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TORNASOL FILMSAL FINAL DEL TÚNEL-Diálogos originales

1

Niña: ¡Mamá!

Título: AL FINAL DEL TÚNEL

Niña: ¡Mamá!

Madre: ¿Qué?

Niña: ¡Estoy con Casimiro!

Madre: ¡Está la comida!

Niña: No quiero.

Estoy en el tobogán.

Niña: Me gustaba matemáticas.

Madre: Matemáticas. ¿Qué es lo que te pidió la maestra? Acá está…

Niña: Si lo hago mal, me van a sacar un cero.

Madre: No, tú no te vas a sacar un cero.

Amorcito, a dormir.

Niña: Bueno, esperá, que lo acurruco bien a Casimiro.

Madre: Dale, hija, a dormir. Vamos, que es muy tarde, mi amor.

Joaquín: Atendeme, la puta que te parió. Hola. Sí, llamo por Casimiro, por el resultado de unos análisis. Joaquín. No, no, no. Joaquín es mi nombre, Casimiro se llama mi perro. Casimiro. Sí, es muy mayor, ya no quiere caminar. Bueno, ¿y hay algún tipo de tratamiento o de operación que se pueda hacer? Pero no solucionaría nada. Bueno… Bueno, gracias. Lo voy a pensar. Gracias.

CÓMO PONER A DORMIR UN PERRO SIN DOLOR

Joaquín: Hola.

Berta: Hola. ¿Vos pusiste un aviso de que alquilabas una habitación con terraza? ¿La podemos ver?

Joaquín: Sí, pero me tendrías que haber llamado antes de venir.

Berta: Dale, Betty.

Joaquín: Es acá. La escalera de acá. Es esa escalera de ahí.

Berta: ¡Ay, qué lindo! ¿Cómo se llama?

BANDAPARTESUBTÍTULOS 4mayo2016


2

Joaquín: Casimiro. ¡No lo toques! No lo toques porque no se lleva bien con la gente que no conoce.

Berta: Vení, Betty. ¿Y vivís solo?

Joaquín: Sí. Sabés que no creo que sea lo que estás buscando. No es el lugar ideal...

Berta: ¿Y cómo sabés qué estoy buscando?

Joaquín: Bueno... Subí y miralo.

Berta: Ok.

Joaquín: La salida a la terraza está justo al lado de la puerta del baño.

Berta: Ok.

Berta: ¿Nos podemos mudar hoy?

Joaquín: ¿Cómo?

Berta: Tengo las cosas acá cerca. Las puedo traer enseguida.

Joaquín: No, no...

Berta: Me estarías salvando sí decís que sí.

Joaquín: No, no, mirá...

Berta: No. Mirá. Dale. Hacemos una cosa...No digas nada. Ya venimos. En media hora estamos de vuelta.

Joaquín: Pero que no... Llamame antes de venir...

Berta: No se la des a nadie, por fa.

Joaquín: Llamame antes de venir, ¡por favor!

Berta: Media hora, no más.

Joaquín: Gracias.

Berta: Gracias.

Joaquín: Pasá, pasá.

Berta: Gracias.

Berta: ¿Este?

Joaquín: Ahí.

Berta: ¿No debería ir mejor acá? Pregunto.



3

Joaquín: Es que no necesito compañía. No alquilé por eso la habitación. Ni para que me estén ordenando y limpiando la casa.

Berta: Andá a cagar. Che, ¿qué son estas marcas de la puerta?

Joaquín: Eh... Las marcas de cuando vas creciendo.

Berta: ¿Y cuántos encendedores fumás por día? Lo digo por Betty, no por mí, eh. Betty, la nena chiquita que siempre anda conmigo. Ya que me preguntás, te cuento. Bailarina soy. A eso me dedico. Bailaba en un boliche en El Caño. Estriptis. No, pero no de esas que estás pensando, eh.

Joaquín: No sería mi problema igual.

NOTIFICACIÓN DE EMBARGO-ÚLTIMO AVISO

Joaquín: Escuchame. ¿Podés bajar un poquito la música, por favor?

Berta: Disculpame. ¿No la viste a mi hija?

Joaquín: No.

Berta: ¿Pudo haber pasado para allá atrás?

Joaquín: No. No, no pudo haber pasado para ahí. No te metas ahí. La hubiese visto.

Berta: ¿Qué sé yo? Capaz que pasó y no la viste. Puta madre... ¡Betty! Hija, ¿estás acá? ¡Betty! ¡Betty! ¿Estás acá? ¡Betty! ¡Betty! Le gusta esconderse, no sé por qué. De repente, desaparece.

Joaquín: Está con llave eso. No pudo haber entrado ahí. ¿Miraste en la habitación?

Berta: Sí. No, ya miré. ¡Betty! ¡Betty! ¡Mi amor! Vení acá. Escondete en lugares más fáciles aunque sea. A ver, mostrame los bolsillos. ¡Es que sos...! Yo te vuelvo a poner todo donde va, eh.

Berta: Che, ¿hace mucho que no subís a la terraza? ¿Vos sabés lo que tenés ahí? Evidentemente, no. Yo no te lo puedo describir. Tenés que subir y verlo.

Joaquín: Sí, también quiero hacer patinaje artístico.

Berta: Vamos. En el contrato que me hiciste firmar, vi que hoy, precisamente hoy, es tu cumpleaños. ¿No te gustan los chicos?

Joaquín: ¿Eh?

Berta: No le hablás. Casi no la mirás.

Joaquín: Ella tampoco me habla a mí.

Berta: Ella no le habla a nadie, ni a mí. No habla. Pero no es muda. Dejó de hablar, nada más. La psicóloga dijo que era mejor no presionarla. Che, ¿con quién pasás Navidad y Fin de Año?



4

Joaquín: Con Casimiro.

Berta: Buenísimo. Ahora vamos a ser cuatro entonces. ¿Siempre fuiste así?

Joaquín: ¿Así cómo?

Berta: ¿La llevo a la cama y abrimos otra botella? Dale. Vamos, mi amor. Vamos.

Berta: Igual me gusta bailar, pero bailar, ¿sabés? Yo estudié danza. Después me vine a Buenos Aires y... ¿Sabés que la casa de mi viejo estaba llena de libros también? Por todos lados había libros. No te importa nada lo que te estoy diciendo, ¿no?

Joaquín: Te estoy escuchando.

Berta: ¿Y si solamente necesitás plata por qué no vendés esta casa enorme?

Joaquín: Esta es mi casa.

Berta: Sí, pero debe valer seiscientos mil dólares esta casa. Por lo menos. Este cumpleaños es una mierda.

Joaquín: Yo quisiera bailar pero la verdad que...

Berta: Dale.

Joaquín: ¿Qué estás haciendo?

Berta: Es lo que mejor sé hacer.

Joaquín: ¿Acá?

Berta: Mañana de última decimos que fue el alcohol. Che, pero no vale reírse ni hacer comentarios pelotudos, eh.

Berta:¡No, Joaquín dijo que no! ¡Betty, ya está bien! No, última vez que te lo digo.

Galereto: Che, decile a aquellos dos que paren allá adentro. ¿Escucharon algo en la del paralítico?

Canario: Yo no escuché un carajo.

René: Te dije boludo que algo escuché. Era el montacargas. Zurdo, ¿llevo esto ahora o no?

Galereto: Dejame escuchar. ¡Cállense! Le tendríamos que haber puesto un poco de reboque a esta pared. No se escucha nada. Decile a aquellos dos que salgan. Vos quedate acá escuchando. Vamos todos para arriba un rato. Vamos.

Berta: ¿Qué haces ahí abajo? Vení. No te pierdas esto. Se desmomificó tu perro momia. No podés ser tan insensible. ¡Dale, vení!

Joaquín: Ahora voy.



5

Berta: Dale, subí.

Berta: Se paró. Y se quedó así un rato. ¿No te pone contento?

Joaquín: Sí, ¿no se me nota?

Berta: ¿Te pasa algo? Tenés cara de culo.

