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Re u sta 1 <poñala dc A ,ítropalogía A merit’ttna 155 N ti ‘~ 56 6> 999 n >29 261-”8I Negritud y criollismo en una comunidad afrovenezolana. Metalenguajes y supranacionalismos Juan José FERNÁNDEZ DIÁZ Univer.s’idtíd de Edimburgo RESUMEN Tras un trabajo de campo en la comunidad afrovenezolana de Caita en la que aprecia la utilización emblemática de determinado discurso afroamericanista como sena de identidad, el autor subraya las conexiones de dicho discurso con cl del mo- vimiento político-literario de ámbito caribeño y africano conocido como Negritud (y/o, en algunos casos, como Afrocriollismo). En este sentido, y profundizando en la composición sociológica de Caita. el estudio plantea la existencia de distintts sub— grupos o subeulturas en el seno de la comunidad y sostiene que el citado discurso afroamericanista sólo es asociable con uno dc ellos: el compuesto por la minoritaria intelectualidad local. La cultura de la mayoría verdaderamente iradicional’ de la po- blación. no se reconoce tanto en los valores de esa Negritud, y/o Afrocriollismo o Criol lismo. todos de origen literario y/o intelectual, como en los de una cullura cam- pesina más caracterizada, en el fondo, por la precariedad y la discriminación. Las po- sibles raíces africanas de la misma se situarían a un nivel más profundo (en su ‘mo- do de devociónk por ejemplo) que sería, tal ve>., el ámbito en que podrían encontrarse sus conexiones culturales cori otras comunidades iberoamericanas del mis mo Origen. Palabras clave: Negritud, Afroamérica. Venezuela, esclavitud. 261

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Reu sta 1 <poñala dc A ,ítropalogía Amerit’ttna 155 N ti ‘~ 56 6>

999 n >29 261-”8I

Negritudy criollismo en una comunidadafrovenezolana.

Metalenguajesy supranacionalismos

JuanJosé FERNÁNDEZ DIÁZ

Univer.s’idtíd de Edimburgo

RESUMEN

Tras un trabajo de campoen la comunidadafrovenezolanade Caita en la queapreciala utilización emblemáticade determinadodiscursoafroamericanistacomosenade identidad,el autor subrayalas conexionesde dicho discursocon cl del mo-vimiento político-literario de ámbito caribeñoy africano conocidocomoNegritud(y/o, en algunoscasos,comoAfrocriollismo). En estesentido,y profundizandoen lacomposiciónsociológicade Caita. el estudio planteala existenciade distintts sub—gruposo subeulturasen el seno de la comunidady sostieneque el citado discursoafroamericanistasólo es asociablecon unodc ellos: el compuestopor la minoritariaintelectualidadlocal. La culturade la mayoríaverdaderamenteiradicional’ de la po-blación. no se reconocetanto en los valores de esaNegritud, y/o Afrocriollismo oCriol lismo. todosde origen literario y/o intelectual,comoen los de unaculluracam-pesinamáscaracterizada,en el fondo, por la precariedady la discriminación.Laspo-siblesraícesafricanasde la mismase situaríana un nivel másprofundo(en su ‘mo-do de devociónk por ejemplo) que sería, tal ve>., el ámbito en eí que podríanencontrarsesus conexionesculturalescori otras comunidadesiberoamericanasdelmismo Origen.

Palabrasclave: Negritud, Afroamérica.Venezuela,esclavitud.

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Juan José Fernández Díaz Negritud y criollismo en una comunidad afrovenezolana

ABSTRACT

After doing fieldwork ja the African-Venezuelanvillage of Calta ihe autorthinks that somethingcloseto the political and literary African-Americandiscourseknown as Negritud(and/or,in sornecases,as Afrocriollo movement)is being usedthereas a symbolof identity. However,Fernándezgoeson, lookingmorecarefullyatthe social characteristiesof thecommunityit canberealizedthat sucha World-Viewis, by and large,mainly hold by just onesub-groupin Caita: the local small in/elíi-gen/sia.Thecultureof thosewho actuallyconstitutethe truly ‘traditional’ majority inthe village is not so closeto the literary and intellectual Negritud(and/orAfracrio-llismo, or Criollisnio) but is rathera peasantwel/anschauungwhich is significantlydefined,in the last analysis,by social needand discrimination. Its possibleAfricanrootsshouldbe looked for at a deeperlevel (in their ‘mode of devotion’, for exam-píe),which might betherealmwhereits cultural connectionswith othercommunitiesof similar origins might be found.

Key words:Negritud, Afroamerica,Venezuela,slavery.

INTRODUCCIÓN

En una entrevistarealizadaal pintorafrovenezolanoLuis Alberto Her-nández(Subero1991: 25) llega un momentoen queel periodistale pregun-ta: «¿Quépapeldesempeñala negritud en lo que haces?».Segúnel entre-vistador el tema produce en el entrevistado una reacción muy visible(«Parecieraquehubierantocadoel Himno Nacional»).El pintor responde:

— «Llegaun momentoen que tomo concienciade mi condición.Cuan-do veo que hay problemassolapadosde racismo...Medi cuentadel PoderNegro, de Angela Davis, de Martin Luther King... Trescientosañosen esacondición esclavistano se borrait. Hay que ser negropara pasarpor eso.Me llevó a investigaren mis orígenesy a proponerla africanidadde mi/ra-bajo.» (mis cursivas)

Ante estaspalabraspodríamosplantearnoslas siguientesreflexíones:

¿Quéentiendenestosdospersonajespor «negritud»y «africanidad»?¿Quépapeljuega en la utilización que parecenhacer de esosconceptos

su condición de artistase intelectualespertenecientesa una cierta élite so-

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Juan José Fernández [haz Negritud y ¿‘riollismo en una comunidad ufravenezolana

cial’?¿Cómose diferencianesasimágenesidentitariasde las quetienen sobre

esosmismos temas(orígenes,ralees,negritud,africanidad)otros afrovene-zolanos, campesinosdescendientesde los esclavosque trabajaron en lasplantacionesde cacao?

