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_La Cultura del Agua en la Provincia de Málaga _Adrián García Naranjo Trabajo Complementario TH III Guido Cimadomo e AM´ 20/06

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La cultura del agua en malaga

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_La Cultura del Agua en la Provincia de Málaga

_Adrián García Naranjo

Trabajo Complementario TH III

Guido Cimadomo e AM´ 20/06

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índice

1. Introducción General (Acercamiento histórico de manera breve sobre el papel del agua en el mundo).

FERNÁNDEZ FÚSTER,L. Historia general del Turismo de masas. Alianza Editorial. Madrid, 1991.

2. Malaca Romana (237 a.C – 411 d.C)

2.1 Termas Romanas (Historia, evolución, construcción, usuarios,… rasgos

generales en todo el Imperio romano)

2.2 El agua en la Málaga Romana (Antes y durante este periodo, la importancia

del agua y el uso que se hace de ella, cultura, puntos singulares,

edificaciones, localizaciones,...etc.)

Proyecto Termas Romanas en Hispania. Balance de una década de investigación (1993-2003)

http://rubenzamoraysushistorias.blogspot.com.es/2010/10/la-cultura-del-agua-en-la-antigua-roma.html

3. Ocho siglos de dominio árabe (711 – 1487)

3.1 Baño público árabe, el Hamman (Historia, evolución, construcción, usuarios,…

rasgos generales en esta sociedad)

3.2 El agua en la Málaga Árabe (Antes y durante este periodo, la importancia del

agua y el uso que se hace de ella, cultura, puntos singulares, edificaciones,

localizaciones…etc.)

Special Issue on Traditional Public Baths / Hammams in the Mediterranean, Editora : Magda

Sibley http://archnet.org/gws/IJAR/9381/files_8806/2.3.13%20-r.%20levine%20et%20al-pp155-167.pdf

GARCÍA RUIZ, Mª VICTORIA. Málaga en 1487: el legado musulmán. SPICUM servicio de

publicaciones

4. Málaga Cristiana (1487 - Noveccento)

4.1 Baño público (Historia, evolución, construcción, usuarios,… rasgos generales

en esta sociedad)

4.2 El agua en Málaga Católica (Antes y durante este periodo, la importancia

del agua y el uso que se hace de ella, cultura, puntos singulares,

edificaciones, localizaciones…etc.)

RODRIGUEZ SANCHEZ, J.A. Historia de los balnearios de la provincia de Málaga. Diputación

Provincial. Málaga, 1994.

MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

5. Comparativa y Conclusión final.

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FERNANDEZ FÚSTER,L. Historia general del Turismo de masas. Alianza Editorial. Madrid, 1991.

1_Introducción General.

El culto al agua ha despertado la atención del hombre desde siempre, lo que explica

su presencia en todos los planos, práctico y religioso desde la Antigüedad. En efecto,

el agua fue considerada por Aristóteles como uno de los cuatro elementos

fundamentales; para Tales de Mileto, en cambio, era el único verdadero, del cual se

originaban todos los demás cuerpos: “Todo procede y retorna del agua“. Por su parte,

Moisés afirmaba “el espíritu de Dios cubría las aguas “.

El agua estaba presente también en los ritos de iniciación y en las ceremonias de

purificación. Jesús anunció que “quien no naciere del agua y Espíritu no puede entrar

en el reino de Dios” poniendo en valor las cualidades del elemento. La razón teológica

explicativa del rito bautismal está implícitamente asociada a la cualidad purificadora

del agua: como el agua lava la suciedad corporal, así el bautismo nos purifica de la

mancha original. El Corán ordena abluciones previas a la oración.

Entre los griegos, las ceremonias importantes venían precedidas por baños, en diversas

modalidades. En Atenas hubo baños públicos, que generalmente se encontraban

junto a un gimnasio. Además de los baños fríos en el río y en el mar. En un primer lugar

momento, las mujeres se bañaban como los hombres pero sin mezclarse. Sin embargo,

tanto en Atenas como en Esparta los baños calientes se consideraban signo de

afeminamiento. Los baños de vapor y las duchas se generalizaron a partir del siglo V

a.C.

En Roma el balneum alude el baño propiamente dicho así como el local en el que se

tomaba. Las inmensas construcciones balnearias de Agripa, con el nombre de

“termas”, eran enormes y comprendían además baños un gran número de salas,

pórticos y patios espaciosos para los ejercicios gimnásticos, los juegos, la tertulia, la

lecturas y hasta para comer.

En la cultura islámica el hábito del baño tiene vital importancia, cuyos

establecimientos derivan de las termas romanas. A menudo constaban de tres salas:

una para desnudarse, la segunda con de agua caliente y la tercera con otra para el

lavado después del baño caliente o de vapor y los masajes.

En la Edad Media no se perdió la costumbre de los baños, a los que se aficionaron

todas las clases sociales según atestigua la literatura. En esta época el Estado llegó a

tomar ciertas medidas para evitar que se cerrasen estos establecimientos.

Generalmente, existían locales distintos para hombres y mujeres, así como para los

judíos.

A partir del Renacimiento su uso se redujo considerablemente a consecuencia de las

proclamas contrarreformista que consideraban el baño como una terapia a tomar

con extrema precaución.

En España, una pragmática de Felipe II de 1567 prohibió los baños, una decadencia

de los mismos acrecentada en el S. XVII en toda Europa tras la perdida de las

costumbres.

A principios del siglo XIX, la libertad industrial, que va acabando con las restricciones

impuestas a los establecimientos de baños, y la mayor facilidad para acceder al agua,

aumentaron en sobre todo en Francia las prácticas balnearias.

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FERNANDEZ FÚSTER,L. Historia general del Turismo de masas. Alianza Editorial. Madrid, 1991.

Durante el siglo XIX y el primer tercio del XX siguieron existiendo casas de baños, cuya

utilidad era puramente higiénica, aunque al mismo tiempo sirvieran de punto de

encuentro.

Casi todas las casas de baños estuvieron en antiguos conventos, primitivos baños

árabes. Los baños públicos desaparecerían paulatinamente tras la llegada del baño

privado a los hogares.

Por lo que se refiere a los “baños de mar”, se asegura que empezaron en Inglaterra

durante la Restauración, con ese carácter veraniego y turístico que tienen en la

actualmente.

En una primera etapa, el baño con agua de mar seguía el mismo procedimiento que

en los balnearios, siendo vertida el agua fría o caliente en unas bañeras de piedra,

mármol o madera. Al no estar adecuadas todavía las playas ni urbanizados los

entornos, el acceso era muy difícil; por ello los baños o balnearios se ubicaban dentro

del mismo puerto

Los baños públicos de la segunda etapa tenían generalmente un edificio principal en

tierra en la misma playa, y aunque normalmente eran construcciones de madera, en

ocasiones también se construían de piedra o cemento. Su planta rectangular solía ser

muy alargada, a veces sobre pivotes.

