actividad tecnolÓgica y crecimiento econÓmico en …nuevos conocimientos productivos que, una vez...
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Los autores agradecen los comentarios recibidos de un evaluador anónimo y la ayuda financiera del*
Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Asimismo, este estudio se ha llevado a cabo en el marcodel programa de investigación SEC98-0895 de la DGICYT y del programa GV99-103-1-08 de la Generalitat Valenciana.
M. Gumbau: Universitat de València; J. Maudos: Universitat de València e Instituto Valenciano de**
Investigaciones Económicas.
ACTIVIDAD TECNOLÓGICA Y CRECIMIENTO
ECONÓMICO EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS*
Mercedes Gumbau y Joaquín Maudos**
WP-EC 2001-17
Correspondencia a: M. Gumbau. Universitat de València. Departamento de Análisis Económico,Edifico Departamental Orienta. Avda. de los Naranjos, s/n. 46022 Valencia. Tel.: +34 96 382 8246 / Email: [email protected].
Editor: Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, S.A.Primera Edición Julio 2001Depósito Legal: V-3413-2001
Los documentos de trabajo del IVIE ofrecen un avance de los resultados de las investigacioneseconómicas en curso, con objeto de generar un proceso de discusión previo a su remisión a lasrevistas científicas.
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ACTIVIDAD TECNOLÓGICA Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS
Mercedes Gumbau y Joaquín Maudos
RESUMEN
En este trabajo se analiza la importancia de las actividades tecnológicas en la explicación de
las diferencias de productividad de las regiones españolas en el periodo 1986-96. Para ello se
cuantifica el efecto de la innovación tecnológica propia de la región y las externalidades asociadas al
capital tecnológico sobre el desarrollo regional. El análisis se basa en la estimación de funciones de
producción, así como una ecuación explicativa de la productividad total de los factores. Si bien se
obtiene un efecto positivo y significativo a nivel nacional en un horizonte de largo plazo, la
significatividad del efecto de las actividades tecnológicas sobre la productividad de las regiones
españolas en el periodo 1987-96 depende del indicador utilizado.
Palaras clave: I+D, productividad, convergencia.
ABSTRACT
This paper analyses the importance of R&D activities in the explanation of productivity
differences among the Spanish regions over the period 1986-96. With this aim, we measure the effect
of the own technological innovation and the spillovers effects. The analysis is based on the estimation
of a production function and also on the effect of R&D on total factor productivity. The results shows
that although R&D has a significant effect at national level in a long-term period, the effect at regional
level over the period 1987-96 depend on the technological index used.
Key words: R&D, productivity, convergence
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1. INTRODUCCIÓN
Si se revisa la literatura económica resulta sencillo encontrar proposiciones en las que se afirma
que la innovación tecnológica influye sobre la posición económica de los agentes innovadores:
empresas, industrias o países. La evidencia empírica muestra que dicha estrategia genera, por una
parte, efectos positivos sobre los resultados económicos obtenidos por dichas unidades productivas
y aumenta, por otra parte, el valor de la productividad de los factores que los citados agentes utilizan
en el proceso productivo.
En esta dirección, Solow (1957) fue pionero al sugerir que el crecimiento económico nacional
no se explicaba satisfactoriamente en términos de los inputs privados, capital y trabajo, atribuyendo
parte del crecimiento inexplicado a avances de los conocimientos tecnológicos. Autores como Mankiw,
Romer y Weil (1992), Verspagen (1992, 1994), Silverberg y Soete (1994) han destacado en sus
aplicaciones empíricas que el cambio tecnológico es uno de los factores básicos para el desarrollo de
un país y, por tanto, puede ser considerado como uno de los factores que diferencian el crecimiento
económico de dicho territorio. Asimismo, las nuevas teorías del crecimiento consideran que el progreso
económico debe entenderse como un proceso endógeno de tal forma que la formación de capital físico,
humano y tecnológico pasa a ser un factor esencial del crecimiento de una unidad territorial. Es decir,
que el crecimiento económico se debe al cambio tecnológico que resulta de los esfuerzos en I+D,
capital humano o incluso de las políticas gubernamentales (mejoras en infraestructuras, por ejemplo)
que realizan los propios agentes económicos.
Asimismo, destaca el impacto que sobre el incremento de la productividad pueden generar
elementos distintos de las cantidades de capital y trabajo utilizadas en el proceso de producción como
la existencia de rendimientos crecientes a escala o la aparición de spillovers o externalidades. En este
sentido cabe destacar los trabajos de Romer (1990), Grossman y Helpman (1991) y Aghion y Howitt
(1992) así como las extensiones de alguno de estos modelos realizados por Jones (1995). Más
recientemente, autores como Quah (1999) matizan incluso que las propias características de la
demanda como la actitud de los consumidores hacia bienes de compleja tecnología, el proceso de
aprendizaje en el consumo y la tendencia o habilidad de los consumidores a adquirir bienes
tecnológicamente avanzados puede también afectar al crecimiento económico de un país.
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Los estudios empíricos realizados a nivel regional dan soporte a la idea de que el cambio tecnológico es1
un factor asociado al desarrollo económico de una región. La incidencia espacial del cambio tecnológico ha sidoanalizada por Oakey (1984, 1985) para el caso de Gran Bretaña, encontrándose un correlación directa entre desarrollotecnológico y económico. Otros estudios realizados para diversos países llegan a conclusiones similares: Ciciotti(1983), Brugger y Stuckey (1987) y Todtling (1990).
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No obstante, a pesar de los diferentes enfoques adoptados en la literatura, autores como Barro
(1998, pp 25) llegan a concluir que los trabajos que se apoyan en la contabilidad del crecimiento dan
lugar a información muy útil para enmarcar los temas de crecimiento endógeno de forma que dichas
teorías pueden ser utilizadas como extensiones de la tradicional contabilidad del crecimiento. En
consecuencia, Barro matiza que ambas teorías del crecimiento económico son complementarias.
Una característica común a muchos de estos trabajos es que no consideran de forma explícita
el ámbito territorial. No obstante, parece lícito afirmar que si el avance tecnológico difiere entre
naciones, industrias y empresas, también difiere entre regiones debido a las variaciones en las estructuas
productivas y a la diversidad de empresas que las componen. En este sentido, puede defenderse que
la región geográfica o territorio es un factor estratégico de desarrollo. La razón que puede aludirse es
que el concepto espacial está asociado a diferencias regionales en cuanto a las relaciones de mercado,
las formas de regulación, etc. y, por tanto, se originan divergencias en la organización de la producción
y en la capacidad de innovación . 1
De acuerdo con estos argumentos, en este trabajo se pretende cuantificar el efecto de la
innovación tecnológica sobre los resultados productivos de las comunidades autónomas españolas, ya
que éstas pueden ser consideradas como regiones diferenciadas puesto que cada una es una unidad
territorial caracterizada por una especialización productiva y dotación de factores que la distingue de
las demás.
Con los resultados obtenidos se podrá comprobar si existe un proceso de innovación
espacialmente diferenciado en el contexto de las comunidades autónomas españolas identificando las
regiones que cuentan con ventajas comparativas en tecnología y el papel de la política tecnológica
regional. La importancia de este análisis radica en que puede arrojar luz a la hora de evaluar medidas
de política económica aplicadas con objeto de reducir las desigualdades entre las regiones y favorecer
un crecimiento de largo plazo sostenido.
