academia nacional de historia boletín 180

441
Boletín de la Academia Nacional de Historia

Upload: academia-nacional-de-historia-ecuador

Post on 29-Jun-2015

2.042 views

Category:

Documents


24 download

DESCRIPTION

BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Volumen LXXXVII N° 1802008

TRANSCRIPT

Page 1: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Boletín de laAcademia Nacional de Historia

Page 2: Academia Nacional de Historia Boletín 180

BOLETÍNDE LA

ACADEMIA NACIONALDE HISTORIA

Volumen LXXXVII N° 180

2008

Page 3: Academia Nacional de Historia Boletín 180

4

BOLETÍN de la A.N.H.Vol LXXXV N° 180

© Academia Nacional de Historia del Ecuador

ISSN N° 1390-079X

Diseño e impresiónPPL Impresores [email protected]

diciembre 2008

Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación

Page 4: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ÍNDICE GENERAL

Editorial 7

HACIA EL BICENTENARIO 11La influencia de Quito en la emancipación del Continente Americano

Jacinto Jijón y Caamaño 13¿Quito o Chuquisaca-La Paz?

Hernán Rodríguez Castelo 83La rebelión de los estancos

Enrique Muñoz 109Quito Luz de América

Grecia Vasco 119

ARTÍCULOS Y ENSAYOS 141Cristóbal de Gangotena

Carlos Freile 143Historia del Observatorio Astronómico de Quito

Joaquín Gómez de la Torre 151Seis aportes del Ecuador a la cultura universal

Juan Cordero 185Diversidad regional. El proceso colonizador de América: El caso ecuatoriano

Benjamín Rosales 201

DISCURSOS ACADÉMICOS 237Bienvenida al Dr. Sergio Martínez Baeza

Manuel de Guzmán Polanco 239Fray Camilo Enríquez

Sergio Martínez Baeza 246Bienvenida al Lic. Luis Achig

Juan Cordero 262Corregidores y gobernadores de Cuenca en el siglo XVIII

Luis Achig Subía 267Bienvenida a la Master Jenny Londoño

Jenny Estrada 291Las mujeres en la economía colonial: Propietarias y trabajadoras

Jenny Londoño 296Bienvenida al Ing. Bolívar Cárdenas

Juan Cordero 312

5

Page 5: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Nuevos descubrimientos arqueológicos en el AzuayBolívar Cárdenas 316

Bienvenida al Dr. Fausto PalaciosPlutarco Naranjo 327

Apología, honores y reinvindicación de Celiano MonjeFausto Palacios 330

Bienvenida a la Dra. Lois RobertsBenjamín Rosales 344

El escribir historiaLois Roberts 348

RECENSIONES 373

VIDA ACADÉMICA 401Discurso del Dr. Manuel de Guzmán Polanco en el acto de recordación cívica de la proclamación de “Quito luz de América” 403La Biblioteca “Jacinto Jijón y Caamaño” de laAcademia Nacional de Historia del Ecuador

Ana Vargas de Vela 410Presentación del libro Del Vesubio al Cotopaxi: Historia admirable

Gustavo Pérez Ramírez 413

Individuos de número de la ANH a diciembre de 2008 423Miembros corresppondientes de la ANH a diciembre de 2008 429Miembros electos para correspondientes 433Miembros honorarios 435Miembros extranjeros electos como correspondientes 435Miembros de provincias 437

6

Page 6: Academia Nacional de Historia Boletín 180

omo en el número anterior, esta nueva entrega del Bole-tín de la Academia Nacional de Historia se abre por lasección “Hacia el bicentenario”. Quito y el Ecuador repu-blicano, que se formó en torno a ese núcleo de la nacio-

nalidad, se aprestan a celebrarlos 200 años de los sucesos quese iniciaron en la navidad de 1808 y tuvieron sus momentosculminantes, de drama y tragedia, el 10 de agosto de 1809 y el2 de agosto de 1810. Es la celebración de una gesta que inicióen América del Sur el camino hacia la independencia. Por sialguna duda abrigase alguien de esa condición inicial de larevolución quiteña, se comenta en este número del Boletín, am-pliamente, a medida de su importancia, un libro que, cuando elprimer centenario, lo probó, en respuesta a cierta publicaciónde un historiador boliviano, esa gran figura de la historiografíaecuatoriana que fue el guayaquileño Camilo Destruge.

Finalmente, tras largos meses de absoluta inoperancia -conribetes de culposa- de la Comisión de Celebraciones Cívicas -ala que correspondía encabezar estas celebraciones bicentena-rias-, por decreto de 15 de abril del año en curso, el Presidentede la República constituyó el Comité Presidencial del Bicen-tenario, dándole como misión “planificar y coordinar la ejecu-ción del programa de Conmemoraciones del Bicentenario entre2008 y 2012”. A ese Comité se le asignan entre sus estrategias lade “fomentar la creatividad ciudadana, tanto en ámbitos insti-tucionales como de la sociedad civil, que permitan la más am-plia participación en la comprensión e interpretación del signi-ficado del Bicentenario”. Nuestro Boletín desde hace meses loestá cumpliendo, precisamente con esta primera sección.

Con miras a abrir cauces y proveer de instrumentos para esa“comprensión e interpretación del significado” de la epopeyaquiteña de 1808 a 1812, reproducimos una serie de artículospublicados en los números 21, 22 y 23 del Boletín de nuestraAcademia, y recogidos en publicación en 1924. Se originaronen un discurso que su autor, el eminente historiador JacintoJijón y Caamaño, pronunció en una sesión solemne de la Aca-demia Nacional de Historia reunida en la Sala Capitular de San

7

C

Page 7: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Agustín para celebrar el primer centenario de la batalla de Pichincha,en mayo de 1922. Tanto en su publicación en el Boletín de la Academia,como en folleto, este texto resulta una joya de biblioteca, de acceso casiimposible al común de los estudiosos y lectores. Y era una lástima, por-que es uno de los estudios fundamentales de la Revolución quiteña.Creemos hacer un enorme aporte a las celebraciones bicentenariasponiéndolo al alcance de bibliotecas, centros de estudios, historiadoresy lectores en general.

En esta misma sección, Grecia Vasco de Escudero, inteligente y diligen-tísima custodia del Archivo Nacional de Historia nos entrega una selec-ción de documentos inéditos que por varios ángulos echan nueva luzsobre los sucesos que el bicentenario recuerda. La revolución vista porel Regidor de la villa de Riobamba, Jorge Luis de Ricaurte. El 10 deagosto “con los escándalos, desbarros y tropelías de que el mundo estestigo”, y el 2 de agosto del año 10 “triste aniversario que condujo a laeternidad a algunos de los principales autores y parciales de la insu-rrección más desgraciada”. Y el nuevo movimiento, acaudillado por unComisionado “ingrato a las honras del Rey”. Nos habla Ricaurte de un“poner las armas en las manos de los artesanos y labradores” -ese pue-blo cuya acción en la revolución se ha querido minimizar-. Y toda esa“máquina” “cavilada por la Filosofía más errónea” que nace “del deseode la libertad”. El Regidor nos provee de nuevos datos sobre los planesrevolucionarios y los de la contrarrevolución, y sienta algo que resultaclave para la interpretación del movimiento quiteño: eso de queReligión, Rey y Patria le parecen “objetos que han tomado entre loslabios para dorar los hechos”.

Y otros documentos no menos interesantes que iluminan muchos mo-mentos, circunstancias y sucedidos de la Revolución de agosto. Comola carta de Francisco Venegas, Virrey de México, a Joaquín Molina,nombrado Presidente de Quito, en la que lamenta no poder ofrecerlesocorro alguno en las “escandalosas turbulencias de Quito”, por tenerque afrontar unas iguales en México –la fecha: 7 de febrero de 1811.

Y la participación de indios del norte en los acontecimientos de la revo-lución, como la “horrorosa sublevación” del 24 de noviembre de 1812.Mataron a diez soldados el jueves 26 y el domingo 29 salieron al cami-

8

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 8: Academia Nacional de Historia Boletín 180

no a sorprender a los soldados que pasaban al pueblo de San Antonio-para liquidar al ejército quiteño, como es sabido-. Y otros hechosvibrantes de esas poblaciones norteñas a donde llegaban órdenes delCongreso “para recoger todas las gentes de Otavalo y llevar para quese incorporaran con las tropas de Quito”. Y ocurren en estos amarillen-tos testimonios vivos de la historia nuevas figuras como la mulataMarta, que aparece “capitaneando el tumulto de indios”.

Esperemos que Grecia nos siga entregando páginas tan fascinantes deesa hora de gloria y tragedia de la patria.

Esta sección se completa con un estudio que llama la atención haciauno de los más decisivos movimientos quiteños precursores de loshechos de agosto, el de los Estancos.

Importantes e interesantísimos los textos que se entregan en la sección“Artículos y ensayos”. Dos de ellos fueron presentados por los Miem-bros de nuestra Academia, Dr. Juan Cordero Iñiguez y Dr. BenjamínRosales, en el XI Congreso de Academias de la Historia, celebrado enSan Juan, Puerto Rico este mismo 2008, en abril.

Y no lo son menos los discursos académicos, que en muchos casos sonbrillantes ensayos, dichos en las sesiones de ingreso de los nuevos aca-démicos. En el caso de Joaquín Gómez de la Torre Barba, quien pronun-ciara su discurso sobre el observatorio astronómico de Quito, hemospreferido entregar al lector su estudio completo, del que ese discursofue una versión considerablemente abreviada.

Y hay un discurso que bien pudiera haberse incluido en nuestra prime-ra sección: el pronunciado por D. Sergio Martínez Baeza, al incorporar-se como Miembro Correspondiente extranjero de nuestra Academia.Porque su asunto fue fray Camilo Henríquez, el fraile de la BuenaMuerte, que fue testigo del asesinato de los próceres el 2 de agosto de1810, y de vuelta en su Chile natal, recabó del Congreso chileno el títu-lo de “Quito, Luz de América” para la heroica ciudad. Prócer con ac-tuaciones grandes en esa hora en que América se levantaba para con-quistar su libertad, fue importante que se nos reviviese su figura, entoda su magnitud, que, en cuanto a su relación con Quito, no requierede mitificaciones ni exageraciones.

9

E D I T O R I A L

Page 9: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Digamos por fin que se han incrementado en algo las recensiones delibros de historia. Todavía resulta un número exiguo ante la gran can-tidad de libros de historia que en nuestro país se publican. Confiamos,con la colaboración de Miembros de nuestra Academia y de las edito-riales que publican esos libros, que esperamos nos los hagan llegar,ampliar sustancialmente tan importante e interesante sección de unarevista como la nuestra.

10

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 10: Academia Nacional de Historia Boletín 180

HACIA ELBICENTENARIO

Page 11: Academia Nacional de Historia Boletín 180

12

Page 12: Academia Nacional de Historia Boletín 180

13

Page 13: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 14: Academia Nacional de Historia Boletín 180

INFLUENCIA DE QUITO EN LA EMANCIPACIONDEL CONTINENTE AMERICANO

LA INDEPENDENCIA (1809-1822)1

Por J. Jijón y Caamaño

l estudiar los acontecimientos que produjeron la separación de lascolonias españolas de su Metrópoli, llama la atención el paralelis-mo que se observa en la marcha que siguieron en los varios paí-ses de América del Sur, tanto que, a primera vista, diríase que

careciendo de raíces locales, son efecto de los sucesos que, por enton-ces, se desarrollaban en Europa; un estudio más prolijo demuestra todolo contrario, la aparente uniformidad del proceso revolucionario desa-parece, advirtiéndose desde un principio profundas diferencias en lasdiversas naciones, de tal modo que se llega al convencimiento de quelas modalidades de la época son tan sólo una condición accesoria, quedetermina la explosión de un fenómeno de largo tiempo atrás prepara-do. Toda la América Española tenía un común anhelo, el de gobernar-se por sí misma; más en cada una de las nacionalidades que desde laConquista se habían formado en el Mundo descubierto por Colón, estaaspiración se concebía de distinta manera y obedecía tanto a causascomunes como a otras peculiares del terruño; la situación de cada colo-nia, el espíritu del gobierno que la regía, la diversa formación racial delpueblo influían en el modo de concebir y desear la autonomía, bien aque todas aspiraban.

La posición geográfica, los antecedentes de los hombres quedirigieron los primeros acontecimientos, los recursos del país, impri-mieron decisivo rumbo en la marcha de la guerra de Independencia,que sólo pudo llevarse a feliz término por la cooperación de todos lospueblos de la América del Sur, que, en los últimos años de la lucha,obraron mancomunados y como una sola nación.

1 Este estudio es una versión ligeramente modificada del discurso leído por el autor en laSesión Solemne celebrada por la Academia Nacional de Historia, en la Sala Capitular delConvento de San Agustín, el 29 de Mayo de 1922, en conmemoración del I Centenario de laBatalla de Pichincha.

A

15

Page 15: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Desde 1809 aparecen ya marcados los grandes centros delmovimiento separatista; Quito y Chuquisaca levantaron aquel año elestandarte de la revolución: ciudades interandinas; las dos tienen fa-cultades universitarias antiguas y una numerosa población de docto-res, hábiles para la consulta de la enmarañada legislación colonial, queconocen al dedillo las Leyes de Indias y las de Partidas, sin ignorar lasdoctrinas de los grandes juristas de su siglo; en las dos ciudades, vie-jas audiencias mantienen un simulacro de gobierno local, que atiza lasdisensiones internas, a título de administrar justicia, conservando vi-vaz el espíritu de crítica; y en ambas, familias de alta alcurnia y no esca-sos recursos se asfixian por la estrechez del ambiente local, asaz mez-quino, mientras sueñan en honores y bienandanzas, que sólo puedenadquirir consiguiendo primero el gobernar en provincia. La Presiden-cia de las Charcas y la de Quito habían conservado unidad administra-tiva con el Virreinato de Lima, como consecuencia de la organizaciónprecolombina del Imperio Incaico y producto de la Conquista y lasGuerras Civiles, hasta que esta obra histórica y bastante fundada en lanaturaleza fue deshecha por los monarcas españoles, principiado ya ensiglo XVIII; y, cosa curiosa, las dos se hallaban a la sazón gobernadaspor ancianos: el que mandaba en Quito era famoso por su actuación enun suceso que hondamente había conmovido a las Charcas, y el que enellas regía había dejado huellas en la historia del Reino de Quito. Notermina aquí el paralelismo, que podría seguirse casi hasta la termina-ción de la guerra, no sólo en los hechos sino también en los hombres;es que el medio, las condiciones locales de las Charcas y Quito son muysemejantes y se reflejan en el desarrollo de los hechos humanos; mas novaya a creerse, por esto, que se pueda afirmar que el proceso históricoes el mismo: los patriotas de Chuquisaca participan, en gran manera,de las preocupaciones dinásticas e internacionales, que desde el esta-blecimiento de la casa de Braganza en el Brasil, agitaban a los porteños,como entonces se llamaban los vecinos de Buenos Aires, las cuales erancompletamente extrañas a los moradores de Quito; además, en el alti-plano del Sur del Perú, el problema racial, la revancha indígena contrael blanco, fenómeno desconocido en nuestra guerra de Independencia,era un factor importantísimo en la cruenta lucha. La aparición del IncaHuaina-Cápac, en la apoteosis de gloria del Libertador, el guerrero deColombia, en un poema escrito por un quiteño, que quiteños se llama-ban todos los nativos del Reino, es un arbitrio poético, desnudo de ver-

16

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 16: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dad; pero que en el Alto Perú tenía una significación muy grande: lasublevación de Pumacahua difícil es decir si es una escena de la eman-cipación, o si en ella se prolongan las guerras de Túpac-Amaru.

Las lecciones que de estas comparaciones se deduce, hallantambién plena demostración si se ponen en paralelo el movimientoargentino y el venezolano, centros predestinados para la victoria y con-clusión de la obra empezada por Quito y Chuquisaca; una misma pare-ce ser, a primera vista, la gestión histórica de Bolívar y San Martín,vana apariencia: la invasión inglesa arrastra a la revolución a los mora-dores de la capital de Virreinato del Sur; Miranda, al servicio deInglaterra, se presenta en las costas de su patria a libertarla, y Miranda,el girondino, el General de la República francesa, trasplanta a Américadoctrinas y procedimiento de la Gran Revolución y en su patria im-planta definitivamente la manera francesa. Napoleón y Bolívar se ase-mejan, el Imperio palpita bajo la Dictadura Colombiana.

La aspiración por la autonomía estaba en toda América: deBehering al Cabo de Hornos, el mismo fin persiguen los colonos ingle-ses, los españoles o los lusitanos: para lograrlo, en todas partes hayhéroes dispuestos al sacrificio; mas la concepción del modo de adqui-rir bien tan preciado es distinta en cada uno de los varios núcleos ydiverso el modo de comprender su goce. Un simple accidente determi-na el momento de empezar la lucha; las condiciones geográficas, elmedio racial fijan la marcha de los acontecimientos; acciones y reaccio-nes conducen a los pueblos a resultados no previstos.

No se independiza América ni porque filósofos y literatos delsiglo XVIII destruyan con sus escritos las bases de las organizacionesmonárquicas del Renacimiento, ni porque Rousseau predica el evange-lio revolucionario, y menos aún porque Francia, ensangrentada, des-trozada por las disensiones intestinas, pase de la anarquía al Imperio,con mengua de la lógica y quiera democratizar el mundo, avasallándo-lo a su Emperador, a sus Mariscales. América va a la autonomía, puestodo un mundo no puede depender de otro, porque los hijos de loseuropeos no son capaces de considerarse inferiores, por sólo el hechode haber nacido en tierras más ricas, más extensas, más grandiosas queaquellas en que vieron la luz sus progenitores.

Si la conquista de América hubiera dejado existentes núcleossociales, organizados de la primitiva raza del Continente, con su pro-pia cultura, sus peculiares instituciones, sometiéndolos tan sólo a la

17

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

Page 17: Academia Nacional de Historia Boletín 180

tutela y explotación de la raza superior, el dominio de las nacioneseuropeas habría sido quizás más duradero; pero habiéndose formadocomunidades agrícolas pastoriles o mineras, de la misma raza que la dela nación conquistadora, imposible era que al llegar éstas a un gradoavanzado de desarrollo no reclamasen ser tratadas como iguales en elconcierto nacional, con los mismos privilegios y prerrogativas que lasprovincias de la Metrópoli, y que antes de aceptar una inferioridad nomerecida no se lanzasen a la guerra y prefiriesen cercenar los lazos deunión con la Madre Patria, más bien que reconocer un vasallaje infun-dado; pero, como las ideas rara vez hacen garra en el alma popular,cuando se presentan en abstracto, en cada una de las varias nacionali-dades americanas cristalizan en forma peculiar, según las condicionesdel momento y del medio.

******

Si queremos comprender los hechos de nuestros próceres, de-bemos procurar conocer su mentalidad, tratar de pensar como ellos,reconstituyendo las condiciones en que vivían y, dicho sea de paso, éstaes condición que falta en muchos libros históricos acerca de la guerrade la Independencia y casi por completo en los que de este período denuestra historia tratan; el venerando historiador don Pedro FermínCevallos, por ejemplo, no diferencia la sicología de los hechos del añonueve y del veintidós, como si en vano hubiesen transcurrido treceaños de tan intenso vivir!.

En las postrimerías del siglo XVIII, un español de raza y de cul-tura tenía como suprema aspiración conseguir honores públicos, queenalteciesen su nombre y le permitiesen legar a los suyos un apellidodistinguido, o dar mayor brillantez a los blasones heredados: abrirsecampo a través de los cerrados haces de la capa superior, hasta llegar alos más altos niveles a los que más cerca estaban del Rey!.

Escalar la burguesía letrada, laica o clerical, si era plebeyo;obtener una ejecutoria de nobleza si era persona de viso, aun cuandosea trayéndola por los cabellos, como pretendió hacerlo Espejo2; llegara título de Castilla, si era noble, gastando una fortuna y, si era preciso,pagando varias veces crecida suma, como aconteció con el primer

18

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

2 Información de méritos y servicios del doctor Eugenio Espejo – Archivo de la Corte Supremade Justicia. Quito.

Page 18: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Conde de Selva Florida. ¡Oh, qué feliz el que podía hablar a la CatólicaMajestad, con el sombrero puesto!. Por tan suprema dicha, infinidad dehéroes habrían sin vacilar, corrido al sacrificio!. A menos de tener el feopecado de la avaricia, sólo veían nuestros padres en los bienes materia-les un medio de obtener honores: pacientes, sufrían privaciones parafundar una capellanía, comprar un enterramiento, que enalteciese a ladescendencia, sin importarles no gozar ellos mismos del fruto de sussudores. Una vinculación, un mayorazgo, sueño dorado; el apellido,bandera de honor que en sí encierra todo lo que se admira en lospadres y se ama en los hijos, estaba asegurado contra los embates deltiempo y la fortuna; conseguido, podía un hidalgo dormir tranquilo, suprogenie bendeciría al fundador; por el descanso eterno de su alma,regularmente, una, dos o más veces al año rezarían graves religiosos.

Ser cabildante, ejercer un Corregimiento, tener una plaza deOidor, ser Presidente de Audiencia, era, a más de disponer de las gan-gas de un poder, más o menos grande, ocasión propicia de contraerméritos, para obtener mercedes y ascender a un grado en el escalafónsocial.

Lo dicho expresa, aun cuando de modo pálido e impreciso, lasaspiraciones de la sociedad española, siendo el realizarlas mucho másfácil a los nacidos en la península o en una capital virreinal que a losque la suerte había señalado por cuna una ciudad, sede de oscuraAudiencia.

En 1665 llegaba a Quito un chapetón llamado Silvestre SánchezFlórez: antes de embarcarse, había pedido se le diese certificado de lim-pieza de sangre, y obtuvo sentencia de ser cristiano viejo; y como sóloel infeliz gañán no tiene en Castilla pretensiones de infanzón, aun sedijo en el despacho algo que podía interpretarse como calificación denobleza…

En Indias no debieron faltarle apoyos, y es de suponer fuelaboriosa su vida, probablemente, oscura, no dejó otra huella que expe-diente citado3.

Dueño de colosal fortuna, su descendiente Antonio abrióseancho campo en la sociedad; gruesa suma de doblones costóle el serMarqués de Miraflores, título que obtuvo en 17514; lenguas maldicien-tes, probablemente las de aquellos que en él verían un nuevo rival,

19

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

3 Biblioteca Jijón y Caamaño.4 Id. Id.

Page 19: Academia Nacional de Historia Boletín 180

murmuraron de sus blasones y para acallarlas fue preciso una carta delVirrey de Lima que el influyente Marqués hizo de insertase en las actasdel Muy Ilustre Cabildo Justicia y Regimiento5. Don Antonio teníaalientos y pesos para todo, guardó en Quito para que perpetuase lafamilia a su hijo Mariano y despachó a España a Ignacio, pues sóloviviendo en la Metrópoli podía con sus relevantes méritos llegar amayor altura. Logrólo, en efecto: Gobernador de Moxos, Presidente deCharcas, fue el eminente criollo nacido en Latacunga; valor, ilustración,inteligencia le habrían quizás elevado hasta el solio virreinal; su fortu-na fue próspera mientras contó con protector tan poderoso como elilustre Vertiz; mas era criollo, confabuláronse contre él los peninsularesy consiguieron que muriese en una prisión.

¿Qué sentiría su hermano Mariano, el Marqués de Miraflores,el de nuestra Junta Suprema, al ver que a Don Ignacio no le había vali-do el librar a La Paz del cerco que le tenía puesto Túpac-Catari, ni elhaber sido uno de los más notables gobernantes de las Charcas! ¡Cómoresonarían en su alma adolorida aquellas voces que desde el confínmeridional de los dominios españoles le decía que el gran crimen de suhermano había consistido en nacer en América6 y cuya exactitud podíacomprobar con sus propios ojos! ¿No pensaría que él, como todos suspaisanos, era víctima de una gran injusticia? ¿Que la carrera gloriosade los Flórez había llegado a su cenit, y estaba condenada a infecundoestancamiento? ¡Cuántas veces en su interior, habrá repetido, conside-rando que la liberación de La Paz, si hubiese sido obra de un peninsu-lar, en Francia o en Italia, habría sido premiada con la Grandeza y coninmensas prerrogativas, la justa queja tantas veces exhalada por losconquistadores, que habiendo ellos aportado a la Corona de Castillamás dominios que un Duque de Alba, recibían menor galardón que unCapitán de Flandes!.

No sólo los altos puestos administrativos eran ejercidos, deordinario, pues no faltaron algunos Presidentes criollos por los penin-sulares, sino que aun en los cargos secundarios tenían preferencia losnacidos al otro lado del Atlántico.

Por disposición real, en los empleos municipales, en las prela-cías monásticas debía observarse la alternativa: un vecino o fraile crio-

20

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

5 Joseph Manso al Marqués de Miraflores. Lima, 25 de Noviembre de 1746.-. Archivo Munici-pal.- Actas de 1749.

6 Epistolario del Marqués de Miraflores.- Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño.

Page 20: Academia Nacional de Historia Boletín 180

llo debía tener por sucesor, un peninsular, y como el número de éstosera forzosamente menor que el de aquéllos, claro está que la ley impli-caba una condición preferida para los que no habían nacido en el país.Un español recién desembarcado, con tal de poseer ejecutoria de noble-za, tenía más probabilidad de ser Alcalde que un benemérito criollos,descendiente de los primeros conquistadores y pobladores; nuevo en latierra, sin el conocimiento de ella, fuerte con la amistad de altos funcio-narios, sus paisanos, el castellano arrogante creíase de mejor estirpeque los hijos de otros castellanos y hacía sentir su creencia.

Si se quiere conocer cómo sangraba el alma de los regnícolaspor estas injusticias, óigase al abogado chuquisaqueño, Don MarianoAlejo Alvarez, en el precioso discurso que escribió en Lima para suincorporación en el Ilustre Colegio de Abogados, en 1811.7

A consecuencia de estos antecedentes existía honda rivalidadentre españoles y criollos, la que, de día en día, se agravaba por la alta-nería de los primeros.

El régimen administrativo contribuía a acentuar el mal; desdeun principio los Reyes de España vieron en las colonias un manantialde riquezas. Los indígenas fueron las primeras víctimas: inmisericor-des conquistadores explotároslos con sevicia y los quintos reales dieronal Tesoro Español caudales para más de una descabellada aventura. Lariqueza acumulada por los indios no era inagotable y las entradas rea-les disminuyeron, mientras los conquistadores conservaban una sumade poder y riqueza que los volvía peligrosos; entonces se pensó enleyes humanitarias que protegiesen a los hombres de color, y en artifi-ciosos sistemas capaces de privar a los conquistadores del fruto de susheroicidades: vinieron a América taimados visitadores, astutos legistas,y, con hermosas fórmulas, consumaron la expoliación de los encomen-deros. Agotáronse otra vez los recursos: los descendientes de los con-quistadores lamentaban miserias a la par casi los indígenas; nuevosencargados de “reformar la tierra”, de proveer al “bien comunal”, conun título u otro, recorrieron el Nuevo Mundo, estudiando la manera dehacer que la yesca diese zumo. Si los Austrias pretender extender susdominios, establecer su hegemonía en Europa, astutos visitadores vie-nen a América para enviar nuevos tesoros de las Indias; si los Borbonesdesean poner a España a la altura de las otras naciones europeas, se

21

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

7 René Moreno.- Bolivia y Perú. Más notas históricas y bibliográficas.- Santiago, 1905, págs. 1a 86.

Page 21: Academia Nacional de Historia Boletín 180

imponen a los indianos nuevas cargas. Las ordenanzas de Carlos Vprovocan en el Perú las Guerras Civiles; el establecimiento de nuevosimpuestos desencadena en Quito las revoluciones de las Alcabalas y delos Estancos; Carlos III impulsa a la península con vigor por la sendadel progreso, en las colonias el pueblo, que no puede sobrellevar nue-vos gravámenes, se lanza a la guerra civil; los levantamientos deTúpac-Amaru y de los Comuneros marcan época en la historia de lostres virreinatos de la América Meridional.

Obtener la mayor suma de dinero e impedir la formación deorganizaciones poderosas, son el norte y fin de la administración.

En las colonias, que son ahora las repúblicas Sud-Americanas,no existía al terminar el siglo XVIII ninguna fuerza organizada quepudiese contrarrestar el poder real; los cabildos se componían, enbuena parte, de peninsulares y sus prerrogativas habían sido cercena-das día tras día; las familias nobles, por muy poderosas que fueran,nunca llegaron a disponer ni de la fortuna, ni de la influencia de las delos grandes de España; sólo la Iglesia constituía una aparente excep-ción. El Patronato, la presentación y pase real de los Obispos los con-vertían en simples funcionarios de la Monarquía; las órdenes religiosashabían logrado, gracias a sus privilegios, acopiar grandes recursos;mas la alternativa hacía que éstos, buena parte del tiempo, fuesenadministrados por peninsulares, y la celosa política había ya de antañopuesto múltiples trabas a su continuo desarrollo. La expulsión de losJesuitas fue, sobre todo, consecuencia del poder de la orden, en la queCarlos III veía un organismo demasiado poderoso que podía hacersombra a su autoridad. El juramento que Carlos III exigió de los Obis-pos anulaba completamente sus facultades.8

Los gobernantes españoles vivían celosos de su autoridad,temblaban ante la idea de la formación de un espíritu público en lascolonias: el recuerdo de la monarquía incaica había en el Alto Perú ani-mado a los indígenas en su revuelta: Arreche quiso suprimir los trajesaborígenes, y el Marqués de Loreto ordenó se recogiesen todos losejemplares de los escritos de Garcilaso

Para obtener recursos se vendían empleos a trueque de que losgobernantes fuesen venales; para no pagar salario a los Corregidores,se les permitía el repartimiento, dejando expuestos a los indígenas a

22

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

8 González Suárez.- Historia General de la República del Ecuador. Vol. V, Pág. 483. Quito, 1894.

Page 22: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mil irritantes iniquidades; Corregidor hubo que les obligó a compraranteojos negros, que él volvió a adquirir a menor precio, para reven-derlos nuevamente a los pobres indios a uno muy subido,9 repitiendotan deshonesta especulación, tres, cuatro o más ocasiones consecutivas;otro les obligó a comprar brocados, que después de vendidos y com-prados varias veces, iban a parar en los almacenes de Lima, cuando elpropietario hubo ya obtenido un beneficio del 300 por ciento.10 ¡Quéimportaba tan horrendos abusos si mediante ellos economizaba el era-rio buenas sumas, si aumentaba el comercio de la Metrópoli, habiéndo-se encontrado una hermosa fórmula para cohonestar tan criminalestratos! ¡Se había estampado en las Leyes de Indias que era necesarioobligar a los indígenas a que comprasen productos europeos, paraimpulsarlos al trabajo y acostumbrarlos a la civilización!.

El celo por la autoridad, la necesidad de aumentar las rentaseran el alma de la legislación comercial de la colonia, contra cuyas dis-posiciones tanto reclamaron los americanos distinguidos del sigloXVIII. Monopolio por los comerciantes de Cádiz, industrias prohibidasen las colonias eran unos de tantos medios excogitados para mantenerla dependencia de la Metrópoli, cuya injusticia pesaba grave sobre lospobres colonos. Se veía el resultado inmediato, no el porvenir; tantascortapisas impedían el rápido desarrollo de las colonias, que habríaproducido al Monarca rentas más cuantiosas que las provenientes deimpuestos mal calculados.

Razones sobradas tuvieron los próceres americanos para dese-ar gobernarse por sí mismos, buscando el bien del suelo nativo, sinsubordinarlo al de la Madre Patria, sin que corriese el riesgo de que laimpericia de gentes poco conocedoras del país entorpeciese el desarro-llo americano.

El Rey estaba muy alto: la tradición española, la literatura des-de el rústico romance cantado en los riscos cantábricos hasta el cortesa-no drama de Calderón de la Barca, enaltecían la fidelidad al Soberano.Encarnación viviente de la Patria, la sustituye enteramente en la sico-logía de aquellos siglos; el Rey es sagrado, la nación es suya, porque éles todo de ella: defensor de la fe y del honor castellano, su nombre sus-tituye al de España en la literatura cortesana o de cordel de aquellostiempos; y el español patriota amaba a su Monarca, como demostrósabía amar a su suelo, en las épicas guerras contra Napoleón.

23

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

9 Archivo de Indias y Biblioteca Jijón y Caamaño.10 Colección Mata Linares.- Biblioteca de la Real Academia de la Historia. Madrid.

Page 23: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El respeto al Soberano, el profesarle absoluta fidelidad eranvirtudes hondamente radicadas en el alma española, casi confundidascon la fe religiosa. No era el Rey y Legítimo Señor el representante dela autoridad divina? Si se quiere comprender cuán profunda era laveneración a la persona del Monarca, debe recordarse que en Inglaterrael pueblo creía a los Reyes dotados de poder sobrenatural para curarciertas enfermedades, hasta el reinado de Ana, no obstante haber mu-cho antes verificándose la revolución de Cromwell.11 .

Qué de admirar, entonces, que el grito popular de las revolu-ciones americanas fuese: vivo el Rey! Abajo el mal Gobierno!.

******

La necesidad de que América se gobernase por sí misma lahabía sentido ya un Oidor de Lima del siglo XVI. El Visitador Mu-ñatones de Briviesca, compañero del Virrey Conde de Nieva, creía ne-cesario que el Consejo de Indias residiese en Panamá y que en la ciudadde Los Reyes existiese un Consejo formado “por personas de aquellasprovincias” para resolver todas las cuestiones gubernativas, quedandola Audiencia limitada a conocer de asuntos judiciales entre partes.12

En Quito, ciudad conventual por excelencia, en que los fraileseran proporcionalmente más poderosos que en ninguna otra de SudAmérica, cuya vida estaba absorbida por la de los monasterios, la aspi-ración de los americanos a gobernarse por sí mismos y la obstinaciónde los peninsulares de ser ellos los señores, aun cuando fuese precisoacudir a medios violentos, aparecieron en un principio en las contien-das, que, por los altos cargos conventuales, se trataban constantemen-te en la colonia: ya en 1625 luchaban con acritud regnícolas y chapeto-nes por el provincialato de la Provincia Dominicana de Quito. 13

Hechos de esta naturaleza repitiéronse con frecuencia, hastaque gobernando el Reino de Quito, el Presidente Alcedo y Herrera, conmotivo de la elección de Rector de la casa de Jesuitas de Quito ofendie-ron gravemente al Cabildo Civil de Quito, las pretensiones del viscaí-no Padre Hormaegui, la impolítica conducta del Visitador, Padre Zá-rate, vasco de nacimiento, quienes contaban con el apoyo del Presi-

24

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

11 Frazer.- The Magic Art and Evolution of Kings. Vol. I, London, 1913, págs. 368 a 37012 Museo Británico.- Mss. Add. 33983.13 González Suárez.- Historia, Vol. IV, Págs. 139 y sgtes.

Page 24: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dente. Produjo esto tal irritación en los quiteños “que los desacuerdosentre el Padre Andrés de Zárate y los miembros del Ayuntamiento deQuito, llegaron a ser división entre españoles y criollos, y rompimien-to entre europeos y americanos. En efecto, los quiteños, dice GonzálezSuárez, cayeron en cuenta de que los españoles oprimían a los criollos;advirtieron que los europeos consideraban a los americanos como sifueran hombres de otra especie, cuyo destino fuese el de servirlos yestarles sujetos; y aquella malquerencia sorda, que ya desde tiempoatrás venía fermentando secretamente en el pecho de los criollos, semanifestó al descubierto en amargas censuras, en murmuraciones y encríticas contra los españoles: la ciudad se encontró fraccionada en ban-dos, tanto más irreconciliables cuanto el odio que los dividía era engen-drado por el amor a la tierra del propio nacimiento”.14

Después de este suceso, los Presidentes criollos don José deAraujo y Río y don Fernando Sánchez de Orellana gobernaron rodea-dos de la odiosidad y desprecio de los peninsulares; el último debiósufrir las consecuencias de la altanería del aragonés Fray GregorioIbáñez Cuevas, cuando Quito estuvo perturbado por asuntos de régi-men interno, de la Orden Seráfica.15

El establecimiento del estanco de aguardiente motivó la suble-vación del pueblo de Quito, el 22 de Mayo de 1765, en la cual saqueólas casas en que se guardaba el aguardiente. La Audiencia, atemoriza-da, debió ceder y abolir el nuevo impuesto16. Satisfízose el pueblo, perocontinuó alborotado; los peninsulares formaron por esto una guardia,para defensa propia y de los magistrados; el mes siguiente, el 18, elbarrio de San Roque impuso al Obispo el nombramiento de un párro-co de su agrado; el 19 se levantó la gente de San Blas para sacar de lacárcel a un tal Ballinas. Las prisiones hechas en la noche del 21 por unapartida de 15 o 20 europeos, capitaneados por el Corregidor, los casti-gos que se impusieron a algunos de los aprehendidos dieron motivo allevantamiento del 24, cuyo objeto era el de “matar a todos los chapeto-nes”; a las 12 de la noche, después de varios encuentros favorables a losquiteños, el pueblo atacó la casa de don Angel Izquierdo, con el fin de

25

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

14 Id. Id. Vol. V Pág. 81 15 Id. Id. Vol. V, Pág. 174 y sgtes.16 Id. Id. Vol. V págs. 213 a 218. Diario de lo acaecido en San Francisco de Quito, desde el día

22 de Mayo hasta el 12 de Julio a las 7 de la mañana que fue el día de mi salida.- Ms.Biblioteca Jijón y Caamaño.

Page 25: Academia Nacional de Historia Boletín 180

incendiarla: para impedirlo, los defensores de la Audiencia empeñaronserio combate, perdiendo un cañón, que, como el situado en el pretildel Palacio hacia la iglesia de la Compañía, quedó en poder de los amo-tinados. Continuaron las reyertas todo el siguiente día, pero a las seis ymedia de la tarde, convencidos de su derrota y cediendo a las exigen-cias del populacho, los Oidores abandonaron el Palacio Real y al otrodía entregaron todas las armas a los vencedores.

El 28 capituló la Audiencia, conviniendo en que los chapetonessaldrían de la ciudad en el término de 8 días.17 La carencia de una orga-nización previa, el origen del movimiento de la baja plebe18 hicieronque el triunfo no diera consecuencias inmediatas.

Mientras el pueblo humillaba de este modo a los representan-tes del dominio español, al grito de viva el Rey, abajo el mal Gobierno,el retrato de Carlos III permanecía expuesto en la Plaza Mayor, ilumi-nado con cirios por las noches, aclamado por los quiteños, que al vivaral Monarca hincaban una rodilla.19

Cuando esto sucedía tenía dieciocho años el doctor don Fran-cisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo20, talento claro, genio predispues-to a la crítica; aquellos sucesos debieron impresionarle profundamen-te, tanto más cuanto que de precoz inteligencia y dotado de ardienteamor al estudio había adquirido ya una vasta ilustración.21.

En Espejo encontró la causa de la Independencia, un Apóstoldecidido; la fecundidad de su labor la reconocieron, más tarde, los jefesespañoles mejor informados, tales como Molina.

Puede afirmarse que en la revolución del Estanco terminó elperíodo de gestación inconsciente de la Independencia, para principiarcon Espejo la preparación doctrinaria y netamente americana; el estu-diante mestizo, que pudo quizás con el bajo populacho hacer armascontra la Audiencia, continuó, perfeccionó y volvió viable la idea neta-mente popular y quiteña de la autonomía americana. Esta es la diferen-cia entre los dos grandes iniciadores de la emancipación del SudAmérica; la concepción de Miranda es obra de sus viajes, de su conoci-

26

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

17 Diario de lo acaecido en San Francisco de Quito, desde el día 22 de Mayo hasta el 12 de Julioa las 7 de la mañana que fue el día de mi salida.- Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño.

18 Azcaray.- Serie Cronológica de los Presidentes. Quito, 1794.19 González Suárez .- Op. cit., Vol V. Pág. 222 20 Nació en 1747.21 Viteri.- Un libro autógrafo de Espejo.- Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Histó-

ricos Americanos, Vol. IV, págs. 340 y sgtes.

Page 26: Academia Nacional de Historia Boletín 180

miento de la América inglesa, ya libre, gloriosa y próspera, de su con-tagio de las ideas enciclopedistas; se forma fuera de América: se desa-rrolla lejos de la Patria y en su ejecución, juntamente con elementoseuropeos, intervienen procedimientos exóticos; el genial Espejo perfec-ciona, complementa y da forma a una idea criolla.

El Gobierno del Presidente Dibuja parecía destinado a calmarla fermentación de los ánimos; varón justiciero, procuró el bien de susgobernados y en su tiempo nada aconteció que pueda presumirse fueraun antecedente de la separación de las colonias, aun cuando fue el eje-cutor del extrañamiento de los Jesuitas, tenidos por adversos a los crio-llos 22, ordenado por Carlos III. Su sucesor, uno de los gobernantes quemayor huella han dejado en la historia colonial, don José García de Leóny Pizarro, contribuyó no poco a precipitar los acontecimientos; hombreobservador, dotado de claro ingenio, muy pronto se dio cuenta del de-sastroso estado económico del Reino de Quito, pero fiel y celoso cum-plidor de las órdenes de su Soberano, después de indicar los medios deremediarlo, extremó la recaudación de impuestos, agravó la pobrezapública, pues sabía el ansia con que el Monarca esperaba los caudalesde América, para poder incrementar sus obras civilizadoras en España.Como Arreche y Piñeres, pertenece García de León y Pizarro a aquellosactivos funcionarios de Carlos III, hombres capaces de impulsar el pro-greso americano; pero que, por su excesivo celo de complacer al Mo-narca, aumentando sus rentas para bien de la Península, fueron verdu-gos del pueblo e hicieron más insufrible el régimen colonial.

Pizarro gobernó Quito, aparentemente, pacífico, mientras sedesencadenaban en el Norte y en el Sur las formidables revolucionesde los Comuneros y de Túpac-Amaru.

No parece fue Espejo enteramente extraño a este movimiento.En La Golilla, en cuya elaboración tomó parte, se justificaba y aplaudíala sublevación india del Alto Perú; el Presidente Villalengua persiguió,con este pretexto, al médico quiteño, que ya antes había tenido suscuestiones con García de León y Pizarro, que, juzgándole sospechoso,procuró alejarle de Quito.

El proceso iniciado por Villalengua condujo a Espejo a Bogotáen 1789, en donde encontró ocasión propicia para difundir sus ideas:Nariño, el Precursor, fue uno de sus amigos; Espejo era ya entoncesfamoso por sus escritos, y, sin duda, contribuyó a iniciar al futuro tra-

27

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

22 Niclusch Americanischen Nachrichten von Quito, 1781

Page 27: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ductor de Los derechos del Hombre, en la campaña por la autonomía.Selva-Alegre, amigo y protector de Espejo, estaba también en la Capitaldel Virreinato

En 1794 ocurren tres hechos sensacionales que revelan la ínti-ma conexión con que trabajaban los patriotas de Quito y los de SantaFe: este año, el 6 de Septiembre, se fijaron en la primera de las ciudadesnombradas, pasquines sediciosos, y en la investigación que este hechomotivó, llegase a saber que Nariño había impreso una traducción deLos derechos del Hombre.

El 21 de Octubre del mismo año, al amanecer, se encontraron enQuito banderolas de tafetán rojo con una cruz de papel blanco, en la quese leía: “Liberi esto. Felicitatem et gloriam consecuto. Salva Cruce”; enotros parajes se habían fijado pasquines dirigidos a sublevar al pueblo23.

En Guayaquil, el Alguacil Mayor del Cabildo, don José Goros-tiza denunció una carta, franqueada en Quito y seguramente escritaaquí, fechada falsamente en Bogotá el 3 de Octubre. Dicha correspon-dencia estaba destinada a enardecer el ánimo de los patriotas, median-te la propagación de noticias falsas; decía “Nuestra Independencia yaparece segura con la ayuda de Dios y de las Potencias que nos auxilian.El Virrey está preso… Los grandes hombres que se hallaban en las cár-celes saldrán de ellas pues el espíritu de odio al Monarquismo que nosaflige está poseyendo todos los ánimos que no son traidores a la Pa-tria… Propáguelo V.M. que así conviene a la utilidad, libertad cristianay suspirada gloria de América24.

Una imprudencia del clérigo Juan Pablo, hermano de Espejo,reveló la magnitud de los proyectos entonces acariciados y en vía derealizarse en Quito: gobierno autónomo, ejercido por los regnícolas,mediante procedimientos democráticos, reforma de las comunidadesreligiosas, simultaneidad en la ejecución de este plan en todas las colo-nias que unidas debían estar listas para apoyarse y defenderse contrala Metrópoli, si oponía resistencia. Si esto sabemos por el proceso ini-ciado en los primeros meses del 95, por las declaraciones de la Nava-rrete, será posible dudar de que fuese Espejo autor o cooperador de lasbanderitas, anónimos y cartas del año anterior?25.

28

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

23 José de Espeleta al Duque de Alcudia. Santa Fe, 19 de Noviembre de 1794. Muñoz y Guzmána Ezpeleta. Quito, 21 de Octubre de 1794.- Archivo de Indias.- Estado-Santa Fe. Legajo 2º.

24 José de Ezpeleta al Duque de Alcudia. Bogotá, 19 de Enero de 1795. Copia legalizada de lacarta.- Archivo de Indias. Estado–Santa Fe. Legajo 1º.

25 Vista fiscal y sentencia del proceso seguido al Dr. Juan Pablo Espejo.- Ms. Biblioteca Jijón yCaamaño.

Page 28: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Y el Monarca?. Espejo, en sus escritos, en los sermones quepronunció por boca de su hermano, muéstrase, fervorosamente, vasa-llo leal de Carlos IV, como los próceres del año nueve de Fernando VII.Estos eran sinceros, ¿no sería su Maestro, como lo era el pueblo delmotín del Estanco, cuando gritaba: viva el Rey, abajo el mal Gobierno?.

El 28 de Diciembre de 1795 era sepultado Espejo; mas su doc-trina y ejemplo debían dar fruto después de corto tiempo 26.

Don Luis Muñoz de Guzmán dejaba la Presidencia de Quito afines de 1798; un hombre extraordinario iba a encargarse de los desti-nos del Reino, el flamenco don Luis Héctor Barón de Carondelet; lospatriotas le amaron y tributaron admiración; en su honor decretaron seerigiese una estatua27; la muerte segó su vida antes de que los aconteci-mientos de la Península obligasen a los próceres a obrar contra su auto-ridad o a postergar la realización de la empresa, por consideraciones asu persona.

******

La invasión napoleónica precipitó, indudablemente, los acon-tecimientos: la abdicación de Fernando dejó acéfalo el trono español; elpueblo de la Península reasumió la soberanía, para ejercerla en nombrey representación del Monarca; los funcionarios españoles procuraronimpedir que América hiciese otro tanto y se obstinaron en mantener laabsoluta postergación de los criollos ante los peninsulares, agravandola injusticia que tanto dolía a nuestros padres; España necesitaba recur-sos para luchar contra el invasor y debía ser América la proveedoraprincipal del Erario; por lo mismo que el Gobierno era más débil, vol-viéronse los gobernantes más suspicaces y celosos de su autoridad.

Heridos en su dignidad los americanos, viéndose tratados co-mo vasallos de condición inferior, sintiendo agravado el peso de sussufrimientos, pensaron que había llegado el momento de poner térmi-no al “mal gobierno”; por qué no habían de hacerlo si en España habíasido patriótica virtud el derrocar a Godoy, si los mismos gobernantesde la Península execraban al Ministro traidor? Oidores, Presidentes,Virreyes no debían sus cargos al favor del Príncipe de la Paz?

29

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

26 El 29 de Diciembre de 1810 escribía el Presidente Molina al Virrey Abascal: “El verdaderotérmino a que aspiran es su soñada independencia… fruto de las semillas que dejó sembra-das un vecino nombrado Espejo, que se ha cultivado después por la vitanda familia de losMontúfares”.- Archivo de Indias, 126- 3-9.

27 Comunicación de Selva-Alegre al Superior de San Agustín.- Archivo del Convento.

Page 29: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En los primeros días de Marzo de 1809 denuncióse que se pro-yectaba una revolución; constaba que el Marqués de Selva-Alegre ha-bía escrito una carta que enseñó a Fray Mariano Murgueitio, en la cualdespués de lamentar la situación de la Península, concluía con la expre-sión de que “si acaso sería esta Provincia la primera que se había gober-nado por sí?” El fin de la carta era persuadir a un corresponsal de haceren el lugar de su residencia lo que debía verificarse en Quito. Don Juande Salinas “dio” al padre Torresanos “un plan de mutación de Gobier-no, en el que constaba que se había de formar una Junta compuesta dedistintos individuos, de un Senado, tropas y demás economías que sehabían de valer, verificado el nuevo Gobierno”.

Don Nicolás Peña propuso a su primo el doctor José AntonioMena “formar República en esta Provincia” extinguiendo el Gobiernode Audiencia y creando una Junta.

Quiroga sostuvo, en la tienda de José María Tejada, que laJunta Central del Reino no tenía autoridad y sus órdenes no debían serobedecidas; que estando Quito muy pobre se hacía mal en remitir el si-tuado a Santa Fe y exigirse a sus moradores donativos.

Morales aprobó la carta de Selva-Alegre 28.Era, pues, el plan pesquisado en Marzo, idéntico al realizado

en Agosto; los comprometidos eran los mismos e iguales las funcionesa que estaban destinados.

Sus autores fueron reducidos a prisión; los peninsulares dese-aban se los tratase como reos de crimen de Estado; se habrían sentidohondamente satisfechos de escarmentar y humillar en ellos a la noble-za criolla. Los quiteños usaron la habilidad para entorpecer el curso delproceso: con argucias abogadiles e influjos personales, hicieron que sesiguiese la causa con desgreño29; el Fiscal Arechaga era criollo y procu-ró justificar la conducta de los americanos, opinó que se les declaraseleales vasallos, apercibiéndoles usasen de mayor cautela, acusó sólo aSalinas, pidió sean juzgados por perturbadores los denunciantes 30.

Los patriotas alegaron falta de comprobación del hecho que seles culpaba: mas no renegaron de su obra: con valor la proclamaronbuena y, con eruditas y sólidas consideraciones, demostraron su justicia.

30

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

28 Exposición del Oidor Manzanos en la Causa de Estado, 1810.- Archivo de Indias. Estado –Quito. Legajo 1º.

29 Actas del Cabildo Civil, 1809.30 Exposición del Oidor Manzanos en la Causa de Estado. -Archivo de Indias. Estado–Quito:

Legajo 1º.- Por este acto atribuido a venalidad y por otros, llegó Arechaga a ser muy sospe-

Page 30: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Las razones no son obras de artificio, son la expresión bien me-ditada de una convicción firme, la enunciación leal y sincera de sus de-rechos, fruto de vigilias, en las que las condiciones del momento les ha-bían indicado la manera legal de realizar sus patrióticas aspiraciones.Los grandes hombres del año nueve no eran unos farsantes, el eruditoalegato de Quiroga no es obra de hipocresía; estudiando este preciosodocumento31, se descubre el verdadero pensamiento de los próceres.

América no es propiedad de España, su unión con la Metrópoliconsiste únicamente en la comunidad de Soberano; mas “si por desgra-cia falta éste y no hay sucesor legítimo, independencia de la Américacualquiera que sea su gobierno”. Si “no existe la autoridad suprema,tampoco sus representantes, porque siendo éstos emanaciones deaquella, dejando de existir la primera, dejan de existir todas las que sondependientes”. Para justificar el proyecto, bastaría con el ejemplo “que“ministra la Península… sus operaciones y procedimientos dan a Amé-rica la regla, el ejemplo y la norma que debe imitar en igual caso; por-que una misma acción que allí es heroica, no puede ser aquí un crimen,siendo nosotros igualmente hombres y vasallos de un mismo Sobe-rano”… Esta última proposición encierra en sí toda la doctrina de la pri-mera época de la Independencia: igualdad de derechos entre nacidos auno y otro lado del Atlántico, frase que adquiere su justo valor, cuandose tiene en cuenta que Quiroga recuerda la organización constitucionalde la antigua España, antes de que cortesanos y privados sofocasen elpoder de las Cortes, mediante actos usurpadores que, en ningún modo,hacen caducar los privilegios del pueblo; y téngase en cuenta la corrien-te política de España en aquel tiempo, que, si resiste a Napoleón, trans-forma también la Monarquía de absoluta en constitucional.

Meses después, consumada ya la revolución, cuando a Quitoacosaba por el Norte, el Sur y el Occidente, la rabia española, escribíael mismo Quiroga32: “Religión, Vasallaje y Patriotismo, son los objetosque se jura y manda observar la Junta Central, ¿quién pudo pues con-tradecirlos? ¿quién fue capaz de resistir su imperio? Nadie, porque to-do hombre conoce la fuerza de estos deberes esenciales… Aquí no hay

31

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

choso a las autoridades españolas.- Benito Pérez a Montes, Panamá, 23 de Marzo de 1811.-Información sumaria sobre Arechaga.- Quito, Mayo de 1813.- Archivo de Indias. Sevilla,126-3-11.

31 El Comercio. Quito, martes 10 de Agosto de 190932 “Representación de Quito al Exmo. Diputado del Virreinato del Perú, señor don José Silva

y Olave.- El Porvenir. Quito, 10 de Agosto de 1920.

Page 31: Academia Nacional de Historia Boletín 180

delito, ni puede haberlo, pues a más de ser tan santos los objetos yfines, son los mismos que tiene la Suprema Junta de la nación… Creía-mos que teníamos los mismos derechos que los pueblos de la Penínsu-la porque no somos ni menos hombres, ni menos vasallos de FernandoVII que los españoles europeos… Callamos… el desprecio, las vejacio-nes, la humillación y la adversidad con que hemos sido tratados, con elmayor ultraje y dureza. Día llegará en que se presenten a toda luz y seacrediten con pruebas justificables. Nos atrevemos a creer que si en losdemás países de América han sido tratados sus naturales con la dulzu-ra y suavidad que ordenan las leyes y en las presentes circunstanciasencarga la Suprema Junta; en Quito hemos sido considerados comobestias de carga y como esclavos destinados a arrastrar cadena de hie-rro. Ni el mérito, ni la virtud, ni el nacimiento, ni los talentos, ni otraalguna calidad han sido recomendación para el premio y la justicia.Envueltos en la indigencia y la oscuridad han acabado sus días, los queno han tenido el talento o la humillación de negociar por medio de unaabatida y vergonzosa lisonja…”

General ha sido la creencia de que estos documentos no son laexpresión sincera del pensamiento de los próceres, quienes, desde unprincipio concibieron y desearon la total emancipación de las colonias,mas no se atrevieron a reclamarla, por no herir los sentimientos de lasmasas; los que así discurren se ven obligados a falsear todo el procesohistórico de la separación, a ignorar hechos trascendentales ocurridoscon posterioridad y la psicología criolla, de principios del siglo XIX,irrogándoles a los próceres grave injuria, atribuyéndoles perjurios yengaños muy ajenos de almas generosas.

Aspiraban a gobernarse por sí mismos, a tener iguales dere-chos que los peninsulares, a poner término a la condición ilegal de va-sallos inferiores, regenerando el régimen colonial; estos deseos existíande antaño, apóstoles de la talla de Espejo predicaron la reforma; lossucesos de España prestaron ocasión propicia para realizarlos de mo-do, diremos constitucional; el tiempo, la resistencia española, los crí-menes cometidos y tolerados por el Gobierno peninsular, la naturalevolución de los hechos condujeron a América, no a la autonomía, a laindependencia y a la República. Los Convencionales del 89 pensaron,acaso, en convertir la Francia en República?

Apenas instalada la Junta Suprema, tratóse de realizar el atina-do plan de Espejo: América, al unísono, debía reasumir el ejercicio dela Soberanía y poner término a la opresión de los peninsulares.

32

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 32: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Para lograrlo, se dirigió ella no sólo a los Cabildos inmediatosa la Capital y que formaban parte del Reino de Quito, sino a los de ciu-dades lejanas. La relación de lo acontecido iba acompañada de claras yelocuentes exposiciones en las cuales se demostraba la justicia de lohecho y se incitaba a verificar idéntico movimiento.

Distinto fue el resultado de estas comunicaciones, según elnivel cultural y las condiciones especiales de las varias poblaciones; lasvillas inmediatas a Quito en las que se sentía no sólo el influjo guber-nativo de la Capital, sino el de su aristocracia, obedecieron la orden queles impartiera la Junta; en las más lejanas, rencores lugareños, rivalida-des de provincia ahogaron la voz de los patriotas; el influjo peninsular,más decisivo por la inferioridad del medio en que se ejercía, fue pre-ponderante; nadie se opuso al movimiento que imprimieran los gober-nadores, y ejércitos reaccionarios se pusieron en marcha sobre Quito.

Mas la voz de los patriotas no se perdió en el desierto: en Cara-cas, Emparán, noticioso de lo acaecido en Quito, se llenó de temor deque un hecho semejante pudiera realizarse dentro de los límites de suGobierno, y al saber que algunas personas tenían en su poder impresosrelativos a la Junta, las trató como reos de Estado, hizo preparativosbélicos y puso en agitación a Venezuela 33.

En Cartagena de Indias, el 1º. De Octubre, recibió el Cabildo lacomunicación de Selva-Alegre, datada en Quito el 20 de Agosto, acom-pañada de varios documentos, y, aun cuando no aprobó los mediosempleados en Quito, reconoció laudables los propósitos perseguidos.En la contestación decía. “Este Cabildo por una propia y funesta expe-riencia comprende muy bien cuán amargos y sensibles deben habersido a los ilustrados y fieles quiteños los grados de abajamiento y veja-ción por donde en los papeles que ha remitido a US. se expresa haber-les hecho pasar en las actuales circunstancias” 34.

Selva-Alegre se dirigió a Amar y Borbón, comunicándole loacontecido en Quito, mas lo hizo como persona particular, no como aalto funcionario. El Virrey consultó inmediatamente al Real Acuerdo,al que participó también las cartas que había recibido del Cabildo y delGobernador de Popayán, resolviéndose con el voto del Real Acuerdo aseparar Popayán de Quito, y que el pliego para el Ayuntamiento se

33

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

33 Blanco y Azpurúa.- Documentos etc., Vol. II, Caracas, 1875, Pág. 237.- Baralt y Díaz.-Resumen de la Historia de Venezuela. Vol I., Paris, 1841, Pág. 54.

34 Archivo Histórico Nacional de Madrid.- Consejo de Indias. Legajo 192.

Page 33: Academia Nacional de Historia Boletín 180

entregase al Alcalde de 2ª. Vara, el cual, al día siguiente, puso en manosdel Virrey el Acta del Cabildo, en la que aparecía que sólo un Vocal sepronunció detestando el proceder de Quito, mientras los demás pedí-an una reunión de notables para tratar sobre asunto tan grave. Resistióa un principio Amar, mas luego convino en ello; juntóse la Asamblea el7 de Septiembre por la mañana; con el mismo objeto, se verificó otra el11, presidida por el Virrey; en ésta “se advirtió notable acaloramientopara dar a conocer que debía formarse Junta Superior de Gobierno asemejanza de las aprobadas en las provincias de España… se pretendióen el curso de la sesión que debían ser deliberativos, no consultivos, losdictámenes. Afirmóse muy altivamente por lo más notables vecinos deBogotá que concurrieron, no sólo la licitud de lo hecho en Quito, sinola necesidad de imitarlo en Bogotá; fue entonces cuando Acevedo Gó-mez leyó parte del famoso Memorial de Agravios 35. Al tratarse de lossucesos de Agosto quedó moralmente verificada la revolución: el ejem-plo de nuestros próceres dio alientos a los de Santa Fe para sostenerante el primer Magistrado los derechos de los Americanos a gobernar-se; ante él se enunciaron, entonces, doctrinas que, en otras circunstan-cias, dichas en privado, habrían sido castigadas con años de presidio 36.

Los tres principales centros del Norte de América Meridionalse conmovieron profundamente con las proclamas de la Junta Sobe-rana instalada en Quito, que hicieron pensar a los criollos que había lle-gado el tiempo de realizar su aspiración: la de gobernarse por sí mis-mos; hablóse en público y en privado de los acontecido, regándose asífecunda semilla. Caracas, Cartagena y Bogotá tuvieron sucesivamente,sus Juntas, en cuya instalación no pudo menos de influir el ejemplo deQuito, por todos conocido. No en vano escribió Molina: “Este inicuo

34

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

35 Archivo Histórico Nacional de Madrid.- Consejo de Indias. Legajo 19236 A este respecto hay en la correspondencia del Sr. Ignacio Herrera, Procurador del Cabildo

de Santa Fe, en 1810, con el Ilmo. Sr. Cuero y Caicedo, interesantes datos que vamos a dara conocer en breve extracto.4 de Mayo de 1810.- En Bogotá se aprobaba el proceder de Quito y, teniendo muy vivos lossentimientos de fidelidad a Fernando VII, se quería acabar con todas las hechuras de Godoyy se tenía como necesario crear Juntas en todas las ciudades de América, para no quedar enesclavitud.5 de Junio de 1810.- Se viene al suelo la Monarquía española; Caracas y Barinas han insta-lado Juntas desconociendo a la Regencia.20 de Agosto, 1810.- La carta del Sr. Cuero y Caicedo sobre la opresión de Quito por Castillafue leída por muchas personas y produjo en Bogotá la más honda impresión. Santa Fe auxi-liará a Quito, para dar el merecido castigo a Ruiz de Castilla.-. Archivo de Indias de Sevilla.126-3-11.

Page 34: Academia Nacional de Historia Boletín 180

plan (el de la separación de España) se ha seguido ya por muchos luga-res de la América confederados con Quito o movidos de su ejemplo”37.

Fue Quito la primera, en lo que llegó a ser Gran Colombia, enconstituir un Gobierno independiente; sus próceres procedieron sinincitación extraña: no sabían ni podían saber que casi simultáneamen-te una población andina iniciaba también la magna lucha; las noticiasde la revolución de La Paz llegaron a Quito cuando ya el perjuro habíaentregado inermes a los patriotas a la venganza peninsular, el 22 deDiciembre de 1809 38.

******

Efímero fue el dominio de la Junta, que terminó su existenciaautónoma con las capitulaciones celebradas entre Castilla y don JuanJosé Guerrero, el 28 de Octubre; mas no terminó entonces su fructíferoejemplo, pues los criollos pudieron convencerse, una vez más, de cuánvanas eran las promesas de los gobernantes españoles y del ningún res-peto que había de la fe jurada, cuando creían que era obstáculo alestentóreo castigo de los que habían osado atentar contra los derechosde la Madre Patria. Repitiese en Quito la misma escandalosa traiciónque la que costó la vida a los Jefes Comuneros y a los Señores Indí-genas, no hacía 30 años.

¡Tremenda lección que volvió irreconciliables a realistas y pa-triotas; éstos supieron desde entonces, que no había cuartel, que losindultos eran vanos, que los gobernantes carecían de honor!!!

Vino luego la segunda revolución de Agosto, verdadero prin-cipio de la guerra a muerte. Los soldados de Fernando, con el aplauso39

de los mandatarios peninsulares, cometieron horrendos crímenes: de-rramóse la sangre de los patriotas, y también la del pueblo inocente ysumiso, que pagó con su vida el ser americano. Aquel día, la causa dela Independencia dejó de ser la de una gran parte de la aristocraciaquiteña, para ser popular.

Un historiador muy bien informado, pero nada inclinado aatribuir notable importancia a los hechos verificados en Quito, dice: “El

35

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

37 Molina al Presidente de la Regencia. Cuenca, 29 de Abril de 1811.- Archivo de Indias.Sevilla. 126-3-10

38 Oficio de Ruiz de Castilla al Virrey del Perú, don José de Abascal. Quito, 22 de Diciembrede 1810.. Vinieron comunicaciones para don José de Ascásubi y don Juan Larrea. BibliotecaJijón y Caamaño.

39 Biblioteca Jijón y Caamaño.- Expediente sobre premios a los soldados, por los hechos del 2de Agosto.- Ms. Original.

Page 35: Academia Nacional de Historia Boletín 180

2 de Agosto… tenía lugar en Quito un acontecimiento que por sí solohubiese sido bastante para conmover a toda América y hacer estallar larevolución continental…” “jamás pudo verse mejor concurso y coinci-dencias de hechos para justificar la revolución, aquella noticia era labrisa que soplaba sobre la yesca encendida; coincidiendo con la corres-pondencia de Caracas, según la cual en aquella ciudad fue recibida conentusiasmo y alborozo la revolución del 20 de Julio, se publicaba tam-bién en Bogotá lo sucedido en Quito y un bando para que la sociedadsantafereña se pusiese de luto por las víctimas de Ruiz de Castilla, porlas del Socorro y por las de Casanare, para todas las cuales se determi-nó la celebración de honras fúnebres; por una parte vino la conmisera-ción para con los mártires del patriotismo, por otra la excitación másfuribunda”40.

En Caracas, al recibir la noticia del 2 de Agosto, conmoviese elpueblo y pidió la expulsión de los españoles europeos y canarios, loscuales se alarmaron grandemente, no sólo los residentes en la Capital,sino los que vivían en la Guaira y otros y otros puntos. La Junta vene-zolana ordenó se celebrasen honras por las víctimas de Quito 41.

Otra consecuencia, no de orden externo como las anteriores,sino limitada a Quito, tuvo la conmoción del día 2, y fue que, en vistade la exaltación popular, de un ataque a la ciudad que se preparaba enlas afueras, probablemente, por el número de soldados muertos, que,se asegura en algunos documentos pasaban de cincuenta42, el realacuerdo capituló; pues de tal debe calificarse el acta celebrada el 4, cor-tando la Causa de Estado, ordenando la plena restitución en sus dere-chos a los patriotas sobrevivientes, la salida de la tropa de Lima y sureemplazo por otra nativa de Quito y, por último, el reconocer en sucargo de Comisario Regio a don Carlos Montúfar, hijo del Presidentede la Junta Suprema43.

36

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

40 Monsalve.- Antonio de Villavicencio. Bogotá, 1920, págs. 185 y 194.41 Revolución política de Venezuela.- Boletín de la Academia Nacional de Historia. Caracas,

1921. Vol,. IV, Pág. 326.Blanco y Azpurúa.- Documentos para la historia de la vida pública del Libertador. Vol. II,Pág. 660. Caracas, 1875.

42 Carta del Obispo Cuero a don Bernardo Roca. Quito, 7 de Agosto.- Archivo de Indias,Sevilla. 126-3-9.

43 Documentos del Real Acuerdo. Id. Id. Id.- La mala voluntad de Castilla para con Montúfarllegó al punto de interceptar una carta del Comisario Regio a su hermana doña Rosa, escri-ta desde Cartagena. Pensaba Castilla no recibir a don Carlos, lo que, según Villavicencio,sería, “la prueba de que ya ha llegado a su colmo el despotismo y la arbitrariedad”.- Villavi-cencio a Ruiz de Castilla, Santa Fe, 6 de Agosto de 1810.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-9.

Page 36: Academia Nacional de Historia Boletín 180

¿Quién negará que el pueblo de Quito triunfó de las autoridadesespañolas en la trágica jornada de Agosto? No fueron aquellas concesio-nes del Real Acuerdo, una palmaria derrota de la política española?.

Por Espejo, por la Junta Suprema, por el martirio de los próce-res, ejerció Quito su misión iniciadora, verdadero magisterio continen-tal; los hechos verificados en la ciudad andina alcanzaron, con su influ-jo, a toda la América española, fueron decisivos en el evolucionar de lasnaciones que formaron parte de la Gran Colombia

Por esto, Quito, que empleó su sangre y sus recursos para tra-zar a muchos pueblos, el camino de la heroica conquista de la libertad,conserva, como su más valiosa joya, el recuerdo de los sucesos deAgosto, que le dan puesto preeminente en la historia de la Indepen-dencia.

******

No terminó allí su gloriosa gestión, pues, aun cuando los acon-tecimientos de 1811 y 1812 no tuvieron la importancia americana quelos del bienio antecedente, demostraron que el pueblo que inició lalucha sabía continuarla con honra, hasta sucumbir heroicamente; pordesgracia, este período de nuestra historia es aún poco conocido; ennumerosas equivocaciones incurren, al tratarlo, los escritores, y mu-chos hechos se narran con menoscabo de la verdad, sufriendo, con ello,la reputación de sus actores.

Rectificar las narraciones corrientes, basándose en documentosauténticos, es obra larga y difícil; mas, requerida por la verdad y elpatriotismo44.

******Las quejas de los Americanos eran conocidas en la Península,

adonde había llegado ya noticia de los primeros estallidos de la revo-lución continental; absorbidas todas las fuerzas de la Madre Patria porla guerra contra el Emperador de los franceses, no podía enviar tropasa América y optó por remitir a las colonias unas cuantas líricas decla-raciones, juntamente con criollos influyentes encargados de la misión

37

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

44 El ser éste uno de los capítulos menos conocidos de la Historia de la Independencia deAmérica nos obliga a entrar en mayores detalles, para suplir las deficiencias de los tratados,a fin de que los lectores del MUNDO BOLIVARIANO, puedan completar así la informaciónde cómo las Repúblicas libertadas por Bolívar lucharon por emanciparse de España, condatos que no podrían encontrar en las obras que de este asunto tratan.

Page 37: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de “propender por el engrandecimiento y obediencia del Consejo queasumió el Gobierno en nombre de Fernando VII; que venían autoriza-dos para fomentar la creación de Juntas de Gobierno Provinciales, se-mejantes a la de Cádiz y con sujeción a la Regencia; que debían sumi-nistrar al Gobierno Central informes más detallados sobre la situaciónpolítica de las colonias y tomar nota de las quejas que los Americanostuviesen contra las autoridades españolas, para reformar lo que fuesenecesario y para arrancar de raíz los motivos de esas quejas; que debí-an trabajar eficazmente con el fin de extirpar la animadversión y losodios que tanto se hacían sentir entre los españoles europeos (chapeto-nes) y españoles americanos (criollos); que traían varios papeles públi-cos, documentos oficiales, manifiestos, proclamas, noticias sobre laguerras contra Bonaparte, y, en fin, que debían dirigir todos sus esfuer-zos a evitar la guerra civil y a mantener la integridad de la Patria espa-ñola, sin que estos dominios se separaran jurídica y políticamente de laGran Monarquía”45.

“Para Quito, fue destinado el Teniente coronel de Caballeríadon Carlos Montúfar, persona de muy relevante patriotismo, que habíahecho en la Península, campaña contra los ejércitos franceses, de probi-dad, talento e ilustración, que ya había entrado en la provincia de sunacimiento en sorteos para Diputado de Cortes, ya que, además detener muy buenas relaciones con lo más principal de la mejor sociedadde Quito (donde nació), era hijo del Marqués de Selva-Alegre, herma-no de don Pedro, pariente cercano de los Larreas, de muchos de losfautores de la revolución del 10 de Agosto de 1809; con estos antece-dentes y siendo rico, inteligente, patriota y acostumbrado a considerarla política desde los puntos más elevados, era el hombre mejor señala-do para la misión que se le confiaba”46.

El Comisario Regio legó a Quito después de la trágica jornadadel 2 de Agosto y cuando ya el Gobierno español se había visto obliga-do a ceder ante la irritación popular. ¿Qué podía hacer entonces paracumplir con su cometido y labrar la felicidad de la tierra nativa? Sóloun cambio tenía y era el organizar una Junta, compuesta de peninsula-res y criollos, que gobernasen por sí el Reino, sin faltar a la sumisión ala Regencia. ¿No eran éstas sus instrucciones? ¿En qué consistió latraición, dónde estuvo la infidencia? Tan verdadero es esto, que laRegencia no pudo menos que reconocer a la Junta de Quito.

38

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

45 Monsalve.- Antonio de Villavicencio, Bogotá, 1920, Vol. I, Pág.72.46 Id. Id.- Vol. I, Pág. 71.

Page 38: Academia Nacional de Historia Boletín 180

A Montúfar le recibió su Patria como a un redentor; mas losGobernadores peninsulares de las provincias vecinas, no pudiendo su-frir que los criollos se gobernasen por sí mismos y erigiéndose en supe-riores a la soberanía de que dependían, declararon crimen de Estado loque ésta autorizaba; la Regencia, por otra parte, abandonó a sus envia-dos, sin cancelar los nombramientos: creyó adormecer a incautos yorganizó las fuerzas americanas. La guerra, las medidas de violenciano partieron de los patriotas; ellos se limitaron a usar del derecho quetodos los sucesivo Gobiernos de la Península reconocieron en las pro-vincias europeas de la dominación española. Montúfar cumplió conlas instrucciones de su mandante; los patriotas procuraron la autono-mía nacional, a la que, por la naturaleza, por los sucesos políticos deEspaña de principios del siglo pasado, podían y debían aspirar legíti-mamente: no fueron rebeldes, reivindicaron un derecho sagrado.

Los Gobiernos de la Península reconocieron las justicia de lacausa americana; mas creyeron que bastaban buenas palabras y hermo-sotas frases; conducta hipócrita y débil: por escrito y a medias concedí-an lo que de hecho negaban y toleraban a sus representantes que agra-vasen el mal de que gemían los criollos.

******En los dos años y meses que duró nuestro segundo Gobierno

autónomo, Quito debió arrostrar toda clase de sufrimientos; fueron, sinduda, los más agudos de los provenientes del riguroso bloqueo queimpusieron los españoles. Cuenca, no obstante tener en su seno algu-nos vecinos insurgentes, como se llamaban los partidarios de la Inde-pendencia, por el influjo de su Obispo, Quintián Ponte y Andrade, ydel Gobernador, don Melchor de Aymerich, gozaba con ser interina-mente la Capital del Reino, opuso tenaz resistencia a los ejércitos liber-tadores; Guayaquil que, por un curioso juego de la fortuna, declaró el9 de Octubre de 181047 guerra a Quito, fue una sólida base para las ope-raciones que, desde el Perú, organizaba el Virrey Abascal; Pasto, indo-mable refugio del coloniaje, amenazaba al nuevo Estado por el Norte.

Toda comunicación con el exterior era imposible, apenas si laocupación de Esmeraldas fue momentáneo alivio; los peninsulares,

39

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

47 Acta del Cabildo Civil de Guayaquil con asistencia de los Diputados a Cortes, J. J. de Olme-do y Vicente Rocafuerte.- -Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-9.

Page 39: Academia Nacional de Historia Boletín 180

señores aún del Pacífico, bien pronto ocuparon el puerto, que, por lofragoso del camino que lo unía a la Sierra, era no sólo indefendible,sino de poco provecho.

Las nuevas del exterior debían pasar por el tamiz chapetón, yningún producto extranjero podía llegar a Quito; felizmente, situadoen una comarca rica, cuya agricultura produce la mayor parte de losalimentos necesarios al hombre civilizado, tardó en sufrir las conse-cuencias de su aislamiento: no faltaban en el interior ciertas manufac-turas, obreros hábiles en todas las artes continuaron proveyendo a lasnecesidades más imperiosas; mas, a la par que muchos objetos que pu-diéramos llamar de lujo, faltó uno de primera necesidad, la sal: desdetiempos prehistóricos, la que se consumía en el callejón interandino eraelaborada en la costa de Guayaquil, que surtía con tan indispensableartículo, hasta a las poblaciones de Pasto; las escasas y malas salinasdel callejón interandino no bastaban para las necesidades de la pobla-ción, y artículo tan indispensable llegó a ser objeto de lujo, usado conparsimonia en las mesas de los potentados48.

El estancamiento del comercio produjo la miseria en las pobla-ciones de tratantes, el malestar financiero en las ciudades; los ejércitosenviados por la Junta habían consumido el dinero en sus expediciones,había escasez de numerario y la pobreza era alarmante.

El Gobierno patriota, aún mal establecido, había carecido de laenergía suficiente para mantener el orden interno; algunos pacíficoscampesinos convertidos en soldados y provistos de armas, encontran-do cómoda la vida aventurera, se habían trocado en ladrones y asola-ban las campiñas 49 .

La agricultura, desprovista de los brazos que se destinaban a ladefensa de la Patria, no era suficiente para satisfacer las necesidadesdel pueblo.

Aunque la fábrica de pólvora de Latacunga producía artículotan necesario para la guerra, no por eso era menor la carencia de per-trechos. Con justicia, escribe un contemporáneo: “El pueblo de Quitono se dejó vencer por cobardía… La causa se perdió con la muerte desus atletas y si el terreno se dejó al enemigo, fue cuando no hubo unasola bala que arrojarle. En esa larga campaña se agotaron todos los

40

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

48 Salazar.- Recuerdos. Quito, 1854, págs. 83 y 84.49 Edicto de Cuero y Caicedo, 8 de Agosto de 1812.- Archivo de Indias, Sevilla. Est. 126, Caj. 3,

Leg. 11.

Page 40: Academia Nacional de Historia Boletín 180

arbitrios meditados para proporcionar un parque de guerra que fo-mentara la contienda. Se consumieron las campanas, las piezas debronce de los trapiches, las pesas de los relojes y hasta los tinteros deplomo. Las escuelas de niños se empleaban con afán y asidua contrac-ción en redondear piedras que suplían la falta de balas de plomo obronce; y toda la población, sin exceptuar el sexo débil, se había con-vertido en una especie de maestranza. ¿Pero qué medio hay para sal-varse y salvar la santa causa de la libertad de las garras del despotis-mo, cuando faltan los instrumentos o materiales del combate?Cediendo el ejército patriota, no al valor de los invasores, sino a la esca-sez de los propios medios de defensa, tuvo que acabar su campañabatiéndose en San Antonio, con balas de barro y consumiendo sus últi-mas reliquias en las orillas de Yahuarcocha”50.

La situación mediterránea de Quito, causa fue de su venci-miento, mas no de inutilidad de sus esfuerzos: Nueva Granada lucha-ba, en esa época, heroicamente por la libertad; por momentos, las fuer-zas realistas primaban sobre los patriotas; en ocasiones, la balanza seinclinaba favorable a las que luchaban por la Independencia, sin lograrninguno de los partidos aniquilar definitivamente al contrario; la ex-tensión del territorio, dividido en secciones geográficamente indepen-dientes entre sí, el apoyo de Cartagena, la comunicación con Venezue-la, fueron factores que impidieron la destrucción de los patriotas. Massi la resistencia de Quito no hubiera impedido la acción conjunta de lastropas del Virreinato de Nueva Granada con las del Virrey de Lima, nohabría sido, quizás, otro el resultado? ¿No era el Perú el centro de ladominación española?

No fue la victoria de Montes con su expedición organizada enel Perú la que preparó la ocupación del Cauca por Sámano y obligó aNariño a emprender la campaña del Sur, en la cual fue deshecho el ejér-cito patriota por los soldados que ocupaban Quito? Puede, acaso, cal-cularse cuán distinta habría sido la situación de los granadinos, si no sehubiese visto Nariño en la necesidad de defender la frontera meridio-nal; cuál habría sido el resultado de la guerra, si las derrotas del 13 y 14se hubieran experimentado dos años antes?.

41

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

50 Impugnación al folleto titulado “Defensa en compendio a los libertadores del Ecuador”.Quito, Mayo 2 de 1840.- Reimprimiose el mismo año en Guayaquil; es un folleto políticode aquella época, pero muy valioso para la Historia de la Independencia. Véase, además,sobre el empleo del plomo de las cañerías para fabricar balas.- Monroy. El muy R. P. FrayAntonio Albán.- Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos.Vol. IV, págs. 121 y siguientes.

Page 41: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Quito, no obstante su desfavorable situación, no se contentócon la guerra defensiva, organizó varias expediciones: contra Cuenca yPasto.

******

Don Carlos Montúfar, al instalar la Junta Superior de Gobierno(27 de Septiembre de 1810), hizo algo menos que los próceres deAgosto: la nueva institución no era Soberana y estaba, en parte, forma-da por las autoridades españolas; Quito reconocía al Consejo de la Re-gencia, mientras se mantuviese en un lugar de la Península, libre deldominio francés y en guerra con José Bonaparte, quedando, en casocontrario y en el de trasladarse a América, libres los quiteños para esco-ger el modo de gobernarse. La Junta dependía sólo del Consejo de laRegencia.51

Esta Junta fue aprobada por la Regencia, en Real Orden de 14de Mayo de 1811; debía subsistir hasta que las Cortes resolviesen laConstitución de la Nación española; un mes antes, había Larrumbidecomunicado al Presidente de Quito esta resolución, que se conocía yaaquí el 8 de Octubre52. Desde entonces, el Gobierno de Quito era legí-timo, aun para los peninsulares. Tardía providencia, tropas quiteñashabían conducido la feliz campaña sobre Pasto, y la primera expedi-ción del Sur parecía garantizar que no sería el territorio de Quito inva-dido por el Sur.

En Febrero de 1811, Selva Alegre, verdadero Jefe del Gobierno,aunque sólo fuera el Vicepresidente de la Junta, se felicitaba por “lalibertad americana que tan gloriosamente se ha proclamado en estasfelices regiones, sin faltar a la fidelidad debida a nuestro legítimo So-berano”53; mas las opiniones corrientes en Quito eran ya bastante avan-zadas: el Dr. Rodríguez, en el Cabildo Abierto que se celebró paradeclarar guerra a Tacón, el 4 de Julio, dijo a don Carlos Montúfar quehasta cuándo estaban con la simpleza del reconocimiento a la Regenciay que ya era tiempo sustituyese el título de Comisario Regio, por el de

42

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

51 Expedientillo sobre la instalación de la Junta.- Archivo de Indias, Sevilla. Estante 126, Cajón3, Legajo 9.

52 El Ayuntamiento de Guayaquil al Secretario de Estado. Guayaquil, 25 de Octubre de 1811.-Larrumbide al Presidente de Quito, Cádiz, 14 de Abril de 1811.- Castilla al Gobernador deGuayaquil. Quito, 8 de Octubre de 1811. Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.

53 Selva-Alegre a la Junta del Socorro. Quito, 20 de Febrero de 1811.- Id. Id. Id.

Page 42: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Comandante de las fuerzas de Quito; don Joaquín de Araujo, Repre-sentante de Riobamba, aseguraba que el Provisor Caicedo había dichoque la obediencia aparente a las Cortes era sólo hasta tener más fuer-zas y que a Fernando sólo obedecerían cuando residiese en América54.Ya el 6 de Marzo había escrito a su amigo don Joaquín de Arrieta quea “las Cortes más nulas que la Regencia misma, aquí ad majora malavitanda las hemos reconocido sin jurarlas y bajo la condición de: sinperjuicio de nuestro actual sistema y de la igualdad de Diputados quedeben haber de América y España” 55. Y aún se afirmaba que el presbí-tero Vizcaíno decía que si viese al Rey le asestaría un tiro de pistola56.

El Presidente de Popayán, sobrino del Obispo y Jefe del Go-bierno de Quito, le escribía a éste, el 28 de Noviembre, desde Pasto:que ya era tiempo de romper con España que se arruinaba; que las Cor-tes de Cádiz pensaban trasladarse a México, para mejor esclavizar aAmérica; y añadía, admirado, “y todavía habrá obcecados que adorenesa falsa deidad”57.

Castilla vivía recluido en el Palacio, con solo un paje, reducidoa la impotencia58.

Así, el pueblo, lejos de felicitarse por el reconocimiento de laRegencia, pues, estando ya reunidas las Cortes, era poco menos quenugatorio y porque, siendo puramente temporáneo y condicional, pa-recíale ser tan sólo anuncio de nuevas calamidades, como las del 2 deAgosto, ocasionadas por los tratados de Castilla con Guerrero, al díasiguiente de publicada la Real Orden, el 11 de Octubre se amotinó,pidiendo la expulsión del Presidente español y su reemplazo con elObispo Cuero y Caicedo, en lo que la Junta convino; resolviese, ade-más, que mensualmente se celebrase un Cabildo Abierto, para tratardel bien de la Patria, y se sabía que el primer asunto a discutir era el dela sumisión a la Regencia 59.

El 4 de Diciembre instalóse el Congreso que debía organizar elReino60; antes de su instalación, Riobamba, por medio de un Cabildo

43

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

54 Declaración del Dr. José María Plaza de los Reyes.- Id- id. Id.55 Archivo de Indias, Sevilla. 126-3-10.56 Declaración del Dr. José María Plaza de los Reyes.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.57 Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.58 Declaración del Dr. José María Plaza de los Reyes.- Archivo de Indias, Sevilla. 126-3-1059 Carta del Dr. Aguilar al Cabildo de Riobamba. Quito, 12 de Octubre de 1811.- Archivo de

Indias, Sevilla, 126-3-11.60 Actas del Cabildo Metropolitano. Libro 22.

Page 43: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Público, había declarado, a petición del Síndico Procurador, don Fernando Velasco, su resolución de permanecer unida a Quito mientras serespetasen sus derechos, y, en caso contrario, o de que se desconociesela autoridad de la Regencia, defenderse con las armas 61.

El Cabildo Catedral, consultado por el Magistral RodríguezSoto, acerca de la total separación de la Regencia, manifestó que su re-presentante debía votar por la sumisión a las autoridades españolas 62,el 11, el Ayuntamiento, negase a jurar al Congreso, por no ser un cuer-po soberano, “sino una superioridad del mismo género que la JuntaGubernativa, en quien sólo hemos reconocido las facultades del Virrei-nato”, y ofreciendo jurar la Constitución, si ella es “capaz de asegurarla felicidad de la provincia”63.

Aun cuando el 4 se instalara el Congreso, hasta el 6 no habíacomenzado sus labores64; mas el 11, reunidos en la Sala del palacioPresidencial de la Capital del Reino de Quito, el Obispo Presidente ylos miembros del Supremo Congreso, propuso Cuero y Caicedo, comocuestión previa, “si debían las provincias reunidas y constituyentesseguir en el reconocimiento prestado anteriormente por esta Capital alConsejo de la Regencia y a las Cortes congregadas extraordinariamen-te en la Isla de León, obedeciéndose sus órdenes como de una sobera-nía supletoria y representativa de toda la Nación, o si, por el contrario,debía entenderse ahora para lo sucesivo reasumido el ejercicio de lasoberanía respectiva a las provincias comprendidas en este distrito,para proceder, bajo este principio inconcuso, a expedir con toda fran-queza y libertad todas las órdenes y providencias relativas al arreglode la administración pública, dependiente únicamente este Estado dela actividad privativa y suprema de nuestro legítimo Rey, don Fer-nando de Borbón, durante su cautiverio, hasta que se restituya a la legí-tima posesión de sus derechos absolutamente libre de la dominaciónfrancesa e influjo de Bonaparte”. Discutida la proposición del ObispoPresidente y teniendo en cuenta: que la Regencia no había concedidoigualdad de representación a las provincias americanas y peninsulares;

44

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

61 Acta del Cabildo de Riobamba y exposición del Síndico Procurador. Riobamba, 4 deDiciembre de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11-

62 Acta del Cabildo Eclesiástico de Quito, de 4 de diciembre de 1811.- Archivo de Indias,Sevilla, 126-3-11.

63 Actas del Cabildo Civil de Quito de 1811.- Archivo Municipal.64 “El Congreso cuyas sesiones van a empezar”. Acta del Ayuntamiento del 6 de Diciembre de

1811.- Archivo Municipal.

Page 44: Academia Nacional de Historia Boletín 180

que no había resistido con éxito a los franceses, se resolvió a pluralidadde votos, por la independencia, recomendando la confederación conlas provincias granadinas, cuyos intereses y derechos son comunes conlos de Quito para el bien de la “sagrada causa americana”65.

El 29 de Enero de 1812, remitió Molina el Proyecto de Consti-tución, escrito por el Maestraescuela, doctor don Calixto Miranda, do-cumento aún inédito y valiosísimo para conocer las opiniones co-rrientes en esa época. Séanos permitido transcribir la “Declaración Pri-mera–del Reyno y su soberano”.

“Declara que siguiendo el estilo de la antigüedad se llame estereyno el Reyno de Quito y que sus límites y términos sean como debenser, conforme a las antiguas leyes de su demarcación guardadas hastala presente.- Declara que este Reyno no puede agregarse a otro cual-quier Estado sea de Europa, sea de la América, no desmembrándoselealguna de las provincias, que son, y han sido partes integrantes de él.-Declara que, en consecuencia, de los reconocimientos que tiene hechosno es ni puede ser otro el Rey de este Reyno que el dicho Señor donFernando VII que debe reinar en él con arreglo a las Leyes, y juntandoen esta Capital de Quito las Cortes que deben ser con los Diputados deella y de las Ciudades, Villas y Asiento del reyno para todos y cada unode los casos de que hablan las Leyes de esta materia.- Declara que noreynando personalmente en este Reyno y no residiendo en esta suCapital de Quito el mismo Rey don Fernando lo gobernará soberana-mente a su real nombre y teniendo las Cortes arriba dichas un SenadoSupremo Conservador del Reyno de que se hablará luego, quien, enconsideración a los daños y estragos pasados, nunca permitirá que nide la Península de cuyas Cortes se ha declarado y declara independien-te, ni de otra cualquiera parte vengan acá Gobernadores, Jueces y Em-pleados, que, por lo común, no han traído ni traerían otras miras que

45

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

65 Acta del Soberano Congreso. Quito, 11 de Diciembre de 1911.- Archivo de Indias, Sevilla,126-3-11.- Firmaron esta acta: el señor Cuero como Presidente; el Marqués de Selva –Alegre,Vicepresidente; Dn. Manuel Zambrano, representante del Ayuntamiento; Calixto Miranda,de Ibarra; Rodríguez Soto, del Cabildo Eclesiástico; Prudencio Váscones, del Clero Secular;Fray Alvaro Guerrero, del regular; el Marqués de Villa Orellana y don Mariano GuillermoValdivieso, de la nobleza; Manuel Larrea, por el barrio de Santa Bárbara; Manuel Matheu,por el de San Marcos; Mariano Merizalde, por el de San roque; Miguel Antonio Rodríguez,por el de San Blas; el Dr. Francisco Aguilar, por Riobamba; el Dr. José Manuel Flores, porLatacunga; Miguel Suárez, por Ambato; José Antonio Pontón, por Alausí; Antonio Ante,por Guaranda; Luis Quijano, Secretario de Estado; Salvador Murgueitio, de Gracia, Justiciay Hacienda.

Page 45: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de las de volverse cargados de oro y plata, dejando este Reyno cada díamás pobre y más atrasado en las ciencias, artes y policía que sustentane ilustran un Estado”66 .

El Soberano Congreso promulgó la Constitución el 15 de Fe-brero; entre el texto sancionado y el proyecto del Dr. Miranda se notamucha diferencia, sin duda, debida a haberse adoptado el formuladopor el doctor don Miguel Rodríguez 67.

Cuán pequeño fuera hasta entonces el influjo de las doctrinasenseñadas en El Contrato Social nos dan a conocer “Los artículos delpacto solemne de Sociedad y Unión entre las provincias que forman elEstado de Quito”, cuya concepción es enteramente tomista, según lasdoctrinas enseñadas en la Política y su interpretación por Suárez enJustitia et Jure, no porque en Quito se ignorasen los principios de laciencia francesa del siglo XVIII: tan intenso era el deseo de ilustrarse delos criollos, que los libros de introducción prohibida, por voluminososque fueran, llegaban hasta las breñas andinas: en mi biblioteca conser-vo un ejemplar de la Grand Enciclopedie, trasmitido por herencia desdela Colonia.

“El pueblo Soberano del Estado de Quito, se lee en la Consti-tución legítimamente representado, en uso de los imprescindibles dere-chos que Dios mismo, cono autor de la naturaleza, ha conferido a loshombres para conservar su libertad y proveer cuanto sea convenientea su seguridad, prosperidad de todos y de cada uno en particular… enconsecuencia de haber reasumido los pueblos de la Dominación Espa-ñola, por las disposiciones de la Providencia Divina y orden de losacontecimientos humanos, la soberanía que, originalmente, reside enellos; persuadidos de que el fin de toda asociación política es la conser-vación de los derechos del hombre, por medio del establecimiento deuna autoridad política que lo dirija y gobierne… por un pacto solemney recíproco convenio de todos los Diputados sanciona… la Constitu-ción del Estado”.

“El Estado de Quito es y será independiente, reza la Constitu-ción, de otro Estado y Gobierno, en cuanto a su administración y eco-nomía interior, reservando a la disposición y acuerdo del Congreso Ge-

46

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

66 Archivo Histórico Nacional de Madrid.- Consejo de Indias. Legajo 194.67 Núñez del Arco.- Estado General que manifiesta a los sujetos empleados en esta ciudad, con

notas exactas y verdaderas de la conducta que ha observado cada uno de ellos y de otrosindividuos particulares. Quito, 1813.

Page 46: Academia Nacional de Historia Boletín 180

neral todo lo que tiene trascendencia al interés público de toda Amé-rica, o a los Estados de ella que quieran confederarse. La forma de Go-bierno… popular y representativa”.

La unión con la metrópoli queda determinada en la prescrip-ción siguiente: “En prueba de su antiguo amor y fidelidad constantehacia las personas de sus pasados Reyes, protesta este Estado que reco-noce y reconocerá por Monarca al Señor don Fernando VII, siempreque libre de la dominación francesa y seguro de cualquier influjo deamistad y parentesco con el Tirano de Europa pueda reinar, sin perjui-cio de esta Constitución”.

El mismo día que se dictaba la Carta Fundamental se eligieronlos funcionarios, indistintamente entre sanchistas y montufaristas 68

El juramento que en esa época se exigía terminaba con la pro-mesa de acatar las órdenes que dictaba el Congreso, “en obsequio de laReligión, del Rey y de la Patria” 69

Quedaba, pues, en virtud de estas leyes, roto todo vínculo conla Península, mas no con el Rey: se había consumado la revolución quese iniciara en el motín del Estanco, Viva el Rey! Abajo el mal Gobierno!.Los quiteños debían gobernarse por sí mismos, sin intromisión extra-ña, bajo la soberanía de un Monarca constitucional, que sería el mismoque el de España. Sólo la guerra, el continuo acumulamiento de odioque provocaba en los Americanos la resistencia de los peninsulares, susviolentas represalias, la palmaria contradicción entre las líricas declara-ciones de los Gobiernos españoles, concediendo igualdad de derechosa los nacidos a uno y otro lado del Atlántico, y la violenta negación deestos mismos cuando se trataba de hacerlos prácticos condujeron a loscriollos a renegar de su Rey. ¿No era forzoso que procedieran así cuan-do el Monarca que regía el inmenso Imperio español exponía a la Me-trópoli, a la guerra intestina, a los males de una invasión extranjera,estando tan vivo el recuerdo de los destrozos causados por las fuerzasnapoleónicas, por su ningún respeto a la fe jurada, aceptando y dero-gando alternativamente la Constitución que se diera la Península? ¿Noeran las felonías de Fernando, el Deseado, iguales y peores que las deRuiz de Castilla, de tan triste recuerdo para nuestros patriotas?.

En sustancia, era la misma la posición de Quito con respecto a

47

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

68 Acta de la elección de funcionarios.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.69 Juramento al Congreso.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.- La Constitución la publicó

don Celiano Monge con el título: Documento de oro.

Page 47: Academia Nacional de Historia Boletín 180

la Corona que la asumida por Cundinamarca desde el 28 de Febrero de181170. El Congreso de Nueva Granada, al dictar el “Acta de federaciónde las Provincias Unidas”, el 27 de Noviembre de 1811, parecía conser-var igual dependencia del Monarca, ya que sólo desconoce “la autori-dad del Poder Ejecutivo o Regencia de España, Cortes de Cádiz, Tri-bunales de Justicias y cualquier otra autoridad subrogada o sustituidapor las actuales, o los pueblos de la Península” 71; así, hasta el 16 de Ju-lio de 1813, no proclamó Cundinamarca su absoluta independencia, yAntioquia lo hizo el 11 de Agosto. El Congreso de Venezuela, al insta-larse en Caracas el 2 de Marzo de 1811, juró conservar los derechos deFernando y no obedecer a ningún Gobierno creado por los pueblos de laPenínsula72; más el 5 de Julio declaró su absoluta independencia. Car-tagena rompió los vínculos con el Soberano, el 11 de Noviembre de 1811.

Las derrotas en Panecillo y San Antonio, la total aniquilaciónde las fuerzas patriotas impidieron la completa evolución del puebloquiteño hacia la independencia; mas cuán populares eran las ideas deautonomía, lo dice Molina con claridad, en oficio dirigido a la Regenciadesde Cuenca, el 28 de Abril de 1811.“La experiencia tiene acreditada que las ideas características de laProvincia de Quito son, desde su cuna, propensas a revolución e inde-pendencia. Este es el espíritu que ha animado a los padres, ésta la lecheque ha alimentado a los hijos, esto en lo que fundan su soñada felici-dad, esto por lo que suspiran, esto, en fin, en lo que tienen puestas susmiras y lo que meditan sin interrupción, como el negocio más impor-tante. Una serie no interrumpida de pruebas convence que, por másque en apariencia duerman, velan sobre esta materia y que en tiempode mayor quietud no cesan de tratar en silencio los arbitrios de poneren práctica sus designios. El reconocimiento, sujeción y obediencia a lasoberanía, es y ha sido siempre, estimado en el interior de sus corazo-nes como un yugo duro e insoportable que ha procurado sacudir.”

“Se atribuyen las continuas conmociones sólo a uno que otroespíritu descontento, a la plebe, o a otro motivo de esta naturaleza.Señor, nada de esto es efectivo. Han venido siempre muy enlazadas lasoperaciones del pueblo alto y bajo de Quito, han sido tan comunes a

48

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

70 Boletín de Historia y Antigüedades. Bogotá, 1909, págs. 526 a 529.71 Restrepo.- Historia de la Revolución de la República de Colombia.- Documentos, Vo. VIII,

París, 1827, Pág. 224. 72 Blanco y Azpurúa.- Op. cit., Vol. III, Pág. 27.

Page 48: Academia Nacional de Historia Boletín 180

uno y otro, que jamás se ha movido éste sin el influjo de aquél, ni jamásel bajo se ha negado a condescender con el alto. Por esto es que entreel uno y el otro hay tal liga, que no se observa cuasi distinción de per-sonas ni de grados” 73

******

Una de las condiciones que el Gobierno español se vio forzadoa aceptar después de la jornada del 2 de Agosto, fue la de recibir comoComisionado Regio a don Carlos Montúfar y Larrea.

Castilla y los partidarios de los chapetones, nacidos en uno yotro lado del Atlántico, no podían forjarse ilusiones acerca del resulta-do de la llegada a Quito del nuevo funcionario; era criollo, y estohubiese bastado para hacerle sospechoso; pero era hijo del Marqués deSelva-Alegre y, por consiguiente, protegería a su padre y, con él, a todoslos patriotas a quienes el bando contrario habría deseado aniquilar.

Fiel a su comisión que le confiara la Regencia, don Carlos obtu-vo que la reconociese el Cabildo de Popayán, en donde dejó estableci-da una Junta semejante a las muchas que existían en España, y acelerósu viaje a Quito, por exigirlo las necesidades de “esta desgraciada pro-vincia”, y estuvo en esta ciudad el 12 de Septiembre de 1810, encon-trando sumida a la población en la mayor confusión, por la desconfian-za que reinaba entre el pueblo y el Gobierno.

“Mi principal objeto”, escribía pocos días después a laRegencia, “es tranquilizar” al pueblo, “procediendo en todo de acuer-do con el Gobierno y conciliando las obligaciones de vasallo y compa-triota, a pesar de que el actual Jefe, preocupado al principio de ideasadversas sugeridas por el espíritu de partido de las personas mal inten-cionadas, se manifestó poco satisfecho de mi comisión” 74.

Siete días después de su llegada, Montúfar, bien enterado ya,sin duda, de la situación de Quito, principió a ejercer su benéficamisión: reuniéronse, en efecto, el 19, el Obispo, el Provisor Manuel JoséCaicedo, Joaquín Sánchez de Orellana, Tomás Arrechaga, Joaquín Pé-rez de Anda, Pedro Jacinto de Escobar, Francisco Javier Salazar, ManuelGuillermo Valdivieso, representantes de los Cabildos Civil y Eclesiás-tico, del clero, la nobleza, y el Fiscal y Asesor interino, bajo la presiden-

49

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

73 Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.74 Montúfar a la Regencia. Quito, 21 de Septiembre de 1810.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-

3-9.

Page 49: Academia Nacional de Historia Boletín 180

cia de Castilla y Montúfar, y resolvieron constituir una Junta Superiorde Gobierno, sólo sujeta a la Regencia y compuesta del Presidente de laAudiencia, el Comisionado Regio, un representante de cada uno de losCabildos, dos del clero, dos de la nobleza y uno de cada barrio de laciudad. Esta resolución debía someterse a la aprobación de un Cabildopúblico, que se reunió al siguiente día y determinó que la Junta tuvie-se un Vicepresidente, nombrado por elección el día que se inaugurase,así como un Secretario, que sería uno de los vocales de ella.

El 22, instalóse la Junta, compuesta del Conde Ruiz de Castilla,que la presidía, del Vicepresidente Marqués de Selva-Alegre, y sietevocales.

El 28, los miembros de la Junta juraron sostener la ReligiónCatólica, defender en estos dominios los derechos de Fernando VII,procurar el bien de la Nación, prometiendo reconocer al Consejo de laRegencia75.

La legalidad de lo hecho en Quito fue reconocida por el Go-bierno peninsular, como ya lo hemos manifestado; mas no opinaron deigual modo las autoridades españolas de las provincias dependientesde Quito, ni el Virrey del Perú.

Mientras Riobamba sólo el 10 de Octubre se adhirió a la Junta76,Guayaquil y Cuenca se manifestaron hostiles al nuevo orden de cosas.

Desde los sucesos de Agosto del año anterior, las Goberna-ciones de guayaquil y Cuenca habían sido arbitrariamente segregadasdel Reino de Quito por Abascal e incorporadas al Virreinado de Lima,hecho contra el cual protestó Montúfar, en nota dirigida al Ayun-tamiento Guayaquileño, comunicándole su arribo a la Capital y su in-tención de trasladarse al puerto, en cuando le permitieran las ocupacio-nes inherentes a su alto cargo, en prosecución del cual iría a ese lugar.

Reunióse, con esta comunicación, extraordinariamente el Ca-bildo y respondió que, estando quieta y satisfecha esa provincia con lasprovidencias dictadas por el Virrey Abascal, no pase a ella Montúfar,mientras no resuelvan las autoridades superiores acerca de la demar-cación del territorio de la Audiencia de Quito77. La Junta comunicó a

50

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

75 Expedientillo sobre la instalación de la Junta.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-9.76 El Cabildo nombró su representante al Dr. Dn. Francisco Aguilar.- Acta del Cabildo Público

de la fecha indicada.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.77 Montúfar al Cabildo de Guayaquil. Quito, 22 de Septiembre de 1810.- Acta del Cabildo de

Guayaquil de 28 de Septiembre.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-9-

Page 50: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Guayaquil su instalación, pidiendo que, previo el reconocimiento de suautoridad, nombrase dos diputados para que formen parte del flaman-te Gobierno; a lo cual fue rotunda la negativa del Ayuntamiento gua-yaquileño, que se mostró hostil y amenazante contra el nuevo régimen,al cual, abiertamente desconoció, invocando el apoyo del Virrey deLima contra la Capital del Reino de Quito, de cuya unión y dependen-cia se declaró desligado (9 e 0ctubre)78.La situación en que se encontraba de hecho la Junta superior era muyclara. Bien podía don Carlos haber procedido de acuerdo con las ins-trucciones de la Regencia; podían en Quito continuar obedeciendo a laMetrópoli y aun elegir diputados79 para las Cortes (20 y 23 de Octubre);mas las autoridades de las provincias vecinas desconocían el derechode los criollos a intervenir en el Gobierno de su Patria. No les quedabaa los patriotas sino el someterse a los Gobernadores limítrofes, resig-narse a ser tratados como traidores o acudir a las armas, para defendersus derechos.

Por otra parte, Castilla, siguiendo su política falaz y traicione-ra, deseaba ya desde el 21 de Septiembre salir de Quito, sin duda, paraatacar a la Junta que él mismo presidía; por lo cual, ésta negase al pedi-do, el 17 de Noviembre del mismo año 80.

Una de las estipulaciones del Real Acuerdo, cuando capitulócon el pueblo de Quito el 4 de Agosto, fue que saliese del Reino deQuito, el ejército auxiliar venido de los Virreinatos contiguos; condi-ción que cumplióse tan sólo a medias, pues la tropa de Panamá y Limaavanzó lentamente y con desgano hasta Guaranda, en donde dio mues-tras de querer establecer cuartel.

Así, pues, en Quito tomáronse medidas para la defensa y parasometer a los Gobernadores que, dependiendo de Quito, se negaban areconocer a la Junta.

El mes de Octubre transcurrió, no obstante, en relativa quie-tud, quizás en expectación de la actitud que asumiera el nuevo Presi-dente don Joaquín Molina, nombrado en reemplazo del Conde Ruiz deCastilla.

51

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

78 Montúfar y Castilla al Cabildo de Guayaquil, 28 de Septiembre de 1810.- Acta del Cabildode Guayaquil. 9 de Octubre de 1810.- Id. id. id.

79 Fue elegido el Conde de Puñónrostro. Actas del Cabildo de Quito de 20y 23 de Octubre de1810.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.

80 Castilla a la Regencia. Quito, 21 de Octubre de 1810.- Castilla a la Junta, 9 de Noviembre.-La Junta a Castilla, 17 de Noviembre de 1810.- Archivo de Indias, Sevilla. 126-3-9.

Page 51: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Molina se encontraba en Lima cuando recibió el nombramien-to y pensó trasladarse inmediatamente a Quito; pero, sabedor de la ins-talación de la segunda Junta, quiso consultar primero la opinión deAbascal. Este manifestóle su consejo de amigo, que no prosiguiera elviaje; mas, al día siguiente, trasmitióle la resolución de la junta y acuer-do, celebrado el 25 de Octubre, de que fuese inmediatamente a Gua-yaquil, en donde podía tomar las providencias conducentes a que lorecibiesen en Quito, y, en caso de no lograrlo, se posesionara del Go-bierno en Cuenca; advirtiendo, además, que, en vista de la incapacidaden que se encontraba el Virrey propietario de Santa Fe, de ejercer elcargo, anexas a la Presidencia de Quito, quedaban las facultades virrei-nales 81.

Antes de transcurrir veinticuatro horas (26 de Octubre),, seembarcaba Molina en el Callao, con dirección a Guayaquil, habiéndoseprimeramente dirigido al presidente de Quito y al Cabildo, participán-doles su nombramiento 82. A lo cual contestó el Conde que, en vista delos despachos que debía tener, le entregaría el mando en las mismascondiciones en que él lo tenía, esto es, como Presidente de la Junta 83.El Cabildo Civil se limitó a felicitar a Molina por su elección, de la quedecía tener conocimiento por comunicaciones de Abascal 84.

Al llegar a Guayaquil (7 de Noviembre), encontró Molina estasrespuestas y un oficio de don Carlos Montúfar, en que se ponía enduda la legitimidad de su nombramiento 85. Objetábase que Molina nopodía ejercer la Presidencia, si antes, como se mandaba en su nombra-miento, no rendía pleito-homenaje en manos del Virrey de Santa Fe 86.

La Junta y Montúfar dirigiéronse, días después, a Molina, pro-testando contra la intromisión de Abascal, que no tenía jurisdicción enQuito 87.

En este estado las cosas, Molina despachó a Quito, con apa-riencias de parlamentario, para que presentase original su nombra-miento y disipase cualquier duda, al Capitán de Fragata Joaquín Vi-

52

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

81 Abascal a Molina. Lima, 25 de Octubre de 1810.- Archivo de Indias, Sevilla. 126-3-9.82 Molina a la Regencia.- Archivo de Indias. Id, id, id.83 Castilla a Molina. Quito, 7 de Noviembre de 1810.- Id, id, id.84 El Cabildo Civil a Molina. Quito, 7 de Noviembre de 1810. Archivo de Indias, Sevilla, 126-

3-10.85 Molina a la Regencia. Id, id, id.86 Molina a Castilla. Guayaquil, 16 de Diciembre 1810. Id, id, id.87 La Junta, Molina y Montúfar a id. Quito, 26 de Noviembre de 1810. Id, id, id.

Page 52: Academia Nacional de Historia Boletín 180

llalba, que lo era también del puerto de Guayaquil. El objeto principaldel viaje de Villalba era ganar tiempo y estudiar los puntos vulnerablesde las fuerzas patriotas 88.

El Presidente electo comunicó la designación del Comisionadoa Castilla, el 15 de Noviembre e instruyó a Villalba que solicitase, desdeGuaranda, un pasaporte a la Junta, para seguir a Quito, el que le fueconcedido el 28 del mismo mes89. En Quito (7 de Diciembre) fue éstemuy mal recibido por el pueblo, ya que su llegada a Guaranda habíacoincidido con medidas violentas, tales como la confiscación de bienesde los quiteños; así fue reducido a prisión, mientras masas exaltadasvictimaban al Oidor Fuertes, Amaryal, Administrador de Correos, JoséVergara y Gavira90.

La actitud hostil contra Villalba se justificaba, ya que mal seavenía el envío de un emisario de paz con las medidas de guerra quetomaba Molina, tales como cortar toda comunicación con Quito y otrassemejantes91. Por intervención de don Carlos, la prisión de Villalba fuela mansión de los Selva-Alegres, y, al día siguiente de su arribo, seentendió con la Junta, que se había reunido para oír las proposicionesdel enviado de Molina, calmar la efervescencia del pueblo e impedirque se repitiesen atentados contra los peninsulares, como los que sehabían verificado la víspera92.

Mas resultó que el enviado carecía de todo poder; mal pudo laJunta llegar, pues, con él a ningún acuerdo; convínose tan sólo en so-meter a la aprobación de Molina el retiro de las tropas que se encontra-ban en Guaranda y que éste no pasase a Quito, mientras la Regenciaresuelva sobre la legitimidad de la Junta93.

En este sentido escribió Villalba94 a su mandante, elogiando,

53

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

88 Molina al Secretario de Estado. Guayaquil, 29 de Diciembre de 1810.- Molina a Abascal. Id,10 de Diciembre. Molina a la regencia s.f.- Molina a Abascal. Guayaquil, 23 de Noviembrede 1810.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3- 9.

89 Molina a Castilla. Guayaquil, 15 de Noviembre de 1810. Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.- Pasaporte otorgado por la Junta. Id, id, 126-3-9.

90 Molina al I Secretario de Estado. Guayaquil, 29 de Diciembre de 1810. Archivo de Indias,Sevilla, 126-3-9.

91 Molina a Abascal. Guayaquil, 29 de Diciembre de 1810. Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.92 Molina a Abascal. Guayaquil, 29 de Diciembre de 1810. Id, id, id.93 Id, id. Caicedo a Arrieta. Quito, 21 de Diciembre de 1810.. Id, id, id.94 Después de la toma de Guaranda, regresó Villalba, acompañado de Bejarano, sano y Salvo

a Guaranda. Marqués de la Concordia (Abascal). Extracto de las Providencias expedidaspor él…. y Relación del estado en que deja los Reynos del Perú, Quito, Chile y Provinciasaltas de Buenos Aires, en los diez años de su gobierno. 1816, Biblioteca Bodleiana. Oxford.Ms. Adda. C. 18 Vol. II, fol, 74 v.

Page 53: Academia Nacional de Historia Boletín 180

además, al nuevo Gobierno y ponderando la libertad de que gozabaCastilla; a cuyo documento no dio importancia Molina, por no estarcontrasignado, como había convenido con Villalba95.

Sabedor Molina de los aprietos en que se encontraba su envia-do, convocó en Guayaquil una Junta, en la que se resolvió hacer res-ponsables de cualquier desacato que se hiciera a la persona de Villalba,a los miembros de la Junta, y, reclamando su regreso a Guayaquil, ata-car a los patriotas96 Con tal ultimátum se ofreció a ir a Quito, el patricioguayaquileño Coronel Jacinto Bejarano97, quien encontró a Montúfar enAmbato y de cuya actuación hablaremos luego. Bejarano era muy sos-pechoso para los peninsulares, tanto que Cucalón, sólo por ser su sobri-no y haberse educado en Francia, prohibió a don Vicente Rocafuerteque fuese a Panamá, para donde tenía pasaporte de la Audiencia98.

Antes de la llegada de Molina a Guayaquil, se habían recibidoya varias comunicaciones de los realistas de Quito, urgiendo la necesi-dad de guarnecer a Guaranda, en donde se encontraba parte de las tro-pas despachadas de Quito por Ruiz de Castilla; por lo cual, reunióseuna Junta de Guerra el 8 de Noviembre, con asistencia de Cucalón ytodos los Jefes militares que se encontraban en el puerto, en la cual seresolvió que permaneciesen en Guaranda las fuerzas venidas de Pa-namá, regresando sólo el Comandante Alderete, y disciplinar las mili-cias del lugar 99.

El 16 del mismo mes, tenía conocimiento Alderete de que laJunta movilizaba gente de Ambato y Riobamba contra sus fuerzas; y suempeño por recoger milicianos no tuvo otro resultado que descubrirque, en los pueblos inmediatos, sobre todo, en Guanujo, los indios, pororden de los curas, fabricaban dardos y lanzas de chonta para auxiliara los quiteños100.

La caballería patriota se hallaba en Riobamba, al mando dedon Joaquín Zaldumbide 101; y Molina, de acuerdo con el dictamen dela Junta de Guerra, celebrada el 19, remitió a Guaranda cuatro compa-

54

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

95 Molina a Abascal. Guayaquil, 18 de Diciembre de 1810. Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-9.96 Molina a Castilla. Guayaquil, 23 de Diciembre de 1810. Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.97 Molina a Abascal. Guayaquil, 29 de Diciembre de 1810.- Archivo de Indias, Sevilla. 126-3-9.98 Lagomarcino a Abascal. Guayaquil, 6 de Julio de 1810. Id, id, id.99 Acta de la Junta de guerra, de la fecha.- Id, id. 126-3-10100 Alderete a Gaspar Morales, Guaranda, 16 de Noviembre de 1810. Documentos sobre la

conducta del doctor Prudencio Vásconez. Id., id., 126-3-9.101 Molina a Zaldumbide. Guayaquil, 16 de Diciembre de 1810.- Id., Id., 126-3-10.

Page 54: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ñías de Pardos del Real de Lima, con igual número de piezas de artille-ría, y, por último, diez días después, todo el resto del ejército quecomandaba Arredondo102. Mientras tanto, dirigía proclamas a los mora-dores de los lugares vecinos a Quito y aun a los de la misma ciudad,llamándolos a la obediencia103 y enviaba airadas notas a Montúfar y asus compañeros, ordenándoles que disolviesen la Junta104.

Mientras iban y venían estas comunicaciones, el Coronel Be-jarano vagaba entre Ambato y Guaranda, conferenciando ya con Mon-túfar, ya con Arredondo; viajes que no eran inútiles para la causa ame-ricana. Montúfar, con su ejército mal armado y equipado (todas lasfuerzas de la Junta no llegaban a 1600 hombres y sólo en Cuenca había1400 soldados realistas), se dirigía sobre Guaranda, en donde Arre-dondo mandaba 1.000 hombres veteranos, en su mayor parte, y provis-to de suficiente armamento105, cuando llegó el Coronel Bejarano delcuartel patriota y expuso cuán inútil sería la resistencia a Montúfar;sus razonamientos inspiraron terror a los que en las conciencias sentí-an culpabilidad por los sucesos de Agosto y resolvieron retirarse106,mientras las avanzadas patriotas rompían fuegos107.

Aquello no fue retirada, sino precipitada derrota; Arredondosalió a pie, de noche, por los fragosos caminos, abandonando víveres,vestidos, animales, pertrechos y artillería. Había caminado un cuartode legua, cuando pensó en regresar y batir al enemigo, era tarde: suejército carecía de todo elemento de guerra108. La retirada realista fueprecipitada; los patriotas persiguieron la derrota hasta Pozuelos, endonde tomaron prisioneros, no obstante las torrenciales lluvias que im-pedían los movimientos del ejército. Gil, que hacía de gobernador deGuayaquil, colocó las fuerzas que le quedaban disponibles en Bo-degas109.

55

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

102 Actas de las Juntas de Guerra de 19 y 29 de Noviembre celebradas en Guayaquil.- Id., id.,126-3-10.

103 Proclamas de 28 y 30 de Noviembre.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.104 Molina a Castilla. 29 de Noviembre de 1810.- Molina a Montúfar, 16 de Diciembre de 1810.-

Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.105 Molina a Abascal. Guayaquil, 29 de Diciembre de 1810.- Id., id., 126-3-9.106 Arredondo a un amigo. San Miguel, 31 de Diciembre de 1810.- Id., id., 126-3-10107 Cevallos (Pedro Fermín).- Resumen de la Historia del Ecuador. Guayaquil, 1886, Vol. III,

Pág. 100.108 Arredondo a un amigo. San Miguel, 31 de Diciembre de 1810.- Archivo de Indias, Sevilla,

126-3-10.109 Molina a la Regencia, s.f.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.

Page 55: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Don Melchor de Aimerich, Gobernador de Cuenca, guarnecía,mientras tanto, con sus fuerzas el nudo del Azuay.

Después de la derrota que sufriera Arredondo en Guaranda,convencido Molina de la imposibilidad en que se encontraba de llegara Quito para posesionarse de la Presidencia, optó por ir a Cuenca y allí,siguiendo las órdenes de Abascal, hacerse reconocer por el Cabildocomo Presidente del Reino de Quito. Salió, en efecto, de Guayaquil, el18 de Enero de 1811110, y tras largo y penosísimo viaje por la vía deNaranjal, llegó a Cuenca, el 29, y, el mismo día, tomó posesión de sucargo111. Iba a obrar, no ya como electo, sino Jefe efectivo del Gobierno,si bien la Junta Superior le objetaba que, siendo Presidente de Quito,mal podía posesionarse en Cuenca.

Vencedor en Guaranda, dirigióse don Carlos, desde Guasun-tos, el 24 de Enero de 1811, al Cabildo de Cuenca, recordándole cómoQuito había sido, dos años antes, invadido por las provincias limítro-fes, dependientes de la Capital del Reino, y por soldados extraños, cau-santes de las desgracias del 2 de Agosto; por lo cual y por ser legítimoel Gobierno de la Junta, antes de atacar a Cuenca, hacía un llamamien-to a la paz, proponiendo el desarme de los ejércitos beligerantes112. ElCabildo se mostró bien dispuesto a aceptar lo que se le proponía, siem-pre que en ello conviniere Molina, a quien, dos días antes, había reco-nocido como Presidente113. La Junta, por su parte, el 7 de Febrero, te-niendo en cuenta que el Cabildo de Cuenca había reconocido a Molina,quien ejecutó actos de hostilidad contra la Junta, y que no podía ejercerla Presidencia, por varios vicios legales en su nombramiento y en elacto de posesionarse; que había aceptado la protección del Virrey delPerú, y que Quito debía recuperar sus derechos de Capital, conminó alCabildo cuencano que, caso de no reconocer inmediatamente a la Jun-ta, el ejército de ésta avanzaría sobre la ciudad114. Esta resolución la tras-mitió don Carlos desde su Cuartel General, que, el 18, se encontraba enEl Puyal, comunicando que avanzaba con las tropas hacia el Sur115.

56

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

110 Molina a la Regencia, s.f.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.111 Molina al I Secretario de Estado. Cuenca, 6 de Febrero de 1811.- Id.id.id.112 Montúfar al Cabildo de Cuenca. Guasunto, 24 de Enero de 1811.- Archivo de Indias,

Sevilla, 126-3-10.113 Acta del Cabildo de cuenca de 31 de Enero de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.114 Acta de la Junta Superior de 7 de Febrero de 1811. Id, id, id.115 Montúfar al Cabildo de cuenca.- Puyal, 18 de Febrero de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla,

126-3-10.

Page 56: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En Cuenca había muchos e influyentes patriotas, tales comolos Alcaldes Fernando Valdivieso y Francisco Javier Maldonado, elAférez Real don Manuel Rada, el Escribano Ignacio Pazmiño, el doctorJoaquín de Salazar, el doctor Joaquín Chiriboga, don Juan Alvarez ydon Manuel Chica, quienes se juntaban en casa del último, en la habi-tación de Rada, para tratar del modo de recibir a las fuerzas quiteñas yde establecer luego otra Junta en esa ciudad116.La situación de las autoridades españolas era tan precaria, que un día,cuando se acercaban las tropas quiteñas, Molina hizo tocar generala yse presentaron tan pocos vecinos, que, en vez de reunir a los milicianosen la plaza, los juntó en el patio de su casa117.