1,Por qué y de qué manerahaceun pintor afrovenezolanoreferenciaalíderes del movimiento negro estadounidensecomo los citados anterior-mente’?

A todosestosinterrogantesprocuraremosdarrespuestaen un trabajoquelo harádesdeel examende dos categoríasquesuelenencontrarseasociadasy en el quedichos interrogantesse hayaninscritos: tenguaje’ y ‘Naciona-lismo’ - Nuestroplanteamientoseráqueestascategoríaspuedenserexpandi-das para englobar,al menosen determinadascircunstancias,la descripciónde fenómenosestrechamenterelacionadoscon ellasperoqueal mismo tiem-po las desbordan.Es en esesentidoque planteamosadecuardichos concep-tosy hablarde ‘Metalenguaje’ y ‘Supra-nacionalismo’:el supra-nacionalis-mo que uniría a los (¿todos?¿algunos?)descendientesde africanosquehabitanen distintos paísesdel Caribe y el metalenguajequetendríanen co-mún, que superaríalas diferenciasestrictamentelingdístieasentrealgunosde esospaísesy que se asociaríapor tanto con dicho supranacionalismo.

A estaprimerare-adecuaciónde las categoríashabríaqueaplicar unase-gunda: «metalenguaje»,como en el casodel pintor citadomás arriba, no selimita al lenguajeverbalo literario sino quepuedesertambiénunaformadepintura, música,expresiónreligiosa; de cultura o ‘metacultura’, en defini-tiva.

Y unatercera:puedehabermásde un metalenguajey másde un supra-nacionalismoquepuedeninclusopugnarentresía la horade unir, por enci-ma de las fronteras, los lenguajes,las literaturasy las culturasnacionalesyoficiales,a sectoresde poblaciónque las tenganen comun.

Aprovecharemostambiénestecontextogeneralpara investigar,funda-mentalmente,hastaqué extremoy de qué maneraestaideade metalengua-jes y supranacionalismos,que se reflela hastacierto punto en el fenómenodel influyentemovimientoliterario y político quedenominaremosNegritud,se encarnaen el casode una comunidadafroamericanaconcreta:el pueblobarloventeñode Caita. en Venezuela.Peroveremostambién,por otra parte,en quémedidala metalinguisticay supranacionalistaNegritudsecorrespon-de con la realidadcaiteñasi la comparamoscon otro metalenguajesuprana-cionalista: el Criollismo (o ‘Criollidad’), las formas más intelectualizadasdel cual searticulanen fechasmásrecientesen el Caribefrancófono~en el

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Juan Jasé Fernández Díaz Negritud x’ <‘riollisrno en ería coitt unidad u/raye’ ¿$110114

que nacetambién el movimiento Negritud—, pero que no por ello resultamenospotencialmentesignificativo.

Nuestroitinerario transcurriráa lo largo de las siguienteslíneas:

En primer lugar nos situaremoshistórica y geográficamenteine-dianteel esbozode ciertosdatosbásicos:fechas,lugaresde origen en Áfri-caylugaresdedestinoen el Caribe,del tráfico de esclavos;momentohistó-rico de la Abolición de la Esclavitud en los distintos paísesde la zonaysituaciónsocial posteriorde los descendientesde africanos.

— A continuaciónharemosun breve repasode lo que habíasido laimagende losafricanosy susdescendientesen la literaturaen españolantesdel desarrollodel movimiento político-literario Negritud, a partir dc 1930,en varios paísescaribeños.Parapasarluego,en tercerlugar, al examende loqueconstituyódicho movimientoen susversionesen francés,inglésy espa-ñol, las tres lenguasprincipalesdel Caribeí cuyos límites de algunamaneratrasciende.Empezaremosa establecer,en estepunto, las diferenciascon al-gunasformasdeCriollismo.

— Por último, investigaremoslas repercusionesde la Negritud y elCriollismo en la ya citadacomunidadafrovenezolanaa partir de un trabajode camporealizadoen 1981.

CONTEXTO HISTÓRICO Y GEOGRÁFICO

Parececierto que hubo esclavosafricanosen lo quehoy llamamosEs-pañapor lo menosdesdeel siglo Xl (Mansour, 1973)—algunosya habríanacompañadoa Colón, siglos más tarde,en su primer viaje—, peroel tráfi-co de esclavosdesdeÁfrica hacia las coloniasamericanasse inició en losprimeros añosdel siglo XVJ. Su procedenciageográficadentro del conti-nenteafricanose concentróde manerafundamentalen su costaoccidental,desdelo quehoy conocemoscomo SierraLeonay Liberia hastala actualAngola, lo cual no excluíaeventualesincursioneshaciael interior o quelosesclavosquese embarcabanen la costaprocedieranderegionestalescomoel actualCongo Brazaville o la recientementereinstauradaRepúblicadelCongo.

1 En la bibliografíaconstíltadano sehacereferenciaa la existenciade estemovimientoen lasantillas holandesas,y entodo casono se citaa ningunafigura significativa comorepre-sentantede la Negrituden eseidioma, quetambién se halla presenteen la zona.

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Jí.ít¡í i jasé 1<’ ‘nández Díaz Negritud ‘ ¿‘-jallisma en uno comunidad afta v¿’nezalan¿s

La variedaden las culturasde origena las que pertenecíanlos esclavosy la dispersiónde estosen suslugaresde destino,tanto por las migracionesprimariascomo por las secundarias~que seproducíanposteriormenteya enel áreadel Caribe,en estecaso~,fue considerable.

Dicha dispersiónen su destinofue muchasvecesdeliberada,para debi-litar unacapacidadde organizaciónque podíadesembocaren rebeliones,yen otros casosera también motivadapor el hechode que los esclavoseranconsideradosimplesbienesdeproducciónquese trasladabande unacoloniaa otra en función de las necesidadesproductivas,sin ningún tipo de consi-deración hacia su pertenenciaa un determinadogrupocultural (secompra-ban casi ‘al peso’o, más bien, ‘por metros o «piezasde Indias»~personasque midieran «siete cuartas» de altura: l’80 metros, aproximadamente(Acosta Saignési967: 1 l2)~, y su cosificación llegaba hastael punto deque sí a un esclavole ‘faltaban’ centímetrosparadar la talla se podía coni-pletarla «pieza>» con un niñode pecho).

