acto­res ficticios, así como los elementos del mundo de los cuales se les

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9lribuyeconocimientos, sus presuntos motivos entrelazados, el gradode familiaridad o anonimia en que se supone que interactúan, etc. Porejemplo: si como econolIÚsta me interesa la teoría del oligOpoliO,18p¡¡edo consrruir modelos de una sola empresa, de una industria o delsistema económico en su totalidad. Si me limito a la teoría de la

d~P:~::~i~t~~te~a~~b:~~d%s~~j~ma~°Íalo:esc;~:ad~:ca:::puedo construir un modelo le W1 productor que actúa en condidonesde competencia no regulada, otro de un prOductor con las mismascondiciones de costos que actúa bajo las restricciones· que le impo­nen los cáeteles y con el conocimiento de re.~tricciones similares im­puestas a otros producrores de la «misma» mercaderfa. PodemOs en­ronces compuar la producción de «la» empresa en los dos modelos.Todos esros son modelos de acciones racionales, pero no de accionesefeclivadas por seres humanos vivos en situaciones definidas ~r ellos.Se las supone practicables por los tipos personales que el economistaconstruye denrro del medio artificial en que ha situado a sus ha­múnculos.

VI. Observa.ciones finales

La relaci6n entre el especiaIi~ta·en ciencias sociales y el títere queha creado refleja, en cierta medida, un viejo problema de la teologíay la metafísica: el de la relación entre Dios y sus criaturas. El títereexiste y actúa únicamente por gracia del especi,wsta; no puede actuarsino de acuerdo con el propósito' que le determina la sabiduría deaquel. Se supone, sin embargo, que actúa no como si estuviera deter~minado, sino como si pudiera det~minarse a sí mismo. Ha sido pre­establecida una armoroa total entre la conciencia determinada que seasigna al títere y el medio preconsrltuido dentro del cual se supone"'fuc actúa libremente y lleva a cabo elecciones y dedslones racionales.

;:J~cw~os~~ ~~~ciÓn ~~rt~mk~qd: ci~n~=: ~¿~t~:~lnd~se~ef~principios que lo han guiado, logra en verdad descubrir dentro ~universo así creado la perfecta armorla que él mismo ha establecido.

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2. Formación de conceptos y teoríasen las ciencias sociales 1

En el útulo de mi artículo, h¡¡go referencia deliberada al de un simpo­sio que se llevó a cabo en diciembre de 1952, en la reuni6n anual dela Asociaci6n Filos6fica Norteamericana. 2 Ernest Nagel. y Cad G.Hempel aportaron comentarios sumamente estimulantes sobre el pro­blema en discusi6n, formulados de la manera minuciosa y lúcida tancaracterística de estos investigadores, y referidos a una controversiaque desde hace más de medio siglo divide en dos tendencias no soloa 16gicos y metod610gos sino también a los especialistas en cienciassociales.Según sostiene una de aquellas, los únicos método~ científicos son losde las ciencias naturales, que han rendido tan magníficos resultados,y, por consiguiente, solo ellos deben ser aplicados en su totalidadal estudio de los asuntos humanos. Se afirma que es el no haber aetua·do así lo que ha impedido a las ciencias sociales elaborar sistemas dettorfas explicativas de precisi6n comparable a la que ofrecen lasciencias naturales, y lo que hace discutible la labor empírica de teoríaselaboradas en dominios restringidos, como el de la economía.De acuerdo con la otra tendench, existe una diferencia estructuralbásica entre el mundo social y el de la naturaleza. Esta idea condujoal extremo opuesto: a concluir que los métodos de la ciencias socialesdifieren tato coeto de los que se utilizan en las ciencias naturales.Diversos argumentos han sido aducidos en apoyo de esa posici6n. Porejemplo, se ha sostenido que las ciencias sociales son idiográficas,caracterizadas por la conceptualización individualizadora y la búsquedade proposiciones singulares asertivas, mientras que las ciencias natu­rales son nomotéticas y se caracterizan por la conceptualizaci6n gene­ralizadora y la búsqueda de proposiciones apodícticas generales. Lasúltil.Qas se refieren a relaciones constantes entre magnitudes mensu-

~:~:i~ ~~ne;a;~~~bied~~&r~~~~~:~~~~~~tÉ~ ~~:e~~l~a:ec~eH::que las ciencias naturales se refieren a objetos y procesos materiales,en tanto las ciencias sociale.s se refieren a objetos y procesos psicol6­gicos e intelectuales, por lo cual el método de las primeras consiste enexplicar, y cIde las segundas encomprender. ._Hay' que adinitir que si se los' examina con mayor atenci6n, estosenunciados tan generales son insostenibles en su mayoría, y esto por

1 Anlculo presentado en la 33a. Reunión Semestral de la Conferencia sobreM~lodos en Filosofla de las Ciencias, Nueva York, 3 de mayo de 1953.2 Publicado en el libro Science, Lan$uage and Human Rightr (American Phi­losophical Associalion, Eastem DivislOD, vol. 1), Filadelfia, 1952, pqs. 43-86(al que nos referiremos como SLH).

diversas razones. Algunos defensores de los argumentos antes caracte·rizados abrigaban un concepto bastante err6neo de los métodos de lasciencias naturales; otros tendían 11 identificar la situación metodoló­gica de una ciencia social particular con el método de las cienciassociales en general. Se sostuvo que, como la historia aborda sucesosúnh:os, no recurrentes, todas las ciencias sociales se limitan a propo­siciones singulares asertivas. Como en antropología cultural es casiimposible experimentar, se ignoró el hecho de que los psicólogossociales pueden llevar a cabo experimentos de laboratorio, al menos

;~e~e:::u~:~~:; ~~rt~~~~Oe;%u:tt: ~u~ ~~n:~n~~~~mr~~;I::d~procedimiento científico tiene igual validez para todas las cienciasempíricas, ya se refiera a objetos de la naturaleza o a problemas hu­manos. Tanto en unos como en otros rigen los principios del controlde las inferencias y la verificación por parte de otros investigadores,así como los ideales te6ricos de unidad, simplicidad y universalidad.Este insatisfactorio estado de cosas tiene por principal origen el hechode que las ciencias sociales 'modernas se desarrollaron durante un pe­riodo en el cual la ciencia 116gica se ocupaba principalmente de lal6gica de las ciencias naturales. En una especie de imperialismo mono­p6lico, los métodos de estas últimas fueron declarados con frecuencialos únicos científicos, mientras se descuidaban los problemas espe­cíficos que hallaban en su labor los especialistas en ciencias sociales.Sin ayuda ni guía en su rebelión contra este dogmatismo, quienesestudiaban los problemas humanos tuvieron que elaborar sus propiasconcepciones acerca de lo que consideraban metodología de las cien­ciassociales. Lo hicieron sin un conocimiento filosófico suficiente yabandonaron sus intentos una vez alcanzado un nivel de generalizaci6nque parecía justificar su profunda convicci6n de que no era posible

~~f::~i~ ~~di~~:~~a~i~~C:::;t~~~;~srl:~t~~o~sddel:t~:ac::: :~:;menudo sus argumentos sean infundados, sus formulaciones insufi­cientes, y que abundantes malentendidos dificulten la controversia. Espor ello que, en ,las páginas siguientes, nos interesaremos sobre todoen lo que quisieron decir y no en lo que dijeron los especialistas enciencias sociales. El desaparecido Felix Kaufmann,:I en sus escritos,como Nagel 4 y Hempel ~ en contribuciones más recientes, han some­tido a cdtica muchas falacias de los argumentos expuestos por losespecialistas en ciencias sociales y preparado el terreno para otroenfoque del problema. Aquí me concentraré en la crítica efectuadapor el profesor Nagel de la afirmaci6n hecha por Max Weber y suescuela. Según estos, las ciencias sociales procuran «comprender» losfenómenos sociales en términos d~ categorías «provistas de sentido»de la experiencia humana, y por lo tanto el enfoque «causal funcio­nal» de las ciencias naturales no es aplicable a la investigación social.De acuerdo con el criterio del doctor Nagel, esta escuela sostiene quetoda conducta humana socialmente significativa es una expresi6n de

3 Especialmente su Me/hoJology 01 the Socitll Sciences,:. Nueva York, 1941.4 5LH, págs. 43·64.5 5LH, p'gs.65·68.·

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estados psíquicos motivados; que en consecuencia, el experto en den­cias sociales no puede contentarse con ver, en los procesos sociales,simples con.;atenaciones de sucesos «externamente relacionados»; yque establecer correlaciones o incluso relaciones universales de con­coinitancia no puede ser su objetivo final. Por el contrario, dichoespecialista debe construir «tipos ideales) o «modelos de motivacio­nes) en cuyos términos procura «comprenden) la conducta socialmanifiesta atribuyendo fuentes de acción a los aClOres que tomanparte en ella. Si entiendo correctamente su critica, el profesor Nagelsostiene:

1. Que estas fuentes de acción no son accesibles a la observación sen·sorial. De esto se desprende, como se ha enunciado con frecuencia,que el especialista en ciencias sociales debe identificarse imaginativa·mente con los participantes, y contemplar la situación que estos en·frentan tal como lo hacen los Actores mismos. Sin embargo, está claroque no necesitamos pasar por las experiencias psíquicas de otros hom·bres para saber que las tienen o para predecir su conducta manifiesta.2..Que la imputación de emociones, actitudes y propósitos comoexplicación de la conducta manifiesta es una hipótesis doble: presu·pone que los agentes participant.es en algún fenómeno social se en·cuentran en determinados estados psicológicos; presupone también re·laciones definidas de concomitancia entre dichos estados y entre estosy la conducta manifiesta. Pero ninguno de los estados psicológicoscuya posesión imaginamos para los sujelOs de nuestro estudio puedenser en realidad sU~'oSJ y aunque nuestras imputaciones fueran correctas,ninguna de las acciones manifiestas presuntamente derivadas de esosestados puede presentársenos como comprensible o razonable.3. Que no «comprendemos) la índole y funcionamiento de los moti·vos humanos y su expresión en III conducta manifiesta, más adecua·damente que las relaciones causales «(externas). Si mediante unaexplicación provista de sentido nos limitamos a afirmar que detenní·nada acción es un caso de una pauta de conducta manifestada por losseres humanos en diversas circun.>tancias, y que, al concretarse en lasiuiación dada algunas de las circunstancias pertinentes, es previsi.ble que una persona manifieste ciertas formas de la mencionada pauta,entonces no existe ninguna separación nitida entre esas explicacionesy las que solo se refieren a un conocimiento «externo) de conexionescausales. ~s tan posible obtener conocimiento sobre las acciones delos hombres bas~ndose en los indicios proporcionados por su conductamanifiesta, como lo es descubrir y conocer la constitución atómica delagua basándose en los indicios su:ninistrados por la conducta física yqufmica de esa sustancia. No se justifica, por lo tanto, que quienesproponen las «(conexiones provistas de sentido) como objetivo de lasciencias sociales rechacen una ciencia social puramente «objetiva) o«conductista».

Como tendré que discrepar de las conclusiones a que llegaron Nagel yHempel acerca de varias cuestiones fundamentales, quizá me sea peromitido comenzar resumiendo brevemente los puntos, no menos impor.tantes, en los que me satisface coincidir con ellos. Concuerdo con el

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~~:~sr l~;;jo~n::&a~~op~~~~eÍ~tiafe:~n=c~~k,l:d~~;U~~~I debe poder ser enunciado en forma proposicional y verificado por; cualquier persona dispuesta a tomarse el trabajo de hacerlo mediante: la observación. o Ea cambio, discrepo de su opinión en cuanto a ,que¡csta observación deba sersc:nsorial en e1sigo.i.f.icado preciso,de esteitérmino.Porotrolado,opinocomoélque«teonnsignific:I1,entodas

!:¡n~~~ci:~t:~~i~~~j~~Il~Od~u~~\~bl;;~"p~~~~~ein~~lad~°I: :~e:~i puede ser explicada una clase bast'o!!Jte amplia de regularidades empí·I ricamente discernibles. 1 Además, coincido plenamente con él cuando

! :~~:sq:a~~~~~lid;dt~~t:~t~~J:t~~:tr~~J~Sq~~~~i~

Iperalltarlpredecirenmedida limitada,constituyenuna diferencia bási.ca entre las ciencias sociales y las naturales, puesto que muchas ramasde estas últimas presentan esas mismas características. 9 Como procu·raré demostrar más adelante, creo que el profesor Nagel interpreta

I erróneamente el postulado de Ma:t Weber acerca de la interpretación

Isubjetiva. Tiene razón, sin embargo, cuando declara que un métodoque elCÍgierli' al observador científico individual identificarse con elagente social observado para comprender sus motivos, o uo método

i~u~i~=~e~~i~ad~e~6:al~er:sjei~~=ad~:d;~~:~~,te~~~d~~~~

I

simplemente a una imagen 10,'controlllble, privada.y subjetiva, en la, 'mente de ese determinado estudioso de los asuntOs hUDlanos, y nuncaa uoa teoría cientÍfica. 8 Pero no ~ que ningún pensador social im·portante haya defendido nuoca un concepto de subjetividad como elcriticado por Nage!. No era esta .Ja posici6n de Max Weber,Creo, además, que lo que impide a estosaurores captar la cuestión

~~¡~~;~~~:~ª1~-y, por ende, objerivR- es la introspección $ubjetiva -y, por lotncto,ineontrolableeinverificable-. No es oportuno, por cierto,

renovar aqul la viejacontroversiaac:rca de los presupuestos ocultose impllcitas premisas metafísicas de esta filosofía básica. Por oIráparte, para explicar mi propia posicién, tendría que explayarme sobre

f~:d~: f¡~~~~;i~~eo~~ct~~~~~~~~~~~~:J:pongo. en cambio, de·

1. El objetivo primario de las ciencias sociales es lograr un conocí·miento organizado de la rcalidadsocial. Quieto que se entienda, por ,«reaJidadsocial..,la,umatotaldeobjetosysucesosdenrrode!mundo:social cultw:al, tal como los experimenta el pensamiento de sentido !

_común de los hombres que viveu $U ,e.'CÍstencia coticüana entre sus A6 5LH. pó¡:.56. '~

;fffi:S:;~;MiB" ,~,~

~

s~ejantes,conquieneslosvincuiaamúltiplesrelacionesdeintera'f.'áÓ!1.Eselmundodeobjetoscultur~eseinstitucionessocialesenel

aue todos hemos nacido, dcnc:o del cual d~mos movernos y conél que tenemos que entendemos. Desde el comienzo, nosotcos, losactores ca el escenario social, ~rimentamos el mundo en que vivi,mas como un mundo natural y cultur~ al miSlllO tiempo; como unmundo no privado, sino intersubjetivo, o sea, común a todos nosotros,realmente dado o potencialmente 2ccesible a cada uno. Esto suponelai[ltercomunicací6ny elle!1guaje.2. Todas las variantes de naturalismo y empiJ:ismo lógico se limitan.apresu~[lerestarealidadsocial,queeselobjetopropiodelascien.

cías SOCiales. Intersubjetividad, interacci6n, intercomuoicaci6n y len·g'Jaje son simplemente presupuestos como base no explicada de esas

~:~:; :a~~e;t=~~~dr~~as~r~bí~:~ (:C:m~¿;~i~~~~ d~que comience la indagación cienriEica. Es verdad que Dewey destac6,con una claridad digna de este eminente filósofo, que toda investi·geció[l CI!Ipieza y termina dentro de la matriz social cultura!; tambi61lo es que e1profesor Nage1 tiene plena conciencia de que la ciencia ysu proceso :lUtoamectivo es una empresa social.10 Pero el postuladaque describe y explica la conducta numana en términos de observa·ciocesseosorialeseontrolablcsnollc:padescribiJ:D.illexplicari¡:procesomedianteelcu~elinli1!StigddorBcontrolllyverificalosdes.

cubrimie[ltos obtenidos con su observaci6n por el investigador A ylas conclusiones que este ba extraído. Para haceclo, B debe sllber quéha.observadoA,cuáleselobjetivodesuinvastigaci6n,potquéconsi.detó que el hecho observado era digno de serlo, vale decir, perti·ne[lte para el problema cienúfieo inmediato, etc. Este conociniientoes eomúDlIIente denominado comprensión. En llpariencia, se deja al~pecialistaencienciassocia1esla tareadeo:plicarc61110puedesurgirtal comprensión mUlUa entre seres humanos. Pero cualquiera que sea I

esa exPlicación, es seguro que tal comprensión intersubjetiva entre el l'investigador B.y el investigador A no se produce por las observacionesde B, ni por Ja conducta mamaesta de A, ni por una introspecciónllevada a cabo por B, ni por la identificación de B con A. Traduciendoeste argumento al lenguaje preferido por el ppsitivismo lógico, estosignifica, como lo ha explicado Felix Kaufmann,11 que las denomina· ;das proposiciones protoco1aresac:crtadelmulldofIsico pertenecetl alun tipo muy diferente del de las proposiciones protocolares acerca del i

~uL~~l:~~~:~~~~ con la obse..-vaci6n sensorial de l~ experiencia, en

~~~~:nJaa:e~~I:~~;:e~~d~ci~~:s~g:~~~n~~%f~e~~r¡a~odi~JmeosionesdcJa real.idadsocial. Ia. Illclusoun conduetísmo idealmente refinado s6lo puede explicar:

:~ ~~~:d~~I~:=r:~:,l(;:r~~~~ ~:r;zdor conduerisra, eomJIOS!.R,plÍg.5J.11 SLff, pág. 126.12 Mind, S.lj6I1dSaci./y,'" Chica¡o,1917.

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-b, La miSma cooducta manifiesta (p.ej.,·una ceremonia.tribj¡l·~'

,':~?g~i~:e~~~~:~~~~ó~a:)q~~e~~~:rJ:a~~iili~:~f:cieocias sociales es si se tnIta de una danza guerrera, la realizaá6nde un trueque,la recepci6n de un embajador IllIllgo o algo semejante.c. Adc:más,elconceptodeacciónhumanaentérminosdelpensam;icn­to desenudocomún y de !as ciencias sociales incluye lo que podrrallamarse «acciones negativasl>,esdecir, la abstención intenciona.ldeactuar,'" lo cual,porsupuesto,es.:apa ala observación sensorial. Sinduda alguna, el no venderdetetminada mercaderfaa un precio dadocoristituyeuna acci6n ecoDómicatantocomovenderla.d. Agreguemos que, cOmo haseiialado W. 1. Thom8s,u la realidadsocial contiene elementos de creencias y convicciones que son reales

;~::~:r ~::%~~a~~~~~'iaS::J d~í ~;::I:al:~a~~~nocra llJ14 i1uslón,sinoundemenrodesurcaIidadsocial, que comotal puede ser investigada potel c::¡pecialista en ciencias ,sociales.e. Por último -y este es el puntO más importante-, el postuladode laobservaci6n sensorial de la conducta humanamaniEiesta adoptacomo modelo UD sector particular y relativamente pequeño dellIlundosocial: lassicuacionesen las que el ÍJJdividuo accuanre sepreseDtaalobservador en lo qu~sueledeoolllÍJJarseUDarelacióncara aeara. Peroero 'muchas ot.'"85 dimensiones del mundo social no predomic3.D las

I,situaciones de este tipo. Cuacdoechamosunacaitaenelbuzón,pre­suponemos que semejantes anór.imos,Uamados empleados de correo,Ilevará:l a cabo ilna serie de manipwaciones, desconocidas e inobser.

. :~~d~C::[dosp~y~os~~~~ ::~~ud ~~:¡~c;r:~=.:~deunamllneraqueigualmenteesc:lpaanuesttaobservaci6nsensor.a1¡jelresultlldodetodoestoesquerccibimose!libroquehemosencar-,;gado. Si leo un editorial en el cual se afirma que Francia teme elrearme de Alemania, s~ perfecta!l1ente bien lo que esta declaraci6n .

~~;~!s~~~:~=!~:~~i~~~~~~~J!::;~;r:~:: ~105 hombres tienen conocimiento de esas diversas dimensiones dd .~

~u;~:~~r~~¿~VE~l;~:¿E~!r~~~r~~~~~t~f::o~.~presellra todos losl!rados dec!ariJadynicidez, desde!a compenetra- ~ción'plecao «conocimiento acerca del>, como lode..'lomin6}Rmes,15 JO'pa:sando por el «trato dLrecto.. o 'mera familiaridad, hasta la ciegacreencia en,i:osas presupues:a,s. Existen 81 respecto considerable,'; <lli,e_,I"

~:~~~s ~oeeb~ ~fa~its~fi~~;ci::eeic~~~cr~~;~~ ad~~~~~~ ~c::~ ,~~:~~:::~~:'::~::r::h:::~::::::::~';~:~~: :~<d., Nueva York, 19'1. p:i¡, 81. ..¡,Principltlo/Plj'CiJoI°D.':.,·o1.l.pég.221ysigs. J

·¡r¿fE'¡~i$~'~~E~adelante,nuestrocoaoCllD.lCDtoaeaesrásOcializadodediversasma.,

~¿od~~:~ ~nm:S:"S:~1~01r1~~Jg~~~o~~I cuerpo del Otro como ~a orgamsmo, 5inO como un semejante¡ su.c:onductamaniEiesta no es experimentada como un suceso eo el espa·

í~~~~~~:lr:e~~:~:~b:~~~ s~~é ch~~ ~ O~~~ ~rn~~C:Z6nm~hece, porqué lohaceenestemomeatoparticularyenesrascircuns.tancias particulares. Esto significa que c-'(perimentamos la acci6n denuestro semejaate ea términos de sus ~ocivos y fines. De igual modo,c."PCtimentamos los objetos cultutales en 'términos de la acci6n hu·mana de!a cual son resultado. Una herramienta, por ejemplo, no ese:(perimenuda como una coslrdel mundo externo (que también lo es,por supuesto), 'Sino en términos del prop63ito para el cual f.le conce·bida por semejantes más o menos an6nimos, y en términos de suposible wo por otros. :­Sugieroqued hecho de que en el pensamieoto de sencidocoCJda prc~

supongamos nuestro conocimiento actual o potencial del sentido'de:las acciones humanas y sus producroses, precisamente, 10 quequierea,expresar los especialistas en ciencias sociales cuando hablan de la!

::~~~::e~r:r~et:rI~h:n ~a: ~~:~~1:e~~~ ~~n~oétOhd~¡empleaqopordcienúficosocial,sinolaparticu1arforllláexperiencial'ci1 'quc d pensuuiento de sentido común toma conocimieato del.Dlundo social cuitura1. No tiene nada que ver con la introspea;ión; ¡es un resulradode procesos de aprendizaje o acu1turaCi6n, tal como

~e~t~¡,:;:~::J:, d~ose:sci~~ ~~d~ ~~~~~oa:~~~o p~¡~~d~' feiobservador, imposible de coatrolarporlas experiencias de otros obser.\·adores. Es controlable, al menos en la misma medida en que las

~~~~~~~n::r~ei~df~~~~:~:l~~~d~ee~n ~~:~d~~n&~i~~~~~o;a~~ :~.pensaren un jurado procesa! cuando discuresi el acusado ha mostrado«pl-emediraci6n» o «intenro.deliberado» de matar una persona, siestaba en condiciones de conOC'C:rJa3 consecuencias de su acci6n, etc.Aquí tenemos inc!usociertas «reglasdeprocedimiento»suwinistradaspor las «rcglasdelaproeba» eac:lsentidojurídico,y.una especie deveriIicaci6n, por parte del Tribuaal de Apelaciones, de las conclusionesrcsultantes de procesos de V~rItehen, ea:. Además, en el pensamiento