Nada extraño fue, pues, el que el Cabildo, al recibir la notifica-ción de la Junta y el oficio de Montúfar, oyese complacido la lectura deestos documentos118; por lo cual, Molina renunció, el 19, el ejercicio dela Presidencia119, mientras el día anterior habían salido ya, con destinoa Guayaquil, el Obispo Quintián120, el Fiscal de la Audiencia121, el Se-cretario de Molina y el Oidor Manzanos122. El Cabildo aceptó inmedia-tamente la renuncia del Presidente, quien, el 20, en pleno día y con todaostentación, abandonó la ciudad, dirigiéndose al Valle, caserío de in-dios, a legua y media de Cuenca123. Entretanto, las tropas quiteñas ba-tieron a Aimerich en Paredones, y éste, con alguna pérdida, se replegóa Verdeloma124, perseguido de cerca por Montúfar, que, el 20, acampa-ba en Cañar, mientras, el mismo día, la ciudad de Cuenca, por órgano desu Ayuntamiento, se sometía a la Junta125. Montúfar debió según elProvisor Caicedo, fortificarse en Cañar, ya que era imposible pasar ade-lante por la lluvias126; mas sin duda, conocedor don Carlos de la actitudde los patriotas cuencanos y lo acontecido el 20, después de dirigir un

57

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

116 Molina a la Regencia. Cuenca, 29 de Diciembre de 1811.- Id, id, id.117 Causa de Estado contra Pazmiño.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.118 Molina a Francisco Saavedra. Cuenca, 29 de Febrero de 1811.- Id, id, id.119 Molina al Cabildo de Cuenca. Cuenca, 19 de Febrero de 1811.- Id, id, id.120 Molina a la Regencia, s.f.- Id, id, id.121 La presencia de los Oidores fue de gran provecho para Molina, aun cuando sólo se instaló

la Audiencia en Cuenca en Enero de 1812.- Molina a Abascal. Cuenca, 14 de Enero de 1812.Copiador de oficios al Virrey del Perú.- Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño.

122 Molina a Saavedra. Cuenca, 29 de Febrero de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10123 Id, id, id.124 Id, id, id, y Molina a la Regencia, s. f.- Id, id, id.125 Acta del Cabildo de cuenca de 20 de Febrero de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.126 Caicedo a Arrieta. Quito, 6 de Marzo de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.

Page 57: Academia Nacional de Historia Boletín 180

nuevo oficio al Ayuntamiento, con perentorio plazo de dos días127 pararendir la plaza, avanzó precipitadamente, dejando atrás el parque y lasvituallas; pero la sublevación de los indios de Juncal, que impidió lascomunicaciones con la retaguardia, y la imprevista reacción realista en laciudad, en donde, el 21, se reunieron más de 8.000 hombres128, el regresode Molina, quien reasumió las funciones que había renunciado 129, pusie-ron al Jefe quiteño en posición peligrosa y en la necesidad de retroce-der a Cañar, movimiento que no pudo realizar sin grave desorganiza-ción de su ejército, como la deserción de milicianos, la fuga de losindios de Riobamba con las bestias que conducían los bagages y perte-chos militares130; por lo cual, los patriotas debieron repasar el Azuay,perseguidos por Aimerich hasta Paredones, y rehacerse en Alausí, nosin haber dejado en poder del enemigo 4 oficiales y 7 u 8 soldados131.

Las fuerzas comandadas por Montúfar, lejos de detenerse en lafrontera de la Gobernación de Cuenca, seguras de que Molina no toma-ría la ofensiva132, convencidas de que para ello carecía de fuerzas, retro-cedieron hasta Quito, en donde fueron recibidas en triunfo, el 1º. deAbril133. Una de las causas que se aducían para este imprudente movi-miento era el haber ordenado las Cortes, que ya estaban instaladas,que, reconocida su autoridad, cesen las hostilidades y se olviden lasdesavenencias anteriores134, indulto que Molina había trasmitido aQuito, el 31 de Marzo135.

Una de las mayores preocupaciones de la Junta fue el podercomunicarse con el exterior, para lo cual envió una expedición a Es-meraldas; mas, atacadas por mar las tropas quiteñas, los realistas ocu-paron Esmeraldas y Tumaco136.

Don Carlos Montúfar, al venir a Quito, no obstante la premurade su viaje, dejó instalada en Popayán la Junta de Seguridad Pública;

58

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

127 Montúfar al Cabildo de Cuenca. Cañar, 22 de Febrero de 1811.- Id, id, id.128 Varios vecinos de Cuenca a Molina. Cuenca, 21 de Febrero de 1811.- Id, id, id.129 Molina a Saavedra. Cuenca, 29 de Marzo de 1811.- Id, id, id.- Molina regresó el 22 de

Febrero.130 Cevallos. Op. cit., Vol. III, págs. 102 a 104.- El Cabildo de cuenca dirigió dos intimidacio-

nes a Montúfar, la una el 23, la otra el 27 de Febrero. Actas de estas fechas. Archivo deIndias, Sevilla, 126-3-10.

131 Molina a la Regencia, s.f.- Id, id, id.132 Caicedo a Arrieta. Quito, 6 de Abril de 1811.- Id, id, id.133 Id, id, id.134 Ruiz de Castilla al Gobernador de Guayaquil. Quito, 30 de Abril de 1811.- Id, id, id.135 Molina al Cabildo de Quito.- Cuenca, 31 de Marzo de 1811.- Id, id, id.136 Cevallos. Op. cit., Vol. III, Pág. 105.

Page 58: Academia Nacional de Historia Boletín 180

faltaba entonces en la ciudad caucana el ambiente propicio como enQuito, en donde lo habían formado los sucesos de 1809, haciendo via-ble una institución compuesta de criollos y autoridades españolas des-tinada a dar autonomía a los países americanos; de allí que, al andar depoco tiempo, virtualmente desapareciese la Junta y quedase como úni-ca autoridad el Gobernador don Miguel Tacón.

Las ciudades del Cauca, en vista de esto, se separaron de laJunta de Seguridad Pública y de adhirieron a la Junta de Santa Fe, algu-nas, como Cali, sólo provisionalmente hasta que se reuniese el CongresoGeneral del Nuevo Reino137 y poniéndose en armas, con el auxilio de lastropas bogotanas mandadas por Baraya, vencieron a Tacón en Palacé, el28 de Marzo, quedando el campo en poder de los patriotas, quienes ata-caron a Popayán a media noche, de cuyo lugar no pudo retirar Tacón nilos pertrechos, ni a su propia familia, mientras él, con algunos de loscapitulares realistas y otros pocos acompañantes, se dirigió a Pasto, adonde llegó en el más lamentable estado, el 3 de Abril. 138

El Gobierno de Tacón representaba a la dominación españolaintransigente y opresora de los criollos, al igual que Molina, aun cuan-do el Gobernador de Popayán hubiese momentáneamente aceptado laorganización que a su provincia diera don Carlos Montúfar. Las ciuda-des del Cauca, si no habían desconocido la autoridad de su Rey, habí-an roto ya con la Regencia. La Junta de Quito, que conservaba la unióncon las autoridades de la Metrópoli y era, al mismo tiempo, Gobiernoautónomo americano, se creyó llamada a intervenir en el conflicto quese suscitaba al Norte de su territorio, en provincias que caían en el dis-trito judicial de Quito.

La Junta de Quito, que ya, el 20 de Febrero, había manifestadosus simpatías a la del Socorro, ofreció oportunamente su mediación aTacón y a las ciudades amigas, lo que no obstó a que nuevamente, el 20de Abril, se dirigiese a Baraya, simpatizando con la causa por él defen-dida, y a Tacón reprobando su conducta y presentándose otra vez co-mo mediadora139.

Tacón sin descuidarse de guarnecer el territorio en que era obe-decido contra un posible ataque de Quito, pues colocó 100 hombres de

59

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

137 La Junta Superior de Gobierno de las ciudades amigas del Valle del Cauca al Cabildo dePopayán. Cali, 14 de Marzo de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.

138 Noticias de Pasto. 8 de Abril de 1811.- Id, id, id.139 Selva-Alegre a Baraya.- Quito, 20 de Abril de 1811.- Id. a Tacón.- Archivo de Indias, Sevilla,

126-3-10.

Page 59: Academia Nacional de Historia Boletín 180

guarnición140 propuso que don Carlos Montúfar fuese a Tocuaya ha-cienda situada sobre el Guáitara, a conferenciar con los delegados delCabildo de Barbacoas y demás poblaciones realistas14. Temerosos lospatriotas quiteños, sin duda, de que don Carlos se internase en territo-rio enemigo, dando por aceptada la negociación, indicaron que la con-ferencia debía ser en Carlosama y que Tacón estaba obligado a facilitarlas comunicaciones entre Cundinamarca y Quito142. Mas tanto el Cabil-do de Pasto como Tacón replicaron que las conferencias eran una dili-gencia previa a las negociaciones de paz143; con lo cual éstas quedaronfrustradas.

Los acontecimientos desarrollados en el Norte eran para lospatriotas quiteños de suma trascendencia: si por medios pacíficos o porla fuerza de las armas se establecía en Pasto un Gobierno americano,Quito quedaba libre de amenazas por el Norte, pudiendo emplear todasu fuerza para someter a Molina y en contacto con los demás pueblosamericanos que combatían por su autonomía: de allí el que el quiteñoJosé Diego Sánchez, párroco de Ancuya, comisionado por la Junta pararemitir las correspondencias a Baraya, pidiese a éste que colocase undestacamento en El Castigo, para mantener expedita la comunicaciónentre Quito y Popayán e impedir que Tacón remitiese fondos a Bar-bacoas144; de allí que la Junta, encomendando la dirección de la campa-ña a don Pedro Montúfar, principiase la movilización de sus fuerzashacia el Norte, el 3 de Mayo145, llegando el Jefe a la cabeza de 300 hom-bres, que conducían 4 cañones, a Ibarra, pocos días después146.

Sea para informarse de los preparativos bélicos de los patrio-tas, sea para entablar comunicaciones con los realistas de Quito, llegóa esta ciudad, de improviso y secretamente, el Capitán Antonio Meri-zalde, militar preeminente en el ejército de Pasto, el cual fue reducidoa prisión. Simultáneamente con estos acontecimientos, Tacón concen-

60

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

140 Pedro Montúfar a Quito, 21 de Abril de 1811.- Id, id. id.141 Tacón a Ruiz de Castilla. Pasto, 28 de Abril de 1811.- Id, id, id.142 Castilla a Tacón. Quito, 7 de Mayo de 1811.- Id al Cabildo de Ppoayán.- Id a Baraya.- Id a

Vicepresidente de la Junta de Santa Fe.- Id al Cabildo de Pasto. – Id, id, id.143 El Cabildo de Pasto a Castilla. Pasto, 18 de Mayo.- Tacón a id, 21 de Mayo de 1811.-. Archi-

vo de Indias, Sevilla, 126-3-10.144 José Diego Sánchez a Baraya. Ancuya, 27 de Abril de 1811..- Id, id, id.145 Documentos sobre la insurrección de Quito, mandados copiar por el Presidente Ramírez

en los Archivos de la ciudad.- Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño.146 Pedro Montúfar a Domingo de Gangotena. Ibarra, 9 de mayo de 1811.- Archivo de Indias,

Sevilla, 126-3-10.

Page 60: Academia Nacional de Historia Boletín 180

tró sus fuerzas en la frontera con Quito y de dirigió a Cuenca y Guaya-quil, pidiendo que se atacase a los patriotas por el Sur.147

Un Cabildo abierto, celebrado en Quito el 4 de Julio, declaró laguerra al Gobierno de Pasto148 y el valeroso don Pedro Montúfar fran-queó el Carchi, no obstante la resistencia de los pastusos, venció a Ta-cón cerca de Cuaspud y el Chupadero, pasando victorioso el Guáita-ra149; después de reñida y peligrosa campaña, ocupó a Pasto el 22 deSeptiembre de 1811, habiendo facilitado al presidente de Popayán, donJoaquín Caicedo y Cuero, el paso casi infranqueable del Juanambú150.

Libre Pasto, invencible reducto del coloniaje, pudo el Presiden-te de Popayán trasladarse a Quito: a reclamar la ciudad de Pasto, comoparte integrante de la Gobernación de Popayán, lo que, en mala horaconsiguió; a obtener la devolución de los caudales llevados por Tacóna esa ciudad después de la derrota en Palacé, y a concluir tratados dealianza y límites entre las dos Juntas.

Algún tiempo permaneció en Quito, Caicedo, quien no pudoconservar a Pasto, que, pocos meses después con grave pérdida para lacausa americana, volvió a poder de los realistas 151.

Por Septiembre del año siguiente, las guarniciones quiteñas dela frontera fueron atacadas, y las tropas patriotas obtuvieron tan seña-lados triunfos, que, a no ser por la aproximación de Montes a la Capi-tal, habrían recuperado la plaza de Pasto152.

Ya en Mayo de 1811, manifestábanse algunos patriotas descon-tentos del proceder de don Carlos Montúfar, quien pudo, según eldecir de éstos, ocupar a Cuenca sin ningún combate, y que deseabapermanecer en equilibrio entre ser Comisionado de la Regencia y Jefede las fuerzas de Quito, por apego al regio cargo y por prudencia, pen-sando que, gracias al carácter de que estaba investido, podría evitar

61

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

147 El Gobernador de Guayaquil al I Secretario de Estado. Guayaquil, 14 de Julio de 1811.- ElCabildo de Popayán al Gobernador de Guayaquil. Pasto, 21 de Mayo de 1811. Molina alRey. Cuenca, 14 de Mayo de 1811.- Informe de Aimerich. Cuenca, 17 de Julio de 1811.-Tacón a Castilla. 7 de Marzo de 1811.- Archivo de Indias, 126-3-10.

148 Declaración del doctor José María Plaza de los Reyes.- Id, id, id.149 Los soldados que vencieron en Guapuscal podían “traer por distintivo un parche peque-

ño, encarnado, con un rotulito bordado que diga Guáitara”. Acta de la Junta de 5 deNoviembre de 1811.- Documentos sobre la insurrección de Quito, mandados copias por elPresidente Ramírez en los Archivos de la ciudad. Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño.

150 Cevallos. Op. cit., Vol. III, págs. 106 a 112.151 Cevallos. Op. cit., Vol. III, Pág….152 Id. Op. cit., Vol. III, pág. …

Page 61: Academia Nacional de Historia Boletín 180

futuras desgracias153; se decía, además, que la Junta había reconvenidoa don Carlos por su retirada de Cuenca154.

Por estos motivos, quizás, permanecía don Carlos Montúfaralejado del mando del ejército155; y fue su tío don Pedro el que cubrióde laureles las armas patriotas en su gloriosa expedición contra Pasto,mientras el Coronel Francisco Calderón comandaba ya en Julio el ejér-cito que mantenía la Junta en la frontera con Cuenca y Guayaquil156.

Ya en otro lugar recordamos cómo en octubre fue depuesto porel pueblo, el Conde Ruiz de Castilla, que, hasta entonces, ejercía laPresidencia de la Junta, mientras el Vicepresidente, el Marqués deSelva-Alegre, era el verdadero Jefe del Gobierno; aquel acto, al parecer,de ninguna importancia, significaba: el romper de la organizaciónmixta, española y americana de la Junta; el dar al traste con el equili-brio que tan esmeradamente quería guardar don Carlos Montúfar.¿Quién iba a reemplazar al anciano Conde?. Parecía que el llamado aejercer la Presidencia era Selva-Alegre; mas el designado fue el Ilmo.Cuero y Caicedo, Obispo de Quito. Transacción entre dos bandos con-tendientes, triunfo, acaso, de los rivales de los Montúfares o designa-ción debida al prestigio y méritos del obispo, ante los cuales se eclipsa-ron las aspiraciones de don Juan Pío Montúfar y las de don JacintoSánchez de Orellana Marqués de Villa Orellana? El hecho es que yaentonces andaban desunidos los patriotas, y, a juicio del Presidente dePopayán, el único que podía mantener la paz era el Obispo, su tío157.

Al promulgarse la Constitución, se designaron los funcionariosdel nuevo Estado, indistintamente, entre los dos bandos, sin exceptuarni a los mismos jefes de éstos. Sin embargo, los sanchistas creyeronverse pospuestos, abandonaron la Capital y se trasladaron a Latacun-ga, el 24 del mismo mes, desde donde llamaron a Calderón, el cual des-guarneciendo la frontera, se presentó en Quito158, a imponer el dominiodel partido al que pertenecía159. Fueron perseguidos los Montúfares, y,

62

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

153 Caicedo a Arrieta. Quito, Mayo de 1811.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-10.154 Molina al Gobernador de Guayaquil. Cuenca, 14 de Marzo de 1811.- Id, id, id.155 Actuaba como Comandante General hasta Enero de 1812, aun cuando no tomara parte acti-

va en la dirección de las expediciones.- Documentos sobre la insurrección de Quito, etc.156 Molina a Abascal. Cuenca, 29 de Julio de 1811.- Archivo de Indias, -Sevilla, 126-3-10.157 Caicedo al Ilmo. Cuero y Caicedo. Pasto, 28 de Noviembre de 1811.- Archivo de Indias,

Sevilla, 126-3-11.158 Una de las causas para la revolución sanchista era el haber demorado la salida de la 2ª.

Expedición contra Cuenca, resuelta en Octubre de 1811.- Acta del Congreso de 16 de Mayode 1812.- Documentos sobre la insurrección de Quito etc., etc.

159 Cevallos. Op. cit., Vol. III, págs. 121 y 122.

Page 62: Academia Nacional de Historia Boletín 180

en un momento de extravío, llegó a someterse a prisión a doña Rosa,hija del Marqués de Selva-Alegre160, acusando a éste de aspirar al títulode Rey de Quito161.La expedición que venció a Pasto fue costeada, en parte, con dinerosparticulares, y, sometida esta ciudad, parecía urgente desalojar a Moli-na de Cuenca162; se pensó entonces en organizar una nueva expediciónal Sur, comandada por Calderón, y cuyas expensas fueron sufragadaspor don Mariano Guillermo Valdivieso163, quien prestó 80.000 pesoscon este objeto164.

Salió de Quito un brillante ejército, más en apariencia que enrealidad, el 1º. De Abril de 1812, y avanzó hasta Paredones, en dondelos patriotas obtuvieron brillante triunfo sobre una parte del ejércitorealista, el 16 de Junio. Prosiguió Calderón hasta Biblián, donde le salióal encuentro el Teniente coronel Antonio María del Valle con el gruesodel ejército peninsular; antes de la batalla librada en Verdeloma, el 24de Junio, mediaron serios disgustos entre Calderón y sus subalternospartidarios de Montúfar, lo que no fue obstáculo para que en la refrie-ga todos obrasen con valor y cumpliesen con su deber165. Vencieron lospatriotas y suyo quedó el campo; mas no fue tal la victoria, que les per-mitiese avanzar sobre Cuenca; fue la de Verdeloma una de aquellasacciones gloriosas, pero de poco provecho166 en las que, si el contrario

63

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

160 Selva Alegre – Exposición al Congreso Soberano, 1812 – Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño161 San Miguel. Vista Fiscal en la 2ª. Causa de Estado al Obispo Cuero. Quito, 2 de Marzo de

1812 – Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.162 La declaración de guerra a Cuenca se hizo el 27 de Diciembre de 1911 – Molina a Abascal.

Cuenca, 29 de Enero de 1812. Copiador de oficios al Virrey del Perú.- Ms. Biblioteca Jijóny Caamaño.

163 Durante el Gobierno sanchista, don Mariano Guillermo Valdivieso ocupó la Vicepresiden-cia en vez de Selva-Alegre.- Molina a Abascal. Copiador de oficios. Cuenca, 14 de Abril de1812.

164 Según Cevallos Vol. III, Pág. 124, Valdivieso donó 100.000 pesos; mas la verdad fue queprestó 80.000, entregándosele, en garantía, el oro tomado en Pasto, que debía amonedarseen Popayán, para pagar la cantidad prestada –Acta del Congreso de 16 de Mayo de 1812–Documentos sobre la insurrección de Quito etc., etc.

165 Borrero. Cuenca en Pichincha. Cuenca, 1911, Pág. 8166 Abascal narra los sucesos de esta campaña del siguiente modo: “Las hostilidades empeza-

ron de su parte desde Paredones, lugar en donde se hallaba situada la avanzada de Aime-rich, la cual, cediendo a la superioridad, tuvo que replegarse a las alturas de Llasu en lasinmediaciones del pueblo de Cañar. En enemigo le siguió hasta ese punto en que fueronoportunamente llegando los refuerzos y en esta disposición aunque disponían algunosmovimientos con objeto de incomodar a las tropas de Cuenca, la serenidad de estas les im-puso de tal modo, que no osaron en ocho días emprender acción alguna contra ellas (dis-putas entre sanchistas y montufaristas contadas por nuestros historiadores) que solo mu-daban de posición según lo que observaban al enemigo. Pero tratando éstos al fin de cor-

Page 63: Academia Nacional de Historia Boletín 180

abandona el campo, queda el vencedor tan maltrecho, que no puedeobtener el fruto de sus laureles167. Encendiéronse los odios y las descon-fianzas entre los jefes del ejército; renacieron las rencillas de partidos168:se desorganizó el ejército; desertaron oficiales veteranos y de milicias;mal que el congreso pensó remediar, enviando a los vocales Matheu yMurgueitio a recoger gente en el Sur, “excitar y fomentar el patriotismode esos buenos vecinos169.

No era, por otra parte, y en ello tenían razón los montufaristas,prudente avanzar sobre Cuenca como Calderón urgía que se hiciese: elejército realista, si abandonó el campo, no estaba dominado; había sidopreciso afrontar nuevos combates, aún más recios, con un enemigotodavía íntegro y menos maltrecho que los vencedores, cuando, quizás,habría sido preferible evitar el de Verdeloma. Don Toribio Montes ha-bía llegado a Guayaquil, el 21, conduciendo cuantiosos elementos, re-suelto a someter a Quito170, tanto que ya, el 29, se proyectaba en Cuencaabandonar la defensiva y atacar resueltamente a la Capital171. Además,ocupado Pasto por los realistas, Quito estaba expuesto a un ataque porel Norte, peligro del que se preocupó en Congreso, desde el primero deJunio, en que dictó algunas severas medidas, tales como: la prisión detodos los pastusos transeúntes, el embargo de los bienes que los veci-nos realistas de esa provincia tuviesen en Quito y el cortar todo comer-cio entre los dos lugares172; medidas que fueron completadas el 15; conel llamamiento a las armas a todos los ciudadanos mayores de 16 ymenores de 50 años; la convocación de voluntarios para la defensa deIbarra; la orden de alistarse las milicias de Quito y sus cinco leguas

64

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

tar la división reforzada de Valle, o atacar la de Aimerich, en esta dudosa operación con-siguió el primero ocupar el pie del cerro de Altar, flanqueando por la izquierda al enemi-go que llenaba la cuchilla de Lavarí. Entonces rompió Valle un fuego vivo, y sostenido em-peñándolos en la acción por aquel lado, y en cuyo tiempo Aimerich a la vista pudo soco-rrerlo con 300 hombres. Empeñado el ataque tuvieron que sostenerlo por una y otra parte3 horas y media que se regulaba indecisa la acción, mas habiendo cesado Valle sus fuegospor falta de municiones, cesaron también los del enemigo, que se retiró luego a sus tien-das y al rayar el día siguiente ha había desaparecido, dejando en el lugar que habían ocu-pado 17 piezas de cañón y otras armas y pertrechos con mucha parte del equipaje”.-.Marqués de la Concordia. Ms. Cit., Vol. II, fol. 89.

167 Según Molina, fue un completo triunfo para los realistas.- Molina a Abascal. Cuenca, 29 deJunio de 1812. Copiador etc.

168 Cevallos. Op. cit., págs. 130 a 132.169 Acta del Congreso de 30 de Junio de 1812..- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.170 Cevallos. Op. cit., Vol. III, pág. 137171 El Obispo Cuero al Cura de Píntag, Fray Manuel Rodríguez. Quito, 30 de Julio de 1812.-

Archivo de Indias, Sevilla 126-3-11.172 Acta del Congreso del 1º. De Junio de 1812.- Id, id, id.

Page 64: Academia Nacional de Historia Boletín 180

para caso de amago a la sublevación de Pasto, y, por último, la pazentre montufaristas y sanchistas, a fin de que el Gobierno ocupe en ladefensa de la Patria a todos los vecinos nobles y honrados173. La víspe-ra de que se tomasen estas importantes determinaciones, llegaban aQuito pruebas fidedignas de que en esta misma ciudad había realistasque auxiliaban e incitaban a los pastusos a invadir el territorio quiteño,para reponer el dominio peninsular; eran el alma de esta conjuraciónlos criollos Pedro y Nicolás Calisto174.

Amotinóse el pueblo y afirmándose, con razón o sin ella, queRuiz de Castilla estaba de acuerdo con los Calistos, se sacó al ancianoConde de la Recolección de la Merced, en donde residía; atáronle y, trasbárbaros maltratos, condujéronle arrastrado hasta la Plaza Mayor, don-de, moribundo, le arrancaron de manos del populacho, algunos patrio-tas preeminentes. Tres días sobrevivió Castilla, quien, así, expió la per-fidia y el perjurio175. Se aseguraba que el médico llamado a curar al an-ciano, lejos de buscar el remedio de sus heridas, las envenenó para queno sanara el responsable de as matanzas del dos de Agosto176.

Don Pedro Calisto, su hijo Nicolás y don Pedro Pérez Muñoz,esposo de doña María Calisto, fueron capturados por esos días, en Tusa,cuando, con elementos de guerra, se dirigían a incorporarse con los rea-listas de Pasto177. Ocupóse en su juzgamiento el Consejo de Vigilancia, yfue nombrado asesor el doctor Manuel María Valdés; acusábaseles delcrimen de lesa Patria. Valdés procuró demorar la causa; mas amotinóseel pueblo, y ése se vio sumariado por traidor178. Pronunciada la senten-cia, fueron condenados a muerte don Pedro y don Nicolás Calisto; PérezMuñoz obtuvo que se le conmutase la pena capital por la de diez añosde prisión en el castillo de Bocachica, a la que también fue condenadasu esposa doña María Calisto y Borja. Padre e hijo fueron ejecutados, el29 de Octubre, a las diez y cuarto de la noche, cuando Montes se encon-traba en las inmediaciones de Quito; sufrieron la pena con heroicidad,muriendo como mártires de una causa que creían justa179.

65

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

173 Acta del Congreso de 15 de Junio de 1812.. Id, id, id.174 Cevallos. Op. cit., Vol. III, pág. 133.175 Cevallos. Op. cit., Vol. III. Pág. 133.176 Expediente sobre el asesinato del Conde Ruiz de Castilla.- Archivo de la Corte Suprema de

Justicia. Quito.177 Cevallos. Op. cit., Vol. III, pág. 138.178 Manuel María Valdés a la Regencia. Quito, 6 de Febrero de 1813.- Archivo de Indias,

Sevilla, 126-3-11.179 Pedro Pérez Muñoz a las Cortes. Guayaquil, 30 de Setiembre de 1813.- Id, id, id.

Page 65: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Montes organizó rápidamente su ejercito, envió a Cuenca alCoronel Juan Sámano, para que, de acuerdo con Aimerich invadiese aQuito por el Azuay, mientras él se dirigía por Guaranda. El Comandan-te Feliciano Checa, que, después de la retirada de Cuenca, asumió elmando del ejército patriota, lo concentró en Riobamba, mientras donAntonio Ante comandaba las guarniciones que defendían a Guaranda.El primer combate libróse, el 25 de Julio, en San Miguel de Chimbo,entre las fuerzas de Ante y la vanguardia del ejército de Montes; la ba-talla fue reñida, y, dejando mal paradas a las fuerzas realistas, debieronlos patriotas retirarse.

Grave error fue el que cometió Checa, al abandonar las posicio-nes de la cordillera y entregar al enemigo, las actuales provincias deBolívar y Chimborazo, replegándose hasta Mocha; proceder que sólose explica por la necesidad de acopiar elementos para la defensa, retar-dando la batalla definitiva hasta que el ejército contase con mayoresrecursos 180.

En efecto, desplegábase en Quito la mayor actividad; en lasescuelas se fabricaban municiones181, y el Ilmo. Don José de Cuero yCaicedo, una de las más gloriosas figuras de la Iglesia americana y exi-mio prócer de la emancipación, en su doble calidad de Prelado y Jefede la Nación, amonestaba a sus súbditos y feligreses a defender la santacausa de la Independencia.

El 30 de Julio, se dirigía el inmortal Obispo al párroco dePíntag, ordenándole instruyese a los feligreses, la gravedad y urgenciadel peligro, “previniéndoles que con atender al servicio de la Patriacumplen con el derecho natural y el divino” 182.

El 8 de Agosto, promulgó un edicto, digno de ser grabado enletras de oro, confirmando luego por la Pastoral de 19 de Setiembre, enla que, con mayor premura, como lo exigía la derrota en Mocha, ensaña-ba lo mismo que lo ordenado en el edicto. Justificaba el señor cuero yCaicedo, “por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo deesta Diócesis, del Consejo de su Majestad y por la voluntad de los pue-blos, Presidente del Estado de Quito”, los gobiernos que se habían dadolas naciones americanas, tan señoras de sus destinos como los pueblos

66

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

180 Cevallos. Op. cit., Vol. III, pág. 138.181 Vista del Fiscal en la II Causa de Estado al Sr. Cuero y Caicedo. Quito, 2 de Marzo de 1813.-

Archivo de Indias.- Sevilla, 126-3-11.182 Cuero y Caicedo al Cura de Pintag, Fray Manuel Rodríguez. Quito, 30 de Junio de 1812.-

Id, id, id.

Page 66: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de España; y armado con las facultades espirituales y temporales de queestaba investido, lanzaba anatemas contra los desertores, los que tengancomunicación con los enemigos o sean sus espías o agentes; suspendía alos sacerdotes que obrase contra la Patria, “en atención a considerarseindignos de la sociedad de los fieles, a todo insensibles, a la voz de laJusticia y la Caridad, sólo han conspirado a consumir y dilapidar la sus-tancia de la Patria destinada a la defensa y felicidad de sus hijos”.Enseñaba que “la naturaleza y la religión obligan a trabajar a costa delos mayores sacrificios, por la salud, la libertad y los adelantamientosde aquella sociedad en que han vivido y a la que son deudores de cuan-to son y poseen”183.

El Congreso no podía armar mayor número de soldados paraoponer al ejército de 2.000 hombres, que, gracias al donativo de 100.000pesos hecho por el Consulado de Lima, había podido organizar Mon-tes184; así, formó compañías de cuchilleros, gentes de buena voluntad,sin más armas que un puñal, que sólo recibían la ración sin percibirsalario alguno 185; y ordenaba recoger piedras en Latacunga para balasde cañón y sacos de metralla 186.

El combate librado en Mocha (2 de Setiembre), en donde lasfuerzas patriotas estuvieron comandadas por don Feliciano Checa, fuefatal a la causa de la Patria: rotas y dispersas las fuerzas quiteñas, noquedaba otro recurso que impedir la llegada del enemigo a la Capital187.

Verificáronse por entonces, cambios importantes en el Gobier-no de Quito: dejó de ser Vicepresidente del Congreso don MarianoGuillermo Valdivieso y fue nombrado en su lugar, el doctor PrudencioVásconez; asumió nuevamente el mando del ejército, don Carlos Mon-túfar, con la cooperación de su émulo Calderón, y don Javier Montúfarfue el Comisario de Guerra188.

Tras la derrota en Mocha, llamó el Obispo Presidente a todoslos vecinos de las cinco leguas, para que concurriesen a la defensa de

67

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

183 Cuero y Caicedo. Edicto de 8 de Agosto de 1812, Pastoral de 19 de Setiembre de 1812.-Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.

184 Montes al Consulado de Lima.- Quito, 7 de Enero de 1813.- Documentos sobre la insurrec-ción de Quito, etc.

185 Valdivieso a J. Manuel Vásconez, Corregidor de Ambato.- Quito, 11 de Agosto de 1812.- Id,id, id.

186 Valdivieso etc.- Id, id, id.187 Cevallos. Op. cit, Vol. III, págs, 140 a 145188 Documentos sobre la insurrección de Quito etc., etc.- El 11 de Agosto era aún Vicepresi-

dente Valdivieso; el 17 de Setiembre lo era ya Vásconez.

Page 67: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Quito el paso de Jalupana; fortificáronse las abruptas márgenes de estaquebrada con esmero189 mientras partidas volantes hacían casi imposi-ble el avance de Montes por las actuales provincias de León y Tungu-rahua, tanto que demoró dos meses en recorrer lo que fácilmentepodría haberlo hecho en dos días de marcha190. Con tal tesón defendí-an los patriotas su territorio, que al abandonar don Manuel Matheu suhacienda de La Ciénega dejó envenenados los víveres y licores de quepodían hacer uso los realistas191.

Burladas las fortificaciones de Jalupana con una difícil marchanocturna por la cordillera occidental, llegó Montes, el 6 de Noviembre,al sitio llamado El Calzado, en las goteras de la ciudad192 y, al día si-guiente, la atacó por el abra del Machángara y la garganta que separaal Penecillo del Pichincha, y luego directamente al mentado montecillo,que los patriotas habían fortificado aparentemente; pero que, en reali-dad, era el punto vulnerable de la línea de defensa. Rota ésta, quedó laciudad en poder de Montes, si bien los combates se prolongaron, inter-mitentes y desorganizados, por la noche193, mientras las fuerzas inde-pendientes, e Obispo, los vecinos principales, las comunidades religio-sas y hasta las monjas de clausura abandonaban la ciudad, replegándo-se hacia Ibarra. Así, Montes ocupó una ciudad desierta, el 8 de No-viembre de 1812194, enviando, al siguiente día, al Coronel don JuanSámano en persecución del ejército patriota195.

Las fuerzas patriotas reconcentradas en Ibarra eran, según Mon-tes, 600 hombres de infantería y 800 de caballería y 12 cañones; en todolo cual, menos en el número de piezas de artillería, debe de haber nota-ble exageración. Sámano comandaba 400 infantes y 100 dragones 196.Como representantes de la autoridad que, según la Constitución delEstado de Quito, residía en el Congreso, habíanse trasladado al Norte

68

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

189 Cuero y Caicedo al Cura de Cumbayá. Quito, 3 de Setiembre; y a los Vocales Diputados alSur. Quito, 7 de Setiembre de 1812.- Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11.

190 Cevallos. Op. cit., Vol. III, pág. …191 Sámano al Secretario de Estado. Bogotá, 29 de Mayo de 1818.- Archivo de Indias, Estado

Santa Fe, Legajo 2.192 Montes al Comandante Militar de Quito. Calzado, 6 de Noviembre de 1812, 8 a.m.- Archivo

de Indias, Sevilla, 126-3-11.193 Cevallos. Op. cit., Vol. III, págs. 153-158.- Torrente. Historia de la Revolución Hispano

Americana. Madrid, 1829, Vol I., pág. 285.194 Montes al Consulado de Lima. Quito, 7 de Enero de 1813.- Documentos sobre la insurrec-

ción de Quito etc., etc.195 Cevallos, Op. cit., Vol. III, pág. 163.196 Montes al Consulado de Lima etc., etc.

Page 68: Academia Nacional de Historia Boletín 180

el Marqués de Villa-Orellana, don Manuel Matheu y don Carlos Mon-túfar, quienes, desde Ibarra, dirigiéronse a Sámano, el 19 de Noviem-bre, pidiendo se pactase la paz, para lo cual podía mandar Montes doscomisionados, para estipular con ellos las condiciones del tratado, sus-pendiéndose mientras tanto las hostilidades197.

Sámano, que se encontraba en Otavalo la víspera de continuarsu marcha (21), ofreció no hacer actos de guerra hasta llegar a la vistade Ibarra, en donde detendría la marcha, esperando la contestación deMontes a las proposiciones de los patriotas198.

El ejército quiteño acampaba en una hacienda inmediata aAtuntaqui, mientras los delegados del Congreso se trasladaron a SanAntonio de Imbabura, desde donde manifestaron a Sámano su extra-ñeza, porque, estando pendientes las negociaciones de paz, continuaseel avance hacia el Norte, y del deseo de entrevistarse en Agualongo,para estipular las condiciones de paz.199 Al acampar el Jefe realista enAtuntaqui el 22, día en que salió de Otavalo, aceptó virtualmente lopropuesto por los patriotas, disintiendo solamente en el sitio de la en-trevista, que él creía debía ser en Ibarra200. Pendientes estaban las nego-ciaciones, discutiéndose el lugar en que debían verificarse, pendienteestaba también la contestación de Montes, cuando en la mañana del 23,resuelto a presentar combate, salió Sámano en busca de los patriotas,no sin que éstos le requiriesen nuevamente aceptara la paz que ellospedían; a lo que el Jefe peninsular, con testó que ya no era tiempo decontestaciones por escrito, y, tomando una loma frente al ejército pa-triota, quedaron las dos fuerzas contrarias a tiro de pistola. Esperaronlos españoles que fueran sus contrarios los que rompiesen los fuegos,deseosos, quizás, de acusarlos de haber roto las negociaciones de paz;mas esperaron en vano y sólo oyeron gritos de paz, y vieron a don Car-los Montúfar separarse de sus fuerzas y avanzar resuelto hacia las con-trarias, deseoso de evitar un inútil derramamiento de sangre, ya queaun una victoria en nada habría alterado el resultado de la campaña201.

Los Diputados todos insistieron desde Anafo, a las 9 a.m. del

69

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

197 Los Diputados del Congreso a Sámano. Ibarra, 19 de Noviembre de 1812.- Archivo deIndias, Sevilla. 126-3-11.

198 Sámano a los Diputados. Otavalo, 21 de Noviembre de 1812.- Archivo de Indias, Sevilla126-3-11.

199 Los Diputados a Sámano. San Antonio de Caanqui, 22 de Noviembre de 1812.- Id, id, id.200 Sámano a los Diputados. Atuntaqui, 22 de Noviembre de 1812.- Id, id, id.201 Sámano a Montes. San Antonio, 25 de Noviembree de 1812.- Id, id, id.

Page 69: Academia Nacional de Historia Boletín 180

23, en la necesidad de una entrevista202, y celebróse una a la vista de losdos ejércitos, ya que Sámano no pudo resistir a la iniciativa de Mon-túfar y, separándose también de sus fuerzas, salió al encuentro de donCarlos, a quien luego se juntaron Villa-Orellana y Matheu; convínoseentonces en que Sámano no prosiguiese la marcha y los patriotas vol-viesen a Ibarra203. Sámano permaneció hasta el 24 en Atuntaqui, aceptóel tener una conferencia con los Delegados del Congreso204.

El Jefe español esperaba, con ansia, recibir los pertrechos quele había remitido Montes, y, faltando a lo pactado, avanzó desde Atun-taqui a San Antonio de Imbabura o de Caranqui, como se decía enton-ces, y allí se fortificó205.

Ante la conducta desleal del Jefe peninsular, las fuerzas patrio-tas, que se habían retirado a Ibarra, atacaron resueltamente y, ponién-dose en marcha, por la mañana, rompieron los fuegos, a las once deldía. Ruda fue la pelea, que se prolongó hasta las seis de la tarde; ence-rrado Sámano en la iglesia parroquial resistió el nutrido fuego de lospatriotas, contestando con tanto vigor, que llegó a consumir las muni-ciones; por lo cual, acudiendo al arma blanca, cargó a la bayoneta sobreel ejército que le tenía sitiado, rompió las filas patriotas, y éstas se reti-raron, abandonando tres cañones206.

El ejército quiteño se retiró a Ibarra, donde fue perseguido yvencido por Sámano, después de desesperado combate en la ciudad yen las orillas del lago de Yaguarcocha, el 1º. de Diciembre207.

La derrota fue completa; fueron tomados prisioneros el Co-ronel Francisco Calderón y el Sargento Mayor de Ingenieros, don Ma-nuel Aguilar, que fueron pasados por las armas en la plaza de Ibarra,el 4, juntamente con el Comandante de la caballería, el francés MarcosGayon, que fue ahorcado208. Cayeron, además, en poder de los realis-tas 573 fusiles, 13 cañones, 17 cajones de parque, 4 cajas de guerra y 1bandera209.

70

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

202 Los Diputados a Sámano. Anafo, 23 de Noviembre de 1812, 9 a.m.- Archivo de Indias,Sevilla 126-3-11.

203 Sámano a Montes. San Antonio, 25 de Noviembre de 1812.- Id, id, id.204 Sámano a los Diputados. Atuntaqui, 24 de Noviembre de 1812.- Id, id, id.205 La fortificación consta, según Cevallos (op. cit., Vol. III, pág. 166); lo demás es lógica con-

secuencia de los documentos citados.206 Montes al Consulado de Lima.- Documentos sobre la insurrección de Quito, etc., etc. 207 Id, id, id.208 Id, id, id.209 Montes al Consulado de Lima etc., etc.- A las proposiciones de paz hechas el 19 contestó

Page 70: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El ejército patriota quedó aniquilado; Quito, a merced de losvencedores; los jefes patriotas, prófugos y perseguidos. Don Nicolás Pe-ña y su esposa, doña Rosa Zárate, capturados en las selvas de Barba-coas, fueron fusilados, el 17 de Julio de 1813, por orden de Montes. En1817, don Carlos Montúfar, quien siguió, aun cuando lejos de su Patria,luchando por la independencia, fue preso y matado después de la bata-lla en Tambo, librada por las fuerzas realistas enviadas desde Quito.

******

No fue el vencedor de Quito un militar rudo e inmisericorde,cual Sámano y Morillo, sino un Jefe de talento superior, hombre calcu-lado para curar las dolencias de un pueblo, agotado por años de pri-vaciones y sufrimientos. Don Toribio Montes, si hubiera gobernadocon anterioridad al 10 de Agosto, su nombre lo recordaría la historiacon bendiciones en unión de los Dibuja, Carondelet y otros pocos, muypocos Presidentes de la Audiencia de Quito..

Después del triunfo manifestóse riguroso, condenó a muerte ainnumerables patriotas; mas sólo ejecutó a pocos de los sentenciados,dio garantías a casi todos los comprometidos en las pasadas insurrec-ciones, repuso a muchos en sus empleos, llegando a captarse la volun-tad de los criollos; en las elecciones para el Cabildo Constitucional ve-rificadas el 5 de Setiembre de 1813, Montes estuvo enteramente acordecon los patriotas210, por los cual y por su dulzura, los realistas descon-fiaron de él y hasta trataron de deponerle, fin perseguido por la revo-lución que encabezara Bromista (27 de Junio de 1815). Los enemigosdel Presidente, deseosos de impedir el desenvolvimiento de su política

71

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

Montes el 22 en términos inaceptables: exigía el Presidente: la entrega de todas las armas,la prisión de todos los jefes, oficiales y funcionarios públicos del Congreso, perdonando atodos la vida, menos a don Nicolás Peña, don Prudencio Vásconez, don Miguel Rodríguez,don Ramón Chiriboga, don Marcos Gayon, don Joaquín Mancheno, doctor José Correa yel Provisor Caicedo; regreso de las monjas; pago de 500.000 pesos en 24 horas, y otras con-diciones de menor importancia. (Montes a Sámano. Quito, 22 de Noviembre de 1812.-Archivo de Indias, Sevilla, 126-3-11).Estas condiciones fueron conducidas por un Sargento y cinco dragones, quienes fueronvictimados por los indios de Otavalo, que hacían causa común con los patriotas, probable-mente, el mismo día de la batalla en San Antonio. Este hecho se adujo para acusar a lospatriotas de haber violado el armisticio. Los documentos españoles aducidos en las notasprueba, con la evidencia de las fechas y de los nombres de los lugares en que fueron escri-tos, quién fue el que procedió de mala fe y refinada perfidia.

210 Andrés Villamagán a la Regencia. Quito, 6 de Setiembre de 1813.- Archivo de Indias, Sevi-lla, 126-3-11.

Page 71: Academia Nacional de Historia Boletín 180

conciliadora, fingían conspiraciones patriotas; así, con es posible aseve-rar si fue exacto que Selva-Alegre conspirase en Loja el año 13211, si nofueron reales los hechos denunciados por Miguel Jaramillo al Cabildode Quito, el 8 de Setiembre de 1815212.

Al terminar Montes213 su Gobierno (26 de Julio de 1817), cesó elreposo de Quito; Ramírez, adoptando una conducta enteramente con-traria, gobernó con el terror: los próceres desampararon la ciudad, refu-giándose en lugares inaccesibles, donde los asistían indios que, confidelidad, los servían, fueron, sin embargo, capturados algunos214. SuAlteza Serenísima el Marqués de Selva-Alegre terminó sus días lejos desu Patria, de la que fue primer Gobernante autónomo.

La conducta de Ramírez encendió nuevamente los ánimos;mas era tan imposible todo levantamiento, que un proyecto macabro ycriminoso que pareció realizable en 1818 fue desecho por el Presidente,usando, a su vez, de alevoso asesinato215.

Mientras tan aflictivas eran las condiciones de los patriotas deQuito, que, o halagados por Montes o perseguidos por Ramírez, seveían reducidos a la impotencia, naves insurgentes cruzaban el Pací-

72

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

211 Villamagán.- Doc. Cit.212 Libro de Actas del Cabildo de Quito, 1815.- Archivo Municipal.213 Montes organizó varias expediciones contra los patriotas del Sur de la Nueva Granada y

de Popayán, comandadas por Sámano, Vidaurrázaga y Aimerich.214 Fueron desterrados don Juan Pío y don Javier Montúfar, don Manuel Matheu, Rodríguez

Soto, Mariano Guillermo Valdivieso.215 Montes contempló la destrucción de su obra de gobernante humanitario y sagaz, pues per-

maneció en Quito algún tiempo después de que Ramírez se posesionó de la Presidencia;así, escribió al Rey desde Quito, el 8 de Enero de 1818, una larga exposición de su conduc-ta y del desacertado proceder de su sucesor.- De este importante documento transcribimoslos siguientes párrafos: “La ciudad se halla con una mitad de gente menos, de la noblezaapenas se ve uno que otro y todo el pueblo lleno de lágrimas y pavor, teme y desconfía yquién sabe si se le conduce a aquella desesperación en que fue puesto Chile, en la que semantiene Caracas y que desplega con fuerza en la Nueva Granada. Yo ofrecí en tiempo alConsejo de la Regencia entregarla pacífica y significando cómo Quito con sólo dos milhombres europeos que pedí, quedando a mi cuidado los demás recursos, no se me creyó yse han gastado a lo menos cuatro millones de pesos en la expedición del General don PabloMorillo, habiendo sido el resultado sólo desvastación, concentración de odio, horror, ague-rrir a estos habitantes, reducirse y ponerlo todo en la miseria.“Concluyo Señor… asegurando a V.M., lo mismo que cuatro años há al Consejo de la Re-gencia, y es que para pacificar a América, es preciso no cansarse en perdonar, que se debehuír de enseñar en ella el Arte de la Guerra; que se deben tentar todos los medios de con-ciliación… y que sobre todo como en otro tiempo al Licenciado Gasca, es preciso mandarun Visitador íntegro e inflexible que la purgue de los Malos Gobernadores y Ministros”.Este Visitador debía ser el Magistral Rodríguez Soto, que un año después fue desterradopor patriota.- Archivo de Indias, Sevilla, 127-3-2.

Page 72: Academia Nacional de Historia Boletín 180

fico, convidando a los pueblos del Litoral a sacudir el yugo peninsular.Brown, en Frebrero de 1816, enarbolando bandera argentina, atacó sinéxito a Guayaquil. Esta ciudad, que se había manifestado hostil a lospróceres quiteños, tenía en su seno un pequeño núcleo de patriotas,tales como el genovés Lagomasino; roca no le menciona, aun cuando haconservado los nombres de algunos que, asegura, se deleitaban con losescritos de Morales, Quiroga y otros promotores de la Independencia.En 1818, don Vicente Ramón Roca, decidido por la libertad, fue proce-sado por mantener correspondencia sediciosa con el Cura de Acapulco.Por entonces, las autoridades del Guayas manifestábanse recelosas de laopinión de sus subordinados e iniciaron varias pesquisas216. En Julio de1819, Illingrot217, al servicio de Chile, presentóse en el Golfo, combatien-do con valor, así como en Mayo del año siguiente. Desde las postrime-rías de 1819, Cochrane era ya Señor del Pacífico, como lo demostró consu incursión en aguas ecuatorianas, en Noviembre. Había llegado eltiempo en que Guayaquil proclamase la Independencia y se coronase laobra principiada en Quito, once años antes.

El movimiento del 9 de Octubre fue decisivo para la suerte delEcuador y de toda América, pues la “Perla del Pacífico” fue la base dela gloriosa campaña de Sucre, que culminó en Pichincha, el centro dereunión de los Libertadores, el principio de la expedición al Perú.

Las condiciones del momento, la evolución de los ánimos ennuestro puerto determinaron el estallido de la revolución, no la presen-cia ocasional del Sargento mayor Miguel Letamendi y de los CapitanesLuis Urdaneta y León de Febres Cordero, que se encontraban en Gua-yaquil, de paso; pues Calzada, desde Pasto, los había llamado paracolocarlos en el batallón Primero de Numancia, que se proponía crear enreemplazo del antiguo, derrotado en Boyacá 218.

Victoriosas las armas patriotas en Nueva Granada; refugiadoel ejército realista en el territorio de Pasto y obligado a mantenerse enla defensiva, invadido el Virreinato de Lima por las fuerzas comanda-das por el Protector del Perú, General San Martín; el pronunciamientode Guayaquil, el 9 de Octubre de 1810, no podía ser más oportuno, yaque, con él, dificultábase la comunicación entre las tropas que luchabancon las fuerzas colombianas, y las que procuraban impedir la libera-

73

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

216 D´Amecurt. (Destruge).- Historia e la Revolución de Octubre. Guayaquil, 1920, págs. 138 ysiguientes.

217 Hemos respetado la ortografía empleada por el prócer en sus firmas.218 Notas del Coronel Tamariz a la Historia del doctor don Pedro Fermín Cevallos. Ms. Biblio-

teca Jijón y Caamaño.

Page 73: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ción del Perú; proporcionábanse a la armada patriota, un puerto segu-ro y el mejor astillero del Pacífico. Así, no bien proclamó Guayaquil suindependencia, púsose en relaciones con Bolívar y San Martín, paraproceder, de acuerdo con estos Jefes y bajo su amparo, a la campañacontra los ejércitos realistas que guarnecían a Quito.

No esperó, sin embargo, la llegada de sus auxiliares para em-prender la campaña al interior, en donde los pueblos que, a más no po-der, sufrían el dominio español, contra el que heroicamente habían lu-chado en años anteriores, recibieron gozosos, a la nueva del cambio deGobierno en el Perla del Pacífico, y dirigiéronse, ansiosos, implorandoel envío de fuerzas para libertarlos.

Las que salieron de Guayaquil iniciaron la marcha bajo losmejores auspicios: vencedoras en Camino Real, el 9 de Noviembre, cer-ca de Guaranda, pudieron llegar fácilmente hasta Ambato, ya que pa-triotas de bien probada historia en los sucesos de 1809 a 1813, comodon Bernardo Ignacio de León y Carcelén, don Feliciano Checa, don Vi-cente Flor y otros abriéronles las plazas del tránsito, rindieron las guar-niciones y formaron partidas volantes hasta en las goteras de Quito, enel valle de Machachi.

Aimerich, que desempeñaba la Presidencia interinamente, des-de el 6 de Abril de 1819, organizó con fuerzas traídas de Pasto, un ejér-cito que puso a órdenes del Coronel Francisco González, quien avanzóhasta Ambato, en cuyas inmediaciones, en la llanura de Huachi, se en-contró el ejército realista con el comandado por el Coronel Luis Urda-neta (22 de Noviembre). El combate fue desastroso para los patriotas, ytodo el Callejón Interandino quedó, otra vez, en poder de los realistas;pues Cuenca, que el 3 de Noviembre había seguido el ejemplo deGuayaquil, fue ocupada por las tropas del Coronel González, que, des-pués del triunfo en Huachi, derrotaron al presidente cuencano, donJosé María Vásquez de Noboa, en el sitio Verdeloma (20 de Diciembre).

Los patriotas de Guayaquil no se abatieron con el desastre su-frido por Urdaneta; organizaron un nuevo ejército. Predominaba, enton-ces, en esa ciudad, la influencia argentina: el Coronel Tomás Guido ges-tionaba por la anexión al Perú, y con él había legado, el 14 de Noviem-bre, el Coronel Mayor Toribio Luzuriaga, para ofrecer sus servicios,como Jefe militar, a la Junta que gobernaba a Guayaquil; y, en efecto, a élse le confió la dirección de las operaciones que debían ejecutar las tropaspatriotas, para reparar los daños sufridos en Huachi. Por orden de aquél,avanzó el Coronel José García hasta Guaranda, estableció Cuartel Ge-

74

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 74: Academia Nacional de Historia Boletín 180

neral en Guanujo; mas, habiendo Guido fracasado en sus negociaciones,resolvió volver al Sur, adonde debía acompañarle Luzuriaga; por lo cual,las tropas de García recibieron orden de replegarse a Babahoyo, y lohicieron con tan mala suerte, que fueron deshechas en Tanisagua, el 3 deenero de 1821. Guayaquil se limitó a defender su territorio.

Bolívar, a quien, como a San Martín, se habían dirigido los go-bernantes de Guayaquil, en busca de auxilios, despachó al General JoséMires, con abundantes elementos bélicos e instrucciones de ofrecer susservicios para la dirección del ejército, y de trabajar, discretamente, porla anexión de Guayaquil a Colombia. Mires llegó (Febrero de 1821)oportunamente; los recursos enviados eran tanto más útiles, cuantoque venían después de los desastres anteriores; la actuación de Miresfue recomendable, y grande el celo por reorganizar el ejército.

Poco después, el Libertador envió soldados colombianos y alGeneral Antonio José de sucre, que tomó la dirección del ejército (15 deMayo). – Una nueva contrariedad debieron sufrir los patriotas y éstafue la traición del Coronel Nicolás López (18 de Julio), que, con 300 sol-dados, fue a incorporarse con el General Aimerich, y el ataque a la ciu-dad de Guayaquil por el Teniente de Fragata, Ramón Ollague, rechaza-do ventajosamente por la corta guarnición de la plaza (17 de Julio).

Aimerich, en cuanto la estación le fue favorable, avanzó sobrela Costa, combinando los movimientos con González, que estaba enCuenca. Sucre, advertido del peligro, marchó al encuentro del segundoy do desbarató en Cone (Yaguachi), el 19 de Agosto, para luego volver-se contra el primero, que, sin aguardar el ataque, contramarchó hastacerca de Ambato, seguido, a poca distancia, por sucre, quien había des-pachado a Illingrot, por Quevedo, a Latacunga, lugar que ocupó éste,avanzando hasta las inmediaciones de Quito. En Huachi, trabóse la ba-talla entre las fuerzas de Sucre y las de Aimerich, saliendo éste victorio-so, si bien con gravísimas pérdidas en su ejército (12 de Setiembre).

El Coronel Santiago Luco fue despachado a Cuenca, en combi-nación con el movimiento hacia el interior, que se resolvió después deltriunfo en Cone; y Francisco María Frías, Sargento Mayor del batallónGuayaquil, ocupó la ciudad con pocas fuerzas, el 18 de Setiembre; mas,presionado por el Capitán Vicente Ruiz y en atención a la derrota enHuachi, abandonó la plaza al día siguiente, para replegarse a la Costa,en unión de Luco.

Tan maltrechas quedaron en Huachi, no obstante su victoria, lasfuerzas comandadas por Aimerich, que éste se vio obligado a regresar a

75

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

Page 75: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Quito y enviar luego al Coronel Tolrá, a ocupar los lugares abandona-dos por los patriotas; éste llegó a Sabaneta, y, convencido de la imposi-bilidad en que se encontraba de ocupar a Guayaquil, invitó a Sucre auna conferencia, llegando los dos Jefes a pactar un armisticio de noven-ta días (20 de Noviembre), que el Gobierno de Guayaquil dio por termi-nado el 18 de Enero de 1822, por no haberlo aprobado los Jefes superio-res españoles. Mientras tanto, había tenido Sucre, tiempo suficientepara preparar las operaciones y combinar los movimientos con la divi-sión auxiliar del Perú, que se encontraba en Piura y que comandaba elentonces Coronel don Andrés santa Cruz, quien cruzó el Macará y sejuntó con Sucre en Saraguro, el 9 de Febrero; el futuro Mariscal Sucrehabía desembarcado en Machala y trasmontado la cordillera.

Durante el armisticio, había llegado a Quito (24 de diciembre)el General Murgeon, cuyo rápido Gobierno dejó en la ciudad, gratorecuerdo. Falleció el 8 de Abril.

Reunidas las fuerzas de Santa Cruz a las que mandaba Sucre,ocuparon a Cuenca, el 20 de Febrero; y, persiguiendo a los realistas quese retiraban, avanzaron hasta las inmediaciones de Riobamba, y enTapi les causaron grave derrota (21 de Abril).

Sucre avanzó hasta las inmediaciones de Quito, acampando enel valle de Chillo, el 17 de Mayo, “reunirse ala República de Colombiacomo el primer acto espontáneo, dictado por el deseo de los pueblos,por la conveniencia y por la mutua seguridad y necesidad, declarandolas provincias que componían el antiguo Reino de Quito como parteintegrante de Colombia”. Riobamba y Cuenca habían tomado ya igualdeterminación, al hacerlo en asocio de estas ciudades, por un acto finalde sus prerrogativas capitolinas, abdicando su rango de metrópoli,manifestó, una vez más, Quito, su abnegación por la causa de la liber-tad y el sentido práctico de sana política, que siempre se ha distingui-do; no pensó, ni por un momento, en que estaba, por su historia, llama-da a ser la cabeza de una Nación independiente; usó de su prestigio,para, en bien de América, unificar la acción haciendo desaparecer pe-queñas nacionalidades, que, en el final de la lucha, eran un estorbo,cuando se necesitaba confiar a Bolívar la mayor suma posible de poder:para coronar la obra de Agosto de 1809 preciso fue que el Libertador,investido de la Dictadura, gobernase gran parte de América; la unifica-ción del mando fue el preludio de Junín y Ayacucho.

Otros elementos más determinaron su acción, y fueron: la gra-titud sin límites; la admiración respetuosa hacia Bolívar, al que amó

76

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 76: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Quito con tierno amor hasta sus postrimeros días, cuando todo era ad-verso al glorioso Libertador, debilitado y enfermo por las fatigas de lascampañas, herido por las calumnias, desilusionado por las resistencias.

Mas, si el acta popular del 29 de Mayo de 1822 confundió elReino de Quito en la República de Colombia, cuando se hubo alejadode la vida pública el héroe venerando, cuando la independencia estabaya segura y no era un estorbo sino una necesidad, el funcionamientoautónomo de las varias nacionalidades históricas de América, Quitofue la primera ciudad en el Sur, que, por el acta celebrada el 13 de Mayode 1830, a consecuencia de la petición hecha un día antes por el Pro-curador Síndico de su Municipio, heredero del glorioso Cabildo, hizorenacer el Reino bajo el nombre de Estado del Ecuador, sin imponerleninguna de las trabas federales que luego sufrió y que no poco estor-baron su desarrollo.

Guayaquil, el 9 de Octubre, constituyóse en Estado autónomo.Esta provincia había formado, desde la Conquista, parte del Reino deQuito; contra su anexión al Virreinato de Lima, protestaron los patrio-tas de 1809 y 1811, mas las relaciones comerciales habían desarrolladoentre los realistas guayaquileños gran simpatía por el Perú; de allí, que,proclamada la independencia, se formaran tres partidos: uno, el perua-no, que deseaba la anexión al Perú, favorecido y decididamente apoya-do por San Martín; el de los que soñaban en una nación autónoma, y elcolombiano, que prevaleció al fin, merced a Sucre, Mires y, sobre todo,a Bolívar, quien llegó a Guayaquil, el 11 de Julio, y, mediante un hábilgolpe de estado, logró la anexión de la provincia a Colombia, el 31 delmismo, impidiendo, así, que la integridad del Reino de Quito sufriesemenoscabo.

En las asperezas del Juanambú, en las inexpugnables posicio-nes de Pasto, los ejércitos realistas habían logrado oponer infranquea-ble valla a los de Colombia. La batalla de Bomboná dirigida por el mis-mo Libertador, si fue una victoria, no le permitió avanzar en el territo-rio de Pasto, ciudad que sólo pudo ocupar, merced a las capitulacionescelebradas, en vista del triunfo de Sucre en Pichincha, el 6 de Junio219.

77

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

219 Abundante es la bibliografía del período de la Guerra de la Independencia de 1820 a 1822.Citaremos tan sólo a:Cevallos. Resumen de la historia del Ecuador. Segunda edición. Guayaquil, 1886, Vol. III,págs. …D´Amecourt Camilo Destruge. Historia de la revolución de Octubre y Campaña Liberta-dora de 1810-22. Guayaquiol, 1920.Borrero. Cuenca en Pichincha. Cuenca, 1922.

Page 77: Academia Nacional de Historia Boletín 180

******No fue para gozar de los frutos de la paz, sino para someterse

a nuevos sacrificios por la libertad, que Quito se incorporó a Colombia.Muy pronto, después del triunfo, debió soportar otras campañas.

Pasto, que, con heroísmo incomparable y digno de mejor cau-sa, había sido desde 1809 el baluarte de los realistas, amenazando con-tinuamente a los independientes del Sur y del Norte, que había sidomilitarizado por Montes, Ramírez y Aimerich, que, además de contarcon una población numerosa y valiente, es, por su configuración topo-gráfica, una fortaleza casi inexpugnable, no se conformó con el triunfoen Pichincha ni con la capitulación firmada, a consecuencia de esta vic-toria y de la batalla de Bomboná; se puso en armas a fin de de No-viembre. No era descabellado el plan de los pastusos; reducir a Quitoera un proyecto temerario, pero no imposible; mas lo seguro era inter-ponerse entre las dos secciones de Colombia, paralizar los movimien-tos de Bolívar, imposibilitarle la expedición al Perú, o, por lo menos,volverla penosa, difícil su avituallamiento, y estando el Libertador in-comunicado con Bogotá, dividido el Gobierno, podía debilitarse la uni-dad de acción y hasta suscitarse graves conflictos entre el Jefe del Ejér-cito y el Encargado del Poder Ejecutivo.

En Diciembre de 1822 hacía mucho tiempo que la correspon-dencia entre Quito y Bogotá estaba interrumpida, aun por la vía deGuayaquil, a consecuencia de los sucesos de Pasto220.

Para debelar la reacción pastusa partió Sucre; rechazado enTaindalá, contramarchó hacia el Sur, para engrosar la expedición orga-nizada en Quito, con las milicias de esta ciudad, las de Ibarra y Tulcán;éstas desempeñaron papel importante y fueron las encargadas de reco-nocer el paso de Funes y obrar por el Cid y Car221.

Sucre ocupó a Pasto, mas no rindió a sus habitantes; tampocolo consiguió Bolívar, que fue en persona a poner término a situacióntan molesta.

En Junio de 1823, la guerra que nunca había cesado completa-mente, tomó mayor cuerpo: el 12, las fuerzas mandadas por el enton-ces Coronel graduado Juan José Flores fueron vencidas por Agualongo,no obstante una resistencia valerosa222 y la ciudad de Pasto fue ocupa-

78

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

220 Carta de Javier Villacís a José María Zay. Quito, 16 de Diciembre de 1822. Biblioteca Jijón yCaamaño

221 Cevallos. Resumen de la Historia del Ecuador. Vol. IV. Lima, 1870, pág. 12.222 Salom a Flores. Pasto, Julio 31 de 1823

Page 78: Academia Nacional de Historia Boletín 180

da; el Jefe realista púsose en marcha sobre Quito; Bolívar salióle alencuentro, al mando de escasa tropa veterana y de las milicias de Am-bato, Latacunga y Quito223. Después de la victoria en Ibarra se pidieronreclutas a Cuenca. Porque las que se habían juntado últimamente eranmuchachos raquíticos224. Parecía concluida la resistencia. Salom presa-giaba el fin de la campaña, estaba equivocado; pues él mismo se vióprecisado a abandonar a Pasto, por no recibir oportunamente recursosdel Sur225. El 20 de Setiembre Salom estaba en Túquerres y ordenaba aFlores defendiese a todo trance la cuchilla de Taindalá, asegurándole lapronta llegada de 300 hombres de Quito y 600 de Ibarra y Otavalo, que,con los 200 que tenía estacionados en Túquerres, podían servirle de res-paldo en caso de derrota226. Después del triunfo realista en TamboPintado, los patriotas se vieron obligados a mantenerse en la defensi-va, sostenidos con los recursos que se les enviara de Quito y engrosan-do sus filas con nuevos reclutas de esta ciudad y su comarca. El 16 deoctubre se dieron al General Mires las instrucciones necesarias paradirigir la campaña227 y salió de Quito para el Norte, al día siguiente228;el ejército que iba a mandar era, en su mayor parte, ecuatoriano229, y yael 22 de Diciembre se le remitían de Quito 200 nuevos reclutas230. Porla ocupación de Pasto, verificada el 14 de este mes, creía Salom queharía cesar la mayor parte de los padecimientos de Quito, de dondeenviaba más milicianos, dinero y víveres231.

La guerra siguió sin embargo, implacable; Mires, que se habíavuelto odioso al pueblo y al ejército, cuya incapacidad para mandar enJefe era notoria232, había renunciado el cargo a fines de Enero, alegandoenfermedad. Salom designó en su reemplazo al General Jesús Barreto,que el 11 de Febrero mandaba ya la división muy menguada, por unacampaña incesante, en que había sufrido muchas deserciones. El nue-vo Jefe, que partió al Perú, llamado por orden de Bolívar, conocida enQuito el 8 de Marzo, había rechazado a los realistas en Santa Lucía, el

79

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

223 Cevallos. Op. cit., pág. 16224 Carta citada de Salom.225 Salom a Flores. Túquerres, 20 de Setiembre de 1823.226 Salom a Flores. Quito, 23 de Setiembre de 1823.227 Instrucciones a Mires, dadas en Quito por Salom.228 Salom a Flores. Quito, 17 de Octubre de 1823.229 Le Gouhir (J. L. R.).- Historia de la República del Ecuador. Quito, 1920, pág. 166.230 Salom a Flores. Quito, 22 de Diciembre de 1823.231 Salom a Flores. Quito 31 de Enero de 1824.232 Salom a Flores. Quito, 3 de Febrero y 23 de Junio de 1824.- Informaciones sobre la conduc-

ta de Salom y Flores. Pasto, 29 de Agosto de 1824.

Page 79: Academia Nacional de Historia Boletín 180

14 de Febrero233 quienes, el 28 de Marzo, recibieron de Flores una derro-ta decisiva en Mapachico y Aticance234; mas la campaña prolongase aúnvarios meses; en Abril continuaba el Jefe Superior del Sur despachan-do víveres, municiones y milicianos, aunque los recursos estaban ago-tados y era preciso enviar auxilios al Perú235. Combates se sucedían acombates, emboscadas y sorpresas en que siempre predominaba alejército independiente, pero que consumía gente y recursos que erapreciso reemplazar236. El terror mezclado a los halagos, medidas dehábil política y triunfos militares fueron las causas de las capitulacio-nes celebradas en el paso de Funes entre el Coronel Flores y los jefesrealistas, Pedro Santa Cruz, Manuel Guerrero, Lector Fray José López,el 18 de Mayo237. Desde entonces tomó la guerra otro carácter; habíaperdido su sello de legitimidad, para trocarse los realistas en bandole-ros, que, si invocan al Monarca, más obraban con el aliciente del pilla-je. La captura de Agualongo en el Castigo a fines de Julio238 y la de casitodos los Jefes realistas que no habían aprobado la paz de Funes, losrigurosos castigos a los pertinaces completaron la pacificación de lamás formidable fortaleza monárquica. El Coronel Flores comunicabaal General Santander, el 15 de Agosto, que después de casi dos años deestar interrumpida la comunicación entre Quito y Bogotá, por la sierra,estaba ya franca239.

En Abril del año siguiente, más de cuatro meses después deltriunfo en Ayacucho, los realistas de Pasto se pusieron en armas, capi-taneados por el presbítero Benavides; a socorrer a Farbán fue Flores,llevando milicianos y recursos obtenidos nuevamente en Quito; estasfuerzas ganaron la batalla de Sucumbíos240.

Si hemos recordado, aun cuando someramente, esta ruda cam-paña, que, con cortos intervalos, casi duró tres años, ha sido para ponerde manifiesto los sacrificios que por la Independencia hizo Quito eneste período de nuestra historia, tan poco estudiado; en efecto, auncuando por los Jefes que dirigieron la guerra, por los cuerpos de línea

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

233 Barreto a Flores. Ipiales, 14 de Febrero de 1824.234 Parte de la batalla. Sandoná, 31 de Marzo de 1824.235 Salom a Flores. Quito, 26 de Abril y 2 de Mayo de 1824.236 Gómez de la Torre a Flores. Ibarra, 10 de Mayo de 1824.237 Capitulaciones originales.- Salom a Flores. Quito, 27 de Mayo de 1824..- Flores a Solom.

Pasto, 6 de Junio de 1824.238 Francisco Regis Chávez a Flores. Mercaderes, Junio 30 de 1824.239 Flores a Santander. Pasto, 15 de Agosto de 1824.240 Cevallos. Op. cit., Vol. IV, pag. 120.

80

Page 80: Academia Nacional de Historia Boletín 180

que tomaron parte, puede llamarse colombiana, en el sentido más latode esta voz, fue el Ecuador y, especialmente, Quito, de donde se obtu-vieron todos los recursos de gente, víveres y municiones: del Sur par-tieron todas las expediciones, en el Sur se equiparon y del Sur fueron alos campos de batalla centenares de milicianos. Pocos auxilios prestópara la campaña la Intendencia del Cauca241, que se limitó a guarnecersu frontera242, en Bogotá se daba escasa importancia a estos aconteci-mientos, las providencias que se dictaban allí quedaban tan sólo escri-tas243, mientras que el Ecuador sostenía íntegro el peso de una campa-ña que preocupaba a Bolívar, tanto como la que él mismo dirigía en elPerú 244.

No por esto dejaba de enviarse milicianos, vituallas, forniturasy armamentos para el Perú; y si hubo descontento y crítica, que llega-ron a fastidiar al Libertador, poco satisfecho, por otra parte, de los auxi-lios que de aquí recibía, débese al empobrecimiento y a la necesidad deatender, de preferencia, a los asuntos de Pasto.

El Secretario, General Espinar, ordenaba a Sucre el 17 de Marzode 1823 hacer efectivo en Quito, el cobro de 100.000 pesos de emprésti-to y levantar en los cantones del tránsito, hasta Guayaquil, 400 ó 500reclutas245. Víveres, vestidos y 900 milicianos pedía Bolívar a Salom,Jefe Superior del Sur, el 8 de Diciembre de 1824246: “Si Ud. no se esfuer-za en mandarme los reclutas pedidos, los vestuarios, fornituras,morriones, capotes, sillas, ponchos o frazadas ordinarias y todos mispedidos para el ejército del Perú, decía Bolívar el 15 de Enero de 1824,nada haremos de provecho; el Perú se perderá irremisiblemente”247. El30 de Diciembre del mismo año se esperaban en Guayaquil 500 reclu-tas quiteños, destinados a seguir para el Sur248.

Estos hechos y otros muchos que podrían citarse compruebanque, aun cuando absorbida por la guerra de Pasto la atención de Quito,no dejó la ciudad del 10 de Agosto de contribuir a la liberación delPerú, a la medida de sus posibilidades249.

81

I N F L U E N C I A D E Q U I T O E N L A E M A N C I P A C I O N D E L C O N T I N E N T E A M E R I C A N O

241 Salom a Flores, Quito, 31 de Enero de 1824.242 Flores al Intendente de Cauca. Pasto, 20 de Julio de 1824.- Briceño Méndez a Flores. Bogotá,

6 de Abril de 1824.243 Salom a Flores, Quito, 26 de Abril de 1824.244 Salom a Flores. Carta citada.245 Espinar a Sucre. Guayaquil 17 de Marzo de 1823.– Ms. Biblioteca Jijón y Caamaño.246 O’Leary. Memorias, Vol. XXIX. Cartaas de Bolívar. Caracas, 1887, pag. 343.247 O’Leary. Vol. cit. Pag. 382.248 O’Leary. Vol. IV. Correspondencia de hombres notables. Caracas, 1880. 249 La cooperación del Ecuador a la campaña del Perú ha sido estudiada por el señor don

Page 81: Academia Nacional de Historia Boletín 180

******

Por la iniciación de la Independencia en el motín del Estanco,por la propagación de las ideas de libertad con Espejo, por el ejemplodado a América en 1809, por la sangre fecunda de los mártires del 2 deAgosto, Quito ocupa lugar preeminente en la Magna Epopeya quehizo, de sumisas colonias, pueblos soberanos.

Con su porfiada resistencia en 1811 y 12, con sus sufrimientosdurante la reacción española, escribió Quito páginas de heroísmo en lahistoria americana.

El entusiasta fervor en el triunfo, la abnegada incorporación aColombia, el haber domado el realismo de Pasto, sin dejar de contri-buir a la expedición libertadora del Perú, la amorosa fidelidad aBolívar, demostraciones son del amor a la Independencia, que los espa-ñoles afirmaban ser característica del quiteño.

82

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Camilo Destruge en la otra sección de la obra El Mundo Bolivariano; aquí hemos mencio-nado sólo lo hecho por Quito.

Page 82: Academia Nacional de Historia Boletín 180
Page 83: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 84: Academia Nacional de Historia Boletín 180

¿QUITO O CHUQUISACA-LA PAZ?

Hernán Rodríguez Castelo

so de que el primer paso dado hacia la independencia de los queahora son los países americanos fue cosa de Quito -que ha comen-zado a celebrar el bicentenario del 10 de agosto de 1809- o Chu-quisaca y La Paz es asunto que de vez en cuando vuelve a sacar

su insidiosa cabeza de entre historias mal digeridas o intencionada-mente interpretadas. Y es tema que muchos rehúyen abordar como sise tratase de declarar una guerra o cosa parecida.

Un libro publicado cuando se cumplía el primer centenario deAgosto y que ha vuelto a la corriente circulatoria de la historia nacionalen bella edición facsimilar el Programa Editorial de la Biblioteca Mu-nicipal de Santiago de Guayaquil nos ofrece la ocasión de enfrentar elcaso con rigor y al margen de cualquier suerte de eufemismos. Si elestupendo libro -y la nota que le dedicamos- inicia una polémica, enbuena hora: así es como se esclarece y enriquece la historia de América.

El libro en cuestión -por su pequeño formato (11 por 16 cen-tímetros), librito- es obra de uno de los mayores historiadores guaya-quileños, Camilo Destruge, que en cuanto libro publicó iluminó losmás obscuros recovecos de la historia y enfrentó temas polémicos conejemplar rigor.

EL CASO ES…

El caso es que el historiador boliviano Luis Arce, miembro de una delas secciones del I Congreso Científico Pan-Americano celebrado enSantiago de Chile, había propuesto a ese congreso que se pronunciaseacerca de que la iniciativa de la independencia americana le corres-pondió a la República de Bolivia y no a Quito.

Esto le ofreció a Destruge un tema al que calificó de “ingrato”por enfrentar a dos repúblicas hermanas. Pero pensó que exigía ser tra-tado. Lo razonó así:

85

E

Page 85: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Pero el Sr. Arce ha querido plantear discusión sobre lo que estáresuelto, y no debemos rehuirla tratándose de un antecedente históri-co, que consideramos aquí simplemente como tal, y de ninguna mane-ra con el propósito inconducente de menoscabar los méritos de otrassecciones hermanas del Ecuador (2).

Es decir, en territorios de historia, como historia pura -dentrode la pureza que en cosas de historia cabe.

Ante la propuesta de Arce, que no pudo menos de sorprenderlo mismo a chilenos que a ecuatorianos, ya se había levantado una vozpara replicarle. Un ecuatoriano, que había firmado su artículo comoHuallcanga. Fue aquello, según Destruge, oportuno, pero en modo al-guno suficiente, y estaba exigiendo la respuesta larga y contundente.De lo escrito por Huallcanga, el historiador que nunca les temió ni a laextensión ni a la acumulación exhaustiva de pruebas documentalesjuzgó: “estamos seguros de que el tiempo lo apremiaba, para lanzar suréplica antes de la clausura del Congreso Científico, o no tuvo a lamano todo el acopio de datos históricos, para que su réplica fuera másminuciosa, más detallada, como lo exige el asunto”, y añadió algo queexpresaba el criterio que iba a presidir su trabajo: “pues, en este caso,es preciso que desaparezca hasta la más leve duda que hubiera podidoinducir al Sr. Arce, con su mal fundada e inoportuna exposición”.

Pero, ¿no se trataba de una simple propuesta para que eseCongreso la discutiese? ¿Por qué sacar la discusión a la calle? Como sihubiera oído el recelo, Destruge lo atendió:

Verdad es que este caballero destinó su escrito a ser estudiado y dis-cutido por hombres competentes, como lo son los que compusieron elCongreso Científico; pero es muy cierto también, que lo ha hecho cir-cular en forma de folleto; y, por lo mismo, tiene que ser leído pormuchos de los que no están al corriente de los detalles históricos de laIndependencia americana; y aun en el ánimo de quienes no lo hanestudiado a fondo y minuciosamente, podría introducir, por lo menos,esas dudas de las que ni rastros deben quedar (3).

Para Destruge es “sencillo y muy fácil” evidenciar una verdadperfectamente comprobada por la historia. Se trata, dice, “de un puntoconcreto, sobre el cual están de acuerdo las opiniones más autorizadas

86

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 86: Academia Nacional de Historia Boletín 180

que, dando, desde muy atrás, por resuelto el problema señalan el 10 deAgosto como la fecha inicial de la Independencia Hispano-America-na”. Y en Bolivia, acota con cierto dejo irónico, si siquiera se han puestode acuerdo si Chuquisaca o La Paz.

El folleto de Arce ha sido para Destruge como arrojarle a la ca-ra un guante y hacerlo o con inoportunidad o hasta con mala fe, cuan-do el Ecuador se preparaba a la celebración del primer centenario del10 de agosto.

Y lo grave es que Arce se ha lanzado a la lid con “tan pobre ba-gaje histórico”, cuando él mismo ha sostenido en algún pasaje de suobra que en cuestiones de esta naturaleza “hay que investigar, ahondary rebuscar; y los documentos auténticos son las grandes pruebas parala confirmación de una tésis (sic) histórica cualquiera, sobre todo enuna de tan alta importancia”.

Huallcanga, en su refutación a Arce, ha escrito que “para juz-gar de los acontecimientos de Hispano América, que iniciaron la guer-ra de Emancipación o Independencia, los historiadores han tenido queSUPONER, con mayor o menor fundamento y frecuencia, las inten-ciones secretas que los informaban”. Y esto lo rectifica Destruge: NoSUPONER; DEDUCIR. Deducir “estudiando los antecedentes de losacontecimientos, analizando los documentos hasta penetrar en la másescondida intención de la frase; examinando los menores detalles yfijando la atención en las inmediatas consecuencias”. Sabia metodo-logía, pienso, en casos que revisten la complejidad de lo acontecido enQuito entre el 9 de agosto de 1809 –seguramente antes: todo comenzóen la navidad de 1808- y el trágico final de 1812. Sin haber entoncestenido presente este lugar luminoso, creo haberlo aplicado en la pano-rámica completa de esos hechos que publicó el Boletín de la Academiaen su entrega anterior. En cuanto al historiador guayaquileño, “tal es–dice-, a nuestro juicio, la concienzuda labor histórica: en lo que no sepresenta muy claro y con documentos de frases terminantes, seDEDUCE, con el auxilio de la sana lógica y la aplicación de la críticafilosófica verdaderamente tal”.

Detrás de estos prolegómenos estaba, por supuesto, lo que ha-bía aceptado el compatriota: que “todas las expresiones populares queiniciaron la guerra de la Independencia, se caracterizaron ostensible-mente como manifestación de fidelidad a Fernando VII, y NUNCAcomo franca tentativa de independencia”. Y Destruge le recuerda que

87

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 87: Academia Nacional de Historia Boletín 180

“aunque la Revolución de Quito, fue iniciada, cierto, en aquella formade fidelidad, el 10 de Agosto de 1809, muy pronto arrojó el disfraz yluego proclamó abiertamente la Independencia absoluta, como lo vere-mos en el curso de este trabajo”.

Pero el historiador se congratula de que el “ilustrado compa-triota” haya aplicado bien el “principio severo de las deducciones” yhaya llegado a hacerlas muy acertadas. Entre esas deducciones, paraDestruge “de verdad incontestable”, destaca las siguientes:

• Que la actividad quiteña de la emancipación arrancaba de muyatrás,

• Que el movimiento del 10 de Agosto de 1809, se caracterizó por lodeliberado, lo extenso, lo bien ejecutado.

• Que el propio estallido del 10 de Agosto, no fue sino el resultadomaterial de las conspiraciones de largos años atrás, con ideas de inde-pendencia perfectamente caracterizadas, con síntomas concretos yetapas clásicas, como los trabajos y publicaciones de Espejo y las reu-niones en el obraje de Chillo, iniciadas el 25 de Diciembre de 1808,con el exclusivo objeto de conspirar y hacer la Independencia (10).

SI LA COSA ES DE ANTIGÜEDAD…

Al abrir un segundo capítulo Destruge vuelve a Arce, cuyo ob-jeto había sido “probar que los movimientos ocurridos en Chuquisaca,el 25 de Mayo de 1809, y en La Paz, el 16 de Julio del mismo año, fueronlos iniciales de la Independencia Americana”. Y lo ha propuesto así“por razón de antigüedad”. Y comenta el historiador guayaquileño:“como si la cuestión quedara resuelta por las fechas y no por el ver-dadero carácter de los sucesos”. Para él esto será clave y estará en elcentro de su rechazo de la pretensión de Arce.

Pero acepta el enfrentamiento en terrenos de antigüedad. Ysienta que

si sólo de antigüedad se tratara, correspondería siempre el primerlugar, la primacía a la Presidencia de Quito; puesto que, sin contarcon movimientos y sublevaciones, de carácter muy serio, que citare-mos en su lugar, tenemos que, entre ellos, el de mayor resonancia, porsu especie, por las circunstancias que lo rodearon y las proporcionesque tomara, fue la llamada “Revolución de las Alcabalas”, que estalló

88

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 88: Academia Nacional de Historia Boletín 180

en 1592 y a la que algunos historiadores han dado serio carácterpolítico (14).

A quienes nos hemos acercado con algún detenimiento a esealzamiento quiteño no nos cabe la menor duda de ese carácter político,confirmado hasta por el debate teológico que siguió, en el que el do-minicano quiteño fray Pedro Bedón defendió el derecho de los pueblosa rechazar el gobierno despótico.

Destruge se detiene, pues, en las Alcabalas. Anota que

la sublevación primera se repitió inmediatamente, se reanudó, mejordicho, con más proporciones, con mayores bríos, y llegó a punto tal,que los quiteños comenzaron a hablar de Patria libre, a pensar enIndependencia y aún a proyectarla formalmente, para romper con laMadre España; como lo prueban las relaciones de los historiadoresmodernos muy autorizados y las de cronistas de aquella época, testi-gos presenciales y no actores de los sucesos; cronistas bien acredita-dos por la seriedad y exactitud minuciosa de sus relatos, acordes entresí; y, lo que es más, por documentos de fé incontestable, como los ha-llados por el eximio historiador Dr. Federico González Suárez en losarchivos de la Península (14).

Y Destruge entra de lleno a revivir la Revolución de las Alca-balas. Y, como si le fascinara seguir en tan importante historia de unasublevación con tan netos contornos “de carácter popular; de subidocolor democrático”, en palabras del historiador, muy a su pesar cortasu relato y análisis, para volverse a Arce y al asunto en disputa. Desea-ríamos –le reta- que “revistiéndose de imparcialidad nos dijera si losmovimientos de Chuquisaca y La Paz, tuvieron el significativo carác-ter y llegaron a la enunciación clara y positiva de proyecto tan avanza-do”. Porque para Destruge, como ya lo ha adelantado y volverá a ello,“esos movimientos de Bolivia fueron promovidos únicamente por con-troversias entre las mismas autoridades españolas, y cómo esa contro-versia y el movimiento consiguiente no obedecieron a otra cosa que ala adopción de un sistema u otro, para conservar estos pueblos en lamisma condición de colonias”. Destruge reprocha duramente al histo-riador boliviano haber silenciado la Revolución de las Alcabalas, ybusca una interpretación para tamaña omisión ¿Por qué? –se pregunta,y responde: “Indudablemente porque, dado el carácter de la Revo-

89

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 89: Academia Nacional de Historia Boletín 180

lución, se hubiera visto en grave compromiso y aún hubiera desbarata-do su plan, refiriéndose a un hecho más definido, más significativo, demayor importancia y ocurrido 217 años antes que los de Chuquisaca yLa Paz”.

Y, antes de saltar a los tiempos en que se situaba la controver-sia motivo del libro, Destruge apunta varias razones por las que se hadetenido en el temprano alzamiento quiteño. La tercera es impactante:

Porque el Sr. Arce hace hincapié en las víctimas; y la Revolución delas Alcabalas tuvo las suyas, y muy distinguidas, puesto que murie-ron en el cadalso: el bachiller Martín Jimeno, Diego de Arcos, PedroLlerena Castañeda; estuvieron presos y aherrojados, por más de unaño, sesenta individuos notables, entre los que se hallaban los Alcal-des, Regidores y demás empleados del Cabildo; y perecieron en “ga-rrote vil”, los apellidados Juárez, Aguilar, Abitez, Cordero, Calderóny otros muchos (23).

Son hechos y nombres para el desmemoriado pueblo ecuatori-ano nuevos y para ciertos historiadores seudodesmitificadores, incó-modos.

DE VUELTA A 1809

Pero tras tan estupenda evocación de la Revolución de las Alcabalas,Destruge vuelve las cosas a 1809. “Pero no se crea tampoco -aclara-,que nosotros tengamos en mientes fijar en esta Revolución de lasAlcabalas el punto de partida, la fecha inicial de la EmancipaciónAmericana”. Y sienta que hay que buscar “su origen más notable y ver-dadero, aquel que, cabalmente, constituye la más sólida base para lasgrandes empresas de esta naturaleza”.

Ha tocado un nervio del asunto, y por ello se detiene en expla-narlo:

Nos referimos al movimiento de las ideas, al poder de firmes convic-ciones nacidas por el estudio de los principios nuevos, de doctrinasreformadoras; convicciones que son la palanca poderosa que, apoyadaen el Derecho, conmueve el mundo social y cambia la faz política delas naciones.

90

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 90: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Doctrinarios convencidos del sistema republicano, fueron Espejo,Ante y sus demás compañeros, en la Presidencia de Quito; Nariño,Zea, Pombo y otros en Nueva Granada; España, en Venezuela, etc. -Bolívar y Miranda, fueron grandes convencidos doctrinarios, quecombatieron con las armas en la mano por el triunfo de los principiosque proclamaron.Por eso, deduciendo rigurosamente el verdadero carácter que debemosdar a la Independencia Americana, que fue esencialmente de transfor-mación política y social, no consideramos como sucesos iniciales deesa Independencia, las sublevaciones de los indígenas, ni los movi-mientos indefinidos, ni aquellos que, como los de Chuquisaca y LaPaz, se redujeron a la forma, nada más que a la forma, de conser-vación del mismo sistema colonial (22).

Y Destruge comienza su demolición de los argumentos de laparte contraria.

Arce ha argumentado que “durante quince años, estos puebloshan combatido cada uno por su cuenta y por su lado, ignorando por locomún o conociendo apenas, por un eco muy lejano, los hechos dearmas que tenían lugar simultáneamente en los otros confines del vastoterritorio, y por eso han llegado naturalmente a mirar los propios sac-rificios como los mayores”. El argumento le parece a Destruge “ajeno ala cuestión concreta que discutimos”, pero, sobre todo, falto de verdad.La historia le contradice:

basta recordar que, desde el principio de la guerra de la Indepen-dencia, las huestes de una sección pasaron a combatir por la emanci-pación de las otras. Muchos de los independientes de Quito pasarona combatir en el Nuevo Reino de Granada, después de 1812; el ejérci-to republicano de Venezuela, atravesó los Andes, con Bolívar, y vinoa liberar la Nueva Granada… (28)

Y completa ese cuadro de luchas en que tropas de una de lasprovincias del imperio luchaban por la independencia de otras. AcasoArce apuntaba a la soledad del movimiento libertario quiteño del 9.Pero, ¿ignoraba repercusiones inmediatas en países vecinos, como lade Bogotá? A ello, por su enorme peso para entender las proyeccionesde la Revolución quiteña en países hermanos, volverá, páginas ade-lante, Destruge.

91

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 91: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Y contradiciéndose en esto de la falta de comunicación de losmovimientos libertarios americanos, Arce ha llegado a sostener queQuito imitó los movimientos del Alto Perú. Esto no se sostiene: los pa-triotas quiteños habían resuelto dar su golpe en la navidad de 1808. Allíestán los procesos que se siguieron a los conjurados y el soberbio pro-nunciamiento de Morales, en lo esencial el mismo que guiaría el 10 deagosto del año 9. Destruge seguramente no conocía aún todo lo que ilu-minaba sobre la conjura de esa navidad en la casa de Chillo del Mar-qués de Selva Alegre, por el mismo tiempo, Jacinto Jijón y Caamaño -en magnífico texto que el lector hallará en este mismo número de nues-tro Boletín-. Pero tenía algo de especial importancia para rebatir aque-llo del aislamiento de las primeras tentativas de independencia: es elcaso del quiteño Antonio Ante, propagandista de ideas revolucionarias,desde 1789, y el que “el capitán Salinas, don Miguel Donoso, donAntonio Pineda y don Luis de Sáa, todos ellos patriotas adictos a la ideay proyectos de Independencia, hicieron sacar varias copias de losescritos de Ante, y las enviaron secretamente a Lima, Charcas, Santiago,Buenos Aires, Bogotá y otras ciudades, “con el objeto de que allí seconocieran y propagaran”, Y hay más, dice Destruge: Ante había resuel-to trasladarse a Lima acompañado de Saa para su labor de zapa, perodesistieron del viaje por habérseles manifestado que se requería su pres-encia para la revolución que se preparaba. Como para que el historiadorpueda concluir:

Esto es una prueba concluyente de que la revolución que se prepara-ba en Quito, por el mismo hecho de ser preparada, y por la forma depreparación, no significaba un simple movimiento subversivo local,un amotinamiento, sino una insurrección general (37).

LA NATURALEZA DE LA REVOLUCIÓN DE QUITO

Insiste Destruge en el punto clave de su argumentación: la na-turaleza de la revolución de Quito. De tantos documentos como podíatraer para ello, comienza por uno fundamental: la comunicación dirigi-da por la Junta al Conde Ruiz de Castilla, al comunicarle la deposición.Los quiteños, se le informa, han establecido también -es decir, como enEspaña- una Junta Soberana, “a cuyo nombre y por orden de S. E. elPresidente, tengo a honra el comunicar a U. S. que han cesado las fun-

92

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 92: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ciones de los miembros del antiguo gobierno”. “Han cesado las fun-ciones de los miembros del antiguo gobierno”. Destaca Destruye laoración en cursiva. Con razón. Porque, si esto no es una revoluciónpolítica, ¿qué es?

Levanta luego el velo -la metáfora es suya- de otros discursosy arengas pronunciados por miembros de la Junta, para ver, por deba-jo de la “convenida y necesaria” protesta de fidelidad a Fernando VII(monarca que en su lejano cautiverio ningún poder real podía ejercersobre Quito), “los verdaderos fines y otro objeto más importante de laRevolución efectuada”.

El Marqués de Selva Alegre hablaba de “nuestros inviolablesderechos” y “nuestros más íntimos intereses”. Y Quiroga en su alocu-ción proclamaba: “Se han echado por el voto uniforme del pueblo, losinmóviles fundamentos de la seguridad pública… La razón afianza sudignidad y su poder irresistible; y los augustos derechos del hombre yano quedan expuestos al consejo de las pasiones, ni al imperioso manda-to del poder arbitrario… En una palabra, desapareció el despotismo, yha bajado de los cielos, a ocupar su lugar, la justicia. A la sombra de loslaureles de la paz, tranquilo el ciudadano, dormirá en los brazos delGobierno que vela por su conservación civil y política”. E invocaba alos pueblos hermanos de América: “¡Pueblos del continente americano!Favoreced nuestros santos designios; reunid vuestros esfuerzos al es-píritu que nos inspira y nos inflama. Seamos unos… y conspiremosunánimemente al individuo objeto de morir por Dios, por el Rey y porla Patria”. Y Destruge apostilla este texto con nota así: “Fije el Sr. Arcesu atención en esto, y se convencerá todavía más, de que la Revoluciónde Quito llevaba en sí misma la idea y el anhelo de EMANCIPACIÓNDE TODO EL CONTINENTE; y no procedió, como él lo ha dicho, demanera aislada y para solo una sección americana”.

Y antes de seguir con documentos de enorme peso para pro-barlo, vuelve a enunciar la tesis fundamental de su alegato:

El acontecimiento de Quito, -yá lo hemos visto,- se fundó en ante-cedentes que le dieron un carácter definido de verdadera transforma-ción político-social; que llegaron a establecer una convicción tambiénde orden político, convicción de principios nuevos; y la necesidad decambiar el estado de las colonias por otro carácter superior, en armo-nía con esos DERECHOS DEL HOMBRE que invocó el Dr. Quiro-

93

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 93: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ga en su memorable discurso. Mientras tanto, examinándolos bien,los alzamientos de Chuquisaca y La paz, resulta que no fueron de casopensado ni preparado, ni tuvieron la expansión ni los alcances políti-cos necesarios para merecer propiamente el nombre de transformaciónpolítica, ni para que se pueda establecer, por lo mismo, la identidadcon la Revolución del 10 de Agosto de 1809 (42).

Y llegan los documentos, cada uno con su peso. En el oficio dela Presidencia al Cabildo de Santa Fe de Bogotá se le anuncia “haber ce-sado en sus funciones los actuales magistrados”, que se ha creado unaJunta Suprema para que gobierne este reino “mientras S. M. recuperala España o venga a imperar en América”, y se le comunicaba aquellopara que “hiciese causa común con este Reino” para cooperar a “ladefensa de la religión, sostenimiento de los derechos del Rey y libertadde la patria”.

Otro tipo de documentos probaban aun con mayor fuerza latesis. Provenían de las autoridades españolas, que “calaron perfecta-mente la intención real y verdadera de los Próceres del 10 de Agosto,vieron claramente el objeto del movimiento, y de allí sus respuestasairadas”. El Gobernador de Popayán, en oficio al Cabildo de Quito,decía haber recibido “con toda la indignación que se merece, el sedi-cioso, criminal papel que se atrevió a escribir don Juan Pío Montufar,participando el delito de alta traición que ha cometido con algunossediciosos de su infame partido”, y lo veía como un insulto que se lehacía “creyéndole capaz de entrar en la rebelión a que le invita contrala soberanía del Sr. Dn. Fernando VII”. ¡Cuánto de esto subraya o re-salta con mayúsculas, con sobrada razón, Destruge!

Para el historiador aun “más expresiva, más reveladora” resul-ta la contestación que a la comunicación del de Selva Alegre dio elGobernador de Guayaquil, Bartolomé Cucalón, “pues en ella se ex-tiende en pormenores para probar que los revolucionarios de la Ca-pital, faltaron a la lealtad debida a Fernando VII, rompiendo los víncu-los que unían a la Presidencia con España y TRAICIONANDO A LAMONARQUIA”. Y siendo este documento de tanto peso probatorio, elautor lo transcribe íntegro. No lo comenta ; se limita a destacar con cur-sivas y mayúsculas un pasaje que confirma su percepción -exacta- deque lo de la sujeción al Rey era pantalla: “Dais testimonio de la sedi-ción efectuada que NO SE DISFRAZA CON LAS PALABRAS Y

94

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 94: Academia Nacional de Historia Boletín 180

EXPRESIONES PALIATIVAS QUE USÁIS”. No menor subterfugio leparecía a Cucalón eso de la amenaza napoleónica: “Respecto de lainjusta sustracción que intentáis, tampoco existe EL FALSO MOTIVOQUE APARENTÁIS, de estar amenazados por la dominación francesa;nada es tan notorio como que por ninguna parte asoma…etc”. Tenía elrealista Gobernador toda la razón y Destruge, con las mayúsculas, se loreconoce.

Y otro documento viene a reforzar eso de que la fidelidad alRey era simple pretexto: el Edicto de Amar y Borbón, Virrey de SantaFe. Reprochaba a los quiteños de la Revolución: “¿No habéis quebran-tado los vínculos del orden público deponiendo a las autoridadesHABILITADAS POR EL MISMO SOBERANO?… No han ATROPE-LLADO Y USURPADO LAS REGIAS PREEMINENCIAS DE S. M, sinser llamado por título ninguno a tomar su Real nombre y ATRIBUIRSESUS REALES PRERROGATIVAS?”

Y la cita del virrey Amar le da ocasión a Destruge para presen-tar un hecho que probaba aquello que Arce había querido negar: la re-sonancia del movimiento de Quito en otras provincias del imperio. ElVirrey reunió en Bogotá una junta de notables para oír su parecer sobrelos acontecimientos quiteños. En ella, el partido español, como es sa-bido, estuvo por la destrucción de la Junta quiteña, por la fuerza de sernecesario; pero, en palabras del historiador colombiano Restrepo, queDestruge cita, el PARTIDO AMERICANO “discutió en muy buenosdiscursos los principios e historia de la revolución española; y, funda-do en aquellos y en ésta, DEMOSTRÓ QUE LA REVOLUCIÓN DEQUITO ERA JUSTA, QUE NO SE DEBÍA HACER LA GUERRA ALNUEVO GOBIERNO, y que en la Capital debía erigirse una Junta, for-mada por diputados de cada una de las provincias, ELEGIDOS PORLA LIBRE VOLUNTAD DE LOS PUEBLOS”. “Es decir, concluyeDestruge, que se pronunciaron por seguir el ejemplo ofrecido por Qui-to, y querían establecer el Gobierno sobre la base de la representaciónnacional, por voto popular; sistema completamente republicano, queechaba por tierra el del absolutismo monárquico, entonces imperante”.

La inteligencia del movimiento de Quito testimoniada por elpartido americano de Bogotá bastaba, en palabras de Destruge, para“convencernos de que no era conservadora sino transformadora y tam-poco aislada, sino con suficientes conexiones en otras partes”. Esto últi-mo del historiador guayaquileño, tan exacto, abre un incitante campo

95

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 95: Academia Nacional de Historia Boletín 180

a la investigación: trascendencia y resonancias de la Revolución deQuito.

Para concluir el rico y denso capítulo de su alegato, el histori-ador cambia el enfoque hacia una ancha panorámica que acaba pormostrar la naturaleza de la Revolución de Agosto, en claro contrastecon el movimiento de Chuquisaca:

A todo esto agregamos que las fuerzas organizadas por la Junta deQuito, sostuvieron un verdadera y larga campaña; que esa Juntaorganizó su gobierno en toda forma, y procedió, en efecto, comoGobierno independiente, sin sujeción a otro ninguno; que sus tropaspasaron a operar en las provincias de Popayán y Pasto, ocupandotriunfantes la capital de esta última, y sosteniendo esa campaña encombinación con las fueras independientes de la primera de talesprovincias; de tal manera que agregadas estas nuevas consideracionesa las expuestas anteriormente, habrá que convenir, una vez más, enque la Revolución de Quito fue derechamente a la Independencia, conelementos nuevos, con un cambio radical administrativo, etc.; cir-cunstancias que, como veremos, no concurrieron a definir ni a dar elmismo carácter al movimiento de Chuquisaca, que el Sr. Arce pre-tende haber sido el primero de la Independencia Americana (54).

Y LO DE BOLIVIA, ¿QUE?

Lo de Bolivia, según Destruge, no tuvo, en manera alguna, “elcarácter político de transformación del sistema gubernativo, que se lequiere dar”. No es cosa suya, aclara el historiador y se acoge al parecerde “historiadores que deben ser tenidos como autoridad por el Sr.Arce”. Ramón Sotomayor y Valdéz, en su Estudio Histórico de Bolivia,tras caracterizar el movimiento del 25 de Mayo como “informe y maldefinido”, ha agregado:

NO HUBO, SI BIEN SE CONSIDERA, EL MENOR PROPOSITODE INDEPENDENCIA EN EL PRONUNCIAMIENTO DECHUQUISACA, como que su causa no fué otra que el desacuerdoentre las mismas autoridades de la Colonia, sobre el régimen que debíaadoptarse PARA CONSERVAR EL SISTEMA COLONIAL, enmedio de la situación embarazosa y anárquica de la Metrópoli (57-58).

96

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 96: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Y el historiador boliviano hace relato largo –que Destruge reco-ge– de lo acontecido en Chuquisaca. Las andanzas de un aventurero,don Juan Manuel Goyeneche, que, habiendo recibido de paso en el Bra-sil instrucciones de la Infanta doña Carlota “al efecto de hacerla re-conocer en las colonias como la representante y heredera de su familiacautiva”, llegó con su intriga a Chuquisaca. La Real Audiencia quisoapresarlo como traidor, y, al ver en el Presidente García Pizarro “ciertalenidad y disimulo”, lo acusó de complicidad e intentó deponerlo. “Asíestalló –termina Sotomayor– entre las principales autoridades, unadivisión que, complicándose con la intriga y enconándose con lapasión, comprometió al pueblo en una asonada, que dio el triunfo a laAudiencia, y destituyó a Pizarro”.

Como para que Destruge glose: “dio el triunfo a la Audiencia;es decir a los mismos hombres, a las mismas autoridades que represen-taban ese poder colonial en la forma que se hallaba establecido, y no aelementos nuevos, a individuos de otras ideas y otras aspiraciones,como sucedió en la Revolución de Quito”.

Pero el historiador guayaquileño es demasiado serio y honora-ble como para no seguir un paso más al historiador boliviano y dar enalgo que, de algún modo, confirió importancia a aquel suceso: la asona-da se convirtió en la ocasión “que tentó a unos pocos hombres de cora-zón fuerte e ideas avanzadas, a EMPRENDER LA PROPAGACIÓN DEUNOS PRINCIPIOS QUE HASTA ENTONCES HABÍAN MIRADOCOMO UNA BELLA PERO REMOTA ESPERANZA”. Y comenta:

Quiere decir, pues, que Monteagudo, Sudanés, Lemoine, Fernández yotros hombres conspícuos de Bolivia, que “formaron sociedades secre-tas y tomaron a su cargo el apostolado de la emancipación y de la lib-ertad en los principales pueblos del Alto Perú”, solo entonces y adver-tidos por el suceso del 25 de Mayo, pensaron en hacer lo mismo quehabían hecho en Quito, Espejo, Montufar, Villa-Orellana, Ante, Sáa,Cuero y Caicedo, Alvares, Larrea y tantos otros fundadores de laSociedad “Escuela de la Concordia”, y propagandistas activos de lasnuevas ideas, desde1765! (59-60).

La parte quiteña del párrafo sabe más a exaltación oratoria quea rigurosa conclusión histórica. Para quien repasa los sucesos del Agos-to quiteño, la lista mezcla posturas muy distintas ante la Revolución, y

97

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 97: Academia Nacional de Historia Boletín 180

para muchos de ellos no se sostiene eso de “propagandista activos delas nuevas ideas”, y menos desde ese año tan temprano. Y, por su-puesto, se echa de menos los nombres de Morales y Rodríguez de Qui-roga, los más lúcidos, apasionados e impacientes revolucionarios deAgosto. Pero no hacía la menor falta este desate de entusiasmo, porquelo que estaba clarísimo era que, mientras esos ilustres pensadores boli-vianos de las nuevas ideas maduraban su proyecto político, en laRevolución de Quito se organizaba “una Junta formada, cabalmente,por los viejos propagandistas de las nuevas instituciones, y desa-parecieron todos los elementos que gobernaban mediante el sistemapolítico colonial”.

Y acude aún Destruge a otro historiador boliviano: el gran Re-né Moreno, a quien Arce tenía en tanto y presentaba como prueba desus aseveraciones. Pero Moreno, en su obra Últimos días coloniales en elAlto Perú, vuelve a poner rencillas entre autoridades coloniales como elpunto de partida de todas las convulsiones de Chuquisaca: “Hacia elpromedio de 1808, la actitud de los Oidores de Chuquisaca, y empresade la Mitra de Cochabamba, la una contra el viejo Presidente y la otracontra el Arzobispo nuevo, hubieron de estrechar la unión de estos dosamigos, ligando sus intereses, a efecto de resistir con ventaja a sus opo-sicionistas”. Y lo que Moreno narra “larga y minuciosamente” se redu-ce a “diferencias, controversias, antagonismo, agrias disputas, etc., en-tre el Presidente Pizarro y los Ministros de la Real Audiencia; los mane-jos de Goyeneche y su triple papel; los procedimientos contra el Arzo-bispo; las intrigas que se desarrollaron y lo tenían todo revuelto; ladivisión de opiniones en el público”, es decir, la confirmación de que“el movimiento de Chuquisaca no tuvo otro origen que el de los celosentre las autoridades, ni otro fin que el de hacer triunfar una de las for-mas propuestas y discutidas para la conservación del estado colonial”.Y añade el historiador guayaquileño: “Y en lo demás, no aparece en ellibro de Moreno un solo documento, ninguna acta pública que de-muestre que el movimiento tuvo el más insignificante viso de indepen-dencia política”.

Hubo, es verdad, un folleto titulado Espectáculo de la verdad,que circuló después del 25 de mayo de 1809. “Pero leyendo ese anóni-mo detenidamente -dice Destruge- tampoco encontramos en él unasola frase que dé a entender siquiera, que fueron de independenciapolítica los móviles de tal suceso; sino que todo él se refiere a unaespecie de alegato sobre los mismos asuntos apuntados”.

98

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 98: Academia Nacional de Historia Boletín 180

PERO, ¿Y LA PAZ?

Lo de Chuquisaca, liquidado. Pero, ¿y lo sucedido en La Paz el16 de julio de ese mismo 1809?

El juicio de Destruge es este: “Verdad que fue algo más defini-do; pero sólo esto, y no llegó nunca al punto concreto de una declara-ción de Independencia”.

Conoce el historiador la proclama anónima, que circuló en LaPaz el 29 de julio, que es el documento presentado por Sotomayor yValdés en relación con el movimiento paceño. Pero -y parece argumen-to fuerte- el autor ya citado de Ultimos días coloniales en el Alto Perú -tanexhaustiva y bien documentada- “no dice nada, absolutamente sobre elsuceso de La Paz”. Y Destruge pregunta:

¿Hay alguna acta en la que se dejara constancia de que ese movimien-to de La Paz tendía siquiera a conseguir la Independencia política, laautonomía de aquella sección americana? (63).

Se formó, es cierto, en La Paz una Junta, “pero sin organizaciónalguna” -minimiza Destruge, que añade, en palabras del historiadorValdés:- “entre sus miembros había opiniones y sentimientos encontra-dos”. También los hubo en Quito, lo sabemos; pero esas opiniones ysentimientos encontrados, en la Paz “ni siquiera pudieron dar impulsoni rumbo conocido al movimiento”. Y no sin cierto sarcasmo cita lo queese historiador dio como el mayor logro de esa Junta: “su más señala-da medida, fue, mandar, por decreto, que los españoles residentes enLa Paz prometiesen, por juramento, amistad a los criollos”.

(Cabe recordar que la revolución quiteña de los Estancos ter-minó con la expulsión de los varones españoles de la ciudad, cosa hartomás radical que lo logrado en La Paz).

Vino después la junta del 25 de julio, que se tituló “Tuitiva delos derechos del Rey y del Pueblo” ; pero, para Destruge

Tampoco hizo declaración alguna, ni aun veladamente, de que aspi-rara y se propusiera la Emancipación política del país. No hay unacta, no hay un documento terminante que lo compruebe (63).

Y reclama: ¿Por qué, de haberlos, no constan en los “Docu-mentos políticos del Perú” que cita Arce ni los ha exhibido?

99

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 99: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Y el historiador guayaquileño remata este capítulo con breverecuento de la historia que siguió a la disolución de esa Junta, que dejósolo al frente el movimiento al coronel Pedro Domingo Murillo.

DE VUELTA EN QUITO

Y el historiador vuelve al Agosto quiteño y lo que siguió. Ha dicho,páginas atrás, que la Junta quiteña se disolvió, pero acota ahora “mo-mentáneamente” y sin que se hubiera puesto término al estado de Re-volución. Vino el asesinato de los cabecillas de la revolución del año 9el 2 de agosto de 1810, y “la sublevación subió de punto” y esa suble-vación “obligó a Ruiz de Castilla a aceptar la reorganización de laJunta”.

Montúfar –recuerda Destruge- obligó a Ruiz de Castilla a quese convocara a una reunión que se celebró el 9 de septiembre de 1810.Y de ella queda Acta -esas actas que en vano había reclamado a los mo-vimientos bolivianos-. Léase el Acta -desafía Destruge- y dígasenosluego si no es mucha verdad que el Presidente, Conde Ruiz de Castilla,“recibió la ley que le impuso la Revolución”.

Destruge no glosa los pasajes que apoyaban su alegato. Solodestaca frases en cursiva o en mayúsculas. ¡Y cuánto tenía para des-tacar!

El Procurador expuso “que, en las circunstancias en que se ha-llaba la Provincia, de DESCONTENTO DEL GOBIERNO, a consecuen-cia de los acontecimientos precedidos y que son bien notorios, noencontraba otro arbitrio que el de adoptar el ejemplo de las Provinciasy Reinos de España, que han erigido sus Juntas, CON VOTO Y ASATISFACCIÓN DE LOS PUEBLOS, SOBRE QUE ESTÁ DECIDIDALA VOLUNTAD DE ESTA CIUDAD”. Lo cual aprobaron todos los queformaban ese Congreso, que luego se pusieron a tratar “sobre el modoy forma de su creación y acerca de las facultades que debe tener”. Y enlo que acordaron por unanimidad lo primero fue reconocer la autori-dad suprema del Consejo de Regencia, “como representativo de nue-stro muy amado Rey Fernando VII”. No lo dice Destruge pero impor-ta recordar que quien presidía esa reunión, junto con el Presidente, eraCarlos Montúfar, enviado de ese Consejo para tratar de arreglar lasexaltadas cosas de Quito. Mal podía, pues, la Asamblea desconocer, deentrada, la autoridad de ese Consejo.

100

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 100: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Pero, inmediatamente, se ponía duras condiciones para aquel-lo: que el Rey se mantuviese “en cualquier punto de la Península librede la dominación francesa y haciendo la guerra a José Bonaparte” (cosaque los dirigentes del movimiento quiteño sabían que no era así); pero,si se dejaba sujetar o se trasladaba a algún lugar de la América, “per-derá para nosotros su representación y QUEDAREMOS ENTERA-MENTE LIBRES DE SU SUPERIORIDAD, REASUMIENTO NUES-TROS DERECHOS NATURALES, PARA TRATAR, EN VIRTUD DEELLOS, EL ESTABLECIMIENTO DE NUESTRO GOBIERNO”.Esto erade formidable altivez y hondura de pensamiento político: esa concep-ción de reasumir derechos naturales para establecer gobierno. No lopondera Destruge, para quien bastaban esas mayúsculas. Pero en notaal pie acotó: “Ya veremos también cómo, sin esperar ese caso condi-cional, reasumieron en absoluto sus derechos, y establecieron y organi-zaron un gobierno republicano independiente”.

Esa Junta Superior de Gobierno debía componerse de personaselegidas por los estamentos de la sociedad y por los barrios -esos ba-rrios quiteños que siempre tuvieron presencia decidida en cuantomovimiento insurreccional se dio en Quito-. Y, al fijar sus competen-cias, el Presidente quedaba reducido casi casi a figura decorativa. LaJunta, se sentaba, “A QUIEN SE RESERVA EL ARREGLO DE LOSNEGOCIOS Y EL ORDEN CON QUE SE HA DE EXPEDIR, quedandoen el Excmo. Sr. Presidente el ejercicio del Real Vice-Patronato y lojudicial de la Real Hacienda, cuya economía tocará a la Junta”.

Era importante para el argumentar de Destruge destacar que“en la reinstalación de la Junta, fueron elegidos para formarla, casi ensu totalidad, los mismos miembros que compusieron la instalada el 10de Agosto de 1809; excepción hecha, por supuesto, de los que perecie-ron asesinados el 2 de Agosto de 1810; pero a estos les reemplazaronindividuos que figuraron también en el movimiento inicial de la Inde-pendencia”: es decir, no hubo ruptura con el movimiento revolucio-nario inicial; era el mismo, con patriotas que volvían a su proyecto ape-nas las circunstancias les abrían un resquicio para ello. Concluye conrazón:

Todos los elementos pertenecían a la Revolución exceptuando a Ruizde Castilla que, por otra parte, quedaría en breve anulado y separadode la Junta de Gobierno. No sucedió lo mismo en los movimientos de

101

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 101: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Chuquisaca y La Paz, donde continuaron tranquilamente en el Poderlas propias autoridades, provocadoras de sucesos, muy ajenos comohemos visto a la idea de la Independencia (73).

LA PRIMERA POR INDEPENDENCIA ABSOLUTA

Va a dar un paso más el historiador; un paso largo que significará po-deroso argumento a favor de su tesis. Lo anuncia así:

Porque, si ya hemos visto cuánto avanzaron los patriotas quiteños,desde 1809 hasta los últimos sucesos relatados; cuanto avanzaron,decimos, en orden a la libertad e independencia y a la consagración desus derechos naturales, todavía nos falta comprobar hasta donde lle-garon y de qué manera esa Revolución que comenzaron un año antes,fue LA PRIMERA QUE PROCLAMÓ ABIERTAMENTE, DEUNA MANERA TERMINANTE, LA INDEPENDENCIA ABSO-LUTA DEL TERRITORIO Y SU SEPARACÓN DE LA NACIONESPAÑOLA (73-74).

Y es cosa fácil de probar para el historiador. Porque, como él lodice, “llegó pronto a un punto en que tuvo por oportuno poner a un la-do todo aquello que había encubierto -por prudencia y por ir pre-parando a las masas para una transformación que no podía ser violen-ta,- sus verdaderos propósitos de absoluta independencia”.

Yo diría que Destruge se queda corto en mostrarlo; pero lo queaporta es de peso decisivo: el 9 de octubre de 1810 la Junta declara que“reasumía sus soberanos derechos y ponía el Reino de Quito, fuera dela dependencia de la Capital del Virreinato”. No pareció suficiente, yen la sesión del 11 “rompió los vínculos que unían a estas provinciascon España y proclamó su independencia”.

España, a través de sus virreinatos, no iba a tolerar una provin-cia independiente, y Quito debió sostener su proclamación en la gue-rra. Y el historiador guayaquileño, con no recatada ufanía, reseña losgrandes jalones de esa verdadera guerra:

La de la Presidencia de Quito, fue la guerra sostenida en regla y porlargo tiempo. Lo atestiguan las acciones memorables de Guaranda, 1ªy 2ª de Paredones, Verde Loma, Boca de la Montaña, San Miguel de

102

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 102: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Chimbo, Mocha, Latacunga, Julupana y el Panecillo, en el centro ysur de las provincias; y por el Norte, los combates de Río Bobo, elChupadero, el Contadero, Paso del Funes, 2ª de Río Bobo, Guapuscal,Pasto y San Antonio, hasta la dispersión en Ibarra, al finalizar el añode 1812 (76-77).

No hay revolución sin soldados que la sostengan; y ese primerejército quiteño la defendió con heroísmo sin mezquinar el derrama-miento de sangre por la nueva patria. Este fue el comienzo del ejércitoecuatoriano, y está bien que las Fuerzas Armadas se preparen a cele-brar su bicentenario. Y ojalá prospere el proyecto de señalar con algúnmonumento, aunque sobrio, cada una de esas acciones de armas.

Pero esta rememoración de esos hechos ilustres tenía un desti-no, y Destruge nos lo recuerda: “Compárese ese movimiento de Quitocon los de Chuquisaca y La Paz y dígasenos: ¿tiene razón el Sr. Arce ensus pretensiones sobre el MOVIMIENTO INICIAL DE LA INDEPEN-DENCIA AMERICANA?”.

Pero hay Arces aun hoy y hasta en ecuatorianos de esos quecreen que todas nuestras ufanías históricas son chauvinismo. Y acasopor ello Destruge inicia una nueva sección de su alegato: “Pero aún nosfalta analizar los argumentos del mismo Sr. Arce, y de ello vamos aocuparnos detenidamente”. Y, aunque esto esté resultando un pocolargo, se impone seguir al ilustre historiador guayaquileño.

Pero, curiosamente, en largo tramo de las disquisiciones deArce no hay un solo argumento. Y lo que hace Destruge es reprocharleomisiones flagrantes. A su lista de levantamientos e insurrecciones lereclama si por olvido o por decisión no quiso anotar los de 1780 enPelileo y Quizapincha, “y que, estos últimos, no contentos con haberserevolucionado en su pueblo, se fueron sobre Ambato y sostuvieron lue-go verdaderos combates, con la fuerza armada enviada contra ellos, ya la cual derrotaron en algunos encuentros, aunque pare ser vencidosdespués”. Después fue el de Píllaro que alcanzó a los pueblos de Baños,Patate, Izamba, Pasa y Santa Rosa. Y sigue: “¿Por qué silenció lo de lassangrientas sublevaciones de Guamote y Columbe?”. En todas ellashubo mártires.

Y Arce ha mencionado la persecución y destierro de AntonioNariño, en 1794, pero no menciona que Espejo fue también perseguidopor los mismos cargos, “por grave razón de estado”, que cita elhistoriador.

103

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 103: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Y acumula Destruge nuevas menciones de sublevaciones ymovimientos ocurridos en la Presidencia de Quito, hasta el de 1777, enlos pueblos de Cotacachi, San Pablo, Cayambe, Atuntaqui y San An-tonio “que fue considerada como en combinación con el movimientoacaudillado por Gabriel Cundurcanqui”.

Pero el asunto en discusión iba por otro lado. Tratábase de mo-vimientos “que se basaron en principios políticos y en el anhelo deconstituir nacionalidades independientes bajo otro sistema gubernati-vo”. “No pueden, efectivamente, ser confundidas las sublevacionesnetamente indígenas, con las revoluciones de la nueva raza americana,de los nuevos hijos del territorio, contra el poder y la dominación deEspaña”. Y acude en este punto a esa visionaria, lúcida y poderosa for-mulación de Bolívar que es la más solemne proclamación de la razamestiza de América. Nunca está de más volver a escucharla -y ahoraacaso más que nunca:

Nosotros ni aun conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiem-po: no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entrelos aborígenes y los españoles, americanos por nacimiento y europeospor derecho, nos hallamos en el conflicto de disputar, a los naturales,los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer,contra la oposición de los invasores,

Y Arce –dice Destruge- quiere precisamente que se considerenlos movimientos efectuados por españoles-americanos; es decir, por lanueva raza. Pero entonces se vuelve al boliviano para preguntarle:“¿no fue ese elemento nuevo el que actuó en la Revolución de lasAlcabalas en Quito, con las circunstancias que hemos relatado?”, y con-cluir: “Y siendo esto así, -ateniéndonos a las mismas doctrinas del Sr.Arce- ¿no podríamos considerar esa Revolución como la inicial de laindependencia?”.

Pero esto es solo para arrinconar a Arce y acumular sobre élsus contradicciones. Porque la opinión de Destruge -para esta partefinal de su libro ampliamente desarrollada y probada- es que “la ver-dadera Revolución de la Independencia americana, debe considerarsepor sus antecedentes de propaganda dirigida al objeto de una transfor-mación político-social, y por hechos y procedimientos que confirman elesfuerzo y la lucha para la transformación”, la que estalló en Quito el10 de agosto de 1809.

104

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 104: Academia Nacional de Historia Boletín 180

EL ARGUMENTO DE LA GUERRA

Arce ha escrito: “Una vez que los americanos se declararon en entidadpolítica independiente y constituyeron un Gobierno propio, empezó aser guerra propiamente dicha ese conjunto de revueltas armadas con-tra las autoridades representantes del Rey español”.

¿Qué mejor para la argumentación del historiador guayaqui-leño? Primero, porque puede preguntar -retóricamente- “¿Se hizo taldeclaratoria; se constituyó un Gobierno de veras independiente cuan-do los movimientos de Chuquisaca y La Paz?”. Y ya ha mostrado el his-toriador el cariz doméstico de esas disputas, “controversia sobre laforma conservadora colonial”

Y Quito hizo esa guerra. Las autoridades realistas de Guaya-quil “trataron a los Revolucionarios de Quito como a beligerantes”, conel envío de parlamentarios.

Y en cuanto a aquello de “gobierno propio”, Destruge tocaaquí otro rasgo esencial de la Revolución quiteña:

En efecto; la Junta, después de su declaración solemne de Independencia,resolvió establecer la forma de Gobierno, conforme a una CONSTITU-CIÓN POLÍTICA; y, para el objeto, dictó un Decreto de elecciones; y lue-go el de convocatoria del Congreso; de tal manera que, ya para el 1º deEnero de 1812, se instaló el PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTEde la entidad política que hoy se llama República del Ecuador, aunqueésta no estuviera aún declarada ni constituida (95-96).

