alberto benegas lynch, martin krause - en defensa de los mas necesitados

Upload: libertaduruguay

Post on 06-Apr-2018

237 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    1/380

    ALBERTO BENEGAS LYNCH (H)

    MARTN KRAUSE

    EN DEFENSA DE LOS MS NECESITADOS

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    2/380

    Por su parte, el trminobenevolencia no esempleado para caracterizar a las personas

    que no tienen deseos propios; apunta a

    aquellas cuyos deseos las mueven a procu-

    rar el bienestar de otros.

    Adam Ferguson

    1767

    En la medida en que cada individuo des-cansa en el asistencialismo del Estado,

    abandona su responsabilidad sobre la

    suerte y el bienestar de sus semejantes.

    Wilhelm von Humboldt

    1792

    Los programas estatales de asistencia a los

    pobres son un fracaso, a los que se agrega

    el fraude y la corrupcin.

    Milton Friedman

    1971

    Las personas quieren pan. Tambin quieren

    libertad. No slo es posible contar con las

    dos cosas: la segunda resulta esencial para

    la primera.

    Michael Novak

    1982

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    3/380

    Dejamos expresa constancia de nuestro agradecimiento aFederico Zorraqun y Luisa Zorraqun de de Marcos quienes, atravs de la Fundacin Concordia, generosamente financiaron lainvestigacin y la edicin del presente libro; a ESEADE que nos proporcion el espacio y el tiempo para trabajar en este pro-yecto; a Magdalena Casey por su perseverante dedicacin al te-clado de la computadora, su paciencia para procesar una y otravez textos corregidos y por sus esmeradas tareas de compilaciny coordinacin de las distintas versiones, y finalmente -pero no por ello menos importante- a Gustavo Lazzari y a MartnSimonetta por el valiossimo aporte de datos y referencias im-prescindibles para ilustrar el hilo argumental que se presenta enbuena parte de los captulos. De ms est decir que solamentenosotros asumimos la responsabilidad por lo que consignamosen las pginas que siguen.

    ABL (h) y MK

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    4/380

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    5/380

    INDICE

    CAPITULO IEl porqu de este libro ..........................................................9

    Causas de la riqueza. El problema del desempleo. Marcosinstitucionales. La suma cero. Incomprensiones compren-sibles. Darwinismo social. El estado benefactor.Situacin de los ms pobres. Experiencias en libertad.Benevolencia y malasignacin. Propaganda poltica.

    Sntesis del captulo primero .................................................43

    CAPITULO IICaridad y beneficencia en el siglo pasado .........................45

    Las primeras manifestaciones de benevolencia privada.El perodo post-independencia. Despus de la Constitu-cin de 1853. Los legados y donaciones. Sociedad

    Conferencias de San Vicente de Paul. Los socorrosmutuos. Los hechos de la benevolencia privada. Sociedadde Asistencia a domicilio a los enfermos pobres. Los Ita-lianos: El Hospital Italiano. El nuevo Hospital Italiano. ElHospital Italiano de La Plata. La Sociedad de Patronato yde Repatriacin. Los Espaoles. Los Franceses. SociedadFilantrpica Francesa del Ro de la Plata. Los Alemanes:El Hospital Alemn. Los Ingleses: The British Hospital.La Fundacin del Primer Hospital. Crecimiento y necesi-dad de fondos.

    Sntesis del captulo segundo...............................................110

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    6/380

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    7/380

    Preferencia temporal. El poder poltico. Ms sobreigualdad.

    Sntesis del captulo quinto..................................................262

    CAPITULO VIEl caso de los Estados Unidos ...........................................263

    Beneficencia y el Nuevo Mundo. La lucha por laliberacin de los esclavos negros. Promover la educaciny el conocimiento. Los indigentes y los nios. El espritu

    de la filantropa empresaria: John D. Rockefeller. LaComisin Sanitaria. El Bureau de los Hombres Libres. LaCruz Roja Americana. Auge y decadencia del estado debienestar.

    Sntesis del captulo sexto....................................................297

    CAPITULO VIILa experiencia britnica ...................................................299

    Instituciones de caridad, 1750-1770. Asilo para NiasHurfanas. Caridad y beneficencia en Gran Bretaa antes

    del estado de bienestar. Legislacin britnica sobre laasistencia al pobre: sus efectos. Las sociedades de ayudamutua o sociedades de amigos. Compasin y pobreza enlas postrimeras de la Inglaterra victoriana. Condicioneshabitacionales precarias y acciones de caridad. ElEjrcito de Salvacin, las Casas de Barnardo y elToynbee Hall. La aparicin del estado benefactor enGran Bretaa.

    Sntesis del captulo sptimo ...............................................337

    CAPITULO VIIIDinero de los contribuyentes a travs de las

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    8/380

    fronteras .............................................................................339Los xitos escasean. Ayuda al sector privado. El dere-cho a la ayuda. Crecimiento y libertad.

    Sntesis del captulo octavo .................................................364

    CAPITULO IXEl fracaso del mercado ..................................................365

    La beneficencia como bien pblico. La asimetra de lainformacin. El salto lgico. La salud pblica: un

    ejemplo de bien pblico provisto privadamente.Asimetra de informacin, fracaso del mercado yseguro contra desempleo: una experiencia argentina.

    Sntesis del captulo noveno ................................................391

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    9/380

    CAPITULO I

    EL PORQUE DE ESTE LIBRO

    Existen dos mundos que corren lado a lado.

    El primero consiste en la lucha por el

    poder que contina como siempre. En el

    otro, no es el poder lo que cuenta sino el

    respeto.

    Theodore Zeldin

    Toda persona de sentimientos nobles se angustia cuando observaque hay gente que no cuenta con calefaccin ni frazadas en in-vierno, que no dispone de los medicamentos necesarios ni de laatencin medica ms elemental. Se preocupa al enterarse de lospadecimientos de personas que no cuentan con techo, que sufren

    hambre y que no pueden educar a sus hijos. Nadie bien nacidopuede evadirse de tamaos problemas y todos los que constatanestos hechos lamentables ven en esas personas carenciadas losrostros de sus ancestros, puesto que la condicin natural delhombre es la pobreza. Salir de esa situacin de la que todos pro-venimos cuesta mucho trabajo y requiere sistemas y procedi-mientos que estimulen la creatividad, la produccin y el respetorecproco. Es cierto que pobreza y riqueza son trminos relativosy por eso es que puede decirse que cada uno de nosotros somospobres o ricos segn con quien nos comparemos, pero las situa-

    ciones extremas a que nos referimos se nos aparecen como unabsoluto y ms all de toda consideracin estadstica.

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    10/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    No hay propuesta poltica que no declare su propsito deatenuar o de resolver aquellos males que aquejan a vastos secto-res de la humanidad. Desde los liberales hasta los trotskistas to-dos coinciden en esta preocupacin. Nadie en su sano juicio de-clama en campaa la necesidad de las pestes, las hambrunas y lamiseria. Todos coinciden en los fines, la discrepancia radica enlos medios que han de adoptarse para el logro de las metas pro-puestas de aliviar la pobreza.

    En este sentido las soluciones cubren dos campos muyvastos: el rea de los incentivos y garantas institucionales parala produccin de bienes y servicios y el de los sentimientos desolidaridad para con el prjimo, esta ltima estrechamente vin-culada a la primera. Precisamente, la tesis central de nuestro li-bro se detiene en esta segunda rea al tiempo que pretende mos-trar la ntima conexin con la primera. Este primer captulo in-troductorio abarcar entonces tres grandes secciones: en primertrmino nos zambulliremos en las causas de la pobreza y la ri-queza desde la perspectiva institucional. Sin una mnima com-prensin de este primer aspecto resulta absolutamente imposible

    seguir con otros de nuestros temas y, mucho menos, llegar juntocon el lector a las conclusiones que presentamos en este libro.En segundo trmino, aludiremos al significado de labenevolencia y al correlato que mantiene con la sociedad abiertay, por ltimo, trataremos de mostrar cmo se conecta la libertadcon la filantropa. En los captulos siguientes a stepredominarn los ejercicios empricos como sustento de lo quesumariamente dejamos consignado en esta introduccin que esnecesariamente analtica y requiere de un adecuado andamiajeconceptual para apreciar el significado del estudio descriptivo

    que le sigue y para tamizar y digerir las conclusiones a la luz delos elementos de juicio relevantes para este trabajo.

    10

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    11/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    Causas de la riqueza

    Los ingresos y salarios reales de una comunidad dependen de laestructura del capital prevalente. Dependen de la inversin percpita que, a su vez, hace posible el aumento de laproductividad del trabajo. Si observramos un mapa del mundoveramos que all donde el capital es mayor en relacin altrabajo, los ingresos resultan mayores respecto de otras regionesen donde aquella relacin es menor. Como es sabido, el capitalsurge de una combinacin eficiente entre recursos naturales ytrabajo y, como tambin es de pblico conocimiento, este ltimofactor productivo, debido a la creciente robotizacin y la revo-lucin en las comunicaciones, est cada vez menos integrado porel msculo y cada vez ms por la mente (el conocimiento).

    Si nos imaginamos una recorrida por ese mapa podremosconstatar el correlato entre volumen de capital y salarios en tr-minos reales. Suponiendo resueltas las trabas migratorias, si untrabajador marginal de La Paz, Bolivia, se mudara a Texas en los

    EE.UU., obtendra un sueldo muy superior por la misma tarea.Esto no se debe a una mayor conciencia social del empresa-riado texano ni de una organizacin sindical ms agresiva concapacidad de declarar huelgas ms o menos generalizadas. Sedebe exclusivamente a una mayor estructura de capital, la cualejerce una influencia decisiva sobre los salarios.

    Es como si a la relacin contractual entre empleador y em-pleado estuviera sobreimpuesto el nivel de los honorarios o elsueldo correspondientes. Como queda expresado, los salariosestn determinados por la cuanta de capital. Habitualmente se

    piensa que un empleador con una abultada cuenta corriente ne-gociando frente a una persona sin recursos puede decidir el in-

    11

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    12/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    greso de quien es contratado. No es as. Como queda dicho, elingreso viene predeterminado por la estructura respectiva del ca-pital disponible. En ltima instancia, lo que se negocia es infor-macin pero es muy poco duradera una relacin laboral basadaen la escasa informacin del empleado (transcurre poco tiempoantes de que le llegue por una u otra va la informacin de queest subvaluado).

