alexander roob-el museo hermético-alquimia y mística

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

    1/284

    LEX N ER ROOR

    LqU M

    MISTIC

    L MUS O H RMTI O

  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

    2/284

    K(jLN LONOON LOSAN(, ,IU.f S MAQRID I ARI$ TOKYO

    T S HEN

    ALEXANDER ROOB

    LQUIMI

    &

    MISTI

    EL MUSEO HERMTI O

  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

    3/284

    NDICE8

    ROTACiN

    Torbellinos y magnetos Geometra divina La rueda

    La rosa El peregrino

    492

    ELMICROCOSMOS

    Lasproporciones divinas del cuerpo Cerebro y

    memoria Los signos - Escritura y sellos Apariciones

    428

    110

    EL

    Opus

    MAGNUM

    Gnesis en la retorta La purificacin Lacada de

    Adn El caos La noche saturnal El martirio de los

    metales Resurreccin Aurora Luz y tinieblas

    Laescala El rbol filosfico Lossephiroth . Ab uno

    Elfuerte Enigmas de la zoologa Oe di pus chymicus .

    El roco Labor de mujeres y juegos de nios

    Qumica vegetal Laserpiente El retorno La cpula

    Elandrgino Separatio . Los yantras hermticos

    Latrinidad El fuego E l h uevo filosfico La matriz

    La fuente El Lapis Cristo La sangre

    EL MACROCOSMOS

    El mundo El sol La luna Astronoma inferior

    Los astros La msica de las esferas Gnesis El ojo

    El u vo csmico

    34

    INTRODUCCiN

    CONTENIDO

    Printed in China

    ISBN3-B229-5036-5

    Edicinoriginal: 1997Benedikt TaschenVerfagGmbH

    2006VGBild-Kunst, Bonn, para lasreproducciones

    de JosephBeuys,Marcel Duchamp,e YvesKlein

    Diseode la portada: Sense/Net, Andy Disl y

    Birgit Raber,Colonia

    Traduccin:C arlosCarams,Colonia

    2006 TA5CHENCmbH

    Hohenzollernril1g53, 0 50672 Ki:iln

    www.tasehen.com

    Sideseainformacinacercadelasnuevaspublicacionesde

    TASCHEN,solicite nuestra revista enwww.taschen.com/

    magazineoescribanosa TASCHEN,e/ Victor Hugo, -2

    dcha.,E-20004 Madrid, Espaa,[email protected],

    fax: 3491360 5064.Noscomplacerremitirle un

    rn -

    piargratuito de nuestrarevista,donde hallarinformacin

    completaacercade todos nuestros libros.

    Reproducciones: pg.

    de: William

    Blake:Jerusaln,1B04-1B20;pg. 6,de:

    Michael Maier: Viatorium, Oppenheim,

    161B;pg. 34, 110,4g2, de:J.Typotius:

    Symboladivin a e t h umana,Praga,

    1601-1603;pg. 428,de: BasiliusValen

    tius: ChymischeSchriften, Leipzig,1769

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    5/2849

    H einrich Khunr

    m phithea trum

    sap ientae e ete r

    nae Hann ove r

    6 6

    Tabla de esm

    ralda monume

    central de la ir

    ginacin herm

    tica.

    ntrodu in

    INTRODU iNNTRODU iN

    los milagros del Uno. Y lo mismo que todos las cosas vienen del Uno,

    por la meditacin sobre el Uno, asi todas las cosas han nacido de esa

    cosa nica, por modificacin. Su padre es el sol, su madre la luna, el

    viento lo ha llevado en su vientre; la tierra es su nodriza. Es el padre

    de todas las maravillas del mundo entero. Su fuerza es orbicular,

    cuando se ha transformado en tierra. Separars la tierra del fuego,

    losut il de lo grosero, suavemente con gran entendimiento. Asciende

    de la tierra al cielo y vuelve a descender a la tierra, recogiendo la

    fuerza de las cosas superiores e inferiores. Tendrs toda la gloria del

    mundo, las tinieblas se alejarn de t. Esta es la fuerza de fuerzas,

    pues vencer todo lo sutil y atravesar lo slido. Asi se cre el

    mundo. He aqu lafuente de las admirables transmutaciones apli-

    caciones indicadas aqui. Por eso me l laman Hermes Trismegisto,

    porque poseo las tres partes de la s abiduria universal.

    DeHermes, mensajero de los dioses, deriva la hermenutica la

    ciencia de la interpretacin de textos, que segn el autor del Libro

    de la Santsima Trinidad 1415,primer texto de alquimia en lengua

    alemana, tiene una cudruple vertiente: natural, sobrenatural, divina

    y humana. En los cdices de sus ms eminentes representantes, la

    Ideogramas y lenguaje cifrado

    El extrao carcter jeroglfico de estas imgenes nos remite a la

    legendaria antigedad de su arte ya la fuente de sus sabiduras:

    Hermes Trismegisto, el patriarca de la mistica de la naturaleza y

    de la alquimia.

