adiccion y sociedad

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  • UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE FACULTAD DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES ESCUELA DE ANTROPOLOGA INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES

    Profesor Patrocinante: Dr. Roberto Morales U.

    Instituto de Ciencias Sociales.

    Entre la Adiccin y la Sociedad: El Lugar de La Persona.

    La Terapia de Rehabilitacin de la Adiccin a Drogas como Proceso de Aprendizaje: el caso de la Comunidad Teraputica Antumapu

    Tesis para optar al titulo de Antroplogo Y al grado de Licenciado en Antropologa.

    Juan Luis Barra Leal. Valdivia Chile.

    2006

  • 1

    INDICE

    Introduccin 3

    I. Problematizacin 6

    Hiptesis y Objetivos 8

    Marco Conceptual 11

    II. Marco Terico. Primera Aproximacin:

    1. El consumo de Drogas como Fenmeno Psicosocial 14

    1.1. Las Drogas, Medidas Internacionales y el Contexto Latinoamericano 18

    1.2. Chile: El Modelo Biopsicosocial 25

    Segunda Aproximacin:

    2. El ciclo Adictivo y La Rehabilitacin del Consumo

    y sus Modelos de Intervencin 33

    Tercera Aproximacin

    3. La Dimensin Psicosocial de la Conducta Adictiva:

    Los Procesos Cognitivos 42

    3.1 Las Representaciones colectivas 55

    3.2 El Aprendizaje Social: El Proceso Educativo y el Hecho Educativo 61

    3.3 Criterios de Evaluacin del Modelo Educativo 74

    III. Metodologa de la Investigacin

    Estrategia de Investigacin para la Recoleccin de Informacin 76

  • 2

    IV. Resultados

    Tratamiento de la Informacin 79

    La Comunidad Teraputica Antumapu (C.T.A)

    a) La Implementacin 83

    b) Modalidades de Atencin para Recibir Tratamiento 87

    c) Los Usuarios de la C.T.A 89

    d) Etapas del Tratamiento 93

    e) Dimensiones del Tratamiento:

    La Dimensin Ideolgica del Tratamiento 106 La Dimensin Operativa del Tratamiento 122 La Relacin Teraputica 130

    f) La Situacin Educativa en el Tratamiento de Rehabilitacin 141

    g) Las Prcticas Educativas 143

    V. Conclusiones 151

    Propuesta para la elaboracin de un modelo educativo 164

    Referencias Bilograficas 167

    Anexos 169

  • 3

    Introduccin

    Desde la ptica acadmica, la experiencia de la investigacin

    antropolgica supone una serie de procedimientos tanto lgico-formales como

    tambin la resolucin de cuestiones prcticas, supone la bsqueda y construccin

    del problema que se abordar, el diseo de un proyecto de investigacin que de

    cuenta de las interrogantes puestas sobre el tapete y la bsqueda del

    financiamiento institucional que haga posible llevar adelante el proyecto. Una vez

    que estas cuestiones se hayan resueltas y el investigador se encuentra ah, en el

    terreno, y de acuerdo a los recursos con que se cuenta, este podr dedicarse en

    optimas condiciones a su tarea. Sin embargo, la investigacin que presento no es

    el resultado de este proceso sino que parte del estar ah como trabajador

    calificado de una institucin de salud: la Comunidad Teraputica Antumapu y, en

    este sentido corresponde a una investigacin situada en el campo de la

    antropologa aplicada. Del ejercicio de mi trabajo, como Educador de Trato Directo

    del turno nocturno arranca un proceso de aprendizaje acerca de los procesos de

    rehabilitacin en drogo dependencias al mismo tiempo y producto del

    entrenamiento acadmico, intento situarme como observador de dichos procesos

    que registro en un diario de campo. Tras dos meses de trabajo como educador y

    producto de este ejercicio comienzan a surgir las primeras interrogantes acerca de

    aquello que estaba viviendo en el da a da.

    Desde mi perspectiva el ejercicio cientfico es una praxis, es decir, una

    forma de accin informada cuyo propsito es la transformacin de las condiciones

    de existencia y en este sentido, la antropologa posibilita puntos de partida que

    son situacionales en el sentido que, como antroplogos, no slo buscamos

    situarnos en ciertos contextos sino que tambin a travs de la experiencia de

    ubicarnos como funcionarios de ciertos programas de intervencin social no

    renunciamos a nuestro papel como investigadores de la cultura1, sino que

    1 La cultura es entendida aqu como el entramado de representaciones que circulan en la estructura social y que orientan el accionar de los grupos humanos que la soportan.

  • 4

    visualizamos estos contextos como oportunidades para enriquecer la investigacin

    antropolgica. De esta forma se rompe la dicotoma de lo abstracto y lo concreto

    para entrar en un ejercicio dialctico de praxis renovadora.

    La rehabilitacin de las adicciones al consumo de drogas, que es el que

    hacer de la Comunidad Teraputica Antumapu, no es una actividad simple de

    abordar pues se sita al interior de las nociones de salud y enfermedad. En este

    contexto la adiccin es comprendida como una enfermedad cuyas causas son

    variadas pero que es susceptible de ser diagnosticada y tratada. El resultado

    esperado de los tratamientos para el consumo abusivo y adictivo es la re-habilitacin del adicto, esto significa que cesar el consumo y el individuo optar por estilos de vida que minimicen la posibilidad de volver a la misma conducta.

    En Chile, estos supuestos y la realidad del consumo de drogas entre la

    poblacin del pas, han llevado a los gobiernos de la Concertacin a crear y

    promover instituciones, polticas y programas dedicados a encarar este problema,

    de este esfuerzo han nacido instituciones dedicadas exclusivamente al tratamiento

    y rehabilitacin de personas que presentan consumo abusivo y adictivo de drogas.

    La Comunidad Teraputica Antumapu (C.T.A) localizada en la ciudad de Puerto

    Montt es una de estas instituciones, como tal realiza intervenciones teraputicas

    que son estrategias de intervencin que enmarcan un conjunto de prcticas

    orientadas a modificar el comportamiento y conductas del consumidor respecto a

    las drogas. Estas prcticas se encuentran respaldadas por diferentes disciplinas

    cientficas, sus teoras y modelos evaluativos, dichos modelos poseen un peso

    relativo en la estrategia global donde, supuestamente, el mayor peso corresponde

    a las prcticas que emanan de los modelos biomdicos, especialmente al

    psiquitrico, y a los modelos derivados de la sicologa, junto a estos se evidencian

    prcticas derivadas de otros modelos de anlisis como son los relacionados con

    los procesos educativos. En el texto "Drogas, Tratamiento y Rehabilitacin de

    Nios, Nias y Adolescentes publicado el ao 2003 por Conace, el componente

    educativo y su importancia, en las intervenciones teraputicas, es mencionado en

  • 5

    reiteradas oportunidades incluso, se dedica un apartado (pp. 168) a las llamadas

    Intervenciones Educativas. Despus de un tiempo dedicado a la observacin y

    participacin del proceso teraputico llevado adelante por la C.T.A planteo como

    hiptesis que las prcticas pedaggicas que tienen lugar en las intervenciones

    teraputicas se asumen como un hecho, una prctica insoslayable o un dato

    imprescindible que frente a la presencia de otros modelos evaluativos- no es

    sometido a un riguroso anlisis crtico-terico, centrado en las necesidades

    educativas de las personas en el contexto de la intervencin teraputica. Con esto

    no quiero de manera alguna negar o minimizar el hecho que el accionar de la

    C.T.A se despliega en el campo de la salud mental y en la problemtica especifica

    de los consumos adictivos a las drogas sino que al interior de este campo tambin

    se sita otra prctica: la educativa y que esta juega un rol central en los

    tratamientos llevados adelante por la C.T.A. De ah la necesidad de dar cuenta, en

    primer lugar, del proceso teraputico destinado a la rehabilitacin de la drogo

    dependencia y en segundo lugar evaluar la pertinencia del modelo educativo que

    subyace en las prcticas pedaggicas utilizadas en las intervenciones teraputicas

    de rehabilitacin del consumo de alcohol y drogas. Esfuerzo llevado a cabo entre

    los meses de abril del ao 2005 y abril del ao 2006

  • 6

    I. Problematizacin

    Desde mi perspectiva, la Intervencin Teraputica para el tratamiento y

    rehabilitacin del consumo abusivo y adictivo de drogas constituye, en gran parte,

    un proceso de aprendizaje. A su vez, considerar la intervencin teraputica, desde la ptica educativa alude a un intento por comprender, desde la

    antropologa, un tipo especifico de procesos de transmisin cultural: aquellos que

    se han denominado educativos y en que se relacionan distintos aspectos que le

    son constitutivos. Un primer aspecto, dice relacin con los procesos de la

    cognicin que hacen posible la enculturacin, campo privilegiado de la

    investigacin sicolgica, permite comprender como las caractersticas de la

    especie intervienen en los fenmenos de la percepcin, como las posibilidades

    heredadas en el soporte biolgico posibilita y al mismo tiempo limita la

    construccin de realidad que pueden realizar los sujetos. Un segundo aspecto de

    la cuestin se refiere a un tipo de relaciones socioculturales que ponen en

    relevancia los procesos de la cognicin y, a partir de esta consideracin,

    estructuran una praxis, una relacin entre actores sociales mediada por la

    capacidad y necesidad de unos para aprender y por la capacidad y autoridad de

    los otros para ensear y en donde, las interpretaciones de los actores que se

    encuentran revestidos de poder y autoridad se fundamentan en racionalizaciones

    que intentan explicar el deber ser y el deber hacer de la relacin en la que

    participan, estas racionalizaciones no slo se fundamentan en Modelos Tericos

    sino tambin en construcciones culturales.

    En otros trminos intento relacionar, por lo menos en un primer

    momento, las concepciones acerca del funcionamiento de los procesos cognitivos

    y el carcter de las relaciones llamadas educativas con el fin de contar con

    suficientes elementos para responder a algunas de las preguntas bsicas que

    orientan esta investigacin: porqu debe considerarse la terapia para la

    rehabilitacin del consumo adictivo como un proceso educativo? , Que ejes

    epistemolgicos comparten los procesos de terapia y los procesos educativos?.

