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Alertar a la sociedad acerca de la desertificación
Maria José Roxo (Prof.)
CONTENIDOS: LA DESERTIFICACIÓN: UN PROBLEMA AMBIENTAL DE ACTUALIDAD
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DIFUSIÓN DE INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO A DIFERENTES NIVELES
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Las organizaciones internacionales 5 La Unión Europea (UE) 7 La desertificación en Internet 9 ¿QUÉ PIENSA EN GENERAL LA SOCIEDAD ACERCA DE LA DESERTIFICACIÓN?
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LA SENSIBILIZACIÓN DE LA SOCIEDAD COMO UN ELEMENTO CLAVE PARA LA LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN
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Información, educación y formación: palabras clave para alertar a la sociedad
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Principios básicos para elaborar programas de alerta y sensibilización de la sociedad
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¿QUÉ ES REALMENTE IMPORTANTE SABER ACERCA DE LA DESERTIFICACIÓN?
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LA DESERTIFICACIÓN: UN PROBLEMA AMBIENTAL DE ACTUALIDAD La creciente sensibilización de la sociedad respecto a los principales problemas ambientales a nivel mundial ha estimulado el estudio y la comprensión de la dinámica de los ecosistemas y de sus complejas relaciones con las actividades humanas. Se hace indispensable conocer las causas exactas de la degradación de amplias zonas del planeta en las que recursos naturales vitales, como el suelo y el agua, se encuentran en un grave estado de degradación o agotamiento que se conoce como desertificación. Las Naciones Unidas (2007) estiman que la desertificación afecta aproximadamente a 1/5 de la población mund ial, en más de 100 países. Esta situación ha contribuido de manera significativa a la agravación de la pobreza y de los conflictos sociales, especialmente en países en desarrollo de África, Asia, América del Sur y Central.
Figura 1. Degradación de los suelos y destrucción de la vegetación causada por el pastoreo excesivo en el noreste de Brasil. La comunidad internacional conoce la existencia de la desertificación desde finales de la década de los sesenta. En gran medida, se trataba de informaciones y noticias relacionadas con grandes sequías en el continente africano, en particular la que afectó al Sahel entre 1968 y 1973, causando la muerte de unas quinientas mil personas. Sin embargo, el problema era considerado por los europeos como algo lejano, sin consecuencias directas para sus estilos de vida y sistemas de subsistencia. Pero la realidad, hoy en día, es muy diferente. En Europa (principalmente en países del sur del Mediterráneo como Portugal, España, Francia, Italia y Grecia), extensas zonas han sufrido formas irracionales de explotación de los recursos naturales, lo que ha acarreado elevadísimos niveles de degradación del suelo y una reducción sustancial de la biodiversidad, síntomas significativos de un proceso activo de desertificación. A esta situación de grave degradación asociada con la desertificación se le añade la gran vulnerabilidad de estos países frente a la incidencia de fenómenos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, así como el riesgo permanente de incendios forestales. En los últimos años los incendios han destruido miles de hectáreas de bosque y matorral, matando a cientos de personas. Según los datos de la Unión Europea, durante el año 2005, en los cinco países citados, se quemaron 589 559 hectáreas (85% de las cuales corresponden a España y Portugal) y se produjeron 73 325 incendios durante los meses de verano.
Figura 2. Mértola (Alentejo, Portugal). Fuerte degradación del suelo y de la cubierta vegetal, síntoma de desertificación. Con el tiempo, se ha puesto de manifiesto que la desertificación representa un serio problema ambiental que tiene graves consecuencias a nivel mundial y que exige adoptar estrategias de lucha coherentes. El éxito de estas estrategias depende de que una sociedad mucho mejor informada comprenda las múltiples dimensiones del problema y se muestre dispuesta, cultural y económicamente, a introducir cambios positivos en la forma en que los recursos naturales son administrados. La pérdida de biodiversidad es evidente y, cada año, muchas especies vegetales y animales ven agravado su riesgo de extinción o incluso desaparecen, debido a la degradación de los ecosistemas y a los desequilibrios que el hombre induce en los sistemas naturales del planeta. También cabe mencionar que los escenarios de cambio climático prevén un aumento en la frecuencia y gravedad de las sequías y olas de calor, que son conjuntamente responsables de importantes reducciones en todas las producciones agrícolas, y también de un aumento del número de incendios forestales en las regiones mediterráneas.
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Así, el escenario al que nos enfrentamos es el de un aumento de la desertificación, un alarmante incremento del calentamiento global y una mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos. A la luz de estas previsiones surge la necesidad urgente de que los ciudadanos y los responsables políticos locales, regionales y nacionales de todo el mundo tomen decisiones y adopten medidas que, basándose en los conocimientos actuales sobre el problema, aborden las causas y las consecuencias de la desertificación, y permitan aplicar soluciones eficaces para paliarla.
Figura 3. Efectos de la sequía de 2005 en Mértola (Alentejo, Portugal). Sin embargo, se han podido constatar con frecuencia dos hechos que vienen dificultando la lucha contra la desertificación. En primer lugar, los países del sur de Europa suelen percibir la desertificación como una pérdida de población, una «desertificación» de las regiones del interior como consecuencia del desarrollo litoral y urbano. En segundo lugar, se asocia la desertificación en África y Asia con el proceso natural de expansión y retracción de las zonas desérticas, como resultado de una dinámica natural. Es por lo tanto sumamente importante, para el éxito de las estrategias, acciones y medidas de mitigación, que se pongan en marcha acciones de divulgación que ofrezcan información y conocimientos específicos y rigurosos. También es importante fomentar una comprensión práctica de los fenómenos complejos asociados con la desertificación, así como de sus particularidades regionales y geográficas, con el fin de adaptar y aplicar las mejores estrategias, acciones y medidas. Como los efectos calamitosos de la desertificación no son evidentes de inmediato (si los comparamos, por ejemplo, con los de los terremotos o las inundaciones) la atención, la cobertura o el interés que le prestan los medios de comunicación es habitualmente escasa. Esto hace que el público sea menos consciente del problema y que las acciones y medidas necesarias sean más difíciles de aplicar, puesto que no existe suficiente cultura de lucha contra la desertificación entre los responsables políticos, los encargados de adoptar decisiones y las comunidades agrícolas locales. Y sin embargo, la desertificación tiene efectos directos y visibles a nivel local, regional y nacional desde el punto de vista socioeconómico, provocando, por ejemplo, grandes
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pérdidas económicas, movimientos migratorios y un aumento de la pobreza. La situación exige la utilización de métodos y técnicas que hagan posible informar y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de este problema ambiental. Aunque varias organizaciones internacionales han redoblado sus esfuerzos y muchas asociaciones de la sociedad civil trabajan sobre el terreno, aún no ha sido posible poner en marcha una estrategia de lucha contra la desertificación suficientemente clara y eficaz. Esto es especialmente cierto a escala europea, ya que la cuestión de la desertificación no aparece en los programas políticos gubernamentales como un tema prioritario. Son las organizaciones no gubernamentales (ONG) las que llevan a cabo la mayor parte de las iniciativas de lucha y mitigación en las zonas afectadas, principalmente en países en vías de desarrollo. Estas ONG se enfrentan con grandes dificultades y limitaciones en términos de recursos financieros y humanos. Dependen en gran medida del apoyo de los gobiernos y de la UE, que financian sus proyectos durante un período limitado sin poder garantizarles los medios de desarrollar su actividad a largo plazo. En este contexto, es fundamental invertir en información y educación, para sensibilizar (sobre todo a los encargados de adoptar decisiones) acerca de la necesidad de invertir en proyectos que promuevan e incentiven una gestión de los recursos naturales más sostenible sin dejar de ser rentable. Estas acciones deberán acompañarse de mejoras legislativas y de la puesta en marcha de organizaciones e iniciativas especializadas en aplicar las nuevas medidas. Es muy importante que las campañas de sensibilización no se centren en un único tema o problema (por ejemplo, la conservación del agua o la gestión sostenible de los bosques), algo que ocurre con demasiada frecuencia. En lugar de ello, deberían adoptar un enfoque sistemático e integrado de las relaciones que existen entre los diferentes elementos de la naturaleza, para luego transferir a la sociedad unos conocimientos y una comprensión más global. Estos conocimientos, al partir de una perspectiva más amplia, permitirán comprender mejor las repercusiones negativas que tienen las actividades humanas en los sistemas naturales. Un claro ejemplo de esta necesidad de trabajar con planteamientos más amplios e integrados es la mejora de la comprensión y del conocimiento de las interacciones que existen entre los sistemas del suelo y del agua.