    Supongamos que se trata de un millonario que quiere pin-tar su casa. Pregunta cunto es la paga por un pintor que haga latarea. Supongamos tambin que la averiguacin se realiza enVancouver y le informan que el costo total asciende a cincuentamil dlares. Si nuestro personaje, encandilado por su holgado patrimonio, decidiera pagar treinta mil, sencillamente su casaquedar sin pintar puesto que, por definicin, en el mercado eltrabajo se cotiza a cincuenta mil. Esa misma persona podrpagar la mitad o la tercera parte por la misma tarea si hace lamisma averiguacin para una casa ubicada en Calcuta ya que eneste ltimo lugar la inversin per cpita es sustancialmentemenor. Estas reflexiones sobre las causas de la riqueza no se

    circunscriben al salario monetario, se extienden al no-monetariolo cual abarca rubros que van desde la seguridad en el trabajo yla jornada laboral hasta las caractersticas de la msica funcionaly el men del almuerzo.

    La conexin entre el volumen de capital y el monto de lossalarios puede ilustrarse a travs de las siguientes etapas: pri-mera, el administrador del nuevo capital -sea ste fruto de ahorrointerno o externo- tiene in mente servir ese capital. Segunda,para lograr el objetivo propuesto existen dos caminos posibles:si se opera en una sociedad cerrada, obtener un privilegio (ya sea

    un mercado cautivo, una exencin fiscal, una proteccin arance-laria o ddivas de naturaleza similar), de lo contrario, si se opera

    12

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    13/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    en una sociedad abierta, competir en el mercado ofreciendo bie-nes y servicios que reclama el consumidor. En el primer caso, el personaje de marras, estrictamente, ser un pseudoempresarioque deber estar atento a las posibilidades del favor oficial, te-mas que ocuparn un espacio predominante en las agendas delas reuniones de directorio en las que participa. En el segundocaso, se trata de empresarios que para mejorar sus patrimoniosdeben acatar los gustos y exigencias cambiantes de la gente yese desafo ocupa todo el espacio de sus agendas. Tercera yltima, en el mercado abierto para producir lo que reclaman losclientes debe contratarse trabajo, para lo cual deben ofrecersecondiciones ms atractivas de las que percibe el personal que sedesea incorporar.

    El problema del desempleo

    En relacin a este ltimo punto se hace necesaria una aclaracin.Puede contraargumentarse que, en el contexto del mecanismomencionado, estrictamente, no resultara un incremento de ingre-

    sos si existe desempleo. Sin embargo, debe precisarse que dondeoperan arreglos contractuales libres y voluntarios en materia sa-larial no hay tal cosa como desempleo involuntario. El desem-pleo voluntario es irrelevante para nuestra discusin puesto que,como su nombre lo indica, se trata de personas, por ejemplo,rentistas que han decidido delegar la administracin de sus re-cursos o simplemente descansar. Tambin es un desempleadovoluntario quien decide rechazar una oferta laboral porque es-tima insuficiente la remuneracin ofrecida. El desempleo invo-luntario, en cambio, alude a las personas que no encuentran tra-

    bajo, aun adaptndose a lo que requiere el mercado y al salarioque se les ofrece. Como veremos enseguida, dicho desempleo

    13

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    14/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    involuntario es consecuencia de intromisiones gubernamentalesen las contrataciones laborales.

    Los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas.Si los factores de produccin fueran sobreabundantes, tambinlo seran los bienes de consumo. El trabajo es el factorproductivo por excelencia ya que no se concibe la produccin deningn bien ni la prestacin de ningn servicio sin su concurso.Ahora bien, por el principio de no-contradiccin, no resultaposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo lo que es. Oes escaso o es sobrante, no es posible las dos cosas al mismotiempo. Sin duda que esto no quiere decir que el candidatotrabaje necesariamente en lo que le gusta hacer. Tendr queadaptarse lo cual, eventualmente, puede implicar, por ejemplo,que un graduado en economa maneje un taxi. Cuandoofrecemos nuestros servicios a terceros debemos adaptarnos a loque ellos requieren de nosotros independientemente de lo quecada uno de nosotros considere que los dems deberannecesitar.

    Reiteramos que esto ltimo puede eventualmente tradu-

    cirse en que el candidato en cuestin deba lavar vidrios o lustrarzapatos a pesar de tener inclinaciones muy diferentes. Este anli-sis sobre la inexistencia de desempleo involuntario tambin sig-nifica que en lugares muy pobres los salarios podrn traducirseen un plato de sopa diario (no en todas las circunstancias el sala-rio se contrata en dinero) pero esto nos retrotrae al tema salarialque ya hemos considerado. Ahora estamos concentrados en eltema del desempleo involuntario, el cual tiene lugar all dondeno se permiten arreglos contractuales libres como, por ejemplo,cuando se establece por ley un salario mnimo. Este salario m-

    nimo o su equivalente en otros rubros, revela que si la sumatoriade los importes de aquellos rubros resulta en niveles que superan

    14

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    15/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    los niveles de mercado, inexorablemente habr sobrantes de tra-bajo, del mismo modo que los precios mnimos generan sobran-tes de bienes. En ambos casos se produce la paradoja de que lagente necesita un servicio o un bien y, sin embargo, ese servicioo ese bien resultan invendibles a ese precio artificial. En las dospuntas -oferta y demanda- hay inters de contratar pero el con-trato no puede llevarse a cabo porque el precio estdistorsionado coactivamente.1

    Quienes legislan sobre salarios mnimos y colaterales ge-neralmente lo hacen con las mejores intenciones pero el resul-tado es contrario a sus propsitos. Muchas de las llamadasconquistas sociales resultan en un pesado lastre para aquellosque se desea proteger. Tal vez ilustre este problema lo que su-cede en los Estados Unidos. En el Este hay numerosos desocu-pados debido, precisamente, a legislaciones de salarios mnimosy similares. En el Oeste hay mucha gente contratada en negroque, en buena medida, proviene de Mxico, mucha de la cual esanalfabeta en ingls (y muchos tambin analfabetos en espaol).Asumiendo muchos riesgos, cruzan la frontera y se contratan

    para trabajar. A pesar de que se encuentran mucho menos capa-citados que sus colegas del Este y a pesar de que encuentran res-tringido el mercado laboral (puesto que no todos estn dispues-tos a contratar en negro), a pesar de todo esto, para estas perso-nas, no hay desempleo ya que si alguien denunciara que estntrabajando bajo la marca del salario mnimo se delataran a smismos y seran deportados. En verdad, sera sumamente atrac-1 Ejemplos de un anlisis opuesto al que realizamos se encuentran en JeremyRifkin The End of Work (New York: Putnams Sons, 1995), Viviane

    Forrester El horror econmico (Mxico: Fondo de Cultura Econmica,1997) [1996] y Robert B. Reich The Work of Nations (New York: VintageBooks, 1991).

    15

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    16/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    tivo que los ingresos en trminos reales pudieran ser determina-dos por la legislacin vigente pero lamentablemente el resultadoes la desocupacin.

    En resumen, los salarios dependen exclusivamente de laestructura de capital. Si un empresario decidiera pagar salariossuperiores a los de mercado tendr una fila de gente ofrecida queno podr incorporar y si extiende su poltica de pagar ms de loque indica el mercado, ya sea por las materias primas o la tasa deinters, tendr sus das contados como empresario. Y, como yadijimos, si decidiera pagar menos no encontrar quien se hagacargo de la tarea requerida.

    Conviene tambin apuntar que desde la perspectiva de laproduccin, cuando se alude a ingresos bajos o altos no re-sulta relevante el salario de bolsillo sino el salario por unidadproducida. Es decir, si en determinado lugar el salario de bolsilloes de 80 con un rendimiento de 1000 unidades y en otro es de 30con un rendimiento de 10 unidades del mismo bien, resulta queen este ltimo lugar el costo del salario por unidad producida esmayor y, por ende, es ms caro producir all, en cambio, resulta

    ms barata (ms econmica) la produccin en el primer caso. Ylos mayores rendimientos (menores costos salariales por unidadde produccin) se deben, precisamente, a estructuras de capitalmayores.

    Por ltimo conviene dejar consignado que debido a la cre-ciente robotizacin es posible liberar trabajo para encarar nuevastareas cosa que hasta el momento resultaba inconcebible debidoa que, precisamente, el trabajo se encontraba esterilizado en lasreas que ahora realiza la mquina. Por ello es que cada vez mslas tareas laborales se concentran en el conocimiento y menos en

    el msculo. Tambin es importante sealar que entre las posibi-lidades del futuro puede considerarse que la reduccin de costos

    16

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    17/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    que permita el referido proceso de robotizacin, a su vezacelerara la facilidad de producir tailor-made alejndose de la produccin masiva, lo cual en un contexto de cambiosacelerados, podra derivar en una modificacin radical de lo quehoy conocemos por empresa ya que su misin podra nomantenerse en el tiempo, situacin que eventualmente hara quemuchas empresas fueran unipersonales contratando con diversossocios para los diversos y cambiantes emprendimientos.2 Estoltimo permitira poner ms en claro las falacias en torno a lasllamadas fuentes de trabajo. De todos modos, sea esta la situa-cin futura o est marcada por fusiones adicionales (hasta ellmite en el que los rendimientos decrecientes establecen ladimensin optima), en cualquier caso el anlisis que hemosrealizado del factor trabajo no cambia.

    Marcos institucionales

    En esta secuencia en la que estamos embarcados, debemos sub-rayar que para lograr tasas de capitalizacin crecientes se requie-

    ren marcos institucionales en los que el aparato de la fuerza selimite a garantizar los derechos de todos, para lo cual, a su vez,se requiere de una justicia independiente. Gastos pblicos quecubren rubros cada vez ms abultados se traducen en impuestosy endeudamientos tambin abultados (cuando no en distorsionesmonetarias varias) lo cual obstaculiza la formacin local de ca-

    2

    Este ltimo escenario est descripto por profesores, consultores y empre-sarios en el seminario llevado a cabo en MIT y patrocinado por PriceWaterhouse (Massachusetts: Video CEO Thought Summit, 1996).