Joaquín: No, nada, no pasa nada. ¿Qué es esto?

Berta: Esto es que no vas a seguir trabajando. No te voy a dejar. Cocinamos y comemos juntos para festejar lo de Casimiro. Igual hoy no te voy a hacer un estriptis.

Canario: Hace diez minutos se escuchó de nuevo el montacargas del paralítico. Después nada. ¿Qué hacemos?

Galereto: Ya chequeé. Está todo bien. Andá a buscarlos y seguimos. Vamos, que hay que meterle, che. ¿Cómo están las cosas ahí abajo, Muñeco?

Muñeco: Calor pero bien.

Joaquín: Muñeco.

Schwarzenegger: ¿No queda más agua?

MUÑECO

Canario: Ahí, en esa botella. ¿Qué soy yo, tu sirvienta?

Zurdo: Pichi. Pichi.

Pichi: ¿Qué?

Zurdo: Pon eso más allá que aquí lo van a tirar.

Pichi: Sí, señor.

Galereto: Tenés que tener más cuidado, papito. Métanse, no pelotudeen.

Schwarzenegger: Un segundo que enchufo la luz.

Galereto: ¿Cómo venimos para diez días?

Zurdo: Creo que sí.

SÁBADO, 24 DE DICIEMBRE

Zurdo: Oye, estas maderas no sirven. Muñeco, llévate estas dos para arriba que aquí molestan.

MADERAS?

Pichi: Señor Galereto, ¿esto es para subir también?



6

Galereto: No, por ahora dejalo.

Canario: Yo subo a dormir un rato. Le digo que baje a René.

Zurdo: Canario, me voy a llevar esto de la mesa.

Galereto: ¿Este vaso de quién es, che?

Pichi: Pasámelo, pasame.

Zurdo: ¿Cortamos a las seis?

Galereto: Sí, igual vemos cómo estamos.

Berta: ¿Ahora nos salís con algo así? Disculpame, firmamos un contrato. Me hiciste veinte mil preguntas.

Joaquín: Ya sé que firmamos un contrato.

Berta: ¿Qué? ¿Desconfiás de mí? Desconfías de mí por algo...

Joaquín: No tiene absolutamente nada que ver con la desconfianza. Yo solo necesito un par de semanas, nada más.

Berta: Entonces, ¿para qué querés que nos busquemos otro lugar cuanto antes?

Joaquín: Son cosas que no te puedo explicar, ¿entendés? Me das unos cuantos días...

Berta: Sí, seguro. No, yo te explico si querés. Tenés miedo porque nos acercamos. Porque la otra... Porque la otra noche bailé para vos.

Joaquín: No tiene nada que ver con eso.

Berta: Yo te vi cómo me mirás. Te creés que por esa silla de mierda valés menos. Estabas cómodo estando solo, terriblemente solo como estabas y tenés miedo de romper eso.

Joaquín: Bueh...

Berta: Sos un tipo inteligente, Joaquín, y atractivo y buena gente, pero tenés una vida horrible y preferís quedarte con eso. Yo sé que te gusto. Y vos no tenés la más puta idea de lo que me pasa a mí, y eso te da miedo. Bueno, pensalo. Pensalo y mañana decime si de verdad querés que nos vayamos. Pero pensalo un día más, por favor.

TRABAJAN SOLAMENTE POR LA NOCHE

LLEVAN TIERRA A LA PARTE DE ARRIBA EN BOLSAS

PARA QUÉ USAN LAS MADERAS?

Joaquín: Hola.



7

Berta: Buen día. ¿Querés café?

Joaquín: Sí. Gracias. Me voy abajo a trabajar. Ya lo pensé. Y...no quiero que se vayan. Eso. Cuando puedas, bajá, que te quería mostrar una cosa que no lo vas a poder creer.

Pichi: Schwarzenegger, Schwarzenegger. ¿Cuánto falta para comer algo, che?

Schwarzenegger: ¿Ya querés parar a comer vos? ¿Sos vago o estás jugando a ser millonario vos?

Pichi: Es insoportable el calor acá. ¿No se puede hacer nada?

Schwarzenegger: Sí, dale. Después yo les gestiono que nos pongan un bar con aire acondicionado acá abajo.

René: No es una estupidez. Según la carta astral de todos es mejor hacerlo el 25 que el 24. Un día te estoy pidiendo nada más.

Galereto: ¿Sabés lo que decía el horóscopo de la doceava parte de los pasajeros del Titanic? "Fecha ideal para emprender un viaje", eso decía.

René: El 25 hay que hacerlo. No el 24. Dame bola, haceme caso.

Galereto: René, andá. Vení, Zurdo, mostrámelo.

René: Todavía que los quiero cuidar, putos del orto...

Galereto: ¿Crees que va a quedar bien apuntalado?

Zurdo: Supuestamente sí.

Galereto: No sé cómo es en España, pero no me digas "supuestamente".

Zurdo: Tranquilo, va a estar bien.

Galereto: ¿Ubicaste el detonador, Canario?

Canario: Ya casi, ya casi. Pero esto es más difícil que bautizar un gato.

Galereto: “Ya casi, ya casi”.

DETONADOR

René: Galereto, te buscan.

Galereto: ¿Qué hace acá?

Canario: ¿Te dejamos solo?

Galereto: ¿Qué pasó?



8

Berta: Me pasé por la terraza.

Galereto: Sí, pero ¿qué pasó?

Berta: Que se arrepintió. Me pidió que buscara otro lugar para parar.

Galereto: ¿Bajó alguna vez más después de las ocho?

Berta: No.

Galereto: Seguro que no se escucha nada ahí dentro, ¿no?

Berta: Obvio, no se escucha nada, Javi. Desde ningún lado.

Galereto: Demoralo. Le decís, no sé, que vas a salir a buscar, que no encontraste nada. Entretenelo. Mirá lo que te conseguí.

Berta: ¿Y vos además de regalarme estas pelotudeces...?

Galereto: ¡Eh! ¿Cómo pelotudeces, che?

Berta: Pará de manosearme. No te preocupa un carajo lo que me pase a mí, ¿no? Me dejás sola en la casa de otro tipo y te da lo mismo. Te chupo un huevo yo, ¿no?

Galereto: Es paralítico. Si no, no te hubiese metido en esto. Si vos sabés que yo estoy loco por vos.

Berta: Me encantaría estar segura de lo que decís.

Galereto: Pero claro, nena. ¿Qué te pasa? Cómo que no. Andá, andá que me están entrando ganas de coger y tenemos que seguir trabajando. Andá. Escuchame. Pase lo que pase, no volvés a este lugar, ¿está? Fue peligroso lo que hiciste. Mensajes, nada más. En serio te digo, bebé, ¿eh?

Berta: Che, ¿bajo? Joaquín: ¿Eh?

Berta: ¿Bajo?

Joaquín: Ahora subo. Ahora subo yo.

Berta: ¿No me querías mostrar algo? ¿Te pasa algo?

Joaquín: Sí. Te quería mostrar una cosa de YouTube, pero... ¿Está la nena ahí?

Berta: Sí.

Joaquín: Dale, ahora subo.

Berta: Dale.



9

Berta: Mi amor, esas fibras te manchan toda. Mirá cómo tenés las manos. Usá esto mejor, dale. Bueno, a ver... Queso cremoso, dulce de batata, mermelada, dentífrico, vino, jabón, arroz, galletitas, mayonesa. ¿Algo más?

Joaquín: Nada más.

Berta: Tranquilo que ella no se mueve de ahí.

Joaquín: Dale.

Berta: Creo. Chau. ¡Chau, mi amor!

Joaquín: Qué lindo eso que estás haciendo. Es precioso. ¿Qué es? Qué lindo. Está bueno ese color, ¿eh? ¿No me querés decir qué es? Bueno, después me mostrás. ¡Chau, Casimiro!

Schwarzenegger: Los tubos se mueven mucho.

Zurdo: Porque hay que ponerles una guía aquí.

