alexandre koyre - pensar la nparcial

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l(oyr PENSAMIENTOCONTEMPORNEO Coleccindirigida por ManuelCruz 1.L.Wittgenstein,Conferenciasobretica 2.J.Derrida,La desconstruccinenlasfronteras dela .filosifa 3.P.K.Feyerabend,Lmites delaciencia 4.J.F.Lyotard,r:'Porqu filosofar? 5.A.C.Danto,Historia ynarracin 6.T.S.Kuhn,r:'Qu sonlasrevolucionescient(ficas? 7.M.Foucault,Tecnologasdel yo 8.N.Luhmann,Sociedad ysistema:laambicin delateora 9.J.Rawls,Sobrelaslibertades 10.G.Vattimo,La sociedad transparente 11.R.Rorty,El girolingstico 12.G.Colli,El librodenuestracrisis 15.K.-O.Apel,Teoradelaverdad yticadel discurso 14.J.Elster,Domar lasuerte 15.H.G.Gadamer,La actualidad delobello 16.G.E.M.Anscombe,Intencin 17.J.Habermas, Escritos sobre moralidad yeticidad 18.T.W.Adorno,Actualidad delafilosifa 19.T.Negri,Findesiglo 20.D.Davidson,Mente,mundo yaccin 21.E.Husserl,Invitacinalafenomenologa 22.L. Wittgenstein,Lecciones yconversaciones sobre esttica,psicologa ycreenciareligiosa 23.R.Carnap, Autobiografa intelectual 24.N.Bobbio,Igualdad ylibertad 25.G.E.Moore,Ensayosticos 26.E.Levinas,El Tiempoyel Otro 27.W.Benjamn,La metafsica dela juventud 28.E.Jnger yM:Heidegger, Acerca del nihilismo 29.R.Dworkin,Etica privada e igualitarismo poltico 30.C.Taylor,La ticadelaautenticidad 31.H.Putnam,Las mil carasdel realismo 32.M.Blanchot,El paso (no)ms all 33.P.Winch,Comprender una sociedad primitiva 34.A.Koyr,Pensar laciencia AlexandreKoyr Pensar la ciencia Introduccin deCarlosSols EdicionesPaids I. C.E.dela Universidad Autnoma de Barcelona Barcelona - Buenos Aires- Mxico Ttulo original: ~ d e sd'histoire de lapense philosophique: a)De l'influence desconceptionsphilosophiques sur l'evolu-tion desthoriesscientifiques(pgs.253-269) b)Lesphilosophes et la machine(pgs.305-539) e)Du monde de l'"a-peu-pres"al'univers de la prcsion (pgs.341-362) Publicadoen francspor ditionsGallimard,Pars Traduccin de Antonio Beltrn Mari Cubierta de MarioEskenazi Obra publicada con la ayuda del Ministerio francsde Cultura yComunicacin 1. aedicin,1994 Quedan rigurosamenteprohibidas, sin la autorizacin escrita de los titularesdel "Copyright", bajo lassanciones establecidas en lasleyes,la reproduccin totaloparcialde esta obra por cualquiermtodo o procedimiento,comprendidos lareprografa yel tratamiento informtico, yla distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamopblicos. by ditionsGallimard,Pars de todaslasedicionesen castellano, Ediciones PaidsIbrica,S.A. MarianoCub,92- 08021Barcelona,e Instituto de Cienciasde la Educacin de la Universidad Autnoma deBarcelona, 08193Bellaterra ISBN:84-493-0046-0 Depsito legal:B-29.997/1994 Impreso en Novagrafik,S.L. Puigcerda,127- 08018Barcelona Impreso en Espaa - Printed in Spain 50031611111 1111111111111111111111 1148072 l SUMARIO Introduccin,porCarlosSals. . . . . . . . . . . . . .9 VidadeKoyr. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1O Una historia de la ciencia metafsicamente mo-tivada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17 Unahistoriainmanente. . . . . . . . . . . . . . . . . .21 La confusin entre internismo eidealismo. .30 Principales obras de Koyr sobre la historia de la ciencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40 Algunosescritossobre AlexandreKoyr. . . . . .42 Pensarla ciencia l.La influencia de las concepciones filosficas en lasteorascientficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47 2.Losfilsofosylamquina. . . . . . . . . . . . . . .71 l.Laevaluacindelmaquinismo. . . . . . . . .71 2.Losorgenesdelmaquinismo. . . . . . . . . .85 3.Del mundo del aproximadamente al univer-sodelaprecisin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117 INTRODUCCIN ALEXANDRE KOYR Y LA HISTORIA DE LA CIENCIA Alexandre K.oyr (1892-1964) fue el padre de los his-toriadores profesionales de la ciencia que se estn ju-bilando en estos aos. Su peculiar manera de entender la disciplina influy directamente sobre los historiado-res, especialmente anglosajones, que se iniciaban en el campo all por los aos cuarenta1 y que fueron y son a su vez los maestros de las generaciones actuales. An-tes de ellos apenas existan puestos remunerados para la enseanza e investigacin de la Historia de la Cien-cia,y elpropio Koyrpas la mayor parte de su vida en la Seccin V de la cole Pratique des Hautes tudes dedicada alas disciplinasreligiosas.Aspues, aparte de por el indudable inters intrnseco de su novedoso enfoque historiogrfico, la influencia de Koyr result crucial por el momento histrico en que se ejerci, pues inspir y apadrin a los primeros y ms influyentes his-toriadores profesionales de la ciencia. El estilo historiogrfico de Koyr hua de la tenden-cia positivista a dar una lista de los logros parciales del pasado respecto del estado actual del saber. Por el con-trario, se centraba en una lectura atenta y simpattica de los textos pretritos para tratar de captar los siste-l.Como,por ejemplo,M.Clagett, I.RCohen,A.Crombie,H. Guerlac,A.R.Hall,M.Boas,C.Gillispie,J.Murdoch,E.Grant,T. Kuhn oR.S.Westfall,aunque esteltimo no estuvo asociado di-rectamente con l. A ellos se aadieron en Francia P.Costabel yR. Taton. 10PENSARLACIENCIA mas de creencias ajenos a fin de ver el mundo atravs de sus ojos y comprender las razones razonablesde sus posiciones, muchas de las cuales pareceran de otro modo estrambticas. Alexandre Koyrrastreaba la fi-liacindelasideasyla estructuracin deesossiste-masdepensamiento para hacer entrar asuslectores en el mundo mental en que vivan no slo los Galileo, Kepler yNewton, sino tambin los Paracelso, Boehme o More.Pero quin era ese personaje elegante, enjuto y distante; quin era ese pelirrojo polglota, agudo y re-servado;quin era ese judo ruso,emigrado ycosmo-polita?Sabemosquescribiydndetrabaj,pero conocemos mal a la persona; ignoramos las ideas filo-sficas fundamentales que inspiran su trabajo historio-grfico, y existe un cierto misterio en torno alas posi-ciones polticas de este terrorista quinceaero que tuvo una confusa participacin en la Revolucin de Octubre yacabcolaborandocon el generalDeGaulle. VidadeKoyr AlexandreKoyrnaci en el mismo pueblo que A. Chejov, en Taganrog (Rusia), el29 de agosto de1892, hijo deun comercianteimportador deproductoscolonia-les e inversor en los pozos petrolferos de Bak. Comen-zsu educacin secundaria en Tiflis y en 1905 partici-p en las revueltas, lo que le vali ser encarcelado por terrorista o propagandista. Y as como igo de l..oyola herido en su castillo lea el Flos sanctorum, Koyr ley en la trena las Investigaciones lgicas de E. Husserl. Tras finalizar sus estudios secundarios en Rostov-na-Donu, march a Pars en 1908 y de all pas a Gotinga, donde desdefinalesde1909hasta1912,seconvirti en uno de los primeros discpulos extranjeros de Husserl. Siem-INTRODUCCION 11 pre reconoci sus orgenes fenomenolgicos, pero aun-que andando el tiempo lleg a estar bastante asociado con Husserl, en realidad quien influy ms sobre l fue Adolf Reinach con quien comparta el gusto por la eru-dicin histrica ypor elrealismoplatnico yelanti-psicologismo,no menosque elrechazodelidealismo trascendental