    17

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    18/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    pital y ahuyenta los capitales estables que provienen del ahorroexterno3.

    Las polticas redistributivas constituyen un buen ejemplode medidas implantadas habitualmente con la idea de aliviar las penurias de mucha gente desafortunada. Lamentablemente lasintenciones no resuelven los problemas, lo relevante son los re-sultados que se logran. Re-distribuir ingresos significa volver adistribuir coactivamente lo que el mercado ya distribuy volun-tariamente de acuerdo a la eficiencia de cada cual para atenderlas necesidades de su prjimo. La redistribucin pretende limarlas diferencias de ingresos y patrimonios, diferencias que resul-tan imprescindibles para el progreso del conjunto pero muy es-pecialmente para los marginales. Los empresarios que aciertanen los gustos y preferencias de los consumidores obtienen ga-nancias y los que no dan en la tecla con los reclamos de la gente,debern absorber los quebrantos correspondientes. Las mayoresganancias mejoran los ndices de capitalizacin lo cual, como yahemos dicho, eleva salarios y permite que otros ingresen conmayor peso en el proceso de votacin del mercado. Esa votacin

    indica hacia dnde deben dirigirse los siempre escasos factoresproductivos. Quienes no son capaces de atender las directivas dela gente son sustituidos por otros que se consideren capaces deadministrar aquellos recursos.

    Supongamos que no se oigan estos argumentos y se sigueempeado en las polticas redistribucionistas e igualitarias. Su-pongamos que la decisin fuera la de nivelar ingresos en 1000.El resultado inexorable de esta poltica ser doble. Por un lado,nadie que sepa a ciencia cierta que lo van a expoliar por la dife-

    3Vid. Alberto Benegas Lynch (h) Contra la corriente (Buenos Aires: Edi-torial El Ateneo, 1992) p. 417 y ss.

    18

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    19/380

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    20/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    el fisco bloque la capitalizacin. Tercero, el impuestoprogresivo a las ganancias beneficia a los ms ricos ya que losque vienen ascendiendo desde la base de la pirmide patrimonialson castigados con alcuotas crecientes de tal modo que seobstaculiza la movilidad social y se crea una especie de reductoinexpugnable en el vrtice, un privilegio para quienes yaacumularon cierto patrimonio y slo ven sus gananciasafectadas. Por ltimo, debe subrayarse que resulta difcilprogresar si se entroniza un sistema por el que se castiga msque proporcionalmente a quienes ms rinden.

    Se ha sostenido que la redistribucin debe limitarse alpunto de largada en la carrera por la vida y, luego, permitir quecada uno corra segn sea su capacidad. De este modo, se conti-nua diciendo, todo se basar en el mrito y no en ventajas en lalargada como consecuencia de haber nacido en el seno de fami-lias pudientes.

    Este razonamiento es errneo. Si se redistribuye en elpunto de largada se deber redistribuir tambin en el punto dellegada ya que al final de la carrera los participantes habrn

    acumulado recursos precisamente para transmitrselos a sus des-cendientes. Si en la prxima largada nuevamente se redistribuye,nadie se esforzar durante la carrera y as sucesivamente.

    La suma cero

    En realidad, el redistribucionismo nace de lo que se conocecomo el dogma Montaigne4que interpreta las relaciones co-

    4

    Debido a las reflexiones de Michael Montaigne en El provecho de uno esel perjuicio de otro, Ensayos (Barcelona: Ediciones Altaya, 1994) [1588],vol. I, # 22.

    20

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    21/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    merciales como si fueran de suma cero (para utilizar esta termi-nologa muy ilustrativa tomada de la teora de los juegos). Estavisin imagina la riqueza como esttica y, por tanto, el enrique-cimiento de uno significa necesariamente el empobrecimientodel otro: la riqueza de los ricos es consecuencia de la pobreza delos pobres. Esta perspectiva est dominada por dos aspectoscentrales. En primer lugar, las relaciones comerciales son ima-ginadas como un asalto: lo que gana uno lo pierde el otro igualque sucede en un atraco al banco, lo que gana el asaltante lopierde el banquero. No imaginan la posibilidad de que en todatransaccin libre y voluntaria ambas partes ganan y, por ende,hay un incremento neto de riqueza. Por otra parte, Montaigne,influido por la poca mercantilista, centraba su atencin en ellado monetario de la transaccin y, por tanto, conclua que si Ale vende a B un par de zapatos, el primero se enriquece a expen-sas del segundo porque aquel fue quien recibi el dinero. Esteanlisis hace caso omiso del lado real de la transaccin como siel que compr los zapatos no los valorara en ms que la suma dedinero que entreg a cambio. Nadie que intuya algo de contabi-

    lidad clasificara con una mayor riqueza a quienes exhiben el ru-bro Caja y Bancos ms abultado. Eventualmente quienes estnrelativamente ms lquidos pueden estar quebrados. El patrimo-nio neto es lo que muestra el grado de riqueza. La obsesin conel lado monetario es lo que, en el sector externo, condujo tam-bin a las falacias que giran en torno a los saldos favorables ydesfavorables en la balanza comercial.

    En no pocos trabajos sobre estos temas se sostiene enfti-camente que el estorbo principal para el progreso material sedebe a la sobrepoblacin, lo cual no hace ms que repetir las

    proyecciones malthusianas del siglo XVIII en las que se anun-ciaba que la poblacin crecera en progresin geomtrica mien-

    21

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    22/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    tras que los alimentos lo haran en progresin aritmtica.Thomas Sowell5 explica que si se concentrara toda la poblacindel planeta (en aquel momento de 4.414 millones de habitantes)en el estado de Texas (de 678.623 km2) permitira un espacio de157 m2 por persona y 628 m2por familia tipo de cuatro miem-bros, que es aproximadamente el tamao del lote con que cuentauna familia tpica norteamericana. Tambin dice Sowell queEtiopa tiene la misma densidad poblacional que los EE.UU.,que Japn tiene una densidad poblacional mucho mayor que laIndia y que la zona de Park Avenue en New York tiene la mismaconcentracin poblacional que la mayor parte de los barrios ms pobres del mundo. Es que se habla de hacinamiento enCalcuta y no en Park Avenue porque en el primer caso haypobreza mientras que eso no ocurre en el segundo. Al fin y alcabo la tesis de la sobrepoblacin tambin la suscriban los pri-meros pobladores de la colonia Plymouth aun con apenas250.000 aborgenes en todo el territorio de lo que luego fueronlos EE.UU. El problema no es el exceso de poblacin, ms bienen muchos casos es la falta de poblacin y en todos los casos la

    pobreza es consecuencia de la incomprensin del significado demarcos institucionales que garanticen la vida y la propiedad ase-gurando de esta manera los incentivos fundamentales para lacreatividad y la produccin resultante.

    Incomprensiones comprensibles

    Es muy comprensible que mucha gente rechace buena parte delas propuestas de una sociedad abierta y el liberalismo, incluidaen primer trmino la idea de mercado. Resulta comprensible

    5The Economics and Politics of Race (New York: Basic Books, 1979).

    22

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    23/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    porque reiteradamente se han utilizado esas etiquetas para apli-car polticas diametralmente opuestas a las concepciones ticasen las que se sustentan, comenzando con una justicia indepen-diente y por cierto muy alejadas de la abolicin de privilegiosmonoplicos, gastos y endeudamientos pblicos reducidos y li-brecambio que, en lo que se refiere al monopolio de la fuerza yen esta instancia del proceso de evolucin cultural, constituyenlos pilares de la tradicin de pensamiento liberal.

    Tambin es cierto que al recurrir a expresiones como lasde que el mercado requiere o el mercado necesita aparecenantropomorfismos del tipo de el pueblo piensa o la nacinpretende lo cual, en el caso del mercado, oculta la verdaderanaturaleza del proceso que se basa en acuerdos entre millones deespecficas personas que van configurando precios que, a su vez,conforman un sistema de informacin para la adecuada asigna-cin de recursos. Como hemos mencionado antes, el mercado noes ms que un proceso de votacin que expresa los resultados deencuestas diarias para encaminar la produccin hacia las prefe-rencias de la gente.

    Quienes no se han adentrado en el significado del mercadomuchas veces consideran que no es posible dejar las transaccio-nes al juicio de las partes, puesto que la situacin sera catica.Este razonamiento los conduce a la planificacin con la idea deimponer orden y, contrariamente a sus deseos, obtienen diversosgrados de desorden como consecuencia de haber interferido enel mecanismo de precios cuya misin es, precisamente, la decoordinar la produccin. As aparecen sobrantes, faltantes ydistorsiones de diversa naturaleza debido a que en lugar decontar con informacin dispersa debida a los fragmentos de

    conocimiento que aportan los numerosos participantes en elmercado se cuenta con la ignorancia concentrada en un comit.

    23

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    24/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    Y no es porque las computadoras de los planificadores nopuedan almacenar suficiente informacin, es que al momento dela planificacin la informacin no est disponible.

    A nosotros nos pueden preguntar qu haremos el ao queviene en tales y cuales circunstancias y podemos conjeturar unarespuesta pero llegado el momento cambiaremos la decisin silas circunstancias se modifican o si nuestras percepciones sobrelos mismos hechos son otras. No acertamos en la proyeccin denuestros propios actos y se pretende la planificacin de millonesy millones de personas. Es presuntuoso proceder de esta maneracuando cada uno de nosotros ni siquiera sabe qu conocimientotendr dentro de cinco minutos.

    Hay un estrecho correlato entre el mercado, los precios yla propiedad privada. No puede existir uno de esos elementos sinque existan los otros dos. El precio implica el uso y la disposi-cin de lo propio (que son los atributos de la propiedad privada),es la manifestacin y el resultado de la libre transaccin. Si sepretende controlar precios estos se convertirn en simples nme-ros que no representarn la estructura valorativa de las partes

    sino que expresarn la imposicin poltica. En la medida que seextienden estos controles, la informacin va desapareciendo yno habr forma racional de asignar los escasos factores productivos. Si hay propiedad privada, hay precios y si hay precios hay mercado. Pueden variar los grados en que tenganvigencia estos elementos pero siempre estn ntimamentevinculados.