Galereto: Che, sería mejor usar algo más grande, ¿no? Porque cabe poco acá. Así podemos aprovechar mejor cada pasada.

Zurdo: Sí.

Canario: Mirá lo que encontré revisando las cosas del Muñeco.

Galereto: ¿Dónde lo tenía?

Canario: Lo tenía en el bolsillo de la mochila. Fíjate que mandó el último mensaje a las once de la noche. Ahora está durmiendo.

Galereto: Andá y traelo, Canario. Traélo ya. Zurdo, ¿de dónde lo habías sacado a este tipo vos?

Zurdo: Tú sabes de dónde. ¿Por qué?

Galereto: La dirección del banco mandó.

Muñeco: ¿Por qué? ¿Qué puta, por qué me pegás?

Galereto: ¿Qué es esto? Hablame tranquilo, que yo te escucho. Explícame qué hace esto acá.

Muñeco: Ni me di cuenta.

Galereto: ¿No te diste cuenta de qué?

Muñeco: El celular. Ni cuenta me di, me olvidé que lo tenía.

Galereto: Andá y acostate en la mesa.

Muñeco: No. ¿Para qué? Zurdo, amigo, explicale.



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Galereto: Hablá bajito y acostate en la mesa.

Muñeco: Perdón, señor, yo no quería...Fue sin querer.

Galereto: Es mejor si vos solo te acostás ahí.

Muñeco: Lo que pasa que yo metí en el bolso el celular antes...

Galereto: No me digas nada hasta que estés acostado. Y yo te voy a escuchar, pero cuando estés acostado ahí.

Muñeco : No, no, no, no. No me aten, muchachos, no hace falta. No hace falta. Yo te digo… Una cosa no es así...

Galereto: Tranquilo, tranquilo. Que vas a poder hablar, tranquilo.

Muñeco: Yo dejé en el bolso...

Galereto: Tranquilo, te vamos a atar igual. No depende de vos.

Muñeco: Lo dejé en el bolso. Lo metí en el bolso antes de venir y me olvidé. Me olvidé después de sacarlo. Es eso, ¿no? No, no me aten, muchachos, no hace falta.

Galereto: ¿Sabes qué, sabes qué? Dejame hablar. Después hablas vos. Yo te pregunté a vos, igual que a los otros, si podías desaparecer.

Muñeco: Sí, sí. Y yo puedo, yo puedo...

Galereto: Yo no solamente busqué gente que me lo dijera sino que me aseguré de que eso fuera así. Además, habíamos quedado que cualquiera que quisiera hacer un llamado o mandar un mensaje, lo iban a hacer adelante mío, ¿no?

Muñeco: Sí. Sí, señor. Sí, señor. Tenés razón. Todo lo que vos decís tenés razón, pero yo no quería… Yo no quería...

Galereto: Bajá la voz. Bajá la voz porque si no, te tengo que pegar un tiro en la cabeza.

Muñeco: Mire, yo le juro, le juro que no sabía que...

Galereto: Abrí la boca.

Muñeco: No. No...

Galereto: Abrí la boca que te tengo que meter este trapo en la boca.

Muñeco: No, no voy a abrir la boca.

Galereto: Te voy a hacer algo que te va a doler y entonces vas a gritar. Te voy a clavar un destornillador en la pierna.



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Muñeco: Yo te digo lo que vos quieras, lo que vos quieras te digo.

Galereto: Entonces decime a quién le mandaste el mensaje con la dirección de la esquina del banco.

Muñeco: A una mina, nada más. Jessica, una mina que me gusta. La conocí antes de entrar acá.

Galereto: ¿Y para qué le mandaste eso?

Muñeco: Ella estaba enojada porque yo no le escribía y pensé que cuando que salía a comprar lo que vos pediste, la podía ver. Eso no más. Eso.

Galereto: ¿De verdad?

Zurdo: Los mensajes que le mandaba a la chica decían eso.

Muñeco: ¿Ves? Ahí está. Ahí lo tenés, es verdad.

Galereto: ¡Qué pelotudo, hacerte matar por una cosa así!

Muñeco: No me mates, loco, no me mates.

Galereto: Dejame hablar. ¿Sabés por qué no te podemos tener más acá? Porque ahora la mina sabe que no te fuiste un carajo de viaje.

Zurdo: Le dijo que trabajaba cerca de la esquina.

Galereto: ¿Ves lo que digo? Y cuando se entere de lo del robo, si esta mina es tan pelotuda como para darte bola a vos, va a asociarlo con esto. Y capa que ella sabe que hiciste algún trabajo, que sé yo en algún otro lado, o en Corrientes, donde naciste.

Muñeco: Ella no sabe nada. Te juro que no sabe nada.

Galereto: ¿Y yo cómo sé si sabe o no sabe? Y si, no sé, por ahí conoce a alguien que te conoce del barrio o de la bailanta donde la conociste, ¿no? ¿Sabés por qué estamos así? Porque no le dijiste que te ibas de viaje.

Muñeco: No, no, no, no. Por favor, no.

Galereto: ¿Qué te pasa, pelotudo? ¿Qué te creés, que soy un sádico?

Galereto: Callate la boca. Callate la boca porque te mato en serio. ¿Estamos? Si sos policía y esto es una especie de código o lo que sea, decímelo ya. Porque nosotros estamos con Guttman. ¿Vos sabés quién es Guttman? ¿Eh?

Muñeco: No, ni puta idea de quién es.

Galereto: Si sos policía es el único que te puede salvar.

Muñeco: No soy cana yo. Soltame, loco, soltame. Quiero trabajar, no más. ¡Quiero trabajar!



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Galereto: Dejame pensar. Callate la boca y quedate quietito que es lo mejor que podés hacer.

Muñeco: A manota de quebranto… A manota de quebranto… (plegaria guaraní)

Galereto: Guardá el celular, eh, que tenemos que seguir mandándole mensajes a la mina.

Canario: ¿Qué hacemos con este?

Galereto: Guttman nos puede ayudar con este. Bajá plástico y cinta.

Berta: ¿Miedo? ¿Qué sé yo? No sé, a lo normal, ¿no? A los taxistas, a la policía, los panelistas de televisión… No sé, como todo el mundo, ¿no? Me toca, ¿no? Este... ¿Vas a poder volver a caminar?

Joaquín: Me gustaría. Puede ser que haya una operación.

Berta: ¿En serio? ¿Por qué no te la hacés?

Joaquín: No, no, no, no. No me preguntes por eso. Por favor, otra cosa.

Berta: Bueno, dale. Otra entonces.

Joaquín: Sí.

Berta: A ver... ¿Estuviste enamorado?

Joaquín: Sí. Una vez. Ahora me toca a mí. ¿Vos?

Berta: Ah, muchas veces. Sí, es tan fácil encontrar a un tipo que no quiera solamente cogerte. Y teniendo una hija mucho más. Salís a la calle y encontrás veinte tipos, tiernos, dulces, sinceros...

Joaquín: ¿Qué quiere decir eso?

Berta: Eso quiere decir exactamente lo que dije.

Joaquín: No. Bueno, te lo pregunto de otra manera. ¿Estás saliendo con alguien?

Berta: ¿Por qué? ¿Me vas a hacer una propuesta indecente?

Joaquín: No, no, no. Solo quiero saber hasta qué punto me estás diciendo la verdad.

Berta: Decime una cosa. ¿Hace cuánto que alguien no se enamora de vos?

Joaquín: Esa idea yo ya me la quité de la cabeza.

Berta: ¡Pará de decir pelotudeces! Vos podrías enamorar a cualquier mina, con sillita y sin sillita. Sí, reíte, pero pensás que las minas somos como los tipos, que nos importa...

Joaquín: ¿Qué te pasa? ¿Qué sentís? ¿Eh?



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Berta: No sé, de golpe es como si me hubiera fumado ocho porros. No sé... No sé qué pasó.

Joaquín: Acostate acá en la habitación.

Berta: Creo que puedo llegar arriba.