    Fueron los colonizadores griegos en Egipto, en la Antigedad

    tarda, quienes identificaron a uno de sus dioses, Hermes Iat. Mercu-

    rius mensajero alado y conocedor del arte de curar, con Thot, el

    tres veces grande, del antiguo Egipto. Thot era el dios de la escri-

    tura y de la magia, siendo venerado, al igual que Hermes, como psi-

    copornpos, como gua de las almas en los infiernos. La figura de

    Hermes Trismegisto se asoci tambin a un faran legendario que

    supuestamente haba dotado al pueblo egipcio de 30.000 volmenes

    que contenan todos los conocimientos naturales y sobrenaturales,

    entre ellos la escritura jeroglfica. Fue una especie de Moiss de los

    alquimistas, pues haba transmitido los mandamientos divinos de su

    arte en la Tabla de esmeralda. EsaTabula smaragdina, hoy da

    datada entre los siglos VI VIII de nuestra era, andaba por el occi-

    dente cristiano, a partir del siglo XlV, en traducciones del rabe.

    Desde entonces apenas volvi a haber un alquimista, ni opera-

    tivo ni especulativo, que no se esforzase en hacer concordar sus

    conocimientos con el texto lapidario de estas doce tesis:

    Esverdadero, verdadero, sin duda y cierto:/ Lo de abajo se

    iguala a lo de arriba, y lo de arriba a lo de abajo, para consumacin de

    Existe todo un mundo de imgenes profundamente ancladas en la

    memoria del hombre moderno. Pero no seencuentran en publicacio-

    nes accesibles al gran pblico, sino sepultadas en manuscritos y

    grabados antiguos.

    All estn las eternas salas de Los, el profeta de la imaginacin,

    salas repletas de imgenes arquetpicas y figuras platnicas que

    rigen nuestra representacin del mundo y de nosotros mismos, im-

    genes de las que el poeta ingls William Blake 1757-1827 dice que

    reflejan todo lo que pasa en la tierra, y que cada poca puede uti-

    lizarlas para acopiar renovadas fuerzas. Jerusaln, 184-1820

    l m useo hermti o

    ntrodu in

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    6/284NTRO U iNNTRO U iN

    ntrodu in

    iteratura alquimista despl iega un lenguaje extraordinariamente

    sugestivo, r ico enalegorias, analogas y alusiones, un lenguaje que,

    gracias sobre todo a la mediacin de los escritos teosficos que

    Jacob Boehme, haejercido una profunda influencia en el romanti-

    cismo Blake, Novalis , en el idealismo alemn Hegel, Schelling y

    enla l iteratura moderna Yeats, Joyce, Rimbaud, Brecht, Breton,

    Artaud .

    Numerosos eran quienes, incluso enel seno de la propia corpo-

    racin, criticaban la lengua oscura de los alquimistas. Y lo que el los

    mismos nos revelan sobre sus medios deexpresin, no parece facili-

    tar ms las cosas: Cuando hablbamos abiertamente, nodeciamos

    en realidad nada. Pero cuando escribiamos en lenguaje cifrado y en

    imgenes, ocultbamos la verdad. Rosarium philosophorum, ed.

    Weinheim, 1990

    Quien, sin tener en cuenta esta advertencia, penetra eneste

    campo lingstico, seencuentra bruscamente en uncatico sistema

    de referencias, en una red de pseudnimos cambiantes y smbolos de

    substancias arcanas que pueden en principio significar algo muy dis-

    tinto y que no pueden desentraar n siquera los lxicos especializa-

    dos ni los modernos diccionarios de sinnimos. Semejante maraa de

    conceptos dfusos l leva unay otra vez aadoptar medidas simplifica-

    doras. Enese sentido conviene citar aqu los desvelos hermenuticos

    y fecundos del psicoanalista suizo e Jung, que redujo la fgura

    hbrida de laalquimia nicamente a su aspecto interno, y que slo

    aceptaba la obra qumica exteror como una proyeccin de procesos

    psquicos manifestos.

    No obstante, los f ilsofos hermticos seexpresan ms clara

    y libremente, con ms rgor, mediante un discurso sin palabras o

    incluso sin discurso, o con imgenes de los misterios, que con las

    palabras, incluso en aquellos enigmas representados porfiguras

    Horlacher, I ern und Stern ... , Francfort, 1707. Con sus ideogra-

    mas pretenden, en opinin del adepto rosacruciano Michael Maier,

    l legar al intelecto por los sentidos. En este contexto puede desig-

    narse laimaginera criptogrfica de la alquimiapor su motivo prefe-

    rido, el Hermafrodita, cruce del estmulo sensual Afrodita con la

    vindicacin del espr itu Hermes . Esta imaginera seendereza a la

    intuicin, y no a lasfacultades discursivas, consideradas destructi-

    vas. Lo que vive segn la razn, vive contra el espr itu, escribe

    Michael Maier

    Atalanta fugiens

    Oppenheim 6 8

    Senutre del agua

    mercurial.

    LaTierra es su

    nodriza.

    Michael Maier

    Atalanta fugiens

    Oppenheim 6 8

    El nacimiemo de

    la piedra filosofal

    tiene lugar en el

    aire.