del maestro.Parece que,aunque Malvi-na Husserl lo trataba como a un hijo,Edmund tena de l una opinin regular, pues lo recuerda de esta poca como altanero y un poco inmaduro y con una psico-loga un tanto primitiva. Incluso rechaz su propuesta de tesis doctoral sobre las paradojas, tema sobre el que escribi tres artculos de inters mediano.Demanera que levant el campo y se traslad a Pars afinales de 1912. Allestudi con H.Bergson que,como Husserl en Alemania,llevaba acabo su propia campaa antiposi-tivista. Sigui tambin cursos con A.Lalande y L.Bruns-chvicg, y aunque no estableci lazos muy estrechos con ninguno de ellos, se encontr a gusto entre los crculos eslavos influidos por Husserl, frecuentados por perso-nas como E.Minkowski y A.Gurvitch. Aqu dej las pa-radojas einicisusinvestigaciones sobre pensamien-to religioso. Con F.Picavet, de L'cole Pratique,empez atrabajar sobreSanAnselmo. La Guerra Europea interrumpi su trabajo. Aunque era ruso, se alist en Francia donde luch un par de aos antes de pasar a un regimiento ruso con el que comba-ti en el frentedel suroeste.Alparecer tom parte en la revolucin de febrero pero se opuso a la de octubre. De algn modo se las arregl para luchar contra blan-cos y rojos antes de salir del lo y regresar a Pars, don-de se encontr con que su antiguo casero le haba guar-dado el manuscrito sobre san Anselmo y donde en 1919 se cas con Dora Reybermann,de una familia deOde-12PENSARLACIENCIA sa.En1922un Essaisur l'idedeDieuet lespreuves deson existencechez Descartes le vali el diploma de la Seccin V y el nombramiento como lector que ejer-ci hasta 1931. Al ao siguiente, su trabajo sobre L'ide deDieudanslaphilosophiedeSt.Anselmelesirvi como tesis doctoral en la Sorbona, y seis aos ms tar-de consigui el doctorat d'tat con su trabajo sobre La PhilosophiedeJ.Boehme. Sus estudios sobre Boehme tienen un inters espe-cial, pues le convencieron de que el pensamiento de ese zapatero remendn no se poda entender sin tener en cuenta a Coprnico, lo que lo llev del pensamiento re-ligiosoalcientfico. Sin embargo,tal cambio deintereses no se reflej en un mayor contacto con las instituciones de historia dela ciencia.ElCentreInternationaldeSynthesede Henri Berr tena una seccin,de Historia de la Ciencia en la que estaba A.Mieli, secretario tambin del Comi-tInternacionaldeHistoriadelaCiencia2 quese transform en 1929 en la Academia Internacional para la Historia dela Ciencia yque adopt como publica-cin oficial la revista Archeion editada por Mieli.ste practicaba una historia positivista al estilo de G.Sar-ton, de cuya revista Isis fue editor italiano desde su fun-dacin en1912,de manera que su historia como lista de autores, obras y logros no poda estar ms en de-sacuerdo con la historiografa de Koyr, con esa sensi-bilidad hacia los sistemas de creencias ylas estructu-rasdepensamientoimportadadelahistoriadela filosofa. Concretamente, Koyr defenda el origen me-2.Los otros miembros del Comit eran A.Rey,G.Sarton, C.Sin-ger, H. E. Sigerist, K. Sundhoff y L. Thorndyke. El Comit organiz el Primer Congreso Internacional de Historia dela Ciencia,cele-brado en Pars en1929. INTRODUCCIN13 tafsico dela Revolucin Cientfica contra el hincapi del positivismo en los hechos ylos experimentos. Por ello,no esde extraar queMieliseopusiese en1935 a la propuesta de H.Metzger de que Koyr fuese elegi-do para formar parte del Centre lnternational de Synthe-se. 3Aspues, Koyr estuvo casi toda su vida al margen de las instituciones europeas de historia de la ciencia y slo tras la muerte de Mieli en 1950 fue elegido para la Acadmieinternationaled'histoiredessciences. De modo que Koyr sigui en la seccin V de l'co-lePratiquededicadaacienciasreligiosas,dondefue nombrado director de estudios en 1932 y donde im-parti cursos sobre religin y ciencia hasta 1962, un par de aos antes de su muerte, cuando la leucemia lo apar-t de lasactividadesacadmicas. Como resultado de sus lecturas sobre el copernica-nismo motivadas por Boehme, public en 1934la tra-duccin del Libro Idel Derevolutionibus orbium coe-lestiumdeCoprnico,loqueconstituyS'uprimera publicacin en el campo de la historia de la ciencia. Pero sigui trabajando sobre otros tema filosficos, dio cur-sossobre hegelianismo en L'cole NormaleSuprieu-reyfundelanuario Recherches philosophiques que sac seis nmeros de 1931a1937, ydio clases espor-dicamente en Montpellier yEl Cairo. En esta ltima ciudad dio fin en 1938 asus investi-gaciones sobre Galileo, que se recog!eron en su primer librode historia de la ciencia,los Etudes galilennes, que sali ala luz en abril de1940 (con fecha de1939), justo antesde la invasinalemana deFrancia,por lo quela obra tuvopocadifusin(laprimera recensin no apareci en ese pas hasta 1947por obra de P.Cos-3.En1938A.Mieli critic negativamente en Archeion, 21,un artculodeKoyrsobre la experiencia dePisa de1937. 14PENSARLACIENCIA tabel). Pero a pesar de ello,la Guerra Mundial conver-tira aKoyr en un historiador de la ciencia de proyec-cin internacional. La invasin de Francia lo sorprende en El Cairo. Mar-cha aPars,adonde llega en junio cuando evacuan la ciudad ante elavancealemn,demodo que corre de nuevo aEl Cairo donde se entrevista con DeGaulle y leofrece sus servicios.:ste,aprovechando que el his-toriador tena visado de EE.UU.,lo enva como propa-gandista suyo ante el gobierno norteamericano que era favorableaPetain (en1942vol aLondresainformar al general,pero no sabemos nada desus actuaciones diplomticas). En Nueva York fund con otros exilados L'cole Libre des Hautes tudes donde ense durante la guerra. En los Estados Unidos conect con los jve-nes B.Cohen,M.Clagett,C.Gillispie,H.Guerlac, etc., y entabl relaciones estables de manera que tras la gue-rra ysu vuelta aPars,se las arregl para dar cursos en su Seccin V y en las universidades de Harvard, Yale, Johns Hopkins, Chicago y Winsconsin. En Pars frecuen-t tambin desde 1946 el Centre lnternational de Synthe-se donde se encontr con los historiadores franceses S. Delorme, P.Costabel, M.Russo,M.Daumas y R.Taton. As,tras la guerra,, A.Koyr se convirti en el inspi-rador delas jvenes generaciones de historiadores de la ciencia de ambas orillas del Atlntico Norte. Sin em-bargo, apesar de que en 1950 le eligieron para la Aca-dmie lnternationale, en 1951el intento de L. Febvre de conseguirle la ctedra que E.Gilson dejara vacante en el CollegedeFrance fracas lo que explica slo en par-te que su influencia en Francia fuese mucho menor que en los EE.UU.En 1954,finalmente pudo ensear histo-ria dela ciencia en Pars gracias ala creacin de una direccin de estudios sobre Historia del pensamiento cientfico en la Seccin VI de l'cole Pratique dedica-INTRODUCCIN15 da alas ciencias econmicas ysociales.Sin embargo su proyeccin fue mayor en EE.UU. Desde 1955 pasaba el primer semestre escolar en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton y en primavera volva aPars. All no consigui ampliar su pblico, mientras que en Estados Unidos se asoci desde 1954 con B. Cohen para la edicin de los Principia de Newton y ese mismo ao public Del mundo cerrado al universo infinito,su se-gundo libro de historia de la ciencia y