El esquema del trabajo es el siguiente. En el segundo apartado se expone el contexto en el que
se analiza la existencia de efectos de la innovación tecnológica sobre el desarrollo regional. En el tercer
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apartado se presentan las fuentes estadísticas y variables a utilizar en el análisis empírico. En el cuarto
apartado se analizan un amplio conjunto de indicadores tecnológicos con objeto de tener un
conocimiento de la realidad tecnológica de las regiones españolas. En el quinto apartado se muestran
los resultados obtenidos tras la estimación de funciones de producción y de los determinantes de la
productividad total de los factores (PTF). Por último, en el sexto apartado se ofrecen las conclusiones
del trabajo.
2. LA CONTRIBUCIÓN DE LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA AL DESARROLLO
REGIONAL
La teoría del crecimiento postula que entre las fuentes generadoras del mismo se encuentran
el incremento de los factores de producción y la aparición de mejoras tecnológicas. Así pues, el
crecimiento económico de los países o regiones difiere en la medida en que existen distintas tasas de
crecimiento de los factores productivos y de la innovación tecnológica. Esta última permite obtener
nuevos conocimientos productivos que, una vez aplicados, generan nuevos bienes y servicios o
producen los ya existentes de una forma más eficiente. Por este motivo, el cambio técnico se ha
revelado además como una parte sustancial del crecimiento de la producción en numerosos países.
Una cuestión adicional es cómo acceden los países o regiones a dicha tecnología. La vía más
importante de acceso es la realización propia de actividades de I+D que generen tecnología propia.
Sin embargo, los avances científicos y técnicos no siempre son apropiables por la entidad que realiza
dichos gastos y generan, por tanto, externalidades (spillovers). En este sentido, las actividades de I+D
generadas por otros agentes próximos y las importaciones de las innovaciones extranjeras mediante
el comercio de bienes y servicios también son una vía de acceso a la tecnología y favorecen, en
consecuencia, el crecimiento económico. Finalmente, este proceso de generación o aplicación de
conocimientos tecnológicos no puede llevarse a cabo sin la existencia de mano de obra cualificada o
capital humano ya que una parte destacable de la tecnología está formada por el conjunto de
conocimientos que han adquirido las personas con acceso a niveles de enseñanza superior o a
programas de formación establecidos por las empresas. En este sentido, pues, el progreso técnico o
la innovación tecnológica de cada territorio no sólo queda explicitada en los gastos propios de I+D sino
también en su capital humano y en la capacidad de absorber los spillovers generados por otros
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Yit'AitL"it K
$it H
,it R
(it
LnYit'LnAi0%µt%"LnLit%$LnKit%gLnHit%(LnRit
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(1)
(2)
territorios.
La teoría del crecimiento, en general, considera que las diferencias en las tasas de crecimiento
de los factores productivos son la causa principal de las divergencias en cuanto a producción que
experimentan los países o territorios motivo por el cual ha sido objeto de estudio en repetidas
ocasiones. La tecnología siempre ha jugado un papel importante en estos modelos; sin embargo, existen
enfoques alternativos respecto al procedimiento de análisis. Una primera aproximación consiste en
considerar el capital tecnológico como un input ordinario en la función de producción. Un enfoque
alternativo consiste en modelizar el progreso tecnológico, o el crecimiento de la productividad total de
los factores (PTF) en función, entre otros factores, del capital tecnológico. En este trabajo se utilizan
ambos enfoques.
Suponiendo que la tecnología subyacente a la función de producción es del tipo Cobb Douglas,
la función de producción para las regiones españolas, ampliada con capital tecnológico, es la siguiente:
donde:
Y = producción privada de la Comunidad Autónoma i en el año t.it
A = A eit i0µt
A = nivel inicial de “eficiencia” o productividad para cada comunidad autónoma i en el año 0i0
µ = tasa de progreso técnico desincorporado
L = empleo de la comunidad autónoma i en el año tit
K = capital físico de la comunidad autónoma i en el año tit
R = capital tecnológico de la comunidad autónoma i en el año t.it
H = capital humano de la comunidad autónoma i en el año tit
Y tomando logaritmos:
A partir de esta ecuación es posible contrastar la hipótesis de la existencia de rendimientos
constantes a escala en todos los inputs ("+$+,+(=1). Para contrastar esta hipótesis se
reparametrizará la ecuación (2) de la siguiente forma:
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Ln(Y/L)it'LnAi0%µt%$Ln(K)it%("%$%,%(&1)LnLit%,LnHitit%(LnRit
Yit'AitL"it K
$it
siendo:"%$'1
LnYit&"itLnLit&(1&"it)LnKit'LnAi0%µt'LnPTFit
6
(3)
(4)
(5)
Si el coeficiente que acompaña al factor trabajo no es estadísticamente significativo, no es
posible rechazar la existencia de rendimientos constantes a escala en todos los inputs. De este modo,
(3) permite obtener los efectos de los factores productivos considerados a lo largo del tiempo sobre
la productividad aparente del trabajo.
Para calcular el valor de la PTF, siguiendo las aportaciones de Solow (1957), se toma en
consideración la función de producción Cobb Douglas bajo el supuesto de rendimientos constantes a
escala en los inputs privados, capital y trabajo:
Tomando logaritmos y realizando sencillas operaciones se obtiene:
donde " se define como la parte de la producción correspondiente a la remuneración del trabajo y (1-
") es la participación del capital en la renta.
En la ecuación (5) se comprueba que, tras descontar del nivel de producción los valores
correspondientes a los factores productivos ponderados por sus participaciones relativas en la renta
total, el término resultante es el residuo de Solow que, a su vez, se corresponde con la definición de
PTF. Las series correspondientes a la PTF han sido generadas en términos relativos respecto a la
eficiencia de una ”región base” (España) para un año base (1986). De este modo, los valores obtenidos
de la PTF muestran la importancia de ésta en una comunidad autónoma en comparación con los
resultados de eficiencia obtenidos para las otras regiones. Tomando como base el valor de dicha
productividad para el conjunto de España (j) en el año 1986 (b), es posible expresar el diferencial de
productividad entre dos regiones y para cada período de tiempo por la diferencia logarítmica del
output de ambas regiones una vez descontadas las diferencias logarítmicas ponderadas de los inputs,
tomando como ponderaciones las medias de las participaciones de los factores entre las dos regiones.
Es la definición propuesta por Christensen, Cummings y Jorgenson (1981):
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[LnPTFit&LnPTFjb]'[LnYit&LnYjb]&[1/2("it%"jb)][LnLit&LnLjb]&
&[1/2((1&"it)%(1&"jb))][LnKit&LnKjb]
LnPTFit'LnAi0%µt%,LnHit%(LnRit
Véase Dorwick y Neguyen (1989).2
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(6)
(7)
donde " y (1-") son las participaciones de los factores trabajo y capital en la renta total. Asimismo, "
queda definida por el ratio "remuneración de los asalariados en la comunidad autónoma i/ total de rentas
de la misma comunidad".
Calculados los valores de las PTF regionales puede analizarse el efecto que el capital tecnológico
y el capital humano generado por las distintas comunidades autónomas ejerce sobre ésta a partir de la
siguiente ecuación:
El capital tecnológico de cada comunidad autónoma está formado por las innovaciones
tecnológicas generadas en dicha región, pero siguiendo la literatura económica más avanzada, también
cabe incluir como capital tecnológico las externalidades asociadas al capital tecnológico producido en el
exterior de la CC.AA. pero "absorbidas" por cada comunidad autónoma. Una vez que se analice el
impacto que las actividades tecnológicas generadas en cada región ejercen sobre la productividad, se
pretende analizar si el incremento de la productividad puede ser explicado, además, por las externalidades
asociadas al capital tecnológico producido en el exterior de la CC.AA.