  • 7

    Para intentar dar respuesta a estas cuestiones es que ms adelante utilizar con

    cierta recurrencia el concepto de posicin, este alude aqu a un sistema de

    relaciones ideolgicas y prcticas donde algunas ideas se presentan como

    dominantes, es decir, son conceptos orientadores de la accin frente a otros

    subordinados, esto es, que se presentan como complementarios, tangenciales, o

    en oposicin a los primeros sin lograr orientar las acciones de los sujetos. El

    concepto intenta describir ordenadamente aquello que es, en realidad, un proceso

    social complejo, pues ni las ideas, ni las prcticas poseen esferas de competencia

    que les sean exclusivas y excluyentes. En toda idea se encuentra implcita alguna

    orientacin respecto al quehacer y en toda prctica subyace alguna idea que le

    orienta, pero dada la complejidad de dicho proceso, dividir ambas esferas de la

    accin humana como s estuviesen separadas, de tal manera de poder destacar

    los discursos que justifican determinas prcticas de tal suerte que podamos

    compararlos con otros discursos para determinar cmo se ordenan entre s y que

    relacin guardan con las prcticas que inspiran.

  • 8

    Hiptesis de Trabajo: Esta expresa formalmente un proceso de construccin lgica de la investigacin que parti con una pregunta general acerca del

    tratamiento de rehabilitacin y que se expresaba como Cules son las prcticas

    educativas que subyacen al interior del tratamiento? Y Cules son estas

    prcticas que podemos identificar como educativas? Al rastrear su existencia fue

    necesario situarlas dentro de una interrogante ms general que al ser contestada,

    pudiera dar cuenta del significado que estas tienen dentro del tratamiento de

    rehabilitacin de tal forma que esta se expresa como sigue:

    Que las prcticas educativas utilizadas en la CTA se realizan sin ser sometidas a una reflexin crtico terica por parte del Equipo Teraputico. Objetivo General de la Investigacin:

    Evaluar el Modelo Educativo, que subyace en el Tratamiento para la Rehabilitacin del consumo adictivo de drogas, que se realiza en la

    Comunidad Teraputica Antumapu. (CTA)

    La evaluacin propuesta implica tener en cuenta los siguientes criterios:

    a) Coherencia Interna: Esto es si las prcticas educativas se encuentran

    en consonancia con los aprendizajes esperados.

    b) Pertinencia: Esto es que debe ser comprensibles en los trminos de

    la situacin social y cultural de donde proviene el sujeto.

    c) Relevancia: Esto es que las prcticas educativas resulten

    significativas para los usuarios.

    d) Tendencia a la Simetra: Indica la bsqueda de un entendimiento

    democrtico entre los participantes.

  • 9

    Objetivos Especficos:

    1) Dar cuenta del Tratamiento para la Rehabilitacin del consumo adictivo de

    drogas aplicada en la Comunidad Teraputica Antumapu:

    Describir la Comunidad teraputica Antumapu en trminos de sus objetivos, funciones y relaciones entre usuarios y equipo terputico.

    Relacionar el recorrido teraputico de los usuarios y su procedencia social. Relacionar el uso del espacio fsico y el uso del tiempo con las conductas

    esperadas.

    Dar cuenta de las intervenciones teraputicas aplicadas en el tratamiento. Determinar las relaciones de poder al interior de la comunidad:

    comunidad democrtica o comunidad coercitiva? El problema de la

    voluntad.

    Este primer objetivo especifico permite contextualizar la relacin teraputica y en

    el ltimo aspecto es importante por cuanto permite caracterizar la forma que

    adoptan las relaciones entre usuarios y equipo teraputico. La tendencia a la

    jerarquizacin u horizontalidad en dicha relacin es un elemento estructurante

    para el tratamiento , ya que puede abrir o cerrar vas de acceso a la rehabilitacin

    en la medida en que permite o clausura determinadas formas de vinculacin que

    son facilitadoras del proceso de aprendizaje necesario para la rehabilitacin.

  • 10

    2) Analizar el Modelo educativo que subyace en las prcticas educativas que

    se aplican en el tratamiento:

    Analizar las prcticas educativas que se aplican en la I.T: La nocin de Educacin y aprendizaje en la terapia de rehabilitacin por consumo de drogas.

    Determinar la posicin que ocupan las prcticas educativas en la terapia de rehabilitacin por consumo de drogas.

    Describir la percepcin de los usuarios de la CTA respecto a las prcticas educativas utilizadas en la IT.

    Este ltimo punto permite determinar si las prcticas educativas llevadas adelante

    son relevantes para los usuarios.

    3) Elaborar una propuesta que posibilite la formulacin de un Modelo

    Educativo pertinente al tratamiento aplicado en la C.T.A

  • 11

    Marco Conceptual

    Este seala un mnimo de coordenadas conceptuales con las cuales

    enmarcar el problema de investigacin y permite adems una mayor eficacia en el

    tratamiento de la informacin.

    El tratamiento de rehabilitacin parte por comprender la adiccin como

    una enfermedad cuya base es orgnica, es decir, subyace una visin biolgica del

    problema. En esta investigacin considero en primer lugar, la propia perspectiva

    disciplinara que permite comprender la enfermedad no slo por su etiologa sino

    por el contexto sociocultural que la rodea y en segundo lugar incorporo los aportes

    que, desde la sicologa y psiquiatra Latinoamericana, se hicieron a este respecto.

    (Riquelme, 1987; Sist 1995) Considero que la Adiccin es un comportamiento con

    base psicosocial cuya finalidad es mantener el consumo de drogas y que desplaza

    a otras finalidades del individuo. En este mismo sentido el Tratamiento debe ser

    entendido como conjunto de estrategias diseadas para producir un proceso

    teraputico cuya finalidad es la recuperacin de la salud mental y la rehabilitacin

    del adicto. Estas estrategias no slo son de factura mdica, sino que incluyen las

    estrategias y aportes metodolgicos de otras disciplinas que , en conjunto, no slo

    operan sobre el individuo sino tambin sobre su entorno ms inmediato tal como

    su familia. Aqu considero el aporte del Modelo de Marlatt y Gordon y, en este

    mismo sentido, sostengo que el Proceso Teraputico es un proceso de

    aprendizaje mediante el cual el usuario de-construye sus pautas de

    comportamiento para aprender otras que le posibiliten el no consumo. El proceso

    de aprendizaje es una transformacin en la cognicin del individuo y por tanto en

    su manera de construir el mundo, de ser en el. Esta nocin est inspirada en el

    constructivismo, especialmente en la consideracin que hace de la importancia de

    la adquisicin lenguaje y del aprendizaje. (Ibez, 2000; Colle, 2002) El resultado

    esperado de cualquier tratamiento de este tipo es la Rehabilitacin, que aqu

    comprendo como un comportamiento, posterior al tratamiento, en donde cesa o se

    reduce el consumo, posibilitando que el individuo se haga cargo de otras tareas o

  • 12

    finalidades de su vida. Se suele considerar que existe rehabilitacin cuando el

    consumo cesa del todo, sin embargo, considero que la abstinencia no debe

    constituir el nico indicador de la existencia de la rehabilitacin sino que se debe

    tener en cuenta los cambios en el comportamiento del individuo en especial

    aquellos que nos sealan que el consumo ha dejado de ser la principal motivacin

    vital del adicto, como son la reduccin del consumo acompaada, por ejemplo, de

    una insercin laboral responsable. Por otro lado un tratamiento para la

    rehabilitacin de la adiccin puede adquirir diversas formas (ambulatorio o

    residencial) o puede ser implementado por diversas instituciones (comunidades

    teraputicas, centros psiquitricos, clnicas privadas, etc.) sin embargo y con

    independencia de estas cuestiones coyunturales, demanda el surgimiento de una

    relacin social entre aquellos que reciben tratamiento y aquellos encargados de

    administrarlo, dicha relacin ha sido definida en trminos mdicos como

    terapeutas-pacientes, sin embargo y dada mi experiencia en la C.T.A considero

    que la Relacin teraputica se una relacin jerrquicamente ordenada, tendiente a

    cambiar la cognicin y/ la conducta de l o los individuos que se encuentran en la

    posicin subordinada dentro de dicha relacin, es decir, la relacin que se entabla

    en el contexto de un tratamiento es una relacin de poder donde el Terapeuta es

    el actor que ocupa las posiciones dominantes al interior de la relacin teraputica

    y el Usuario es el actor que ocupa las posiciones subordinadas en la relacin

    teraputica y en donde la aceptacin de los actores de los roles y status que

    emanan de la relacin teraputica constituye la Alianza Teraputica sin la cual el

    Equipo Teraputico, esto es el grupo de profesionales y tcnicos responsables de

    la aplicacin del tratamiento de rehabilitacin, no podran ejercer su funcin.

    Al considerar que el proceso teraputico es un proceso de aprendizaje, aludo a la

    nocin de Proceso de Enseanza-Aprendizaje esto es una relacin en que se

    ligan los mecanismos cognitivos que operan en el proceso del aprender, las

    prcticas educativas llevadas adelante por los educadores en un contexto

    sociocultural concreto y la forma en que los actores son afectados por el proceso.

    En el concepto anterior se recogen nociones curriculares de larga data que aqu

  • 13

    fueron elaboradas a partir de la las ideas de Marisol Latorre .(2004) Si bien los

    procesos de enseanza-aprendizaje ocurren en contextos particulares, son el

    producto de relaciones sociales de ms generales (Moncada, 1982; Vygostki,

    1983; Carr, Winfred y Kemmis, Stephen.1986) y que tericamente sean expresado

    en Estados Unidos en la Nueva Escuela y en Amrica latina en la Pedagoga de la

    Liberacin de Paulo Freire, teniendo a la vista estos elementos es que elaboro los

    conceptos de Proceso educativo, concepto que alude a las relaciones sociales

    que se estructuran en torno al aprendizaje; Situacin Educativa como el contexto

    real del proceso del proceso educativo y Practicas Educativas que son las

    acciones que despliegan quienes se encuentran en el rol de Educadores. Dichas

    acciones tienen una dimensin ideolgica y una dimensin operativa.