~~c~~~e~b~~: .~~vi:V;r~~~h~~~.trsu::~~~Yp~~batí~nq~~e~~~ClU'ta colocada en un buzón de Nueva York con d franaueo adecuadoyIadirección correctallegueasu destinatario enChicago.

~~~2~~:~;e;1~~~!~:~~~«:;~~~~;~¡~~~~~~~~gj~~f~tos criEÍcos de la comprer.sión la clasif!can como subjetiva porqu~J

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según eUos, comprender los motivos de la acción de otro hombredepende de la intuición privada, incontrolable e inverificable del obser­vador, o se remite a su sistema privado de valores. En cambio, losespecialistas en ciencias sociales como MaK Weber llaman subjetivoa la Verstehen porque se propone descubrir el «sentido» de su acciónpara el actor, en contraste con el sentido que esa acción tienep:!ra su copartícipe o para un observador neutral. De aquí surge elfamoso postulado weberiano de la interpretación subjetiva, al cualvolveremos a referirnos más adelante. Toda la discusión es perjudi­cada por la falta de una clara distinción entre Verstehen 1) comoforma experimental del conocimiento de sentido común de los asuntoshumanos, 2) como problema epistemológico y 3) como método especí.fico de las ciencias sociales.Hasta ahora nos hemos concentrado en la Verstehen como el métodoutilizado por el pensamiento de sentido común para orientarse dentrodel mundo social y entenderse con él. El interrogante epistemol6gico:«¿c6mo es posible tal comprensión o Verstehen?» se refiere a unenunciado expuesto por Kant en otro contexto. A este respecto, su­giero que constituye un «escándalo de la filosofía» el que no se hayaencontrado todavía una solu~ión satisfactoria para el problema denuestro conocimiento de otras mentes y, en ~nexión con él, de la in­tersubjetividad de nuestra experiencia del mundo natural y del mundosociocultural, y que, hasta hace muy poco, este problema no hayaatraído siquiera la atención de los filósofos. Pero la soluci6n de estedificilísimo problema de interpretación filos6fica es una de las pri­meras cosas que se presuponen en el pensamiento de sentido comúny son resueltas prácticamente,sin ninguna dificultad, en cada unade las acciones cotidianas. Y puesto que los seres humanos no .sonfabricados en retortas, sino engendrados por madres, la experienciade la existencia de otros seres humanos y del sentido de sus accioneses, sin duda, la primera y más original observaci6n empfrica que haceel hombre.Por otro lado, filósofos tan diferentes como James, Bergson, Dewey,Husserl y Whitehead concuerdan en que el conocimiento de sentidocomún de la vida cotidiana es el fondo incuestionado, pero siemprecuestionable, dentro del cual comienza la investigación, y el único encuyo interior es posible efectuarla. Dentro de este Lebenswelt, comolo denomina Husserl, se originan, según él, todos los conceptos cien­dficos y hasta lógicos; es la matriz social dentro de la cual, segúnDewey, surgen situaciones'no aclaradas, que deben ser transformadaspor el proceso de investi~aci6n en asertibilidad garantizada; y White­head ha señalado que el objetivo de la ciencia es elaborar una teoríaque concuerde con la experiencia explicando los objetos dé pensa·miento construidos por el sentido común mediante las construccionesmentales' u-objetos- de .pensamiento -de-ia -ciencia;*"~ooos'estos"pen'sadores concuerdan en afirmar que todo conocimiento del mundo,t~nto en el pensamiento de sentido común como en la ciencia, suponeconstrucciones mentales, síntesis, generalizaciones, formalizaciones e

*.Véase "F:l sentido común y la interpretaci6n cíentlEiea de la acción humaDa»,pago 35 y slgs. (N. deM. Na/ansan.)

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~~:f~at~~~~re:t:~~;~~sef~lo:~:~t~e~t~;~r~~~:g:r~~i~~ ~:t=~las ciencias naturales, es, como lo ha señalado Husserl, una abstrac­ción idealizadora del úhenrwelt, abstracción que, en principio y-por supuesto-- legítimamente, excluye a las personas, su vida per­sonal y todos los objetos de cultura que se originan, como tales, enla acti'¡ida~ humana práctica. Sin embargo, precisamente esta mismacapa del Lebenswelt a partir de la cual deben hacer sus abstraccioneslas ciencias naturales es la realidad social que deben investigar lasciencias sociales.Esta concepción adara ciertos problemas metodológicos peculiares delas ciencias sociales. En primer lugar, se advierte que el supuesto se­gún el cual la estricta adopción de los principios de formación de los

~~~~f~~~:r;e~~~~ov1:1~e~e~lil~d c:~~~i~~~~rs1e~i~C::~~~~~:di~torio. Si es posible elaborar una teoría según tales principios, porejemplo, en la forma de un conductismo idealmente refinado -lo cuale~ ciertamente imaginable-, aquella no nos dirá nada respecto de larealidad social tal como la experimentan los hombres en la vida coti·diana. Como admite el mismo profesor Nagel,18 será sumamente abs­tracta, y aparentemente sus conceptos se hallarán lejos de los rasgosobvios y familiares que se encuentran en cualquier sociedad. Por otra

b~~~ir~~~r:~~~~r~k~i:~~a~j~nao::p~~ad~ia~e~~~~~ta:~~~~r~Íe~d~~:tinados a coincidir con la cxperiencia de sentido común del mundosocial. Esto es, en vcrdad, lo que han hecho todas las ciencias teóricasde los asuntos humanos: economía, sociología, ciencias jurídicas, lin·güística, antropología cultural, etcétera.Tal estado de cosas se basa en el hecho de que existe una diferenciaesencial en la esttuctura de los objetos de pensamiento o constrnccio­nes mentales creados por las ciencias sociales, y los creados por lasciencias naturales.l1 Incumbe al experto en ciencias naturales, y solo aél, definir, de acuerdo con las reglas de procedimiento de su ciencia,su campo observacional y determinar dentro de él los hechos, datosy sucesos significativos para su problema o para el propósito cient[f¡coque persigue. Tampoco selecciona previamente esos hechos y sucesos,ni interpreta de antemano el campo observacional. El mundo dc lanaturaleza, tal como lo expl..ra el c:specialista en ciencias naturales, no«significa» nada para las moléculas, átomos y electrones. Pero el cam·po observacional del científico social, la realidad social, tiene un sigonificado especifico y una estructura de significatividades para losseres humanos que viven, actúan y piensan dentro de él, quicnes me·diante una serie de construcciones de sentido común han efectuado

::~e~~::~I:_~:lld:d~~~;::..;rd:;a~o~di::s~S~~oe~~~ ~bk;~~~~.pensamiento suyos los que determinan su conducta al motivarla. Los

i~ ~~~á~e6fo~ puntos tratados en los líneas siguientcs fueron expuestos demanera más elaborada en «El sentido común y la interpretación cientlfica delo acción humano,...

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objetos d~ ;pensamiento que el especialista en ciencias sociales cons·truye parJ comprender esta realidad social deben basarse en losobjetos dé pensamiento construidos por el pensamiento de sentidocomún de hombres que viven su existencia cotidiana dentro de sumundo social. Las construccionés de las ciencias sociales son, pues, porasí decir, construcciones de segundo grado, o sea, construcciones delas construcciones elaboradas por quienes actúan en la escena social,cuya conducta debe observar y explicar el especialista en ciencias so­cí&les de acuerdo con las reglas de procedimiento de su ciencia.De este modo, la indagación ~e los principios genetales según loscuales el hombre otganiza en la vida cotidiana sus experiencias --es·pecialmente las del mundo social-, es la primera tarea de la metodo.logía de las ciencias .sociales. No corresponde esbozar aquí los proce·dimientos de un análisis fenomenológico de la denominada actitudnatural, que permiten hacer esto. Nos limitaremos a mencionar breve­mente algunos de los problemas correspondientes.Como lo ha explicado Husserl, el mundo es experimentado desde unprincipio, en el pensamiento predentífico de la vida cotidiana, a lamanera de lo típico. Los objetos y sucesos singulares que se -nos danen un aspecto singular son singulares dentro de un típico horizonte def&miliaridad y conocimiento previo por trato directo. Existen monta­ñas, árboles, animales, perros; en particular, perdigueros irlandeses, yentre ellos, mi perdiguero irlandés Rover. Por consiguiente, puedover a Rover como ese individuo único, mi irreemplazable amigo ycamarada, o simplemente como un ejemplo típico de «perdiguero ir·landés», «perro», «mamífero», «animal», «organismo» y «objeto del

:u~n~~ h:~:r~~:'u~f::~~s~~;s:~~br:~~~;~~~~:r~ec~d~d~d~~c~~~~objeto o suceso dados consideraré como individualmente únicos ycuáles como típicos, dependerá de mi interés actual y dd correspon·diente sistema de significatividades; en resumen, del problema prác­tico o teórico que tengo «a mano». Este «problema a mano» se originaa su vez en las circunstancias en las cuales me hallo en algún momento

~fog~lf;~d~e~~~i~:~~~~n~dsa.~=í,):ofi~~~a~~~°d:;:~d~d:i=t~i~o~blema a mano, para cuya definición y solución he elaborado tal tipo.Puede mostrarse además que al menos un aspecto de los sistemasbiográfica y situacionalmente determinados de intereses y significati­vidades es experimentado subjetivamente, en el pensamiento de lavida cotidiana, como sistemas de motivos para actuar, de eleccionespor efectuar, de proyectos por realizar y objetivos por cumplir. A estapercepción del actor en cuanto a la dependencia de los motivos yfines de sus acciones con respecto a su situación biográficamentedeterminada se refieren los especialistas en ciencias sociales cuandohablan del significado subjetivo que el actor «asigna a» su acción o«vincula con» ella. Esto implica que, en términos estrictos, el actor, ysolo él, sabe lo que hace, por qué lo hace, cuándo y dónde comienzav termina su acción.Pero el mundo de la vida cotidiana también es, desde el principio, unmundo social cultural dentro del cual me relaciono, en múltiples for­mas de interacción. con semejantes a quienes conozco en grados

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diversos de intimidad y anoninúa. En cierta medida -su ';¡¡'~nte paramuchos fines prácticos- comprendo su conducta, si ca ndo losmotivos, objetivos, elecciones y planes que se originan '""'&U¡. !=ir.cunstancias biográficamente determinadas. Sin embargo, s610 :i.N~~~

ciones particulares -y aun entonces de modo fragmentario-- puedoexperimentar los motivos, objetivos, etc;, de los Otros; en síntesis,

~0:ic~1:t~~~do:u;~e~:~bi~~e~:::i;~~~:J~~ :n~~~ at~~ii~~d:d.e~a~~ello, construyo esquemas típicos de los motivos y fines de los actores,e incluso de sus actitudes y personalidades, de las cuales su conductaactual no es sino un caso o ejemplo. Esos esquemas tipjficados de laconducta de los Otros, pasan a ser a su vez motivos de mis propiasacciones, lo cual conduce al fen6meno de la autotipificación. bienconocido por los especialistas en ciencias sociales bajo diversosnombres.Opino que aquí, en el pensamiento de sentido común de la vidacotidiana, se encuentra el origen de los tipos llamados constructivoso ideales, concepto que, como herramienta de las ciencias sociales,ha sido analizado por el profesor Hl::mpel con tanta lucidez. Pero almenos en el nivel del sentido común, 111 formaci6n de esos tipos no

~;l0~~ i~~~il~~ne~~~~~:íH~~;15~nt~:~s:::~~~~~~~~~:e:ntae~bf;~otras especies de tipos ideales o constructivos, los elaborados por elespecialista en ciencias sociales, que poseen una estructura muy d!fe.rente y, en verdad, suponen una teorfa. Pero Hempel no los hadiferenciado.Luego debemos ten~r en cuenta l/ue en muchos aspectos. el conoci·miento de ~entido común de la vida coridiana está socializado desdeel principio.Lo está, en primer término, estructuralmente, ya que se basa en laidealización fundamental según la cual, si yo cambiara de. IURar conmi semejante, experimentaría el mismo sector del mundo sustancial·mente en las mismas perspectivas que él, perdiendo toda siRnificaci6n,para todos los fines prácticos inmediatos, nuestras circunstancias bio­gráficas particulares. Propongo llamar a esta idealizaci6n la de re·ciprocidad de perspectivas.* .En segundo lugar, está socializado genéticamente, porque la mayorparte de nuestro conocimiento. en (l'anto a su contenido y en cuantoa las formas particulates de tipificación en las cuales se orRaniza, esde origen social, yen términos socialmente aprohados.En tercer bgar, está socializado en el sentido de la distribución socialdel conocÍlniento, ya que cada individuo conoce s6lo un sector delmundo, y el conocimiento común del mismo sector varía de un indioviduo a otro en cuanto a su grado de nitidez, claridad, trato directo omera creencia.E:.tos principios de socialización del conocimiento de sentido común,y especialmente el de la distribuci6n social del conocimiento, explican

18 SLH, págs. 76 y sigs. y 81.... Véase «El sentido común y la interprctación ócntlfica de la acción humana».pág. 41 y sigs. (N. de M. Nlltanson.)

al menos en parte a qué se refiere el especialista en ciencias sociales,cuando habla del enfoque estructural·funcionalista del estudio de losproblemas humanos. Por lo menos en las ciencias sociales modernas,e~ concepto de funcionalismo no deriva del concepto biológico defuncionamiento de un organismo, como sostiene Nagel. Se refiere a lasconstrucciones socialmente distribuidas de pautas de motivos, fines,actitudes y personalidades, a las que se presupone invariables y seinterpreta entonces como la función o estructura del sistema socialmismo. Cuanto más estandarizadas e institucionalizadas están estaspautas entrelazadas de conducta, es decir, cuanto más aprobaciónsocial tiene su tipicidad por medio de leyes, usos, costumbres y hábi­tos, tanto mayor es su utilidad en el pensamiento de sentido común~r en el pensamiento científico como esquema de interpretación de laconducta humana.Tales son, muy en general, los contornos que presentan algunas ca·racterísticas importantes de las construcciones que participan en laexperiencia de sentido común del mundo intersubjetivo de la vidacotidiana, experiencia a la cual llamamos Verstehen. Como ya se haexplicado, son las construcciones del primer nivel, sobre las cualesdeben ser erigidas las construcciones del segundo nivel de las cienciassociales. Pero aquí se presenta un problema fundamental. Por una par­te, se ha demostrado que las construcciones del primer nivel, lasconstrucciones del sentido común, se refieren a elementos subjetivos:la Verstehen de la acción del actor desde su punto de vista. Por con­siguiente, si en verdad las ciencias sociales aspiran a explicar la reali­dlid social, también las construcciones ciendficas del segundo niveldeben incluir una referencia al sentido subjetivo que tiene una acciónpara el actor. Esto, según creo, es lo que Max Weber entendía por sufamoso postulado de la interpretación subjetiva, que por cierto hasido aceptado hasta ahora en la formación teórica de todas las cienciassociales. El postulado de la interpretación subjetiva debe ser enten·dido así: todas las explicaciones científicas del mundo social pueden,y para ciertos fines deben, referirse al sentido subjetivo de las accio­nes de los seres humanos en los que se origina la realidad social.Por otra parte, coincido con el profesor Nagel cuando afirma quelas ciencias sociales, como todas las ciencias empíricas, deben serobjetivas en el sentido de que sus proposiciones están sujetas a laverificación controlada y no deben referirse a experiencias privadasincontrolables.¿Cómo es posible reconciliar es~os principios aparentemente contra·dictorios? La pregunta más seria a la que debe responder la metodo·logía de las ciencias sociales es, sin duda, la siguiente: ¿cómo esposible elaborar conceptos objetivos y una teoría objetivamente veri·ficable de las estructuras subjetiv'3s de sentido? La respuesta se hallaen la idea básica según la cual los conceptos elaborados por el cien­tífico social son construcciones de las construcciones elaboradas en elpp.nsamiento de sentido común por los actores de la escena social. Lasconstruccione,s científicas elaboradas en el segundo nivel, de acuerdocon las reglas de procedimiento válidas para todas las ciencias empí­ricas, son construcciones objetivas de tipos ideales y, como tales, per­tenecen a una especie diferente de las elaboradas en el primer nivel,

el del pensamiento de sentido común, que deben superar. Son siste­mas te6ricos que contienen hip6tesis generales susceptibles de serpuestas a prueba en el sentido de la definición del profesor Hempel.19Este recurso ha sido usado por los científicos sociales interesados porla teoría mucho antes de que este concepto fuera formulado por MaxWeber y desarrollado por su escuela.Antes de pasar a describir algunas características de estas construc­ciones científicas, examinaremos brevemente la actitud particular delte6rico en ciencias sociales ante el mundo social, en contraposicióncon la del actor de la escena social. Como hombre de ciencia, y nocomo ser humano (que también lo es), aquel no toma parte en lasituaci6n observada, que no ofrece para él un interés práctico, sinosolamente cognoscitivo. El sistema de significatividades qu~ gobiernala interpretación de sentido común en la vida cotidiana se origina enla situación biográfica del observador. Al decidirse a ser un científico,el experto en ciencias sociales ha reemplazado su situación biográficapersonal por lo que llamaré, siguiendo a Felix Kaufmann,2o una si·tuación científica. Los problemas que se le presentan pueden no serproblemas para el ser humano que está en el mundo, y viceversa.Todo problema cientHko está determinado por el estado actual de laciencia respectiva, y su soluci6n debe ser lograda de acuerdo con lasreglas de procedimiento que gobiernan esta ciencia, reglas que garan­tizan, entre otras cosas, el control y la verificaci6n de la soluciónofrecida. Solamente el problema científico, una vez establecido, de·

~~~~~;~u~l d~er:fe:~~:i~~~vdet~~~ ~til:::~~~toa;í nC~d~ome¿~:~iparecer, es lo que quiere decir MaxWeber cuando postula la obje.tividad de las ciencias sociales, su alejamiento de pautas valorativasque gobiernan o puedan gobernar la conducta de quienes aCTÚan en laescena social.¿Cómo procede el experto en ciencias sociales? Observa ciertos hechosy sucesos de la realidad social que se refieren a la acción humana yconstruye pautas típicas de conductas o de cursos de acción a partirde lo que ha observado. A continuación coordina, con estas pautastípicas de cursos de acción, modelos de un actor o actores ideales, aquienes imagina dotados de conciencia. Esta conciencia, sin embargo,está restringida de tal modo que no c(·;"tiene más que los elementossignificativos para aplicar l~ pautas de cursos de acción observadas.Así, atribuye a esta conciencia ficticia un conjunto de nociones, pro­pósitos y fines tfpicos, a los que se presupone invariables en la con­ciencia especiosa del actor-modelo imaginario. Se supone que estehomúnculo o títere está relacionado en sistemas de interacción, conotros homúnculos o títeres construidos de manera similar. Entre estos:!I)f'lúnculos con los que el especialista en ciencias sociale9 puebla sumodelo del mundo social de la vida cotidiana se distribuyen conjuntosde rootivos. fines y role~ (en general, sistemas de siRnificatividades)de la manera requerida por los problemas científicos investigados. Sinembargo -y este es el punto principal- tales construcciones no son

19 SLH. pág. 77 y sigs.20SUI, págs. 52 y 251.

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en modo alguno arbitrarias, sino que están sujetas a los postuladosde coherencia 16gica y de adecuaci6n. Este último significa que cadatérmino de tal modelo cienúfico ele acci6n humana debe ser .construi­do de modo que un acto humano efectuado dentro del mundo real porun actor determinado, según lo indica la construcción típica, seríacomprensible para el actor mismo asf como para sus semejantes entérminos de interpretaciones de sentido común de la vida cotidiana.El cumplimiento del postulado de coherencia 16gica garantiza la va·Iidez objetiva de los objetos de pensamiento construidos por el cien­tífico social; el cumplimiento del postulado de adecuación garantizasu compatibilidad con las construcciones de la vida cotidiana.*Como paso siguiente, pueden variarse las circunstancias en que fun­ciona tal modelo; es decir, se puede imaginar modificada la situaciónque deben encarar los homúnculos, pero no el conjunto de motivos ysignificatividades presupuestos como único contenido de su concien­cia. Por ejemplo, puedo construir un modelo de un productor queactúa en condiciones de competencia no regulada y otro de un pro­ductor que actúa bajo restricciones impuestas por cárteles, y luegocomparar la producci6n de la misma mercadería por la misma firmaen los dos modelos.21 De este modo, es posible predecir cómo podríacomportarse ral títere o sistema de tfreres en ciertas condiciones, ydescubrir ciertas «relaciones determinadas entre un conjunto de va­riables, en términos de las cuales ( ... ) pueden explicarse (. .. ) regu­laridades empfricamente discernibles». Pero asf es como define unateoría el profesor Nage1.22 Es fácil advertir que cada paso requeridopara construir y utilizar el modelo científico puede ser verificado porla observaci6n empfrica, siempre que no limitemos este término a laspercepciones sensoriales de objetos y sucesos del mundo externo, sinoque incluyamos también la forma experiencial por la cual el pensa­miento de sentido común comprende, en la vida cotidiana, las accio­nes humanas y su resultado en términos de los motivos y fines sub·yacentes.Se me permitirán dos breves conclusiones finales. Primero: un coo­cepto básico de la posición filosófica fundamental del naturalismoes el denominado principio de continuidad, aunque se discute si esteprincipio significa continuidad de eLstencia, o de análisis, o de uncriterio intelectual para controlar de modo adecuado los métodos em­pIeados.23 En mi opini6n, este principio de continuidad, en cada unade estas diversas interpretaciones, se satisface mediante el recursocaracterístico de las ciencias sociales, que establece la continuidadaun entre la práctica de la vida cotidiana y la conceptualización delas ciencias sociales.En segundo lugar, digamos algo acerca del problema de la unidad me-

.. Véase «El sentido común y'la interpretación cienllfica de la acción humana..,pág. 67 ysig. (N. deM. Natanson.) ,21 Véase Fritz Machlup, The Economics 01 Seller's Competition: MoJel Ana·lysis 01 Seller's ConJuct, Baltimore, 1952, pig. 9 y sigs.

i~ ~~~~ I!f~el~~ Z~L=v¡~~b;~o::~~\é~~~~~n !he Human Spirit.., Jour·nal 01 Philosopb'J, vol. 1; 1953, pigs. 145-54, y la respuesta de Ernest Nage1,ibid., págs. 154-57.

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todológica de las ciencias emplricas. Quizás el especialista en cienciassociales coincida con la afirmación de que las diferencias principalesentre las ciencias sociales y las naturales no deben ser buscadas enuna lógica diferente, que gobierne cada rama del conocimiento. Peroesto no supone admitir que las ciencias sociales deban abandonar losrecursos espedficos que utilizan para explorar la realidad social, acambio ae una unidad ideal de métodos que se basa en la premisa,totalmente infundada, según la cual solo son científicos los métodosempleados por las ciencias naturales, y en especial por la flsiea. Porcuanto sé, los adeptos del movimiento de la «unidad de la ciencia»nunca han intentado con seriedad responder, o siquiera plantear, lapregunta de si el problema metodológico de las ciencias naturales, enSl\ estado actual, no es simplemente un caso especial del problemamás general, aún inexplorado, de cómo es posible el conocimientocientífico y cuáles son sus presuposiciones lógieas y metodológicas. Miconvicción personal es que la filosofía fenomenológica ha preparadoel terreno para tal investigación. Muy posiblemente, sus resultadosdfmostrarían .que los recursos metodológicos particulares elaboradospor las ciencias sociales para comprender la realidad social son más

~~~~dd~ f~se~~tn~i~l~: ~~~~::ie~~~~a~~bf:::a~o~~d~i~oa~~¡~~~~~humano.

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:iS>:'Sóbte-las ·realidades ···múltipl~§.

