a la primera, la vencida

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Poemario a sangre y jierro de dos que no saben qué es la métrica, pero tienen claro que las lágrimas se curan a puñetazos

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A LA PRIMERA, LA VENCIDA

(2008 – 2011)

Arkaninger Feizas

y

Óscar Valcárcel

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1ª edición, Noviembre de 2011

Textos: Arkaninger Feizas y Óscar Valcárcel Ilustración portada: Fiona Ribes Renshaw Imagen contraportada: Arkaninger Feizas ISBN: 978-84-615-2636 Dep. legal: 11_7841

Impreso en la U.E.

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A los que me enseñasteis a pensar con el corazón

(Óscar Valcárcel)

A todas vosotras. Y a ti. (Arkaninger Feizas)

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Pastora Pavón terminó de cantar en medio del silencio. Solo, y con sarcasmo, un hombre pequeñito, de esos hombrines bailarines que salen, de pronto, de las botellas de aguardiente,

dijo con voz muy baja: "¡Viva París!", como diciendo:

"Aquí no nos importan las facultades, ni la técnica, ni la maestría. Nos importa otra cosa."

Federico García Lorca. Teoría y juego del duende.

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A un metro

Anoche, con alargar la mano, te hubiera podido contar: que eres mi amanecer, la única con la que suelo soñar; Mi romance no resuelto, esa a la que no me atrevo a llamar. La nana prohibida que leo escondido, el guión de mi soliloquio; La que ya no deseo por no llorar, el conmigo en el camino, la batalla que aún tengo que ganar, las bragas que no me cansaré de arrancar. Anoche, con alargar la mano, te hubiera podido jurar: Que ya no correrá viento entre nuestras pieles, mis ganas serán tus manos, tus besos mi sed y nuestras noches miel. Eres la estrella escogida de mi cielo, el manantial de descaro al quiero cambiar los pañales cuando tengamos cien años. Escribiré un libro para decirte, lo que ayer no me atreví a recitarte.

Ó. Valcárcel. Agosto de 2011. A un metro, dos pasos o 25 poemas.

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Profano paraíso

Tirado en una cuneta pisoteo las estrellas, me lío y me fumo la victoria de la batalla: una guerra entre las sábanas más bellas de un hostal fuera de las afueras. Este duermevela con cirios despiertos revela la rebelión de los amores descontentos donde me busco y me encuentro si no me engañas (te lo ruego). Me esnifo una dosis de amor a tu espalda, te araño bajo la falda mientras te grito al oído susurros prohibidos de ilusiones olvidadas, porque ahora somos nada y mañana seré todo.

Arkaninger Feizas.

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¡Qué vengan ya!

Si van a recitarte poemas esperaré encabritao, que yo, humilde y bandolero, tengo dos mil cuartetos en cada carrillo y todas las flores rojas, airadas de tu pelo, esperando una orden en nuestro desvelo. De entre todos esos sonetos vanos descoseré cada una de esas sílabas suyas, las tiraré al suelo, y recompondré siempre el mismo verso: ¡Tente! ¡Tente madrugada! Que ni la he amado entavía, ni esta taranta suena a pura vida.

O. Valcárcel. Marzo en el año 2008. Desafiando a todos tus poetas.

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La bella y la bestia

Enamorado de tu hedor, apestabas a mala mujer, lamiendo cada centímetro de tu piel, cada uno mejor que el anterior. Inspirado en la falsa sensación de bienestar compartido, apelando al siempre útil olvido, fui una bestia que jugó contigo a aquel deporte perdido que solo termina cuando los dos hemos vencido. Entonces cogiste ventaja. Te dopaste en mi cara y recurriste a la más cara y mejor de las pajas para encubrir las migajas de aquel cuento que acabara con un mágico toque de vara, para tenerlo (a él) siempre contento. Pero olvidaste que las bestias también tenemos sentimientos. Arkaninger Feizas.