En España comenzaron a aparecer prohibiciones relacionadas con estos baños,

horarios fijados, usos determinados…

Debido a la buena climatología, con el paso del tiempo y la elevada ocupación los

baños de mar se convierten en el punto primordial de encuentro entre el hombre y el

agua, tantos médicos como bañistas son proclives a este tipo de baños, teniendo en

consideración su valor profiláctico y preventivo.

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VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla.

Barcelona, 1993. p.128.

2_ Malaca Romana (237 a.C – 411 d.C)

2.1 Termas Romanas

Nos debemos remontar a la Antigua Grecia para demostrar donde nace esta afición

por el baño, donde las curas de salud a través del agua gozaron de gran expansión.

Los primeros balnearios de los que se tiene conocimiento están fechados 2.000 años

a.C. en la ciudad de Epidauros.

Sin embargo fueron los romanos los que desarrollaron mejor la técnica para

aprovechar racionalmente el uso del agua termal, difundiendo la práctica de las

curas balnearias por Europa.

En un principio para los romanos el uso frecuente del baño no constituía una

necesidad más allá de un baño semanal, pero la influencia de los griegos supuso un

cambio radical en sus costumbres. Durante el Imperio Romano las termas se

multiplicaron. El emperador Augusto, con Agripa como hombre imprescindible, hizo

edificar 170 baños públicos en Roma durante su mandato. Los emperadores

posteriores procuraron superar a cada uno de sus predecesores, construyendo

establecimientos más grandes para dar cabida a miles de personas, como las termas

de Diocleciano, que tenían capacidad para acoger a 6.000 bañistas. Aunque

sabemos que dichos emperadores disfrutaban de baños privados sin utilizar dichos

locales.

. Las termas comprendían un patio central llamado palestra, para hacer ejercicios, un

laconicum , un caldarium para el baño caliente, el tepidarium de agua templada y el

frigidarium o piscina de agua fría.

Para calentar todas las salas idearon un sistema de aire caliente que procedía de un

horno central que descansaba sobre un subsuelo que recogía el calor que emitía el

horno y lo hacía serpentear por medio de tubos de barro cocido entre los muros

dobles, repartiendo el vapor caliente por todas las estancias.

Los baños estaban dispuestos de forma diversa, y los más fastuosos eran los de las

termas imperiales, cuyo ejemplo más relevante son las termas de Caracalla en Roma (

206-217 d.C. ). El conjunto formado por un amplio cuadrado de 350 m. de lado

comprendía un edificio central rectangular de 220 m. de largo por 114 m. de ancho.

Las termas dieron lugar a una intensa vida social en sus establecimientos, siendo el

lugar de encuentro predilecto para la población. Una ciudad podía tener varias

termas y todas las ciudades romanas contaban con ese tipo de instalaciones.

Las termas que mejor se conservan son las de Caracalla y Diocleciano. Por este motivo

a partir de ellas podemos reconstruir cómo eran en su periodo de mayor esplendor.

En Roma estos edificios llegaron a alcanzar formas abrumadoras, algunos con

capacidad para 1.600 personas bañándose simultáneamente.

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VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla.

Barcelona, 1993. p.128.

La tradición de los baños árabes arranca pues de la época grecorromana, y su arraigo

entre la cultura islámica fue tan profundo que seguía fielmente el esquema

constructivo de las termas, hasta el punto de que la mayoría de los autores citan las

partes de los baños árabes con los nombres latinos. Sin embargo existe una

terminología propia en árabe.

Fue Vitruvio por quien conocemos las reglas de construcción de una terma. En su

tratado de arquitectura explica mediante numerosas ilustraciones los sistemas

constructivos empleados, la orientación más apropiada y los materiales que

soportaran altos valores de temperatura y humedad. Según este autor una terma

consistía en un conjunto de dependencias comunicadas entre sí en las que se

encuentran numerosas pilas o alveos, bañeras o incluso piscina, conteniendo aguas

calentadas a distinta temperatura desde un hornillo.

El fuego obtenido de la combustión calentaba dichas estancias y se avivaba desde la

caldera o Praefurnium. El calor se transmitía al suelo y paredes del Tepidarium y del

Caldarium a través de diversos conductos formados por estrechos tiros de chimeneas

situados entre los muros, que tenían también como misión expulsar el humo producido

en el Hipocausis por encima de las bóvedas o tejados que cubrían las termas. Es decir,

diversos espacios jerarquizados a tenor de su temperatura interior, la que aumenta

desde la puerta de ingreso interior hasta el hornillo.

La distribución más usual de una terma monumental de estilo romano lo dio Trajano al

quedar plasmada en aquellas que elevó en el monte Esquilino: Un gran edificio central

situado en una despejada plaza o recinto rodeado de un períbolo de edificaciones

secundarias que limitan un espacio libre.

A. Apoditerium mujeres

B. Tepidarium mujeres

C. Caldarium mujeres

D. Hypocausis

E. Apoditerium hombres

F. Frigidarium hombres

G. Tepidarium hombres

H. Caldarium hombres

Planta de una terma romana en Pompeya (siglo I a. C.)

CARLOS VILCHEZ VILCHEZ. (Baños Árabes,2001)

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VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla.

Barcelona, 1993. p.128.

El ejemplo más conocido y más clásico lo tenemos en las termas de Caracalla,

construidas entre los años 212 y 235 de nuestra Era. La plaza es cuadrada, de unos 350

metros de lado. El edificio central comprende las tres salas tradicionales: Frigidarium,

Tepidarium y Caldarium, organizadas según un eje de gran monumentalidad donde se

busca un contraste espacial muy acusado.

Termas de Caracalla de Roma

Chueca Goitia, F. (Historia de la Arquitectura Occidental,2000)

El historiador, especializado en arquitectura, Auguste Choisy describió en su libro “El

arte de construir en Roma” (1999) las estancias de una terma del siguiente modo:

- El Frigidarium tiene como principal aliciente la piscina para el baño frío de inmersión.

- El Tepidarium es más bien el gran hall central de relación, vastísima sala de 70 metros

de largo cubierta con bóvedas de aristas sucesivas en tres tramos que vienen a

descansar en ocho gigantescas columnas monolíticas de granito gris.

- El Caldarium es una rotonda, hija legítima del Panteón y que alcanza la dimensión

diametral de 39 metros.

- A los lados de estas piezas centrales, palestras, Apoditerium (de apodytein, desnudar)

y otras piezas menores encajadas admirablemente en las grandes líneas de la

composición.

- El Laconicum o Baño de vapor.

- La Palestra, espacio ajardinado central, que comprendía pórticos, gimnasios, salas de

reunión y audición, bibliotecas y un Semiestadio para juegos atléticos.

- El Tabernae es un pequeño espacio de venta de productos adosado a la pared

exterior de la terma.