DIFUSIÓN DE INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO A DIFERENTES NIVELES Una de las formas de alertar a la comunidad mundial sobre las principales cuestiones y problemas ambientales es mediante la organización de conferencias internacionales que se repitan con regularidad. Esta estrategia ha demostrado su eficacia para atraer la atención de los medios de comunicación. Se ha podido así alertar acerca de 1) la degradación del medio ambiente a nivel mundial, como consecuencia de la destrucción acelerada de los recursos naturales y 2) el aumento de la vulnerabilidad de los asentamientos humanos frente a los desastres naturales. En Estocolmo (Suecia), entre el 5 y el 16 de junio de 1972, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró su primera Conferencia sobre el Medio Humano. Se pretendía responder, al menos en parte, a la conmoción provocada por las imágenes de la gran sequía que afectaba a la región del Sahel, pero también a la necesidad de encontrar soluciones para los problemas causados en los países de acogida por los refugiados que huían de esta crisis ambiental. Esta conferencia debatió por primera vez sobre la desertificación, que de este modo adquirió importancia en todo el mundo. Más tarde, la ONU organizó la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Desertificación, celebrada en 1977 en Nairobi (Kenia), que dio una mayor visibilidad mundial al problema («la destrucción de la productividad biológica de las tierras que, en última instancia, conduce a condiciones propias de los desiertos») y permitió elaborar el primer plan de acción internacional de lucha contra la desertificación. Los resultados de la puesta en práctica de este plan de acción fueron muy limitados, quedando muy por debajo de lo que se consideraba necesario. Fue por ello que los países reunidos durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 decidieron negociar una convención internacional específica. Se trataba de un documento de alcance internacional que comprometía a todos los países firmantes y suponía una ejecución de carácter gubernamental. El acuerdo entró en vigor en 1994, con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) en los países afectados por sequía grave y/o desertificación, en particular en África.
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Estas convenciones y conferencias internacionales no sólo lograron atraer la atención sobre las causas y consecuencias de la desertificación, sino que también condujeron a la elaboración, la presentación y la ejecución de programas de acción y de medidas de lucha. De ese modo permitieron adoptar compromisos y fijar metas que debían ser alcanzadas por los países firmantes. Otro hecho destacable fue la creciente participación de las ONG y otros sectores de la sociedad civil en las conferencias y reuniones internacionales. Estos acontecimientos también contribuyeron a suscitar un mayor interés de los medios de comunicación hacia los problemas ambientales. Aumentó el número de noticias, artículos, reportajes y documentales que abordaban temas como el cambio climático, la desertificación, la contaminación, el consumo de energía o la escasez de agua. Sin embargo, la información que se daba no era siempre científicamente correcta y se confundían conceptos básicos, provocando incomprensión e inexactitudes. Hoy en día, la creciente utilización a nivel mundial de tecnologías de información y comunicación (TIC) crea enormes oportunidades para la transferencia y el intercambio de conocimientos. Internet se ha convertido en un instrumento privilegiado para transmitir y compartir información, ideas, conceptos y resultados, con la ventaja de ser un medio interactivo y que permite trabajar en tiempo real. Nos encontramos frente a una nueva situación que hace posible la difusión eficaz de los aspectos prácticos y aplicados de la ciencia, algo esencial para el progreso de la humanidad en su conjunto.
Recuadro 1. Conferencias importantes Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, Estocolmo (Suecia), 5‐16 de junio de 1972: Se abordó el tema de la desertificación y se aprobó organizar la Primera Conferencia Internacional de Lucha contra la Desertificación. Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Desertificación, Nairobi (Kenia), agosto‐septiembre de 1977: La desertificación es considerada por primera vez como un problema mundial. Se adopta un plan de acción para luchar contra la desertificación. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Río de Janeiro (Brasil), junio de 1992: Se establece la necesidad de contar con un Comité Intergubernamental que prepare un instrumento vinculante para combatir la desertificación. Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África, París (Francia), 17 de junio de 1994: La firma de este documento por los países signatarios se produjo el 14 y 15 de octubre. Sin embargo, se aprobó el 17 de junio como Día Mundial de Lucha contra la Desertificación. Reuniones de la Conferencia de las Partes (CP): Máximo órgano de gestión de la Convención: CP 1 – Roma (Italia) – 1997 CP 2 – Dakar (Senegal) – 1998 CP 3 – Recife (Brasil) – 1999 CP 4 – Bonn (Alemania) – 2000 CP 5 – Ginebra (Suiza) – 2001CP 6 – La Habana (Cuba) – 2003 CP 7 – Nairobi (Kenia) – 2005 CP 8 – Madrid (España) – 2007 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Bali (Indonesia), 3–14 de diciembre de 2007: Su objetivo era la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el establecimiento de nuevos objetivos y compromisos a largo plazo (2020, 2050). Se hizo hincapié en el desarrollo de las energías renovables. Fuente: http://www.unccd.int/main.php
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Las organizaciones internacionales Otras organizaciones internacionales
CLD A la vista del agravamiento de la situación mundial como consecuencia de un crecimiento exponencial de la población y de una alarmante escasez de recursos vitales como la tierra cultivable, el agua potable y los alimentos básicos, algunas organizaciones internacionales del ámbito de las Naciones Unidas, como la FAO, la CLD, el PNUD, el PNUMA o la UNESCO, vienen desempeñando un papel fundamental de apoyo a acciones consensuadas que permitan la aplicación de medidas de lucha contra la desertificación.