Así. no era infrecuenteque los esclavosdíscoloso problemáticosfuesenenviadospor su at’n() venezolano,por ejemplo,a un lugar alejado de la re-gión. como podíaser el puertomexicanode Veracruz,para intentarvender-íe en un mercadodondesus ‘defectos fueran desconocidos;o que un altouncionario) de la corona fuesetrasladadode una colonia a otra y se trasla-

darallevándosecon él a susesclavos;o queen el siglo XVII seestablecieratina central cíe distribución en la isla de Curayao,desdedondese atendíalademandade los distintos ‘mercados’de la región.

No entraremosaquía describirlas condicionesde vida de los esclavos——rl i la dc los negroso mulatosque.amtnqueobtuvieronla libertad, noinca líe—garona pertenecera las clasesacomodadas—que sin dudaestánen la basede algunode los ingredientesdel movimientoNegrituden el siglo XX. Bas-te recordarque.apesarde la acciónteóricamenteprotectoratanto de la Igle-sía Católicacomo de las legislaciónvigente,en la realidadcolonial se pro-dujeron todo tipo de abusosañadidosa los del desarraigoy trasladoforzosoen condicionesinfrahumanasque en un altísimo porcentajedesembocabanen la muertedc los esclavos.

A lo largo del siglo XIX, y coincidiendobastantecon las guerrasde in-dependenciade las distintascoloniasespañolas~en las quelos esclavosy/osusdescendientestomaronpartede formadestacada-—se fue decretandolaAbolición legal de la Esclavituden todasellas (aunqueformasencubiertasde la mismaperduraranunosañosmás).

El colonialismohispano—portugués,a dilerencia del de otros paíseseu-ropeos. acabó asutniendoun considerablegrado de mestizajeque sin cm-haigo consisuinestratificarmediantela instauración,más o menostácita,de

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unapirámide social que de algunamaneraha llegado hastanuestrosdíasyen la que,aunqueexiste la movilidad social, estase ve muy condicionadapor 1-a pertenenciaauno u otro grupoo mezclaracial.En esapirámidede ra-cismo/clasismo sutil (comparado con el anglosajón, por ejemplo) la situa-cían socíoeconómica de. ‘los más negros ha seguidosiendo la másbaja enlas nuevas repúblicas americanas (Baquero1991; Mintz 1974).

IMAGEN DE LOS AFRICANOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLAANTERIOR A 1930

A continuaciónharemosun breverepasode lo quepuedenconsiderarse,de unau otramanera,antecedentesdel movimientoNegritud(y también,co-mo veremosmás adelante,de determinadasformasde Criollismo) y de sucircunstancia,en el mundohispano.

Comose ha señaladoanteriormentelos esclavosde origen africano—

traídospor portuguesesespecialmentede lascostasdeGuinea-—yaexistíanen los reinosespañolesal menosdesdeel siglo XI. Así, de un par de siglosmástarde—siglo XIII— nosquedaunade las primerasimágenesnegativassobrelos africanos:la queproyectabael sabioAlfonso X cuandoidentifica-ba lo negrocon lo feo:

Non quereu donzelafea,

e negracomecarbon.(Mansour1973: 31)

Puedequenecesitadosde una coartadaparajustificar la existenciade laesclavitud,o por otrasrazonesen cuya discusiónno podemosentrar ahora,dichaimagennegativade los africanoscomo seresinferioresencontróotrosapologistasentrealgunosdelos máslúcidos y prestigiososrepresentantesdela culturahispana.Tal fue el casodel célebreMarquésde Santillanaen cu-ya poesíaencontramosla idea deque el excesode sol ~spudrela inteligen-cia» y que«por lo tanto, cuantomás morenoes el hombre,mayores su ín-ferioridad» (ibidem: 31, 32).

A lo largo del siglo XV las connotacionesnegativasy subhumanasquelo negro/africanoteníapara las culturasmáso menosblancasquedomina-banen la penínsulaseexpresaronde distintos modos:comocontraste,paradestacary reafirmar el canonde bellezablanco(«La negradama,fea comoun coco...»[ibidem: 33]); identificandolo negrocon la maldady con el dia-blo; haciéndoloobjeto de sátirasy burlas,a las que al parecerno eraen al-

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baon lacé I—’e,’ndndez Día; Negritud y criollismo en una ¿‘a,ounidad aJ’rovenezolana

gunoscasosajenoun cierto sentimientode envidiay resquemor,comoel quemanifestabaDiego HurtadodeMendozaen «Contralas damas>~,por la afi-ción que las blancasmostrabanhacia los negros.La situación inversatam-bién se verificabacorno sugierenestosversos en los que seponede mani-fiesto también la cruda estratificaciónsocial/racial:

VáyasevuestramercedMucho muy enhoramala.

A tratar de esamaneraA las negrasde sucasa:

Yo soy blancay valgo mas.

(Una niña aragonesa...)(Mansour1973)

El humanismodel Renacimiento,uno de los momentosconsideradoscumbrede la culturaoccidental,no llegabaa concebir,al parecer,la huma-nídaddelos africanos.

En el siglo XVI los esclavosy sirvientesde origenafricanoempiezanaapareceren el teatrode autorescomo SánchezdeBadajozo Lopede Rueda.Seles presentaen la mismaposicióninferior quetienen en la lírica (aunqueestatiendemás a utilizarlos como símbolo cosificado,rasgoquesemantie-nc a lo largo de la historia del temanegroen la literaturahispana),pero deun modo querepresentamásajustadamentesuscaracterísticasy pronuncia-ción reales;y, lo queresultamássignificativo, se les incluye por primeravezcorno parteintegí-antede la humanidad.Esto sucedeconcretamenteen laFarsa de la jórluna o hado (póstumo1554)del citado Sánchezde Badajoz,una reflexión moral sobreel destinode los hombresque concluye con uniconoclasta—y seguramentepoco verosímil—pero fraternal abrazoentreun blancopeninsulary un africano.