Joaquín: No, no. No vas a poder llegar arriba. Dale, acostate acá. No pasa nada.

Berta: Ay, no... No sé qué me pasó. Me da vueltas todo. No, pará, pará. ¿Qué hacés, qué es eso?

Joaquín: Esto va a hacer que te sientas mejor, que se te vaya el mareo y que duermas bien.

Berta: Pero… Me podés coger sin hacer esto.

Joaquín: No te voy a coger.

Berta: ¡Ay! Pero no sé por qué, no entiendo por qué.

Joaquín: Porque sé todo, Berta, hermosa. Sé todo lo que estás haciendo.

Berta: Te van a matar. Te van a matar. Te van a matar...

Joaquín: Ahora vas a dormir un rato.

Berta: Escúchame, no. ¿Y Betty? ¿Betty? Escúchame, Betty, no. No tiene nada que ver con esto. No tiene...

Joaquín: Betty va a estar bien. No te preocupes por Betty.

René: Con cuidado, con cuidado... ¿Estamos, eh? Tenés que clavarla y tirar. Tomá pelotudo, probá vos.

Galereto: Vos qué decís. ¿Llegamos bien?

Canario: Parece que sí.

Galereto: Anotá. La caja 747 y 748 están conectadas a la alarma, pero no las podemos tocar.

Canario: ¿Por qué?

Galereto: Me avisó Guttman. Pueden estar llenas de guita, pero son de unos narcos rosarinos. Llegamos a tocar esa plata y en una semana estamos todos muertos.

Canario: ¡La concha de tu madre! ¿Y cómo sabemos que estos tipos no tengan más cajas dentro del banco?

Galereto: Porque Guttman no es boludo. Son dos. Será un hijo de remil putas, pero boludo no es.

Galereto: Anotá. 747 y 748 no se tocan.



14

René: Mirá, Galereto. Esto es lo que va a explotar.

Galereto: ¿Estás segura?

René: Lo voy a tener que fijar en el techo del túnel. Y lo mejor sería que quede ahí quieto una hora antes de detonarlo.

Galereto: Está bien. La noche antes de entrar lo vamos a tener preparado entonces.

René: Escuchame. Lo detonamos y un cacho de piso de la bóveda se viene abajo. Recién ahí se pueden meter.

Pichi: Permiso, princesa.

René: Princesa me dice el pelotudo.

Galereto: Escuchame, mirá que vos también vas a tener que entrar, ¿eh?

René: ¿Yo? ¿Por?

Galereto: Lo tenés que reemplazar al Muñeco.

René: ¡La concha de tu hermana! ¿Y no puede ir otro pajerto de los que tenés?

Galereto: ¡No!

René: Pero escuchame...

Galereto: No me vengas con ninguna pelotudez de la Vía Láctea, por favor, ¿eh?

Berta: No sé qué estás tratando de hacer, pero no te va a salir bien.

Joaquín: ¿Qué le ves a un tipo así, me podés explicar?

Berta: No le haría mal a nadie, no es un mal tipo. Siempre nos trató muy bien a mí y a Betty.

Joaquín: ¿Ah, sí? ¿Es eso? ¿Que te trata bien, que te cuida? ¿Y un papá para Betty? ¿Es eso lo que querés? ¿Eh?

Galereto: O en Corrientes, donde naciste.

Muñeco: Ella no sabe nada, te juro...

Galereto: ¿Y yo cómo sé si sabe o no sabe? Y si, no sé, por ahí conoce a alguien que te conoce del barrio o de la bailanta donde la conociste, ¿no? ¿Sabés por qué estamos así? Porque no le dijiste que te ibas de viaje.

Muñeco: No, no, no, no...

Galereto: ¿Qué te pasa, pelotudo? ¿Qué te creés, que soy un sádico?



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Joaquín: ¿Está bueno? Hoy tu mamá no se siente bien. Ahora cuando se despierte la vas a poder ver. ¿Sabés qué estuve pensando, Betty? Que me gustaría que traigas todas tus cosas de ahí arriba, toda tu ropa, y que vengas a una habitación que hay acá. Esta de acá, esa que está con llave, ¿viste? Es una habitación preciosa.

Muñeco: A manota de quebranto… A manota de quebranto (plagaria guaraní)

Joaquín: Así que tenés que traer la ropa. ¿Qué te parece? Lo podés llevar a Casimiro también. ¿Qué te parece? No tenés que asustarte, Betty. No te asustes de mí. Yo te juro que nunca te voy a hacer mal. Nunca. ¿Sabés? Yo nunca voy a hacerte nada malo. Tenemos que buscarle a Casimiro una mantita, una colcha... Vení. Podés jugar con todo lo que hay acá. Con todo lo que quieras.

¿Cuánto tiempo hace exactamente que Betty no habla?

Berta: Hasta los cuatro años, habló. Y de repente un día no habló más. Nada de lo que te dije es mentira. Nada.

Joaquín: ¿Podés creer que te creí todo lo que me dijiste? Berta: ¿Qué vas a hacer? A lo mejor te puedo ayudar para que no te maten.

Joaquín: No me van a matar.

Berta: Los mensajes de texto de mi teléfono, tenés que tener cuidado con eso.

Joaquín: Sí.

Berta: Tenés que poner un espacio antes de la primera palabra.

Joaquín: Ya sé, ya me dí cuenta.

Berta: Repetí alguna letra y siempre terminá con un punto.

Joaquín: Me di cuenta de eso. ¿Qué te pensás, que no puedo ganarle? Ya me di cuenta.

Berta: Se va a dar cuenta igual.

Joaquín: Les voy a robar una parte de lo que saquen.

Berta: ¿Estás loco?

Joaquín: Hay tres que están en el banco, otros tres que están agarrando la plata que les llega...

Berta: Joaquín, no podés hacer eso, no...

Joaquín: Yo voy a estar justamente en el medio...

Berta: ¿No viste lo que son capaces de hacer?



16

Joaquín: Sacándoles una parte...

Berta: Escuchame.

Joaquín: No, no hay manera de que se den cuenta.

Berta: Podés vender esta casa si necesitás plata. ¿Para qué vas a hacer eso?

Canario: ¡Puta que lo parió!

Galereto: ¿Qué pasó?

Canario: Encontramos un caño que no tiene que estar ahí.

Galereto: ¿Qué?

Zurdo: ¿Un caño?

Canario: Sí, un caño de agua grande.

Zurdo: No puede haber un caño ahí. ¿Qué dices?

Canario: Justo en el medio, apareció el caño. Justo, justo en el medio.

Galereto: ¿Qué pasó? ¿Doblamos antes?

Zurdo: La tubería tiene que ser esta de aquí. No hay otra. Entonces, hicimos esto...

Canario: ¿Dos metros antes doblaron? ¿Cómo mierda se equivocaron? ¿Qué medidas métricas tienen en España?

Galereto: ¡Basta, Canario!

Pichi: Sí, tiene que ser. Apenas las tocamos por suerte.

Galereto: ¡Pero la puta madre! ¿Cuánto tiempo perdimos?

CAÑOS DE AGUA BUENOS AIRES

Zurdo: Eh... Un día.

Galereto: ¿No llegamos a pasado mañana?

Zurdo: Hay que corregir varios metros y hay que dejar diez centímetros de techo para poner la carga.

Galereto: Nos olvidamos de entrar el sábado, ¿eh? Lo pasamos para el domingo y entramos más temprano.

René: Esa...



17

Galereto: ¿Qué te pasa a vos?

René: Ahora todo va a salir bien, vas a ver. Todo pasa por algo.

Galereto: Sí, por Marte y Saturno nos equivocamos. Si trabajamos cuatro horas más por día, lo recuperamos, ¿eh?

Zurdo: ¿En serio?

Galereto: No nos queda otra, Zurdo. Empiecen a corregir. ¡Vamos!

Canario: Mirá esto. ¿No soy un genio?

Galereto: ¿Me podés decir qué mierda me querés decir?