ANEXOS REGIONALES
PUNTOS FOCALES NACIONALES
Instituciones nacionalesde investigación y
desarrollo
En este sentido, el papel de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) merece ser destacado. Su estrategia de lucha contra la desertificación se desarrolla a diferentes escalas, con el objetivo concreto y firme de implicar a los responsables políticos y a los agentes locales y regionales que tengan competencias en cuestiones territoriales, así como a la comunidad científica y a las poblaciones afectadas. La Convención de Lucha contra la Desertificación ha creado cinco anexos regionales. Se trata de grupos de países de la misma zona geográfica: I, África; II, Asia; III, América Latina y el Caribe; IV, Mediterráneo Norte; y más recientemente, V, Europa Central y Oriental. Los países de cada grupo deben elaborar Programas de Acción Nacionales (PAN), cuya elaboración y ejecución incumbe a los llamados puntos focales nacionales. En la mayoría de los países, la preparación de los PAN ha conducido a la identificación de zonas piloto para la lucha contra la desertificación, en regiones afectadas bien estudiadas.
Figura 4. Esquema de aplicación a diferentes escalas de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación Con sus cuarenta artículos y la creación de anexos regionales, la CLD perseguía ofrecer las directrices necesarias para que los gobiernos nacionales adoptaran medidas. Se trataba de: la presentación de las obligaciones generales y específicas de cada una de las partes interesadas; la identificación de los mecanismos y de los recursos financieros; la promoción de la cooperación política, científica y técnica sobre la base de un intercambio eficiente y permanente de información y conocimientos. Cabe mencionar que una de las principales recomendaciones de la CLD para la elaboración de planes de acción nacionales que puedan alcanzar resultados eficaces consiste en la absoluta necesidad de aplicarlos siguiendo planteamientos «ascendentes», promoviendo así la implicación y la participación de las poblaciones que viven en las zonas afectadas. Sin embargo, para que las decisiones políticas sean bien aceptadas, han de venir acompañadas de técnicas de comunicación y de información específicas y eficaces. Estas técnicas no sólo deben dirigirse a las comunidades afectadas por la desertificación, sino al público en general, puesto que las consecuencias del problema son mundiales. Un buen ejemplo de ello es la reciente creación de carteles para la CLD (2006), con ocasión de la conmemoración del Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación, bajo el lema «No abandones a los desiertos».
Instituciones locales de investigación y
desarrollo
Aplicación local en zonas piloto
Figura 5. Cartel de la CLD (2006). Sin duda, la idea de utilizar un campo de fútbol para hablar de la desertificación atrajo la atención de millones de personas en todo el mundo, al asociar la imagen con uno de los más populares e importantes acontecimientos del verano de 2006, la Copa del Mundo de la FIFA.
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Otro instrumento de información es la conmemoración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el 17 de junio de 2007. Nos recuerda que los fenómenos relacionados con la desertificación, aunque se limiten a determinadas zonas del planeta, tienen consecuencias a escala regional, nacional e internacional, al desencadenar fenómenos sociales y económicos como la migración y la despoblación. No cabe duda de que en este momento se están llevando a cabo múltiples iniciativas y la atención de los medios de comunicación es particularmente elevada. Estas iniciativas deberían ser más frecuentes y asociarse con otras ocasiones que tengan relación con la desertificación, como el Día Mundial del Medio Ambiente o el Día Mundial del Agua. Otras organizaciones internacionales han desempeñado funciones de gran importancia en la lucha contra la desertificación y en la atenuación de sus consecuencias, en particular la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). La FAO ha ayudado a muchos países a desarrollar estrategias de lucha contra la desertificación, principalmente en zonas áridas y semiáridas de Asia, Oriente Medio y África subsahariana, en las que los recursos naturales están sometidos a una enorme presión debido al uso intensivo de bosques, tierras de pasto y suelos marginales para el cultivo de cereales. Estas
actividades han provocado una extensión de las zonas degradadas y, por consiguiente, de la desertificación. La actividad de la FAO se ha basado en las actividades de seguimiento, la aplicación de los programas de referencia y la ejecución de proyectos in situ. Se han desarrollado numerosas actividades en diferentes zonas, por ejemplo: preservación de ecosistemas frágiles, gestión del agua, conservación de suelos, apoyo jurídico, conservación de los pastos y la producción animal, gestión de recursos forestales, reforestación, conservación de dunas, control de la salinización en regadíos, promoción de energías renovables y seguridad alimentaria.
Figura 6. Proyecto Gour de un invernadero en África. (Foto: www.fao.org) La estrategia de la FAO se basa esencialmente en tres elementos claves: 1) la participación de las poblaciones afectadas y de los responsables locales a través de la elaboración de proyectos que respondan a las decisiones adoptadas por la comunidad; 2) los conocimientos tradicionales, que deben ser analizados y utilizados cuando consisten en prácticas de conservación que permiten la preservación de los recursos naturales; 3) la definición de prioridades para garantizar los beneficios a largo plazo. Siguiendo con la lucha contra la desertificación, el PNUMA ha tenido un papel importante en la coordinación de programas específicos, actuando como punto focal para incrementar la sensibilización respecto a varios problemas ambientales y ayudar a la ejecución de numerosas actividades. Los fundamentos del PNUMA se encuentran en su Plan de Acción, que tiene por objeto ayudar a los gobiernos en sus esfuerzos para luchar contra la desertificación. Como resultado de la acción del PNUMA, se han creado bases de datos con listas y referencias cruzadas de instituciones, investigadores y proyectos,
con el fin de crear redes, identificar lagunas en la investigación y promover la organización de talleres, seminarios y cursos de capacitación, en una estrecha colaboración entre países africanos y europeos. Otro aspecto importante del PNUMA es el trabajo que se ha llevado a cabo con numerosas organizaciones no gubernamentales en todo el mundo, así como los programas de vigilancia mundial del medio ambiente (Global Monitoring for Environment and Security, GMES). El PNUMA también ha desarrollado un enorme esfuerzo en la preservación y conservación de los bosques, promoviendo campañas internacionales de información y participación. Actualmente se está desarrollando en todo el mundo una campaña para fomentar la plantación de árboles, con el lema «Plantemos para el Planeta: Campaña de los Mil Millones de Árboles». Se invita a los individuos, las comunidades, la sociedad civil, las empresas, las organizaciones y los gobiernos a participar en la campaña, mediante el registro en un sitio web, y a plantar cada año al menos mil millones de árboles en todo el mundo.
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Recuadro 2. Logotipo de la campaña del PNUMA
«…Cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y de la esperanza…»
Wangari Maathai
Premio Nobel de la Paz 2004
La Unión Europea (UE) Desde los años ochenta, el tema de la desertificación forma parte de los programas de investigación comunitarios. La primera propuesta fue realizada por R. Fantechi, organizador de un simposio en Grecia en abril de 1984. Las actas fueron publicadas con el título «La desertificación en Europa». El interés en este tema siguió aumentando gracias a los esfuerzos de los sucesivos funcionarios científicos de la Unión Europea, tales como P. Balabanis, D. Peter y, en la actualidad, con M. Yeroyanni.
