acto y potencia

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La teoría aristotélica del acto y la potencia / El cambio puede ser sustancial o accidental. En el primer caso, la cosa deja de ser lo que es y pasa a ser otra cosa. Por ejemplo, el ratón, al ser comido por el gato, deja de ser ratón, y pasa a ser parte de la naturaleza gatuna. En el segundo caso, la cosa pierde una determinación accidental y adquiere otra, sin dejar de ser ella misma. Por ejemplo, un animal que crece y se desarrolla. La “solución” de Parménides fue que el cambio es aparente, irreal. La “solución” de Heráclito fue que, dado que “todo cambia”, el ser y el no ser son lo mismo. La “solución” de Demócrito, padre de todos los atomistas y mecanicistas, fue que tanto el ser como el no ser, son. El ser es lo lleno, los átomos, el no ser es el vacío, que separa a cada átomo de los demás. El error común a todos estos autores fue pensar que el ser se dice de un solo modo, del modo que Aristóteles llamará “ser en acto”. Aristóteles los supera a todos por haberse dado cuenta de que “el ente se dice de muchos modos”, y de que además del ente en acto, está el ente en potencia. El ente en acto es el ente plenamente realizado, por ejemplo, el árbol adulto; el ente en potencia es el ente no plenamente realizado, por ejemplo, el árbol adulto que existe solamente en potencia en la semilla. No es un árbol adulto, pero puede llegar a serlo, es la capacidad de llegar a ser un árbol adulto. El cambio sustancial consiste en que la materia pierde la forma que la actualizaba al ser actualizada por otra forma diferente. Así, al alimentarse el gato con la carne del ratón, la materia que estaba actualizada por la forma del ratón pasa a estar actualizada por la forma del gato. En el cambio accidental, la sustancia que está en acto como sustancia, está en potencia, de suyo, respecto de los accidentes que la cualifican accidentalmente, y de hecho, está en acto respecto de algunos de esos accidentes, y en potencia respecto de otros. Así, el cachorro de león tiene en acto una piel manchada como la del leopardo, y está en potencia de tener una piel lisa, sin manchas, propia del león adulto. Al adquirir su piel sin manchas, pierde su piel manchada, pero sigue siendo el mismo león individual.

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Aristoteles

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Page 1: Acto y Potencia

La teoría aristotélica del acto y la potencia /

El cambio puede ser sustancial o accidental. En el primer caso, la cosa deja de ser lo que es y pasa a ser otra cosa. Por ejemplo, el ratón, al ser comido por el gato, deja de ser ratón, y pasa a ser parte de la naturaleza gatuna. En el segundo caso, la cosa pierde una determinación accidental y adquiere otra, sin dejar de ser ella misma. Por ejemplo, un animal que crece y se desarrolla.La “solución” de Parménides fue que el cambio es aparente, irreal.La “solución” de Heráclito fue que, dado que “todo cambia”, el ser y el no ser son lo mismo. La “solución” de Demócrito, padre de todos los atomistas y mecanicistas, fue que tanto el ser como el no ser, son. El ser es lo lleno, los átomos, el no ser es el vacío, que separa a cada átomo de los demás.

El error común a todos estos autores fue pensar que el ser se dice de un solo modo, del modo que Aristóteles llamará “ser en acto”. Aristóteles los supera a todos por haberse dado cuenta de que “el ente se dice de muchos modos”, y de que además del ente en acto, está el ente en potencia.El ente en acto es el ente plenamente realizado, por ejemplo, el árbol adulto; el ente en potencia es el ente no plenamente realizado, por ejemplo, el árbol adulto que existe solamente en potencia en la semilla. No es un árbol adulto, pero puede llegar a serlo, es la capacidad de llegar a ser un árbol adulto.El cambio sustancial consiste en que la materia pierde la forma que la actualizaba al ser actualizada por otra forma diferente. Así, al alimentarse el gato con la carne del ratón, la materia que estaba actualizada por la forma del ratón pasa a estar actualizada por la forma del gato.En el cambio accidental, la sustancia que está en acto como sustancia, está en potencia, de suyo, respecto de los accidentes que la cualifican accidentalmente, y de hecho, está en acto respecto de algunos de esos accidentes, y en potencia respecto de otros.Así, el cachorro de león tiene en acto una piel manchada como la del leopardo, y está en potencia de tener una piel lisa, sin manchas, propia del león adulto. Al adquirir su piel sin manchas, pierde su piel manchada, pero sigue siendo el mismo león individual.En todos los casos, entonces, el cambio o devenir es el pasaje del ente en potencia al ente en acto, la actualización de la potencialidad.¿Hay pasaje del ser al ser? Depende de si por “ser” entendemos el ente en acto o el ente en potencia. El punto de partida del devenir es, por lo dicho, el ente en potencia, no el ente en acto. Así que si por “ser” entendemos el ente en acto, no hay pasaje del ser al ser; si por “ser” entendemos el ente en potencia, sí lo hay.Esto no va contra la novedad que tiene que haber en todo cambio, porque el ente en acto siempre es más que el ente en potencia y distinto, en cuanto tal, de él.¿Hay pasaje del no ser al ser? 

Page 2: Acto y Potencia

De nuevo, si por “no ser” entendemos el no ser absoluto, o sea, la nada, pura y simple, no: “de la nada, nada sale”. Si por “no ser” entendemos el ente en potencia, que es relativamente no ser en tanto no es el ente plenamente realizado, sí, porque hay pasaje del ente en potencia al ente en acto.¿Hay pasaje del ser al no ser? Formalmente no, porque el cambio es el pasaje de potencia a acto, y el acto es el ente plenamente realizado. Accidentalmente sí, al menos cuando la actualización de una potencialidad significa la “des-actualización” de otra, como vimos.El punto central de esta solución aristotélica es la distinción real entre el acto y la potencia. “Real” quiere decir aquí, que esa distinción se da en las cosas mismas, independientemente de la consideración de nuestra mente.En efecto, lo contrario de la distinción real es la identidad real. Si el acto es realmente idéntico a la potencia, y la potencia al acto, o bien ambos son acto, y estamos de nuevo en las mismas dificultades de Parménides, Heráclito y Demócrito, o ambos son potencia, y entonces, nada existe aún, porque existir, es ser en acto.