  • 14

    II Marco Terico Primera Aproximacin 1) El Consumo de Drogas como Fenmeno Psicosocial y Las Consideraciones Contextuales

    El consumo de drogas no es una actividad realizada slo por una clase

    social, ni tan siquiera por un grupo etario de una clase y menos an puede ser

    atribuida a grupos marginales dentro de la sociedad.2 El consumo de drogas es un

    comportamiento sociocultural que realiza la gran mayora de la poblacin del

    continente as como la del pas, pero a su vez apunta directamente a la forma en

    que los individuos internalizan dicho comportamiento y las consecuencias que

    tiene para estos. Las relaciones socioculturales son relaciones de orden

    psicosocial, es decir, engloba las representaciones acerca de la realidad que

    sostienen y elaboran los grupos humanos dentro de la sociedad, como a los

    individuos que forman parte de estos grupos aunque dependiendo de la

    perspectiva del investigador se pueda omitir uno de estos aspectos. Pero al tratar

    el comportamiento adictivo la relacin: comportamiento social-comportamiento

    individual se hace insoslayable, pues existe una relacin dialctica entre las

    representaciones y comportamientos sociales acerca del consumo de drogas y la

    forma en que estas representaciones son internalizadas por los individuos, esto

    significa que existe una relacin siempre tensa entre la forma en que un individuo

    se inicia y mantiene en el consumo de drogas, el significado que esto posee para

    el grupo humano del cual forma parte y las consecuencias que este

    comportamiento tendr para el individuo.

    Las drogas son sustancias cuyas caractersticas qumicas les permiten

    alterar el funcionamiento del organismo en el orden de las sensaciones y las

    percepciones al actuar, bsicamente, a nivel del sistema nervioso central. El caf,

  • 15

    el tabaco y mayoritariamente el alcohol son drogas de uso masivo entre la

    poblacin del pas. De consumo masivo y tan fuertemente arraigada es su

    presencia que la secuela de cnceres, cuadros cirrticos, tabaquismo y

    alcoholismo resultan invisibles al plantearse la discusin acerca del consumo de

    drogas, pero ah estn, probablemente los hombres jvenes que no consumen

    drogas ilcitas s se encuentren dentro del 74,9% que consume alcohol o dentro

    del 55,7% que es un fumador de tabaco.3 La droga y su consumo, se encuentra

    incorporado en los mltiples espacios sociales, forma parte de una prctica que

    tiene una larga persistencia en la historia de la humanidad por lo tanto, como

    afirma muy acertadamente Mara E. Pulido, surge la cuestin acerca de cmo nos

    referimos a los consumidores de droga, como visionarios, en el marco de

    consumos rituales, como pecadores cuando las religiones condenaban su uso,

    como enfermos desde la perspectiva de la medicina, como delincuentes cuando la

    juridicidad define el comportamiento como delito, como consumidores cuando la

    droga se convierte en mercanca4 y desde estas consideraciones como tratamos

    con ellos?, como objeto etnogrfico, como enfermos dignos de atencin, como

    delincuentes merecedores de castigo o como usuarios de un producto disponible

    en el mercado. No debemos olvidar que el consumo de drogas se realiza en un

    contexto histrico particular y de acuerdo a esto es que elaboramos discursos que

    nos sealan que hacer con estos, que somos nosotros mirando desde el otro lado

    del escritorio como suelen decir en la comunidad teraputica donde trabajo,

    haciendo alusin al hecho que las posiciones desde donde se juzga el fenmeno

    son intercambiables, no son estticas. Y si nos parece que esto no es as es slo

    porque, cuando referimos al consumo de drogas, lo hacemos pensando en las

    drogas ilcitas, olvidando que los discursos acerca de la droga y de los

    consumidores de drogas que utilizamos son discursos de poder. En general las

    personas no reaccionan, por ejemplo, frente a las que consume marihuana con

    2 Conace. Informe sobre Prevalencia. 1996-1998. 3 Conace.20004.Sexto Estudio Nacional de Drogas 4 Pulido, Mara Elsa.2002. Los Agenciamientos Sociales y la Prevencin Integral del Uso Indebido de Drogas: Una Lectura Cultural. En Serie de Polticas Sociales N 61. CEPAL.

  • 16

    discursos moralizantes o acadmicos, se pregunta, se indaga, ms de alguno se

    sita cerca del fumador sealando su apoyo y esperando su turno para fumar. El

    consumo implica una praxis, un discurso y una prctica, que moldea las relaciones

    de persona a persona, de un grupo social a otro. Dicha praxis, elabora sus

    discursos acerca de la droga, acerca del cuando y como se consume, fija limites,

    seala espacios y movimientos del cuerpo5 y moviliza recursos.

    Aunque poco investigado, me parece indudable que el consumo de

    drogas en pocas recientes se encuentra vinculado a las nuevas relaciones

    sociales que emergen en el marco del modelo capitalista dependiente. Desde la

    dcada de los treinta en adelante Chile, aunque inserto en la dinmica capitalista

    continental y mundial, sostena un modelo econmico y social de corte nacional

    desarrollista, que impulsaba la transformacin productiva del pas a travs de la

    industrializacin del mismo y la existencia de polticas fiscales redistributivas

    expresadas en los impuestos patrimoniales y en las crecientes conquistas

    sociales de los trabajadores, esto si bien era un producto de la lucha social

    durante cuatro dcadas, expresaba tambin el deseo de los gobiernos radicales,

    demcrata cristiano y socialista por generar una mayor autonoma econmica del

    pas frente a las crisis del sistema . Este modelo de desarrollo fue abortado tras el

    golpe militar de 1973 y reemplazado por un modelo ultra liberal que hace hincapi

    en la acumulacin de capital por la va del aporte de los trabajadores al capital

    (AFP e ISAPRES), la exportacin de materias primas y la especulacin burstil,

    junto con la importacin de productos manufacturados, especialmente de

    consumo. Este modelo ha profundizado las condiciones de dependencia del

    mercado interno a los vaivenes del mercado internacional, por lo que le denomino

    modelo capitalista dependiente. Dentro de este contexto son dos los ejes que

    definen el estado actual de cosas: las formas de ejercicio del poder, que busca

    controlar y contener a los posibles opositores al modelo neoliberal, y la lgica del

    5 Tsukame,Alejandro.2002. El Consumo de Drogas en Busca de Sentido. En Serie de Polticas Sociales N 61. CEPAL.

  • 17

    consumo que este modelo lleva aparejado. Esta forma de considerar el problema

    ha sido casi obviada en los anlisis llevados a cabo por las instituciones chilenas

    relacionadas con la temtica, como la prevencin y la rehabilitacin asociada al

    consumo problemtico y la adiccin, pueden ser abordadas desde distintas

    dimensiones, se ha puesto el nfasis en modelos biolgico-individuales y en la

    posibilidad de utilizar la prevencin como Instrumento para canalizar el conflicto

    social.6

    El consumo de drogas debe ser visto como conducta social, una

    conducta especifica de consumo inscrita al interior y entre otras formas de

    consumo generales de la sociedad, por tanto los modelos de anlisis deben partir

    de esta premisa, no existe consumo que no sea social. El dao provocado por el

    consumo de drogas en el individuo es uno de los posibles resultados de un

    proceso social. Las consideraciones anteriores me llevan a conceptualizar el

    consumo de drogas como un comportamiento sociocultural y como tal elabora

    determinadas prcticas y discursos acerca de s misma y, en determinados

    contextos puede transformarse en un comportamiento destructivo para los

    individuos involucrados.

    Los individuos ms daados son el punto extremo de un proceso mucho

    ms complejo, de hecho ni siquiera constituyen el punto final puesto que, como el

    reverso contradictorio del proceso, se encuentra la rehabilitacin del consumo que,

    desde nuestra perspectiva, es otra forma de actividad social que posee

    caractersticas especificas que van ms all de la lgica mdica.

    El problema de esta investigacin se centra en la triada: adicin a las

    drogas- aprendizaje- intervencin teraputica o dicho de otro modo su objeto de

    estudio consisti en esclarecer el papel que juegan las prcticas educativas al

    interior de la terapia de rehabilitacin en personas que presentan adicin al

    consumo de drogas, en el modelo de la comunidad teraputica.

    6 De Rementera, Ibn. Prevenir en Drogas. En Serie de Polticas Sociales N 53. CEPAL

  • 18

    1.1) Las Drogas, Medidas Internacionales y el Contexto Latinoamericano

    Que el trfico de drogas se ha convertido en un problema de seguridad

    pblica en casi todos los pases del mundo no cabe ninguna duda. El trafico de

    drogas incluso, en muchos pases de la regin, se ha transformado en un

    elemento decidor a la hora de pensar el futuro poltico, econmico y social de los

    mismos, de acuerdo a las estimaciones de CEPAL7el negocio del narcotrfico

    involucra transacciones del orden de, ms o menos, 500 a 600 mil millones de

    dlares al ao. De acuerdo a lo que se seala en este documento los rganos

    internacionales consagrados en materia de fiscalizacin y seguimiento son la

    Junta Internacional de Fiscalizacin de Estupefacientes (JIFE), el Programa de las

    Naciones Unidas para la Fiscalizacin Internacional de Drogas (PNUFID) y la

    Comisin de Estupefacientes del Consejo Econmico y Social de Naciones Unidas

    (ECOSOC).

    Dentro las convenciones promovidas y auspiciadas por la Organizacin de

    Naciones Unidas y sus organismos asociados se encuentran:

    -La Convencin nica sobre Sustancias Sicotrpicas. (1972) y

    -La Convencin de las Naciones Unidas contra el Trfico Ilcito de Estupefacientes

    y Sustancias Sicotrpicas. (1988)

    Junto con estas acciones internacionales, en forma paralela, se han sumado otras

    relacionadas con los encuentros de los gobiernos del continente (Miami 1994 y

    Santiago 1998) que han permitido coordinar los esfuerzos bajo la direccin de la

    Comisin Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD)

    perteneciente a la Organizacin de Estados Americanos. En estas instancias se

    ha tendido a asegurar: La cooperacin multilateral y bilateral.

    El control hemisfrico, tanto en Amrica como en Europa. Un enfoque integral para el tratamiento del problema.