Es Importante conocer las salas las cuales componen las termas para así entender

como era la relación, si la había, de los usuarios en esos distintos espacios.

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VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla.

Barcelona, 1993. p.128.

El recorrido completo de un usuario de las termas debía comprender primero algunos

ejercicios físicos, pasando inmediatamente a un baño a temperatura ambiente

(frigidarium). Luego, y tras la estancia en una sala templada —que podía tener baño o

no— para aclimatar el cuerpo (tepidarium), se pasaba a la habitación con

temperatura más alta (caldarium), que contaba siempre con, al menos, una pequeña

piscina de agua caliente, para finalizar con la entrada en la sauna (sudatio,

laconicum), si es que ésta existía.

El ciclo se completaba repitiendo estas operaciones en sentido inverso: caldarium,

tepidarium, frigidarium, para pasar inmediatamente a los vestuarios (apodyteria).

Naturalmente, existían termas en las que estas habitaciones estaban repetidas para

completar el ciclo y otras más modestas en las que simplemente se debía pasar de

nuevo por las mismas salas.

El factor más importante que contribuyó al auge del termalismo durante la época del

Imperio Romano fue el importante rol social que desempeñaban las termas, puesto

que estas edificaciones eran, además de un centro de cuidados o terapéutico, un

lugar de reunión en el que se producían diversos intercambios sociales, culturales,

comerciales y de ocio. Este último aspecto tiene una significación especial. De hecho,

el factor ocio es el predominante en la distribución espacial y arquitectónica de las

mismas.

Todo ello constata la dimensión social y lúdica en el uso de las termas, que se erigían

como edificios tan importantes como el Foro, en lo que a su uso societario se refiere.

De hecho, los romanos se daban cita en las termas con sus amistades, y en ellas se

celebraban conciertos, recitales poéticos y todo tipo de discursos. En resumen, la vida

higiénica y la vida mundana se daban la mano a través de las termas,

constituyéndose estas edificaciones como los elementos definidores de la vida diaria

romana.

Es por esto, como decíamos antes, que los Emperadores de Roma ordenaban la

edificación de las termas como una actuación de prestigio. Fueron los auténticos

precursores del Fitness-Center, así como los precursores de las villas termales, ya que

sus edificios entrelazados con jardines, palestras y piscinas componían pequeñas

ciudades de dimensiones en algún caso superior a las 10 hectáreas.

2.2 El agua en la Málaga romana

Es complicado encontrar información detallada de las termas romanas en Málaga,

puesto que no son muchos los restos encontrados, únicamente una excavación en la

travesía Pintor Nogales ha sacado a la luz restos en un excepcional estado de

conservación, concretamente en las excavaciones realizadas en los patios de la

Abadía de Santa Ana del Cister, se han localizado restos de lo que fue un complejo

termal, que por las dimensiones de los espacios identificados hacen pensar que tuvo

un carácter público.

Es difícil hacer una interpretación de conjunto, aunque sí se han podido identificar

algunos de sus elementos. El edificio conserva parte del hypocaustum y de la

suspensura (estructura que crea la cámara de subsuelo), probablemente del

tepidarium. Entre los depósitos de derrumbe consecuencia de su abandono se han

recuperado, además de numerosos fragmentos de ladrillos y otros elementos

constructivos, abundantes restos marmóreos procedentes sin duda de la decoración

que el edificio presentaba.

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VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla.

Barcelona, 1993. p.128.

Con estos datos poco podemos afirmar acerca de como eran las termas en la ciudad

puesto que es importante tener algún indicio de la disposición de, tanto el espacio

interior, como el exterior. En forma de resumen, diremos que se han despejado

aproximadamente 100 m2 correspondientes a las estructuras del hipocausto,

materiales de revestimiento y ornamentación, con lo cual se hacen hipótesis sobre los

espacios que calentaban estos conductos, cualquier conclusión que sacáramos seria

en base a dichas hipótesis.

Se sabe que es a partir del principado de Augusto cuando proliferan construcciones

propiamente romanas y se constatan algunas modificaciones en el urbanismo de la

ciudad. La nueva realidad política, con la paulatina integración social y económica

dentro de la cultura romana, haría necesario dotar a la ciudad de nuevos edificios y

espacios públicos donde llevar a cabo estas actividades. En este sentido, el espacio

más destacado de la ciudad, al considerarse el centro de la vida pública y el lugar

donde se dispondrían los principales edificios civiles, administrativos y religiosos del

municipio, fue el foro.

De su ubicación no se tiene certeza arqueológica, si bien son dos los lugares que se

vienen barajando para situarlo. Uno de ellos podría localizarse en la colina de la

Alcazaba a propósito de la herencia púnica de la ciudad, que tendría esta zona

elevada como una de las principales, desarrollándose la trama urbana por la ladera a

partir de espacios abancalados hasta alcanzar la zona portuaria. La vinculación de

esta plaza pública con el teatro resulta muy sugerente, ya que serviría como elemento

de unión entre las zonas alta y baja de la ciudad aprovechando la pendiente de la

colina para situar las gradas de dicho teatro.

La inusual cantidad de esculturas y pedestales, entre otros hallazgos, encontrados a

finales del siglo XVIII durante los trabajos de construcción de la antigua Aduana, es el

argumento que se manejan para una posible situación del foro en las inmediaciones

de este edificio.

El hallazgo del posible perímetro de estas termas no

se ha producido puesto únicamente se pueden

hallar partes constructivas, como muros, bóvedas,

etc.

Estos descubrimientos están datados de la época del

alto-imperio, liderada por el Emperador Augusto, con

lo que podemos ayudarnos de algunas de las termas

que bajo este imperio se construyen para intentar

concretar como son estas en Málaga.

Como muestra principal tenemos las Termas de

Agripa, las primeras termas públicas permanentes en

Roma, en un solar al sur del ocupado por el Panteón.

A raíz de ver la planta de dicha terma podríamos

decir que la terma romana de Málaga que ha sido

hallada se compondría por un espacio de baños, con

las salas principales, y con un períbolo en lugar de una

palestra, es decir el espacio lúdico y arbóreo principal

estaría rodeando la edificación y no formaría un

espacio central de encuentro, puesto que no se han

encontrado restos de la cimentación de un posible

claustro, por ello concluimos que ese espacio exterior

podría estar conectado con los exteriores del teatro

formando así una plaza o espacio de importancia

para la ciudad.

C. PERAL y J. CISNEROS (1989): “Calle Alcazabilla, 3. Informe arqueológico preliminar”. Archivos de la G.M.U. Málaga,

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GUILLEN ROBLES, F. Málaga musulmana. Málaga, 1957

BEJARANO ROBLES, F. Los Repartimentos de Málaga, 2 vols. Universidad de MÁLAGA

3_ Ocho siglos de dominio árabe (711 – 1487)

3.1 Baño público árabe, el Hamman

Los árabes españoles difundieron el uso del baño y lo llevaron a todos los rincones del

país, popularizándolo y haciéndolo accesible a toda la sociedad: reyes y labriegos,

comerciantes y militares, monjes y religiosas; tanto llego a extenderse que para todos

formaba parte de su vida cotidiana. Los musulmanes no concebían ciudad sin baño.