    La propiedad privada hace tambin de aliciente para elmejor cuidado y los mejores resultados de lo propio, a diferenciade la tragedia de los comunes que tiene lugar cuando se pre-

    tende que algo pertenece a todos puesto que en verdad nopertenece a nadie y, consecuentemente, el inters, el cuidado y la

    24

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    25/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    produccin respectiva adquieren caractersticas completamentedistintas.

    En una sociedad abierta existe una estrecha vinculacinentre la institucin de la propiedad privada y los resultados quese obtienen segn sea el modo en que se empleen dichos recur-sos. Como queda consignado, en la medida en que se asignanadecuadamente se obtendrn ganancias, en la medida en que seasignen mal (siempre a criterio de consumidor) se incurrir enprdida. Este sistema de premios y castigos hace de incentivopara el buen uso de los escasos factores productivos.

    Darwinismo social

    En el contexto del mercado se ha dicho que opera una especie dedarwinismo social en el que el ms grande se come al ms pe-queo. El proceso de seleccin cultural es de naturaleza distintaque el proceso evolutivo que tiene lugar en el mbito de la bio-loga. El primero no selecciona especies sino normas y, lo que esms importante, en el primer caso el ms fuerte le transmite su

    fortaleza al ms dbil va las mayores tasas de capitalizacin.Esto no ocurre como una consecuencia buscada, y muchas vecesni siquiera querida, ocurre debido al efecto inexorable que pro-duce el crecimiento en la estructura de capital segn hemos ex-plicado ms arriba.

    La benevolencia expresa el sentimiento de simpata ybuena voluntad hacia el prjimo. Este sentimiento puede canali-zarse a travs de tres modos de accin: la caridad, la beneficen-cia (a veces ambos agrupados como actividades filantrpicas) yel apostolado. En este contexto la caridad se concreta en la en-

    trega de bienes materiales a aquellos que no estn encondiciones de mantenerse a s mismos ni de producir lo

    25

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    26/380

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    27/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    Cada medida que debilita el proceso productivo, por msinsignificante que parezca, es un atentado contra los pobres. Elms pequeo resquebrajamiento del sistema implica que unapersona no come, que una persona no puede atender su salud oque una persona no puede educarse. Por la importancia delasunto y porque es conceptualmente previo a la consideracin dela benevolencia para con los ms pobres es que hemos destinadoalgn espacio para aludir al proceso por el que los ingresos entrminos reales se elevan.

    El estado benefactor

    Ya nos hemos detenido a considerar los efectos del redistribu-cionismo, pero curiosamente esta poltica por la que el monopo-lio de la fuerza -el gobierno- se arroga la facultad de sacar recur-sos a algunos para entregrselos a otros se ha dado en llamarestado benefactor. Decimos curiosamente porque la benefi-cencia y la caridad slo resultan posibles cuando se realizan conrecursos propios y de modo voluntario (si es annimo tal vez el

    acto tenga ms mrito an). Si una persona observa que un men-digo lisiado pide recursos en la puerta de una casa y los mora-dores deciden no entregarle los fondos requeridos, de ningunamanera podra considerarse un acto de caridad si el observadorirrumpe en el domicilio ajeno, sustrayendo fondos de los dueosde casa y entregndoselos al mendigo. Esto evidentemente es unatraco y no un acto de caridad. Nunca podra considerarse seria-mente como caritativo a ese ladrn que en nuestro relato asaltla casa. Lo mismo sucede con el aparato de la fuerza. En una so-ciedad abierta el gobierno se constituye para la proteccin de los

    derechos de los gobernados y no para usar de esa misma fuerza

    27

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    28/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    para volverse contra los mandantes. Frdric Bastiat con raznha dicho que:

    La ley es la organizacin del derecho natural a la legtimadefensa; es la sustitucin de la fuerza individual por la co-lectiva para actuar en la esfera en la que tiene derecho:para garantizar la seguridad de la persona, la libertad y la propiedad [...] Es imposible concebir la fraternidad im-puesta legalmente sin que la libertad y la justicia resulten

    legalmente destruidas. [...] No nos olvidemos que la ley esla fuerza y, consecuentemente, el dominio de la ley no puede legtimamente exceder el dominio legtimo de lafuerza.6

    Pero no solamente se trata de no vulnerar principios jurdi-cos elementales, se trata de percatarse del enorme dao al queaquellas polticas conducen. Cuanto ms se insista en aquellacontradiccin en trminos denominada estado benefactor, ma-yor ser la pobreza debido a la malasignacin de recursos quenecesariamente acarrea el desviar factores productivos desde las

    reas que demanda la gente hacia las que se impone por la vapoltica, lo cual reduce la evolucin de las tasas de capitalizaciny, por consiguiente, obstaculiza la posibilidad de elevar salariosy dificulta que los marginales participen en el mercado. Com- pletamente distinto resulta el impacto de la genuina caridad ybeneficencia puesto que al realizarse de modo voluntario y conrecursos propios expresa el deseo y las inclinaciones de su titu-lar.

    6 The Law, Selected Essays in Political Economy (Princeton: VanNostrand, 1964), [1850], p.52 y 64/5.

    28

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    29/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    Muchas veces se piensa que se puede salir del paso conmedidas de emergencia en la que los gobiernos recurren a lafuerza para distribuir fondos. Con la mira puesta en el cortoplazo se considera que se pueden salvar vidas sin incurrir en elcosto de la prdida de muchas ms vidas que se comprometen.Es lo mismo que ocurre cuando se implantan precios mximos a productos farmacuticos con la idea de salvar vidas hoy sincomprender la cantidad de vidas que se comprometen debido aque el precio ahuyentar inversiones en el sector y disminuirlas que existen.

    Ilustra magnficamente el perjuicio que el mal llamadoestado benefactor significa para los ms pobres lo que ha su-cedido en los Estados Unidos. Y hemos elegido deliberadamenteaquel pas porque es el ms eficiente de la Tierra y el lugar endonde ms se respeta la justicia debido a su independencia delos vaivenes del poder. Para no tomar perodos ms alejados quecomienzan con elNew Dealy concentrar la atencin en perodosms recientes, un meduloso estudio de Michael Tanner7 muestraque desde que el gobierno de los EE.UU. declar la guerra a la

    pobreza en 1965 se gastaron en ese pas 5.4 billones de dlarespara combatir la pobreza hasta 1996. El resultado de esa gue-rra y de los respectivos combates que insumi la cantidad refe-rida de recursos -monto verdaderamente impresionante porcierto- es que hay ms gente bajo la lnea de pobreza sobre eltotal de la poblacin que la que haba al comenzar la con-tienda8. Para apreciar la cantidad astronmica de recursos quesignifican los 5.4 billones de dlares consumidos por el gobierno

    7

    The End of Welfare: Fighting Poverty in the Civil Society (WashingtonD.C.: Cato Institute, 1996)8 Opus cit. cap. 3.

    29

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    30/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    en esta pelea tan mal concebida, seala el autor que con esa can-tidad se podran comprar los activos netos de las 500 empresastop segn la revistaFortune y toda la tierra destinada a la pro-duccin agrcola en los EE.UU. Y ya que estamos hablando deguerras, el mismo autor muestra que los 5.4 billones de dlaresrepresentan el 70 por ciento de la totalidad de los gastos que de-mand el extenso perodo de la segunda guerra mundial. Comosi esto fuera poco, el estudio de referencia revela que al comen-zar este programa en 1965, 70 centavos de cada dlar llegabana los destinatarios y el gobierno retena 30 y, en la actualidad,las cifras se revirtieron: slo 30 centavos de cada dlar llegan aldestinatario y 70 se quedan en el camino, es decir, en las agen-cias gubernamentales y en los bolsillos de los burcratas9. Ytengamos en cuenta nuevamente que estamos hablando del pasms eficiente de la tierra... imaginemos lo que queda para elresto.

    En prcticamente todos los pases se observa un gasto p-blico creciente debido principalmente a las erogaciones que de-manda el estado benefactor y, sin embargo, los problemas de

    la pobreza no parecen disminuir. Sin perjuicio de la quiebra defacto de la llamada seguridad social basada en absurdos esque-mas financieros, es conveniente a esta altura hacer un alto en elcamino y mirar el conjunto de estos gastos desde otros ngulos yno empecinarse en la archiconocida receta de simplemente re-clamar ms recursos del bolsillo de la gente con el pretexto deresolver los problemas de la gente, transferencias que, como he-mos indicado, terminan perjudicando a todos, incluso a los re-ceptores que, al comprometerse la produccin, ven mermar susingresos.

    9 Op. cit.p. 136.

    30

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    31/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    La combinacin del nacionalismo y el estado benefactorcondujo a una creciente participacin del gasto pblico en larenta nacional para financiar contiendas blicas y gastos socialescrecientes. William Bartley muestra cmo la primera guerramundial se vena gestando en el mundo intelectual (principal-mente en Alemania) mucho antes de 191410, lo cual, junto con laherencia bismarckiana hizo que creciera el estatismo. GordonTullock en un interesante trabajo11 incluye cuadros de gran inte-rs de los que se deduce que, por ejemplo, el promedio anual delgasto estatal como porcentaje del producto bruto en los EstadosUnidos y el Reino Unido desde fines del siglo XVIII hasta prin-cipios del XX se mantuvo en el orden del 4%, lo cual se revirtifuertemente como consecuencia de los antes mencionados na-cionalismos que siempre desembocan en conflictos de diversamagnitud y gastos para montar inmensos aparatos de seguridadsocial.

    Situacin de los ms pobres

    En este libro no pretendemos sealar caminos para salir del en-jambre producido por el estado benefactor. Esto ya se ha reali-zado en repetidas ocasiones en los que se encara de muy diver-sos modos las polticas posibles de transicin y tambin caminosque la acotan12. Este libro pretende poner de manifiesto los gra-

    10Unfathoned Knowledge, Unmeasured Wealth (Lasalle, ILL: Open Court,1990) p. 278 y ss.11 Government Growth, Taiwan Journal of Political Economy, vol. II,1991.12

    Para citar el ltimo que ha llegado a nuestras manos, el de Robert W.McGee en The Moral Case to Abolish Social Security (New York: TheDumont Institute for Public Policy, 1997), trabajo en el que el autor se

    31

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    32/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    ves inconvenientes que genera aquella poltica para los ms po-bres, en el contexto de las explicaciones necesarias sobre los in-centivos que produce la sociedad abierta y la correlacin entre lalibertad y la mayor ayuda posible al prjimo que se encuentrasin ingresos o con ingresos sumamente reducidos.