    Los distintos esfuerzos internacionales llevados a cabo, se han planteado

    finalmente consensuar sus acciones, de tal manera que exista ... un acuerdo para

  • 19

    eliminar o reducir significativamente para el 2008 los cultivos ilcitos de cannabis,

    coca y adormidera...8Este consenso permitira tambin, propiciar e implementar,

    polticas sanitarias para hacer frente a los problemas mdicos que padecen los

    consumidores de drogas, especialmente aquellos que presentan cuadros

    adictivos, de esta forma se intenta ... diferenciar claramente entre una poltica de

    control consagrada a lidiar con la oferta en gran escala y una poltica de salud y

    asistencia efectiva para atender a las victimas, en este caso los

    drogodependientes9. De los numerosos encuentros de organismos

    internacionales, seminarios acadmicos y discusiones polticas respecto al

    problema del narcotrfico y sus consecuencias se han perfilado dos grandes

    posturas, que algunos han sealado como paradigmas. El primero de estos

    enfoques podramos definirlo como el de una Sociedad sin Drogas, en esta

    perspectiva, el uso de la droga debe impedirse, ya que desde la lgica de sus

    defensores, el uso exploratorio deriva en un uso frecuente, a su vez, el uso

    frecuente llevara casi con seguridad al uso problemtico y adictivo, por lo que la

    sociedad debe protegerse castigando, no slo el narcotraficante, sino tambin al

    consumidor mediante la accin policial y el castigo penal. Un segundo enfoque de

    la cuestin es el de la nocin de Reduccin de Dao en que se plantea que Al

    permitir formas no problemticas de consumo, no se favorece necesariamente un

    aumento de los usuarios entre la poblacin, pero si as sucediera ese consumo

    sera menos problemtico en trminos sanitarios, sociales y criminales.10 El

    supuesto bsico es que el consumo, al no encontrarse estigmatizado, se reducira

    la oferta que han alcanzado las drogas al ser ilcitas pero, por sobre esta

    consideracin, la sociedad a travs de la familia, la comunidad, las instituciones

    educativas, etc, podran establecer relaciones abiertas y transparentes con

    cualquier consumidor que manifieste problemas de dependencia de sustancias

    sicotrpicas, por ende la labor de prevencin y rehabilitacin, se vera

    7 Arraigada, I y Hopenhayn, M. Produccin, Trafico y Consumo de Drogas en Amrica Latina.2000.CEPAL. 8 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 9 9 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 9 10 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 10

  • 20

    enormemente facilitada. Los organismos e instituciones de salud pblica podran

    atender tempranamente a los afectados y, conoceran con mayor exactitud la real

    envergadura del problema. Las percepciones basadas en estereotipos y cargadas

    de temor slo aslan a los individuos por lo que, relaciones no estigmatizadas con

    el consumidor, fortaleceran las relaciones sociales en el mbito local y familiar,

    convirtindose en verdaderos factores protectores y no en factores que propician

    el consumo. El enfoque de Reduccin de Dao implica mejoras reales en los

    contextos sociales. En ltimo termino es importante diferenciar ambas posturas

    que, an cuando pueden acercarse al considerar algunas dimensiones del

    problema, especialmente en lo que toca al narcotrfico, existen divergencias en

    los temas relacionados con los efectos finales de las polticas que ataen al

    consumidor, especialmente en el tema de la prevencin y de la rehabilitacin, ya

    que pueden llevar a resultados prcticos no slo diferentes sino opuestos.

    No existe un consenso mundial respecto a cual camino tomar, no en

    todos los pases afectados se han implementado las mismas polticas. Los

    Estados Unidos son un extremo donde la idea de una sociedad sin drogas, se

    encuentra plenamente expresada en las polticas federales y estatales al respecto,

    en cambio en Espaa e Italia el consumo no se encuentra penalizado, en los

    Pases Bajos la posesin o provisin de marihuana no constituye, en s misma, un

    delito ya que se aplica el principio de oportunidad en la accin penal, esto quiere

    decir que la polica discierne entre aquellas situaciones que pueden considerarse

    de riesgo para la sociedad de las que no deben considerarse as. A mi entender,

    cualquier funcionario policial en Chile, relacionado con el tema, distingue con

    bastante claridad entre un narcotraficante, un micro-traficante y un consumidor, en

    atencin a la experiencia de la polica que data de la dcada de los setenta.

    La existencia de enormes cantidades de droga disponibles para,

    principalmente, los consumidores Europeos y de los Estados Unidos requiere la

    existencia de una ingente cantidad de tierra agrcola, esta necesidad ha propiciado

    en Amrica Latina el surgimiento de una agricultura dedicada principalmente al

    cultivo de la coca. Los cultivos tradicionales, cuyo valor ha cado en forma

  • 21

    sostenida en los ltimos aos, han sido desplazados por estos relativamente

    nuevos productos. Tan slo en Bolivia se estima que la actividad vinculada a la

    economa de la coca genera alrededor de 135.000 empleos, lo que equivale a un

    6,4% del empleo del pas.11 Esto no se ha traducido en mejores estndares de

    vida para los campesinos, pero frente a la baja en los precios de sus productos

    ms tradicionales surgen como una actividad no slo viable, sino necesaria.

    Colombia, Bolivia y Per son los principales productores de hoja de coca, en el

    caso de Colombia tambin se cultiva amapola y marihuana, en 1998 se estimaba

    que en este pas existan ... 78.200 hectreas sembradas de coca, 7.350 de

    amapola y 5.000 de marihuana12es decir 90.550 hectreas dedicadas a estos

    cultivos que, como muchos otros monocultivos, erosionan el suelo de la amazona

    cuyo bosque est siendo talado para abrir espacio a esta agricultura.

    La totalidad de la cocana que se consume en el mundo se cultiva y

    procesa en Amrica Latina, del 100% producido un 65% va a para a Europa y un

    35% termina en los Estados Unidos, siendo la principal ruta de trafico la Zona de

    Caribe, Repblica Dominicana, Hait y Puerto Rico que ... sirven como centros de

    importacin, almacenamiento y exportacin de drogas a los Estados Unidos.13 Al

    mismo tiempo Costa Rica, Panam y Nicaragua se han visto afectados al servir

    como lugar de almacenamiento y transito de la cocana. La bsqueda de los

    narcotraficantes por hacerse con nuevas rutas de transito ha afectado a Brasil,

    Argentina, Venezuela, Cuba y Chile. Tras los eufemsticos nombres de pasillos,

    corredores, vas, o centros de almacenamiento se encuentra la violenta disputa de

    los traficantes de cada pas por controlar la distribucin internacional y, sobre todo,

    local. Junto a la enorme cantidad de personas que participan en el cultivo de las

    drogas, en su procesamiento, en el transporte, almacenamiento y distribucin

    internacional se encuentran quince pases del continente que sirven como

    parasos fiscales para blanquear dinero...14. En atencin a estos hechos es que

    11 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 13. 12 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 15. 13 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp 17. 14 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 18.

  • 22

    no se puede considerar el narcotrfico como un problema propio de sectores

    marginales, ya que los intereses de los narcotraficantes son transnacionales,

    involucra al sistema bancario de numerosos pases, propicia polticas fiscales

    permisivas y deriva en problemas polticos y sociales. En un continente donde la

    violencia poltica y social ha sido el pan nuestro de cada da, el narcotrfico,

    refuerza esta cultura de la violencia, la actividad delictiva se legitima en todos los

    niveles y, en los sectores sociales ms precarizados termina imponindose como

    una forma de vida cuyo co-relato son los consumidores.

    En el continente los ms afectados por el consumo de drogas son los

    jvenes, las mujeres en mucho menor medida que los hombres. Si tomamos en

    cuenta indicadores cuantitativos, el fenmeno es transversal a las clases sociales,

    pero si se considera indicadores cualitativos el consumo causa mucho ms dao

    en los sectores sociales ms pobres del radio urbano. Al encontrarse en

    situaciones precarias, con estructuras familiares adaptadas a condiciones de

    existencia limite y muchas veces con un serio dao psicosocial, sin oportunidades

    reales de trabajo o estudio el dao del consumo se potencia al no contar con el

    apoyo emocional y material mnimo al momento de necesitar ayuda.

    La droga ms consumida en el continente y la que causa mayores

    estragos sociales es el alcohol, ya que presenta la mayor prevalencia de consumo,

    es decir el mayor tiempo de persistencia del consumo y afecta a una mayor

    cantidad de la poblacin. Esto es evidente, si revisamos los datos obtenidos de

    algunas investigaciones, por ejemplo, el realizado por la Organizacin

    Panamericana de Salud en 1996, en ocho pases del continente entre la poblacin

    mayor de doce aos.

  • 23

    PAIS AO ALGUNA VEZ

    ULTIMO AO

    Bolivia 1992 68.7% 58.9% Chile 1996 83.7% 70.3% Colombia 1996 .. 59.8% C. Rica 1995 62.3% 40.3% Mxico 1993 74.6% 51.6% Paraguay 1991 36.5% 31.6% Per 1997 84.6% 74.2% Venezuela 1996 80.5 66.0% Fuente OPS 1998.

    En CEPAL 2000..

    An cuando el alcohol es la droga ms consumida en el continente, es el aumento

    del consumo de las drogas ilcitas el que preocupa al pblico latinoamericano ...

    ms del 75% de la poblacin considera que la drogadiccin ha aumentado mucho

    en los ltimos aos. Venezuela y Chile son los pases con ms altos porcentajes

    (91 y 89% respectivamente) seguidos por Uruguay (85%), Paraguay (84%) y

    Argentina (82%).15 En esta percepcin es indudable el impacto que ha producido

    y producen los medios de comunicacin al poner en el centro noticioso los hechos

    de violencia relacionados con el narcotrfico o ligando a los delincuentes con el

    consumo. De acuerdo a esto, segn Arraigada y Hopenhayn, el consumo adquiere

    en Amrica Latina un carcter fantasmagrico, ya que no existe relacin entre la

    cantidad de personas que consumen drogas ilcitas, cuyo porcentaje siempre es

    muy bajo con relacin a otras drogas legales, y el temor y la ansiedad que provoca

    en la casi totalidad de la poblacin. El consumo y la droga, adquiere una fuerza

    simblica que dista mucho de sus dimensiones reales. Sin embargo no debemos

    perder de vista que el mercado de la droga, no slo debe ser comprendido en su

    dimensin normativa, es decir como persecucin del narcotrfico, o como

    consumo individual y por tanto como fenmeno psicolgico sino que, en tanto

    mercanca, se construyen redes sociales, econmicas y polticas que guardan una

  • 24

    lgica interna con respecto al modelo capitalista predominante en nuestra

    sociedad. La existencia del mercado de la droga, ms all de la frontera de lo

    legal, puede ser comprendida como un epifenmeno derivado del alto grado de

    frustracin y desencanto que crean las relaciones sociales en el contexto del

    capitalismo del siglo XXI.