Un gran número de proyectos de investigación financiados por la UE, en consecutivos Programas Marco, abordaron el problema de la desertificación en diferentes áreas temáticas como:
• Programa de Medio Ambiente y Clima, ejecutado en el Cuarto Programa Marco (1994–1998)
• Energía, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, ejecutado en el Quinto Programa Marco (1999–2002)
• Desarrollo sostenible, Cambio Global y Ecosistemas, ejecutado en el Sexto Programa Marco (2002–2006)
• Medio Ambiente, incluido el cambio climático, en curso de ejecución en el Séptimo Programa Marco (2007–2013)
Recuadro 3. Una búsqueda en la base de datos de proyectos de la UE, utilizando la palabra «desertificación», muestra que este tema aparece en:
• 18 programas,
• 154 proyectos,
• 82 páginas web específicas,
• 47 artículos,
• 82 documentos,
• 64 resultados aprovechables. Estos elementos son importantes tanto para la comunidad científica como para el público en general. La información puede consultarse en: http://cordis.europa.eu/en/home.html
La importancia que dan a la desertificación los responsables comunitarios de temas ambientales y agrícolas ha permitido que los proyectos financiados hayan tenido siempre objetivos muy claramente definidos. En una primera fase, se centraron en la necesidad de comprender los procesos y factores que causan el problema en los países europeos, especialmente de la Europa Mediterránea. En una segunda fase, se centraron en la búsqueda de soluciones de mitigación y medidas de lucha. El papel de la UE consistió en la elaboración de una estrategia integrada que facilitara la participación de la comunidad científica europea, estimulando la colaboración y el intercambio de ideas y experiencias. Al mismo tiempo, se fomentaba la evolución del conocimiento científico y su aplicación en la rehabilitación de las zonas afectadas, cooperando estrechamente con la CLD.
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Figura 7. Signos de erosión en forma de grandes movimientos de tierra en terrenos agrícolas, en la región de Potenza, Italia (2006). No obstante, es importante señalar que, en los últimos tiempos, la UE ha insistido en favorecer los proyectos que promueven una participación efectiva de la sociedad civil (enfoque «descendente»), de tal manera que las poblaciones afectadas tengan un papel activo y significativo en la mitigación y la lucha contra la desertificación. Hay bastantes ejemplos de proyectos que reflejan estos principios y que han servido de guía a la investigación científica comunitaria, contribuyendo en gran medida a la mejora de los conocimientos disponibles acerca de este problema socioeconómico y ambiental. Aparte de las investigaciones ya desarrolladas, los estudios actuales muestran que las preocupaciones se centran ahora en la necesidad de un mejor análisis del territorio, mediante la aplicación de metodologías de análisis geoespacial, que permitan la cuantificación de las zonas afectadas por la desertificación, así como la evaluación de sus consecuencias en las estructuras sociales y económicas de las regiones y los países que se enfrentan a este problema. Este tipo de información geográfica es fundamental para los responsables políticos y otros encargados de adoptar decisiones, a diferentes niveles (nacional, regional y local). Hoy en día, el diagnóstico basado en el uso de técnicas de teledetección, modelos y sistemas de indicadores permite un seguimiento y evaluación eficaces de las situaciones actuales y futuras, por lo que son temas de investigación prioritarios. En este sentido, hemos de mencionar la investigación desarrollada por la Agencia Espacial Europea en el proyecto DesertWatch, con la participación de países afectados como Italia, Portugal y Turquía, cuyo objetivo es elaborar un sistema de información que
recoja un gran número de indicadores georreferenciados, excelente herramienta para el seguimiento y el estudio continuado de la degradación de los recursos.
Algunos de los proyectos más relevantes MEDALUS Mediterranean Desertification and Land Use – I, II, III – 1991/1998 http://www.medalus.demon.co.uk MEDACTION Policies for Land Use to Combat Desertification – 2001/2004 http://www.icis.unimaas.nl/medaction/ DESERTLINKS Combating desertification in Mediterranean Europe: linking science with stakeholders – 2001/2004 http://kcl.ac.uk/projects/desertlinks/ MEDRAP Concerted Action to Support the Northern Mediterranean Regional Action Programme to Combat Desertification – 2001/2004 CLEMDES Clearing House Mechanism on Desertification for the Northern Mediterranean Region – 2001/2003 http://www.clemdes.org/
LADAMER Land Degradation Assessment in Mediterranean Europe – Global Monitoring for Environment and Security 2002–2005 http://www.ladamer.org/ladamer/ REACTION Restoration Actions to Combat Desertification in the Northern Mediterranean – 2003–2005 http://www.gva.es/ceam/reaction/ DESURVEY A Surveillance System for Assessing and Monitoring of Desertification – 2005/2010 http://www.desurvey.net/ DESIRE Desertification Mitigation and Remediation of Land: A Global Approach for Local Solutions – 2007/2012 http://www.alterra.wur.nl
Uno de los sistemas de indicadores más completo, el DIS4ME, fue desarrollado por el proyecto DESERTLINKS. El diseño de este sistema de indicadores de desertificación para la Europa mediterránea era diferente al de la mayoría de los proyectos europeos que trabajaban en este tema. En el sitio web del proyecto se puede encontrar una gran parte de la documentación en español, italiano, griego y portugués, y por supuesto en inglés, lo que ha hecho posible que un número mucho mayor de personas tenga acceso a información de gran utilidad. Otro aspecto muy importante de este proyecto fue el desarrollo de modelos temáticos complementarios, por ejemplo ManPras, que permiten la integración de factores y variables económicas y sociales, así como la utilización de un sistema de evaluación de los niveles de susceptibilidad a la desertificación en zonas ambientalmente sensibles (ESA). Esto ha hecho posible el uso de herramientas interactivas, y también el ofrecer ejemplos detallados y explicaciones sobre las causas y consecuencias de la desertificación en los países de Europa meridional. Las características de DIS4ME lo convierten en una excelente fuente de información y en un método eficaz para divulgarla.
Figura 8. Agentes interesados, utilizando el sistema de indicadores DIS4ME en la facultad de Ciencias Sociales y Humanas (Portugal).
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La mayoría de los estudios llevados a cabo en anteriores programas marco europeos estaban destinados a la comunidad científica internacional. Casi todos los sitios web de estos proyectos presentan sus contenidos únicamente en inglés y carecen, en general, de textos que sinteticen los objetivos y resultados del proyecto en un lenguaje accesible, que pueda ser comprendido con facilidad por las personas que viven en las zonas afectadas.
Recientemente, tanto las Naciones Unidas como la UE han venido prestando una atención especial a la indiscutible necesidad de crear los necesarios vínculos entre la ciencia y la sociedad, a fin de lograr un intercambio eficaz de los resultados de la investigación y la divulgación de información y conocimientos científicos adecuados. De este modo, las acciones de lucha contra la desertificación pueden resultar de una acción conjunta derivada de los conocimientos colectivos de las comunidades afectadas y de los resultados de la investigación científica. La desertificación en Internet Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ofrecen nuevas posibilidades y perspectivas a la sociedad global. La información puede distribuirse por todo el mundo casi instantáneamente, y puede asimilarse, utilizarse e incorporarse en proyectos de investigación y aplicación de diversa naturaleza, así como transformarse en conocimientos individuales que pueden ser así transferidos en el seno de las comunidades. Internet, que hace que esta difusión y transferencia de información y conocimientos se pueda realizar muy rápidamente, adquiere cada día una mayor importancia como instrumento de trabajo esencial. Es indudable que este «instrumento» ha transformado por completo el universo del intercambio y comunicación de información, debido a su capacidad de difundir conocimientos e ideas en prácticamente todas partes. En este contexto, se observa que el uso de buscadores en internet para acceder a la información e introducirse en redes de intercambio de conocimientos e innovación, se ha convertido en algo común entre los ciudadanos que quieren informarse sobre diferentes aspectos de la desertificación. (Aunque hay, por supuesto, muchas personas sin acceso a internet.) Con el fin de comprender mejor la información sobre este tema que circula en internet, realizamos una búsqueda avanzada en Google. Presentamos a continuación los resultados clasificados en tipos: noticias, documentos (científicos y de divulgación), presentaciones en PowerPoint, vídeos e imágenes.