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Mentiras

No estaría a la altura si no contara las veces que me desquició a cornadas, todos los sures que convertí en nortes, los días con la lengua enroscada a su nuca y todos los sueños que maté aquel martes. Tras haber bajado del cielo de sus tetas, desde el infierno de su grandeza, no creáis que fue fácil deshacerme del paraíso vacío de su belleza. Ahora: enorme: reposado y henchido, miro mi cama pensando cómo vaciarla de oportunistas de tasca, que juran quererme, esparciendo jugos en mi boca. Ahora: enorme: reposado y henchido, vuelvo a verte tras la ventana: a ti, la única, mi ambición, la Luna: mezcla de agua y vino.

O. Valcárcel. Junio de 2008. A la Luna, a mi Luna.

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Blanquestamina

Te conocí en cualquier fiesta y ya me habían hablado de ti: de los efectos y los adeptos. Sé que mi sonrisa es funesta. Pero no dejo de sonreír, oigo tu nombre y ya estoy contento. A mis siete en cada pierna (y me llevo uno), to los palos recibíos y los errores aprendíos los conviertes en humo. ¿De qué sirve recibir? ¿De qué sirve aprender si antes de probarte ya he vuelto a caer? Nunca me quise enganchar. Creía que los amigos solo recomiendan lo bueno, puede estar bien para mí si lo está para ellos.

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Una dosis de brevas a higos: una calada que llega al alma, una raya ya casi es nada; ahora suplico un pico. Me he enganchado a la droga sin probarla. Porque he visto lo que hace, los efectos y los adeptos y quiero que me pase.

Arkaninger Feizas.

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¿En qué piensas?

No estoy pensando en nada, sólo barrunto acabar este cigarro para volver a comerte el paladar, fumar juntos tu buen gusto y que vuelvas a culebrear. De verdad, no pienso en nada, sólo estoy callejeando, vendiendo rezos al júbilo de tenerte, rogando por un minuto más bajo tu tripa, peleando, a jierro, por un "nos vemos", pateando murallas para abrazarte. ¡Que no estoy pensando en nada! Me estoy quemando con tu piel, ahogándome entre tus piernas, mascullando bendiciones varias, saciándome de saborear tu miel, queriendo bendecir tus tetas y olvidando que mañana no estarás.

O. Valcárcel. Junio de 2008. A todas las que me habéis preguntado "¿En qué piensas?" mientras fumo.

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Que no me hablen de límites

Que no me hablen de límites, que yo todos los reviento sin jugar al escondite. La Última es la única frontera que existe de verdad, la que no tengo prisa en cruzar porque ella me cruzará. Las demás, furtivo y desalmado, las he cruzado ya. Discreto y descarado: como se deben cruzar: sin mirar para otro lado. No es hoy el día en que mil buitres llegarán a buscarse el pan, y si alguien se lo tiene que dar seré yo ... pero hoy no.

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Hoy voy a dedicarle treinta y tres versos a mis cojones y tus pezones. Voy a comerme pensamientos perversos y a vomitar las mejores canciones que escriben los que no saben escribir con palabras y se valen de ilusiones sin cumplir, que son las más macabras. Que la noche no te limite, ni hagas caso al día cuando te invite a quedarte varado en las orillas de la mejor alcantarilla, que las mejores estrellas de un hotel son el brillo de los ojos de aquél a quien le desvirgan el corazón en el sótano de cualquier pensión.

Arkaninger Feizas.

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Martinete

Acostado en tu cielo desparpajado, herido por cartageneras, deshecho de campanilleros y bendito por bandolas, me voy a poner el sombrero de gitano para cantarte bulerías. Entre cábalas de amores ciertos, fandango a puro palmeo y lágrimas de acais saeteros se nos acabó el tiempo, mas con la felicidad taconeando, beberé de todos los palos: sean canastillas por razón, cantiñas por desazón, o rondeñas por amor.

O. Valcárcel. Junio de 2008. Admirando todos los palos.

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Felicidad

Como si no hubiese visto a la Felicidad huyo de ella, pero se sabe acercar. Me coge de la mano y me quiere conquistar, y me quiere enamorar, y me quiere cautivar. Me susurra al oído que yo soy especial y al cien por cien se va a entregar ... porque me quiere conquistar. Me mira a los ojos con sus pupilas de femme fatale y lo dice todo sin hablar ... porque me quiere enamorar. Me acaricia el cuello de esa manera sensual que casi no llega a tocar ... porque me quiere cautivar. Y yo busco mi cartera porque la quiero disfrutar. Arkaninger Feizas.