En un famoso capftul0 de sus Principios de psicologta, Willia.m Jamesanaliza nuestro sentido de la realidad. 1 Segú,n él, la. r_e~(fa~CSígñificasimplemente una relación con nuestra vída emocional .y.activa. J;:!.or~~n de_t9-da.Iealidad.es.subjetivo; ~J(UIU,~ ~2C9.t~ y_~Him!-!lanuestro interés es real. Llamar real a una cosa ~¡¡gnilica que esta se

;;~~~~~: e~nu~~e~~~a~~~a~~:s~;on i~~~~~o~ri~tv~a.Iil~~e~:!~~Jrii:inmediatamente la realidad de todo lo concebido, mientras -ño'sc¡icontradicho. Pc;ro existen varios .órdenes de realidades, ta.LY...~ unnúmero infinito de ellos, cada uno de los cuales tiene su propio estilOespeCial y-separaClode existencia. Jl!!!1~~_ l_o~ .llama~s.~universos» y

fi~~~~o(~o::;eaii:t~~~~~:)~dd ~eu~d~ d:l:~e~ci~~~r~~~d~de las relacioneS ickalcs, el mundo de los «ídolos de la tribu», losdiversos mundos .sobrenaturales de la mitologla y la religi6n, los di·versos mundos de la opini6n individual y los mundos de la mera locu­ra y divagaci6n.8 La mente popular concibe todos estos submundosde manera más o menos inconexa, y cuando hace referencia a unode ellos olvida por el momento :.us relaciones con los demás. Sinembargo, todo objeto que pensamos se refiere, en última instancia,a uno de estos submundos. «M;~~t!as. se atie~de a él, .cada. mu~c;1c!'es real a su manera; solo que su realidad desaparece al dejar deprestarle atenci6n»:4·Con estas observaciones, el genio de James toc6 una de las cuestionesfilos6ficas más importantes. Limitando intencionalmente su indagaci6n

~::~~~~i~~icd~6f~~ ~~~C:~~:li~cioa;:stu~~e d~i::~A:~~::n&a~~mentarías, las consideraciones que haremos a continuaci6n apuntana esbozar un primer enfoque de algunas de tales implicaciones, con

íl ;:f¡~d~~ a:)~:do dde al~r~Wa ~~~¡~~y s~fd~ \~ :l:~:l~~i~~te6rica, científica.

1 Principles 01 PsycboloD"'·' vol. n, cap. XXI, págs. 28.3·.322.2 Ibid., p:lg. 320. . ..3 Ibid., pág. 291 y si¡s.4 Ibid., p.lg. 29.3.

'1. La realidad e1el mundo de la vida cotidiana

1. La actitud 1J(/tural de la vida cotidianaJ' SIl motivo pragmático

Comenzaremos por analizar el mundo de la vida cotidiana que el hom"bte adulto alerta que actúa en él y sobre él entre sus semejantes.experimenta, dentro de la actitud natural, corqo una realidad.

". «Mundo. deJ~" yjd.!! cotidiana» significará el mundo intersubjetivo'que ~xistíall)u9to antes de nuestro ~aci~iento, experimentado e inter·

!f~e~:~~~~~~J~~1:~~~~~i:~~¡¡~~1~~i:o~~~~~~:~~~;l!~tanteriores' de él, riuestras' propias experiencias y las que nos han

"o transmitido nuestros padres y maestros, que funcionan como unesquema de referencia en la forma de «co.nocimiento.A mano».A este acetvo de experiencia a mano perteñeCenüeStrocooOcliñiento

:n;~r~p~~:~~~o~~iJ~de:id~T~¡d:t ~~t:u~~o~:Ie~b~~~sm~:~m~~:que nos .resisten y 'sobre los cuales podemos actuar. Para la actitudnatural, el munClo no es ni ha sido nunca un mero agregado demanchas coloreadas; ruidos incoherentes, centros de calor y fdo. Elanálisis filosófico o psicológico de laconstituci6n de nuestras expe·riencias puede luegó; retrospectivamente, describir c6mo los elementosde este mundo afectan a nuestroS sentidos,· c6mo los percibimospasivamente de una manera indistinta y confusa, c6mo mediante laapercepci6n activa nuestra mente destaca ciertos caracteres del campoperceptual. concibiéndolos como cosas bien delineadas que se destacansobre un fondo ti horizonte más o menos inarticulado. La actitud

. natural no conoce estos problemas. Para" ella, el mundo es; "desde el

.~~}~bl~!r~~~J:~-f§~s~~ót~~~~~~~1~t~t;~~;f]E7;~trno teorico, sino emmeoteJ;Dente_practlco. El mund6 ae ]a VICIa cou·

1~:~r~~~~ó'~~~~~t-r~~vrft~~rl]f~~~~~i~~~~~:6{~~S~~-eñtre núestros seinejantes, tenemos' qúe dominarlo 'y modificatlo.

; Actuamos y obramos no solo dentro 'del mundo..~iI1Q ..tllmbién.sobt!;.-éJ. Nuestios mo\!imieñfos corporales :":':"kiñestésicos, motores, operati·voS-:- engranan, por as{ decir,'en el enunCio, mOdificando o cambiandosus objetos y sus relaciones mutuas. Por otra parte; éstos objetosofrecen resistencia a nuestros actos, resistencia que debemos superaro a la cual debemos rendirnos. De tal modo, se puede decir conecta·

! mente que uno J:!lQ!!Y9 _pragl!l.á.tiCl?...gobier~a.J1~e~~!a aCfififd "ñntutalhacia el mundo de la vida cOtidiailli. EJi este sentido, el mundo"esálgoque c1.ebemos modificar pci·r·.iiyeStp~s.~~i~l'\es-o·qüe-la~ riJódi~i~a=

2. Las lIIallifestacioúes espontáneas del hombree1l el 1mmdo extemo y algl/l1aS de sus fOr1nas

Pero, ¿qué debe entenderse por el término «acción» que acabamos deemplear? ¿Cómo experimenta el hombre que está en la actitud natu·ral sus propias «acciones» dentro del mundo y sobre él? CÁlmo esobvio, las «acciones» son manifestaciones de la vida espontánea de!hombre. Pero este no experimenta todas dichas m'anifestaciones comoacciones, ni t'ampoco todas sus acciones como si provocaran cam·bias en el mundo externo. Lamentablemente, las formas diferentesde todas estas experiencias no son distinguidas con claridad en elpensamiento filosófico actual y, por lo tanto, no existe ninguna ter·minología de aceptación gencra!.En vano buscaríamos ayuda en el conductismo moderno y su distin·ción entre conducta manifiesta y conducta latente, categorías a lascuales se agrega a veces uria tercera, la de conducta submanifiesta, cond fin de caracterizar la manifestación de espontaneidad en los actosdel lenguaje. No es nuestro objetivo criticar aqu( la falacia básica delpunto de vista conclucústa o discutir e! carácter insatisfactorio e in·consistente de la tricotomía que acabamos de mencionar. Para nues·tros fines basta mostrar que la interpretación conductista de la espon·tancidad no puede contribuir en nada a lª-.Q,Lej.tjón ~'=..!!Qs .!?C.uP.~:J~de saber cómo son 'experimentadaslas diferenteS"lormas de esponta..ncidad por la' me'lite'en la'cual seo!::íg~an:.A ló s~mo,el conductismoes' un esquemá de ieferenCia"utíl para quien observa la conducta de

~~~~:iS:J:~d:i~lh~~b~~s é¿,eFe1::~~::I:~~::s:e~d:n c:a~~~~:ma relacional de referencia como el del estlmulo-respuesta, u orga·rusmo·ambiente, y solo desde su punto de vista son accesible estascategodas. Nuestro problema, sin embargo, no es lo que le sucede alhombre como unidad psicofisiológica, sino la actitud gue adopta hacia~sos sucesos;e!l res~m~n, .~~ ~e!l!id.o.subjc:~iv:O:qüeeIJ.iOiñp~~'ofo:¡:ga:}lciertas experiencias de su propia vida espontánea: Ú?nQ.u.qas c,¡u.e. p~rael observador parecen objetivamente las mismas, púeden ~~ner para elsujeto 'muy dis'tin'tos sentidos,' o no tenerlos en absoluto.Como ya se ha mostrado, I el sentido no es una cualidad inh~eJ

~::4Ii~;t~:d~"i~=i~~";~~~~~¿ñ trús actos, dirigidos hacia los objetos de dichos .actos, e;w~s~o_tieñen ninglÍn sentido. Se; wc:lyen prQvistos de sentido .siJos .capto..como expeiieñCias-·¿hcunscript~_~~I.pasado; por lo ~anto, e~tIOspec¿¡óri':Es'oeCirquesóló las experiencias que pueden ser recor·dadas-rñ~s-allá de su actualidad y que pueden ser cuestionadas enlo que respecta a su constitu~ó~l son subjetivament~ provistas desentido. .: .'.;. :. ..-. .Pero si ha sido aceptada esta caracterización del sentido, ~hay algUDaexperiencia de mi vida espontánea que no sea subjetivamente provista

~:;;13.h~f.9érsinnh4/~ Au/blJu jer SOli;U~. ~~i,). Vi~Da: i! ed ; 1~~O,

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de sentido? En nuestra opini6n, la respuesta es afirmativa. Existenlos meros reflejos fisiológicos, como el reflejo rotuliano, la contrac­ción de la pupila, el parpadeo, el rubor, I!st como ciertas reaccionespasivas provocadas por lo que Leibniz lIama la oleada de lo indiscer,nible y pequeñas percepciones confusas; y además mi porte, mi expre­sión facial, mi ánimo, las manifestaciones de mi vida espontinea quedan por resultado ciertas características de mi escritura sujetas a la

:~~~r::t':r¡~ó~;~a~~~;~e~~~d~od~~e~~~:~ :::=n~ep~~~~:~~j:~ningún rastro en la memoria; como experiencias son ~mpleando

una expresi6n de Leibniz- muy adecuadas para este problema enparticular; percibidas, pero no apercibidas. Inestables e inseparablesde las experiencias circundantes, no pueden ser delineadas ni recor,dadas. Pertenecen a la categorfa de las experiencias erencÍdlmeflteacttlales, o sea que existen solo en la actualidad de ser experimenta,das y no pueden ser captadas mediante una actitud reflexiva. 6

Las experienc!as. sl!bjetiva~enteprovistas.d~ s~ntido..queemanan.deIlue,stravida.~.spontáneare.cibidn el nombre d.e comporto.mie.ntl) (con,dtlcl). (Evitamos el término «conducta» [behallior] porque en el usoactual incluye también manifestaciones espontáneas no provistas desentido, como los reflejos.) Tal como será utilizado aqul, el término«comportamiento» se refiere a todo tipo de e~!!~.QC:ia~.e_spontáneas

subjeti~a.m~~.t~provistasde sentid9L_~c;~n las.de la vida interior.ojasc;iú~se insertan en el i1ll.ii:ié:lo-exie~~. Si nos es permitido empleartérminos· oojetivos·en'·ü-nadesCrípCi6n de experiencias subjetivas-ydespués de la precedente aclaración ya no hay peligro de malenten,dido--, podemos decir que t;LSQIDpQr~~tniento.puede ser manifiesto.o latente. El primero será llamado ~~ro hacer, y elsegundo mero.peñsar: Sin embargo, el térlÍliri9 <ieoinportamiento», tal como lo utili,zamos aquf, no implica ninguna referencia a la intenci6n. Todo lipode actividades llamadas automiticas de la vida interior o exterior-por ejemplo, actividades habituales, tradicionales, afectivas- foroman parte de esta clase, a la cual Leibniz denomin6 «CJ.a"se de laconducta empírica».El. comportamiento. id~ado .deant~~3,no, es pcci,r, basado enunpI.Q:yecto preconcebido, .s~rá ilam~do. ~(cipn, con independencia de quesea manifiesto o latente. En cuanto a este último, debe distinguirse sise tiene o no la intenci6n de cumplir el proyecto, de llevarlo a cabo.de crear el estado de cosas proyectado. Tal intención transforma elmero pre-meditar en un objetivo y el proyeCióeiJ'uñ-proPó$ii"ó: Sifalta la intención de realizaci6n, la acción latente proyectada no pasade ser una fantasía, un ensueño; si subsiste, podemos hablar de unaacci6n dotada de propósito o de una efecluad6n. Un ejemplo deacci6n latente que constituye una efectuaci6n es el proceso de.pensa'

6 Con respecto a La «actitud reflexiva., v~ase Marvin Farber, Tht F~untIlltion

~~~;:'~d:~lo&'ri~~:'!~\~:~~:C~3t~ ~t~~:m=I~~,3~t~'F~rber, ed., Phi/osophical Essays in J,[tmory 01 Edmuná Husml, Cambridgc,1940, p:íg. 8 y sigo El concepto de 41apericncias escnóalmCllte actuales. no se

ci~~~nl:~ s:t~~~~j~':e~ ~~~i: )~er~f)U:ri~~. quien opinaba que, e~ prin.

miento proyectado como el intento deresol...cr mentalmente un pro­blema cientllico.En cuanto a las llamadas acciones manifiestas, o sea acciones que seinsertan en ,el mundo extemo mediante movimientos corporales, noes necesario diferenciar entre las que están y las que no están acom.pañadas de la intenci6n de realizarlas. Toda acci6n manifiesta es unaefectuación, según el significado que le hemos dado. Con el fin de

~~¡;;~i~~i~~~~~~~~¡;~t~l);~ll~~~~~~~s~~~~i~-Una ej~ció~ es, ~r consiguiente, una acción en el mundo, e;xternoD~~da en un proyecto y cara~t~~~ por lllintenciQQd~ P!oduci..r..

~¿d~~a~~ tr~~~s!:s¿J;::~od~~f;;~:fJ~i~t~je~~~12~a~:si::~~importante para constituir la realidad del mundo de la vida cotidiana.Como veremos muy pronto, el si·mismo alerta integra en ,su ejecutar;-;y porsu,iptermedjo, su ,presente, pasado y futuro ,~n_':IE~ dimensióntemporal ~,s~~Wca;_ S~_f.ºl1c;reta .como totalidad ~.!1 .~u~._!.~§~l@:­Jivos, y 'por medio oe ellos se comunica con ,o.tr9~ y .()rganiza las

~~:~e;~~- t~b:~::ses~~~a;~~bié~~-ck~~~s deila~:d:~~¿~:r~:¡'la expresión «~~~~~o,!!:!.~~» que acabamos de emplear.

3. Las' tensiones de la condenda y la atmción a la vida

En la filosofía de B~~~, uno de los puntos centrales es su teoríasegún la cual nuestra vida consciente muestra un número indefinidode planos difereñte5,"qüe 'va'ñ desde el plano de la acció~ ,~n un -~~tt..c­'mo al pla'no"'del sueño en el otro. Cada ullo de ,estos planos se ~ar,a~

teriza porUña-lensióo' es,PéCIfica' de la conCiencia; do¡'ú:1c'e¡ pranoaela"a¿éió,úlÍuestra la tensi6ri nia'yór'Y'el ael sUeño Inensi6n menor.De acuerdo con Bergson, estos diferentes grados de tensi6n de nuestra

1i-~~~~~;!;r~!~r~~~~it'~1'r:=~s~~~~éa:~~ ~~~~~e:':~::~t~~flieaIkraa-y-sa¡¡slicerSlisreqüiSft05,y el sueño la falta 1:ompleta deinterés. La alten/ion ti la fJie -la atend6'na·lá-·v'ia:i-=es--:-,pües:::e1

ff:C~~\~:f¿,d~u~~~c~~: ~~;~~~t~O;~~~~~~~~l~~~ii-

;l~~~11~~~I~~~~~~~!:~~;~~:~~~~~o volvernos en una actitud reflexiva hacia nuestras experiencias pasa­das, en ?~~~ ..d~, su signiHcado.~ ,

'7 A~que~~ ~id6n no"se :ati~~'~U:ictamenie a lal~rminologl~' de Berg.son, esperamos haber transmitido de modo adecuado lo esencial de su penosamienlo.O&ecemosUDasc1ecci6ndealgunos p8Sajes de los esairos de Bergsonque son importantes para el problema que nos ocupa: Esta; sur les Jonn..lesimm/diales de la consdence,:., París, 1889, págs. 20 Y sigs, 9+106; Malllre

2Ql

Con la expresión ..est"d~de ·ale?:¡g'.queremos· indicar un· plano de lacondencia de elevadísimúensióñ, qué·se órigini en una.aciiiüeI-dé"plena atención a la vida ysiis·requisitos. SQl~el.sí:mismo ..efectuant~y, en es~c!aJ,J;Lejecutante,·está .plenamente.iDteresado.enJa .vida.Ya.POF· ende, alerta. Vive en sus actos y su atención está dirigida exclusi.vamente a- porier en práctica su proyecto, a ejecutar su plan. Estaatención es activa, no pasiva. La atención pasiva es lo opuesto alestado de alerta. En la atención pasiva experimento, por ejemplo, laoleada de pequeñas percepciones indiscernibles que son, como antesdijimos, experiencias esencialmente actuales, y no manifestaciones deespontaneidad provistas de sentido. La espOntaneidad provista de sen·tido puede ser definida, siguiendo a Leibniz, como el esfuerzo. ten·diente a llegar a percepciones nuevas. En su forma inferior, conducea la delimitaci6n de ciertas percepciones transformándolas en aperocepción; en su forma superior, conduce a llevar a cabo ejecucionesque se insertan en el mundo externo y lo modifican.

.El concepto de estado d~ alerta revela el punto de partida para UDainterpretación pragmática legítima 8 de·nu.estra vida cognoscitiva. Elestado de alerta del sí·mismo ejecutante .perfila el sector .del munCIoque-tleñCsigiillitalividad.pragiriática, y estas significatividades deter·minan la forma -Y- .~l J::Qntenido de nuesúá corriente de. pensamientó;la forma, porque regulan la tensión de nuestta memoria y, con ella, elalcance de nuestras experiencias pasadas recordadas y d~ nuestrasexperienCias futuras anticipadas; el contenido, pues todas esas expe·riencias sufren modificaciones esPecíficas de atención por el proyecto

i~~~~c:~~1~i~ d~ f:d~~e~~i~~á~~:~~loe~o~~e:t s1:'~:~ ~je~~~~~te experimenta sus propios actos.

4. Las perspectivas temporales del «ego agens»y Sil ullificación

Comenzamos por establecer una distinción referida a las acciones engeneral, tanto latentes como manifiestas, entre la acción como proceso

el Mémoir!!, Parls, 1897, págs. 1·89.9.5,224-33; ..Le reve~ (1901), en L'Energiespiriluelle, Parls, 1919; págs. 108-11; eL'errort inte1lectud» (1902), en ibiJ.,p&gs. 164·71; "Introducúon ¡ la métaphysique» (1903), en LJ Pensie el le

~~~~í~~n~:rlh;gi~' l'~~r~!;-::iri;uI;¡Ie~~á::Ul;3~~é~L: ~n~~i:~:S:t ri~vie» (1911) en ibid., p~gs. 1.5·18; "La pcrcepúon du changement (1911), en

·LJ Pel:sé,' el le Mouvltnl, p~gs. 171·7.5; 190-93; cFaotomes de vivant» y..Rech~rche psychique». (1913), en L'Energie spiriluelle,págs. 80-84; ..De la

r~~nm:~ =~~~:;~~~~!'eip;:a!:;~~o e~!l':/o::Q:t:or~~g·I!s1 :r~f~:mas de la consliruci60 de la vida consciente implicados "en la noci6n de un.

:r:o It~:d~.oP': ::i~~~,ddl~r~~~s:~YOs6;~e: 1: i~t°fu~d~~~at=descripciun de sentidocomúo de la actirud del hoiobre en el mundo del eje.cutar cotidi~no, pero DO UDa ftIosoffa que investigue las presuposiciones detalsituaci6n. . ....

202

en, curso;' coriJo llctuaciórt en 'movimiento (ac/io), por un lado, }' laacción como acto efecwado,·como la cosa hecha (acttlm), por otro.Mientras vivo en mi actuación, en movimiento, 'estoy dirigido haciael estado de cosas que será creado por esta actuación. Pero entoncesno tengo en vista mis experiencias de este proceso de actuación encurso. Para hacerlo, tengo que volverme hacia mi actuación adoptandouna actitud reflexiva. Como lo formuló alguna vez Dewey, debo dete­nerme y pensar. Si adopto esta actitud reflexiva, lo que puedo captarno es, sin embargo, mi actuación en curso. Lo único que puedocaptar es mi acto efectuado (mi actuación pasada) o, si mi actuaciónconrinúa todavía mientras dirijo la mirada hacia atrás, las fases ini·ciales efectuadas (mi actuación presente). Mientras vivía en mi actuaren curso, este era un elemento de mi presente vívido; ahora esepresente se ha convertido en pasado, y la experiencia vívida de miactuar en movimiento ha sido reemplnzada por mi recuerdo de haberactuado o la memoria de haber estado actuando. Visto desde el pre·sente IIctual, en el cual adopto la aClitud reflexiva, mi aClunciónpasada o pretérita perfecta solo es concebible en términos de actosefectuados por mLAsí, puedo vivir en el proceso en curso de mi actuación, dirigidohacia su objeto, y experimentar mi actuaci6n en el tiempo presente(modo presenti) , o bien puedo salir, por así decir, del flujo en cursoy contemplar con una mirada reflexiva los actos realizados en.procesosprevios de actuación en tiempo pasado o pretérito perfecto (moJo:praeterito). Como se dijo en un apaáado anterior, esto no sig~jfjca

que solo tengan 'sentido los actos efectuados, pero no las acciones encurso. Deberqo$ tener present~que, por definición, Ja, acc\ó~ se basasiempre 'éfi un J>roye~to. preconcebido, y esta referencia al proyeC-toprecedente es 16. que dota de sentido al actuar y el acto.Pe¡.Q" _¿~.~l es la· estru~tJntl. temporal de una acci6n ..proyectada?C;:uando proye<:to mi ac~ión, ensayo, como dice D¡;wey, mi ..acción fu;

Zr~c~~:·t~~~:~¡~n~:· ;~tfm~:i~~~~~nq~:taa¡2c~ a~ti~1~lJ~~~la cosa que deberá hacerse, el acto que deberá ser efectuado por mL

~~~~ol:~~;'e~~~:f.m¡fe~o~t:~~~n~ici~~~~~~~:~~~~~~;~~~~!:~sultar o no CU.!DP.liºª-s.·p9.~ l!J\cl;W, '-!.na..Y~~f~~ada. El~~o pretérito perfecto, eq.camP!Q,.no muestra ninguñade t¡¡es anticipa·Clones vacías.' Lo que en el proyecto era vacío se ha cumpldio o n9.Nada queda sin esta.hkcer, .Jiio.~i.!: ,Puedo recordar .las anticipa·ciones abie~ implica el proyectar el acto, y hasta las proten·ciones que acompañan mi vivir en el proceso en cursc;> de mi actua·ción. Pero·ahora, en la retrospecci6n, las recuerdo en términos demis anticipaciones pasoJas, que se han cumplido o no. Por ende, soloel acto efectuado, nunca la actuación en curso, puede resultar un éxitoo un fracaso. .,.. . - .-Lo dicho es válido para todo 'tipo de acciones; .pero ahora debemosvo~~~a estru~tur~u1l!!'..JJ.eJa_ejecuciÓ!L~~~ñ

~:t:Q~t:j;e:~o;:.n~:c~~~\ ~~~~'~'. Yor~:.19~~, ..p:r~f ~!, .se~:.I~~,:;«~:

203

corporal en el mundo externo. En sus investigaciones, Bergson, ytaiñb~nHiISsCi:l;-l¡¡¡n-oéS"t3cadola importancia de nuestros mo.,imien·tos corporales para la constituCión· del mundo externo y su perspec·tiva temporal. Experimentamos nuestros movimientos corporales si·muh:ineamente en dos planos diferentes: en la medida en que sonmovimientos en el mundo externo, los contemplamos COlDO sucesosque tienen lugar en el espacio y el tiempo espacial, medible en tér·minos del camino recorrido; en la medida en que son.experiinentadosconjuntamente desde adentro como cambios que se producen, COIDO

manifestaciones de nuestra espontaneidad pertenecientes a nuestroflujo de conciencia, comparten nuestro tiempo interior o durée. Loque sucedu.n.-el mundo· externo· pertenece 'a -la· misma .dimcns1Oñ:

r:~¡gi~2i~fi~}biJ.~~~~~!~¡lit~¡'É~~r~interior o durée; dentro del cual nuestras experiencias actuales se­conectan con el'pasado mediante recuerdos y. retencipoes, y con_e.l

~~~~~ak~t~t:I:~::nel\~~~f~c~::~soraes~~ii¿~~\á~Sn~~sv~~ :~~i

~~:;~~e~~~~~~:({~;;E~~~~~{::~~~~~;r~unificando ambas dimensiones en un solo flujo que será denominado.el presente vívido. Por consiguiente,· el presente vívido'se origina en.una iriters~~c~9.n:.dela Jurée.y el.ti.empo cósmico, - - - . .' ....~ vivir en~resente v(vido en sus actos ejecutivos en cu.rso, diri·

~;~;u~a~::-~~~;:~r~~~~j~~:~~~~;i~~2;:ej:nl~c.:~~¿:l·~~~~~~y, por lo.. tl!n~o, como uns"í·mismo total indiviso. Experimenta susmovimientos corpOrales desde adénfró;-- vive' eñ las experiencias co­rrelacionadas esencialmente actuales que son inaccesibles al recuerdoy la reflexión; su mundo es un mundo de anticipaciones abiertas. Elsí·mismo ejecutante, y solo el sí·mismo ejecutante, experimenta todoesto moJo presmti y, al experimentarse como el autor de esta eje.cución en curso, se realiza como unidad.Pero si el s(.mismo, en una actituC!.re.H.e~va,se vuelve hacia los actosej~~!~y'~fectua.!ófy')6~.~0:pj~mpJª-(lJg4'p_pr~jú!ij(§jill.~~i)i.9a.dse~~~ITri~~e~~ ~~e~~::~~~~:C~~I,~ ~a~~~o~l~~~ :~t:1 :~~i~~ticular que se refiere a un sístema de actos correlacionados, al cualpertenece. Este s(·mismo parcial es simplemente el lJue adwa un rol.o)--utilizando, con toCliaasreseiVis-neeeia·rias:üñ··ieimino bastanteequ(voco que James y Mead han introducido en la literatura sobre eltema-~Me).

N...Q.PQ.4emos entrar aqu( en un examen detallado de las difíciles impli.

d~c~bo~~ ::~c;~~~f~~~,b:~t~~j~~~~~~~:~~~~nJ~que es autor G. H. M~.!4: Nos limitaremos a senalar la diSt1DClóñ queMead establece entre la totalidad dd sí·mismo actuante, al que deno·mina el «Yo~, y lo~ s(.nlismos. parciales de los actos efectuados, los

204

que adoptan roles, a los cuales llama 10s·«Mí». IllltLab9J-ª,JaJe.liispresentada en este articulo coincic!e con el análisis realizado P.Qr MeaclTambién hay acuerdo cori' Mead Cuahdo-diceqüe-el<;Yo~;no'-eñtraenla experiencia sino después de que ha llevado a cabo el acto, apa·reciendo así experiencialmente como parte del Mí, o sea que el Míaparece en nuestra experiencia en la memoria.lo

Para nuesuos fines, la mera consideraci6n de que las experiencias in·teriores de nuesUos movimientos corporales, las experiencias esencial­mente actuales y las anticipaciones abiertas no son aprehendidas porla actitud reflexiva muestra con suficiente claridad que el sí-mismopasado nunca puede ser sino un aspecto parcial del sí-mismo totalque se concreta en la experiencia de su ejecuci6n en curso.

1~r~~rf6~!~!¡~;~~~{~X~-i:~~~~~~~~&~~n~;-'~r~~~-;~~i~:rti:~:r:~~~%df~'~r~~~~i~:s~:!a;r~~f:i~c~~~I~~:~~:~plén en el resultado y este no me satisface. Nada ha cambiado en elmundo externo, no quedará ningún vestigio del proceso anulado. Eneste sentido, las acciones solo mentales son revocables. I¿ ~~S~.!!.oen cambio, es irrevocable, Mi obra ha modificado el mundo externo.AT¿i súiñó',-¡;üedorestaurar la·slñ1aci6ñ1ñicral-éo~-medidas'opuestasa las anteriores, pero no puedo deshacer lo que he hecho. Esta es 1!1'

~~tJ;Iñ}~¡I¿!~~:~~~.:a~~t~~.~~::biéO¡;~~-tengo 13lioertacf(fe. elegIr entre varias posibilidades solamente encuaoto a la obra mentalmente proyectada, antes de cumplirla· en elmundo externo o, al menos, mientras es cumplida en el presente vívi­do y está,por ende, todavía sujeta a modificaciones. En lo que res­pecta al pasado, no hay posibilidad de decci6n. Una vez concretada

~iqO::~eoh:~~e~odekr~h~;ae;~:~~:rt~i~~n~:;::c~~f:or;:d~elegir lo que quisiera baber hecho.H~ta ahora llu.m!9 anáIl.s~ s-=...ha r~e.!L~ ..!J~.~!~ru.E~~~_t~~de .la..acclqn-=y..co~.() corola~lo,a.e la estructura. teC!!PQrál ~el sr·

f~;r.~~~~~~tt~i~~n~\~~·.~"M~f~:~~~.~~~~fii·~~~~3~tsi9298~gÍo~·c~~dG~~~' oft~e~S:U;~~~p·;~C:af¡t l;~jos~~~~g~~M~~/'P~chofoi:~;~~1:'Y~ue:.;r7plJ:s:p;;:,s;oi~:It, m~~~~7~~~ ~bi~alcx~ele~'Jlib~o1so~r:~~d~?'M&~d icstM¿~ci tf:;:~~~: f;t!:t 11/[;~~n:nF;:;ri~~od~ ll~dihY:ck'co~;:~stcfo·I~;~cio~~entre acto, sr·mismo, memoria, tiempo y realidad. Por supuesto, la posiciónquese.cxpone en eslellItfculo no es conáliable con la teed:! de Mead sobreel origen social del sl·mismo ni con su conductismo (modificado), que lo llevaa interpretar todos IQS. fenómenos mencionados en. t~minos de. est1muJo yrespuesta. Hay mucha DW verdad en el fan:iosO'eap[tuIo x de Williain James,P,inciplts 01 Psycbology, en el que no solo puede hallarse la distinción enneel M1 (Mt) y el yo (l), sino tambi~ la referencia a los movimientos coroporales, la memoria y.el senúdo del tiempo: : ., ::,..::.> •. .

20?

separado de sus semejantes, Estaabstracci6n ficticia fue hecha, porsupuesto; con"ci'solo fin de aclarar la exposici6n de los problemasinvolucrados. Debemos pasar ahora a la estructura 'social del mundodel ejecutar.

~pLa estructura social del 11J1l71do de la vida cotid;alla

Como ya dijimos, el mundo de la vida cotidiana en el cual hemos na­cido es desde el comienzo un mundo intersubjetiva. Esto implica, porun lado, que este mundo no es mío privado sino común a todos nos­otros; y por el otro, qu~ en él existen semejantes con quienes mevinculan muchas relaciones sociales. No solo actúo sobre cosas inani­madas, sino también sobre mis semejantes; ellos me inducen a actuary yo los induzco a reaccionar. Sin enlrar aquí en una cliscusi6.1 deta­llada de la estructura y constituci6n de la relaci6n social, podemosmencionar a título de ejemplo una de las muchas formas en que misactos efectuados pueden moti\'ar al Otro a reaccionar, y viceversa.Emprendo mi interrogatorio del Otro, por ejemplo, con la intenci6n

~: ~~~v&aío:u::h~:s::~ d~t~(:~c~~~~v:~~i~;»~k;r:lg~i~' e;s~ícual los motivos «para» de mi acci6n se convierten en los motivos«porque» de la reacci6n del coparlfcipe.* .Las ll~ciones sociales suponen comunicacic?n, y toda comunic~ci6n sebasa nec~riaiTiente en actos ejeCutivos pata comunicarme con Oiro-s,debo lfevar a cabo actos manifiestos en el mundo externo que sesuponen interpretados por los Otros como signos de lo que quierotransmitir. Los gestos, el lenguaje, la esqitura~et~., se basan en movi:mientos corporales:' Hasta aquí la inter.p~.~J~~i6~ con~uctista de lacomunicaci6n está justificada. Se eqüívóca al identificar el vehículQ~~~~c~d:':Inicac~6n, o sea, el aclo ejecutivo, c~n e,1 signific~d<? .~~.

EX:lminemos el mecanismo de la comunicaci6n desde el punto devista del intérprete. Puedo hallar como dado a mi interpretaci6n elresultado ya terminado de los actos de comunicación del Otro, opuedo atender simultáneamente al proceso en curso de sus, accionesde comunicaci6n a medida que tienen lugar. Se da el primer caso, porejemplo, si' tengo que interpretar un letrero colocado por el Otroo un instrumento elaborado por él. Rige la segunda relaci6n si es­cucho hablar a ·mi copartícipe. (Hay muchas variaciones de estos tiposbásicos, como leer una carta del Otro de manera casi simultánea conel proceso de comunicaci6n en curso.) Aquel construye el pensamien~to que quiere transmitirme paso a paso, agregando una palabra aotra, una oraci6n a otra.y un párrafo al siguiente. Mientras lo hace,mis acciones de interpretaci6n siguen sus acciones de comunicaci6n.al mismo ritmo. Ambos, yo y el Otro, e>:perimentamos el procesoen curso de la ¿oniu~icaci6n en un presente vfvi~o. Articula~do .s~

,; Véase ..La eÚcci6~. ~u~"diversos proyectos d~ acci6n., pág 87 y: 'sigo(N. de M, NII/llnson.) .....

'206

pensamiento en etapas, mientras habla, el comunicador no s'olo expe.rimenta lo que realmente dice; un complicado mecanismo de reten.ciones y anticipaciones vincula dentro de ese flujo de conciencia unelemento de su lenguaje con el anterior y con el que le sigue, parallegar a la unidad del pensamiento que desea transmitir. Todas estasexperiencias pertenecen a su tiempo interior. Y existen, por otrolado, los sucesos de su hablar, provocados por é.l en el tiempo espa·cializado del mundo externo. En pocas palabras, el comunicador expe·rimenta el proceso en curso de la comunicación como una ejecuciónen su presente vívido.y por mi parte yo, el oyente, experimento también mis acciones in.terpretativas como sucesos de mi presente vívido, aunque esta inter·pretaci6n no es una ejecución sino solo una efectuaci6n, según nues­tras definiciones. Por una parte, experimento los sucesos del hablarde! Otro en el tiempo exterior; por la otra, experimento mi interpre.tación como una serie de retenciones y anticipaciones que se sucedenen mi tiempo interior, entrelazadas por mi propósito de compren·der el pensamiento del Otro como una unidad.Observemos ahora que lo que sucede en el mundo externo -el dis·curso del comunicador- es, mientras tiene lugar, un elemento comúna su presente vívido y al mIo, que, por lo tanto, son simultáneos. Miparricipaci6n simultánea en el proceso en curso de la comunicaciondel Otro establece, por "ende, una nueva dimensiónterilporal. El yYO,'nosotros, compartimos mientras dura el proceso un presente 1(ívido'común, nuestro presente vívido, que le permite y me permite decir:«Nosotros éxperimeñiaméis-éSte suceso juntos». Mediante la relaciónNosotros asl establecida, ambos -él, que se dirige a mI, y yo, quelo escucho-- estamos viviendo en nuestro presente vívido mutuo, di­rigidos hacia el pensamiento que debe ser realizado en el proceso decomunicaci6n y por él. Envejecemos ¡untos.Hasta ahora, nuestro anárísis de la comunicaci6n en e! presente vívidode la relaci6n Nosotros ha estado limitado a la perspectiva de tiempoen cuestión. Debemos examinar ahora las funciones específicas delos movimientos corporales del Otro como campo expresivo abiertoa la interpretaci6n, en su carácter de signos del pensamiento delOtro. Es evidente que la extensi6n de este campo, aunque la co­municaci6n se produzca en el presente vívido, puede variar sobre·manera, y alcanzará el máximo si enlle los copartícipes existe no solocomunidad de tiempo, sino también de espacio; vale decir, en el casode lo que los soci610gos llaman una relaci6~~ara ~_carJl.Para aclarar "esto,' volvamos a nuestro ejemplo del orador y el oyente,y analicemos los elem~~ºs interpretables incluidos en" t~l situación..Tenemos primero las palabras pronunciadas con el significado guetien~n s~iLer9"i~é¡~liiªºY .la "Br"a"l!Játil:(·éñ·~el_Ieñguaje~:~mpl~a.o~ademasdelaS:ó¡'la~ adicionales que reciben del contexto del lenguaje

~~:r~~~l~¿L;t~~~~~:::~~¡~~~~~f~~1{i~lt~;~~~~~~normales, IQ único proyectado por el orador esla transmisi6n delpensamiento mediante palabras adecuadamente elegidas, lo cual, porende, constituye,' 'según nuestra definici6n, una (cejecuci6n».Desde

207

el punto de vista del Qrador, los otros elementos del campo inlelpre­table.no est~!1 plan¡fic~<!º~; pcir consigujente no .son; alo su/no;' másque mero comportamiento (mero hacer) o incluso meros refleJos, ypor ello son, esencialmente, experiencias actuales car~ntes.de. s~ntid9subjetivo. 5jn embargo, son también elementos integrantes de lainterpretación del estado de espíritu del Otro por el oyente. La co·JPuDidad de espacio permite al copar*ipe apre~en~.er.Ias expreSTci~~scQrporales del Otro no solo como sucesos del mundo externo, .~L,!q

como factores .del proceso· mismo de. comunicaci6n, .aunql.1e...I)Q.J~origipan_ ~.n .actCls ejecutivos del comunicador.No solo cada participant.: de la relaci6n cara 8 qua comparte con elotro un presente vívido, sino que cada uno de ellos, con todas lasmanifestaciones de su vida esponlánea, es también un elemento delambiente del otro; ambos participan en un conjunto de experienciascomunes del mundo externo, en el cual pueden insertarse Jos actosejeculivos de cualquiera de ellos. Por último, en la relaci6n cara acara (y solo en ella) puede el copartícipe ver el sí-mismo de su seme·jante como una totalidad indivisa en un presente vívido. Esto tieneespecial importancia porque, como ya fue señalado, puedo contemplar

:1:;~~~0s~~;::~~~s~~~~::ep::~~fl:a::re;i~{ :r_~?srm~O~~~j~~I:mí mismo como actuante en un rol, como un Mí.Todas las múltiples relaciones sociales restantes derivan de la expe­riencia originaria de la totalidad del sí-mismo del Olro en la comu­nidad de tiempo y espacio. Ct¿aJg~lerJll}álisis teórico de la noción <;le«amhiente» ---es este uno de ros términos menos claros que se utiJi­zañ-"eñ!as ciencias sociales del presente- t~ndría.que p;,¡rtir.A~J!

relación cara a cara como .estructura básica del mundo enquc; .~E.desarrolla ·Ia vida cotidiana.No podemos entrar aquí en los detalles de la estructura de estas rela·ciones derivadas. Para el problema que enfrentamos, es importanteque en ninguna de ellas el sí·mismo del Otro sea accesible al copar­tícipe como una unidad. El Otro aparece meramente como sí-mismoparcial, como el origen de estos y aquellos actos, que yo no compartoen un presente vívido. El presente vívido compartido de la relaci6nNosouos presupone la copresencia de los copartkipes. A cada tipode relaci6n social derivada le corresponde un tipo particular de pers­pectiva de tiempo que deriva del presente vívido. Existe un cuasi·presente part\cular en el que yo interpreto el mero resultado de lacomunicaci6n del Otro -la carta escrita, el libro impreso-- sin haberparticipado en el proceso en curso de los actos de comunicaci6n. Exis­ten otras dimensiones temporales en las que estoy vinculado concontemporáneos con quienes nunca me encuentro, o con predecesores

~e~u~~~~e~i :s~;~:¡:d~:~~~~~~ ;~sa~o~~~ ~~h~~~~~~ ~~::~~~~~perspectivas temporales pueden ser remitidas a un presente vívido: mipresente vívido actual ~ anterior, o el presente vívido actual o anoterior de mis semejantes, con quienes yo, a mi vez, estoy vinculadoen UD presente vívido originario o derivado. Todo esto sucede en los.diferentes m~dos de pote~cialidado cuasi-a~tualidad; cada tipo tienesus propias fClrm~~ de .4isJ1,lJn~ci6ny aU!Dc;nto ~~mporales y su manera,

208

propia de moverse en una jugada directa o en una jugada %.igza.gueante... .. ..... ... .'. ',':'.. .Existen además las diversas formas de superposición e interpenetra.ción de estas distintas perspectivas, su puesta en marcha y su aban.dono por el pasaje de una a la otra y la transformación de unaen otra, y las diferentes maneras de sintetizarlas y combinarlas oaislarlas y desenmarañarlas. Múltiples como son esas diferentes pers,pectivas de tiempo y sus relaciones mutuas, todas ellas se originan enuna intersecci6n de la durée y el tiempo cósmico.En nuestra vida social y por ella, dentro de la actitud natural, esasperspectivas son captadas como integradas en una sola dimensi6n coroporal supuestamente homogénea, que no solo abarca a todas las pers·pectivas de tiempo individuales de cada uno de nosotros durante suvida alerta, sino también ]a que es común a todos nosotros, y quedenominamos tiempo clvico o tiempo estándar. Es también una in.tersección flel tiempo cósmico y el tiempo interior, aunque solo deun aspcctoj>eculiar de este, a saber, aquel en el cual el hombre alertaexperimenta sus actos ejecutivos como sucesos de su flujo de con·ciencia. Puesto que el tiempo estándar participa del tiempo c6smico,es mensurable por medio de nuestros relojes y calendarios. Puestoque coincide con nuestro sentido interior del tiempo, en el cual ex·perimentamos nuestros actos ejecutivos, si estamos alertas, y solo ental caso, ese tiempo gobierna el sistema de nuestros planes al cualsometemosnuestrQs proyectos, como los planes de vida, de trabajo yde ocio. Puesto que es común a todos nosotros, el tienipo estándarhace posible una coordinación intersubjetiva de los diferentes sistemasde planes individuales. Asf, para la actitud natural, el tiempo cívicoo estándar es, en el mismo sentido, la estructura temporal universaldel mundo intersubjetiva de la vida cotidiana dentro de la actitudnatural, en la cual la Tierra es su estructura espacial universal, queabarca los medios espaciales de cada uno ele nosotros.

6. Los estratos de la realidad m el mundodel ejectttarcotidiano

En la actttl!d .natural, al hombre alena le interesa prindpalmente ~I

Sectorda mundo de su .vi~~. ~9tie:u.?Jla.q~~_.est~ ~ su. al~ap.ce y qu~en el espacio -t el tiempo se centra a s~_.a4!=.4~gor El lugar queóCupa'mi roerpcioéleñii:ó del"í-ñunacl,"°[ñi Aquf actual es e1'p.Y..!l!º-.J!~partida desde el CJ.lal...m~J)ric:nt~pa!:Lo.· Es, por asf decir, elorígéñ-deiiifSfsiema de coordenadas. Agrupo los elementos de mi.medio con respecto a I1'!i cuerpo, según las categodas de' derecha eizquierda, delante y detrás, arriba y abajo, cerca y lejos, etc. Y de

::;:al~p6~]~~~~E~~~~09~~o~J~se~~:~las categOrlas de anterior y posterior, pas~ y futuro, siplultaneidady sucesi6n, etcétera. . . . '.. "-:'0 . .P$IqA~ntro 4e ese esquema básico de.oriel}t.ac}6n,· el mundo del eje:

~. . -.-------209 on:

._.. ._.~~y·~.."u..·'".~v."t:.U"lu~_ue"real1<1a<l. .el·gran mé-rito de Mead 11 es haber anali7.ado la estnlcturaci6n de la realidad dela cosatísici, al menos, en su relación con la acción humana, y enparticular con .la· manipulación concreta de objetos con las manos.

~~d~~~ill~~~t!f:~~~:-~~~~~~~~~Ü~:~b?:t~"sc~~~t'~¿~~i~~9~~~manejados, a diferencia de los 'objetos distantes, que no pueden sereXpecitñeñtados por el contacto, pero están situados en el campov15Ui1:-S0r0Jasexperieiiéias oe cosas físicas dentro del área mani·pulatoria permite 1~-.E.r~ºªJ2~_~i~~.E~_!O~.a._~~~ful~~"~J!_~ji~"t~~a;solo ellas detmen los que Mead llama los «tamaños estándar» oelas cosas que aparecen fuera del área manipulatoria en las deformacio­nes de las perspectivas ópticas.Esta teoría del predominio del área manipulatoria converge, porcierto, con la tesis sugerida por este .an(culo:, la de que el mundode nuestras ejecuciones, aé-I§úoovimieDtos corporales, de"loúlbjctosque se inanipühiñ'y las cosas que se manejan, y de los hombres, con·s.tituye la realidad específica de la vida cotidiana. Para nue.?Jr9..dincs,

~~n~d~:~g~~~~,~l:~~s:~:é~~b\:t~~~%~%el~:~~~it~~n~o~ut~~i~'y pbjetos dis~antes. Fácil resultaría demostrar que esta dicotomía séórigina en la básica posición conductista de Mead y su utilización

b~~t~~sdi~t~;~e~a a~~i~~dt~~~~ar 1~{h¿~b~~a~~uIr~s~t~I~;t:~ ;~~vida cotidiana. El dispone siempre de un acervo de experiencias an­teriores; entre ellas,"Ia noción de distancia como tal y de la posibilidadde superar la distancia por actos ejecutivos, o sea, locomociones. Enla actitud natural, la percepción visual del objeto distante implica, porlo tanto, la anticipación de que el objeto distante puede entrar encontacto con nosorros mediante la locomoci6n, en cuyo caso la pers­pectiva deformada de los objetos desaparecerá y se reestablecerán sus«tamaños estándar», Esta anticipación, como cualquier arra, puede so­portar o no la prueba de la experiencia real. Su refutación por laexperiencia significaría que el objeto distante en consideración nopertenece a mi mundo del ejecutar. Un niño puede querer tocar lasestrellas. Para el hombre adulto en la actitud natural, ellas son puntosbrillantes fuera de su esfera ejecutiva, y esto es verdad aunque utilicesu posición como medio para orientarse... .Por consiguiente, sugerimos para nuesrros fines denomina~P.1ll';do_a:su alcance (world wilbin his reach) al estrato del iñüñClOClel ~jecutar

~;oe\~¿ty~d~~e~~rj~rcfr~a c~~~i~~~~~~t~e-~~·r~~atd~:~;~~~~.cosas que están fuera del alcance de su vista y. de su.oído, y además,no solo el ámbito del mundo abierto a su ejecutar actual, sino tambiénlas zonas adyacentes abiertas 'a su ejecutar Potencial. Por supuesto,estos lÚnbitos no tienen fronteras rígidas; tienen sus h~os y sus hori·zontes abiertos, y estos se hallan sujetos am<?dific~cion.es de 10s'Inte-

11 The Philosopbj '0/ tbe Present, op. 'ii., p:lg. 124 ysigs.;· 'The" Pbilosóp!ry~';~~.A('/. ChiC8g~" 1938, plgs. 103·06, 121. Ys!&s., l~l_r sigs., 190·92, 196-~J,

210

reses)' de las actitudes'de atención. Es evidente que todo ,este si~temadel.$IDundo-a.mi a1c!HICe!>..sufre.cambios por cualquiera de mis' loco·nlocione~; sI desplazar mi cuerpo. cambio el origen de mi sistema decooz:aeru¡das, y esto por sí solo modifica todos los guarismos (coor·denadas) correspondientes a este sistema.Podemos decir que el mundo a mi alcance actual pertenece en esencia21 tiempo presente. El mundo que está a mi alcance potencial, sin em·bargo, muestra una estruc'tura temporal más complicada. Es necesariodistinguir al menos dos zonas de potencialidad. A la primera, que serefiere al pasado, pertenece lo que estuvo antes a mi alcance actual}' lo que, según presupongo, puede ser puesto nuevamente a mi al·cance actual (el mundo al alcance recuperable). La premisa involu·

~~a~~ sl~ beassf~:an ~~~~~~:l~:~~ni:sq~af~;i;~~d~ t~:~ti~:~~~:~~~t~como he actuado hasta ahora y reemprender la misma acci6n en lasmismas condiciones. Al considerar el papel universal de esas idealiza·ciones para la fundamentación de la lógica y, en particular, ele laanalítica pura, Husserl las llalDas las idealizaciones del «y así sucesi·"ametúe» y del «puedo volver a hacerlo» siendo esta última el corre·lato subjetivo de la primera.l2 Demos un ejemplo: mediante un actode locomoci6n salió de mi alcance lo que antes era «el mundo a mialcance». El desplazamiento del origen de mi sistema de coordenadasha convertido mi mundo anterior en el hic, en un mundo situado aho­ra en el illie.13 Pero con la idealización del «puedo volver a hacerlo;>,presupongo.que puedo retransformar el actual i//ic en un nuevo hic.Según esta idealización el mundo a mi alcance en el pasado tiene lacaracterística de que puede ser puesto nuevamente a mi alcance.Así, por ejemplo. mi área manipulatoria pasada sigue funcionando enmi presente como un área manipulatoria potencial a la manera dej[[ic y tiene ahora el carácter de una posibilidad específica de restau·ración.*Así como esta primera zona de potencialidad está relacionada con elpasado. as{ también la segunda se basa en anticipaciones del futuro.Dentro de mi alcance potencial está también el mundo que no estáni ha estado nunca a mi alcance. pero que es asequible por la ideali·zación del «y así sucesivamente» (el mundo al alcance asequible). Elejemplo más importante de esta segunda zona de potencialidad es elmundo al alcance de mi semejante contemporáneo. Por ejemplo, suárea manipulatoria no coincide con la mía. al menos de manera total.14

porque para él no es sino un área manipulatoria al modo del hic. peropara mí lo es al modo del i/lie. Sin embargo. es mi área manipula·toria posible la que sería mi área manipulatoria actual si yo estuviera

12 FormaI~ und Iransund~nlaI~ Logik.... Halle, 1929, seco 74, p~g. 167.13 En la tcrm.inologla nos atenemos a la empleada por Husserl en sus NUi·lations Car/ési~nn~s.". Parls 1935. seco '3 y sigs.

:eo~t:sl~~dd~al:~~:a? ...~~g~i91a;, ~al(Ñ.' tlr.lk~t:ns~::) y ab14 En la relación cara a cata":""'y esta es otra peculiaridad de esta relaci6nsocial fundamental- el, mundo a mi alcance y el que está al alcance de miasociado se' intcrseetaD. y 'hay par lo menos un sector que est~ a nuestro al·cancecomún. .

211

en,su lugar y, en verdad, se 'convertid en:actual mediante locomocio·nes apropiadas.l~ _Lo que hemos afirmado con respecto al área manipulatoria del se·mejante contemporáneo tiene también validez en general para elmundo que está al alcance de usted, de ellos, de alguien. Esto incluye,no solo al mundo que está dentro del alcance actual del Otro, sino

~a:~~~i~l:, ~l~dt~~afl~ded~t~:s~e:an~~:t:dr1~anac~od~IJ:,~~~~tratos diferentes del mundo social muestra todos los matices que seoriginan en las perspectivas de la socialidad, como la intimidad y laanonimia, la ajenidad y la familiaridad, la proximidad y las distanciassociales, etc:, que gobiernan mis relaciones con asociados, contempo­ráneos, predecesores y sucesores. No podemos abordar aqul todosestos problemas. Para nuestros fines, basta con señalar que la tota·lidad del mundo social es un mundo dentro de mi alcance asequible,que tiene sus posibilidades especlficas de ser alcanzado.Sin embargo, las posibilidades específicas de recuperación y asequibili.dad peculiares de la primera y la segunda zona de potencialidad, res­pectivamente, no son en modo alguno iguales. En cuanto a la primera,debemos considerar que lo que es ahora para mI una mera posibilidadde alcance recuperable fue previamente experimentado por mI comomi alcance actual. Mis anteriores actos ejecutivos efectuados, y hasta

:~nd~i~~~~n~~seae~ie~l~~::.op~~la~;~tiacfo:o~:c::ia:~:~e~~~~:actual estado mental, que es como es porque la realidad ahora pasadafue antes una realidad presente. La reactualización anticipada posibledel mundo antes a mi alcance se basa, por lo tanto, en reproduccionesy retenciones de mis experiencias de realización pasadas. Por con­siguiente, la posibilidad de recuperar el anterior alcance actual esmáxima.La segunda zona de potencialidad se refiere anticipatóriamente a misfuturos estados mentales. No está vinculada con mis experienciaspasadas, salvo en cuanto sus anticipaciones (como todas las antici·paciones) se originan en el acervo actualmente a mano de mis ex·periencias pasadas y debe ser compatible con él. Estas experiencias mepermiten evaluar la probabilidad de llevar a cabo mis planes y deestimar mis poderes. Es evidente que esta segunda zona no es enabsoluto homogénea, sino que está subdividida en sectores de dife­rentes posibilidades de asequibilidad.. Estas posibilidades disminuyenen proporción a la creciente distancia espacial, temporal y social delsector respectivo con relación al centro actual de mi mundo del eje­cutar. Cuanto mayor es la distancia, tanto' más inciertas son misanticipaciones de la actualidad asequible, hasta llegar a ser totalmentevadas e irrealizables.

. . '.. .

:?im~~~~~~'Tt~ea;hü~~of,;,~a:he ~~~e3bl~~dSt: ~fu~r=:S¡;~~~~~~:añre~iu~: ~~es:: r:q::f,.a r;:~~i1f~;t ~ l~ que sed:! si hubi~os

212

7. El mundo del ejecutar como realidad emiIJeltte;la Qmiedad fundamental; la «epojé» de la actit1ld nal1lral

El mundo del ejecutar en su conjunto sobresale con respecto a losmuchos-otros subuniversos de la realidad. Es el mundo de las cosasfí~!s:.-E!..~~yc:ndo mi cuerpo; .~s~.~Lámbitode mis locomociones yoperaciones corporales; ofrece ~es¡~tencias que exigen un esfuerzo paras!f~i~meplantea tareas,"me permite llevar a cabo mis planes yte!!~!_eXlto ofiacasar en mi intento de alcanzar mis propósitos. Me­diante "m¡S"ictos-ejeCutivos, me inserto en el mundo externo y lomodifico; y estos cambios, aunque provocados por mi ejecutar, puedenser experimentados y puestos a prueba por mi mismo y por otros,como sucesos de este mundo, con independencia de los actos ejecu·tivos míos en los que se originan. Comparto este mundo y sus obje. "tos COD.-º.~§; t~ngo fincs" y pl<;dioseñ c<;igl4ñ.-.l;QI} Qtr~s; actúo Ca!!ellos én múltiples actos y relaciones sociales, controlando-a-lcls·Oúosy sic9?g~c9ntr~1.ad9Por ellos. Y el mundo del efeCüiaresla"realidaddéntro de la cual se hacen efectivas la comunicaci6n y el juego delas motivaciones mutuas. Por lo tanto, es posible experimentar, enambos esquemas de referencia, la causalidad de los motivos y la teleo·logia de los propósitos.Como ya dijimos, este mundo es para nuestra actitud natural, en