En esemismocontextoseconstatacómo en las obrasde Lope de Ruedaaparecencon frecuenciacriadas de origen tanto africanocomo —ya tam-bién— antillano. Intentan mejorar su posición procurandosu «blanquea-miento»y «cuandolo creennecesariose disculpande su color contrapo-niendootra cualidad»(tvlansour 1973:35).

Así pues,a mediadosde estesiglo empiezana pereibirseuna seriederasgosque evocanlos que luego encontraremosen el movimiento Negri-tud: se mencionanlugaresde Africa, patria de esospersonajes;sedestacasu afición y destrezaen el cantoy en el baile; se recogeunacierta tenden-cta al erotismoen el lenguajey constantesreferenciasa suscaracterísticasfísicasy a su condición esclava.Estatendenciacostumbristaalcanzarasu

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loan lota J-’ern¡.i,¡de; Días Negritud y ¿‘riollisma en oía ¡‘onían itíad ¿ira ‘enesalouío

máxima expresiónen el teatrode Lope de Vega,que nos sitúa ya en el si-glo XVII.

En su obra abundanteel prolífico Lope retrataa africanosy afroameri-canos,sus lancesamorosos—incluidos los que teníancon blancosy blan-cas—pero,en general,parecehacermáshincapiéen lo quehoy llamaríamosclasismoqueen el racismo,O en lo quecl segundoteníadel primero. El sa-bor de la épocalo danfragmentoscomo el quesigue,referidoa las relacio-nesinterracialesen ultramar:

Quees unabestiacl indianoy adoraen cualquiermujer

(La pí-ucha de los amigos, III)

Lopede Vegatambiéndestacael gustode los descendientesde africanospor la alegríay los bailesasí como susometimientoa malostratosy a durostrabajos.Porotra parteencontramosen él unaimagen queen su intentodereivindicar a los africanosles describecomo ‘blancospor dentro’, queseráunaconstantea lo largo de los sigloshastallegar al movimientoNegritud.

La falta de espacionos impediríarecorrercon minuciosidadlos detallesde unaevolución ideológicaque,por situarnosen el puntoquenos interesa,resumiremosdel siguientemodo:

Ademásde Lope, duranteel siglo XVII sedio el contrastey/o la mezclaentreimágenespro-africanasy anti-africanasque caraeterizajíanlos trata-mientosdeestetemaen la literaturade hablahispana.Entrelas primerasca-be destacaral héroenegroquepresentaAndrésde Claramonteen El í’alien-le negro en Flandes, por ejemplo. Entre las segundashabría que situar,aunquede un modono muy decidido.a D. Luis deGóngoray Argote y. poruna inquina que hoy nos lo representaríamás bien con un capiroteblancoquecon suscaracterísticosanteojos,al mismísimoQuevedoy su «Boda denegros».

Porotra parte. y al margende las actitudesa favor o en contray dc losnombrespropios, el tratamientoque muchosde los distintosautores—-in-cluidos los blancosde las coloniasy los afroamericanosque,como el co-lombianoCandelarioObeso,tambiénempezarona escribira finalesdel si-glo XIX--—- dieron al teína de los esclavosafricanos y susdescendientespresentaunaseriede característicasde forma y contenidoque se repiten amenudo,con aLgunasdiferenciasde matuí, ‘a lo largo de la historia bastallegar. en pri nc io, al mo\‘ i inien tc¡ N egrimd. Fin tm~±rarctitos las siga¡en-tes:

Re ‘isla Española de A ntropolag(a A‘nc ri’a,ía 2681999, ,>.“ 29: 261-251

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— Reproduccióndel dialectoy pronunciacióndelospersonajesde ori-gen africanoen cuestión.tJí.i lización de onomatopeyas.La ya citadaimagendel negroquees ‘blancopor dentro’.la imagende la mujer negrao mulata como paradigmade sensua-lidad, intensidad,pasión, conexióncon las fuerzastelúricas de lanaturaleza.animales,alimentos,paisajes,etc.

-— Costumbrismoafroamericanoy—a partir del siglo XVIII—-- reivin-dicaciónpolítica y/o social.Destacarsu ear~kteralegre y su gusto por la danza,contrapesado

por la durezay tristezade susvidas.

MOVIMIENTO NEGRITUD

Mansour(1973>explicael desarrolloconcretode lo queella consideralavertientehispanadel movimiento Negrituden los paísesdel Caribeentrelosaños 1926 y 1940 como consecuenciade la escasezde población indígenaquehizo que su impulsonacionalistatuvieraquebasarseen los descendien-tes de africanos. Reconocequeel movimiento tuvoalgo de moda en el sen-tido de que se aprecianen él influenciasde la poesíamodernistaen cuantoal estilo pero.como ya hemosvisto, algunosde susrasgoscaracterísticossereinon tabanal teatrodel sigío XVI.

A íísdn <¿971)asimila bajo el término Negritudno sólo la expresiónenespañol.francése inglésde estemovimiento literario ene! Caribe2sinotam-bié.n sus tnaI)ifestacit)nesafricanas,de las que el senegalésLeopold SedarSenahorhe máximo exponente.Respectoal nacimiento de su expresiónIra ¡icéfona en las Antillas A n són aludc.al igual queotrosautores(( ‘oní thard1962>, la destacadafi guradel martiniquésAimé Césairey a la publicaciónen 1939 de su poema«Cahierd’ un retourau pays natal».

FI movini iento Negrituden el Caribe incluiría por tanto a poetasquees—enbían en español(comoel portorriqueno1 ~. PalésMaltos. E. Ballagaso. elmas i’econoctdo.N. Gtíil len. de Cuba; autiquealgunosautorestambiénde—

acoincidenciaen cl tiempo ——en tornoa 1931) -— asícanío,entretítras razones,la evi-denciadcqueentrelos distintaspaisesdel Caribeexisteungnutodeconíun¡caeiónqtíe ya pre-ocupatio a 1 os esclavislas de siglos anteriores.nos hacendiscreparde aquellos queopinanquela Ncgrit tid de los paiseshispanohablantesy a de los territorios tranco¿iritIs y anglo ti oías noestánííuimaríicntc relacionadas,

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Jua,¡José Fernández Días )Vegritud y criallisma etí una comunidad ofrore,íe;olana

nominan Afrocriollismo Hispanoa la variante en estalengua),francés(co-mo el citadoCésaireo el haitiano J. Roumain) o inglés (comoel jamaicanoC. McKay).