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Alegría

¡Dale, Capitán! Alegría de sentir tantas bocas satisfechas, piernas queriendo sentir de nuevo el tembleque que les dio mi vaivén durante tantas horas, demasiados gemidos forjados en tempestades. Garabatos en la capital de tantas espaldas en esos mismos surcos llenos de pelo, donde no volveré a mecer el ansia, recuerdos mañaneros llenos de embrujo. Reír, y reír... y reír... y después, desnudos, acariciar este junio florecido de alegría mientras descansamos, aún encendidos, sucios de tanta gloria. Que no sea sombra lo que te calla esa sonrisa, que sea luz sincera de pensamientos buenos, que sea tu silencio el que diga que me piensas, y ordene a tus maravillas que le den de soñar a mis sueños.

O. Valcárcel. Junio de 2008. A las tres últimas sombras que me han

recordado que Óscar se escribe con C, de Capitán…

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Experiencia

En la última cerveza del último bar me propuso no decirme su nombre, se pasó la lengua por los labios y fui de todo menos hombre. Metió su mano bajo mi camisa. Ochenta y dos guantes blancos para ella y sus cuarenta ladrones, yo soy solo un raterillo. Después de quitarme el corazón venía lo único importante: "¿cuándo me quitas el calzón?" "Espera muñeco, estás muy elegante" Creía que lo tenía todo controlado, algo normal en una cama de un solo lado. Ella, Directora Comercial de una cama sin fronteras, yo soy solo un becario de tercera. Con sus ojazos, algún autor pestiño podría escribir un par de tomos de edulcorados poemas. Yo prefiero mirarlos de cerca mientras follamos alegremente. Ella es Teniente General del orgasmo fingido, yo soy sólo un insurgente.

Arkaninger Feizas.

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Lucero

Pequeño hatillo de besos, escucha:

Pasito a pasito, de los tuyos, como saltitos, le vamos a meter miedo a la memoria despacio, tras muchos poquitos: me comprometo a dejar seca aquella puta estrella. Si crees que sólo escribo sonetos vacíos; Calmaré los vientos de cada galerna, para que me puedas oler en la mañana. Apagaré hasta los fuegos fatuos para que no sientas esos miedos. Amainaré las olas de cada mar, para que, conmigo, te puedas bañar. Y después regaré tus raíces con mi riego de desarraigo, pa que tu amor arraigue en mi tierra y poder gritar…

¡Lucero!

O. Valcárcel. Julio de 2008. Al lucero, al lucerito mío.

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En la distancia

Amaneció un día más otra vez lejos de ti, otra vez vuelta a empezar, otra vez toca sufrir. Te busco con la mirada; si pudiera solo verte, que ya te tengo imaginada... ... y si pudiera recorrerte... Recorrerte mu despacito por todos tus rincones, cualquiera es más exquisito que los de las anteriores. No sé por qué te dejé ni qué pretendía encontrar, la distancia me hizo ver que nunca tendrás rival. Hoy quiero volver a sentir por dentro las cosquillas que me entraron cuando te descubrí por primera vez... Sevilla.

Arkaninger Feizas.

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Ven aquí

Lleno de la alegría de tu querer, por esa paciencia atada a tu risa me ayudas empujándome: de mi rima a tu prosa. Ahora que estoy malcomiendo ayuno, dame tiras de esa carne que llevas atada al muslo pa que pueda forrarte de placer. ¡Ven aquí!

Vamos a llorar alegría, que quiero quejarme de gusto por todas las penas mías y amarte yo solo. Vamos a enmarcar este día que me sobra abrazarte fuerte para ser la ignominia enzarzada a tu mente. ¡Ven aquí!

Que tengo risas seguidas de las ondas de tu espuma y muchos lloros rotos de alegría: florecida.

O. Valcárcel. Julio de 2008. Rimando prosa llena de versos.

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Realidades

He visto muchas mentiras disfrazadas de realidad. He visto tanta gente intentándome mostrar cual era su verdad, que solo quería enjaularme en mi propia libertad. Es todo una mentira, y nosotros quienes fabricamos la verdad dependiendo del momento; inventamos bienestar si nos cansamos de llorar, según sople el viento.