No rehúye Destruge mencionar que en Bolivia hubo tambiénuna guerra, que comenzó en Charcas y terminó en Tumusla, ya en abrilde 1825. Pero ¿no ha distinguido él puras revueltas militares de guerraen defensa de un gobierno propio?

Y, de vuelta a los documentos, el informe del Virrey Abascal,“es un documento igual, por lo exagerado, al Informe del Presidente deQuito, Barros de Santillán, al Virrey Mendoza” dándole cuenta de lossucesos de la Revolución de las Alcabalas. “El artículo del Dr. JoséBernardo Monteagudo; artículo de puro lirismo, se explica perfecta-mente que fuera publicado en esa forma, porque Monteagudo fue unode los propagandistas que COMENZARON SU LABOR, DESPUÉS DEMOVIMIENTO DEL 25 DE MAYO”. Y, mostrándose buen lector, Des-truge lo lee así: “Claro que tenía que rodear a ese suceso de una aureo-

105

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 105: Academia Nacional de Historia Boletín 180

la resplandeciente, darle un carácter y un objeto que no tuvo, como lohacen hasta hoy los propagandistas de las revoluciones, al prestar granimportancia, en sus escritos, a los hechos más insignificantes, a los inci-dentes más triviales”.

EL ARGUMENTO PRINCEPS: LA PALABRA DE LOS LIBERTADORES

“Tres documentos oficiales presenta triunfalmente el Sr. Arce para ce-rrar su capítulo de pruebas” -reseña Destruge-. Y son una proclama delgeneral Lanza, después de Ayacucho, en que proclamó: “Los pueblosde Chuquisaca y La Paz, hijos primogénitos de la libertad”; un frag-mento del oficio dirigido por Bolívar a la Asamblea del Alto Perú, enque reconoce a los alto peruanos haber tenido “la gloria de haber sidolos primeros que vieron, diecisiete años antes, el crepúsculo que dioprincipio al gran día de Ayacucho”, y una parte del mensaje de Sucreal Congreso Boliviano de 1826 en se expresó así: “Este día, marcado enlos fastos de la América por acontecimientos gloriosos, añade en el díade hoy, el de instalarse en Chuquisaca el Cuerpo Nacional de Bolivia, alos diez y siete años de que este mismo pueblo convidó al mundonuevo, a sacudir el ominoso yugo de la España”. Y algo más: el decre-to de Sucre para la celebración del 25 de mayo de 1809 como “aniver-sario del primer día en que los pueblos de Bolivia invitaron a laAmérica a la gloriosa insurrección que ha emancipado el Nuevo Mun-do” ¿Qué podía oponerse a tamañas autoridades?

Pero Destruge opone a esas declaraciones otras. La SupremaJunta de Gobierno de Santa Fe de Bogotá en oficio dirigido al Presiden-te de Quito, con motivo del asesinato de los próceres de agosto de 1809testimonia su dolor al Ayuntamiento “y al mismo generoso pueblo quedio tan claramente los primeros pasos hacia nuestra libertad”.

Y se vuelve a la declaración de mayor peso y al parecer decisi-va por tratarse de Bolívar. Pero hay otras -arguye- del mismo Liber-tador que la contradicen. En el Manifiesto del Secretario de Estado alGobierno Republicano de Venezuela, dictado por Bolívar, se proclamaque desde el momento de agosto del año 1810 “en que corrió la sangrede los Quiroga, Salinas, etc., nos armaron con la espada de las repre-salias, para vengar aquella sobre todos los españoles. El lazo de lasgentes estaba cortado por ellos..”. Y, usando el mismo modo de argu-mentar de Arce, replica que, de atenernos a proclamas de Bolívar,

106

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 106: Academia Nacional de Historia Boletín 180

habría que dar a los venezolanos la primacía como iniciadores de laindependencia americana, pues, en la proclama dirigida a los habi-tantes de la Costa Firme, antes de salir de Margarita con su expedición,les dice: “Vuestro suelo fue la cuna de la independencia americana el19 de abril de 1810”. Y a Quito le dijo el propio Bolívar, en su contes-tación al Ayuntamiento, cuando este le envió el acta de incorporacióna Colombia: “El gozo de Colombia ha llegado a su colmo al recibir ensu seno el pueblo de la República que levantó el primero el estandartede la libertad y de la ley contra la usurpación extranjera”. Con lo cualya puede Destruge volverse a Arce y resumir:

¿A qué nos quedamos, Sr. Arce, en cuanto a las pruebas anteriores?Tengamos en cuenta que las referentes a Quito y aún a Venezuelaestán plenamente comprobadas por la historia exacta de los sucesos,como yá lo hemos visto; pero no sucede lo mismo con la de Chu-quisaca, que no está corroborada ni consagrada por los antecedentes.De modo que, entre esas opiniones de un solo individuo - ¿cuál debe-mos aceptar, sino la que se conforma con la verdad histórica? (108).

Y acaso pudo haber dado un paso más el historiador, de habertenido hábitos de lingüista y semiótico: cuando un gobernante habla aun pueblo cuya adhesión quiere captar busca en la historia razones deelogio sin pararse en rigores de historiador ni aquilatar austeramentelos méritos que exalta.

Pero acaso Arce dé un giro y diga “que debemos más bien ate-nernos a la opinión actual, al voto de hoy, por estar el asunto mejorestudiado y, por lo mismo, en mejores condiciones para ser resueltoactualmente”.

Bueno era Destruge para no aprovecharse de la oportunidadpara entregar algunos de los textos que le estaban llegando de todaAmérica con oportunidad del primer centenario de la independencia.Fue un espléndido modo de rematar su alegato -que era ese “voto dehoy”, que dice, con el asunto mejor estudiado y en óptimas condicionespara ser resuelto-. He aquí algunas de esas estupendas opiniones, queresultan buena lectura en estas vísperas del bicentenario que estamosviviendo:

El Dr. Juan Barrios, Ministro de Relaciones Exteriores deGuatemala:

Cien años han transcurrido desde que el patriotismo americano inició

107

¿ Q U I T O O C H U Q U I S A C A - L A P A Z ?

Page 107: Academia Nacional de Historia Boletín 180

esa campaña gloriosa que produjo como resultado la Independencia dela América española.

El Dr. Amador Guerrero, anterior Presidente de la Repúblicade Panamá:

Fue el 10 de Agosto el origen de la América del Sur como hermosoconjunto de naciones libres.

El Dr. Francisco Javier Urrutia, Ministro de Relaciones Exte-riores de la República de Colombia:

El 10 de Agosto de 1809, marca la fecha de aquella epopeya que, porlo grande y lo heroica, es casi una leyenda: la de la emancipaciónamericana.

Y el Sr. Bolívar Calvo, secretario del Ayuntamiento de Santiagode Chile:

Los sud-americanos nos preparamos con entusiasmo, a celebrar dig-namente el centenario de la Independencia.Corresponderá al Ecuador iniciar la celebración de Centenario, puesfue el pueblo de Quito el primero que proclamó su independencia. Lafecha del 10 de Agosto de 1809, merece por eso, ser recordada, parti-cularmente por los ecuatorianos, y por los sud-americanos en general,ya que aquellos dieron el ejemplo, que pronto tuvo dignos imitadoresen las demás colonias españolas.

Mi última palabra, tras cerrar las páginas de libro tan impor-tante, devuelto a la corriente circulatoria de la historia patria: ¡GraciasGuayaquil por unirse a las celebraciones bicentenarias con tan esplén-dido aporte!

108

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 108: Academia Nacional de Historia Boletín 180

109

LA REBELIÓN DE LOS ESTANCOS DE 1765 PRECURSORA DE LOS MOVIMIENTOS

LIBERTARIOS DE 1809 Y 1810

Enrique Muñoz Larrea

En la memoria o conseja de los patriotas quiteños que intervi-nieron en los movimientos libertarios de 1809 debieron recordar a donMiguel de Benalcázar, hijo del conquistador don Sebastián, que en 1538con un grupo de criollos trataron de alzarse contra el gobierno, en pro-testa contra las injusticias que sufrieron de parte de los primeros fun-cionarios reales. Descubierto su plan fueron presos, a cinco de sus com-pañeros se los juzgó y sentenció a muerte, y a los otros se los condenóa galeras.

También debieron acordarse que en 1592 el rey Felipe II decre-tó que en las Indias se establezca el viejo impuesto castellano llamadoalcabalas que consistía en una tributación que gravaba las compraven-tas y todo tipo de transferencias, era pagado por el vendedor y por elcomprador en la permuta; el pueblo de Quito protestó contra esta nue-va imposición, se alzó contra las autoridades y fue apoyado por el ca-bildo. Como dice Gabriel Cevallos García: “Levantada la tempestad dela alcabala, se volvió ésta impopular, y de un mero asunto fiscal se tor-nó en problema político. La parte valiosa del asunto radicó en que elcabildo, se sintió representante del vecindario”. El alma rebelde quite-ña se fue configurando apenas a los sesenta años de surgir como villa.Esta revuelta fue sofocada por la milicia peruana a sangre y fuego.Después de esto, las alcabalas se siguieron cobrando.

Debieron evocar asimismo los sucesos acontecidos 50 años an-tes, cuando el pueblo de Quito se tomó las calles de la ciudad, quemóla casa en la que se alojaba el estanco y un mes después, a causa de uninsignificante incidente nocturno entre mestizos y peninsulares, volvióa salir una muchedumbre aún mayor, que vociferó: ¡abajo el mal go-bierno! y ¡mueran los chapetones!; hubo muertos y heridos, el tumultoexigió la expulsión de Quito de todos los chapetones solteros y la su-

Page 109: Academia Nacional de Historia Boletín 180

presión de los estancos, estos incidentes ocurrían entre el 23 de mayo y24 de junio de 1765

Dentro de lo posible y con la ayuda de los documentos queencontré en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, voy a tratar deaclarar este acontecimiento que la historia ha recogido como la “revo-lución de los estancos”.

Los Estancos

Los estancos fueron creados en América por la Real Hacienda al partirdel siglo XVIII; consistía en aplicar un impuesto al los productos dealto consumo tales como naipes, sal, pimienta, tabaco y aguardientespara recaudar más impuestos y así cubrir su constante déficit fiscal. Larecaudación del arancel de estos artículos solía ser concesionada a per-sonas particulares que remataban este servicio por una cantidad fijaanual. Como la recaudación de los impuestos les dejaban a los comisio-nistas un margen alto de utilidades, el Administrador de los RealesEstancos suprimió la intermediación en beneficio de la Real Hacienda,y procedió a ordenar que sus oficiales recauden directamente este gra-vamen. He allí el origen de los disturbios del pueblo de Quito.

Las personas que estaban involucradas en este negocio vieronque se les terminaba su mina de oro y por todos lo medios de que dis-ponían esparcieron bulos indicando que el aguardiente destilado por elRey contenía una sustancia peligrosa que envenenaba lentamente alconsumidor hasta causarle la muerte. Contada esta faramalla y distri-buido pródigamente el aguardiente, bastó para que instigados por losperdularios, el populacho arremeta contra la casa de estanco y la des-truya. Al día siguiente tanto el Cabildo como algunos religiosos calma-ron al pueblo haciéndoles ver que tanto la calidad como el precio quecobraba el estanco era el mismo de antes.

Conozcamos la opinión que sobre este tema tiene don Luís dePrado y Sarmiento,1 noble español radicado en Quito desde hace variosaños. Precisamente llegó en la comitiva del marqués de Casteldosrius(1707-1710), que tratamos más abajo, y que en un memorial al reyFelipe V en el año de 1725, esto es 25 años antes de los disturbios quenarramos, dice:

110

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

1 Enrique Muñoz Larrea, El teniente general don Melchor Aymerich y Villajuana. La penuriade Quito en el siglo XVIII, Quito, 1998, pág. 23

Page 110: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Los estancos de sal y tabaco el de aguardiente de caña en esa provin-cia, se deben seguir como está, sin que oiga el quejido de pocos ricosal beneficio de muchos pobres, porque con el estanco de aguardientese ha visto la azúcar y rapaduras baratas, en que antes, había tempo-radas que no se hallaba ni para los enfermos…; el tabaco que en estaprovincia se gasta en gran cantidad viene de Santa Fe y Nuevo Reinode Granada, y se ha llegado a tanta su estimación que de un patacónque ahora 20 años valía la libra, y aún menos, ha venido a cinco oseis pesos, y desde Popayán a Loja es su consumo anual es más desiete mil libras porque todos los hombres, mujeres y hasta los indioslo gastan con que en arriendo o en obligado tendría un precio seguroy limitado y sería muy útil sin perjuicio de ninguno y en beneficio demuchos. La sal debe estar con precisión “particularmente en esta pro-vincia” o por estanco de obligado o de arriendo, por el desorden quehay en precios con provecho de pocos y perjuicio de todos.

Es decir, que el estanco no era perjudicial para el pueblo, sino todo locontrario, traía beneficios porque precavía la especulación en la ventade sal, azucar, panela y aguardiente.

La segunda revuelta ocurrió un mes más tarde a causa de unaltercado nocherniego entre un grupo de criollos parranderos y otro depeninsulares que hacían rondas nocturnas por encargo de la autoridadpara preservar la tranquilidad en la ciudad. Esta simple gresca no de-bió pasar de tal, pero las emociones, enardecimiento, frustración, ira eimpotencia de los criollos quiteños que estaba a flor de piel afloraronabruptamente haciendo causa común con los agraviados, y se desató lafuria acumulada contra las autoridades, instituciones y españoles denueva data que habían llegado a estas tierras con el advenimiento delnuevo rey Borbón, “francesa de origen, mente y costumbres a reinarsobre un mundo imperial constituido con medidas castellanas y yaasentado en el ánimo hispanoamericano.

Vascos, catalanes, franceses genoveses, pululaban donde antesanduvieron los castellanos, los andaluces, extremeños y gallegos… esdecir aquellos que habían llevado a cabo los descubrimientos, las con-quistas, las fundaciones y, afincados en la nueva tierra, originaron enellas las clases sociales que hoy eran mayoría. Los extranjeros a quienesse llamó europeos, sin más, y chapetones en forma de vilipendio, nocomprendieron las cosas americanas o las comprendieron mal, Sabían

111

L A R E B E L I Ó N D E L O S E S T A N C O S D E 1 7 6 5

Page 111: Academia Nacional de Historia Boletín 180

solamente que las colonias (oficialmente se les comenzó a llamar así aestos antiguos dominios de Castilla, desde el cambio de dinastía), eranun lugar de enriquecimiento y que los colonos eran gentes que no sehallaban a la altura del afrancesado espíritu de la época que reinabapor entonces en casi toda Europa.”

El motín de los estancos, que tomó por pretexto la imposición de unmonopolio –motín al que se llevó al pueblo, caso con sobra de mala fe, dejó a lavista, asímismo, que el vecindario quiteño comenzaba a tener conciencia política–y no solamente solidaridad, como en el caso del motín de las alcabalas– y a dis-tinguir entre los nobles de vieja prosapia, los criollos, los terrateniente, gentes alfin nacidas y crecidas en la ciudad, y los recién llegados, cuyo espíritu, general-mente frívolo, no compaginaba con el ánimo modesto y severo de los hispanoa-mericanos distinguidos. Por eso, en medio del tumulto , los barrios de Quitopidieron que se les juzgue y castigue por lo que hacían; un vecino del lugar, queles gobiernen los hombres valiosos de la comarca y que salgan los indeseableschapetones recién llegados: la antipatía colectiva fue contra ellos. No fue siquie-ra contra el estanco, el mismo que se le aceptó.2

Bien decía el Procurador general de la Audiencia que manifes-taba en un informe al Consejo de Regencia ( en 1810), refiriéndose a lasideas libertarias, “... y porque desde ahora hace más de veinte años(Quito) aspira con frenesí la libertad,…buscando el modo de poner enobra su proyecto…”

Lo dicho puedo demostrar con las investigaciones realizadaspor Alfredo Moreno Cebrián y Núria Sala I Villa, publicadas por el Con-sejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, en el libro quese titula “El premio de ser Virrey”, en que los autores prueban las riquezasque el marqués de Casteldosrius (1707-1710) y el marqués deCastelfuerte (1723-1736) obtuvieron durante sus respectivos períodos degobierno virreinal en el Perú y cuantificar el tamaño de los caudales quese adhirieron a sus respectivas faltriqueras y los métodos que utilizaronpara blanquear el dinero. Calculan que el primero robó por más de3.000.000 millones de reales, y el segundo sobre los 6.000.000 de reales,que al cambió actual superarían los $ 50.000.000 de dólares; eso los virre-yes, y los que componían su sequito ¿y los nuevos funcionarios en laAudiencia de Quito nombrados en ese período, que coincide con la revo-lución de los Estancos?. Se puede suponer que también llevaron lo suyo.

112

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

2 Gabriel Cevallos García. Obras completas. Banco Central del Ecuador Cuenca 1987, pág. 203

Page 112: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Se cuenta que el Consejo de Indias autorizó a 94 personas via-jar en el séquito del virrey marqués de Castelldosrius, que estaba com-puesto: por sus dos hijos, 1 capellán, 48 criados, 12 criadas, 12 gentileshombres franceses, 2 pajes, dos ayudas de cámara, 1 cirujano, tres mú-sicos, 2 reposteros, 4 cocineros y 5 lacayos. En Lima sí que había unaverdadera Corte virreinal; a más de su séquito, contaba con un consi-derable número de ayudantes militares, abogados, asesores etc.

Estado de la Presidencia de Quito durante la Rebelión de los Estancos

Al fallecimiento del marqués de Selva Alegre, don Pío Mon-túfar y Fraso, acaecido el 24 de septiembre de 1761 asumió la presiden-cia el anciano decano de los Oidores, licenciado don Manuel Rubio deArévalo y continuó como presidente interino hasta que se produjeronlos motines del 22 de mayo y del 24 de mayo de 1765. Como hemos vis-to, el primer movimiento pronto fue controlado, no así el segundo, queadquirió una condición agresiva contra el orden constituído y que duróhasta que la Audiencia accedió mediante un Auto a sus peticiones, esdecir al abandono de la ciudad de los españoles recién llegados a Qui-to. El virrey de Santa Fe confirmó un tiempo después este documento yconcedió indulto general a los sublevados. Es fisicamente imposiblepensar que toda esta gente regresara a España, por lo que debieron es-parcirse por las ciudades aledañas y dos años más tarde regresaron inte-grando la tropa del brigadier don Francisco Xavier Moreno que el virreydon Pedro Messia de la Cerda envió para la pacificación de Quito.3

El Virrey apenas recibió la noticia de los levantamientos deQuito, escribió al gobernador de Guayaquil y al corregidor de Riobam-ba ordenándoles acudan a pacificar Quito con los medios disponibles.Por más que la Audiencia haya dictado un Auto de amnistía a todos losrevoltosos y hayan solicitado al virrey la confirmación de dicha provi-dencia indicandole que todo estaba en orden, en consideración a notener una comunicación oportuna, debido a las enormes distancias quelos correos tenían que recorrer, optó por enviar a un general de losReales Ejércitos al frente de un batallón con las debidas atribuciones ylas instrucciones precisas para que se cerciore si los habitantes de Quitohabían vuelto al orden, si las autoridades contolaban la situación y siya había un nuevo presidente de la Audiencia.

113

L A R E B E L I Ó N D E L O S E S T A N C O S D E 1 7 6 5

3 AHNM. Secc. Diversos-Colecciones, 43,N.9/Recto.

Page 113: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Las claras y precisas órdenes dadas al Brigadier Moreno parasu misión pacificadora demuestran la magnitud de gobernante que te-nía el teniente general don Pedro Messia virrey del Nuevo Reino deGranada; si Quito y los patriotas del año 1809 hubieran tenido unosmagistrados de esta calidad, otra hubiese sido la suerte de Quito.

Por este documento que data dos años después de la “revolu-ción de los estancos”, conocemos que el virrey ignoraba cual era la realsituación de Quito, y si había o no llegado el nuevo presidente. Le indi-ca al brigadier Moreno:

…su primera acción será en escribir a los Ministros de la RealAudiencia, Reverendo obispo, Corregidor y Capitulares, dándolesparte de su venida y el fin de ella, que no se dirige a hacer castigos niusar rigores contra los incautos sediciosos, sino a pacificarlos conbenignidad y dulzura y recibirlos bajo su gracia y protección sihumildemente y resignados acudieren a prestar obediencia a su natu-ral Señor y Soberano.

Mejor leamos prolijamente este documento.

Instrucción reservada que le da al brigadier don FranciscoXavier Moreno el virrey de Nueva Granada don PedroMessia de la Cerda,4 sobre la pacificación de la ciudad deQuito, que se destina con el carácter de Comandante General.

1.-Aunque en virtud del nombramiento que en Vuestra Señoría tengohecho de Comandante de toda la tropa destinada a la pacificación dela ciudad de Quito y demás poblaciones de aquellos distritos se hallenperturbados le he también comunicado todas cuantas facultades mili-tares son inherentes a mi empleo, para que no se malogre por su defec-to de tanta importancia, sin embargo prevengo a Vuestra Señoría usela mayor prudencia y cordura según lo pida la necesidad y circuns-tancias para lograr el fin a que es comisionado.

114

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

4 Don Pedro Messía de la Cerda nació en Córdova el 16 de febrero de 1700 y falleció en Madriden 1783; marqués de la Vega de Armijo, Gran Cruz de San Juan, etc.. De profesión marinoescaló todos los grados, por mérito de guerra, hasta alcanzar el de teniente general de la RealArmada. En 1760 fue nombrado virrey del Nuevo Reino de Granada. En su comitiva vino deEspaña, como su médico personal, el sabio José Celestino Mutis y Bosio (nacido Cádiz en1732 y que falleció en Santa Fe el 11 de septiembre de 1808). Estableció los estancos en elvirreinato. Regresó a España en 1772.

Page 114: Academia Nacional de Historia Boletín 180

2.- Saldrá Vuestra Señoría de esta capital con los oficiales, tropa,armamento y municiones que constaran de la relación que detalladase le entregará y dirigirá rectamente su marcha para la ciudad dePopayán.3.- En esta hará alto y comunicando con su gobernador y capitulareslas providencias que convengan expedir para engrosar su gente de ofi-ciales y soldados, sacándose los primeros que en las Milicias tengannombramiento de tales y los segundos habrán de ser reclutados paraque esta disposición tenga la facilidad y surta el buen efecto que se dedesea, comprenderá no solo el distrito de la expresada ciudad, sino lasdemás sujetas a su gobierno que estuviesen en distancia proporciona-da, teniéndose presente que en la agregación ha de mirarse principal-mente no tanto el número como la calidad y preferir los que volunta-riamente se ofreciesen al servicio, a los que manifiesten entrar en elcon violencia y repugnancia y a todos se les proveerá del armamentocorrespondiente, recogiendo para este intento cuantos se hallen en po-der de cualesquiera particulares, y esto mismo (la recogida de armas)observará V.S. en el resto de su tránsito hasta las inmediaciones deQuito con los respectivos Justicias y Corregidores.4.- Como a más de la pacificación, objeto principal de su encargo, seatambién V.S. obligado a mirar por la Hacienda e intereses Reales, conque se le asistirá en las Cajas correspondientes, deberá dedicarse conel más distinguido celo, no solo a que se expendan con economía y evi-te todo gasto superfluo, sino que en gente salariada no se congregueni reciba más número que aquel que baste para el buen éxito de la ex-pedición, cuyo juicioso y prudente concepto lo habrá de fundar en lasciertas noticias que adquiera el estado en que se halla Quito y lugaresde su comarca.5.- Ha de trabajar V.S. sobre que entre la gente alterada se recojancuantos europeos fuere posible y como se le presentarán muchos de losofendidos y expulsados por los varios tumultuados de Quito esforza-rá sus persuasiones para reducirlos a que sigan sus banderas en de-fensa del Soberano, propio honor y recuperación de su Hacienda.6.- Haciendo juicio de que los mulatos de Cartago, Buga, Cali y otrosde aquellos distritos, que hasta la presente no han podido reducirse aque paguen el Derecho del Requinto, podrán servir con utilidad en laactual empresa, si mediante las no despreciables razones que tienenproducidas a su favor, se les libera de aquel tributo, se han expedido

115

L A R E B E L I Ó N D E L O S E S T A N C O S D E 1 7 6 5

Page 115: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ordenes para los que quisieren se presenten a V.S. en Popayán a efec-to de que aliste en el número que tuviera por conveniente con la ex-presa calidad de que ellos y sus hijos quedarán para siempre releva-dos del gravamen, si bajo sus estandartes sirvieren al rey con desem-peño y fidelidad y no de otro modo, en cuyo particular hará V.S. loque creyere más acertado.7.- Desembarazado de Popayán que ha de hacerlo con la más corta yposible detención, emprenderá sus marchas para las cercanías de Qui-to, más o menos aceleradas según lo pudiere la necesidad y permitie-ren las demás circunstancias.8.- En todo el curso de su viaje ha de poner V.S. su primera y mayoratención en informarse exactísimamente del estado en que se hallenlos pueblos por donde haya de transitar y procurará a los que estuvie-ren pacíficos, afanarlos más y más en el amor y obediencia se su Rey,y a los que perturbados, atraerse a su deber con blandura, suavidad ymansedumbre valiéndose para este apetecido logro de cuantos mediosdictare la más refinada política sagacidad y prudencia de modo quecon constancia y sufrimiento han de apurarse y hacerse útiles a todos;antes de que se pueda deliberar de la ejecución de hostilidad alguna,pues el fin de es reducir a quietud y sosiego, a los vasallos que hubie-ren tumultuado sin efusión alguna de sangre y aún sin disparo defusil, si así pudiere ser asequible, lo que servirá a V.S. de prevencióny advertencia general.9.- Llegado a las cercanías de Quito, acompañará al lugar y sitio queeligiere como más proporcionado y propio para poder desanimar y encaso necesario también eludir cualquier insulto que temerariamentese premedite contra la gente de su mando y de esta manera procurary facilitar bajo aquellas reglas, precauciones y modos que según suexperiencia y pericia militar consideran necesarios.10.- Instruido desde este punto del estado en que se halla la ciudad,tomara V.S. conforme a él, las deliberaciones que juzgue más conve-nientes y no ocurriendo embarazo (obstrucción) que absolutamente selo impida, será la primera en escribir a los Ministros de la Real Au-diencia, Reverendo obispo, Corregidor y Capitulares, dándoles partede su venida y el fin de ella y que no se dirige a hacer castigos ni usarrigores contra los incautos sediciosos, sino a pacificarlos con benigni-dad y dulzura y recibirlos bajo su gracia y protección si humildemen-te y resignados acudieren a prestar obediencia a su natural Señor y

116

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 116: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Soberano; que así lo publiquen y le impongan individualmente detodo cuanto consideren más conveniente y acertado para el mejor ser-vicio del Rey, bien y tranquilidad de aquellas sus tierras y vasallos.11.- Como el superior mando de Su Señoría comprende todos los ra-mos de gente con sus oficiales que concurran para la pacificación yvea factible que antes que lleguen mis órdenes expedidas al goberna-dor de Guayaquil y V.S. se interne en la provincia de Quito, se halleya con hombres y armas para hacer frente y contener las inquietudesque las agitan o que tan inmediato a los lugares de su origen ha dehaber tenido pronta e individual noticias averiguará V.S. con activi-dad y presteza de la situación, estado y progreso del expresado oficialpara que entablada con él y abierta la necesaria correspondencia, pue-da con más ventaja y conocimiento dirigir sus operaciones, y lo mis-mo observará con los auxilios pedidos al Virrey de Lima y plaza dePanamá en caso a que lleguen a verificarse y sobre el supuesto que elactual corregidor de Riobamba5 tiene acreditado ser un oficial de espí-ritu, celoso servidor del Rey y de experimentada inteligencia y con-ducta se da aviso a V.S. para que se aproveche de él en lo que pudie-re convenir.12.- Supuesta la entrada de V.S. en Quito bajo los términos preveni-dos y que, faltando el Presidente, ha de tomar alojamiento en el RealPalacio para que con las demás incidencias relativas a su comisión selogren los favorables efectos a que se aspira. Deberá V.S. consultar loque se ofrezca con los Ministros de aquella Real Audiencia, y aunqueno se le pone en la necesidad de que forzosamente haya de seguir sudictamen en cuantos asuntos se traten, con todo para apartase de él,habrá de tener muy relevantes motivos, pues a de cargar sobre si laresponsabilidad de las resultas.13.- El castigo, según ordenanzas y leyes contra algunos de tantos,como son los sacrílegamente criminosos, se hace indispensable. Lo estambién el restablecimiento al honor suprimidos violentamente uno yotro requiere que se pulse, maneje y trate con el mayor tiento, juicio

117

L A R E B E L I Ó N D E L O S E S T A N C O S D E 1 7 6 5

5 El sargento mayor de los Reales Ejércitos don Francisco de Vida Roldán fue corregidor deRiobamba entre los años de 1760 a 1769. Dato tomado del libro Centuria de los esposos Al-fredo y Piedad Costales, editado por Casa de la Cultura núcleo del Chimborazo, 1982, pági-na 104.

6 Resolución que tomaban los Oidores de una Real Audiencia sobre un asunto determinadoelevado a consulta. También podían emitir un parecer, dictamen o un consejo sobre un temasolicitado por la autoridad competente.

Page 117: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y reflexión y por lo mismo en ambas particulares habrá de sujetarseV.S. a lo que consultivamente le propusiere el Real Acuerdo6, enten-diéndose respecto a aquello que pida pronta y ejecutiva resolución enlo que no admita dilación o necesite mi noticia y providencia, se medará parte así como lo ha de hacer de lo que ocurriera digno de ello enel giro y progreso de su expedición, en la inteligencia que si no sobre-vienen novedades o accidentes que le obliguen a salir de Quito ha demantenerse de asiento en ella hasta que yo le ordene otra cosa.14.- Nuevamente advertimos a V.S. que mi intención declarada esque se consigan los efectos de la comisión a que es destinado por me-dios los más blandos, benignos y suaves, los cuales manejados conindustria, sagacidad y prudencia venzan y allanen cualquier dificul-tad y embarazo sin que sea necesario llegar al doloroso extremo devalerse de armas y fuerza. Que ha de acreditar un exactísimo celosobre la economía de los interese Reales, que no haga gasto algunosuperfluo, que de la gente asalariada solo se levante y conserve la pre-cisa y que cuando el estado de las ocurrencias lo permitan, haga luegoretirar la gente que considere sobrante, pero bien entendido que seanque lo hago estas prevenciones, V.S. obrará como ha de tener la cartapresente y responder a las consecuencias.

Santa Fe, 24 de septiembre de 1767.

El Baylío Frey don Pedro Messia de la Cerda”.

Bibliografía

- Archivo Histórico Nacional de Madrid. España.- Gabriel Cevallos García. Obras completas, tomo III. Banco Central del Ecuador,

Cuenca, Gráficas Hernández, 1987.- Jorge Salvador Lara. Breve Historia Contemporánea del Ecuador,. Fondo de Cul-

tura Económica. S. A. de C.V. México. 1995- Piedad y Alfredo Costales. Centuria. Casa de la Cultura, Núcleo de Riobamba.

Editorial Riobamba, 1982- Eduardo Muñoz Borrero. Entonces Fuimos España. Gráficas Iberia. Quito, 1989.- Enrique Muñoz Larrea, El teniente general don Melchor Aymerich y Villajuana.

1998.

118

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 118: Academia Nacional de Historia Boletín 180

QUITO LUZ DE AMERICA, 10 DE AGOSTO DE 1809,PRIMER GRITO DE INDEPENDENCIA

Grecia Vasco de Escudero

Entre los hechos acaecidos en el país, consta en primera líneala gesta libertaria del 10 de Agosto de 1809, que encendió la llama aotros países de Hispanoamérica, en su afán de independencia; la indo-mable rebeldía de sus hijos propició esta heroica acción, por cuyo he-cho se hizo acreedora a ser QUITO LUZ DE AMERICA, innegable epi-sodio que se encuentra testificado en los documentos que el ArchivoNacional, como primer centro de consulta del país, custodia y adminis-tra, pues la riqueza documental existente en la Institución, que data de1548 a 1975, es incalculable y nos habla de la trayectoria de nuestraalgunas veces desgarradora historia.

A continuación se han transcrito algunos documentos inéditosque deben ser conocidos para afianzar nuestra nacionalidad ecuatoriana.

RESEÑA DE LA REVOLUCIÓN DE QUITO

Fondo Especial, Caja 191, volumen 464, documento 10754

1811.- Exposición que hace don Jorge Luis de Ricaurte, RegidorFiel Ejecutor de la Villa de Riobamba, al Presidente y Capitán Generalde Quito, haciendo historia de la Revolución del 10 de Agosto, de lossucesos trágicos ocurridos en el 2 de Agosto de 1810, de la instalaciónde la Segunda Junta de Gobierno, como consecuencia de la llegada aQuito del Comisionado Regio, don Carlos Montúfar, la Revolución Ci-vil que se desarrolló entre las provincias de Quito, contra las provinciasde Cuenca y Guayaquil; los esfuerzos que hizo el Presidente Molina,des de su llegada a Guayaquil, con el fin de restablecer el orden entrelos habitantes de estos territorios; la actitud del Cabildo de Riobamba

119

Page 119: Academia Nacional de Historia Boletín 180

en estos disturbios; la actuación de los habitantes de Guaranda, queprocuraban mantener la fidelidad al Rey, y la posesión que tomaron deAlausí las tropas revolucionarias, indicando que para desbaratarlas esnecesario proceder a recuperar este Asiento. Termina manifestandoque próximamente con documentos irrefutables delatará a los autoresde éstas desgracias y horrendos crímenes para que obtengan los casti-gos que las leyes imponen a los reos de Estado.

Manifiesta la inequidad de la segunda instalación de la junta de Quitoy con respecto al estado en que se hallan las Provincias subyugadas.Pide Providencia.

Correspondiente a la representación N° 3 al Consejo de Regencia del 14de agosto último.

Excelentísimo Señor Presidente y Capitán General

Don Jorge Luis de Ricaurte, Regidor Fiel Ejecutor del Cabildo de laVilla de Riobamba, ante Vuestra Excelencia conforme a derecho parezcoy digo: Que la negra traición cometida en la ciudad de Quito el día diezde Agosto de mil ochocientos nueve pasado, con los escándalos, desbarroy tropelías de que el mundo es testigo, tuvo el dos de Agosto de mil ocho-cientos diez, un triste aniversario que condujo a la eternidad a algunos delos principales autores y parciales de la insurrección más desgraciada.Los que se libertaron de tan justo y visible castigo del Cielo, lejos de tomarescarmiento, se obstinaron en sus caprichos, olvidaron los desengañosque les presentó la contra revolución, que ligeramente y sin fuerzas sufi-cientes, cortó rápidamente el curso de sus intentos y restituyó el buen or-den que habían trastornado. Estos despreciando los auxilios del Altísimo,manifestados claramente en la asonada del citado día dos de Agosto enque se prometían triunfo, resucitaron sus ideas detestables y continuaronlos planes de su propia perdición, autorizándose de la comisión que el Reyse había dignado conferir a Don Carlos Montúfar, para la práctica de al-gunos asuntos concernientes a la salud y felicidad pública, pues acaudi-llándose de este Comisionado ingrato a las honras del Rey, instalaron se-gunda vez la Junta que no causó desde su principio, más ventaja, ni más

120

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 120: Academia Nacional de Historia Boletín 180

utilidad, que alterar el Gobierno constituido por las Leyes, dividir en ban-dos los Pueblos y las familias, introducir la Guerra en la tierra más ino-cente y poner las Armas en las manos de los artesanos y labradores, paraofender y destruir a los hombres buenos que son el blanco de los perver-sos, por no ser adheridos a sus revoluciones.

Para desbaratar la máquina de sus fines particulares, cavilada por laFilosofía más errónea que nace de la ambición, del deseo de la libertad yde la propensión al engrandecimiento, a la vanidad y al desahogo de suspasiones, trabajó infatigablemente el Cabildo de dicha Villa, sin más auxi-lio que el que concilió con la provincia de Guaranda y puedo asegurar consatisfacción, que trabajé con mis hijos en esa época, cuanto es imaginable,exponiendo la vida y los intereses con presencia de ánimo, hasta situarmeen Tacunga con dichos mis hijos, de Comandante de Artillería, sin inte-rés ni premio alguno. Omito por ahora refutar los pasajes, y las accionesy paso a lo sustancial de mi representación, por el interés que en ella tie-nen el Rey y el Público.

Ya he dicho a Vuestra excelencia que la venida de Don Carlos Mon-túfar, impulsó la segunda instalación de la revoltosa y traidora Junta deQuito y estoy cierto, que antes de que hiciera su entrada en los territoriosde la jurisdicción, ya tenían formado el plan y dedicados los empleos, pro-testando obrar con mucho acuerdo en su criminal reincidencia, como sejustificará en caso necesario, pues la cohonestación meditada de poner ala cabeza al Excelentísimo Señor Presidente Conde Ruiz de Castilla,resulta verificada con los demás escandalosos hechos que han ejecutado.Esos colores con que ha pintado Montúfar su comisión, esas reservadasconfianzas, que ha fingido trajo de la Soberanía, esa ostentación, vestidu-ras e invención con que se presentó al público, preocupó a los incautos,deslumbró el juicio de los que se tenían por sensatos y facilitó la prácticade los planes revolucionarios, paleando el veneno que ocultaban sus he-chos, con la afectación más vil y detestable. Las provincias sorprendidascon la transformación de Gobierno realizada en los términos dichos, noencontraron arbitrio para descubrir por descontado lo que el tiempo les hahecho ver a todas luces y aunque por parte del Corregimiento de Gua-randa, se juzgó repulsada completamente la falsa autoridad de la Juntacon el refuerzo militar que guarneció aquel punto, no faltó un corazónaleve, que intimidase las tropas y que lograse retirarlas con el desordenmás extraordinario, pues dejaron armas, pertrechos y utensilios de gue-rra, quedando los fieles vasallos del Rey hechos víctimas del furor y de la

121

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 121: Academia Nacional de Historia Boletín 180

venganza. Este triunfo conseguido por medio de la intriga y de la más re-finada maldad, llenó de opresión a los fieles, desfalleció la esperanza quetenían los pueblos comarcanos en la protección de este auxilio militar, yfue tal el orgullo que infundió a los insurgentes, que los resolvió a inva-dir esta honrada ciudad, con el objeto de tomarla y colocar en ella su arbi-trario e inocuo gobierno; mas la Providencia Divina, que ampara siemprela verdad y la justicia, la libertad de un golpe que los enemigos lo consi-deraban decisivo por la seducción en que estribaban sus esperanzas; y vis-to el general y valeroso entusiasmo de este vecindario, sostenido con lasacertadas providencias de Vuestra Excelencia y disposición militar del se-ñor Gobernador y Oficialidad, se retiraron después de cometer excesos,los novadores que venían a establecer su errado sistema y fomentar suspasiones.

Entre tanto que han corrido esta suerte los sagrados derechos de laReligión, del Rey y de la Patria, objetos que han tomado entre los labiospara dorar los hechos, a pesar de que lo injusto, siempre se deja ver comotal y que la verdad no es capaz de ocultarse, como es imposible que la mal-dad deje de conocerla el mundo todo, han padecido los leales Vasallos delRey, la opresión y perjuicios consiguientes a su constancia; y los que alu-cinados creyeron las ficciones y aparatos del comisionado Montúfar, hantocado ya su desengaño. Yo sujeto con mis hijos a un perpetuo retiro, su-friendo desaires consecutivos, reducidas mis casas a cuarteles, ultrajadasmi consorte y familia, no he dejado de velar un instante por el éxito de labuena causa y restablecimiento del Gobierno legítimo, paz común, comu-nicación y Comercio con los países de nuestra Provincia y las inmediatasque recíprocamente sostienen la vida política de los hombres; y de sus re-sultas, como de los preparativos que hacíamos en consecuencia de habersepropagado la noticia de que las fieles tropas de esta ciudad habían avanza-do ya hasta Pomallacta, tuve que pasar por el riesgo de ser preso por trein-ta soldados que don Javier Montúfar remitió contra mí y que desaparecie-ron precipitadamente al ver mi resolución y la de mis hijos, pues uno deellos hizo efectiva descarga de una pistola en el oficial Zambrano, que co-mandaba la insurgente guarnición que venía a ejecutar la prisión de mipersona. Consiguiente a este suceso fue mi fuga precipitada a Guayaquilcon los riesgos y pérdidas que se dejan ver y es tal el abatimiento en que sehallan los insurgentes, que para buscarme segunda vez, prenderme, lleva-ron al pueblo de Guano donde hago mi residencia, dos cañones de Arti-llería y toldos de campaña; y recelando no sin justa causa una conmociónde sus vecinos, mandó fijar don Francisco Calderón que es el héroe que se

122

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 122: Academia Nacional de Historia Boletín 180

desempeñaba por la junta de Quito, el edicto o Auto que obra en el expe-diente formado contra José María Castro.

Con haber servido al Rey tan ciegamente desde el principio de estasrevoluciones, he acreditado mi lealtad y constancia hasta lo sumo, y expe-rimentado el estado infeliz en que se hallan los habitantes de Riobamba,Guaranda, Ambato y Tacunga, pues no conocen la quietud, reducidos auna funesta ocultación entre las montañas y cerros, me propuse recorrerdiligencias muy oportunas, para libertarnos de una dominación tan for-midable, asegurado en la fuerza militar, que se difundió como he dicho,había arribado hasta Pomallacta. Mas todo ha parado en deseo y habién-dome encaminado a Guayaquil, sin saber lo que me sucedía, he tenido queretroceder trabajosamente a esta ciudad, sin más objeto que ponerme bajola protección de Vuestra Excelencia e implorar sus auxilios. El estado enque se mantienen esas provincias Subyugadas, es digno de la compasiónde Vuestra Excelencia, porque se hallan sus moradores lo mismo que losisraelitas, bajo la tiranía del Faraón, nada más esperan los oprimidos Va-sallos del Rey, que ver inmediatas estas tropas, para reunirse a ellas y res-tablecer su antigua quietud y buen Orden. Yo protesto, que con solo to-marse el Punto de Alausí, comprensivo a esta jurisdicción, volverán las co-sas a su estado primitivo, pues los vecinos de Guaranda al punto que lo se-pan, pondrán inmediatamente en ejecución lo que tienen dispuesto contralos Insurgentes y Corregidor intruso delante de Dios, en nombre del Rey ypor esta señal de cruz hago protesta de mi verdadera fidelidad al soberanoy de que siendo urgentísima y necesaria esta determinación, antes de quehagan víctimas a tanto Vasallo fiel, y consuman sus intereses, que es lo queprocuran para desaparecer, me obligó con mis hijos a ponerme de últimosoldado, sin prestigio alguno al frente de las tropas. Que se digne VuestraExcelencia destinar para tan suspirado auxilio, aunque no sea en númerocrecido, por las circunstancias favorables de ese destacamento.

Con don Antonio Venegas sujeto de nuestro partido y confianza, quenos había descubierto la determinación en que se hallaba de emigrar a estaciudad, por los riesgos en que consideraba su persona, nos propusimos di-rigir a Vuestra Excelencia los reclamos del Cabildo y demás sujetos hon-rados adictos al Gobierno legítimo y como profugase aceleradamente connoticia de la prisión decretada contra mí, a tiempo que se obraban los do-cumentos, no tuvo efecto nuestra empresa; pero no por esto puede dejarde hacer protesta formal conforme a derecho de que la entrada de tropases clamada por el Cabildo de la referida villa y sus Pueblos, igualmente

123

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 123: Academia Nacional de Historia Boletín 180

que por la provincia de Guaranda. Bien persuadido estoy de que VuestraExcelencia ha procurado desde su ingreso a Guayaquil reducir a los rebel-des, por los medios de la prudencia y suavidad, no sólo exhortándolos conproclamas que no sólo he visto pero aún he repartido copias por mis ma-nos, pasando por el dolor de que una de ellas fuese rota por don JavierMontúfar según se me informó por don Ignacio Lizarzaburu, ¿Y cuál esel fruto de tan sadables arbitrios? Mayor obstinación y aumento de orgu-llo; ellos aparentan integridad y vasallaje, pero sus hechos los desmientey pone en claro la perversidad de sus intenciones, ellos esgrimen la espa-da de su inequidad y a la defensa legal que hacen las almas buenas, lla-man hostilidad, perjuicios execrables. Si de la toma del punto de Alausíque es facilísima, resultase derramamiento de sangre, no lo propondría nisolicitaría, pero como veo que sus resultas, quedará evacuado el punto tanimportante de Guaranda y sacudido el yugo que oprime las desdichadasprovincias que gimen bajo de él, no puedo menos que representarlo y ma-nifestar la necesidad que hay de su pronta provisión para aprovechar delas proporciones del tiempo.

Si Vuestra Excelencia, como digno y legítimo Jefe de la Provincia deQuito, se compadece como espero de la mísera constitución en que se hallanlos fieles vasallos del Rey y provee como se aspira, la presente solicitud, se-ría conveniente se le pase aviso al señor Gobernador de Guayaquil, para quepor su parte dictara providencias que contribuyan a este fin, auxiliando conoportunidad a los vecinos de Guaranda que son dignos de ello.

Los autores de tantas desgracias, al paso que son cobardes por conse-cuencia de su mismo pecado, se hallan sin tropas, porque aún para formarejércitos de hombres violentados, sean viejos o lisiados y presentarlos a lavista, no encuentran arbitrio; porque como he asegurado, andan prófu-gos, huyendo de los castigos con que los sobornan. El desengaño, las nece-sidades y falta de comercio, son circunstancias que les hace temer las con-secuencias más funestas a su gobierno. Vuestra Excelencia verá las resul-tas y dictará en su virtud las providencias de su agrado. Si ellos han lo-grado la duración de sus crímenes, es porque nos faltó infaustamente lafuerza militar de Guaranda, en que fundábamos los leales nuestras espe-ranzas y se determinaron corromper esta ciudad, fue también por el mis-mo suceso, embargando casas, afligiendo a los hijos tiernos y mujeres in-felices, para engrosar el Cuerpo de Tropas Combatidoras, creyendo quecon sólo presentarlas habían de triunfar con seducciones y engaños.

Omito hablar más del carácter de estos revolucionarios porque nece-

124

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 124: Academia Nacional de Historia Boletín 180

sito de mucho tiempo; día llegará el que lo haga con documentos que lohagan ver difusamente entre tanto.

A Vuestra Excelencia, pido y suplico, se digne proveer esta solicituden los términos que más convenientes sean al servicio del Rey y bien delpúblico. Que es Justicia que imploro y juro según derecho.

f. Jorge Luis e Ricaurte

Serie: Fondo Especial, caja 192, volumen 467, documento 205, fecha: 14de noviembre de 1811.

Señor Presidente, don Joaquín de Molina

Habiendo llegado a esta ciudad, procedentes de Riobamba, don Gre-gorio Santoya y don Calisto Cuello, con la adjunta carta para vuestraSeñoría y otra para mí, y cuarenta mulas, según parece de auxilio para loque se ofrezca transportar a esa ciudad, he dispuesto que dichos sujetospasen a presentarse a vuestra Señoría para que le instruyan de lo quedicen sobre el estado de los insurgentes, llevando al mismo tiempo el quelos acompaña este oficio con las cartas, y que las mulas pasen de Yaguachia Naranjal con escolta de dos dragones para que sirvan al transporte delos efectos de guerra y demás.

Aunque parece ser de fiar la persona de Santoya y su compañero quees un hijo de esa ciudad, con todo, en la duda de si podrían o no venir conpretexto a llevarse víveres y sales, he tomado esta medida de seguridadcon respecto a las personas remitiéndolas allí y que por otro lado nos seanútiles las mulas.

Regresa Nicolás Sampértegui con el completo de los pertrechos deguerra de que tengo a vuestra Señoría remitida relación.

Dios guarde a vuestra Señoría, muy atentamente,

Guayaquil, 14 de noviembre de 1811.

125

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 125: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Carta de don Francisco Venegas, Virrey de México, a don Joaquín deMolina y Zuleta, nombrado Presidente de Quito, en la que lamentano poder ofrecerle socorro alguno en las “escandalosas turbulen-cias” de Quito, por tener que afrontar unas iguales en México.

Serie Gobierno, caja 66, expediente 6, 7 de febrero de 1811

Con igual aplauso al que he merecido a vuestra Señoría y a los habi-tantes de ese Reino en el recibo de la noticia de mi arribo al mando de éste,he celebrado yo la de que haya sido vuestra Señoría destinado a gobernara Quito en un tiempo en que sus escandalosas turbulencias exigen que lasserene un jefe de los conocimientos militares de vuestra Señoría y de susacreditados talentos.

Persuadido, por tanto, de que en los míos no puede hallar vuestraSeñoría el auxilio que me pide por un efecto de su modestia, quería cier-tamente franquearle el del numerario que le obliga a solicitar la necesidady que no puede proporcionarle el señor Virrey del Perú, según me dicevuestra Señoría en su carta de cuatro de diciembre último; pero siendo lascircunstancias en que me halla tanto o más apuradas que las de este jefe,tengo el sentimiento de significar a vuestra Señoría que no me es posibleenviarle socorro alguno cuando no puedo ocurrir a los de la península porlo exhausto que tienen a este erario, tanto la falta de ingresos como elaumento de gastos que ha causado la insurrección comenzada en un rin-cón despreciable del reino.

Aumentada esta en muy pocos días hasta el extremo de hallarse losrevoltosos en estado de acercarse a esta capital, de donde fueron rechaza-dos con ignominia, así como se les ha ido desalojando de varias capitalesde provincia, según se instruirá vuestra Señoría por las gacetas adjuntas;aún resta que aniquilar la principal gavilla, muy inerte ya de los rebeldesy bandidos y que dispersar muchos trozos de ellos, fijos unos y vagantesotros por diversos puntos, sin cuyas imprescindibles atenciones, no dudevuestra Señoría que cooperaría al mejor éxito de las suyas del mismo lina-je, en cuanto pendiere de mi arbitrio. Dios guarde a vuestra Señoría mu-chos años. México 7 de febrero de 1811.

f. Francisco Venegas

126

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 126: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Información y declaraciones de los testigos de la sublevación deindios en Otavalo y Cotacache, en apoyo a los revolucionarios y con-tra las tropas reales.

Serie Indígenas, Caja 161, EXP 17, Folios 9

En el Asiento de San Luis de Otavalo, en diez días del mes de diciem-bre de 1812 años. Su Merced, el señor don José Jaramillo y Rivadeneira,Teniente de Corregidor y Justicia Mayor de este dicho asiento por el Su-perior Gobierno, dijo: que habiendo acaecido en este lugar una horrorosasublevación de indios el martes veinticuatro, con el destino de atacar lastropas del ejército del Rey nuestro señor, don Fernando VII, que veníanreconquistando estas provincias rebeladas contra Su Majestad y sus legí-timas autoridades; y después de haber pasado por este asiento, con la me-jor lenidad, las referidas tropas, procediendo pérfidos, ingratos y desagra-decidos a tan grande beneficio, fulminaron la tal sublevación de que re-sultó matarlos a diez soldados el día jueves veinte y seis y luego salir alcamino a sorprender los soldados y armas que de auxilio pasaban al pue-blo de San Antonio, el día domingo veintinueve del mes próximo pasado;y por dar la debida satisfacción a la superioridad, a fin de no complicar entan grandes delitos a los inocentes, debía mandar y mandó formar esteauto cabeza de proceso, para que a su tenor, declaren los testigos que fue-ren llamados por el Alguacil Mayor, sin excepción de ninguno y en elentretanto se formalice esta sumaria, arréstense a los sospechosos, por sermuy fácil apresar que libertar y para la seguridad de éstos, remítanse a lavilla de Ibarra, a disposición del señor Coronel don Juan de Sámano. Asílo proveyó, mandó y firmó en el día de su fecha de que doy fe.

f. José Jaramillo y Rivadeneira f. Francisco de la Coba y Cárdenas,Por mandado del señor Escribano Público

Justicia Mayor

1er testigo: En el Asiento de San Luis de Otavalo, en once días del mesde diciembre de mil ochocientos doce años. Su Merced, el señor JusticiaMayor, procediendo a la sumaria información, mandó comparecer a donFrancisco del Pozo, vecino de este dicho Asiento, de quien por ante mí el

127

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 127: Academia Nacional de Historia Boletín 180

presente Escribano le recibió juramento, que lo hizo por Dios nuestro se-ñor y una señal de cruz y en toda forma de derecho bajo cuyo cargo pro-metió decir verdad de todo lo que supiere y se le fuere preguntado y deguardar secreto sin contar a nadie de lo que llevase declarado; y, siendoexaminado al tenor del Auto Cabeza de proceso, dijo: que el día martes quese refiere en el Auto, vio el testigo con Agustín Pastrana, José Ocampo,Miguel Paredes y un mozo llamado Pises, entraron a la casa de don Mi-guel Jaramillo con el tumulto de Indios a efectos de sacar de ella algunosmorlacos de los que mataron alevosamente el día jueves veinte y seis; quetambién le consta como de dicha casa sacó un indio una espada y se laentregó al citado José Ocampo, que dicho día martes vio cómo una mulatallamada Martha andaba en el tumulto apoyando y seduciendo a los indiosa efecto de que cometiesen el exceso acaecido y ha oído de pública voz y fa-ma cómo la mujer de Manuel Suárez, indio y unas pelilianas y la mujerdel carcelero acompañaban el tumulto y esta última expresaba que mata-sen al testigo, por haber éste hecho retirar a los indios dándoles noticia deque habían triunfado las armas del Rey. Que de pública voz sabe, cómodon Francisco Rodríguez, Cristóbal Torres y Marcos Alarcón, con don Jo-sé Páez aprisionaron al sargento Abad y demás soldados que conducían alseñor Coronel el pliego del excelentísimo señor Presidente y que el citadoPáez lo llevó a entregar a los del Congreso que se hallaban en la villa deIbarra. Que también sabe, cómo Javier Pinto fue de Capitán apoyando yseduciendo, ofreciendo dar de balazos a los mozos blancos si intentabanapartarse de la frontera. Que también sabe que los que montaron a caballofueron José Pinto, José Ocampo, el hijo de Pedro Recalde, Manuel Vinuezacon otros y que dicho Vinueza parlaba en secreto alentando a las gentes aque regresaren. Que sabe, cómo para que ejecutasen el hecho criminoso dequitar las armas y aprisionar a la tropa que venía de auxilio, repartió unbarril de aguardiente el citado Javier Pinto a los insurgentes, que es ciertocómo al señor Justicia Mayor y al presente Escribano, Francisco de la Co-ba, les solicitaban para quitarles las vidas, por cuyo motivo estuvieronocultos y que esta protesta la hacían también contra don Miguel Jaramillopor haber sido verdadero realista; que ésta es la verdad, en fuerza del jura-mento que hecho tiene, en el que siéndole leída esta su declaración se afir-mó y ratificó, expresando ser mayor de treinta años de edad y la firmó consu merced de que doy fe.

f. Jaramillo f. Francisco del Pozo

128

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 128: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

2do. testigo: En el asiento de San Luis de Otavalo, en doce días del mesde diciembre de mil ochocientos doce años. Su Merced, el señor JusticiaMayor, mandó comparecer a don Manuel Dávila, vecino de este asiento,a quien por ante mí el presente Escribano y asistencia de don ManuelEscobar,

Curador nombrado, se recibió juramento que lo hizo por Dios nues-tro Señor y una señal de cruz, según derecho, bajo cuyo cargo prometiódecir verdad de lo que supiere, y se le fuere preguntado, como también deguardar secreto de lo que declarase y siendo examinado al tenor del AutoCabeza de Proceso, dijo: que el día martes veinticuatro del próximo pasa-do le consta al testigo, cómo Ramón Rivadeneira se constituyó en la plazade este Asiento, expresando en voces altas, cómo la tropa de Quito habíaavasallado a las del Rey y que les había tomado las armas y los iban con-duciendo en calidad de presos a la Villa de Ibarra, pidiendo albricias deeste fingido acaecimiento, de cuya seducción resultó el criminoso motín yprisión de los soldados morlacos que se habían quedado en este lugar porenfermos.

Que vio el testigo cómo Miguel Paredes se llegaba al oído de MiguelPinto, hijo de Javier Pinto y que en secreto parlaban, que asimismo vio có-mo montados a bestia acompañaban al tumulto José Ocampo con sable enmano, Agustín Pastrana, con un palo en la mano y una mulata llamadaMartha, quien animaba a los indios para que entrasen a la casa de donMiguel Jaramillo, para que aprisionasen a los soldados y que entre todosandaba Juan Antonio Gallego con un fusil en la mano y Manuel Chávezentrando a las casas de los realistas buscando armas y sacando caballos.

Que asimismo sabe cómo don Francisco Rodríguez fue uno de los quefueron a quitar el pliego en unión de don Joaquín Vinueza y que condu-jeron presos a esta cárcel al sargento y demás soldados que lo llevaban.Que de voz común supo cómo los contenidos en unión de otros se levan-taron con los indios a huir al alto de Cajas, prevenidos con todas armaspara atajar el auxilio que se mandaba de Quito al señor Coronel; que asi-mismo supo por voz del doctor Castelo, cómo catorce indios fueron losprincipales que cometieron el inhumano asesinato con los prisioneros deguerra, sin darles lugar a ninguna prevención cristiana y que ésta es la

129

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 129: Academia Nacional de Historia Boletín 180

verdad en fuerza de juramento que hecho tiene, en el que siéndole leídaesta su declaración se afirmó y ratificó, expresando ser menor de veinti-cinco años de edad y la firmó con su merced y el curador, de que doy fe.

f. Jaramillo f. Manuel Dávila f. Manuel Martínez de Escobar

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

3er testigo: Incontinenti, Su Merced el señor Justicia Mayor, conti-nuando con la información preceptuada, hizo comparecer a don JoaquínRodríguez, vecino de éste asiento, a quien por ante mí el presente Escri-bano le recibió juramento que lo hizo por Dios nuestro Señor y una señalde Cruz, a cuyo cargo prometió decir verdad de lo que supiere y se le fuerepreguntado, como también de guardar secreto la presente declaración ysus incidentes; y siendo examinado al tenor del Auto Cabeza de Proceso,inteligenciado, dijo: que con ocasión de que el testigo fue conminado porJavier Pinto, no sólo a él, sino a muchos, se fue la víspera del ataque a SanAntonio, dice a sus cabeceras, pero con el destino de no entrar en guerra,para lo que no llevó arma ninguna y sólo fue por complacer a Pinto, quedijo que tenía lista de los que no querían auxiliar el ataque para dar cuen-ta al Congreso de Quito que se hallaba en Ibarra y porque también le cau-só curiosidad de escuchar el referido ataque. Que estando viniendo de Iba-rra el declarante por haber pasado ese mismo día, entre José Zurita, JoséAlemán, Joaquín y Manuel Vinueza y otros más que también fueron se-ducidos por Pinto, encontraron a éste y Mariano Guerra con otros veci-nos de Cotacache, que lo fueron: don José Andrade, Mariano Espinosa(alias Pandorga), don Juan Albuja, muchos que serían como cien españo-les y como mil indios y el dicho Pinto, les expresó al testigo y sus compa-ñeros que él había recopilado ese grueso de gente y que el referido testigoy demás personas eran unos cobardes, que nada habían hecho. Que donMariano Paredes y Palacios que traía orden del Congreso para recogertodas las gentes de Otavalo y llevar para que se incorporasen con las tro-pas de Quito. Que sabe de oído de cómo apresaron a los ocho hombres queconducían el pliego dirigido del Excelentísimo señor Presidente al señorCoronel y fueron: Marcos Alarcón, don Francisco Rodríguez, los mayor-domos de Pinsaquí, Mariano (alias el Catico), otro mozo, Oso, en junta

130

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 130: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de los indios de Pinsaquí, demás mozos del sitio de San Roque; que sabede cómo fueron a quitar las armas en el alto de Cajas a las tropas del Rey,las siguientes personas: Javier Pinto, llevando aguardiente, Manuel Vi-nueza, Joaquín Vinueza, su negro, quien volvió a este lugar a reanimar alas gentes, para que se engrosase el tumulto de hombres, pero no le siguie-ron. Que sabe cómo el día de las muertes hacían de capitanes: José Melo,el que más apoyaba para que los mataran, una mulata Martha y una indiaManuela Churubingo. Que sabe que los indios les buscaban para matar adon Miguel Jaramillo y al señor Justicia Mayor. Esto dijo ser verdad, bajoel juramento que hecho tiene, en el que se afirmó y ratificó después deleída ésta su declaración, expresando ser de edad de treinta años y la fir-mó, con Su Merced de que doy fe.

f. Jaramillo f. Joaquín Rodríguez

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

4to. testigo: Incontinenti, Su Merced el señor Justicia Mayor, mandócomparecer a José Gómez, vecino de éste asiento, de quien su Merced ypor ante mí el presente Escribano, le recibió juramento que lo hizo porDios nuestro Señor y una señal de Cruz, según derecho, bajo cuyo car-go prometió decir verdad de lo que supiere y fuese preguntado, como tam-bién de guardar secreto de lo que declarare y siendo examinado al tenordel Auto Cabeza de Proceso, inteligenciado, dijo: que con ocasión de quedon Mariano Paredes y Palacios anduviese convidando a los mozos blan-cos para que auxiliase a las tropas quiteñas, expresando que había traídoun orden del Congreso en que mandaba que se vayan toda clase de perso-nas al ataque contra las tropas del Rey, so pena de que se les conoceránpor traidores y se les embargarán las casas; se fueron José Ocampo, Ti-burcio Acosta, Pedro Recalde, dice, el hijo de éste que le llaman el gordo,y no aquel, Antonio Cisneros y otros muchos blancos e indios. Que vioque la mulata Martha capitaneaba el tumulto de indios apoyando que ma-tasen a los soldados que quedaron enfermos; y que oyó que también ejer-cía las mismas funciones la india Manuela Churubingo, que sabe de cómosorprendieron en Pinsaquí a los soldados que conducían el pliego delExcelentísimo Señor Presidente, al señor Coronel, la gente de aquella ha-

131

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 131: Academia Nacional de Historia Boletín 180

cienda, en junta de sus mayordomos, Marcos Alarcón, don Francisco Ro-dríguez y un mozo casado con una mujer que le llaman Osa y aquel pormal nombre le dicen Cusnico, quien había quitado una silla y un sable.Que sabe que condujo el pliego a Ibarra José Ocampo y don José Páez, delsitio donde apresaron a los referidos soldados. Que el día de las muerteslo sacó a dichos presos don Francisco Rodríguez y estando caminandollamó José Melo a un indio del sitio de Pinyaro, en su nombre y le acon-sejó con estas palabras en su idioma: a los presos han de quitar en el cami-no y para evitar esto convóquense entre todos y mátenlos por abajo yhabiendo oído el indio congregó las gentes y verificaron las muertes. Quesabe que cómo Javier Pinto había ido llevando dos barriles de aguardien-te, iba capitaneando a muchos mozos blancos hacia la frontera de las tro-pas auxiliares que venían conduciendo los pertrechos y armas; de los mo-zos ignora quienes fueron y que llevaba el referido a muchos indios. Quele consta al testigo de cómo Manuel Mosquera repartió aguardiente a losindios de orden de Pinto. Que esta es la verdad bajo el juramento quehecho tiene, en el que después de leída ésta su declaración se afirmó y rati-ficó, expresando ser mayor de treinta años y la firmó con Su Merced, deque doy fe.

f. Jaramillo f. José Gómez

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

5to. testigo: En el asiento de San Luis de Otavalo, en tres días del mesde diciembre de mil ochocientos doce años. Su Merced el señor JusticiaMayor, continuando con la información, mandó comparecer a don Ma-nuel Egas, vecino de este asiento de quien y por ante mí, le recibió jura-mento que lo hizo por Dios nuestro Señor y una señal de Cruz, según de-recho, a cuyo cargo prometió decir verdad de lo que supiere y fuese pre-guntado y siendo examinado al tenor del auto cabeza de proceso, con asis-tencia de don Manuel Escobar, curador nombrado, dice: que el día mar-tes veinticuatro del pasado, que sucedió la sublevación, se halló el testigoen este lugar y vio que habían apresado a los soldados del Rey y que anda-ban entre los indios Manuel y Joaquín Vinueza, Miguel Paredes, donFrancisco Rodríguez y otros montados a caballo, con José Melo. Que tam-

132

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 132: Academia Nacional de Historia Boletín 180

bién supo cómo dicho don Francisco Rodríguez, Marcos Alarcón, con sugente india y otros, fueron a quitar el pliego que se dirigía de Quito, alseñor Coronel y que éstos condujeron presos a esta cárcel al Sargento ydemás compañeros. Que asimismo sabe, cómo el citado José Melo anduvoseduciendo a los indios a fin de que matasen a dichos soldados y que lamujer de Manuel Suárez, en junta de una india llamada Clara, mujer deVicente Morales andaban capitaneando a los indios tumultuarios, man-dándoles que prendiesen fuego a la casa de don Miguel Jaramillo, dondese hallaron los morlacos. Que vio como acometieron al oficio público delpresente escribano, expresando que había adentro armas y munición delas tropas del Rey. Que le consta cómo Javier Pinto, José Pinto, JoséOcampo, Manuel Recalde, el negro de dichos Vinueza, con el citado Ma-nuel Vinueza y su hermano José, montaron a caballo con otros más, lla-mados a sorprender el auxilio que transitaba de Quito para las tropas delRey. Que el prenotado Javier Pinto, capitaneaba a toda la gente tumul-tuaria y que repartió a los indios con barril de aguardiente, expresandoque luego que quitasen las armas a dicho auxilio, había de regresar a esteasiento a quitar la vida a las personas leales que no quisieron acompañar-le. Que asimismo supo, cómo Ramón Rivadeneira, el Cosnico, había dichoa los indios que matasen a los prisioneros. Que también supo, cómo PedroAlarcón se había hallado en el ataque de San Antonio y que GregorioPises, yerno de la Crucita, asistió en dicho ataque y se metió hasta aden-tro de la plaza de San Antonio, donde se escapó de que le quitasen la vidalas tropas del Rey. Que un mozo llamado Banco, entenado de Juan Antonio Gallegos,expresó que venía quitando una bayoneta a un morlaco en el ataque manifestandouna corta herida, que traía en el brazo. Que don José Páez y Cristóbal Torres fueronllevando el pliego que quitaron a los conductores para entregarlo a los del Congresoque se hallaban en Ibarra. Que esta es la verdad a cargo del juramento que hechotiene, en el que siéndole leída ésta su declaración, se afirmó y ratificó, expresando serde veintidós años de edad y lo firmó con Su Merced y el curador, de que doy fe.

f. Jaramillo f. Manuel Egas f. Manuel Martínez de Escobar

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

6to. testigo: Incontinenti, Su Merced, el señor Justicia Mayor, conti-nuando con la información, mandó comparecer a don Mariano García,

133

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 133: Academia Nacional de Historia Boletín 180

vecino de este asiento, a quien por ante mí el presente Escribano, le reci-bió juramento que lo hizo por Dios nuestro Señor y una señal de Cruz,en toda forma de derecho, bajo cuyo cargo prometió decir verdad de lo quesupiere y fuere preguntado y siendo examinado al tenor del Auto Cabezade Proceso, dijo: que viniendo por el camino de Agato se encontró con donFrancisco Rodríguez, quien le contó al testigo las muertes que habían ha-bido en este dicho asiento, expresándole cómo el sacó de la cárcel a los pri-sioneros del Rey, con ánimo de trasladarlos a la villa de Ibarra y entregar-los a disposición del Congreso, que se halla en dicha villa. Que para sa-carlos había dicho: ahora es preciso sacar a estos para que los maten, peroque el no tuvo tal intención. Que le consta, cómo Javier Pinto, su hijoJosé, José Ocampo, Joaquín y Manuel Vinueza, Miguel Paredes, ManuelMosquera, Pedro Alarcón y otros muchos que no tiene presente, fueronarmados a caballo, en misión de los indios a quitar las armas a los que tra-ían el auxilio de Quito y conducirlos prisioneros a éste asiento. Que vioel testigo que para alentarlos a cometer el delito, dicho Javier Pinto, repar-tió un barril de aguardiente a los tumultuarios, quien le expresó al testi-go que dejaba a Mariano Guerra con su gente en el pueblo de San Pabloa que ayudase a la facción el día sábado anterior. Que el citado Guerra,prometió en la plaza de Cotacache regarle las tripas al testigo, luego queperdiese la acción en Ibarra la tropa del Rey, por contrario a la Patria.Que José Torres, concuñado del citado Guerra anduvo expresando cómolos morlacos se hallaban desertando de treinta en treinta, por lo cual tení-an segura la victoria; y, que ésta es la verdad, bajo el juramento que hecholleva en el que siéndole leída ésta su declaración, se afirmó y ratificó,expresando ser mayor de cuarenta años de edad y lo firmó con Su Merced,de que doy fe.

f. Jaramillo f. Mariano García

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

7mo. testigo: Incontinenti, para la información preceptuada, Su Mer-ced, el señor Justicia Mayor, mandó comparecer a don Gaspar Portilla,vecino de este asiento, a quien por ante mí el presente Escribano, le reci-bió juramento que lo hizo por Dios nuestro Señor y una señal de Cruz,

134

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 134: Academia Nacional de Historia Boletín 180

según derecho, bajo cuyo cargo prometió decir verdad de lo que supie-re y se le fuere preguntado y siendo examinado al tenor del Auto Cabezade Proceso, dijo: que sabe cómo Marcos Alarcón, don Francisco Rodrí-guez y otra fueron a sorprender a los soldados que conducían de Quito elpliego al señor Coronel y que los trajeron presos a esta cárcel. Que leconsta, por haberlo visto, cómo Javier Pinto, su hijo José, José Ocampo,Manuel y Joaquín Vinueza, el negro esclavo de éstos, José de la Torre ysu hijo, Manuel Chávez, Miguel Paredes y otros muchos fueron armadosal alto de Cajas, a quitar las armas a las tropas de auxilio que venían deQuito. Que para alentar a las gentes le consta, cómo Javier Pinto, su hijoJosé y Manuel Mosquera, repartieron un barril de aguardiente y que tam-bién vio una esquela escrita por don Francisco Calderón a los contenidos,Javier Pinto, Manuel Vinueza y José Ocampo, en que les mandaba suble-vasen contra dicho auxilio a los indios y caciques y que con doscientos deellos, mandar Pinto, ganados para Ibarra. Que luego que recibieron éstaorden profirió dicho Ocampo, que tenía pena de la vida, la persona que noconcurriere a quitar los pertrechos. Que también oyó a un José Delgado,pastuso, que profería cómo estaban en lista los traidores que se habíanhecho con los morlacos. Y que esta es la verdad en fuerza del juramentoque hecho tiene, en el que siéndole leída esta su declaración, se afirmó yratificó, expresando ser de cuarenta y cuatro años de edad y lo firmó conSu Merced, de que doy fe.

f. Jaramillo f. Gaspar Portilla

Ante mí, f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

En el pueblo de Cotacachi, jurisdicción del Asiento de San Luis de Ota-valo, en dieciseis días del mes de diciembre de mil ochocientos doce años,el señor don José Jaramillo y Rivadeneira, Teniente de Corregidor y Jus-ticia Mayor del asiento de Otavalo y su jurisdicción, por el Superior Go-bierno y legítimas autoridades, establecidas por el Rey, nuestro señor donFernando Séptimo, que Dios guíe, dijo: que para dar satisfacción comple-ta a la superioridad y no confundir a los inocentes con los culpados en elgran delito de rebelión contra las tropas del Rey, el día martes veinticua-tro, jueves veintiséis y domingo veintinueve del mes de noviembre próxi-

135

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 135: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mo pasado, con que procuraron atacar, como pusieron en práctica ponién-dose al frente en San Antonio, quitando las vidas a los diez soldados enOtavalo y saliendo al camino de San Pablo a invadir el auxilio, procedien-do con la mayor felonía, sin corresponder al beneficio de las tropas que semanejaron en su transporte, con la mejor lenidad debía mandar y mandóque don José Dávila Teniente Pedáneo del pueblo de Cotacachi, elegidopor legítima autoridad, proceda a una prolija averiguación con el mejorsilencio y prudencia que requiere el caso sobre quienes eran los seducto-res y principales cabezas de motín, así españoles como indios, e informehaberse hurgado sobre este particular, con todo lo demás que hubierepasado por su vista, y hecho remita original para los efectos que conven-gan. Así lo proveyó, mandó y firmó, de que doy fe.

f. José Jaramillo y Rivadeneira f. Francisco de la Coba y CárdenasPor mandado del Señor Escribano Público

Justicia Mayor

Yo, don José Dávila, Teniente del pueblo de Cotacache, jurisdicción deOtavalo, en cumplimiento de lo mandado por el Auto que antecede, infor-mo a los señores y demás personas que el presente vieren, de cómo hicepresenciar ante mí a muchos sujetos, así indios, como blancos, quienesdijeron que habiendo sido los motores principales y acérrimos enemigosde las tropas del Rey; Javier Pinto, Mariano Guerra y don Julián An-drade, quienes tenían comunicación por continuados expresos, con donJoaquín Mancheno, don Francisco Calderón y demás mandones que sehallaban en la villa de Ibarra; a penas tenían comunicación cuando levan-taban la voz con un despotismo inexplicable y haciéndose unos coman-dantes de mucho entusiasmo, seduciendo las gentes con expresiones deque las tropas de Quito se hallaban triunfantes y que los morlacos (ha-blando de las de Rey) estaban sitiadas; que la acción no estaba sólo porparte del quiteño, sino ya la tenían ganada; y, con éstas seduccionespúblicas pusieron en grande fermento a todo el pueblo, mandar pena dela vida, de incendio de casas y embargo de bienes a las personas que noasistiesen en el ataque, aunque no peleando, siquiera para hacer bulto; yesta es la razón a que se fueron toda clase de hombres, exceptuando niñose inútiles por temor de ser alistados en el odio del quiteño y porque los tresarriba referidos comandantes no sólo amenazaban con las penas impues-

136

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 136: Academia Nacional de Historia Boletín 180

tas, sino que ofrecían quitar la vida de los resistentes. Todo esto pasó aúnpor mi propia vista y sentidos naturales. Es cuanto puedo informar y enlo necesario me remito. Cotacache, diciembre 17 de 1812.

f. José Dávila

Otavalo, diciembre 17 de 1812

Considerándose en forma probante, concluso el sumario; Autos pasar aproveer en justicia.

f. José Jaramillo y RivadeneiraPor mandado del Señor Justicia MayorAnte mí f. Francisco de la Coba y CárdenasEscribano Público

Vistos, resultado ser culpados motores principales en los delitos de nuevarebelión y perfidia a las tropas del Rey, formando sublevación y cabezasde motín, de cuyos hechos resultaron los excesos criminales en los díasmartes veinticuatro, jueves veintiséis y domingo veintinueve del mes denoviembre último, por los seductores Mariano Guerra, Javier Pinto,Agustín Pastrana, José Ocampo, Miguel Paredes, Manuel y Joaquín Vi-nueza, don Julián Andrade, José Melo, don Mariano Paredes y Palacios,una mulata Martha, la mujer del indio Suárez, llamada Manuela Churu-bingo, Margarita Pingucha, mujer del carcelero, don Francisco Rodrí-guez, Marcos Alarcón, don José Páez, José Pinto, Pedro Recalde, ManuelRecalde, Ramón Rivadeneira, Juan Antonio Gallego, Manuel Chávez,don Juan Albuja, don José Andrade, Mariano Espinosa (el pandorga) losmayordomos de Pinsaquí, Mariano González (el Catico), el negro esclavode Vinueza, Antonio Cisneros, Manuel Mosquera, una india Clara, mu-jer de Vicente Morales, José Vinueza, José Delgado, Gregorio Pices, JoséZurita, Rosa y Dolores, pelilianas, Pablo Alarcón y el Cusnico Oso;arréstense sus personas por Su Merced, el Alguacil Mayor y presente Es-cribano y demás Ministros de Justicia; embárguense todos y cualquierabienes que tuviesen. Remítanse oficios a los Tenientes del Distrito coninserción de este Auto para que los sorprendan a los que transitasen por

137

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 137: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ellos o estuvieren ocultos y lo harán con el mejor silencio y prudencia querequiere el caso, a fin de evitar la fuga y que estos reos no queden impu-nes. Así lo proveyó, mandó y firmó…

Hay una rúbrica

Señor Corregidor, doña Manuela Monrroy, mujer legítima y con juntapersona de don Juan Cotacache Gualchanvango, cacique principal delpueblo de Cotacache de esta jurisdicción, ausente, por cuyo derecho y elmío, con el mayor rendimiento parezco ante usted y digo: que dicho mimarido estuvo ejerciendo el empleo de gobernador de dicho pueblo, portítulo conferido por su Señoría, el señor don Luis Muñoz de Guzmán,presidente que fue de la provincia de Quito; cuyo título lo manifiesto paraque visto por usted se me devuelva. El dicho mi marido se ausentó delpueblo cuando entraron a él los soldados de el Real de Lima, temeroso derecibir algún vejamen o maltrato, por las noticias que corrían de sus ope-raciones y no por otra causa; porque aún se tuvo varios oficios de parte dedon Francisco Calderón que hacía de comandante en la revolución quesabe usted; el dicho mi marido procuraba excusarse temeroso de cuales-quiera, acaso que pudiera haber resultado. Últimamente cuando pasaronlas reales tropas para el pueblo de Atuntaqui y San Antonio, tuvo nuevooficio con una rigurosa amenaza de que si no venía con toda la gente, lehabía de quitar la vida y convertir en cenizas la pobre casa de nuestra tris-te habitación; en este conflicto que parecía que se verificaba este ordenriguroso, hizo presente a los demás curacas y mandones para que resol-viesen lo que podían hacer; y sin embargo de la mayor pena, tuvieron abien ir a aparecer sin llevar ninguna arma, porque nadie la tenía, mas mimarido lejos de acompañarlos, se huyó junto conmigo para el cerro, lle-vando los cortos muebles y abandonando la casa recelando se verificase elorden del caballero Calderón, con que a todos les tuvo atemorizados. Lue-go que regresaron las tropas a dicho pueblo, se difundió una voz en quese decía que el caballero don Juan Sámano quería castigar a todos los in-dios por la ida que hicieron a San Antonio; y aunque mi marido no se fuecomo dejó dicho se ocultó lleno de temor, de aquí resultó que por no haberparecido y de pedimento del reverendo padre cura el que se nombrase degobernador a don Antonio Cotacache. Mi marido no ha cometido másdelito que el de no haber parecido y no siendo justo el que sin más causa

138

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 138: Academia Nacional de Historia Boletín 180

se le quite el empleo que lo ha obtenido con título en forma, suplico ren-didamente al justificado ánimo de usted que para reponerlo se digne man-dar se reciba información de testigos, que juramentadamente declarenacerca de esta verdad y de que antes bien ha sido pronto en el real servi-cio que se ha manejado sin dar nota de su persona, cumpliendo con lasobligaciones de su ministerio, sometiendo su recepción al teniente del par-tido o a la persona que fuere del agrado de usted para dicho efecto por notener comodidad de traer los testigos a este asiento.

Que desde luego en mandarlo así recibiré merced con justicia, de laque usted administra distributiva de ella mediante y haciendo el pedimen-to más útil y necesario. A usted, pido y suplico, así lo provea y mande entodo como solicito en justicia que imploro con el juramento necesario enderecho.

f. doña Manuela Monrroy

Otavalo, septiembre 13 de 1813.- Respecto a que el señor Brigadier, donJuan Sámano decretó la deposición del oficio de gobernador que obtenía elcacique don Juan Cotacache Gualchanvango, nombrando en su lugar alque actualmente lo ejerce: ocurra esta parte a representar su derecho en elSuperior Gobierno y Capitanía General de Quito, donde se le providen-ciará lo conveniente.- f. Maldonado. Ante mí Coba.- Excelentísimo se-ñor: El Defensor de Naturales por la protección de don Juan CotacacheGualchanvango, cacique principal del pueblo de Cotacache, en la jurisdic-ción del asiento de Otavalo, dice: Que este, informa, estuvo ejerciendo elempleo de Gobernador en dicho pueblo, por título conferido por el señorPresidente don Luis Muñoz de Guzmán, hasta el ingreso de las tropasreales y del Comandante don Juan Sámano en aquel lugar; que movido detemor por las voces que se habían difundido, de que venían ejecutando losmayores excesos de tiranía y que el expresado comandante quería castigara todos los indios, se retiró con su familia, sin embargo de que no habíaconcurrido a ningún acto de resistencia, aún habiendo recibido estrictasórdenes para ello por don Francisco Calderón, que hacía de comandantede las tropas de esta ciudad; que finalmente por sólo no haber compareci-do en el pueblo, procedió el referido don Juan Sámano, a nombrar deGobernador en su lugar a don Antonio Cotacache, que actualmente ejer-ce este empleo. Para acreditar la verdad de estos hechos, su conducta, fide-

139

Q U I T O L U Z D E A M E R I C A , 1 0 D E A G O S T O D E 1 8 0 9

Page 139: Academia Nacional de Historia Boletín 180

lidad en el servicio y solicitar su reposición, pidió ante aquel Corregidorse le reciba información de testigos y se ha mandado ocurrir a la superio-ridad de vuestra Excelencia como se acredita por el adjunto memorial ysu proveído que del mismo modo presenta. Por lo cual y siendo contraderecho el que a este cacique se le hubiera privado del empleo, sin oírle, niconvencerle de algún delito, porque merezca la deposición, suplica a vues-tra Excelencia se digne mandar se le reponga en él, con los mismos hono-res y privilegios expresados en el título presentado, por ser de justicia quesolicita. Quito y septiembre 28 de 1813.

Título de Gobernador otorgado a don Antonio Cotacache

Don Juan de Sámano, coronel de los reales ejércitos y comandante de lastropas de operación en esta provincia dice: Por cuanto se halla el pueblode Cotacache, jurisdicción del asiento de San Luis de Otavalo, sin gober-nador de Indios, por haberse ausentado el que había y resultar complica-do en la seducción de los tumultos que se dirigieron contra el ejército delRey cuando se hallaba en el pueblo de San Antonio en clase de auxiliado-res de los insurgentes; debía de nombrar y nombro por tal Gobernador deaquel pueblo al cacique don Antonio Cotacache, por concurrir en las con-diciones necesarias de aptitud, entereza y formalidad para este ministerio;quien aceptando y jurando conforme a derecho se le ponga inmediatamen-te en posesión del enunciado gobierno, reconociéndolo por tal todos losvecinos del pueblo, así españoles como indios y le guardarán todas lasexcepciones, prerrogativas y privilegios que como a tal gobernador lecompeten; que es dado en este pueblo de Cotacache a once días del mes deenero de mil ochocientos trece años.-

f. Juan de Sámano.

140

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 140: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ARTÍCULOS Y

ENSAYOS

Page 141: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 142: Academia Nacional de Historia Boletín 180

CRISTOBAL DE GANGOTENA Y JIJONSU HUELLA EN LA HISTORIA*

Carlos Freile

Cuando el Ecuador acababa de salir de la nefasta dictadura delgeneral Ignacio de Veintemilla, liberal y vividor, nacía en Quito Cristóbalde Gangotena y Jijón, vástago de una familia que ha marcado huellas enla historia de la Patria. Uno de sus antepasados directos apoyó con tena-cidad el proyecto de camino de Ibarra a Esmeraldas propuesto por elobispo de Quito José Pérez Calama, otros introdujeron nuevas técnicaspara los telares y el consumo de la quina, alguno participó en la Inde-pendencia y varios en importantes destinos políticos en la República, untío tatarabuelo incursionó en diferentes ámbitos en bien de su tierra nati-va: industrias, loterías, minas, comercio. Su hermano mayor fue un em-presario de modernas visiones y llegó a exportar leche en polvo a Suiza.Su familia, movida por la caridad cristiana, se distinguió por las obras enbeneficio de los más pobres y desamparados, su madre, por ejemplo,fundó la Asociación de Señoras de la Caridad, la que, bajo su dirección,edificó un colegio modernísimo para la enseñanza de labores a chicasde escasos recursos. Este instituto, sito en la Recoleta, fue prestado al go-bierno de Eloy Alfaro para la Exposición del Centenario del 10 deAgosto de 1809 pero nunca fue devuelto y pasó con el tiempo alMinisterio de Defensa. Este hecho y otros abusos del alfarato movierona Gangotena a nutrir desconfianza y distanciamiento por Alfaro, sen-timientos que se agravaron con la guerra civil de 1911 nacida a raíz delintento de perpetuarse en el poder contra la voluntad mayoritaria delpaís, causa, además de muchas muertes innecesarias y prematuras.

Realizó sus estudios en Quito y en París, allí le fue conferido elDiploma Superior en el Instituto Comercial de París el 12 de julio de1905, en ellos bebió una profunda y sincera admiración por el huma-nismo, por las letras clásicas y modernas, llegó a dominar el latín de talmanera que tradujo con soltura varias poesías virgilianas y horacianas,

143

* Discurso en el acto e develamiento del retrato al oleo de don Cristóbal de Gangotena, realiza-do el 19/VI/2008

Page 143: Academia Nacional de Historia Boletín 180

así como algunos salmos. Conocía el francés a la perfección y solíausarlo con elegante mordacidad para retratar a los mediocres y envi-diosos ya en tertulias, ya en su correspondencia.

El 28 de junio de 1913 contrajo matrimonio con su pariente Ro-sa Noboa Caamaño, hermana del famoso poeta Ernesto, Gangotenallevó siempre la espina de una constante enfermedad de su esposa acuya curación dedicó permanentes e inútiles desvelos. Los Noboa Caa-maño habían regresado poco antes de Lima, ciudad en la que se refu-giaron de la persecución promovida por Alfaro a todos los parientesdel presidente Caamaño, en cuya consecuencia perdieron casi todossus bienes, pues otros se habían destruido en el “incendio grande” de1896 por lo cual sufrían serias estrecheces económicas.

A lo largo de su vida sirvió a su Patria y se ganó el honesto sus-tento en diversos destinos, el primero de ellos fue el de Secretario delSenado, bajo la Presidencia de Carlos Freile Zaldumbide (1909-1911),luego partió a Europa como Cónsul en Valencia, España, el placet reallo firmó Alfonso XIII el 27 de junio de 1917, pretendió el mismo cargoen Saint Nazaire, pero el Gobierno no se lo concedió por la pobreza delfisco nacional, a su regreso se le encargó la clasificación de los fondosdocumentales de la Corte Suprema de Justicia (1919), actividad cum-plida ad honorem. Más tarde ocupó el crucial cargo de Director de la Bi-blioteca Nacional mediante nombramiento firmado por Homero ViteriLafronte el 29 de enero de 1926. El Ministerio de Relaciones Exteriorescontó con sus servicios como Director de Fronteras, cargo al que le lle-vó su amigo Carlos Manuel Larrea el 31 de agosto de 1937, también fueSubsecretario, Director de Protocolo, así como Encargado de Negociosen Bogotá, Ministro en Guatemala y Embajador en Misión Especial enRepública Dominicana. Al dejar el Ministerio pasó a desempeñarsecomo Jefe del Registro Civil de Quito.

A lo largo de su vida siempre fue requerido por autoridades ypersonas particulares para resolver enigmas históricos o para asesoraren asuntos variadísimos, desde la reforma del escudo de la Univer-sidad Central hasta la reparación de la Capilla de la Virgen del Rosarioen la Iglesia de Santo Domingo.

Con el paso de los años le aquejaron varias dolencias, sobre to-do enfermedades gripales contínuas y problemas circulatorios que lellevaron a la tumba el 18 de enero de 1954, después de larga y dolorosaagonía, con la consternación de los ambientes culturales de Quito y delEcuador entero.

144

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 144: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Su gusto por los recovecos del pasado, sobre todo quiteño, lellevó a pergeñar una serie afortunada de leyendas de pícaros, frailes ycaballeros, como subtituló a su conocido libro, la primera de ellas apare-cida en la Ilustración ecuatoriana, revista de honda huella en el quehac-er cultural ecuatoriano y que Gangotena dirigió por un par de números.Entre sus obras podemos enumerar: Monografía de la Provincia dePichincha (1922), Documentos referentes a la batalla de Ibarra (1923), Almargen de la historia (1924), Documentos sobre la familia Icaza (1924),Ensayo de una iconografia del Gran Mariscal de Ayacucho (1924), LaCasa de Borja (1932), Documentos sobre la familia Maldonado.

Sus ejecutorias como historiador movieron a que fuera Indivi-duo de Número Fundador de nuestra Academia Nacional de Historiacomo lo atestigua el diploma firmado por Mons. Federico GonzálezSuárez el 8 de diciembre de 1910, a ella sirvió con entera dedicación encalidad de Secretario (1921) y Subdirector (1939), también fue elegidoCorrespondiente de la Real Española de la Historia, de la Colombiana,de las de Panamá, Venezuela, Chile y Argentina, del Instituto de His-toria del Perú, de la Sociedad Geográfica de Lima, y de la de Lisboa, delCentro Chileno de Investigaciones Genealógicas, fue también uno delos miembros fundadores de la benemérita Casa de la Cultura Ecua-toriana.

Una de las labores más significativas de Gangotena, incom-prendida por una corriente historiográfica difícil de entender, fue lapublicación de documentos para la mejor comprensión de nuestra his-toria, ya sea en el Boletín de la Academia Nacional de Historia ya en elBoletín de la Biblioteca Nacional y en otras revistas, cuya importanciano es preciso recalcar. Publicó pequeños pero iluminadores estudios oinformes, de todos ellos solo menciono los documentos sobre EugenioEspejo y la descendencia de Atahualpa así como un estudio sobre elprócer Villavicencio, fusilado en Buga, merecedor de medalla de oro enun concurso organizado por el Gobierno de Colombia, cito solo estostrabajos por su trascendencia al referirse a personajes señeros de nues-tra historia nacional.

En su tiempo los trabajos genealógicos de Gangotena se consti-tuyeron en las puntas de lanza de este tipo de estudios en nuestro me-dio. Solamente quien ha permanecido horas y horas en los archivos sa-be cuánto cuesta conseguir datos para una investigación, lógicamenteno me refiero a quienes han ejercido el oficio de grabadoras y copiado-

145

C R I S T O B A L D E G A N G O T E N A Y J I J O N

Page 145: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ras para vestirse con plumas de otras aves. Gangotena tuvo que afron-tar la dispersión de documentos, el descuido y desorden con que se losguardaba, la ignorancia de las gentes y el quemeimportismo de ciertasautoridades, amén de las dificultades propias de todo pionero. Debidoa ello dejó de publicar sus trabajos por lo que sus amigos le insistían enque retome el camino iniciado, como por ejemplo Gonzalo Zaldumbide,a quien le escribía en 1939: “En cuanto a volver a escribir, ¿para qué? …la crítica, cobarde e interesada, que mal me quiere, proclamaría midecrepitud”.

Cristóbal de Gangotena puede o debe ser visto como la encar-nación del barroquismo ecuatoriano, sobre todo quiteño, negado poralgunos pero para un servidor claro como la luz del sol: allí está esegusto por el trabajo manual en artesanías propias del barroco como eldorar con pan de oro, la elaboración de complicados marcos, la imagi-nería, el tallado de madera de columnas salomónicas y otros elementosdecorativos. Su talante y vestimenta, su capa española y su sentirsesiempre en otra parte, como decía el poeta, configuran una esencia ba-rroca, tradicional. De allí el gusto por la leyenda elaborada y las conse-jas contadas a la luz de los candiles. De allí su distanciamiento de losbienes de este mundo, con una suerte de misticismo castellano acepta-do a veces y a veces negado en búsqueda del color, de la forma, del so-nido placenteros. Pero al mismo tiempo su indiscutible tendencia a labohemia, a buscar distracciones y encontrar enredos a la sombra de losaleros quiteños.

Su cuñado, Ernesto Noboa Caamaño, le dedicó una poesía conlas siguientes palabras: “A don Cristóbal de Gangotena y Jijón, quevive de amor de América y de pasión de España”, veo en esta dedica-toria otro aspecto del barroquismo de nuestro personaje: el alma barro-ca siempre se sintió dividida e interpelada por realidades disímiles, co-mo la acabo de señalar. Veo en Gangotena el mismo desgarramientoque en el padre Juan de Velasco, nacido en esta América, pero con pro-fundas vinculaciones con España. Esta pasión de España en Gangotenano era ni acrítica ni servil, basta leer algunos fragmentos de su Al mar-gen de la Historia para comprobarlo, pues en ellos paga tributo a lasleyendas antiespañolas tan caras al mundo anglosajón que hoy día lainvestigación desapasionada ha puesto en su justo lugar. Sin embargo,la pasión de España fue también elemento constitutivo del pensamien-to de varios intelectuales hispanoamericanos en reacción contra el ma-

146

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 146: Academia Nacional de Historia Boletín 180

terialismo y la bajeza de ciertas formas de vida que se imponían pordiferentes medios. En esa dirección me atrevo a aplicar a Gangotenaalgunos de los versos que su común amigo Arturo Borja dedicó aErnesto Noboa en su Epístola:

Hermano – poeta, esta vida de Quito,estúpida y modesta, está hoy insoportablecon su militarismo idiota e inaguantable.¿Cómo podía un espíritu selecto, educado en el humanismo y

en la admiración del arte, en la veneración de las formas y en la pro-fundización de los ideales, como podía, me pregunto, aceptar sin rebe-larse la presencia grosera e ignara de los montoneros con su quema delibros y de documentos, con su ocupación violenta de escuelas, cole-gios y conventos? ¿Cómo habría podido no pedir castigo para quieneshabían ensangrentado a la Patria y la habían mancillado con destierros,con torturas, con confiscaciones, con asesinatos?

Se le ha criticado acervamente por haber dedicado sus desve-los tan solo a la clase dominante, se me antoja que es como echarle encara el haber nacido en 1884 y en Quito y no en 1934 y en Moscú. Loparadójico de estos dardos es que suelen venir de individuos que sedesviven por entrar en casas grandes y hablar de tú a tú con quienesllevan esos apellidos que aparentemente desprecian.

Los mismos que critican a Gangotena sus tendencias aristocra-tizantes en sus estudios o sacan a luz sus errores se callan sobre su pu-blicación de una bula falsa en su obra sobre los Borja, y no informanque la bula es espuria, inventada mucho tiempo después de muertoslos protagonistas, aunque Gangotena no conociera que se trataba de undocumento falsificado en Módena varios años después de la muertedel pontífice al cual se atribuye, como se ha demostrado con posteriori-dad, pero en ello se mostraba fiel hijo de su tiempo con su tributo aconsejas románticas. También se le ha criticado por callar ciertos aspec-tos en la genealogía, es preciso leer en su defensa lo que él mismo asen-tó en la “Advertencia” en su mejor obra, la citada sobre la casa de Borja:“Lector curioso y benévolo: ruégote que perdones algún error que seme haya deslizado, y achácalo, tanto a las dificultades de semejanteestudio, cuanto a mi inutilidad. De las omisiones no soy responsable.Débense a que, personas que debieron interesarse en que mi trabajofuera completo no me favorecieron con los datos que insistentementeles pedí”. Para comprender mejor esa renuencia a llenar con facilidad

147

C R I S T O B A L D E G A N G O T E N A Y J I J O N

Page 147: Academia Nacional de Historia Boletín 180

los vacíos inevitables en todo trabajo histórico y sobre todo genealógi-co, reflexionemos sobre sus palabras a un amigo extranjero: “Hace mu-chos años que vengo estudiando los antecendentes históricos de lasfamilias americanas, y, como es natural, muy particularmente el de lasecuatorianas. Labor es ésta digna de un benedictino, si es que se intentahacer labor verdaderamente histórica y comprobada con datos ciertos.Tal ha sido mi intento. Prefiero que el estudio no quede lo todo comple-to que fuera de desear, antes que consignar datos fabulosos o no bienconfirmados”.

Para cerrar un ojo con benevolencia frente a las fallas en lasobras de Gangotena, al fin y al cabo quandoque bonus dormitat Home-rus, como él mismo habría exclamado con la socorrida cita de Horacio,basta recordar que un moderno historiador, y lo digo sin ironía, afirmóque en el Concilio de Trento (¡en pleno siglo XVI!) se había discutido sila mujer tiene o no alma, cuando ni siquiera en el sínodo de Macon seentabló esa polémica, y otro que el Papa Alejandro VI había entregadoel continente americano a España en compensación por la pérdida delos países pasados al protestantismo, ignorando que este hecho fuetreinta años posterior a la entrega alejandrina. Hace poco tiempo seacaba de publicar un estudio sobre la nobleza quiteña de un histori-ador alemán, allí se pueden detectar varios errores, alguno de ellos yacorregido por mi padre hace 27 años, ¿por qué los consejeros criollosdel erudito alemán no se lo hicieron notar?

Permítaseme una última observación: en la reedición de unode los más conocidos libros de Gangotena se presenta un “Anexo” conla “Nómina de los libros de Protocolos de Quito que pasaron a poderde don Jacinto Jijón y de don Cristóbal de Gangotena”, luego de la listase estampa la siguiente afirmación apodíctica: “En el Catálogo del Fon-do Jijón Caamaño, Tomo I, consta que en ese fondo hay 17 volúmenesde notarías y se identifican los que hemos expuesto, que son apenascinco. De los otros 64 volúmenes, 12 deben estar en el Fondo Jijón y los52 restantes en poder de los herederos de Gangotena”. Como historia-dor me pregunto: ¿Cuál es la fuente de este convencimiento? ¿Cómo sesabe que esos 52 enormes volúmenes “deben estar” en tal lugar? ¿Noes esta una acusación apresurada y sin pruebas? ¿Es honesto afirmarpúblicamente algo que lesiona la dignidad de una persona sin mostrarevidencias con el agravante de que la persona de cuyo honor se dudaya ha fallecido y por consiguiente no puede defenderse?

148

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 148: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Antes de finalizar estas palabras de homenaje a Gangotena mepermito trascribir algunos juicios que sobre él se dieron. En primer lu-gar con motivo de su fallecimiento. Francisco Guarderas, quien conAugusto Egas fueron sus amigos más cercanos, escribió: “Presuroso,menudo, inquieto, Cristóbal de Gangotena y Jijón, en realidad, fue dela patria un índice expresivo. Fue un índice expresivo porque supoamarla, explicarla y padecerla. Otros vendrán, cuando los prejuicios sehayan despejado, que sabrán desentrañar todo el acervo de enseñanzasque se derivan de sus eruditas narraciones.” El periodista Max Lux,amigo también, pintó su retrato: “Don Cristóbal fue el ardiente inves-tigador de lo curioso. De aquello que pone la nota pintoresca en el tra-bajo del historiador” y añade con sentimiento: “En sus últimos días,aquejado de grave dolencia, me dijo, resumiendo en realidad susamores: Tú sabes cuánto amé la vida… Y una sonrisa estoica cruzó porsu rostro fatigado”. Esta última confidencia confirma mi impresión delbarroquismo de Gangotena: amor a la vida entremezclado de profun-da fe en el Todopoderoso, como se lee en algunas de sus cartas. Ennombre del Cabildo quiteño Carlos Manuel Larrea exclamó al pie de latumba: “Encarnó en sí las cualidades más finas del quiteño de viejacepa: caballerosidad e hidalguía en todos sus actos, noble porte de granseñor propio de su elevada alcurnia, unido a llaneza y cordialidadpara tratar a los más humildes y conquistar, sin buscarlas, popularidady simpatía. Acucioso para servir a quien le solicitara ayuda, prontopara dar a los demás los caudales de su saber, derrochando en amenaconversación la agudeza de su ingenio, pasó por la vida como un mete-oro luminoso dejando estela que no podrá borrar el tiempo”. En la mis-ma oportunidad Isaac J. Barrera, Director de la Academia Nacional deHistoria, en representación de ella y de la de la Lengua, sentenció: “Elelogio de un hombre de saber debe consistir en la revaluación de susobras. Un ingenio notable pierde la intelectualidad ecuatoriana; perolos libros que dejó escritos mantendrán su nombre en la actualidad desus merecimientos”.

En 1984, al recordar los cien años de su nacimiento, Jorge Mo-reno Egas en la Revista del Centro Nacional de Investigaciones Genea-lógicas y Antropológicas escribió: “Las obras genealógicas publicadaspor Don Cristóbal de Gangotena presentan características que reflejanel intento del pionero, con su mentalidad y preparación, por estudiar ala sociedad ecuatoriana en base a documentos.” En la misma publi-

149

C R I S T O B A L D E G A N G O T E N A Y J I J O N

Page 149: Academia Nacional de Historia Boletín 180

cación asentó Juan Freile Granizo la siguiente apreciación: “Siemprehan existido, gracias a Dios, cronistas del pasado, que sin mancillarhonras y familias, se han dedicado muchas veces a la no todos los díasgrata tarea de restaurar en el papel la vida, siempre pasajera, de ance-stros propios o extraños. Uno de ellos fue, y por sus obras es, donCristóbal de Gangotena y Jijón, quien, envuelto en su larga capaespañola, rebuscó en los folios descoloridos del pasado personas y per-sonajes, consejas y leyendas, libros y pergaminos, en beneficio de lareconstrucción de la historia social, en su campo más espinoso, lafamilia como núcleo principal de una comunidad que estaba perdien-do sus raíces”.

Por lo dicho por estos hombres de cultura y de historia, los deantes y los de hoy, la Academia Nacional de Historia ha decidido hon-rar la memoria de tan preclaro ecuatoriano con el develamiento de suretrato en la sede de la institución. La Academia cumple así con undeber pues si bien van cambiando los métodos para conocer el pasado,y hasta evoluciona el escoger estos o aquellos acontecimientos y nootros, así como las interpretaciones que de ellos pueden tejerse y deste-jerse, no es posible eliminar a los pioneros y a quienes roturaron porvez primera los campos de la investigación, sin que ello signifique afe-rrarse a sus visiones o a sus quimeras, pues en toda ciencia el discípu-lo debe tratar de superar al maestro, el continuador al iniciador.

s Don Cristóbal de Gangotena y Jijón. Nosotros, quienesvamos detrás, anhelamos no apartarnos de su senda de respeto a laverdad, de amor a la sabiduría, de arraigo definitivo en lo ecuatoriano,de ansias de vivir pero también de reconocer la bondad del Creador.Termino con palabras de Cicerón, pues estoy seguro que al escucharlasDon Cristóbal sonreiría con la bonhomía del gran señor y la sencillezdel eximio hombre de cultura, pues se aplican a su permanente legado:“Docti non solum vivi atque praesentes studiosos discendi erudiunt atquedocent, sed hoc idem etiam post mortem monumentis litterarum assequuntur”(“Los sabios no solo enseñan e instruyen en vida a los ansiosos de saberde su propio tiempo, sino que continúan con sus lecciones después demuertos por medio de sus libros”).

150

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 150: Academia Nacional de Historia Boletín 180

LA HISTORIA DEL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO,

ORIGEN DEL I.G.M., I.N.A.M.H.I. E I.G.E.P.N.*

Joaquín Gómez de la Torre Barba

El Origen

Es indudable que tres prestigiosas instituciones como son elInstituto Geográfico Militar, el Instituto Nacional de Meteorología e Hi-drología y el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, tu-vieron su origen en el Observatorio Astronómico de Quito.

Desde muy temprano las actividades del Observatorio no solose centraron en la actividad exclusivamente astronómica, sino tambiéncon aquellas que tienen que ver con la Geodesia o medición de la tie-rra, la Meteorología o determinación de los cambios climáticos y la ac-tividad telúrica relativa a la sismisidad y el volcanismo.

La visión progresista de García Moreno conjugada con la de lostres primeros sabios jesuitas traídos por él para la Politécnica: JuanBautista Menten, primer Director del Observatorio y de la Escuela Poli-técnica; Luis Sodiro, entendido naturalista, y Teodoro Wolf, proverbialgeólogo y geógrafo, dio origen a dichas actividades que tienen que vercon el mejoramiento del país.

Fundación del Observatorio

La inquietud científica y de estudios que le llevó a Francia alDr. Gabriel García Moreno en 1850 y 1855 despertó en él la convicciónde crear un Observatorio Astronómico y una escuela politécnica con elfin de lograr el desarrollo integral del Ecuador.

García Moreno sabía de la necesidad de un Observatorio As-tronómico, porque esa era, en el mundo civilizado, la institución encar-

151

* Artículo ampliado del Discurso de Incorporación como Miembro Correspondiente de laA.N.H., el 29/II/ 2008

Page 151: Academia Nacional de Historia Boletín 180

gada de proporcionar información astronómica y geodésica válidapara el desarrollo de un país; y una Escuela Politécnica, porque ellaproporcionaba personal capacitado para semejante empresa.

Los Observatorios Astronómicos eran los encargados de reali-zar: observaciones estelares, estudios geodésicos, localizaciones astro-nómicas, ubicación de los diferentes puntos y medición de distanciasen la tierra.

Estas instituciones contribuían también a la elaboración de car-tas y mapas mediante la realización de “Estudios de la Esfera Celeste”y “Trabajos Topográficos y de Triangulación”.

Igualmente en los Observatorios se hacían estudios de los mo-vimientos telúricos, de la actividad volcánica, meteorológica, climática,magnética, incluso se establecían el tiempo y la hora oficial.

En 1857, como legislador, García Moreno había planteado laapertura de una escuela industrial y de artes y oficios donde el estudiode la astronomía figuraba en primera línea.

Gestiones de García Moreno

El 22 de junio de 1861, el Presidente de la República Dr. GabrielGarcía Moreno dirigió una comunicación al Ministro Diplomático deFrancia, Monsieur Amadeo Fabre, que había llegado a Quito, expre-sándole sus inquietudes sobre la creación en el Ecuador de un Obser-vatorio Astronómico, proyecto acarreado por él desde cuando viajó aFrancia y estudió en la Universidad de la Sorbona.

En esa misma fecha García Moreno escribió al Dr. AntonioFlores J., encargado de negocios del Ecuador en Francia en estos tér-minos:

… Voy a indicar a Ud. un proyecto magnífico, para que acepte lassimpatías del Gobierno del Emperador y al mismo tiempo haga unbien a nuestro país. El proyecto es el siguiente:Quiero establecer, bajo la línea equinoccial, un Observatorio Astro-nómico y Meteorológico, establecimiento que hará grandes servicios ala ciencia, pues ninguno existe a cero latitud. Pero, para esto, es nece-sario asociar al Gobierno francés, tanto para la estabilidad y conser-vación del Observatorio como para su creación.Ofrezco por mi parte hacer el gasto necesario de terreno y edificio;costear la mitad de los sueldos de los empleados y de los gastos de con-servación; y pido al Gobierno francés costee la otra mitad, y además

152

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 152: Academia Nacional de Historia Boletín 180

proporcione todos los instrumentos necesarios. Los gastos de trans-porte hasta Guayaquil, serán también de Francia; y de Guayaquil acá,de esta República.Sírvase visitar, a mi nombre al Sr. Boussingault y al Sr. Pélouze(amigos de García Moreno), ambos de la Academia de Ciencias. Pro-póngales mi proyecto, y pídales lo recomienden vivamente a la Aca-demia y al Mariscal Vaillant; y no dude Ud. que será acogido por elGobierno, pues éste costea escuelas de arte en Roma y Atenas; y novacilará en hacer un gasto semejante.Además los sabios que vengan pueden ocuparse también, mientras seconstruye el edificio, en verificar las inexactas operaciones de los aca-démicos La Condamine, Bouguer y Godin, operaciones que la Acade-mia desea rectificar; y no es de creerse que Napoleón III haga menosde lo que hizo Luis XV.Proceda Ud., en este asunto, y con estas instrucciones, como si estu-viese autorizado oficialmente, pues ratificaré y agradeceré cuanto Ud.haga para llevarlo a cabo. Esto hará a Ud., mucho honor, al país mu-cho bien; y nos facilitará cuanto necesitamos en bien de la República.

Amadeo Fabre, ante su gobierno detalló la política de García Moreno,las características geográficas del Ecuador, sus recursos naturales, lascostumbres de sus habitantes y señaló muy claramente las preocupa-ciones científicas de su presidente para construir el Observatorio Astro-nómico de Quito, como un medio para el progreso material y culturaldel país.

Entre 1859 y 1861, como Jefe Supremo de la República GarcíaMoreno, autorizó al Cónsul General de París, Beltran Fouquet a reali-zar un empréstito de 100 mil francos para la compra de implementosde laboratorio y una colección de libros científicos, entre los que sedestacan los del tema de astronomía.

En su primer período constitucional entre 1861 y 1865, GarcíaMoreno escribe al Padre General de los Jesuitas Pedro Becks, pidién-dole personal preparado para ejercer la cátedra de profesores de unaescuela politécnica y para la organización y dirección de un Observa-torio Astronómico, que se los abriría en Quito.

El Padre General contesta afirmativamente al pedido de GarcíaMoreno, dadas las circunstancias de persecución religiosa por las cua-les, algunos sabios jesuitas alemanes tenían que emigrar de su país.

153

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 153: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El padre General dispuso la salida hacia el Ecuador de un gru-po selecto de notables maestros, formado al principio por tres sabiosjesuitas: el geógrafo y geólogo Teodoro Wolf, el naturista y botánicoLuis Sodiro, además del geodesta y astrónomo Juan Bautista Menten.Luego vendrían otros nueve jesuitas.

En 1865, en su mensaje a la nación, el Presidente García Mo-reno hace referencia a su propuesta al Gobierno de Francia, pero ahoralo planteaba como una obra de carácter únicamente nacional.

Un elemento para el desarrollo del Ecuador

En 1871 García Moreno, durante su segundo mandato, se di-rigió al Congreso Nacional, para proponer la creación del ObservatorioAstronómico de Quito con fondos nacionales, pues su propuesta paracrear un Observatorio Astronómico internacional quedaba desechada..La propuesta de construir un Observatorio Nacional la comunicó alcongreso al tenor del siguiente texto:

El Observatorio de Quito, por su situación privilegiada a cerca de tresmil metros sobre el nivel del mar y a cero de latitud, será fecundo endescubrimientos, y llegará tal vez a considerarse como el primero delmundo. A sus astrónomos se les encargará después la verificación dela medida, a mi juicio poco exacta, que, del arco del meridiano com-prendido entre el Chota y Tarqui hicieron en el siglo XVIII losAcadémicos Franceses y los Marinos Españoles. Pero esta operacióninteresante, que servirá para corregir los errores introducidos entodos los cálculos que toman por base la circunferencia de la Tierra yla longitud del radio terrestre, será precedida por la nivelación desdela orilla del océano hasta la Plaza de la Capital; lo cual se facilitarámucho con los nuevos caminos que se abran a la Costa. Ambas opera-ciones introducirán mayor exactitud en los datos científicos; y losgastos que el Ecuador haga en llevarlos a cabo, serán más que ret-ribuidos por la utilidad y la honra que darán a la República…

El 30 de agosto de 1869, el Presidente Dr. Gabriel García Mo-reno crea la Escuela Politécnica.

Los primeros profesores destinados a este plantel que llegarona Quito en agosto de 1870, fueron los padres Wolf, Sodiro y Menten.

154

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 154: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El primer director

El Padre Juan Bautista Menten S.J., por su personal competencia enGeodesia, Matemáticas y Ciencias Naturales fue nombrado Rector dela Escuela Politécnica, y, por sus conocimientos excepcionales en astro-nomía, fue encargado de la dirección de Observatorio Astronómico.Menten fue alumno del famoso astrónomo Asgelander en Bonn y luegoayudante del celebre astrónomo jesuita Ángel Secchi; originalmentehabía sido destinado para dirigir el Observatorio Astronómico de Bom-bay en la India, pero finalmente vino a Quito.

Observatorio Provisional

El 1871 el padre Menten instaló un Observatorio provisional enuna torre adyacente al edificio de la Politécnica junto a la iglesia de laCompañía, en lo que fue el Colegio San Gabriel.

El padre Menten S.J. al hablar de los avances del proyecto ycompra del terreno para el edificio nos dice: “El proyecto de un Ob-servatorio Astronómico para la Capital del País, data de fines de 1872,en que se me encargó escoger el punto más a propósito para dicha obrae iniciar su ejecución. Hice diferentes excursiones en los alrededores deQuito, para tomar una resolución definitiva sobre la posición que debíatener una obra tan importante y tan costosa, después de haber recorri-do bastante los alrededores para formarme una idea justa sobre lo quemás convendría en el caso, me resolví a construir el Observatorio en LaAlameda, situada al norte de la ciudad. Reúne este lugar todas las ven-tajas que puedan desearse, y tiene menos inconvenientes que las otrasposiciones que hubieran podido escogerse”.

La Alameda en esa fecha era un paseo público situado en elnorte de Quito. Allí funcionó también un Jardín Botánico a cargo deotro profesor politécnico el Padre Luis Sodiro S.J., quien colaboró direc-tamente con los trabajos y estudios de la meteorología y vulcanología.

La Construcción

El Padre Menten elaboró los planos basado en otros semejantes en suscaracterísticas y figura al Observatorio de Bonn; el edifico constaba decinco torres cilíndricas; no fue en realidad una copia o réplica, porque

155

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 155: Academia Nacional de Historia Boletín 180

a más de ser de dimensiones menores, suprimió una de las salas delMeridiano y las habitaciones que a su juicio resultaban innecesarias.

Las cinco torres del Observatorio estaban destinadas para as-tronomía, magnetismo, sismología, geodesia y meteorología; la activi-dad comenzó con meteorología, luego astronomía y geodesia, para fi-nalmente concluir con magnetismo y sismología.

Para construir un edificio tan especial el Padre Menten tuvo quevencer las grandes dificultades de la época. También elaboró diez pirá-mides, que fueron puntos de mira y referencia para los trabajos geodé-sicos del Observatorio, las que se establecieron en lugares estratégicos:en el Ejido, Guápulo, Cotocollao, El Batán, las faldas del Pichincha, Ru-mipamba, el Convento de San Juan, Itchimbía y El Panecillo.

En 1872 el P. Menten S.J. comenzó la obra determinando la po-sición astronómica del Observatorio; para ello escogió como centro delmismo, una columna colocada en tiempos pasados para embellecer LaAlameda Determinó allí la dirección del meridiano, la que desde esemomento sirvió de punto de partida para toda la República

Gestiones para adquirir instrumentos

En julio de 1873, el padre Menten emprende un viaje hacia supatria, con el fin de agilitar en las respectivas fábricas de Alemania lacompra de aparatos que tenían que estar acordes con su específico pe-dido, pues, por ejemplo, el telescopio ecuatorial o refractor, fue cons-truido en los talleres del afamado artista y especialista en esta clase deinstrumentos científicos Sr. Sigsmund Merz, quien lo realizó como algoúnico en el mundo: construido especialmente para la mitad del mundo,con su eje polar en posición horizontal, era considerado como uno delos tres mejores del mundo.

Para la instalación de los equipos, el padre Menten, ya en 1871,había hecho contacto con los hermanos Joseph y Martín Gross Leide-ker, naturales de Maguncia (Mainz) Alemania, que vinieron a Quitopara el Colegio de Artes y Oficios. Ellos ayudaron al padre Menten enla construcción del edificio del Observatorio y en la instalación dealgunos de los aparatos.

En el año 1873, el Observatorio inició cierta actividad, pues,aunque el edificio no estaba concluido, se instalaron los primeros ins-trumentos, algunos de ellos traídos de Francia por pedido del propio

156

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 156: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Presidente. Llegaron a Guayaquil y fueron trasladados hasta Quito alomo de mula y por su peso y delicadeza debieron venir muy bienembalados para evitar su destrucción o deterioro en el trayecto.El más grande de todos los instrumentos fue el telescopio ecuatorial orefractor, que servía para determinar la posición de las estrellas, descu-brir nuevos astros y estudiar sus características; construido por Sigs-mund Merz en Munich.

Es una joya técnica de esa época. Se lo colocó sobre una firmecolumna en la torre astronómica.

Se instaló también un telescopio busca cometas, fabricado tam-bién por Merz, colocado sobre un trípode alto de madera, con dos ocu-lares, un micrómetro con movimiento en azimut, distancia zenital ydirección vertical.

Otros aparatos que fueron colocado en esos días fueron “LaMeridiana” o “Instrumento de pasos”, que sirve para ver el paso de unastro por el meridiano; dos universales; uno grande y otro pequeño consus respectivos oculares, vidrios opacos y prismas; un gran teodolitoconstruido en Munich, para establecer planos y medir ángulos;.dossextantes para medir ángulos y distancias: tres barómetros: dos cronó-metros; juegos de termómetros; una aguja magnética de declinación:una aguja de inclinación e instrumentos pequeños de instrucción y unapequeña biblioteca.

Trabajos Geodésicos

Para la construcción de todos los caminos, se usaban comopunto de referencia geodésica los valores de la posición astronómicadel Observatorio.

El padre Menten realizaba ordinariamente trabajos de obser-vación geodésica para elaboración de cartas, trazos de carreteras y ca-minos en varios lugares del país.

En 1874, realizó estudios y observaciones sobre los límites delEcuador con Perú y Colombia, que en 1917 le sirvieron de base a sualumno, el ingeniero Gualberto Pérez, para sus trabajos de delimita-ción y colocación de mojones en la frontera con Colombia cuando seejecutaba el Tratado de Límites Muñoz Vernaza Suárez. El Ing. Pérezrealizó esos trabajos con su alumno el Ing. Pedro Pinto Guzmán, quecon el transcurso del tiempo, en 1935, llegaría a ser el primer rector dela Politécnica reabierta por Velasco Ibarra.

157

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 157: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El padre Menten utilizó las pirámides geodésicas antes señal-adas para determinar el meridiano de Quito, el cual a su vez sirvió debase para fijar las distancias con los diferentes puntos de la Repúblicay para la elaboración de mapas, como el de Teodoro Wolf y el mapa delEcuador y el plano de Quito elaborados por el propio padre Menten,que fueron también muy útiles cuando Gualberto Pérez realizó el pla-no de Quito, el más complejo y detallado que jamás se haya realizadode esta ciudad.

Los estudios geodésicos del Observatorio, fueron de muchautilidad en la construcción de la carretera nacional y en los estudiospara la construcción del ferrocarril del Sur. La carretera nacional contócon la colaboración del ingeniero francés: Sebastian Wisse, amigo de ju-ventud de García Moreno y compañero de excursiones científicas a losvolcanes.

Comenzó a construirse la denominada: “Carretera NacionalQuito Guayaquil”, a partir de la plaza de Santo Domingo en Quito;luego del fallecimiento del ingeniero Wisse, prosiguió con la direcciónde las obras el Ingeniero Adolfo Géhin y con la colaboración de politéc-nicos como el Arquitecto Juan Pablo Sánz, el Ing. Juan Gualberto Pérezy el técnico constructor de caminos y autodidacta ecuatoriano, inge-niero Modesto López.

Los trabajos geodésicos del Observatorio fueron de nivelación,triangulación, distancias a escala, líneas de nivel para paso de las vías,alturas isométricas para las cotas antes señaladas.

Para determinar las alturas de varios lugares del Ecuador, Gar-cía Moreno había contratado a los científicos alemanes doctores W.Reiss y A. Stübel, entre los años 1871 a 1873.

Los maestros alemanes, a falta del altímetro, utilizaban el baró-metro con el sistema de Pascal, haciéndole servir como altímetro, puesde acuerdo al principio convencional, conforme se asciende desde elnivel del mar, el tubo del vidrio del barómetro marca una disminuciónproporcional de la presión atmosférica y por el contrario aumentabadicha presión cuando se bajaba. Experimentos y estudios parecidos yaplicados al país los hizo el geólogo de la Politécnica Teodoro Wolf,quien encontró una constante para el Ecuador según la cual por cada200 metros que se asciende desde el nivel del mar, disminuye 10°C latemperatura.

Para la construcción de la Carretera Nacional se hicieron estu-

158

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 158: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dios altimétricos de la mayoría de los lugares por donde debía pasar.Partiendo de la Plaza de Santo Domingo en Quito, se colocaban hitosde piedra cada 5 kilómetros; el primero estaba en el fundo San Bartola,con una altura similar a la del Observatorio de Quito; luego, por ejem-plo, en el undécimo hito, denominado Tiopullo, se señala que está a 422metros más que el Observatorio de Quito. Tiopullo era un lugar de pro-piedad del Sr. Valentín Núñez, junto a las estribaciones del nudo mon-tañoso del mismo nombre, donde se escondían los asaltantes de cami-nos, que eran unos facinerosos, aparecían disfrazados con capirote(cubiertos los ojos) y al grito de “la bolsa o la vida” se llevaban todo elequipaje de los viajeros.

Parte de la obra de García Moreno en ese sector de la carreterafue también hacer desaparecer a esos forajidos.

En 1892, el Presidente Antonio Flores Jijón puso a esa vía elnombre de “Carretera García Moreno” y en reconocimiento a su laborhizo levantar en la plaza de Santo Domingo, al inicio de la actual calleMaldonado, una columna conmemorativa con el retrato de GarcíaMoreno.