~~~~J~~;6:'~~~::~~~f¡~~{~~Y:t~r;s;~~~~~~~~:reu;r~~~to~causidó"por la necesidad de satisfacc:rlos requerimientos básicos d¿nuestra vida.-Pero no estam~.igua!mente interesados en todos losestratos del mu-nao-del-ejerotar. La funci6n selectiva de nuestroin~ré(o!g¡¡¡jJz"a:"el~ündoen ambos aspectos"=a 'e"spáCi"a1 y el teni~poral- en estratos de significatividad variable. Del mundo que estala mi alcance actual o potencial, elijo como primordialmente impor.tantes aquellos objetos que son actualmente o serán en el futurofines o medios posibles para la realizaci6n de mis proyectos, o queson o serán peligrosos, o disfrutables, o significativos para mi de cual·quier otra manera. Constantemente trato de prever las repercusionesfuturas que puedo esperar de esos objetos y de los cambios futurosque provocará mi ejecutar proyectado acerca de ellos.Aclaremos 0':lé es lo que en este contexto debe entenderse por «sig.nífiCatlVlda~~». En la actitud natural, por ejemplo, me intére"SiiñsObreiiiiñeti1los resultados de mi acci6n, y en particular la cuesti6n desaber si mis anticipaciones resistirán la prueba de la realidad. Comohemos visto, todas las anticipaciones y planes se refieren a expe­riencias previas IIhora disponibles, que me penniten pesar mis proba·bilidades. . .Sin embargo, con esto no todo queda dicho. Una cosa es lo que estoy

r~e~~:D~ife'¡e'~~~~aii{~~i:i:rtasP"~ri~c~~~~Wt~~a;;~::~~::por qué me interesan esos sucesos y por qué debo esperar apasionada.mente d resultado de mis profecla~. Solo a la primera parte dc:~sta

~:~?~1~~r(~~~t~~~e~;~~~~~:.~"~j~:.·~~~;t~~:

213 ·í::'

dicotomías se refierc'al sistemn de significatividades por..c;t:<;uaUegi.iía~ en la vida cotidiana el hombrecnáctitud natural. ' . 'No podemos exponer áqui' todas-}as-irripliúciones'Clel'problema d~

la significatividad, uno de cuyos aspectos acabamos de rozar; ::npocas palabras, lo que queremos destacares que todo el ~i~.t,ema,de sigo

"n.ificatividades que nos gqbiernadentto de,la aqi~ud natural se funda:en la experiencia básica de. cada uno, de .Dosotros:'··srque.'.nior.ir{Iy temo morir. Sugerimos llamar a esta experiencia básica la ansie,

1fa~~ti~~,~~D:n~~!g~fj>;J~~ifr~:f~~g"~~' ~i~~~¡fo1v·tfs~~9~:~interrelacionados de esperanzas y temores, deseos y satisfacciones,probabilidades y riesgos que incitan al hombre en actitud natural atratar de dominar el mundo, a superar obstáculos, a esbozar y cumplirproyectos,Pero la ansiedad fundamental misma es' solo un correlato 'de nuestmexiS~e!lc'(a.-¡:óiiiosercs humanc;.sdeñil'o dC,la realidad em¡ñ~iit.é '(para:'moml/ rea!ity) qe la vida cotidiana; por lo tanto, las esperan.zas ytemores, así como-sus'sátisfaéCiones y desengaños correlativos, sebasan en el mundo del ejecutar y solo son posibles dentro de él. Sonelementos esenciales de su realidad, pero no se refieren a nuestra,creencia en ella. Por el contrario, es característico de la actitud naturalque cO,Q~ldere presupuest()s el muñClo'Y'"süs objetos' hasta que' seestablezca una prueba en-¿óntrario. En la medida en que 'fu"ñcioiili elesquema establecido de referencia, el sistema de las experiencias ga·

:~i~~~a; ~~e~~~?~~~: ~f~:t::d::t~í~O~~Sg:í~ ~nd::t:s ~s~lt~J~:anhelados, confiamos en esas experiencias. No nos interesa comprobarsi este mundo re'almente' existe o si sólo es un 'sistema coherente deaparienCias cóÍnpatible's 'lirias con o"tras. 'No' tenemos ningun!'---'r.!lió9.para dudar de nuestras experiencias garant~as,que, seguñéreemos,nos ofrecen las cosas como realmente' son: Hace falta una motiva·ción especial, tal como la irrupción de una experleÍ1éi'a-'«akna"»-n~incorporable al acervo de conocimiento a manó o compatible con élpara hacernos revisar nuestras anteriores creencias.La fenomenología nos ha 'enseñado el~...~k.(.p-ojé.Jl;nomenQ:l6gi~a, o sea, la suspensi~n.,denuestra.,creenci~..en,la,.rea1idad del.mundo como, recurso ,para ,superar la.~cti,tud.natural radicalizando,~l. método '.cartesiano ,de .1a .duda Wos6fica.~e. :R.,!~de .a:v~ntw:arse·lasugerencia de que el hombre' en, actitud 'natural, uilliia 'también' una.epojé específica, I?or supuesto, muy, eJ.istinta de la que emplea elfenomenólogo. No susPende la"creencia en.el mundo externo 'Y. sus.

:l~~~s~:c~~ ;a~~~tt::i:io~ssl:~~~: lded~~: ~l :u%d~t;~~~~ ~¿fpl1~dan ser diferentes de lo que, se le apare~en. Proponemos~deíiomí.

nar' a esta epoíé,'~a~foj!.1~J~.a~tit~d.nai~t.al:l1 , :- .

16 Véase Marvin Farber, Th~ Founáation .. :; 'op: cit., pág. '526 Ysil: .-17 Aunque el punto de vista que aqul se sostiene es diferente' en :muchosaspectos, quisiera llamar la 8tención sobre el muy interesante artIculo eThe

~¿':'%lh;r,~:~I¡O(OP~~~.~~r8:105rh~~~~hiíter';::a~~i:;e,It;:;in'ten~!un arullisis de la dubitabilidad y'lo dudoso con respeclo 8"la re21.idad. Según

214 .

n. Las:.realidades·rnúltiples Y. su constitución

Al comienzo de este ~riícul~'hicimo~referenciaa la teoría de"'(1'iIIiamJames acerca de los múltiples subuniversos, cada uno de los cualespuede ser concebido como una realidad peculiar mientras se atiende aellos. El mismo James ha.señalado que cada uno de esos subuni\'ersostiene su estilo de 'existencia especial y separado; que con respecto ácada uno. de esos sübuniversos «todas las proposiciones,' tanto atriobutivas c~mc;> existe~ciales. son creídas por el hecho mismo de serconcebidas, a menos que choquen con otras proposiciones que soncreídas al mismo tiempo, afirmándose que sus términos son los mis·mos que los de esas otras proposiciones»;18 ql,1e. t<;lda la distinci6nentre lo real y lo irreal se basa en dos hechos mentales, «primero.que pJ;'opendemos a pensar de manera diferent~ acerca de lo mismo; ysegundo, que, cuando lo hemos hecho. podemos elegir a qué mododc..pensaradheriremos y cuál descartaremos». Por ello James habl:t eleun ((sentido de la realidad» que puede ser investigado en términosele una psicologla de In creencia y la incredulidad.

·A fin 9~li~raJ;'. de su encuadre psicologista esta importante ide~,preTérímo.s.h.al:>Il!~,.n~_ c;lcsu~!1iv~rsos múltiples de la realidad, sinode,'ómbilos finitos de smlidoien cada uno de.Jos cuales podelI!os c~

; locar el acentó de realidad: Hablamos de ámbitos de sentido y no desubuniversos, porque lo que constituye la realidad es el sentido denuestras experiencias, y no la estructura ontol6gica de los objetos.19•

Por consiguiente, denominamos ámbito finito de sentido a un deter·minado conjunto de nuestras. experiencias si todas ellas muestran un

'estilo cognos~itivo específico.y, son. ~on respecto (J este .e¡til07-,'no solo coherentes en sí mismas, sino también compatibles.unas.conolras. La·restricción subrayada es importante porque las incoherenciase incompatibilidades de algunos experiencias. todas las cuales comoparten el mismo estilo cognoscitivo, no implican necesariamenie re·tirar el acento de realidad del respectivo ámbito de sentido comototalidad, sino solamente invalidar determinada experiencia o expe·

~~;rc::i~:::~~~~t~~ ~~~:~~i~~~~~~O;cj~~: ;e:c:~:~nj:r::aEd:d~;Como ejemp~'volvamós 'aexaminar ~LJ:DJ!n5!º.de.I~..'*Ia.cotidianatal como lo hemos definido y analizado en la secci6n anterior.·Estemundo e..s...~~!:.~¡C:J;'~9, un ~(subuniverso» o un ~(ámbitolil).Íto.desen:tido» entre. muchos :quos; ~unque se destaca como realidad euiinen·te o suprema, ·.p~rlas razones mencionadas' en la secci6n-anterioé:Recapitulando lascaracte!fs~icas .básicas que constituyen su estilo~oln:o~~.e~~VLco, co.mpr~bamos que. ~:. . ..~~--

*~:~~~:~:rf~:==~·W~i~~19 Véase HuSserl,·¡'!ez, Ge.nml1 Introduction to Pure PhenomenololJ.... trad.al inglés por'Boyce GibsOD, Londrcs-Nueoa York, 1931, sec.- 55, pllg. 168:

~e~:~d=ti~~e ~o%~ }~; ~:~J~hs r~~le~O~o~n "~nÚ~~~~t s};'if;~~~::(~s:1:¡,a~!~~lI~ S?~..d~.!i_u~erL).:L: '.... " .. :. :.:: ••:. :..

215

i~*i1~~~~~~~~t~~i;'¡~~;;~;::::'tancidad provista de sentido, basada e~ un proyecto y caracterizadapor la intención de producir el estado de cosas proyectado mediantemovimientos corporales que se insertan en el mundo externo).

~is~~'~~:t:n~~~~~as1-~~:::::'i~W:~~J'p!qPJ~~J'lD.~S!J1() (el sI·

5. Una forml!.~spedfica de socialidad (el mundo intersubjetivo comúnde la-comunicación y la acción social).6.. U~a perspectiya, t~I~~r~l.especlfica (eLti~Qlpo ..est.ándar q\lc..se.o.C1gina en una intersección entre la dllrée y el tiempo cósmico comoestructura tempcir31 uniyersal del mundo intersubjetivo).

Estos son, al menos, algunos rasgos del estilo cognoscitivo que co·rresponde a este ámbito particular de sentido. En la medida en quenuestras experiencias de este mundo -tanto las válidas como lasno válidas- comparten este estilo, podemos considerar este ámbitode sentido como real, podemos atribuirle el acento de realidad. Y encuanto a la realidad eminente de la vida cotidiana, nosotros, en laactitud natural. nos vemos inducidos a hacerlo porque nuestrasexperiencias prácticas prueban la unidad y congruencia del mundodel ejecutar como válido, y la hip6tesis de su realidad como irrefu·table. Más aún; esta realidad parece para l1~so.tros la reali.da9 nat\,lIal,y..no estamos dispüesE<?s a abandonar nuestra actitud hacia ella sinhaber' experimentado -.uoa .cqnmpci6n es~,(;#i<;a, que nos .obligue ~

trascender los límites de.este ámbito «finitolLde .sentido .y.. trasladar11 otro el acento de realidad.Claro está que esas experiencias de conmoción me suceden con freocuencia en mi vida cotidiana, a cuya realidad ellas mismas correspon·den. Me muestran que el mundo del ejecutar en el tiempo estándarno es el único ámbito finito de sentido, sino solamente uno entremuchos otros accesibles a mi vida intencional.Hay innumerables tipos de experiencias de conmoción, tantos come:ámbitos finitos de sentido diferentes a los que puedo atribuir el acento ~

de real,ida4:' Algunos ejemplos son: la c<?~oci6n,de.quec;l~~do!mi.d~-;­como salto al mundo de los sueños;'Ja transformación interior quesufrimos cuando eñ'el teat'ro sube el telón, como transici6n al mundodel es~enar¡o; el cambio radical en nuestra actitud cuando permitimos.ante u!!c:u~dro, que nuestro campo visual6ea limitado por lo que estádentro del marco, como paso al m\lndo pictórico; nuestra ~rplejidad,'seguida por el alivio de la risa, cUando al ofr un chiste, estamos porun breve lapso dispuestos a aceptar el mundo ficticio de la bromacomo una realidad, a cuyo respecto el mundo de nuestra vida coti·diana adquiere el carácter de una tonterfa; el movimiento del niñohacia su juguete, como transición al mundo del juego, etc. Pero_~am:.b¡én las experiencias religiosas..en.,t~s 6us-vadc:.d.<tc;l~-p.e¡:;- Kier·kegaard y su experiencia del «instante» como salto a la esfera religio­sa-, 50n ejemplos de tal conmoción,como lo es la decisión delhombre de cienc~a:.de reemplazar toda' participaCión apasionada en

216 '.1:.

19SaSl-Intos que perteoe~en a «~sle J!lundol>. porun.a desinteresada ac.titud contemplativa. .,.. .... . ." . . . . :,AhQr~ podemos resum4 en las tesis siguient~s. lo q'ue hemos descu.bierto: ' . . ... :.....

1. Todos es~o~,_m!:!~dos -el mundo de los sueños, de las imágenesy la1ailt3Sía 1sobre todo el mundo del arte)>> el mundo de la expe.riencia religiosa, el mundo de la contemplación científica, el mundodel juego del niño y el mundo de la.IClg1r~- so!l,~l1lbitós finitos de~igniJi.casr9._E~~0 quiere decir que: a) todos ellos tienen' úriestilo

a~glfs~~ttii~~¡e;~:~ar~)~u.bj~~;rª;~1:~~;~=~~?a~e1d~~~~ad~e;:d~U.I)O de estos mundos, son, en lo que respecta a este estilocognosci.tivo, coherentes en sr misma~ y..c;o¡npatibles unas con ptras (aunqueno compatibles con el significado de la vida cotidiana); e) cada unode esos á!l.lbi.lOs.finitos ~e sentido P!Jede.rccibir un acen~o .d~. realidadespedfico (:l.'nque no el acento de realidad del mundo del ejecutar).2: La cohe:;ncia y la compatibilidad de experiencias con respecto a suestilo cognoscitivo peculiar subsiste solamente dentro de .los límitesdel ámbito particular de sentido ~I cual pertenecen esas experiencias.Lo que es compatible en el ámbito de sentido P, en modo alguno loserá también dentro del ámbito de sentido Q. Por el contrario, vistasdesde P, al que se supone real, Q y todas las experiencias que a élpertenecen aparecerfan como meramente ficticias, incoherentes e in·compa.tibles, y viceversa.3. PreciSameJ;lle .PQ.r..es.tq, estamos autorizados para .hablar de ám·bitos'7i1l1ior de.sel)tido.. Esta finituQ i!Dplica ,que. no hay po~ibilidadde referir uno de esos ámbitos a otro introduciendo una f6rmula detransformación., 4 J~8.Dsici6n_de.J.Ulo..a.otro. s610 puede ser efectuadamediante un «saJtº~, como lo llama Kierkegaard, que-se'-niai-iifiestaen la experiencia subjetiva de una conmoci6n.* ..4. Lo que se acaba de llamar un «salto» o una «conmoción» no ~~más que una modificación radical en la tensión de nuestra conciencia,b,sada..en.una.diferente..at!mtioll ala vie.5. 'PEr ello, atesti.lo.c?gnoscitivo peculiar de cada uno de estos dife·rentes'-ámb¡tR~ d~. se.I!~.4o corresp.oJlde una tensión espedfica de facóndencia y, por cOnsiguiente, una epoié especffica,·l.!na fo~ma .pre­dóminante de espontaneidad, una forma específica d~ experiencia del.sr-mismo, una forma ~pedfica de.,Ji~ialj.dl\C;! y una perspectiva. tem·,

~~iS~I~;:~.li,~~,~~~'~'~~;~:;~* Para un e.u!nen de.la.transición, por efecto de un:1 conmoción, de larealidad eminente a otros ámbitos finitos de sentido, véJse cSrmbolo, realidady sociedad», pág. 305ysigs. (N. de J,C.Ntlltlnson.) .20 AqIÚ son Deccs:u:ias&l '. od bitos

• de selllido no su De i o' • osel' uno e "dedo~.~nmodoalguDoesasr.Eou ' .. ahOra n"cstI'ronciencjjU)U&!k.J¡wrl2Orlas~ásdiye[mt,'uiQ!lJ:sy~ptar

217

Sería una tarca interesante elaborar un agmp3micnto sistcmático "dees~mbjlos ..finiloUe..~ntido s~g4n.s.u-PJin~o constitutivo; ]atensi6n decreciente de nuestra conciencia b:ls3aa en- un llpartarse den~j\}i~~L6iL1:""iw_e¿iCLdé.Ja:viaa<Oiiai¡¡jfa:-Tal·análisis~·prob¡¡ríaqüe, cuanto más la mente se aparta de la vida, tanto mayores son losestratos del mundo del ejecutar cotidiano que son puestos en duda;la epojé de la actitud natural que suspende la dud., en su existencia

~:d~~:;~r~~1~Jfcf~z-ra~1t~ddi~:Jn~~i~~ljtJ:~~e..•re p¡ireiítesis. En otras palabras, unll\po.klg1Lde-.las-diferen.tes..