sin duda el ms conseguido. Finalmente,en1958llegelreconocimiento insti-tucional en Francia con la formacin de un centro que combinaba la Seccin VI y Synthese,la cole des Hau-testudesenSciencesSociales,que apartir de1966 se llamara CentreAlexandreKoyr.En 1961se publi-c su tercer y ltimo libro sobre historia de la ciencia, Larvolution astronomique,yal ao siguiente la leu-cemia le impidi ir aPrinceton. Falleci el 28de abril de1964.Pstumamente se publicaron las colecciones de artculos Newtonian Studies (1965) y los tudes d'his-toiredelapensescientifique (1966). Como A.O.Lovejoy,fundador en1940delJournal of History of Ideas,Koyr crea en la eficacia causal de las ideas y era contrario atoda forma de anti-intelec-tualismo,de manera que no conceda valor alastesis sociologistas de R. K. Merton ni a las de los historiado-res marxistas que daban cuenta de la ciencia en trmi-nos socieconmicos.Es curioso que T.S.Kuhn,quien ms ha influido despus de l en revolucionar la histo-riografa de la ciencia, lo llame maftre, a la vez que rein-troduce las consideraciones sociolgicas en la explica-cin de la dinmica de las teoras cientficas. T.S. Kuhn aprendi deKoyraidentificarla estructura ycohe-rencia interna de sistemas de creencias distintos y dis-continuos, lo cual marca el origen de su carrera de his-16PENSARLACIENCIA toriador.4 PeroessorprendentequeKuhn,quetanto aprendi del nuevo enfoque historiogrfico deKoyr, que tanto contribuy asu vezadesplazar la historio-grafa positivista que vea ala ciencia como un proce-so de acumulacin continua de conocimientos, contri-buyeseentalmedidaaborrarunodesusmayores legados, el intelectualismo. A.R.Hall sealaba5 que el influjo de K.oyr haba sido tal que casi elimin por com-pleto el inters por los estudios sociolgicos de la cien-cia. As, desde que en 1953 se publicaron unos artculos sobre lasrelacionessociales de la ciencia en Centau-rus,no aparecieron artculos detal orientacin hasta el momento en que escriba Hall (1963) ni en esa revis-ta ni en Isis,Anals of Science, Revue d'Histoire des Scien-ceso ArchivesInternationales.En1962,sin embargo, haba aparecido La estructura de las revoluciones cien-tficas,donde Kuhn caracterizaba losmarcos concep-tuales del pensamiento cientfico que le haba enseado aestudiar Koyr,ala vezque mostraba la insuficien-cia de las razones lgicas para dirigir la ciencia. Abra as paso aun cierto relativismo, anti-intelectualismo o sociologismo que haba sido el enemigo de Koyr des-de sus aos de Gotinga. Hoy basta con echar un vista-zoala vieja revista Isis,al BritishJournalforthe His-tory of Science,aAnnals of Science,por no hablar de losSocial Studies of Science,para contemplar la ten-dencia contraria ala queobservara.A.R.Hall como consecuencia de la obra deKoyr.Esta inversin fue obra de Kuhn, el seguidor de Koyr. Esta paradoja nos pone en la pista de una incoherencia en la historiogra-fadeKoyrquetratarde exponer en lo quesigue. 4.Vase T.S.Kuhn,TheEssentialTension,The University of ChicagoPress,1977,pgs.xiii,11,21. S.En su artculo Merton Revisited, or Science and Society in the Seventeenth CenturY,Historyof Science,2(1963):1-16. INTRODUCCIN17 Una historia de la ciencia metafsicamente motivada En el cambio de siglo se dio una cierta efervescen-cia en contra del positivismo. Filosficamente, el posi-tivismo reduca el conocimiento a lo observable, de ma-nera que el objeto de la ciencia era establecer hechos y nexosentre hechos.Laspropias leyescientficas no eran sino una especie de colecciones resumidas de ta-les hechos,mientras que lasteorasno eran ms que instrumentos de sistematizacin y no entraaban nue-vas ontologas ni nuevos mundos antes ignotos. No ha-ba que interpretar realistamente las concepciones te-ricas como mbitos de realidad ms profunda capaces de explicar las regularidades empricas recogidas en las leyesde bajo nivel.Algunoscientficos yfilsofos positivistas notables,como E.Mach yP.Duhem, cieron tambin contribuciones importantes ala histo-riadela ciencia.Perodeacuerdo consu perspectiva filosficaglobal,sta se entenda como la exposicin de una sucesin de descubrimientos, sobre todo emp-ricos, que progresaban quiz con lentitud, pero de ma-nera inexorable hacia el cmulo actual de conocimien-tos.Losmsnotablesdelosprimerospromotores internacionalesdela historia dela ciencia,G.Sarton con su revista Isis o A.Mieli con la suya, Archeion, par-ticipaban de esta misma actitud positivista ysecaban ala adjudicacin histrico-judicial de certifica-ciones de prioridad individual y nacional en esa carrera hacia la perfeccin recogida, pongamos por caso, en la ltimaedicin dela Enciclopediabritnica. El realismo fue un punto de ataque contra el mini-malismodeloshechospropiodelpositivismo.Enel campo de la filosofa,los principalesel positivismo fueron E.Husserl en Alemama de qmen Koyr aprendi el realismo platnico, y H.Bergson en 18PENSARLACIENCIA Francia con quien tambin estudi como ya sealamos. En el campo de la historia, la reaccin contra el positi-vismo se apoy muchas veces en el realismo platnico. Se intent mostrar, por ejemplo, que la Revolucin Cien-tficahabasidoprovocadanopornuevosdescubri-mientos empricos,sino por una mutacin metafsica quepredicaba que elmundo debe describirse en tr-minos geomtricos. Esta idea fue luego desarrollada por Koyr,pero procede de otros.6 En especial, E.A.Burtt se opuso antes que Koyr al positivismo continuista de Duhem buscando la discontinuidad entre la ciencia me-dieval y la moderna no en el desarrollo de la experimen-tacin,sinoenlaadopcindelplatonismo. En los aos treinta, cuando Koyr empezaba a deri-var de la historia del pensamiento religioso a la del cien-tfico, haba en Pars una serie de personas como E. Me-yerson,H.Metzger,sobrinadeL.Lvy-Bruhl,oG. Bachelard que se interesaban asimismo por la historia de la ciencia como medio de dilucidar cuestiones filo-sficas.Setenda apensar quela historia delpensa-miento cientfico mostraba la presencia >,Estudios dehistoria del pensamiento cientfico,ya citado, pgs.16ysigs. INTRODUCCIN35 poltica platnica por recurso a la Biblia y al Corn.Sin embargo ste esun casoextremodeexternismo,por cuanto que las influencias sociales (aqu poltico-reli-giosas) inciden sobre el contenido mismo de la ciencia. Tambin hemos mencionado ya su explicacin de la Re-volucinCientfica como elresultado dela adopcin de una filosofa platnica frente a la aristotlica vigen-te.Aspues, alo que se opone Koyr no es al externis-mo,sino al externismo materialista. Cuando nospreguntamos ulteriormente de dnde proceden esas mutaciones filosficas que dominan la ciencia, es fcil olvidar el contexto del pensamiento de Koyr y apuntar que derivan de instancias sociales, tal como sugiere Y.Elkana. 