    El aire lo ha

    l levado ensu

    vintr

    ntrodu in

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    7/28413

    Achil e B occhi u

    Symbolicarum

    qusestiooum

    O

    Bolonia 555

    n l s visiones

    csmicas de

    Giordano Brun

    154B-1600,

    s

    establece una

    correspondencia

    entre las mna

    como ncleos

    divinos de los

    seres

    y

    los cent

    de gravitacin

    de l os cuerpos

    celestes.

    HerrnesMercu

    el dios del com

    cio

    y

    de la corn

    cacin, exhorta

    aqui al silencio.

    elocuenc ia mer

    rial slo concier

    a la periferia fe

    mnica, al mun

    desplegado de

    las apariencias.

    que aprehende

    centro espiritua

    la unidad o

    nada)y lo que

    t iene de radica

    sustrae a las po

    bilidades expre

    vas de lalengua

    ntrodu in

    INTRODUCCiN

    NTRODUCCiN

    para la propagacin de lastesis paradjicas de los alquimistas y de

    sus aforismos. Los pseudo-jeroglficos secombinaron de esa forma

    con viejas enseanzas pseudo-egipcias, de la misma forma que la

    mayor par te de los escri tos hermticos aparecidos en los entarima

    dos de los techos o encavidades de antiguos muros resultaron ser

    pseudo-epgrafes debido.s a miembros eminentes de ladinasta her

    mtica.

    Paracelso. Muchos otros esperaban con Paracelso el advenimiento

    del tertius status del tercer re ino del Espritu Santo, profetizado por

    Joaqun de Fiore 1130-1202 , en el que la letra de los textos sera sus

    t ituida por una comprensin visionaria. Se llegara de nuevo a la len

    gua original del paraso, que nombra todas lascosaspor suverda

    dero nombre, y todos los misterios de lanaturaleza se manifestarian

    como enun libro abierto. Latendencia a la lengua secreta en sintag

    masoscuros, cifrados, en imgenes enigmticas, seexplica por el

    profundo escepticismo frente al poder expresivo de la lengua de

    Babilonia, con su alfabeto impo y sus reglas gramaticales que enca

    denan al Espr itu Santo. Lo que realmente importaba era preservar

    de los abusos del profano el saber primordial, esa prisca sapientia

    que haba sido directamente revelada por Dios aAdn y aMoiss y

    que una lite haba transmitido a los largo de los siglos. Por ese

    motivo, Hermes Trismegisto, con Zoroastro, Pitgoras y Platn un

    eximio representante de esa lite, haba inventado los jeroglificos.

    Laidea que tena el Renacimiento de los antiguos jeroglficos

    egipcios era lade un cdigo secreto y simblico, y esa idea estaba

    basada en el tratado de un eqipciodel siglo V de nuestra era llamado

    Horapolo, en el que seencuentra la clave simblica para descifrar

    cerca de

    200

    signos. Esta obra, titulada Hieroqlvphica, publicada

    en numerosas traducciones e ilustrada entre otros por Durero, esti

    mui la imaginacin de los art istas de la poca como Bellini, Gior

    gione, Tiziano y El Bosco.

    En el Hieroglyphica de Horapolo t iene tambin suorigen la

    emblemtica, las f iguras simbl icas acompaadas siempre de un

    corto lema y un comentario aclaratorio. Losemblemas conoceran un

    gran xi to en los siglos XVII y XVIII, revelndose como vehculo ideal

    Copias de

    ilustraciones

    de Horapolo,

    por Durero

    Lashoras

    2) Imposible

    3) El corazn

    ntrodu in

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    8/2845

    ntrodu in

    INTRO U IN

    NTRO U IN

    Los dos manifiestos que prometan al lector ms oro que el que

    tiene el rey de Espaaen las Indias -humorada de un grupo de estu

    diantes de teologa protestante en nombre de una fabulosa Her

    mandad de la Rosa-Cruz- dieron, a comienzos del siglo XVII, un

    decisivo impulso a la produccin de libros de alquimia. Incluso en el

    siglo XVIII, los puestos de libros enlas fer ias alemanas tenan tal

    abundancia de volmenes semejantes, cuyo objeto era la bsqueda

    del pis o piedra f ilosofal, que sepodria pavimentar lindamente

    con ellos el camino de Francfort a Leipzig. J.G. Volckamer el Joven,

    Adeptus Fatalis, Friburgo, 1721; citado segn J. Telle, Bemerkungen

    zum Rosarium philosophorum, en Rosar ium philosophorum, Wein

    heim, 1992)

    Entre los muchos simpatizantes de la invisible hermandad lute

    rana se encuentra Lucas Jennis, editor del primer Musaeum Herme

    ticum, publicado enFrancfort en1625. Aunque esta compilacin

    de tratados no hacehonor a su ttulo en lo referente al nmero de

    ilustraciones; contiene al menos algunos magnficos aguafuertes

    de Mathaeus Merian 1593-1650). No obstante, un ao antes bajo

    el ttulo de Viridiarium Chymicum o Chymisches Lustqartleir

    Hortulus Hermeticus). Jennis haba publicado una coleccin de

    ilustraciones alqumicas provenientes desus archivos. Cada uno de

    esos motivos iba acompaado de versos salidos de lapluma de

    Daniel Stolcius von Stolcenberg, discpulo del mdico paracelsiano

    Michael Maier 568\ 1622). Maier haba sido mdico de cabecera de .