Arkaninger Feizas.

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Dile al Sol

Aquí plantado, tomando un trago, me vuelvo a preguntar por lo de ayer, las dos gemelas virtuosas, aquella rumana tan fea y la rubia marimacho. Ese trago no me ha hecho recordar, voy a tener que continuar bebiendo. ¿Qué fue de aquel escote? ¿Desperté con la resaca de siempre o las náuseas eran sólo de pena? Empiezo a verlo claro: camarero no traigo dinero, pero necesito una copa más, tenga usted un poco de caridad, que sólo soy un poeta de barra fija y no le voy a importunar. Dile al Sol que pronto será canción, cuéntale que es la punta de mi lápiz, mi folio en blanco y también mi voz. Explícale que de tanta luz me deslumbró, que al mirarme con sus ojos llenos de agua verde no me dio tiempo a cerrar las persianas y sólo por eso se pudo meter en mi cama.

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Grítale que le odio, ahora sólo es sombra, que ahora me calienta éste cigarro, ya me bebí sus lágrimas brindando, con rumanas, gemelas y marimachos. Dile al Sol que pronto será canción, cuéntale que es la punta de mi lápiz, mi folio en blanco y también mi voz. O. Valcárcel. Agosto de 2008. Dicho queda, Sol.

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Tanto como tan

Tan amarillo el sol como intenso el perfume que adorna nuestros encuentros de pasión. Tan dulce es la sonrisa que me besa en tus sueños, tan grande me hago cuando me llamas "pequeño". Tan salado es el mar, tan Destripador era Jack, tanto valió la pena el tenerte que esperar. Tan redondos los pechos que gobiernan mis manos cuando inicio el ataque a tu cuerpo, y lo gano. Tan fugaces las estrellas que se llevan los deseos, tan poca gente te habrá visto como ahora yo te veo.

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Tan rosas los labios que iluminan mis noches, tanto derroche, tanto derroche.

Arkaninger Feizas.

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Estrella fugaz

Recuerdo la sorpresa al abrir los ojos y ver tus dos cachitos de cielo mirándome fijos, azules, cercanos y sinceros escudriñando mis guiños: preguntándome. Recuerdo la algazara del sabor de tu boca y sentir tu lengua abrazándome, suave, revoltosa, caliente y efusiva guiando mis deseos: derritiéndome. Si yo: tú Contigo: nosotros Sin ti: nada Recuerdo la bendición del calor de tu pecho, donde tatué mis poemas con saliva, la más tersa almohada que jamás he tenido, allí donde soñé con mis mil estrellas extinguidas. Recuerdo la curvatura perfecta de tu sonrisa, llena de dientes pequeñitos: juntitos, dibujando besos en mi espalda, ilustrando nuestros sueños más hermosos. Si yo: tú Contigo: nosotros Sin ti: nada

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Olvido que el mediodía nos separó, maldigo la manía de mirar las manillas y si te vuelvo a encontrar juro que cada segundo nos pedirá disculpas: por haberse ido…

O. Valcárcel. Septiembre de 2008. A mi amiga Clara. Confiando en que

conservara aquella servilleta.

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Pa mentirte que no te quiero

Como las gotas de lluvia del cielo de tus ojos, como el campo de amapolas de tus labios: como siempre: rojos. Así eres, como cítara vieja anhelante del sonido de mis notas lascivas al traquetear tú y yo juntos. Así eres, más sabia que ladrona, te llevas mis deseos queriendo con esa sonrisa burlona, y siempre el misterio in crescendo. Así te quiero, sucia en mi cama, esperanza durmiendo a mi lado, sangre en mi herida abierta y señora en todos tus actos. Así te quiero, astucia encubierta que maneja el destino a su antojo, jugando a dejarme ganar, perdida: serendipia de sentimientos.

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Así me tienes, amorrado a barras, apadrinando poemas nimios, huérfano de alegría y despiojado de todos mis sueños. Así me tienes, las noches en vela contando lentos los minutos que faltan para el alba. Pa mentirte que no te quiero.