29 Sin embargo, desde sus aos de Gotinga descrey siempre del psicologismo y sus for-mas,comoelrelativismoyelsociologismoalquese vera abocado de aceptar la interpretacin de Elkana. Adems ya mencionamos su reiterada definicin de la ciencia como camino a la verdad, algo imposible de ase-gurar si se hace depender la ciencia en ltima instan-cia de la ideologa ysociologa de diferentes pueblos. Los textos de Koyr no nos permiten ir ms lejos en el camino de dilucidar los supuestos de su historiogra-fa,pero un par de reflexiones de madurez nos indican por dnde no buscar y hacia dnde mirar. La primera es una carta escrita aHerbert Spiegelberg el14 de di-ciembre de 1953 como respuesta a otra suya en la que 29.Alexandre Koyr: Between the History of Ideas and Socio-logy of Disembodied Knowledge>>,History and Technology, 4 (1987}: 115-148.Elkana sostiene que (a)Koyr hace depender la ciencia de la epistemologa, que (b)las ideas sobre el conocimiento estn de-terminadas socialmente, y que por tanto (e) Koyr es un sociologis-ta. Pero no aporta el menor elemento de juicio para probar que Koy-r sostuviese nunca (b). 36PENSAR LACIENCIA le preguntaba si an era fenomenlogo. 3 Koyrsea-la que no sabe hasta qu punto lo es,pero aestas altu-ras de su vida dice haber heredado de Husserl el rea-lismo platnico que lrechaz,el anti-psicologismo y el anti-relativismo. As pues parecera que los marcos de pensamiento que estudia Koyr en la historia no son estadios psicolgicos osociolgicosque tenderan al relativismo.Yamencionamos ms arriba su afinidad con Meyerson y su dialctica de la construccin de la cosa por la razn identificadora que impone el marco delomismoalatramacambianteeinestabledelo otro.31 Asimismo M.BiagiolP2 apunta la proximidad de Koyr a la dialctica rneyersoniana y liga la concep-cin del error de Koyr a la idea de irracionalidad de Meyerson. Corno se recordar, en el esquema dialc-tico deste,lo irracional es el residuo de la realidad que se resiste a someterse al esquema de identidad im-puesto por el principio de la causalidad. El traslado de ese residuo irracional al mundo de los marcos concep-tuales histricosconstituira elconcepto de error de K.oyr. La existencia de errores simultneos muestra que no son un hecho casual,sino que constituyen,por un lado,el desenvolvimiento objetivo de las ideas en lu-gares y por parte de espritus muy diferentes,33 ypor otro, la resistencia de lo real a acomodarse a los esque-mas de simplicidad de las leyes cientficas. Al historia-30.La carta aparece reproducida casi en su totalidad, en G. Jor-land, La science dans la phlosophie, Pars, Gallimard, 1981, pg. 28. 31.A.Koyr, Les essais d'E. Meyerson, Journal depsycholo-gie,39 (1946):124-5; vase la introduccin de P.Zambelli, a A.Koy-r,Dal mondo del pressappoco all'universo della precisione, Turn, G.Einaudi,1967,pgs.23ysig. 32.M.Biagioli,MeyersonandKoyr:Towardadialecticof scientific change,HistoryandTechnology,4(1987):169-182. 33.tudesgalilennes,pgs.83-86. INTRODUCCiN37 dor hagiogrfico (positivista) le basta conocer los logros de los cientficos del pasado, pero al historiador-filsofo leinteresan mssi cabe loserroresde los cientfi-cos porque revelan el camino secreto de su pensamien-to y no se deben al azar o al descuido, sino que se en-razan en un sistema de nociones y axiomas. La aparente simplicidad que para nosotros presenta, por ejemplo, la ley de inercia, no es distinta de la aparente simplici-dad de la ley errnea de Galileo y Descartes. Esas sim-plicidadesdependendeconcepcionesdeterminadas del espacio,de la accin,del movimiento queno son en absoluto simples. La simplicidad es una imposicin de nuestros esquemas a priori y la irracionalidad (o el error) surgen de las resistencias de la realidad, enla-zndose en una dialctica que constituye el tortuoso iti-nerariurn mentsin veritatern. Delmismo modo que Meyerson recurra al princi-pio de causalidad corno principio a priori biolgicamen-te,Koyr pareca concebir corno hilo conductor de la historia de la ciencia el intento de reduccin de la fsi-ca ala geometra que se extiende del Timeo aDescar-tesy aEinstein.Ese sueo grandioso einsensato de reductionescientiaead geometriameselleitmotiv de la historia que choca constantemente yse conjuga con los obstculos, los errores y los irracionales. El pen-samiento manifestado en la historia,seala Koyrun tanto arrebatado, no es sino el pensamiento de un solo hombre,delesprituhumanotrascendentalquevive siempre y aprende siempre en SU persecucin incesan-te,siempre insatisfecha ysiempre renovada de un ob-jetivo que siempre se le escapa: la bsqueda de la ver-dad,itinerariumments in veritatem,34 pues elideal 34.Perspectiva de la historia de las ciencias, en Estudios de historiadel pensamiento cientfico,pg.385ysig. 38PENSARLACIENCIA platnico de deduccin total es vigente para un mun-do de esencias y no para las cosas temporales y cam-biantes35 que como tales quedan fuera del mbito de racionalizacin del entendimiento humano. Puestas las cosas en este contexto objetivista y contrario al relati-vismoy al psicologismo,es muy improbable lainter-pretacin deKoyrcomo un socilogodelasideas. Hemos tratado de mostrar aKoyrala luz desus maestros y contemporneos metafsicos, neokantianos y hegelianos,pero quiz l mismo dudara de esa filo-sofa que nunca escribi otal vezse viesellevado ha-cia un cierto escepticismo acerca de un desenvolvimien-to objetivo y esencial del pensamiento humano por la lgica interna de los marcos conceptuales discontinuos que analizaba. O tal vez no. Con ocasin del centenario del nacimiento de Meyerson, celebrado en 1959,Koyr public una breve nota. 36 Indica all que el estudio fe-nomenolgico de la ciencia es poco prometedor porque no es fcilseparar el fondo de la forma,mientras que en la historia se manifiesta la estructura esencial que re-salta en medio de la variedad de contenidos.Eso es lo que habra hecho Meyerson, quien conceba la historia como la aventura delespritu humano persiguiendo obstinadamente[... ] la racionalizacin de lo real, o lo que es lo mismo,descubriendo una capa de realidad ms profunda tras la pluralidad y mutabilidad de los fenmenos.Peroesta irracionalidad (cualidad,multi-plicidad, cambio) es esencial ala realidad, por loque nuncapuedeser evacuadatotalmente.Deahquela 35.Edicin de Spinoza, De intellectus emendatione, Pars, Vrin, 1936,pg.111,nota 91. 36.Message d'Alexandre Koyr a l'occasion du centenaire de la naissance d'Emile Meyerson, Bulletin de la Societ de Philosophie,53(1961):115-116. INTRODUCCiN39 ciencia sea ala vezrealista y nihilista,persiguiendo siempre el sueo grandioso e insensato dereductione scientiae ad geometriam, esto es del Ser al Espacio, del Ensal Non-Ens. Pero,finalizaKoyr,que aunque ledebe muchoa Meyerson, no le ha sido plenamente fiel,pues en mis trabajos me he entregado sobre todo amostrar,no el fondo idntico del pensamiento humano, sino las dife-rencias de sus estructuras en las diversas pocas de la historia. Se trata de una infidelidad a un ideal acep-tado o de dudas acerca del ideal mismo? Sin embargo, confiesa haberse mostrado fiel a otro de sus preceptos: tratar a quienes nos han precedido y que se han equi-vocado con tanto respeto como anuestros contempo-rneos y buscar las razones -razonables- de sus erro-res con tanto cuidado como las de sus logros. Satis est. Tan bien lo hizo que se convirti en el patrn de todos cuantos hacen historia de la ciencia con devocin y pro-fesionalidad. Tanto de los que creen que los marcos con-ceptuales setransforman atravsdecontrastaciones empricas, como de aquellos que hacen depender esas mutaciones de una negociacin social que convierte las dificultadesenrefutaciones. CARLOSSOLSSANTOS UniversidadNacional deEducacin aDistancia 40PENSAR LACIENCIA PRINCIPALESOBRASDEKOYRSOBRE LAHISTORIADELACIENCIA CoPRNico,N., Des rvolutions des orbes clestes. (Intro-duccin, traduccin y notas dellibro primero de A. Koyr), Pars, F.Alean,1934. Reedicin en Pars, Blan-chard, 1970. (Hay traduccin espaola, Las revolucio-nesdelasesferascelestes,BuenosAires,Eudeba, 1965.) KoYR,A.,Paracelse,Revued'histoireet dephiloso-phiereligieuses(1932):6-76,145-163. -,Copernic, Revue philosophique (1933):101-118. -,A l'aurore de la science modeme. La jeunesse de Ga-lile,Annalesdel'UniversitdeParis,X(1935): 540-551,XI (1936):32-56. -,tudes galilennes, Pars, Hermann,1940. 