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MADRID

NOVIEMBRE 1957

N.° 22- 5 7 H

Abonospara el trigo

Javier Salazar y Vigil de QuiñonesIngeniero Agrónomo.

Del Centro de Cerealicultura de Madrid (I.N.I.A.)

MINISTERIO DE AGRICULTURA

DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CRfDITOY CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION

• Para conseguir grandes producciones de trigo hayque armonizar los dos factores:

- Elección de la variedad mejor adaptada a lazona de cultivo; y

- Aplicación de los abonos ,apropiados, en can-tidad y cali.dad, al suelo, clima y variedad de trigoelegida.

• No esperemos cosechas óptimas, incluso en tierrasbuenas y bien abonadas, si la varied,ad cultivada esmodesta en exigencias, como ocurre con los trigos"del país".

Por el contrario, tampoco cabe esperar milagrosde las variedades selectas, llam,aidas "regalonas" o"exigentes", si no les proporcionamos humedad sufi-cient.e, buena tierra, labores y abonos adecuados.

• Antes de la siembra se debe abonar teniendo encuenta, principalmente, I,as necesidades del suelo ennitrógeno, fósforo y potasia

Más t.arde, sobre todo cuando el trigo comiencea encañar, puede ser necesaria la adición de abononitrogenado, en forma de nitr,atos. Pero, i^uchocuidado!:

- Los nitratos son "arma ^de dos filos" y, si seañaden^ inoportunamente, pueden cáusar más dañoque provecho, perjudicando la granazón,

• A1 abonar el trigo, es muy importante tener encuent,a que las necesidádes en abono nitrogenado yfosfórico guardan cierta prmporción. El desequilibrio,a favor de uno u otro, es una'de las principales cau-sas de fracaso en el rendimiento y en la calidad del .grano.

.

ABONOS PARA EL TRIGO

Una de las causas ^lue influyen, indudablemente, en losbajos rendimientos de nuestra producción triguera es, ade-más de la :Ealta de ]luvia, la escasa cantidad cle abonos quese emplean en su cultivo. lata mala costumbre se debe a mo-tivos de índole econ6mica y social, cuyo comentario no es deeste lugar.

Hoy día en que la producción nacional de abonos baaumentado considerablemente y, como consecuencia, la posi-bilidad de adduisición de lc^s mismos, es indispensable qtte elagricultor conozca el uso de estos poderosos au^iliares de laprodttcción agrícola. Por otra parte, las variedades selectasde trigo, cuyo cultivo se eYtiende cada vez más, son más exi-gentes que los llamados "trig^os del país" y, si dan grandesproducciones, es a condición de proporcionarles un abonadoabttndante y apropiado.

I'ertilizantes principales y su papel en el cultivo del trigo.

Para la alimentaci<^n del trigo, lo mismo que para la de

las restantes plantas cultivadas, es indispensable la presenciaen el suclo de los cuatro elementos químicos llamados princi-pales: nitrógeno, fósforo, potasio y calcio. Además, son ne-cesarios otros elementos cuya aportación a las cosechas nodebe, en gcneral, preocupar al agricultor, pttes o suelen ha-llarse en cantidacl suhciente en el suelo, o se incorporan conlos abonos de uso más f recuente ; tales son el azuf re, hierro,manganeso, etc.

Pasemos a resumir el papel que cada uno de los elementosprincipales desempeña en el desarrollo del trigo.

iVITRÓGENO.

Es el elemento eatraído en mayor cantidad por la cosecha.Se calcula que una cosecba de I.ooo lcilos de grano requiereextraer de ?,^ a 3 i kilos de nitrógeno.

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Ll nitrógeno, en cantidad suficiente, estimula la vegeta-ción. Reduce la cantidad de agua, absorbida del suelo por laplanta, necesaria para formar la unidad de peso de materiaseca. Infltrye favorablemente en el ahijamiento _y enriquecelos granos en gluten, mejorando su calidad.

Cuando escasea el nitrógeno, las plantas toman un color

t'zg. i.--Está demostrado que las variedades má^s selectas de trigo, sobre todo sison de ciclu corto, están poco capacitadas para atacar las reservas insolub!es del

suelo. I^; ecesitan, por lo tanto, principios fertilizantes en estado asi^niiGa.óle, los

cuales se les pueden proporcionar, eu su mayor parte, mediante los abonos mine-

rales. (De I3orvFicLroLi.)

verde pálido característico, su crecimiento es lento, se hacenduras y leiiosas y las raíces se alargan y ramifican.