Pero lo que nos interesadestacaraquíes cómo, superandolas barreraslingúisticas(y además,o como reformulación,de las característicascitadasmás arriba como ya presentesen los antecedentesde la expresiónespañoladel movimiento)los poetasde la Negritud tienenen común las siguientesformasy contenidosque les llevaron a propugnarla existenciade un «pan-antillanismo» (PalésMaltos; cit. por Mansour 1973: 139) o incluso de un«pan-negrismo»(Césairey el africanoSenghor)3,esapatriavirtual/cultural/emocionala la queantesnosreferíamos:

— Algo parecidoa unapasiónpor África (su ideao imagen);— Una suertede ‘misticismo telúrico’ o asociaciónde la gentede ra-

za negracon las fuerzasy elementosnaturalesy sobrenaturalesbá-sicos, talescomo la Tierra, la Luna, la Noche,el Viento, el Alma yel Espíritu,el Fuego,el Agua, la Sangre,la Madera,la Piel. etc. Es-to se relacionaconla pasiónpor Africa antescitadaya queaestasela percibede un modo significativo en los términosde dicho ‘mis-ticismo telúrico’;

— Un sentimientode rebeldíay de concienciapolítica contrael re-cuerdodela pasadaesclavitudy la experienciade la discriminaciónpresente.

Plantearemossolamentealgunos limáados ejemplos, destinadosa lacomparacióncon los que sepresentaránmásadelante:

Trota una añoranzade selvasy de hoguerasencendidas,

quetraede los tiemposmuertosun corode vocesvivas.Lateun recuerdoaborigen,unaafricanaaspereza.sobreel cuerocurtido dondelos tamborileros

Ansón (1971), en su capítulo‘La culturadel ritmo’, sostienequeesteesun rasgoesen-cia! de la Negritud. Provendríadela danza,queen las culturasbantúesconstituiríaun elemen-to fundamentalde deteríninadosritualesde fecundidad,unacuestiónreligiosade la mayor im-portanciaontológica.Ver tambiénibidem: 45 y Ss,; e Iniesta(1992).

Revista Española de Antropología Atueritana 270999, ni 29: 26 ¡-28

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lijan José Ee,’,íándr-s I)ícís Negritud e ¿‘riallisnía crí uno ¿‘oníunida¿l aJt’oí’etí esahaía

—sonambulosdiosesnuevosquerepicanalegría—aprendierona hacerel truenocon susmanosnudosas,todopoderosaspara la algarabía.

(i. Artel: La cumbia: ibidetn: 207)

Alta coronade azúcarle tejen agudascañas;no por coronadalibre,sí de sucoronaesclava:reinadel mantohaciaafueradel mantoadentrovasalla,triste cotno la mástristenavegaCubaen su maña:un largo lagartoverdecon ojos de piedray agua

(N. Guillén: Lagarto Verde; cit. por Madrigal.1980: 160)

Palabrasde frescasangre,palabrasque son aguaviva y fie-bre y lava e incendiosen la selvay llamasde la carney lía-masde las aldeas.

(A. Césaire;cit. por Ansón, 1971: 93)

¿Noveis estostamboresen mis ojos?¿Noveis estostamborestensosy golpeadoscon dos lágrimassecas’?

¿Notengo acasoun abuelonocturnocon unagran marcanegra(más negratodavíaque la piel)unaeran marcahechade un latigazo?

¿Sabéismi otro apellido.el qtíe me vienede aquellatierra enorme.el apellidosangrientoy capturado,quepasósobreel marentrecadenas,que pasóentrecadenassobreel mar?

(N. Guillén, El apellido: cit. por Madrigal 1980:179-183)

.4 tít capolo qio Ameri¿’a,ía999, n.”’ 29: 26t 2S1

27 1 Revis’t,í Elvpañola de

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Juan José Fernández Días Negritud y ¿‘riollisn¡o ¿-ti una comunidad afta i ‘eae;alon¿¡

UNA COMUNIDAD AFROAMERICANA CONCRETA:EL CASO DE CAlTA, EN BARLOVENTO (VENEZUELA, 1981)

Calta4es unacomunidaddeunos4.000habitantessituadaen la costaCa-ribe de Venezuela,en la región de Barlovento.Sushabitantessonen su ma-yoría descendientesde esclavosafricanosquetrabajabanen lasplantacionesde cacaode la zona.Tras la Abolición de la Esclavitud—o antes,los queha-bian ido consiguiendola libertad——- siguieron viviendo en la zonadedicándo-se,con mayoreso nienoresdificultades,a la agriculturaa pequeñaescala.Apartir de 1930,atraídospor las posibilidadeseconómicasqueofrecía la diná-mica petrolera,seempezóa producirla emigraciónhacia las grandesciuda-desdel país. Estefenómeno,quese vio favorecidopor la mejorade las co-municaciones,seguíaproduciéndoseen 1981, año en el que llevé a cabotrabajode campoen la comunidad.Dicha facilidaddetransporte,combinadacon la proximidad a Caracasla capitalde la nación (el viaje sólo requiereunasdoshoras)y con la presenciade los mediosde comunicaciónhabíanhe-choque lahomogeneidadcultural ene!senodela comunidadsehubierafrag-mentadoy sepudierandistinguircon bastanteclaridad—por otraparte,siem-presimplificadora——variossubgruposo subeulturasdentrode la misma:

— Los ‘JóvenesModernos’,queeranaquellosquesenegabanaseguirtrabajandoen la agricultura y habíanoptadopor trabajosen el sectorservi-cios o construcciónde la zona,que les permitieraobtenerun dinero rápidoparainvertir en indumentariay motocicletasa imitación de determinadoti-po dejóvenesmodernosde la capital y/o de determinadassubeulturasafro—norteamericanas;

— los jóvenescontestatariosde ‘El Comité’, formadopor los activosmiembrosde un Comité real—de cuyadireccióntambiénformabanparleal-gunosadultosmás moderados—queestabanen muchoscasosviviendo y es-tudiandoen Caracas,dedondeveníanlos finesde semanao en ocasionesse-ñaladas para participar en la organizaciónde actividadesdestinadasalrescatede las tradicionescaiteñas,en las que,desdesupuntode vista—e in-fluidos por la intelectualidadprogresistacaraqueña—,tienen unagran im-portancialos componentesafricanos:

— y, finalmente, los ‘Tradicionales’,subgrupomayoritario de la po-blacióncompuestopor personasdetodas las edades—aunquecon predomi-

Nombreficticio.