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Por eso cuando Platn nos dice: no querrs dar tu hija a un mechanopoon>> qui-zs no est tan alejado de la mentalidad de hoy -qu intelectual, en efecto,incluso no aristcrata,qu fun-cionario, incluso sovitico, querra dar su hija a un me-cnico o a un ingeniero zapador?- como la traduccin demechanopoonporingeniero>>podrahacersu-poner. Es dudoso, adems, que la situacin social del cien-tfico(oinclusodelfilsofo),40 entanto quetal,haya sido,en el mundo antiguo,tan superior ala del tcni-co, arquitecto o escultor. Las civilizaciones aristocrti-cas, las verdaderas, es decir, la civilizaciones militares, desprecian la ciencia pura tanto o ms que la tcnica: Levraisire Chatelain Laissecrire Levilain, Sa rnaindigne, Lorqui'ilsigne 39.En lo cual andan equivocados, sin duda, como lo estn al hablarnosdelgeniodelosvencedoresyno -factor muchoms importante- dela estupidez delosvencidos. 40.No es el propio Platn el que nos habla del desprecio de lasociedad ateniense por elfilsofo? 108PENSAR LACIENCIA Egratigne Leparchemin... 41 y,apesar de los ejemplos llamativos de amistad o de devocin de alumnos principescos hacia sus maestros, en la Antigedad el oficio de profesor (la mala fama de los sofistas es una prueba de ello) nunca se cotiz muy alto. Adems, hay que distinguir las pocas. Sin ser muy alta, la situacin del ingeniero antiguo no dejaba de ser envidiable. De hecho comportaba ventajas en absoluto despreciables y sin duda no era inferior ala de un in-geniero del Renacimiento.Uningeniero,incluso civil, era algo muy distinto de un obrero, incluso superior, 42 y nadie se divertira confundiendo aCtesibio o Hern de Alejandra o,dossiglos mstarde,en Roma,aVi-truvio con un simple albail, ni siquiera con un maes-tro de obras de la construccin. La disociacin a la que acabo de aludir estaba hecha o estaba hacindose y el desprecio de las artes mecnicas corresponde cada vez menos a la realidad. Y tampoco a la mentalidad de losfilsofos.No se atribuy,en efecto,aAristteles un libro que trataba de Cuestiones Mecnicas?Y Pap-po, en sus Colecciones matemticas (1.VIII, prefacio) no nos dice,asimilando,como Hern,la mecnica auna teoraracional,quesiendotilpara mltipleseim-portantes cosas que se presentan en la vida, merece con justicia el mayor favor de los filsofos y constituye la ambicin de todos los matemticos. Tambin Vitruvio 41.El verdadero seor 1 castellano 1 deja escribir 1 al villano, 1 su mano digna, 1 cuando firma 1 araa 1 el pergamino... 42.El marchinator es algo muy distinto deloperaius yapara Cicern. Prueba de que Posidonio tuvo razn al oponer el oficio de ingenieroaltrabajomanual. WS FILSOFOSY LAMAQUINA109 nosdiceque elingeniero debeser in'geniqsoydcil a la ciencia: pues ni el genio sin la ciencia ni la ciencia sin el genio pueden hacer un artista perfecto. Y que sea letrado,hbil en eldibujo,instruido en la geometra, que conozca numerosas historias, que haya escuchado diligentemente alos filsofos, que sepa msica, no sea ignorante dela medicina,que conozca las decisiones de los jurisconsultos, que tenga conocimiento de la as-trologa yde las leyes del cielo. Ahora bien,la admi-nistracin imperial que, por su poltica de las obras p-blicas(carreteras,puertos,templos,escuelas,etc.:el Imperio fue el mayor constructor que el mundo haya conocido), tena necesidad de un personal numeroso y altamente cualificado, lo tena en abundancia einclu-so desobra en este sentido.Por eso un famoso edicto de Constantino prescribe la apertura en el Imperio de verdaderas escuelasde ingenieros cuyosprofesores y alumnos -jvenes bien dotados ybien preparados-deban ser sustentados a expensas del Estado (elEsta-do deba poner igualmente asu disposicin lassalas de los cursos necesarios) y adems ellos y sus padres estaban exentosdeimpuestos. Por lo dems,los ingenieros militares ycivilesde la Antigedad realizaron un trabajo totalmente respe-table.Susmquinasde guerra -las catapultas ylas balistas- eran ingenios extremadamente potentes, mu-cho ms potentes que los caones de los siglos XVI y XVII.Y sus tablas de tiro aunque se hacan emprica-mente -igual por lo dems que las de los artilleros de la poca premoderna y moderna: la balstica, como ya he dicho en otra ocasin, no fue inventada por los arti-lleros y los artificieros sino para ellos e incluso contra ellos-43 eran mucho ms precisas que las de los arti-43.Vase hoy mi artculo: La dinmica de Niccol Tartaglia, 110PENSARLACIENCIA lleros del Renacimiento. En general, leyendo los libros de Vitruvio o de Hern de Alejandra -adems, como nos recuerda el seor Schuhl, su publicacin, traduc-cin y difusin es la que inspira y fecunda el pensamien-totcnico delRenacimiento,ytodo el mundo conoce la influencia de Vitruvio sobre la arquitectura de este tiempo-, no se puede por menos que admirar la inge-niosidad extrema que despliegan.Sin hablar de la fa-mosa bomba de Ctesibio, sus prensas, sus aparatos de izamiento (gras,tornos de mano, poleas), de transmi-sin (engranajes) y de traccin,sus aparatos pneum-ticos dan fe de una aplicacin consciente del pensamien-to a los problemas. Lo que hace ms sorprendente an el hecho de que, situados ante un de una im-portancia primordial y vital para el Imperio -me re- fiero al problema de los transportes del que puede de-. cirse sin exagerar que dominaba toda la estructura civil y toda la organizacin militar del Imperio romano que se hundi por no haber sabido resolverlo-, los inge-nieros imperiales,militares o civiles,romanos ogrie-gosnohallaron la solucin. Por otra parte, podra suceder que no la hallaran por-que no la buscaron. Puesto que es verdad que se encuen-tra a veces, incluso muy a menudo, algo muy diferente de lo que se busca,pero para encontrar hay que bus-car. Ahora bien, no me parece que los ingenieros anti-guos hayan buscado mucho: desarrollaron, mejoraron, entendieron los mtodos tradicionales pero raramente innovaron. 44 En elfondo,fueronarquitectos,incluso lA Science auXVI siecle,Pars,1960. [Koyr.Estudios dehistoria del pensamiento cientfico.Trad. esp.Encarnacin Prez Sedeo y Eduardo Bustos, Madrid, Siglo XXI,pgs.103-124.] 