acuerdo nuclear

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ACUERDO NUCLEAR Rubik en la montaña rusa Los negociadores de EE UU en Lausana comparan el proceso con un rompecabezas que debían resolver a un ritmo vertiginoso JOAN FAUS WASHINGTON 4 ABR 2015 - 21:36 CEST Kerry mira en una tableta el discurso de Obama en Washington sobre el pacto / REUTERS Eran alrededor de las doce de la noche del miércoles en Washington y las seis de la mañana del jueves en Lausana. El presidente Barack Obama descansaba en la Casa Blanca. Recibió una llamada de Susan Rice, su asesora de seguridad nacional, que estaba en contacto con la delegación estadounidense en las negociaciones nucleares en Suiza. Obama le dio unas últimas instrucciones y se mostró optimista. “La gente sabe cuáles son mis principios básicos y tengo confianza en el equipo negociador de que para cuando me levante podrían volver y tener esto cerrado”, le dijo. Obama acertó. Cuando llegó la mañana en EE UU, ya estaba casi sellado el acuerdo preliminar entre seis grandes potencias e Irán para limitar el programa nuclear iraní. A las diez de la mañana en Washington, el presidente conoció los “contornos finales” del pacto y dio su visto bueno definitivo. El pacto se iba a anunciar al cabo de tres horas en Lausana. Su apuesta de acercamiento diplomático a Teherán -con el que Washington no mantiene relaciones desde 1980- daba frutos tras más de 15 meses de negociaciones. El pacto definitivo debe alcanzarse en junio. Cada cambio era objeto de discusiones maratonianas en el hotel, testigo de otros pactos históricos gracias a la condición neutral de Suiza Este y otros detalles sobre la trastienda del acuerdo, revelados por altos cargos estadounidenses en una conferencia de prensa, reflejan que, pese a la confianza de Obama, las negociaciones en un hotel de lujo del siglo XIX en Lausana eran ante todo volátiles. Los

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ACUERDO NUCLEARRubik en la montaa rusaLos negociadores de EE UU en Lausana comparan el proceso con un rompecabezas que deban resolver a un ritmo vertiginosoJoan Faus Washington 4 ABR 2015 - 21:36 CEST