    Resulta claro que si el estado le saca la totalidad de sus re-cursos a los contribuyentes no habr posibilidad alguna de queestos ayuden con fondos a nadie. Ahora bien, sin llegar a esteextremo, cuanto ms recursos le saque el gobierno a la gente,menores disponibilidades tendr para obras caritativas y debeneficencia. Adems de apoderarse de cuantiosas sumas, si losgobiernos se arrogan la funcin de caridad (y, dicho sea depaso, tambin destinan una porcin substancial del presupuesto pblico para publicitar dichas tareas) los gobernados terminancreyendo que en verdad es funcin estatal socorrer a los msnecesitados.

    Esta secuencia no slo degrada y pervierte el sentido de lacaridad en el ms puro sentido orwelliano, sino que las personastienden a abandonar sus inclinaciones naturales hacia los pro-

    blemas ajenos y, por tanto, se despreocupan del asunto. Apare-cen esgrimiendo una doble argumentacin, por un lado, con ra-zn, sostienen que ya bastante dinero les arranca el gobierno ynaturalmente debe asignrsele prioridades a lo que queda y, porotro, de tanta propaganda, terminan convencidos que no es de suincumbencia el padecimiento ajeno. Sin duda que, a pesar detodo lo sealado, hay personas que no abdican ni delegan sus

    opone al gradualismo por las mismas razones morales que hubiera invocado

    cuando en las pocas de la esclavitud se sostena que el sistema no debaeliminarse sbitamente porque haran quebrar a muchos productores de al-godn en el sur.

    32

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    33/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    preocupaciones respecto de la suerte ajena, pero lo que aqu de-jamos consignado no debe subestimarse puesto que comprometeseveramente la ayuda a los ms necesitados.

    La idea de la caridad tambin se degrada al manosearla encampaas polticas en las que se tolera que se recurra perma-nentemente al plural afirmando que tenemos que ayudar a lospobres y nos comprometemos a entregarles tales y cuales co-sas. Este lenguaje impropio pasa por alto por lo menos doscosas. En primer trmino, que especialmente la caridad requieredel singular, es decir, el autopreguntarse qu es lo que uno con-cretamente est haciendo en lugar de vociferar con un plural quesirve para ocultar la propia conducta y diluir responsabilidades.En segundo lugar, no tiene sentido comprometer recursos aje-nos. Es muy fcil asegurar por la fuerza el aporte de los fondosque provienen de otros bolsillos, pero es una irresponsabilidadmanifiesta el proceder de esta manera.

    Tambin la antedicha propaganda estatal afecta severa-mente a los destinatarios de los fondos. Una parte minoritaria,aun sin rechazar los recursos que se les entrega, se desmoraliza

    por el hecho de saber que son detrados coactivamente de losbolsillos de otros. Por otra parte, el sentido de dignidad y la mo-lestia por los entrometimientos gubernamentales queda reflejadaen la afirmacin de una india peruana que recoge el diario LaNacin de Buenos Aires: No quiero que me den una mano, sloquiero que me saquen las manos de encima.13

    Por el contrario, la mayora se va tornando activista y ter-mina pordemandarfondos de los bolsillos ajenos. Esta exigen-cia es captada por demagogos que incorporan el redistribucio-

    13 Enero 8 de 1997, p. 8.

    33

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    34/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    nismo como parte de textos constitucionales, cdigos y legisla-ciones diversas con lo cual se consagra un nuevo derecho.

    Resulta de gran importancia percatarse que estas demandassonpseudoderechos opuestas a las ms elementales normas jur-dicas de una sociedad libre. Si una persona percibe en carcterde remuneracin mil pesos, el resto de la gente tiene la obliga-cin universal de respetarle esa asignacin. Pero si la misma per-sona declara que tiene derecho a percibir dos mil an ganandomil y, en consecuencia, el gobierno le otorgara semejantederecho, esto significara que otra persona tendra la obliga-cin de entregarle la diferencia, lo cual, claro est, afectara elderecho de esa otra persona. Por esto es que se denomina unpseudoderecho: al otorgarse necesariamente lesiona derechos deotros. Por esto es que los llamados derechos a una viviendadigna, a una educacin adecuada, a una alimentacin balan-ceada, etc. etc., son pseudoderechos que afectan la seguridad ju-rdica, el sentido de justicia (dar a cada uno lo suyo segn laclebre definicin de Ulpiano) y, como hemos explicado con an-terioridad, perjudica en ltima instancia a los ms pobres.

    Experiencias en libertad

    Es muy interesante estudiar las formidables experiencias de loocurrido all donde el monopolio de la fuerza se limit al cum-plimiento de sus funciones especficas de proteger el derecho detodos y bsicamente se abstuvo de incursionar en aventuras de-maggicas. Resultan especialmente interesantes los casos de las friendly societies y las asociaciones de mutual aid en Inglate-

    34

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    35/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    rra14, las fraternal societies en los Estados Unidos15 y, en laArgentina, los montepos, las sociedades de socorros mutuos, lascofradas, las sociedades de beneficencia y el mutualismo entreinmigrantes16.

    Estas asociaciones privadas y voluntarias establecieronsistemas de seguros, de atencin a hurfanos, a viudas, a enfer-mos, otorgaban becas para estudios, atendan a discapacitados,implantaron formas de pensiones a miembros y tambin se ocu-paban de no-miembros menesterosos. Tareas realizadas con granesmero que muchas veces demandaban grandes sacrificios comocuando se enfrentaba una epidemia. Los documentos de la pocarevelan resultados notablemente exitosos y, en todos los casos,exista una estrecha y personalizada relacin entre el donante yel donatario lo cual no slo estableca lazos de amistad y gratitudsino que permita los necesarios seguimientos de cada caso (todolo cual est naturalmente ausente cuando interviene el aparato dela fuerza).

    Frente a esta conmovedora y muy gratificante evidencia enalgn caso se ha insistido en la posibilidad de que, adems,

    sera til la intervencin gubernamental como un comple-mento pero debemos insistir muy enfticamente que en la me-dida en que el estado intervenga en esta rea, en esa medida, se

    estar comprometiendo la situacin de los ms pobres. Cada

    peso que coactivamente detrae el gobierno de la gente implica

    14 Vid. C.G. Hanson Mutual Aid Before the Welfare State, The LongDebate on Poverty (Londres: The Institute of Economic Affairs, 1974).15 Vid. D.T. Betio Mutual Aid Before Social Welfare: The Case ofAmerican Fraternal Societies, Critical Review, vol. 4, # 4, otoo de 1990.16

    Vid. E.R. ConiBuenos Aires caritativo y previsor(Buenos Aires: EditorialSpinelli, 1918) trabajo en el que el autor extiende sus consideraciones alinterior del pas.

    35

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    36/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    un retroceso para los ms necesitados. Las reflexiones que he-mos formulado al comienzo sobre el significado de las institu-ciones de una sociedad abierta y su estrecha conexin con la ca-ridad y la beneficencia nos permite advertir con el nfasis nece-sario sobre las amenazas que afectan en grado sumo a personasque padecen dolor y angustia, argumentos que no pueden ni de-ben ser tomados con liviandad y con razonamientos superficialesy frvolos puesto que esta banalidad puede incluso costar la vidade muchas personas.

    Es por eso de gran trascendencia el haberse detenido en lasconsideraciones que hemos efectuado al comienzo puesto que,entre otras cosas, no hay posibilidad de caridad si no hay pro-duccin y para que la produccin sea mxima deben dejarse delado polticas que la debilitan y la estorban. Esta conexin re-sulta muy relevante para la comprensin del tema que estamostratando. Por otra parte, como ha dicho Michael Novak, una co-munidad que se pretenda sustentar exclusivamente en la caridadno puede subsistir17. No es mera coincidencia que en aquel lugaren donde relativamente existe un mayor grado de libertad como

    es el caso de los Estados Unidos, tambin sea el lugar en dondela actividad filantrpica sea la ms intensa en valores absolutosy en relacin con la poblacin. Tampoco es una coincidenciafortuita que en la crcel de la Cuba castrista, donde todo lomonopoliza el estado represor, se desconozca el significado dela filantropa.

    17 The Spirit of Democratic Capitalism (New York: Simon & Schuster,1982), cap. IV, seccin tercera sugestivamente titulada La virtud del inters

    personal en la que el autor adhiere a la idea de que todos los actos, yatengan un objetivo sublime o ruin, proceden del inters personal del sujetoactuante, de all la relevancia del proceso de incentivos individuales.

    36

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    37/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    En realidad el dao provocado por los Bismarck y losBeveridge ha calado muy hondo y han sido muy graves y perdu-rables las consecuencias de pretender la obtencin de beneficiosa travs del uso de la fuerza. Y conviene precisar que cuando sediscuten estos temas muchas veces se dice -no sin cierto dejo so-carrn- que no es posible dejarlo todo en manos del mercadosin percibir que el mercado somos todos y si no se deja ennuestras manos tamaa empresa, no se ve con claridad en manosde quin podr estar. No queda nadie fuera del mercado comono sean las personas en estado de miseria total las que no estnen condiciones de ayudar y a las que, precisamente, en primertrmino, estn dirigidas las medidas que maximizan lacapitalizacin.