    Rodolfo 11,lamado el Hermes alemn, en cuya corte de Praga se

    congregaban los ms ilustres representantes de las ciencias ocultas

    de la poca. En 1618, Maier public suclebre corpus de emblemas

    titulado Atalanta fugiens en la editorial de Theodor de Bry,

    Oppenheim. A la unin enmatrimonio de Merian con la hija de Maier

    debemos no slo las i lustraciones de Atalanta, sino numerosos

    grabados para la gigantesca obra de arte bibliogrfica del ingls

    Robert Fludd, amigo y colega de Maier 1574-1637), Lahistor ia de

    los dos cosmos.

    Fludd fue objeto de burlas, algunas de las cuales atinaban baso

    tante en su trasfondo espiritual, como el sobrenombre de doctor

    trismegstico-platnico-rosacruz que le endosaron. Puede que su

    aportacin a las ciencias sea exigua; pero a la vista de la extraordina

    ria plasticidad de formas con que ha sabido revestir la cultura isabe-

    Basndose en suamplia infraestructura terica, los alquimistas

    se calificaban frecuentemente de filsofos, denominando simple

    mente arte ars) o arte filosfica sucampo de actividad. Aunque

    la nocin de arte en laalquimia proviene del t hn aristotlico y

    designa deforma sumaria toda destreza encosastanto tericas

    como prcticas, es indudable que pueden encajar en ella las ms

    amplias definiciones del arte moderno. Y n o es, como podra pen

    sarse, en el gnero de la ilustracin fantstica propia de las artes

    plsticas tradicionales donde es preciso ver una afinidad con el opus

    mg num hermtico, la magna obra de los alquimistas, sino en los

    dominios de la aprehensin de la realidad, como el Concept-Art y el

    Fluxus.

    El esplendor de la emblemtica hermtica y del arte de la ilustra

    cin hermtica llega a su fin con el declive de la alquimia clsica,

    que an estaba en condiciones de fundir la destreza tecnolgica y

    la experiencia prctica con elementos espirituales. Peroya acomien

    zos del siglo XVII existan posturas opuestas e irreconciliables entre

    los alquimistas teosficos como los Rosa-Cruz y los alquimistas ope

    rativos como Andreas Libavius, que buscaban mejorar las bases

    empricas de la alquimia, situndola en la rbita de laqumica anal

    tica. Los RosaCruz concedan generosamente que no haba mal

    alguno enfabricar ese oro impo y execrable, ridculo remedo en

    comparacin con el fin verdadero del acrisolamiento interior y preci

    saban que suoro era sobre todo eloro espiritual de los telogos.

    No obstante, ambas posturas antagnicas reivindicaban para s

    la f igura de Theofrastus Bombastus von Hohenheim, ms conocido

    por el sobrenombre de Paracelso 1493-1541). En este autor, el estu

    dio emprico de la naturaleza va ala par del misticismo misionario.

    Suvasta obra, en la que se encuentran gran cantidad de frmulas

    para la preparacin farmacutica de productos de origen vegetal o

    mineral, abunda tambin en teorias sobre lamstica de la naturaleza,

    en el campo de influencia de la magia astral, la cbala y la mstica

    cristiana. Suestilo eminentemente enftico en alemn se dice

    bombstico, trmino derivado del nombre de Paracelso) no merm

    en modo alguno la difusin de sus escritos, cuya influencia se

    extiende desde los exgetas especulativos de la alquimia, Valentin

    Weigel, los Rosa-Cruz y Jacob Boehme, hasta el romanticismo y los

    movimientos antroposfico-teosficos de los tiempos modernos.

    ntrodu in

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    7

    NTRODUCCiN

    NTRODUCCiN

    Gnosis Neoplatonismo

    Elh istoriador de arte Aby Warburg, cuyos trabajos interdisciplinarios

    a comienzos del presente siglo lo convirtieron en un innovador en

    este campo, vea en laAlejandr a del fin de la Antigedad la encar

    n in del obscurantismo y de la supersticin. All, en aquel lugar

    que fue, en pleno feudo egipcio, el antiguo centro de la cultura

    griega universal, crisol de pueblos, zoco de colonizadores griegos y

    romanos, egipcios y judos, convergen los hilos de las disciplinas que

    forman el grueso de la filosofa hermtica: alquimia, magia astral,

    cbala. Bajo los trminos de gnosis y neoplatonismo se esconden sis

    temas sincrticos, hbridos, remendados de filosofa helnica, de

    relig iones orientales y de cul tos amister ios que se complementan e

    influencian mutuamente. El animismo caracteriza tanto la gnosis

    como el neoplatonismo; en ambas doctrinas se encuentran numero

    sas entidades demonacas y anglicas, cuyo poder e influencia deter

    minan el destino del hombre.

    ntrodu in

    ina, sobre todo los dramas de Shakespeare, contribuyendo enorme

    mente asu mejor comprensin, merece el rango en lahistor ia del

    arte que hasta ahora sele hanegado. Debo aDietr ich Donat la not i

    cia, debidamente documentada, de que Fludd entreg a la imprenta

    de Bry dibujos muy exactos y detallados.