Re btu Es1,ííñafrí tic Anií-tí¡~alt,gía Amen ¡-ano 222

1999.ni 29: 26t-2Sl

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.l¡aío lasé l’¡’,’o¡hí¡le; l)í¿¿s Negritud y ‘riollisma en uncí ¡.‘omunidad cfrav’ene;aían¿í

nio de adultosy ancianos—que seguíansiendoen muchoscasoscampesi-nos. o combinabansu dedicacióna la agricultura a pequeñaescalacon elejercicio de pequenosoficios de subsistencia.Manifestabanun granapegopor las viejascostumbres,preocupaciónpor la pérdidade las mismas(entrelas quedestacaban,por ejemplo, la pérdidade la confianzay la solidaridadentrevecinos),apegoa la vida en su pueblo y rechazoal tipo de vida mo-dernode las grandesciudades(algunos habíanvivido en Caracasy habíanvuelto).

Lo que resultainteresantedestacaraquí,desdeel puntode vistadel ‘me-talenguajey supranacionalismo’quenosocupaesque,de lostressubgruposquehemosdistinguidoen Caita ——y queexistende alguna maneraen otrospuebloscaribeños<Mintz 1974: 315. 325, 327)— aquellosque más sepodí-an sentir integradosen esapatria virtual pan-antillanao pan-negristaquesu-peraríabarrerasidiomáticasparacomunícarsea travésdel ritmo, un tipo deimágenessensuales/sensoriales,un modo de devoción,etc.,eran los miem-bros minoritariosde El Comité. Los ‘Tradicionales’ eranen gran medida—

aunqueunacierta adquisición(¿orecuperación?)de ‘conciencia’ podíaem-pezara atisbarseen algunosde ellos— ajenosa esosplanteamientos.comose verá en el breverepasoqueharemosmásadelantea algunosde los textosTradicionales,e inclusodesconfiabande algunosde los métodosqueusabanlos más extremistas‘Comité’ para intentar persuadirles(uso de consignasimperativas,megáfonos,etc.)

Conipárenseahora,por unaparte,algunostextosde poetasNegritudy/oAfrocriollos con uno del grupo musical Madera (representantedel progre-sismoartístico-intelectualcaraqueñopro-afroamericano)queresultabastan-te representativode la línea ‘Comité’.

tino de los discos del citadogrupo Madera comienzacon la siguientepiezatitulada «Ritual»:

<Seescuchanruidosde la jungla, risasextrañasy misteriosas,mara-cas. Finalmente empiezana sonarlos tamboresy oírse un cante yunasvocesextrañasy ‘sobrenaturales’)

Voz ni: MIJJiIiZ: ~ soy la negraLorenza!Negradel Tuy5. negra,negra.Nochecon alma.

[it ría Tuy, que pasacercadeGaita, en Rart¡ívenin,

273 Revista Española ¿le Antropología Ameri¿’a,ía1999.ni 29: 26t-25t

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Juan José Fernández Díaz Negritud y <‘rióllis,r,o ¿‘ti ¡tía coman idad o/ravenezolano

Tambordormido bajo mi pecho.Tengo un dolor de candelas.Corazónrojo por dentro,Corazónnegropor fuera,Corazónsombradel Blanco.Si tengorebeldeel peloTengo rebeldeslas manosManostrenzadasal vientoMientras lanzoal viento un grito:¡Yo soy la negraLorenza!¡Yo soy la negraLorenza!Negranoche,negraalma,

Negrade pechosdesnudos,Negracortadorade caña,Comomi abueloy mi padre.Negraesclavade todos,

¡Esclavano soyde nadie!Porquesoy lo que yo soyTengo un dolor de candelasY un palpitardc tambores.¡Yo soy la negraLorenza!

(Los tambores,los cantos y el baile tradicionalesirrumpen súbita-mente,rompiendoel silencio absolutoen el quehablabala mujer)

Voz DE HOMBRE: ¿Quién me lo quita?CoRo: ¡Nadie!Voz oc hOMBRE: ¿Quiénme lo va a quitar?CoRo: ¡¡Nadie!!

Este texto sepuedecomparar,ademásde con los ejemploscitadosal fi-nal de la secciónanterior,con, por ejemplo,un fragmentodel poema«Autoda fe», del martiniqueñoG. Desportes:

« .

Y bailamosdesnudosalrededordelas altasllamas —

Revista Españolo de Antropalagía A,nericano 2741999, n,’ 29: 26t-28i

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Juan Jasé Fer,íñndez Días Negritud y ¿‘rlollismo en una ¿.‘om unidad afro venezolana

Totalmentedesnudosbajo las palmerasTotalmentedesnudosbajo los bambúsGritamosbajo el cielo de los Trópicos

Nuestroorgullo de serNegros.La gloria de sernegros.»

Y puedetambiéncompararsecon el poematitulado «Black»,del haitia-no R.C. Bernard:

«Un fuegoinmensoque mi sufrimiento[continuo

y vuestrasmofasy vuestrasburlasy vuestrodesdénhanencendidoen las profundidadesde

[mi corazónostragaráa todos.»

CRIOLLISMOS

Las categoríasde quenosvalemosparainterpretary compartirlas reali-dadessocialessuelenacabarpresentandoalgún problemaal que no ha sidoajenoel quehastaahorahemosdenominadoMovimiento Negritud. Genera-lizar pareceuna operacióninevitable paraeseinterpretary compartira quenosreferimos.pero en sabergeneralizaradecuadamenteresideseguramenteel arte de la comprensióny transmisióndedichasrealidadessociales.De es-te modo, en torno al conceptode Negritud se ha producidoun debatequeplanteael establecimientode distincionesmásafinadasa la horade clasifi-car, en primera instancia,a algunosde los poetasque Mansoury otros en-globandentrode unaúnicacategoría:Negritud.