Canario: En vez de usar esos carritos de mierda con rueditas, usamos esto. Entra más. Menos idas y vueltas, menos tiempo. Si se vuelca, no se cae nada de adentro.

Galereto: Le ponemos unas ruedas y lo probamos, dale.

Canario: Por eso te digo, tenemos que andar con cuidado.

Galereto: Ya sé, boludo. Siempre hay que andar con cuidado. ¿Te parece que no tengo cuidado yo?

Canario: Pasame la cinta.

Galereto: Esperá que prendo los cosos. Metele, pelotudo.

Canario: Te vas a llenar de tierra. Tomá, dejame eso encima de la mesa que no quiero que se me ensucie. ¡La concha de tu hermana! Dejaron las luces prendidas.

Galereto: ¿Cómo pueden ser tan pelotudos?

Canario: Mirá. Acá se quemaron estas.

Galereto: ¡Con el calor que hace acá abajo y las dejan prendidas todo el día! Metele, dale.

Canario: ¡Va, va! Está bien, es como dijeron, ¿eh?

Galereto: ¿Mediste bien?

Canario: Sí.

Galereto: El Zurdo ya llevó todas las cosas a la casa de Lomas de Zamora. Perfecto ese lugar, ¿eh?

Canario: Che, ¿el Zurdo también sabe lo de la casa de Lomas?

Galereto: Él, vos y yo. Nada más.



18

Canario: Falta que lo publiquen en el diario dónde nos vamos a esconder, ¿eh?

Galereto: ¿Te pasó algo con el Zurdo? Porque te veo que le mirás torcido.

Canario: No, nada. Acá el jefe sos vos.

Galereto: Pero ¿pasó algo?

Canario: Lo que pasa es que vos sos demasiado confiado con gente que no tenés que ser tanto, que no conocés.

Galereto: ¡No me rompás las bolas, Pedro! Es un tipo derecho, el Zurdo. Además, si sabes algo que yo no sé, decímelo.

Canario: ¡El Zurdo es un tipo derecho!

Galereto: Lo que quiero decir es que no te hagas problemas. No te hagas problemas porque el tipo es un capo en lo que hace.

Canario: Sí. Es el mismo que trajo a Muñeco, ¿no?

Galereto: ¡No me rompás las pelotas! Siempre que viene alguien nuevo a laburar te ponés así. Además, vos sos mi hermano, yo confío en vos.

Canario: ¿Qué me querés decir, pelotudo? ¿Que estoy celoso? ¿Para qué mierda me preguntás si vas a venir a decir esa boludez? ¿Para qué mierda me preguntás? Esto es genial. Tenemos un gallego, un tartamudo, una tortillera y un correntino pelotudo. Somos un crisol de razas.

Joaquín: ¡Betty! ¿Betty? ¡Betty! ¡Betty! Betty… Betty... ¡Betty!

Zurdo: Es una ilusión que han creado para dominar, para que la gente no moleste.

Galereto: Sí, ya sé que es así, es cierto, tenés razón. Y a lo mismo lo llaman ética. Es como leí una vez. ¿Qué es robar un banco comparado con fundarlo, no? Che, ¿dónde se metió Guttman?

Guttman: No es bueno que se hayan retrasado un día, ¿eh? No es bueno eso.

Galereto: Por supuesto que no es bueno, Guttman. Pero a veces aparecen imprevistos. Ya hicimos la curva. Hoy a la noche vamos a estar abajo de la caja de seguridad.

Guttman: O sea que pasado mañana entramos.

Galereto: Vamos a dejar el túnel sin terminar diez centímetros abajo de la bóveda para entrar con un explosivo chico. Detonamos y entramos. Es más rápido y así no tenemos que entrar con tantas herramientas. A las ocho entramos.

Guttman: Pero no van a tener cubiertos los ruidos con los festejos.

Canario: El veinticinco también hay pelotudos que durante todo el día tiran cohetes y bombas de estruendo.



19

Galereto: ¿Qué pasa, Zurdo?

Zurdo: ¿Qué?

Galereto: ¿Qué pasa?

Zurdo: No, nada. Que no encuentro el reloj. Que lo había dejado aquí y no sé dónde está.

Canario: Si tenés que interrumpir por alguna otra cosa importante, interrumpí.

Guttman: Igual la explosión no va a ser tan grande, ¿no?

Galereto: Ya lo hicimos en otro trabajo. Ni se va a oír afuera del banco.

Canario: Vamos.

Guttman: El domingo anuncian lluvia. Eso nos favorece, me parece.

Galereto: Recién el lunes a la mañana se van a dar cuenta de todo. Después de eso, el problema es suyo, Guttman.

Guttman: Espero que sea así, sí. Y que ustedes estén bien lejos.

Galereto: ¿Y a vos qué te pasa, Canario?

Canario: Me pareció raro cómo estaba puesta la lona.

Guttman: Tengo que hablar con vos. Mirá, aquí tengo anotados los números de las cajas de seguridad que no hay que tocar, ¿eh? Porque están conectadas a la alarma, ¿estamos?

Galereto: Estamos.

Guttman: ¿Es cierto que después de este laburo te retirás?

Galereto: Así es.

Guttman: Todos dicen lo mismo.

Galereto: Hay una chica. Me voy a ir con ella. Voy a tener plata y a la chica que quiero, todo a la vez.

Guttman: Anotá este número, 155.

Galereto: ¿155? ¿Esa es?

Guttman: Sí. Ahí van a encontrar un sobre, un montón de papeles sueltos... No importa. Lo que sea que haya ahí, es lo que yo ando buscando.

Galereto: ¿Y no me va a decir qué es eso?



20

Guttman: Creéme que no querés saber. Y si sos inteligente, tampoco vas a mirar.

Galereto: Guttman, me importa tres carajos con lo que sea que lo estén extorsionando. Si son fotos pegándole a su madre, cogiéndose a un bebé de tres meses o le sacaron fotos tirándole a algún ministro. Me da exactamente lo mismo.

Guttman: El domingo va a estar todo desconectado, así que voy a enviar a los patrulleros para otra parte. Pero solamente hasta las once, más no puedo. Salgan tranquilos y en silencio, no hagan el quilombo.

Joaquín: Vení, vení. Dale. Dame la mano. Dame, vení. Ya pasó, ya pasó. Ya pasó. ¿Estás bien? No pasó nada, no pasó nada. ¿Y esto? ¿Qué es esto? ¿Qué hiciste?

Joaquín: Pará, pará, pará. Pará, por favor, pará.

Berta: Soltame, por favor.

Joaquín: Te está llamando. Necesito que lo atiendas, por favor. Tomá. Por favor te lo pido, ayudame. Ayudame, por favor.

Berta: ¿Por qué te voy a ayudar?

Joaquín: ¡Porque te lo estoy pidiendo, carajo!

Berta: Soltame.

Joaquín: ¿Vos sabés que Betty habla? Habla con Casimiro. Le puse un micrófono en el collar. Escuchá.

Betty: Vení, Casimiro, que no te voy a hacer mal. ¿Tenés hambre? Vení que te doy un beso.

Berta: No. No, no, no, por favor. Dejame seguir escuchándola, por favor. Por favor.

Joaquín: Me dijiste que tenía cuatro años, ¿no?, cuando dejó de hablar.

Berta: Sí. Por favor...

Joaquín: Bueno, ¿ahora cuántos años tiene, seis? ¿Hace dos años? ¿Cuánto tiempo hace que ese tipo se metió en tu vida? Que Galereto se metió en tu vida.

Berta: Más o menos eso. Un poco más de dos años.

Joaquín: ¿Un poco más de dos años?

Betty: El novio de mamá dice que haga estas cosas. Vamos a jugar a un juego, pero no le tenemos que contar a mamá. Mamá se va a poner celosa si no. Las nenas y los nenes juegan así siempre. Vení que sos chiquitito. No te tenés que asustar, Casimiro, ¿sabés?

Berta: ¡No, no, no, no, no, no! ¡Ay, no, por favor!

Joaquín: Ella está bien ahora, está bien. Está jugando con unos juguetes que yo le di.