    En las generaciones siguientes, el mayor competidor de Fludd,

    proveniente esta vez de la Contrarreforma, sera eljesuita Athanasius

    Kircher 1602-1680 . Susconocimientos enciclopdicos sobrepasa

    ban con mucho los de Fludd en todos los campos. Sabio universal,

    Kircher pasa por fundador de la egiptologa, y hasta el advenimiento

    de Champollion, su interpretacin simblica de los jeroglficos era

    indiscutida.

    Suobra extremadamente vasta, en la que junto a infolios rica

    mente ilustrados seencuentra suclebre coleccin de ciencias natu

    rales -que hasta 1876poda admirarse en Roma, enel Museum Kir-:

    cherianum-, est impregnada de sus vastos conocimientos cientfi

    cos y de suinters por los saberes ocultos y hechos pretendida mente

    milagrosos. Este hecho, unido asu inters precoz por los sistemas

    relig iosos de Oriente Medio y Lejano Oriente, prepar el terreno al

    audaz sincretismo de la Sociedad Teosfica, fundada al trmino del

    siglo XIX.

    A ircer Turris

    BabelAmsterdam

    79

    El museo Kircher

    en Coliegium

    Romanum

    ntrodu in

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    10/284

    9

    Introduccin

    INTROU iN

    NTRO U iN

    meico. A la esfera de Saturno, la ms exterior, corresponde la sucia

    vestidura del alma, el plomo, metal grosero. Para franquear esa

    esfera, es necesario pasar por la muerte del cuerpo y la putrefaccin

    de la materia, condicin previa de la transmutacin. El alma tendr

    que atravesar las esferas de Jpiter cinc), Marte hierro), Venus

    cobre), Mercuri o me rc ur io) , L una plata) y Sol oro).

    Lagnosis p ar t a de l a tesis de q ue los diferentes metales corres

    pondian a diversos estados o estadios de madurez o de enfermedad

    de u na s ol a m ateri a pr ime ra e n s u c ami no h acia la perfec ci n : el o ro.

    Para facilitarle e l pa so po r l as s iete puertas de los espritus planeta

    r ios, haba q ue estar en posesin de la qnoss del conocimiento de

    las prcticas de la magia astral.

    Los neoplatnicos encajaban las d iferentes tesis, a veces diver

    gentes entre ellas, que su maestro haba expuesto dialcticamente

    en sus dilogos, en el estrecho cor s d e un orden del mundo pirami

    dal y escalonado. En una especie de escala de sonidos descendente,

    el universo surge de la p le ni tu d d el Un o, del bien, y acta los interva

    los de las leyes de l a a rmon ia que se remontan a Pitgoras s. VI a.C)

    ya su teoria de laarmo n a d e las esferas. El conflicto interno de

    5

    gnsticos era ajeno a los neoplatnicos, que interponan una serie de

    instancias mediadoras entre los dos polos de la filosofa de Platn: el

    mundo de ideas inmutables y arquetipos celestes y el mundo muda

    ble y per ec ed er o d e las imgenes terrestres. Al igual qu e el ser

    humano, el mundo pequeo de ste microcosmos estaba formado

    de tres pa rtes, el cuerpo, el alma y el espiritu; la regin astral tenia

    un alma, el alma del mundo. Las ideas habitan las regiones superiores

    y trascendentes del i nt el ec to divino, reflejndose e imprimindose

    sus signaturas eternas en las cosas de abajo, materiales mortales,

    por i nflujo de los planetas.

    El hombre tiene ahora el poder de ma nipular las cosas que ocu

    rren aqu abajo, actuando sobre las regiones intermedias del alma

    del mundo mediante prcticas mgicas como los talismanes , e xo rcis

    mos, y ot ra s similares. El contacto se verifica por medio del cuerpo

    sutil, invisible, sideral o astral q ue r od ea al hombre. Los mitos

    gnstico-cabalisticos hablan del cielo como de un solo hombre hecho

    de materia sutil, el proto-Adn anterior al pecado original, andrgino

    gigantesco que pervive an en cada uno de nosotros bajo la forma

    reducida de ese cuerpo invisible, que aguarda su retorno a la patria

    Gnosis quiere dec ir c ono ci mi ent o, y el gn s ti co pasa por varios

    estadios de la conciencia. El primer conocimiento fundamental es la

    buena nueva de que el fondo del propio ser humano tiene naturaleza

    divina: el alma aparece como rayo de luz divina. La segunda noticia,

    la mala nueva, se refiere al horror de la situacin: ese rayo de luz es

    prisionero de los poderes tenebrosos, est c on fi na do e n el exilio de

    la materia, encerrado en la mazmorra del cuerpo, los sentidos corpo

    rales lo engaan, los a stros demonac os l o ma nc il la n y e mb rujan, para

    impedir su retorno a la patria divina.