44.Por lo dems es difcil dar cuenta del pensamiento tcnico de la Escuela de Alejandra pues no poseemos ms que fragmen-tosnfimosdela literatura tcnica conservada en compilaciones tardas ymediocres. LOSFILSOFOSYLAMAQUINA111 constructores, mucho ms que ingenieros propiamen-te dichos. Despus de todo, construyeron anfiteatros y baslicas,puentes ycarreteras, puertos y navos -no transformaron ni los qu:ros que circulaban por los ca-minos, ni los navos que entraban en sus puertos...No supieron domenarni la fuerza hidrulica, ni la del vien-to. (ni la del caballo) y la ingeniosidad de los ingenieros imperiales qued colmada y se agot no en la construc-cin de mquinas sino en la de aparatos que no tenan ninguna utilidad prctica, mecanismos que aseguraban la apertura automtica de las puertas cuando el fuego sagrado se encenda sobre al altar,autmatas para la distribucin de agua bendita, o incluso simples jugue-tes,comolafamosaeolipilaolafuentellamadade Hern.45 Sin duda, tambin el esfuerzo intelectual de los me-cnicos y los ingenieros del siglo XVI y XVII se derro-ch ampliamente en la construccin de juguetes y dis-tracciones,leonesrugiendoypjarosquebeben, picoteando y aleteando,saltos de agua de fuentesm-gicas (ms an, en pleno siglo XVIII, Vaucanson, antes de aplicar su ingenio al perfeccionamiento de los tela-res, lo haba usado en la fabricacin de autmatas). Pa-rece, por contrario al sentido comn que pueda parecer -pero, es el hombre un animal de sentido comn?-, que en la evolucin humana lo superfluo prima sobre lo necesario, que lo intil viene antes que lo til, lo di-vertido antes que lo prctico: por eso losrelojeros de la Edad Mediasaban construir mquinasdeuna in-geniosidad maravillosa que podan reproducir la mar-cha de los planetas, poner en movimiento procesiones de figuras humanas y hacer sonar las horas con los ca-45.En la clasificacin de Pappo los ilusionistas 9avj.laatoupyt ocupan un lugar escogido. 112PENSARLACIENCIA rillones,sin haber sido nunca capaces de hacerles in-dicar la hora con cierta precisin. La impresin que de-jan los libros de mquinas del siglo XVI y del XVII es asimismo profundamente diferente. Por una parte, por-que entonces los ingenieros tienen tras de s las grandes invenciones -o quizs ms exactamente, las grandes ad-quisiciones- tecnolgicasdelaEdad Media:la solu-cin al problema de los transportes, la utilizacin cada vez mayor de fuentes de energa no humanas, e incluso no animal (elagua y el viento);por otra parte,porque losproblemasnuevosplanteadosporlanavegacin transocenica y el desarrollo de la metalurgia, podero-samente estimulada por las necesidadesmilitares (la invencin y perfeccionamiento de las armas de fuego, sobretododelcan),demandabansolucionesnue-vas;46 finalmente,porque la atmsfera general, el clima espiritual de lossiglosXVIy XVII,siglos de grandes descubrimientos astronmicos y geogrficos, siglos de un ensanchamiento prodigioso del mundo, impulsaban alainvencin,alabsquedadelonuevo.Deah que las recolecciones tcnicas de los siglos XVI y XVII nos presenten, junto ala descripcin ydibujos de mqui-nas realmente existentes (sierras, fuelles, bombas, etc., mecnicas, es decir, accionadas por la fuerza motriz del caballo y sobre todo del agua), una cantidad de proyec-tos de mquinas que no existen an, pero que se podra, odebera,fabricar.47 46.Uno de los problemas que ms poderosamente contribuy al desarrollo del maquinismo fue el del bombeo y la elevacin del agua.Mientras que elingenieroromano sala adelante vertiendo elagua en los acueductos (solucin magnfica y al mismo tiempo perezosa,solucin de arquitecto y no de ingeniero),lo que leper-mita elproblema de la elevacin, este ltimo problema es el que se impuso alosingenierosdelRenacimiento. 47.Por otra parte, amenudo son proyectos de mquinas que LOSFILSOFOSY LAMAQUINA113 La teora sociopsicolgica insiste con razn en la di-ferencia -que subsiste, apesar de todas las crticas y todas las atenuaciones que yole haya opuesto- entre la mentalidad moderna y las de la Edad Media y de la Antigedad. En el mundo burgus que cree en el progreso y que sustituye ms y ms al mundo feudal, que, por su par-te,tena feen la tradicin, no slo aumenta constante-mente el lugar y el papel de la industria y de la tcni-ca,sino que tambinlaposicinsocialyelprestigio del ingeniero,delinventor, aumentan, incluso ms r-pidamente an. Y eso, sin duda, mucho ms que los pro-vechosmaterialesqueesperaban poder sacar desus obras, podra explicar, en parte, que Galileo y Huygens hayan publicado sus trabajos de ingeniero mientras que Arqumedes se haya negado a hacerlo. Pues lo mis-mo sucede con Descartes que, fiel en eso a la moral tra-dicional, se vanagloriaba an de no ser de condicin que le obligue a hacer de la ciencia una profesin para alivio de su fortuna ...Pero podra pretenderse que la razn de este hecho es otra; asaber, que los trabajos de ingeniero de Galileo y de Huygens -los que publi-caron- eran de una naturaleza profundamente diferen-te:mientras que los primeros eran trabajos de ciencia aplicada,lossegundosno eran msque aplicaciones dela ciencia. 48 Est claro, en efecto, que la explicacin psicosocio-no se podran hacer funcionar: los ingenieros del Renacimiento no estaban fuertesen clculo. 48.Dehecho,lo que corresponde,en Arqumedes,alostra-bajos de ingeniero de Galileo y Huygens son sus trabajos de est-tica ehidrosttica,yno sus inventos de mquinas militares.Son estos ltimos, no obstante, los que han alimentado su leyenda y le han asegurado la gloria popular. 114PENSARLACIENCIA lgica del estado y del estancamiento de la tcnica an-tigua (y en especial de su ignorancia del maquinismo) que he comentado ms arriba descansa totalmente so-bre la premisa implcita de la dependencia de la tcni-ca respecto de la ciencia. Puesto que, slo bajo esta hi-ptesis,la psicologa del cientfico (yla estructura de la ciencia) se convierte en algo importante. En resumen, la explicacinpsicosociolgica afirma quela tcnica antigua nosobrepas un determinado nivel,relativa-mente primitivo y se desarroll tan poco alo largo de los siglos, debido a que, por razones histricas y socia-les determinadas, el cientfico griego despreci el tra-bajo ylas cuestionesmecnicas, en otras palabras, porque la ciencia griega no elabor tecnologa. Indiscutiblemente, la historia de la tcnica antigua parece confirmar la interpretacin que acabo de esbo-zar. Y,por lo mismo, parece dar razn al anlisis com-parativo que Aristteles -sino ya Platn- nos da de la bttO''t'lI11'ly de la 't'XVTI,oponiendo el espritu innova-dor de la primera ala actitud tradicionalista de la se-gunda. En efecto, tal como Platn nos ha explicado tan-tas y tantas veces, la 't'XV'Iles rutinaria en cierto modo por esencia,porqueoperaconformeareglasqueno comprende y que, en consecuencia, no es capaz de cri-ticar y menos an cambiar (sino por inadvertencia u olvido).49Nada explica mejor, parece, la impresin cu-riosa que se tiene al leer a Vitruvio: la de un nivel inte-lectual ala vez muy alto y muy bajo. Y es que Vitruvio copia y no inventa, se limita a codificar las reglas e in-ventariar lasr e c e t a s ~Vitruvio,apesar desus preten-sionestanpregonadas,noposeecienciayno 49.El estancamiento de las tcnicas agrcolas, el espritu ru-tinario del campesino, en casi todo el mundo, es una confirmacin clamorosa deesta tesis. LOSFILSOFOSYLAMAQUINA115 es en absoluto un cientfico. El mu_mloromano