    En cuanto a las polticas para enfrentar el problema de la droga en el

    continente, estas se han constituido en torno a dos criterios bsicos ms o menos

    explcitos, la lgica de redes y la equidad social, las que a su vez orientan las

    acciones en la esfera de la represin y la prevencin cuyo objetivo final, es la

    reduccin de la demanda. La lgica de redes o Trabajo en Red supone que tanto

    el Estado, como sus organismos e instituciones, junto con la sociedad y sus

    organizaciones pueden y deben colaborar en forma coordinada, cada uno en la

    esfera de su competencia, para prevenir eficazmente, brindar atencin a los

    afectados por el consumo abusivo o adictivo y participar en el control del

    narcotrfico. El criterio de equidad social se comprende como el brindar

    oportunidades para los segmentos sociales en mayor riesgo. De esta forma los

    pases latinoamericanos intentan tambin ajustarse a los convenios

    internacionales en la materia, convenios que hacen hincapi en el equilibrio entre

    el accionar represivo de los aparatos del estado y el enfrentar el consumo como

    problemtica de salud pblica. Estas orientaciones en materia de drogas han

    derivado en diversos programas como el Plan Colombia, fuertemente criticado, el

    Plan Dignidad puesto en marcha en Bolivia, el Plan Nacional de Guatemala y el

    Plan Nacional de Desarrollo Alternativo puesto en marcha en Per.

    El enfrentar el consumo de drogas en la poblacin del continente ha supuesto,

    para los gobiernos de la regin, emprender estrategias para la rehabilitacin de

    aquellos que la ONU considera victimas, y que de hecho los son, para esto se han

    puesto en ejecucin distintos planes nacionales, cuyo sentido tambin apunta a la

    reduccin de la demanda.

    15 Arraigada, I y Hopenhayn.2000.pp. 27.

  • 25

    1.2) Chile: El Modelo Biopsicosocial

    Una vez que se generaliza la sensacin de peligro, aunque esta

    sensacin este ms relacionada con el papel de los medios de comunicacin y

    con los intereses polticos de los grupos dominantes, la sociedad esta dispuesta a

    efectuar prevenciones para evitar posibles daos. Esta funcin: deteccin de los

    peligros reales o supuestos y su prevencin ha sido uno de los pilares de la

    construccin y mantenimiento del Estado. Tradicionalmente el Estado ha asumido

    la seguridad externa que es la capacidad del mismo de desplegar recursos

    sociales en el control del territorio que ocupa y la seguridad interna que implica la

    mantencin de las condiciones polticas y sociales que garantiza la existencia del

    Estado y de la posicin de los grupos que lo controlan y administran. Un ejemplo

    dramtico en Chile, de las implicancias que esto tiene, fue la aplicacin de la

    Doctrina de Seguridad Nacional durante la dictadura militar. Con la salida de la

    dictadura se incorpora el concepto de la seguridad ciudadana, de factura

    Europea, que alude ... a la idea de ciudadana y, por lo tanto, a la capacidad de

    los ciudadanos como agentes activos, y no como una masa relativamente pasiva,

    que nicamente demanda seguridad de una instancia superior... la seguridad

    ciudadana comparte los principios bajo los cuales los Estados democrticos deben

    ejercer la seguridad interior, pero su diferencia especfica deriva de los agentes

    involucrados, particularmente en este caso, las personas que ejercen derechos y

    tienen deberes ciudadanos. 16 Dentro de esta concepcin es que en el mes de

    septiembre de 1990, nace a luz pblica CONACE que es la institucin del

    gobierno de Chile que se especializa en las polticas de prevencin, tratamiento y

    control de drogas, su funcin consiste fundamentalmente en coordinar polticas,

    planes y programas que desarrollan distintos organismos pblicos con relacin al

    consumo de drogas, dicho sea de otro modo coordina la actividad de organismos

    tan diversos como la polica de investigaciones, los servicios de salud,

    16 Rojas y de La Puente. 2001

  • 26

    municipalidades, gobernaciones, instituciones educativas, etc. El CONACE

    depende directamente del Ministerio del Interior.

    Desde el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes se

    propici, entre las diversas organizaciones y especialistas, la formulacin de un

    modelo terico para contextualizar los fenmenos del consumo de drogas y poder

    disear polticas pblicas en relacin con este problema. Gracias a tales esfuerzos

    se adopt el modelo Biopsicosocial, que fue propiciado por investigadores de distintas universidades durante el gobierno de la Unidad Popular y luego

    abandonado durante la dictadura militar. Este modelo, al menos formalmente, ha sido aceptado por todas las instituciones dedicadas al tema, la matriz terica de

    este no es nica, en realidad recoge distintos tipos de nociones y aportes

    disciplinarios, sin embargo, su concepcin central responde a la Teora General de

    Sistemas, donde el individuo es el punto de partida desde donde se van agregado

    variables, y se pasa de un nivel a otro de anlisis, con el fin de dotarse de una

    mirada totalizadora. El individuo puede as ser entendido como un sistema en s

    mismo, y un componente del sistema familiar, que a su vez forma parte de una

    comunidad que es integrante del sistema social. Las nociones anteriores permiten

    considerar como punto de partida la dimensin biolgica e integra, en el mbito

    individual, los procesos sicolgicos del consumo y atiende, finalmente, a la

    dimensin social del problema en los niveles familiar y comunitario. La

    concepcin de lo comunitario, es buen ejemplo de las distintas orientaciones que

    subsisten en este modelo; Lo comunitario surge hacia fines de los ochenta y

    durante los noventa se generaliz, entre los especialistas de la seguridad, las

    nociones de "participacin comunitaria", y en terminologa inglesa los de

    "empowerment community", "responsibility" y "solving-problems community", en el

    tratamiento de los temas y en el diseo de estrategias relativas a la prevencin del

    delito. En esta tradicin, y en la diversidad de iniciativas que promueve, se enfatiza

  • 27

    el rescate de valores tradicionales y conservadores vinculados con la familia y el

    fortalecimiento de las comunidades.17

    La lgica que subyace en este modelo, o mejor dicho, como es

    comprendido, es considerar el consumo de drogas como un problema individual

    que alcanza connotaciones sociales. Ahora bien, bajo este modelo CONACE ha

    venido realizando una serie de investigaciones acerca del consumo de drogas en

    Chile, de estas investigaciones ha surgido una cantidad importante de informacin

    que nos puede indicar las situaciones paradjicas respecto al consumo, por

    ejemplo, es interesante notar que la mayora de las personas que, en algn

    momento en su vida, utilizaron drogas ilegales dejan de hacerlo, cuestin que no

    ocurre con el alcohol.

    TIPO DE DROGAS PREVALENCIA DE VIDA EX CONSUMO

    ALCOHOL 70.80% 16.OO%

    TABACO 47.09% 34.50%

    MARIHUANA 16.77% 71.57%

    PASTA BASE 2.27% 64.10%

    COCAINA 4.02% 66.79%

    *Conace.1998. Consumo General de drogas en la Poblacin de Pas.

    Es importante destacar que la mayor parte del consumo de drogas no es

    problemtico. En Chile las propias estadsticas oficiales muestran que el 17% de la

    poblacin mayor de 12 aos ha usado alguna vez drogas, de la cual el 70% no ha

    vuelto a usarlas nunca, y slo el 2% hace uso frecuente de ellas18

    Uno podra sentirse tentado a atribuir el abandono de las drogas ilegales

    al temor de las personas a la sancin legal, sin embargo, estos peligros no

    causaron suficiente temor como para impedir el consumo, as que una vez que

    esta barrera es traspuesta porque se habra de detener el consumo?. En

    17 Rojas y de La Puente. 2001 18 De Rementera, Ibn. Prevencin en Drogas. En Serie de polticas Sociales N 53. CEPAL.pp.53

  • 28

    realidad, es difcil establecer criterios uniformes acerca de porqu una gran

    cantidad de personas termina abandonando el consumo, o porqu otros lo

    continan sin que se presenten problemas en su vida o porqu otros se

    transforman en consumidores abusivos o adictivos. Quizs la incapacidad de

    establecer porque se produce el abandono del consumo tenga relacin con la

    incapacidad de establecer una causa para el mismo, la etiologa del consumo an

    es un asunto muy poco claro el anlisis de los aspectos histricos y

    epidemiolgicos nos acerca a comprender la relacin tanto histrica como actual

    del individuo con las drogas. Sin embargo es insuficiente para explicar que es lo

    que genera que una persona... se transforme de un consumidor a consumidor

    habitual, abusador y a un dependiente de las sustancias19. Desde la explicacin

    mdica, basada en experiencia clnica, los aportes de la neurobiologa y otras

    disciplinas no se ha encontrado ninguna explicacin convincente acerca del

    porqu se produce el consumo y en especial la adiccin, esta imposibilidad para

    esclarecer este aspecto de la cuestin se ha visto reflejado en los documentos de

    las instituciones dedicadas al tema, pues han debido reconocer que ... las causas

    que llevan al consumo de drogas, y de all a los daos por efecto del consumo,

    son inespecficas y la ciencia no ha logrado pensar la etiologa del consumo20 .

    Ahora bien, tal como se desprende de la tabla anterior, si las causas del consumo

    estuvieran relacionadas con caractersticas biolgicas de los individuos

    consumidores, se podra esperar que estas se mantuvieran relativamente estables

    en el tiempo, pero esto no ocurre as. Ante la imposibilidad de las ciencias

    biolgicas de dar respuesta a esta cuestin se esgrimen argumentos de orden

    psicolgico, en este sentido, la personalidad del individuo sera la que actuara

    como un factor de riesgo y/o tendra relacin con los contextos sociales y

    culturales donde este se encuentra inserto, argumentos proporcionados desde la

    sicologa social, la sociologa y la antropologa; sin embargo estos factores son

    19 Seijas, Daniel. 2000. Dependencias de Sustancias Psicoactivas. 20 Conace-Cepal.2000. Consensos Bsicos para la Prevencin en Chile: Protocolo de Acuerdo Intersectorial 2000-2010. Serie Polticas Sociales de Cepal.