    Bajo la influencia del dualismo mazdesta Zoroastro) y plat

    nico, la visin del mundo gnstico presenta una doloros a s im a entre

    mundo interior y mundo exterior,entre sujeto y objeto, entre espritu

    y materia. Fue Aristteles quien , e n e l s igl o I Va.C, haba formulado

    esta dicotoma y le haba dado un carcter csmico, dividiendo radi

    calmente el un iverso en cielo etreo, eterno, y una regin sublunar y

    transitoria. Este modelo, que fue asumido casi sin modificaciones

    por Claudio Ptolomeo hacia 1 178d. C), el ag n st ic o de Alejan

    dra, campe sobre los espiritus durante dos milenios, aniquilando

    cualquier visin monista del mundo.

    Al pleroma, a la plenitud espiritual del m un do de luz divino, se

    opone en la gnosis, de repente, el kenoma, la v ida material del

    mundo de las apariencias. La ingrata tarea de la creacin le cae en

    suerte a un Dios creador que asume los rasgos despticos del Jehov

    del Antiguo Testamento, y que en suaccin se vuelve contra el Dios

    de la luz y de la bondad, contra el Padre desconocido. Esel

    demiurgo; e n o tra s palabras, el artista o el maestro de obras. Mien

    tras que en el mito platnico de la creacin, el Tirneo, eldemiurgo

    Platn an lo llama poeta) forma a partir del mundo de las ideas un

    cosmos de proporciones armoniosas bajo la forma de u l0rganismo

    animado que contiene todos los seres mortales e inmortales, el

    demiurgo de la gnosi s origina un horrible caos, crea un mundo desna

    turalizado e incompleto. Un mundo que laalquimia pretende mejorar

    por medio del arte, creando un nuevo orden o modificando el ya

    existente.

    En muchos mitos gnsticos, se atribuye al hombre una responsa

    bilidad c re ad ora: para curar el organismo e nf erm o del mundo, es

    preciso devolver el rayo de luz divino, el oro espiritual, a su patria

    celestial, pasando por lassiete esferas planetarias del cosmos ptola-

    8

    Introduccin

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    Es udio de las

    pr opo r i o n s s

    Vitruvio

    TambinLeon

    daVinci

    1452-

    1519

    estabafa

    liarizadocon la

    ideasdel neop

    tonismofloren

    tino, sobretod

    travs del -Cor

    herrneticum-, e

    traduccinde

    Marsilio Ficino

    ntrodu in

    INTRODUCCiNNTRODUCCiN

    El poder creativo de la imaginacin corresponde en el hombre a

    la actividad demirgica y creadora de los astros exteriores. Paracelso

    llamaba por ese motivo astro interior a esa imaginacin. Pero no

    hay que confundir imaginacin con fantasa. La primera se concibe

    como una fuerza solar, creadora, que seconcentra en el eid las

    ideas, los arquetipos paradigmticos del mundo real; la segunda,

    por el contrario, no es ms que una ilusin luntica y engaosa, rela

    cionada con el eidols plido reflejo de las ideas en el mundo de las

    apariencias.

    Si alguien poseyera realmente esas ideas de lasque habla Pla

    tn, podra convertirlas ensubstancia vital y crear perpetuamente

    una obra de arte tras la otra. (Alberto Durero)

    Paracelso compara la imaginacin

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    ntrodu in

    INTRODUCCiN

    NTRODUCCiN

    Pocos alquimistas tenan conocimiento del Corpus Hermeti

    cum, Pero todos ellos asociaban a Hermes con la imagen aportada

    por la Tabla de esmeralda, y con el principio hmedo, mercurial,

    del comienzo y del fin de la obra. En la veneracin de

    es t

    agua

    divina se encuentran las a guas superiores y pneumticas la gno

    sis que en los textos griegos de los albores de la alquimia desembo

    can en las tinieblas de la materia, evocando as el descenso del Cristo

    gnstico, para despertar de su letargo a los cuerpos muertos

    los

    metales.

    En dichos textos se abordan los r itos del desmenuzamiento

    y resurreccin de los metales, que recuerdan el mito egipcio de

    Osiris, asi como los cultos rf icos y dionis iacos perpetuados en nues

    tros das en el rto masnico. Mircea Eliade, especialista en temas de

    religin, habla de la nocin de complejidad y del drama

    n

    la vida

    de la materia propia de la antigua prctica metalrgica de los egip

    cios y del reacul tural de Mesopotamia; slo despus de conocer

    los misterios greco-orientales podemos tener una idea cabal las

    imgenes y vis iones que los conforman. Herreros y alquimistas,

    Pars 1956

    La distinc in exacta entre materia orgnica

    e

    inorgnica era des

    conocida entonces. Por ese motivo, el proceso de transmutacin se

    representaba como una especie de fermentacin, durante la cual

    ciertos metales podan transmitir sus propiedades, como una encima

    o levadura.