Es conocido que una de las principales dificultades que afrontan las empresas cuando llevan a cabo
actividades de investigación es la apropiabilidad de los recursos invertidos. Sin embargo, estos efectos
negativos sobre la empresa inversora pueden incrementar, al mismo tiempo, la productividad de otras
empresas o sectores industriales. Este concepto puede ser aplicado también en un marco de agregación
mayor considerando la existencia de efectos spillovers o externalidades entre países o territorios. Una
corriente literaria afirma que los países más atrasados pueden llegar a crecer más rápidamente que los más
avanzados si desarrollan su capacidad de imitación o absorción del capital tecnológico ajeno,
convergiendo a niveles de renta per cápita semejantes . En este trabajo se tratará de comprobar si las2
Comunidades Autónomas son más productivas como consecuencia de la captación de spillovers
procedentes del exterior de la región.
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Una cuestión adicional es delimitar de dónde proceden estas externalidades. Entre los primeros
autores que introdujeron el concepto de spillovers de capital tecnológico cabe destacar a Scherer (1982),
Spence (1984) y Jaffe (1986) a nivel de empresa, mientras que la existencia de spillovers a nivel
internacional viene reflejada en los trabajos de Lichtenberg (1992), Berstein y Mohen (1994) y Coe y
Helpman (1995). En estos trabajos se definen medidas alternativas de los spillovers tales como los gastos
de I+D realizados por otras empresas o industrias, en su caso ponderados por la "distancia tecnológica",
"oportunidad tecnológica" o "intención de innovar".
En este sentido, es difícil medir la distancia tecnológica entre regiones de un mismo país. No
obstante, de acuerdo con Krugman (1991a y b) y Glaeser et al. (1992) la transmisión de conocimientos
tecnológicos se produce dentro de una unidad geográfica limitada. Es decir, la localización y la proximidad
entre los agentes productivos importa ya que el coste de transmitir información puede resultar invariante
respecto a la distancia pero el coste de transmitir nuevos conocimientos tecnológicos que, generalmente
no se realiza de una forma explícita, sí que aumenta con la distancia.
3. FUENTES ESTADÍSTICAS Y VARIABLES UTILIZADAS
Con objeto de analizar la contribución del capital humano y tecnológico al desarrollo regional, se
presentan a continuación las variables que van a ser utilizadas en el análisis empírico. Estas corresponden
a las diecisiete Comunidades Autónomas españolas en el período 1986-1998 y están expresadas en
pesetas de 1990. Para deflactar la producción se ha utilizado el deflactor de la producción nacional, puesto
que no se dispone de un deflactor a nivel regional. Asimismo, las series de capital tecnológico se han
deflactado por el deflactor de la Formación Bruta de Capital Fijo que proporciona el Instituto Nacional
de Estadística (INE).
Las variables y fuentes estadísticas utilizadas son las siguientes:
a) Producción de cada Comunidad Autónoma (Y): Se mide por el Valor Añadido Bruto (a coste
de factores) y se obtiene a partir de la Contabilidad Regional de España (base 1986) del INE. A lo largo
del trabajo, en algunos casos se utiliza el VAB total y en otros el VAB privado. Dado que el INE sólo
ofrece información regional del VAB hasta 1996, se han estimado los valores de VAB total
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Este método ha sido discutido en Griliches (1979) y ha sido utilizado recientemente en otros trabajos entre3
los que destacan para el caso español: Martín (1999) y Beneito (2000).También se utiliza este método en la estimacióndel stock de capital privado realizada por el Ivie.
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correspondientes a 1997 y 1998 utilizando las tasas de crecimiento de FUNCAS.
b) Empleo (L). Se obtiene, al igual que en el caso anterior, de la Contabilidad Regional de
España (base 1986) del INE.
c) Capital privado regionalizado (K). Se obtiene de las estimaciones realizadas por el Ivie para
la Fundación BBV. Como es habitual, no se considera el capital residencial. En esos momentos la
última información disponible a nivel regional corresponde a 1996.
d) El nivel de cualificación laboral de cada región ha sido aproximado a través del porcentaje
de la población ocupada con al menos estudios medios, siendo ésta la aproximación utilizada en
Serrano (1996). Dicha información se obtiene a partir de la publicación de la Fundación Bancaja
"Series históricas de capital humano: 1964-1992" de Mas, M., Pérez, F., Uriel, E. y Serrano, L.(1995)
junto con las actualizaciones posteriores (Pérez y Serrano, 1998). El último año disponible corresponde
a 1998.
e) Gastos de I+D regionalizados (GASTOS DE I+D): se obtienen de la publicación
"Estadísticas sobre actividades en Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico" del INE excepto
las del año 1986 que han sido obtenidas a partir de las estimaciones de Martín et al. (1991). La
publicación ofrece información tanto para el total del gasto en I+D como de forma desagregada para
los siguientes sectores: Empresas, Administraciones Públicas, Enseñanza Superior y Entidades Privadas
sin Fines de Lucro (EPSFL). La última información regionalizada disponible corresponde a 1998, si
bien en este año (al igual que en 1996) no se ofrece la información correspondiente a las EPSFL.
f) Stock de capital tecnológico (R) : La actividad de I+D debe ser considerada como un flujo
de inversión en un activo intangible como es el volumen acumulado de conocimientos adquiridos. Así
pues, la influencia desarrollada sobre la producción de un país proviene del stock acumulado de los
resultados procedentes de la inversión en I+D. Este stock es el que conocemos como capital
tecnológico. Para generar dicha serie de capital tecnológico consideramos que este input se acumula,
de acuerdo con el método del inventario permanente , de la siguiente forma:3
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Ri,t'(1&*)Ri,t&1%Ii,t&2
Ri,t'Iit%1&2g%*
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(8)
(9)
donde R es el stock de capital del período t, * es la tasa de depreciación del capital tecnológico e It tla inversión anual en capital de I+D. No obstante, siguiendo a Pakes y Schankerman (1984) se asume
que los efectos de las inversiones de I+D sobre el crecimiento económico no son inmediatas sino que
existe un retardo medio de dos períodos entre la realización de los gastos de I+D y sus efectos (2=2).
Alternativamente, R puede definirse de una forma más completa tal que incluya también comot
conocimiento tecnológico los pagos por transferencia de tecnología además de los gastos de capital
de I+D del período. No obstante, este trabajo pretende utilizar, como se ha comentado con
anterioridad, las publicaciones que sobre gastos tecnológicos presenta el INE. En tal caso, las
estadísticas no ofrecen una desagregación entre gastos propios de I+D y pagos por transferencia de
tecnología. Ello se debe a que las propias entidades encuestadas no distinguen en la mayoría de los
casos entre ambos términos, respondiendo de forma genérica acerca de los gastos totales intramuros.
El método del inventario permanente como forma de computar el stock de capital tecnológico
presenta algunos problemas. El primero de ellos está relacionado con la determinación del stock de
capital de partida. La solución adoptada en los trabajos antes citados es comenzar el proceso del
inventario perpetuo en el primer año disponible que en este caso es 1986. En este caso, si el capital
tecnológico se acumula como en (8) y además consideramos que la inversión en capital de I+D entre
dos años consecutivos aumenta en una proporción g, se tiene que:
El segundo de los problemas que lleva consigo la utilización de la fórmula del inventario
permanente como forma de calcular el stock de capital tecnológico es determinar cual debe ser la tasa
de depreciación de dicho capital (*) y la tasa de crecimiento a la que el mismo se acumula (g). En
España, no existen trabajos en los que se haya cuantificado *. Las referencias que se toman son dos.