La Nueva Geodesia

Los trabajos de geodesia para cartografía, planificación y trian-gulación en el terreno, se continuaron haciendo en el Observatorio As-tronómico hasta la época de la dirección del señor Luis Tufiño,en el año1927, en que inició sus labores el Servicio Geográfico Militar (InstitutoGeográfico Militar). Sin embargo, para el año 1932, el ingeniero Tufiñopublica todavia un folleto de 44 páginas titulado: “Estudio de la EsferaCeleste” para uso de los militares que trabajan en el Servicio Geográfico.

El Observatorio Astronómico había continuado hasta esas fe-chas realizando sus trabajos de posición triangulación para distanciasy la hora oficial.

El sistema usado era el de cartas o planchetas con medidas as-tronómicas en grados con referencia a la esfera celeste, basado en la de-clinación y las distancias angulares de dicha esfera, se relacionaba conel círculo horario que pasa por varios puntos de la tierra. Fue sustitui-do por el Instituto Geográfico Militar (I.G.M) en 1956 por el “Sistemade Geodesia Convencional DATUM”, que considera a la línea delgeoide como el nivel medio del mar y se basa en la triangulación poli-

159

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 159: Academia Nacional de Historia Boletín 180

gonal de precisión para distancias entre pirámides de 1ero., 2do.y 3er.orden y el uso del distanciómetro radial.

Posteriormente el I.G.M. sustituyó ese sistema por el denomi-nado “Sistema Transit W.G.S. 72” con uso de grandes antenas de per-cepción de ondas, que aplicaba el efecto Dopler, en el que según lamayor o menor intensidad se calculan las distancias y posiciones; lati-tud, longitud y azimut; lo que se lograba en base a un satélite emisora 20000 metros de altura con intervalos de emisión cada 16 minutos; deesta manera se corregían errores de hasta 300 metros.

Finalmente el I.G.M. adoptó el Sistema de Posición GlobalG.P.S. (Global Position System). El instrumento usado para esto comoreceptor de posiciones es conocido con esas siglas G.P.S.

A este sistema también se le denomina “Sistema de ReferenciaGlobal o del Mundo W.G.S. 84” (World Global System), que para laprecisión de posiciones usa 6 órbitas circulares a 2 200 kilómetros dealtura promedio, con 4 y hasta 6 satélites cada una, los satélites actúancomo puntos de referencia; con cuatro mediciones satelitales se definenlas posiciones correctas en la tierra con una exactitud de centímetros.

Meteorología

La meteorología es otra rama de las ciencias encargadas al Ob-servatorio para su estudio y observación; esas prácticas las realizabanlos profesores politécnicos desde 1.870, incluso antes de la construccióndel edificio de La Alameda.

El Observatorio emitió Boletines Meteorológicos desde el 4 deenero de 1.871, mientras que los Boletines Generales circularon desdeoctubre de 1.878.

El viajero galo, Eduard André, recoge los datos meteorológicosdel Observatorio Astronómico de Quito correspondientes al boletín delaño 1.876 cuando nos dice: “Los datos meteorológicos obtenidos por elPadre Menten son curiosos”, allí se consignan por ejemplo: días deniebla, de lluvia, de tempestad, grado de pluviosidad, temperatura, …

En el boletín general que comenzó a publicarse en octubre de1.878 se incluía un resumen de las observaciones meteorológicas, asípor ejemplo en el No.1 de la mencionada fecha el padre Menten hacenotorias las diferencias meteorológicas que afectan a varias partes de laciudad de Quito .

160

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 160: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Referente al clima del Ecuador, en ese primer número el P.Menten nos dice que los estudios meteorológicos anteriores no eransistemáticos y por lo tato no tenían valor científico; nos habla de lanecesidad de observaciones prolongadas y constantes para conseguirun material en que se pueda fundamentar el estudio serio del clima enel Ecuador.

Vulcanología

El padre Luis Sodiro colaboró directamente no solo en meteo-rología sino en vulcanología; así por ejemplo en el 1er. Boletín GeneralN° 1 del Observatorio Astronómico, en 1878 se publican sus observa-ciones y las del Dr. Wolf acerca de la erupción del Cotopaxi del 23 deagosto de 1878; sobre este tema el P. Menten nos dice: “El 26 de juniodel año pasado presenciamos el terrible espectáculo de la gran devas-tación, causada por el mismo volcán; espectáculo aterrador para pro-vincias enteras, por los estragos que produjo en pocas horas. Nadieobservó la erupción en sí misma, porque envolvió a todas las cercaníasy a la capital, en la más profunda y absoluta oscuridad, solo pudimossospechar la inmensa actividad de las fuerzas subterráneas”.

Erupción del Cotopaxi 1877 – 1878

En una parte de su descripción el padre Menten nos dice:

La erupción del 23 y 24 de agosto fue menos temible y destructora;pero más majestuosa, ya que se reunieron toda clase de circunstanciaspara hacerla visible. …Eran las ocho de la mañana cuando se vio en Quito una columnainmensa elevarse sobre el cráter del Cotopaxi, columna que se distin-guía bien de todas las partes de la ciudad, en que los edificios no im-pedían inmediatamente la vista. Las condiciones meteorológicas eranlas más favorables: un día clarísimo, y el viento Este, que soplaba conalguna fuerza, hacían el fenómeno visible durante el día y la noche.El siguiente día amaneció con algunas nubes que impedían la vistadel Cotopaxi, pero por la tarde se renovó el mismo espectáculo del díaanterior, solo con menos actividad e intensidad.La columna era de lo más especial y caprichosa, y aunque parecía in-

161

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 161: Academia Nacional de Historia Boletín 180

móvil, cambiaba, sin embargo, continuamente su figura. No seríaexacta la comparación con un árbol; más bien fue una inmensaaglomeración de cúmulos de nubes, como se notan en los días de tem-pestad, con mil y mil contornos blancos, producidos por una muyfavorable iluminación del sol. Hacia el Este hallábase la columna muybien determinada, subían en línea recta, y mientras la parte superiorparecía tranquila, se notaba en la parte inferior, en intervalos biendeterminados la actividad de la erupción semejante a la chimenea deuna locomotora, y lanzaba el humo y el polvo a una altura de mil odos mil metros. La parte occidental no se marcaba bien, pues se con-fundía en una oscuridad completa, llevando los productos volcánicosen dirección Oeste hasta la costa, cubriendo todo con arena y cenizavolcánica. La faja cubierta con estos productos volcánicos llegaba alnorte hasta el puente de Jambelí, y al sur hasta la hacienda deRumipamba.

La columna gigantesca de vapor, después de haber llamadonuestra atención todo el día, llegó a manifestarse en toda su hermo-sura al ponerse el sol. Un bellísimo contorno de fuego iluminaba todoel cráter, y una inmensa cantidad de proyectiles fueron lanzados entodas direcciones. A esto se añade la tempestad eléctrica que cruzabaesa columna inmensa por todas partes. Lo que aumentaba la hermo-sura del espectáculo era la gran variedad de los colores, semejantes alos fuegos artificiales de las luces romanas. De cuando en cuandotambién, aunque muy rara vez, se vieron desbordarse corrientes delava por los bordes del cráter.

Astronomía

El padre Menten se ocupó de temas astronómicos apasionantes en suépoca como fue el paso de Venus junto al Sol el 6 de diciembre de 1.882.El caso fue que por las circunstancias anotadas, para los astrónomosera muy importante este acontecimiento, porque con esa observaciónpodían hacer el cálculo del paralaje con el Sol o ángulo formado entrelos dos astros, para deducir según la tercera ley de Kepler la relaciónentre las distancias y las órbitas de los planetas, pero el entusiasmo dela gente se debía a que se produjo un brillo extraordinario de ese plan-eta por lo que fue visible aún durante el día y por algunas semanas.

162

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 162: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Magnetismo

Con el título de “Magnetismo”, se estudiaba en el Observatorioel magnetismo terrestre, sus variaciones y sus aplicaciones prácticaspara la navegación, ubicación, distancia y direcciones astronómicas.

El Observatorio Astronómico determinaba la declinación mag-nética al encontrar el ángulo que forma el plano vertical que contienela dirección señalada por la brújula con el plano meridiano del Obser-vatorio, es de excepcional importancia, ya que esa determinación conla longitud y latitud son la base para la elaboración de cartas y mapas,así por ejemplo el padre Menten señala en su primer boletín generalque: “… el valor aproximado de la declinación de la aguja en Quito esde 7°2’, valor que se ha de corregir con otra serie de observaciones, otroque muy ligeramente lo determiné está en el camino de Manabí, cercade Santo Domingo de los Colorados, era de 7°3’.”

El campo magnético de la tierra es muy variable y cambia deaño en año de acuerdo a la nueva posición del polo magnético; tiene suorigen en el interior de la tierra y está causado por el movimiento degrandes masas de materiales conductoras; este movimiento hace que elpolo norte no esté completamente fijo con respecto al polo norte geo-gráfico y por ello se produzca la denominada declinación magnética,de allí que la flecha imanada de la brújula no siempre señale la mismadirección.

Estos cambios magnéticos los podemos apreciar por ejemploen la variación de la Rosa de los Vientos en el Parque Geodésico del Co-legio Militar cuando construyó parte de este el astrónomo alemán Dr.Hans Odermatt, que vino al Ecuador en 1935, traído por el Presidentede la República Dr. José María Velasco como profesor de la Politécnicay Director del Observatorio. El Dr. Odermatt en 1938 hace constar ladeclinación magnética de 6°30’ Este; para 1989 la medida fue de0°31’3,95’’ Este .

La declinación magnética actualmente la fija en la carta o mapael Instituto Geográfico Militar, señalando junto al valor de la variaciónla fecha en que se elaboró la carta.

Sismología

El tema relacionado con los movimientos sísmicos en el Ecua-

163

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 163: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dor, fue otro motivo de estudios y publicaciones del Observatorio As-tronómico. Sobre sismología, se publican noticias y se hacen descrip-ciones bastante aceptables en su narración, pero no se hacen observa-ciones científicas con medidas de intensidad o de magnitud, debido aque en esa época el Observatorio carecía de instrumentos para ese efec-to. Veamos a continuación algunas apreciaciones publicadas por elboletín del Observatorio:

Temblor del 15 de octubre de 1878. Al concluir ya esta publicacióntuvo lugar el temblor que voy a mencionar, fiel a lo que yo mismoaconsejé en mi cuaderno sobre los temblores, refiriendo todos los por-menores, a fin de que poco a poco, con el aumento de observaciones,se pueda resolver una de las más importantes y difíciles cuestiones: elorigen de los temblores y terremotos.Era el 15 de octubre a las ocho y cuarenta y cinco minutos de la ma-ñana cuando se hizo sentir un temblor bastante recio.Dirigía a la sazón la construcción y colocación de una grada para laBiblioteca nacional de Quito, cuando sentí un ruido bastante notableen el edificio y en el tejado, que me llamó la atención, pues, no podíadarme razón de lo que pasaba. Yo mismo no sentí ningún movimien-to del suelo, mientras que mis compañeros lo notaban y me avisaronprofiriendo la palabra temblor. Por fortuna no hubo ninguna desgra-cia que lamentar, fuera del terror que infundió en los ánimos, aguar-dando que se repita el temblor, lo que bien se comprende, según losdatos suministrados por las experiencias hechas anteriormente. Porrelación de personas fidedignas, el movimiento ondulatorio era muymarcado y la dirección poco más o menos de Este a Oeste, para lo cualtenemos también una buena prueba en las observaciones hechas en elObservatorio. El Señor Augusto Martínez estaba ocupado con la agu-ja magnética de inclinación, para determinar su valor. Al efecto habíapuesto la aguja vertical, es decir, su dirección perpendicular al merid-iano magnético; cuando al instante de ponerse en equilibrio, dio laaguja bruscamente una vuelta, lo que solo era posible al ser la direc-ción del temblor, poco más o menos, perpendicular al meridiano mag-nético, o la misma en que se hallaba el plano de la aguja. Elmovimiento se efectuó de manera, que el polo Norte bajó el horizonteen la dirección hacia el Oeste mientras que el polo Sur se levantó allado opuesto.

164

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 164: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Publicaciones del Observatorio

Los boletines del Observatorio publicados por el Director pa-dre Juan Bautista Menten incluían temas muy variados, como los tra-bajos de investigación de profesores politécnicos; así por ejemplo:“Novedades Zoológicas” del padre Cristian Boetzkes S.J., Sobre el mapadel Ecuador, Observaciones meteorológicas, Cometas y Meteoros,Temblores, Origen y formación del Universo, Erupciones, Académicosfranceses, Variaciones en la declinación magnética, Paso de Venus, etc.Los trabajos más interesantes son los relativos a: “Estudios sobre el Mapade la República” del P. Menten, y “Estudios de las islas Galápagos” por elDr. Teodoro Wolf, incluyendo un mapa de las islas realizado por el pro-pio Wolf.

El padre Menten publicó numerosas obras relativas tanto a suactividad como profesor y rector de la Politécnica, como también dedirector del Observatorio Astronómico de Quito .

Obras de él fueron: “Boletines Meteorológicos” desde 1871;“Boletines del Observatorio Astronómico de Quito” 1878–1882 con seisnúmeros anuales; “Relación sobre la expedición de los AcadémicosFranceses”; “Historia y Descripción del Observatorio Astronómico de Quito”;“Plano de Quito”; “Juicio y crítica al Mapa del Ecuador por Fleming”;“Geodesia inferior y superior”; “Tablas de Logaritmos”; “Programas de lec-ciones que se darán en la Escuela Politécnica de Quito” 1871-1876.

Cambio de Director

El padre Juan Bautista Menten estuvo a cargo del ObservatorioAstronómico hasta 1882; cuando fue nombrado Director de Obras Pú-blicas por el Gobierno del Presidente José María Plácido Caamaño,pero continuó vinculado por su trabajo con el Observatorio, separán-dose definitivamente en febrero de 1883. Luego de su salida hubo va-rios encargados hasta diciembre de ese año: los técnicos alemanes queayudaron a la construcción del Observatorio, Sres. José y Martín Gross,el Sr. Beer, el padre dominico N. Nardine y el padre jesuita Luis Sodiro.

El 14 de diciembre de 1883 por decreto de Gobierno quedaronoficialmente encargados el Ing. Alejandrino Velasco, Ing. Eudoro Anday Augusto N. Martínez.

De 1883 a 1887, los trabajos de Observatorio disminuyeron en

165

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 165: Academia Nacional de Historia Boletín 180

intensidad hasta cuando el Gobierno nacional consiguió, por sugeren-cias del propio Padre Menten, un Director Técnico de origen alemán: elastrónomo Sr. Guillermo Wickmann, que fue nombrado por el Presi-dente de la República José María Plácido Caamaño.

El Sr. Wickmann fue alumno del sabio astrónomo Klikerfuessen Alemania y fue Director del Observatorio Astronómico de Santiagode Chile. Apenas llegado a Quito, el Sr. Wickmann se manifestó muycomplacido por la entrega oficial del Observatorio Astronómico. Al re-cibirlo de manos del ingeniero Alejandrino Velasco se expresó así: “herecibido una impresión agradabilísima al ver el muy buen Observato-rio de Quito con los magníficos instrumentos que contenía”.

Era el año 1892; el Sr. Wickmann renovó el contrato por cincoaños más con el Gobierno, siendo Presidente de la República el Sr. LuisCordero.

El lente rayado

No se sabe exactamente que sucedió luego de la entrega recep-ción del Observatorio, de su instrumental y aparatos, pero es muy clarala inconformidad del encargado, Ing. Alejandrino Velasco, cuando elSr. Wickmann reclama el estado del lente objetivo del telescopio ecua-torial de Merz que aparece rayado y embadurnado con una laca decharolar mesas.

Don Nicolás Augusto Barba, un eminente hombre de Quito,muy rico y con gran memoria, que conocía la vida y milagros de lagente,y a donde acudían historiadores y amigos como don Luis Ro-balino Dávila o el padre Severo Gómezjurado S.J. decían que era unafuente segura de consulta y que: era vox populi en Quito, que las raya-duras aparecidas en el lente del telescopio ecuatorial de Merz del Ob-servatorio, fueron hechas por un desaprensivo señorito de la capitalcon un enorme anillo de diamante, pues había apostado para probarque su anillo era realmente de diamante, rayaría el refractor que esta-ba encima de una mesa del taller del Observatorio y así lo hizo. Un em-pleado para tratar de tapar el daño aplicó charol sobre las raspadurasdel cristal..

El lente en todo caso no podía permanecer dañado y por lotanto fue enviado a Alemania a los talleres de su autor, el famoso fab-ricante Sigsmund Merz en Munich. El costo del arreglo o cambio del

166

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 166: Academia Nacional de Historia Boletín 180

lente pudo no haber sido tan grande como el tiempo y las dificultadesdel viaje de ida y vuelta, por eso el Ing. Velasco reclamó al Sr. Wick-mann la devolución o reintegro de los gastos causados por el daño dellente.

Las Estaciones Meteorológicas

El Sr. Wickmann demostró su preocupación por la necesidadde instalar una red meteorológica en todo el país y dio los primerospasos para este proyecto. Aunque la cristalización de este programa sefue haciendo lentamente, mediante la instalación de estaciones en di-ferentes lugares, especialmente escogidos de acuerdo a su importancia.Se pueden señalar que, gracias a las gestiones del Sr. Wickmann, dionacimiento el servicio meteorológico con carácter nacional. Con poste-rioridad los siguientes directores del Observatorio continuaron insis-tiendo ante el Gobierno para la instalación de nuevas estaciones en larepública, hasta que el Observatorio tuvo a su cargo el Servicio Meteo-rológico del Ecuador.

Hablando de la meteorología únicamente de Quito, el Obser-vatorio conserva en sus archivos las observaciones que a partir deWickmann se han venido efectuando hasta la presente con muy con-tadas interrupciones.

Las actividades meteorológicas fueron reguladas en 1944, conla creación del Servicio Meteorológico Nacional adscrito al Observato-rio, hasta que en 1957, dicho servicio meteorológico quedó a cargo delMinisterio de Defensa Nacional.

Cabe destacar, según lo señala el Sr. José Egred, que durante ladirección del Sr. Wickmann se inician las observaciones meteorológicassistemáticas y estadísticamente controladas. También vale señalar quelas actividades meteorológicas en 1961 pasaron a depender de una en-tidad estatal independiente el INAHMI, Instituto Nacional de Meteo-rología e Hidrología.

Las 12 del día en Quito

La vida y el trabajo en el Observatorio, tuvieron también enesta época una nota amena y personalísima en lo relativo a la determi-nación exacta de la hora para Quito, cuando mediante un dispositivoeléctrico desde el Observatorio se activaba una mecha en el cañón del

167

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 167: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Panecillo, para que su estallido sirviese de guía para igualar todos losrelojes de la ciudad a las doce del día..

En marzo de 1895, se retira el astrónomo Wickmann luego de8 años de labor, iniciándose una época de decadencia, pues quedó en-cargado por seis meses y con el carácter de Depositario, el Ing. Politéc-nico Gualberto Pérez, un personaje muy apreciado como profesional,muy querido por su don de gentes y sal quiteña, pero que, aunque muycapaz, no era especializado en astronomía, de manera que no pudocontinuar en esa labor por atender sus múltiples ocupaciones. Es estosdías sucedieron muchos cambios en el país por el advenimiento delrégimen liberal.

Director Augusto Nicolás Martínez

El 9 de septiembre de 1895, el Gobierno del General Eloy Al-faro, nombró como Director al geólogo y también ex politécnico Au-gusto Nicolás Martínez, aunque igualmente falto de todos los cono-cimientos de astronomía; por eso cuando se hizo cargo de sus funcio-nes, manifestó lo siguiente: “Para corresponder dignamente a la confi-anza depositada en nosotros, protestamos una y mil veces emplear to-dos nuestros esfuerzos y buena voluntad para desempeñar tan delica-do cargo, y levantar el Observatorio a la altura que debe ocupar en elmundo científico.

Abrigamos la firme convicción de que, recibiendo siempre elapoyo ofrecido por nuestro Gobierno, hoy en día representado por elGeneral Eloy Alfaro, podrá prestar, en no lejano tiempo, grandes servi-cios al país…”

El Sr. Martínez fue un destacado geólogo y naturista ecuatoria-no de mucha capacidad, cumplió con gran mérito el trabajo encomen-dado, a pesar de los problemas políticos que se suscitaban en el país yde los escasos recursos económicos con que contaba para desarrollarlas amplias actividades previstas.

La principal preocupación del Sr. Martínez fueron tanto la me-teorología como la geofísica, mientras que en el campo de la astrono-mía, se concretó casi exclusivamente a transcribir los estudios de algu-nos astrónomos famosos del mundo como Flammarión.

El Sr. Nicolás Augusto Martínez permaneció en sus funcioneshasta 1905, atendió a los miembros de la segunda Misión Geodésica

168

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 168: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Francesa, que vino al Ecuador en 1899 para corregir los errores de lasmedidas de la 1ra misión. Martínez se retiró a principios de 1900, que-dando encargado del establecimiento el técnico mecánico DamiánShöll, quien había realizado gran parte de las estructuras metálicas delObservatorio y fue el encargado de la reparación de muchos de losinstrumentos.

La segunda Misión Geodésica Francesa, llegó al Ecuador en1899 y estuvo presidida por los militares: Georges Perrier, Bourgeois,Maurain, Lacombe, Lallemand, Massenet, el médico militar Paul Rivety el astrónomo Francisco Gonnessiat.

Director Monsieur Gonnessiat

El Gobierno del General Eloy Alfaro nombró como Director delObservatorio Astronómico de Quito al Sr. Francisco Gonnessiat, astró-nomo de la Segunda Misión Francesa, que se encontraba en Quito. El Sr. Gonnessiat cumplió con su cargo de Director desde el 27 de juliode 1900 hasta agosto de 1905 fecha en que regresó a Francia.

El Sr. Gonnessiat pudo utilizar de la mejor manera las instala-ciones del Observatorio para realizar los trabajos y estudios de la Se-gunda Misión Geodésica, y sus resultados fueron tan positivos, que supromotor el sabio Henry Poincaré elogió las instalaciones del Observa-torio de Quito, cuando dijo que estaba muy bien implementado conexcelentes equipos

El contrato del Gobierno con el Sr. Gonnessiat, se debió a lanecesidad de la Misión Geodésica de contar con un astrónomo en elObservatorio.

Cuando se hizo cargo del Observatorio, monsieur Gonnessiat,consultó sobre el estado general de los instrumentos del Observatorioal director anterior Sr. Guillermo Wickmann, quien había permanecidoen el país durante todos esos años, el Sr. Wickmann hizo conocer el es-tado del uso en el que habían permanecido, especialmente, los que sir-ven para observaciones astronómicas.

Entonces, el Sr. Gonnessiat emprendió el trabajo de desem-polvar y activar los instrumentos, especialmente los que iban a ser úti-les para los estudios de la misión, pero desgraciadamente, cuando des-barató el Gran Refractor Ecuatorial de Merz para su limpieza, fue difí-cil volverle a dejar con el funcionamiento normal que había tenido, el

169

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 169: Academia Nacional de Historia Boletín 180

problema principal radicaba en la sustitución de un cronógrafo regula-dor alemán de Merz por otro francés de Foucault.

Estas fueron las circunstancias que hicieron que el Observa-torio no pueda mantener la fama que había tenido. Quito, por ejemplo,era tenido como el mejor lugar del mundo para la observación de co-metas; así por ejemplo fue muy reportado el paso del cometa del año1883, el que fue visible en Quito a pleno día .

La posición equinoccial de Quito, favorece este tipo de obser-vación, puesto que los cometas solo son visibles al acercarse al Sol o ala Eclíptica, lugar en el que mejor brillan, es posible que casi siemprepuedan ser vistos desde Quito, lo que no puede acontecer en otrosObservatorios.

El problema suscitado por el daño de los dos aparatos llevó auna agria discusión entre Wickmann y Gonnessiat, ventajosamente enese problema la gente no tomó partido. Veamos sobre ese tema lo quedecía el diario El Comercio del 22 de febrero de 1906: “Wickmann yGonnessiat. Estos dos sabios astrónomos están empeñados en una po-lémica científica, que si ella no versa sobre el movimiento de los astros,o de nuevos descubrimientos de planetas o satélites, no deja de intere-sar a todos los ecuatorianos que han considerado al Observatorio As-tronómico de Quito como uno de los primeros del mundo, ya sea porsu posición geográfica, como también por la excelencia de sus instru-mentos y aparatos”.

Uno de los méritos del Sr. Gonnessiat fue determinar la longi-tud absoluta del meridiano del Observatorio de Quito, esta medida eramuy importante para los geodésicos de la segunda misión, que fuepuesta en duda por personas como el Dr. Teodoro Wolf, cuando en1892 nos dice: “La posición astronómica de Quito cae bajo 0°13’34’’ Lat.S. y en la longitud de…? Determínenla los astrónomos del Obser-vatorio de Quito!. Debe caer varios minutos más al este de lo que indi-ca Humboldt (81°4’38’’O. de Paris)”.

Esta afirmación de Wolf no es tan cierta, porque cuando el via-jero francés Eduard André en 1876, solicitó la posición del Observa-torio de Quito, su Director el padre Juan Bautista Menten, dio unamedida de longitud de 81°5’0’’ O. de París.

En la época de la dirección de monsieur Gonnessiat, continua-ron los trabajos y observaciones en los campos de: sismología, vulca-nología, meteorología, magnetismo y refracción Fue profesor de la Uni-

170

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 170: Academia Nacional de Historia Boletín 180

versidad Central. A pesar de sus numerosos estudios y trabajos noexiste ninguna publicación ni originales de los mismos, pues, el Sr.Gonnessiat se llevó todo aduciendo que él tenía la propiedad científi-ca, con la intención de hacer publicaciones en París con el auspicio delGobierno del Ecuador. Monsieur Gonnessiat trabajó en el Observatoriohasta agosto de 1905.

Parece que durante casi un año el Observatorio Astronómico,pasó en manos del técnico Damián Shöll como Director encargado.

Director monsieur Philiph Lagrula

Desde principios de 1905, el Gobierno del Ecuador comenzó agestionar ante el Gobierno de Francia, un nuevo Director para el Ob-servatorio de Quito; el Ministerio de Educación de París envió a Quitoal astrónomo Philiph Lagrula con licencia del cargo que desempeñabaen Francia; como astrónomo del Observatorio Astronómico de Lyon;fue nombrado Director del Observatorio de Quito el 11 de julio de 1906y se posesionó el 3 de agosto de ese mismo año.

El Sr. Lagrula se desempeñó también como profesor de la Uni-versidad Central, donde dictó clases de álgebra superior, geometríaanalítica, análisis, cálculo diferencial e integral, mecánica racional y as-tronomía. Permaneció en Quito por muy corto tiempo, apenas un año.

La actividad del Sr. Lagrula abarcaba observaciones meteoro-lógicas, sismológicas y astronómicas: colaboró con la Segunda MisiónGeodésica Francesa; para lograr la revisión del arco de meridiano pedi-do por el promotor de la misión, el Sr. Henry Poincaré, para lo cual setrasladó a la ciudad de Durán en el mes de julio de 1906, donde du-rante varias noches y a la misma hora que en Quito, con el Sr. Gonne-ssiat, efectuaron observaciones astronómicas, que eran comparadashaciendo uso del servicio telegráfico, verificando posiciones y valoresestelares para determinar las longitudes que proporcionarían la infor-mación necesaria a los miembros de la Segunda Misión Geodésica.

Los problemas que Gonnessiat había tenido con el Sr. Wick-mann no desaparecieron del todo en la época de Lagrula, más bien loque le causó despecho al astrónomo fueron los problemas políticos,pero sobre todo económicos en los que se sumía el Gobierno de eseentonces, por lo que no recibía su sueldo normalmente, viéndose oblig-ado a terminar su contrato el 8 de julio de 1907, trasladándose a prestarsus servicios en el Observatorio Astronómico de Niza.

171

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 171: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Cuando se retiró el Sr. Lagrula del Observatorio, quedo nueva-mente y como depositario del mismo el Sr. Damián Shöll, mecánico dealta precisión, que se encargaba de dar mantenimiento y velaba por elbuen funcionamiento de los aparatos e instalaciones que estaban en lainstitución. Como Director interino fue nombrado el Sr. Abelardo Itu-rralde, en un período que duró la primera vez hasta enero de 1908 yluego hasta octubre de 1911, tiempo en el que figuró nuevamente el Sr.Shöll. Se realizaron algunas observaciones meteorológicas, muy pocode tipo sísmico, pero casi nada en el campo astronómico y geodésico;este problema no sólo de debió a la falta de un director competente,sino, sobre todo, a la reducción de la mitad del presupuesto para el Ob-servatorio, sin olvidar que por esos días había en el país, un ambientede intranquilidad política que limitaba las actividades normales deltipo que se hacían en el Observatorio.

Director Sr. Luís Tufiño

El Sr. Luis G. Tufiño fue recomendado por sus merecimientospara especializarse en astronomía y geodesia por el Señores Gonnessiaty Lagrula, ante el Gobierno nacional. El Consejo Superior de InstrucciónPública del Ecuador le concedió una beca para estudios en la Univer-sidad de la Sorbona.

El Sr. Tufiño a más de sus estudios desde 1909 hasta 1912, enque regresó al Ecuador, trabajó como “Astrónomo Stagiare” en el Ob-servatorio de París, hasta que, el 11 de septiembre de 1912, fue nombra-do Director. Tufiño también fue ayudante de Lagrula en el Observatoriode Quito.

Mientras Tufiño estuvo de director, se preocupó de aumentar lared meteorológica que había en el Ecuador, adquiriendo instrumentos yequipos para esas estaciones; estableció el servicio de la hora oficial entodo el país y consiguió un cronógrafo impresor. El Sr. Tufiño determinóla diferencia de longitudes que existen entre el Observatorio Astronó-mico de Quito y el Cerro Santa Ana en Guayaquil, para lo cual utilizó elmétodo telegráfico (1°21’8’’ de longitud); de la misma manera deter-minó la diferencia de longitudes entre las ciudades de Guayaquil yParís (82°13’48’’ de longitud).

Tufiño había asumido muchas responsabilidades con el Go-bierno; realizaba numerosas expediciones científicas a varios lugaresdel Ecuador con el objeto de hacer ubicaciones y levantar cartas.

172

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 172: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El Sr. Luis Tufiño se dedicó más a trabajos geodésicos y de cam-po, descuidando en gran manera las instalaciones del Observatorio y elestado de los aparatos. Tufiño era un experto que el Gobierno requeríapara realizar trabajos cartográficos, era uno de los pocos técnicos enten-didos que usaba el sistema de plancheta para elaborar planos y mapas,y ubicar lugares, distancias, altura y cotas de nivel; su trabajo fue muysolicitado en este campo y, por estas razones, colaboró directamente conlos militares para la implementación del Servicio Geográfico Militar,que posteriormente sería el Instituto Geográfico Militar; por eso desdeantes de 1927, año en que comienza a funcionar el Servicio GeográficoMilitar, el Sr. Tufiño presta, no sólo sus servicios, sino algunos instru-mentos del Observatorio.

El año 1927, marca la fecha en la cual el Observatorio dejó dehacer trabajos geodésicos y magnéticos para la elaboración de cartas ymapas, pasando dicha actividad al recién creado Servicio GeográficoMilitar; dicho sea de paso el deseo del Sr. Tufiño y sus maestros Gonne-ssiat y Lagrula, fueron, igual que la del resto de los miembros de la Se-gunda Misión Geodésica Francesa, que sea el Servicio Geográfico delEjército Francés el que se entienda en organizar al Servicio GeográficoMilitar Ecuatoriano, pero los estudios realizados por el coronel Pintoen el Instituto Geográfico Militar de Florencia, Italia, influyeron defin-itivamente para que sea la Misión Militar Italiana la que ayude a la or-ganización inicial de lo que sería con el tiempo el I.G.M. (Instituto Geo-gráfico Militar del Ecuador).

La creación del Servicio Geográfico Militar para la elaboraciónde la “Carta Geográfica Militar”, se oficializó por Decreto N° 163, del11 de abril de 1928, por el Presidente de la República Dr. Isidro Ayora. Previamente se había organizado una Comisión Técnica para el levan-tamiento de la carta topográfica nacional, mediante un decreto anteri-or del Dr. Ayora, del 25 de junio de 1927, que estuvo integrada por lassiguientes personas: coronel Luis Telmo Paz y Miño, Subsecretario deGuerra y Marina, quien presidía la comisión; ingeniero Gabriel No-roña, Director de Obras Públicas; señor Luis G. Tufiño, Director del Ob-servatorio Astronómico de Quito; señor Luciano Andrade Marín, Di-rector de Agricultura; sargento mayor Sergio R, Játiva, ingeniero mili-tar y consultor del Estado Mayor General; capitán Giacomo Rocca,ingeniero de la Misión Militar Italiana, y dos ingenieros militares nom-brados para el efecto por el Estado Mayor General.

173

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 173: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Una de las labores fundamentales de la comisión, fue el reco-nocimiento de la triangulación geodésica, dejada en el país por la Se-gunda Misión Geodésica Francesa en las provincias de Carchi, Imba-bura y Pichincha; también el reconocimiento de la base geodésica deRiobamba; se ordenó la compra de materiales en Italia y Francia y seusaron algunos aparatos del Observatorio Astronómico de Quito.

El general Georges Perrier

Ese mismo es el pensamiento del Sr. General de Ingenieros de FranciaGeorges Perrier, cuando vino por segunda vez al Ecuador en 1936, pre-sidiendo la delegación francesa por la celebración de los doscientosaños de la Primera Misión Geodésica. El Gral. Perrier vino por primeravez al Ecuador de 1899 a 1906, con la Segunda Misión Geodésica, ycuando tan sólo era capitán de Artillería.

El descuido en que se encontraba el Observatorio Astronómicopara el año 1928, influyó en la separación del Sr. Luís Tufiño, pues enuna visita pública efectuada por el Sr. Ministro de Instrucción Pública,con motivo del grave terremoto del 14 de mayo de 1928, acaecido en elPerú y que afectó gravemente a Guayaquil, el Sr. Ministro reportó queencontró el Observatorio en un “estado calamitoso”, por lo que sugirióla separación del Director. El Sr. Tufiño, sin embargo, se había empeña-do en la instalación de una red de estaciones meteorológicas y en ayu-dar a la creación y buena marcha del Servicio Geográfico Militar, de talmanera que cuando supo de estas críticas y del informe del Sr. Minis-tro, presentó su renuncia irrevocable a la dirección del ObservatorioAstronómico, pero antes logró concretar la instalación de la red de esta-ciones meteorológicas.

El Sr. Tufiño es el autor del primer monumento que se cons-truyó en la mitad del mundo en San Antonio de Pichincha, para señalarla línea equinoccial o ecuador terrestre, este monumento fue construi-do en 1936 como uno de los números conmemorativos de la PrimeraMisión Geodésica de 1736. Ese monumento se encuentra hoy en Cala-calí, al ser sustituido por uno similar pero más grande.

El astrónomo y geodesta Luís Tufiño, luego de su renuncia a ladirección del Observatorio en 1928, siguió colaborando con los milita-res del Servicio Geográfico. Obra de él es el libro titulado: “Estudio sobrela Esfera Celeste”, con cuarenta y cuatro páginas, para uso de los milita-res que integran el Servicio Geográfico.

174

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 174: Academia Nacional de Historia Boletín 180

A la renuncia de Tufiño, quedaron en el Observatorio Astro-nómico, como encargados de la dirección, desde mayo a septiembre de1928, los señores Tomás Roseau y Carlos Terneus.

En septiembre de 1928, permanece en el Observatorio, por ellapso de 5 meses, como Director Encargado, hasta enero de 1929, el Sr.Luís Eduardo Mena, quien durante ese breve período, con gran habili-dad y conocimiento, armó e instaló provisionalmente el equipo de sis-mógrafos Mainka fabricado en Göttingen, Alemania, que estuvo emba-lado durante más de cuatro años en el mismo Observatorio.

Director Nicolás G. Martínez

En enero de 1929, fue nombrado como Director del Observa-torio, el Sr. Nicolás G. Martínez, quien permaneció en su cargo hasta sumuerte acaecida en agosto de 1934.

Mérito especial del Sr. Martínez, fue mejorar e incrementar lared nacional de estaciones meteorológicas, implantar la revisión de cál-culos estadísticos y determinar los valores normales para el clima deQuito. Editó en la imprenta del Gobierno algunos estudios sobre vul-canología y erupciones, ilustrados con excelentes fotograbados sobre eltema, igual hizo sobre algunas excursiones científicas.

No podemos confundir a Nicolás Augusto G. Martínez con suhermano mayor de nombre parecido; Augusto Nicolás Martínez, quetuvo a cargo la dirección del Observatorio de 1900 a 1905, él a pesar desu avanzada edad, a los 82 años y habiendo sido alumno de la antiguaPolitécnica, en 1935 vio reabrirse a ese establecimiento y en 1938 toda-vía era considerado como una autoridad científica.

El Ministro plenipotenciario del Ecuador en Ginebra, Sr. Gon-zalo Zaldumbide, el 30 de enero de 1935, contrató los servicios de sieteprofesores destacados y entendidos en varias ramas de las ciencias,pues el Presidente de la República Dr. José María Velasco Ibarra, plane-aba reabrir la Escuela Politécnica y reorganizar el Observatorio Astro-nómico de Quito.

Director Dr. Hans Odermatt

Velasco Ibarra, hijo del Ing. Alejandrino Velasco, destacadoalumno de la Politécnica de García Moreno y Director del Observatorio

175

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 175: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Astronómico de Quito desde 1883 hasta 1887, tenía vivo interés en queel Observatorio Astronómico recobre la importancia que había tenidoanteriormente, para lo cual escogió, entre los profesores que venían alpaís, al Dr. Hans Odermatt, astrónomo de prestigio del ObservatorioMonchatel en Suiza.

El Dr. Odermatt fue nombrado Director del Observatorio As-tronómico de Quito en mayo de 1935 y cumplió tales funciones hastadiciembre de 1948; también tuvo el cargo de profesor de astronomía enla Escuela Politécnica.

El 11 de mayo de 1937, cuando el Presidente de la República,Ing. Federico Páez, incorpora a la Escuela Politécnica dentro de la Uni-versidad Central como Instituto científico ecuatoriano, también lo hacecon el Observatorio Astronómico.

Odermatt era un verdadero astrónomo y como profesionaltenía interés en ver funcionando al Observatorio, para lo cual era nece-sario una remodelación o arreglo de los instrumentos y una serie deadquisiciones para estar acordes con los adelantos de la ciencia y de latécnica, para ello realizó algunas adquisiciones necesarias como: cronó-grafos, sismógrafos, péndulos e instrumentos meteorológicos para lared nacional que fue reorganizada.

El Dr. Odermatt contribuyó al adelanto de la cartografía na-cional con datos de latitud y longitud en toda la república, también co-laboró con la Misión francesa que arribó al Ecuador de 1936 para con-memorar con actos culturales y científicos la labor realizada hacía 200años para la 1ª Misión Geodésica; para ellos estuvo a las órdenes delDirector de esas conmemoraciones el General de Ingenieros Perrier y leexpresó su solidaridad ante unos graves malos entendidos.

El Dr. Odermatt realizó la instalación del Complejo Geodésicodel Colegio Militar como uno de los números conmemorativos del lallegada de la 1ª Misión Geodésica en 1736. Los trabajos del ComplejoGeodésico comprendían: dos relojes solares Norte y Sur y una planchacentral con la ecuación del tiempo (calendario astronómico), la rosa delos vientos con las diferencias entre los polos geográficos y magnéticosy su declinación y un obelisco con la posición astronómica del Colegio,ese Complejo Geodésico fue restaurado varias veces, trasladado en1994 y ampliado en 1998.

El Dr. Odermatt representó al Ecuador en certámenes interna-cionales como la Conferencia Mundial de Directores de Servicios Me-

176

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 176: Academia Nacional de Historia Boletín 180

teorológicos celebrada en Washington en octubre de 1947, donde asis-tió en compañía del reconocido técnico nacional del Observatorio el Sr.Luís E. Mena. El Dr. Odermatt recurría al Sr. Mena para dar manten-imiento a los equipos y aparatos del Observatorio con la colaboracióndel padre Alberto Semanate O.P., quien fue rector de la EscuelaPolitécnica (1945–1946).Durante este período se publicó en el Boletín Científico de la Casa dela Cultura, resúmenes mensuales del clima de Quito, acompañados dealgunos artículos de otros temas de estudio y el trabajo científico delObservatorio .El 20 de octubre de 1944, el Gobierno del Presidente de la República Sr.José María Velasco Ibarra decretó la creación del Servicio Meteoro-lógico del Ecuador, adscrito al Observatorio Astronómico de Quito,dando cumplimiento a una necesidad nacional y al pedido de losCongresos Científicos de Río de Janeiro en 1935, Lima en 1937 yMontevideo en 1939.

El Dr. Hans Odermatt tuvo una labor meritoria y destacada enla actividad científica del país; su retiro fue a fines de 1948 y dejó estainstitución en manos del prestigioso técnico nacional Sr. Luís EduardoMena.

El Sr. Luís Eduardo Mena, tenía una brillante página de ac-tuación en el Observatorio desde 1924, en que comenzó como emplea-do de la institución; de septiembre de 1928 a enero de 1929, estuvo en-cargado de la Dirección por primera vez, luego de agosto a diciembrede 1934, en esta ocasión sus funciones como Director Administrativo seprolongarían de diciembre de 1948 hasta 1973; durante este período tu-vo una breve interrupción en sus funciones cuando entre el primero deseptiembre de 1951 y el 30 de junio de 1952, fue sustituido por el espe-cialista meteorólogo Vicente Lauro Gómez. Mientras el Sr. Mena cum-plía con la delicada tarea de acompañar por Latinoámerica a la MisiónCientífica de la UNESCO.

El Sr. José Egred A., uno de los más destacados y prestigiososfuncionarios del Observatorio Astronómico y del Geodésico de la Es-cuela Politécnica Nacional, que presta por más de cuarenta años susfunciones en la institución, nos cuenta lo siguiente: “la exposiciónCientífica Itinerante de la UNESCO, que recorría toda Latinoamérica…afrontaba serios problemas técnicos por fallas en varios de los nove-dosos instrumentos, lo cual impedía su exhibición a partir de Quito en

177

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 177: Academia Nacional de Historia Boletín 180

julio de 1951, ya que sus personeros no podían reparar los daños.Alguien recomendó al Sabio Mena…, así era reconocido el Sr. Mena…sorprendentemente el Sr. Mena solucionó todos los problemas. Ante eleficiente desempeño, la UNESCO propuso al Sr. Mena la Dirección dela exposición que tenía que seguir su itinerario hacia el norte… el mag-nífico desempeño científico del Sr. Mena fue motivo de orgullo para elpaís…

El Sr. Alfredo Schmitt

Durante la tercera administración del Presidente Velasco Iba-rra en el año 1955, fue nombrado como Director Técnico del Obser-vatorio, el Sr. Alfredo Schmitt, quien era un astrónomo profesional ve-nido de Francia del Observatorio Astronómico de Estrabusburgo; per-maneció como Director Técnico hasta 1958.

Para los trabajos de Astronomía de Posición, el Sr. Schmittlogró los siguientes arreglos y adquisiciones: Astrolabio “Danjón”, mo-dernización del círculo meridiano “Repsold”, modernización del An-teojo Ecuatorial Merz, dos centrales horarias “Ebanches”, con relojes decuarzo, un cronógrafo “Omega”, instalación de un taller de mecánicade alta precisión.Además el Sr. Schmitt realizó múltiples trabajos con:cálculos de latitud y longitud, la hora, capacitación de personal cientí-fico nacional.El Sr. Hugo Dávila, quien posteriormente sería el Director Encargadodel Observatorio de 1973 a 1994, nos dice algo más sobre las laboresrealizadas por el Sr. Schmitt y su señora, que trabajó como voluntaria ysin ninguna remuneración. “En cuanto a trabajo propiamente dicho, elSr. Schmitt, inició observaciones visuales y fotográficas de cometas, deocultaciones de estrellas por la luna, estudio la marcha de los péndu-los, 16.000 cálculos geométricos para la resolución de la ecuación deKepler, cálculo de modernas tablas de refracción, trabajos que lo hizoen cooperación con la Sra. Schmitt, observadora Ad Honorem del Ob-servatorio de Quito, además constataron que hay perturbaciones en lamarcha de los péndulos de gravedad antes de los terremotos, hechocomprobado también por el Observatorio de Götingen.

A la salida del Sr. Schmitt continuó con la dirección técnica yadministrativa del Observatorio el Sr. Luís Eduardo Mena. Quien seempeñó en completar el programa bien trazado por el Sr. Schmitt .

Durante la administración del Sr. Mena, el 28 de mayo de 1957

178

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 178: Academia Nacional de Historia Boletín 180

el Servicio del Sistema Meteorológico del Ecuador se traspasó al Minis-terio de Defensa Nacional siendo Presidente del Ecuador el Dr. CamiloPonce Enríquez .

Otro Director Técnico fue el Sr. Antonio C. Scheepmaker, astró-nomo holandés que cumplió sus funciones entre 1964 y 1967, su activi-dad primordial fue la Astronomía de Posición.

En esta época el Observatorio pertenecía al Bureau Internacio-nal de la Hora, al U.S. COSAT and Geodesia Survey, al InternacionalSismologial Research Center, al Centro Regional de Sismología paraAmérica del Sur, mantuvo además estrecha relación y colaboración conel Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, que se independizóde la F.F.A.A. el 19 de junio de 1957.

Se anexa el Observatorio a la Escuela Politécnica

En 1964, el Observatorio que dependía del Ministerio de Edu-cación, por gestiones del entonces rector Ing. José Rubén Orellana Ri-caurte, pasó a depender de la Escuela Politécnica Nacional, cuando es-ta institución al mismo tiempo cobraba su autonomía gracias al Decre-to Supremo N° 31 de la Junta Militar de Gobierno integrada por RamónCastro Jijón, Contralmirante Luís Cabrera Sevilla, general de División,Marcos Gándara Enríquez, general de División y Guillermo FreilePosso, coronel de E. M. de Avc.

Director Sr. Hugo Dávila

En 1973 el Sr. Mena se jubiló y se hizo cargo como DirectorEncargado el Sr. Hugo Dávila, quien figuraba como Subdirector. El Sr.Hugo Dávila, permaneció como Director Administrativo hasta 1994.Durante su período, hubo continuidad en los trabajos.

En 1983, se creó como algo independiente del Observatorio elInstituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, por tanto las sec-ciones de Sismología y Vulcanología, dejaron de pertenecer al Obser-vatorio, para formar parte del nuevo instituto .Se reubicó el instrumen-tal y se transfirió el 50% del personal de Observatorio al Geofísico.

Director Valentín Yurevich

Estuvo como Director Técnico del Observatorio, desde 1990 a

179

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 179: Academia Nacional de Historia Boletín 180

1994, el Sr. Valentín Yurevich, quien trabajó en la Escuela Politécnicacomo miembro de la Misión Científica Rusa; pertenecía a la Academia deCiencias de Unión Soviética, y vino al Ecuador como parte de un conve-nio celebrado con el Director de la Escuela Politécnica, el Ing. RubénOrellana. El Dr. Yurevich residía en Quito. En la Escuela Politécnica, real-izó numerosos estudios y observaciones astronómicas, cuyos resultadosson poco conocidos; en todo caso el Dr. Valentín Yurevich realizó algu-nas publicaciones, como por ejemplo un libro sobre “Arqueoastro-nomía” y algunos artículos en los Boletines del Observatorio.

En este período se suspendió la publicación del AnuarioMeteorológico de Quito, debido a que la acción del Observatorio que-dó reducida a la de una estación meteorológica más de las que tiene elpaís, pues todos esos estudios pasaron al INAMHI (Instituto Nacionalde Meteorología e Hidrología).

En 1983, el Consejo Provincial de Pichincha donó a la EscuelaPolitécnica Nacional, tres hectáreas ubicadas en la Hacienda Jerusalénen la Parroquia de Malchinguí, para que allí se construya una estacióngeodinámica para investigaciones astronómicas y un nuevo Obser-vatorio .

El Dr. Yurecvich dio mucho impulso a la idea de montar elObservatorio en donde hoy se llama Parque de Jerusalén, su perma-nencia en el Ecuador fue hasta el 28 de febrero de 1994.

Director Dr. Ericson López

Desde el 1 de marzo de 1994 al 21 de octubre de 1996, figuracomo Director Encargado, el Sr. Luís Espín Paredes. El 22 de octubrede 1996 se hizo cargo de la dirección del Observatorio el Dr. EricsonLópez Ph. D., especializado en Rusia, en física y astronomía, quien consus conocimientos ha reactivado las actividades astronómicas.

Sobres estas nuevas iniciativas, veamos lo que nos dice un pro-fesor de la Escuela Politécnica, el Ing. Adolfo Holguín, astrónomo afi-cionado y también profesor de la Universidad San Francisco: “El Di-rector del Observatorio (Dr. Ericson López) estaba encaramado en unaescalera tratando de enfocar al gran telescopio ecuatorial que habíaacabado de restaurar. Los demás funcionarios le ayudaban moviendolos contrapesos del pesado aparato. Debido al gran aumento de su óp-tica, se hacía más difícil localizar dentro del campo de visión a un astro

180

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 180: Academia Nacional de Historia Boletín 180

que brillaba en el lado oriental de La Alameda, algo opacado por elsmog y las luces de la actual ciudad. De pronto se oyó: “!aquí está..!”

Uno por uno subimos la escalera hasta poner el ojo frente alocular. En cada ocasión se oía una exclamación de admiración por lafantástica visión. Era Saturno. El gigante planeta rodeado de anillos. Selo veía majestuoso, con su forma tan magnífica que podía pensarse quealguien puso una filmina por delante del lente. Entonces el Dr. López,se expresó así: “Vale la pena restaurar y poner en funcionamiento a losmagníficos instrumentos que poseemos, son una reliquia, pero aúnpermiten hacer mediciones importantes”.

El 18 de diciembre de 1998 el Dr. Ericson López, realizó algu-nas gestiones ante el Sr. Rector y el Consejo Politécnico de la Escuela,para solicitar que se transforme el Observatorio Astronómico del par-que de la Alameda en Museo Astronómico, se instale el nuevo Obser-vatorio Astronómico en los terrenos de la Escuela Politécnica en elParque Jerusalén y se fomente la educación profesional de astronomía,mediante la anexión del Observatorio a la Facultad de Ciencias.

El Dr. López, a más de reactivar las actividades astronómicas,ha introducido la informática en el cálculo de las estadísticas meteo-rológicas y publicó un interesante “Almanaque Científico Utilitario”,correspondiente al año 2001, tiene también un documento de excelentedivulgación técnica e informativa sobre algunos de los más importan-tes aparatos del Observatorio Astronómico, con especial referencia alTelescopio Ecuatorial Merz.

El Dr. López, por sus múltiples razones de trabajo y estudiodesde octubre del 2001 hasta abril del 2003, fue reemplazado por elSubdirector Sr. Marco Álvaro.

El Sr. José Egred, prestigioso funcionario del Observatorio yque hoy trabaja en el IGEPN (Instituto Geofísico de la Escuela Poli-técnica Nacional), tiene la misma idea del Director Dr. López, de ir pau-latinamente restaurando los principales instrumentos para poder exhi-birlos al público, pues son verdaderas joyas científicas de los siglos pa-sados. El Dr. López dice claramente en su pedido antes señalado, que:“El Observatorio actualmente se encuentra inmerso en una nuevaetapa de reactivación de sus funciones y de cambios radicales, tendien-tes a transformar totalmente el instituto y a ubicarlo en un sitial hon-roso y de prestigio en el ámbito cultural de nuestra nación”. Eviden-temente para lograr estos objetivos, la administración del Observatorio

181

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 181: Academia Nacional de Historia Boletín 180

está orientada a la consecución de fondos que garanticen su auto sus-tentación.

El parque de La Alameda ha sido totalmente restaurado y hoyse está haciendo lo mismo con el edificio del Observatorio.

Como hemos podido analizar, el Observatorio Astronómico deQuito constituyó desde su fundación la cuna donde se desarrollaronlas primeras actividades que con el tiempo dieron origen al I.G.M., alI.NA.M.HI. y al I.G.E.P.N. Nuestro deseo y el de todos los ecuatorianoses que tanto el Observatorio Astronómico de Quito, como los Institutosque nacieron de él, sigan dando a la patria los frutos que quiso su fun-dador el Dr. Gabriel García Moreno para beneficio del país.

182

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

El Observatorio Astronómico de Quito en 1892(Foto tomada del libro El Quito que se fue, tomo I)

Page 182: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Cronología de los Directores del Observatorio Astronómico

1. Padre Juan Bautista Menten S.J. 1.873 – 1882Mr. Beer (Encargado) 1.882 – 1883

2. Ing. Alejandrino Velasco Diciembre/1883 – 18873. Sr. Guillermo Wickmann 1887 – 1895

Ing. Gualberto Pérez (Enc.) abril 1895 – 9 septiembre 18954. Sr. Augusto Nicolás Martínez 1895 – 19005. Sr. Francisco Gonnessiat 1900 – 19066. Sr. Philippe Lagrula 1906 – 1907

Sr. Abelardo Iturralde (Encargado) julio 1907 – enero 19087. Sr. Damián Shöll enero 1908 – octubre 19118. Sr. Luís Tufiño octubre 1911 – 1928

Srs. Tomás Roseau y Carlos Terneus (Enc.) mayo 1928 – sept. 1928Sr. Luís Eduardo Mena (Encargado) sept. 1928 – enero 1929

9. Sr. Nicolás Guillermo Martínez 1929 – 1934Sr. Luís Eduardo Mena (Encargado) agosto 1934 – dic. 1 934Sr. Jorge Egred (Encargado) dic.1934 – enero 1935Sr. Ernesto Dousdebés (Encargado) Enero 1935 – mayo 1935

10. Dr. Hans Odermatt mayo 1935 – dic. 194811. Sr. Luís Eduardo Mena dic. 1948 – 30 de oct. 1951

Sr. Vicente Lauro Gómez (Enc.) 1 sept. 1951 – 30 junio 195212. Sr. Luís Eduardo Mena 30 junio 1952 – 195513. Dr. Alfred Schmitt 1955 – 195814. Sr. Luís Eduardo Mena 1958 – 196415. Dr. Antonio C. Scheepmaker 1964 – 196716. Sr. Luís Eduardo Mena 1967 – 197317. Sr. Hugo Dávila 1973 – 199018. Dr. Valentín Yurevich 23 nov. de 1990 – 28 feb. 199419. Sr. Luís Espín Paredes 1 marzo 1994 – 21 octubre 199620. Dr. Ericson López 22 octubre 1996 – octubre 2001

Sr. Marco Álvaro (Encargado) Octubre 2001 – abril 200321. Dr. Ericson López 1 mayo 2003 – hasta hoy

183

L A H I S T O R I A D E L O B S E R V A T O R I O A S T R O N Ó M I C O

Page 183: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 184: Academia Nacional de Historia Boletín 180

SEIS APORTES DEL ECUADOR A LA CULTURA UNIVERSAL*

Dr. Juan Cordero Íñiguez

Saludo desde el Ecuador: un pequeño país en la mitad delmundo, que sintetiza la geografía, la historia y la etnografía de nuestroplaneta.

Tres factores geográficos definen nuestro clima: la robustamacicez de los Andes, que atraviesa el país de norte a sur, en dos ra-males que forman la gran avenida de nevados, que enmarcan a muchasciudades que las llamamos serranas y que dividen al país en tres re-giones: Costa o Litoral, Sierra y Amazonía. El segundo es su ubicaciónen la cintura del mundo, con una parte en el hemisferio norte y otra enel sur. El tercero es la afectación parcial de nuestro litoral por la co-rriente de Humboldt, que se tuerce hacia el archipiélago de Galápagosa la altura de la mitad de la Costa, considerada por nosotros como lacuarta región, quizá para muchos, la más conocida por su riqueza fau-nística.

El país tiene desde nieves perpetuas hasta zonas tórridas, des-de vegetación de páramo hasta de climas cálido secos y cálido húme-dos; desde torrentosos ríos de montaña hasta amplios afluentes del ríoMar, con sus tributarios más occidentales.

Desde el punto de vista histórico el Ecuador ha tenido culturasde todos los tintes, desde paleo indias, que se remontan a unos quincemil años, pasando por culturas formativas o preclásicas, de desarrolloregional o clásicas y de integración o posclásicas, para devenir luego enuna gran cultura imperial militarista, como una parte del famoso Ta-huantinsuyo incaico. Lo demás forma parte de una historia más uni-versalizada, con la presencia española desde 1534, con una duraciónde cerca de trescientos años.

185

* Ponencia del Dr. Juan Cordero Iñiguez, Subdirector de la Academia Nacional de Historia delEcuador, en el XI Congreso de Academias de la Historia. San Juan, Puerto Rico. Abril del2008.

Page 185: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Desde una visión humana, fuera de haber vivido en las épocasaborígenes un mestizaje continuo por las migraciones llegadas por loscuatro costados, con predominio del poblamiento mongoloide, comoen el resto de América, con la conquista inca, nuestros pueblos se qui-chuizaron y con la española surgió el más amplio mestizaje, hoy pre-dominante, pues el 75% de la población se autocalifica como tal, segúnel censo del 2001, completado con un 10% de indígenas en más de unadocena de etnias; un 10% de población de origen caucazoide y un 5 %de tradición negroide llamada afroecuatoriana.

INTERCULTURALIDAD, GLOBALIZACIÓN, MIGRACIÓN

Desde este país, pequeño y complejo, con trece millones dehabitantes dentro de sus fronteras y con unos tres millones fuera deellas; con un territorio de 260.000 kilómetros cuadrados, queremos ha-cer unas reflexiones sobre el tópico fundamental de este Congreso: lainterculturalidad vista desde el Nuevo Mundo, que no es sino revisarcomo hemos compartido mundialmente nuestros conocimientos ycómo nos hemos influido recíprocamente desde tiempos ancestraleshasta el presente.

La sociedad humana ha practicado siempre la migración y conlas personas ha viajado su cultura, entendida esta como una adecuadarespuesta a las necesidades humanas individuales y colectivas materi-ales y espirituales.

Desde diversos lugares del mundo hemos dado y hemosrecibido, con o sin registros históricos. En algunos casos hay documen-tos probatorios y en otros no. Pero el mundo ha sido una gran sociedadde intercambios y todos nos debemos a todos. Esta idea es hoy más vál-ida que nunca, cuando se han superado viejos conceptos de culturassuperiores e inferiores.

Cada país podría hacer una reflexión sobre su historia y encon-traría, como estamos haciendo nosotros en este breve ensayo, por lomenos una parte de lo que ha dado y otra de la que ha recibido, en unaaportación globalizada, sin cobros de patentes, desde los albores de lahumanidad, hasta el presente.

Sólo en la época capitalista los conocimientos son costosos, so-bre todo, cuando aportan tecnologías de punta, lo que sigue ahondan-do las diferencias económicas entre pueblos ricos y pobres. Esto nos

186

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 186: Academia Nacional de Historia Boletín 180

debe llevar a pensar que hay que introducir cambios para que la culturay la tecnología, que siempre han sido de todos, siga cumpliendo con lafinalidad de dar bienestar a la humanidad y no sólo a unos pocos. Lasleyes que regulan las patentes deben pensarse en función social.

Desde el Ecuador, queremos compartir con los académicos deIberoamérica lo que consideramos como algunos de nuestros aportes ala cultura universal. Partiremos desde las antiguas culturas formativaso proto agrícolas, que hoy se remontan a unos 4000 años antes deCristo.

PERIODO INDÍGENA CERÁMICA Y ESCULTURA EN VALDIVIA

Valdivia es un pequeño poblado a orillas de un riachuelo y delocéano Pacífico. Arqueólogos extranjeros como Betty Meggers, ClifordEvans y Olaf Holm, asociados a ecuatorianos como Emilio Estrada yCarlos Zevallos descubrieron la cerámica más antigua del Ecuador, queresultó también ser una de las más antiguas del continente americano,compartiendo con Puerto Hormiga en Colombia. Lo que queremosdestacar es que se trata de un excelente material con cuarenta varie-dades decorativas, lo que nos lleva a la clara conclusión de que a lanecesidad de poseer recipientes se unía laintención de aportar con elementos deembellecimiento, como una expresiónestética connatural con el ser humano.

Cabe resaltar que una de las for-mas de decoración fue el estampado congranos de maíz, lo que quiere decir queya lo conocían y lo cultivaban, lo que a suvez ha conducido a los arqueólogos asostener que hubo algunas variedades demaíz y que por lo tanto su descubrimien-to ocurrió en varios lugares de América,recibiendo la nuestra el nombre de Kcelloecuatoriano.

Pero, más allá de esto, lo que tie-ne total prioridad en toda nuestra Amé-rica hasta la fecha, es la iniciación de una

187

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 187: Academia Nacional de Historia Boletín 180

larga y grandiosa tradición escultórica, a partir de unas pequeñasesculturillas femeninas llamadas Venus de Valdivia, inicialmente he-chas en piedra, con un gran proceso de estilización y luego generali-zadas en cerámica en ocho estilos diferentes, con particular insistenciaen el embellecimiento del cabello.

Sobre su origen aún se discute, pues unos hablan de una conexión conla cultura Jomón de la isla Kyushu del Japón; otros se refieren a un ori-gen amazónico y unos terceros a una creación cultural propia de estepueblo.

LA BOTELLA SILBATO

En torno al año 2000 a. C. en un asentamiento de nuestra Costadel Pacífico llamado Machalilla, aparecieron unos recipientes globu-lares con una pequeña vertedera y con asa lateral, que paulatinamentefueron evolucionando en sus formas, dentro del mismo concepto, hastatener una doble vertedera, asas en forma de puente o de estribo y hastados cuerpos comunicados por la parte inferior, con la singularidad detener unos pequeños orificios por donde entra y sale el agua y el aire,produciendo silbatos parecidos a los cantos de los pájaros, que mode-lados en la parte superior, complementan su decoración. Estas formas,con numerosas variantes, tuvieron mucho éxito en la arqueología detoda América, llegando en muchos lugares a ser joyas de la cerámicaprehispánica, como se puede apreciar en los museos que exhibenpiezas de las culturas Machalilla, Chorrera, Mochica, Chimú, Paracas oNazca, para citar sólo el área sudamericana.

Hubo, pues un puntode partida, la costa ecuatori-ana, de donde se difundió atodo el continente. Se prue-ba con la cronología y con laopinión de los arqueólogos,lo que nos lleva a ratificar latesis de que hubo muchoscontactos entre las culturasde América, con mutuasinfluencias.

188

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 188: Academia Nacional de Historia Boletín 180

UN PRIMER DESCUBRIMIENTO DEL PLATINO

Aunque los prime-ros usos de los metales se re-montan en nuestro país a lamitad del segundo milenioantes de Cristo, lo cual le damucha antigüedad, si noprimacía en su empleo, hayque poner en relieve que hu-bo una singularidad estu-diada por varios arqueólo-gos: la utilización del platinoen la producción de joyas y de objetos rituales, posiblemente desde el500 a. C. No se llegó, por supuesto, a la fundición, pues nuestros indí-genas no tenían la tecnología de producir temperaturas que lleguen alos 1800 grados centígrados, pero sí encontraron formas de ablandarlocon el calentamiento y el martillado, para reducir a láminas que seemplearon en asociación con la plata y el oro.

El lugar donde ocurrió este descubrimiento se llama La Tolita,una isla de la provincia de Esmeraldas, la más septentrional del Ecua-dor y que comparte un espacio geográfico con el sur occidental de Co-lombia. Allá ser llama cultura Tumaco y entre nosotros Cultura LaTolita.

Este primer descubrimiento no tuvo trascendencia, pues perte-nece a una cultura que desapareció, aún antes del dominio español, pe-ro no por ello deja de tener importancia y de ubicar a la cultura La To-lita como la primera en el mundo en utilizar el platino. Un nuevo des-cubrimiento se dio sólo en el siglo XVIII de nuestra era, con la uti-lización de este metal en monedas dentro de la antigua Rusia.

EL SPONDYLUS

Esta variedad de concha que se localiza en la costa del océanoPacífico, desde México hasta el Ecuador, con extracción intensiva en laprovincia de Manabí, donde chocan corrientes cálidas y frías, tomótanta importancia que se convirtió en un elemento ritual de muchospueblos y su demanda creció e impulsó un activo comercio de la mate-

189

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 189: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ria prima y de productoselaborados, especialmenteen forma de mullos o pedac-itos, que eran la ambrosía delos dioses.

Se trata de una con-cha de mediano tamaño, conbordes rojos en los extremosde sus valvas, que encierraun molusco muy apetecido

por las personas por su sabor y su calidad alimenticia. Pero a los dios-es, seres superiores a los humanos, no se les podía ofrecer el contenidosino el continente. Su distribución, como objetivos rituales, cubrió ungran espacio de nuestra América. Y los principales comerciantes, queviajaban por mar o por tierra a distancias considerables fueron indíge-nas de nuestro país, particularizándose en la producción de miniaturasy de los citados mullos los habitantes de la región cañari, quienes inclu-so utilizaron esta concha, cortada en pedazos rectangulares o trape-zoidales como medio de intercambio, es decir, como monedas.

IMPERIO INCAICO

Quienes han estudiado esta cultura han llegado a la conclusiónde que se trata de una de las grandes civilizaciones que ha tenido lahumanidad en todos los tiempos. Se conformó con cuatro grandes re-giones que sumadas se denominó Tahuantinsuyo. Toda su organiza-ción, en particular su política y su economía han sido resaltadas por suefectividad. Lograron los Incas crear el gran Imperio Andino del Sol,que cubría más de cuatro mil kilómetros longitudinales, desde el sur deColombia hasta el norte de Chile y el noroeste de Argentina, unidas porvías que se comparaban con las del imperio romano, al decir de Ale-jandro Humboldt, quien las vio a comienzos del siglo XIX, ya bastantedestruidas. Los Incas tuvieron un gobierno centralizado y bien jerar-quizado, con una eficaz unificación lingüística y cultural; y, sobre todo,como una economía distributiva y de previsión, que permitía quetodos tuvieran alimentos en momentos normales y de crisis por lluviaso por excesivas sequías.

Uno de estos cuatro suyos correspondió a lo que es el actual

190

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 190: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Ecuador y se lo denominó Chinchaysuyo. En el sur de estas tierras,conocidas como Tumipampa, preferidas por Túpac Yupanqui, nació elmayor de los emperadores del Incario, Guayna Cápac, quien gobernóhasta la llegada de los primeros exploradores españoles de nuestrascostas, esto es hasta 1526 y a quien se le puede comparar en poderíocon el mismo Carlos V, su contemporáneo y, finalmente el vencedor enaquellos conflictivos años de las tres primeras décadas del siglo XVI,abundantes en guerras de invasión y de conquistas.

Las huellas culturales y humanas del incario aún perduran yson motivo de admiración y de elogio. El sentido comunitario de supueblo sigue siendo una fuerza que une y les permite defenderse frentea la agresión del la economía transnacionalista y de globalización.

PERÍODO HISPÁNICO

Frente al pasado los historiadores debemos registrar los datos,analizar los hechos y reflexionar sobre unos y otros, de acuerdo con lascategorías temporales, espaciales e ideológicas que nos ha tocado viviro que las hemos escogido.

El hecho es que varios países de Europa, singularizándose Es-paña, Portugal, Inglaterra y Francia, se apoderaron del Nuevo Mundo

191

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 191: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y cambiaron su historia. América quedó incorporada dentro de la cul-tura occidental. Se inició el proceso en 1492 y la dependencia duró másde dos siglos y hasta cerca de cuatro, como en los casos de Cuba o dePuerto Rico. Llámese descubrimiento, encuentro de dos mundos, con-quista, invasión o como se quiera definirlo, ocurrió y marcó cambiostrascendentales. Somos hispanoamericanos, lusoamericanos, latino-americanos o angloamericanos. Dentro de este contexto, debemos mi-rar nuestra singular participación en la cultura universal, pues no haycomo quedarse e el análisis general de todos los intercambios, de ida yvuelta, lo que un historiador cuencano, el doctor Gabriel Cevallos Gar-cía, (que trabajó mucho en Puerto Rico), los llamó donativos de mutuobeneficio.

DESCUBRIMIENTO HISTÓRICO DEL RÍO AMAZONAS

El descubrimiento histórico del más caudaloso río del mundo,el Amazonas, se dio por dos expediciones surgidas, la una desde Gua-yaquil y la otra desde Quito, dirigidas por Francisco de Orellana y porGonzalo Pizarro, respectiva-mente, apoyados por unospocos soldados españoles ypor miles de indígenas denuestras tierras, quienesunieron sus huestes en laregión oriental y el primero,por encargo del segundo,avanzó aguas abajo y un día12 de febrero de 1542 llegó algran río, que el padre Gas-par de Carvajal lo llamó de las Amazonas y que otros cartógrafos ygeógrafos, refiriéndose al hecho histórico lo denominaron Río deQuito.

Ya por el año 1500 lo habían conocido los portugueses por suformidable caudal de agua en su desembocadura, pero el primer recor-rido registrado por la historia fue el iniciado en tierras ecuatorianas,con gente de nuestro país, que ofrendó su vida, pues casi todosmurieron en esta fantástica aventura.

192

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 192: Academia Nacional de Historia Boletín 180

LA CASCARILLA Y LA QUININA

A la Real Audiencia de Quito, creada en 1563, corresponde eldescubrimiento y la difusión, para bien de la humanidad, de la cascar-illa y de su extracto, la quinina, que salvó muchas vidas que pudieronsucumbir por las tercianas o el paludismo, a lo largo de cerca de tressiglos.

Su exportación se inició en 1640, después de que según unaleyenda, se curara la esposa del Conde de Chinchón, virrey del Perú,de la fiebre palúdica, noticia que se regó prontamente por Europa. Poreste conde, que lo difundió, se dio el nombre científico de chinchona. Ycomo el portador de un atado milagroso fue un miembro de la ordende San Ignacio también fue llamado el producto como polvo de losjesuitas.

La información asocia esa leyenda y mucha historia. Las inves-tigaciones nos conducen a concluir que lo anterior fue un recurso pub-licitario y la verdad es que Pedro de Leyva, un cacique indígena de laprovincia de Loja, fue su difusor pues co-nocía por tradición las virtudes de la plan-ta y experimentó personalmente sus ben-eficios al curarse del paludismo. Informódel particular en Lima a los jesuitas y estoslo dieron a conocer universalmente.

Prestigiosos científicos estudiaronesta planta y algunos la buscaron en suslugares de origen, entre otros, Carlos Ma-ría de La Condamine, quien envió unamuestra a Carl Linné, el mayor taxonomis-ta botánico de la época, y éste, por la leyen-da la llamó cinchona oficinales. Estuvo porla zona también el botánico de la mismamisión Joseph Jussieu, quien escribió ampliamente sobre la cascarilla.José Celestino Mutis, lo hizo dentro de su famosa y larga expediciónbotánica que llegó a Bogotá en 1783 y que graficó todas las plantas conel apoyo de dibujantes y pintores quiteños. Igual lo hicieron los miem-bros de la expedición dirigida al Perú y Chile por Hipólito Ruiz y JoséPavón. Lo relacionado con el Ecuador lo investigó Juan Tafalla, quienllegó a reconocer hasta dieciséis variedades de cascarilla. Francisco José

193

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 193: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de Caldas, Alejandro Humboldt, Luis Cordero y muchos científicosmás se ocuparon de ella. Y todos sabían que era la planta milagrosa quesalvó muchas vidas que se habían contagiado de paludismo por lapicadura de los mosquitos anopheles.

La cascarilla es la corteza del árbol de la quina, que era sil-vestre. Se recogía en las montañas, se reunía en las haciendas, se selec-cionaba las calidades y se guardaba en cajones de madera, forrados ex-teriormente con cuero e internamente con lienzo (petacas). Así se des-pachaba a los puertos de Guayaquil, Tumbez, Paita, Lima y España.

Por resolución de los monarcas, considerando que era un pro-ducto fundamental para la salud e importante para la economía se di-vidieron los bosques en “acotados y libres”. Los primeros eran de lacorona y su explotación iba a la real botica. Su recolección y envío co-rría de cuenta del corregidor de Loja o de Cuenca y de los funcionariosde la caja real. Los libres eran objeto de recolección de los hacendadoso de compañías constituidas para este fin e iban a los mercados de Es-paña y de allí a otros países.

La primera gran explotación se hizo en Loja, una provincia delsur del Ecuador donde se encontraban los mejores bosques. Allí se ubi-caron los oficiales de la real hacienda para administrar este productoque fue monopolizado por la Corona española. Fueron renombradaslas montañas de Uritusinga, Cajanuma, Solomaco, Ama y San Miguelde la Juna. Al reducirse o agotarse esta planta silvestre, por una sobreexplotación en la zona se continuó buscando en los términos de Cuencay se encontró en Cañaribamba, Sayausí, Paute, Gualaceo, Cañar,Chunchi, Guasuntos y otros lugares.

En 1777 había cerca de 50 comerciantes de cascarilla. Se paga-ba a 3.1 pesos por arroba destinada a la Real Botica y por los de libreextracción 6 pesos. En 1785 se exportaron alrededor de 1’250.000 librasde cascarilla. La exportación creció porque hacia 1787 hubo una epi-demia de tercianas en España y se exigió al Corregidor que ponga másempeño en la explotación y exportación del mejor producto. Y su valoreconómico llegó a multiplicarse hasta por dieciocho, en el auge de lademanda.

Al iniciarse el siglo XIX se autorizó la libertad del comercio decascarilla de Cuenca, exceptuando la de Loja, destinada para la realbotica. A mediados del siglo XIX la cascarilla volvió a tener un alto pre-cio en Europa. En Cuenca se organizaron empresas y se reunieron capi-tales para explotar y comercializar la quina.

194

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 194: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Después la planta fue llevada por los ingleses Clements Mark-ham, Richard Spruce y otros a sus posesiones. Un último auge en suexportación ocurrió en la segunda guerra mundial y se la buscó enAmérica y en el Asia, hasta que la producción química de laboratoriosla reemplazó, pero sigue siendo un medicamento eficaz para este malque aún no se ha erradicado de la Tierra.

MEDICIÓN DE UN ARCO DE MERIDIANO

En 1736 llegaron varios acadé-micos a la Presidencia de Quito conuna trascendental misión: medir un ar-co de meridiano para determinar laforma exacta de la Tierra. La tesis quepredominaba era la del achatamientode los polos, pero había que probarlapara que se convirtiera en una realidadcientífica. La misión estuvo presididapor Carlos María de La Condamine eintegrada por Lous Godin, Pedro Bou-guer, José Jessiuse y Juan Seniegues,prestigiosos científicos franceses y pordos jóvenes españoles que debían in-formar a sus autoridades sobre la expe-dición: Antonio de Ulloa y Jorge Juande Santacilia. En nuestro país se incorporaron varias personas, en cali-dad de ayudantes, sobresaliendo el científico riobambeño Pedro Vi-cente Maldonado.

Con las mediciones pudieron comprobar sus hipótesis sobre laforma del globo terráqueo y a partir de sus trabajos quedó establecidoel metro como una medida universal, equivalente a la diezmillonésimaparte de un cuadrante terrestre.

Desde entonces empezó a llamarse a nuestro país como tierrasdel Ecuador y esta denominación se generalizó, hasta que la tomó Si-món Bolívar para llamar a la parte septentrional del Departamento delSur, integrado a la Colombia de sus sueños en 1822 y, en 1830, los asam-bleístas que aprobaron la primera Constitución de nuestro país inde-pendiente bautizaron a todo el territorio como República del Ecuador.

195

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 195: Academia Nacional de Historia Boletín 180

LA ESCUELA QUITEÑA

En nuestra América tuvo un gran desarrollo el arte hispánico,que por circunstancias histórico geográficas devino en un Arte Hispa-noamericano, con escuelas singulares, siendo una de ellas la quiteña,cuya importancia es reconocida por los historiadores del arte, dándoleun rango similar al de las escuelas poblana, guatemalteca o cuzqueña.Y Quito, con algunas provincias serranas, ha sabido conservarlo, res-taurarlo y exhibirlo, quizá como la mejor herencia cultural del períodohispánico. En arquitectura sobresalen la catedral y su iglesia del Sa-grario, con su mampara, quizá la mayor y más barroca del arte colo-nial; la iglesia y el convento de San Francisco, con rasgos renacentistasen su fachada y con un enorme derroche de maderas, oro y plata en susretablos mayores y menores, sin dar descanso a la vista en una sublimeexpresión del ultrabarroco; la iglesia de la Compañía, la más uniformeen su estilo barroco, heredera de la famosa iglesia jesuítica de Roma ypara nuestro gusto la mejor obra de arquitectura colonial iberoameri-cana. Se suman muchas más como la iglesia de San Agustín, con su for-midable sala capitular, donde se han firmado los documentos de ma-yor relevancia para nuestra historia; la iglesia de La Merced, la de Guá-pulo, la de San Diego, la de Santo Domingo, algunas de las cuales tie-nen sus propios y ricos museos; y, los conventos de las religiosas de la

Virgen del Carmen y de la Concepciónde Quito, Riobamba, Cuenca y Loja…Y al servicio de la arquitectura estuvolas artesanías, la escultura y la pintura,expresiones artísticas en las que sobre-salieron los indígenas Caspicara, Pam-pite, Sangurima, en medio de mestizosy criollos.

Realmente, el arte quiteño co-lonial es un gran patrimonio del Ecua-dor para el mundo, del que aún sepuede gustar con una gran emociónestética y hasta con fruición. Quizá porello, como algo primordial, Quito fuedeclarada por la UNESCO como laprimera ciudad patrimonial de lahumanidad.

196

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 196: Academia Nacional de Historia Boletín 180

QUITO, LUZ DE AMÉRICA

Todos los países de América tienen sus visionarios a los quellamamos Precursores de la Independencia política. El más eminentede los nuestros se llamó Francisco Eugenio de Santa Cruz Espejo, quienmurió en 1795 a consecuencia de sus ideas libertarias. Su siembra co-menzó a cosecharse en el primer gran lev-antamiento contra las autoridades españo-las, con resultados y difusión en todo elcontinente. Nos referimos al Diez de Agos-to de 1809, fecha en la que se depuso alpresidente de la Real Audiencia y a másautoridades y se las sustituyó con otras,cuya misión era procurar la liberaciónpolítica.

Su antecedente inmediato está enla conspiración de Navidad, en el valle delos Chillos, cercano a Quito, el 25 de di-ciembre de 1808. Fue su objetivo destituir alas autoridades afrancesadas, levantarse anombre de Fernando VII, que estaba enpoder de Napoleón Bonaparte, pedirle queviniera a gobernar desde América y si estono fuera posible, proclamar la indepen-dencia. Su anfitrión fue el marqués de Sel-va Alegre y estuvieron comprometidos enel plan varias personalidades, pero no semanejaron con total discreción, hubo de-nuncias, encarcelamientos, juicios, pero sinlas pruebas los apresados quedaron libres.

Sin acobardarse, muchos de losconjurados mantuvieron el plan y fijaronpara la noche del 9 de agosto una reuniónsocial en casa de Manuela Cañizares, don-de hubo discursos alentadores pronuncia-dos por Juan de Dios Morales y por Ma-nuel Rodríguez Quiroga, y al amanecer del10 se tomaron el cuartel, apresaron a las

197

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 197: Academia Nacional de Historia Boletín 180

autoridades españolas presididas por el conde Ruiz de Castilla y cons-tituyeron la Junta Suprema de Gobierno, presidida por el marqués deSelva Alegre. De barrio en barrio se leyó el bando firmado por Juan deDios Morales, Ministro de Estado, Guerra y Negocios extranjeros, quedaba a conocer los cambios políticos ocurridos, lo que fue recibido conalegría por el pueblo quiteño. Hubo festejos y un decreto de amnistíapara los presos, porque “en ese día de libertad todas las cadenas qued-aban rotas”.

La noticia se comunicó a las demás unidades de la Real Au-diencia, a los virreinatos de Nueva Granada, del Perú y a muchos cabil-dos o gobiernos locales y se sostenía claramente que la soberanía ya noera del Rey. “Pueblos de América: favoreced nuestros designios, seamos uno,decían las proclamas de la Junta, iniciando así una corriente de unidad amer-icanista que se proponía captar el resto del continente: el golpe de Quito tenía,en efecto, alcances mayores que los de un simple pronunciamiento local”,como bien lo ha expresado nuestro ex Director de la Academia, JorgeSalvador Lara. Y varios proclamaron con claridad las profundas razones de la revolución: establecer gobiernos nacionales, con exclusión delos españoles, como se daba ya el ejemplo con la integración de la Juntaquiteña. Así como la búsqueda de una total independencia, por ello di-ce el historiador chileno Francisco Antonio Encina que “la Revoluciónde Quito se caracterizó por la firmeza y claridad de la ideología que lainformó”.

No es pertinente en estas pocas páginas tratar sobre el desen-lace, terriblemente trágico para los dirigentes de una Revolución queduró sólo cincuenta y cuatro días y que culminó con la masacre de se-senta y cuatro presos políticos, ocurrida el 2 de agosto de 1810 y entotal de cerca de trescientas personas, contadas las que murieron en lascalles de Quito o en sus casas. Lo que sí debemos resaltar en que paraeste año la luz de la libertad se había encendido ya en nuestra América.

Perseguido por el tribunal de la Inquisición llegó desde ChileCamilo Henríquez, fraile de la orden de la Buena Muerte, quien fue tes-tigo de todo el proceso y que al retornar a su país participó en las lu-chas independentistas. Fue él quien propuso en la Asamblea Consti-tuyente de 1812 que se exhiba en el faro de Valparaíso un gran cartelque diga Quito, luz de América, con la doble intención de reconocer latrascendencia del movimiento libertario y de alentar en su patriotismoa los chilenos que habían emprendido una lucha similar.

198

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 198: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Quince años de historia gloriosa, sufrida y heroica vivieron lospueblos hispanoamericanos desde 1809 hasta 1824. La conquista de lalibertad fue una tarea descomunal, que no hubiera sido posible sin laaparición de figuras geniales, como las de Simón Bolívar y José de San-martín, secundadas por muchos héroes con luminosos nombres pro-pios o anónimos. El proceso para la mayor parte de nuestra Américaculminó en 1824 con las batallas de Junín y Ayacucho, donde brilló laestrategia militar y política del Libertador, del gran mariscal AntonioJosé de Sucre y de un cuencano ilustre José Domingo Lamar, quien lle-gara a ser el primer presidente de la hermana república del Perú.

Nos acercamos a conmemorar este magno acontecimiento en elpróximo año. Y desde el Ecuador, les traemos una fraterna invitaciónpara que profundicemos en su mejor conocimiento, participando en ungran concurso internacional sobre el tema y acompañándonos en elCongreso Extraordinario de las Academias de la Historia, a celebrarsea mediados del próximo año. Desde ahora, les damos una cordial bien-venida.

LAS TEORÍAS DE CHARLES DARWIN

A los dos años de la separaciónde los integrantes de la Gran Colombia,unidad política de Venezuela, Colombiay Ecuador que perduró hasta 1830, seprocedió a incorporar oficialmente las is-las Galápagos al territorio ecuatoriano,denominadas después como Archipiéla-go de Colón. Allá llegó en 1835 en la yafamosa embarcación Beagle el inglésCharles Darwin. En ese ambiente exótico,también atravesado por la línea ecuatori-al, con especies de fauna polar y tropical,desarrolló y pudo comprobar sus teoríasacerca de la evolución, para culminar conla publicación de uno de los libros másrevolucionarios en el campo de la biología: El origen de las especies. Laobra impulsó el desarrollo de la medicina, la filosofía, la psicología, laantropología, la sociología, la teología y, por supuesto, la biología.

199

S E I S A P O R T E S D E L E C U A D O R A L A C U L T U R A U N I V E R S A L

Page 199: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Más que en el estudio de los fósiles, que no los encontró en lasislas que visitó, sus teorías pudieron comprobarse en el estudio de lavida misma, conservada en condiciones de casi un total aislamiento, enun ambiente singular, por el origen volcánico de las islas. Por susobservaciones pudo formular los principios de la selección natural y dela lucha por la vida en la explicación del origen de las especies.

CONCLUSIONES

Valgan estas reflexiones para ratificar el afán de panamerica-nismo que tiene nuestro país, que a lo largo de su historia ha podidocontribuir, dentro de la gran historia del mundo con varias aporta-ciones culturales y que tiene para todos el gran patrimonio natural deGalápagos y dos ciudades: Quito y Cuenca, incorporadas a la impor-tante lista elaborada por la UNESCO, dentro del patrimonio cultural dela humanidad. Internamente anhelamos construir una nación cívicaque armonice la diversidad en una unidad política progresista, hu-mana y solidaria.

200

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 200: Academia Nacional de Historia Boletín 180

DIVERSIDAD REGIONAL EN PROCESO COLONIZADOR DE AMÉRICA:

EL CASO ECUATORIANO*

Benjamín Rosales

Introducción

Cuando supe que debía representar al Ecuador en este XI Con-greso de la Asociación Iberoamericana de Academias de Historia, y queel tema de este importante foro era: “El Proceso de la Colonización:Raíces de la Cultura Iberoamericana”, reflexioné que debería escribirsobre el efecto de la diversidad regional del territorio y el nivel de desa-rrollo cultural de sus habitantes en el proceso colonizador de cada re-gión y nación iberoamericana. Como guayaquileño, ciudad que es uncrisol de razas, he tenido oportunidad de conocer desde joven diferen-tes pueblos de mi pequeña pero muy diversa nación. El principal puer-to ecuatoriano es el eje del montubio ecuatoriano, pueblo que nace enla colonia y que es mezcla de chonos que sobrevivieron a los gérmenesimportados por los conquistadores europeos, esclavos africanos e indí-genas y mestizos andinos. Habitan también en la ciudad indígenas cos-teños, descendientes de españoles, migrantes de diferentes regionesdel país de diverso origen: etnias indígenas, afroecuatorianos, blancosy mestizos. Guayaquil se convirtió entre fines del siglo XIX y mediadosdel siglo pasado, en la puerta de entrada al país de inmigrantes chinos,sirios, libaneses, italianos y de otras nacionalidades lo que ha amplia-do la diversidad racial y cultural de la urbe. A pocas decenas de kiló-metros de la ciudad se levanta la Cordillera de los Andes con sus múl-tiples valles habitados por diferentes etnias indígenas y ciudades don-de predominan el blanco y el mestizo. Al oeste de la ciudad, hacia lacosta, todavía predominan los descendientes de los manteño-huanca-

201

*Ponencia del Académico de Número, Dr. Benjamín Rosales, en el XI Congreso de Academiasde la Historia. San Juan, Puerto Rico. Abril del 2008.

Page 201: Academia Nacional de Historia Boletín 180

vilcas que se asimilaron culturalmente desde inicios de la colonia yobtuvieron desde entonces territorios en base a una organización co-munal. Hace cincuenta años, trescientos kilómetros al norte eran tierrashabitadas por indios Colorados que desde entonces hasta hoy han sidofuertemente colonizadas por mestizos y blancos ecuatorianos y colom-bianos. Al este de los Andes habitan los shuaras, indígenas orientalesque hace cincuenta años eran conocidos como jíbaros porque reciénfueron evangelizados a comienzos del siglo pasado, quienes aún con-servan su cultura y territorio ancestral.

En los últimos cuarenta y cinco años hemos podido ver comoha avanzado la colonización en el Oriente y al norte de la Costa y sobre-todo el surgimiento de un movimiento indígena dispuesto a conservary recuperar la cultura de pueblos aborígenes que aún no han sido com-pletamente asimilados por el mestizaje nacional. La diversidad de cul-turas ancestrales en un territorio tan pequeño (273,000 km2) como es elde Ecuador, en el cual algunas han conservado su identidad mucho mástiempo que otras, unas han desaparecido y otras se han fortalecido, sólose explica por la gran diversidad geográfica que se refleja en la ecología,la biología, el clima, por el diferente desarrollo de las sociedades coloni-zadas y por las leyes civiles y religiosas de los colonizadores españoles,respetadas y fortalecidas en la últimas décadas republicanas.

Algunas preguntas nos saltan a la mente: ¿Por qué unos pue-blos indígenas desaparecieron y otros no sólo sobrevivieron sino queconservan importantes rasgos culturales? ¿Por qué unos fueron some-tidos y subyugados fácilmente y otros conservaron su libertad? ¿Cuán-to ha tenido que ver la geografía, geología, biología, clima y desarrollocultural de los pueblos indígenas con el avance del proceso coloniza-dor? ¿Ha existido una mayor sobrevivencia de pueblos nativo-ameri-canos en los países colonizados por españoles que por anglosajones olusitanos? Si ha sido así, ¿Cuáles son las razones de esa mayor sobre-vivencia? ¿Cuánto han influenciado las condiciones geográficas y cli-máticas regionales? ¿Influyó el nivel de desarrollo de las sociedadesindígenas y la norma moral de los colonizadores? Estas son las inquie-tudes que quisiéramos poner a vuestra consideración.

202

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 202: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El hombre en el mundo y su desarrollo. Colonización de América,Sobrevivencia de habitantes originarios y obra de Fray Bartolomé delas Casas, Realidad: ¿Diferencias regionales y culturales?

El biólogo evolucionista norteamericano Profesor Jared Dia-mond se ha encargado de contestar algunas de las primeras preguntasque hicimos en su obra “Guns, Germs and Steel”, en la que describe losdestinos de las sociedades humanas desde su remoto origen hasta eldesarrollo de las armas de fuego, gérmenes y acero, y de cómo los pue-blos que adquirieron esas tecnologías y efectos biológicos primero, esdecir, las euroasiáticas dominaron a las demás. Diamond contesta lapregunta que le hace un amigo de Nueva Guinea, isla en la cual cuálestudió la ecología y evolución de las aves y en la que hasta hace unpoco más de cincuenta años, la mayoría de sus habitantes permanecí-an en la edad de piedra. Yali, un joven político que preparaba a su pue-blo en 1972 para asumir autogobierno en la parte oriental de la isla, leinquirió al científico por qué los europeos habían llevado tanto conoci-miento y cosas a Nueva Guinea sin que los habitantes de la isla hayanpodido tener esas cosas por sí mismos.1 Diamond, igual que su amigoYali no creen que exista una diferencia intelectual entre europeos y loshabitantes de Nueva Guinea, por lo que la pregunta es relevante y elgeógrafo, fisiólogo e historiador ambiental pretende contestar con suobra con la perspectiva de los 33 años de trabajo del autor con nuevo-guineanos desde cuando sus primitivas sociedades estaban práctica-mente intactas. Diamond resume su libro con esta sentencia: “La his-toria sigue diferentes caminos para pueblos diferentes por diferenciasen los medio ambientes de esos pueblos, no por diferencias biológicasen los pueblos mismos”2

El pasado remoto del hombre se viene aclarando con el traba-jo de científicos en fisiología molecular, biología evolucionista, biogeo-grafía y otras ciencias, Diamond como la mayoría de estudiosos con-cuerdan en muchos aspectos de la historia del hombre desde la diver-gencia de éste con los monos hace cerca de 7 millones de años hasta el

203

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

1 Jared Diamond escribe la pregunta en inglés: “Why is it that you white people developed so muchcargo and brought it to New Guinea, but we black people had little cargo of our own?” y explica pre-viamente que “cargo” lo usan los nativos para describir el conjunto de bienes materialescomo hachas, fósforos, medicinas, ropa y otros recién conocidos por ellos a mediados delsiglo XX. Jared Diamond “Guns, Germs and Steel”, 1999, p 14

2 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.25

Page 203: Academia Nacional de Historia Boletín 180

final de la última era de hielo hace 13,000 años. En este largo periodoevoluciona el hombre ancestral y se dispersa desde África al resto decontinentes habitados. La obra del científico norteamericano es parti-cularmente interesante porque explora los efectos medioambientalesen los continentes en la historia en base a examinar los efectos ambien-tales de las diferentes islas polinesias en los austronesios, pobladoresoriginarios del sudeste asiático que las ocuparon desde hace 3 200 años.Ellos se fueron adaptando a las islas que ocupaban, en algunos casosdejando su experiencia con agricultura para regresar a ser plenamentecazadores recolectores por falta de condiciones climáticas, en otros aconvertirse en sociedades más sofisticadas. Un verdadero laboratoriode la evolución de las sociedades humanas son las islas de la Polinesiay Diamond estudia el proceso para entender la evolución del hombreen el mundo así como Darwin entiende en las Galápagos la evoluciónde las especies.

No se puede sostener que las sociedades evolucionaron o desa-parecieron sólo por determinación geográfica o ecológica, mucho tuvoque ver las decisiones que las sociedades tomaron o cuánto se demora-ron en hacerlo. Una vez desarrollada la agricultura, los pueblos que laadaptaron primero tuvieron ventajas sobre los que permanecieron co-mo cazadores recolectores, igual sucedió con el desarrollo de la meta-lurgia, otras tecnologías y prácticas de guerra. Debemos hacer la razo-nable suposición de que esas acciones, decisiones: pasos tomados porlas sociedades fueron impulsadas por líderes, personajes que impulsa-ron iniciativas que hicieron que sus sociedades progresen o se estan-quen, igual como sucede en la historia del mundo que conocemos. Noha cambiado mucho la historia del hombre, hoy los países progresan ose atrasan con respecto al resto en gran parte debido a las decisiones ypolíticas que impulsan sus líderes, no es imprescindible la existencia derecursos naturales pues países como Japón, Alemania o Singapur handemostrado que pueden alcanzar un gran desarrollo sin que éstosabunden.

Las mayores evidencias humanas en América están en Alaskaalrededor de 12 000 A.C., en México existen muchos sitios en siglosanteriores a 11,000 A.C. y menos de mil años después el hombre llegaa la Patagonia persiguiendo la caza mayor del Continente hasta su ex-tinción. Según Diamond, Norte y Sur América fueron los últimos con-tinentes en ser poblados por el hombre, sin contar Antártica en el siglo

204

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 204: Academia Nacional de Historia Boletín 180

XIX, ya que Australia/ Nueva Guinea habría sido colonizado desde elsudeste asiático antes que los primeros hombres aprendan a sobreviviren climas fríos como los de Siberia y Alaska, y que el hombre pudieramigrar a América.3 Este como muchos científicos creen que a más de loscontactos, sin mayor transcendencia de pequeños grupos noruegos queocuparon Groenlandia en la primera mitad del segundo milenio denuestra era, América fue colonizada exclusivamente por cazadores-re-colectores venidos vía Alaska, el estrecho de Bering y Siberia alrededorde o antes del 11,000 A.C. cuando se cortó el puente que unía Asia yAmérica. Sin embargo, algunos historiadores hispanos, como el padreJuan de Velasco quién escribió a fines del siglo XVIII, relata la tradiciónoral de pobladores locales y regionales sobre la llegada por mar de po-bladores desde el poniente siglos antes de la llegada de los españoles.4

Entre 1954 y 1961, Emilio Estrada junto a los arqueólogos nor-teamericanos Clifford Evans y Betty Meggers trabajaron en la costaecuatoriana descubriendo el alto desarrollo de la cerámica de la culturaValdivia desde 3 200 años antes de Cristo. Lo curioso del caso es que, alcontrario de lo que se debería esperar, las piezas más antiguas son mejo-res hechas y no parecen inicios experimentales. Esto los llevó a buscarrespuestas, dice Meggers: “Sólo una explicación calza con los hechos:un viaje accidental transpacífico hace cerca de 5 000 años desde el Japónoccidental a la costa de Ecuador”.5 Encontraron técnicas y diseños sor-prendentemente parecidos a la usada en Valdivia en la cultura Jômon enla isla de Kyushu, en donde se comenzó a desarrollar esa tecnología4 000 años antes que en las costas ecuatorianas. Analizando las corrien-tes oceánicas del Pacífico se puede comprender estas navegaciones entiempos tan remotos y estos contactos humanos posteriores a la pobla-ción inicial de América nos ayuda a entender la gran diferencia en eldesarrollo de las culturas americanas. Los avances de las ciencias histó-ricas se encargarán de demostrar en los próximos años estas hipótesisde contactos transpacíficos que explicarían el aparecimiento de culturasmás avanzadas en Mesoamérica y el mundo andino.

La obra de Diamond, que referimos anteriormente, describebrillantemente como se inicia y se disemina la producción de alimen-

205

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

3 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.44-47.4 Juan de Velasco. “Historia del Reino de Quito” 1789. Biblioteca Ecuatoriana Clásica. Quito 1989.

p.272-280.5 Betty Meggers, “Ancient People and Places: Ecuador”, New York, 1966. p.43-44..

Page 205: Academia Nacional de Historia Boletín 180

tos en el mundo, la agricultura y la domesticación de animales y comounos continentes y regiones han sido más propicios para aquello. Esteautor identifica los pocos centros de origen de producción alimenticiasiendo el sudoeste asiático, zona que conocemos como Oriente Mediodonde se ha registrado las fechas más antiguas de domesticación deplantas (alrededor de 8 500 A.C.) y animales (8 000 A.C.).6 Los pueblosvecinos se fueron adaptando a la agricultura en tiempos diversos, losque lo hicieron antes tuvieron ventaja en el camino al desarrollo y avencer en los enfrentamientos con otros pueblos. El excedente alimen-ticio les permitía especializarse y tecnificarse, tanto para la vida coti-diana como para la guerra.

En el caso americano, la producción de alimentos se origina enMesoamérica y en la región andina. No fue casual que en esas regioneslos europeos encontraron sociedades más desarrolladas. Diamond yotros científicos sociales buscan encontrar respuestas serias que expli-quen la evolución del hombre y de las sociedades humanas en el mun-do. Esto vislumbra el desarrollo de la Ciencia de la Historia del Hom-bre, en la que la biogeografía, biología evolutiva, arqueología, fisio-logía, antropología, climatología, física nuclear y otras ciencias contri-buyan a abrir nuevas páginas de historia. Se puede explicar por qué sedesarrolló la agricultura en América y no en Australia, por ejemplo, yconocer factores que nos ayuden a entender por qué unos clanes y tri-bus progresaron más que otras en el pasado remoto. No sé que tan im-portante será ese conocimiento si consideramos que el saber, relativa-mente bien y con múltiples puntos de vista, nuestra historia republica-na no nos ha servido para entender por qué unas naciones progresan yotras se estancan. En fin, las ciencias se encargarán de ampliar nuestroconocimiento del pasado.

Cuando los europeos llegaron a América, luego de la expedi-ción colombina auspiciada por los reyes españoles, encontraron pobla-dores con un muy diverso nivel de desarrollo político y cultural, perotodas ellas desprovistas del conocimiento metalúrgico para produciracero, de animal de carga que agilice al hombre como el caballo, sinarmas de fuego y sobre todo con escasa protección para las enfermeda-des euroasiáticas. Este último factor parece haber producido conse-cuencias dramáticas en la sobrevivencia de los americanos nativos y

206

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

6 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.99.

Page 206: Academia Nacional de Historia Boletín 180

habría un factor genético que explicaría el por qué de la especial vulne-rabilidad de esta población ante epidemias importadas. El autor de“1491”, Charles Mann expone, aclarando que en ningún caso esto sig-nifica una inferioridad biológica sino un hecho que explican muchosinvestigadores se debe a que la población inicial que llegó a Américapor el estrecho de Bering fue muy reducida. Esta hipótesis se confirma-ría con estudios que indican que el campo de genes de los aborígenesera, y es en razas nativas, limitado y su bioquímica inusualmentehomogénea. Conocemos el inmenso predominio de individuos contipo de sangre “O” entre los nativo-americanos y mestizos, que con-trasta con la variedad de tipos de sangre en las poblaciones de origeneuroasiáticas y africanas. El virólogo Francis Black estudiando a pobla-ciones indígenas de Sudamérica descubrió que generalizadamenteestos tienen menos tipos de antígenos de leucocitos humanos7 que asiá-ticos, europeos o africanos, estimó que en ese continente la probabili-dad mínima que un patógeno en un huésped encuentre otro con espec-tro inmunológico igual es de 28% mientras que en Europa la posibili-dad es de menos que dos. Afirma Black que “la gente en el NuevoMundo son inusualmente susceptibles a enfermedades del Viejo”.8

Jared Diamond escribe: “La viruela, varicela, influenza, tifoi-dea, peste bubónica, y otros enfermedades infecciosas endémicas enEuropa jugaron un papel decisivo en las conquistas europeas, diez-mando muchos pueblos en otros continentes.”9 Hubieron pueblos es-pecialmente vulnerables que sucumbieron a las enfermedades aúnantes de la colonización, cuando Hernando de Soto recorrió en 1540 elsudeste norteamericano ya encontró pueblos costeros desolados pormicrobios euroasiáticos pero los cacicazgos del bajo Mississippi teníanaldeas densamente pobladas, ciento treinta años después cuando in-gresaron colonos franceses a la región casi todos los pueblos indígenashabían desaparecido. Diamond describe que tan drástico podía ser elefecto de las epidemias, al contarnos el destino de la tribu Mandan, unade las más desarrolladas de los Grandes Llanos, que se contagiaron deviruela en 1837 de un barco de vapor que navegaba desde San Luísaguas arriba en el Missouri. En pocas semanas la población de la aldeacolapsó de 2,000 a menos de 40 personas.10 Los efectos de epidemias

207

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

7 ALH, o HLA en inglés.8 Charles Mann, “1491”, 2005, p.114-116.9 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.77.

Page 207: Academia Nacional de Historia Boletín 180

importadas no sólo devastaron la población indígena en general sinotambién su liderazgo; debemos recordar cómo afectó la epidemia quedesoló Tenochtitlán a los aztecas o como los españoles encontraron de-sunidos a los Incas, en plena, violenta y larga guerra civil entre Huás-car y Atahualpa. Esa guerra se suscitó por la sucesión del Imperio trasla muerte del Emperador Huayna Cápac y la mayor parte de su corteen 1526 a causa de una epidemia de viruela que se regó en los indíge-nas suramericanos luego de la llegada de colonos a Panamá yColombia.

Esto de ninguna manera excusa a los europeos de culpa por lostrágicos abusos cometidos contra los aborígenes. Españoles, portugue-ses, ingleses, franceses, holandeses convalidados con sus armas de fue-go y acero, masacraron a muchos pobladores del Continente. Es difícilcreer que más de noventa por ciento de la población aborigen hayamuerto por epidemias como afirman algunos autores. Es verdad comodice Diamond que: “El mayor cambio poblacional en tiempos moder-nos ha sido la colonización del nuevo mundo por europeos, y la con-quista realizada, reducción numérica, o desaparición completa de lamayoría de grupos de americanos nativos”11 Pero, ¿cuánto de estasmuertes se debió a epidemias europeas y cuánto a la prepotencia asu-mida por conquistadores y colonos gracias al poder superior de la fuer-za de sus armas? Incógnitas como está podrán ser resueltas por lasciencias que apoyan a la historia.

En el prólogo del libro ganador del Premio Pulitzer, nos dice suautor que la historia de la interacción entre pueblos disparejos es lo queha formado el mundo moderno a través de conquista, epidemias ygenocidio.12 La colisión y enfrentamiento entre las culturas euroasiáti-cas con la americana y el colapso de ésta última está dramáticamenterepresentada en el primer encuentro en Cajamarca en 1532 entre el con-quistador Francisco Pizarro y el Inca Atahualpa. El primero al frente de62 soldados españoles a caballo y 106 a pie sometió a un ejército de80,000 indígenas al mando del indígena por lo que Diamond se pre-gunta: ¿Por qué Pizarro capturó a Atahualpa?, a pesar de la abismaldiferencia numérica de los ejércitos. Las ventajas militares de Pizarroestaban en las armas de acero, las armaduras metálicas, armas de fuego

208

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

10 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.212.11 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.6712 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.16.

Page 208: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y caballos. De entre esas, las más importantes eran las espadas, lanzasy puñales de acero que atravesaban los cuerpos ligeramente protegidosde los indígenas. Dice Diamond: “Las armaduras de acero o malla delos españoles, y sobre todo, sus cascos de acero proveyeron una defen-sa efectiva contra los garrotes, mientras que las armaduras de tejidosde los indios no ofrecían ninguna protección contra armas de acero.”13

No se puede negar la contundente ventaja del acero y armas defuego pero otros factores contribuyeron al aplastante triunfo de la con-quista y colonización europea de tierras americanas, especialmente ca-ballos, tecnología marítima y escritura. La inmensa ventaja de los asal-tos de las caballerías españolas, especialmente en campo abierto, con-tra fuerzas muy superiores de indígenas es impresionante y la relatanmuchos de los primeros cronistas. La domesticación de caballos ocu-rrió en las estepas al norte del Mar Negro alrededor de 4 000 A.C., yesta transformó las guerras en el viejo continente y mejoró la comuni-cación y organización en los nacientes reinos. Egipcios, persas, griegosy romanos utilizaron al caballo como armas de guerra y medio detransporte, mientras que si este animal y otros equinos existieron enAmérica, no hubieran sobrevivido a la cacería de los primeros pobla-dores. Los pueblos andinos, seguramente más de mil doscientos añosatrás cuando florecía la cultura Tiwanako en las estepas del Lago Titi-caca, habían domesticado la llama y utilizaban este y otros camélidoscomo animales de carga y para proveerlos de lana, comida y otras ne-cesidades. Pero estas bestias de carga eran de mucho menor tamaño, noaguantaban el peso de hombres por lo que no eran competencia contralos equinos de Eurasia.

Algunos autores preguntan: ¿Por qué no fue Atahualpa quientratara de conquistar España en vez de Pizarro conquistar el Incario?La respuesta principal está en los avances de la tecnología marítimaeuropea luego del fin del oscurantismo de la edad media. Don Enrique,el príncipe navegante portugués acumuló todo el conocimiento de na-vegación de fenicios, griegos, romanos y vikingos en la Escuela deSagres en el siglo XV, lo que permitió que los europeos den el salto desalir del Mediterráneo y luego de pocas décadas lleguen a circunnave-gar la tierra. Los avances náuticos europeos permitieron que CristóbalColón con la ayuda económica del estado español descubriera América

209

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

13 Jared Diamond, “Guns, Germs and Steel”, 1999, p.76.

Page 209: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y la tecnología marítima de los españoles le permitió a Pizarro cons-truir en Panamá naves para invadir Perú. En América había navega-ción en épocas precolombinas, desde los primeros viajes españoles enaguas del Pacífico se avistaron grandes embarcaciones a vela construi-das con balsa ecuatoriana. La relación Sámano-Xerez describe las navesindígenas que encontró Bartolomé Ruiz en su viaje por las costas delPacífico al sur de Panamá en 152514. Estudios arqueológicos en las últi-mas décadas confirman que antiguos pobladores de la costa ecuatoria-na, de donde se origina la especie de madera de alta flotabilidad llama-da “Balsa”, llegaban hasta las costas mexicanas para bucear la conchaSpondylus que tenía un apreciado valor en el mercado andino. Segúnel Dr. Marcos: “Desde el Periodo Formativo existe evidencia del esta-blecimiento de por lo menos cinco redes de intercambio hacia el inte-rior del Área Septentrional Andina, así como de un trafico marítimo alarga distancia que parece haber llegado a Centro y Mesoamérica.”15

Navegaban muy lejos de las costas ecuatorianas, comerciaban algunosproductos en ambas direcciones, pero eran rústicas las balsas huanca-vilcas comparadas con la tecnología de las carabelas españolas y otrasnaves europeas de la época.

En tiempos de la conquista, las culturas europeas tenían sinlugar a dudas, organizaciones políticas mucho más avanzadas que lasamericanas. La Inca o la Azteca que sobresalían sobre las demás y ejer-cían un poder socio-político centralizado no se comparaban con la civi-lización que le permitió a España financiar, construir, entrenar marine-ros y equipar las naves para atravesar el Atlántico, conquistar inmen-sos territorios y colonizarlos. Un factor relacionado con ese desarrollocultural más avanzado de los euroasiáticos tiene que ver con el conoci-miento de la escritura, técnica de comunicación que los sumerios yegipcios dominaron alrededor de 3000 años A.C., en China 1300 añosA.C. Para el éxito de la conquista española, el uso extendido de la escri-tura y lectura tuvo un papel preponderante, se enviaban disposiciones,se conocía y difundía el éxito de la conquista con lujo de detalles. Dosaños después de la conquista del Perú, para mencionar un caso, en1534, Cristóbal de Mena público las hazañas de Pizarro provocandouna ola de colonizadores ibéricos que permitieron que Pizarro consoli-

210

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

14 Transcrito en: Jenny Estrada, “La Balsa”, 1988, p.28-29.15 Marcos Jorge. “Los 10.000 Años del Antiguo Ecuador”. Exposición MAAC. Guayaquil, 2006.

p.49.

Page 210: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dará el dominio español el vastísimo territorio. Los mayas tenían unsistema de hieroglíficos desde varios siglos antes del descubrimientode América y en México durante la Conquista, destacaban los mapascon símbolos que eran una forma arcaica de escritura. Según WilliamPrescott, la ejecución de los manuscritos aztecas era muy inferior a lade los egipcios, pero constituían un sistema de comunicación escritacuyas principales evidencias fueron destruidas por el espíritu inquisi-dor del Arzobispo Zumárraga16. Los quipus incásicos eran un sistemade comunicación, pero muy deficiente y en ningún caso tenía un usogeneralizado sino que era dominado exclusivamente por una élite, loque causó su casi inmediato desuso luego de la llegada de los conquis-tadores. La falta de escritura en los pueblos americanos explica por quéAtahualpa no tenía mayor información sobre los españoles, su podermilitar, sus armas, caballos y sus intenciones. El Inca debió ignorar lasconquistas de México y Panamá, de otra manera no habría actuado contanta ingenuidad en su captura primero y luego en creer que con unrescate le devolverían el trono y dejarían su reino.

La diferencia de desarrollo entre las naciones europeas y lospueblos aborígenes americanos hacía inevitable el sometimiento de losúltimos ante los conquistadores. ¿Cuánta mortalidad sucedió en lospueblos indígenas a causa del acero y las armas de fuego? y ¿cuánta acausa de las epidemias? Creo que algunos autores anglosajones prefie-ren exagerar el efecto de las epidemias para descargar la culpa históri-ca por el abuso que los europeos hicieron con las armas de fuego y elacero ante poblaciones indefensas. Las ciencias históricas modernasnos podrán ayudar en los próximos años a descifrar estas incógnitas.

Algunos autores estiman una altísima población en Américaantes de la llegada de los europeos, historiadores anglosajones calculanuna mortalidad a causa de epidemias por encima del noventa por cien-to de la población. En el futuro, se podrán obtener cifras más realistascon la aplicación de estudios científicos. Es necesario analizar los cen-sos demográficos de las naciones americanas para determinar cuántosamericanos modernos descienden de los nativos precolombinos. Lascifras no son tan evidentes, pues cuando los censos se realizan, muchosmestizos se registran como blancos e indios como mestizos. De hecho,en muchos países, pueblos que pierden su lengua nativa y su vestimen-

211

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

16 William Prescott. “History of the Conquest of Mexico”, The Folio Society, London, 1994. p.51-54.

Page 211: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ta tradicional cae en desuso, es decir, son mestizados culturalmente, yano se consideran indígenas.

Cuando exista esta información podremos estudiar con mayorclaridad cuan grave fue la devastación de la población original produ-cido por la conquista y por la colonia europea en América. Sin embar-go, con el análisis de los datos existentes y la mera observación de lasactuales poblaciones podemos anotar que aún considerando que ladensidad poblacional originaria fuera diferente en las distintas regio-nes de América, hay unas que conservan una población indígena muyalta que sólo se explica por una menor mortalidad entre esos nativo-americanos durante el proceso colonizador. Estas regiones están con-centradas en países de la cuenca del Pacífico. En Bolivia y Guatemalase estima que más de la mitad de la población tiene raíces autóctonas,y en ambas naciones existen regiones, como el altiplano boliviano, conmás de noventa por ciento de pobladores con ancestro americano. EnPerú, Ecuador y México la población indígena constituye un alto por-centaje del total de los habitantes y junto a la mestiza constituye la granmayoría poblacional.

La revista Convergencia de la Universidad Autónoma del Es-tado de México publicó en 2005 un muy interesante estudio de Fran-cisco Lizcano Fernández titulado “Composición étnica de las tres áreasculturales del continente americano al comienzo del siglo XXI” en elcual divide a los países iberoamericanos en indomestizos, mestizos,afromestizos, afrocriollos y criollos dependiendo de la cantidad de ha-bitantes de los diferentes grupos étnicos. Reproduzco un cuadro pu-blicado en la revista que refleja como los indios y mestizos que consti-tuyen el 39.5 % de la población iberoamericana están concentrados ennueve países y los mulatos y negros que tienen un 23.5 % de la pobla-ción están concentrados en otros siete países. El primer grupo lo cons-tituyen países donde florecieron culturas indígenas que estaban másavanzadas cuando llegaron los europeos a América, Mesoamérica y laregión Andina y el segundo grupo lo forman Brasil, los países delCaribe, Venezuela, Colombia y Panamá.17 Lizcano Fernández no consi-dera a las naciones americanas de origen anglosajón en su cuadro, loscensos de los Estados Unidos registran una población de nativo-ameri-

212

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

17 Francisco Lizcano Fernández “Composición étnica de las tres áreas culturales del ContinenteAmericano al comienzo del siglo XXI” Convergencia, mayo-agosto/vol.12, número 038. 2005Universidad Autónomo del Estado de México, Toluca, p 185-232

Page 212: Academia Nacional de Historia Boletín 180

canos que no supera el 0.8% de la población, aunque no consideran aindígenas o mestizos mexicanos y de otras nacionalidades que hanemigrado en años recientes, quienes son generalmente clasificados co-mo latinos sin considerar su origen racial. En Canadá existe un mayorporcentaje de la población registrada como nativos, un 3%. Ambos paí-ses calzan en la clasificación como países criollos. Los países del caribede origen inglés, francés u holandés no registran remanentes de pobla-ción originaria de América y están poblados principalmente por mula-tos y negros por lo que entrarían en la clasificación como países afro-criollos, teniendo muy poco de componente criollo comparado con elafricano.

¿Cómo podemos explicar esta contrastante realidad? Podemosmencionar la posible existencia de una mayor densidad poblacionalantes del descubrimiento de América en Mesoamérica y la Región An-dina como causa. O que el mayor desarrollo cultural en esas regioneshubiera permitido una relación menos violenta con los colonos europe-os. Quizá el clima más templado de gran parte del área involucradahubiera protegido a los indígenas de las epidemias producidas por gér-menes euroasiáticos. Lo cierto es que en gran parte de América, inclu-yendo Estados Unidos, Brasil y Canadá, las poblaciones aborígenesfueron devastadas luego del descubrimiento de América, ya sea porepidemias o por el violento e inhumano abuso de europeos, y esos ha-bitantes fueron reemplazados por colonos y esclavos africanos. En granparte de la América colonizada por españoles, los aborígenes no sólosobrevivieron sino que junto a los mestizos, constituyen la mayoría dela población actual.

La acción de misioneros católicos y del derecho indiano espa-ñol desarrollados desde comienzos del siglo XVI pueden ser la causade la contrastante diferencia en la composición étnica de los paísesamericanos en el siglo XXI. La actitud cristiana de los reyes españolesse manifiesta desde el inicio de la colonización europea de América.Dice el Dr. José Reig Santorres en su reciente libro “Nace América” que:“La dignificación del indio o aborigen americano, llegó por la simpleintuición y magnanimidad cristiana de la Reina Isabel” y relata que en-terada de que unos indígenas traídos por Colón habían sido entrega-dos como esclavos y pago de deudas, como se acostumbraba hacer coninfieles, ordenó que sean reembarcados y devueltos a su tierra. Luegoreunió a una comisión de teólogos y juristas que estudió si los nativos

213

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

Page 213: Academia Nacional de Historia Boletín 180

americanos podían ser esclavizados que la llevó a decretar en la RealCédula del 20 de junio de 1500 que los habitantes de las Indias según ladonación pontificia eran libres y debían ser evangelizados. Para la ReinaCatólica los indios eran tan vasallos de la Corona como los súbditos deCastilla.18

Pero así no lo veían muchos españoles que iban al nuevo mun-do en busca de aventura y riqueza y para lograrlo abusaban atrozmen-te de los nativos en su afán de esclavizarlos. Ante la rebeldía de los cari-bes no dudaban en usar el acero y las armas de fuego con las que podí-an con facilidad arrasar poblaciones enteras. No fue fácil para la Co-rona controlar los excesos cometidos por los conquistadores, quienes apesar de considerarse leales súbditos del Imperio español no siempreacataban las reales órdenes. Según Salvador de Madariaga, los con-quistadores buscaban en la palabra real la sanción de sus hechos y elfundamento de su autoridad. ¿Por qué?, se pregunta y él mismo res-ponde: “Porque aquellos españoles eran hombres penetrados del sentido deciudadanía humana fomentado en España como en todo el mundo latino por ladoble tradición de Roma – la imperial y la cristiana. Eran en suma hombreseminentemente civilizados. Muchos de ellos, quizá la mayoría, al menos enalgunos lugares y en algunos tiempos, cayeron en conducta abominable. Elexterminio de los indios de las Islas se debió en parte al menos en el primerbrote de violencia que siguió a las primeras conquistas. Pero ese pronto dedesorden y anarquía de los primeros años no era sino una explosión de energí-as refrenadas por normas civilizadas súbitamente liberadas al borde del mundode la autoridad”.19 Este exterminio, del que habla Madariaga, ocurrióprincipalmente antes de que se forjara el Derecho Indiano en España yque dedicados misioneros y firmes autoridades trabajaran para que seimpusiera un trato más humano a los nativo-americanos.Sin duda, el trato feroz a los infelices caribes por parte de colonos espa-ñoles lo presenciaron los frailes dominicos que llegaron a Santo Do-mingo en 1510 y motivó el sermón acusatorio de Montesinos que causórevuelo hasta en Castilla. El Rey Fernando convocó a una Junta de Ju-ristas y Teólogos, quienes elaboraron las utópicas, Leyes de Burgos, quesin embargo fueron el origen de un cambio de actitud de los conquis-tadores, autoridades y colonos españoles. El Dr. Reig opina así de ellas:

214

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

18 José Reig, “Nace América”, Guayaquil, 2007. p.79.19 Salvador de Madariaga, “Cuadro Histórico de las Indias”. Ed. Sudamericana. Buenos Aires.

1945. p.35-36

Page 214: Academia Nacional de Historia Boletín 180

215

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

20C

uadr

oto

mad

ode

:Fra

ncis

coLi

zcan

oFe

rnán

dez,

“Com

posi

ción

Étn

ica

dela

sT

res

Áre

asC

ultu

rale

sde

lCon

tine

nte

Am

eric

ano

alC

omie

nzo

del

sigl

oX

XI”

,rev

ista

Con

verg

enci

a,vo

l.12,

núm

ero

038.

p.21

8Cu

adro

No.

1C

ompo

sici

ónét

nica

depa

íses

iber

oam

eric

anos

alfi

nald

elsi

glo

XX

20

Page 215: Academia Nacional de Historia Boletín 180

“Es un intento legal ideal que manifiesta la noble preocupación del serhumano a favor del necesitado. Se insiste en el buen trato, en la liber-tad, en el trabajo racional, en horarios respetuosos de la familia, nadade trabajos forzados y de carga; hay que darles casa, hamacas; evitar-les los desórdenes matrimoniales y la bebida que les idiotiza… Es decir,una legislación humana, racional y digna es lo que corre por todo elarticulado de la ley”.21 Ante la falta de cumplimiento de esas primerasdisposiciones del Derecho Indiano Español y como apóstol defensor delos indios se levanta la voz y acción de Fray Bartolomé de Las Casas.