Este concepto de llevar el baño al pueblo, allí donde estuviera, llevó aparejado un

cambio en las dimensiones y estructuras de las monumentales termas, dando paso a

los denominados “baños árabes”.

En efecto, la transición de la terma romana a la islámica significa que las grandes

piscinas de agua fría desaparecen completamente dando paso a pequeñas zonas de

agua caliente.

Es cierto que la arquitectura tradicional muestra detalles, variaciones, que a veces se

deben a la cultura y las normas de los diversos pueblos que se suelen transmitir de

generación en generación. El Hammam es un edificio público de construcción

tradicional con estrechos vínculos con su contexto urbano y las normas socio-culturales

de la sociedad en la que opera, pero todos ellos están gobernados por un sistema

único y general o por un vocabulario común.

En el artículo de Roula Aboukhater los ejemplos fueron elegidos principalmente en

Damasco, con el fin de entender las fuerzas sociales que generan la disposición

interna.

Cualquier cultura se rige por códigos y normas de seguimiento social, en este caso, en

la cultura del islam estos códigos pueden llegar a ser leyes estrictas que gobiernan el

comportamiento de las personas. Un edificio se concentra en cumplir las necesidades

sociales. El Hammam es concebido o construido para cumplir condiciones específicas

de confort climático en una situación de transición gradual de la temperatura. La

construcción y la estructura del edificio son concebidas a partir del interior hacia

afuera, la dimensión de la habitación se ajusta en relación con el espacio de baño

que alberga.

Caracterizado principalmente por el uso de cúpulas para el techo con aberturas para

permitir la iluminación en el interior de las habitaciones, carecía de ventanas por las

que pudiera escaparse el calor. El aspecto ornamental se compone principalmente

de trompas y pechinas de mocárabes. El baño árabe se edificaba con gran solidez, habida cuenta de las enormes

diferencias de temperaturas que tenía que soportar entre su interior y su exterior, así

como unos elevadísimos índices de humedad. Para su construcción se empleó la

mezcla de cal y arena con la que obtenían una mezcla dura como la piedra y el

tiempo. Su planta era un rectángulo casi cuadrado, dividido en tres naves: zona de

recepción, sala templada y sala caliente, comunicadas entre si por arcos abiertos;

anejas se encontraban las dependencias auxiliares que albergaban la caldera con el

horno.

La fuente en la sala de recepción o en los espacios de baño contribuye al paisaje

visual de conjunto a través del sonido del agua murmurando en las cuencas.

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ADRIÁN GARCÍA NARANJO · Trabajo Complementario TH III‏ · Guido Cimadomo_e AM´ 20/06 9

GUILLEN ROBLES, F. Málaga musulmana. Málaga, 1957

BEJARANO ROBLES, F. Los Repartimentos de Málaga, 2 vols. Universidad de MÁLAGA

Esto proporciona a los usuarios la oportunidad para la relajación y la restauración

psicológica. El Hammam es un lugar para ceremonias tales como celebraciones

después del parto, antes del matrimonio, etc...

La disposición del edificio puede alentar o prohibir ciertas conductas, a través del

estudio del movimiento y la interrelación entre los espacios, visibilidad en el interior del

edificio y la dimensión de las células internas que constituyen el edificio.

El Hammam acaba siendo un espacio semi-público que permite la socialización de las

personas y al mismo tiempo ofrece un entorno adecuado que se ajusta a las normas

sociocultural de los países islámicos.

Es utilizado por las mujeres y los hombres por separado, la división de genero que

marca el islamismo.

Durante la sesión de baño de las mujeres, la entrada del Hammam está protegida por

una barrera adicional que consta de una cortina colgada en frente de la puerta

principal, un letrero bien conocido por la población local que están familiarizados con

esta tradición.

El Hammam consta de dos dominios principales, la recepción y zona de baño. La zona

de recepción sirve para múltiples funciones (Desvestirse, comer, relajarse, la

comunicación, etc...), siendo la zona menos privada por ser un espacio abierto y por

estar próxima al exterior.

La zona de baño es el espacio principal de sudoración y lavado y en algunos casos

otras funciones tales como masajes y tratamientos de belleza se llevan también a

cabo. En la mayoría de los casos, los espacios de baño contienen algunos espacios

cerrados que permiten que tengan lugar baños privados.

El cliente es tratado como un objeto, que pasa de un asistente del Hammam a otro,

los cuales tratan de garantizar la combinación adecuada de clientes, especialmente

en el espacio de baño, buscando conseguir la mayor homogeneidad. Ellos deciden

quién entra y por cuanto tiempo de acuerdo a los clientes que ya utilizan la zona,

todo este control con un cierto nivel de cortesía y la hospitalidad.

La zona de recepción / cambio del baño árabe se utiliza principalmente para la

relajación y para las festividades, es un lugar de encuentro para la sociabilidad

informal, donde suceden interacciones espontáneas.

El valor de control depende del grado de un espacio que "controla" sus espacios

vecinos, es decir, cuando más profundo esta el espacio desde la entrada, mayor

privacidad se consigue puesto que la disposición interna es una secuencia lineal de

espacios. Estos espacios con conceden un baño de mayor privacidad no tienen

puertas, porque en al mismo tiempo niveles más altos de privatización pueden

producir un "comportamiento incontrolado".

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ADRIÁN GARCÍA NARANJO · Trabajo Complementario TH III‏ · Guido Cimadomo_e AM´ 20/06 10

GUILLEN ROBLES, F. Málaga musulmana. Málaga, 1957

BEJARANO ROBLES, F. Los Repartimentos de Málaga, 2 vols. Universidad de MÁLAGA

Esta secuencia lineal también tiene una razón climática, siguiendo obligatorio pasar

de un espacio a otro gradualmente, con una temperatura que puede ser superior o

inferior a la entrada o la salida.

Podemos identificar tres tipos de relaciones:

- Público / usuarios (zona de recepción), con menos control desde el exterior.

- Los usuarios y usuarios (en la zona de baño), controlado al entrar.

- De lujo - Familia (células de baño privado), más control por parte de los trabajadores.

Los nombres de los espacios en el baño islámico están relacionados principalmente

con la penetración gradual desde el exterior hacia el interior que corresponde a pasar

de público a semi-público o espacio semi privado. Las salas en el baño romano se

nombraban de acuerdo con el grado de calentamiento, Frigidarium, Tepidarium y

Caldarium.

De afuera hacia adentro en el Hamman las habitaciones son: Sala de desvestirse,

parte externa, parte media, parte interna o externa, primera parte media, parte

media, parte interna, por ejemplo.