El ehceso de nitrógeno prolonga el ciclo vegetativo de laplanta y, por lo tanto, retrasa el momento oportuno para larecolección; da lugar a la formación de tejidos blandos yacuosos (especialmente si la cantidad de fósforo y potasio esinsu ĥciente), por lo que las plantas son más propensas al"encamado" y a las enfermedades (roya, carbón, tizón, etc.).En el^ trigo, a causa de este eYCeso, se tiene una producciónde paja, en relación con la de grano, mucho más elevada que

-^-

la normal; "buen ^ica^^rahojo, mal trigo", dice un refrán cas-

tellano.Ll trigo es muy sensible a la escasez o al e^ceso de ni-

trbgeno, por lo cual hay que ponderar con mticho cnidado lascantidacles de abonos uitrogenados due se apliquen a su cul-

tivo.

I' ÓSFORO.

El fósforo entra en gran proporción en la constitución delas plantas de trigo y se localiza, principaltnente, en la semi-Ila. l.as cenizas del graiio cle triao contienen el So por Ioo defósforo (e^presado en anhídriclo fosfórico).

Ll fósforo favorece y anticipa la g^ranazón y maclurez cíe]a semilla: la abundancia de fósforo huede anticipar, hastauna semana, la cosecha de trigo.

Fn los sttelos ricos en fÓsforo la relación cle gYrano a l^ajamejora respecto al grano. Al principio de la ^•ida de la planta,el fósfor^ aumenta la suherficie de las hojas favoreciendo,en consecttencia, la actividad de la planta y procluciendo unmay^r clesarrullo ĉle las raíces.

I^,I fósforo es un correctivo del nitrógeno, en el sentidcrcle due endurece los tejidos, dando más rig-idez a la planta..Un trigo bien abonado en cuanto al fósforo, resiste mejorlas heladas, el encamado y el asuracío. Es, además, un ele^mento importante en la fecundación de la flor y la ^ranaz^ín_

Por ítltimo, el fósforo favorece la actividacl de los mi-embios beneficiosos clel suelo g^racias a los cttales se trans-forman stistancias no asimilables por las plantas en otras de]as ^^ue se alimentan.

T_a falta o escasez de fÓSforo se manifiesta por l^r rolora-ción vi^lácea cttte toman las hojas.

PoTns ro.

El potasio es esencial para las plantas, si bien el efect^de este alimento no es del todo conocido. Interviene en laf.ormación del almidón y en el desarrollo de las raíces. Dis-minttye la transPiración, lo que atunenta la resistencia a la

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sequía. Por contribuir a la formacic^n de un buen sistemaradicular da a la planta mayor resistencia al f río.

La necesidad de potasio es máxima en el período de másintensa actividad en la vida de la planta; para el trigo esteperíodo es el del encañado.

La escasez de potasio reduce la formación de almidón enel grano y produce una disminttción en la superficie de lashojas.

La falta de potasio se manil-iesta por el color de las hojasy por su desecación prematura. Ia ^erjudicial al encañadoy produce pérdidas en la eantidad y calidad del ^rano.

El e^ceso de potasio es perjudicial al rendimiento en gra-no de la cosecha.

CALCio.

^^I^ambién el calcio es indispensable hara el desarrollo deltrigo, aunque no influye tanto en la producción como los treselementos antes citados. Se halla en ma^-or cantidad en lashojas y cañas que en el gran^^; la 1>rol>orción varía con elc^^ntenido en calcio del suelo.

Cuando escasea o falta el calcio, el cíesr_irrollo de las hlan-tas puede alterarse más o menos : las hojas ad^luieren w^ des-arrollo y color anormales y disminu^^e su resistencia a lasenfermedades.

^;l etceso de calcio en el suelo parece ser perjudicial cuan-do está en forma de carbonato cálcico (caliza); sin embargo,muchos de los casos de "clorosis" por e^ceso de calcio s^ mdebidos a que el hierro del suelo se hace insoluble y no a sncontenido en caliza.

Encalados..