Las Casas fue hijo de uno de los intrépidos aventureros queacompañaron a Colón en el descubrimiento de América y encomende-ro en la Antillas antes de hacerse religioso e ingresar a la orden de losdominicos. Fray Bartolomé escribió el libro “Destrucción de la Indias”en el que denuncia que en vez de evangelizar a los indígenas se los per-sigue como rebeldes hasta aniquilarlos. Sus acusaciones influyen parala promulgación en 1537 de la Bula del Papa Paulo III, Euntes doceteomnes gentes en la que la Iglesia Católica declaraba la aptitud de losindios de recibir cristianismo y condenaba severamente a quienes losesclavizaren.22 Sin duda el Rey Carlos I de España, como sus abuelosIsabel y Fernando, y luego su hijo Felipe estaban imbuidos de un sen-tido humanitario profundo que los impulsó a enfrentar el abuso quesus súbditos españoles en ultramar cometían contra seres a quienesconsideraban inferiores y podían fácilmente avasallar con el acero y lasarmas de fuego. Según Carlos Gutiérrez, biógrafo de Las Casas delsiglo XIX, el propio Carlos V le pidió al fraile dominico que elaborarauna memoria, que este tituló “Veinte Razones”, para la Junta de Valla-dolid que se reunía por orden real en esa ciudad en 1542. Fray Barto-lomé expuso la necesidad de leyes que establezcan la libertad de losindios y que estos sean sujetos sólo a la Corona liberándolos del yugode los encomenderos y la influencia de su pensamiento es evidente enlas Nuevas leyes de Indias que se publicaron en 1543.23 Los argumen-tos de Las Casas son claros y evidentes para todos en tiempos moder-nos, pero no era así para conquistadores, apenas salidos de la épocamedieval y actuando en tierras lejanas contra salvajes indefensos. El

216

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

21 José Reig, “Nace América”, Guayaquil, 2007. p. 89.22 Carlos Gutiérrez, “Fray Bartolomé de Las Casas”. Imprenta de Fortanet. Madrid. 1878. p-192-

19323 Carlos Gutiérrez, “Fray Bartolomé de Las Casas”. Madrid. 1878. p.280-283.

Page 216: Academia Nacional de Historia Boletín 180

célebre dominico, apóstol de los indios, se enfrentó en el plano filosó-fico a personas que como Ginés de Sepúlveda sostenían el derecho delos colonos a enriquecerse con el fruto de sus conquistas, sin que losindígenas tengan ningún derecho.

Según José Reig, la base doctrinal y neurálgica de la posiciónde Las Casas era el desplazar el derecho común europeo por el derechonatural, siguiendo la corriente del santo filósofo del siglo XIII Tomás deAquino. El famoso profesor de la Universidad de Salamanca, Franciscode Vitoria que al comienzo se mantuvo al margen del intenso debatesobre los nativo-americanos, cuando finalmente decide tomar parte, lohace con aplomo. Dice Reig: “no particulariza con los indígenas comoLas Casas, y en forma muy breve y categórica da una visión universal,que abarca al hombre sin clasificación alguna ni singularidad de luga-res: plantea un derecho natural de gentes, que es el inicio de un derechointernacional público, que la Escuela racionalista de holandesa con HugoGrocio, Pufendorf, etc. continuará como rama específica del Dere-cho”.24 No es preciso detallar todas las dificultades que tuvo la Coronapara imponer las leyes nuevas y controlar a los encomenderos, sólo cabemencionar que fue causa de la rebelión de Pizarro, una verdadera gue-rra civil en el Perú que llevó a la muerte en las afueras de Quito delvirrey Núñez de Vela, y que sólo la firmeza y astucia de don Pedro deLa Gasca pudo poner fin, luego de numerosas muertes de españoles.

Estoy convencido de que el trabajo de un puñado de hombres,misioneros como Bartolomé de Las Casas y autoridades civiles que im-pusieron el derecho indiano emanado de la Corona española, son unade las principales razones que explican la sobrevivencia de muchospueblos indígenas y que en países iberoamericanos, como mi PatriaEcuador, indoamericanos y mestizos constituyan la mayoría de la po-blación. No es que en las colonias españolas y las repúblicas herederasde su cultura no se hubiera explotado al indio, se lo hizo, pero se le dioatención en hospitales que aminoró la inmensa mortandad causada porepidemias, se castigó a los que abusaban contra ellos, en fin, se respetósu derecho a la vida. Es necesario resaltar este aspecto de la coloniza-ción española que contrasta con lo difundido por la famosa “leyendanegra” por la cual ingleses y franceses despotricaron contra España.

Creo que hay muchos estudios sociales pendientes para diluci-

217

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

24 José Reig, “Nace América”, Guayaquil, 2007. p. 147-148.

Page 217: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dar los efectos positivos de la acción de Las Casas y muchos sacrifica-dos misioneros católicos. Aquí por ejemplo, en las ex antillas españo-las, Puerto Rico, Cuba y República Dominicana como en el Brasil, exis-ten millones de mulatos que tienen en sus venas sangre indígena; ¿co-mo se compara esto con lo sucedido en las antillas colonizadas porfranceses, ingleses y holandeses?. El efecto de las epidemias en los nati-vos debió ser similar en todo el Caribe, y la falta de mano de obra fuesubsanada con la introducción de esclavos africanos, pero ¿hubo unamayor sobrevivencia de los aborígenes en las Antillas españolas que enlas colonizadas por otros europeos gracias al derecho indiano? Haceunos años visitaba Puerto Rico y escuché que en las montañas existie-ron jíbaros hasta hace pocas décadas atrás, de ellos todavía se oye en lamúsica folklórica cubana y dominicana. ¿Cuánto hay de sangre caribeen los antillanos de países hispanos? De ser posible esa investigación,habría que comparar esos datos con la que se obtenga de pobladores deJamaica, Martinica, Trinidad, Guadalupe o Curazao para ver si el tra-bajo de Las Casas y los dominicos españoles tuvo resultados positivosen aplacar el abuso y disminuir la mortalidad de los indígenas.

El trabajo de misioneros católicos cristianizó a indígenas deFlorida, Luisiana, Tejas, Nueva México, Arizona y California, territo-rios que en el siglo XIX pasaron a ser parte de los Estados Unidos.¿Que pasó con esos habitantes originarios de América cuando perdie-ron la protección de las leyes españolas? Contra algunos de esos pue-blos se declaró la guerra, y luego los sobrevivientes fueron despojadosde sus tierras y evacuados a campos semi-desérticos de Oklahoma.Los Navajo fueron respetados por sus costumbres sedentarias y porquesus tierras no eran apetecidas por la horda de colonos, pero ¿cuántosde los pueblos cristianizados por jesuitas y franciscanos en las celebresmisiones californianas fueron exterminados por la fiebre del oro dehombres sin ley ni respeto a la vida de los “pieles rojas”, a quienes con-sideraban inferiores?

Ni siquiera todos los países independizados de España respe-taron el derecho a la vida de los aborígenes luego de que dejara de regirel derecho indiano español. Es dolorosa la actitud del gobierno argen-tino de Avellaneda de hacer la “guerra del desierto”, cruelmente lide-rada por el ministro Roca, contra indefensos indios patagónicos porque“una vasta región del país estaba de hecho al margen de la autoridaddel Estado y bajo el poder de los caciques indígenas que desafiaban a

218

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 218: Academia Nacional de Historia Boletín 180

las fuerzas nacionales”25. En menos de dos años una gran caballeríaarrasó con miles de pobladores originarios, para dar espacio a la ex-pansión agroindustrial. Según el historiador argentino José Romero:“Sólo la utilización del moderno fusil permitió al general Roca prepa-rar una ofensiva definitiva. En 1879 encabezó una expedición al desier-to y alejó a los indios más allá del río Negro, persiguiéndolos luego susfuerzas hasta la Patagonia para aniquilar su poder ofensivo. La sobera-nía nacional se extendió sobre el vasto territorio y pudieron habitarsedos mil leguas para la producción ganadera, con lo que se dio satisfac-ción a los productores de ovejas que reclamaban nuevos suelos para susmajadas.” Barbarie y codicia a costa del hombre americano fue lo quetrajo el europeo al nuevo continente y si no hubiera sido por la doctrinaimpulsada por Las Casas y cristianamente acogida y adoptada por losreyes españoles, diferente fuera la historia del aborigen americano.

Otras razones existen para explicar la mayor sobrevivencia denativo-americanos en algunos territorios del Continente. En la hoyaamazónica y en el altiplano boliviano, por ejemplo, una selva malsanaen un caso y poco oxígeno en el otro ahuyentaban a potenciales colo-nos, en clima en la altura de los Andes hacía que los gérmenes que pro-vocaban epidemias pierdan agresividad. Poca población originaria yuna mayor emigración europea ayudan a explicar las diferencias de-mográficas y una composición étnica más criolla en Costa Rica y lospaíses del Cono Sur. Ninguna de estas explicaciones le resta importan-cia al contundente efecto de la doctrina del derecho a la vida y protec-ción al indígena implantados por los reyes españoles desde inicios delsiglo XVI.

Desarrollo regional del Ecuador prehistórico. Conquista Inca.Colonización española. Población indígena en el siglo XXI. Movimientos políticos indígenas. Realidad de pueblos autóctonos ecuatorianos.

Los relatos de los primeros cronistas españoles nos dan pocainformación sobre la prehistoria ecuatoriana. El jesuita Don Juan deVelasco durante su destierro en Faenza a fines del siglo XVIII, escribióla primera Historia del Reyno de Quito, del territorio del actual Ecua-

219

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

25 José Romero, “Breve Historia de la Argentina”, Buenos Aires, 1987. p.121.

Page 219: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dor. En esta dice que Los Caras, pueblo llegado por mar a Bahía deCaraquez, conquistaron a los Quitus gracias a su mayor destreza a par-tir del 980 de la era cristiana y que desde la región de Quito se fueronexpandiendo hacia el sur y norte de la región andina llegando a formaruna confederación de dilatada extensión dirigida por los Scyris.26 Elrelato de Velasco hace referencia a la tradición oral que indígenas rela-taron los primeros años de la colonia, menciona manuscritos que noson ahora conocidos de Fray Marcos de Niza, y ante falta de evidenciaarqueológica que lo respalde, ilustres historiadores como el ArzobispoFederico González Suárez y otros después que él, restaron credibilidada la historia de quien se llama a sí mismo “el ocioso de Faenza”.

La investigación arqueológica del Ecuador que se inicia con elilustre arzobispo y continua con el trabajo de Jacinto Jijón, Max Uhle,Federico von Butcwhald y otros a comienzos del siglo veinte, tuvo ungran impulso a partir de los cincuenta con el esfuerzo investigativo delguayaquileño Emilio Estrada Ycaza. Mencionamos como Betty Meg-gers, del equipo que organizó Estrada y que sentará las bases del cono-cimiento de las culturas costeñas ecuatorianas, en su obra “Pueblos yLugares Antiguos: Ecuador”, encuentra relación entre la cerámica de lacultura Valdivia, 3200 años antes de Cristo en el periodo formativo, conla cultura Jômon de la isla de Kyushu en Japón. La misma Dra. Meg-gers, cuando describe elementos asiáticos en la cerámica de la FaseBahía, cultura del periodo de Desarrollo Regional entre 500 años antesy después de Cristo dice que esto se puede explicar como resultado decontacto transpacífico. Ella reflexiona: “Aunque estas embarcaciones ala deriva hubieran sido impulsadas por la misma combinación de vien-tos y corrientes que varios milenios antes trajeron a pescadores Jômona la costa ecuatoriana, el contexto cultural era muy diferente. En Chinae India, la civilización urbana estaba bien establecida al comienzo de laera cristiana. Embarcaciones comerciales capaces de cargar 600 hom-bres y 1,000 toneladas métricas de carga hacían viajes largos fuera devista de tierra, intercambiando productos entre el continente y coloniasen el sudeste asiático e Indonesia. Si averiada, tal embarcación estaríasuficientemente aprovisionada para sostener a sus pasajeros en unalarga deriva.”27.

Mucha investigación arqueológica que producirá nueva infor-

220

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

26 Juan de Velasco, “Historia Antigua de Quito”, BEC, vol 10, 1989. p.11-18.27 Betty Meggers, “Ancient Peoples and Places: Ecuador”, New York, 1966. p.94.

Page 220: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mación del pasado de nuestros pueblos aborígenes está por hacerse,falta el apoyo de un estado que aún tiene que satisfacer las necesidadesbásicas de su población, de organismos gubernamentales o no, nacio-nales o extranjeros para que con el continuo y dedicado trabajo de cien-tíficos de la historia podamos conocer más del pasado de los america-nos originales. Yo comparto con Betty Meggers, que pueblos asiáticosemigraron, con propósito o por casualidad náutica, a las costas del Pa-cífico de América luego del deshielo del estrecho de Bering, cuyo con-gelamiento había permitido la inicial colonización del homo sapiens eneste continente. Si esto es así, no sólo la cultura Jômon/Valdivia podríatener origen asiático, sino la cultura Bahía, originaria de los Caras en elactual Ecuador. Y por qué no también los Tiwanaku, Chimus e Incas enBolivia y Perú y Mayas y Aztecas en México y Guatemala. Mucha in-vestigación falta hacerse para conocer más del pasado de los aboríge-nes americanos.

Estos flujos migratorios pudieron ocurrir porque pescadores,comerciantes o colonizadores del continente asiático en sus travesías alas islas de Japón, Taiwán o Filipinas, pudieron quedar a la deriva y porefecto de las corrientes existentes llegar a costas americanas. O tambiénporque pueblos coreanos, japoneses, chinos o siberianos hayan decidi-do emigrar por calamidades de la naturaleza o persecuciones enemi-gas. Ciertamente conocemos como pueblos agricultores de Eurasia,desde antaño han sido abatidos por pueblos nómadas esteparios, entreellos los hunos, mongoles y tártaros que desde el Imperio Romanohasta después de la Edad Media asolaron el este europeo. Jack Wea-therford en su libro “Genghis Khan y la construcción del mundo mo-derno” describe como este gran líder mongol y sus descendientes solí-an arrasar con los ricos y poderosos en los países conquistados paralograr la completa sumisión del pueblo.28 Esa táctica implicaba quepara salvarse muchos pudieron tener como única alternativa hacerse ala mar en busca de nuevas tierras.

Estas migraciones transpacíficas en diferentes épocas son laque explicarían la diversidad de desarrollo de los diferentes pueblosamericanos y el surgimiento de nuevas culturas en América y específi-camente en Ecuador.

Quisiera hacer un corto e incompleto recorrido por la geogra-

221

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

28 Jack Weatherford, “Genghis Khan and the Making of the Modern World”, New York, 2004.p.112.

Page 221: Academia Nacional de Historia Boletín 180

fía ecuatoriana, lo que ahora se conoce de los pueblos existentes en esteterritorio antes de las conquistas incásica y española y luego de ver losefectos de esas conquistas y colonizaciones, hacer un simple inventariode los pueblos que subsisten con clara identidad luego de quinientosaños de estos procesos. Muchos trabajos de arqueólogos e historiado-res han enriquecido el conocimiento que ahora existe sobre este tema,debemos resaltar el trabajo de Don Waldemar Espinoza Soriano, “Etno-historia Ecuatoriana”, estos nos permiten aproximar la realidad histó-rica. La existencia en Ecuador continental de tres claramente distingui-bles y marcadamente diferente regiones, nos obliga a diferenciar a lospueblos de la costa, sierra y oriente para hacer este estudio más com-prensible. Por cierto, culturas de las tres regiones tuvieron una granrelación interregional incluso desde periodos tan antiguos como la faseValdivia, tres mil años antes de Cristo.

En la costa ecuatoriana podemos clasificar a las tribus aboríge-nes en dos grandes grupos: los manteños-huancavilcas y los cayapas-colorados. Los primeros ocupaban la región de bosque seco tropical,desde el centro de Manabí, la costa de Santa Elena y Guayas incluyen-do Puná y la costa de El Oro hasta Túmbez, limitando al este por la cor-dillera Chongón–Colonche; los segundos la región costera de bosquehúmedo tropical, desde Esmeraldas hasta el norte de Manabí en el lito-ral y al este de la cordillera Chongón-Colonche hasta las estribacionesandinas, incluyendo toda la cuenca del Guayas hasta el norte de la pro-vincia de El Oro. Los manteño-huancavilcas eran expertos navegantesy pescadores, comerciaban el Spondylus y el Mullo que explotaban enlas costas del Pacífico y comerciaban con toda la región andina, lospunaes y los tumbecinos, referidos en las primeras crónicas españolaspor su resistencia a la dominación incásica formarían parte de estaextendida cultura. Los Chonos que habitaban la cuenca del Guayas yque no fueron claramente identificados por los primeros cronistas,dominaban un extenso territorio y estudios arqueológicos los relacio-nan con la cultura Milagro-Quevedo, a la que se relacionan también losCayapas, Colorados y Yungas29.

En la Sierra, antes de la conquista incásica, habitaban del norteal sur, los Pasto, Carangues, Cayambes, Quitus, Panzaleos, Puruhaes,Cañaris y Paltas. Cronistas e historiadores concuerdan que había una

222

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

29 Waldemar Espinoza Soriano, “Etnohistoria Ecuatoriana: Estudios y documentos”, Abya-Yala,Quito, 1988. p.130-132.

Page 222: Academia Nacional de Historia Boletín 180

integración de al menos los pueblos del norte, antes de la llegada de losIncas. Sin llegar a aceptar la propuesta de Juan de Velasco de unaConfederación de todos estos pueblos, al menos se puede admitir unaalianza de los Puruhaes con los Carangues-Cayambes-Quitus para ha-cer resistencia a la conquista de los Incas. Con un mayor análisis, gené-tico y arqueológico, podremos saber el grado de integración que alcan-zaron Panzaleos, Puruahes y otros pueblos vecinos antes de la llegadadel invasor del Sur. Los Cañaris eran un pueblo sólidamente consoli-dado con un amplio territorio antes de la invasión incásica. Trabajos re-cientes de los doctores Don Juan Cordero Iñiguez y Don Gustavo Rei-noso Hermida han ampliado el conocimiento del desarrollo de esta na-cionalidad indígena, una de las más importantes que floreció en elterritorio actualmente ecuatoriano. Los Paltas es una de las etnias de laSierra sobre la que menos estudios se han hecho y menos se conoce.

En el Oriente o región amazónica habían muchos pueblos dediferente nivel de desarrollo cultural. Hasta ahora existen remanentesde pueblos nómadas, cazadores- recolectores. El sacerdote capuchinoMiguel Angel Cabodevilla publicó en 1999 un estudio sobre los Huao-rani, pueblo de salvajes no contactados hasta las últimas décadas delsiglo XX que eran conocidos como Aucas. En su trabajo, coincide conotros investigadores y ubica a las siguientes etnias en la región: losYumbos y Quijos en las estribaciones andinas, Cofanes y Omaguas-Yejes más hacia el oriente, en el norte de la región. En el centro, Canelosen las estribaciones y Zaparos y Huaoranis hacia el oriente. Al sur,Shuaras y Achuaras, conocidos anteriormente como Jíbaros eran losprincipales pueblos con otros pueblos Omaguas hacia el Oriente.30

Es difícil determinar con certeza cuándo comenzó la conquistaincaica a tierras ecuatorianas, el Dr. Cordero hace estimaciones: “¿Des-de cuándo llegaron a las regiones Austral y Sur? Se calcula que entre1450 y 1460, años más, años menos. De sur a norte se apoderaron delterritorio de los Paltas, luego de Cañaribamba (región de Yunguilla enel Azuay), de Guanpondelig, que la llamaron Paucarbamba o Tome-bamba (actual Cuenca) y de Atún Cañar (regiones de Cañar, Tambo,Ingapirca).”31 Túpac Yupanqui es el Inca que se instala en Tomebambay consolida la conquista del sur de los Andes ecuatorianos pero quien

223

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

30 Miguel Ángel Cabodevilla, “Los Huaorani”, Cicame, Coca, 1999. p.60-72.31 Juan Cordero Iñiguez, “Historia de la Región Austral del Ecuador”, Segunda Parte, Cuenca

2007. p.42.

Page 223: Academia Nacional de Historia Boletín 180

la inició fue su padre, Pachacutic. Los cronistas cuentan que Yupanquillegó a costas manteñas desde donde hizo un largo viaje por mar, perono hay evidencias de que hubiera conquistado tierras de la Costa,excepto las de Túmbez y parcialmente la isla Puná. Debió el Incariomantener buenas relaciones con los navegantes y comerciantes man-tenses sin necesidad de someterlos, pero las tierras de los chonos y deotros pueblos bajo la influencia de la cultura Milagro-Quevedo no fue-ron nunca vasallos del Imperio, o porque los incas no pudieron vencer-los ni a las condiciones de la selva húmedo tropical, o improbablemen-te, porque no tuvieron interés en esas tierras.

Túpac Yupanqui avanzó las conquistas incásicas al norte de las

224

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Mapa # 1 Periodo de Integración

Ubicación de Etnias antes de conquista Incásica 1450

Page 224: Academia Nacional de Historia Boletín 180

tierras cañaris, pero no sometió por completo a la Confederación Caraque para algunos, imaginó el Padre Velasco. No sólo que debía conso-lidar el dominio incásico sobre la nación cañari, de la que además senutriera de conocimientos sino vencer la tenaz resistencia que enfrenta-ron los incas en tierras de los puruhaes, quienes debieron aliarse consus vecinos del norte para retrasar en avance del poder imperial. Le to-có a su hijo Huayna Cápac, nacido en Tomebamba someter a los defen-sores del norte de Quito. Cayambis y Carangues resistieron la defensade sus territorios hasta el terrible desenlace de la cruenta batalla enYahuarcocha. Si estimamos entre 30 y 35 la edad de Atahualpa paranoviembre de 1532, cuando ocurrió el intrépido asalto de Pizarro enCajamarca, y como sabemos que nació en Quito, hijo del triunfanteInca y de la princesa Paccha, tenemos que estimar que el sometimien-to inca a tierras ecuatorianas terminó entre 1597 y 1532. Aceptando elestimado del Dr. Cordero de fecha de inicio de la conquista entre 1450y 1460, esta duró alrededor de cuarenta y cinco años y el tiempo en quelos Incas tuvieron dominio de toda la región andina-ecuatoriana no fuesino de alrededor de treinta años en el centro-norte y de cincuenta ycinco en la región cañari y sur del país.

Sin embargo, la influencia del Imperio en la vida regional fueinmensa. El Incario tenía un sistema muy efectivo de control e influen-cia imperial en los pueblos conquistados, trasladaba poblaciones deuna parte del Imperio a otra, práctica utilizada también por GenghisKhan para fortalecer sus conquistas. Los pueblos andinos trasladadospor los incas se conocían como mitimaes, en sus estudios y documen-tos de “Etnohistoria Ecuatoriana”, Waldemar Espinoza presenta rela-ciones históricas de pueblos cayampis radicados en el “reino de An-cara” en la sierra central del Perú, y de cañaris en Huamanga y en el“reino de Yaro”, regiones cerca del Cuzco. Asimismo da cuenta de po-bladores de origen huayacuntu del norte del Perú radicados en Quitoque habían sido trasladados en tiempos de Huayna Cápac y que luegode la conquista fueron leales a los españoles como lo habían sido conlos incas ayudando al control de las poblaciones nativas. Dice Es-pinoza: “En resumen, los mitmas huayacuntu en Quito, con su líder ala cabeza. No solamente en el Imperio Incaico sino también en el pri-mer siglo del predominio hispánico, el siglo XVI, cumplieron funcionesde supervigilancia política, económica, social y religiosa. En ambasépocas intervinieron para que las masas de población campesina cum-

225

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

Page 225: Academia Nacional de Historia Boletín 180

plieran las imposiciones de los dos imperios: primero el Tahuantisuyoy después el español.” 32

No hay estudios que confirmen el origen de los Otavalos, ubi-cados entre las naciones Carangues y Cayampis pero son consideradospueblos mitimaes. Sin duda también tienen origen del centro y sur delimperio Inca, los Salasacas, ubicados entre Panzaleos y Puruhaes, y losSaraguros entre la nación Cañari y los Paltas. La aplicación de cienciashistóricas al estudio de los pueblos existentes junto al estudio de docu-mentación hallada nos ayudarán a conocer los desplazamientos pobla-cionales que se dieron en el Incario y el efecto que esto tuvo en la domi-nación de éstos y en la integración de la región andina. La política detraslado de pueblos fue extensamente aplicada por los incas y lesayudó con efectividad a controlar poblaciones hostiles y cobrarles tri-butos, los españoles continuaron con la práctica.

En la región oriental, los incas no hicieron conquistas, debenhaber tenido poco interés en dominar pueblos atrasados en clima in-hóspito. En esa región se producían variaciones de territorios entre tri-bus nómadas recolectores cazadores y agricultores semi-nómadas y esprobable que la invasión incaica provocara que algunos Carangues yCayampis ocuparan estribaciones orientales andinas en territorios delos quijos para escapar del dominio inca. Esta migración habría expan-dido nexos de comunicación y mejor conocimiento por parte de pobla-dores andinos del norte de la región amazónica ecuatoriana. Informa-ción que sirviera unas décadas después para la realización de la expe-dición en la que Orellana descubrió el Amazonas.

La llegada de los españoles produjo nuevos cambios en el es-pacio andino. En la costa durante los primeros cien años de la coloniase produjo la desaparición del pueblo Chono y el surgimiento de unaraza y cultura mestiza conocida como “montubia” en la que se unieronsangre indígena con la de esclavos africanos, indios y mestizos andinosy colonos españoles y son el actual campesinado de la cuenca del Gua-yas y del suelo manabita. Las pestes fueron la principal causa de la dis-minución de población nativa al este de la cordillera Chongón-Co-lonche. En la descripción de la Tenencia de Yaguachi, el padre Velascocuenta que estos indígenas, que equivocadamente por falta de conoci-mientos arqueológicos que ahora existen, cataloga como “guancavil-cas” en vez de chonos, originalmente revoltosos destruyendo ubicacio-

226

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

32 Waldemar Espinoza Soriano, “Etnohistoria Ecuatoriana”, Abya-Yala, Quito, 1988. p.27.

Page 226: Academia Nacional de Historia Boletín 180

nes originarias de Guayaquil, se hicieron pacíficos luego de acordarcon que los españoles “tuviesen mujeres propias de su nación”. Comolo presenta Velasco: “La horrenda peste del 1589 dejó esta excelentenación casi consumida, y sólo se libraron las reliquias que se esparcie-ron por los bosques y las montañas”.33 El inicio del comercio del cacaoen el siglo XVII provocó el desarrollo de la producción cacaotera en lafructífera cuenca del Guayas, vinieron esclavos africanos, pobladoresdel corredor interandino y colonos españoles para aprovechar estafuente de trabajo. La unión de estos inmigrantes a la región con losnativos que quedaron después de las pestes forjaron la cultura montu-bia, base del desarrollo rural de gran parte de la costa ecuatoriana.

Con los pueblos Manteño Huancavilcas sucedió un fenómeno

227

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

33 Juan de Velasco, “Historia Antigua de Quito”, BEC, Quito, 1989. Segunda parte. P.591.

Mapa N° 2 Desarrollo de Imperio Incásico en tierras Ecuatorianas 1460-1535

Page 227: Academia Nacional de Historia Boletín 180

especial, las tierras fueron poco apreciadas por la falta de lluvias, losindígenas eran buenos pescadores y comerciantes. Vendían a Guayaquilo Portoviejo y sus comarcas sal, pescado, brea para calafatear naves ymadera. Utilizando su ancestral su cultura agrícola basada en alba-rradas para aprovechar la poca agua, desarrollaron ganadería vacuna ycaprina, asumieron el castellano como idioma y la vestimenta de losespañoles pero mantuvieron su pureza sanguínea e identidad cultural.Con buen liderazgo consiguieron en el siglo XVIII de la corona españo-la el reconocimiento de propiedad de sus territorios comunales.

En el norte, en las costas de Esmeraldas, el naufragio y motínde embarcaciones de africanos destinados a la esclavitud ocasionaronuna exitosa colonización de ese territorio. El dominio de los africanossobre los pueblos cayapas se hizo notorio desde el primer siglo de lacolonia, es una raza con más defensas a las enfermedades euroasiáti-cas, con mayor corpulencia que fueron desplazando hacia el interior, yen algunos casos asimilando, a los aborígenes pueblos cayapas.

En la sierra, la conquista y colonización española tiene diferen-tes efectos. Al sur, en Loja, rodeada de zonas mineras que fueron explo-tadas con ansía e intensidad en el siglo XVI e inicios del XVII, la pobla-ción palta prácticamente se extinguió. Presumimos que una mayor do-cilidad de este pueblo haya permitido su explotación excesiva en lasmitas. Las mujeres sobrevivientes con colonos españoles formaron a loscampesinos mestizos lojanos. Poblaciones mineras como Zaruma, Va-lladolid y Sevilla de Oro entraron en decadencia o fueron arrasadascuando se revelaron los shuaras que resistieron con valentía y fierezasu explotación en minas. Los saraguros mantuvieron su territorio y nofueron sujetos de explotación.

La nación Cañari, que sufrió la terrible represalia de Atahual-pa, se fortaleció durante la colonia, ¿habrán regresado pueblos que fue-ron trasladados por los incas como mitimaes? Sin duda algunos fue-ron utilizados en las encomiendas e industria telar azuayas, otros semestizaron en los cantones urbanos de la región, pero hoy en día mu-chos pobladores conservan la cultura cañari intacta y todos el espírituprogresista y trabajador que los caracteriza tanto los que ocupan vallesandinos ancestrales como los que están en áreas colonizadas en el lito-ral o trabajando en la metrópoli neoyorquina.

Las poblaciones originarias de la sierra central y norte contri-buyeron con su trabajo al desarrollo de las encomiendas, productostextiles de estas enriquecieron a la Audiencia de Quito durante los pri-

228

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 228: Academia Nacional de Historia Boletín 180

meros años de la larga etapa colonial. Puruhaes, Panzaleos, Quitus, Ca-yambis, Otavalos y Carangues a pesar de años de conquista incásica nohabían perdido sus idiomas originales hasta alrededor de 1600, pero ladecisión eclesiástica para facilitar la evangelización, de vulgarizar el usodel quechua entre los indígenas de los Andes ecuatorianos hizo que sóloqueden vestigios en los nombres de lugares, ríos o montañas de las len-guas vernáculas de estas etnias. Los mitimaes Huayacuntus enseñorea-dos en Quito pronto formarían, junto a muchos artesanos de diferentesetnias, el gran pueblo mestizo de la capital de la Audiencia. Epidemiastambién causaron estragos en los pobladores del callejón interandino,en el cálido valle del Chota la desolación fue mayor y los encomenderosutilizaron esclavos africanos para reemplazar a los nativos. En grandessectores de la sierra, como en gran parte del norteño Carchi, se formó uncampesinado serrano fruto del mestizaje de disminuidas poblacionesindígenas con colonos españoles como sucedió en Loja, los quillacingasen el norte, como los paltas en el sur son los dos pueblos andino-ecua-torianos que disminuyen sustancialmente su población y sus identida-des son confundidas como campesinos mestizos.

En el Ecuador de comienzos del siglo XXI siguen existiendo lamayoría de las etnias, tribus e incluso naciones, en el concepto primiti-vo, que existieron antes de la conquista incásica. Descendientes de anti-guas naciones, como la manteño-huancavilca, tienen una gran pobla-ción en el sur de Manabí, Santa Elena y en la costa de Guayas, nuncafueron sujetos a encomiendas o mitas. Desde el inicio comerciaron conlos españoles como lo hicieran con los incas, en pocas décadas se mes-tizaron culturalmente, idioma, religión, por lo que recién están siendoreconocidos como pueblo ancestral.

El movimiento indígena ecuatoriano que brotara con fuerzaluego del “levantamiento” de junio de 1990 y que se venía gestandolustros atrás con el apoyo de organizaciones no gubernamentales euro-peas, se consolidó con la constitución de la C.O.N.A.I.E. Confederaciónde Nacionalidades Indígenas del Ecuador en noviembre de 1986. Estaorganización ha impulsado el fortalecimiento de la identidad de lospueblos indígenas, la conservación de sus lenguas y su cultura. La ac-tual Constitución reconoce el carácter multicultural de la nación ecua-toriana gracias al empeño de los pueblos que incluso promueven elconcepto de plurinacionalidad en la Asamblea Nacional. Conversandocon uno de sus líderes hace pocos días entendí que en los inicios de la

229

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

Page 229: Academia Nacional de Historia Boletín 180

organización se pretendió aglutinar como “quechuas” o “kichwas” adiferentes etnias de la sierra porque hablan el mismo idioma inca quelos misioneros católicos utilizaron para la evangelización y que ahoralos vincula, a pesar de haber grandes diferencias entre Saraguros yPuruhaes por ejemplo, en fisonomía, vestimenta, usos y costumbres.La C.O.N.A.I.E. está reparando el error inicial de no considerar a losmanteño-huancavilca como etnias autóctonas porque hablan español ytienen costumbres de los demás campesinos de la costa. En la conver-sación, el Sr. Guatemac me refirió como están identificando la existen-cia de campesinos andinos que se reconocen como Paltas o Quillacin-gas, etnias que se consideraban desaparecidas por el mestizaje que les

230

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Mapa N° 3 Inicio de Colonización Española 1600

Page 230: Academia Nacional de Historia Boletín 180

hizo perder idioma y vestimenta.El punto de vista utilizado por la organización indígena para

definir a un pueblo o etnia como nación se basa primordialmente en laexistencia de un idioma que los distinga, así, consideran una nación“kichwa” no sólo a los pueblos que hemos diferenciado en la sierra si-no también a Tomabelas, Natabuelas, Chibuleo y otros. No distinguena los cañaris que tienen una gran población y territorios individuales ycomunales como nación porque ya no hablan su idioma original perosi a los “Awas”, “Cofanes” u otras que tienen una población menor ados millares de personas.

Antes de terminar esta corta descripción de los pueblos aborígenes que

231

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

Mapa N° 4 Ecuador 2006

Page 231: Academia Nacional de Historia Boletín 180

actualmente existen en Ecuador quiero resaltar a dos etnias o “naciona-lidades” que se distinguen en el mundo entero: los Otavalos que estánpresentes con sus artesanías y folclore en las principales ciudades euro-peas y norteamericanas, y han convertido a su comarca en una ciudadde atractivo turístico cerca de Quito en la que venden sus productos, ylos Cañaris que tienen un espacio importante entre los pueblos latino-americanos inmigrantes de Nueva York. Por su laboriosidad y buentrato encuentran trabajo con facilidad en la industria de servicios decomida.

Epilogo

Analizando los efectos de la colonización española en Américaobservamos que esta fue menos impactante contra la sobrevivenciaindígena que la de otras conquistas en este u otros continentes. Sinduda, la aplicación, aunque de manera imperfecta, del derecho india-no, propulsado por Fray Bartolomé de Las Casas, fue un factor deter-minante para que esto ocurra.

El Ecuador es un ejemplo de nación en la que se ha respetadoa las etnias aborígenes. Luego de cerca de quinientos años desde quese inicio la colonización española que incluyo la inmigración de africa-nos y posteriormente del periodo republicano en el que han habidoinmigrantes asiáticos y europeos, más de la mitad de la población delEcuador es indígena o tiene sangre americana como su principal com-ponente racial.

Es notorio el efecto de la diversidad geográfica del Ecuador enel proceso de desarrollo de los pueblos que existieron antes de la colo-nización incaica y española, La dificultad de acceso por la tupida selvatropical y el poco interés de los colonos por ciertas regiones con limita-dos atractivos agrícolas como también las decisiones y acciones de et-nias particulares debieron ser factores que abonaron en la preservaciónde culturas ancestrales.

Organismos no gubernamentales europeos principalmente hanapoyado la organización indígena, lo que ha influido positivamente enla recuperación de valores culturales y en la mayor intervención socialy política de las etnias indígenas en la vida nacional. El efecto ha sidoque los pueblos indígenas han recuperado su autoestima y la poblaciónen general trata con mayor respeto a los indígenas que conservan sus

232

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 232: Academia Nacional de Historia Boletín 180

culturas. El movimiento de desarrollo indígena debe fortalecerse enEcuador y su acción replicada en otros países donde existen etnias abo-rígenes.

Mucho falta por hacer para entender el desarrollo de los pueblos abo-rígenes. Es necesaria la aplicación de ciencias históricas para ampliarel conocimiento de su pasado. Esto va a permitir a los pueblos autóc-tonos recuperar su autoestima, fortalecer su cultura y ampliar su parti-cipación en el desarrollo de nuestros estados nacionales.

Bibliografía

Agoglia, Rodolfo. “Historiografía Ecuatoriana”. Corporación EditoraNacional. Quito, 1985.Aguilar, Enrique. “Amanecer en los Andes”. AC Graphics, U.S.A. Quito, 1998.Aguilar Paredes, Héctor. “Las Guerras de Conquista en Latinoamérica”.Editorial Universitaria. Quito, 1980.Albornoz P., Oswaldo. “Las Luchas Indígenas en el Ecuador”. Editorial Cla-ridad. Guayaquil, 1976.Álvarez, Silvia G. “De Huancavilcas a Comuneros”. Abya-Yala. Quito.Andre, Marius. “El Fín del Imperio Español en América”. Cultura Española1939.Ayala Mora, Enrique. “ECUADOR Patria de todos”. Universidad AndinaSimón Bolívar, Corporación Editora Nacional. Quito, 2004.Cabodevilla, Miguel Ángel. “Los Huaorani”. Cicame-Coca. Quito, 1999.Carbia, Romulo D. “Historia de la leyenda Negra”. Orientación Española.Buenos Aires, 1943.Cordero Iñiguez, Juan. “Historia de la Región Austral del Ecuador desde suPoblamiento hasta el siglo XVI”. Tiempos Indígenas o los SIGSALES; Primeraparte. El Imperio Andino del Sol en el Sur Ecuatoriano Conquista y Domina-ción Incaicas; Segunda parte. Historia de Cuenca y su región. Siglo XVIChoques y Reajustes Culturales: tercera parte. Municipalidad de Cuenca, 2007.

233

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

Page 233: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Lara, Darío. “Viajeros franceses al Ecuador en el Siglo XIX”. Vol. I. EditoraCasa de la Cultura Ecuatoriana. Quito, 1972.De Avendaño, Joaquín. “Imagen del Ecuador”. Corporación Editora Nacional.Quito 1985.De Madariaga, Salvador. “Cuadro Histórico de las Indias”. Editorial Suda-mericana. Buenos Aires,1945.De Ulloa, Antonio y Jorge Juan. “Noticias Secretas de América”. EdicionesMar Océano. Argentina 1953. De Velasco, Juan. “Biblioteca Ecuatoriana Clásica.” I – II Parte. Corporaciónde Estudios y Publicaciones. Quito, 1989.Diamond, Jared. “Guns, Germs, and Steel. The Fates of Human Societies”. W.W. Norton & Company, New York 1999.El Ecuador Secreto 3. “El Encanto de Valdivia”. Occidental Exploration andCompany, 1999.El Ecuador Secreto 3. “El Encanto de Valdivia”. Occidental Exploration andCompany, 1999.Enock C., Reinald. “ECUADOR Geografía Humana”. Corporación EditoraNacional. Quito, 1981.Espinoza, Leonardo. “La Sociedad Azuayo-Cañari: Pasado y Presente”.Editorial El Conejo. Quito, 1989.Espinoza Soriano, Waldemar. “Etnohistoria Ecuatoriana”. Ediciones Abya-Yala. Quito, 1988.Estrada, Emilio. “los Huancavilcas. Ultimas Civilizaciones. Pre-Históricas delas Costa del Guayas”. Archivo histórica del Guayas, 1979.Estrada, Jenny. “El Montubio”. Poligráfica. Guayaquil, 1996.Estrada, Jenny. “La Balsa”. Instituto de Historia Marítima. Guayaquil, 1988.Estupiñán Tello, Julio. “El Negro en Esmeraldas”. Talleres Gráficos Nacio-nales. Quito, 1967.Gutiérrez, Carlos. “Fray Bartolomé de las Casas”. Imprenta de Fortanet. Ma-drid, 1878.Gerbi, Antonello. “La Disputa del Nuevo Mundo”. México, 1950. González Suárez, Federico. “Biblioteca Ecuatoriana Clásica”. Corporación deEstudios y Publicaciones. Quito, 1989.Hamerly, Michael T. “Historia Social y Económica de la Antigua Provincia deGuayaquil 1763-1842”. Segunda Edición. Banco Central del Ecuador. Guaya-quil, 1987.Hammond, Ines. “The Conquistadors”. Collins. London, 1969.Harina, C. H. “El Imperio Hispánico en América”. Buenos Aires, 1958.Jara Chávez, Hólguer. “TULIPE y la Cultura Yumbo”. Tomo I – II. FONSAL– Quito, 2006.Juderías, Julián. “La Legenda Negra”. Barcelona.

234

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 234: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Laviana Cuetos, Maria Luisa. “Estudios Sobre El Guayaquil Colonial”. Archi-vo Histórico del Guayas. Guayaquil, 1999.Liscano Fernández, Francisco. “Composición Etnica de las Tres Areas cultura-les del Continente Americano al Comienzo del Siglo XXI”. Revista Convergen-cia. México, 2005.Mann, Charles C. “1491”. Vitage Books. New York, 2005.Marcos Pino, Jorge G. “Los 10.000 años del Antiguo Ecuador”. Poligráfica,2006. Meggers, Betty J. “Ecuador”. Frederick A. Praeger, Inc. New York, 1966.Monsalve Pozo, Luís. “El Indio”. Editorial Austral. Cuenca, 1943.Morales y Eloy, Juan. “Ecuador Atlas Histórico-Geográfico”. Ministerio deRelaciones Exteriores. Quito, 1942.Pareja Diezcanseco, Alfredo. “ECUADOR de la Prehistoria a la ConquistaEspañola”. Editorial Universitaria. Quito, 1979.Pérez T., Aquiles R. “Las Mitas de la Real Audiencia de Quito”. Universidadde Guayaquil, 1987.Prescott, William H. “ The Conquest of Mexico”. The Folio Society London ,1994.Reig, José. “Nace América”. Guayaquil, 2007.Reinoso Hermida, Gustavo. “Cañaris e Incas”. Tomo I- II. Gráficas HernándezCia. Ltda. Cuenca, 2006.Roca Osorio, Miguel. “Tahuantinsuyo”. Casa de la Cultura EcuatorianaNúcleo del Guayas, 1993.Romero, José Luis. “Breve Historia de la Argentina”. Editorial Abril S.A..Buenos Aires, 1987.Ubo, Oberem. “Los Quijos”. Instituto Otavaleño de Antropología. Ecuador,1980.Van Tuerenhout, Dirk R. “The Aztecs” ABC-CLIO. Santa Barbara California,2005. Villanueva, Carlos H. “Resumen de la Historia General de América”. GarnierHnos.. Paris, 1907.Zaldumbide, Gonzalo. “Significado de España en América”. Letramía Edito-rial. Quito, 2002.

235

D I V E R S I D A D R E G I O N A L E N P R O C E S O C O L O N I Z A D O R D E A M É R I C A

Page 235: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 236: Academia Nacional de Historia Boletín 180

DISCURSOS ACADÉMICOS

Page 237: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 238: Academia Nacional de Historia Boletín 180

BIENVENIDA AL PROFESOR DR. SERGIO MARTINEZ BAEZAEN SU INCORPORACIÓN COMO

MIEMBRO CORRESPONDIENTE EXTRANJERO

Manuel de Guzmán Polanco

La sincera amistad entre Ecuador y Chile está revelándose, unavez más, en este acto que estamos cumpliendo con gran satisfacción yhonra personales, los Directores de las Academias de Historia de ambospaíses. Llevo con orgullo la medalla que acaba de imponerme el amigoSergio Martínez Baeza; y tendré con afecto en mi escritorio el diplomaque me acredita Miembro Correspondiente de la Sociedad Chilena deHistoria y Geografía, matriz de la Academia de Historia de Chile.

En efecto, en 1911 se constituye la Sociedad Chilena de His-toria y Geografía en Santiago. La conforman los más destacados hom-bres públicos e historiadores de ese esmerado país del mundo hispáno-americano y la preside Don Domingo Amunátegui. La Sociedad, reco-nocida oficialmente por el gobierno con personería jurídica, empiezapor declarar que el verdadero fundador de la entidad era el Sr. EnriqueMatta Vial, con su Revista Chilena de Historia y Geografía. Años después,debido a diferencias administrativas, la Sociedad acepta la creación deun departamento de Estudios Coloniales y, finalmente, este grupo seconstituyó en Academia de la Historia en 1933. Los dos grupos colabo-ran en armonía e inclusive ocupan el mismo inmueble en la calleAlmirante Montt de la capital chilena.

Aquí tenemos ahora al amigo del Ecuador, Sergio MartínezBaeza, amigo de veras y que ha servido al Ecuador desde varios depar-tamentos del Convenio Andrés Bello.

Y ahora es el gran motor de la reivindicación de aquella mues-tra ejemplar de respeto y simpatía para el país de Quito, que planteóante el Congreso Chileno el prócer Fray Camilo Henríquez, en 1812,con la imperecedera frase consagratoria de “Quito, luz de América”que debía exhibirse como una alita del faro de Valparaíso; placa que, en

239

Page 239: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dos meses más, volverá a restablecerse en un faro de una plaza públi-ca de esa ciudad, conforme lo acordado últimamente por el Cabildo deaquella ciudad.

Hacen dos años yo había iniciado el estudio en Chile y Ecua-dor, de los documentos históricos referentes a tan trascendental procla-ma de los próceres chilenos, presididos por el Fraile de la BuenaMuerte, que fue testigo del 10 de agosto de 1809 y del 2 de agosto de1810. Larga pero estimulante la tarea y finalmente concluímos en quela tradicional placa había desaparecido a consecuencia de alguno de lostantos asoladores movimientos terráqueos que habían afectado al tra-dicional puerto chileno de Valparaíso, que comparte con Santiago lasgrandes edificaciones oficiales de los poderes del Estado y los archivosde la nación.

Pero sigue mi historia. Cualquiera que fuera el destino de lospapeles, de los documentos del Congreso chileno, de la Marina y delCabildo portuario, el gesto y la proclama chilena fue registrada por unCronista de la época en Quito, el Dr. Agustín Salazar y Lozano, miem-bro del Concejo capitalino; y, luego, en la primera historia de la Re-pública escrita por el ambateño Dr. Pedro Fermín Cevallos. Numerosasson las piezas literarias escritas en homenaje a Quito por el fraile chile-no, redactor y editor del primer periódico que vió la luz en Santiago yque lo denominó La Aurora de Chile; así como en otros escritos efectua-dos en Buenos Aires. La frase imperecedera del primer Director de laBiblioteca Nacional de Chile y Presidente del Primer Congreso hispa-noamericano, se la había ganado Quito desde antes; y ya estaba en elcorazón de los hispanoamericanos: Quito había levantado la tea de lalibertad, de la independencia, de la autodeterminación y del derechode hacer gobierno con sus propios hombres y sus propios principiospolíticos y lo hizo el 10 de agosto de 1809. Y había sellado con sangredel 10% de su población de todos los niveles, de Marqueses a barren-deros, el 2 de agosto de 1810. En efecto, viva y ejemplar era esa luz parahispanoamérica, pues luego de Quito vinieron los gritos libertarios deCaracas, Bogotá, Buenos Aires, Santiago y otros. La antorcha no semitigó y arde para siempre en el corazón de cada quiteño y de los ame-rindios.

Todo fue saber la conclusión a que habíamos llegado en lasinvestigaciones sobre “Quito Luz de América” y apareció la figura ca-balleresca del Académico Presidente de la Sociedad Chilena de His-

240

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 240: Academia Nacional de Historia Boletín 180

toria y Geografía, del amigo auténtico de mi país, aquí presente, SergioMartínez Baeza, para que la consigna laudatoria para Quito del Con-greso de Chile de hace casi 200 años, vuelva a lucir airosamente enterritorio chileno, como símbolo de la antigua y profunda amistad delos dos pueblos.

Situados en el Pacífico Sudamericano, Ecuador y Chile nuncaestuvieron ausentes en los grandes momentos de satisfacción o deamargura. Y en determinados casos fueron duros o equivocados, peroestuvieron allí, el uno junto al otro.

En esta sesión, a la que doy especial significación por sus con-tornos y contenido, considero apropiado que hagamos memoria de porlo menos uno que otro suceso que revela esa unión, esa amistosa rela-ción entre Ecuador y Chile. Se dice que el mejor amigo es el vecino detu vecino. Si eso es cierto, en nuestro caso se ha de decir que hay algomás explicativo para la amistad de nuestras dos naciones. No es fácilcalificar los sentimientos, aquellos que no son pasajeros. Se los encuen-tra, se los aprecia, físicamente se los vé de repente, sin poder pintarlos,sino apretarlos. Han nacido espontáneamente, se han desarrollado co-mo la vida misma y como ella se transmiten de generación en genera-ción. La amistad espontánea de Chile y Ecuador es uno de esos senti-mientos. Se puede preguntar en la calle o en la universidad o en las aca-demias o en la Policía o las Fuerzas Armadas, o los medios de comuni-cación de Chile o de Ecuador. La respuesta es positiva, es fácil y espon-tánea.

Mucho me demoraría –y no es el momento– para relatar lossucesos que han marcado la amistad ecuatoriano–chilena, inclusivecon los desagrados que conlleva toda amistad. En el año de 1989, conmotivo de la celebración del día de la independencia de Chile, en unacto público de la Embajada de ese país en Quito, tuve la oportunidadde hacer una crónica ligera de ciertos hechos de nuestra relación inter-nacional, en la charla que dicté sobre el Tratado Continental de San-tiago de 1856. De mis apuntes de hace 20 años extraigo datos comoestos, que demuestran cómo nuestra relación amistosa empieza prontoal iniciarse la época republicana.

Después de esas manifestaciones de aprecio de los prócereschilenos a los próceres quiteños, entre 1809 y 1813, sintetizados en laproclamación de “Quito, Luz de América”, nada especial se registrahasta la década de 1820, cuando cuadros del ejército de O´Higgins

241

B I E N V E N I D A A L P R O F E S O R S E R G I O M A R T Í N E Z B A E Z A

Page 241: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ascienden hasta el Pichincha en 1822 para derrotar a la autocraciapeninsular en la primera de las grandes batallas de las naciones de laindependencia, antes que Ayacucho.

A medias instalados Chile y Ecuador como nuevos Estados,tenían que preocuparse de dar los primeros pasos como tales. En efec-to, en 1836, Vicente Rocafuerte acredita a José Miguel González, futuroMinistro del Interior, para que proponga a Chile dos Tratados bilatera-les: el uno de Amistad, Comercio y Navegación y otro secreto de alian-za ofensiva y defensiva. El Presidente Diego Portales recibió con entu-siasmo al delegado ecuatoriano y con su Canciller Varas llegaron a lasuscripción del Tratado el 21 de enero de 1837. Pero por instruccionesdel Canciller ecuatoriano, General Bernardo Daste, ya no se debía rea-lizar el Tratado secreto. Prescindiré de explicar todos estos cambios enla política internacional nuestra y en la chilena. Nos llevaría demasia-do tiempo. Sólo diré que la presencia de la poderosa ConfederaciónPerú–Boliviana perturbó las normales relaciones de estas naciones delPacífico Sur.

No es que fuera totalmente distinta la política internacionalfloreana de esta época con la del “marcismo” a partir de 1845, peropodría sorprender que en el conflicto que surgió entre Chile y la Con-federación, aquel país se negó a aceptar la mediación ofrecida porEcuador, pues el Canciller Joaquín Tocornal sostenía que no cabían fór-mulas diplomáticas ya que la política de la Confederación era altamen-te peligrosa para Chile tanto como para Ecuador. La muerte del altodirigente peruano, General Gamarra, resolvió la situación en parte, porcuanto Ecuador insistía ante el Perú por el cumplimiento del Tratadode Guayaquil de 1829.

Cambian los tiempos y los líderes. La década de 1850 a 60 pre-senta otros problemas. En 1856 se hallaba de Jefe del Estado ecuatoria-no el General José María Urvina, quien acreditó en Santiago, comoPlenipotenciario, al joven jurisconsulto guayaquileño Dr. FranciscoJavier Aguirre Abad, para lo que calificó de un “tratado especial”. ElPresidente Manuel Montt le recibió con muestras de mucho aprecio yentró a negociar con el Canciller Antonio Varas un “tratado de confe-deración de las naciones americanas”. Conviene señalar que fueronnombrados Secretarios de la Misión Antonio Bustamante, que en laépoca garciana tendría relevante actuación y Javier Espinosa, nadamenos que el futuro Presidente de la República, en un interregno de la

242

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 242: Academia Nacional de Historia Boletín 180

capitanía política de Gabriel García Moreno. El proyecto ecuatorianoconsistía en proponer la Confederación de las naciones hispanoameri-canas y emitir las primeras reglas de convivencia, entre otras el arbitra-je de una de las naciones confederadas para el caso de conflicto y porsupuesto, condenando la guerra entre ellas. Preveía la propuesta ecua-toriana la presencia de un Congreso de Plenipotenciarios que prepara-ra un Código completo de derecho internacional para estas naciones.

Recordemos que para entonces, ya se había publicado inclusi-ve una segunda edición hecha en Lima de Principios de Derecho Inter-nacional (1844) del eminente venezolano y Rector de la Universidad deChile, Andrés Bello.

El Canciller Varas presentó las anotaciones que, a juicio deChile, merecía el proyecto ecuatoriano. Y finalmente resolvieron firmarel Tratado exclusivamente Ecuador y Chile. A último momento Perúacreditó al Plenipotenciario Coronel Cipriano Zegarra y también firmóel 21 de enero de 1857, el que se llamó “Tratado Continental de San-tiago 1856”, pues se previó que atrás de nuestras naciones se adhirie-ran otros países, por la importancia de los temas que hacen 150 añosse consideraban comunes tanto en cuanto al Derecho Internacional Pú-blico como al Privado. Grato reconocer que muchos de esos acuerdosson ahora parte del Derecho Internacional Americano positivo. Sin-gular también lo que ocurrió con el Tratado de Santiago. Aunque sellamó Continental nunca pudo entrar en vigencia pues solamente elCongreso de Ecuador lo aprobó; el de Perú solamente alcanzó a pasaren la Cámara de Diputados. Y en cuanto a Chile, cuando fue presenta-do a la legislatura, fue tan ardua la discusión que un Diputado se lanzósobre el texto y lo destruyó. Sin embargo, todas sus normas fueronseguidas por nuestros Estados hispanoamericanos en los siguientes 20años.

No se puede pasar por alto el señalar la actitud de Chile en1842, en que es nombrado Plenipotenciario de Nueva Granada en San-tiago el General Tomás Cipriano de Mosquera, caucano de la épocaanterior a la independencia, edecán del Libertador y delegado especialde éste, para fijar la línea divisoria prevista en el Tratado de Guayaquilde 1829 entre la Gran Colombia y Perú; y en consecuencia firmante delProtocolo Mosquera-Pedemonte de 11 de agosto de 1830. La fricciónentre Ecuador y Perú provocó la mediación de Venezuela y Nueva Gra-nada, a la que éstos querían incorporar a Chile. Este país reconoció los

243

B I E N V E N I D A A L P R O F E S O R S E R G I O M A R T Í N E Z B A E Z A

Page 243: Academia Nacional de Historia Boletín 180

derechos territoriales del Ecuador, pero se negó a intervenir en lamediación con fútiles argumentos. Chile quería tener las manos libres,sin comprometer su futuro. La política internacional chilena fue siem-pre muy realista.

Ecuador, por su parte, observó una conducta poco clara en elconflicto marítimo de las islas peruanas Chincha y en el ataque de losespañoles a Valparaíso. García Moreno tenía ideas peculiares sobre lasolidaridad continental; y guardaba muy atentamente los intereses in-mediatos del Ecuador. La guerra del Pacífico fue románticamente desa-provechada por Ecuador para resolver su problema mayor con el Perú.Chile tampoco manejó con perspectiva la situación del Ecuador.

El siglo XX trajo nuevas realidades al Continente, sobre todopor la incursión de los Estados Unidos de América y los primeros pini-nos de Brasil en el concierto iberoamericanista. Ecuador ya se habíaallanado a las penetraciones territoriales de Colombia en la Amazonía;y el Perú seguía marchando en ella impunemente. Hasta que en 1910se conformó prácticamente el clima de guerra peruano-ecuatoriano.Chile se había acercado bastante al Ecuador, destacándose desde prin-cipios de siglo varias misiones diplomáticas notables como la de GaloIrrázabal, la de Víctor Eastman Cox y la de Leonidas Irarrázabal quemarcaron la estrecha convivencia política con el novedoso liberalismoalfarista y placista, que duró hasta 1930. Chile hasta logró crear la ima-gen de una alianza secreta con Ecuador. La realidad diplomática eraotra. La Cancillería jamás pudo despejar el horizonte de modo que alEcuador pudiera parecer clara su posición, favorecida por la tradicio-nal amistad.

He sido diplomático de Carrera y Profesor de Derecho Interna-cional y Derecho Territorial, así como he estudiado los textos de losinternacionalistas chilenos, empezando por el que escribió en francés elmaestro de todos nosotros Alexandre Alvarez, en su obra editada enParís en 1910, Le Droit International Americain. Hasta por razones fami-liares siempre estuve en la vanguardia de la amistad con Chile y asíseguiré por convicción y por razones del corazón. Tengo amigos chile-nos que me conocen y me entienden, que es mi mejor compensación.Uno de ellos Sergio, que sabe querer al Ecuador; y al que rindo mi gra-titud porque seguirá trabajando para que ese afecto imperecedero denuestros pueblos se haga cada vez menos retórico y más práctico enbeneficio de Chile y Ecuador.

244

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 244: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Chile es el país del Pacífico Sudamericano con más extensacosta marítima. En 1952 invitó a sus vecinos Ecuador y Perú a estudiarla manera de incorporar a la soberanía de cada uno de ellos las respec-tivas costas y fondos marinos con las riquezas que contienen hasta 200millas de la costa. Así fue como se firmó la llamada Declaración deSantiago de 18 de agosto de 1952, que, convertida en Convención apro-bada por los respectivos Congresos, fue especificada en sucesivas reu-niones, sobre todo la inmediata de Lima en 1954, por las que se definiócomo linderos en el mar el paralelo desde la parte más saliente del lími-te territorial. Así empezó la revisión universal de los derechos maríti-mos de todos los países del mundo, que quedaron establecidos en laConvención Mundial sobre el Derecho del Mar, novísima legislación deNaciones Unidas incorporada al Derecho Internacional. En cuanto aEcuador, en la Declaración de Santiago quedaron incluídos sus dere-chos marítimos en el Archipiélago de Colón –Galápagos–. Ecuadorincorporó un territorio más grande que el suyo en el Continente, luegodel Protocolo de Río de Janeiro de 1942. Su soberanía terrestre alcanzaa 256.370 kilómetros cuadrados y la marítima a 1´095.446,2 kilómetroscuadrados. Total 1´351.816 Kilómetros. Actualmente estudia la conve-niencia de ratificar ese Tratado marítimo universal que fue firmado enMontego Bay.

Mucho tenemos por delante para trabajar en mutuo beneficiode los pueblos de Ecuador y Chile. Allí estarán presentes la SociedadChilena de Historia y Geografía y la Academia Nacional de Historiadel Ecuador.

Quito, Marzo 5 de 2008

245

B I E N V E N I D A A L P R O F E S O R S E R G I O M A R T Í N E Z B A E Z A

Page 245: Academia Nacional de Historia Boletín 180

246

FRAY CAMILO HENRÍQUEZ Y SU HOMENAJE A QUITO, “LUZ DE AMERICA” *

Sergio Martínez Baeza

Ha dicho Pedro Fermín Cevallos en su Historia del Ecuador queel fraile chileno de la Buena Muerte, precursor de la independencia demi patria y padre del periodismo nacional, Fray Camilo Henríquez, en1812, siendo senador, secretario del Senado y miembro de la ComisiónConstituyente, en recuerdo de su paso por quito, dos años antes, con-siguió que por decreto se mandara colocar en el faro de Valparaíso, unaplaca en honor de esta noble capital, a la que calificaba como “QuitoLuz de América.

Otros autores dicen que la placa en cuestión estuvo instaladahasta hace pocas décadas en un farol del llamado Parque Italia de Val-paraíso, de donde desapareció sin dejar rastro.

Me he dado, desde hace un tiempo, a la tarea de ubicar estaplaca, que quizás es la misma que primero estuvo en el Faro y despuésen el Parque Italia de Valparaíso, para lo cual he debido revisar cróni-cas y diarios locales, así como consultar a personas conocedoras delpasado de nuestro primer puerto, sin éxito.

Como puede verse, ha resultado difícil el hallazgo de esta pla-ca original, pero, siendo muy conveniente para el reforzamiento de losvínculos de amistad chileno-ecuatorianos el recordar aquella frase de“Quito, Luz de América” del fraile de la Buena Muerte, hoy estamosempeñados, con la Embajada del Ecuador en Chile, en reponerla en unlugar público de Valparaíso. Ya está determinado que ella sea instaladaen la base del monumento a Fray Camilo Henríquez que existe en laAvenida Brasil, esquina de Rodríguez de esa ciudad-puerto. Hace pocohe obtenido la autorización necesaria del Honorable Consejo de Mo-numentos Nacionales y de la Ilustre Municipalidad porteña, y se hafijado la fecha del 27 de marzo en curso, para su solemne inauguración.

* Discurso de incorporación como Miembro Correspondiente extranjero de la AcademiaNacional de Historia

Page 246: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Confiamos poder contar con la presencia del señor Alcalde de Quito,Sr. Paco Moncayo, que ha sido invitado y ha dicho que desea asistir.

Fray Camilo Henríquez estuvo en este país hermano y fue tes-tigo presencial del abortado movimiento independentista que aquítuvo lugar en 1809 y que murió ahogado en 1810. Estos acontecimien-tos le llevaron a escribir su famoso drama La Camila o La patriota deSudamérica, que mejor debió llevar el título de “La Patriota de Quito”,porque aquí transcurre toda su trama, y su recuerdo se gravó en sualma con tal profundidad, que sin duda ejerció poderosa influencia ensus acciones posteriores a favor de la causa de la emancipación delCono Sur americano.

Como he dicho, muy pronto podrá tener lugar el Valparaíso lainauguración de este testimonio, que habrá de reemplazar en el patri-monio ciudadano a aquella otra, hoy extraviada, con la que el propiofray Camilo Henríquez quiso poner a la ciudad de Quito en la memo-ria de los chilenos, como “Luz de América”, precursora de la indepen-dencia continental, para ejemplo de un manojo de emergentes repúbli-cas soberanas.

Paso, a continuación, a referirme a la notable personalidad defray Camilo Henríquez, cuya existencia constituye el más puro símbo-lo, entre muchos otros, sin duda, de la amistad que ha unido desdesiempre a ecuatorianos y chilenos.

***

Dice un autor chileno1 que el fundador de la familia de CamiloHenríquez en Valdivia, Chile, fue el capitán español don PedroHenríquez, llegado a principios del siglo XVIII en el refuerzo enviadopor el Virrey del Perú don Manuel de Oms y Santa Pau, marqués deCastell-dos-Rius, para defender los fuertes del castillo de Corral contralas incursiones del pirata inglés Guillermo Dampier. Don Pedro casóen Valdivia con una joven de apellido Carrión y fue padre de Félix,unido en matrimonio a Rosa González Almonacid, padre, a su vez, defray Camilo y otros dos hermanos.

El niño Camilo Henríquez aprendió las primeras letras en suValdivia natal, siendo su maestro el presbítero don José Ignacio de laRocha, quien supo apreciar el precoz talento y clara inteligencia del

247

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

1 Aurelio Diaz Meza. Leyendas y Episodios Chilenos. Vol. XI. Editorial Nacimiento, Santiago,1945.

Page 247: Academia Nacional de Historia Boletín 180

niño, quien, a los diez años, ayudaba a misa y entendía el latín. A loscatorce años, su tío Nicasio González, fraile de la Buena Muerte resi-dente en Lima, determinó hacerse cargo de su educación y financió suviaje al Callao a principios de 1784.

Los padres de la Orden de la Buena Muerte regentaban en Li-ma un buen establecimiento de enseñanza, cuyo rector era el P. Isidorode Célis, escritor de amplio prestigio, cuyas enseñanzas aprovechómuy bien el joven Camilo. Tres años más tarde, el adolescente chilenoingresó como novicio a la Orden y, después de otros tres años, profesóy pronunció sus votos perpetuos, dedicándose a la enseñanza en elmismo Colegio, a los deberes de su Orden de preparar a los moribun-dos para su comparecencia ante el Supremo Tribunal, y a la lectura decuanto libro caía en sus manos.

Los clérigos regulares de la Buena Muerte, también conocidoscomo padres agonizantes o camilos, tenían entre sus votos el de consa-grarse al cuidado de los enfermos, inclusive contagiosos. El fundadorde la Orden ha sido Camilo de Lelis, que de joven tuvo una vida sórdi-da y borrascosa, mezcla de tahúr y perdonavidas, pícaro siempre, sol-dado a veces, en la Italia meridional de donde provenía, en Nápoles ydespués en Venecia. Como Cervantes e Iñigo de Loyola, debió su defi-nitiva conversión a una dolorosa y tenaz herida que le mantuvo largotiempo inmóvil. En 1584 fundó la Orden de los Padres de la BuenaMuerte, aprobada por el Papa Sixto V y su sucesor Gregorio XIV. Susintegrantes eran clérigos regulares mendicantes que debían procurar,no sólo la salud física de los enfermos, sin también la espiritual, prepa-rándolos a bien morir. Se les veía siempre con una sonrisa en los labios,musitando consoladoras plegarias, asistiendo a los enfermos en asilosy hospitales, y también en los campos de batalla, sin distinción de ban-dos. Con sus hábitos negros y su cruz bermellón, ellos establecieronlos primeros hospitales de sangre de los tiempos modernos y son indu-dables precursores de la Cruz Roja2. El fundador Camilo de Lelis murióen 1614 y Benedicto XIV lo elevó a los altares en 1746.

Cerca de veinte años pasó Camilo entregado a estos meneste-res y en contacto con pudientes miembros de familias limeñas que con-seguían y leían los libros prohibidos de “herejes” como Voltaire, Dide-rot, D´Alambert y Rousseau, en cuyas pastas se leían muchas veces los

248

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

2 Gabriel Fagnilli Fuentes. “Fray Camilo Henríquez en Buenos Aires, Apóstol de la Demo-racia”. Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Año XXXV, N° XXIX, Buenos Aires, 1958.

Page 248: Academia Nacional de Historia Boletín 180

títulos de libros místicos. Nada más se sabe de la vida de Camilo Hen-ríquez en este período de su existencia, sólo que un día, cuando yacumplía los cuarenta años, fue detenido por el Tribunal de la SantaInquisición de Lima.

Se había sabido que el conde de Vista Florida, don José deBaquijano y Carrillo, poseía una pequeña biblioteca de autores france-ses anatemizados por la Iglesia y se había ordenado la requisición delos libros y de sus lectores, entre los que estaba Fray Camilo. No seconocen los incidentes del proceso, pero sí que estuvo preso en lasmazmorras inquisitoriales desde mediados de 1809 a enero de 1810 yque obtuvo su libertad gracias a las gestiones de sus hermanos en reli-gión, que le facilitaron los medios para dirigirse a Quito, llevando unaimportante comisión de su convento cerca del santo y patriota obispoecuatoriano don José Cuero y Caicedo.

El mismo fray Camilo dice en carta a su cuñado don DiegoPérez de Arce, que después de haber salido de aquel suceso “sin desdo-ro de su estimación pública”, debió viajar por remotas regiones “des-tinado por los señores Virrey y Arzobispo al establecimiento de unacasa de mi instituto en Quito, a que no dieron lugar las actuales circuns-tancias de aquella ciudad”. Es ésta una de las pocas referencias a la esta-da de Camilo Henríquez en Quito. Esta carta, descubierta por el histo-riador chileno Miguel Luis Amunátegui, ha sido después reproducidoy citada por otros autores, como los también chilenos RodríguezMendoza y Encina, así como por el ecuatoriano Jorge Salvador Lara 3.

En su famosa proclama del 6 de enero de 1811, en Santiago deChile, que firma con el anagrama de su nombre “Quirino Lemáchez”,vuelve fray Camilo Henríquez a referirse a su paso por Quito, con lassiguientes frases: “Vengo desde las regiones vecinas al Ecuador con elúnico deseo de servir hasta donde alcancen mis luces y sostener elfuego patriótico, y hablar del mayor de nuestros intereses: que seamoslibres y venturosos por la influencia de una constitución vigorosa y uncódigo de leyes sabias… que ellas nos permitan vivir tiempos deesplendor y grandeza… y ocupar un lugar en la historia del mundo…y que algún día se diga con orgullo de la república, de la potencia y dela majestad del pueblo de Chile”.

249

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

3 Jorge Salvador Lara. “Quito y el fraile de la Buena Muerte, precursor de la Independencia chi-lena”. Boletín de la Academia Chilena de la Historia, Año XXXV, N° 78, Primer semestre de 1968,Santiago, 1968.

Page 249: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En sus días de Quito, fray Camilo ha presenciado el horror queprodujo la masacre del 2 de agosto de 1810, se ha identificado con larevolución independentista y llega a su patria dispuesto a predicar labondad de aquella causa y a poner en ebullición los fermentos que enella también han comenzado a germinar.

Pero, hay otro vínculo entre fray Camilo Henríquez y su que-rida ciudad de Quito, que le ha inspirado la redacción de su drama LaCamila, publicado en Buenos Aires en 1817 por la imprenta de Bena-vente y Compañía y llevado a las tablas, en una sola ocasión, en lamisma capital del Plata.

Como dice su autor, La Camila es un drama sentimental en cua-tro actos, que transcurre en el Quito de 1810, “algunos meses despuésde la primera subyugación de los patriotas de esa ciudad”. El argu-mento es bien sencillo: don José, caballero quiteño, con su mujer doñaMargarita y su hija Camila, son prófugos patriotas de la persecuciónrealista a raíz de la matanza del 2 de Agosto. Camila está recién casadacon Diego, que ha desaparecido y al que cree muerto. La familia seacoge a la protección del cacique de la tribu omagua, quien quiere casara Camila con un indio, que no es otro que el propio Diego, milagrosa-mente escapado con vida de la matanza. Este, permanece oculto,temiendo que Camila lo haya olvidado, hasta escuchar de sus labioscómo ella se niega a casarse, manifestando su inextinguible amor a suesposo. Entonces, Diego se hace presente y la pieza termina con el es-trecho abrazo de los jóvenes enamorados.

Ha dicho el ecuatoriano Jorge Salvador Lara que el nombre deQuito trae a la memoria del fraile de la Buena Muerte, por asociaciónirremediable, el Amazonas, el Tungurahua y el Cotopaxi con sus funes-tas erupciones y la grandiosidad de aquel mar de agua dulce. Que, ade-más, se refiere con admiración a las extinguidas misiones jesuitas delmarañón, y conoce la obra de los académicos franceses aquí, especial-mente de Carlos María de la Condamine. Que pondera las obras maes-tras de arquitectura de Quito, el asesinato en la ciudad de un parientede Tupac-Amaru y describe los trágicos acontecimientos del 2 de Agos-to. Se demuestra conocedor y amigo del obispo Sr. Cuero y Caicedo, seconmueve con la muerte de los Sres. Juan Salinas, el cura Riofrío, el Dr.Morales, secretario del Sr. Carondelet, el Dr. Quiroga y otros. Mencionacon detalles al sanguinario Arredondo, jefe de las tropas de Lima que,faltando a las promesas previas, asesinó a los patriotas presos y siguió

250

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 250: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dando muerte por las calles de Quito a sus ciudadanos, sin distinciónde estad, edad o sexo.4

Quito se gravó a fuego en el corazón de fray Camilo. Sobre suactuación en los acontecimientos libertarios en esa ciudad, hay diver-sos puntos de vista. Según el cronista franciscano fray Melchor Mar-tínez, él habría propagado en Quito la doctrina de la Independencia yrevolucionado a la ciudad. Asegura este autor que Camilo Henríquez“fue apóstol y secuaz de la doctrina de la independencia y que despuésde haberla propagado y revolucionado en Quito, seguía activando lade Chile”. Tal es también la opinión de Rodríguez Mendoza y deGaldámes. Sin embargo, Díaz Meza opina que no tuvo participación enlos acontecimientos de 1809 y que, en cambio, Henríquez obtuvo delobispo Cuero y Caicedo las recomendaciones que le llevaron a actuardespués en Chile a favor de las ideas de patria y libertad.

Poco después de la feroz represión del 2 de Agosto de 1810,fray Camilo emprendió el regreso a Chile. Su paso por Quito fue sinduda decisivo en su vida y ejerció influencia indiscutible en sus ideaslibertarias que tanto influyeron en el proceso de la Independencia deChile.

En septiembre de 1810 se traslada en barco hasta Lima y de allísigue al Alto Perú, donde hay un convento de su orden. En Piura con-trajo una grave enfermedad y, cuando estaba convaleciente de susdolencias, vio llegar a ese puerto un barco procedente de Valparaísoque traía noticias del 18 de septiembre y de la constitución de la prime-ra Junta Nacional de Gobierno de Chile. Resuelve, entonces, dar ungiro a su existencia y se embarca en el mismo buque de regreso a supatria. En los últimos días de diciembre entraba a Santiago y, de inme-diato, tomaba contacto con los patriotas más avanzados, dirigidos porel Dr. Juan Martínez de Rozas y por el padre mercedario don JoaquínLarraín.

A los ocho días de estar en la capital de Chile, el 6 de enero de1811, como ya se ha adelantado, Henríquez hizo circular el primerejemplar, y luego tres más de una proclama escrita que causó una sen-sación inmensa por la valentía de sus conceptos y por las tremendasideas que en ella desarrollaba. Lo firmó con el anagrama de su nombre“Quirino Lemáchez”, pero, siendo desconocido aún en Chile, sus com-

251

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

4 Jorge Salvador Lara. Ob. cit.

Page 251: Academia Nacional de Historia Boletín 180

patriotas atribuyeron el escrito al mercedario Fray Joaquín Larrain.Dice Díaz Meza que corrieron otros seis ejemplares de esta proclama,tres en Santiago, otro en Concepción, otro en La Serena y el último enBuenos Aires, de donde fue enviada una copia a Londres para ser pu-blicada en el periódico El Español, que allí editaba José María BlancoWhite5.

Durante los meses siguientes, fray Camilo participó en las reu-niones de los dirigentes patriotas más radicales y adquirió fama de ora-dor en las principales fiestas civiles y religiosas. Ellas debían tener lu-gar el 1º. De abril, pero ese día se tuvo conocimiento de un motín enca-bezado por el coronel don Tomás de Figueroa, quien proclamaba laautoridad del rey Fernando VII contra la Junta Gubernativa de Chile

Correspondió al fraile de la Buena Muerte ayudar a bien moriral coronel Figueroa, condenado a muerte tras el fracaso de su asonaday de un rápido proceso sumario. Realizada la elección, más tarde, frayCamilo Henríquez se incorporó al primer Congreso Nacional en cali-dad de diputado suplente por La Florida.

Dividida la corporación entre “exaltados” y “moderados”, yestando los primeros en minoría, optaron por abandonar, poco a poco,su asistencia a las sesiones, y trataron de imponer una nueva JuntaGubernativa que imprimiese rumbos más enérgicos y definidos a lacausa de la independencia. El candidato a presidente fue Martínez deRozas y para secretarios Camilo Henríquez y Bernardo de Vera y Pin-tado. Sorprendida esta conspiración, fracasó el proyecto, aunque nosucedió lo mismo un mes más tarde, cuando José Miguel Carrera seapoderó del mando. Camilo Henríquez volvió a la tranquilidad de suascética celda de fraile sin convento y se dedicó a poner por escrito susatrevidas teorías sobre los derechos soberanos de los pueblos para go-bernarse y los deberes ineludibles de los gobiernos de ilustrar al pue-blo. Así surgió su proyecto, presentado al Congreso, de formar un plande enseñanza para el pueblo de Chile, que fue imposible llevar a lapráctica. En ese plan, fray Camilo creaba por primera vez en Chile lasclases de gramática castellana, establecía un curso de matemáticas, otrode ciencias sociales y otro de educación cívica. “El inglés y el francés–dice en otra parte- son lenguas sabias consagradas a la filosofía y a laprofundidad del pensamiento, razón por la cual se enseñarán tam-

252

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

5 Aurelio Diaz Meza, Ob. cit.

Page 252: Academia Nacional de Historia Boletín 180

bién”. Fue fray Camilo, además quien bautizó con el nombre de Ins-tituto Nacional al antiguo Real Convictorio Carolino, y quien más seocupó de acopiar libros y de fomentar la lectura.

A fines de noviembre de 1811 llegó al país la imprenta que elgobierno había encargado a los Estados Unidos por intermedio de Ma-teo Arnaldo Hoevel. Al iniciarse el año 1812 , Henríquez quedó nom-brado para ser redactor de un periódico político y ministerial que iba aeditarse con el nombre de La Auroral de Chile, primero que existió en elpaís, lo que da a nuestro fraile de la Buena Muerte el carácter de padredel periodismo nacional.

No es posible analizar a fondo la labor periodística de CamiloHenríquez en tan corto tiempo, pero si cabe decir que ella abarca talcantidad de temas y demuestra tan grande asimilación de ideas, que ellector se desorienta al querer apreciar con exactitud sus puntos devista. Debe reconocerse que su obra y su influencia decisiva en la inde-pendencia de Chile aún no gozan del reconocimiento que merecen.

Además, fue designado por Carrera para integrar la Comisiónque debía elaborar la Constitución de 1812, de la que también forma-ban parte los señores Francisco Antonio Pérez, Jaime Sudanés, Manuelde Salas y Antonio José de Irizarri. Promulgada esta Carta Funda-mental, Henríquez formó parte del Senado creado por ella y fue Se-cretario de dicha corporación.

El desembarco del ejército realista del brigadier Pareja, envia-do por el Virrey del Perú para someter a la autoridad del monarcaespañol, puso término a la publicación de la Aurora y dio lugar al naci-miento del periódico llamado El Monitor Araucano, destinado a levan-tar el espíritu popular para hacer frente a las tropas invasoras. CamiloHenríquez se demostró, entonces, como un caudillo, al decir de AurelioDíaz Meza. Sus escritos enardecieron la sangre de los descendientes deArauco y tuvieron la virtud de unir las voluntades de los adversariospolíticos del gobierno de Carrera, para cooperar a la defensa del terri-torio. Es admirable su Catecismo de los Patriotas, escrito en forma de diá-logo, que circuló en todo Chile6.

Sólo hasta octubre de 1814 pudo Henríquez consagrarse a sustareas periodísticas, pues en ese mes se produjo la desastrosa batalla deRancagua que puso término a la Patria Vieja, significó el restableci-

253

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

6 Aurelio Diaz Meza, Ob. cit.

Page 253: Academia Nacional de Historia Boletín 180

miento del régimen absolutista y lo obligó a emprender el camino delexilio, yendo a establecerse en Buenos Aires, donde habría de perma-necer por siete años, enfermo y pobre, sobrellevando una vida marca-da por duras privaciones.

Al hincarse el año 1815 llega a Buenos Aires y recorre sus ca-lles con renovadas energías. Cada día está colmado de sorpresas parasu espíritu. Visita la Biblioteca Pública y varias bibliotecas particulares.Debe recurrir a la asistencia de sus amigos para sobrevivir, y es tradi-ción que doña Mercedes Fontecilla, la mujer de don José Miguel Carre-ra, debió alimentarlo un tiempo con el producto de su trabajo de ciga-rrera, con el que sostiene a su familia. Pronto, busca algún trabajo comopreceptor y se presenta en el hospital de la capital del Plata, regentadopor los hermanos betlehemitas, donde podrá ayudar a los cuerpos y alas almas de los enfermos, dando aplicación a las reglas humanitariasde su Orden.

Hace algunos años cayó en mis manos un trabajo del historia-dor argentino Ricardo Caillet-Bois, que contiene el epistolario de unpintor suizo llegado a Buenos Aires por 1815, llamado José Guth quienfue bien apreciado por la sociedad bonaerense y realizó algunos traba-jos para establecimientos públicos y privados. Un día cayó gravemen-te enfermo y fue llevado al hospital. Su estado empeoró hasta llegar apeligrar su vida. En esos momentos de angustia –dice en una carta a unfamiliar- apareció un fraile chileno de la Orden de la Buena Muerte,que tenía buenos conocimientos de medicina y que lo asistió hasta surestablecimiento. El pintor suizo no nombra a fray Camilo Henríquez,pero dice que su salvador era chileno y de la Orden mencionada, queera como dar su nombre, pues no hubo otro que reuniese ambas condi-ciones. El pintor quiso pagar de algún modo al buen fraile que le habíasalvado la vida y le pintó un curioso retrato que se conserva en laBiblioteca Nacional de Chile y que siempre se ha tenido por obra de unartista anónimo. En 1982 di cuenta de este hallazgo en mi libro titula-do El Libro en Chile (Stgo., Editorial Lord Cochrane, 1982, pág. 116), noobstante lo cual se sigue diciendo que el cuadro es de un pintor anóni-mo en diversas publicaciones posteriores. Ello demuestra lo mal que selee en Chile, ya que de no ser así, no se seguiría repitiendo la monser-ga del “autor anónimo”. El retrato en cuestión tiene la particularidadde mostrar al fraile de la Buena Muerte semi recostado en un sofá yfrente a una mesa con papeles, mientras sostiene en su mano derecha

254

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 254: Academia Nacional de Historia Boletín 180

una pluma. Detrás suyo hay un estante con libros. En la parte inferiordice “EL PADRE CAMILO HENRIQUEZ”. El estilo del cuadro y delmobiliario que en él aparece no corresponde a lo que era usual en estaparte de América en la época y, en cambio, guarda gran similitud conlos de Europa Central, especialmente de suiza, patria de José Guth7.

En abril de 1815, el Director Supremo del Estado, don CarlosMaría de Alvear fue depuesto en fontezuelas y asumió el mando donIgnacio Alvarez Thomas. Por recomendación de don Diego AntonioBarros, fray Camilo es nombrado para redactor de la Gazeta, con unaasignación de mil pesos anuales. Al mismo tiempo debería atender a laotra publicación titulada Observaciones acerca de algunos asuntos útiles. El29 de abril La Gazeta de Buenos Aires publicó un artículo de redacciónfirmado “C.Hz”, que constituye su primera pieza literaria dirigida asus lectores bonaerenses.

Con los ojos encendidos por una luz extraña… la voz serena ypausada… como quien oficia para la humanidad futura, fray Camilova diciendo:

“Varias veces mi admirable predecesor en la redacción de esteperiódico, el inmortal Mariano Moreno, repitió estas palabras de unantiguo: “Mare periculosam libertaten quam quietam servitutem” osea, “Mejor es una libertad tempestuosa que una esclavitud pacífica”.Pareciera que la libertad no pudiera conservarse sin que combatan en-tre sí las pasiones, los intereses, los errores, las luces, los derechos, loatentados.

“Por la condición del género humano –manifiesta- no se da uncuerpo político en que no exista una fuerza que tienda a oprimir; y laservidumbre se establece para siempre si no hay una fuerza que resis-ta. Y así es como la libertad, esa vida de los espíritus, no se conserva sinmovimientos; pero, incumbe a la sabiduría de los hombres impedir lafrecuencia de estos movimientos civiles por medio de constituciones yjuiciosa leyes”.

En cuanto a la Constitución que proyecta el gobierno, la apoyay exalta, porque restituye a los ciudadanos los derechos sociales, resta-blece la seguridad personal, retorna a la libertad de prensa y de pala-bra. Obtiene que a la Gazeta se le suprima el título de “ministerial” paraque el redactor pueda hablar libremente y para que no se piense que ha

255

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

7 Sergio Martínez Baeza, El libro en Chile, Biblioteca Nacional, Editorial Lord Cochrane S.A.,Santiago, 1982.

Page 255: Academia Nacional de Historia Boletín 180

precedido a la publicación algún tipo de censura, ni se le tenga porórgano del Poder Ejecutivo.

Fray Camilo sentía horror por las censuras. Era un paladín dela libertad de prensa, pero se angustiaba ante el libertinaje. Su presen-tación periodística con el artículo que comentamos, evidencia el alcan-ce de su talento y mostró su pasión por una vida feliz, al amparo de “lahalagüeña perspectiva del restablecimiento de la Unión, la Fraternidady la Confianza…”

Debió ser noche bien entrada, ese 2 de abril de 1815, cuandoFray Camilo en su modesta habitación de Buenos Aires aún lee y releela Gazeta, repitiendo cada frase de su escrito. ¡Ha vuelto a las prensas…a los tipos… a la tinta!. Su pluma no sabrá ya de descanso. ¡Otra vez esél… el primer periodista chileno al servicio de la democracia america-na!.

En el mes de mayo salió el primer número del periódico de fre-cuencia mensual titulado Observaciones acerca de algunos asuntos útiles.De las cuatro páginas que lo integran, dos y media corresponden alensayo de Camilo Henríquez sobre la “Libertad Civil”. Será un examende su capacidad ante los prohombres de la cultura argentina, los doc-tores Chuquisaca y de Córdova, esa minoría selecta de la Gran Aldea.Allí mostró los conceptos básicos de su pensamiento, los mismos quehabía empleado en sus campañas ideológicas de Quito y de Chile. Sufrase inicial es para mostrar el olvido de las libertades civiles en épocasde servidumbre, “como en tiempos de Roma –dice- y exceptuando elreinado de los Antoninos”. Sigue alumbrando los siglos del despotis-mo y las tiranías feudales, para concluir: “Puede decirse que el nombrede libertad no volvió a oírse hasta el renacimiento de las letras…” Elretorno de la libertad lo condiciona a una amplia ilustración, al fomen-to de la educación y a la marginación de la superstición, que es la peorde las tiranías… Reconoce que la Libertad Civil ”es una idea compues-ta de muchas ideas simples o que comprende muchas libertades. Porlógica, su definición debe estar integrada por todas ellas y, aunque elconcepto resulta difícil de exponer, se atreve a decir que “es más libreel pueblo y el gobierno, donde hay mejores leyes y donde estas leyesson mejor ejecutadas…” “porque dónde las leyes son tiránicas el hom-bre vive tiranizado bajo el peso de malas leyes; y donde las buenasleyes no son ejecutadas, el hombre vive tiranizado bajo la arbitrarie-dad, la intriga y la venalidad”.

256

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 256: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Denuncia como causales de las tiranías el sometimiento a leyesperniciosas e instituciones perversas, talvez por costumbre; y al hechoinsólito de que un hombre solo y a inmensa distancia, instituye y abro-ga leyes. “El hombre libre –proclama- vive en la seguridad de no sufrirjamás leyes perjudiciales. Para vivir en libertad el pueblo debe sergobernado por leyes en cuya formulación ha consentido y concurridopor sí o por sus representantes. Es de la esencia de la libertad la sepa-ración del Poder Ejecutivo que hace cumplir las leyes, del PoderLegislativo que las forma. No hay libertad donde falta la representa-ción popular encargada de esta formulación”.

En cuanto a las elecciones dice: “Deben tener voto todos loshombres libres –y agrega- la elección debe ser pura y también libre” .Califica al ataque a la libertad de pensamiento como la más bárbara delas tiranías, y dice que la libertad de palabra es una consecuencia de lalibertad de pensamiento. “Donde no hay libertad de hablar y de pen-sar, nadie sale de sus errores, porque no puede conferencias o disputarsin el riesgo de ser delatado o encarcelado. Sin la libertad de palabra elmundo seguiría en las tinieblas” . “Si Copérnico y Galileo no hubiesentenido valor para arrostrar la común preocupación –dice- aún creería-mos que la tierra era el centro del Universo”8.

Sólo cuatro ejemplares se imprimieron del periódico Observa-ciones acerca de algunos asuntos útiles. En el segundo, fray Camilo iniciala publicación de sus “Ensayos sobre la Educación, que merecen sercitados porque, en definitiva, llevaron a su autor a tener que renunciara su cargo de redactor. Como no le fue posible desmentir sus convic-ciones democráticas, optó por abandonar la dirección y, en el mes denoviembre de 1815, deja también la redacción de la Gazeta. Un autor hadicho que tal actitud le valió, con el correr de los años, esta honrosacalificación: “No alquilaba su conciencia… ¡Prefirió la miseria al envi-lecimiento de su pluma!”.

Transcurrió más de un año. El nombre de fray Camilo Henrí-quez quedó en olvido de unos y admiración de otros. A manera de en-tretención, para llenar sus largas horas vacías, tradujo del francés laobra de Roberto Bisset sobre el Origen de las Democracias y algunos dis-cursos de Jefferson y del abate Mably. Recorrió las Provincias Unidas,estudió sus necesidades, amplió sus conocimientos de matemáticas,física y sociología, de filosofía y ciencias naturales. Un día llegó hasta

257

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

8 Gabriel Fagnilli Fuentes, Ob. cit.

Page 257: Academia Nacional de Historia Boletín 180

su retiro un mensajero del Cabildo de Buenos Aires con el ofrecimien-to de ser redactor del periódico de su propiedad llamado El Censor. Lacarta decía: “Los notorios talentos y juicioso discernimiento de Ud. handecidido al Excmo. Ayuntamiento a la elección preferente de su perso-na, y prometen una pronta conformidad que, dejando satisfechos susdeseos, llene las esperanzas del público…” Comprendió fray Camiloque podía hacer mucho bien a sus lectores y aceptó la redacción de ElCensor.

Desde el 20 de febrero de 1817 y hasta el 11 de julio de 1818, frayCamilo fue el periodista más extraordinario que ha tenido la provinciade Buenos Aires. Dice uno de sus biógrafos que jamás escribió paraborronear papeles y granjearse una fama bulliciosa, que siempre se pro-puso algún objetivo noble y útil. “Su pluma –cuenta Amunátegui- espa-da de combate contra la opresión, se transformó en muchas oportunida-des en una herramienta de cultivo moral e intelectual. Estudió en todosentido las necesidades materiales y morales de la ciudad, indicando lasmejoras que a su juicio podían introducirse. Examinó su biblioteca, sucenso de población, su Casa de Expósitos, la moneda provincial, la tasade comestibles, las calles y caminos, la viruela y la vacunación, el carna-val y la instrucción pública, los días feriados, los hospitales de caridad,los cementerios y los estrenos teatrales 9.

Fue el primer escritor que patrocinó la venida de inmigrantesal Río de la Plata y el primero que vaticinó el éxito del Ejército Liberta-dor del Perú. Su trabajo es obra de investigación y de ideas. En ElCensor está Carnot informando a Napoleón sobre el estado de la edu-cación en Francia, y el establecimiento de escuelas públicas en losEstados Unidos por el método del cuáquero Lancaster.

En Buenos Aires publica su Ensayo acerca de las causas de lossucesos desastrosos de Chile informe hecho a solicitud del Director supre-mo Pueyrredón; así como sus dramas La Camila e Inocencia en el asilo delas virtudes. Tradujo, además, un folleto titulado Bosquejos de Democra-cia y, como se ha dicho, fue redactor de varios periódicos.

A fines de 1821, el fraile de la Buena Muerte vive con los ojospuestos en Chile, más allá de la montaña grande, anhelando regresar asu patria ya liberada de su servidumbre, pero carece de recursos paraemprender el viaje. El 1º. De enero de 1822 recibe carta del sabio chile-

258

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

9 Emilio Rodríguez Mendoza. La Emancipación y el Fraile de la Buena Muerte. Ediciones de laUniversidad de Chile, Santiago, sin fecha publicación.

Page 258: Academia Nacional de Historia Boletín 180

no don Manuel de Salas, con una libranza para que pueda trasladarsea Santiago y asumir como bibliotecario en la Biblioteca Nacional que elgobierno ha puesto bajo su alto patronazgo.

De inmediato se entusiasma con la idea de retornar al manejode sus queridos libros y entra en un febril período de preparación paramejor servir el cargo que se le ofrece. Piensa en llevar a Chile diarios,revistas y libros que allí no existen, y visita bibliotecas y gentes amigaspara recoger sugerencias útiles. “Voy a ver –escribe– si logro que elincomparable señor Rivadavia me de una lista de los excelentes y ori-ginales libros que ha traído recientemente de Europa…”

En una nueva carta a Manuel de Salas le informa que ha sidodesignado académico: “Aquí se ha formado la Sociedad Literaria por elMinisterio, para escribir periódicos y cosas útiles. Acabo de tener elfavor de ser nombrado Socio Honorario residente en Chile…”

El Director Supremo de Chile, general don Bernardo O´Hig-gins también le escribe incitándolo al regreso. La respuesta de fray Ca-milo tiene singular importancia porque muestra su proceder políticoen las Provincias Unidas y la dignidad que mantuvo en las más críticascircunstancias. “Como extranjero –expresa- que escribía en un paísdevorado de facciones, intrigas, disimulaciones y opiniones, me heguardado de comunicaciones privadas y he renunciado a escribir sobrematerias públicas y me he refugiado en otro país extranjero, donde hevivido cerca de un año, hasta que los desórdenes trajeron el orden quefelizmente se va radicando más y más”.10

El 8 de febrero de 1822 una calesa cruzó la Plaza de Mayo. Ensu interior un viajero saludaba por última vez a la Fortaleza, a la Pirá-mide de Mayo, al Cabildo y a la Catedral. Era fray Camilo Henríquez,el fraile chileno de la buena Muerte, que se alejaba para siempre de suquerida Buenos Aires, para regresar a su patria.

Cuando llegó a Santiago contaba con 53 años de vida. Susenfermedades, agravadas por las penas del destierro y con las privacio-nes, le habían envejecido prematuramente. Apoyado en un bastóndebía hacer el trayecto entre su casa, ubicada en la calle Teatritos, entreHuérfanos y Agustinas, hasta el local de la Biblioteca Nacional y hastael Congreso, donde aún exhibía las luces de su prodigioso cerebro.

Fray Camilo se ha ocupado de ayudar a su amigo don Manuelde Salas en la organización de la Biblioteca Nacional, siendo nombra-

259

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

10 Gabriel Fagnilli Fuentes., Ob. cit.

Page 259: Academia Nacional de Historia Boletín 180

do Bibliotecario (equivalente a Director) por el Director Supremo donRamón Freire. Después de tres años de abnegada labor en el estableci-miento llegó a contar con 12.000 libros y funcionaba en dos salas de laantigua Aduana de Santiago, en la esquina sur poniente de las callesCompañía y Bandera, donde actualmente funcionan los Tribunales deJusticia.

La caída de O´Higgins, el 28 de enero de 1823, determinó lacreación de un Consejo Consultivo del que formó parte fray CamiloHenríquez y fue su Secretario. El Reglamento Constitucional proviso-rio, de marzo de 1823, estableció un Senado Conservador y Legislador,que contó con fray Camilo como Secretario.

Entre sus últimas actividades estuvo ser redactor de El Mer-curio de Chile, periódico que fundó y que tuvo corta vida, y también deEl Curioso. Además fue electo diputado por Valdivia al CongresoNacional en 1825, pocos meses antes de su muerte. Allí redactó el Dia-rio de la Convención de Chile y el Reglamento de la Cámara de Diputa-dos. Su prestigio era inmenso, lo que le permitió instar por la forma-ción de una comisión de misericordia para la preparación de una ley deolvido o de amnistía para todos los reos políticos.

Al final de sus días sufrió los estragos de la calumnia y de lamaledicencia de sus enemigos políticos. Desde hacía tiempo había de-jado de usar el traje talar de la Orden de la Buena Muerte, como eracostumbre entre los capellanes del ejército, y él lo era. Este hecho fuemuy mal mirado por la sociedad de Santiago y a ello se sumó el queviviese solo en su casa, y no en un convento, al cuidado de una respe-table señora llamada doña Trinidad Gana y dos sirvientes que, compa-decidos de su soledad y desamparo le brindaban su afecto y compañía.

Durante el mes de diciembre de 1824, primer mes de funciona-miento del Congreso y de la Comisión de Hacienda de la que era partenuestro fraile de la Buena Muerte, éste trabajó intensamente y partici-pó con bríos en sus discusiones. Tal esfuerzo agotó su energía y, al ter-minar la sesión del 31 de diciembre, debió ser llevado a su casa en sillade manos. Esta fue la última sesión a la que pudo asistir Fran Camilo,pues ya no pudo abandonar su lecho hasta su muerte. El 8 de enero de1825, sintiendo cercano el fin de sus días, otorgó su testamento “ennombre de la Santísima Trinidad, tres personas distintas y un solo Diosverdadero, tal como lo cree, confiesa y enseña nuestra Santa MadreIglesia Católica, Apostólica y Romana, bajo cuya fe y creencia he vivi-do y protesto vivir y morir como fiel y católico cristiano”.

260

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 260: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El 16 de marzo de 1825, después de una larga agonía y contodos los auxilios de la religión, fray Camilo Henríquez falleció en lasprimeras horas de la mañana. El mismo día se dio cuenta de su muer-te en el Congreso, que acordó tributarle los mismos honores que pocosmeses antes se había tributado al canónigo don Joaquín Larraín en susfunerales. Tales honores consistieron en la presencia de una comisióndel Congreso en sus exequias, los diputados llevaran luto por tres díasy se hicieran salvas de artillería en el fuerte de Santa Lucía, con losintervalos de ordenanza.

Hoy, al incorporarme como Miembro Correspondiente en Chi-le de la Academia Nacional de la Historia del Ecuador, he querido ren-dir homenaje de admiración y de respeto a fray Camilo Henríquez, porconsiderarlo el más claro símbolo de la imperecedera amistad que unea mi patria con esta República del Ecuador y con su capital, la ciudadde Quito, donde él vivió e impregnó su espíritu de los más altos valo-res ciudadanos, hasta el punto de calificarla para la posteridad con elnoble dictado de “Quito, Luz de América”.

261

F R A Y C A M I L O H E N R Í Q U E Z Y S U H O M E N A J E A Q U I T O , “ L U Z D E A M E R I C A ”

Page 261: Academia Nacional de Historia Boletín 180

BIENVENIDA AL MASTER LUCAS ACHIG SUBÍACOMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE

DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Juan Cordero Íñiguez

Lucas arribó a Cuenca desde Quito, su tierra natal hace treinta años, asíque ya es morlaco por prescripción adquisitiva. Llegó con el título delicenciado pero hoy es master con estudios de Historia de América enSevilla y tiene una maestría en docencia universitaria e investigacióneducativa en nuestra querida Universidad de Cuenca. Docente desde1974, lo es en Cuenca a partir de 1977, con esporádicas salidas a darcursos en otras universidades o con participaciones en organismos dedirección universitaria como la Comisión Latinoamericana de Acre-ditación Académica o el antiguo Consejo Nacional de Educación Supe-rior (CONUEP) hoy denominado CONESUP (Consejo Nacional deEducación Superior).

Lucas Achig se ha desempeñado como Coordinador de la Sec-ción de Historia y Geografía de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,Núcleo del Azuay; Presidente del V Congreso Nacional de Historia yGeografía realizado en Cuenca en 1986; Coordinador Académico delInstituto de Investigaciones Sociales, IDIS; Vocal de la Asociación deHistoriadores del Ecuador (ADHIEC); Director del Departamento dePlanificación Universitaria de la Universidad de Cuenca; Presidente dela Comisión de Evaluación Interna de la Universidad de Cuenca; y,Vocal alterno del Consejo nacional de Evaluación y Acreditación de laEducación Superior ( CONEA)

Ha coordinado eventos académicos como el VII, el VIII y el IXEncuentro Nacional de Planeamiento Universitario. Ha participadocon ponencias en casi todos los Encuentros de Historia y RealidadEconómica y Social del Ecuador, organizados por el Instituto de In-vestigaciones Sociales de la Universidad de Cuenca; en los encuentrosde la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe; dosen España con los títulos de Sevilla en la Historia de América y España

262

Page 262: Academia Nacional de Historia Boletín 180

en la Historia de América, así como en otros realizados en diversoslugares del Ecuador como El Desarrollo del Capitalismo en AméricaLatina; Un Enfoque Geográfico y Antropológico del Desarrollo Regio-nal; Primeras Jornadas Nacionales de Historia de las Ciencias y laTécnica en el Siglo XVIII; el V Congreso Nacional de Historia y Geo-grafía del Ecuador, Casa de la Cultura; Las Ciudades en la Historia;Historia Oral y Relato Popular; Encuentro del Movimiento Popular:desafíos hacia el 2000; y, Primer Seminario Latinoamericano sobreUniversidades y Desarrollo Regional. Y en la mayor parte de los casoscon ponencias.

Algunas publicaciones y ponencias relacionadas con investiga-ciones históricas.

La producción bibliográfica de Lucas es amplia, tanto comoautor singular, como coautor o como articulista de revistas especiali-zadas. Citamos las principales en orden cronológico.

1978. La estructura de poder en relación con los sistemas e institucionesadministrativas de España en los siglos XVI y XVII y su expansión enel nuevo mundo: el caso de Cuenca.

1980. La estructura administrativa de la Gobernación de Cuenca en el sigloXIX (1820-1822)

1981. El proceso de desarrollo de las provincias de Azuay, Cañar y MoronaSantiago.

------ Teoría y Método de la Historia.1982. Los talleres de investigación social: una experiencia referente a la histo-

ria regional.------ La Gobernación colonial de Cuenca: formación social y producción mer-

cantil simple (aproximación teórica-histórica).------ La Provincia del Azuay: reseña histórica.1983. El proceso urbano de Quito: ensayo de interpretación.1984. Los estudios históricos en América Latina.------ Estructura social y luchas populares en el Azuay contemporáneo.1985. Aspectos socioeconómicos de la Sierra Centro-Sur en el siglo XVIII.------ Estructura social y movimientos populares en el Azuay.------ Aspectos socioeconómicos de la sierra centro-sur en el siglo XVIII.1986. Metodología de la investigación social.------ La “Reconstrucción Nacional” y el movimiento obrero ecuatoriano.------ Los orígenes del sindicalismo en el Ecuador.

263

B I E N V E N I D A A L M A S T E R L U I S A C H I G S U B I A

Page 263: Academia Nacional de Historia Boletín 180

------ Exacción tributaria y motines indígenas en el Azuay. 1830-1895.1987. El proceso de crecimiento urbano de Macas.1989. La Sociedad azuayo-cañari: pasado y presente.1988. El trabajo agrícola y artesanal compartido; nuestra tradicional forma de

producir en el Azuay.------ Movimiento obrero ecuatoriano y proceso sindical (los orígenes: 1880-

1938)1989. Composición y organización del subproletariado y proletariado, en tiem-

po de crisis del capitalismo oligárquico y dependiente (1984-1989)1990. Las tendencias políticas en el Azuay en los años ochenta.------ Los desafíos de la lucha sindical y política del movimiento obrero ecua-

toriano.------ Mito y realidad de las políticas de salud en el Ecuador: análisis de los

tres últimos Planes de Desarrollo.1992. Perspectivas del movimiento proletario y popular ecuatoriano en la

década de los años noventa. ------ El movimiento obrero frente a la reconversión industrial y a la inte-

gración andina.1994. Universidad de Cuenca: Planeamiento Académico y Desarrollo

Regional. ------ La exigencia de la Utopía en la reconstitución de las ciencias sociales en

América Latina.1996. Economía y sociedad en la Región Centro-Sur: de la Independencia a la

Revolución Liberal.1998. Cuenca en el siglo XVIII: identidad social y vida cotidiana.2000. La investigación social: teoría, metodología, técnicas y evaluación.

¿Qué ha pasado en el siglo XXI con sus investigaciones y pu-blicaciones? Una de las respuestas está en el trabajo que hoy nos sinte-tizará bajo la denominación de Corregidores y Gobernadores deCuenca en el siglo XVIII, discurso con el que se incorpora a la Acade-mia Nacional de Historia.

Con documentos de primera mano ha desarrollado este traba-jo, sin hacer mayores comentarios para dejar que los textos citados seanmás elocuentes. La primera parte cubre una información cronológicade la sucesión de corregidores y de gobernadores a lo largo del sigloXVIII. La nómina es casi completa y los comentarios sobre las actua-ciones de cada uno son sobrios.

264

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 264: Academia Nacional de Historia Boletín 180

A lo largo de la exposición incorpora datos sobre sucesos querompían la monotonía de la vida ciudadana, acostumbrada solo a lasrencillas entre los cabildantes, de estos con los corregidores y otrasautoridades; así como a las quejas de la mala administración de justiciay a las picardías de los comerciantes que no vendían con pesas correc-tas o que se aprovechaban de la escasez de productos para subir losprecios. Sobresalen entre las novedades el asesinato del médico Juan deSeniergues y la confusa participación de autoridades civiles y eclesiás-ticas; la toma de Guayaquil por los piratas ingleses y la colaboraciónextraordinaria de Cuenca con derramas en dinero y con gentes dearmas; y al finalizar el siglo XVIII el juicio seguido a Antonio Vallejopor el asesinato del espadachín Mariano Zabala…

En la exposición sobre la corrupción administrativa LucasAchig considera que una de las principales causas fue la compra ventade cargos públicos, por lo que venían personas sin la capacitación ade-cuada y sobre todo con las ansias de recuperar con creces lo invertido.A este factor se podrían añadir otros como la ineficacia de la justicia yla decadencia moral de toda la sociedad. Parece que nos estuvierahablando de la época actual y recordemos que su enfoque se refiere ados siglos atrás.

Cuenca tuvo un crecimiento lento en los siglos XVI y XVII, pe-ro ya en el siglo XVIII comenzó un arranque que le condujo a ser lasegunda sede episcopal y más tarde sede temporal de la Audiencia. Laintervención del cabildo, según el estudio de Lucas, no fue decisivapara esto, pues incorpora numeroso textos sobre las dificultades paramantenerlos cumpliendo su principal obligación que era la de asistir alas sesiones y tampoco lo fue de los oficiales reales y los recaudadoresde obligaciones económicas, pues ahí está la lista de deudores, inclu-sive altos funcionarios, y de sus justificaciones para no pagar. Entoncesnos preguntamos, ¿en qué sector social radica ese mejoramiento y esaimagen que aún perdura en la arquitectura, pintura, artesanías, econo-mía…? Por ello pensamos que hubiera sido bueno que nos hiciera verque nuestra historia cuencana ha dependido mucho de lo que llama-mos pueblo y de ciudadanos notables, que superando el descuido delsector público, han colaborado con sus iniciativas personales para elengrandecimiento de Cuenca.

Añoramos un análisis de la trascendencia de los cambios po-líticos, pues fueron importantes para la historia de Cuenca: los pasos

265

B I E N V E N I D A A L M A S T E R L U I S A C H I G S U B I A

Page 265: Academia Nacional de Historia Boletín 180

hacia una gobernación y una intendencia y, aunque esté fuera del temacentral, pero sí en el contexto, la creación del obispado y los conflictosentre la autoridad civil y eclesiástica. También hubieran sido buenoalgunos comentarios sobre el influjo cultural de la primera misión geo-désica francesa y sobre la abundante producción artesanal de Cuenca,con un comercio activo con el Perú, a fines del siglo XVIII.

Esto lo anotamos solo como una inquietud, porque conocemossu capacidad y sabemos que Lucas tiene en sus planes grandes proyec-tos de investigación y de interpretación histórica. Su fuerza espiritualjoven y sus dotes intelectuales nos garantizan la entrega de nuevos tra-bajos, más allá de todo lo que ya ha hecho, como se puede concluir desu currículo expuesto someramente.

Lucas, los viejos académicos te damos una cordial bienvenidaal seno de una institución que necesita de la presencia de jóvenes inte-lectuales que den nuevos bríos a la Academia, hoy vinculada con laReal Academia de Historia de España, de Portugal y con muchas denuestra América. Lucas, mi amigo, enhorabuena.

Y unas palabras finales para nuestra ilustre cuencana, la docto-ra Guadalupe Larriva González, quien por cumplir con el deber cívicode servir a la Patria dejó temporalmente su labor docente e investigati-va. Nuestra alumna, nuestra compañera en la docencia universitaria,nuestra inolvidable amiga, merecía estar en la Academia, por ello pro-pusimos su ingreso el Dr. Manuel de Guzmán Polanco y quien les estádirigiendo la palabra. Los misterios de la vida y de la muerte seimpusieron y hoy está junto al Ser Supremo, la única y definitivaVerdad. Al rendir un homenaje póstumo a su memoria, lo hacemostambién a los distinguidos miembros de su familia.

266

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 266: Academia Nacional de Historia Boletín 180

267

CORREGIDORES Y GOBERNADORES DE CUENCA EN EL SIGLO XVIII*

Lucas Achig Subía

INTRODUCCIÓN

Una paciente y prolija investigación en el Archivo General deIndias de Sevilla (AGI), en el Archivo Nacional de Historia, Sección delAzuay (ANH/C) y, sobre todo, en los Libros de Cabildos del ArchivoMunicipal de Historia de Cuenca (AMH/C) situado en el Museo Remi-gio Crespo Toral, nos permitió armar un verdadero rompecabezas rela-cionado con los máximos representantes del poder político en la juris-dicción de Cuenca, durante el siglo XVIII, época de grandes cambiosadministrativos en España y sus colonias. Se trata de los corregidoresy los gobernadores que estuvieron al frente de la administración de jus-ticia y regimiento, y posteriormente de intendencia de Cuenca en esteperíodo.

Es importante el estudio administrativo del siglo XVIII porquecomenzaron a tener vigencia en Cuenca las reformas administrativasespañolas de la política borbónica, que tenía un doble objetivo: uno,proteger la mano de obra indígena, para que asegure la permanencia ycontinuidad del sistema de explotación colonial, vía tributación; y dos,impedir el fortalecimiento y consolidación de poderes locales que pon-gan en peligro la estabilidad del dominio colonial, base de la sustenta-ción del absolutismo monárquico. En el primer caso, se promulgaronCédulas Reales, Ordenes, Bandos, Autos y disposiciones; se crearonalgunos cargos como defensores de oficio; y se realizaron Visitas perió-dicas destinadas a escuchar y tramitar quejas y denuncias de los indios.En el segundo caso, se instituyeron los Juicios de Residencia, se contro-laron los remates de los cargos públicos y las recaudaciones de la RealHacienda pasaron a ser de administración directa en lugar del remate.

* Discurso de incorporación como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional deHistoria. Cuenca, Auditorio del Banco Central del Ecuador. 26/I/2007

Page 267: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Hemos creído conveniente en la presente comunicación adjun-tar algunos detalles del ejercicio administrativo de estas autoridades,con la finalidad de comprender el origen de la gestión del gobiernolocal, siempre dependiente de la administración central, que en variosaspectos lo vemos reproducirse aun en nuestros días.

Comenzaremos anotando que en el Corregimiento y posteriorGobernación de Cuenca, la administración de justicia, regimiento e intendenciaestaba en manos del Cabildo presidido inicialmente por el Corregidor y luegopor el Gobernador o, en su reemplazo, por su Teniente Asesor, e integrado porlos alcaldes ordinarios, el Provincial y de la Santa Hermandad, los regidores y elEscribano del Cabildo. Los alcaldes ordinarios se denominaban cadañeros por-que eran elegidos el primero de enero de cada año por el pleno del Cabildo,mientras el Alcalde Provincial y el de la Santa Hermandad, los regidores y elEscribano Público eran permanentes porque compraban el cargo medianteremate. La actividad del Cabildo se organizaba en las sesiones convocadas porsu Presidente, que eran asentadas en actas suscritas por el Escribano Público yrubricadas por los miembros asistentes a la reunión.

CORREGIDORES DE CUENCA EN EL SIGLO XVIII

La presidencia del Cabildo y de la Real Hacienda estuvo enmanos de los Corregidores y Gobernadores que, a su turno, ejercierondicha función; unos con mayores atributos que otros, unos con mayorpicardía que otros. Por lo regular tenían rango militar y poca experien-cia en asuntos administrativos. Este cargo se otorgaba en reconoci-miento a favores prestados a la Corona Española, lo cual equivalía auna especie de compra. El tiempo de duración de su mandato no fueuniforme, demostrando inestabilidad en el ejercicio de estas funciones.Algunos de ellos estuvieron únicamente de paso por la ciudad, mien-tras otros se quedaron a vivir en ella ejerciendo algún otro cargo demenor categoría.

El recorrido por los libros de Cabildo nos permitió tener unalista más o menos completa de estos singulares personajes de la direc-ción financiera, administrativa y judicial de Cuenca en el siglo XVIII.La falta de información de algunos años de vida del Cabildo Cuencanohace que se pierdan ciertos detalles de los momentos de cambio demando de varios corregidores de Cuenca.

La administración cuencana en el siglo XVIII inicia sus activi-

268

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 268: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dades bajo el mando del Corregidor Don Pedro Nieto de Ribera, nom-brado en 1692, (AMH/C, Libro 10). El 5 de mayo de 1703 se posesionaDon Luis Guillén Moriel que anteriormente se desempeñó como Te-niente Pedáneo del Partido de Alausí. (AMH/C, Libro 10). La informa-ción de Cabildos desaparece por algunos años, hasta llegar a 1709,donde se encuentra ejerciendo las funciones de Corregidor Don Am-brosio Pérez Romero, dedicado a la recaudación de las composicionespara enviarlas a Quito; situado que asciende a 4.000 pesos. (AMH/C,Libro 10). Esta función lo ejerce hasta el 13 de octubre de 1713, en quese recibe, desde Quito, la notificación del nombramiento de Corregidoren favor de Don Juan Antonio Aguirre; éste se posesiona del cargo ydedica su atención a la obra pública de empedrado de calles y cons-trucción de puentes. (AMH/C, Libro 10).

El 26 de julio de 1720 se recibe una carta desde Riobamba fir-mada por Don Francisco Pareja, indicando que ha sido nombradoCorregidor de Cuenca por el tiempo de cinco años. (AMH/C, Libro10). El 15 de octubre del mismo año hace el juramento de ley y se pose-siona del cargo. Lo curioso es que este nombramiento se hace a peticiónde Teresa de Riofrío, a quien, en realidad, le asignan el mando de esteCorregimiento por haber donado, en 1712, mil pesos a la Corona, peroella lo traspasa en favor de Don Francisco Pareja. (AMH/C, Libro 10).Su administración se caracteriza por el esfuerzo de poner orden en elvecindario y continuar con la obra pública, poniendo énfasis en lasrecaudaciones para solventar los gastos que demandan las obras.

Una vez cumplido el plazo y pagado el favor recibido, el 22 deagosto de 1726, el Cabildo recibe una carta donde se manifiesta el nom-bramiento de Corregidor de Cuenca en favor de Don Juan de Balcársely Melgarejo, quien toma posesión y juramento el 28 de septiembre delmismo año. (AMH/C, Libro 11). Desde el comienzo de su gestión tuvoproblemas en el Cabildo, debido al afán de controlar los excesos y abu-sos de poder de los cabildantes, que no querían someterse a la autori-dad del Corregidor. El asunto se complica cuando el 9 de septiembrede 1728, siendo Corregidor, toma posesión de veinte cuadras en El Eji-do con casas, cercas y arboledas pedidas al Cabildo diciendo que elsueldo de 800 pesos anuales no le alcanza. (AMH/C, Libro 11). Estoscontratiempos desviaron la atención de la administración territorial,impidiendo el avance de obras y la atención del bien público.

En estas circunstancias, el 16 de abril de 1732, en el Cabildo se

269

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 269: Academia Nacional de Historia Boletín 180

recibe la noticia del nombramiento de Corregidor de Cuenca en la per-sona del General Vicente de Luna Victoria, quien es recibido y tomaposesión del cargo el 20 de julio de 1732. (AMH/C, Libro 11). A partirde aquella época comienza a introducirse la costumbre de renovar con-juntamente a los Tenientes Pedáneos de los partidos de Alausí yHatum–Cañar, el primero se lo hace el 9 de octubre y el segundo el 27del mismo mes y año. (AMH/C, Libro 11). A los dos días de iniciada sugestión, el 22 de julio, tomó a su cargo personal el control y la recauda-ción de los arrendamientos de las tierras de propios que la ciudad teníaen El Ejido, midiendo las cuadras y entendiéndose con los deudores delos arrendamientos. En el Juicio de Residencia de su administración seobservaron culpas de omisión, poco celo y descuido en el cumplimien-to de sus obligaciones, al igual que de los miembros de su equipo degobierno.

El 7 de julio de 1738 se posesiona el nuevo Corregidor, GeneralMatías Dávila y, como de costumbre, poco tiempo después se cambianlos Tenientes Pedáneos de Alausí y de Hatum–Cañar. (AMH/C, Libro11). Dos hechos de trascendencia se sucedieron en su administración:uno, el asesinato de Juan Senierges, médico de la Misión Geodésica lle-gada a Cuenca para medir un arco del meridiano terrestre, de cuyo actocriminal fue también acusado el Corregidor por no defender a la dele-gación del tumulto; y dos, la ayuda que debió dar, en plata y personas,al Corregimiento de Guayaquil asediada por la invasión de los ingle-ses. Las personas fueron reclutadas en los pueblos vecinos de la ciudady el dinero, dos mil pesos, se sacó de las Cajas Reales en calidad depréstamo. (Acta del 6 de mayo de 1741. AMH/C, Libro 11).

Al cabo de cuatro años de su mandato, el 24 de julio de 1742,es sustituido y toma posesión el nuevo Corregidor de Cuenca: GeneralLuis Andrade. (AMH/C, Libro 11). Su administración fue realmentetransitoria, pues apenas duró dos años dedicados a poner orden en laadministración pública y controlar el temperamento del vecindario.

El 2 de junio de 1744 toma juramento del cargo de Corregidorde Cuenca el General Juan Tello de la Chica, quien a la postre sería elque más años ocupó esta función en el siglo XVIII. (AMH/C, Libro 11).En su prolongada administración (hasta 1757) se dio mucha atención ala obra pública, en especial la construcción y reparación de los puentes,tomando drásticas medidas para conseguir los fondos necesarios y lacolaboración del vecindario, como reducir los gastos superfluos de las

270

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 270: Academia Nacional de Historia Boletín 180

fiestas para dedicar dichos fondos a la obra pública e imponer multasy hasta la cárcel a los vecinos que se negaban a participar en la ejecu-ción de las obras. También dedicó mucho tiempo, sobre todo en el añode 1753, a los asuntos administrativos relacionados con la revisión denombramientos para que cumplan con los requisitos legales y los im-puestos correspondientes, según los cargos. Quizás tuvo algún descui-do en el control de la recaudación de los fondos de la Real Hacienda,pero si tuvo mano dura para frenar la ola de delincuencia que se cerníasobre la ciudad, llegando al extremo de aprobar la aplicación de la penade muerte, según consta en una crucial sesión del Cabildo Cuencanodel 2 de mayo de 1755. (AMH/C, Libro 12).

Desde el mes de diciembre de 1756, el Corregidor Juan Tello dela Chica encargó su puesto al Teniente General del Corregimiento Fran-cisco de Veintemilla por causa de una grave enfermedad, que a la pos-tre le llevaría a su muerte. Al Corregidor interino le tocó enfrentar unasituación muy embarazosa causada por el recién nombrado Corregidorde Cuenca Miguel de la Peña. Los hechos, según las actas del Cabildo,se sucedieron de la siguiente manera: El 9 de mayo de 1757 el Cabildorecibe la noticia de la llegada, desde Guayaquil, del nuevo CorregidorMiguel de la Peña. (AMH/C, Libro 12). El 29 de octubre del mismo añose informa en el Cabildo que el nuevo Corregidor piensa casarse enChuquipata con una nativa del lugar e hija de un miembro del Cabildo:el Alcalde Ordinario de Primer Voto, estando prohibido por las leyes.Se notifica este particular al nuevo Corregidor. (AMH/C, Libro 12). El1 de noviembre éste responde diciendo que ha consultado con aboga-dos de la Real Audiencia y no hay impedimento; además afirma queconoce doce casos de Corregidores de esas mismas condiciones, y, porúltimo, señala que tiene poderosas recomendaciones. (AMH/C, Libro12). Con todo y eso, el Cabildo Cuencano, en una memorable sesión del12 de noviembre de 1757, niega la posesión del nuevo Corregidor porhaberse casado con la hija del Alcalde Ordinario de Primer Voto, cuyafamilia tenía malos antecedentes. Así se hizo, quedando encargado elmismo Teniente General Francisco de Veintemilla. (AMH/C, Libro 12).El 4 de diciembre de 1758 se posesiona el nuevo Corregidor NicolásPérez de Vargas, señalando expresamente en su nombramiento quedurará en el cargo dos años mas o menos. También se señala su proce-dencia: él viene desde Panamá. (AMH/C, Libro 12). Desde el inicio desu gestión tuvo muchos problemas con los Alcaldes Ordinarios de la

271

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 271: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ciudad, llegando a plantear su desconocimiento como miembros delCabildo por ser deudores de Real Hacienda. Este pleito acaparó laatención del Cabildo durante todo el año de 1759, sin llegar a una solu-ción satisfactoria.

Parece ser que a causa de esta situación fue suspendido delcargo el Corregidor Pérez de Vargas, manteniéndose al frente del Co-rregimiento nuevamente el Teniente General Francisco Veintemilla,hasta el 11 de abril de 1760, día en que se posesiona un nuevo TenienteGeneral: José Apolinario de Torres, en vista de que se mantenía la sus-pensión del Corregidor Pérez de Vargas. (AMH/C, Libro 13). Sin em-bargo, el 7 de enero de 1761, comparece ante el Cabildo el Corregidorsuspendido, con una Real Provisión de habilitación del cargo, que loejerce hasta concluir el período para el que fue nombrado, es decir, dosaños. (AMH/C, Libro 13). Este nuevo período lo trata de iniciar con fir-meza, pues logra hacer aprobar en el Cabildo la realización de juntascapitulares dos veces al mes, con asistencia obligatoria de los cabildan-tes so pena de cuatro pesos de multa.