  • 29

    comunes a grandes porciones de la poblacin que no es consumidora. Hasta

    ahora la ciencia mdica se ha limitado a establecer patrones relacionados al

    consumo de sustancias sicotrpicas que podran reforzar dicho consumo, como

    por ejemplo, el rol del condicionamiento y el aprendizaje a travs de estmulos

    discriminativos (ya sea internos o externos) como reforzadores de la conducta al

    aumentar la frecuencia de repeticin de la conducta con la cual se acopla 21 en

    otras palabras, en el contexto del consumo exista un o varios estmulos que son

    asociados por el individuo con el consumo y ante la aparicin del estimulo se

    desencadena el deseo de consumir. El sonido del telfono, la excitacin sexual, la

    visita de un pariente, la sensacin de aburrimiento, la hora del da o de la noche y

    una multitud de claves ambientales pueden ser asociadas al consumo y reforzar

    su aparicin, es obvio que en escenarios no controlados para producir el

    condicionamiento como son los laboratorios, la sobresaturacin de estmulos es tal

    que es prcticamente imposible fiarse de una idea como esta, quizs con el

    transcurso de los aos en que se utilizaban los mismos escenarios para el

    consumo se pueda argir esta hiptesis, como me relat un alcohlico en

    rehabilitacin, al escuchar determinada msica se produca en l el deseo de

    consumir y era que asociaba esa msica al bar donde fue a beber durante

    dcadas. Estas nociones son aplicadas de acuerdo a la historia de cada individuo

    pues en este nivel tienen un cierto grado de aplicabilidad.

    Por otro lado la neurobiologa ha logrado establecer que todas las

    sustancias de abuso tienen efectos comunes, ya sea directa o indirectamente, en

    el sistema mesolmbico de recompensa cerebral... esta activacin no es nica

    para alguna droga en especial dado que todas las sustancias adictivas afectan

    este circuito (Koob) A dems existen reforzadores naturales de este circuito de

    recompensa tales como el agua, la comida, el sexo y los cuidados maternos

    nutricios22 podemos inferir que el consumo de drogas se relaciona con las zonas

    del cerebro donde se activan las sensaciones del placer.

    21 Seijas, Daniel. Pp. 186 22 Seijas, Daniel.pp 193

  • 30

    Lo que s nos puede decir la medicina es que en el sistema

    mesolmbico se ubica el circuito de recompensa: Area ventrotegmental anterior,

    donde se originan las neuronas dopaminergicas, el cerebro basal anterior (ncleo

    accumbeus, tubrculo olfatorio, corteza frontal y la amgdala) Y tambin participan

    los pptidos opiodes, Gaba, Glutamato, Serotonina y probablemente ms inputs

    neuronales23 y , hasta cierto punto, puede describirnos como se modifica el

    funcionamiento del cerebro cmo intervenir? Irnicamente a travs de la

    administracin de frmacos, que son drogas al cuidado de los discursos y

    contextos mdicos, para hacer ms tolerables los cuadros ansiosos y el sndrome

    de abstinencia, derivados de la ausencia del consumo de drogas. Ya que las

    causas biolgicas para el consumo y la adiccin son inespecficas, suele

    englobarse el abuso del consumo, dentro de la psiquiatra, como Trastorno de la

    Personalidad. Aqu, el sentido ms amplio del enfoque mdico, nos pone ante otra

    paradoja, tampoco existe un trastorno de la personalidad con caractersticas

    especificas que se puedan asociar al abuso o dependencia de drogas, amn del

    problema que resulta de esto cuando pensamos que, con muchas drogas sino

    todas en algunas circunstancias pueden producir cuadros paranoides o

    esquizoides. No pocas investigaciones clnicas han arrojado la presencia de

    consumo ante los trastornos de personalidad, en grado menor para los obsesivos

    compulsivos por su tendencia al control de emociones y situaciones en grado

    superlativo, el pero del asunto consiste en que no se puede establecer con

    precisin que patologa fue primero, de ah que se suela hablar en la jerga de

    Patologa a la base o Patologa Dual haciendo referencia a que la persona

    presenta una adiccin, o sea un tipo de trastorno de la personalidad, acompaado

    de otro trastorno de la personalidad. Por supuesto que establecer con precisin

    cuando se presenta este fenmeno es de tremenda importancia para fines

    teraputicos lo que no implica ignorar que, en estas cuestiones, la ciencia mdica

    est lejos de ser completamente precisa.

    23 Seijas, daniel.pp.194

  • 31

    La lgica del modelo biopsicosocial, que estructura la intervencin teraputica,

    apunta a considerar el consumo de drogas como una conducta especifica de

    relacin entre los individuos y ciertas sustancias, se omite tanto en los manuales

    tcnicos y en los anlisis cientficos, el placer que la sustancia provoca. El placer

    del consumo ha sido silenciado. Esta omisin, no es menor, pues encuentra su

    explicacin en la evolucin histrica de una cultura que ha desechado el placer

    como relacin viable del hombre con su mundo, en trminos de Focault, el

    cuerpo es objeto de disciplinamiento. Realizo esta precisin, sobre la que volver

    ms tarde, por cuanto el consumo de drogas se ha definido, hasta ahora, desde lo negativo permitiendo el surgimiento de discursos normativos al respecto, la ptica

    de la enfermedad gana terreno y la explicacin biolgica acerca del consumo se

    torna hegemnica. Dicho predominio es fcilmente rastreable en el modelo

    Biopsicosocial que, como ya dijimos, parte de la relacin sustancia individuo, relacin somtica en que se alude a caractersticas biolgicas que gatillan

    procesos mentales y que tienen como explicacin la preexistencia de

    enfermedades mentales o la alteracin del funcionamiento fisicoqumico por la

    reiteracin del consumo y esto, que es un anlisis hasta cierto punto valido,

    constituye el cimiento de un modelo de intervencin social, sobre este nivel se

    agrega otro: el del anlisis psicolgico, es decir, el de la conducta individual. Aqu

    el nfasis esta puesto en el desarrollo de la personalidad, y las caractersticas de

    esta que explicaran el consumo de drogas. En ambos anlisis, mdico y

    psicolgico, continuamos en el nivel del anlisis individual, lo social del modelo al

    que suscribe el gobierno de Chile, surge de conceptos tan laxos como

    comunidad, redes y personas se menciona el aporte de la sociologa y la

    antropologa, an cuando no especifican los autores y las corrientes. En este

    estado de cosas no es raro que continuara predominando un anlisis del problema

    centrado en el individuo, an cuando el consumo de drogas en cualquiera de sus

    etapas, es una conducta social. La imagen del consumidor como un individuo

    aislado, oculto de la mirada de la sociedad castigadora, no pasa de ser el sueo

    de quienes ven en las respuestas represivas la solucin para este problema. El

  • 32

    modelo Biosicosocial, desde mi perspectiva, puede ser una herramienta muy til

    en el tratamiento de las adicciones pero en la implementacin de polticas de salud

    pblica y como base de una discusin, donde participen todos los actores

    sociales, no posee la suficiente consistencia al menos no con los nfasis que se le

    han dado pues querindolo o no, coloca a los consumidores en una posicin

    paradjica ya que constituyen la causa del problema, son sus potenciales victimas

    y al mismo tiempo se transforman en sujeto de posibles sanciones, sin considerar

    que los consumidores son tambin merecedores de atencin en el diseo de

    polticas de salud publicas. Al centrar la discusin entre especialistas se excluye a

    quienes se ven directamente afectados. Al mismo tiempo este modelo considera la

    participacin ciudadana ms bien desde una perspectiva clientelistica con

    respecto a los organismos del Estado, en ves de promover una discusin

    abierta, donde el nfasis este puesto en las soluciones que pueden aportar los

    distintos actores sociales en sus espacios naturales y, por ltimo, los documentos

    oficiales omiten que el consumo de drogas es un comportamiento de larga data en

    la historia de la humanidad y del pas, por lo que es importante insistir en que el

    consumo de drogas se encuentra inscrito en una red de relaciones sociales que lo

    orientan y le otorgan sentido. Por lo que hasta ahora sabemos, no es el cuerpo y

    sus caractersticas las que promueven el consumo de estupefacientes, sino mucho

    ms importante, es el significado social que el consumo de drogas tiene o no tiene

    para los consumidores. El consumo de tranquilizantes, especialmente entre las

    mujeres del pas, ha alcanzado cifras alarmantes, sin embargo, este se ha tornado

    casi invisible pues se encuentra revestido en una trama de significados que aluden

    al auto-cuidado frente a las presiones laborales y familiares que la mujer debe

    afrontar, as mismo, el consumo de alcohol a edades tempranas es una actividad

    muy aceptable dentro de nuestra cultura 24, el uso del alcohol es promovido desde

    las familias como desde el espacio meditico. El consumo de marihuana posee

    sus propias reglas estructurantes que son transmitidas de consumidor a

    24 Riquelme, Horacio. El Proceso Psicocultural de Alcoholizacin en Chile. 1987

  • 33

    consumidor. Las conductas socioculturales poseen caractersticas que no son

    reductibles a lo individual-familiar como pretende el modelo biosicosocial.