Hemos hablado del papel del calcio como alimento deltrigo. Ahora bien, el calcio destinado a la pro^^ia planta noes necesari^ suministrarlo, si se abona racionalmente, p^r-que se halla en cantidad suficiente en los abonos corrientesfsuPerfosfatos, escorias, nitrato de cal). La imhort<tncia delcalcio se debe a c^ne es un correctiv^ del sttelo. La reacci^n,

ácida o básica, del suelo depende de su contenido en calcio yse va?ora por los técnicos por un coeticiente, llamado pH, cuyadetermil7aci^^n es fácil en el laboratorio.

Seníin el ^H, los suelos se clasifican:

^^CIDL7. 1' ALC.ALINIDAD D1; LOS SUEIAS.

pH

R4u acidos ... Menor que 4'Sy " .....................................................

I3astante ácidos . ............_..................................... q'^ a 5

Acidos .......... . ...................................................... 5 a 6

I,igeramente BCIdOS ............................................ O a ^

Neutros .............................................................. 7

Liáeramente alcalinos .......................................... ; a ^'^Alcalinos ..... ....................................................... y'S a 8

hluy alcalinos ................................................... Más de 8

El conocimiento de la acidez de un suelo es intry impor-tante. h.l trigo proshera mal en tierras ácidas; las prefierenetttras o algo alcalilias. También los microbios beneficiososdel stielo hrefieren los suelos neutros o alcalinos.

z Cómo resolver el probler^la de alcalinizar un sueloácido?

1.° Determinar la necesidad de cal en un laboratorio(Jefatura Agronón^ica u otro organismo oficial), que reco-nlend^lrá la e^rnrien^fa necesaria pai-a que la tierra quede conla reacción conveniente.

^.° Determinacia la enmienda necesaria, procurarla alterreno en la cantidad indispensable y nttnc^ directamentesobre el tri^o.

3.° Conservar la reacción normal del suelo, haciendo en-il^ienclas calizas periódicamente.

Fara el encalado de las tierras dedicadas al tri^o httedenemple^rse : cal ^-iva (que se ahagará hreviamente), pie^lra ca-liza m^^lida, es^^ilmas de azucarei-ía, conchas Pulveriza^las yhasta l^^s esa^mbros (también ^^ttlveriz_ados).

Lzs dosis frecuentemente emPleadas, Para el encalad^ conc^l viva, son de I.Soo a 2.^0o kil^s Por hectárea, cada dos ^tres añ^s. Per^^ insistimos en qtte lo mejor es analizar el sueli^_v pedir consejo.

Para .qtte la enmienda caliza sea verdaderamente eficaz

^or^

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debe ir acompañada de aportaciones de estiércol que manten-gan un índice en materia orgánica cíel suelo que se aproxi-me al 3 por ioo.

Estercoladuras.

El trig-o es una de las plantas que necesita alimentos defácil y rápida asimilación; su sistema radicular es débil y sucapacidací de ataque a las sustancias insolubles del suelo esmuy limitada. Por ello, el estiércol que se aporte a su cultivodeberá ser "muy hecho" y añadirse con la mayor anticipa-ción posible a la siembra. Además, el estiércol "poco hecho"

I^^g. z.-EI estiércol artificial puede suplir la falta del natural, tan escaso ennUestros secanos. Para su obtención nos sobra una de las materias primas : lapaia. Sólo hay que poner cuidado en su elaboración, una de cuyas fases as el

adecuado riego del montón. (De Gxos.)

tiene el inconveniente de cíejar huecos en la tierra que sonperjudiciales al desarrollo de la planta.

Si se trata de estiércol poco hecho, puede echarse a lacosecha anterior (cebada, patatas, remolacha, etc.) o al bar-becho que le precede.

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En nuestros secanos, son convenientes cantidades deYo.ooo a Zo.ooo kilos por hectárea, y en regadío puedenemplearse 3o.oa.^ kilos o más, según los casos.

Si falta el estiércol natural, que es lo frecuente en el se-cano, pueden utilizarse estiércoles artificiales preparados abase de paja fermentada con la ayuda de agua, distintas sus-tancias llamadas "estercolizadoras" y, a veces, orines de dis-tinta procedencia. Las dosis de estos estiércoles deberán seranálogas a las aconsejadas para los naturales. También esutilísimo el abo^io sideral, enterrando veza, u otra leguminosa,en verde, cuando ha llegado el momento de la floración.