Una vez concluido su mandato, el 5 de junio de 1763, se recibela noticia en el Cabildo de la llegada del nuevo Corregidor: JoaquínMerisalde y Santisteban, que se posesiona del cargo el 27 del mismomes y año, por un lapso de dos años, según rezaba su nombramiento.(AMH/C, Libro 13). Este cargo fue conseguido gracias a las gestionesde su tío, el Coronel Don Miguel de Santisteban, Superintendente de laReal Casa de Moneda de Nueva Granada. Su trabajo transcurrió entrela rutina de las tareas administrativas y la continuación de la obrapública.

Lo que quedó para la posteridad fue su obra: Relación históricay moral de la ciudad de Cuenca, escrita por Orden expresa del virrey Pe-dro Mexía de la Zerda, para lo cual le prolongó el título de Corregidorde Cuenca por dos años más. La obra fue dedicada a su tío y protectorMiguel de Santisteban. Allí el Corregidor Merisalde detalla la situaciónde los campos y de la gente de esta jurisdicción, en busca de salidas quepermita aumentar la recaudación fiscal; y la encuentra en los hacenda-dos y los curas, que son los mayores beneficiarios de la empresa colo-nial, que deben ceder sus privilegios de la mita y de los estipendiospara dejar libre el trabajo de los indios, de tal manera que puedanadquirir numerario y atender sus obligaciones tributarias con laCorona y velar por sus propias familias.

272

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 272: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Al Corregidor Merisalde le sucede en el cargo Don Franciscode Trelles, tomando posesión el 23 de septiembre de 1767, por un lapsode cinco años, según expresa disposición del nombramiento expedidoen Quito. Se conoce que al poco tiempo de su posesión fue llevado pre-so a Lima acusado por la inquisición y confiscado todos sus bienes.Años después, el 29 de diciembre de 1770, es absuelto de toda culpa yrestituido su cargo y sus bienes. (AMH/C, Libro 13). En su reemplazoactúa, como de costumbre, el Teniente General de Corregimiento DonDiego de Atienza, que luego pasa a ser Corregidor Interino mediantenombramiento del Presidente de la Real Audiencia de Quito, dedicán-dose con especial atención a la tarea de moralizar la ciudad de lasfechorías de mercaderes especuladores, de dueños de molinos que tra-bajaban con piezas obsoletas y malhechores que merodeaban por laciudad en busca de un pleito o de un latrocinio.

Una vez restituido en el cargo, el Corregidor Francisco de Tre-lles debió completar su mandato de cinco años, que lo cumplió hasta1775, a la espera de la llegada del primer Gobernador de Cuenca. Eneste lapso de tiempo se dedicó a la tarea administrativa, especialmentea la recaudación de los innumerables rezagos de la Real Hacienda, paralo cual se hizo ayudar de una tropa de cincuenta soldados procedentesde Quito. También le tocó iniciar los preparativos para la erección delnuevo Obispado de Cuenca.

Mientras se esperaba la confirmación y arribo del primerGobernador de Cuenca, el 23 de septiembre de 1775 toma posesión elnuevo Corregidor de esta jurisdicción: Alvaro de León, en ese entoncesTesorero de la Real Hacienda. (AMH/C, Libro 13). No podía haberseencontrado a la persona más idónea para ocupar este cargo interina-mente, en vista de que el problema central de la administración territo-rial, en ese momento, era la recaudación de los rezagos o deudas atra-sadas; y quien mejor que el tesorero para conocer a los deudores, losmontos de las deudas y las sanciones por el incumplimiento de las obli-gaciones. Está por demás decir que esta función lo ejerció a cabalidad,aunque descuidó la obra pública como expresamente se anota en lasesión del Cabildo del 17 de enero de 1777, en el sentido de que noavanzan los trabajos de construcción de la cárcel, la carnicería y la pilade agua de la Plaza Mayor. (AMH/C, Libro 14).

273

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 273: Academia Nacional de Historia Boletín 180

GOBERNADORES DE CUENCA EN EL SIGLO XVIII

Habiendo esperado desde el 23 de mayo de 1771, en que se eri-gió la Gobernación de Cuenca, y ante la fallida venida de su primerGobernador, el Capitán de Infantería Francisco Antonio Fernández,finalmente, el 18 de agosto de 1777, se dio a conocer en el Cabildo lanoticia de la llegada del Gobernador y, como siempre, se aprueba larefacción de la casa del Cabildo que se encuentra en la ruina, utilizan-do las rentas de la ciudad, pero exigiendo, a su vez, el pago a los deu-dores para reponer dichos fondos. También se aprueba hacer fiesta conla solemnidad que la ocasión amerita, pero sin tomar los fondos de pro-pios de la ciudad, sino pidiendo colaboración a los vecinos. (AMH/C,Libro 14).

El 10 de septiembre del mismo año se recibió la notificación dela llegada del Gobernador José Antonio de Vallejo y Tacón, y se resuel-ve hacer los preparativos para su recepción: toros, bailes, escaramuzas,comedias y bebidas. (AMH/C, Libro 14). El 12 de noviembre llegó unacarta indicando que el Gobernador Vallejo está en Guayaquil, próximoa partir para Cuenca. Siguen los preparativos. Se dan órdenes pararecaudar las rentas de la ciudad. (AMH/C, Libro 14).

El 13 de diciembre de 1777, con la solemnidad que la ocasiónamerita, tomó posesión del cargo de primer Gobernador de CuencaDon José Antonio de Vallejo, en virtud de la Real Cédula firmada enAranjuez el 25 de abril de 1776. Hubo una gran fiesta de recepción, con-forme lo había programado con prolijidad y esmero el Cabildo.(AMH/C, Libro 14).

En su primera administración, que duró un poco más de sieteaños, puso todo su interés en la organización del Cabildo y la regulari-zación de las sesiones, granjeándose la enemistad de un buen númerode cabildantes que se opusieron tenazmente a su labor administrativa,a tal punto que se vio en la necesidad de poner multas de 25 pesos a losregidores para obligarlos a concurrir a las sesiones del Cabildo. (Actadel 14 de octubre de 1780). Su administración fue muy compleja y giróalrededor de las recaudaciones fiscales, la obra pública y el restableci-miento del orden. Precisamente, “en una de esas batidas, el 23 dediciembre de 1779, da muerte a Juan Mariano de Zabala y Alvarado,mozo pendenciero, maleante y prófugo de la justicia. A consecuenciade este hecho la Audiencia de Quito inicia el correspondiente sumario

274

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 274: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y el 25 de febrero de 1780, Vallejo es conminado a retirarse a Alausí afin de facilitar la labor de investigación del delito. Le reemplaza interi-namente el Teniente de Gobernador, Don Martín Coello y Piedra.Merced una serie de valimentos Vallejo retorna a Cuenca y reasume susfunciones al frente de la Gobernación el 22 de septiembre de 1780”.(Lloret, 1993: 124).

Quizás lo más difícil de su administración fue la recaudaciónde los rezagos, para lo cual pidió auxilio al Presidente de la Real Au-diencia de Quito para que venga en persona a dirigir el operativo.(Acta del Cabildo del 7 de junio de 1781). También tuvo que soportarla imposición, desde Quito, de un Reglamento para el manejo de lasRentas de Propios de la Ciudad.

Una vez concluido el primer mandato de José Antonio de Valle-jo, el 22 de marzo de 1784, toma posesión el segundo Gobernador deCuenca: Juan Antonio de la Carrera, habiendo hecho el juramento, enQuito, el 21 de febrero del mismo año. (AMH/C, Libro 16). En su afánde comenzar la moralización administrativa por la propia casa, el 31 demarzo del mismo año, el nuevo Gobernador pide al Cabildo verificarlas fianzas de residencia del anterior Gobernador, presumiendo que seencuentran viciadas, pero sin mayores argumentos, quedando en malpredicamento frente al Cabildo y vecindario. (AMH/C, Libro 16). Sudedicación también se orientó hacia la obra pública, sobre todo a lareconstrucción de las casas capitulares que tenía un costo aproximadode 1.700 pesos, por lo cual tenía que pedir autorización del gasto a Qui-to. En general, su mandato se cumplió sin mayores contratiempos, perotambién sin mayores resultados en bien del vecindario cuencano.

Juan Antonio de la Carrera ejerce el cargo de Gobernador hastael 27 de agosto de 1787 en que se posesiona nuevamente José Antoniode Vallejo, esta vez como Gobernador Intendente. En cuanto a la In-tendencia, el Gobernador Vallejo inició su gestión haciendo aprobar un“Auto de Buen Gobierno”, que contenía 39 disposiciones para “corre-gir los abusos que promueven efectos abominables”.

También debió enfrentar una profunda depresión económica ymalestar social de la región debido a la crisis agrícola y de su manufac-tura causada por el bloqueo comercial; lo cual requería de medidasemergentes para su reactivación. Corría el año de 1791 cuando el Go-bernador Vallejo puso todo su empeño en reunir a los sectores más repre-sentativos de Cuenca y su región, con excepción por supuesto de los in-dios, para pedirles opiniones orientadas a reactivar la economía regional.

275

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 275: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Estando absorbido por este trabajo, el 26 de enero de 1792 serecibe en el Cabildo una Real Provisión de la Audiencia de Quito, paraque se haga saber al Gobernador Vallejo que se presente preso en dichaciudad para escuchar la sentencia en la causa del asesinato a JuanMariano de Zabala, quedando suspendido su empleo que ocupa inte-rinamente el Teniente de Gobernación Juan López Tormaleo. (AMH/C,Libro 17).

A partir de esta fecha se suceden una serie de interinazgos enla dirección de la Gobernación de Cuenca, que terminan con el reinte-gro a sus funciones de Vallejo, una vez arreglada su situación con lajusticia. Esto sin duda afectó la buena marcha de la administración dejusticia, regimiento e intendencia de Cuenca. El interinazgo de JuanLópez Tormaleo se caracterizó por su empeño de terminar con los abu-sos que cometían los funcionarios de la Gobernación, para lo cual expi-dió, el 22 de octubre de 1792, un Auto Administrativo conminando alos funcionarios, bajo el apercibimiento de multas, cárcel y destitución,a que cumplan con su deber. En estas circunstancias, el 6 de abril de1793, se hace saber desde Quito al Cabildo Cuencano el nombramientodel nuevo Gobernador Interino de Cuenca en la persona de Don Joa-quín Losbustos. (AMH/C, Libro 17). El 6 de mayo del mismo año serecibe una carta de Losbustos pidiendo alojamiento, a la cual se le con-testa diciendo que está vacía la casa del Cabildo destinada a los Go-bernadores. El 24 de junio toma posesión del cargo que sólo dura hastael 25 de julio, fecha en la cual se recibe una Orden Superior del Virreypidiendo que entregue el mando a los Alcaldes Ordinarios y se trasladea Cartagena a dirigir el Segundo Batallón de las Milicias del Rey.(AMH/C, Libro 17). El gobierno de los alcaldes también duró pocotiempo, pues, el 3 de noviembre de 1793, se posesiona el nuevo Go-bernador Interino de Cuenca, Don Víctor Salcedo. (AMH/C, Libro 17).

Una vez ventilados sus asuntos pendientes con la justicia,regresa a Cuenca José Antonio de Vallejo y se reintegra a sus funcionesde Gobernador, en abril de 1794, hasta terminar el período para el quefuera nombrado, que coincide con la culminación del siglo XVIII ycomienzos del XIX. Su gestión se concentró, como era su costumbre, aponer orden y regularidad en las sesiones del Cabildo bajo el apercibi-miento de multas y destitución; a la obra pública de arreglo de puen-tes, de la pila de agua y composición de caminos; a cuidar de las recau-daciones fiscales y el envío de los situados a Quito; en fin, a presidir las

276

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 276: Academia Nacional de Historia Boletín 180

festividades de la ciudad donde era el invitado de honor y el que poníala nota del exquisito gusto y buen humor, del que se ufanaba el vecin-dario cuencano. Después de una larga y conflictiva administraciónterritorial, el Gobernador Vallejo entrega el mandato a Don IgnacioFortich, el 28 de agosto de 1801.

ADMINISTRACION DE JUSTICIA, REGIMIENTO E INTENDENCIA

Los corregidores y gobernadores de Cuenca en el siglo XVIII ejercieronactividades administrativas de justicia, regimiento e intendencia, según lasCédulas Reales, Ordenes, Bandos, Autos y disposiciones emanadas por el podercolonial. Sin embargo, su aplicación se vio limitada por múltiples factores decarácter personal, social e institucional.

Uno de los mayores problemas de la administración fue la faltade preparación del personal, debido principalmente a la forma de lle-nar los cargos mediante remate en subasta pública y no por méritos,llegándose a conformar cuerpos administrativos poco capacitados, ino-perantes, pero muy ambiciosos; lo cual dio pábulo a la insubordina-ción, pugnas al interior del bloque administrativo y corrupción, por elafán desmedido de recuperar con creces y en el menor tiempo, el valordel cargo entregado en el remate.

Administración de tipo patrimonial

La administración territorial de Cuenca durante el siglo XVIIIfue de tipo patrimonial, debido al remate de los cargos públicos, lle-gándose a constituir el cargo en un patrimonio que debía usufructuarsu propietario. Esto creó en el rematador propietario del cargo un afándesmedido por obtener el mayor provecho posible de su patrimonio.Es decir, cada cual se sentía dueño de su cargo y con derecho a usufruc-tuarlo a su manera, sin pensar en el bien de la colectividad sino en elbeneficio personal. En este sentido, el bien común estaba subordinadoy dependiente del interés individual.

Esta preocupación exclusiva por el interés personal, le relegó aun segundo plano la dedicación a la actividad pública. Prueba de elloestá en la permanente inasistencia a las sesiones del Cabildo de susmiembros, por estar atendiendo sus asuntos personales. Parece ser que

277

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 277: Academia Nacional de Historia Boletín 180

solamente asistían cuando estaba en juego sus intereses particulares.Como la mayoría eran hacendados, prácticamente se clausuraba elCabildo en tiempo de las siembras y de las cosechas, causando males-tar al vecindario y paralización de la obra pública.

La inasistencia de los cabildantes provocó los mayores doloresde cabeza a corregidores y gobernadores de Cuenca, durante el sigloXVIII. Casi no hay autoridad que no se queje amargamente de esta rea-lidad. De nada valieron las amenazas y multas para sensibilizar la pun-tualidad de los cabildantes. De nada sirvió la resolución del 12 de enerode 1761, de realizar juntas capitulares dos veces al mes, con asistenciaobligatoria de los cabildantes so pena de cuatro pesos de multa.(AMH/C, Libro 13). Tampoco la del 1 de junio de 1778, donde se re-suelve realizar cabildo dos veces por semana. (AMH/C, Libro 14). Nisiquiera la conminatoria del 14 de octubre de 1780 que, debido a las rei-teradas inasistencias de los regidores al cabildo, se les obliga bajo penade 25 pesos de multa. (AMH/C, Libro 15). Nuevamente insiste el Go-bernador Interino, el 22 de octubre de 1792, pidiendo, además, a losque vayan a salir de la ciudad, que deben comunicar a la Gobernación.(AMH/C, Libro 17).

La situación tocó fondo a finales del siglo XVIII, viéndose obli-gado el Gobernador Vallejo, el 7 de enero de 1796, ante la ausencia pro-longada de los regidores a las sesiones del Cabildo, a tomar decisionesdrásticas que, desde luego, tampoco se cumplieron, señalando que: “nose ha logrado un Cabildo completo en que se traten los asuntos intere-santes al bien y utilidad del vecindario, con asistencia de los regidores,porque los unos se hallan ausentes y los otros aún estando en la ciudadmiran con indiferencia y no quieren asistir, siendo este un abuso into-lerable que debe repararse porque llegará el caso en que no hayancabildos por la falta de concurrencia de los regidores”. En vista de locual envía un Auto al Cabildo pidiendo que asistan los capitulares a lasfunciones de Tabla so pena de 15 pesos de multa por cada falta, a ex-cepción de los que legítimamente se encuentren impedidos y notifica-dos. Asimismo, asistan por lo menos cuatro meses en el año a los Ca-bildos Ordinarios so pena de verse privados de voz y voto en las elec-ciones cadañeras”. (AMH/C, Libro 18).

278

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 278: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Inoperancia administrativa

La inoperancia administrativa caracterizó a la gestión públicacuencana del siglo XVIII, generando un caos administrativo que perju-dicó abiertamente al vecindario cuencano. Uno de los ejemplos másclaros de inoperancia que todavía pervive en la actualidad correspon-de a los problemas de límites con Guayaquil. En efecto, el 27 de abrilde 1726, el Tesorero Interino de las Cajas Reales acude al Cabildo aexponer que:

En la fundación de Cuenca, por el camino que va de ella para la deGuayaquil se le asignó por lindero hasta los confines de la isla Puná,en donde está situada la bodega llamada Naranjal, dentro de dichoslinderos, y que con el transcurso del tiempo y omisión que tuvieronlos que componían antiguamente este cabildo, han dejado perder elderecho que tiene esta ciudad y las justicias de ella, así a dicha bode-ga como a los demás términos comprendidos en dicho lindero; porcuya omisión se han introducido en dicha jurisdicción la ciudad deGuayaquil, (perjudicando) a los arrieros y demás tratantes que bajande esta ciudad con comestibles para la provisión de la de Guayaquil,pues, al tiempo de su vuelta no pueden conseguir que los bodeguerosy tenientes puestos por las justicias y oficiales reales de aquella ciu-dad, les permitan salir de dicha bodega con brevedad, embargándolessus mulas para sus tratos y comercio particulares, dando motivo paraque con estas extorsiones y demoras se les pierda los géneros que tení-an comprados en dicha bodega para el abasto de esta ciudad.(AMH/C, Libro 11).

La inoperancia administrativa también se vio reflejada en laincapacidad del Cabildo, no tanto para dictar disposiciones, que sí lashacía, sino para controlar los desmanes que se cometían, por ejemplo,los comerciantes, alterando continuamente los pesos y medidas de losproductos que vendían, dando rienda suelta a la especulación en per-juicio de los consumidores; los molineros que tenían en pésimo estadolas piedras que se molían junto con el trigo causando enfermedades enel vecindario; los contrabandistas de raspaduras y otros efectos proce-dentes de Loja y Zaruma. Tampoco atinaban a poner orden en la cons-trucción de las obras públicas, dejando a la buena voluntad del vecin-dario, razón por la cual las obras se concluían después de mucho tiem-po, y la mayoría de las veces quedaban inconclusas.

279

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 279: Academia Nacional de Historia Boletín 180

La administración territorial de Cuenca tampoco logró contro-lar la belicosidad y virulencia del vecindario cuencano, que se burlabade la justicia, como bien lo anota el Corregidor Merisalde: “No hay eneste país sujeto más despreciable que un juez: si manda no le obedecen;si corrige, le reprenden; si ruega, le desprecian. Cualquiera vulnerafácilmente toda la autoridad”. En 1755 se dijo que la justicia era foras-tera por la incapacidad de frenar los innumerables crímenes que seestaban cometiendo en el vecindario, aprobándose, en el Cabildo, elnombramiento que se hizo desde Quito de cuatro hombres armadospara auxiliar a la justicia y a los jueces de esta ciudad, prendiendo a losreos. (Sesión del 9 de agosto de 1755). Igual situación ocurre el 27 deabril de 1759, donde se aprueba la conformación de una tropa perma-nente de soldados para ayudar a la justicia en el Corregimiento.(AMH/C, Libro 12).

Otra muestra de la inoperancia administrativa está en la enor-me cantidad de tiempo que se gastaba en el trámite de posesión de losnuevos funcionarios, por el desconocimiento de las disposiciones ad-ministrativas. Esto sucedió en 1782, pasándose la mayor parte de lassesiones del Cabildo de todo el año en la tramitación del cargo deEscribano del Cabildo. Algo similar ocurrió en 1799, cuando el Cabildose pasó todo el año tramitando las fianzas de los Oficiales de Real Ha-cienda.

Por culpa de la inoperancia administrativa, muchos pueblospasaron largo tiempo sin autoridades, según denuncia, el 1 de noviem-bre de 1781, el Visitador Ignacio Checa, al manifestar que “muchospueblos de la provincia se encuentran sin caciques ni gobernadores,ocasionando el caos y la falta de tributación, por lo que es urgente repa-rar este daño”. (ANH/C, L. 5).

El Juicio de Residencia celebrado al gobierno del CorregidorVicente de Luna Victoria, en el período julio de 1732 a julio de 1738,demuestra en forma clara, sencilla y contundente la inoperancia admi-nistrativa. En la parte pertinente de su informe señala que:

(...) Todos los residenciados padecen en general de la culpa de omi-sión, poco celo y descuido en el cumplimiento de sus obligaciones y delas Reales Ordenanzas. En no haber celebrado en cada semana dosCabildos por ser estos necesarios para el mejor arreglamento de larepública, la que está en los hombros de los que la gobiernan, y tenien-do a su cargo como padres de familia toda la ciudad y su jurisdicción,

280

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 280: Academia Nacional de Historia Boletín 180

debían sin hacer falta atender a la obligación precisa. Si bien elEscribano de Cabildo debió reconvenirlos de ello por sí no estuvierenenterados de las Reales Ordenanzas, asimismo padecen la culpa de nohaber celado el aderezo y reparo de las calles de esta ciudad y puentesde los ríos que están en las entradas y salidas de ella, de que se sigueninconvenientes varios.

(...) La ausencia a los Cabildos es otra negligencia, y si debí-an salir al campo debían dejar reemplazos para realizar los cabildos,y de este modo nunca faltase la distribución de justicia. Tampoco sealineó las calles de la ciudad y no se persuadió al Procurador para queejecute este trabajo. (...) También ha faltado el Fiel Ejecutor en celartodas las cosas dependientes a su oficio y por esto han estado fuera deorden, viciadas y gobernadas de las propias partes, sin que se tenga elorden preciso en esta república”. (AMH/C, Sección Documentos,Nº 71).

El gobierno central, consciente de esta situación de inoperanciaque le tornaba ingobernable al corregimiento, con frecuencia estuvoenviando a Cuenca disposiciones administrativas a ser cumplidas porlas autoridades locales. El propio Presidente de la Real Audiencia deQuito, Juan Pío Montúfar, en 1755, se vio obligado a intervenir, frente ala inoperancia de la justicia ordinaria de Cuenca, para controlar el de-senfreno del vecindario, prohibiendo el uso de armas, la conformaciónde pandillas, el deambular nocturno por la ciudad, los fandangos y fies-tas escandalosas y el albergue de delincuentes. (AMH/C, Libro 12).

Con igual preocupación, el 10 de febrero de 1784, se recibe des-de Quito un Superior Despacho dando a conocer la obligación de nom-brar a dos Alcaldes de Barrio: uno para San Blas y otro para San Sebas-tián, con las mismas atribuciones que los Alcaldes Ordinarios, es decir,como jueces de primera instancia. (AMH/C, Libro 16). Entre las prin-cipales obligaciones del ejercicio de su cargo se destacan las siguientes:

Cada año deberán formar un padrón exacto de las personas, anotan-do calidad, oficios y número de personas.Deben evitar los escándalos públicos y los juegos prohibidos en sujurisdicción.Celar que los mozos del barrio no acudan en cuadrillas o patrullas,especialmente de noche.Aprehender a las personas que usen armas ofensivas y defensivas.

281

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 281: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Averiguar el modo de portarse de cada individuo para evitar raterías,amancebamientos y ebrios.Conocimiento de querellas y demandas verbales.Para el cumplimiento de estas obligaciones tendrán una guardia deseis hombres, sacados del mismo barrio en forma gratuita y rotativa.

En el Auto de creación de la Intendencia de Cuenca (26 de oc-tubre de 1787), se dedica expresamente los artículos cuatro y cinco paraexigir:

4.- Que los despachos de la causa pública sean prontos y acudiendolos necesitados a las audiencias que deben empezar a las nueve de lamañana hasta las doce del día, en que concurrirán los escribanos yprocuradores con los negocios de su cargo, trayéndolos arreglados yen el traje correspondiente, observando las ferias (salvo los asuntoscriminales), excusando toda omisión y adelantando eficaz y legalmen-te las diligencias para la conclusión de los litigios de que depende lapaz común, y por esto serán responsables a los daños que se advier-tan por su defecto. 5.- Que en todas las causas así criminales como civiles, los primerosescritos de querellas, demandas y contestaciones vengan precisamen-te firmadas de abogado recibido y todas las representaciones fundadasen derecho, por ser conforme a él, y por evitar innumerables inconve-nientes que se han advertido por la inobservancia de esta calidad, quede hoy en adelante se ha de guardar, y para su cumplimiento el pro-curador que introdujere escritos sin esta solemnidad incurrirá endoce pesos de multa aplicados en la forma ordinaria, y lo mismo elescribano que los admitiere.

En el mismo “Auto de Buen Gobierno” se emiten disposicionespara el ordenamiento urbano de la ciudad de Cuenca, composición yaseo de calles, dotación de servicios, arreglo de fachadas, ocupacióndel suelo, y demás obras que habían sido descuidadas por anterioresgobiernos. También se insiste en la prohibición de fabricar y portararmas; de jugar dados, pinta, cacho, cachito y trucos; de retener y encu-brir a delincuentes.

Por su parte, el Gobernador Interino Juan López Tormaleo, enlas disposiciones administrativas del 22 de octubre de 1792, propone:

1º Que todos los escribanos de esta plaza, bajo la multa de cuatro

282

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 282: Academia Nacional de Historia Boletín 180

pesos aplicados a la obra de Santa Martha (la cárcel) estén indispen-sablemente todos los días a las diez de la mañana con la debida cere-monia y estilo, en la Casa de Gobierno, para asistir al despacho públi-co, trayendo cada uno el escrito que tenga y el que evacuarán promis-cua y sucesivamente, principiando por el orden de antigüedad. (...)2º Que cada uno de dichos escribanos traiga precisamente, con losescritos que hubiesen de despacharse en el día, los autos o anteceden-tes que hubiese en el asunto de que se trató.3º Que dichos escribanos no admitan escrito que no venga firmado deabogado, y por medio de procurador. (...)4º Que bajo la misma multa de cuatro pesos, aplicado en la mismaforma, a dicha hora de las diez asistan también al despacho público enla Casa de Gobierno, los cuatro procuradores de número que hay enesta ciudad. (...)5º Que cuando alguno o algunos de dichos escribanos o procuradores,o demás dependientes del despacho de justicia de esta plaza esté enfer-mo o tenga precisión de salir de esta ciudad haya: en el primer caso deavisar prontamente, y en el segundo que no podrá ejecutar sin expre-sa noticia y orden de este gobierno, bajo la multa por cada vez que loejecuten, de veinte pesos, y en cualquiera de los dos, deberán nombrarpersona que sustituya sus veces y dar prontamente noticia al gobier-no para su inteligencia, bajo la multa de cuatro pesos.6º Que se guarde toda circunspección y moderación de vida en el des-pacho. y trámites de la justicia. (...) 7º Que en los días feriados haya de asistir un escribano en la Casa deGobierno, por la mañana desde las ocho hasta las doce del día, y otrodesde dicha hora hasta el toque de oración, lo que ejecutarán por turnoy orden de antigüedad, y bajo la referida multa de los cuatro pesosaplicada en la forma arriba dicha.8º Que en los días que no sean feriados, asista por el mismo orden deturno y antigüedad, un escribano por las tardes en la referida Casa deGobierno, bajo la multa de dichos cuatro pesos aplicados en la propiaforma. (...) (ANH/C, Doc. 98.885).

Insubordinación de la justicia ordinaria

Otro de los síntomas del caos administrativo de esa época fuela insubordinación de la justicia ordinaria. El carácter patrimonial de

283

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 283: Academia Nacional de Historia Boletín 180

los cargos públicos generó en los propietarios un sentimiento de inde-pendencia y autonomía, y un no querer dar cuenta a nadie de sus actosadministrativos, originando frecuentes insubordinaciones de alcaldesy regidores frente a las autoridades, que fueron en perjuicio directo dela administración de justicia.

Así lo advirtió con profunda preocupación y desasosiego elGobernador Vallejo en su informe a la Real Audiencia de Quito, del 31de agosto de 1780, cuando expone:

“Durante el tiempo de Gobernador de aquella provincia de Cuenca heexperimentado, no con poco perjuicio y daño de la causa pública, quelas justicias ordinarias no han querido profesar la debida subordina-ción al gobierno, sino que sobre el supuesto de haber conceptuado quela jurisdicción ordinaria que ejercen es igual con la que de la mismanaturaleza administra también el gobierno, han aspirado ha manejar-se con tal independencia de ésta que pasando a hacer ostentación deun notable despotismo, jamás han querido subordinarse a sus facul-tades, comunicarle la noticia de los delitos y acaecimientos públicos,acudir a sus llamamientos y darle parte de las ausencias de la ciudad;siendo lo más extraño que creyéndose asistidos de las mismas facul-tades que el Gobernador, hasta han extendido el uso de las suyas atodo el distrito de la provincia, sin contraerlas a los términos de laciudad que regularmente son las cinco leguas del contorno.El Gobernador nunca ha pensado tratar como inferiores a las justiciasordinarias porque sabe muy bien de la jurisdicción ordinaria, pero sele ha hecho extraño que con pretexto se inmiscuyan en asuntos priva-tivos del gobierno. Además los alcaldes no le guardan el fuero recono-ciéndole como cabeza de la provincia”. (AMH/C, Libro deCabildos, Nº 15).

De la misma manera, el Gobernador Interino, Juan López Tor-maleo, para justificar varias disposiciones administrativas dictadas el 22de octubre de 1792, expone que: “sin embargo de haberse repetidasveces tirado a arreglar el despacho público para la mejor expedición delos negocios, y en beneficio de la causa común por varias providenciasde este gobierno, y de estar el actual, de su parte, sacrificado en serviciodel público casi todas las horas del día con las regulares de la noche, hallegado a experimentar con indecible dolor de su corazón, los infinitosabusos que en desacato de dichas providencias, en perjuicio de la causapública, se están cometiendo a cada paso por los dependientes de esta

284

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 284: Academia Nacional de Historia Boletín 180

plaza, con grave detrimento de la autoridad de este gobierno y honor desu propia persona, y aún de la misma causa pública”. (ANH/C, Doc.98.885).

La insubordinación también hizo presa de los escribanos deCuenca, quienes, en junio de 1795, se excusan de intervenir en los asun-tos de Real Hacienda, constituyéndose, según el criterio de las autori-dades de Quito, “en una muestra de desprecio y falta de respeto a SuMajestad, por lo que se dispone que en caso de reincidir en este defec-to se los multará con cien pesos”. (ANH/C, L. 10, 281 v.).

Con el propósito de remediar estas situaciones de insubordina-ción de la justicia ordinaria de Cuenca, se propone varios arbitrios, porejemplo, el Gobernador Vallejo:

“En conformidad y para remedio de tan perjudiciales abusos se ha deservir vuestra alteza de declarar: lo primero, la subordinación quedeben profesar al Gobernador: el Teniente, los Alcaldes Ordinarios ydemás justicias, respetándole, acudiendo a sus llamamientos y obser-vando las órdenes; lo segundo que siempre que acaezcan muertes, ale-vosías y otros delitos de esta clase, deben ponerlos en noticia delGobernador, sin perjuicio de la causa; lo tercero, que si se experimen-tase incendios, movimientos populares, asonadas y otras ocurrenciasde igual naturaleza, inmediatamente deben comunicarlas al mismoGobernador para que disponga los remedios oportunos; cuarto, que sise ausenten de la ciudad sea precediendo venia del gobierno sin la cualno pueden salir; quinto y último, que los memorados alcaldes no exce-dan los términos de la jurisdicción de la ciudad de cinco leguas”.(Informe a la Real Audiencia de Quito del 31 de agosto de 1780.AMH/C Libro de Cabildos, Nº 15).

La Real Audiencia de Quito aprueba esta petición y resuelveponerla en práctica el 6 de septiembre de 1780.

El mismo Gobernador Vallejo, en el “Auto de Buen Gobierno”expedido el 26 de octubre de 1787, para el establecimiento de laIntendencia, incluye dos capítulos destinados a frenar la insubordina-ción de la justicia ordinaria:

3.- Que todos y cada uno se subordine a sus respectivos superiorescon la debida deferencia a la autoridad, prestando la obediencia quemerecen y guardando con sinceridad sus preceptos de justicia.6.- Que en dichas representaciones y demás escritos se guarde verdad

285

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 285: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y estilo, respetando la autoridad de justicia, sin mezclar sátiras niotras proposiciones extrañas del mérito y naturaleza de la causa, bajodel mismo cargo que se aplicará al abogado que proceda en contrario.

Pugnas al interior del bloque administrativo

La defensa de los bienes patrimoniales generó pugnas internasentre los cabildantes que fueron entorpeciendo y retardando la adminis-tración de justicia, regimiento e intendencia en el vecindario. En el sigloXVIII se observa una práctica común (que se extiende hasta nuestrosdías) de conformar bandos al interior del Cabildo que pugnaban porimponer su voluntad sobre el bando contrario; de no ser así, se alejabandel Cabildo dejando las sesiones sin el quórum necesario para poderfuncionar, a pesar de las amenazas de corregidores y gobernadores.

En una ocasión, habiendo decomisado un contrabando deaguardiente, se le responsabiliza al Alcalde Provincial Juan Chica ySánchez, enviando el expediente a Quito, desde donde se contesta, el10 de diciembre de 1788, dejando sin efecto la multa impuesta y serecomienda que en lo sucesivo se eliminen las sospechas respecto delos funcionarios. (ANH/C, L. 10, 77 v.). En otra oportunidad, el 31 demayo de 1791, el propio Gobernador Vallejo inicia la causa por desfal-co de la administración de tabacos contra Ignacio Rendón, quien apelala causa indicando que se trata de retaliaciones personales del Gober-nador y pide que otro juez conozca la causa y le amplíen el plazo parasu defensa. (ANH/C, L. 10, 169 v.).

Pero el hecho más sobresaliente que registran los Libros deCabildo en torno a las pugnas internas de los cabildantes se observa enla sesión del 25 de enero de 1792, donde el bloque opositor alGobernador Vallejo, comandado por el alcalde Provincial Juan Chica ySánchez,

acusa en forma directa al Gobernador de ser un ladrón de la ciudad yde los pueblos porque ha impuesto gabelas utilizando la vara de fielejecutor; de haber formado un partido para cometer todo tipo de atro-cidades sin que ningún juez pueda hacer algo; de atropellar la provi-dencia de su Alteza librada a favor de Sánchez Cubillús permitiendola huida de Ullauri; y cuando el escribano hizo la respectiva certifica-ción le metió en un calabozo junto al procurador de causas AndrésToledo.

286

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 286: Academia Nacional de Historia Boletín 180

También se le acusa al Alcalde de Primer Voto FranciscoCabeza de Vaca de encubridor y de cobrar por la vara de Fiel Ejecutorderechos indebidos en todas las entradas y salidas de la ciudad; deimponer gabelas en los pueblos contra los miserables indios; ademásdenuncian que este cargo lo consiguió mediante la coíma al hijo delanterior Gobernador, Antonio de la Carrera, dándole cien pesos y uncáliz de oro; igual cosa hizo con el Alférez Real por intermedio deFrancisco Barreto. (AMH/C, Libro 17, folio 67).

Las pugnas también se dieron entre los presidentes del Cabil-do, con la finalidad de quedar bien ante los organismos administrati-vos superiores. Esto quiso hacer precisamente el Gobernador Antoniode la Carrera, al solicitar en la sesión del Cabildo del 31 de marzo de1784, la verificación de las fianzas de residencia del anterior Gober-nador Vallejo, presumiendo que se encontraban viciadas. El 10 de ma-yo del mismo año, desde el Tribunal de Cuentas de Quito se impugnala actitud del Gobernador, por inculpar la aprobación de la fianza deresidencia no confirmada del exgobernador Vallejo. (AMH/C, Libro deDocumentos Nº 72).

Corrupción administrativa

La administración de justicia, regimiento e intendencia deCuenca tampoco estuvo exenta de corrupción debido al carácter patri-monial de los cargos públicos, al afán desmedido de sus propietariosde recuperar la inversión efectuada en el remate de dichos cargos en elmenor tiempo posible y a cualquier precio, a la venalidad de una legis-lación que incitaba a la corrupción y amparaba a sus transgresores, y alas dificultades del gobierno central para controlar a las administracio-nes territoriales. De esta manera se fue configurando una cultura de lacorrupción administrativa que perdura hasta nuestros días, causandograves perjuicios a la sociedad y restando credibilidad en la adminis-tración de justicia.

La mayor cantidad de actos de corrupción estuvieron referidosa deudas contraídas con la Real Hacienda o la Caja de Propios de laCiudad sin intención de pagarlas, o el usufructo de un bien público,aprovechando, en ambas circunstancias, del privilegio del cargo. Porejemplo, el 29 de diciembre de 1721, se denuncia en el Cabildo que el

287

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 287: Academia Nacional de Historia Boletín 180

anterior Corregidor ocupa tierras capitulares en El Ejido sin pagar elarriendo diciendo que muchos no pagan. (AMH/C, Libro 10).

Más explícito es el Procurador de Causas de la ciudad, que el1 de julio de 1755, manifiesta que:

No hay fondos para enviar una comitiva a recibir al Presidente de laReal Audiencia de Quito, debido a que las propias autoridades no pa-gan las deudas a la ciudad: Luis de Andrade (excorregidor) debe, desdehace unos 20 años, los réditos de un principal de 500 pesos que tienedel hato de Surucucho. El capitán Pedro Sempértegui iguales años deun principal de 300 pesos sobre la hacienda de Tarqui. El capitán LopeCarrillo nunca ha pagado arriendo de las cuadras que posee en El Ejido;igualmente el capitán José Maldonado. Tomás Toral no paga diciendoque el Cabildo le ha hecho merced de las tierras que posee. Teresa deRada no paga diciendo que su padre fue Corregidor. Catalina de Alvearjustifica por ser viuda noble. María Morán dice que si quiere pagará, sinó, no. Juan Manuel de Mora muchos años á que no paga, igual que loshijos del Alcalde Provincial ya difunto. El cura José Andrade se creecon todos los derechos sobre las tierras. Francisco Hinostrosa acusa alCabildo de tener deudas con los herederos y se está cobrando sin pagarlos arriendos. El cura Francisco Barzallo señala que el Cabildo le hizoesta merced. El colegio de la Compañía de Jesús suspendió el pago desdehace cinco años por decisión del Cabildo. Y muchas otras personas nopagan por similares razones. (AMH/C, Libro 12).

Otra forma de corrupción se expresaba en el acoso de los fun-cionarios a las personas que requerían de sus servicios, tal como seinforma en el Juicio de Residencia celebrado al gobierno del CorregidorVicente de Luna Victoria, en el período Julio de 1732-Julio de 1738,donde se le acusó de: “culpa grave al Teniente General que fue delCorregimiento, según un declarante, por haberse ocupado, contra elpropio decoro de su empleo, en solicitud de mujeres para aprovechar-se de ellas con pretexto de la administración de justicia en que dioejemplo contrario; el Fiel Ejecutor está acusado de desmanes en loscabildos, eligiendo a personas por fines particulares y no por los méri-tos, originando notables perjuicio”. (AMH/C, Sección DOCUMEN-TOS, Nº 71). El informe termina pidiendo sanciones, específicamentepara el Teniente General del Corregimiento y el Fiel Ejecutor, FranciscoLandín, condenado a tres años de destierro.

288

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 288: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En 1795 se da un hecho curioso: el escribano recién nombradode Cuenca, Joaquín de Oramas, quiere cobrar sus emolumentos desdeel año anterior en que todavía no tenía el cargo. Además logra una Or-den de suspensión de las cuatro Escribanías de Cuenca para realizar élsólo el trabajo, cobrando el importe de las cuatro. Esto fue rechazadoen Cuenca.

Otro hecho de corrupción que aparece a finales del siglo XVIIItiene relación con el nepotismo, obligando al gobierno central a dictaruna disposición prohibiendo ejercer cargos en el Cabildo a familiaresque tengan hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afi-nidad. Esta Orden se recibió en Cuenca el 26 de abril de 1798.(AMH/C, Libro 9).

Frente a la práctica ordinaria de corrupción de los funcionariospúblicos, de endeudarse y no pagar, el gobierno central se vio obliga-do a suspenderles el derecho de elegir y ser elegidos, cada año, para lasdiferentes funciones administrativas territoriales, mientras no cancelenlos valores adeudados. De esta manera, a finales de diciembre de 1724cunde la preocupación en el Cabildo Cuencano porque se recibe unaprovidencia, desde Quito, señalando que para elegir y ser elegidos Al-caldes Ordinarios y procuradores (se elegían cada año), se requiere notener deudas con la Real Hacienda, corriendo el peligro de verse nuli-tadas las elecciones. (AMH/C, Libro 10).

Esta situación se repetía con bastante frecuencia en los mesesde diciembre, pero también eran aprovechadas por los cabildantes parasaldar rencillas personales, acusando a sus colegas de deudor de RealHacienda para impedirle obtener un cargo en el Cabildo. El 9 de di-ciembre de 1754, se denuncia que los Alcaldes Ordinarios no han paga-do el derecho de la media annata desde el año de 1738 (16 años) alcan-zando una cifra considerable. Se solicita declararles deudores de laReal Hacienda e imposibilitados de participar en las elecciones del pri-mero de enero próximo. (AMH/C, Libro 12). En 1759 se pasaron todoel año en el Cabildo discutiendo sobre el desconocimiento de las elec-ciones de los Alcaldes Ordinarios de la ciudad por ser acusados dedeudores de la Real Hacienda; tuvieron que esperar hasta el 21 de abrilde 1760, cuando el Tribunal de Quito se pronunció declarando nulas laselecciones de 1759 por haber votado varios deudores a la Real Ha-cienda. (AMH/C, Libro 13).

En otras acciones obligaron a los familiares a pagar las deudasde los funcionarios públicos, como sucedió el 21 de octubre de 1762,

289

C O R R E G I D O R E S Y G O B E R N A D O R E S D E C U E N C A E N E L S I G L O X V I I I

Page 289: Academia Nacional de Historia Boletín 180

cuando se le priva del empleo a Juan Tello de la Chica hasta que cance-le todo el valor de lo adeudado por parte de su difunto padre, delremate de tributos de años anteriores. (AMH/C, Libro de DocumentosNº 72).

También se imponían multas cuando el Tribunal de la Real Au-diencia de Quito detectaba fallas administrativas. Esto ocurrió el 21 deenero de 1792, cuando le condenan al Juez Pedáneo del Cañar: JoséPacheco, a 50 pesos de multa; y al Gobernador y Asesor de Cuenca, alpago de las costas, por dictar injustas providencias en contra de An-tonio Espinoza y de los indios del Cañar. (ANH/C, Doc. 96.050).

Estos son algunos hitos de la historia administrativa deCuenca en el siglo XVIII, que son de invalorable ayuda para entenderla trayectoria de una administración pública inoperante, llena de pro-blemas y venalidades que muy poco contribuyó al bienestar del vecin-dario cuencano de aquella época.

290

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 290: Academia Nacional de Historia Boletín 180

291

BIENVENIDA A LA MASTER JENNY LONDOÑO COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA

ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Jenny Estrada

Cada vez que una mujer conquista espacios de gestión públi-ca, tecnológica, científica y otros, que antaño nos fueron negados omezquinamente limitados, nosotras lo sentimos como un triunfo com-partido, que aplaudimos sin reservas. Como lo hago este mediodíafrente a Uds., para cumplir el honroso cometido de ofrecer el saludo debienvenida a la Academia Nacional de Historia, a una mujer sobresa-liente, investigadora de relieve y sobre todo, ciudadana con plena con-ciencia de su rol social e individual, cuya vida es una secuencia de hitosimportantes en todos y cada uno de los ámbitos que eligió, para apor-tar la lucidez de su pensamiento crítico en el ejercicio de un liderazgofemenino y feminista, que la destaca como una de las más apasionadasy comprometidas luchadoras contemporáneas por los derechos de lamujer y de todos los seres humanos preteridos.

Jenny Londoño es hija de un médico colombiano, cuya forma-ción profesional fue producto de la Universidad de Guayaquil, ciudada la cual llegó cuando las consecuencias del “bogotazo” se expandíanpor el vecino país, presagiando tiempos difíciles; y en nuestro puertoencontró, no solamente la solidaridad de hermanos sudamericanos,sino también el amor de una joven y hermosa maestra guayaquileña,con quien contrajo matrimonio y formó su descendencia.

En una antigua casona familiar, cerca del malecón, donde labrisa del río penetraba por la persianas siempre abiertas, y el subir ybajar de estudiantes pensionistas de varias nacionalidades –en sumayoría colombianos-, propiciaba una atmósfera de diversidad y uni-versalidad, nació y vivió sus años de infancia Jenny Londoño.

Los jóvenes estudiantes colombianos, que por esos años serefugiaban en Guayaquil, eran todos hijos de padres liberales, perse-guidos por el régimen conservador. Su propio abuelo, don BenjamínLondoño, fue un liberal de gran firmeza ideológica. Y, con toda seguri-

Page 291: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dad, escuchando conversaciones de sobremesa, y atendiendo a las refe-rencias de su padre, a quien ella recuerda como gran lector, excelenteestudiante universitario; humanista por vocación; liberal, defensor dellaicismo, la niña recibió semillas ideológicas que más tarde germinaronen su mente.

Luego de obtener su título profesional con todo lucimiento, elDr. Londoño y su familia colombo-ecuatoriana, marcharon a Medellín,ciudad de la cual era oriundo y donde el nuevo medio urbano, el siste-ma de estudios, la disciplina, el orden y las costumbres diferentes, mol-dearon la personalidad de la pre-adolescente migrante, desde las aulasdel Liceo, que llevaba el nombre de una de sus antepasadas, hasta suingreso al campus universitario de Antioquia- donde se matriculó paraseguir la carrera de medicina, abandonada en el segundo año, por ra-zones ajenas a su voluntad, optando luego por el estudio de la Socio-logía.

La muerte de su madre y ciertas complicaciones del medio fa-miliar, la empujaron a buscar temprana independencia, un matrimonioprecoz le significó el alejamiento de los estudios para trabajar y empe-zar a vivir en carne propia los efectos de una sociedad patriarcal, ma-chista y prejuiciada, dentro de la cual, una joven madre, activista degrupos universitarios de izquierda, que actuaban en rebeldía contra elstablishment imperante y luchaban contra todo tipo de discriminación yopresión en Colombia y en el mundo, distaba mucho del arquetipofemenino ideal de aquellos años.

Refiero algunos rasgos biográficos, porque el presente de losseres humanos no es otra cosa que el resultado de vivencias acumula-das, a través de cuyo análisis consciente, vamos delineando las rutasque, al transitarlas, nos ubican en el ejercicio de los roles responsable-mente elegidos, cuando somos capaces de asumir el compromiso conlas urgencias sociales de nuestro tiempo.

De esas etapas juveniles a las que hago alusión, es de dondeparten las coordenadas de la acción política, intelectual y social, que sefijó Jenny Londoño, y en las que, manteniendo admirable firmeza deprincipios, ha brillado con luz propia, demostrando su temple de gue-rrera indoblegable, su capacidad de liderazgo, su talento y su carisma.

La delirante escalada de violencia desatada en Colombia latrajo de vuelta al Ecuador, experimentando por segunda vez el doloro-so proceso del desarraigo y la compleja circunstancia de la adaptación.

292

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 292: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Esta ruptura coincide también con un divorcio que le causa profundosdolores y nuevos retos. “Pero de mis cenizas resurgí, como el AveFénix”, suele decir, cuando se refiere a esas instancias difíciles quedebió superar para retomar el rumbo de su vida, dejando atrás expe-riencias enriquecedoras, que la vincularon con mujeres sobresalientesde Colombia, en la lucha política, en la universidad, en el magisterio, yen la cultura.

Mientras transcurre la crianza de sus hijos, es una autodidactaque se nutre intelectualmente con la lectura, especialmente de libros dehistoria, inclinación adquirida en la biblioteca paterna, y alimentada ensus años de estudiante secundaria por una maestra inolvidable, siendopor el amor a la Historia y por su especial interés en encontrar las hue-llas de las mujeres ecuatorianas en la Historia, que conoce al historia-dor bolivarense Jorge Núñez, con quien realiza el ideal de la parejahumana y como lo confiesa con sincera honestidad: “En la experienciavital ha sido muy importante, pues, tenemos una relación de mutuoapoyo. Desde hace más de dos décadas compartimos el amor por laHistoria, la creatividad, la investigación”.

En la Universidad Central del Ecuador retoma los estudios deSociología y Ciencias Políticas, obteniendo una licenciatura en 1995; yluego, ingresa en 1999, como becaria de la FLACSO, obteniendo poste-riormente el título de Maestra en Ciencias Sociales, con especializaciónen Género y Desarrollo.

Para entonces, su nombre es ampliamente reconocido comoactiva militante de organizaciones de Derechos Humanos, dentro deorganizaciones feministas y en círculos intelectuales. Funda con otrasmujeres destacadas, la Coordinadora Política de Mujeres Ecuatorianas,en la cual ha sido durante la última década, integrante de su Secre-tariado Ejecutivo.

Sus investigaciones sobre nuestro pasado, han fructificado enla difusión de temas históricos sobre la presencia y actividades de lasmujeres en los períodos colonial y republicano. Ha participado inten-samente en foros y mesas redondas y ha publicado un primer trabajotitulado ¿Angeles o demonios? Las mujeres y la Iglesia en la Audiencia deQuito con el que rasga el velo de un asunto hasta entonces soslayado,pero muy importante para comprender el peso de la religión en la dis-criminación y postergación de la mujer.

Posteriormente publica Entre la sumisión y la resistencia, las

293

B I E N V E N I D A A L A M A S T E R J E N N Y L O N D O Ñ O

Page 293: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mujeres en la Real Audiencia de Quito, editada por Abya-Yala, obra gana-dora del premio “Manuela Sáenz” otorgado por el Municipio capitali-no, en 1998, y presentada en Guayaquil con éxito notable. Es coautorade tres libros sobre historia institucional. También tiene a su haber doslibros de poesía y sus producciones poéticas premiadas, constan envarias antologías nacionales e internacionales. Es ganadora de unamención en la Bienal de cuentos y autora de un libro de cuentos en cir-culación.

Pero la mayor parte de sus investigaciones históricas, como ellibro: Las mujeres en las guerras de independencia de los países bolivarianosy el ensayo: Las Relaciones de los géneros a través de la Historia, siguensiendo obras inéditas, que aún esperan turno para convertirse en librosimpresos. Pues, bien sabemos que la parte más dura de nuestro queha-cer, es la orfandad de auspiciantes oficiales a la hora de concretar unapublicación. “Es que la mayoría de los políticos no leen historia, -diceJenny Londoño,- y por tanto desconocen el papel fundamental quecumple la Historia en la búsqueda de los valores más profundos de laidentidad nacional. No saben que la Historia nos explica de donde vie-nen nuestros problemas y nos permite desarrollar nuevas estrategiaspara construir un mundo más equitativo, más justo y solidario. Ade-más, nos procura autoestima y fortaleza.”

Ambas compartimos la certeza de que las mujeres tenemoscosmovisiones diferentes a las de los hombres y que “Nuestro trabajoaporta enfoque y perspectivas de género, que permiten una visión máscompleta y más compleja, pero más equitativa de la Historia; pues, lahistoria “ideal”; en la que fuimos educados, solo estaba preocupada delos hombres que controlaban el poder y de las religiones que lo afian-zaban. Los pueblos y dentro de ellos, las mujeres, no éramos sujetos deesa historiografía”.

“Ahora, esas concepciones están cambiando de manera radical-enfatiza nuestra colega- porque a través de las nuevas corrientes his-toriográficas, llegamos a la conclusión de que esos parámetros de desa-rrollo basados en la explotación colonial de los más débiles, no eran losmás humanos, los más dignos o los más recomendables, ni contribuye-ron a mejorar los índices de bienestar para todos los pueblos ni para elcuidado y protección del planeta. Por eso, el estudio de la Historia debegarantizarse desde una currícula diseñada para que los jóvenes acce-dan a una verdadera Historia del Ecuador y del mundo, con una visión

294

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 294: Academia Nacional de Historia Boletín 180

crítica de los procesos políticos, económicos, sociales y culturales, a finde tener una visión mucho más centrada en los seres humanos, en sussueños y en sus aportes al avance de la humanidad”.

Es este el pensamiento lúcido de una investigadora ecuatoria-na que por méritos propios ingresa como “Miembro Correspondientede la Academia Nacional de Historia”, enorgulleciéndonos a sus con-géneres, a sus conciudadanos y a sus colegas con este nuevo triunfo.El discurso de orden que Jenny Londoño pronunciará en breves mo-mentos, sintetiza un importante estudio sobre Las mujeres en la economíacolonial: propietarias y trabajadoras, aporte sustancial a la historiografíanacional, que va a ser publicado próximamente por la Casa de laCultura Ecuatoriana.

Me siento profundamente honrada y complacida al darle labienvenida a esta centenaria institución, augurándole nuevos y mayo-res logros profesionales y humanos.

295

B I E N V E N I D A A L A M A S T E R J E N N Y L O N D O Ñ O

Page 295: Academia Nacional de Historia Boletín 180

LAS MUJERES EN LA ECONOMÍA COLONIAL: PROPIETARIAS Y TRABAJADORAS*

Mtra. Jenny Londoño López

A fines del año pasado, terminé de escribir un libro titulado“Las Mujeres en la Economía Colonial Quiteña: Propietarias y Tra-bajadoras”, en el que pretendo aportar una nueva visión sobre la pre-sencia y participación activa de las mujeres en la sociedad colonial, enla Audiencia de Quito, y desvelar los múltiples roles económicos y labo-rales cumplidos por las mujeres de distintas clases sociales y etnias, tra-tando de abarcarlos en su diversidad etno-cultural y socio-laboral.

Con esta investigación quiero combatir el mito de que lasmujeres han estado desvinculadas de los procesos productivos y queúnicamente les ha correspondido cumplir con los tradicionales rolesimpuestos por la sociedad patriarcal, esto es, ser reproductoras y amasde casa.

A pesar de las múltiples exclusiones de las mujeres en la esfe-ra pública colonial, nos encontramos con que varias de ellas tuvieronimportante presencia y participación en esos ámbitos y, cuando no lohicieron de manera directa, hubo una influencia indirecta de ellas a tra-vés de sus clanes familiares. Otro tanto sucedió con la participación delas mujeres en instituciones de corte patriarcal, creadas para garantizarel poder económico y político de los varones de las familias terrate-nientes; me refiero al mayorazgo y la encomienda.

Durante esta época, las diferencias entre las mujeres estuvieronmarcadas por su pertenencia a diferentes estratos sociales, etnias ycolores de piel, distinta situación económica, además del factor genera-cional o etario y el factor geográfico, que hoy mismo representa gran-des diferencias en América Latina. Todas estas variables, unidas o en-trelazadas de determinada forma, producían mayores o menores nive-les de exclusión y marginación de los sectores subordinados y, dentro

296

* Discurso de incorporación como Miembro Correspondiente a la Academia Nacional deHistoria del Ecuador. 8/V/2008

Page 296: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de ellos, una mayor marginación y opresión de las mujeres, de acuer-do a las normativas de género manejadas por aquella sociedad profun-damente patriarcal.

La discriminación y opresión sufridas por el género femeninoasoman de manera más visible en el ámbito de la economía y, dentrode ella, en el trabajo y los roles laborales, en la vida pública, en las rela-ciones sociales y en la vida privada. Sin embargo, las mujeres de todaslas condiciones sociales desarrollaron estrategias de resistencia, que lespermitieron implementar diversas formas de poder y rechazo a las es-trechas normativas de género, que se expresaron en las relaciones deparentesco, en la organización familiar, en el matrimonio, en las rela-ciones con la Iglesia, en las relaciones intergenéricas, interclasistas ointerétnicas, También se evidencian en las interrelaciones establecidasa través de la sexualidad y el amor, así como en las actividades produc-tivas que desarrollaron la mayoría de mujeres de los sectores plebeyosy populares.

Entre las mujeres propietarias buscamos identificar la presen-cia de las mujeres de la élite en varias de las instituciones económicas,tales como mayorazgos, encomiendas, cacicazgos y obrajes, y encon-tramos que, siendo el Mayorazgo una institución tan excluyente de lasmujeres, fue -a pesar de todos los prejuicios- horadada por la circuns-tancia de no existir, en algunos casos, un pariente varón directo y cer-cano en la línea patrilineal de herencia.

En la Audiencia de Quito encontramos 11 mujeres de la élitecriolla, que detentaron la titularidad de un mayorazgo. Ellas fueron:Clara Núñez de Bonilla, Magdalena de Larraspuru, Isabel Téllez Girón,Ana de Zúñiga, Gabriela Muñoz Chamorro, Rosa de la Escalera, Ma-riana de Aranda Guzmán y Alleza, Josefa Herrera de Matheu (no fuetitular pero gobernó el mayorazgo), Francisca Rosalía Rada, Catalinade la Rocha y Carranza, María de Lago y Bahamonde de la Rocha yCarranza, Mariana Sánchez de Orellana, Rosa Sánchez de Orellana,Ventura de Ante y doña Mariana Carcelén y Larrea, que lo fue por par-tida doble, esto es, tanto por Carcelén cuanto por Larrea.

Dentro de esta lista de mujeres se encontraban dos que fueronlas más críticas detractoras de este sistema de herencia patrimonial,habiendo contribuido a minarla en la práctica con sus demandas lega-les ante la Audiencia de Quito. Ellas fueron: doña Mariana de ArandaGuzmán y Alleza y doña Ventura de Ante.

297

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

Page 297: Academia Nacional de Historia Boletín 180

De la misma manera que el mayorazgo era una Instituciónhecha a la medida de los varones, la Encomienda estaba orientada, engeneral, a los mismos fines de fortalecimiento de la propiedad patrimo-nial. Pero las mismas razones de herencia patrilineal, por un lado, y losmatrimonios y viudeces de las mujeres, por otro, determinaron quealgunas mujeres llegaran a la posesión de una encomienda. La prime-ra forma de acceder a una encomienda era por vía de mercedes realesy por servicios prestados a la corona. Estas mercedes se entregaban porlo general a los hijosdalgos, pero también a sus viudas, con la respon-sabilidad de sostener y educar a sus vástagos, para que éstos se incor-poraran más tarde a las actividades públicas de la Audiencia, a la vidareligiosa o a sus negocios particulares.

Y si bien la concesión de la encomienda no significaba propie-dad de las tierras, si redundaba en el rápido y fácil enriquecimiento delas familias privilegiadas con esta merced y, de este modo, el titular dela encomienda se convertía fácilmente en terrateniente o hacendado.En las listas de quienes fueron titulares de encomienda por diversasrazones, entre ellas, la muerte o enfermedad prolongada del marido,encontramos 51 mujeres de las regiones del norte y centro de laAudiencia de Quito, una en Guayaquil, otra en Machala, y una terceraen Loja, en el período comprendido entre 1548 y 1721. Así se completóun total de 54 mujeres encomenderas.

En relación a los obrajes, encontramos 9 mujeres titulares deobrajes. Ellas fueron: Doña Mencia Inga, Doña Angelina Betanzos, Do-ña Ana de Zúñiga, La Duquesa de Uceda, Isabel Díaz de Rivadeneira,Doña Francisca Peñalosa de Guerrero, Doña Josefa Quintero, DoñaMaría Viuda de Larrea y Doña Antonia Villacreses, Y fueron muchomás abundantes las copropietarias de obrajes, en sociedad con susmaridos.

También en la población nativa hubo unas formas de propie-dad que los españoles respetaron y reglamentaron para el usufructo delos miembros que tuvieren derechos, en un orden de parentesco simi-lar al de los mayorazgos, pero en este caso fueron muchísimas las mu-jeres titulares de cacicazgos. En este trabajo presentamos una pequeñamuestra de ello, que incluye a diez y siete mujeres cacicas de la Sierracentro-norte, entre 1672 y 1755. Son ellas: María Cachi, Angelina Sin-gaucho, Cristina Ango, Petronila Bombón, Luisa Ati y Singaucho,Mencia Inga, Ana Luntacuamba, Francisca y Potenciana Zumba, Pas-

298

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 298: Academia Nacional de Historia Boletín 180

cuala del Espinar, María Toasá, Antonia Titushunta, María Abendañoy Fuenmayor, Antonia Amanta Vivanco Anrraquilago, Estefa Cabezas,Francisca Cachiguango, María Josefa Valenzuela Gualchiquichín, Ce-cilia Nacasa, Marta Cusi.

1

MUJERES TERRATENIENTES, HACENDATARIAS, CASATENIENTES Y PROPIETARIAS DE ESCLAVAS EN LA SIERRA CENTRAL

La venta de los bienes de los jesuitas fue una de las fuentespara encontrar a las mujeres propietarias, que desarrollaban importan-tes niveles de actividad económica. Fueron ocho mujeres las que halla-mos en el padrón de compradoras de haciendas de buen tamaño. Ellasfueron: Teresa Ocampo, María Jijón, Isidora Proaño, Juana Costales,María Vilacís, Antonia Villacreses, Baltasara Terán y María Vinueza.

La segunda fuente de propietarias fue la de las transaccionesde compraventa de propiedades registradas en las Reales Cuentas deAlcabalas. En los cuadros que elaboramos analizamos el período queva desde 1778 a 1789. Rescatamos los nombres de las principales pro-pietarias de la Sierra central-norte de Quito, y de las provincias deGuayaquil y Cuenca. Hicimos un análisis de costos de las propiedades,determinando un rango de 500 pesos en el precio mínimo de las pro-piedades que vendían o compraban. Para las propietarias de casas, eltope mínimo definido fue de 300 pesos, que era el costo de una muybuena casa. Este seguimiento permitió observar las tendencias en lasactividades económicas comerciales de las mujeres. Un dato parcial de1768 nos muestra que sólo en el barrio de Santa Bárbara, de la ciudadde Quito, había 76 propietarias de sus respectivas casas.

En el estudio realizado por Monserrat Fernández Martínez“La Alcabala en la Audiencia de Quito, 1765-1810”, encontramos quepara el período de 1779-1803, en los cuadros de compra-venta de bie-nes muebles e inmuebles, existen 1223 vendedores varones versus 839vendedoras mujeres y 1179 compradores varones versus 802 mujerescompradoras, lo que arroja el dato de que un 42,6% de vendedoras sonmujeres. En el caso de las compras el porcentaje es menor, ya que lasmujeres constituyen el 36% y los hombres compradores el 54%, pero en

299

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

1 En algunos casos, se ha retirado el “doña” que antecede a los nombres, para agilitar la lec-tura.

Page 299: Academia Nacional de Historia Boletín 180

estos datos existe también un 10% de ventas en las que no aparece lapersona que recibe el producto de la venta.

2Estas cifras son un índice

de que las mujeres propietarias tuvieron una alta participación y unpeso específico en estas actividades de compraventa de propiedades enla sociedad quiteña de fines del siglo XVIII.

Otra fuente que utilizamos para ubicar a las mujeres de mayornivel adquisitivo fue la compraventa de esclavos o esclavas, porquesabemos que las familias de mayores recursos económicos eran las quepodían comprarlos/as para su servicio personal o para sus negocios.Así, en la región central de la Sierra podemos ubicar que, entre los añosde 1778 a 1786, hubo 84 mujeres que realizaron transacciones de escla-vas por un monto total de 30.328 pesos. De éstas, 41 mujeres realizarontransacciones de mayor valor y sus nombres están relacionados con lasfamilias más acomodadas, pero otras eran comerciantes. Ellas fueron:Tomasa Zurita, Petronila Pastrana, Juana Maldonado, Rosa Sánchez deOrellana, Catalina Sambornino, María Juana de la Cuesta, Clara deLeón, María Carcelén, Isidora Sánchez, María Guerrero, Manuela Gue-rrero, Ignacia Paz y Guerrero, Francisca Rojas, Francisca Ruiz de Alva-rado, Tomasa Landeros, María Unda Pilleta, María Cevallos, laMarquesa de Maenza, Francisca de Borja y Chiriboga, María Luisa deAlvear, Josefa Rubio de Arévalo, Ignacia Moreto, María Mexía yBárbara Betancur.

Para ubicar a las mujeres casatenientes de Guayaquil, partimosde la lista de las casas de Guayaquil perdidas en el incendio de 1764 yencontramos que hasta esa fecha había 67 mujeres poseedoras de casas:44 que formaban parte de la elite guayaquileña y 23 que pertenecían alos sectores plebeyos. Sin embargo, de la lista de 1812 podemos deducirque había por lo menos 70 casatenientes guayaquileñas, habiendo conta-do como dos hermanas en los casos en que se habla de varias mujerescon el mismo apellido, aunque podrían ser tres o más las hermanas oparientes mencionadas. A estas propietarias se suman trece señoras queaparecen realizando transacciones de compraventa de casas y terrenos,entre 1781 y 1790, lo que da un total de 126 mujeres propietarias y perte-necientes a lo que podría considerarse un sector de elite.

En la compraventa de esclavas, en Guayaquil, encontramostambién un número importante de mujeres. En los padrones de 1769 a

300

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

2 Fernández Martínez, Monserrat: La Alcabala en la Audiencia de Quito, 1765-1810, EdiciónC.C.E. Cuenca, Ecuador, 1984, cuadro N°.22, pp. 123.

Page 300: Academia Nacional de Historia Boletín 180

1786 tenemos a 143 mujeres involucradas en esta actividad. Entre 1787y 1789 empieza a advertirse una crisis en el ámbito de compraventa deesclavos/as y decae bastante dicha inversión: hay apenas ocho mujeresque venden o compran esclavos/as por un monto igual o superior a400 pesos. En total, tenemos 151 mujeres en esta actividad, de las cua-les 117 venden o compran esclavas/os, por precios que fluctúan entre400 y 1000 pesos; el resto lo hace por una cantidad menor. El total de lainversión: asciende a 69.769 pesos.

Una observación pertinente sería la de que las esclavas jóve-nes, en edades fértiles, tenían gran valor económico, que iba desde 400a 800 pesos sobre todo, en el caso de esclavas embarazadas o con bebés,incluso mayor precio que los varones, por regla general. Como pode-mos deducir, el valor de estas esclavas era bastante alto si tomamos encuenta, como ya lo habíamos señalado anteriormente, que con 300pesos se podía comprar una muy buena casa en Quito.

De estos padrones se destacan los nombres de las siguientespropietarias de esclavas de la provincia de Guayaquil: Juana Troncoso,María Arnau, Anna Florencia, Juana Moncayo, las Lavayen, TeresaSantander, Francisca Olvera, Clara Rodríguez Plaza, María IgnaciaRamírez de Arellano, María de los Angeles y Terranova, Thomasa Vale-ro, Elvira Franco Dávila, Nicolasa Becerril, Theresa Moncayo, DomingaMaruri, Juana Moncayo, Micaela de la Fuente, Juana de Echenique,Francisca Caamaño, Isabel Pereyra, Catarina de Aguirre, Rita de Soriay Santacruz, Leonor de Casaus, Isabel Morillo, Alejandra de Acuña,Teresa Santiesteban, Nicolasa Bezerril, Manuela Enríquez, María JacintaMorán, Juana de Echenique, Baltazara Larrea, Ana Santiesteban, MaríaIgnacia Figueroa, Isabel Barreiro, Mariana Díaz del Pedregal, NicolasaMarsuvillaga Isabel Baena, Isabel de Marticorena, Lucía Unzueta yMariana Díaz. La mayoría pertenece a la elite guayaquileña.

EL PODER ECONÓMICO EN LOS CONVENTOS FEMENINOS

Las instituciones religiosas fundadas por la Iglesia Católica enla Colonia eran fuentes de poder económico, político, social y cultural.Eran también profundamente jerárquicas, verticales y excluyentes. Sutarea fundamental se basaba en impartir la formación religiosa y moral,con el objeto de erradicar otras formas de pensamiento, religiosidad omoral vernáculas y contribuir a garantizar la explotación de España

301

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

Page 301: Academia Nacional de Historia Boletín 180

sobre sus colonias, con el menor grado de resistencia de las comunida-des indígenas, y de la población mestiza y de castas.

El poder económico devenía del apoyo del Rey, expresado enleyes que garantizaban la supervivencia de la Iglesia y el disfrute deexcelentes condiciones económicas de la mayoría de los eclesiásticos.Ellos tenían derecho a disfrutar de los impuestos llamados diezmos yde una serie de prebendas que exigían a los feligreses. Todo ello sebasaba en el sistema de Dos Majestades que la Iglesia compartía con elPoder Real.

Los conventos masculinos y femeninos se organizaban con lasdonaciones de personajes importantes y de reconocida aristocracia. Losconventos femeninos, además, se fortalecían con las dotes entregadaspor las mujeres que aspiraban a convertirse en monjas. Adicionalmentedesarrollaban múltiples estrategias de financiamiento que podían ser:consecución de mercedes reales, otorgamiento de encomiendas, dona-ción de propiedades heredadas por las religiosas y préstamos a interés,ya que los conventos llegaron a convertirse en los bancos de la épocacolonial, emulando a la banca de los jesuitas; las abadesas mostraronespecial habilidad para el manejo de esos dineros. Otra forma de finan-ciamiento eclesiástico fue la creación de capellanías

Las Capellanías se creaban para contribuir a los conventos ysacerdotes, a través de misas de fundación, llamadas también memorias,que eran misas pedidas por las personas al momento de testar y quedejaban un buen margen de utilidad a los conventos masculinos. Sobrela base de esa actividad de las órdenes religiosas, se instauró una institu-ción que garantizaba la seguridad económica del aspirante al sacerdocio,a través de establecer rentas para el sostenimiento del mismo.

Estas misas se realizaban respondiendo a la creencia que laIglesia había implantado, según las cuales toda persona iba primero alPurgatorio, antes de purificar el alma para ascender al Cielo. Según lohan demostrado los historiadores medievalistas, el Purgatorio no figu-ra en las Sagradas Escrituras, pues fue inventado por la jerarquía ecle-siástica en el Medioevo, con el objeto de obtener dinero de los fieles queestuvieran enfermos y en trance de muerte, para asegurarse oracionesy misas de la cristiandad con el “loable” fin de intermediar ante Dios ysus santos por la salvación de sus almas. A mayor dinero entregado ala Iglesia, mayor cantidad de misas y oraciones por la salvación y mejo-res oportunidades de librarse de una larga temporada en el Purgatorio.

302

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 302: Academia Nacional de Historia Boletín 180

De este modo, se consumaba uno de los mejores negocios de la IglesiaRomana. Volviendo a este ámbito de nuestro estudio, encontramos 67mujeres que fundaron capellanías en el período que va de 1676 a 1788.

Para cerrar las referencias al mundo eclesiástico, cabe agregarque las monjas podían ejercer actividades económicas, administrativasy políticas al interior de los claustros. En general eran mujeres pertene-cientes al estrato terrateniente y ejercían importantes actividades eco-nómicas, realizaban transacciones comerciales de alto vuelo, poseíanrentas propias y disponían de ellas con bastante holgura.

Hubo también mujeres pertenecientes a la clase criolla terrate-niente, que desarrollaron una sensibilidad especial y fundaron obraspías con dinero de su propio peculio, para beneficiar a hombres y muje-res de los sectores más desprotegidos o en ocasiones, sólo a las muje-res. En esa calidad, destacamos a doña Juana Plazaert, activa terrate-niente y comerciante, pero también mujer inteligente y de gran con-ciencia social, quien dejó en su testamento un legado consistente enalhajas, dinero, casas y plantaciones de cacao, para que se fundara enGuayaquil un monasterio de monjas carmelitas, que se encargara de laenseñanza de las niñas. Pero al morir doña Juana, en agosto de 1813, elprovisor y vicario capitular del obispado de Cuenca pidió al Rey quedichos bienes fueran entregados al Seminario de San Ignacio deLoyola, en Guayaquil, lo cual fue concedido posteriormente, y con estainjusta acción se atrasó en muchos años la educación de las mujeres enel puerto de Guayaquil.” 3

La marquesa Francisca Rosalía Rada creó una obra pía enbeneficio de las mujeres de su descendencia. Haciendo uso de su dere-cho a testar, ella contradijo la tradición que discriminaba a la mujer enla sucesión del mayorazgo y “utilizando la facultad real de quitar, acre-centar, corregir, revocar o enmendar el mayorazgo..., decidió gravarloanualmente en 2 000 pesos de a 8 reales,...para socorrer a sus nietos ynietas, prefiriéndose las hembras a los varones y a los miembros máspobres y las personas más cercanas a los fundadores”.4

Doña Catalina de Bobadilla fundó una obra pía para que alconjunto de los presos se les diera cada semana siete pesos durantesiete u ocho años. El capital aportado por doña María era de 7.000

303

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

3 Testamento de doña Juana María de Plazaert. AGI, Quito, Leg. 391. Citado en Londoño, Jen-ny, Entre la sumisión y la Resistencia, las mujeres en la Real Audiencia, ob.cit. p.223.

4 VALENCIA, Gladis, ob.cit. p. 118-114.

Page 303: Academia Nacional de Historia Boletín 180

pesos y demuestra una conciencia temprana de humanidad a favor delos presos, que eran maltratados y mantenidos en condiciones de bas-tante insalubridad, y desempeñando los trabajos más duros y agotado-res, sin derecho a sueldo y únicamente con una ración de alimento aldía.5

La Marquesa de las Torres fundó una capellanía a favor delHospital de la Caridad de Quito, con un capital principal de 3.000pesos sobre su hacienda de Cochibamba.

6

Otra actividad económica que atrajo la atención femenina fuela colocación de dinero a censo. En este ámbito, encontramos una listade 24 mujeres en el período comprendido entre 1648 y 1786.

ACTIVIDADES LABORALES DE LAS MUJERES EN LA AUDIENCIA DE QUITO.

Las mujeres de la elite no podían trabajar en cargos públicos niremunerados, pero cumplían una serie de tareas administrativas de laspropiedades familiares. En algunos casos, ayudaban en tareas filantró-picas a los más pobres, acudían a los oficios religiosos y sostenían elculto y los rituales con esa fuerza espiritual que siempre ha caracteri-zado a las mujeres y que ha servido -en ocasiones- para que sean utili-zadas y manejadas por otros, muchas veces en contra de sus propiosintereses y necesidades vitales.

La tajante separación de roles entre hombres y mujeres, en lasfamilias terratenientes, no va a ser tan nítida en los estratos subalter-nos, debido a que las mujeres cumplen aquí todo tipo de tareas, aún lasque se consideran demasiado pesadas para que las ejerza una mujer;por ejemplo, las aguateras que debían cargar pondos inmensos llenosde agua y las mujeres indígenas que cargaban gigantescos fardos deverduras y tubérculos a la espalda, para llevar a los mercados.

Es impresionante la amplia gama de oficios que desempeñaronlas mujeres de los sectores plebeyos, las indígenas, esclavas y mujeresde castas, las mestizas y aún algunas blancas plebeyas; entre ellas tene-mos lavanderas, cocineras, muchachas de todo servicio, niñeras y amasde leche, aguateras, tejedoras, pescadoras de chautisa, dulceras, artesa-

304

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

5 AHNQ, Fondo Audiencia de Quito, Serie Censos y Capellanías, Caja 17, Exp. 8, Quito, 26 deenero de 1732, 59 f.

6 Ídem, Caja 52, exp. 3, Quito, 8 de abril de 1786.

Page 304: Academia Nacional de Historia Boletín 180

nas, pintoras, ladrilleras, bordadoras, parteras, enfermeras, costureras,sombrereras, adivinas, curanderas, prostitutas y busconas, estas últi-mas perseguidas por la Iglesia y la Inquisición.

En nuestro estudio desarrollamos una importante discusiónsobre el trabajo de las mujeres en las mitas mineras y los obrajes. Aun-que legalmente no estaban obligadas al tributo indígena, podemos de-mostrar que las mujeres debieron laborar en actividades consideradasvaroniles para ayudar a sus padres o esposos a pagar el tributo indíge-na. Las mujeres indígenas eran quienes sostenían con sus compañeros,la producción agrícola, y quienes surtían de todo tipo de verduras,tubérculos, cereales, frutas y carne de animales menores a los merca-dos, además de elaborar todo tipo de artesanías utilitarias para el ho-gar y tejidos para su propia vestimenta. Muchas indígenas laborabanen las haciendas y casas de sus amos criollos.

Las mujeres esclavas eran encargadas de los trabajos domésti-cos y de las más arduas labores del campo, en plantaciones como las dela caña, que pertenecieron en gran parte a los jesuitas. Es conocido quela Compañía de Jesús tenía varios centros de reproducción de mano deobra esclava, llamados “pueblos de bámbaros”, varios de ellos en elValle del Chota y otro en Tanlahua (San Antonio de Pichincha).

7De otra

parte, cabe agregar que con las esclavas se produjeron todo tipo deabusos y maltratos, que incluyeron hasta la prostitución obligada poralgunos de sus amos, que actuaban como proxenetas.

LAS ACTIVIDADES MERCANTILES

Una de las actividades económicas más importantes de laAudiencia de Quito, fue la del comercio, sobre todo en el S.VIII, y enese comercio interno y hacia el exterior hubo una importante participa-ción de mujeres de diversa extracción social, desde criollas hasta muje-res de castas. La actividad mercantil daba trabajo a una gran cantidadde hombres y mujeres y por ello, todas las imposiciones económicasemanadas de las Reformas Borbónicas, crearon reacciones de repudio,que se expresaron de diversa manera, pero fundamentalmente con pro-testas públicas, que en algunos casos llegaron a convertirse en verda-deros levantamientos.

305

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

7 Esta última información nos ha sido proporcionada por el historiador eclesiástico MarioMullo Sandoval.

Page 305: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Un sector en el que había desde antiguo una presencia impor-tante de mujeres era lógicamente en la elaboración y venta de comidasy de productos de la tierra.

A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, la crisis quiteñaobligó a las mujeres de toda condición a asumir nuevos roles en su vidacotidiana y uno de los trabajos que más réditos económicos generabaera el comercio. Personas de la clase terrateniente incursionarán en losnegocios de importación de efectos de Castilla, Perú y Chile, en la cre-ación de obrajes y en la exportación de textiles a los países vecinos; en-tre ellas, encontramos también a un importante contingente de muje-res, que se ubican sobre todo en las grandes ciudades y en las rutas decomercio. Muchas comerciantes terminan convirtiéndose en personajesimportantes en el ámbito comercial, porque desarrollan un manejohabilísimo del crédito y del comercio.

Algunas actividades femeninas rompían todos los esquemasde la sociedad patriarcal, como por ejemplo la producción y venta deganado, la destilación y venta de aguardiente, la exportación de casca-rilla. Otras, como las pulperas, garantizaban la subsistencia de toda lafamilia. Pero, ya desde 1642, se encuentran pruebas de que las mujeres“recatonas y gateras” habían empezado a invadir la esfera comercial,vendiendo sus productos por fuera de las pulperías.

Entre las tenderas y mercaderas destacamos a María Cevallos,María Nates, Francisca Chuquitinta (quien poseía una chichería), Fran-cisca Estrella, Manuela Sandoval y Juana Pérez de Quito, a FranciscaArias de la Vega (Ambato) y Jacinta Guarniso de la ciudad de Cuenca.

En 1653 apenas existe una mujer pulpera en Guayaquil y antesde 1687, encontramos solo tres pulperas en la ciudad de Quito; en esafecha son cambiadas por otras tres nuevas titulares, pero para 1784aumenta el número de pulperas y encontramos una lista del Cabildocon 9 de ellas. Muy útil información sobre ello puede encontrarse en lasCuentas del factor real Antonio Romero de Tejada. Estamos seguras deque hubo un mayor número de pulperas en toda la Audiencia, debidoa que en la mayoría de las ocasiones, quien firmaba era el marido o unhombre de la familia, que aparecía como el administrador oficial.

Para 1689, las regatonas crecieron tanto que los cabildos tuvie-ron que normar su regulación a través de licencias expedidas para sudesempeño y aranceles sobre los productos que comerciaban. Estasregatonas vendían en las calles, sobre las aceras. Entre 1776 y 1777 ha-bía dos registros en los que aparecen 7 y 12 mercaderas, respectivamen-

306

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 306: Academia Nacional de Historia Boletín 180

te. Una de las cosas que nos llamó la atención fue la repetición, pordemás muy recurrente, de los robos hechos a las mujeres mercaderas,lo que muestra su vulnerabilidad, que estaba ligada obviamente a dis-criminaciones de género en la época colonial.

En el levantamiento de Pelileo, en 1780, se distinguieron lascarniceras Rosa Gordona y Teresa Maroto (mulata), y otras mujeres co-mo: Tomasa Meneses, Manuela Pérez, Gerónima Pozos, Juana Acosta,Josefa Fernández, Ángela Fiallos, Rosa Acosta y Brígida Alvarado, to-das mestizas y recatonas.8

Encontramos también que algunas mujeres estaban integradasa gremios femeninos, como el de las graneras y panaderas, porque noeran aceptadas en los gremios de oficios artesanales de los varones.

Otro gremio que parece haber crecido bastante y que se hacíarespetar en los mercados era el de las criadoras y expendedoras de ga-nado. Encontramos ocho en la sierra y una en Guayaquil. Las abastece-doras de carne fueron mujeres hacendadas y entre ellas encontramos ala Viuda de Juan Mantilla, D. Mariana de Villacís, D. Jerónima Revelo,D. Mariana de Granobles, D. Ana de Cepeda, D. Micaela González, D.Ana Herrera Pacheco, D. Francisca Borja y D. Jacinta Ayala, en la ciu-dad de Quito y a D. Gertrudis de la Torre, en la ciudad de Guayaquil.

En la provincia de Guayaquil encontramos trece mujeres dedi-cadas a la explotación del cacao. Fueron ellas: Rufina de Lara (Baba-hoyo), Francisca Nasacón (de Palenque), D. María Ignacia Ramírez deArellano, Josefa Díaz, Maria Carranza (Baba), D. Paula Ramírez, D.Magdalena de Uriarte

9, doña Juana de Plazaert, Jacinta Bajaña, Ger-

trudis Carrillo10, y doña Josefa Gómez Moreno (Guayaquil).

En la importación de productos de Castilla, Perú y Chile, inter-viene apenas un 5% de mujeres. De los cuadros de Alcabalas hicimosun inventario de 18 mujeres importadoras. Algunas de ellas incursio-nan también en la exportación de textiles a la Nueva Granada. Entre1768 y 1776 encontramos a 11 mujeres importadoras de efectos de Cas-tilla. En 1784, son 9 las comerciantes que ingresan mercaderías. En1785, son once mujeres, y en 1786, el número de comerciantes mujeressube a 14.

307

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

8 Autos sobre el alzamiento de Pelileo. En Segundo Moreno Yánez: Sublevaciones indígenas enla Audiencia de Quito, Desde comienzos del S.XVIII hasta finales de la Colonia, Estudios america-nistas de Bonn, Bonn, 1976. pps. 254-262.

9 Alcabalas de escrituras y contratos públicos, Guayaquil, año de 1780.10 AGI, Quito, Leg. 482, Cuentas de Alcabalas de Guayaquil, 1794.

Page 307: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Entre las más importantes importadoras de efectos de Castilla,Chile y Perú tenemos a las señoras: Teresa Suárez, Agustina González,Luisa Cevallos, Antonia Muñoz, Juana Plazaert, María Mercedes de laFuente, Juana Barreiro, Leonor Gainza, (de Guaranda), Juana Aguirre,(de Babahoyo), Feliciana de León, Isabel Romero, Victorina Sosa, Mer-cedes de Larrea, Agustina González, Xaviera Bermeo, Manuela Tena,Luisa Araujo, Josefa Lepe, Josefa Araujo, Josefa Espinoza, Narcisa deLeón, María Calle Vega, Josefa Salazar, Marcelina Pérez, Mariana Pérez,Josefa Muriel, Xaviera Peña, María Sánchez, Rosa Coello, Ángela Dis-quete, María Victorino Losa, María Moreta, María Moncayo, GregoriaZambrano, casi todas ellas de la baja nobleza.

Entre las comerciantes de la región serrana que realizaban ladistribución de productos al interior del país, entre 1782 y 1786, encon-tramos a 36 mujeres de varios lugares de la sierra, como Chimbo, Rio-bamba, Guano, Ambato y el Oriente, entre las que se destacan por elvolumen de sus cargas, doña Juana Ventura de la Torre y Costales, deRiobamba, a quien se la conocía más como Juana Costales, y a JuanaVillalba, de Guano, Narcisa Cañizares, de Huigra y Vicenta Santos, dePelileo.

En la lista de exportadores de cascarilla de la provincia de Lojaen 1777, tenemos a dos mujeres: Josefa Zabala, quien exportaba 900arrobas y Magdalena Beltrán y Mora, 158.

La multiplicidad de oficios que desempeñaban las mujeres ple-beyas y de castas en la colonia, rompe la visión idílica de una sociedadasentada únicamente en el trabajo de los varones, mientras las féminassupuestamente se dedicaban a criar a los hijos y a las tareas domésti-cas, en medio del confort y la tranquilidad del hogar. Esta imagen co-rresponde sin duda a las familias de la mayor prestancia de la Audien-cia, que ciertamente contaban con el trabajo servil de varias criadas oesclavas, pero que constituían un porcentaje muy pequeño de la pobla-ción total femenina.

La realidad nos muestra, en cambio, a una sociedad colonialque necesitó y abusó, en muchos casos, de la mano de obra de las muje-res de todas las edades, como lo observamos en la discusión presenta-da sobre el tributo indígena y las labores de la mita. La inmensa mayo-ría de estas mujeres cumplieron sus roles laborales sumados a sus rolesdomésticos y maternos, llegando a extenuarse, en muchos casos, traslos partos continuados y el exceso de trabajo cotidiano, tras la durezade las tareas domésticas de entonces y las ínfimas posibilidades de rea-

308

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 308: Academia Nacional de Historia Boletín 180

lización humana que dicha sociedad ofrecía a los más pobres y sobretodo a las mujeres.

Recordemos que esta era una sociedad patriarcal, que conside-raba que las mujeres no tenían derecho a los cargos públicos, a la edu-cación, a las bellas artes, al descanso, a la pereza, al juego, a la diver-sión, y que eran formadas desde la más tierna infancia para realizartodas las tareas domésticas requeridas en el hogar, mientras que a losvarones se les asignaba tareas en el ámbito productivo o artesanal. Elduro destino de las mujeres estaba justificado por el concepto de honormasculino y honra femenina, que se mantuvo como uno de los funda-mentos de la discriminación y violencia contra la mujer, hasta hacepoco tiempo, en todos los códigos civiles y penales de América Latina.

Como parte de esta concepción, que otorgaba al hombre el do-minio sobre las mujeres de su familia, la sociedad colonial estaba atra-vesada por graves problemas de violencia doméstica, la que era mira-da como algo propio y privativo de cada hogar, de acuerdo a la incon-mensurable potestad que aquella sociedad colonial otorgaba al pater-familias. En la documentación de archivo, ella está descrita de maneramuy explícita en la declaración de un hombre que protesta contra sumujer, quien ha huido llevándose a sus dos hijas, por no soportar elmaltrato del marido.

Dice en el juicio don Joseph Caballero de Ataide:

Que exige la devolución de sus dos hijas, porque le pertenecen, portener en ellas como padre legítimo y natural el señorío y derecho depatria potestad, el cual es en tanto grado que pudiera por necesidadde hambre empeñarlas y aún matarlas para alimentarme de sus car-nes en caso que por la necesidad de hambre fuera preciso . 11

La Audiencia de Quito fue un país que a lo largo de varios si-glos se alimentó de los múltiples y variados trabajos femeninos, de lasinnumerables actividades de las mujeres de las etnias oprimidas, de losestratos sociales subordinados y de mujeres de todas las edades, puesera común explotar la mano de obra infantil, y de los y las adultos ma-yores, en trabajos muy superiores a sus capacidades. Con frecuenciaencontramos niñas que sirven desde temprana edad, en las casas de

309

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

11 ANHQ, Fondo: Matrimonios, Caja 1, Letra J, No.57, Leg. 4, Fecha 20-9-1700.

Page 309: Academia Nacional de Historia Boletín 180

familias terratenientes, o que son criadas de otras niñas, o ayudantes entiendas, pulperías, en el trabajo agrícola y en otros negocios y que su-fren abusos de todo tipo, por parte de sus amos o de otras personasmayores.

Duras y largas jornadas de trabajo debían afrontar las mujeresnegras, indígenas y mestizas, en general. Debían levantarse cuando elsol todavía no se asomaba sobre el cielo azul del país quiteño para cum-plir con sus obligatorias y repetitivas tareas domésticas. Algunas, comolas “marchantas” o mercaderas debían desplazarse a través de los duroscaminos, con todos los peligros que ello entrañaba. Muchas vendedorasdebían cargar a la espalda, a sus criaturas, mientras trabajaban bajo unsol inclemente o bajo la presión de la lluvia. Al mismo tiempo, las niñasy niños, aprendían -ni bien iniciada la infancia- sus futuros roles labora-les, que en aquella época eran casi inamovibles. Y esta visión se contra-pone brutalmente a la concepción señorial que los españoles colo-nizadores tenían sobre el trabajo, reservado solo a las personas de bajacondición social y económica, pues el trabajo manual y aún el comercioeran considerados “oficios viles” y, por tanto, indignos de los nobles.

Esta investigación nos ha servido para ratificar nuestra hipóte-sis de que las mujeres coloniales tuvieron una importante presencia einfluencia en la vida pública y privada de la sociedad. Las mujeres dela elite desarrollaron tareas y actividades económicas relacionadas consus diversos niveles de propietarias. También tuvieron roles destaca-dos en las negociaciones que sus familias realizaban en torno a la con-certación de matrimonios, que a su vez garantizaban la concentracióndel poder político y económico.

Así mismo, las mujeres de las diversas razas y etnias muestranuna gran diversidad de actividades de supervivencia y variados nive-les de creatividad y audacia para incursionar en todo tipo de trabajos.

A pesar de la información recogida en las 300 páginas de nues-tro libro, este trabajo no alcanza a profundizar en toda su magnitud elaporte económico de las mujeres a la sociedad colonial, pues las con-cepciones y prácticas patriarcales de aquella sociedad invisibilizabansus actividades laborales, la mayoría, informales y, por supuesto suslabores domésticas; por tanto, oscurecían su contribución a la econo-mía colonial, que fue importante e invalorable, sobre todo, en períodosde crisis, como en los momentos de revoluciones o revueltas. Esto ocu-rrió, por ejemplo, durante las guerras de Independencia, cuando las

310

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 310: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mujeres debieron asumir roles protagónicos en la administración desus propiedades y/o negocios y responder a la tarea de sostener lasupervivencia familiar, mientras al mismo tiempo, participaban consus maridos o compañeros de las actividades revolucionarias.

Finalmente, debemos consignar que fueron las mujeres quie-nes garantizaron, en todo tiempo y lugar, la posibilidad de que los va-rones accedieran a la educación, a los cargos públicos y políticos, mili-tares y religiosos, y aún a las actividades privadas. Ellas sostenían so-bre sus espaldas la inconmensurable actividad doméstica y maternal,tan despreciada y subvalorada en las sociedades patriarcales, pero tannecesaria para la subsistencia y supervivencia de la especie y para laproducción y reproducción de la fuerza de trabajo, sin la cual no se sos-tendría ninguna sociedad.

Ese tiempo que millares de mujeres dieron a las actividadesdomésticas, a la elaboración de alimentos, a la crianza y educación delos hijos e hijas, a la atención de hombres y mujeres ancianos, enfermosy discapacitados, etc, y desde luego, los cerrados roles impuestos porla cultura patriarcal, les robaron a las mujeres, sobre todo a las más po-bres, la posibilidad de educarse y prepararse para otros oficios y me-nesteres, de participar masivamente en el desarrollo de las ciencias, enla política, en las actividades productivas de mayor valor económico, yen la cultura.

Todo eso es parte de la inmensa deuda social que las socieda-des patriarcales adquirieron con el género femenino y es la sustenta-ción de los actuales mecanismos de discriminación positiva que lasmujeres reclamamos, con la finalidad de acortar las terribles distanciasen el desarrollo de hombres y mujeres, para construir por fin, unasociedad equitativa, justa, solidaria e incluyente.

311

L A S M U J E R E S E N L A E C O N O M Í A C O L O N I A L : P R O P I E T A R I A S Y T R A B A J A D O R A S

Page 311: Academia Nacional de Historia Boletín 180

BIENVENIDA AL INGENIERO BOLÍVAR CÁRDENASESPINOZA COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE

DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Dr. Juan Cordero Íñiguez

La sesión de incorporación que se cumple el día de hoy, tieneuna singularidad: es la primera que se realiza en la ciudad hernana deAzogues, dentro de un ambiente de pujanza cultural dinamizada porel Núcleo del Cañar de la Casa de la Cultura. Es el segundo cañarenseque se incorpora a la Academia en nuestra gestión, uniendo su nombreal del distinguido geógrafo, historiador y docente Dr. Gustavo ReinosoHermida.

Bolívar Cárdenas brilla por su currículo de intelectual esforza-do, que llega a robustecer a una institución casi centenaria, nacida bajolos auspicios de quien sigue siendo el mayor de nuestros historiadores,monseñor Federico González Suárez. Nos sentimos honrados por suingreso y por su testimonio callado, constante, abnegado y de perma-nente superación, como deduciremos, de su síntesis biográfica queanotamos a continuación.

Es una persona que tiene una honrosa labor cumplida, peroque aún mira el futuro como un tiempo propicio para seguir en esa be-lla tarea de ser vasos comunicantes que reciben de la investigación unapermanente savia nueva, la procesan en la necesaria sistematizaciónque debe hacer un historiador y la entregan en sustanciosos libros quejustifican plenamente un esfuerzo vital.

Quienes nos hallamos cerca de las siete décadas, podemos de-cir que la vida pasa con rapidez, como todo lo humano, pero que la his-toria continúa y que hay cultores de la talla de Bolívar Cárdenas, quegarantizan la continuidad de una fundamental tarea, la de entregar alfuturo importantes obras de historia basadas en la investigación, sobrelo ocurrido en el pasado, con la intención de robustecer más la identi-dad nacional.

Teodoro Bolívar Cárdenas Espinoza nació en un rincón orien-tal de la provincia del Cañar, en Pindilig el 21 de junio de 1954, así quedentro de pocos días cumplirá sus primeros cincuenta y cuatro años,como diría su coprovinciano Andrés F. Córdova.

312

Page 312: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Hoy, con los adelantos de la ciencia, se le puede calificar dejoven y esto es bueno, porque si sigue con la dinámica que ha impuestoa su vida, su obra cultural puede acrecentarse enormemente.

Su formación en su lugar natal, en Azogues y en Cuenca le die-ron los títulos de contador público y de ingeniero comercial. Son carre-ras que se escogen pensando en ganar dignamente el pan de cada día,aunque la vida vaya abriendo nuevos caminos. Jorge Dávila Vázquez,nuestro gran escritor, también estudió para contador. Buen presen-timiento porque uno y otro son actualmente buenos contadores de rela-tos o de historias.

Esos caminos le llevaron a Bolívar Cárdenas a ejercer un sin-número de actividades: un tiempo fue fotógrafo, en otro se dedicó avisitar a los médicos, ofreciendo productos farmacéuticos o a adminis-trar una mueblería. En el sector público ha trabajado para su Pindiligcomo vocal de la Junta parroquial, en INECEL y ahora lo hace para elConsejo Provincial -hoy se dice gobierno provincial- del Cañar.

Su interés por capacitarse es aún algo que le ocupa constante-mente, lo que significa que aspira a ser mejor en sus labores cotidianasde funcionario público y en su actividad cultural, multifacético, quecubre la investigación histórica, la creación literaria en relato y poesíay hasta el dibujo y la pintura.

Revisemos algo de su ya dilatada carrera intelectual: miembrode la Casa de la Cultura, dentro de la que ha ejercido por un período lasecretaría ejecutiva, así como la dirección de su imprenta denominadaJosé María Arce. Como periodista ha fundado y dirigido la revista Pu-cara y el periódico Vanguardia Provincial y ha escrito artículos de fondo,sobre todo de temas históricos en los semanarios antes nombrados y enPanorama, El Heraldo y en varias revistas.

Como un devoto caminante de la región y con la virtud de ungran observador, ha localizado numerosos testimonios arqueológicosen Huallohuzho y Párig de Guachapala, en Pirincay alto de Paute, enShircay de Taday, en San Antonio de Paguancay, entre otros. Corres-ponden a lugares de ocupación humana, a petroglifos y a sectores de lavariada vialidad incaica.

Sobre estos descubrimientos, Bolívar pide una profundizaciónque deben hacerla los especialistas, quienes tienen que contar con suapoyo inicial y final, pues aunque Ud. diga que no es un arqueólogo deformación académica, sí lo es de vocación, como lo han sido las mayo-res figuras de nuestra historia arqueológica, desde González Suárez,

313

B I E N V E N I D A A L I N G E N I E R O B O L Í V A R C Á R D E N A S E S P I N O Z A

Page 313: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Jacinto Jijón o Emilio Estrada y más cercanamente Olaf Holm o HernánCrespo Toral.

El historiador tiene conciencia del valor de las técnicas de unbuen investigador de campo y de todo el largo trabajo de laboratorio,hasta la emisión de los informes preliminares y finales, pero tambiénsabe que la arqueología es una ciencia auxiliar y que todo tiene que serregistrado por los historiadores, con una visión integradora e interpre-tativa. Y esto es ahora más importante pues, con una legítima amplia-ción extensiva del término cultura, se ha desterrado del lenguaje de losespecialistas la palabra prehistoria.

Pide Ud. y con razón que sean las instituciones públicas y cul-turales las que trabajen con decisión para conservar y preservar nues-tro más preciado patrimonio, pero no deje de insistir como lo ha hechohasta ahora, con algunos gobiemos locales, para que financien su resca-te, aunque sea sólo con miras turísticas. No olvide que los mayores lo-gros se consiguen con constancia.

Sus descubrimientos los calificamos de trascendentales y si esnecesario, cuente con el apoyo de nuestra Institución, la Academia, quedesde hoy también es la suya. No diremos nada más sobre el particu-lar, porque por nuestra sugestión, Bolívar nos contará todo, con finosdetalles, en su discurso de incorporación a la Academia.

Su producción bibliográfica ya es significativa, tanto por lo queha escrito para revistas como en libros, debidamente sistematizados.Citemos algunos títulos: El valor de nuestra mina de Pilzhún, El sitio dondenació José Peralta, Historias de Biblián, Chuquipata, Taday, Manuel J. Calley Paccha, dentro de los publicados en revistas o folletos; y, en libros, losdedicados a la historia de Pindilig, a las toponimias cañaris, a susnumerosos caciques, con una primera edición agotada y con otra, nota-blemente ampliada que se hará en este año en la Casa de la Cultura,Núcleo del Azuay, con un registro que ha duplicado el número decaciques, pues llega a los quinientos cincuenta.

De Azogues ha hecho un importante descubrimiento: el delaño de su primera cantonización, hecho ocurrido en 1822 y sobre estamisma ciudad está trabajando en una voluminosa historia republicana.

Trabajo minucioso, constante y de suma utilidad es su últimapublicación, que hoy entrará en circulación, en la segunda parte deeste programa. Reunir 2850 entradas con fechas, lugares y personas dela región austral del Ecuador es una contribución más que estará al

314

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 314: Academia Nacional de Historia Boletín 180

alcance de especialistas y del público en general, y estamos segurosque será un libro de consulta cotidiana de profesores y estudiantes.

Ud. ha entrado en un campo dificil, el de recopilar el vocabu-lario cañari, una lengua que se hablaba hasta fines del siglo XVI, segúnlos informantes que cumplieron con la orden de la corona española,ejecutada por disposición del corregidor de Cuenca Antonio BelloGayoso, entre 1582 y 1584, publicada por Marcos Jiménez de la Espadaen el siglo XIX en sus famosas Relaciones Geográficas de Indias, así comopor el dato histórico que consta en las Constituciones Sinodales de 1594.Con seguridad Ud. acrecentará los trabajos ya realizados por OctavioCordero Palacios, Jacinto Jijón y Caamaño, Aquiles Pérez y unos pocosmás. Pronto veremos un gran acopio de toponimias, fitonimas, zoon-imias y antroponimias de las dos provincias hermanas y de sectoresaledaños que ocuparon desde tiempos remotos los famosos cañaris,fundadores de nuestro mestizaje, cuya identidad fue bien preservadaen el Perú hasta el siglo XVIII, a donde fueron desplazados como miti-maes y que la mantienen en nuestro territorio hasta nuestros días.

Bolívar: Su pueblo y las antiguas provincias azuayas tienen enUd. a un historiador y a un hombre de cultura. Está atrapado por estossublimes valores humanos y de ellos no saldrá jamás.

Cumpliendo con los estatutos y reglamentos de la Academia,como miembro de Número de la misma, con nuestro Director que pre-side esta sesión, le damos la bienvenida, a la que se une la complacen-cia y la felicitación del amigo.

Azogues, 6 de junio del 2008.

315

B I E N V E N I D A A L I N G E N I E R O B O L Í V A R C Á R D E N A S E S P I N O Z A

Page 315: Academia Nacional de Historia Boletín 180

316

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EN EL AZUAY*

Bolívar Cárdenas Espinoza

Como los grandes ríos que nacen en un pequeño espejo deagua, cuya límpida vertiente emerge de las entrañas de algún cerroeterno; así, por la motivación de un promotor comunitario, a que seescribiera la biografía de nuestro pueblo, nació en nosotros la inclina-ción por la investigación de la historia:

“Pidamos a alguien, para que nos escriba la historia del pueblo”,había expuesto este impulsor; iniciativa que sembró en nosotros, elfirme propósito de correr con este encargo por cuenta propia: “Quiénmás para saber la vida de una madre, que su propio hijo”, había comentadopara mis adentros, ese día de la propuesta; y nos pusimos manos a laobra: indagando a los que habían borroneado algo sobre el pueblo; ave-riguando a los ancianos del lugar -que son la historia viviente-, paraque nos relataran apelando a lo que sus precarias memorias podían ha-ber guardado sobre los acontecimientos de antaño vividos por ellos, oconocidos por tradición oral, mediante el testimonio de sus mayores;ubicando las crónicas oficiales, que según algunos, existían sobre lamateria; buscando la bibliografía relacionada; y así, escudriñandopacientemente en los archivos, tantos y tantos datos valederos que fui-mos encontrando, y que a nuestro juicio, calzaban bien a nuestro pro-pósito, y así nació nuestra primera obra: “PINDILIG-Historia y Alma”,de 490 pp., cuya publicación recibió el inmediato auspicio de la I.Municipalidad de Azogues y de la Casa de la Cultura Núcleo del Ca-ñar; proyecto académico que nos ha brindado más de una satisfacción;pues nuestro primer vástago cultural, nos ha abierto las puertas paraque entráramos en un mundo del cual, no deseamos salir jamás: LaCultura.

* Discurso de incorporación como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional deHistoria del Ecuador. Azogues, Teatro Jaime Roldós Aguilera. 6/VI/28

Page 316: Academia Nacional de Historia Boletín 180

“No hay primera sin segunda dijo Pincho Kalandraque, y aquí está”,y vino el segundo Libro: Toponimias cañaris y apuntes para la Historia deTaday, que se publicó, así mismo, con el auspicio del H. Consejo Pro-vincial del Cañar, en la actual administración.

Donde comen dos, comen tres: Cuando avanzaba la investiga-ción sobre Pindilig, nos preocupamos en aquellos días, de que en loslegajos de documentos que día a día íbamos acopiando, fueran acumu-lándose también datos sobre Taday. Es que las dos parroquias vecinas,son dos pueblos, cuyas historias, están íntimamente ligadas y vincula-das entre sí. Orígenes milenarios, crónicas antiguas, costumbres ances-trales, y eternas tradiciones, les son francamente comunes a las dos.

A estas alturas, ya nos habíamos contagiado del gusto por lainvestigación documental, por lo que nuestra mente se propuso conce-bir un tercer libro: Caciques Cañaris que gracias a un mecenas de la cul-tura, como el Dr. Eduardo Crespo, vio la luz de inmediato en los talle-res de este Núcleo. El “IV Encuentro de Historia y Arqueología”, fueel marco para su lanzamiento; libro que contiene la mención y sem-blanzas de 331 caciques de la región cañari. Esta tercera obra me habrindado igualmente complacencias. Como anécdota hemos de referirque en la Feria del Libro llevada a cabo el año anterior en la ciudad deGuayaquil, había resultado ser la obra más solicitada para su adquisi-ción. Esto quizá fue el acicate para que nos hayamos propuesto profun-dizarlo; y basándonos en una magistral investigación documental delacadémico francés Dr. Jaques Poloni Simmard, alcanzamos a enrique-cer a “Caciques Cañaris”-para una segunda edición-, con el registro ytrayectorias de 513 personajes, y cuya publicación, hemos solicitadocorra ahora a cargo de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay.

Y parecía que ahí iba a detenerse el empeño de escribir libros,pero resolvimos involucrarnos en una minuciosa y extensa investiga-ción, para escribir las crónicas no contadas ni conocidas todavía delAzogues Republicano. Y precisamente en esta labor nos hallábamos elaño anterior, en mi período vacacional, cuando surgió el material parala cuarta publicación: Reescribiendo la Historia, que sustancialmentecontiene la revelación de la existencia de una primera cantonización deAzogues, en un año distinto al que se conoce oficialmente (1825); esdecir tres años antes; esto es en 1822; asunto que ya lo hubimos expli-cado debidamente en la revelación del proyecto y en el lanzamiento dela obra.

317

N U E V O S D E S C U B R I M I E N T O S A R Q U E O L Ó G I C O S E N E L A Z U A Y

Page 317: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Por demás está decirles que, agradecidos con la vida que nosha concedido estas brillantes posibilidades de escribir la historia denuestra comarca regional, un día de esos, nos propusimos a juntar losmás importantes datos históricos, los documentos más buscados; lasreferencias inéditas; las citas bibliográficas históricas, y las categoríasno reveladas: así como a las mujeres y hombres que han hecho historiaen nuestro terruño austral, para que surja de este modo la quinta publi-cación: Diccionario Enciclopédico de Historia Regional, que en esta noche,luego de breves momentos, pasará al regazo y calor de vuestras manosgenerosas, y al refugio de sus mentes talentosas.

Concomitante y paralelamente al trabajo de estos cinco li-bros…, como aquellas plántulas que en cuanto germinan, inmediatasa su costado, se ven brotar otras plantitas que aparecen para competircon la mayor en su crecimiento; asi, otros temas hemos ido concibien-do simultáneamente, cuyos manuscritos se encuentran ya en imprentacomo: La Mujer Ejemplo de Valor Humano, Cuentos Campesinos y, hallán-dose en camino; en plena gestación como les he referido: Un SueñoInalcanzable; Azogues Republicano; Vocabulario Cañari; y Paccha, un pueblocon historia.

Estos son los trabajos que les participamos a ustedes, y quehasta el momento se han concretado en libros. Cuánto no daríamosahora por escribir también sobre arqueología: Pues esta técnica, auxi-liar de la historia, no es nuestra especialidad, pero hemos de confesar-les, que nos sentimos sumamente inclinados por saber y entender detodas las bondades que esta disciplina contiene.

Pero a pesar de no ser conocedores autorizados de esta mate-ria, la vida nos ha deparado la propicia oportunidad de constatar ydescubrir, desde el punto de vista de su intrínseco valor cultural, variosespacios arqueológicos de un valor sorprendente.

Hemos de coincidir con vosotros, que en algunas ocasiones, enlos grandes descubrimientos, se han visto involucrados varios factorescomo: la curiosidad, la experimentación, la búsqueda de una explicacióna un fenómeno, y en otras, hasta la casualidad. En nuestro caso, esta últi-ma, en forma afortunada, viene siendo nuestra aliada frecuente:

Desde que hace ya unos diez años, llegamos a ubicar el puntoexacto de la existencia de un petroglifo en Pindilig, seguimos en la bús-queda de más evidencias culturales en esta zona básicamente, mante-niendo la costumbre de caminar observando el talud de los caminos

318

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 318: Academia Nacional de Historia Boletín 180

recién abiertos con máquina, para divisar e identificar evidencias deantiguos asentamientos. Hemos de referir que en lo que concierne aPindilig concretamente, a más del petroglifo conocido como “Chirino”,nuestro pueblo se precia de tener la gran fortaleza cañari-inca, conoci-da precisamente como Pucará, que muy poco o casi ningún interésmuestran los entendidos en esta clase de monumentos; así como uncorto tramo de una ruta precolombina. Decía que la costumbre de irmirando las pendientes de los senderos, nos ha dado buenos resulta-dos. Pues buena parte de los fragmentos cerámicos existentes en elmuseo del pueblo, provienen precisamente de esta búsqueda particu-lar. Por ello es que en los desplazamientos que realizamos frecuente-mente, por diferentes sectores, procuramos en mantener esta práctica,que en parte nos ha sido útil en el hallazgo de algunos sitios cultura-les todavía inéditos.

En esta parte, hemos de comenzar refiriéndoles que, en las fre-cuentes visitas que hacemos con la familia por más de 30 años a Paute,en una ocasión, mientras nos extasiábamos del paisaje circundante,pudimos apreciar en un rastrojo despejado, una profusa cantidad defragmentos de restos cerámicos esparcidos en el suelo. Nos interesa-mos en su observación. Recogimos algunas muestras, e intuyendo quepodría tratarse de un espacio cultural mayor, a la semana siguiente,volvimos a este lugar. Efectivamente unos pocos metros más allá, a uncostado existe un área con unos muros, que a simple vista parece tra-tarse de un terraceo de cultivo cañari. Esta interesante superficie, sehalla apenas a 1 Km de Paute, en el punto conocido como PirincayAlto. Este ámbito es un conjunto formado por seis muros longitudina-les de unos 50 m en promedio y unos tres transversales de 15 m de lon-gitud. La estructura, la conformación de las piedras y su funcionalidad,se asemejan a los muros del Zhin de Taday, a los de Llaver en Chor-deleg y a los de Párig de Guachapala; con el aditamento de que una delas terrazas, contiene alrededor de siete petroglifos. En la parte supe-rior de este terraceado, pasando la vía que conduce a un punto que seconoce como Marco Loma, existe el tramo de unos 58 m de un senderomuy antiguo, que podría ser inca. La arqueóloga Karen Olsen Bruhns,por 1984, realizó una investigación científica de lo que hoy conocemoscomo la Cultura Pirincay, estudio de campo que lo situó un poco másabajo; lo que nos extraña es que no haya realizado una prospecciónperiférica al lugar de su estudio, porque en su informe no se mencionasiquiera estas evidencias.

319

N U E V O S D E S C U B R I M I E N T O S A R Q U E O L Ó G I C O S E N E L A Z U A Y

Page 319: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Sobre este hallazgo hemos propuesto al Municipio de Paute,para que dedicara esfuerzos en esta línea, para lo cual hemos hecho laentrega -en el acto de lanzamiento del principal libro de Historia dePaute, escrito por Víctor Hugo Cobos, a cuya obra dedicamos nuestrosmejores esfuerzos-, entregamos digo, un perfil de procedimientos paraque la municipalidad pauteña se preocupara de rehabilitar este empla-zamiento cultural de gran valor histórico.

En otra ocasión, vistamos Quingeo, que a decir de Vicente Mo-reno Mora, es la cuna que meció los primeros días del gran RemigioCrespo Toral; en este pintoresco y llamativo pueblo, en la parte poste-rior de la plaza central, a unos pocos metros de su iglesia, ubicamosla existencia de un buen tramo de un camino inca. Al terminar el reco-rrido, existen unas construcciones de piedra, que viene a ser una espe-cie de basamento de vivienda precolombina. Probablemente pueda tra-tarse de un sostén que reforzaba un refugio de un chasqui.

Con ocasión de un paseo familiar a un sitio que actualmente esconocido como Huallo Huzho, hicimos otro hallazgo maravilloso:

Mientras el resto de integrantes se dedicó a los menesteres delesparcimiento, nos pusimos a transitar por los alrededores, porque nosllamaron la tención la existencia de unos muros muy cerca del lugardonde nos habíamos acomodado para pasar el día. En eso se acercó unfamiliar político, que hacía de anfitrión, un tanto inquieto por nuestradetenida observación de aquellos paredones.

“Bolívar –me dijo-, veo que a usted le gusta estos cercados. Lepropongo algo, caminemos un poco hacia aquella loma. Llegamos a lacuchilla y le indico lo que hay arriba. Luego de ver todo, me comenta”.

Así procedimos; avanzamos cuesta arriba por una ladera des-pejada de chaparros. Llegamos a la cabecera y desde aquella eminen-cia, en un campo abierto encontramos asentada una estructura de pie-dra. A la primera estancia sólo le falta el cobijo superior. La edificacióna simple vista se ve que está compuesta de dos ambientes. El primerotiene un área 3 x 2.90 m con una hornacina en la pared izquierda. Elcuarto exterior es de menor espacio pero está destruido. Las paredestienen una altura de 2.50 m. y un espesor de 65 cm. Esta edificaciónse encuentra en buen estado; no ha sufrido ventajosamente deterioromayor por el transcurso del tiempo, ni por acciones desaprensivas.Impresionados de este vestigio, bajamos por esta franja cuesta abajopor entre los chaparros, apreciando otras tres estructuras de piedra, de

320

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 320: Academia Nacional de Historia Boletín 180

igual conformación; aunque se hallan un tanto deterioradas, sin em-bargo conservan todavía su monumentalidad. Toda el área contienepor lo menos unas seis casas de piedra. A más de la primera, que sehalla arriba en la cabecera, el resto de viviendas se encuentran escondi-das entre los chaparros de la hoyada, excepto dos más que están en laparte baja, es decir en la explanada de los sembríos, haciendo de basea unas casas republicanas de bahareque, cuyos propietarios hace años,a estas construcciones las habían destinado para corrales de ovejas o decerdos; pero estas estructuras, igualmente se hallan en buen estado. Amás de estas edificaciones de piedra que se encuentran esparcidas a lolargo de la hondonada, existen pozos de agua con revestimientos depiedra. Existen también, varios muros transversales que podrían serbasamentos de vivienda; y otros tantos basamentos de terrazas de cul-tivo. Al centro de la hondonada existe un muro transversal de unos 150m de largo, que en ciertos tramos, se halla oculto entre el manto arbus-tivo. En la parte inferior, es decir en la demarcación contigua a la zonade cultivos, existe un terreno plano con muros circundantes; y muycerca de éste, una ruta inca flanqueada de muros, en una extensión deunos 700 m. Entre los chaparros de la hondonada hay unas dos o trescuevas formadas por inmensas rocas, una de ellas es una cueva pare-cida a la de Chobshi, con unas evidencias que desearíamos que única-mente los científicos lo estudiaran. Todo esto en una superficie aproxi-mada de unas 15 hectáreas. El día de la visita, lamentablemente estuvi-mos desprovistos de cámaras, por lo que únicamente valiéndonos deunos precarios dibujos que realizamos en un papelito de bolsillo, acu-dimos donde el alcalde Guachapala, Lcdo. Bolívar Castillo, le platica-mos en detalle el hecho y conseguimos que se interesara del hallazgo.Días después, el Lcdo. Castillo organizó una visita al sitio con el Di-rector de Patrimonio Cultural de ese entonces, Dr. Mario Garzón Es-pinoza, acompañado de una experta de Patrimonio y varios funciona-rios del Municipio de Guachapala. Yo le había referido al alcalde, díasantes, que este paraje contenía, a mi criterio, tanta evidencia cultural,que bien podría convertirse, en el más grande del Azuay y en el segun-do de la región, después de Ingapirca; ponderación que en el día de laobservación fue ratificada por el Dr. Garzón.

Últimamente hicimos una tercera visita al sitio, pero ya provis-tos de una cámara con la que hemos documentado en video, todos los ele-mentos arqueológicos que este espacio maravilloso e inédito, contiene.

321

N U E V O S D E S C U B R I M I E N T O S A R Q U E O L Ó G I C O S E N E L A Z U A Y

Page 321: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El mismo familiar de este relato, al siguiente año nos invitó apasar el día en su propiedad con motivo de su cumpleaños. La quintade Rafael Villalta se encuentra en el otro costado de la aldea que lesacabamos de referir. Como hemos descrito en el ámbito anterior, igual-mente rodeando a la estancia, existen varios muros precolombinos deespléndida imagen. No pudimos resistir la tentación de observarlos decerca y recorrerlos pacientemente en toda su extensión. Dejando alresto en el disfrute de la fiesta, caminamos por toda el área siguiendolos paredones de piedra, que son extensos, altos y bien consolidados. Amás de estos basamentos, existe en la mitad de esta gran demarcación,un impresionante ingañan. Desde la vía carrozable que conduce a Pá-rig, arranca este camino inca que tiene en todo su recorrido muros a loscostados, de 2 m de alto con calzada de piedra. En un punto del sen-dero existe una huanca que según Cieza de León, señalaría la longitudde la media legua del recorrido entre cada tramo de los chasquis. Esteingañan ha de tener una longitud aproximada de unos dos kilómetros.Una semana antes del pasado carnaval, visitamos de nuevo el lugarcon el Dr. Tito Astudillo, cronista semanal de reportajes culturales, deEl Mercurio, para que observara y publicara sobre la existencia de estasevidencias tangibles, complejo que luego de visitarlo y fotografiarlo,cubrió las expectativas que le habíamos generado. La urgencia y cla-mor para que lo viera, “estuvieron plenamente justificados de nuestraparte”-dijo cuando regresábamos.

Últimamente y de nuevo guiados por el mismo Rafael Villaltay otro lugareño conocedor de estos espacios, visitamos otro sector dePárig. En una mañana de sol pudimos observar, apreciar y filmar elmás grande espacio arqueológico que se pueda imaginar que existe enesta parte del Azuay. Hay, por lo menos, unos 200 basamentos devivienda y de terraceo de cultivo, incluyendo paredes y estructurascañaris completas. Agregando que en lo que respecta al recorrido delcamino inca, que asomando sus vestigios unos dos kilómetros más aba-jo, esta pasarela precolombina, se pierde en la cumbre de un míticopeñasco, ocultándose sus evidencias en el espeso manto arbustivo, mo-rada eterna de los espíritus del cerro: el tayta urcu y la mama huaca;entidades fantásticas e imaginarias, que a decir y creencia de la gente,protegen a la mama rrumi, es decir a la madre de todas las piedras yrocas existentes en la cumbre.

El 13 de junio del 2003, en compañía del Dr. Trosky Serrano;

322

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 322: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Arq. Marco Velecela y el Dr. Ezequiel Cárdenas, realizamos una visitaa la parroquia de San Antonio de Paguancay, para conocer el sitio exac-to donde estuvo la casa en la que nació el Dr. José Peralta. El punto sellama El Socorro ubicado en plena selva, perteneciente a ChaupiyungaBajo de la p. San Antonio, que antes perteneció a la jurisdicción de Gua-lleturo. Al regreso por la tarde, y mientras descansábamos en una tien-da de la plaza central del pueblo, entre los integrantes de la romeríacultural nos pusimos a la inevitable charla sobre cultura: Historia, pe-troglifos, tradiciones, leyendas, mitos, fueron los temas que íbamosabordando de tranco en tranco en la amena tertulia. Mientras tanto,entre anécdotas y ocurrencias, unas damas lugareñas -dos de las cualesapenas me parecieron conocidas, porque habían sido vocales de laJunta Parroquial-, sin que advirtiéramos mayormente, habían estadoescuchando nuestra conversación, interesándose particularmente, en eltema de las piedras con inscripciones.

“Señores disculpen –dijeron en un momento de esos-, sin que-rer estuvimos oyendo lo que estaban conversando sobre las piedrascon churucos. Nosotros tenemos visto una piedra grande aca abajo.Está que conozcan, acá abajito, nomás está. ¿Quieren ver? Nosotras lespodemos llevar”.

Interesados de inmediato por la inédita referencia, Trosky,Marco y el que escribe estas líneas, nos dejamos guiar por las dos seño-ras, a las que se unió una tercera, y las tres parejas seguimos un sende-ro angosto que nos fue adentrando en la espesa montaña. De un mo-mento a otro los seis nos sentimos perdidos. Las guías, se olvidaron dela ubicación exacta de la piedra. De pronto, alguien del grupo dijo. ¿Noes esto?. Efectivamente como por arte de magia de entre el espeso cha-parro que nos cubría, se dejó ver un claro del bosque y ante nosotros sereveló la imagen impresionante de un petroglifo inmenso. Esta piedraes una mole muy grande; vertical como pared de una casa, de unostres metros de alto, y con unas líneas muy sugestivas, que nos cortó elaliento a todos. El diseño es particular. Se asemeja a las ilustracionesgrabadas en los frisos de los castillos y pirámides de Yucatán. Esta reli-quia cultural se halla a tan sólo cinco minutos de la plaza central de SanAntonio de Paguancay, en la provincia del Cañar.