~¡~:i~~~~~~~1iii~~~M~~-;~~1[O que quedaruera de los paréntesis podría sercrerrniJo como loselementos constituyentes del estilo cognoscitivo de experiencias co­rrespondientes al ámbito de sentido as! delimitado, <1\!La....su-YeZ

~~í~~q~~:~;~~~a~e~~~/d~~~~~ d~ ;::~r=lv¡d~g~:!~diana- de .cuasi-r~.uicLld.Esta última observación revela una dificultad espedfica que presentantodos los intentos de escribir esas cuasi-realidades. Dicha dificultadconsiste en el hecho de que ellengu~J.e, cualquier lenguaje, perteiieCe,C!'mo comunicación xat' l~o;ó'i'~ 'iil'müiido del ejecutar intersubjetiva.r, por lo tanto, se resiste obstin.,damente a servir como vehículo de.significados que trascienden sus propias presuposiciones. E~te h~~h<?coriduce a las múltiples formas de la comunicación indirecta, algunas_de lascüales encontraremos más adelante. La terminologfa científica, .por"ej~'!1plo, es un recurso' especial i>ára sup"e"rar, dentro de su limi·.tado campo, la dificultad esbozada. .No podemos embarcarnos aquí en delinear una tipología completade las diversas realidades, según los principios expuestos. En espe<:ialnos interesan bs relaciones entre los ámbitos del mundo de la vidacotidiana y los mundos de las ciencias, particularmente de las cienciassociales y su realidad. Pero no podemos resolver este problema, contodas sus implicaciones, en un solo paso. Por ello, procederemos poretapas y comenzaremos por confrontar el mundo del ejecutar con dosejemplos típicos de otros 11mbitos finitos de sentido: el mundo de lasfantasías y el mundo de los sueños. Basándonos en los resultadosobtenidos alllnalizar el estilo cognoscitivo de estos dos 11mbitos, Inves­tigaremos la estructura del mundo de la contemplación dentffica.

las mlÚ diversas actitudes de atención ala vida. Además, se resenla e ro-

~~~tidode los r:e~c1:~e~pro~lema qU~ 8UJ!gue imporl~~e~ :a pu~~~~

~~ª~~;,~~;r.:¿1E~~i~.~unqueDonecesariaD'lenteladela1lcYtud~.

218

lILLos diversos mundos de las fantasías

Bajo este título exami~aremos algunas características generales delestilo cognoscitivc,.peculiar a un grupo de ámbitos finitos de sentido,ninguno de ello;::""i"educúble a los otros}' por los demás, sumamenteheterogéneos. Este grupo, al que suele conocerse como e! mundo

~:~~~:~,~~~]Tl:;~~d:~~{f~¡c;:,~~~t~~e~~:;ld~'~~d~~:1~~"los mitos y de los chistes. Hasta ahora la filosofía no ha elaboradoe"rprobiemaaé"lacon¿ti"tuci6n específica de cada uno de esos innume­rables ámbitos de nuestra vida imaginativa. Cada uno de ellos se ori­gina en una modificación específica experimentada por la realidademinente de nuestra vida cotidiana, porque nuestra mente, apartán­dose en tensiones decrecientes de conciencia del mundo del ejecutary sus tareas, retira de algunas de sus capas el acento de realidad parareemplazarlo por un contexto de fantasías presuntamente cuasi·reales.Para el problema que nos ocupa, debe bastar con un rápido examende lo que todos estos mundos tienen en común.Al vivir en uno de los diversos mundos de las fantasías, ya no tenemos'·que domindr e! mundo c..xterno y superar la resistencia de sus objetos. ;Quedamos libres de! motivo pragmático que gobierna nuestra actitu"d"""natural hacia el mundo de l~ vida cotidiana, así como de la esclavituddel espacio ~interobjetivo» y de! tiempo estándar intersubjetivo. Yano nos vemos confinados dentro de los límites de nuestro alcanceactual, recuperable o posible. Lo que sucede en el mundo externo yano nos impone disyuntivas en las cuales debamos optar ni ponelímite 11 nuestros posibles loros.

~~~e~~~::~~s~~s~l~~;i~~itri::~~n~t~~a~~~~: (:~f;:~saf::~eEí'st Imismo que imagina no actúa ni efectúa, en el significado de las defi.niciones previamente dadas. Lo que se imagina puede ser proyectado

~~í~a cke~~~o~~ ~r~~~~~asi~e;iR~:d~nd:ri~é~~i~~cl~~~~y~~t~;: ~~a:~exactamente el mismo con el cual lo empleamos al definir la acci6ncomo comportamiento proyectado. Hablando con rigor, es válido locontrario, vale decir, que la acción proyectada es siempre el actoefectuado' que fue imaginado, y que lo fue en el tiempo futuro per­fecto. A.quí no nos interesa particularmente investigar si pueden sercalificadas como «acción» todas las formas de nuestra vida imaginativa,o solamente algunas, o ninguna, o si el fantasear pertenece de modoexclusivo a la categoría del mero pensar. Sin embargo, es de sumaimportancia comprender que el fantasear, como tal, carece siemprede la intenci6n de realizar la fantasía; en otras palabras, carece delHat intencional. Recurriendo al lenguaje de las Ideen 21 de Husserl,podemos decir que todo fantasear es «neutral», no tiene la posicio­nalidad específica de la conciencia tética.No obstante, debemos distiI)8r,*_de _II1ªneFa tajante entre ,el fantasearlco~m_~~~~~~n_·~.e.2'.~~~~v!~~_e~_~~!~ne~ y las.~antasías imagi-

~:fi~r¡"~~tde P~~ir~~~'( :P~l S~~ltJ~' e~ri~~)lic:l;:n::sí~~slinci~D. entre .m~

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~c1as. El actuar puede ser imaginado como un actuar verdadero ynasla'como una ejecución, según el signifiCado de nuestras definicionesanteriores; puede ser concebido corno referido a un proyecto pre­concebido, como poseedor de sus motivos específicos «para» y «por·que»," como originado en la elección y la decisión y como teniendoun lugar dentro de una jerarquía de planes: Además, puede ser ima·ginado como dotado de una intención de cumplir el proyecto, dellevarlo a cabo, y puede ser fantaseado como inserto en el mundoexterno. Todo esto, sin embargo, pertenece a las fantasías elaboradasen el acto de imaginar y por medio de él. Las «efectuaciones»,.y «ac­tos ejecutivos» son simplemente imaginados como efectuaciones y actosejecutivos y ellos y las categorías correlacionadas llevan «comillas»,para emplear la expresi~n ideada por Husserl. Sin embargo, el fanta·sear mismo es necesariamente ineficiente, y en toda circunstanciaqueda fuera de las jerarquías de los 'planes y prop6sitos que son váli.dos dentro del mundo del ejecutar. El sí-mismo que fantasea notransforma el mundo externo. _ -- - .•.•......•_~--."....-..-.

'Pci:o:lc6iñ6?'[AóisODOñQuijote no se inserta en el mundo externocuando ataca a los molinos de viento, creyendo que son gigantes? <!Loque él hace no es determinado por motivos válidos dentro del mundodel ejecutar, a saber, su motivo «para» de matar a los gigantes y sumotivo «porque» de cumplir su misión de caballero, que supone eldeber de combatir a los gigantes malvados allí donde los encuentre?¿No está todo esto incluido en la jerarquía de los planes de vidade Don Quijote? . .La.!.esp.l:!~~t;l.~s_ql,!~.P.on.Q1JijQ.t~, al ac~ua.~ ~_ell\ planera des.~rip.tlid'lO.traspasa los límites deLmund9__d~1 ~k~.\I.tar. ]?¡ira él, que es un !anta.

~~~tif.~~j~~~~~~;~!~{:~~~;;,!t:;~reconocerá que su interpretación del ob]ctO que tema delante fueinvalidada por los sucesos siguientes. Es la misma experiencia quetodos tenemos dentro de la actitud natural, cuando descubrimos que elobjeto distante al que creíamos un árbol resulta ser un hombre.~

Pero Os!aQuijote reacciona de otro modo gue nosotros en situacionessin.illR~~ .lli..-ng·~e..~ó.gí~.¡~.;.Ji:.~~~pl9.~¡6n~.de :s·u·.:expeiiellci~~:.·. noadvie.rte sú engaño ni' admite_q~e. Jos .objetos.a.tacad.os han ..sido

~iJ!fR~~~~~,;~~~i;~~~~:;,l~~~:~~~i~~e~~~al~s~e:::~rin~~~d)lt~iJil~Y~~~ié:i~:o~~:al'llegar -a ~esta·· conclüsión,-·~~1ia1?~Q~!Lote..d~~tivam~te el.ac~nto de realidad del munC!Q ..a.:.el.~J~qJ~~r.y,..~.adJ1.!g¡!=a ..a1.mundo~e .~I~iilii~~r·Vjsf6faesaeeste último; los molinos de viento DO

* Véase ..La elección entre dh'ersos proyectos de acción", p:lg. 87 Y sigo(N. dt M. Nafanson.)22 Esta situación ha sido minuciosamente analizada por Husserl, en Utas,seco 103, y en Erlabmng und Urt~il, E. Landgrebe, cd., Praga, 1959, p5gs. 99y sigs.,370 Y sigs.

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son ,reªlidaqes, sino,meras apariencias, meras fantasías, La existenciade magos y gig3;':"?...j, Y la transformación- de estos en molinos deviento, por incompatibles que sean con la actitud natural vigente en

blar~r~~oesd~u~j:~~~a~bkú;o: I~O~tr~U~~~~~sí~:nd~o~~nQuf¡o~~en su ámbito finito de fantasías privadas, donde es tan «real» comocualquier otra cosa. * Mutatis mutandis, poddan efectuarse análisissimilares de otras cuasi-realidades tales como el mundo mligico de loshombres primitivos o el mundo imaginario de los juegos infantiles,etcétera.Traduciendo este resultado en términos más generales, comprobamosque lo corrobora el enunciado de William James, según el cualj!,!,qp'<>.

~1a~~~1~~~~~~~i~:~t~:~j~S~~~::0~~~e~~0~"ll~~i~d~~~~~ Jno in-terfie-re con ninguna otra cosa y no tiene que ser conuadicho.Ese caballo, sus alas y su lugar, son todos igualmente reales. Esecaballo no existe sino como alado, y además está realmente allí, yaque ese lugar sólo existe como cllugar de ese caballo y no pretendeninguna conexión con los otros lugares del mundo. Pero si con estecaballo incursiono en el mUlldo conocido de otro modo, y por ejemplodigo: "Esa es mi vieja yegua Maggie, a la que le han crecido un par dealas allí donde se encuentra, en su establo", toda la cuesti6n se modiofica, pues ahora el caballo y e11ugar son identificados con un caballoy un lugar conocidos de otros modos, y lo qtle se conoce de elloses incompatible con lo que se percibe en el primero. "iMaggie en suestablo, con alas! ¡Imposible!". Las alas son irreales, y por ende unavisi6n. He soñado una_mentira acerca de_Maggie en su establo».23Husserl,:!t quien ha estudiado el problema en cuesti6n con m4s pro­fundidad que cualquier otro fil6sofo, llega a la misma conclusión.Distingue predicaciones de existencia (Existen:r.iolpradikationen) ypredicaciones de realidad (Wirklichkeilspradikationen). 10 opuestoa las primeras son las predicaciones de no-existencia; lo opuesto a lasúltimas, las predicaciones de no-realidades, de ficci6n. A.l investigar el«origeM de las predicaciones de realidad, Husserl concluye:

«En la actitud natural, no hayal comienzo (antes de la reflexi6n)ningún predicado "real" ni categoría alguna de "realidad". Solo sifantaseamos y pasamos de la actitud de vivir en la fantada (es -decir,la actitud de cuasi-experimentar, en todas sus formas) a las reali­dades dadas, y si entonces uaspasamos el mero fantasear casual y susfantas{as, tomándolos como ejemplos del fantasear posible como taly de la ficci6n como tal, obtenemos entonces, por un lado, los con­ceptos de ficci6n (respectivamente, fantasear) y, por d ouo, losconceptos de "experiencia posible como tal" y "realidad" ( .•. ) Nc

* V~ AlfIcd Schu!Z, «Doo Quijote y d problema de la realida&, pu.t~~~~di: s~&::~~::;IID¡:d~:'B":~~~ ~,~~~~~~O~1~¿t::.19~:~;'°7J23 Principlu 01 Psycbology, op. cit., vol D, ¡lig. 289. . - ,

~;. ~~~b~~5~5dy ~~~i~d~~6s~t ~: :quii\l~s~~:m~ t~~«e:rperiC'Dáu en el sentido restriogido ele Er/abrllng.

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podemos decir que quien famasea y vive en el mundo de las fantasías(el "soñador") postula ficciones qua ficcioncs, sino que ha modioficado realidades, "realidades como si" ( ..• ) Solo quien vive en las

í:~~~~;~~~? J~efi:c1~~d; :~~Ii~ad.us~~~:r: 1~~efi~tf:~~~sf~I~~~ttr~~~~con lo experimentado».*

De nuestro análisis del comportamiento de Don Quijote y de la citaanterior de Husserl, podemos deducir otra importante idea. Las como

~~¡E~!P~~!i~~~!~~~!~~~~1~t~31?.iPLiedolmagio"aniiiá'ntcs, 'magos, caballos alados, centauros y hastaun perpetullln t1Jobile¡ pero no un decaedro regular, a menos qne medetenga, como tendría quehacer en plena conciencia, en la ciega yux·taposición de términos vaefos. Dicho de otro modo: Dentro del reino

1:Ctli~a~~;~~~a~~~ñt~!;:~r~~lid~~~afó~fJ~;P!itibl1i({ades ~e~a~ente·El corolario' 'de-esta úl tima afirmación es que las posibilidades dealcanzar y restaurar situaciones fácticas no existen en el mismo sen·tido dentro del mundo.de las fantasías que dentro del mundo delejecutar. Lo que es una posibilidad en el último, es en el primero loque los juristas romanos llaman una conditio potestativa, vale decir.una circunstancia controlada por la parte involucrada, la cual decidesi la llevará o no a cabo. El. individuo. que .imagina.~domina sus

'~~::~~f~a~~~·~~j~~.~J.~jf~~~~t:~~W·~!íá~~;:í:~~~~~::i~~sá~ ~~~sucesos futuros imaginados, tiene libertad de decisión.Esta observación nos conduce iíTaspmpectlvas··rempórales del mundode la imaginación, que es de la mayor importancia para su constitu·ción. En sus admirables investigaciones sobre la dimensión del ticmpode las fantasías, Husserl~· ha señalado que estas carecen de todaposici6n fija en el orden del tiempo objetivo. Por lo tanto, las fanta·sÍ¡1S no están individualizadas, y la categoría de igualdad no es apli.cable a ellas. La «misma» fantasía puede reaparecer dentro de lacontinuidad ininterrumpida de una sola actividad fantaseadora cuyaunidad está garantizada por la continuidad del tiempo interior dentrodel cual se produce esta actividad. Pero las fantas[as correspondientesn diferentes corrientes de actividades fantaseadoras, o que, en nuestraterminología, pertenecen a diferentes ámbitos finitos de sentido, nopueden ser comparadas en cuanto .8 su igualdad o semejánza. Pregun.Ur si la bruja de un cuento de hadas es la misma de otro cuentocarece de sentido.Para nuemos"fines, no hace falta seguir a Husserl a las profundidadesdel problema de los análisis constitucionales que esto implica. Contodo, es importante destacar que el sr·mismo fantaseador puede,enS:JS fantasías, eliminar todas las c'ara'ét'e"r}s"tiC3sde1 tiempo' éstá~dar;"__o .~. ~'''''._ ....._.-......_.,.~_ • __ ~ ••~ ••

* ErlllhTllng und UrJeil, seco 7411. (N. de M. NIIJanson.)25 ErlllhTllng tmdUrteil, secS. 39-42, p;{gs.195·214.

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~~u...iIrey.~ml;!iMa~r\Puedc imagin~r rodos los sucesos fomotontemplados. por así decir,-a través de un retardador o un aceleradoldel tiempo. Su irreversibilidad, sin embargo, elude toda variaciénpor la fantasía. porque se origina dentro de la dl/rée que en sí mismaes constitutiva de todas las actividades de nuestra mente y, por lotanto, también de nuestro fantasear y de las fantasías que esta acti·

~~~:r{¡~¡~b~~c~~W:~t·~ít~~.~~i.d~~~~~~~~!~~f~i~#e~~~~'En' "roí 'fantasía, puedo imagiñarme en cualquier rol que desee arro­garme. Pero al hacerlo, no dudo de que el sl·mismo imaginado noes sino una parte de mi personalidad total. un rol posible que puedoadoptar, un MI, que s6lo existe por mi gracia. En mis fantasías, puedoincluso variar mi apariencia corporal. pero esta libertad discrecionalhalla sus barreras en la experiencia primordial de los límites de micuerpo. Ellos subsisten, ya sea que me imagine como un enano ocomo un gigante.El fantaseo puede tener lugar en soledad o en sociedad; en esteúltimo caso se produce en una relaci6n Nosotros y en todas sus deri·vaciones y modificaciones. Un ejemplo de lo primero es la ensoñación;de 10 segundo, el juego intersubjetivo mutuamente orientado de losniños o algunos fenómenos estudiados por la psicología de masas. Porotro lado, .Ios()tros y también !=Ualquier tipo de.relaci6n soci~, deacciones sociales y de reac:ciones, pueden convertirse.,en obje.tl,)s. de!fantaseQ, La libertad discrecional del, sl·mismo fantaseador es aquímuy grande. Hasta es posible que la fantasía inc1uyaen tal medida Jacooperación imaginada de un semejante imaginado que las reaccionesimaginadas de este último corroboren o anulen mis propias fantaslas.

IV. El mundo de los sueños

Si el «estado de alerta» es el nO!Dbre con que designamos la mayortensión de la conciencia, que corresponde a la plena atención a la

::~t;rs~ :;í~~IJi:g~Er~~~J~~~[ci:~o e~i:::c~~~olt~hr~~~~a:!-iñálico'enüaÍlsfórtnar sus percepCiones, e-ñ- g'rio medida .coiifu"sas, en:üñ-estado'ae claridad y nitidez parciales; en otras palabras, en trans:formarlas en. apercepciones:5 Sin embargo, continúa percibiendo, aslco'mo sigue recordando y pensañdo.'-Existen las percepciones ·somá·ticaiioe'sü'¡;¡'opiocuerpO; su posición, su peso, sus límites; las perocepciones de luz, sonido, calor, elc., aunque sin ninguna actividad demirarlas, escucharlas o atenderlas, única cosa que harla que los pre·

26 V~ la conferencia de Bergson ctlécanisme du Reve., 1901, reimpresaen L'Enugie spirilllelle, op. cil.• p5gs. 91-116, esp. plg. 111.

~27 Dormir es un est3do de condencia exento de apercepcioncs; esto distingue'al mundo de los sueños del mundo de las fantas(as. El sl·mismo fantaseadorconlinúa apercibiendo, pero el esquema de interpretación que aplica a 10 queapercibe difiere de modo radical del que el sí·mismo alerta aplica a las mismasapelcepcionesdelmundodclejecutar.

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CCptos fueran .apercibidos. Continúan, además, las .pequeñas percep.

~!~arihsaJ~i~:~a~~a~sd:la dv~da~~~:;~~~e~~::~di:c~:~itf:~i~¡~É~tk::ó inconscientes, como prefiere llamarlas el uso moderno. Esas peque.ñas percepciones que escapan a la censura de la atención 11 la vidaadquieren gran importancia en el mundo de los sueños. Aunque nose hacen claras r nítidas, sino que permanecen en un estado. de con·fusión, ya no son ocultadas y alteradas por la interferencia de laatenci6n activa, pragmáticamente condicionada. Es la atención pasiva,

~i~~e~e~~~r~l :l~~~:ol~~t:~td~ f:a;~~:~~i~d,li~ ~~~~ñ~~:d:Ct~~:mina el interés del que sueiia y los temas que. se convertirán en temasde sus sueños. Ln inapreciable conquista de Freud y su escuela eshaber aclarado esta referencia de la vida del sueño al inconsciente,aunque su concepto mismo de incODsciente (r también su teoría segúnla cual el aparato mental se compone «topográficamente» de un ello,un yo y un superyó) es una concepci6n errónea del cnrácter básicode la intencionalidad del flujo del pensamiento.~s

ELsí:!Iilim9..q~~J~c;i)a. no. ejecut~ ni actúa. Este enunciado sería unamera trivialidad, si no hUbiéra-mos "forniülado otro similar con res·pecto al sí-mismo que fantasea. Por lo tanto, de..~l1)os_")1Qst!llr.Qre.ve.

menteJa.~.'principales .IJ;Io<;\ificaciones que el «colocar entre paréntesisel mun.QQ.de la_ac.tuacióñ» 'sufie: éri'loslfmbitos'dé"]lis ·faii~.#l~por~ lado, y .en el ámbito 'de'los'~sueño~, por el oií:o.~ugiero que los'mundos de la fantasía se caracterizan por 10 que hemos llamado liber·tad dis,c.recional, mientras que el.mundo de los sueños carece de tal

Jibe~t~ª,' El sí·mismo fantaseador puede llenar «arbitrariamente» susprotenciones y anticipaciones vadas con cualquier contenido; en térmi·nos estrictos, es en ese proceso donde el sí·mismo fantaseador carga elacento de realidad. Puede, si 10 prefiere, interpretar sus «posibilida.des» como dentro de su alcance. El que sueña, en cambio, no tienelibertad de decisión, no tiene ningún poder arbitrario para dominarsus posibilidades, no tiene la facultad de llenar anticipaciones vacías.La pesadiJIa, por ejemplo, muestra claramente la ineluctabilidad delsuceso en el mundo del sueño y la impotencia del que sueña parainfluir en él.'Íodo esto, sin embargo, no significa que la vida de los sueños se limi·te exclusivamente a la conciencia pasiv:áj P.o~.c:l.coM~ari~, la.'!!.ayoríade las actividades de la.mente que Husserl denomina acttvi.Cfades·.diil)lencioDalidad (y que, por supuesto, no deben ser confundidas conlas acciones intencionales) ~ubsisten, pero sin estar dirigidas ha.cia09j~los.del mundo exterllo. 4~! ejecutar,.y sin ser conducidas por la

a~e~~r~é~~m§~~a{~~~~~l~s ~~~~~"~~~~é~~e~fo~:sito y de objeto. - . .Pero, ¿c6mo puede mantenerse tal afirmación, si Freud y sus seguido.

