“¿Quién podría ablandar el amargo corazón del Dr. House?”

----- Original Message ----- From: greghousemd@ hotmail.comTo: jimwilsonmd@hotmail.comSent: Saturday, June 30, 2007 8:00 PMSubject: “¿Quién podría ablandar el amargo corazón del Dr. House?”

Hola, Jim:

Voy a responder por email la pregunta retórica que hiciste en voz alta esta mañana, cuando subimos en el ascensor con Foreman y Chase. Quizás ahora, solo ante la pantalla y el teclado, pueda quitarme la armadura y ser sincero contigo y conmigo mismo.

Pregunta quivocada, Dr. Wilson. Tú sabes que el ablandamiento de corazón o miomalacia cardíaca (myomalacia cordis)1 es una patología diferente al enamoramiento, esta peculiar hiperestesia causada por la irritación del sistema endocrino y los centros cerebrales del placer ante la presencia (o la ausencia) hipnótica de ciertas feromonas y de ciertas formas anatómicas, el timbre de cierta voz, la luz de cierta mirada, la dulzura de cierta sonrisa.

Por suerte, no tengo ninguna propensión genética al infarto cardíaco ni a la consecuente miomalacia, aunque sí al infarto de los músculos estriados, como es obvio por mi historia clínica y mi bastón ergodinámico. Pero si la pregunta se refiere justamente a aquel trastorno psicosomático, tú ya sabes la respuesta. La mujer de quien he estado enamorado, desde la Escuela de Graduados, se llama Lisa Cuddy. Elemental, querido Wilson.

Anticipo tus comentarios irónicos sobre la visible alegría que ese amor irradia en mi vida y mi trabajo. Todos saben, y tú me lo recuerdas menstrualmente, que mi vida es miserable y mi trabajo una adicción posible por otra adicción. (A propósito, hazme una receta para dos cajas de Vicodin.)

Sin embargo, si mi vida fuese de verdad tan miserable, no tendría yo fuerza alguna para seguir ejerciendo día a día nuestro oficio contra la muerte y el dolor. Pero ya ves que sigo, como un nuevo Jacob vicodinado, luchando para agarrar a Dios por el cuello en cada tomografía, en cada resonancia, en cada diagnóstico, en cada cirugía. Ya ves que sigo resistiendo sus golpes maestros de kung-fu contra las piernas. A Jacob le dislocó el fémur y a mí me infartó el cuadriceps femoral, pero no nos damos por vencidos.

Por tanto, mi vida no es tan miserable como parece. ¿Y por qué? Por tres razones. Primera, porque Lisa es mi cómplice secreta que conoce, como buena israelita, los puntos débiles del Ángel Shaolín. Segunda, porque ella tiene las precisas feromonas y las formas anatómicas perfectas para acelerarme la amígdala y el hipotálamo. Y, tercera, porque tiene ella algo en la voz, la mirada y la sonrisa que no puedo definir pero me dice que también ella me ama.

Tu amigo,Gregory House (Y no olvides mi Vicodin)

1 Tal vez no recuerdes que así se denomina la atrofia y necrosis del músculo cardíaco, sustituido por tejido conectivo suave, causada por infarto de miocardio, miocarditis tóxica, miocarditis reumática o trombosis coronaria de origen miásico (por ejemplo, la parasitosis por larvas de la mosca Gedoelstia, en África, o la terrible tripanosomiasis o Mal de Chagas, infección por Tripanosoma Cruzi, de Centro y Sur América).