En primer lugar, la de los trabajos realizados por Pakes y Shankerman (1984) y Hall (1988) que
obtienen un valor máximo de la depreciación del capital tecnológico de 0,25. En segundo lugar, también
es común utilizar una tasa de depreciación similar a la del capital físico. Los autores españoles suelen
tomar una medida intermedia entre ambas. La razón es, por una parte, que una tasa de depreciación
de 0,25 estaría indicando un dinamismo inversor en España semejante al de países como Francia,
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No obstante, en las aplicaciones empíricas los resultados no suelen ser sensibles a la tasa de depreciación4
utilizada.
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Reino Unido, Suiza y Holanda que no ocurre en la práctica. Por otra parte, considerar un indicador
semejante al del capital físico implicaría suponer que la tasa de obsolescencia o velocidad a la que se
introducen nuevas invenciones es similar a la tasa de envejecimiento del capital físico, siendo lógico
suponer que la primera sea muy superior a la segunda. Otros estudios, como el de Hall y Maraisse
(1992) para el caso francés suponen una tasa de depreciación del 15%. Ésta es la tasa que se ha
utilizado en este trabajo y en Beneito (2000) .4
Por último, respecto a la tasa de crecimiento del capital en I+D (g), necesaria para el cálculo
del stock de capital de acuerdo con el método del inventario permanente, se ha procedido a calcularla
de acuerdo con los datos de la muestra.
Alternativamente, se utilizarán las patentes solicitadas por cada una de las Comunidades
Autónomas (PAT) como aproximación al volumen de innovación o de conocimientos tecnológicos
generados por las mismas. No obstante, la utilización de las patentes como medida de la innovación
tecnológica conlleva algunas limitaciones. La primera es que no todas las innovaciones se patentan
puesto que existen otras formas de proteger el output de la innovación como el propio secreto
industrial, mientras que la segunda es que el valor de las patentes es heterogéneo puesto que algunas
de ellas van asociadas a grandes descubrimientos mientras que otras se asocian a novedades
relevantes.
Sin embargo, cabe matizar que estudios realizados por autores como Kamien y Schwartz
(1982) consideran específicamente que estas limitaciones no representan una parte importante de la
innovación. Por otra parte, Griliches (1994) apoya la utilización de las patentes como medida del
capital tecnológico ya que considera que las patentes pueden tomarse como indicadores de las
invenciones y éstas se producen por una combinación de los gastos de I+D corrientes y del estado de
conocimientos tecnológicos existentes, incorporando los efectos acumulados de ciencia y los spillovers
derivados de actividades previas de investigación. Más recientemente, Lach (1995) considera que las
patentes son una alternativa a un indicador usual del stock de capital tecnológico como el stock de
I+D. Este autor señala (pp.101) que el paralelismo entre el número de patentes, el output de I+D y
el stock de conocimientos tecnológicos está sujeto a reservas aunque es la mejor información
disponible por el momento. En definitiva, las patentes han sido ampliamente utilizadas como medida del
cambio tecnológico en la literatura económica y, por tanto, serán consideradas en este trabajo como
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aproximación al volumen de innovación tecnológica de una región.
g) Externalidades asociadas a las actividades tecnológicas: Para analizar la contribución de los
spillovers de carácter tecnológico a la productividad a nivel regional se han construido dos medidas
complementarias que tienen en consideración el hecho de que las externalidades que puede captar cada
región provienen de otras regiones. La primera medida de los spillovers (SPILL1) mide la contribución
del esfuerzo tecnológico generado por las demás regiones del país sobre una misma y, en consecuencia,
para cada región se mide como la suma del stock de I+D de todas las demás regiones excepto ella
misma. La segunda medida de los spillovers (SPILL2) se construye de forma análoga a la anterior
tomando como indicador tecnológico las patentes en lugar del capital tecnológico.
4. LAS ACTIVIDADES DE I+D EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS
Con objeto de mostrar la posición tecnológica de las regiones españolas se va a comenzar
presentando los principales indicadores de las actividades tecnológicas. El primer problema que debe
abordarse es determinar cuál es el indicador de innovación más adecuado. Para ello, hay que tener en
cuenta que la innovación tecnológica puede ser medida desde dos puntos de vista: por un lado, el input
de la innovación, es decir, el volumen de recursos destinados a realizar actividades tecnológicas y, por
otro lado, el output o los resultados que se obtienen tras la inversión en innovación. La medida más
ampliamente utilizada del input de la innovación son los gastos de I+D o el stock de capital
tecnológico, mientras que el output de la innovación suele medirse a través del número de patentes o
número de innovaciones de proceso o de producto producidas.
Desde el punto de vista del input de la innovación, el cuadro 1 muestra el gasto total en I+D
de las regiones españolas expresado como porcentaje respecto del VABcf. La evolución de dicha ratio
para el conjunto de las regiones muestra un importante crecimiento en el periodo 1986-1998 ya que
de representar el gasto en I+D el 0,64% del VAB en 1986, doce años más tarde su peso en el VAB
aumenta 0,4 puntos porcentuales hasta situarlo en el 1,03% del VAB. No obstante, y pese al
importante aumento de los gastos en I+D, la ratio se encuentra muy por debajo de la media de la Unión
Europea (en torno al 1,83% del PIB), situándose sólo Madrid en torno a los niveles medios europeos.
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La información por regiones constata la existencia de importantes diferencias. Utilizando la
información del último año disponible (1998), sólo tres regiones se sitúan por encima de la media
nacional (Madrid, Cataluña y País Vasco), situándose muy por debajo de la media
Baleares, Castilla La Mancha y Extremadura. Se observa asimismo que dicha ratio ha crecido en todas
las CC.AA., a excepción de Madrid y Castilla y León.
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Cuadro 1: Gasto en I+D por Comunidades Autónomas (%VABcf)
1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998
Andalucía 0,38 0,44 0,51 0,57 0,56 0,70 0,77
Aragón 0,39 0,53 0,59 0,74 0,66 0,63 0,77
Asturias 0,41 0,42 0,54 0,60 0,52 0,61 0,60
Baleares 0,09 0,10 0,11 0,12 0,14 0,22 0,31
Canarias 0,13 0,18 0,29 0,56 0,58 0,56 0,60
Cantabria 0,25 0,50 0,43 0,47 0,61 0,58 0,92
Castilla-La Mancha 0,12 0,16 0,15 0,21 0,22 0,46 0,55
Castilla y León 0,48 0,50 0,58 0,66 0,72 0,58 0,57
Cataluña 0,59 0,81 0,93 1,04 0,96 1,04 1,21
Extremadura 0,23 0,30 0,30 0,37 0,40 0,37 0,45
Galicia 0,24 0,29 0,35 0,57 0,43 0,55 0,61
Rioja (La) 0,01 0,13 0,14 0,21 0,30 0,44 0,59
Madrid 1,99 2,13 2,61 2,44 2,13 1,95 1,95
Murcia 0,22 0,42 0,45 0,65 0,51 0,55 0,65
Navarra 0,44 0,38 0,96 1,07 0,80 0,91 1,01
País Vasco 0,77 1,01 1,21 1,23 1,14 1,41 1,45
Comunidad Valenciana 0,19 0,35 0,36 0,60 0,60 0,64 0,72
Total 0,64 0,78 0,92 1,00 0,92 0,95 1,03
Fuente: INE y FUNCAS
Con objeto de analizar si las desigualdades en el esfuerzo innovador (I+D/VAB) se han
reducido entre regiones, utilizaremos los conceptos de F y $-convergencia. En el primer caso, se dice
que existe F-convergencia si las desigualdades, medidas a través de un estadístico de dispersión, se
reducen en el tiempo. Por su parte, existe $-convergencia si las regiones que partían de menores niveles
en la ratio I+D/VAB experimentan en un crecimiento en dicha ratio superior a las regiones que partían
de niveles superiores. Como muestra Barro y Sala-i Martin (1992), la $-convergencia es condición
necesario, aunque no suficiente, para que se produzca F-convergencia.