• Páginas web: más de 1 260 000. De ellas, unas 870 eran realmente relevantes.
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• Imágenes: 880.
• Presentaciones: 38.
• Vídeos: 68 (http://www.youtube.com/). A pesar de que la búsqueda se realizó sólo con el término inglés «desertification», los resultados obtenidos ponen de manifiesto una enorme cantidad de información a disposición de innumerables usuarios de la web, aunque esta información debe utilizarse con precaución. Este análisis muestra que los recursos que ofrece internet sobre la desertificación se pueden dividir en tres grandes grupos: 1) los producidos por organizaciones no gubernamentales cuyo principal objetivo es informar, revelar y suministrar datos e imágenes a diferentes niveles; 2) los resultados de proyectos de investigación, albergados en las páginas web de los proyectos o de redes de instituciones especializadas o centros de investigación universitaria, con la información generalmente en inglés y el inconveniente añadido de que en muchos casos el acceso esté restringido; 3) todo un conjunto de documentos que han sido publicados en internet por iniciativa de ciudadanos, provenientes del sector público o del privado, en el que las noticias de agencias internacionales desempeñan un papel importante.
Sitios web más relevantes sobre la desertificación CLD http://www.unccd.int/main.php PNUD http://www.undp.org/ PNUMA http://www.unep.org/ FAO http://www.fao.org/desertification/default.asp?lang=sp Las tierras secas: sitio Bright Edges http://www.nasm.si.edu/ceps/drylands/ Degradación del suelo y desertificación http://soils.usda.gov/use/worldsoils/landdeg/
Desertificación: recursos en la red http://ag.arizona.edu/OALS/ALN/aln40/WebResources.html Selección de recursos sobre la desertificación http://www.iisd.ca/desert/desertsites.html
Sin embargo, un análisis más detallado de la información disponible en internet muestra que los conceptos más fundamentales acerca de las causas y consecuencias de la desertificación no siempre están correctamente explicados. Otro aspecto interesante es que el número de resultados puede considerarse como un buen indicador de la relevancia que el tema de la desertificación tiene en los distintos países. Al buscar ejemplos de desertificación en los países del sur de Europa utilizando la expresión «desertification in…» en inglés, obtuvimos los siguientes resultados:
• Portugal: 458.
• España: 1750.
• Francia: 4
• Italia: 1340.
• Grecia: 1440. Estas cifras indican tanto la importancia que se da a este tema en cada país como las diferencias que existen entre ellos, según las características geográficas y la gravedad que tenga el fenómeno en cada uno de ellos.
Figura 9. Efectos de la erosión hídrica en tierras abandonadas de Sorbas, en Almería (España). (A. Calvo‐Cases, 2002) Los medios de comunicación desempeñan una función fundamental en la rápida circulación de la información y en la divulgación de grandes
acontecimientos, y es por ello que casi todas las agencias de noticias, periódicos y revistas disponen de una edición en línea. De este modo, y gracias a los archivos de noticias del buscador de Google (Google News), pudimos analizar la cantidad de noticias publicadas cada año sobre este tema entre 1977 y 2007. Para esta búsqueda utilizamos la palabra «desertification». Los resultados obtenidos indican claramente la creciente importancia que este tema tiene a nivel mundial. No obstante, también es necesario tener en cuenta que la demanda de internet como herramienta privilegiada de comunicación ha ido en aumento (figura 10).
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Figura 10. Número de noticias sobre la desertificación, por año, según la base de datos de Google News. El análisis de la figura 10 muestra que la acumulación de noticias no empieza hasta finales de la década de los noventa, con un rápido aumento en 1991 y 1992, coincidiendo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro. Sin embargo, a partir de 1997 se observa un aumento continuo del número de noticias, fecha en la que se celebró en Italia la primera Conferencia de las Partes de la CLD. Más recientemente, el rápido crecimiento desde 2005 hasta hoy se explica por la organización de varias conferencias internacionales de gran importancia sobre la degradación de la tierra, los ecosistemas, la biodiversidad y la desertificación, junto con la celebración del Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación (AIDD, 2006). El hecho de que exista una creciente preocupación mundial acerca de diversas cuestiones ambientales, especialmente en lo que se refiere a los cambios en el clima del planeta, también puede explicar este aumento exponencial del número de noticias. La
estrecha relación que existe entre el cambio climático y la desertificación fue el tema elegido para tratar y debatir en la última Conferencia de las Partes de la CLD (COP 8), celebrada en Madrid (España) del 3 al 14 de septiembre de 2007, y que despertó un gran interés mediático.
Fuente: http://www.mywire.com Es importante recordar que la desertificación nos amenaza a todos, que acecha en el futuro de millones de personas y que alrededor del 35 % de la superficie terrestre está en situación de riesgo; pero también es bueno saber que la desertificación puede ser combatida y los procesos de degradación se pueden invertir, mediante la aplicación de técnicas apropiadas y la gestión y el uso adecuados de los recursos, así como supervisando los efectos de la aplicación de las nuevas políticas en las áreas de mayor riesgo. En este contexto, internet tiene un papel esencial, por su capacidad de permitir la creación de redes y la conexión entre las personas y las instituciones en tiempo real.