    Benevolencia y malasignacin

    Hemos concluido que el cambio forzado en el destino de los re-cursos desde las reas preferidas por la gente hacia las preferidas

    por las acciones polticas implican malasignacin de factoresproductivos y, consecuentemente, consumo de capital y menoressalarios. A esta conclusin debemos ahora acoplar el conceptoreferido a los fuertes incentivos para incrementar la produccin por parte de aquellos que disponen libremente del fruto de sutrabajo. Como hemos dicho, cualquiera sea el destino que el titu-lar decida darle a sus ingresos, este destino constituye el est-mulo y el premio por atender los requerimientos de los dems enel mercado. De ms est decir que esta posicin no es irrevoca-ble, el empresario la deber convalidar todos los das. Cualquier

    descuido o negligencia la pagar con una merma en su patrimo-nio. Es indistinto cul sea el destino que le asigne a sus ingresos,

    37

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    38/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    podr ser la adquisicin de una casa, de un auto, la educacin desus hijos, un tapado de piel para su mujer o la filantropa, en to-dos los casos la libre disposicin proporciona satisfaccin a sutitular. Pero si los destinos son decididos compulsivamente porla autoridad gubernamental el estmulo se desvanece junto conel incentivo a producir. No resulta lo mismo que el propietariodecida destinar cien pesos para obras filantrpicas a que el go-

    bierno se apodere de cien pesos con la idea de ayudar a los po-

    bres. El primer caso entra dentro de los estmulos aludidos, en

    cambio la seal que se transmite en el segundo caso es la de uncastigo o des-estmulo. Ms an, esta segunda poltica tiene in-cluso un efecto ms devastador que un atraco. Un asalto es gene-ralmente visto como una situacin de excepcin, en cambio laayuda estatal tiene el efecto de un atraco institucionalizado locual mueve los incentivos en una direccin opuesta a la deseada.

    Muchas veces da la impresin de que los aparatos polticosnecesitan de la pobreza como justificativo para las estructurasburocrticas que alimentan a los polticos y como leitmotiv desus campaas electorales. Da la impresin de que si se barriera

    con la pobreza la demagogia se queda sin piso y sin poder justi-ficar su existencia. Por esto es que en no pocos casos se utiliza lapobreza -se usa a los pobres- y por eso es que en esos mbitosno se demuestra verdadero inters por resolver el problema.

    En otro orden de cosas, se ha preguntado por qu es quesobrevino la intervencin gubernamental si la filantropa delsector privado era tan amplia, eficiente y generosa. En estemismo sentido tambin cabe preguntarse por qu es que se haceel mal si los diez mandamientos estn anclados en slidos prin-cipios morales o por qu es que se abandonan los principios del

    orden y la disciplina monetaria basados en que los procesos in-flacionarios controlados reactivan la economa. La respuesta a

    38

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    39/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    todos estos interrogantes debe buscarse en el terreno intelectual:son las ideas y las concepciones que se consideran idneas lasque influyen decisivamente en los cambios de opinin. Si la ideaA se abandona y se defiende la B, naturalmente ser esta ltimala que prevalecer independientemente de que explique o no losnexos causales subyacentes a la realidad. A estos efectos, lo re-levante es lo que la opinin dominante considera que es perti-nente para sus propsitos aunque stos no se logren con la recetaadoptada.

    La influencia de las ideas se conecta tambin con el uso delas palabras. En el contexto de este trabajo, resulta de interssubrayar que por la fuerza no se puede ser solidario. Para sen-tirse copartcipe de las angustias y los problemas que afligen se-veramente al prjimo debido a los ingresos miserables quepercibe, se requiere de la gestin voluntaria realizada con recur-sos propios. No constituye un acto solidario el que, a punta depistola, el gobierno rena fondos con la intencin de socorrer alos ms necesitados. Un acto solidario no es un acto compulsivo.El sentimiento de solidaridad no es fruto de la violencia sino que

    nace espontneamente por la compasin y el deseo de ayudar alprjimo y de consubstanciarse con sus desvelos y mala fortuna.

    Propaganda poltica

    Adems de los mltiples problemas que crean las polticas delestado benefactor a las que nos hemos referido en este cap-tulo, cabe apuntar que si se analiza separadamente cada rea enla que irrumpen estas polticas, se comprueba la acumulacin deefectos negativos no slo de carcter general sino que se multi-

    plican los problemas en el rea especfica de que se trate. Se han publicado numerosos trabajos que atestiguan esta conclusin,

    39

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    40/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    por ejemplo, entre muchas otras, las consecuencias nocivas quetales polticas producen sobre los negros en Estados Unidos18,sobre la institucin de la familia19, sobre la salud20 y sobre laeducacin21. No es nuestra intencin volver a repetir este anlisissino la de contrarrestar la abrumadora y persistente difusin dela malsana idea de que la ayuda a los ms necesitados deberesolverse recurriendo a la fuerza para sacarles a unos lo que lespertenece para entregrselos a otros, como si esto pudiera lograrlos propsitos de aliviar la pobreza y como si la accin volunta-ria resultara inoperante. Muchas veces cuando se discuten estostemas da la impresin de que quien patrocina la ayuda com-pulsiva es el nico ser que tiene sentimientos nobles (aunque noofrece sus recursos personales para aliviar los dolores del pr-jimo) y que el resto es por naturaleza reticente e indiferente res-pecto de las miserias ajenas.

    Precisamente, el sentido de este libro es el de contrarrestaraquella propaganda poltica que ha dejado secuelas indelebles enel espritu de muchas personas bien intencionadas y que haceaparecer como si fuera funcin del gobierno la de atender a los

    pobres. En las pginas que siguen incluimos testimonios de muyvariadas fuentes que apuntan a refrendar nuestro argumento res-

    18 Walter Williams State Against Blacks (New York: McGraw Hill, 1978).19J. Carig Peery The Family: Federal Policy and Private Alternatives, The American Family and the State (San Francisco CA: Pacific ResearchInstitute, 1986)20 M. Palyi Compulsory Medical Care and the Welfare State (New York:International Medical Asociation, 1980).21 A. Benegas Lynch (h) Education in an Open Society An Austrian in

    France - An Autrichien en France. Festschrift in honour of Jacques Garello- Essais rdigs en lhonneur de Jacques Garello (Torino: La Rosa Editore,1997), Kurt Leube, Angelo M. Petroni y James Sadowsky, eds.

    40

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    41/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    pecto de la notable trama de incentivos, coordinacin de infor-macin, creatividad y eficiencia de la sociedad libre, de una en-vergadura tal que maximiza las oportunidades de todos y abrelas compuertas para ayudar de muy diversas maneras a los msnecesitados en el contexto del respeto irrestricto a los derechos ya los diversos proyectos de vida de las personas y, simultnea-mente, pone de manifiesto las amenazas y los graves perjuiciosque genera el estado benefactor, especialmente para aquellosque se dice que se desea respaldar.

    La adopcin de los postulados de una sociedad abierta noslo permite satisfacer necesidades del mejor modo posible sinoque facilita el proceso evolutivo para que se pongan de mani-fiesto las cambiantes concepciones de la gente.

    41

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    42/380

    SINTESIS DEL CAPITULO PRIMERO

    Los graves problemas por los que atraviesan los ms necesita-

    dos se pueden mitigar o, si acaso, resolver a travs de dos cami-

    nos. El primero consiste en el establecimiento de marcos institu-

    cionales que estimulen al mximo el crecimiento del capital y, el

    segundo, se canaliza a travs de la benevolencia que, a estos

    efectos, se concreta en la beneficencia y la caridad.

    Todas las polticas que tiendan a debilitar la produccin

    afectan los salarios de la gente y, al mismo tiempo, se reducenlas posibilidades filantrpicas.

    En los Estados Unidos, el pas ms eficiente y ms respe-

    tuoso de la justicia en la tierra, se gastaron billones de dlares

    en combatir la pobreza. Con la cifra gastada en los ltimos 30

    aos se podran adquirir los activos netos de las 500 empresas

    ms importantes y toda la tierra dedicada a la agricultura en

    los Estados Unidos. El resultado de tamaa erogacin es que la

    cantidad de personas bajo la lnea de pobreza en relacin a la

    poblacin total aument y que de cada dlar gastado slo 30

    centavos lleg a los destinatarios y los 70 restantes fueron a pa-rar a los bolsillos de la burocracia.

    En cambio, si se analiza la actividad caritativa privada

    antes de que irrumpiera aquella contradiccin en trminos co-

    nocida como estado benefactor, se observan las notables ta-

    reas realizadas y los muchos objetivos logrados.

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    43/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    CAPITULO II

    CARIDAD Y BENEFICENCIA EN EL SIGLO

    PASADO

    La apata moral es competencia del indivi-

    duo, aunque se multiplique por cien mil y

    adquiera forma de decreto.

    Norbert Bilbeny

    La adopcin de las instituciones de una sociedad abierta,establecidas principalmente a inspiracin de Juan BautistaAlberdi en la Constitucin de 1853 (con las reformas posterioresde 1860), permiti que la Argentina se convirtiera en uno de los pases de mayor progreso hasta que las ideas fascistas de ladcada del treinta, acentuadas a partir de mediados de la dcada

    siguiente, revirtieron la situacin convirtindose en un pas atra-sado y decadente. En su poca de oro, la Argentina exhiba sala-rios en trminos reales superiores a los de Suiza, Alemania yFrancia y, desde luego, muy por arriba de los de Italia y Espaa.La poblacin se duplicaba cada diez aos: los inmigrantes ve-nan a hacerse la Amrica a pesar de las dificultades en lostransportes. En el centenario, las exportaciones argentinasequivalan a las de Canad y Australia y la tasa de crecimientoindustrial era la segunda del mundo. Incluso historiadores queno simpatizaban con el liberalismo, como Alejandro Bunge y

    Carlos Daz Alejandro, dejan consignado el notable progreso

    43

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    44/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    argentino22. Tantas eran las asociaciones privadas de filantropadedicadas a las ms diversas necesidades -de las cuales slomostraremos algunos ejemplos resumidos en este captulo- queen algunos casos la generosidad se prestaba al abuso. As, porejemplo, Jos Antonio Wilde nos muestra que haba familiasenteras de inmigrantes que venan a estas tierras al solo efecto desacar partida de instituciones benficas para luego volver a sus pases de origen y disfrutar de lo recibido en concepto decaridad:

    Todos sabemos que pocos aos atrs entre los inmigrantesvenan personas que no tenan ms oficio, y que, despusde mendigar (a veces familias enteras), por ms o menostiempo, se volvan a su pas a gozar el fruto de su lucrativaocupacin.23

    Previamente a la formacin del estado nacional, pero conmucho mayor despliegue a partir de la primera mitad del sigloXIX, las entidades privadas sin fines de lucro y con propsitos

    de bien pblico cumplieron un papel destacado en la ayuda a losms necesitados.En los perodos previos al establecimiento de la Argentina

    como nacin, la Iglesia Catlica actu trasladando los conceptos

    22 Una nueva Argentina (Madrid: Hyspamrica, 1984) [1940] y Ensayos sobre la historia econmica argentina (Buenos Aires: Amorrortu, 1983)[1970] respectivamente.23Buenos Aires desde setenta aos atrs (Buenos Aires: W. M. Jackson,

    1944) [1881], Wilde registra especficamente el caso del Asilo de Mendigosestablecido en 1858 por el Convento de Recoletos que reciba cuantiosasdonaciones.