ignor la ciencia precisamente a causa."de su spritu prctico (tecnico). Por eso, sin duda, por una justa compensa-cin de las cosas, su tcnica fue tan rutinaria. Por eso tambin, salvo en el caso de la arquitectura, experimen-ttan poo progreso. La concepcin aristotlica (o platnica) de la oposi-cin radical entre sma't''IIJ.TIy 't'XVTIes a buen seguro ex-tremadamente perspicaz y profunda. Incluso parece que se ve confirmada por la historia. Al menos en parte. Por-que esevidente que en la historia humana latcnica precede ala ciencia y no viceversa. Ahora bien, puesto que la 't'SXVTIno recibe las. reglas que siguen y que ob-serva de la S1t1.0'1:lIJ.11,y puesto que las reglas no le caen del cielo, nos vemos forzados a admitir un origen inde-pendiente de la tcnica y,por tanto, la existencia de un pensamientotcnico,pensamientoprctico,esencial-mente diferente del pensamiento terico de la ciencia. El pensamiento activo, operativo, para emplear los trminos de Bacon que se convirti en su campen, es el que constituye, en el interior del sentido comn, por experiencia, por trial and error, la habilidad manual de los oficios y lasreglas de las artes.Y son estas reglas las que, transmitindose de generacin en generacin, acumulndose y combinndose, formaron el tesoro del saber emprico -saber precientfico pero,no obstan-te,saber- que permiti a los hombres desarrollar tc-nicas, e incluso llevarlas a un nivel de perfeccin insu-perable antes, incluso mucho antes, de haber concebido lateora. Lo que,quede claro, no quiere decir que la ciencia no pueda volverse hacia la tcnica yhacer lateora de la prctica; es precisamente entonces cuando aparece latecnologa,ciencia tcnica ytcnica cientfica que, enrelacinalatcnica emprica esloquela ciencia 116PENSAR LACIENCIA griega al saber de los agrimensores egipcios. As pues, el problema del estancamiento (y del nivel relativamente bajo) de la tcnica antigua encierra dos cuestiones en-teramentediferentes: a)Por qu el pensamientotcnicode la Antige-dad no progres en la medida en que poda hacerlo sin salir del lmite de la tXVT\,sin elevarse aun nivel su-perior?50 b)Por qu los inventores de la S1tl.senlaprimera mitaddelsiglo XVI. Porque, en la segunda, la situacip se modifica sus-tancialmente.Sin duda la imprecisin yelapmxima-damente reinan an. Pero, paralelamente al crecimien-to de las ciudades y de la riqueza urbana o,si se quiere, paralelamente a la victoria de la ciudad y de la vida ur-bana sobre el campo y la vida rural, el uso de losrelo-jes se extiende ms y ms. Siempre son muy bellos, muy trabajados, muy cincelados, muy caros. Pero ya no son muy raros o,ms exactamente, lo van siendo cada vez menos.En elsigloXVIInolosern enabsoluto. Adems, el reloj evoluciona, mejora, se transforma. La maravillosa habilidad e ingeniosidad no menos sor-prendente de los relojeros (en adelante constituidos en una corporacin independiente y poderosa), la sustitu-cin del foliot por la rueda reguladora, la invencin del DEL APROXIMADAMENTEA LAPRECISIN139 stackfreed y del husillo que igualan y uniforman la ac-cin del resorte, hacen de un puro objeto de lujo un ob-jeto de utilidad prctica capaz de indicar las horas de una manera casiprecisa. Sin embargo,el relojde precisin no sale del reloj delosrelojeros.Este ltimo nunca sobrepas el esta-dio del casi y el nivel del aproximadamente. El re-lojde precisin, el relojcronomtrico, tiene un origen muy diferente.No es de ningn modo una promocin delrelojdeusoprctico.Esuninstrumento,esde-cir una creacin del pensamiento cientfico o, mejor an, unarealizacinconscientedeunateora.Escierto que, una vez realizado, un objeto terico puede conver-tirse en un objeto prctico, en objeto de uso corriente y cotidiano. Es cierto tambin que las consideraciones prcticas -as en el caso que nos ocupa, el problema de la determinacin de las longitudes cuya solucin, con la extensindela navegacinocenica,se haca ms y ms urgente- pueden inspirar el pensamiento teri-co. Pero lo que determina la naturaleza de una cosa no essu utilizacin:essu estructura.Uncronmetro si-guesiendo un cronmetroinclusosiquieneslo usan son marinos. Y eso explica el porqu no es a los reloje-ros sino a los cientficos, no a J ost Burgi y a Isaak Thu-ret sino a Galileo y a Huygens (a Robert Hooke tambin) aquienes se remontan las grandes invenciones decisi-vas yaquienes debemos elrelojde pndolo yel reloj de regulador espiral. Como muy bien dice el seor J ac-querod en su prefacio al excelente trabajo que el seor Dfossez22 ha consagradorecientementeala historia dela cronologa (trabajo cuyo mrito consiste en vol-ver asituar la historia dela cronologa en la historia 22.L.Dfossez,LessavantsduXVIIsiecleetlamesuredu temps,Lausana,1946. 140PENSARLACIENCIA general del pensamiento cientfico y que lleva el signi-ficativo ttulo: Los cientficos [y no: Los relojeros] del si-glo XVII y lamedicin del tiempo):Quiz los tcnicos se sorprendan, incluso queden decepCionados, al com-probar el escaso papel representado en esta historia por los relojeros prcticos comparado con la importancia inmensa delasinvestigacionesdeloscientficos.Sin duda las realizaciones son en general obra de relojeros; pero ideas,las invenciones germinan ms amenu-do en el cerebro deloshombresdeciencia ymuchos de entre ellos no temen poner manos ala obra y cons-truir ellos mismos los aparatos, los dispositivos que han imaginado.Estehecho,quepuede parecer paradji-co,es explicado por el seor J acquerod y,quede claro, por elseor Dfossez,por una razn muy precisa,y en cierto sentido doble,que hace comprender ala vez por qu aveces la situacin se invirti en los siglos si-guientes: En primer lugar esta razn consiste en que mucho ms que para las necesidades diarias ylasrelaciones sociales, meciicin exacta __ ..qad ciencia,para la astronoma yl> Estoy aproximadamente de acuerdo con los seores J acquerod y Dfossez en cuanto a la explicacin del pa-pel desempeado por la ciencia terica en la invencin del cronmetro,ypor eso los he citado tan largamen-te;por esoytambinporque esbastanteraroencon-trar un fsico y un tcnico -el seor Dfossez es un tc-nicoderelojera- noinfectadoporelvirusdela epistemologa empirista ypositivista que ha causado, y causa an, tantos estragos entre los historiadores del pensamiento cientfico.Sin embargo,no estoy entera-mentede acuerdo con ellos.En particular,yono creo 142PENSARLACIENCIA en el papel preponderante del problema de las longitu-des; creo que Huygens habra emprendido y prosegui-do sus investigacionessobre elmovimientopendular y el movimiento circular, el isocronismo y la fuerza cen-trfuga, incluso si no hubiera sido estimulado por la es-peranza deganar10.000libras(quepor lodemsno gan),simplemente porque eran los problemas que se imponanala cienciadesutiempo. Puessise piensa que,para determinar el valor de la aceleracin, Galileo,durante sus famosas experien-ciasde cuerposrotando sobreun plano inclinado,se haba visto obligado a emplear una clepsidra de agua, clepsidra mucho ms primitiva en su estructura que la de Ctesibio (tambin haba obtenido cifrascompleta-mente falsas) y que Riccioli,en 1647,para estudiar la aceleracin de los cuerpos en