Fig. 3.-El estiércol es el rey de los abonos. Debemos fabricarlo lo mejor posibley usarlo convenientemente : su distribución en montones y las labores para ente-

rrarlo se deben hacer con 7a mayor prontitud, sobre todo cuando se trate de

estiércol muy hecho, para evitar pérdidas de nitrógeno. (Fot. C. nII. Pozo.)

La importancia de la materia orgánica en los suelos con-siste, principalmente, en su efecto como correctora de los de-fectos que puedan presentar : aumenta el poder absorbente ode retención del ácido fosfórico, potasa y nitrógeno amonia-cal; hace más compactos los terrenos arenosos y comunicasoltura a los arcillosos poco permeables y difíciles de labrar;

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aumenta el poder retentivo de los suelos para el agua, Tam-bién es importante la aportación de elementos fertilizantes,prir_cipalmente nitrógeno, si bien no en proporción suficientepara alimentar una cosecba abundante. La composición delestiércol es reflejo de la del terreno en que se ha producido;si el terreno es pobre en fósforo, también lo será el estiércol.Por ello precis^.t sean corregidas sus deficiencias con abonosminerales.

Abonos minerales.

No puede abonarse racionalmente si no se sabe por elanálisis o la e^perimentación, y mejor por ambos medios, cuá-les son las deficicncias o suticiencias de elementos fertilizan-

hig. 4.-El agricultor puede descubrir algunas falsificaciones de los abonos. Así,

ai diso!ver una cucharada de nitrato sódico, cálcico, sulfato amónico, sulfato 0

cloruro potásico, etc., en un vaso de agua, si queda en el fondo mucho residuo

irsoluble, ello siánitica la presencia de impurezas. Las abc,nos que contienen

nitrógeno amoniaca!, como el sulfato amónico, disuelta en agua y añadiendo lejía

COIIIUn, desprenden amoníaco. Los nitratos, a ŭadidos a carbones enceudidos, reavi-

van la llama: si van mezclados con sal de cocina producen chisporroteo. (De

BONI'IGLIOLL^

tes en suelo y subsuelo. Ello es preciso para determinar nosolamente las cantidades de abonos, si no antes las clases queconvienen a cada terreno.

A continuación citamos los abonos de uso más frecuenteen el cultivo del trigo, ag^rupándolos por el elemento principalque ellos aportan.

^IVTU\I;\S U(: é:>l^:\tih:Z Uh: FI•:R'CILIZAN'fh:^ I(N ha. TRIGO;

_A, huja cie tri^;o sana, que inciira la presencia en la tierra cie mla cantieiad nurlua?de priucipios tertilizantes; I^, C y U, hujas de trigo yue Inue;trau, respectivamcl^-

te, síutomas de insuhciencia o rarencia lle nitrúgeno, t6storo y potasio.

J. S:AI,:17.^\IZ: _lbonos Mn^^i rl dri,^^o. .9cluxr^chl rle Ya^^u/^r 31ill^ír;.

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APONOS DE USO P'RECUENTE PARA EL TR1G0.

Principio fertilizante Nombre

Rique-r:a 1•1

Convicne en suelos

Nor 100

Fósforo ...................... Su^crfosfttto úe cul...... i6 a 2o Neutros o alcalinos.

Idem ........................ Escori^as Tho^rrras ........ i6 a 2o Acidos.

Nitrógeno (acción len-

ta) ........................ Sulfuto arnrón^ico ......... 2o a zI Neutros o alcaliuos

y en los salinos.

Idem ........................ Ciurwrrriala cáGcdca ...... zo a 22 Acidas.

Nitrógeno (acción rápi-

da) .......................... .Nitrato sóclicn GNitrra-

to de Chile) ............ is a^6 En los ricos en cal

y no salinos.

Idem ........................ Nitrato cá(cico .......... 15 ai6 Acidos.

Potasio ..................... Clorraro potásico ......... 44 a 5o En los ricos en cal.

Fertilización anterior ,a la siembra.

Antes de la siembra conviene usar abonos de acción másbien l.enta, y que además no se pierdan fácilmente por la ac-ción del lavado del aaua de lluvia. Además de esto, debe te-nerse en cuenta la reacción del suelo, de modo que, si se tratade suelos de reacción ácida, deberemos usar preferentementeabonos neutros y aun mejor alcalinos y recíprocamente en elcaso de los suelos más o menos alcalinos.