Así, a un primer nivel, encontramosque algunosautoresestablecenunadiferenciaentreNegritud y Afrocriollismo hispano6.incluyendoen estadI-

Véase,p¡ír e¡ernpta,e] programade African Studies de la Universidad de IndianaEF.U ti.). en su apartado« Diaspotas>.

275 Revista Española de Antropología Americana999. ni 29: 26i-28t

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.lu¡ín José Fe,-ná,ídez Día; Neg«liad y ¿‘riollis,no en moí¿, c’omu¡íid¿,cl o/ro í’c,íezalo,oí

tima categoríaa autoresblancoso mulatoscomo los citados N. Guillén, L.PalésMaltos, E. Ballagas,etc.

A un segundonivel, y trasladándonoshastael másrecienteaño 1989,de-bemostomarnota,ademásdel notableaugede la novelísticaantillanaqueseconsideraasí misma«criolla», de la publicaciónen el CaribefrancófonodelensayocolectivoEloge de la créolité (Elogio de la «criollidad»), en la quese formaliza la rupturade unaseriede autores«criollos» con la problemáti-ca herenciade lo que podríamosdenominar‘Negritud histórica’ (Césaire,Senghor,Despestres,cte.),a la queacusandehaberutilizado un francéshi-per-clásico,ignorandodialectoslocalesmás auténticose ignorandola ver-daderaidentidadcaribeñaen su conjunto.

En este sentidoel Afrocriollismo hispanose habríaacercadomás a lascaracterísticasreivindicadaspor el criollismo de P. Chamoiseau.R. Con-fiant, E. Pépiny otros: reflejó en algunamedidavariedadesdialectalesexis-tentes,abordóen algunoscasosel temadel mestizajequecaracterizacultu-ralmenteel áreageográficaquenosocupa. Pero másadelantesostendremosqueni uno ni otro, ni mucho menosla aún másidealizadaNegritud, reflejanla autenticidadantropológicade los grupossocialesa los que seasocian.

CRIOLLISMO EN CAlTA

Volviendo a la comunidadafrovenezolanaque nos ocupa,encontramosen ella lo que puedeser un paralelismo(metalingúísticoy supranacional)con estasituación de rupturaque empiezaa producirseentreCriollismo yNegritud. Así. compáresela expresiónafricanadel grupoMadera, tan caroa los integrantesdel Comitécaiteño,con el contenidode la entrevistaman-tenidacon un ‘Tradicional’ a propósitode los tambores,uno de los princi-palessímbolosde ‘africanidad’ para el Comité y los artistase intelectualesNegritud:

Informante ‘Tradicional’— Estolo usanlos indios de Venezuela.Antropólogo ¿De quién?Informante ‘Tradicional’— Los indios (sonríe).Eso es la descendencia

de los indiosif fue de los indios... de Af—.Af—, África, que los trajeron los esclavos..

Antropólogo— Ah.Informante ‘Tradicional’— Perocomo los indios los usan.Ustedve una

películade indios ¡y todoeí mundotoca esa

R¿’u isla bisp¿aiok¡ de An¡ropolag í¿í Americ’an¿¿ 276990. ni’ 29: 26!-28t

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litan Jasé i.e,‘n’inclez l)íaz Nc’g rititc.l y c’riallisnía ¿-u una ¿‘afilan idaíl c,/hí¿’í’ í¿’s, Viti

vaina!... Están anunciandoal jefe, o van aasesinara uno y tocanesavaina.

Antropólogo— ¿En las películasde vaqueros?lnfortnante ‘Tradicional’— Si, en las que salen los indios, películasde

Tarzány esascosas.¿Ustedno las hasvisto?Antropólogo— Si.Informante Tradicional’— Que salen unos indios con unas pluino-

tas...Y ellosempiezana bailar alrededordeljefe~. Y si van a asesinara uno, también lobailan.

Compáresetambiéndicha ‘africanidad’ dc la expresióndel grupoMade-ni con algunostextos de la lírica-Tradicional’ caiteña.Veamos,en primerlugar. las primerasdécimas Tradicionales’de un velorio de San Pascualefectuadoen 1964:

Decimista2 Saludoa la concurrenciaen la presenteocasión

mi humildecomposiciónde mi rudainteligencia.Soy el Cáliz, soy la esencia,soy la rosaMargarita,soy de moral exquisitay de fina educación.y digo sin dilaciónbuenasnoches

señorita.(cit. por Chacón1979: 123)

Consideremostambién,en ese mismo contexto, un fragmento de unacancíoíi:

Solista 1 ¡Ay todo, ay todo. ay todo,ay todo.

¡Le-o-ló! ay todo,los santosme gustana mi!Ay todo, ay todo, ay todo,

ay lodo, ay todo,

277 Re visía Española cíe Antropología .4oíc-,’i, ‘cinc,999. n.” 29: 261-2Mt

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5

Juan José Fernández Díaz Negritud y ¿riollismo cuí una comunidad afrov¿’uíezol¿¡n¿í

los santosme gustana mí!

¡SanRamón!Coro ¡Le-o-ló!Solista ¡Ay San Miguel!

Coro ¡Le-o-ló!Solista ¡Ay San José!Coro ¡Le-o-ló!Solista ¡Ay SanJoaquín!Coro ¡Le-o-ló!Solista ¡Ay SanIván!

Coro ¡Le-o-ló!Solista ¡Ay SanJuaquín!Coro ¡Le-o-ló!