¿QUÉ PIENSA EN GENERAL LA SOCIEDAD ACERCA DE LA DESERTIFICACIÓN? Cada día, en todo el mundo, la sociedad va teniendo acceso a más y mejor información, pero esto no quiere decir que también haya un aumento de la calidad de esa información. Un ejemplo de esta situación es la World Wide Web. El volumen de información disponible acerca de la desertificación, y su creciente accesibilidad, podría hacernos pensar que el público en general está cada
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vez mejor informado acerca de este complejo problema. Sin embargo, debido a las características del fenómeno, que es difícil de apreciar y atrae poco la atención de los medios de comunicación, y que sólo tiene consecuencias directas y graves para las poblaciones que viven en las zonas afectadas, la desertificación es un tema que despierta muy diferentes grados de preocupación e interés a escala europea. La desertificación sólo es noticia cuando se producen fenómenos climáticos extremos, como sequías, cuando se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación (17 de junio), cuando la palabra se usa para enfatizar otros problemas ambientales relacionados con la degradación de las tierras, o, en los últimos tiempos, cuando se relaciona con las consecuencias del cambio climático. Sin embargo, hay otras situaciones en las que la utilización del término desertificación puede ser conveniente e importante, y es durante las campañas electorales locales. Los políticos siempre han sabido utilizar el poder de las palabras para llamar la atención de los votantes, y hoy en día las cuestiones ambientales son una de las mayores prioridades de sus programas, aunque no siempre sepan muy bien de lo que hablan o entiendan completamente los conceptos que usan. Para entender mejor lo que suele pensar la sociedad acerca de la desertificación, es conveniente analizar los aspectos siguientes: 1) el tipo de información que transmiten los medios de comunicación y 2) de qué forma se percibe el fenómeno en la sociedad. Los estudios desarrollados en algunos proyectos de investigación (MEDALUS, DESERTLINKS y MEDACTION, entre otros) a partir de encuestas y de análisis sobre lo publicado por los medios de comunicación, han puesto de manifiesto las diferentes percepciones y grados de preocupación acerca de la desertificación en los países del sur de Europa. Los datos obtenidos muestran claramente de qué forma adquieren las personas sus conocimientos acerca de la desertificación. El medio de comunicación preferido es la televisión, seguida por la radio, la prensa escrita, los libros y revistas temáticas e internet. Estos resultados corresponden con los de otros estudios de ámbito europeo, que apuntan a la televisión y a la radio como los medios más populares para obtener información. Estos estudios también han demostrado que los medios de comunicación tienen una verdadera
capacidad para «modelar» la opinión pública y ayudar a crear percepciones, adquirir conocimientos y educar. Como ejemplo de las diferencias de percepción, examinemos la sociedad española y la portuguesa, situadas ambas en una zona afectada por el problema, la Península Ibérica, y que sin embargo perciben diferentemente la desertificación. En el caso portugués, el uso erróneo de la palabra desertificación en los medios de comunicación para referirse a la despoblación de territorios rurales del interior, o en el sentido de pérdida de población en general, está generando una percepción del problema muy diferente de la realidad, es decir, que olvida que la desertificación es un problema ambiental. Esto hace que las medidas y acciones paliativas sean difíciles de aplicar, ya que las personas que viven en las zonas afectadas creen que la lucha contra la desertificación está relacionada con cambios en los modelos territoriales y económicos de asentamiento de la población, mediante la construcción de nuevas infraestructuras y equipamientos, por ejemplo. En estas regiones, es raro que las estrategias de desarrollo local estén basadas en la lucha contra la degradación de los recursos naturales. Otro aspecto importante es el de las imágenes generadas por los medios de comunicación, que presentan la desertificación como algo relacionado con el avance de los desiertos, con las dunas y la escasez de vegetación, aspectos del problema que no son visibles en Portugal y que, por lo tanto, no ayudan a poner en marcha las medidas de mitigación necesarias, ni a comprender las situaciones que están realmente contribuyendo a la degradación de los recursos naturales en Portugal (figura 11).
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Figura 11. Portada de la edición portuguesa de la revista Focus Magazine.
En España, la desertificación es percibida de manera completamente diferente. La idea de desertificación suele asociarse en este país con la escasez de recursos hídricos. En los medios de comunicación españoles, es frecuente referirse a la desertificación como algo relacionado con la erosión del suelo, la deforestación o la gestión inadecuada de los recursos hídricos. Esto viene dado por los graves problemas de abastecimiento que sufre todo el sur de España, donde el consumo de agua para los regadíos y el turismo es tan enorme como insostenible. Una de las formas de sensibilizar a la opinión pública española acerca de la necesidad de luchar contra la desertificación es dialogar y llamar la atención sobre la irracionalidad de ciertas prácticas colectivas relacionadas con la utilización de los recursos naturales, especialmente el agua y el suelo. Uno de los métodos utilizados para esa sensibilización fue la emisión de cuñas publicitarias en la radio nacional. En función de la etapa de desarrollo económico y cultural en la que se encuentre la sociedad, los fenómenos asociados con la desertificación se percibirán de manera diferente y causarán distintos grados de preocupación. El contraste entre los países desarrollados y los países en desarrollo es significativo. En general, en los países desarrollados la desertificación se considera como uno más de los
problemas que afectan al medio ambiente del planeta. Se piensa que los actuales modelos económicos (mercados agrícolas y agroindustriales) y el cambio climático están acentuando esos problemas. En este sentido, suele ser considerada por la sociedad como un problema menor, que sólo despierta interés en determinados períodos de fuerte sequía, cuando las comunidades locales de las zonas afectadas demuestran un cierto grado de preocupación.
Figura 12. Ladera con fuerte pendiente utilizada para fines agrícolas. La tierra se cultiva en la dirección de la pendiente, lo que favorece la destrucción de la tierra a través de un proceso llamado erosión hídrica. Montes de Málaga (España). (Foto: Calvo‐Cases, 2000) En los países en vías de desarrollo la desertificación influye directa e indirectamente en las condiciones de vida de las personas que viven en las zonas afectadas. Según una evaluación realizada por el PNUMA en 1991, la desertificación es en esos países la responsable de algunos problemas graves: 1) los agricultores pierden con frecuencia sus cosechas o las ven reducidas drásticamente; 2) se observa una reducción de los pastos naturales, lo que afecta directamente el ganado, una de las principales fuentes de ingresos y de suministro de alimentos; 3) la reducción de la biomasa utilizada como combustible obliga a las mujeres y a los niños a cubrir grandes distancias para recoger leña; 4) el aumento de la sedimentación en las represas y embalses conduce a una pérdida de calidad de los recursos hídricos para el consumo humano y agrícola; 5) las condiciones y la calidad de vida se ven seriamente afectados, lo que da lugar a movimientos migratorios (en muchos casos hacia Europa) y también provoca enfermedades y muertes. En términos globales, la desertificación crea un debate entre la comunidad científica y los políticos,
principalmente acerca de tres cuestiones importantes: 1) la reducción de la capacidad mundial para producir alimentos, provocada por el continuo crecimiento de la población mundial unido a la pérdida y degradación de tierras de cultivo (10 millones de hectáreas cada año), en particular en las regiones de clima semiárido (tierras secas); 2) la pérdida de biodiversidad a nivel mundial debido a la destrucción de hábitats, con el consiguiente aumento del número de especies amenazadas cada año; 3) la presión social y política creada por las migraciones (refugiados ambientales), que causa conflictos socioeconómicos y políticos en las regiones o los países de acogida. En la Conferencia de Argel, que cerró el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación (2006), el ministro argelino de Ordenación Territorial advirtió de que la desertificación amenazaba a unos 65 millones de africanos, a los que podría obligar a emigrar hacia países occidentales antes de 2025.
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Figura 13. Grave degradación del suelo causada por el sobrepastoreo en el sector oriental de Linguere, en el nordeste de Senegal. (Foto: P. Cortesão Casimiro, 2008)
LA SENSIBILIZACIÓN COMO UN ELEMENTO CLAVE PARA LA LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN Alertar y sensibilizar a la sociedad acerca de las diversas facetas de la desertificación es una tarea esencial para el éxito de cualquier estrategia de mitigación. Las campañas de sensibilización deben llevarse a cabo a diferentes escalas, utilizando diversos medios y técnicas de comunicación, pero es necesario evaluar sistemáticamente la eficacia de las acciones emprendidas.