-
-6 -4 -2 0 2-0,1
0
0,1
0,2
0,3
0,4
ANDA RAA ST
B A LCA N
CANTC-M
C-L
CA TEXTG A L
RI O
M A D
M URN A V
P V
CV
Ln(I+D/VAB) 1986
tasa
med
ia d
e cr
ecim
ient
o
Gráfico 2: Beta convergencia en la ratio (I+D/VAB)1986-1998
Fuente: INE y FUNCAS
Nota: entre paréntesis, ratio-t
0,2
0,4
0,6
0,8
1
1,2
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Gráfico 1: Sigma convergencia en la ratio (I+D/VAB)Desviación típica de Ln
Fuente: INE y FUNCAS
y=0,00-0,06x (-7,64)
R2=0,80
14
El gráfico 1 muestra el fenómeno de F-convergencia a través de la representación de la
desviación típica de la ratio (I+D/VAB). Se observa claramente el importante proceso de F-
convergencia ya que la desviación típica ha disminuido en más de un 50% de 1986 a 1998. Se observa
que el mayor proceso de convergencia tuvo lugar a finales de la década de los ochenta, siendo más
lenta la convergencia durante los noventa.
Utilizando el concepto de $-convergencia, el gráfico 2 muestra la relación existente entre la tasa
de crecimiento de la ratio (I+D/VAB) en el periodo 1986-98 y el nivel inicial de dicha ratio en 1986.
Así, existirá convergencia si las regiones que partían en 1986 de menores relaciones (I+D/VAB)
-
15
experimentan tasas de crecimiento más elevada, convergiendo así a los niveles de las regiones
tecnológicamente más avanzadas. El gráfico muestra una clara relación negativa entre ambas variables,
constatándose así la existencia de $-convergencia. Destaca en el gráfico La Rioja, CC.AA. que,
pariendo de nivel más reducido en 1986, ha experimentado la tasa de crecimiento más elevada. En
el extremo opuesto se encuentra Madrid.
El cuadro 2 contiene la distribución regional del gasto total en I+D. La información muestra
cómo en 1986 tres CC.AA. (Madrid, Cataluña y País Vasco) concentraban casi el 75% del gasto total
en I+D, habiendo regiones que ni siquiera absorben un 1% del gasto total (es el caso de Baleares,
Canarias, Cantabria, Castilla La Mancha, Extremadura, La Rioja y Murcia). Sin embargo, en 1998
Madrid, Cataluña y el País Vasco concentran un menor porcentaje del gasto en I+D (el 62%),
destacando el crecimiento de las regiones que partían de posiciones más desfavorables.
Cuadro 2: Distribución regional del Gasto en I+D Total (%)
1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998
Andalucía 7,89 7,53 7,45 7,71 8,23 9,84 9,87
Aragón 2,10 2,41 2,19 2,55 2,47 2,26 2,54
Asturias 1,93 1,52 1,57 1,59 1,46 1,65 1,45
Baleares 0,34 0,29 0,26 0,28 0,35 0,55 0,73
Canarias 0,75 0,90 1,13 2,07 2,44 2,24 2,25
Cantabria 0,51 0,86 0,62 0,62 0,86 0,79 1,16
Castilla-La Mancha 0,63 0,74 0,61 0,77 0,85 1,73 1,91
Castilla y León 4,81 4,01 3,72 3,85 4,72 3,74 3,36
Cataluña 16,89 19,31 19,04 19,86 20,02 21,15 22,81
Extremadura 0,67 0,75 0,62 0,71 0,86 0,73 0,82
Galicia 2,17 2,11 2,05 3,11 2,57 3,20 3,24
Rioja (La) 0,02 0,12 0,11 0,16 0,24 0,35 0,42
Madrid 47,74 41,94 44,31 38,64 37,08 33,30 30,89
Murcia 0,86 1,28 1,22 1,59 1,34 1,37 1,48
Navarra 1,12 0,80 1,72 1,77 1,42 1,56 1,62
País Vasco 8,45 8,50 8,51 7,82 7,78 9,18 8,79
Comunidad Valenciana 2,97 4,33 3,85 5,90 6,32 6,35 6,66
No regionalizado 0,00 2,58 1,03 1,02 0,99 0,00 0,00
Total 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: INE
-
El INE no ofrece en todos los años el gasto en I+D realizado por las IPSFL.5
16
Las estadísticas del INE sobre actividades de I+D permiten distinguir cuatro sectores:
Empresas, Administraciones Públicas, Enseñanza Superior e Instituciones Privadas sin Fines de Lucro
(IPSFL). El cuadro 3 muestra la distribución porcentual por sectores del gasto en I+D de la economía
española en el periodo 1986-97 . El gasto en I+D de las empresas es cuantitativamente el más5
importante representando en 1997 el 48,8% del total. Le sigue en orden de importancia el gasto en
Enseñanza Superior (32,7%) y el realizado por las AA.PP (17,37%). Finalmente, el gasto realizado
por las IPSFL representa tan solo el 1,1% del gasto total en I+D. La evolución de la distribución
porcentual a lo largo del periodo considerado muestra cómo el gasto realizado por las Empresas y por
las AA.PP. ha ido perdiendo importancia relativa ( entorno a 10 y 9 puntos porcentuales,
respectivamente, entre 1986 y 1997), pérdida que ha sido absorbida por el importante crecimiento del
gasto en Enseñanza Superior.
Cuadro 3: Distribución Porcentual del Gasto en I+D (%)
Empresas AA.PP. IPSFLEnseñanzasuperior
1986 58,62 26,15 15,23 nd
1987 54,97 25,24 18,94 0,57
1988 56,79 23,18 19,25 0,79
1989 56,33 22,73 20,41 0,52
1990 57,83 21,26 20,37 0,55
1991 56,00 21,27 22,22 0,52
1992 50,51 20,01 28,91 0,57
1993 47,75 20,00 31,28 0,97
1994 46,76 20,70 31,58 0,97
1995 48,23 18,62 32,02 1,12
1996 48,35 18,30 32,26 nd
1997 48,80 17,37 32,73 1,10
1998 52,11 16,27 30,51 nd
Fuente: INE
Utilizando la metodología descrita en la sección anterior, el cuadro 4 muestra la importancia
del capital tecnológico de las regiones españolas en relación al VABcf. Para el conjunto de la economía
-
17
española, la ratio capital tecnológico/VAB casi se ha duplicado de 1987 a 1998, representando en este
útlimo año el 4,89% del VAB. Por regiones, destaca la elevada ratio en el caso de Madrid (11,7),
situándose por encima de la media Madrid, Cataluña y el País Vasco. En el extremo opuesto destaca
Baleares con una ratio de tan sólo 0,75% en 1998.