cada libre se haba vis-to obligado amontar unrelojhumano,23 se compren-der la impropiedad de los relojes usuales para el uso cientfico y la urgencia absoluta para la mecnica fsi-ca de descubrir un medio de medir el tiempo.Por eso estotalmente comprensible que Galileose haya preo-cupado de la cuestin: para qu, en efecto, poseer fr-mulas que permiten determinar la velocidad de un cuer-poencadainstantedesucadaenfuncin la aceleracin ydeltiempotranscurrido sino sepuede medir nila primera nila segunda? Ahora bien,para medir eltiempo -puesto que no se puede hacer directamente- es indispensable hacer uso de un fenmeno que lo encame de una manera apio-23.Vanse mis artculos Galile et l'exprience de Pise, An-nales de L'Universit dePars,1963, y AnExperiment in measure-ment, American Philosophical Society,Proceedings,1952. [Hoy se encuentran ambos en A.Koyr, Estudios de historia del pensamiento cientifico,Madrid,SigloXXI,1977.] DELAPROXIMADAMENTEA LAPRECISIN143 piada: lo que quiere decir o de un proceso que se desa-rrolla de una manera uniforme (velocidad constante) o de un fenmeno que, aun no siendo uniforme en s mis-mo,se reproduzca peridicamente en su identidad (re-peticin iscrona).Ctesibioseinclinpor laprimera solucin,manteniendo constanteelniveldelagua en uno de losrecipientes de su clepsidra, de ah que por eso fluyera en el otro con una velocidad constante. Ga-lileo (y Huygens) se inclin por la segunda, descubrien-do en las oscilaciones del pndulo un fenmeno que se reproduce eternamente. Pero est claro -o al menos debera estar claro-que un descubrimiento as no puede ser el fruto de la empiria. Est claro que ni Ctesibio ni Galileo -que los historiadoresdelas ciencias alinean sin embargo en-tre los empiristas,alabndolos por haber establecido mediante experiencias algo que no poda ser estableci-dopor stas- pudieron establecer ni la constante del caudal ni el isocronismo de la oscilacin mediante me-diciones empricas. Aunque slo fuera por la sencilla razn -pero enteramente suficiente- de que les falta-ba precisamente aquello con loquehubieran podido medirlos; dicho de otro modo, el instrumento de medi-cin que la constante del flujo o el isocronismo del pn-dulo iban precisamente arealizar. Galileo no descubri el isocronismo del pndulo mi-randobalancearselagranlmpara delacatedralde Pisa, aunque no fuera ms que porque esa lmpara no fue instalada sino despus de su partida de su ciudad natal, por ms que sea posible que fuera un espectcu-lo similar el que lo haya incitado ameditar sobre esta estructura propia del vaivn: las leyendas contienen casi siempre un elemento de verdad. Fue estudiando mate-mticamente, apartir de las leyes del lerado que haba establecido por una deduccin racio-144PENSARLACIENCIA nal, la cada de los cuerpos graves a lo largo de las cuer-das de un crculo colocado verticalmente. Ahora bien, slo entonces,esdecir despusdela deduccin teri-ca, pudo pensar en una verificacin experimental (cuya meta no era de ningn modo confirmarla, sino descu-brir cmo se realiza esta cada in rerum natura, es de-cir cmo se comportan lospndulos reales ymateria-les que oscilan no en el espacio puro de la fsica,sino sobre la tierra y en el aire) y,habiendo hecho con xito la experiencia,tratar de construir el instrumento que permitira utilizar en la prctica la propiedad mecni-cadelmovimientopendular. YHuygensdescubrielerror delaextrapolacin galileana y demostr que el isocronismo se realiza no sobre el crculo sino sobre la cicloide, exactamente de la misma manera,esdecir mediante un estudio pura-mente terico. Fueron consideraciones puramente geo-mtricas las que le permitieron hallar el medio de rea-lizar -en teora- elmovimientocicloidal.Yen este momentoseleplantea -exactamente comoseleha-ba planteado aGalileo- elproblematcnico,oms concretamente tecnolgico de la realizacin efectiva, es decirdela ejecucin material,delmodelo quehaba concebido. Tampoco resulta sorprendente que -como Galileo antes o Newton despus de l- tuviera necesi-dad de poner manos a la obra. Se trataba precisamen-te de ensear a hacer alos tcnicos algo que no haban hecho jams, y de inculcar al oficio,al arte,ala -rx,vr reglas nuevas, las reglas de la precisin de la bttcr't'J!lll La historia de la cronologa nos ofrece un ejemplo impresionante, quizs elms impresionante de todos, delnacimientodelpensamientotecnolgicoquepro-gresivamente penetra y transforma el pensamiento tc-nico mismo -y la realidad- que lo eleva a un nivel su-perior.Loque,asuvez,explicaquelostcnicos,los DELAPROXIMADAMENTEALAPRECISIN 145 relojeros del siglo XVII, pudieran mejorar y perfeccio-losque s.usantecesores no pudieron Vrvmn en otro chma o medio tcnico y es-tabanpor elespritudelaprecisin. Lo he drcho ya, pero conviene repetirlo: la precisin seencarna en elmundodelaproximadamenteme-dianteelinstrumento,elpensamientotecnolgicose afirma en la construccin de instrumentos; las prime-ras mquinas precisas se inventan para la construccin de stos. As pues, la industria de la edad paleotcnica, la edad del vapor ydelhierro,la edad tecnolgica en el curso de la que se efecta la penetracin de la tcni-ca por la teora,se caracteriza por la precisin de sus mquinas, resultado de la aplicacin de la ciencia ala industria, tanto como por el uso de fuentes de energa y de materiales que la naturaleza no nos ofrece tal cual. Y la tcnica de la segunda revolucin industrial, para emplear la expresin del seor Friedmann, la de la in-dustria neotcnica de la edad de la electricidad y de la ciencia aplicada, podra caracterizarse por eldominio de la teora sobre la prctica. La poca contempornea se caracteriza por su fusin, la de los instrumentos que tienen la dimensin de fbricas,y de fbricasque po-seentodalaprecisindeinstrumentos. Alexandre Koyr Pensar la ciencia Alexandre Koyr(1892-1964)est consideradocomoelpadre de loshistoriadoresprofesionalesde la ciencia.Su peculiar manera de entender la disciplina influydirectamente sobre aquellosespecialistas,ante todoanglosajones,queseiniciaron en elcampo all por losaos40,pero fuesuconcentracin en el mundo intelectualdelosautoresdel pasado,entendidos como peldaos insustituiblesdel ascensopositivista hacia la perfeccin actual,loque le llevavariasde susmejores intuiciones. Resultadode esta actitud general fueroncaractersticas como el holismode lasideasola discontinuidadde lossistemasde pensamiento,pero tambin ciertasconcepcionesmetafsicas acercadel caminode la mente hacia la verdadoacerca de la independencia del mundo de lasideasfrentealoshechos naturales y sociales.No esextrao,pues,queKoyracabara convirtindoseen la referencia inexcusablenoslode losque creen que losmarcosconceptualesse transforman atravsde contrastacionesempricas,sino tambin deaquellosquehacen depender esasmutacionesde un:anegociacin socialque convierte lasdificultadesen refutaciones. La introduccindelpresente volumen correacargodeCarlos Sols,profesor en elDepartamento de Lgica yFilosofa dela Ciencia dela UniversidadNacionalde EducacinaDistancia de Madrid, yautor,adems,de Razones e intereses:lahistoria delaciencia despusdeKuhn,tambin publicado por Paids. ISBN84-493-0046-0 Diseo:Mario Eakenazi