(ibidem: 125)

O el siguientevillancico:

BenditoNiño Jesúsvenido del litoraly aquí estala comparsaque te vienea saludar

BenditoNiño Jesús

ya llegastea tu Caitaenmediode muchaluz

y todos los feligreses.(¡bit/em: 198-201)

Salvola utilizaciónde algunoslexemasy expresionessin significadoli-teral (esdecir, la jitanjáfora, que sí se encuentraen el repertoriode recur-sosde la Negritudo el Afrocriollismo en español)si estostextos‘Tradicio-nales’ hablan de algo es de un sincretismoen marcha,de una Negritud entodo casomás profunda (y no detectadapor los citados artistase intelec-tualesdel movimientoNegritud)queno sehallaexentade problemasy quees la que,tal vez— y aunquela otraNegritud, la ‘superficial’, resultesegu-ramentemás prácticacomo banderareivindicativa—convendríaseguires-tudiando.

Revista Española de Antropología Amen cutía 278999, ni 29: 26t-28I

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.1 ucin José Ferná,ídes Díaz Negritud y criollisino cuí uno coman idací aj’ravenez¡~lcina

CONCLUSIONES

Hemoshablado,por consiguiente,en primer lugar, de unaformade na-cionalismocorrespondientea una zonacultural muy amplia que incluye avarios paísesen los quese hablandistintaslenguas.Y en segundotérmino,hemoscomentadola existencia,como en el casode Caita, de determinadossecto)resmas o menosilustradosy/o políticamenteconcienciadosque exis-ten, con matices,en el conjuntode los paísesdel Caribe. Por consiguiente,nosestamosrefiriendo a unaformadenacionalismoque por unaparteessu-pra-regionaly supra-nacional,y quepor otra es un fenómenosectorialden-tro de cadaunode los paísesinvolucrados,en el sentidodeque sólo partici-parían en ese supra-nacionalismodeterminadossubgrupos ilustrados/concienciadosde entrelos descendientesde africanosque viven en esospa-ises (dehecho,valios poemasde N. Guillén, por ejemplo,son un intentodedespertaro concienciaral afroamericanodortnidoo ‘alienado’).

No podemos,por consiguiente,en estecaso,categorizarestarealidadso-cia! medianteel modelo 1 lengua= 1 nacionalismo= 1 país/región/lugar.Nopodemosmanejarbloques homogéneoscuyaexistenciareal en otros casosno entramosadiscutir, aunquesospechamosque,como todoreduccionísmo,obedezcanmuchasvecesa la comodidadcognitivay afán taxonómicodel in-vestigadormás que a las característicasreales,complejasy sutiles de losprocesossociales.

Por otra parte, y en lo relativo a la identificación de esos subgrupos(afroamericanoso simpatizantesde los mismos)que en los distintospaisesse hanvisto inmersosen el supranacionalismometalingtiísticode la Negri-tud, resultasignificativo apreciarque de las distintas lenguasmayoritariaspresentesen el Caribe los dialectosque se hanutilizado (en la bibliogiafíaconsultaday salvo algunostímidos intentosinicialesde fidelidad fonéticaaloriginal en algunos autoresenmarcablesen la expresiónde la Negritud quealgunosdenominanAfrocriollismo Hispano)hansido los dialectosde pres-tigio de los mismos.Es decir, no tenemosnoticia de que se hayarecurridode formasignificativa al uso de ningunode los dialectosmás humildeso re-gionalesque sepuedendistinguir en los paísesde la zonay queson los queutilizan las capastuás popularesy mayoritariasde los distintosnúcleosdepoblación afroamericanadel Caribe. Estohacepensarque,como en el casode Caita. el supranacionalismometalingúisticode la Negritud—o del Afro-criollismo) Hispanoque,como hemosvisto, seríala manifestaciónde la Ne-gritud que afectaríaa la comunidadafrovenezolanaconeretaque hemosmencionado——es un fenómenodel que sólo participandeterminadasmino-rías ilustradasde los distintospaísesen cuestióny al quepermaneceajenoel

279 Reí‘isla lDs’paííah¡ de Ano’ajíolagí¡¡ A,neric’an¡t

999. n.”’ 29: 26t-25t

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Juan Ja.~’é Fernández Díaz Negritud y’ <‘riollisnía en una ¿‘ornun iclod ¿¡fu’aí’eui¡’zolcnut

restodel puebloafroamericano;un puebloal que aquellas,siguiendoun es-quemaclásico —y seguramentealgo simplificador—, querrían servir devanguardiaconcienciadoray política (Cfr. Mintz 1974: 325,321).

Esta es precisamente,como hemos visto, la crítica que haceel nuevoCriollismo a las distintasmanifestacionesde la Negritudoficial y practicadapor unaélite artístico-intelectual.Sin embargo,habríaquefinalizar con doscautelas:

Los defensoresdel Criollismo, del ‘auténtico’ lenguajee identidadcari-beñas,son ellos mismosnovelistas,artistase intelectualespertenecientesaesaélite que seerigen—como en su día lo hiceranCésaire,Senghor.Gui-llén, etc.— en portavocesde los ‘auténticos’ caribeñosque ignoranque es-tán siendorepresentadospor ellos. A esa‘autenticidadcriolla’ propugnadadesdeunaélite cultural habríaquecontraponer,tal vez, las experienciassin-créticasde comunidadesconcretasa las que,seguratnente,sólopodamosac-cederen algunamedidatrasun rigurosoy prolongadotrabajodecampoan-tropológico.Su conexiónde carácterafroamericanocon otras comunidadesiberoamericanas,por encimadefronterasoficiales,se establece,seguramen-te, a nivelesexperiencialesmásprofundoscomo puedeser, por ejemplo,eldel ya citado ‘modo de devoción’ (FernándezDíaz 1997).

Finalmente,y aunquela Negritud oficial y susderivacionespequendeelitismo y desconexiónconel caribeñoreal,hay un elementoquetal veznodeberíaolvidarse:el término criollo tal vez representealgo mejor la en granmedida interracial e intercultural identidadcaribeña,peropareceevidentequeestosdosconceptos(‘criollo’, ‘caribeño’)puedanpotenciarla «invisibi-lidad» de una precariedady una problemáticaespecíficamente‘negra’ o‘afroamericana’,en un contextosocial—tambiénsupranacional—en el queen la pirámide de color antescitadalos descendientesde africanossiguenocupandoel nivel másbajo y desfavorecido.

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