Cuadro 4: Capital Tecnológico por Comunidades Autónomas (% VABcf)
1987 1990 1992 1994 1996 1998
Andalucía 1,42 1,63 2,04 2,50 2,90 3,20
Aragón 1,61 1,91 2,38 2,96 3,37 3,41
Asturias 1,99 2,10 2,50 2,98 3,09 3,24
Baleares 0,31 0,41 0,46 0,55 0,61 0,75
Canarias 0,37 0,60 0,88 1,44 2,02 2,27
Cantabria 0,84 1,30 1,65 2,11 2,57 2,77
Castilla-La Mancha 0,31 0,44 0,58 0,80 0,95 1,50
Castilla y León 2,22 2,29 2,60 2,96 3,39 3,33
Cataluña 2,18 2,67 3,38 4,30 4,72 4,98
Extremadura 0,87 1,06 1,20 1,46 1,77 1,79
Galicia 0,85 1,07 1,34 1,89 2,13 2,43
Rioja (La) 0,02 0,18 0,40 0,69 1,09 1,51
Madrid 9,64 9,49 10,87 12,33 12,37 11,70
Murcia 0,74 1,14 1,60 2,19 2,59 2,75
Navarra 1,52 1,85 2,64 3,91 4,31 4,44
País Vasco 3,24 3,84 4,86 5,90 6,39 6,68
Comunidad Valenciana 0,60 0,94 1,32 1,96 2,50 2,76
Total 2,63 2,97 3,64 4,43 4,80 4,89
Fuente: INE, FUNCAS y elaboración propia
En resumen la información hasta ahora manejada permite constatar la existencia de importantes
diferencias en el gasto en I+D entre regiones, diferencias que han disminuido a lo largo del tiempo. Así,
se observa que las regiones que en 1986 partían de mayores niveles en la ratio (I+D/VAB) han
experimentado menores tasas de crecimiento en relación a las regiones con relaciones iniciales más
reducidas. El detalle sectorial muestra que existen diferencias importantes en todos ellos, si bien son
menos acusadas en el caso del gasto en Enseñanza Superior.
-
18
Los indicadores de actividad tecnológica hasta ahora utilizados en esta sección hacen referencia
a lo que la literatura denomina el input de la innovación. Con respecto al output de la innovación, la
información estadística disponible únicamente ofrece información acerca del número de patentes
solicitadas, procediendo esta información de la “Oficina Española de Patentes y Marcas”.
El cuadro 5 muestra el número de patentes solicitadas en las distintas regiones españolas en el
horizonte 1986- 1999, mientras que el cuadro 6 ofrece la distribución regional del total de patentes.
Como puede observarse, el número de patentes solicitadas en 1999 es de 2404, creciendo en la
década de los noventa a un ritmo inferior al que creció en los ochenta. La distribución porcentual
muestra que Cataluña y Madrid concentran casi el 50% del total de patentes solicitadas en 1999, frente
al 63% que representaban en 1986, habiendo así perdido peso relativo a lo largo del tiempo. Les
siguen en importancia, aunque distanciados, la Comunidad Valenciana, Andalucía y el País Vasco,
representando en 1999 alrededor de un 14% la primera región y un 8% cada una de las otras dos
regiones.
Cuadro 5: Número de Patentes Solicitadas
1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 1999
Andalucía 85 98 131 148 177 184 175 203
Aragón 59 64 64 69 56 80 96 84
Asturias 14 29 19 38 29 38 29 40
Baleares 11 12 18 28 17 32 27 23
Canarias 12 17 17 21 28 40 32 47
Cantabria 6 13 15 14 25 12 21 23
Castilla-La Mancha 20 24 22 35 32 43 44 49
Castilla y León 26 36 46 63 52 55 64 83
Cataluña 552 693 830 589 539 586 600 578
Extremadura 2 13 13 18 14 18 15 23
Galicia 8 28 36 50 52 69 77 76
Rioja (La) 9 7 13 17 18 15 21 15
Madrid 420 392 483 465 509 523 511 540
Murcia 20 23 25 36 31 33 41 33
Navarra 43 51 68 37 58 53 75 50
País Vasco 111 148 177 198 176 165 155 197
Comunidad Valenciana 158 179 223 222 271 307 273 340
TOTAL 1556 1827 2200 2048 2084 2253 2256 2404
Fuente: Oficina Española de Patentes y Marcas
-
19
Cuadro 6: Distribución Regional de las Patentes (%)
1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 1999
Andalucía 5,46 5,36 5,95 7,23 8,49 8,17 7,76 8,44
Aragón 3,79 3,50 2,91 3,37 2,69 3,55 4,26 3,49
Asturias 0,90 1,59 0,86 1,86 1,39 1,69 1,29 1,66
Baleares 0,71 0,66 0,82 1,37 0,82 1,42 1,20 0,96
Canarias 0,77 0,93 0,77 1,03 1,34 1,78 1,42 1,96
Cantabria 0,39 0,71 0,68 0,68 1,20 0,53 0,93 0,96
Castilla-La Mancha 1,29 1,31 1,00 1,71 1,54 1,91 1,95 2,04
Castilla y León 1,67 1,97 2,09 3,08 2,50 2,44 2,84 3,45
Cataluña 35,48 37,93 37,73 28,76 25,86 26,01 26,60 24,04
Extremadura 0,13 0,71 0,59 0,88 0,67 0,80 0,66 0,96
Galicia 0,51 1,53 1,64 2,44 2,50 3,06 3,41 3,16
Rioja (La) 0,58 0,38 0,59 0,83 0,86 0,67 0,93 0,62
Madrid 26,99 21,46 21,95 22,71 24,42 23,21 22,65 22,46
Murcia 1,29 1,26 1,14 1,76 1,49 1,46 1,82 1,37
Navarra 2,76 2,79 3,09 1,81 2,78 2,35 3,32 2,08
País Vasco 7,13 8,10 8,05 9,67 8,45 7,32 6,87 8,19
Comunidad Valenciana 10,15 9,80 10,14 10,84 13,00 13,63 12,10 14,14
TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: Oficina Española de Patentes y Marcas
5. LA INNOVACIÓN COMO FUENTE DE CRECIMIENTO DE LA
PRODUCTIVIDAD
Es ampliamente conocido la importancia de las ganancias en la productividad total de los
factores como fuente de crecimiento económico. En el caso concreto de la economía española, los
estudios realizados (Pérez et al., 1997) muestran de hecho que las ganancias en productividad (PTF)
explican más de las dos terceras partes del crecimiento de la producción, siendo la contribución del
proceso de capitalización (aumentos en la relación capital trabajo) el responsable del tercio restante.
La plasmación de este hecho al caso concreto de las regiones españolas en el periodo objeto
de estudio en este trabajo (1987-96) la suministra el gráfico 3. En él se aprecia claramente cómo las
regiones que disfrutan de mayores niveles de renta (VAB per cápita) -Madrid, Cataluña y Baleares-
son aquellas que alcanzan mayores niveles de PTF, mientras que las regiones más pobres (Galicia,
Extremadura, Castilla-La-Macha) alcanzan niveles de PTF muy por debajo de la media española.