Con motivo de la recolección de datos preliminares para la for-mulación de un proyecto de desarrollo comunitario que el diseñadorMarcelo Parra Segovia, que pretendía presentar al Consejo Provincial

323

N U E V O S D E S C U B R I M I E N T O S A R Q U E O L Ó G I C O S E N E L A Z U A Y

Page 323: Academia Nacional de Historia Boletín 180

del Cañar, en beneficio de las parroquias orientales, que ahora dispo-nen de una vía de primer orden, acompañamos a Marcelo en un reco-rrido, por esta ruta, explicando y describiendo minuciosamente todoslos puntos de importancia histórica que tiene esta zona oriental delCañar. Estos datos le eran indispensables al proponente para la funda-mentación teórica del proyecto. Al pasar por la recta de Chanín, Mar-celo se inquietó por una entrada que existe a un costado izquierdo: “Esla entrada a la comunidad de Queseras y a las minas de Pilzhun” -dije.“Debemos conocer” –propuso- y nos adentramos al sitio. Mientrasbuscábamos dónde parquear el vehículo, muy cerca de los boquerones,pasó saludándonos un extranjero ya entrado en años. Se nos acercó ypreguntó nuestra identidad y la razón de la visita. Nos identificamos,le explicamos nuestro trabajo y empezamos la tertulia. Lo primero quehicimos fue indicarle la entrada correspondiente a la palabra “Pil-zhun”, del machote del Diccionario de Historia que estábamos traba-jando. En las últimas líneas de al entrada dice “…por las muestras ana-lizadas, se comprobó que las minas de Pilzhun eran tan ricas o más quelas minas de plata de Perú y Bolivia. Por los años 50s’y 60s’ explotarontambién las compañías “Bunquer Gil” y el señor Joseph Ramsey…etc.etc”

“Ese soy yo” -dijo el gringo-. “¿De dónde sacaste esos datos?”.“Son confidenciales muchos de ellos”. “Investigando, investigando”–contesté-. Bueno más tranquilos todos, continuamos la conversacióncon el señor Ramsey. “Bueno ya entiendo lo que buscan y en lo que tra-bajan. –dijo-, entonces voy a contarles algo que a lo mejor les va a inte-resar: Yo estoy aquí por más de 60 años y muchas cosas les puedonarrar”.

“Resulta que hace unos diez años más o menos, visité un pocomás al norte un lugar donde vive gente casi primitiva. Es un pocolejos”. ¿Podría ser Guangras? -le interrumpí-.

“No, está mucho más al norte. No te podría decir si está en ellímite entre Cañar y Chimborazo; pero lo interesante el caso es que hayunas dos lagunas que están rodeadas de unos muros de piedra. Cadauna de ellas, recuerdo que tienen unos canales de agua que se comuni-can entre si”.

Podrían ser acaso las lagunas de Osogoche –le interrumpi-mos–. “Por esa zona están, pero no son esas, sí las conozco. Son máspequeñas. Yo me fui en compañía de un joven. Nos fuimos para explo-

324

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 324: Academia Nacional de Historia Boletín 180

rar otras zonas de minas. Bueno cuando estábamos viendo las lagunascon los muros, el chico que me acompañaba, cayó accidentalmente enel agua y sacó algo… un objeto… como una vasija. Salió de la laguna yasí mojado corrió y nunca más le volví a ver.”

Luego el señor Ramsey un tanto emocionado agregó: “Un pocomás abajo de estas lagunas; unos doscientos metros podrían ser más omenos, y siéntese para que o se caigan -dijo sonriendo-, existen unas¡doscientas casas de piedra intactas! ¡Es una ciudad completa! Escú-chenme amigos, ¡una ciudad completa! Que sea inca o cañari; que estéen Cañar o Chimborazo, tampoco puedo decir. Eso ustedes podríanverificarlo.” Al solicitarle que nos revelara el señor Ramsey sobre laubicación exacta de esta metrópoli arqueológica, dijo no recordar, peroque se ponía a las órdenes de nosotros, para acompañarnos como guíaen el momento que nos decidiéramos. Se mostró muy solícito en esto.

Cuando semanas atrás dialogábamos de todo esto con el Dr.Juan Cordero, él opinó que debería trabajarse, hasta dar con esta mara-villa. “El Cañar muy bien podría convertirse en el poseedor y protago-nista del descubrimiento de un segundo Macchu Picchu en América”–dijo-.

He ahí, estimados presentes, damas y caballeros, amantes de lacultura; aquí está el material para trabajar por el mejor conocimientodel pasado de nuestra región. Aquí están las fuentes generadoras deempleo de lo que tanto se habla. No hay mucho que hacer ni invertir.Sólo un firme deseo por batallar en esto. Con nuestra voluntad pode-mos convertir a esta parte de la patria, en una de las regiones de mayoratracción turística, básicamente cultural y que tanto mueve ahora apropios y extraños.

Antes de terminar quiero expresar mi sentimiento sincero degratitud, a la Academia Nacional de Historia, por haberme concedidoeste enorme privilegio, de ser miembro de tan alta escuela de investi-gación. Gracias al Dr. Juan Cordero Iñiguez por su invitación inicial;me siento sumamente honrado por todo esto. Quizá ahora en el senode esta organización de tanto prestigio académico, se alcance a articu-lar acciones que se encaminen a la formulación de proyectos arqueoló-gicos que pongan en valor, tantos espacios culturales que tenemos ennuestro medio, como los que les he descrito hoy.

Finalmente agradecemos rendidamente a la Casa de la CulturaNúcleo del Cañar, en la persona de su digno Presidente Dr. Eduardo

325

N U E V O S D E S C U B R I M I E N T O S A R Q U E O L Ó G I C O S E N E L A Z U A Y

Page 325: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Crespo Román, que nos ha acogido con tanto afecto. Gracias a los fun-cionarios y empleados de esta entidad, por todo su aporte y coopera-ción en este significativo acto. Gracias a todos ustedes damas y caballe-ros, que han tenido la bondad, la gentileza de venir a acompañarnos.Nos sentimos realmente halagados por habernos permitido hacer pú-blicas nuestras experiencias culturales.

326

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 326: Academia Nacional de Historia Boletín 180

BIENVENIDA AL DR. FAUSTO PALACIOSCOMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA

ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Plutarco Naranjo

El Dr. Fausto Palacios es uno de los más destacados ambateñosque por sus méritos ingresa hoy, en calidad de Miembro Correspon-diente, a la Academia Ecuatoriana de Historia.

Del amplio currículo vitae, del Dr. Palacios, de las tan variadasactividades profesionales y culturales me referiré solo a algunas deellas.

Abogado por vocación, jurisconsulto estudioso, ilustrado, elDr. Palacios ocupó, merecidamente, altas posiciones: Ministro Fiscal,primero y luego Ministro Juez de la Corte Superior de justicia de lasprovincias de Tungurahua y Pastaza. Culminó su carrera profesionalcomo Presidente de la Corte Superior de Tungurahua y Pastaza, fun-ción que la ejerció, con sapiencia y magnanimidad, por tres períodosconsecutivos.

Su relevante actuación en el campo jurídico fue debidamentevalorada al ser elegido Presidente del Colegio de Abogados de Tun-gurahua y, más todavía, al haber sido elegido Presidente de la XIIIAsamblea Nacional de Abogados. También ha sido por varios periodosmiembro de la Directiva de la Federación Nacional de Abogados yMiembro mayor de la Federación Interamericana de Abogados.

El desempeño de tan altas e importantes funciones no ha sidoóbice para que el Dr. Palacios destine parte de su tiempo y responsabi-lidades al campo de la cultura. Ha desempeñado y con éxito la Presi-dencia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Tungurahua.

En el campo de la creación literaria se ha destacado, en espe-cial, en el ensayo y la poesía. Es autor de muchas publicaciones que leconsagran como original y elocuente vate.

327

Page 327: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Su producción poética es amplia y además ha publicadomuchos ensayos sobre poetas y escritores nacionales y extranjeroscomo Gonzalo Escudero, Aguilera Malta, Augusto Arias, García Lorca,Walt Whitman, García Márquez, Rómulo Gallegos, William Faulkner,Albert Camus, Alberto Morabia, Luigi Pirandello, Carlos Sabat.

El Dr. Palacios es también periodista profesional. Ha sidocolumnista y editorialista de varios periódicos, en especial del diario ElHeraldo, de Ambato.

Su interés en la historia viene de tiempos atrás. Investigadorinfatigable ha recorrido incontables páginas de los archivos del poderjudicial y de otras instituciones. Son numerosos sus ensayos históricos,muchos de ellos forman parte de su obra publicada con el modestotitulo de Viñetas, hasta ahora de 12 volúmenes y varios más en procesode publicación.

Su interés por la cultura le ha llevado a conocer, en profundi-dad a los clásicos Juanes ambateños; Montalvo, Mera y Vela de cadauno de quienes ha publicado hermosos ensayos. Especial dedicaciónha dispensado a los grandes historiadores ambateños: Pedro FermínCevallos y Celiano Monge, este último menos conocido pero de tan altatalla como los otros ilustres ambateños. Hay que recordar que Cevallosy Monge fueron Miembros de Número de nuestra Academia. A travésde Monge y de sus propios descubrimientos de archivos, el Dr. Palaciosha descorrido el velo de la ignorancia o el olvido de importantes acon-tecimientos históricos de Ambato y su pasión por la libertad, como fue-ron aquellos consecutivos del 10 de Agosto de 1809, consagrados comoQuito Luz de América. En efecto, Ambato fue la primera en respaldara la Junta Soberana de Quito y lo sobresaliente fue que no se trató deuna simple declaración de pocos patriotas. Fue una movilizaciónpopular que terminó también con el holocausto de algunos valientes.

Como estamos en vísperas de celebrar el bicentenario delmagno acontecimiento es oportuno recordar que el 10 de Agosto nofue, como algunos detractores dicen, un inútil y nada importantelevantamiento. Fue una revolución que venía gestándose desde la épo-ca de Eugenio Espejo quien, por la misma razón, pagó con su vida.Según los documentos descubiertos, hace poco en España, su idearioestaba dirigido a luchar por la independencia y la instauración de unarepública democrática. El 10 de Agosto culminó con la destitución delPresidente de la Real Audiencia y principales autoridades; la toma del

328

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 328: Academia Nacional de Historia Boletín 180

poder por la Junta Soberana Gubernativa, el nombramiento de ministrosde Estado y más acciones propias de un gobierno soberano. En otros paí-ses hubo también movimientos contra el régimen colonial pero que nialcanzaron ni se propusieron instalar gobierno propio. Es cierto que el deQuito duró pocos meses porque no tuvo el respaldo ni de Cuenca,menos de Guayaquil y peor de los Virreinatos del Perú y Colombia, perola revolución de Quito sirvió de ejemplo para los demás.

Otros detractores, poco o nada informados, han expresado quefue una “revolución de los marquesitos”, sin participación del pueblo.Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre fue, desde adolescente, eldiscípulo político de Eugenio Espejo y a su muerte siguió luchando porlos ideales de Espejo. Los dos organizaron con, fines políticos y cultu-rales, la Sociedad de Amigos del País y fundaron el primer periódico,Primicias de la Cultura de Quito, el cual debía convertirse en el órganode concienciación política, pero que, llegado al séptimo número, fueprohibida su publicación por el Rey de España y fue disuelta la Socie-dad de Amigos del País. En la preparación del movimiento libertario,en efecto, participaron dos marqueses y un conde, pero los más decidi-dos fueron tres de las filas de los ilustrados y patriotas: Quiroga, Rodrí-guez y Salinas. Alguien, en una pequeña colonia sometida al régimenabsolutista español, podía dar discursos revolucionario o discurrirdesembozadamente, sobre proyectos libertarios? Los pobladores de losbarrios de Quito, en efecto y por las razones indicadas, no participaronen el golpe, pero hay que recordar que, constituida la Junta Suprema,ofrecieron de inmediato, el más entusiasta y valeroso apoyo y que losmártires del 2 de agosto de 1810 no fueron solo los que la víspera delgolpe se reunieron en la residencia de Manuela Cañizares sino más de300 del pueblo quiteño.

Ruego me excusen la digresión.Sería largo tratar sobre otra meritoria actividad cultural y

docente del Dr. Fausto Palacios, la de la gramática y el lenguaje, cam-pos en los cuales su producción llega a seis volúmenes.

Debo concluir expresando mi beneplácito porque un intelec-tual de tantos y variados méritos, un estudioso de la historia ecuatoria-na, integre nuestra Academia.

329

B I E N V E N I D A A L D R F A U S T O P A L A C I O S .

Page 329: Academia Nacional de Historia Boletín 180

APOLOGÍA, HONORES I REIVINDICACIÓN DECELIANO MONGE*

Dr. Fausto Palacios Gavilanes

“LA CULTURA ES UN PROCESO DE HUMANISMO”Permitidme que inicie esta intervención, con las palabras de

Herbert Marcuse, a manera de pórtico, para rendir con ellas mi home-naje i admiración a la Academia Nacional de Historia, i mi amor por laHistoria, que es humanismo, libro sagrado de los pueblos, de sus aven-turas i desventuras, de sus venturas i glorias. Tal es la Historia, defi-nitivamente: sacrosanta trilogía de HISTORIA, HUMANIDAD, I HU-MANISMO.

Digo, pues, que es grande e inconmensurable este acto, actosolemne, i que constituye sagrada apoteosis para mi espíritu, esta mag-nánima Sesión Solemne, Sesión de la Academia Nacional de Historia,realizada en mi tierra, sobre la arcilla misma de mi heredad, a escasoslatidos, a escasas campanadas del sacrosanto templo de la Ambateñi-dad, el Partenón de la Libertad, el Santuario i Templo de la más nobleRebeldía: el Mausoleo de Juan Montalvo.

Mayor, i más feble es la emoción que conmueve a mi espíritu,porque en esta Sesión Solemne –memorable para mí– vosotros, ilustresacadémicos, con magnanimidad de nobles espíritus, habéis abierto elportón de vuestra mui magnífica Corporación, para permitir mi ingre-so a la Academia Nacional de Historia.

Esta benemérita Institución, es alma noble i sagrada de Patria.Es luz i custodia de su más purificada i prístina tradición, de todos icada uno de los hechos que forjaron la grande i preclara nacionalidadecuatoriana.

Es bastión sagrado e inconmovible de la dignidad de la Patria,desde aquel sagrario laico del aula escolar, que vive i reina gloriosa-

330

* Discurso de incorporación como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional deHistoria del Ecuador. Ambato, Salón de la Ciudad. 18/IX/2008.

Page 330: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mente en nuestros corazones, en su inolvidable i nostálgica declaraciónde primer amor, amor por siempre a la Patria: ¡Salve, oh Patria!

Depositaria, guardiana i defensora de todos estos hechos glo-riosos, que forjaron la soberanía magnificente, i magnificante de la Pa-tria, es la Academia Nacional de Historia, mayestática ayer, por hoy, ipor siempre, protectora i custodia de la noble tradición de sus fastosgloriosos, fanal que le guía i conduce por los senderos del honor i de ladignidad de la Patria, de hoy, por siempre, para siempre.

Esta benemérita Institución, Academia Nacional de Historia,es Institución guardiana de la noble memoria de su glorioso, heroico, isiempre precursor acaecer, Alama Máter de la Patria, fanal inextin-guible que brilla e ilumina en el presente, i que esplenderá gloriosa-mente, en la posteridad.

Creo con Ortega i Gasset, en su ensayo OKNOS EL SOGUERO:“La historia es una explicación i no un culto”.

Además, creo con él: “El historiador lleva misión de viajero”.Porque la Historia vive otros tiempos: los de ayer, los de hoy.

I los de mañana.Ciertamente, el tiempo no es el mismo, en palabras de Theodor

Schieder.La historia no es un simple relato: es camino, es conciencia.Es dolor, es amor, es esperanzas. I es grandeza. E inmortalidad,

para las generaciones presentes, i futuras, i para la posteridad.La historia vive en cada angustia, i en cada esperanza de la

Patria.I de la Humanidad.Definitivamente, a la Historia hay que estudiarla como ciencia,

i como Patria. Como cultura. I como Humanismo.Como lo hacéis vosotros, como lo habéis hecho, i seguiréis

haciendo, ilustres Académicos de Historia de mi Patria.En estas palabras recipiendarias, de mi ingreso a la Academia

Nacional de Historia, pretendo esbozar unas letras sobre uno de losmás grandes i luminosos personajes de la Patria: Celiano Monge, estoes, i fundamentalmente, para escribir unas letras, arrimar la pluma, isalvar su nombre de las aguas del olvido i del naufragio, que amena-zan ominosamente su memoria.

Celiano Monge nació en Ambato, el l5 de diciembre de l857.Escritores, como Rodolfo Pérez Pimentel, afirman que nació en l856.

331

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 331: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Los datos relacionados con su partida bautismal, en la que, enaquellos tiempos, se consignaban fechas de nacimiento, son confusos.Sus padres fueron el Dr. Manuel Monge Guzmán, médico ibarreñoestablecido en Ambato, i Rosario Navarrete, dama ambateña.

Falleció en Quito, el 2l de noviembre de l940. Murió eucrático, solemne. I olvidado.Tres, o cuatro Instituciones publicaron Acuerdos en su memo-

ria: I. Municipio de Ambato, Colegio Bolívar, por ejemplo.I nadie, ni nada más, expresó su consternación en su tierra na-

tal, por su fallecimiento.El 13 de abril de 1954, el diario El Comercio, de Quito, publicó

el dato sobre el traslado de los restos mortales de Celiano Monge, a suciudad natal: séquito silencioso, anónimo, solitario.

El Círculo de Prensa, de Quito, le rindió fervoroso homenaje.Pablo Hannibal Vela expresó: “Hay figuras luminosas que

logran emerger i se levantan en cúspide ascensional. A este grupopertenece don Celiano Monge”.

En aquel día, se dijo sobre Celiano Monge:“Bebió en las claras tintas de estilo Montalvino”.El Dr. Julio Tobar Donoso dijo de él, en aquella ocasión: “Abier-

ta sonrisa cordial en que florecía el bondadoso corazón, corazón de oro”.En representación de la Academia de Historia, Roberto Páez

pronunció las siguientes palabras: “El recuerdo de Celiano Monge nopodía ser indiferente a la Academia Nacional de Historia, toda vez queél fue uno de los primeros invitados a integrar la Sociedad Ecuatorianade Estudios Históricos, creada el 24 de julio de 1909”.

El olvido ha crecido ominosamente, con el musgo i la hierba,en su túmulo funerario, erigido en el Panteón Municipal de Ambato.

Así es como yo lo vi, con una inscripción solamente: la del I.Municipio de Ambato, Institución que, tras de veinte años de su falleci-miento, hubo de acordarse, ¡por fin!, de su ilustre i olvidado hijo, conuna inscripción que fue fijada, a los veinte años de su fallecimiento,esto es, en 1960, con una leyenda, simplemente de compromiso i muivulgar i común identificación, i unas palabritas adicionales:

A CELIANO MONGE. EL I.MUNICIPIO DE AMBATO,MAESTRO I ESCRITOR.

I dejó constancia, tan solamente, de unos números solitarios,como hojas de lúgubre i solitario ciprés: 1960. Nada más.

332

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 332: Academia Nacional de Historia Boletín 180

¿Por qué la omisión de su ilustre i glorioso título de “PrimerCronista Vitalicio de Ambato”, por ejemplo?

Mientras tanto, durante el lapso de veinte años, desde su falle-cimiento, el silencio más increíble ha ensombrecido la memoria delilustre ambateño.

Cierto es que algunos lugares -Escuela, Barrio- se honran iengalanan con el nombre del gran ambateño.

Pero su memoria i su homenaje levantan el brazo conminato-rio, para el condigno enaltecimiento i homenaje perpetuo, a CelianoMonge, más allá de un lugar común o de una placa.

¡Ah, qué destino, qué destino el de la veneranda memoria, eldel homenaje condigno que Celiano Monge se merece: no consta, nipor obra de encanto, algún dato, o la más remota referencia a la valía,i a los méritos de Celiano Monge, en su lápida sepulcral!

¿Qué razón existió, para que el I. Municipio de Ambato no hu-biese inscrito, además del nombre, méritos, o virtudes del grande eilustre patricio de Ambato, i de la Patria?

¿Por qué, por ejemplo, no se ha erigido el busto de CelianoMonge?

Son cosas que, tal vez, debería callar.Pero más son mi deber i mi conciencia, más fuerte es la vene-

ración que profeso a la memoria de Celiano Monge. Pero ya que he llegado a este punto, los agravios, ofensas i

desaguisados suben de punto: ¡Celiano Monge, el gran ambateño, el gran patricio ecuatoria-

no, se encuentra en ominosa ausencia en el Salón de la Ciudad!¿Por qué? ¿I hasta cuándo?Celiano Monge fue el Quijote de la Cultura: en el Liceo Ceva-

llos, de Ambato, dictó, por tres años consecutivos, de manera gratuita,clases de pedagogía, matemáticas i gramática, a la juventud que desea-ba ingresar al magisterio.

Fundó, con sus propios recursos revistas i periódicos, libros depedagogía para repartirlos gratuitamente.

Conspicuo Maestro, enseñó i fue Rector del Colegio Bolívar deAmbato, profesor del Colegio Vicente León de Latacunga, Profesor iVicerrector del Colegio Mejía, de Quito, Director de Estudios de Pi-chincha, Director de Estudios de Tungurahua, en cuyo ejercicio fundóla biblioteca pedagógica, científica i literaria, para los maestros.

333

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 333: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Además, fue miembro del Consejo Superior de EducaciónPública.

Fue Senador, Diputado de palabra elocuente, enaltecedor i de-fensor del Maestro, Secretario de la Cámara del Senado, Consejero deEstado, miembro i Secretario de la Junta Patriótica Nacional, de 1910.

Extraordinario periodista fue Celiano Monge.Redactó varios periódicos, como La Alborada, El Átomo, La

Pluma, La Candela con Montalvo i Juan Benigno Vela, El Combate conJuan Benigno Vela i Anarcasis Martínez.

Publicó libros de Pedagogía: Biblioteca de Instrucción Pública:Miscelánea, Catecismo de Higiene i Economía para las Escuelas, Guía moralde los institutores, Lectura y escritura, Lecturas para los Maestros, etc.,muchos de ellos de su propio peculio.

Fundó el diario El Comercio, con los hermanos Mantilla.Celiano Monge fue un rebelde, un romántico rebelde.Recuérdese que se opuso tenazmente a la dictadura de Veinti-

milla, e intervino en la campaña de la Restauración.Al proclamarse Veintimilla dictador, fue conminado por el Go-

bernador, para la adhesión de Celiano Monge a dicha dictadura. Lerecordaba que, por su calidad de maestro del Colegio Bolívar, estabaobligado a tal adhesión.

La pobreza acosaba a Celiano Monge. Pero prefirió la pobrezai la dignidad: se negó a tal adhesión. Obviamente, fue cancelado de susfunciones de maestro.

Mayor fue su dignidad.A Celiano Monge, nada ni nadie podía cancelarle de sus nobles

funciones: funciones de MAESTRO DE DIGNIDAD, MAESTRO DEREBELDIA.

Noble i sublime cronista de la libertad, extraordinario investi-gador, nos hace conocer hechos de trascendental importancia. Tal, porejemplo, el descubrimiento de la Constitución de Quito, de 1811.

I otros sucesos más, fundamentales en la vida institucional denuestra patria, como los siguientes: El descubrimiento del Plan de Go-bierno o Ley Fundamental de la República de Cuenca, de l5 de noviem-bre de l820, de los próceres de Cuenca

El I. Municipio de Cuenca le condecoró con medalla de oro.Además, le entregó pergamino.

Luis Monsalve Pozo se refiere a este hecho glorioso:

334

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 334: Academia Nacional de Historia Boletín 180

La Primera Constitución de la República de Cuenca, i al Con-sejo de Sanción, integrado con representantes de todos los estamentosi “poblaciones grandes i pequeñas, urbanas i rurales, ricas i pobres”, dictaronaquella libertaria Constitución.

Igualmente, el I. Municipio de Riobamba, le entregó medallade oro i pergamino, por haber descubierto documentos de la adhesiónde Riobamba al movimiento de la Independencia.

De igual manera, consigna la narración de la independencia deAmbato, con estas palabras:

El día l2, día domingo brilla para los ambateños, con luz purísima, ise consigue la rendición del cuartel, i la proclamación de su indepen-dencia absoluta.Desempeñó varias e importantes funciones políticas: Secretario

privado de Alfaro, en dos ocasiones, Diputado, etc. En su juventud, fueSecretario de Montalvo, i siempre, siempre, fue su más leal discípulo.

Gran poeta, escribió versos para Montalvo, como éstos:¡Oh, no has muerto Montalvo!, los fulgores

de tus hechos reflejan en la historia,i la homérica voz de tus dolores

nos señala la senda de la historia.Celiano Monge honró a las Instituciones de Historia de la Pa-

tria, con Pedro Fermín Cevallos, y otros prohombres.Años después, nació la Sociedad de Estudios Históricos Ame-

ricanos, con la inspiración de González Suárez, reconocida como Aca-demia en 1920, y cuya presidencia ocupa actualmente el Dr. Manuel deGuzmán Polanco.

Actualmente, la integran i honran distinguidos ambateños, itungurahuenses.

Estudió en el Colegio Bolívar, de su ciudad natal, i en el Cole-gio San Gabriel, de Quito: por supuesto, ¡qué más podía ser!, gramáti-ca castellana, letras, filosofía, ciencias.

Por su temprana orfandad, tuvo que dictar clases para subsistir.Celiano Monge, en “Relieves”, afirma que Pedro Fermín Ceva-

llos fue el primer Director de la Academia Ecuatoriana de Historia,cuya instalación se realizó el 4 de mayo de 1875, en Quito.

Añade que “no pudo ser más acertada la elección de Director”.Transcribe lo siguiente:

“Las Academias correspondientes debían funcionar, i acoger-

335

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 335: Academia Nacional de Historia Boletín 180

se, i regirse, en lo posible, por los Estatutos i Reglamentos de la Espa-ñola, modificados, si fuese necesario, de acuerdo con los proponentes”.

Celiano Monge con singular maestría i magistratura, consignabreves líneas biográficas sobre PEDRO FERMIN CEVALLOS, quien,además de brillante i erudito historiador, fue Diputado, Senador, Mi-nistro de Estado, Ministro Fiscal de la Corte Superior de Guayaquil,Ministro Juez de la Corte Suprema de Justicia, Vocal de la ComisiónCodificadora de 1867.

Celiano Monge, añade la enumeración de las obras que escri-bió el ilustre historiador: Instituciones del Derecho Práctico Ecuatoriano,La Historia del Ecuador, Breve catálogo de errores en orden a la Lengua i alIdioma Castellanos.

Generoso i justo, Celiano Monge exalta la obra del Fundadorde la Academia Nacional de Historia, e iluminado por este noble espí-ritu, que caracterizó su vida, i sus ideales, predicaba que, “Si amamosa la Patria, rindamos un culto perenne de veneración al notable juris-consulto, insigne filólogo, i eminente historiador”.

Me pregunto, otra vez: ¿I al ilustre Primer Cronista oficial deAmbato, ilustre historiador de la Patria, ilustre hombre público, quiénle rinde homenaje?

En su ya citada obra Relieves, descubre i narra un episodio li-bertario extraordinario: la gran epopeya libertaria de Ambato, del 27de agosto de 1809.

I fue que Ambato, en aquella fecha memorable, lanzó a los cie-los i a la tierra, su primer grito de Independencia, el 27 de agosto de1809, grande i luminoso fasto de su historia, a mui escasos diecisietedías del 10 de agosto de 1809, en cuyos luminosos i homéricos sucesos,participó un ambateño: Mariano Castillo, también olvidado.

Este prócer ambateño permaneció detenido en el Cuartel Realde Lima, i escapó milagrosamente de la matanza del 2 de agosto del8l0, después de resistir estoica i heroicamente bayonetazos i chafaro-tadas de la soldadesda real.

Las hazañas de Mariano Castillo, nos relatan, entre otros,Carlos R. Tovar, en su obra Relación de un veterano de la Independencia;Alfredo Luna Tobar, en El Ecuador en la Independencia del Perú.

El l6 agosto de l809, en Quito, en la Sala Capitular de SanAgustín, “perínclito Salón de la Independencia”, todas las clases so-ciales ratificaron la declaración de independencia del l0 de agosto de1809, i el l7 se verificó en la Catedral, el Juramento de Fidelidad.

336

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 336: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Lo radical de esta revolución, en palabras de Celianbo Monge,“consistía en la deposición de las autoridades españolas, i en lacreación por voluntad popular de un gobierno, aunque provisional,independiente…”

El 24 de agosto de l809, Ignacio de Arteta i Calisto, Corregidori Justicia Mayor de Ambato, expidió un auto “por el cual se mandabaal vecindario a ratificar el Acta Constitucional i sanciones de la muynoble i leal Ciudad de Quito”.

Así fue. Así sucedió.Aún más.Con el propósito de que la adhesión de Ambato, al pronunci-

amiento de Quito, del 10 de Agosto de l809, fuere solemne, se fijó lafecha de su realización, ésto es, el domingo 27 de agosto de l809, en laIglesia Matriz, día de mayor concurrencia. Para este efecto, se convocó,por medio de oficios, al Vicario Juez Eclesiástico, a los representantesde la autoridad judicial, a los que desempeñaban oficios concejiles, alos jefes de las Compañías de Dragones i Milicias, a los Curas Comar-canos, a los Padres de las Religiones, al Representante i Gremio de Co-merciantes, a los Administradores de las Rentas Reales, a los Escri-banos i subalternos del Juzgado”. Seguimos a Celiano Monge.

“Se previno la iluminación general, aclamaciones i júbilo,acompañamiento de instrumentos músicos que preconicen lo sagradodel motivo”.

Advino el día: 27 de agosto de l809, en una ciudad: Ambato.Fue en domingo. Hubo desfile por calles alfombradas i orna-

das con vistosa tapicería, hasta el templo del juramento.I llegó el día. El 27 de agosto de l809, se proclamó solemnemente la adhe-

sión libertaria de Ambato, al pronunciamiento del l0 de agosto de l809.En mármol pentélico de eternidad, quedaron grabadas estas palabras: “En la villa de San Juan de Ambato, en 27 de agosto de mil ochocien-tos nueve... Que se conformaban con los principios que se habían adop-tado en la Muy Noble i Muy Leal ciudad i corte de Quito, para lacreación de una Suprema Junta Gubernativa interina…”.

Pero fue más. Mucho más.Ambato se adhirió a la declaración de deposición de las autori-

dades españolas, i, tácitamente, a los otros principios, ésto es, la crea-

337

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 337: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ción por voluntad popular de un Gobierno, aunque provisional, inde-pendiente “, puesto que no consta excepción ni salvedad alguna.

En consecuencia, “El pueblo de Ambato se alzó en masa contralos realistas, a raíz del establecimiento de la Segunda Junta Guber-nativa…”

Isaías Toro Ruiz, en su obra “Ambato en 400 años”, expresaque “los ambateños fueron los que ocuparon Riobamba en el número de300 al momento que se instaló la Segunda Junta (la de Quito se instalócon Montúfar en septiembre de l8l0), para impedir que esta villa hiciesesu deber como en el l8 de octubre (la contrarrevolución como el añoanterior)”.

Celiano Monge describe la intervención de los próceres amba-teños, el 27 de agosto de l809.

Cito un caso: Juan Manuel Básconez, “cómplice caudillo prin-cipal cómplice de la insurrección”, o el cura Alarcón, cura de Quero:dícese de él que celebraba misa entre dos cañones, i fue el Tribuno dela plebe”, como le llamaban los realistas.

El cura Alarcón le denominó a Ambato: “LUZ DE PATRIA”.Bien está: Quito, Luz de América; Ambato, Luz de Patria.El grito del 27 de agosto de l809, le concede derecho para ello.

Por todo lo cual, Celiano Monge sostiene que: “El 12 de noviembre de1820 es, pues, nuestra segunda fecha gloriosa, después de la del 27 deagosto de 1809”.

Que jamás olvidemos los ambateños: El Primer grito de laIndependencia de Ambato fue el 27 de agosto de 1809, a los diecisietedías del precursor grito del 10 de Agosto de 1809, en Quito.

En su obra Lauros, Celiano Monge se refiere a la recepción, enla oficina de Correos de Ambato, de cuatro ejemplares anónimos. To-dos ellos expresaban proclamas libertarias, como la siguiente:

“Nobles ambateños, vosotros sois los únicos que habeis pensa-do noble y dignamente, que os habeis compadecido con las desgraciasde Quito...”

Se refería al grito libertario de Quito, del l0 de agosto de l809, ial grito de Ambato, del 27 de septiembre de l809.

El lideal heroico i libertario de los ambateños no tuvo tregua.Junto a los soldados de la patria, estuvieron en la batalla de

Mocha, a orillas de su ríachuelo, el 2 de septiembre de l8l2, valerososambateños.

338

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 338: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Por ejemplo: Joaquín Hervas: murió, pero no cayó.Joaquín Lalama vivió, para fundar el Colegio Bolívar de

Ambato.Tomás Sevilla: joven aún, estuvo en la batalla de Mocha, en

l8l2, oponiéndose a la invasión de Montes.En la jornada de Huachi, del 24 de noviembre de l820, Tomás

Sevilla i sus compañeros dieron iguales muestras de valor.Sus compañeros de armas fueron apresados, i acuchillados,

porque insistieron en proclamar la libertad.Tomás Sevilla vive en el nombre i los recuerdos de su calle, i

en el paso de El Socavón, en cuya ardua tarea emprendió el año de l825.Así fueron los héroes cuyo relato nos presenta Celiano Monge.

Una vez más impetro de las Instituciones de Ambato, con estaclara i exaudible petición, a fin de que celebren, honrosa i solemnemen-te, la heroica i libertaria fecha aniversaria: 27 de Septiembre del 2009,Magna efeméride de su Bicentenario: l809-2009.

Invito a las autoridades, Instituciones i ciudadanía, de mi ciu-dad i mi provincia, a constituír el Comité Cívico de Celebración delBicentenario del Primer Grito de Independencia de Ambato.

En mérito de los notables sucesos, relatados por Celiano Mon-ge, el Municipio de Ambato, en sesión extraordinaria del 20 de agostode l920, resolvió entregarle una pluma de oro.

Además, se resolvió en dicha sesión “Solicitar la autorización alos municipios de Pelileo i Píllaro, para declarar Fiesta Provincial el 27de agosto”.

Sigue en pie la proposición del I. Municipio de Ambato, de 20de agosto de 1920: la declaratoria de Fiesta provincial el 27 de agosto.

¡Ah, cuánto le debe Ambato a Celiano Monge!La relación de los hechos gloriosos del l2 de Noviembre; la

crónica de los heroicos hechos del 22 de noviembre de l820, en Huachi,que culminaron con el ajusticiamento a cuchillo, a siete patriotas am-bateños “dispersos del grupo patriota, (de Huachi), que insistían enproclamar la Libertad“.

El 24 de mayo de 1922, arribó Celiano Monge, con sus alumnosde la Escuela Espejo, de Quito, a la ciudad de Ambato.

Venían en misión patriótica, para entregar solemnemente al Dr.Juan Benigno Vela, el Libro Rojo, “hallado en Quito por el Dr. D. Luis Feli-pe Borja, miembro de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos.

339

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 339: Academia Nacional de Historia Boletín 180

A su vez, el Ilustre Ciego entregó solemnemente el Libro Rojo alMunicipio de Ambato, en artístico cofre de esmerada ebanistería, orna-mentado en la tapa posterior por el escudo de la Nación, I dos planchasde oro con dedicatoria i fecha de la entrega.

No quiero pasar por alto un hecho maravilloso: aquella glo-riosa comitiva fue recibida con lluvia de flores, hermoso arco de rosasblancas, entrelazadas con ramas de mirto i laurel.

¡Ah, el “Libro Rojo de Ambato”, el de la Segunda Fundación deAmbato, en el actual asiento que ocupa la ciudad, hecho glorioso imemorable, que bien vale i se merece, su más solemne i fastuosa recor-dación i homenaje!

¿Quién, pero quién recuerda, o ha recordado alguna vez, laSegunda Fundación de Ambato, esto es, en el sitio que ocupa actual-mente?

Celiano Monge recuerda este hecho, en su obra Lauros. En ellaexpresa que, en la intersección de las actuales calles, de Bolívar i Mon-talvo, se levantaba una columna, frente a la iglesia Matriz, en recor-dación de la Segunda Fundación de Ambato; columna que fungía detribuna, para leer edictos, i que, en su parte superior, sustentaba unreloj vertical de sol, modificado en 1804, por el sabio Caldas, por insi-nuación del Corregidor Bernardo Darquea.

Este reloj reposa, o languidece, o agoniza, a la manera unamu-niana, en el Museo del Colegio Bolívar, de Ambato.

Otras ciudades han eternizado, en mármol o bronce, sus fas-tos fundacionales.

Riobamba, por ejemplo, en 1999, en mural público, al aire libre,con emotiva i vibrante inscripción, escrita a pincel sobre la pared de unacalle de su centro cívico, ha eternizado la memoria del Bicentenario deltraslado i reasentamiento de Riobamba, hecho acaecido en 1799.

De esta manera, las ciudades i sus hijos eternizan sus grandesfastos fundacionales.

Los españoles se aprestan a celebrar el Bimilenario, esto es, dosmil años, del ducto romano de Segovia.

Ambato debe celebrar, condignamente, más allá de toda suertede abandonismo, sus epopéyicos fastos: los trescientos años de su segun-da fundación, los doscientos años de su primer grito de independencia.

Es, pues, Celiano Monge el ambateño, el ecuatoriano que hahecho conocer hechos trascendentales, sobre la alta calidad espiritual

340

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 340: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de las gentes que poblaron nuestras comarcas primigenias, como enaquel hecho grandioso, i olvidado, o desconocido, de los indios de To-toras i de Picaihua, que trasladaron la estatua de Sucre, desde Baba-hoyo, sobre sus hombros, i en sus brazos, i en su corazón heroico, hastala plaza de Quito, hoy parque, en la cual se yergue majestuosa, frentea frente entre colosos: Sucre i el Gran Pichincha, la montaña sagrada iemblemática de la Canción Patria.

Celiano Monge, investigó i determinó el lugar en el cual fun-cionó en Ambato, la primera imprenta del Ecuador que, en palabras deGonzálea Suárez, nuestra ciudad tuvo “la gloria de que en su entoncesmodesto recinto se estableciera el más poderoso instrumento de ins-trucción, la Imprenta”.

A Celiano Monge le debemos el descubrimiento i recuperacióndel escudo de Ambato, cuyo proyecto fue presentado por el CorregidorBernardo Darquea, i que, por el terremoto de l797, que destruyó Am-bato, Riobamba, Latacunga, permaneció archivado en la Escribanía delCabildo, pero siempre con su volcán Tungurahua en ignición, siemprecon las tres piedras i el río Topo.

Celiano Monge nos trae dulcemente a la memoria dos torres,dos relojes: la torre i el reloj de la Matriz, la torre i el reloj del I. Muni-cipio de Ambato, de nostálgicos i mejores días.

Celiano Monge fue sabio, erudito, patriota, i tan pronto inter-venía en política, como en asuntos del más preclaro talento de educa-dor, de historiador, de político, i siempre, siempre, de patriota íntegro iapolíneo.

Celiano Monge se lamenta por la ausencia de ilustres nombres,como el de Rosa Zárate de Peña, en la base del Monumento erigido enla Plaza de la Independencia, de Quito, i en la que se han inscrito nom-bres de los próceres de la Patria.

De olvido involuntario, de omisión incalificable califica Celia-no Monge este hecho, como nosotros, ambateños, reclamamos por laausencia de un nombre: el nombre del héroe ambateño, héroe del 10 deAgosto de 1809, i del 2 de agosto de 1810, en el monumento a la Inde-pendencia: el nombre de Mariano Castillo.

El más cumplido derecho nos asiste para formular esta peti-ción, puesto que dicho Monumento fue levantado con el aporte de lasrentas de todas las Municipalidades de la República.

Este es Celiano Monge: aquel que tan pronto escribía sobre

341

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 341: Academia Nacional de Historia Boletín 180

temas filosóficos i literarios, como lo hacía sobre Matemáticas, o trata-ba i escribía sobre la expulsión de los Jesuítas de Riobamba.

I fue poeta. I escribía versos.Rodrigo Pachano Lalama dice de él: “Poeta, literato, profesor,

pedagogo consumado, en todos los productos de su ingenio i de susaber, dominan esa limpieza i pulcritud, que son sino de rectitud deespíritu i de un temperamento sano”.

Alfredo Baquerizo Moreno escribió hermosos versos en su ho-menaje.

Juan León Mera Iturralde le dedicó estos versos:“Luz de saber, de erudición i de arte,

que abunda en ti, la admiración reclamai toda voluntad mueve a alabarte”.

El obispo de Ibarra expresó: “Me arriesgaría a decir que en lostiempos de la Edad Antigua pudo haber sido, por algunos conceptos,uno de los Siete Sabios de Grecia”.

Remigio Crespo Toral expresó: “Cuenca tiene para Monge unadeuda que debe pagársele con especial adhesión i largueza de sen-timiento. Al paciente polígrafo debe esta comarca la redención, el hal-lazgo de la República de Cuenca”.

Celiano Monge amó i defendió a nuestro idioma, “Idioma delos dioses, que hoy se llama idioma de Cervantes”.

Gran poeta fue Celiano Monge. Su obra poética merece espe-cial dedicación i estudio.

Día habrá en que se estudie su poesía, i sus versos dedicadosa Cevallos, al Tungurahua, a Montalvo.

Manuel J. Calle le dedicó a Celiano Monge, estas palabras:“Celiano Monge es digno del aplauso, i de la cariñosa estimación ihasta del agradecimiento de sus ciudadanos”.

Sin embargo, en carta a Isaac J. Barrera, de 18 de enero de 1916,incurre en contradicción, al expresar: “Lejos de la deleterea aproxi-mación de los celianos monges, i otros cadáveres de padres del limbo”.

Augusto Arias, en el “Panorama de la Literatura Ecuatoriana”,dice de él: “Si hay escritores que hayan dado con fervores desinteresa-dos al culto de la Literatura, uno de esos es Celiano Monge”.

Además, en En elogio de Ambato, expresa: “Su contracción per-severante, su afán de conservar el idioma en su verdadera pureza, susprovechosas excursiones por los senderos de la Historia, son dones que

342

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 342: Academia Nacional de Historia Boletín 180

no han perdido en el escritor ambateño la fuerza de la juventud, sinoque, al contrario, se han afirmado con la marcha del tiempo”.

Este es Celiano Monge: el dulce rapsoda de nuestras historias,de nuestras más dulces i prístinas leyendas. Porque Celiano Monge,ante todo, i sobre todo, fue patria, patria siempre, Patria amada.

Se ha dicho que “Nunca hubo ambateño que más fervorosa-mente amase a su ciudad natal”.

Así es. Esta es una verdad apodíctica, e incontrastable.Que Ambato reciproque, con amor i gratitud, el amor perpetuo

i votivo, que su ilustre hijo, con amor, calor i luz de la antorcha encen-dida de su corazón, elevó votivamente, para su amada Patria Chica.

Que así se ame i venere, la memoria perpetua de CelianoMonge.

En estos tiempos de “decadencia del alma”, que dijera el pre-mio Nobel Octavio Paz, algo así como su deshumanización, todo olvi-do para con sus hijos que la amaron, como Celiano Monge, es sacrile-gio cívico.

Propongo, en consecuencia, desde esta alta i ambateña tribu-na, una vez más:

Que el Salón de la Ciudad se exorne con su venerable retrato.Ques se reediten sus obras.Que se edifique i eleve el Mausoleo para sus hijos perínclitos. De esta manera, serán condignos de sacro reposo, los despojos,

por siempre augustos, de Juan Benigno Vela, recuperados del ominosoi lóbrego columnario en que yacen, en la Iglesia de la Medalla Mila-grosa.

Así, por fin, concluiría el amargo e incomprensible ostracismoatocheño de Juan León Mera.

Por Ambato. I por Celiano Monge.Nada más. Señores Académicos.

343

A P O L O G Í A , H O N O R E S I R E I V I N D I C A C I Ó N D E C E L I A N O M O N G E

Page 343: Academia Nacional de Historia Boletín 180

BIENVENIDA A LA DRA. LOIS ROBERTS COMOMIEMBRO CORRESPONDIENTE EXTRANJERA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

Benjamín Rosales

La Academia Nacional de Historia cumplirá el 24 de julio delpróximo año su primer centenario de existencia, fue fundada por elarqueólogo e historiador, el arzobispo Federico González Suárez y ungrupo de ecuatorianos con el objeto de promover estudios e investiga-ciones históricas de nuestro país. Existen treinta individuos de númeroy miembros correspondientes, ecuatorianos de todo el país que realizaninvestigaciones históricas; los estatutos prevén también la categoría dehonorarios para miembros correspondientes extranjeros que hubierenefectuado importantes contribuciones a la Historiografía ecuatoriana.

Realmente son pocos los ecuatorianos que se dedican a inves-tigar nuestros procesos históricos, menos aún los que hacen carrerauniversitaria en esta importante ciencia social, la mayor parte somosautodidactas y aficionados. Muy pocos pueden dedicarse a la Historiacomo profesión, porque la investigación es costosa y en nuestro paísesa actividad no genera suficientes ingresos. En países más ricos, lasuniversidades permiten e impulsan a sus profesores al estudio y la in-vestigación de las ciencias sociales, y muchas veces, por circunstanciasdel destino, ellos, o ellas, hacen investigaciones sobre otras nacionesque las de sus países de origen.

Este es el caso de la Dra. Lois Roberts, a quien la AcademiaNacional de Historia del Ecuador le da la bienvenida esta noche. Loisvino al Ecuador cuando era una joven madre de dos niños, ama de casaque había hecho una carrera técnica como quiropráctica y cuyo mari-do había sido contratado como piloto de la Sociedad Agrícola e Indus-trial San Carlos. Ese fue el contacto inicial de Lois con Guayaquil, conEcuador, durante casi dos años vivió en esta tierra y conoció algo denuestra idiosincrasia.

Regresó a California en 1951, donde Lois no se contentaba úni-

344

Page 344: Academia Nacional de Historia Boletín 180

camente con ser ama de casa, formar a sus hijos y trabajar gracias a sushabilidades secretariales, sino que quiso además cultivar sus inquietu-des académicas por lo que se enroló en la California State University, yen esa universidad obtuvo el título de bachiller de artes en la facultadde Artes Liberales en 1958 y luego en 1961, un masterado en Historia.Cuando terminó estos estudios se propuso obtener el doctorado enHistoria para los cual aplicó a la prestigiosa UCLA, la Universidad deCalifornia en Los Ángeles. Cuando escogía el tema para su tesis doc-toral recordó que en sus años en Ecuador había conocido que nuestropaís fue durante muchos años el mayor exportador de cacao en el mun-do y que esa producción había creado gran riqueza para Guayaquil, laregión de la Costa y el Ecuador entero. Decidió investigar ese tema yhacer su tesis sobre Ecuador y el cacao.

Aunque sus hijos Russell y Ann viajaban periódicamente aGuayaquil a visitar a su padre que se había radicado en este puerto, ellano había regresado en diecisiete años; lo hizo en 1968 para realizar susinvestigaciones. En 1970 la Universidad de California, UCLA, le otorgóel doctorado luego de la presentación de su tesis sobre Ecuador y eldesarrollo de la producción cacaotera. A partir de entonces la Dra. Ro-berts se dedicó a la enseñanza de Historia en California State University,en Long Beach desde 1970 a 1980 y en Northridge entre 1981 y 1986.

Me llamó la atención en su currículo que entre 1980 y 1981,Lois haya estudiado en la Escuela de Arquitectura, me explicó ella quemientras enseñaba en la Universidad, complementaba sus ingresos contrabajos de consultoría sobre recursos históricos arquitectónicos para elestado de California y para hacer mejor su trabajo, recibió cursos dearquitectura en la Universidad de California. En esta decisión vemos elempeño y tenacidad con que la Dra. Roberts ha hecho sus trabajos his-tóricos en su brillante carrera.

Su obra El Ecuador en la Época Cacaotera fue publicada en Quitopor la Editorial Universitaria en 1980 y Los Libaneses en Ecuador: una his-toria de éxitos se publicó en Ecuador en 1997 y en inglés, en EstadosUnidos en el 2000. Muchos de los trabajos que realizó cuando fue con-sultora de arqueología histórica para el Cuerpo de Ingenieros delEjercito de los Estados Unidos y el Estado de California han sido publi-cados entre 1978 y 1992 en el Southern California Quarterly y en otrosboletines científicos norteamericanos.

En proceso de publicación están dos obras en las que LoisRoberts es coautora; la Historia del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos

345

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 345: Academia Nacional de Historia Boletín 180

del Distrito de Los Ángeles y con Julio Estrada Ycaza, El auge y caída delcomercio de cacao en Ecuador: 1875-1925.

Yo conocí a la Dra. Roberts hace cuatro años cuando ella estabainvestigando sobre el desarrollo de la agroindustria bananera en Ecua-dor para hacer lo que ahora es su más reciente obra, la que actualmen-te esta terminando de traducirse y que esperamos ver publicada a ini-cios del próximo año. Tuve la oportunidad de leerla en inglés hace unaño y es un trabajo que nos hará sentir orgullosos a los ecuatorianos.

Ustedes han oído la expresión norteamericana de “BananaRepublic” para referirse a algunos países centroamericanos en los quelas tres grandes transnacionales de los Estados Unidos, United Fruit,Standard Fruit y Del Monte establecieron a comienzos del siglo pasadograndes plantaciones bananeras, convirtiéndose en los grandes emple-adores y poderosos influenciadotes de las políticas estatales en esospequeños países. El premio Nóbel de literatura, el guatemalteco Mi-guel Ángel Asturias escribió su novela “El Papa Verde” en la que des-cribe la influencia de esas empresas gigantes en Honduras, Nicaragua,Panamá, Guatemala y Costa Rica. En su libro la Dra. Roberts relata elcrecimiento de la industria bananera ecuatoriana y como gracias a lacapacidad empresarial privada ecuatoriana y políticas estatales nacio-nalistas impidieron que el Ecuador sea una República Bananera, sinembargo de aquello, y quizá gracias a eso, en pocos años nos converti-mos en el principal exportador del mundo de la apreciada fruta.

Ecuador ocupa el primer puesto como productor bananerodesde hace más de cincuenta años, gracias al trabajo de miles de peque-ños agricultores, cientos de medianos y unas decenas de grandes pro-ductores bananeros; aunque al inicio de la explotación, en las décadastreinta y cuarenta del siglo pasado, sí intervinieron grandes empresasextranjeras y hoy algunas también participan en la exportación de lafruta. Con esta obra la Dra. Roberts resalta una vez más, como lo hizoen su trabajo sobre el Ecuador y el cacao, y en la de los libaneses enEcuador, la gran capacidad y tradición del empresario costeño. En suobra sobre el Ecuador y el banano cuyo nombre en inglés me dijo Loisque estaba pensando que seria: “Ecuador entrepeneurs in a non-BananaRepublic”, en español esto equivaldría a “Empresarios ecuatorianos enel desarrollo de la agroindustria bananera”, ella muy acertada y mere-cidamente pone tres a personas como símbolos-estrellas del desarrollobananero en Ecuador: Don Luís Noboa Naranjo, Don Segundo Wong

346

B I E N V E N I D A A L A D R A . L O I S R O B E R T S

Page 346: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Mayorga y Don Esteban Quirola Figueroa, e incluye descripciones desus desarrollos empresariales.

La historia del desarrollo bananero en el Ecuador que la Dra.Roberts ha escrito y que esperamos pronto sea publicada, sin dudarelata el éxito de empresarios ecuatorianos en generar riqueza y com-petir con otros productores y exportadores del mundo. Ese éxito, comofue también el que tuvieron los cacaoteros en décadas anteriores, hapermitido que se repliquen los casos de actividades en las que los ecua-torianos hemos sobresalido como productores. En las décadas de lossetenta y ochenta la acuacultura camaronera y la pesca ocuparon el pri-mer lugar de América; en la sierra la producción de flores ecuatorianassobresalen por su calidad; el brócoli, el aceite de palma africana, el pal-mito, la piña son nuevos productos que se han incorporado a las expor-taciones en años recientes. Hemos vuelto a ser exportadores de azúcary arroz y la producción de cacao esta entrando en un nuevo auge.

La obra de Lois Roberts, una americana que desde un ángulodiferente ha apreciado las cualidades empresariales de nuestros nacio-nales, nos sirve para tener fe en nosotros mismos, para revisar nuestropasado y ver como hemos logrado excelencia en muchas actividades.Necesitamos hacer conocer este éxito entre los propios ecuatorianospara que los que creen que el progreso se logra con un súper estado quereparte migajas, entiendan que este se logra con trabajo, iniciativa yesfuerzo.

Gracias Lois, gracias por su trabajo. Para mí es un honor darlela bienvenida como Miembro Correspondiente Extranjera de la Aca-demia Nacional de Historia del Ecuador, la noche de hoy en la que con-tamos con la presencia de nuestro director nacional el Dr. Manuel deGuzmán Polanco, otros distinguidos miembros de la Academia y todosustedes amable público. Gracias Dra. Roberts.

Guayaquil, 28 de agosto de 2008

347

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 347: Academia Nacional de Historia Boletín 180

EL ESCRIBIR HISTORIA*

Dra. Lois J. Roberts

Comienzo a escribir este artículo en la víspera de mi inclusiónen la prestigiosa Academia Nacional de Historia del Ecuador comoMiembro Correspondiente Extranjero de la Institución. Estoy muyagradecida por este gran honor, algo que nunca soñé que me podríaocurrir. Les agradezco. A lo que miro a mi alrededor veo las lumina-rias talentosas de nuestra profesión que son sus miembros, historia-dores como el Dr. Miguel Albornoz y el Dr. Jorge Salvador Lara, y mepregunto cómo es que he sido incluida.

Vengo a donde ustedes como humanista, una historiadora,alguien que ubica la escritura de la historia dentro de los ramales de laenseñanza preocupada con el pensamiento y las relaciones humanas.Me gustaría hablar sobre esto. El diccionario determina a las huma-nidades especialmente como literatura, filosofía, lenguaje, los clásicose historia. Mi comprensión de la historia y, como debe ser estudiada yescrita, viene de mis estudios de postgrado en la Universidad de Cali-fornia, Los Ángeles en la década de los 60. Ahí aprendí que la respon-sabilidad del historiador era el buscar la verdad con respecto al pasa-do mediante investigaciones exhaustivas lo más libre posibles de no-ciones y teorías preconcebidas. Debería, conformar la narrativa cro-nológica, nunca insertando eventos que estaban todavía por delante.Esta metodología había sido heredada de los clásicos. Heródoto, posi-blemente nuestro primer historiador, escribió de que deberíamos pre-servar la memoria de grandes y maravillosas hazañas. El profesor Do-nald Kagan, profesor de historia y clásicos en la universidad de Yale,argumentó recientemente en favor de la ubicación de la historia dentrode los clásicos y otras humanidades cuando alegó de que todos losescritores de historia tienen la responsabilidad de preservar las gran-des, importantes e instructivas acciones de los seres humanos. Kagancitó a Tucidides cuando escribió “en cuanto a los hechos que ocurrieron

348

* Discurso de incorporación como Miembro Correspondiente Extranjea de la Academia Na-cional de Historia del Ecuador. Guayaquil, Club La Unión. 28/VIII/2008a

Page 348: Academia Nacional de Historia Boletín 180

no los aprendí de un informante casual ni tampoco pensé que fueracorrecto escribir aún lo que me pareciera probable a mi sino más bienpor medio de la investigación de cada uno de ellos con la mayorcerteza posible, tanto los eventos en los que yo había estado presentecomo aquellos que otros me relataron que los vieron personalmente. Eldescubrimiento de tales hechos fue laborioso, ya que de varias per-sonas los mismos eventos no daban los mismos reportes sobre ellos, opor preferencias o por fallas en la memoria” 1. El estudio de la historiase ha ensanchado en nuestro tiempo pero siguió esa fórmula: Relata demanera cronológica y en una forma que cualquier persona ordinariapudiera comprender de donde vinimos y cómo nos hemos hecho comosomos. Historia es un arte, es un cuento y es una narración, pero no esuna ciencia.

Un notable historiador francés demostró el lugar de la historiacomo una rama de las humanidades cuando yo participé en un semi-nario sobre Europa Moderna en 1967. La clase había sido asignada a uncuarto en el edificio de las Ciencias Sociales. Antes de abrir sus notas,el profesor nos pidió que todos nos paráramos. Nos llevó fuera del edi-ficio, cruzamos el campus y nos introdujo en el edificio de Humani-dades. De esta forma identificamos nuestra disciplina: no era una cien-cia, historia no era una ciencia social. Poco después la disciplina de his-toria fueron los fundamentos de desafío en varias maneras nuevas. Alcomienzo notamos un cambio en los temas escogidos para investigar.Los precedentes se habían dado mucho antes, tan pronto como en los40, siguiendo publicaciones ampliamente difundidas con respecto a, ycomo introducción a, clases en nuestras universidades sobre genética.Aquí se encontraba una clara prueba científica que el color de la piel notenía nada que ver con la agudeza mental. Con esta y otras evidenciasa la mano, los historiadores norteamericanos se dedicaron a la historia,de los estados de su República en donde había sido legal la esclavitud,una vez concluida nuestra guerra civil y a los roles de la gente de colorposterior a su liberación y hacia el presente. Esto era de aplaudirse. Ca-si inmediatamente siguieron investigaciones y publicaciones no solosobre raza sino también sobre clases y género. Después de los 70 estostres (raza, clases y género) se convirtieron en los tópicos de preferenciapara investigadores, para expositores, en reuniones de sociedadeshistóricas, en graduaciones y luego siguieron los publicistas. Esta ten-

349

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

1 George F. Will, “History’s Higher Ground,” The Washington Post (May 19, 2005), DonaldKagan, In Defense of History, http://www.neh.gov/whoweare/kagan/lecture.html

Page 349: Academia Nacional de Historia Boletín 180

dencia nos llevó a historia como una herramienta para la resolución deproblemas y a las necesidades de mujeres y de gente ordinaria.

Una Escuela Francesa de escritura emergió durante los 60 y los70 con una preferencia para historia de la Ciencias Sociales: una prefe-rencia por lo cuantificable, lo estadístico y una condena de la narrativaclásica de la historia de los eventos. Esta escuela Postmodernista abier-tamente prefería la resolución de problemas a la historia narrativa, pre-fería atender los problemas de personas ordinarias y evitar los relatossobre los grandes hombres y mujeres. Adicionalmente ellos argumen-taban que la historia tal como estaba practicada por los tradicionalistasera nada más que adivinanzas coloreadas por la política e interesespersonales. El historiador Donald Kagan escribió de sus líneamientos:“Los grandes eventos y temas tradicionales tales como política de altonivel, constituciones, diplomacia, guerra, grandes libros e ideas nodeben ser considerados, excepto para demostrar porqué deben serexcluidos como el producto de machos blancos muertos dedicados alproceso permanente de oprimir a la buena gente ordinaria de un tipou otro. El propósito del trabajo no es la búsqueda de la verdad con lamayor objetividad que uno puede acumular, pero el alzar la concienciade los oprimidos, para traerles el autoestima que ellos necesitarán paraderrocar la versión actual de este antiguo establecimiento.” 2

El doctor Gordon S. Wood, ganador del premio Pulitzer y pro-fesor de historia de la Universidad de Brown llamó lo que siguió unaguerra abierta entre postmodernistas y los historiadores tradicionales.El vino en nuestra defensa. Primero, aplaudió el trabajo de los científi-cos sociales por sus contribuciones en el campo del comportamientohumano. Habían abierto nuevos campos y expandido nuestra com-prensión del pasado. Historiadores postmodernistas habían compiladodatos cuantitativos sobre todo desde la incidencia de enfermedadeshasta el análisis de los censos. Su historia cultural nos permitió com-prender temas como creencias pasadas, rituales, crianza de los niños,temas sólo tocados levemente por los historiadores clásicos. Ellos ha-bían transformado drásticamente los campos de literatura y antro-pología y estaban comenzando a escarbar bajo la superficie de la disci-plina de la historia. En cuanto a la resolución de problemas, Woodrelató, “la metodología de las nuevas investigaciones históricas comen-

350

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

2 Kagan, http://www.neh.gov/whoweare/kagan/lecture.html.

Page 350: Academia Nacional de Historia Boletín 180

zarán con un intento de comprender las circunstancias históricas queestán detrás de un problema o situación de los días actuales”. Esto fuenatural para nosotros y así debería ser. Pero, él advirtió, los problemaspresentes no deben ser el criterio para lo que encontremos en el pasa-do. Nuestras percepciones del pasado no deben ser moldeadas directa-mente por los temas de nuestro propio tiempo. El pasado debe ser exa-minado en su propio contexto con toda su complejidad. 3

Entonces emergieron los “Historiadores de la Ciencia Social”viniendo en parte de los Departamentos de Historia pero más aún delos Departamentos de Ciencias Sociales. En los últimos 25 años cientí-ficos sociales sin ningún entrenamiento en metodología histórica ocomprensión de las metas humanísticas, han penetrado en la escriturade la historia. Antropólogos, combinaron análisis profundo de peque-ñas áreas manejables con análisis teórico utilizando métodos de inves-tigación enseñados en su departamento. Los resultados de investiga-ciones, como regla llamados datos, incluían fuentes escritas, entrevis-tas personales y recursos culturales existentes. En mi universidad yoles daba una clase obligatoria sobre el estudio de la historia, la únicavez que estuvieron expuestos a la historia en el sentido tradicional. Sudisciplina pedía el análisis de los datos utilizando herramientas teóri-cas. Las teorías eran de tal importancia que largas Introducciones a susestudios delineaban las cualidades o argumentos esenciales para teo-rías múltiples. El texto sugería una posible relación con los datos queluego vendría. El computador llevó el procesamiento de datos a nue-vos niveles, el historiador podía apreciar la colección de datos; no obs-tante, él respondería que la historia no es cuantificable, no es una cien-cia, y no está sujeta a análisis.

También, algunos de los resolvedores de problemas con susabundantes datos acerca de una pequeña área estuvieron tentados aextender sus conclusiones a cosas que concernían a la sociedad entera.Asociados cercanamente con esta tentación tanto el científico social yrecientemente el historiador en el desarrollo es una persecución de lahistoria opacado por la promoción de una vista preferida del pasado.En vez de introducir un manuscrito imparcial, el resultado es el de unactivista escribiendo para influenciar al lector hacia un movimientopolítico o social en particular. Entre los últimos, el marxismo nunca ha

351

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

3 Gordon S. Wood, The Purpose of the Past (New York: Penguin Press, 2008) 10,73, 83, 133, 136.

Page 351: Academia Nacional de Historia Boletín 180

muerto. Un peligro siempre presente se encontraba en el analista queponía primero un sistema o teoría, y dentro de esta posibilidad difícil-mente se escapaba de preferir hechos que podrían calzarle mejor. Ar-mados con preocupaciones por los problemas del presente el histori-ador científico social podría permitir que el presente domine la bús-queda de evidencia histórica imparcial.

Entrenamiento en ciencia social era muy diferente de lo que lesenseñaban y exigían en los departamentos de historia, importante-mente en los seminarios de postgrado adonde encontrar toda la liter-atura existente sobre un tópico específico, localizar material primariode investigación e utilizarlo imparcialmente se volvía en si un arte.Humanistas someten un record del comportamiento humano por suvalor en sí, para el record, nada más.

Mis preguntas investigativas se me vinieron de la curiosidadhincada por estudios de la historia mundial realizados en los últimossiete años e incrementadas por lo que yo sabía del Ecuador. Había pa-sado un año y medio en la costa ecuatoriana entre 1950-1951 dondehice vida social con personas cuyas familias habían participado en laexportación del cacao. ¿Porqué estas personas que estaban sentadasalrededor de una mesa conmigo hablando francés en vez de español?La respuesta era que ellos habían crecido y habían sido educados enFrancia y tan interesante como esto podría haber sido para mi, no eramaterial para una disertación cultural. Un economista en UCLA mellevó hacia literatura sobre el intercambio de “comodities” y entonces auna pregunta importante: ¿cuál era el cuento del Ecuador y el Cacao?,segundo, ¿qué había pasado con los libaneses que yo vi en tiendas detelas en 1950 pero que eran dueños de uno de los bancos más grandesdel país en los 90?, más recientemente tuve que preguntar cómo es quehombres de negocios de la costa se recuperaron de las exportacionesdisminuidas de cacao de los años 20’ para hacer del Ecuador el primerexportador en el mundo entero de banano?, estas preguntas llevaron anarraciones extraordinarias. Me convertí parcialmente en ecuatorianadedicada al pueblo ecuatoriano, no una crítica de mi segundo país,pero una que respetaba las reglas de mi disciplina: para narrar mis his-torias en la complejidad de su propio tiempo y bajo las influencias dela cultura en la cual se llevaban a cabo. La narrativa no podía estar co-loreada por circunstancias actuales ni formada alrededor de problemasdel presente. Mis narrativas intentaron permanecer dentro del límite

352

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 352: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de la situación a la que me dirigía, y no desviarme excesivamente haciala plétora de eventos históricos que ocurrieron alrededor de ellos.Valoraba el trabajo ya publicado por científicos sociales y lo utilizabaabundantemente. Su material incluía datos estadísticos ya que habíansido ellos los que recolectaban y diagramaban el incremento continuoen las exportaciones bananeras y señalaban quién estaba exportando,quién estaba cultivando, el tamaño de las plantaciones, estadísticassobre cuántas cajas productores individuales estaban llevando al mue-lle, y mucho más. Realmente, ningún historiador había trabajado en lahistoria del banano. Recurrí a “Las Costumbres de los Ecuatorianos”de Oswaldo Hurtado cuando buscaba una fuente que tratara sobre lascomplejidades sociales del pasado y la sobrevicencia de muchos hábi-tos, hábitos de negocios, me ubiqué en el pasado e intenté averiguar so-bre la situación de ese entonces y a descubrir la forma en que las per-sonas se consideraban a sí mismas y qué estaban haciendo. Preocu-pación del presente, preocupaciones que todos tenemos, no debeninterferir en mi presentación.

PREOCUPACIONES DEL PRESENTE

El conocido historiador norteamericano, Gordon S. Wood, publicó re-cientemente sobre historiadores que incluían en sus publicaciones suspreocupaciones concernientes al presente. Lamentó “preocupación conel presente” de los historiadores universitarios: “...permitiendo quesensibilidades modernas coloreen y frecuentemente controlen nuestraperspectiva del pasado”4. Wood estuvo de acuerdo en que los proble-mas del presente deben ser un estimulo para nuestro descubrimientodel pasado pero que nuestra percepción del pasado no debe ser mold-eada por los problemas de los tiempos actuales. Necesitamos compren-der completamente de donde hemos venido e historiadores necesitanproveer esto. Mientras que muchos ecuatorianos así como tambiénnorteamericanos son ignorantes de su propia historia, demasiados his-toriadores actualmente utilizan su disciplina como un mecanismo parapromover sus propios puntos de vista, sus intereses del momento, delpresente. Otro crítico advirtió que cuando la política entra por la puer-

353

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

4 Jonathan Yardley, A sage historian laments the “present-mindedness” of many of his colleagues,Book World, Sunday, March 16, 2008.

5 Book Review, Gordon S. Wood, The Purpose of the Past, in Los Angeles Times, April 3, 2008.

Page 353: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ta la verdad sale por la ventana. “Historiadores que quieren influenciarla política con lo que escriben sobre historia han equivocado el propósi-to de su oficio: deberían terciar para un puesto político” 5. Historiadorestambién se han convertido en historiadores culturales promoviendo elcambio social, insertando temas de los pobres, de las prostitutas y deraza, de prejuicio social y de clase en sus narraciones al punto de dis-minuir la vista total del pasado.

Wood señala a historiadores de los Estados Unidos quieneshan recobrado con éxito el pasado a través de historia narrativa, y noson todos profesionales entrenados en la academia. Por ejemplo, ellosincluyen Bárbara Tuchman y David McCullough quienes han vendidomillones de copias más que los historiadores profesionales. Al ponerlas preocupaciones sociales del presente por delante de un narrativofascinante sobre el pasado, los post-modernistas a quienes nos referi-mos arriba han lanzado sus investigaciones fuera de balance y alienadoal público en general. Su producto final dice al lector más sobre el his-toriador y sus puntos de vista que sobre los eventos que está supues-tamente describiendo. Un trabajo sólido de historia, argumentó Wood,no debería decir a los lectores “más sobre el historiador que sobre loseventos que él o ella están presumiblemente relatando.” (Times, p.1)

Cuando comencé mi más reciente libro no estaba preocupadapor el problema del presente así como lo hubiera descrito GordonWood, yo quería averiguar como es que las exportaciones bananerasecuatorianas se habían movido de lugar “A” “cuando los costeños es-tuvieron sembrando unas pocas risomas en sus plantaciones de cacaopara proveer sombra, hasta el lugar “B” desde donde Ecuador podríamirar hacia atrás a más de medio siglo como el líder mundial de ex-portaciones de banano. De acuerdo con cifras que me dio Eduardo Le-desma de la Asociación de Exportadores Bananeros Ecuatorianos, en el2007, Ecuador exportó 256’000.000 de cajas y el negocio dio trabajodirecta o indirectamente a 2’000.000 de personas. ¿Cómo había ocurri-do esto, qué lo hizo ocurrir y cuáles fueron los obstáculos que los ecua-torianos superaron en el camino.?.

No me tropecé sola con este tópico, ocurrió una mañana en lacasa de Julio Estrada Ycaza. Carlos Ycaza Jr. estaba ojeando un manus-crito inconcluso de su abuelo sobre la historia económica del Ecuador.Yo sugerí achicar el tópico a banano, y hablamos de ser socios en elesfuerzo. Carlos emprendió el trabajo inicial de archivos y hacer las

354

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 354: Academia Nacional de Historia Boletín 180

entrevistas mientras yo trabajaba en los Estados Unidos. Entonces Car-los se fue para la universidad de Colombia, y a pesar de que él contin-uo ayudando el trabajo fuerte me tocaba a mi, el escribir la obra.Mientras tanto John Sambrailo, Director Ejecutivo de la Fundación Pa-namericana en Washington D. C. Me preguntó qué estaba haciendo yen un destello de entusiasmo comenzó a ayudar con ideas, contactospersonales y me envió libros recientes y literatura clásica sobre las mul-tinacionales. Envió copia de numerosos reportes publicados por agen-cias internacionales, agencias de seguros tales como World Trade Orga-nization así como también por organizaciones bananeras ecuatorianasy taimen la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador(AEBE).

Anteriormente, “The School of New Research” me había pedidoescribir una crítica sobre el libro de Steven Striffler In the Shadows ofState and Capital, The United Fruit Company, Popular Struggle and Agra-rian Restructuring in Ecuador, 1900-1995 (2002). No estaba preparadaentonces para juzgar su investigación y mis comentarios eran descrip-tivos en vez de críticos, no obstante el contenido y el vocabulario post-modernista y marxista me inquietaron. Cuando comencé la investi-gación para mi libro enseñé el libro de Striffler a cultivadores experi-mentados de banano en la provincia del Guayas buscando sus conse-jos. Su reacción a las conclusiones concernientes a la reestructuraciónagraria y a la presencia y posterior salida de “United Fruit” fue uno deincredulidad. Póngase a trabajar ellos urgían.

En la medida en que me informaba mejor, mi curiosidad crecía,leí la literatura voluminosa dedicada a la historia del negocio del ba-nano, uno que se enraizó y se desarrollo durante una era en que hacernegocios en Centroamérica era hacer negocios con dictadores. La coo-peración le traía utilidades al dictador y permitía que el hombre denegocios avance. Sam Zemurray quien aparece en nuestra historia,llevó a cabo una revolución exitosa a fines de 1910 para remover undictador no amigable a su proyecto para poner en su puesto a otro quecolaboraría con él. Su acción hacía juego con la complejidad de esostiempos y lugares. Extranjeros construían ferrocarriles ya que eranclaves para hacer llegar el banano a los puertos, compañías extranjerasdesbrozaban el terreno, construían y monopolizaban los ferrocarriles yconstruían y monopolizaban los puertos. En cuanto a la historia delbanano publicada en el extranjero sobre Ecuador, encontré que geógra-

355

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 355: Academia Nacional de Historia Boletín 180

fos y economistas ofrecían un juzgamiento equitativo del estado de laindustria. No obstante, tanto las publicaciones extranjeras como lasdomésticas que tocaban la historia del banano, tendían a, diría yo, mi-nimizar las contribuciones de la industria. Algunos escritores culpabana los productores y exportadores de hacer dinero para ellos mismos pe-ro al mismo tiempo fracasando en el esfuerzo por terminar el subdesar-rollo económico en el País. Otros, simplemente lo consideraban una in-dustria de altos y bajos de poca consecuencia para la nación.

Mi lectura se trasladó, del negocio internacional del banano aaveriguar que había pasado en el Ecuador durante este período de 80años, posiblemente ninguna fuente de evidencia superaría la de la en-trevista personal: entrevistas con participantes de edad de los años 40y de todo nivel de la sociedad, participantes que supieron narrativasque llevaban la historia de década en década, y finalmente a un emba-jador que defendió el caso del Ecuador en el “World Trade Organiza-tion” en el 2002. Estos podrían ser hombres quienes habían partidodesde su casa a las 6h00 en ropa de trabajo, no en ternos oscuros de ne-gocio, viajado a plantaciones, asistiendo a reuniones y resolviendo pro-blemas todo el día. Muchos sacrificaban el tiempo que yo les pedía,después de las 7 de la noche para contestar mis preguntas antes de ir asus casas y ver a sus familias o a un evento social o religioso mandato-rio. Ellos que no conocían los hombres de negocios bananeros de lacosta no tenían idea del ritmo de trabajo que ellos seguían, día, tras día,tras día con una metodología de control total de sus negocios.

El flete marítimo, posiblemente el elemento más costoso delnegocio del banano demandaba para mí un consultor a tiempo comple-to, y tuve uno, el sueco Eric Mattson. Como era bien conocido, los sue-cos no tenían tierras arables ricas para alimentar la población e históri-camente muchos fueron al mar para ganarse el pan de cada día. En losaños cuarenta Sven Salen Shipping era dueña de más barcos que cual-quier compañía de charter en el mundo y Mattson encontraría su pri-mer trabajo con Salen. Eric Mattson concluyó su educación universi-taria en Suecia, asistió al St. Gallen Switzerland International School ofBusiness y luego estudió marketing y obtuvo un trabajo en New York.Se unió a Salen Shipping en 1953 y partió para el Ecuador para ser jefedel grupo sueco en el Puerto de Guayaquil. United Fruit lo contratópara vicepresidente de su subsidiaria en Guayaquil y estos trabajos lomantuvieron en Guayaquil para mas o menos dos décadas. Trabajó

356

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 356: Academia Nacional de Historia Boletín 180

diariamente con bananeros domésticos tales como Luis Noboa y JuanX. Marcos así como con productores extranjeros. Vivía en el Barrio delCentenario con su creciente familia donde lo trataron como un guaya-quileño más. Trabajos subsecuentes incluyeron posiciones gerencialespara United Fruit en Europa donde compitió con Luis Noboa paraclientes detrás de la cortina de hierro. Admiraba a Noboa por su co-rrecto proceder en los negocios. En el 2003 cuando yo buscaba un ase-sor histórico en fletes marítimos, llamé a la oficina de Noboa en Ambe-res, Pacific Fruit. Ramón Raes, gerente de oficina me dirigió a EricMasttson en Torekov, Suecia, retirado de su propio negocio, VikingFruit Company, trabajó como consultor para embarcadores de frutas.El contestó mis preguntas, gratis, en un casi diario intercambio de pre-guntas y respuestas complementadas con reportes de nevadas y anéc-dotas chistosas que él y otros hombres fruteros se intercambiaban porcorreo electrónico. Su nombre aparece frecuentemente en mis Notasfinales, él murió en febrero del 2007.

Mi segundo “consultor” de transporte marítimo era RussellEduardo Crawford, Gerente de Pacific Fruit en la oficina de Roma des-de febrero del 2001 hasta julio del 2006. Se graduó en la Universidad deCalifornia en Santa Bárbara, en economía y fue oficial de crédito enCitibank, Guayaquil antes de comenzar a trabajar en la matriz de Paci-fic Fruit, de Noboa, en Amberes, Bélgica en el 2001. Allí, al pie del ríoSheldt, León Van Parys, había desarrollado posiblemente la más gran-de firma de importación y mercadeo de frutas en Europa. Ramón Raesdescribió esa adquisición así como la de Noboa de Pacific Fruit de VanParys en 1960. Aquí estaba la continuidad que yo necesitaba para lahistoria de la expansión de Noboa en Europa. Russell me llevó a piepor los históricos edificios de Van Parys y sus puertos describiendo elproceso de la descarga de la fruta mientras mirábamos a los paletsmoverse desde el barco a los edificios refrigerados y a los camiones quese dirigían a los mercados al por menor. Una vez posicionado en Roma,Russell me pudo contar la historia de los socios de Noboa y la expan-sión de las ventas en la medida que él se apartaba de Italia a los puer-tos de Croacia y a los muchos países en el perímetro tierra adentro delmar del Mediterráneo. El contó que los problemas de importación aEuropa de los 90 y los 2000, me aclaró los problemas de descargas ycontestó mis continuas preguntas. Más a menudo de lo que uno podríapensar, el reportó, barcos cargados llegaban del Ecuador solo para en-contrar que el comprador potencial no tenía fondo. El embarcador se

357

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 357: Academia Nacional de Historia Boletín 180

veía forzado a botar su carga al mar, de esta manera la historia delbanano tomó forma, pieza por pieza, de hombres que había contribui-do a ello de forma diaria.

Tuve una entrevista larga con Russell cerca de las oficinas dePacific Fruit en abril del 2006, y ya que Kevin Bragg, Jefe de las oficinasde Noboa en Europa estaba visitando Amberes se unió a nosotros paracenar y hablar más de banano. Russell se murió en julio del 2006. Yoescribo como una humanista, una reportera de acciones de seres hu-manos; pero el aceptar la finalidad de estas dos personas fue agoni-zante en el extremo.

Tal como uno ve en mi documentación los registros del De-partamento de Estado en los Estados Unidos, vez tras vez complemen-taron la historia por mí. En 1950 me hice amiga de Adan Lester que tra-bajaba desde el Consulado de Estados Unidos en Guayaquil, el era elencargado de mandar los reportes concernientes a asuntos económicosgenerales y el negocio bananero y los asuntos políticos al Departamen-to de Estado a Washington D.C. Cada lunes en la mañana, o cada día silas noticias lo justificaban, él visitaba las oficinas de United Fruit, Stan-dard Fruit, Juan X. Marcos, Luis Noboa y también paraba allí cuandohabía acción. El averiguaba sobre el estado de las industrias, impor-tante entonces, la industria bananera, el visitaba a Folke Anderson enEsmeraldas y otras plantaciones en toda la costa. El escribía y despa-chaba los reportes que yo leía recientemente en los archivos nacionales.El transmitía artículos de publicaciones tales como El Universo, él erasolo un ejemplo de la fuente continua de oficiales quienes vinieron alEcuador por décadas y aún vienen hoy. La semana de trabajo de Lesterera un ejemplo del tipo de actividades comunes de los oficiales con-sulares en Quito y en oficinas más pequeñas como la de Esmeraldas.La United Fruit Company ahora Chiquita no permite a ningún investi-gador utilizar sus archivos en Cincinati, Ohio.

A pesar de esto los despachos enviados desde la oficina con-sular en Guayaquil y Quito desencadenaron una historia de la com-pañía esencial para este libro a más de sus matices políticos.

Los papeles del Departamento de Estado estan archivados endos grupos principales: Grupo Record 59, o Record Generales, y GrupoRecord 84, Record de puestos diplomáticos y consulares. A pesar deque muchos records han sido microfilmados y distribuidos a bibliote-cas en Estados Unidos, los records que yo requería se guardaban en

358

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 358: Academia Nacional de Historia Boletín 180

College Park, Maryland. Ayuda voluntaria para este trabajo de investi-gación vino de Susan Weinman. Algo sobre Susan: en 1972, a los 52años decidí pedir en adopción a la primera niña que fuera abandona-da en la Maternidad Enrique Sotomayor. Fui favorecida con Susan ydespués de 6 meses de trámite la tuve por fin en mi casa en California.Calificó, y asistió a las mejores primarias y secundarias privadas delEstado de California y fue aceptada en la Universidad de California enBerkeley en la facultad de Ingeniería Mecánica aunque finalmentedecidió estudiar en el Campus de San Diego.

Regresando a los archivos nacionales de Maryland, Susan ayu-dó a buscar en los índices, examinó archivos y puso a un lado los quetrataban tópicos esenciales que trataban sobre la historia del banano.Fotografió mas de 200 piezas de correspondencia, piezas definitivasque incluyen cartas y reportes escritos en su propio tiempo histórico yen el contexto de ese tiempo. Estos eran invalorables mientras yo pro-gresaba de “A” a “B” década por década. No tenía ninguna fuenteecuatoriana de esta naturaleza y no conozco de ninguna hoy.

Cuando Carlos Ycaza Estrada y yo creamos los bosquejos dellibro, tres factores saltaron como críticos en el desarrollo de la indus-tria: Hombres de negocio locales, extranjeros y el estado ecuatoriano.Comercio costero histórico asociado con exportaciones internacionales,la banca, la construcción de vapores y la era de exportación de cacao,proveían un buen punto de partida. Estos eran a más de los extraordi-narios elementos naturales que la costa brindaba para la agriculturatropical y transporte.

EL LIBRO DEL BANANO

El Ecuador en la Epoca Cacaotera publicado en 1980 me dio experien-cia en investigación y contactos en la costa con los cuales podría co-menzar mi historia de banano. Cuando llegue en 1968 para la investi-gación de cacao Rosemarie Estrada me presentó a su cuñado Julio Es-trada Ycaza. El sugirió que lo visitara cada domingo en la tarde paraplanificar mis investigaciones de la siguiente semana. Tuve como mitutor personal, al historiador de mayor renombre de la costa ecuatoria-na. El llamaba por anticipado a la persona que yo iba a entrevistar ytambién a los archivos privados y públicos tal como la colección Ro-lando, entonces ubicada en el Municipio.

359

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 359: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Una cadena de informantes, incluyendo dueños de planta-ciones, banqueros, así como exportadores y sus descendientes contri-buyeron con lo que ellos sabían. Un pequeño avión me llevó a unaplantación de Isabel Puga a donde el piloto dejó caer un paquete pesa-do de libros cerca de la puerta de la casa para que alguien fuera al pe-queño aeropuerto a recogernos. Isabel trabajó al lado mío cada día, tantípico de los bananeros y exportadores quienes hicieron posible quemis investigaciones fueran tan completas. Todavía tengo contacto conalguno de estos informantes. Un sobreviviente es el secretario de JuanX. Marcos, quien me recibió cuando me desembarque de una lancha derío en 1950, una lancha que me había llevado de un barco de StandardFruit al muelle. ¿Qué otro americano ha tenido el beneficio de amis-tades duraderas y el tutoreo tales como yo las gocé?.

La publicación se atrasó hasta que un profesor quiteño encon-tró la disertación doctoral en una colección de microfilm de una Uni-versidad. El doctor Rafael Quintero y Erica Silva lo tradujeron sin costoy se aseguraron de que fuera publicado en la Universidad Central.

Los Libaneses en el Ecuador, Una Vida de Exitos, me dio más expe-riencia y me introdujo a comerciantes realmente extraordinarios. Estavez fue la familia Kozahya que me envió inicialmente a compenetrar-me en Guayaquil y sus alrededores. En Quito sin contactos, comencéabriendo la guía telefónica y buscando nombres de libaneses. Extrañoscontestaban mis llamadas y me recibían en sus casas y oficinas, un con-tacto llevándome a otro. Henry Raad editó y publicó el libro aquí enGuayaquil.

Había pasado más de una década cuando almorcé con un gru-po de agricultores ansiosos por ayudarme a iniciar la presente investi-gación en mayo del 2004. Le puse “banana lunch” al record que llevede esa reunión. No voy a presentar una versión abreviada del libroaquí. Mas bien hablaré de evidencia importante que me llegó despuésdel banana lunch y que me ayudaría a cumplir con la responsabilidaddescrita por Herotodus, “para preservar la memoria de grandes y mar-avillosas obras.” En el caso de la industria en sí los desafíos los cualesse habían visto forzado sobreponerse. Tal como uno esperara, el capí-tulo inicial bosquejó la geografía regional y los suelos. Algunos estu-dios de suelos y mapas de suelos costeños habían sido hechos en los 70y el técnico en suelos doctor Egbert Spaans de la Earth University enCosta Rica me los entregó. El estaba trabajando para el Ingenio San

360

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 360: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Carlos cuando lo conocí y este encuentro casual hizo posible poner aldía este tema importante. Para documentar el comercio histórico cos-tero tenía la guía histórica de Guayaquil (1995) de Julio Estrada. Éstacontenía recuentos de primera mano de viajeros del siglo 19 y comien-zos del siglo 20 quienes exclamaban sobre la actividad vigorosa de laciudad de Guayaquil, una ciudad que tenía una vida distinta a la decualquier otra del País. En 1879 el vicecónsul de Francia la comparócon el de Holanda por el sonido ensordecedor de las voces, la actividadcomercial intensa donde así como en Holanda los ricos y la clase supe-rior trabajaban todo el día.

José Luis Tamayo inició su periodo presidencial al final de laera cacaotera. Este banquero liberal, quería poner al país en contactocon el mundo externo y con el pensamiento científico contemporáneo.El trabajo de Wilson Popenoe, un explorador de plantas del gobiernonorteamericano cayó en mis manos. Contaba como el presidente Tama-yo recibió al botánico en Ecuador en 1921. El reporte de Popenoe con-taba sobre distintas plantas útiles, incluyendo el banano. El conocer aPopenoe encajó bien con el rol que luego jugaría él cuando abrió laescuela de agricultura en Honduras patrocinada por Sam Zemurray,mencionado arriba en la narrativa sobre el “dictador”. Muchos ecuato-rianos asistieron a este colegio y de allí se ubicaron en posiciones deliderazgo en Ecuador. En diciembre de 1921 el presidente Tamayo dioel primer gran paso del Ecuador en la búsqueda de tecnologías extra-jeras e inversiones, para promover el banano en las plantaciones decacao enfermas. El contrató a J. Cicerón Castillo para promover unacompañía de banano en Ecuador. Mi descrubimiento de un reporteescrito por J.Cicerón Castillo y archivado en los Archivos Institucio-nales Hoover en la Universidad de Stanford proveyó el eslabón en lahistoria de United Fruit que a mi entender nunca había sido consulta-do antes ni se había visto impreso. J. Cicerón Castillo era un ingenierominero y geólogo que había estado encargado de intereses petrolerosen Ecuador desde 1919. Tamayo le dijo a Cicerón que él haría toda con-cesión razonable requerida (tierras nacionales, derecho de vías de fer-rocarril, muelles, privilegios fiscales, etc.) para promover tal compañía.Cicerón se escribió con V.M. Cutter, un Vicepresidente de United Fruit,y Cutter le envió 51 preguntas que Cicerón contestó en su totalidad. Enresumen, el reporte de Cicerón pronunciaba a la costa ecuatorianacomo “simplemente ideal”. Al mismo tiempo, la United Fruit estaba

361

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 361: Academia Nacional de Historia Boletín 180

perdiendo una batalla con el Mal de Panamá, llevando sus plantacio-nes bananeras a y desde tierras excedentes a un gran costo. A eso aña-dir los huracanes. Las exportaciones de banano de Honduras cayeronaño tras año. La Compañía ya estaba mandando hombres para explo-rar las tierras al sur del Canal de Panamá cuando recibió el reporte deCicerón. El Vicepresidente Cutter mandó a Charles Sinners, un hombreque compraba tierras para que saliera con Cicerón a inspeccionar lasmismas. Varias fuentes contribuyeron a la historia del contrato de con-cesión que hizo preparar Tamayo y la demora en la compra por partede United Fruit. Ninguno estaba dispuesto a proveer las sorpresas rev-eladas en el reporte de Cicerón Castillo en la carta adjunta.

A pesar del caos político de los años 20, United Fruit no perdióel interés. La Compañía había estado buscando tierras al sur de Pana-má debido a pérdidas por el Mal de Panamá y los huracanes que tum-baban las plantaciones desde 1919, y escribiendo sobre el Ecuador. Lacontinuidad en el interés fue revelada en el diario de un experto en sue-los de la United Fruit, Frederick J. Baron. Comenzando en Esmeraldas,Baron y sus socios viajaron por los ríos hacia el este, después al sur,alcanzando Balao en mayo 31 de 1925. El describió los árboles de cacaoatacados por la Escoba de la Bruja y condiciones en Tenguel donde el“se rascaba toda la noche en vez de dormir”. Su trabajo era preliminarpara la decisión de la Compañía de gastar varios millones de dólares alsur de Panamá. El contó del alivio de la pareja para entrar en el hospi-tal de United Fruit en Panamá para tratamiento de Malaria y Tifoidea,un hospital de primer orden que se encontraba comúnmente en lasplantaciones de la Compañía en los años 20. En cuanto al suelo, eraexcelente. Pero, United Fruit no encontraría el alivio de las enfer-medades y huracanes que buscaba evitar al desarrollar una plantaciónen Ecuador similar a las que había tenido en Panamá y Honduras pormás de 25 años.

A pesar de la caida en las exportaciones tradicionales costerasy la depresión mundial que comenzó en 1921, las exportaciones debanano sobrevivieron y tuvieron un tremendo auge en 1934. Posible-mente fuentes domésticas podrían haber proveído una historia aquí.Los informes del Consulado y mi consultor en fletes marítimos hicie-ron el trabajo por mi. Un reporte titulado “Fruit Companies Interestedin Export of Bananas from Ecuador” despachado en 1933 contaba laintroducción de compartimientos refrigerados por parte de “Grace

362

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 362: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Steamship Lines” en los puertos de donde ellos llevaban banano a losEstados Unidos. Yo vi la frase “Ecuador estaba produciendo bananosde bajo grado”. Criterio que yo encontraría vez tras vez y hasta el findel siglo. La producción y la historia de la exportación de la firma chile-na Compañía Frutera Sudamericana (SAFCO) la tomamos de variasfuentes. Una de ellas “Recopilación de Leyes, Estudios y Estadísticasdel Banano Ecuatoriano”, de José San Andrés T. Recuerdo la búsquedahecha en mi beneficio por Paulina Burbano de Quito, ella visitó la ofici-na de John Sanbrailo en Washington D.C., cuando estaba asistiendo ala Universidad de Harvard. Ella necesitaba un trabajo de investigaciónpara satisfacer un requisito para el masterado. John la envió a recorrerlas bibliotecas y archivos de New York, Boston, y la biblioteca del Con-greso en Washington D.C. Ella descubrió numerosas fuentes impresasy manuscritos tales como el reporte de Baron, anotado arriba, así comofotografías históricas. Ella me envió por correo un índice muy profe-sional y copia de todo. Gracias Paulina Burbano.

Para historia de las grandes multinacionales, United Fruit andStandard Fruit, yo podía encontrar trabajos publicados. Pero, debo to-mar una pausa para recomendar a todos los que no han visto “AnAmerican Company: The Tragedy of United Fruit (1976)” de ThomasMcCann. No importa que opinión tenga usted de la Compañía, ustedse identificará con Tom McCann, se enriquecerá y gozará con el libro.

Varias publicaciones concernientes a lo que estaba ocurriendoen la costa ecuatoriana en los años 30 me perturbaron. Una en particu-lar, la cual yo cito, le dice a sus lectores que Ecuador sufría por ausen-cia de hombres de negocios dinámicos e innovadores o que las élitescosteras estaban buscando desesperadamente una alternativa de expor-tación. Esto no congeniaba con el record histórico tal como yo lo encon-tré y los tipos de hombres que yo habia conocido en la costa. Fue ellugar ideal, cronológicamente, para introducir a Juan X. Marcos y yotenía la fuente. Adicionalmente a los documentos y a algunas entrevis-tas sobresalientes yo tuve una reunión con Xavier Marcos, Gerente Ge-neral del Ingenio San Carlos, en su oficina en Guayaquil. De la repisasuperior él bajó la minuta de la reunión inicial de Sociedad Agrícola eIndustrial San Carlos S. A., en el año 1937. Las “élites” costeras, los hom-bres del cacao, rebotando de las pérdidas que habían sufrido cuando elgobierno revolucionario había congelado todos sus activos en el BancoComercial Agrícola, reunieron capital para una nueva industria: el

363

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 363: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Ingenio San Carlos. Yo podía dar los nombres, dar la cantidad suscritapor cada uno, y contar que Lorenzo Tous, fue a Galápagos y compró lamaquinaria para el Ingenio. En 1950 ya era la industria más grande detodo el Ecuador. Estos no eran hombres actuando en desesperación;todo lo contrario, eran hombres de negocios serenos, el tipo de hombrescomerciantes que en el siglo 19 habían sido observados en Guayaquil.Mi narrativa sobre “entrepreneurs” comenzaba.

Mientras que algunos capitalistas Norteamericanos compar-tían una visión de un mundo, de Latinoamérica, rehecho en su propiaimagen por medio de la inversión extranjera, esto no sucedería. Ecua-dor presentaba un clima político hostil, justo en el momento en queUnited Fruit estaba a punto para invertir en tierras y en gastos opera-tivos para la producción de banano. Aquí utilicé el libro de TomMcCann sobre United Fruit para explicar la necesidad absoluta de quela Compañía tuviera un contrato de concesiones, un acuerdo que pro-tegería su inversión de desaparecer por los impuestos. McCann tam-bién nos da un vistazo de Sam Zemurray cuando se reubicó de hacernegocios con dictadores a ser Gerente de United Fruit en los años 30,madurando para convertirse en filántropo y asesor en aspectos socialesdentro de la compañía. Mientras abundaban fuentes para los senti-mientos antiextranjeros entre los ecuatorianos durante los años 30, so-lamente los informes Consulares detallaban los chismes de la calle.También incluían artículos copiados de publicaciones locales como unoen El Telégrafo titulado “Justa Alarma” y de la cual yo me aproveché.Estos añadieron a la comprensión de la complejidad social y de nego-cios en Ecuador a lo que comenzó a penetrar en la explotación globalde banano. Por ejemplo, un informe relató que un Norteamericano ha-bía sido visto en el malecón buscando un espacio en la Grace Laine yvapores de charter. Cuando United Fruit enviaba hombres a comprartierras, trataban sin éxito, de que lo que estaban haciendo no saliera enlas noticias. Informes de día a día enviados al Departamento de Estadode los Estados Unidos detallaban los chismes, miedos y finalmentenumerosas compras de UF incluyendo la propiedad Taura-Vainillo yfinalmente Tenguel que alcanzaba hasta los Andes. Uno podría pre-guntarse por qué no utilicé los Reportes Anuales de UF ya que estabandisponibles en la Universidad de Harvard. ¿Por qué? Si imprimíancualquier cosa sobre Ecuador. Más tarde me dijeron que la inversiónEcuatoriana para compensar el Mal de Panamá era una operación tan

364

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 364: Academia Nacional de Historia Boletín 180

pequeña que probablemente no valía la pena mencionarlo. UnitedFruit era en ese entonces una de las más grandes, sino la mas grande,corporación en los Estados Unidos.

Los reportes eran mi única fuente para los argumentos diariossobre límites de aguas territoriales en el perímetro de Tenguel, limitesde hectareaje y la resolución final de estos temas. Ellos detallaban laspreocupaciones de los ecuatorianos con respecto a si que United Fruitadquiriría de productores bananeros domésticos una vez que la Com-pañía tuviera suficientes tierras para cumplir con las necesidades deexportación. Ellos incluían numerosos telegramas de UF para el pre-sidente Páez y fue solo cuando se publicó el Contrato de Concesionesde UF, más tarde anulado, que pude encontrar material impreso queigualaba o iba más allá a lo que encontré en los reportes. El RegistroOficial imprimió la Ley fundamental ecuatoriana de Julio 23 de 1938que limitaba el hectareaje que podrían tener extranjeros y limitaba lacantidad de exportaciones de banano por parte de extranjeros desdesus propias plantaciones. El Estado contribuyó: Ecuador nunca tendría“Territorios Extranjeros” nunca monopolizarían las exportaciones y losextranjeros nunca tendrían ingerencia sobre la estructura de la tenenciade la tierra en el Costa.

Los que recolectaban las estadísticas de exportación para Ecua-dor en 1940 solían no tomar en cuenta las exportaciones de banano quesumaron 1’839.669 racimos. Esto podría haber sido porque el arroz y elcacao estaban a la cabeza de las exportaciones en dólares y así contin-uó durante toda la Segunda Guerra Mundial. El Oro produjo un extra-ordinario número de racimos, siembras que alcanzaban desde los años30 cuando un señor Manuel Amable Calle plantó una gran cantidad deGross Michel allí. Utilizando unas pocas fuentes impresas, encontréque este hombre revoluciono la economía local. Nacido en 1893, de tezoscura, el creció apoyado por su madre que lavaba ropa. Ya por losaños 30 estaba distribuyendo cepas de Gross Michel entre los hacenda-dos para que él pudiera suplir a fruteras sudamericanas. Todo le fuebien a Calle y sus productores hasta 1941 cuando Perú invadió la Pro-vincia de El Oro. Intenté encontrar un balance en mi relato de lainvasión utilizando no solamente reportes de la oficina del Coordi-nador de Asuntos Interamericano de Rockefeller, que proveía asisten-cia para la rehabilitación de El Oro y una tesis doctoral de George Lau-derbach de la Universidad de Alabana: también consulté publicaciones

365

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 365: Academia Nacional de Historia Boletín 180

domésticas. Muchos estudiantes ecuatorianos habían leído Ecuador unanación en ciernes de Rafael Quintero y Erica Silva y un largo pasaje de lamisma estuvo incluída. El banano en El Oro, de Vicente A. PomoMendoza me ayudó a seguir los pasos de Amable Calle y la recu-peración de El Oro durante la guerra y la post-guerra.

Durante la guerra los exportadores de banano todavía podríansuplir con seguridad sus clientes en los puertos del Pacífico; no obs-tante, los Estados Unidos monopolizaron la mayoría de los barcos quellegaban a Guayaquil utilizándolos para llevarse materiales de guerraestratégicos tales como balsa, fibra de abacá, aceite de palma, caucho yquinina. Mis investigaciones se viraron hasta este tipo de exportacio-nes buscando evidencia de que las utilidades producidas en la costapodrían haber sido gastados después de la guerra para apoyar laindusttia bananera. De todos los materiales solo la balsa era nativo yabundante en la Costa. Ya que los Estados Unidos estaba profunda-mente preocupado por estas exportaciones abundaban reportes con-cernientes a las fuentes que los ecuatorianos desarrollaban y la cuantíadel financiamiento proveído por el Export-Import Bank (EX-IM). Bus-qué infraestructura mejorada tales como caminos, posiblemente puer-tos, para uso post-guerra. Tuve dos excelentes fuentes de primeramano para la historia de la balsa: uno, Jacques Kohn un refugiado Ju-dío de Paris que ahora vive en New York, el otro John Creighton deCarmel el técnico para balsa en Guayaquil del U.S. Board of EconomicWarfare(BEW). El bombardero Mosquito se podía decir que fue la aero-nave más efectiva de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.Inglaterra y Canadá produjeron mas de 7.700 bombarderon Mosquitosen número y nunca les falto esta madera gracias a la balsa del Ecuador.El energético Gustavo Von Buchwald de Guayaquil y otros que lu-craron del boom de la balsa no, sin embargo, invirtieron las utilidadesde la balsa en el banano ni tampoco los préstamos del EX-IM fuerondirigidos a proveer la Costa de una infraestructura útil para agriculturatropical.

Ya que las exportaciones de arroz del lejano Oriente no estabandisponibles, comerciantes guayaquileños llenaron almaceneras conarroz local, superaron la escasez de barcos en tiempos de guerra, yganaron millones. Yo recolecté material para los primeros esbozos bio-gráficos de Luis Noboa. Descubrí el secreto de su éxito comercial en ellibro de Isabel Noboa Pontón, Perfil de un Ganado. El ejemplo, entre-

366

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 366: Academia Nacional de Historia Boletín 180

namiento y consejos que le dio su madre, Zoila, seguido por el deVictor Emilio Estrada y Juan X. Marcos lo dijo todo. Las entrevistas yrecuerdos personales pesaron mucho en mi biografia del banquero-comerciante Juan X. Marcos. Su historia y la tenacidad de la confianzaen su sociedad de cuarenta años con Noboa me dio un vistazo históri-co de las costumbres esenciales de los negocios ecuatorianos.

Amplias fuentes impresas explicaban porque Standard Fruitrequería de los bananos del Ecuador inmediatamente después de laGuerra así como también, el contrato bien conocido, con Juan X. Mar-cos. Encontré un reporte titulado Siete años de incesante labor: el plan decarreteras, las obras portuarias, realizaciones y proyectos publicado en 1952.Un grupo de hombres de negocios de Guayaquil había hecho planesdurante la guerra para una red de carreteras en la costa para reem-plazar al sistema fluvial tan útil para la pepa del cacao, pero no adecua-dos para el banano. Seguro que Clemente Yerovi estuvo entre ellos, y aél se le da el crédito de poner el plan en acción durante la adminis-tración de Galo Plaza. El informe para mí, demostró una vez más lavisión y la confianza que existía en la comunidad de negocios deGuayaquil: el arroz sería temporal y post-guerra la Costa requeriríauna nueva manera de transportar bananos. Si es que United Fruit jugóun papel en la obtención del préstamo que consiguió Plaza del EX-IM Bank para financiar estos caminos no se pudo confirmar ni tampocoencontré una fuente que explicara porqué, en ese mismo tiempo casisimultáneamente, UF hizo una gran inversión para iniciar la produc-ción en Tenguel. Nada de lo que yo encontré mencionaba un contratode concesión, uno que protegería la Compañía y que evitaría que desa-pareciera por impuestos excesivos.

Esteban Quirola Figueroa me concedió una entrevista, sus hijasse juntaron a nosotros, y su historia tomó forma, el segundo de mis tresgrandes hombres de negocios ecuatorianos. “Entrepreneurs“ extranje-ros también florecieron y la historia del sueco Folke Anderson cuentade los riesgos que tomó este, entonces pobre, hombre que no tienenparalelo. Comenzó exportando bananos en Esmeraldas y embarcó 4.5millones de racimos en 1955. En Suecia una “Sociedad de Memoria”dedicada a él se reúne cada mes de junio. Fuentes abundan que des-criben su carrera al éxito y su trágica muerte. Por ejemplo, utilicé re-portes escritos tanto por un empleado de Standard Fruit como por unodel Consulado de Estados Unidos. Ambos habían sido enviados de

367

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 367: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Esmeraldas por sus jefes para ver qué estaba haciendo este hombre.Eric Mattson debe recibir el crédito por mucho de lo que constituyó lahistoria de los productores/exportadores extranjeros. Por medio de élhice contacto con Per Alof Marback, viviendo en Panamá y con ArneBergenhag viviendo en Suecia, ambos trabajando para productores fo-ráneos incluyendo Folke Anderson. Los tres tienen recuerdos claros delos alemanes, los suecos en su plantación de Clementina, y sabían lahistoria del flete marítimo charter y cómo esto se relacionaba tanto conlos ecuatorianos como con los extranjeros. Ellos acordaron con losexportadores y otras fuentes que estimaron que los extranjeros proba-blemente nunca produjeron más allá del 15% del total de los bananosexportados, pero si eran esenciales para el flete marítimo y el mer-cadeo. Pude hablar con el Gerente de UF, Joseph Montgomery II, en-tonces viviendo cerca del Princeton, New Jersey, y él me dio informa-ción nunca vista en papel. La compañía era indispensable para los pro-ductores domésticos, los entrevistados estuvieron ansiosos de darcrédito a la compañía por traer la tecnología bananera al Ecuador: Porel ejemplo que dieron y por el entrenamiento. Calidad y cantidad mejo-raron a tal punto después de la transferencia de tecnología UF y pormedio de entrenamiento por parte de hombres de Standard Fruit comoRoy Kerr, que la banana ecuatoriana podía competir en mercados nor-teños. Ecuador alcanzó un liderazgo global en exportación de bananasen 1953. Mientras que algunos historiadores eligieron llamar el bananoecuatoriano una industria de “boom and bust” yo encontré esto algoabsurdo ya que el país se mantuvo como el primero en el mundo porel siguiente medio siglo y aún más allá. Un El Niño sí hizo perder aEcuador el liderazgo por un año entero. Pero esto no fue lo que se po-día llamar un “bust”.

Cuando el contrato con Stándar Fruit llegó a su fin, Noboa sim-plemente despegó, y se reunieron tantas fuentes para contar esta histo-ria que yo solamente voy a mencionar algunos de los menos conocidos.Su exitosa entrada en los negocios en el puerto de Nueva York trajo eltema de un Shilo Adir, con quien Noboa virtualmente se asoció. Yollamé a Shilo y él cortó abruptamente mis preguntas cuando le parecióque ya era suficiente. No obstante, me parecía que él estaba interesadoya que yo había conocido a Noboa y sus contemporáneos y el sugirióque me pagaría el pasaje para volar a Nueva York. Como alternativa,con Carlos Ycaza Estrada decidimos, que él lo visitaría más bien. La

368

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 368: Academia Nacional de Historia Boletín 180

historia de Nueva York se volvío más interesante cuando supimos porotro, no de Adir, sino acerca de “Jimmy el Griego”, el ruso Sol Palitz,“un emigrante fornido con un lenguaje solo utilizado en los muelles”quien se asoció con él “elegante” Shilo Adir y otros actores quienesestaban acostumbrados al arte del manejo de los estibadores y a com-pletar una descarga de banana sin contratiempos. Kurt Meier, el geren-te general de TRANSMABO (Transporte Marítimo Bolivariano), la faci-lidad portuaria en Guayaquil de Noboa, y Erick Matson, siempre conla oreja puesta en el correo electrónico en Suecia, complementó con losdetalles. Kurt el noruego sumó su nombre a los numerosos embarca-dores escandinavos que yo había documentado y quienes habían sidovitalmente importantes en llevar el banano ecuatoriano al mundo.Kurt me introdujo a la facilidad portuaria de TRANSMABO. Tambiénme detalló las subsidiarias de Noboa, su financiamiento y organi-zación. Estaba aprendiendo, como dicen, de “la nada”. Sí, yo habíapreguntado en el 2004: ¿Qué es un “reefer”?.

Uno de los más excitantes descubrimientos relativos al final delos 50 y comienzo de los 60 fue evidencia documentada para: porqué,cuándo, y cómo terminó su producción de banano en Ecuador la Uni-ted Fruit?. La corporación tenía problemas, uno de los cuales era elarreglo final en el juicio por monopolio que forzaba a la Compañía adeshacerse del 65% de sus grandes extensiones de tierras en el Ecua-dor. La matriz en Boston ordenó que esto incluya todas sus tierras enEcuador. En 1959 la oficina el Ecuador supervigiló la venta y donaciónde partes de algunas plantaciones y tenía un Plan Social Responsablepreparado para Tenguel. ¿Qué ocurrió entonces?. Otra vez, los reportesconsulares y de la embajada y sus adjuntos revelaron la historia. Ellargo Plan estaba allí y también la correspondencia entre gerentes ecu-atorianos, la oficina de Boston y el gobierno ecuatoriano. El materialsubsiguiente señalaba los individuos que todavía vivían en Tenguel yen Guayaquil que podían añadir a la historia. El narrativo resultanteaclaró falsos conceptos que tenían no solo el hombre de la calle, perovisto en trabajos publicados. De esta forma cumplía una responsabili-dad del historiador: la corrección del record humano contínuo y per-sistente.

A pesar del liderazgo mundial los mercadotécnicos conti-nuaron calificando a Ecuador como un proveedor residual de bananodebido a la calidad marginal de su fruta. No obstante, los enérgicos

369

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

Page 369: Academia Nacional de Historia Boletín 180

exportadores encontraron mercados. Ecuador mantuvo su puesto co-mo el más grande exportador del mundo y la energía increíble de No-boa era responsable para mucho de esto. La exportación de banano en1960 estableció records alcanzando 35,864,589 racimos, los mismos querepresentaron el 60% de toda la moneda extranjera entrando al país. ElReporte Anual de United Fruit hablaba del “problema ecuatoriano”:producción a bajo costo mejorado aún por mano de obra barata.

Mano de obra dio al Ecuador la ventaja comparativa que ellarequería para vender. En 1962 Ecuador todavía aventajaba a todos losdemás países al exportar el 24.25% del banano en el comercio mundial.Esto era cierto aunque los barcos de UF se llevaban muy muy poca dela fruta. El Cavendish que UF había sembrado en sus propias planta-ciones al norte de Panamá soportaba bastante bien los vientos hura-canados y el Mal de Panamá no lo atacaba. A Ecuador solamente lequedaban sus bajos costos laborales por medio del cual mantuvo suventaja en los mercados mundiales. Aún así el banano continuabahaciendo posible grandes obras públicas y la dependencia del estadoen ella continuó durante un largo periodo cuando estaba canalizandofondos de su nueva exportación, petróleo, hacia el Programa de Indus-trialización para Sustitución de Importaciones. Cuando el dinero delpetróleo quedó corto, el estado subió los impuestos al banano. En me-dio de estos desafíos los entrepreneurs viajaban y vendían banano. Du-rante los 60’s ideas marxistas elevaron las expectativas entre los pobrespara una genuina revolución social y como parte de ella, la reformaagraria. El Weekly Economic Review de Quito, los reportes consulares y laedición del año 2003 de El Poder Político en el Ecuador, de OswaldoHurtado contaban sobre estudiantes ecuatorianos tomando clases en elextranjero y en la Universidad Central sobre doctrina marxista. Estosy entrevistas con participantes contaban de las experiencias de dueñosde plantaciones con organizadores de huelgas y lo que ellos y sus abo-gados sabían de financiamiento Cubano y como el dinero entraba alEcuador. La Reforma Agraria legalizaba invasiones y ahuyentaba in-versiones justo cuando a los sembradores se los motivaba para sembrarla variedad Cavendish para reempalzar la Gross Michel. Dos econo-mistas, José A Baquero y Paul T. Blair, visitaron la costa y publicaronuna descripción que llegó a mis manos sobre las condiciones trágicasen Tenguel.

Mientras la narrativa se dirigía más y más cerca al presente elWeekly Análisis de Walter Spurrier con sus artículos dedicados a la

370

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 370: Academia Nacional de Historia Boletín 180

industria bananera ayudó enormemente. La correspondencia constan-te de John Sanbrailo incluía más y más sobre Ecuador que se encontra-ba en los reportes de organizaciones internacionales tales como las Na-ciones Unidas y el World Trade Organization. Luis Noboa Naranjo ySegundo Wong Mayorga registraron sus corporaciones en el extranjeroganándose la distinción de ser listados como multinacionales. Yo entre-visté a todos los hijos de Wong así como también los que estaban en elmuelle que lo había conocido cuando era muy joven. La biografía deWong comenzaba con la de un joven chino de la calle, Segundo WongMayorga. Cuenta cómo el llegó a segundo puesto, sólo detrás de LuisNoboa Naranjo y nos obsequia un estudio único de “entrepreneurship”en los negocios. Este último, era el favorito de muchos de los bananeroscon quienes trabajaban con él. Amigos personales y hombres asociadosa sus negocios todavía recuerdan cuando Noboa acumuló una flota debarcos y lo llamaban el “Onassis del Ecuador”. Entre otros entrevisté asu secretaria Estrella Terán, su abogado Benjamín Urrutia y un CEOFrancisco Swett. Los hombres de negocios admiraban a Noboa tantolos que estaban a lo largo del malecón así como los que lo conocían enmuchos países del extranjero. Los activos de Esteban Quirola Figueoatambién se expandieron y su banco creció a casi al ritmo de su banano.

Al llegar cerca del fin de este artículo considero apropiado in-cluir algo que demuestra el carácter del bananero ecuatoriano y su sen-tido de acción costero. En 1923 la Unión Europea impuso cuotas estric-tas y tarifas altas a las importaciones de banano. La decisión podría sig-nificar la pérdida de 70 millonesde dólares al año y con uno de cadacinco ecuatorianos dependiendo de la producción de banano, esto po-dría ser una seria amenaza a la economía. El Ministro de Agricultura,Mariano González Portés salió al frente de estas cifras pesimistas en undiscurso a sus compañeros bananeros: “No es tiempo para llorar. Es-tamos buscando nuevos mecanismos para abrir nuevos mercados yvender nuestra fruta. Ecuador puede estar aislado de sus mercadoseuropeos, pero hay formas de seguir adelante”. Cuando un amigo ledijo que en ciertos días las lágrimas eran incontrolables, Gonzálezrespondió: “Después de llorar tienes que pensar en las soluciones a lamano, la Comunidad Económica Europea no va a cambiar sus leyesporque usted está llorando. Nosotros somos el exportador mundialnúmero 1.” 6 Segundo Wong se paró y le dijo a los bananeros que no

371

E L E S C R I B I R H I S T O R I A

6 Programa Nacional del Banano, Banano (1993), 22.

Page 371: Academia Nacional de Historia Boletín 180

podían basar sus esperanzas en un mercado que les había cerrado suspuertas. El los exhortó, “vayan y encuentren nuevos mercados”. Lo hi-cieron. Wong vendió en Rusia, Libia, Líbano, Irán y la China. Otros lesiguieron. Ecuador conservó su puesto como mayor exportador delmundo. Cuando la gente en el Wordl Trade Organization escribensobre el tenaz liderazgo del Ecuador podrían añadir trabajo duro a“condiciones costeras favorables para agricultura tropical y la ventajacomparativa laboral.”. Posiblemente el lector está pensando en muchostópicos importantes que no se han tocado arriba. Este era nada más queun ensayo humanístico incompleto, esencialmente un recuento abrevi-ado de algunas de las fuentes que utilicé como evidencia. No he men-cionado pero dentro de la narrativa hay eventos tales como los desafíosde las enfermedades bananeras, las leyes Trole que aportaron seguri-dad laboral y de la propiedad de la tierra, las carreras, todavía vigen-tes, de extranjeros como Willie Bruns, y la victoria de Ecuador en la res-olución del World Trade Organization. Les agradezco, mis compatrio-tas ecuatorianos, hacer posible dejar unos pocos libros interesantes y elhacerme sentir que mi trabajo ha sido reconocido y ha contribuido a lasmemorias positivas de su historia. Tengo tantas personas que agrade-cer por mi viaje dentro de su historia que no haré el intento de nom-brarlos. En cuanto al manuscrito sobre banano estoy agradecida conBenjamín Rosales y el doctor Rafael Quintero quienes lo leyeron y medieron ánimos. Con María Grimmer por su excelente traducción.También Blanca Gabino y Mónica de Viteri, de San Carlos, muchas gra-cias por su laborioso y muy satisfactorio trabajo que fue más que cler-ical. El manuscrito fue lejos de ser perfecto y por identificar múltipleserrores y por el trabajo de editar minucioso tengo una deuda profundacon Cecilia Ycaza Estrada. Antonieta Palacios organizó las ilustracionesy descubrió muchas más.

Gracias, muchas gracias por su presencia.

372

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 372: Academia Nacional de Historia Boletín 180

RECENSIONES

Page 373: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 374: Academia Nacional de Historia Boletín 180

375

Jaime E. Rodríguez Palacios, EL NACIMIENTO DEHISPANOAMÉRICA. VICENTE ROCAFUERTE

Y EL HISPANOAMERICANISMO 1808-1832, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar – Corporación Editora

Nacional, 2007 (2ª. Ed. en español, corregida).

No se trata de un libro nuevo, y es, másbien, de hace algunos años: en 1975 apare-ció en inglés The Emergence of Spanish Ame-rica. Vicente Rocafuerte and Spanish Ameri-canism, 1808-1832, publicado por la Uni-versidad de California. Y una primera tra-ducción al español vio la luz en México, en1980, por el Fondo de Cultura Económica.Y el libro no ha sido ni mucho menos des-conocido: todos cuantos se han interesadoseriamente por Rocafuerte lo han tenidodesde hace años como una de las piezasfundamentales para un largo período de lavida del prócer guayaquileño. Pero estima-

mos como una grata noticia, digna de recensión en el Boletín de la Aca-demia ecuatoriana de Historia, el que se haya hecho una edición ecua-toriana del libro, lo cual lo pondrá al alcance de muchos más lectores yestudiosos, creando seguramente importantes inquietudes y abriendohorizontes sobre un fascinante período de la historia de América.

Porque hay que decirlo de entrada: es uno de los pocos librosde la historiografía ecuatoriana de las últimas décadas realmente im-prescindible. Se impone contar con él para cualquier indagación sobreel período de historia americana que abarca y, especialmente, para ilu-minar las andanzas y tareas de Rocafuerte por Europa, Estados Unidosy México en esos años en que fraguó la independencia y se tomaron lasdecisiones fundamentales para el futuro de las nuevas naciones his-panoamericanas.

El libro, como las dos partes del título lo sugieren, tiene doscentros de interés: Hispanoamérica en el período 1808-1832, en quetantas cosas cambiaron en su relación con la metrópoli y tantas otras sedecidieron, tras tramos de vacilación y obscuridad, y el ciudadano Vi-

Page 375: Academia Nacional de Historia Boletín 180

cente Rocafuerte como actor, iluminador o impulsor de varios de esosprocesos, especialmente a nombre de México, cuyo embajador en Lon-dres fue, y en México, donde, a su vuelta de Europa, las circunstanciaslo invitaron y hasta forzaron a intervenir activamente en política y adefender sus grandes concepciones sobre lo que debía ser el vivir deestos pueblos independizados.

La obra plantea, de entrada, una tesis: “En la presente obra setrata de demostrar que este liberalismo no fue extranjero ni aberrante,sino que formó parte de la contradictoria y compleja herencia hispáni-ca. La lucha entre liberales y conservadores (serviles) comenzó enEspaña en el siglo XVIII, y no se resolvió con las guerras de indepen-dencia”. Con “este liberalismo” se refiere a los nuevos conceptos políti-cos que llegaban a tierras americanas desde Inglaterra, la Francia de laRevolución y Estados Unidos, pero, entre todo lo que hay que ponerdel lado de la negación de la tesis, está el propio Rocafuerte fascinadocon el sistema republicano norteamericano y pugnando por proponer-lo como ideal para las naciones desprendidas del tronco hispánico.

Diferencia el autor “hispanoamericanistas” de “hispanoameri-canos”, y propone como la primera diferencia que aquellos “aceptabany amaban la tradición liberal hispánica”, y en esa que era una pequeñaminoría de “hispanoamericanistas” destaca personajes que cumplieronpapel destacado y ejercieron gran influjo, todos ellos “de refinada edu-cación y muy viajeros”: el peruano Vidaurre, el argentino Miralla, elmexicano Ramos Arispe, y el guayaquileño Rocafuerte, este último he-redero de una gran fortuna, lo cual -lo sabemos- facilitó extraordinaria-mente su accionar en Europa y México. El libro -sin que necesite decir-lo- presenta la acción de Rocafuerte como especialmente lúcida, enér-gica y eficaz.

Manifestación fundamental del nuevo espíritu -que para elautor es, básicamente, recuperación de una tradición hispánica que enalgunos aspectos se afirmó con los Borbones- fueron las Cortes de Cá-diz, desde la elección de los diputados de España y América, que –lomuestra el autor, con buen apoyo documental y bibliográfico- fue unmodelo de incipiente democracia. Y concluye: “A diferencia de las anti-guas Cortes, el congreso reunido en septiembre de 1810 fue una ver-dadera asamblea nacional en sentido moderno, porque era un organis-mo unitario cuyos miembros representaban a toda la comunidad his-pánica” (28).

376

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 376: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Y refiere el autor, sin detenerse en ello a medida de la desco-munal importancia del pronunciamiento, lo que las Cortes declararonen su primera sesión: “que siendo un organismo integrado por repre-sentantes del pueblo, en ellas residía la soberanía nacional”.

Las Cortes, sostiene el autor, “reafirmaron la igualdad de dere-chos de los habitantes de las provincias de ultramar”, y los lectores delos discursos de Mejía en esas Cortes sabemos que la cosa no fue tanasí. El quiteño batalló arduamente -y en largos tramos inútilmente- porla igualdad de representación entre las provincias de América y laspeninsulares. Y añade que “concedieron una amnistía general a favorde los que se habían rebelado” -con cita del Archivo Nacional de His-toria del Ecuador-, otra cosa que bien valía la pena discutirse.

Pero, en general, el análisis del trabajo de las Cortes hasta elestablecimiento de la monarquía constitucional y la decisión mayori-taria de que el Rey, vuelto al poder, “solo sería reconocido como sober-ano de España una vez que hubiese jurado fidelidad a la Constituciónen Madrid”, y el desmoronamiento final de esas Cortes en que tantasesperanzas se habían cifrado resulta esclarecedor e incitante –confuerte apoyatura en la obra de Gabriel Lovett Napoleón and the Birth ofModern Spain.