    44

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    45/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    y las prcticas del ejercicio de la caridad en el viejo continenteeuropeo.

    Una vez en Amrica, fueron particularmente las rdenesreligiosas, apoyadas por los monarcas espaoles, quienes levan-taron conventos, parroquias, asilos, colegios y universidades yotra serie de instituciones como las cofradas, que nucleaban alos miembros ms destacados de la sociedad colonial. As, du-rante todo el perodo pre-independentista, las primeras activida-des de carcter filantrpico estuvieron profundamente marcadas por las actividades religiosas y se organizaron en torno a sugida.

    Durante casi tres siglos, la colonizacin espaola confor-mara un modelo de asistencia asentado en tres pilares funda-mentales:

    1. el estado colonial, que supervisaba las cuestiones sani-tarias;

    2. la Orden de los Bethlemitas (clero regular);3. la Hermandad de la Santa Caridad.

    La Hermandad de la Santa Caridad fue fundada en 1727por don Juan Alonso Gonzlez, para enterrar a los muertos luegode una epidemia, siendo entonces autorizada por el Obispo y elGobernador. Alonso Gonzlez era un vecino que aport fondospersonales para su fundacin y quien luego, en 1734, tom loshbitos. Hacia 1741, la Hermandad tuvo problemas con los p-rrocos de la ciudad que le iniciaron un pleito, porque dismi-nuan sus ganancias con las inhumaciones gratuitas que realiza-ban. El Obispo, entonces, suspendi el permiso de entierro a laHermandad.

    45

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    46/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    Segn Passanante24, la Hermandad era de composicinmixta, formada por notables y religiosos que dependan del obis-pado (administraba el Hospital de Mujeres, la Casa de Hurfanasy la Casa de Nios Expsitos). La Hermandad tena bastanteindependencia de la jerarqua eclesistica catlica aunque acep-tara al Obispo como autoridad.

    Pero fueron los jesuitas a travs de la Compaa de Jess,quienes hasta su expulsin, estuvieron a la vanguardia de lasiniciativas benficas. Sus afanes civilizatorios y el espritu parti-cularmente emprendedor de algunos de sus miembros, marcaronel origen histrico de las organizaciones voluntarias en Argen-tina. Aunque dcadas ms tarde el estado expropiara muchasde esas obras de beneficencia, la impronta religiosa dejara sufuerte signo en el sector.

    Algunos autores25 identifican como la primera asociacinsin fines de lucro creada en la Argentina a la Universidad Real yPontificia de Crdoba del Tucumn. Esta fue fundada por elObispo Trejo y Sanabria, y tal era su vehemencia que lo hizodos veces: por acto entre vivos a travs de su donacin del 19 de

    enero de 1613 y por disposicin de ltima voluntad, segn loexpresa su testamento del 14 de diciembre de 1614. Los fondospara dicha universidad destinados por Trejo provenan de sustierras, dineros, plata labrada, libros, esclavos y heredades. Estafue la primera universidad en las tierras de la Compaa de Jess

    24 Mara Ins Passanante Pobreza y accin social en la historia argentina -de la beneficencia a la seguridad social (Buenos Aires: Ed. Humanitas,1987) p. 10.25

    Aldo Armando CoccaLas Fundaciones. Del derecho de la antigedad alactual derecho internacional. Historia y legislacin en la RepblicaArgentina (Buenos Aires: Editorial Plus Ultra, 1981) p. 37.

    46

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    47/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    y la piedra basal del despliegue de sus obras benficas, particu-larmente en el mbito educativo y cultural.

    Adems de los fondos provenientes de la Iglesia directa-mente o a travs del Cabildo, las distintas rdenes procurabanrecaudar fondos de la sociedad local a travs de distintos proce-dimientos. En relacin con los padres Bethlemitas, por ejemplo,seala Coll26 que los religiosos de esta orden fundaron otroshospitales merced a la caridad privada, con dineros que recoganfrailes limosneros y gracias a dos legados importantes.

    Este modelo de beneficencia se fue extendiendo progresi-vamente. Las distintas congregaciones eran las receptoras de losimpulsos caritativos de religiosos (laicos o no) quienes donabansus pertenencias en vida, o bien dejaban sus legados, para lacreacin de alguna entidad civil, la que se estableca bajo el pa-tronato de alguna de ellas.Las donaciones, legados y mayoraz-gos, los patronatos y las capellanas fueron los instrumentos decirculacin y transmisin de la riqueza, parte de la cual se des-tinaba a la creacin y desarrollo de obras educativas y sanitarias.Es decir que si bien tanto la innovacin religiosa como su propia

    institucionalizacin serva de mediacin para iniciativas de ca-rcter caritativo, no siempre fue la jerarqua eclesistica la queejerci directamente dichas funciones.

    Estas primeras asociaciones voluntarias mezclaron lopblico y lo privado, lo confesional con lo civil, la provisin deservicios con la explotacin y el control social. Fueron el ins-trumento primordial de la intervencin social del estadocolonial.

    26 Jorge Coll, cit. por Andrs Thompson Beneficencia, filantropa y justiciasocialPblico y privado (Buenos Aires: Unicef-Losada, 1995) p. 23.

    47

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    48/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    Las primeras manifestaciones de benevolencia privada

    La historia de la previsin, es decir, la actividad de los indivi-duos para proveerse de bienes en el perodo de baja productivi-dad (etapa pasiva de la vida) muestra experiencias muy ricas enla Argentina. La previsin privada en la Argentina, al igual quela ayuda al prjimo, fue monopolizada por el estado a partir demediados del presente siglo. En este tipo de instituciones se re-flej un claro desplazamiento de la actividad privada, voluntariay espontnea, por el accionar coactivo del estado.

    La historia de las instituciones revela:

    La primera forma de proteccin social en la Amrica his- pnica, organizada sobre la base de la solidaridad de losgrupos sociales, corresponde a los fines mutualistas y be-nficos de las cofradas, gremios y hermandades. Estasasociaciones, propagadas en Espaa a partir del siglo XIIentre todos los sectores gremiales, reprodujeron en la so-

    ciedad colonial antiguas prcticas de asistencia y ayudamutua. La cofrada, el gremio y la hermandad de socorroson tres instituciones definidas y con caracteres propios.Estas instituciones de previsin social presentan dos as-

    pectos que es necesario distinguir: 1) como entidades mu-tuales cumplieron fines de previsin tendientes a propor-cionar a los afiliados beneficios de asistencia mdica,ayuda econmica, gastos de entierro y funerales; 2) comoentidades benficas desarrollaron una amplia labor deasistencia social consistente en: distribucin de limosnasentre los pobres, establecimiento de hospitales para

    atender gratuitamente personas sin recursos, y fundacinde asilos y colegios de hurfanos.

    48

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    49/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    En el primer aspecto, el derecho a los beneficios se ba-saba en el pago de una cotizacin personal que importa elprincipal elemento tcnico de la previsin mutualista inde- pendiente de la tutela del Estado. En cuanto a las demsobras, constituyen el antecedente de la beneficencia p-blica en Amrica organizada por entidades privadas de ca-rcter social.27

    Al respecto cabe agregar que en la poca no exista nin-

    guna previsin estatal, hasta los indios tenan sus propias institu-ciones llamadas cajas de comunidades en las cuales mediante losrecursos provenientes del trabajo colectivo se cubran los riesgosde enfermedad, invalidez y muerte. Exista adems entre los in-dios un pacto de solidaridad tcito pues los sectores activos ga-rantizaban con el producto de su trabajo las obligaciones de viu-das, pobres e incapacitados.28

    Por ltimo, existan tambin los montepos al cual se con-sidera como una forma histrica del mutualismo y primer ante-cedente del seguro de supervivencia en las colonias hispanoame-

    ricanas. Los montepos se definen como instituciones que tie-nen fondos, cajas o depsitos de dinero formados condescuentos hechos a los empleados para auxiliarlos en su vejez oenfermedad, pensionar a sus viudas o hurfanos. Esta institucinde tipo individualista fue desapareciendo paulatinamente alestructurarse los regmenes jubilatorios y de previsin. Algunosautores del siglo pasado, como Ramn Videla, especialista enderecho administrativo, basaban las ventajas del rgimen de

    27 Ricardo R. Moles Historia de la previsin social en Hispanoamrica

    (Buenos Aires: Ediciones De Palma, 1962) p. 57.28 Alberto Benegas Lynch (h) y Martn KrauseProyectos para una sociedadabierta (Buenos Aires: Abeledo-Perrot, 1993) p. 50.

    49

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    50/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    montepo sobre el jubilatorio en 1896 en que no recarga alEstado con aportes.29

    Antes de la sancin de la Constitucin y an siendo la Ar-gentina un pas fragmentario, sin haber experimentado los bene-ficios del comercio y el progreso, los individuos ya realizabanlos primeros antecedentes de obras de ayuda al prjimo indepen-dientes de la accin compulsiva del estado.

    Esta actitud espontnea, crecera exponencialmente a partirdel crecimiento econmico generado por la Constitucin Nacio-nal de 1853.

    El perodo post-independencia

    El perodo que va desde la independencia hasta fines del sigloXIX es, quizs el ms rico en la historia argentina en materia degeneracin y desarrollo de entidades benficas. A partir de 1810,pero mucho ms a partir de 1823, el gobierno comenz a realizarintentos por intervenir de manera ms decidida en los problemassociales procurando retirar la atencin a los mismos de las ma-

    nos exclusivas de las rdenes religiosas, aunque sin asumir di-rectamente el control sino delegndolo a una variedad de figurasjurdicas de carcter civil y privado.

    El primer intento fue llevado a cabo por el Directorio de1815. A travs de un proyecto aprobado por el Cabildo, quita delas manos de los padres Bethlemitas el manejo de los hospitalesy los transfiere a unas Juntas Civiles creadas en su reemplazo, deahora en ms encargadas de su administracin y rgimen. Los

    29

    Ricardo Piccirilli, Francisco Rowray, Leoncio GianelloDiccionario hist-rico argentino, Ediciones Histricas Argentinas,Buenos Aires, tomo V, p.295.