28 Pero el mismo Frcud, a diferenci!l de muchos de sus. partidarios, ha ad·mitido que esta «topografIa mental,. está en todo aspecto sujeta a revisi6n y,

~~~~~~1::Uc':=~n:~~cio~~p(~:~~~d~«~~et~:V~~¡:/c~etEncyc1optZ~JitZ BrittZnnictZ, 14~ cd., vol. 18, pág.. 673).. " . .... . .

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¡'.es.~Qs han demo~trado·e!.papc1 predomina.Me. ~e las ....oliciones ~ losinstintos .en e! mundo de los sueños? No creo que haya aquí ningun'acontradicci6n. Las voliciones reales, los proyeclos reales, los prop6­sitos reales, etc., no existen en la vida dc los sucños. Las volicionesproycctos y prop6sitos que pueden encontrarse en los sueños n¿se. originan en el acto mismo de soñar. Son recuerdos, retenciones yreproducciones de experiencias volitivas originadas en el mundo d<t la

~ig;~~~~:d~ rr~~~~~~~~'p~~d¿~~r:~~;~~i~i~:e~~~~i¿~:~~~s s~~~:'~~1~~~~e~~~s~~~~r ut~tt~~t~éd~c:efe~\~0~~al~~:en~d;;~:r~~~~~6~las experiencias originarias del mundo de la vigilia, en el cual y porel cual se constituyen.En términos generales, el mundo del ejecutar, o al menos fragmentosde él, son conservados eñ el mundo de los sueños como recuerdos yretenciones. En este sentido, podemos decir que )a atlention a la viede! que sueña está dirigida hacia el pasado de su sí·mismo. Es unaatenci6n en tiempo pasado..l.psq)n..tt:nido~ ..ge.Iavida onírj~a c(;m.sisten_principalmente er:l experiencias pasadaso.en tiempo.pasado.perfectoquc son reinterpretadas transformando experiencias a~leriormenl.ecorifusas en expcriencas nítidas, dilucidando los horizontes que impli·can, considerando sus previsiones en términos del pasado y su repro­ducción en términos del fUluro. Por consiguiente, las c;:y>~~ien~ias

sedimentadas del mundo de la vigilia .son, por así dearIo, desmenu·zadils y reconstruidas de otra manera; el sí-mismo ya no tiene ningúninterés pragmático en mantener unido su acervo de experiencias comoun esquema de referencia consistente y coherentemente unificado. Pe­ro los postu)ado~ mismos de la consistencia, la coherencia y ]a unidadde experiencia se originan en motivos pragmáticos, en la medida enque presuponen apercepciones claras y nítidas. Ellos, y aun ciertosaxiomas lógicos, como el de identidad, no son válidos en )a esferade los sueños, por esa misma raz6n. El que sueña se asombra fre­cuentemente de ver ahora como compatible lo que él recuerda comoincompatible en el mundo de su vida de vigilia, y viceversa. Freud y elpsicoanálisis han estudiado exhaustivamente todo esto, y nuestra in­tención actual se limita a traducir a nuestro lenguaje algunos de susresultados, importantes para el tema que nos ocupa, y a situarlosdentro de nuestra teoda.Puedo soñarme como ejecutando o actuando, y este sueño puede estaracompañado frecuentemente del conocimiento de que, «en realidadll>,no estoy ejecutando o actuando. Luego, mi ejecutar soñado tiene sus

~~a:~~~~fe~:~~ ;~:~~!sl:~d~~e~::d;~:~ t~Ot~~d~:~1 s~~~1:d~la vida cotidiana. Sucede a menudo que d 1Ií soñado efecma su laborsin ninguna intenci6n de llevarla a cabo, sin ningún fíat voluntario, yque este Mí alcanza resultados con. esfuerzos desproporclonadamentegrandes o pequeños. .

~:r!%~e~~~pf~~et~~i·d:!I~~:~éI~~~s~~~u:f~ig:~1~::~~id~ié:~¡~u~~rjl~~~~d6,~~~ls~~o~a~dossuyced~sp~~~~os~d~~~~i~~~ :~

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suponen abienos }' modificables y, por ende, como si tuvieran" unextraño carácter de futuro; las sucesiones se transforman en simulta­nE~a4~s y v}ceversa, etc. En aparreñ'cfá;pei:ó' solo ~n..l,lparie~~I.ii,-.I~s_su~esos del..s}!eño "estári separados y son indepencfíéñtes de Ia"c~mientede_Ji"C!!L'ée~il"\teri.'?r. Sin embargo, eS.!~l) .~l"\ica!'!1en~e separados delordenaniieiúoclel tiempo estándar, No tienen posición en el oraeñd¿f"tiempo· ·objetivo. Se desarrollan dentro de la subjetividad dela durée interior lIunque fragmentos del tiempo estándar, que fueexperimentado por el sí-mismo pasado y ha quedado desmenuzado,son incorporados al mundo de los sueños. La irreversibilidad de ladllrée subsiste asimismo en la vida onírica. Solo la mente despiertaq\le recuerda su sueño tiene a vec~s la ilusión de una posible rever­sibilidad.Esta última observación revela una seria dificultad para todo análisisde los fenómenos del sueño y también de la fantasía. Tan prontocomo pienso en ellos, ya no estoy soñando o fantaseando. Esto}' des­pierto y empleo, al hablar y pensar, los implementos del mundo delejecutar, es decir, conceptos que están sujetos a los principios decoherencia y compatibilidad. ¿Estamos seguros de que la persona des­pierta puede realmente relatar sus sueños, cuando ya no sueña? Proba.blemente constituya una diferencia importante el que recuerde susueño en una retención vívida o que deba reproducirlo. Sea comofuere, tropezamos con la gran" dificultad dialéctica de que para elque sueña no existe ninguna posibilidad de comunicación directa queno trascienda la esfera a la cual se refiere. Por ello, podemos abordarel ámbito de los sueños y la fantasía solamente mediante la «comu­nic:lción indirecta», para utilizar una expresión de Kierkegaard, quienha analizado de manera insuperable los fenómenos que ella plantea. Elpoeta y el artista están mucho más cerca de una interpretación adecua-

~aetf:I~~r:'o;~ql~: :~:~;s~~:sc~:~;~~~:: d~ec~~~~~~:~~es~i;d~~~ten al ~mbito de la fantasía. Ellos pueden, si no superar, al menoshacer transparente el conflicto dialéctico subyacente.Dentro de los límites modestos de nuestro propósito, no tenemosninguna razón para eludir la dificultad esbozada. Nuestro problemaconsiste en dar una explicación del estilo cognoscitivo específico pecu·liar a los ámbitos de fantasías y sueños, y explicarlos como deriva­ciones del estilo cognoscitivo de la experiencia del mundo de la vidacotidiana. Por lo tanto, nos consideramos autorizados a aplicar cate·gorías derivadas de este mundo a los fen6menos de ]a fantasía y elsueño. Sin embargo, ]a dificultad dialéctica implicada debe ser enten­dida en toda su importancia, pues la encontraremos nuevamente enel análisis cid mundo de ]a contemplación científica. Entonces tendre·mos que estudiar el recurso específico que ha elaborado la cienciapara superarla: el método ciel).tUico. "Para concluir estas fugaces observaciones sobre el ámbito de lossueños, digamos que e] soñar, a diferencia del fantasear, es una acti­vidad esencialmente solitaria. No podemos soñar juntos, y el alteregosigue siendo siempre un mero objeto de mis sueños, incapaz de comopartirlos. Ni siquiera el aIterego con el cual sueño aparece en unpresente vívido común, sino en una vacía y ficticia relación cuasi-

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Nosotros. El otro con el cual se sueña está siempre tipjficado, y estoes válido aunque yo lo sueñe en una relaci6n muy estrecha con mí sí­mismo íntimo. Es un alterego sólo por mi gracia. Así, la mónada, 1\

pesar de reflejar el universo, carece en verdad de ventanas mientrassueña.

V. El mundo de 1:1 teoría científica

Al limitar el sigu:~fl:te análisis al mundo como objeto de contempla."ción científica, dej;,Áos de lado intencionalmente, para los fines pre­sentes, las múltiples formas de actitudes contemplativas que con frc·cuencia adoptarnos en nuestras actividades ejecutivas y que, a diferenciade las actitudes prácticas del ejecutar, también podrían ser llamadasactitudes te6ricas. Si en una crisis decisiva de nuestra vida nos «sen·tamos» y consideramos una y otril vez nuestros problemas; si esboza·mos, rechazamos y volvemos a esbozar proyectos y planes antes deresolver; si meditamos como padres en cuestiones pedagógicas o comopolíticos en la opinión pública, en todas estas situaciones, nos entre·gamos a la contemplación te6rica, en el sentido más amplio de laexpresión. Pero todo este pensar contemplativo se realiza con propó­sitos y fines prácticos, y por esa misma razón constituye un «encla·VC»29 de contemplación teórica dentro del mundo del ejecutar, "másque un ámbito finito de sentido.Otro tipo de contemplación que intencionalmente dejamos de ladoen esta sección es la meditación pura, como la meditación religiosa,que no se basa en un proyecto que debe ser llevado a cabo por laaplicación de reglas operativas. Nos referiremos de modo exclusivo ala teoría científica.La teorizaci6n. cientHica -yen los párrafos siguientes los términos

~~f:~fd~ri;~~~.~;{:~~t~~:~~jt~~~;~~~~e~~~;~~nl~~t:;;~l mundQ, sino a observarlo y posiblemente a comprenderlo.Aquí deseo adelantarme a una posibleobjeci6n. ~No es el fin últimoc!.e l~ c:ienci_~.el dominio del J?3~~,ªO?-¿Noestán destiñiaas-Iás-c1eñaiisnaturales a dominar las fuerzas Jel universo, las ciencias sociales aejercer el control social y la ciencia médica a luchar contra las enfer·medades? ~y acaso no es ]a única razón de que el hombre 6e interesepor la ciencia su deseo de elaborar las herramientas necesarias paramejorar su vida cotidiana y ayudar a ]a humanidad en su búsquedade la felicidad? Todo esto, sin duda, es tan verdadero como trivial,pero no tiene nada que ver con el problema que nos ocupa. Porsupuesto, el deseo de mejorar el mundo es uno de los más fuertesmotivos que impulsan al hombre hacia la ciencia, y ]a aplicación de ]ateoría científica lleva, por supuesto, a la invención de recursos técni·cos para el dominio dd mundo. Pero I)i estos motivos ni el uso d~

¿~~~¡~:~~~tia~t~~~:~~~_ci~:~Jk;~:~'~~~~e~e:n~~~~~~~~-29 Véase supra, Dota 20.

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ci~ntífica, y:.ot1áabordar la ·ciencia -dentro .del mUIldo.C1el· eieCl,ltar.Nuestro tema eS la' primera, pero uno de nuestros principales pro­blemas será descubrir c6mo es posible que el mundo de h vida detodos nosotros· pueda ser' convertido en objeto decontemplaci6nteórica y que el resultado de esta contemplación pueda ser Utilizadodentro d.e1 mundo del ejecutar.Todas las cogitaciones teóricas son «acciones» y hasta «efectuaciones»según el significado de las definiciones dadas. Son acciones porqu~emanan de nuestra vi~a espontánea·conducida.de ac,!erdo Con un pro.yecto, y son efectuaCIones .porque aparece la Intencl6n de cumplir elproyecto para lograr el resultado proyectado. Así, ).~Je?rización cien.tífica tiene sus propios motivos «para» y «porque»; es una teorizaci6nphmificada, y planificada dentro de una jerarquía de planes estable.cidos por la decisión de realizar y proseguir actividades científicas:(~~~e «\arácter de acción» de la teorizaci6n bastaría por sI ~ulo paradistinguirla"del sueño.) AdemAs, es un pensamient.o diriAido ·haclaun propósito (y esto solo bastaría para distinguirla del mero fant~.seo), prop~~ito. que consiste ~!l la intención de obtener la solució~

'del problema en 'que se trabaja. St~cp1bargo, las cogitaciones teóricasno son ejecucione~ ....es decir, no se insertan en el mundo externo. Sín'duda, se basan en actos ejecutivos (tales como medir, manejar insirü:mentos, experimentar, etc.); pueden ser comunicadas solo ·mc¡dianteactos ejeclltiv!ls (tales como escribir un artículo, dar una cunferen:cia); 'etc: Todas estas lIctividades efectuadas dentro' del mundo delejecutar y pertenecientes a él son condiciones o consecuencias de lateorización, pe!Q.JI0.pc;.n.en~~e.n.a la actitud te6rica misma, dc la cualpueden ser separadas fácilmente. De igual modo, debemos distinguirentre el hombre de ciencia como ser humano que actúa y vive su vidacotidiana entre sus congéneres y d pensador te6rico a quiell, repeti.mos, no interesa dominar el mundo, sino obtener conocimiellto obser.vándolo.Esta actitud del «observador desinteresado)~e.b_a.s!l en una peculiaraftl!nlio1la la vie como requisito previo de toda teorización. Consisfeen' CI :i.banc!ono· del sisiema de significatividades que rige en la esferapráctica. de la. actitud nat.ural.. Todo el universo de la vida, el queHusserl llama Lebenswelt, es dado de antemano tanto al hombre enel mundo del ejecutar CC;lmo al pensador teórico; 30 pero, para el pri­mero, son significativos otros sectores y otros elementos de este mun.do que para el segundo. Ya hablamos demostrado antes 31 que, parael hombre situado en la actitud natural, el sistema de significatividadesque lo gobierna se origina en lo que llamamos la experiencia básicade Ja ansiedad fundamental. El pensadorte6rico, una. ve% dado el

~~;~~W'ya J: ~J~~utasd:~;t;:::~;: :::!o~~~~~\~rg~~s.id~~\I!~3~dEi30 Véase Husscrl, «Die Krisis der europaischen Wissenschaften ui1l1 liie transozendenlaie PhlinomenologielJ, PbilosophilJ, Iklgrado, 1936, vol. J, p:í¡;i. 12+2'1.31 V&sc supra, p:lg. 213.

~~e~du~~ =i~i~risuill~am:~~e~a~=~~~tfil:~f::.a P~rP~¡n~~lllari~til~filosofla es uno de los intcntos -tal vez el principa1- de superar la en;ie~.<lfundamental. Un scr inmortal -por eiemplo, un ángel en cl siSlcma' De ~anlo

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~e·~peri.eJ?ciassedimenta~as y, ~or'cl otro~ asu sistema especial deslgnlflcatlVldades, que sera exammado más adelanle. Sin embargo adiferencia_9el.hombre de la vida cotidiana,-no está febrilmente.in'te;r~sabe~.si.sus anticipaciones, el) ,cas.o de cumplirse, resultarán.lÍtilc~s..p·ara la solución de sus problemas prácticos, sino. simp!~rn.~Dt<;

:~g~i~~~¡~1~9~~;;~nr~~~ ~tsl;niff:~~~abi~~ ~~;d~d6a:'í~!Jíe~i~nición anterior-o cieno apartamiento del interés por la vida yun·alejami~M9..~_eJ~ .qu..e. Jl~marnos el pleno estado .dealerta.33

P.!Ll;lliUW~..rl.Ps.lJ.s.am~n'1J:'eó!¡~Q.n.q,!<;jm~~J!.~..!!~! ~.u_~c;Iº ~t~~J1g,es revocable, según el significado de este término tal como 10 hemosdefinido.3~ Eso quiere decir que ~~tª.sujeto.a revisión permanente;puede ser deshech_o, «tachado», «anulado», modificado, etc" sin pro­vocárñíñgÓñ 'cambio en el mundo externo. En el procesó 'del pensarteórico, puedo volver atrás una y otra vez 11 mis premisas, revocar misconclusiones, aniquilar mis juicios, ampliar o restringir el alcance delproblema en examen, etcétera.Esta última observación tiene como corolario la peculiaridad del penosamiento teórico de ser, en cierto sentido, independiente de ese sector

~;lie~e~nJe~d~u~:;~: :llaa~fs~nfb~La:dsd~oc~~r7~~eJ~~~;~~~lO~Oq~~ti pensar te6rico puede vincularse, tales como los objetos ultramicros·cópicos y la estructura del interior de la Tierra. Como datos, estánfuera de nllestro alcance, y en el último 1:aso probablemente )0 estaránsiempre. Pero esto no impide la edificación de teorías científicas con·cernientes a ambos conjuntos de datos. La biología y la geologfa han

d:~~a~~n~~~o;Ie~iia:d:sa:~d:~~~¿ &~~: d~b:~e~~~~c~i¿a:~~ ~::¡::dades ex hypothesi. 3~ Pero no es esta la cuestión a que aludimos connuestro enunciado. Como ya hemos visto,ss el concepto de «mundoa nuestro alcance» depende de nuestro cuerpo, que es concebidocomo el origen dd sistema de coordenadas por medio del cual orde-

Tomás de Aquino- no necesitarla convertirse en fil6sofo. Pero habiendo dado

:~oit~ciarám:i;~3: J: l~o~~~~a~cit~~~~1 ;11:e~ol~~~e e~e:~;nt~~~junto con todas sus implicaciones. .33 Espero que este enunciado no sea entendido err6ncamente en el scntidode contcncr al~a connotaci6n peyorativa. El término «estado' de alerta", t~1

como se lo utiliza aqul, no suponc ninguna cvaluaci6n. En modo alguno csopini6n del autor que la vida como tal tenga una dignidad superior a la delpensamienro tcórico, punto de vista que sostienen algunos de. los 1Iamndos«fil6sofos de la vida. y que se halla cn boga sobre todo en Alemmia.

~~ ;:::c~':!d.'~gd;O¡~minar estas real.i.hdes hipotéticas o de influir sobre

;~:t:d~~ l:';:~si: ~f:~~1 :~a:oC:~;da:a~:ru:&~~~~o~ioe:ihl;que atraviesa los poros de los filuos de loza, pucde estar justificado o DO. Peroen la mcdida en que este virus sc balla fuera de nuesUo alcance -y más pre­cisamente, fuera de nuestra esfera manipulaloria- no podemos tomar me·didas eficientes para combatirlo, como no sea un «antivirus.. no menos invisibley'fuera de C\ueslrO alcance.36VéasesupTa,pl!g.209ysig.

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namos el mundo. Al volver e. la esfera del ~~Q.rjC$),sin embargo,~e~.h~~D9_«.E0n~nJre_parénteái~.!,>..$uj:xJ~t~n~La l!si~y..y.d:1e .este·modo, también' su cuerpo y el ~ist~ma ~e.o.ri.~n~¡¡-,.!Q!1 del cual suc;uerpo-escentro y-origen: Por consiguiente, a diferenciaae1110mliredeli1\fido1-c'Otidiañ3,el hombre de cienda no busca soluciones que seajusten a sus problemas personales y privados pragmátic:os, que surgende su existencia psicofísic:a dentro de este sector peculiar del mundoque llamamos su ambiente. f.Lp.<:.osaQQ.L.teóriq) está interesado enp!,oblelMs-y.,soluciones-'lálidos por.sf.'!1~1Jl9~¡1ra-.t9PQ5,·en·.éUaIquier­hJ~r x.,en cualquier momento, cuando y donde se den'ciertas condi·ciones, que"presi:lpone-como"pünro de partida. :gl,jl.slllto2L~mbitodelpensamiento .te6ric:o ·supone la resoh!d~n del individuo desus'p_e.!l.d~p.unto"de~ s.ubjetivo. Y este hech6"iñüesúá-pors(solc)que no es el sr·mismo indivIso"el que (,actúa» en el ámbito delpensamiento cienrífic:o, sino un sí·mismo parcial, alguien que asume unrol, un (Mí», o sea, el te6rico. Este sr·mismo parcial carece de todaslas experiencias (,esén"dilmenre actuales» y todas las experienciasvinculadas con su propio cuerpo, sus movimientos y sus límites.Podemos ahora resumir algunos de los caracteres de la epojé 'peculiarde la actitud cientifícii:"En esta epojé, e.§tá!1 (,entre paréntesis);"(su's:p~"!Jdidos): 1) la.subjetividJd del pensa.~or cqmo un hombre entr~sus. semejante~, incluyendo su existencia corporal como ser humanopsicófísiCo dentro del mundo;B' 2) el sistema de orientaci6n por elcual el. mundo de la vida cotidiaria es agrupado en zonas que estánd"¿ñ'tro del olcance actual, recuperable, posible, etc., y 3) la ansi~~ªdfundamental y el sistema de sienificatividades pragmáticas'éjü¿"eo'eUase' origi¡lan. Pero dentro de esta esfera modificada, el mundo de lavida de todos nosotros sigue subsistiendo como realidad, es decir,como la realidad de la contemplaci6n te6rica, aunque no como uninterés práctico. Con el paso del sistema de significatividades delcampo práctico al campo te6rico, todos los términos que se refierena la acci6n y la efectuaci6n dentro del mundo del ejecutar, talescomo «pbn», «motivo», (,proyectos», etc.; cambian de significadoy se colocan (,entre comillas».Debemos ahora !:aIaeterizar brevemente el sistema de J;ignificativi.dades.v!geñ~ el, áQ1bi~9. d~.!a_cont,elI)pía"d6ii-cTciitífica. Este sis.tema ·se origina en un acto voluntJl.rio del hombre de cienciapot. elc~a.1 elige el. 9~jé.to de'sú Indagaci6n ti"lterior;'eñ"o"iras 'p'ai~bra;: R.or J.aen!{nciaci6n del proble.',!o. o mano. .Con ello; 'la soluci6n' prevista demanero m:ís o· menos' vada de este problema se convierte en el obje.tivo supremo de la actividad ciendfica. Por otro lado, mediante la~~,!._~I)lln.c¡;aci6n-del-problelIli, 1~!..~!.c!.C?t~S_o el~~~~!9.!..9c:l.mu!.l~que r~mente están 0.J!0teJ].g!lITI~Q!.epueden llegar. a estar r~lacÍQ­~co"~. .é1 como signifiCativos, como referidos al asunto que se

37 Es innecesario decir que c;sta forma de epoji no debe ser confundida con laque conduce a la rc;duccl6n fc;nomenoI6gica, por la cual se coloca entre pa·réntesis no solo la subjetividad del pensador sino también el mundo entero.El pensamiento teórico debe ser caracterizado como perteneciente a la caetirud

~ici~~~'«::l~:~~ f:~;!:~lóc;:~. ~ne~es~~~)lae:;b~~~~:dede~é::«narural», véase Marvin·Farber. op. cit., p:lg. 5'2.

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~~~~~~:~~:~;¡i~!I~ffl~I1!j~:[~~~~~~~~:tir~t!~ ,De Fiecho, el término ~(nivcl» no es más que otm expresión de lalínea demarcaroria entre rodo lo que corresponde y lo que no corres·ponde al problema en consideración, siendo lo primero los temasque deberán ser investigados, dilucidados y aclarados; y lo segundo,los otros elementos del conocimiento del hombre de ciencia que, porcarecer de significatividad respecto del problema, aquel decide aceptarcomo dados, sin discusión, como meros «daros». En otras palabras,la línea demarcaroria es el/oC/ls de los puntos que realmente interesanal científico y en los cuales ha decidido detenerse para investigar yanalizar con más detalle. En segundo lugar, la enunciación del pro·blema revela de inmediato SüSñOñiOñtes abiertos; -el'horiz'oi1te e'úe:"ri6rdelós problemas afines que'deberán ser enu'nciados posterior.mente, tanto como el horizonte interior de todas las implicacionesocultas en el problema mismo y que, para resolverlo, habrá que hacer\'isibles y dilucidar. ,Todo esto, sit) embargo, no significa que la decisión del hombrede' ciencia al enunciar el problema' s~a arbitraria, IJi que-para -elegiry'resolver sus problemas tenga la m.!~g},aJj~~r,t!l~Je __decisión que elyo ,Í!.nl@s!:ad.QI para colmar·süS8ñ·ticipaciones. No es asi, ni muchomenos. P~r_l!upuesto, el pensador teórico pued~ elegir a su arbitrio,determinado únicamente por una inclinación arraigada en su perso­nalidad íntima, el ~c:F!~,qo científico en el que desea intervenir y quizátambién el niver(en general) en el cu'al desea efectuar sus investiga.ciones. ~an.pronto como ,se·ha decidido a este respecto, «;U12m·bre de ciencia entra en un mundo,preconstiruido de qJntemplaciQ.n~lmfiC8 'qü'e le transmite la tradición histórica de su ~¡~I)~i~, Enadelántc;particip3Cá de un unive.~so del discurso que abarca los resüI:­radÓs'obtenidos por otros, p~oble.!!!¡ts enunciados por otros;'s~I1;J~jqne}

sügeridas -por' arras y: métoCfó'S .e!~~~a40s por otros: E.1 universQ,teórico de esa ciencia 'eñ 'especial es en sí mismo un ámbito.fini~o

t~pit~:Jf¿~e~t~~~~bk~~,atch6~~0~~~0~~~ivde:: :e~c~~~i~

~:~~~io~~~:a,~~~a~~~r~e 1~~~~~~i~~6;u~de~:c:~~~~áélSiguiente modo: todo problema que surge dentr.o,,<!~l C~!\lPQ.si.!:Jl.:

, tífico dc;.~. participar"del'estiló· üruversal.de este camP9. y, seLcomo

o ~~~~~~ác:dQ:~:'far.%I~iaaii~:~~dd~n:;~~~~z:uet~}~~~1fic~c~~:O~:~~~, d;lr' á su arbitrio el problema es, de hecho, muy pequeña. 3~

Pero una vez enunciado el problema, ya no queda ningún margen se-,

38 Acerca de eSle último problema, vffie Felix Kaufmann, J.lethoJology 01IheSociIlISciences..•• Nueva York,1944, cap. IV.39 .Dejemos aqu[ de lado ~por exceder el propósito del prescote esrudio- las

::~: fJ~~~í:~~~ri:t:~~i~r:~~sa~;éti~ :¡~~~~lf; ~:bi:ef ;~~blema especial de los conceplos "WVe5'" o sea, conceptos cuya introduccióndivide el campo anles homogéneo de Íl\vestigaciún en partes pertinentes onoaltclD3eoex:unen,

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mcjalltc. Un incom·eniente de nuestra presentación del pensar teóricoes que representa en términos estáticos lo que es· un proceso en curso·.Porque es, en efecto, un proceso, que avanza de acuerdo con lasregbs estrictas del procedimiento científico. No estlÍ dentro de nuestroprop6sito actual describir la epistemología y la metodología implí­citas. +. Mencionemos solo algunas de estas reglas: Tenemos el postu­lado de coherencia y compatibilidad de todas las proposiciones, .nosolo dentro del campo de esa rama especial de la ciencia, sino tamobién con todas las otras proposiciones científicas y hasta con lasexperiencias de la actitud natural de la vida cotidiana, en la medidaen que son conservadas, aunque modificadas, dentro dellimbito finitode la contemplación teórica; además, el postulado según el cual todopensamiento científico debe derivar, directa o indirectamente, de laobservaci6n sometida a prueba, o sea, de experiencias inmediatasoriginarias de hechos del mundo; el postulado de la mayor claridady nitidez posible de todos los términos y nociones utilizados, lo cualrequiere en especial aclarar el pensamiento precientífico confuso me­diante la dilucidación de sus implicaciones ocultas; y muchos postu­lados más. La lógica de la ciencia y la metodología de las ramas espe­ciales de la ciencia han establecido las reglas que garantizan el proce-