21

Berta: No, no, no... ¡Hijo de puta! ¡Hijo de puta!

Joaquín: Ahora que sabés esto, la vas a poder ayudar. La vamos a poder ayudar. Yo te juro que le voy a arruinar la vida.

Berta: Me da igual. Me da igual, eso no me importa.

Joaquín: Yo lo voy a cagar. Le voy a llenar todo el túnel de agua, ¿entendés? Le voy a arruinar todo el plan. Vas a ver que le voy a cagar la vida.

Berta: ¡Yo lo voy a matar, lo voy a matar, lo voy a matar!

Joaquín: Ahora tranquilizate. Te pido… Te pido que te tranquilices. Y que pienses en lo que está pasando y que me ayudes.

Berta: Pero ¿qué querés que haga?

Joaquín: Que lo llames, que hables con él, que le digas solamente que está todo bien. Que está todo bien, que está todo bien, que se quede tranquilo. Por favor, tranquilizate. Ahí está llamando, ya. Atendelo.

Galereto: Hola, bombón.

Berta: Hola. ¿Cómo estás?

Galereto: Bien. ¿Te pasa algo?

Berta: Sí, te hablo bajo porque está cerca.

Galereto: Pero ¿qué? ¿Todo bien ahí?

Berta: No puedo hablar mucho.

Galereto: ¿Está arriba?

Berta: Sí, quédate tranquilo que casi no baja estos días.

Galereto: Bueno, hablamos después. Te extraño.

Berta: Sí, yo también te extraño. ¡Mi bebé no! ¡Hijo de puta! Hijo de puta... No, no, no, no, no...

Joaquín: La última vez, es la última. Te juro que es la última vez.

Berta: Joaquín, por favor. Por favor, dejame verla, dejame…

Joaquín: No.

Berta: Necesito verla. Necesito verla un momento.



22

Joaquín: Confiá en mí. Por favor.

Berta: Por favor, por favor...

Joaquín: Confiá en mí. Va a estar todo bien. Dale.

Galereto: ¿Qué pasa? ¿Todavía seguís pensando que va a aparecer el reloj?

Zurdo: Lo dejé aquí.

Galereto: Mirá que acá somos todos gente decente, ¿eh?

Zurdo: A lo mejor se quedó ahí, en las bolsas de tierra.

Canario: No estaría mal que después de quinientos años de vendernos espejitos de colores hagan un aporte real a esta tierra.

Zurdo: ¿Qué coño te pasa conmigo, Canario? Hace varios días que todo lo que hago te sienta mal.

Galereto: ¿Y? ¿Todo bien?

René: Sí.

Galereto: ¿Está bien fijado?

René: Sí, no se movió.

Galereto: ¿Chequeaste la carga?

René: ¡Sí! Quedate tranquilo. Se va a caer un cacho de piso, no el banco entero.

Galereto: Bueno, lo hicimos bien. Lo hicimos bien. No piensen en nada, no digan nada.

René: ¿Podemos descansar un rato?

Galereto: Sí, vamos. A las ocho entramos.

Joaquín: Te voy a encerrar con llave, ¿sabés? En un rato vengo.

Canario: ¿Necesitas chequearlo ya?

René: No hace falta.

Galereto: ¿Y, René? ¿Qué hacemos?

René: Si querés, está todo listo.

Galereto: Le damos ahora entonces, ¿eh? Es al pedo seguir esperando.

René: Vamos, che.



23

Canario: ¿No es mejor que esperemos a la hora justa?

Galereto: No, no, no, no, no. ¡Ahora! Detonamos y entramos. ¿Para qué vamos a esperar?

René: ¡Dale! Pasame el detonador, culo roto.

Canario: Enchufame el ventilador.

René: Agarrá el cable.

Pichi: Te lo subo ahora.

Galereto: ¡Vamos, che!

René: Pasámelo.

Galereto: Con cuidado.

Canario: ¡Dale, pelotudo!

René: ¡Vamos, que le doy! ¡Le doy!

Galereto: ¡Dale!

Zurdo: Espera. Ten cuidado, te vas a golpear.

Galereto: Decime si está todo bien. ¡Vamos, che!

Canario: Dale. Pasame la soga esa.

René: Dale.

Pichi: ¡René, vení! Sentí, parece agua.

Canario: ¿Hay agua ahí también? ¿Qué pasa, René? ¿Hay agua ahí?

René: ¡Hay que salir cagando! ¡Traigan todo que hay que salir!

Pichi: ¿Que hacés?

Canario: No vamos a llegar. No vamos a llegar.

René: ¡Canario! ¡No llego, Canario!

Canario: No la alcanzo a ver, ¿eh?

Galereto: Ni se te ocurra meterte que se va a venir todo abajo. ¡Hay que rajar ya! ¡Canario, vamos!



24

René: ¡Canario! ¡Canario, la concha de tu madre! ¡Ayudame, ayudame! ¡Ayudame, hijo de puta! ¡Hay un tipo! ¡Está acá el hijo de puta! ¡Lo agarré, hijo de puta! ¡Ayudame, hijo de puta! ¡Está acá el tipo! ¡Está acá! ¡Abrí! ¡Abrí! ¡Abrí! ¡Abrí, hijo de puta! ¡Ayuda! ¡Abrí!

Pichi: Hay que hacer sonar la alarma.

Joaquín: Berta... Berta... Berta. Berta. Berta, hermosa. No salió bien. Maté a una persona, Berta.

Berta: ¿Dónde está mi hija?

Joaquín: La acabo de ver, está bien. La plata está ahí, ahí en el ropero, en la mochila, adentro de la mochila.

Berta: ¡Metetela en el orto la plata! Decime qué pasó.

Joaquín: Se fueron.

Berta: Van a volver, imbécil. Van a volver. ¿Y qué te crees que va a pasar conmigo?

Joaquín: No podía confiar.

Berta: Sí que podías. Sabés que podías. Ahora quedate solo y bancátela.

Joaquín: Yo no las arriesgué. No las arriesgué.

Berta: Vos no sabés lo que significa. La tengo que cuidar, Joaquín. Me tengo que ir. Por favor, dejame ir. Tengo que cuidar a mi hija.

Joaquín: A las dos las puedo cuidar. Nos podemos ir los tres. Juntos.

Berta: Perdoname. Me gustas mucho, pero no puedo.

Pichi: ¡Acá! ¡Estamos en la bóveda!

Joaquín: Disculpe, disculpe.

Policía 1: Cuidado, por favor. Cuidado.

Policía 2: Por acá, por acá.

Policía 3: Despejen ahí, despejen ahí.

Policía 4: Disculpe, señor, pero usted no puede estar acá, ¿eh?

Joaquín: ¿Sabe qué pasa? Se me está inundando todo el sótano, no sé qué es lo que está pasando.

Policía 4: Sí, sí. Pero el agua ya la cortaron, así que le pido, por favor, que regrese a su casa. No puede estar acá, ¿eh?



25

Joaquín: Está bien. Está bien, está bien.

Galereto: ¿Hola?

Guttman: ¿Qué pasó?

Galereto: No tengo la más puta idea de lo que pasó. Empezó a salir agua por todos lados.

Guttman: ¡Calmate un poco! Explicame bien.

Galereto: ¡Pero qué calmate! Hay tres míos ahí en la bóveda del banco.

Guttman: ¿Dónde estás? ¿Tenés mis cosas?

Galereto: No, no llegamos a sacarlas. Empezó a salir agua de un caño... ¿Hola? ¿Hola?

Joaquín: ¿Quién es?

Comisario Cristiani: Policía. Buenas noches, señor.

Joaquín: Buenas noches.

Comisario Cristiani: Comisario Cristiani.

Joaquín: Sí.

Comisario Cristiani: ¿Está solo en la casa?

Joaquín: No, no, no. Están mi mujer y mi hija.

Comisario Cristiani: ¿Nos permitiría ingresar al domicilio, por favor?