O. Valcárcel & Arkaninger Feizas.

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Seremos

Serías el poema escrito a una incauta, otra cervatilla con el alma butroneada, 50 kilos de carne conquistada anécdota de domingo: amor desinteresado. Serás besos llenos de pelos, furia maldicha en cariño cierto, vergel de alegría mojada y cachito de todas mis estrellas. Fuego en mi infierno, hielo en mi nieve y camino en mi destino. Serías soneto hueco de rima, nombre tachado en una lista, sendero andado de espalda, otro sinsabor que me abraza. Serás caricias al alimón, bocanada de soleás, trapichera de mis sueños: gloria recién cosechá.

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Fuego en mi infierno, hielo en mi nieve y camino en mi destino. Seremos todo rodeado de muchas nadas, fresas frescas entre mil rosas secas. O. Valcárcel. Otoño de 2008. A mi amiga Esther, que tiene la exclusividad de marca.

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Voy a contarte, niña

Voy a contarte, niña, diez mil historias de amor: las más frías, las más tristes, y las que no tenían ambición. Pa que tú me cuentes, niña, las más calientes: las que protagonizamos tú y yo. Voy a contarte, niño, las peores pesadillas: cuando la gente tira sus sueños por las alcantarillas. Pa que tú me cuentes, niño, las mejores fantasías: las de amanecer juntos cada día. Voy a contarte, niña, por qué me llevaste al cielo, Pa que tú me cuentes, niña, por qué ya no volvemos. Pa yo contarte, niño, por qué no volveremos.

Arkaninger Feizas.

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Frío

Enciendo el brasero y me caliento las manos frías de traerte leña vieja, pa secarte ese mar que se te escapa: mojado, entre los párpados. Cuéntame, qué te han quitado los años, adorna aquellos muerdos nuestros, amárrate fuerte a mi pecho y prepárate que vamos a irnos a vivir, juntos:

tus sueños.

O. Valcárcel. Noviembre de 2008. No llores luna... que te sigo mirando reflejada en cada charco.

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Expoliando porvenires

Vengo a cagarme en un folio que huela a azahares y a olvidar, hasta que ganes, que mi victoria es un expolio. Si pensaste en varear mi verdad pa domesticar el jamelgo de mi corazón, tendrás que desbocarme con tu boca y ofrecerme un futuro sinrazón. No voy a pedir que te vengas a juntar con quien te quiere de verdad, pero espero que no esperes que no me canse de esperar, y no espero que entiendas que al final eres una: más. Olvídate de tus porvenires caleños y del miedo al lamentar, coge lo que quieras, pero fóllate tus sueños.

Arkaninger Feizas. Y O. Valcárcel, dejándome que me codee con su poesía.

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Un beso nunca oculta un pensamiento.

Cuando te vi eras sólo cuarto de kilo de deseo, al mirarme sentí un holocausto de sensaciones, cuando te cruzaste, sonriendo, sentí frío: por tener que ser yo mismo. La pelea estaba empezada miradas, sonrisas y un guiño cómplice, dos copas después te dio, por saber a qué sabe mi bocado. Nos deshicimos de los trapos, declamamos, juntos, a Neruda, bebimos la lluvia en nuestra piel y más tarde: nos quisimos bien. Soy un poeta de cancamusa. -te dije- Esta noche seré tu musa. -gemiste-

O. Valcárcel. Diciembre 2008. Para ti "Nerudita".

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Cien mil fanegas de azahar

Cada mañana al despertar, todos los días igual, me vuelvo a preguntar por qué todas las noches igual. Esa sonrisa clandestina... ¡Me tengo que levantar! Abro la cortina y te vuelvo a suspirar. Nunca le digas a nadie lo que por ti hacer podría: para que te quedaras conmigo yo contigo me quedaría. Te daría mis historias: mis contar y mis callar, Quemaría todos mis mapas por perderme en tu pelar. Y sembrar cien mil fanegas de azahar a los pies del pedestal de tu portal. Arkaninger Feizas.