Tradicionalmente en el mundo árabe la parte más profunda de una sala y la más lejos

de la entrada está siempre reservada para los de alto estatus social, la profundidad

indica el nivel del huésped.

En el hall de recepción del Hammam en Egipto, los clientes de alto nivel social se

sientan en la parte más profunda

El diseño influye en el acceso visual (barrera o ángulo), el espacio de la entrada es por

lo general de visión indirecta y tiene forma de L, o con una pared en frente de la

puerta, se busca para proteger fuertemente el interior de "ojos externos". Una de las

exigencias culturales que condicionan tanto los atributos de los baños árabes como los

de las viviendas del mundo islámico.

En España el número de baños se multiplica con el de barrios, comunidades o grupos

sociales, si el agua era abundante. Tantos como hiciera falta, buscando la comodidad

y la cercanía para el cliente, ya que el baño requería un ambiente de vecindad.

Ubicado cerca de mezquitas, zocos y centros residenciales, el Hammam desempeña

un papel clave no sólo en proporcionar un servicio de lavado para la realización de las

abluciones principales antes de rezar, necesarias, si no que es también, como hemos

mencionado, un lugar para la interacción social y los rituales, que marcan las

celebraciones religiosas y eventos importantes en la vida de las mujeres.

La información acerca del baño árabe en la península es escasa pues el cristianismo

se lucro de estos espacios y los transformo según las necesidades culturales lo

demandaban para poder ser lugares de provecho.

Si es verdad que gracias a la ocupación de la península de los árabes, de la misma

manera que les ocurrió a los romanos, estos también “exportaron” la costumbre de

bañarse y la tipología del “baño árabe” a las vecinas tierras de África. Hoy día, en

Marruecos, Argelia y Túnez, se sigue practicando y utilizando como si los siglos no

hubieran transcurrido.

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GUILLEN ROBLES, F. Málaga musulmana. Málaga, 1957

BEJARANO ROBLES, F. Los Repartimentos de Málaga, 2 vols. Universidad de MÁLAGA

3.1 El agua en la Málaga Árabe

Nos ha sido imposible encontrar una planta de un baño árabe de la ciudad, con lo

que no podemos confirmar cual es la distribución de los espacios y si concuerda con

lo ya mencionado. Como sabemos la ubicación suele asociarse a la proximidad de

una mezquita, ya que era el lugar más cómodo para que el creyente se librase de las

impurezas mundanas antes de la oración, con rígidas disposiciones para su uso, que

evitaban la promiscuidad entre los sexos.

La iglesia de Málaga la más beneficiada, tras la reconquista, de los baños de la

ciudad, se quedó inicialmente con 7 de los 11 baños descritos en los repartimientos.

Existen pocas descripciones de como se disponían interiormente estos baños pues

pocos han llegado intactos hasta la actualidad, una descripción de Guillén Robles tras

ver algunos restos:

“Una estancia rectangular, dentro de la cual se hallaría un estanque; sostenían su

bóveda groseras columnas con sus capiteles en forma de cono truncado invertido,

sobre los cuales arrancaban arcos de herradura, de ladrillo, formando una galería que

rodeaba toda al estancia, la cual estaba también cubierta con una bóveda de

cañón seguido de piedra, mal tallada, dejando en algunos de la clave huecos para

alumbrar el interior.”

De estos 11 baños, 7 se encontraban dentro de la Medina, 2 en los arrabales y los 2

restantes se localizan uno en el castillo de Gibralfaro y otro en la Alcazaba. Sobre la

titularidad de los baños nada se sabe ciertamente, al igual que no se puede certificar

si en la época musulmana estos baños eran públicos o no. En el mapa anterior vemos

como existen 8 mezquitas sin baños en sus proximidades. Con lo cual se podría pensar

que existen baños de uso exento a la función de ritual, situados en zonas comerciales

de mayor demanda, donde se aprovechaba mejor el agua obteniendo una mayor

rentabilidad.

Mapa de mezquitas y baños de la ciudad

Para poder hacer una hipótesis más o menos realista sobre la posible distribución y usos

de este espacio público, vamos estudiar como era el espacio privado, la vivienda,

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GUILLEN ROBLES, F. Málaga musulmana. Málaga, 1957

BEJARANO ROBLES, F. Los Repartimentos de Málaga, 2 vols. Universidad de MÁLAGA

como se relacionaban y como se agrupaban, esto puede servirnos como reflejo de la

sociedad.

He aquí una imagen que representa una posible manzana residencial según Mikel de

Epalza

Se observa como el espacio doméstico se ubicaba a veces en barrios de carácter

mixto donde las viviendas, dispuestas en el interior de las manzanas, coexistían con

espacios dedicados a actividades de los sectores secundario y terciario, que tienen su

fachada al exterior, alineadas a lo largo de las vías de transito, estas tiendas eran

totalmente independientes de las viviendas puesto que bien es sabido que el

recogimiento y la privacidad de la vida familiar islámica no admite la mezcla de la

vivienda y la calle.

Son estos, datos que incitan a pensar que el funcionamiento y orden interior de los

baños árabes es similar al utilizado en Damasco o Fez, una zona de recepción y una

zona de baños. Aunque en cuanto a las dimensiones, puesto que, al haber muchos

baños debido al abundante número de mezquitas y al abundante numero de fuentes,

estos baños no son muy grandes, creemos que los usuarios eran habituales y por tanto

la zona de baños es mayor en proporción que la recepción, puesto que es innecesario

esa gran sala de relación cerca del exterior que, era una zona de encuentro pero de

alto control. La sala de baño es por tanto la sala principal, de relación entre usuarios

vecinos, que ya se conocen.

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RODRIGUEZ SANCHEZ, J.A. Historia de los balnearios de la provincia de Málaga. Diputación Provincial.

Málaga, 1994

MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

4_ Málaga Cristiana (1487 - Noveccento)

4.1 Baño público

Como hemos visto la España árabe estaba dejo un legado y una cantidad de baños

la mayoría próximos a lugares de culto. Todos tras la reconquista quedan en manos de

la iglesia. Con la llegada de los cristianos en el siglo XV, el baño dejó de estar bien

visto, dicen que Alfonso VI, el rey conquistador, no era partidario, y que prohibió

construir nuevos establecimientos. Se despreciaba el testamento de los moriscos,

tachado de impuro.

Pero como hemos mencionado antes la necesidad mezclada con esa apertura de

mente en post del beneficio del baño, permiten la proliferación en España de casa

con habitaciones destinadas al aseo público. Las tinas de mármol, los patios exteriores,

las fuentes… marcan estas edificaciones, como en todo existen lugares de mayor o

menor cuidado, de peor o mejor reputación según la calidad tanto de los baños

como de los espacios adyacentes.