Cada vez es más evidente que los medios de comunicación tienen un papel esencial en la difusión de información. Este papel debe ser respaldado, con el fin de atraer la atención sobre este problema ambiental. La opinión pública debe ser informada de forma clara y convincente, haciendo uso de ejemplos que describan, por un lado, las actitudes y los comportamientos que pueden contribuir a la degradación de los recursos naturales y conducir a la desertificación y, por otro, las medidas y las acciones que pueden mejorar el estado de los recursos naturales y permitir la preservación de los ecosistemas. Esta tarea divulgativa puede recaer en los medios de comunicación públicos o privados, pero en todos los casos debe estar fundamentada en resultados que provengan de la investigación científica, de tal manera que la ciencia sea útil para la sociedad. Es por ello importante que los científicos asuman un papel más activo a la hora de comunicar los resultados de sus investigaciones, ya que lo deseable es que la información proporcionada sea exacta y se transmita en un lenguaje sencillo, de modo que la mayoría de la gente puede comprenderla. Los gobiernos deben asumir la responsabilidad de alertar y sensibilizar de forma continua acerca de los fenómenos naturales susceptibles de tener graves consecuencias a medio y largo plazo, como en el caso de la desertificación, para minimizar los daños y salvaguardar los recursos naturales para las generaciones futuras. Cuando se elaboren estrategias de desarrollo a diferentes escalas (nacional, regional y local), se debe considerar la conservación del suelo, del agua y de la biodiversidad de manera integrada, a fin de reducir los diversos grados de degradación que presenten los territorios. El dato más importante para el público en general son las dimensiones de las zonas afectadas por la desertificación, información que, por sí misma, puede contribuir a crear alerta. En este sentido, los mapas y otras imágenes (fotografías de las zonas afectadas) son fundamentales para que la sociedad conozca la dimensión geográfica de la desertificación, así como las características del fenómeno. Crear la cultura necesaria para combatir y paliar la desertificación exige que la población comprenda suficientemente el fenómeno y participe en las acciones emprendidas.
Sin embargo, si tenemos en cuenta las características del fenómeno, para alertar a la sociedad se deberán perseguir diferentes objetivos y usar mecanismos específicos. En este sentido, la sensibilización con respecto a la lucha contra la desertificación puede adoptar diversas formas:
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• Alertar, como un primer elemento de mitigación, basándose en imágenes y cifras acerca de diferentes parámetros (consumo de agua, erosión, pérdida de la biodiversidad y otros) que revelen la gravedad del fenómeno.
• Promover iniciativas de sensibilización a escala nacional, a través de las instituciones gubernamentales vinculadas con los planes nacionales de lucha contra la desertificación y los respectivos puntos focales.
• Celebrar acontecimientos especiales, con iniciativas de demostración y experimentación, a escala regional y local, como por ejemplo nuevas técnicas y prácticas agrícolas en materia de conservación del agua y del suelo.
• Utilizar los medios de comunicación para divulgar información, hacerse eco de las preocupaciones actuales sobre la utilización y la gestión de los recursos naturales.
• Utilizar la experiencia local para alertar a la opinión pública y llamar la atención sobre problemas que pueden tener consecuencias a nivel mundial.
• Insistir en la educación ambiental, abordando cuestiones relacionadas con la preservación de los recursos naturales, pero desde una óptica experimental, incluyendo observaciones sobre el terreno.
Figura 14. Jornada de puertas abiertas sobre la desertificación en el Centro Experimental de Erosión de Suelos de Herdade de Vale Formoso, (Alentejo, Portugal) en 2003.
Información, educación y formación: palabras clave para alertar a la sociedad Lo que se persigue al alertar y sensibilizar al público acerca de la desertificación es fomentar el conocimiento y la comprensión del fenómeno. No obstante, las características de los procesos que conducen a la desertificación hacen que ciertos sectores de la sociedad puedan desempeñar una función esencial en las acciones paliativas y de lucha. En este sentido, el papel de los investigadores es primordial, pero los resultados de la investigación deben aplicarse y utilizarse a diferentes niveles en las labores educativas, y ser utilizado para apoyar la toma de decisiones que implica la aplicación de políticas que se refieran a la gestión y el uso de los recursos naturales. Por lo tanto, las medidas y acciones que pueden emprenderse en las zonas afectadas deben formar parte de proyectos integrados, basados en consorcios que integren a todos los actores importantes y puedan suscitar una importante participación del público. En este contexto, es importante mencionar que las ONG han realizado un trabajo serio en educación ambiental, en la búsqueda de soluciones para un desarrollo local sostenible, en fomentar la participación del público y, en el caso de la desertificación, en la demostración de medidas de lucha y mitigación, en la organización de reuniones, y en la elaboración de materiales didácticos, entre otras iniciativas. En algunos casos, estas asociaciones disponen de campos de ensayo y desarrollan acciones educativas de carácter técnico‐profesional, teniendo un papel fundamental en el marco de problemas globales como la desertificación. Las experiencias anteriores nos enseñan que cuando se trata de temas ambientales, es esencial hacer hincapié en la educación de los jóvenes, por lo que sería muy importante que el tema de la desertificación formara parte de los planes de estudio, en diversos grados de la escolaridad, como ocurre, por ejemplo, en Portugal. Esta sugerencia se deriva de la labor desarrollada por la Associação de Professores de Geografia (Asociación de Profesores de Geografía) de Portugal que, consciente de la importancia de este tema en la educación de los jóvenes, considera que el programa de la asignatura de Geografía (Estudio del Medio Ambiente) debería incluir el tema de la desertificación. Además, esta
misma asociación promovió la elaboración de un CD que recogía información de utilidad para profesores y estudiantes, realizado con el apoyo de la comunidad científica. Es bien sabido que los jóvenes son mucho más receptivos a las nuevas tecnologías y a la experimentación, con lo que los temas relacionados con la degradación de los recursos naturales y la desertificación pueden abordarse de una forma que despierte interés y promueva la sensibilización de los jóvenes, en lo que se refiere a la necesidad de aceptar nuevos comportamientos y actitudes. En este sentido, hay que destacar la importancia de promover la aplicación de metodologías de evaluación y diagnóstico de los procesos que dan lugar a la desertificación, mediante pequeños trabajos de campo en las zonas afectadas, lo que llevaría a una mejor educación científica de los jóvenes y sería muy importante para ampliar sus conocimientos prácticos.
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Figura 15. Trabajo de campo sobre el uso del suelo y de los recursos naturales en el ámbito de los procesos de degradación, realizado en el Alentejo (Portugal) en 2005. Del mismo modo, saber lo que los jóvenes piensan sobre la desertificación es importante a la hora de elaborar una estrategia de comunicación eficiente y atractiva. En este sentido, uno de los métodos adoptados en el proyecto DESERTLINKS (2001–04) fue pedir a adolescentes de entre 12 y 16 años de edad que hicieran dibujos acerca de la desertificación, antes de que se les aportara cualquier información sobre el tema, como forma de entender cuál era su percepción del fenómeno (figuras 16 y 17).