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Amigo

Amigo, par de vinagre, cómplice de noche y vino sonrisa solidaria: sincera, parte de mi recuerdo, rugido a mi lado. Amigo, palmadas de felicidad, ojos de lágrimas ajadas, desdibujada vivencia vana, parte de mi parte, aventura siempre buena. Amigo, ahora que no estás, sirva la rabia, los lapos a esos dioses, la randada hueca, mis puños sangrando, la grieta que dejas y tu recuerdo sempiterno para recordarte: vivo.

O. Valcárcel. A mi comadre Ana Eva. Hasta siempre, amigo. (pese a que no te conocí)

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Primavera

Deja que te mire, aun por otros lados, que no me basta recordarte. Hoy voy a aprenderte y mañana te recitaré como un poema de Machado. Con la luz de la vela que iluminas con tus ojos y en las pestañas te riela, voy a dibujar nuestros sueños: los que no tendremos. Redoblarte mil tambores, vestirte de buganvilla, desnudarte de olores y escorzarte de rodillas.

Arkaninger Feizas.

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Cielo

Vestida de besos falsos, metiste mano a corazones necios y te destrozaste las alegrías arreglándolas con barro. Ojitos de bravura, de esos que roncan agua sin poder baldearla toda: queriendo sólo gritar: sola. Mesa: ahora: de mi mesa, curaste con gomina lo que no te hicieron, desnuda, bajo una encina.

O. Valcárcel. Enero ya... A la más necia y adorable de las personas que conozco, Cris. Deseándole, besos, coplas, taconeo y todas las mariposas que le quepan en el estómago.

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Tiempo de soles

Le he escrito a mi ciudad, a la mentira y a la verdad. También a mi Princesa y a esta, a aquella y a esa. Y a las putas y a sus hijas. Pero antes que regalar una sortija a cualquiera de esas pijas prefiero unir cuatro palabras con el boli en una mano y el codo apoyado: en una barra. Me falta mucho que decir, muchos versos que escribir y muchas palabras que cumplir. Pues que esperen los demás, que hoy las letras se juntan para ti. Porque importa más, si no me equivoco las lágrimas que no se verán en las fotos, y aunque sus rodillas nos molen a ella le puede llover, y a ti... tiempo de soles. Arkaninger Feizas.

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Corazón de noche

Te voy a disparar sonrisas, hasta que me dejes regalarte, todas las rosas que pueda robar despuntándolas de tu estandarte. Después planeo mecerte: despacio pa que notes que te vivo y me sientas feliz de escribirte, mientras me guías la mano. A la tarde cantaremos, ya borrachos, sonetos de a tres, coplas de agarrar y felicidades de las de saltar. Y si cae la noche: tendremos que levantar la quijada mirar a la puta luna... y recitar.

O. Valcárcel. Febrero de 2009. A mi compadre Emilio.

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El libro de los recuerdos

Cierro por fin el libro de los recuerdos y aparece tu teléfono en la contraportada. Cuánto tiempo desperdiciado, no podía verte y te tenía al lado y ahora que lo he cerrado me muero por abrirlas. Cuánto tiempo perdido... si me hubiese decidido me habrías recibido: abriéndolas. Menos mal que al menos (mal) el libro de los recuerdos ya lo he cerrado y aquí estás tú: sonriendo y esperando que haga lo que peor hago: y esperando... Arkaninger Feizas.

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Sudario

Dice el Sol que me echa de menos, mientras se eclipsa con todos, el Lucero se ríe de mí (tildado) y la Luna sigue mintiendo. Consolado con el té de biznagas, por dos veces cocidas en aguas de caederas lágrimas, pintaré bastos todas mis mañanas. Disgustado con las constelaciones y sus encantadoras ubres, decido quedarme, con mi razón punzante.

O. Valcárcel. Abril de 2009. Murmurándole a gritos al catalejo que tengo por alma.

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Rendidas

Somos nada envueltos en celos, querientes ajenos amigos desqueridos, amándose solos. Somos todo envueltos en celo, en sudores y en olvidos compadres de duelo y risa: puterío y visa. Somos lo que tú dices que seamos, seamos lo que yo diga: tú el brazo ejecutor y yo la mano amiga. Somos solos sin azúcar, pares desparejos, trapecistas ciegos saltando sin red.