Por ello vamos a pasar directamente a estudiar las particularidades de los baños que

encontramos en la ciudad de Málaga que siguen el lenguaje común que rige todos

los baños de España, fundamentándonos en el libro de

GARCÍA, Mª PEPA, La cultura del Agua: Los baños públicos en Málaga. Sarriá Editorial.

4.2 El agua en Málaga Católica

La aparición de los numerosos baños públicos en Málaga en el siglo XIX viene

determinada por varios factores, el crecimiento de la población, el agotamiento de los

manantiales y la despreocupación en reparar los acueductos y cañerías dificultaron el

abastecimiento de la ciudad, lo cual propició que los habitantes volvieran a servirse

del agua de los pozos con los graves riesgos para la salud que puede llegar a propiciar

la toma de un agua sin analizar. En la ciudad se toman medidas y se aprueba un

proyecto de abastecimiento de agua desde el manantial de Torremolinos en 1876,

obviamente esta determinación conlleva una importante mejora aunque no de igual

modo a todas las clases sociales, unos tenían una cantidad de agua adjudicada en

sus domicilios, otros la alquilaban, y había quienes debían acudir a la fuente pública.

Así es para la clase media no hubo dicha mejoría en el suministro, de ahí que ha

mediados del siglo XIX van a surgir las llamadas “casas de baños de agua dulce”,

lugares a los que por un módico precio podían acceder los ciudadanos que carecían

de agua corriente en sus hogares. Fue a partir de 1840 aproximadamente cuando

estas casas de baño comenzaron a generalizarse desde el punto de visto higiénico y a

veces también terapéutico. Para ser mas precisos a los largo de la investigación

distinguiremos entre casas de baños de agua dulce, baños de mar y balnearios.

CASAS DE BAÑO DE AGUA DULCE.

Los primeros baños de relevancia para la ciudad son los Baños Ortiz, en un principio de

carácter deficiente pero que tras la apertura de baños que pudieran ser competencia

fue objeto de una reforma total. Permanecían abiertos todo el año y eran muy

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RODRIGUEZ SANCHEZ, J.A. Historia de los balnearios de la provincia de Málaga. Diputación Provincial.

Málaga, 1994

MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

concurridos por su céntrico emplazamiento. Disponían de tinas de mármol blanco y el

agua se hallaba en término medio entre dulce y salada. Tenían un patio plantado de

verduras y flores, también una parra cargada de racimos. Este patio separaba la

galería de los baños de la alberca de las mujeres.

En aquellos años de mediados de siglo existía la costumbre en Málaga de bañarse en

agua dulce antes de hacerlo en el mar. Los Baños Ortiz tenían un poco de todo:

mezcla de salón, de galería, de jardín y de huerto. Estos espacios de reunión

originaban tertulias que ayudaban a matar el tiempo mientras llegaba el baño, cuya

espera era grande pues había escasez de tinas y abundantes bañistas.

Otros de estos establecimientos fueron los Baños Álvarez o de Las Delicias. El convento

de San Francisco fue desamortizado y cedido al gobierno en 1836 para ser sacado en

subasta pública. Ocupaban una gran porción de terreno de la huerta que perteneció

al convento. El local era muy espacio, compuesto de un salón de descanso a la

entrada, de forma cuadrada, con una puesta que daba a la huerta. En el centro del

salón había un templete con ocho columnas de mármol blanco. El agua era dulce,

pero también tenían un departamento destinado a baños medicinales, en el cual,

bajo la dirección de facultativos, se ofrecían baños sulfurosos-sulfhídricos. Un aspecto

trascendente en el uso de este espacio es que también era posible, desde el salón de

los baños, ver conciertos y bailes del Liceo de Málaga, una vez más se observa como

el baño es el servicio primordial pues existe la necesidad higiénica, pero son todos los

demás aspectos que se ofertan los que determinan la popularidad y afluencia a estos

locales.

Contrario a este aspecto encontramos el Salón Roma, que contaba con baños y

peluquería, situado en calle Larios, era muy popular pues era para ambos sexos y se

situaba en el centro de la ciudad. El Salón Roma era simplemente una casa de baños

de aseo y como tal funcionaba, no servía como pretexto para la tertulia y diversión.

Será este el baño de agua dulce que más perduró, hasta 1950.

BAÑOS DE MAR

Debemos mencionar antes de centrarnos en este tipo de baños, que este siglo XIX

había en Málaga dos muelles, los denominados el Viejo y el Nuevo.

El muelle nuevo era la prolongación de la Cortina del Muelle, y cerraba el puerto en la

casa de Sanidad. Había varios sectores de playa en la Cortina del Muelle. Las mujeres

iban a los baños gratuitos de la playa de los Ciegos. La playa de Pescadería, donde

solo de podían bañar los hombres, estaba en el ángulo que formaba con Pescadería

la punta nombrada del Espigón.

Nos encontramos ante una sociedad muy preocupada por la moralidad, con lo cual

el baño al aire libre de la mujer estaba muy controlado, estas debían bañarse en la

noche para no exhibirse aun así estos baños creaban polémica pues se entendía que

esa zona del puerto era muy concurrida y que la luz de la luna era mas que suficiente

para que indecentes pudieran quedarse a mirar desde la lejanía. Con lo cuál una

parte del alto cargo vio con bueno ojos que se construyeran balnearios, en este caso

el de La Estrella, a la playa de las mujeres.

El conflicto fue perdurable pues el baño de los Ciegos era el más accesible y el más

favorable para el bien de la comunidad que tenía el derecho de disfrutar

gratuitamente de sus costas. Finalmente el Gobernador declara la prohibición del

baño público en el baño de los Ciegos, la playa de la Pescadería pasa a ser baño

público de hombres y mujeres, una mitad para cada sexo.

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RODRIGUEZ SANCHEZ, J.A. Historia de los balnearios de la provincia de Málaga. Diputación Provincial.

Málaga, 1994

MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

Antes de analizar en profundidad los balnearios que se crearon en la ciudad hay que

comentar una característica que ha todos los une: Los balnearios Diana, La Estrella y

Apolo se emplazaron en su orígenes en la zona de la Cortina del Muelle pues era una

zona acondicionada y de buen acceso, pero por el contrario en esta zona del puerto,

desde la desembocadura del río Guadalmedina hasta el espigón de Sanidad, se

desaguaban aguas de alcantarillas y cloacas, si ha esto añadimos que cerca de 50

buques fondeaban diariamente por dicha zona se entiende la falta de higiene de

dichas aguas. Así que tras prohibirse los baños en estas aguas estos tres balnearios

fueron trasladados a las playas de la Malagueta.