PROPORC[ÓN DE NITRÓGENO, P'OSrÓR[CO Y POTASA.

Para obtener una buena cosecha es necesario que los prin-cipios fertilizantes, que entran en la composición de los abo-

(*) La riGueza de los abonos se acostumbra a expresar, y así lo ordena la

legislación, de la siguiente forma :Para el sreyerfosfato y las escorias, en anhídrido fosfórico (P_O^), vulgarmente

Ilamado "ácido fosfórico".Para el .rulfato a',rnórtiro, en nitrógeno amoniacal.

Para la ciar^arTrida cálcica, en nitrógeno orgánico.Para los nitratos, en nitrógeno nítrico.Para ]os ul^oraos ^otásicos, en óxido de potasio (I^O), vulg^armente "potasa".

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nos, estén en la proporción conveniente. Si, por ejemplo, enun suelo muy pobre en f ósf oro abonásemos el trigo con abun-dante nitrato el resultado en la cosecha sería catastrófico.

z En qué proporción conviene emplear estos elementos ?La respuesta es muy distinta segím los casos; depende, prin-cipalmente, del cultivo que haya precedido al trigo y de lanaturaleza del suelo.

Según Jlrssraux y T^Lr.EZ, son recomendables las siguien-tes proporciones de fertilizantes :

Nitró^eno Fosfóriro Potasa

RECAnío :

Trigo, después de planta de escarda...... i i'6 i'Zglrigo, después de alfalfa u otra pradera

artificial .......................................... t 3'4 3^2

SECANO ;

Trigo, después de barbecho estercolado... i i'a I'33

Estas proporciones pueden variarse cuando se trate detierras particttlarmente ricas o pobres en alguno de los prin-cipios fertilizantes.

CANTIDAD DE ABONO.

Para determinar la cantidad de abonos hay que tener encuenta los siguientes factores :

- Las riquezas propias del suelo.- Su proftmdidad y naturaleza.- Stt grado de frescura o httmedad por influencia de las

lluvias y de las aguas f reáticas.-El cttltivo anterior, pues cada planta consume los

principios fertilizantes del suelo en distinta proporción. Así,se estima que la remolacha deja a disposición del trigo tresquintas partes del estiércol incorporado a ella. Las legumi-nosas enriquecen el suelo en nitrógeno y lo empobrecen enpotasio y fósforo.

- La cantidad de agua que suponemos va a recibir lacosecha, pues de ella depende, para cada variedad, la produc-ción que esperamos obtener.

- La variedad o"casta" de trigo que se cultive. Para las

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de gran proclucción (cuando el clima lo permita) hay que abo-^ar mucho más que para las de producción escasa.

- La riqueza de cal, alítmina y hierro, principalmente, de^los suelos pues retienen el fosfórico así como la arcilla, aun-^que en menos proporción. La arcilla es;, en cambio, la que re-^tiene el nitrógeno nítrico y amoniacal en mayor proporción.

Como primera orientación podemos señalar, como reco-anendables, las si^uientes fórmulas en kilos de principio fer-tilizante por hectárea :

Nitro^Pno ['osríirico Polasa

Trigo, después de :Plrtnta de escarda ........................ qo 65 So

Prarlera artificial (alfalfa, etc.)...... 25 85 80

I3arbecho ...................................... 30 60 40

Con estas cifras y teniendo en cuenta las riquezas norma-^es (antes citadas) de los abonos comerciales, obtendremos lassiguientes dosis prácticas :

r.^ç.

Trigo, tras p!anta de escarda:

Sulíato amónico (o cianamida cálcica) ............... zoo

Superfosfato de cal (o escorias Thomas)............ 400

Cloruro potásico (o sulfato potásico) .................. too a r2o

I'rigo, tras alfalía:

SulEato amónico (o cianamida cálcica) .. ............. t25

Superfosfato de cai (o escorias Thomas)............ 5z5Cloruro pot^tsico (o sulfato potásico) .................. r6o a zoo

"I'rigo, tras barbecho (*) :

Stilfato amónico (o cianamida cálcica) ............... i5o

Superfosfato de cal (o escorias Thomas)............ 400

Cloruro potásico (o sulfato potásico) .................. 8o a ioo

1,as fórmulas anteriores son recomendables en buenas tie-rras de fertilidad normaL Se pueden reforzar si se trata detierras muy buenas y sometidas a cultivo intensivo, que per-miten obtener rencíimientos mtry altos. En cambio, se deben