Joaquín: Sí, sí. De hecho estaba esperando que alguien venga, porque tengo todo el sótano… El sótano inundado con todas mis cosas de trabajo. Antes salí para ver si alguien me podía explicar algo, pero me dijeron que tenía que esperar acá.

Comisario Cristiani: Aparentemente, reventó un caño abajo del banco.

Joaquín: ¿Y quién me va a pagar todas las cosas que se me rompieron? ¿Quién lo va a arreglar eso, el banco?

Comisario Cristiani: ¿Dónde están su mujer y su hija?

Joaquín: No, están durmiendo. Con todo este lío, tampoco las quería despertar.

Comisario Cristiani: Vaya a avisarles que no se asusten. Vamos a tener que revisar toda la casa.

Joaquín: Pero ¿por qué tienen que revisar toda la casa por un caño que se rompió en el sótano?

Comisario Cristiani: Es probable que hayan intentado robar el banco.



26

Joaquín: ¿El de acá al lado?

Comisario Cristiani: No nos haga perder el tiempo, por favor.

Joaquín: Bueno...

Comisario Cristiani: Acompáñelo.

Joaquín: Permiso. Vinieron a ver por qué sale agua de abajo. No pasa nada, ¿eh? Te dejo la linterna ahí.

Joaquín: Si es un robo, si fuera un robo, ¿quién paga los gastos? ¿El banco los pagaría?

Comisario Cristiani: Esto recién empieza. Va a tener que armarse de paciencia.

Joaquín: No, no. No, no, gracias. No, no, de verdad. Estoy bien.

Guttman: Tengo que salir. Vení, así cerrás bien la puerta. Dame el celular. Ese que tenés ahí. Tomá. Ahí te dejo guardado mi número. Si encontrás algo raro o te acordás de algo, lo que sea, me llamás a mí.

Joaquín: Bien.

Comisario Cristiani: Mañana va a venir otro equipo a hacer un trabajo mucho más detallado. Deje todo como está, que nadie baje ni toque nada.

Joaquín: La verdad que no dan ni ganas de bajar ahí.

Comisario Cristiani: Es probable que le puedan conectar la luz en pocas horas. Gracias.

Policía 6: Comisario…

Joaquín: ¿Quién es?

Galereto: ¡Policía, señor! ¿Nos permitiría ingresar a su domicilio, por favor?

Joaquín: Es que se acaba de ir... La policía se acaba de ir recién...

Galereto: Es que son de otra brigada. Lo vamos a molestar un minuto, nada más.

Joaquín: Está bien. Sí, sí, está bien. Pasen. Y acá, ese es el sótano.

Galereto: ¿Hola?

Guttman: ¡Robaron una de las cajas de los narcos, pelotudo! La 748. ¡Estás muerto si no devolvés esa guita! Yo conozco a estos tipos. Si vos querés, se la hago llegar.

VENGA YA



27

Galereto: Eso que está diciendo es imposible. Y no lo puedo atender ahora. Quédese tranquilo. Deme tiempo.

Guttman: Yo sé que vos pensás que te quiero hacer cagar para que nadie nos relacione...

Galereto: Ahora no lo puedo atender. Deme un rato y lo llamo.

Guttman: ¡La concha de tu madre! ¡Decime dónde estás!

Mujer: ¿Qué pasa?

Guttman: Bah... Nada, nada. Andá a dormir, andá.

Mujer: ¡No comiste nada! Comé algo dulce, que te va a bajar el azúcar.

Galereto: Pero contame. ¿Qué pasó allá abajo?

Joaquín: Empezó a salir el agua por todas partes. Parece que el piso cedió porque abajo estaban haciendo un túnel para robar el banco de acá al lado. Al menos, eso me dijeron los otros policías.

Galereto: ¿Y vive alguien más en la casa?

Joaquín: No. No, no, ahora no. Ahora no. Hasta ayer había una chica con su hija que me estaban alquilando la habitación que yo tengo acá en la terraza, pero ya se fueron.

Galereto: ¿Se fueron?

Joaquín: Sí. Sí, sí. Estaban parando mientras buscaban un departamento, pero me dijo que habían encontrado, así que...

Galereto: Decime, ¿te dejaron alguna dirección?

Joaquín: No. No, no dejaron nada. De todas maneras, me dijeron que iban a volver a buscar sus cosas, o sea que si… en el caso de que ustedes necesiten algo...

Galereto: Ah, bien. Y decime una cosa. Si yo te pido permiso para revisar la casa, ¿es posible?

Joaquín: Si ya están mirando el sótano, no…

Galereto: Sí, pero yo simplemente lo quiero hacer para quedarme tranquilo de que está todo bien, ¿viste?

Joaquín: Ya revisaron toda la casa. Los otros policías vinieron y revisaron todas las habitaciones.

Galereto: Mira... Me parece que tenés razón, no va a hacer falta. ¿Así que esta chica y la nena no están?

Joaquín: No, no.



28

Galereto: Andá para allá, por favor. Berta ¿Berta? ¿Berta, me oís? Berta. ¿Qué le hiciste?

Joaquín: Nada. Yo no hice nada. ¿Por qué? ¿Qué le pasa? ¿Qué tiene?

Galereto: Vos y yo tenemos que hablar, me parece. ¿Y?

Zurdo: El agua parece que hizo que se hundiera el suelo.

Joaquín: No entiendo lo que está pasando, oficial. ¿Le puedo decir oficial?

Galereto: ¿Por qué me dijiste que se habían ido?

Joaquín: Porque ella me dijo... Ella me dijo que tenía que decir que se habían ido.

Galereto: ¿Y por qué está drogada y con marcas de haber estado atada?

Joaquín: ¿Con marcas de haber estado atada? Pero ¿quién la va a haber atado?

Galereto: No sé. Es lo que quiero saber.

Joaquín: ¿Qué se yo? Ni idea.

Galereto: Por eso te estoy preguntando.

Joaquín: No sé.

Galereto: ¿Y por qué está en tu cama?

Joaquín: Porque se sentía mal, se tomó una pastilla, estaba mareada y yo le dije: "Acostate en mi cama". No se iba a subir a la terraza.

Galereto: Vos sabés que esto no cierra por ningún lado, ¿no?

Joaquín: Pero es la verdad.

Galereto: ¿Y lo de las piernas es verdad o también es mentira?

Joaquín: No es mentira. Nada es mentira.

Galereto: Cuando uno dice una mentira, por lo menos después tiene que decir dos más para poder cubrirla. Y después por lo menos cuatro para cubrir esas dos. Llega un momento que uno se encierra solo y ya no sabe ni cómo carajo empezó.

Joaquín: ¡Ay! Escuchame, oíme… Oígame. Le pido por favor... ¡Ay!

Galereto: Escuchá. Es mejor que me digas todo lo que pasó acá.

Joaquín: Pero es que yo no sé lo que pasó. Yo le juro que no sé lo que pasó.

Galereto: ¿La viste hablando con alguien?



29

Joaquín: No.

Galereto: Es importante que te enteres de algo. Ya nos viste la cara, no te podemos dejar vivo.

Joaquín: Pero yo no tengo idea... No sé quién sos vos.

Galereto: Somos la personificación de la muerte para vos en este momento.

Joaquín: Pero es que no entiendo... No entiendo lo que está pasando.

Galereto: Tenés solamente dos opciones. Imaginate un pasillo muy angosto donde hay dos puertas. La primera puerta es la elección que hiciste hasta ahora, tratar de hacerte el boludo para ganar tiempo esperando que aparezca algo que te salve. Ahora, esa puerta tiene la peor muerte que te puedas imaginar. Llena de dolor. Vas a ir viendo cómo te hacemos mierda el cuerpo, cómo te cortamos, cómo te rompemos algunos huesos, te arrancamos los dientes, todo muy despacio, muy lento, lleno de sangre. Te sorprendería saber cuánto puede aguantar el cuerpo de una persona hasta que se muere. La segunda puerta es la de la inteligencia. Hablás, decís todo lo que sabés y te morís rápido, casi sin enterarte. Podés cambiar de opción. ¿Qué puerta vas a elegir? Muy bien, ponele el trapo.