Cuando se fundaron estos baños a Malagueta era todavía una playa, recordemos

que al no estar adecuadas todavía las playas ni urbanizados los entornos, el acceso

era muy difícil; por ello los baños o balnearios se ubicaban dentro del mismo puerto,

pero hacia 1815 se permitió la construcción de almacenes y tallares de distintas

industrias, de a partir de entonces comenzaron darse una serie de peticiones de

solares por parte de ciudadanos. Aun con los problemas urbanísticos causa del

conflicto de intereses, los terrenos de la Malagueta se fueron acondicionando poco a

poco. Se levantaban edificios, sobre todo almacenes. Se necesitaba un espacio

donde ubicar los balnearios y las playas de la Malagueta se alzaban como las más

apropiadas, con lo cual se encomendó un estudio el estudio de un proyecto de

establecimiento de baños marítimos, la concesión de una línea de tranvía y la

construcción de un paseo.

Mientras la malagueta se urbanizaba, en gran parte a causa de estos balnearios, en la

Cortina del Muelle se iba a realizar el relleno necesario para la construcción del

Parque, una construcción que facilitaba el acceso a las playas y balnearios. Podemos

observar que la masa social que movían estos “locales del agua” propicio la mejora y

el avance general de la ciudad.

BALNEARIOS O CASAS DE BAÑOS DE AGUA DE MAR

Balneario Diana, Inaugurado en 1843 en la Cortina del Muelle entre el espacio que se

extendía desde la Aduana al Cuartel de Levante, fue el primero de este tipo en

Málaga, construido dentro del mar, de madera sobre puntales de hierro, y

circunvalado por una verja de hierro. La gradería de entrada era descendente y daba

acceso a un gran salón con dos baños de tina y al fondo un amplio mirador sobre el

mar. Una especie de puente conducía a un edificio rectangular de madera, dividido

en dos departamentos, en uno, la alberca para caballeros con sus cuartos

individuales, y en el otro la alberca de señoras también con sus cuartos individuales.

Se trataba del local más serio y elegante de los de su clase, frecuentado

principalmente por gente madura y selecta, como sacerdotes, matrimonios de clase

alta, etc.

En 1887 se trasladó a las playas de la Malagueta, al Este del muelle actual, hasta su

clausura hacia 1899 debido a que muchos clientes optaron por la competencia.

Balneario La Estrella

Se inauguro en 1859 en la playa próxima al edificio de Sanidad pero como hemos

mencionado antes se traslado pronto a la zona del puerto conocida como “Baños de

Ciegos”. Estos baños en este emplazamiento tenían una disposición igual a los Baños

Diana aunque las personas que asistían a La Estrella eran más jóvenes y alegres.

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Málaga, 1994

MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

En su nueva ubicación en las playas de la Malagueta los baños sufren una

modificación considerable. Las terrazas ganaban peso, llenas de mesas, sillas y de

bancos repartidos convenientemente. El servicio de café y bebidas emplazaba su

mostrador a un lado de la entrada general. También se dispuso un piano en el salón

central para armonizar la jornada de baños. Algo también característico es el cuidado

en las albercas generales, estaban separadas y alejadas, una para hombres y otras

para mujeres, rodeadas exteriormente por pesadísimas esteras de esparto para evitar

miradas indiscretas.

La parte situada sobre el mar, obra efímera, tenia el inconveniente del permiso anual

para el desmonte y montaje del tinglado de madera cada vez que comenzaba o

acababa la época de baños, de Junio a Septiembre.

Un incendio arraso con este pabellón en 1917 con lo cual los baños Apolo y los recién

inaugurados Baños del Carmen, tuvieron que albergar a la población bañista

malagueña. Entonces en 1921 el propietario Manuel Ledesma volvió con una nuevo

diseño de La Estrella, a cargo del ingeniero José Crucet. Se componía de tres cuerpo:

uno central destinado a salón con veinte cuartos de familia con bajada interior al mar,

y otros dos cuerpos laterales en cuyo centro estaban las albercas, una para cada

sexo.

El edificio de madera cubierto con chapas de Zinc, se sustentaba por empalizadas de

pilotes de hormigón armado de longitud variable.

Observamos nuevas atracciones lúdicas: varietés, conciertos por bandas, el

cinematógrafo…En el balneario en tierra también se introdujeron reformas con el fin de

convertirlo en casino semejante a los de las playas del Norte. El patio central al caer la

noche se cerraba para que una orquesta amenizara las veladas de verano.

El entorno cercano a la Malagueta gracias a los baños en verano adquiría gran interés

económico ya que numerosas familias bañistas alquilaban habitaciones de las casas

próximas.

Balneario de Apolo

En su primitivo emplazamiento en la Cortina del Muelle destacaba por un gran salón

de descanso y lectura con un piano y un “Divan” con servicio de comidas, fue el

primero que instalo el piano en la terraza.

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MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

Ya en la Malagueta desde el primer momento el edificio de baño marino se construía

cada verano en la playa sobre el agua, apuntalado con barras de hierro y madera

que avanzaban unos veinte mar adentro.

Debemos señalar que estos balnearios eran bien

reconocidos y aceptados, pues entorno a ellos

fue surgiendo una serie de establecimientos

complementarios: cafés, pastelerías, heladerías,

etc.

La permanencia del balneario Apolo en la

Malagueta comenzó a peligrar a partir de 1926

debido al trazado del Paseo Marítimo que era

de interés de la comunidad, es entonces

cuando se decide para mantenerlo, desplazar

la parte de tierra unos 25-30 metros hacia poniente para asegurar que no era

obstaculizaba el planeamiento urbanístico.

Acontecimientos tales como la llegada de la II República y la Guerra Civil y el un

cambio de mentalidad, el baño demandado por la sociedad era el baño al aire libre,

el baño de sol, en post de estos antiguos balnearios malagueños.

Baños del Carmen

Se trataba de un proyecto innovador, pues hasta 1918 todos lo baños malagueños

disponían de albercas con esteras como espacio de baño principal, esta se adaptó a

esta nueva moda de “baño solar” que recorría España.

Situado en la playa de la Torre de San Telmo, incluida en el trazado de la línea férrea,

inaugurado en el momento oportuno, tras el incendio de La Estrella, fue ganando en

adeptos y visitantes rápidamente.

La playa privada quedaba dividida en dos, izquierda para señoras y derecha para

hombres. En el medio se instalaba una caseta de restaurante de 300 metros cuadrados

de superficie, lejos del rompeolas, a los costados de este espacio se colocaban en la

playa toldos, quitasoles y butacas, así como sillas…Con mas de 50 casetas de baño.

Tras el éxito, el propietario decide volver a montarlo al año siguiente, ya de forma

permanente, con un proyecto obra de Carlos Loring. Por supuesto se decidió ampliar

las ofertas, además de aumentar el número de casetas y la dimensión de los toldos, se

instalan dos kioscos, una pista de baile, zonas de tiro al blanco, una pantalla para

proyecciones

cinematográficas…

Un acuario, lago para patos, un

campo de fútbol, pistas de

tenis, etc. Un amplio abanico

de oferta de recreo, alejada a

veces de la actividad

fundamental del baño, una

actividad lúdica que fue

decayendo, cerca del 1970

únicamente se celebraban

verbenas en las fiestas mas

señaladas, solo el restaurante y

la playa privada se

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RODRIGUEZ SANCHEZ, J.A. Historia de los balnearios de la provincia de Málaga. Diputación Provincial.