O. Valcárcel, Arkaninger Feizas y dos rendidas.

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Así lo haremos

Cediendo un día tú, al siguiente yo, confiando hoy yo, mañana tú, tatuándonos futuro a besos en la espalda hilando te quieros, manoletina tras natural.

Así lo haremos. Continuando el primer momento, cuando yo era mariposa en tu vientre y dentro de ti, sólo estaba yo, superando los demás quereres. Así lo haremos. Maldiciendo este contrato que hoy nos obliga, trabajando la paciencia, el cariño y la ilusión, robando segundos a cada momento, queriéndonos bien. Así lo haremos. O. Valcárcel. Junio de 2009. A mi hermana, demostración de que si se quiere querer, se puede.

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Vuelvo a volver

Vuelvo al verde de tus montañas y al blanco de sus cumbres. Y al verde de tus campiñas. Me abrazan tus marismas y me acarician tus mares, me acoge tu calor y me saluda tu gente en los bares. Te paseo de la Corredera a Elvira con Plaza Nueva, y desde la Torre del Oro a la playa la Caleta. Te recorro y me recorres, como el escalofrío que me recorrió cuando te esperaba y tú no llegabas corriendo a abrazarme. Y me vuelvo a alejar, del verde de tus montañas y del blanco de sus cumbres. Y del verde de tus ojos, niña.

Arkaninger Feizas.

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A jierro

En este oficio de juntaletras me vine a encontrar con el maestro de todos ellos, el sevillano más salao. Enamorado de la vida, regalador de sueños, hablador de dos mil lenguas y maestro besador de ranas. Bohemio en el pensar, sincero al no rezar, amigo de agradar y pintipardaó al follar.

O. Valcárcel. Agosto de 2009. A mi compadre Arkaninger y a su excelentísima señoría Sr. Feizas.

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Colores

La miraba colorear el verde con el rojo alegre y el celeste armonioso. Se escondió bajo sus cristales negros y me cegó con su blanca sonrisa. Por saber de qué color tiene los ojos ya no tengo prisa.

Arkaninger Feizas.

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La cosa más bonita

Tan solo quería que en esa esquina, en vez de bajarte los pantalones, me hubieran helado tus pies fríos, tras dormir sin manta alguna. Ahora no somos más que meter, pero ansiamos ser noches juntos para embobarnos con el atardecer, antes de despertar y volver a querer. Hubiera esperado a la segunda cita cuando me dijiste: No hay cosa más bonita que el equilibrio entre el sueño y la duda. A deshora me doy cuenta: no buscaba una boca nueva.

O. Valcárcel. Otoño de 2009. Te lo prometí, tu "cosa más bonita" estará en un libro. Y yo, donde me dejes estar.

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A tus dos luceros

Voy a odiarte dulce. Voy a llorarte azul. Voy a quererte querer pa que me quieras tú. Iría hasta al infierno a buscarte , si creyese en él, y te llevaría al jardín de atrás del Edén, donde no nos viera nadie, pa poder querernos bien. Y a la noche ondeo al viento: el alma, esperando que llegue el día y me iluminen sus dos luceros: los de(l) Alba.

Arkaninger Feizas.

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Sin luz

Voy a apagar todas las farolas cantándoles a gritos, viniéndome arriba pa abatirles la mirada. La pica a tierra, los ojos arriba, el grito saliendo del pecho, el encono duro, y la espada: alzada. A cada necio farol que ose alumbrar, le volveremos a ensoñecer, a voces o dándole sombra, sin que importe su altura. Ahora, a la luz de la saliva, voy a encender tus dos luces llorándonos cada sílaba, feliz mientras mires... Y me alumbres.

O. Valcárcel, Enero de 2010. El verbo tenía que volver a salir después de tanta ñoñería.

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Te digo guapa

Entonces tú cierras los ojos y es como si se apagase el sol pero peor, porque es por dos. Y encierras la lengua en tu boca, y yo la oigo, pero no la puedo tocar, y tus dientes la protegen como rocas. Ese es el peor momento. Cuando has cerrado tus ojos y tu boca y todavía no has empezado a sonreír, porque ahí no puedo saber si eres feliz y si no lo eres yo no puedo estar contento. Pero después llega tu sonrisa y se me enciende algo por dentro, como un sentimiento: que no se improvisa. Y vuelves a abrir tus párpados. Y vuelvo a ver tus ojos. Y me vuelve a iluminar la luz de tu inocencia. Y me dices que me calle, como lo decís las mujeres cuando queréis que continuemos.