    Pero la alquimia, tal cual lleg al Occidente cristiano despus

    de pasar por Espaa en los siglos XII y XIII, es i nfini tamente ms rica

    y misteriosa de lo que sugieren los textos dealquimistas de comien

    zos del perodo alejandrino. Si se quiere hacer honor atoda lacom

    plejidad del real arte, hay que recurrir al esquema ternario tan

    socorrido por los filsofos hermticos: el alma de la alquimia se

    situar a en Alejandra; su corpus, sus innumerables prcticas empiri

    cas, su saber tcnico, los criptogramas, las mximas y las imgenes

    alegricas, encuentran su continuacin en los rabes. Su espritu,

    por ltimo, est estrechamente ligado a la filosofa de la naturaleza

    griega, cuyos fundamentos tericos fueron sentados en el siglo

    Va.e.

    este corpus en el mundo del humanismo se explica por el hecho de

    que pareca transmitir, aun estando impregnado de ideas mgicas, la

    pretendida sabiduria de los misterios ant iguos en el estilo del Nuevo

    Testamento, es decir, con unespritu cristiano. Y el hecho de que los

    textos evocaran una ciencia antigua y secreta de los hebreos, la

    cbala, tal cual la habia expuesto Picodella Mirandola 1463-1494 ,

    amigo de Ficno, no hizo ms que reforzar la creencia de que exista

    una pris s pienti de espritu totalmente cristiano. La cbala de

    fundamento alejandrino, como la conocemos ahora, surgi en los

    siglos XII y XIII en el sur de Francia y en Espaa.

    Los efectos

    la conciencia gnstica sobre lavida espiritual en

    Europa son tan complejos y omnipresentes, que es difcil evaluarlos

    entoda su extensin: el hombre del Corpus Hermeticum, que par

    ticipa del genio creador de Dios, cuadra de maravilla con el ideal del

    hombre renacentista, que comienza a liberarse de las ataduras del

    cosmos gradual del medioevo para penetrar en el centro del devenir

    universal.

    El rayo de luz gnstico que, pris ionero de las tinieblas de este

    mundo, aspira al conocimiento de Dios, se refleja en la lucha solitaria

    del alma protestante por alcanzar lasalvacin. Laortodoxia luterana

    ha conseguido, a lo largo de los siglos, borrar de su memoria todos

    los intentos de reforma, provenientes de sus propias filas, basados

    en la alquimia y la cbala, yaque dichos intentos se oponan al cris

    tianismo amurallado ya la letra de la fe. Pero la huella dejada por

    estas fuerzas visionarias del siglo XVII como las de Weigel, los Rosa

    Cruzo los partidarios de Boehme, en la mstica anglicana, en las

    corrientes pietistas del siglo XVIII yen el idealismo alemn, de orien

    tacin protestante, ha sido profunda.

    William Blake ve con toda razn el demiurgo de la gnosis en el

    Dios deista de la Ilustracin creyente en el progreso, un Dios que

    emprende la huida despus de haber puesto en marcha la rueda de

    la creacin y haberla abandonado a su curso disparatado. Se imponia

    la nocin un mundo perfecto, necesitado de mejora, para que

    pudiera desarrollarse el moderno espritu cientifico. Es interesante

    constatar que son los pensadores gnsticos como Paracelso y

    Boehme quienes pueden trazar la imagen de una naturaleza divina

    surgida de la materia sombra, inspirando asel culto del romanti

    cismo a la naturaleza.

    ntrodu in

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    ntrodu in

    INTRODUCCiN

    NTRODUCCiN

    Conceptos de la filosofa de la naturaleza

    Se dice que el filsofo y taumaturgo Empdocles crea en la existen

    cia dedos soles. Lasteorias hermticas hablan asimismo de unsol

    doble, distinguiendo entre un claro y luminoso sol espiritual,

    el oro filosfico y un sol oscuro, natural, que corresponde al oromate -

    rial El primero est hecho defuego esencial, y serelaciona con el

    t

    y el aire ardiente. Lacreencia de Herclito siglo VI a.C} en la

    existencia deun fuego vivificador que l llama artista y que pene

    t ra en la materia es una reminiscencia de la magia persa. La participa

    cin del fuego invisible en laobra de los alquimistas es lo que distin

    gue a la alquimia de la qumica profana. Elsol natural, por el contra

    rio, no esotra cosa que fuego comn que todo lo consume, pero cuya

    aplicacin, convenientemente dosif icada, esnecesaria para la consu

    macin del opus.

    Empdocles ense tambin que toda vida es producto del

    movimiento nacido de la tensin entre las dos fuerzas polares del

    amory la disputa. Enel opus magnum esasfuerzas corresponden a

    las dos operaciones sucesivas de disolucin y coagulacin, dispersin

    y fijacin, destilacin y condensacin, sistole y distole, si y noen

    todas las cosas J Boehme). A suvez secorresponden con los dos

    agentes bipolares de la alquimia rabe: el mercurio filosfico y

    el azufre, el

    5

    y la luna, la esposa blanca y el esposo ro jo. Pero.el

    punto culminante de la obra es la

    conjuncin

    es decir, la unin de los

    princip ios masculino y femenino en los desposorios del cielo y la tie

    rra, del espritu gneo la materia acuosa el trmino latino

    materia

    deriva de

    meter

    madre). Elproducto de este coito

    csmico

    es

    el/apis

    el hijo rojo del sol.