Joaquín: No, no, no, no, no, de verdad. ¡Para, para, para...!

Galereto: Esto es para que no grites porque te vamos a hacer algo que te va a hacer gritar. ¿Entendés? ¿Estás seguro de que no querés hablar? ¿Hola?

Guttman: Oíme, flaco, estoy en la puerta de tu casa.

Galereto: Pasa, la concha de tu madre. Así me ayudás a entender algo.

Guttman: Pero ¿qué pasa? Pelotudo, ¿qué carajo hacés acá? ¿Que te has vuelto loco?

Galereto: No, loco te volviste vos. Guttman: ¡Devolveme el arma! ¿No te das cuenta?

Galereto: Me vas a explicar todo esto. ¡Caminá!

Guttman: ¡El arma dame!

Galereto: ¡Caminá! ¡Caminá! ¡Caminá!

Guttman: Dame el arma, pelotudo.

Galereto: Caminá. Parate ahí. Explicame. ¿Qué hacés vos llamando a ese celular?

Guttman: ¡Mejor explicame vos a mí! Hay gente mía que está viniendo para acá.

Galereto: ¡A mí explicame! ¡Explicame todo, viejo hijo de puta! Escuchame, escuchame bien. ¿De dónde carajo sacaste ese número de teléfono vos?



30

Guttman: Que sé yo... El flaco ese me mandó un mensaje desde ahí, pidiéndome que venga. Eso fue.

Galereto: Atalo.

Guttman: No, no, no, no. Me quedo quieto, no hace falta que me atés. Hacéme caso, Galereto. Tomatelás. En cinco minutos esto va a ser un quilombo.

Galereto: Sí, claro, esto en cinco minutos va a ser un quilombo y justo venís a tocar la puerta. ¿Qué clase de forro te creés que soy?

Guttman: Pero ¿no me vas a escuchar lo que te digo? ¡Tampoco entiendo lo que pasa acá!

Galereto: Ah, no te hagas problema. No no te hagas problema que ya lo vamos a entender.

Guttman: Escuchame un poco...

Galereto: Mirá. Escuchame. La concha de tu madre, escuchame. No estoy entendiendo un carajo lo que pasa acá. Explicame todo bien, la concha de tu madre. ¿Qué hace este llamándote a vos?

Joaquín: No sé, te juro que no sé.

Galereto: Andá a buscar a Berta que está en esa habitación. Si ninguno de estos dos habla, en un minuto estamos afuera. Cargala en la silla de ruedas, vamos. ¡Guttman, mirá, esto te va a pasar a vos en un minuto!

Joaquín: ¡No, no, no!

Guttman: ¡No lo matés! ¡No lo matés, huevón, que vas a complicar todo!

Joaquín: No, pará, pará, por favor, pará. ¡Zurdo, Zurdo, Zurdo, por favor, ayudame! ¡Ayudame, Zurdo! ¡Contale!

Galereto: ¿De dónde te conoce este a vos?

Zurdo: ¡Yo qué coño sé!

Galereto: ¡Hablá!

Joaquín: Zurdo, contale vos o le cuento yo. ¿Qué querés, eh? Por favor.

Zurdo: ¿Qué...?

Galereto: Hablá, la concha de tu madre, porque te vuelo la cabeza. ¿De dónde mierda lo conocés a éste vos?

Joaquín: No me quiero morir, Zurdo, por favor. Por favor, Zurdo.

Zurdo: Yo no tengo ni puta idea de qué está diciendo. Yo a este tío no le conozco de nada, le acabo de conocer hoy…



31

Galereto: Tenés tres segundos antes de que te vuele la cabeza.

Joaquín: A la tarde él se pasaba a escondidas por la terraza, a ver a Berta.

Zurdo: ¿Qué?

Joaquín: Él me contó todo lo del robo.

Zurdo: ¡Pero que se lo está inventando todo, cabrón de mierda!

Galereto: ¡Dejalo hablar!

Joaquín: Él y Berta me contaron todo lo del robo. Lo del túnel, cómo iba a ser el túnel, ¿entendés? Y él me dijo, me explicó cómo tenía que hacer un hueco en mi sótano para poder agarrar la plata de los carritos. Nos íbamos a repartir toda la plata. Entre los tres. Yo me iba a quedar con un porcentaje. Después cambiaron los carritos por la jaula de gato...

Canario: ¡Hijo de mil putas! ¡Te dije que era un hijo de mil putas!

Zurdo: ¡Que no, que se lo está inventando todo! ¡Te juro que se lo está inventando todo!

Joaquín: ¿Que me lo estoy inventando? No me lo estoy inventando.

Zurdo: ¡El muy hijo de puta!

Joaquín: A Berta, él la ató a Berta. Y le pegaba, no sé por qué. La quería tener dormida. Me obligaba a mí a darle unas inyecciones para tenerla dopada, no sé por qué. Porque… Seguramente porque desconfiaba de ella, entendés, porque tenía miedo de que se fuera...

Zurdo: Qué no, que este tiene algo con Berta. Tú tienes algo con Berta, ¿verdad?, hijo de puta. Es eso, ¿no?

Joaquín: ¿Galereto? Vos sos Galereto, ¿no? Y vos sos Canario, ¿no? Ustedes tres se iban a esconder en una casa en Lomas de Zamora.

Galereto: Nosotros tres sabíamos eso, nada más, Zurdo.

Zurdo: Yo no tengo ni puta idea de cómo sabe esto. Esta mierda...

Galereto: ¡Callate la boca, la concha de tu madre, dejalo hablar!

Joaquín: Mira, ahí en ese cajón hay una llave. Abrí la puerta. Vas a ver que no miento. ¿Ves? Se lo olvidó él, acá.

Galereto: ¡No, Pedro! ¡No, no, no, no, no! ¡No, no, no, no! ¡Tranquilo, Pedro, no! No pasa nada, Pedrito. ¡No, no, no, no! No pasa nada, hermanito. No pasa nada, Pedrito. No te vayas... No te vayas...

Berta: Hijo de puta. Hijo de puta.



32

Galereto: Hija de puta. ¡Hija de puta!

Berta: ¡Hijo de puta!

Berta: Mi amor. Perdoname, perdoname, perdoname, mi amor, perdoname. Perdoname, perdoname, perdoname. Ya estoy acá, ya estoy acá...

Joaquín: Tienen que irse de acá. Por favor. Llevátela. Se tienen que ir de acá. Quédese quieto. ¡Quieto, quieto, quieto ahí!

Guttman: Al final, por más pensado que esté un plan, siempre termina dependiendo de una mina o de la suerte. Dejá de apuntarme con eso. ¿Qué pensás hacer? ¿Enterrar cuatro cadáveres en el fondo? Así que te levantaste la mina de este. Ese es mi laburo, ¿sabés? Saber todo. A las manchas dale con agua oxigenada, ¿sabés? Es lo único que saca la sangre. ¿Dónde está la guita que le sacaron? Yo me llevo la mitad de la guita y vos te quedás pensando en todo lo que puedo dejar de hacer para no cagarte la vida, ¿eh?

Joaquín: Me parece que yo también le puedo cagar la vida.

Gutmman: ¿Sí?

Mirá, aquí tengo anotados los números de las cajas de seguridad que no hay que tocar porque están conectadas a la alarma, ¿estamos?

Galereto: Estamos.

Guttman: ¿Es cierto que después de este...?

Eso que tenés ahí solamente te salva a vos por un momento. Pero por un momento, nada más. Elegí cuál querés primero.

Joaquín: Ahí está la mochila con la plata.

Guttman: Borrá eso que tenés ahí, flaco, haceme caso. No tenés pasta para esto, creeme. Al final es como yo te dije. Todo depende de una mina o de la suerte.


al final del tÚnel-diálogos originaleslatidofilms.com/wp-content/uploads/2016/03/alfinaldel... ·...

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