    Segunda Aproximacin 2) El ciclo Adictivo y La Rehabilitacin del Consumo y sus Modelos de Intervencin

    Indudablemente pese a que el consumo de drogas no llega a significar un

    problema para la mayora de los consumidores, para muchos de ellos el consumo

    prolongado de una o varias sustancias trae consigo transformaciones en distintas

    esferas de su vida, estas transformaciones comienzan con el progresivo aumento de

    la tolerancia a la sustancia, es decir, cada vez ms el consumidor necesita de dosis

    mayores de la sustancia para lograr los mismos efectos. Este hecho en s mismo no

    indica que quien consume se haya transformado en un adicto, pero si sirve de

    indicador de la presencia de un problema. Acto seguido, si el consumo no se detiene

    o es disminuido, puede sobrevenir una espiral ascendente de consumo y se produce

    la urgencia o el deseo de continuar el consumo; dependiendo del tipo de sustancia,

    este deseo puede tener una base sicolgica o psicofsica. Junto con esta evolucin

    de la espiral del consumo, la percepcin del individuo, respecto a su consumo suele

    permanecer inalterada, la persona no cree tener un problema de consumo de drogas

    y por lo tanto refuerza dicha espiral y, aunque en trminos de las racionalizaciones

    del sujeto esto es as, su vida se ve afectada en aspectos que, de acuerdo a la

    normativa social, no deberan significarle problemas tales como la responsabilidad

  • 34

    en el cumplimiento de obligaciones, tanto familiares como laborales. El adicto

    comienza a desarrollar una serie de discursos acerca del problema donde l se sita

    como un incomprendido, muchas veces se puede detectar una mirada egocntrica

    y narcisista respecto a su lugar en el medio social. Cuestin que, desde mi

    experiencia en la C.T.A, he observado muchas veces donde el consumidor adictivo

    se autocalifica como victima propiciatoria de una sociedad en guerra permanente

    con l o como hroe incomprendido de una gesta sin realizar.

    Es evidente que el proceso no ocurre de un da para otro, por esto suele

    hacerse la diferencia entre el consumo experimental, social, problemtico o abusivo

    y adictivo. En modo alguno implican una sucesin lineal, ms bien expresan las

    condiciones de uso de la sustancia y la frecuencia del consumo, estamos

    refirindonos especialmente, entre consumo problemtico, y adictivo, a lneas

    conductuales que no son siempre fciles de establecer, a dems de daos de otros

    tipos. An cuando las reacciones adversas del entorno ante el consumo del

    individuo es un buen indicador de la presencia de problemas no es el nico que

    existe. De hecho, para que alguien pueda ser considerado un adicto, se han

    formalizado y unificado criterios para considerar a una persona como tal. A propsito

    de esta necesidad existe una Clasificacin Internacional de las Enfermedades,

    Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE10) y un Diagnostico Estadstico de

    los Desordenes Mentales, en su cuarta versin (DSMIV) Ambos instrumentos son

    reconocidos por las instituciones que brindan asistencia y tratamientos para la

    rehabilitacin de las adicciones al consumo de drogas25. En estos instrumentos se

    establecen una serie de Criterios Diagnsticos para establecer si una persona debe

    o no debe ser considerada un adicto, dentro de estos criterios diagnsticos se

    encuentra:

    a) La Intoxicacin Aguda, que se presenta en alguna fase del consumo y cuyos

    efectos son transitorios, excepto en los alcohlicos en que puede llegar a ser una

    patologa, pues con dosis pequeas de alcohol se presentan comportamientos que

    no son habituales para un sujeto sobrio, como la agresividad.

  • 35

    b) Consumo Perjudicial, que es un patrn de consumo que provoca daos a la

    salud fsica o psicolgica. El dao heptico en el alcohlico, distintas infecciones con

    el uso de agujas, lesiones respiratorias en el cocainmano, dao respiratorio con

    lesiones en el sistema nervioso central en el consumidor de pasta base, etc. A

    dems se presentan estados depresivos despus del consumo. Junto con esto, el

    individuo recibe crticas del entorno.

    c) Dependencia o Adiccin, que se relaciona con el hecho que a nivel

    fisiolgico, comportamental y cognitivo el consumo constituye un eje prioritario en la

    vida del individuo sobrepasando, en los hechos, a otras cuestiones importantes del

    desarrollo personal. Junto con ello, al cesar el consumo se presenta la urgencia

    (tambin llamada craving) por consumir y de prolongarse el no consumo se presenta

    el Sndrome de Abstinencia cuadro que es superado si se vuelve a consumir. Slo

    si estos indicadores se presentan en un periodo de doce meses, junto a un aumento

    en la tolerancia al consumo, se puede diagnosticar a una persona dentro de un

    cuadro adictivo. 26

    Por otro lado, las instituciones que se dedican a la deteccin y/o

    tratamiento de las adicciones, tales como las Unidades de Psiquiatra de los

    hospitales, Unidades de desintoxicacin de los mismos, Organizaciones No

    Gubernamentales y Comunidades Teraputicas, junto con otras instituciones, como

    la red del Servicio Nacional del Menor, deben realizar dicho diagnostico por medio de

    profesionales competentes, tales como mdicos psiquiatras, psiclogos, asistentes

    sociales y antroplogos. En funcin debe cubrir aspectos fsicos, cognitivos y

    sociales para poder determinar si existe dao en estas esferas de la historia vital del

    individuo. En este sentido es en este nivel en que el Modelo Biosicosocial se

    muestra ms eficaz.

    Las razones por las cuales una persona busca ayuda profesional para

    superar la adiccin al consumo de drogas son muy variadas, pero en general,

    dicen relacin con exigencias familiares, laborales o con la imposicin de un

    25 Seijas, Daniel. Dependencia de Sustancias Psicoactivas. 26 Diagnostico, Motivacin y Alianza Terapeutica. 20004.pp7

  • 36

    determinado Juzgado por los problemas legales que le ha trado el consumo y, en

    mucho menor medida, obedece a la idea de tener un problema aunque

    obviamente no se asocia directamente al consumo, ms bien existe una

    ambivalencia del adicto respecto a si tiene o no un problema derivado de su

    consumo. Es en este momento es que cobra importancia las concepciones sobre

    el cmo intervenir que orientan a los profesionales del rea. El cmo intervenir

    remite a preguntas del tipo cuales son las estrategias con que se abordar el

    problema?, Cul es el sitio que ocupa el usuario en estas intervenciones?,

    Cmo se puede entender una adiccin? Existe una enorme variedad de modelos

    tericos que permiten comprender y tratar las adicciones. Desde los que

    privilegian explicaciones gentico-metablicas hasta cognitivo-conductuales, sin

    embargo, aqu destacaremos slo dos. El primero es el Modelo Trans Terico de

    Prochaska y Di Clemente, por la gran aceptacin que tiene en el mbito nacional,

    y el Modelo Cognitivo-Conductual de G.A Marlatt por la importancia que le confiere

    su modelo a los procesos de aprendizaje.

    Modelo Transterico del Cambio de las Conductas Adictivas27

    Este modelo fue desarrollado por los siclogos James Prochaska y Carlo

    Di Clemente en Estados Unidos. De acuerdo a su modelo existiran tres aspectos a

    tomar en cuenta en el proceso de rehabilitacin. El primero se estructura en torno a

    la disposicin de la persona para cambiar su conducta y se denomina Estadios de Cambio; las actividades iniciadas, realizadas o experimentadas por las personas que modifican su situacin ya sean cognitivas o conductuales las denominan

    Procesos de Cambio; y los distintos problemas sicolgicos que se presentan durante la rehabilitacin ordenados jerrquicamente los denominan Niveles de cambio. Estadios de Cambio: Los estados de cambio intentan describir la motivacin de la persona pero tambin establecer un parmetro temporal, no lineal, sino

  • 37

    contradictorio, con avance y retrocesos. De hecho, la descripcin clsica de estos

    estadios alude a una espiral. Los estadios de cambio son cinco:

    Pre-contemplacin: La persona no considera que su conducta sea un problema.

    Contemplacin: Comienza a plantearse la posibilidad de abandonar su conducta,

    aunque no hay propsito firme al respecto.

    Preparacin: Se compromete a abandonar el consumo y realiza pequeos cambios

    conductuales al respecto.

    Accin: Modifica su conducta, de tal manera que es percibido por el entorno.

    Mantenimiento: Existe cambio de la conducta y compromiso para mantener los

    logros.

    Los estadios de cambio del modelo a su vez se construyen con cuatro

    descriptores. Estos descriptores son la Consciencia del Problema, que atiende a la

    percepcin de la persona respecto al consumo, el Balance Decisional, es decir,

    responde a las expectativas del sujeto respecto a los pro y los contra de cambiar de

    conducta; la Motivacin al Tratamiento, que apunta a la disposicin de las personas

    a recibir o no recibir ayuda y Evaluacin de Eficacia v/s Craving, enfrenta la

    percepcin de la persona respecto a su capacidad para cambiar en contraste con su

    deseo de consumir. De acuerdo al modelo los Estadios de cambio son acompaados

    por Procesos de Cambio, estos se refieren a aquello que hacen las personas para pasar de un estadio al otro, como esto implica una enorme variedad de fenmenos

    conductuales, cognitivos e interpersonales, los autores del modelo sintetizaron estos

    procesos en diez procesos bsicos de cambio de las conductas adictivas lo que les

    permiti realizar la siguiente clasificacin:

    27 En Diagnostico, Motivacin y Alianza Terapeutica. 20004

  • 38

    TIPO DE CAMBIO PROCESOS DE CAMBIO

    COGNITIVOS

    O

    EXPERECIENCIALES

    Aumento de la concienciacin.

    Autoreevaluacin

    Relieve Dramtico

    Liberacin Social.

    CONDUCTUALES

    Autoliberacin

    Manejo de Contingencias

    Relaciones de Ayuda

    Contracondicionamiento

    Control de Estmulos

    Por ltimo, el modelo de Prochaska y Di Clemente, considera aquellos problemas

    sicolgicos que surgirn en la persona a medida en que se desarrolle el proceso de

    rehabilitacin, el modelo los clasifica de acuerdo a la proximidad temporal con la

    conducta adictiva y de los cuales las persona se encuentra consiente, hasta aquellos

    que no estn directamente vinculados con la conducta adictiva y de los cuales la

    persona es menos consiente, es decir que se establece un orden de problemticas a

    abordar durante el proceso teraputico, donde obviamente, deben tratarse aquellas

    ms prximas a la conducta adictiva.