El regreso de Fernando, el desencadenamiento de la represión,la lucha por someter a América, el malestar popular español por el ab-solutismo y las conspiraciones políticas en España y las insurreccionesen América -cuyos focos eran sociedades secretas y logias masónicas-es el horizonte en que aparece Rocafuerte, que se relaciona con elneogranadino José Fernández de la Madrid y el argentino José AntonioMiralla, en La Habana, en tránsito de regreso de Europa a Guayaquil.Y se hace presente también Bolívar: la suerte de la guerra que se libra-ba en el norte de América del Sur movió a España a detenerlo para en-viarlo a la lucha contra Bolívar al ejército que se había destinado a laconquista de Buenos Aires. Y Riego alza la bandera de la rebelión enAsturias. Apoyándose en las Memorias de un setentón de MesonerosRomanos, Rodríguez da fin a esta hora de convulsiones en la Penínsulacon la puesta en vigor de la Constitución del año 12 y unas eleccionesrealizadas en España, y aun en América, “con rapidez y extraordinarioentusiasmo”.

Muchos liberales creían que el restablecimiento de la Constitu-ción de 1812 pondría fin a la rebelión en América. La constitución his-

377

R E C E N S I O N E S

Page 377: Academia Nacional de Historia Boletín 180

pánica era más liberal que la de muchos pueblos insurgentes. Rodrí-guez Palacios lo estudió en su artículo “An Análisis of the First SpanishAmerican Constitutions” (publicado en la Revista de historia de Amé-rica, en 1971), así que no se detiene en cosa, por otra parte, tan impor-tante. Le interesa más volver a Rocafuerte. Porque, en medio deescritos en pro y en contra de la Constitución española y su peso en lasaspiraciones americanas, el médico cubano Tomás Romay, en un artí-culo, abominaba de las guerras fratricidas de América, que, según él,solo habían producido anarquía y destrucción. Rocafuerte se sintióobligado a responderle, como el americano con mayores títulos parahacerlo. Y antes de darle la palabra el autor introduce así a su héroe:

Pocos hispanoamericanos estaban más calificados que él para defen-der la Constitución. Heredero de una gran fortuna, había sido educa-do en España y en Francia, y había viajado mucho por el oeste, nortey este europeo. Además del español, hablaba con soltura francés,inglés e italiano, y poseía un excelente dominio del latín. Durante susviajes, fue recibido en los mejores círculos de la sociedad europea,aunque él se sentía más a sus anchas en la compañía de intelectualescomo David Ricardo, el conde Constantin Volney, el abate du Pradty Alejandro de Humbolt. Sus vastos intereses le pusieron en contac-to con muchas personas de importancia, y su erudición le valió unaexcelente reputación entre sus compatriotas americanos (49-50).

Para cualquier conocedor del gran guayaquileño, todo esto eraexacto. El autor reseña brevemente las razones que Rocafuerte opuso alreaccionario escrito de Romay en su Rasgo imparcial, breves observa-ciones al papel que ha publicado el Sr. D. Tomás Romay en el Diario deGobierno y completa la noticia de ese debate sobre la Constituciónespañola, en cuyo centro estaba Rocafuerte.

Sigue la noticia de la importante misión que le fuera confiadaal ilustre vijero por Fernández Madrid en nombre de de la sociedadsecreta de Caracas: informar, desde España, sobre las intenciones de lasreinstaladas Cortes acerca de la autonomía de América y las garantíasque ofreciese la instalación de un gobierno constitucional. Perfecta-mente conocida por los estudiosos de Rocafuerte esta misión y lo lúci-do y penetrante de su opinión: conocedor de las cosas de Europa, no leveía futuro a ese constitucionalismo. Pero Rodríguez enriquece el aná-

378

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 378: Academia Nacional de Historia Boletín 180

lisis de esta hora equívoca del constitucionalismo español con nuevasfuentes, que van de los Diarios de las sesiones de Cortes: legislaturasde 1820 y periódicos del tiempo a obras tan sugestivas como la volumi-nosa de Villanueva, con memorias de sus escritos y opiniones, apareci-da en Londres en 1825. Y el relato cobra especial tensión al acercarse alfinal de Constitución y Cortes, con el hundimiento en la anarquía y eltriunfo del absolutismo, la “década ominosa” y la ocupación francesapara sostener a Fernando en el trono Los liberales americanos com-prendieron que no se podía esperar ya nada de España y debían con-quistar su independencia en los campos de batalla.

Rocafuerte, destaca Rodríguez, se adelantó a otros hispano-americanistas en entender “que los reyes eran una especie en la que nose podía confiar”. Y comienza el tramo de la existencia del prócer enque pone sus talentos, relaciones y hasta dinero al servicio de la causade la independencia de los países hispanoamericanos. Los republi-canos de México le piden que consiga en Estados Unidos los barcosnecesarios para evacuar las últimas tropas peninsulares. Todo lo quehizo Rocafuerte desde que desembarcó en Baltimore se reseña con lujode detalles, todos documentados en correspondencia del tiempo –espe-cialmente interesante la que sostuvo con esa gran figura, casi legen-daria, que fue José Servando Teresa de Mier-, papeles de la Bibliotecadel Congreso, de Washington, y estudios como The Unites Status andthe independence of Latin American, 1800-1830 de Whitaker.

La proclamación de Iturbide emperador en México ofrecería alconvencido republicano que era Rocafuerte ocasión para su acción po-lítica más dura y hasta virulenta –que es en la que lo sentimos más asus anchas-. En esta parte el documento principal es el importante es-crito del propio prócer Bosqueje ligerísimo de Megico desde el grito deIguala hasta la proclamación de Iturbide. Pero Rocafuerte, aunquedecidido por la causa republicana, no deseaba inmiscuirse directa-mente en la lucha política mexicana –por razón familiar que Rodríguezestablece, con justeza- y orientó su energía política a las escuelas lan-casterianas. Es otro punto en que el autor, con fuentes de primera ma-no, aporta esclarecimientos –salvo la fecha en que fue inaugurada laprimera escuela, en que sigue a Rocafuerte, a falta de acuerdo de losestudiosos de la educación mexicana del tiempo –que cita.

Pero nuevamente la causa republicana de México requirió losservicios del hombre público, en misión que solo él podía manejar con

379

R E C E N S I O N E S

Page 379: Academia Nacional de Historia Boletín 180

competencia y éxito: lograr que Estados Unidos no reconociera el régi-men de Iturbide. Es un nuevo tramo del libro de Rodríguez que apor-ta valiosa información.

Y parece importante no desatender a otro rasgo caracterizadorde la acción del visionario personaje: su pasión por llevar a las nacioneshispanoamericanas el progreso de la era industrial. Una densa páginadedica el autor a los más importantes proyectos del progresista guaya-quileño: la línea de vapores para la costa norte de Sudamérica, la ex-tracción de gas de ciertos minerales y lo que mandó a su ciudad: mo-delos de molinos de viento, descapsuladoras de algodón, telares, bar-cos de vapor y ejemplares de algodón y tabaco. Preparaba su regreso aentregarse de lleno al progreso de la patria. Pero la causa americana leiba a demandar aún graves y decisivas tareas. Y seguir al gran hombreen ellas, por Cuba, Inglaterra, Francia y Roma, ocupará al autor en unasegunda larga parte del libro, tan rica de iluminaciones y con abundan-te manejo de fuentes documentales, como en lo hasta aquí reseñado.

Tema en el que agradecemos especialmente al autor su acu-ciosidad investigativa es el del crédito mexicano en Londres, manejadoen primera instancia por Borja Migoni, comerciante mexicano residenteen Londres, comisionado por Iturnbide para contratar un préstamo,personaje que, al decir de Rodríguez, “tenía una extraordinaria confi-anza en su capacidad de estafar a sus ex compatriotas”. Esclarece elautor el enredo que había puesto en riesgo la adquisición de barcos yarmas para la nación azteca, cuando llegó a Londres como plenipoten-ciario mexicano Michelena, acompañado de Rocafuerte como secre-tario de la legación. Algún autor ha escrito que Michelena puso comocondición para aceptar su designación que Rocafuerte lo acompañase.Rodríguez no lo dice, pero tampoco hace falta que lo diga: en el repa-so de las acciones cumplidas por el embajador y su secretario se sienteel peso que este tenía, en los asuntos financieros absolutamente decisi-vo. Así, por ejemplo, cuando en la negociación con la casa Barclay deun nuevo contrato, al señalar los representantes de Barclay su interésen convertirse en agentes exclusivos de México en Londres, Rocafuertese opuso “porque en su opinión daba excesivo poder e influencia a lafirma” y Michelena lo apoyó.

Cuando Michelena deja Londres, el gobierno de México nom-bra a Rocafuerte encargado de negocios “dándole facultades para ne-gociar con todas las naciones europeas” –según documento del Archi-

380

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 380: Academia Nacional de Historia Boletín 180

vo General de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México-. No fuefácil la gestión económica de Rocafuerte en Londres por la cerrazón ytozudez del gobierno mexicano y su ministro de Hacienda. Pero fue, apesar de ello, brillante. Lo muestra con detalle el autor. De modo espe-cial en cómo se aprovechó de la quiebra de Goldschmidt. Colombia yPerú no fueron tan afortunadas y perdieron fuertes cantidades con esaquiebra. Y es entonces cuando Rocafuerte toma la decisión más audazy visionaria, que lo convierte en precursor del Fondo Monetario Inter-nacional e instituciones de igual misión. Y este paso es asunto en el queagradecemos especialmente al autor sus esclarecimientos tan meticu-losamente documentados, en muchos casos con fuentes que la histori-ografía latinoamericana apenas había manejado.

Ello es que el ministro colombiano en Londres, Manuel JoséHurtado, “imploró a Rocafuerte que ayudase a su país a pagar los div-idendos que vencían en abril” y “el diplomático mexicano estuvo deacuerdo con Hurtado en que el “sistema americano” (hispanoamerica-nismo) imponía a las naciones de América la obligación de ayudarsemutuamente a conservar su buen crédito”. Barclay estuvo de acuerdoy se concedió a Colombia un préstamo sin intereses por 63.000 libraspagaderas en año y medio. Rodríguez atiende también, con documen-tos que incluyen una carta poco conocida de Rocafuerte, al problemade crédito del Perú, para cuya negociación se había enviado a Ingla-terra a su paisano y gran amigo, Olmedo. Pero la crisis que angustiabaa Europa envolvió también a México: Barcal se declaró en bancarrota,dejando a México sin un centavo. Pero Rocafuerte salvó el crédito mex-icano, acudiendo a Baring. Son en el libro de Rodríguez dos apartados,más bien cortos y ceñidos, de brillantez que corre a la par con la de lasacciones de ese hispanoamericanista lúcido y decido que fue ese granecuatoriano.

Sigue el largo y complejo proceso del tratado comercial que fir-maron Inglaterra con México, en las que Rocafuerte jugó papel decisi-vo junto al enviado mexicano Camacho. Y Rodríguez atiende docu-mentadamente a la oposición del radicalismo mexicano a Rocafuerte, ysigue sus andanzas con el encargado de negocios británico George H.Ward por países europeos en procura del reconocimiento de México yacuerdos comerciales. La correspondencia de Rocafuerte es la fuenteprincipal de este largo tramo de la actividad europea del gran diplo-mático, pero también archivos, libros importantes sobre la diplomacia

381

R E C E N S I O N E S

Page 381: Academia Nacional de Historia Boletín 180

mexicana del período y obras de actores de estos manejos, como el pro-pio Ward en su México (de 1829).

La lamentable encíclica de septiembre de 1824 de León XII enque estigmatizaba las rebeliones libertarias de América como “contam-inadas con ideas malignas, incendiarias y herejes”, alababa la SantaAlianza y hacía el más alto elogio de Fernando VII, tornó especial-mente difíciles las negociaciones del gobierno de México con el Vatica-no. Para colmo de males, el diplomático mexicano Vásquez era un cer-rado conservador, de cuya lealtad a México Rocafuerte desconfiaba.Otro largo pasaje en que brilla la actividad enérgica de Rocafuerte. Yhay trazos que le dan el carácter de relato casi de intriga: “en la mismacasa de Vásquez vivía un espía jesuita”.

En el capítulo XII el autor se vuelve a las relaciones de Roca-fuerte con América. Sus empeños por impulsar la educación y sus em-peños por mejorar el sistema carcelario. Pero, cosa más urgente y difí-cil, participare en el debate sobre las características que deberían tenerlos nuevos gobiernos de Hispanoamérica. Y entonces damos con losdesacuerdos de Rocafuerte con Bolívar, pues el guayaquileño –al me-nos en esta hora de su pensamiento político- estaba decido por el fede-ralismo, y Bolívar en la Constitución que hizo para Bolivia se habíapronunciado por un presidente y senado vitalicios. Esta era cuestiónque merecía una discusión mucho más amplia y honda que la que leconcede el autor, para quien “a pesar de que Bolívar tuvo mucho cuida-do de no disgustar a su amigo Rocafuerte, éste comenzó a criticarlomás y más, llegando con el tiempo a la conclusión de que las ambi-ciones de Bolívar destruirían a las nuevas naciones” (236).

Vuelto a México, el autor estudia en dos capítulos, con el mis-mo rigor y exhaustivo apoyo documental, la participación de Roca-fuerte en la política de México. Por mucho que este sea uno de losaspectos de la vida de Rocafuerte más estudiados, el aporte del libroresulta importante.

El capítulo final resulta una suerte de coda. Se titula, lúgubre-mente, “La muerte del hipanoamericanismo”. Había concebido Roca-fuerte optimistas esperanzas con la Constitución de 1812, que para él“apareció como la culminación de un siglo de cambios”; pero “el fac-cionalismo político, Fernando VII, la Santa Alianza y las tropas france-sas habían hecho añicos este sueño”. Pero, como anota certeramente, elautor, “los años de la Constitución formaron una generación de his-

382

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 382: Academia Nacional de Historia Boletín 180

panoamericanistas que creían en el futuro de continente”. Según elautor, “deseaban continuar la tradición liberal española”: es decir, quevuelve a su tesis de la que casi se había olvidado en las partes másimportantes de su libro y, por ello, además de otras razones, resultamenos convicente.

Al final de capítulo anterior había concluido que “la tragediadel hispanoamericanismo y del liberalismo hispanoamericano, fue laincapacidad de los moderados constitucionalistas para convencer a losdemás grupos de que obraran dentro de los límites señalados por laConstitución”. Esta resultaba una dirección para la lectura de los proce-sos que se instauraban en Hispanoamérica más simple, directa y certera.

Y, en cuanto al hispanoamericanismo, es exacta la observaciónde que “los sueños de cooperación entre los diversos estados de laAmérica española comenzaron a esfumarse cuando las tensiones inter-nas los dividieron”.

Y de Rocafuerte, para el tramo de su vida, intenso, rico, impor-tante, que el autor ha iluminado, este es el final teñido de pesimismo:

“Aunque en 1832 Rocafuerte no podía prever el fracaso total del his-panoamericanismo, se dio cuenta de que ya no era práctica la cooperacióninternacional. Como la intensa lucha política en que México había caído serepetía en toda Sudamérica, abandonó el sueño de ser un ciudadano de Amé-rica, y consecuentemente decidió, en lugar de permanecer en México, regresaral seno de su familia en Guayaquil”.

Hernán Rodríguez Castelo

383

R E C E N S I O N E S

Page 383: Academia Nacional de Historia Boletín 180

384

Jorge Núñez Sánchez (Coord.): MEJÍA PORTAVOZ DE AMÉRICA(1775-1813), Quito, FONSAL, Quito, 2008.

El FONSAL nos tiene acostumbrados aediciones muy cuidadas de libros trascen-dentes e innovadores. El que nos ocupa esparte de la colección “Biblioteca del Bicen-tenario de la Independencia”, iniciativallena de mérito que aporta al conocimientoveraz de los acontecimientos que dieronorigen a nuestro país independiente. El li-bro consta de varios aportes para el mayorconocimiento de las diferentes facetas delfamoso tribuno José Mejía. Abre el volu-men el dedicado a “las ideas políticas y so-ciales” del prócer, cuya autoría perteneceal académico de número Dr. Jorge NúñezSánchez. Allí no solo se analiza la visión

del prócer sobre la sociedad quiteña a partir de sus versos sino que sehace referencia a varios aspectos de su vida personal (lástima que elautor no cita la fuente de alguna información crucial, por ejemplo latertulia mantenida por Manuela Espejo, privando así a otros investi-gadores de conocer más detalles sobre ella). A continuación el autorpresenta las ideas de Mejía en lo político y religioso, para ello se basaen su actuación en las Cortes de Cádiz, no sin antes presentar un sus-cinto análisis de liberalismo español de la época con su propia persona-lidad. Los principales temas tocados son la teoría del Estado, la alterna-bilidad legislativa, la libertad de imprenta, la Inquisición, las relacionesentre el Estado y la Iglesia, las relaciones entre España y sus colonias.Me permito una pequeña acotación sobre la involucración del condeMiguel (el texto pone Manuel como lo hizo años ha Marcelin Defour-neaux) Jijón y León con la Inquisición: el mismo conde culpó de la acu-sación a alguna autoridad quiteña convertida en su enemiga por nohaber consentido en sobornos, coludida con un clérigo que pretendíaser su hijo natural, de hecho el juicio no prosperó pues Jijón decidiódefenderse de manera directa frenta a la Suprema. Según el mismoDefourneaux Mejía sostuvo en las Cortes que Pablo de Olavide fue juz-

Page 384: Academia Nacional de Historia Boletín 180

gado en la Inquisición sobre todo por su condición de americano,Manuela Romero M. en su estudio sobre el caso indica que vino a serun chivo expiatorio por la situación ya crítica que se vivía en las colo-nias, con lo cual da la razón a Mejía.

El estudio siguiente, escrito por la joven y ya erudita investi-gadora María A. Vásquez Hahn, podría definirse como delicioso, si lapalabra no molestase a algún sesudo intelectual, en él la autora nosdescribe “el tiempo quiteño” de Mejía desde diferentes perspectivas:sus padres, su residencia, sus estudios, su vida amorosa (con un miste-rio que la autora no dilucida por imposible: el del matrimonio del jo-vencito con la madura Manuela Espejo), su profesión de médico, surelación con Carondelet… Uno de los méritos, no el mayor ni único, dela autora es el uso sensato y científico de fuentes originales, en granmedida desconocidas. Es también meritorio el hecho de desvirtuar mi-tos enraízados en nuestro medio, labor de poda que merece continua-ción perseverante. En cada página el lector avisado percibe las horas deinvestigación en archivos y bibliotecas.

Viene a continuación un artículo ya conocido (por ello noahondo en su análisis aunque su incorporación al volumen es correcta)del malogrado investigador Dr. Eduardo Estrella, el primero que dio aconocer de manera científica y metódica la actuación de Mejía comobotánico y su primacía en ese aspecto en la vida científica ecuatoriana. El siguiente aporte se debe al conocido estudioso ecuatorianista EricBeerman y se refiere al tiempo español de Mejía. Narra la salida deMejía desde Guayaquil y el por qué se dirigió a España junto con suamigo el marqués de Maenza. Refiere las impresiones del prócer frentea los hechos del 2 de mayo, inicio de la rebelión del pueblo españolfrente a Napoleón, pues, como en esa época ya afirmaba el conde deToreno, la política española, incluida la americana, dependía de susrelaciones extranjeras, sobre todo francesas e inglesas. De hecho esmuy difícil pensar que los políticos peninsulares, aun los “renovado-res”, no se dija los “innovadores” y los “conservadores”, de acuerdocon la vieja clasificación de Federico Suárez Verdeguer, hubiesen invi-tado a los americanos a las Cortes si no se hubiesen dado los tristesacontecimientos desde Bayona en adelante, con el nefasto protagonis-mo de quien sería el “rey felón”, Fernando VII. Beerman analiza laestadía de Mejía en Sevilla y en Cádiz, luga en donde el prócer se con-virtió en el líder indiscutido de los diputados americanos por su per-

385

R E C E N S I O N E S

Page 385: Academia Nacional de Historia Boletín 180

sonalidad y sus auténticas convicciones liberales, pero no liberales a lafrancesa, pues luchó contra Napoleón y su imperialismo, sino a la in-glesa y norteamericana.

El quinto artículo corresponde a Manuel Chust y aborda el te-ma de el liderazgo autonomisma de Mejía en las Cortes de Cádiz. Temaya tratado por el autor en otra oportunidad, por ello no me alargo en elcomentario y solo recalco la parte medular: el protagonismo de Mejíaen el intento fallido de construir un nuevo estado incluyente tanto delos reinos de España como de los de América, siendo éstos autónomosy bajo la norma de una constitución. Los diputados españoles no loaceptaban: recuérdese que en esos mismos días, aproximadamente, “elPresidente de Quito por la voluntad de los pueblos y Obispo por la gra-cia de Dios”, José Cuero y Caicedo, envió solicitudes de apoyo a difer-entes lugares y un peninsular contestó que mientras en España vivieseun español, aunque fuese un tonto o un niño, a ése le correspondíagobernar a América. Contra estas ideas trogloditas luchó Mejía.

Luego nos encontramos con el estudio de María José Collantesde Terán de la Hera referido a Mejía y la Inquisición. Considero que lapreocupación de Mejía sobre este tema no le venía desde Quito, ya seaporque aquí no funcionó nunca un tribunal por lo que no tuvo la tras-cendencia que a lo mejor pudo alcanzar en otros lugares, ya porque suamigo y maestro Eugenio Espejo recibió algún encargo del Comisariode la Inquisición en Quito y lo cumplió con absoluta versación y clari-dad. El tema de la Inquisición se había convertido en España en axial:en su torno giraban otros, venía a ser la piedra de toque entre el libe-ralismo y el absolutismo, además las derivaciones políticas del Tri-bunal se acentuaron en las últimas décadas del siglo XVIII y primeradel XIX . La autora resume con precisión los argumentos de Mejía con-tra el Santo Oficio de acuerdo a las fuentes con que contaba. Resaltatambién que su tesis contraria al Tribunal no significaba un ataque a laIglesia, antes al contrario un sano deseo, como católico, si bien con supunta de regalista, de librarla de los hierros de su vinculación abusivacon la Corona. La señora Collantes amplía la base de su estudio al in-corporar los escritos de Mejía en varios periódicos de su época en loscuales también se opuso a la permanencia de la Inquisición y de pasodefendió la libertad de imprenta.

El último aporte, y muy novedoso, se debe a la docta pluma deHernán Rodríguez Castelo, quien nos presenta la faceta inédita de un

386

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 386: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Mejía poeta, en mi modesta opinión no tan feliz aunque superior a suamigo Espejo. Rodríguez Castelo analiza con singular maestría estaprimicia literaria, que no solo muestra la voluntad literaria de Mejíasino aclara varios aspectos de su visión del mundo: crítica social, burlaa la falsa ciencia, picardía y humorismo criollos. El conjunto de poesíascomprende “Cantilenas”, “Romances”, “Epigramas”, “Fábulas”,“Sonetos”, “Canciones”, “Odas”, “Eglogas”, “Epístolas” y algunaspoesías religiosas que merecen atención. De la variada temática que lla-ma a la reflexión cito la referencia a la equivocada educación de la ni-ñez, entregada a los menos aptos, con lo cual se une a la queja expresa-da pocos años ante por el obispo José Pérez Calama. Mejía también sedio a la glosa: se ocupó de los versos referentes al amor del limeño Pe-dro Peralta Barnuevo, el mismo que mantuvo correspondencia con elerudito riobambeño y canónigo de la catedral de Quito Ignacio Chiri-boga y Daza. Lo más interesante para nosotros se halla en las odas enalabanza a varios personajes de su época: Matheu, Maldonado, Jijón,Espejo… Con ello muestra ese talante de “valoración de lo propio” car-acterístico de los intelectuales vinculados a Eugenio Espejo y que esuno de los antecedentes de la Independencia, sin que por ello des-conozca los defectos de los quiteños. También son de enorme interéslas “Epístolas” para el conocimiento de varios personajes de su tiempo,entre otras razones. Cabe resaltar la pericia y sapiencia con que Rodrí-guez Castelo analiza esta obra poética que, como lo dice al inicio, llenaun vacío dentro de la historia de nuestra literatura, casi huérfana detextos en los años previos a la Independencia.

Uno de los mayores méritos del libro, de sus editores y de sucoordinador es el haber dado a luz por vez primera las poesías de JoséMejía. La edición tiene el acierto de presentar no solo los facsímiles delas hojas manuscritas sino también la transcripción (con algún pequeñoerror), con lo cual facilita enormemente la lectura a los no iniciados. Laedición en su conjunto es clara, elegante, adornada con variadas ilus-traciones. Los ecuatorianos felicitamos a FONSAL y a todos los actoresde este libro por su singular aporte a la cultura nacional.

Carlos Freile

387

R E C E N S I O N E S

Page 387: Academia Nacional de Historia Boletín 180

388

Juan Cordero I. , OLAF HOLM: LA BIOGRAFÍA DE UN VIKINGO –ECUATORIANO, Quito, Banco Central del Ecuador, 2007, 316 pp.

A los doce años de su muerte llega unhomenaje muy especial del Vikingo quesupo integrar la pasión por la Arqueologíaecuatoriana, con el amor y el orgullo porsu segunda patria, la admiración por lacultura ecuatoriana, el ansia de hacer co-nocer las raíces del pueblo ecuatoriano, nosolo para incorporarlo a su saber, sino so-bre todo para el ecuatoriano sintiera orgu-llo de su pasado.

Los títulos de la obra del Dr. Juan Cor-dero Iñiguez muestran la inquietud dedescribir todo lo que fue este personaje:“Olaf Holm, el Vikingo”; “Biografía de un

personaje danés ecuatoriano” sin poder incluir todo lo que de él cono-cemos.

No es una biografía ordinaria, pues el autor nos conduce porlas diversas facetas de este Vikingo incansable, desde su llegada alEcuador en 1940 como representante de una empresa, sus intentos decolaborar en el desarrollo económico y su entrada a lo que será la pa-sión de su vida, la búsqueda del pasado arqueológico, su cultura, sustradiciones, en una palabra el alma ecuatoriana que la encontrabasiempre rica y digna de que todos sintiéramos un profundo orgullo.

No es una biografía ordinaria, pues nos pone en contacto conlas facetas más interesantes que aparecían en las entrevistas, en las dis-cusiones informales sobre los más variados temas, en sus cartas a losinvestigadores, en las anotaciones y sugerencias a los que se acercabanpara pedirle su criterio o simplemente para intercambiar opiniones.

Las fotografías escogidas por el autor en actitudes tan variadasson el reflejo de su personalidad siempre tranquila pero siempre abier-ta a cualquier consulta o para dar su parecer sobre cualquier cosa, otrasreflejan su búsqueda del pasado, fotografías en que aparece recorrien-do los caminos polvorientos de la Costa Ecuatoriana buscando conocer

Page 388: Academia Nacional de Historia Boletín 180

el pasado de este pueblo de igual manera que lo hubiera hecho por lasplayas de Dinamarca, imágenes del hombre investigador y curioso derecoger los restos de la tradición de los astilleros, de las costumbres delos pescadores, de los pueblos huancavilcas, de los manteños y deotros. Para los que conocimos de cerca esas fotografías son un recuer-do viviente de ese hombre grande y sencillo a la vez. Si algo puede fal-tar es una que revele el sentido de humor con que amenizaba las entre-vistas, consultas y reuniones informales. Sentido de humor siempredelicado, inteligente y oportuno.

La Biografía de este Vikingo reúne la profundidad del grancientífico, del investigador, del amante de la cultura ecuatoriana entodos sus aspectos, del admirador de nuestro pasado y lo hace con unagran sensibilidad al hacernos conocer al hombre sencillo y amigable,como lo fue siempre.

Si ser ecuatoriano es amar a su tierra, conocer sus raíces ytradiciones, sentir orgullo de su pasado, Olaf Holm merece como nin-guno el título dado por el autor, de DANÉS ECUATORIANO.

Octavio Latorre

389

R E C E N S I O N E S

Page 389: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Hemán Rodríguez Castelo, BENIGNO MALO. Universidad delAzuay, Cuenca, 2008, 202 pp.

Aún cuando las historia regionalesdel Ecuador pueden ser abordadas desdemúltiples entradas disciplinarias, al presen-te su estudio acusa numerosos vacíos a loscuales es necesario atender prolijamente.Toda historia regional apunta a superar lasfronteras de los límites político-administra-tivos de una provincia, de un municipio ode una nación. En el caso ecuatoriano, lahistoria nos remite a las antiguas "repúbli-cas regionales" (Quito, Guayaquil, Cuenca),una denominación que comunica la impor-tancia estructuradora de la realidad region-al en relación a la formación de una nación.

En este sentido, apreciamos doblemente la obra ofrecida por eldistinguido crítico e historiador de la Literatura Ecuatoriana, HernánRodríguez Castelo, con motivo del bicentenario del nacimiento de Be-nigno Malo Valdivieso (1807-1870), eminente político, estadista, diplo-mático y educador azuayo. Pero ante todo, impulsor del proyecto repu-blicano regional, y luego nacional, conocido como progresismo, cuyaincidencia en las adecuaciones del país a la sociedad moderna no siem-pre ha sido debidamente valorada.

A través de una división de su libro en dos grandes capítulos,"La Vida y la Obra en la Vida", y El Escritor", Rodríguez Castelo anali-za el valor como prosista y polemista del influyente discurso político,económico y educativo de Benigno Malo, plasmado en artículos de pe-riódico, folletos y hojas sueltas, publicados tanto desde posiciones depoder ministerial en los gobiernos de Juan José Flores y Roberto Ascá-subi, como en la enérgica oposición que el ciudadano Malo despliegaante el autoritarismo de García Moreno.

Junto al planteamiento de Rodríguez Castelo enfocado en laprosa como gran género literario del siglo XIX, y sobre la modalidad deescritura que desarrollan las élites de la época, recordemos el vigor que

390 390

Page 390: Academia Nacional de Historia Boletín 180

caracteriza en aquel siglo al llamado "diarismo". Desde fines del sigloXVIII, el diarismo impregnó a todas las formas de comunicación escri-ta en nuestro continente, desde el pequeño artículo hasta la elaboraciónde ensayos de mayor alcance. La importancia de la vida cotidiana de laépoca, y la realidad social de inestabilidad, fueron fenómenos que cu-brieron históricamente una de las épocas más hondamente vividas pornuestros publicistas y escritores. El diarismo ecuatoriano, al igual queen los demás países del continente, se enmarcó en un fuerte sistema decódigos y una tabla de valores con los cuales había que juzgar el serindividual y social, además de intentar moldear a la sociedad ecuato-riana. Fue, por lo mismo, un periodismo de ideas, y el discurso de Be-nigno Malo movilizó un vasto programa de progreso y de crítica socialpara el Ecuador que buscaba construir una nueva época.

Desde la historiografia, una breve reflexión final nos conducea percibir cierto riesgo en el hecho de analizar un discurso eminente-mente político en el marco de una visión panorámica de la historia co-mo conjunto de circunstancias. Al margen de esta observación, el librode Hernán Rodríguez Castelo tiene el gran mérito de reconducir nues-tro interés hacia una figura nacional surgida desde la región azuaya, unpolítico cuya riqueza de propuestas reformadoras apela a la conciencianacional tanto de ayer como de hoy.

María Cristina Cárdenas Reyes

391

R E C E N S I O N E S

Page 391: Academia Nacional de Historia Boletín 180

392

Julio Pazos, EL SABOR DE LA MEMORIA. HISTORIA DE LA COCINA QUITEÑA,

Quito, FONSAL, 2008.

Me da mucho gusto reseñar este her-moso volumen publicado por el Fonsal,organismo de la Municipalidad de Quito.“Gusto” es la palabra más apropiada parahablar de un libro como este, que trata desabores, memorias y paladeos, del sentidodel gusto, pero también de producciónagrícola y pecuaria, de protocolo, de cos-tumbres… De este libro de la historia de lacomida quiteña.

Cinco platos voy a servirles en esta reseña: una entrada, unasopa, un seco, una ensalada y un postre.

La entrada abre el apetito para lo que viene. La sopa calienta elestómago y es, como decían los comentaristas coloniales, de muchoprovecho para el cuerpo. El seco es lo que tiene más sustancia, es másserio y formal. La ensalada puede mezclar muchas cosas. Y el postre esel final glorioso de una buena comida.

La entrada

Vamos pues a la entrada, que sirve para abrir el apetito. Y loque quiero es abrirles el apetito sobre este maravilloso libro. Un librobien investigado, bien escrito, bien ilustrado, bien diseñado, bien pro-ducido. La propia idea del libro es muy original: una historia de la co-mida quiteña.

Quiero abrirles el apetito por el contenido, por la forma en queJulio Pazos empieza esa historia, como si fuera una novela. Nos relatacómo los primeros pobladores de estas benditas tierra, recolectores ycazadores, encontraron en Mullumica grandes vetas de obsidiana, ydesde allí otearon el horizonte y vieron cómo era la hoya del Guaylla-bamba, y cómo en los alrededores del Ilaló trabajaron sus puntas deflecha. Y nos cuenta el paso a la revolución agrícola y los primeros cul-tivos y cómo, en sus ceramios e incluso en sus levaduras, las familias

Page 392: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y las culturas de los períodos formativos, de desarrollo regional y deintegración nos dejaron testimonio de lo que comían y de cómo co-mían, para que Julio Pazos vaya, lo vea, lo estudie, lo consulte y nos locuente.

La Colonia y la República son vistas a través de cronistas y via-jeros, de libros de recetas, de cuentas de las compras. Encontrarán sor-presas muy agradables, curiosas, divertidas. Se detendrán ustedes condeleite en la relación del Licenciado Salazar de Villasante, tan solo 30años después de la fundación española de Quito, que muestra ya cómose iniciaba la fusión de las cocinas americana y europea; o en el listadode los bastimentos necesarios para un gran banquete que se brindó allibertador Simón Bolívar, en una gran invitación, tal vez en un conven-to o en una hacienda cercana a Quito, un mes después de la Batalla delPichincha, comida suficiente, según calcula Pazos, para 1500 invitados;o en el siguiente banquete y refresco que se le da al propio Libertadoren Cuenca, financiado por el Cabildo Diocesano y las CarmelitasDescalzas. Las alabanzas de Montalvo a la papa, y su prohibición deque las doncellas coman aguacate, les van a hacer reír…

En fin, para qué les cuento más, esta entrada está ya demasia-do larga, y como se nos ha abierto el apetito, pasemos a la sopa.

La sopa

La sopa tiene un fondo, que suele ser de res o de ave. El fondodel que quiero hablar es del que tiene este libro, y es que se inscribe enla corriente de la Nueva Historia del Ecuador, inaugurada en los 70 porlos historiadores, y sociólogos y antropológos que nos metimos a his-toriadores, de nuestra generación. La historia tradicional solo se inte-resaba por los grandes hombres y grandes fechas. La nueva historia, encambio, se interesa por el sustrato en el que han sobresalido, si así quie-re decirse, esos hombres y esas fechas; es decir que explica lo extraor-dinario por su opuesto: por lo ordinario. Cuál era la economía, cómoestaba constituida la sociedad, cuáles eran las ideas que se debatían,cuáles las relaciones y las tensiones sociales. Así, desde los 70 del siglopasado empezamos a escribir la historia económica, la historia social–la de los obreros, la del agro serrano y costeño–, y la historia de la vidadiaria, de la cotidianeidad. Esa nueva historia se interesa por sabercómo trabajaba la gente, cómo se repartían las tareas cotidianas, qué

393

R E C E N S I O N E S

Page 393: Academia Nacional de Historia Boletín 180

roles tenían en la sociedad, cómo se distinguían los distintos estratos,cuál era su vestuario, sus tratamientos; y, claro, qué es lo que comían,qué es lo que vestían, qué es lo que calzaban, cómo se divertían. Lanueva historia deja así de ser una crónica del poder, poblada de héroesy hombres de Estado y empieza a poblarse de gente ordinaria, porquetambién, ¡y cómo no!, ellos también fueron parte de la historia y del pa-sado. Al ver la cotidianidad, también se interesa por lo que rompía esacotidianidad: las fiestas y los duelos, los ritos y las celebraciones; lasbodas y los entierros; los bautizos y las fiestas cívicas.

Es en ese fondo que aparece este libro. Y solo había una per-sona en el mundo que podía hacerlo: Julio Pazos. Habrá muchos chefsy cocineros y habrá muchos poetas, o mejor algunos poetas y muchísi-mos que se creen poetas. Pero solo hay un chef y cocinero que es poetay un solo poeta que es chef y cocinero, y ese es Julio Pazos. Uno de lospetas más grandes de mi generación (el otro está, lamentablemente,metido de Ministro de Defensa). Julio se despoja aquí de su condiciónde poeta, y escribe el libro, como dice Simón Espinosa en su prólogo“desde la relativa objetividad de la crónica histórica y no desde la subjetividadrelativa de la poesía lírica”. En efecto, Julio Pazos demuestra que su pro-funda formación humanista, sus miles de páginas leídas a lo largo dela vida, sus miles de horas de clase dictadas, le permiten abordar conuna visión de arqueólogo, de antropólogo, de filósofo y de lingüista,además de cocinero experto, esta crónica de 3500 años de la cocinaquiteña.

Como dice Simón Espinosa, y déjenme citarle de nuevo, por-que es como poner las papas a la sopa, “El haber construido esta historiade la comida quiteña en la época prehispánica (Simón se refiere aquí a esaparte del libro, pero puede aplicarse a toda la obra) ”.

Si ya le admirábamos como poeta y como cocinero, hoy Juliopazos se consagra como historiador. Historiador de los que rescatan lahistoria de la vida cotidiana, en este caso del acto que nos permitevivir: cómo nos nutrimos, cómo preparamos los alimentos, cómo loscultivamos y cómo los consumimos.

El seco

Con eso, señoras y señores, permítanme pasar al seco. Este esun libro que aparece en un momento muy especial del mundo: un

394

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 394: Academia Nacional de Historia Boletín 180

momento de carestía alimentaria, sin precedentes históricos, que esprobable que cree un nuevo orden político mundial según el cual cadapaís trata de asegurarse su pedazo de la torta y se preocupa poco porel resto, según dijo Lester Brown, fundador del Earth Policy Institute.El encarecimiento de los alimentos básicos como el arroz y otros ce-reales podría afectar a alrededor de 100 millones de las personas máspobres del mundo.

"Estamos en medio de la más severa crisis alimentaria en lahistoria mundial", dicen los expertos. Se trata de una situación crónica-mente tensa, un problema serio y a largo plazo.

Los políticos reunidos en la cumbre de la Organización de lasNaciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que ter-minó este jueves en Roma, no lograron arribar a soluciones al encarec-imiento de los alimentos y el malestar civil causado por la escasez.Expresiones de inseguridad alimentaria, como las restricciones a lasexportaciones impuestas por países productores de granos, consti-tuyen presagios de "un capítulo enteramente nuevo".

Desde África hasta Asia, muchos países buscan comprar oarrendar tierras en el exterior para cultivar y alimentar a su población.China, el país más poblado del mundo, lleva la delantera: ya explotahaciendas en Tanzania, Laos, Kazajstán, Brasil y otros.

India ha puesto la mira en Uruguay y Paraguay. Corea del Surnegocia acuerdos agrícolas con Sudán y Siberia. Libia y Egipto, por suparte, hacen lo mismo con Ucrania.

Lo preocupante, según Brown, es que "los países más influ-yentes sean capaces de asegurarse suministros alimentarios, dejando apaíses pobres y menos poderosos sin alimentos que importar".

En Asia, el precio del arroz, el alimento básico de la región, casise triplicó sólo este año, llevando a muchos gobiernos a prepararse.

Para proteger a sus consumidores internos, India, Vietnam,Indonesia y China restringieron las exportaciones. Este año China ex-perimentó su primer déficit comercial de granos en décadas, y co-menzará a fijar impuestos a las exportaciones que oscilarán entre cincoy 25 por ciento.Políticos de todo el mundo miran con aprensión a China, que debe ali-mentar a 1.300 millones de personas, preocupados de que cualquiercambio en la histórica política de autosufienciencia del país tenga unefecto tremendo en el mercado mundial de granos.

395

R E C E N S I O N E S

Page 395: Academia Nacional de Historia Boletín 180

El primer ministro chino Wen Jiabao dijo que la prioridad deChina es alimentar a su propia población, y que ésa será "la mayor con-tribución" de ese país al mundo.

Pekín asegura contar con grandes reservas de granos para so-brellevar la actual crisis alimentaria. Pero su dimensión es incierta.

En efecto, el año pasado, China importó 31 millones de tone-ladas de granos y eso está influyendo en los mercados.

Por su parte, el secretario general de la Organización de las Na-ciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, dijo el martes a los líderes mun-diales reunidos en Roma que la producción de alimentos debe aumen-tar 50 por ciento para 2030 a fin de cubrir la creciente demanda.

"El mundo debe producir más alimentos", señaló el martes ensu discurso de apertura de la Conferencia de Alto Nivel, bajo el lema"Seguridad alimentaria mundial: Los desafíos del cambio climático y labioenergía".

"Es importante dar una respuesta inmediata a la carestía de ali-mentos, pero también es importante que nuestro objetivo sea la seguri-dad alimentaria a largo plazo", subrayó Ban Ki-moon.

"Antes de la emergencia actual, más de 850 millones de per-sonas sufrían hambre en el mundo. El Banco Mundial estima que lacifra puede aumentar en 100 millones más", indicó. "Las personas máspobres gastan dos tercios o más de sus ingresos en alimentos y seránlas más golpeadas".

El director general de la FAO, Jacques Diouf, respaldó el llama-do de Ban a aumentar la producción de alimentos. Además pidió a loslíderes mundiales 30.000 millones de dólares al año para relanzar laagricultura y evitar futuros conflictos por este motivo.

El precio de alimentos aumentó 37 por ciento en 2007 y 16 porciento más el primer trimestre de este año, según un índice creado porla FAO. El mayor uso del maíz para producir etanol, la creciente de-manda de Asia, las restricciones comerciales y las malas cosechas sonlas razones a las que se atribuye la crisis alimentaria actual.

Por otra parte, la inmensa diversidad biológica de América La-tina ha aportado poco a la agricultura comercial de la región, pese a serlugar de origen de dos de las cuatro especies más consumidas en elmundo, el maíz y la papa.

La humanidad ha consumido más de 7.000 especies vegetalesen su historia. Pero en los últimos 100 años ha dejado de cultivar más

396

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 396: Academia Nacional de Historia Boletín 180

de tres cuartos, y depende de apenas tres –trigo, maíz y arroz–, parasatisfacer casi 70 por ciento de sus necesidades calóricas, indican datosde las Naciones Unidas.

Es aquí donde se inserta este libro: porque este libro recoge lastradiciones milenarias de nuestra cultura alimenticia, y si sabemos es-tudiarlo y aplicarlo, con políticas públicas de desarrollo agrícola y decultura alimentaria, podríamos revertir la crisis de los cereales. Muchos cultivos antiguos, como el amaranto (del género Amaranthus)y la quinua (Chenopodium quinoa), prometedoras especies latinoame-ricanas, son hoy poco explotadas ante la expansión de cereales como elarroz y el trigo.

Junto con esos cultivos se pierden también conocimientos aso-ciados a ellos, empobreciendo la agricultura y la nutrición, señalanexpertos.

El amaranto fue declarado "el mejor alimento de origen vege-tal para el consumo humano" en 1979 por la Academia Nacional deCiencias de Estados Unidos, por sus proteínas y aminoácidos singu-lares y por no requerir cuidados especiales, mucha agua ni tierras muyfértiles.

Muy plantado por mayas, aztecas e incas, estuvo olvidadohasta la década de 1960, pero hoy se limita a tan sólo 2.000 hectáreassembradas.

"Al depender de no más de seis cultivos, la población es másvulnerable a las crisis de stock, oferta o demanda", en especial la máspobre, decía Juan Izquierdo, oficial principal de Producción Vegetal dela Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y laAlimentación (FAO) en América Latina, a quien leí esta semana.

Este cuadro es resultado de procesos que hicieron a más de 100países muy dependientes de los alimentos importados, empezando porla ayuda alimentaria, como la de Estados Unidos.

Desde los años 50 se "transfieren patrones alimentarios" a na-ciones pobres. Pensemos con lo que pasó con la producción local detrigo y cebada: Bolívar, Chimborazo. La apertura comercial "desigual"de las últimas décadas permitió a Europa y a Estados Unidos –muyproteccionistas– "inundar el mundo con alimentos baratos", bienveni-dos por un tiempo, hasta que la crisis reveló la trampa.

En Brasil, el trigo sustituyó buena parte del consumo de man-dioca (Manihot esculenta), maíz (Zea mays) y fríjoles (Phaseolus).

397

R E C E N S I O N E S

Page 397: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Las mujeres ejercen papeles opuestos en la diversidad alimen-taria. Como consumidoras, abrumadas por la doble o triple jornada detrabajo, "contribuyen a la homogeneización", pues buscan alimentosrápidos y fáciles de cocinar, pero en las zonas rurales las mujeres son"depositarias de la biodiversidad, de semillas y de conocimientos" sobrenumerosos alimentos, infusiones y hortalizas sembradas en torno de lascasas, mientras los hombres tienden a seguir la lógica del mercado.

Ahora, en mi manera de ver no sólo hay que rescatar los 'viejoscultivos con alto poder nutritivo', sino rescatar todo un sistema queimplique fortalecer los conocimientos, la cultura, la variedad producti-va y nutritiva, y permita la reafirmación de los saberes milenarios. Esoes lo que digo que puede extraerse de este libro

La "conciencia" para aprovechar oportunidades es un factorclave: fíjense quie Estados Unidos es el mayor productor mundial dequinua, porque en un condado del estado de Nebraska se le dedican25.000 hectáreas. La cosecha se destina a un alimento infantil de la cor-poración Nestlé.

Es verdad también que los cultivos que han sido objeto de in-tenso mejoramiento genético, como el maíz, el arroz y el trigo, rindenmucho más por unidad de superficie", Yo estoy con los expertos másserios pues sin mejoras similares es difícil que especies nativas, comoel amaranto y la quinua, puedan competir en el mercado, añade.

La ensalada

Mi oculista me recomendó comer ensaladas de muchos colo-res… Me dijo que hacen bien a la vista. Y este libro hace bien a la vista,por sus ilustraciones, sus fotografías, su diseño. Para comenzar, el vo-lumen contiene 35 ilustraciones originales, expresamente encomenda-das al biólogo y pintor Juan Manuel Carrión, sobre la fauna y flora nati-va útil de la hoya de Guayllabamba, es decir aquella que desde la pre-gurosamente científica. Añádase 55 fotografías especialmente rea-lizadas por Jorge Vinueza, con el apoyo de Florencia Luna, sobre losplatos preparados por Julio Pazos y sus ayudantes, y espolvoréeseotras fotos de distintos autores, así como la reproducción de grabadosy pinturas de los últimos siglos, relativas a las costumbres culinarias deQuito y la serranía ecuatoriana. Todo eso, se adereza con el conceptográfico y el diseño de Trama y la impresión de Mariscal. El resultado es

398

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 398: Academia Nacional de Historia Boletín 180

una ensalada multicolor y hermosa en un libro que es un placer hojear-lo, además de leerlo.

El postre

Nos encanta el postre, pues corona la comida. Y en este caso, elpostre es el FONSAL, caserito. Porque, además de rescatar nuestro pa-trimonio tangible el FONSAL rescata nuestro patrimonio intangible,como es la historia de la cocina quiteña. En cuanto a lo tangible: de loscentenares de obras del FONSAL solo tres ejemplos concluidos en lasúltimas semanas: la Casa Museo de Sucre, restaurada para el Minis-terio de Defensa; el Teatro México, que estaba en ruinas y hoy es elteatro más moderno de América Latina no por la novedad de su rea-pertura sino por su ultramoderno equipamiento; y la Estación del Fe-rrocarril en Chimbacalle, reabierta el 25 de junio y también restauradapor el FONSAL como un acto de celebración de los 100 años de la lle-gada del ferrocarril a Quito, donde el propio FONSAL armó una exhi-bición sobre la época y el contexto de aquel acontecimiento.

Pero hay más: el 8 de agosto, se abrirá ya restaurados cincopabellones del nuevo Centro de Arte Contemporáneo, en el antiguoHospital Militar, que albergará una magna exposición sobre el Bicen-tenario de la Independencia. ¡Como para que se nos haga agua la boca!Al igual que al leer, hojear y degustar este maravilloso libro de la his-toria de la cocina quiteña, mérito del FONSAL, de Julio Pazos y de todoun grupo de personas a los que hay que estar reconocidos.

Gonzalo Ortiz Crespo (*)

(*) Concejal Metropolitano de Quito, recientemente elegido como Miembro Correspondientede la Academia Nacional de Historia. Discurso pronunciado en el Centro Cultural Itchimbía el7 de junio de 2008 en el acto de lanzamiento del libro.

399

R E C E N S I O N E S

Page 399: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 400: Academia Nacional de Historia Boletín 180

VIDA ACADÉMICA

Page 401: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 402: Academia Nacional de Historia Boletín 180

DISCURSO DEL DR. MANUEL DE GUZMAN POLANCO

EN EL ACTO DE RECORDACION CIVICA DE LAPROCLAMACION DE “QUITO LUZ DE AMERICA”

Es una expresión que hemos oído más bien en ambientes cul-turales y sociales. Lo hemos repetido ocasionalmente y poco, sin pro-fundizar su contenido. Pero no es una expresión simplemente literaria,o una fórmula patriótica inventada, ni una petulante señal de impor-tancia entre las ciudades de América. Se trata de una síntesis históricade lo que hace 200 años pensaban de nosotros otros pueblos deAmérica Hispana. Lo que ahora intentamos es destacar la importanciahistórica del altísimo calificativo atribuido a nuestra ciudad en elmundo de entonces; y es que, 200 años después de haberse proclama-do, acaban de reiterar el pueblo de Chile y su gobierno lo que dijeronsus héroes en 1812 respecto de Quito.

403

Monumento a Fray Camilo Enríquez en Valparaiso, Chile

Page 403: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En efecto, para dejar constancia de lo que hoy pueden decir losciudadanos del hermano pueblo de Chile, se levantó en Valparaíso enabril de este año 2008, un monumento al patriota y prócer chilenoCamilo Henríquez, en cuya base consta el texto del mensaje que en1812 envió al mundo hispanoamericano el Congreso de Chile y lorecogió el gobierno de ese País proclamando a Quito Luz de América.

Aquí pueden ustedes ver el texto de la gran placa de mármolque consta en el monumento de la Avda. Brasil a Camilo Henríquez enValparaíso.

“INSTITUTO DE CONMEMORACION HISTORICA DE CHILEEMBAJADA DE LA REPUBLICA DEL ECUADOR

FRAY CAMILO HENRIQUEZ1769-1825

APOSTOL DE LA DEMOCRACIA

PADRE DEL PERIODISMO NACIONAL

EN 1810 PRESENCIO EN QUITO COMO ERA SOFOCADO ELPRIMER ALZAMIENTO REVOLUCIONARIO DE LA AMERICAESPAÑOLA, LO QUE INSPIRO SU DRAMA “LA CAMILA” Y LE

HIZO ACUÑAR SU FAMOSA FRASE DE“QUITO LUZ DE AMERICA”

ESTE RECUERDO ES TESTIMONIO DE LA IMPERECEDERAAMISTAD CHILENO ECUATORIANA

ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE VALPARAISO 2008

Todo esto fue producto de un largo proceso de investigaciónhistórica y de correlación entre las Academias de Historia del Ecuadory la de Chile con su Matriz la Sociedad Chilena de Historia y Geogra-fía. Debo destacar la clara orientación que dio a estas muestras de con-fraternidad el actual gobierno de Chile y el apoyo que recibimos de laEmbajada del Ecuador en Santiago y de la Embajada de Chile en Quitocon su Embajador aquí presente Señor Enrique Krauss Rusque.

En el año 2005 fui invitado a Chuquisaca, actual ciudad Sucre

404

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 404: Academia Nacional de Historia Boletín 180

y capital oficial de Bolivia, por la Academia de Historia de ese país her-mano.

Tuve entonces la oportunidad de oír autorizadas opiniones delos historiadores bolivianos sobre sus primeras manifestaciones de in-dependencia en el año de 1809. Como respaldo de sus expresiones in-vocaron constantemente el libro del notable historiador, Padre Jesuitade apellido Llud, quien en 1984 publicó en La Plata (Bolivia) tercernombre oficial de Chuquisaca, un voluminoso estudio sobre Los Movi-mientos de Independencia de la Audiencia de Charcas en 1809. Todo ello mecondujo a confirmar el punto de vista de nuestra Academia de queefectivamente los primeros gritos públicos por la Independencia aun-que limitados a estudiantes y profesores bolivianos, se produjeron jus-tamente en la plaza pública en la Plata, en marzo de 1809 y luego tu-vieron eco en La Paz en julio del mismo año.

Por consiguiente, el 10 de agosto de 1809 en Quito fue otro delos Gritos de Independencia de ese año, con la decisiva circunstanciade que éste grito fue de las élites intelectuales, sociales, económicas,respaldado ampliamente por las bases populares; por lo que se trans-formó en el modelo radical en el curso de la independencia de Hispa-noamérica.

La Junta Suprema del Gobierno de Quito, instalada en el Pala-cio del Reino de Quito, el 10 de Agosto de 1809, fue nada menos que elprimer gobierno autónomo, soberano, de la América Hispana, por lomismo independiente de la corona española; y conformado por criol-los, esto es por los que desde entonces llamaríamos Patriotas, identifi-cados como españoles americanos, iguales en derechos a los Peninsu-lares, pero distintos en sus concepciones políticas de los españoles quevenían administrando esta parte del colosal imperio.

Ese es el irrefutable título, exclusivo para Quito, reconocidoantes de hoy por los historiadores de otras regiones, inclusive de Espa-ña mismo.

Luego de las documentaciones que al respecto logré obtener enBolivia, me trasladé a Chile, en donde la guía de mis colegas Acadé-micas y la orientadora presencia del Embajador Ecuatoriano en esepaís, el distinguido y querido amigo Dr. Gonzalo Salvador Holguín,acompañado de su encantadora esposa Doña Belén Misle de Salvador,artista e investigadora histórica, me permitió relacionarme con los ex-pertos y las Autoridades adecuadas para hacer el examen de los orí-

405

V I D A A C A D É M I C A

Page 405: Academia Nacional de Historia Boletín 180

genes de la famosa expresión: “Quito luz de América”. Sabía yo comosabíamos unos cuantos ecuatorianos que ese honroso título nos lo otor-garon los próceres chilenos de la Independencia hace 200 años.

Por tanto mi investigación se dirigió a conseguir la documen-tación e información en los archivos chilenos nacionales y en los de laArmada Chilena, como también en los del Municipio de Valparaíso,porque el glorioso título se ordenó que fuera colocado en el faro de en-trada al Puerto de Valparaíso, uno de los más importantes con Guaya-quil en la época hispánica, en el Pacífico Sur.

Fue nuestro eminente historiador y querido amigo Dr. JorgeSalvador Lara quien por primera vez abordó el estudio histórico, en elrevelador estudio que consta publicado en el Boletín No. 111 (Enero ajunio 1968) de la Academia Nacional de Historia.- Eso fue hace 40 años.

¿Cuál fue la razón que movió a los héroes de la IndependenciaChilena a lanzar a la faz de sus propios ciudadanos y de todo el que lle-gara a las Costas Chilenas el mote de que Quito era Luz de América?

En 1812 el gobierno de los Patriotas hermanos Carrera dirigíalos destinos de Chile y el Congreso constituido en Santiago y Valparaí-so luchaban contra grupos reaccionarios que trataban de conquistar elapoyo de los ciudadanos, no obstante que el 18 de septiembre de 1810habían proclamado su independencia del régimen despótico corrompi-do e inoperante de los administradores peninsulares en ese país, comoocurrió en todos los demás del Imperio español de entonces.

En ese momento el de Chile era el primer Congreso estableci-do y funcionando en América Hispana y estaba regido por un testigoocular de los sucesos de Quito de los años 1809-1810. Se trataba nadamenos que de Fray Camilo Henríquez, de la Orden de los Frailes de laBuena Muerte, quien pudo apreciar la altura de pensamiento y la pro-fundidad de la acción política de los quiteños al proclamar su indepen-dencia el 10 de Agosto y al entregar su vida en aras de sus principios yde la libertad de su pueblo el 2 de Agosto de 1810. Era pues el momen-to para poner a la faz de los chilenos el ejemplo que dieron sus her-manos de la Real Audiencia de Quito.

Debería reconocer que no fueron tantos los documentos histó-ricos que han sobrevivido en Chile, en relación con nuestro tema, des-pués de 200 años. Los terremotos, las inundaciones, en general los cam-bios en la geografía física de esa gran nación habían ido eliminandomuchos de los documentos que nos interesaban.

406

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 406: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En noviembre del 2006, concurrí a nombre del Ecuador al Dé-cimo Congreso de la Asociación Iberoamericana de Academias de laHistoria, en la capital de Portugal-Lisboa. Los diálogos con los histo-riadores americanos y sobre todo con los de Chile y Argentina,Colombia y México, me llevaron a la conclusión de que podía esperarlos esfuerzos de los colegas chilenos para verificar aquel notable hechode 1812 a que vengo refiriéndome y que proclamó a “Quito Luz deAmérica”.

Eso me permitió lograr que visitara Quito el Académico chile-no Sergio Martínez Baeza, en marzo del 2008, quien imbuido del mis-mo espíritu de sus compatriotas de antes y de los actuales, intervinotambién en el muy significativo y agradable acto que organizó el Em-bajador de Chile, Dr. Krauss, en acuerdo con el Municipio de Quito,destacando en la Plaza de la Independencia los diversos recuerdos delpaso de chilenos por este país, constantes en nombres de personajes yde Instituciones, de plazas, de algunos barrios y recodos, de escuelas,colegios, en fin. Fue oportunidad también para que el querido amigoSergio Martínez pronunciara en el local de la Academia Nacional deHistoria un discurso de amplia información histórica sobre la misiónque cumplió en el Ecuador el prócer chileno Camilo Henríquez, comotambién fue memorable su intervención en la Pontificia UniversidadCatólica del Ecuador, sobre el Derecho Indiano, materia que va cobran-do mucho prestigio en toda América y en España y que es fuente deuna más profunda y justa interpretación de los 300 años que estuvimosbajo el régimen jurídico de las Leyes de Indias y sus consecuenciashasta el día de hoy.

A principios de abril de este año, recibí el llamado del indica-do académico chileno, Presidente de la casi centenaria Sociedad Chi-lena de Historia y Geografía, invitándome oficialmente a la Inaugu-ración del monumento que se estaba levantando en la ciudad de Val-paraíso para Fray Camilo Henríquez, prócer de la Independencia deChile, primer periodista de ese país y primer bibliotecario de Santiagode Chile. Añadía el invitante que estaba preparada además la granplaca que ocuparía el frente del monumento al prócer chileno. Esa pla-ca sería la que consta en el texto que se exhibe ante ustedes y ya lo hetranscrito.

Sobria, digna y emotiva fue la ceremonia en la que intervinobrillantemente el Alcalde y Académico de la Historia General Paco

407

V I D A A C A D É M I C A

Page 407: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Moncayo Gallegos, destacando las razones por las que las que Quito nosólo había merecido hace 30 años ser proclamada por la UNESCO laprimera ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino como fueconsagrada “QUITO LUZ DE AMERICA” por su presencia en la histo-ria de la libertad de las nuevas naciones del Continente Americano.

Por su parte, el Alcalde de Valparaíso, señor Hernán Pinto Mi-randa, señaló que Camilo Henríquez, durante su estancia en Quito, nosólo abonó fecundamente con sus ideas las de independencia de lospróceres quiteños sino que también aprendió de ellos los elementosque lleva consigo la soberanía y como había que defenderlos con el sa-crificio de la propia vida…

Quedaba consagrado formal y públicamente un hechohistórico, el cual hemos pasado por alto simplemente por falta de infor-mación, durante tantos años sobre todo los ecuatorianos. Hoy, mien-tras empezamos a celebrar con las demás naciones del Continente elBicentenario de la Independencia del Ecuador, el Ilustre Cabildo deValparaíso y el Comité de Celebraciones Cívicas de Chile, reiteran fra-ternalmente al pueblo del Ecuador el glorioso título que sus antepasa-dos otorgaron a nuestro país de “Quito luz de América”.

Tan merecido calificativo no era sólo por los dos extraordinar-ios hechos que presenció en Quito el Fraile Camilo Henríquez, el 10 deagosto de 1809 y el 2 de agosto de 1810, sino que Quito ya venía ganán-dose ese título a través de toda su historia desde la época del descu-brimiento y la conquista. Mencionaré las más cercanas fechas de losmovimientos populares, típicamente populares del siglo XVIII, en losque estuvieron representados los principales grupos sociales de la épo-ca y ocurrieron en la Sierra Centro-Norte; los que fueron: según elAcadémico Segundo Moreno Yánez: Riobamba 1764, San Miguel 1766,San Felipe 1771, Otavalo 1777, Guano 1778, Ambato 1780, Túquerres1800.

De 1767 a 1803; 41 indígenas fueron condenados a muerte: 33hombres y 8 mujeres.

Dejo para la información de ustedes al ilustre historiador yamigo, Dr. Jorge Núñez Sánchez, Tesorero de la Academia, para que lesdiga algo sobre ése extraordinario Fraile de la Buena Muerte que consus compañeros Próceres proclamaron la grandeza de nuestro pueblo,hace ya 200 años.

Pensadores, héroes y mártires que nos dejaron la tremenda res-

408

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 408: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ponsabilidad frente al actual Ecuador y todo el mundo hispánico de loque cuesta alcanzar la Libertad en el Orden. Así como debe ser su ra-cional ejercicio: orden pero con libertad, base de todo Gobierno De-mocrático y sustento de los sagrados derechos humanos.

Quito, 3 de Julio de 2008

409

V I D A A C A D É M I C A

En Valparaíso, al pie del monumento a Fray Camilo Enríquez.Constan en la foto: el profesor Sergio Martínez Baeza, el genaral Paco Moncayo

y el doctor Manuel de Guzmán Polanco

Page 409: Academia Nacional de Historia Boletín 180

410

LA BIBLIOTECA JACINTO JIJÓN Y CAAMAÑODE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

DEL ECUADOR

Ana Vargas de Vela*

Al denominar a esta bibliote-ca con el nombre de Jacinto Jijón yCaamaño, la Academia Nacional deHistoria del Ecuador ha realizando unjusto reconocimiento a uno de susinsignes fundadores, hombre polifacé-tico: científico, investigador, historia-dor, arqueólogo, bibliotecario, acadé-mico, escritor, político, coleccionista,industrial, innovador comprometidocon el desarrollo de la patria.

El 17 de diciembre de 2007 serealizó el acto de presentación de laBiblioteca Jacinto Jijón y Caamaño dela Academia Nacional de Historia delEcuador.

A propósito de la apertura de su nueva sede, la AcademiaNacional de Historia del Ecuador se propone optimizar los serviciosbibliotecarios, reafirmando y redefiniendo los objetivos propuestosdesde su fundación, el 24 de julio de 1908.

Utilizando los adelantos tecnológicos de la información y lascomunicaciones, tales como los nuevos soportes informativos, los pro-gramas computacionales diseñados para la gestión bibliotecaria y lasredes de comunicación, se ha diseñado un sistema de gestión de infor-mación bibliotecaria, adecuado a sus propias necesidades, tratando deconvertir sus servicios en ágiles y oportunos aportes que permitan me-jor conocimiento de la historia tanto nacional como universal.

* Bibliotecaria de la Biblioteca “Jacinto Jijón y Caamaño” de la Academia Nacional de Historia

Page 410: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Es necesario resaltar la importancia que tiene la biblioteca enuna institución académica, especialmente en lo referente a la investiga-ción, difusión y socialización del conocimiento como fuente básica departida para crear nuevo conocimiento o emplazar diferentes puntosde vista o criterios sobre un mismo asunto.

La institución ha tomado la responsabilidad de innovar su bi-blioteca, tanto sus colecciones y su organización como sus servicios, afin de convertirla en un referente para el desarrollo de la investigaciónhistórica y la difusión de la información con sentido democrático.

Se ha iniciado la organización de la colección documental exis-tente planificando un sistema de organización que refiere a lo siguiente:

Se adopta el Sistema de Clasificación Decimal Dewey para laclasificación documental; para la catalogación se seguirán las Reglas deCatalogación Angloamericanas 2ª edición y para la indización se nor-malizán las entradas de materias basándose en el Archivo de autorida-des de materia en formato MARC (ARMARC) 2007, tesauros especiali-zados de materias afines y la confección de descriptores propios paradenominar conceptos, objetos, lugares, eventos, instituciones y perso-najes propios de la historia nuestra y universal.

En la sección de hemeroteca se ha priorizado la organización yanálisis de la información del Boletín de la Academia Nacional de His-toria, anteriormente, Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de EstudiosHistóricos Americanos, publicación que se ha mantenido desde hace 89años, existiendo 179 números editados por la Academia y 13 por laSociedad de Estudios Históricos Americanos. Precisamente fue JacintoJijón y Caamaño quien inició esta publicación dotándole de un altorigor científico.

El nivel de catalogación del Boletín de la Academia es el analí-tico por artículo, con el fin de conocer el contenido de cada uno, ade-más de los otros datos bibliográficos descriptivos. Este proceso analíti-co por artículo facilitará la difusión de su contenido por varios puntosde acceso y será una gran fuente de referencia para el conocimiento denuestra historia y los aportes que los miembros de la Academia handado en el transcurso de los casi 90 años de investigaciones.

Otro aspecto importante que se propone la Academia en subiblioteca es formar una colección representativa de la historiografíaecuatoriana y universal, en los más diversos soportes, de tal maneraque sea una fuente de información de acceso fácil, amplio y oportuno,

411

V I D A A C A D É M I C A

Page 411: Academia Nacional de Historia Boletín 180

vinculado a académicos, investigadores, estudiosos, docentes y públi-co en general interesados en la historia y materias relacionadas.

Por último, es propósito de la Academia Nacional de Historiadifundir al público, lo más ampliamente posible, la información conte-nida en su colección cuidadosamente seleccionada y organizada. Deesta manera estará cumpliendo con los más altos objetivos de la Aca-demia expresados en su estatuto: cultivar, promover y realizar estudiose investigaciones científico-históricas con carácter nacional y universal.

De lograr los propósitos expuestos, la Academia Nacional deHistoria, desde su Biblioteca Jacinto Jijón y Caamaño contribuirá a me-jorar la calidad de las investigaciones, de la enseñanza y del aprendi-zaje de la Historia en los tres niveles de educación, lo cual tendrá ecoen el desarrollo científico y técnico en todas las áreas del conocimiento,así como se convertirá en una alternativa para conseguir mejorar laautoestima de los ecuatorianos y un mejor desarrollo social.

412

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 412: Academia Nacional de Historia Boletín 180

413

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DEL VESUBIO AL COTOPAXI: HISTORIA

ADMIRABLE.POR SU AUTOR, GUSTAVO PÉREZ RAMÍREZ

De la manera más sentida agradezco al Doctor Manuel de Guz-mán Polanco, Director de la Academia Nacional de Historia y al PadreJuan Bottasso, Director, Fundador de la Editorial Abya Yala por susgenerosas palabras en la presentación del libro.

Pero sería injusto arrogarme todos los meritos cuando son va-rios los coautores, a quienes deseo dar público reconocimiento. Al ha-cerlo iré develando la génesis del libro y su desarrollo. The making of abook, es algo que en otras latitudes se aprecia, pues ayuda a valorar laimportancia del mismo.

Antes deseo hacer una breve reflexión sobre la soledad del es-critor, de que tanto se habla.

Gabriel García Márquez sostiene que el oficio del escritor es elmás solitario del mundo.

Oscar Wilde decía que solamente aislándose por completo po-día oír su propia voz. Se conoce su aforismo: “La ociosidad propor-ciona las disposiciones para escribir y la soledad las condiciones”.

El mismo Kafka, que en Praga vivía con su familia, añorabaestar en una nave espacial, en un submarino, en un armario, para po-der concentrase. Por eso las noches eran su momento preferido paraescribir. Son vivencias de genios literarios.

Para mí, modestamente, como historiador, la experiencia es loopuesto: de acompañamiento. Cierto, hay cierta soledad en las largashoras, días, semanas de reclusión en hemerotecas, archivos, bibliotecas,pero que se compensan con la alegría del encuentro con personas quese interesan en el tema y colaboran eficientemente, y además están losencuentros con los entrevistados para cotejar hallazgos y conocernuevos puntos de vista, que aportan mucho al libro. De ahí que consi-dere a muchos como coautores, a quienes agradezco, si bien corro elriesgo de olvidar involuntariamente a alguien.

I- Ante todo agradezco a la familia Cassola que aportó mucho.

Page 413: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Fina Guerrero Cassola, mi esposa, fue la inspiración y apoyo constantehasta en la corrección del texto. Al oírla expresarse con tanto orgullo yentusiasmo de su abuelo Rafael Cassola, a quien ella llamaba Papalito,hijo único de Carlo Cassola, el protagonista de esta Historia Memora-ble, surgió en mi el deseo de conocer mejor sus vidas. Interés reforza-do por lo que fui escuchando de mi suegra Josefina Cassola de Guerre-ro, de mi cuñado Carlos Guerero Cassola, y de los parientes Rafael,Eduardo, Ana, Azucena y Elsa Casola Teran, lo mismo que de FannyCadena de Bacinnetti.

Se conformó el perfil de un gran patriota, luchador liberal, co-ronel de milicias con Eloy Alfaro, senador del 1908 al 1912, extraordi-nario empresario que obtuvo medalla de oro por la calidad del trigoque producía en sus haciendas.

II- Con todo, a Eduardo Cassola debo un agradecimiento espe-cial, lo mismo que a Marco Karolys, en Latacunga, autores de una histo-ria inédita del colegio Vicente León, para el que vino contratado CarloCassola para la enseñanza de la Química y la Física. Ellos investigaronexhaustivamente los archivos del Colegio y me dieron acceso a sus notasy al artículo de Marco Karolys, publicado en 1997 por la corporaciónSociedad de Amigos de la Genealogía en De dónde venimos los ecuato-rianos, uno de los pocos documentos que mencionan a Carlo Cassola.

Este hizo sus estudios en Paris, en la Escuela de Artes regenta-da por Bousingault. Después de tres años, al culminar sus estudios, lohizo su asistente, y cuando el Gobierno Ecuatoriano de Urbina, busca-ba un profesor calificado para enseñar en el famoso colegio VicenteLeón de Latacunga, Boussingault sugirió a Carlos Cassola, quien llegóa Latacunga en 1855. Y no se limitó a dar unas pocas clases, introdujouna nueva metodología de la enseñanza experimental, dando énfasis ala investigación; fundó el primer periódico cultural, La Civilización,hizo mediciones metereológicas e ideó importantes proyectos paraponer la Química y la Física al servicio del país.

El historiador latacungueño, Paúl García Lanas y FreddyTorres, ex rector del colegio también aportaron valiosas informaciones.

III- Pero fueron los hermanos Juan Carlos y Verónica CepedaCassola, tataranietos de Carlo Cassola e hijos de Azucena Cassola, bis-nieta y del Dr. Alexis Cepeda, quienes le dieron el impulso definitivo allibro, pues sin ellos todo hubiera quedado reducido a unas pocas pági-nas. A su persistencia en busca de sus orígenes italianos, se debe el des-cubrimiento de parientes en Nápoles, gracias al intenso uso que hicie-

414

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 414: Academia Nacional de Historia Boletín 180

ron del Internet, y a que Verónica, quien fue a hacer una maestría en Es-paña, donde se casó con el español Daniel Santos, prosiguió en el em-peño. Con su esposo, enviaron más de 60 cartas a Italia hasta dar conlos parientes napolitanos, las gemelas Ernesta y Paola Cassola, que vi-ven en Nápoles y Maria Luisa Cassola que vive en Roma. Y despuéscontrataron a un abogado que logró encontrar el acta de nacimiento deCarlo Cassola. Son pues coautores de mucho mérito.

IV-. Ernesta Cassola se convirtió en interlocutora y aportóvaliosas informaciones a Juan Carlos y Verónica que la visitaron, y des-pués, cuando la entrevistamos en Nápoles con Fina, nos permitió foto-copiar abundantes documentos, cartas y nos dio información adicional,que incluyó la genealogía de la familia Cassola, que se conoce desde1374, de origen noble lombardo, con títulos y castillos. Más que losabolengos de su nobleza, lo que nos interesó fueron los méritos excep-cionales de los logros científicos de esa familia, cuyos miembros fueronllamados Doctor de doctores, como el primero, de nombre Filippo, elMagnifico, el Sabio, apelativo con el que se le conoce a Carlo Cassolaen Latacunga. Trajimos copias de cartas y abundante documentaciónespecialmente sobre Filippo, uno de los químicos más notables del si-glo XIX en Italia, autor de un tratado de Quimica en 5 volúmenes, pro-fesor egregio en la famosa escuela Militar, la Nunziatella, y un graninventor de fama internacional. Con Ernesto visitamos la Nunziatella.En la asociación de exalumnos está el busto en mármol de Filippo.

V- Ernesta Cassola nos introdujo a la biblioteca Nacional deNápoles. Alli encontramos apoyo entusiasta de la directora de la sec-ción napolitana, la dottoressa Rosa Rossi, quien personalmente se im-plicó en la búsqueda en que nos encontrábamos para documentar undato histórico del padre de Carlo, Filippo, autor de un famoso descu-brimiento de una lámpara de gas, que iluminó por primera vez la bahíade Nápoles. Invento que entusiasmó al hermano del zar de Rusia, Ni-colas I, de paso en Nápoles, quien hizo invitar a Filippo a Petrogradopara instalar allí el invento. Gracias a la dottoressa Rosa Rossi, pudimosdocumentar ampliamente este invento, y descubrir que la GranDuquesa Elena, la tarde del 3 de octubre en Petrogrado, cuando tuvolugar la prueba ante los nobles y el pueblo proclamó entusiasmada “Ilsole di Cassola.” 1

415

V I D A A C A D É M I C A

1 Basado en el invento del capitán inglés Drumont, que había descubierto una nueva luz a gas,logrando un resplandor al concentrar gas oxhídrico sobre óxido de calcio.

Page 415: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Una tarde, en la hemeroteca de la biblioteca Nacional de Ná-poles, después de largas horas de búsqueda con mi señora, oímos exul-tante a la dottoressa: “L´ho Trovato: il sole di Cassola”. Al día siguiente seapareció con los retratos de Filippo y de Carlo, de las que adquirimoscopia, lo mismo que reproducciones de los documentos encontrados.

Por Internet y teléfono mantuvimos contacto con la bibliotecay fuimos obteniendo información adicional. Inclusive supimos que enla biblioteca Universitaria de Nápoles había un fondo Cassola con doc-umentación de Filippo y de Carlo Cassola, pero no regresamos a Nápo-les para consultarlo, porque la biblioteca está en reconstrucción y cer-rada por largo tiempo.

VI- En la Embajada de Italia en Quito, encontré en el agregadocultural, Sr. Mauro Rombi, decidido apoyo, no solo para obtener entiempo record la visa, sino acceso a la biblioteca de la Embajada, y unainvitación para dar una conferencia sobre Carlo Cassola, en la “Semanade la lengua italiana” el año pasado. Conferencia que quedó incluidaen la lujosa publicación Los Italianos y el país de la mitad del mundo quehonra a los pioneros italianos en diferentes campos, cuyo lanzamientoserá en octubre este año durante “el mes de la lengua Italiana”. Ade-más, me facilitó las fotografías que tomó del Colegio Vicente León, encuya visita lo acompañé. De él es la foto del óleo de Carlo Cassola pin-tado por Rafael Salas, que se encuentra en el laboratorio de Química.Adorna ahora la portada de mi libro.

VII- En Ecuador, en busca de información sobre Carlo Cassola,sobre su periódico La Civilización y una historia de la Química enEcuador, visité innumerables bibliotecas, comenzando por la del cole-gio Vicente León, en Latacunga, donde, para mi gran sorpresa, no exis-te absolutamente nada de Carlo Cassola. Incrédulo regresé a Latacungay persistí en la búsqueda, hasta hacer que me condujeran al cuarto dela hemeroteca. Todo en vano.

En todas las bibliotecas de Quito las menciones de Carlo Ca-ssola que encontré se pueden contar en los dedos de la mano y sobran:

1-Luis Robalino Dávila, García Moreno, 1949, Quito, TalleresGráficos Nacionales, pp. 101-103.

2-El padre jesuita José María, Le Gohuir Raud, Historia de laRepública del Ecuador, 1925, Quito

3- Gustavo Alfredo Jácome, quien le dedica el capítulo VII deuno de sus libros al Colegio San Vicente de Latacunga, al mencionar la

416

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 416: Academia Nacional de Historia Boletín 180

llegada del “célebre profesor Carlo Cassola” para dictar la cátedra deQuímica, señala que con él “se introducía una nueva reforma: el cono-cimiento del método experimental, que venía a sustituir el teoricismoinsustancial y el memorismo antipedagógico, y para lo cual el Colegiose proveía de magníficos gabinetes de Física y Química, consideradoscomo los mejor dotados de América del Sur en aquel entonces.”

4-Neptalí Zúñiga, en su obra sobre Vivente Léon.5-Paúl García Lanas incluye al químico italiano Carlo Cassola

entre los grandes maestros de la provincia y el país en su artículo entre“Los Hombres del Vicente León”, en el periódico de la Casa de la Cul-tura de Cotopaxi Nº 40.

Y 6-En el Diccionario biográfico de Pérez Pimentel se mencionaal cirujano Teófilo Fuentes Robles, “Farmacéutico distinguido cuyosestudios los había hecho en el laboratorio químico de Latacunga bajo ladirección del notable profesor italiano Carlo Cassola”. Es todo, ademásde lo escrito por Marco Karolys, anteriormente citado.

En cuanto al quincenario La Civilización, el historiador WilsonVega, quien trabaja en las bibliotecas Espinosa Polit y en la de la Uni-versidad Politécnica Salesiana, fue una ayuda invaluable para obtenercopia de varios números y de documentos de la hemeroteca. Infortuna-damente, no pude tener acceso a los archivos del Padre Le GohuirRaud, autor de la historia de Ecuador, porque están aún sin clasificar.En el Fondo Caamaño del Banco Central también encontré algunosotros números de La Civilización.

En la biblioteca de la Politécnica Salesiana, gracias también aWilson Vega, pude reconstruir lo que pudo ser el viaje de Carlo Cassoladel Vesubio al Cotopaxi, consultando libros de viaje, especialmente elde Osculati, quien se embarcó en Marsellla.

Pero no encontré una historia de la Química en Ecuador; pare-ce que no se ha escrito.

VIII- La compañía de que gocé, aún en archivos, hemerotecas ybibliotecas, se amplió con los muchos profesionales que entrevisté. Seríalargo nombrar a cada uno. Fueron unos quince químicos de los centrosacadémicos de Quito, donde se enseña la Química, en la UniversidadCentral del Ecuador, la Católica y la Escuela Politécnica, incluido elquímico. Luis Tonón Peña, Director académico del CONESUP.

Me sorprendió que no se tenía conocimiento de Carlos Cas-sola. Pero obtuve información sobre el estado de la enseñanza de la

417

V I D A A C A D É M I C A

Page 417: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Química en Ecuador, que conforma una sección del libro, y sobre losantecedentes científicos en Ecuador a la llegada de Carlos Cassola en1855, que revisó el Dr. Plutarco Naranjo, y para el cual aportaron varioshistoriadores, Jorge Núñez, entre otros.

En la Universidad Central me refirieron al Dr. Luis Romo Sal-tos, Ph.D, uno de los más destacados científicos ecuatorianos contem-poráneos, quien me recibió gentilmente en su residencia de Cumbayá,y me obsequió un ejemplar de la historia de la Farmacia, que trae infor-maciones útiles, a falta de una historia de la Química, y en la Politéc-nica conocí la obra inédita del Dr. Joaquín Gómez de la Torre, quien haescrito en 6 volúmenes la historia de la Escuela, uno de los raros es-critos donde se reconoce al presencia de Carlos Cassola en Ecuador. Loentrevisté en su casa en Quito

IX- Un agradecimiento especial para con el personal de la Bi-blioteca-Archivo de la Legislatura, donde me atendieron con esmerodurante por lo menos un mes de visitas casi diarias y me ayudaron adescubrir documentos que han sido fundamentales para establecer laimportancia de Carlo Cassola como pionero de la enseñanza de la Quí-mica y la Física en Ecuador.

Es un capítulo central del libro, cuya historia vale la penaresumir.

En la vida de Carlos Cassola hubo dos coincidencias con Gar-cía Moreno. Primero en 1855, cuando éste llegó a hacer un curso deQuímica. No se conocieron, porque Carlo Cassola ya habia partido pa-ra Ecuador, pero Garcia Moreno tuvo que haberse enterado del pro-yecto de enseñanza de la Química y la Física en Latacunga, de la im-portancia de Carlo Cassola y del laboratorio que llevó.

García Moreno reapareció en la vida de Carlo Cassola en 1857,cuando aquel, habiendo regresado a Ecuador a fines de 1856, apro-vechando de la amnistía que Francisco Robles le había concedido re-cién posesionado en octubre de ese año.

El historiador Robalino Dávila comenta en su biografía sobreGarcía Moreno: “Rodeado de la aureola de “recién llegado de Europa,título más que suficiente en nuestra ingenua ciudad”, se le abrieron laspuertas por doquier y fue nombrado rector de la Universidad Central,puesto en el que se posesionó el 1º de enero de 1857, y en septiembrede ese año asumió como Senador por la Provincia de Pichincha”.

García Moreno torpedeó el gran proyecto que Carlo Cassolapresentó al Senado, sobre la creación de una Facultad de Química en

418

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 418: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Quito volcada a la investigación para el desarrollo minero e industrialdel Ecuador. Este proyecto había sido acogido con entusiasmo por elgeneral Robles y presentado a la Cámara de Representantes, quienes loaprobaron por unanimidad. Al pasar al Senado, donde García Morenopresidía la comisión de Instrucción Pública, fracasó. En el libro se deta-llan las razones, ampliamente documentadas.

X- Para terminar, expreso mis agradecimientos para con laAcademia Nacional de Historia, que co-auspicia la edición del libro.Gracias al Dr. Manuel de Guzmán Polanco, su director, quien aprobó lainclusión en la colección Centenario, después de encomendar su lec-tura al Doctor Hernán Rodríguez Castelo, quien preside la comisióneditorial. Agradezco igualmente, habernos acogido en el excelenteauditorio de la Academia para la presentación del libro.

Varios de los miembros de la Academia. a quienes entrevistépara el libro, me dieron valiosas sugerencias e informaciones. Ya cité alDr. Plutarco Naranjo, quien colaboró para la sección sobre el estado dela ciencia a la llegada de Carlo Cassola. También Jorge Núñez, FranklinBarriga y muy especialmente el doctor Fernando Gómez Jurado, apor-taron valiosa colaboración.

A su vez, agradezco al padre Juan Bottasso, quien no se limitó aescribir la excelente presentación del libro, sino que autorizó la coediciónpor parte de la Editorial Abya Yala, que acaba de recibir el premio Espejopor su importante labor cultural en Ecuador, asegurando la distribucióndel libro. Agradezco a su Gerente General, Anabel Castillo y a todos losque colaboraron en la diagramación, correcciones e impresión.

Como se ha podido comprobar, son muchos los que han cola-borado para este libro. Con su ayuda pude concluir, con el debido res-paldo documental, que Carlo Cassola debe ser considerado pionero dela enseñanza de la Química y la Física en Ecuador, donde ha dejadofama de Sabio. No vino simplemente a cumplir un contrato burocráti-camente. Se dedicó con alma y corazón a la enseñanza, la investigación,la formación de preparadores y ayudantes para los estudiantes, uti-lizando una metodología a base del método experimental. Le dedicouna sección del libro a describirla. Un ejemplo:

Eran tiempos en los que, a través del mundo, la pedagogía había esta-do buscando un paradigma de educación más completo y progresista.Se cuestionaba la enseñaza autoritaria, dogmática y reducida a sim-ple instrucción, y se imponía la tendencia científico-natural y mate-

419

V I D A A C A D É M I C A

Page 419: Academia Nacional de Historia Boletín 180

rialista que imponía la razón sobre la fe, y priorizaba el conocimientosensorial, la observación y el experimento, como métodos de estudiode los fenómenos. Se comenzaba a considerar la educación como unproceso más amplio que la mera instrucción, a partir de la influenciaprincipal de Bacon y Descartes, con su pensamiento crítico. Concep-ciones pedagógicas europeas renovadoras que se habían concretadocon Lancaster, Pestalozzi y su discípulo Froebel.

Neftali Zúñiga certifica que “El método de Lancaster que orien-taba oficial y prácticamente la educación ecuatoriana fue reemplazadopor el experimental de las ciencias Físico-Químicas, gracias al distin-guido profesor Carlo Cassola”

Como lo mencionamos, Carlo Cassola fundó el quincenario LaCivilización, hizo mediciones metereológicas, mediciones que fueronun gran aporte, especialmente para la Agricultura. Emprendió, entreotras iniciativas, la fabricación de ácido sulfúrico, en una época en laque “el grado de civilización de un país se podía medir con el númerode litros de ácido sulfúrico que producía.”

También el profesor Cassola estuvo empeñado en la organi-zación del Museo de Historia Natural. Y presentó el gran proyecto frus-trado en el Senado que hubiera contribuido poderosamente al desarro-llo del país.

Carlo Cassola hubiera podido permanecer en Ecuador al fina-lizar su contrato, si el proyecto que presentó al Senado hubiera sidoaprobado. Regresó a Italia no sólo ante la asunción del poder por Gar-cía Moreno y la guerra con el Perú, poco propicias, sino también por-que en 1860 ocurrían los hechos claves de la reunificación de Italia porla que él había luchado.

Regresó a Nápoles y fundó allí la facultad de Química que ha-bía querido para Ecuador, Facultad que hoy es orgullo de la Universi-dad de Nápoles.

Su labor científica, fue reconocida, junto a la de su padre Filip-po, en 1995, por la Academia Nacional de las Ciencias, en el VI Congre-so Nacional de Historia y fundamentos de la Química, organizado porla Universidad de Cagliari. Tengo el texto del homenaje póstumo de laponencia.2

420

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

2 Ver extracto en Atti del VI Convengo Nazionale di Storia e Fondamenti della Chimica, organizzatoda Universita degli Studi di Cagliari, 4-7 octubre de 1995, Academia Nazionale delle Scienze

Page 420: Academia Nacional de Historia Boletín 180

En ella se destaca lo más importante de sus trabajos científicos,el carácter práctico de sus enseñanzas y su dedicación al desarrollo deItalia y de Ecuador, donde trabajó Carlos”.

En Ecuador estamos en mora de rendirle un homenaje. Por lo pronto, el jefe del Centro Nacional de Documentos Cien-

tíficos Ecuatorianos, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, espera obte-ner la autorización para colocar en la galería de ilustres extranjeros quehan contribuido en Ecuador a la ciencia, la fotografía de Carlo Cassolaque le proporcioné.

Me haría interminable si sigo mi narración. En el libro encon-trarán muchos datos de interés y comprobarán que se trata de una his-toria admirable.

Concluyo agradeciendo su presencia e invitándolos a un brin-dis para honrar la memoria de quien hasta ahora no ha sido suficiente-mente valorado en Ecuador, a pesar de sus inmensos méritos.

Septiembre 4 de 2008

421

V I D A A C A D É M I C A

detta dei XL, pp.397403. de Aldo Gaudiano, del Istituto dell´Enciclopedia Italiana, Roma, yRodolfo Alessandro Nicolaus de la Academia Pontaniana, de Nápoles, titulada Filippo eCarlos Cassola: due chimici fra i Borbone e i Savoia.

Page 421: Academia Nacional de Historia Boletín 180

.

Page 422: Academia Nacional de Historia Boletín 180

423

ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

INDIVIDUOS DE NÚMERO, A DICIEMBRE DE 2008

DIRECTORIO

1.- DR. MANUEL DE GUZMÁN POLANCO 2556-022Director 2492-188Calle OE-6-142, 2ª. Etapa – El Condado – QuitoE-mail: [email protected] de Incorporación: Febrero 11/99.- Sillón 12.Tema del Discurso: “La Identidad Nacional”. Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara.

2.- DR. JUAN CORDERO ÍÑIGUEZ 07-2839-181Subdirector 07-2841-540Museo de las Culturas AborígenesCalle Larga 524 entre Hno. Miguel y Mariano CuevaCuenca.- E-mail: [email protected] de Incorporación: Enero 23/02.- Sillón 20.Tema del Discurso:“Nombres y Sobrenombres de Cuenca”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

3.- HNO. EDUARDO MUÑOZ BORRERO 2660-365SecretarioSantuario Hno. Miguel – Ave. Vencedores de Pichihcha Fecha de Incorporación: Febrero 28/91.- Sillón 11. Tema del Discurso: “La Influencia de la revolución Francesa en la Independencia de Hispanoamérica” . Le dio la bienvenida el Dr.Jorge Villalba Freire, s.j.

4.- SR. ENRIQUE MUÑOZ LARREA 2509-942Bibliotecario-Archivero 2773-523Edificio Tulipán, 2º. Piso 097-290238Fco. Andrade Marín 360 y Eloy Alfaro, QuitoE-mail: [email protected] [email protected] de Incorporación: Junio 3/05. - Sillón 28.Tema del Discurso:“Semblanza del Tte. Gral. Ing. Don Fco. Requena y Herrera”.Le dio la bienvenida el Hno. de las EE.CC. Eduardo Muñoz.

Page 423: Academia Nacional de Historia Boletín 180

5.- LIC.. HERNÁN RODRÍGUEZ CASTELO 2788-112 Director de Publicaciones (casa)Bolívar 705 y Batallas – AlangasíEdif. Torres de Iñaquito. Torre C–Dpto. 1202E-mail: [email protected] de Incorporación: Junio 12/01.- Sillón 18.Tema del Discurso:“El Admirable Siglo XVIII de la Literatura Quiteña”.Le dio la bienvenida el Hno. Eduardo Muñoz Borrero.

6.- DR. JORGE NÚÑEZ SÁNCHEZ 098-347433 TesoreroDe los Helechos y Cipreses, esquinaCondominio Portal de Venecia - Quito Email: [email protected]

Fecha de Incorporación: Julio 12/01.- Sillón 19. Tema del Discurso:“La Corrupción en el Ecuador Colonial”.Le dio la bienvenida el Dr. Plutarco Naranjo.

7.- LCDO. FRANCISCO SALAZAR ALVARADO 2446-049Relaciones PúblicasManuel Sotomayor 245Fecha de Incorporación: Febrero 17/01.- Sillón 17. Tema del Discurso: “La Vida y el Pensamiento del Gral. Francisco Javier Salazar Arboleda”. Le dio la bienvenida el Dr. Carlos Freile Granizo.

******

8.- DR. JORGE SALVADOR LARA 2469-604Guarderas 434 – (Urb. La Concepción) – Quito 2509-471E-mail: [email protected] (0f) Fecha de Incorporación: Julio 27/67.- Sillón 1.Tema del Discurso: “Los Restos Humanos más Antiguos del Ecuador”.Le dio la bienvenida Don Carlos Manuel Larrea.

9.- FRAY AGUSTÍN MORENO PROAÑO,ofm. 2281-124Convento de San Francisco – QuitoFecha de Incorporación: Enero 25/79.- Sillón 2.Tema del Discurso: “Patria y Estirpe de Fray Jodoco Rique”.Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara.

424

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 424: Academia Nacional de Historia Boletín 180

10.- PADRE DR. JORGE VILLALBA FREILE 2237-940 Residencia Universidad Católica – Quito 2509-686E-mail: [email protected] Fecha de Incorporación: Marzo 28/80.- Sillón 3. Tema del Discurso: “José Joaquín de Olmedo en 1830 a través de sus Cartas”. Le dio la bienvenida Fr. Agustín Moreno.

11.- PROF. ROBERTO MORALES 06-2640-335Diario La Verdad FAX 06-2640-194Flores 542 entre Sucre y Rocafuerte – IbarraE-mail: [email protected] de Incorporación: Stbre.28/2006.- Sillón 4. Tema del Discurso:“Los aportes del Crnel. Teodoro Gómez de la Torre al devenir Histórico del Norte del País”.Le dio la Bienvenida Fray Agustín Moreno ofm.

12.- DR. JUAN JOSÉ PAZ Y MIÑO 095-026475El Día N 37 215 y El Telégrafo – Quito 6035-651 E-mail: [email protected] de Incorporación: Marzo 14/2007.- Sillón 5. Tema del Discurso. “La historia inmediata del Ecuadory la deuda histórica con la sociedad ecuatoriana”. Le dio la Bienvenida el Dr. Jorge Núñez Sánchez.

13.- DR. MIGUEL DIAZ CUEVA 07-2831-917 Calle Luis Cordero No. 1754 – Cuenca fax 07-2847-608Fecha de Incorporación: Diciembre 17/86.- Sillón 7.-Tema del Discurso: “La Lápida de Tarqui”.Le dio la bienvenida Fray Agustín Moreno Proaño, of.m.

14.- DR. PLUTARCO NARANJO VARGAS 2508-47912 de Octubre 2206 y Colón 2236-590Casilla 17-7-8884- QuitoE-mail: [email protected] de Incorporación: Julio 27/89.- Sillón 8.-Tema del Discurso: “Colón, Pizarro y las Especias”. Le dio la bienvenida el Dr. Luis Bossano.

15.- DRA. JENNY ESTRADA telefax 4-2343-216 Chile 3312 y Vacas Galindo, 2º. Piso - GuayaquilE-mail: [email protected] Fecha de Incorporación: Dcbre. 8/2006.- Sillón 9. Tema del Discurso: “Segunda Guerra Mundial,

425

V I D A A C A D É M I C A

Page 425: Academia Nacional de Historia Boletín 180

Lista Negra en Ecuador”.Le dio la bienvenida el Dr. Benjamín Rosales V.

16.- DR. JUAN FREILE GRANIZO 2333-478Alpallana 505 y Whymper – Edificio Espro – 0f. 202 – Quito 2506-923Fecha de Incorporación: Junio 30/90.- Sillón 10.Tema del Discurso:“La Vida Cotidiana de Quito a finales del Siglo XVIII: el Testamento de Catalina Aldás, madre del Precursor Espejo”.Le dio la bienvenida el Dr. Carlos de la Torre Reyes.

17.- DR. ALFONSO ANDA AGUIRRE 2251-064 Vargas 342 y Oriente (Edificio Zaldumbide) – QuitoFecha de Incorporación: Mayo 26/99.- Sillón 13.Tema del Discurso: “La Federación Lojana y la Ley de Descentralización del Estado”.Le dio la bienvenida el Hno. Eduardo Muñoz Borrero, o.f.c.

18.- DR. CARLOS FREILE GRANIZO 2891-136Alpallana 505 y Whymper- Edif.. Espro - Quito 098-300700Apartado l7-22-20195 – E-mail: [email protected] de Incorporación: Junio 24/99.- Sillón 14.Tema del Discurso: “La Visión de Manuela Espejo sobre su hermano Eugenio, en el Juicio que por la Muerte que éste siguió contra el Presidente Luis Muñoz de Guzmán”.Le dio la bienvenida: el Padre Jorge Villalba.

19.- DR. FERNANDO JURADO NOBOA 2920-763Edificio Torres de Iñaquito – Torre A (de 8 a 9 am)Of. 901 (Altos CCNNU) - QuitoFecha de Incorporación: Diciembre 21/99.- Sillón 15. Tema del Discurso:“Actitud ante la Muerte de los Grandes Ecuatorianos”. Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

20.- DRA. ISABEL ROBALINO BOLLE 2950-267Rocafuerte 1477 y Venezuela-Quito 2280-764E-mail: [email protected] de Incorporación: Mayo 4/00.- Sillón 16.Tema del Discurso: “Luis Robalino Dávila: Capítulos de un Ensayo de Biografía”. Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara.

426

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 426: Academia Nacional de Historia Boletín 180

21..- DR. P. JULIAN BRAVO S.J. 2491-156/7 Nogales 220 y Francisco Arcos – Quito Fax 2493-982E-mail: [email protected] de Incorporación: Mayo 22/03.- Sillón 21.Tema del Discurso:“Mario María Cicala, S.I. y su contribución a la Historia de la Antigua Provincia de la Compañía de Jesús y de la Audiencia de Quito”.Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara.

22.- DR. JUAN VALDANO MOREJON 2370-310 Pasaje A N° 20 y José Abascal - QuitoE-mail: [email protected] de Incorporación: Junio 5/03.- Sillón 22. Tema del Discurso:“Generaciones e Ideologías en el Ecuador. Itinerario de una búsqueda y nuevas aproximaciones a un Método Histórico”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

23.- DR. OCTAVIO LATORRE 2400-731Samuel Fritz 176 y Joaquín Sumaita (El Inca) – QuitoE-mail: [email protected] de Incorporación: Junio 19/03.- Sillón 23.-Tema del Discurso: “Historia de la Evolución de la Armada del Ecuador” Le dio la bienvenida Fray Agustín Moreno, o.f.m.

24.- DR. SANTIAGO CASTILLO Tel. 005411 4300 6196Ave. Juan de Garay 845 – 4o.HCP C1l53 AB - Buenos Aires, Capital Federal.- E-mail: [email protected] ArgentinaFecha de Incorporación: Novbre. 19/03.- Sillón 24.Tema del Discurso: “Epistolario de las Misiones Diplomáticas de Rocafuerte en el Perú”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán P.

25.- DR. ENRIQUE AYALA MORA 3228-083Universidad Andina 3228-031Toledo 2280 – Plaza Brasilia – Quito Fax 3228-426De las Malvas E 15-247 y Fco. Arévalo 2433-485Box 17-12-886 – E-mail: [email protected] 2554-558Fecha de Incorporación: Enero 20/04.- Sillón 25. Tema del Discurso: “Desarrollo Histórico de la Nación Ecuatoriana”. Le dio la bienvenida el Dr. Plutarco Naranjo Vargas.

427

V I D A A C A D É M I C A

Page 427: Academia Nacional de Historia Boletín 180

26.- DRA. MARÍA CRISTINA CÁRDENAS Tel. 07-4090-178 E-mail: [email protected] fax 07-2880-602Edificio Puertas del Sol 094-296152 Jacarandá 1-57 y Ordóñez Lazo, CuencaFecha de Incorporación: Junio 3/2004.- Sillón 26.Tema del Discurso: “El Proyecto Republicano del Progresismo Azuayo (1840-1895)”.Le dio la bienvenida Fray Agustín Moreno, ofm.

27.- DR. BENJAMÍN ROSALES VALENZUELA 04-288-7492Apartado 09-01-562 - Guayaquil 093-040961 E-mail: [email protected]

[email protected] de Incorporación: Dicbre. 1º./2004.- Sillón 27Tema del Discurso: “El General José de Villamil y la Independencia de Hispano América”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán P.

******

ELECTOS

DRA. DORA LEÓN BORJA Puerto Rico

DR. JOSE REIG SATORRES 04-2450-190Tungurahua 511.- Guayaquil

Sillones disponibles: (6), (29), (30).

428

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 428: Academia Nacional de Historia Boletín 180

429

V I D A A C A D É M I C A

LISTA DE MIEMBROS CORRESPONDIENTES A DICIEMBRE DE 2008

1.- LIC. LUCAS ACHIG SUBÍA 07-2816-555Calle Valle de los Chillos 1-70 y Valle de Yunguilla fax 07-2842-424 (0f)(Sector Coliseo Mayor) – Cuenca.E-mail: [email protected]

2.- DR. MIGUEL ALBORNOZ 5411-4781-7634Ave. Libertador 5322 – Piso 10-11Buenos Aires, C.P. 1426 C.P. – Argentina E-mail: [email protected]

3.- DR. GUILLERMO AROSEMENA AROSEMENA telefax -04-2353-130P.O.Box 09-01-921Ave. 2ª. 511 entre 4ª. Y 6ª. (Los Ceibos) –- Guayaquil.E-mail: [email protected]

4.- PROF. JOSÉ ARTEAGA PARRALES 06-2630-404Calle 12 de Oct. 115 entre García Morenoy Gabriela Mistral - Portoviejo.- Manabí

6.- EFRÉN AVILÉS PINO 04-2533-970Aguirre No. 104 y Malecón2º. Piso, Of. 212 – Guayaquil.E-mail: [email protected]

7.- DR. FRANKLIN BARRIGA LÓPEZ 2458-42110 de Agosto 39-127 y Diguja – Quito. E-mail: f - [email protected] .

8.- DRA. ANA LUZ BORRERO 07-2856-396Universidad de CuencaCalle 12 de Abril s/n – Cuenca. E-mail: [email protected] .

9.- PADRE JUAN BOTTASSO 2562-633ABYALA .- 12 de Octubre y Wilson – Quito 2897-124E-mail: [email protected]

10.- AURELIA BRAVOMALO DE ESPINOSA 2503-502Wilson 728 y Juan León Mera – Quito. [email protected] .

11.- HUGO BURGOS 2891-228América 1805 y Lagasca – Quito. 098-246041E-mail: [email protected] .

Page 429: Academia Nacional de Historia Boletín 180

12.- LIC. CARLOS CALDERÓN CHICO 099-762568 Librería Científica 04-2441-949Luque 223 y Chile – Guayaquil (recado)

13.- ING. BOLÍVAR CÁRDENAS ESPINOZA 092-862013Luis Cordero y Aurelio Jaramillo (esq.) 07-2240-373 0f.Consejo Provincial del Cañar - Azoguez

14.- M.A. JUAN CASTRO Y VELÁZQUEZ 04-2328-569Casilla 4863 .- Guayaquil 04-240-3212 Ext. 113E-mail: [email protected]

15.- DR. JORGE CAZORLA 06-2644-602José Martí 284 y Ave. Atahualpa.- Ibarra

16.- DR. JUAN CHACÓN ZHAPAN 07-2450-105 Julio Torres s/n y Belisario Andrade 07-2817-844Cdela. San Marcos – Cuenca 07-2883-128

17.- LIC. XIMENA ESCUDERO ALBORNOZ 2260-456 (casa)Gaspar de Escalona N.39-68 y Granda 2584-961/2 Ext.186Centeno (ex Diguja) Buzón 544 099-678058Casilla 17-21-1263 – Quito.

18.- ECON. LEONARDO ESPINOSA 07-2842-205Calle Mariscal Sucre 17-55 y Miguel Heredia – Cuenca fax 07-2835-665E-mail: [email protected] .

19.- EDUARDO ESTRADA GUZMÁN 04-2303-969Roca 102 y Malecón, 9º. Piso – Edif.RocamarCasilla 09-01-7648 – Guayaquil

20.- PROF. JULIO ESTUPIÑÁN TELLO 06-2722-046Calle Bolìvar 223 - Esmeraldas

21.- GRAL. MARCOS GÁNDARA ENRÍQUEZ 2543-888D. de Almagro N 32-243 y J. Severino – Quito. fax 2507-569.

22.- DR. JOSÉ XAVIER GARAICOA ORTIZ 04-2300-929Rumichaca 213 y Manuel Galecio – Guayaquil 04-2289-083

23.- LIC. EZIO GARAY ARELLANO 04-2368041Casilla 09-01-11140 – Guayaquil. 04-2394-440/41

24.- DR. JOSÉ GÓMEZ ITURRALDE 04-239-4442Alberto Borges # 1126 y Av. de las AméricasCasilla 09-01-4823 – GuayaquilE-Mail: [email protected] / [email protected]

430

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 430: Academia Nacional de Historia Boletín 180

25.- DR. JOAQUIN GÓMEZ DE LA TORRE 2414-731 Pablo Sachún 4766 y Samuel Fritz 2419-460Urbanización Dammer - Quito 098-548609

26.- ARQ. MELVIN HOYOS GALARZA 04-2524-100 Biblioteca Municipal Ext. 7301 ó 0810 de Agosto entre Chile y Pedro Carbo – Guayaquil.

27.- DRA. ALEXANDRA KENNEDY DE VEGA 07-2847-237 Galería Taller Eduardo Vega FAX. 07-2816-159Vía Turi 1-99-Casilla 01-05-1902 – Cuenca

28.- DARIO LARA Paris

29.- MS. JENNY LONDOÑO 098-347432De los Helechos y Cipreses esquina,Condominio Portal de Venecia,E-Mail: [email protected] – Quito

30.- DR. JORGE MARCOS PINO 04-2850-780Ave. Central 300 – Cdela. Sta. Cecilia 099-353534 Email: [email protected] .- Guayaquil.

31.- DR. GALO MARTÍNEZ 2520-710Pérez Guerrero 391 y Versalles -0f. 18- Quito

32.- DR. CLAUDIO MENA VILLAMAR 2560-416Lizardo García 512 y Almagro- Quito 099-299796

33.- LIC. CARLOS LUIS MIRANDA TORRES 03-2871-218 Correo Central de Pelileo 03-2871-207 (0f.)

34.- AB. EDUARDO MOLINA CEDEÑO 05-2639-461Universidad San Gregorio de Portoviejo 05-2639-461Ave. Eloy Alfaro y Ave. Olímpica – Portoviejo – Manabí 05-2933-820E-Mail: [email protected]

35.- GRAL. PACO MONCAYO GALLEGOS Alcaldía de Quito

36.- LEONARDO MONCAYO JALIL Telefax. 2542-640 Edif. Torres de la Colón-Of. 11- Mezzanine 099-406138E-mail: [email protected] - Quito

37.- DR. RICARDO MUÑOZ CHÁVEZ 07-2880-170 E-mail: rmuñ[email protected]: Ave. 12 de Abril 2-29Edificio Torre del Río – 4º. Piso – Cuenca

431

V I D A A C A D É M I C A

Page 431: Academia Nacional de Historia Boletín 180

38.- PROF. GERARDO NICOLA LÓPEZ 03-2840-914Calle Cuenca 14-35 – Ambato 03-2840-913

39.- ARQ. ALFONSO ORTIZ CRESPO 2377-565González Suárez N 32-90 y Bejarano – Quito 099-716105

40.- DR. CARLOS ORTIZ ARELLANO 03-2966-264Ayacucho 1370 y Loja – Riobamba 03-2900-715E-Mail: [email protected] 097-787709

41.- ING. RODRIGO PÁEZ TERÁN 2340-164Casilla l7-23-280 – Sangolquí fax 2569-595E-mail: [email protected] -

42.- DR. FAUSTO PALACIOS GAVILANES 03-2822-903Av.Quisquis 1425, Cdela. San Antonio – Ambato 03-2841-879

43.- ING. AGUSTÍN PALADINES Loja

44.- ARQ. ANDRÉS PEÑAHERRERA Telefax . 2560-791Manuel Larrea 1003 - Quito 092-740375

45 .- DR. GUSTAVO PÉREZ RAMÍREZ Telefax 2230-513González Suárez 926, Dep. 2B 098-027342Edificio Panorama (Frente a Nestlé) – Quito.E-mail: [email protected]

46.- ARQ. JUAN FDO. PÉREZ ARTETA 2042-011 ó 13Ave. Pampite, Edif.. Oficenter, 0f. 110 099-0306E-Mail: [email protected] Cumbayá

47.- SR. VÍCTOR PINO YEROVI 04-2270-378Alamos Norte Mz 1 V-10 fax 04-2248-257P.0.Box 15160 – Guayaquil 04-2231-460E-Mail: [email protected]

48.- DR.RODOLFO PÉREZ PIMENTEL 04-2303-700Baquerizo Moreno 910 y Junín fax 04-2568-595Casilla 09-01-00875 – Guayaquil 04-2568-596E-mail: [email protected]

49.- PROF. VICENTE POMA MENDOZA 07-2972-811Rocafuerte entre Colón e IndependenciaPasaje, Prov. de El Oro

50.- DR. GUSTAVO REINOSO HERMIDA 07-2825-934Calle José Arízaga 1-62 entre P. Aguirre 07-2843-241y Gral. Torres – Cuenca fax 07-2842-029

432

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 432: Academia Nacional de Historia Boletín 180

51.- Dr. JAIME EDMUNDO RODRÍGUEZ 92697-3275Dpto. de Historia – Universidad de CaliforniaIrving, CA. 92717 – USA.E-mail: [email protected]

52.- DRA. ROCÍO ROSERO JÁCOME 2234-296Veintimilla E 10-50, Edif.. El Girón, 0f.74 096-032187Toctiuco 130, Urb. San Antonio – ConocotoE-mail: [email protected]

53.- CAP.FR. MARIANO SÁNCHEZ BRAVO 04-285-3310Colinas de los Ceibos 04-232-4231Ave. Leopoldo Carrera Calvo 505 y Calle 9ª. fax 04-2325-906Instituto de Historia MarítimaEdif. de la Gobernación – GuayaquilE-mail: [email protected] / [email protected]

54.- DRA. MARCIA STACEY CHIRIBOGA 2370-734Carlos Guarderas 618 y G. Salazar 099-016801La Concepción) Quito

55.- DR. AMÍLCAR TAPIA 2401-148 10 de Agosto 8536 y A. Montalvo 097-676465Sector La Luz, Casa 2-A, Dep.23 –- QuitoE-Mail: [email protected]

56.- SRA. GRECIA VASCO 2280-431Archivo Nacional 2275-590 (casa)10 de Agosto N 11-359 y Sta. Prisca esq. – Quito. E-Mail: [email protected]

MIEMBROS ELECTOS PARA CORRESPONDIENTES

1.- DR. DIEGO ARTEAGA MATUTE 07-2875-365Casilla 01 01 1413.- Cuenca

2.- DRA. ALICIA ALBORNOZ Apartado .Postal 10922, México 10, Las Lomas, México D.F.

3.- DRA. CHRISTIANA BORCHART 2896-511Casilla 17-01-2114 –Quito 2565-627 Ext. 1152

4.- Dr. RAMIRO BORJA BORJA 2555-898República 500 y Almagro 2572-621

433

V I D A A C A D É M I C A

Page 433: Academia Nacional de Historia Boletín 180

5.- HUGO DELGADO CEPEDA 04-2346-632Fco. Segura 804 y 6 de Marzo 2348-650Casilla 09-1-43-53 Guayaquil

6.- LIC. TAMARA ESTUPIÑÁN 2777-273Yaruquí km. 36 1/2 099-458322E-mail: [email protected]

7.- DR. JAVIER GÓMEZJURADO [email protected] – Quito

8.- JAIME IDROBO URIGUEN San Joaquín – Sector Cruz VerdeBox 01-01-143 – Cuenca

9.- DR. CARLOS LANDÁZURI CAMACHO 2220-546Banco Central – Edif. AranjuezReina Victoria 2135 y Jorge WashingtonE-Mail: [email protected]

10.- DR. SEGUNDO MORENO YANEZ 2896-511Universidad Católica – fax 2565-627 Ext. 1152Facultad de Ciencias Humanas Piso 9- Torre 2-Casilla l7-01-2184

11.- DR. JORGE MORENO EGAS 2564-526Madrid 859 y PontevedraApartado 17-12-595-Quito

12.- DR. GONZALO ORTÍZ CRESPO 2460-228 (casa)Alcaldía del Distrito Metropolitano 2580-535

13.- DRA. PILAR PONCE LEIVA 34 91 394 5784Víctor de la Serna, 19 Madrid 28016 91 519 7443E-mail: [email protected], España.

14.- DR. GALO RAMÓN VALAREZO 099-700109Eloy Alfaro 1824 y Bélgica, 3er. PisoE-Mail: [email protected]

15.- LIC. ALFONSO SEVILLA FLORES 2231-816Alpallana E 6 123 – 5º.piso A.- Quito 2507-042

16.- BYRON USCÁTEGUI Marchena 129/10 de Agosto Quito

17.- DR. IRWING ZAPATER 2431-835

434

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 434: Academia Nacional de Historia Boletín 180

MIEMBROS HONORARIOS

- CARDENAL ANTONIO GONZÁLEZ ZUMÁRRAGA 2865-008

- GRAL. PACO MONCAYO GALLEGOS Alcaldía Metropolitana

MIEMBROS EXTRANJEROS ELECTOS COMO CORRESPONDIENTES

- Embjd. MIGUEL BAKULA PATIÑO fax 00511-4468-911Lima, Perú

- Dr. ANTONIO CACUA PRADA 0057-1-2567-675Subdirector Academia Colombiana de HistoriaCalle 99 No. 8-45 – Bogotá D.C. Colombia.

- Dr. CRUZADO BALCÁZAR 00514-4967-6636Ave. del Ejército 356 - Trujillo – PerúE-Mail: [email protected]

- Dr. FRANCISCO DE BORJA MEDINA España

- Dr. JOSE A. DE LA PUENTE CANDAMO 00511-4277-987Director Academia Nacional de Historia de PerúE-Mail: [email protected], Perú

- Dr. SANTIAGO DIAZ PIEDRAHITA 0057-1-3367-350Director Academia Colombiana de Historia fax 0057-1-2825-356Calle 10 No. 8-95 – Bogotá D.C. Colombia

- Dra. MA. PAULINA ESPINOSA DE LOPEZ 0057-1-2564-656Bogotá – Colombia

- Dr. WALDEMAR ESPINOSA SORIANO E-Mail: [email protected] Lima, Perú

- Dr. HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL 0057-13-342-439E-Mail: [email protected]á

- Dr. ASDRUBAL GONZÁLEZ SERVEN Final Avenida Bolívar entre Calles 46 y 47Puerto Cabello, Venezuela.

435

V I D A A C A D É M I C A

Page 435: Academia Nacional de Historia Boletín 180

- Dr. EKKEHAR KEEDING Talerweg 13 – D-67742 Aden Back – AlemaniaE-Mail: [email protected]

- Dra. MARÍA LUISA LAVIANA CUETOS (34) 954 551-224C/Virgen del Valle 52, 4º. B - 41011 – Sevilla, EspañaE-Mail: [email protected]

- BERNARD LAVALLE Fax 01-45-87-41-7513, rue Sateuil, París, Francia Cedex 05.

- Dr. GERARDO LEÓN GUERRA Academia Nariñense de la Historia – Pasto l. 0057-27-234-538

- Prof. SERGIO MARTÍNEZ BAEZA 00562-638 2489Londres 65, SantiagoE-Mail: [email protected] .- Chile

- Dr. EDUARDO MARTIRÉ Rodríguez Peña 1842, p. 10º. Dep. B.- 1021 E-Mail: [email protected] .- Bs.As. Argentina

- Dra. EMILIA MENOTTI VIOLA 0054 011 4683-6025E-Mail: [email protected] As, Argentina.

- Dr. OTTO MORALES BENÍTEZ Bogotá, Colombia

- Dra. INÉS MUÑOZ LYDIA 0057-27-234538Presidenta de la Academia Nariñense de HistoriaE-Mail: [email protected].

- Dra. LOIS J. ROBERTS (831) 625 563524694 Upper Trail – Carmel, CA. 93923 – USAE-Mail: [email protected]

- Dr. NICOLÁS SÁNCHEZ ALBORNOZ José Martínez de Velasco 6, 28007, Madrid, EspañaE-Mail: [email protected]

- Dr. PEDRO VERDUGA 0057-27-234-538Academia Nariñense de la Historia – Pasto

- Dra. GISELLA VON WOBESER 0055-2196-53Academia Mexicana de la HistoriaPlaza Carlos Pacheco 21 Centro C.P.060, MéxicoE-Mail: [email protected]

436

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 436: Academia Nacional de Historia Boletín 180

437

V I D A A C A D É M I C A

LISTADO DE MIEMBROS DE PROVINCIAS

CENTRO PROVINCIAL CORRESPONDIENTE DE GUAYAS

DIRECTORIO

- DR. BENJAMÍN ROSALES VALENZUELA 04-288-7492Director

- ARQ. MELVIN HOYOS GALARZA 04-2524-100Subdirector

- SR. EDUARDO ESTRADA GUZMÁN 04-2303-969 Secretario

- LIC. MARIANO SÁNCHEZ BRAVO 04-285-3310Bibliotecario

- LIC. EZIO GARAY ARELLANO 04-236-8041Tesorero

- DRA. JENNY ESTRADA RUIZ 04-2343-216Vocal

- DR. JORGE MARCOS PINO 04-2850-780Vocal

MIEMBROS

- DR. SANTIAGO CASTILLO 005411-4300-6196(Argentina)

- DR. GUILLERMO AROSEMENA 04-2353-130

- SR. EFRÉN AVILES PINO 04-2533-970

- LIC. CARLOS CALDERÓN CHICO 099-762-568

- M.A. JUAN CASTRO Y VELÁZQUEZ 04-2328-569

- DR. XAVIER GARAICOA 2562-029

- DR. JOSÉ GÓMEZ ITURRALDE 04-2394-442

- DR. RODOLFO PÉREZ PIMENTEL 04-2303-700

- SR. VÍCTOR PINO YEROVI 04-2270-378

- SR. HUGO DELGADO CEPEDA 04-2346-632(electo)

Page 437: Academia Nacional de Historia Boletín 180

CAÑAR, AZUAY Y LOJA

- DR. JUAN CORDERO ÍÑIGUEZ 07-2839-181

- DR. MIGUEL DIAZ CUEVA 07-2831-917

- ING. BOLÍVAR CÁRDENAS 07-2240-165

- DRA. MARÍA CRISTINA CÁRDENAS 07-2829-944

- LIC. LUCAS ACHIG SUBÍA 07-2816-555

- DRA. ANA LUZ BORRERO 07-2856-396

- DR. JUAN CHACÓN ZHAPAN 07-2450-105

- ECON. LEONARDO ESPINOSA 07-2842-205

- DRA. ALEXANDRA KENNEDY DE VEGA 07-2816-159

- DR. RICARDO MUÑOZ CHÁVEZ 07-2880-170

- DR. GUSTAVO REINOSO HERMIDA 07-2825-934

- ING. AGUSTÍN PALADINES

- DR. JAIME IDROBO URIGUEN(Electo)

- DR. DIEGO ARTEAGA MATUTE(Electo)

- DR. GALO RAMÓN VALAREZO(Electo)

IMBABURA

- PROF. ROBERTO MORALES 06-2640-335

- DR. JORGE ISAAC CAZORLA 06-2644-602

438

B O L E T Í N N ° 1 8 0 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 438: Academia Nacional de Historia Boletín 180

TUINGURAHUA Y CHIMBORAZO

- SR. CARLOS LUIS MIRANDA TORRES 03-2871-218

- PROF. GERARDO NICOLA LÓPEZ 03-2840-914

- DR. CARLOS ORTIZ ARELLANO 03-2966-264

- DR. FAUSTO PALACIOS GAVILANES 03-2822-903

ESMERALDAS, MANABI Y EL ORO

- PROF. JULIO ESTUPIÑÁN TELLO 06-2722-046

- PROF. JOSÉ ARTEAGA PARRALES 05-2630-404

- AB. EDUARDO MOLINA CEDEÑO 05-2639-461

439

V I D A A C A D É M I C A

Page 439: Academia Nacional de Historia Boletín 180

440

BOLETINES DISPONIBLES PARA VENTA O CANJE

Volumen No. Bol Año Precio(dólares)

XI 30/32 1930 30XVI 46/49 1938 20XXXIII 82 1953 30XXXIV 83 1954 30XXXIV 84 1954 20XXXV 85 1955 20XXXV 86 1955 20XXXVI 88 1956 20XXXVII 89 1957 30XLI 96 1960 30XLIII 98 1961 30XLIV 99 1962 20XLV 101 1963 20XLV 102 1963 30XLVI 103 1964 20XLVII 104 1964 30XLVIII 105 1965 30XLVIII 106 1965 30XLIX 107 1966 30XLIX 108 1966 20L 109 1967 20L 110 1967 30LI 111 1968 30LI 112 1968 30LIV 117 1971 20LIV 118 1971 20LV 119 1972 20LV 120 1972 20LVII 123 1974 20LVII 124 1974 20LVIII 125 1975 20LX 129-130 1977 20LXI 131-132 1978 20

Page 440: Academia Nacional de Historia Boletín 180

LXII 133-134 1979 20LXIII 135-136 1980 10LXIV 137-138 1982 10LXV 139-140 1983 10LXVI 141/142 1984 10LXXI 151-152 1991 10LXXIV 157/158 1994 30LXXV 159-160 1997 30LXXVI 161/162 1998 20LXXVII 163-164 1998 30LXXVIII 165/166 2002 10LXXIX 167/168 2004 30LXXX 169/170 2002 10LXXXI 171/172 2002 10LXXXII 173 2002 10LXXXIII 174/175 2004 10LXXXXIV 176 2005 10LXXXV 177 2006 10LXXXVI 178 2007 10LXXXVI 179 2007 10Indice 2005 10

441

Page 441: Academia Nacional de Historia Boletín 180

442