    50

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    51/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    padres mencionados quedan por ahora en calidad de meros sir-vientes del hospital (artculo 9 del decreto del director Alvarez,firmado tambin por su secretario Gregorio Tagle, 11/09/1815).

    Luego Rivadavia, siendo primer ministro del gobierno deMartn Rodrguez, ira mucho ms a fondo en el impulso al pro-ceso de secularizacin del Estado. En 1822 el gobierno sancio-naba la Ley de Reforma del Clero mediante la cual se abola elfuero personal eclesistico y los diezmos, se dispona la supre-sin de las Casas Regulares Bethlemitas, se confiscaban todoslos inmuebles y muebles, los que pasaban a manos del estado, yse obligaba a los prelados de las comunidades religiosas a rendircuentas al gobierno sobre la administracin de los bienes y lasrentas comunitarias. En el mismo ao tambin se suprime laHermandad de la Santa Caridad, con lo que se termina de des-montar el esquema institucional religioso de la asistencia socialde la poca colonial.

    En reemplazo de ello, Rivadavia, ahora presidente, crea laSociedad de Beneficencia en 1823 como modelo original de en-tidad privada creada por el estado para cumplir funciones pbli-

    cas.En nuestra historia se encuentra desde muy temprano una

    suerte de beneficencia compulsiva que se originara, como sedijera, en pocas coloniales, y se trata de la creacin por partedel Estado, y con fondos fiscales, de instituciones de caridad.Esto no debera considerarse como beneficencia, ya que se tra-taba de fondos obtenidos compulsivamente y no entregados enforma voluntaria; en trminos modernos vendra a ser como de-jar en manos de ciertos individuos, o concesionar, la atencina los ms necesitados.

    El origen de la Sociedad de Beneficencia tiene tambinque ver con el papel asignado a la mujer en la poca. La Socie-

    51

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    52/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    dad tena como objetivos la perfeccin de la moral, el cultivodel espritu del bello sexo, y la dedicacin del mismo a lo que sellama industria, y que resulta de la combinacin y el ejercicio deaquellas cualidades (Acta de instalacin de la Sociedad de Be-neficencia, discurso pronunciado por Rivadavia30).

    Rivadavia le encarg a Mariquita Snchez de Thompsonque se ocupara de la seleccin de trece damas que conformaranla primera comisin de la Sociedad de Beneficencia. Frente a sudeclinacin para asumir el cargo de presidenta, Rivadavia supoatraerse otra dama linajuda, de aristocracia de sangre, familiar ycomunicativa, doa Mercedes Lasala y Riglos, a quien le asistaderecho a escudo y en cuyos salones se mantena la etiqueta tra-dicional de los grandes tiempos de la colonia31.

    Como mencionramos anteriormente su origen est clara-mente identificado con un impulso estatal para relevar en lastareas de beneficencia a la Iglesia Catlica y a otras rdenes reli-giosas. Una vez puesta en marcha, sus propios miembros se ocu-paron de bregar cada vez con mayor ahnco por la autonoma delestado, aunque sin renunciar al apoyo financiero oficial y, an

    ms, exigindole al estado el deber de apoyarla.Durante sus primeros aos de existencia la Sociedad de

    Beneficencia ejerci el monopolio total de las actividades debeneficencia. La poca rosista significara el congelamiento desus actividades, entre 1838 y 1852,bajo el argumento de la esca-sez de recursos para financiarlas. Rosas invoc sin xito que lacaridad privada reemplazara al financiamiento estatal en los hos-

    30 Carlos Correa Luna Historia de la Sociedad de Beneficencia (Buenos

    Aires: Sociedad de Beneficencia de la Capital, 1923) p. 15.31 Alberto Meyer Arana La beneficencia en la ciudad de Buenos Aires, enCenso General de la Ciudad de Buenos Aires, tomo III, Buenos Aires, 1910.

    52

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    53/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    pitales. Este es el caso del Hospital de Hombres a cargo de laSociedad Filantrpica que tambin sucumbi por falta de fondosy otros medios de subsistencia32. La Sociedad Filantrpica, cons-tituida por caballeros, fue creada por un decreto de 1828 con lafinalidad de administrar las crceles y los hospitales. Dej defuncionar en 1835.

    Despus de la Constitucin de 1853

    La atencin de los ms necesitados en la Argentina posterior a lasancin de la Constitucin de 1853 estuvo a cargo de institucio-nes pblicas y privadas.

    La oferta pblica de servicios de salud y educacin eranmarcadamente insuficientes para un pas que creca a un ritmosuperior al que crecan las instituciones pblicas de serviciossociales.

    Adems, en tiempos de la organizacin nacional, luego dedcadas de anarqua, luchas intestinas y de un gobierno totalita-rio las prioridades del gobierno estaban lejos de la atencin de

    servicios sanitarios.Es de recordar que la Argentina de mediados del siglo XIX

    era un pas prcticamente devastado en trminos de infraestruc-tura no slo sanitaria sino econmica. Durante los primeros cin-cuenta aos del siglo pasado el pas se vio envuelto en las gue-rras por la independencia y fratricidas. El territorio efectivamen-te ocupado y en el cual gobernaba la ley argentina era relativa-mente escaso en relacin con el territorio actual. La mayor partedel territorio estaba bajo ocupacin del indio. Argentina era unpas pobre, de baja productividad donde estaba todo por hacer.

    32 Jorge Coll, op. cit, p. 38.

    53

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    54/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    La poltica de paz y administracin de los ltimos cin-cuenta aos del siglo, aunque con contradicciones y dificultades,abri las puertas a un ritmo de crecimiento econmico pocasveces visto en la historia de la humanidad.

    El gobierno concentr esfuerzos en la atencin de los po-bres a travs de establecimientos propios y, fundamentalmente,mediante la delegacin de la administracin de centros sanitariosy educativos en la Sociedad de Beneficencia.

    La Sociedad de Beneficencia era una institucin pblica encuanto a su constitucin y buena parte de su financiamiento yprivada en cuanto al esfuerzo voluntario de sus integrantes.

    Reinstalada por decreto oficial en 1852, la historia de laSociedad comienza a ser ms controvertida en funcin de la ini-ciativa estatal de asumir el control poltico de la educacin.Aunque se le quitan ciertas atribuciones en el campo educativosera recin en 1876, con la creacin del Consejo General de Es-cuelas, que las escuelas de nias de la Sociedad pasaran a ma-nos del estado. La Sociedad de Beneficencia perda as una desus misiones fundamentales, la direccin e inspeccin de es-

    cuelas de nias, quedando restringida su accin a la tarea hos-pitalaria y asistencial.

    A fines de 1855 establece una casa correccional de muje-res. En 1871 la Sociedad funda el Asilo de Hurfanos debido alos estragos que caus la epidemia de la fiebre amarilla enBuenos Aires. En 1873 inaugura el Asilo de Pobreza y del Tra-bajo del Buen Pastor destinado a la instruccin y mejora de lashurfanas indigentes de ms de doce aos. Los recursos fueronobtenidos de suscripciones, rifas y campaas llevadas a cabo porlas damas de la Sociedad.

    54

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    55/380

    EN DEFENSA DE LOS MAS NECESITADOS

    Para establecerlo -decan las damas de la comisin funda-dora, seoras De Sacriste, Elortondo, Lavalle y Castro-apelamos al auxilio del pblico, recolectando donativos enla ciudad y en varios pueblos de campaa, levantando sus-cripciones, organizando rifas, y consiguiendo as algunosfondos aumentados por el producto de una funcin teatral.Todo ello dio muy cerca de 450.000 pesos moneda co-rriente, de los cuales 230.000 se invirtieron en refaccionaruna casa alquilada en Almagro, y en adquirir -agregan lasseoras- sesenta camas completas, cincuenta y tres mesasde noche, cuatro grandes mesas de comedor, ocho bancos,sillas, ropas, calzado, loza, cubiertos, lmparas de kero-sene, cocina econmica, y batera suficiente para cientocincuenta personas, mquinas de lavar, de coser y otrosobjetos.33

    El 19 de abril de 1875 se instala el Hospital de Nios, queluego en el ao 1896 fuera trasladado y ampliado en el terrenoque ocupa actualmente (hoy Hospital Dr. Ricardo Gutirrez),luego una escuela para ciegos en el Asilo de Hurfanos y gracias

    a las donaciones de Videla Dorna y Drysdale, se inaugura elHospital de Mujeres, llamado Hospital Rivadavia. En 1888organizan el primer corso para recaudar fondos para el Hospitalde Nios.

    El fortalecimiento del rgimen municipal, particularmenteen el campo educativo, llev finalmente a que la contralora ofi-cial de la Sociedad de Beneficencia se traslade al campo del go-bierno nacional pasando en 1880 a depender del Consejo Nacio-nal de Higiene. Ello genera nuevamente reacciones de la Socie-dad de Beneficencia, la que mediante la realizacin de una cam-

    33 Correa Luna, op. cit., p. 205.

    55

  • 8/2/2019 Alberto Benegas Lynch, Martin Krause - En Defensa de Los Mas Necesitados

    56/380

    BENEGAS LYNCH - KRAUSE

    paa de opinin pblica logra que se anule dicha disposicin,llegando su presidenta a entrevistarse con el presidente de la Na-cin, Jurez Celman, tras lo cual su rgano de competencia serael Ministerio del Interior.

    Desde 1880 hasta mediados del siglo XX, la Sociedad deBeneficencia continuar desarrollando una vasta obra, tratandode ubicarse siempre de manera ventajosa en relacin con el fi-nanciamiento estatal pero controlando privadamente el destinode los fondos. Durante esos aos, su temor por el apoyo oficialse ver incrementado en la medida en que se produce un inusi-tado crecimiento asociativo filantrpico que comienza a compe-tir con ella.

    A pesar del financiamiento estatal, la Sociedad de Benefi-cencia cont con el apoyo de donaciones privadas, legados, yorganiz actividades de recaudacin de fondos. Aunque elaporte privado fue, en trminos relativos, inferior al pblico, no por ello puede decirse que fuera escaso. Incluso en algunoscasos (1907, 1911), los primeros fueron mayores que lossegundo