(*) Estas dosis son recomendables cuando la cantidad de ]luvia auual no

sea inferior a 60o mm. (observación que debo a los Ingenieros Agrónomos seño-res SiLVn GOYI•:NECHE y Tx.EVCÑO, así como otras que me han sido muy útiles

ea la redacción de esta Hoja).

t

- 1^ -

reducir dichas cifras cuando cultivemos tierras de mediana omala calidad y en regiones donde, como consecuencia de unalarga e^periencia, no se abona en cantidad, como ^curre ennuestro país en zonas de lluvias escasas ; en estos casos habráque ir aumentando paulatinamente las dosis, paralelamente a'ta aplicación de las posibles mej^ras : aumento en la profun-didad de las labores y estercoladuras, rotaciones, escardas, bi-nas, etc. A.sí, es corriente en muchas zonas españolas abonarcon sólo loo kilos cíe sultato amónico, 20o a 30o de super-fosfato y^o de cloruro potásico y, aunque parezcan escasas,son las dosis convenientes ya que, debido a la falta de lluviay la escasa profundidad de las labores, no se ptteden esperargrandes rendimientos.

En lugar de los abonos citados se pueden usar tambiénotros equivalentes, entre los cuales están, por eiemplo, los lla-mados abonos mixtos (que contienen más de un elemento fer-tilizante) en polvo o granulacíos. En este caso las dosis seránadecuadas a la riqueza del abono, esto es, al contenido entanto por ciento del elemento o de los elementos fertilizantesque entran en su composición.

Empleo de los ,a,bonos en otoño.

Yara la conservación y distribución de los abonos, a voleo^o con máquina, puede ser conveniente mezclarlos, pues así seeconomiza espaeio de almacenaje, mano de obra y tiempo.Sin embargo, hay abonos que no se deben mezclar nuncaantes de su empleo y otros pueden mezclarse poco antes de sudistribución. Esto es debido a que la mezcla produce reac-ciones químicas que inutilizan, en cierta proporción, algttnode sus principios fertilizantes.

En la fi,.ura 1 se resume, refiriéndonos solamente a los abonos citados,todos los casos posibles ; para su utilización basta leer los nombres de losdos abonos simples de que se trata, encabezando una fila y una columna, ydunde se encuentren éstas tendremos un símbo!o (cu}^a explicación se da al piedcl cuadrol que nos indica la posibilidad de su mezcla (*).

(*) Tomado de la obra U^^^clg^aritia.ciórro ^de ubo^wos, del Ingeniero AgrónomoJ. Ac^iizR^ ANria^s, editada por el Departamento de Pu^licaciones del N[inis-tcrio de Agricultura.

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SUPLRFOSFATO DI; CAL.

Yara due la eficacia de este abono sea má^iina es preciso^cnterrarlo a hrofundid^td conveliiente segíin los suelos y cli-uias : en ]uñares llu^-iost^s }- ticrras sueltas es suficicntc una

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Superfosfato • O • ^ ^ O

Escorias • • O O O ^

Sulfato amónico O • • O ^ O

Ganamida ^ O • O ^ ^

N^trafo sodico ^ O O O O O

Nitroto cálc^co • O • ^ O ^

Saies potásicas O ^ O ^ O ^

O

•

^

Pueden mezclarse en todo tiempo.

No se deben mezclar.

Solo deben mezclarse poco antes de su empleo.

ig. ,.-1'o^ibilidad de mezclar los abonos de uso más frecuente en el cultivodel trigo.

labor <le ^t-ada cjue no l^rotundice mucho; por el contrario, entierra^ ai-cillosas, sobrc todo si son secas, conviene enterrarlossuficienYell^ente, apro^^echandt^ las labores profundas cjue a^-rrientemente se den al ^reparar el terreno.

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1?1 superfosfato en tierras normales, no ácidas, puede es-parcirse al sembrar y hasta con la misma semilla no teniendola mezcla almacenada si no repartiéndolos inmediatamente. Entierras básicas de j^H superior a ^'5 hasta es conveniente quela semilla y el superfosfato estén enterrados juntos. En estastierras calizas el fosfórico no se moviliza más de dos o trescentímetros y, si no se pone en la zona del desarrollo radicu-lar, la planta lo asimila en muy poca proporción. Esto en tie-rras pobres es muy importante. La arcilla retiene el super-fosfato, pero no lo insolubiliza.