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MORALES FOLGUERA, J.M. Málaga en el siglo XIX. Universidad de Málaga, 1982.

mantuvieron hasta los ochenta, una playa que tras diversas protestas pasaría a ser

pública en 1986 habiendo llegado el fin de uno de los balnearios más beneficiosos

como para el esparcimiento y la diversión de la ciudad.

Es fácil apreciar, para concluir, que la religión y la política, la higiene y la terapia, e

incluso el ocio han estado unidos al proceso evolutivo de la cultura del baño, y es

difícil, predomine uno u otro, llegar a desvincularlos.

Hoy en día se puede observar como el agua sigue un papel muy similar al que seguía

en el siglo XIX, como el baño de mar ha evolucionado hacia el baño en la playa que

se lleva produciéndose en todo el litoral malagueño cuando llega la época estival.

Pasando a ser este un baño gratuito, público, y siendo los otros servicios, de ocio, los

de pago. Se observa como la sociedad con una moral no tan férrea permite que

ambos sexos puedan realizar las actividades relacionadas con el agua comúnmente.

El clima que favorece e impulsa al baño al aire libre, ha producido un crecimiento

continuo del turismo y el ocio relacionado con la playa, tal y como pasaba antes

cuando la calle del Arenal se encontraba muy concurrida debido al entretenimiento

que ofrecían los balnearios.

El baño de agua dulce, la casa de baño, que mezclaba aspectos relacionados

puramente con el baño, con aspectos de encuentro y relación social como la tertulia

o el entretenimiento, se ha depurado en nuestro tiempo hacia la índole profiláctica,

curativa, de higiene y bienestar, podíamos decir que es el Spa o balneario el resultado

final de esa evolución, aunque pueden o no realizarse algunos de sus métodos a

través del agua, tal y como ocurría en el Hamman, la salud y el cuidado estético es el

motivo único por el cual se acude a este tipo de centros.

Tal y como era de esperar, el baño en espacio cerrado, debe especializarse en un

servicio concreto, pues la aparición de un sistema de abastecimiento óptimo en cada

hogar evita tener que acudir a lugares públicos para cubrir necesidades de higiene

cotidiana.

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19

5_ Comparativa y Conclusión final.

Aunque la esencia del Edificio Termal haya permanecido casi invariable a lo largo de

20 siglos, la función si ha cambiado y mucho a través de las épocas y culturas, de ahí

que la edificación se haya tenido que adaptar a ella.

Para los romanos, la Terma, no solo era aseo sino sobre todo un lugar de reunión en la

ciudad, lugar de relajamiento de cuerpo y mente a la par que de puesta en forma

tanto física como culturalmente, (no olvidemos que las grandes termas tenían

biblioteca).

La función del Hamman Islámico cambia bastante respecto de la romana, se

mantiene el aseo corporal así como la reunión social pero adquiere una componente

espiritual muy fuerte, ya que la purificación del alma se consigue también por la

limpieza corporal, con la inexorable separación entre los hombres y las mujeres. Los

edificios son más austeros, más monásticos, esas grandes piscinas romanas se pierden

puesto que no permitían el ejercicio físico en este lugar.

La importancia de la privacidad en el islamismo se manifiesta en el inexistente espacio

exterior de disfrute de los baños árabes, volcado completamente hacia el interior.

Es bastante frecuente encontrar, en el Norte de África así como en Oriente Medio y

Turquía, Baños Árabes que han perdurado hasta nuestros días.

Los Hammanes de la Península así como las Termas Romanas, han corrido peor suerte

casi todas, ya que en la Edad Media, los Cristianos, cuya poca afición al aseo es

comúnmente conocida, demolieron la mayoría de los Baños o bien los cambiaron de

uso modificando su estructura.

En los siglos XVI y XVIl los establecimientos termales se tornan curativos, de dimensiones

reducidas con bañeras y duchas a las que posteriormente se les añade pequeñas

piscinas. Son las llamadas Casas de Baños.

A finales del siglo XVlI empieza a moldearse el Edificio Termal moderno, alcanzando su

madurez a mediados del siglo XIX. Es en esta época cuando surge la inquietud por la

búsqueda del carácter del Edificio Termal. Con el transcurrir de los años, los “agüistas”

demandan mayor calidad en los tratamientos y en la estancia, y con ello, la

Arquitectura del edificio y el tratamiento del entorno se enriquecen. Surgen las

galerías grandiosas de comunicación, los espacios de relación aumentan de

importancia saliendo del edificio al parque que le rodea, aumentando en tamaño y

numero en el interior del Balneario.

Para que la cura sea eficaz hay que añadir una componente Iúdica al proyecto, el

Balneario se complejiza con las salas de tratamiento y otros usos no terapéuticos como

alojamiento, salones de juego, baile y teatro. En el parque se suceden las fuentes,

estatuas y kioscos, mientras que en la fachada del edificio se crean pórticos para el

paseo y la relación.

En las Estaciones Termales pequeñas, el alojamiento y el tratamiento permanecen

unidos, Hoteles-Balneario, pero en las grandes el alojamiento es lo primero que se

disgrega del Edificio-Cura, continuando unidas al factor cura las componentes de

distracción. A partir de este momento habrá edificios solo tratamiento, rodeados de

otros donde se trasladarán las diversiones, y otros que mantendrán unidos los factores

de divertimento y cura, componiendo entre todos ellos las llamadas Villas Termales.

En ambos casos los edificios irán enriqueciendo sus espacios a través del tiempo hasta

los años “veinte" aproximadamente, no tanto en su ornamentación como en la propia

riqueza espacial.

Page 22: ADRIÁN GARCÍA NARANJO_la Cultura Del Agua en Málaga_THIII

20

Respecto al baño al aire libre, turismo y baño de sol son conceptos estrechamente

relacionados de un tiempo a esta parte ha orillas del Mediterráneo, tanto las playas

como las piscinas son ahora los “baños” mas concurridos y es debido a la posibilidad

que ofrece de salvaguardarse del clima malagueño, debido al entretenimiento en

sociedad y a los servicios que los espacios anejos a veces ofrecen.

En la actualidad se puede decir que en el baño termal hemos vuelto al siglo XVI o XVII,

con la única diferencia de una tecnología más avanzada, pero con la misma pobreza

de espíritu; pequeño hall de acogida, absoluta pobreza espacial (aunque se empleen

materiales caros), sucesión de cabinas y piscinas con un perfecto aprovechamiento

del espacio, y en el exterior, el edificio carece de carácter monumental público y

único para asemejar un contenedor de cabinas y baños.