a modo de ejemplo, el regionalismo

2
A modo de ejemplo, el regionalismo. ANTIOQUIA LITERARIA, ES MÁS QUE DOS ESCRITORES. Dos hechos recientes, me llevaron a una refexión: La muerte de José Gabriel Baena, y el premio Rómulo Galleos, otorado a !ablo "ontoya# $n ambos casos, el desarrollo de la noticia mostraba %ue cada uno ten&a una ran obra 'or(ada letra a letra, durante muchos a)os de escritura silenciosa y disciplinada# *asi die+ libros cada uno, t&tulos %ue solo salieron al conocimien p blico, cuando 'ueron mencionados en los randes medios, como en este caso, y suele suceder, por muerte, o alardón# $s decir, morirse, o triun'ar a'uera para hacerse visibles, es decir, le&dos# -i de la literatura antio%ue)a se destacan siempre autores como .éctor /bad, o Jore 0ranco, es adem1s de su talento, racias a su rior y (uicio en el traba(o, pero el resto son casi invisibles# $sto es de resaltar, por%ue es (usto detr1s de esa indi'erencia, %ue duermen innumerables obras en los ana%ueles del olvido2 una producción poderosa y abundante, %ue pu(a por ser conocida2 dina en muchos casos, también de reconocimiento# Para la muestra. 3niciar por e(emplo, con $steban *arlos "e(&a 4un poco m1s conocido por su columna en el $spectador5, sirve bien de e(emplo en principio, por su constante seuimiento a los autores locales, y el tratamiento di'erente, a los temas de actualidad# -euir con Luis 0ernando "ac&as 4m1s de veinte libros bien escritos en todos los éneros5, excelente escritor, se destaca en la pedao&a literaria2 $milio /lberto Restrepo 4m1s de 67 libros, varios premios, conocido solo en "edell&n, ya tiene seuidores, un ran aporte a la 8ovela 8era52 Jaime Restrepo cuartas, como $milio Restrepo, aleno2 con ocho obras literarias a su haber, y atrapado en los a(es de la pol&tica# 9ambién existe, $l in Restrepo 4poeta notable, cuentista poderoso, muy disciplinado52 ; Juan Dieo "e(&a y Guillermo *ardona 4novelistas interesantes, alo diluidos en le promoción de la cultura, atrapados por la burocracia local5# José Libardo !orras 4riuroso y constante, ha sido premiado, pero poco di'undido5, John -aldarriaa 4un cronista a la altura de /lberto -alcedo Ramos, desconocido 'uera de la ciudad52 el mismo Juan José .oyos 4maestro de periodismo literario y novelista, con alo m1s de di'usión, pero no la %ue se merece5# "emo /n(el 4incansable y culto5, o Reinaldo -pitaletta y Dar&o Rui+ 4muy recorridos y eruditos, con una obra sólida de muchos a)os5# < las matronas Roc&o =éle+, Janeth !osada, "ar&a *ristina Restrepo, "ar&a 9eresa Ram&re+, *laudia Giraldo, 9eresa <a)e+, ;la "art&ne+, todas con una obra variada, numerosa y de calidad# $n >n, y es de lo %ue trata el mensa(e, con seuridad hay muchos m1s# 9oda una cantera de autores escribiendo libros %ue vale la pena conocer, para ser le&dos# =ale la pena entonces, veri>car el papel de la prensa, y las revistas culturales# La cohesión de este importante nicho de la industria cultural, entre las editoriales, las iniciativas particulares, y los proramas de estado#

Upload: jhon-fredy-vasquez

Post on 02-Nov-2015

4 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Artículo de prensa, publicado en Las 2 Orillas. Respecto al regionalismo de la literatura en Colombia.

TRANSCRIPT

A modo de ejemplo, el regionalismo. ANTIOQUIA LITERARIA, ES MS QUE DOS ESCRITORES.Dos hechos recientes, me llevaron a una reflexin: La muerte de Jos Gabriel Baena, y el premio Rmulo Gallegos, otorgado a Pablo Montoya. En ambos casos, el desarrollo de la noticia mostraba que cada uno tena una gran obra forjada letra a letra, durante muchos aos de escritura silenciosa y disciplinada. Casi diez libros cada uno, ttulos que solo salieron al conocimiento pblico, cuando fueron mencionados en los grandes medios, como en este caso, y suele suceder, por muerte, o galardn. Es decir, morirse, o triunfar afuera para hacerse visibles, es decir, ledos. Si de la literatura antioquea se destacan siempre autores como Hctor Abad, o Jorge Franco, es adems de su talento, gracias a su rigor y juicio en el trabajo, pero el resto son casi invisibles. Esto es de resaltar, porque es justo detrs de esa indiferencia, que duermen innumerables obras en los anaqueles del olvido; una produccin poderosa y abundante, que puja por ser conocida; digna en muchos casos, tambin de reconocimiento. Para la muestra.Iniciar por ejemplo, con Esteban Carlos Meja (un poco ms conocido por su columna en el Espectador), sirve bien de ejemplo en principio, por su constante seguimiento a los autores locales, y el tratamiento diferente, a los temas de actualidad. Seguir con Luis Fernando Macas (ms de veinte libros bien escritos en todos los gneros), excelente escritor, se destaca en la pedagoga literaria; Emilio Alberto Restrepo (ms de 10 libros, varios premios, conocido solo en Medelln, ya tiene seguidores, un gran aporte a la Novela Negra); Jaime Restrepo cuartas, como Emilio Restrepo, galeno; con ocho obras literarias a su haber, y atrapado en los gajes de la poltica. Tambin existe, Elkin Restrepo (poeta notable, cuentista poderoso, muy disciplinado); O Juan Diego Meja y Guillermo Cardona (novelistas interesantes, algo diluidos en le promocin de la cultura, atrapados por la burocracia local). Jos Libardo Porras (riguroso y constante, ha sido premiado, pero poco difundido), John Saldarriaga (un cronista a la altura de Alberto Salcedo Ramos, desconocido fuera de la ciudad); el mismo Juan Jos Hoyos (maestro de periodismo literario y novelista, con algo ms de difusin, pero no la que se merece). Memo Anjel (incansable y culto), o Reinaldo Spitaletta y Daro Ruiz (muy recorridos y eruditos, con una obra slida de muchos aos). Y las matronas Roco Vlez, Janeth Posada, Mara Cristina Restrepo, Mara Teresa Ramrez, Claudia Giraldo, Teresa Yaez, Olga Martnez, todas con una obra variada, numerosa y de calidad.En fin, y es de lo que trata el mensaje, con seguridad hay muchos ms. Toda una cantera de autores escribiendo libros que vale la pena conocer, para ser ledos. Vale la pena entonces, verificar el papel de la prensa, y las revistas culturales. La cohesin de este importante nicho de la industria cultural, entre las editoriales, las iniciativas particulares, y los programas de estado. Autores que llevan aos desgastndose en autoediciones, en bsqueda de apoyos, fondos universitarios de tirajes y promocin exigua. Escenarios insuficientes, limitados, muchas veces inapropiados, para la abundante calidad creativa, de los escritores antiqueos. El esfuerzo vale la pena, hay que pensar en conjunto, unir esfuerzos; trascender las fronteras del anonimato y la indiferencia; releernos como pas, promover no slo la produccin literaria, sino el fomento de la lectura, porque materia prima hay, y en abundancia; slo es que el producto, pueda alcanzar a su pblico. Jhon Fredy Vsquez.Estudiante de comunicacin Social (Universidad EAFIT)[email protected]