Kerry mira en una tableta el discurso de Obama en Washington sobre el pacto / REUTERS Eran alrededor de las doce de la noche del mircoles en Washington y las seis de la maana del jueves en Lausana. El presidente Barack Obama descansaba en la Casa Blanca. Recibi una llamada de Susan Rice, su asesora de seguridad nacional, que estaba en contacto con la delegacin estadounidense en las negociaciones nucleares en Suiza. Obama le dio unas ltimas instrucciones y se mostr optimista. La gente sabe cules son mis principios bsicos y tengo confianza en el equipo negociador de que para cuando me levante podran volver y tener esto cerrado, le dijo.Obama acert. Cuando lleg la maana en EE UU, ya estaba casi sellado el acuerdo preliminar entre seis grandes potencias e Irn para limitar el programa nuclear iran. A las diez de la maana en Washington, el presidente conoci los contornos finales del pacto y dio su visto bueno definitivo. El pacto se iba a anunciar al cabo de tres horas en Lausana. Su apuesta de acercamiento diplomtico a Tehern -con el que Washington no mantiene relaciones desde 1980- daba frutos tras ms de 15 meses de negociaciones. El pacto definitivo debe alcanzarse en junio.Cada cambio era objeto de discusiones maratonianas en el hotel, testigo de otros pactos histricos gracias a la condicin neutral de SuizaEste y otros detalles sobre la trastienda del acuerdo, revelados por altos cargos estadounidenses en una conferencia de prensa, reflejan que, pese a la confianza de Obama, las negociaciones en un hotel de lujo del siglo XIX en Lausana eran ante todo voltiles. Los emisarios pasaban de estar convencidos de que en unas horas cerraran un pacto a pensar que en breve podan irse con las manos vacas.La sensacin era de montaa rusa: con muchos altibajos, segn explicaron fuentes de la delegacin, encabezada por los secretarios de Estado, John Kerry, y Energa, Ernest Moniz. Lo describen como un cubo de Rubik en el que cada cambio tiene varios efectos: Tienes todas esas piezas delante de t, tienes que encontrar un modo de juntarlas.ampliar foto Saleh y Zarif, en el centro, pasean por los jardines del hotel. / Brendan Smialowski(AP)Cada cambio era objeto de discusiones maratonianas en el Beau Rivage Palace, testigo de otras citas histricas gracias a la condicin neutral de Suiza. La creacin de Checoslovaquia se firm en 1918 en ese hotel con vistas al lago Leman y donde una habitacin puede costar ms de 1.500 dlares la noche y un cctel en el bar ms de 70. Cinco aos despus, se negociara all el tratado que fij las fronteras de la Turqua moderna y alter el tablero geopoltico de Oriente Prximo, como puede ocurrir con un pacto definitivo con Irn.Para los negociadores nucleares, el mayor desafo era lograr aislarse de presiones internas (en el seno de cada delegacin y entre ellas) y externas. La desconfianza se extenda: cuando Rusia anunci el mircoles que se haba llegado a un acuerdo preliminar, Francia crey que era una broma por ser el 1 de abril el da de los inocentes, segn la agencia Reuters. En parte lo fue, pues el pacto se anunci al da siguiente. Y en ocasiones, los emisarios crean perdida la batalla: en los extenuantes ocho das de negociaciones finales, Kerry pens seriamente en abandonar, segn revel despus a la cadena BBC.Para tratar de entenderse y evitar la tensin que supona trasladar en papel los compromisos, los negociadores hallaron una solucin prctica: escriban todos los puntos clave con rotulador en una pizarra blanca y los iban modificando. Los estadounidenses tambin llevaban listas de tareas para evitar problemas en el ltimo minuto y recordar bien las directrices de Obama.Para entenderse y evitar la tensin que supona trasladar en papel los compromisos, los negociadores escriban todos los puntos clave con rotulador en una pizarra blancaEl presidente les haba insistido en una idea: No pensis en esto como en un acuerdo de X aos. Es un acuerdo por fases que tiene mltiples escalas de tiempo. Y la tarde del martes 31, suaviz an ms la presin temporal al autorizar, en una videoconferencia con su equipo en Lausana, a sobrepasar el plazo fijado -la medianoche de ese da- para alcanzar un pacto preliminar. Saba que Irn tambin suspiraba por un acuerdo y no quera que pensara que EE UU iba a ceder para cumplir el plazo.Un da y medio despus, llegara el acuerdo. Se fragu con mucho sueo. Casi a la vez que Obama hablaba con su asesora Rice, el secretario Moniz y el jefe de la Organizacin Atmica Iran, Ali Akbar Saleh, sellaban un pacto tcnico preliminar, que luego se trasladara a un comunicado conjunto. Eran las seis de la maana del jueves en Lausana. Culminaban nueve horas ininterrumpidas de reuniones, en las que Kerry y su homlogo iran, Javad Zarif, abordaron los dos escollos finales: el levantamiento de las sanciones de la ONU y la investigacin nuclear de Tehern. Tambin intervinieron representantes de Alemania, Francia y la Unin Europea.ampliar foto Vista del hotel Beau Rivage. / Brendan Smialowski(AP)En las horas y das previos, la sensacin de enclaustramiento apremiaba. A Kerry se le vea reflexionando en el balcn de su habitacin y paseando por los jardines del hotel. La delegacin iran tambin buscaba en el aire libre soluciones al rompecabezas. Ambas comitivas se enfrentaban a la historia: las profundas suspicacias entre dos pases enemistados desde hace 35 aos. Para EE UU, la esencia recaa en los detalles del acuerdo. Para Irn, en preservar su soberana al poder mantener cierta capacidad nuclear, una difcil concesin que hizo Washington.La complicidad personal lim asperezas. Desde su primera reunin oficial en octubre de 2013, Zarif es el ministro de Exteriores que Kerry -que tiene un yerno de origen iran- ha visto ms veces en sus dos aos de secretario de Estado. Su sintona ha incomodado a la lnea dura del rgimen de los ayatols. Zarif y Saleh hablan perfectamente ingls. Estudiaron en universidades estadounidenses antes de la revolucin islmica de 1979.El jefe atmico iran y Moniz se incorporaron a las negociaciones en el ltimo mes. Su aportacin tcnica fue determinante. Ambos coincidieron, sin conocerse, en los aos setenta en el Instituto Tecnolgico de Massachusetts (MIT), en Boston. Ese lazo acerc a los dos expertos nucleares: hace poco Saleh fue abuelo por primera vez y Moniz le hizo un regalo con el logotipo de MIT.