En tierras ácidas se extenderá un mes antes de la sieni-bra y, a no ser posible, por lo menos quince días antes.

ESCORIAS THOMAS.

1\Zuy apropiadas para suelos ácidos. Contienen mangane-so, el cual favorece la oxidación de la materia orgánica, porlo que es abono muy indicado para terrenos de roturación ylos pantanosos o lluviosos. Puede mezclarse con la simientepara hacer conjtmtamente la siembra y el abonado.

La profundidad a que debe enterrarse, lo mismo que parael superfosfato.

SULrATO AMÓNICO.

<;onviene, en general, a los suelos neutros o alcalinos }restá mtry indicado para fertilizar suelos salinos, a los que be-neficia notablemente, dismintryendo su toxicidad.

I^ebe extenderse, aproYimadamente, un mes antes de lasiembra para dar tiempo a que su nitrógeno amoniacal setransforme en nítrico, qtte es mucho más asimilable por lasplantas. Es corriente enterrarlo con una labor superficial.

CIANAMIDA CÁLCICA,

Para extender la cianamida en polvo conviene que, paraprotegerse de las quemaduras, los agricultores se den antesaceite en las manos y que en ellas no tengan hericlas abíertas.Al esparcirla se caminará r_on el viento de espaldas para queel aire no proyecte la cianamida sobre el obrero que ]a distri-

- I ĵ -

buye. Terminada esta operación se limPiarán bien las manos,f.rotándolas con un trapo, lavándose a continuación con abun-dante agua. Todas estas Precauciones son innecesarias cuandose emplea cianamida granttlada (*).

Este abono no conviene a sttelos muy básicos, pues aumen-ta la alcalinidad. Debe estenderse wl mes antes dc la siem-bra y como mínimo, si no hay más remedio, con quincc días

+oa +oo

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A B

- - - - - - - - - - nitrdgcno. - - - - - fdsjoro. potasio.

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40

30

70

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0

D

Fig. 6.-Marcha de la asimilación de los principios iertilizantes durante la vege-tación de la plauta de trigo : A, nacimiento ; B, final de! ahijamiento ; C, floración :D, final de la granazón. Las ciíras indi^ an tantos por ciento de la cantidaci total

asimilada. (De GnlzoLn.)

de anticiPación. No conviene enterrar la cianamida a granprofundidacl. Una li^era labor cle ^-racla es suficiente.

T a siembra y el abonado con cianamida cálcica nttnca debehacerse simultáneamente, ya que perjudicaría la nascencia,ni clespués cie que hayan nacido las plantitas, pues l^uecle Pro-vocar la caída de las hojas.

(*) Para manejar la cianamida en polvo, lo más convenicnte es usarcareta protectora y guantes, a pesar de su incomodidad. No deben distribuirlaindividuos a!cohólicos y se beberá leche en abundancia como medicia profiláctica.

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SALES POTÁSICAS.

L,a más corriente en nuestro mercado es el cloruro po-tásico.

heben estenderse con anticipación a la siembra, quincedías como mínimo, pues de lo contrario se retrasaría la ger-minación.

Ln tierras flojas, una labor de graĉla, muy superficial, essuficiente para enterrarlas convenientemente. Ln tierras fuer-tes se enterra.rán a mayor profundidad.

Fertilización de primavera.

Pese a que hayamos abonado en otc^iio a la perfecciónpuede ocurrir que, por diversas circunstancias, al llegar laprimavera la cosecha necesite una nutrición complementaria.Esta debe suministrarse en f.orma de abono fácillnente asi-milahle y en tanta mayor cantidad cuanto m^ts se aleje de lonormal el estado de la siembra. Ten^amos en cucnta c^ue al

^ ^^^^_". ^_^. _

Fig. ^:-El exceso de nitrógeno puede producir el "encamado" precoz del trigo,

a^i como cl "escalde" o"asw-ado", por alargar el ciclo vegetativo retrasando lamaduración. En uno y otro caso, el grano restilta de poco peso y menor valor.Abonando con suficiente fósforo pueden evitarse, al menos en parte, estos acci-

dentes. (De 13oxi<I<;r.IOr.L)

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hrincihit^ ^Ie ^tt vida, clebiclo al tríu, el triáu crece cun lentitudy d>,ie las necesidades nutritivas son pecjtteñas. Yero despttés,s>,íbitamente, al aunientar en primavera la tem^erattu-a y la1>lz, se ^!celera el des<trrollo y ent<^nces csas necesidades s^mmi_ry grandes.