Arkaninger Feizas.

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Vano

¿Y la luna? Vestida de blanco, enamorada hasta el “ada”, comiéndose mi postre en otras manos, con el corazón agarrado mientras salta, no sea que, a mi lado, se le caiga. ¿Y el sol? Con las bragas bien bajadas, las manos temblando y el miedo en el pecho, mientras me echa el cerrojo. ¿Y tú? Sin astros que seguir ya, ni tonterías que aguantar, con la soledad agarrada y la pena: bien pegada. O. Valcárcel. Abril de 2010. Buscando algo bueno entre tanto vano.

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Viajando juntos

Juntos en Valencia compartiendo dos cervezas con la única certeza que nos resuena en la cabeza: Tras la increíble experiencia de viajar sin ciencia cierta, no siempre tiene un fin todo lo que empieza. Nuestra amistad y su fortaleza se basarán en la resistencia: la distancia ya está muerta.

Arkaninger Feizas.

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O tú o yo o ella.

Y ahora sólo pienso en ella, preso de su decisión, ahogado en su "se acabó", soñando otro "intentémoslo". A primera sangre en el puño, así me batiré en duelo al alba con vusted, hasta ganarnos su querer. Jodidos por el mismo Sol, ese que sale al este, ajeno a nuestro sindios, dulce, fiel y mentiroso. con los dos.

O. Valcárcel. Verano de 2010. Tras dos años vuelvo a escribirle al Sol, a su novio y a nuestros castos besos

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o yo o el Pregúntale al Guadalquivir cuántas noches lloré por ti. Y con mis lágrimas aumenté su caudal, pa que fuera noticia y te pudieras enterar. Arkaninger Feizas.

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Ahora

Ahora que ni siendo carne viva me abrazas, ahora que tú más yo, sólo somos dos, ahora que se me han acabado los minutos, ahora que ardo como zarzas secas. Justo ahora, te necesito. Ahora que cada beso en la boca es nada, ahora que cierro los dientes en cada "hasta luego", ahora que el Sol ya no me despierta, ahora que lo que más te sobra es un poeta. Justo ahora, te necesito. Ahora que he tirado el corazón al suelo para pisotearlo, ahora que estoy celoso porque el aire te roza, ahora que sólo rimo gruñíos, ahora que sólo me queda tinta. Justo ahora, te necesito.

O. Valcárcel. 13/08/2010 . 6 años ya.

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Oscura y huidiza

Alargada, como las grandes ideas. Oscura, como oscuros son los deseos que no quieres que nadie vea. Sincera igual que los sueños irrealizables que sueña un patito feo. Valiente cuando se acerca la luz a nuestro callejón. Ambiciosa, (casi) siempre un paso por delante. A veces un paso detrás, cuidando de ti, galante. No soy para ti ni la sombra de lo que eres tú para mí.

Arkaninger Feizas.

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Ejemplo

Conozco un hada chiquinina que tiene dos corazones: con uno cuida de los suyos, en el otro colecciona felicidad. Vive al compás de una nota, es una de esas bandoleras que avanza pese a la marejada, aún teniendo la garganta rota. Sueña siempre despierta su cabeza es nido de cormoranes, y al verla siempre pienso: esta chica es un ejemplo.

O. Valcárcel. Abril de 2011. A mi comadre Marta, que todos tus "quiero" sean siempre "puedo”.

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El balcón de tus pestañas

Me asomé al balcón de tus pestañas y me quemé: maldito sea tu sol que araña en el corazón. Si el alcohol se vende en farmacias será por algo; yo curaré las heridas que me hiciste por encargo, pero de aquí a que te olvide, niña, va pa largo. El día que despierte de este letargo y el delírium trémens se me eche encima no recordaré que fuiste mi ruina: me acordaré de tu pelo, tu barriga, de tus dientes, de las pequeñas cortinas y las uñas que me clavabas como espinas en la piel y... ¡¡undebel!!

Arkaninger Feizas.

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