A mis EstudiantesEn un mundo perdido en lo efímero, donde lo trascedente se cambia porlo transitorio, los hombres y las mujeres caen en encrucijadas ilusoriasdando importancia a las cosas efímeras. Frente a esto, qué nos queda,cuál ruta seguimos, en dónde nos podemos encontrar. Yo, su humildeservidor, pienso que la respuesta está en las palabras. Las palabrasconducen a diferentes mundos, tanto físicos como metafísicos, y es conellas que construimos realidades y también destruimos diversos espacios.

Una palabra tuya bastará dice el Apóstol, porque el poder que seimpronta en el lenguaje no tiene límites. A ello les pido, y les invito, aconstruir su lenguaje y mejorarlo sin olvidar la máxima del Quijote:

Lo único que necesitamos vivir es La Gracia Divina, la Poesía y la Nobleza del Corazón.

Mis Estudiantes, gracias por enseñarme tanto y espero que el Camino nosvuelva a juntar.