Figura 16. Dibujo realizado por un joven de Lisboa (Portugal).
Figura 17. Dibujo realizado por una joven de Mértola, una zona del Alentejo (Portugal) afectada por la desertificación. Los dibujos de las figuras 16 y 17 revelan distintas percepciones. Para el adolescente de Lisboa, la desertificación se puede representar por medio de la deforestación, actividad que se considera relacionada con la degradación de los recursos naturales, lo que revela que tiene conocimientos sobre la materia. El otro dibujo transmite una percepción alternativa que relaciona el término desertificación con la despoblación y el éxodo rural. Aquí no hay ninguna relación con los elementos naturales, sino una fuerte conexión con la realidad socioeconómica de las zonas del interior que presentan suelos marginales, donde la población no puede enraizarse y los jóvenes no ven oportunidades de futuro. Este dibujo ilustra también, de manera muy clara, lo que los medios de comunicación y los discursos políticos transmiten en la mayoría de los casos en Portugal acerca del concepto de la desertificación, y lo que de ellos se retiene, como se mencionó anteriormente. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de una mejor información por parte de los periodistas, ya que son ellos los que crean las percepciones.
Los resultados obtenidos mediante el diálogo con los jóvenes son muy importantes para conferencias futuras, y a la hora de redactar folletos con distintos objetivos y diferentes formulaciones que correspondan con lo que se ha aprendido acerca de las «imágenes percibidas». A pesar de todo el trabajo llevado a cabo por diversas instituciones de ámbito mundial, y por otras organizaciones a diferentes escalas (nacional, regional y local), en los países europeos afectados la desertificación es todavía insuficientemente conocida, o se percibe a veces de manera poco clara o incorrecta. Una parte de la sociedad europea, no obstante, manifiesta sentirse preocupada por este problema ambiental. Frente a esta situación, hay que resaltar la necesidad de utilizar medios y métodos eficaces para alertar a la gente acerca de este fenómeno. Los medios de comunicación tienen un papel sumamente importante, decisivo, pero para que sea eficaz es fundamental que la información que transmitan sea científicamente correcta. 4.2 Principios básicos para elaborar programas de alerta y sensibilización de la sociedad
• Estos programas han de diseñarse y ponerse en práctica sobre la base de un buen conocimiento de la percepción que existe sobre el fenómeno, por lo que deberán llevarse a cabo estudios previos para descubrir lo que el público en general y las poblaciones afectadas piensan acerca de la desertificación, mediante talleres y reuniones participativas en las regiones que sufren el problema.
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• Se debe llegar a todos los sectores de la sociedad e implicar a todos los actores, en particular a los encargados de adoptar decisiones, los educadores, los técnicos y las personas que viven en las zonas afectadas. Para ello, es esencial identificar todos los actores interesados, así como los medios de comunicación de los que disponen.
• Se deberían utilizar diferentes tipos de materiales de divulgación y demostración, de modo que la información llegue a distintos elementos de la sociedad de forma efectiva y específica. Los temas y la forma en que se abordan deben tener en cuenta las características del público objetivo y hacer uso de imágenes y productos interactivos creativos.
• Se debería hacer especial hincapié en el uso de los medios de comunicación, en particular la televisión, realizando documentales informativos que puedan transmitir los aspectos negativos de la desertificación, así como ejemplos de casos en los que la mitigación y la lucha tuvieron éxito. También se debería invertir en la elaboración de programas de radio locales que permitan, por un lado, difundir información, y por el otro, la participación de responsables políticos, científicos y población en general de las zonas afectadas.
Figura 18. Taller sobre desertificación, con participantes de la población local, en Mértola, zona afectada en el sureste de Portugal (2005).
¿QUÉ ES IMPORTANTE SABER ACERCA DE LA DESERTIFICACIÓN?
Figura 19. Desertificación en el municipio de Mértola, en el Alentejo (Portugal) (2005). La imagen de la figura 19 es muy clara, un ejemplo de un muy avanzado estado de degradación de recursos naturales fundamentales, como son el suelo, el agua y la vegetación. En esta fotografía las marcas dejadas
por diferentes procesos agrícolas se aprecian con gran claridad. Estos procesos conducen a la destrucción del suelo y, por consiguiente, a la pérdida de capacidad para mantener una cubierta vegetal adecuada, permitir la infiltración de las precipitaciones y, en consecuencia, la recarga de la reserva subterránea de agua.
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Si observamos detalladamente la fotografía de la figura 19 podemos ver: 1) amplias zonas de suelo compactado, sobre las que se observa una gran cantidad de fragmentos dispersos de rocas de diferentes tamaños (fragmentos de roca); 2) la presencia de líneas más claras, correspondientes a sendas hechas por el ganado; 3) surcos más profundos, ensanchados y profundizados por la escorrentía superficial (erosión hídrica); 4) la presencia de escasos árboles (Quercus ilex) y una total ausencia de cubierta vegetal. Todos estos elementos, en conjunto, significan que este lugar ha estado sujeto a unas prácticas de uso del suelo irracionales (como el pastoreo intensivo), que destruyeron los recursos naturales existentes, especialmente el suelo. Existe el riesgo de que esta situación se extienda a amplias zonas, como podemos observar en la figura 20.
Figura 20. Vasta zona degradada en el municipio de Mértola, donde el 47 % del territorio se encuentra en una situación muy crítica desde el punto de vista de la desertificación.
Cuando un científico se enfrenta a este tipo de imágenes, se le hace difícil imaginar que, en general, la gente las asociaría con la idea de desertificación, pero sin conocer verdaderamente las causas y consecuencias del fenómeno, al ser incapaces de
«leer» el paisaje para identificar los elementos causales. Por ello, es muy importante recordar que las Naciones Unidas propusieron definir la desertificación como la «degradación del suelo en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas derivada de diversos factores, incluyendo las variaciones climáticas y las actividades humanas» (CLD, 1994).
• La desertificación es una de las más trágicas consecuencias del uso irracional de los recursos naturales (suelo, agua, cubierta vegetal y otros).
• La desertificación es un «desafío global» que amenazará a más de 50 millones de personas durante la próxima década, según datos publicados por la CLD en 2006.
• La desertificación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son problemas interrelacionados.
• En ocasiones, la desertificación es considerada erróneamente como un fenómeno análogo a la sequía (fenómeno natural) o a la despoblación (fenómeno socioeconómico). Sin embargo, todos estos fenómenos están relacionados e interconectados.
• Las medidas paliativas y de lucha deben basarse en un buen conocimiento de los ecosistemas naturales y agrícolas, fundamentalmente en lo que se refiere a la dinámica existente entre factores naturales y socioeconómicos.
• Esta situación puede remediarse, pero la rehabilitación de áreas degradadas es un proceso lento y a largo plazo, lo que significa que las medidas políticas que se apliquen deberán ser aceptadas por todos los actores de las zonas afectadas, que asumirán asimismo unos costes que pueden ser elevados.
• Es importante y esencial que todos los sectores de la sociedad reciban una información adecuada y puedan cambiar sus comportamientos y actitudes, de manera que se puedan preservar y conservar los recursos naturales.