^e calc>.lla due clesde la nascencia al ahijamiento la hlantarc<<uiere s^^lo el 3'^ hor loo del nitrógeno total necesario; clelahijadu a 1<t tloraci^n, un ^^'5 pc^r ioo, y de la floración a lamacl>,irez, un a^} por loo. lle ahí el "hambre de nitrúgeno" qtteeYperimenta la pl^lnta en el período de desarrollo más rápido :cl clel cncañado. Si ]legad^ es^t época obser^-amos que lossembradus presentan ttn c^^l^>r ^-ercle hálidu, an<^rmal, y la ^-e-get^tción totna ttn aspert^^ racltiítico, habr^l que ayudar alctiltivo aportando nitró^enu. Los ílnicos abunos nitrt^^enadc^sque entonces deben emplearse sc^n, l^^r su fácil asimilación,los nitratos (sódico, cálcico, etc.); las rantidades más conve-nientes suelen ser de ><oo a z 5o kilos por hectárea en climaseco y de 15o a 250 ó más en tierras muy :frescas o en re-^,Y^ldíos (*).

En clima sec^, hay que tener mttch^^ cuid^>do en la aplica-cibn cle los nitratos. Si añadimos tod^ el necesari^ de una veznos e^ponenx,s a clue, lx^r falta de humedad en el suelo, ten-^amos concentraciones tan g-randes clue las pl^ntas "se que-men". I?s preterible, ^unc^ue elh encarezca el culti^-o, rehar-tirlo en dos o más veces y así no correremos este ries^o. Ope-rando de^ esta manera, para stl mejor r.listribtici^n, ^lehe mez-clarse el nitrat^ con arena fin^t ^ tierra.

Los nitratos deben ahlicarse cuando se va^-a a iniciar elencañ^^d^^ de la planta y el moment^ c^portttno c>.>.ando la tierraten^a el tempem conveniente : ni demasiad^ htímeda ni muyseca.

]^:n ^ran parte de nttestros secan^s s^n rec^menclables dt^-

(*) \]gunos autores aconsejan la adición de superfos{ato de cal a la dosisde 20o a 3^0o kilos por hectárea. Esto, en general, no es necesario, pues el fos-fórico añadido antes de la siembra es fáci!mente retenido por el suelo; no a>ícl nitró^eno, que, al pasar a forma nítrica, es arrastrado por ]as aguas de lluvia,por lo que, durante la primacera, suele escasear en la capa del suelo aprovechadap^ir la planta.

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sis de nitrato comprendidas entre 75 y ioo kilos, con sufi-ciente humedad en el suelo, y nunca, ni en ninguna dosis, sino hay hiimedad. En regadío deben esparcirse siempre envarias veces y en dosis de 5o a xoo kilos cada vez, observan-do, por el estado y color de la vegetación, hasta cuándo con-viene su aplicación para evitar el encamado.

ALGUNAS PUBLICACIONES SOBRE ABONOS

Recoxnendamos al lector las signieutes publicaciones espa-ñolas :

Vulgarización de abonos.

Del Profesor de la Escuela Especial de IngenierosAgrónomos J. Aguirre Andrés. Editada por el Ministe-rio de Agricultura, Dirección General de Coordinación,Crédito y Capacitación A^graria.

F,actores que deben tomarse en consideración para aconsejar eIempleo de una fórmula de abonado para el trigo.

Por el Ingeniero Agrónomo I.,. Treviño, Director dela Estación Agronóxnica de Madrid (L N. I. A.). F^ita-da por el Instituto Nacional de Investigaciones Agronó-xnicas. Año 1955.

En italiano es inuv interesaute el manual títulado:

I Concimi.

lle O. Ronfiglioli. Publicado por "Edizioni Agrico-le ", Bologna. ] 955.

Más extensa que la anterior es la obra francesa:

Engrais, (xuide Pratique de la Fertilisation.

Por A. Gros. Editada por "I;^i Maison Rustique", Pa-rís. año 1957.

GRAFICAS UGUINA.-MADRID