    De esta forma los Niveles de cambio quedan expresados en la siguiente tabla28:

    28 Los cuadros han sido tomados del texto Diagnostico, Motivacin y Alianza Terapeutica. 20004

  • 39

    Antes de la aparicin de este modelo se consideraba que los procesos de

    rehabilitacin de la drogodependencia eran dicotmicos, pues la persona no deba

    consumir sustancias durante el mismo, el hecho de hacerlo daba por terminado el

    tratamiento, los especialistas consideraban que se haba fracasado, un sentimiento

    que naturalmente comparta el adicto en rehabilitacin. Con Prochaska y Di

    Clemente se comenz a comprender que el consumo durante el tratamiento, era un

    evento, sino deseable por lo menos esperable y que incluso poda convertirse en un

    factor que, manejado correctamente, se transformara en una oportunidad para que la

    persona comprendiese mejor cuales eran los cambios que deba realizar para lograr

    la rehabilitacin. De all que estos eventos se comprendieran bajo el concepto de

    Recada. Por supuesto que de la forma en que la Recada sea conceptualizada, y

    afrontada por los profesionales que acompaan al adicto en su proceso de

    rehabilitacin, depender como sea vivida y asumida por este.

    CRITERIO DE CLASIFICACIN NIVELES DE CAMBIO

    Ms Consciente y

    Contemporneo

    Menos Consciente y Contemporneo

    Sntoma Situacin

    Cogniciones Desadaptativas

    Conflictos Actuales Personales

    Conflictos de Familia

    Conflictos Intrapersonales.

  • 40

    Modelo Cognitivo-Conductual de Marlatt y Gordon29

    El modelo de Alan Marlatt y J. Gordon se basa en le supuesto que los

    comportamientos adictivos son adquiridos a travs de hbitos aprendidos a travs de

    determinantes biolgicos, psicolgicos, sociales y sus consecuencias. En este

    modelo el abandono de las conductas adictivas se puede situar en tres etapas:

    Etapa 1: Establecimiento de un compromiso y motivacin para el cambio. Etapa 2: Instauracin del cambio. Este consiste en el aprendizaje de una serie de estrategias de autocontrol que lleven al cambio de conducta.

    Etapa 3: Mantenimiento del cambio, junto con una transformacin en el estilo de vida y la constante vigilancia cognitiva de parte de la persona rehabilitada.

    En este modelo, no se intenta que las personas asuman la etiqueta de adicto

    a las drogas sino que con ayuda de los terapeutas pueda desarrollar una mirada

    ms objetiva y distanciada de sus comportamientos adictivos, que aprenda a verlos

    como un problema. Este empeo se basa en el hecho que se concibe la relacin,

    que el terapeuta debe establecer con las personas, como horizontal, de cooperacin,

    se apunta a un co-terapeuta para referirse al usuario, quin en esta perspectiva,

    debe recibir un programa individualizado de tratamiento de acuerdo al diagnostico

    inicial.

    En este enfoque la adiccin es el resultado desadaptativo de un aprendizaje social,

    el consumo, que se relaciona con la bsqueda del placer, el autocuidado y la

    mitigacin del dolor, as tambin la rehabilitacin es concebida como un proceso de

    aprendizaje en que la bsqueda del placer y la mitigacin del dolor sean afrontados

    con otros comportamientos construidos por el usuario con la colaboracin del

    terapeuta.

    29 En Prevencin de Recadas en el Tratamiento de Adicciones. Conace. 2005.

  • 41

    Aunque ambos modelos consideran tanto los factores individuales de la adiccin, as

    como la influencia del entorno del sujeto, el modelo de Prochaska y Di Clemente

    resulta ms bien descriptivo respecto a la situacin del sujeto y, debido a este hecho,

    resulta en una herramienta muy til para acercarse al problema, sin embargo tiende

    a fortalecer la distancia entre terapeuta y paciente, no evita la etiquetacin de este

    ltimo como un enfermo, un adicto que requiere supervisin. En este ltimo sentido

    se adapta muy bien a la visin clnica del consumidor que suele hacer hincapi en la

    jerarquizacin de la relacin teraputica. Por otro lado el modelo de Marlatt y Gordon

    nos provee de una mirada ms comprensiva de los problemas relacionados con la

    adiccin, en primer lugar porque ofrece una explicacin a la adicin que no es

    exclusivamente biolgica y/o sicolgica sino que considera la complejidad de esta

    conducta tanto en su dimensin individual como social. Al comprender la conducta

    adictiva como aprendida incorpora los fenmenos de la cognicin, que veremos

    ms adelante, dentro de un marco explicativo mayor: la sociedad. En segundo lugar,

    propicia un tipo de relacin teraputica centrada en las capacidades del sujeto para

    re-aprender una nueva conducta, o acomodar sus pautas cognitivas como lo seala

    Piaget 30y, en tercer lugar, defiende la horizontalidad de dicha relacin, con esto abre

    la posibilidad de comprender los tratamientos de rehabilitacin como espacios para

    instaurar relaciones democrticas entre paciente y terapeuta. Desde esta perspectiva

    es que me parece que el modelo de Marlatt y Gordon es el ms adecuado para

    comprender y afrontar la terapia de rehabilitacin de adicciones. Obviamente no

    constituye una regla rgida a ser aplicada a todo trance con todos los pacientes pero

    si constituye un excelente punto de partida para encarar las relaciones que se

    establecen al interior de una comunidad teraputica.

    30 Piaget, Jean. 1980. Problemas de Psicologa Gentica.

  • 42

    Tercera Aproximacin 3) La Dimensin Psicosocial de la Conducta Adictiva: Los Procesos Cognitivos

    En este apartado intentar relacionar dos dimensiones del consumo

    adictivo que son insoslayables para poder comprender a cabalidad las

    implicaciones que se encuentran imbricadas en la adiccin. En los apartados

    anteriores expuse los indicadores mediante las cuales una persona puede ser

    considerada adicta y que son aceptadas institucionalmente y hasta cierto punto,

    socialmente, sin embargo, poder situar correctamente la gravedad que implica el

    consumo adictivo de sustancias pasa por conceptuar que efectos tienen este

    comportamiento en el sistema cognitivo de los individuos, debemos hacer un

    primer esfuerzo tendiente a aclarar como funcionan los procesos de la cognicin.

    Por otro lado, ya que considero las conductas adictivas como comportamientos

    socioculturales, se hace necesario tambin abordar la relacin entre los procesos

    individuales de la cognicin y como estos expresan procesos sociales mayores

    que le dan sustento a las representaciones culturales. Estos procesos sociales y

    sus correspondientes representaciones culturales inciden en la salud mental de la

    poblacin, y es lo que comnmente la Psicologa Social ha comprendido como

    dimensin Psicosocial preocupndose, aunque de otra perspectiva, por procesos

    sociales de gran similitud con las preocupaciones de la Antropologa.

    Desde la psicologa se han elaborado distintas posturas tericas que intentan explicar como es que los seres humanos perciben su entorno, como

    ocurren los procesos de aprendizaje y como estos llegan a poseer estructuras de

    significacin altamente complejas con las que le otorgan sentido al mundo en que

    viven. Una de las primeras corrientes tericas que intent dar respuestas ms o

    menos sistemticas a estas cuestiones fue el conductismo. Este, basado en los

    descubrimientos de Pavlov, aseveraba que el ser humano-como cualquier otro

  • 43

    organismo viviente-posee una serie de caractersticas naturales, hereditarias y

    hasta cierto punto propias de la especie, que le permiten reaccionar a los

    estmulos del medio, de esta suerte se elabor un esquema basado en el

    Estimulo-Respuesta como mecanismo bsico para explicar los fenmenos de la

    cognicin, en esta concepcin los procesos mentales ms intrincados se

    explicaban por una adicin de procesos ms bsicos, incluso se llegaron a

    elaborar formulas aritmticas que predecan la aparicin de comportamientos: El

    supuesto fundamental era que una conducta era el resultado de la exposicin

    prolongada a un estimulo, y las reacciones ms complejas el resultado de

    reacciones frente a un numero mayor de estmulos donde, el ser humano,

    responda partiendo de la discriminacin de los estmulos ya conocidos. Bajo esta

    concepcin exista la nocin de un sujeto pasivo y, hasta cierto punto, aislado del

    medio social, adems el conductismo no responda satisfactoriamente a la

    cuestin de cmo los seres humanos son capaces de encontrar respuestas

    creativas a problemas nuevos o respuestas nuevas a viejos problemas, por lo que

    el conductismo fue paulatinamente abandonado, de tal suerte que ya en la dcada

    de los cincuenta podemos considerar que se realiz un cambio paradigmtico.

    Este consisti en la hegemona, en psicologa, del paradigma cognitivo, centrado

    en la representacin simblica de la realidad y que a su vez se divide en dos

    corrientes: la escuela del Tratamiento de Informacin y la perspectiva

    constructivista asociada a Piaget, Vigostky y Ausubel.31 Perspectiva que se

    evidencia en Chile a las nociones de Humberto Maturana y Francisco Varela, en el

    campo de la neurobiologa, y los desarrollos terico-experimentales de Nolfa

    Ibez en el campo educativo, especialmente en el rea de la adquisicin del

    lenguaje.32

    Para Vygotski el proceso de desarrollo de la cognicin es un fenmeno

    que slo puede ser comprendido como inserto dentro de las relaciones histrico

    sociales que lo han hecho posible, ya que las capacidades humanas, su

    31 Colle, Raymond. Teora Cognitiva Sistmica de la Comunicacin. 32 Ibez, Nolfa. Metodologa Interacional Integrativa.

  • 44

    especificidad, devienen del proceso evolutivo en que el homo sapiens se

    constituye como tal. La sealizacin variable que lleva a la formacin de vnculos

    provisionales, condicionados y especiales entre el organismo y el medio, es la

    premisa biolgica imprescindible de aquella actividad superior que llamamos

    significacin 33

    Con esto establece el hecho que, sobre la base de caractersticas

    filogenticas, los seres humanos realizan un tipo de actividad cualitativamente

    distinta a la de otros animales: la de simbolizar, como bien aclara cuando sostiene

    que El segundo momento que contribuye a explicar la posibilidad de que se forme

    un nuevo principio regulador de la conducta es la vida socialen el proceso de la

    vida social, el hombre cre y desarroll sistemas complejsimos de relacin

    sicolgicalos medios de conexin psicolgica son signosestmulos

    artificialmente creados, destinados a influir en la conducta y a formar nuevas

    conexiones condicionadas en el cerebro humano34

    En su concepcin, el desarrollo cognitivo individual no es ni

    completamente natu