-
60 80 100 120 14060
80
100
120
140
AND
A RA
A ST
B A L
CA NCANT
C-M
C-L
CA T
EXT
G A L
RI O
M A D
M UR
N A VP V
CV
PTF (España=100)
VA
Bpc
(E
spañ
a=10
0)Gráfico 3: VAB per cápita y PTF
Media 1986-96
Fuente: INE e Ivie
Nota: entre paréntesis, ratio-t
y=40,66+0,55 (4,85)
R2=0,61
0 0,01 0,02 0,0360
80
100
120
140
ANDA RA
A ST
B A L CA N
CA N T
C-M C-L
CA T
EXTG A L
RI O
M A D
M UR
N A VP V
CV
(I+D/VAB)
PT
F
Gráfico 4: PTF y gastos en I+D1986-96
Fuente: INE e Iv ie
Nota: entre pa réntesis, ra tio-t
y=85,47+1549x
(3,45)R2=0,44
20
De las distintas fuentes de crecimiento de la productividad (capital humano, capital público,
ganancias de eficiencia, etc.), un amplio conjunto de trabajos se ha centrado en la importancia del I+D.
En el caso concreto de la economía española, las limitaciones impuestas por la escasa información
disponible sobre gastos en I+D ha hecho que la evidencia empírica sea escasa, centrándose los
-
Véanse los trabajos de Beneito (2000), Grandón y Rodriguez (1991 ) para el sector industrial, y Fernández6
y Polo (1997) y Crespo y Velázquez (1999) para el agregado de la economía.
El INE proporciona información agregada a nivel nacional acerca de los gastos de I+D desde 1964, a7
excepción de los años 1965, 1966, 1968 y 1977. En estos cuatro años, la información se ha estimado por interpolación.
Las fuentes de información utilizadas son la Contabilidad Nacional del INE para la producción y las8
estimaciones de la Fundación Bancaja (basadas a su vez en la EPA) para el empleo y el capital humano.
21
estudios realizados en el sector industrial o en el agregado de la economía nacional . A escala regional,6
que sepamos, no existe ningún trabajo publicado que cuantifique el efecto de las actividades
tecnológicas.
Una primera toma de contacto con la importancia de las actividades tecnológicas como posible
factor explicativo de los niveles de productividad alcanzados por las regiones españolas la ofrece el
gráfico 4 en el que se representa la relación existente entre el esfuerzo tecnológico -aproximado a
través del porcentaje que los gastos de I+D representan respecto al VAB- y los niveles de PTF. La
existencia de una relación positiva y estadísticamente significativa entre ambas variables ofrece pues
evidencia favorable a la importancia de las actividades tecnológicas como determinantes del
crecimiento de la PTF.
Antes de proceder al análisis del efecto de las actividades tecnológicas en las regiones
españolas, es de interés realizar el análisis a nivel agregado para la economía española utilizando la
información que desde 1964 proporciona el INE .Para ello se ha procedido a la estimación del stock7
de capital tecnológico siguiendo la metodología detallada anteriormente. Este análisis presenta una
doble ventaja: a) al abarcar un amplio número de años (de 1964 a 1996), ofrece una visión del efecto
a largo plazo del capital tecnológico, frente al análisis de corto plazo que posibilita la información
disponible a nivel regional; y b) la estimación de la elasticidad del capital tecnológico a escala nacional
recoge de forma implícita los posibles efectos desbordamiento entre regiones, siendo de esperar una
elasticidad agregada superior a la que se obtendría a escala regional.
El cuadro 7 ofrece los resultados de la estimación de la función de producción agregada para
el sector privado de la economía española para el periodo 1965-96 . Los resultados muestran una8
elasticidad del capital tecnológico (0,277) relativamente similar a la correspondiente al capital humano
(0,269), siendo ambos parámetros estadísticamente significativos. En consecuencia, los resultados de
largo plazo obtenidos constatan la importancia
-
Tanto estos resultados como los que se ofrecen a continuación a escala regional, corresponden a la9
estimación imponiendo la hipótesis de rendimientos constantes a escala, dado que no es posible rechazar dichahipótesis. Los resultados están a disposición del lector interesado.
22
del capital tecnológico en la explicación de la evolución de la productividad del trabajo del sector
privado español .9
En el cuadro 8 se presentan los resultados de la estimación de la función de producción a
escala regional para el periodo 1987-96. Puesto que se dispone de un panel de datos se va a explorar
la dimensión temporal de los datos aplicando con técnicas de panel (modelos de efectos fijos -EF- vs.
aleatorios -EA-). Para ello se introducen en la estimación tanto efectos individuales como efectos
temporales. Como muestra el valor del test de Hausman, los efectos individuales están correlacionados
con las variables explicativas, por lo que centraremos la discusión en los resultados obtenidos en la
estimación intra-grupos, dado que el modelo de efectos aleatorios proporciona estimaciones
inconsistentes. De esta forma se evitan los sesgos ocasionados por la posible existencia de efectos
inobservables propios de las empresas correlacionados con los demás regresores. En el contexto de
la función de producción, las variables inobservables hacen referencia a características del entorno
regional tales como la mayor dotación de infraestructuras, la existencia de una política regional que
fomente la innovación, etc.
Cuadro 7: Estimación función de producción agregada (1965-96)Var. dep.= log(Y/L)
constant 61.413(8.163)
K 0.154(2.512)
H 0.269(4.414)
R 0.277(3.778)
trend -0.025(-6.843)
R adj. 992
Estimación bajo la hipótesis de rendimientos constantes a escalaEntre paréntesis, ratio t
-
23
Cuadro 8: Estimación función de producción regional (1987-96)Var.dep= log(Y/L)
(1) (2)
EF EA EF EA
K 0.313 0.308 0.296 0.344(4.512) (5.404) (3.980) (5.879)
H 0.306 0.483 0.323 0.453(4.398) (7.974) (4.337) (7.055)
R -0.008 -0.004 -0.007 -0.010(-1.029) (-0.601) (-0.847) (-1.283)
SPILL1 0.086 -0.178(0.646) (-2.165)
Constant 1.379 3.533(2.803) (3.248)
N. Obs. 170 170 170 170
R adj. 97 96 97 962
Test de 30.174 31.809Hausman [0.000] [0.000]
Nota:estimación bajo la hipótesis de rendimientos constantes a escala Entre paréntesis, ratio-t Entre corchetes, p-value del test de Hausman [Ho: EF vs. EA]
En la parte (1) del cuadro se ofrecen los resultados referidos al stock de capital tecnológico
total. Los resultados muestran una elasticidad del capital privado de 0,313, y del empleo no cualificado
de 0,389, siendo el capital humano un input relevante en el proceso de producción con una elasticidad
de 0,306, resultado acorde con el obtenido en Serrano (1996). El primer resultado es coherente con
los resultados predichos por la teoría económica indicando que la mayor dotación de factores aumenta
la productividad de la empresa mientras que el coeficiente positivo y significativo del capital humano
sugiere que los conocimientos producidos e incorporados en el trabajo contribuyen de forma positiva
a aumentar la productividad. Por contra, el capital tecnológico no aparece como un factor productivo
relevante dada su no significatividad. Los resultados obtenidos tras la estimación de los efectos
spillover asociados al capital tecnológico se reportan en la parte (2). Tampoco se obtiene un efecto
significativo de las externalidades asociadas al capital tecnológico.