~~~~~~~s~ft:c~~~oL~et~:al~d~~zd~6~t~~e~~~I~:~fr~ctt:ss~o~drc~~~:en que las proposiciones cient(ficas y, en particular, el sistema de esasproposiciones que constituyen la respectiva rama especial de la ciencia,pueden ser consideradas como garantizadas; o, en nuestro lenguaje,las condiciones en que se puede adjudicar un acento.de realidad alcorrespondiente limbito finito de .sentido.Esto nos conduce a una distinci6n importante. Así como hemos tenidoque distinguir entre el mundo del fantasear y el mundo de las fanta­sías imaginadas, 40 C!~q~Q)qs ahora 4,istinguir entr~ las cogitaciqnest~ór1cas y los cogítata intencionales de tal teorizaci6n. Por su intencip­naliJad, los últimos se refieren al mundo objetivo, e~ ~n!verso d~ntrodel cual vivimos todos C0l110 seres humanos psicofísicos, dentro delcual trabiljl1Íli"osy peñsamos, el mundo intersubjetivo de la vi~a qu~está d;\do de antemano para todos nosotros.~omo realidad emiri~nt~,de lúual derivan todas las demás formas de realidad. «Con la actitudte6rica, los objetos pasan a ser objetos te6ricos, objetos de una posi­ción actual de ser, en la cual el ego los capta como· existentes. EstoperIDite una visión vasta y sistemática de todos los objetos comosustratos posible de la actitud teórica».4lPero a diferencia del mundo de las fantasfas, que carece siempre de

~~;~af:ssid~~lafi~~~~e~pl~~Mnnd:~6~~~,~:~~er;:~J;~1Q:ño~~~0~:;~¿~«objetos ideales de orden superior», tienen su lug~ bien definidodentro .~~~ ol;de~ del Jiempo objetiv,!,,< c6smico), y en la medida eñ

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que son «objetos ideales de orclen superior» (J se basan en objetos quetienen tal lugar en el tiempo objetivo. u Esta afirmaCión, sin embargo,abarca únicamente la esttuctuta temporal de los objetos del pensa-

;:~;::o t:~:~ ~;~:~rí7.~~~~ ~~~t~;r:t~~:.a T:;b~é~l ~t;~~as~t~~teórico vive dentro de su dude interior; también envejece, puestoqlle su acervo de experiencias cambia de modo permanente por me·dio del surgimiento y la sedimentación de nuevas experiencias. Elsí·mismo teorizador tiene, por lo tanto, su forma especifica de pasado,es decir, la historia de sus experiencias previas y sus sedimentaciones,y su forma especifica de futuro, o sea los horizontes abiertos delproblema a mano (el «proyecto» de la teorización en curso) que serefieren a otros problemas a enunciar con posterioridad y a los mé·todos mediante los cuales aquellos pueden ser resueltos. Pero 1a_perspectiv,a temporal de que carece el sí-mismo teorizador es el pre­se'nte vivido constituido dentro de la actitud natural por los moví-,mientos corporales como intersección de la dl/rée interior y el tiempo.objetivo (cósmico). Por, encle, no puede compartir u,n,presente vívidccon'·Orros"éñuna pura relación Nosotros, y basta. permanece fueri!.de las ·diferentes perspectivas·' t~mporales de la socialidad, que se.originan en el presente vivido de la relación Noso,tr()s..p"<:,.res.ll: mism"

h~~~-~t*;~§'~~~ii~'ít~::iíi1:;s~~1:J:a~t\~;~ li:~~~~tivas temporales individuales ---:"incluso el presente vivido de la rela·ción Nosotros, as{ cqmo todas 6US derivaciones--. En la medida ,enque la actividad científica prosigue en el tiempo estándar (en horasde trabajo, según horarios establecidos, etc.), consiste en actos ejecu·tivos dentro del mundo de la vida cotidiana que se refieren a laciencia, pero no en actos de, teorización pura.Aunque el sí·mismo teorizador no conoce la dimensión temporal delpresente vívido, tiene sin embargo un presente especioso particular,4~dentro del cual vive y acroa. Este presente especioso está definido entodo momento por la amplitud de los proyectos concebidos. Su«antes» abarca los problemas previamente enunciados como tareasproyectadas cuya solución está en curSOj su «después» consiste en elresultado previsto de las actividades teorizadoras en curso destinadasa brindar la solución del problema a mano.Como ya hemos visto, el pensador teórico pone su existencia físicay, por ende, su cuerpo entre paréntesis. No tiene ambiente físico por·que no hay ninguna sección del mundo señalada como dentro de sualcance inmediat~:pij~9s.!Id~~ás que el «actor~,.d~tro,delll:mbitodel pensamiento teórico, no es nunca el «Yo»-ad investigadQJ:;c()mola totalidad 'indivisa de su pe.rsc?D".ali4ad, sino solo, :tJ!1 s{·mismo p~ci,!lt

u~.!~í. Ah~~~ 'y'~Q~qüe !~,~~.si6n del prl;segte, y'r!:Íg~. y'..!g-º~!:.

43 Véans~ Marvin Farbcr, op. cit., p4gs. 457, 4QO, y Edmund Husserl, VI.Logisebe UntersuebungM,:. sccs. 47-48.44 Véase Marvin Farller, op. dt., pág. 491.45 No podemos snalizar aquI los problemas especiales que plantea d concepto

:a~:SdJet=:a~rP;:;end~~&J~sJ:a~(p~A~er~7áP;etoro~:op. e,t., vol l, p4gs. 608 YSlgs., 641 y SlgS.). .', _" ..... "

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vación son inaccesibles al sí·mismo teorizador. Este por consiguiente,ñonca··púede-captar,· ni siquiera como potencialidad, el sí-mismo delOirocomo" unidad indivisa. Todas estas afirmaciones pueden ser resu·midas en una·sola: rel sí:mismo teorizador es solitario; no tiene amobiente social; está füera de las relaciones sociales. . ­Y·se·plañ·ieS ahora, con respecto a la relación entre la socialidad yel pensamiento teórico, un problema dialéctico similar al que encon­tramos al analizar el mundo de los sueños. iG

Pero en este caso, dicho problema adopta un doble aspecto: 1) ¿Có­mo puede el sí-mismo teorl:zado~ solitario hallar acceso al mundo deleje~l;Itar y convertirlo en objeto de su contemplación teórica? 2) ¿Có­mo. puede el p~nsamiento teórico ser comunicado J' la teorización,misma ser llevada a cabo en la intersubjetividad?Coi,·resp(!l:to a'7~"En la- medida en que la teorización se refiere aobjetos que ¡¡olimente existen en el ticmpo objetivo --como en elcaso de las ciencias de la naturaleza, y sobre todo las que permitenun tratamiento matemático--, el problema dialéctico en cuestión nose hace plenamente visible. i7 Pero.t!,do sl.JD_u_nS!<>' del.l:jecutar inter:sl;lbj~!iv~_e~_~U~empo cst~~.~r (incluyendo el sí-mismo ejecutantedel pensaaor comoser humano, 'sus semejantes y sus actos ejecutivos).~!!1-duso el problema de.c6mo puede ser experimentada en la actitudl'!!lwal.Ia _elCis~.!!cJ.:ule. semejantes y su pensamiento, es un tema gecontemplaci6n te6rica. Es el principal objeto de estudio de las lIama­daureñCías·s~iales.-Ahora bien: ¿c6mo puede el pensador solitario,con su actitud te6rica de desinterés y su lejanía de todas las relacionessociales, encontrar un 'enfoque del mundo de la vida cotidiana en elcual los hombres practican actos ejecutivos entre sus semejantes den­tro de la actitUd natural, la misma actitud natural que el te6rico s': veobligado a abandonar? ¿C6mo es posible esto, dado que todos losnetos ejecutivos se efectúan dentro del tiempo estándar, el presentevívido de la relación Nosotros o formas derivadas de ella, es decir,denlro de la misma dimensi6n temporal que, como hemos visto, lacontemplación te6rica no comparte? Además, solo en la relación No·sotros, en la cual existe una comunidad de espacio y de tiempo (unambiente social común, en el más pleno sentido), puede el hombreque está en la actitud natural experimentar el sí-mismo del attO ensu totalidad indivisa, mientras que fuera del presente vívido de l~

relación NO,sotros, el Otro aparece meramente como "I}!!. M,í, _com!,alguien que cumple un rol, pero no como una unidad: ¿Cómo puedeentonces el pensamiento teórico captar al hombre en su pl~na humantdad y bs relaciones sociales en las que se encuentra con atto? Sioembar¡:!o,la posibilidad de todo esto constituye una premisa no acIa·rad~ de todas las ciencias sociales te6ricas. Además, el científi"¿o'soc'i:iIteórico debe refe-rirse a su acervo de experiencias previas de la exis­tencía de Otros, de su actuar y ejecUtar,' y al significado que ellos

46 V~3SC supra, p'g. 225 Y sigo .'47 Aparcce, sin embargo, tan pronto como el observador cienlffico se incluyeen el campo de observación, como en el famoso principio dc indclerminación deHeisenb.:rg. Cuando eSlO sucede, esla1lan 1:15 llamadas crisis en los fundamen·:¡~S3 ~~~:r:¡iC:s~~da ~~~n:¿l~~ .son solo un aspeclo de; la situación dialéc-

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otorgan lt sus actos y ejecuciones. Ha adquirido estas ex~rienci~sprevias mientras vivía como ser humano con Otros en d mundocotidiano de la actitud natural, la misma actitud que tuvo que colocarenlre paréntesis con el fin de saltar al ámbito de la contemplaciónteórica. Debemos enfrentar la dificultad implicada aquí con todaseriedad. Solo así comprenderemos que el pensador teórico, mientraspermanece en la actitud te6rica, no puegé ~x~¡'meQt'a¡" ,origin.arja-._m-ente y captar' de maneta inmediata el munqo de la yida cotidiana.d¿ñúó'del cual y6 y usted, Pédr<:i"y Pablo, cualquiera}' todos tenemospercepciones confusas' e inefables, l!..c~!l,'!!.q?J_ trabajamos, planeamos,lamentamos, esperamos, nacemos, crecemos y.. moriremos; e.~.~na

pala~ra/.yivir su vida comosí·mismos indivis.osen su pleña humani.:dad. ESte mundo elude la captación inmediata del científico socialteórico, quien debe construir un mecanismo artificial, comparable ala «comunicación- inoirectol> 'ya mencionada, ¡>ara visualizar el mun-,do-inter~ubj~~¡v.Q. ~e. 1~' vida, o, mejor dicho,""ño- este mundo mi~.mo; sino sol.amente un símil 'de él, un símil en el cual reaparece elmundo humano, pe~.9iªdQ.. d.~_su. vid~, y en el c\l<ll reaparec~el h.91Jll:t~e, peIQ. gespojado de su indivisa huañañida·d. Este recursoartificial. llamado' el método de las ciencias sociales, supera la difi­cultad dialéctica esbozada s!Jstituyendo el.mundo_inlersubietivo de

~~'t~i~obl:d~n d~~e!:s tu:~~:~i:' t~dl ~~dh~:n:~d:d~~i~¿ ~~títeres~' ele-tiPOS; que son ~ruidos .como si pudieran llevar.a 'CabOa<;ciones y reacciºp.:t;~. Por supuesto, estas ac.ciones y reacciones sonsolo ficlicias, ya que no se originan en una conciencia viva comomanifestaciones de su espontaneidad; son asignadas a los títeres úni­camente por gracia del ciendfico. P~!~.si. según ciertas reglas opera­tivas definidas (cuya descripción es tarea de una metodología de lasciencias sociales). 48 esos tipos son construidos de tal modo que susactos ejecutivos y efeétuiciones ficticias no solo sean coherentes e~

sí mismas, sino también compatibles con todas las experiencias pre­vias del mundo de la vida cotidiana que el observador adquirió enla actitud natural, antes de saltar al ámbito te6rico, entonces y soloemonces, est~.·m9delo-deJ mundo:social se convierte en un ·objeto

~~t!~~~~~~:~~~~oqd: ~:~~cfad,p~~~~ee~~~r4:1=i~~~¡t~d~~~t~~Con respecto ti 2:¡ Hay, sin embargo, otro aspecto del problema dia·léctico involucraélo que no se limita a la cuestión de. c6mo puedehacerse de la socialidad el objeto del teorizar, sino que se refiere engeneral a la socialidad dt;U~9rizar_mismo ..EI teorizar ~mpleandotodavía esteterñiiño"cn el significado restriniído-de"'teomaci6n cien­tífica, y excluyendo por 10 tanto la meditaci6n pura- s6!9. es posible..

:~l~~:;~ ~~~~~~íf~~oc~~~~~s~l~:d~o tee~:sis~t6~ r~e~:~~it:i ~:otras personas. 'En s~gundo lugar, se .basa _en el supues.to de. qu~.

48 Véase Alfrcd Schutz, "Thc P(oble~ oE RalioDaliry iD tbc Social Wor1d~.

;~:bl~:~/deVI~ ~~ci=tda~e c~9~. ~~~dol~~1~~,es~~ ~ftJi~~ rob~~S't!;r7~Soeill!, op. cit., cap. 31; y Der si""hll/te AI/lbal/ Jer sozialen Welt, op. cit.,esp. págs. 247.a6.

235

~~~i-d?iH!.r~~~Fi~tz[N~riá~!f~~ji;1J;':~t&e~~~t~l:O, y que mis propios resultados serán veri..Eicado~ q .re1üt~~~~los suyos, ~mo los dE; el\Qs por los míos. ~9 Sin emb~gQ, es~a mutua

~~~a~i~~t: -:~~!!f:;i~f:oi:~:d: l~r~~k:t:i6i:~;üt~.~%¡{~i

~6a~;.:~~~~~:f~~~~~~~it?l~d:~~1~f~~~}~:-~~ñ~~;volve~ al mundo de la vida ~.tidiaJ)a. y .su ~ctJ.¡qd .natural, ese mundoqü"e; ·como. hemos visto,' no es directamente accesible por la teoriza·ci6n.. Esta parece ser unasituaci6n sumamente parad6jica, similar ala que encontramos en nuestro análisis de la vic4 omica, donde v~osi:~ad~~~ quien ya_~..!.~~!~u~e "~~~!J:!I,ic!r .s!:1§ ~.~~i.~~~i.~~ .. c.o~~

~~t:od~ ~¡;~eq~~cli~J6~~~~~ :~g~~otí~~:d~ 1:~~~:J~:~i6~indirecta. Para seguirlo desde el comienzo del pensamiento.filos6ficohasta nuestra época, ser(a necesario escribir una historia completa de.los ideas. Por ello, tomamos solo como ejemplo la forma particqlar

<~t~;s:~oft~~~~Lo ~:oe::~: ~~ ia:sd:ci;ri:e~~:Pde dl~sl~r~~o;~~radojas que acosan al fenomen6logo, y que el Dr. Fink ha elaboradoen un ensayo hoy'fam~ y totalmente suscripto por Husserl como

~f$~~d~la;~~f:~r F:n:~:a;;:e~~:~~enjo~a U:;¿~~d: F:k-Husserl de la siguiente.manera: después de ~a~r efectuado la reduc·

I ci6ó fenomenoI6g~, el. fenomen6Iogo-se"encuentra frente aJa' difi~.; cu1fiiCl -de-comUnicar su conocimiento al «dogm;(tico» que permanece:

: ~~:-~~~~i::f1~r~Lrí:"~~aofa~oE(~a;bi:ni~'~eú~e:~~~ee~~trando queerlenomenólogo no aba:n~ona la actitud trascendentalpara vol~er a la natural, sino que se coloca cen"b la actitud naturalcomo 'urf situaci6n ttaseendentalllevada hasta el fin por él. La ~e:gunda-Patac1Qja """:"lllUJiada «paradoja de.la proposici6n fenome~l6­gica», y que nos interesa en especial-,. está basada en la primera, y

:u~~~~i~~: s~~nl;~ilif;~:~~~si~l.~Jcl1:n~U:n~~;~ ~~:r~ui~:~comunicarse. Esta es la razón por la cual t~o~inl9.tJ;q~_ fenome;nC!lQgicos SO!! inadecuados-, pOr c;.a~s.a.d~ln~en.tojre ~ar ~a ~pr~i6!1muo.~~.lJn~igrüficado".nv:n~.n~º, Y esta dificultad no puede

~~~iJa~i~~~:~:re::~~~;~r:=~~~:~i~~1¡:.~~j; .

19~~~=:::::::::'~2::7:'··;~~~~~~~.~~;~~Io~ Philosopbie Edmu~~ Husserlsin

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~s~~~fi~~~s%o~~::%~~st~~a1:Esu~lr~~~;llca~~:.~o:f~~de la fenomeo.cilogfa trasc¿.n!ental: Aquí tenemos el coQcep~o.c;I~ijQapluralidad de egos trascendentales, una com\lujdad de m~liadas, q\1.esolo pueden comunicarse de manera directa e inmediata por medio­de gestos corporales mundanos en el sentido más amplio, que incluyeel lenguaje.. Sin embargo, constituye una cuestión seria determinarsi la intersubjetividad es un problema de la esfera trascendental o si lasocialidad no ·pertenece en cambio a la esfera munda,ca de nuestromundo de la vida.53 l 1, : I 11;Pero. la <lparadoja de la comUnicación» -la fenomenológica tantocomo la mundani, a la cual se refieren de modo exclusivo los análisisanteriores- existe solamente en tanto consideremos 10 que llamamoslos imbitos finitos de sen.tido como entidade$ ontológicas. estáticas,c¡ue existen objetivamente fuera de la corriente de li conciencia indi­vidual dentro de la cual 6e originan. Entonces, por supuesto, los tér·minos y nociones válidos dentro de un ámbito, no solo exigirían unamodificación completa dentro de los otros, sino que en ellos pasaríana carecer totalmente de significado, tal como las monedas de un paísque dejan de tener curso legal cuando cruzamos la frontera. (Aunqueaun entonces, para mantener la analogía, podemos cambiar esas mo­nedas por las del nuevo pafs.) Lqs .ámbitos finitos de sentido no..son estadQs .separados de la vida mental,'en Cl ~e.n~idó·· de: que pasarde 'uno a otro exigiría una .transmigración del alma y una completa

d~~i~~lid~el~a~~:~~~:o~~~~e:j:~~t: n~~b~~ como clil:::t~tensiones de una y la misma c"¡lciencia, y se trata de r:r:usma vid!,-

:ri:~~~:Jiñat~~~~fci~%~~ib~:ie~~~l~~~~~~ ~ti~,e'~ .mente puede pasar durante un solo día o incluso una hora por todala gama de -tensiones de la conciencia, viviendo ahora en actos ejecu-

~~C;:d:~~iri:ej~ :r;~:o~~s;~~ci~ig~u~::~~~~s:llae~n~~~placi6n te6rica. To-d~.s estas experiencias diferentes son experiencias

~~~d~ri ~:r~c~~4~.~::;~~u~d:~Yc: ;,~~u~r1~ :~~~~~:¿~ser coriiúñicidas a mis 6emejantes en el lenguaje ordinario, en actqlj,ejeCiúivos: Con 'frecuencia hemos clicho que· los actos ejecutivospücaé!i 'ser los «contenidos» de fantasías, S\1.eiíos o la 'contemplaciónteórica. ¿Por qué las experiencias que se originan en los ámbitosfinitos de las fantasfas, los sueños O la teorización científica no pocIrfanconvertirse en los contenidos de actos ejecutivos comunicativos? Silos nifios-juegan.juntos.~ su mundo de ficción, si analizamos ui:ia:~l~~~~~~I~:o~~har~~~~~rd~~ej@~;~;~f~~~~dejas determinaáones uascendentales.. y que es la lIlÚ ímportallte de las tres

~::: deos~alJ:cap:~~ ~:raes=e:n~r:l~selos~%bl~que surgen en la determinaá6n de rt\aáoaes tra.seendellwes básiCls.53 V~ cLa tcorla de la ÍDtersubjetividad de Schder y la tClis lleneral del"allC:rego".., esp. pigs. 162-65. .

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actos ejecutivos de comtJnicaci6n con cJ"Ouo; :Sin embargo,. ambos

f~rr::~~~¡~~\fd~~~~~::r~alid:~-;~~~;o~~Í~1id!ds~:J~'::r ~~~~~~,~llicaAsí, la paradoja de la comunicación solo surge si presuponemos quela socialidad y la. comunicaci6n pueden ser concrctadas dentro de

~%~n~m:~~o c~~tu~~ i=~~:daa~~:te~l ;~on~i :; ¡~r~~~~tal supuesto sin garantías, entonces la ciencia queda incluida nueva­mente en el mundo de la vida. Y, reclprocamente, el milagro delGlJ(.lffli.oaoq:;e:iv devuelve la plena bumanidad del pensador al campote6rico.

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10. El 1enguaje~,los trastornos 'del .. ,¡.'lenguaje y la textura de la conciencia

Siempre constiruye un acontecimiento notable en la evolución delpensamiento científico el que ciertas ideas esenciales desarrolladasen un campo sean corroboradas por los resultados de la investigaciónen otra disciplina, sobre todo si las investigaciones son llevadas acabo de modo independiente, para fines diferentes, en niveles dife­rentes y mediante métodos en un todo diferentes. En tal caso, lascomprobaciones efectuadas en un dominio del conocimiento seránuna interpretación de los logros alcanzados en el otro. Y si los aná­lisis de ciertos destacados filósofos modernos con respecto a la ta­tura de la mente humana, en particular sobre el origen de la abstrac­ción y la tipificaci6n, convergen con el resultado de los esrudios neu-

~~I~~ic;:0~~:1~;~~6f~~;n:: :! dm!:et:a!l~ t:i~~~á~~s :r~~~~;::;:~ j~s~ifi~ala~~n~e ~~:c::f~~~i~~~{6~a~~~~a~e~~j~slt::z ~~b~:algunos de sus problemas más importantes: los de la relaci6n entrelos seres humanos y su ambiente, por un ,lado, y la funci6n del len-guaje, por el otro., .. , ' , . - ,Cualquier estudioso contemporáneo de los problemas, del lenguajedesde el Jlunt() de vista, f.ilos6fico, psicológico o aoo lingüístico conocede 00 mOdo u otro la obra cumplida por el profesor Kwt Golclsteio,que se relaciona con el estudio del lenguaje defectuoso observadoen vinculación con lesiones de la corteza cerebral. También conocerála influencia de las conclusiones de Goldstein 60bre la filosofía deErost Cassirer y ciertos e~stencialistas franceses. Las páginas siguien­tes están inspiradas por el reciente libro del profesor Goldstein/quien ofrece en él un vasto resumen de sus múltiples y descollantes

.contribuciones en.este campo. Tres prop6sitos nos gufan: presentaruna parte del contenido teórico del libro del profesor Goldsteio 2 Ysobre todo analizar sus conceptos de actitudes concretas y eategoda­les; demostrar la convergencia' de sus conclusiones con ciertas ideasbásiClls de varíos fil6sofos modernos; y finalmente, esbozar algunasconclusiones relacionadas con el origen de los tipos y la funci6n dellenguaje., .

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