    William Blake identi ficaba el principio masculino con el tiempo,

    y el femenino con el espacio. Lapenetracin de los dos suscita el eco

    mltiple de acontecimientos particulares que, en relacin asu totali

    dad -e l cuerpo microcsmico y macrocsmico de Cristo en la met

    fora de la imaginacin humana y divina, t ienen lugar en una simul

    taneidad relativa. Cada momento particular seabre en sucurso a la

    presencia continua de ese organismo fluctuante, recibiendo el cu

    druple marchamo que Blake llama erusaln Deesta figura meta

    frica resultan las estructuras caleidoscpicas de sus poemas tardos,

    que seofrecen al lec tor como un tejido de mltiples relaciones pers

    pectivistas . todo ello or ientado contra lausual concepcin de una

    24

    Baro Urbigerus

    Besondere Ow-

    misc e chriften

    J-/::,mh y T )

    rrru

    La divi na aqua

    mercurial

    ntrodu in

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    7

    D. Stokiu von

    Sto/cenberg, v -

    dsr ium

    chymicum

    Francfort 6 4

    La

    disoluciny

    coagulacino

    Mercurio y el

    azufre,en figura.

    de guilasapo

    D Sto/cius von

    Sro/cenberg v -

    derium cbymicum

    Francfon 6 4

    HermesTrismegis

    y elfuego creador

    que unelaspolari-

    dades.

    ntrodu in

    INTRODU INNTRODU IN

    sencil la localizacin deacontecimientos en un tiempo lineal yabso-

    luto y en un tiempo tambin absoluto, tesis de la que parte Newton

    para formular sus leyes fsicas.

    Tras las imgenes frecuentemente crudas del pintor y poeta

    ingls seesconde, con gran precisin de detalles, una critica extre-

    madamente inteligente y perspicaz de esta visin del mundo mate-

    rialista y mecanicista de los siglos XVII y XVIII, cuyos desastrosos

    efectos se aprecian actualmente, a escala mundial, en toda su

    extensin.

    El principio femenino y mercurial simboliza en la alquimia el

    aspecto proteomorfo de los procesos naturales, su movilidad fluc-

    tuante. Los laborantes operativos quieren dominarlo a Mercurio y

    maniobrar en el curso de la operacin contra todas las reglas de la

    gratitud, se lee en Johannis de Monte Raphim; pero se libera una y

    otra vez, y si se reflexiona sobre su ser,se convierte en reflexin;

    si seemite unjuicio sobre l, se convierte en juicio.

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    Micllel Maer

    Ara/anta fugiens

    Oppenheim 1618

    LamateriainiciaI

    paralaelaboracin

    dellapis puede en

    contrarse por do

    quier: en la tierra,

    en lasmontaas,

    enel aire

    y

    enel

    aguanutriente.

    D Stotcius von

    Sto/cenberg v -

    darium chymcum

    Francfort 1624

    Loscuatro

    elementosde

    izquierdaadore

    cha:tierra, agua,

    aire, fuego , que

    correspondena las

    cuatro fasesdel

    opusy a loscuatro

    gradosdel fuego.

    ntrodu in

    INTROU iN

    NTROU iN

    filosfica extrada de los descubrimientos mercuriales de la fsica

    moderna: Exactness is a fake la exacti tud es una falacia.

    En la alquimia, la fuerza antagnica, quef ija y da forma, operada

    sobre Mercurio, est representada en la alquimia por el principio

    masculino del azufre. Paracelso aadi a esta doctrina medieval de

    dos principios un tercer elemento, contribuyendo decisivamente a

    una concepcin dinmica de los procesos naturales.

    El tercer principio es la sal, cuyo poder solidificante se corres

    ponde con el cuerpo. Al azufre, combustible graso y aceitoso, se le

    atribuye la posic in de mediador del alma. Mercurio, fluido sujeto a

    la sublimacin, es el espritu sutil.

    El Tria prima de Paracelso no representa substancia qumica

    alguna, sino fuerzas espirituales de las que se sirven, modificando

    constantemente las relaciones entre ellas, los art fices o maestros de

    obra invisibles para crear en la naturaleza las condiciones materiales

    y pasajeras de las cosas. En la alquimia especulativa tarda, tal como

    la practicaban ciertas tendencias masnicas del siglo XVIII, la sal

    secreta pasa a ocupar el centro de la mistica gnosticohermtica. Por

    su poder teraputico, fue en ocasiones objeto de una interpretacin

    cristolqica que vea en ella la luz coagulada del mundo, el fuego

    central secreto o la sal de la sabiduria.

    A Empdocles se d ebe tambin la tesis de los cuatro elementos,

    que l llama

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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  • 7/25/2019 Alexander Roob-El Museo Hermtico-Alquimia y Mstica

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