Así pues, la estimación de una función de producción ampliada introduciendo el capital
tecnológico muestra que dicho factor de producción no se revela significativo en la explicación de las
diferencias de productividad de las regiones españolas en el periodo 1987-96, siendo por contra
significativo el efecto del capital humano. Autores como Sterlacchini (1989), Geroski (1994) y Gumbau
(1996) en un estudio acerca de los efectos de la innovación sobre la productividad total de los factores
han matizado al respecto que son las innovaciones “utilizadas” por la empresa y no las innovaciones
-
24
“producidas” por las mismas las que afectan con mayor intensidad a la variable dependiente que se
analiza. No obstante, este resultado contrasta con la significatividad del capital tecnológico obtenida
a nivel nacional en el periodo más amplio 1964-96. En consecuencia, la escasa dimensión temporal de
la información regional puede estar detrás del resultado obtenido.
Por otra parte, es posible que el capital tecnológico invertido por la empresa que representa
el input de la innovación no sea la variable clave en el análisis puesto que no todos los recursos
invertidos se convierten en innovaciones comercializables y, por tanto, susceptibles de afectar a la
productividad. Para clarificar este aspecto, en el cuadro 9 sustituye el capital tecnológico por una
medida directa de los resultados de la innovación: las patentes. En este caso, se observa como las
nuevas tecnologías afectan de forma positiva a la productividad del trabajo manteniéndose el signo y
significatividad del capital humano.
Si utilizamos como proxy de la innovación las patentes, los resultados en cuanto a los spillovers
también son más satisfactorios. El mismo cuadro 9 muestra que los efectos spillover asociados a las
patentes afectan de forma positiva y significativa a la productividad del trabajo.
Cuadro 9: Estimación función de producción regional con patentes (1987-96)Var.dep= log(Y/L)
(1) (2)
EF EA EF EA
K 0.286 0.294 0.265 0.285(4.204) (5.197) (5.160) (6.126)
H 0.254 0.406 0.262 0.341(3.684) (6.605) (1.126) (6.979)
PAT 0.016 0.022 0.022 0.021(1.805) (2.566) (3.273) (3.183)
SPILL2 0.513 0.026(10.34) (1.777)
Constant. 1.461 1.444(2.964) (3.599)
N. Obs. 170 170 170 170
R adj. 97 96 98 972
Test de Hausman 24.393 130.09[0.000] [0.000]
Nota:estimación bajo la hipótesis de rendimientos constantes a escalaEntre paréntesis, ratio-tEntre corchetes, p-value del test de Hausman [Ho: EF vs. EA]
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25
Una forma alternativa de analizar la importancia de las actividades tecnológicas en la
explicación de las diferencias de productividad entre regiones es analizando su efecto sobre un
indicador de productividad conjunta o total (PTF) en el uso de los factores privados, capital y trabajo.
Dado que el crecimiento de la PTF o residuo de Solow no hace sino recoger el crecimiento de la
producción no explicado por el crecimiento de los inputs privados, dicho crecimiento “no explicado”
puede ser explicado por otros factores como la mayor cualificación de la fuerza de trabajo (capital
humano) o por la inversión en I+D (capital tecnológico).
Los resultados de la estimación de los determinantes de la PTF obtenidos a partir de la
ecuación (6) se ofrecen en el cuadros 10 y 11. A grandes rasgos los resultados muestran la importancia
del capital humano en la explicación de las diferencias de PTF entre regiones, no siendo significativo
el efecto del capital tecnológico. En el caso de la estimación ampliada con spillovers, tampoco éste
se muestra significativo. No obstante, en el caso de utilizar las patentes como variable proxy del capital
tecnológico, se mantiene el resultado positivo y significativo obtenido anteriormente a partir de la
estimación de una función de producción.
Cuadro 10: Determinantes de la PTF a nivel regional (1987-96)Var.dep= log(PTF)*
(1) (2)
EF EA EF EA
H 0.314 0.460 0.328 0.431(4.639) (7.718) (4.524) (6.900)
R Total -0.015 -0.004 -0.014 -0.008(-1.918) (-0.719) (-1.802) (-1.343)
SPILL1 0.065 -0.164(0.529) (-1.911)
Constant. 0.447 2.741(4.823) (2.283)
N. Obs. 170 170 170 170
R adj. 96 95 95 942
Test de 26.296 26.562Hausman [0.000] [0.000]
(*) PTF relativa a España en 1986 Entre paréntesis, ratio-t Entre corchetes, p-value del test de Hausman [Ho: EF vs. EA]
-
26
Cuadro 11: Estimación determinantes de la PTF con patentes (1987-96)Var.dep= log(PTF)*
(1) (2)
EF EA EF EA
H 0.254 0.395 0.362 0.334(3.695) (6.433) (1.135) (6.833)
PAT 0.016 0.022 0.022 0.021(1.799) (2.523) (3.225) (3.151)
SPILL2 0.512 0.028(10.342) (1.891)
Constant. 0.398 0.300(7.246) (5.905)
N. Obs. 170 170 170 170
R adj. 96 95 97 952
Test de 20.550 126.44Hausman [0.000] [0.000]
(*) PTF relativa a España en 1986 Entre paréntesis, ratio-t Entre corchetes, p-value del test de Hausman [Ho: EF vs. EA]
6. CONCLUSIONES
El objetivo de este trabajo es analizar el efecto de las actividades tecnológicas en el
crecimiento de las regiones españolas. Utilizando la información regional que proporciona el INE a
partir de 1986 sobre indicadores tecnológicos (gastos en I+D, patentes, etc.), se estima el efecto de
la innovación a partir de la estimación de funciones de producción ampliadas con capital tecnológico,
así como ecuaciones explicativas de la productividad total de los factores. Alternativamente, se utilizan
las patentes como proxy del output de la innovación.
Los principales resultados del trabajo son los siguientes:
a) se constata la existencia de una correlación positiva entre la posición tecnológica de las
regiones y su nivel de renta per cápita. Así, las regiones que realizan un mayor esfuerzo
innovador son las que alcanzan mayores niveles de renta.
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b) la existencia de una relación positiva entre los niveles de productividad total de los factores
(PTF) y la inversión en I+D (como porcentaje del VAB), avala la importancia de la innovación
en la explicación de las diferencias de productividad observadas en las regiones españolas. En
consecuencia, es necesario invertir en I+D para alcanzar mayores niveles de productividad.
c) la información regional disponible constata la existencia de importantes diferencias en la
posición tecnológica de las regiones españolas, si bien las diferencias se han reducido en los
últimos años. Así, se ha producido un claro proceso de convergencia en los distintos
indicadores tecnológicos utilizados.
d) la estimación de una función de producción ampliada con capital humano y tecnológico para
el conjunto del sector privado de la economía española en el periodo 1965-96, arroja una
elasticidad positiva y significativa del capital tecnológico en torno 0,2, siendo dicho valor similar
al correspondiente al capital humano.
e) en la estimación regional para el periodo 1987-96, el capital tecnológico no se revela
significativo, si bien la utilización de las patentes como output de la innovación sí ofrece
resultados significativos. De igual forma, los efectos spillovers son significativos cuando
utilizamos como proxy de la innovación las patentes.
En consecuencia, los resultados obtenidos acerca del efecto de las actividades tecnológicas
sobre la productividad de las regiones españolas es poco concluyente, ya que dependen del indicador
tecnológico utilizado. La diferencia de resultados entre la estimación nacional y regional muestra que
el diferente periodo considerado en cada caso como consecuencia de disponer de información
regionalizada para un menor número de años, puede ser determinante en los resultados obtenidos. Sólo
cuando dentro de unos años dispongamos de un panel de datos regional que abarque un mayor número
de años, será posible abordar con mayor rigor la importancia de las actividades tecnológicas en las
ganancias de productividad de las regiones españolas.
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